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II Seminário sobre o Aperfeiçoamento da Administração da Justiça nas América

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II SEMINÁRIO SOBRE O APERFEIÇOAMENTO 
DA ADMINISTRAÇÃO DA JUSTIÇA NAS AMÉRICAS 
Comité Jurídico Interamericano 
Perlodo ordinario de sesiones de agosto de 1988 
Acta n':! 4* 
Presentes: Dr. Roberto MacLean Ugarteche (presidente), Dr. Jorge Reinaldo A. 
Vanossi (vice-presidente), Or. Policarpo Callejas Bonilla, Or. Galo Leoro F., Or. 
Manuel A. Vieira, Or. Ramiro Saraiva Guerreiro, Or. Seymour J. Rubin, Or. Luís 
Herrera Marcano, Or. Emilio O. Rabasa y el Dr. Kenneth O. Rattray. 
Se hallaba asimismo presente en la sesi6n el Dr. Hugo Caminos, Subsecretario 
de Asuntos Jurídicos de la Secretaría General de la Organizaci6n de los Estados 
Americanos (OEA). 
Asisti6 igualmente a la sesi6n el Or. Isidoro Zanotti, encargado deI XV Curso 
de Derecho Internacional, deI cual es coordinador el Subsecretario de Asuntos 
Jurídicos de la Secretaría General, Or. Hugo Caminos. 
Concurrieron también las siguientes autoridades especialmente invitadas a par­
ticipar deI seminario sobre Perfeccionamiento de la Administraci6n de Justicia en 
las Américas: ' 
a) Por el Instituto de Direito P\1blico e Ciência Política da Fundação Getulio 
Vargas (INDIPO): 
· Dr. Miguel Gonçalves de Ulhôa Cintra (director deI INDIPO) 
· Ora. Daisy Passarinho Pereira (Asesora de la directoria deI INDIPO) 
· Desemb. Felipe Augusto de Miranda Rosa (Tribunal de Justiça do Estado do 
Rio de Janeiro) 
· Desemb. Joaquim A. V. Penalva Santos (Tribunal de Justiça do Estado do Rio 
de Janeiro) 
• Juez de Derecho Or. Paulo A.S. Fabião 
• Juez de Derecho Or. Luiz Fux 
· Or. Laércio Pellegrino (presidente da Fundação Interamericana de Advogados 
e Consejero de la Federação Interamericana de Advogados) 
· Dr. José Geraldo Garcia de Souza (presidente deI Comitê de Direito Humanos 
da Federação Interamericana de Avogados) 
· Dr. Carlos Henrique de Carvalho Froés (Presidente deI Instituto dos Avoga­
dos Brasileiros) 
· Or. Carlos Mauricio Martins Rodrigues (presidente de la Ordem dos Advoga­
dos do Brasil). 
b) Por la American Society of International Law, de Washington, D.C.: 
· Or. Andrés Barreto 
• Ora. Frances Armstrong 
· Seóora RacheI RiedeI. 
c) Por la Asociaci6n de Magistrados de la Argentina: 
· Or. Héctor Di Tella 
• Correspondiente a la sesi6n ordinaria celebrada en el dia 4 de agosto de 1988. 
R.C. pol., Rio de Janeiro, 32(112):20-63, 1!!/2!! trim.ljan.tabr. 1989 
d) Por la Asociación de Magistrados dei Peru: 
. Dr. Javier de Belaóode 
e) Por la Sección Argentina de la Federación Interamericana de Abogados: 
. Or. José Maria Colombo. 
Actuó en la Secretaría el Or. Renato Ribeiro, Secretario dei Comité Jurídico In­
teramericano. 
Dr. MacLean - Seóoras y seóores, sean ustedes bienvenidos a este Segundo Se­
minario sobre el Perfeccionamiento de la Administración de Justicia en las Améri­
cas, continuación de la que tuvimos, com muchos de ustedes, el aõo pasado en es­
te mismo local gracias a la generosa hospitalidad de la Fundação Getulio Vargas. 
Las reuniones se van a realizar el día de hoy Y de maóana, a las 10 de la maÕ8na, 
cuando discutiremos los temas que están previstos. Para la presentación deI tema 
voy a dar la palabra al ponente principal de esta materia, el Prof. Seymour Rubin. 
Dr. Rubin - Muchas gracias, seóor presidente, y deseo también expresar mi agra­
decimento muy especial a la Fundação Getulio Vargas y al Or. Ulhôa Cintra, 
quien ha sido un generoso anfitrión y que ha cooperado intensamente en esta em 
presa específica. Atrevome a pensar que esa cooperación que nos ha dado se debe 
al interes muy genuíno de la Fundação Getulio Vargas y en particular deI Or. 
Ulhôa Cintra por el asunto, y creo yo que hubiera sido igual ese interes estando 
DOSOtroS aqui presentes o DO. De todos modos, es sumamente placentero para no­
sotros encontramos en este lugar. 
Como cuestión preliminar, deseo también expresar mi agradecimento a algunas 
de las personas que han tomado parte importante en el hecho de poderse realizar 
el presente seminario. Una de esas personas, quien no se encuentra en este instan­
te en la sala, pero que en breve estará con nosotros, y a quien deseo agradecer de 
modo muy particular, es el Or. Renato Ribeiro, cuya ayuda nos ha sido invaluable 
y quien ha cooperado desde todo punto de vista tanto sustantivo como en los as­
pectos administrativos de este asunto. 
Creo de mi deber manifestar, ya desde el inicio, que parte de los gastos inhe­
rentes a la presente reunión, que en C'onsiderable medida han sido asumidos por la 
Fundação Getulio Vargas, son sufragados gradas a una donación que recibio la 
American Society of Intemational Law, realizada merced a la Agencia de Desar­
rolIo Internacional (AIO) deI Gobiemo de los Estados Unidos; cuyo representante 
es la Ora. Frances Armstrong, que todos conocen y que DOS acomp8Õa en el día de 
hoy. 
Quisiera también expresar, en estas mis simples pero muy sinceras palabras ini­
ciales, mi reconocimiento a todos los miembros dei Comité Jurídico Interamerica­
DO, que acogeron con beneplácito la iniciativa que tuvimos el Or. MacLean y yo 
desde hace ya algunos MOS, y que han contribuido generosamente dedicando 
tiempo y atención a estos seminarios sobre la admini~tración de justicia. Además, 
quiero rendir especial tributo a los distinguidos visitantes, tanto de la Argentina 
como dei Peru, que nos acomp8Õan y que han venido desde muy lejos para parti­
cipar como espectadores de esta sesión conjuntamente con los miembros dei Co­
mité Jurídico, asi como a quienes que ya desde hace tiempo vienen trabajando s0-
bre el asunto. Estoy COnIlaDte que vamos a tener un amplio debate, en el cual l0-
dos podcán tomar parte y dar una efectiva contribución a medida que la reunión 
vaya desarrollándose. 
11 Seminário 21 
Finalmente, y a modo de avisos preliminares, se me ha pedido que diga que ha­
brá una recepci6n, en horas de la prima noche, en la residencia dei Consul Gene­
ral de los Estados Unidos. Les pedimos nos excusen por el hecho que las invita­
ciones s610 pudieron ser entregadas en la manana de hoy. 
Creo necesario decir una palabra más, bajo el rubro de asuntos preliminares, 
que me parece importante. Parte de este proyecto ha consistido en obtener la coo­
peraci6n de un gran mimero de instituciones, además de la Fundação Getulio Var­
gas. Una de las instituciones que mucho nos ha ayudado es el Colegio Interameri­
cano de Abogados (Inter-American Bar Association), cuyo presidente es un muy 
distinguido miembro dei Comité Jurídico Interamericano, Dr. Jorge Vanossi; asi 
como también la Fundaci6n dei Colegio Interamericano de Abogados (Inter-Ame­
rican Bar Foundation), que ha laborado intensamente en esta materia y cuyo re­
presentante es el Or. Andrés Barreto, que se encuentra aqui con nosotros, y que 
espero que dentro de poco se sirva decimos algo sobre los trabajos que viene rea­
lizando la Fundaci6n dei Colegio de Abogados. 
No he mencionado nominalmente, entre otras personas, ai distinguido caballero 
que está sentado a mi derecha. No lo he mencionado en mis palabras preliminares 
de agradecimiento porque me parece que, siendo nosotros parte de la OEA, en la 
cual él desempena las altas funciones de Subsecretario de Asuntos Jurídicos, y 
que nos honra con su presencia. Paréceme perfectamente diáfano que la labor dei 
Comité Jurídico Interamericano constituye parte deI programa de la OEA, y por lo 
tanto pienso que sería equivocado dar a entender que el Dr. Caminos y la OEA 
están, como si fuera, aparte deI Comité Jurídico. Nosotros formamos parte de la 
OEA, y paréceme ser esa una raz6n por la cual el Comité Jurídico Interamericano 
puede realizar una labor eficaz en esta materia tan complicada y tan difícil de la 
administraci6n de justicia. Es para mi sumamente grato contar con la presencia en 
nuestra compafua de tan distinguido alto funcionario de la OEA. 
PennCtome entrar ya en la labor dei seminario y, en materia de planes futuros, 
diré que existe un memorándum que, por cortesia y diligencia dei Dr. Ribeiro, ha 
sido presentado en tresidiomas. Es un memorándum que redacté hace ya algt1n 
tiempo y en el cual se expresan mis propias ideas sobre como podría adelantarse 
esta iabor de perfeccionar la administraci6n de justicia. No creo necesario que yo 
lea en su totalidad ese memorándum, aun cuando me percato dei hecho que no ha­
ce mucho tiempo que lleg6 a vuestras manos. Lo que sC quisiera hacer es presen­
tarles un breve sumario de algunos de los puntos principales que contiene, con­
fiando que cuando ustedes puedan disponer de más tiempo podrán leerlo y tal vez 
mafiana, o bien luego más tarde en el dCa de hoy, podamos tener la oportunidad de 
debatirlo con mayor detalle. Apresúrorne a anadir que, em mi opini6n, creo que en 
lo que atafie ai Dr. MacLean y a mi mismo, como correi atores que somos dei Co­
mité Jurídico, estamos nosotros dos aquC pdTa escuchar vuestras opiniones y no 
para darles a ustedes una conferencia. Yo no soy gran experto en este tema es­
pecífico. SC he leCdo mucho sobre la materia, pero no tengo duda que no sé tanto 
como muchos de los que aquC están presentes sobre como perfeccionar la adminis­
traci6n de justicia y ni siquiera sobre la propia administraci6n de justicia. Una de 
las razones por las cuales este seminario fue exitoso el afio pasado, y confío que 
también habrá de serlo en este afio y pueda ser repetido en el futuro, es que hubo 
la participaci6n de muchas personas que en realidad se ocupan de la administra­
ci6n de justicia - jueces y para-magistrados, y otros que directamente tienen parte 
activa en los sistemas de tribunales de justicia y en la administraci6n de justicia 
fuera de los tribunales y las cortes. Por tanto, paréceme que debemos dedicar todo 
22 R.C.P. 1-2189 
el tiempo que nos sea posible para escuchar sus puntos de vista asi como las 
demás personas que están aqui reunidas. 
Seáme permitido ahora hacer un breve sumario deI memorándum que ustedes 
tienen ante si: básicamente, lo que yo trato de decir en ese memorándum es que 
hay tres tareas primordiales que debemos considerar en este seminario específico. 
La primera, y tal Vez en cierto modo la más fácil, consiste en formular una agenda 
para los trabajos futuros en esta materia espec(fica. Pensábamos que nuestra reu­
ni6n serfa mayor que la que estamos ahora. Por di versas razones eso no fue posi­
ble y se convoc6 la presente reuni6n en calidad de anticipaci6n de una reuni6n 
más amplia que se efectuàrfa, si es posible, a comienzos de 1989. Bip.n sea con­
juntamente con la reuni6n dei Comité Jurídico, o bien en otro lugar fuera de Río 
de Janeiro. No lo sé, por ahora; pero fundamentalmente, lo que debemos realizar 
aqu{ es considerar el tipo de labor que deba realizarse. Un aspecto de esa labor es 
convocar una reuni6n a la cual concurran representantes de todos o de casi todos 
los países de América Latina y dei Caribe y quienes estén encargados o implica­
dos en la administraci6n de justicia. Les puedo asegurar, como fruto de mis cono­
cimientos, que la administraci6n de justicia es un tema que despierta gran interés 
en todos los países de las Américas, incluyendo a los países de habla inglesa deI 
Caribe; y en ningun país, que yo sepa, y ciertamente eso es así en el caso de los 
Estados Unidos de América, la administraci6n de justicia se imparte sobre bases 
que son satisfactorias para quienes se interesan profundamente en esa cuesti6n. 
Hay mucha necesidad de mejorar la jurisprudencia de cada país, probablemente en 
todos los países deI mundo, así como en todos los países de las Américas. Y en ta­
les circunstancias podemos pensar en tener una conferencia más amplia. tal vez 
previamente preparada con documentos adicionales y consultando los resultados 
çle esta reuni6n y de la realizada el afio pasado. Ello nos harfa posible examinar 
con bastante detalle y en términos continentales los problemas que tiene la admi­
nistraci6n de justicia y posiblemente podremos llegar a ciertas conclusiones y mé­
todos de c6mo atacar esas cuestiones, a fm de mejorar la justicia que se imparte a 
todos aquellos que se ven afectados por tales sistemas. 
La segunda tarea principal está intimamente relacionada con la primera, refe­
rente a la preparaci6n de una agenda para una conferencia más amplia, y es ver si 
seda posible formular ya sea ciertos principios o ciertos mecanismos que podrfan 
servir de base para tener un intercambio de informaciones más eficaz en materia 
de administraci6n de justicia entre los países de las Américas. Con respecto a este 
punto específico, dirfjome en forma muy especial al Or. Hugo Caminos, porque 
me parece que de todos los organismos disponibles, es la OEA la entidad más 
adecuada para conseguir una amplia distribuci6n de informaciones sobre esta ma­
teria tan importante para los países de América. Pienso, sin embargo, que la coo­
peraci6n de las organizaciones privadas es esencial; cooperaci6n de organismos 
tales como la Fundação Getulio Vargas, la Ioter-American Bar Association, 10-
ter-American Bar Foundation, y hasta la American Society of Iotemational Law. 
Lo que es necesario es hacer accesible a los juristas, los que ejercen la profesi6n 
de abogado, los jueces, y estudiosos deI derecho en todos los países de América, 
informaciones sobre lo que se piensa sobre la materia en los demás países ameri­
canos. No me parece que existe un intercambio adecuado de informaciones ni si­
quiera entre países vecinos. Muy probablemente mis colegas dei Peru y deI Ecua­
dor nos dirão que nos bay un intercambio adecuado, ni siquiera entre esos dos 
países que tienen una extensa frontera común. Sí, creo que deben establecerse me­
canismos, que no preciSa0 ser muy grandes. Tal vez no estareao involucrados di-
11 Seminário 23 
rectamente en la OEA, que ya tiene a su cargo responsabilidades difíciles de cum­
plir. Pero debía existir alglÚl tipo de mecanismo que permitiera que, digamos, los 
jueces de Chile puedan infonnar a cierta fuente de datos: esto es lo que nosotros 
estamos haciendo para perfeccionar el curso de las causas y litigios por nuestros 
tribunales; esto es lo que estamos haciendo para tratar de reducir el nlimero de ca­
sos que se presenum ante nuestras cortes de justicia; esto es lo que estamos ha­
ciendo con la finalidad de perfeccionar la administración de justicia. l.Qué le pa­
rece a usted? l.Qué comentarios tendrCa usted? l.Ha tenido usted alguna experien­
cia análoga? (,Ha tratado usted este modo de proceder y ha encontrado usted que 
es bueno, maio o indiferente? Ese tipo de mecanismo, em roi opinión, necesita te­
ner cierta organización simple cuya labor serCa la tarea de intercambiar informa­
ciones y promover la investigación en el área deI perfeccionamiento de la adminis­
tración de justicia, u todo eso lo digo en roi memorándum, como constitutivo deI 
segundo aspecto principal que me agradaria ver desarrollado por nosotros. 
EI tercer aspecto principal de la agenda que se sugiere es la realización de un 
proyecto específico. Son numerosos los proyectos que están comprendidos con la 
finalidad general de mejorar la adroinistración de justicia en las Américas, pero 
paréceme necesarlo comenzar por algun punto y tal vez sería dtil que ese coroien­
zo fuese el intercambio de informaciones entre jueces y de informaciones sobre la 
administración de justicia dentro de los diferentes países. Ya existe bastante ÍDter­
cambio que se efectda mediante visitas: jueces que vienen a los Estados Unidos en 
determinadas ocasiones, ya sea como participantes de conferencias o bien en cali­
dad de invitados especiales, y no tengo duda que eso también ocurre en otros paí­
ses. Pero existen ciertos problemas que son comunes y que deben ser enfrentados 
por jueces y por quienes constantemente tienen que decidir litigioso Uno de esos 
problemas es la cuestión muy simple de tener adecuado acceso a los archivos y Ie­
gajos de los procesos: cómo podrCa facilitarse el mantenirniento dei archivo de la 
documentación que se presenta ante jueces y tribunales. (,Qué tipo de computari­
zación ha dadodtiles servicios en uno u otro país? (, Qué posibilidad y facilidad 
existen en algunos de los países de América en el sentido de resolver ciertos pro­
blemas por medio de la computación? (,Son los computadores instrumentos dema­
siado sofisticados, caros, para realmente cumplir las funciones que deben realizar? 
En otras palabras, {,qué metodología se debe usar en los diferentes países de las 
Américas para mejorar el simple manejo de los casos a medida que transitan por 
los tribunales? Y afiadirCa yo a esa cuestión tan fundamental, pues me parece, in­
dudablemente en lo que atafie a los Estados Unidos y posiblemente también en 
otros países, la cuestión de una metodología que podrCa utilizarse para evitar que 
muchos de los casos sean sometidos a las cortes de justicia. Nuestros propios tri­
bunales en los Estados Unidos están terriblemente atestados de procesos que de­
manda0 la administraci6n de justicia. Una de las soluciones posibles para evitar 
esa situación, por lo menos una soluci6n parcial, es tratar de arbitrar métodos de 
evitar la presentación de los casos ante los tribunales, o sea resolver las cuestiones 
de algun modo antes de que se lIegue a la de litis. Luego haré una referencia ai 
respecto citando un ejemplo específico. 
Quisiera concluir esta ya extensa intervención ofreciéndoles dos ejemplos es­
pec(ficos sobre el punto al cual me estoy refiriendo. Uno dice relación con el in­
tercambio de informaciones. Mencioné el hecho, el afio pasado, que la American 
Judicature Society, organización que estuvo aqu( representada en nuestra reunión 
dei afio pasado (y que infortunadamente no pudo concurrir a la presente, porque 
está precisamente en esta fecha efectuando su reunión anual), es una organización 
24 R.C.P.I-2/89 
que fue fundada hace ya casi 85 anos, y está compuesta por eminentes jueces, 
abogados, profesores de derecho, investigadores, etc. en los Estados Unidos, con 
la ónica finalidad de perfeccionar la administración de justicia en mi país. Uno de 
sus órganos publica una revista con el nombre de "Judicature". Tengo aqu( en mi 
poder dos ejemplares de esa revista, que tendré mucho gusto en ofrecer a quienes 
deseen examinarlos. Fundamentalmente, lo que hace esa revista es informar a los 
miembros de la judicature society y al numeroso póblico que lee dicba revista, s0-
bre lo que acontece en materia de capacitación y adiestramiento de jueces, de cur­
sos para abogados para la mejor pÍ'esentación de los casos, sobre las posibilidades 
de aplicar métodos de mediación y conciliación o de arbitraje, en vez de recurrir 
a litigar ante los tribunales, etc. En otras palabras, es la revista un vehículo de in­
tercambiar informaciones y de comunicar las investigaciones que han realizado 
los abogados o los jueces en su práctica forense, y hacer que el póblico lector par­
ticipe de los beneficios de esas investigaciones y pueda hacer comentarios sobre 
los acontecimientos. Es este, pues, un ejemplo específico de lo que yo pienso que 
podrla hacerse. Como ya he dicho en diversas ocasiones anteriores, no soy yo de 
opinión que el ejemplo de los Estados Unidos.es tal que necesariamente debe ser se­
guido en todas partes dei mundo, bien sea en la América Latina, en ~a Unión So­
viética, o en la luna. Pero s( creo yo que este es un modelo que merece ser consi­
derado por nosotros como un medio de abordar el problema de intercambiar in­
formaciones, de intercambiar ideas, y de notificar a otros sobre lo que está ocur­
rielldo. Exige cierta medida de trabajo el organizar una revista de ese tipo, y tal 
vez una revista podrla constituir algo demasiado ambicioso en su primera fase, pe­
ro algo que pudiera ser equivalente, como una hoja con informaciones, algo as( 
como un boletm que servida para que jueces, profesores, etc. pudiesen intercam­
biar ideas, lo que seda - en mi opinión - un paso inicial sumamente ótil. 
EI otro ejemplo específico que quisiera presentarles es un documento que ya ba 
sido distribuido Y cuyo título em inglés es Multi-door dispute resolution programo 
Creo que se trata de un programa que merece ser mencionado, pues se refiere es­
pecíficamente a la posibilidad de aliviar el congestionado elenco de casos ante los 
tribunales mediante la utilización de un mecanismo que nos sea la litis judicial. El 
Multi-door dispute resolution program ha sido adoptado en el Distrito de Colum­
bia, donde yo resido, y también existe un programa semejante en otros dos esta­
dos, aunque no exactamente el mismo. Tnttase de un método mediante el cual la 
Corte de Justicia dice a los litigantes que acuden ante ella - i,Por que no trata0 us­
tedes de resolver sus diferencias por la via de la mediación o dei arbitraje antes de 
interponer ante la Corte el proceso formal dei litigio? En los casos sobre los cua­
les tengo mayores conocimientos, como son los dei Distrito de Columbia, lo que 
ba ocurrido es que en casos relativamente de poca monta - el método no se aplica 
en los casos de mayor cuantía - la Corte exige que las partes en controversia con­
sulten un mediador, mediador este que no tiene ninguna autoridad para imponer 
ningÓD tipo de solución, sino que dicho mediador escucba a ambas partes y dis­
pués vé si existe algón modo de conciliar la diferencia y llegar a resolveria sin que 
la contienda vaya al juez. Ese programa, por lo menos en aquellos casos en que no 
bay por medio una suma de dinero considerable, ha tenido bastante éxito y en casi 
80% de los casos, una vez referida la cuestión ai proceso de mediación, la dife­
rencia ha sido resuelta sin necesidad de ir ante el tribunal. Una vez alcanzada la 
solución, se le comunica al tribunal que en ese caso declara terminado el litigio y 
se termina la contienda. Ello libera al juez y al sistema de tribunales de un nÓIDero 
inmenso de casos que, si as( no fuera, tendrf'an que serles sometido, y se llega a 
II Seminário 25 
soluciones bastante satisfactorias para las partes interesadas. Tengo aquí un pe­
queõo folIeto que ha traído y que podrla ser un ejemplo dei tipo de programas es­
pec(ficos que podría ser patrocinado bien sea por esta u otra conferencia ulterior. 
Asi pues, la publicaci6n de un boletCn, algo asi como la revista Judicature como 
medio de infonnaci6n para intercambiar infonnaciones e investigaciones, y la uti­
lizaci6n dei programa de mediaci6n y conciliaci6n que busca evitar que se entable 
un completo proceso litigioso, constituyen dos ejemplos deI tipo de actuaci6n que 
en mi opini6n podría el seminario considerar. Abora, voy a liberar a ustedes de 
continuar escuchándome, e invito al Dr. MacLean a que se sirva dirigir los deba­
tes. Muchas gracias. 
Dr. MacLean - Muchas gracias, Dr. Rubin. Por mi parte quiero anadir un punto 
más a lo que podría ser un tema central de discusi6n dentro de la agenda de este 
semioario o dei semioario mayor que se programa para el pr6ximo ano. Que, 
además de todos estos puntos tan importantes que ha mencionado el Dr. Rubin, en 
el cual la infonnaci6n y la falta de elIa desempeõan un papel principal(simo ya 
que, en los países de América Latina, es más fácil encontrar infonnaci6n sobre la 
justicia en los Estados Unidos, en Francia, en Inglaterra, en Alemania o en Italia, 
que encontrar infonnaci6n sobre lo que está pasando en los países vecinos. 
El segundo problema es el vinculado con el desprestigio social de la admiois­
traci6n de justicia en muchos países de las Américas. No me refiero a problemas 
como la iomoralidad, la corrupci6n, sino me refiero a problemas centrales, como 
la falta de eficiencia en la fonna c6mo la justicia protege al individuo. La justicia 
y una admioistraci6n correcta de justicia es algo principal y preponderante para el 
manteoimiento de la democracia en las Américas. El mantenimiento de la demo­
cracia, el prestigio de la democracia, exige una administraci6n de justicia eficien­
te, y dentro de ella uno de los puntos al que, creo yo, hay que prestar especial 
atenci6n es el dei acceso a la justicia. En muchos casos - y hablo aquímás que 
nada con la experiencia de mi pr6pio país -, un habitante promedio, un ciudadano 
comun y corriente sufre un accidente o un dano por el descuido o negligencia de 
otro habitante. El reclamar ante la justicia por un abuso de poder, por un abuso de 
derecho, por la causa de un dano, significa, entre la inflaci6n, la demora y la ine­
ficiencia de la justicia, tal costo en dinero y tiempo que muchas veces s~ renuncia 
a reclamar y absorver el dano para evitarse pérdida de tiempo, de dinero y de un 
esfuerzo preciosfsimo para recuperar una suma que no representa el daõo efecti­
vamente sufrido. Este es uno de los aspectos de una deficiencia en la administra­
ci6n. El otro es el acceso real, econ6mico y físico, es decir. Muchas veces hay 
grandes partes en nuestras empobrecidas poblaciones que no tienen un acceso real 
a la justicia. Tienen un acceso a la justicia en el papel. La constituci6n les da el 
derecho, las leyes les dan el derecho pero, en la práctica, simplemente no existe 
este acceso por dificultades geográficas, lingüísticas, econ6micas, culturales, etc. 
Creo que la preservaci6n de la democracia en las Américas a través, precisamente, 
de una correcta administraci6n de justicia, es uno de los puntos que nos debe 
preocupar principalmente. Yo creo que hay un desgaste natural en el prestigio de 
la democracia si el habitante comun y corriente no siente que se encuentra prote­
gido frente al Estado, frente a los más poderosos, por un podt;l judicial que cum­
pIa con su funci6n social. Creo también que un tercer punto que debemos contem­
plar en una forma especial dentro de este seminario, o el próximo, es la metodo­
logra para llevar a cabo este programa de perfeccionamiento de justicia en las 
Américas. Dentro de grupos nacionales ya algo se ha avanzado. En mi país hace 
diez anos con desigual intensidad, tenemos un programa, que está marchando, so-
26 R.C.P.I-2/89 
bre reforma en la administraci6n de justicia. Otros países, como Argentina, tienen 
un programa en que también se ha desarrollado bastante. No conozco lo suficiente 
acerca de otros países, aparte dei experimento que se está realizando ahora en 
Centroamérica. Yo creo que el tratamiento de un proyecto, ya más ambicioso, para 
todo el continente, requiere una metodología especial y particular que debe ser 
analizada. Entonces, creo que este punto también debe ser tratado en la agenda. 
Muchas gracias. 
Ahora, yo darla la palabra a las personas que quieran comentar sobre los puntos 
que ha expuesto el Dr. Rubin, de manera que queda abierto el debate. 
Dr. Rubin - Me pennito sugerir que el Dr. Barreto podría quizás decirnos algo 
sobre la labor que viene desarrolando la Fundaci6n Interamericana de Abogados. 
ÉI dirige hace algán tiempo un programa de dicha Fundaci6n. 
Dr. Barreto - Primero, en nombre de la Fundaci6n Interamericana de Abogados, 
quiero agradecer al Comité Jurídico Interamericano y especialmente ao Prof. Ru­
bin, el haberle pennitido participar, a la fundaci6n, para dar a conocer el programa 
de colaboraci6n con las asociaciones y colegios de abogados de Centroamérica, 
Panamá y la Repdblica Dominicana. Para .beneficio de quienes no estuvieron pre­
sentes el afio pasado en esta reuni6n, quisiera hacer una breve historia dei pro­
grama, dei origen de este programa. EI afio de 1985, la Agencia para el Desarrollo 
Internacional de los Estados Unidos otorg6 a la Fundaci6n Interamericana de 
Abogados una donaci6n para llevar a cabo un programa de fortalecimiento de los 
colegios y asociaciones de abogados y tratar de mejorar o enaltecer un poco la 
profesi6n legal. Este programa sería parte dei programa global de mejoramiento de 
la administraci6n de justicia. La fundaci6n comenz6 su programa mandando un 
cuestionario a los diferentes colegios y asociaciones de abogados de la regi6n, pa­
ra saber cuál era la situaci6n, qué necesidades tenfan, qué programas estaban lle­
vando a cabo, cuál sería el potencial y qué se podría realizar. Debo decir, con un 
poco de pesar, que ninguno de los países contest6 al formulario. EI dnico fue 
Honduras. Después, tuvimos que obtener la informaci6n personalmente. EI pro­
grama comenz6, como lo han mencionado el Prof. Rubin y el Dr. MacLean, con 
uno de los problemas más serios que hay, la falta de informaci6n entre los países, 
en el caso de Centroamérica. No habfa contacto de ninguna clase entre los profe­
sionales, en forma organizada, solamente contactos esporádicos de abogados prac­
ticantes que se encontraban, en algun momento dado, por cuestiones de negocios 
o en alguna conferencia. Pero no habfa informaci6n de ninguna clase respecto a 
los adelantos que estaban haciendo o a los problemas que sucedfan. Entonces, se 
pens6 en organizar unas conferencias regionales, conferencias anuales en que par­
ticiparían cada uno de los colegios y asociaciones de abogados. La primera confe­
rencia tuvo lugar en San José; después en Panamá, en el afio de 1986, se organiz6 
otra conferencia, luego en Guatemala en 1987 y en Honduras en 1988. En estas 
conferencias se pudo observar un interés muy grande entre los participantes, que 
ya habfan cambiado a través de las diferentes renovaciones de juntas directivas, en 
tratar de desarrollar algunos programas referentes, principalmente, al mejoramien­
to de la educaci6n legal, por medio de reforma de la penswn, hacer que los cole­
gios de abogados se convirtieran en guardianes de la legalidad, que participaran 
más o que tuvieran alguna participaci6n, porque en algunos casos no tenfan nin­
guna participaci6n para beneficio de la comunidad e incluso de la profesi6n. Se 
busc6 establecer una colegiaci6n obligatoria, los cursos de educaci6n legal popu­
lar y educaci6n continuada para los abogados, para refrescar los conocimientos. 
Especialmente, este programa, iba dirigido hacia los abogados de provincia, que 
11 Seminário 27 
viven aislados de los centros donde la informaci6n legal es más accesible. Uno de 
los programas que se encontro fue c6mo llevar a cabo estos programas y asegurar 
la continuidad. Está muy bien celebrar conferencias, pasar resoluciones, pero cor­
ria el peligro de que se quedaran las resoluciones en resoluciones, en papel, nada 
más. La fundaci6n nombr6 un coordinador de actividades en cada uno de los paí­
ses. Este coordinador es formalmente un abogado joven que ha demostrado, en 
una forma o en otra, interés en el gremio y esta persona se ha encargado de tratar 
que haya una continuaci6n en los programas. Se presentaba el caso en que cambia 
ma junta directiva de un colegio y la junta cambia totalmente porque no hay los 
términos alternos, como existen en las empresas o existen en otros colegios de 
abogados, entonces cambia todo el mundo y la junta nueva se olvida de los pro­
gramas que había iniciado la anterior. A través de este coordinador se ha asegura­
do la continuidad de algunos de los programas. No vale la pena mencionar el de la 
educaci6n legal continuada, que se está lIevando a cabo en, prácticamente, todos 
los países, en algunos casos con algunos altibajos pero continúa. Luego también el 
de la educaci6n legal popular. Este ha sido un poco más difícil. En parte yo creo 
que porque los mismos abogados, algunas veces, no se han dado cuenta que una 
poblaci6n que está consciente de sus derechos y porque está familiarizada sabe 
c6mo acudir a un tribunal en un momento dado, en muchos casos no acuden a la 
justicia por ignorancia, otras por las dificultades que mencionaba el Or. MacLean. 
Es decir, una poblaci6n que está bien enterada de c6mo funciona la justicia, de la 
accesibilidad a la justicia, utiliza más los servicios de la profesi6n. Ha sido difícil 
que los abogados caigan en cuenta de esto. Luego, para lIegar a programas que 
fuesen un poco más al fondo deI problema, como seria el de la educaci6n legal, el 
de las reformas a los estatutos de los colegios de abogados, aquí se encontro con 
un problema muy difícil, porque cualquier sugerencia era tomada como una intér­
venci6n indebida en losasuntos internos de las organizaciones. Entonces, a través 
de las conferencias, siempre se pensó en el establecimiento de una secretaria per­
manente para que tratara de llevar um record de lo que sucedía, y que tuviera las 
funciones de la secretaria. La Fundaci6n Interamericana no lo lIeg6 a hacer, por­
que se ha buscado mantener una presencia muy discreta. Pero, de parte de los co­
legios sali6 la iniciativa de crear una federaci6n de colegios y asociaciones de 
abogados de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana. Esto se cre6 el 
ano pasado en Guatemala. Como hubo muchas dificultades, se pensaba que podria 
convertirse en una organizaci6n y que quedat1a en el papel, nada más, pero por 
fortuna en una reuni6n, en junio de este ano, los colegios decidieron aprobar un 
presupuesto. Se pusieron de acuerdo respecto a la sede, esto ya se había aprobado 
en Honduras, y la federaci6n comenz6 a funcionar con una secretaria ejecutiva en 
Guatemala. El I!? de agosto, es decir, hace unos tres 6 cuatro días se posesion6 la 
secretaria ejecutiva, una abogada muy capaz, muy entusiasta y buena conocedora 
de los problemas. Se espera que la federaci6n sea el vehículo por el cual se pueda 
intercambiar infonpaci6n con mayor facilidad y se puedan introducir algunos de 
los cambios que, de otra forma, seria muy difícil por lo que mencionaba antes de 
la intervenci6n indebida. Entonces, es decir, estas iniciativas salen ya de la fede­
raci6n, es algo diferente. Hay bastante entusiasmo y los coJegios han aportado al­
go muy importante, han demostrado con dinero que están interesados en que la fe­
deraci6n exista. En un principio buscamn la ayuda de la fundaci6n, es decir, si la 
fundaci6n le da la vida a esa organizaci6n, el día que la fundaci6n se retire posi­
blemente se acaba la organizaci6n. Entonces, por esto se pensó que lo mejor seria 
que ellos mismos la ayudaram. Como dije antes, aliá tiene oficinas propias, tiene 
28 R.C.P.I-2/89 
un presupuesto; yo creo que este es un avance muy positivo. AI mismo tiempo, 
tratando de buscar un medio de informaci6n, debo decir que pasaban casos muy 
curiosos, por ejemplo, especificamente en Guatemala han organizado seminarios 
muy importantes para los cuales han invitado a conferenciantes de países tan leja­
nos como Espana y Argentina. Son conferenciantes de primera categoda, van a 
Guatemala, el colegio de abogados de Guatemala les paga los honorarios, gastos 
de transporte, todo eso, y en los países vecinos no se conoce la presencia de estos 
conferenciantes. Entonces, se pensó que a través de un boletÍD infonnativo se 
anunciarían estos eVentos con antecipaci6n para aprovechar la presencia de confe­
renciantes en otros eventos que sucedieran, y as( llevar a los conferenciantes a 
otros países dentro de la regi6n, con costos muy bajos. Esto ya está sucediendo, y 
se ha hecho basicamente a través de un bolet(n informativo que lo están publican­
do. Honduras lo ha publicado hasta el momento, pero ya comienza a publicarlo la 
federaci6n. El pr6ximo múnero será publicado por la federaci6n y aqu( se anuncian 
estos eventos. Ustedes saben lo difícil que es, a veces, publicar un bolet(n informa­
tivo. La gente cree que es muy fácil, pero las dificultades son muy grandes, como 
tener la informaci6n a tiempo. Más o menos, esto es lo que ha venido pasando. 
Debo mencionar también que en la última conferencia, que tuvo lugar en Hondu­
ras, se resolvi6 darle un carácter un poco diferente y habiendo estado en contacto 
ya con la Sociedad Americana de Judicatura se pens6 en tratar de introducir esta 
idea en Centroamérica, con todas las diferencias deI caso. Entonces, la fundaci6n 
invit6 a un representante de la Sociedad Americana de Judicatura, una juez deI 
condado de Los Angeles en Califomia, amiga dei Dr. MacLean, que fue a la con­
ferencia y en su disertaci6n, a pesar de que la pronunci6 en espanol con algunas 
cuantas dificultades y era un poco larga, despert6 un interés extraordinario. Los 
comentarios a su conferencia duraron alrededor de 45 minutos. Entonces, después 
de esta conferencia sobre la Sociedad Americana de Judicatura, se le invit6 a la 
juez, Shirlen es el nombre, a que fuera a El Salvador para que se reuniera con al­
gunos abogados, y asC lo hizo. En El Salvador hay un grupo de abogados que tra­
ta0 de, pnmero, estar en contacto estrecho con la Sociedad de los Estados Unidos. 
También hao tratado de formar un grupo - o ya lo han fonnado - de gente que se 
interese más en lo que es la administraci6n de justicia y c6mo se la puede mejorar. 
Creo que es una idea que, poco a poco, se abre campo. Otra cosa, también im­
portante, que sucedi6 en la reuni6n de Honduras, y no directamente relacionada 
con el problema de la administraci6n de justicia, fue el haber invitado a un confe­
renciante para que hablara sobre el papel que la profesi6n puede desempeõar en 
el mejoramiento econ6mico y social y la integraci6n centroamericana. Para esto, la 
fundaci6n invit6 a un eminente hondureõo - algunos de ustedes conocen al Dr. 
Roberto Ramirez - que ha sido presidente de la Corte Suprema de Justicia y ha 
tenido posiciones muy importantes. Los problemas pueden continuar y en el fondo 
si las condiciones en Centroamérica no se tratan de corregir, los problemas van a 
continuar, los problemas ya violentos. El Dr. Ramirez consider6 que hasta cierto 
punto el fracaso deI mercado común centroamericano, y de algunas de las entida­
des creadas para la integraci6n, se debCa a que los abogados no habCan participado 
y que todo se entreg6 a manos de economistas. Entonces, en la conferencia apro­
baron que la federaci6n deberCa servir de consultora para ayudar a la ejecuci6n de 
los tratados de Esquifulas y también para buscar mejorar la integraci6n de los paí­
ses. No se s( ustedes quisieran oCr un poco respecto a cada uno de los países, una 
breve discripci6n de algunos de los problemas. Muchas gracias Dr. MacLean. Si 
hicieran alguna pregunta, me sentida complacido en contestarIas. 
11 Seminário 29 
Dr. MacLean - Después de haber escuchado las palabras deI Dr. Andrés Barreto, 
yo creo que seóa sumamente interesante si pudieramos escuchar la perspectiva de 
participantes de otros países, de otras instituciones en el problema de c6mo enfo­
car los temas propuestos por el Or. Seymour Rubin para la discusi6n el día de hoy 
y maiiana. Tiene la palabra el Dr. Pellegnno. 
Dr. Pellegrino - Senhor presidente, senhores membros da mesa, meus eminentes 
colegas. As informações dadas pelo Dr. Rubin confirmam o ideal que nos trouxe 
hoje aqui a esta reunião. E um segundo encontro que está dando as bases na busca 
do aprimoramento da administração da justiça nos países americanos. Atendendo, 
senhor presidente, à sugestão do diligente Secretário da Comissão Juódica Intera­
mericana, Dr. Renato Ribeiro, trouxemos, inclusive, como colaboração dos advo­
gados brasileiros, na minha condição de presidente da Seção Brasileira da Inter­
American Bar Association; de conselheiro da Inter-American Bar Association e de 
vice-presidente da Inter-American Bar Foundation, uma proposição por escrito, 
para facilitar os nossos trabalhos, porque entendemos, senhor presidente. que cada 
um de n6s devemos dar uma contribuição para que ela possa ser debatida, estuda­
da no sentido prático e objetivo, que é a obtenção do aprimoramento da adminis­
tração da justiça nos países americanos. A nossa sugestão, vou passá-la às mãos 
de V.Excia. Ela diz respeito ao aspecto ético da justiça. Entendemos que o mundo 
atual passa por uma crise moral em vários segmentos da sociedade. Ignorar este 
fato, senhor presidente, seria uma hipocrisia, e n6s que aqui estamos, somos ho­
mens francos, leais, independentes e temos que falar da realidade que o mundo 
moderno enfrenta atualmente. Precisamos trabalhar sobretudo para que a crise mo­
ral não atinja a justiça, porque no dia em que isto acontecer, nada mais restará aos 
jurisdicionados. Então, a proposição que vou passar às mãos de V.Excia. trata, 
como disse, doaspecto ético da justiça. Ela tem o seguinte texto: 
"Objetivando o ape.feiçoamento da administração da justiça nas Américas, não 
podemos olvidar o seu aspecto ético. 
Seria hipocrisia de nossa parte se não focalizássemos esse ponto, o qual está a 
preocupar aos que militam na justiça. 
É dever dos advogados brasileiros, expresso no seu Estatuto (Lei Federal n'.! 
4.215, de 27 de abril de 1963, art. 87, n~ VIII), velar pela dignidade da magistra­
tura. Essa obrigação é inerente ao nosso exercício profissional, pois uma magis­
tratura irrepreensível na sua parte ética é a maior garantia para a validade do pro­
cesso. 
Sabemos que casos têm ocorrido e se repetido de muitos que ingressam na ma­
gistratura sem possuir a necessária base moral para o exercício de tão nobilitante 
profissão. 
Constantemente chegam ao nosso conhecimento fatos desabonadores praticados 
em vários países americanos por magistrados, os quais põem em risco o prestígio 
da justiça perante os jurisdicionados. 
A crise moral que está, nos dias atuais, corroendo as instituições, lamentavel­
mente, ameaça a pr6pria justiça. Ao juiz, não são apenas necessárias a cultura e a 
inteligência, mas, sobretudo, a ética. 
Por isto, propomos medidas tendentes à salvaguarda da ética na administração 
da justiça nas Américas, com a adoção de remédios eficazes em tal sentido, como, 
por exemplo: 
a) incentivar a criação de escolas de magistrados, com cursos preparat6rios para 
o exercício da magistratura; 
30 R.C.P. 1-2189 
b) um maior estágio probat6rio, para os juízes em início de carreira, a fim de 
que sejam melhor observados; 
c) fortalecer os 6rgãos superiores da justiça, a fim de que exerçam a sua ativi­
dade fiscalizadora e punitiva com o máximo rigor, no tocante aos juízes desprepa­
rados moralmente para o exercício da judicatura". 
Cremos, senhor presidente, que essa é uma colaboração que deve ser debatida 
principalmente porque estão participando da nossa reunião eminentes magistrados 
brasileiros, e que por certo saberão que essa nossa colaboração objetiva, acima de 
tudo, velar pela dignidade da nossa magistratura, não apenas no nosso País, mas 
em todo o continente americano. Porque não podemos ignorar esses fatos que 
estão ocorrendo, e os eminentes magistrados brasileiros que aqui se encontram, 
eles, que cultuam a L1igniLlade - conheço-os a todos, sabemos serem homens da 
melhor estatura moral -, sabem que essa é uma missão que cabe aos advogados 
como auxiliares LIa Justiça. Era esta, senhor presidente, a proposição que, enten­
demos, colaborará com uma melhor aLlministração da justiça nas Américas. Muito 
obrigado. 
Dr. MacLean - l\1uchas ('racias. Dr. Pelkgrino. La mesa ha recibido el texto de 
la ponencia y va hacerla distribuir oportunamente. Tiene la palabra el Dr. Di Tel­
la, de Argentina. 
Dr. Di Tella - Seiior presidente, con evidente ligereza me atrevo a dirigim.e a es­
ta reuni6n, debido a mi inexperiencia anterior en reuniones de este carácter. Lo 
quiero hacer, porque la temática dei serninario tiene una importancia muy grande, 
no solo para nuestros países sino en el âmbito personal. Yo soy magistrado en la 
Argentina y todo aquello que se refiera a una mejor administraci6n de justicia, me 
toca directamente. Yo quiero enfocar las breves palabras que voy a pronunciar 
desde el punto de vista de la magistratura. Acá, los distinguidos colegas Barreto y 
Pellegrino, que han hecho uso de la palabra para corroborar la evidente intenci6n 
de esta reuni6n, de apoyar la ponencia dei Prof. Rubin y lo expuesto por el seiior 
presidente, justamente lo han hecho desde el punto de vista de los abogados. Yo 
lo voy a hacer desde el punto de vista de los magistrados, que somos abogados 
también, aunque tengamos prohibido ejercer la profesi6n; o la ejersamos de una 
forma an6mala. Los jueces, enfrentamos los problemas de la justicia un poco cos­
treiiidos por un hábito que es el de encerramos en nuestros despachos y perder la 
noci6n de la estructura. No lo digo como defecto absoluto, porque esto no es algo 
total, pero sí una tendencia. 
Creo que para un posible futuro seminario la propuesta dei Dr. Rubin, con res­
pecto a los medios de comunicaci6n y mutua informaci6n y el otro tema también 
es importante, además, no se puede pretender abarcar mucho en una reuni6n limi­
tada. Pero sf creo que, desde el punto de vista de los magistrados, podemos hacer 
saber de que colaboramos en algun sentido con estas intenciones positivas de 
crear, en el âmbito americano, medios válidos para el mejoramiento de la adminis­
traci6n de justicia. Yo integro una asociaci6n de magistrados de la justicia federal 
argentina, soy su presidente, que hace 60 aíios fue. fundada y labora por el perfec­
cionamiento tanto de la estructura judicial como la deI nivel de la magistratura y 
de los funcionarios de la justicia. Tanto es as( que mantiene, con respecto a esa in­
fraestructura, una escuela de capacitaci6n judicial para el personal, que es gratui­
ta, la sostiene la asociaci6n nuestra, y los diferentes tribunales le han concedido a 
los títulos que otorga, valor para la carrera de los empleados. Pero también pre­
tende, como bien dijo acá el Dr. Pellegrino, trasladarse ai âmbito deI perfecciona­
miento dei nivel de los magistrados, por medio de un instituto, que acaba de ser 
!! Seminário 31 
fundado el 26 de mayo, que se va a encargar de cursos especiales para perfeccio­
nar magistrados y funcionarios. Integra también otra institución, que desgraciaua­
mente no la encuentro presente acá, que es la Federaci6n Latinoamericana de Ma­
gistrados, que si bien es sectorializada porque no abarca toda América, es una ins­
tituci6n que tiene más de 11 afios de antigüedad y realiza congresos anualmente. 
EI próximo va a ser realizado en Buenos Aires, a fines de septiembre. Se caracte­
rizan por un aspecto interno, por supuesto, pero también científico. Se dan confe­
rencias y debates. También nuestra asociaci6n con la voluntad de mantener v(ncu­
los de carácter general con Brasil, por ejemplo, pertenece a la Uni6n Internacional 
de Magistrados que realiza congresos anuales. EI pr6ximo va ser ahora en agosto, 
en Berlin. 
Senor presidente, yo habfa intentado sintetizar lo que pueden ser los sucesivos 
temas que se pueden ir buscando para tratar, si esta voluntad dec ooperaci6n sigue 
tloreciendo como hasta ahora, en estas dos reuniones que han hecho para el per­
feccionamiento de la administraci6n de justicia. Hay que estudiar sobre la estruc­
tura judicial en general, que tiene particularidades en el ámbito americano, los 
países federales y los países unitários, donde hay superposición o, a veces, poca 
posibilidad de que se pueda proyectar hacia los jueces estaduales - en mi país, 
provinciales - las posibilidades que pueda crear este tipo de seminario. Otro de 
los aspectos que creo que tienen que ser objeto de estudio en el futuro es c6mo 
están estructuradas las diferentes justicias. Por ejemplo, viendo de menor hacia 
mayor, las justicias de menor cuantfa o vecinales, creo que acá Brasil ha intentado 
un paso en ese sentido, y en Argentina hay un proyecto que no sé qué suene ten­
drá. Después, la posibilidad de doble instancia o instancia única, porque esto se 
relaciona con alguna discusión, en mi país superada creo, sobre la afectación deI 
derecho de defensa en juicio, si no existe doble instancia. La estructura de esos 
tribunales; si conviene la especializaci6n. Por ejemplo, en mi país tiende a la es­
pecialización. 
No sé si va a ser un medio conveniente mantener la especializaci6n o tender a 
los tribunales de competencia mdltiple. Luego, el funcionamiento de los tribunales 
supremos que es algo importantfsimo. Las vias para lIegar al tribunal supremo, la 
competencia originaria que pueda tener; el poder de superintendencia que tenga y 
la capacidad de avocación. En mi país hay un proyecto de ley en marcha, muy im­
portante, para otorgarle poderes de avocaci6n o de desestimaci6n de oficios de 
cuestiones planteadas al tribunalsupremo. Por último, lo que se refiere a la in­
fraestructura, que se manifiesta en el ámbito presupuestario, en el ámbito físico 
donde trabajan los tribunales. En mi país, en verdad hay gran deficiencia en ese 
sentido, tanto por la cantidad como por la calidad deI personal y los medios técni­
cos que se puedan acercar para un mejor funcionamiento. Por ejemplo, ahora te­
nemos abierto el ámbito de la informática que evidentemente puede lIegar a mejo­
rar y perfeccionar mucho, tanto para atenci6n y trámite de las causas como para 
que el magistrado y funcionario puedan desarrollar mejor su trabajo. Hay otro ám­
bito, también importante, que es el regime que rige a la magistratura. Es muy im­
portante, lo reitero, porque la designación de los magistrados, inclusive de los 
funcionarios, y la posibilidad de una carrera judicial es uno de los elementos para 
asegurar al justiciable una buena administraci6n de justicia. Un magistrado, que es 
periodicamente objeto deI problema de volver a obtener su confinnaci6n, porque 
no existe una estabilidad por vida, puede ser que en países de alto desarrollo no 
implique mayor consecuencia, pero en países de inestabilidad esto implica para el 
justiciable atar al regimen de justicia. 
32 R.C.P. 1-2189 
En principio habrla que analizar con profundidad este problema. Esta estabili­
dad tiene que estar relacionada también, por supuesto, con un sistema de remoción 
eficiente, o sea, un sistema que le dé al magistrado la posibilidad de ejercer su de­
fensa en forma válida, y ser juzgado a un nivel que no dependa de vaivenes políti­
cos. Otro de los aspectos: las causales para la remoción. Su buen desempeõo o 
mal desempeõo puede significar la permanencia o la salida. La eficiencia: un juez 
ineficiente no tiene que permanecer en el cargo. La eficiencia se manifiesta por su 
capacidad para enfrentar la tarea que le ha sido encomendada. Y por l1ltimo, algo 
que se habló en el congreso de Dublin, de la Unión Internacional, el MO pasado: 
las condiciones personales deI magistrado, que se abarcaron desde dos puntos de 
vista - las condiciones personales pl1blicas y las privadas. El aspecto fue muy in­
teresante, porque se llegó a sostener de que si su actuación privada no estaba de 
acuerdo con determinados parámetros mínimos, no debía permanecer en eI cargo. 
Otro de los aspectos importantes cs la responsabilidad deI magistrado por su ac­
tuación, que se puede dar en dos planos: .la responsabilidad deI Estado directa y 
l1nica, como sucede actualmente en mi país en general por efecto de la jurispru­
dencia fundamentalmente, o coadyuvante, o ai mismo tiempo, la responsabilidad 
personal. 
Todos sabemos que hace poco realizó un plebiscito en ltalia que desgraciada­
mente incluyó varios temas y entre ellos uno era la posibilidad de que los jueces 
respondieran en forma personal por los errores cometidos en el ejercicio de sus 
cargos. El resultado fue favorable a que tuvieran responsabilidad. Con lo cual, los 
jueces argentinos empezamos a pensar en los problemas que vamos a tener en el 
futuro. Por l1ltimo, algo que mencioné al principio en este punto es el perfeccio­
namiento permanente de la magistratura. Otro tema es el dei procedimiento. No 
puede haber un mejoramiento de la justicia con un procedimiento que no esté 
acorde con el nivel exigido para una buena administración de justicia.Tenemos los 
dos planos, el oral y el escrito. En mi país predomina el procedimiento escrito y 
en la mayor(a de los demás países aquí presentes seguramente predomina el régi­
men oral. Hay algunos parámetros que en reuniones posteriores podrlan llegar a 
tratarse como la defensa en juicio, los grandes aspectos que tiene la defensa en 
juicio desde el punto de vista constitucional hasta la posibilidad de acceder a la 
administración de justicia, como dijo acá el seóor presidente, debido a los costos, 
a la morosidad o a las dificultades dei procedimiento. 
La tendencia a celeridad y simplificación de los procedimientos es algo impor­
tant(simo si queremos estudiar alge sobre el mejoramiento de la justicia. Algo que 
está implícito en la propuesta dei Or. Rubin, pero ya en el plano estrictamente 
procedimental, son las comunicaciones entre tribunales, ya sea para obtener in­
formación, o para hacer cumplir medidas en otro país. Es sumamente atrabiliario, 
dirla- yo, es sumamente primitivo el sistema de comunicación entre las justicias de 
diferentes países. Ese es un tema digno de estudiarse y tratar de llegar a conclu­
siones que fueran válidas para todos los países da América. Tratar, por otros me­
dios, por sistemas de organización procedimientos arbitrales, de disminuir la li­
tigiosidad que en nuestro país se está extendiendo y desgraciadamente, en parte, 
por obra dei Estado. Y por l1ltimo, en este tema, los costos de justicia. Simplificar­
los y disminuirlos, tratar de que el justiciable no tenga esa carga previa dei costo 
de la justicia. i.Cuáles serían los medios con los cuales estos seminarios podr(an 
lIegar a toda la estructura judicial argentina? Por supuesto, la OEA y las otras ins­
tituciones mencionadas son camino válido. Pero yo también me tomo el atrevi­
miento de proponer que las asociaciones de magistrados y las de abogados sean 
[( S.:minário 33 
también v(as válidas para que todo el trabajo que se pueda I.a,er acá llegue y pro­
duzca el efecto positivo que queremos que tenga. Esta informaci6n, a parte de 
esas vías, como bien se ha estructurado ahora - los seminarios son una de ellas, 
pero también por media de las publicaciones, tal como propone el Prof. Rubin, pe­
ro también impulsar que por v(a oficial y por organizaciones afines se distribuya 
la informaci6n sobre todas aquellas conclusiones que podamos alcanzar. 
Dr. MacLean - Muchas gracias, Dr. Di Tella. Voy a dar el uso de la palabra aho­
ra ai Dr. Javier de Belaúnde, de Peru. 
Dr. Belaúnde - Sefior presidente, en primer lugar deseo agradecer al Comité Jur(­
dico Interamericano, en la persona dei Dr. Rubin y de usted, Dr. MacLean, por la 
invitaci6n que se me ha formulado para participar en esta importante reuni6n. 
Quiero aclarar también una informaci6n que se da por escrito. En realidad, no soy 
representante ni soy rniembro de la Asociaci6n de Magistrados dei Peru, ni soy 
juez. Soy abogado y profesor universitario y entiendo que mi participaci6n acá se 
debe a la experiencia en, más o menos, una década de trabajo fundamentalmente 
en una agrupaci6n, una asociaci6n civil sin fines lucrativos que es el Consejo La­
tinoamericano de Derecho y Desarrollo, que en el Perú ha venido dando apoyo a 
la adrninistraci6n de justicia con estudios e investigaciones. En base a las inter­
venciones y a los problemas que se han planteado, yo quería lIamar la atenci6n 
sobre una perspectiva, quizá distinta a la que los colegas han planteado de los 
abogados y de los jueces. Quizá la perspectiva deI usuario de la administraci6n de 
justicia. En el Peru, por lo menos, este usuario es un hombre que profesa una 
enorme desconfianza en la administraci6n de justicia. Se han hecho algunas inves­
tigaciones en los últimos afios y realmente los resultados son verdaderarnente 
alarmantes. 
En un valle agrícola cercano a Lima, hace pocos afios, se pregunt6 a la pobJa­
ci6n cuál era su impresi6n, cuál era el pron6stico que pod(an hacer sobre los re­
sultados de un proceso en el cual el entrevistado fuera acusado por un delito que 
no había cometido. Arriba dei 70% de los entrevistados contestaron que proba­
blemente serfa sentenciado. Creo que un ejemplo como éste grafica en qué medida 
el pueblo, la gente común y corriente siente que sus derechos no están suficiente­
mente protegidos, y en qué medida ven ai aparato administraci6n de justicia, dei 
cual formamos parte finalmente jueces y abogados, como algo lejano, como algo 
casi amenazador. En el Perú, nos venimos preguntando úItimamente mucho en 
tomo a este problema, qué cosa, qué rasgos, qué matices hay en este sistema de 
administración de justicia que hacen queel ciudadano común y corri ente profese 
tan enorme desconfianza. Es una desconfianza que preocupa muchísimo, porque 
en la sociedad peruana, en los últimos afios, se ha generalizado un sentimiento de 
impunidad muy grande. Creo que el ejemplo que dio el Dr. MacLean hace un 
momento, sobre el procesamiento de casos de responsabilidad civil, por ejemplo, 
es s610 una temática en la cual los casos que se procesan son mínimos porque la 
gente entiende que no va obtener un resultado favorable. Esta impunidad penetra 
toda la vida en la sociedad peruana, no solamente casos grandes, casos relevantes. 
Hace pocos días, por ejemplo, ha sido absuelto por un tribunal el segundo hombre 
de la organizaci6n terrorista Sendero Luminoso y esto ha provocado una gran 
polémica en el Peru en tomo ai comportamiento de la admlllÍstraci6n de justicia. 
Algunos han achacado esta responsabilidad a la inadecuaci6n de las leyes y otros 
a la manera c6mo los jueces han razonado y han aplicado esa ley. Pero, crco que 
de la intervenci6n dei Dr. MacLean es resaltable que esta sensaci6n de impunidad, 
t.'~ta falta de confianza. no está referida únicarnente a casos de Iloloriedad. a CI~O~ 
R.CP 1-2/R9 
en los cuales hay una opini6n póblica atenta, sino que en la experiencia corriente, 
en la experiencia cotidiana de los ciudadanos, éstos entienden que la administra­
ci6n de justicia no los sirve bien. En el Peru se han hecho diversos estudios en los 
óltirnos afios y creo que en América Latina también. En este sentido, me permitida 
fonnular una sugerencia. Quizás una labor realmente interesante que seria no so­
lamente buscar un mecanismo como se ha planteado, lo cual me parece deI mayor 
interés, de pennanente intercambio de infonnaci6n sino, quizá, hacer un corte y 
tratar de acopiar toda la informaci6n que haya en las Américas en este momento, 
sobre todo en América Latina, de trabajos y de investigaciones sobre la temática 
de administraci6n de justicia. Porque tengo la impresi6n que en la óltima década 
se ha tomado una conciencia muy clara de la enorme importancia que la adminis­
traci6n de justicia tiene para la preservaci6n de la democracia. 
Tengo la impresi6n que en la óltima década, en diferentes partes de América 
Latina, en diferentes países, se han realizado investigaciones y trabajos que po­
drían ser de fundamental importancia para el desarrollo de las actividades futuras 
deI Comité. Pero en los trabajos realizados en el Peru, se han identificado de dife­
rentes perspectivas - y me pennitiría fonnularlas con las disculpas deI caso, por la 
posibilidad de que no sean experiencias o estudios aplicables a otros países - pero 
creo que se han identificado, aI menos, cinco o seis problemas claves en esta falta 
de confianza deI ciudadano comón y corriente. Hay una que ha sido planteada ya 
en dos intervenciones y es la de casi una cuesti6n previa, la falta de recursos ma­
teriales con la cual funciona la administraci6n de justicia. 
Este es un tema que en el Peru adquiere ribetes verdaderamente dramáticos. 
Cuando no hay papel, cuando no hay máquinas de escribir, cuando un juez de la 
si erra tiene que hacer telegramas a sus amigos en Lima para recibir infonnaci6n 
legal de nuevas leyes que se han dado; que se han enterado estos jueces por radio, 
que fueron promulgadas el día anterior, realmente es muy difícil ir con temas un 
poco más profundos. Hay una cuesti6n inmediata sumamente lacerante, sumamen­
te grave. A mi me parece muy relevante este tema, no solamente por el aspecto 
práctico, sino porque entiendo que esta desatenci6n presupuestal de los poderes 
polfticos aI poder judicial no es una desatenci6n casual, creo que en algunos casos 
es una desatenci6n deliberada. Esta destenci6n, en realidad, en el Peru, es un 
comón denominador de gobiernos, de todo tipo de gobiemos democráticos, de go­
biernos de facto y que creo que tienen de alguna manera una intencionalidad de 
sometimiento aI poder judicial. 
Un porler judicial que no cuenta con recursos pr6pios, un poder judicial mendi­
cante, es un poder judicial submiso, un poder judicial con poca catitud para con­
trolar aI poder político. Entonces creo que un análisis, por ejemplo, de ese tema de 
la atenci6n presupuestal puede ser realmente importante en la medida que ayudara 
a tomar conciencia, en los países, de que si una prioridad adecuada, en ténninos 
presupuestales a la administraci6n de justicia, es impensable lograr un sistema ra­
zonable, un sistema que pueda lograr una aceptaci6n ciudadana. Otro tema que ha 
preocupado fundamentalmente es el problema de la autonomía deI poder judicial. 
Los diagnosticos que se han hecho en el Peru siempre han puesto por delante, 
siempre han relegado la existencia de un poder judicial no aut6nomo o con ten­
dencias a un sometimiento aI poder político. 
Aqu( se ha resaltado, generalmente, la actitud de los diferentes gobiernos y la 
actitud de los políticos en general y, también, de otro lado, la actitud de los jue­
ces; pero creo que se ha dejado de lado algo que resulta fundamental: es en qué 
medida la Organizaci6n de la Adrninistraci6n de Justicia o la Organizaci6n deI 
1I \,·rninário 35 
Poder Judicial es una organización adecuada para lograr una autonomia judicial. 
En este sentido el tema planteado por el Dr. Di Tella, de analizar la organización 
judicial, me parece muy importante, no solo en el aspecto jurisdiccional, sino en el 
aspecto de lo que podr(amos llarnar el gobierno interno deI poder judicial. En el 
Peru, una organización judicial verdaderamente obsoleta hace que los magistra­
dos, que los jueces, abrumados por cargas de expedientes verdaderarnente sobre­
humanas, sean los mismos que tienen que tomar decisión en materia administrativa 
y en materia de gobierno. Esto hace, muy claramente, que el poder judicial carez­
ca de alternativas. La Constitución peruana, por ejemplo, garantiza el derecho de 
iniciativa deI poder judicial en materia legislativa, pero en el presente siglo el p0-
der judicial no ha presentado ningun proyecto de ley, en el Peru, aI parlamento en 
materia de administración de justicia u otra mate'ria para ser discutido. Esto creo 
que de alguna manem revela que los magistmdos no tienen tiempo para procesar 
cinco o diez mil expedientes anuales, y al mismo tiempo tomar decisiones admi­
nistmtivas, y proyectar el desarrollo, una política judicial. Entonces, creo que hay 
un aspecto muy importante en el sentido de repensar la organización deI gobierno 
judicial para garantizar la autonomia, Creemos que solamente es posible poderes 
judiciales autonomos, si es que hay una organización judicial que les permita 
plantear alternativas, pensar en el desarrollo de políticas judiciales, discutir y 
plantear proyectos que tengan que ver con la administración de justicia. Esto im­
plicaria, por ejemplo, en el Peru, redefinir totalmente la organización judicial, 
creando órganos de gobierno internos, especialmente abocados a esa temática. 
Creo que el tema de los procedimientos es un tercer tema que en cualquier 
diagnostico deI poder judicial peruano es particularmente relevante. El Código de 
Procedimientos Civiles, vigente desde 1912, no solamente es un dato histórico si­
no es un dato que revela cuanta desatención se ha dado a una actualización de los 
procedimientos tendientes a logmr objetivos de celeridad y de búsqueda de verdad 
adecuados. Hay en tomo a los procedimientos también un tema vinculado, creo 
que es el de la temática relativa a otros aspectos de la organización judicial, en lo 
relativo a lo jurisdiccional. En el Peru, por ejemplo, está vigente, veo aqui un 
punto de coincidencia, la discusión de la doble instancia. El problema es que en el 
Peru se discute si deben haber dos o tres instancias en el viejo conflicto entre ce­
leridad y certeza. Entonces, creemos que aqui hay un tema relevante, porque in­
dudablemente una justicia cara, una justicia ineficiente, además, una justicia lenta 
en tres instancias es una justicia agmviante a ese sentido de confianzaque debe 
tener. 
Creo que el tema deI acceso que se ha planteado es también un tema sumamente 
relevante. En el Peru unos de los aspectos quizás más grnves son los costos en la 
administración de justicia civil. La desatención presupuestal, a la cual hice refe­
rencia, ha llevado como un mecanismo permanente y reitemdo a concebir una jus­
ticia civil en la cual se pagan boletas, se pagan diligencias, se pagan timbres, de 
manera tal que no solamente se limita el acccso con costos marcadamente inmane­
jables, en algun caso, siüo yue se facilita uno de los aspectos que ha puesto de re­
levancia el Dr. Pellegrino, en tomo a la confianza ética en la administración de 
justicia. Es una justicia en la cual es posible la conclusi~n de cobros legales e ile­
gales. Es una justicia propensa a la irregularidad. Lamentablemente en el Peru esta 
propensión a la irregularidad se ha acentuado mucho en los últimos afios. Creo 
que no es posible generalizar, pero creo que es dable decirlo con honestidad que 
este es también uno de los problemas que lesionan la certeza y la confianza en la 
administración de justicia. Y, finalmente, creo que hay un aspecto, quizás el más 
36 RCP l-l/8Y 
importante desde mi punto de vista. Este análisis no puede reducirse a suponer 
que bay necesidad de nuevas leyes que corrijan una organizaci6n judicial obsoleta 
y más mejores recursos econ6micos. Creo que bay algo en la actividad propia de 
los jueces y los abogados que se ha alejado enormemente dei sentido de justicia 
que existe en una sociedad entre sus ciudadanos, y éste toca con el tema de razo-
namieoto y la interpretaci6n judicial. -
En el Peru, en los dltimos afios, se ba estudiado un tipo de justicia sobre el 
cual, hace diez afios, no babia ninguna informaci6n. Quiero relatar, abusando de 
Ia gentileza de ustedes unos minutos, este tema, porque creo que puede poner so­
bre la mesa una temática que puede ser de enorme importancia en las Américas. 
En el peru existe el li ama da juez de paz no letrado. Aparte de la justicia ordinária 
eo sus tres niveles, la Corte Suprema, las Cortes Superiores de competencia depar­
tamental o provincial y los jueces de primera instancia, existen jueces que no son 
profesionales, jueces que no son abogados. Estos jueces son gente comun y cor­
riente que tiene una funci6n dada por ley que es fundamentalmente conciliadora. 
Por esto creo que toca, y mucho, el tema que plante6 originalmente el Prof. Ru­
bin. Legalmente esto juez, 'que puede ser el boticario dei pueblo, un campesino 
prestigioso, tiene como funci6n poner simplemente de acuerdo, conciliar intereses 
encontrados. No obstante, esos jueces no hacen esto. Esos jueces resuelven con­
flictos. En el Peru no se sabCa, hasta,hace poco, que eran cerca de seis mil esos 
jueces versus 1500 jueces profesionales. Entonces, se ha establecido que la mayor 
parte de jueces son jueces no letrados, jueces no abogados. Luego, preocupeS mu­
cho a los abogados que esos jueces estuvieran administrando justicia, es decir, di­
ciendo derecho sin conocimiento de derecho y sin facultades para eso. Entonces, 
por los abogados se vi6 con una enorme sospecha la actuaci6n de esos jueces de 
paz no letrados, y hubo inmediatamente la tendencia y la propuesta de que se 
nombraran estudiantes de derecho o abogados recién graduados para ocuparse de 
esta funci6n. 
Sin embargo, investigaciones hechas sobre la materia demostraron algo real­
mente interesante: el grado de prestigio social de esta administraci6n de justicia de 
paz no letrada, abiertamente ilegal en muchos casos, era muy alto. Es decir, la 
comunidad entendCa que estos jueces de paz no letrados administraban justicia con 
idoneidad. Y han llamado la atenci6n que, en las cuantificaciones que se han he­
cho, el grado de aceptaci6n era dei orden dei 75 u 80% de los entrevistados, que 
consideraban que el juez de paz no letrado cumplia su funci6n adecuadamente. 
Entonces, nos preocupeS constatar que de un lado la justicia ordinaria, la justicia 
administrada por abogados habCa entrado en un enorme desprestigio, que el 70 o 
el 75% de la poblaci6n no cre(a en esa justicia, por el contrario, el 75% u 800/0 de 
la poblaci6n que usaba de la justicia de paz no letrada la consideraba adecuada y 
estaba satisfecha por el rendimiento de esos jueces. l,Qué cosa habCa en el medio? 
Nuestra interpretaci6n es que en el razonamiento y en los objetivos que persiguen 
unos y otros jueces hay una diferencia importante. EI juez de paz no letrado es un 
juez interesado eo resolver el conflicto social sometido a su conocimiento. Ese es 
su objetivo, devolver la paz a la comunidad. 
Una anécdota, si me permiten: alguna vez tuve conocimiento de un acta en la 
cual un juez de paz no letrado, no solamente hab(a invadido funciones que no 
tenCa, sino que habCa destrozado probablemente todos los mecanismos probatorios 
convencionales. Dos campesinos disputaban la propiedad de una vaca. Uno de el­
los que tenCa en posesi6n la vaca sosten(a que era el propietario, el otro. dec(a lo 
contrario. El juez de paz, simplemente, propuso que soltaram a la vaca; y el acta 
II Seminário 37 
es realmente estupenda, en la cual se va relatando c6mo la vaca se dirige al esta­
blo deI demandante y conforme se acercaba - dice el juez de paz -, iba mugiendo 
de felicidad, por lo cual resolvi6 la propiedad para el "demandante. 
Indudablemente, esto no tiene nada que ver con el razonamiento judicial de los 
abogados, ni con los mecanismos de prueba aceptados en los códigos. Lo tiene 
que ver con el sentido común, que es lo que han resaItado y rescatado, creo yo, 
los jueces de paz no letrados como los nuestros, de enormes contrastes cuIturales 
en los cumes muchas veces la ley no está hecha teniendo en cuenta estas diferen­
cias culturaIes. El razonamiento judicial, la interpretaci6n judicial cumple un rol 
fundamentai, quizás mayor que en otros países de adaptaci6n a la realidad concre­
ta. En este sentido, creemos que el contraste fundamentai entre la justicia ordina­
ria y ésta de paz no letrada está dada precisamente en el razonamiento. 
Creemos que la interpretaci6n y el razonamiento judicial predominante en los 
jueces ordinarios a veces han perdido de vista este interes por la verdad, por re­
solver el conflicto y muchas veces el interés está centrado en una concordancia de 
leyes, es decir, en preservar la coherencia deI ordenamiento legal. Los problemas 
son vistos as(, no como conflictos sociales, problemas de la vida real, sino como 
problemas de leyes a aplicar. Entonces, creemos pues que hay una enorme temáti­
ca en este razonamiento y la interpretaci6n judicial y creemos que uno de los pun­
tos que quizás explican mayor este grado de desconfianza en la justicia ordinaria 
está dado en que el ciudadano común y corriente no descubre, en el razonamiento 
judicial ordinario, un razonamiento tendiente a resolver sus problemas. Esto .tiene 
que ver con el problema planteado por el Prof. Rubin inicialmente, creemos que 
hay que buscar una justicia, mecanismos de conciliaci6n, mecanismos más cerca­
nos, más a la mano, que incorporen las diversidades culturales vigentes en nues­
tros países. Creemos, finalmente, que hay que estudiar también algunos sistemas. 
El caso de los jueces de paz no letrados es un caso en el cual quizás se administra 
justicía informalmente fuera de lo previsto por la ley, pero con una base en la ley; 
en el Peru hoy ya hay, en algunos sectores no alejados e inclusJve en la misma 
Lima, mecanismos informales extralegales de administraci6n de justicia que no 
son otra cosa que procedimientos arbitrales dotados de alguna autoridad informal, 
creemos que también serra muy interesante incorporar aI estudio deI tema adminis­
traci6n de justicia, el de los mecanismos paralelos, de los mecanismos informales 
de la administraci6n de justicia. Les agradezco por su atenci6n. 
Dr. MacLean - Con la palabra ahora al Desemb. Joaquim Penalva Santos, deI 
Tribunal de Justicia do Estado do Rio de Janeiro. 
Desemb. Pena/vaSantos - Senhor presidente, antes de iniciar minhas rápidas pa­
lavras, eu me recordo do trecho em que Marco Antonio, numa peça de Shakespea­
re, dizia: "I come to bury Caesar not to play the game." Aqui nós não vamos en­
terrar a justiça, nem agradá-la. Procuramos fazer justiça com a justiça. Eu procuro, 
como membro da justiça, me desvestir, sair da função de juiz para a de crítico. 
Vou iniciar minhas palavras com uma autocrítica, isto é, examinando os proble­
mas, a patologia da justiça. N6s sabemos que a justiça, em todo o mundo, está dis­
tanciada do fato e do povo. A justiça é lenta e o povo não recebe uma justiça ade­
quada - ninguém nega isso. No Estado do Rio de Janeiro, 85% das causas são pa­
trocinadas pela Defensoria Pública. O povo é pobre e muitas vezes não recebe jus­
tiça. É necessário então agilização, rapidez na justiça, uma justiça prática, inde­
pendente. Para que isso seja alcançado, em primeiro lugar é preciso que os Pode­
res Executivo e Legislativo invistam, apliquem recursos no Poder Judiciário - que 
38 R.C.P. 1-2189 
é o innão pobre dos poderes. No meu estado, a segunda renda é a das custas na 
justiça; é uma justiça cara e essa renda não é aplicada na justiça. 
Outro problema que também me preocupa é o aprimoramento dos juízes. Eu fui 
presidente da Associação das Escolas Nacionais de Magistratura, depois passei 
para a Escola Nacional de Magistratura do meu estado e conheço os problemas re­
lativos a este assunto. N6s sabemos que na formação de juízes é importante que se 
veja o aspecto moral, que o meu ilustre amigo, Prof. Pellegrino, ressaltou, e 
também o aspecto intelectual. Para isso, os advogados colaboram na formação dos 
juízes; porque nos concursos para o ingresso na magistratura no Brasil participam 
sempre os advogados. O nosso Poder Judiciário do estado é permeável, porque ne­
le um quinto desses magistrados provém da carreira de advogados e do Ministério 
Público. É preciso que todos colaborem: juízes, advogados e Ministério Público, 
no aprimoramento da justiça. 
Quanto à questão do aperfeiçoamento da justiça, em primeiro lugar, eu conside­
ro essencial o estabelecimento de uma infra-estrutura. O Poder Judiciário não tem 
uma infra-estrutura. Os métodos são arcaicos, do tempo em que o cargo de es­
crivão passava de pai para filho (a chamada "venalidade dos cargos", vindo da 
França, na Idade Média). É necessário o aprimoramento da justiça, que o Prof. 
Rubin explicou bem, para levar o Poder Judiciário à era atual. O Judiciário está no 
século passado, há dois ou três séculos atrás. Os juízes, com grande esforço, pro­
curam aplicar a justiça. Essa justiça n6s temos que fazer aos juízes. Eu, como 
membro do poder e também juiz de juízes - porque participo do 6rgão especial do 
meu Estado - tenho afastado juízes por corrupção e por outras razões que tomam 
o juiz incompatível com as funções que ele exercita. O Dr. Di Tella também trou­
xe grançles subsídios a esta questão. 
Mas, senhores, não querendo me alongar apenas desejo esclarecer, fmalmente, 
o seguinte: em primeiro lugar, a justiça não é ouvida na elaboração das leis no 
Brasil. Na Constituição Federal, que está sendo elaborada em Brasflia, não há um 
membro do Poder Judiciário participando da sua elaboração. Quando se elaboram 
leis, por exemplo, nos Estados Unidos, há os hearings, em que são chamadas pes­
soas, chamados juízes, para colaborar na elaboração das leis. No Brasil isso não 
acontece. O Poder Judiciário é um poder marginalizado, na medida em que não é 
ouvido na elaboração das leis. As verbas e o poder decis6rio - em relação ao País 
- não alcançam o Poder Judiciário, exceto a Suprema Corte. 
De modo, senhores, que o interesse da magistratura do Brasil - eu falo em meu 
nome, mas acredito que o esteja fazendo também em nome de meus colegas - é 
exatamente esse, de um aprimoramento da justiça; levar a justiça ao povo. Aliás, 
já existe uma lei aplicada que criou o juizado das pequenas causas. São juízes de 
formação - inclusive rápida, sumária - que julgam causas simples. Evidentemente, 
o recurso é muito rápido e a aplicação da justiça, a meu ver, se faz a contento. Por 
isso, eu estou à disposição dos senhores para esclarecimentos a respeito da justiça 
do meu país, mas é preciso que se faça justiça aos juízes e não enterrá-los ou de­
gradá-los. 
Juiz Luiz Fux - Primeiramente, senhor presidente, gostaria de agradecer, em nome 
dos juízes do Estado do Rio de Janeiro, essa segunda oportunidade de poder parti­
cipar da reunião da Comissão Jurldica Interamericana. Nesta segunda reunião, 
volta à tona o tema da criação de instrumentos sucedâneos da justiça. Mais uma 
vez fala-se na mediação que induz à criação, na realidade, de uma justiça paralela. 
Apenas a título de sugestão e de observação, não nos parece que a criação de uma 
justiça paralela venha a contribuir para a administração de justiça, muito ao con-
II Seminário 39 
trário, a criação de uma justiça paralela visa, na verdade, esvaziar o conteúdo da 
função jurisdicional. 
O que nos parece not6rio e urgente, em matéria de administração da justiça, é a 
pr6pria advertência lançada no seu trabalho por Sir William Douglas, no sentido 
de um melhor relacionamento entre o Poder Judiciário e o Poder Executivo por­
que, em última análise, é o Poder Executivo quem dota o Poder Judiciário dos 
meios necessários à boa administração da justiça. É verdade que a conciliação e a 
mediação têm levado os conflitos intersubjetivos a soluções extremamente satis­
fat6rias. Mas não me parece inconciliável e incompatível a idéia de mediação, de 
conciliação com a administração da justiça. E numa simbiose, que talvez leve 
também a resultados satisfat6rios, parece-me extremamente razoável que a idéia de 
conciliação e de mediação seja uma constante na solução dos conflitos intersubje­
tivos, mas que essa mediação seja deferida ao Judiciário e não excluída da ativi­
dade judicial. Em nosso País, para estes dois problemas, o da verificação de que a 
conciliação realmente é um meio profícuo de solução dos litígios e de que falta 
também ao Judiciário meios necessários, tenho para mim estamos prestes a dar um 
passo extremamente importante com a votação do novo te~to constitucional. Em 
primeiro lugar, porque constará da nova Carta Constitucional a obrigatoriedade, 
em todo e qualquer litígio, da existência de uma fase prévia de conciliação, levada 
a efeito pelo pr6prio representante do Poder Judiciário. Em segundo lugar. se con­
sagrado o projeto votado nesta primeira fase, o Poder Judiciário passará a ter au­
tonomia administrativa e fmanceira, suprindo, assim, as dificuldades que não são 
somente inerentes ao Poder Judiciário nacional, confonne acabamos de ouvir do 
ilustre colega Belaúnde, acerca das dificuldades existentes também no seu país. 
No que se refere ao aspecto da especialização e aprimoramento da magistratura, 
verificamos que a abordagem tem sido sempre feita com uma visão extremamente 
unilateral. A justiça não depende s6 do juiz. Desde a Idade Média, já se afmnou 
que o processo é actus triun personarum. É preciso que haja um autor que peça, 
um réu que se defenda e um juiz que decida. De sorte que o estrangulamento da 
justiça, os problemas que ela hoje enfrenta, não podem ser tributados única e ex­
clusivamente ao Poder Judiciário. Máxime porque é um poder que s6 age provo­
cadamente. A interferência do Judiciário pressupõe um ingresso da ação na justiça 
e, muitas vezes, esta é uma realidade, tampouco é uma reconvenção ou uma abor­
dagem contraposta a que muito bem colocou o ilustre colega Laércio Pellegrino. A 
administração da justiça requer o aprimoramento de todos aqueles que funcionam 
no exercício da função jurisdicional. O juiz não atua, nem pode atuar, sozinho, até 
por força da necessária imparcialidade. Às vezes, o problema ocorre mesmo bem 
antes do ingresso na justiça. Em inúmeras ocasiões, temos recebido queixas acerca 
da má propositura das ações. O processo se torna demorado porque as partes, 
através

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