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La herida del abandono en la adultez.

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La herida del abandono es muy común en la adultez, en medio de las relaciones
interpersonales, pero su origen se da en la infancia cuando la figura paterna o materna se
ausenta, desaparece o no está presente y causa un fuerte dolor emocional o físico en la
persona. De hecho, hay especialistas que consideran que desde el embarazo se puede
presentar abandono y el feto puede sentirlo a través de los cambios emocionales que
experimenta la madre.
En la adultez las cosas pueden cambiar y la persona puede entender que no fue su
culpa y, en ese sentido, puede tomar decisiones como hablarlo con los papás, tomar
distancia o alejarse por completo. 
¿CÓMO APARECE LA HERIDA DE ABANDONO EN LAS RELACIONES DE PAREJA?
Sebastián N. Suck, psicólogo y escritor destaca algunas señales que indican que puede
existir una herida al abandono porque la persona:
1. Tiene una profunda y constante necesidad por la aceptación y aprobación.
2. Todo el tiempo le rondan pensamientos y escenarios de abandono. 
3. A pesar de la violencia que se pueda ejercer en la relación, se queda por miedo. 
4. Le abruma la vulnerabilidad o mucha intimidad con alguien.
5. Tiene una preferencia constante al espacio e individualidad.
6. Busca atención, apoyo y sobre todo protección.
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7. Puede adoptar el rol de víctima, incluso llegando a inventarse enfermedades para
recibir atención.
8. Pide con frecuencia, por gusto, no por necesidad; ser el centro de atención.
9. Se le dificulta funcionar sola, existe una angustia a la soledad. Y esto se agrava al ir
envejeciendo.
10. Tiene momentos de tristeza y llanto fácil.
11. Experimenta una dificultad para aceptar un ‘NO’ por respuesta.
12. Presenta un gusto por el sexo que se suele usar “como arma” para que la otra
persona se apegue a él o ella.
¿Cómo sanar?
● Acéptalo. Este es el primer paso para sanar está herida, no es fácil, pero es el
punto de partida para el cambio. No hacerlo significa que jamás asimilarás que
la relación terminó y lo más probable es que estés unido o unida a ella
emocionalmente.
● Escríbele una carta a tu niño herido diciéndole que el abandono o la falta de
cariño no fueron por ser tú o porque no fuiste suficiente, sino porque la persona
que te hirió tenía sus propios dolores y no supo amar correctamente. 
● Haz los pases con tus sentimientos y emociones. Abrazarlos es clave para poder
seguir, manifiesta lo que sientes a tiempo pues ignorarlo no implica que
desaparezca. De hecho, reprimirlo puede alterar la manera en la que accedes a
los recuerdos. No temas llorar si tienes ganas, es una forma natural de drenar tu
frustración y evita que las emociones te controlen todo el día.
● Cultiva relaciones en las que no tengas que pedir atención o cariño. 
● Escoge, conscientemente, y rodéate de gente que ha demostrado que les
importas desinteresadamente y estarán ahí para ti.
● Una vez elijas a las personas confía en ellas y dale a entender a tu niño interior que
las cosas ya son diferentes. ¡Puedes confiar!
● Trabaja en tu autoestima porque es normal que después de tanto tiempo de
compartir con alguien se vea comprometida. Dar un manejo adecuado y a
tiempo evitará episodios de depresión y ansiedad.

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