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Las garrapatas son parásitos externos, de las cuales han sido reco- nocidas más de 500 especies alrededor del mundo. Son artrópodos parasíticos relacionados muy de cerca con los ácaros. La mayoría de las garrapatas se alimentan de la sangre de los mamí- feros, aunque algunas especies se alimentan de aves, reptiles y aún de anfibios. Los peces son aparentemente los únicos vertebrados que no son fastidiados por estos parásitos chupadores de sangre (Hematófagos). El riesgo de adquirir determinadas enfermedades transmitidas por garrapatas ha aumentado, considerablemente, en los últimos años, especialmente por el mayor contacto del hombre con la naturaleza, los animales domésticos y silvestres. Muchas especies de garrapatas pueden transmitir enfermedades (zoonósicas) de un huésped infectado a otros huéspedes sanos (humanos), dentro de estas las que revierten más importancia son: la erlichiosis, anaplasmosis y la enfermedad de Lyme o borreliosis. También pueden ser vectoras de otros microorganismos como: virus, bacterias, espiroquetas, rickettsias y otros parásitos de importancia por Salud Pública, Steven B. 2003. En la actualidad, muchos países a nivel mundial realizan gigantescos esfuerzos por controlar adecuadamente la sobrepoblación de estos ectoparásitos, y evitar de esta manera la propagación de estas enfer- medades que afectan a 2 o 3 huéspedes dentro de los cuales se incluye el hombre, especies domésticas (mascotas) y silvestres, pudiendo estar en riesgo inminente de contagio a estas enfermeda- des consideradas hasta hace algunos años como exóticas. Es de suma importancia que el control de la incidencia de garrapatas sea tomado muy en serio. Está más que comprobado que estos ecto- parásitos poseen en la actualidad un gran poder de adaptación a dife- rentes climas, altitudes y geografías, su fortaleza para sobrevivir en medios hostiles, pueden sobrevivir sin alimentarse durante meses, algunas especies incluso durante años, sumado esto a su gran poder de reproducción, todas estas características les confieren una irrefu- table perpetuidad entre los seres vivos. Cada vez el riesgo de contaminación es mayor. Controlar el problema aplicando planes sanitarios ambientales, realizando programas de prevención y erradicación de estos vectores en nuestras mascotas y dentro del ámbito clínico veterinario el diagnóstico precoz de estas enfermedades en los perros y gatos. Lastimosamente la poca importancia que la Salud Pública en nuestro país ha dado a este gran problema se debe, principalmente, por el desconocimiento del riesgo de transmisión de estas enfermedades hematozoáricas por intermedio de estos agentes que actúan como vectores y el potencial factor zoonótico que esto conlleva. Las garrapatas son capaces de transmitir la enfermedad durante los tres estadios de su vida (dos años) y hasta 155 días tras la ingestión de sangre contaminada. No es necesaria una infestación masiva para su transmisión, y las más pequeñas ninfas es, muy fácil, que pasen desapercibidas, así es que el 20% de los propietarios de animales afectados afirman no haber visto nunca garrapatas en sus perros o gatos. Tomando en cuenta la convivencia íntima que existe en la actualidad entre propietarios y sus mascotas. Las garrapatas son consideradas vectores de algunas enfermedades especialmente protozoáricas comunes a mascotas (perro, gato) y al hombre como: Ehrlichiosis, Enfermedad de Lyme (Borreliosis), Anaplasmosis y Piroplasmosis (Babesiosis). Otras enfermedades como la Babesiosis o la Hemobartonelosis de importancia diagnósti- ca por la gravedad de la enfermedad pudiendo poner en riesgo la vida de nuestras mascotas. En diferentes estudios realizados en algunas provincias del Ecuador desde el 2000 hasta el 2007 se han dianosticado un porcentaje sig- nificativo de perros seropositivos a Anaplasmosis (A. phagocytopilum; E. Equi), la incidencia de erlichosis porcentualmente se ubica en segundo lugar por su riesgo zoonótico y se han detectado hasta el momento 3 casos de Enfermedad de Lyme (B. burdogferi), dos de los cuales fueron reportados hace ya 2 años. A nivel mundial estas enfermedades han sido declaradas como enfer- medades de notificación obligatoria de laboratorio, y es deber de la profesión veterinaria generar los diagnósticos y tratamientos en los perros y gatos afectados, así como sugerir y educar a los propietarios que se contacten con personal especializado y poder realizar un con- trol eficiente de estos vectores y en el mejor caso la erradicación de estas enfermedades. Es muy importante que el Médico Veterinario se involucre con serie- dad en el conocimiento, diagnóstico y control de estas patologías. Se debe informar a las autoridades de Salud Pública por intermedio de los Colegios de Veterinarios y de las Asociaciones de Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies del riesgo zoonósico de estas enfermedades a la salud humana. LAS GARRAPATAS COMO VECTORES DE ENFERMEDADES LA ENFERMEDAD: Las garrapatas ocasionan una enfermedad parasitaria que se mani- fiesta con mayor intensidad en los meses cálido-húmedos del año, la garrapata café del perro (Rhipicephalus sanguineus) se localiza en las zonas del cuerpo de piel fina. Cuando la infestación es severa se distribuye por todo el cuerpo, se alimenta con sangre ocasionando en animales muy infestados un estado anémico, debilidad y enflaqueci- miento progresivo. Por acción de la picadura y la saliva irritativa que elimina el parásito, lesiona la piel (dermatitis nodulares), también produce trastornos neuromusculares que, en algunos casos, provoca "parálisis produci- da por la garrapata". Los estados febriles y de inapetencia mostrados por la mayoría de pacientes infestados son el mejor indicativo de esta enfermedad. El tipo de respuesta está condicionado también por las particularida- des del sistema parásito-hospedador, del cual depende en gran parte la respuesta orgánica a la enfermedad, Cordero del Campilo, M.2001. CICLO VITAL: El ciclo evolutivo de la garrapata depende de la especie observada pero en general presentan, además de huevos, tres estadíos móviles: larvas, ninfas y adultos, lo que significa que en cada estadío debe ali- mentarse en un animal para luego caer al suelo. Es por eso que se las denomina "garrapatas de tres huéspedes": La hembra adulta después de alimentarse abandona al hospedador y luego de 4 o 5 días en el suelo pone de 1500 a 2000 huevos, éstos evolucionan en un período de 17-30 días, es necesario que pase un perro para que la larva, suba se alimente 3 o 4 días y baje, en el suelo, paredes, escombros, etc, se transforma en metalarva y luego a ninfa, aquí buscan al 2° huésped, suben y se alimentan 3 o 4 días y bajan nuevamente a las paredes, pastizales, cuchas, etc, y mudan a metaninfas, donde se diferencian en machos y hembras, buscan al 3° huésped, suben, se alimentan durante 5 o 6 días, se produce la cópula y abandonan el huésped, ésta es la hembra que baja y pone huevos reiniciando el ciclo, Soulsby E. 1996. Las garrapatas pertenecientes a la Familia Ixodide como: • Ixodes ricinus e Ixodes pacíficum: Diminutas y de color oscuro. • Rhipicephalus sanguineus: es grande y de color pardo. • Dermacentor reticulatus: garrapata grande con dibujos dorsales. Estas son las especies más comunes en nuestro medio. ¿Por qué las garrapatas son tan perjudiciales para los animales y el hombre? Existen varios mecanismos por los que la garrapata produce una lesión en el hospedador: ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR GARRAPATAS Dr. Renán P. Mena P. Dplo MSc Docente Cátedra de Medicina y Cirugía en Pequeñas Especies Universidad Central del Ecuador • Lesiones por la acción de sus piezas bucales en la piel. • Efectos tóxicos ya que la saliva de la garrapata contiene enzimas y neurotoxinas que pueden provocar parálisis. • Provocar debilitamiento y anemias al consumir grandes cantidades de sangre. • Transmisión de otras enfermedades producidas por protozoos, bacterias y virus. TRATAMIENTO: El tratamiento se realiza con baños en el animal con una frecuencia de 10 a15 días con productos garrapaticidas a base de cipermetri- nas, pero también se debe complementar con fumigaciones en el medio donde se encuentra el animal, patio, casa, caniles, etc. Una larva puede estar sin alimentarse un año, las garrapatas pueden trepar hasta un metro, así que hay que regar o fumigar las paredes y grietas hasta esa altura. Actualmente hay productos de tipo "spot-on" que consisten en una pipeta que se coloca sobre el dorso del animal una sola vez y tiene un efecto residual prolongado y se realizan aplicaciones cada 4 semanas, con muy buenos resultados y que ayudan también en el control del medio ambiente. Nunca hay que arrancarlas con la mano porque en ese procedimiento se puede lesionar la piel porque el aparato chupador de la cabeza del parásito, el cual posee unos ganchos, quedan en la piel, provocando una pequeña hemorragia, dermatitis y posterior infección, aunque actualmente está en discusión esta teoría, se cree que la saliva irri- tante es la que produce la lesión. DE LA PREVENCIÓN: Es importante la limpieza de los lugares que normalmente habita el perro. Aplicación de antiparasitarios externos en el medio ambiente y en el animal en los meses de mayores temperaturas. LA EHRLICHIOSIS CANINA Constituyen enfermedades rickettsiales polisistémicas, ocasionadas por Ehrlichia spp. las cuales son transportadas por garrapatas que forman acúmulos intracelulares denominados mórulas. La ehrlichiosis clínica en los perros puede estar causada por la infec- ción con una variedad de agentes ehrlichiales, las especies de los perros con infección natural comprenden: E. canis, E. risticii, E. ewin- gii, E. chaffeensis. Hasta la fecha, a pesar de que la filogenia y nomenclatura han varia- do, las enfermedades se siguen denominando “ehrlichiosis” aunque ACTUALMENTE, algunas de estas enfermedades se reconocen ya como anaplasmosis, tanto en caninos como en humanos. ESPECIES AFECTADAS: Se trata de microorganismos de crecimiento y multiplicación estricta- mente intracelular que al ingresar mediante la picadura al torrente cir- culatorio, se encuentra dentro de los leucocitos (E. canis), y así se disemina por sangre o linfa a distintos órganos: bazo, hígado, gan- glios, pulmón, riñones, meninges, etc., donde suele provocar lesiones inflamatorias. Las especies involucradas como causantes de ehrlichiosis en América, y que pueden afectar tanto a perros como a humanos son la E. ewingii y la E. chaffeensis. Las especies que afectan solamente a caninos son E. canis, aun- que autores como Couto G. 2005, reporta que son infectivas para personas. Cada bacteria de las anteriores tiene tropismo específico para las células sanguíneas, así E. ewingii y E. chaffeensis y E. canis parasi- tan células mononucleares (linfocitos, monocitos) denominándose a la enfermedad ehrlichiosis monocítica humana o canina respectiva- mente; no obstante, en infecciones severas de E. chaffeensis, pue- den éstas parasitar neutrófilos. TRANSMISIÓN Y VECTORES: En la transmisión, por mordedura de garrapatas, en América, se encuentran involucradas las siguientes especies: - Amblyomma americanun: vector de E. chaffeensis y E. ewingii. - Ixodes scapularis e Ixodes pacificus: vectores de A. phagocytophila. - Rhipicephalus sanguineus: vector de la E. canis y A. platys. - Dermacentor variabilis: vector de E. chaffeensis. De los vectores citados en el país está confirmada la presencia de Rhipicephalus sanguineus, y de los géneros Amblyomma e Ixodes. SINTOMATOLOGÍA: La erlichiosis canina presenta una sintomatología variada y muy poco específica, por lo que puede pasar desapercibida y su diagnóstico no siempre es sencillo. Además depende de la fase de la enfermedad, virulencia de la cepa e incluso del estado inmunitario del hospedador, de ahí su concurrencia con otras enfermedades y mas frecuentemen- te con la leishmaniosis, enfermedad con la que incluso comparte sín- tomas e incluso fatales desenlaces. La enfermedad presenta tres fases: 1. Fase aguda: Dura aproximadamente 2-4 semanas. Los síntomas son muy inespecíficos (apetito caprichoso, apatía). Esta fase se supera espontáneamente aún sin tratamiento. 2. Fase subclínica: En esta fase no existe ninguna sintomatología. Solo a nivel laboratorial se puede detectar un aumento de las glo- bulinas y una leve trombocitopenia (menor n° de plaquetas). Esta fase puede durar desde unas semanas hasta incluso años. 3. Fase crónica: Es la que habitualmente llega a nuestras clínicas. El cuadro clínico más frecuente es el de un animal con fiebre, apatía y anorexia, cuadro que desgraciadamente se presenta en muchos procesos patológicos. Muchos casos presentan aumento de los ganglios linfáticos. En el 35% de los casos se presentan signos hemorrágicos: sangre en heces, orina, por la nariz, en las conjuntivas oculares, encías san- grantes, etc. También podemos encontrar signos musculoesqueléticos por infla- mación de los músculos y las articulaciones (poliartritis). La erlichiosis está relacionada también con problemas respiratorios, alteraciones cardíacas, neurológicos (meningitis), cutáneos, oculares, etc. y desgraciadamente es capaz de producir una insuficiencia renal debida a una glomerulonefritis inmunomediada, similar a la que se presenta en la leishmaniosis, y cuyo desenlace termina siendo fatal. DIAGNÓSTICO: El diagnóstico de la enfermedad se realiza con base en la observa- ción de cuerpos de inclusión o mórulas, en la célula respectiva de cada especie, utilizando tinción de Wright o Giemsa y microscopía de luz. La precisión del método es de alrededor de un 60%, pero en algu- nos casos como E. chaffeensis se habla de una sensibilidad del 20%.También se puede diagnosticar por medio de detección de anti- cuerpos séricos, ya sea por inmunofluorescencia indirecta (IFA) o por ELISA, actualmente existen plataformas de diagnóstico como el Kit Snap 4DX®-Idexx. La IFA debe hacerse en sueros pareados para lograr una adecuada diferenciación entre anticuerpos de exposición o infección; el ELISA es generalmente cualitativo y no permite diferen- ciar entre anticuerpos de exposición o de infección. Se hace evidente recordar que la ubicación de la mordedura del vector es pieza funda- mental en el diagnóstico clínico especialmente en seres humanos, así como la recolección del agente vectorial. Otros métodos utilizados, pero menos viables en el diagnóstico ruti- nario, son PCR (reacción en cadena de la polimerasa), Western Inmunoblott y cultivo en líneas celulares específicas. TRATAMIENTO: La atención de sostén se implementa según se requiera. Se han empleado varios protocolos como los siguientes: • Tetraciclina. • Doxiciclina a dosis de 10 mg/kg cada 24 horas durante 28 días. • Dipropionato de imidocarb a dosis de 5-7 mg/kg/im o sc repetido en 14 días teniendo precaución de algunos efectos secundarios como salivación secreción nasal, diarreas. Los fenómenos inmunomediados que motivan la destrucción de los glóbulos rojos en los perros ehrlichiosos son probables de modo que en los casos agudos se recomienda los corticoides en dosis antinfla- matoria o inmunosupresoras como prednisona a dosis de 2,2 mg/kg/vo cada 12 horas durante 3 o 4 días. RECOMENDACIONES: Utilizar antiparasitarios externos de calidad durante las épocas del año en que están presentes las garrapatas. En zonas cálidas o situa- ciones de riesgo se deben emplear durante todo el año. Evitar las transfusiones sanguíneas de animales que no estén previa- mente testados (se trata de la otra posible vía de transmisión). A ser posible se deberían testar todos los animales al menos una vez al año, preferiblemente tras la época de calor (igual que con la leish- maniosis), ya que como hemos dicho antes, el diagnóstico precoz es fundamental para establecer con éxito un tratamiento. ANAPLASMOSIS CANINA ETIOLOGÍA: La anaplasmosis es una enfermedad relativamente nueva ya que el agente etiológico de esta enfermedad fue recientemente clasificado, como Anaplasma phagocitophila. A. phagocytophila fue previamente reconocido en diferentes informes como E. equi,E. phagocytophila y Ehrlichia granulocítica humana (EGH), pero ahora ha sido designado como especie aislada sobre la base de su secuencia genética (Dumler y col., 2001). Este agente es el causal de la ANAPLASMOSIS CANINA. De acuerdo a esto se ha establecido la siguiente clasificación: En el orden Rickettsiales, en la familia Anaplasmataceae se abarcan 3 genogrupos, a saber: - Genogrupo I: constituido por tres especies de Anaplasma: A. pha- gocytophila (anteriormente Ehrlichia equi y E. phagocytopilum), A. platys (anteriormente denominada Ehrlichia platys) y A. marginale. - Genogrupo II: está constituido por las ehrlichias: E. canis, E. chaf- feensis, E. muris, E. ewingii, E ruminatum. - Genogrupo III: constituido por las Neorickettsias: N. risticii (ante- riormente denominada Ehrlichia risticii), N. sennetsu (anteriormen- te Ehrlichia sennetsu) y N. helminthoeca. La clasificación anterior está basada en el análisis de secuencia del 16 rRNA. ESPECIES AFECTADAS: La especie involucrada en patologías de equinos, caninos y huma- nos es A. phagocytophila y A. platys que afecta mayormente a perros ocasionando la enfermedad denominada TROMBOCITOPENIA CÍCLICA CANINA. Al igual que en la ehrlichiosis también los anaplasmas presentan un tropismo celular así: A. phagocytophila parasitan granulocitos, espe- cialmente neutrófilos y por lo tanto se habla de ehrlichiosis granulocí- ticas. A. platys infecta plaquetas, y se denomina esta enfermedad como ehrlichiosis trombocítica canina. En los gatos aún no se tiene claro el panorama, las garrapatas Ixodes spp. se asociaron con varios casos de infección a A. phagocy- tophila, la patogenia de la enfermedad no es conocida. Algunos gatos con sospecha de ehrlichiosis clínica seroreacionaron a la E. canis, E. risticcii o mórulas de A. phagocytophila, pero la mayoría de gatos infectados tienen títulos inmunes fuertemente positivos al último agente. En la actualidad más de 50 casos sospechosos o comprobados de ehrlichiosis felina están registrados en la bibliografía. TRANSMISION Y VECTORES: En las transmisiones por mordedura de garrapatas. El vector más asociado a la enfermedad son garrapatas del género Ixodes como: Ixodes scapularis e Ixodes pacificus, vectores de A. phagocytophila y también Rhipicephalus sanguineus: vector de la E. canis y A. platys. SINTOMATOLOGÍA: La sintomatología de esta enfermedad es similar a la encontrada en la Ehrlichiosis, con algunas características clínicas observadas en los pacientes afectados con esta enfermedad. La rigidez, intolerancia al esfuerzo y articulaciones dolorosas y tume- factas se reconocen en algunos perros con poliartritis supurativa. La mayoría de los pacientes con poliartritis en los cuales se identificó al microorganismo, han sido infectados por las cepas granulocíticas, pro- bablemente E. ewingii, o A. phagocytophila, a las cuales también se les atribuye manifestaciones oftálmicas con vasos retinianos tortuo- sos, infiltrados retinianos perivasculares, hemorragia retiniana, uveitis anterior, y desprendimiento de retina exudativo, Couto G. 2005. Los signos del SNC pueden incluir depresión, ataxia, dolor, paresia, nistagmo hasta fenómenos convulsivos. DIAGNÓSTICO: Se utilizan métodos diagnósticos como la inmunofluorecencia indirec- ta (IFI), cultivos celulares. El diagnóstico también se realiza observando mórulas en los neutró- filos o realizando serología en fase aguda y convaleciente por IFI o detectando anticuerpos por ELISA, también usando la técnica de PCR. Existe muy poca reacción cruzada con E. canis. En USA no se conoce de infecciones crónicas, pero en Suiza en forma experimental se ha logrado en perros infección hasta por 6 meses. El uso de corticosteroides facilita la observación de las mórulas en los Neutrófilos, Arraga, C. 1998. Actualmente se ha dado mayor difusión del método rápido en plata- forma de ELISA, Kit Snap 4DX®-Idexx, el cual diagnostica A. pha- gocytophila aunque en estudios realizados en el centro de investiga- ción de IDEXX, se han obtenido reacciones cruzadas con A. platys, Idexx, 2006. ENFERMEDAD DE LYME (BORRELIOSIS CANINA) A principios de los años 70 misteriosas epidemias de artritis (inflama- ción de las articulaciones) se detectó en niños en la ciudad de Lyme, Conecticut en los EEUU y pueblos vecinos, a partir de lo cual se rea- lizan varias investigaciones y se determina una nueva entidad pato- lógica la bacteria Borrelia burdogferi causante de la enfermedad de Lyme en humanos y en perros Steven B. 2003. La mayoría de los perros casi nunca exhiben señales de la enferme- dad de Lyme, aunque hayan sido expuestos a la bacteria Borrelia burgdorferi. En ciertas áreas altamente endémicas de New York y New Jersey, los perros exhiben una razón de casi 90% de exposición según lo evidencia una encuesta serológica. Sin embargo, solo alre- dedor de un 4% de los perros exhiben señales de la enfermedad de Lyme, incluyendo cojera, poco apetito y fiebre, no así los casos posi- tivos en pacientes humanos en los cuales se observó una mayor inci- dencia. ESPECIES AFECTADAS: La enfermedad se ha detectado en roedores, ciervos, perros, huma- nos, y otros vertebrados pequeños los cuales son infestados por garrapatas del género Ixodes, que son vectores transmisores de esta enfermedad, convirtiendo a las especies infestadas en RESERVO- RIOS NATURALES de B. burdogferi. TRANSMISION Y VECTORES: En la transmisión, por mordedura o manipulación de garrapatas, con- taminadas por la bacteria su vector son garrapatas de género Ixodes del cual en América se ha identificado principalmente 2 especies que son: - Ixodes scapularis - Ixodes pacificus SINTOMATOLOGÍA: Por su signología también se la ha denominado como neuroborrelio- sis de Lyme, resultante de la infección del SNC con la espiroqueta. La mayoría de los caninos afectados presentaron poliartritis, linfoade- nopatía y fiebres concurrentes. Los signos de afección neurológica comprenden agresión, otros cambios en el comportamiento y convul- siones, Steven A. 2004. Se ha documentado que en el perro la enfermedad de Lyme general- mente es de evolución aguda a diferencia de la enfermedad de Lyme humana donde suelen describirse 3 fases. Sin embargo en algunos caninos puede presentarse una segunda fase (luego de la fase aguda), en la cual se han descrito algunos signos característicos como carditis (con bloqueo cardiaco completo), alteraciones renales e incluso síntomas neurológicos. Algunos perros desarrollan lesiones en los riñones (Lyme nefropatía) y posiblemente no respondan a los tratamientos con antibióticos. Interesantemente, los perros susceptibles a esta condición puede que no hayan sido protegidos por vacunas de Lyme ahora disponi- bles. De hecho, existe la preocupación de que la vacuna, posible- mente, sensibilice a un individuo genéticamente predispuesto a tener una reacción inmune mediada a los antígenos de Lyme más intenso o que la vacuna aumente el depósito del complejo antígeno-anticuer- po a los tejidos (Meryl P. Littman, VMD, DACVIM, Universidad de Pennsylvania - comm. Personal 2001). DIAGNÓSTICO: La respuesta humoral del sistema inmune a B. burdogferi, tarda en desarrollarse de 3 a 6 semanas, Steven A. 2004. El diagnóstico de la enfermedad en perros resultaba difícil, debido a que los signos y síntomas suelen ser inespecíficos. Ahora es más fácil, se relaciona la historia clínica del paciente (riesgo de exposición al vector de la enfermedad), signos clínicos, y la confirmación del diagnóstico en clínica mediante la utilización de una prueba de Elisa (Kit Snap 4DX®-IDEXX) Hiller, M. 1998. Este kit diagnóstico también puede diagnosticar simultáneamente tres enfermedades más de importancia zoonósica como son la dirofi- lariosis, erlichiosis y anaplasmosis transmitidas por la picadura de mosquito y garrapatas. El Kit Snap 4DX®- IDEXX determina la presencia de anticuerpos con- tra Borrelia burgdorferi y es el único que puede diferenciar entre ani- males vacunados y no vacunados (No existe la vacuna en el país). Además son de gran ayuda en el diagnósticolos resultados de las pruebas serológicas y la reacción rápida ante la antibioterapia. TRATAMIENTO: El tratamiento precoz con antibióticos puede ser efectivo, pero es importante seleccionar una droga con actividad frente a la espiroque- ta y que sea capaz de alcanzar elevadas concentraciones en el LCR. Hay muchas controversias acerca del tratamiento de la enfermedad de Lyme, especialmente cuando el paciente resulta positivo a la enfermedad sin mostrar signos clínicos de la misma. Lo más acepta- do en este aspecto es que, no vale la pena esperar que se presenten signos clínicos, se pueden administrar antibióticos al paciente como: Doxiciclina (8-10 mg/kg), VO dos veces al día durante un mínimo de 30 días; Amoxicilina (20 mg/kg), VO tres veces al día durante un míni- mo de 30 días Steven, A. 2004. RECOMENDACIONES: Las perreras, áreas de patios, se pueden tratar con una variedad de insecticidas residuales marcados para control de garrapatas en estos lugares. Los pesticidas que son identificados para el control de garrapatas en los exteriores incluyen bifenthrin, cyfluthrin, deltamethrin, esfenvale- rate, permethrin y tralomethrin. Siga las instrucciones en la etiqueta. No aplique ninguna sustancia identificada para perreras, patios y otras áreas exteriores sobre sus mascotas. Como recomendación todo perro que llegue a consulta veterinaria, con antecedentes de haber sido infestado por garrapatas o haber permanecido en lugares donde exista la presencia de estas es nece- sario realizar el examen de control por rutina una vez al año. BABESIOSIS CANINA (PIROPLASMOSIS) La babesiosis es transmitida cuando en la garrapata vector se encuentran formas infestantes de piroplasma, las cuales son transmi- tidas aproximadamente dos días después de haberse fijado en el perro. Si se elimina cuidadosamente y correctamente la garrapata de su hospedador, el riesgo de transmisión de la enfermedad, se reduce considerablemente. Una garrapata infestante, provocará la enferme- dad con más facilidad en animales jóvenes, enfermos o convalecien- tes. El pronóstico de la piroplasmosis es grave, aún cuando haya sido tratada a la perfección y precozmente. Es una enfermedad que afecta a los eritrocitos, provocada por proto- zoos intracelulares del género Babesia. Las especies que afectan de forma natural a los caninos son B. canis y B. gibsoni. De las cuales, B. canis es la más importante a nivel mundial. Es un microorganismo piri- forme, con un tamaño aproximado de 2,4 x 4-7 mm que aparece en forma aislada o en pares dentro del glóbulo rojo. El parásito permane- ce entonces en contacto directo con el citoplasma del eritrocito duran- te toda su evolución, en la cual dará lugar a merozoítos adicionales mediante un proceso de merogonia, es decir que la reproducción de la babesia se realiza por fisión binaria repetida. Pueden llegar a pre- sentarse hasta 16 merozoítos dentro de un eritrocito. Luego de dividir- se, abandonan dicha célula y se dirigen hacia otra para infectarla. Las garrapatas ingieren los merozoítos junto con la sangre de los ani- males infectados; una vez dentro, se produce la esquizogonia en las células epiteliales intestinales y da lugar a la formación de macrome- rozoítos, los que realizan sucesivos ciclos de esquizogonia en otros tejidos, incluyendo los oocitos y las células de las glándulas salivales del ectoparásito; es en este último sitio donde por medio de un ciclo de esquizogonia se generan los micromerozoítos infecciosos. El ciclo vuelve a iniciar cuando los esporozoítos alcanzan la sangre de un animal a través de la saliva de una garrapata infectada. Comúnmente la babesiosis canina se asocia a B. canis y B. gibsoni, las cuales son de distribución mundial. ESPECIES AFECTADAS: En la actualidad ninguna evidencia sugiere que la Babesia spp. que infecta a los perros y a los gatos pueda causar enfermedad humana. TRANSMISION Y VECTORES: La garrapata marrón del perro, Rhipicephalus sanguineus, es el prin- cipal vector de este protozoo, además de Dermacentor reticulatus. Si bien la vía más común de transmisión es la mordedura de las garra- patas vectoras, también puede ocurrir a través de la placenta y por medio de transfusiones sanguíneas. Cabe anotar que por su distribución el vector de mayor importancia es Rhipicephalus sanguineus. SINTOMATOLOGÍA: Patogenia: El periodo de incubación luego de la mordedura de una garrapata infectada es de 10-21 días. El huésped manifiesta una respuesta inmunitaria importante; sin embargo, el organismo no parece capaz de eliminar completamente la infección, y es por ello que los pacien- tes que se recuperan, suelen quedar como portadores crónicos del parásito. En cachorros menores de ocho meses es común que la res- puesta inmune sea deficiente, por lo cual la signología es más acen- tuada en estos pacientes. Uno a dos días posinfección se establece una parasitemia que se prolonga por alrededor de 4 días; durante los próximos 10 a 14 días no se hallan microorganismos en sangre peri- férica, pero al término de este periodo se desencadena una segunda parasitemia más intensa, alcanzando al día 20 el número máximo de parásitos en sangre. Los eritrocitos parasitados aumentan su fragilidad osmótica, provo- cando hemólisis y anemia asociada. No se ha visto correlación posi- tiva entre gravedad de la anemia y grado de parasitemia. La estasis vascular también contribuye a la producción de anemia aguda y a una gran variedad de signos asociados, ocurriendo la sedimentación más importante aparentemente a nivel de sistema nervioso central y mús- culos. La hipoxia tisular se relaciona con el desarrollo de diversos sig- nos ocasionados por la babesia y se sugiere que el daño tisular resul- tante induce la liberación de mediadores inflamatorios que incremen- tan el daño sistémico. HALLAZGOS CLÍNICOS: El curso de la enfermedad puede ser hiperagudo, agudo, crónico o subclínico. La presentación aguda es la más común, teniendo como signos clínicos clásicos pirexia, letargo, anorexia, y anemia aguda, con palidez de mucosas. También suelen observarse vómitos, trom- bocitopenia, linfadenomegalia y esplenomegalia y ciertas veces se aprecia hematuria, ictericia y petequias. Los animales con enferme- dad aguda generalmente se recuperan frente a una terapéutica ade- cuada. La infección subclínica es común en ciertas poblaciones caninas. Es una potencial fuente de infección para cachorros susceptibles en cen- tros de crianza. La mayoría de estos perros nunca presenta signos, y rara vez los presenta ante un episodio de estrés o luego de un trata- miento con glucocorticoides. Además, hay gran variedad de signos atípicos, que resulta difícil demostrar si se deben a babesiosis o son causa de otra enfermedad concurrente. Los signos incluyen alteraciones digestivas, respirato- rias, renales, musculoesqueléticas, y neurológicas, entre otras. DIAGNÓSTICO: Las principales alteraciones hematológicas son anemia y trombocito- penia. En escasos pacientes se presenta leucocitosis, neutrofilia, neutropenia, linfocitosis o eosinofilia. A veces se evidencia una auto- aglutinación de hematíes en solución salina, y muchos de los perros infectados son positivos a la prueba de Coombs, lo cual dificulta la diferenciación entre babesiosis y anemia hemolítica inmunomediada, cuando los hemoparásitos no se hallan en los frotis. Algunos pacien- tes pueden mostrar elevaciones en el tiempo de tromboplastina par- cial activada, tiempo de protrombina y tiempo de coagulación activa- da. La bioquímica sérica es normal, aunque algunos perros pueden pre- sentar hiperglobulinemia o variaciones en los niveles de potasio o glucemia. Al realizar el análisis de orina, puede observarse bilirrubi- nuria, hemoglobinuria, proteinuria y cilindros granulosos. La demostración de los hemoparásitos dentro de los eritrocitos o una serología positiva constituyen los métodos específicos para llegar al diagnóstico definitivo. Frecuentemente, el grado de parasitemia es bajo, lo que obliga a realizar un cauteloso examen del preparado para lograr la localizaciónde las babesias. Los frotis pueden ser teñidos con Wright, Giemsa o Diff Quik®, entre otros. Para obtener un mayor número de glóbulos rojos infectados se puede recurrir a la extracción de sangre de lechos capilares periféricos, como los márgenes auricu- lares, las uñas o el canto de las almohadillas plantares. Es común encontrar parasitados a los hematíes próximos a la capa leucocítica Los portadores crónicos o asintomáticos rara vez poseen eritrocitos con babesias en su interior, y en muchos casos se deben realizar pruebas serológicas mediante inmunofluorescencia indirecta para identificar a estos individuos. Este método es el más usado y seguro para detectar anticuerpos antibabesia; el hallazgo de títulos mayores a 1:40 en una muestra aislada es suficiente para confirmar el diag- nóstico de infección por B. canis o B. gibsoni. Un incremento de títu- los luego de 2 a 3 semanas indica una infección activa. Es importante aclarar que pacientes jóvenes que cursan los primeros días de la enfermedad pueden dar resultados falsos negativos; lo mismo ocurre con cualquier animal inmunosuprimido. En el mercado existen plataformas de diagnóstico, las cuales además complementan su diagnóstico con otras enfermedades como el Kit Snap 4DX®- Idexx. TRATAMIENTO: Se basa en la terapia de sostén y en la medicación babesiacida, indi- cados para disminuir la mortalidad y severidad de los signos clínicos, ya que puede resultar imposible eliminar completamente al parásito. El tratamiento de sostén posee importancia en cuadros graves, agu- dos e hiperagudos, teniendo como objetivos revertir el shock y corre- gir la anemia y acidosis metabólica severa. Cuando el hematocrito disminuye a 15%, está indicada la transfusión sanguínea. En caso de requerir hidratación, se prefieren las soluciones de crista- loides, sin embargo se debe tener la precaución de examinar correc- tamente al paciente para no desencadenar o exacerbar un edema pulmonar preexistente. Por otra parte, la hemoconcentración puede tratarse con cristaloides (120 ml/kg/24 horas) o con coloides (hetalmi- dón, 10-20 ml/kg). Una vez estabilizado el paciente, se debe proseguir con la quimiote- rapia antiprotozoaria. Existen varias drogas en el mercado que combaten en diferente grado las infecciones causadas por Babesia (ver tabla No. 1). La mejoría clínica de los pacientes suele evidenciarse transcurridas las 24 horas postratamiento. El dipropionato de imidocarb combate activamente la infección por babesia y elimina la infectividad de las garrapatas que se alimentan de animales tratados hasta por cuatro semanas después del trata- miento. Esta droga también es eficaz contra Ehrlichia canis y Hepatozoon canis, por lo tanto es el fármaco de elección en infeccio- nes combinadas; suele ser eficaz una segunda dosis a los 14 días de la primera. El metronidazol, a razón de 25 mg/kg cada 8 a 12 horas, o el clorhi- drato de clindamicina en dosis de 12,5 mg/kg/12 horas administrados oralmente por 2 o 3 semanas pueden ser efectivos mientras se aguarda la llegada de drogas más específicas. Una vez eliminadas las babesias del organismo, éste no desarrolla inmunidad protectora, y los animales son susceptibles a la reinfec- ción; en las zonas endémicas de babesiosis, donde no es posible la erradicación del microorganismo, el objetivo consiste sólo en reducir su replicación. LITERATURA CONSULTADA: 1. Dras. Ana Meneses y Laura Bouza. Laboratorio de Análisis Clínicos, Escuela de Medicina Veterinaria, Universidad Nacional de Caracas, 1996. 2. Dumler, J.S. et al. 2001. Reorganization of genera in the families Rickettsiaceae and Anaplasmataceae in the order Rickettsiales: unification of some species of Ehrlichia with Anaplasma, Cowdria with Ehrlichia and Ehrlichia with Neorickettsia, descriptions of six new species combinations and designation of Ehrlichia equi and ‘HE agent’ as subjective synonyms of Ehrlichia phagocytophila. International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology 51: 2145-2165. 3. Dr. Javier López, MVZ, Revista Veterinaria. EXTRACTO DE LA CHARLA DICTADA EN LA REUNIÓN DE ASAMBLEA DEL 13 DE MAYO DEL 2003 POR: www.petsalud.cl. 4. Steven B. Jacobs, Decano Asociado de Extensión, Universidad de Pennsylvania State 2005, Revisado Septiembre 2003. Las cuatro garrapatas comunes de Pensilvania. 5. T. Wanerl and S. Harrus2 11srael Institute for Biological Research, Ness-Ziona, Israel 2Veterinary Teaching Hospital, School of Veterinary Medicine, The Hebrew University of Jerusalem, Rehovot, Israel. Traducido por: A. N. Aprea, Clínica de Pequeños Animales, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional de La Plata, Argentina., (4-0ct-2004). www.ivis.org. 6. Nelson, R.; Couto, C.G. 1998. Small animal internal medicine. 2a Edición. Editorial Mosby. Capítulo 104: 1318-1320, 1337. 7. Nelson, R.; Couto, C.G. 2005. Small animal internal medicine. 2a Edición. Editorial Intermédica. Capítulo 78-79: 1318-1320, 1337. 8. Acquired Thrombocytopenia. 2003; Merck & Co., Inc. in coopera- tion with Merial Ltd. Disponible desde:URL:http://www.merckvetma- nual.com/mvm/index.jsp?cfile=htm/ bc/10606.htm. 9. Ehrlichiosis y anaplasmosis humana, José Antonio Oteo ( del European Network for Surveillance of Tick-Borne Diseases (EC QLK2-CT-2002-01293).) Philippe Brouqui y del European Network for Surveillance of Tick-Borne Diseases. 2005. Genérico (comercial) Dosis (mg/kg) Vía Intervalo Duración (días) B. canis Diproponato de imidocarb (Imizol) 5-6.6 7.5 IM IM 14 días Una vez 14 +++ Aceturato de diminaceno (Berenil, Ganaseg) 3.5 IM Una vez - +++ Isetionato de fenamidina (Lomadine, Phenamidine) 15 SC 24 Hs 2 +++ Sulfato de quinuronio (Acaprin) 0.25 SC 48 Hs 2 ++ Isetionato de pentamidina (Pentam 300) 16.5 IM 24 Hs 2 + Azul tripano 10 IV Una vez - + Doxiciclina (Vibramycin) 10 PO 12 Hs 7-10 + Fosfato de primaquina (Primaquine) 0.5 IM Una vez - ? Clindamicina (Antirobe, Cleocin) 12.5-25 PO 12 Hs 7-10 ? Azitromicina (Zithromax) 5-10 PO 12 Hs 7-10 ? Atovacuona (Mepron) 13.3 PO 8 Hs 5-7 ? Tabla No. 1. Adaptado de Craig E. Greene. Enfermedades infecciosas en perros y gatos. 2° Edición. Editorial McGraw-Hill Interamericana.
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