Logo Studenta

Musicoterapia para Depressão

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

La Musicoterapia como una Nueva Forma para el Tratamiento de la Depresión: una 
Revisión Sistemática. 
 
 
 AUTORA 
VALENTINA NARANJO RODRIGUEZ 
Presentado para obtener el título de: Psicóloga 
 
ASESORA 
Paula Alexandra Atehortua Rivera 
 
 
 
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA 
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN 
CARRERA DE PSICOLOGÍA 
Pereira 
2021 
La Musicoterapia como una Nueva Forma para el Tratamiento de la Depresión: una 
Revisión Sistemática. 
 
 
Music Therapy as a New Way to Treat Depression: A Systematic Review. 
 
 
Valentina Naranjo Rodriguez* 
Universidad Católica de Pereira 
valentina1.naranjo@ucp.edu.co 
 
 
*Estudiante de Psicología de la Universidad Católica de Pereira 
 
Resumen 
 Este trabajo tiene por objetivo identificar la evidencia empírica del uso de la 
musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la disminución de su 
sintomatología. Esta revisión sistemática permite ser un referente para el surgimiento de 
nuevas preguntas alrededor de la efectividad de este tipo de tratamientos para la depresión, los 
cuales podrían incentivar el uso de estas estrategias de manera que pueda extenderse su 
aplicación y sus beneficios a toda la población, Teniendo en cuenta que la musicoterapia es 
una intervención qué abarca un gran rango poblacional qué incluye niños, adolescentes y 
adultos mayores. 
 
mailto:valentina1.naranjo@ucp.edu.co
Palabras clave: Musicoterapia, depresión, intervención, tratamiento. 
Abstract 
 The objective of this work is to identify the empirical evidence of the use of music therapy 
for the treatment of depression and its usefulness in reducing its symptoms. This systematic 
review allows us to be a reference for the emergence of new questions about the effectiveness 
of this type of treatments for depression, which could encourage the use of these strategies so 
that their application and benefits can be extended to the entire population. Taking into 
account that music therapy is an intervention that covers a large population range, which 
includes children, adolescents and the elderly. 
 
 
Key words: Music therapy, depression, intervention, treatment.
 
 
Introducción 
 
El CIE-10 (2008) ubica la depresión dentro de los trastornos de tipo afectivo, y en 
ella se evidencian episodios depresivos y el trastorno depresivo recurrente. Entre sus 
síntomas se encuentra; el decaimiento del ánimo, reducción de la energía y disminución de 
la actividad; se deteriora la capacidad para disfrutar, perdida de interés, dificultad para 
concentrarse, cansancio persistente, perturbación del sueño y diminución del apetito. 
También suelen ser comunes problemas en la confianza, sentimientos de inutilidad y de 
culpa. La OMS (2017) describe la depresión como un trastorno mental caracterizado por la 
presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de 
autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de 
concentración. Además, esta se caracteriza fundamentalmente porque las respuestas 
emocionales suelen ser mayores ante breves problemas de la vida cotidiana. 
La depresión puede ocurrir por esquemas cognitivos de vulnerabilidad originados en 
la infancia con experiencias vitales negativas, generando pensamientos de negatividad que 
se generalizan a las diversas situaciones, personas, hacia sí mismo y el mundo. En este 
sentido, la depresión se manifiesta como parte de una lectura negativa generalizada a todos 
los aspectos de la vida de quien la padece, al punto de afectar la cognición, las emociones y 
el comportamiento. (Beck., et al., 2010) Así, se originan una serie de síntomas de carácter 
emocional, tales como tristeza, sentimientos de poca valía, irritabilidad y falta de placer en 
las actividades realizadas que se vivencia de una forma aguda y que incapacita a la persona 
como parte de este esquema de negativismo (Beck, et al., 2010). 
La depresión se ha posicionado como uno de los trastornos mentales con mayor 
prevalencia en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud (2021) afecta a 
más 300 millones de personas alrededor del mundo, siendo una de las enfermedades que 
generan mayor discapacidad en la actualidad, afectando considerablemente la calidad de 
vida y la funcionalidad del sujeto que la padece. En Colombia, según el último informe de 
la Encuesta Nacional de Salud Mental (MinSalud, 2015), el 80% de la población 
encuestada entre los 18 y los 44 años han tenido de 1 a 3 síntomas depresivos. 
Dado que es una afección multicausal, los tratamientos pueden ser variables y estar 
enfocados hacia ciertos componentes específicos. Las terapias conductuales se caracterizan 
por utilizar una metodología científica y centrarse en mejorar las habilidades sociales y de 
comunicación, incorporar conductas funcionales como la aserción positiva y negativa, 
aumento del refuerzo positivo contingente a la respuesta de conductas adaptativas y 
disminución de experiencias de vida negativas. La terapia cognitiva de Beck aborda los 
esquemas cognitivos disfuncionales a través del reconocimiento de las cogniciones, siendo 
un enfoque de psicoeducación activo, directivo, estructurado y orientado al problema. La 
terapia interpersonal tiene el objetivo de identificar y buscar soluciones en penas no 
resueltas, disputas interpersonales, roles de transición y déficits personales como el 
aislamiento social. Por último, los tratamientos farmacológicos como la Fluoxetina, la 
Sertralina y la Paroxítona actúan a nivel orgánico y en el sistema nervioso incidiendo 
positivamente en las emociones y el comportamiento (Vásquez, Muñoz y Becoña, 2000). 
No obstante, en los últimos años se han desarrollado nuevas estrategias de intervención 
tales como la musicoterapia. 
La musicoterapia es una forma de intervención terapéutica relativamente nueva en 
términos científicos, sin embargo, sus usos terapéuticos datan del año 1284 a.C. siendo uno 
de los casos más reconocidos el de Herófilo, quien regulaba la pulsación arterial de acuerdo 
con las escalas musicales. Hacia mitad del siglo XIX la música empezó a surgir como 
terapia especialmente en la medicina, pero como técnica terapéutica con fundamento 
científico y su incorporación al mundo universitario surge hace aproximadamente 50 años 
(Palacios, 2001). No obstante, es fácil deducir que se trata de usar la música como terapia, 
dado que la música hace parte de la cotidianidad de las personas y en general se reconoce el 
poder de esta para sanar (Bruscia, 2006). Esta hace parte de las llamadas terapias creativas 
junto con el arte terapia y/o la danza terapia y no se le considera únicamente como una 
terapia alternativa o complementaria como en algunas ocasiones se ha creído, en donde se 
le concibe como un valor agregado a otras terapias más comúnmente utilizadas como la 
psicoterapia o la farmacológica. Contrario a esto, se trata de una forma específica de 
intervención que en sí misma brinda resultados efectivos significativos (Blasco, 2001) 
Por su lado, la Asociación Estadounidense de Musicoterapia la define como “el 
empleo de la música para alcanzar objetivos terapéuticos: la recuperación, conservación y 
mejoría de la salud mental” (NAMT, 1980, p1). Para comprenderla mejor, es necesario 
entender su naturaleza transdisciplinar, al integrar la música y la psicoterapia. A su vez es 
un arte (ocupándose de la subjetividad, la individualidad, la creatividad y la belleza), una 
ciencia (ocupándose de la objetividad, la universalidad y la verdad) y un proceso 
interpersonal (ocupándose de la empatía, la intimidad, la comunicación, la reciprocidad y 
los vínculos de roles) (Bruscia, 2006). 
La musicoterapia es una ciencia sumamente diversa en tanto puede ser aplicada en 
escuelas, hospitales, clínicas, centros de rehabilitación, ancianatos, centros de desarrollo 
infantilo instituciones de salud mental. En este mismo orden, se aplica a una amplia gama 
de pacientes con distintas condiciones tales como el autismo, los trastornos emocionales, 
trastornos psiquiátricos, deficiencia mental impedimentos visuales, auditivos, motores y del 
lenguaje, problemas de aprendizaje, víctimas de abuso y problemas de conducta, adicción a 
sustancias, personas ancianas, personas con enfermedades terminales, etc. (Bruscia, 2006). 
Blasco (2001) afirma que la musicoterapia puede considerarse una de las formas 
más efectivas para el tratamiento de las dolencias emocionales debido a que la música actúa 
en el ser humano de forma inmediata, es decir, las respuestas a los estímulos auditivos 
musicales son automáticos, esto debido a que la música es una habilidad natural inserta en 
el aparato biológico que data desde el mismo periodo de gestación (muestra de ello son las 
reacciones y los movimientos que la voz de la madre genera en el bebé). De un modo más 
específico, a nivel neurobiológico la música actúa sobre el cerebro estimulando las 
conexiones neuronales, segregando neurotransmisores, hormonas y endorfinas (Cazalilla, 
2016). 
Como instrumento terapéutico, la musicoterapia beneficia distintas dimensiones: a 
nivel bioquímico la música favorece las secreciones glandulares (hormonas, 
neurotransmisores y neuromoduladores); a nivel fisiológico acelera o disminuye el ritmo 
cardiaco y el pulso, regula la presión sanguínea y el ritmo respiratorio; a nivel motriz 
favorece la coordinación y la movilidad; a nivel cognitivo, permite el desarrollo de la 
capacidad de la atención sostenida, facilita el aprendizaje, desarrolla la memoria, ayuda al 
proceso de razonamiento, facilita las relaciones tiempo espáciales, estimula la imaginación 
y la creatividad; a nivel psicoemocional, refuerza la autoestima y la personalidad mediante 
la auto realización, permite elaborar pautas de conducta que facilitan la integración social, 
libera la energía reprimida y permite conseguir el equilibrio personal a través del ritmo y 
sensibiliza afectiva y emocionalmente a través de los valores estéticos de la música 
(Bruscia, 2006; Santander, 2019; Ushiña, 2017). 
Entre las ventajas del uso de la musicoterapia se tiene las respuestas fisiológicas a la 
música y su facilidad para penetrar en el mundo emocional de quien la recibe, pero una de 
las mayores ventajas es que se considera una terapia motivadora, pues una gran parte de las 
personas gusta de la música, lo cual la hace más sencilla de motivar a realizarla frente a 
otras intervenciones (Santander, 2019). 
En el campo de intervención de la depresión, la musicoterapia ha demostrado ser 
efectiva en la reducción de sintomatología en casos graves, moderados y leves, ya que la 
música en estos contextos facilita la expresión emocional, genera cambios en algunos 
sistemas de neurotransmisión cerebral, la música fomenta la creatividad, enriquece el 
proceso sensorial, cognitivo y los procesos motores, produce distintos estados de ánimo, 
además permite la exploración, expresión, contención y resolución de emociones 
conflictivas (Martínez, Gutiérrez y Delia, 2014; López de la Vega, 2020). 
Distintos estudios han reportado la efectividad de la musicoterapia en intervenciones 
con pacientes geriátricos y su efectividad en la diminución de sintomatología depresiva, por 
ejemplo, en el caso de la demencia, (Wall y Duffy, 2010; Zhang., Et al, 2017) e igualmente de 
la depresión en pacientes psiquiátricos, pues se ha resaltado su efectividad en el tratamiento 
de la misma gracias a que no presenta efectos adversos o secundarios y puede potencialmente 
reducir los costos de tratamiento en estos pacientes (Corimanya y Sotelo, 2019). Así, la 
musicoterapia ha sido comparada con otras intervenciones en pacientes psiquiátricos con 
síntomas depresivos tales como la terapia de ejercicio físico y la terapia basada en TICS, 
siendo la musicoterapia la que mejor resultados obtuvo en la disminución de la depresión 
estadísticamente significativos (Iranzo, 2016). Del mismo modo y en este mismo ámbito, 
otros estudios han identificado que la musicoterapia no ha resultado efectiva en el tratamiento 
de la depresión, especialmente en pacientes con demencia, sin embargo, estas hipótesis han 
apuntado a que los estudios revisados no proporcionan el suficiente rigor metodológico 
(Espino y Manzilla, 2018). 
En este sentido, esta revisión sistemática tiene el objetivo de identificar la evidencia 
empírica del uso de la musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la 
disminución de su sintomatología. Por lo tanto, los objetivos específicos incluyen: 
identificar en qué síntomas de la depresión opera con mayor efectividad la musicoterapia y 
reconocer las técnicas de intervención utilizadas en la musicoterapia en los pacientes 
depresivos. 
La depresión se ha convertido en una psicopatología recurrente a nivel mundial, ya 
que la OMS ha descrito que más de 300 millones de personas la padecen o han padecido 
alguna vez. Sus tratamientos más comunes y específicos intervienen a la psiquiatría y la 
psicología. No obstante, resulta fundamental adoptar nuevas perspectivas de intervención 
que puedan ser integrales y con mayor impacto positivo en las personas y comunidades, ya 
que a pesar de que las intervenciones tradicionales resultan ser efectivas, la música integra 
otros aspectos psicológicos en la depresión que pueden impactar positivamente la salud 
emocional del paciente, al operar a nivel fisiológico, bioquímico, cognitivo, motor y 
emocional que son abordadas de una forma integral en esta forma de terapia, y que ha 
demostrado eficacia significativa frente incluso a la terapia farmacológica (López, 2020; 
Tous, 2019). 
Esta revisión sistemática permite ser un referente para el surgimiento de nuevas 
preguntas alrededor de la efectividad de este tipo de tratamientos para la depresión, los 
cuales podrían incentivar el uso de estas estrategias de manera que pueda extenderse su 
aplicación y sus beneficios a toda la población, teniendo en cuenta que la musicoterapia es 
una intervención que abarca un amplio rango poblacional, que incluye niños (as), 
adolescentes, adultos, adultos mayores (Bruscia, 2006) y atiende problemas en el ámbito 
hospitalario como pacientes oncológicos (Díaz, 2020; Martí, Mercadal y Solé, 2015; 
Yañez, 2011), dolor crónico y cuidados paliativos (Vásquez y González, 2021) y hasta en 
recuperaciones post quirúrgicas (Mártínez Et al., 2020); así como problemas de tipo 
psiquiátrico y psicológicos como el Alzheimer (López, 2020; Miró, 2021), la demencia 
(García, 2021) o el autismo (Padilla y Machín, 2020; Porras, 2021) 
A nivel práctico, este proyecto da un aporte de gran relevancia al demostrar las 
técnicas propias que emplea la musicoterapia en el tratamiento de la depresión, ya que 
existen dos técnicas de intervención: basada en la recepción (el musicoterapeuta es quien 
hace la música) y basada en la actuación (el sujeto es quien produce la música), una vez 
elegida la forma, las técnicas concretas incluyen improvisación instrumental, improvisación 
vocal, canción y escucha y audición (Oneca, 2015), lo cual brinda una variedad de 
posibilidades que podrían ajustarse mejor a las necesidades y la características de la 
persona beneficiada. Así mismo esta revisión pretende proveer información de la 
efectividad de la musicoterapia en la depresión y servirse de consulta a futuras 
investigaciones. De hecho, esto permitirá demostrar la eficacia y fomentar el uso de la 
misma para su tratamiento y, en el ámbito de la psicología, ya que es una de las disciplinas 
que más se interesa por el fenómeno de la depresión, al implementar en el futuro estas 
técnicas dentro de las intervenciones o en el trabajo interdisciplinario con musicoterapeutas. 
Método 
 
Búsqueda de la información 
 
La búsqueda de artículos se realizó en la basede datos SCOPUS, Science Direct y 
PubMed utilizando los términos de búsqueda y la combinación “Music therapy”AND 
“Depression”, arrojando un resultado total 1087 documentos en Scopus, 2408 en Science 
Direct y 2443 en PubMed. En todas las bases de datos se aplicaron los filtros de idioma, 
disciplina y tipo de documento. 
Se tuvieron en cuenta los artículos que cumplieran con los siguientes criterios de 
inclusión: sólo artículos en inglés y español, sólo documentos de psicología, sólo artículos 
aplicados, artículos comprendidos entre el año 2000 y el 2021 (ya que en el 2000 se 
empieza a incrementar el número de publicaciones sobre este problema de investigación) y 
documentos en los que se utilice la musicoterapia con otras intervenciones (como 
farmacológica o psicoterapéutica). Los criterios de exclusión para no tomar en cuenta 
artículos para la presente investigación son: pacientes con comorbilidades, pacientes no 
diagnosticados con depresión clínica y artículos teóricos. 
Proceso de selección de artículos 
 
El procedimiento realizado para la búsqueda de los artículos fue ingresar a las bases 
de datos con los términos de busqueda “Music Therapy” AND “Depression”, haciendo una 
revisión del número total de artículos arrojados. Para delimitar el número de artículos y 
acercar la búsqueda hacia las necesidades de esta revisión se aplicaron los filtros de idioma 
(artículos en inglés y español) tipo de documento (artículos de investigación) y disciplina 
(psicología). 
Aplicados los filtros, se procedió a realizar la lectura de los títulos y los resúmenes 
de los artículos para descargar aquellos que coincidieran con los criterios de búsqueda. Una 
vez descargados se creó una carpeta donde fueron consignados los documentos a los que se 
le aplicaron los criterios de inclusión y exclusión. Para la discriminación y organización de 
los documentos se crearon dos carpetas, una de documentos repetidos y otra de documentos 
que no se incluyeron en la revisión por no cumplir con los criterios de inclusión. En este 
sentido, a los documentos seleccionados que cumplían con los criterios de inclusión se les 
realizó una lectura completa y la información fue consignada en una matriz de datos con las 
siguientes columnas o variables de codificación. 
Variables de codificación 
 
La información recolectada a través de los artículos se organizó en una matriz de 
datos en los que se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos: nombre del artículo, autores, 
país, idioma, año, metodología (población, edad, sexos, características, participantes y tipo 
de grupo, instrumentos, variable (s) evaluadas), proceso de intervención (número de 
sesiones de musicoterapia, duración, periodicidad, tipo de intervención, objetivos y 
descripción de la actividad), resultados, limitaciones, discusión/conclusiones y 
recomendaciones. 
Resultados 
 
Tabla 1 
 
Base de datos artículos 
 
 
Base de 
datos 
Términos de 
búsqueda 
Resultados 
arrojados 
Resultados 
aplicados 
post filtro 
Artículos 
descargados 
después de 
lectura de título 
y resumen 
Scopus "Music Therapy" 
AND "depression" 
1087 195 17 
Science 
 
Direct 
"Music Therapy" 
AND "depression" 
2408 336 5 
Pub Med "Music Therapy" 
AND "depression" 
2443 145 16 
Nota: Fuente, elaboración propia 
En total, la búsqueda inicial en las distintas bases de datos arrojó un total de 5938 
artículos (Scopus: 1087; ScienceDirect: 2408; PubMed: 2443). Al aplicar los filtros en las 
distintas bases de datos se obtuvo un total de 676 documentos (Scopus: 195; ScienceDirect: 
336; PubMed: 145), de los cuales fueron descargados 38 tras la lectura de los títulos y el 
resumen (Scopus: 17; ScienceDirect: 6; PubMed: 6) (ver tabla 1). 
Figura 1 
Diagrama de flujo PRISMA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nota: Tomado de Page McKenzie, Bossuyt, Boutron I, Hoffmann, Mulrow, et al. 
 
The PRISMA 2020 statement: an updated guideline for reporting systematic reviews. BMJ 
2021;372:n71 
 
Informes excluidos 
duplicados (n = 10) 
protocolos (n =1) 
comorbilidades (n = 5) 
No diagnosticados: (n=5) 
Artículos teóricos (n=6) 
 
Informes para evaluar 
(n = 39) 
 
Informes publicados 
(n = 10) 
 
Informes para revisar 
(n = 39) 
 
Registros excluidos 
(n = 629) 
 
Registros examinados 
(n =676) 
P
o
n
e
r 
e
n
 p
a
n
ta
ll
a
 
Id
e
n
ti
c
a
c
ió
n
 
In
c
lu
id
o
s
 
Identificación de estudios a través de base de datos 
 
 
 
Registros identificados 
(n =593) 
 
 
 
Registros eliminados antes de 
selección 
(n =676) 
Estudios incluidos en revision 
(n = 12) 
Informes de estudios incluidos 
(n = 12) 
Se excluyeron en total 629 artículos en el post filtro, de los cuales, al leer el título y 
el resumen quedaron 39 documentos. De los artículos se identificaron y eliminaron 10 
artículos que se encontraban repetidos. Posteriormente fueron aplicados los criterios de 
inclusión y exclusión obteniendo un total de 12 artículos que fueron los que hicieron parte 
de la matriz de datos y 27 que fueron descartados por no cumplir con los criterios, ya que 
algunos de ellos eran 10 documentos duplicados, 1 era de protocolo de intervención, 5 
trabajaron otras comorbilidades como ansiedad, 5 eran artículos con población no 
diagnosticada y 6 artículos teóricos (ver gráfica 1). 
Todos los artículos que hicieron parte de la matriz de datos están escritos en lengua 
inglesa. Entre los países de publicación de los artículos se identificó: Londres (1), China 
(3), Tailandia (1), Taiwan (2), México (1), Iran (1), Corea (1), Holanda (1) y uno de los 
artículos no especifico el país de publicación. Los años de publicación de los artículos 
fueron: 2004 (1), 2009 (2), 2010 (1), 2011 (1), 2014 (1)2016 (1), 2018 (2), 2019 (1), 2020 
(1) y 2021 (1). 
 
Respecto a los aspectos de la población relacionada a los estudios, se identificó que 
las edades de los participantes oscilaron entre los 18 y los 93 años de edad, es decir, que los 
artículos admitieron en su población de estudio adolescentes, adultos, y personas de la 
tercera edad, tanto de sexo masculino como femenino: en el 58,1% de los artículos la 
población incluía personas mayores de 60 años , el 33.2% de los artículos solo incluían 
personas de la tercera edad, sólo en el 8.3% de los artículos se evidenció que su población 
fue únicamente de género femenino y en el 91.7%% de los artículos restantes, la población 
fue de ambos sexos. 
Todos los participantes de estos articulos tuvieron diagnosticos de depresión leve, 
moderada o severa, en los que se incluian pacientes psiquiatricos hospitalizados (en el 
24,9% de los articulos), pacientes ambulatorios o pacientes comunitarios, El numero de 
participantes de los estudios fue variable: el articulo que menos participantes incluyó fue de 
9 personas y el articulo que mayor población vinculó tuvo 107 personas. Los tipos de 
grupos incluyeron: grupo control y grupo experimental, grupo control solamente y grupo 
focal. 
Frente a la intervención, el 91,7% de los articulos utilizaron la modalidad grupal y 
sólo el 8.3% de ellos empleo el metodo inidividual de musicoterapia. El 16.6% de los 
artículos implementaron 8 sesiones de musicoterapia, siendo las que menos usaron, el 
58.1% de los artículos usaron 10 o más sesiones y el 8.3% de ellos utilizo 40 sesiones, el 
16.6% de los artículos no mencionaron el numero de sesiones empleadas. Estas sesiones 
tuvieron duraciones distintas, las intervenciones de musicoterapia con menor durción 
emplearon de 30 a 50 minutos (el 41.5% de articulos) otros emplearon 60 minutos (el 
33.2% de los articulos) unos cuantos de 90 hasta 120 minutos (2 articulos), sólo 1 de los 
articulos no mencionó la duracion. Frente a la periodicidad, se identifico que 8 articulos 
realizaron las sesiones de musicoterapia de 1 a 3 veces por semana, el 8.3% articulo cada 
quince días, 8.3% articulomencionó realizarla todos los días en las noches y en el 16.6% 
articulos no se especificó este aspecto. 
En la tabla n°2 se evidencian los resultados de los artículos sistematizados y la 
intervención. Frente al objetivo específico de reconocer las técnicas de intervención 
utilizadas en la musicoterapia en pacientes depresivos se identificó que la musicoterapia 
grupal fue una de las más utilizadas, de hecho, el 91.7% del 100% de los artículos que 
hicieron parte de la matriz utilizaron esta forma de intervención. Se identificaron distintas 
técnicas para llevar a cabo la musicoterapia. Por un lado, la musicoterapia basada en la 
composición, la cual consistía en la producción musical por parte del paciente (componer 
canciones, tocar ritmos con instrumentos de percusión), en este sentido, los 
musicoterapeutas facilitaban las herramientas rítmicas (es decir, de realizar improvisaciones 
de acuerdo a las producciones musicales específicas de los pacientes). Por ejemplo, en una 
de las intervenciones se utilizaron la composición y la improvisación manual para crear un 
CD, esto con el objetivo de usar la música como un medio de expresión y sentido 
emocional y de sentido de las experiencias, en donde los participantes percibieron una 
sensación de logro y propiedad. 
En otros estudios realizaron actividades como canto en grupo y uso de instrumentos 
de percusión como las maracas o las baquetas rítmicas, los cuales fueron empleados del 
mismo modo en prácticas de conjunto musicales (es decir, donde todos los pacientes que 
hicieron parte de las sesiones de musicoterapia hacían música de manera conjunta). Se 
identificó en el 33.2% de los artículos que la musicoterapia se realizó por medio de la 
técnica de improvisación es decir (crear música ya sea con instrumentos o letras escritas por 
los participantes) en el 41.5% fue reproducción de música ya existente y en 8.3% de los 
estudios no se especificó. 
En otras intervenciones utilizaron la musicoterapia receptiva que consistía en 
escuchar la música de acuerdo a unos criterios elegido por el musicoterapeuta (estos 
criterios especialmente basados en evidencia científica de qué tipo de música beneficia más 
el cerebro). En algunas se utilizó música occidental (como el jazz, el pop, el rock, la música 
clásica europea). Otros emplearon música clásica y barroca (pues a criterio de los 
investigadores, se le considera como la música con mejores beneficios para el paciente). En 
este mismo orden, algunos estudios prefirieron utilizar música instrumental o que la música 
empleada en las sesiones de musicoterapia receptiva fuera elegida por los mismos 
pacientes. 
Finalmente, frente al objetivo de identificar la utilidad de la musicoterapia en 
pacientes depresivos y la disminución de su sintomatología, se evidenciaron resultados 
divididos. Por un lado, en algunos artículos la musicoterapia resulto ser efectiva en los 
grupos experimentales frente a los grupos de control, es decir, en donde no fue utilizada la 
musicoterapia, siendo estos en algunos casos estadísticamente significativos. Por ejemplo, 
cuando realizaron las mediciones después de emplear las sesiones de musicoterapia con el 
inventario de depresión de Beck, se redujo el nivel de depresión en los pacientes y, por 
ende, reducción de los síntomas asociados a este. En otro caso, la musicoterapia activa (es 
decir, la que usaba la composición o la improvisación) resulto ser más efectiva que la 
musicoterapia receptiva (es decir, escuchar música), más específicamente cuando los 
pacientes elegían la música que podían escuchar. 
 
 
Tabla 2 
 
Resultados de los artículos de la matriz 
 
 
Artículo Intervención Resultados 
Windle, Hickling, 
Jayacodi & Carr 
(2019). 
El tratamiento se basó en una composición e 
improvisación manualizada para crear un CD 
o un producto final similar. La composición 
de canciones se describió como un medio para 
dar sentido a los sentimientos y las 
experiencias. 
En este estudio hubo un impacto significativo de la habilidad 
musical previa de los participantes, hubo una sensación de 
logro y propiedad en la creación de su CD, así como en el 
descubrimiento de nuevas habilidades tocando instrumentos y 
cantando. 
Shandong (2021). Los pacientes del grupo de control fueron 
tratados con fármacos antidepresivos 
convencionales. Los pacientes del grupo de 
observación agregaron la musicoterapia a la 
terapia convencional. 
La puntuación de los pacientes en el grupo de observación 
después del tratamiento fue significativamente más alta que la 
del grupo de control. La diferencia fue 
estadísticamente significativa frente a los niveles de 
depresión. 
Atiwannapat, 
Thaipisuttikul, 
Poopityastapornb & 
Katekaewa (2016). 
Las sesiones comenzaron con la escucha de 
música. Las principales intervenciones fueron 
1) análisis de letras, 2) escritura de canciones 
y 3) creación de dibujos mientras escuchaban 
música. 
La reducción fue ligeramente mayor en el grupo activo que en 
el grupo receptivo. Aunque hubo una tendencia hacia mejores 
resultados en la depresión auto informada y la calidad de vida, 
las diferencias no fueron estadísticamente significativas. 
 
 
Hsu & Lai (204) La intervención musical consistió en una 
elección de uno de los seis tipos de música en 
CD. La presentación de la música 
a los participantes estuvo acompañada de 
breves instrucciones sobre su uso. Las 
opciones incluían cuatro tipos de música 
occidental y dos de música china para quienes 
las prefirieran. 
Las diferencias significativas mostraron que el grupo de 
música tenía mejores puntuaciones depresivas que el 
grupo de control. 
Castillo, Gómez , 
Calvillo, Pérez y 
Mayoral, (2010). 
Los pacientes fueron asignados aleatoriamente 
al grupo de musicoterapia (música clásica y 
barroca).La exposición a la música se 
proporcionó en sesiones únicas auto 
administradas y el grupo de psicoterapia 
basada en terapia conductual. 
Los resultados muestran un efecto estadísticamente 
significativo con el grupo de musicoterapia que reveló una 
mejor mejoría en sus síntomas en relación al grupo de 
psicoterapia. 
Esfandiari & 
Mansouri (2014). 
Fueron asignados aleatoriamente a tres 
grupos: (1) grupo experimental que recibe 
música ligera; (2) Grupo experimental que 
recibe música pesada; (3) Grupo de control. 
La música se aplicó con un reproductor mp3 
conectado a un altavoz. Los participantes 
escucharon música en grupos de 10 personas. 
Los resultados mostraron que los participantes de ambos 
grupos experimentales informaron 
niveles reducidos de depresión. Los grupw3os experimentales, 
obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en el 
Inventario de depresión de Beck en comparación con los otros 
dos grupos. 
 
 
Feng ,Chang,Hsien & 
Crawford (2019). 
Se utilizó el Método Bonny de imágenes 
guiadas y música: Es una forma de 
psicoterapia individual que favorece el 
contacto con el mundo interior a través de la 
audición musical en estado profundo de 
relajación. 
Los pacientes experimentaron un viaje de relajación, una 
salida de sentimientos y experimentaron seguridad y apoyo 
como resultado de la liberación de tensión. 
Liao, Tan, Chong & 
Chua (2018). 
Los individuos asignados al azar al grupo de 
intervención recibieron música combinada y 
Tai Chi administrados dentro de su grupo 
como terapia de grupo. Esta terapia involucró 
24 movimientos al estilo del Tai Chi de Yang, 
acompañados de suave y relajante música 
folclórica china. 
El verdadero efecto de la música combinada y el Tai Chi en el 
alivio de los síntomas depresivos entre las personas mayores 
que viven en la comunidad fue asegurado. 
Lim & Jeong (2014) La musicoterapia fué desarrollada por el 
terapeuta, que incluía tocar pequeños 
tambores, tocar instrumentos rítmicos, 
actividades relacionadas con la infancia, tocar 
el timbre de tono o canto improvisado.Los resultados de este estudio mostraron que las terapias de 
arte y música redujeron el nivel de depresión en los ancianos, 
pero no tuvieron ningún efecto sobre las capacidades 
cognitivas. Sin embargo, los estudios demostraron que las 
capacidades cognitivas y los síntomas de depresión están 
estrechamente relacionados que el deterioro cognitivo . 
Aalbers, Spreen, 
Pattiselanno, Verboon, 
Tanto el estudiante como el musicoterapeuta 
improvisaron con instrumentos. El terapeuta 
Todos los estudiantes informaron mejoras en la depresión. 
Todos experimentaron sentirse más capaces de hablar sobre 
 
 
Vink & Hooren 
(2020). 
invitó al estudiante a elegir un instrumento y 
reflejó la elección de los estudiantes, luego 
alentó al estudiante a iniciar la improvisación 
musical reflejada verbalmente, utilizando la 
tarjeta de regulación de emociones. 
sus sentimientos, tanto negativos como positivos. Ninguno 
informó un empeoramiento de la regulación de las emociones. 
Chan, Mok & Yuk 
(2019). 
La intervención musical consistió en una 
selección de cuatro tipos de música. Durante 
el estudio, a los participantes del grupo 
experimental se les proporcionó un 
reproductor MP3 con auriculares para 
escuchar la música de su elección entre una 
selección de música suave y lenta 
sin letra. 
No se encontraron diferencias estadísticamente significativas 
para ninguna de las variables entre 
los dos grupos. 
Punkanen, Fachner, 
Ruona, Tervaniem, 
Vanhala & Gold 
(2011). 
La expresión musical en las sesiones se basó 
en una selección restringida de instrumentos 
musicales, incluido un instrumento de mazo, 
un instrumento de percusión y un djembé 
acústico. Todas las improvisaciones creadas 
en las sesiones se grabaron. 
La tasa de respuesta fue significativamente mayor en la 
musicoterapia, en comparación con aquellos que solo 
recibieron atención estándar. Los efectos fueron clínicamente 
relevantes. 
Nota: Fuente, elaboración propia. 
 
 
Discusión 
 
En la presente revisión sistemática se pretendió identificar la evidencia empírica del 
uso de la musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la disminución 
de su sintomatología. En este sentido, se logró evidenciar que la musicoterapia disminuyó 
en un porcentaje significativo los niveles de depresión en los pacientes, logrando liberar 
tensiones, aumentar sentimientos de seguridad y apoyo y ser una vía de expresión 
emocional, esto especialmente en los grupos experimentales de los artículos donde se 
utilizó principalmente la musicoterapia grupal y activa. Esto puede deberse gracias a que la 
música ejerce a nivel neurológico una serie de procesos y conexiones neuronales que 
activan el sistema nervioso en el área de la amígdala produciendo emociones y sensaciones 
de bienestar y placer, facilitando la expresión emocional y la relajación (Cazalilla, 2016; 
López de la Vega, 2020; Martínez, Gutiérrez y Delia, 2014). 
Una parte importante de los artículos de la revisión fueron de países asiáticos. Esto 
puede corresponder con prácticas milenarias que se han mantenido a lo largo del tiempo 
donde se ha considerado a la música como una vía curativa en el ámbito de la medicina. 
(Galaviz, S.f), lo cual la sigue ubicando como un método efectivo en la sanación de 
malestares emocionales en el ámbito de la psicología y la salud mental. 
Las investigaciones se han realizado predominantemente en la última década, esto 
como respuesta al desarrollo científico que se ha desarrollado alrededor de la 
músicoterapia. La práctica profesional de esta disciplina se ha sistematizado al punto de 
crear perfiles profesionales competentes para realizarla. (Domínguez del Ángel, 2013), de 
hecho, el incremento de publicaciones sobre el empleo de la musicoterapia en distintos 
ámbitos da cuenta de su desarrollo científico (Bruscia) y de la efectividad frente a distintas 
patologías, por ejemplo, en el campo de la salud mental y en este caso la depresión. Por 
ejemplo, en Colombia la musicoterapia está empezando a tener un desarrollo importante, 
pues ya cuenta con un programa de maestría que es impartido en La Universidad Nacional 
de Colombia que es ofrecido a psicólogos, médicos o cualquier ciencia social o de la salud. 
Por otro lado, los resultados demostraron que la población fue predominantemente 
de la tercera edad, siendo el grupo etario en donde las investigaciones han centrado sus 
intervenciones de musicoterapia. Los ancianos constituyen una población a la que los 
musicoterapeutas han enfocado sus intervenciones en aras de mejorar su calidad de vida 
(Oliva y Fernández, 2006) ya que esta puede desarrollar, restablecer o mejorar las 
relaciones sociales, aumentar la comunicación, ser de prevención para la depresión, 
sentimientos de rechazo o soledad, falta de autoestima, etc., los cuales pueden aparecer en 
esta etapa del ciclo vital (Torres, 1996), siendo la terapia musical una forma de contrarestar 
estos efectos y aumentar las capacidades y habilidades de los adultos mayores. 
Estos efectos de beneficio se han identificado con mayor frecuencia en estudios donde se ha 
utilizado la musicoterapia grupal activa. Según Oliva y Fernández (2006), esto es así 
porque a través de las actividades de musicoterapia grupal los ancianos participan de un 
ambiente favorable para la expresión de sentimientos y emociones, se refuerzan las 
relaciones interpersonales, se adquieren nuevas habilidades y surgen metas y motivaciones, 
que son aspectos que se ven afectados con la depresión. 
Lo anterior se explica en el hecho de que las sesiones de musicoterapia se realizaron 
predominantemente de forma grupal. Fubini (2005) refiere que la música es un arte de 
naturaleza social, ya que sus formas se dan por producciones humanas, siendo sus 
actividades la suma de patrones culturales de expresión que son adquiridos tras las 
generaciones. Schwab y Hasse (1998) dicen que la musicoterapia de modalidad grupal 
desarrolla las competencias sociales y estimulan la capacidad de percepción, promoviendo 
la comunicación debido a que se activan los sentimientos de comunidad. 
Además, el proceso de resolver “problemas musicales” en musicoterapia se asemeja 
al proceso de resolver “problemas vitales”. Es decir, desde la musicoterapia se considera 
que la forma de resolver, hacer, y crear música permite instaurar habilidades de resolución 
de problemas que se pueden generalizar a los problemas cotidianos, los cuales suponen un 
reto mayor en los pacientes depresivos (Bruscia, 2006), esto se refleja en los presentes 
resultados de las intervenciones a partir de los procesos musicales creativos que se 
proponen desde las intervenciones de musicoterapia, en donde los pacientes plantean 
soluciones de ejecución musical, mejorando su capacidad de afrontamiento y aumentando 
estrategias de afrontamiento eficaces a la resolución de problemas. 
En concordancia con lo anterior, la musicoterapia activa consiste en la vinculación 
del paciente en el proceso de creación y ejecución musical, en ella se permite que la 
persona cree sonidos, componga, realice movimientos, o ejecute cualquier producción con 
instrumentos musicales, teniendo como premisa básica la participación del paciente en el 
proceso creativo. En esta misma línea, la musicoterapia creativa permite al paciente crear 
música a partir de ritmos, melodías, intensidades y tonos, permitiéndole expresar lo que 
siente frente a distintos temas. Por el contrario, la musicoterapia pasiva y receptiva consiste 
en que el paciente escuche la música (Yañez, 2011). En este sentido, la musicoterapia 
activa estimula la cognición musical pero también incluye la corporeidad, permitiendo 
activar la motricidad en el paciente, lo cual implica un mayor compromiso por parte de 
este. Frente a esto, López de la Vega (2020) refiere que la musicoterapia grupal activa 
Moviliza los ámbitos de funcionamiento sensorial,cognitivo, 
afectivo y sobretodo comportamental con la finalidad de que la música 
pueda operar como agente de canalización y expresión emocional que 
movilice al paciente, primero a la acción musical en sí misma y a través 
de ella, a la interacción con sus pares de grupo para posteriormente 
generalizar dicho comportamiento a otros ámbitos de la vida del sujeto. 
(p.33). 
En este sentido, la música se convierte en un fenómeno de interacción y compartir 
que le permite al sujeto activar su sistema social y participar de procesos intersubjetivos 
que movilizan la acción corporal y la expresión emocional. A esto se le suman otros 
beneficios de las dinámicas grupales tales como la cohesión grupal, conductas proactivas de 
colaboración, compromiso y motivación en relación al sentido de pertenencia al grupo 
(López de la Vega, 2020). 
La musicoterapia receptiva, por su lado mostró tener menos eficacia en la 
disminución de la sintomatología depresiva en los resultados de las investigaciones. En los 
estudios no se informó acerca de las razones, no obstante, es posible proponer la hipótesis 
de que esto puede deberse a que la música, a pesar de ser una forma de activar las 
emociones placenteras, también puede desencadenar emociones displacenteras al asociarse 
con eventos que son considerados de forma negativa por los pacientes. Loyo (2012) Refiere 
que las personas suelen escoger la música de acuerdo a sus estados emocionales, a lo que 
también se le suma la forma y la estructura en la que está escrita la música; por ejemplo, la 
música triste suele estar escrita en tonos y armonías de modalidad menor, en cambio la 
música alegre suele estar escrita en tonos y armonías mayores. 
No obstante, no siempre va a existir una correspondencia entre la emoción sentida 
por el oyente y la percepción de emoción evocada en la estructura musical, es decir, la 
música triste no siempre va a cambiar la emoción del oyente (Loyo, 2012). En este sentido, 
resultaría pertinente que las investigaciones que utilizaran música elegida por los pacientes 
fuera revisada preliminarmente por el musicoterapeuta y evaluar los beneficios que esta 
pueda traerle. 
Finalmente, frente a las técnicas e instrumentos utilizados en las intervenciones, los 
programas de musicoterapia empleados en las investigaciones fueron múltiples: fueron 
utilizados los instrumentos musicales, principalmente de percusión, dado que son los 
instrumentos más fáciles de hacer sonar sin tener conocimientos expertos sobre 
instrumentos de percusión (López, 2020) el uso de los recursos corporales y fonéticos para 
la creación musical, ya que ofrecen facilidad de expresión sonora (López, 2020) hasta la 
música ya creada, como la clásica o la occidental que suele usarse en la musicoterapia 
receptiva y pasiva. En este aspecto, resulta importante resaltar que el empleo de la música 
en el campo terapéutico no está limitado a la música en sí misma como una disciplina de 
experticia si no a la experiencia que el cliente o el paciente vivencia con ella, en cómo crea 
un sentido y en cómo se aprovechan los beneficios de la música para mejorar la salud. Por 
ende, el musicoterapeuta acepta sin prejuicio todas las producciones y creaciones realizadas 
por el paciente, pues la prioridad es beneficiar al paciente, no hacer un producto musical en 
sí mismo. Por ello resulta importante la vinculación tanto del musicoterapeuta como del 
paciente y ello incide en los resultados obtenidos (Bruscia, 2006). 
Limitaciones y recomendaciones 
 
Entre las limitaciones encontradas en esta revisión se encuentra la falta de 
investigaciones de habla hispana, ya que, si bien se pudieron identificar algunos artículos 
en español, estos fueron escasos y en este caso ninguno cumplía con los criterios 
establecidos. Por otro lado, gran parte de los estudios incluía otras comorbilidades junto a la 
depresión, especialmente la ansiedad, lo cual impidió poder articularlos a la presente 
revisión. 
 
Es importante resaltar qué, al ser una revisión sistemática no existen limitaciones de 
tipo contextual, es decir, qué a lo largo del transcurso del trabajo los resultados no se vieron 
afectados por las diferentes condiciones ambientales que rodeaban al investigador. 
 
Se recomienda realizar futuras líneas de investigación en torno a cómo la 
musicoterapia opera específicamente sobre la sintomatología depresiva en el contexto 
nacional y local, qué permitan identificar si esta metodología puede ser efectiva en nuestro 
contexto, ya que no es un aspecto que se evalúe de manera formal en las investigaciones. 
 
Conclusiones 
 
La presente revisión sistemática logro cumplir con el objetivo de identificar la 
utilidad de la musicoterapia en el mejoramiento de sintomatología depresiva, en donde se 
evidenció que los distintos estudios empíricos validaron esta forma de intervención como 
efectiva y que lograba mejorar los síntomas de depresión. No obstante, resultaron más 
efectivas las intervenciones en las que se utilizó musicoterapia activa que las de 
musicoterapia receptiva. Esto se relaciona además con las técnicas utilizadas para 
realizarla, dentro de las que se incluyeron preferencialmente el uso de la voz misma e 
instrumentos de percusión. 
En este sentido, la música, desde la perspectiva terapéutica, logra mejorar los 
síntomas de pacientes diagnosticados con depresión, siendo una forma de intervención que 
puede por sí misma generar efectos terapéuticos o que, en conjunto con otras formas de 
intervención, logra mejorar la calidad de vida de las personas que la recibieron según los 
estudios aquí analizados. Esto permite inferir que puede ser una alternativa eficaz con 
evidencia científica 
 
 
 
 
Referencias 
 
American Music Therapy Asociattion (2005). Recuperado de 
https://www.musictherapy.org/ 
Beck, A.T., Rush, A.J., Shaw, B.F., & Emery, G. (2010). Terapia cognitiva de la 
depresión. New York: The Guilford Press. 
Blasco, S. P. (2001). Importancia de la musicoterapia en el área emocional del ser humano. 
 
Revista interuniversitaria de formación del profesorado, (42), 91-113. 
 
Bruscia, K. E. (2006). Musicoterapia. Editorial Pax México. 
 
Cazalilla-Arroyo, J. M. (2016). Música, Cerebro y Bienestar. (Tesis de maestría) 
Universidad de Jaén. 
Castro, J. (21 de marzo del 2019). El desarrollismo dispara la depresión y la ansiedad entre 
los chinos. La voz de Galicia. Recuperado de 
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/03/21/desarrollismo-dispara- 
depresion-ansiedad-chinos/00031553160397947455480.htm. 
 
Díaz, A. (2020). Impacto de la musicoterapia en el paciente oncológico en situación 
terminal en la Unidad de Cuidados Paliativos del HUNSC. 
http://www.musictherapy.org/
http://www.musictherapy.org/
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/03/21/desarrollismo-dispara-depresion-ansiedad-chinos/00031553160397947455480.htm
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2019/03/21/desarrollismo-dispara-depresion-ansiedad-chinos/00031553160397947455480.htm
Domínguez del Ángel, J. (2013). Inclusión de la musicoterapia clínica en México (Doctoral 
disertación, Universidad del Salvador). 
Espino, E. A., & Mansilla, A. M. (2018). Efectividad de la musicoterapia para disminuir 
ansiedad y depresión de la demencia en los pacientes adultos mayores. 
Fubini, E. (2005). La estética musical desde la Antigüedad hasta el siglo XX. Madrid: 
Alianza. 
García, A. I. C. (2021). Efectividad de la musicoterapia en personas con demencia. Revista 
Sanitaria de Investigación, 2(7), 88. 
Galaviz, R. S. R. Musicoterapia como medicina alternativa. 
 
Iranzo, C. C. (2016). Estudio de la efectividad de intervenciones no farmacológicas en 
la reducción de la ansiedad y depresión y la mejora del estado de ánimo en pacientes con 
enfermedad de alzheimer grado leve. (Doctoral dissertation, Universidad Católica de Valencia 
San Vicente Mártir). 
 
Loyo, J. R. (2012).Bases neurales del procesamiento musical. En Tendencias actuales de 
las neurociencias cognitivas: Editorial El Manual Moderno 
López Alvarado, S. (2020). La musicoterapia aplicada a la enfermedad de Alzheimer. 
 
López de la Vega, M. R. (2020). Musicoterapia grupal activa y depresión en pacientes del 
Hospital de Psiquiatría-CNS. Revista de Investigación Psicológica, (24), 11-36. 
Martí-Augé, P., Mercadal-Brotons, M., & Solé-Resano, C. (2015). La musicoterapia en 
Oncología. Gaceta Mexicana de Oncología, 14(6), 346-352. 
Martínez, Y., Gutiérrez, L., y Laguna, A.D. (2014), Musicoterapia como alternativa 
terapéutica en la depresión. Revista Electrónica Dr. Zoilo E. Marinello Vidaurreta, 
39(9). 
MinSalud. (2015). Encuesta nacional de salud mental en Colombia. Recuperado de 
http://www.odc.gov.co/Portals/1/publicaciones/pdf/consumo/estudios/nacionales/C 
O031102015-salud_mental_tomoI.pdf. 
Miró Fuentes, Y. (2021). Beneficios de la musicoterapia en enfermos con Alzheimer. 
http://www.odc.gov.co/Portals/1/publicaciones/pdf/consumo/estudios/nacionales/C
Morales, I. M. M. (2012). cuando la música nos hace despertar: experiencia en salud 
mental. i musicoterapia, 101. 
Oneca, N. (2015). Musicoterapia: Fundamentos, aspectos practicos y aplicación a niños 
hospitalizados. (Tesis de pregrado). Universidad de Navarra. 
Oliva, R., y Fernández, T. (2006). Salud mental y envejecimiento: una experiencia 
comunitaria de musicoterapia con ancianos deprimidos. Psicología y salud, 16(1), 
93-101. 
Organización Mundial de la Salud. (2017). Depresión. Recuperado de 
 
OMS. (13 de septiembre del 2021). Depresión. Recuperado de 
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression. 
Palacios, J.I. (2001). El concepto de musicoterapia a través de la historia. Revista 
Interuniversitaria de Formación del Profesorad, 42, 19-31. 
Porras, P., & Lcda, D. C. (2021). Eficacia de la aplicación de la Musicoterapia en las 
conductas estereotipadas de niños con autismo (Master's thesis, Universdidad 
Técnica de Ambato/Facultad de Ciencias de la Salud/Centro de posgrados). 
Santander, M. (2019). Musicoterapia ¿en qué te puede ayudar? Revista Digital INESEM. 
Recuperado de https://revistadigital.inesem.es/educacion-sociedad/musicoterapia/. 
Schwabe, C. & Haase, U. (1998). Die Sozialmusiktherapie. Dresden: Akademie für 
angewandte Musiktherapie Crossen. 
Sotelo, J. L., & Corimanya, A. (2019). Efectividad de la musicoterapia para mejorar 
los síntomas depresivos en pacientes psiquiátricos. 
 
Torres, E. (1996). Musicoterapia y tercera edad. Música, Arte y Proceso (Vitoria-Gastéis, 
http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/depression
https://revistadigital.inesem.es/educacion-sociedad/musicoterapia/
España), 5, 21-36. 
Tous Riera, M. A. (2019). Musicoterapia como tratamiento para la disminución de la 
depresión en adultos diagnosticados con demencia. Recuperado de 
https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/150309/Tous_Riera_MariaAnto 
nia.pdf?sequence=1&isAllowed=y. 
Ushiña, M. (2017). Eficacia de la Musicoterapia aplicada como medida terapéutica para 
mejorar el estado emocional en pacientes en edades comprendidas entre los 65 a 75 
años de edad con Depresión que asisten al servicio de Terapia Ocupacional en el 
Centro de Salud Tipo “C” de Guaraní en el periodo Abril-septiembre del 2017. 
Recuperado de http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/12894/1/T-UCE- 
0020-011-2017.pdf. 
Vázquez, A. L., & González, D. G. (2021). Musicoterapia hospitalaria II. Dolor crónico, 
cuidados paliativos y UCI. Musicoterapia, 83. 
Wall, M., y Duffy, A. (2010). Los efectos de la musicoterapia para las personas mayores con 
demencia. Diario Británico de Enfermería, 19 (2), 108-113. 
Yáñez Amorós, B. (2011). Musicoterapia en el paciente oncológico. Cultura de los 
Cuidados, 29, 57-73. 
Zhang, Y., Cai, J., An, L., Hui, F., Ren , T., y Ma, H. (2017) ¿La terapia musical mejora 
la función conductual y cognitiva en pacientes de edad avanzada con 
demencia? Una revisión sistemática y meta análisis. Crítica de la 
investigación de envejecimiento, 29 (1), 1-11 
http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/12894/1/T-UCE-

Continuar navegando