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La Musicoterapia como una Nueva Forma para el Tratamiento de la Depresión: una Revisión Sistemática. AUTORA VALENTINA NARANJO RODRIGUEZ Presentado para obtener el título de: Psicóloga ASESORA Paula Alexandra Atehortua Rivera UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN CARRERA DE PSICOLOGÍA Pereira 2021 La Musicoterapia como una Nueva Forma para el Tratamiento de la Depresión: una Revisión Sistemática. Music Therapy as a New Way to Treat Depression: A Systematic Review. Valentina Naranjo Rodriguez* Universidad Católica de Pereira valentina1.naranjo@ucp.edu.co *Estudiante de Psicología de la Universidad Católica de Pereira Resumen Este trabajo tiene por objetivo identificar la evidencia empírica del uso de la musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la disminución de su sintomatología. Esta revisión sistemática permite ser un referente para el surgimiento de nuevas preguntas alrededor de la efectividad de este tipo de tratamientos para la depresión, los cuales podrían incentivar el uso de estas estrategias de manera que pueda extenderse su aplicación y sus beneficios a toda la población, Teniendo en cuenta que la musicoterapia es una intervención qué abarca un gran rango poblacional qué incluye niños, adolescentes y adultos mayores. mailto:valentina1.naranjo@ucp.edu.co Palabras clave: Musicoterapia, depresión, intervención, tratamiento. Abstract The objective of this work is to identify the empirical evidence of the use of music therapy for the treatment of depression and its usefulness in reducing its symptoms. This systematic review allows us to be a reference for the emergence of new questions about the effectiveness of this type of treatments for depression, which could encourage the use of these strategies so that their application and benefits can be extended to the entire population. Taking into account that music therapy is an intervention that covers a large population range, which includes children, adolescents and the elderly. Key words: Music therapy, depression, intervention, treatment. Introducción El CIE-10 (2008) ubica la depresión dentro de los trastornos de tipo afectivo, y en ella se evidencian episodios depresivos y el trastorno depresivo recurrente. Entre sus síntomas se encuentra; el decaimiento del ánimo, reducción de la energía y disminución de la actividad; se deteriora la capacidad para disfrutar, perdida de interés, dificultad para concentrarse, cansancio persistente, perturbación del sueño y diminución del apetito. También suelen ser comunes problemas en la confianza, sentimientos de inutilidad y de culpa. La OMS (2017) describe la depresión como un trastorno mental caracterizado por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Además, esta se caracteriza fundamentalmente porque las respuestas emocionales suelen ser mayores ante breves problemas de la vida cotidiana. La depresión puede ocurrir por esquemas cognitivos de vulnerabilidad originados en la infancia con experiencias vitales negativas, generando pensamientos de negatividad que se generalizan a las diversas situaciones, personas, hacia sí mismo y el mundo. En este sentido, la depresión se manifiesta como parte de una lectura negativa generalizada a todos los aspectos de la vida de quien la padece, al punto de afectar la cognición, las emociones y el comportamiento. (Beck., et al., 2010) Así, se originan una serie de síntomas de carácter emocional, tales como tristeza, sentimientos de poca valía, irritabilidad y falta de placer en las actividades realizadas que se vivencia de una forma aguda y que incapacita a la persona como parte de este esquema de negativismo (Beck, et al., 2010). La depresión se ha posicionado como uno de los trastornos mentales con mayor prevalencia en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud (2021) afecta a más 300 millones de personas alrededor del mundo, siendo una de las enfermedades que generan mayor discapacidad en la actualidad, afectando considerablemente la calidad de vida y la funcionalidad del sujeto que la padece. En Colombia, según el último informe de la Encuesta Nacional de Salud Mental (MinSalud, 2015), el 80% de la población encuestada entre los 18 y los 44 años han tenido de 1 a 3 síntomas depresivos. Dado que es una afección multicausal, los tratamientos pueden ser variables y estar enfocados hacia ciertos componentes específicos. Las terapias conductuales se caracterizan por utilizar una metodología científica y centrarse en mejorar las habilidades sociales y de comunicación, incorporar conductas funcionales como la aserción positiva y negativa, aumento del refuerzo positivo contingente a la respuesta de conductas adaptativas y disminución de experiencias de vida negativas. La terapia cognitiva de Beck aborda los esquemas cognitivos disfuncionales a través del reconocimiento de las cogniciones, siendo un enfoque de psicoeducación activo, directivo, estructurado y orientado al problema. La terapia interpersonal tiene el objetivo de identificar y buscar soluciones en penas no resueltas, disputas interpersonales, roles de transición y déficits personales como el aislamiento social. Por último, los tratamientos farmacológicos como la Fluoxetina, la Sertralina y la Paroxítona actúan a nivel orgánico y en el sistema nervioso incidiendo positivamente en las emociones y el comportamiento (Vásquez, Muñoz y Becoña, 2000). No obstante, en los últimos años se han desarrollado nuevas estrategias de intervención tales como la musicoterapia. La musicoterapia es una forma de intervención terapéutica relativamente nueva en términos científicos, sin embargo, sus usos terapéuticos datan del año 1284 a.C. siendo uno de los casos más reconocidos el de Herófilo, quien regulaba la pulsación arterial de acuerdo con las escalas musicales. Hacia mitad del siglo XIX la música empezó a surgir como terapia especialmente en la medicina, pero como técnica terapéutica con fundamento científico y su incorporación al mundo universitario surge hace aproximadamente 50 años (Palacios, 2001). No obstante, es fácil deducir que se trata de usar la música como terapia, dado que la música hace parte de la cotidianidad de las personas y en general se reconoce el poder de esta para sanar (Bruscia, 2006). Esta hace parte de las llamadas terapias creativas junto con el arte terapia y/o la danza terapia y no se le considera únicamente como una terapia alternativa o complementaria como en algunas ocasiones se ha creído, en donde se le concibe como un valor agregado a otras terapias más comúnmente utilizadas como la psicoterapia o la farmacológica. Contrario a esto, se trata de una forma específica de intervención que en sí misma brinda resultados efectivos significativos (Blasco, 2001) Por su lado, la Asociación Estadounidense de Musicoterapia la define como “el empleo de la música para alcanzar objetivos terapéuticos: la recuperación, conservación y mejoría de la salud mental” (NAMT, 1980, p1). Para comprenderla mejor, es necesario entender su naturaleza transdisciplinar, al integrar la música y la psicoterapia. A su vez es un arte (ocupándose de la subjetividad, la individualidad, la creatividad y la belleza), una ciencia (ocupándose de la objetividad, la universalidad y la verdad) y un proceso interpersonal (ocupándose de la empatía, la intimidad, la comunicación, la reciprocidad y los vínculos de roles) (Bruscia, 2006). La musicoterapia es una ciencia sumamente diversa en tanto puede ser aplicada en escuelas, hospitales, clínicas, centros de rehabilitación, ancianatos, centros de desarrollo infantilo instituciones de salud mental. En este mismo orden, se aplica a una amplia gama de pacientes con distintas condiciones tales como el autismo, los trastornos emocionales, trastornos psiquiátricos, deficiencia mental impedimentos visuales, auditivos, motores y del lenguaje, problemas de aprendizaje, víctimas de abuso y problemas de conducta, adicción a sustancias, personas ancianas, personas con enfermedades terminales, etc. (Bruscia, 2006). Blasco (2001) afirma que la musicoterapia puede considerarse una de las formas más efectivas para el tratamiento de las dolencias emocionales debido a que la música actúa en el ser humano de forma inmediata, es decir, las respuestas a los estímulos auditivos musicales son automáticos, esto debido a que la música es una habilidad natural inserta en el aparato biológico que data desde el mismo periodo de gestación (muestra de ello son las reacciones y los movimientos que la voz de la madre genera en el bebé). De un modo más específico, a nivel neurobiológico la música actúa sobre el cerebro estimulando las conexiones neuronales, segregando neurotransmisores, hormonas y endorfinas (Cazalilla, 2016). Como instrumento terapéutico, la musicoterapia beneficia distintas dimensiones: a nivel bioquímico la música favorece las secreciones glandulares (hormonas, neurotransmisores y neuromoduladores); a nivel fisiológico acelera o disminuye el ritmo cardiaco y el pulso, regula la presión sanguínea y el ritmo respiratorio; a nivel motriz favorece la coordinación y la movilidad; a nivel cognitivo, permite el desarrollo de la capacidad de la atención sostenida, facilita el aprendizaje, desarrolla la memoria, ayuda al proceso de razonamiento, facilita las relaciones tiempo espáciales, estimula la imaginación y la creatividad; a nivel psicoemocional, refuerza la autoestima y la personalidad mediante la auto realización, permite elaborar pautas de conducta que facilitan la integración social, libera la energía reprimida y permite conseguir el equilibrio personal a través del ritmo y sensibiliza afectiva y emocionalmente a través de los valores estéticos de la música (Bruscia, 2006; Santander, 2019; Ushiña, 2017). Entre las ventajas del uso de la musicoterapia se tiene las respuestas fisiológicas a la música y su facilidad para penetrar en el mundo emocional de quien la recibe, pero una de las mayores ventajas es que se considera una terapia motivadora, pues una gran parte de las personas gusta de la música, lo cual la hace más sencilla de motivar a realizarla frente a otras intervenciones (Santander, 2019). En el campo de intervención de la depresión, la musicoterapia ha demostrado ser efectiva en la reducción de sintomatología en casos graves, moderados y leves, ya que la música en estos contextos facilita la expresión emocional, genera cambios en algunos sistemas de neurotransmisión cerebral, la música fomenta la creatividad, enriquece el proceso sensorial, cognitivo y los procesos motores, produce distintos estados de ánimo, además permite la exploración, expresión, contención y resolución de emociones conflictivas (Martínez, Gutiérrez y Delia, 2014; López de la Vega, 2020). Distintos estudios han reportado la efectividad de la musicoterapia en intervenciones con pacientes geriátricos y su efectividad en la diminución de sintomatología depresiva, por ejemplo, en el caso de la demencia, (Wall y Duffy, 2010; Zhang., Et al, 2017) e igualmente de la depresión en pacientes psiquiátricos, pues se ha resaltado su efectividad en el tratamiento de la misma gracias a que no presenta efectos adversos o secundarios y puede potencialmente reducir los costos de tratamiento en estos pacientes (Corimanya y Sotelo, 2019). Así, la musicoterapia ha sido comparada con otras intervenciones en pacientes psiquiátricos con síntomas depresivos tales como la terapia de ejercicio físico y la terapia basada en TICS, siendo la musicoterapia la que mejor resultados obtuvo en la disminución de la depresión estadísticamente significativos (Iranzo, 2016). Del mismo modo y en este mismo ámbito, otros estudios han identificado que la musicoterapia no ha resultado efectiva en el tratamiento de la depresión, especialmente en pacientes con demencia, sin embargo, estas hipótesis han apuntado a que los estudios revisados no proporcionan el suficiente rigor metodológico (Espino y Manzilla, 2018). En este sentido, esta revisión sistemática tiene el objetivo de identificar la evidencia empírica del uso de la musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la disminución de su sintomatología. Por lo tanto, los objetivos específicos incluyen: identificar en qué síntomas de la depresión opera con mayor efectividad la musicoterapia y reconocer las técnicas de intervención utilizadas en la musicoterapia en los pacientes depresivos. La depresión se ha convertido en una psicopatología recurrente a nivel mundial, ya que la OMS ha descrito que más de 300 millones de personas la padecen o han padecido alguna vez. Sus tratamientos más comunes y específicos intervienen a la psiquiatría y la psicología. No obstante, resulta fundamental adoptar nuevas perspectivas de intervención que puedan ser integrales y con mayor impacto positivo en las personas y comunidades, ya que a pesar de que las intervenciones tradicionales resultan ser efectivas, la música integra otros aspectos psicológicos en la depresión que pueden impactar positivamente la salud emocional del paciente, al operar a nivel fisiológico, bioquímico, cognitivo, motor y emocional que son abordadas de una forma integral en esta forma de terapia, y que ha demostrado eficacia significativa frente incluso a la terapia farmacológica (López, 2020; Tous, 2019). Esta revisión sistemática permite ser un referente para el surgimiento de nuevas preguntas alrededor de la efectividad de este tipo de tratamientos para la depresión, los cuales podrían incentivar el uso de estas estrategias de manera que pueda extenderse su aplicación y sus beneficios a toda la población, teniendo en cuenta que la musicoterapia es una intervención que abarca un amplio rango poblacional, que incluye niños (as), adolescentes, adultos, adultos mayores (Bruscia, 2006) y atiende problemas en el ámbito hospitalario como pacientes oncológicos (Díaz, 2020; Martí, Mercadal y Solé, 2015; Yañez, 2011), dolor crónico y cuidados paliativos (Vásquez y González, 2021) y hasta en recuperaciones post quirúrgicas (Mártínez Et al., 2020); así como problemas de tipo psiquiátrico y psicológicos como el Alzheimer (López, 2020; Miró, 2021), la demencia (García, 2021) o el autismo (Padilla y Machín, 2020; Porras, 2021) A nivel práctico, este proyecto da un aporte de gran relevancia al demostrar las técnicas propias que emplea la musicoterapia en el tratamiento de la depresión, ya que existen dos técnicas de intervención: basada en la recepción (el musicoterapeuta es quien hace la música) y basada en la actuación (el sujeto es quien produce la música), una vez elegida la forma, las técnicas concretas incluyen improvisación instrumental, improvisación vocal, canción y escucha y audición (Oneca, 2015), lo cual brinda una variedad de posibilidades que podrían ajustarse mejor a las necesidades y la características de la persona beneficiada. Así mismo esta revisión pretende proveer información de la efectividad de la musicoterapia en la depresión y servirse de consulta a futuras investigaciones. De hecho, esto permitirá demostrar la eficacia y fomentar el uso de la misma para su tratamiento y, en el ámbito de la psicología, ya que es una de las disciplinas que más se interesa por el fenómeno de la depresión, al implementar en el futuro estas técnicas dentro de las intervenciones o en el trabajo interdisciplinario con musicoterapeutas. Método Búsqueda de la información La búsqueda de artículos se realizó en la basede datos SCOPUS, Science Direct y PubMed utilizando los términos de búsqueda y la combinación “Music therapy”AND “Depression”, arrojando un resultado total 1087 documentos en Scopus, 2408 en Science Direct y 2443 en PubMed. En todas las bases de datos se aplicaron los filtros de idioma, disciplina y tipo de documento. Se tuvieron en cuenta los artículos que cumplieran con los siguientes criterios de inclusión: sólo artículos en inglés y español, sólo documentos de psicología, sólo artículos aplicados, artículos comprendidos entre el año 2000 y el 2021 (ya que en el 2000 se empieza a incrementar el número de publicaciones sobre este problema de investigación) y documentos en los que se utilice la musicoterapia con otras intervenciones (como farmacológica o psicoterapéutica). Los criterios de exclusión para no tomar en cuenta artículos para la presente investigación son: pacientes con comorbilidades, pacientes no diagnosticados con depresión clínica y artículos teóricos. Proceso de selección de artículos El procedimiento realizado para la búsqueda de los artículos fue ingresar a las bases de datos con los términos de busqueda “Music Therapy” AND “Depression”, haciendo una revisión del número total de artículos arrojados. Para delimitar el número de artículos y acercar la búsqueda hacia las necesidades de esta revisión se aplicaron los filtros de idioma (artículos en inglés y español) tipo de documento (artículos de investigación) y disciplina (psicología). Aplicados los filtros, se procedió a realizar la lectura de los títulos y los resúmenes de los artículos para descargar aquellos que coincidieran con los criterios de búsqueda. Una vez descargados se creó una carpeta donde fueron consignados los documentos a los que se le aplicaron los criterios de inclusión y exclusión. Para la discriminación y organización de los documentos se crearon dos carpetas, una de documentos repetidos y otra de documentos que no se incluyeron en la revisión por no cumplir con los criterios de inclusión. En este sentido, a los documentos seleccionados que cumplían con los criterios de inclusión se les realizó una lectura completa y la información fue consignada en una matriz de datos con las siguientes columnas o variables de codificación. Variables de codificación La información recolectada a través de los artículos se organizó en una matriz de datos en los que se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos: nombre del artículo, autores, país, idioma, año, metodología (población, edad, sexos, características, participantes y tipo de grupo, instrumentos, variable (s) evaluadas), proceso de intervención (número de sesiones de musicoterapia, duración, periodicidad, tipo de intervención, objetivos y descripción de la actividad), resultados, limitaciones, discusión/conclusiones y recomendaciones. Resultados Tabla 1 Base de datos artículos Base de datos Términos de búsqueda Resultados arrojados Resultados aplicados post filtro Artículos descargados después de lectura de título y resumen Scopus "Music Therapy" AND "depression" 1087 195 17 Science Direct "Music Therapy" AND "depression" 2408 336 5 Pub Med "Music Therapy" AND "depression" 2443 145 16 Nota: Fuente, elaboración propia En total, la búsqueda inicial en las distintas bases de datos arrojó un total de 5938 artículos (Scopus: 1087; ScienceDirect: 2408; PubMed: 2443). Al aplicar los filtros en las distintas bases de datos se obtuvo un total de 676 documentos (Scopus: 195; ScienceDirect: 336; PubMed: 145), de los cuales fueron descargados 38 tras la lectura de los títulos y el resumen (Scopus: 17; ScienceDirect: 6; PubMed: 6) (ver tabla 1). Figura 1 Diagrama de flujo PRISMA Nota: Tomado de Page McKenzie, Bossuyt, Boutron I, Hoffmann, Mulrow, et al. The PRISMA 2020 statement: an updated guideline for reporting systematic reviews. BMJ 2021;372:n71 Informes excluidos duplicados (n = 10) protocolos (n =1) comorbilidades (n = 5) No diagnosticados: (n=5) Artículos teóricos (n=6) Informes para evaluar (n = 39) Informes publicados (n = 10) Informes para revisar (n = 39) Registros excluidos (n = 629) Registros examinados (n =676) P o n e r e n p a n ta ll a Id e n ti c a c ió n In c lu id o s Identificación de estudios a través de base de datos Registros identificados (n =593) Registros eliminados antes de selección (n =676) Estudios incluidos en revision (n = 12) Informes de estudios incluidos (n = 12) Se excluyeron en total 629 artículos en el post filtro, de los cuales, al leer el título y el resumen quedaron 39 documentos. De los artículos se identificaron y eliminaron 10 artículos que se encontraban repetidos. Posteriormente fueron aplicados los criterios de inclusión y exclusión obteniendo un total de 12 artículos que fueron los que hicieron parte de la matriz de datos y 27 que fueron descartados por no cumplir con los criterios, ya que algunos de ellos eran 10 documentos duplicados, 1 era de protocolo de intervención, 5 trabajaron otras comorbilidades como ansiedad, 5 eran artículos con población no diagnosticada y 6 artículos teóricos (ver gráfica 1). Todos los artículos que hicieron parte de la matriz de datos están escritos en lengua inglesa. Entre los países de publicación de los artículos se identificó: Londres (1), China (3), Tailandia (1), Taiwan (2), México (1), Iran (1), Corea (1), Holanda (1) y uno de los artículos no especifico el país de publicación. Los años de publicación de los artículos fueron: 2004 (1), 2009 (2), 2010 (1), 2011 (1), 2014 (1)2016 (1), 2018 (2), 2019 (1), 2020 (1) y 2021 (1). Respecto a los aspectos de la población relacionada a los estudios, se identificó que las edades de los participantes oscilaron entre los 18 y los 93 años de edad, es decir, que los artículos admitieron en su población de estudio adolescentes, adultos, y personas de la tercera edad, tanto de sexo masculino como femenino: en el 58,1% de los artículos la población incluía personas mayores de 60 años , el 33.2% de los artículos solo incluían personas de la tercera edad, sólo en el 8.3% de los artículos se evidenció que su población fue únicamente de género femenino y en el 91.7%% de los artículos restantes, la población fue de ambos sexos. Todos los participantes de estos articulos tuvieron diagnosticos de depresión leve, moderada o severa, en los que se incluian pacientes psiquiatricos hospitalizados (en el 24,9% de los articulos), pacientes ambulatorios o pacientes comunitarios, El numero de participantes de los estudios fue variable: el articulo que menos participantes incluyó fue de 9 personas y el articulo que mayor población vinculó tuvo 107 personas. Los tipos de grupos incluyeron: grupo control y grupo experimental, grupo control solamente y grupo focal. Frente a la intervención, el 91,7% de los articulos utilizaron la modalidad grupal y sólo el 8.3% de ellos empleo el metodo inidividual de musicoterapia. El 16.6% de los artículos implementaron 8 sesiones de musicoterapia, siendo las que menos usaron, el 58.1% de los artículos usaron 10 o más sesiones y el 8.3% de ellos utilizo 40 sesiones, el 16.6% de los artículos no mencionaron el numero de sesiones empleadas. Estas sesiones tuvieron duraciones distintas, las intervenciones de musicoterapia con menor durción emplearon de 30 a 50 minutos (el 41.5% de articulos) otros emplearon 60 minutos (el 33.2% de los articulos) unos cuantos de 90 hasta 120 minutos (2 articulos), sólo 1 de los articulos no mencionó la duracion. Frente a la periodicidad, se identifico que 8 articulos realizaron las sesiones de musicoterapia de 1 a 3 veces por semana, el 8.3% articulo cada quince días, 8.3% articulomencionó realizarla todos los días en las noches y en el 16.6% articulos no se especificó este aspecto. En la tabla n°2 se evidencian los resultados de los artículos sistematizados y la intervención. Frente al objetivo específico de reconocer las técnicas de intervención utilizadas en la musicoterapia en pacientes depresivos se identificó que la musicoterapia grupal fue una de las más utilizadas, de hecho, el 91.7% del 100% de los artículos que hicieron parte de la matriz utilizaron esta forma de intervención. Se identificaron distintas técnicas para llevar a cabo la musicoterapia. Por un lado, la musicoterapia basada en la composición, la cual consistía en la producción musical por parte del paciente (componer canciones, tocar ritmos con instrumentos de percusión), en este sentido, los musicoterapeutas facilitaban las herramientas rítmicas (es decir, de realizar improvisaciones de acuerdo a las producciones musicales específicas de los pacientes). Por ejemplo, en una de las intervenciones se utilizaron la composición y la improvisación manual para crear un CD, esto con el objetivo de usar la música como un medio de expresión y sentido emocional y de sentido de las experiencias, en donde los participantes percibieron una sensación de logro y propiedad. En otros estudios realizaron actividades como canto en grupo y uso de instrumentos de percusión como las maracas o las baquetas rítmicas, los cuales fueron empleados del mismo modo en prácticas de conjunto musicales (es decir, donde todos los pacientes que hicieron parte de las sesiones de musicoterapia hacían música de manera conjunta). Se identificó en el 33.2% de los artículos que la musicoterapia se realizó por medio de la técnica de improvisación es decir (crear música ya sea con instrumentos o letras escritas por los participantes) en el 41.5% fue reproducción de música ya existente y en 8.3% de los estudios no se especificó. En otras intervenciones utilizaron la musicoterapia receptiva que consistía en escuchar la música de acuerdo a unos criterios elegido por el musicoterapeuta (estos criterios especialmente basados en evidencia científica de qué tipo de música beneficia más el cerebro). En algunas se utilizó música occidental (como el jazz, el pop, el rock, la música clásica europea). Otros emplearon música clásica y barroca (pues a criterio de los investigadores, se le considera como la música con mejores beneficios para el paciente). En este mismo orden, algunos estudios prefirieron utilizar música instrumental o que la música empleada en las sesiones de musicoterapia receptiva fuera elegida por los mismos pacientes. Finalmente, frente al objetivo de identificar la utilidad de la musicoterapia en pacientes depresivos y la disminución de su sintomatología, se evidenciaron resultados divididos. Por un lado, en algunos artículos la musicoterapia resulto ser efectiva en los grupos experimentales frente a los grupos de control, es decir, en donde no fue utilizada la musicoterapia, siendo estos en algunos casos estadísticamente significativos. Por ejemplo, cuando realizaron las mediciones después de emplear las sesiones de musicoterapia con el inventario de depresión de Beck, se redujo el nivel de depresión en los pacientes y, por ende, reducción de los síntomas asociados a este. En otro caso, la musicoterapia activa (es decir, la que usaba la composición o la improvisación) resulto ser más efectiva que la musicoterapia receptiva (es decir, escuchar música), más específicamente cuando los pacientes elegían la música que podían escuchar. Tabla 2 Resultados de los artículos de la matriz Artículo Intervención Resultados Windle, Hickling, Jayacodi & Carr (2019). El tratamiento se basó en una composición e improvisación manualizada para crear un CD o un producto final similar. La composición de canciones se describió como un medio para dar sentido a los sentimientos y las experiencias. En este estudio hubo un impacto significativo de la habilidad musical previa de los participantes, hubo una sensación de logro y propiedad en la creación de su CD, así como en el descubrimiento de nuevas habilidades tocando instrumentos y cantando. Shandong (2021). Los pacientes del grupo de control fueron tratados con fármacos antidepresivos convencionales. Los pacientes del grupo de observación agregaron la musicoterapia a la terapia convencional. La puntuación de los pacientes en el grupo de observación después del tratamiento fue significativamente más alta que la del grupo de control. La diferencia fue estadísticamente significativa frente a los niveles de depresión. Atiwannapat, Thaipisuttikul, Poopityastapornb & Katekaewa (2016). Las sesiones comenzaron con la escucha de música. Las principales intervenciones fueron 1) análisis de letras, 2) escritura de canciones y 3) creación de dibujos mientras escuchaban música. La reducción fue ligeramente mayor en el grupo activo que en el grupo receptivo. Aunque hubo una tendencia hacia mejores resultados en la depresión auto informada y la calidad de vida, las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Hsu & Lai (204) La intervención musical consistió en una elección de uno de los seis tipos de música en CD. La presentación de la música a los participantes estuvo acompañada de breves instrucciones sobre su uso. Las opciones incluían cuatro tipos de música occidental y dos de música china para quienes las prefirieran. Las diferencias significativas mostraron que el grupo de música tenía mejores puntuaciones depresivas que el grupo de control. Castillo, Gómez , Calvillo, Pérez y Mayoral, (2010). Los pacientes fueron asignados aleatoriamente al grupo de musicoterapia (música clásica y barroca).La exposición a la música se proporcionó en sesiones únicas auto administradas y el grupo de psicoterapia basada en terapia conductual. Los resultados muestran un efecto estadísticamente significativo con el grupo de musicoterapia que reveló una mejor mejoría en sus síntomas en relación al grupo de psicoterapia. Esfandiari & Mansouri (2014). Fueron asignados aleatoriamente a tres grupos: (1) grupo experimental que recibe música ligera; (2) Grupo experimental que recibe música pesada; (3) Grupo de control. La música se aplicó con un reproductor mp3 conectado a un altavoz. Los participantes escucharon música en grupos de 10 personas. Los resultados mostraron que los participantes de ambos grupos experimentales informaron niveles reducidos de depresión. Los grupw3os experimentales, obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en el Inventario de depresión de Beck en comparación con los otros dos grupos. Feng ,Chang,Hsien & Crawford (2019). Se utilizó el Método Bonny de imágenes guiadas y música: Es una forma de psicoterapia individual que favorece el contacto con el mundo interior a través de la audición musical en estado profundo de relajación. Los pacientes experimentaron un viaje de relajación, una salida de sentimientos y experimentaron seguridad y apoyo como resultado de la liberación de tensión. Liao, Tan, Chong & Chua (2018). Los individuos asignados al azar al grupo de intervención recibieron música combinada y Tai Chi administrados dentro de su grupo como terapia de grupo. Esta terapia involucró 24 movimientos al estilo del Tai Chi de Yang, acompañados de suave y relajante música folclórica china. El verdadero efecto de la música combinada y el Tai Chi en el alivio de los síntomas depresivos entre las personas mayores que viven en la comunidad fue asegurado. Lim & Jeong (2014) La musicoterapia fué desarrollada por el terapeuta, que incluía tocar pequeños tambores, tocar instrumentos rítmicos, actividades relacionadas con la infancia, tocar el timbre de tono o canto improvisado.Los resultados de este estudio mostraron que las terapias de arte y música redujeron el nivel de depresión en los ancianos, pero no tuvieron ningún efecto sobre las capacidades cognitivas. Sin embargo, los estudios demostraron que las capacidades cognitivas y los síntomas de depresión están estrechamente relacionados que el deterioro cognitivo . Aalbers, Spreen, Pattiselanno, Verboon, Tanto el estudiante como el musicoterapeuta improvisaron con instrumentos. El terapeuta Todos los estudiantes informaron mejoras en la depresión. Todos experimentaron sentirse más capaces de hablar sobre Vink & Hooren (2020). invitó al estudiante a elegir un instrumento y reflejó la elección de los estudiantes, luego alentó al estudiante a iniciar la improvisación musical reflejada verbalmente, utilizando la tarjeta de regulación de emociones. sus sentimientos, tanto negativos como positivos. Ninguno informó un empeoramiento de la regulación de las emociones. Chan, Mok & Yuk (2019). La intervención musical consistió en una selección de cuatro tipos de música. Durante el estudio, a los participantes del grupo experimental se les proporcionó un reproductor MP3 con auriculares para escuchar la música de su elección entre una selección de música suave y lenta sin letra. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas para ninguna de las variables entre los dos grupos. Punkanen, Fachner, Ruona, Tervaniem, Vanhala & Gold (2011). La expresión musical en las sesiones se basó en una selección restringida de instrumentos musicales, incluido un instrumento de mazo, un instrumento de percusión y un djembé acústico. Todas las improvisaciones creadas en las sesiones se grabaron. La tasa de respuesta fue significativamente mayor en la musicoterapia, en comparación con aquellos que solo recibieron atención estándar. Los efectos fueron clínicamente relevantes. Nota: Fuente, elaboración propia. Discusión En la presente revisión sistemática se pretendió identificar la evidencia empírica del uso de la musicoterapia para el tratamiento de la depresión y su utilidad en la disminución de su sintomatología. En este sentido, se logró evidenciar que la musicoterapia disminuyó en un porcentaje significativo los niveles de depresión en los pacientes, logrando liberar tensiones, aumentar sentimientos de seguridad y apoyo y ser una vía de expresión emocional, esto especialmente en los grupos experimentales de los artículos donde se utilizó principalmente la musicoterapia grupal y activa. Esto puede deberse gracias a que la música ejerce a nivel neurológico una serie de procesos y conexiones neuronales que activan el sistema nervioso en el área de la amígdala produciendo emociones y sensaciones de bienestar y placer, facilitando la expresión emocional y la relajación (Cazalilla, 2016; López de la Vega, 2020; Martínez, Gutiérrez y Delia, 2014). Una parte importante de los artículos de la revisión fueron de países asiáticos. Esto puede corresponder con prácticas milenarias que se han mantenido a lo largo del tiempo donde se ha considerado a la música como una vía curativa en el ámbito de la medicina. (Galaviz, S.f), lo cual la sigue ubicando como un método efectivo en la sanación de malestares emocionales en el ámbito de la psicología y la salud mental. Las investigaciones se han realizado predominantemente en la última década, esto como respuesta al desarrollo científico que se ha desarrollado alrededor de la músicoterapia. La práctica profesional de esta disciplina se ha sistematizado al punto de crear perfiles profesionales competentes para realizarla. (Domínguez del Ángel, 2013), de hecho, el incremento de publicaciones sobre el empleo de la musicoterapia en distintos ámbitos da cuenta de su desarrollo científico (Bruscia) y de la efectividad frente a distintas patologías, por ejemplo, en el campo de la salud mental y en este caso la depresión. Por ejemplo, en Colombia la musicoterapia está empezando a tener un desarrollo importante, pues ya cuenta con un programa de maestría que es impartido en La Universidad Nacional de Colombia que es ofrecido a psicólogos, médicos o cualquier ciencia social o de la salud. Por otro lado, los resultados demostraron que la población fue predominantemente de la tercera edad, siendo el grupo etario en donde las investigaciones han centrado sus intervenciones de musicoterapia. Los ancianos constituyen una población a la que los musicoterapeutas han enfocado sus intervenciones en aras de mejorar su calidad de vida (Oliva y Fernández, 2006) ya que esta puede desarrollar, restablecer o mejorar las relaciones sociales, aumentar la comunicación, ser de prevención para la depresión, sentimientos de rechazo o soledad, falta de autoestima, etc., los cuales pueden aparecer en esta etapa del ciclo vital (Torres, 1996), siendo la terapia musical una forma de contrarestar estos efectos y aumentar las capacidades y habilidades de los adultos mayores. Estos efectos de beneficio se han identificado con mayor frecuencia en estudios donde se ha utilizado la musicoterapia grupal activa. Según Oliva y Fernández (2006), esto es así porque a través de las actividades de musicoterapia grupal los ancianos participan de un ambiente favorable para la expresión de sentimientos y emociones, se refuerzan las relaciones interpersonales, se adquieren nuevas habilidades y surgen metas y motivaciones, que son aspectos que se ven afectados con la depresión. Lo anterior se explica en el hecho de que las sesiones de musicoterapia se realizaron predominantemente de forma grupal. Fubini (2005) refiere que la música es un arte de naturaleza social, ya que sus formas se dan por producciones humanas, siendo sus actividades la suma de patrones culturales de expresión que son adquiridos tras las generaciones. Schwab y Hasse (1998) dicen que la musicoterapia de modalidad grupal desarrolla las competencias sociales y estimulan la capacidad de percepción, promoviendo la comunicación debido a que se activan los sentimientos de comunidad. Además, el proceso de resolver “problemas musicales” en musicoterapia se asemeja al proceso de resolver “problemas vitales”. Es decir, desde la musicoterapia se considera que la forma de resolver, hacer, y crear música permite instaurar habilidades de resolución de problemas que se pueden generalizar a los problemas cotidianos, los cuales suponen un reto mayor en los pacientes depresivos (Bruscia, 2006), esto se refleja en los presentes resultados de las intervenciones a partir de los procesos musicales creativos que se proponen desde las intervenciones de musicoterapia, en donde los pacientes plantean soluciones de ejecución musical, mejorando su capacidad de afrontamiento y aumentando estrategias de afrontamiento eficaces a la resolución de problemas. En concordancia con lo anterior, la musicoterapia activa consiste en la vinculación del paciente en el proceso de creación y ejecución musical, en ella se permite que la persona cree sonidos, componga, realice movimientos, o ejecute cualquier producción con instrumentos musicales, teniendo como premisa básica la participación del paciente en el proceso creativo. En esta misma línea, la musicoterapia creativa permite al paciente crear música a partir de ritmos, melodías, intensidades y tonos, permitiéndole expresar lo que siente frente a distintos temas. Por el contrario, la musicoterapia pasiva y receptiva consiste en que el paciente escuche la música (Yañez, 2011). En este sentido, la musicoterapia activa estimula la cognición musical pero también incluye la corporeidad, permitiendo activar la motricidad en el paciente, lo cual implica un mayor compromiso por parte de este. Frente a esto, López de la Vega (2020) refiere que la musicoterapia grupal activa Moviliza los ámbitos de funcionamiento sensorial,cognitivo, afectivo y sobretodo comportamental con la finalidad de que la música pueda operar como agente de canalización y expresión emocional que movilice al paciente, primero a la acción musical en sí misma y a través de ella, a la interacción con sus pares de grupo para posteriormente generalizar dicho comportamiento a otros ámbitos de la vida del sujeto. (p.33). En este sentido, la música se convierte en un fenómeno de interacción y compartir que le permite al sujeto activar su sistema social y participar de procesos intersubjetivos que movilizan la acción corporal y la expresión emocional. A esto se le suman otros beneficios de las dinámicas grupales tales como la cohesión grupal, conductas proactivas de colaboración, compromiso y motivación en relación al sentido de pertenencia al grupo (López de la Vega, 2020). La musicoterapia receptiva, por su lado mostró tener menos eficacia en la disminución de la sintomatología depresiva en los resultados de las investigaciones. En los estudios no se informó acerca de las razones, no obstante, es posible proponer la hipótesis de que esto puede deberse a que la música, a pesar de ser una forma de activar las emociones placenteras, también puede desencadenar emociones displacenteras al asociarse con eventos que son considerados de forma negativa por los pacientes. Loyo (2012) Refiere que las personas suelen escoger la música de acuerdo a sus estados emocionales, a lo que también se le suma la forma y la estructura en la que está escrita la música; por ejemplo, la música triste suele estar escrita en tonos y armonías de modalidad menor, en cambio la música alegre suele estar escrita en tonos y armonías mayores. No obstante, no siempre va a existir una correspondencia entre la emoción sentida por el oyente y la percepción de emoción evocada en la estructura musical, es decir, la música triste no siempre va a cambiar la emoción del oyente (Loyo, 2012). En este sentido, resultaría pertinente que las investigaciones que utilizaran música elegida por los pacientes fuera revisada preliminarmente por el musicoterapeuta y evaluar los beneficios que esta pueda traerle. Finalmente, frente a las técnicas e instrumentos utilizados en las intervenciones, los programas de musicoterapia empleados en las investigaciones fueron múltiples: fueron utilizados los instrumentos musicales, principalmente de percusión, dado que son los instrumentos más fáciles de hacer sonar sin tener conocimientos expertos sobre instrumentos de percusión (López, 2020) el uso de los recursos corporales y fonéticos para la creación musical, ya que ofrecen facilidad de expresión sonora (López, 2020) hasta la música ya creada, como la clásica o la occidental que suele usarse en la musicoterapia receptiva y pasiva. En este aspecto, resulta importante resaltar que el empleo de la música en el campo terapéutico no está limitado a la música en sí misma como una disciplina de experticia si no a la experiencia que el cliente o el paciente vivencia con ella, en cómo crea un sentido y en cómo se aprovechan los beneficios de la música para mejorar la salud. Por ende, el musicoterapeuta acepta sin prejuicio todas las producciones y creaciones realizadas por el paciente, pues la prioridad es beneficiar al paciente, no hacer un producto musical en sí mismo. Por ello resulta importante la vinculación tanto del musicoterapeuta como del paciente y ello incide en los resultados obtenidos (Bruscia, 2006). Limitaciones y recomendaciones Entre las limitaciones encontradas en esta revisión se encuentra la falta de investigaciones de habla hispana, ya que, si bien se pudieron identificar algunos artículos en español, estos fueron escasos y en este caso ninguno cumplía con los criterios establecidos. Por otro lado, gran parte de los estudios incluía otras comorbilidades junto a la depresión, especialmente la ansiedad, lo cual impidió poder articularlos a la presente revisión. Es importante resaltar qué, al ser una revisión sistemática no existen limitaciones de tipo contextual, es decir, qué a lo largo del transcurso del trabajo los resultados no se vieron afectados por las diferentes condiciones ambientales que rodeaban al investigador. Se recomienda realizar futuras líneas de investigación en torno a cómo la musicoterapia opera específicamente sobre la sintomatología depresiva en el contexto nacional y local, qué permitan identificar si esta metodología puede ser efectiva en nuestro contexto, ya que no es un aspecto que se evalúe de manera formal en las investigaciones. Conclusiones La presente revisión sistemática logro cumplir con el objetivo de identificar la utilidad de la musicoterapia en el mejoramiento de sintomatología depresiva, en donde se evidenció que los distintos estudios empíricos validaron esta forma de intervención como efectiva y que lograba mejorar los síntomas de depresión. No obstante, resultaron más efectivas las intervenciones en las que se utilizó musicoterapia activa que las de musicoterapia receptiva. Esto se relaciona además con las técnicas utilizadas para realizarla, dentro de las que se incluyeron preferencialmente el uso de la voz misma e instrumentos de percusión. En este sentido, la música, desde la perspectiva terapéutica, logra mejorar los síntomas de pacientes diagnosticados con depresión, siendo una forma de intervención que puede por sí misma generar efectos terapéuticos o que, en conjunto con otras formas de intervención, logra mejorar la calidad de vida de las personas que la recibieron según los estudios aquí analizados. Esto permite inferir que puede ser una alternativa eficaz con evidencia científica Referencias American Music Therapy Asociattion (2005). Recuperado de https://www.musictherapy.org/ Beck, A.T., Rush, A.J., Shaw, B.F., & Emery, G. (2010). Terapia cognitiva de la depresión. New York: The Guilford Press. Blasco, S. P. 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