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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL ESIME ZACATENCO ANTOLOGÍA DE TEXTOS PARA EL CURSO HUMANIDADES II: LA COMUNICACIÓN Y LA INGENIERÍA TÍTULO: DOS RAMAS DEL QUEHACER HUMANO: HACER Y COMUNICAR TRABAJO REALIZADO POR DRA. MIREYA ROSAS HARO SEPTIEMBRE 2020 3 ÍNDICE INTRODUCCIÓN………………………………………………………….…………4 PRIMERA UNIDAD 1. CONCEPTOS Y PROCESOS DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN 1.1. Socialización y Ciclo Vital ……………………………………..……………...6 Anthony Giddens 1.2. La Importancia de la Comunicación……………………………………………8 Antonio Lucas Marín y Pablo García Ruiz 1.3. Comunicación…………………………………………………………….…..13 Henry Clay Lindgren 1.4. La Comunicación de la Ciencia la Propuesta Conant ………………………..22 Antonio Fernández Rañada SEGUNDA UNIDAD 2. EL LENGUAJE FORMAS Y MODALIDADES DE LA COMUNICACIÓN 2.1. La Comunicación Personal………..………………………………………….28 Antonio Lucas Marín, y otros. 2.2. Narrativa y Desarrollo Humano para Grupos Vulnerables …………………..39 Mª Del Socorro Lozano M. 2.3 La llave: La Palabra….…………………………………………………...…..40 Ethel Krauze 2.4 El hombre se posee en la medida que posee su lengua…….…………………44 Pedro Salinas 2.5 Pasado y Futuro del Verbo Leer ……………………………………………..46 Emilia Ferreiro 4 2.6. La Lectura Inerte, Lectura Semiológica y Lectura Semiótica ……………….54 Noe Jitrik 2.7. La Estructura del Discurso en la Comunicación Científica Foucault.....……..63 María Teresa Bedoya Gutiérrez TERCERA UNIDAD 3. TIPOS DE REDACCIÓN PARA EL INGENIERO EN SERVICIO 3.1. La Redacción Técnica…………………………………………………..……..70 Rosalía Díaz-Barriga Martínez 3.2. Cualidades de la Redacción…………………………………………………...73 Antonio Inclan Chávez 3.3. Vicios de la Redacción………………………………………………………...77 Antonio Inclan Chávez 3.4. Las Manos del Miedo………………………………………………………….79 Santiago Kovadloff 4. BIBLIOGRAFÍA....………………………………………………………82 5 INTRODUCCIÓN Existir es estar relacionado. Ningún organismo puede desarrollarse de manera duradera alejado de los demás, a tal punto que una red de buenas relaciones, en la medida de lo posible entretejidas desde la infancia, parece una condición sine qua non de nuestras vidas. Daniel Bougnoux La otra rama del quehacer humano se refiere a la capacidad de hacerse entender con seres humanos, cercanos o lejanos, por medio de códigos de distinta índole (verbales, ó no verbales, señales eléctricas u otro tipo de señales) es decir la comunicación. Salta a la vista que la ingeniería requiere apropiarse de conceptos de comunicación y comprender mediante ellos la comunicación humana mediada por las tecnologías. Lo dicho arriba exige del futuro ingeniero, sin abandonar su formación técnica y científica, de un esfuerzo para internarse en el campo de las ciencias humanas que son las ciencias del hombre, del hombre actuante, para desde ahí comprender el proceso de comunicación diferenciándolo del puro concepto de información. Comunicación e Información se entrelazan se necesitan uno al otro, pero de ninguna manera son lo mismo. Entonces el Ingeniero en comunicaciones y Electrónica se parece a uno de esos árboles cuyo tronco se divide en dos raíces dividiéndose y formando un arco, una parte de la formación del ingeniero se apoya en las ciencias matemáticas físicas y químicas y la otra parte se apoya en las ciencias sociales y humanas. De ahí la modernidad de estas carreras que tienen el propósito de formar un profesional con una visión más integrada de su sociedad, de su país y del mundo. La antología que tienen ustedes ante sí, está formada del pensamiento de varios y diversos autores, todos ocupados en explicar el proceso de la comunicación humana, lecturas que recorren referencias lingüísticas, idiomáticas, históricas, sociológicas, antropológicas y otras más. Como toda antología, ésta es un apoyo para desarrollar el programa de estudios correspondiente al programa de humanidades II La Comunicación y la Ingeniería. De ninguna manera es sustituto del programa de estudios, por eso los artículos que la componen pueden leerse y utilizarse en varios momentos del desarrollo del programa y en el orden y forma que el profesor y los alumnos, de mutuo acuerdo, decidan. 6 PRIMERA UNIDAD 1. CONCEPTOS Y PROCESOS DE COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN Nadie puede negar que las ingenierías Han contribuido al desarrollo del hombre Nadie puede negar que las ingenierías Se diversifican cada vez más. Es que nadie puede detener al ingenio humano. Lauro Hernández A continuación se presentan cuatro lecturas que nos permiten hacer una reflexión sobre el nombre de la primera unidad del programa (El Proceso de la Comunicación). La lectura 1.1. Corresponde al primer tema (La Importancia de la Comunicación en el Proceso de la Sociabilización). La lectura 1.2. y 1.3. Corresponden al segundo tema (Concepto y Características de la Comunicación). La lectura 1.4 corresponde al tercer tema (El Ingeniero como Comunicador, su Papel, Tareas y Responsabilidad). Antes de cada lectura se exponen los objetivos de cada una. Al final se sugieren actividades para la reafirmación del conocimiento. 1.1. Socialización y Ciclo Vital Anthony Giddens 1.2. La Importancia de la Comunicación Antonio Lucas Marín y Pablo García Ruiz 1.3.- Comunicación Henry Clay Lindgren 1.4 La Comunicación de la Ciencia: La Propuesta Conant Antonio Fernández Rañada 7 1.1. SOCIALIZACIÓN Y CICLO VITAL1 ANTHONY GIDDENS OBJETIVOS DEL ARTÍCULO No se puede entender la existencia del hombre sino en el marco de una sociedad, fuera de la sociedad no hay vida humana, puesto que el espíritu humano se hace y rehace en sus relaciones sociales. El hombre es un ser social y esto modela sus características psíquicas y aun sus características biológicas, la psique humana es un producto de la vida social del hombre, la biología de los seres humanos está matizada y modelada por la existencia en sociedad. Así como no es posible pensar en un ser humano fuera de la sociedad, tampoco es posible pensar en seres humanos que no tengan comunicación entre sí. La comunicación es propia de seres sociales, gracias a ella la cultura se construye y reconstruye, se modela y remodela, la comunicación transformada en aprendizaje y educación son los motores de el desenvolvimiento cultural de la humanidad. Sin embargo para que el ser humano pueda participar activamente en sociedad tiene que apropiarse de valores, costumbres, códigos de comunicación formas de asociación y organización, para que colectivamente se persigan fines necesarios, por eso iniciamos esta antología con un artículo que reflexiona sobre la socialización, para que la naturaleza biológica quede subordinada a los fines de la vida social. 1.1. SOCIALIZACIÓN Y CICLO VITAL Anthony Giddens Los animales inferiores en la escala evolutiva, como es el caso de la mayor parte de las especies de insectos, son capaces de valerse por sí mismos desde muy poco después de nacer con escasa o ninguna ayuda de los adultos. No existen generaciones entre las especies inferiores, ya que el comportamiento de los “jóvenes” es prácticamente idéntico al de los “adultos”. Sin embargo, a medida que vamos subiendo en la escala evolutiva estas observaciones se aplican cada vez menos; los animales superiores tienen que aprender modos propios de comportamiento. Entre los mamíferos, los jóvenes están en muchos casos totalmente indefensos cuando nacen y necesitan el cuidado de los mayores, y elniño es el más indefenso de todos ellos. Un niño no puede sobrevivir sin ayuda de un adulto al menos durante los cuatro o cinco primeros años de vida. La socialización es el proceso por el cual el niño indefenso se va convirtiendo gradualmente en una persona auto consciente y capaz de conocer, diestra en las formas de la cultura en la que ella o él han nacido. La socialización no es un tipo de “programación cultural” por la cual el niño absorbe, de un modo pasivo, las influencias 1 Giddens, Anthony, Sociología, Madrid, Alianza Universidad Textos, 1995, P.93-121. 8 con las que él o ella entran en contacto. Todo recién nacido tiene necesidades o exigencias que afectan al comportamientote los responsables de su cuidado. La socialización pone en contacto a las diferentes generaciones (Turnbull, 1984). El nacimiento de un niño altera las vidas de aquellos que son responsables de su crianza – quienes a, su vez, atraviesan por nuevas experiencias de aprendizaje. La paternidad liga normalmente las actividades de los adultos a las de los niños para el resto de las vidas de ambos. Las personas mayores siguen siendo padres cuando se convierten en abuelos aunque, por su puesto, entablan otra nueva serie de relaciones que conectan a las diferentes generaciones entre sí, Aunque el proceso de aprendizaje cultural es mucho más intenso durante la infancia y la niñez temprana de lo que lo es después, el aprendizaje y el amoldamiento continúan durante todo el ciclo vital. ACTIVIDADES PARA LA REAFIRMACIÓN DEL CONOCIMIENTO Instrucciones 1. Recuerda el contenido de la lectura que acabas de hacer sobre socialización. 2. Elabora un ensayo de dos cuartillas, desarrollando la siguiente proposición: ¿Qué sería de tu vida si desde que naciste hasta la edad que tienes, no hubieras salido nunca de tu casa, ni visto televisión , ni oído radio, ni hablado con otras personas? 3. Las actividades que el profesor (a) proponga. 9 1.2. LA IMPORTANCIA DE LA COMUNIACIÓN2 ANTONIO LUCAS MARÍN Y PABLO GARCÍA RUIZ OBJETIVOS DEL ARTÍCULO La extensión de la comunicación social y su creciente importancia han actuado como detonante para que desde distintas disciplinas se aborde cada vez con más interés el tema de lo procesos comunicativos. Vamos a estudiar la importancia creciente que tiene la comunicación en las sociedades modernas para después centrar nuestra atención en la diferenciación de procesos de información y procesos de comunicación. 1.2. LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN Antonio Lucas Marín y Pablo García Ruiz La extensión de la comunicación social y creciente importancia han actuado como detonante que desde distintas disciplinas se aborde cada vez con más interés el tema de los procesos comunicativos. La preocupación por el estudio de la comunicación se han puesto en marcha en tres niveles diferentes: físico, semántico y sociocultural. El primero, propio de ingenieros y físicos, ha dado lugar a un impresionante desarrollo en el campo de las telecomunicaciones; el segundo se manifiesta en el progreso de la lingüística y la sociolingüística; el tercero es el propio de las ciencias sociales y en el que vamos a centrar nuestra atención. Vamos a estudiar la importancia creciente que tiene la comunicación en las sociedades modernas para después centrar nuestra atención en la comunicación dentro de las organizaciones, así como en sus problemas internos y externos. LA IMPORTANCIA DE LA COMUNIACIÓN La sociedad actual es una sociedad de la información. El cambio social al que estamos asistiendo nos conduce desde una sociedad basada en la producción de cosas a otra vida social en la que la comunicación y el intercambio de símbolos es nuestra actividad central. Este cambio se va a acelerar, probablemente, dejando atrás a los que no sean capaces de comunicarse efectivamente. La ampliación de la capacidad comunicativa Si queremos dilucidar cuáles son las bases para el estudio de la comunicación, se puede partir de la importancia creciente de la transmisión de signos y símbolos de nuestra sociedad. De Fleur (1993:7) lo expresa de la siguiente manera:”No es una exageración decir que la comunicación es el corazón de la existencia humana… Hace unos cuarenta mil años, nuestros directos antecesores, los hombres de Cromañon, desarrollaron la habilidad para hablar. Anteriores homínidos, como el hombre de 2 Lucas Marín y García Ruiz, Sociología de las Organizaciones, Madrid, Mc Graw Hill, 2002, P. 371-391 10 Neandertal, fueron incapaces de hacerlo a causa de la estructura fisiológica de su lengua, músculos faciales y caja bucal. El desarrollo del habla y el lenguaje separó al hombre de Cromañon de otros homínidos y de otras especies animales cercanas. Con la habilidad de pensar, razonar y comunicarse por caminos complejos, la especie humana inventó la escritura, luego la imprenta y, en los tiempos modernos, nuestros sofisticados medios electrónicos. Desde la segunda mitad del siglo XX estamos inmersos en lo que puede llamarse la Sociedad de la información. Gastamos más tiempo y energía manipulando símbolos que fabricando cosas.” La implicación de la capacidad comunicativa puede verse como una tendencia de la evolución histórica impulsada por la técnica, con unas etapas claras: 1. la aparición de la ciudad, 2. la difusión de la letra impresa, de los libros. 3. el empleo generalizado de los medios electrónicos. No cabe duda de que el paso de la vida rural a la urbana supone, fundamentalmente, una multiplicación inaudita de las posibilidades de comunicación en todos los campos de la vida; el ágora, hasta en sus expresiones más modestas de la minúscula plaza de una aldea tribal, cambian las expectativas y costumbres de la vida aislada o en los límite efectivos de la familia. Más importante es el paso de la Galaxia tribal –utilizando terminología de McLuhan-, dominada por los medios orales de comunicación, a la Galaxia Gutemberg con el alfabeto fonético como nuevo medio de intercambio de experiencias y de significados. El advenimiento de la electricidad hizo posible a Galaxia Marconi, donde primero la radio y el cine, y posteriormente la televisión han ampliado nuevamente las posibilidades de comunicación. Ahora estamos introduciéndonos en lo que podríamos llamar Galaxia electrónica, impulsada por el ordenador y con unas posibilidades de intercambio y acumulación de mensajes casi sin límites. Podemos ver esta ampliación de capacidad comunicativa en sus aspectos más cuantitativos: mayor número de emisores, un número superior de receptores y muchos más mensajes. Pero quizá sea más conveniente destacar los aspectos cualitativos de esta ampliación, concretamente la creciente importancia de la opinión pública y el aumento de la movilidad psíquica. Es indudable que la diferente situación psicológica que supone la simultaneidad entre la emisión y recepción de un mensaje, y las posibilidades técnicas que nos permiten la ubicuidad de los medios en la transmisión informativa con respecto a acontecimientos lejanos, modifican substancialmente sus posibilidades de influencia. La conciencia de la gran extensión y permeabilidad de la información hace posible incluso hablar tanto de la “opinión pública mundial” como de “opinión pública” o colectiva en el interior de las grandes organizaciones. Pero más importantes son todavía las consecuencias sobre el conocimiento de la realidad social. Igualmente, es necesario destacar la movilidad psíquica que proporcionan los medios de comunicación social a los individuos en la sociedad moderna, dando lugar a una enorme expansión de las experiencias mediadas. Se ha señalado que lamovilidad -física, social y psíquica- es el distintivo de cualquier proceso de modernización, aunque lo realmente importante parece ser la movilidad psíquica. En efecto, podemos pensar que la movilidad física – la generalización de los viajes- aparece como un requisito de la modernidad, como también la movilidad social, al permitir a los sujetos nuevas experiencias de la vida ampliando su percepción de la sociedad, al hacer posible el desempeño de roles adquiridos con preferencia a los adscritos, como era normal en las sociedades tradicionales. Lo verdaderamente importante de la movilidad física y de la social sea el enriquecimiento interior o ensanchamiento de horizontes en la experiencia social de los individuos que la viven. Pero, con los medios de comunicación de masas, la movilidad psíquica producida en 11 general e inmediata, se amplia muy directamente la experiencia mediada y se permite a casi todos los sujetos experimentar, aunque sea vicariamente, multitud de roles antes difícilmente asequibles a la mayoría de las personas. Todo esto significa referirnos a los medios como grandes manipuladores de la conciencia, al dar lugar a un aumento de movilidad interior de las personas, permitiendo una inusitada ampliación de repertorio de roles y haciendo posible un gran enriquecimiento de la experiencia de todos los miembros de la sociedad. La comunicación como proceso Toda posible definición de comunicación debe incluir la idea de un proceso de ida y vuelta de contenido informativo que produce cambios. Esto significa que es algo más que información o transmisión de conocimiento. En un planteamiento esquemático, podemos distinguir la comunicación de la mera información según el tipo de actividad real o supuesta realizada, el sentido unidireccional o bidireccional del flujo informativo y sus referentes, lo que nos lleva a determinar sus distintas características y definiciones. La comunicación humana es un proceso en el que fuentes individuales inician mensajes usando símbolos convencionales, signos no verbales y señales contextuales para expresar significados por transmisión de información, de tal manera que similar o paralela comprensión se construye por la parte o partes receptoras a las que se dirige el mensaje (De Fleur, 1993: 10). En este proceso tiene especial interés el lenguaje: un complejo de palabras compartidas, signos no verbales y reglas para su uso e interpretación según acuerdo dentro de un particular grupo humano o sociedad. Su importancia proviene del significado que transporta. El significado puede ser definido como la respuesta subjetiva que los individuos aprenden a hacer ya sea mediante objetos, acontecimientos o situaciones reales que experimentan mediante sus sentidos. Estamos ante símbolos socialmente compartidos usados para marcar estos aspectos de la realidad. El significado se puede distinguir los aspectos connotativos. El significado connotativo es el sentido personal y no compartido que un individuo asocia con referente a causa de su experiencia pasada. El significado denotativo es el que, por una convención establecida, surge y se experimenta por símbolo particular (De Fleur, 1993: 62). En cualquier caso, el significado es siempre asignado por individuo o la sociedad de forma más o menos expresa. Lo característico del lenguaje es se el medio de una transacción o transmisión simbólica. Por ello tiene diferentes los signos, las señales y los símbolos. Los signos son acontecimientos en el ambiente que los animales aprenden a asociar y se usa para anticipar subsiguientes elementos. Las señales son ruidos o patrones de movimientos que los animales pueden hacer para que otros de su especie puedan responder. Los símbolos son marcas usadas por los participantes de una lengua o comunidad para despertar significados estandarizados por aspectos de la realidad. Los símbolos se diferencian de las señales y los signos en su carácter más abstracto, su sentido depende del acuerdo y utilización es exclusivamente humana. Sobre estas ideas algunos autores como Defleur, Kearny y Plax, intentando acercarse a la realidad de la comunicación analizando sus componentes, han expuesto un modelo de transacción simultánea en la comunicación interpersonal (véase el Cuadro 15.1), definido por las siguientes proposiciones consideradas básicas en la relación de (De Fleur 1993: 22): 12 CUADRO 15.1 Modelo de comunicación personal Relación social establecida Role-taking Mensaje Codificador 1 Decodificador Interpretar Interpretar Decodificar Mensaje Codificar 2 Feedback Influencia de las comunicaciones anteriores 1.- la codificación y descodificación al mismo tiempo en las dos partes. 2.- el role-taking y el feedback en la doble relación entre ambos sujetos (ida y vuelta de la información) 3.- la influencia del ambiente físico donde la transacción tiene lugar. 4.- la importancia de las anteriores interacciones comunicativas. 5.- la influencia de la situación sociocultural en que la comunicación tiene lugar 6.- debe considerarse siempre la influencia de la relación social existente entre las partes. De especial importancia en el modelo descrito son el role-taking y el feedback, Mediante el role-taking (tomar el papel del otro) se da “una actividad de una fuente o emisor por la que se asegura la probabilidad de que un receptor será capaz de interpretar las intenciones y significados de un mensaje concreto.” Con el feedback (comunicación de retorno) tiene lugar un “mensaje dado, en una determinada manera, por un receptor, en respuesta a un mensaje transmitido por un emisor, puede ser verbal o no verbal” (De Fleur, 1993: 29). Como atractiva dimensión de este esquema conceptual hay que considerar la importancia que se da a la actividad receptiva. De escuchar. Con frecuencia puede pensarse en la recepción como una actividad pasiva, sin tener en cuenta su carácter esencial en una comunicación completa y eficaz. La falta de atención a este aspecto de la comunicación ha dado lugar a que hayan pasado desapercibidos muchos de sus problemas. También es muy importante destacar las posibilidades abiertas por la clasificación de los mensajes en verbales y no verbales. Al no ser un tema demasiado estudiado, tiene un especial interés las referencias a la comunicación no verbal, definida como el uso deliberado o intencional de cosas, acciones, sonidos, tiempo y espacio para indicar a los otros unos significados. Se realiza en concreto esta actividad mediante la utilización de 13 objetos determinados; la apariencia física; el movimiento del cuerpo y gestos (kinesis), ya sea mediante gestos que ilustran la acción o por medio de gestos de adaptación (para reducir el stress, por ejemplo); los usos no verbales de la voz (vocalización); el contacto ocular; el uso del espacio y la distancia; la invasión espacial; la comunicación táctil; e incluso la valoración del tiempo dedicado. La sola enumeración que acabamos de realizar puede hacernos tomar conciencia de la gran cantidad de significados que están presentes en mensajes considerados simplemente como verbales. Es en la actividad no verbal donde tiene especial relevancia el llamado “principio de inmediación” este principio es una generalización de la experiencia habitual de que la gente tiende a acercarse a las cosas y a las personas que valoran positivamente y, por el contrario, tienden a evitar lo que no les gusta o no prefieren. El uso deliberado de señales no verbales y acciones puede dar lugar a una mayor proximidad física y psicológica a los otros. La distancia entre el sujeto y el objeto, y la forma de relacionarseambos dan lugar a unos procedimientos distintos de interacción comunicativa. ACTIVIDADES PARA LA REAFIRMACIÓN DEL CONOCIMIENTO Instrucciones Responde el siguiente cuestionario atendiendo a la lectura correspondiente. 1. ¿Cuáles son las etapas que se toman en cuenta en la historia de la comunicación? 2. ¿Según McLuhan la comunicación se clasifica en galaxias cuáles son y en qué consiste cada una de ellas? 3. ¿Describe los tres tipos de movilidad de que se habla en comunicación? 4. En el proceso de comunicación el ser humano utiliza signos, señales y símbolos ¿qué importancia tiene el lenguaje en el proceso de comunicación y de qué está compuesto el lenguaje? 5. Cómo se clasifican y en qué consisten los tipos de significado 6. Qué diferencias se establecen en la lectura entre información y comunicación 7. En que consisten el role-taking y el feedback. 8. Qué importancia tienen los procesos de comunicación en las sociedades modernas 9. Las actividades que el profesor (a) proponga. 14 1.3. COMUNICACIÓN3 HENRY CLAY LINDGREN OBJETIVOS DEL ARTÍCULO Los seres vivos forman pequeñas o grandes colectividades, para formar una colectividad se agrupan por características semejantes, desprendidas de la necesidad de intercambiar información. Las agrupaciones de los seres vivos, también se comunican entre sí, para constituir sistemas. Los seres humanos también se agrupan por afinidades, que en este caso, llamamos identidad, pues también tienen la necesidad de emitir y recibir información, sólo así inician y desarrollan el proceso de comprensión de su mundo social y natural. La comunicación entendida como vínculo de un sistema o como vínculo entre sistemas es el proceso por el cual, las creaciones, los logros, los deseos, las costumbres, los valores y la cultura toda, se difunde, posibilitando que cada grupo social y cada individuo se apropien de la cultura, a partir de sus características particulares. No es posible entender la vida de los seres vivos: vegetales, animales o humanos, sin entender este gran proceso vincula torio entre individuo, grupos y formaciones sociales mayores. Los sistemas de los seres vivos, son posibles por la distribución de la información, lo que sustenta el proceso comunicativo. El artículo que incluimos enseguida, trata sobre la comunicación a partir de un planteamiento que clasifica a la comunicación en dos categorías: una la comunicación vista en sentido laxo, que se utiliza en las relaciones sociales entre individuos y grupos, a la que no le interesa definir conceptos. Dos, la comunicación entendida como ciencia, la que estudian los profesionales ocupados de este fenómeno, en esta comunicación es necesario definir conceptos, estudiar procesos y generar teorías. El ingeniero, como no especialista en comunicación social, tiene que dotarse de conocimientos que cuando menos le permitan comprender este gran fenómeno de la cultura humana. Es el propósito del artículo siguiente. 1.3. COMUNICACIÓN Henry Clay Lindgren La comunicación considerada por legos y psicólogos El criterio que el lego tiene acerca de la comunicación suele ser relativamente simple: todo el mundo se comunica o intenta hacerlo; algunos comprenden y otros no. Y supone, además, que las personas se comunican porque tienen algo que expresar a los demás: información, sentimientos, demandas o argumentos. 3 H.G. Lindgren, Introducción a la Psicología Social, México, Trillas, 1972. pp. 233-241. Traducción de Nuria Parés. 15 Aunque este criterio no carece de validez, el psicólogo considera la comunicación de un modo bastante distinto. En primer lugar, suele percibir complejidades que escapan al lego en la materia. En segundo, este último ofrece razones de que las personas que se comunican dejan sin explicar gran parte de su conducta en este aspecto. Por ejemplo, ¿por qué expresan los individuos tanta información errónea? ¿porqué se comunican, cuando en realidad no tienen cada que decir? ¿Y por qué se comunican de modo que encubren sus sentimientos en vez de revelarlos? Las complejidades de la comunicación son difíciles de comprender tanto para los profanos en materia psicológica como para los propios psicólogos, porque es una actividad que practicamos constantemente. Siempre estamos ocupados en enviar, recibir, cifrar y descifrar mensajes; existimos en un campo psicosocial en el que la comunicación abunda incluso con exceso. Esto puede ser muy perturbador en ocasiones puesto que se transmiten simultáneamente mensajes muy diferentes. Al desayunar damos un vistazo al periódico y una docena de titulares reclaman nuestra atención. La radio de la cocina nos aconseja comprar un nuevo modelo de coche mientras nuestra esposa regaña a los niños. El teléfono suena y los niños riñen para contestarlo. A lo lejos escuchamos la sirena de una ambulancia o quizá la campana del coche de bomberos y alguien en la calle hace sonar el claxon de su automóvil para avisar a la persona que ha venido a recoger que debe apresurarse a bajar, pues se hace tarde. Empieza otro día de abundante comunicación. La comunicación como instrumento Es probable que la mayoría de las personas considere que la comunicación es, principalmente, un instrumento. En este sentido es un proceso por el que podemos enviar y recibir mensajes informativos y procurar, así, ejercer cierto control en nuestro medio. Volviendo a nuestro desayuno, que hemos puesto como ejemplo, nos enteramos de que el café empieza a hervir, la rebanada de pan ya está tostada, y la reunión de niños exploradores a la que asistiría nuestro hijo mayor tendrá lugar en la tarde. Decimos que hemos pasado una mala noche, que estamos irritables y de mal humor y pedimos que hagan el favor de acercarnos la mantequilla. En torno a la mesa del desayuno se intercambia información, se expresan sentimientos, se plantean demandas y los comensales quedan advertidos de que ciertos acontecimientos ocurrirán o pueden ocurrir. La comunicación, utilizada en esta forma, es nuestra servidora y somos sus amos. Este criterio de la comunicación es egocéntrico y propio del sentido común. Es válido hasta cierto punto, pero no satisface al científico de la conducta porque no tiene en cuenta una multitud de efectos secundarios que, en ocasiones, pueden ser más importantes que la intención y el contenido informativo más obvio de los mensajes que se envían y reciben. Además, desconsidera una serie de osos en que usamos la comunicación que consisten en algo más que la mera transmisión y recepción de información directa. Sin embargo, es comprensible que consideramos la comunicación con un criterio estrecho. Cuando dejamos las labores cotidianas no solemos preocuparnos de los rasgos, los detalles y los matices de la conducta comunicativa. Sería incompatible con nuestros roles de padres, estudiantes, secretarias, etcétera, que nos preocupásemos de las clases de fenómenos de la comunicación que interesan al especialista en las ciencias de la conducta. Los problemas que interesan a éste nos parecen impertinentes entonces, así como a él no le interesan los problemas que tenemos al tratar de comunicarnos. 16 Por lo general, nuestro problema en materia de comunicación consiste en hallar modos de expresarnos adecuadamente; encontrar las palabras y frases apropiadas, evitar aquellas que causarían en los demás una impresión equivocada, procurar que nuestros semejantes hablen de cuestiones que nos interesan y cosas por el estilo. Nos percatamos cabalmente de estos problemas cada vez que nos esforzamos por hallar los términos adecuado para describir nuestros complejos sentimientos o cuando escuchamos a algún amigo o conocido y comprobamos que se expresa infinitamente mejorque nosotros. Es posible, incluso, que nos sintamos algo envidiosos de estos individuos elocuentes que siempre saben hablar tan bien y que no parecen tener dificultad alguna para obtener la atención del auditorio. En tales ocasiones nuestro problema en materia de comunicación parece consistir en que ofrecemos una imagen de nosotros mismos que no está a la altura de la que nos gustaría brindar. Raymond A. Bauer (1964), especialista en comunicación de la Harvard Scholl of Business, ha indicado que la principal diferencia entre el lego y el científico de la conducta es que el primero tiende a considerar la comunicación como una situación en la que el comunicante manipula p produce cambios en el auditorio. Por ejemplo, la comunicación de información está motivada por la creencia de que el auditorio la aceptará y se conducirá de acuerdo con ella. El ejemplo más obvio de este concepto de la comunicación se encuentra en la propaganda. El publicista asume que su semejante llega al público al que está dirigido, y que producirá algún cambio en su conducta; el público comprará su producto en vez de otro o abandonará lo que esté haciendo en ese momento (tal como se le aconseja en ocasiones) para salir en busca del producto anunciado. La comunicación como transacción A juicio de Bauer, el especialista en las ciencias de la conducta suele considerar la comunicación como una transacción y asume que no tiene lugar si el auditorio no participa en forma más o menos activa. El hecho de prestar atención, es decir, escuchar, estar alerta o procurar comprender, en un ejemplo de esta participación. Participar en un diálogo es otro ejemplo. Pero no hay una verdadera transacción y, por tanto, una verdadera comunicación a menos de que ambas partes (el comunicante y el auditorio) crean que pueden ganar algo con ella. En la figura expondremos un diagrama de esta transacción. En el comunicante se va creando un estado de tensión hasta que llega a un punto en que se siente impulsado a comunicar cierta información que esté directa o indirectamente relacionada con esta tirantez. Entonces escoge un transmisor o medio de comunicación. Habitualmente ese medio es la palabra, pero también puede ser un gesto o un simple codazo. Es igualmente posible que se comunique por escrito o que se valga del alfabeto Morse y de la radio de onda corta. Sea cual fuere el método de elección tendrá que expresar su información en forma de mensaje y éste, a su vez, será cifrado de modo que sea compatible con la información y el tipo de transmisor que se utiliza. La transmisión propiamente dicha es en forma de señal enviada del transmisor al receptor a través del canal. Lo que los especialistas en comunicación llaman “ruido” puede interferir y deformar la señal. Hablando en términos técnicos, cualquier variabilidad del mensaje recibido que no hubiera podido predecirse originalmente se atribuye al “ruido” puede intervenir en cualquier punto del sistema; en la figura 1 hemos indicado su interferencia en el canal. Cuando la señal ha sido recibida, el auditorio la percibe como un mensaje, lo descifra y lo interpreta. Para ilustrar todo esto con un ejemplo común y corriente diremos que Lola ve venir a Jaime por la calzada cercana a la biblioteca de la 17 Universidad. Jaime se encuentra enfrascado en la lectura de un libro y camina lentamente. Lola titubea entre el temor de distraer a Jaime y su deseo de saludarlo y finalmente opta por decir: “¡Hola!” Comunicante Auditorio (fuente) (destino) Transmisor Canal Receptor Ruido La comunicación se efectúa de la siguiente manera: 1. En el comunicante se va creando una tensión que le produce un deseo de comunicar información. Así se convierte en la fuente de un mensaje. 2. escoge un transmisor. 3. el mensaje es cifrado de modo apropiado para la información y el tipo de transmisor que se utilizará. 4. el mensaje cifrado se transmite en forma de señal. 5. al pasar por el canal de comunicación esta señal puede sufrir “ruido” que producirán distorsión. 6. la señal es recibida. 7. el auditorio percibe que la señal es un mensaje. 8. la señal es descifrada. 9. el mensaje resultante es interpretado para determinar su contenido informativo. Al resumir lo ocurrido observamos que la presencia de Jaime ha producido en Lola un estado de leve tensión que es normal en la persona que ve acercarse a un amigo. Su saludo no sólo reduce algo esta tensión, sino que informa a Jaime que ha sido reconocido y que se espera que lo devuelva. Lola hubiera podido expresar este mensaje con un ademán amistoso o con movimiento de cabeza y una sonrisa, pero esa señal no habría sido apropiada puesto que Jaime estaba enfrascado en su lectura. Sin embargo, si Jaime está muy absorto en lo que lee no advertirá la señal y pasará de largo. En ese caso la comunicación no tendrá lugar: no habría transacción. Es posible también que Jaime finja no haber visto a Lola y se niegue así a efectuar esa transacción. Pero si responde al saludo pasará por el mismo proceso de formación de un estado de creciente tensión que le conducirá a cifrar y expresar una señal la cual será captada y descifrada por Lola que habrá cambiado su rol por el de oyente. La comunicación y las relaciones sociales Por lo que respecta al psicólogo social, es muy probable que lo esencial de la comunicación es que sirve de base para toda clase de relaciones sociales. La comunicación es lo que une a los individuos en sistemas sociales: grupos, culturas, comunidades, etcétera. Daniel Katz y Robert L. Kahn (1966) advierten que es posible considerarlos sistemas sociales como limitadas redes de comunicación (limitadas porque la corriente de información que pasa de una unidad del sistema a otra se centra y encauza para librarla de los datos impertinentes (“ruidos”) que podrían interferir con la transmisión del mensaje). Herbert A Thelen (1960) observa que si en una habitación de considerables dimensiones se arremolina sesenta personas, el total de canales de 18 comunicación en potencia será de n (n-1) / 2 ó 1770. Pero si estas personas se organizan en una red de doce combinaciones de equipos de cinco individuos en los que cada uno de ellos tenga un rol bien definido que depende de los roles de los oreos cuatro, el número de canales podrá reducirse a diez en cada equipo si sus miembros son mutuamente dependientes o a cuatro si se ordenan en serie. Si las sesenta personas se organizan de este modo, cada una de ellas estará vinculada con las otras por un canal teóricamente exento de ruidos y podrá prestar atención a la tarea sin peligro de distraerse. El hecho de que dos personas puedan comunicarse no sólo implica que ocupan posiciones en alguna clase de sistema social, sino también que existe entre ellas alguna clase de relación. El hecho de que empleen un lenguaje común o que dispongan por lo menos, de una serie de símbolos comunes significa que comparten algunas percepciones e incluso que pueden ser miembros del mismo grupo cultural o étnico. Su comunicación las convierte en un grupo de dos o díada aunque sea temporal y pueda disolverse en un instante. Pero por el momento esas personas tienen una mutua relación. La relación puede ser de regular intensidad, como la que se establece entre dos desconocidos que viajan en un autobús y empiezan a hablar de política dándose cuenta de que comparten las mismas ideas. O puede ser ligera y fugaz como cuando un transeúnte escucha a una madre que enseña a su hijo a atravesar la calle diciéndole: “Antes de cruzar hay que mirar a ambos lados para saber si viene algún coche.” En este caso la comunicación ni siquiera está dirigida al transeúnte, pero éste capta el mensaje, lo comprende y aprueba, se identifica con la madre y, a su vez, antes de atravesar la calle, miraa uno y otro lado con más precaución que de costumbre. De la breve frase de esa mujer podemos inferir muchas cosas aparte de que sabe que hay que ser precavidos al atravesar las calles. Aunque no hubiésemos visto mientras decía esas palabras y las hubiéramos escuchado en una grabación, habríamos supuesto, probablemente, que era una madre (o tal vez una maestra) y que se dirigía a un niño. Es decir, habríamos conjeturado con bastante precisión su posición, su rol y su categoría en relación con su auditorio (el niño). Y sabríamos algo de sus actitudes hacia el niño y hacia sí misma que nos revelaría, en arte, su tono de voz. Así pues, la información que contiene cualquier mensaje puede considerarse de acuerdo con sus aspectos implícitos y explícitos. La información explícita en la frase que la madre dirigió al hijo se refiere a la conveniencia de mirar a ambos lados de la calle antes de decidirnos a atravesarla. La información implícita es la que se puede inferir del carácter del mensaje, el tono de voz en que se expresa, las circunstancias en que se envía, etcétera. El rango, la posición, el rol, la actitud y el ánimo del individuo que envía el mensaje están implícitos. Así, una comunicación puede transmitir una serie de significados además de los que el comunicante se propone y esos significados pueden reforzar o incluso negar el contenido informativo del mensaje. Comunicación e identidad El comunicante atiende primordialmente a los aspectos explícitos de su mensaje: la información que quiere cifrar o la demanda que desea hacer. Es posible, sin embargo, que su auditorio tenga un gran interés en la información implícita en el mensaje, particularmente aquella que descubre características significativas del comunicante, es decir, que revela quién es. Esta información es sumamente importante ya que en general la atención que los oyentes presentan al comunicante depende de lo que éste es. Una vez establecida la identidad del comunicante, el auditorio presentará a su mensaje la clase de 19 atención que juzgue apropiada para tal persona. Es comprensible pues, que la categoría del comunicante sea importante. Si su categoría es elevada el auditorio le prestará más atención, pero si es escasa es posible que no sea escuchado. Para expresarlo en los términos que hemos empleado en la figura 1 diremos que es más probable que el auditorio tome las medidas necesarias para reducir los ruidos en el canal pasando por alto las interferencias si se trata de un comunicante de gran categoría. Decir que un individuo tiene gran categoría (rango o prestigio) significa que hemos aprendido a dar a sus actos y creencias un valor superior que concedemos también a sus declaraciones. Por lo general se presta más atención a las declaraciones del presidente que a las de los diputados. También se presta más atención a lo que dicen los maestros que a lo que dicen los niños y lo mismo ocurre con las declaraciones de las personas que gozan de gran popularidad en comparación con las de aquellas que no la tienen. Esta regla general tiene sus excepciones. Por ejemplo, se presta más atención a lo que dice un niño de dos años que a las palabras de su hermano de cuatro, aunque éste tenga más categoría. Lo que llama la atención en este caso es que el pequeñín diga algo y sus expresiones resultan más notables por ser inesperadas. Así pues, la notoriedad del comunicante es de suma importancia. Si se presta más atención a las personas de categoría ello obedece, en parte, a que esa categoría las hace más notorias, pero las personas de poca categoría también pueden alcanzar notoriedad en determinadas circunstancias. También hay que tener en cuenta que la percepción de la identidad del comunicante por parte del auditorio hace que éste pueda formarse una especie de “predisposición”, es decir, cierta sensibilidad predeterminada al mensaje que recibe. Es posible que un presidente diga algo insustancial, pero como el auditorio está predispuesto a escuchar algo profundo quizá lo percibirá así. Y también es posible que un niño diga algo profundo, pero si su padre está predispuesto a oír algo trivial quizá reste consideración a la importancia de lo que dice. Por tanto, el mensaje tiende a reforzar la imagen del comunicante que el auditorio se ha forjado, pero esta imagen deriva de los datos que el mismo reveló previamente sin darse cuenta. No sólo nos referimos a lo que el comunicante dice y a su modo de expresarlo, sino también a muchas otras maneras de comunicar nuestra identidad; nuestro modo de vestir y de arreglarnos, nuestros amigos, nombres, gestos, expresiones, etcétera. Esta comunicación es ambivalente; el comunicante revela su identidad a los demás, pero al mismo tiempo la reafirma a sus propios ojos. Ilustraré este punto con una experiencia que tuve en el medio Oriente. Me hallaba en Damasco y tenía el propósito de visitar la mezquita Ummayad, aunque ignoraba dónde se encontraba. Caminaba por el pasaje cubierto del mercado, en la parte vieja de la ciudad, con el aire de todo turista que no sabe a ciencia cierta dónde está ni hacia qué punto dirigirse cuando un transeúnte, que juzgar por su indumentaria era del país, se detuvo para preguntarme en mal francés si podía ayudarme. Iba a contestarle, cuando añadió, esperanzado: “¿Habla usted español?” Evidentemente se sentía a sus anchas en este idioma de modo que seguimos la conversación en español. Después de indicarme dónde quedaba la mezquita le pregunté cómo era posible que un ciudadano sirio hablara el español con tal soltura. Su explicación fue sencilla y clara: “es que soy un judío sefardí. Mi pueblo ha seguido hablando en español desde que abandonó España hace quinientos años.” Cuando los Reyes Católicos terminaron la Reconquista de España en el siglo XV, todos los sujetos que no eran cristianos (árabes y judíos por igual) sufrieron persecuciones religiosas y económicas. Se les dio a escoger entre abandonar el país o convertirse a la fe cristiana. La mayoría de los judíos salió de España para establecer en tierras 20 dominadas por los musulmanes en el norte de África y en el Medio Oriente. Conservaron su identidad y su separación de los otros mediante sus prácticas religiosas reforzadas por su común idioma castellano4. Aunque hablan el árabe o el turco tan bien como la gente del país, entre ellos conversaban en español. El árabe o el turco les hubieran servido igualmente como medio de comunicación, pero el español tenía la ventaja de ser “la lengua materna”. Al hablar nuestra lengua materna nos sentimos mucho más sueltos si tenemos que expresar actitudes y sentimientos complejos. La lengua que se aprende y habla en la infancia nos parece más directa y más fuerte, más llena de matices y más íntima. Para los judíos sefardíes el español fue un medio por el que pudieron establecer vínculos estrechos entre sí. Cuando un mercader judío de Túnez iba a El Cairo podía hablar en español para identificarse ante los demás judíos y obtener una consideración especial, protección, y ayuda o lo que necesitara. De este modo la lengua contribuía a vincularlo con los demás miembros de su grupo étnico. Gracias al idioma español, los judíos pudieron establecer y conservar una diferencia con los demás, ellos eran los que hablaban español, mientras que los que no eran judíos ignoraban esta lengua. Así fue como la comunicación en español se convirtió en norma social característica de los judíos sefardíes. De tosas las formas de interacción social el idioma es el factor más apremiante y duradero de identidad cultural. Las identidades y diferencias culturales tienden a seguir pautas lingüísticas. Las grandes diferencias en las costumbres, los valores, las actitudes y los ritos suelen ir acompañadas de diferencias de lenguajes, en tanto que las semejanzas de lengua tienden a reforzar las similitudesde la conducta social. Los norteamericanos se sienten más cerca del Canadá y de la Gran Bretaña que de otros países porque tienen una lengua común, mientras que los países que están divididos por demarcaciones lingüísticas, como Bélgica y Nigeria, tienen continuos problemas para mantener la unidad nacional por que las diferencias idiomáticas refuerzan y actúan las diferencias culturales. La unificación de Italia en el siglo XIX sólo fue posible por que las personas de diversas partes del país convinieron finalmente, aunque en algunos casos de mala gana, en utilizar un dialecto común ara comunicarse. En épocas más recientes los catalanes del nordeste de España han expresado su convicción de ser diferentes de los demás españoles y mostrando su oposición al gobierno centralista al no dejarlos hablar, escribir y publicar en catalán. Los tiroleses de habla alemana que viven en Italia utilizan su idioma como un medio para conservar su identidad con los tiroleses austriacos y para resistir a los esfuerzos desplegados para integrarlos en la vida política, económica y cultural de Italia. El nivel educativo (y la clase social) se revela también por la manera de expresarse. Por lo general podemos saber si el individuo que habla es de clase media o baja por su dicción, su utilización de las palabras, su pronunciación, su gramática, etcétera; aunque en los estados Unidos las diferencias entre las personas de clase media y de clase alta son más difíciles de precisar, excepto en algunas regiones del país. Stanley C. Plog (1966) utilizó un índice de la capacidad para leer y escribir con objeto de determinar la posición de las personas que escribían carta al director del periódico Herald de Boston. Las cartas fueron calificadas según la calidad del papel empleado, la pulcritud, la gramática y el empleo del vocabulario y la caligrafía. El promedio de las calificaciones en estos distintos aspectos sirvió para calcular el nivel educativo del corresponsal. Plog pudo calcularlo con una precisión de 75%. Vemos, pues, que las cartas como cualquier otra forma de comunicación, no sólo son una fuente de información explícita (la que su 4 En realidad llamado ladino, que es un castellano medieval con algunas palabras hebreas. 21 autor pretende comunicar), sino también de información implícita. El autor de una carta revela a su destinatario algo de sí mismo por el papel que escoge, la pulcritud, la caligrafía, etcétera. La distancia y la comunicación La importancia del estilo del lenguaje empleado por el individuo que se comunica fue demostrada por un estudio efectuado por Triandis, Loh y Levin (1966) quienes compararon el efecto relativo que el aspecto y el modo de hablar causaron en las opiniones de estudiantes universitarios. Estos jóvenes escucharon grabaciones de discursos dichos en un inglés sin gramática ( de clase baja) o en un inglés correcto de clase alta). Mientras las escuchaban pudieron ver en una pantalla la fotografía del orador correspondiente. El orador era negro o blanco y estaba bien o mal vestido. A continuación se pidió a los estudiantes que indicaran si estarían dispuestos a admitir al orador, a aceptarlo como vecino o pariente político, o aceptarlo como amigo. Al analizar los resultados se observó que el modo de vestir tuvo menos importancia en las reacciones de los estudiantes. Los que tenían más prejuicios se dejaron influir más por la raza, cuando se trató de aceptar al orador como vecino, pariente político o amigo, pero aparte de esto, el principal factor determinante de las reacciones estudiantiles fue la calidad del inglés de los distintos oradores. En realidad, fue su modo de hablar lo que explicó el 80 % de la discrepancia de los estudiantes liberales y moderados en política al determinar si podrán aceptar al orador como amigo. Ciertas formas de la conducta comunicativa tienen doble propósito: informan simultáneamente al auditorio del modo en que el comunicante se percibe a sí mismo y percibe a sus oyentes. Frank N. Willis (1966) hizo que sus alumnos determinaran la distancia que los separaba de algunas personas que les dirigieron la palabra en situaciones informales. Sus resultados, muestran que las distancia entre el comunicante y el auditorio tiende a ser mayor cuando se desconocen que cuando son amigos. En efecto, el individuo que inicia una conversación cuando está muy cerca manifiesta así que se da cuenta de que se dirige a un amigo. El punto en que decide empezar la conversación es pues parte de la comunicación. Si escoge un punto inadecuado (es decir, si el desconocido se aproxima demasiado o el amigo permanece demasiado lejos) es posible que el efecto general de la conversación sea confuso o ambiguo. En vez de prestar atención a lo que el desconocido nos dice en muy posible que pensemos cosas de este tenor: “No me agrada su aire insinuante y confidencial. ¿Qué se ha creído este tipo? o “¡Vaya un presuntuoso! Por el contrario, si un amigo permanece a cierta distancia nos preguntaremos qué le pasa. En realidad, decimos que un individuo es “distante” cuando su actitud se caracteriza por un excesivo distanciamiento físico o social. La distancia que guardan los interlocutores varía según la cultura. Edgard t. Hall Jr. (1955) ha observado que una distancia de 20 a 33 centímetros es muy común entre los hombres de Iberoamérica y del Medio Oriente, aunque en los Estados Unidos se consideraría muy íntima o muy amenazadora. Cuando los norteamericanos conversan con hombres de esos países suelen manifestar cierto malestar ante la excesiva familiaridad de sus interlocutores. Como la reacción natural del norteamericano consiste en apartarse de estos contactos estrechos, los iberoamericanos y los árabes suelen pensar que los norteamericanos son fríos y distantes y orgullosos. Los norteamericanos fabrican sus automóviles con asientos muy amplios porque aparecían el “apartamento” mientras que los iberoamericanos no saben qué hacer con tanto espacio en un coche norteamericano típico puesto que aprecian la proximidad. 22 Cierto matrimonio inglés narraba con irritación las experiencias que tuvo en el Líbano cada vez que intentó pasar un día de campo. Solía buscar algún lugar escondido y agradable para descansar y disfrutar su comida en paz y a solas, pero en cuanto detenían el coche en la carretera y empezaban a sacar sus bártulos no tardaban en ver que otros automovilistas libaneses se detenían en el mismo lugar y se instalaban junto a ellos. En Inglaterra, una vez que una familia había ocupado un lugar para su día de campo los demás automovilistas lo respetaban como el área de esa familia, e irían a otro lado. Los ingleses, al igual que los norteamericanos, aprecian la intimidad y el apartamento, pero los pueblos mediterráneos (incluyendo los iberoamericanos) prefieren una estrecha familiaridad. La distancia que otro escoge significa una cosa para los ingleses y los norteamericanos y otra muy distinta para los pueblos mediterráneos e iberoamericanos. ACTIVIDADES PARA LA REAFIRMACIÓN DEL CONOCIMIENTO Instrucciones 1. Escribe 5 características de la comunicación entre los legos. 2. Escribe 5 características de la comunicación basada en conocimientos científicos. 3. Las Actividades que el profesor (a) proponga 23 1.4. COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA: LA PROPUESTA CONANT5 ANTONIO FERNÁNDEZ RAÑADA OBJETIVO DEL ARTÍCULO El ingeniero en comunicaciones es un profesional formado para la construcción de sistemas comunicaciónales, que sirvan de sustento a la comunicación humana, no es un especialista en comunicación social, sí es un facilitador de dicha comunicación, a partir, del diseño de sistemas y estructuras. Esun técnico, que se apoya en conocimientos científicos. A profesiones como esta Mario Bunge les llama tecnociencia. Que no sea el ingeniero un especialista en comunicación social, no lo exime, como a ningún profesional de conocimientos lo mejor fundamentados posibles del lenguaje humano. El lenguaje humano se organiza en idiomas, en dialectos ó en jergas, y hay que dar una revisión somera a estos conceptos, además de que el ingeniero tiene que redactar informes, que elaborar proyectos o talvez decir discursos, de ahí la necesidad de introducir al ingeniero en el conocimiento básico de las formas habladas y escritas del idioma. Téngase presente que toda comunicación entre seres humanos, se reduce a palabras, no importa que la comunicación sea verbal, gestual, mímica ó icónica. Para descifrar cualquier tipo de comunicación y para interpretarla es necesario hacerlo por medio de palabras, que se organizan de acuerdo a las tradiciones culturales de cada pueblo o de cada formación social. La palabra es como una llave que abre los canales de comprensión de los distintos lenguajes de que se vale el ser humano para comunicar sus deseos, sus sentimientos, sus pasiones, sus expectativas, sus temores etc. De ahí la necesidad de revalorar a la palabra como el hecho más importante de la creación humana. 1.4. COMUNICACIÓN DE LA CIENCIA: LA PROPUESTA CONANT. Antonio Fernández Rañada NO ATOSIGAR CON TEORÍAS Y DATOS LO QUERAMOS O no, vivimos sumidos en la ciencia, bajo el influjo de sus ideas y sus métodos y rodeados por objetos que llevan su marca. Pero es una contradictoria realidad que tantas gentes las conozcan mal y sientan malestar ante ella, cosa grave porque así les ocurre a muchos políticos y dirigentes sociales o económicos. Este desencuentro paradójico es un obstáculo muy serio para que la humanidad supere sus graves problemas, muchos de los cuales tienen una componente científica en su base. 5 Fernández, Rañada Antonio, Los Muchos Rostros de la Ciencia, México, FCE.,2003, p. 106-113 24 Lo que suele proponer para cambiar esta situación es mejorar la formación científica, mediante conferencias, lecturas y o parques o museos científicos, es algo muy importante y necesario. Su idea sería que, al hablar del sida pongamos por caso, la gente pudiese entender los mecanismos bioquímicos que operan en su contagio; para discutir sobre centrales nucleares, que sepan lo que es un curio, la energía de enlace o la moderación de neutrones; si se trata del agujero de ozono, que puedan identificar las reacciones químicas producidas en la alta atmósfera, bajo el efecto de los rayos ultravioletas del Sol. Es cierto que, cuanto mejor se conozcan todas esas cosas, tanto más reparada estará la opinión pública para valorar las opciones que se presenten, por eso los científicos tienen el deber de escribir artículos, dar conferencias y participar en todo tipo de actividades de divulgación. Pero la breve lista anterior de temas ya nos advierte de la enorme dificultad de entender todas las cuestiones que nos afectan. Pues la cantidad de cosas que hay que conocer es tan grande -supera incluso largamente a los científicos profesionales- que es imposible que alguien pueda tener buena información de todas ellas. Quien llegue a entender los problemas de la energía nuclear quizá no sepa nada del sida o de la contaminación química. Además, al ciudadano le afectan también muchas cuestiones que nada tienen que ver con las ciencias de la naturaleza y sí con la economía, y sí con la economía, la justicia o la política, por ejemplo. Conocer los detalles del conjunto se hace imposible. Conseguir que la opinión pública pueda decidir sobre los aspectos técnicos de todo no es objetivo alcanzable. Afortunadamente, tampoco es necesario. La obsesión de la sociedad de hoy por el entretenimiento y la levedad es otro obstáculo para ese programa. Porque a veces se deforman las ideas, a base de hacerlas más simples y atractivas. El enseñar deleitando y el juego que se propone muchas veces desde las revistas y los museos –en sí mismo estimulante- llega a no contribuir a entender mejor la ciencia, sino todo lo contrario. Porque, en aras de la diversión, se pasa a menudo por alto que la ciencia se basa en un método y que es sistemática. Al faltar ese elemento y escaparse así algo esencial, hay quien llega a confundirla con la magia o, al menos, quien toma una actitud mágica ante la ciencia. Muchos timadores, logreros y charlatanes se aprovechan, con sus productos sorprendentes que, a modo de purgas de Benito o bálsamos de Fierabrás, ofrecen remedios milagrosos para la salud. La estética o la riqueza, con pretendidas bases científicas cuya falsedad salta a la vista para cualquiera que conozca el tema. Para acercarse a la ciencia, hay que comprender que se funda en la observación paciente de los detalles, en asociar la imaginación con el análisis de los datos, en el escepticismo y en un intenso sentido de la autocrítica, ideas difíciles de transmitir cuando se busca sobre todo el espectáculo. Otra razón que limita la efectividad de la divulgación es la existencia de dos tipos de personas: algunas sienten la magia de la ciencia, otras son insensibles a ella. Las primeras son capaces de esforzarse en comprenderla y agradecen todo elemento divulgador, libros, películas, artículos o conferencias. Pero la experiencia muestra que el segundo sector es difícilmente abordable desde la explicación de hechos, modelos y teorías, por muy claro y atractivo que sea el modo de presentarlos. Porque hay que tener mucho cuidado: la acumulación de hechos científicos cansa, y aburre y confunde. Hay que darles un sentido, colocarlos en una estructura reconocible. Éste es el problema de algunos sistemas educativos que atosigan al estudiante con una gran cantidad de datos y teorías, sin dejar tiempo al reposo que necesita para situarlos en una perspectiva coherente. En este error se cae a menudo en muchos países, lo que está obligando a cambiar los métodos de la enseñanza de las ciencias. Por ejemplo, alarmado por el descenso en el número de vocaciones científicas, un reciente informe 25 del parlamento británico recomendaba lees facts, more understanding, “menos hechos, más entendimiento”, como principio fundamental para una reforma de los planes de estudio. Aplicando estas ideas tanto a la enseñanza de alumnos que no se proponen ser científicos como a la divulgación, el mayor destino es abrumar con teorías y datos. Sospechoso incluso que, en vez de forzar al estudiante o al ciudadano a aprender más ciencia –como algunos quieren, llevados por su entusiasmo-, convendría enseñarle menos. Pero dándole otra cosa a cambio. Pues lo que importa realmente es que quien no vaya a ser profesional de la ciencia entienda el papel que ésta ha jugado en la configuración social de hoy y que debe tener en el futuro. Y esto es imposible de hacer desde una visión unidimensional de la ciencia. Por el contrario, exige un punto de vista multidimensional. Una propuesta de este tipo fue hecha poco después de la segunda Guerra Mundial por el científico y político estadounidense James B. Conant, que fue catedrático de química, presidente de la Universidad de Harvard y embajador de su país en Alemania. Conant había pensado mucho en estas cuestiones siendo, durante la guerra, presidente del Comité Nacional de Investigación para la Defensa, del que dependían los programas de desarrollo de nuevas armas, en especial de la bomba atómica. Su experiencia combinada de educador, investigador y político le hizo reflexionar sobre la importancia que la cultura científica de sus ciudadanos tiene para un país. Sobre ello escribió un libro provocador y sugestivo, On understanding science: an historial approach,6 cuya actualidad sigue siendo enorme.Conant, buen conocedor de las armas nucleares, comprendió pronto que su desarrollo planteaba a la humanidad un problema nuevo y terrible. En el futuro, los países deberían enfrentarse a decisiones muy importantes, cargadas de consecuencias graves en caso de equivocarse. Parecía claro que los políticos tomarían posturas muy diversas sobre ésta y otras cuestiones con base científica y los ciudadanos deberían decidir con sus votos la opción ganadora. Y allí veía un serio problema: la mayoría de los ciudadanos tenía “una ignorancia fundamental sobre lo que la ciencia puede o no puede conseguir”. Para enfrentarlo, Conant hace dos propuestas educativas: La primera, que debe evitarse agobiar con hechos o teorías a los estudiantes que no van a ser científicos o ingenieros. Textualmente dice: “La premisa fundamental de este libro es que el remedio n está en una mayor diseminación de información científica entre los no científicos”.7 Por el contrario, defiende una reducción en la cantidad de material científico que deben aprender esos estudiantes. Pero, a cambio, se debe hacer lo necesario para que entiendan lo mejor posible las relaciones entre ciencia y sociedad. En segundo lugar, Conant cree que la manera más adecuada de conseguir ese fin es a través del estudio histórico de casos importantes. Así dice que, más que estudiar los frutos de la ciencia, conviene conocer “los modos en que se han conseguido esos frutos (mediante un curso) que se podría llamar estudio del método científico ilustrado con ejemplos de historia “, pues “un mínimo de ella es esencial para entender las ciencia”.8 Parece que ése es un buen método, porque entre quienes no sienten interés por los hechos de la ciencia (el segundo tipo de personas de que hablan antes) abundan los aficionados a la historia o, al menos, los sensibles a las explicaciones históricas. 6 J.B.Conant, On understanding science: an historial approach, Mentor, Nueva York, 1951 (1a. ed., 1947) 7 J.B.Conant, ibidem, p.26 8 J.B. Conant, ibidem, p43. 26 Para facilitar el camino de su idea, Conant se ocupó de la publicación por la Universidad de Harvard de una serie de estudios basados en esa filosofía, los famosos Harvard case histories in experimental science. Pero su propuesta se mostró difícil de llevar a la práctica por la resistencia que encontró en los educadores, explicable por varios motivos. Por una parte, a los profesores de ciencias les parecía que explicaban demasiadas pocas cosas, como para reducir aún más sus programas de temas científicos. Eran, además, reacios a ocuparse de cuestiones históricas, en las que no se sentían preparados. Una solución podría ser que esos aspectos estuviesen a cargo de los profesores de historia, pero éstos se oponían también a variar sus programas introduciendo materias que no juzgaban de su incumbencia. Por todo eso, la propuesta Conant no prosperó como política general. Pero, recientemente, la American Association for the Advancement of Science la resucitó en un estudio, publicado luego como libro,9 sobre la estrategia más adecuada para mejorar la educación científica de su país. En él se dice: “En sus años escolares, los estudiantes deben encontrar muchas ideas científicas presentadas en contexto histórico. La historia es importante para enseñar ciencia y tecnología, porque abre perspectivas sociales sobre la influencia de la sociedad en su desarrollo y el impacto de la ciencia y la tecnología en la sociedad”. En el segundo informe titulado The liberal art of science,10 se insiste en la necesidad de entender la ciencia como parte de una tradición cultural e intelectual. También se advierte a quienes reciben con objeciones la idea de usar material no científico, tomado de la historia, en cursos de ciencia que “el costa de no hacer esos cambios es la perpetuación de un sistema inadecuado, cuyas consecuencias son funestas”. CÓMO DIVULGAR Todo lo anterior vale tanto para la enseñanza como para la divulgación. Sin embargo, aunque sea necesario acrecentar la percepción de desarrollo histórico, explicar los conceptos, métodos y datos de la ciencia sigue siendo importante. Los científicos tienen la responsabilidad de esforzarse por exponer sus conocimientos a la opinión pública de la manera más clara posible. Pero según la imagen tópica, se ocupan de cosas incomprensibles, que no interesan a casi nadie, y, para peor, son incapaces de explicarlas con palabras sencillas y claras. Por eso, la ciencia produce muchas veces desazón, desasosiego o malestar. Es importante, pero parece aburrida. Hay algunos temas estrella –el big bang, los dinosaurios, el origen de la vida o la formación de la Tierra- que brillan en los periódicos, revistas y libros. No obstante parece que lo demás está falto de interés para la mayoría de la gente. Ante esta crítica que se oye a menudo, debe decirse que la divulgación no es una tarea fácil. Es importante y necesaria, pero exige mucho esfuerzo para encontrar la fórmula feliz que supere una alta barrera de comunicación sin traicionar el mensaje.11 La ciencia es una actividad muy absorbente y enriquecedora a nivel personal, que tienta constantemente a concentrarse en ella. Los científicos están habituados a temer a sus colegas y a los réferis como llaman en su jerga a los peritos de las revistas de investigación en las que publican sus trabajaos, que examinan críticamente sus 9 F.J. Rutherford y A. Ahlgren, Science for all Americans, Oxford University Press, Nueva York, 1990. 10 The liberal arto f science; Agenda for action, American Asociation for the Advancement of Science, 1990. 11 F. García Moliner y A. F. rañada, “Invitación a la autocrítica”, Revista española de Física, 8 (3), 3, 1994 27 resultados, y por ello se preocupan demasiado en los detalles y en el rigor. El lenguaje de su mundo es mucho más cuidadoso y sistemático que el vulgar y la falta de costumbre les hace caer a veces en el error de querer incluir todas las alternativas –que suelen ser muchas- o de dar muchos detalles y referencias. Por eso la doctrina Conant tiene una enorme ventaja. Al obligar a preocuparse por desarrollos históricos se fomenta el diálogo entre científicos y humanistas, de lo que debería salir una mejora del lenguaje común. Cuando un científico quiere divulgar una idea o una teoría tiene normalmente tres opciones. La primera es escribir una especie de manual con todos los conceptos necesarios, explicados de forma simple. El resultado es largo y fastidioso para quien sólo está interesado en lo importante. La segunda es omitir pasos intermedios, alternativas o elementos de la descripción. O sea, hacer uso de la tijera de podar. Aunque muchas veces es inevitable recurrir a este trámite, encierra graves peligros, como le ocurrió a ese profesor que tenía que explicar la relatividad general a varios legos en física. Tras su primera explicación no entendida, inició una serie de simplificaciones que le parecían cada vez más claras, hasta que le dijeron: “ya lo entendimos”, tras lo que se vio obligado a reconocer: “lo malo es que eso ya no es la relatividad”. La tercera opción es recurrir a la metáfora. La metáfora es un elemento básico de la literatura. Consiste en comparar dos cosas que son claramente distintas, pero que tienen algo en común. Una buena metáfora produce una sacudida intelectual o emocional que agudiza la sensibilidad y suscita una tensión mental receptiva en el lector. En contra de lo que se puede pensar, la metáfora tiene una importante tradición científica12. Durante mucho tiempo se consideraba el mundo como un reloj o un mecanismo, para ilustrar el determinismo de la mecánica newtoniana, o como un libro, cuando se quería insistir en que es una obra de su autor-Dios. Para explicar la entropía, unconcepto de gran dificultad intuitiva, se recurre a considerarlo como una medida del desorden. A las partículas elementales se las llama ladrillos del universo y a las mediadoras que transmiten las fuerzas, cementos. Se habla del ARN mensajero, Newton describió la gravitación a partir de la metáfora manzana-luna, la explosión del universo se compara con la de una granada, con un globo que se infla o con un pudín de pasas que sube; sobre el universo pocos segundos después del principio se dice que era una sopa cósmica de partículas elementales; el espacio-tiempo se asemeja a una membrana elástica en la relatividad general de Einstein… Pero, por mucho esfuerzo que se ponga en la divulgación, sólo podrá tener éxito –aparte de ante quienes ya están con vencidos de antemano- si se realiza dentro de una perspectiva multidimensional, la que se defiende en este libro. ACTIVIDAD PARA REAFIRMAR EL CONOCIMIENTO Instrucciones. 1. Desarrolla la propuesta de Conat para la divulgación de la ciencia. 2. Las actividades que el profesor (a) convenga 12 Véase la lección, ¿Llegarán a pensar las máquinas? De la nota 50. 28 SEGUNDA UNIDAD 2. EL LENGUAJE FORMAS Y MODALIDADES DE LA COMUNICACIÓN La comunicación oral y la escrita tienen algo en común: las dos se escriben. Solo que la escrita se asienta en papel y la oral se escribe en el viento Anónimo A continuación se presentan siete lecturas que nos permiten hacer una reflexión sobre la segunda unidad del programa (Naturaleza y las Características de la Comunicación Oral y escrita). Las primeras cuatro lecturas se refieren al primer tema de la unidad dos (Formas de Comunicación Oral). Las cinco y seis corresponden al tema dos (Formas de Comunicación Escrita). La siete corresponde al tema tres (La Estructuración Lógica del Discurso) Antes de cada lectura o conjunto de lecturas se exponen los objetivos. Al final se sugieren actividades para la reafirmación del conocimiento. 2.1. La comunicación personal Antonio Lucas Marín y otros 2.2. Narrativa y Desarrollo Humano para Grupos Vulnerables Mª del Socorro lozano M. 2.3 La llave: La palabra Ethel Krauze 2.4 El hombre se Posee en la medida que Posee su Lengua Pedro Salinas 2.5. Pasado y futuro del verbo leer Emilia Ferreiro 2.6. La Lectura Inerte, Lectura Semiológica y Lectura Semiótica Noé Jitrik 2.7. La Estructura del Discurso en la Comunicación Científica. Foucault. María Teresa Bedoya Gutiérrez 29 2.1.- LA COMUNICACIÓN PERSONAL ANTONIO LUCAS MARÍN Y OTROS 2.2. NARRATIVA Y DESARROLLO HUMANO PARA GRUPOS VULNERABLES Mª DEL SOCORRO LOZANO M. 2.3 LA LLAVE: LA PALABRA ETHEL KRAUZE 2.4 EL HOMBRE SE POSEE EN LA MEDIDA QUE POSEE SU LENGUA PEDRO SALINAS OBJETIVOS DE LOS ARTÍCULOS La palabra es hablada ó escrita ambas configuran tipos de comunicación. La comunicación hablada también denominada oral se caracteriza: por ser inmediata y por efectuarse conforme a los usos cotidianos de la lengua. Hay diversas clasificaciones de la comunicación oral, el artículo siguiente persigue el objetivo de comprender una clasificación de la comunicación hablada señalando las características de cada categoría. El ser humano se habita así mismo, en la medida que se va internando en ese mar proceloso que es la lengua es ahí que encuentra su identidad, es ahí que encuentra las formas de expresar sus emociones y sentimientos y clarifica sus pensamientos. En la medida en que el hombre conoce su lengua enriquece su vida, construye sutiles relaciones sociales. El objetivo de los artículos que siguen es enfatizar el valor de la palabra como representación de las ideas y enfatizar el valor de las palabras engarzadas en el idioma. 2.1. LA COMUNICACIÓN PERSONAL Antonio Lucas Marín y otros Legados a este punto centraremos nuestra atención en las distintas formas en las que se pone de manifiesto la comunicación personal, con especial atención a las comunicaciones cara a cara y la comunicación no verbal. Haremos primero algunas referencias a la comunicación intra personal e interpersonal, dando algunos detalles de la comunicación en las organizaciones y a la comunicación de masas, que, en definitiva, es de lo que venimos hablando a lo largo de todo el libro. Posteriormente, procuremos diferenciar con una cierta precisión la acción comunicativa de diferentes tipos de acción social, intentando una comprensión del proceso 30 comunicativo desde un esquema lineal simple a un proceso transaccional que nos permita entender la complejidad de la comunicación. Intentaremos también precisar lo que entendemos por modelos de lineales de comunicación -en los que se asume una concepción de la comunicación como transporte de información o contenido informativo- y modelos circulares de comunicación- en los que la comunicación consistirá en un dinámico ir y volver de contenidos informativos que genera cambios en los que se comunican-, con sus ventajas e inconvenientes. 1. FORMAS DE COMUNICACIÓN: INTRAPERSONAL, INTERPESONAL EN LAS ORGANIZACIONES Y DE MASAS. El estudio y enseñanza de la comunicación comenzaron hace más de dos mil años. En un principio, la atención se centró de manera casi exclusiva en la comunicación pública. Aristóteles creía que un discurso efectivo era esencial para convencer a los ciudadanos de la importancia de su participación en los asuntos públicos. El propio filósofo enseñaba a sus estudiantes cómo desarrollar y presentar discursos de forma persuasiva y efectiva con el fin de influir en la vida pública. No obstante, en la actualidad, si bien sigue siendo éste un campo importante dentro de la comunicación, no es el único foco de interés para los científicos de la comunicación. En estos momentos, y teniendo en cuenta una perspectiva global de la disciplina que nos ocupa podríamos establecer las siguientes áreas o formas de comunicación: comunicación intrapersonal, comunicación interpersonal, comunicación organizacional y comunicación de masas. Respecto a la comunicación intrapersonal, hay que decir que es aquella que tiene lugar en el interior de nosotros mismos. Esta forma de comunicación es un proceso cognitivo que ocurre en nuestro interior y se puede decir que es otra forma de pensar (Vocate, 1994). Si bien el interés que se la ha prestado a esta forma de comunicación es bastante reciente, se ha mostrado ya la importancia de la comunicación intrapersonal en la vida de las personas. Estudios como los realizados por Seligman (1990) han conseguido, por ejemplo, una mayor autoestima en los sujetos, cambiando, incluso la forma en que se hablan a ellos mismos. En realidad, todos estamos en constante conversación con nosotros mismos con diferentes finalidades: planear nuestras vidas (elegir una carrera o profesión), decidir una determinada forma de actuar (conducir más de prisa) o controlar los impulsos (calmarse antes de hablar). Por otra parte, como han expresado diversos autores, la conducta humana podría ser descrita a través de tres de sus componentes: pensamiento, sentimiento y acción (Hutchins y Cole, 1992). Está claro que estos elementos no actúan dicotómicamente, sino que tienen una interrelación tan íntima y dependiente que la alteración de uno de ellos implica un cambio en los otros. Así, de cómo pensemos sobre un determinado acontecimiento dependerá el impacto que dicho acontecimiento nos produzca afectivamente y que nos decante, consiguientementente, por una acción determinada. No son los acontecimientos los que nos mueven en una u otra dirección. La codificación, idea o valoración que se haga de los acontecimientos es lo que realmente impacta emocionalmente. Somos nosotros mismos lo que tenemos capacidad
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