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Diagnóstico em Fisioterapia

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Diagnóstico fisioterapia
Introducción al diagnóstico 
en fisioterapia
CONTENIDO
1. El diagnóstico en fisioterapia
2. Historia del diagnóstico en fisioterapia
3. Uso de la CIF en el diagnóstico fisioterapéutico
4. Bibliografía
3Diagnóstico fisioterapia | 
El diagnóstico 
en fisioterapia
El diagnóstico en la fisioterapia 
es el proceso de análisis de las 
deficiencias y discapacidades 
observadas y/o estudiadas., cuyas 
deducciones permiten establecer 
un programa de tratamiento 
en función de las necesidades 
observadas y escoger el modelo 
terapéutico apropiado a realizar”.
Lo más importante de esta definición hace constatar que 
el diagnóstico es el primer paso para crear un correcto 
programa de tratamiento y van íntimamente unidos una 
cosa con la otra. No solo no se puede crear un programa 
de tratamiento sin un buen diagnóstico, sino que cuanto 
mejor sea el diagnóstico, mejor será el tratamiento.
Durante muchos años la fisioterapia se ha dedicado 
al tratamiento de diferentes afecciones o patologías, 
tratando sus síntomas, sin en muchas ocasiones entrar 
en el detalle de cuál era el origen del mismo, por tanto, 
sin dar una relevante importancia al diagnóstico.
Se debe empezar a trabajar el concepto de diagnóstico 
y darle toda la amplitud posible, porque cuanto más 
amplio sea este concepto, más al origen de la afección 
o la patología se puede llegar.
En la actualidad, y cada vez más, y por suerte tanto para 
el profesional como para el paciente, el tratamiento, 
ya no es simplemente de los síntomas que provoca la 
afección, sino es todo un proceso de diferentes pruebas 
diagnósticas y herramientas que dispone la fisioterapia 
junto con el conocimiento y la práctica del profesional. 
Lo cual provoca un mayor avance tanto en el proceso 
del diagnóstico como para elegir la mejor práctica de 
fisioterapia haciendo de esto una parte importante del 
tratamiento.
Por tanto, la figura del fisioterapeuta y la fisioterapia 
ha cambiado mucho en los últimos 20 años. De ser un 
profesional casi desconocido, que únicamente estaba 
dedicado a aplicar los tratamientos que prescribía el 
médico, siendo prácticamente una herramienta de 
trabajo, con poca capacidad de decisión, simplemente un 
ejecutor de técnicas de tratamiento, a ser un profesional 
con independencia y autonomía para poder decidir la 
técnica de tratamiento que desea realizar, para mejorar 
el estado del paciente que acude a su consulta; esto ha 
sido gracias a la posibilidad de empezar a practicar las 
técnicas de diagnóstico a disposición del fisioterapeuta.
Por este motivo, ya en muchas ocasiones, los 
propios pacientes eligen directamente acudir a un 
fisioterapeuta, sin tener que pasar previamente por una 
consulta médica.
Esta posibilidad es así únicamente y parece que sin una 
solución cercana, para los tratamientos que se realizan 
en consultas totalmente privadas o independientes. 
Para técnicas que se realicen en España, bajo el sistema 
de salud español, pasa por la prescripción de un 
facultativo, en la mayor parte de los casos de atención 
especializada. Aunque en centros de atención primaria 
ya se está avanzando en la consulta independiente de 
fisioterapia, sin la necesidad de tener que pasar por 
otras especialidades, simplemente derivado por el 
médico de cabecera, aunque se tenga la posibilidad de 
diagnóstico de martilles patologías, aún no se tiene la 
independencia ni el reconocimiento para practicarlo en 
el sector público
Muchos pacientes que sufren algún tipo de dolor o 
lesión acuden de primera mano a un fisioterapeuta 
que tiene la capacidad de tratar y valorar la lesión, 
porque consideran que agilizan tiempo en los plazos 
de recuperación, ya que si están pendientes de una 
consulta médica, puede pasar más tiempo y se pierde 
la posibilidad de una recuperación más rápida, pues 
en la mayoría de las ocasiones, la atención precoz de 
una patología, asegura su recuperación o, por lo menos, 
acorta los plazos.
En otras ocasiones aún hay pacientes que prefieren 
ser más conservadores, y acudir a consultas médicas, 
previas al tratamiento de fisioterapia. En muchas 
ocasiones se acuden a estas consultas médicas, por 
la posibilidad de pruebas diagnósticas por imagen, 
que también se debe reconocer que facilitan y ayudan 
en el tratamiento, pero sí es verdad que, si a pesar de 
las diferentes pruebas diagnósticas que se hagan del 
portafolio que dispone la fisioterapia, se tiene dudas 
sobre el diagnostico diferencial, es posible utilizar 
diferentes técnicas o procedimientos hasta que 
tengamos un diagnostico más certero.
La fisioterapia, por tanto, se puede adaptar en 
muchas ocasiones al momento de tratamiento y a 
las necesidades de muchos pacientes, pudiendo usar 
unas herramientas u otras de tratamiento hasta que se 
confirme su diagnóstico total. En pocas ocasiones la 
actuación de la fisioterapia es 0 o nula.
También, dependiendo del tipo de lesión, afección, o 
dolor que tenga el paciente, hace que acuda de primeras 
a una sesión de fisioterapia o a una consulta médica, aún 
se mantiene un concepto social de que la fisioterapia es 
para patologías leves o de necesidad simplemente de 
un “masaje” y que para otras cosas más serias, se debe 
acudir a una consulta médica.
4Diagnóstico fisioterapia | 
Por este motivo, es labor de todos los fisioterapeutas 
mostrar seriedad a la hora de hacer las diferentes 
pruebas diagnósticas cuando se trabaja con el paciente, 
porque, de esta forma, cada profesional transmitirá a los 
pacientes la confianza en que la fisioterapia también es 
capaz de diagnosticar y sacar adelante patologías más 
complejas, sin necesidad de una consulta médica; o en 
todo caso, que sea una relación paralela, es decir que 
mientras se trabaja la fisioterapia se pueda combinar 
diferentes consultas médicas, pero no una relación 
vertical, en la que vaya por fases, primero todas las 
consultas médicas y finalmente, una vez hechas todas 
las pruebas y todas las consultas, el último paso que 
sea la fisioterapia. De esta forma, en muchas ocasiones, 
llegan pacientes con un tiempo de evolución de la 
patología muy elevado.
Por tanto, todavía se tiene el concepto de que la 
fisioterapia únicamente es para procesos leves y para 
procesos que se consideran más importantes se acude 
a la figura del médico.
En España, el diagnóstico está avalado en la sentencia 
dictada por la Audiencia Nacional del 2 de diciembre 
de 2009. La confusión está en que tradicionalmente 
se ha atribuido únicamente la palabra diagnóstico 
al ámbito médico y no es así como debería ser. Los 
diagnósticos sirven a para clasificar y orientarnos ante 
el paciente. Las pautas de diagnóstico siguen un orden 
previamente estipulado y consensuado que permite 
tomar decisiones, cuyo fin principal es la recuperación 
de su salud del paciente o la funcionalidad del mismo.
Se puede diferenciar, por tanto, el diagnóstico médico 
con el diagnóstico de fisioterapia, en que el médico 
tiene un vademécum de enfermedades y, mediante 
el diagnóstico, lo que busca es relacionar la parte 
del cuerpo con la afección y, de esta forma, crear un 
tratamiento que puede ser farmacológico, quirúrgico, 
educacional, etc. Muchas veces, el diagnóstico no 
va más allá de la especialidad médica por la que es 
diagnosticado o también en muchas ocasiones no va 
más allá de la zona que está afectada, sin ver el cuerpo 
como un todo. 
En cambio, el diagnóstico de fisioterapia no se basa en 
este modelo médico, sino en uno cuya característica 
principal es considerar el cuerpo humano como un 
todo, tanto parte visceral como el aparato locomotor y 
cada parte del cuerpo, íntimamente unida y en relación 
unas con otras. 
Esto provoca que en una gran parte de los problemas 
físicos que se tratan habitualmente, el diagnóstico 
médico no sirva para tomar decisiones ni para saber 
el tipo de técnica que se tiene que emplear, en qué 
dirección, dosis, etc., ya que está, en muchas ocasiones, 
excesivamente localizado en la zona del cuerpoque 
tiene el dolor o la afección y lo que pasa es que lo que 
está causando los síntomas no es el daño que hay en 
el tejido, sino cómo funciona este y su relación con el 
resto del cuerpo.
Algunos ejemplos son:
Un paciente con un esguince de tobillo, grado I o grado 
II, acude a una consulta de traumatología y después de 
hacer las diferentes pruebas diagnósticas por imagen 
para descartar algún tipo de fractura, se confirma 
este diagnóstico, se pauta analgesia oral para el dolor, 
antiinflamatorios para cortar el proceso inflamatorio y 
se decide inmovilizar durante 3 semanas para que el 
ligamento cicatrice correctamente.
Esto es lo habitual y se han conocido muchos casos así.
Un fisioterapeuta puede ver al paciente desde su prisma, 
sin la necesidad de este diagnóstico médico, valorar la 
situación del paciente y su dolor, ve que tiene dolor al 
apoyar el pie y al realizar diferentes movimientos del 
mismo. El fisioterapeuta puede ver que tiene algún 
tipo de bloqueo articular en la tibioperoneoastragalina. 
Mediante movilizaciones se consigue reconocer la 
estructura que domina sobre la función de la articulación 
de los tobillos, también se puede observar si el tríceps 
rural está acortado o no y por eso está favoreciendo 
la posibilidad de que se hagan diferentes esguinces. 
En ese caso, se puede trabajar en la elasticidad del 
mismo. Se tiene muchas herramientas para drenar la 
zona inflamada y ejercer funciones antiinflamatorias y 
analgésicas, así como aplicar medidas de inmovilización 
más funcionales para la actividad diaria del paciente.
De esta forma se agiliza la recuperación del paciente y 
se va con un tratamiento más funcional en el que tiene 
que guardar reposo e inmovilización del tobillo durante 
3 semanas y, posteriormente, empezar el proceso de 
recuperación, tanto del motivo de lesión como del 
tiempo de reposo.
Por otro lado, otra sesión de dolor en el hombro, una 
tendinitis de codo, una epicondilitis, por ejemplo, 
diagnosticada en consulta de traumatología, por 
un mecanismo de repetición de cierto ejercicio. De 
momento no se valora una intervención quirúrgica, pero 
se inmoviliza y se pauta las mismas medidas de antes 
de analgesia y antiinflamatorios.
Como fisioterapeutas, es posible hacer un diagnóstico 
en el que se pueda observar que posiblemente este 
dolor que sufre en el codo tiene su origen en estructuras 
y/o articulaciones cercanas, que están favoreciendo 
este proceso, que pueden ser tanto la muñeca, como el 
hombro o el cuello.
Por este motivo, la labor del fisioterapeuta no va a ser 
formular el correcto diagnóstico de la patología o la 
afección que tiene en el codo, sino que su trabajo es 
hacer un diagnóstico completo y valorar el resto de 
estructuras cercanas para ver, comprobar y afirmar 
su correcto funcionamiento, así como hacer un plan 
de tratamiento global que va desde quitar el dolor y 
la inflamación del tendón inflamado en el codo hasta 
corregir las alteraciones funcionales que tenga en 
articulaciones cercanas y que pueda estar ayudando a 
que exista esa disfuncionalidad en el codo.
5Diagnóstico fisioterapia | 
Tras 21 años de experiencia en el ámbito de la 
fisioterapia, se ha podido comprobar que con la 
evolución de estos años que cada vez existe un mayor 
conocimiento del trabajo del fisioterapeuta; y cada vez 
existe una mayor confianza por parte de las diferentes 
especialidades médicas en dicho trabajo, siendo ellos 
mismos los que en muchas ocasiones, una vez hecho 
su diagnóstico médico, hacen la recomendación de 
acudir a un fisioterapeuta para empezar el tratamiento 
para agilizar los procesos de recuperación.
Es correcto afirmar que esto es en la mayoría de los 
casos, aunque siguen existiendo casos en los que 
no existe esta valoración o reconocimiento por parte 
del trabajo del fisioterapeuta, pero no hay que entrar 
en detalles en estos casos, ya que incluso dentro de 
las diferentes especialidades médicas entre estos 
profesionales tampoco existe este reconocimiento.
El trabajo del fisioterapeuta es seguir poco a poco 
haciendo una buena labor ante los pacientes y seguir 
dando pasos de gigantes en el reconocimiento de la 
profesión, tanto ante los pacientes como en todo el 
sector de la salud, no hablando únicamente de las 
especialidades médicas.
¿Significa, por tanto, que el diagnóstico médico no 
tiene utilidad para los fisioterapeutas? Para nada. Por 
ejemplo, se ve que al realizar las pruebas diagnósticas 
y los tratamientos los pacientes no mejoran, que el dolor 
persiste, incluso empeora, es en estos casos cuando se 
derivan a la consulta médica, para que ellos puedan 
valorar si por ejemplo en el caso del tobillo existe una 
fractura de peroné y entonces hay que aplicar un yeso e 
inmovilizar; o en el caso del tendón del codo, la situación 
está ya tan comprometida y hay un atrapamiento, que 
requiere una intervención quirúrgica también.
Lo más importante es que hay que saber que existe 
espacio para todos los campos de la salud y que los 
médicos tienen su labor importante, al igual que el 
fisioterapeuta, y que trabajando con respeto, es posible 
trabajar en unión, ya que el fin es la mejoría del paciente.
Con este ejemplo se pueden sacar dos conclusiones. 
La primera es que no importa a qué profesional asista 
primero el paciente. Ambos tienen herramientas y 
conocimientos para diagnosticar y tratarlo dentro de 
su ámbito, o en su caso, derivarlo a otro profesional 
cuando el problema escapa de sus competencias. 
La segunda, que ambos diagnósticos son diferentes 
y complementarios. Cada uno permite establecer un 
tratamiento adecuado y amplía la información que se 
tiene del problema del paciente al resto de profesionales 
para brindarle una mejor intervención sanitaria, 
buscando en ambos casos, lo mejor para el paciente
6Diagnóstico fisioterapia | 
El diagnóstico fisioterápico se diferencia del diagnóstico 
médico y no debe pretender reemplazarlo, confirmarlo, 
ni confrontarse con él, en todo caso complementarlo. 
Facilitará la comunicación interprofesional e 
intraprofesional a través de un lenguaje común.
Cuando un paciente acude a un fisioterapeuta para ser 
atendido y para que este le ayude a mejorar su dolor y/o 
rehabilitar la zona afectada debe comprender que, antes 
de empezar el tratamiento, es muy importante que el 
profesional realice una buena valoración y diagnóstico 
en fisioterapia, e insistir mucho en esta valoración, ya 
que en muchas ocasiones, y con la experiencia, llega 
un momento en que se mecaniza en exceso el trabajo 
y se dejan de aplicar estas pruebas diagnósticas o de 
valoración y no se deben abandonarlas, tanto para 
dar seguridad al paciente a la profesión y para que el 
tratamiento sea mucho mejor.
El diagnóstico debe ser un proceso de valoración y 
revaluación constante o periódica. 
A través de la valoración y del diagnóstico, el 
fisioterapeuta podrá marcarse unos objetivos 
de tratamiento concretos y alcanzables y lo más 
beneficiosos para el paciente.
Toda esta información que se le da al paciente 
entra en su proceso de recuperación, una vez que el 
fisioterapeuta lo ha valorado y diagnosticado, y crea 
el plan de tratamiento, el paciente entra en un proceso 
de recuperación, basado en la confianza depositada en 
el paciente. Por lo tanto, todo este proceso tiene una 
gran importancia, porque forma parte ya del proceso 
de recuperación. Si el fisioterapeuta no es capaz de 
ganarse la confianza del paciente en este proceso inicial, 
va a tener que dedicar el resto de la sesión o sesiones 
sucesivas a ganarse su confianza y, todo esto, favorece 
el proceso de recuperación. 
Durante este proceso de valoración se pueden llevar 
a cabo diversas pruebas, todas con la finalidad que el 
fisioterapeuta recopile datos sobre el paciente y su dolor. 
Tras la exploración física del paciente y la evaluación 
de sus movimientos se podrá crear el programa de 
recuperación. Este puede ir desde una sola sesión hasta 
un programa más prolongado, pero en ambas ocasionesesta recogida de datos es prioritaria. 
Esta valoración lleva al diagnóstico fisioterápico, uno de 
los pilares principales para un buen trabajo funcional. 
El diagnóstico, junto a reevaluaciones periódicas 
realizadas en la clínica, permitirá conseguir el mejor 
tratamiento y una recuperación óptima para cada caso.
Sumando toda la información que se habrá podido 
escuchar y que habrá explicado y transmitido el 
paciente, además de la recopilada de propia mano con 
la valoración y exploración de la zona afectada, se podrá 
desarrollar un buen tratamiento para el paciente.
Para poder obtener un buen diagnóstico es importante 
formarse en este ámbito, así como también la experiencia 
y los años tratando a pacientes. Por eso, mediante 
este máster, se quiere transmitir el conocimiento de 
diferentes profesionales que llevan muchos años 
asistiendo a pacientes y que han trabajado mucho con 
el diagnóstico, para ayudar en cómo enfocar la primera 
consulta con el paciente para, de esta forma, obtener 
toda la información posible del mismo y así tener unos 
objetivos claros del tratamiento; además, mostrar 
unas directrices a seguir para conseguir los objetivos 
terapéuticos marcados.
También se debe saber que cuando se realiza un 
diagnóstico es necesario considerar la sensibilidad, 
especificidad y valor predictivo de las pruebas 
diagnósticas, así como las características individuales 
del paciente. Los diagnósticos no tienen una validez del 
100 %, incluso los estudios de imagen solo ayudarán 
a confirmar un diagnóstico dado los falsos positivos y 
negativos de resonancias magnéticas y radiografías, así 
como de otras pruebas diagnósticas.
Para poder diagnosticar correctamente a un paciente 
se tiene que considerar tanto al paciente como a las 
diferentes pruebas como un todo.
En muchas ocasiones, las pruebas diagnósticas 
no justifican la clínica y viceversa, por tanto, 
independientemente de las valoraciones y las pruebas, 
el fisioterapeuta debe dar solución al paciente de su 
proceso que es lo que busca y por lo que acude a la 
consulta. Si no se es capaz de darle solución, o por lo 
menos orientarlo, se buscará otras alternativas.
Una vez hecho el diagnóstico se debe cumplir los 
siguientes pasos:
• Crear objetivos a corto, medio y largo plazo.
• Facilitar un plan de tratamiento.
• Establecer un programa de intervención.
• Elegir los actos o técnicas de fisioterapia más 
adecuados en dicha intervención.
• Colocar las necesidades del paciente en el centro 
del análisis.
Historia del diagnóstico 
en la fisioterapia
Determinar el origen de la fisioterapia es prácticamente 
imposible, ya que las técnicas manuales y la utilización 
de agentes físicos para el alivio de las dolencias han 
sido utilizados por la humanidad desde la prehistoria. 
Sin embargo, lo que sí puede fijarse es un momento 
histórico en el que se reguló la utilización terapéutica de 
las técnicas manuales pasivas y los ejercicios activos: 
el año 1813 con la fundación del Royal Central Institute 
of Gymnastics de Estocolmo.
7Diagnóstico fisioterapia | 
Durante el siglo XIX, de este instituto se formaron 
profesionales con conocimientos para la utilización 
terapéutica del movimiento tanto activo como pasivo, 
y se difundió por diferentes países del mundo, donde 
se practicaba ejercicio físico y se empleaban técnicas 
pasivas para el mantenimiento de la salud, pero aún sin 
una gran base de conocimientos. 
Se debe considerar y dar importancia, por tanto, al 
origen de la fisioterapia en el que su valor terapéutico 
era el ejercicio físico y no únicamente la aplicación de 
técnicas pasivas por parte del paciente.
En España, en esa época eran los practicantes los 
profesionales que aplicaban las técnicas manuales para 
el tratamiento de las enfermedades.
Los estudios de practicante en España se regularon 
en 1857 y en la Real Orden de 26 junio de 1860 se 
establecieron unos conocimientos que se exigían a los 
practicantes entre los que se encontraban competencias 
propias del actual fisioterapeuta, como es el caso de los 
vendajes.
El masaje, una de las competencias del fisioterapeuta que 
más problemas de intrusismo, genera en la actualidad 
se atribuyó al practicante en el año 1888. En el Real 
Decreto del 16 de noviembre de ese año se detallaba la 
competencia de los practicantes para realizar pequeñas 
cirugías, pero siempre por disposición de un médico. En 
España, a finales del siglo XIX, existía por tanto cierta 
dependencia entre el practicante y el médico para los 
tratamientos invasivos.
La profesión de practicante convivió en España con la de 
matrona y enfermera desde 1915 hasta 1953 al crearse 
la titulación de ATS que unificaba las tres profesiones 
anteriores y fue en el año 1957 cuando se reconoció la 
fisioterapia como especialidad para los ATS.
Desde ese momento, la profesión de fisioterapia 
ha sufrido modificaciones en sus competencias, 
estatus y formación necesaria para alcanzar el título 
de fisioterapeuta. La última ha sido la adaptación 
de los estudios al plan Bolonia con la creación del 
Grado en Fisioterapia. Estudios que proporcionan 
a los fisioterapeutas los conocimientos necesarios 
para trabajar de forma autónoma en la prevención de 
la enfermedad, la curación y el entrenamiento para 
mejorar el nivel de función de las personas con base en 
conocimientos cuya efectividad, se demuestran en la 
clínica y poco a poco en los estudios científicos
Del análisis de la evolución del diagnóstico en 
fisioterapia, cabe mencionar que “durante décadas 
los fisioterapeutas han guiado su práctica profesional 
fundamentados en el diagnóstico médico del modelo 
tradicional, aquel que aclara y enfatiza la etiología, el 
curso, la naturaleza y la denominación de los trastornos 
orgánicos”.
Desde siempre, la fisioterapia ha querido incluir el 
diagnostico como derechos de los fisioterapeutas para 
emitir el diagnóstico en el ámbito de sus conocimientos, 
práctica y experiencia.
En muchas ocasiones, como se ha visto anteriormente 
en el año 2009, en las cuales se avala la palabra 
diagnóstico dentro de la fisioterapia, ofreciendo al 
fisioterapeuta la posibilidad de diagnosticar diferentes 
procesos.
Anteriormente, los fisioterapeutas emitían el diagnóstico 
utilizando el lenguaje médico. Este diagnóstico incluía 
la descripción de un conjunto de signos y síntomas 
asociados con deficiencias estructurales a nivel del 
sistema musculo esquelético, que complementaba 
categorías de limitación funcional, según la dificultad 
de los pacientes al realizar sus actividades.
Desde la perspectiva del análisis de la función y 
disfunción del movimiento humano, con características 
propias de la disciplina, el diagnóstico fisioterapéutico 
no debe entrar en competencia con el diagnóstico 
médico, sino más bien, debe ser complementaria. Esto 
queda demostrado en la descripción de la profesión que 
hizo la Confederación Mundial de Fisioterapia (WCPT, 
1999) sobre la postura diagnóstica fisioterapéutica a 
partir del desarrollo de la Clasificación Internacional del 
Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF).
En la actualidad, a propósito del cambio generacional 
de paradigmas, la comunidad académica en fisioterapia 
propicia la construcción de una identidad diagnóstica 
desde el enfoque biopsicosocial basado en la CIF. 
Solo así se provee un marco inicial que dinamiza la 
organización de datos y opiniones clínicas más allá del 
referente “enfermedad”, lo cual facilita una clasificación 
de acuerdo con la función de los sistemas corporales, 
del individuo y de las relaciones con su entorno.
Uso de la cif en 
el diagnóstico 
fisioterapéutico
La CIF no pretende clasificar condiciones patológicas, 
pues para ello la OMS elaboró la CIE-10 (abreviatura de 
la Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima 
revisión). Por lo tanto, ambos son complementarias. Se 
propone el uso de la CIF para aplicarla en la elaboración 
del diagnóstico fisioterapéutico, dado que sus categorías 
desde la perspectivacorporal, individual y social tienen 
relación estrecha con la naturaleza y niveles de estudio 
de la fisioterapia.
La CIF pertenece a la “familia” de clasificaciones 
internacionales desarrolladas por la Organización 
Mundial de la Salud (OMS) que pueden ser aplicadas 
a varios aspectos de la salud. Su objetivo principal es 
“brindar un lenguaje unificado y estandarizado y un 
marco conceptual para la descripción de la salud y los 
estados relacionados con ella”.
8Diagnóstico fisioterapia | 
La CIF habla de enfoque biopsicosocial. Siempre que 
se atiende cualquier tipo de “enfermedad” se debe 
hacer una valoración desde no solo cómo afecta 
al individuo en su parte biológica y su alteración 
corporal, tanto de dolor como de discapacidad 
funcional, sino también en cómo afecta en la parte 
social y psicológica todo el proceso.
Por tanto, se deben considerar también dentro del 
proceso de diagnóstico no solo el funcionamiento y la 
funcionalidad de las partes del cuerpo, sino también 
factores contextuales, como son los ambientales y los 
personales y como afecta la patología en estos factores.
Han sido muchos los años de evolución de la fisioterapia, 
desde sus orígenes hasta la fecha actual, una profesión 
que no se puede fechar su origen, ya que es algo 
inherente al ser humano, el deseo de curar, estar sano 
y saludable.
En esta evolución, un paso muy importante es la 
capacidad de diagnóstico en nuestra profesión y sus 
diferentes fases, sabiendo y siendo conscientes de que 
si se quiere tener esta capacidad, es necesario unirse a 
los diferentes criterios que hay establecidos en el ámbito 
de la salud, en cuanto a las clasificaciones diagnósticas.
Se debe conocer la profesión con su carácter 
independiente, pero a la vez como integrada dentro de 
una gran estructura sanitaria. La fisioterapia es especial 
y diferente, por la cercanía y la continuidad que se tiene 
con el paciente, pero no se debe olvidar que, al igual que 
el paciente es la suma de todas sus partes, la profesión 
también es la suma del todo el conocimiento de los 
diferentes sectores de la salud.
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