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Arqueoastronomia: Estudo das Civilizações Antigas

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ARQUEOASTRONOMÍA 
Gravitación y Astrofísica 
 
 
01/01/2010 
Universidad de Murcia 
Margarita Barquero Ruiz 
 
 
 
 
1. INTRODUCCIÓN AL TRABAJO 
La arqueoastronomía es una ciencia interdisciplinaria, a 
caballo entre la investigación astronómica y la 
investigación arqueológica, y cuyo objetivo es estudiar 
las prácticas astronómicas de las civilizaciones 
antiguas, relacionadas con su visión del Cosmos y su 
ciclo cultural. 
Aunque pueda parecernos extraño, la arqueoastronomía 
es una ciencia extremadamente joven, con poco más de 
25 años de experiencia. 
Las componentes de la Arqueoastronomía son la 
Astronomía, Historia, Arqueología y la Etnografía, que 
hacen de ella una ciencia interdisciplinaria. En esto 
reside uno de sus mayores atractivos: la necesidad de 
tener información de procedencia muy variada para 
llegar a resultados sólidos. 
Mi trabajo está basado en la obra de D. Juan Antonio 
Belmonte Avilés físico murciano que nos desvela España 
como un territorio extenso y de una riqueza cultural 
incomparable. 
2. INTRODUCCIÓN 
La reverencia por el cielo y su contenido es un factor 
común presente en todas las civilizaciones antiguas, 
desde el inicio de su desarrollo. 
Es por esto que no debe extrañarnos que los 
fundamentos astronómicos jugaran un papel importante 
en el diseño de muchas construcciones como tumbas o 
lugares de culto. 
Es frecuente encontrar edificaciones de este tipo que 
señalan hacia lugares del horizonte, por los que un 
astro sale o se pone en determinada época. 
Este es el caso, por ejemplo, del gran centro ceremonial 
de Teotihuacán, en México central, que parece haber 
sido organizado en armonía con las posiciones del sol y 
ciertas estrellas fundamentales. O del Caracol, Chichén 
Itzá, en Yucatán, un observatorio en forma de torre 
cónica que contiene tubos horizontales dirigidos a 
posiciones de relevancia astronómica. O el de 
Stonehenge de Inglaterra, que constituye un auténtico 
calendario. 
Asi que, hemos de tener presente que la propia 
evolución de los enfoques y planteamientos asociados a 
la Astronomía lo que, alrededor del Renacimiento y 
ligada a nombres tan repetidos como Copérnico, Ticho 
Brahe, Kepler y Galileo, dio lugar al nacimiento de la 
ciencia. 
3. SISTEMAS DE REFERENCIA BÁSICOS EN LA ESFERA 
CELESTE. 
Para localizar cualquier objeto o suceso en el cielo basta 
dar dos coordenadas, de manera similar a como se hace 
sobre la superficie de la tierra. Cualquier sistema de 
referencia esférico queda definido a partir de un plano 
fundamental que contenga al centro de la esfera y del 
correspondiente eje polar, perpendicular a dicho plano y 
que pasa por el centro de la esfera. 
Para la Arqueoastronomía, hay dos planos 
fundamentales relevantes: el del horizonte y el del 
ecuador. Estos dos planos dan lugar a los tres sistemas 
de referencia que explicaremos a continuación. 
 
3.1 Coordenadas horizontales o altazimutales 
El horizonte se puede definir como el plano 
tangente a la superficie terrestre en el lugar 
que ocupa el observador, denominándose 
horizonte astronómico a la intersección de 
dicho plano con la esfera celeste. De esta 
forma, el eje polar asociado al plano del 
horizonte, intersecta a la esfera celeste en dos 
puntos opuestos: cénit y nadir. 
El primero de ellos es simplemente el punto 
que esta sobre la cabeza del observador. 
Las coordenadas astronómicas definidas por 
este sistema de referencia son la altura y el 
azimut 
 
3.2 Coordenadas horarias y ecuatoriales 
Los movimientos de los astros resultan 
complicados cuando se describen en altura y 
azimut, ya que observando por ejemplo el sol, 
nos damos cuenta de que a medida que se 
desplaza de levante a poniente (cambiando su 
azimut) va también elevándose o 
descendiendo. 
Por esto es más útil utilizar el plano del 
ecuador terrestre como plano fundamental de 
los sistemas de coordenadas horarias y 
ecuatoriales. Este plano corta a la esfera 
celeste en un círculo máximo que se 
denomina ecuador celeste. Por analogía con el 
de la Tierra a los puntos en que el eje polar 
del plano del ecuador corta a la esfera celeste 
se les denomina polos celestes y a los círculos 
máximos que pasan por los polos meridianos 
celestes. 
La coordenada equivalente a la latitud se 
denomina declinación, en el caso de 
coordenadas horarias se denomina ángulo 
horario y en el caso de coordenadas 
ecuatoriales ascensión recta (como vimos en 
la práctica del lss). 
El sistema de referencia utilizado por el 
hombre antiguo era el horizontal, solo 
después de observaciones prolongadas 
durante intervalos de tiempo de años fueron 
capaces de darse cuenta de que estos 
movimientos repetían un cierto ciclo. 
 
4. Movimientos de los astros 
4.1 Movimientos del Sol 
Basándonos en las coordenadas ecuatoriales, 
la declinación del sol a lo largo del año varia 
dentro de una banda que va de, 
aproximadamente -23,5 grados a +23.5 
grados. 
Este es precisamente la inclinación del plano 
del ecuador respecto al plano de la órbita 
terrestre. 
Llamaremos oblicuidad de la elíptica a este 
ángulo que se suele representar por épsilon. 
Los equinoccios se producen cuando el sol 
tiene una declinación sigma=0º. Los solsticios, 
cuando la declinación alcanza los valores 
extremos. En particular, sigma=+23.5º 
corresponde al solsticio de verano (en el 
hemisferio norte terrestre) mientras que 
sigma=-23.5º corresponde al solsticio de 
invierno en el hemisferio norte terrestre. 
Si nos fijamos en lo que ocurre desde el punto 
de vista de las coordenadas horizontales el sol 
sale por el este y se pone por el oeste el día 
del equinoccio de primavera. En esta fecha es 
cuando se alcanza una altura máxima que es 
igual precisamente a 90-l tanto más alta 
cuanto más próximo el ecuador esté del 
observador. 
El ciclo del sol es el causante de la sucesión 
de las estaciones, que a su vez, dan lugar al 
ciclo vegetativo hace que las culturas antiguas 
le hayan prestado gran atención en general. 
Determinando con precisión el momento de 
los solsticios por ejemplo. 
Como curiosidad comentar que, en los lugares 
de la tierra comprendidos en la zona tropical 
(entre -23.5º y +23.5º de latitud) el sol, pasa 
por el cenit dos veces al año. 
Este fenómeno resulto particularmente 
atractivo para los pueblos que han habitado 
esa zona geográfica, a los que ofrecía la 
oportunidad de determinar las dos fechas 
correspondientes con bastante exactitud. Es 
frecuente encontrar lo que se denomina como 
tubo cenital, un tubo vertical en el techo de 
una edificación por el que un rayo de sol 
alcanza el interior solo en las fechas de su 
paso por el cenit. Un ejemplo representativo 
es el tubo cenital de MonteAlbán, centro 
ceremonial perteneciente a la cultura 
Zapoteca. 
4.2 Movimientos de la luna 
El cambio más evidente que se produce en la 
Luna es el de las fases, que se repiten en un 
periodo de unos 29,5 días (mes sinódico). 
Su ciclo, fácil de observar y de determinar, ha 
sido usado como base del calendario por 
muchas culturas. 
Además la órbita de la luna tiene, respecto de 
la órbita terrestre, un movimiento que se 
denomina precesión. 
Se define la línea de los nodos de la órbita de 
la luna como la línea de intersección del plano 
de la órbita lunar con el plano de la órbita de 
la tierra. Llamaremos nodo ascendente al 
nodo en que la órbita de la Luna cruza el 
plano de la órbita terrestre de sur a norte. El 
nodo descendente es el nodo en que la órbita 
de la luna cruza el plano de la órbita de norte 
a sur. 
Solo una vez cada ciclo de 18.6 años, 
precisamente cuando el nodo ascendente 
coincide con el punto de Aries (equinoccio de 
primavera) la inclinación de la órbita lunar 
respecto al ecuador es de 28.5º. 
En el solsticio de invierno la luna nueva 
saldrá y se pondrá por los lugares más 
extremos hacia el sur yla Llena, por los más 
extremos hacia el norte. A esta situación se le 
denomina Parada mayor de la Luna. 
Del mismo modo cuando la inclinación de la 
órbita de la Luna respecto al ecuador es 
mínima (9.3 años más tarde) los azimutes de 
salida y puesta lunar en los solsticios 
tomaran los valores menos extremos posibles. 
Esta situación se la llama Parada menor. 
Los fenómenos de paradas mayor y menor de 
la luna son particularmente interesantes. Es 
relativamente difícil percatarse de ellas y su 
determinación requiere periodos de 
observación bastante largos. 
El que un pueblo o una civilización se fije en 
ellas y las tenga en cuenta en sus rituales 
indica una gran atención hacia la observación 
del cielo, lo que quizá pueda ser tomado como 
indicio de un alto grado de desarrollo cultural 
4.3 Ortos y ocasos helíacos 
Cuando se mira al cielo noche tras noche, a la 
misma hora, se observa que las estrellas se 
van desplazando respecto a la posición que 
ocupaban en las noches anteriores. 
Al ocaso de un astro, el ultimo atardecer en 
que llegue a ser visible después de la puesta 
del Sol, se le llama ocaso heliaco. 
A la salida de un astro el primer día en que es 
visible en el crepúsculo de la mañana, antes 
de la salida del Sol, se le denomina orto 
helíaco. 
Los ortos y ocasos heliacos pueden ser 
fenómenos de importancia en la 
determinación del calendario, ya que permiten 
fijar fechas concretas con bastante precisión. 
Por ejemplo, el orto helíaco de Sirio era 
utilizado por los antiguos egipcios para 
anunciar la crecida del Nilo, que inundaba el 
valle, humedeciendo y revitalizando la tierra y 
asegurando así la prosperidad de la futura 
cosecha. 
4.4 Movimientos de los planetas 
El origen del nombre planeta en griego 
significa Vagabundo. 
Los planetas se pueden dividir en dos 
categorías: inferiores y superiores. Los 
planetas inferiores, son aquellos cuya órbita 
se encuentra entre el sol y la órbita de la 
tierra. Los superiores, tienen sus orbitas mas 
allá de la órbita terrestre. 
Esta diferenciación afecta de manera 
determinante al tipo de movimiento aparente 
de unos y otros: los planetas inferiores se 
mueven como oscilando adelante y atrás 
respecto a la posición del cielo, sin separarse 
demasiado de él, mientras que los superiores 
evolucionan por todo el cielo. 
En el movimiento aparente de cualquier 
planeta se produce un fenómeno que, para los 
antiguos observadores fue verdaderamente 
llamativo: las estaciones y retrogradaciones. 
El movimiento normal de todos los planetas, a 
medida que pasan los días, es de oeste a este 
y se debe a su movimiento orbital. Sin 
embargo, al llegar a la oposición (si se trata de 
un planeta superior) o a la conjunción (si se 
trata de un planeta inferior), el planeta se 
detiene (Estación) y empieza a desplazarse en 
sentido contrario de este a oeste 
(retrogradación) alcanzando su velocidad 
máxima aparente en el momento de la 
conjunción. Un tiempo después vuelve a 
detenerse (nueva estación) y prosigue su 
desplazamiento habitual hacia el este. 
Las retrogradaciones planetarias, no solo 
llamaron la atención de los antiguos 
sacerdotes-astrónomos, sino que han 
preocupado a los astrónomos occidentales 
durante siglos, dando lugar a modelos 
cosmológicos de la complicación del de 
Ptolomeo, el siglo II d.C, o el de Copérnico en 
el siglo XVI. L a explicación de la órbita de 
Mart, por su parte, trajo de cabeza, durante 
casi toda su vida, a Kepler. 
4.5 Precesión de los equinoccios 
La tierra, en su movimiento de rotación, se 
comporta de forma análoga a como lo hace 
una peonza. En una peonza que gira, se 
pueden apreciar dos movimientos principales: 
uno muy rápido de rotación y otro más lento, 
como de bamboleo. En el caso de la tierra, el 
primero de ellos corresponde a la rotación 
diurna. El segundo, que es el que se 
denomina precesión, completa un ciclo cada 
26000 años. 
De este modo, hace algunos miles de años, la 
actual estrella Polar se encontraba bastante 
alejada del polo, y dentro de algunos cientos 
de años más, no podrá seguir siendo 
considerada como indicadora precisa de la 
posición del polo norte. 
La precesión de los equinoccios afecta a las 
coordenadas de las estrellas, modificando los 
lugares en que se producen sus ortos y ocaso. 
En la Luna sus coordenadas se desplazan 
debido a la precesión de su propia orbita con 
un periodo de 18.9 años. 
4.6 Paralaje de la luna 
Los efectos del tamaño de la tierra sobre la 
posición aparente de la Luna, se dejan notar 
cuando requieren observaciones con precisión 
suficiente. 
De esta forma sigma es la declinación de la 
luna que en este caso es negativa y l, la 
latitud del observador. 
Si este observador trataba de medir la 
declinación de la luna, como el ángulo que 
forma, desde su punto de vista, la posición de 
nuestro satélite con el ecuador, encontrara un 
valor que no será real. 
A la diferencia entre el valor encontrado y el 
real se le denomina paralaje lunar y es igual 
al ángulo B que se puede determinar 
mediante la ecuación: 
 
 
El valor de B depende de la variación que 
experimenta la distancia de la tierra a la luna 
como consecuencia de la excentricidad de la 
órbita de esta, pero sobre todo depende de la 
latitud del lugar de observación. 
4.7 Refracción 
El fenómeno de la refracción consiste en un 
cambio en la trayectoria de un rayo de luz, 
que se produce cuando este pasa de un medio 
a otro de diferente densidad. Cuando la luz 
procedente de una estrella, o de cualquier 
astro, incluido el Sol, abandona el casi vacío 
interplanetario para entrar en la atmosfera de 
la Tierra, sufre, por esta razón, una 
curvatura, que será tanto mayor cuanto 
mayor sea el camino que debe recorrer a 
través de la atmosfera, hasta llega al 
observador, es decir, cuanto más bajo este el 
astro en el horizonte. Como consecuencia de 
todo esto, se ve algo más elevado de lo que 
realmente está. 
Como efecto adicional de la refracción se 
produce un pequeño adelanto de la hora del 
orto de cualquier astro y un ligero atraso en la 
hora de su ocaso. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ARQUEOASTRONOMÍA 
 
 5. Fases del desarrollo de la Arqueoastronomía: 
1) Periodo de recopilar, registrar y publicar datos, 
en que dominan aquellos estudios que describen 
las posibles orientaciones astronómicas de 
monumentos y complejos astronómicos 
2) La etapa de interpretaciones calendárico-
rituales, en que se trata de relacionar las 
orientaciones astronómicas con las prácticas 
ceremoniales de las sociedades antiguas, o de 
describir patrones de las distribuciones acimutales 
(diagramas o histogramas de orientación) en 
categorías de fechas calendáricas importantes. 
3) El periodo de las interpretaciones 
socioculturales, en el que abundarían los trabajos 
que unen orientaciones particulares, observaciones 
de ciertos fenómenos astronómicos o los mismos 
acontecimientos astronómicos, con necesidades 
generadas por el sistema sociocultural, tales como 
prácticas agrícolas, guerras, legitimación del poder 
de linajes particulares o de toda la clase elitista, 
creación de una cosmovisión dominante, etc. 
4) Tras esta última fase, se propone el surgimiento 
de otra etapa, la de presentación de modelos 
generales sobre el papel de los fenómenos celestes 
en los sistemas culturales. En este sentido, 
deberían aparecer estudios que relacionaran 
fenómenos celestes con elementos del medio 
ambiente natural, necesidades sociales y 
psicofisiologicas del hombre, percibidas en el 
contexto cultural. 
 
 
5. El paleolítico. Altamira 
Los hombres del Paleolítico fueron, probablemente, los 
primeros que trazaron las formas de las constelaciones, 
inaugurando lo que luego se llamaría Astronomía. 
La similitud encontrada entre la posición de tauro en un 
planisferiocon los bisontes de las pinturas rupestres 
sugiere la hipótesis de que el autentico origen de los 
dibujos de las constelaciones se halla en los techos de 
las grutas. De hecho las cúpulas aparecen agrupadas 
como las estrellas de una constelación. 
El uso de puntos sobre los cuerpos de los animales para 
denotar una significación ritual duro tanto como la 
propia veneración a estos. 
Aunque casi todas las especulaciones están 
relacionadas con la fertilidad y la caza. 
Suponer que el hombre del Paleolítico estaba 
representando las estrellas no significa que tuviera 
conocimientos astronómicos, era una forma de guiarse 
de noche, gracias a las estrellas fijas. 
Los principales vestigios encontrados de este hombre del 
Paleolítico se hallan en el sur de Francia y en la 
península Ibérica. (Imágenes) 
5.1 Mapa celeste de la bóveda de Altamira 
En las representaciones medievales de las 
constelaciones, sería difícil reconocerlas si no 
estuvieran acompañados de sus nombres y 
descripciones. Por ejemplo el tapiz de La 
Esfera de Toledo viene acompañado de los 
nombres de las estrellas, lo que no nos 
permite dudar de su significado. 
En Altamira no tenemos esa evidencia. Por 
eso, a falta de esta evidencia no se podrá 
nunca llegar a demostrar que Altamira es un 
planisferio celeste, pero la sensación que 
produce la bóveda de los bisontes, las 
posiciones de las figuras, e incluso sus 
actitudes, es semejante a la producida por las 
constelaciones en una noche estrellada. 
 
5.2 Comparación de algunas figuras de Altamira 
con las representaciones posteriores de las 
constelaciones. 
 
URSA MAJOR 
Curiosamente la figura que, creemos, 
representa a la Osa Mayor en el techo de 
Altamira es el llamado <<Bisonte hembra>> 
uno de los bisontes mejor conservados de la 
cueva. 
Su actitud quieta, como a la expectativa, y su 
dirección, hacia la derecha, es la misma que 
la de un manuscrito carolingio en cuya Osa 
Mayor el copista fue fiel al original helenístico, 
siguiendo la renovada tendencia de vuelta a 
los modelos clásicos. 
 
PERSEUS 
El <<Bisonte que vuelve la cabeza>> pudiera 
ser la representación de Perseo en la cueva de 
Altamira. Este bisonte tiene sobre la nuca una 
de las llamadas <<chozas>> que pueden 
interpretarse como estrella; en la joroba una 
cabeza de ciervo, aproximadamente en el 
mismo lugar en que representaciones 
posteriores situaron la cabeza de Medusa en 
la mano de Perseo. Pero sin duda lo más 
curioso es la coincidencia del movimiento de 
la figura con las representaciones posteriores 
de la constelación. 
 
PEGASUS 
En el cielo hay que imaginar un caballo patas 
arriba y con el lomo hacia el horizonte. 
Exactamente en esta posición se encuentra en 
la cueva. Para encontrar sentido al aparente 
desorden en que aparecen las figuras en la 
bóveda de Altamira, se tendrían que mirar en 
la posición en que mejor se ven las estrellas: 
tumbado en el suelo. 
 
CANIS MAJOR 
Sirio, la estrella perro, no ha podido pasar 
desapercibida jamás a ningún hombre que 
mire las estrellas, ya que es la más brillante 
del firmamento. 
Si comparamos el dibujo del <<jabalí de la 
entrada>> con los perros que posteriormente 
se formaron con estas estrellas, observamos 
que corresponden al mismo encaje: el de un 
animal a la carrera. 
 
SAGITTARIUS 
Los paleolíticos pudieron ver en ellas la 
<<Gran cierva>> que se encuentra en la 
bóveda de Altamira, uno de los animales que 
cierra la composición, igual que sagittarius 
cierra el hemisferio Boreal. Su cabeza 
triangular puede formarse con las estrellas 
que posteriormente sirvieron para crear el 
arco y la punta de la flecha, que originalmente 
estaban compuestos por cuatro estrellas: 
lambda, Delta, Gamma y Epsilon Sagittarii. 
Pero lo que más sorprende en esta cierva, en 
su posible identificación con sagittarius, es el 
pequeño bisonte que se encuentra bajo ella, 
cuya forma circular y proporción son muy 
semejantes a las de la Corona Australis, y 
ambos, cierva y bisonte, forman un conjunto 
muy parecido-por no decir exacto- al que 
forman en mapas posteriores Sagittarius y 
Corona Australis. 
 
ORION 
Sorprende, asimismo, el perfecto encaje del 
extraño <<Bisonte acéfalo>> con la forma que 
sugieren las estrellas de la constelación de 
Orión. Su situación en la cueva coincide con 
la posición de la constelación en el cielo. 
 
6. El megalitismo temprano. Valencia de Alcántara 
En la comarca extremeña de valencia de alcántara, se 
encuentra uno de los mayores (y mejor conservados) 
conjuntos de monumentos megalíticos de la Península 
Ibérica. Este conjunto se encuentra integrado por más 
de 50 dólmenes, repartidos en un área de unos 500 km 
cuadrados a ambos lados de la frontera hispanolusa. 
Los dólmenes han sido estudiados en mayor detalle y 
excavados con técnicas arqueológicas modernas. 
Un análisis exhaustivo de los datos parece indicar con 
relativa claridad que, tras la costumbre orientativa de 
los constructores de dólmenes de la región, pudiera 
esconderse una justificación astronómica. 
A la hora de realizar un estudio arqueoastronomico, 
puede resultar conveniente conocer cuál es el medio 
ambiente de la región que se va a estudiar. En este 
sentido, en la actualidad, el clima de la zona es 
mediterráneo con influencias atlánticas, lo que significa 
que la temporada de lluvias comienza a finales de 
septiembre y tiene su máximo de precipitaciones en 
abril. Pero los dólmenes se encuentran a una altura 
media 200m superior que las regiones circundantes por 
tanto el tiempo es ligeramente más húmedo y templado. 
La zona cuenta con numerosos cursos permanentes de 
agua. Se trabajó en 4 áreas diferentes de la región 
midiéndose en todos los casos la orientación (acimut) 
del corredor del dolmen k o de la línea perpendicular a 
la cabecera pi en caso contrario. Se media también la 
altura del horizonte en el punto señalado por la 
orientación adecuada. Todos los datos pueden 
considerarse precisos con un error de medida del orden 
de 0.5º. 
Los diagramas de orientación en acimutes astronómicos 
para las cuatro regiones estudiadas muestran una 
enorme coherencia, siendo indistinguibles desde el 
punto de vista estadístico. 
Hay tres objetivos astronómicos que pueden dar lugar a 
un diagrama de orientación de este tipo: 
a) El sol naciente. 
 Esta es la explicación más sencilla y por tanto 
la más razonable, todos los dólmenes sin 
excepción, miran al orto solar en algún momento 
del año. 
b) La luna naciente. 
Es también simple: todos los dólmenes miran al 
orto de la Luna, en alguna de sus distintas 
fases, en algún momento del año. 
No podemos olvidar la importancia de los 
cambios de apariencia de la luna a lo largo de 
un mes sinódico. El ciclo regenerativo de la luna 
condujo a asociar a la luna con el ciclo 
menstrual de la mujer y en consecuencia con la 
fertilidad de los hombres y de las cosechas, de 
forma que muchas de las grandes diosas de la 
fertilidad de la antigüedad clásica (como 
artemisa de efeseo) tenían en la luna una de sus 
advocaciones principales. 
c) Ortos estelares. 
Se considera una posible conexión entre el 
diagrama de orientación expuesto y el orto de 
alguna estrella importante en la época de 
construcción de los dólmenes. 
Aunque parece una explicación razonable no se 
han encontrado pruebas determinantes que 
sitúen a un orto determinado en esta teoría. 
Podría tratarse de Proción (alfa canis minoris) o 
Antares (alfa Scorpii). 
 
7. Neolítico-Bronce 
De todas las astronomías antiguas, la neolítica 
occidental fue la única en descubrir que los eclipses de 
luna se producen dentro de grupos de 35,41,47 y 53 
lunaciones o meses sinódicos y que estos, a su vez, 
componen otros periodos como el de 223 meses 
llamados Saros. Conocían, también, la forma en que los 
eclipses lunares pueden sucederse en cada grupo,lo 
que permitía a los sacerdotes, con un simple cómputo 
de lunaciones sobre 47 unidades, anunciar la 
posibilidad de presenciar estos fenómenos. 
En el neolítico, el occidente europeo conocía dos tipos de 
calendarios: el agrícola, para la determinación de los 
ciclos de las estaciones y el astronómico religioso para 
predecir en fecha fija (cada 235 lunaciones) el retorno 
del sol y de la luna a los lugares que tenían señalizados 
el observatorio de cada agrupación territorial. 
7.1 Observatorios neolíticos en España 
Cuando la función de los observatorios 
prehistóricos occidentales era religiosa tenían 
señalizadas como referencias principales, 
mediante alineaciones de postes o piedras 
enhiestas, un punto solsticial y una de las dos 
oscilaciones extremas que, respecto a este 
punto, la luna efectúa durante un periodo de 
18.61 años. La configuración del horizonte 
que se contempla desde el lugar de 
observación era determinante en la posición 
de esta oscilación, y podía ser tanto del orto 
como del ocaso del satélite. 
En España destacaron los siguientes 
observatorios: 
- El cerro amesetado de Santa Bárbara, 
Villa la Fresneda. Teruel. 
Que tiene indicadas las salidas del sol 
en los dos solsticios. 
- Santuario Astronómico de La pola. En 
la sierra de l’Obac, en Barcelona. A 
mediodía del solsticio de invierno la 
luz del sol alcanzaba su altura 
máxima en su iluminación del fondo 
de la cueva. 
- Santa María de Cervelló, Barcelona. 
Tiene dos hoyos, situando en ellos dos 
postes se visualizan el punto por 
donde aparecía el sol en el solsticio de 
verano y el orto de la Luna en la 
posición más septentrional en verano. 
- Pedra das Tenxiñas, en Galicia. Es por 
ahora el máximo exponente 
astronómico de la cultura del neolítico 
bronce occidental. El conjunto de 
stonehenge en Inglaterra, representa 
su culminación matemática. 
 
7.2 Predicción de los eclipses de Luna 
En los momentos en que nuestro satélite en 
su fase de Luna Nueva, se interpone entre el 
Sol y la Tierra, en las regiones oscurecidas por 
la proyección de su sombre, se observa un 
eclipse solar. Se produce un eclipse lunar si 
en su fase de Luna Llena atraviesa el cono de 
sombra de la Tierra. Cuando penetra sólo en 
la zona de penumbra, parcialmente iluminada 
por el sol, ocurre el llamado eclipse 
penumbral, en el que se reduce tan poco el 
resplandor de la superficie de la Luna que 
puede pasar desapercibido. 
La probabilidad de repetición de un eclipse de 
Sol en un punto determinado tiene una media 
de 360 años, mientras que en 100 años se 
pueden observar en el mismo lugar unos 90 
eclipses lunares. 
Esta dificultad para reunir datos estadísticos 
de los eclipses solares explica que en el 
neolítico occidental, únicamente se 
descubrieran las relaciones periódicas de los 
eclipses lunares. 
Debemos subrayar que aquellos astrónomos 
solo sabían dónde-en que lunaciones es 
posibles la incidencia de un eclipse-, lo que no 
podían anunciar era cuando se produciría. 
El hecho de desconocer la rotación de la 
Tierra les debió impedir comprender que lo 
que consideraban fallos en sus pronósticos 
ocurría en realidad pero era visible en otra 
parte del globo. 
 
8. España como fuente de riqueza cultural 
8.1 Andalucía 
*necrópolis de Montefrío. Granada 
 
Tumbas alhama de Almería 
 
8.2 Baleares 
Taula de Torralba. Menorca 
 
Naveta des tudons.Menorca 
 
 
8.3 Canarias 
Cuatro Puertas. Canarias 
 
 
 
Reflexión final: 
<< La mera contemplación de la bóveda celeste provoca en la 
conciencia primitiva una experiencia religiosa>> Mircea Eliade 
Bibliografía recomendada: 
-The study of cultural Astronomy. Ruggles CL y Saunders NJ. 
University of Colorado. 
- Arqueoastronomía hispana. Juan A. Belmonte Avilés (entre otros)

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