Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
ARQUEOASTRONOMÍA Gravitación y Astrofísica 01/01/2010 Universidad de Murcia Margarita Barquero Ruiz 1. INTRODUCCIÓN AL TRABAJO La arqueoastronomía es una ciencia interdisciplinaria, a caballo entre la investigación astronómica y la investigación arqueológica, y cuyo objetivo es estudiar las prácticas astronómicas de las civilizaciones antiguas, relacionadas con su visión del Cosmos y su ciclo cultural. Aunque pueda parecernos extraño, la arqueoastronomía es una ciencia extremadamente joven, con poco más de 25 años de experiencia. Las componentes de la Arqueoastronomía son la Astronomía, Historia, Arqueología y la Etnografía, que hacen de ella una ciencia interdisciplinaria. En esto reside uno de sus mayores atractivos: la necesidad de tener información de procedencia muy variada para llegar a resultados sólidos. Mi trabajo está basado en la obra de D. Juan Antonio Belmonte Avilés físico murciano que nos desvela España como un territorio extenso y de una riqueza cultural incomparable. 2. INTRODUCCIÓN La reverencia por el cielo y su contenido es un factor común presente en todas las civilizaciones antiguas, desde el inicio de su desarrollo. Es por esto que no debe extrañarnos que los fundamentos astronómicos jugaran un papel importante en el diseño de muchas construcciones como tumbas o lugares de culto. Es frecuente encontrar edificaciones de este tipo que señalan hacia lugares del horizonte, por los que un astro sale o se pone en determinada época. Este es el caso, por ejemplo, del gran centro ceremonial de Teotihuacán, en México central, que parece haber sido organizado en armonía con las posiciones del sol y ciertas estrellas fundamentales. O del Caracol, Chichén Itzá, en Yucatán, un observatorio en forma de torre cónica que contiene tubos horizontales dirigidos a posiciones de relevancia astronómica. O el de Stonehenge de Inglaterra, que constituye un auténtico calendario. Asi que, hemos de tener presente que la propia evolución de los enfoques y planteamientos asociados a la Astronomía lo que, alrededor del Renacimiento y ligada a nombres tan repetidos como Copérnico, Ticho Brahe, Kepler y Galileo, dio lugar al nacimiento de la ciencia. 3. SISTEMAS DE REFERENCIA BÁSICOS EN LA ESFERA CELESTE. Para localizar cualquier objeto o suceso en el cielo basta dar dos coordenadas, de manera similar a como se hace sobre la superficie de la tierra. Cualquier sistema de referencia esférico queda definido a partir de un plano fundamental que contenga al centro de la esfera y del correspondiente eje polar, perpendicular a dicho plano y que pasa por el centro de la esfera. Para la Arqueoastronomía, hay dos planos fundamentales relevantes: el del horizonte y el del ecuador. Estos dos planos dan lugar a los tres sistemas de referencia que explicaremos a continuación. 3.1 Coordenadas horizontales o altazimutales El horizonte se puede definir como el plano tangente a la superficie terrestre en el lugar que ocupa el observador, denominándose horizonte astronómico a la intersección de dicho plano con la esfera celeste. De esta forma, el eje polar asociado al plano del horizonte, intersecta a la esfera celeste en dos puntos opuestos: cénit y nadir. El primero de ellos es simplemente el punto que esta sobre la cabeza del observador. Las coordenadas astronómicas definidas por este sistema de referencia son la altura y el azimut 3.2 Coordenadas horarias y ecuatoriales Los movimientos de los astros resultan complicados cuando se describen en altura y azimut, ya que observando por ejemplo el sol, nos damos cuenta de que a medida que se desplaza de levante a poniente (cambiando su azimut) va también elevándose o descendiendo. Por esto es más útil utilizar el plano del ecuador terrestre como plano fundamental de los sistemas de coordenadas horarias y ecuatoriales. Este plano corta a la esfera celeste en un círculo máximo que se denomina ecuador celeste. Por analogía con el de la Tierra a los puntos en que el eje polar del plano del ecuador corta a la esfera celeste se les denomina polos celestes y a los círculos máximos que pasan por los polos meridianos celestes. La coordenada equivalente a la latitud se denomina declinación, en el caso de coordenadas horarias se denomina ángulo horario y en el caso de coordenadas ecuatoriales ascensión recta (como vimos en la práctica del lss). El sistema de referencia utilizado por el hombre antiguo era el horizontal, solo después de observaciones prolongadas durante intervalos de tiempo de años fueron capaces de darse cuenta de que estos movimientos repetían un cierto ciclo. 4. Movimientos de los astros 4.1 Movimientos del Sol Basándonos en las coordenadas ecuatoriales, la declinación del sol a lo largo del año varia dentro de una banda que va de, aproximadamente -23,5 grados a +23.5 grados. Este es precisamente la inclinación del plano del ecuador respecto al plano de la órbita terrestre. Llamaremos oblicuidad de la elíptica a este ángulo que se suele representar por épsilon. Los equinoccios se producen cuando el sol tiene una declinación sigma=0º. Los solsticios, cuando la declinación alcanza los valores extremos. En particular, sigma=+23.5º corresponde al solsticio de verano (en el hemisferio norte terrestre) mientras que sigma=-23.5º corresponde al solsticio de invierno en el hemisferio norte terrestre. Si nos fijamos en lo que ocurre desde el punto de vista de las coordenadas horizontales el sol sale por el este y se pone por el oeste el día del equinoccio de primavera. En esta fecha es cuando se alcanza una altura máxima que es igual precisamente a 90-l tanto más alta cuanto más próximo el ecuador esté del observador. El ciclo del sol es el causante de la sucesión de las estaciones, que a su vez, dan lugar al ciclo vegetativo hace que las culturas antiguas le hayan prestado gran atención en general. Determinando con precisión el momento de los solsticios por ejemplo. Como curiosidad comentar que, en los lugares de la tierra comprendidos en la zona tropical (entre -23.5º y +23.5º de latitud) el sol, pasa por el cenit dos veces al año. Este fenómeno resulto particularmente atractivo para los pueblos que han habitado esa zona geográfica, a los que ofrecía la oportunidad de determinar las dos fechas correspondientes con bastante exactitud. Es frecuente encontrar lo que se denomina como tubo cenital, un tubo vertical en el techo de una edificación por el que un rayo de sol alcanza el interior solo en las fechas de su paso por el cenit. Un ejemplo representativo es el tubo cenital de MonteAlbán, centro ceremonial perteneciente a la cultura Zapoteca. 4.2 Movimientos de la luna El cambio más evidente que se produce en la Luna es el de las fases, que se repiten en un periodo de unos 29,5 días (mes sinódico). Su ciclo, fácil de observar y de determinar, ha sido usado como base del calendario por muchas culturas. Además la órbita de la luna tiene, respecto de la órbita terrestre, un movimiento que se denomina precesión. Se define la línea de los nodos de la órbita de la luna como la línea de intersección del plano de la órbita lunar con el plano de la órbita de la tierra. Llamaremos nodo ascendente al nodo en que la órbita de la Luna cruza el plano de la órbita terrestre de sur a norte. El nodo descendente es el nodo en que la órbita de la luna cruza el plano de la órbita de norte a sur. Solo una vez cada ciclo de 18.6 años, precisamente cuando el nodo ascendente coincide con el punto de Aries (equinoccio de primavera) la inclinación de la órbita lunar respecto al ecuador es de 28.5º. En el solsticio de invierno la luna nueva saldrá y se pondrá por los lugares más extremos hacia el sur yla Llena, por los más extremos hacia el norte. A esta situación se le denomina Parada mayor de la Luna. Del mismo modo cuando la inclinación de la órbita de la Luna respecto al ecuador es mínima (9.3 años más tarde) los azimutes de salida y puesta lunar en los solsticios tomaran los valores menos extremos posibles. Esta situación se la llama Parada menor. Los fenómenos de paradas mayor y menor de la luna son particularmente interesantes. Es relativamente difícil percatarse de ellas y su determinación requiere periodos de observación bastante largos. El que un pueblo o una civilización se fije en ellas y las tenga en cuenta en sus rituales indica una gran atención hacia la observación del cielo, lo que quizá pueda ser tomado como indicio de un alto grado de desarrollo cultural 4.3 Ortos y ocasos helíacos Cuando se mira al cielo noche tras noche, a la misma hora, se observa que las estrellas se van desplazando respecto a la posición que ocupaban en las noches anteriores. Al ocaso de un astro, el ultimo atardecer en que llegue a ser visible después de la puesta del Sol, se le llama ocaso heliaco. A la salida de un astro el primer día en que es visible en el crepúsculo de la mañana, antes de la salida del Sol, se le denomina orto helíaco. Los ortos y ocasos heliacos pueden ser fenómenos de importancia en la determinación del calendario, ya que permiten fijar fechas concretas con bastante precisión. Por ejemplo, el orto helíaco de Sirio era utilizado por los antiguos egipcios para anunciar la crecida del Nilo, que inundaba el valle, humedeciendo y revitalizando la tierra y asegurando así la prosperidad de la futura cosecha. 4.4 Movimientos de los planetas El origen del nombre planeta en griego significa Vagabundo. Los planetas se pueden dividir en dos categorías: inferiores y superiores. Los planetas inferiores, son aquellos cuya órbita se encuentra entre el sol y la órbita de la tierra. Los superiores, tienen sus orbitas mas allá de la órbita terrestre. Esta diferenciación afecta de manera determinante al tipo de movimiento aparente de unos y otros: los planetas inferiores se mueven como oscilando adelante y atrás respecto a la posición del cielo, sin separarse demasiado de él, mientras que los superiores evolucionan por todo el cielo. En el movimiento aparente de cualquier planeta se produce un fenómeno que, para los antiguos observadores fue verdaderamente llamativo: las estaciones y retrogradaciones. El movimiento normal de todos los planetas, a medida que pasan los días, es de oeste a este y se debe a su movimiento orbital. Sin embargo, al llegar a la oposición (si se trata de un planeta superior) o a la conjunción (si se trata de un planeta inferior), el planeta se detiene (Estación) y empieza a desplazarse en sentido contrario de este a oeste (retrogradación) alcanzando su velocidad máxima aparente en el momento de la conjunción. Un tiempo después vuelve a detenerse (nueva estación) y prosigue su desplazamiento habitual hacia el este. Las retrogradaciones planetarias, no solo llamaron la atención de los antiguos sacerdotes-astrónomos, sino que han preocupado a los astrónomos occidentales durante siglos, dando lugar a modelos cosmológicos de la complicación del de Ptolomeo, el siglo II d.C, o el de Copérnico en el siglo XVI. L a explicación de la órbita de Mart, por su parte, trajo de cabeza, durante casi toda su vida, a Kepler. 4.5 Precesión de los equinoccios La tierra, en su movimiento de rotación, se comporta de forma análoga a como lo hace una peonza. En una peonza que gira, se pueden apreciar dos movimientos principales: uno muy rápido de rotación y otro más lento, como de bamboleo. En el caso de la tierra, el primero de ellos corresponde a la rotación diurna. El segundo, que es el que se denomina precesión, completa un ciclo cada 26000 años. De este modo, hace algunos miles de años, la actual estrella Polar se encontraba bastante alejada del polo, y dentro de algunos cientos de años más, no podrá seguir siendo considerada como indicadora precisa de la posición del polo norte. La precesión de los equinoccios afecta a las coordenadas de las estrellas, modificando los lugares en que se producen sus ortos y ocaso. En la Luna sus coordenadas se desplazan debido a la precesión de su propia orbita con un periodo de 18.9 años. 4.6 Paralaje de la luna Los efectos del tamaño de la tierra sobre la posición aparente de la Luna, se dejan notar cuando requieren observaciones con precisión suficiente. De esta forma sigma es la declinación de la luna que en este caso es negativa y l, la latitud del observador. Si este observador trataba de medir la declinación de la luna, como el ángulo que forma, desde su punto de vista, la posición de nuestro satélite con el ecuador, encontrara un valor que no será real. A la diferencia entre el valor encontrado y el real se le denomina paralaje lunar y es igual al ángulo B que se puede determinar mediante la ecuación: El valor de B depende de la variación que experimenta la distancia de la tierra a la luna como consecuencia de la excentricidad de la órbita de esta, pero sobre todo depende de la latitud del lugar de observación. 4.7 Refracción El fenómeno de la refracción consiste en un cambio en la trayectoria de un rayo de luz, que se produce cuando este pasa de un medio a otro de diferente densidad. Cuando la luz procedente de una estrella, o de cualquier astro, incluido el Sol, abandona el casi vacío interplanetario para entrar en la atmosfera de la Tierra, sufre, por esta razón, una curvatura, que será tanto mayor cuanto mayor sea el camino que debe recorrer a través de la atmosfera, hasta llega al observador, es decir, cuanto más bajo este el astro en el horizonte. Como consecuencia de todo esto, se ve algo más elevado de lo que realmente está. Como efecto adicional de la refracción se produce un pequeño adelanto de la hora del orto de cualquier astro y un ligero atraso en la hora de su ocaso. ARQUEOASTRONOMÍA 5. Fases del desarrollo de la Arqueoastronomía: 1) Periodo de recopilar, registrar y publicar datos, en que dominan aquellos estudios que describen las posibles orientaciones astronómicas de monumentos y complejos astronómicos 2) La etapa de interpretaciones calendárico- rituales, en que se trata de relacionar las orientaciones astronómicas con las prácticas ceremoniales de las sociedades antiguas, o de describir patrones de las distribuciones acimutales (diagramas o histogramas de orientación) en categorías de fechas calendáricas importantes. 3) El periodo de las interpretaciones socioculturales, en el que abundarían los trabajos que unen orientaciones particulares, observaciones de ciertos fenómenos astronómicos o los mismos acontecimientos astronómicos, con necesidades generadas por el sistema sociocultural, tales como prácticas agrícolas, guerras, legitimación del poder de linajes particulares o de toda la clase elitista, creación de una cosmovisión dominante, etc. 4) Tras esta última fase, se propone el surgimiento de otra etapa, la de presentación de modelos generales sobre el papel de los fenómenos celestes en los sistemas culturales. En este sentido, deberían aparecer estudios que relacionaran fenómenos celestes con elementos del medio ambiente natural, necesidades sociales y psicofisiologicas del hombre, percibidas en el contexto cultural. 5. El paleolítico. Altamira Los hombres del Paleolítico fueron, probablemente, los primeros que trazaron las formas de las constelaciones, inaugurando lo que luego se llamaría Astronomía. La similitud encontrada entre la posición de tauro en un planisferiocon los bisontes de las pinturas rupestres sugiere la hipótesis de que el autentico origen de los dibujos de las constelaciones se halla en los techos de las grutas. De hecho las cúpulas aparecen agrupadas como las estrellas de una constelación. El uso de puntos sobre los cuerpos de los animales para denotar una significación ritual duro tanto como la propia veneración a estos. Aunque casi todas las especulaciones están relacionadas con la fertilidad y la caza. Suponer que el hombre del Paleolítico estaba representando las estrellas no significa que tuviera conocimientos astronómicos, era una forma de guiarse de noche, gracias a las estrellas fijas. Los principales vestigios encontrados de este hombre del Paleolítico se hallan en el sur de Francia y en la península Ibérica. (Imágenes) 5.1 Mapa celeste de la bóveda de Altamira En las representaciones medievales de las constelaciones, sería difícil reconocerlas si no estuvieran acompañados de sus nombres y descripciones. Por ejemplo el tapiz de La Esfera de Toledo viene acompañado de los nombres de las estrellas, lo que no nos permite dudar de su significado. En Altamira no tenemos esa evidencia. Por eso, a falta de esta evidencia no se podrá nunca llegar a demostrar que Altamira es un planisferio celeste, pero la sensación que produce la bóveda de los bisontes, las posiciones de las figuras, e incluso sus actitudes, es semejante a la producida por las constelaciones en una noche estrellada. 5.2 Comparación de algunas figuras de Altamira con las representaciones posteriores de las constelaciones. URSA MAJOR Curiosamente la figura que, creemos, representa a la Osa Mayor en el techo de Altamira es el llamado <<Bisonte hembra>> uno de los bisontes mejor conservados de la cueva. Su actitud quieta, como a la expectativa, y su dirección, hacia la derecha, es la misma que la de un manuscrito carolingio en cuya Osa Mayor el copista fue fiel al original helenístico, siguiendo la renovada tendencia de vuelta a los modelos clásicos. PERSEUS El <<Bisonte que vuelve la cabeza>> pudiera ser la representación de Perseo en la cueva de Altamira. Este bisonte tiene sobre la nuca una de las llamadas <<chozas>> que pueden interpretarse como estrella; en la joroba una cabeza de ciervo, aproximadamente en el mismo lugar en que representaciones posteriores situaron la cabeza de Medusa en la mano de Perseo. Pero sin duda lo más curioso es la coincidencia del movimiento de la figura con las representaciones posteriores de la constelación. PEGASUS En el cielo hay que imaginar un caballo patas arriba y con el lomo hacia el horizonte. Exactamente en esta posición se encuentra en la cueva. Para encontrar sentido al aparente desorden en que aparecen las figuras en la bóveda de Altamira, se tendrían que mirar en la posición en que mejor se ven las estrellas: tumbado en el suelo. CANIS MAJOR Sirio, la estrella perro, no ha podido pasar desapercibida jamás a ningún hombre que mire las estrellas, ya que es la más brillante del firmamento. Si comparamos el dibujo del <<jabalí de la entrada>> con los perros que posteriormente se formaron con estas estrellas, observamos que corresponden al mismo encaje: el de un animal a la carrera. SAGITTARIUS Los paleolíticos pudieron ver en ellas la <<Gran cierva>> que se encuentra en la bóveda de Altamira, uno de los animales que cierra la composición, igual que sagittarius cierra el hemisferio Boreal. Su cabeza triangular puede formarse con las estrellas que posteriormente sirvieron para crear el arco y la punta de la flecha, que originalmente estaban compuestos por cuatro estrellas: lambda, Delta, Gamma y Epsilon Sagittarii. Pero lo que más sorprende en esta cierva, en su posible identificación con sagittarius, es el pequeño bisonte que se encuentra bajo ella, cuya forma circular y proporción son muy semejantes a las de la Corona Australis, y ambos, cierva y bisonte, forman un conjunto muy parecido-por no decir exacto- al que forman en mapas posteriores Sagittarius y Corona Australis. ORION Sorprende, asimismo, el perfecto encaje del extraño <<Bisonte acéfalo>> con la forma que sugieren las estrellas de la constelación de Orión. Su situación en la cueva coincide con la posición de la constelación en el cielo. 6. El megalitismo temprano. Valencia de Alcántara En la comarca extremeña de valencia de alcántara, se encuentra uno de los mayores (y mejor conservados) conjuntos de monumentos megalíticos de la Península Ibérica. Este conjunto se encuentra integrado por más de 50 dólmenes, repartidos en un área de unos 500 km cuadrados a ambos lados de la frontera hispanolusa. Los dólmenes han sido estudiados en mayor detalle y excavados con técnicas arqueológicas modernas. Un análisis exhaustivo de los datos parece indicar con relativa claridad que, tras la costumbre orientativa de los constructores de dólmenes de la región, pudiera esconderse una justificación astronómica. A la hora de realizar un estudio arqueoastronomico, puede resultar conveniente conocer cuál es el medio ambiente de la región que se va a estudiar. En este sentido, en la actualidad, el clima de la zona es mediterráneo con influencias atlánticas, lo que significa que la temporada de lluvias comienza a finales de septiembre y tiene su máximo de precipitaciones en abril. Pero los dólmenes se encuentran a una altura media 200m superior que las regiones circundantes por tanto el tiempo es ligeramente más húmedo y templado. La zona cuenta con numerosos cursos permanentes de agua. Se trabajó en 4 áreas diferentes de la región midiéndose en todos los casos la orientación (acimut) del corredor del dolmen k o de la línea perpendicular a la cabecera pi en caso contrario. Se media también la altura del horizonte en el punto señalado por la orientación adecuada. Todos los datos pueden considerarse precisos con un error de medida del orden de 0.5º. Los diagramas de orientación en acimutes astronómicos para las cuatro regiones estudiadas muestran una enorme coherencia, siendo indistinguibles desde el punto de vista estadístico. Hay tres objetivos astronómicos que pueden dar lugar a un diagrama de orientación de este tipo: a) El sol naciente. Esta es la explicación más sencilla y por tanto la más razonable, todos los dólmenes sin excepción, miran al orto solar en algún momento del año. b) La luna naciente. Es también simple: todos los dólmenes miran al orto de la Luna, en alguna de sus distintas fases, en algún momento del año. No podemos olvidar la importancia de los cambios de apariencia de la luna a lo largo de un mes sinódico. El ciclo regenerativo de la luna condujo a asociar a la luna con el ciclo menstrual de la mujer y en consecuencia con la fertilidad de los hombres y de las cosechas, de forma que muchas de las grandes diosas de la fertilidad de la antigüedad clásica (como artemisa de efeseo) tenían en la luna una de sus advocaciones principales. c) Ortos estelares. Se considera una posible conexión entre el diagrama de orientación expuesto y el orto de alguna estrella importante en la época de construcción de los dólmenes. Aunque parece una explicación razonable no se han encontrado pruebas determinantes que sitúen a un orto determinado en esta teoría. Podría tratarse de Proción (alfa canis minoris) o Antares (alfa Scorpii). 7. Neolítico-Bronce De todas las astronomías antiguas, la neolítica occidental fue la única en descubrir que los eclipses de luna se producen dentro de grupos de 35,41,47 y 53 lunaciones o meses sinódicos y que estos, a su vez, componen otros periodos como el de 223 meses llamados Saros. Conocían, también, la forma en que los eclipses lunares pueden sucederse en cada grupo,lo que permitía a los sacerdotes, con un simple cómputo de lunaciones sobre 47 unidades, anunciar la posibilidad de presenciar estos fenómenos. En el neolítico, el occidente europeo conocía dos tipos de calendarios: el agrícola, para la determinación de los ciclos de las estaciones y el astronómico religioso para predecir en fecha fija (cada 235 lunaciones) el retorno del sol y de la luna a los lugares que tenían señalizados el observatorio de cada agrupación territorial. 7.1 Observatorios neolíticos en España Cuando la función de los observatorios prehistóricos occidentales era religiosa tenían señalizadas como referencias principales, mediante alineaciones de postes o piedras enhiestas, un punto solsticial y una de las dos oscilaciones extremas que, respecto a este punto, la luna efectúa durante un periodo de 18.61 años. La configuración del horizonte que se contempla desde el lugar de observación era determinante en la posición de esta oscilación, y podía ser tanto del orto como del ocaso del satélite. En España destacaron los siguientes observatorios: - El cerro amesetado de Santa Bárbara, Villa la Fresneda. Teruel. Que tiene indicadas las salidas del sol en los dos solsticios. - Santuario Astronómico de La pola. En la sierra de l’Obac, en Barcelona. A mediodía del solsticio de invierno la luz del sol alcanzaba su altura máxima en su iluminación del fondo de la cueva. - Santa María de Cervelló, Barcelona. Tiene dos hoyos, situando en ellos dos postes se visualizan el punto por donde aparecía el sol en el solsticio de verano y el orto de la Luna en la posición más septentrional en verano. - Pedra das Tenxiñas, en Galicia. Es por ahora el máximo exponente astronómico de la cultura del neolítico bronce occidental. El conjunto de stonehenge en Inglaterra, representa su culminación matemática. 7.2 Predicción de los eclipses de Luna En los momentos en que nuestro satélite en su fase de Luna Nueva, se interpone entre el Sol y la Tierra, en las regiones oscurecidas por la proyección de su sombre, se observa un eclipse solar. Se produce un eclipse lunar si en su fase de Luna Llena atraviesa el cono de sombra de la Tierra. Cuando penetra sólo en la zona de penumbra, parcialmente iluminada por el sol, ocurre el llamado eclipse penumbral, en el que se reduce tan poco el resplandor de la superficie de la Luna que puede pasar desapercibido. La probabilidad de repetición de un eclipse de Sol en un punto determinado tiene una media de 360 años, mientras que en 100 años se pueden observar en el mismo lugar unos 90 eclipses lunares. Esta dificultad para reunir datos estadísticos de los eclipses solares explica que en el neolítico occidental, únicamente se descubrieran las relaciones periódicas de los eclipses lunares. Debemos subrayar que aquellos astrónomos solo sabían dónde-en que lunaciones es posibles la incidencia de un eclipse-, lo que no podían anunciar era cuando se produciría. El hecho de desconocer la rotación de la Tierra les debió impedir comprender que lo que consideraban fallos en sus pronósticos ocurría en realidad pero era visible en otra parte del globo. 8. España como fuente de riqueza cultural 8.1 Andalucía *necrópolis de Montefrío. Granada Tumbas alhama de Almería 8.2 Baleares Taula de Torralba. Menorca Naveta des tudons.Menorca 8.3 Canarias Cuatro Puertas. Canarias Reflexión final: << La mera contemplación de la bóveda celeste provoca en la conciencia primitiva una experiencia religiosa>> Mircea Eliade Bibliografía recomendada: -The study of cultural Astronomy. Ruggles CL y Saunders NJ. University of Colorado. - Arqueoastronomía hispana. Juan A. Belmonte Avilés (entre otros)
Compartir