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5. USO HISTÓRICO DE LA TIERRA EN EL DISTRITO DE RIVAS, PÉREZ ZELEDÓN 5.1 Introducción Uso de la tierra son todas aquellas actividades que el ser humano realiza a partir de un paisaje original, sea conservando ese paisaje o bien transformándolo para sus intereses particulares. El uso que se da a un determinado espacio le imprime características particulares y crea variados paisajes de naturaleza antrópica que interactúan con los paisajes naturales dentro de ese determinado espacio. Esto implica que el paisaje, como producto de procesos naturales y antrópicos o de una interacción de ambos es dinámico, porque los usos de la tierra, basados en intereses de mercado, cambian y varían las actitudes culturales en torno a los usos en los espacios modificados por las personas. En este capítulo, se realizará un análisis histórico del uso de la tierra, usando para ello documentos históricos, entrevistas y fotos aéreas de diversos años para construir el proceso dinámico de uso de la tierra en el área de estudio. 5. 2 Colonización La región que hoy se denomina Pérez Zeledón empezó a ser colonizada por el “hombre blanco” procedente de San José y de la zona de los Santos, específicamente del cantón de Dota, a partir de 1860. Una vía de acceso hacia el valle del General durante la segunda mitad del siglo XIX fue por Dominical y por cabotaje a lo largo del río Térraba. La vialidad es el primer paso para el desenclave que se reconoce a partir del intento de la apertura de una trocha desde San Cristóbal hasta Térraba y esa empresa le correspondió a don Cornelio Monge (Barrantes, s.f.). En 1883 Cornelio Monge vuelve a intentar la apertura de la ruta, pero ya existía una vereda abierta por los señores Pedro Calderón y Juan López. Por esa época y producto de esa vereda, ya en General (hoy General Viejo) se habían construido algunos ranchos pajizos ((Barrantes, s.f.) en el asentamiento de Chirripó (actual Rivas), para luego dirigir la colonización hacia el sector conocido como Quebrada Chanchos, que luego se llamó Ciudad Ureña y actualmente San Isidro. 100 Es probable que la deforestación se acelerara en las primeras décadas del siglo XX, pues aún a finales del siglo XIX la región debió exhibir bosque denso, ya que fue una ruta obligada de colección de especimenes botánicos por parte de los naturalistas Henri Pittier y Adolfo Tonduz, en 1891 (León, 2003). Por ejemplo, General Viejo fue descrito, a principios del siglo XX, como un pueblo pequeño, rodeado de bosques, sin erosión, hasta que los colonos deforestaron las laderas de las nacientes del río General mediante la técnica de tumba – rosa y quema15. En 1950, para el trazado y construcción de la carretera interamericana la trocha Calderón - López fue usada en gran parte de su trayecto para luego desviarse en División hacia el valle del río Buenavista, hasta General Viejo, ruta que aún hoy se conserva. La ruta más antigua se desviaba en Miravalles con rumbo a Chirripó, actualmente Rivas. En 1930 los vecinos empiezan los trámites para la creación del cantón. Lo relevante para el presente estudio, son las justificaciones que se esgrimieron para ese fin. Entre otros que la incomunicación era motivo de retraso de la “región”. El comité pro cantonato elabora un estudio para demostrar la pertinencia de la creación del cantón, abarcando por entonces los distritos de Ureña, Rivas, General y Daniel Flores. Por ejemplo, realizan un censo agropecuario que es de vital importancia para hacerse una idea del uso de la tierra por aquella época (tablas 5.1 y 5.2). Tabla 5.1: Uso de la tierra, 1931. No. de manzanas Área estimada en metros y en hectáreas Producción asociada. 6926 48398888 m2 4839,9 ha. Tabaco, caña, café, frijoles, maíz, arroz, papas, pastos, bananos, plátanos. 4884 34129392 m2 3412,93 ha. Socolas. Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. 15 Santos Granados Ceciliano, entrevista publicada en el número especial de La Estrella del Sur, conmemorativa de los 70 años de ser cantón. 101 Tabla 5.2: Datos de producción, 1931. Producto agrícola Producto pecuario Cantidad Tabaco 3000 quintales / año. Ganado vacuno 3139 cabezas. Ganado caballar y mular 1182 cabezas. Ganado cerdoso 2500 ejemplares. Aves de corral 16 000 ejemplares. Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. Al parecer, el café aún no era un producto importante pues no se registra, como si lo hacen con la producción de tabaco. Sin embargo, se tiene conocimiento de la existencia de un cafetal en 1930 que estuvo ubicado frente a la actual escuela de la población de Buenavista16. La caña de azúcar fue un producto de importancia en ese tiempo, a juzgar por los 61 trapiches que funcionaban en 1931 (Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990). Al respecto, la importancia de los cañaverales para la economía local de la primera mitad del siglo XX se corrobora a raíz de los cañaverales que ocupaban las tierras de Buenavista y de los 14 trapiches que existían solamente en ese lugar, para la década de 195017. El cambio de paisaje es evidente: de un paisaje agrícola de monocultivo a otro agropastoril. También se mencionan como industrias de la época los tejares, la cordelería, la apicultura y los aserraderos distribuidos en el territorio de Pérez Zeledón. La distribución de población en 1931 para los distritos se observa en la tabla 5.3. Tabla 5.3: Distribución de población por distritos, 1931. Distrito No. De habitantes Ureña 2011 General 587 Daniel Flores 598 Rivas 378 Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. 16 Ovidio Torres, entrevista realizada en Buenavista, el 22 de octubre de 2004. 17 Ovidio Torres, entrevista realizada en Buenavista, el 22 de octubre de 2004. 102 Del auge de la población y posiblemente de las actividades agroproductivas, se infieren por las exigencias de servicios que los vecinos del recién fundado cantón hicieron al estado mediante la solicitud formal al Congreso Nacional. Por ejemplo, un decreto del Congreso fechado en 10 de julio de 1934, dispuso la suma de 3000 colones para la instalación del servicio telefónico entre Ureña (actual San Isidro) y las poblaciones de Daniel Flores (Palmares), El General y Rivas (Archivo Nacional de Costa Rica; Congreso, # 16939). Otro servicio que las comunidades solicitaron fue el mejoramiento de los centros de primeras letras. El Congreso destinó la suma de 10 000 colones para la reparación, entre otras, de los edificios escolares de Rivas, Buenavista y El General (Archivo Nacional de Costa Rica; Congreso, #16856), los cuales eran edificios de madera. En 1941, 113 vecinos de Rivas y Buenavista firmaron una petición para la creación del servicio de posta entre Ureña y las poblaciones de Rivas y Buenavista. El Congreso aprobó dicho servicio (Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 19763). El requerimiento de todos esos servicios nos demuestran un aumento en la complejidad de los procesos socioproductivos que se estaban desarrollando por esa época en el área de estudio. Se concluye de todo lo anterior, que el primer eje de colonización estuvo a lo largo del valle del río Buenavista, pues en las peticiones de vecinos, que se conservan en el Archivo Nacional, no se mencionan poblaciones en el valle del río Chirripó. Esto comprueba en relación a la deforestación, lo que muestran todas las fotos aéreas analizadas, en donde ésta se hace más evidente en el valle del río Buenavista que en el valle del río Chirripó. Entre 1930 y 1940, llegaron los primeros colonos a establecerse en lo que hoy son las poblaciones de San Gerardo y Herradura, esta contaba con unas quince familias18. Además las actividadesagroproductivas empezaron a transformar el paisaje y a retroceder la frontera agrícola de manera acelerada (ver capítulo 4). 18 Jesús Quirós Gómez, Juan Villarevia, Dilson Elizondo, comunicación oral, 2000. 103 5.3 Clasificación de paisajes en el área de estudio En relación a la discusión teórica del capítulo 2, respecto a la clasificación de paisajes, en este capítulo se sigue la clasificación de Bolós (1992) en la que se entiende el espacio como un geosistema abierto, en el que puede fluir energía y masa, o sea, que en él circula energía hidráulica, eólica, humana tanto hacia dentro como fuera del sistema, lo mismo que la masa, en forma de flujo de personas y de productos. Se tienen en el área de estudio dos mesogeocoras determinadas por los valles de los ríos Buenavista y Chirripó Pacífico y sus áreas de influencia. Las razones que se establecen para separar estas dos áreas en mesogeocoras son de carácter histórico y geográfico, que han determinado sus diferencias en cuanto al modo de colonización tardía de la mesogeocora del Chirripó en relación a la de Buenavista. Esta diferencia de colonización aporta paisajes diferentes entre una y otra mesogeocora, por ejemplo, se conserva un poco más de bosque en Chirripó lo que conlleva a que esta mesogeocora tenga una actividad turística más fuerte. El ingreso de energías, tales como las fuerzas productivas se dio desde el momento de la colonización y transformó el paisaje original de bosque, a campos de pastos y cafetales y pequeñas áreas urbanas. El intercambio de masa se comporta de manera similar, pues se tiene el aporte de lluvias intensas, derivadas de actividad climática extrema como las fuertes precipitaciones ocasionadas por los impactos indirectos de varios huracanes formados en el Caribe. La salida de masa la tenemos en la reactivación de deslizamientos que han producido crecidas de los principales ríos y han afectado de manera indirecta poblaciones alejadas como Hermosa, ubicada en el valle del río General. Las migraciones y el aumento del turismo a San Gerardo, que pertenece a la mesogeocora de Chirripó, constituyen un intercambio interesante de energía humana que por un lado significa pérdida de fuerza laboral y por otro un auge parcial por ingreso de divisas. Estos aspectos empiezan a incidir de manera importante en el espacio y en la transformación del paisaje. 104 Las mesogeocoras están a su vez formadas por geocoras, determinadas por los campos de cultivos de café, potreros, tacotales, bosque y áreas urbanas. Se dan geocoras zonales como por ejemplo los cultivos de café, que no pueden estar presentes en cualquier parte de las mesogeocoras definidas, pues el café requiere de ciertos rangos de altitud, es por ello que estas geocoras abundan en las áreas que están hasta los 1600 m.s.n.m. Más arriba de este límite van disminuyendo para dar paso a otras como pastos y bosque. Se tienen geocoras transicionales, como las observadas en las fotos de 1947, en la mesogeocora Chirripó. Las socolas generadas para efectuar el retroceso de la frontera boscosa es una de ellas. Son transicionales, pues pasan a ser campos de cultivos o de ganadería cuando la socola se transforma por la energía antrópica en fincas. Cafetales abandonados por inestabilidad de laderas, por ejemplo son geocoras transicionales, pues pasan de ser terrenos cultivados a tacotales que es el primer estadio para la regeneración del bosque. Esto implica que el análisis de las geocoras nos ayuda a entender el espacio y los paisajes que lo conforman como dinámico por efectos de la energía antrópica que sale o ingresa de la mesogeocora. Además, existen facies que como Bolós (1992) las define están relacionadas a una entrada irregular de energía aportada del exterior al geosistema. En este caso, transformando partes de las geocoras por pérdida de masa o al contrario por ingreso de ella. Ejemplo de esto son los sectores de deslizamientos de donde se desprende suelo y roca. Este material se moviliza en forma de flujos de lodo hasta sectores de pérdida de energía y por tanto ingreso de materia. Esta es el área afectada por el deslizamiento de Monterrey en la mesogeocora Buenavista que transforma geocoras de café, o bien, la quebrada Boquete que afecta geocoras de pastos y tacotales. Otras facies se deben a actividad meramente antrópica como el caso de la construcción de canchas para fútbol sobre antiguos canales de los ríos Buenavista y General siendo estas un cambio abrupto para la vista. Entre esas canchas resaltan la de Rivas y la de Miraflores. 5.3.1 Análisis de usos de la tierra mediante fotos aéreas Se han usado en este análisis, series de fotos aéreas de los años 1947, 1962, 1973, 1989, 1992 y 1998. El procesado de la información se realizó mediante el sistema de 105 información geográfica denominado Ilwis Academic versión 3.2. Este programa calcula automáticamente las áreas a partir del mapa de polígonos creado por él. Se analizó la información de usos y coberturas fotointerpretadas en función de tendencias, pues las series de fotos analizadas no necesariamente representan la misma área y además están a escalas diferentes. Esto entorpeció la labor de comparación para una misma área fotointerpretada, así que se analizó el uso histórico de la tierra en función de su porcentaje para cada serie de fotos aéreas analizadas (tabla 5.4). Tabla 5.4: Porcentajes de usos y de coberturas por uso histórico Porcentaje (%) de usos / cobertura a partir del análisis de fotos aéreas Usos 1947 1962 1973 1989 1992 1998 Bosque(*) 39,88 37,87 16,57 22,92 34,26 28,71 Tacotal/sembradíos 52,10 17,85 25,17 12,09 18,80 22,61 Potrero 3,31 24,27 54,95 46,17 39,57 33,79 Abras - socolas 4,70 Cafetales 18,22 1,99 17,50 7,37 13,22 Urbano 0,33 1,32 Área inundable 1,67 Sombra(**) 1,45 1,32 Notas: (*) para este caso se habla de coberturas en función de lo teorizado por Lücke (1999). (**) Sombra no es ningún uso, es el área que no pudo ser fotointerpretada por incidencia nula de luz natural en esas áreas al momento en que se tomó la serie fotográfica. En 1947, fueron fotointerpretadas las siguientes geocoras: bosque, áreas no boscosas y abras - socolas. Dentro de las zonas de bosque se reconocieron áreas de abras o socolas y son un interesante ejemplo de geocoras transicionales que se usaron para ampliar la frontera agrícola (Fig. 5.1). Un factor limitante para realizar una fotointerpretación más detallada fue la falta de contraste para las áreas que no son bosque, en relación a la serie de 1947. En este caso, se usó el nombre genérico de áreas sin bosque; su uso se dedujo a partir de las descripciones de los años de 1930, obtenidas de entrevistas y referencias documentales. Entre los usos establecidos son básicamente de cañaverales, de potreros y de áreas abandonadas. 106 Fig. 5.1: Usos de la tierra para el año 1947, a partir de la serie de fotos aéreas del año 1947, a escala 1:60 000, IGN. 107 El área urbana de Rivas era sumamente pequeña en 1947, no fue posible su medición por la escala de la foto aérea usada. La categoría de potrero es la que claramente se identificó inserta en las áreas de bosque, derivadas de antiguas abras o socolas. Recordando la información de la tabla 5.1 para 1931, un total de 3412,93 ha. correspondía a socolas en todo el cantón de Pérez Zeledón y estas se distribuían en los distritos, entre los que se encontraba el de Rivas (Fig. 5.2). 39,88 3,31 4,7 0 52,1 0 10 20 30 40 50 60 bosque sin bosque potrero abras/socola cafetales Usos de la tierra % d e us o Fig. 5.2: Estadística de usos fotointerpretados a partir de la serie de fotos aéreas delaño 1947, a escala 1:60 000, IGN. Es importante indicar que para 1947, la mesogeocora Buenavista estaba sumamente deforestada, siendo así que el bosque se ubicaba hacia la mesogeocora Chirripó. Esto corresponde con algunas referencias sobre deforestación encontradas en la información histórica escrita y en los resultados de las entrevistas que se integran en este capítulo. En el análisis de fotos aéreas tomadas en el año 1962 (Fig. 5.3) se logran reconocer varios usos, entre ellos bosque, potrero, tacotales y cafetales. La serie de fotos de ese año están a una escala 1:7000 y cubren una pequeña área, básicamente del valle del río Buenavista. La Fig. 5.4 muestra la estadística para los diferentes usos fotointepretados para el año 1962. 108 Fig. 5.3: Usos de la tierra para el año 1962, a partir de la serie de fotos aéreas del año 1962, a escala 1:7000, IGN. 109 37,87 17,85 24,27 18,22 0,33 1,45 0 5 10 15 20 25 30 35 40 bo sq ue taco tal /cu lt. po tre ro ca fet ale s urb an o so mbra Usos de la tierra % d e us o Fig. 5.4: Estadística de usos fotointerpretados a partir de la serie de fotos aéreas del año 1962, a escala 1:7000, IGN. El porcentaje de bosque es relativamente menor en relación al valor de 1947. El área de potrero ya se puede identificar adecuadamente y es superior al territorio dedicado al monocultivo del café que, a partir de los años de 1960 corresponde al auge cafetalero en la región como lo refieren Peters y Samper (2001). El porcentaje de usos para la serie de fotos aéreas de 1973, a escala 1:20 000 se muestra en la Fig. 5.5. 16,57 25,17 54,95 1,99 1,32 0 10 20 30 40 50 60 bosque tacotal/cult. potrero cafetales sombra Usos de la tierra % d e us o Fig. 5.5: Estadística de usos para el año 1973, a partir de la serie de fotos aéreas para ese año, a escala 1:20 000, IGN. 110 Fig. 5.6: Usos de la tierra para el año 1973, a partir de la serie de fotos aéreas para ese año, a escala 1:20 000, IGN. 111 Es muy interesante analizar la relación de la cobertura de bosque y del potrero como uso de pastoreo para 1973 (Fig. 5.6). El área de potrero aumenta evidenciando un fuerte proceso de deforestación que se supone haberse iniciado desde los años de 1930, lo que se infiere en función de las referencias sobre deforestación hacia las cabeceras del río General (río Buenavista y Chirripó Pacífico). Estas referencias se confirman en esta secuencia fotográfica la que se ubica justamente en la cuenca superior del río Buenavista. Las características de los potreros a partir de las fotografías aéreas sugieren un buen desarrollo, indicando esto que son relativamente antiguos. Algunos están sumamente erosionados lo que plantea una relación entre la formación de potreros en laderas de fuertes pendientes (> 40 grados) y los procesos erosivos. A juzgar por los cambios de tonalidad y de textura que muestra la serie fotográfica interpretada, otras áreas son de potreros abandonados. Estos campos abandonados se incluyeron dentro de las geocoras de tacotales. Otro aspecto de interés, es la escasa densidad de los cafetales, lo que se explica por ser un área superior a los 1600 msnm, las que no son recomendadas para ese cultivo. Aquí se está en presencia de una geocora zonal. La tendencia a la disminución del área boscosa se mantiene en 1989 (Fig.5.7), pues los resultados de la fotointerpretación para ese año muestran un predominio del potrero sobre el bosque (Fig. 5.8). El área de cafetales tiende a disminuir ligeramente en relación al porcentaje de 1962, pero esa diferencia se debe a que el área fotointerpretada de 1962, se concentra preferiblemente en las áreas de café. 112 Fig. 5.7: Usos de la tierra para el año 1989, partir del análisis de la serie de fotos aéreas del año 1989, a escala 1:30 000, IGN. 113 22,92 12,09 46,17 17,5 1,32 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 bosque tacotal/cult. potrero cafetales urbano Usos de la tierra % d e us o Fig. 5.8: Estadística de usos a partir del análisis de la serie de fotos aéreas del año 1989, a escala 1:30 000, IGN. Los resultados para el año 1992, muestran siempre un predominio de la geocora de potrero sobre la geocora de bosque (Fig.5.9), aunque la diferencia no es tan abismal como para el año 1989. Este hecho da una idea falsa de recuperación del bosque, pues este no puede hacerlo en tan poco tiempo y además porque el área cubierta por la serie fotográfica de 1992, cubre áreas de bosque que no fueron incorporadas, por escala, en las fotos aéreas de 1989 (Fig. 5.10). Asimismo se tendría la impresión de que el área de cafetales disminuyó, aunque en realidad el auge cafetalero persistió, la causa es que áreas que son cubiertas por la serie fotográfica de 1992 incluyen potreros y tacotales de áreas superiores a los 1600 m.s.n.m, lo que hace que disminuya porcentualmente las áreas de cafetales. 114 34,26 18,8 39,57 7,37 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 bosque tacotal/cult. potrero cafetales Usos de la tierra % d e us o Fig. 5.9: Estadística de usos a partir del análisis de fotos aéreas del año 1992, a escala 1:60 000, IGN. En la fotointerpretación efectuada en la serie de fotos de 1998, sobresale un aumento en el área de tacotales (Fig. 5.11). Ese aumento se debe al cambio de uso que en la región se dio desde el momento en que la actividad lechera no fue rentable19, se abandonaron los potreros y se convirtieron en tacotales. Además, esto permitió que extranjeros invirtieran en fincas, y debido a la corriente conservacionista se protegieron las últimas manchas de bosque y se están reforestando o bien, dejando que el potrero se transforme lentamente en bosques a partir de tacotales20. En la fotointerpretación se aprovechó que se observa bien el área inundable del río Buenavista y se zonificó en la Fig. 5.11 en color amarillo. La estadística de usos se observa en la Fig. 5.12. 19 José Luis Garita, entrevista realizada en San Gerardo el 19 de noviembre de 2004. 20 A partir de las entrevistas realizadas a José Luis Garita (19-11-04) y Minor Elizondo (18-11-04) ambos de San Gerardo de Rivas y de observaciones de campo. 115 Fig. 5.10: Usos de la tierra para el año 1992, partir del análisis de la serie de fotos aéreas a escala 1:60 000, IGN. 116 Fig. 5.11: Usos de la tierra para el año 1998, partir del análisis de la serie de fotos aéreas Terra, a escala 1:40 000, IGN. 117 28,71 13,22 33,79 22,61 0 5 10 15 20 25 30 35 40 Bosque Cafetal Potrero Tacotal Usos de la tierra 1998 % d e us o Fig. 5.12: Estadística de usos a partir de fotos aéreas del año 1998, a escala 1:40 000, IGN. La figura 5.13 muestra la variación temporal de los diferentes tipos de uso fotointerpretados. Se observa para el año 1973 una correspondencia entre puntos de inflexión en las curvas de uso de la tierra, de tal manera que el potrero presenta un punto de inflexión positivo mientras que el bosque presenta un valor de inflexión negativo. 0 10 20 30 40 50 60 1947 1962 1973 1989 1992 1998 Año Va lo re s en % Bosque Potrero tacotal/cult. Cafetal Fig. 5.13: Variación temporal de los diferentes usos para las series fotointerpretadas. La “hamburguerizacióndel bosque”, término relacionado con el aumento de la cría de ganado vacuno, pudo influir en este comportamiento, pues según Hedström (1988) entre los años 1960 y 1980, en Costa Rica, el área de pastos y el número de cabezas de 118 ganado vacuno aumentó en un 75%, mientras que el bosque húmedo disminuyó en un 40%. La tendencia hacia la “potrerización” empieza a revertirse a partir de los años de 1980, a existencia de la anterior tendencia se apoya en los resultados de las entrevistas que se observa una relativa disminución del potrero y un aumento del tacotal durante el año 1989. Esta tendencia aparece bien marcada para la fotointerpretación de la serie de 1998. En este año se ve una tendencia a disminuir de manera proporcional el bosque y el potrero. La disminución del bosque puede explicarse en función de un relativo aumento del área de cafetales; sin embargo, se observan tanto en el campo como en fotos aéreas, sectores de tacotales en transición a bosque, lo que apoya la existencia de una tendencia hacia la recuperación de las áreas de potreros a bosque. L confirman el abandono del potrero por diversos factores, entre ellos la caída del precio de la leche, la migración y el cambio cultural que esto conlleva, el turismo ecológico y tendencias gubernamentales hacia la conservación, entre otros factores (Mainor Elizondo, entrevista efectuada el 18-11-2004, San Gerardo). La Fig. 5.14 muestra el grado de deforestación en el área de estudio. Las áreas blancas corresponden con deslizamientos regolíticos. : Laderas de fuerte pendiente en el valle del río Buenavista. Las áreas blancas en la foto, corresponden a deslizamientos regolíticos, entre Palmital y Buenavista. Fig. 5.14 119 Muchas áreas tienen rasgos de reciente deforestación, tal como se observa en la Fig.5.15 en donde el potrero aún no se establece. Fig. 5.15: Deforestación reciente en las márgenes del río Blanco, Rivas. .4 Uso urbano as áreas de viviendas tienen dos ubicaciones: en los fondos de valles de ríos (como el n relación a las áreas urbanas ubicadas en los fondos de valles relativamente angostos 5 L Buenavista y el Blanco) y laderas, muchas de ellas inestables. La Fig.5.16 muestra una estructura destruida y abandonada como consecuencia de la reubicación de la familia que la habitaba como resultado del impacto indirecto del huracán César en julio de 1996 (márgenes del río Buenavista, Rivas). E y con laderas empinadas, se favorece el aumento de vulnerabilidad ante las crecidas en los ríos que se comportan como torrentes de montaña, tales son los casos de las comunidades de Rivas (Fig. 5.11) y de Herradura. 120 Fig. 5.16: Estructuras destruidas por crecientes del río Buenavista con motivo del impacto indirecto del huracán César, julio de 1996. A partir de San Martín de Rivas, el río Buenavista empieza a transformarse en un río con un patrón trenzado, y cuando se une este con el río Chirripó, forma el río General cuyo patrón continúa en todo en valle desde Rivas hasta Repunta, con cauces que se distancian entre ellos hasta un kilómetro (capítulo 4). La Fig.5.17 muestra un canal abandonado en el sector conocido como Los Gemelos de Rivas. Fig. 5.17: Canal “abandonado” en la localidad de Los Gemelos, Rivas. 121 Parte de las áreas urbanas están en sectores de canales como el representado en la Fig. 5.17, por ejemplo, Rivas y algunos sectores de General Viejo y de Miraflores se asientan sobre estas formas fluviales. Esto muestra la vulnerabilidad de esas áreas urbanas. Fig.5.18: Paisaje característico de planicies de inundación. Miraflores, Rivas. El río General se ubica al fondo del área representada en la fotografía. Aparte de la morfología de cauces, también se observan planicies caracterizadas por la cantidad de bloques rocosos dispersos que son parte de terrazas fluviales abandonadas (Fig.5.18), o por la actividad glaciarica que Protti (1996) la define hacia el fina del Pleistoceno en la glaciación Wisconsin hace cerca de 50 000 años, o incluso aportes de flujos de lodo y rocas durante el periodo de deshielo. Esto significa que los depósitos aluvionales en los fondos de los valles del área de estudio pueden tener dos fuentes de origen: el arrastre por glaciares, el deshielo, y la actividad posterior de avenidas de los ríos. En los sectores con estos rasgos fluviales se han establecido poblaciones, en un primer momento debido a lo fértil de las tierras depositadas en las eventuales crecidas de los 122 principales ríos del área. También lo hacen para tener agua cercana para riego, abrevaderos y consumo doméstico. Actualmente, la ubicación de los grupos poblacionales en los valles con estas características, especialmente en Rivas, y los demás poblados ubicados en el valle del río General, presentan problemas por inundación, pues el río General ha retomado cauces durante los impactos indirectos de los huracanes Kitty y Joan en 1955 y 1988, respectivamente. Recientemente, en julio de 1996 el impacto indirecto del huracán César hizo que se volvieran a retomar cauces abandonados y favoreció la creación de nuevos, tales como en Hermosa de General. El uso de la tierra en estas áreas difícilmente puede ser el urbano por los efectos de la dinámica natural sobre las estructuras urbanas. Sin embargo, debido a las normativas creadas con el plan regulador parcial de Pérez Zeledón (capítulo 3), estas áreas han quedado vedadas para el uso urbano y agrícola, solamente se permite que se regenere el bosque. Estas restricciones son avaladas por la Municipalidad de Pérez Zeledón, la cual no visa planos para construcción dentro de esas áreas. El Instituto Nacional de Seguros, no asegura ninguna infraestructura mientras no se compruebe que la Municipalidad otorgó el visado correspondiente. No obstante, aún con todas estas limitantes, el área se usa ilegalmente para actividades agropecuarias y urbanas. Se ha creado un mercado ilegal de la tierra, en donde la venta de lotes para construcción está representada en los sendos rótulos que se han colocado a lo largo de la carretera de General Viejo para anunciar ese mercado ilegal de tierras, tal como se observa en la Fig. 5.19. 5.4.1 Cambios culturales en el uso de la tierra En este apartado se comentará brevemente, algunos aspectos del desarrollo socioeconómico que se ha dado en el área de estudio y que ha tenido impactos negativos como positivos en el uso de la tierra y su incidencia en la cultura. 123 Fig. 5.19: Lotes a la venta cerca de General Viejo, la flecha señala la ubicación de los lotes hacia el área de inundación del río General. Foto tomada en marzo de 2004. La Fig. 5.20 corresponde a la venta de una casa en General Viejo. Fig. 5.20: Venta de inmueble en el valle del río General, cerca de General Viejo. Estas áreas están vedadas en el Plan Regulador Parcial de Pérez Zeledón para toda actividad de bienes raíces. 124 Los primeros colonos veían el bosque como un reto para su sobrevivencia, por lo que la práctica de hacer abras y socolas para la formación de fincas fue la tónica en los primeros años de colonización, tal como se observan en la serie de fotos áreas de 1947. El estado pagaba a los propietarios de fincas una cantidad de dinero para deforestar y crear potreros de pastoreo21. Esto coincide con el alto porcentaje de potreros en relación a la cobertura boscosa del área de estudio, y que se obtuvo a partir de la fotointerpretación de las series fotográficas hasta 1992. La práctica al parecer se ha revertido, pues el área fotointerpretada como de tacotales ha aumentado en relación al área de pastizales, tal como lo evidencia la serie fotográfica de 1998. El cambio cultural debido a la migración hacia Estados Unidos ha acelerado el proceso de pérdida deinterés hacia las labores agropecuarias22 y en algunos el interés por reforestar para dedicarse a las actividades ecoturísticas. La falta de interés hacia lo agropecuario ha creado un mercado de tierras muy activo de los habitantes autóctonos hacia el extranjero. Actualmente una gran cantidad de fincas están en manos de extranjeros que las han dedicado a un proceso de regeneración del bosque, lo que facilita la labor del área de conservación debido al aumento del área dedicada a corredor biológico23. Lo negativo es el desgaste de la memoria histórica de la comunidad, afectada por la migración de los antiguos habitantes que venden sus tierras y generalmente dejan de vivir en la comunidad. El carácter de multietnicidad que han dejado las actividades cafetaleras y turísticas en estos dos distritos ha sido importante, pues es común observar que para el tiempo de la cosecha existe una migración de indígenas guaymíes panameños y de emigrantes nicaragüenses. También la actividad del turismo imprime gran diversidad cultural transitoria en poblaciones como San Gerardo la que le imprime un carácter cosmopolita, la que puede ser buena en el sentido de que se está transformando el uso de la tierra 21 Hubo algunos propietarios que recibieron hasta cien mil colones por esta práctica. (José Luis Garita, vecino de San Gerardo, entrevista realizada el 19 de noviembre de 2004). 22 Mainor Elizondo y José Luis Garita comentan que los vecinos han cambiado las prácticas de uso de la tierra hacia la conservación, pues ahora han dejado en tacotales varias fincas anteriormente con uso agropastoril, por aspectos turísticos y porque el negocio lechero no redita lo necesario. (entrevistas realizadas el 18 y 19 de noviembre de 2004). 23 Idem. 125 hacia el bosque, pero malo en que los campesinos venden sus tierras y se desvinculan del lugar disminuyendo de esta forma la memoria histórica. 5.5 Síntesis En este capítulo se ha dividido el área de estudio en dos mesogeocoras con criterios históricos y geográfico. Estas son: Buenavista y Chirripó. Estas a su vez se dividieron en geocoras que corresponden a los usos de la tierra fotointerpretados. Estas geocoras son: cafetales, potreros, tacotales, bosque y áreas urbanas. Por diferencias de colonización, se observa la transformación de las geocoras de bosque a las geocoras que corresponden con actividades agroproductivas. Este proceso es más antiguo en Buenavista que en Chirripó. La deforestación acelerada alcanza a ambas mesogeocoras, pero siempre ha sido más intensa en el valle del río Buenavista. Es interesante la relación de aumento de pastizales y disminución de bosques entre la década de 1970 a mediados de la de 1980 por el proceso denominado “hamburguerización” del bosque. El uso agropecuario de la tierra ha alcanzado sectores que presentan una pendiente mayor de 40 grados y en donde la foto aérea de 1992, analizada para identificar procesos erosivos, permite observar una relación aparentemente directa entre el tipo de uso, específicamente de potreros, con la generación de procesos de erosión concentrada (cárcavas) y deslizamientos superficiales (capítulo 4). Mientras que el uso urbano en los fondos de los valles ha sido prohibido por la normativa vigente en Pérez Zeledón pero antes de desestimular la urbanización, esto aumentó debido a un mercado ilegal de la tierra, lo que produce, como se indicó en el capítulo 3, un aumento de la vulnerabilidad. Es importante entender la percepción de la población sujeta a riesgo por procesos de inundaciones y de deslizamientos. Por tal motivo, en los capítulos 6 y 7 se enfocará la atención a analizar mediante la metodología propuesta en el capítulo 6, los mapas de percepción que elaboraron personas de comunidades con problemas de uso de la tierra por incompatibilidad con lo que dicta el plan regulador parcial de Pérez Zeledón. 126 6. METODOLOGÍA PROPUESTA PARA LA CARACTERIZACIÓN Y ANÁLISIS DE MAPAS DE PERCEPCIÓN 6.1 Introducción En los capítulos 1 y 2 se hace énfasis en enfocar el análisis de los mapas de percepción desde la geografía física. Otros enfoques más sociales quedan fuera de los alcances de esta investigación, aunque se recomiendan para conocer las características sociológicas, antropológicas y psicológicas de las sociedades analizadas. Para efectos de analizar la realidad perceptiva desde el enfoque de la geografía física, sin desatender el hecho de que la percepción es la descripción de una realidad personalizada, se ha propuesto en esta investigación una propuesta metodológica propia, cuyo objetivo es la simplificación del análisis, que logre integrar lo cualitativo con criterios cuantitativos a partir del análisis de los mapas de percepción, de tal forma que pueda extraerse la información idónea a ser usada por investigadores, especialmente, de las ciencias naturales en las cuales la percepción es un campo de acción nueva y una herramienta útil para conocer algunas características del área que se requiere estudiar, tales como: formaciones vegetales, cultivos, infraestructura habitacional, vialidad, tipos de rocas, áreas de peligros naturales, entre otros aspectos. Del conjunto de mapas que se poseen en esta investigación para su análisis, se han extraído parámetros que serán constantes para cualquier individuo, cultura, espacio o tiempo en que se desarrollen dichos mapas de percepción y a los que se les ha asignado un valor aleatorio para cuantificar el análisis. 6.2 Fundamento del método El método se fundamenta en la observación de los mapas de percepción realizados por vecinos de las comunidades de Rivas, Herradura, Buenavista, San Martín, La Piedra y Guadalupe, mediante la comparación de la realidad perceptiva con la realidad física de los mapas oficiales, fotos aéreas del área y del conocimiento previo del área por parte del investigador. 127 Dos aspectos serán tomados en consideración para el análisis geográfico de los mapas de percepción: el espacio y los contenidos que corresponden al conjunto de elementos geográficos que se integran en una determinada área. De una rápida observación del mapa de percepción, el investigador ya puede concluir aspectos sobre integración del espacio, o puede observar detalles interesantes respecto a la forma del pueblo representado o la traza de un río completamente diferente a como es en la realidad física. De aquí se obtienen parámetros tales como tipos de contenidos o elementos geográficos tangibles representados y la forma en que se integra el espacio con los contenidos. Otros aspectos del mapa de percepción son más difíciles de observar pues no basta una rápida observación sino que requiere de un análisis más detallado en función de la comparación con mapas gubernamentales elaborados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), fotos aéreas y conocimiento previo del área. En este particular se llegan a determinar parámetros tales como secuencialidad, distorsión, densificación, concentración, orientación y aspectos de toponimia. 6.3 Metodología propuesta para análisis de mapas de percepción Esta metodología propone parámetros definidos y se les asigna cuatro valores de clasificación que se basan en porcentajes, simplemente suponiendo un 100% de acierto en los mapas perceptivos y a partir de ahí dividir en cuatro rangos de 25% para diferentes niveles de acierto entre lo dibujado en los mapas de percepción y los mapas del IGN y/o fotos aéreas. Esta metodología será usada en el capítulo 7 en el análisis de los mapas de percepción elaborados por vecinos de Herradura, San Martín, Buenavista, Rivas centro, La Piedra y Guadalupe. 128 6.3.1 Parámetros obtenidos 6.3.1.1 Contenidos Los contenidos son el conjunto de elementos geográficos que rellenanun espacio. Se definen los contenidos principales como aquellos elementos geográficos lineales y cuya traza se prolonga en el área de estudio, tales como ríos, caminos o divisorias bien definidas. Estos contenidos dan el sentido de integración al espacio y a los contenidos secundarios que son todos aquellos que le dan carácter al espacio, tales como viviendas, estructuras urbanas, cerros, áreas de bosques y cultivos, entre otros. La integración por contenidos es importante de ser analizada, pues de ella se establece cuán conocido es ese espacio por la comunidad. Por otra parte, la integración de contenidos refleja diferencias de percepción. Por ejemplo, en algunos mapas se da importancia a los elementos naturales, tales como quebradas, ríos o montañas y otros dirigen la atención a los elementos antrópicos, tales como puentes, viviendas o edificios públicos. Otros construyen su mapa de percepción mezclando todos los elementos geográficos. 6.3.1.2 El espacio El espacio estará en función de los contenidos, pues éste se definirá en el tanto exista un objeto cuya ubicación dependerá de otro, sea éste contemporáneo o no. El espacio se clasificará en función de la integración que estará en función de un contenido principal de carácter lineal, tal como uno o más ríos o una o más vías de comunicación, que aporta el “continuo visual” del conjunto pictórico. En los mapas de percepción puede ocurrir que exista una adecuada integración espacial pero no de contenidos. Para efectos prácticos, la integración estará en función de un contenido principal y del conocimiento previo que el perceptor (sea el vecino o el investigador foráneo) posea del área de estudio. La comparación con mapas oficiales y fotos aéreas es importante. La tabla 6.1 muestra la clasificación propuesta para cuantificar la integración espacial. 129 Tabla 6.1: Clasificación de la integración de espacio y contenidos. Clasificación Caracterización Valor Integrado total Optima continuidad. 4 Integración parcial Hay continuidad pero no hay contenidos secundarios. 3 Integración parcial en subespacios Los contenidos están distribuidos en conjuntos espaciales separados por vacíos de información. 2 No integrado No hay integración. 1 6.3.1.3 Secuencialidad. La secuencialidad es el orden espacial de los contenidos o bien, la no ubicación de ellos. Se basará en la comparación con los mapas oficiales más recientes, con fotografías aéreas recientes y mediante las visitas de campo. Su clasificación cataloga la organización cognitiva individual o colectiva de los contenidos. Se mide en función del mapa topográfico oficial del área de estudio y de las visitas de campo, mediante el porcentaje de acierto en el orden espacial de los contenidos. Su clasificación obedece a la siguiente tabla: Tabla 6.2: Clasificación de la secuencialidad Clasificación Caracterización Valor Óptima de 76% al 100% 4 Buena de 51% a 75% 3 Moderada de 26% a 50% 2 Mala de 0% a 25%. 1 6.3.1.4 Distorsión Los contenidos pueden percibirse de manera distorsionada por forma o medidas. La distorsión, que es la alteración en la forma y contornos reales de los contenidos, en mapas de percepción puede medirse para elementos lineales y poligonales. A veces la distorsión es en función de la forma de un contenido; por ejemplo, cuando un contenido de una forma preferentemente recta, es percibido de manera circular. Aquí se observa entonces una deformación completa. En este caso, el investigador debe definir una 130 escala para cuantificar la distorsión, por ejemplo, si está trabajando a una escala donde es posible ubicar y definir la planta de un edificio que en la realidad es cuadrado y el perceptor la dibuja triangular o como un paralelepípedo o incluso circular, entonces se debe usar un descriptor numérico para cuantificar el porcentaje de la distorsión: 100% si lo dibuja cuadrado, hasta 75 si se dibujó una planta en forma de paralelepípedo, hasta 50% si se dibujó una planta con más de cuatro lados, hasta 25% si se dibujó la planta triangular y hasta 0% si se dibujó circular. Un problema que surge es que los mapas de percepción no pueden ser comparados mediante la escala de los mapas gubernamentales existentes, pues son representaciones conceptuales pictóricas sin técnicas adecuadas para la ubicación de contenidos y la conservación de las distancias reales entre contenidos. Por ejemplo, entre más grande sea el área representada en el mapa de percepción, este contendrá generalidades geográficas, los detalles serán escasos. La escala es el gran problema a que se enfrenta el investigador que analiza mapas de percepción. Se considera que es el investigador a quien corresponde definir el área máxima que se desea investigar y que en función de las características de esa área, entonces se base en proporciones y cuantifique las dimensiones para los niveles inferiores. En este caso, puede basarse en la definición que asigna Bolós (1992) para referirse a los espacios que estudiará (tabla 6.3). Tabla 6.3: nivel de detalle en mapas de percepción. Nivel de detalle Espacio representado Dimensiones Clasificación de Bolós (1992) 1 nivel Edificios, plazas. Hasta 100 m2 Nanogeocora 2 nivel Caminos, fincas, plantas de centros poblacionales. De 100 a 1 km2 Microgeocora 3 nivel Valles de ríos secundarios, planicies, una colina. De 1 a 10 km2 Geocora 4 nivel Valles de ríos primarios, Distritos, cantones. De 10 a 100 km2 Mesogeocora Nota: El valor de 10 X 106 m2 es el aproximado para el área representada en los mapas de percepción de Herradura y de Buenavista. Es importante indicar que dependiendo del tamaño del área por representar, un contenido puede ser representado fácilmente como un punto o como un área. 131 Es notorio que entre más bajo sea el nivel de detalle, mayor debe ser el detalle de los contenidos del espacio representado. Es así que contenidos que en niveles superiores son considerados como contenidos puntuales, en los primeros niveles serán considerados como contenidos poligonales y lineales como edificios o puentes. En función del nivel de detalle, la clasificación de la distorsión se basará en función de la comparación de las irregularidades reales contra las percibidas y mediante las dimensiones que serán analizadas por proporcionalidad con contenidos cercanos. En contenidos puntuales la deformación es a partir de la planta de edificios y estructuras (tanques para agua potable, viviendas, edificios públicos). En los mapas que se han desarrollado en la presente investigación, los elementos puntuales han sido representados mediante dibujos estilizados o bien con símbolos, lo cual puede describirse pero difícilmente cuantificarse en este parámetro. Los contenidos poligonales (áreas de inundación, bosques, cultivos) se clasifican en función de la forma en que es representada dicha área, o sea, cerrada o abierta. La manera cerrada es cuando el espacio que se señala es bien delimitado. Cuando el espacio señalado no está delimitado entonces es un espacio abierto, el polígono así adquiere la característica de infinito y por tanto se indefine. Las tablas 6.4 y 6.5 muestran la clasificación para la distorsión. Tabla 6.4: Clasificación de la distorsión para contenidos lineales. Comparación de irregularidades Proporcionalidad de dimensiones Descripción Valoración Nivel Descripción Valoración Nivel Sin distorsión 100%-76% 4 Óptima 100%-76% 4 Poca distorsión 75%-51% 3 Moderada 75%-51% 3 Mucha distorsión 50%-26% 2 Baja 26%-50% 2 Completa 25%-0% 1 Sin proporcionalidad 25%-0% 1 Nota: Porcentajes deben ser extraídos de la comparación del contenido con los mapas oficiales y fotos aéreas. 132 Tabla 6.5: Clasificación de la distorsión para contenidos poligonares. Comparación de irregularidades Proporcionalidadde dimensiones Descripción Valoración Nivel Descripción Valoración Nivel Sin distorsión 100%-76% 4 Óptima 100%-76% 4 Poca distorsión y espacio cerrado 75%-51% 3 Moderada 75%-51% 3 Mucha distorsión, espacio cerrado a abierto 50%-26% 2 Baja 26%-50% 2 Completa, espacio parcialmente abierto a abierto. 25%-0% 1 Sin proporcionalidad 25%-0% 1 Nota: Porcentajes deben ser extraídos de la comparación del contenido con los mapas oficiales y fotos aéreas. 6.3.1.5 Densificación En este trabajo se entiende por densificación la cantidad y detalle en relación con los contenidos que se ubican en los mapas de percepción. Este parámetro nos da una idea del grado de conocimiento acerca del espacio y de la ubicación de los contenidos. Se medirá en función de la densidad real de contenidos del mapa oficial y de las observaciones de campo. Por ejemplo, si se representan todos los contenidos como en realidad existen entonces es una categoría óptima (100%), a partir de esta categoría entre 51% a 75% tenemos la categoría de bueno, hasta llegar a 0% donde definitivamente no se representó ningún contenido, lo cual es difícil que ocurra (tabla 6.6). Tabla 6.6: Clasificación del parámetro densificación. Categoría Descripción Valor Óptimo 100%-76% 4 Bueno 75%-51% 3 Regular 50%-26% 2 Malo 25%-0% 1 6.3.1.6 Concentración Este parámetro define la densificación parcial anómala de contenidos, siempre y cuando esa concentración no obedezca a un aglomerado urbano existente, por eso el 133 investigador debe conocer adecuadamente el área de estudio. En caso de que no existan, por ejemplo, aglomerados urbanos, entonces la concentración observada en el mapa de percepción obedece al sentido de escala o a aspectos psicológicos del perceptor. La concentración se mide en función del porcentaje de contenidos reunidos en áreas del mapa de percepción en relación al total de contenidos del mapa, previa comparación con el mapa topográfico oficial y conocimiento de campo, tal como se observa en la tabla 6.7. Tabla 6.7: Clasificación para la concentración. Categoría Descripción Valor No hay Se percibe la concentración real de los contenidos del área. 4 Baja Entre 0 a 25% del total de contenidos 3 Moderada Entre 26 a 50% 2 Fuerte Mayor del 50% 1 6.3.1.7 Orientación Este parámetro mide la alineación que el perceptor asigna a un contenido lineal comparado con la alineación real. Se mide mediante la comparación entre la orientación del contenido ya sea medido en el campo o bien, a partir de la comparación con el mapa gubernamental y/o las fotos aéreas recientes. En este análisis se trabajará con los contenidos lineales y su clasificación se ofrece en la tabla 6.8. Tabla 6.8: Clasificación de la orientación de los contenidos Categoría Descripción Valor Adecuada 100%-76% 4 Buena 75%-51% 3 Regular 50%-26% 2 Mala 25%-0% 1 La orientación de contenidos poligonales es más difícil de medir, debido por ejemplo a las formas irregulares que puede poseer una finca o un área de bosque. En este caso se puede reducir el contenido poligonal a un elemento lineal mediante la obtención de sus 134 ejes largo y ancho del contenido y la clasificación sería la misma que la planteada en la tabla 6.8. 6.3.1.8 Toponimia La toponimia empleada en los mapas de percepción enriquece la oficial de los mapas a 1:50 000 del Instituto Geográfico Nacional (IGN). En los mapas oficiales se han encontrado errores por cambio de nombres de ríos o de parajes y muchas quebradas innominadas en los mapas oficiales tienen un nombre asignado por la comunidad. En el caso de los mapas realizados por los vecinos de Herradura, existe una concordancia en relación a los nombres que se consignan en los mapas para quebradas, puentes y parajes, en este caso, el mapa de percepción sirve para identificar nombres que no han sido enlistados oficialmente por el IGN y entonces proponerlos para la consideración de la Comisión de Nomenclatura del IGN. Tabla 6.9: Clasificación de toponimia Valor Descripción 3 Contribuye con más del 50% de nombres no oficiales del total de nombres usados en el mapa de percepción. 2 Más del 25% al 50%. 1 0% al 25% 6.4 Síntesis del capítulo Los mapas de percepción miden el conocimiento que un grupo humano tiene de su espacio vital. Esta técnica tiene su origen en las ciencias psicológicas y ha sido fuertemente introducida en geografía como parte del análisis geográfico. A partir de la aplicación de esta técnica se plasman una serie de aspectos que al ser analizados le otorgan al investigador parámetros básicos para entender la relación del individuo con los procesos derivados de ese espacio vital que se desea investigar. En el caso de investigadores de las ciencias naturales, generalmente con poco o ningún conocimiento básico sobre sociología o geografía humana, los mapas de percepción pueden ser analizados desde la óptica de la geografía física que se acerca más al conocimiento de los científicos de las ciencias naturales, pues con esos mapas se pueden 135 identificar procesos naturales, áreas de peligro, zonas de vida y acercarse a una comprensión de la relación sociedad - espacio. En el caso que nos atañe el análisis basado en la geografía física es adecuado para los fines como acercamiento a las comunidades y recabar información sobre los procesos naturales para las ciencias naturales, es por eso que se plantea un método pensado para integrar los aspectos cualitativos con los cuantitativos, de tal forma que se describa y se cuantifique al mismo tiempo las características basadas en contenidos principales y secundarios y su integración en el espacio en que existen. En el capítulo 7 se usa esta metodología para analizar los mapas de percepción que fueron desarrollados en diferentes comunidades del distrito de Rivas de Pérez Zeledón. 136
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