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5. USO HISTÓRICO DE LA TIERRA EN EL DISTRITO DE RIVAS, 
PÉREZ ZELEDÓN 
 
 
5.1 Introducción 
 
Uso de la tierra son todas aquellas actividades que el ser humano realiza a partir de un 
paisaje original, sea conservando ese paisaje o bien transformándolo para sus intereses 
particulares. El uso que se da a un determinado espacio le imprime características 
particulares y crea variados paisajes de naturaleza antrópica que interactúan con los 
paisajes naturales dentro de ese determinado espacio. Esto implica que el paisaje, como 
producto de procesos naturales y antrópicos o de una interacción de ambos es dinámico, 
porque los usos de la tierra, basados en intereses de mercado, cambian y varían las 
actitudes culturales en torno a los usos en los espacios modificados por las personas. 
 
En este capítulo, se realizará un análisis histórico del uso de la tierra, usando para ello 
documentos históricos, entrevistas y fotos aéreas de diversos años para construir el 
proceso dinámico de uso de la tierra en el área de estudio. 
 
 
5. 2 Colonización 
 
 
La región que hoy se denomina Pérez Zeledón empezó a ser colonizada por el “hombre 
blanco” procedente de San José y de la zona de los Santos, específicamente del cantón 
de Dota, a partir de 1860. Una vía de acceso hacia el valle del General durante la 
segunda mitad del siglo XIX fue por Dominical y por cabotaje a lo largo del río 
Térraba. La vialidad es el primer paso para el desenclave que se reconoce a partir del 
intento de la apertura de una trocha desde San Cristóbal hasta Térraba y esa empresa le 
correspondió a don Cornelio Monge (Barrantes, s.f.). 
 
En 1883 Cornelio Monge vuelve a intentar la apertura de la ruta, pero ya existía una 
vereda abierta por los señores Pedro Calderón y Juan López. Por esa época y producto 
de esa vereda, ya en General (hoy General Viejo) se habían construido algunos ranchos 
pajizos ((Barrantes, s.f.) en el asentamiento de Chirripó (actual Rivas), para luego dirigir 
la colonización hacia el sector conocido como Quebrada Chanchos, que luego se llamó 
Ciudad Ureña y actualmente San Isidro. 
 100
Es probable que la deforestación se acelerara en las primeras décadas del siglo XX, pues 
aún a finales del siglo XIX la región debió exhibir bosque denso, ya que fue una ruta 
obligada de colección de especimenes botánicos por parte de los naturalistas Henri 
Pittier y Adolfo Tonduz, en 1891 (León, 2003). Por ejemplo, General Viejo fue 
descrito, a principios del siglo XX, como un pueblo pequeño, rodeado de bosques, sin 
erosión, hasta que los colonos deforestaron las laderas de las nacientes del río General 
mediante la técnica de tumba – rosa y quema15. 
 
En 1950, para el trazado y construcción de la carretera interamericana la trocha 
Calderón - López fue usada en gran parte de su trayecto para luego desviarse en 
División hacia el valle del río Buenavista, hasta General Viejo, ruta que aún hoy se 
conserva. La ruta más antigua se desviaba en Miravalles con rumbo a Chirripó, 
actualmente Rivas. 
 
En 1930 los vecinos empiezan los trámites para la creación del cantón. Lo relevante 
para el presente estudio, son las justificaciones que se esgrimieron para ese fin. Entre 
otros que la incomunicación era motivo de retraso de la “región”. El comité pro 
cantonato elabora un estudio para demostrar la pertinencia de la creación del cantón, 
abarcando por entonces los distritos de Ureña, Rivas, General y Daniel Flores. Por 
ejemplo, realizan un censo agropecuario que es de vital importancia para hacerse una 
idea del uso de la tierra por aquella época (tablas 5.1 y 5.2). 
 
Tabla 5.1: Uso de la tierra, 1931. 
No. de manzanas Área estimada en 
metros y en hectáreas 
Producción asociada. 
6926 48398888 m2
4839,9 ha. 
Tabaco, caña, café, frijoles, maíz, arroz, papas, 
pastos, bananos, plátanos. 
4884 34129392 m2
3412,93 ha. 
Socolas. 
Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. 
 
 
 
 
 
15 Santos Granados Ceciliano, entrevista publicada en el número especial de La Estrella del Sur, 
conmemorativa de los 70 años de ser cantón. 
 101
Tabla 5.2: Datos de producción, 1931. 
Producto agrícola Producto pecuario Cantidad 
Tabaco 3000 quintales / año. 
 Ganado vacuno 3139 cabezas. 
 Ganado caballar y mular 1182 cabezas. 
 Ganado cerdoso 2500 ejemplares. 
 Aves de corral 16 000 ejemplares. 
Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. 
 
Al parecer, el café aún no era un producto importante pues no se registra, como si lo 
hacen con la producción de tabaco. Sin embargo, se tiene conocimiento de la existencia 
de un cafetal en 1930 que estuvo ubicado frente a la actual escuela de la población de 
Buenavista16. 
 
La caña de azúcar fue un producto de importancia en ese tiempo, a juzgar por los 61 
trapiches que funcionaban en 1931 (Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 
15990). Al respecto, la importancia de los cañaverales para la economía local de la 
primera mitad del siglo XX se corrobora a raíz de los cañaverales que ocupaban las 
tierras de Buenavista y de los 14 trapiches que existían solamente en ese lugar, para la 
década de 195017. El cambio de paisaje es evidente: de un paisaje agrícola de 
monocultivo a otro agropastoril. 
 
También se mencionan como industrias de la época los tejares, la cordelería, la 
apicultura y los aserraderos distribuidos en el territorio de Pérez Zeledón. La 
distribución de población en 1931 para los distritos se observa en la tabla 5.3. 
 
Tabla 5.3: Distribución de población por distritos, 1931. 
 Distrito No. De habitantes 
Ureña 2011 
General 587 
Daniel Flores 598 
Rivas 378 
Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 15990. 
 
16 Ovidio Torres, entrevista realizada en Buenavista, el 22 de octubre de 2004. 
17 Ovidio Torres, entrevista realizada en Buenavista, el 22 de octubre de 2004. 
 102
Del auge de la población y posiblemente de las actividades agroproductivas, se infieren 
por las exigencias de servicios que los vecinos del recién fundado cantón hicieron al 
estado mediante la solicitud formal al Congreso Nacional. Por ejemplo, un decreto del 
Congreso fechado en 10 de julio de 1934, dispuso la suma de 3000 colones para la 
instalación del servicio telefónico entre Ureña (actual San Isidro) y las poblaciones de 
Daniel Flores (Palmares), El General y Rivas (Archivo Nacional de Costa Rica; 
Congreso, # 16939). 
 
Otro servicio que las comunidades solicitaron fue el mejoramiento de los centros de 
primeras letras. El Congreso destinó la suma de 10 000 colones para la reparación, entre 
otras, de los edificios escolares de Rivas, Buenavista y El General (Archivo Nacional de 
Costa Rica; Congreso, #16856), los cuales eran edificios de madera. 
 
En 1941, 113 vecinos de Rivas y Buenavista firmaron una petición para la creación del 
servicio de posta entre Ureña y las poblaciones de Rivas y Buenavista. El Congreso 
aprobó dicho servicio (Archivo Nacional de Costa Rica, Congreso, # 19763). 
 
El requerimiento de todos esos servicios nos demuestran un aumento en la complejidad 
de los procesos socioproductivos que se estaban desarrollando por esa época en el área 
de estudio. 
 
Se concluye de todo lo anterior, que el primer eje de colonización estuvo a lo largo del 
valle del río Buenavista, pues en las peticiones de vecinos, que se conservan en el 
Archivo Nacional, no se mencionan poblaciones en el valle del río Chirripó. Esto 
comprueba en relación a la deforestación, lo que muestran todas las fotos aéreas 
analizadas, en donde ésta se hace más evidente en el valle del río Buenavista que en el 
valle del río Chirripó. 
 
Entre 1930 y 1940, llegaron los primeros colonos a establecerse en lo que hoy son las 
poblaciones de San Gerardo y Herradura, esta contaba con unas quince familias18. 
Además las actividadesagroproductivas empezaron a transformar el paisaje y a 
retroceder la frontera agrícola de manera acelerada (ver capítulo 4). 
 
18 Jesús Quirós Gómez, Juan Villarevia, Dilson Elizondo, comunicación oral, 2000. 
 103
 5.3 Clasificación de paisajes en el área de estudio 
 
En relación a la discusión teórica del capítulo 2, respecto a la clasificación de paisajes, 
en este capítulo se sigue la clasificación de Bolós (1992) en la que se entiende el espacio 
como un geosistema abierto, en el que puede fluir energía y masa, o sea, que en él 
circula energía hidráulica, eólica, humana tanto hacia dentro como fuera del sistema, lo 
mismo que la masa, en forma de flujo de personas y de productos. Se tienen en el área 
de estudio dos mesogeocoras determinadas por los valles de los ríos Buenavista y 
Chirripó Pacífico y sus áreas de influencia. Las razones que se establecen para separar 
estas dos áreas en mesogeocoras son de carácter histórico y geográfico, que han 
determinado sus diferencias en cuanto al modo de colonización tardía de la 
mesogeocora del Chirripó en relación a la de Buenavista. Esta diferencia de 
colonización aporta paisajes diferentes entre una y otra mesogeocora, por ejemplo, se 
conserva un poco más de bosque en Chirripó lo que conlleva a que esta mesogeocora 
tenga una actividad turística más fuerte. 
 
El ingreso de energías, tales como las fuerzas productivas se dio desde el momento de la 
colonización y transformó el paisaje original de bosque, a campos de pastos y cafetales 
y pequeñas áreas urbanas. 
 
El intercambio de masa se comporta de manera similar, pues se tiene el aporte de lluvias 
intensas, derivadas de actividad climática extrema como las fuertes precipitaciones 
ocasionadas por los impactos indirectos de varios huracanes formados en el Caribe. La 
salida de masa la tenemos en la reactivación de deslizamientos que han producido 
crecidas de los principales ríos y han afectado de manera indirecta poblaciones alejadas 
como Hermosa, ubicada en el valle del río General. 
 
Las migraciones y el aumento del turismo a San Gerardo, que pertenece a la 
mesogeocora de Chirripó, constituyen un intercambio interesante de energía humana 
que por un lado significa pérdida de fuerza laboral y por otro un auge parcial por 
ingreso de divisas. Estos aspectos empiezan a incidir de manera importante en el 
espacio y en la transformación del paisaje. 
 104
Las mesogeocoras están a su vez formadas por geocoras, determinadas por los campos 
de cultivos de café, potreros, tacotales, bosque y áreas urbanas. Se dan geocoras zonales 
como por ejemplo los cultivos de café, que no pueden estar presentes en cualquier parte 
de las mesogeocoras definidas, pues el café requiere de ciertos rangos de altitud, es por 
ello que estas geocoras abundan en las áreas que están hasta los 1600 m.s.n.m. Más 
arriba de este límite van disminuyendo para dar paso a otras como pastos y bosque. 
 
Se tienen geocoras transicionales, como las observadas en las fotos de 1947, en la 
mesogeocora Chirripó. Las socolas generadas para efectuar el retroceso de la frontera 
boscosa es una de ellas. Son transicionales, pues pasan a ser campos de cultivos o de 
ganadería cuando la socola se transforma por la energía antrópica en fincas. Cafetales 
abandonados por inestabilidad de laderas, por ejemplo son geocoras transicionales, pues 
pasan de ser terrenos cultivados a tacotales que es el primer estadio para la regeneración 
del bosque. Esto implica que el análisis de las geocoras nos ayuda a entender el espacio 
y los paisajes que lo conforman como dinámico por efectos de la energía antrópica que 
sale o ingresa de la mesogeocora. 
 
Además, existen facies que como Bolós (1992) las define están relacionadas a una 
entrada irregular de energía aportada del exterior al geosistema. En este caso, 
transformando partes de las geocoras por pérdida de masa o al contrario por ingreso de 
ella. Ejemplo de esto son los sectores de deslizamientos de donde se desprende suelo y 
roca. Este material se moviliza en forma de flujos de lodo hasta sectores de pérdida de 
energía y por tanto ingreso de materia. Esta es el área afectada por el deslizamiento de 
Monterrey en la mesogeocora Buenavista que transforma geocoras de café, o bien, la 
quebrada Boquete que afecta geocoras de pastos y tacotales. Otras facies se deben a 
actividad meramente antrópica como el caso de la construcción de canchas para fútbol 
sobre antiguos canales de los ríos Buenavista y General siendo estas un cambio abrupto 
para la vista. Entre esas canchas resaltan la de Rivas y la de Miraflores. 
 
5.3.1 Análisis de usos de la tierra mediante fotos aéreas 
 
Se han usado en este análisis, series de fotos aéreas de los años 1947, 1962, 1973, 1989, 
1992 y 1998. El procesado de la información se realizó mediante el sistema de 
 105
información geográfica denominado Ilwis Academic versión 3.2. Este programa calcula 
automáticamente las áreas a partir del mapa de polígonos creado por él. 
 
Se analizó la información de usos y coberturas fotointerpretadas en función de 
tendencias, pues las series de fotos analizadas no necesariamente representan la misma 
área y además están a escalas diferentes. Esto entorpeció la labor de comparación para 
una misma área fotointerpretada, así que se analizó el uso histórico de la tierra en 
función de su porcentaje para cada serie de fotos aéreas analizadas (tabla 5.4). 
 
Tabla 5.4: Porcentajes de usos y de coberturas por uso histórico 
 
Porcentaje (%) de usos / cobertura a partir del análisis de fotos aéreas Usos 
1947 1962 1973 1989 1992 1998 
Bosque(*) 39,88 37,87 16,57 22,92 34,26 28,71 
Tacotal/sembradíos 52,10 17,85 25,17 12,09 18,80 22,61 
Potrero 3,31 24,27 54,95 46,17 39,57 33,79 
Abras - socolas 4,70 
Cafetales 18,22 1,99 17,50 7,37 13,22 
Urbano 0,33 1,32 
Área inundable 1,67 
Sombra(**) 1,45 1,32 
Notas: (*) para este caso se habla de coberturas en función de lo teorizado por Lücke (1999). (**) Sombra no es 
ningún uso, es el área que no pudo ser fotointerpretada por incidencia nula de luz natural en esas áreas al momento en 
que se tomó la serie fotográfica. 
 
 
En 1947, fueron fotointerpretadas las siguientes geocoras: bosque, áreas no boscosas y 
abras - socolas. Dentro de las zonas de bosque se reconocieron áreas de abras o socolas 
y son un interesante ejemplo de geocoras transicionales que se usaron para ampliar la 
frontera agrícola (Fig. 5.1). 
 
Un factor limitante para realizar una fotointerpretación más detallada fue la falta de 
contraste para las áreas que no son bosque, en relación a la serie de 1947. En este caso, 
se usó el nombre genérico de áreas sin bosque; su uso se dedujo a partir de las 
descripciones de los años de 1930, obtenidas de entrevistas y referencias documentales. 
Entre los usos establecidos son básicamente de cañaverales, de potreros y de áreas 
abandonadas. 
 
 
 106
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.1: Usos de la tierra para el año 1947, a partir de la serie de fotos aéreas del año 
1947, a escala 1:60 000, IGN. 
 107
El área urbana de Rivas era sumamente pequeña en 1947, no fue posible su medición 
por la escala de la foto aérea usada. La categoría de potrero es la que claramente se 
identificó inserta en las áreas de bosque, derivadas de antiguas abras o socolas. 
Recordando la información de la tabla 5.1 para 1931, un total de 3412,93 ha. 
correspondía a socolas en todo el cantón de Pérez Zeledón y estas se distribuían en los 
distritos, entre los que se encontraba el de Rivas (Fig. 5.2). 
 
39,88
3,31 4,7
0
52,1
0
10
20
30
40
50
60
bosque sin bosque potrero abras/socola cafetales
Usos de la tierra
%
 d
e 
us
o
 
Fig. 5.2: Estadística de usos fotointerpretados a partir de la serie de fotos aéreas delaño 
1947, a escala 1:60 000, IGN. 
 
 
Es importante indicar que para 1947, la mesogeocora Buenavista estaba sumamente 
deforestada, siendo así que el bosque se ubicaba hacia la mesogeocora Chirripó. Esto 
corresponde con algunas referencias sobre deforestación encontradas en la información 
histórica escrita y en los resultados de las entrevistas que se integran en este capítulo. 
 
En el análisis de fotos aéreas tomadas en el año 1962 (Fig. 5.3) se logran reconocer 
varios usos, entre ellos bosque, potrero, tacotales y cafetales. La serie de fotos de ese 
año están a una escala 1:7000 y cubren una pequeña área, básicamente del valle del río 
Buenavista. La Fig. 5.4 muestra la estadística para los diferentes usos fotointepretados 
para el año 1962. 
 
 
 
 108
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.3: Usos de la tierra para el año 1962, a partir de la serie de fotos aéreas del año 
1962, a escala 1:7000, IGN. 
 109
37,87
17,85
24,27
18,22
0,33 1,45
0
5
10
15
20
25
30
35
40
bo
sq
ue
taco
tal
/cu
lt.
po
tre
ro
ca
fet
ale
s
urb
an
o
so
mbra
Usos de la tierra
%
 d
e 
us
o
 
 
Fig. 5.4: Estadística de usos fotointerpretados a partir de la serie de fotos aéreas del año 
1962, a escala 1:7000, IGN. 
 
 
El porcentaje de bosque es relativamente menor en relación al valor de 1947. El área de 
potrero ya se puede identificar adecuadamente y es superior al territorio dedicado al 
monocultivo del café que, a partir de los años de 1960 corresponde al auge cafetalero en 
la región como lo refieren Peters y Samper (2001). El porcentaje de usos para la serie de 
fotos aéreas de 1973, a escala 1:20 000 se muestra en la Fig. 5.5. 
 
16,57
25,17
54,95
1,99 1,32
0
10
20
30
40
50
60
bosque tacotal/cult. potrero cafetales sombra
Usos de la tierra
%
 d
e 
us
o
 
 
Fig. 5.5: Estadística de usos para el año 1973, a partir de la serie de fotos aéreas para 
ese año, a escala 1:20 000, IGN. 
 110
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.6: Usos de la tierra para el año 1973, a partir de la serie de fotos aéreas para ese 
año, a escala 1:20 000, IGN. 
 
 
 
 111
Es muy interesante analizar la relación de la cobertura de bosque y del potrero como 
uso de pastoreo para 1973 (Fig. 5.6). El área de potrero aumenta evidenciando un fuerte 
proceso de deforestación que se supone haberse iniciado desde los años de 1930, lo que 
se infiere en función de las referencias sobre deforestación hacia las cabeceras del río 
General (río Buenavista y Chirripó Pacífico). Estas referencias se confirman en esta 
secuencia fotográfica la que se ubica justamente en la cuenca superior del río 
Buenavista. Las características de los potreros a partir de las fotografías aéreas sugieren 
un buen desarrollo, indicando esto que son relativamente antiguos. Algunos están 
sumamente erosionados lo que plantea una relación entre la formación de potreros en 
laderas de fuertes pendientes (> 40 grados) y los procesos erosivos. 
 
A juzgar por los cambios de tonalidad y de textura que muestra la serie fotográfica 
interpretada, otras áreas son de potreros abandonados. Estos campos abandonados se 
incluyeron dentro de las geocoras de tacotales. 
 
 Otro aspecto de interés, es la escasa densidad de los cafetales, lo que se explica por ser 
un área superior a los 1600 msnm, las que no son recomendadas para ese cultivo. Aquí 
se está en presencia de una geocora zonal. 
 
La tendencia a la disminución del área boscosa se mantiene en 1989 (Fig.5.7), pues los 
resultados de la fotointerpretación para ese año muestran un predominio del potrero 
sobre el bosque (Fig. 5.8). 
 
El área de cafetales tiende a disminuir ligeramente en relación al porcentaje de 1962, 
pero esa diferencia se debe a que el área fotointerpretada de 1962, se concentra 
preferiblemente en las áreas de café. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 112
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.7: Usos de la tierra para el año 1989, partir del análisis de la serie de fotos aéreas 
del año 1989, a escala 1:30 000, IGN. 
 
 
 113
22,92
12,09
46,17
17,5
1,32
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
bosque tacotal/cult. potrero cafetales urbano
Usos de la tierra
%
 d
e 
us
o
 
 
Fig. 5.8: Estadística de usos a partir del análisis de la serie de fotos aéreas del año 
1989, a escala 1:30 000, IGN. 
 
 
Los resultados para el año 1992, muestran siempre un predominio de la geocora de 
potrero sobre la geocora de bosque (Fig.5.9), aunque la diferencia no es tan abismal 
como para el año 1989. Este hecho da una idea falsa de recuperación del bosque, pues 
este no puede hacerlo en tan poco tiempo y además porque el área cubierta por la serie 
fotográfica de 1992, cubre áreas de bosque que no fueron incorporadas, por escala, en 
las fotos aéreas de 1989 (Fig. 5.10). 
 
Asimismo se tendría la impresión de que el área de cafetales disminuyó, aunque en 
realidad el auge cafetalero persistió, la causa es que áreas que son cubiertas por la serie 
fotográfica de 1992 incluyen potreros y tacotales de áreas superiores a los 1600 
m.s.n.m, lo que hace que disminuya porcentualmente las áreas de cafetales. 
 
 
 
 
 
 
 114
34,26
18,8
39,57
7,37
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
bosque tacotal/cult. potrero cafetales
Usos de la tierra
%
 d
e 
us
o
 
 
Fig. 5.9: Estadística de usos a partir del análisis de fotos aéreas del año 1992, a escala 
1:60 000, IGN. 
 
 
 
En la fotointerpretación efectuada en la serie de fotos de 1998, sobresale un aumento en 
el área de tacotales (Fig. 5.11). Ese aumento se debe al cambio de uso que en la región 
se dio desde el momento en que la actividad lechera no fue rentable19, se abandonaron 
los potreros y se convirtieron en tacotales. Además, esto permitió que extranjeros 
invirtieran en fincas, y debido a la corriente conservacionista se protegieron las últimas 
manchas de bosque y se están reforestando o bien, dejando que el potrero se transforme 
lentamente en bosques a partir de tacotales20. En la fotointerpretación se aprovechó que 
se observa bien el área inundable del río Buenavista y se zonificó en la Fig. 5.11 en 
color amarillo. La estadística de usos se observa en la Fig. 5.12. 
 
 
 
 
 
 
 
 
19 José Luis Garita, entrevista realizada en San Gerardo el 19 de noviembre de 2004. 
20 A partir de las entrevistas realizadas a José Luis Garita (19-11-04) y Minor Elizondo (18-11-04) ambos 
de San Gerardo de Rivas y de observaciones de campo. 
 115
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.10: Usos de la tierra para el año 1992, partir del análisis de la serie de fotos 
aéreas a escala 1:60 000, IGN. 
 
 
 116
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 5.11: Usos de la tierra para el año 1998, partir del análisis de la serie de fotos 
aéreas Terra, a escala 1:40 000, IGN. 
 117
28,71
13,22
33,79
22,61
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Bosque Cafetal Potrero Tacotal
Usos de la tierra 1998
%
 d
e 
us
o
 
 
Fig. 5.12: Estadística de usos a partir de fotos aéreas del año 1998, a escala 1:40 000, 
IGN. 
 
 
La figura 5.13 muestra la variación temporal de los diferentes tipos de uso 
fotointerpretados. Se observa para el año 1973 una correspondencia entre puntos de 
inflexión en las curvas de uso de la tierra, de tal manera que el potrero presenta un punto 
de inflexión positivo mientras que el bosque presenta un valor de inflexión negativo. 
 
0
10
20
30
40
50
60
1947 1962 1973 1989 1992 1998
Año
Va
lo
re
s 
en
 % Bosque
Potrero
tacotal/cult.
Cafetal
 
 
Fig. 5.13: Variación temporal de los diferentes usos para las series fotointerpretadas. 
 
La “hamburguerizacióndel bosque”, término relacionado con el aumento de la cría de 
ganado vacuno, pudo influir en este comportamiento, pues según Hedström (1988) entre 
los años 1960 y 1980, en Costa Rica, el área de pastos y el número de cabezas de 
 118
ganado vacuno aumentó en un 75%, mientras que el bosque húmedo disminuyó en un 
40%. 
 
La tendencia hacia la “potrerización” empieza a revertirse a partir de los años de 1980, 
a existencia de la anterior tendencia se apoya en los resultados de las entrevistas que 
se observa una relativa disminución del potrero y un aumento del tacotal durante el año 
1989. Esta tendencia aparece bien marcada para la fotointerpretación de la serie de 
1998. En este año se ve una tendencia a disminuir de manera proporcional el bosque y 
el potrero. La disminución del bosque puede explicarse en función de un relativo 
aumento del área de cafetales; sin embargo, se observan tanto en el campo como en 
fotos aéreas, sectores de tacotales en transición a bosque, lo que apoya la existencia de 
una tendencia hacia la recuperación de las áreas de potreros a bosque. 
 
L
confirman el abandono del potrero por diversos factores, entre ellos la caída del precio 
de la leche, la migración y el cambio cultural que esto conlleva, el turismo ecológico y 
tendencias gubernamentales hacia la conservación, entre otros factores (Mainor 
Elizondo, entrevista efectuada el 18-11-2004, San Gerardo). La Fig. 5.14 muestra el 
grado de deforestación en el área de estudio. Las áreas blancas corresponden con 
deslizamientos regolíticos. 
 
 
 
: Laderas de fuerte pendiente en el valle del río Buenavista. Las áreas blancas 
en la foto, corresponden a deslizamientos regolíticos, entre Palmital y Buenavista. 
Fig. 5.14
 119
Muchas áreas tienen rasgos de reciente deforestación, tal como se observa en la Fig.5.15 
en donde el potrero aún no se establece. 
 
 
 
Fig. 5.15: Deforestación reciente en las márgenes del río Blanco, Rivas. 
 
.4 Uso urbano 
as áreas de viviendas tienen dos ubicaciones: en los fondos de valles de ríos (como el 
n relación a las áreas urbanas ubicadas en los fondos de valles relativamente angostos 
5
 
L
Buenavista y el Blanco) y laderas, muchas de ellas inestables. La Fig.5.16 muestra una 
estructura destruida y abandonada como consecuencia de la reubicación de la familia 
que la habitaba como resultado del impacto indirecto del huracán César en julio de 1996 
(márgenes del río Buenavista, Rivas). 
 
E
y con laderas empinadas, se favorece el aumento de vulnerabilidad ante las crecidas en 
los ríos que se comportan como torrentes de montaña, tales son los casos de las 
comunidades de Rivas (Fig. 5.11) y de Herradura. 
 
 120
 
Fig. 5.16: Estructuras destruidas por crecientes del río Buenavista con motivo del 
impacto indirecto del huracán César, julio de 1996. 
 
 
A partir de San Martín de Rivas, el río Buenavista empieza a transformarse en un río 
con un patrón trenzado, y cuando se une este con el río Chirripó, forma el río General 
cuyo patrón continúa en todo en valle desde Rivas hasta Repunta, con cauces que se 
distancian entre ellos hasta un kilómetro (capítulo 4). La Fig.5.17 muestra un canal 
abandonado en el sector conocido como Los Gemelos de Rivas. 
 
 
 
 
Fig. 5.17: Canal “abandonado” en la localidad de Los Gemelos, Rivas. 
 121
Parte de las áreas urbanas están en sectores de canales como el representado en la Fig. 
5.17, por ejemplo, Rivas y algunos sectores de General Viejo y de Miraflores se 
asientan sobre estas formas fluviales. Esto muestra la vulnerabilidad de esas áreas 
urbanas. 
 
 
 
 
 
Fig.5.18: Paisaje característico de planicies de inundación. Miraflores, Rivas. El río 
General se ubica al fondo del área representada en la fotografía. 
 
 
Aparte de la morfología de cauces, también se observan planicies caracterizadas por la 
cantidad de bloques rocosos dispersos que son parte de terrazas fluviales abandonadas 
(Fig.5.18), o por la actividad glaciarica que Protti (1996) la define hacia el fina del 
Pleistoceno en la glaciación Wisconsin hace cerca de 50 000 años, o incluso aportes de 
flujos de lodo y rocas durante el periodo de deshielo. Esto significa que los depósitos 
aluvionales en los fondos de los valles del área de estudio pueden tener dos fuentes de 
origen: el arrastre por glaciares, el deshielo, y la actividad posterior de avenidas de los 
ríos. 
 
En los sectores con estos rasgos fluviales se han establecido poblaciones, en un primer 
momento debido a lo fértil de las tierras depositadas en las eventuales crecidas de los 
 122
principales ríos del área. También lo hacen para tener agua cercana para riego, 
abrevaderos y consumo doméstico. 
 
Actualmente, la ubicación de los grupos poblacionales en los valles con estas 
características, especialmente en Rivas, y los demás poblados ubicados en el valle del 
río General, presentan problemas por inundación, pues el río General ha retomado 
cauces durante los impactos indirectos de los huracanes Kitty y Joan en 1955 y 1988, 
respectivamente. Recientemente, en julio de 1996 el impacto indirecto del huracán 
César hizo que se volvieran a retomar cauces abandonados y favoreció la creación de 
nuevos, tales como en Hermosa de General. El uso de la tierra en estas áreas 
difícilmente puede ser el urbano por los efectos de la dinámica natural sobre las 
estructuras urbanas. 
 
Sin embargo, debido a las normativas creadas con el plan regulador parcial de Pérez 
Zeledón (capítulo 3), estas áreas han quedado vedadas para el uso urbano y agrícola, 
solamente se permite que se regenere el bosque. Estas restricciones son avaladas por la 
Municipalidad de Pérez Zeledón, la cual no visa planos para construcción dentro de esas 
áreas. El Instituto Nacional de Seguros, no asegura ninguna infraestructura mientras no 
se compruebe que la Municipalidad otorgó el visado correspondiente. No obstante, aún 
con todas estas limitantes, el área se usa ilegalmente para actividades agropecuarias y 
urbanas. Se ha creado un mercado ilegal de la tierra, en donde la venta de lotes para 
construcción está representada en los sendos rótulos que se han colocado a lo largo de la 
carretera de General Viejo para anunciar ese mercado ilegal de tierras, tal como se 
observa en la Fig. 5.19. 
 
5.4.1 Cambios culturales en el uso de la tierra 
 
En este apartado se comentará brevemente, algunos aspectos del desarrollo 
socioeconómico que se ha dado en el área de estudio y que ha tenido impactos negativos 
como positivos en el uso de la tierra y su incidencia en la cultura. 
 
 123
 
 
Fig. 5.19: Lotes a la venta cerca de General Viejo, la flecha señala la ubicación de los 
lotes hacia el área de inundación del río General. Foto tomada en marzo de 2004. 
 
La Fig. 5.20 corresponde a la venta de una casa en General Viejo. 
 
 
 
 
Fig. 5.20: Venta de inmueble en el valle del río General, cerca de General Viejo. Estas 
áreas están vedadas en el Plan Regulador Parcial de Pérez Zeledón para toda actividad 
de bienes raíces. 
 
 124
Los primeros colonos veían el bosque como un reto para su sobrevivencia, por lo que la 
práctica de hacer abras y socolas para la formación de fincas fue la tónica en los 
primeros años de colonización, tal como se observan en la serie de fotos áreas de 1947. 
El estado pagaba a los propietarios de fincas una cantidad de dinero para deforestar y 
crear potreros de pastoreo21. Esto coincide con el alto porcentaje de potreros en relación 
a la cobertura boscosa del área de estudio, y que se obtuvo a partir de la 
fotointerpretación de las series fotográficas hasta 1992. 
 
La práctica al parecer se ha revertido, pues el área fotointerpretada como de tacotales ha 
aumentado en relación al área de pastizales, tal como lo evidencia la serie fotográfica de 
1998. El cambio cultural debido a la migración hacia Estados Unidos ha acelerado el 
proceso de pérdida deinterés hacia las labores agropecuarias22 y en algunos el interés 
por reforestar para dedicarse a las actividades ecoturísticas. 
 
La falta de interés hacia lo agropecuario ha creado un mercado de tierras muy activo de 
los habitantes autóctonos hacia el extranjero. Actualmente una gran cantidad de fincas 
están en manos de extranjeros que las han dedicado a un proceso de regeneración del 
bosque, lo que facilita la labor del área de conservación debido al aumento del área 
dedicada a corredor biológico23. Lo negativo es el desgaste de la memoria histórica de la 
comunidad, afectada por la migración de los antiguos habitantes que venden sus tierras 
y generalmente dejan de vivir en la comunidad. 
 
El carácter de multietnicidad que han dejado las actividades cafetaleras y turísticas en 
estos dos distritos ha sido importante, pues es común observar que para el tiempo de la 
cosecha existe una migración de indígenas guaymíes panameños y de emigrantes 
nicaragüenses. También la actividad del turismo imprime gran diversidad cultural 
transitoria en poblaciones como San Gerardo la que le imprime un carácter cosmopolita, 
la que puede ser buena en el sentido de que se está transformando el uso de la tierra 
 
21 Hubo algunos propietarios que recibieron hasta cien mil colones por esta práctica. (José Luis Garita, 
vecino de San Gerardo, entrevista realizada el 19 de noviembre de 2004). 
22 Mainor Elizondo y José Luis Garita comentan que los vecinos han cambiado las prácticas de uso de la 
tierra hacia la conservación, pues ahora han dejado en tacotales varias fincas anteriormente con uso 
agropastoril, por aspectos turísticos y porque el negocio lechero no redita lo necesario. (entrevistas 
realizadas el 18 y 19 de noviembre de 2004). 
23 Idem. 
 125
hacia el bosque, pero malo en que los campesinos venden sus tierras y se desvinculan 
del lugar disminuyendo de esta forma la memoria histórica. 
 
 5.5 Síntesis 
 
En este capítulo se ha dividido el área de estudio en dos mesogeocoras con criterios 
históricos y geográfico. Estas son: Buenavista y Chirripó. Estas a su vez se dividieron 
en geocoras que corresponden a los usos de la tierra fotointerpretados. Estas geocoras 
son: cafetales, potreros, tacotales, bosque y áreas urbanas. Por diferencias de 
colonización, se observa la transformación de las geocoras de bosque a las geocoras que 
corresponden con actividades agroproductivas. Este proceso es más antiguo en 
Buenavista que en Chirripó. La deforestación acelerada alcanza a ambas mesogeocoras, 
pero siempre ha sido más intensa en el valle del río Buenavista. 
 
Es interesante la relación de aumento de pastizales y disminución de bosques entre la 
década de 1970 a mediados de la de 1980 por el proceso denominado 
“hamburguerización” del bosque. 
 
El uso agropecuario de la tierra ha alcanzado sectores que presentan una pendiente 
mayor de 40 grados y en donde la foto aérea de 1992, analizada para identificar 
procesos erosivos, permite observar una relación aparentemente directa entre el tipo de 
uso, específicamente de potreros, con la generación de procesos de erosión concentrada 
(cárcavas) y deslizamientos superficiales (capítulo 4). Mientras que el uso urbano en 
los fondos de los valles ha sido prohibido por la normativa vigente en Pérez Zeledón 
pero antes de desestimular la urbanización, esto aumentó debido a un mercado ilegal de 
la tierra, lo que produce, como se indicó en el capítulo 3, un aumento de la 
vulnerabilidad. 
 
Es importante entender la percepción de la población sujeta a riesgo por procesos de 
inundaciones y de deslizamientos. Por tal motivo, en los capítulos 6 y 7 se enfocará la 
atención a analizar mediante la metodología propuesta en el capítulo 6, los mapas de 
percepción que elaboraron personas de comunidades con problemas de uso de la tierra 
por incompatibilidad con lo que dicta el plan regulador parcial de Pérez Zeledón. 
 126
6. METODOLOGÍA PROPUESTA PARA 
LA CARACTERIZACIÓN Y ANÁLISIS DE MAPAS DE PERCEPCIÓN 
 
 
6.1 Introducción 
 
 
En los capítulos 1 y 2 se hace énfasis en enfocar el análisis de los mapas de percepción 
desde la geografía física. Otros enfoques más sociales quedan fuera de los alcances de 
esta investigación, aunque se recomiendan para conocer las características sociológicas, 
antropológicas y psicológicas de las sociedades analizadas. 
 
Para efectos de analizar la realidad perceptiva desde el enfoque de la geografía física, 
sin desatender el hecho de que la percepción es la descripción de una realidad 
personalizada, se ha propuesto en esta investigación una propuesta metodológica propia, 
cuyo objetivo es la simplificación del análisis, que logre integrar lo cualitativo con 
criterios cuantitativos a partir del análisis de los mapas de percepción, de tal forma que 
pueda extraerse la información idónea a ser usada por investigadores, especialmente, de 
las ciencias naturales en las cuales la percepción es un campo de acción nueva y una 
herramienta útil para conocer algunas características del área que se requiere estudiar, 
tales como: formaciones vegetales, cultivos, infraestructura habitacional, vialidad, tipos 
de rocas, áreas de peligros naturales, entre otros aspectos. 
 
Del conjunto de mapas que se poseen en esta investigación para su análisis, se han 
extraído parámetros que serán constantes para cualquier individuo, cultura, espacio o 
tiempo en que se desarrollen dichos mapas de percepción y a los que se les ha asignado 
un valor aleatorio para cuantificar el análisis. 
 
 
6.2 Fundamento del método 
 
El método se fundamenta en la observación de los mapas de percepción realizados por 
vecinos de las comunidades de Rivas, Herradura, Buenavista, San Martín, La Piedra y 
Guadalupe, mediante la comparación de la realidad perceptiva con la realidad física de 
los mapas oficiales, fotos aéreas del área y del conocimiento previo del área por parte 
del investigador. 
 
 127
Dos aspectos serán tomados en consideración para el análisis geográfico de los mapas 
de percepción: el espacio y los contenidos que corresponden al conjunto de elementos 
geográficos que se integran en una determinada área. 
 
De una rápida observación del mapa de percepción, el investigador ya puede concluir 
aspectos sobre integración del espacio, o puede observar detalles interesantes respecto a 
la forma del pueblo representado o la traza de un río completamente diferente a como es 
en la realidad física. De aquí se obtienen parámetros tales como tipos de contenidos o 
elementos geográficos tangibles representados y la forma en que se integra el espacio 
con los contenidos. 
 
Otros aspectos del mapa de percepción son más difíciles de observar pues no basta una 
rápida observación sino que requiere de un análisis más detallado en función de la 
comparación con mapas gubernamentales elaborados por el Instituto Geográfico 
Nacional (IGN), fotos aéreas y conocimiento previo del área. En este particular se 
llegan a determinar parámetros tales como secuencialidad, distorsión, densificación, 
concentración, orientación y aspectos de toponimia. 
 
6.3 Metodología propuesta para análisis de mapas de percepción 
 
Esta metodología propone parámetros definidos y se les asigna cuatro valores de 
clasificación que se basan en porcentajes, simplemente suponiendo un 100% de acierto 
en los mapas perceptivos y a partir de ahí dividir en cuatro rangos de 25% para 
diferentes niveles de acierto entre lo dibujado en los mapas de percepción y los mapas 
del IGN y/o fotos aéreas. 
 
Esta metodología será usada en el capítulo 7 en el análisis de los mapas de percepción 
elaborados por vecinos de Herradura, San Martín, Buenavista, Rivas centro, La Piedra y 
Guadalupe. 
 
 
 
 
 128
6.3.1 Parámetros obtenidos 
 
6.3.1.1 Contenidos 
Los contenidos son el conjunto de elementos geográficos que rellenanun espacio. Se 
definen los contenidos principales como aquellos elementos geográficos lineales y cuya 
traza se prolonga en el área de estudio, tales como ríos, caminos o divisorias bien 
definidas. Estos contenidos dan el sentido de integración al espacio y a los contenidos 
secundarios que son todos aquellos que le dan carácter al espacio, tales como viviendas, 
estructuras urbanas, cerros, áreas de bosques y cultivos, entre otros. La integración por 
contenidos es importante de ser analizada, pues de ella se establece cuán conocido es 
ese espacio por la comunidad. 
 
Por otra parte, la integración de contenidos refleja diferencias de percepción. Por 
ejemplo, en algunos mapas se da importancia a los elementos naturales, tales como 
quebradas, ríos o montañas y otros dirigen la atención a los elementos antrópicos, tales 
como puentes, viviendas o edificios públicos. Otros construyen su mapa de percepción 
mezclando todos los elementos geográficos. 
 
6.3.1.2 El espacio 
 
El espacio estará en función de los contenidos, pues éste se definirá en el tanto exista un 
objeto cuya ubicación dependerá de otro, sea éste contemporáneo o no. El espacio se 
clasificará en función de la integración que estará en función de un contenido principal 
de carácter lineal, tal como uno o más ríos o una o más vías de comunicación, que 
aporta el “continuo visual” del conjunto pictórico. 
 
En los mapas de percepción puede ocurrir que exista una adecuada integración espacial 
pero no de contenidos. Para efectos prácticos, la integración estará en función de un 
contenido principal y del conocimiento previo que el perceptor (sea el vecino o el 
investigador foráneo) posea del área de estudio. La comparación con mapas oficiales y 
fotos aéreas es importante. La tabla 6.1 muestra la clasificación propuesta para 
cuantificar la integración espacial. 
 
 129
Tabla 6.1: Clasificación de la integración de espacio y contenidos. 
Clasificación Caracterización Valor 
Integrado total Optima continuidad. 4 
Integración parcial Hay continuidad pero no hay contenidos 
secundarios. 
3 
Integración parcial en 
subespacios 
Los contenidos están distribuidos en 
conjuntos espaciales separados por vacíos de 
información. 
2 
No integrado No hay integración. 1 
 
 
6.3.1.3 Secuencialidad. 
 
La secuencialidad es el orden espacial de los contenidos o bien, la no ubicación de 
ellos. Se basará en la comparación con los mapas oficiales más recientes, con 
fotografías aéreas recientes y mediante las visitas de campo. Su clasificación cataloga la 
organización cognitiva individual o colectiva de los contenidos. Se mide en función del 
mapa topográfico oficial del área de estudio y de las visitas de campo, mediante el 
porcentaje de acierto en el orden espacial de los contenidos. Su clasificación obedece a 
la siguiente tabla: 
 
Tabla 6.2: Clasificación de la secuencialidad 
Clasificación Caracterización Valor 
Óptima de 76% al 100% 4 
Buena de 51% a 75% 3 
Moderada de 26% a 50% 2 
Mala de 0% a 25%. 1 
 
 
 
6.3.1.4 Distorsión 
 
Los contenidos pueden percibirse de manera distorsionada por forma o medidas. La 
distorsión, que es la alteración en la forma y contornos reales de los contenidos, en 
mapas de percepción puede medirse para elementos lineales y poligonales. A veces la 
distorsión es en función de la forma de un contenido; por ejemplo, cuando un contenido 
de una forma preferentemente recta, es percibido de manera circular. Aquí se observa 
entonces una deformación completa. En este caso, el investigador debe definir una 
 130
escala para cuantificar la distorsión, por ejemplo, si está trabajando a una escala donde 
es posible ubicar y definir la planta de un edificio que en la realidad es cuadrado y el 
perceptor la dibuja triangular o como un paralelepípedo o incluso circular, entonces se 
debe usar un descriptor numérico para cuantificar el porcentaje de la distorsión: 100% si 
lo dibuja cuadrado, hasta 75 si se dibujó una planta en forma de paralelepípedo, hasta 
50% si se dibujó una planta con más de cuatro lados, hasta 25% si se dibujó la planta 
triangular y hasta 0% si se dibujó circular. 
 
Un problema que surge es que los mapas de percepción no pueden ser comparados 
mediante la escala de los mapas gubernamentales existentes, pues son representaciones 
conceptuales pictóricas sin técnicas adecuadas para la ubicación de contenidos y la 
conservación de las distancias reales entre contenidos. Por ejemplo, entre más grande 
sea el área representada en el mapa de percepción, este contendrá generalidades 
geográficas, los detalles serán escasos. La escala es el gran problema a que se enfrenta 
el investigador que analiza mapas de percepción. Se considera que es el investigador a 
quien corresponde definir el área máxima que se desea investigar y que en función de 
las características de esa área, entonces se base en proporciones y cuantifique las 
dimensiones para los niveles inferiores. En este caso, puede basarse en la definición que 
asigna Bolós (1992) para referirse a los espacios que estudiará (tabla 6.3). 
 
Tabla 6.3: nivel de detalle en mapas de percepción. 
Nivel de 
detalle 
Espacio 
representado 
Dimensiones Clasificación de Bolós 
(1992) 
1 nivel Edificios, plazas. Hasta 100 m2 Nanogeocora 
2 nivel Caminos, fincas, 
plantas de centros 
poblacionales. 
De 100 a 1 km2 Microgeocora 
3 nivel Valles de ríos 
secundarios, planicies, 
una colina. 
De 1 a 10 km2 Geocora 
4 nivel Valles de ríos 
primarios, Distritos, 
cantones. 
De 10 a 100 km2 Mesogeocora 
Nota: El valor de 10 X 106 m2 es el aproximado para el área representada en los mapas de percepción de 
Herradura y de Buenavista. 
 
Es importante indicar que dependiendo del tamaño del área por representar, un 
contenido puede ser representado fácilmente como un punto o como un área. 
 131
Es notorio que entre más bajo sea el nivel de detalle, mayor debe ser el detalle de los 
contenidos del espacio representado. Es así que contenidos que en niveles superiores 
son considerados como contenidos puntuales, en los primeros niveles serán 
considerados como contenidos poligonales y lineales como edificios o puentes. 
 
En función del nivel de detalle, la clasificación de la distorsión se basará en función de 
la comparación de las irregularidades reales contra las percibidas y mediante las 
dimensiones que serán analizadas por proporcionalidad con contenidos cercanos. En 
contenidos puntuales la deformación es a partir de la planta de edificios y estructuras 
(tanques para agua potable, viviendas, edificios públicos). En los mapas que se han 
desarrollado en la presente investigación, los elementos puntuales han sido 
representados mediante dibujos estilizados o bien con símbolos, lo cual puede 
describirse pero difícilmente cuantificarse en este parámetro. 
 
Los contenidos poligonales (áreas de inundación, bosques, cultivos) se clasifican en 
función de la forma en que es representada dicha área, o sea, cerrada o abierta. La 
manera cerrada es cuando el espacio que se señala es bien delimitado. Cuando el 
espacio señalado no está delimitado entonces es un espacio abierto, el polígono así 
adquiere la característica de infinito y por tanto se indefine. Las tablas 6.4 y 6.5 
muestran la clasificación para la distorsión. 
 
Tabla 6.4: Clasificación de la distorsión para contenidos lineales. 
Comparación de irregularidades Proporcionalidad de dimensiones 
Descripción Valoración Nivel Descripción Valoración Nivel 
Sin distorsión 100%-76% 4 Óptima 100%-76% 4 
Poca distorsión 75%-51% 3 Moderada 75%-51% 3 
Mucha distorsión 50%-26% 2 Baja 26%-50% 2 
Completa 25%-0% 1 Sin proporcionalidad 25%-0% 1 
Nota: Porcentajes deben ser extraídos de la comparación del contenido con los mapas oficiales y fotos 
aéreas. 
 
 
 
 
 
 132
Tabla 6.5: Clasificación de la distorsión para contenidos poligonares. 
Comparación de irregularidades Proporcionalidadde dimensiones 
Descripción Valoración Nivel Descripción Valoración Nivel 
Sin distorsión 100%-76% 4 Óptima 100%-76% 4 
Poca distorsión y 
espacio cerrado 
75%-51% 3 Moderada 75%-51% 3 
Mucha distorsión, 
espacio cerrado a 
abierto 
50%-26% 2 Baja 26%-50% 2 
Completa, espacio 
parcialmente abierto a 
abierto. 
25%-0% 1 Sin proporcionalidad 25%-0% 1 
Nota: Porcentajes deben ser extraídos de la comparación del contenido con los mapas oficiales y fotos 
aéreas. 
 
6.3.1.5 Densificación 
 
En este trabajo se entiende por densificación la cantidad y detalle en relación con los 
contenidos que se ubican en los mapas de percepción. Este parámetro nos da una idea 
del grado de conocimiento acerca del espacio y de la ubicación de los contenidos. Se 
medirá en función de la densidad real de contenidos del mapa oficial y de las 
observaciones de campo. Por ejemplo, si se representan todos los contenidos como en 
realidad existen entonces es una categoría óptima (100%), a partir de esta categoría 
entre 51% a 75% tenemos la categoría de bueno, hasta llegar a 0% donde 
definitivamente no se representó ningún contenido, lo cual es difícil que ocurra (tabla 
6.6). 
 
Tabla 6.6: Clasificación del parámetro densificación. 
Categoría Descripción Valor 
Óptimo 100%-76% 4 
Bueno 75%-51% 3 
Regular 50%-26% 2 
Malo 25%-0% 1 
 
 
6.3.1.6 Concentración 
 
Este parámetro define la densificación parcial anómala de contenidos, siempre y cuando 
esa concentración no obedezca a un aglomerado urbano existente, por eso el 
 133
investigador debe conocer adecuadamente el área de estudio. En caso de que no existan, 
por ejemplo, aglomerados urbanos, entonces la concentración observada en el mapa de 
percepción obedece al sentido de escala o a aspectos psicológicos del perceptor. La 
concentración se mide en función del porcentaje de contenidos reunidos en áreas del 
mapa de percepción en relación al total de contenidos del mapa, previa comparación con 
el mapa topográfico oficial y conocimiento de campo, tal como se observa en la tabla 
6.7. 
 
Tabla 6.7: Clasificación para la concentración. 
Categoría Descripción Valor 
No hay Se percibe la concentración 
real de los contenidos del 
área. 
4 
Baja Entre 0 a 25% del total de 
contenidos 
3 
Moderada Entre 26 a 50% 2 
Fuerte Mayor del 50% 1 
 
 
6.3.1.7 Orientación 
 
Este parámetro mide la alineación que el perceptor asigna a un contenido lineal 
comparado con la alineación real. Se mide mediante la comparación entre la orientación 
del contenido ya sea medido en el campo o bien, a partir de la comparación con el mapa 
gubernamental y/o las fotos aéreas recientes. En este análisis se trabajará con los 
contenidos lineales y su clasificación se ofrece en la tabla 6.8. 
 
Tabla 6.8: Clasificación de la orientación de los contenidos 
Categoría Descripción Valor 
Adecuada 100%-76% 4 
Buena 75%-51% 3 
Regular 50%-26% 2 
Mala 25%-0% 1 
 
La orientación de contenidos poligonales es más difícil de medir, debido por ejemplo a 
las formas irregulares que puede poseer una finca o un área de bosque. En este caso se 
puede reducir el contenido poligonal a un elemento lineal mediante la obtención de sus 
 134
ejes largo y ancho del contenido y la clasificación sería la misma que la planteada en la 
tabla 6.8. 
 
6.3.1.8 Toponimia 
 
La toponimia empleada en los mapas de percepción enriquece la oficial de los mapas a 
1:50 000 del Instituto Geográfico Nacional (IGN). En los mapas oficiales se han 
encontrado errores por cambio de nombres de ríos o de parajes y muchas quebradas 
innominadas en los mapas oficiales tienen un nombre asignado por la comunidad. En el 
caso de los mapas realizados por los vecinos de Herradura, existe una concordancia en 
relación a los nombres que se consignan en los mapas para quebradas, puentes y parajes, 
en este caso, el mapa de percepción sirve para identificar nombres que no han sido 
enlistados oficialmente por el IGN y entonces proponerlos para la consideración de la 
Comisión de Nomenclatura del IGN. 
 
Tabla 6.9: Clasificación de toponimia 
Valor Descripción 
3 Contribuye con más del 50% de nombres no oficiales del total de nombres 
usados en el mapa de percepción. 
2 Más del 25% al 50%. 
1 0% al 25% 
 
6.4 Síntesis del capítulo 
 
Los mapas de percepción miden el conocimiento que un grupo humano tiene de su 
espacio vital. Esta técnica tiene su origen en las ciencias psicológicas y ha sido 
fuertemente introducida en geografía como parte del análisis geográfico. A partir de la 
aplicación de esta técnica se plasman una serie de aspectos que al ser analizados le 
otorgan al investigador parámetros básicos para entender la relación del individuo con 
los procesos derivados de ese espacio vital que se desea investigar. 
 
En el caso de investigadores de las ciencias naturales, generalmente con poco o ningún 
conocimiento básico sobre sociología o geografía humana, los mapas de percepción 
pueden ser analizados desde la óptica de la geografía física que se acerca más al 
conocimiento de los científicos de las ciencias naturales, pues con esos mapas se pueden 
 135
identificar procesos naturales, áreas de peligro, zonas de vida y acercarse a una 
comprensión de la relación sociedad - espacio. En el caso que nos atañe el análisis 
basado en la geografía física es adecuado para los fines como acercamiento a las 
comunidades y recabar información sobre los procesos naturales para las ciencias 
naturales, es por eso que se plantea un método pensado para integrar los aspectos 
cualitativos con los cuantitativos, de tal forma que se describa y se cuantifique al mismo 
tiempo las características basadas en contenidos principales y secundarios y su 
integración en el espacio en que existen. 
 
En el capítulo 7 se usa esta metodología para analizar los mapas de percepción que 
fueron desarrollados en diferentes comunidades del distrito de Rivas de Pérez Zeledón. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 136

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