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Tema 8 · Valvulopatías 85 Tratamiento El tratamiento médico es sintomático, hasta que se realice la cirugía. Hay que evitar los inotropos positivos (digoxina) y vaso- dilatadores (ya que facilitan la disminución del gasto cardiaco durante el esfuerzo y pueden producir síncope). Siempre que sea posible, el tratamiento médico debe realizarse con inotro- pos negativos (betabloqueantes y calcioantagonistas). El tratamiento quirúrgico se realiza en todos los casos cuan- do exista estenosis aórtica grave y existan síntomas, inde- pendiente de la gravedad de éstos (MIR 10, 50; MIR), o en pacientes con estenosis aórtica severa y disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (FEVI <50%). Se realizará, en casi todos los casos, sustitución valvular por prótesis (MIR 14, 68; MIR) (biológica o mecánica). En niños y adolescentes con estenosis aórticas congénitas, se puede intentar la comisurotomía o la valvuloplastia con catéter balón, ya que tiene muy buenos resultados (aunque es una medida provisional). En este último grupo de pacientes, se debe realizar la intervención (quirúrgica o con valvuloplastia) si presentan estenosis aórtica severa, aun- que estén asintomáticos, por el riesgo de muerte súbita y de disfunción ventricular con la evolución. En pacientes con estenosis aórtica severa con indicación de cirugía pero con riesgo quirúrgico moderado o alto, o ino- perables, se puede valorar implantar una prótesis transaórtica: TAVI (trans-aortic valve implantation), tras discutir el caso en una sesión conjunta con cardiólogos y cirujanos (Heart Team). Se puede realizar de dos maneras, vía percutánea (cateterismo, de elección), o vía transapical (cirugía mínimamente invasiva). En el caso del acceso percutáneo, es importante que la vía arte- rial (femoral) no presente estenosis significativas para poder realizar el procedimiento. Ya hay ensayos clínicos que mues- tran resultados favorables para TAVI en riesgo quirúrgico bajo. En pacientes adultos, la valvuloplastia con balón sólo se puede considerar un tratamiento paliativo en pacientes no candidatos a cirugía ni TAVI. 8.5. Insuficiencia aórtica Etiología La insuficiencia aórtica puede estar causada por una alteración de las válvulas, de la aorta o de ambas. La causa más frecuencia de insuficiencia aórtica es la dege- nerativa, seguida por la funcional (por dilatación de la raíz aórtica: aneurismas de aorta, Marfan, colagenopatías…) y la válvula bicúspide. En el caso de la insuficiencia aórtica aguda las causas habituales son la disección de aorta y la endocarditis. Fisiopatología y manifestaciones clínicas Se produce una regurgitación hacia el ventrículo izquierdo en diástole de la sangre de la aorta que se une a la que proviene de la aurícula izquierda. Esta sobrecarga de volumen sobre el ventrículo izquierdo provoca su dilatación, que inicialmente es compensadora y atenúa la elevación de la presión teledias- tólica (MIR). Progresivamente el ventrículo va claudicando y dilatándose hasta que empeora la función sistólica y aparece la insuficiencia cardiaca. El volumen telediastólico se correlaciona con la mortalidad operatoria y la disfunción postoperatoria del ventrículo izquierdo. La insuficiencia aórtica aguda severa es mal tolerada hemo- dinámicamente y condiciona un rápido deterioro clínico que puede abocar en edema agudo de pulmón. En cambio, en la insuficiencia aórtica crónica se desencadenan mecanismos de compensación que hacen que sea bien tolerada y de larga evolución. La insuficiencia aórtica puede evolucionar de manera asinto- mática durante años. Es una valvulopatía más traicionera que la estenosis aórtica y suele dar síntomas cuando ya hay dete- rioro de la función sistólica. La disnea es el síntoma más fre- cuente de esta enfermedad. Al igual que en la estenosis aórtica puede haber angina en ausencia de lesiones coronarias. La angina puede ser de esfuerzo aunque es muy típico de esta enfermedad la angina durante el reposo nocturno (durante el sueño hay una bradicardia fisiológica. Al disminuir la frecuen- cia cardiaca, aumenta la duración de la diástole, lo que aumen- ta el chorro de regurgitación y el estrés en el ventrículo izquier- do lo que puede provocar angina). Sin embargo, el síncope no es un dato habitual. Puede complicarse en la evolución con endocarditis y muerte súbita. Exploración física (MIR 16, 62) El pulso cardiaco mostrará, por aumento en la presión diferen- cial, un pulso saltón o hiperquinético. La presión arterial sistóli- ca está elevada mientras que la presión diastólica es muy baja. El signo de Hill es la presión sistólica poplítea obtenida con brazalete que excede a la presión humeral más de 20 mmHg. La auscultación y la palpación cardiaca pueden mostrar los siguientes datos (MIR 10, 42; MIR): • Soplo diastólico precoz (cuanto más precoz más aguda) (MIR) de alta frecuencia, decreciente hacia el final de la diástole. Se ausculta en área aórtica y en el borde paraesternal izquierdo en el tercer espacio intercostal (foco de Erb) y se irradia hacia abajo e izquierda. Se ausculta mejor en espiración forzada y con el paciente inclinado hacia delante (igual que el roce de la pericarditis). • Disminución del 2R. En ocasiones 3R. Las indicaciones de la sustitución de la válvula aórtica por una prótesis en la estenosis aórtica severa son: Síntomas Disfunción sistólica del VI (FEVI <50%) Niños y adolescentes (se puede intentar valvuloplastia) Recuerda... Figura 11. Fisiopatología de la insuficiencia aórtica. Volumen telediastólico VI llenado desde aurícula + regurgitación aórtica Volumen de eyección pulso hiperquinético Dilatación VI compensadora evita el aumento de presión Función sistólica Presión telediastólica VI Insuficiencia cardiaca
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