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Foucault (leer después) Ve al discurso como acontecimiento. Foucault se refiere a este como algo que sucede y se define por los efectos que produce. No es algo que quede fijado o pueda establecerse a partir de una tradición, sino que está ligado a lo azaroso y discontinuo. El discurso tiene una existencia transitoria, destinada a desaparecer, y una duración que no les pertenece a los sujetos. El discurso no es el acto ni la propiedad de un cuerpo: el sujeto no es el dueño del discurso. El discurso fundamenta las practicas contingentes en la sociedad. El discurso tiene una materialidad, genera un efecto de verdad: Foucault cuestiona la función referencial de Ricoeur “en el discurso alguien dice algo a alguien sobre algo” ya que estos no son una copia o representación de la realidad, sino que el discurso es algo material que se interpone entre los sujetos de la sociedad y la realidad, tiene una densidad propia y no es transparente (no apunta a un significado que todos podemos llegar a descubrir) sino que ayuda a construir la propia realidad. El autor se propone Borrar la idea de la soberanía del significante: no hay un significado trascendental porque no hay un misterio a descifrar, los significados se van construyendo en un campo de fuerzas. Tampoco hay que asociarlo a una teleología o finalidad, porque es pluricausal e irrepetible. El discurso solo en apariencia es poca cosa, realmente es un instrumento de poder. El mismo es inherente a las relaciones sociales, es productivo (se basa tanto en incitar deseos como en la represión), micro físico (hay que estudiarlo por prácticas situadas en espacio-tiempo) y relacional (no se posee). Es recíproco porque se ejerce en ambas direcciones y se articula en dos elementos: el otro es reconocido como individuo y su ejercicio requiere que este sea libre, que tenga más de un curso de acción posible. Si no se puede actuar de otra forma no hay poder, sino dominación. En toda sociedad la producción del discurso está controlada, delimitada y redistribuida por un conjunto de procedimientos que evitan sus poderes y peligrosidad, que buscan esquivar su materialidad (ser visto como un acontecimiento aleatorio). Estos son: 1- Procedimientos externos de exclusión: coaccionan el discurso desde afuera (lo prohibido; separación y rechazo; oposición entre verdadero y falso). Se apoyan en una base institucional. Lo prohibido: Tabú del objeto (no se puede hablar de cualquier cosa), ritual de la circunstancia (ni en cualquier circunstancia), derecho o exclusivo o privilegiado del sujeto que habla (ni tampoco cualquiera puede hablar de él). Esas tres prohibiciones se cruzan, refuerzan y compensan, formando una compleja malla que no cesa de modificarse. Esa malla está más apretada en la sexualidad y la política. Separación y rechazo. El autor piensa en la posición entre razón y locura. Loco es aquel cuyo discurso no puede circular como el de los otros. Su palabra es considerada nula, sin valor ni verdad ni importancia. No puede testimoniar ante la justicia, ni firmar un contrato, etc. También se le confiere poderes que no tiene el común: como el de enunciar una verdad oculta, el de predecir, etc. A través de sus palabras se reconoce la locura del loco, ellas son el lugar en que se ejerce la separación. La separación continúa actuando de otra forma en el presente, según líneas diferentes, a través de nuevas instituciones. Verdadero-falso: son los que a través de su propia historia han dado su forma general a nuestra voluntad de saber, es decir, a la forma de nuestro conocimiento, a la distinción entre La UES Presidencia lo que es conocimiento y lo que no. Durante los últimos siglos ha ido haciéndose cargo de los procedimientos de prohibición y los de separación y rechazo. 2- Procedimientos internos de control y exclusión: son propios de cada discurso. Es el propio discurso el que fija sus límites (comentario (refuerza la identidad/autoridad del texto); autor; organización de las disciplinas). Comentario: Se construye a partir de discursos considerados fundamentales o creadores. Repite, explica o comenta. Permite construir indefinidamente nuevos discursos. El comentario puede tomar el lugar del texto creador y limitar la aparición de nuevos discursos radicalmente distintos. Autor: El autor es entendido como la agrupación del discurso, como origen y unidad de sus significaciones, como foco de su coherencia. Limita por su individualidad. La organización de las disciplinas: es aquella capaz de reactualizar constantemente las reglas del discurso, se opone al comentario por ser lo que se requiere para la construcción de nuevos enunciados y al autor por su forma de construcción de sistema anónimo ajeno a aquel que ha sido su invento. 3- Procedimientos de restricción: Determinan las condiciones de utilización del discurso, no permiten su acceso a todos. Son los que cualifican a las personas que pueden hablar (rituales, doctrinas, educación). A partir de ciertos principios (trastrocamiento, discontinuidad, especificad, exterioridad) que componen el conjunto crítico y genealógico de su análisis del discurso (su método de análisis de los discursos) F se propone: Romper con la tradición: la tradición sería un efecto generado por la voluntad de verdad. Para provocar esto hay que llevar a cabo del trastrocamiento: Reconocer la función negativa del autor, la disciplina y la voluntad de verdad Discontinuidad: los discursos deben ser tratados como prácticas discontinuas que se cruzan, a veces se yuxtaponen, pero que también pueden ignorarse y excluirse. Especificad: No considerar al discurso como copia de la realidad sino como violencia que se impone a las cosas. Es necesario concebir el discurso como una violencia que se ejerce sobre las cosas, como una práctica que les imponemos. Es en esta práctica donde los acontecimientos del discurso encuentran el principio de su regularidad. Exterioridad: Ver los condicionantes externos que hacen posible el discurso, dejando de lado la idea de que exista un núcleo oculto de significado. Nociones que sirven de principio regulador en el análisis: la del acontecimiento, que se opone a la creación la de la serie, que se opone a la unidad la de la regularidad, que se opone a la originalidad la de la condición de posibilidad, que se opone a la significación. La UES Presidencia Significación, originalidad, unidad y creación han dominado la historia tradicional. Se buscaba el punto de la creación, la unidad de la obra, de una época o de un tema, la marca de la originalidad individual y el tesoro indefinido de las significaciones dispersas. Lo importante es que la historia no considere un acontecimiento sin definir la serie de la que forma parte, sin especificar el tipo de análisis de la que depende, sin intentar conocer la regularidad de los fenómenos y los límites de probabilidad de su emergencia, sin interrogarse sobre las variaciones, las inflexiones y el ritmo de la curva, sin querer determinar las condiciones de las que dependen. Discurso: Deben tratarse como conjunto de acontecimientos discursivos. El acontecimiento no es ni sustancia, ni accidente, ni calidad, ni proceso. El acontecimiento no es el acto ni la propiedad de un cuerpo, pero no es inmaterial. Es en el nivel de la materialidad, como cobra siempre efecto. Se produce como efecto de y en una dispersión material. Se debe tratar al acontecimiento en series homogéneas, pero discontinuas unas con relación a otras. No es la sucesión del tiempo, ni de la pluralidad de los diversos sujetos que piensan. Es una discontinuidad que invalida el tiempo y el sujeto. Estas series tienen regularidad en ciertos límites, pero no pueden ser sometidas a vínculos de causalidad mecánica o de necesidad ideal. La producción de los acontecimientos implica azar. Dicho en otras palabras:Ve al discurso como acontecimiento. Foucault se refiere a este como algo que sucede y se define por los efectos que produce. No es algo que quede fijado o pueda establecerse a partir de una tradición, sino que está ligado a lo azaroso y discontinuo. El discurso tiene una existencia transitoria, destinada a desaparecer, y una duración que no les pertenece a los sujetos. El discurso no es el acto ni la propiedad de un cuerpo: el sujeto no es el dueño del discurso. El discurso fundamenta las practicas contingentes en la sociedad. El discurso tiene una materialidad, genera un efecto de verdad: Foucault cuestiona la función referencial de Ricoeur “en el discurso alguien dice algo a alguien sobre algo” ya que estos no son una copia o representación de la realidad, sino que el discurso es algo material que se interpone entre los sujetos de la sociedad y la realidad, tiene una densidad propia y no es transparente (no apunta a un significado que todos podemos llegar a descubrir) sino que ayuda a construir la propia realidad. El autor se propone Borrar la idea de la soberanía del significante: no hay un significado trascendental porque no hay un misterio a descifrar, los significados se van construyendo en un campo de fuerzas. Tampoco hay que asociarlo a una teleología o finalidad, porque es pluricausal e irrepetible. Michel Foucault propone como forma de analizar los discursos la “arqueología “y la “genealogía”, que, aunque no constituyan un método científico, permiten entender la manera en la que el autor estudia la aparición de los discursos, su cambio y efectos: ● Conjunto crítico (arqueología): Utiliza el principio de trastrocamiento. Pretende cercar las formas de exclusión, de delimitación, de apropiación, muestra cómo se han formado, cómo se han modificado y desplazado, qué coacción han ejercido efectivamente, en qué medida se han alterado. La crítica analiza el reagrupamiento y la unificación de los discursos. Se refiere a los sistemas de desarrollo del discurso. Intenta señalar, cercar, esos principios de producción, de exclusión, de rareza del discurso. ● Conjunto genealógico (genealogía). Utiliza los otros tres principios. Es el análisis de cómo se constituyen los discursos históricamente: Cómo se han formado, por medio de, a pesar de o con La UES Presidencia el apoyo de esos sistemas de coacción, de las series de los discursos. Cuál ha sido la norma específica de cada una y cuáles sus condiciones de aparición, de crecimiento, de variación. El genealogista es el que se remonta a los orígenes de las convicciones morales, ideas o creencias no con el objetivo de encontrar una esencia sino de poner de manifiesto las fuentes contingentes o azarosas que dieron lugar al fenómeno estudiado que hoy vemos a través de esquemas interpretativos estabilizados (dogmas) por la tradición. Es la mirada por la cual se trata de desnaturalizar la historia demostrando que no hay un destino manifiesto. No representa la mirada del historiador convencional preocupado por la continuidad lineal: Pone de relieve lo discontinuo. Supone una actitud crítica porque se evita de naturalizar fenómenos (se trata de desnaturalizar la historia demostrando que no hay un destino manifiesto) y porque en última instancia señala que hay varias formas de subjetivación. Se ejerce desde la vida y carece de fundamentos normativos (es la actitud vital del genealogista la que determina como se construye la genealogía). La UES Presidencia
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