Logo Studenta

algunosconceptossobredolorytrastornosdelnimo20230309

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Héctor Alejandro Serra
Daniel Fadel
ALGUNOS CONCEPTOS 
SOBRE DOLOR 
Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE 
DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
Héctor Alejandro Serra
Médico (UBA). 
Médico Especialista en Farmacología (UBA).
Director de la carrera de Médico Especialista en Farmacología (UBA).
Profesor Adjunto de la 1ra Cátedra de Farmacología, Facultad de Medicina (UBA).
Director de las Diplomaturas en Psicofarmacología, Facultad de Ciencias de la Salud (UCES).
Daniel Fadel
Médico Especialista en Psiquiatría.
Jefe del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental, 
Instituto de Investigaciones Médicas Dr. Alfredo Lanari.
Docente Adscripto de la 1ra Cátedra de Farmacología, 
Facultad Medicina (UBA).
Director del Curso de Posgrado Avanzado: 
"Bases Neurobiológicas y Farmacológicas de la Terapéutica 2015", 
Facultad de Medicina (UBA).
Servicio de Psiquiatría y Salud Mental: 
Instituto de Investigaciones Médicas Dr. Alfredo Lanari,
Facultad de Medicina (UBA). 
fadel.daniel@lanari.fmed.uba.ar
/ 5 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
Introducción 
Hacia 1979 la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) estableció la definición de 
dolor que fue ampliamente aceptada por la comunidad médica (1), tal definición implicaba con-
siderar al dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable vinculada a un daño tisular 
real o potencial, o bien una experiencia descripta en términos de dicho daño. 
Sin embargo, luego de 40 años los avances en neurociencias y farmacología, más los nuevos des-
cubrimientos sobre la fisiopatología de los síndromes dolorosos, llevaron a su reformulación como 
una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un daño tisular real o potencial (2). 
Esta reformulación incluyó algunas ideas, tales como que el dolor y la nocicepción son fenómenos 
diferentes o que el dolor no se puede inferir únicamente a partir de la actividad en las neuronas 
sensoriales. 
Entonces siguiendo a los nuevos conceptos, la experiencia dolorosa debe ser interpretada con el 
enfoque de la “biología de sistemas” y sus propiedades emergentes donde el individuo es mucho 
más que la suma de sus partes (3) y, por ende, la experiencia dolorosa abarca todo el dimensiona-
miento de su ser. Importa ya poco, excepto para el requerimiento urgente de tratamiento, la in-
tensidad y forma del dolor o como se manifiesta. Lo importante hoy en día, a la luz de los nuevos 
conocimientos, es su cronicidad; aspecto aún controvertido en cuanto al tiempo que ha de pasar 
para definirla, pero sumamente destacable puesto que en la medida que el tiempo discurre, se es-
tablecen y consolidan mecanismos neuroplásticos anómalos y es esta “memoria del dolor” lo que 
transforma el síntoma en un “trastorno o dimensión compleja” que de perpetuarse, va generando 
la dimensión depresiva por el que debe ser reconocido dicho ensamble comórbido para su abordaje 
terapéutico combinado. 
Así, el dolor crónico (4) se caracteriza por presentar duración prolongada (más de 6 meses), dife-
rente intensidad (leve, moderado o intenso), diferentes formas (urente, quemante, fulgurante, 
eléctrico), diferentes manifestaciones (continuo, intermitente o subintrante). El dolor crónico pre-
senta una fisiopatología compleja donde intervienen interacciones neuro-inmunes y plasticidad 
neuronal y glial (5,6). Suele sumar síntomas positivos como hiperalgesia, alodinia y parestesias; 
síntomas negativos como hipoestesia e hipoalgesia, y comorbilidades en la esfera psíquica como 
el trastorno de ansiedad y/o el trastorno depresivo secundario. 
Debido a lo relatado, el dolor crónico y todo lo que acarrea es génesis de importantes costos en 
salud y ha de demandar nuevos tratamientos pues los actuales no son generalizables. El dolor cró-
nico, sobre todo en las formas de fisiopatología mixta (que será subsecuentemente descripta) re-
sultan de elevada comorbilidad; por ejemplo, la fatiga generalizada y el trastorno adaptativo se 
observan conjuntamente en más del 80% de los casos (7), la fibromialgia y la depresión deben ser 
estudiadas bajo la misma óptica, y finalmente, el dolor crónico y los trastornos del humor y la an-
siedad presentan zonas del SNC y genes comunes que surgen de estudios de neuroimagen y mo-
delos animales (8,9). 
6 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
Tipos de dolor según su fisiopatología 
Actualmente, los tipos de dolor según su fisiopatología son tres (figura 1), ya que a los clásicos 
Nociceptivo y Neuropático se les agrega el Nociplástico (10). 
En el dolor Nociceptivo es una noxa (física, química o biológica) la que desencadena el fenómeno 
inflamatorio-inmune que activa las terminales libres sensitivas polimodales que se extienden a lo 
largo de los epitelios. Tras la liberación de mediadores proinflamatorios, las terminales se despo-
larizan y la información discurre por los nervios sensitivos hacia el sistema nervioso central (SNC). 
Una vez que esta información ingresa a la raíz posterior medular se procesa para establecer reflejos 
protectores y comunicar el daño a los centros superiores bien emocionales-homeostáticos o dis-
criminativos-sensoriales vía los haces espinotalámicos. Supuestamente el dolor nociceptivo es 
agudo y autolimitado, y en la medida que no persista no dejará memoria, es decir se comporta 
como un “síntoma señal” que informa que se está lesionando el organismo. Son ejemplos típicos: 
el dolor traumático mioosteoarticular (golpes, quemaduras, cortes), el infeccioso (procesos den-
tales, celulitis), el visceral (cólico biliar o intestinal), la cefalea tensional y el postquirúrgico no com-
plicado. 
Figura 1.
Tipos de dolor según 
fisiopatología.
Nociplástico
Nociceptivo
Formas mixtas
Neuropático
Fibromialgia
Fatiga crónica
Colon irritable
Migraña
Dolor oncológico
Miembro fantasma
Patologías anteriores 
perpetuadas en el tiempo
Traumatismos
Artrosis
Tendinitis
Bursitis
Infecciones
Lumbociatalgia
Neuralgias
Neuropatías
Periféricas
/ 7 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
En el dolor Neuropático es una lesión o noxa que afecta el tejido nervioso. Aquí el daño evidente 
afecta nervios y raíces en el sistema nervioso periférico (SNP) o tractos y estructuras en el SNC. Si 
bien el tejido nervioso no duele, las estructuras vasculares y meníngeas sí (al estar inervadas) y si 
se afecta la conducción por el SNC la percepción se distorsiona y puede vivenciarse como dolor. El 
dolor neuropático es crónico y resulta de un cableado anómalo que intentó compensar el cableado 
destruido. Tal neuroplasticidad anómala deja memoria aberrante y dificulta enormemente tanto 
la vida del paciente como las posibilidades de tratamiento. Son ejemplos las neuralgias (idiopáti-
cas, herpética, leprosa), las neuropatías periféricas (avitaminosis, diabética, por fármacos), las en-
fermedades desmielinizantes, los cuadros lumbares crónicos (lumbociatalgias, hernias, canal 
estrecho). 
En el dolor Nociplástico se ponen en marcha mecanismos neuroplásticos subyacentes no detec-
tables anatómicamente pero sí molecular y funcionalmente que dejan memoria dolorosa y recor-
tan la efectividad de los tratamientos; por esto el dolor nociplástico también podría considerarse 
crónico. Muchas veces la inflamación neurogénica es su punto de partida; este tipo de inflamación 
es “limpia” ya que no se evidencian noxas externas desencadenantes, pero sí se detectan neuro-
péptidos y mediadores capaces de activar directa o indirectamente, vía reflejo anterógrado, células 
de respuesta inflamatoria (mastocitos y macrófagos) y terminales nerviosas libres. Son ejemplo 
de dolor nociplástico, la fibromialgia, la fatiga crónica, el colon irritable y las migrañas. 
Finalmente, debemos referirnos a un cuarto grupo que son las Formas Mixtas o síndromes dolo-
rosos donde convergen un par o los tres tipos de dolor anteriores. Las formas de fisiopatología 
mixta implicanuna evolución de los tipos descriptos hacia formas más complejas, bizarras y con 
menos chances de abordaje satisfactorio; tal evolución se debería a formas adicionales de neu-
roplasticidad anómala que determinan cuadros combinados. Son ejemplos, el dolor oncológico, 
el miembro fantasma, el síndrome regional complejo y las enfermedades del colágeno. 
Entonces, por todo lo dicho, el verdadero desafío es conseguir tratamientos adecuados para estas 
formas crónicas que como se dijo, se convierten en una verdadera entidad nosológica. 
 
 
Una nueva versión del haz espinotalámico 
Según la neuroanatomía clásica las señales dolorosas provenientes del cuerpo se transmiten por 
fibras sensitivas polimodales de baja velocidad cuyo soma se halla en los ganglios de la raíz dorsal 
y en el caso de la cara el ganglio de Gasser. Estas fibras entran por las astas posteriores medulares 
y hacen sinapsis a nivel metamérico (supra e inframetamérico también) con neuronas de la sus-
tancia gelatinosa de Rolando (lámina II de Rexed) o su equivalente en el núcleo trigeminal. Desde 
allí, la información procesada pasa a las neuronas de amplio rango dinámico (ARD) de la lámina IV 
8 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
cuyos axones originan, luego de cruzarse en su mayoría, los haces espinotalámicos (trigeminota-
lámicos en el caso de la cara). Los haces espinotalámicos terminan en el tálamo haciendo sinapsis 
con sus neuronas en el complejo ventrobasal. Finalmente, desde aquí el grueso de la información 
termina en la corteza sensorial primaria (lóbulo parietal) donde se discrimina y localiza el dolor. 
Este enfoque también contempla los reflejos de protección medular, la existencia de un haz pa-
leoespinotalámico que deja muchas colaterales en el tallo encefálico para interacción con centros 
autonómicos y homeostáticos, y algunas conexiones vía tálamo con la amígdala, cortezas emo-
cionales como la cingulada anterior y el lóbulo de la ínsula. 
Sin embargo, actualmente se considera a la conducción y percepción dolorosa como un sistema 
(si se quiere llamado espinotalámico) absolutamente integrado con todas las modalidades sensi-
tivas, iniciado desde el neurodesarrollo, que abarca desde la periferia a las cortezas, y cuyas cola-
terales de múltiples conexiones sirven, no para regular el dolor, sino para preservar la integridad 
del individuo y su homeostasis a través de los reflejos medulares, de la alarma amigdalino-auto-
nómica, de la activación hipotalámica neuroendócrina y, obviamente, de la participación conduc-
tual-afectiva. 
 
 
La plasticidad neuronal y glial al servicio 
de la cronificación del dolor 
Este título invita a reflexionar sobre los sucesivos cambios que van ocurriendo en el tejido nervioso 
tras una lesión. Se debe tener en cuenta que el fenómeno doloroso no es una simple sobreesti-
mulación ni una transferencia pasiva de información desde la periferia al SNC, sino un proceso ac-
tivo (como todo proceso neurofisiológico) y multidimensional del sistema espinotalámico 
descripto, y por ello, capaz de sufrir múltiples modificaciones a lo largo del tiempo (a las que nos 
referimos como plasticidad neuronal o plasticidad glial). Este proceso activo es de optimización e 
implica a las estructuras tisular-orgánicas conformadas por neuronas y células gliales, que reciben 
y transmiten señales por medio de las sinapsis y otros contactos, y que se mantienen gracias a se-
ñales y factores neurotróficos. Por ello, en este contexto dinámico deben destacarse todos aquellos 
eventos que conducen a la neuroplasticidad facilitadora del conexionado y aquellos que no (ver 
tabla 1) (11-13). Por último, es muy importante destacar que en las sinapsis facilitadas se halla el 
fundamento de la memoria de un hecho dado, mientras que en las inhibidas se halla la capacidad 
subyacente de olvidar para retomar conocimientos nuevos.
/ 9 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
Bajo la inflamación neurogénica, las modificaciones plásticas que terminan en el dolor nociplástico 
se deben al estímulo crónico por persistencia del reflejo anterógrado (14), un fenómeno cíclico de 
retroalimentación positiva donde las terminales nerviosas libres polimodales activan células proin-
flamatorias y estas a su vez estimulan las terminales. Debe notarse que en estas condiciones suele 
haber correlatos entre la sintomatología que un paciente presenta y algunas pruebas funcionales 
electrofisiológicas, pero a simple vista o por neuroimágenes no se aprecia disturbio alguno; por 
ello las descripciones siguientes se realizan según lo observado mayormente en modelos animales. 
Tabla 1. Eventos neuroplásticos normales en sinapsis excitatorias.
Electrofisiológicos Bioquímicos Morfológico-tisulares
Facilitadores (señales eléctricas coincidentes)
A nivel post-sináptico: 
1. Despolarización por 
 entrada de Na+. 
2. Entrada de Ca2+. 
3. Potenciación a largo 
plazo (LTP).
Inducción génica y síntesis 
proteica pre y post-sináptica 
(aumentan citoesqueleto- 
armazón, canales-receptores, 
neurotrofinas, proteínas de 
adhesión). 
Son señales extracelulares: 
Glu, NO, ACh, DA, BDNF. 
Receptores y 2dos mensajeros: 
AMPA-NMDA, CaV, PKC, 
nNOS, CaMK II, FAK, PP2A, 
MAPK.
Reorganización 
presináptica (PAZ) con 
más vesículas. 
Reorganización post-
sináptica (PSD) con 
perforación y desarrollo 
de espinas múltiples. 
Consecuencia: 
aprendizaje y memoria de 
un hecho.
Inhibidores (señales eléctricas divergentes o no coincidentes)
A nivel post-sináptico: 
1. Hiperpolarización por 
 salida de K+ y entrada 
 de Cl-. 
2. Depresión a largo plazo 
 (LTD).
Represión y silenciamiento 
génico (siRNA), 
ubiquitinación, activación de 
apoptosis (caspasas). 
Son señales extracelulares: 
GABA, Dyn, neuroesteroides, 
GDNF. 
Receptores y 2dos mensajeros: 
GABAA y B, μ y κ, GSK-3β, 
Calcineurina.
Involución-atrofia pre y 
post-sinápticas 
Podado de 
arborizaciones. 
Consecuencia: 
olvido, pero readquisición 
de la capacidad de 
aprendizaje y memoria. 
10 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
El mecanismo se inicia en las terminales libres que por razones poco claras comienzan a segregar 
neuropéptidos, de por sí proalgésicos, como la sustancia P (SP) y el péptido relacionado con el gen 
de calcitonina (CGRP). Estos neuropéptidos provocan el reclutamiento de mastocitos y macrófagos 
en las cercanías que comienzan a liberar mediadores como prostaglandinas (PG) y citoquinas como 
IL-6 que activan aún más a los nervios. La acción de citoquinas y neurotrofinas produce, a largo 
plazo, una activación génica en las neuronas de los ganglios dorsales que se traduce en la llamada 
sensibilización periférica ya que aumenta la expresión y cantidad de canales iónicos, neuropéptidos 
y receptores para neurotrofinas hacia la periferia, y de neuropéptidos y neurotrofinas hacia la mé-
dula. No obstante, la descarga sistemática de la neurotrofina BDNF (factor neurotrófico derivado 
del cerebro) y de su precursor pro-BDNF sobre las neuronas medulares propicia la sensibilización 
central derivada de una proliferación de contactos sinápticos excitatorios (plasticidad neuronal 
excesiva). 
Bajo el daño nervioso en la periferia o en las raíces, las modificaciones plásticas que terminan en 
dolor neuropático se deben a la pérdida de inervación (5,15-17). En este caso, junto a una sinto-
matología amplia acompañante, neuroimágenes evidentes y pruebas funcionales alteradas pue-
den apreciarse anatómicamente las lesiones, aunque los fenómenos plásticos dentro del SNC se 
vuelven a deducir a partir de modelos animales. Según el tipo de fibras que sean afectadas se per-
derá más o menos sensibilidad fina o profunda (Aβ) y polimodal (Aδ-C), a la vez que motricidad 
(Aα). En los casos neuropáticos la recuperación mielínica es suficiente para ir restableciendo la 
funcionalidad y la reducción de síntomas, peroen los casos de sección, el intento de regeneración 
nerviosa puede fallar y a largo plazo establecerse un neuroma. Cualquiera sea el caso, las fibras 
del lado proximal a la lesión expresan nuevos tipos de canales iónicos por lo que exhiben actividad 
espontánea y cambian el patrón de neurotransmisión del glutamato a los neuropéptidos. En lo 
que respecta al ganglio de la raíz dorsal, las fibras C pierden paulatinamente contacto con la mé-
dula y lo reemplazan con un nuevo conexionado (sprouting) interno sobre los somas sensitivos al 
que se suma la reinervación desde los ganglios autonómicos (canastas simpáticas); así, los ganglios 
tienen una suerte de nuevo marcapaso excitatorio adicional. La suma de la actividad espontánea 
más la sobreestimulación ganglionar causa sensibilización periférica que adiciona la panoplia de 
síntomas acompañantes al dolor neuropático. Pero la secuencia de eventos desencadenados, 
muestran en los modelos animales que a lo largo del sistema espinotalámico y en las cortezas ce-
rebrales se producen modificaciones neuroplásticas profundas mediante un cambio en el funcio-
namiento glial (patrón fetal) que condicionaría una nueva configuración del conexionado 
responsable de la sensibilización central y de cambios funcionales compatibles con los observados 
en los trastornos del humor. 
En la médula las neuronas ARD amplían sus campos perceptivos; al quedar sin inervación periférica 
aumentan su conexionado (sprouting) con áreas adyacentes y fibras sensitivas remanentes y se 
pierde el control inhibitorio por fagocitosis microglial de terminales de interneuronas. Esto se de-
bería a una serie de señales neurogliales e inflamatorias producto de la injuria tisular: por un lado, 
la activación de la microglía por varias citoquinas (CSF-1, TNF-α, IFNγ e IL-1β), y por otro, la acti-
/ 11 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
vación neuronal por el BDNF y pro-BDNF que desencadena hiperactividad glutamatérgica, todo lo 
cual se acompaña de la activación astrocitaria por quimioquinas y el glutamato que la llevan al 
patrón fetal. Bajo estas condiciones los astrocitos segregan trombospondinas (TSP) que son mor-
fógenos del neurodesarrollo (no están presentes en los adultos excepto cuando hay injuria ner-
viosa) favorecedores de la arborización dendrítica. 
En las regiones corticales emocionales mencionadas, donde el sistema espinotalámico se conecta 
e influye con su actividad, los modelos animales muestran adelgazamiento de la sustancia gris, 
mayor excitabilidad con aumento del metabolismo tisular y mayor flujo sanguíneo asociado con 
un supuesto conexionado anómalo; ciertas alteraciones del mapeado somatotópico. En estos 
casos, que se asemejan en parte a lo observado en los trastornos del humor, la situación se debería 
a la activación neuroglial con el patrón fetal (mencionados en el párrafo anterior) más excitotoxi-
cidad glutamatérgica causada por un mal manejo glial del triptófano y aumento del estrés oxida-
tivo que promueven apoptosis y desmielinización parciales. 
 
 
Las bases del vínculo entre trastornos del humor y 
síndromes dolorosos. Clínica y Terapéutica 
Por lo mencionado hasta aquí en este artículo, existirían mecanismos comunes entre dolor crónico 
y trastornos del humor que involucran neuroplasticidad anómala, producto de la intervención 
glial-inmunológica bajo un patrón fetal o de neurodesarrollo, donde se desregulan proteínas de 
excitabilidad neuronal (principalmente canales iónicos, neuropéptidos y neurotrofinas y sus re-
ceptores), hay pérdida de control inhibitorio por fagocitosis de terminales inhibitorias y se esta-
blecen nuevos recorridos circuitales o reconexionados compensatorios inducidos por 
neurotrofinas. Esto sin duda perpetúa la percepción dolorosa, cambia los estados de alerta y pro-
duce alteraciones neuroendócrinas (principalmente hipercortisolemia ante el estrés) sumiendo al 
paciente en ansiedad, depresión e insomnio. Su vida social se limita y vive en un mundo restringido 
que agrava aún más la situación. 
Podría haber una diferencia entre los trastornos del humor y ansiedad “primarios” de aquellos “se-
cundarios” vinculados con el dolor crónico. Los primeros son a predominio cortical, en cambio los 
secundarios a dolor crónico serían en parte periférico-medular y también subcortical. Hay eviden-
cias por modelos animales que las modificaciones medulares relatadas avanzan por el sistema es-
pinotalámico e influyen neuroplásticamente sobre las cortezas. Por consiguiente, podría 
hipotetizarse que modificaciones, por lo menos parcialmente similares, sean responsables de tras-
tornos del humor o de ansiedad como desarrollaremos a continuación. 
Es poco apreciado clínicamente que la Depresión induzca Dolor y debería tenerse presente que el 
5-13% de la población padece Depresión, donde 1/3 evoluciona a la cronicidad, y el 50-75% de 
ellos padecen «síndrome por dolor» (21). 
12 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
Gran parte de los pacientes que cursan Depresión en forma subclínica, consultan primeramente 
al médico clínico y el motivo es generalmente por algún síntoma somático. De allí que se privilegia 
en un comienzo el tema Dolor vía exploración del “Soma” que está presente como «Dimensión sin-
tomática» que guía la exploración clínica, y no como «Categoría Diagnóstica» y pudiendo enmas-
carar el cuadro Depresivo de base. Este camino donde primero se explora lo somático es 
igualmente el recomendado toda vez que la Depresión Secundaria debe ser la primera en ser des-
cartada, sobre todo cuando se trata de un primer episodio. Luego cuando no hay hallazgos orgá-
nicos demostrables, se pasa a considerar la Depresión Bipolar, la cual una vez descartada por 
antecedentes personales, familiares o fenotipo del cuadro, se pasa en última instancia a considerar 
la Depresión Unipolar. 
El Dolor Crónico constituiría una de las formas clínicas atípicas que retrasa el diagnóstico. 
El uso de antidepresivos como coadyuvantes para el abordaje de dolor puede ser exitoso, pero no 
permitiría mejorías estables si se retrasa el diagnóstico de Depresión Secundaria concomitante a 
Enfermedad Médica. 
La implementación de abordajes combinados constituiría una terapéutica racional con mayor base 
respaldatoria (22). 
 
La Depresión puede constituirse en predictor del advenimiento de Dolor a través de: 
1. Mutualismo etiológico. 
2. Relación bi-direccional entre dolor y ánimo triste toda vez que el desequilibrio en un sistema 
tiende a causar cambios no lineales en otros sistemas: Respuesta «caótica o no lineal». 
3. Aspectos genéticos-epigenéticos (attachment) que pueden impactar emocionalmente. 
4. Humor triste y Dolor constituyen dos dimensiones que pueden reflejar 2 aspectos del mismo 
ángulo, dado que podrían configurar la expresión de una carga alostática generadora de vul-
nerabilidad para la inducción de depresión o de dolor. 
5. Desde otro punto de vista la depresión podría ser vista como un componente Cortical agregado 
al circuito más arcaico de dolor (subcortical-espinal) como ya se mencionó anteriormente (23). 
Los circuitos vinculados a la regulación afectiva son: 
1. Corteza Cingulada Anterior. 
2. Amígdala. 
3. Hipocampo. 
4. Tálamo. 
Los mismos están conectados con estructuras relacionadas al procesamiento del dolor: 
1. Núcleo Gris Periacueductal. 
2. Zona rostro-medial de la Médula Espinal. 
Algunos poseen abundante expresión de receptores opiáceos, como: 
1. Amígdala. 
2. Hipotálamo (24).
/ 13 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
En cuanto a la neurotransmisión en trastornos del humor secundarios a dolor crónico, los neu-
rotransmisores NA y 5 HT están involucrados (25) y en modelos experimentales se verificó que si 
bien elevan el umbral al dolor a través de la vía descendente inhibitoria del dolor, coincide con 
una elevada cantidad de síntomas para el dolor. Esta paradoja fueatribuida a que en dichas con-
diciones se presentaría una disminuida capacidad de procesamiento del estímulo nociceptivo a 
nivel subcortical y espinal, siendo responsables de un descenso en la sensibilidad al dolor en te-
jidos superficiales (incremento del umbral), pero con una insuficiente activación de la vía des-
cendente inhibitoria del dolor (disminución del umbral), generando de manera bi-modal un 
incremento de la sensibilidad al dolor por estímulos de tejidos profundos que se expresan con in-
cremento de dolor (26). 
5-HT
5-HT
5-HT2AR
5-HT1AR
GABAR
GABA
LHb
NS
SOM
Figura 2.
Circuito, Rafe-Amígdala-Habénula lateral, mostrando la regulación serotoninérgica 
desde el núcleo dorsal del Rafe (DRN) sobre el núcleo central de la Amígdala (CeA) 
que modula la actividad de la Habénula lateral (LHb).
DRN
CeA
(+)
(-)
14 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
En la figura 2, (27) se puede observar que la 5HT ejerce una acción dual en el núcleo Central de la 
Amígdala (CeA) que está conformado en un 95% por Células GABAérgicas, (que coexpresan So-
matostatina, Parvalbúmina o Calretinin) a través de dos receptores: 5HT1A (-) sobre las GABAér-
gicas SOM generando potenciales post-sinápticos Inhibitorios (PPIs) que son antagonizados por 
el antagonista WAY pero no por Picrotoxina y sobre los 5HT2A (+) expresados por las no SOM que 
también están acoplados a proteína G, antagonizado por el MDL 100907. 
El Dolor Crónico disminuye el Tono Serotonérgico en este circuito, cuya consecuencia es generar 
síntomas Depresivos como producto final del procesamiento en red. 
El agonismo sobre los receptores 5 HT 1A o el antagonismo sobre los 5HT2A promueven un corte 
del círculo vicioso, restituyendo una mejora del tono serotoninérgico en pacientes con Síntomas 
Depresivos secundarios a Dolor Crónico. 
En modelos de experimentación, la paroxetina no resultó terapéutica en dolor crónico y síntomas 
depresivos. 
El dolor crónico persistente disminuye el tono serotoninérgico, desinhibiendo neuronas SOM del 
CeA, activándose el núcleo Lateral de la Habénula por vía Glutamatérgica desde las neuronas SOM, 
el cual está íntimamente vinculado a sintomatología ansiosa y depresiva (27). 
Desde el punto de vista Neuroendócrino, 
se cuenta con evidencia demostrada que: 
El stress causado por dolor genera una Desregulación del HPA resultando en altos niveles de GC, 
los que deplecionan NA y 5HT, con la consiguiente disminución del tono inhibitorio del dolor de la 
vía descendente con daño muscular, óseo y neural (hipocampo) constituyendo un loop vicioso, in-
cremento de citokinas y disminución de BDNF; resultando: dolor y secundariamente depresión 
(28). 
Además hay una articulación entre antecedentes 
heredofamiliares y trauma en la dupla depresión-dolor. 
1. Predisposición genética. 
2. Influencia Epigenética. 
3. Desarrollo Psico-Social. 
4. Attachment: estudios de Meaney et al verificaron que la conducta maternante promueve cam-
bios a modo tiempo-estable la metilación del ADN a nivel de la secuencia del gen promotor 
del receptor para GC influyendo en la resiliencia en adultos por lo que influyen en la vulnera-
bilidad de diversos trastornos mentales. 
5. Dolor y Depresión podrían constituir un Epifenómeno de mecanismos integrativos (29). 
 
El conocer mejor los mecanismos fisiopatológicos de los síndromes dolorosos y su repercusión in-
dividual en las personas y su entorno es la base para una mejor y correcta terapéutica (sea far-
/ 15 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
macológica o no farmacológica). A la clásica división de los tratamientos curativos (etiológicos) 
y paliativos (sintomáticos) se suman los tratamientos modificadores del curso de la enfermedad 
(DMDs) (18) que sin ser curativos proponen reducir al mínimo el avance y las manifestaciones de 
las enfermedades reinsertando a los pacientes a una vida plena. En el caso de muchos síndromes 
dolorosos crónicos neuropáticos o nociplásticos, con el desarrollo de nuevas moléculas que res-
ponden a fisiopatologías precisas, como el caso de la pregabalina (19,20) estamos hoy en día en 
condiciones de brindar DMDs a los pacientes para mejorar notablemente su calidad de vida. 
La Pregabalina fue el primer fármaco aprobado por la FDA para el tratamiento del dolor relacio-
nado con la fibromialgia (FMS), el dolor neuropático asociado a neuropatía diabética y neuralgia 
post-herpética. Actúa en los canales de calcio presinápticos, bloqueando la subunidad alfa2-delta 
de los canales de calcio tipo N, disminuyendo la entrada de calcio a la neurona hiperexcitada y re-
duciendo la liberación de neurotransmisores como glutamato, noradrenalina y sustancia P. Los 
fármacos que se han evaluado por su uso potencial en la farmacoterapia de FMS son los antide-
presivos duales. Estos fármacos se unen a canales iónicos específicos de Ca2+ o K+ que se destacan 
por su participación en la mediación del dolor nociplástico. Los inhibidores de la recaptación de 
serotonina y noradrenalina, como duloxetina y milnaciprán, parecen ser más eficaces en FMS que 
los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Milnaciprán se convirtió en el segundo 
fármaco aprobado por la FDA para FMS (30,31). 
Duloxetina es un nuevo fármaco antidepresivo, que inhibe selectivamente la recaptación de sero-
tonina y de noradrenalina. Aporta una nueva perspectiva en el tratamiento del dolor neuropático. 
Se absorbe de manera adecuada tras la administración oral. Se elimina fundamentalmente mediante 
metabolismo hepático mediado por las isoenzimas del citocromo P450, CYP1A2 y el CYP2D6. La ma-
yoría de los efectos adversos que produce como náuseas, sequedad de boca y estreñimiento son de 
intensidad de leve a moderada, y por lo general desaparecen con la continuación del tratamiento. 
Actualmente, duloxetina está indicado en el tratamiento de la depresión mayor, en el dolor neu-
ropático diabético y más recientemente ha sido aprobado su empleo para el tratamiento, en mu-
jeres, de la incontinencia urinaria de esfuerzo moderada a grave (32). 
En la neuropatía diabética un estudio que incluyó 457 pacientes con diabetes tipo 1 y 2 y dolor 
(neuropatía diabética), reportó una reducción del 50% o más, con dosis de 60 mg a 120 mg/día (P 
< 0.05). En escalas como el inventario breve del dolor, impresión global clínica y la impresión global 
del cambio, entre otras, los pacientes reportaron una mejoría considerable (P < 0.05) (33). Otro 
estudio, también contra placebo, y evaluando dosis de 60 mg/día ó 60 mg/dos veces al día, de-
mostró mejoría en la reducción en la intensidad del dolor y sobre todo en las escalas de dolor noc-
turno, en el grupo de duloxetina (P < 0.01) (34, 35). 
También componen la lista de fármacos, otros neuro y psicofármacos anticonvulsivantes antide-
presivos respectivamente que están recomendados, pero hemos citado los aprobados por los Entes 
Regulatorios. 
 
16 /
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
REFERENCIAS 
 
1. IASP Subcommittee on Taxonomy. Pain terms: A list with definitions and notes on usage. Recommended by the 
IASP Subcommittee on Taxonomy. Pain 1979; 6: 249-52. 
2. Raja SN, Carr DB, Cohen M, et al. The revised International Association for the Study of Pain definition of pain: 
Concepts, challenges, and compromises. Pain 2020; 161: 1976-82. doi: 10.1097/j.pain.0000000000001939. 
3. Longo G, Montévil M, Pocheville. From bottom-up approaches to levels of organization and extended critical tran-
sitions. Front Physiol 2012; 3: 232. doi: 10.3389/fphys.2012.00232. 
4. Sheng J, Liu S, Wang Y, et al. The link between depression and chronic pain: Neural mechanisms in the brain. Neural 
Plast 2017; 2017:9724 371. doi: 10.1155/2017/9724371. 
5. Machelska H and Celik MÖ. Recent advances in understanding neuropathic pain: glia, sex differences, and epige-
netics [version 1; referees: 2 approved] F1000Research2016; 5(F1000 Faculty Rev):2743. doi: 10.12688/f1000re-
search.9621.1. 
6. Sandkühler J. Models and mechanisms of hyperalgesia and allodynia. Physiol Rev 2009; 89: 707-58. doi: 
10.1152/physrev.00025.2008. 
7. Burke NN, Finn DP, Roche M. Neuroinflammatory mechanisms linking pain and depression. Mod Trends Pharma-
copsychiatry. 2015; 30:36-50. doi: 10.1159/000435931. 
8. Descalzi G, Mitsi V, Purushothaman I, et al. Neuropathic pain promotes adaptive changes in gene expression in 
brain networks involved in stress and depression. Sci Signal 2017; 10: eaaj1549 (18 pages). doi: 10.1126/scisig-
nal.aaj1549. 
9. Meng W, Adams MJ, Reel P, et al. Genetic correlations between pain phenotypes and depression and neuroticism. 
Eur J Hum Genet 2020; 28: 358-66. doi: 10.1038/s41431-019-0530-2. 
10. Freynhagen R, Arevalo Parada H, Calderon-Ospina CA, et al. Current understanding of the mixed pain concept: A 
brief narrative review. Curr Med Res Opin 2019; 35: 1011-8. doi: 10.1080/03007995.2018.1552042. 
11. Poo M. Neurotophins as synaptic modulators. Nat Rev Neurosci 2001; 2: 24-32. doi:10.1038/35049004. 
12. Vitureira N, Goda Y. Cell biology in neuroscience: The interplay between Hebbian and homeostatic synaptic plas-
ticity. J Cell Biol 2013; 203: 175-86. doi: 10.1083/jcb.201306030. 
13. Wiera G, Mozrzymas JW. Extracellular metalloproteinases in the plasticity of excitatory and inhibitory synapses. 
Cells 2021; 10: 2055 25 pages). doi: 10.13390/cells10082055. 
14. Lewin G, Nykjaer A. Pro-neurotrophins, sortilin, and nociception. Eur J Neurosci 2014; 39: 363-74. doi: 
10.1111/ejn.12466. 
15. Dray A, Urban L, Dickenson A. Pharmacology of chronic pain. Trends Pharmacol Sci 1994; 15: 190-7. doi: 
10.1016/0165-6147(94)90147-3. 
16. Kim SK, Hayashi H, Ishikawa T, et al. Cortical astrocytes rewire somatosensory cortical circuits for peripheral neu-
ropathic pain. J Clin Invest 2016; 126:1983-97. doi: 10.1172/JCI82859. 
17. Maletic V, Raison CL. Neurobiology of depression, fibromyalgia and neuropathic pain. Front Biosci 2009; 14: 5291-
338. doi: 10.2741/3598. 
18. Smolen JS, van der Heijde D, Machold KP, et al. Proposal for a new nomenclature of disease-modifying antirheu-
matic drugs. Ann Rheum Dis 2013; 0:1-3. doi:10.1136/annrheumdis-2013-204317. 
19. Calandre EP, Rico-Villademoros F, Slim M. Alpha 2 delta ligands, gabapentin, pregabalin and mirogabalin: A review 
of their clinical pharmacology and therapeutic use. Expert Rev Neurother 2016; 16: 1263-77. doi: 
10.1080/14737175.2016.1202764. 
20. Patel R, Dickenson AH. Mechanisms of the gabapentinoids and α 2 δ-1 calcium channel subunit in neuropathic 
pain. Pharmacol Res Perspect 2016; 4: e00205. doi: 10.1002/prp2.205. 
21. Bair MJ et al: «Depression and pain comorbility.» Arch Intern Med 2003; 163:2433-2445. 
22. García-Cebrian A. et al: «The Association of depression and painful physical symptoms. A review of the European 
literature». Eur Psychiatry 2006; 21: 379-388. 
23. Robinson MJ et al: «Depression and Pain» Frontiers in Bioscience, 2009; 14: 5031-5051. 
24. Gebhardt S: «The Neurobiology of depression and the dilemma of pain treatment» Neurology and Neurobiology, 
2018; 1 (1): 3-5. 
25. Kundermann B et al: «Pain Sensivity in Mayor Depression and its relationship to central serotoninergic function 
as reflected by the neuroendocrine response to clomipramine». J Psychiatr Res 2009; 43: 1253- 1261 
26. Melzak R: «From the gate to the neuromatrix». Pain; 1999, 6: 121-126. 
27. Wenjie Zhou et al: «A neural circuit for comorbid depressive symptoms in chronic pain». Nat Neurosc 
https://doi.org/10.1038/s41593-019-0468-2. 
/ 17 
ALGUNOS CONCEPTOS SOBRE DOLOR Y TRASTORNOS DEL ÁNIMO
28. Sapolsky RM (2000) «Glucocorticoids and hippocampal atrophy in neurpsychiatric disorders». Ach Gen Psychiatry 
57: 925-935. 
29. Meaney MJ, Moshe S () Environmental programming of stress responses through DNA methylation: life at the in-
terface between a dynamic environment and a fixed genome, Environmental programming of stress responses 
through DNA methylation: life at the interface between a dynamic environment and a fixed genome. Dialogues 
Clin Neurosci 2005, 7: 103-123. 
30. Malemud CJ: “Focus on pain mechanisms and pharmacotherapy in the treatment of fibromyalgia syndrome” Clin 
Exp Rheumatol. 2009; 27 (5 Suppl. 56):S86-91. 
31. Norberto Bilbeny Lojo: New antidepressants and anticonvulsants: are they useful in neuropathic pain? Actas de 
Reuniones Clínicas. Medwave 2007 Jul;7(6):e2562 doi: 10.5867/medwave.2007.06.2562. 
32. Goldstein DJ, LU Y, Detke MJ, Lee TC, Iyengar S. Duloxetina vs placebo in patients with painful diabetic neuropathy. 
Pain 2005; 116: 109-18. 
33. Raskin J, Pritchett YL, Wang F, et al. A double-blind, randomized multicenter trial comparing duloxetine with pla-
cebo in the management of diabetic peripheral neuropathic pain. Pain Med 2005; 6: 346-56. 
34. Pérez-CajaravilleJ., et al: “New perspectives in the treatment of neuropathic pain: duloxetine”. Rev. Soc. Esp. Dolor. 
2006; 13 (6): 421-427. 
35. Mimenza Alvarado Alberto et al: “Actualidades en el tratamiento del dolor neuropático”. Rev Mex Neuroci 2010; 
11(2): 141-149.

Continuar navegando

Otros materiales