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Primer Parcial- analisis economico

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Análisis económico y financiero		Resumen – Primer Parcial	Cátedra: Krause – García Hamilton
U.B.A.
Año 2015			BESOMI, Brian	
Análisis económico y financiero
Índice
Economía y escasez	3
Acción humana	3
Bienes de consumo, producción y capital.	4
División del trabajo e intercambio.	5
Teoría del valor / utilidad marginal decreciente	6
Teoría del precio	7
Punto de equilibrio y óptimo de Pareto	8
Mercado de competencia perfecta y sus fallas	9
Fallas del mercado político	12
Financiamiento del Estado	14
	Nota: hacer control + click en algún título del índice autodirige al mismo.
Economía y escasez
La economía es el estudio de la forma en que las sociedades deciden qué van a producir, cómo y para quién con los recursos escasos y limitados. 
Encontramos entonces que la cuestión central para la economía es la escasez, generada por la ilimitada sed de bienes y los recursos limitados que existen. El hombre posee una escasez relativa, ya que siempre tiene necesidades, una carencia con respecto al todo. Esta escasez viene dada porque en primer lugar, los bienes para satisfacer necesidades no existen, deben ser producidos.
 Acción humana
Para resolver esta escasez, el hombre debe llevar a cabo acciones humanas tendientes a satisfacer necesidades. La acción humana puede definirse como aquella acción tendiente a pasar de una situación peor a una situación mejor. Los elementos que componen la acción humana son:
· Fin, es aquello que el actor se propone lograr con su acción. 
· Valor, es aquella apreciación subjetiva que el actor da a su fin. Ordenamos nuestros fines según las valoraciones que hagamos de cada uno de ellos.
· Medio, es todo aquello que el actor cree subjetivamente que le permitirá alcanzar su fin. Los medios son en un principio cosas a las cuales el hombre le otorga una finalidad.
· Utilidad, es la apreciación subjetiva que se da al medio, en función del valor del fin que el actor cree que éste le permitirá conseguir. Serán más o menos útiles los medios en tanto más o menos valor le dé al fin que dicho medio pretende satisfacer, y aplicamos los medios más escasos a satisfacer los fines que tengamos más alto en nuestra escala de valores o preferencias.
· Escasez, ya que los medios por definición deben agotarse. De lo contrario, nos encontraríamos plenamente satisfechos.
· Plan de actuación, que se refiere a que el actor interioriza (de forma implícita o explícita) los medios útiles que cree tener para alcanzar el fin valorado y elabora una representación mental.
· Voluntad, ya que para que el plan elaborado sea llevado a cabo en la práctica se requiere la movilización por parte del actor.
· Ganancia y pérdida, siendo que al actuar siempre se elige entre mínimo dos opciones. Si con la acción se consigue el fin buscado, existirá una ganancia (que no debe entenderse meramente material). De lo contrario, existirá una pérdida. Es necesario destacar que ex-ante, toda acción se realiza por ganancia. Sólo después de realizada puede surgir la pérdida.
· Costo de oportunidad, ya que buscando la ganancia, se opta por determinada acción y se sacrifica un beneficio que se podría obtener de haber optado por otra alternativa. Este beneficio sacrificado es el costo de oportunidad.
Bienes de consumo, producción y capital.
Aquellos bienes cuya utilización implican una satisfacción inmediata de una necesidad, se denominan bienes de consumo. En cambio, un bien de consumo es aquel que todavía no está en condiciones de satisfacer la necesidad, requerirá llevar a cabo diversas acciones para producir que el bien satisfaga la necesidad.
En este contexto, encontramos que el ser humano utiliza bienes de capital para obtener más cantidad de los bienes que ya se consiguen (consumo), o acceder a otros que demanden más producción y que sin el bien de capital no serían posibles de acceder.
Realizar la acción humana de producir un bien de capital implica un costo de oportunidad donde se sacrifica un beneficio de consumo en favor de un beneficio a futuro. A este sacrificio se lo conoce como ahorro, y cuando se lo aplica a la producción de un bien de capital, se conoce como inversión.
División del trabajo e intercambio.
La división del trabajo es el fenómeno social fundamental y se basa en que los individuos son diferentes entre sí, los recursos naturales se encuentran distribuidos en forma despareja y ciertas tareas requieren la participación de más de un individuo. A mayor división del trabajo, mayor especialización. El límite de la especialización es el costo de transacción, ya que cuánto más se especialice, más difícil resultará transar.
La justificación de la división del trabajo se encuentra en los costos de oportunidad. Aun en el caso en el que una persona sea más eficiente que la otra en realizar todas las tareas, de igual manera resultará conveniente la división del trabajo, ya que le permite a cada uno dedicar su tiempo en producir aquello en lo que son más eficientes. A este fenómeno se lo conoce como ley de las ventajas comparativas. Si cada persona se dedica a todos los trabajos, ello implica un costo de oportunidad, ya que realizar una delas tareas significa obligatoriamente que no podrá realizar la otra. Por ello, resulta conveniente que cada uno realice aquella tarea en la que es RELATIVAMENTE más eficiente. 
La división del trabajo implicará necesariamente un aumento en la producción y la generación de un excedente. Para que dicha división sea eficiente, se requiere que exista entre ellos un intercambio, que importa satisfacer necesidades ajenas para, en última instancia, satisfacer las propias necesidades. Siempre que el intercambio se realice a cualquier relación entre el límite inferior y el límite superior del costo de oportunidad del bien, será un intercambio ventajoso mutuamente. 
Por ejemplo, si producir 1 frutas implica no producir medio pez para uno, y producir 1 fruta implica no producir 3 peces para otro, encontramos que el costo de oportunidad de 1 fruta varía entre medio pez y 3 peces. Cualquier intercambio realizado entre esos dos valores (por ejemplo, 1 fruta = 2 peces), resulta conveniente para ambos.
Sin embargo, para poder realizar intercambios deben darse algunos supuestos. Uno de ellos es que la persona debe poseer el derecho de propiedad sobre la cosa, y sólo están sujetos al derecho de propiedad aquellos bienes que son escasos. El segundo supuesto es la existencia de un contrato, que es aquel acuerdo de voluntades que tiene como finalidad la regulación de derechos. 
Teoría del valor / utilidad marginal decreciente
Las personas realizan intercambios porque valoran más lo que reciben que lo que dan. Esa valoración es algo subjetivo, y existen varias teorías para explicarla. 
La primera aproximación es la teoría del precio justo, que sostiene que lo que se entregaba debía ser equivalente al valor de lo que se recibía. Sin embargo, los intercambios se dan por las razones contrarias, es decir, por una diferencia de valorización. 
Posteriormente, se desarrolló la teoría del valor-trabajo, que sostenía que el trabajo constituía la causa del valor. Sin embargo, las cosas se producen porque valen, no valen por el hecho de haber sido producidas. El valor es anterior al trabajo.
En tercer lugar, se pensó la teoría del costo de producción, a la cual se le hace la misma crítica que a la precedente.
Finalmente, se formuló una teoría que se apartaba de las causas objetivas y apuntaba a las subjetivas: la teoría de la utilidad, entendida como la capacidad que el sujeto ve en el objeto para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, esto no condice con el mundo empírico, puesto que no explica por qué algo tan esencial como el agua vale menos que el diamante.
La cumbre de todas estas teorías la representa la teoría de la utilidad marginal, la cual se resume en utilidad-escasez, entendiendo a esta última como determinada cantidad, para determinado individuo, en determinadas circunstancias. Cuánto más grande la cantidad de un bien que poseemos, menor es la utilidad marginal; cuando más pequeña esa cantidad, mayor es la utilidad marginal.
Teoría del precio
El precio es la expresión de las interacciones de las valoraciones de compradores y vendedores. No revelan las valorizaciones del compradores ni las del vendedor, sino que expresan el resultado de la conjunción de aquellas valoraciones.
El precio cumple con dos funciones básicas: la primera de ellas es que tiende a limpiar el mercado, es decir, hacer oferta y demanda iguales. No aparece faltante artificial ni superproducción: si existe un solo bien y es apreciado por 100 personas, el precio subirá al punto en el que sólo una podrá comprarla. De igual manera, si existen muchos bienes, pero sólo una persona lo aprecia, el precio bajará hasta el punto en el que sólo una persona podrá vender el bien. Cuando el precio es libre, no hay faltantes ni sobrantes (distinto es cuando interviene el gobierno).
La segunda función es la de ser indicador o guía para asignar recursos productivos. Es decir, transmiten información, pone en manifiesto en qué áreas es atractivo invertir y en cuáles no.
A la hora de determinar precios, es necesario saber en qué situación nos encontramos con respecto a la cantidad de compradores y vendedores.
Suponiendo uno de cada uno (caso de sujetos aislados), donde el comprador valora un bien a $100, y el vendedor lo valora a $70, podrá existir un intercambio en $70, ya que el comprador valora el bien HASTA $100, pero eso no quiere decir que no pagaría menos por él (de hecho, es lo que el comprador pretende). Si, por el contrario, se diesen números invertidos, no podría haber intercambio, ya que el comprador valora el bien hasta $70, pero el vendedor lo valora a $100 y no lo vendería por menos de dicho valor.
El vendedor intenta vender al precio más alto posible y el comprador comprar al más bajo posible.
En el caso de competencia unilateral de compradores, se descartan aquellos compradores que valoran el bien igual o por menos que el vendedor. De los compradores que resten, el que tenga más capacidad de cambio será el comprador efectivo, mientras que los otros serán compradores potenciales. El precio estará establecido entre un límite superior fijado por el demandante con mayor capacidad de cambio, y un límite inferior determinado por el comprador potencial con mayor capacidad de cambio, o por el vendedor efectivo, según quién estreche más el margen. De esta manera, se limpia el mercado, ya que sólo podrán intercambiar el comprador efectivo y el vendedor.
Cuando hay competencia unilateral de vendedores, el precio se determinará entre un límite inferior indicado por el vendedor efectivo y un límite superior que indica la valoración del vendedor potencial con la mayor capacidad de cambio, o el comprador efectivo, el que estreche más el margen. La variable ahora se da en el límite superior, ya que el inferior siempre es el mismo.
En el caso de competencia bilateral, que es el más común, es necesario determinar cuáles son el par marginal y el par submarginal. El par marginal es el último par efectivo de comprador-vendedor (de todos los que pueden realizar la operación, el más bajo). El par submarginal es el primer par potencial, es decir, el que tiene mayor capacidad de cambio de todos los potenciales (de todos los que no pueden realizar la operación, el más alto). Entre estos 4 sujetos se determinarán los límites superiores e inferiores.
Hay dos posibles límites superiores: el comprador efectivo con menor capacidad de cambio (el comprador del par marginal), o el vendedor potencial con mayor capacidad de cambio (el vendedor del par submarginal). Asimismo, también hay dos posibles límites inferiores: el comprador potencial con mayor capacidad de cambio (el comprador del par submarginal), o el vendedor efectivo con menor capacidad de cambio (el vendedor del par marginal).
Punto de equilibrio y óptimo de Pareto
Siguiendo la ley de la utilidad marginal, podemos expresar que estamos dispuestos a hacer un menor sacrificio para obtener una unidad adicional de un bien. Es decir, cuánto más tenemos, menos lo pagamos. Esto nos da la ley de la demanda: es una curva inversamente proporcional.
A la inversa, cuánto más poseemos, nuestra valoración del bien aumenta a medida que nos desprendemos del mismo. Es decir, cuánto más tenemos, más caro lo vendemos Esto nos da la ley de la oferta, reflejando el mayor sacrificio que debemos realizar para desprendernos de una unidad adicional del bien. 
Cuanto mayor es el precio, menor cantidad se demanda. Cuanto mayor es la cantidad demandada, menor es el precio. Cuanto mayor es el precio, más es la cantidad que se oferta. Cuanto menor es el precio, menos es la cantidad que se oferta.
Este juego de oferta y demandada produce que en determinada relación precio/cantidad, ambas se igualan, es decir, que hay la misma cantidad de oferta que de demanda. A este punto se lo conoce como punto de equilibrio. El punto de equilibrio es un ejemplo del óptimo de Pareto, cuyo criterio sostiene que una situación será más eficiente que otra cuando se pueda observar la mejora de al menos alguno de sus integrantes sin que se hayan perjudicado los demás.El óptimo se alcanza cuando alguna modificación en la situación no cumpla con esos requisitos. De tal manera, si nos encontramos frente a una situación de punto de equilibrio de mercado, cualquier modificación producirá un exceso de demanda u oferta, perjudicándolos.
Mercado de competencia perfecta y sus fallas
La idea de un punto de equilibrio nos hace pensar en la existencia de un mercado conocido como mercado de competencia perfecta. Para que el mismo se produzca, se requiere que exista:
1. Información plena: todos los agentes en el mercado conocen los precios, así como las funciones de costes o tecnología utilizada en la producción.
2. Bienes homogéneos: todas las empresas ofrecen un producto idéntico
3. No barreras de ingreso o egreso: cualquier agente puede entrar en el sector o salir de él sin costes 
4. Competencia: ningún agente tiene la capacidad de fijar el precio por sí sólo. Se fija mediante el punto de equilibrio.
Si no se cumplen todos estos requisitos, el mercado no será perfecto. Por ello, encontramos que el MCP es tan sólo una construcción teórica, puesto que los supuestos para que el mismo exista no se dan en la realidad. 
En la práctica, lo que existe es un mercado imperfecto que posee fallas. Las mismas son:
- Información asimétrica: alguno de los agentes tiene información privilegiada y puede aprovechar el desconocimiento de ciertos hechos por parte de los demás agentes para fijar precios por encima o por debajo del precio de equilibrio en su beneficio. Un claro ejemplo es el llamado “mercado de limones” o de autos usados, donde un agente (en este caso, el vendedor) conoce el estado real del bien que vende, e intenta venderlo a un precio que no es el que correspondería si transparentase las fallas del vehículo. El comprador, al desconocer estas fallas (de ahí la información asimétrica), en muchas oportunidades intenta suplir dicha falta de información regateando un precio menor reconociendo que carece de todos los datos. 
- Barreras de ingreso y competencia imperfecta: la primera resulta un antecedente lógico de la segunda, ya que la barrera de ingreso imposibilita incluir en el mercado nuevos agentes, lo que tiene por consecuencia la creación de monopolios y oligopolios, tanto de compradores como de vendedores (más común). Los monopolios pueden ser de dos tipos. Uno de ellos es el monopolio artificial, es decir, creado por el Estado (representado por la ley). El Estado propicia la creación de algunos monopolios en razón de que, de existir competencia, el bien o servicio que se intenta monopolizar no sería ofertado porque no resultaría redituable para los oferentes. Frente a este supuesto donde se tiene que decidir entre inexistencia o monopolio, resulta más provechosa esta última opción.
El otro tipo de monopolio es el natural, que es aquel monopolio producido por la necesidad de una inmensa inversión inicial y grandes costos de producción, sumado a una demanda limitada, lo que hace que no resulte económicamente viable para otro agente ingresar en el mercado de ese bien.
	- Bienes públicos: son aquellos bienes que están disponibles a todos y del cual el uso por una persona no substrae del uso por otros. De esta definición extraemos las dos principales características de los bienes públicos: la no exclusión (no se agotan con el primer uso), y la no rivalidad (nadie puede apropiarse de ese bien).
Uno de los problemas con estos bienes es que por esas mismas características, nadie realizar esfuerzos para ofrecerlo. Se trata de un problema de “free riders” o “viajeros gratuitos”, personas que se ven beneficiadas con el uso del bien, pero que no pagan por el mismo. 
El otro problema es la llamada “tragedia de los comunes”, que hace referencia a que el uso constante del bien hace tender al agotamiento.
Para resolver estas cuestiones, existen dos corrientes. Por un lado, la que sostiene que se debe obligar al Estado a ofertar estos bienes o servicios, y regular su uso, y la otra, expresada por Coase, sostiene que no siempre la salida estatal es la más adecuada (desarrollado en Teorema de Coase).
- Externalidades: Son aquellos efectos que se producen sobre terceros generados por las acciones humanas tendientes a satisfacer necesidades. Dichos efectos pueden ser positivos o negativos.
El problema de las externalidades positivas es el mismo que en el caso de los bienes públicos: provoca la existencia de free riders. Los terceros no pagan por el beneficio que recibe, por lo que quien realiza la acción humana pierde interés en realizarla. Por ejemplo, el caso de una garita de seguridad: suponiendo que cubre una cuadra, pero sólo el 80% de la misma paga el servicio. De esta manera, toda la cuadra se beneficia de la seguridad que brinda, pero un 20% lo hace sin pagar, por lo que el restante 80% deja de hacerlo también.
En cuanto a las externalidades negativas, producen un perjuicio a un tercero que no ve ningún tipo de beneficio asociado a dicho perjuicio. El caso más común es el de la contaminación ambiental: una empresa desecha todos sus residuos en un río, lo que provoca que las personas allegadas al mismo vean su salud afectada y para más, no reciben ningún beneficio de las ganancias de la empresa.
Tanto para un tipo de externalidad como para otra, al igual que para el caso de los bienes públicos, aparecen las dos corrientes mencionadas. Para las externalidades positivas, el Estado debería brindar el servicio o bien, y por lo general lo hace mediante subsidios. Para las externalidades negativas, la opción consiste en regular la actividad.
Sin embargo, Coase creó el llamado Teorema de Coase, que sostiene que no siempre la salida estatal es la más adecuada. Cuando los costos de transacción son bajos o tendientes a 0, y los derechos de propiedad estén asignados, las negociaciones entre las partes (es decir, privada) pueden tender a una solución más económicamente eficiente. Son casos donde la negociación entre las partes provoca un excedente cooperativo. Por ejemplo, suponiendo la existencia de dos campos, uno dedicado a la agricultura y otro a la ganadería. El agricultor podría exigir por ley al ganadero que alambre su campo para que su ganado no afecte la cosecha, lo que le implicaría un determinado costo al ganadero. Sin embargo, por el bajo costo de transacción (ya sea por la buena relación entre ellos, o cualquier otro motivo), y por tener ambos derechos de propiedad asignados, el ganadero puede optar, en acuerdo con la otra parte, por alambrar sólo la parte que afecta al agricultor por un costo mucho menor. En este caso, se dejó de lado la ley que proponía una solución más costosa.
Fallas del mercado político
Así como el mercado presenta fallas, el Estado se presenta como una posible solución para intentar alcanzar el punto óptimo de Pareto. Por lo tanto, es dable analizar cómo se presenta en términos de mercado la política.
De la misma manera que en el merado el individuo persigue su propio interés, en la política sucede lo mismo. Se presentan así fallas, que son:
· Apatía racional: como el voto de un solo votante se diluye entre los millones de votos totales, el votante sabe que su elección no es determinante, lo que produce una desmotivación. Por ello, no busca información para realizar un voto consciente. En el mercado esta situación no se produce, porque la decisión recae exclusivamente sobre quien la toma.
· Frecuencia: La frecuencia con la que se producen las votaciones es baja, por lo que se les permite a los representantes alejarse de los intereses de sus representados. La finalidad de quien accede al gobierno es perpetuarse en el mismo. En el mercado, las preferencias de los consumidores se expresan de forma continua, no una vez cada cierto tiempo.
· Paquetes: A la hora de votar, el votante debe escoger un paquete completo, no puede personalizar su voto y decidir qué aspecto o candidato votar para cada cargo. En el mercado, subsisten las “marcas” y cada uno lleva la que prefiere.
· Intensidad: Un voto no puede medir la intensidad de la preferencia. Cuenta de la mismamanera el voto de una persona apasionada partidaria que la de alguien que vota desinteresadamente. En el mercado, quien tenga una preferencia más intensa puede expresarla ofreciendo un precio más alto.
· Preferencia por el corto plazo: Los representantes saben que su mandato se encuentra limitado en el tiempo, por lo que tienden a realizar acciones resultantes a corto plazo. Eso hace que se prefiera obtener los beneficios hoy, pero pagar los costos mañana.
· Orden de elección: Con el voto se pretende conocer las preferencias de las minorías y mayorías, pero en parte depende de la forma en que las mismas se obtengan. No se permite exteriorizar correctamente las preferencias.
Estas fallas que se describieron dan lugar a ciertas prácticas que demuestran que un gobernante se aleje de la búsqueda del bien común, y logre atender el propio. Por ello, los beneficios están concentrados en unos pocos, mientras que los costos se reparten entre un gran número de gente. Quienes soportan los costos lo hacen una pequeña medida, y por ello es que no dedican recursos a abolirlo. Sin embargo, este monto es significante para quien recibe los beneficios, y es por ello que dedican esfuerzo para obtenerlo y mantenerlo. A esto se lo conoce como lobby, lo cual resulta beneficioso para los gobiernos ya que consiguen el apoyo minoritario de un sector poderoso, sin poner en riesgo el de la mayoría.
Otra de las consecuencias que se producen por las fallas del mercado es el llamado logrolling, que se trata de un incentivo que tienen los legisladores para apoyar el proyecto de uno de llos a cambio de que el otro apoye a su vez el proyecto del primero. Es algo así como un “intercambio” de votos.
La existencia de estas 2 prácticas de la política produce 2 efectos marcados. Por un lado, el llamado “esclerosis”, ya que las transferencias de unos grupos a otros vienen acompañadas de regulaciones y se ahoga el crecimiento económico. El otro efecto es el llamado “Hood Robin”, por el cual las políticas comienzan siendo aplicadas para transferir recursos de los más ricos a los más pobres, pero el resultado final es a la inversa.
Financiamiento del Estado
El Estado tiene las siguientes alternativas para financiar su gasto:
· Cobrar impuestos: Son la manera genuina de financiar gastos, porque tarde o temprano, los otros métodos terminan siendo impuestos disfrazados. Si bien tienen como objetivo principal financiar gasto, los gobernantes también los utilizan para alentar o desalentar ciertas conductas. Se da la particularidad que si los impuestos son muy altos o muy bajos, disminuye la recaudación. La curva de Laffer explica este fenómeno, partiendo de la base de que con una tasa de 0% y con una tasa de 100%, se obtendría 0 de recaudación. En el primer caso, porque no se cobra absolutamente nada, mientras que en el segundo, nadie se esforzaría por producir y que el Estado le arrebate toda su producción. Eso quiere decir que en determinado punto entre 0 y 100 existirá recaudación. El punto máximo de recaudación variará de acuerdo a cada país y a la sensación y rentabilidad que tengan quienes los pagan. Si quien soporta el impuesto considera que es justo, el punto donde comience a bajar la recaudación será más cercano al 100% que al 0%, y viceversa.
· Deuda: Emitir deuda es la forma predilecta de los Estados de financiarse, especialmente porque los efectos positivos se sienten de manera instantánea, pero los costos llegan mucho después. Para pagar estos costos, se deberá en el futuro aumentar los impuestos.
Se puede aumentar la deuda hasta que se llega a un punto en el cual nadie está dispuesto a continuar prestando, sin importar la tasa de interés que se pague. El riesgo de entrar en default de un país se conoce como riesgo-país. Existen básicamente dos maneras de tomar deuda pública: obtener préstamos o emitir bonos. En el primer caso, se recurre a una institución financiera y se pide un préstamo, el que demandará luego la devolución del capital más interés. El segundo se caracteriza porque el Estado es quien emite los llamados bonos, que son promesas de pago, funcionando de manera similar a los préstamos, y son adquiridos por ahorristas en las condiciones que impone el Estado emisor. Una gran diferencia entre un tipo y otro es la posibilidad que otorga el préstamo de renegociar la deuda en caso de no poder pagarla, lo que resulta más complicado en el caso de los bonistas por encontrarse mucho más difuso. La deuda puede ser externa o interna. Será deuda externa aquella que esté en manos de acreedores extranjeros, o aquella denominada en moneda extranjera, o cuyo pago es en el extranjero. Caso contrario, se la llama interna. La deuda externa es más difícil de soportar por la dificultad que posee un Estado de imponer condiciones sobre individuos pertenecientes a otro.
· Venta de activos: Suele denominarse “privatización”, pero no se limita a la venta de empresas, sino también a todo tipo de propiedad estatal. No funciona sólo como una manera de financiar el Estado, sino también para obtener mejores servicios, o reducir la cantidad de actividades en manos del Estado. Si bien el ingreso se realiza por única vez, al pasar la propiedad a manos privadas, se comienza a pagar impuestos.
· Ingresos propios: Se refiere a los ingresos que obtiene el Estado por la venta o cobro de determinados servicios (por ejemplo, el ingreso a un parque nacional). Tienen la ventaja sobre los impuestos que sólo los pagan quienes usan el servicio.
· Emisión de moneda: Es una manera tentadora para el estado de financiar el gasto público porque no debe someter la decisión a aprobación parlamentaria, no aparece ante la población como un impuesto (aunque lo sea, ya que al ingresar más moneda al mercado, los precios suben y el poder adquisitivo baja), y porque se puede echar la culpa de sus efectos a otros agentes.
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