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Psicología Comunitaria en el Río de la Plata, Algunos aportes conceptuales y prácticos desde el conductismo

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diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
 
Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, 
Humanidades y ciencias de la Salud 
 
Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│ Junio│2011│ ISSN: 1852-8481│ 
 
 
Autoridades 
 
 
 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Dr. José Luis Riccardo 
Rector 
 
Esp. Nelly Esther Mainero 
Vicerectar 
 
Abog. Silvia Anguiano 
Secretaría General 
 
Dr. Rubén Enrique Lijteroff 
Secretaría de Infraestructura y Servicios 
 
Lic. Nelly Esther Mainero 
Secretaría de Relaciones Interinstitucionales 
 
Dra. Nora Debattista 
Secretaría de Ciencia y Tecnología 
 
Lic. Beatriz Fourcade 
Secretaría de Extensión Universitaria 
 
Dra. Myriam Villegas 
Secretaría Académica 
 
CPN Víctor A. Moriñigo 
Secretaría de Hacienda y Administración 
 
Prof. Julio Ángel Sirur Flores 
Secretaría de Asuntos Estudiantiles y 
Bienestar Universitario 
 
Dr. Fernando Bulnes 
Secretaría de Posgrado 
 
Lic. Alberto Trossero 
Secretaría de Planeamiento 
 
 
 
Facultad de Ciencias Humanas 
 
Lic. Martha María Pereyra González 
Decana 
 
Ab. Luz María Viñals Soria 
Secretaría General 
 
Mgter. Silvia Gioia 
Secretaría de Ciencia y Técnica 
 
 
 
Mgter. Silvia Gioia 
Secretaría de Extensión 
 
Lic. Diana Andrea Delfino 
Secretaría Académica 
 
 
Esp. Jose Luis Martínez 
Secretaría Administrativa 
 
 
 
 
 
 
diáLogos - Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas 
│Vol. 2│Nro.2││Junio│2011│ 
URL: www.dialogos.unsl.edu.ar 
e-mail: dialogos@unsl.edu.ar 
 
diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
2 Revista diálogos │Vol. 2│No. 1│ Febrero│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
 
 
Directores – Editores 
 
Asesores Editoriales 
 
Mauro E. Mañas 
Universidad Nacional de San Luis 
Los Inmigrantes 1590 - Ciudad 
San Luis – Argentina - CP.5700 
Tel. 02652 – 15619796 
 
Marcelo Alejandro Muñoz 
Universidad Nacional de San Luis 
Av. Centenario 649 – Ciudad 
San Luis – Argentina - CP.5700 
Tel. 02652 – 15654133 
 
Fernando Ariel Mallea 
Universidad Nacional de San Luis 
Italia 1665 – Ciudad 
San Luis – Argentina - CP.5700 
Tel. 02652 – 15400789 
 
 
 
Hugo Klappenbach 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Ramón Sanz Ferramola 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Enrique Saforcada 
Universidad de Buenos Aires 
 
Isaac Prileltensky 
Universidad de Miami 
Comité Científico 
 
Hugo Klappenbach 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Martha María Pereyra González 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Andrea Ferrero 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Ramón Sanz Ferramola 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Roberto Doña 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Nelly Mainero 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Rodolfo Parisí 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Ángel Rodríguez Kauth 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Walter Solar 
Universidad Nacional de San Luis 
 
María Eugenia Larisse 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Graciela Lima 
Universidad Nacional de San Luis 
 
Miguel De Bórtoli 
Universidad Nacional de San Luis 
Enrique Saforcada 
Universidad de Buenos Aires 
 
Etiony Aldarondo 
University of Miami 
 
Isaac Prilleltensky 
University of Miami 
 
Maritza Montero 
Universidad Central de Venezuela 
 
Miguel Ángel Álvarez González 
Universidad de La Habana 
 
María Cecilia Pérez Abalo 
Centro de Investigaciones de Cuba 
 
Heliodoro Carpintero 
Universidad Complutense de Madrid 
 
Rubén Ardila 
Universidad Nacional de Colombia 
 
Wanda Rodríguez Arocho 
Universidad de Puerto Rico 
 
Juan Seguí 
Universidad René Descarte -Paris V- 
 
Julio F. Villegas 
Universidad Central de Chile 
 
José Toro-Alfonso 
Universidad de Puerto Rico 
 
Imagen de Tapa 
 
“Festival de Hip-Hop” Fotografía 
Laura Márquez 
 
Diseño de pagina web – Web Máster 
 
Mariángeles Sosa - Mauro E. Mañas 
 
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Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Revista diáLogos 
Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas 
Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481 
 
 
 
 
Editorial 5 
 
A Propósito De La Ley Nacional De Salud Mental: Nuevos Escenarios Y Desafíos Para La Formación De 
Psicólogos 
Martin De Lellis 7 
 
Arquetipos Determinantes Del Espíritu De Nuestra Época Y Su Relación Con Las Adicciones 
Rafael P. Díaz Guiñazú 25 
 
Arquetipo De La Sombra Y Su Influencia En Las Adicciones 
Rafael P. Díaz Guiñazú 33 
 
El Problema De Marco Y La Representación Del Conocimiento 
Silenzi María Inés 43 
 
La Psicología En Los Inicios De La Facultad De Ciencias Médicas, Mendoza- Argentina (1950-1956).
 
 
Corina Calabresi 51 
 
Organización Y Participación En La Tercera Edad. Una Propuesta De Intervención Comunitaria Con Y Para El 
Centro Del Adulto Mayor “Esperanza Andina” De La Comuna De Peñalolén En Santiago De Chile. 
Johanna Sachschal, Carolina Giaconi Moris, Constanza Biscarra Mc-Nauton, Deborah Roco Quiroz, Rodrigo 
Mardones Carrasco, Israel Robles Sandoval 61 
 
Psicología Comunitaria En El Río De La Plata: Algunos Aportes Conceptuales Y Prácticos Desde El Conductismo 
Fernando Andrés Polanco 83 
 
Relaciones De Género Y Poder. Una Perspectiva De Equidad. 
Andrey Velásquez Fernández, Yuranny Helena Rojas Garzón 93 
 
Investigación Académica En El Mercosur. La Mirada De Uruguay: Entrevista A Susana Rudolf 
Marcelo Muñoz, Fernando Mallea 99 
 
Comentario De Libro: Rodolfo Walsh. La Palabra Y La Acción 
Marcelo Muñoz 107 
 
Comentario de libro: “Análisis de contenido” y “Metodología de análisis de contenido: teoría y práctica” 
Fernando Polanco 117 
 
Normas De Publicación 121 
 
 
 
diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
4 Revista diálogos │Vol. 2│No. 1│ Febrero│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
 
 
diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
 
Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Editorial 
Nos enorgullece poner en consideración el cuarto número. Para este volumen contamos con 8 
artículos muy variados entre sí. Demás está decir que cada uno de los artículos tienen aspectos muy 
valorables a tener y por eso la razón de su publicación. 
Desde el campo de la salud mental, tenemos el honor de presentar el trasfondo de la discusión de 
la nueva Ley de Salud Mental, artículo realizado por invitación de los editores al Prof. Martín de 
Lellis. Quien ha trabajado con mucha intensidad, para que esta ley tuviera el cuerpo político e 
ideológico y que fuera aprobada por ambas cámaras del Congreso de la Nación Argentina. 
Es una ley que realmente modifica radicalmente las estructuras en la que descansaba la salud 
mental en este país. Transforma entre otros aspectos, las consideraciones en torno al derecho de 
los pacientes. Focaliza que toda práctica en salud mental debe está guiado por los Derechos 
Humanos etc…. 
Es un artículo que nos permitirá discutir muchos de estos aspectos de la ley que aún se desconoce, 
y que además aún no son incorporados a la formación de los psicólogos como uno de los aspectos 
centrales en las transformaciones de los planes de estudios. Este excelente trabajo le da valor 
teórico a la ley. Aspecto imprescindible para su conocimiento. 
El resto de los artículos son provenientes de diferentes campos. Así, nos encontramos con artículos 
del campo de la salud mental, estudios de género, psicología comunitaria e historia de la psicología. 
Sin entrar en demasiados detalles sobre el resto de los interesantes artículos que en este número 
se publican, esperando que sean del agrado de lectores y que les sirva como materiales de estudio 
y reflexión. 
Asimismo en este número, contamos con la entrevista está realizada la Mag. SusanaRudolf. Ella es 
una reconocida profesora uruguaya, con una larga trayectoria en investigación en el campo de la 
salud y de la psicología comunitaria. 
Para nosotros es un enorme orgullo tenerla entre las entrevistadas por el valor mismo de los 
conceptos vertidos en la entrevista y por su calidez humana y disposición. Por su entrevista 
podemos percibir de manera compleja como está la situación de la salud en general en Uruguay y la 
psicología en particular. Hace mención en esta entrevista, su posibilidad histórica que tuvo de 
conocer a unos de valiosos psicólogos latinoamericanos como fue Juan Carlos Carrasco. Arduo 
promotor y teorizador de lo que el llamó “Psicología crítica alternativa”. 
Queremos agradecer al Lic. Alvaro Paracelsus Sepulveda, compañero editor de la Universidad de 
Arcis, quien nos ayudo en esté ultimo número en la difusión por el valiosísimo sitio generado por él. 
Este sitio (http://ontogenia.cl/novo/index.php) es un portal para los estudiantes y profesionales 
provenientes del campo psi. 
Asimismo queremos como siempre agradecer a algunos docentes que son de importante respaldo 
para que esta Revista tome fuerza, adquiera esos valores necesarios para su mayor visibilidad. 
Para los editores de esta Revista es un gusto poder proponerles este cuarto número, realizado con 
mucho esfuerzo, tratando de sortear todos los problemas que van surgiendo al mantener una 
publicación de estas características. Esperemos que disfruten de su lectura y aprovechamos la 
ocasión para invitarlos a participar en próximos números. 
 
Los editores 
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diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
 
Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Revista diáLogos 
Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas 
Vol. 2│Nro. 2│Junio │2011 │pp. 7-24 
A PROPOSITO DE LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL: NUEVOS ESCENARIOS Y DESAFIOS PARA 
LA FORMACION DE PSICOLOGOS 
 
Autor: Martin De Lellis 
Email: delellis@fibertel.com.ar 
 
RESUMEN: 
La promulgación de la Ley Nacional de Salud Mental se inscribe en un proceso de recientes 
transformaciones políticas e innovaciones legislativas que impactan sobre el campo de la salud 
mental. Situado en dicho contexto, el análisis del contenido de la ley permite distinguir un conjunto 
de desafíos fundamentales que en el presente trabajo se RESUMEN en: a) Integrar la política de 
adicciones y salud mental en el marco de las políticas generales de salud; b) Asegurar la vigencia de 
los derechos de las personas con trastornos mentales; c) Fortalecer la investigación epidemiológica 
como un insumo crítico para la toma de decisiones; d) Transformación del modelo de atención. El 
nuevo escenario planteado a partir de la sanción de la ley se constituye además en una oportunidad 
inédita para revisar las concepciones y prácticas que orientan la formación de los recursos humanos 
en el campo de la Salud Mental. Para tal fin, en el presente trabajo se analizan aspectos tales como 
la cantidad y distribución de psicólogos en Argentina, las tendencias hegemónicas en la formación y 
la relevancia de incorporar el actual marco de referencia normativo como contenido curricular, 
tanto al nivel de grado como de posgrado. Finalmente, se exponen algunas experiencias 
pedagógicas que ilustran la importancia de promover prácticas pre-profesionales situadas que 
constituyan nuevos escenarios de aprendizaje, en el cual puedan visualizarse y ejercerse 
competentemente roles indispensables para el futuro quehacer profesional. 
ABSTRACT 
The enactment of the National Mental Health Act is part of a process of recent political and 
legislative innovations that impact on the mental health field. Set in that context, content analysis 
of the law to distinguish a set of fundamental challenges in this work are summarized in: a) 
Integrate the policy of addictions and mental health within general health policies, b) ensure the 
observance of the rights of persons with mental disorders, c) Strengthening of epidemiological 
research as a critical input to decision making, d) Transformation of the model of care. The new 
situation arisen from the enactment of the law also constitutes an unprecedented opportunity to 
review the concepts and practices that guide the training of human resources in the field of Mental 
Health. To that end, this paper discusses issues such as the amount and distribution of 
psychologists in Argentina, the hegemonic tendencies in the formation and importance of 
incorporating the current regulatory framework as syllabus, both at undergraduate and graduate. 
Finally, we present some pedagogical experiences that illustrate the importance of promoting pre-
professional training which are located new learning scenarios, which can be displayed and 
exercised competently essential roles for the future professional work. 
 
 
 
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1. EL NUEVO ESCENARIO: PROMULGACION DE LA LEY NACIONAL DE SALUD MENTAL 
Durante la última década se han producido algunos hitos relevantes en el campo de las políticas 
públicas de salud mental y adicciones en la República Argentina. 
Por un lado, la sanción de la Ley de Asistencia Primaria en Salud Mental Nª 25421 (vetada a través 
del decreto 465/01 en virtud de la restricción presupuestaria impuesta a los gastos del Estado 
Nacional), el cual obliga a las instituciones prestadoras de salud públicas y privadas a brindar 
asistencia primaria de salud mental a la población bajo su 
responsabilidad, garantizando la supervisión y continuidad de las acciones y programas. 
Más recientemente se produce un nuevo hito de significación: la reglamentación en el año 2008 de 
la Ley 24.788 de prevención del uso nocivo de alcohol, y la Resolución Nº 1179/10 que crea el 
Programa destinado a dar efectiva respuesta a uno de los problemas endémicos en Argentina 
mediante una estrategia que combina acciones regulatorias sobre la publicidad, control de los 
niveles de alcoholemia en conductores de tránsito, estrategias de promoción de la salud orientada 
a grupos escolarizados y fortalecimiento de la red sanitaria preventiva y asistencial que permita 
actuar sobre este relevante problema sanitario. 
En tercer término, el Decreto Nº 457/2010 que crea por decisión presidencial la Dirección Nacional 
de Salud Mental y Adicciones (DNSMyA), hecho sin precedentes en la historia de nuestro país. La 
relevancia de tal decisión puede dimensionarse si nos atenemos a la asignación presupuestaria 
adjudicada y por la adhesión manifestada por los referentes provinciales a las iniciativas 
programáticas que se han puesto en marcha en el nivel central, tales como: a) Subprograma de 
atención primaria en salud mental que da cumplimiento a la Ley de asistencia primaria en salud 
mental, b) Subprograma de trastornos mentales severos; c) Subprograma de justicia, salud y 
derechos humanos; d) Constitución de un sistema de vigilancia epidemiológica en salud mental; e) 
Desarrollo de iniciativas en promoción de la salud y prevención de problemáticas psicosociales 
emergentes; f) Desarrollo de acciones de regulación y fiscalización a establecimientos públicos y 
privados de salud mental. 
Cabe consignar también la sanción de la Ley 26529 que regula los derechos del paciente en su 
relación con los profesionales e instituciones de la salud, que si bien plantea un tratamiento 
genérico del problema impacta directamente sobre la situación de las personas con padecimientos 
mentales, pues establece entre otros aspectos el derecho al trato digno y respetuoso, así como la 
garantía de la intimidad, la confidencialidad,la autonomía de la voluntad y el acceso a la 
información sanitaria y la interconsulta médica en caso de ser ello necesario . 
Otro hito lo constituye la participación de representantes de nuestro país en Octubre de 2010 en la 
firma del Consenso de Panamá, el cual significó una oportunidad de ratificar en el plano 
internacional las líneas de trabajo que ya habían sido enunciadas en la Declaración de Caracas y en 
los principios rectores de Brasilia, reforzando aspectos tales como la importancia del enfoque de 
derechos y la necesidad de trabajar resueltamente en torno a la meta de un continente libre de 
manicomios para la siguiente década. 
Finalmente, debemos señalar la importancia que ha tenido recientemente la promulgación de la 
Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657. 
Esta herramienta normativa, basada en los estándares de derechos humanos vigentes en la 
materia, contribuye a la constitución de una agenda específica en Salud Mental, fortalece el rol del 
Estado nacional y se inscribe como una herramienta poderosa para emprender las reformas que 
son absolutamente prioritarias, y que sintéticamente se condensan en: a) Integración de la política 
 
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de adicciones en el marco de la política de salud mental; b) Vigencia de derechos en las personas 
con trastornos mentales, propiciando una más intensa articulación entre los organismos sanitarios 
y judiciales, c) Transformación del modelo de atención, que incluye el cierre progresivo de los 
manicomios y la habilitación de dispositivos asistenciales de base comunitaria sustitutivos del 
régimen asilar; d) Aplicación del enfoque epidemiológico como un insumo crítico para la toma de 
decisiones; e) Capacitación de los recursos humanos en el campo de la salud mental, desplazando el 
eje profesional desde el modelo restrictivo al modelo social expansivo. 
En tanto resulta una herramienta de política pública, obliga a los actores que forman parte del 
campo de la salud mental a sentar posición en referencia a lo que se propone legislar y a la 
armonización de las normas preexistentes o por dictar que puedan adecuarse al “espíritu” y no sólo 
a la letra de lo que la ley señala. 
Aquí aparece con toda claridad el problema de la implementación de las normas, y de los conflictos 
que deben atravesar las leyes (esta o cualquier otra) que, análogamente a la presente, se 
propongan transformaciones que impactan en los actores posicionados en un determinado campo 
social. Como bien señala Lorenzetti (2009), puede suceder que aquellas normas que descansan en 
la formulación de objetivos valorativos, avanzan en la exposición y caracterización del problema 
pero no en su resolución. En tal sentido, cuando se trata de decidir acerca de cómo asignar los 
medios para poner en práctica la ley o cómo persuadir u obtener el apoyo de quienes resisten el 
cambio es necesario gestionar o atravesar un proceso de conflicto en la arena política que se 
resuelve por vías harto complejas, y donde resulta fundamental el análisis de las distintas cuotas de 
poder de que disponen los actores sociales. 
En este caso particular, la ley ha desencadenado un proceso de discusiones, enfrentamientos y/o 
conflictos que obligan a repensar la participación de los distintos actores que pugnan por la 
consecución de sus intereses sectoriales en el campo de la salud mental; estos llevan adelante 
transformaciones a partir de lo que allí está normado, o bien intentan resistir cualquier 
modificación al statu quo ya sea no cumpliéndola, trabando su reglamentación, o forzando la 
interpretación de su contenido de acuerdo a sus propios intereses. 
2. DESAFIOS AL QUEHACER PROFESIONAL 
Veremos con mayor detalle el desarrollo de cada uno de los desafíos anteriormente señalados en 
relación a la aplicación de la ley nacional de salud mental: 
2.1. Integrar la política de adicciones y salud mental en el marco de las políticas generales de 
salud 
En su artículo 4º, la ley señala expresamente que “las adicciones deben ser abordadas como parte 
integrante de las políticas de salud mental. Las personas con uso problemático de drogas legales e 
ilegales tienen todos los derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con 
los servicios de salud”. 
No obstante, para analizar la importancia de esta cuestión y una somera referencia en torno a la 
viabilidad de las acciones a encarar debemos hacer una breve referencia a la historia reciente de las 
políticas públicas en adicciones en la República Argentina. 
La temática de las adicciones se instala como cuestión social en la agenda pública hacia mediados 
de los años 70, y atraviesa toda la década de los años 80. Las instituciones que se crearon por esta 
fecha reprodujeron la concepción punitiva que resultaba hegemónica en el plano internacional, 
vinculando el problema a lo que se consideraba por entonces el control y represión del tráfico ilícito 
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de sustancias, opacando así la relevancia sanitaria que ya manifestaban los indicadores 
epidemiológicos respecto a la mayor incidencia del consumo, especialmente en los sectores 
juveniles. 
Esta perspectiva criminológica presentaba también connotaciones geopolíticas, ya que el problema 
de las adicciones se asoció a la política de seguridad continental liderada por Estados Unidos y a la 
persecución de sujetos individuales o colectivos que, más allá de las fronteras nacionales, se 
hallaban potencialmente vinculadas al negocio del narcotráfico. 
Al centrarse sobre el consumo de drogas ilegales otros problemas epidemiológicos relacionados 
con el uso nocivo de sustancias legales pasaron a ser naturalizados. Un ejemplo de esto lo 
constituye el consumo excesivo de alcohol que, a la luz de las evidencias epidemiológicas resaltaba 
aún como uno de los factores más gravitantes en la morbilidad y mortalidad de la población 
general. No está de más señalar que, a su vez, otras cuestiones que ya se insinuaban como 
importantes en términos de su prevalencia general (por ej: adicción al tabaco o al juego) apenas 
movilizaban la preocupación colectiva porque no eran consideradas siquiera como problemas de 
salud pública. 
Durante la década de los ´80 en ciertas jurisdicciones de nuestro país (por ej: Provincia de Buenos 
Aires) y con el objetivo de ofrecer una respuesta a la problemática de la adicción al consumo de 
sustancias psicoactivas se concreta institucionalmente la creación de la Secretaría de Prevención y 
Asistencia de las Adicciones y se decide una importante inversión de recursos asignada a la 
instalación de más de un centenar de centros primarios de prevención, cuya integración al resto del 
sistema sanitario continúa siendo una asignatura pendiente para las políticas sanitarias con 
orientación territorial. 
Por otro lado, las políticas de salud mental y adicciones han estado signadas por una suerte de 
status marginal en el marco de las políticas generales de salud, que se ha expresado en tres 
indicadores claves, las cuales requieren en la actualidad una atención importante: 
• La menguada asignación presupuestaria que ha caracterizado al área salud mental a nivel 
nacional, que apenas llegaba a un promedio de 0,02 % del presupuesto nacional en el año 
2009. Si tomamos en cuenta los datos aportados por los distintos Estados provinciales a la 
encuesta aplicada por el WHOAIMS (OMS. 2010), las inversiones que las 10 provincias 
argentinas correspondientes a salud mental en el año 2007 (que autónomamente 
establecen los estados provinciales), apenas sobrepasa el 2%, (variación entre el 0,48 % en 
Catamarca y el 3% en Río Negro); 
• La distorsionada distribución del presupuesto asignado,pues al analizar la distribución 
interna del gasto se observa en promedio que el 65% del mismo está destinado a los 
hospitales psiquiátricos (variación entre 9% en Río Negro y 88% en San Juan). 
• La escasa inclusión de este componente en los programas generales de salud (ej: SIDA, 
Materno Infantil, Cólera, Salud Sexual y procreación responsable), tanto en la formulación 
del problema como también en la composición de los planteles profesionales que serían 
incluidos para la implementación de dichos programas sanitarios. 
• La conformación de un circuito paralelo de programas, servicios e instituciones de salud 
mental que agudizan la fragmentación y falta de integración con las políticas generales de 
salud. Así es como observamos una tendencia a autonomizar enfoques que no pueden 
comprenderse si se disocian del plano sanitario general, y pensar las problemáticas que 
plantean ciertas instituciones (ej: monovalentes, centros de salud mental comunitaria) 
 
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como si pudieran comprenderse y resolverse en forma independiente de las políticas y 
sistemas generales de salud. 
2.2. Fortalecer la investigación epidemiológica como un insumo crítico para la toma de decisiones 
La investigación epidemiológica en salud mental ha estado casi ausente en la preocupación de las 
agencias científicas y gubernamentales. Con excepción de algunas iniciativas tales como la que se 
llevara a cabo en el ámbito del CONICET durante la década del ´70, han sido escasas o nulas las 
investigaciones de carácter poblacional emprendidas en el ámbito nacional. 
Esto ha producido un circuito de retroacción negativa en lo que refiere a la instalación de la salud 
mental como una cuestión de agenda pública, pues al no contar con datos ni estimaciones 
confiables y actualizadas en torno a la magnitud y gravedad del problema no se otorgaba al mismo 
el estatus de prioritario, lo que a su vez conspiraba contra la posibilidad de obtener recursos que se 
asignen a investigaciones que logren caracterizar el problema, y así sucesivamente. 
La tendencia al aislamiento (propio y de terceros), ha sido entonces el denominador común durante 
décadas, y se ha manifestado también en una baja participación de investigaciones que pudieran 
aportar en la materia desde un enfoque epidemiológico social cuyo objetivo pudiera ser el trazado 
de un mapa de las problemáticas de salud mental más prevalentes. Importantes líneas de 
investigación que en otras partes del mundo se han consolidado (por ejemplo, aquellas que se 
hallan abocadas a trabajar sobre la temática del prejuicio y la discriminación hacia el enfermo 
mental) y que tan relevante resulta en la actualidad no han sido suficientemente impulsadas en 
nuestro medio. 
Sin embargo, las evidencias epidemiológicas reunidas en todo el mundo y publicadas en informes 
que han tenido importante difusión en la comunidad científica mundial (OMS; 2001) alertan sobre 
el impacto que las nuevas morbilidades (a menudo con características epidémicas) tienen sobre los 
servicios de atención. El citado Informe de la OMS plantea la necesidad de situar en la agenda de 
los decisores sanitarios mundiales tales problemáticas epidemiológicas e incrementar 
consiguientemente el presupuesto específico en salud mental. 
Paralelamente a todo este proceso, las problemáticas convocantes para los especialistas en salud 
mental dejan de hallarse restringidas a lo que sucede en las instituciones de encierro para pasar a 
considerarse como incluyente de muchas otras situaciones que se plantean en el decurso de la vida 
cotidiana y que deben abordarse prioritariamente en el primer nivel de atención (de Lellis, M. 
2006): distinto tipo de violencias, trastornos de ansiedad, alimentarios, uso y abuso de sustancias, 
comportamientos autodestructivos, violencia intrahogareña, consecuencias psicosociales en 
situaciones críticas de catástrofes o desastres. 
Es a partir de las iniciativas gubernamentales y legislativas desarrolladas recientemente en nuestro 
país y antes señaladas que se plantean indicios de revertir esta situación: se constituye un grupo 
dedicado a la generación de un sistema de vigilancia epidemiológica que articule con otros 
organismos generadores de información en la materia y se consolida la información disponible que 
data de los últimos años en el país y en América Latina, así como también se desarrollan 
investigaciones poblacionales para caracterizar la situación epidemiológica de salud mental de los 
adultos y se propone el fortalecimiento de las unidades generadoras de información en los ámbitos 
provinciales y municipales. 
Este esfuerzo se ha visto materializado en la producción de informes epidemiológicos relativos a la 
estimación de prevalencias en salud mental, el consumo de alcohol, el número de camas 
psiquiátricas, los indicadores de suicidio y la publicación de sendos informes sobre el estado de 
situación en torno a la epidemiología de la salud mental infanto-juvenil (Ministerio de Salud. 2010; 
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2011.) y advierten, basándose en diversos antecedentes producidos en la región, en torno al 
crecimiento en la incidencia de trastornos mentales en la República Argentina. 
2.3. Asegurar la vigencia de los derechos de las personas con trastornos mentales 
Los artículos de la ley que componen el capítulo 7º enumeran los derechos que deben ser 
socialmente reconocidos y protegidos en relación con el enfermo mental, y que demandan al 
Estado asegurar su protección: derecho a recibir atención sanitaria basada en la integración social y 
con sólidos fundamentos éticos y científicos, a conservar y preservar la identidad, a recibir 
acompañamiento de sus familiares, a acceder a la información sanitaria y/o clínica y a tomar 
decisiones relativas a su tratamiento, a que las condiciones de la internación sean adecuadamente 
supervisadas, a no ser identificado ni discriminado por su enfermedad, a no ser objeto de 
investigaciones clínicas ni tratamiento experimental sin su consentimiento expreso, a no hallarse 
sometido a trabajos forzados o no recibir remuneración alguna por ello. 
Esta extensa inclusión de derechos en torno al enfermo mental cobra sentido también en una 
dimensión histórica, ya que está precedida por muy importantes antecedentes nacionales e 
internacionales (leyes, declaraciones, consensos) que señalan la necesidad de proteger la vigencia 
de los derechos en las personas que se hallan en situación de mayor vulnerabilidad, tal como es el 
caso de las personas con trastornos mentales (Kraut, A. 1995). 
El enfoque de derechos ya representa una perspectiva insoslayable para comprender y dar solución 
a las problemáticas de salud mental (Di Nella, Y. 2011). Su potente surgimiento en la última mitad 
del siglo XX ha resultado fundamental luego de que se develaran las atrocidades cometidas durante 
el nazismo al cabo de la segunda guerra mundial y otras flagrantes violaciones a los derechos de las 
personas con trastornos mentales en situaciones de excepción. De hecho la cuestión de los 
derechos humanos aplicados al campo de la salud (incluida la mental) sigue el curso de los 
movimientos sociales y civiles que han incrementado la percepción social acerca de los derechos a 
los cuales la humanidad considera posible acceder en los distintos estadios históricos. 
Consolidada como una revisión de la tradicional perspectiva tutelar que protegía al enfermo pero al 
precio de una profunda exclusión social (Rossetto, J; de Lellis, M. 2007), la perspectiva crítica de los 
derechos humanos se centra principalmente sobre las más importantes amenazas a la vulneración 
de derechos de las personas con trastornos mentales, pues allíse ponen al descubierto las 
consecuencias devastadoras que tienen sobre los pacientes y sus familiares la internación indebida 
y prolongada: exclusión de la vida social, pérdida de habilidades y destrezas, emergencia de nuevos 
cuadros psicopatológicos que son consecuencia del abandono y la segregación. 
A mediados de los años 60, cuando se manifiestan las violaciones a los derechos humanos de las 
personas con trastornos mentales en quienes eran recluidos a menudo de por vida en las 
Instituciones totales, la problemática de la atención brindada en los hospicios monovalentes se 
instala como cuestión de agenda pública y provocan una importante movilización social que 
impacta sobre los poderes públicos. 
Se suceden entonces una serie ininterrumpida de recomendaciones y declaraciones mundiales que 
no hacen más que reforzar la importancia que asume la perspectiva de derechos en el concierto 
político mundial, y que de algún modo interpelan a los decisores del área para introducir las 
reformas actualmente indispensables en los modelos de atención (Saforcada, E; de Lellis, M.; 
Mozobancyk, S. 2010). 
 
 
 
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2.4. Transformación del modelo de atención 
El capítulo V denominado modalidad de abordaje caracteriza en sus artículos 8º, 9º, 10º, 11º y 12º 
los aspectos centrales que deben ser tomados en cuenta en relación a la transformación en el 
modelo de atención, pues aboga por los siguientes aspectos: interdisciplinariedad, fortalecimiento 
de las acciones de base comunitaria y que propendan a la promoción de redes y lazos sociales, 
apertura de dispositivos asistenciales sustitutivos tales como las consultas ambulatorias, atención 
domiciliaria supervisada, servicios para la promoción y la prevención y la habilitación de 
prestaciones a través de instituciones de pequeña escala tales como los centros de día, centros de 
capacitación laboral, microemprendimientos sociales y los hogares a cargo de familias sustitutas. 
A fin de contextualizar esta propuesta, resulta recomendable hacer una breve referencia en torno a 
la historia más reciente de las políticas de salud mental en la República Argentina. 
Dada la consolidación del modelo asilar, que ha sido la respuesta hegemónica en Occidente al 
problema de los trastornos mentales, los principales recursos de atención desde el sector público se 
han concentrado en los dispositivos monovalentes. Si bien estos se originaron con un propósito 
benefactor fueron sufriendo progresivamente un desplazamiento de sus fines, lo cual ha conducido 
a resultados devastadores para los pacientes, trabajadores y familiares (de Lellis, M. 2006). 
A lo largo del período histórico reciente, la crisis del modelo asilar se manifiesta en múltiples 
indicadores tales como el incremento de la internación indebida y compulsiva, la prolongada 
institucionalización de los pacientes en centros de reclusión, el debilitamiento de las redes de 
apoyo y sostén que proporcionan los grupos primarios tales como la familia y el grupo de pares, el 
ausentismo y la insatisfacción laboral, o bien las amenazas continuas a la identidad, que se 
plantearon de forma extrema en el carácter de indocumentados que adquieren los numerosos 
pacientes considerados bajo la categoría de NN. 
A partir de la experiencia desarrollada en Italia con la sanción de la Ley 148 (Basaglia, F. 1976), 
surge por entonces y de forma clara el imperativo de suprimir definitivamente los manicomios y 
promover la instalación de dispositivos asistenciales sustitutivos a las situaciones de encierro, de 
forma tal que permitan un pronóstico sanitario más favorable y la posibilidad de revertir las 
condiciones de estigmatización. 
Los procesos de reforma que se desencadenan por entonces atravesarán las tres décadas finales 
del siglo veinte, y logran expresarse a la vez en muy importantes hitos que ratifican el rumbo 
trazado en América Latina por la reforma italiana y las diversas corrientes teóricas que en el resto 
del mundo impulsaron procesos similares, tales como los que se desarrollaron en los EEUU y en el 
resto de los países europeos. 
Esta situación ha llevado a que, desde hace más de veinte años se constate un importante esfuerzo 
de parte de la comunidad científica internacional para denunciar la aberrante situación planteada 
por las instituciones totales. Al mismo tiempo, se constata la reiterada invocación a promover el 
fortalecimiento del componente de salud mental en el primer nivel de atención, o bien la apertura 
de camas de internación en servicios que integran los hospitales generales y así evitar la 
cronificación de los pacientes con trastornos mentales. 
La Declaración de Caracas, suscripta en el año 1990 por representantes de los países de América 
Latina y el Caribe, y constituido ya en un hito en el proceso de reforma, señala entre otros aspectos 
los siguientes principios: 
a) “Art-. 1: “Que la reestructuración de la Atención Psiquiátrica ligada a la Atención Primaria de 
la Salud permite la promoción de modelos alternativos centrados en la comunidad y dentro 
de sus redes sociales” 
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b) Art-. 2: “Que la reestructuración de la Atención Psiquiátrica en la región implica la revisión 
crítica del papel hegemónico y centralizado del hospital psiquiátrico en la prestación de 
servicios” 
c) Art-. 5: Que la capacitación del recurso humano en Salud Mental debe hacerse apuntando a 
un modelo cuyo eje pasa por el servicio de salud comunitaria y propicia la internación 
psiquiátrica en los hospitales generales, de acuerdo con los principios rectores que 
fundamentan esta reestructuración“. 
Nuestro país recoge tempranamente la inspiración de la Declaración de Caracas. Por ejemplo unos 
años después de que se decide en la Provincia de Río Negro la sanción de la Ley Nº 2440, comienza 
a manifestarse una voluntad de reforma plasmada en diversas experiencias locales o regionales, (ej: 
reforma en el Hospital Neuropsiquiátrico Liniers, Colonia Oliveros, Hospital Estéves) las cuales no 
alcanzaron finalmente a integrarse en una concertada política federal, en parte también por la 
discontinuidad y la persecución política desplegada por la dictadura militar. 
Quince años después tal Declaración es ratificada a través de los Principios Rectores de Brasilia, 
señalando la importancia de que todos los países de la región emprendan procesos de reforma 
similares a los que fueran impulsados mediante la Declaración de Caracas, pero Argentina ya no 
conserva el liderazgo que había desarrollado durante los años 70 merced a experiencias como las 
que liderara Mauricio Goldenberg en el Hospital General de Lanús. Al nivel nacional, el área de 
Salud Mental pierde peso institucional conforme avanza el proceso de descentralización y/o 
transferencia de facultades al nivel regional o local, con un presupuesto cada vez más mermado 
para poder implementar sus políticas sectoriales. 
En relación con el fortalecimiento del primer nivel de atención de acuerdo a la estrategia de 
Atención Primaria de la Salud, diversos programas han desarrollado esfuerzos concurrentes en 
torno a esta finalidad, tales como los programas que han fortalecido la formación de los recursos 
humanos (ej: Salud social y comunitaria), aquellos destinados a la prevención del cólera o a dar 
respuestas específicamente dirigidas a la problemática de las poblaciones indígenas, pero sin que 
ello haya logrado plasmar la jerarquización del componente de salud mental en el primer nivel de 
atención aún hasta la actualidad. 
3. LA FORMACION DE RECURSOS HUMANOS 
3.1. Cantidad y distribución de psicólogos 
La Ley Nacional de Salud Mental señala en su Capítulo IX, artículo 33, losiguiente: “Que la 
autoridad de aplicación debe desarrollar recomendaciones dirigidas a las universidades públicas y 
privadas, para que la formación de los profesionales en las disciplinas involucradas sea acorde con 
los principios, políticas y dispositivos que se establezcan en cumplimiento de la presente ley, 
haciendo especial hincapié en el conocimiento de las normas y tratados internacionales en derechos 
humanos y salud mental. Asimismo, debe promover espacios de capacitación y actualización para 
profesionales, en particular para los que se desempeñen en servicios públicos de salud mental de 
todo el país” 
La relevancia de hallar consignada en este artículo la cuestión de los recursos humanos radica en 
que en último término toda norma que intente incidir sobre la realidad en la cual opera es 
implementada por sujetos que las comprenden y toman decisiones en contextos complejos, 
inciertos y determinados políticamente. 
Dada esta constatación, cabe repensar una cuestión fundamental: están capacitados los psicólogos 
 
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para dar respuesta a los desafíos que plantea la promulgación de la Ley Nº 26.657? 
En líneas generales, existe un consenso bastante extendido respecto de que la cantidad, 
distribución, calidad y diversificación de especializaciones de los psicólogos que actualmente se 
forman en las instituciones públicas y/o privadas no responden a las necesidades sanitarias de la 
población. 
Algunas evidencias empíricas nos permiten reforzar la aseveración de que en ciertas regiones del 
país se observa un marcado déficit de profesionales, mientras que en otras áreas el recurso 
humano manifiesta una distorsiva sobreoferta que incide negativamente sobre el mercado de 
trabajo profesional, y contribuye a la precarización o al bajo reconocimiento salarial de la fuerza de 
trabajo. 
Con respecto a la cantidad de psicólogos, Argentina ostenta una de las tasas de psicólogo por 
habitante más alta de América Latina y probablemente del mundo. De acuerdo a datos relevados 
en el año 2000 (Alonso, M. y Gago 2007), existía un total de 62.773 psicólogos en todo el país, 
superior a todos los países de América Latina y a la gran mayoría de países pertenecientes al mundo 
desarrollado. 
Con respecto a su distribución, y de acuerdo a los datos provistos por el estudio nacional que 
trabajó con base en datos del INDEC (Alonso, M. y Gago 2007), cerca de las tres cuartas partes de la 
fuerza de trabajo profesional (71,7%) está concentrado en tres distritos del país, tal es el caso de la 
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y de Santa Fe. 
3.2. Tendencias formativas 
Dado este escenario de situación, es oportuno ahora revisar cuáles son las tendencias que se 
plantean en la formación de recursos humanos en las carreras de psicología que resultan 
preocupantes a la hora de pensar los nuevos contenidos de formación que deben ser impartidos 
tanto en el nivel de grado como de posgrado. 
Ha sido reiteradamente señalado en anteriores trabajos (Saforcada, E. 2000) que la orientación 
seguida por las instituciones universitarias formadoras del recurso humano han estado cooptadas 
de manera hegemonizante por el modelo clínico como instancia legitimada por la comunidad 
profesional, obturando ello la introducción de otras perspectivas teóricas y técnicas con mayor 
grado de transferencia al campo social así como instancias de inserción profesional que 
trascendieran el contexto asistencial dirigido a atender la enfermedad mental. 
Subsisten además brechas en relación al diagnóstico de las necesidades asistenciales que impactan 
sobre los servicios de salud y las respuestas consiguientes: los programas de formación no han 
incorporado suficientemente el desafío de confrontar al graduado con su futura inserción como 
profesional, dada la escasa proporción de horas asignadas a las prácticas pre-profesionales o en 
servicio. 
La enseñanza continúa siendo en su mayoría de carácter enciclopedista, monodisciplinaria, basada 
en la reproducción acrítica y mnemotécnica de doctrinas enunciadas de forma dogmática, y en las 
cuales el alumno no puede problematizar adecuadamente sus condiciones de formulación y/o 
implementación. 
En relación con la formación orientada hacia la clínica de los trastornos desde una perspectiva 
psicopatológica, resulta comparativamente escasa la formación que reciben los profesionales en 
temáticas tales como la estrategia de la atención primaria de la salud, epidemiología, políticas 
públicas, sistemas y servicios de atención, reforma de los modelos de atención, redes y 
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planificación de servicios. 
En apretada síntesis, pueden mencionarse algunos lineamientos que sirven como punto de partida 
para pensar las políticas de recursos humanos, y dotarlas de un mayor grado de adecuación a lo 
que plantea la presente ley. 
a) Por un lado, profundizar el conocimiento de marcos teóricos y tecnológicos que doten de 
mayor pluralismo la perspectiva de la psicología y fortalezcan la inserción competente en distintos 
planos de intervención: individual, familiar, institucional y comunitario. 
b) En segundo lugar, incentivar una perspectiva sanitaria que recomponga todo el proceso de 
salud/enfermedad/atención, comprendiendo ello las acciones protectivas y/o promocionales y los 
distintos niveles de prevención específica: primaria, secundaria y terciaria. 
c) En tercer término, desarrollar un abordaje epidemiológico que permita a los profesionales 
actuantes orientar la definición de prioridades y la formulación de políticas públicas para actuar 
poblacionalmente sobre las problemáticas sanitarias. 
3.3. El marco de referencia normativo 
En relación al conocimiento específico de los marcos normativos que enmarcan y orientan el 
quehacer profesional revisaremos diversas situaciones que pueden ilustrar el carácter problemático 
del tema que nos ocupa. 
En primer lugar, hay un problema principal que es el desconocimiento del tema en la formación de 
pregrado, pues se constata una casi nula incorporación de marcos normativos tales como la Ley 448 
o la reciente Ley Nacional de Salud Mental en la formación de grado del psicólogo. 
En la tesis de doctorado realizada por Ernestina Rosendo (2009) y aplicada sobre los graduados que 
trabajaban en el sector público se puso de manifiesto un desconocimiento de la ley que rondaba en 
más de un 60 % de las personas entrevistadas. En ese trabajo los profesionales señalan límites 
insalvables (por ejemplo, las prácticas de trabajo instituidas, la personalidad de los profesionales, 
las dificultades de interacción entre los profesionales de muy difícil resolución), pero además 
consideraban poco razonable pretender la transformación del perfil profesional de quienes tienen 
una extensa trayectoria de formación, experiencia y desempeño en determinada línea de trabajo. 
Según los datos relevados en dicho estudio, los profesionales presentaban más expectativas de 
continuidad de lo establecido que ideas transformadoras e instituyentes, y consideran que esto 
último debía ser reservado para los jóvenes que recién ingresaban (o ingresarán) al sistema de 
salud. Como expresa textualmente la autora, “No sólo analizan límites insalvables (las prácticas de 
trabajo instituidas durante años, la personalidad de los profesionales, la carga fantasmática del 
pasado -atributos de significados de riesgo respecto al trabajo comunitario provenientes de la 
época del gobierno militar-, las dificultades de relación entre los profesionales imposibles de 
resolución), sino que tampoco consideran razonable pretender la transformación del perfil 
profesional de quienestienen una extensa trayectoria de formación, experiencia y desempeño en 
determinada línea de trabajo. Los profesionales presentan más expectativas de continuidad de lo 
establecido que ideas transformadoras e instituyentes. Consideran que esto último debe ser 
reservado para los jóvenes que recién ingresan (o ingresarán) al sistema de salud. Parece entonces 
factible afirmar las importantes dificultades que entraña una ley que se propone transformar un 
modelo profesional instituido y legitimado como válido por la comunidad profesional que lo porta” 
(Rosendo, E. 2010, pág.12.) 
 
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Tampoco aparecen referencias respecto al fortalecimiento de las estrategias preventivas y 
comunitarias, y la interpretación que se hace de la ley se orienta más a reforzar lo instituido que a 
pensar procesos instituyentes, sin proponerse modificaciones respecto al propio quehacer 
profesional: “Por otra parte, la amplitud teórica y pluralista de la ley, así como de los dispositivos 
legitimados para la atención, habilita a que todos los profesionales –independiente de la disciplina 
y el marco teórico que portan, así como las prácticas de trabajo que llevan adelante – tengan 
margen para validar lo que hacen, sin necesidad de repensar ni introducir modificaciones respecto 
al propio rol profesional. En el marco de la ley, los profesionales ubican, legitiman y defienden la 
forma en que trabajan. Se vacía entonces de contenido la idea de “reconversión”, afianzándose a su 
vez el perfil teórico y la modalidad de a abordaje de la institución (de tratamiento psicoterapéutico, 
ambulatorio y predominantemente individual)” (Rosendo, E. 2009, op.cit.pág.408 ) 
Complementariamente a tales evidencias, investigaciones acerca de los aspectos éticos presentes 
en investigaciones no clínicas en el campo de la salud (Garbus, P; Solitario, R; Stolkiner, A. 2008) 
releva las dificultades de aplicación de normas como el consentimiento informado en aquellos 
casos en los cuales hay sustitución de derechos (personas que atravesaron juicios de insanía). A 
partir de dicho relevamiento se constata que, más que como garantía de los derechos de las 
personas, esta herramienta parecería funcionar fundamentalmente como resguardo jurídico-legal 
de los propios profesionales y/o investigadores. 
En concordancia con lo anterior, en un reciente relevamiento realizado por la DNSMyA sobre los 
egresados residentes en la ciudad de Buenos Aires que acudían al Ministerio de la Nación durante 
junio del 2010 se indagó acerca del conocimiento que tenían sobre documentos de referencia 
internacional tales como la Declaración de Caracas, la estrategia de APS y la Convención 
Internacional para la lucha contra la discapacidad. 
Los resultados fueron los siguientes: menos de un 10 % de la población encuestada declaraba 
conocer la Declaración de Caracas, alrededor de un 20 % manifestaba su reconocimiento de la 
Declaración de Alma Ata y sólo un 10 % de los principios para la protección de los enfermos 
mentales y para el mejoramiento de la atención en salud mental de las Naciones Unidas, mientras 
que la totalidad de los mismos admitía desconocer la existencia de la Convención sobre los 
derechos de las personas con discapacidad. 
En síntesis, se refleja un escaso conocimiento acerca de los marcos normativos e institucionales que 
deben ser tomados en cuenta para la orientación de las políticas públicas y para establecer los 
marcos normativos que rigen para la protección de los pacientes y también de los profesionales que 
brindan atención. 
4. PRÁCTICAS SITUADAS Y NUEVOS ESCENARIOS DE APRENDIZAJE 
La capacitación del personal de salud en el nivel de posgrado, no sólo en cuanto a contenidos 
teórico-técnicos y metodológicos, sino también, en cuanto a aspectos valorativos y actitudinales y 
al desarrollo de las habilidades profesionales necesarias (comunicacionales, por ejemplo) para 
llevar adelante este nuevo tipo de intervenciones son piezas clave del éxito de la reorientación de 
los servicios de salud. 
Por ello resulta fundamental habilitar escenarios de aprendizaje que permitan al futuro graduado 
aprender desde una práctica situada, facilitando el reconocimiento de los contextos cambiantes, 
inciertos y complejos en los que se desenvuelve el accionar de Instituciones de salud. 
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Un ejemplo de lo anterior se halla presente en la fundamentación de las prácticas profesionales en 
el marco de la formación de pregrado, las cuales han tratado de incentivarse en diversos ámbitos 
de formación durante el período reciente. 
En la medida que guarda estrecha relación con lo propuesto por la ley y con la puesta en marcha de 
la Dirección Nacional, de la cual ha obtenido un aval explícito y facilidades institucionales para su 
realización, se expondrán brevemente los fundamentos y los antecedentes que permiten 
contextualizar sendas propuestas pedagógicas que se llevan a cabo en la Universidad de Buenos 
Aires, y que permiten trazar una importante integración de la agenda académica con aquella que se 
plantea en el escenario político y social. 
4.1. Docencia, Extensión e Investigación Universitaria: el programa Escuelas Promotoras de Salud 
Durante el período comprendido entre los años 2000 a 2005 la Cátedra Salud Pública y Mental 
desarrolló, como parte de su actividad formativa en el nivel de grado, Talleres de Educación para la 
Salud en Instituciones educativas, que se abocaron a la prevención de una variedad de 
problemáticas sanitarias consideradas prioritarias: alcoholismo, tabaquismo, accidentes, 
prevención del HIV SIDA, nutrición saludable. 
En virtud de que tales actividades resultaban a menudo fragmentadas y discontinuas, se decidió la 
formulación e implementación de un Programa de extensión denominado Escuelas promotoras de 
Salud, a realizarse en dos instituciones educativas emplazadas respectivamente en San Isidro y 
Avellaneda. Para la formulación y puesta en marcha de dicho programa se desarrolló un trabajo de 
capacitación interna del equipo de Cátedra que se orientó a aprehender y acordar una visión 
común en torno a las características y alcances del proyecto, y distintos subgrupos de trabajo 
profundizaron el estudio de los ejes centrales que definen la presente estrategia: a) Desarrollo de 
una propuesta de Educación para la Salud desde un enfoque integral; b) Ambientes Saludables; c) 
Intersectorialidad. 
Uno de los principales objetivos del programa fue dotar de continuidad a la labor emprendida por 
la cohorte de alumnos que cursaba en cada cuatrimestre correspondiente al dictado de la materia 
con aquella que se desarrollaba durante la cohorte siguiente de alumnos durante el siguiente 
cuatrimestre, permitiendo la sedimentación y enriquecimiento de los aprendizajes alcanzados, 
habilitando oportunidades para el intercambio entre Instituciones educativas y Universidad. 
Como ejemplo ilustrativo de ello, al inicio del Programa de la Cátedra realiza como parte de la 
cursada un trabajo práctico o salida a terreno consistente en un relevamiento diagnóstico 
ambiental y comunitario de las áreas vecinas a la Institución educativa con la cual se establecieron 
los acuerdos de trabajo. Para cumplir con tal finalidad, los alumnos tienen la oportunidad de 
analizar y debatir, como materiales bibliográficos, documentos de trabajo que se gestaron para dar 
apoyo técnico y difusión al Programa, elevándose los correspondientes informes a las autoridades 
(directivos) de las Instituciones educativas. 
Asimismo, cada uno de los estudiantes, aún cuando asumen una responsabilidad 
fundamentalmente ligada a las características de la salida a terreno que correspondaa la Comisión 
de Trabajos Prácticos en la que se halla inscrito, debe interiorizarse de lo que la Cátedra en su 
conjunto está realizando a través de todas las comisiones de trabajos prácticos que en cada 
cuatrimestre llevan a cabo el dictado de la materia. De esta manera, se facilita un trabajo más 
integrado entre alumnos y docentes de la Cátedra, que puede ser expuesto a la vez como un 
ejemplo cabal de lo que significa una actividad planificada en el campo de la Salud Pública. 
Durante el año 2007, luego que el Programa recibiera aprobación de la Secretaría de Extensión, la 
 
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Cátedra se abocó a la realización de un proceso diagnóstico participativo con los distintos grupos 
que representan a la Institución, a fin de detectar los problemas prioritarios y percibidos de salud. 
Este proceso que se realiza con una variedad de estrategias y técnicas, concluyó en la elaboración 
de un diagnóstico institucional, a partir del cual se logró trabajar en profundidad las problemáticas 
sanitarias que los propios actores institucionales (ej: docentes, directivos, padres) han percibido 
como prioritarias. 
En dicho proceso diagnóstico se han establecido vínculos entre profesionales universitarios y 
miembros de las instituciones educativas que han hecho factible continuar exitosamente la marcha 
de las acciones emprendidas. Al mismo tiempo, dicho vínculo permite ir construyendo 
conjuntamente la estrategia de intervención e investigación, lo cual sirvió a la vez como un insumo 
para ajustar de forma permanente los instrumentos utilizados (de Lellis, M; Da Silva, N; Dufy, D; 
Schittner, 2009). 
Se da, por lo tanto, inicio formal al proyecto oportunamente presentado, el cual se continúa con la 
realización durante el año 2008 y parte del 2009 de los talleres de sensibilización dirigidos a 
docentes y preceptores de la Institución. Más tarde, y con motivo de la salida a terreno que es 
requisito obligatorio para la acreditación de la asignatura, se realizan talleres de discusión y 
reflexión con alumnos del nivel medio de ambas Instituciones educativas. 
En la implementación de este proyecto participan actores insertos de modo muy distinto en la 
Institución escolar y en la propia Universidad: alumnos, maestros, preceptores, directivos, 
estudiantes de grado, ayudantes docentes, auxiliares docentes y profesores regulares. 
Por ello resulta oportuno caracterizar el trabajo realizado con los mismos y su consecuente 
articulación, destacándose a la luz de la presente caracterización la complejidad que ello conlleva: 
Los estudiantes de Psicología participan en la formulación, diseño e implementación de actividades 
educativas (con la supervisión, evaluación y seguimiento de los docentes que conforman el staff de 
la Cátedra), teniendo a su cargo no la elección de un tema (habitualmente fijado por las prioridades 
acordado con los propios directivos) pero sí las técnicas que se desarrollarán para su tratamiento y 
problematización. Ello permite ligar el aprendizaje sobre distintas problemáticas de salud 
(ejemplos) con su transmisión hacia audiencias prioritarias. 
Los estudiantes de nivel secundario han sido los destinatarios directos de las actividades 
educativas programadas en la Institución, en ellos se han promovido habilidades sociales y 
cognitivas mediante la articulación del saber formal con el saber informal propiciando ello mejores 
resultados, no sólo en cuanto la incorporación, sino en tanto producción de conocimiento. Se 
estimuló la responsabilidad y la toma de posición sobre sus acciones y pensamientos, propiciándose 
herramientas de concientización y reflexión en torno a los problemas identificados . 
Los docentes Universitarios pudieron experimentar la construcción de un espacio nuevo de trabajo 
que posibilita la apertura del rol del psicólogo en el ámbito educacional, mas allá de trabajar dentro 
de una institución. Se logró la articulación de contenidos que atañen a la cátedra con herramientas 
informales con las que se pudo llegar a la población que se prentendía. Se promovió la enseñanza 
de técnicas relacionadas con la identificación de problemas con un enfoque sanitario, y la 
formulación de una propuesta de promoción y educación para la salud adecuada a la institución 
con la cual se efectuó la vinculación. 
Los docentes de las escuelas hallaron oportunidades para la integración de la currícula con 
herramientas hasta este momento no utilizadas, potenciando la incorporación de contenidos 
curriculares y extracurriculares. Se logró la articulación entre los procesos escolares tradicionales 
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con formas novedosas de aproximar la enseñanza al facilitar la apertura a programas externos 
(universitarios). Se logró suscitar interés fomentando la participación en grupos de reflexión y 
visualización participativa y la elaboración de estrategias para trabajar con la población 
adolescente. 
Los directivos de las escuelas pudieron llevar adelante la articulación salud-educación como motor 
de esta iniciativa promoviendo acciones sencillas, económicas, productivas y que atañen a todos los 
actores de ambas instituciones (alumnos, docentes, directivos), que permitieron reconcer una 
nueva forma de trabajo, así como difundir los logros y proyectos a desarrollar en el futuro. Se 
promovieron espacios de reflexión que permitieron revisar las estrategias y modalidades de gestión 
que llevan adelante las instituciones educativas en relación a cuatro tópicos fundamentales: 
La aprobación del Programa Escuelas Promotoras de Salud en el ámbito de la Facultad de Psicología 
de la Universidad (por Resolución de su Consejo Directivo) así como la inclusión de dicha propuesta 
en el Programa Educativo Institucional (PEI) de las Instituciones con las cuales la Cátedra estableció 
un vínculo de trabajo sostenido en el tiempo, hizo posible una mayor institucionalización del 
trabajo conjunto. 
Se espera que la metodología e instrumentos elaborados y comprendidos en el Programa, 
combinados de un modo flexible e integrado, permitan monitorear la marcha del Programa y 
facilitar la evaluación integrada de las dimensiones centrales que componen un proyecto de 
promoción de la salud en las escuelas: política escolar de promoción de la salud, ambiente físico y 
psicosocial, comportamientos en salud de la comunidad escolar, articulación con los servicios 
locales de salud y con organizaciones de la comunidad. 
En síntesis, todas las actividades de planeamiento, diseño y evaluación comprendidas en el 
programa de extensión (incluyendo sus obstáculos y dificultades) es analizada y evaluada en 
relación con los objetivos que se plantean en el dictado de la asignatura al servicios de los distintos 
componentes de la política universitaria: docencia, extensión, investigación. 
4.2. Práctica profesional en Centros Sanitarios del Primer Nivel de Atención: un enfoque 
preventivo y comunitario del trabajo en salud. 
Una de las consecuencias positivas de la implementación de la estrategia de APS desde el año 2000 
a la fecha ha sido la importancia que han alcanzado los Centros de Atención Primaria como 
ámbitos próximos a la vida cotidiana de la gente, a partir de los cuales han podido incrementarse 
las redes intersectoriales que facilitan una atención más integral de la población cubierta. 
De acuerdo a la evaluación realizada por autoridades del Programa de Salud Social y Comunitaria 
del Ministerio de Salud, la inserción del psicólogo en el equipo interdisciplinario de salud ha 
resultado altamente satisfactoria y relevante, realizando actividades preventivas y de base 
comunitaria en las Unidades Sanitarias. 
La práctica de grado denominada“El psicólogo en el primer nivel de atención; un enfoque 
preventivo y comunitario del trabajo en salud” postula la necesidad de promover la inserción de 
estudiantes en un Centro Integrador Comunitario en el cual se desempeñan graduados del 
Programa de Salud Social y Comunitaria del Ministerio de Salud de la Nación, quienes a la vez 
asumen responsabilidades docentes como tutores de la pasantía. 
Dicha práctica profesional apunta hacia una transferencia de los marcos teóricos, experiencias y 
prácticas adquiridas por los psicólogos formados en este nuevo modelo de trabajo, a partir de su 
 
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capacitación en el Programa de Salud Social y Comunitaria, hacia jóvenes estudiantes de psicología, 
a partir de desempeñarse los primeros como tutores de la pasantía. 
Además de ofrecer las herramientas para el trabajo en salud comunitaria, comunes para todos los 
profesionales que integran el equipo de salud, la formación de los alumnos se completa con la 
aprehensión de conceptos y metodologías específicas del área de la psicología social y comunitaria, 
necesarias para el desarrollo de competencias del psicólogo que se desempeña en el primer nivel 
de atención desde una perspectiva sanitarista. 
Luego de diversas cohortes de alumnos que han efectuado su práctica en Centros Integradores 
Comunitarios en los cuales se desarrollan acciones orientadas hacia el fortalecimiento del 
componente de salud mental en el primer nivel de atención se ha vuelto indispensable ampliar la 
inserción del psicólogo en actividades que le permitieran reconocer aspectos relativos a la 
formulación e implementación de políticas públicas de salud mental en el nivel central. 
Así fue como se ha ido gestando durante los años 2008 a 2009 actividades tales como entrevistas a 
funcionarios y responsables de programas en el nivel central. Durante el año 2010, y a partir de la 
creación de la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones dichas actividades se llevaron a 
cabo en el ámbito de este organismo, resultando propiciatorias para la formulación de una práctica 
profesional a desarrollarse en cada uno de los subprogramas en los cuales se han organizado 
actualmente las acciones programáticas. 
A modo de recapitulación de ambas experiencias pedagógicas, resaltamos lo siguiente: 
1. Permite la articulación entre programas de formación de recursos humanos en el campo 
sanitario (en términos del impacto logrado en la inclusión de profesionales) y la formación 
académico-universitaria en el nivel de pregrado. 
2. Procesa y da respuesta a las demandas situadas en la agenda pública de la autoridad 
sanitaria y/o educacional, con la que se plantea también en términos de la agenda 
académica-científica, expresada por el interés y la voluntad de suscribir un acuerdo conjunto 
de parte de la autoridad universitaria. 
3. El alumno se inserta en los propios escenarios en los cuales se despliega el trabajo 
comunitario (CIC, Centros de Salud, Escuela) pero desde el rol que le asignan los tutores y 
coordinadores de la misma. 
4. Habilita para la inclusión de los propios alumnos en los roles de observador y también 
partícipes en actividades de educación para la salud, y permite la transferencia de los 
conocimientos y habilidades propios de la de un programa de formación cursado por 
graduados en Psicología con aquello que deben aprender los alumnos de grado que cursan 
la asignatura de Salud Pública en el propio escenario en el cual se despliega el trabajo 
sanitario (CIC, Centros de Salud). 
5. Se compromete a realizar una devolución a las autoridades que han ofrecido el escenario 
institucional para la realización de la práctica profesional (Directores de Centros de Salud, 
Directivos de las Escuelas participantes). 
6. Para quienes se desempeñan como alumnos de la práctica profesional, representa una 
inmejorable oportunidad para vincular de forma directa el rol de un psicólogo en el primer 
nivel de atención, mientras que en el caso de las Escuelas la inserción en programas 
orientados según una filosofía centrada en la promoción de la salud más que en la asistencia 
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22 Revista diálogos │Vol. 2│No. 1│ Febrero│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
 
a la enfermedad significó una oportunidad para revisar las prácticas aprendidas e 
interiorizadas como tales en el transcurso de la formación de posgrado. 
7. Promueve competencias no convencionales para abordar las problemáticas identificadas, 
tales como las actividades de aconsejamiento y/o consejería para trastornos que, si bien no 
revisten gran severidad, constituyen una proporción importante de las demandas de la 
población a los servicios de salud. 
8. Fomenta el desarrollo de estrategias que impulsen la formación en áreas críticas por la 
carencia de profesionales. 
En síntesis, la inclusión del estudiante de Psicología en tales prácticas profesionales ofrece una 
oportunidad inmejorable para la integración a una actividad de carácter preventivo y comunitario, 
en la cual pueda visualizarse con claridad la importancia que adquiere el rol del psicólogo en las 
instituciones públicas, integrados al equipo interdisciplinario y en distintos niveles de acción: desde 
la promoción hasta los niveles más específicos de prevención. 
5. SINTESIS Y COMENTARIOS FINALES 
La promulgación oficial de la Ley Nacional de Salud Mental manifiesta una decidida voluntad de 
transformar un campo de prácticas que, surcado por tensiones políticas de muy diverso tipo, se ha 
planteado como altamente refractario al cambio y a la postre reforzador de situaciones en las 
cuales se manifiesta la violación sistemática de los derechos humanos de las personas con 
trastornos mentales. 
Aún cuando ya existen antecedentes de sanción legislativa en las provincias, la ley nacional se 
constituye en una muy importante instancia para el referenciamiento de las iniciativas 
desarrolladas en los niveles locales y en el posicionamiento de los actores más relevantes respecto 
de las temáticas principales a resolver en el ámbito de trabajo. 
Su reglamentación se enfrentará sin duda al desafío de convertir en procedimientos operativos 
eficaces aquello que se enuncia como principios axiológicos para guiar las acciones en torno a la 
mejora del bienestar y la calidad de vida de las personas asistidas. 
En esta instancia de aplicación es donde suelen ponerse de manifiesto las dificultades que entraña 
una ley que se propone transformar un modelo profesional instituido y legitimado como válido por 
la comunidad profesional que lo porta. 
Po ello subrayamos la necesidad de formular algunas recomendaciones para repensar la formación 
de los recursos humanos de grado y de posgrado a la luz de lo normado por la Ley, y que se 
sintetizan en las siguientes: 
a) Ubicar al corpus de leyes vigentes a nivel federal como parte indisociable del contexto 
normativo en el cual todo profesional debe anclar su práctica, y no como una cuestión que 
sólo atañe a los expertos juristas en la materia, evitando un sesgo excesivamente tecnicista 
de las leyes en cuestión. 
b) Proponer una visión integral de los principales dilemas éticos y/o políticos que están 
asociados a la implementación de la ley, y a la misma como una herramienta en el proceso 
de formulación e implementación de las políticas públicas. 
c) Por último, promover una implicación del quehacer profesional que permita tomar 
decisiones en escenarios institucionales ejercitando roles no convencionales para el 
quehacer del psicólogo. 
 
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Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Todo ello implica revisar los contenidos y los escenarios de laformación; de allí que hayamos 
considerado importante exponer dos experiencias pedagógicas en el cual los futuros graduados 
desarrollan su implicación en escenarios complejos, inciertos y cambiantes donde se planteará 
seguramente el futuro rol profesional. 
La ley, entonces, podrá constituirse en una herramienta fundamental para revertir la tendencia 
fragmentaria y enciclopedista de la actual formación de grado y de posgrado de los profesionales 
que actúan o deberán actuar en el campo de la salud mental. 
BIBLIOGRAFIA: 
Alonso M.M., Gago P.T. (2007) Relevamiento sobre la formación y distribución de Psicólogos en 
Argentina. Actualización a 2006. XII Congreso Argentino de Psicología. San Luis. 
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promoción de la salud en el ámbito escolar. Anuario de Investigaciones de la Facultad de 
Psicología. Universidad de Buenos Aires. Marzo de 2009. 
Di Nella, Yago. (2011). Psicología forense y derechos humanos. Koyatún. La Plata. 
Di Nella, Yago. (2010).Dispositivos congelados. Koyatún. La Plata. 
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personas declaradas incapaces. Anuario de Investigaciones. Volumen XVI. Tomo I. 
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(Compilador). “Salud mental y derechos humanos. Vigencia de los estándares 
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Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación. (2010).Estimación de la población afectada de 15 
años y más por trastornos mentales y del comportamiento en Argentina. 
Ministerio de Salud. (2011). Presidencia de la Nación. Perfil epidemiológico del suicidio en 
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nuevas esperanzas. Washington D.C. 
Organización Mundial de la Salud. (2010). Instrumento de evaluación para sistemas de salud 
mental. IESM-OMS. Versión 2.1. Salud Mental: Departamento de Evidencia e Investigación 
de Salud Mental y Abuso de sustancias. Ginebra. 
Rosendo, E. (2009). Satisfacción laboral, capacitación profesional y prácticas instituidas de los 
profesionales de la salud mental: análisis de la viabilidad y factibilidad de la aplicación de la 
Ley 448 de Salud Mental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tesis de doctorado. 
Presentado ante la Facultad de Medicina de l Universidad de Buenos Aires. Instituto de 
Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires. Mimeografiado. 
Rosendo, E. (2010). Las leyes en el campo de la salud: entre la defensa de intereses (corporativos y 
profesionales) y la regulación de las prácticas profesionales. El caso de la Ley de Salud 
diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
24 Revista diálogos │Vol. 2│No. 1│ Febrero│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
 
Mental Nº 448 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Instituto de la Salud Juan Lazarte 
(UNR). Instituto de Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires. 
Mimeografiado. 
Rossetto, J. ; de Lellis, M. (2006). Los caminos de la reforma en Salud Mental. Revista Medicina y 
Sociedad. Vol. 27. Nro.3. Setiembre de 2007. 
Saforcada, E. (2000). Psicología sanitaria. Paidós. Buenos Aires. 
Saforcada, E; de Lellis, M.; Mozobancyk, S. (2010). Psicología y salud pública. Paidós. Buenos Aires. 
ANEXO NORMATIVO 
Declaración de Alma-Ata, resultado de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la 
Salud. Organización Mundial de la Salud (OMS). 6 al 12 de septiembre de 1978. 
Declaración de Caracas, Adoptado por la Conferencia Regional para la reestructuración de la 
Atención Psiquiátrica en América Latina dentro de los Sistemas Locales de Salud. Copatrocinado por 
la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS) y Comisión Interamericana de Derechos 
Humanos. 14 de noviembre de 1990. 
Principios de Brasilia. Adoptado por la Conferencia Regional para la Reforma de los servicios de 
Salud Mental. “15 años después de Caracas”. Brasilia, Brasil, 9 de noviembre de 2005. 
Consenso de Panamá. Adoptado por la Conferencia Regional de Salud Mental “20 años después de 
la Declaración de Caracas. La década del salto hacia la comunidad: por un continente sin 
manicomios en el 2020. Ciudad de Panamá. Panamá, Octubre de 2010. 
Principios para la Protección de los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atención de 
la Salud Mental. Asamblea General. Naciones Unidas – Resolución Nº 119. 46 Sesión. 1991. 
Diez Principios Básicos de las Normas para la Atención de la Salud Mental. Organización Mundial 
de la Salud. División de Salud Mental y Prevención del Abuso de Sustancias. 1995. 
Recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la Promoción y 
Protección de los Derechos de la Personas con Discapacidad Mental (Comisión Interamericana de 
Derechos Humanos. Santiago de Chile, 4 de abril de 2001, aprobado por la Comisión en su 111º 
Período). 
Ley Nº 25.421/01. Asistencia Primaria en Salud Mental. Honorable Congreso de la Nación. 
Programa de Asistencia Primaria de Salud Mental. Promulgada el 4 de abril de 2001. 
Ley 26529. Derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de salud. 
Honorable Congreso de la Nación. Promulgada el 19 de noviembre de 2009. 
Ley Nacional de Salud Mental Nº 26657. Honorable Congreso de la Nación. Promulgada el 2 de 
diciembre de 2010. 
Decreto Presidencial 457/10. Anexo II. Administración Pública Nacional. 5 de abril de 2010. 
 
diáLogos│ Revista Científica de Psicología, Ciencias Sociales, Humanidades y ciencias de la Salud 
 
Revista diálogos │Vol. 2│No. 2│Junio│2011│ISSN: 1852-8481│ 
 
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Revista diáLogos 
Universidad Nacional de San Luis - Facultad de Ciencias Humanas 
Vol. 2│Nro. 2│Junio │2011 │pp. 25-32 
 
ARQUETIPOS DETERMINANTES DEL ESPÍRITU DE NUESTRA ÉPOCA Y SU RELACIÓN CON LAS 
ADICCIONES 
Enviado:06/05/2011 │Aceptado:01/07/2011 
 
Autor: Lic. Rafael P. Díaz Guiñazú 
Filiación: Universidad Nacional de San Luis 
E-mail: rafaguiazu@hotmail.com 
 
 
RESUMEN 
Se intenta dar explicación a las tendencias psíquicas que determinan el espíritu de nuestra época, el 
que intervendría en la generación de una sociedad global de consumo y, a su vez, en la proliferación 
de las adicciones. Para ello se expone el concepto de “arquetipos” de Jung y la naturaleza de los 
mismos, así como, además, se intenta sistematizar una idea de lo que se entendería por “espíritu 
de la época” como resultante de la actualización de determinadas disposiciones arcaicas del 
psiquismo humano. A su vez se desarrollan dos de los arquetipos que, a mi entender, determinarían 
el espíritu de nuestra época, actuando como fuerzas compensatorias a las tendencias psíquicas 
dominantes de los siglos precedentes al nuestro. En primer lugar se trata del arquetipo del puer 
aeternus (niño eterno) con su respectiva propensión a la búsqueda de la eterna juventud; y en 
segundo lugar, se expone el arquetipo del anima, su naturaleza pasional, y su influencia en el 
estado mental de los hombres de nuestros días. 
Palabras claves: Espíritu, Adicción, Compensación, Puer, Anima 
 
ABSTRACT 
An explanation to psychic tendencies that determine the spirit of our times, which would interfere 
in the generation of global society consumption and, in turn, the proliferation of addictions is 
intended. With this purpose the concept of Jung’s "archetypes" and their nature is exposed, 
besides, the idea of what would be understood as

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