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Pasado y presente de la lengua española en Japón

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Pasado y presente de la lengua española en Japón
Conference Paper · January 2007
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Mario Carranza
Autonomous University of Barcelona
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 1
Pasado y presente de la lengua española en Japón 
Mario Carranza 
Becario de investigación 
Tokyo University of Foreign Studies 
ma_kunagain@yahoo.es 
 
Guillermo Martínez 
Becario de investigación 
Universitat Pompeu Fabra 
guillermo.martinez01@campus.upf.edu 
 
 
En este año en que se conmemora el nacimiento de Francisco Javier, el máximo representante 
del inicio de las relaciones entre Japón y España, se considera oportuno, partiendo de estos 
antecedentes históricos, llevar a cabo una visión panorámica de la presencia de la lengua 
española en Japón hasta la actualidad. Los propósitos de este artículo son, por un lado, 
analizar la presencia de la lengua española en Japón desde una perspectiva histórica, 
considerando las relaciones entre ambos países; y en segundo lugar, ofrecer datos sobre la 
situación actual de la demanda y el interés por el español y por la cultura de los países de 
habla hispana en Japón. 
 
Introducción 
Durante la estancia de investigación en la Universidad de Estudios Extranjeros 
de Tokio en el curso 2005-06, pudimos constatar la relevancia del 
departamento de español en una de las universidades japonesas más punteras 
en la enseñanza de idiomas y el elevado número de estudiantes matriculados 
en cursos de español. Sin embargo, también comprobamos la escasez de la 
bibliografía académica sobre la situación de la lengua española en Japón y la 
falta de información actualizada. En consecuencia, decidimos realizar una 
investigación para conocer los datos reales sobre la enseñanza del español en 
Japón. Una vez actualizados los datos, consideramos necesario relacionarlos 
con el contexto actual, compararlos con los períodos históricos precedentes y 
verificar el alcance de la demanda japonesa de español en la actualidad. 
El presente artículo ofrece los resultados de dicha investigación a partir de una 
estructura basada en las etapas históricas establecidas por la historiografía 
japonesa para enmarcar las relaciones de Japón con otros países. En cada 
capítulo realizamos una síntesis de aquellas cuestiones vinculadas al devenir 
histórico de las relaciones hispano-japonesas que han influido en el desarrollo 
de la presencia de la lengua española en el archipiélago japonés, con el 
objetivo de analizar la situación del español en ese momento histórico. 
 
 
 2
1.- Antecedentes históricos de la enseñanza de español. 
La llegada de los primeros europeos a Japón se produjo en 1543 cuando la 
embarcación en la que navegaban los portugueses Antonio Peixoto, Francisco 
Zeimoto y Antonio da Mota, fue arrastrada por un tifón hasta la isla de 
Tanegashima. La situación interna de Japón, inmerso en un estado de 
enfrentamiento casi continuo entre los daimyo de los diferentes hani, favoreció 
un primer afianzamiento de las relaciones porque las armas de fuego traídas 
por los europeos despertaron el interés de los japoneses y porque los 
contactos exteriores ofrecían nuevas posibilidades de comercio. 
Aproximadamente dos años más tarde, llegó a Japón Jorge Alvares quien a 
finales de 1547 en Malaca sería el encargado de informar a Francisco Javier 
sobre cuestiones relacionadas con Japón. Con dicha información y 
acompañado por el valenciano Cosme de Torres, por el cordobés Juan 
Fernández y por el japonés Yajiro, que había viajado hasta Malaca con Alvares, 
Francisco Javier emprendió el rumbo hacia Japón, concretamente a Kagoshima. 
 
1.1.- La acción religiosa y los antecedentes del aprendizaje de lenguas 
europeas 
Francisco Javier desarrolló su actividad misional en las ciudades de Kagoshima, 
Hirado, Yamaguchi y Kioto, la antigua capital imperial. Aunque la experiencia 
en esta última no fue fructífera debido a la imposibilidad de tener una audiencia 
con el emperador y al estado de destrucción que presentaba la ciudad tras la 
guerra, en el resto de las ciudades realizó una notable actividad. En 1551 
Francisco Javier recibió una carta en la que se le solicitaba que volviese a la 
India. Otros religiosos, como Gaspar de Vilela, continuaron su labor. Los 
religiosos contaron con la colaboración de los llamados “daimyo cristianos”, 
como Harunobu Arima, Yoshishige Otomo y Sumitada Amura. De esta forma, el 
español, el portugués y el latín se introdujeron en Japón. 
Otro de los hitos importantes de las relaciones iniciales entre Japón y los 
países europeos fue el envío de algunas embajadas japonesas. En este 
sentido, cabe destacar la embajada de 1582 en la que participaron un grupo de 
cuatro jóvenes japoneses convertidos al cristianismo que fue enviado a la corte 
papal en un galeón españolii. Las razones del viaje, como el visitador jesuita 
Alejandro Valignano afirma en sus cartas, eran mostrar el poder del 
 3
cristianismo y de los estados europeos a estos japoneses de forma que se 
convirtiesen en testigos ante su pueblo y mostrar ante la corte papal los 
avances del cristianismoiii. En estos mismos escritos comentaba: “Les hago leer 
y escribir en japonés y en latín y a tañer a cantar con diversos instrumentos, y 
juntamente estudiando el arte de la gramática de la lengua latina con que viven 
contentos y muy bien ocupados”iv. 
En 1601 y 1602, Ieyasu Tokugawa envió otras embajadas de diferente 
naturaleza ante el Gobernador de Filipinas, por aquel entonces Pedro Bravo 
Acuña. El objetivo era el reconocimiento del nuevo poder político en el exterior 
de Japón y la regularización del comercio bilateral a través de un sistema de 
licencias oficiales para aquellos barcos que realizasenel comercio entre ambos 
archipiélagos. La participación de los religiosos en estos primeros encuentros 
fue una constante y, como recoge el Libro Cuarto de la obra de Francisco 
Ribadeneira, este caso no fue una excepción. Gracias a esta obra disponemos 
de una valiosa descripción de lo sucedido, así como datos que atañen a 
nuestro estudio: “… persuadidos de otros japoneses cristianos que venían en el 
navío, nos pidieron que les enseñásemos las cosas de nuestra religión cristiana, 
y aprovechándonos para esto de algunos japoneses que sabían hablar español, 
les catequizamos muchos días…” v 
Una de los principales intereses de los misioneros fue disponer de libros. La 
importación de una imprenta supuso un enorme avance. Con ella se publicaron 
diccionarios y gramáticas y traducciones de libros escritos en lenguas 
europeasvi. En relación con ello, se sabe que en las instituciones fundadas por 
los jesuitas (llamadas “colegios”) se impartían clases de teología en las que se 
utilizaban algunos libros escritos en español. Por todo ello, cabe pensar que los 
japoneses que estudiaban en estos colegios pudieran leer en español. A pesar 
de que en la bibliografía existente no aparece constatado el estudio del español, 
contamos con suficientes indicios, entre los que destacamos la existencia de 
traductores japoneses de libros españoles, para poder afirmar que nos 
encontramos ante los primeros antecedentes del estudio de la lengua española 
en Japón. 
 
1.2.- La expulsión de las órdenes religiosas 
 4
La prohibición de la evangelización del cristianismo se produjo en 1587, 
mientras que en el año 1614 comenzaron las reticencias del gobierno de 
Ieyasu Tokugawa hacia la presencia de extranjeros. Entre las causas más 
mencionadas por la historiografía se encuentran el interés por consolidar su 
poder interno sometiendo a todos los daimyo y el temor a una penetración 
extranjera derivado de algunos sucesos como el “incidente de San Felipe”vii. El 
deterioro de las relaciones de las autoridades japonesas con las autoridades 
coloniales españolas y con la comunidad española en Japón culminó la 
expulsión de todos los miembros de la misma en 1624. Junto con este edicto 
se completó la política de "aislamiento nacional" o “sakoku” con la prohibición 
de la salida de japoneses al extranjero y con la expulsión de los portugueses, 
en 1635 y 1639 respectivamente. Tan sólo se les permitió permanecer en el 
interior del país a los holandeses, confinados en la isla de Dejima, y a los 
chinos, confinados en barrios especiales en Nagasaki. 
 
2.- El período de “aislamiento nacional” 
Junto a los anteriores edictos, se establecieron otras medidas como la 
expulsión de los japoneses convertidos al cristianismo, la prohibición de los 
contactos con el exterior y la eliminación de todo tipo de navegación que no 
fuese exclusivamente de cabotaje. Sin embargo, existieron vulneraciones de 
este sistema como la penetración de información a través de las escuelas de 
traducción del idioma holandés y los contactos con la Península de Corea y con 
China. Además, ciertas fuentes históricas relatan cómo hubo gente que sí pudo 
salir al extranjero y regresar viii . Finalmente, los testimonios de náufragos 
japoneses que regresaron a Japón tras visitar otros lugares también posibilitó la 
penetración de noticias relativas al mundo exterior, aunque esta información no 
fue hecha pública sino que se recogió de forma secreta en libros que quedaron 
en posesión del clan para ser utilizados para la autodefensa de Japón. 
 
2.2.- La visión del exterior a través del estudio del español. 
 T ok okibun o "Noticias de los barcos que vienen de Oriente" fue escrito en 1852. 
Este libro de cuatro tomos narra cómo en septiembre de 1841 un barco japonés 
naufragó debido a un fuerte viento y trece supervivientes fueron recogidos por 
el barco español “Ensayo” que navegaba de Manila a Acapulco. Los 
 5
supervivientes fueron llevados a México donde pasaron varios meses en 
distintas ciudades (San José, La Paz). En 1843 cinco de ellos volvieron a 
Nagasaki y en 1845 otros dos a Corea, el resto permanecieron en México. El 
clan Han recopiló las explicaciones, sobre todo de lo que contó uno de ellos, y 
a partir de esta información se escribió el T ok okibun. El libro tiene un valor 
histórico importantísimo y representa uno de los primeros testimonios sobre la 
lengua española en Japón. Algunos párrafos recogen traducciones o 
explicaciones de palabras españolas al japonés, como “número de”. La palabra 
“número” es traducida por su palabra correspondiente en japonés (kazu) pero 
la preposición “de” al carecer de contenido léxico se traduce como “algo 
relacionado con lo anteriormente expuesto”. 
Otro de los libros escritos a partir de lo que oyeron estos náufragos japoneses 
es “Sobre las letras que se utilizan en el Reino de Méjico, y se llaman 
castellano y se escriben de izquierda a derecha y en horizontal, que es casi 
como la letra waran”ix. La información que nos da este libro posee un valor 
lingüístico indudable. Se habla primeramente del abecedario, explicando que 
“se trata de 28 letras que poseen sonido pero no sentido”, algo sorprendente 
para un japonés que en esos tiempos utilizaba principalmente los ideogramas 
chinos para escribir. Como ejemplo se da la palabra “Méjico” que consta de 
seis letras “eme, e , hota, i , se ,o”. También se ofrecen ejemplos de cartas y un 
compendio de vocabulario con unas seiscientas palabras españolas 
“transcritas” al silabario japonés katakana y con su correspondiente traducción. 
Ejemplos “bino”-sake, “arosu”-arroz, “anyosu”- edad, “woi”-hoy, “hente”-gente, 
personas, “furio”-frío, “tomaru”-beber alcohol, “beberu”-beber, “reru”-leer, 
“yoraru”-llorar, “yamaru”-llamar; gracias a esta “katakanización”x de palabras 
españolas podemos comprobar cómo funciona la reestructuración fonológica 
del español para un oyente japonés de mediados del siglo XIX que hasta este 
momento no había tenido ningún contacto con la lengua española. También 
aparecen expresiones de la vida cotidiana como “munchushimasu 
garashi”(muchísimas gracias), explicado como “cuando uno recibía muchas 
cosas”. Asimismo, el texto nos informa del léxico y de la pronunciación, 
bastante aproximada, del español de México en el siglo XIX y es rico en 
explicaciones gramaticales. Por ejemplo se habla del número gramatical de las 
palabras (inexistente en japonés), de los modos verbales (el imperativo), e 
 6
incluso aparecen muchos rasgos dialectales (las formas del imperativo son las 
propias del voseo mejicano, “parate” por “párate” o “senta” por “siéntate”), se 
nombran muchos mejicanismos como “banocha” (panocha), “kamote” (camote) 
o incluso hay ocasiones en las que las traducciones al japonés están en 
dialecto Kansai (“caramba” se traduce como ahouifuna). Para construir los 
antónimos utilizan la partícula negativa “no”: “no rarugo” (no largo, “corto”), “no 
poronto” (no pronto, “tarde”). El valor de estos libros no es tan solo histórico 
sino que también poseen un claro interés lingüístico puesto que incluyen 
información sobre el modo de adquisición del español por los náufragos 
japoneses durante su estancia en México. 
 
3.- La época Meiji y la recuperación de las relaciones internacionales. 
La presencia extranjera fue una de las causas del proceso de cambio que 
representa la Restauración Meiji de 1868. Desde principios del siglo XIX se 
filtraron en Japón noticias sobre los cambios que se estaban produciendo en el 
exterior y se sucedieron las llegadas de barcos extranjeros a las costas de 
Japón, a pesar de no estar permitido su desembarco. La llegada del Comodoro 
Perry a las costas de Izu en 1853 con una carta del presidente Fillmore, en la 
que pedía la apertura del mercado japonés al comercio internacional, sirvió de 
detonante para el proceso de cambio interior. Por tanto, aunque el origen de laRestauración Meiji se encuentra en la propia crisis del sistema shogunal de los 
Tokugawa, la presencia extranjera contribuyó a poner fin al sistema político 
bicéfalo anterior, al abandono del pasado feudal y a la reapertura de Japón. 
 
3.1- La institucionalización del estudio de lenguas extranjeras 
La Restauración Meiji inauguraba un período de institucionalización de Japón 
como estado moderno, de crecimiento económico y de modernización. La 
reapertura del país al comercio internacional, la intensificación de las relaciones 
internacionales y una nueva política cuya consigna era “un país rico, un ejército 
fuerte”, crearon unas necesidades diplomáticas y comerciales que hicieron que 
aumentase el interés por el aprendizaje de idiomas. Por ejemplo, tras la 
creación del Ministerio de Educación y la reorganización de la enseñanza se 
potenció el estudio del inglés y el aprendizaje de idiomas pasó a formar parte 
 7
del currículo oficial en todos los niveles de la enseñanza. Paralelamente, 
aparecieron numerosas academias de idiomas. 
Por lo que se refiere a las relaciones hispano-japonesas, desde mediados del 
siglo XIX y ante el auge del comercio en Asia Oriental, los gobernantes 
españoles se plantearon la necesidad de reestructurar el sistema diplomático 
en la zona y reforzarlo con tratados comerciales, como el que se ratificó con 
Japón en 1870. Dicha necesidad fue sugerida por las autoridades coloniales en 
Filipinas quienes insistieron en los beneficios de intensificar comercialmente la 
ruta Manila-Yokohama ante el interés que despertaban las islas Filipinas y sus 
productosxi, incluso la lengua española en Japón: “También debe citarse la 
librería, no sólo por que nuestra lengua es bastante apreciada en el país, sino 
por que los libros europeos son los buscados con verdadera ansiedad.”xii 
Por otra parte, la intensificación de la acción exterior japonesa trajo consigo la 
creación de nuevas legaciones y consulados y, con ello, el aumento del estudio 
de idiomas debido a la necesidad de que las personas destinadas a estas 
legaciones aprendieses el idioma del país. Por ejemplo, por lo que se refiere a 
la necesidad de estudiar español, el intento de renegociación de los "tratados 
desiguales", el interés en la mano de obra japonesa y las expectativas 
japonesas sobre las Marianas y Carolinas intensificaron las relaciones 
diplomáticas entre ambos países; en consecuencia, en el año 1878 el Consejo 
del Imperio solicitó la creación de una legación permanente en Madrid. No fue 
el único caso, en 1888 se abrió una legación en México. 
 
3.2.- El comienzo de los estudios de español 
El renovado interés por el estudio de lenguas llevó a la fundación de la Escuela 
de Idiomas Extranjeros de Tokio en 1873, que en 1885 tras fusionarse con el 
Instituto de Comercio pasó a llamarse “Escuela Superior de Comercio de Tokio”. 
Inicialmente no se ofrecían clases de español, pero la contratación de Emilio 
Binda en 1890 como profesor de alemán, italiano y español supuso el 
comienzo oficial de la enseñanza de español en Japón. 
Tras la guerra sino-japonesa, se produjo un nuevo aumento del interés del 
estudio de idiomas en Japón. Durante este período se publicaron un gran 
número de libros de estudio de inglés, francés y alemán. En el caso del español, 
parece haber un interés claro por Latinoamérica más que por España debido a 
 8
las relaciones comerciales que mantenía Japón con estos países. Como 
resultado de este interés y junto a varios libros de conversación en español y 
diccionarios escritos por japoneses, destacó la aparición de un compendio de 
listas de vocabulario español bajo el titulo de Supanishe Kaiwa, escrito por C. 
Yñigo y publicado en 1897. Este mismo año, continuaban los cursos de 
español y los profesores empleados para ello fueron Gonzaburo Hiyama y, 
poco después, Francisco Grisoria. Según la “Revista de Estudios Extranjeros”, 
en el número de enero de 1898, los cursos de español contaban con 23 
alumnos, más 53 que lo hacían como lengua optativa aparte del inglés. 
En 1899 la Escuela de idiomas Extranjeros dependiente de la Escuela Superior 
de Comercio de Tokio se independiza y se “renombra” como “Escuela de 
Idiomas de Tokio”, el departamento de español contaba con 21 alumnos en sus 
tres cursos. La metodología empleada en las clases era la propia del momento, 
se enseñaba gramática y vocabulario, que el profesor escribía en la pizarra y 
hacía memorizar a sus alumnos, el método empleado era el Método Cortina y 
las clases eran poco participativas. Los profesores japoneses explicaban en 
japonés y los nativos españoles en inglés. Otros profesores de la Escuela de 
idiomas de Tokio en esta época fueron: Gonzalo Jiménez de la Espadaxiii, 
Emilio Sapico, Shinoda y el profesor Murakamixiv. 
 
4.- De la Era Taish o hasta la II Guerra Mundial 
La derrota de 1898 y el consecuente final de la presencia española en Filipinas 
provocaron la reducción de los contactos y del interés entre ambos países. 
Mientras Japón seguía ascendiendo en el concierto internacional gracias a sus 
éxitos militares y a su alianza con el Reino Unido, España seguía inmersa en 
un prolongado declive. La victoria japonesa sobre Rusia de 1904-05 otorgó 
cierto reconocimiento internacional a Japón, a pesar de que apenas se modificó 
la escasa relevancia de las relaciones hispano-japonesas durante el primer 
tercio del siglo XX. Las relaciones continuaron siendo amistosas, el comercio 
directo escaso y los contactos políticos limitados. 
Durante la Segunda Guerra Mundial ambos países compartieron los intereses 
del Eje, colaborando indirectamente en disputas colaterales, por ejemplo en 
América Latina actuando como posibles bazas militares del Eje cuando fuera 
necesario, o en el caso de Japón participando directamente. A pesar de estar 
 9
del mismo lado, la imagen de España en Japón no fue la más favorable. La 
imagen de debilidad española se mantenía y el compartido posicionamiento 
internacional no escondía el recuerdo de las perdidas coloniales. Además, se 
conocía España gracias a los estudios que se habían puesto en marcha en las 
dos universidades de Estudios Extranjeros, en Kansai y en Tokio. Los grupos 
de investigación de estas universidades no tan sólo se dedicaban a la 
traducción de obras españolas sino que también eran consultados, junto a los 
diplomáticos con conocimientos profundos sobre España, por el gobierno a la 
hora de tomar decisiones. 
 
4.1.- La evolución del estudio del español 
Aunque las relaciones hispano-japonesas no mejoraron durante este período, 
la demanda de portugués y el español aumentó debido a la emigración 
japonesa hacia países de América Latinaxv. En 1923 el Gobierno fundó otra 
escuela de lenguas en Osaka en colaboración con ayuda privada, que más 
adelante se convertiría en la universidad de Estudios Extranjeros de Osakaxvi. 
La Escuela Oficial Superior de Lenguas Extranjeras de Tokio y la de Osaka, 
seguían siendo los únicos lugares oficiales para estudiar español. Estos 
centros posteriormente se convirtieron en las Universidades de Estudios 
Extranjeros. Sin embargo, existían otros nueve centros donde se podía estudiar 
español, en 1925 se fundó otra escuela Superior de Lenguas con departamento 
de español en Tenri. A pesar de ello el estudio de idiomas fue minoritario y 
elitista hasta la Segunda Guerra Mundial. El tipo de metodología empleada era 
el método lectura-traducción, propio de las técnicas de enseñanza de lenguas 
en esa época. La Escuela Oficial Superior de idiomas en Tokio ofrecía tres 
años de estudios de español y dos cursos complementarios como 
especialización, además un curso intensivo de un año. De 1913 a 1918 había 
una media de 50 alumnos matriculados en la carrera de español. 
 
5.- Del fin de la Segunda Guerra Mundial a principios de los años 90 
Durante el período de posguerra, la enseñanza de lenguas extranjerasen 
Japón se encontraba en una situación caótica. Los edificios de las 
universidades habían sido bombardeados y, de hecho, algunas universidades 
tuvieron que alquilar otros inmuebles para impartir las clases. Sin embargo, 
 10
desde los años 60 Japón entra en una fase de apertura al exterior. El interés 
por otros países y por la actualidad internacional aparece como reacción al 
nacionalismo extremista en los tiempos de guerra. En el estudio de idiomas, el 
más solicitado es el inglés, pero le siguen el francés, alemán y español. 
Los contactos entre ambos países fueron prácticamente inexistentes en los 
años 50 y 60. Se limitaron a aquellos establecidos por los residentes japoneses 
en España, que por aquel entonces no superaban los 300 individuos. Pero la 
situación que comenzó a cambiar en la década de los 70 y 80. El crecimiento 
de la economía japonesa contribuyó de manera inmediata a que se abriera al 
exterior. De esta manera, la economía japonesa se hizo presente en varios 
países europeos, entre ellos Españaxvii, caracterizándose en este caso por su 
rápida implantación, su moderación, su concentración espacial y su posterior 
estancamiento. Las inversiones japonesas adquirieron su cenit a mediados de 
los 80 y principios de los 90. Paralelamente, la actividad económica exterior de 
Japón se dirigió hacia el Pacífico, favoreciendo las relaciones con América 
Latina. Otro de los caminos de interés hacia la lengua española fueron los 
inmigrantes. Hay dos fechas clave de inmigración a Latinoamérica: a finales del 
siglo XIX y en la posguerra (finales de los años 40 y principios de los 50). 
Muchos ciudadanos japoneses emigraron a Argentina, Colombia, Paraguay, 
Perú, República Dominicana y Brasil. Así, el español comienza a tener un a 
presencia importante en Japón. Además en la zona de Tokio había, al menos 
cinco academias especializadas en la enseñanza de español. A las que hay 
que añadir las academias de idiomas que ofrecen cursos de español entre 
otras lenguas. Las relaciones contemporáneas entre Japón y España durante 
este período fueron básicamente económicas y desiguales considerando el 
balance comercial y los intereses mutuos. Japón seguía mostrando gestos e 
iniciativas de acercamiento hacia España y Latinoamérica. Sin embargo, desde 
los años 80 la situación comenzó a cambiar. Un hecho significativo fue la 
voluntad compartida por ambos países de que el carácter de las relaciones 
bilaterales no fuese tan sólo económico. Fruto de esa idea se firmó el Acuerdo 
de Cooperación Cultural en marzo de 1982. Aunque los intereses continuaron 
siendo fundamentalmente financieros, durante dicho período se produjo un 
incremento notable del número de japoneses residentes en España, a 
 11
principios de los 90 residían en España alrededor de 2800 japoneses, es decir, 
el 0,66% del total de residentes extranjeros en España. 
 
5.1.- Reformas educativas y creación de nuevas instituciones 
Tras la Segunda Guerra Mundial, el sistema educativo japonés se organiza 
tomando como modelo el americano 6-3-3-4, es decir, educación primaria de 
seis años, secundaria elemental de tres y secundaria superior de tres. El 
estudio de un idioma extranjero es obligatorio durante la secundaria elemental 
y superior. La normativa no especifica que el idioma extranjero deba ser el 
inglés, pero en la mayoría de los centros se implantó el inglés como segunda 
lengua. No existe ninguna ley sobre la enseñanza de lenguas extranjeras en la 
escuela primaria ni en preescolar. Aunque cada escuela es libre de ofrecer el 
estudio de una lengua extranjera o no, muchas escuelas privadas ofrecen esta 
opción como medio de atraer alumnos. Actualmente, el estudio obligatorio de 
un idioma extranjero en secundaria es de tres horas semanales. 
Las universidades de estudios extranjeros de Tokio y Osaka son las herederas 
de las escuelas oficiales de idiomas anteriores a la guerra. Con el resurgir 
económico de los años 50, se retomó el interés por las lenguas y las relaciones 
internacionales que culminaría en la Olimpiada de Tokio en 1964 y la 
Exposición Internacional de Osaka en 1970. En este contexto de 
internacionalización y crecimiento económico, el interés por el español y por los 
países de habla hispana se comprueba en el aumento del turismo japonés 
hacia España y Latinoamérica. En consecuencia, muchas universidades 
comenzaron a ofrecer cursos de español y nuevos departamentos 
universitarios (Sophia en 1958) se sumaron a los existentes en la Universidad 
de Estudios Extranjeros de Tokio, la de Estudios Extranjeros de Osaka y la 
Universidad de Tenri. En los años 60xviii y 70xix continúa esta tendencia. 
En 1985 había 109 universidades que ofrecían cursos de español tanto 
públicas como privadas y catorce de éstas, con departamento de español. El 
número de alumnos era de 21.616. A principios de los años 90 en Japón se 
podía estudiar español en 110 universidades, de las cuales 14 contaban con un 
departamento de español. Los datos hasta 1990 nos indican que el español es 
el tercer idioma más estudiado en estas universidades, por detrás del inglés y 
del chino, que ocupan los primeros puestos. Sin embargo, la importancia del 
 12
inglés es indudable ya que más de la mitad del alumnado estudia este idioma. 
En 1993 el número de universidades se incrementó a 131, 16 con 
departamento de español. Los alumnos aumentaron hasta 56.092. 
Tradicionalmente el inglés, francés y alemán han sido idiomas muy valorados 
por el pueblo japonés lo que explica su peso en los departamentos de lenguas 
extranjeras, a pesar de que el número de alumnos de francés y alemán ha 
disminuido. El interés por el chino se explica por las relacionas históricas, por 
su proximidad y por las similitudes entre ambos sistemas de escritura. En el 
sistema universitario japonés, se pueden cursar estudios de lengua española 
en tres itinerarios diferentes: como especialidad, como segunda lengua en 
cursos intensivos o como segunda lengua en asignaturas optativas. Según 
cada itinerario el número de horas de español a la semana se establece entre 
nueve horas semanales (como especialidad), siete horas semanales (en los 
cursos intensivos) y de cuatro a tres horas semanales (como segunda lengua 
optativa). Según los datos de la Embajada de España, el 90% de los alumnos 
pertenece al tercer grupo (español como segunda lengua optativa). 
En 1955 se fundó la “Asociación Japonesa de Hispanistas” con el nombre de 
“Asociación Japonesa de Filología Hispánica”. Sus primeros miembros eran 
profesores de universidades dedicados al estudio y enseñanza de la lengua y 
literatura españolas. Posteriormente ampliaron sus intereses abarcando política, 
historia, derecho, arte y cultura españolas, por lo que se decidió cambiar el 
nombre por el nombre actual. Los miembros de la asociación se reúnen 
anualmente en el congreso y sus investigaciones se publican en la revista 
“Hispánica”. En 1957 apareció la “Sociedad Hispánica del Japón”, una 
asociación cultural integrada por japoneses que habían vivido en España y 
españoles residentes en Japón. Como sede de esta organización se fundó la 
Casa de España, centro cultural que organiza cursos de flamenco y economía, 
lengua y cultura españolas. Aparte de estas actividades regulares la Casa de 
España ofrece conferencias mensuales, seminarios, cursos de guitarra, becas 
para estudiar en España y México, exámenes de conocimiento de español y un 
gran número de publicaciones. Esta sociedad está oficialmente reconocida por 
el gobierno español desde 1966. El Centro Hispánico de la Universidad de 
Sophia se creó en 1959 con los siguientes objetivos: ofrecer información y 
asesoramiento sobre estancias académicas y profesionales en España, 
 13
organizar cursos nocturnos de español con sus correspondientes exámenes y 
títulos de aptitud, administrar la Biblioteca Pública de la Embajada de España,que desde 1955 se halla instalada en los locales de la Universidad de Sophia. 
El último organismo de difusión del español que se ha creado ha sido la 
“Asociación Asiática de Hispanistas”, fundado en 1985 en su primer congreso, 
celebrado en Seúl. Esta asociación se define como “una entidad cultural con 
fines académicos, de investigación, promoción y difusión de la lengua y cultura 
hispánicas, de intercambio cultural y promoción del personal docente en Asia". 
Es interesante resaltar el nuevo alcance de difusión logrado con la creación de 
esta asociación ya que engloba todo el continente asiático, con una clara 
intención de promover el español a un nivel internacional. 
 
6.- La situación desde 1990 hasta el momento actual 
La importancia internacional de España aumentó drásticamente gracias a los 
Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona y a la Exposición Universal de 
Sevilla en 1992. Ambos acontecimientos marcaron un aumento del interés 
cultural por España en Japón. Era ya conocido el interés del público japonés 
por el flamenco. Se han contabilizado un total de 18 universidades con escuela 
de flamenco, y una veintena de academias privadas de baile, número que 
supera con creces al de otros países. Asimismo, en estos años surgen nuevos 
intereses culturales hacia nuestro país, entre los cuales se encuentran la moda, 
la gastronomía o el fútbol. Estos intereses han contribuido a que la situación del 
español en Japón haya mejorado sustancialmente. En la actualidad, se estudia 
en más de 100 universidades japonesas, ha aumentado la oferta de cursos de 
español en centros privados y han surgido agencias especializadas en viajes 
de estudio a España. Actualmente, unos 200.000 estudiantes siguen clases de 
español, dos tercios de ellos en el sistema público, y se calcula que unos 
10.000 japoneses viajan anualmente a España a estudiar la lengua española, 
un 8% del total de la demandaxx. 
 
6.2.- Situación del español en universidades, academias privadas y exámenes 
oficiales 
Hasta 1985 existían 14 universidades con departamento de españolxxi. Los 
datos proporcionados por la Embajada de España para el 23 de junio de 2005 
 14
indican que hasta la fecha contamos con cinco nuevos departamentos de 
españolxxii. El español puede ser estudiado en Japón como lengua extranjera 
(L2), como lengua extranjera optativa (L3) aparte de otro idioma, o como 
especialidad. Además, en las universidades que cuentan con departamentos 
de español se ofrece la maestría y el doctorado en lengua española o literatura 
escrita en español. En total, se puede estudiar español durante los cuatro años 
que dura la licenciatura, más los tres o cuatro años del curso doctorado. El 
entorno universitario cuenta con numerosos grupos de investigación dedicados 
a historia de España y Latinoamérica, lingüística española, literatura y 
enseñanza de español como lengua extranjeraxxiii. 
Los datos de 2000 muestran que existen al menos 104 centros privados que 
enseñan español en Japón. Algunos de estos centros están especializados en 
la enseñanza de español pero la mayoría son academias de idiomas en donde 
además del español se ofrecen cursos de otros idiomas como inglés, francés, 
alemán o italianoxxiv. Muchas academias no sólo organizan cursos de lengua 
sino también tertulias, proyecciones de películas de cine español actual, cursos 
monográficos, flamenco, mercadillos, etc.… 
La cadena nacional de televisión NHK publica desde 1967 un método de auto 
aprendizaje de español que complementa al programa de español que emite 
esta misma cadena, con una audiencia de unos 110.000 espectadores (datos 
de 1999). Estos cuadernillos se dividen en Supeingo K oza (gramática) y 
Supeingo Kaiwa (conversación) y van acompañados de un CD con la grabación 
de los programas. Asimismo, en la radio se emiten programas de español 
desde 1956. La Asociación de Hispanistas Asiáticos publica las Actas de sus 
congresos. En el entorno universitario, cada grupo de investigación suele 
publicar una revista con artículos de sus miembros, así en la Universidad de 
Nagoya se publican los “Cuadernos Canela”, la revista de la Asociación 
Japonesa de Hispanistas publica “HISPANICA” una revista sobre lingüística 
española, “Lingüística Hispánica”, a través del Círculo de Lingüística Hispánica 
de Kansai, el Círculo de estudios lingüísticos hispánicos de Tokio publica 
“Estudios lingüísticos hispánicos” y la revista “Estudios Hispánicos Españoles” 
es publicada en la Universidad Seiwa Shorin. Existen dos periódicos en lengua 
española que se publican en Tokio, “International Press” y “Wakaranai”, están 
dirigidos principalmente a la comunidad peruana que vive en Japón. 
 15
El “Diploma de Español como Lengua Extranjera” (a partir de aquí DELE) es el 
título que prueba el conocimiento y dominio del español como lengua extranjera 
y es otorgado por el Ministerio de Educación y Ciencia español en colaboración 
con el Instituto Cervantes. Este diploma consta de tres niveles que indican el 
nivel de competencia de español como segunda lengua (inicial, intermedio y 
superior). En Japón se convocó por primera vez en Junio de 1990. 
Consideramos que es interesante observar el incremento de inscritosxxv a este 
examen ya que refleja claramente el aumento del interés en Japón por la 
lengua española. En el gráfico 1 podemos comprobar cómo ha aumentado el 
número de candidatos al DELE desde 1990 (primer año que se convocó en 
Japón) hasta 2005xxvi. Aunque se puede constatar en los tres niveles un 
aumento de candidatos, destacamos el crecimiento en el nivel inicial que es el 
más significativo ya que indica que aumenta cada año el número de personas 
que comienzan estudios de español. 
Aum ento de incr itos en DELE
0
50
100
150
200
250
300
350
1990 1995 2000 2005
AÑO
IN
S
C
R
IT
O
S
I NI CI AL
I NTERMEDI O
SUPERI OR
 
Gráfico 1: Evolución del número de participantes inscritos al examen de DELE en Japón. 
 
7.- Conclusiones 
Con esta investigación, que pretende ser una visión histórica en panorama del 
estudio del español en Japón, hemos constatado la presencia intermitente del 
estudio de la lengua española desde la llegada de Francisco Javier hasta 
nuestros días y un notable aumento del interés por el estudio del español 
respecto a etapas históricas anteriores. 
 16
A partir de la bibliografía consultada podemos constatar la presencia de la 
lengua española incluso en aquellos períodos históricos como el final de la era 
Edo en los que los contactos entre ambos países eran escasos. Demostrando 
que el interés por el idioma español escapó a veces del marco concreto de las 
relaciones diplomáticas. Esperamos que los datos presentados en este estudio 
ayuden a aumentar el número de investigaciones sobre esta cuestión. 
Por lo que se refiere al interés por el estudio de la lengua española, hemos 
analizado como los motivos del mismo han variado a lo largo del tiempo; si bien 
en sus comienzos fueron intereses religiosos o estratégicos vinculados a la 
presencia colonial española en el Pacífico, a partir de la era Meiji, con el 
aumento de las relaciones internacionales y comerciales (primero con las 
Filipinas, más adelante con Latinoamérica) el estudio del español se convirtió 
en una necesidad práctica. Actualmente, el interés práctico se ha 
complementado con un claro interés cultural. 
Asimismo, según los últimos datos de la situación actual de la demanda de 
español en Japón, del aumento de los inscritos en DELE y de las becas de 
estudio para España y Latinoamérica nos permiten pensar que el interés por la 
lengua crecerá exponencialmente en los próximos años. Las estimaciones 
indican que el español se consolidará como una de las lenguas extranjeras 
más estudiadas en Japón, siempre que se mantenga la creciente presencia 
internacional de la cultura hispana y las empresas españolas continúen su 
proceso de internacionalización.Finalmente constatamos que la situación del interés por el español en Japón es 
la mejor de toda su historia y le auguramos un futuro prometedor. 
 
10.- Bibliografía consultada 
ASAKA, T. (1999): “Nihongo to supeingo no deai" (El encuentro entre el japonés y 
el español). TERASAKI, H.- YAMAZAKI, S.- KONDOH, Y. (Edit.), Supeingo no 
Sekai (El mundo del español), pp. 156-171, Kyoto, Sekai Shisousha. 
CABEZAS, A. (1995): El siglo ibérico en Japón, 1543-1640. Universidad de 
Valladolid, Valladolid. 
CURIEL, B. (2000): Enseñanza de español para japoneses fuera de Japón, 
Embajada de España en Tokio. 
 17
GARCÉS, P. (2001) “Antecedentes históricos de la enseñanza de idiomas en 
Japón: el caso del español” Kokusaikankeikenkyuu 21, (4) 
de SANDE, M.M. (1996): La enseñanza del español en Japón. Boletín de ASELE, 
n.15, pp.12-18, 
Embajada de España, 1985, El español en Japón. Encuesta de universidades. 
HARA, M. (1964): Actualidad y orientación para la enseñanza de español en 
Japón. Presente y futuro de la lengua española, Actas de la Asamblea de 
Filología del I Congreso de Instituciones Hispánicas, vol.II, pp.357-372. 
KOPP, H. (1989): La enseñanza de idiomas en los últimos cien años. Cuadernos 
Canela, vol.1. 
NAKAJIMA, S. (1999): La situación actual de la enseñanza del idioma español en 
las universidades japonesas 1998-1999, Tesis de maestría en la Universidad 
de Salamanca. 
POZUELO MASCARAQUE, B. (1995): Las relaciones hispano-japonesas en la 
era del Nuevo Imperialismo (1885-1898) 
REY MARCOS, F. (1992): Condicionamientos históricos de la enseñanza de 
idiomas en Japón. Cuadernos Canela, vol. 3-4. 
REY MARCOS, F. (2000): La enseñanza de idiomas en Japón, Kyoto, Kohrosha. 
RIBADENEIRA, M. de (1947): Historia de las islas del archipiélago filipino y reinos 
de la Gran China, Tartaria, Cochinchina, Malaca, Siam, Cambodge y Japón. 
LEGÍSIMA, J.R. (Edit.) Editorial Católica, Colección España misionera. 
RODAO, F. (2002): Franco y el imperio japonés, Plaza&Janés, Barcelona. 
RODRIGUEZ GONZALEZ, A. R. (1995): España y Japón ante la crisis de Extremo 
Oriente en 1895. Revista Española del Pacífico, n.5, Madrid. 
TOGORES SÁNCHEZ, L.E. (1992): La acción exterior de España en Extremo 
Oriente, UCM, Madrid, 1992. 
TOGORES SÁNCHEZ, L.E. (1995): El inicio de las relaciones hispano-japonesas 
en la época contemporánea (1868-1885). Revista Española del Pacífico, 5, 
Madrid. 
URITANI, R., Historia del hispanismo en Japón. Español Actual, n.48, pp. 67-71 
UEDA, H. (2001f): Presencia de la lengua española en el mundo y en Japón. 
Actas del II Congreso Internacional de la Lengua Española, Valladolid. 
UEDA, H. (1998): Percepciones de Japón en España. Un análisis introductorio. 
Revista Española del Pacífico, 8. 
 18
VALIGNANO, A. (1954): Sumario de las cosas de Japón. ÁLVAREZ-TALADRIZ, 
J.L. (Edit.) Tokyo Sophia University. 
VV.AA. (1996): Encuentro Cultural España-Japón. XXV Aniversario de la 
Sociedad hispánica de Japón, Casa de España, Tokio. 
 
11.-Agradecimientos 
Agradecemos en primer lugar a todos los profesores del departamento de 
español de la Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio por brindarnos su 
ayuda y aconsejarnos con las referencias bibliográficas, en especial al profesor 
Kawakami, al profesor Takagaki y a la profesora de Sande. Asimismo, damos 
las gracias a la encargada de la enseñanza de español de la Embajada de 
España en Tokio, Yayoi Musha. El proyecto se ha financiado gracias a la beca 
para investigadores extranjeros del Ministerio de Educación y Ciencia japonés. 
 
i “Han” es el término japonés para denominar los feudos medievales, “daimyo” es un señor 
feudal. La utilización del término daimy o se consolida a mitad del período Heian para designar 
a un prominente propietario inmobiliario civil o militar que controla un amplio dominio territorial. 
A partir del siglo XVI, un daimy o era un individuo (y su familia) con una renta superior a los 
10.000 koku de arroz. 
ii Sus nombres eran Mantio Ito, Miguel Chijiwa, Julián Nakaura y Martino Hara. 
iii Para entender las razones del viaje son de gran utilidad las cartas de Valignano. 
iv Álvarez-Taladriz (1892), 135. 
v Ribadeneira p. 344. 
vi La traducción al japonés de la Guía de pecadores de Fray Luis de Granada de 1549 (Rey 
Marcos 2000). 
vii Incidente ocurrido cuando los marineros de un barco español saqueado en las costas 
japonesas en 1596 protestaron ante las autoridades niponas con la amenaza de la posibilidad 
de una invasión de Japón y mostraron un mapa con las posesiones del Imperio español. 
viii En general se habla de Japón como un país cerrado al exterior, pero según un documento 
elaborado bajo la supervisión de las autoridades del clan de Chosu revela algunas personas sí 
pudieron salir pero permaneció en secreto ante el severo castigo que establecía la ley. Por lo 
que parece, continuó la importación y comercio de ciertos productos, como vino, algodón, sal, 
azúcar, judías e incienso, pero no existen estudios detallados sobre el tema. 
ix El texto entrecomillado está traducido directamente de la versión original en japonés. 
x Reescritura de las palabras españolas utilizando el silabario japonés “katakana” para 
representar palabras extranjeras 
xi De esta forma era posible introducir en Japón los productos propios de la colonia y también 
algunos productos peninsulares como los tejidos catalanes y los vinos españoles. 
xii Togores (1995) 
xiii Este profesor utilizaba explicaba el vocabulario con unas tarjetas con dibujos y la estructura 
gramatical con oraciones cortas que escribía en la pizarra y las hacía traducir a los estudiantes. 
xiv Historiador japonés que se hallaba trabajando en Holanda cuando el gobierno japonés le 
ordenó en 1900 ir a España para estudiar español. 
xv Las primeras emigraciones a América Latina se produjeron en 1897 a México, en 1899 a 
Perú y 1908 a Brasil. 
xvi Colaboraron Pedro Villaverde y el poeta español Miguel Pizarro. Además, uno de los 
primeros graduados en esta escuela fue el profesor Kanazawa, quien después de trabajar en 
América Latina volvió a Japón para dedicarse a la enseñanza de español. En 1905 publicó su 
 19
 
primera obra Manual de la conversación española y dos diccionarios, uno japonés-español en 
1923 y otro español-japonés en 1925. 
xvii La inversión directa japonesa en España acumulada entre 1960 y 1983 sumaba 10.148 
millones de pesetas, mientras que sólo en 1991 fue de 25.242. El número de empresas 
manufactureras japonesas en España era de 18 en 1983, en 1993 fue de 63, en la actualidad 
hay establecidas unas 200, como Sony, Pioneer, Nissan, Honda, Sanyo y Yamaha. 
xviii Femenina de Seisen (1961), Municipal de Lenguas extranjeras de Kobe (1962), Estudios 
Extranjeros de Kioto (1962), Nanzan (1963), Kanagawa (1965), Eichi (1965), Lenguas 
extranjeras de Kansai (1966), Prefectural de Aichi (1967 
xix Takushoku (1977) 
xx Curiel (2000) 
xxi Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio, Universidad de Sofía (Tokio), Universidad 
Femenina de Seisen (Tokio), Universidad Takushoku (Hachioji), Universidad de Estudios 
Extranjeros de Osaka, Universidad Tenri (Nara), Universidad municipal de Estudios Extranjeros 
de Kobe, Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto, Universidad Nanzan (Nagoya), 
Universidad de Estudios Extranjeros de Kansai, Universidad Prefectural de Aichi, Universidad 
Tokoha Gakuen (Shizuoka), y Universidad de Tokio (Todai). 
xxii Universidad Católica de Eichi, Universidad de Estudios Internacionales de Kanda (Chiba), 
Universidad Kyoto Sangyo, Universidad de Dokkyo (Saitama) y Universidad de Waseda (Tokio). 
xxiii Cabría citar el “Círculo de Lingüística Hispánica de Kansai”, con sede en la Universidad de 
Estudios Extranjeros de Kobe, la publicación “Cuadernos Canela” de la Universidad de Nagoya,y la “Asociación Japonesa de Hispanistas” que comprende varias universidades. 
xxiv Curiel (2000) 
xxv Cada año se llevan a cabo dos convocatorias, una en mayo (junio en algunos años) y otra 
en noviembre. Para facilitar la presentación de los datos se ha decidido juntar el número de 
matriculados en la convocatoria de mayo y en la de noviembre en cada año, de esta manera se 
hablará del total de estudiantes inscritos anualmente. 
xxvi En las dos convocatorias del año 2005 se presentaron 647 candidatos en total, 246 en el 
nivel inicial, 304 en el intermedio y 97 en el superior. Se aprecia un ligero descenso respecto al 
año anterior (707candidatos) pero un aumento no respecto al primer año que se convocó (88 
candidatos) 
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