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• Abraham y la tierra prometida Casa de Abraham (Abram) en Ur (Aziz1005 / CC BY-4.0) «El Señor dijo a Abraham: «Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación, te bendeciré, haré famoso tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra». Abraham marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abraham tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abraham llevó consigo a Sara su mujer, a Lot su sobrino, todo lo que había adquirido y todos los esclavos que había ganado en Harán, y salieron en dirección a Canaán». Génesis, 12, 1-5 Los relatos de Abraham son el resultado de tensiones entre los judíos: los terratenientes que permanecieron en Judá durante el cautiverio babilónico afirmaron su derecho a la tierra sobre la base de una ascendencia de Abraham, mientras que los judíos que regresaban del exilio atribuían autoridad exclusivamente a la Torá y vinculó el derecho a la tierra a la Alianza hecha por Dios con Moisés según la tradición del Éxodo. Harrán Ur La Caravana de Abraham , acuarela de James Tissot, antes de 1903 ( Museo Judío, Nueva York) «Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y tú, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham (“padre de muchas naciones”) porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti». Génesis, 17, 1-6 «El Señor dijo de nuevo a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros». Génesis, 17, 9-11 «Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, Sara (“princesa”) será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella». Génesis, 17, 15-16 La familia en el Código de Hammurabi: • Monógama. • Contrato (regalo novio; dote novia) • Dote (usufructo): esposa; hijos; padre • Esposa podía comparecer en juicio, ejercer diversas profesiones y asumir funciones públicas, pero la iniciativa de divorcio correspondía al marido • Por ausencia de hijos concubinato o adopción • No primogenitura. • Desheredar sólo por falta grave y sentencia Abraham expulsa a Agar e Ismael, J. Danhauser, 1835 (Belvedere, Viena) Ismael era hijo de Abraham y de Agar, una sierva egipcia de Sara , la esposa de Abraham. Sara era estéril y convenció a su esposo de que tomara como concubina a Agar para que ella le diera un hijo en su lugar. Cuando Agar quedó embarazada, despreció a su señora Sara y esta la humilló. Agar huyó al desierto y allí se le apareció un ángel, prometiéndole a su hijo, a quien llamará Ismael (“Dios oye”), una gran descendencia y diciéndole que regrese con su ama. Génesis, 16 Posteriormente, Sara fue fecundada por Abraham, tal como Dios le había anunciado, y tras el nacimiento de su hijo Isaac, la esclava Agar y su hijo Ismael fueron expulsados de la casa de Abraham. Génesis, 21 Cúpula de la Roca en la Explanada de las Mezquitas, Jerusalén Wikipedia, foto. Gerd Eichmann Piedra fundacional El ángel impide el sacrificio de Isaac , Rembrandt , 1635 ( Museo del Hermitage , San Petersburgo) Piedra fundacional. Para los judíos: • Creación del mundo y del primer humano (Adán) • Santasanctorum del templo de Salomón • Sacrificio Isaac Para los musulmanes: • Sacrificio Ismael • Ascenso al cielo de Mahoma junto al arcángel Gabriel Jerusalén, Ciudad Vieja • La Creación y el Paraíso • El mito sumerio de Enki y Ninhursag • Ninhursag es la diosa madre sumeria, madre de los dioses y madre de los hombres por su participación en la creación de entidades tanto divinas como mortales. En algún texto se afirma que los reyes sumerios “eran nutridos con la leche de Ninhursag”. • Ella participó en la creación y ayudó al dios Enki y a la diosa Nammu a moldear con arcilla al primer ser humano. • En este relieve de ladrillo aparece tocada con un gorro, acompañada del hombre-toro, protector del árbol cósmico de siete puntas. El mito sumerio Enki y Ninhursag cuenta la historia del comienzo del mundo en el jardín del paraíso conocido como Dilmun (el jardín bíblico del Edén). Ninhursag, representada como una diosa joven y vibrante, se ha retirado durante el invierno para descansar después de su participación en la creación. Enki, dios de la sabiduría, la magia y el agua dulce, la encuentra allí y se enamora profundamente de ella. Pasan muchas noches juntos y Ninhursag queda embarazada de una hija a la que llaman Ninsar ('Señora de la Vegetación'). Ninhursag bendice a la niña con un crecimiento abundante y madura hasta convertirse en mujer en nueve días. Cuando llega la primavera, Ninhursag debe volver a sus deberes de nutrir a los seres vivos en la tierra y deja Dilmun, pero Enki queda solo y cree que Ninsar es la imagen de Ninhursag y la seduce, quedando queda embarazada de una hija que nace y se convierte en mujer en nueve días, y a Enki le ocurre lo mismo con ella. En consecuencia nace otra hija (Uttu) que también será seducida por Enki pero que pedirá ayuda a Ninhursag, la cual ordena a esta joven diosa que limpie la semilla de Enki de su cuerpo y la entierre en la tierra de Dilmun. Uttu hace lo ordenado y tras nueve días ocho nuevas plantas crecen en el paraíso. Cuando regresa Enki ve las plantas, prueba una, le gusta y se come las otras siete. Ninhursag enfurece y maldice a Enki y abandona el paraíso. Enki se está muriendo y ninguna divinidad, salvo Ninhursag, puede salvarlo. Finalmente, uno de los animales de Ninhursag, un zorro, sabe donde está y negocia su regreso. La diosa vuelve junto a Enki, lo atrae hacia ella y coloca su cabeza contra su vagina. Ella lo besa y le pregunta dónde está su dolor, y cada vez que él responde, ella atrae el dolor a su cuerpo y da a luz a otra deidad. De esta forma nacen ocho deidades favorables a la humanidad. La última de ellas es Nin.ti, la diosa de la costilla: «Hermano mío, ¿dónde te duele? Me duele la costilla. A la diosa Nin.ti he dado a luz para ti» Enki se cura y se arrepiente de haber comido las plantas y de seducir a las jóvenes. Ninhursag lo perdona y los dos regresan al trabajo de creación. Estamos ante uno de los motivos más desconcertantes de la historia bíblica del paraíso, el famoso pasaje que describe la formación de Eva, "la madre de todos los vivientes", de la costilla de Adán. ¿Por qué una costilla? ¿Por qué el narrador hebreo consideró más adecuado elegir una costilla en lugar de cualquier otro órgano del cuerpo para modelar a la mujer cuyo nombre, Eva, según la noción bíblica, significa aproximadamente "la que da vida"? La palabra sumeria para "costilla" es ti (se pronuncia ‘te’); la diosa creada para la curación de la costilla de Enki fue por lo tanto llamada en sumerio Nin-ti "la diosa de la costilla". Pero la palabra sumeria ti también significa “dar vida“. Sin embargo, en el hebreo posterior al cautiverio babilónico se traduce exclusivamente como “Señora que da vida”, que es lo que significa Eva, el nombre dado a la primera mujer. Así, sobre este juego de palabras debió generarse el relato de la extracción de una costilla para modelar un ser “que da vida”, dando lugar a uno de los episodios más desconcertantes de la creación bíblica (S. N. Kramer). Adán y Eva, A. Durero, Museo del Prado “La costilla deAdán” «Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán (…) Su nombre será “mujer”, porque ha salido del varón».» Génesis, 2, 21-22 LA CREACIÓN El inicio del Génesis hebreo y del Enuma Elish sumerio (Poema de la Creación) coinciden en hechos fundamentales. Ambas historias comienzan con una fase de aguas caóticas antes de que se cree el todo. En ambas, un "firmamento" fijo en forma de cúpula divide estas aguas de la Tierra habitable, y ambas terminan con la creación de un ser humano llamado "hombre“. En Génesis aparecen temas tomados de la mitología mesopotámica, pero adaptados a la característica judía de creencia en un solo Dios. Ambos relatos coinciden en su inicio con la eterna lucha entre el Orden y el Caos. En Enuma Elish, al principio solo había agua indiferenciada arremolinada en el caos. De este remolino, las aguas se dividieron en agua dulce y fresca, conocida como el dios Apsu, y agua salada y amarga, como la diosa Tiamat. De ellos se originaron las divinidades menores. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». Gén.,1,1 «Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo». Gén., 2, 7 «Cuando en lo alto el cielo no había sido nombrado, en lo bajo la tierra no tenía aún nombre. Nada más que Apsu primordial, su engendrador, (y) Tiamat, la que los dio a luz a todos, sus aguas mezclándose como un solo cuerpo». Primeras líneas del Enuma Elish «Amasaré sangre y formaré una osamenta para producir una especie de ser que se llamará "hombre". Que sobre él recaiga el servicio de los dioses para que estos puedan descansar». Enuma Elish, tab. 6 El Jardín del Edén (el Dilmún mesopotámico) • «el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado». Gén., 2, 8. • El nombre deriva del acadio edinnu , de una palabra sumeria edin que significa “llanura” o “estepa”, estrechamente relacionada con una raíz aramea que significa “fructífero, bien regado” (Cohen 2011). • «En Edén nacía un río que regaba el jardín, y allí se dividía en cuatro brazos: el primero se llama Pisón; rodea toda la tierra de Javilá, donde hay oro. El oro de este país es bueno; allí hay también bedelio y lapislázuli. El segundo río se llama Guijón; rodea toda la tierra de Cus. El tercero se llama Tigris y corre al este de Asiria. El cuarto es el Éufrates». Gén., 2, 10-14 • «El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal». Gén., 2, 23 El Jardín del Edén con la Caída del Hombre (J. Brueghel el Viejo y P. P. Rubens) • «Y el Señor Dios dijo: «He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal; no vaya ahora a alargar su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre». El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado». Gén., 3, 22-23.
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