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Miguel Ángel Dávil Sosa (coord.) Pedro Martínez Ramírez • Guillermo Ismael Estrada Cantón • Arturo Pérez López • América Citlali Bahena Radillo • Mónica Ivonne Piña Lara • Adrián Mendoza Champion • Alfredo Quezada de los Santos • Javier López Buenrostro • Nemesio Faustino Jiménez Alamilla Enseñar Deporte en la niñez: Aportaciones desde la Educación Física 97 86 07 92 80 84 0 IS BN : 97 8- 60 7- 92 80 -8 4- 0 ENSEÑAR DEPORTE EN LA NIÑEZ: APORTACIONES DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA ENSEÑAR DEPORTE EN LA NIÑEZ: APORTACIONES DESDE LA EDUCACIÓN FÍSICA Miguel Ángel Dávila Sosa (coord.) Enseñar deporte en la niñez: aportaciones desde la educación física Las obras aceptadas para su publicación son arbitradas con dos dictámenes por pares a doble ciego. Los dictaminadores pertenecen a Instituciones de Educación Superior incluidas las Escuelas Nor- males en la República Mexicana. Miguel Ángel Dávila Sosa (coord.) Pedro Martínez Ramírez • Guillermo Ismael Estrada Cantón • Arturo Pérez López • América Citlali Bahena Radillo • Mónica Ivonne Piña Lara • Adrián Mendoa Champion • Alfredo Quezada de los Santos • Javier López Buenrostro • Nemesio Faustino Jiménez Alamilla (autores) Ilustraciones: Lizbeth De La O Copado (Rizubesu) Primera edición, febrero 2023. D.R. Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México Calle República de Brasil 31 Centro Histórico, Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. C.P. 06029 Dirección General de Educación Normal y Actualización del Magisterio Fresno, no.15, Santa María la Ribera Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. C.P. 06400 Hecho en México ISBN: 978-607-9280-84-0 Esta obra cuenta con la autorización del autor para efectos de su puesta a disposición y distribución al público en general, bajo la licencia Creative Commnons: Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0) El contenido y las opiniones vertidas en esta obra, son responsabilidad directa de los autores. “Educar a un niño o niña no es hacerle apren- der algo que no sabía, sino hacer de él o ella alguien que no existía” J. Ruskin Este libro está dedicado a nuestras familias, estudiantes y amigos [7] ÍNDICE Prólogo 13 Introducción 17 CAPÍTULO I El deporte al servicio de niñas y niños Redimensionando su práctica. Miguel Ángel Dávila Sosa • Introducción 23 • ¿Para qué puede servir el deporte escolar? 28 • Consideraciones didácticas para su enseñanza-aprendizaje 34 • Formación deportiva 44 • Orientaciones didácticas al enseñar deporte escolar 47 • Las emociones: factor clave para la iniciación al deporte 50 • Consideraciones finales 56 • Referencias 57 CAPÍTULO II Controlar el cuerpo: base para el desarrollo motor La gimnasia básica. América Citlali Bahena Radillo • ¿Qué es lo que caracteriza a la gimnasia de otras disciplinas deportivas? 64 • Antecedentes históricos 65 • ¿Qué le aporta a los niños y niñas su práctica constante? 68 • Actividades de preparación y ejemplos para su enseñan- za-aprendizaje 71 • Referencias 108 8 índice El atletismo: correr, saltar y lanzar, bases para la práctica deportiva Guillermo Ismael Estrada Cantón • ¿Qué es el atletismo? 111 • ¿Que caracteriza al Atletismo? 113 • Antecedentes históricos 115 • ¿Qué le aporta a los niños y niñas su práctica constante? 118 • Actividades de preparación y ejemplos para su enseñanza-aprendizaje: 121 • Elementos básicos de su adecuación y reglamentación que es necesario conocer desde un inicio 122 • Estructura de la sesión de atletismo 124 • El talento deportivo 140 • Referencias 144 Actividades de locomoción acuática: paso previo a la natación. Arturo Pérez López • Antecedentes históricos 149 • ¿Qué son y qué caracteriza a las actividades acuáticas? 151 • Programas para el enriquecimiento de la motricidad 155 • Factores que inciden en la implementación de los programas 163 • Relación entre duración de la actividad y objetivos/ programa 164 • Relación entre la edad de los participantes y los programas de actividades acuáticas 167 • Desarrollo de objetivos específicos primarios y secundarios en las actividades acuáticas (habilidades básicas y específicas) 170 • Consideraciones finales 177 • Referencias 178 9índice CAPÍTULO III Los deportes de conjunto: aprender a colaborar en equipo Presentación 183 El balonmano: primero las manos. Mónica Ivonne Piña Lara • ¿Qué es y qué caracteriza al balonmano? 185 • Antecedentes históricos del balonmano 186 • Aportación a los niños y niñas en su práctica constante 188 • Actividades de preparación y ejemplos para su enseñanza- aprendizaje 190 • Referencias 214 Presentación 217 Voleibol: protegiendo nuestro territorio. Adrián Mendoza Champion • Antecedentes históricos 219 • ¿Qué es y qué caracteriza al voleibol? 221 • ¿Qué les aporta a niñas y niños su práctica constante? 223 • Principios biológicos y pedagógicos de su enseñanza 224 • Principios pedagógicos 226 • Enseñanza de los fundamentos del voleibol 229 • Conclusiones 245 • Referencias 247 Básquetbol: atacando con velocidad la cancha contraria. Javier López Buenrostro y Nemesio Faustino Jiménez Alamilla • Antecedentes históricos 249 • ¿Qué es y qué caracteriza al básquetbol? 250 • ¿Qué les aporta a niñas y niños su práctica constante? 264 • Actividades de preparación y ejemplos para su enseñanza-aprendizaje 265 • Métodos en la enseñanza deportiva 268 10 índice • Propuesta de actividades en la enseñanza por medio del juego 270 • Referencias 291 Fútbol Soccer: sentirse parte de un equipo. Pedro Martínez Ramírez • Introducción 293 • Antecedentes históricos 294 • ¿Qué es y qué caracteriza al fútbol soccer? 295 • ¿Qué le aporta a los niños y niñas su práctica constante? 297 • Actividades de preparación y ejemplos para su enseñanza-aprendizaje 298 • Las bases técnicas del fútbol 302 • Referencias 315 CAPÍTULO IV Prevención y atención inmediata de lesiones deportivas en la niñez: prevenir a tiempo e intervenir certeramente. Alfredo Quezada de los Santos • Prevención de accidentes en la enseñanza del deporte 319 • Prevención de accidentes como principio fundamental en la enseñanza del deporte 320 • Esquema de prevención de accidentes para la ejercitación deportiva. La primera estrategia para el juego 322 • Plan de acción de emergencia 324 • Botiquín de primeros auxilios, elemento indispensable del equipo deportivo 326 • La prevención de lesiones deportivas no intencionadas en la iniciación deportiva y el deporte escolar 327 • Atención inmediata de lesiones deportivas en el ámbito escolar 329 11índice • Primeros auxilios en la iniciación deportiva y el deporte escolar 329 • Referencias 364 [13] Heriberto Murrieta PRÓLOGO ¡Más que diversión¡ Vean al niño: se embelesa con la pelota. La toma entre las manos; siente su textura y su redondez. Sus botes y rebotes lo hipnotizan. Experimenta qué ocurre al desprenderse de ella. Su mirada sigue las caprichosas parábolas. Hay algo de hechizo en aquellos lances. Crea una idea de sincronización y coordinación. Sin saberlo, el que esto escribe ya estaba practicando deporte al perseguir y patear una esférica de plástico en el angosto patio de la pequeña privada de cuatro casitas de la calle Providencia, en la sureña colonia Del Valle de la Ciudad de México. Evidentemente, no todos los deportes se juegan con pelota. Eso sí, los más populares. Los padres los inculcan y luego se arraigan fácilmente porque se pueden jugar hasta en la calle o se jugaban, cuando la urbe era más amigable y segura, cuando no te echaban tanta lámina. Si los deportes entran en la vida, ya no salen jamás. Esa pasión se convirtió en profesión, en análisis desde el micró- fono. He practicado deportes toda mi vida, desde el futbol hasta el beisbol, pasando por el volibol, el basquetbol, la natación, el esquí acuático, el esquí en nieve, el tenis y pádel, deporte este último que le acomoda a la perfección a quien hace 35 años fue bautizado como ElJoven Murrieta, apelativo que seguirá vigente en tanto alguien lo mencione, pero que ya caducó por razones obvias: el aludido es casi sesentón. Según los franceses, deporte viene de diversión, y en efecto ha- cerlo es divertido. Pero resulta mucho más que eso. Es también emoción, disciplina, mentalidad, esfuerzo, compromiso, constancia, 14 heriberto murrieta espíritu, desarrollo motriz, ganas de ganar, aprendizaje en la derro- ta y competencia leal. También se queda corto el filólogo catalán Joan Corominas, autor del diccionario crítico que se cita en la introducción del presente trabajo, pues el deporte no sólo es una actividad al aire libre con el objeto de hacer ejercicio, sino que incluye superación y competen- cia, incluso con uno mismo, siempre en buena lid. El deporte está lejos de ser una simple recreación banal. Es factor estructural en la formación del ser humano. Ahora bien, el deporte se tiene que enseñar correcta y concreta- mente, y las aportaciones desde la niñez que ustedes leerán a conti- nuación tienen una metodología impecable, siempre comenzando por preguntarse qué es y qué caracteriza a cada una de las siete disciplinas abordadas. Con ayuda de explicaciones claras y gráficos entendibles, diversos especialistas hacen brillar sus dotes didácticas para enseñar distin- tos deportes a los niños y niñas mexicanos, promoviendo en todo momento su autoestima. Acompañan sus textos con apuntes his- tóricos y científicos, adaptados a unos tiempos en los que la tecno- logía y la alimentación se han convertido en elementos torales para las actividades en movimiento del siglo xxi. Nunca había tenido frente a mis ojos un manual deportivo de estas proporciones. México ha sido cuna de grandes deportistas, pero la cantidad de exponentes de alto nivel pudo haber sido más alta desde hace mu- chos años. Las autoridades han tardado en entender que las dife- rentes disciplinas son indispensables en la formación de los chavos que el día de mañana van a encarar una patria llena de retos, que avanza lentamente, a tropezones, en medio de graves problemas como la inseguridad y la corrupción. Y si dichas autoridades no se han enfocado en la enseñanza del deporte como deberían, algunos comentaristas de la televisión, no obstante su entusiasmo lúdico, equivocan el discurso al llamarlo torpemente un simple juego, minimizando sus efectos y repercu- 15prólogo siones. En definitiva, el deporte desde la niñez es algo muy serio y fundamental, diría yo que hasta crucial para definir el rumbo de la vida. El deporte profesional tampoco debe ser visto como un juego, sino como una escuela de valores, una experiencia extraordinaria y un foco de interés mundial, amén de un negocio multimillonario. Claro que la práctica a veces obliga a forzar el cuerpo después de la preparación, la repetición, el estiramiento y la prevención. Por consiguiente, existe el riesgo de lesiones y accidentes cuando se va más allá de los movimientos naturales. En la parte final del libro se detallan estas inevitables adversidades y cómo se les debe atender con celeridad y excelencia. De esta publicación ejemplar que merece la máxima difusión y el más justo encomio, se desprende un puro y candoroso espíritu del deporte. Es menester exaltar los extraordinarios esfuerzos realizados por el profesor Miguel Sosa para coordinar los diversos escritos que la enriquecen. Miguel me dejó anonadado con su amplio conoci- miento de los puntos clave y la enseñanza del deporte en México, en aquella primera toma de contacto, frente a un aromático café, en la que se me ofreció dejar caer estas teclas introductorias. La publicación que aquí está ya materializada no sólo enseña el deporte de manera básica, sino que alienta el trabajo colectivo y pondera su brillante aportación en los niños y púberes, a veces se- dentarios y estancados dentro de la casa, con los dedos gráciles pero el seso machacado por escenas violentas, lastimosamente apartados de la antiquísima cita latina realizada por Juvenal: debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano. Heriberto Murrieta Periodista Deportivo [17] INTRODUCCIÓN Miguel A. Dávila Sosa Hace más de dos mil años, los griegos descubrieron el valor social de jugar y confrontarse, crearon para ello una serie de rituales cos- mológicos (dedicados a sus dioses) en los que con eventos de música, poesía y competencias organizadas medían las virtudes y talentos de sus pueblos. Así nacieron los juegos panhelénicos, con cuatro mani- festaciones agonísticas: píticos, nemeos, ístmicos y, que, junto con los olímpicos, dieron origen a lo que posteriormente conocemos como deportes (Segura, 1992). La llegada de los deportes a la vida cotidiana ha merecido es- pecial atención y, sobre todo, un tratamiento pedagógico cuando se pretende enseñarlos en edades tempranas, ese es el valor de este libro: mostrar alternativas con las cuales podemos dar los primeros pasos didácticos hacia la formación deportiva de una niña, niño o adolescente que desea participar en ellos. La clave de esta tarea tan importante parte desde varias lógicas, la primera será conocer ¿qué es el deporte?, luego impulsar que los do- centes encargados de su atención puedan dimensionarlo para que los menores lo comprendan y, finalmente diseñar estrategias para su im- plementación en las escuelas de nuestro país, en las que se incluya el manejo de las emociones como un contenido fundamental en su pla- nificación y vivencia, además de considerar los derechos del niño al practicar algún deporte, siguiendo las recomendaciones de la Unicef. Esta acción busca abrir debates en torno a cómo iniciar esta in- tervención docente tan importante en la vida de alumnas y alumnos, 18 miguel a. dávila sosa quienes ven alternativas reales para dar respuesta a tres tipos de deseos, como dice Antonio Marina (2011): los de satisfacción perso- nal, los sociales y los de expansión de nuestras capacidades”. Entusiasmar a niñas, niños y adolescentes no es una labor sencilla, etimológi- camente esta palabra quiere decir “el que trae un dios dentro (p. 68), por ello la connotación más adecuada para las y los educadores sería mostrar la valía del deporte desde la propia escuela sin pro- vocar dolor, vergüenza, tristeza o cualquier otra conducta que les cause daño, promoviendo estrategias incluyentes y generando di- versos aprendizajes (cognitivos, motrices, físicos, axiológicos, entre otros). De tal manera que, alumnas y alumnos confían en noso- tros, porque desencadenamos experiencias y emociones en ellos, posiblemente porque nuestro trato es directo; tienen confianza en nuestras habilidades y conocimientos, y ¿qué les debemos dar a cambio?, pues esperanza en que aprenderán algo valioso cada día, seguridad de que ese momento de su día será maravilloso, convicción de aprender algo nuevo, producto de la preparación de sus docentes y como dice Pablo Boullosa: vocación de futuro, mediante la cul- tura del esfuerzo, mostrada en cada espacio de participación con todos ellos. Un aspecto para tomar en cuenta es que el órgano más com- plejo que tenemos sin lugar a duda es el cerebro, al cual por cierto le gusta la eficiencia, con tal de disminuir el esfuerzo que requiere hacer para resolver cualquier tarea de la vida diaria; por lo que, en- trenarlo y prepararlo resultan acciones de origen sumamente com- plejas. En este contexto, para aprender algún deporte no basta con repetir y repetir secuencias o movimientos especializados, se trata de estimular a la persona en todas sus posibilidades, mismas que se incrementan con la práctica sistemática y planificada, pero, sobre todo, a partir del error; equivocarse para reconstruir lo aprendido. Hoy sabemos por los numerosos estudios de las neurociencias, que mientras más mielina producimos, principalmente en los primeros años de vida, se incrementa la velocidad de ejecución y respuesta 19introducción a los movimientos que queramos realizar, mejoraún, cuando esas acciones motrices se vinculan con la compañía de otras personas; la frecuencia de estímulos, la diversión, la risa y el placer por jugar son base de la motivación y el ejercicio (que por cierto, quiere decir frecuentativo) que se requiere para aprender algún deporte. Por lo tanto, habrá que quitarle de origen el rigor y la solemni- dad a su práctica, y modificarlo hacia fines mucho más parecidos a la libertad y el placer de jugar, expresarse, disfrutar lo aprendido, compartirlo con los demás y provocar nuevos motivos para seguir aprendiendo y participar de manera periódica, mediante expe- riencias significativas y repeticiones inteligentes en las que como dice Brunner, el juego, pensamiento y lenguaje, formen parte de su preparación, para construir diferentes estilos de vida saludables. Brunner (2003, p. 4). Recordemos que a nadie nos gusta sufrir o experimentar dolor, por el contrario, los primeros acercamientos para generar hábitos deben estar fundados en el gusto, más que en la obligación y el sometimiento. A lo largo de esta obra nos podremos adentrar en estos y otros te- mas con los que se fundamentan desde la gimnasia, el atletismo y las bases de la locomoción acuática, como paso previo a la natación. Aquí se muestran los elementos con los que podemos configurar la llamada base motriz, misma que se origina en las sesiones de Educación Física, por su carácter obligatorio en toda la educación básica y, a partir de las alternativas con las que se dispone en la formación media superior. Posteriormente, se describen los deno- minados deportes de conjunto, atendiendo los principios de madu- ración del sistema nervioso: primero las manos, por lo tanto, se describen las bases de la práctica del balonmano, voleibol, básquet- bol y finalmente el fútbol soccer, como actividad de naturaleza compleja que despierta el interés de muchos padres de familia, niñas y niños por aprenderlo y jugarlo desde edades tempranas. En el último apartado de la obra se consideró incluir un tema muy relevante en este paquete de aportaciones pedagógicas y didácticas, 20 miguel a. dávila sosa que incluye la prevención y atención inmediata de accidentes en la enseñanza del deporte para intervenir a tiempo. Este grupo de expertos docentes egresados de la Escuela Superior de Educación Física de la cdmx, hemos puesto el mayor interés para mostrarle al lector la viabilidad y pertinencia de esto que denominamos de- porte escolar. “La gran habilidad de un profesor reside en obtener y mantener la atención de su alumno; mientras tenga eso, tendrá la seguri- dad de progresar tan rápidamente como la capacidad del alum- no lo permita; y, sin eso, toda su urgencia y entusiasmo tendrán poco o ningún propósito (por grande que sea) la utilidad de lo que enseña; asimismo, que el profesor haga ver al alumno que con lo que aprendió éste puede hacer algo de lo que antes no era capaz, algo que le dé cierto poder y ventaja real sobre los demás que desconocen el mismo asunto. A todo eso, el profesor debe agregar amabilidad a todas sus clases, y por medio de cierta ternura en su actitud, dejar percibir al niño que es amado y que el profesor no tiene otra intención que no sea el bien del niño; ésa es la única manera de crear amor en el niño, lo cual hará que ponga atención a las clases y sienta placer por lo que el profesor enseña” (Locke, 1693) citado en Gadotti (1998, p. 81). CAPÍTULO I EL DEPORTE AL SERVICIO DE NIÑAS Y NIÑOS [23] REDIMENSIONANDO SU PRÁCTICA Miguel A. Dávila Sosa1 “Un atleta no puede correr con dinero en sus bolsillos. Debe correr con esperanza en el corazón y sueños en su cabeza”. Emile Zatopek. Medallista Olímpico de 1952 Introducción El concepto deporte, viene del francés desport-disport-déport, que quiere decir diversión; los ingleses en 1830 utilizan la noción sport, refiriéndose a disciplinas practicadas por el sportsman, entre las que podemos mencionar: ajedrez, jugar naipes, billar, pesca, tiro, esgri- ma, entre otras, hasta convertirse en lo que hoy conocemos como deporte. En lengua hispana, el deporte se entiende como placer, entrete- nimiento, y depuerto, derivada de deportarse, pero para Coromi- nas, autor del Diccionario crítico etimológico castellano, la palabra deporte quiere decir actividad al aire libre con el objeto de hacer 1 Lic. en Educación Física, (esef ) Mtro. en Pedagogía (upn), Docente en la Escuela Superior de Educación Física de la Ciudad de México. Ha publicado los siguientes libros “La enseñanza de la Educación Física, propuesta para desarrollar competencias en la escuela”, coautor del libro “Expe- riencias de intervención de la educación física en la educación básica; una visión desde las escuelas formadoras de docentes”, “Educación Física y su Intervención en el preescolar”, “La educación física en la formación del niño”, “Atletismo: Práctica y enseñanza”, todos con la Editorial Trillas; además de “Vida saludable: Una mirada desde la Educación Física”; “Intervenciones de la Educación Física y su impacto en la escuela”. 24 miguel a. dávila sosa ejercicio. Incluso, podemos decir que en la antigüedad se creía que para preservar la paz era necesario prepararse para la guerra; al entrenar y desarrollar habilidades, destrezas y capacidades para soportar largas jornadas de desgaste físico. Es así como surgen los términos técnica, táctica y estrategia; posteriormente se transfieren al ámbito del deporte. Esta práctica corporal tan atractiva desde su propio nacimiento (Inglaterra, siglo xviii) surge de dos categorías conceptuales propias de la filogénesis de la especie humana: la necesidad de confrontarse (agón) y el gusto por jugar (ludus). No debemos olvidar que el deporte como lo conocemos actual- mente nos dice Norbert Elías (1992), surge como necesidad de controlar a las masas y con ello activar procesos civilizatorios. Desde luego que la noción de deporte tiene múltiples interpre- taciones y categorizaciones y modos de entenderlo. Sin embargo, para su puesta en acción en la educación obligatoria, es necesario El deporte es la puesta en marcha de una serie de acciones lú- dicas (juegos) que se organizan y poseen sentido protocolario (conjunto de procedimientos para estandarizar un comporta- miento humano), que incluyen jugadores, equipos, reglamen- tos, sistemas de competencia, jueces, implementos; en donde tienen las mismas posibilidades de triunfo, en las cuales se espe- cializan movimientos en forma de técnicas deportivas y un uso eficiente de sus habilidades físicas, psicológicas, axiológicas, tác- ticas y estratégicas; buscando mejorar un récord, un resultado, a un adversario, o así mismos; teniendo como marco de legalidad o legitimidad, las instituciones, organismos nacionales o inter- nacionales como las asociaciones, instituciones y federaciones deportivas. (Dávila, 2016, p. 93) 25redimensionando su práctica dimensionarlo, ya que esta práctica social, comercial y promotora de múltiples imaginarios y con ello maneras de verlo, provoca mu- chas reacciones, formas de entenderlo y sobre todo aplicarlo. Es por ello que en este libro lo abordaremos desde una mirada pedagó- gica, inclusiva, didáctica, educativa y sobre todo axiológica, nos referimos a las adecuaciones necesarias para contextualizar esta prác- tica tan atractiva para niñas, niños y jóvenes que asisten a la escue- la en nuestro país, de este modo nos acercaremos a la noción de lo que conocemos como deporte escolar-educativo. Es por lo antes mencionado que en México hemos decidido implementar un modelo de enseñanza del deporte, contrapuesto al modelo anglosajón, en el que se privilegió la idea exclusiva de ga- nar-perder, y ante esto es necesario cambiar dicho paradigma por otra visión, que incluya un modelo más participativo, axiológico y pedagógico; recordemos que, por su propia naturaleza y origen, el deporte es excluyente y busca como meta única la victoria, es decir, lo educativo noviene de origen con la creación e institucio- nalización del deporte, por lo tanto, el reto será crear y orientar, las bases para la comprensión de una práctica pedagógica diseñada para todas y todos: el deporte escolar. Éste se puede analizar desde tres miradas: como contenido educa- tivo, estrategia didáctica o como ámbito de intervención. El deporte educativo, constituye una verdadera actividad cultu- ral que permite una formación básica, y luego una formación continua a través del movimiento. Desde ese punto de vista, el rendimiento no constituye un fin en sí mismo, sino la posibili- dad de ejercitar, mediante un mayor autoconocimiento, el domi- nio de la propia motricidad. (Le Boulch, 2001, p. 15) 26 miguel a. dávila sosa En el deporte escolar, el educador físico propicia, mediante múl- tiples alternativas, que todos participen en la búsqueda de su domi- nio, manejo y encuentro con Experiencias desde la variabilidad de su práctica, el alumno elige el que más le agradaría aprender, dominar y practicar, ya sea en el tiempo libre o en actividades ex- tra-clase de la escuela El deporte en general, pero sobre todo, el deporte escolar-edu- cativo ha cobrado gran importancia en la formación pública y pri- vada de nuestro país, hasta convertirse en un gran motivador de las y los alumnos que desean aprenderlo y practicarlo durante este espacio temporal al que asisten todos los días. Para ubicarlo de mejor manera, existen muchas clasificaciones del deporte, algunas de ellas se apegan al requerimiento de utilizar al- gún implemento (balones, bastones, bates, raquetas, etcétera); otras a la oposición directa mediante el contacto físico (boxeo, lucha, tae- kwondo, rugby, karate, fútbol americano, entre otras); también a la necesidad de superar marcas o récords (ciclismo de pista, haltero- filia, pruebas de velocidad, remo, tiro con arco, etcétera); al lugar y espacio obligado en el que se practica (natación, clavados, nado sincronizado, vela, por mencionar algunos) e incluso a la época del año y zona geográfica donde se desarrollan (deportes de invierno, surf, patinaje sobre hielo, esquí, etcétera). El deporte educativo debe diferenciarse del deporte espectáculo, del deporte trabajo o profesional y del deporte de alta competen- cia; en la escuela no cabe el concepto de deporte por el deporte mismo, ya que no tiene un fin en sí y su valor está condicionado por el aporte que haga a la educación del joven o de la niña, es decir, al perfeccionamiento intencional de las facultades y posibi- lidades específicamente humanas (Aisenstein, 2002, p. 61). 27redimensionando su práctica Con la finalidad de ubicar el deporte con relación al contexto de los sujetos que los practican y la intencionalidad que persiguen, el siguiente esquema nos puede ayudar: Figura 1. Clasificación con base en los sujetos que los practican y el propósito de su ejecución Es por ello que, en esta primera parte de nuestra propuesta, se abre un debate en torno a las maneras de entenderlo y enseñarlo, Escolar Educativo Deporte Recreativo Amateur Al to re nd im ie nt o Profesional Elite Espectáculo Adaptado Olímpico Para Matveyev (1983), la clasificación del deporte obedece a cri- terios del esfuerzo físico solicitado: Deportes acíclicos (saltos, lan- zamientos), Deportes con predomino de la resistencia (pruebas de medio fondo en atletismo, natación, etc.), Deportes de equipo (básquetbol, fútbol, balonmano, hockey, etc.), Deportes de com- bate (esgrima, box, judo, karate, etc.). Deportes complejos (Triat- lón, pentatlón, gimnasia, etc.) (Omeñaca, 2012, p. 28). 28 miguel a. dávila sosa no sólo a unos cuantos, tal y como de origen se ha conocido, sino como verdadera alternativa para todas y todos. ¿Para qué puede servir el deporte escolar? Muchos son los argumentos pedagógicos que permiten orientar esta práctica desde el contexto escolar, podemos mencionar: • Mejoran las habilidades y destrezas motoras, así como sus ca- pacidades físicas en conjunto, incrementan la fuerza, velocidad y resistencia. Y con ello, alumnas y alumnos, disponen de una mejor salud física en general. Hoy sabemos que la práctica regular de actividad física, ejercicio y activación física, desencadena procesos metabólicos, nerviosos y homeostáticos con los cuales se mejora la salud física, emocional y social de quienes la realizan, disfrutan y juegan algún deporte debidamente organizado y enseñado. • A partir de la observación, desarrollan pensamientos estratégi- cos con los cuales toman la iniciativa para solucionar problemas de toda índole, incluyendo los que tienen que ver con las rela- ciones humanas. Al incrementar las relaciones sociales, se estimula una parte del cerebro encargada de las emociones, nos referimos a la amígdala, la cual favorece en su forma más primitiva la capacidad de distinguir amigos de enemigos y con ello mejorar otros procesos relaciona- dos con solucionar problemas. Al respecto René Drucker (2017), señala: Una amígdala más desarrollada permite percibir las señales socioemocionales que nos llevarán a establecer estrategias, ya sea para cooperar o para competir (p. 40). 29redimensionando su práctica • Aprenden a socializar entre sus compañeros y aprecian el esfuer- zo de los demás. Lo cual resulta fundamental en las edades tempranas, incluso en la adolescencia, etapa en la que muchos jóvenes se ensimisman y su autoestima tiende a disminuir producto de los cambios físicos, psi- cológicos y hormonales; practicar algún deporte desde la escuela, les aporta elementos básicos para conocerse a sí mismos y dimensionar sus posibilidades motrices, sociales y de convivencia en general. • Organizan mejor su tiempo libre y los orienta de manera ade- cuada hacia el logro de metas realistas, donde buscan mejorar cada día sus propios desempeños motores. El hecho de ponerse a prueba de manera constante (acción in- dispensable en la práctica de algún deporte), permite que cada competencia o evento en el que participan (requisito para el deporte educativo), conozcan sus avances, progresos o incluso sus límites, de este modo se vuelve realista la proyección que hacen de cada uno, con respecto a sus expectativas individuales o de equipo • Adquieren de mejor manera la enseñanza de valores como el respeto, solidaridad, cooperación, mejora de su autoestima, ca- pacidad de diálogo, cultura de la paz, inclusión, honradez, amis- tad, entre muchos más. Es indudable el valor axiológico del deporte escolar, desde luego encauzado por un docente que mira a los sujetos por encima del resultado, que busca principios educativos en los que el proceso es más importante que el éxito o la meta como única alternativa de progreso. El programa que se basa en el proceso se centra en el aprendizaje como un proceso activo fundamentado en los intereses y creciente desarrollo mental de cada niño (Capel, 2002, p. 46). 30 miguel a. dávila sosa • Confirman su propio yo al participar en actividades donde se ponen a prueba de manera permanente ante los demás. La garantía de un enfoque del deporte en el que la persona es la base del aprendizaje nos da la pauta para entender la valía de los juegos socio-motores, en los que pensar, actuar, y reflexionar son aspectos fundamentales de la participación y práctica, más no la obediencia, que, muchas veces con cierta dosis de terquedad, pare- ciera ser la única manera de enseñarlo. • Evitan la discriminación de los demás, ya que comprenden la importancia de los otros en la consolidación de las relaciones sociales y afectivas. Tema significativo en la enseñanza del deporte escolar, la valía de éste no radica en la construcción de habilidades y destrezas mo- trices cerradas, sino en la oportunidad de utilizar la experiencia adquirida en la consolidación de la personalidad de cada alumna y alumno practicante. De allí que se le consideraría como el promotor nato de valores tales como solidaridad, cooperación, respeto por elad- versario y perseverancia (Aisenstein, 2002. p. 53). • Crean una cultura del juego limpio. Se refiere al respeto por las normas decididas y fijadas para un juego o deporte dado, pero además designa con frecuencia un comportamiento generoso que no es obligatorio y que no forma parte de las reglas (Trepat citado en Blázquez, 1998, p. 96). Lo cual permite transpolar lo aprendido y vivenciado en las sesiones en general, hacia fines relacionados con la vida cotidiana. Podemos decir entonces que para que el deporte en la escuela sea útil para la vida (en forma de competencia educativa), será ne- cesario que reúna las siguientes características: 31redimensionando su práctica Cuando nos preguntamos ¿para qué sirve el deporte escolar?, bien podemos decir los beneficios directos en niñas y niños que lo practican, sin embargo, es necesario precisar que a los docentes les es muy útil entender el deporte escolar desde su concepto básico, hasta sus aplicaciones pedagógicas con relación a la práctica edu- cativa. Es por ello que cuando pensamos en este sentido, podemos decir que el deporte escolar puede ser visto en estas tres dimensio- nes pedagógicas: estrategia didáctica, contenido educativo y ámbito de intervención. Figura 2. Deporte escolar-educativo Es un facilitador del contenido educativo, son el cómo del proceso de enseñanza-aprendizaje Está determinado por el lugar y sus límites temporales, educativos, así como el alcance de la intervención eductiva Es lo que el docente desea que el aluno (a) aprenda, son el qué de la enseñanza y van de la mano con los para qué (propósito educativo) Estrategia didáctica Contenido educa tiv o Ám bito de intervenciòn conocimiento (sobre el deporte deseado, sus reglas, sus carac- terísticas, jugadores, espacios, etc), habilidad (desarrollo de los patrones básicos de movimiento, construcción de habilidades y destrezas motrices, aprender a pensar y tomar decisiones), acti- tud (motivación y deseos de aprender y participar) y formar há- bitos saludables (integrar lo anterior para obtener un beneficio personal y social). (Dávila, 2016, p. 160) Fuente: elaboración propia 32 miguel a. dávila sosa • Visto como estrategia didáctica, daremos un ejemplo: Durante la sesión de Educación Física en primaria superior o secundaria, un docente desea incentivar o estimular algún conteni- do, cuyo propósito tiene que ver con la vivencia y exploración de las habilidades y destrezas motrices. Para ello diseña alguna unidad didáctica, con sus respectivos elementos y en la elección de la estra- tegia didáctica a utilizar, elige el deporte escolar; por lo tanto, pro- pone un torneo de algún deporte alternativo y analiza desde la participación (incluye a todas y todos), hasta el manejo de sus des- empeños motores, el respeto por las reglas, la colaboración y trabajo en equipo. En este contexto el deporte escolar adquiere sentido de facilitador del contenido educativo. • El deporte escolar como contenido educativo, ejemplo: Ahora el docente desea estimular la realización de movimientos exclusivos de la práctica de algún deporte (básquetbol, por men- cionar alguno de ellos), seguramente lo deberá hacer en situaciones de complemento a la sesión de Educación Física, es decir, en algún taller o club deportivo a contra turno, o en determinados horarios escolares. Centrando toda su atención en los desempeños motores Cuando se habla de estrategias didácticas se piensa en un puente que articula la enseñanza y el aprendizaje, son un facilitador del contenido de enseñanza, es a través de ellas que se puede lograr con mayor efectividad su apropiación, y por lo tanto su manejo de manera adecuada a las características de los alumnos. Cada una se hace viable a partir de su conocimiento, su forma de apli- cación, las condiciones del contexto escolar y la intención del docente. (Dávila, 2020, p. 23) 33redimensionando su práctica específicos de su práctica, incluso podría utilizar como vía de en- señanza los juegos modificados, o bien algunos circuitos de acción motriz, juegos de reglas (orientados al básquetbol), incluso podría estimular por momentos a las alumnasy los alumnos con sesiones cerradas, en las que controle toda su motricidad, por medio de estrategias de mecanización; lo anterior seguramente porque ya co- nocen la lógica y desempeño del juego en cuestión. Paradójicamente podemos decir que, si la educación es un derecho humano y dado que la sesión de Educación Física forma parte del currículum obligatorio, ninguna alumna o alumno puede ser discri- minado de la posibilidad de aprender algún deporte, ya sea que lo domine o tenga serias limitaciones motrices; basta con que desee aprenderlo para que el docente esté obligado a iniciar un proceso de construcción de habilidades, independientemente de si los re- sultados fuesen exitosos o no. • El deporte escolar visto como ámbito de intervención, ejemplo: Esta manifestación deportiva se puede entender mejor cuando alumnas y alumnos asisten de manera voluntaria a un club, cam- Los niños no son deportistas estudiando (como lo podrían ser en otros países), son estudiantes aprendiendo nuevos saberes para la vida en sociedad, incluyendo los de tipo deportivo, lúdi- co, socio-motor, perceptivos, etcétera; pero sobre todo debemos utilizar a la iniciación deportiva y al deporte escolar para ense- ñarle al niño a pensar, a razonar lo que puede hacer y a buscar mediante su motricidad (integración de acciones inteligentes) darle sentido a su desarrollo afectivo, moral, motriz y social, en suma, colaborar para mejorar su personalidad y con ello su desarrollo integral 34 miguel a. dávila sosa pamento deportivo o a los denominados equipos representativos escolares, incluso podemos hablar de las escuelas deportivas que muchos equipos profesionales tienen y se les denomina filiales. Aquí el deporte escolar adquiere una dimensión educativa, más no escolar, la diferencia radica en los límites espaciales que diferencian la escuela como institución, del club como lugar para el esparcimiento y la entrenabilidad del usuario. En este caso el lugar define el ámbito y por lo tanto, los fines de la enseñanza-aprendizaje, sobre todo, la puesta en práctica del de- porte en cuestión. En muchos ejemplos este es el espacio de reflexión en el que se sitúa este libro. Consideraciones didácticas para su enseñanza-aprendizaje Es necesario establecer algunas precisiones cuando nos referimos a enseñar deporte en edades tempranas. La primera de ellas implica reconocer que el deporte tiene un valor social enorme; los medios masivos de comunicación, las redes sociales y otras formas de con- tacto directo de masas han generado grandes expectativas (sobre todo económicas) en torno al ser deportista en la actualidad; es interesante analizar cómo en la década de los setenta, en nuestro Es entonces que podemos decir que el deporte escolar debe ser educativo, es decir, debe buscar un fin pedagógico, centrado en el alumno, más no en el resultado de sus habilidades deportivas; por ello si tenemos que modificarlo en sus reglamentos y formas de jugarse, lo haremos sin ningún problema, ya que el alumno es más importante que el deporte mismo; se trata de acercarle el de- porte al alumno y no que el niño se someta a las reglas y normas que marca el deporte de adultos (Dávila, 2016, p. 158). 35redimensionando su práctica país, ser deportista era prácticamente un oficio de sujetos (sobre todo varones) desempleados, con pocas oportunidades laborales y muy pocos de ellos se destacaban por el estudio o por ejercer alguna profesión. Esta noción cambia radicalmente cuando el pro- fesionalismo y el espectáculo se unen para entretener y al mismo tiempo hacer negocio con la población, las marcas y las empresas televisivas. De este modo, podemos entender que el deporte como lo co- nocemos es cada vez más diferente de cómo fue creado y diseñado en sus inicios, es decir, el deportetambién es hijo de su tiempo y momento social, económico, político e incluso aspiracional. Ante este posicionamiento, la Educación Física debe reconocer que no enseñamos deporte como meta única en las escuelas, sin embargo, el atractivo social y el manejo desde los temas de salud, nos permite incorporarlo en los espacios pedagógicos del contexto escolar y del curriculum, desde primaria superior (4º, 5º y 6º grado), hasta secun- daria y educación media superior. Con base en lo anterior, este libro no pretende suplantar la sesión de Educación Física por sesiones de entrenamiento deportivo, mucho menos en lugares donde las posibilidades de enseñanza y desarrollo del deporte son casi nulas. Se trata de aportar elemen- tos pedagógicos y didácticos para promover el deporte escolar en aquellos lugares y espacios donde las condiciones permiten su de- sarrollo en niñas, niños y adolescentes. La segunda precisión tiene que ver con la base pedagógica en la que se fundamenta la enseñanza del deporte escolar. En ese sentido, podemos decir que para aprender algún deporte es necesario que existan al menos cuatro elementos: a. Infraestructura. Disponer de espacios reales, seguros y equipa- dos con los materiales que requiere la práctica del deporte elegido para su enseñanza, aprendizaje, desarrollo y competencia (ya di- jimos que si no hay este agon no existe el deporte como tal, en 36 miguel a. dávila sosa todo caso estaríamos hablando de juegos organizados, modifica- dos o actividades recreativas, más no del deporte escolar) no olvidar que son las y los mismos alumnos los que determinan su deseo de aprender y practicar algún deporte, el docente utiliza ese interés y lo orienta a situaciones espaciales, temporales y de contexto escolar específico. Sea cual fuere el deporte que se quiera practicar, el docente debe adecuar los espacios, materiales y recursos reales con los que pla- nificará cada sesión, unidad didáctica o lo que haya dispuesto para abordar correctamente lo que mostrará a los padres de familia, como parte del proyecto de trabajo anual, semestral, mensual o lo que se acuerde con la institución educativa. Al respecto, la se- guridad de alumnas y alumnos está por encima de cualquier otra disposición de autoridad o familia que desea apoyar a sus hijos en este tipo de actividades escolares. b. Frecuencia. Si el deseo por aprender algún deporte, ya sea indi- vidual o de conjunto, no pasa por el tema de los tiempos para aprenderlo y practicarlo (entrenarlo), no tiene sentido planificar ninguna propuesta didáctica. Los tiempos dedicados al deporte son prioritarios en la construcción de habilidades y destrezas mo- trices; se sabe que, si un aprendizaje se consolida en los procesos mentales y motrices, es producto de gratas experiencias y ade- La elección de actividades deportivas, el momento de su intro- ducción y el modo en que estas se presentan, ha de acomodarse a las necesidades educativas que dimanan de los alumnos, de manera que estos puedan apropiarse de la práctica y extrapo- larla a sus espacios vivenciales, convirtiéndose en auténticos actores de la acción pedagógica. (Omeñaca, 2012, p. 132) 37redimensionando su práctica más de ejercitación constante; etimológicamente la palabra ejer- cicio, quiere decidir frecuentativo. Entonces en todo proyecto de inicio, los padres de familia, alumnas y alumnos en general, deben saber que el aprendizaje va de la mano de un amplio sen- tido de responsabilidad, entrega, confianza, creer en el otro(a) y en conjunto, saber que serán atendidos por un profesional de la Educación Física y el deporte en cuestión. Este factor, permite al docente incluir en su planificación ele- mentos que van desde un buen diagnóstico (evaluación preliminar), hasta los tiempos de apropiación de cada elemento técnico, táctico y estratégico con los cuales observar los avances de cada alumna y alumno a su cargo. Esta frecuencia a la que nos referimos no solo incluye el tradi- cional entrenamiento de dos días a la semana y esperar el día de la competencia o chequeos de tiempos, marcas, distancias, entre otras. Este factor temporal es fundamental para ver crecer en todos los sentidos posibles a nuestras alumnas y alumnos, quienes pasan incluso al inicio del proceso del no quiero, al me gusta mucho asistir a las sesiones deportivas. Desde luego que la atracción didáctica debe ser la acción de jugar y familiarizarse con el vínculo juego-deporte. Roger Bartra (2014, p. 59) señala al respecto: el juego ayuda a cons- truir un conocimiento práctico del entorno, a adquirir y perfeccionar habilidades físicas, a cimentar las relaciones sociales y a afinar tanto la musculatura como el sistema nervioso. Planear consiste en decidir lo que se va a hacer, así como esta- blecer las acciones necesarias para lograrlo. Se requiere de un cuidadoso análisis previo con el fin de determinar lo que se puede hacer. (Martínez P., 2008, p. 24) 38 miguel a. dávila sosa El tiempo dedicado al aprendizaje y práctica del deporte nos debe permitir agrupar en cada temporada, ciclo o periodo de con- tacto con el deporte elegido, una serie de capacidades, habilidades, destrezas y grado de dominio de los elementos que constituyen su puesta en marcha. El siguiente esquema, nos puede orientar al respecto (Riera citado en Sebastiani 2012, p. 60): Figura 3. Habilidades deportivas c. Proyecto. Resulta sumamente importante tener claro para qué quiero enseñar algún deporte, incluso hacer que las y los alum- nos vivan diferentes manifestaciones de este tipo; si no se tiene esta claridad, es posible que no sea exitosa la intervención. Los fines que deseamos darle al deporte se deben sustentar en un proyecto de trabajo claro, preciso y concreto, lo cual no es sen- cillo, pero sin duda, con la ayuda de una institución educativa de por medio, esta tarea será más fácil de diseñar. Este aspecto debe contar con diversas miradas: pedagógica, social, familiar, escolar, de alumnas y alumnos que serán los ac- tores principales, entre otras. Habilidades interpretativas Habilidades básicas Habilid ades técnicas Habilidades tácticas Habilidades estratégicas 39redimensionando su práctica Por lo tanto, a manera de ejemplo, se exponen los elementos de un proyecto deportivo para el deporte escolar: 1. Presentación. Mostrar en este primer elemento, los porqués y cómo se logrará involucrar a las y los alumnos en el deporte elegido, ya sea por ellos mismos o bien por decisión de auto- ridad, circunstancia, temporalidad, infraestructura u otro elemento a considerar. 2. Propósitos. Enumerar al menos tres de ellos, que determinen el para qué se enseñará tal o cual deporte en la escuela; no ol- vidar que el aporte conceptual, procedimental y actitudinal siguen siendo elementos básicos de una buena planeación. 3. Estipular tiempos, lugares y, de ser necesario, materiales y equipo básico con el que deben contar alumnas y alumnos asistentes. 4. Contenidos a enseñar. Dar prioridad a los más sencillos y luego los más complejos, para que los padres de familia o cualquier lector comprenda que poco a poco se enseñarán los elementos técnicos elegidos en cada etapa del proceso de planificación. 5. Estrategias didácticas. Enumerar una serie de estrategias, con las que se alimentan los contenidos, éstas van desde juegos motores en sus distintas manifestaciones, ejercicios básicos y complementarios, rutinas, circuitos motores, actividades coo- perativas, dinámicas de grupo y todas aquellas que se di- señen para darle fortaleza a la motivación tanto individual como en aquellos deportes de conjunto. 6. Planes de sesión. Organizados por semana, en los cuales se explique desde la preparación previa en sus diferentes po- sibilidades (física, actitudinal u otra), hasta cada elemen- to a desarrollar; dinámicas y propuestas de actividades en las que alumnas y alumnos ponen a prueba lo aprendido. No debemos dejar de considerar la frecuencia de las sesio-40 miguel a. dávila sosa nes y la preparación física, aclarando que no forman parte indispensable del deporte de iniciación, como requisito para aprenderlo, es decir, ninguna alumna o alumno debe tener determinada capacidad física como obligación de ingreso al deporte escolar, se trata entonces de formarlo paulatina- mente con la asistencia frecuente a las sesiones de aprendi- zaje y práctica. 7. Evaluación. Desde luego que se deben tomar en cuenta algunos elementos de verificación de los avances y evolución de cada alumna y alumno de manera individual y luego como equipo, en el dominio del deporte elegido. En este mismo apartado, po- dríamos incluir las competencias o el calendario de chequeos que se decida realizar durante la temporada o espacio de tiem- po dedicado a este deporte exclusivamente. Se sugiere que la frecuencia de ellos no sea esporádica, ya que la motivación se pierde si las alumnas y los alumnos no se sienten competentes y esa actitud sólo se logra poniéndose a prueba con otros y otras de manera consecutiva. 8. El apoyo de los padres de familia. En este sentido, es necesario involucrar de origen a madres, padres de familia y tutores, quienes, al sentirse parte de este proyecto, encontrarán tam- bién en el docente el apoyo para complementar la educación de sus hijas e hijos, desde otros ámbitos, propios de la misma escuela. Aquí también se puede contemplar una breve ex- plicación de las normas básicas de asistencia y participación (reglamento interno), para darle mayor orden al proceso en conjunto. 9. Cronograma. Este esquema permite observar el proceso en su totalidad, desde luego considerar la flexibilidad que este tipo de proyectos debe contemplar, para realizar los ajustes necesarios, apegados siempre al interés institucional, más no al personal o de grupos, que siempre aparecen por afinidad al interior de los equipos o grupos de alumnas y alumnos. 41redimensionando su práctica d. Motivación. Este último elemento, posiblemente resulta ser el más importante, ya que podríamos tener una escuela con mag- níficas instalaciones, materiales, recursos humanos, infraestruc- tura, maestros y maestras, etcétera, además de la posibilidad de tres o cuatro sesiones a la semana, con torneos bien definidos, in- cluso un proyecto bien organizado y planificado, pero si alum- nas o alumnos no están lo suficientemente motivados, ya sea por sus familias, amigas y amigos, y sobre todo por un buen docen- te, el proceso de aprendizaje y los resultados nunca llegarán. En ese sentido, es muy importante que en cada sesión desconozcan lo que va a ocurrir; por lo tanto, utilizar la incertidumbre como principio pedagógico. Con base en lo anterior, la labor del docente es muy importante, ya que no solo debe inculcar el gusto por el deporte o la actividad Parlebas (2001) menciona: asociada al medio físico, el mundo de los objetos y la incertidumbre asociada al comportamiento de los demás, ligada a las reacciones y acciones de los practican- tes que intentan realizar una tarea motriz que requiere inte- racciones de cooperación y oposición. (p. 36) Aunque el camino para ser competente siempre es laborioso, los deportes identificados como más complejos seguramente conllevarían también un proceso de aprendizaje más comple- jo y dilatado en tiempo, unos procedimientos de enseñanza y entrenamiento diferenciados requerirían cualidades más exi- gentes del deportista, tanto físicas, como cognitivas y tempe- ramentales. (Riera, 2012, 61) [42] física a realizar, además tendrá a su cargo la valía de enseñar a pen- sar a las alumnas y los alumnos, con dinámicas propias de la re- flexión, más no de la obediencia, donde la constante sea aprender a hacer y jugar de diferente manera. A edades tempranas resulta de poco provecho crear en alumnas y alumnos una cultura del sometimiento y el rigor, con argumen- tos poco sostenibles, como los que defienden la idea de que el deporte requiere disciplina física y emocional; por el contrario, en estos primeros acercamientos al deporte desde un ámbito educa- tivo, la tarea del docente es convencerlos con gratas vivencias de la valía de practicar un deporte en la escuela, compartir experiencias y momentos sociomotrices con sus compañeras y compañeros. El entrenamiento riguroso seguramente puede implementarse, pero en posteriores momentos de crecimiento deportivo. Al respecto Antonio Marina (2011, p. 53) comenta: Para que tengamos en el futuro cercano más jugadores inteligen- tes en el campo, los formadores y entrenadores deberían estimular mucho más e instruir mucho menos, El aprendizaje motor de- bería ser complementado siempre con un aprendizaje cognitivo para lograr un aprendizaje significativo. (Horst, 2013, p. 65) He dicho que esos recursos pueden utilizarse para educar bien o para educar mal, para tiranizar o para liberar. Sucede con ellos lo mismo que sucede con los recursos económicos o tecnoló- gicos, que sirven para construir o para destruir. Por eso quiero insistir en que lo importante no es saber manejar esos recursos, 43redimensionando su práctica Una experiencia como ejemplo de motivación unilateral sino aplicarlos a un proyecto educativo valioso. Lo que preten- demos es ayudar a que el niño o el adulto adquieran una perso- nalidad autónoma, justamente vinculada a los otros y capaz de buscar una felicidad compatible con la felicidad de los demás. Durante muchos años me dediqué a enseñar en diferentes insti- tuciones educativas fútbol soccer; desde niños pequeños, hasta jóvenes de preparatoria, y en todos ellos la constante fue enfren- tar situaciones de exclusión de algunos alumnos por parte de mis compañeros entrenadores. En una ocasión me nombraron coordinador deportivo de algún colegio y una mamá me abordó un lunes en los horarios para entrenamiento y muy molesta me platicó que el viernes por la tarde, el entrenador de su hijo les avisó que el sábado habría juego en otra escuela (como a 40 minutos del colegio) y que sería a las 8:00 am, citó a los niños a las 7:30, ya vestidos con el uniforme correspondiente. El enojo de la Sra. era que su hijo de 7 años, desde las 5 am se había despertado, incluso se había dormido con el uniforme de fútbol puesto, estaba nervioso porque el entrenador le dijo que lo metería a jugar desde un inicio. El papá y la mamá llegaron a la hora indicada; el juego comenzó, el niño no entró, porque ese día llegó otro jugador que, aunque no había asistido a entre- nar en la semana, disponía de mejores habilidades, y finalmente en el segundo tiempo ingresó su hijo, faltando únicamente tres minutos. 44 miguel a. dávila sosa Formación deportiva La enseñanza del deporte escolar contribuye al desarrollo de los individuos en dos vertientes: • Hacia una formación polivalente. Punto de partida del deporte escolar; buscando el placer por el movimiento, por lo tanto, no castigar a alumnas o alumnos con ejercicio, esto puede resultar contraproducente, ya que podríamos hacer que asocien el cas- tigo con el ejercicio, más no las bondades de jugar, aprender y ejercitarse para superarse cada día. Utilizar juegos motores para ampliar su base motriz, estimulando constantemente los pa- trones básicos de movimiento; considerados como capacidades filogenéticas de la especie humana que se desarrollan a partir de la maduración del sistema nervioso, entre ellos se encuentra el caminar, correr, saltar, lanzar, atrapar, patear, jalar, empujar, sus- penderse, etcétera. • Hacia una especialización deportiva. En este sentido, aquí se observa, producto de su práctica y motivación una enseñanza Como responsable del deporte en esa escuela, convoqué a re- unión para recordarles que, por reglamento interno, todo jugador debía ingresar a los partidos, al menos medio tiempo. Con un alumno tan motivado, pero un entrenador que no tenía claridad de para qué puede servir el deporte en la escuela, más allá de buscar ganar o ser campeón. El abandono de ese alumnofue inminente; este puede ser un buen ejemplo de cuando los intereses de un entrenador están alejados de los de una escuela, padres de familia y sobre todo de las alumnas y los alumnos en general. 45redimensionando su práctica encaminada al desarrollo de habilidades cerradas y diferenciadas para las exigencias de cada deporte ya sea individual o de con- junto; exige el control sistemático del movimiento técnico. En ambas vertientes se requiere de una preparación física general para mejorar el desempeño motor. Éstas permiten crear el sentido de la enseñanza a partir de un proyecto pedagógico, por ello podemos decir que, en su práctica sistemática, el alumno y alumna: • Pueden localizar elementos significativos con relación a la lógica del juego, o del deporte en cuestión y la auto experiencia. Esto quiere decir que una niña o niño aprende más rápido y de mejor manera las reglas de un juego, jugándolo, que aprendiéndoselas desde la pasividad. Por lo tanto, la base de la enseñanza se puede centrar en la participación, más que en la depuración del gesto técnico; ese paso llegará paulatinamente, en la medida en la que se motive, se involucre y se sienta competente desde el punto de vista motriz • Formalizan juicios de valor con relación a la propia acción. Cuan- do se ponen a prueba contra otros y contra sí mismos, consolidan diferentes elementos, que le dan razón de ser a su participación. En este caso, si se trata de establecer comparaciones, vale la pena que se comparen, pero consigo mismos y evalúen lo que antes sabían hacer y el progreso que les brindan la dedicación y cons- tancia, en la mejora de sus desempeños motores. • Permiten reconocer sus límites y posibilidades, es decir, sus ca- pacidades al momento que desarrollan habilidades abiertas y la seguridad de su actuación. En este momento del aprendizaje se desencadenan las bases de la competencia motriz, ya que ésta les permite reconocer de qué son capaces, analizan sus posibilida- des y mediante el ensayo y error buscan incrementar su prestan- cia física; cuando una alumna o alumno reconocen lo que pueden 46 miguel a. dávila sosa hacer con facilidad, el avance de su aprendizaje se acelera porque utilizan su experiencia en el diseño de nuevos movimientos para solucionar tareas y consignas que ya les son familiares al depor- te practicado; esto no sucede cuando imitan movimientos que aparentemente son correctamente ejecutados por algún modelo a seguir (el propio docente, o alguna alumna o alumno avanzado). Hagamos una breve aclaración conceptual: • Toman decisiones propias, desarrollan el pensamiento estratégi- co durante su realización y permite que enfrenten con mayores grados de madurez cada situación de juego. En cada sesión, vale la pena que las alumnas y los alumnos propongan, construyan, experimenten y luego incorporen las mejoras necesarias, tanto para no lesionarse, como para depurar movimientos específi- cos cuando empiezan a dominar técnicas cerradas o específi- cas, resulta poco útil iniciar con el deporte y enfrentarlos en las primeras experiencias a situaciones complejas de ejecución y valoración de las mismas, con rangos comparativos de excelen- cia deportiva, poniendo para ello movimientos estereotipados • Evalúan el trabajo grupal y en equipo. Una consecuencia del trabajo cooperativo en la práctica de los deportes es verificar lo aprendido, mediante diferentes mecanismos cognitivos, entre ellos la observación, el razonamiento y el análisis de su propio desempeño, es decir, el conocimiento sobre sus acciones. Consigna: es la indicación a través de la cual el docente propone el cómo se realizará la tarea encomendada; “éstas deben recurrir a todas las vías sensoperceptivas posibles de ser utilizadas y al impacto en la emocionalidad, para que el mensaje sea interpretado con la mayor precisión y economía de esfuerzo comprensivo. Pueden ser verbales, gestuales motrices, audiovisuales, táctiles” (Gómez, 2002, p. 43). Tarea motora: es el conjunto organizado de con- diciones materiales y de obligaciones que definen un objetivo cuya realización necesita el empleo de conductas motoras de uno o varios participantes. Las condiciones objetivas que presiden el cumpli- miento de la tarea son a menudo impuestas por consignas o reglamentos (Parlebas 1981, citado en Famose 1998, p. 26). 47redimensionando su práctica Orientaciones didácticas al enseñar deporte escolar Muchos son los casos en los que los docentes han construido la idea de enseñar el deporte escolar a partir de métodos similares a los que se utiliza en los adultos, o en otros tipos de deporte como los que ya hemos explicado. Es por ello que a continuación se enlistan diversas orientaciones didácticas que pueden ser de utilidad: • Evitar hacer largas filas para verificar algún gesto técnico espe- cífico; esta acción hace aburrida la sesión, les da a las alumnas y los alumnos poca o casi nula participación y los distrae con faci- lidad, lo ideal será ponerlos en movimiento prácticamente desde que inicia, que manipulen y exploren mucho los implementos, balones, materiales o en el caso de las actividades acuáticas; es mejor darles indicaciones, estando ellos y ellas en el agua y no fuera de ella. • Procurar no realizar largas rutinas de trote al inicio de las sesiones, si la finalidad es el mejoramiento de la resistencia o la condi- ción física en general, lo mejor será aplicar un juego motor, con implementos, dinámicas de interacción entre todos (aun en los deportes individuales), actividades en las que tengan que verba- lizar y socializar, para garantizar un aprendizaje más completo; insistimos, centrado en la reflexión y no en la obediencia. • Usar, en la medida de lo posible, materiales adecuados a la edad de niñas, niños y adolescentes, nos referimos a balones, canchas, porterías, redes, espacios, etc.; evitando que aprendan un depor- te con materiales hechos y diseñados para adultos. Asimismo, es conveniente variar los lugares, espacios y dinámicas de enseñan- za. Muchas veces, el hecho de disponer de varios lugares de trabajo es interesante, sobre todo, por cambiar de ambiente, lograr variedad de actividades y salir de la monotonía (González, 2007, p. 21). • Utilizar un lenguaje sencillo, sin rigor, mucho menos insultos o maltrato hacia las alumnas y los alumnos. Recordemos que este 48 miguel a. dávila sosa proceso se construye en gran medida por el gusto y la motiva- ción; por lo tanto, cuando se sienten agredidos o violentados, es probable que abandonen rápidamente esa actividad, por otra donde los traten con respeto. Es preciso tomar en cuenta que ellos generalmente no conocen el deporte, pero desean apren- derlo y practicarlo para divertirse, pasarla bien, conocer nuevas amistades, mejorar su salud, ponerse a prueba, entre otras ra- zones y desde luego que la pedagogía del rigor no cabe en este planteamiento educativo. Muchos docentes les llaman señor a los niños y señorita a las niñas, pretendiendo con esto darle se- riedad a su trabajo; puede ser un trabajo para los docentes, pero para el alumno y alumna no lo es. • Evitar el condicionamiento previo de alumnas y alumnos hacia una posición específica o hacia la especialización temprana en al- guna técnica exclusiva para determinados deportes. Resulta co- mún ver a docentes que, desde las primeras sesiones, los etiquetan para convencerlos de ser y jugar de un modo determinado, que le puede convenir a dichos profesores(as), más no a sus alum- nos(as). Incluso, quieren designar jugadores titulares y suplentes, lo cual puede motivar a unos, pero al mismo tiempo desmotivar a otras y otros. • Si lo que queremos es promover el deporte escolar, debemos evi- tar castigarlos con ejercicio físico, como medida disciplinar por alguna conducta inapropiada, mucho menos organizar pamba china, fila india o cualquier otra forma de castigo. • Recordemos que algunas sesiones sirven para diagnosticar lo que saben hacer,el dominio de algún movimiento o las condi- ciones físicas en las que recibimos al inicio de año, a las alumnas y los alumnos, otras sirven para aprender nuevos movimientos o técnicas determinadas, algunas son de mucha utilidad para afianzar lo aprendido, o para desarrollar la creatividad, socializar e integrar nuevos compañeros(as), también hay sesiones para diseñar estrategias de juego y finalmente, otras nos servirán so- 49redimensionando su práctica lamente para pasarla bien y motivarlos para que no dejen de asistir y mejorar sus resultados. El siguiente esquema nos puede clarificar lo expuesto: Fuente: elaboración propia • El aprendizaje se vuelve más atractivo, sea cual sea el deporte de iniciación y resulta interesante si los docentes combinan los ele- mentos estructurales de los juegos motores (Navarro, 2002, p. 40) utilizando la variabilidad de la práctica, para generar procesos de pensamiento complejo, solución de problemas y en suma construir un pensamiento estratégico, el cual puede emplear- se en otros ámbitos de la vida cotidiana. El siguiente esquema orienta al lector al respecto: Diagnóstico Socializar e integrarse Evaluar lo aprendido Nuevo aprendizaje Conocer, explicar y aplicar reglas Motivar a los alumnos y alumnas Diseñar estrategias de juego Creativas, pasaría bien mejorar la técnica aprendida Mejorar la condición física Consolidación de lo aprendido Axiológicas Tipos de sesiones en el deporte escolar 50 miguel a. dávila sosa Figura 3. Juegos motores vinculados con el deporte escolar. Elementos estructurales en la acción motriz Fuente: Navarro, 2002. Las emociones: factor clave para la iniciación al deporte En las últimas tres décadas las emociones han sido objeto de estudio de las neurociencias y con ello, han cobrado gran importancia en todos los ámbitos de nuestras vidas: la salud, la vida laboral, las inte- racciones sociales, la educación, las relaciones familiares, entre otras. Pensamiento estratégico El pensamiento estratégico es la posibilidad aprendida de buscar muchas posibles soluciones a pro- blemas específicos, ya sea de la vida cotidiana, o bien, en la participación en algún juego o deporte en general; la estrategia se coloca al servicio del participante, quien debe diseñar con base al contexto, situación, experiencia, posibilidades de acción, compañeros(as), recursos materiales, tiempos, propósitos y un sinfin de variantes, las alternativas a realizar para solucionar y/o enfrentar algún problema. Pensar estratégicamente se vuelve una meta fundamental en Educación Física, donde cada alumna y alumno pone sus recursos y los de los demás para construir respuestas reales, primero a problemas relacio- nados con el juego motor y luego a situaciones de la vida diaria. (Dávila Sosa, 2021) Sujetos participantes Jugador(a) Compañero(a) Adversario(a) Implemento Tiempo Móvil Artefacto Espacio Meta Oponente Organización del contexto Relaciones Reglas 51redimensionando su práctica Las emociones se estructuran o elaboran en una parte de nues- tro cerebro, ahí se encuentra el denominado cerebro límbico. En 1952, un investigador pionero llamado Paul Mc Lean empezó a ha- blar del cerebro humano, como un cerebro trino, conformado por un cerebro (básico) reptiliano, un cerebro (límbico) mamífero y un cerebro humano (neocórtex) (Navarro, 2008, p. 93). Por medio del sistema límbico nos ponemos en alerta y nos defendemos; la alegría también se origina en esta zona del cerebro y es una emoción fundamental para comprender el logro de objetivos, el trabajo en equipo, la búsqueda de satisfactores e incluso el amor y la bondad, aspectos importantes también en la formación deportiva. Por evolución, hoy sabemos que somos animales emocionales; dice el Dr. Rosetti que razonan, gracias a ello tenemos un cerebro social; connotación que viene dada, gracias al cerebro emocional, donde la empatía juega un papel fundamental, buscando con ello el reconocimiento de los demás, incluso hemos aprendido como buenos mamíferos a ser solidarios con los otros. Las emociones las podemos entender como mecanismos evolutivos para la adaptación y la sobrevivencia (Navarro, 2010, p. 40). Bási- camente se agrupan en seis tipos: enojo, miedo, tristeza, alegría, sorpresa y asco. Precisamente, porque somos animales sociales y tenemos un ce- rebro social, necesitamos la cercanía con las personas, pertenecer a un grupo, tener un par, sabernos aceptados o mejor aún, que- ridos. Dicha cercanía física y el contacto amable, afectuoso y amoroso, despierta en el cerebro sensaciones de bienestar que nos invaden por completo, dotándonos de invaluables benefi- cios. (Dávila J., 2020, P. 69) 52 miguel a. dávila sosa Es en el contexto educativo que desde 2017, la Secretaría de Edu- cación Pública, refrenda el carácter primordial de buscar una educación más allá de la parte cognitiva e intelectual; el enfoque humanista considera también la educación socioemocional, entendido como: Por ello, durante cada sesión destinada a la enseñanza del depor- te en cuestión, será necesario enfatizar la denominada inteligencia emocional: es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro Emotinal Intelligence, publicado en 1995 (López, 2012). Cada encuentro con nuestras alumnas y alumnos brinda la posibilidad de promover la inclusión como estrategia de convivencia y colaboración; hacer que niñas y niños aprecien el esfuerzo de sus compañeros(as), la tenacidad, disciplina por apren- der, compromiso con los otros(as), enfatizar en todo momento la importancia de las aportaciones en grupo más allá del individua- lismo; independientemente de que el deporte de práctica sea uno de carácter individual, como la gimnasia o el atletismo; la tarea es considerar estos temas en todo el proyecto de enseñanza. Por lo antes mencionado, es una tarea urgente de todo docente que forma a través del deporte, interesarse por este tipo de conte- nidos, que debidamente articulados, permiten incorporar el de- sarrollo de habilidades y estrategias que los acerquen más con la un proceso de aprendizaje a través del cual los niños y los adoles- centes trabajan e integran en su vida los conceptos, valores, acti- tudes y habilidades que les permiten comprender y manejar sus emociones, construir una identidad personal, mostrar atención y cuidado hacia los demás, colaborar, establecer relaciones positivas, tomar decisiones responsables y aprender a manejar situaciones retadoras, de manera constructiva y ética (sep, 2017, p. 518). 53redimensionando su práctica formación deportiva de las alumnas y los alumnos; estimular la tole- rancia a la frustración, generar estados de motivación, aprendizaje y estimular las bondades que tienen las relaciones sociales respe- tuosas y positivas, mismas que el juego, la convivencia, el respeto hacia los demás y sobre todo el diálogo se deben contemplar en la formación hacia el deporte en el ámbito escolar. Ha sido tan significativa la llegada del deporte a todos los ámbitos del planeta que en 2011 la Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) con ayuda de pedagogos y expertos en educa- ción y políticas internacionales emitieron un documento llamado Derechos de la Infancia en el Deporte, en el que se incluyen una serie de recomendaciones para la formación de jóvenes deportistas; entre las que consideran un modelo práctico de construcción de ciudadanía global a través del deporte, mismo que contempla: a. Recibimiento. El principal objetivo de este nivel es crear un am- biente positivo, rico en estímulos y respuestas, donde los jóvenes se motiven intrínsecamente. Se debe facilitar un clima adecuado en el que tanto el entrenador como los jugadores se sientan cómodos e integrados, aseguren su presencia en un grupo, compartan el valor de colectivismo yse establezcan relaciones afectivas y de intercam- bio. Hay que tener en cuenta que el modelo que se plantea debe es- tructurarse desde este nivel y que su cimiento es la confianza dentro del grupo. Si el entrenador no es capaz de proporcionar un terreno apto para las experiencias positivas de los participantes, difícilmente podrá avanzar en la consecución de los objetivos propuestos. b. Respeto y participación. En este nivel se busca obtener autori- dad, unida al afecto incondicional y a la máxima atención, sin dar cabida al autoritarismo ni tampoco a la permisividad. La autori- dad como profesor, monitor, amigo o responsable del grupo no puede ser coercitiva, sino más bien referencial, potenciando la confianza en el joven. Para ello se deben establecer una serie de reglas que rijan los entrenamientos y partidos. Hay ciertas normas 54 miguel a. dávila sosa innegociables, como el rechazo a la violencia física y verbal o el respeto a los compañeros. El entrenador deberá establecer clara- mente éstas, haciéndoles ver que son irrenunciables. A partir de ellas, se comenzará un proceso de negociación democrática para establecer el resto. Es importante que estas limitaciones surjan de un previo acuerdo entre todo el grupo. c. Establecimiento de metas: compromiso y responsabilidad. Las bases de este nivel son la perseverancia y el esfuerzo. Para ello, se propone establecer una serie de metas a cada deportista de ma- nera individual y negociada entre el entrenador y los jóvenes sobre aspectos propios del deporte que practiquen. La elección de una meta puede generar experiencias positivas de éxito si se consigue su realización. Por el contrario, la no consecución es una oportunidad para renovar el compromiso tratando de bus- car una mayor implicación y esfuerzo. d. Cooperación. En las estructuras deportivas actuales impera el carácter competitivo. Los jóvenes se esfuerzan por lograr objeti- vos que no todos pueden alcanzar, lo que conlleva interacciones negativas. Desgraciadamente en demasiadas ocasiones desem- boca en: Tu éxito me perjudica; tu fracaso me beneficia. En defi- nitiva, una estructura deportiva de desvínculo: “Tu compañero es un competidor, un rival, un obstáculo que saltar”. Sin embar- go, en las estructuras de carácter cooperativo, cada joven alcanza sus objetivos al mismo tiempo que el resto de sus compañeros, por lo que se promueve una interdependencia positiva entre los logros de todos los participantes. e. Ciudadanía global. Hasta el momento, los niveles desarrollados han ido encaminados a generar una serie de actitudes y valores positivos a través del deporte que incidan en el día a día del joven. Ahora ha llegado el momento de generar una conciencia global y conocer el papel que el deporte puede jugar como motor de desarrollo y cambio social. El deporte es una de las herramientas de comunicación más poderosas del mundo, gracias a la atracción 55redimensionando su práctica universal que despierta y a su increíble capacidad de convocato- ria. Tratemos de utilizarla y hagamos reflexionar a los niños sobre todo mediante los ejemplos positivos. (Unicef, 2011.) Como podemos analizar, a nivel mundial, el deporte tiene mu- cho significado en la vida de niñas, niños y adolescentes que desean aprenderlo y practicarlo como forma positiva del tiempo libre, pre- texto para socializar, integrarse, formar parte de un equipo o grupo social, desarrollar sus propias capacidades tanto intelectuales como motrices, físicas y emocionales y en conjunto darle soporte a su personalidad a través de vivencias emanadas del deporte. Para terminar, se presenta un esquema que nos permite iden- tificar de acuerdo con la Unicef, la vinculación que guardan los derechos de la infancia en la práctica deportiva. Los derechos de la infancia en la práctica deportiva Unicef (Convención sobre los Dere- chos del Niño) Familia Art. 4, 5, 9, 10, 16, 18, 20 y 21. Participación Art. 12, 13, 14, 15 y 17 Identidad Art. 7 y 8. Educación Art. 27, 28 29. Igualdad Art. 2, 4 y 30 Protección Art. 19, 22, 23, 32, 34, 35, 36, 38, 39 Juego Art. 31. Salud Art. 6, 24, 25, 26 y 33. Orientación, detección de violencia, comunicación, colaboración, presión familiar, interés superior del niño, participación, referente, etcétera Nutrición, detección de violencia, lesiones, seguridad, sobrepeso higiene, detección temprana de problemas, etcétera Desarrollo, seguridad, descanso, ocio, deporte, rehabilitación, amistad, recreación, modelos de familia Discriminación, género, racismo, creencia, homofobia, discapacidad, machismo, pobreza, minorías, etcétera Actividad, derechos, formación humana, instalaciones, responsables, recursos, conocimientos, comunidad, valores, etcétera Violencia, maltrato, acoso, dignidad, abusus, novatadas, respeto, tráfico de personas, denuncia Creencias, acceso a servicios básicos, nacionalidad, edad, nivel de participación, nivel de entrena- miento, etcétera Implicación, relaicones interpersonales, información, toma de decisiones, habilidades sociales, democracia, libertad de expresión, modelos de familia, etcétera 56 miguel a. dávila sosa Consideraciones finales Hemos establecido un posicionamiento pedagógico respecto a la en- señanza del deporte escolar, reconocemos la valía de esta práctica so- cial, educativa y emocional para niñas, niños y adolescentes; también es necesario considerar en sus procesos de enseñanza-aprendizaje que alumnas y alumnos no son deportistas solamente por participar en juegos, entrenamientos o eventos escolares; ser deportista requie- re un proceso de formación humana que implica mucho tiempo de empeño, motivación y sobre todo preparación en diversos sentidos. Todo deporte de origen es competitivo, incluyendo el escolar-edu- cativo, mismos que se complementan en la puesta en marcha en los diferentes contextos donde se desea mostrarlo y dada su naturaleza agonística, es perentorio tener claridad con relación a su impacto emocional en quienes desean aprenderlo y practicarlo; es difícil predecir si una alumna o alumno será un destacado deportista, lo que si podemos asegurar es que las experiencias que reciba en sus primeros encuentros con el deporte de su agrado, tendrán un significado y un valor que los acompañarán en su vida adulta; qué mejor manera de educar en valores, emociones, amistad, confianza en sí mismos, salud, hábitos de ejercicio e incluso actividades para aprender a pensar a través del deporte escolar. No olvidar que madres, padres de familia y tutores, además de complementar esta tarea, ponen en nuestras manos lo mejor que ellos tienen en la vida: sus hijas e hijos, este hecho por sí mismo adquiere un valor superlativo, al que debemos comprometernos con profesionalismo (no engañarlos, tampoco hacerles creer que tienen un campeón o campeona, solo porque ganó un encuentro, evento o dio una buena marca), responsabilidad (el primero que llega y el último que se retira de la escuela es el docente), buen trato hacia las alumnas y los alumnos (motivarles siempre) y una actitud institucional (apoyarse siempre en la escuela o institución que nos contrata para enseñar deporte a niñas y niños). 57redimensionando su práctica Decía Rousseau La espera es amarga pero sus frutos son muy dulces. Más adelante podremos observar cómo se desenvuelve pedagó- gicamente cada deporte básico que en esta obra hemos decidido incluir, atendiendo para ello varios principios didácticos, su via- bilidad, pertinencia y valor social a la hora de generar un espacio pedagógico para formar también en ellos ciudadanía. El siguiente esquema nos permite contextualizar la enseñanza del deporte escolar en esta obra: Referencias Ainsenstein, A. (2002). La enseñanza del deporte en la escuela. Miño y Dávila. Bartra, R. (2014). Antropología del cerebro. Fondo de Cultura Eco- nómica. Gimnasia básica Atletismo Balonmano Voleibol Básquetbol Fútbol Actividades
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