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Psoriasis: Sintomas, Causas e Tratamento

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La Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria que se manifiesta casi siempre con pápulas y placas eritematosas, bien delimitadas, cubiertas por una descamación de color plata. Múltiples factores contribuyen, incluyendo la genética. Los traumatismos, las infecciones y algunos fármacos son los factores desencadenantes más comunes.
 Los síntomas suelen ser leves, aunque puede presentar prurito leve a intenso.
 Las consecuencias cosméticas pueden ser importantes. Algunas personas desarrollan un cuadro grave con artritis dolorosa (artritis psoriásica). El diagnóstico se basa en el aspecto y la distribución de las lesiones. El tratamiento puede incluir agentes tópicos (por ejemplo, emolientes, análogos de la vitamina D3, retinoides, alquitrán de hulla, ditranol, corticosteroides), fototerapia y, en casos graves, fármacos sistémicos (metotrexato, retinoides orales, ciclosporina, agentes inmunomoduladores [biológicos]).
La psoriasis es la hiperproliferación de queratinocitos epidérmicos combinada con la inflamación de la epidermis y la dermis. Afecta aproximadamente al 1 a 5% de la población mundial; los individuos con piel clara tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad que los de piel oscura. Los picos de aparición tienen una distribución principalmente bimodal, la mayoría de ellos entre dos rangos de edad: 16-22 años y 57-60 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
La causa del psoriasis no es clara, pero se sabe que involucra la estimulación inmunitaria de los queratinocitos epidérmicos; las células T parecen cumplir en papel central. Son frecuentes los antecedentes familiares, y se han asociado algunos genes y antígenos leucocitarios humanos (Cw6, B13, B17) con la psoriasis. El análisis de ligamiento genómico ha identificado numerosos loci de susceptibilidad a la psoriasis; el locus PSORS1 en el cromosoma 6p21 juega el papel más importante en la determinación de la susceptibilidad del paciente a desarrollar psoriasis. Se cree que puede existir un desencadenante ambiental que provoca una respuesta inflamatoria con la consiguiente proliferación excesiva de queratinocitos.
Los factores desencadenantes bien identificados incluyen:
Heridas (fenómeno de Koebner)
Quemaduras solares
Infección por HIV
Infección por estreptococo beta-hemolítico (que produce psoriasis en gotas)
Fármacos (en especial, beta-bloqueantes, cloroquina, litio, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [ECA], indometacina, terbinafina e interferón alfa)
Estrés emocional
Consumo de alcohol
Consumo de tabaco
Obesidad
Signos y síntomas de la psoriasis
Las lesiones pueden ser asintomáticas o pruriginosas y suelen estar localizadas en el cuero cabelludo, superficies extensoras de los codos y rodillas, sacro, glúteos (con frecuencia el pliegue glúteo) y genitales. También pueden estar afectadas las uñas, cejas, axilas, ombligo y región perianal. La enfermedad puede extenderse y comprometer amplias áreas de piel. Las lesiones tienen diferente aspecto según el tipo de psoriasis.
Entre los diversos subtipos de psoriasis, la psoriasis en placas (psoriasis vulgar o psoriasis crónica en placas) representa alrededor del 90%; las lesiones son aisladas, en forma de pápulas o placas eritematosas cubiertas por escamas gruesas, brillantes, de color plateado. Las lesiones aparecen gradualmente y remiten y recurren de manera espontánea o con la aparición y resolución de los factores desencadenantes.
El 5 al 30% de los pacientes desarrolla artritis, que puede ser incapacitante (artritis psoriásica); puede haber destrucción articular.
Raras veces la psoriasis pone en riesgo la vida del paciente, aunque puede afectar mucho su autoimagen. Además de la imagen, la cantidad de tiempo que se necesita para el tratamiento de lesiones cutáneas extensas en la piel y el cuero cabelludo, así como en la forma correcta de conservación de la ropa de vestir y la ropa blanca, puede afectar en forma negativa la calidad de vida del paciente.
Diagnóstico de la psoriasis
Evaluación clínica
En raras ocasiones, biopsia
El diagnóstico del psoriasis suele realizarse por el aspecto clínico y la distribución de las lesiones.
Los diagnósticos diferenciales son:
Dermatitis seborreica
Dermatofitosis (se debe efectuar un preparado húmedo de hidróxido de potasio para toda placa escamosa, especialmente si no tiene apariencia clásica de eccema o psoriasis)
Lupus eritematoso cutáneo
Eccema
Liquen plano
Dermatitis de contacto alérgica
Pitiriasis rosada
Carcinoma epidermoide in situ (enfermedad de Bowen, especialmente en el tronco; este diagnóstico debe considerarse para placas aisladas que no responden a la terapia habitual)
Liquen simple crónico
Sífilis secundaria
La biopsia rara vez es necesaria y puede no ser diagnóstica; sin embargo, puede considerarse cuando los hallazgos clínicos no son clásicos.
La enfermedad se clasifica en leve, moderada y grave, según la superficie corporal afectada y cómo las lesiones afectan la calidad de vida del paciente. Para ser considerada leve, debe estar afectada < 10% de la superficie de la piel. Existen otros sistemas de puntuación más complejos para determinar la gravedad de la enfermedad (por ejemplo, Psoriasis Área and Severity Index [Índice de gravedad y área de la psoriasis]), que se utilizan en protocolos de investigación.

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