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El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 1 El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 2 El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 3 El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 4 Notas del Staff Esta traducción está hecha sin fines de lucro, es un trabajo realizado por lectoras a lectorxs con el fin de compartir contenido y que todos puedan leer. Nosotras no ganamos nada monetariamente, solo la satisfacción de compartir. Con esto no queremos desprestigiar el arduo trabajo que todos los escritores invierten en sus historias. Incentivamos a la compra legal del material para apoyar a los autores en fin de retribuir de una forma monetaria como agradecimiento de estos las bellas historias que tanto amamos. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 5 Contenido Glosario de los MC Sinopsis Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Los Ojos del Rey El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 6 Glosario de los MC Asiento de perras / Bitch seat: Jerga de los clubes de motociclista para referirse al asiento secundario de una motocicleta, en donde va la otra persona aparte del conductor. Lleva ese nombre porque es donde suelen sentarse las mujeres, groupies, etc. Casa Club / Club House: El Club House se considera como el centro del Club, es el lugar donde se reúnen en su día a día, donde pasan su tiempo libre, hacen sus reuniones, reparan sus motocicletas y en muchas ocasiones celebran sus fiestas. Tal es la importancia, que para muchos M.C. un capítulo no es tal, hasta que tenga su propio Club House operativo. En otros tipos del club también es importante tener una sede, pero no llega a ser tan fundamental para el desarrollo del club. Chaleco: El Chaleco es la prenda más importante de la cultura Biker. A través de él se comunica al resto de los moteros quién es el portador, a qué grupo pertenece y hasta parte de la historia personal de cada uno y su estilo de vida. Chapters: Entidades localizadas o divididas en varias partes de un mismo MC. Church / iglesia: Lugar o reuniones que llevan a cabo los miembros parchados del MC, donde se toman decisiones relevantes para el club. Colores del club: Palabra que en el argot Biker se usa para denominar a los parches de un moto-club. Estos parches se cosen en los chalecos junto a todos los signos externos que denotan la pertenencia a un determinado club. Se entiende que para lucir unos colores su portador ha tenido que recorrer una serie de pasos, demostrando su lealtad y apoyo al club, y al serle concedido su ingreso como miembro de pleno derecho puede lucir la totalidad de parches que forman el denominado “Full Colors”. Estos colores representan para el miembro, todos los valores de su club y los defenderá y custodiará por encima de todo. Enforcer/Ejecutor: Los ejecutores se encargan de que todo el mundo siga “las reglas”, sea cuales sean. También, algunos ejecutores toman el papel de “ejecutores” sobre personas que intentan evitar algo, por ejemplo, recolectar las deudas de una persona que no quería pagar. MC: Las letras MC que en un principio pueden entenderse como las siglas de Moto Club, tienen un significado mucho más profundo en la Cultura Biker. Desde hace décadas llevar estas letras cosidas en el chaleco, junto a los colores en tres piezas de un determinado club, significa que el portador ha aceptado un alto nivel de compromiso con el Club y sus miembros, más allá de hecho de rodar en moto. Miembro parchado: Cuando un prospecto se gradúa de ser prospecto y pasa a formar parte oficialmente del MC. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 7 Old Lady / Old Man: Mujer o hombre con estatus de esposa o novia/o de alguno de los miembros. Parche: Símbolo cosido en los chalecos de los miembros de un MC junto a los colores del club. Presidente: El presidente de un MC es la cara más visible del club y desde el punto de vista de la Cultura Biker tiene que reflejarlo con su actitud y valores estando siempre al frente del mismo. Tiene que ganar y tomar su posición de líder para conseguir el respeto de sus propios hermanos y por consiguiente del resto de los clubs. Es considerado casi como una figura política, y su labor muchas veces es dar equilibrio al club con sus decisiones. Property of / Propiedad de: Es un slogan que llevan las parejas, Old Ladys y Old Man impresos en camisetas, parches o tatuados para demostrar “a quién pertenecen” como método de protección. Ejemplo: “Propiedad de Turk” significa que la persona está asociada con Turk, está bajo su protección y seguirá sus órdenes. Prospecto: Es un miembro a prueba para poder entrar al MC, generalmente es relegado a actividades que implican colaborar o apoyar a los miembros parchados. No tienen voz ni voto dentro del club y tampoco pueden asistir a la Iglesia o Church. Su pensamiento no suele ser aceptado o considerado importante. Road Captain / Capitán de ruta: Es el nombre para el piloto que coordina el recorrido de las rutas. Entre sus otras funciones, comprueba que otros pilotos están a salvo. El Capitán es responsable de la seguridad de los pilotos y el buen funcionamiento de la propia ruta. Las responsabilidades incluyen la planificación, pensando en el futuro, la educación y la comunicación del conductor. También puede actuar como un guía turístico. En algunos casos es un rango que puede ser ejercido por varios miembros a la vez. Sargento de Armas: Es el puesto más complicado y de más trabajo dentro del MC, se encarga de la seguridad interna y externa de la propiedad del club y la seguridad de los miembros del mismo y sus familias y es el que pone orden cuando las cosas se empiezan a salir de las líneas establecidas. Simpatizante: Algunos clubes tienen una etapa antes de “Prospecto”, que se conoce como simpatizante. El objetivo de la fase de simpatizante es llegar a ser conocido por todos los miembros antes de ser aceptado como un “Prospecto”. El período de simpatizante puede ser de hasta seis meses. Vice-Presidente: Es la mano derecha del Presidente y generalmente oficia de consejero del Presidente, toma el puesto del Presidente en ausencia de este, y resuelve los inconvenientes internos del MC. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 8 Sinopsis Un infante de la marina que se ha vuelto un renegado Andrew “Rogue” Willoughby sirvió durante tres giras de la marina de los Estados Unidos, y como recompensa, regresó a casa encontrando una madre muerta, una casa solitaria, y nada de ayuda por parte de los políticos a los que servía. Para consolarse, se unió a un club de motociclistas que le recuerda a la hermandad de la que disfrutó en la Marina, y encuentra un hogar en el Club de Motociclistas de Los Reyes de Los Hombres. Cuando espía a Reaper y a Undertaker trayendo a un prisionero, siente curiosidad, y los sigue al cuarto de tortura. No le cuesta reconocer al cautivo como Josh, el hermano menor de uno de los miembros encarcelados. Un hermano con fallas Joshua Hebb jamás esperó convertirse en un vendedor de drogas, pero cuando su madre enferma, y el banco está listo para quitarle la casa de su infancia, no tiene opción. Su hermano Colton fue a prisión por el MC Reyes de los Hombres.Joshua no se atreve a admitir ante los Reyes que tiene vínculos con el club, porque en lo que a él respecta, los hombres de King abandonaron a su familia cuando ellos más los necesitaban. Pero, cuando Rogue lo reconoce, todo cambia. Ayuda en lugares inesperados Si los Reyes están dispuestos a darle otra oportunidad, Josh tendrá que ganarse su lugar y probar su lealtad. Caer en la cama con Rogue es la cosa más peligrosa que él podría hacer, pero, es difícil no dejarse llevar cuando Andrew, infaliblemente, lo ayuda cada vez que puede, cuando Josh más necesita de alguien. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 9 Capítulo 1 Andrew “Rogue” Willoughby Las peores noches transcurrían cuando soñaba. No. Soñar no era la palabra correcta para lo que pasaba. Soñar implicaría algo gentil y amable, no lleno de terror, escenas horribles que destellaban detrás de mis parpados cerrados. Las imágenes eran pesadillas, flashbacks… y las únicas noches en las que no las tenía era cuando tomaba suficientes pastillas para dormir, hasta quedar al borde de una sobredosis. Tontamente, no las había tomado la noche anterior, lo que me dejó con el aspecto de un muerto viviente cuando desperté. —Te ves como el infierno. Eran las ocho de la mañana y casi todos los hermanos seguían durmiendo, aun con el sol asomándose por el corto pasillo hacia el bar a través de la nueva puerta de entrada con vidrieras multicolores de la casa club. Sin embargo, no era el caso de Tinker. Él se despertaba a las siete, empezando la fiesta temprano con cualquier cerveza que había disponible, y terminaba cayendo a las dos de la mañana solo para hacer lo mismo al día siguiente. ¿O eso se consideraba el mismo día ya que se había ido a la cama esa mañana? —He pasado por el infierno, y créeme, no me veo así —Me dejé caer en el asiento junto a él en la barra, con las botellas de cerveza todavía esparcidas desde la noche anterior por la parte superior de la encimera. Agité la mano cuando me ofreció un sorbo de la cerveza que había estado bebiendo. ¿Quién sabía qué tipo de infecciones tendría el tipo? Tenía una mujer, pero su polla también se encontraba con coños que no le pertenecían. No pensaba compartir su cerveza. Incluso con el sol naciente, todavía estaba prácticamente oscuro en el bar, que era la única razón por la que la mayoría de los bastardos seguían durmiendo. Podías venir más tarde en la mañana cuando la luz brillaba directamente en sus ojos y cuando las putas ya hubiesen regresado al Hotel Cortesana, y ellos estarían levantándose y moviéndose, yendo directamente al bar para tomar otro trago, a menos que King tuviera algo planeado para nosotros. Él se encogió de hombros. —¿Una mala noche? —Siempre es una maldita mala noche —Suspiré. Algunas noches, los chicos que vivían en la casa club podían oírme gritar durante mis terrores nocturnos. Una vez, uno El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 10 de los prospectos, Fingers, vino a ver cómo estaba y terminó con los dedos rotos y la mandíbula muy magullada, cosa que fue lo que le dio su apodo. Desde entonces, todos aprendieron a mantenerse alejados y dejarlo estar —. Olvidé tomar las pastillas anoche. —Esas cosas terminarán matándote —Tinker me sonrió, moviendo su botella de lado a lado, mirando el líquido moverse dentro de ella. Solté un bufido y asentí con la cabeza hacia la cerveza. —¿Y eso no? Bebes más que un alcohólico. —Pero al menos moriré con estilo —Levantó la botella hacia mí, sonriendo ampliamente —. Vive duro, muere joven, deja tu cadáver con buen aspecto, como dicen. O es esto, ser mandado a volar en pedazos por otro club, o que mi Old Lady1 me corte la polla si se entera de que me estoy tirando a las putas locales. Me encogí. —Es por eso que estoy soltero. Puedo follarme a quien quiera. —Te gustan los tipos, ¿Verdad? Golpeé la vieja y gastada barra con los dedos, pensando en cómo responder a esa pregunta. A los Reyes no les importaba con quién follaras, siempre y cuando cuidaras de tus hermanos –principalmente porque nuestro benevolente fundador, Aaron Arthur, se cogía a todo lo que parpadeara dos veces en su dirección–, pero aun así nunca les había dicho quién me endurecía la polla. Cuando me follaba a alguien, lo hacía tan lejos del club como fuera posible. Me gustaba separar las dos cosas. Y al diablo si supiera por qué. Tal vez porque jodía con chicos buenos, los que nunca se involucrarían con un motociclista del MC Reyes de los Hombres. No quería acostarme con alguien que ya había estado con uno de mis otros hermanos; los quería solo para mí. —Si. Principalmente. Lo que sea que me haga levantar mi tronco2 esa noche. —Ah. Así que te gusta cualquier cosa con un agujero. Puedo ver por qué eras tan amigo de Jester antes de unirte a nosotros. Puse los ojos en blanco y me retorcí en el taburete para poder enfrentarme al caos que representaba una masa de cuerpos, después de otra noche transformada en una fiesta de sexo. Todos los viernes por la noche había una gran orgía con los Reyes. Solo me había unido una vez y había sido más que suficiente para mí. —Fui a la escuela con él. Tinker se rio. —¿Jester fue a la escuela? 1 Mujer con estatus de esposa o novia de alguno de los miembros. 2 Pops my Wood: en otras palabras, tener una erección. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 11 Una de las putas se despertó bruscamente ante su grito de auto-diversión, pero con una pequeña sonrisa, se acurrucó más cerca de un Wraith desnudo y se durmió de nuevo. Me tomé un momento para estudiarlo porque, aunque no era mi tipo, no pude evitar una lectura casual de su cuerpo duro y de los coloridos tatuajes entintados en sus brazos y en su cuello a mano de uno de nuestros hermanos del club. El mejor tatuador de Nuevo Gotenburgo, Paris Deiters. Con una mano como esa, no era de extrañar que Paris, de quien descubrí una noche que podría darte un puñetazo en la boca por decirle así, terminara haciéndose llamar PD la mayor parte del tiempo. Todo ese arte complementaba la cara de bebé de Wraith y su cabello rubio pálido, casi del color de la nieve recién caída con raíces oscuras. Si alguien me preguntaba, era demasiado guapo para formar parte de un club de motociclistas. Se movió, los nervudos músculos de sus brazos se contrajeron y separó más las piernas. Mi mirada viajó hasta su polla –gruesa y larga, sin circuncisión. Casi se me hace la boca agua y esa no era la reacción que quería. Necesitaba follar con alguien, y pronto, porque nunca me cogería a un hermano, especialmente a uno supuestamente bisexual que nunca antes había tenido una experiencia con un hombre. Yo no lo hacía con vírgenes. Negué con la cabeza y me concentré en Tinker de nuevo. —Jester no es estúpido, ¿Sabes? Habla cuando quiere. Probablemente sea más inteligente que todos nosotros. —Bueno, él no se unió a la marina como lo hiciste tú. Eso ya lo hace más inteligente que tú. Apreté el puente de mi nariz. Esa era la verdad más cruda que existía. Había sido joven e idealista, e incluso cuando mamá me rogó que no me fuera, le dije que la iba a mantener a salvo. —Sí, fui un puto idiota. Tinker me dio una palmada en el hombro. —Lo hiciste bien, Rogue. Por lo que escuché, eres un puto héroe, amigo. Mamá solía decir que ser un héroe era algo subjetivo. —Puedes ser un héroe para tus compañeros de la marina, Andy, pero serás un monstruo para las personas inocentes a las que tu escuadrón haya matado —Ella era realista, pero también fue una terapeuta antes de que tuviera cáncer de mama y eso la consumierahasta la nada. Murió una semana antes de que yo llegara a casa de mi última gira, y por mucho que le rogué a mis superiores que me dejaran ir a casa más pronto, para despedirme como era debido, me lo negaron debido a una situación en el terreno. El gobierno me negó lo más básico para los humanos. Que los jodan a todos. Después de toda esa mierda, había levantado el infierno y les había mostrado el dedo hasta que me dieron de baja. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 12 Sin embargo, sonreí al pensar en mamá, con su cabello castaño ondulado que ella delicadamente moldeaba en su peinado favorito. Ella nunca quiso decir lo que me dijo de una manera horrible, pero llamó a las cosas como lo que eran. Solo habíamos sido ella y yo durante tanto tiempo que rápidamente me acostumbré a su actitud, pero ahora solo había quedado yo durante tres años completos. Extrañaba la forma en que me daba lecciones de vida sin rodeos y el olor del perfume demasiado dulce que insistía en ponerse antes de salir de casa. Tinker me dio un codazo con el codo y lo miré. —¿Estás bien, hermano? —Si. Todo bien. Solo pienso en alguien que conocí una vez. —¿Uno de tus amigos de la marina? —Nah. Mi mamá —Volví a mirar alrededor de la habitación y mi boca se curvó en una sonrisa —. Ella estaría por todo este lugar con productos de limpieza, una cura para la resaca y un firme regaño para todos los que están en el piso. Tinker se rio entre dientes. —Suena como lo opuesto a mi mamá. Ella probablemente se uniría. Siempre fue fanática de una buena orgía. Le lancé una mirada desconcertada. —¿En verdad? Se encogió de hombros y tomó otro trago de cerveza hasta que pudo golpear la botella vacía contra la barra. Girándose en su taburete para mirar la escena frente a él, sonrió, mostrándome su incisivo astillado. Había conseguido eso recientemente, después de tener una pelea en el abrevadero local luego de que un tipo golpeara a su Old Lady. —A ella le gusta la polla. Siempre fue así. Probablemente es por eso no sé quién es mi padre. No estaba seguro de sí debería haberme reído o no, pero lo hice. Tinker se unió. La puerta de la casa club se abrió de golpe, Reaper y Undertaker entraron sosteniendo a un hombre con una capucha atada sobre su cabeza que luchaba con ellos. Cada uno lo sostenía por un brazo, y aunque sus agarres estaban apretados, no parecía que hiciera falta mucho esfuerzo para mantener quieto al prisionero porque su lucha era a medias, como si supiera que todo había terminado. Vestía una rejilla negra, pantalones de cuero y botas del mismo color que su playera, lo cual era inusual para el tipo de personas que usualmente traíamos aquí. La mayoría de las veces eran motociclistas de otros clubes de Nuevo Gotenburgo, y esos preferían estar muertos antes que llevar algo que parecía sacado directamente del armario del Hotel Cortesana. Me paré y señalé con la cabeza hacia el hombre en sus brazos. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 13 —¿Quién es ese? La cara de Reaper se contrajo de fastidio, pero eso no era nada nuevo. Siempre parecía enojado, especialmente de manera reciente, después de romper su relación con el hermano menor de nuestro presidente. Reaper tenía cojones, eso es todo lo que podía decir. Nadie más habría sido tan estúpido como para acostarse con Grant Arthur, también conocido como Pequeño King. Pero, de nuevo, el tipo seguía vivo, así que, ¿Qué sabía yo? —Un maldito traidor que vendió drogas en uno de nuestros clubes del centro sin dar a los Reyes lo que les correspondía —Gruñó. El hombre luchó de nuevo contra el agarre. —No soy un traidor. Ni siquiera formo parte de su pandilla. Déjame ir. —Silencio, pajarito —Los labios de Undertaker se curvaron de una manera que hizo que un escalofrío me recorriera la espalda. Había visto a algunos tipos locos en mi vida, pero ninguno como él —. No te vamos a hacer mucho daño. —Eso es mentira, lo vamos a volver mierda —Reaper tiró al hombre hacia adelante, provocando un grito de sorpresa de parte del prisionero —. Mantenlo quieto mientras que voy a hablar con King. Vuelvo enseguida. Reaper irrumpió en la casa club de camino a la oficina. Undertaker levanto las cejas cuando me acerqué un paso, la curiosidad me impulsaba a seguir. Quería saber quién estaba debajo de esa capucha, y quién en su sano juicio usaría ropas así. Reaper regresó pisando fuerte y agarró al chico de nuevo. —Llevémoslo a nuestra sala de juegos. Undertaker asintió y juntos lo sacaron de la casa club hacia el edificio anexo donde torturábamos a todos nuestros invitados. Yo no iba muy lejos de ellos. Sentía una gran curiosidad por el hombre que pensaba que era tan inteligente como para vender drogas en nuestro territorio, así que los seguí a través de la puerta y bajé las estrechas escaleras de madera hasta lo que a algunos de nosotros nos gustaba llamar cariñosamente “la sala de juegos”. King había pasado recientemente algún tiempo con algunos de los chicos remodelando el área de tortura, colocando paredes reales y un piso bueno y sólido, y yo estaba interesado en ver a los chicos en acción. Los seguí a la habitación remodelada y miré a mi alrededor con un gesto de apreciación. En cualquier caso, era mucho más brillante y limpio que antes. Alguien le había puesto verdaderas luces. La mayoría de los juguetes que teníamos reservados para invitados especiales, como este, estaban escondidos en paredes secretas y compartimentos ocultos, en caso de que la policía se presentara para una redada sorpresa. Undertaker agarró algunas cuerdas de uno de los armarios, él y Reaper ataron las manos del cautivo antes de asegurarlo a una El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 14 viga por encima de ellos. Era lo suficientemente bajo como para que Undertaker se subiera a una de las sillas y estirara la mano para hacer un nudo doble con la cuerda, pero también estaba lo suficientemente alto como para lastimar al hombre atado. El preso dejó escapar un largo suspiro, pero no lloriqueó como algunos de los otros tipos a los que había visto recibir el mismo trato. Reaper le quitó la capucha negra, pero sus anchos hombros me impidieron ver el rostro del hombre. —¿No vas a suplicar por tu vida? —¿Por qué? —Susurró el hombre con una pequeña voz suave. Parecía demasiado inocente para ser el tipo de persona que vende drogas —. Ya están planeando matarme. Solo acaben con esto y háganlo de una vez. —Es verdad —Undertaker resopló de risa mientras se quitaba un mechón naranja oscuro de los ojos —. Pero no queremos perdernos de tener un poco de diversión contigo, ¿Verdad? —Jódete. Undertaker se rio más fuerte. —No eres mi tipo, pajarito. Demasiado colorido. Reaper eligió ese momento para apartarse del camino. Irrumpió hacia la pared de la derecha que parecía esconder algunos cuchillos y látigos en un compartimento detrás de una puerta secreta. Me tomé el tiempo para concentrarme en el hombre atado. Era hermoso, con un rostro pálido y joven, labios deliciosos y pecas oscuras que salpicaban una nariz delgada. Su cabello color turquesa contrastaba con los tonos negros y marrones de la habitación, y lucía austero bajo las luces brillantes. Nunca había visto un color de cabello como el suyo en un hombre, pero si su ropa decía algo sobre él, seguro que era más extravagante que cualquier otra persona que hubiese conocido antes. Pero también me resultaba extrañamente familiar. —Te conozco de algún lado —Murmuré. La amplia mirada del hombre se movió hacia mí y se humedeció los labios con la lengua. —Es el bartender de Sinful —dijo Undertaker. Se acercó y golpeó al hombreen el estómago —. Es muy lindo, ¿No? Lástima que tengamos que arrancarle esos bonitos ojos marrones. El hombre tragó profundamente, pero levantó la barbilla, aunque mantuvo la boca cerrada. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 15 Reaper caminó de regreso hacia ellos, con un cuchillo largo en una de sus manos que me recordaba mucho al Strider que me habían entregado antes de mi último desplazamiento en la marina, pero este era más único, con un mango de madera que tenía complicados patrones tallados en él. Me tomó un momento reconocer el arma. Pertenecía a King. A menudo lo usaba cuando destripaba a alguien que se lo merecía. —¿No deberíamos esperar a King? —Pregunté, frunciendo el ceño ante el cuchillo. Matar a este tipo parecía un desperdicio. Era hermoso y su familiaridad me volvía loco. Nunca había estado en Sinful antes, así que no podría haberlo conocido de ese lugar. —King nos dijo que termináramos con esto. Killough quiere pruebas. Negué con la cabeza. No me gustaba la idea de hacer un trato con el jefe de la mafia de la ciudad de Nueva York, pero King pensaba que era una buena asociación y la mayoría de nuestros hermanos estuvieron de acuerdo. Me acerqué y agarré la barbilla del chico entre mis dedos. Mirándolo, traté de ubicar su rostro. —Muévete, Rogue. Quiero que esto se termine rápido. Tengo mejores cosas que hacer. —Ya que no tienes a nadie con quien follar —Dijo Undertaker con sarcasmo —. Bien podrías quedarte a jugar. Escuché un forcejeo detrás de mí, probablemente de Reaper agarrando a Undertaker por ese estúpido comentario, pero los ignoré. Podían matarse entre sí para lo que me importaba. —¿Quién eres tú? —Nadie —El joven bajó la mirada al suelo, pero yo levanté su barbilla de nuevo para que tuviera que mirarme a la cara. —¿Cuál es tu nombre? Me miró con esos sensuales ojos marrones que, imaginaba se verían mucho menos inocentes cuando alguien lo follaba. Estuvo callado durante tanto tiempo que no esperaba que una respuesta. —Josh. El nombre no era uno inusual, pero fue la última información que necesité antes de que mi cerebro conectara todos los puntos. Solo me había cruzado con él una vez, pero había sido memorable porque en ese momento su cabello era de un jade fluorescente, y pensé que era uno de los tipos más hermosos que había visto en mi vida. Pero, yo no era un El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 16 tonto como para salir con los parientes de otro miembro del club, no como sucedió con Reaper. Aquí estaba de nuevo, sin embargo, atado a una viga en un edifico a las afueras, a punto de ser destripado como un pez. Reaper me apartó de un empujón con el hombro y levantó el cuchillo. —¡Espera! —Lo empujé hacia atrás, ganándome una mirada de sorpresa. —Pero, ¿Qué carajos? —Su rostro se contrajo por la molestia. El tatuaje de la calavera en su cuello se veía más prominente bajo las duras luces y el naranja en los ojos casi brillaba. Sin embargo, conocía el tipo de hombre que era Reaper. Usaba su apariencia para asustar a la gente y hacerlos retroceder, pero yo no era la clase de persona que hacía eso. Me encontré su mirada con mis propios ojos entrecerrados, y nuestros pechos casi se tocaron. Teníamos aproximadamente la misma altura, pero él podría haber tenido una pulgada encima de mí. —Ve por King. —Te dije que King quería que nos ocupáramos de él —Apretó la mandíbula —. Retrocede, Rogue. —No, no hasta que King sepa quién es —Hice un gesto hacia Josh, cuyos ojos estaban ensanchados por el miedo —. Es el hermano menor de Scar. Eso hizo que Reaper se detuviera lo suficiente para mirar a Josh, quien rápidamente negó con la cabeza. —No lo soy —Susurró casi con desesperación. —¿Es enserio? —Alcé las cejas hacia él —. ¿Cómo es que sabes quién es Scar? Él vaciló y fue toda la respuesta que necesitábamos. —¿Cómo diablos eres el hermano pequeño de Scar? —Reaper siseó, pasándose la mano por su corto cabello —. Maldito infierno. Undertaker se echó a reír, pero casi sonaba como un maníaco. —Bueno, su mamá y su papá se amaban mucho, y luego follaron, Reaper, y crearon un bebé. Es obvio que Scar nació primero... Reaper se giró hacia Undertaker, fulminándolo con la mirada. —Ya cállate. Los ignoré y me acerqué a Josh, con una pregunta ardiendo en mi interior. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 17 —¿Por qué vendiste esas drogas cuando sabías que traicionarías a los Reyes? Tu hermano es un Rey. —“Era” un Rey. Esperaba enojo de su parte, pero en lugar de eso, solo sentía su tristeza. Su mirada abatida casi abrió un agujero en mi corazón. Nadie podía parecer tan arrepentido y provocarme este tipo de reacción. —Se fue a la cárcel por el club. Estaba orgulloso de acarrearse la culpa de las drogas que encontró la policía. Si él supiera lo que he hecho… —Entonces, ¿Por qué diablos lo hiciste? —Volví a agarrarle la barbilla y le hice mirarme —. Sabes que tu hermano estaría furioso como se enterara. Parpadeó, con la mandíbula apretada y los ojos endurecidos, como si estuviera tratando contener un grito provocado por la fuerza con la que sostenía su rostro. Su labio inferior sobresalió y respiró hondo. —Porque el banco se iba a quedar con nuestra casa. Mamá está enferma, no puede trabajar y yo no gano lo suficiente para pagar la hipoteca de la casa. Nos la van a quitar y no podemos permitirnos vivir en las calles, no con lo enferma que está. Apenas puedo pagar por el seguro médico. —¿Por qué no hablaste con nosotros? —Pregunté gentilmente, suavizando mi agarre hasta que mi pulgar le acarició la mandíbula. Él no se dio cuenta o no le importó. —¿Por qué habría de hacerlo? ¿Qué les importaría a los Reyes? —Ahí estaba esa ira que esperaba. La furia se elevó en su voz y su mirada se volvió más aguda que nunca. Parecía listo para matar —. Nunca les importó cuando Colton fue a la cárcel por ustedes. Ni siquiera le consiguieron un abogado. —Porque tu hermano nos dijo que no lo hiciéramos —Espetó Reaper detrás de mí. Estaba lo suficientemente cerca como para que pudiera sentir su presencia. El hombre era como un león que afirmaba su dominio, y el acto se volvía rápidamente repetitivo. Me giré sobre los talones y lo empujé, pero él volvió a empujarme hasta que nuestros pechos casi se tocaron de nuevo. Levanté las manos hacia él con las palmas hacia arriba y bajé la voz. —Escucha, sé que estás cabreado porque rompiste con tu chico, pero necesitas retroceder. Estás dejando que tu mierda personal te controle. Si lo lastimas ahora que sabemos quién es y King se entera, se desatará el infierno. Tenemos reglas que debemos cumplir en el club y las familias de nuestros hermanos están protegidas. Como mínimo, todos tendrían que votar para hacer una excepción. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 18 Las fosas nasales de Reaper se ensancharon, su mandíbula tan apretada que esperaba que se rompiera, pero se controló y dio un paso atrás. —Bien. Como sea. —Por favor, no se detengan. Se estaba poniendo interesante —Intervino Undertaker desde la esquina. Había encontrado una silla plegable y estaba descansando sobre ella como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo. Con su tobillo enganchado sobre la rodilla y las manos descansando detrás de su cabeza, se veía que estaba en toda su gloria. Todo en él era oscuro, desde su alma, hasta la ropa y el maquillaje que usaba, y yo no estaba seguro de si podía confiar en él más de lo que lo hacía con Reaper. Reaper se dio la vuelta. —Ve a buscar a King. —No soy tu perra—Undertaker se puso de pie de todos modos y se acercó un poco más. —Uno de los dos necesita ir. No confío en dejar a ninguno de ustedes con él — Espeté. —¿Y qué vamos a hacer? ¿Degollarlo? —La sonrisa escalofriante de Undertaker hizo que se me erizaran los pelos, y en reflejo, cuadré los hombros y me coloqué frente a Josh. Puso los ojos en blanco dramáticamente y suspiró, dejando atrás a Reaper y dirigiéndose hacia las escaleras de nuevo, sus botas repiqueteando sobre los escalones de madera mientras avanzaba. No dije nada hasta que se fue por completo. —¿Cómo logras trabajar con él? —Un escalofrío recorrió mi espalda. Los chicos de nuestro club eran brutales, no se disculpaban, pero ninguno de ellos se parecía a Undertaker. No era capaz de señalar como funcionaba su cabeza. —Cumple con su trabajo, hace que los cuerpos desaparezcan cuando los necesitamos —Reaper se encogió de hombros y algo de su ira pareció desvanecerse. Miré hacia Josh, a su cabeza inclinada y hombros caídos, y sentí una punzada dentro de mí, una especie de protección que no había sentido nunca antes. No conocía bien a Scar, pero sabía que amaba a su hermano. Si recibiera la noticia de que Josh había sido asesinado por sus propios hermanos del club, no podía imaginar la épica tormenta de mierda que podría estallar en nuestras caras, dado todo lo que el tipo sabía. Estaba cumpliendo diez años en máxima seguridad en Allenwood, en Pensilvania. Pero, había algo más que la amenaza de Scar lo que me tenía enganchado. Josh suplicaba con sus ojos tristes en silencio por protección, mirándome a través de pestañas oscuras que no coincidían con el cabello vibrante en su cabeza, y la parte de mí que ansiaba proteger a los demás, respondió a esa llamada. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 19 —No podemos matarlo. Es el hermano de Scar. Reaper cayó en el asiento que Undertaker había abandonado, su cuerpo parecía enorme en la pequeña silla. Me sorprendía que no se viniera abajo por el peso de sus músculos. —King lo decidirá. Josh dejó escapar un suspiro en la habitación, por lo demás mortalmente silenciosa. —Sólo mátenme y terminen con esto. —No puedo. Agradécele a Rogue —Sin embargo, Reaper ya no parecía tan molesto por el cambio de circunstancias. Se reclinó en la frágil silla y se cruzó de piernas. Deslizó la hoja del cuchillo que sostenía contra su pulgar, no lo suficientemente fuerte como para romper la piel, pero si para probablemente probar el filo —. Scar ha estado con nosotros por mucho tiempo, chico. Desde casi el principio. Deberías haber sabido que podías contar con nosotros. Reaper parecía más amable ahora, y el alivio me inundó. Era difícil controlar a Reaper cuando estaba en busca de sangre. Era un hombre con una misión y, por lo general, no se detenía hasta tener las tripas de alguien sobre sus botas. Josh hizo un ruido que sonó a medio camino entre un bufido y otra exhalación profunda. —Ni una sola vez nos contactaron para ver cómo estábamos después de que Colton fuera a prisión. Mierda. Eso era cierto. No lo hicimos. King eligió ese momento para abrir la puerta del sótano, sus pesadas botas golpearon las escaleras mientras bajaba, Undertaker y Jester le pisaban los talones. —¿Qué carajos? —King gruñó. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 20 Capítulo 2 Joshua Hebb –¿Qué carajos? – era el término correcto, ¿Cómo fue que me metí en esta situación? Yo era más inteligente que esto, pero había sido un estúpido y desesperado. Cuando Harry me contó lo mucho que ganaba vendiendo drogas, me había cegado la idea de tener el dinero en efectivo a mano para poder metérselos por el culo a esos idiotas del banco. Colton me mataría. No solo me había metido en una mierda ilegal cuando le prometí que seguiría por el camino legal, sino que había vendido coca y metanfetamina en el territorio de los Reyes. Los de arriba se movían bien en Sinful porque todos, y me refiero a todos, querían beber y follar durante todo el fin de semana. Si el presidente del club no me mataba, Colton lo haría en cuanto se enterara. King se acercó a mí y su presencia se sintió amenazadora a pesar de que me habían colgado con cuerdas. Me había asustado desde el momento en que lo conocí, cuando Colton se unió por primera vez a los Reyes de los Hombres. Todo el que tenía medio cerebro sabía que no debía meterse con él, y aquí estaba yo, joder. —¿Eres el hermano pequeño de Scar? —Las cejas salpimentadas de King se fruncieron y sus ojos azul grisáceo se entrecerraron. Me hizo sentir como si fuera del tamaño de una hormiga. Yo no estaba hecho para esta mierda criminal. Tragué mi miedo y asentí. —Sí señor. —Córtalo —King agitó su mano en el aire, y Reaper se puso de pie, avanzando hacia mí con su gran y feo cuchillo. Cortó la cuerda y caí al suelo, mis piernas estaban demasiado débiles para soportar mi peso. Pero el otro tipo, al que habían llamado Rogue, estaba allí para ayudarme a ponerme de pie, su fuerte agarre sostuvo mi codo. Pasaron unos segundos antes de que pudiera recuperar el equilibrio de nuevo. Mis muñecas ardían donde la cuerda se había clavado en mi piel y las froté. Al menos los brutos no me habían roto el top de rejilla. Era costoso. —¿Quieres explicar qué diablos estabas haciendo? —King se cruzó los brazos sobre el pecho. Inclinó la cabeza hacia un lado y su mandíbula se movió. Joder si tan solo supiera qué decir. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 21 Mi pecho se contrajo y resistí el impulso de enterrar mis uñas en él. Mi ansiedad me recordaba desagradablemente que mis decisiones habían sido precipitadas. Miré hacia Rogue y me acerqué a él antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo. No era mucho más alto que yo y no tenía el tipo de músculo que tenían los otros chicos. Estaban allí, pero tenía una apariencia más bien delgada y no daba tanto miedo. Tenía algunos tatuajes, pero no en forma de una calavera aterradora en su cuello como Reaper. Había uno en forma de un ojo en medio de un triángulo en la parte delantera de su cuello, que tenía un aire egipcio o maya antiguo. Sería ciego si no viese lo guapo que Rogue era: cabello castaño claro que se desvanecía a los lados de su cabeza, con una barba que tenía un tinte rojizo. Aunque sabía que podría haberme matado si lo hubiese querido, tenía una naturaleza más amable que los demás. King negó con la cabeza y me tomó un momento recordar la pregunta. Cierto. Me preguntó por qué diablos estaba jugando con drogas en el trabajo. —Mamá está enferma... —Sí, Undertaker me lo dijo —King se pasó los dedos por el pelo y suspiró—. Joder, Josh, ¿Por qué no nos buscaste? Esa era la segunda vez que me preguntaban eso. Mis manos se cerraron en puños a mis costados. —Nunca les importamos una mierda después de que Colton fuera a prisión. ¿Por qué les importaría ahora? —Pero, ¿De qué diablos estás hablando? —King se acercó más. No creo haber estado tan cerca de él antes, y noté una pequeña y débil cicatriz sobre su ceja derecha. —Después de que se fue a servir su sentencia, ni una sola vez me contactaron a mí ni a mamá. Demonios, ni siquiera sabías que trabajaba en Sinful, ¿Verdad? —Sonaba como alguien más fuerte de lo que realmente me sentía. Estar tan cerca de King me aterrorizaba. Mi piel se erizaba y la ansiedad se agitó en mi estómago. Rogue tocó mi espalda baja y le lancé una mirada de soslayo. King suspiró y se pellizcó el puente de la nariz. —No, no sabía que trabajabas en Sinful, pero hay una razón por la que no nos contactamos contigo. Eso ganó mi atención. —¿Cuál es, entonces? —Tu hermano nos pidió que nolo hiciéramos —King le hizo un gesto con la mano a Jester —. La última vez que Jester fue a verlo a la cárcel, una semana después de que lo encerraran, Scar le dijo que no quería que lo visitáramos. La policía nos iba a dar problemas porque no era a Scar a quién quería, me querían a mí. Así que nos pidió que El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 22 los mantuviéramos a ti y a tu mamá fuera de la línea de fuego. Aceptamos los deseos de tu hermano, al pie de la letra. Me quedé quieto. Tenía sentido, y eso solo me cabreó aún más. La única vez que traté de visitar a Colton en prisión, se negó a verme. Me senté allí como un tonto, esperando por un hermano que no vendría, hasta que finalmente los guardias tuvieron que pedirme que me fuera. —Oh. —Qué jodido es todo esto —Undertaker resopló detrás de King, tenía los dedos entrelazados detrás de la cabeza, con una sonrisa en su rostro—. ¿Deberíamos matarlo de todos modos, King? Killough quiere una cabeza, y él tiene una bonita. El miedo se apoderó de mí, pero traté de no mostrarlo. Colton siempre me enseñó a no transmitir nunca ningún tipo de angustia. Eso es lo que te hacia débil, decía. Me mantuve erguido, con los brazos estirados contra mis costados. Había estado listo para morir antes, todavía lo seguía estando. Sin embargo, King negó con la cabeza. —No. Tenemos reglas. No se mata a los familiares de nuestros hermanos — Revolvió mi cabello y yo me puse rígido en estado de shock —. Además, es solo un niño. —Tengo veintiuno —Siseé, la vergüenza inundaba mis mejillas acaloradas. King se rio. —Me recuerdas un poco a Grant cuando era más joven. No me perdí la forma en que el rostro de Reaper se contrajo. Lo había visto con Grant en el club, y había sido lo suficientemente inteligente como para mantener la boca cerrada al respecto. Sin embargo, ahora parecía que el gato se había salido de la bolsa3 y algo había sucedido. Algo en lo que no quería involucrarme. Tuve la decencia de encogerme al pensar en mis acciones. —No sé nada de drogas. No las uso —Agaché mi cabeza, mi flequillo cayendo sobre mis ojos —. Harry Gapple me dijo que ganaba dinero rápido al venderlas. Pensé que ayudaría con lo de la casa... —No tienes que preocuparte por eso. Lo cubriremos —La mano de King terminó sobre mi hombro y le dio un ligero apretón —. Se lo debemos a Scar. —Gracias —Lo miré porque él se merecía el contacto visual por eso. Joder, se merecía mucho más. Les había tenido tanto miedo que me había olvidado de todos los 3 The cat was out of the bag: es un dicho para referirse a que un secreto salió a la luz. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 23 años ante de que Colton fuera a prisión, esos en que Los Reyes habían ayudado a mi familia aquí y allá —. Lo lamento. —En cuanto a quien quiera que sea ese tal Harry, nos encargaremos de él. No pude obligarme a que me importara una mierda. Harry era un cliente habitual en Sinful. Era pura palabrería, y su actitud de imbécil incluía azotar a algunas de mis compañeras de trabajo en el trasero. Se merecía todo lo que estaba por venir —. No sé dónde vive. No puedo ayudar. —No es necesario. Lo encontraremos —King frunció los labios —. Esto aún no ha terminado. Después de lo que hiciste, no podemos dejar que te vayas. Tenemos una reputación que mantener. Hice una mueca, el corazón me latía tan fuerte que podía sentir los golpes en mi garganta. —¿Vas a quitarme un par de dedos? —Los Demonios4 hacían eso a veces. Gina, del trabajo, se había follado a uno de ellos y ese tipo le había dicho que los Yakuza lo hacían en Japón, y que los Demonios habían comenzado a hacérselo a la gente que les faltaba el respeto, porque pensaban que era gracioso como el infierno. Sí que eran buenos chicos. Ella lo dejó cuando se enteró de que tenía otra novia que estaba embarazada. King se rio y yo salté ante el repentino ruido. —No, pero necesitamos una cabeza para darle a Killough. —Yo arreglaré eso, Aaron —dijo Reaper desde la esquina de la habitación. —Tú y Undertaker pueden manejarlo. Quizás podríamos darle a esa basura de Harry Gapple. Llama a Eyes para que ayude. Eyes se encargará de asechar al hombre, y te dará una pista sobre los lugares en los que buscar. No me había dado cuenta de toda la tensión que tenía en mi cuerpo hasta que esta se desvaneció, dejando mis miembros lánguidos. Pensé que era mi cabeza lo que iban a tomar. —Tú, sin embargo... —King se volvió para mirarme de nuevo, observándome fijamente, y sentí que estaba por venir una reprimenda, algo que esperaría de Colton, no de King —. Quiero vigilarte de cerca hasta que tengamos todo resuelto. Mataste a algunos adolescentes con tu producto, Josh, y los detectives de Nuevo Gotenburgo no están contentos. Le dijimos a tu hermano que te mantendríamos fuera del radar de la policía. 4 Del MC Demonios. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 24 —¿Qué quieres decir con que maté a algunos adolescentes? —Miré entre todos ellos, las campanas de alarma sonando en mi cabeza. Mierda. No tenía idea de qué estaban hablando. La mano de Rogue presionó con más fuerza mi espalda, yo me había olvidado de que seguía allí. Me miraba con los ojos entrecerrados, como si estuviera tratando de averiguar si estaba mintiendo acerca de mi sorpresa. En ese momento, no debería haber notado lo cálidos que eran sus ojos color avellana, pero lo hice, y me incliné hacia él antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo. Me aparté rápidamente de su toque y regresé mi atención a King. —Lo juro, no tengo ni idea de lo que están hablando. Los ojos de King se movieron entre Rogue y yo, y su boca se curvó en una esquina. —No es difícil de entender, Josh. Tus drogas. Unos estúpidos niños blancos y ricos de los buenos barrios. Muertos. Por eso pasarás un tiempo por aquí. Enviaremos a alguien para que se ocupe de lo del banco por tu madre, y la vigilaremos, pero no saldrás de la casa club hasta que yo te dé permiso, ¿Está claro? —Necesito trabajar —Protesté, pero no había ningún fuego real. La había cagado y debería de aceptar las consecuencias. —Vas a hacerlo, en el bar de la casa club. Se te pagará y contrataremos a otra persona para que haga tus turnos en Sinful —Luego, la leve elevación de las comisuras de sus labios se convirtió en una sonrisa de satisfacción —. Rogue, queda bajo tu cuidado. No puede irse hasta que yo lo deje, ¿Entendido? Rogue respondió de inmediato: —Sí, King. King sonrió. —Bien. Bienvenido a la casa club, Josh. Bienvenido a la casa club. Debería haber dicho simplemente "bienvenido al manicomio, donde siempre hay un montón de hombres ebrios follando con putas y montando en motocicleta". Eso habría sido más exacto. Al menos me dejó contactar a mamá. No pude contarle mucho sobre lo que había sucedido, y aunque sabía que eso la irritaba, le hice saber que tenía que ver con los Reyes. Rápidamente lo dejó estar, sin duda asumiendo que de alguna manera estaba relacionado con Colton. En cierto modo, lo estaba. King también había enviado a El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 25 algunas de las Old Ladys para que trajeran algo de mi ropa y yo tuviera algo que ponerme. Miré mal hacia la rubia de grandes tetas mientras esta se acurrucaba más cerca de Rogue en el sofá de cuero de la esquina del bar. Él solo había estado sentado durante un minuto antes de que ella prácticamente se le echara encima. Desearía que la habitaciónno fuera tan ruidosa, el bajo atronador estaba a todo volumen con AC/DC sonando en el altavoz de Bluetooth, solo para poder intentar escuchar lo que ella le estaba diciendo. Pero, había demasiados hombres y prostitutas flotando por la habitación, follando, hablando o bebiendo. Ella se rio, golpeando a Rogue en el pecho con sus largas uñas color rosado. Él sonrió, pero no había ningún interés real en su mirada, ni siquiera cuando las tetas de ella casi se le salieron del top en cuanto se inclinó sobre él. Su falda era demasiado corta y yo podía ver su ropa interior de seda roja desde donde estaba, detrás de la barra. Zorra. Y no lo decía por ser un imbécil grosero. Tinker acababa de follar con ella antes de que se moviera hacia Rogue en busca de otro pene, y parecía que no podía aceptar un no como respuesta. Él ya había negado con la cabeza hacia ella tres veces. Golpeé una jarra de cerveza en la barra con tanta fuerza que imaginé oír el crujido de la madera. —Vaya, derramaste un poco de cerveza —Tinker me arrebató la jarra de las manos, mirándome furiosamente, y acunó el vaso contra su pecho como si fuera la cosa más preciosa del mundo. Todavía no se había puesto la camisa después de haberse follado a la rubia, pero al menos tuvo la decencia de volver a ponerse los jeans. Ya había visto demasiado de su pene —. ¿Qué tipo de bartender eres? Respiré hondo y cerré los ojos por unos instantes. Solo había estado aquí unos días y ya caminaba por un terreno peligroso. Rogue apenas me había hablado, pero siempre estaba cerca, especialmente cuando yo me encargaba de atender el bar, observándome como se lo había prometido a King. Pero no se me había acercado ni una vez, no había dicho una palabra y no tenía ni idea de por qué eso me molestaba tanto. La mirada de Tinker se deslizó hacia Rogue y la prostituta, y se rio. —No va a mojar el pito con ella, si eso es lo que te preocupa. —No es eso —espeté más fuerte de lo que pretendía. Agarrando un paño húmedo de un balde de mano que había empezado a guardar detrás del mostrador y lo pasé por encima del derrame, obviamente nadie antes que yo se había preocupado mucho por el saneamiento de este lugar —. No me importa a quién se folla. Ni siquiera conozco al tipo. —Escuché que te salvó de que te cortaran el cuello —Tinker se encogió de hombros y tomó un gran trago de alcohol. Lo conocí al principio, sobre todo porque nunca abandonaba su taburete. Desde el momento en que se despertaba hasta que se iba El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 26 a dormir, estaba aquí, bebiendo cerveza. La única vez que no lo estaba era cuando tenía a una perra en su polla, ya sea si se trataba de su Old Lady o de una extraña. No era un tipo feo. Cabello oscuro, barba tupida y un acento profundo y agradable. Su nariz estaba ligeramente torcida, pero aparentemente había sido por alguna pelea en un bar. A pesar de que habíamos tenido muchas conversaciones, nunca antes habíamos tocado mi tiempo en el edificio de afuera o acerca de quién era yo. Tinker simplemente aceptó que yo estaba allí para traerle sus bebidas—. Undertaker se quejó de que Rogue le había arruinado la diversión. Resoplé. —Eres el hermano de Scar, ¿Verdad? Asentí y le di la espalda, mientras que agarraba una botella de vodka. Uno de los prostitutos se acercó tranquilamente a la barra, sus pestañas largas y suaves mientras las batía hacia mí. Me gustaba Bliss. Era lo suficientemente dulce como para hacerme preguntar cómo es que en primer lugar se había convertido en un chico de alquiler trabajando en el Hotel Cortesana. Con esos bonitos ojos de zafiro y su cabello rubio pálido, era más fácil pensar que podría estar con un suggar daddy en alguna otra parte. Era el chico de Jester, o eso había oído que era cuando se trataba de follar. Aparentemente, Jester le había tomado cariño, lo cual parecía fuera de lugar en cuanto al tipo callado, de quien había oído que normalmente era partidario de follar cualquier agujero masculino caliente. A estas alturas, ya sabía demasiado sobre la vida personal de los miembros del club. Necesitaba volver a mi trabajo normal donde la música estaba demasiado alta para escuchar las conversaciones de los clientes. Serví un trago de vodka y lo deslicé a lo largo de la barra hasta Bliss. Lo atrapó con una sonrisa de agradecimiento y luego lo bebió de un solo trago, largo e impresionante, soltando un gemido justo después. —¿Di en el clavo? Me dirigió una sonrisa blanca y recta. —Perfectamente, gracias. —De nada —Apoyé los codos en la madera de caoba frente a él—. ¿Cómo fue que conseguiste este trabajito de todos modos? —¿Ser un culo bien pagado en general o estar dentro de la casa club? —Miró la botella y le serví otro trago —. Todos por aquí amaban sus bebidas, paseos en motocicletas y el sexo. Supongo que no podía culparlos, ni siquiera a las prostitutas. —Ambos. Su lengua rosada recorrió sus labios y me guiñó un ojo. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 27 —Se trata del misterio, cariño —Luego se giró sobre sus talones, su trasero desnudo y tatuado con las palabras: “¿Quieres ser mi top?” en su nalga derecha, nos encaraba mientras que se alejaba. Tinker lo vio irse y silbó. —Si me gustaran las pollas, me follaría ese culo apretado hasta el olvido. —No dejes que Jester te oiga decir eso —La voz de Rogue me sorprendió y salté. No sabía por qué había estado tan nervioso últimamente. Quizás todavía esperaba que los Reyes me mataran por lo que había hecho. Tinker se rio entre dientes. —Tiene una debilidad por este, ¿No es así? Rogue se dejó caer en el taburete junto a Tinker, sus cejas se hundieron pensativo. El cabello le brillaba bajo las suaves luces del área del bar, y quise extender la mano y tocarlo. Tenía el pelo más bonito. —No tengo idea de por qué. Ha advertido a los demás chicos que no lo toquen. Bliss pertenece a Jester en lo que a él respecta. —Jester es el puto más grande que he conocido. Es extraño que ahora se quede con un solo chico ahora —Tinker se encogió de hombros. —En los días que llevo aquí, he visto que podrías destronarlo en cuanto a ese título —dije. Mi comentario se ganó la risa de ambos. —Eso es cierto—Tinker me guiñó un ojo —. No se lo digas a mi señora. Negué con la cabeza y llené su vaso vacío con más cerveza antes de devolvérselo. —No lo entiendo. Si la amas, ¿Por qué la engañas? Tomó un trago profundo de cerveza y se pasó el dorso de la mano por la tupida barba, donde se le había acumulado el alcohol que no le llegaba a la boca. —El sexo y el amor son dos cosas diferentes, chico. Cuando vivas lo suficiente, lo entenderás. —No lo creo—Miré a Rogue, una parte de mí esperando que estuviera de acuerdo conmigo. Sin embargo, no sé por qué me importaba. Siendo guapo como la mierda o no, entre nosotros no iba a haber nada. Ni siquiera sabía si bateaba hacia mi equipo. Parpadeó y sonrió, una ligera curva en su besuqueable boca rosada, y vi allí que estaba de acuerdo. La ansiedad que se había acumulado en mi pecho se liberó. Tinker puso los ojos en blanco. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 28 —Lo que sea. Los voy a dejar solos a los dos—Se puso de pie descalzo—. Háganos un favor y váyanse a coger en lugar de ponerse ojitos el uno al otro. Con eso, agarró su jarra y se fue furioso, esta vez hacia una prostituta diferente que ya tenía los pechos afuera y se movía frente a la cara de otro chico. Negué con la cabeza. —Nunca he visto a su Old lady por aquí. ¿Cómo es ella? La mirada de Rogue se dirigió rápidamente hacia Tinker. —Es una buena dama. Leal al club. —Entonces, ¿Por qué lo hace?—No sé. Porque le gusta demasiado los coños, supongo. Pero su Old Lady no es estúpida. Creo que ella lo sabe—Señaló con la cabeza el frigorífico detrás de mí—. ¿Puedo tomar un ron con coca cola? Agarré una lata y se la pasé. Nuestros dedos se rozaron cuando la tomó, y la aguda sensación eléctrica me hizo apartar la mano. Tragué sobre el temblor nervioso que se estaba formando nuevamente dentro de mí. Esta era la primera vez que realmente hablábamos desde el incidente en el edificio externo. —No lo entiendo. Todas estas prostitutas, ¿No les preocupa que le cuenten a la policía?—Hice la pregunta que me había estado molestando desde el principio. No me había dado cuenta de toda la cantidad de sexo que ocurría dentro del club, hasta ahora. Él se rio entre dientes. —No, son cortesanas. —¿Te refieres al Hotel Cortesana? Asintió con la cabeza mientras abría su lata y tomaba un trago. —El Hotel Cortesana es propiedad de las Harlots y está dirigida por una dama a la que llaman La Madam. Las prostitutas de allí conocen las reglas sobre la mierda que escuchan. Mantienen la boca y los oídos cerrados. Solo están aquí por una razón. Y los Reyes pagan bien a las cortesanas por su compañía. Cualquiera que venga aquí recibe un pago al final de la semana. Tenía sentido ahora que lo pensaba. Ciertamente estaban todos dispuestos a inclinarse por cualquiera de los chicos. —Gracias. Rogue tomó otro sorbo y se limpió la boca con el dorso de la mano. —¿Por qué? El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 29 —Por salvarme el culo —Me deslicé por el extremo de la barra y me senté a su lado. Olía a cigarrillos, pero eso no era sorprendente. Lo había visto escabullirse a fumar hace unos diez minutos —. Ahora mismo sería un cadáver sin tu ayuda. Me miró con atención. —¿Por qué no nos dijiste quién eras desde el principio? —Te dije el por qué —Arañé la madera de la barra con la uña —. O algo así, de cualquier forma. —Por tu hermano. Asentí. —No sabía en qué tipo de problemas me estaba metiendo. Solo me concentré en el dinero y en mantener nuestra casa. Scar saldrá eventualmente, tal vez incluso temprano si actúa de la forma correcta. No quería que saliera de la cárcel y no tuviera un hogar. —Creo que habría preferido eso a un hermano muerto. Lo miré y fruncí los labios. —Quizás. Ya no lo sé. Siempre ha puesto al club en primer lugar —Volví a mirar la barra, pero cuando tocó mi hombro, me concentré en él. —Porque tenemos que hacerlo. Estos hombres son nuestros hermanos, tanto como tú eres el hermano de Scar. Esta es nuestra segunda familia. Vendiste drogas para salvar la casa de tu madre, para asegurarte de que tuviera un lugar en el que estar mientras estaba enferma. Vendemos drogas y administramos nuestro negocio para mantener un techo sobre la cabeza de nuestra familia también. No es muy diferente. Su mano se deslizó hacia arriba y acarició mi mandíbula con el dorso de sus dedos. Me incliné hacia el toque. No recordaba la última vez que un hombre así me había tocado. No desde que Manuel rompió conmigo hacia un año. Había tenido una buena cantidad de aventuras de una noche, pero este no era el toque de un hombre que solo ansiaba sexo. Era algo más suave. —Te recuerdo de hace un par de años, cuando llegaste con tu hermano. En ese entonces tenías el pelo verde —Su voz baja se sentía fuerte, a pesar de que competía con la risa ruidosa y los gemidos dramáticos que llenaban la habitación. —Yo no me acuerdo de ti —Admití en voz baja, apoyándome en su mano. Deslizó las yemas de sus dedos por mi cuello y me apretó la garganta, su pulgar presionaba contra mi nuez de Adán. Su piel áspera hacía que mi cuerpo chisporroteara de deseo, y un rubor caliente se abrió camino por mi carne. Mi sangre se sentía como si estuviera a un punto de ebullición, burbujeando en mis venas mientras resistía el impulso de acercarme y aplastar mi boca contra la suya. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 30 Aborta. Esta no era una buena idea. —Comparado con los otros chicos, no soy tan memorable —Su boca se torció en una sonrisa. —No que yo sepa. Tus tatuajes son ardientes —Tu eres ardiente. Extendí la mano para pasar la yema del dedo ligeramente sobre el tatuaje en su cuello, trazando la tinta negra —. ¿Qué significa? —¿Honestamente? No tengo idea. Lo vi en la tienda de tatuajes y me gustó — Entonces me regaló una sonrisa en toda su regla y yo exhalé bruscamente. Joder, tenía una sonrisa sexy. —A mí también me gusta. Parece egipcio. Siempre me interesó la historia de Egipto. ¿Puedo explorarlo más a fondo? —Me lamí los labios y reuní el coraje que tenía, el cual apenas era nada en el mejor de los casos, y me incliné para tocar mis labios contra el tatuaje del que estábamos hablando. Salpiqué besos a lo largo de los espacios de las líneas, mi lengua salió para trazarlo tal como quería desde que lo vi por primera vez. Rogue me agarró del hombro, empujándome hacia atrás, y cerré los ojos, esperando que llegara un puñetazo en mi mandíbula. En cambio, lo que llego fue su boca inclinada sobre la mía, y sus dedos agarraron mis caderas y me arrastró más cerca fuera de mi taburete hasta que casi quedé sentado en su regazo. Su dura polla empujó contra mis muslos, y me apreté más a él, mi propia erección hinchándose dentro de los ajustados jeans en los que me había metido esta mañana. Olía un poco a sudor, pero sobre todo a perfume masculino que me hacía cosquillas en la nariz y me atraía más hasta que realmente me senté a horcajadas sobre sus piernas. Empujó su polla contra la mía y gemí dentro de su boca. Sabía cómo el ron que había estado bebiendo, pero también un poco como si hubiera comido alguna menta recientemente. Rogue deslizó sus manos alrededor de mi espalda, sus dedos se sumergieron en la cinturilla de mis jeans. Estaban demasiado apretados para que él metiera toda la mano, pero sus uñas rasparon la parte superior de la raja de mi culo, provocándome. Nos separamos en busca de aire y jadeé contra su boca. —Mierda. —Se supone que debo estar observándote —Murmuró, con la voz ronca por la lujuria. Sus ojos se habían oscurecido, y la intensidad allí provocó otra dosis de placer dentro de mi cuerpo, haciendo que mi estómago se revolviera de emoción. —Puedes observarme... —Puse mi palma sobre su fina camiseta negra, justo donde estaba su corazón. Casi podía sentir el calor de su piel a través de la tela —. En tu habitación. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 31 Me deslicé de encima él y agarré su camiseta, tirando de ella. Me siguió como un cordero perdido que es llevado al matadero, pero no era miedo o inocencia lo que había en sus ojos, más bien una intención acalorada lo que derritió mis entrañas. Tinker me enseñó el pulgar desde donde estaba sentado en el sofá, follándose a la prostituta que había estado persiguiendo, pero simplemente puse los ojos en blanco mientras conducía a Rogue por las escaleras de madera y hacia lo que sabía que era su dormitorio. Última puerta a la derecha, lejos de los ruidos de la conmoción de abajo. No quería escuchar a los chicos follando putas mientras que Rogue me estaba follando a mí. Abrí la puerta de un empujón y lo arrastré adentro, volviéndome para unir mis labios contra los suyos de nuevo. Rogue cerró la puerta de una patada con el pie mientras me jodía la boca con un ardiente deseo que me hacía pensar que acabaría corriéndome solo por besarlo. Su lengua se movía con la mía, y la necesidad de este hombre rudo me consumía, me encendió hasta que el ansia de quitarme la ropa y tener un poco de contacto piel con piel se volvió demasiado.Lo necesitaba, ahora mismo. Le di la vuelta y lo empujé hacia atrás hasta que cayó sobre la cama. Me gustaba una buena sesión de besos como a cualquier otro hombre de sangre caliente, pero no era lo que quería en este momento. —¿Vas a follarme la boca o el culo? El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 32 Capítulo 3 Rogue Cuando King me dijo que cuidara de Josh, no creo que él tuviera esto en mente, pero después de unos días de observar ese cuerpo delgado moverse de la manera más tentadora, no podía resistirlo incluso si estaba al borde de un gran no. No. Las familias no estaban fuera de los límites, pero Scar no estaba aquí para dar el visto bueno. El beso de Josh fue algo eléctrico, su toque era adictivo. Sabía dulce como el chicle que a veces masticaba cuando estaba aburrido y no tenía a nadie a quien servir en el bar. Sin embargo, no solo quería su boca, quería ese culo que tan voluntariamente me había ofrecido. Quería follarlo hasta que se corriera gritando, más fuerte que cualquiera de las putas del piso de abajo. Dio un paso hacia mí, su delgado cuerpo estaba tenso por la emoción. Lo veía en cada movimiento y contracción de sus miembros. Él me deseaba tanto como yo lo deseaba a él, y no iba a negarnos a los dos lo que ansiábamos. Extendí mis piernas y dejé que se arrastrara entre ellas, estirando la longitud de su cuerpo sobre el mío. Lo arrastré hacia abajo para darle otro beso, devoré su boca y chupé su labio inferior. Él gimió, un pequeño quejido se le escapó cuando mordí la carne entre mis dientes lo suficientemente fuerte como para saborear el metal de la sangre. —Quítate esa ropa. Quiero ver tu cuerpo —Exigí, mi tono era áspero y no dejaba lugar para discusiones. Lamí su labio, donde le había roto la piel, y sonreí. Se empujó fuera de la cama de nuevo, y me tomé un momento para apreciar la tensión de esos jeans en sus muslos y piernas largas. Marcaban su trasero tan perfectamente, y casi estaría tentado de follarlo con sus jeans alrededor de sus rodillas, pero no esta mañana. En este momento, lo quería tan desnudo como el día en que nació. Agarró el dobladillo de su camiseta verde soldado, del mismo color que el camuflaje de mi vieja tienda, y se la deslizó sobre su pecho y cabeza compactos y tonificados. Dejó caer la camiseta al suelo, y me tomé un segundo para apreciar la extensión de su piel bronceada sin vello, impecable como el resto de él. Sus pezones eran protuberancias puntiagudas que apuntaban hacia mí burlonamente, suplicando que los tomara entre mis dientes. Deslizó sus manos sobre su pecho y estómago, su mirada atraída hacia donde había ahuecado mi propia polla a través de los jeans. Cuando llegó a la bragueta de sus El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 33 pantalones, los desabotonó, antes de bajar la cremallera. Observé, absorto, sin querer apartar la mirada de la forma en que trabajaba con su ropa como todo un profesional. No debería haberme sorprendido su falta de ropa interior cuando finalmente se bajó los vaqueros y se los quitó, al igual que no debería haberme sorprendido el tamaño de su polla, al menos ocho pulgadas. Más grande que la mía. Maldito infierno. Así que tal vez si me tomó por desprevenido porque nunca había conocido a un chico más grande que mis siete pulgadas. Me lamí los labios. —Jesús, eres jodidamente hermoso. Sonrió, pero no me perdí el destello de ansiedad que cruzó por su rostro. —Gracias. Ahora es tu turno. Déjame ayudarte —Presionó una rodilla contra el colchón cuando me senté, y me pasó la camisa por encima de la cabeza, tomándose un momento para deslizar la palma de la mano por los finos vellos que cubrían mis pectorales. Su dedo trazó los patrones negros que había tatuado allí después de la muerte de mamá, uno con su nombre escrito en un corazón negro. —Son tan hermosos —Murmuró en voz baja. Agarré su mano y la llevé a mi boca, besando el hueco de su palma antes de colocar besos estratégicos en el punto de pulso de su muñeca, un punto débil que muy pocas personas conocían. Tal como esperaba, se derritió contra mí, gimiendo. Llevé su mano a mi polla, todavía dura como una roca y atrapada dentro de mis pantalones y calzoncillos. Me apretó y aspiré bruscamente el aire entre mis dientes. Sonriendo, jugó con el botón de mis jeans hasta que lo desabrochó con éxito y luego bajó la cremallera. Empujó mis calzoncillos hacia abajo y sacó mi erección, bombeándola en su mano. Josh soltó un silbido. —Eres grande. Casi le pregunté si quería que comparáramos, pero cerré la boca. Habría otras ocasiones en las que podríamos masturbarnos juntos. En este momento, deseaba su estrecho agujero. Movió su puño arriba y abajo de mi longitud, mi prepucio moviéndose al ritmo de él. —Me gusta que no estés circundado —Se humedeció los labios cuando dijo esto y me dio una mirada lujuriosa —. ¿Puedo chuparla? No sabía por qué estaba pidiendo permiso, pero la parte animal dentro de mi le gustaba que lo hiciera. —Sí, déjame follar esa boca tuya. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 34 Tocando la parte de atrás de la cabeza de Josh, atrapé algunos mechones turquesa entre mis dedos, lo guie hacia mi polla y, como una buena puta, tomó mi dura longitud entre sus dulces labios. La cálida presión de su boca me absorbió mientras que pasaba su lengua por la pequeña entrada. Curvó los dedos alrededor de la base de mi pene, sosteniéndome mientras lamía, mordisqueaba y sorbía hasta que me convertí en un manojo de nervios sobre estimulados. Me llevó tan lejos como pudo, la punta golpeaba la parte posterior de su garganta, y después de una ligera arcada, se retiró de nuevo. Su otra mano jugaba con mis bolas apretadas, rodándolas y raspando con la uña los vellos de color claro que habían allí. Sabía lo que estaba haciendo, tenía que admitirlo. Apretando mi agarre en su cabello, tiré de él. —¿Quieres mi polla? Josh me dio una última lamida y luego se mordió el labio inferior. Él asintió con la cabeza, su mirada era tan ardiente que sentí como si me estuviera perforando un agujero con ella. —¿Tienes lubricante y un condón? —En el cajón. Se inclinó sobre mí hacia la mesita de noche, y me tomé el tiempo para pasar mis manos por sus costados y agarrarle las caderas, mis uñas se clavaron sobre su piel. Hizo un pequeño ruido y regresó con lo esencial, tirándolo en la cama a mi lado. Nos volteé para que Josh estuviera acostado sobre el colchón, con las piernas abiertas y su polla y su culo expuestos para que mi mirada se deleitara. Pasé mi dedo sobre su pezón erecto, obteniendo un dulce gemido en respuesta. —Dime lo que quieres. Se chupó el labio inferior entre los dientes mientras que fruncía las cejas morenas. Apreté uno de sus pezones entre dos dedos, haciéndolo endurecer aún más. —Quiero tu polla dentro de mí. ¿Cómo podría decirle que no a eso? Empujé mis jeans y calzoncillos el resto del camino hacia abajo y los tiré fuera de la cama antes de agarrar el lubricante. Abriéndolo, apreté una gota en mis dedos y arrojé la botella nuevamente hacia un lado. Presioné un pulgar en su agujero, provocando el borde, antes de deslizar con cuidado mi dedo índice en medio de su calor. Echó la cabeza hacia atrás, la boca entreabierta y jadeante. —Sí. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 35 Su tensión y fuego consumían mi único dedo, pero era suficiente para hacer que mi polla se contrajera de necesidad. Necesitaba meterme dentro de él, follarlo hasta que ambos explotáramos con un rugido. —¿Cuánto tiempo ha pasado?Josh se dejó caer contra la manta azul marino de mi cama. Su piel se había sonrojado de un rosa dulce y su cabello brillante estaba vibrante contra la oscuridad. —¿Desde que me follaron? Probablemente hace un mes. Tengo encuentros de una noche. No he tenido novio hace más de un año. —¿Sí? —Agregué un segundo dedo y el estiramiento que ellos provocaban lo hizo gemir tan bonito que casi mandé todo a la mierda y para simplemente meter mi polla dentro de su estrechez—. ¿Y qué pasó con eso? Él sonrió, mostrando sus dientes blancos nacarados. —¿Siempre hablas tanto cuando te follas a alguien? —No usualmente. Tengo curiosidad —Sin embargo, no se trataba solo de curiosidad. Quería saber quién más se lo había follado, quién alguna vez había tenido un lugar dentro su corazón. Sentí la necesidad de protegerlo, de cuidar de él en más formas de las que King me había pedido. —Bueno, ¿Qué tal si hablamos después de que me metas esa polla y me folles hasta que me corra? —Me dio unas palmaditas en el pecho. —Con mucho gusto —Bombeé mis dedos dentro de él unas cuantas veces más antes de reemplazarlos con mi polla, la que había deslizado dentro de un condón y humedecido con lubricante. Empujándome dentro, me empapé en el largo y prolongado gemido que se deslizó entre sus labios. Lo apretado que estaba me convenció de que entrara más rápido, me consumía y podía sentir cada cresta y golpe dentro de su culo. Se sentía jodidamente fantástico, y mis entrañas se retorcían y zumbaban con un deseo adictivo que casi me hizo correrme solo por sentirlo. Le empujé las piernas contra el pecho, dándome un mejor acceso a su delicioso agujero y su culo. —Oh, mierda —Agarró mis hombros, sus dedos se clavaban en los surcos entre mis huesos —. Oh, mierda. Es tan grueso. Sonreí triunfante. Él podría ser más largo que yo, pero yo tenía la mayor circunferencia, y sabía que él sentiría cada centímetro de mi polla en cuanto lo abriera. —¿Te gusta eso? El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 36 —Sí —Echó la cabeza hacia atrás y soltó un gruñido en la base de su garganta —. Tan bueno. Me incliné, sus piernas atrapadas entre nosotros, y presioné mi boca contra la suya insistentemente. Él me devolvió el beso con urgencia, todo su cuerpo relajándose debajo de mí, como si renunciara a tener el control. Eso hizo algo en mi estómago, que se retorció en un nudo de excitación, y mi polla se sacudió dentro de él. Gimió en mi boca y rompió el beso. —Mierda. Te sientes tan jodidamente bien. Pasé mis labios sobre su mandíbula hasta que llegué a su oreja y le mordisqueé el lóbulo. —¿Sí? ¿Quieres que te joda? —Mierda, sí. Muévete —Se movió contra mí, su culo apretando mi polla. Gruñí y le mordí el lóbulo con la fuerza suficiente como para ganarme un medio jadeo medio gemido, y luego susurré: —Tus deseos son órdenes. Empujándome de nuevo sobre las rodillas, le agarré las piernas, lo abrí y comencé un ritmo lento. Mi polla se deslizó hacia afuera, luego de regreso al calor húmedo y succionador de su agujero. Extendió la mano y agarró el marco de madera de la cama, sus dedos se curvaron alrededor del borde a medida que aumentaba el ritmo de mis embestidas. La expresión de su rostro era perfecta. Su boca se abrió en una suave “O”, y mantenía los ojos apretados con fuerza, con un suave rubor color melocotón coloreando sus pálidas mejillas. Su lengua salió disparada para lamerse los labios, y luego jadeó de nuevo cuando cambié el ángulo de los embates. Se sentía tan jodidamente bien con la presión de su culo alrededor de mí, provocador sobre mi sensible erección. Mis dedos se clavaron en sus muslos y empujé mi polla dentro de él más rápido y más fuerte. Establecimos un ritmo brutal, mis bolas golpeando contra él con cada embestida. Josh se agarró al armazón de la cama con más fuerza y murmuró maldiciones que resonaban fuertemente en la habitación por lo demás silenciosa, pero cada vez que mi pene se estrellaba contra él, sus gemidos se volvían más ruidosos hasta que gritaba mi nombre como si estuviera adorando a alguna clase de dios. En ese momento, me sentía jodidamente como uno. Tener a un hombre como él, apretándome con tanta fuerza que casi podía ver su orgasmo llegar a medida que se acercaba, resultaba ser un sentimiento eufórico. Su cabeza se echó hacia atrás, la longitud de su cuello expuesta, y no pude resistir la tentación de inclinarme y hundir mis dientes en la columna de carne tensa. Sabía a sudor. Mis besos y succiones se ganaron un gemido de placer. No lo solté hasta que supe que su piel quedaría marcada por el resto del día. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 37 Deslizó una de sus manos entre nosotros y agarró su polla, tirando de ella al mismo ritmo que mis caderas, y me di cuenta de que estaba a punto de explotar cuando sus gemidos se hicieron más fuertes y sus sacudidas se volvieron erráticas. Luego, su corrida salió disparada de su polla, pintándole el estómago y el pecho, algunas gotas le salpicaron la mejilla. No estaba muy lejos de él. La presión se volvió demasiado y mis bolas se apretaron más cerca de mi cuerpo. El placer me atravesó como un cuchillo en el estómago, y mi polla se sacudió, escupiendo semen fuera de mí para llenar el condón. Los temblores me sacudieron, y necesité todas mis fuerzas para no derrumbarme sobre Josh y aplastarlo bajo mi peso. —Maldición —Salí de él, colapsando en la cama junto a su cuerpo cálido y desgastado. Mi pecho se agitó en respiraciones superficiales mientras que perseguía la capacidad de respirar de nuevo. No podía recordar la última vez que me corrí con tanta fuerza que casi me desmayo. Probablemente nunca. Al menos no así. Josh se rio en voz baja y me dio un codazo. —¿Crees que nos escucharon abajo? —Nah. Eres callado en comparación con algunas de las perras de ahí abajo —Me volví de costado y besé sus labios hinchados. Él lo tomó con impaciencia. —Entonces, ¿Me vas a contar un poco sobre ti? Su pregunta me tomó por sorpresa y volví a caer de espaldas. Mirando hacia el techo blanco, fruncí el ceño. —¿Qué quieres saber? —Te llaman Rogue. ¿Por qué? —Se giró hasta mirarme, con la cabeza levantada sobre la mano y el codo presionado contra el suave colchón debajo de nosotros. Tocó mi antebrazo derecho, donde estaba mi tatuaje de la marina. Lo había conseguido después de mi primera gira, cuando pensé que sería un infante de la marina de por vida. Tenía un águila con las alas extendidas, y con las palabras “Muerte antes del deshonor” tatuadas debajo. Que se jodiera mi inocencia de ese entonces —. Creo que ayer escuché a Tinker decir algo sobre los marines. Resoplé. Por supuesto que ese idiota tenía que decir algo. No podía ocuparse de sus propios asuntos. —Sí. Serví durante tres giras. —¿Y luego te fuiste? —Parecía genuinamente curioso, con la mirada atenta. Su rostro singularmente hermoso golpeó algo dentro de mí, haciendo que mi estómago traidor se calentara. El Renegado del Rey M.D. Gregory pág. 38 —Sí, luego me salí. Sin embargo, llegué a una casa vacía. Mi mamá murió de cáncer de seno, mientras que yo estaba en mis últimas dos semanas. Pedí volver a casa antes, pero me negaron el permiso —Una ira de la cual pensaba ya había superado, ardió dentro de mí y mi mandíbula se tensó —. Jester es un viejo amigo mío. Me ofreció la oportunidad de ser un prospecto para los Reyes. Pensé que era algo estúpido al principio, si soy honesto, pero luego me di cuenta de que no tenía nada que perder. Tocó mi pecho con la mano pesada sobre mi corazón, y esperé el “lo siento”. Siempre venía de la gente una vez que conocían la historia
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