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Se te olvidó decirme cómo dejarte de querer Primera edición en México: Febrero, 2021 D.R 2020- TORNAGRIS 2020, Todos los derechos reservados WITP MEDIA EDICIONES www.witp.com.mx TORNAGRIS Realizado en México www.tornagris.com Prólogo ¿Cuántas dudas se pueden tener sobre el amor, la vida y la existencia? Y algunas veces las mismas preguntas suelen tener respuestas en común, o confusiones similares. Qué difícil es ser humano algunas veces, ¿no? Tornagris nos regala un texto que relata lo hermoso y caótico que es vivir, o dejar de hacerlo por las preocupaciones y las indecisiones, o buenas decisiones. Te invito a leerlo, estoy seguro de que te encantará porque te encontrarás y te verás reflejado en cada una de las páginas que vienen a continuación. Pásale a dar una vuelta por el corazón de Torna. Madtracks “Lo nuestro duró. Lo que duran dos peces de hielo. En un güisqui on the rocks” Joaquín Sabina Desde hace varias semanas no sé quién soy, no sé qué hago aquí, no sé a quién le escribo. Desde hace varios días no soy capaz de sentirme yo. Tal vez tú te diste cuenta desde el primer momento de esto, quizá siempre supiste que yo estaba perdido desde hace algún tiempo, o quizá lo notaste solo hasta el último momento y por eso te fuiste. Desde hace varios días me propuse dejarte ir. Pero no te vas. Te niegas a irte del todo, te niegas a mi olvido, te niegas a dejarme dejarte ir. Tal vez te has dado cuenta de que aún te necesito conmigo y es por ello que de vez en vez te apareces en los lugares a los que íbamos, trayendo contigo siempre el recuerdo de la primera vez que nos vimos y no supe qué decir. Trayendo contigo siempre mi silencio y tu risa burlona al saber que me ponías nervioso y no sabía como responderte. Siempre me pregunto ¿por qué quisiste que yo te quisiera? ¿Por qué me elegiste a mí? Habiendo tantas personas que seguramente te habrían dado algo mejor de lo que yo te podía dar. A veces pienso que tal vez la vida misma nos estaba obligando al encuentro, pero también, de cierto modo, me niego a creerlo, pues eso significaría que hay alguien jugando con los sentimientos de terceros y con guiones que siempre terminan haciéndonos pensar, como si se tratara de una película escrita por Woody Allen. Tal vez tú nunca creíste en mi cariño. Tal vez era yo quien nunca pudo confiar en que podía demostrarlo. Siempre me recriminaste en tono serio el porqué no te dejaba ser parte total de mí y porqué nunca te presenté formalmente con mi familia, o porque nunca te invité a casa, y la verdad es que tenía miedo de quererte; porque cuando se trata de querer, siempre me escondo lo más que puedo para evitar el llanto que llega con las inevitables despedidas. Fue muy poco lo que realmente nos conocimos, aunque a decir verdad llevabamos años de conocernos. Fue muy poco el tiempo porque en cierto modo, aunque parecías más valiente, creo que también tenías miedo de querer, solo que de forma heróica no tenías miedo de morir por amor. Siempre supiste mentirme y eso nunca te lo voy a recriminar, creo que también la mentira es una forma de cariño a la otra persona, es una forma rara de protección a quien se quiere, pero lo cierto es que también te hubiera agradecido la verdad. Usualmente me llegan los recuerdos de los pretextos que al principio ponías para hablarme y, aunque en ese momento no me daba cuenta, siempre trataste de sacar algún tema de mi interés para iniciar la conversación, y ya iniciada siempre tratabas de no darme gran pausa para que la conversación no muriera, porque lo cierto es que nunca he sido un buen conversador, siempre he preferido guardar silencio y escuchar, pero tu sutileza e interés me obligaban a hablar. Hablábamos de todo, primero de temas que seguramente ni te interesaban y que ahora estoy seguro investigabas para que yo me sintiera cómodo al hablar y así poco a poco me llevabas a tu terreno para que los temas fluyeran con más naturalidad. Ahora que lo pienso, eres la primera persona con la que he hablado por horas de todo y de nada, cosa que solo había escuchado que los demás hacían. Aquello (debo de decirlo) es de las primeras cosas que te agradezco, porque aunque siempre me he sentido solo, me ayudabas a olvidarme de mí mismo y, entre risas, a vivir una experiencia que, aunque yo no la estaba viviendo, tu relato y emoción al contarla me hacían imaginar que también estaba ahí. Nunca fui una persona con muchos amigos, a decir verdad aún no comprendo bien cuáles son los patrones de una amistad. He fallado tanto a las personas que tengo cerca, que ya no sé si me siguen considerando parte de ellas. Tal vez tú también te hartaste de esta situación. Hablando de amistades, creo que aunque ya no nos vemos, nuestra amistad sigue vigente, porque siempre fue el lazo más sólido que pudimos concretar. Fue la zona más pura y de confianza en la cual pudimos desarrollarnos y complementarnos uno al otro. Ya no tengo nada qué hacer por las mañanas ni en las tardes, siempre me pediste tiempo para nosotros y aunque en esos días no me permitía un descanso, también me enseñaste a descansar. Siempre me llega ese recuerdo donde daban las 6 de la tarde y salíamos de comer. Tenías que regresar a casa temprano a seguir con tus deberes y me pedías que te besara antes de irte. Tímido como siempre, pues el acercarme a otras personas siempre ha sido un problema para mí, te besé la mejilla y sonrojada te despediste de manera coqueta. Fue ahí donde supe que no planeabas irte de mí. Tocando el tema de nuestras comidas, se me vino a la mente el recuerdo de la primera vez que me obligaste a una cita. Digo obligaste porque, en mi enorme estupidez, nunca me pasó por la cabeza que alguien tan enorme como tú quisiera tener una cita con alguien tan pequeño como yo. – Ya invítame a comer- me dijiste, y esa frase fue el punto de no retorno. Creo que sin darme cuenta, todos los problemas que yo suponía al ser una persona con miedo te fueron hiriendo. Buscabas algo en mí que yo no te podía dar. Tenía miedo de quererte porque mi autoestima no daba para creer que yo me podía enamorar de ti. Aunque mi corazón quedó destrozado cuando de la noche a la mañana ya no estabas y te fuiste sin despedida, cortando todo contacto que pudieramos tener, creo que tanto tú como él, saben que si vuelves mi corazón te recibiría de la misma manera que en aquellos días. Ahora, como te dije, creo que nos une un lazo de amistad y me toca pedirte perdón. Perdón por no ser esa persona que espero ya hayas encontrado, perdón por no poder soportar el gran peso que supone compartir la felicidad con alguien, perdón por mis miedos, perdón por siempre regresar a ser yo. NADIE ES DE NADIE Después de que “N” se fue, como en todo duelo o proceso de pérdida, tuve que aprender a lidiar con mis propios sentimientos. Aún hay días donde la recuerdo a través de sueños y ahí podemos platicar, hacer las paces. Estar bien uno con el otro. Pero no siempre ayuda, muy a menudo su recuerdo me envuelve en tristeza otra vez. Me costó mucho aprender que nadie le pertenece a nadie, ningún corazón le pertenece a otra persona, todos tenemos derecho a explorar nuestra felicidad, pues irremediablemente llegará el día de repensar nuestras vivencias. El tiempo nunca perdona y si dejamos de ponerle atención a la vida, se va. Hace poco entré en debate con mi padre, una persona conocida de la familia había decidido tramitar su divorcio para vivir en libertad con su nueva pareja, él, atónito, confesaba que creía que ambos se amaban y nunca pensó que esa pareja pudiera separarse. La realidad es que como seres humanos no estamos obligados a querer a una persona toda la vida, qué complicado es eso, dichosos quienes pueden hacerlo, pero no aplica para todos en el mundo. El amor, como cualquier cosa en la vida (hasta la vida misma), también se acaba, sin más, sin previo aviso, sin explicaciones y sin medidas previas. Es normal que el amor acabe, es normal que las personas puedan cambiar de desición e ir a buscar su propiodestino. Nadie es dueño de nadie, nadie le pertenece a otra persona. Todos somos parte del mundo y, de tan pequeño que es, seguramente nos volveremos a encontrar y ¿por qué no?, tal vez volveremos a enamorarnos. Las cuestiones sentimentales siempre son complicadas porque nosotros mismos somos complicados. Qué aburrido sería que todo tuviera orden en el mundo y que cada persona cumpliera su papel al pie de la letra. Toda persona tiene derecho a seguir explorándose y conociéndose, eso sí, siempre con responsabilidad hacia los demás. INEVITABLEMENTE TE VAN A ROMPER Antes de enamorarme de “N” había pasado por otras relaciones desastrozas, las cuales me hicieron repensarme muchas dudas que tenía del amor y de la vida misma. Existieron un par de años en los que decidí aislarme del mundo un poco, romper relaciones y lazos afectivos con personas que me apreciaban, pero que yo sentía en ese momento que no eran las indicadas para mi estabilidad emocional. Decidí alejarme porque yo no quería que me lastimaran, ni lastimar a otros. (Este tema lo trato de una mejor manera en mi libro ¿Qué hago aquí?) Pero la verdad creo que no sirvió de nada, inevitablemente va a llegar alguien que te va romper. De un momento a otro algún suceso va a pasar y te obligará a llorar. Dejando de lado las relaciones, pues también es valido descansar de buscar amor para centrarte en reacomodar tu vida, pasará algo que el mundo cree que necesitas vivir. Hay veces que el paciente necesita una inyección aún más fuerte para atacar esa enfermedad que tiene dentro, lo mismo con nosotros, por muy mágico y fantasioso que suene, la vida sabe lo que nos debe de enseñar. Hace poco acudí a una sesión de tarot por Zoom, la verdad es que nunca había probado la experiencia y me dio curiosidad conocer porqué tantas personas creen en esto. Hay veces que necesitamos que nos den un aliento para seguir adelante y así, como existe gente que se refugia en la religión, hay personas que lo hacen con el tarot. ¿Qué quieres saber de tu vida? Me preguntó. La verdad es que yo no tenía idea que debía de llevar preguntas concisas que me dolieran en lo más profundo, entonces no supe que responder. -Bueno, te haré una lectura general- me dijo. Sorpresivamente me describió a través de las cartas sucesos por los que estaba pasando (estoy seguro que solo decía cosas y yo lo iba relacionando con mi vida, porque así funcionan esas cosas) pero en mi hambre por buscarle un porqué a la vida, por unos momentos, esa sesión me dio la respuesta. La verdad es que sigo sin creer en la lectura de cartas, pero a lo que voy a es que a veces no hay explicación de por qué la vida intenta romperte. Pero te va a romper y te vas a romper. LA IMPORTANCIA DEL ADIÓS Cargo con una despedida que no se pudo dar, cargo con un adiós tan pesado que no tuve la fuerza para pronunciarlo cuando era el momento, y es que ¿cómo despedirme de ti, si necesitaba que te quedaras? Cargo con una despedida inconclusa de un amor sincero que no supe apreciar. Uno de mis primeros contactos con el adiós fue a temprana edad. Recuerdo estar cursando tercero o cuarto de primaria (los primeros grados en México), tendría unos seis o siete años y la rutina se resumía en despertar temprano, comer papas, hacer tarea y dormir. El curso escolar lo dirigía un profesor siempre alegre llamado Barush (o algo así) y al ser una escuela privada, éramos un grupo pequeño de estudiantes, los cuales convivíamos a diario y nos conocíamos unos a otros. Un lunes (como cualquier otro lunes) salimos a la ceremonía de honores a la bandera y ya formados en cuadrillas junto con toda la escuela, los directivos dieron la noticia: Una compañera de nuestro grupo había muerto con toda su familia en un accidente automovilístico. Aunque en ese momento no comprendí bien la situación, sabía que A no volvería y creo que mis compañeros también comprendieron la noticia. Ese día toda la escuela se encargó de despedirla con unos minutos de silencio seguidos con un minuto más de aplausos. Qué difícil debió haber sido tanto para nuestro profesor, como para los directivos, tomar la decisión de difundir la noticia, pero creo que fue una de las mejores decisiones. Los niños también tienen derecho a decir adiós. Siempre que pienso en este tema me viene a la mente el episodio de Cómo conocí a tu madre, donde Ted decide soltar definitivamente a Robin, despidiéndose de ella a su manera y dejándola avanzar. Todos tenemos derecho a seguir avanzando y negarte a soltar a una persona que desde hace tiempo decidió su vida, también bloquea el desarrollo íntegro del otro. El saber decir adiós y comprender que la persona con la cual pasaste algún momento de tu vida se fue, es un proceso duro, pero importante, ya que no saber despedirte se vuelve una carga que muchas veces nos impide seguir viviendo. En el proceso de duelo, la negación es algo normal, pero ¿Qué pasa cuando después de un tiempo no dejamos ir a quien ya se fue? Hay amores tan puros y conexiones tan fuertes que a veces es muy difícil aceptar la pérdida, pero tal vez esa persona llegó a su destino y si no aceptamos este hecho, a la larga nos costará más camino concretar el nuestro. Hay veces que las personas salen de nuestra vida sin más, pero aún así podemos despedirnos de ellas, agradecerles sus enseñanzas y agradecerles el tiempo compartido. No todo tiene que ser rencor y odio, también podemos agradecer los momentos vividos con esas personas. Creo que cada persona que llega a nuestra vida actúa como un maestro que a veces da lecciones que el alumno necesita aprender, a veces son duras y otras son ligeras, pero a final de cuentas nos sigue formando como humanidad. TE VAS A MORIR Llegará el momento de decir adiós, llegará el momento de desprendernos de todo lo que somos, lo que vivimos, lo que soñamos, lo que lloramos. Llegará al momento de subirnos a ese barquito que nos llevará a donde todo termina y todo comienza. Llegará el momento de cobrar el boleto que compramos al nacer. Dicen los que dicen saber que existe una barca que llevamos cargando y cuando es nuestro momento de acercanos al río, aparece el barquero dueño de la barca, el cual nos ayuda a cargarla y a adornarla para no tener miedo cuando tengamos que cruzar a la soledad. Dicen también que son nuestros seres queridos los que nos ayudan con ese peso, por eso mismo hay personas que se van primero pero que nunca se van del todo, pues tanto es su amor que terminan regresando para ser nuestros guías (hay muchas anécdotas de personas en hospitales que mencionan que familiares llegan a recoger a su persona amada). La muerte es ese peso que llega con la adultez y que contrariamente se va haciendo más ligero al hacerte más viejo. Dicen los que dicen saber que en realidad el proceso de envejecer es aprender a aceptar que eres un ser finito. ¡Qué complicada se vuelve la filosofía en este punto! porque ¿qué pasa con los que no alcanzan la edad suficiente para comprender su muerte?, o es que en realidad ¿todos morimos cuando al fin llegamos al punto de comprensión sea la edad que sea?¿se puede llegar al nirvana siendo un infante? ¡Qué complicada es la vida misma! Tal vez sea por eso que todas las preguntas que alguna vez nos hemos cuestionado serán comprendidas al momento de morir. En mis épocas de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras tuve un maestro (que creo que impartía la clase de Historia de la Literatura) que sabía perfectamente que su muerte se acercaba, nos regaló libros de su biblioteca personal, pues decia que sus hijos no apreciaban su colección y sus libros terminarían empolvados en algún lugar. Cuando una compañera le preguntó por qué se estaba despidiendo de esa forma, mencionó que quería dejar todo ordenado para no estar pensando en otras cosas al momento de tener que morir. Su último deseo era disfrutar la experiencia de su propia muerte, pues, según esto, sería su último paso para comprender la filosofía universal. Volviendoa la idea del primer capítulo, el amor más puro que te puedes tener, y a los demás, es tratar de vivir tu vida y buscar tu felicidad. Mejor ser valiente y afrontar el hecho, disfrutarte a ti y disfrutar tu mundo para así poder disfrutar a las personas con quienes entablas relaciones y que ellas también te puedan disfrutar. NO TE TOMES TAN DURO LA VIDA La mayoría de las personas pasamos toda nuestra vida preocupándonos acerca del futuro, gran parte de ello es por la educación que recibimos y por el mundo en el que nos desarrollamos. Este hecho lo relatan muy bien en la película El Club de la pelea, hay una escena donde los personajes empiezan a debatir y entre diálogos se burlan de la estructura que hemos construído para nuestra vida: crecer, trabajar, casarte y morir. Mi madre, al mi familia estar constituida por un núcleo matriarcal después de que mi padre perdiera sus posibilidades de trabajo, siempre se preocupó por buscar el bienestar para nosotros, con inquietudes que muchas veces recaían en los demás miembros. ¿Qué vamos a hacer si nos quedamos sin dinero? ¿Nos alcanzará para solventar esta quincena? ¿Ya conseguiste trabajo? Y un largo etcétera. Esto, poco a poco fue deshaciendo lo que cada uno de nosotros era por separado y, la verdad, es que la vida es tan simple que esa simpleza hace que siempre se torne muy dura y muy triste. Pasamos gran parte del tiempo pensando en el futuro, en cómo sobrevivir y sobrellevar la existencia. La vida es tan simple (recalco) que se torna muy complicada si te empiezas a preguntar acerca de ella, no digo que las inquietudes naturales de toda persona se dejen de lado, pues sería vivir en una anarquía total con seres disfuncionales por todos lados, pero tal vez podemos llevarlas de una mejor manera si aprendemos a enfocarlas y aprendemos a pensarlas. El camino siempre es corto y a veces estas complicaciones hacen que nos olvidemos de nuestra propia esencia. Comencemos a disfrutar de los momentos, las personas, los olores y las risas. No todas las experiencias son malas, la mayoría son alegres, pero lo cruel de la alegría es que muchas veces es tan momentánea que no nos damos cuenta de que la estamos viviendo, es por ello que casi siempre recordamos más las tristezas, por que esas sí son más duraderas. Repensemos nuestra vida y también demos un espacio para recordar nuestros triunfos y aciertos. Nuestras citas en la comida china o en el cine. Los amores que nos rompieron pero que también nos enseñaron a besar. Cover Page libroamazob2 Sin título-1
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