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Restricción de crecimiento fetal
DEFINICION
LA restricción el crecimiento fetal, también conocido como
restricción del crecimiento intrauterino (RCIU), se define
como la insuficiente expresión del potencial genético del
crecimiento fetal (aquella circunstancia clínica en la cual el
feto no alcanza su pleno potencial de crecimiento). Más
específicamente, se habla de RCF a la presencia de un peso
fetal estimado inferior al percentil 3 o a la presencia de un
peso fetal estimado inferior al percentil 10 con alteración del
flujo cerebro-umbilical o de las arterias uterinas, evidenciado
con Doppler.
Se denomina pequeño para la edad gestacional (PEG), al feto
con crecimiento fetal menor al esperado, determinado por un
peso fetal estimado por debajo del percentil 10 para su edad
gestacional, pero mayor al percentil 3. Los PEG tienen 3 tipos
de patrones que responden a diferentes etiologías:
- Fetos constitucionalmente pequeños (60%): No tienen
ninguna patología.
- Fetos pequeños por insuficiencia placentaria (25%): Son los
verdaderos fetos con un crecimiento fetal restringido, el 50%
de ellos se asocian con preeclampsia.
- Fetos pequeños por una condición extrínseca a la placenta
(15%): Influye a las infecciones fetales, síndromes genéticos,
cromosomopatías, malformaciones congénitas y secuelas de
exposiciones tóxicas.
RELEVANCIA PERINATAL:
La RCF corresponde a una entidad que tiene múltiples
repercusiones en la salud en la salud del feto durante el
embarazo, momentos después de este y hasta muchos años
después.
- Mortalidad fetal: Relacionado con el 50% de las muertes
fetales pretérmino y el 20% a término.
- Mortalidad perinatal: Varía según el peso fetal y la edad
gestacional. Se calcula que cuando el percentil es menor de
10, la tasa de mortalidad fetal aumenta 8 veces y cuando es
menor de 3, aumenta 20 veces.
- Salud fetal intraparto: El 50% de los fetos con RCF presenta
alteraciones en la FCF según registros cardiotocográficos
(asociadas a insuficiencia placentaria, oligoamnios y/o
compresión del cordón)
- Morbilidad neonatal: Se relaciona con asfixia, depresión
respiratoria, acidosis, convulsiones, apneas, hipotermia,
policitemia, mayor ingreso en cuidados intensivos,
enterocolitis necrotizante, entre otros.
- Desarrollo a largo plazo: Crecimiento físico alterado,
coeficiente intelectual menor a la media para la edad,
síndrome metabólico del adulto, enfermedad cardiovascular.
- Consecuencias en el adulto: Predispone a mayor riesgo de
desarrollar en la vida adulta dislipidemias, síndrome
metabólico, diabetes, hipertensión arterial y enfermedad
cardiovascular.
CAUSAS:
Esta patología se considera una condición multifactorial
donde están incluidos aspectos fisiopatológicos fetales,
placentarios y maternos, entre los que se destacan: reducción
de nutrientes y disponibilidad de oxígeno, ingestión de
drogas, disminución de la masa y flujo placentario, infección
congénita y anomalías cromosómicas.
Fetales: Cromosomopatías, genopatías, malformaciones
congénitas, embarazos múltiples, infecciones, anemia, etc.
Placentarias: Anomalías uterinas, miomas, tumores
placentarios, trombohematomas placentarios, mosaicismos
confinados a la placenta, inserción velamentosa, arterial
umbilical única.
Maternas:
Trombofilias, nefropatías, vasculopatías,
hipóxicas, cardiopatías, malnutrición, tóxicos, infecciones,
farmacológicas.
FACTORES DE RIESGO
- Antecedente de alteraciones del crecimiento fetal
- Antecedente de muerte perinatal
- Factores ambientales: Tóxicos, alcohol, tabaco, drogas,
radiación ionizante.
- Infecciones
- Enfermedades maternas: Trombofilias, enfermedades
renales y vasculares, obesidad, diabetes, hipertensión
arterial.
La detección de pacientes por factores de riesgo es muy
pobre, ya que sólo el 30% de las pacientes con RCF tienen
factores de riesgo. Las herramientas de predicción actualesGénesis Guarin y Karen
Gómez
incluyen la medición de peso y altura materna, presión
arterial, índice de pulso de las arterias uterinas y mediciones
de la proteína A placentaria asociada al embarazo y de la B�
hCG en la semana 11-14.
CLASIFICACION
Anteriormente se clasificaban según la proporcionalidad de
la biometría fetal en simétricos y asimétricos. Sin embargo,
los estudios que comparan defectos simétricos con
asimétricos no demuestran diferencias etiológicas, estado
hemodinámico mediante Doppler, estado ácido-base por
cordocentesis, antropometría neonatal o algún indicador de
resultado perinatal, por lo que la distinción entre el RCIU
simétrico y asimétrico no añade información clínicamente útil
para el manejo obstétrico actual.
El grado de desviación por debajo del p10 de peso es más
importante que la simetría entre las mediciones cefálicas y
abdominales para desarrollar la secuencia de diagnóstico,
seguimiento y manejo del caso.
La clasificación que se utiliza actualmente para el
seguimiento y tomar decisiones en el manejo, es la división
de la restricción de crecimiento fetal en precoz y tardía
usando como límite las 34 semanas.
Los casos de inicio precoz tienden a ser más severos,
representan un 20-30% de RCF, se asocian a preeclampsia
hasta en 50% y su morbilidad y mortalidad perinatal es alta,
dado la prematurez asociada. En estos casos el Doppler
umbilical presenta muy buena sensibilidad siendo útil para su
diagnóstico y monitorización. Son casos graves, que generan
prematuridad, con mal pronóstico y por lo tanto, el desafío es
la monitorización y decisión de cuándo finalizar la gestación,
equilibrando mortalidad versus prematuridad.
Los de aparición tardía, de más de 34 semanas y en especial
los de término, representan el 70-80% de las RCF. Su
asociación con preeclampsia es baja (10 %), tienen
habitualmente su origen en una insuficiencia placentaria leve
y en este subgrupo el Doppler umbilical tiene una sensibilidad
menor, debido a cambios más sutiles (<30%) y habitualmente
es normal. En este grupo, el principal reto es el diagnóstico,
considerando que puede explicar hasta un 50% de las
muertes perinatales cercanas al término por su baja
tolerancia a la hipoxia. Están asociados a mayor morbilidad,
en especial metabólica y neurológica en la vida adulta y
pueden pasar clínicamente desapercibidos.
DIAGNOSTICO
Clínicamente, debe evaluarse la altura uterina en cada visita
desde las 26 semanas de gestación. Si la altura uterina es
inferior al percentil 10 para la edad gestacional, se requiere
de una estimación ecográfica de peso fetal.
Valores normales AU:
✓ 26 semanas: 23 cm
✓ 28 semanas: 25 cm
✓ 30 semanas: 27 cm
✓ 32 semanas: 28 cm
✓ 34 semanas: 30cm
✓ 36 semanas: 31 cm
✓ 38 semanas: 33 cm
✓ 40 semanas: 34cm
El diagnóstico se apoya en la ecografía. La estimación
ecográfica del peso fetal requiere 3 pasos: Correcta
asignación del feto a su edad gestacional, estimación del peso
a partir de biometrías fetales y el cálculo del percentil de peso
para la edad gestacional.
La datación del embarazo se debe realizar comparando la
edad gestacional por FUR y una ecografía del primer
trimestre. La datación según la ecografía del primer trimestre
se realizará de la siguiente manera:
• Si la longitud céfalo-caudal (LLC) <84mm, se realiza por
distancia en milímetros entre la coronilla (cabeza) y la
rabadilla del feto (CRL).
• Si la longitud céfalo-caudal >84mm y el diámetro de la
cabeza (DBP) (distancia de lado a lado en línea recta)
<70mm, su datación será por DBP.
• Si DBP >70mm y FUR incierta, la datación realizará por
perímetro cefálico (PC)
• Si la DBP >70mm y FUR cierta, la datación se hará por
FUR.
Cálculo del peso estimado fetal: Se recomienda la fórmula de
Hadlock (algoritmo) que utiliza la medición del perímetro
cefálico, la circunferencia abdominal y la longitud del fémur.
Tiene un error estimado de +/- 15% del peso real.
Cálculo del percentil de crecimiento: Después de estimar el
peso fetal y conociendo la edad gestacional, se calcula el
percentil de crecimiento. Al comprar los valores obtenidos
del peso fetal por ultrasonido con las curvas de Hadlock, se
asignan los percentiles correspondientes a cadamedición.
En caso de no tener ecografía del primer trimestre se debe
hacer una curva de crecimiento con nueva valoración de peso
fetal ecográfico como mínimo de dos semanas. El tener una
curva de crecimiento patológica identifica un grupo de mayor
riesgo con importante morbimortalidad perinatal y mayor
admisión neonatal a terapia intensiva.
Los que tienen un peso por debajo del p3 presentan un riesgo
aumentando por sí solos, por lo que se incluyen directamenteGénesis Guarin y Karen
Gómez
en el grupo de fetos con crecimiento restringido. El peso <p3
aumenta 20 veces la mortalidad perinatal.
Los que tienen un peso entre p3 y p10, deben ser estudiados
para diferenciarlos de los PEG sin patología y allí surge como
herramienta la velocimetría por Doppler obstétrico.
SEGUIMIENTO
Fisiopatología: En el feto se activan una serie de mecanismos
de adaptación no perfectamente entendidos y que incluyen
cambios metabólicos, endocrinos, hematológicos,
cardiovasculares y también en el comportamiento fetal. Entre
los eventos hemodinámicos, se puede observar una
vasodilatación de territorio cerebral que busca privilegiar
flujo sanguíneo altamente oxigenado hacia el territorio
encefálico. Paralelamente y conforme ocurre un mayor
deterioro fetal, el flujo de la Arteria Umbilical (AU), varía
desde la normalidad a un aumento de resistencia mediante
la disminución progresiva del flujo en diástole, que puede
progresar hasta el flujo diastólico cero y finalmente el flujo
diastólico reverso.
Un aumento de la postcarga del ventrículo derecho sumado
a una disfunción ventricular, llevan a un significativo aumento
de la precarga, que tiene su expresión clínica en la alteración
de flujos venosos precordiales como ductus venoso y vena
umbilical. La alteración en estos vasos pone el sello
diagnóstico de disfunción cardiaca fetal en etapas avanzadas
de deterioro fetal.
Arteria umbilical (AU): Las alteraciones de la arteria umbilical
son secundarias a la vasoconstricción crónica de las
vellosidades terciarias (aumento de la resistencia). Presenta
un deterioro progresivo y predecible conforme disminuye la
superficie de intercambio placentaria, que va desde aumento
de la resistencia hasta flujo diastólico ausente o reverso.
En etapas avanzadas, el aumento de la resistencia lleva una
onda diastólica ausente o disminuida. El 80% de los fetos
hipóxicos y el 40% de los fetos con acidosis presentan flujo
reverso.
Cuando un feto presenta un índice de pulsatilidad alterado de
la arteria umbilical (mayor al p95) indica un estadio de
compromiso avanzado e identifica un grupo de fetos con un
riesgo de mortalidad perinatal del 34%.
La ausencia de flujo diastólico se asocia con una tasa de
mortalidad perinatal del 45% y el 98% de los fetos con flujo
diastólico ausente requieren internación en cuidados
intensivos.
Estos resultados llevan a la recomendación de evitar la
aparición de flujo diastólico ausente, salvo en fetos con
edades gestacionales muy bajas donde el riesgo implícito de
la prematuridad es mayor. En fetos con madurez confirmada,
la finalización del embarazo se debería llevar a cabo antes de
que esto suceda o en cuanto se detecte.
Arteria cerebral media (ACM): Es un marcador crónico que
se ve afectado de manera progresiva, pero no existe un punto
a partir del cual el feto esté en riesgo inminente. La única
información que brinda, es que se desencadenó hipoxia. La
hipoxia genera vasodilatación (disminución de la resistencia),
esto aumenta la velocidad en diástole y disminuye el índice
de pulsatilidad. Esta alteración precede en unas 2 o 3
semanas el deterioro severo.
Se considera que un feto tiene vasodilatación cerebral
cuando el índice de pulsatilidad de la ACM en la vida
intrauterina es menor al percentil 5 de manera persistente
(dos determinaciones separadas por más de 12 horas)
Los estudios de seguimiento en niños con vasodilatación de
la ACM en la vida intrauterina encontraron un rendimiento
subóptimo en el coeficiente intelectual cuando el índice de
pulsatilidad de la ACM era < al percentil 5.
Los fetos con alteraciones de la arteria cerebral media por
vasodilatación, tienen mayor riesgo de un peor resultado
perinatal.
Índice cerebro-placentario (ICP): Es el parámetro más
sensible para detectar RCIU, debido a que combina las
alteraciones de la arteria umbilical y la ACM, detectando sus
cambios cuando estas se encuentran alteradas, pero aún no
han salido de los límites de la normalidad.
Su alteración precede a la caída del índice de pulsatilidad de
la ACM por debajo del p5 y mejora la predicción de resultado
perinatal adverso.
Identifica a aquel grupo de fetos con RCIU con mayor riesgo
de peor resultado perinatal; y es muy útil en el seguimiento
de fetos PEG con Doppler normal luego de las 34 semanas,
con una sensibilidad del 60%. Permite detectar fetos con
fenómenos de vasodilatación cerebral temprana, que aún no
han llevado al índice de pulsatilidad de la arteria cerebral
media por debajo del percentil 5.
Cuando un PEG muestre un índice cerebro-placentario <p5,
debe ser clasificado como RCIU, ya que este grupo de fetos
tienen incremento del riesgo de pérdida del bienestar fetal
intraparto y acidosis neonatal.
Tener un índice cerebro-placentario alterado aumenta la tasa
de detección de fetos en situación de riesgo.
Arterias uterinas: Adquiere especial importancia en la
valoración del riesgo en RCIU tardía. Se debe utilizar el
promedio del índice de pulsatilidad de ambas arterias
uterinas. Se ha observado cómo la presencia de una arteria
uterina con un índice de pulsatilidad >p95 (elevada
resistencia al flujo) al momento del diagnóstico aumenta laGénesis Guarin y Karen
Gómez
posibilidad de alteraciones de la ACM y la relación cerebro�
placentaria.
Ductus venoso (DV): Es una buena forma de evaluar la
disfunción cardiaca derecha asociada a hipoxia y acidosis
durante la contracción auricular, donde el flujo anterógrado
de la onda a puede verse progresivamente comprometido
hasta llegar a cero o reverso. Después de la edad gestacional,
es el parámetro que ha mostrado mayor asociación con la
mortalidad perinatal, con un RR de 5 una probabilidad de
muerte perinatal del 60-95%. Por este motivo, la ausencia o
reversión de la onda a es uno de los principales
determinantes de finalización en RCIU precoz.
Para considerar una onda a alterada, debe estar así en >50%
de los ciclos y se debe comprar entre 3 y 12 horas antes de
decisión clínica basada en el Doppler del ductus venoso. La
ausencia o reversión de la onda a indica acidosis fetal y es el
mejor predictor de muerte fetal a corto plazo. Su alteración
precede alteraciones en el perfil biofísico unas 48-72h
Itsmo aórtico: Normalmente el Itsmo aórtico tiene flujo
anterógrado. En la medida que disminuye la resistencia en
territorio cerebral (vasodilatación) y aumenta la resistencia
en territorio placentario puede aparecer flujo reverso en
diástole, lo que ha sido asociado con mal resultado perinatal.
Si bien en RCF temprano está asociado a mayor morbilidad
neurológica y puede preceder a la alteración del ductus
venoso, su utilidad clínica en este grupo aún es limitada. Por
el contrario, en RCF tardío, si bien se afecta con menor
probabilidad es un promisorio diferenciador de conducta
perinatal.
Registro cardiotocográfico (RCTG):
Su registro
computarizado ha demostrado ser útil para detectar
descompensación aguda de la vitalidad fetal, con una
sensibilidad del 90% con una especificidad del 40%. La
pérdida de la variabilidad a corto plazo se detecta unos días
antes de la descompensación fetal, casi simultáneamente con
la modificación de los flujos venosos.
Líquido amniótico (LA): Es considerado un marcador de
respuesta crónica fetal, si se compara con otros marcadores
como el Doppler su utilidad clínica es relativa. La disminución
del volumen de LA (oligoamnios) en los fetos con RCIU se
debe en parte a una disminución de la perfusión renal
durante el fenómeno de centralización hemodinámica. Se
han asociado oligoamnios con valores de APGAR bajos, pero
no se asocia con acidosis neonatal.Perfil biofísico: Está basado en un conjunto de variables
biofísicos, junto al registro electrónico de la frecuencia
cardiaca fetal. Es un aceptable indicador de acidosis ya que
genera cambios en el tono y los movimientos fetales. Su
utilidad es discutible cuando se dispone de evaluación por
Doppler
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Existen ciertos estudios que pueden ayudar a determinar el
tipo de alteración existente que conlleva a la restricción del
crecimiento fetal. El protocolo de estudio incluye:
- Estudio Doppler de la arteria umbilical, ACM, arterias
uterinas, cálculo del índice cerebro placentario.
- Exploración anatómica detallada.
- Control ambulatorio de tensión arterial 2-3 veces a la
semana.
- Estudio de proteinuria: Si la PA <140/90mmHg se
solicitará la relación proteínas/creatinina en orina fresca;
si la PA >140/90mmHg se solicitará proteinuria en
24horas en gestantes de menos de 37 semanas y relación
proteínas/creatinina en gestantes mayores con más de 37
semanas de gestación.
- Analítica completa, que incluya perfil hepático y renal.
- Se aconseja estudio genético en LA, si se cumple alguno
de los siguientes criterios:
La reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa y
fluorescente (QF-PCR) y cariotipo molecular:
- RCF de diagnóstico previo a las 24 semanas y severo
(percentil <3)
- RCF de diagnóstico previo a las 28 semanas y severo
(percentil <3) acompañado de marcadores ecográficos
con percentiles por debajo de lo esperado.
- Con peso fetal estimado (PFE) inferior al percentil 10,
acompañado de alguna anomalía estructural mayor.
Estudio de alteraciones óseas (más lo anterior)
- Si las biometrías óseas son <-3DE o ratio fémur/pie <0.85:
Estudio de acrondoplasia e hipocondroplasia
- Si existen malformaciones asociadas a displasias o
alteraciones morfológicas óseas, se debe solicitar
asesoramiento genético para valorar estudio de
displasias esqueléticas.
Estudio de paneles genéticos específicos o secuencia del
exoma:
- Si existe RCF con más de una anomalía estructural de dos
sistemas de alto riesgo sindrómico o con biometrías con
desviaciones estándares <-4 sin signos de insuficiencia
placentaria y con resultado de cariotipo molecular
normal.Génesis Guarin y Karen Gómez
- Estudio de infecciones: Según el caso, estudio de IgG
rubéola, estudio para sífilis, malaria y CMV.
- Neurosonografía y ecocardografía funcional: En caso de
RCF severo
CLASIFICACION
En función de los resultados de estas pruebas, se pueden
establecer diferentes grupos.
1. Pequeño para edad gestacional (PEG): Peso fetal
estimado (PFE) >percentil 3 y <10, con Doppler normal.
Las visitas de seguimiento para control de estudio
Doppler se recomiendan cada 2-3 semanas.
2. Restricción del crecimiento fetal
Estadío I: Alguno de los siguientes criterios:
- PFE <p3
- ICP <p5 medido en dos ocasiones >12h de diferencia
- Índice de pulsatilidad de ACM <p5 en dos ocasiones
>12h de diferencia.
- Índice de pulsatilidad medio de arterias uterinas
>p95
Las visitas de seguimiento para control de estudio Doppler se
recomiendan cada 1-2 semanas.
Estadío II:
PFE <p10 + flujo diastólico ausente en arteria uterina >50%
de ciclos en asa libre en ambas arterias y medido en dos
ocasiones >12h de diferencia.
Las visitas de seguimiento para control de estudio Doppler se
recomiendan cada 2-4 días
Estadío III:
PFE <p10 + alguno de los siguientes criterios:
- Arterial: Flujo reverso diastólico en la arteria
umbilical (en >50% de ciclos, en las 2 arterias y en dos
ocasiones separadas >6-12h)
- Venoso: Índice de pulsatilidad de ductus venoso >p95
o flujo ausente o pulsaciones venosas de manera
dicrota (doble pulsación) y persistente en dos
ocasiones separadas >6-12h.
Las visitas de seguimiento para control de estudio Doppler se
recomiendan cada 24-48h.
Estadio IV:
PFE <p10 + alguno de los siguientes criterios:
- Registro cardiotográfico patológico
- Flujo diastólico reverso en el ductus venoso en dos
ocasiones separadas >6-12horas.
Las visitas de seguimiento para control de estudio Doppler se
recomiendan cada 12-48h.
CONDUCTA
Consideraciones generales:
- Promover eliminación de posibles factores externos
como el tabaquismo y otros tóxicos. Aconsejar baja
laboral según el caso.
- Sólo son criterios de ingreso la indicación de finalización
del embarazo y la preeclamsia grave. En el resto de los
casos se preferirá control ambulatorio.
- Se aconseja maduración pulmonar con corticoides si se
cumplen criterios de finalización/riesgo elevado de parto
en las próximas 48 horas y si la edad gestacional se
encuentra entre las 26 y 34.6 semanas. Se recomienda en
todos los estadios IV al momento del diagnóstico.
- Los criterios de neuroprofilaxis con sulfato de magnesio
serán aquellas gestaciones <34 semanas y siempre que
sea posible >4horas previas al nacimiento, ya que se ha
demostrado una importante disminución de la incidencia
de parálisis cerebral.
EN FETOS CON RCF PRECOZ:
EN FETOS CON RCF TARDIA
Se divide a los fetos con un peso por debajo del percentil 10
después de las 34 semanas en dos grupos:
Para incluir a algún feto en el grupo de RCIU se debe dar al
menos una de las tres condiciones.
En los casos de que no existan signos de insuficiencia
placentaria con ICP y AU normales en el control del primerGénesis Guarin y Karen
Gómez
trimestre, los controles se realizarán cada dos semanas
usando el ICP como herramienta de control.
Si se tiene índice de pulsatilidad anormal de las AU en el
primer trimestre o ICP alterado, el control se realizará cada
semana.
De tener un índice de pulsatilidad de la ACM por debajo del
percentil 5 (signo de vasodilatación cerebral), el control debe
ser cada 3 o 4 días y se debe añadir al control el ductus
venoso, que permitirá predecir la aparición de acidosis.
FINALIZACION DE LA GESTACION
La finalización del embarazo en los fetos PEG se debe realizar
mediante evolución espontánea hasta las 40-41 semanas. No
está contraindicado el parto vaginal.
En los fetos con RCF la conducta dependerá del parámetro
que los incluyo en este grupo:
RCF I: Finalización a partir de las 37 semanas. No se encuentra
contraindicado el parto vaginal. En caso de índice de
pulsatilidad de la ACM <p5, el riesgo de cesárea de
emergencia es del 50%.
RCF II: Finalización a partir de las 34 semanas con cesárea
electiva.
RCF III: Finalización a partir de las 30 semanas con cesárea
electiva.
RCF IV: Finalización a partir de las 26 semanas con cesárea
electiva.
- Con ICP alterado o AU alteradas: Inducción con
monitoreo a las 37-38 semanas
- ACM con signos de vasodilatación: La finalización se
realizará entre las 34-37 semanas mediante
inducción con monitoreo, pero se debe tener en
cuenta que en estos casos hasta en el 60% se va a
terminar realizando cesárea de emergencia por
pérdida del bienestar fetal.