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Tema No. 8 Teorética o estructura de la ciencia El conocimiento científico El hombre, como homo sapiens aspira como dice Aristóteles por propia naturaleza, el hombre ser cognoscente no se limita solo a actuar entre las cosas, a conocerlas. Como homo faber (ser que produce) que es, busca transformar y poner a su servicio a la naturaleza y en este sentido, el conocimiento, su capacidad teórica, acompañada de su capacidad practica, resulta ser su mayor ayuda. En este sentido, el conocimiento científico le ayuda no solo a entender su realidad sino, insistimos, a transformarla y junto con ella él mismo. En nuestra vida diaria, al interrelacionarnos con las cosas formulamos juicios sobre ellas. “Llueve”, “El camino dobla a la derecha”, “El sol madura los frutos”, etc. Todas esas afirmaciones son conocimientos; todas esas afirmaciones suponen una actitud teórico- práctica fundamentada en la actividad de nuestro pensamiento. Hay en ella razonamiento, juicios, conceptos. No hay todavía ciencia; y no la hay porque esos conocimientos permanecer aislados. No están ordenadas ni rigurosamente fundamentados. Son conocimientos comunes, no científicos. En ciencia no hay conocimientos sueltos. Un simple agregado de conocimientos no constituye ciencia. El conocimiento científico no aumenta por simple acumulación, el conocimiento es parte de un conjunto. Cuando existe esa relación de todo a parte, tenemos un sistema y la ciencia es sistemática, un conjunto de relaciones. El conocimiento científico es siempre fundado. La ciencia aspira a dar razón de todas sus afirmaciones. Cada ciencia recurre, para descubrir las relaciones, para sistematizarlas, fundamentarlas y probarlas a métodos especiales. Tenemos ciencia cuando conocemos la causa por la que una cosa es y de tal manera es que no puede ser de otra manera. Función de la ciencia La ciencia tiene por función suministrar una explicación posible de los hechos. La función explicativa de la ciencia debe ir más lejos: ofrecernos el sistema único que descifre la realidad también única. No hay dos realidades; no puede entonces haber dos explicaciones igualmente validas de la realidad. La ciencia es una porque la realidad es una y la realidad que es una es un sistema coherente que no puede ser explicado sino por un solo sistema de pensamientos coherente. La función de la ciencia es cognoscitiva: aspira a conocer la realidad. Otros ven ante todo en la ciencia una construcción del espíritu humano, libremente creador. Para otros la función de la ciencia es meramente descriptiva. Se trata, simplemente de decir como son sin penetrar más allá. La función de la ciencia es práctica: la ciencia es el instrumento con que dominamos la realidad. Todas estas interpretaciones, aunque buscan explicar la función de la ciencia son interpretaciones parciales, se quedan en alguno de los momentos del proceso científico ya que la ciencia es explicación posible, conocimiento, descripción, práctica, interpretación. Si la ciencia fuera un todo acabado seria solamente conocimiento o estética o descripción o lo que se quiera, pero como es un movimiento constante pasa del conocimiento posible al conocimiento, del conocimiento a la descripción, de la descripción a la interpretación y de esta a la práctica y de la practica al conocimiento posible. La ciencia avanza en espiral ascendiendo siempre, de un momento a otro en una superación constante pero siempre contenidos (ya superados) los momentos anteriores. Una de las definiciones clásicas de ciencia dice que es la explicación objetiva y racional del universo. Es ciencia porque es una explicación que describe las diversas formas en que se manifiestan los procesos existentes, distingue las fases sucesivas y coexistentes observadas en su desarrollo, descubriendo sus enlaces internos y sus conexiones con otros procesos; descubre las interrelaciones que se ejercen entre unos y otros; determina las condiciones necesarias para que ocurra cada proceso y suficientes para llevarlo a efecto y en fin encuentra las posibilidades y los medios convenientes para hacer más eficaz la intervención humana en el curso de los procesos ya sea acelerándolos, retardándolos, intensificándolos, atenuándolos o modificándolos de varias formas. La explicación científica establece las condiciones o causas, esto es, los explicadores necesarios y suficientes para que un acontecimiento, que es el explicando, haya resultado o pueda esperarse. El explicando es, así, una consecuencia de las condiciones que lo explican. Los explicadores son de dos tipos: 1. Acontecimientos particulares y condiciones específicas. 2. Uniformidades y regularidades expresadas por leyes generales. Las condiciones o explicadores de una explicación pueden ser: 1. Necesarias, pero no suficientes. 2. Suficientes sin ser necesarias. 3. Necesarias y suficientes. Las condiciones necesarias y suficientes son las que tiene que cumplirse ineludiblemente y que al mismo tiempo, aseguran la verificación de la explicación. Cuando esto se consigue y solo entonces la explicación deviene objetiva. La explicación científica es objetiva porque representa las formas en que los procesos manifiestan su existencia. Tal existencia de los procesos que la ciencia estudia no depende de las sensaciones, ni tampoco de la conciencia, el pensamiento subjetivo, las pasiones, la voluntad, la imaginación, el conocimiento o la ignorancia de los sujetos que lo conocen. La explicación científica es racional, porque establece una imagen racional de cada uno de los procesos que llega a ser conocido, lo mismo que cada una de sus propiedades y de sus interrelaciones con los otros procesos. La verdad Primeramente debemos saber que existen diversas corrientes de pensamiento que buscan aclarar este punto. Algunos sostienen que la verdad es todo lo que fomenta la vida (pragmatismo); otros que es la forma de ser del hombre (subjetivismo). Hay también la verdad religiosa Juan 8:32 “Conocerás la verdad y la verdad os hará libre”, dijo Cristo refiriéndose a la fé. El hombre nace con su capacidad de pensar. Y en su práctica cotidiana se enfrenta con una realidad que lo inquieta e interroga. El hombre en un irrefrenable deseo de captar, de aprehender el mundo circundante, busca dar respuestas a sus interrogantes; no solo para entender el mundo, para comprenderlo sino para transformarlo. Esta actividad conlleva una ansiedad por encontrar que hay detrás de las cosas, de los fenómenos (la esencia); que es lo que los hace ser así y no de otra manera. En suma busca la verdad. En esta búsqueda el hombre se percata de que existen cosas que fomentan su vida (pragmatismo) y las considera verdaderas; pero también de que no pueden captar la naturaleza enteramente, en tanto que todo en su totalidad inmediata y que no puede más que aproximarse eternamente; pero en este acercamiento a veces sufre extravíos y llega a verdades parciales o subjetivas. Pero en ocasiones y gracias a su práctica social forma un cuadro científico de la naturaleza que le ofrece la interconexión de los fenómenos, sus causas y efectos, consiguiendo la verdad objetiva; es decir el reflejo de las cosas en la conciencia del hombre, en los conceptos de ciencia. Verdad objetiva que es independiente del hombre en el sentido de que su contenido no depende de su voluntad, su deseo, la pasión y la fantasía. El error y sus causas Efectuar una exposición acerca de la verdad y dejar de considerar su reciproco, el error, resultaría demasiado parcial e insuficiente. Por ello es necesario determinar también este concepto. Si el error es la contraparte de la verdad, tenemos entonces que el error es el reflejo defectuoso o parcial del objeto en la conciencia del hombre. El error consiste en no saber y afirmar, creyendo saber. Las causas del error son múltiples y seria largo enumerarlas, pero bien se pueden considerar como fallas metodológicas, entre las más importantesdestacan: una aplicación defectuosa o parcial de las leyes de la lógica, falta de penetración, parcialidad o subjetividad, pereza o negligencia ante el trabajo necesario, falta de disciplina y orden en el estudio o investigación. La duda Hay ocasiones en que la razón de la verdad de un juicio y la razón de su falsedad se nos aparecen como igualmente insuficientes y entonces suspendemos nuestro juicio; así se genera la duda. No sabemos qué dirección tomar, ya que el peso de una u otra razón son iguales lo cual provoca una suspensión del juicio. La opinión En el lenguaje corriente, opinión es sinónima de parecer. La opinión no traduce lo que alguien sabe, sino lo que a alguien le “parece”. Para Parmenides la opinión es siempre falsa, ya que tiene por objeto lo que las cosas parecen ser, no lo que son; es decir. No reflejan la esencia del concepto u objeto. Elementos de la ciencia La ciencia está formada por un conjunto de verdades apoyadas en principios o axiomas que no necesitan demostración, porque son verdades evidentes. La ciencia requiere de un sistema de explicación ya que las verdades de las diversas ciencias están vinculadas entre si, en intima relación, de tal manera que las conclusiones de una dan paso a las premisas de otras. Finalmente, se requiere de hipótesis, leyes y teorías, es decir referencias a unidades de fundamentación o demostración de verdades. Hemos visto estos aspectos generales de la ciencia; sin embargo, lo conveniente es precisarla por lo que tiene de más concreto, por sus determinaciones más simples. La hipótesis El valor de la hipótesis reside en su capacidad para establecer esas relaciones entre los hechos y de esa manera, explicar porque se producen. La hipótesis representa, así, las posibles conexiones entre los hechos conocidos directamente en los experimentos. Es la guía o plan de trabajo en la experimentación. Existen diferentes tipos de hipótesis, de acuerdo con el grado de desarrollo que han obtenido o el alcance que se proponen: 1. Las ocurrencias que son hipótesis que carecen de fundamento teórico y que además no han sido verificadas. 2. Las hipótesis empíricas que carecen de fundamento teórico pero que han podido comprobarse en la experiencia. 3. Las hipótesis plausibles que tienen un fundamento teórico pero no han sido comprobadas por la experiencia. 4. Las hipótesis convalidadas que tienen un fundamento teórico y han sido comprobadas por la experiencia. Las hipótesis convalidadas tienen carácter de leyes, cuando son generales y pertenecen a un sistema. La hipótesis consta de dos partes: una base o cimiento y un cuerpo o estructura. El cimiento está formado por los conocimientos ya comprobados en los cuales se apoya objetivamente la hipótesis. El cuerpo de la hipótesis es la explicación supuesta; es decir la estructura de las relaciones que se edifica como explicación, sobre el cimiento de los hechos conocidos. Requisitos para presentar una hipótesis: 1. Ser conceptualmente clara para los demás. 2. Tener referencias empíricas, no valorativas. 3. Ser específicas: comprensivas en la exposición de sus implicaciones. 4. Estar relacionadas con técnicas disponibles. 5. Estar relacionadas con un marco teórico. La hipótesis no debe incluir valoraciones morales. No excluye la posibilidad de que la hipótesis se refiera al estudio de determinados valores y a las relaciones lógicas que puedan establecerse a partir de ellos. En la formulación de la hipótesis, como en todo trabajo académico. Se debe eludir, en lo posible, el uso de lenguaje emotivo. La ley La ley es la hipótesis comprobada experimentalmente. La verdad de una ley comprobada objetivamente en el experimento ya no se modifica, ni tampoco sufre perdida en la extensión de su dominio de cumplimiento. La comprobación de la hipótesis genera la ley y la articulación racional y sistemática de un conjunto de hipótesis que aluden a la naturaleza y comportamiento de determinados fenómenos, genera una teoría particular. La teoría La teoría ofrece una versión sistemáticamente unificada de los fenómenos mostrando que las leyes empíricas previamente formuladas que se tratan de explicar no se cumplen de una manera estricta y sin excepciones, sino de una manera aproximada y dentro de cierto ámbito limitado. La teoría amplia nuestro conocimiento y comprobación prediciendo y explicando fenómenos que no se conocían cuando la teoría fue formulada. La teoría no solo coordina y sintetiza los conocimientos ya adquiridos, sino que permite, además aumentar, extender los conocimientos, descubrir nuevos hechos y nuevas leyes.