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Universidad Pedagógica Experimental Libertador Vicerrectorado de Investigación y Postgrado Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias Instituto Pedagógico de Caracas Núcleo de Investigación “Estudio del Medio Físico Venezolano” Perspectivas Venezolanas sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias Volumen 1 Rogelio Altez y Yolanda Barrientos Coordinadores 2008 Universidad Pedagógica Experimental Libertador Vicerrectorado de Investigación y Postgrado Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias Instituto Pedagógico de Caracas Núcleo de Investigación “Estudio del Medio Físico Venezolano” Avenida Sucre, Parque del Oeste, Catia-Caracas Apartado 2939 Fax 0212-8060118 Teléfono 0212-8060067-8060066-8060072 PERSPECTIVAS VENEZOLANAS SOBRE RIESGOS: REFLEXIONES Y EXPERIENCIAS Volumen 1 El presente texto fue arbitrado por sistema doble ciego. Las opiniones expresadas en los artículos publicados no son necesariamente las de la Universidad. La responsabilidad de las mismas compete a sus autores. Depósito Legal: 198502 D.F. 133 ISBN: 1316-0087 Diseño de Portada: América García, Yolanda Barrientos y Rogelio Altez Diagramado por: David Rojas Impreso en: Litografía Metrotip Caracas, Venezuela Serie de libros arbitrados del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado 2 Contenido Pág. Prólogo....................................................................................... 7 Presentación.............................................................................. 13 Capítulo I: Experiencias Educativas en el Sector Universitario.............................................................................. 19 COMIR UCV, Vanguardia universitaria: Un relato desde sus inicios. Mercedes Marrero................................................................ 21 Los riesgos ambientales: El aporte del CENAMB-UCV. Jesús Delgado........................................................................ 51 La gestión de riesgo en los Andes venezolanos. Jaime Laffaille...................................................................... 75 Proyectos educativos de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en gestión de riesgos con alcance nacional. Carlos A. Suárez y Henry Pacheco..................................... 101 Estrategias instruccionales y pedagógicas para el aprendizaje de amenazas y riesgos socionaturales en la Escuela Básica, estado Vargas. Yolanda Barrientos, Ana Iztúriz M., América García G. y Simón Ruiz B. ....................................................................... 141 3 Capítulo II: Estudios de Casos: Reflexiones a partir de 1999....................................................................................... 169 Urbanismo, vulnerabilidad y gestión de riesgos. André Siger........................................................................... 171 De la geología global a la Cordillera de la Costa: Implicaciones sobre flujos torrenciales generados por lluvias extremas en el norte de Venezuela. Franco Urbani...................................................................... 189 Vivir en el post-desastre: Reflexiones sobre los aprendizajes de una tragedia aún vigente. El caso Vargas, Venezuela. Rogelio Altez......................................................................... 225 Una aproximación históricas a los aludes torrenciales del litoral central de Venezuela. José Antonio Rodríguez....................................................... 273 Geomorfología antrópica de desastres recientes en tres ciudades de la Cordillera de la Costa. Carlos A. Suárez Ruiz.......................................................... 303 Capítulo III: Aportes Metodológicos desde las Geociencias............................................................................. 333 La paleosismología en Venezuela: A la búsqueda de los sismos del pasado. Franck Audemard................................................................ 335 4 El medio físico en las cuencas de drenaje de la fachada norte del Macizo del Ávila, estado Vargas, Venezuela: Una revisión de los aportes realizados para la gestión de riesgos regional. Williams José Méndez Mata............................................... 367 Capítulo IV: Riesgo e Instituciones......................................... 405 Visión integral de los riesgos y desastres: Experiencia de la gerencia de planificación para casos de desastres (El caso PLACADE). Jorge Molina........................................................................ 407 Notas: Ideas en construcción sobre el rol de los medios ante los riesgos.......................................................................... 423 El papel de los medios de comunicación en la reducción del riesgo de desastres: Algunos problemas prioritarios y posibles estrategias para resolverlos. Juan Murria......................................................................... 425 Listado de Autores................................................................... 440 5 6 Prólogo 7 Prólogo Las discusiones impulsadas desde las actividades del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN) en la década de los años 90 del siglo pasado, permitieron que los espacios que históricamente se habían desempeñado como los constructores del discurso de las amenazas y las vulnerabilidades (investigadores, organismos de asistencia- respuesta, organizaciones e instituciones internacionales de ayuda humanitaria), contaran con un ámbito de diálogo global, a través del cual tuvieran la oportunidad de crecer e intercambiar sus razonamientos y experiencias al respecto. Estas circunstancias permitieron el despliegue conceptual del discurso sobre los riesgos, al tiempo que sirvieron de soporte de actualización y crecimiento a los organismos e instituciones encargados de actuar antes, durante y después de los desastres. Este efecto teórico-práctico contribuyó notablemente a la transformación discursiva y al accionar en torno al problema de los riesgos en general, dando paso a nuevas estrategias, planes y modelos de actuación, entre los que se aprecian proyectos educativos, gestiones comunitarias y locales, leyes, normativas, investigaciones, surgimiento de instituciones especializadas, y la conciencia cada vez más global de lo que significan las amenazas, las vulnerabilidades y las consecuencias que se advierten cuando ambas variables se cruzan en el tiempo y en el espacio. Es por ello que actualmente pueden observarse nociones y categorías que indican una doble articulación entre el contenido semántico y el plano práctico de actuación o ejecución. De allí que las definiciones de riesgo se han orientado hacia la “gestión local de riesgos” o “gestión integral de riesgos”, unificando los planos conceptuales y de acción. Este proceso aún se encuentra en desarrollo, mientras que las experiencias al respecto continúan alcanzando nuevas metas entre los involucrados en el tema. En los últimos años se ha generado un debate académico al respecto, tanto en escenarios nacionales como internacionales, sobre el papel de la educación y la investigación en la gestión de riesgos, orientado al desarrollo actual del tema y a proponer alternativas para consolidarlo en la sociedad. La generación de conocimientos, la transferencia de resultados y la socialización de los saberes hacia las comunidades vulnerables, forman una plataforma que a través de los procesos educativos formales y no formales alcance la sociedad en general, para entregarle herramientas que reduzcan las vulnerabilidades frente a los riesgos dominantes tanto locales como globales, estimulando la resiliencia de las comunidades. Esta compilación que aquí se presenta, conduce a compartir experiencias que revelan el nivel de inserción del tema en las políticas, programas, planes y proyectos del Estado venezolano, y que aglutinan a una comunidad de práctica en ámbitos para la discusión, la reflexión, el intercambio de experiencias, estudios e información. Se asume que la reducción delriesgo en todos los niveles (local, regional, institucional, comunal, social, material y hasta en el plano individual), debe incluir el aprendizaje de las experiencias exitosas y de las que no lo han sido, con el objeto de que la sociedad en general construya respuestas efectivas y eficaces ante los elementos ambientales y contextuales de su realidad que se levantan como amenazas o adversidades potenciales. 8 Prólogo De esta manera, el aprendizaje sobre estas experiencias se convierte en educación, contribuyendo con ello a fomentar estilos de vida, (en este caso, transformados en indicadores del compromiso adquirido con la reducción del riesgo), conduciendo al reconocimiento de éste como parte de la realidad en que vivimos y favoreciendo la percepción de que los desastres son el resultado de una construcción social e histórica que forma parte de esa realidad. La consolidación de una cultura preventiva, en este sentido, abarca una secuencia entrelazada de etapas complejas, donde la percepción del riesgo de manera individual o colectiva, está basada en conocimientos o experiencias de vida, tomando en cuenta los valores éticos que sostienen la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto por las personas, y el desarrollo de actitudes, conocimientos y compromisos que puedan ayudar a generar las respuestas adecuadas, pertinentes y oportunas, ante los eventos ambientales adversos (ya sean naturales o antrópicos). Los planteamientos antes descritos coinciden plenamente con los acuerdos alcanzados en la International Risk Reduction Conference celebrada en Davos (Suiza), en agosto de 2006 en materia educativa: La educación para la reducción de riesgos debe formar parte de la Década 2005-2015, declarada por la Organización de Naciones Unidas para reducir las pérdidas y fomentar capacidades en la respuesta y la reconstrucción, cuando los eventos adversos impactan; igualmente, mejorar la comunicación entre científicos y usuarios finales. Además, este encuentro técnico estuvo dirigido a los gerentes encargados de la toma de decisiones, científicos y comunidad de práctica para intercambiar ideas acerca de cómo abordar los riesgos y desastres, utilizando metodologías que reflejen el estado del arte 9 Prólogo en el tema, basados en los objetivos de la gestión de riesgos delineados en las Declaraciones de Hyogo, sobre el Plan de Acción 2005-2015 Desarrollando la Resiliencia de lasNaciones y lasComunidades ante los Desastres, y en el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible, centrados en la discusión de los riesgos relacionados con amenazas naturales, las fallas tecnológicas e igualmente los riesgos humanos emergentes generadores de pandemias, terrorismo y cambios climáticos, bajo enfoques integrados y participativos. La temática analizada enDavos 2006 comprendió las áreas de: género y desastres, vulnerabilidad ambiental, educación, conocimiento, conciencia y seguridad de la sociedad. Desde esta visión y en tal sentido, la transformación cultural de la sociedad hacia la gestión de riesgos, debe implicar un giro profundo y estructural para lograr superar el paradigma de atención de emergencias, requiriendo para ello un esfuerzo mancomunado de voluntades, instituciones, corporaciones, acciones de Estado y la implementación de tratados, acuerdos, principios, políticas y leyes en estamateria, tanto en el plano nacional, internacional como global. Como prueba de este planteamiento un grupo de investigadores y gestores venezolanos en el área de riesgo quienes asistieron al encuentro deDavos 2006, presentaron unamuestra de algunos estudios académicos y de aplicación de políticas gubernamentales sobre el tema que actualmente se desarrolla en el país. El afán de divulgar o difundir lo planteado en este evento, ha sido el motivo central de la presente publicación, y a partir de ello, se invitó a participar a otros investigadores venezolanos, quienes aportaron sus experiencias ymás recientes hallazgos sobre la materia planteada, para así nutrir el esfuerzo editorial entre la Universidad Pedagógica Experimental Libertador y la Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias. 10 Prólogo Para ello, en este primer volumen de las Perspectivas Venezolanas sobre Riesgos, se han estructurado los aportes de cada autor en relación al contenido de los mismos y la pertinencia temática que les vincula con los objetivos de la publicación. En el primer capítulo (Experiencias Educativas en el Sector Universitario), se recogen las diferentes prácticas y estrategias desplegadas en varias instituciones de educación superior a nivel nacional (Universidad Central de Venezuela, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Universidad de los Andes), donde se han destinado esfuerzos pedagógicos, académicos y comunitarios, que apuntan hacia la consolidación de una cultura preventiva en la sociedad venezolana. En el segundo capítulo (Estudios de Casos: Reflexiones a partir de 1999), se compilan investigaciones que exploran y analizan las causas, impactos y efectos de los procesos naturales, sociales e históricos, que se articulan en torno a las variables que componen al riesgo: amenazas y vulnerabilidades. Estos trabajos dan cuenta de las reflexiones científicas que han surgido a partir del evento de 1999, considerando especialmente lugares y regiones afectadas histórica y actualmente. Está claro para los investigadores venezolanos en general, el desastre de Vargas en diciembre de ese año, ha sido una bisagra que ha permitido desplegar las miradas sobre el caso con mayor profundidad e información al respecto. El tercer capítulo (Aportes Metodológicos desde las Geociencias), presenta la investigación paleosismológica como uno de los recursos más especializados y novedosos en la investigación de los terremotos, destacando los significativos aportes en el caso venezolano y una sistematización de los estudios vinculados a la gestión de riesgos sobre el Macizo del Ávila. 11 Prólogo Prólogo 12 En el cuarto capítulo (Riesgos e Instituciones: El Caso PLACADE), el cual describe una experiencia de trabajo hacia las comunidades para la mitigación de los riesgos, como parte de la misión del Cuerpo de Bomberos Metropolitanos de Caracas. Por último, se presenta una Nota (Ideas en Construcción sobre el Rol de los Medios ante los Riesgos), que recoge las reflexiones del coordinador de la sesión Recent Developments in Disaster Risk Reduction in Latin America and the Caribbean en Davos (2006). Finalmente, se presenta a la comunidad científica y a la sociedad venezolana este producto académico para su consideración, bajo la premisa de que la revisión crítica del mismo contribuirá a enriquecer los planteamientos hechos en futuras ediciones. Rogelio Altez y Yolanda Barrientos Coordinadores de la Edición 13 Presentación Al revisar la copiosa y variada información que se despliega a lo largo de los trece trabajos incluidos en el libro Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, cuya presentación nos han encomendado sus coordinadores, reflexionábamos respecto a los innegables progresos que en nuestro país se han producido, en los recientes lustros, sobre la cultura de las amenazas y riesgos ambientales. En efecto, en la terminología de la Administración Ambiental, a principios de los años ochenta, la expresión “gestión del riesgo”, era, al menos en nuestro medio, prácticamente desconocida. Es evidente que los impactos producidos por los aciagos eventos del Río Limón (1987), Tormenta Tropical Bret (1993), Cariaco (1997) y Vargas (1999), por citar sólo algunos, han logrado despertar nuestra sensibilidad y hacernos comprender -es de esperar- la urgencia de desarrollar una conciencia política, social e intelectual sobre esta problemática. De igual modo, se acepta cada vez más que la responsabilidad es colectiva y que el dilema, en lo atinente a las relaciones del ser humano con la naturaleza, es tan tajante como cambiar o perecer, por cuanto, en la algo manida expresión “desarrollo sostenible”, el segundotérmino implica –en la escala global- la pervivencia de nuestra propia especie. En todo caso, no cabe duda de que aquellas tragedias han contribuido a impulsar corrientes de investigación que desembocan, felizmente, en publicaciones como ésta que aquí tenemos el honor de presentar. Con relación a la toma de conciencia que han propiciado, o forzado, los mencionados desastres socio-naturales, Franco Urbani, como curtido investigador y docente de las geociencias, no podía expresarlo, en su denso artículo, más claramente: “La tragedia del estado Vargas […] fue de tal magnitud […] que hizo cambiar la forma de ver los fenómenos naturales a muchos geólogos”. Desde luego, no se nos escapa que el asunto reviste, al mismo tiempo, otras facetas. Esto se colige, por ejemplo, de las múltiples lecturas que permiten asertos como el que tomamos del trabajo de Rogelio Altez: “…los desastres ofrecen oportunidades insospechadas de crecimiento…”. A lo largo de las páginas de Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, obra en la cual puede hallarse una singular variedad de temas relacionados con este título, encontramos las firmas de prestigiosos geólogos, geomorfólogos, geógrafos, arquitectos, ingenieros, antropólogos, bomberos y educadores, muchos de larga y fecunda trayectoria en sus respectivas áreas del conocimiento. Se encuentran, así mismo, los aportes de profesionales jóvenes, quienes constituyen las generaciones de relevo: la garantía de continuidad y profundización de estos aprendizajes. En este punto, no ocultamos una pequeña dosis de orgullo, al constatar que algunos destacados ex alumnos, hoy apreciados colegas, comparten este espacio con connotados investigadores de diferentes disciplinas medioambientales. Sobre la complejidad de la problemática abordada en la obra, puede dar una idea la cifra de veintidós organismos, que con funciones desde las técnicas y altamente especializadas, hasta las policiales, integran el SistemaMunicipal de Mitigación yAtención de Emergencias (SMMAE) del Municipio Libertador, tal como se aprecia en el interesante trabajo de Jesús Delgado. Del mismo modo, 14 Presentación acerca del gran número de disciplinas científicas que aportan marcos teóricos y proporcionan herramientas para la acción, da fe la multiplicidad de referencias bibliográficas que complementan el conjunto de artículos presentes en el libro, las cuales conforman una riquísima fuente de consulta para los investigadores. La destacada participación de la UPEL en este esfuerzo editorial, nos recuerda que para los propósitos de aprender a prevenir los riesgos derivados de las amenazas naturales, la educación es, sin lugar a dudas, el primero y más importante factor. Pero para que ello sea cierto, la llamada EducaciónAmbiental no puede circunscribirse a los estrechos límites de una asignatura en cualquier plan de estudios: debe convertirse, verdaderamente, en eje transversal; ha de proyectarse hacia las comunidades y hacia la sociedad, a fin de que pueda constituir un escenario abierto y democrático, de amplia discusión acerca de los múltiples problemas que surgen de una relación ancestralmente conflictiva entre la especie humana y la Naturaleza. En un artículo publicado el año 2000, en la revista Sapiens, nos preguntábamos sobre qué actitudes pueden demandarse a niños, niñas y adolescentes acerca de las amenazas y riesgos que implica, para muchas ciudades del mundo, el problema del ascenso del nivel medio del mar por efecto del calentamiento global, cuando se comprueba que nuestros jóvenes no tienen suficiente información, y por lo tanto tampoco conciencia, acerca de los riesgos que corre su propia vida y la de su familia, ante la patente realidad de que su vivienda se encuentre emplazada en el lecho de algún curso de agua urbano, sujeto a crecidas bajo el efecto de precipitaciones extraordinarias. De lo que se desprende que en la Educación Ambiental debe priorizarse la enseñanza que parta de lo local, de lo más cercano. Y en esa 15 Presentación dirección apunta, ciertamente, el proyecto “Campaña Educativa Comunidad Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela”, que ejecutara un equipo de la UPEL bajo la coordinación de Yolanda Barrientos, del cual se habla en la contribución que aquí presentan Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco. Nos parecen también sumamente valiosos los aportes que aquí hacen Mercedes Marrero, Jaime Laffaille,André Singer, JoséAntonio Rodríguez Arteaga, Jorge Molina y Juan Murria, expertos en los distintos campos que convergen en la publicación Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias. Como lo señalan varios de los autores mencionados, el arco andino costero, en el cual se localizan históricamente los mayores centros poblados del país, abarca las regiones de mayor actividad sísmica, además de las áreas que presentan las más altas probabilidades de impactos severos por eventos pluviométricos, debidos no tanto a los factores climatológicos, cuanto a la particular morfología característica de una región montañosa, intensamente tectonizada, así como a la irracional ocupación de estos espacios. El monto de 50 milímetros de lluvia en cuatro horas, causante del alud torrencial que afectó seriamente San Felipe (Yaracuy) a principios del mes de julio de 2004, referido en el artículo de Carlos Arturo Suárez Ruiz, en realidad no puede catalogarse como extraordinario. Personalmente hemos registrado, sin que se reportara más que emergencias de poca monta, intensidades de precipitación mucho más altas, durante los casi cinco lustros de observaciones pluviométricas que llevamos en San Antonio de los Altos (Estado Miranda). A todas 16 Presentación luces, en la capital yaracuyana, como en muchas otras urbes venezolanas, pareciera que se “preparó” el desastre con una efectividad digna de mejores causas. Aunque algunos de los autores mencionan, en líneas generales, los aspectos meteorológicos de los llamados deslaves que asolaron el estado Vargas en diciembre de 1999, en esta primera entrega de Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, en lo personal echamos de menos la participación de las ciencias de la atmósfera. Seguramente, en el próximo volumen, prometido por los coordinadores del equipo, estas importantes disciplinas ambientales se encontrarán debidamente representadas. La Geología y la Meteorología parecieran ser las dos geociencias fundamentales, en lo tocante al aporte de información básica para la toma de decisiones que contribuyan a prevenir y a mitigar el impacto de los fenómenos naturales potencialmente catastróficos. Se dice que la Geología no vaticina: advierte. No es fácil obtener datos sobre los regímenes tectónicos de una región determinada. No obstante, la excavación de grandes trincheras, con maquinaria pesada, tal como lo describe Franck Audemard en su trabajo, posibilita hurgar en las entrañas mismas de las grandes fracturas geológicas, con el objeto de estudiar las “advertencias” que puede hacernos la Geología. La Meteorología, en cambio, tiene la posibilidad de predecir. Los pronósticos meteorológicos, hechos adecuadamente, aplicando las teorías y técnicas modernas, resultan imprescindibles para la emisión de alertas tempranas ante la amenaza de fenómenos atmosféricos. En Venezuela, sin embargo, el sólo hecho de que las predicciones diarias efectuadas por algunos de los principales 17 Presentación Presentación 18 organismos competentes, se presenten por estados, constituye un indicador del alto nivel de generalización y, por tanto, del escaso valor práctico de tales pronósticos. Por otro lado, no es raro leer en la prensa nacional expresiones tan absurdas como “temporada oficial de lluvias”; o referencias al “cambio climático”, para designar la normal evolución del estado atmosférico día a día, pruebas, a su vez, de la escasa cultura ambiental que poseen algunos profesionales de la comunicaciónsocial, aunque quizá deba decirse, en su descargo, que muchas veces sólo repiten información suministrada por funcionarios adscritos a organismos especializados. Con estas reflexiones cerramos esta breve presentación. Tenemos la certeza de que el primer volumen de Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, contará con la mejor acogida, no sólo entre la comunidad científica y académica, sino en amplios sectores de la sociedad venezolana, para la cual, en definitiva, los autores, coordinadores y editores han empeñado su mejor voluntad y competencia académica. Sergio Foghin-Pillin San Antonio de los Altos, Julio de 2007 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios 19 Capítulo I Experiencias Educativas en el Sector Universitario Mercedes Marrero Jesús Delgado Jaime Laffaille Carlos Suárez y Henry Pacheco Yolanda Barrientos, Ana Iztúriz, América García y Simón Ruiz Mercedes Marrero 20 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios 21 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA: Un relato desde sus inicios Mercedes Marrero Facultad de Arquitectura y Uranismo, Universidad Central de Venezuela Coordinadora de la Comisión para la Mitigación de Riesgos, COMIR UCV Origenes y creación Entre tantos aportes que a diario se producen calladamente en la Universidad Central de Venezuela, la mayor y más antigua del país, fundada el 22 de diciembre de 1721, existe uno que por su peculiar ámbito de acción no ha trascendido suficientemente a la opinión pública. Se trata nada menos que de una estrategia para producir una verdadera Revolución Cultural que pretende cambiar el inmediatismo, por la prevención, y el miedo, por el conocimiento. Este objetivo quizás un poco extraño a los temas que usualmente se tratan en nuestra Casa de Estudios, empieza a tener sentido cuando consideramos que los riesgos son también un factor del desarrollo. En efecto, los desastres originan pérdidas de vidas, infraestructura de servicios públicos, espacio urbano, industria, comercio, deterioro del medio ambiente, entre otros, y originan daños indirectos como el desequilibrio emocional, el desempleo, la pobreza, el desabastecimiento, que tienen efectos sociales y económicos. Recordemos que como consecuencia de las lluvias torrenciales de diciembre de 1999, sólo en el Estado Vargas, las pérdidas humanas se estiman entre 15.000 y 50.000 víctimas y las materiales se calculan en más de 2.000 millones de dólares. Es importante señalar que más de un 80% de la población de Venezuela vive en zonas con amenaza sísmica, y un 45% de las viviendas de bajo costo que se construyen anualmente, son realizadas por el sector informal, sin ningún soporte técnico que garantice su seguridad. Las principales ciudades del país, son las más vulnerables y entre ellas, Caracas, la capital y sede del poder político, financiero y operativo de la nación; tiene por sus características geológicas, de servicio y vialidad, una de las condiciones más desfavorables en caso de emergencia. Las célebres crecidas del río Guaire, que han afectado Macarao, El Paraíso y La Carlota, cada año nos sorprenden (más o menos en la misma fecha) sin tomar previsiones. La tipología urbana y arquitectónica, así como sus servicios, han contribuido a incrementar la vulnerabilidad de la ciudad. Para la época del terremoto de 1967 (Cilento 1995), Caracas tenía cerca de 1.900.000 habitantes, de los cuales el 21 % vivían en zonas de ranchos. Según el censo OCEI/CNV/FUNDACOMUN, para 1993 la población total era de unos 2.800.000 habitantes, con un 41,25 % viviendo en zonas de ranchos. Esto significa que entre 1970 y 1990 la población total aumentó un 300% y la de los ranchos un 878%. La ciudad opulenta, en todos estos años ha dado paso a soluciones inapropiadas, fachadas de vidrio, volúmenes irreverentes ante las leyes físicas que aseguran su estabilidad y una vanguardia arquitectónica comparable a las de las grandes capitales del mundo, sólo que absolutamente incompatible con la realidad geográfica del país. Los reiterados deslizamientos en Alto Prado, Colinas de Santa Mónica, y otras áreas momentáneamente célebres, la vergonzosa implosión de Nueva Tacagua, y las reparaciones de errores de proyectos inapropiados, constituyen desaguaderos de recursos que atentan contra el desarrollo sostenido de nuestra ciudad. Los incendios que podría propiciar un terremoto por fugas de gas, las 22 Mercedes Marrero acciones eternamente postergadas para evitar una nueva tragedia en Tacoa, posteriormente recordada por las explosiones en Catia, y el estado de urgencia intermitente que genera el viaducto de la autopista de la Guaira, son una lamentable muestra. Sin embargo la mayor amenaza de todas la constituye la ausencia casi absoluta de cultura preventiva. Esta falta de conciencia a todo nivel de la importancia que el país debe asignarle a la prevención, requiere de un profundo cambio en la manera de pensar del individuo, lo cual coloca esta misión ineludiblemente en las manos del sector educativo. Una Motivación “Aplastante”: Los riesgos como factor de desarrollo Durante años las posibilidades de desarrollo de Venezuela han sido disminuidas como producto de una equivocada visión acerca de los riesgos, asignándoles la responsabilidad ética de su atención a los organismos especializados en prevención y defensa. El universo de personas que intervienen en la gestión y ejecución de los procesos internos del país, no están conscientes que si bien el problema de las amenazas de origen hidrometereológico (tormentas, inundaciones), geológico (terremotos, deslizamientos), epidemiológico (cólera, dengue), antrópico (tecnológicos, desórdenes públicos) que son las más recurrentes, se producen cíclicamente, motivado a condiciones geográficas y socio económicas inexorables, la vulnerabilidad ante esas amenazas, es decir, la posibilidad de que esas amenazas nos hagan daño, son exclusivamente responsabilidad del ser humano. Si miramos un poco hacia atrás y buscamos cual ha sido nuestro aprendizaje después del terremoto de Caracas, del paso de la tormenta Brett, del incendio de Tacoa, o los daños generados por la violencia social, llegaríamos a la conclusión de que sería deseable que en lugar de plantearse la reconstrucción, se generara una transformación de la 23 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios infraestructura económica, física y social, a fin de tener un desarrollo sostenible que tome en cuenta los factores de riesgo. Evidentemente, para que este cambio de rumbo sea factible, es necesario transitar el tortuoso camino de construir una cultura preventiva, a la cual le estamos apostando desde la UCV. La Fundación: Sin Prisa, Pero Sin Pausa En 1992, quien les narra, docente de la Cátedra de Diseño de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, entra en la reiterada angustia de todo docente universitario: debe decidir el tema de un trabajo de ascenso que de alguna manera represente un aporte para su Cátedra y evidencie el manejo del conocimiento y su capacidad para investigar sobre asuntos de índole académico que, al menos en mi caso, pudiese permitir el espacio y el tiempo para reflexionar y tratar de que el tiempo y esfuerzo invertido para el ascenso en el escalafón tuviese utilidad para la institución y la disciplina. El tema surge de una antigua preocupación por los efectos que los desastres producían en los “objetos de estudio” de los arquitectos y en sus infortunados usuarios, lo cual se remonta en la experiencia que tuve oportunidad de vivir en el terremoto de Caracas del 29 de julio de 1967, cuando ni pensaba en estudiar arquitectura, pero que definitivamente me dejó claro dos aspectos: el enorme poder de la naturaleza y la vulnerabilidad de los usuarios a consecuencia del desplome de las edificaciones. Años después en los comienzos de mis estudios de arquitectura el destino me coloca en el curso de Diseño que dictó el Arq. René Torres Baralt, fundador de los Bomberos Universitariosy responsable del descubrimiento por mi parte, de otro factor de riesgo: el fuego, lo que comienza a ilustrar la naturaleza compleja de los riesgos. 24 Mercedes Marrero De esta manera una vez culminado el trabajo de ascenso y con la misión de tratar de materializar la contribución a la disciplina a través de la docencia, comienza un verdadero vía crucis para identificar las estrategias que harían posible la incorporación de la cultura preventiva como parte del hacer arquitectura y por supuesto de su docencia, ya que el tema, como lo sigue siendo hoy día aunque en menor grado, era absolutamente irrelevante para mis colegas, la crítica académica, los jurados de los premios nacionales, la crítica periodística, los organizadores de eventos, etc. Pues bien, en 1994 llevo al consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, siendo Decano el Arq. Marco Negrón, la solicitud de la institucionalización de las Jornadas Formativas ante Desastres que se realizarían anualmente en la semana del 26 de Marzo, en conmemoración al terremoto de 1812 y tenían por objeto realizar una serie de actividades vinculadas a la valoración de la reducción de la vulnerabilidad tanto como conocimiento indispensable para la conceptualización y desarrollo de proyectos arquitectónicos y urbanos, como en cuanto al comportamiento de la comunidad antes, durante y después de los desastres. Allí surge el germen de este proyecto que es sometido a la aprobación del Consejo Universitario al constatar que al igual que enArquitectura, el tema de la reducción de la vulnerabilidad como valor agregado a la práctica profesional de nuestros egresados, a los aportes de nuestras investigaciones, a la labor de extensión y al funcionamiento interno de la UCV, tampoco estaba presente, lo que aumentó mi preocupación al constatar que esta dimensión estaba ausente estructuralmente de la institución y sólo era abordada por iniciativas particulares que algunos convencidos de su importancia llevábamos a cabo aisladamente y me llevó a solicitar la creación de la Comisión para actuar en Caso de Siniestros de la UVC y formular el proyecto 25 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios correspondiente, para extender la experiencia iniciada enArquitectura a toda la UCV y liderizar un movimiento capaz de generar la toma de conciencia de nuestra comunidad y del país, acerca de nuestra ineludible responsabilidad de tomar previsiones para formarnos y actuar en caso de emergencias. Esta solicitud fue aprobada en la sesión del día 13 de diciembre de 1995, al final del período rectoral del Dr. Simón Muñoz, iniciándose el proceso de elaboración del Proyecto en Febrero de 1996. Año muy significativo por cuanto fuimos invitados a asistir al Congreso Hemisférico sobre Reducción de Desastres y Desarrollo Sustentable en Miami, del Sept./30-Oct./03. En este Congreso se produce la Declaración de Miami sobre reducción de Desastres y Desarrollo Sostenible, en la que se incluyen propuestas basadas en el concepto de la complementariedad de los programas de reducción de desastre y desarrollo sostenible, en la medida en que una mayor estabilidad y reducción de la vulnerabilidad potencian los beneficios de proyectos de desarrollo económico. En este contexto, se concluyó en la necesidad de promover iniciativas hemisféricas que involucraran a sectores diversos, las cuales debían ser incorporadas a la agenda de la Cumbre Presidencial sobre Desarrollo Sostenible a realizarse en Santa Cruz, Bolivia y se estableció la conveniencia de la formación de una Red Inter Americana sobre Reducción de Desastres, como mecanismo para el diálogo e identificación de políticas e iniciativas. Al finalizar el Congreso, asistimos a una reunión convocada por el Programa OEA - ECHO para la Reducción de la Vulnerabilidad del Sector Educativo, cuyo objetivo fue constituir un Comité provisional e intercambiar iniciativas y experiencias de los distintos países. En dicha reunión, se expuso el proyecto de seguridad de la UCV, cuyo componente académico referido a la revisión 26 Mercedes Marrero curricular, fue considerado como un valioso aporte. Se solicitó al representante del Programa de la OEA, Arq. Stephen Bender, que apoyara la celebración de un encuentro que se había programando para el año siguiente, conforme a lo planteado en el Programa de Difusión del Proyecto de la UCV, ante lo cual se acordó que el encuentro de la UCV, sería la primera reunión oficial del Comité, siendo nombrada la Coordinadora de la Comisión para actuar en caso de Siniestros de la UCV, presidente del dicho comité. En la reunión se contactó al Dr. Jean Luc Poncelet, Coordinador para América del Sur del Programa de Preparativos para Emergencias y Desastres, OPS, OMS, quien se comprometió a coordinar el tema de la revisión curricular y dictó un taller en Caracas el 21 de Noviembre con lasAutoridades y se contactó al Lic. Manuel Ramírez, Consultor de Educación y Desastres, con sede en Costa Rica, a fin de programar talleres con los Coordinadores Académicos de las Escuela de la UCV para la revisión de los currícula en relación a la vulnerabilidad del país. De esta reunión surgió otro de los proyectos emblemáticos de COMIR, la creación en la Biblioteca Central, de la sección correspondiente al tema de desastres y gestión de riesgos, lo cual serviría de apoyo a la revisión curricular y a la preparación de Trabajos de Investigación. A consecuencia de este cambio de horizonte del proyecto, el 21 de noviembre de 1996, se solicita al Consejo Universitario, cambiar la denominación de la Comisión por la de Comisión de la Universidad Central de Venezuela para la Mitigación de Riesgos (COMIR UCV), la cual es más adecuada, según términos utilizados internacionalmente. Las bases estaban sentadas. El compromiso 27 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios requería involucrarse y la Comisión ya conformada, estaba lista para asumir su primer reto. Cada Facultad y Dependencia involucrada hizo su parte y el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico fue nuestro apoyo por Venezuela, para el cofinanciamiento del evento. 1ra Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos: El Impulso Necesario El objetivo central de la Conferencia fue discutir y llegar a una decisión sobre un Plan Hemisférico para la Reducción de Desastres del Sector Educación. El Plan sirve como respaldo para conseguir apoyo político, institucional, técnico y financiero, y permitirá establecer un cronograma concreto para el cumplimiento de metas. Como resultado del Encuentro, se obtuvo un Plan Hemisférico de acción para ser presentado ante los organismos gubernamentales y no gubernamentales de cada país, relacionados con el sector educativo (los ministerios de educación, los organismos nacionales responsables de la ejecución de la infraestructura educativa, ministerios de obras públicas, fondos de inversión social, gobernaciones, alcaldías, municipalidades, organizaciones no gubernamentales y organizaciones voluntarias locales y nacionales), donde se defina la estrategia planteada para que dicho sector participe en los programas de reducción de desastres socio naturales. Por otra parte, se promovieron los mecanismos hemisféricos de cooperación técnica y financiamiento, para apoyar las iniciativas que surgieron de la Conferencia, a fin de propiciar el compromiso político de ejecutar las estrategias acordadas, mediante programas de asesorías, capacitación y transferencia tecnológica. 28 Mercedes Marrero El énfasis del trabajo realizado antes de la Conferencia, se centró en la programación de talleres preparatorios de las estrategias que iban a formar la Propuesta UCV. Se realizaron varios talleres con la Secretaría General, Bomberos UCV, Comisión Central de Currículum, Biblioteca Central, Dirección de Información y Relaciones/ Cultura, y Planeamiento/ Servicios Generales. Dichos talleres fueron organizados por los Directores de cada área conjuntamente con COMIR. Participaron miembros delas dependencias involucradas y especialistas invitados tanto nacionales como internacionales, gracias a la colaboración de la OPS/OMS y el CDCH. En el ámbito nacional, se invitó a participar a las universidades públicas y privadas, al Ministerio de Educación y a FEDE para la realización de la Propuesta Venezuela, la cual finalmente fue conformada como documento inicial con las propuestas de la UCV, Ministerio de Educación y FEDE. En el ámbito internacional, contamos con la participación de delegados de 15 países, quienes contribuyeron a la elaboración de las recomendaciones de la Conferencia. Es importante destacar que como consecuencia del trabajo de la Conferencia, se incorporó en el proceso de revisión curricular de educación básica, los contenidos de mitigación de riesgo. Proceso que se ha desarrollado de manera excelente por parte de FEDE y el Ministerio de Educación. No menos importante fue la creación del Comité Asesor del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgo, por parte del Ministerio de Educación, que funcionó por un tiempo y en el cual estaba representada la UCV por medio de COMIR. 29 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios De igual forma, se debe señalar que mediante un derecho de palabra solicitado por el Rector Trino Alcides Díaz en la reunión del CNU celebrada en noviembre de 1997, COMIR presentó la experiencia de la UCV y los resultados de la Conferencia Hemisférica, lo cual produjo que el Consejo Nacional de Universidades decidiera recomendar a las Universidades públicas y privadas, acogerse a las resoluciones de la Conferencia. Esta última disposición ha dado como consecuencia la creación del Proyecto de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, cuya ejecución tendrá un enorme peso en la figura de las nuevas generaciones de docentes. En UCV, se aprovechó el impulso la Conferencia Hemisférica para concretar las estrategias acordadas mediante diversas acciones que pretendían involucrar cada vez más a las autoridades y a la comunidad universitaria en el Proyecto. Fue un momento muy importante que permitió reunir personas e iniciativas afines. Aparte de la relación con los organismos internacionales antes mencionados y de organismos nacionales tales como FEDE, Ministerio de Educación, Bomberos de Caracas, Defensa Civil, entre otras, encontramos en algunas dependencias y facultades fortalezas inestimables y gran calidad humana y profesional. Es importante referir el apoyo recibido del Departamento de Higiene y Seguridad, hoy División de Ambiente, Salud y Trabajo, a cargo del Prof. Eric Omaña. También fue determinante la colaboración de los Bomberos Universitarios, de las Autoridades y del equipo de COMIR, que a lo largo de estos años ha puesto lo mejor de su disposición para llevar adelante el proyecto. Algunas de las actividades que surgieron como parte de las propuestas aprobadas por el Consejo Universitario fueron: 30 Mercedes Marrero • Concurso “Propuesta Curricular” Se plateó con el objeto de lograr una mayor especificidad de los contenidos de las asignaturas impartidas, en relación a las condiciones de riesgo existentes en Venezuela, a fin de obtener una propuesta curricular que permita su inserción inmediata en los programas vigentes. Esta caracterización de la educación universitaria a nivel general, mediante ejes curriculares transversales, propiciaría la formación de profesionales conscientes de su responsabilidad ética para ejercer su profesión en caso de situaciones de emergencia, paralelamente a la formación de especialistas. La convocatoria del Concurso se realizó en la celebración de la Semana de la Prevención 23 al 27 de marzo de 1998 y resultaron ganadoras las propuestas de la Prof. Ana Bajo, de la Escuela Vargas y del Profesor Mauricio Ramos, del CENDES, quienes se integraron posteriormente al equipo de la Comisión. • Proyecto Biblioteca Se formalizó mediante la firma del convenio OPS/Biblioteca Central, para la creación del centro colaborador a nivel nacional en la UCV. El objetivo es disponer de información especializada en el tema de desastres relacionada con cada área de conocimiento, como recurso indispensable para impulsar la revisión curricular y el fomento de trabajos de investigación y extensión. Este proyecto se consolidó bajo la Coordinación de la Lic. Fanny Galea. • Cursos de Pregrado y Post Grado En Ingeniería Sanitaria, se incluyó un módulo destinado a nuevos estudiantes donde se enfatiza la responsabilidad ética de la práctica profesional según las condiciones de riesgo existente y el manejo de conceptos y conocimiento relacionado con el tema. De igual forma en la Facultad de Arquitectura, se inició la Cátedra Diseño 31 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios y Riesgo, con la participación de invitados especialistas de dentro y fuera de la universidad, como asignatura optativa para estudiantes de pre y postgrado. El curso fue recomendado como parte del programa de formación del personal docente y de investigación de dicha Facultad. Las Escuelas de la Facultad de Medicina, Vargas y Razzetti, la Facultad de Farmacia, el CENDES, el CENAMB, entre otros, incorporaron o reforzaron las asignaturas relacionadas con el tema de riesgos ligada a su actividad profesional. • Captación de Brigadistas Como parte de la estrategia establecida en el Proyecto UCV, la Secretaría General auspició en 1998, talleres para la formación de brigadas voluntarias de apoyo a los Bomberos Universitarios, como medio de propiciar un mayor arraigo institucional. • Producción de Micros Se elaboró un proyecto conjuntamente con UCV 024, a fin de establecer tres Series: Riesgos existentes, Proyecto UCV y Qué hacer en caso de… • Taller Comunicadores Sociales UCV Programado para concientizar y capacitar a los Comunicadores de los Centros de Información UCV, Colegio de Periodistas y Escuela Comunicación Social. El 23 de septiembre de 1998, el Consejo Universitario aprobó la 1ra Modificación al Proyecto, donde quedaron establecidas formalmente para la UCV, las políticas y estrategias presentadas en la I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos ante desastres socionaturales, en septiembre de 1997. Con esta aprobación se consolidan las bases legales para impulsar el Proyecto, lo cual ha sido necesario para la sostenibilidad de una 32 Mercedes Marrero iniciativa que pretende incorporarse medularmente a la institución para ser ejecutado a través de sus estructuras existentes, como parte integral de la docencia, investigación, extensión y funcionamiento interno de la UCV. Sin embargo, esta estrategia de consolidación estructural requiere de metas concretas que permitan la materialización de las políticas. En el plano curricular se concibió la creación de un evento nacional, con sede rotativa: el 1er Encuentro Educación Superior y Riesgos en el año 2000. 1er Encuentro Educación Superior y Riesgos. Un esfuerzo por detectar fortalezas en el sistema educativo Se trató el tema Universidad Pertinente. El Currículum como Agente Reductor de la Vulnerabilidad. Su Vinculación con la Investigación y la Extensión. Este evento de carácter nacional, con la participación de 65 asistentes de distintas universidades del país, y conferencias magistrales de especialistas nacionales e internacionales, fue preparado por la Comisión para la Mitigación de Riesgos. COMIR, conjuntamente con la Coordinación Central de Estudios de Postgrado, la Comisión Central de Currículo, la Coordinación Central de Extensión y la Comisión de Estudios Interdisciplinarios, con el Auspicio de la OFDAUSAID Organización Panamericana de la Salud y el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela. El evento permitió a través de las mesas de trabajo, intercambiar propuestas y experiencias para la inserción en la estructura académica de los aspectos que permitan lograr una mayor especificidad del conocimiento, con relación a las condiciones de riesgos socio naturales existentes enVenezuela. Incluye tanto el nivel de pre grado como de post grado, su vinculación con la investigación y extensión, la incorporación de ejes curriculares transversales, la creación de nuevos cursos por especialidad, en 33 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios forma transdisciplinaria, o con otras modalidades que hagan posible su aplicación en el marco de las estructuras y recursos existentes, a fin de asegurar su factibilidad. Como resultado se preparó una publicación, con la relatoría de la Profesora María Virginia Najul de COMIR Ingeniería, en la cual se recogieron las conferencias, trabajos presentados y propuestas de los talleres, la que se incorporó a la colección de la Biblioteca Central y constituye una referencia importante para de la inserción del tema de riesgos en el currículo. De Proyecto a Programa: Un paso más hacia la consolidación El 7 de noviembre de 2001, durante el período rectoral del Dr. Giuseppe Giannetto, se aprobó mediante la Resolución No 857 del Consejo Universitario, la transformación del Proyecto en Programa Coordinado para la Mitigación de Riesgos ante Desastres Socio Naturales - Programa Comir. Su objetivo principal es contribuir a que la Universidad Central de Venezuela sea referencia nacional e internacional, como modelo de una institución de educación superior al servicio del país, con pertinencia social, comprometida a través de su producción académica y funcionamiento interno con las condiciones de riesgo de Venezuela, a fin de mejorar la calidad de vida de la población y la sostenibilidad del desarrollo, al reducir las condiciones de vulnerabilidad ante desastres socio naturales, no sólo por la vía de la atención coyuntural en casos de emergencia, sino en forma sostenida, desde el ámbito que le corresponde como Institución Educativa. La Resolución del Consejo Universitario determina: “Aprobar la transformación del Proyecto de la Comisión de Mitigación de Riesgos, Comir; en Programa Coordinado para la Mitigación de Riesgos ante Desastres Socio- naturales, COMIR, a fin de consolidar la reducción de la vulnerabilidad ante desastres socio-naturales como parte de la 34 Mercedes Marrero misión de la Universidad Central de Venezuela”. De esta manera la educación superior asume el reto de superar el estado de inercia ante una de nuestras necesidades más vitales. Dicho proyecto resulta particularmente importante por su potencialidad para ser programa piloto para otras instituciones educativas, lo que vendría a reforzar las actividades de mitigación de riesgos en Venezuela de diversos organismos internacionales, nacionales y locales que prestan asistencia en esta área. El marco legal existente se encuentra en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica de Administración Central, Ley Orgánica de Ordenación del Territorio, Ley Orgánica de Ordenamiento Urbanístico, Ley Orgánica de Aguas, Ley Orgánica del Ambiente, Ley Orgánica de Régimen Municipal, Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, Ley Orgánica de Educación y Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, y Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. La coordinación de estas actividades está en proceso de estructuración mediante la Ley de Protección Civil aprobada en 2001. Un Programa Que Potencia Recursos: COMIR UCV Una de las características más importantes del Programa Coordinado para la Mitigación de Riesgos es que define lineamientos políticos y estrategias que son ejecutadas por la estructura existente, a través de una comisión formada por representantes de todas las facultades y dependencias. (Marrero, 1997) De esta manera se potencian los recursos al no requerirse de instancias ni presupuestos específicos para el desarrollo de los planes de acción. Esta estrategia es cónsona con las limitaciones de recursos y las dificultades para creación de nuevas instancias que tiene la universidad, con la ventaja 35 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios de propiciar la ejecución de planes que contribuyen a la reducción de la vulnerabilidad a través de las múltiples facetas que tiene la actividad académico administrativa de la institución. Objetivo del Programa Contribuir a que la Universidad Central de Venezuela sea referencia nacional e internacional, como modelo de una institución de educación superior al servicio del país, con pertinencia social, comprometida a través de su producción académica y funcionamiento interno con las condiciones de riesgo de Venezuela, a fin de mejorar la calidad de vida de la población y la sostenibilidad del desarrollo, al reducir las condiciones de vulnerabilidad ante desastres socionaturales. Los objetivos específicos se definen por áreas, según la siguiente clasificación: 1.- Área Académica Se fundamenta en el reconocimiento de los factores de riesgo de cada país, como referencia obligada para la caracterización del conocimiento que se imparte en las Universidades. Incluye: 1. Propiciar la revisión de los Programas Docentes con el apoyo del Vice Rectorado Académico, a través de las Coordinaciones de pre grado y Direcciones de post grado de las distintas Facultades, a fin de acotar o incorporar en los contenidos, la concientización de la importancia que tiene para cada desempeño profesional, el conocimiento de la vulnerabilidad existente en cada región del país y su adecuado manejo. 2. Promover la incorporación de este conocimiento a los programas de formación docente. 36 Mercedes Marrero 3. Incentivar proyectos de investigación y extensión relacionados con el área de mitigación de riesgos, orientados tanto a la caracterización de las distintas áreas para la producción de egresados en capacidad de ejercer su profesión en forma coherente con las condiciones de vulnerabilidad del país, como a la elaboración de estudios que proporcionen aportes a diversos organismos extra universitarios que se ocupan de dicha materia. 4. Propiciar la sistematización e incremento de la información disponible en las bibliotecas de la universidad, para apoyar la docencia e investigación relacionada con el tema de la mitigación de riesgos en cada una de las disciplinas que se estudian en nuestra universidad, así como en los programas que se desarrollen en el campo de la formación ciudadana. 2.- Espacio Físico En el caso de la planta Física de la Universidad Central de Venezuela, estas acciones se incorporarán al programa de recuperación y mantenimiento de la ciudad universitaria, la cual es Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ser una de las manifestaciones de la Arquitectura Moderna de mayor trascendencia a nivel internacional. Los objetivos son: 1. Impulsar la elaboración del Proyecto de evaluación y reforzamiento de las condiciones de seguridad ante siniestros de la planta física de la Universidad. 2. Propiciar la elaboración del Programa de Mantenimiento Preventivo y revisión periódica de las condiciones de vías de escape y sistemas de seguridad. 37 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios 3.- Formación Ciudadana Consiste en el elemento clave para garantizar el éxito de los objetivos antes expuestos. Su acción específica se refiere a la concientización y participación de la comunidad. Incluye: 1. Contribuir a definir una estrategia institucional para la difusión de programas que generen cambios en relación con las condiciones de vulnerabilidad del país y su incidencia en nuestra vida cotidiana: profesional y ciudadana. 2. Contribuir a crear las Brigadas Voluntarias, como parte de las actividades para incentivar el arraigo institucional, a través de la preparación de la comunidad universitaria para participar activamente en labores preventivas y de atención de emergencias, dentro y fuera del recinto universitario. 3. Propiciar que a través de la Coordinación de Extensión se difunda y aplique en las comunidades e instituciones, los aportes de docencia e investigación relacionados con la mitigación de riesgos. Estructura Laejecución del Programa es responsabilidad de la Comisión de Mitigación de Riesgos, la cual está adscrita al Rectorado. Dicha Comisión tiene por objeto definir lineamientos políticos a ser ejecutados por las facultades, institutos y dependencias, que permitan que la producción académica de la Universidad Central de Venezuela (docencia, investigación y extensión) y su funcionamiento interno tengan como valor agregado, el contribuir a reducir la vulnerabilidad ante desastres socionaturales. La Comisión deberá impulsar, coordinar y realizar seguimiento a la 38 Mercedes Marrero ejecución de las políticas definidas. La Comisión de Mitigación de Riesgos está formada por las autoridades rectorales de la UCV, un Coordinador, un secretario ejecutivo, los Delegados de las Facultades y Dependencias Centrales y Miembros Asesores. Cada facultad o dependencia cuenta con la subcomisión correspondiente, integrada por un Coordinador, que es el representante en la Comisión, designado por la autoridad respectiva, un representante por cada Escuela o Departamento, los cuales serán nombrados por los Consejos de Escuela, Directores o Junta Directiva, según el caso, y un representante de las brigadas voluntarias, quedando sujeto a la especificidad de cada dependencia, la organización interna del equipo requerido para atender a las tres áreas de competencia referidas Crecimiento y Desarrollo El Programa COMIR ha dado lugar al desarrollo de proyectos que trascienden las funciones de la institución y se constituyen en modelos o servicios para otras instituciones interesadas en la reducción de la vulnerabilidad. Se incluyen a título referencial el Proyecto de la Biblioteca Central, proyectos de investigación, aportes curriculares y actividades de extensión. Red Venezolana de Informacion en Desastres (REVEINDES) a cargo de la Lic. Fanny Galea, COMIR-Biblioteca. Antecedentes En América Latina y el Caribe existe una gran preocupación en todo lo relacionado en el área de desastres, por ello se han implementado diferentes proyectos con miras a recabar y difundir 39 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios toda la información generada en esta materia. Haciendo un breve recorrido de la labor realizada podemos remontarnos al año 1990 cuando la Organización Panamericana de la Salud crea el Centro de Documentación sobre Desastres (CDD), en colaboración con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Costa Rica. En 1997, como resultado del desarrollo del CDD, se convirtió en el Centro Regional de Información en Desastres (CRID). En 1997 se realiza en Venezuela la Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos y Desastres Socionaturales. Este evento, fue patrocinado por la Comisión para la Mitigación de Riesgos (COMIR) de la Universidad Central de Venezuela, la Unidad de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (UDSMA) de la OEA, la OPS y el Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. En esta conferencia la UCV preparó un documento para desarrollar un proyecto en el sector educativo para la mitigación de riesgos y desastres naturales. En 1998 se realiza el Taller Red de Información sobre Riesgos y Desastres donde se establece que la Biblioteca Central de la UCV, será la encargada del establecimiento de la Red Venezolana de Información en Desastres REVEINDES. Es así como la Universidad Central de Venezuela, a través de la Biblioteca Central, asume la responsabilidad de crear la Red Venezolana de Información en Desastres (REVEINDES) que permita unir esfuerzos que contribuyan a la sistematización y difusión de la información sobre el tema; asimismo, un acceso pertinente y eficaz a estos insumos y promoviendo las acciones encaminadas a la mitigación y prevención de desastres. 40 Mercedes Marrero El propósito del Proyecto es crear una Red Nacional sobre Desastres con el fin de establecer una red de instituciones y centros de información para el intercambio y producción de bibliografías y bases de datos conjuntas. La primera etapa del desarrollo de la Red es a nivel local (UCV). Posteriormente se extenderá a nivel nacional. Este proyecto se encargará de la recopilación y sistematización de información existente y futura sobre desastres en diferentes formatos (bibliografías, audiovisual y digital, publicada o no publicada), proveniente de distintas fuentes y producida tanto por las organizaciones integrantes del proyecto como por fuentes locales o nacionales. La representación de OPS/OMS en Venezuela, actuará como canal de coordinación y monitoreo entre la UCV y el CRID en las actividades pertinentes al desarrollo de la Red. Asimismo el Departamento de Orientación, Información y Documentación - DOID - aportará los registros de la documentación disponible que trate sobre la temática de desastres. Investigación Proyecto “Estrategias de Prevención y Operatividad de Sistemas Portátiles para Potabilizacion de Agua en Situaciones de Emergencia. Caso de Estudio: Venezuela” Cofinanciado por FONACIT, Coordinado por Prof. María Virginia Najul. Comir Ingeniería El objetivo general es establecer un plan para la ubicación estratégica de plantas portátiles para potabilización de aguas utilizables en casos de emergencia. 41 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios Los objetivos específicos son: • Elaborar un inventario de los sistemas portátiles para potabilización de aguas existentes en el país. • Clasificar las posibles fuentes de agua de acuerdo a sus características, utilizables como alternativas en casos de emergencia, de acuerdo a los distintos sectores del país. • Definir el número y tipo de plantas para potabilización que deberían estar disponibles en las distintas regiones del país. • Detectar los vacíos en cuanto a existencia de equipos en algunos sectores y proponer su adquisición con las características adecuadas a la calidad de las posibles fuentes de agua alternativas. • Establecer una estrategia de acción entre los miembros del Sistema Nacional de Defensa Civil. • Preparar una base de datos con la información recabada y analizada, que pueda alimentar un Sistema de Información Geográfico utilizable por los miembros del Sistema Nacional de Defensa Civil. Proyecto “El Currículo como Agente Reductor de la Vulnerabilidad”. Investigación cofinanciada por FONACIT, coordinada por Prof. Mercedes Marrero, COMIR-FAU, Prof. Marina Polo, COMIR-Comisión Central de Currículo y Prof. Neptalí Álvarez, COMIR-Consejo Superior de Postgrado Etapa 1.- Como parte de esta investigación se digitalizaron los programas de las asignaturas de pre y post grado de las facultades de Arquitectura, Ciencias, Farmacia e Ingeniería, CENDES y CENAMB. Las planillas digitalizadas pasarán al VicerrectoradoAcadémico, la Secretaría y las instancias académicas 42 Mercedes Marrero correspondientes, para constituir una Base de Datos única, estableciendo así un valor agregado que contribuye con programas de las citadas dependencias. La digitalización continuará en las demás facultades en la siguiente etapa. El objetivo general es incorporar las condiciones de riesgo del país en el currículo universitario, como variable fundamental para asegurar la pertinencia de los mismos. Los objetivos específicos son: • Conocer y registrar los contenidos relacionados con desastres incluidos en asignaturas y otras modalidades curriculares existentes en pre y post grado, el personal docente capacitado, los trabajos de extensión y líneas de investigación actuales, en 6 casos de estudio. • Definir el tipo de conocimiento relacionado con las condiciones de riesgo del país, que debe ser manejado por el egresado de cada caso de estudio a nivel de pre y post grado. • Establecer un modelo operativo para incorporar al diseño curricular de cada caso de estudio, el tema de gestión de riesgos. • Definir la estrategia operativa y diseñar los instrumentos para la formación de los docentes requeridos en los casos estudiados. • Difundir el proceso y los resultados dentro y fuera dela UCV. Algunos Aportes en el Currículo En la Facultad deArquitectura y Urbanismo se creó la Cátedra de Diseño y Riesgo, dirigida a pre y postgrado, en este último segmento se invitó a los profesores de la Facultad exonerándolos del costo de inscripción, con la intención de potenciar la difusión de los conocimientos. En el sectorAcondicionamientoAmbiental, se ofertó 43 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios una asignatura para apoyar el estudio de vulnerabilidad de la ciudad de Valencia, conjuntamente con el CENAMB. En la Facultad de Ingeniería se incorporó un módulo al curso introductorio para los nuevos estudiantes, en el CENDES, se dicta la asignatura, cuya propuesta fue una de las ganadoras del Concurso Curricular del año 98, en la Escuela Vargas, se sigue dictando Medicina del Desastre, en la Escuela Luis Razetti, el enfoque es incluir Unidades relacionadas con los desastres en las Cátedras de Salud Pública, Medicina del Trabajo y Medicina Legal del Departamento de Medicina Preventiva y Social. En cuanto a las investigaciones, en la Escuela Luis Razetti se desarrollaron las investigaciones Mediciones del Impacto Socioepidemiológico de los Desastres Naturales y Sociales en Venezuela y Evaluación de los Programas de Mitigación de Riesgo Existentes y su Impacto en la Formación del Profesional en el Área de la Salud. La Facultad de Odontología incorporó el tema de gestión de riesgos en los cursos propedéuticos, en la asignatura Odontología Legal (4to año) y en los informes de pasantías urbanas y rurales (5to año). Es importante señalar que el Vice RectoradoAcadémico durante el período del Dr. Ernesto González Ender, aprobó que la Comisión de Mitigación de Riesgos fuese asesor de la Comisión Central de Currículo y del Consejo Superior de Postgrado de la UCV, para la incorporación de los temas relacionados con la gestión de riesgo en el currículo. Otro aporte importante lo constituye la propuesta de una especialización en Sistemas de Gestión de Riesgos Ambientales, realizada por el Prof. Jesús Delgado, desde el Centro de Estudios Integrales del Ambiente CENAMB. Dicha especialización tiene por objetivo fundamental articular y darle posibilidades de 44 Mercedes Marrero gobernabilidad a la ciudad; a través de mecanismos que articulen a la universidad, a las organizaciones con la sensibilización de la sociedad para lograr los mejores resultados en el corto, mediano y largo plazo. La propuesta se enmarca en la estrategia de Vinculación de la Investigación, la Docencia, la Extensión y las Organizaciones (V.I.D.E.O.), desarrollada en el sector de Acondicionamiento Ambiental de la FAU y en el CENAMB en el año 2000. Esta estrategia suscribe los estudios interdisciplinarios y la creación de cátedras colegiadas, especialmente en temas complejos y esencialmente transdisciplinarios como los riesgos ambientales. Para ello se crean alianzas entre el CENAMB, el Departamento de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería, el Instituto de Urbanismo y el sector de Acondicionamiento Ambiental de la Facultad de Arquitectura de la UCV. Además participan el Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar (I.G.V.S.B.), la Alcaldía del Distrito Metropolitano, la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) y el Cuerpo de Bomberos. Extensión Nuestra experiencia ha sido presentada a nivel internacional en la 1ra Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos a los Desastres Socio Naturales en 1997 y en la 2da Conferencia realizada en el 2000.A nivel nacional, en 1997 se llevó a consideración del CNU la solicitud de incorporar la reducción de la vulnerabilidad a la misión de todas las universidades, y hasta la fecha, sólo la Universidad Pedagógica Libertador, ha respondido a esta disposición del CNU. En el 2000, convocamos el 1er Encuentro 45 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios Educación Superior y Riesgos con la participación de numerosas universidades nacionales y esperamos convocar el 2do próximamente. Se incorporó formalmente a COMIR UCV como representante por Venezuela a partir del año 2003, en la RED XIV-G “Hábitat en Riesgo”, del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología CYTED, delegándose en COMIR CENDES su participación en la Agenda. Por su parte, COMIR-BIBLIOTECA participó por Venezuela en junio de 2003, en la III Reunión de Coordinación Regional de la Biblioteca Virtual de Salud y en el 6to Congreso Regional de Ciencias de la Salud, celebrado en la ciudad de Puebla, México. En el 2004 el proyecto fue presentado en eventos del Progama Cyted Red XIV en Mendoza, Argentina. Se publicaron las memorias del 1er Encuentro Educación Superior y Riesgos, Imprenta Universitaria. En el 2000, las memorias de la 2da Conferencia del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos, en versión digital, incluyen la participación de la UCV, que fue la coordinadora del área académica. El libro titulado Diseño y Riesgos. Hacia una Arquitectura Pertinente, editado por la Biblioteca de la FAU se publicó en ese mismo año, como apoyo a la Cátedra del mismo nombre creada en la Escuela de Arquitectura en 1998. Otras publicaciones corresponden a congresos y eventos nacionales e internacionales a los que han asistido los miembros de la Comisión. Promoción y Desarrollo de eventos 1. Programación anual de actividades en el marco de Seguridad UCV. 2. Foros con diversos temas. 3. Eventos culturales: Concierto Salida de Emergencia, con la colaboración del Grupo El Chichón, la Dirección de Cultura y el Rectorado. Cine Foros. 4. Concursos de Fotografía organizados por COMIR Biblioteca 46 Mercedes Marrero Central, con la colaboración de COMIR Extension y COMIR Cultura.. 5. Concurso del LOGO “UCV Cultura de Paz”, organizado por COMIR FAU y el Centro de Estudiantes de Arquitectura. 6. Eventos sobre Prevención, Acción y Salud en Seguridad con Materiales Peligrosos. Organizados por COMIR Farmacia y COMIR Ciencias. 7. Concurso Estudiantil Nacional Tecnologías para Prevenir y Mitigar Desastres en Zonas de Alto Riesgo financiado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la FAU UCV. 8. Premio UCV al Periodismo para la Mitigación de Riesgos ante Desastres Socionaturales. 9. Apoyo para Creacion de COMIR en otras Universidades: Recientemente se han consolidado los proyectos del Colegio Universitario de Caracas y la Universidad de Falcón, están en fase de formulación proyectos similares en la Universidad Simón Bolívar y la Universidad de los Andes y a nivel internacional, luego del Encuentro Hábitat y Riesgo. El Rol de las Universidades, realizado en julio de 2005, hemos tenido noticias de la creación de versiones de COMIR en la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, Argentina, en la Universidad Tecnológica de Panamá y en la Universidad Federico Villarreal de Perú. Los Participantes para el Desarrollo y la Administración: Profesores, estudiantes y empleados Una de las características más importantes del Programa COMIR es su representatividad y la visión integral de la institución. La Comisión que lo ejecuta está adscrita al Rectorado, por ser la instancia que engloba todas las facultades y dependencias. Las políticas y estrategias que contiene el Programa surgieron de talleres 47 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios realizados en el seno de las facultades y dependencias involucradas. Los delegados a nivel central están adscritos a los decanatos y direcciones respectivas, y a su vez derivan en sub comisiones por escuelas, instancias y áreas de competencia. COMIR es una iniciativa particular que se materializa en una estructura colectiva y participativa, donde cada delegado conjuntamente con las autoridades respectivas velan por la incorporación de la reducción de la vulnerabilidad como valor agregado de la producción académica y del funcionamiento interno de la institución. Ninguno de sus miembros percibe remuneración alguna, ni dispone de presupuestos propios, sino que impulsael programa a través de su facultad o dependencia. Éste ha sido uno de los conceptos más difíciles de implantar en la universidad, ya que cada actividad impulsada por COMIR no debe verse como un proyecto “ajeno” el cual se apoya, sino como un proyecto “propio” que se ejecuta para cumplir con una misión institucional. Ésta es su mayor debilidad y a la vez su mayor fortaleza. COMIR es la UCV y no una gestión en particular. Desde su creación en 1995, las autoridades universitarias a todo nivel, por lo general han apoyado las iniciativas que se han presentado, pero el secreto para que a lo largo del tiempo se haya consolidado la experiencia, ha sido el contar con un equipo de apasionados universitarios, convencidos de la trascendencia de lo que nos planteamos lograr. La perseverancia más allá de las circunstancias, es el factor clave para continuar. 48 Mercedes Marrero Referencias Cilento, A. (1995). La vulnerabilidad metropolitana. El caso de Caracas. Revista Urbana No. 16/17, FAU / UCV. Caracas. Marrero, M. (1997). El rol de las universidades públicas en la mitigación de riesgos de los desastres socio naturales. El caso de la UCV. Mimeo. Caracas. Universidad Central de Venezuela. Comisión para la Mitigación de Riesgos. Informes de Gestión, 1996,1997,1998,2000, 2001 y 2002. Caracas Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (1998, Septiembre 23).Modificación al Proyecto COMIR. Caracas. Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (2003, Noviembre 7). Programa COMIR. Caracas. Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (1995, Diciembre 13). Proyecto Comisión para actuar en caso de siniestros (hoy COMIR). Caracas. 49 COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios 50 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV 51 LOS RIESGOSAMBIENTALES: ELAPORTE DEL CENAMB-UCV Jesús Delgado Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela Centro de Estudios Integrales del Ambiente (CENAMB) Introducción Este trabajo pretende sintetizar lo que ha sido el producto de la investigación institucional de veinte años en el tema, que más que investigación, hoy en día comprende actividades de docencia y extensión, que han convertido al CENAMB-UCV en uno de los centros venezolanos de referencia nacional e internacional sobre riesgos. En Venezuela, pocos han sido los centros de investigación y docencia que se han dedicado de lleno a resolver el problema de los desastres, predominando aquellos en donde este tema se vuelve una necesidad que surge colateralmente. Este es el caso del CENAMB-UCV, que desde su creación en 1977 ha tenido el propósito de contribuir a la solución de problemas ambientales complejos, aplicando el enfoque sistémico y orientando las soluciones a la planificación territorial.Adiez años de su creación, el CENAMB-UCV llegó por el camino de la investigación a comprender que el crecimiento urbano y los riesgos (entonces llamados riesgos geológicos o riesgos naturales), se encuentran en relación, siendo además, una expresión del modelo clásico de desarrollo. Desde ese momento, este centro de investigaciones comenzó a trabajar en esa línea, instituyéndola como “línea de investigación Ciudad y Ambiente”. Con esta breve síntesis queremos contribuir a crear memoria de la labor hecha por todos los científicos venezolanos, en particular destacar la labor de quienes forman la tercera generación de investigadores en el tema, primera que orienta su trabajo a la gestión integral de riesgos y a la reducción de la vulnerabilidad, temas en los cuales, de hecho, el CENAMB-UCV es uno de los precursores en el ámbito nacional. Hemos estructurado el trabajo por períodos de tiempo (décadas), comenzando intencionalmente desde los ochenta, ya que el CENAMB-UCV se funda en febrero de 1977 y como toda organización nueva, pasa un primer período de consolidación institucional que representó los últimos años de la década de los setenta y el primer quinquenio de los ochenta. Segundo quinquenio de los ochenta: La concientización del problema La segunda mitad de la década de los ochenta representó el inicio de una preocupación de los colegios profesionales y de las universidades latinoamericanas en lo referente a la ocurrencia de desastres. El terremoto de ciudad de México y el flujo torrencial que arrasó con Armero en Colombia, sensibilizaron a la opinión pública venezolana con relación a lo vulnerable que resultan ser sus ciudades, las cuales poseen condiciones similares. Y no es para menos, en nuestro país, la inundación de la urbanización La California Sur por el río Guaire en 1980, la explosión de los depósitos de combustible en la planta termoeléctrica de Tacoa en 1982 y la inundación por flujos de detritos que afectó el sector de El Limón en Maracay y Ocumare de la Costa en 1985, fueron sucesos que salieron de lo normal y cotidiano en este tema, siempre representado por los incendios, los derrumbes y pequeñas inundaciones en el Distrito Federal y los desbordamientos de ríos de los estados llaneros. En 52 Jesús Delgado mayor o menor medida, estos eventos fueron controlados por las autoridades respectivas, mas no por ello se pensó que el Estado tenía que cambiar o crear nuevas estructuras y mucho menos que tenía que incorporar el Sector Educativo como un eje medular en la gestión para la reducción de riesgos. De hecho, hasta ese momento se hablaba en los sectores de conocimiento predominantes en Venezuela de los “riesgos naturales” y de los “riesgos geológicos”, cuando no de los “desastres naturales”. Vale decir, se trataba de un problema físico- natural o se trataba como un accidente industrial; no se había dado una construcción teórica sustantiva, en el sentido de vincular la cuestión social con los estudios de riesgos. Por lo tanto, el énfasis de los análisis se hacía en los estudios de caso con descripciones de los daños producidos en la infraestructura y vidas humanas, por una parte, o en la producción de mapas de amenaza. Tal es el caso de la amenaza sísmica, donde se elaboraron mapas geológicos y geotécnicos, así como también los de zonas propensas a inundaciones. No había para la época mapa-síntesis. Sin embargo, en el ámbito internacional, a partir de esa época surgen interesantes investigaciones de un área predecesora de los estudios de vulnerabilidad, denominada “epidemiología de desastres naturales”, la cual atendía (tal como los tratados de vulnerabilidad lo hacen hoy en día), las tipologías de daños a las personas y a las comunidades que causan los distintos fenómenos naturales y antrópicos. Además de ello, se manejaban interesantes conceptos relacionados entre sí, como exposición (asociada a los grupos de edad y sexo), condiciones económicas, culturales y estilos constructivos. 53 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV El Estado Venezolano, al tiempo que gastaba dinero en cartografiar las zonas de amenaza, invertía fuertes sumas en consolidar zonas de barrio inestables, construir o autorizar nuevos desarrollos urbanos (los cuales, más tarde, se convertirían en “urbanismos cancerígenos”). Así, en las décadas de los setenta y ochenta, mientras por un lado se terminaban de construir los bloques de la urbanización Nueva Tacagua (un ejemplo típico de cómo no deben hacerse desarrollos urbanos), por otro lado comenzaba el Departamento de Geotecnia del Ministerio de Energía y Minas a elaborar el Estudio Geotécnico del Área Metropolitana de Caracas, mencionado por Feliziani en 1985, en tanto que la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS), ya tenía listo el Primer Inventario Nacional de Riesgos Geológicos. Estos son indicadores de la ausencia de coordinación entre los distintos organismos del Estado. En este contexto, al celebrarse los veinte años del terremoto de Caracas de 1967, se realizó el Primer Congreso Venezolano de Ingeniería de Emergencias, en el cual se mostraron buenas exposiciones sobre los efectos que produjeron los terremotos de Ciudad de México, Loma Prietay San Fernando, así como el impacto de la tragedia de El Limón. Se estaban consolidando esfuerzos referidos al tema del crecimiento urbano y los riesgos ambientales, en donde el trabajo “La Ciudad y los Imprevistos” y la Mesa de trabajo correspondiente (II Foro en defensa de la ciudad de Caracas; Delgado, González y Albrizzio, 1987), se pueden establecer como el inicio de la línea de investigación Ciudad y Ambiente, la cual se consolidaría más tarde en el CENAMB-UCV a principios de los años noventa. 54 Jesús Delgado En este trabajo se hizo un diagnóstico de la situación de Caracas y del país en su relación de dependencia con la capital en caso de producirse un desastre, considerando la vulnerabilidad generada por el estilo de desarrollo arquitectónico y la forma como se ocuparon los espacios. Primer quinquenio de los noventa: La microzonificación de riesgos En el año 1990, desde el CENAMBse planteó abiertamente que los riesgos no debían continuarse llamando “geológicos o naturales”, sino “geográficos”, por cuanto eran una asociación entre la amenaza, la vulnerabilidad y el comportamiento de la población, elementos que en un momento y lugar dado se conjugan para producir un desastre. El adjetivo “geográfico” no caló entre los expertos del momento, pero muy poco tiempo después laOEAintrodujo el término de “Riesgos Socionaturales”, que es exactamente lo mismo que decir geográficos, en el sentido expresado. En este trabajo se producen los primeros mapas integrales de vulnerabilidad urbana hechos en Venezuela (Delgado y Rincón, 1992). Sin embargo, es a partir de 1992 cuando se hace evidente la necesidad de introducir elementos de planificación urbana y coordinación de decisiones en momentos de emergencias y desastres. Se crea en el Municipio Libertador el SistemaMunicipal de Mitigación y Atención de Emergencias (SMMAE), primera estructura interinstitucional para la prevención, atención y rehabilitación de emergencias y desastres, con sede itinerante entre las organizaciones participantes. En su mejor momento, llegó a reunir más de diez organizaciones ciertamente relevantes para la vida capitalina: el Metro de Caracas, LAGOVEN, CORPOVEN, FUNVISIS,Alcaldía delMunicipio Libertador, Gobernación del Distrito Federal, Defensa Civil, Electricidad de Caracas, HIDROCAPITAL, 55 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV CENAMB-UCV y varios ministerios. La Oficina de Planificación para Casos de Desastres del Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, era el corazón del Sistema. Por esos días, la participación activa del CENAMB-UCV en el SMMAE, contribuyó a hacer evidente en la institución el hecho de que el ámbito jurisdiccional más adecuado en Venezuela para los estudios de gestión de riesgos y zonificación de amenazas y vulnerabilidad es el municipio, ya que se trata del nivel de gobierno más local y óptimo para las políticas de las distintas instancias de la administración pública nacional y regional. Debe destacarse que en aquellas reuniones del SMMAE, donde el CENAMB-UCV también fungió de sede, los organismos docentes y las comunidades se hallaban ausentes, participando solamente los organismos ejecutores y los de soporte técnico-científico. El CENAMB-UCV, además de participar en el diseño de la Ordenanza que creó el Sistema, formó parte de la “Comisión Técnica para la Definición de los Mecanismos de Activación del SMMAE”. Se planteó desde aquí la necesidad de darle una estructura orgánica, basada en la teoría de sistemas, en la cual se estableció que su objetivo era: Reducir los riesgos geográficos, sociales y tecnológicos del Municipio Libertador (...) objetivo suficientemente amplio que abarca todo el proceso de reducción de riesgos, el cual está compuesto por las etapas de prevención, mitigación, atención y recuperación ante amenazas de origen natural, social o tecnológicas, cuyas manifestaciones o eventos generen emergencias moderadas, mayores o graves, en función de la vulnerabilidad urbana de la ciudad. 56 Jesús Delgado En este trabajo se propone como ambiente del SMMAE a las amenazas de origen natural, el ámbito legal, socioeconómico, temporal y político, definiendo como recursos del sistema a la infraestructura y el conocimiento (know – how) de la ciudad, contenidos en las instituciones y en la Sociedad Civil organizada. De acuerdo con la propuesta, los componentes del sistema serían: • Componente Prevención • Componente Mitigación (estructural y no estructural) • Componente Atención (primaria y secundaria) • Componente Recuperación (rehabilitación urbana y psico-social) Estos componentes se estructuraron como grupos de actores del sistema: • Grupo de Atención Primaria (GAP) • Grupo de Servicios Públicos (GSP) • Grupo de Planificación (GP) • Grupo de Investigación – Educación (GIE) • Grupo de Recuperación (GR) • Grupo de Divulgación (GD) El GAP estaría integrado por los organismos de atención de emergencias, tales como: 1. Cuerpo de Bomberos 2. Policía Metropolitana 3. Guardia Nacional 4. Grupos de rescate 57 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV Jesús Delgado 58 El GSP lo integrarían las empresas de servicios públicos vitales, tales como la Electricidad de Caracas, la CANTV, HIDROCAPITAL, CORPOVEN, LAGOVEN, Metro de Caracas, hospitales y los ministerios de Transporte y Comunicaciones, y Educación. El GP estaría integrado por los organismos cuya misión es consolidar la información necesaria para el diseño de escenarios de desastre y la producción de medidas de mitigación estructural y no estructural. Estos organismos eran para la época: 5. Cartografía Nacional 6. CENAMB-UCV 7. Colegio de Ingenieros de Venezuela 8. CORDIPLAN 9. Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal (a través de la Oficina de Planificación en caso de Desastres, PLACADE) 10. LAGOVEN 11. Defensa Civil 12. Dirección de Desarrollo Social de la Gobernación del Distrito Federal 13. Instituto Nacional de la Vivienda 14. Ministerio delAmbiente y de los Recursos Naturales Renovables 15. Ministerio de Desarrollo Urbano 16. Ministerio de Sanidad y Asistencia Social: Dirección de Epidemiología 17. Ministerio de Transporte y Comunicaciones 18. Observatorio Cagigal 19. Oficina Central de Información 20. Oficina Central de Estadística e Informática Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV 59 El GIE estaría integrado por aquellos organismos cuya función principal es la investigación y la educación en torno a la problemática de los riesgos, contribuyendo a la formación de una cultura de la prevención y la mitigación de los mismos. En este grupo se propusieron inicialmente: 21. CENAMB-UCV 22. FUNVISIS 23. Institutos de la Facultad de Arquitectura de la UCV 24. Ministerio delAmbiente y de los Recursos Naturales Renovables 25. Ministerio de Energía y Minas 26. Ministerio de Sanidad y Asistencia Social 27. Observatorio Cagigal El GR estaría encargado del establecimiento de las condiciones normales una vez cubierta la atención primaria de una emergencia, aportando recursos humanos, logísticos, de infraestructura y financieros. Más que un grupo, se trata de un comité ad hoc, integrado por los otros grupos de trabajo permanentes, cuyos integrantes serian escogidos de acuerdo al tipo de emergencia. El GD estaría integrado fundamentalmente por medios de comunicación y anunciantes, entre los que se encontrabanmencionados: 28. Cámara Venezolana de Radiodifusión 29. Oficina Central de Información 30. Escuelas de Comunicación Social 31. Cámara de la Industria de la Televisión 32. Cámara de Anunciantes 33. Colegio de Periodistas Organismo Grupo del Objeto Compartido Representante CANTV Servicios Públicos Euro Foucault Nacional Cartografía Planificación José Acosta Víctor Quintero UCV-CENAMB Planificación Educación Investigación Ignacio Rincón Jesús Delgado V. Colegio de Ingenieros Divulgación Planificación Manuel Torres Libertadordel Mun. Municipales de Servicios Corporación Planificación Secundaria Atención Marcos Rodis CORPOVEN ServiciosPúblicos Pedro Muñoz Bomberos Cuerpo de Federaldel Dtto. Atención Primaria Planificación José Fernández Manuel Santana Defensa Civil GDF SecundariaAtención Primaria y DivulgaciónPlanificación José FráFrancisco Daboín Defensa Civil Atención Primaria y Planificación Secundaria Javier Ramírez Manuel Mosquera Alí Gil Desarrollo Social GDF Planificación Divulgación Atención Secundaria Alberto RosadoNicolás MartaMaría González El grupo de profesionales que iniciaría esta estructura serían los miembros más constantes de entre los integrantes del SMMAE (ver cuadro 1). Cuadro 1 Sistemas Municipales de Mitigación y Atención de de Emergencias del Municipio Libertador SMMAE 60 Jesús Delgado Organismo Grupo del Objeto Compartido Representante Electricidad de Caracas Servicios Públicos Eduardo Cifuentes Nekane Odriozola Epidemiología MSA S Investigación Planificación Atención Secundaria Imelda Lucena FAU-UCV Investigación Educación .Mercedes Marrero Jesús Delgado V. FUNVISIS Investigación Planificación José Rodríguez Feliciano De Santis HIDROCAPITAL Servicios Públicos Planificación Manuel Orellana José Molina Genieveve Saint-Surín Hidrología-MARN Investigación Héctor Fuenmayor Luis F. García Abrahan Salcedo INAVI Planificación Recuperación Claudia Valladares LAGOVEN Planificación Recuperación Investigación Planificación Juan Adrián Víctor García Pasquale De Luca Metro de Caracas Servicios Públicos Soraya Azán José Luis Núñez MTC Planificación Servicios Públicos Oswaldo Piñero Gilda Castro Observatorio Cagigal Investigación Planificación Investigación José G. Ortíz Zaida Pinto Ana Vergel Policía Metropolitana Atención Primaria Ramón González Prefectura Libertador Atención Secundaria Eulogio González Continuación del Cuadro 1 Fuente: Elaboración con base en las listas de reuniones SMMAE 61 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV Como se puede apreciar en el cuadro Nº 1, había para la fecha 25 organizaciones, con ámbitos que van desde el nacional, estadal y municipal, hasta organismos autónomos y empresas de servicio, vale decir, una de las organizaciones más completas que se haya logrado en Venezuela para la gestión compartida de un Municipio. Trató de establecerse los vínculos entre los elaboradores y los tomadores de decisiones con los órganos ejecutores, a partir de la ocurrencia de un “evento no deseado”. Después de los sucesos de “El Caracazo” en 1989 y los intentos de golpe de estado subsiguientes, fue una emergencia, en aquel caso la tormenta tropical Brett ocurrida en 1993, la que hizo que la comunidad tomara conciencia de lo vulnerable que somos ante conflictos sociales y eventos naturales de mediana intensidad, pues fue la vulnerabilidad de la ciudad de Caracas, y no otra, la razón que explica la elevada cantidad de víctimas, todavía indeterminada. En todo caso, se demostró que el Municipio es el vaso comunicante entre todos los niveles de gobierno y la comunidad, de allí que se considere el ámbito natural para la descentralización y democratización del poder. Asimismo, se había llegado a la conclusión de que la unidad geodinámica para el estudio de los riesgos ambientales con un enfoque integral era la cuenca hidrográfica, pues ya había ocurrido una tragedia similar a la del Brett en la cuenca de río Guacamaya, en la zona de El Limón en Maracay, en 1985. Así, en 1994 fue posible producir la Microzonificación de Riesgos Socio Naturales del Municipio Chacao. Este estudio merece una especial atención por cuanto fue el primer estudio integral de microzonificación de riesgos ambientales de origen natural que se ha hecho en Venezuela y hasta ahora, más de 10 años después, se mantiene básicamente vigente. 62 Jesús Delgado En dicho estudio, se evaluaron las variables de vulnerabilidad urbana requeridas por el estado del arte a la fecha: • Altura de las edificaciones • Densidad de población • Tipo y configuración de las edificaciones • Tipo de vía • Flujo de vehículos • Uso del terreno Asimismo, se evaluaron las variables del medio físico – natural que permitirían entender el comportamiento del suelo y la interacción suelo -estructura en caso de sismos o de inundaciones: • Profundidad de la roca • Profundidad de la mesa de agua • Tipo de suelo • Tipo de Roca • Pendiente • Orientación de taludes • Cobertura vegetal Se trabajó en el desarrollo de la capacidad de integrar y sintetizar la información ya disponible para la época, como la profundidad de la roca, la profundidad de la mesa de agua, el tipo de suelo y el tipo de roca, nociones que fueron tomadas de la 63 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV bibliografía disponible. La pendiente, la orientación de taludes y la identificación de zonas inundables por lluvia, se determinaron por estudios en el terreno y mediante fotografías aéreas. Con relación a las variables de vulnerabilidad, se logró un conteo de flujo vehicular por parte del Ministerio de Transporte y Comunicaciones en las vías sugeridas por el Proyecto y la información de altura de las edificaciones, tipo y configuración de edificaciones y uso predominante del terreno, lo cual se logró a través de un catastro de riesgos, en donde fue auditada toda edificación mayor de tres pisos. El sistema de drenaje urbano fue evaluado gracias a la información suministrada por HIDROCAPITAL y a observaciones directas de su funcionamiento en lluvias fuertes. Con base en el análisis de los datos primarios se produjo información con mayor valor agregado como: • Determinación de zonas de inundación pluvial y fluvial • Vulnerabilidad asociada a la configuración y estado del canal o del embaulamiento • Calidad de cobertura vegetal • Uso predominante del suelo • Horas críticas Con esta información se produjeron los mapas de amenaza sísmica, hidrometeorológica, geotécnica y el de vulnerabilidad integral. El primero de ellos resultó de la integración de los mapas de profundidades de la roca y de la mesa de agua. Esto permitió determinar zonas de comportamiento de las edificaciones en 64 Jesús Delgado relación con el espesor del suelo y el nivel freático, basado en la tesis de que cuando se tiene una profundidad inferior a 10 metros, se estima que exista una contribución a la amplificación de las ondas sísmicas. Esta condición es común en Chacao. El mapa de amenaza hidrometeorológica se produjo integrando la información sobre inundación pluvial y fluvial, basada en la pendiente y en la forma del curso de agua. El mapa de vulnerabilidad integral comprende la valoración y ponderación de todas las variables de vulnerabilidad mostradas más la evaluación de las principales edificaciones. Incluso se tomó en cuenta en la elaboración de este mapa la presencia de instalaciones vitales para la ciudad como las clínicas y colegios o importantes como las embajadas. Además de lo anterior, el aporte más importante de este trabajo fue el haber desarrollado el Microzón, sistema de base de datos relacional que integra los valores de amenaza y vulnerabilidad y produce valoraciones de riesgo para cada manzana urbana, con lo cual se pudo establecer un perfil o posible escenario de riesgo para cada una de las manzanas, vinculando la información de amenaza con la de vulnerabilidad. Es importante destacar que para la época, este trabajo no fue entendido por las autoridades municipales, quienes veían en las manchas rojas o áreas de riesgo una información que podría contribuir a desmejorar el valor del suelo en la zona de Caracas que resultaba más atractiva para el desarrollo del sector comercio y oficinas. Esa no era la intención de los mapas, pero la expresión en los mismos es un asunto importante que debe ser tomado en cuenta si se quiere que los resultados sean considerados. 65 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV Segundo quinquenio de los noventa: La gestión de riesgos y la planificación Con la “Microzonificación de Riesgos Socio Naturales del Municipio Chacao” se inició una serie de proyectos que incluían elinventario de elementos de vulnerabilidad física urbana (que se ha denominado posteriormente “auditoría de vulnerabilidad”), en los cuales se trabajó con estudiantes de distintas escuelas, particularmente de Geografía y deArquitectura de la UCV, con la idea aún no formalizada, de que los estudiantes de pregrado debían participar en los proyectos de los centros de investigación de la Universidad. Fue con el desarrollo del manual “Cómo reducir los riesgos socio- naturales con participación de la comunidad” (elaborado en 1999 entre lasONGsGeografía Viva yMisereor, el CENAMB-UCV, la Comunidad deValleAlegre en la parroquia de LaVega y estudiantes de la escuela de Arquitectura), que se pudo hacer en forma sistemática una experiencia docente articulada con investigación y gestión. El Catastro de Riesgos Socionaturales del Municipio Valencia, hecho también en los años 98 y 99, con estudiantes de Arquitectura, Geografía e Ingeniería de las universidades Central de Venezuela y Carabobo (Proyecto Valencia 2020, CENAMB-UCV, 1998), fue otra experiencia similar, pero la asociación no fue con ONGs, sino directamente con laAlcaldía del Municipio Valencia. Gracias a este catastro se visualizó la necesidad de estructurar la organización municipal para la aplicación de dicha información. El trabajo, hecho en el marco de un macroproyecto urbano denominado ProyectoValencia 2020 (desde el InstitutoMunicipal delAmbiente, IMA), permitió entender que no bastaba un detallado diagnóstico de la ciudad: 66 Jesús Delgado había que determinar los actores y los protocolos de vinculación entre éstos, para garantizar la aplicación de las medidas prescritas o para determinarlas a partir de la información producida en el Catastro de Riesgos. Este modelo, que tiene sus raíces en el SMMAE, se le denominó apropiadamente “Sistema Municipal de Gestión Estratégica del Ambiente” (SISMUGEA), pues se trató de crear una red de ámbito municipal y carácter estratégico que hiciera gestión ambiental a partir de la gestión de riesgos ambientales. Este modelo de gestión interinstitucional tendría su mecanismo de control y seguimiento: el Sistema de Información para la Gestión Municipal del Ambiente (SIGMA), un sistema de información territorial en el cual converge, en unidades territoriales predefinidas, la información producida por los actores de la gestión municipal del ambiente. El SIGMA se basó en la estructura deMicrozón, pero además incorporó la información sobre el medio físico natural producida por las universidades, ministerios e institutos autónomos en el territorio del Municipio Valencia que, a diferencia del Municipio Chacao, tiene un territorio jurisdiccional relativamente grande y heterogéneo, con zonas rurales y zonas urbanas muy distintas. Es decir, se hizo un trabajo a dos escalas integrado en un sistema de información geográfica (SIG). El uso del SIG para este tipo de proyectos se incorporó por primera vez adaptando la base de datos relacional (Microzón) a la data territorial manejada por el SIG, lo cual representó un avance para el manejo de información en el Municipio Valencia, sobre todo por la posibilidad de disponer de esos resultados para el beneficio de distintos organismos, lo cual pudo sistematizarse a un costo relativamente bajo y mostrarse en unidades territoriales homologadas. 67 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV El SIGMA – SISMUGEA es un mecanismo de circulación y seguimiento de la información relacionada con la gestión para la reducción de los riesgos ambientales que permite hacer seguimiento a la gestión ambiental. La experiencia concreta, una vez entregada la información al Municipio y un bosquejo de lo que debería ser el SISMUGEA al Instituto Municipal del Ambiente, es que no basta con entregar el diagnóstico, ni siquiera con un documento donde se explique su implementación y la articulación con otras organizaciones municipales, pues la gestión municipal, tal como está planteada hoy en día, es reactiva, la emergencia se vuelve parte de la cotidianidad y en tanto se responde y atiende, es muy poco el tiempo que queda para pensar en la ciudad y cómo lograr un desarrollo urbano sostenible. Se compite en desventaja con un crecimiento urbano desmesurado y caótico, y mientras éste se da, a las organizaciones municipales no les queda otra que resanar los huecos que se van produciendo, en todos los órdenes del acontecer urbano. A esta cotidianidad súmesele la falta de continuidad de la gestión pública urbana y la falta de claridad en cuanto a las competencias propias o las distorsiones que crean a veces las competencias concurrentes, que en gestión de riesgos son varias. Primer quinquenio del siglo XXI: La planificación para la reducción de riesgos basada en la reducción de la vulnerabilidad La reducción de la vulnerabilidad es la medida de actuación de la gestión de riesgos ambientales, como eje de la gestión ambiental urbana. Ciertamente, el desempeño de la gestión se puede estimar por la reducción de riesgos a partir de indicadores de tipo estructural y no estructural en un espacio y tiempo determinados. En otras 68 Jesús Delgado palabras, la conceptualización de los riesgos debe ser transversal a todas las organizaciones que componen la gestión de un municipio. La capacitación y la sensibilización se convierten en un requerimiento indispensable para que los organismosmunicipales internalicen tanto los términos como los indicadores de gestión para la reducción de riesgos, propuestos en instrumentos como el SIGMA- SISMUGEA. Así, pensando en las limitaciones que en personal y recursos tienen las alcaldías, se planteó la necesidad de crear un mecanismo de apoyo sistemático desde las universidades. Esta propuesta se presentó en el I Encuentro Nacional de Educación Superior y Riesgos, llevado a cabo en Caracas en el año 2000, con el nombre de “Vinculación Docencia, Investigación y Extensión”. Hay diversas experiencias similares, como las realizadas por las escuelas deMedicina y Derecho, pero que no están pensadas en función de un proceso sistemático de articulación de las tres grandes actividades de la Universidad ni de sus diferentes facultades. Segundo quinquenio del Siglo XXI: Hacia una teoría general de los riesgos ambientales En la actualidad, la reducción de la vulnerabilidad es la medida de actuación de la gestión de riesgos ambientales, como eje de la gestión ambiental urbana. En el CENAMBse han hecho los primeros estudios de vulnerabilidad urbana en el país, los cuales actualmente se siguen realizando en el Distrito Capital y los estados Vargas y Lara, en cooperación con FUNVISIS, el Instituto de Mecánica de Fluidos y el Instituto deMateriales yModelos Estructurales de la UCV, basados en el desarrollo que se le dio a este tema en el Plan Básico de Manejo de Desastres de losMunicipiosChacao, Libertador y Sucre, patrocinado por la Agencia Internacional de Cooperación Japonesa (JICA) y la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas. 69 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV En este proyecto, llevado a cabo entre los años 2002 y 2004, el CENAMB hizo un valioso aporte conceptual en el estudio de vulnerabilidad social, así como en el estudio de vulnerabilidad física, participando activamente en todas las sesiones interinstitucionales y en la elaboración del trabajo final. A pesar de todos estos esfuerzos, la reducción de riesgos a partir de medidas de tipo estructural y no estructural en un espacio y tiempo determinados, no es todo lo que ha aportado el CENAMB. En el marco de la estrategia VIDEO, el CENAMB está promoviendo la especialización o estudios de cuarto nivel en “Planificación y Gestión Integral para la Reducción de Riesgos Ambientales”, en conjunto con diversas organizaciones de la Universidad Central de Venezuela y en el marco de la Comisión de Mitigación de Riesgos o COMIR – UCV, de la cual es miembro fundador. De hecho, en el año 2005 el CENAMB fue sede de las discusiones para la creación del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y ProtecciónCivil, en las cuales participaron las organizaciones más representativas en este tema a nivel nacional. Detectada la necesidad e identificados los actores, en el año 2006 se abrió por vez primera el Curso deAmpliación en “Reducción de Vulnerabilidad y Manejo de Amenazas Ambientales”, que es el eje de la especialización, asociado a la cátedra de pregrado de la Facultad de Arquitectura “Amenazas Ambientales y Vulnerabilidad Urbana”, ambas creadas en el marco de la estrategia VIDEO y en ambiente el Programa de Cooperación Interfacultades (PCI). Así, por primera vez se pudo llevar adelante una cátedra que permite la interacción de estudiantes de pregrado de diversas facultades, con alumnos de postgrado de diversas profesiones. Una 70 Jesús Delgado experiencia innovadora, ciertamente, que fue presentada como primer logro concreto de la estrategia VIDEO en el “Seminario Internacional deAprendizaje Servicio”, llevado a cabo en Caracas en abril de 2006, como posibilidad de incorporación de los estudiantes de pregrado al servicio social mediante su participación en las organizaciones de procedencia de los estudiantes de postgrado. La especialización en ciernes está soportada en tres investigaciones que el CENAMB lleva adelante actualmente o en las que participa: La Vulnerabilidad Humana: Hacia una Teoría General de los Riesgos Ambientales, que le sirve de apoyo teórico-metodológico. Planificación y Gestión para la Reducción de los Riesgos Ambientales en Municipios Urbanos, que es el estudio piloto de aplicación de la estrategia VIDEO. El Currículo como Agente Reductor de la Vulnerabilidad, que ha permitido un diálogo con diversas comisiones y experiencias docentes de la UCV con la intención de garantizar que el aporte del CENAMB es totalmente original y está plenamente justificado. Otros resultados al momento de entregar estas líneas son la presentación de 6 trabajos de grado en tres universidades en donde se está aplicando la metodología desarrollada por el CENAMB. El libro Cómo Reducir los Riesgos Socionaturales con Participación de la Comunidad, reeditado actualmente por el CENAMEC, fue utilizado en Nicaragua por la Agencia de Cooperación Alemana en proyectos de gestión local de riesgos y es libro de texto en la Universidad Bolivariana de Venezuela. 71 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV Notas Finales Como toda línea de investigación pertinente, Sostenibilidad y Reducción de Riesgos Ambientales continúa con la ejecución de proyectos, en el que se destaca la construcción de un soporte teórico metodológico de la vulnerabilidad, cuyas herramientas están orientadas a la planificación y gestión para la reducción de la vulnerabilidad, que debe ser vista como una consecuencia de estilos de desarrollo ambientalmente inadecuados. Asimismo, hay tesistas trabajando en esta línea de investigación, que reciben apoyo en el CENAMB – UCV. Referencias Batista, R. y Prado, N. (1996). La Capacidad Potencial de Respuesta de la Población. Tesis de Grado para optar al Título de Licenciado en Geografía. Escuela de Geografía de la UCV, Caracas. Cardona, O. D. (S/F). Manejo ambiental y prevención de desastres: Dos temas asociados. Delgado, J., González, D. y Albrizzio, C. (1987) Los Imprevistos en la Ciudad. II Foro en defensa de la ciudad de Caracas. Ciudad Universitaria UCV. Caracas. Delgado, J. (1990). Modelo de Microzonificación Geográfica de Riesgos Naturales de un Sector de Caracas. Trabajo especial de Grado escuela de Geografía, Universidad Central de Venezuela, Caracas. 497 p. 72 Jesús Delgado Delgado, J. (1990). Planificación para la Reducción de los Riesgos Ambientales Urbanos. Trabajo especial de grado para optar al título de Magíster Scientariun en Planificación Urbana. Instituto de Urbanismo. UCV. 181 p. Delgado, J. y Rincón, I. (1992). Método y Sistema Microzón. II Congreso de Geógrafos de América Latina. Mérida, Venezuela. De Lisio,A. (1996). El Enfoque de Sistema yAmbientología. Revista Geográfica Venezolana, 37 (2): 251 – 264. De Rosnay, J. (1977). El Macroscopio. Hacia una visión global. Editorial AC, Madrid, España, 289 p. Ríos, M. (2003).Validación del Método Microzón en la Cuenca del río Piedra Azul en el estado Vargas. Tesis de Grado para optar al Título de Licenciado en Geografía. Escuela de Geografía de la UCV, Caracas. 73 Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV 74 75 LAGESTIÓN DE RIESGO EN LOS ANDES VENEZOLANOS Jaime Laffaille Laboratorio de Geofísica, Facultad de Ciencias, ULA, Mérida Presidente de la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico, FUNDAPRIS Introducción En mayo de 1979 el gobierno regional del Estado Mérida creó la Comisión Especial de Asesoría para la Prevención del Riesgo Sísmico (CEAPRIS), con el objeto de investigar en prevención y mitigación del riesgo sísmico para asesorar a los organismos oficiales, públicos y privados en esta materia. Este organismo fue concebido como una comisión sin fines de lucro, integrada por representantes de organismos públicos y privados relacionados con el área del conocimiento y por especialistas voluntarios, profesores universitarios, profesionales en libre ejercicio y docentes de la educación primaria y media. El origen de esta decisión tuvo que ver con el estado de incertidumbre en que se vieron sumidas las autoridades de la ciudad de Mérida, capital del estado, luego de ocurrir un evento sísmico que causó cierto nivel de pánico en la población y puso en evidencia el estado de indefensión e inoperancia en que se vería la ciudad, su población e instituciones, en caso de ocurrir un evento de mayor magnitud. El objetivo implícito en la creación de este organismo era el de la reducción del riesgo sísmico, a pesar de que en ese momento tal concepto no era muy claro ni compartido. Por entonces se pensaba que la sola estimación de la probabilidad de ocurrencia de un determinado fenómeno recibía la denominación de riesgo y era necesario mitigarlo, pero no estaba muy claro hacia dónde definir y enfocar acciones. La idea de “vulnerabilidad” se manejaba de una manera muy confusa, más bien como un concepto asociado con el fenómeno sísmico, de tal forma que la mayoría de los estudios y propuestas estaban orientados principalmente a caracterizar la amenaza, divulgar esa información y diseñar “planes de respuesta”. Antecedente sísmico Como consecuencia del paradigma de la Tectónica de Placas, el extremo sur del Mar Caribe ha sido definido como la frontera entre las Placas del Caribe y la Suramericana (Molnar y Sykes, 1969). En el presente, esta frontera está definida por el sistema de fallas Boconó-Morón-El Pilar, (Rod, 1956; Schubert, 1981, 1984), y otras zonas de fallas, sumergidas y expuestas, al norte de Venezuela (Schubert, 1988; Schubert y Krause, 1984). Este sistema de fallas corta y desplaza el extremo oeste de las montañas del Caribe, lo que sugiere que su desplazamiento rumbodeslizante comenzó en tiempos geológicos recientes, posiblemente a partir del Terciario tardío. Geomorfológicamente, la Falla de Boconó se manifiesta por una serie de valles alineados, depresiones lineales y otros rasgos alineados en un corredor de 1 a 5 kms de ancho, orientado, aproximadamente, en dirección N 45° E y a lo largo de unos 500 km en la parte central de los Andes Venezolanos, entre la depresión del Táchira y el Mar Caribe. Al este de Morón, a lo largo de la costa del Caribe, ella se continúa en las fallas de Morón y El Pilar. Hacia el suroeste, termina en una serie de corrimientos y fallamientos inversos en la depresión del Táchira, al extremo norte de la Cordillera Oriental de Colombia. Es la mejor conocida de todas las fallas de Venezuela Jaime Laffaille 76 porque fue una de las primeras en ser reconocida (Rod, 1956), posee una fuerte expresión topográfica y está claramente expuesta a todo lo largo de su extensión. Su movimiento rumbo deslizante se refleja, principalmente, en el desplazamiento de estructuras pleistocenas. La mayoría de los grandes terremotos ocurridos en tiempos históricosen el occidente de Venezuela, han sido asociados con movimentos de este corredor de fallas. Aunque algunos autores han postulado un desplazamiento principal en sentido normal a lo largo de la Zona de Fallas de Boconó (Shagam, 1972, 1975; Giegengack et al., 1976) y sólo movimientos menores rumbodeslizantes, más recientemente, un detallado estudio de evidencias neotectónicas a lo largo de toda su extensión (Schubert,1980, 1982, 1984) ha revelado la existencia en esta zona de grandes cuencas cenozoicas (cenozoico tardío) de tracción (pull appart basins), en las cuales, sin embargo, se pueden evidenciar grandes desplazamientos locales verticales (normales), separados por estrechos segmentos de fallas, con un claro desplazamiento de rumbo lateral derecho. El análisis y el modelaje sísmico sugieren que la Falla de Boconó puede ser parte de una frontera de placas desde hace aproximadamente 5 millones de años (Dewey, 1972). La oblicuidad de la Falla de Boconó en relación al rumbo de losAndes Venezolanos y el hecho de que ella corta y desplaza provincias geológicas de origen y edad diferentes (Cordillera de los Andes y del Caribe) sugiere que es una estructura externa a esos sistemas, que fue incorporada a la frontera entre las placas del Caribe y Suramericana en un pasado geológico relativamente reciente. El análisis de los mecanismos focales de terremotos recientes es consistente con un desplazamiento predominantemente lateral derecho, profundidades focales generalmente menores de 35 km, e indica una dirección aproximada de compresión este-oeste. La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 77 El registro histórico de la sismicidad en el occidente de Venezuela comienza, aproximadamente, en 1590, después de la llegada de los primeros colonizadores españoles. En la zona andina se puede hablar de que esta historia comienza en el año de 1597, con el reporte de un terremoto que sacudió a La Grita y otros pueblos de Mérida. El siguiente evento de que se tiene noticias ocurrió en 1610, cuando los cronistas reportaron detalles de un terremoto desastroso al cual se le asignó, de acuerdo con estudios recientes de la distribución de daños e intensidades sísmicas, una magnitud de 7.3 grados en la escala de Richter. Desde ese entonces hasta la presente fecha han ocurrido en la zona al menos otros 7 eventos sísmicos de características destructoras (por ejemplo los eventos de los años 1674, 1775, 1812, 1827, 1834, 1845, 1894, 1932), entre los que destaca el ocurrido en el año de 1812, en plena gesta independentista de Venezuela. Sin embargo, debido a la escasa población existente hasta épocas relativamente recientes, la historia sísmica del país es bastante incompleta, ya que sólo alcanzaron a registrarse los eventos más grandes. Este registro muestra una secuencia de terremotos de moderados a grandes, que ha sido resumida por varios autores (Febres-Cordero, 1931; Centeno-Grau, 1940; Fiedler, 1961; Cluff y Hansen, 1969; Dewey, 1972; Grases, 1980; Grases et al, 1999). Para la fecha de fundación de CEAPRIS se pensaba que el mayor terremoto que había afectado a la ciudad de Mérida ocurrió el 26 de marzo de 1812, al cual se le asignaba en ese entonces una magnitud Richter promedio de 8 grados. Así mismo, se aceptaba que este evento ocasionó la destrucción de todas las ciudades más importantes situadas a lo largo de la zona de fallas de Boconó, desde Mérida hasta Caracas, cubriendo una distancia de aproximadamente 600 km. Se hablaba de una cifra cercana o mayor a 26.000 personas Jaime Laffaille 78 fallecidas en la ocasión, lo que representaba entre 5% y el 10% de la población total de Venezuela para la época. La concentración de los daños a lo largo de un corredor paralelo al eje de los Andes venezolanos y su prolongación por la costa del Caribe, claramente sugiere que este terremoto ocurrió en un segmento de la zona de fallas de Boconó. A partir del daño reportado, especialmente en las ciudades de Mérida, San Felipe, Barquisimeto y Caracas, inicialmente se pensó que éste fue un evento multifocal con epicentros cerca de esas ciudades (Fiedler, 1961). Esta hipótesis, sin embargo, fue posteriormente cuestionada por Cluff & Hansen (1969), y más recientemente por Aggarwal (1981), consideran que se trató más bien de un solo evento con una ruptura de falla que se extendió desde el epicentro, cerca y al suroeste de Mérida, hasta Caracas, cubriendo así una distancia similar a la del gran terremoto de 1906 en la falla de San Andrés (California, USA). El último gran terremoto registrado en los Andes venezolanos fue el evento de magnitud 7 ocurrido el 26 de abril de 1894, con un epicentro también cercano y al suroeste de Mérida. En esa oportunidad murieron unas 350 personas y varias poblaciones y aldeas se vieron sacudidas dentro de una amplia región comprendida entre Tovar y Mérida por el sureste y la zona sur del Lago de Maracaibo por el noroeste. Fueron destruidas las poblaciones de Tovar, Santa Cruz de Mora, Mesa Bolívar, Chiguará y Mérida, por mencionar sólo las más importantes. El área de daños de este evento fue calculada por Centeno Grau (1940) en unos siete mil kilómetros cuadrados, abarcando desde Trujillo en Venezuela, donde se vino al suelo la torre de la iglesia de San Francisco, hasta cerca de Pamplona (en Colombia), siendo especialmente intenso en la región comprendida entre Bailadores y Tabay (en ambos pueblos se derrumbaron las iglesias). La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 79 En el presente, toda la zona de fallas de Boconó, desde la depresión del Táchira en su extremo suroeste hasta el Mar Caribe al noreste, es sísmicamente activa. La mayoría de los eventos más grandes se alínean con la traza principal de la falla de Boconó, mientras que los más pequeños, así como unos pocos grandes, están dispersos dentro de un corredor de varias decenas de kilómetros de ancho, adyacente a esta traza, lo que indica que muchas de sus fallas subsidiarias son igualmente activas. La mayoría de los terremotos registrados a lo largo de la traza principal de la falla son eventos superficiales (profundidad promedio de unos 15 km). Las profundidades tienden a crecer para los eventos más grandes hacia el noroeste (cuenca del Lago de Maracaibo) y hacia el sureste (cuenca de Barinas) de la zona de fallas de Boconó, alcanzando profundidades que llegan a superar los 40 km. Hacia el extremo suroeste de los Andes venezolanos, ya en territorio colombiano, existe una zona sísmica de profundidades intermedias (~ 160 Km), debajo del extremo norte de la Cordillera Oriental de Colombia y la Sierra de Perijá, cerca de la ciudad de Bucaramanga, que incluye una notable concentración de eventos conocida como el Nido o Foco de Bucaramanga (Schneider et al, 1987). Muchos de los eventos de esta fuente sísmica son registrados casi a dario en las estaciones sismográficas del Occidente de Venezuela con tal constancia y precisión que en repetidas oportunidades se ha sugerido utilizar el Nido como una fuente controlada para estudios corticales en ambos países. El registro de la actividad sísmica mediante redes sismográficas locales durante los últimos 12 años, muestra que en la actualidad la actividad microsísmica ocurre, fundamentalmente, a través de tormentas locales que tienden a durar alrededor de 2 ó 3 meses. Durante estas tormentas, decenas de microsismos alcanzan Jaime Laffaille 80 a ser registrados, permitiendo la elaboración de modelos sismotectónicos locales (Laffaille y Estevez, 1986). El estudio de los mecanismos focales para eventos regionales (Molnar and Sykes, 1969; Isacks and Molnar, 1971; Dewey, 1972; Pennington, 1981) sugiere un fallamiento predominantemente lateral derecho a lo largo de la traza principal de la falla de Boconó y fallamiento de empuje en sus flancos. Estos mismos mecanismos tienden a indicar un esfuerzo compresional promedio orientado aproximadamente en dirección este-oeste. Todos estos resultados apoyan la hipótesis de que la tectónica actual de la región está controlada, fundamentalmente, porun movimiento hacia el Este de la Placa del Caribe en relación a la Placa Suramericana. Otros mecanismos focales, calculados por Laffaille (1981) y Laffaille y Estevez (1986) para eventos de menor magnitud dentro de la zona de fallas de Boconó, muestran soluciones correspondientes a una gran variedad de fallamiento normal e inverso, asociado a fallas subsidiarias y, particularmente, a cuencas de tracción y zonas de compresión, comunes en esta región. Varios autores han estimado períodos de retorno para la ocurrencia de sismos dentro de la zona de fallas de Boconó. Comparando el desplazamiento de rasgos geomórficos con el desplazamiento correspondiente a una magnitud Richter dada, Cluff y Hansen (1969) y Schubert (1982) estimaron períodos de retorno de alrededor de 200 años para terremotos de magnitud 8. Por otra parte, basándose en la pendiente de la Curva Frecuencia Magnitud Gutemberg-Richter (valor b), Cluff y Hansen (1969) obtuvieron intervalos de recurrencia de 200, 34 y 7 años para eventos de magnitudes 8, 7 y 6 respectivamente. Para este mismo rango de magnitudes, Aggarwal (1981) obtuvo valores de 430, 70 y 11 años La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 81 respectivamente. Finalmente, considerando todo el intervalo de tiempo desde 1600 hasta 1980 y siguiendo un método propuesto por Steep (1972), Rengifo y Estevez (1987) obtuvieron valores de 460, 60 y 8 años para las mismas magnitudes. Estos resultados y las consideraciones, indican que la zona de fallas de Boconó debe ser clasificada como muy activa y potencialmente peligrosa. Probablemente, el mismo tipo de razonamiento llevó a varios especialistas del Lamont-Doherty Geological Observatory de la Universidad de Columbia, USA (Lynn Sykes,AndrewMurphy, Beth Israel e inclusive su director Manik Talwani) a escribir un informe en mayo de 1978, donde escribieron que la Falla de Boconó define una región donde podría esperarse un gran terremoto en el futuro, y el occidente de Venezuela debe ser considerado como una zona de alto riesgo sísmico. Sin embargo, al contrastar estos valores de períodos de retorno con lo que efectivamente ha ocurrido históricamente, se observa que no existe correspondencia. Por ejemplo, si estos resultados reflejaran la realidad sísmica regional, se debieron registrar al menos 11 sismos de magnitud 6 entre 1900 y 1999: esto no ocurrió en absoluto. Igualmente, se debieron reportar al menos tres sismos de magnitud 7 en los últimos doscientos años, lo cual, afortunadamente, tampoco ocurrió. Sin embargo, la población espera que ocurra un desastre sísmico de tal magnitud en donde nada se pueda hacer al respecto: “solo Dios puede salvar a las ciudades andinas”, particularmente a Mérida, de ese cataclismo. Quizás el elemento más perturbador de estos cálculos de períodos de retorno lo constituya la inclusión errónea en las bases de datos usadas de un terremoto de magnitud 8: el terremoto del jueves santo ocurrido en el año de 1812. La energía de un evento de esta naturaleza equivale a la de 10 eventos de magnitud siete o 100 de magnitud seis y, al parecer, tal evento nunca ocurrió, pero este punto se discutirá posteriormente en este mismo trabajo. Jaime Laffaille 82 Creación de la Comisión Estadal para la Reducción del Riesgo Sísmico (CEAPRIS) En ese ambiente se propone que la actividad de la naciente CEAPRIS se debe orientar en cuatro líneas: Educación y Capacitación, Construcción y Desarrollo Urbano, Estudio y Zonificación de Amenazas Naturales, y Manejo de Emergencias Sísmicas, conformando su junta directiva principalmente con sismólogos, ingenieros, geólogos, geomorfólos y educadores. Esta conformación le dio a su acción un carácter eminentemente tecnocrático. En el área de Educación y Capacitación, se implementaron programas de prevención sísmica en la educación básica, con la intención de divulgar entre un gran porcentaje de los directivos, docentes y alumnos de todo el estado los aspectos relativos al origen, naturaleza, consecuencias y forma de evitar los efectos de los sismos, evaluación de la vivienda y de su entorno físico, comportamiento humano en caso de desastres, ejercicios de evacuación, primeros auxilios y otras técnicas de autoprotección ciudadana. También se organizaron cursos especializados y talleres de entrenamiento en la materia para ingenieros, arquitectos, maestros de obra, médicos y personal paramédico, grupos voluntarios de rescate, asociaciones de vecinos, etc. El esfuerzo principal se centró hacia programas de carácter divulgativo, orientados fundamentalmente hacia elementos que pudieran servir de multiplicadores de la información recibida. En materia de Construcción y Desarrollo Urbano, se definieron programas destinados a la evaluación presísmica y, en algunos casos, al reforzamiento de un número considerable de La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 83 edificaciones esenciales, así como de viviendas populares en todo el estado. Asimismo, se han establecido programas de integración de los profesionales de la construcción a las tareas de interpretación y aplicación de las normativas sísmicas. Lamentablemente, el destino de la mayoría de las evaluaciones realizadas sólo logró convertirse en temas de estudio para personas interesadas en el área, pero no en medidas efectivas de reforzamiento de edificaciones esenciales ni en adecuación de zonas de barrio. La subcomisión de Estudio y Zonificación de Peligros Naturales ha producido una serie de mapas y bases de datos computarizados donde las amenazas naturales, asociadas a las ciudades más importantes de la región y sus alrededores, se caracterizan, zonifican y detallan. Estos programas incluyen el asesoramiento a la comunidad y a las autoridades regionales sobre procesos naturales que representen una amenaza para la vida y la propiedad. Muchos de estos estudios estaban orientados a servir de insumo para diseñar planes de ordenación del territorio. La mayoría de estos trabajos permanecieron durante años en los anaqueles de las bibliotecas universitarias, consultados sólo por estudiantes y profesionales, hasta fechas recientes cuando, luego de cada evento calificado de desastre, se hizo común escuchar que alguien señalaba “se sabía que eso pasaría porque tal o cual lo advirtió en su trabajo…” Finalmente, se propuso que el objetivo central de la subcomisión de Manejo de Desastres Sísmicos consistiera en colaborar y aportar información útil a la elaboración de planes de emergencia capaces de preparar a las instituciones de la ciudad para enfrentar con éxito un gran terremoto en la región y, además, contribuir a la capacitación técnica de los profesionales y voluntarios encargados de atender tales emergencias. Más aún, se Jaime Laffaille 84 planteó la necesidad de diseñar un plan de acción para la ciudad de Mérida (Plan de Emergencia Local), que estableciera el rol de cada una de las instituciones en caso de una eventualidad sísmica y la forma de coordinación entre ellas para optimizar su trabajo. Se realizaron varios intentos en esa dirección, pero ninguno logró pasar de la fase de ser un mero ejercicio académico. Las razones de tal situación fueron diversas, pero vale la pena mencionar al menos dos de ellas: 1. Muchos de los directores de las instituciones convocadas a participar en los proyectos de plan de emergencia (bomberos, policía, defensa civil, etc.), no consideraban al tema sísmico ni al plan de emergencia como algo de primera importancia para su gestión. Algunos de ellos no tenían conocimiento o interés por el tema, ya que se desempeñaban en profesiones totalmente ajenas al problema y se encontraban ocupando esos cargos por razones puramente políticas o porque habían sido nombrados a raíz de su relación estrictamente personal con el gobernante de turno. 2. En aquellos casos en que los mencionados directores consideraban la importancia de los planes propuestos, generalmente argumentaban que su institución ya tenía su propio plan (por supuesto, de carácter estrictamente confidencial), y no estaban dispuestosa subordinarse a otra autoridad diferente a la que les había designado en el cargo. El carácter político y no técnico de muchos de estos directores les impedía renunciar a cuota alguna del protagonismo que una situación podría eventualmente depararles. Mientras pasaban los días, meses y años sin lograr concretar el ansiado plan de emergencia, ocurrieron varios desastres en diversas partes del mundo, algunas de las cuales ya poseían tales La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 85 planes, que habían sido publicitados y presentados en varias reuniones y congresos, y sin embargo no se hizo evidente la diferencia entre tenerlo o no. Bajo estas circunstancias se llegó al convencimiento de que un plan de emergencia eficiente no sólo se escribe y se propone a las instituciones y gobernantes, es necesario construirlo con las comunidades, con la gente y con los posibles afectados. No sirve un plan que sólo se refleje en un libro o un archivo digital: tiene que formar parte de la cultura de la población amenazada. Un quinto frente, o área de trabajo de CEAPRIS, lo constituyó la necesidad de la instrumentación sismológica de la región, inquietud que sirvió de semilla a la Red Sismográfica de Los Andes Venezolanos (REDSAV), operada por la Universidad de Los Andes con la colaboración del Ejecutivo del estado Mérida, la cual cuenta con once estaciones remotas ubicadas estratégicamente con el fin de registrar la actividad sísmica de cualquiera de las múltiples fallas geológicas que surcan la región. En el presente, la REDSAV tiene cobertura sobre gran parte del estado Mérida y parcialmente sobre los estados Trujillo, Zulia, Barinas y Táchira. Funciona continuamente desde el año 1981 y actualmente, en convenio con la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS), y con el patrocinio de la Universidad de Los Andes y el FONACIT, se adelantan gestiones y proyectos para modernizar sus equipos y adquirir nuevas estaciones a fin de mejorar su cobertura para extenderla a casi todo el occidente del país. El funcionamiento continuo de esta red hubiera sido muy difícil sin el aporte de FUNDAPRIS, que ha tomado como proyecto el mantenimiento de ella y la interpretación diaria de la información recabada por sus estaciones. Jaime Laffaille 86 Fundación para la Prevencion del Riesgo Sísmico del Estado Mérida (FUNDAPRIS) En el año 1993 CEAPRIS se transformó en la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico del Estado Mérida: FUNDAPRIS, con las mismas características de la anterior Comisión, pero con personalidad jurídica propia y mayor autonomía económica y operativa. Desde su creación como CEAPRIS, FUNDAPRIS ha desarrollado su actividad en las mismas cuatro áreas de trabajo: 1. Educación y Capacitación 2. Construcciones Civiles y Planificación Urbana 3. Estudio y Zonificación de Peligros Naturales 4. Manejo de Desastres Sísmicos Con el objeto de planificar, implementar y coordinar programas específicos en relación a cada una de esas áreas, FUNDAPRIS tiene una Junta Directiva integrada por 5 personas (con sus respectivos suplentes), conformada por representantes de la Oficina Regional de Defensa Civil, de la División Regional de Geología del Ministerio de Minas e Hidrocarburos, 1 especialista en Ingeniería Sismoresistente de la Facultad de Ingeniería de la ULA, 1 Sísmologo del Laboratorio de Geofísica de esa misma institución y un representante de la Zona Educativa # 12 del Ministerio de Educación. Los programas en el área de Educación y Capacitación, incluyen la organización de cursos especializados y talleres de entrenamiento en la materia (usualmente 1-2 por año) para profesionales de carreras afines: ingenieros, arquitectos y maestros de obra (Interpretación, aplicación y reforzamiento de las normas La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 87 antisísmicas de construcción, Evaluación pre y postsísmica de edificaciones, Construcciones antisísmicas en zonas urbanas y rurales, etc.), médicos y personal paramédico (Medicina de desastres), defensa civil, bomberos y grupos volunarios de rescate (Rescate en espacios confinados), etc. En el caso de lasAsociaciones de Vecinos, se ha diseñado un Curso de Autoprotección Civil que en 40 horas entrena a los residentes de un barrio en primeros auxilios médicos, triaje de heridos, operaciones de rescate, manejo de incendios, etc. Este último programa no ha resultado muy exitoso debido al carácter inestable de las organizaciones vecinales locales. Particular atención merece nuestro programa educativo en las escuelas elementales y secundarias de la región, probablemente el más exitoso de todos. Durante los últimos 6 años el Ministerio de Educación nos ha permitido introducir cambios en los programas docentes de estos planteles para enseñar tópicos tales como: identificación y caracterización de los peligros naturales (particularmente el sísmico en la región de los Andes venezolanos), evaluación de la seguridad de las viviendas y del sitio donde están ubicadas, comportamiento humano en caso de desastres, ejercicios de evacuación, primeros auxilios y otras técnicas de autoprotección ciudadana. Para este programa FUNDAPRIS preparó un extenso manual dirigido principalmente a los maestros y profesores con los tópicos a ser tratados, insistiendo en los ejercicios prácticos, simulación de escenarios de desastres y aspectos metodológicos de la enseñanza. Por otro lado, varias veces al año (entre 4 y 5 veces, dependiendo de las características del año escolar), se organizan talleres de dos días de duración a objeto de actualizar a los maestros en estos tópicos, discutir con ellos aspectos metodológicos, procedimientos de evacuación en cada plantel y evaluar la marcha general del programa. Actualmente la Zona Educativa # 12 ha Jaime Laffaille 88 asignado dos maestros de manera permanente a este programa, con la finalidad de que sea posible realizar un seguimiento constante de los avances del mismo. En materia de Construcciones Civiles y Planificación Urbana, la atención principal se ha dirigido a la evaluación pre-sísmica y al reforzamiento de edificaciones estratégicas y de otras construcciones civiles de interés social: hospitales, centros educativos, estaciones de bomberos, líneas de servicios públicos, vías de comunicación, telecomunicaciones, iglesias y otros edificios de interés histórico o cultural. Este trabajo, ya implementado en la ciudad de Mérida, concluye con un informe escrito donde se evalúa técnicamente la edificación en base a las normas antisísmicas vigentes y se adelantan consideraciones acerca del comportamiento probable de la edificación en caso de un terremoto fuerte y recomendaciones para su reforzamiento. Cuando el caso lo amerita se incluye, adicionalmente, un estudio geotécnico del terreno donte está ubicada la edificación. También se ha realizado un gran esfuerzo en materia de definición, interpretación y aplicación de códigos y normas sismoresistentes de construcción. Finalmente, se adelanta un trabajo en el estudio y reforzamiento de la vivienda popular urbana y rural, así como en el diseño de alternativas antisísmicas, usando los mismos materiales y técnicas tradicionales. En cuanto al área de Estudio y Zonificación de Peligros Naturales, la meta es la caracterización y zonificación de estos peligros, con particular énfasis en la amenaza sísmica. Como producto de este trabajo se han producido una serie de mapas para las ciudades más grandes y pobladas de la región y sus alrededores, La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 89 a escala 1:25.000, y más recientemente 1:10.000, donde las amenazas naturales más importantes asociadas a esos centros urbanos se detallan. Como un complemento de importancia primaria, FUNDAPRIS tiene como meta fundamental la instrumentación de la región con el objeto de caracterizar y, de ser posible, predecir la ocurrencia de desastres naturales. Particular interés se ha puesto en la instalación y operación de redes regionales de estaciones sismográficas y acelerográficas.En el momento presente FUNDAPRIS, conjuntamente con el Laboratorio de Geofísica de la Universidad de Los Andes, opera una red telemétrica de 12 estaciones sismológicas, que cubre más de 300 Km a lo largo de losAndes venezolanos, así como unas 6 estaciones acelerográficas ubicadas en la ciudad de Mérida. En un futuro se prevé instalar, igualmente, inclinómetros, estaciones geodésicas y otra instrumentación especializada para monitorear movimientos del terreno, particularmente en zonas de deslizamientos potenciales que representen peligros importantes para la población, vías de comunicación y otras obras civiles de importancia. En este sentido, particular interés nos merecen los bordes de las terrazas habitadas a lo largo de la zona de fallas de Boconó. Finalmente, el objetivo central en el área de Manejo de Desastres Sísmicos es apoyar las iniciativas que conduzcan a elaborar planes de emergencia capaces de enfrentar con éxito un gran terremoto en la región. En particular, actualmente se adelantan dos programas educativos en este aspecto: los Talleres de Desalojo de Edificaciones Escolares y el plan de Educación Masivo para la implementación de Planes de Emergencia Familiares. Esta tarea ha sido asumida por organismos integrantes de FUNDAPRIS, tales como la Defensa Civil, los Grupos Voluntarios de Rescate y personal del Laboratorio de Geofísica (ULA). Jaime Laffaille 90 Nuevas perspectivas sobre riesgos en la región como resultado de las actividades de FUNDAPRIS Es importante destacar que para el momento de transformación de CEAPRIS en FUNDAPRIS la situación había cambiado notablemente en términos de la forma en que era percibido el problema de la gestión de riesgo. Por una parte, la experiencia adquirida en CEAPRIS permitía concluir que la situación no era tan sencilla como tomar una serie de conocimientos, inculcarlos a instituciones y comunidades y luego ver cómo todo comenzaba a cambiar. En ese entonces existían en la población diversas percepciones acerca de los desastres. Entre éstas destacan dos, particularmente erróneas y nocivas ambas, que tienden a inhibir la disposición de los posibles afectados a tomar medidas de prevención y/o mitigación ante la acción de tales eventos. La primera de ellas considera que las fuerzas que se liberan en ellos tienen un origen mágico, sobrenatural, de comprensión inalcanzable a los seres humanos, profundamente extraño e irracional y ante lo que no es posible hacer nada efectivo más que resignarse. La literatura disponible está repleta de múltiples narraciones, leyendas, ritos y costumbres que tienen su fundamento en esta clase de concepciones. Un ejemplo local de esto se puede encontrar en la crónica de Fray Pedro Simón, donde se refiere lo ocurrido en el caso del terremoto de La Grita en el año de 1610. Cuenta don Fray Pedro Simón que el día 3 de febrero, dos años antes de que él visitara los Andes venezolanos, ocurrió un grandísimo terremoto que estropeó a todas las poblaciones y caseríos existentes entre las ciudades de Mérida y La Grita para la época. La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 91 El gran temblor fue como a las tres de la tarde, en el día de San Blas, y la tierra se movía tanto que casi no se podía caminar. En La Grita se cayeron casi todas las casas y el convento, con la suerte de que en dos de las diez casas de tapia que quedaron en pie estaban reunidas la mayoría de las mujeres del pueblo: algunas estaban visitando a una vecina recién parida y las otras de visita con la madre del cura, que había venido desde la ciudad de Mérida a visitarlo. Al registrar las ruinas de la iglesia de la ciudad y de la iglesia del convento, se encontraron que los sagrarios estaban hechos pedazos, pero las cajas donde se guardaba el Santísimo Sacramento estaban sanas y sin que les cayera ni un granito de polvo. Al Santísimo Sacramento lo pusieron en el campo, debajo de unos toldos hechos con sábanas, para que todos pudieran rezar y pedir misericordia, porque no les había quedado casi comida en la ciudad, los molinos se hundieron y las haciendas se perdieron. Como si esto fuera poco, los ríos y quebradas se secaron: la gente pensaba que el agua de los ríos se estaba embebiendo en la tierra, por las grietas hechas a causa del temblor en sus madres. Esta situación no duró mucho, al día siguiente se desencadenó el diluvio: el agua turbia corría a raudales como si hubiesen caído los más grandes aguaceros, la gente corría despavorida sin entender lo que pasaba, mientras los perros aullaban como anunciando el día del juicio. La segunda percepción tiene su fundamento en considerar que si el “desastre” está vinculado con la ocurrencia de un fenómeno natural tal como un terremoto, un huracán, la erupción de un volcán, un deslizamiento de tierra, la crecida de un río, etc., entonces se trata de un “desastre natural”. Al recibir este calificativo se produce el efecto de inducir una percepción del problema a través de una óptica limitada que bloquea la consideración de un elemento importante: la presencia del hombre y sus obras dentro del área de acción del Jaime Laffaille 92 fenómeno físico, con la vulnerabilidad inherente a ellas (se entenderá en este contexto que una comunidad es vulnerable, cuando se encuentra localizada dentro del radio de acción de un fenómeno natural potencialmente peligroso, capaz de producir cambios radicales en su medio ambiente, cambios ante los cuales la comunidad no se encuentra preparada para responder de manera eficaz como para evitar sufrir pérdidas, tanto materiales como humanas, que le son insuperables sin recurrir a la ayuda externa). Esta tendencia suele ser actualmente reforzada, sobre todo a nivel popular, a través de publicaciones y programas de divulgación donde se llega al extremo de atribuir cualidades humanas a las fuerzas físicas involucradas en situaciones de desastre. Expresiones como “la voracidad del huracán impulsó sus fuerzas destructivas contra todas las viviendas que encontró a su paso…”, “las ondas sísmicas descargaron toda su furia y se ensañaron principalmente sobre los barrios de la zona montañosa de la región azotada…”, son comunes en esa clase de documentos, donde se margina la importancia de la interacción resultante de la presencia humana con el fenómeno físico natural, que es a la larga quien puede dar origen a la situación de desastre. Incluso en obras de arte donde se recoge información de tales desastres, suele plasmarse la imagen de una naturaleza inclemente que se descarga sobre las espaldas de seres humanos indefensos. Esta forma de ver el problema no puede producir estrategias efectivas que tiendan a prevenir o mitigar los desastres porque presentan a los seres humanos como criaturas indefensas ante la fuerza descomunal de la naturaleza. Esta era la percepción predominante en la población de Mérida hacia 1994, cuando se esperaba la repetición de un gran cataclismo que destruiría inexorablemente la ciudad y pueblos vecinos, al cumplirse los cien años de ocurrido el gran Terremoto de losAndes venezolanos de 1894. La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 93 Mientras tanto, en el ámbito científico se presentaron algunos cambios interesantes. Por una parte, los estudios de trincheras paleosísmicas no confirmaban la ocurrencia en el pasado de algún evento de magnitud 8 asociado al sistema de fallas de Boconó y ampliaban los períodos de retorno para grandes eventos (magnitud 7) a valores del orden de trescientos años (ver, por ejemplo, Audemard 2003). En el ámbito de la sismicidad histórica, en el mes de mayo de 1997 se celebraron las Primeras Jornadas Venezolanas de Sismicidad Histórica, en la ciudad andina de Trujillo, donde el antropólogo Rogelio Altez (Altez, 1998) propuso la hipótesis de que lo que se conocía como “el terremoto de 1812” no había sido un solo evento. En ese trabajo, Altez propone dos eventos con focos diferentes y tiempos de origen también diferentes, basándose principalmente en argumentos acerca de la cronometrización de lo ocurrido en las ciudades deMérida y Caracas. Este acontecer científico tuvo algunas consecuencias inmediatas sobre la manera de estudiar la historia sísmica de Venezuela (no se trata tan solo de una disciplina dedicada a un estudio de fechas, daños y personajes orientada a producir curvas isosistas y epicentros macrosísmicos, sino más bien de un área de investigación multidisciplinaria donde existe información potencial importante que no ha sido aún analizada de manera exhaustiva) y, particularmente, sobre la potencialidad sismogénica del sistema de fallas de Boconó y la percepción del riesgo sísmico en la zona andina. En trabajos posteriores (ver por ejemplo, Laffaille y Ferrer, 2003) se propone que la magnitud del terremoto de 1812 (foco de Mérida) tuvo un valor cercano a los 5,4 grados y que los intensos daños reportados se pueden vincular más con la vulnerabilidad física de las edificaciones de la ciudad que con el “tamaño” de ese terremoto. Jaime Laffaille 94 Un punto central que FUNDAPRIS intenta dar a entender es que para configurar una situación de desastre hacen falta dos ingredientes básicos: un fenómeno natural potencialmente peligroso y una comunidad humana vulnerable. Por ejemplo, si ocurre un terremoto de gran magnitud en una zona completamente despoblada entonces no se hablará de desastre; lo mismo pasa si los pobladores del área afectada están preparados para comportarse y sus edificaciones obedecen a un diseño capaz de soportar los efectos de las ondas sísmicas: no se hablará de desastre. Esta manera de ver el asunto pone al descubierto que sí existen formas de enfrentar el problema y que las mismas pasan fundamentalmente por la reducción de la vulnerabilidad de las comunidades humanas. “Reducir la vulnerabilidad” se dice rápido, pero resulta una tarea extremadamente difícil porque los hombres no generan por gusto o capricho espacios vulnerables para habitar: generalmente son la necesidad y la ignorancia los motores que impulsan el proceso gradual que hace cada día más vulnerables las comunidades humanas. Estos motores pueden actuar por separado, pero generalmente van de la mano y actúan en conjunto. Esto es fácil de entender si se toma en cuenta que las comunidades de personas más necesitadas tienen menos acceso al conocimiento que podría ser clave para ayudarlos a preservar sus vidas y propiedades. En todo caso, es claro que la vulnerabilidad asociada con una determinada comunidad no existe de manera independiente a ella; por el contrario, es la comunidad misma su forjadora. En este sentido resulta de vital importancia que los habitantes de sitios vulnerables conozcan la mecánica de los procesos naturales peligrosos que pueden causarles daño, a fin de que se conviertan en agentes activos reductores de la vulnerabilidad de su comunidad. Es en ese sentido hacia donde se dirigen gran parte de los esfuerzos de FUNDAPRIS en el presente. La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos 95 Referencias Aggarwal Y. P. (1981). Investigaciones sismológicas en el occidente de Venezuela: implicaciones para las consideraciones sísmicas en el proyecto Uribante-Caparo. Reporte no publicado, Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS), Caracas. Altez, R. (1998). Cronometrización Extemporánea: los sismos del 26 de Marzo de 1812 en Caracas y Mérida. Revista Geográfica Venezolana. 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Entre los primeros cabe destacar la declaración de la Organización de las Naciones Unidas del período 1989-1999 como el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales, y la I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos de los Desastres Socio Naturales realizada en Caracas en Septiembre de 1997, y en relación a los antecedentes nacionales tenemos la ocurrencia de eventos adversos como el terremoto de Caracas de 1967, la tragedia del río Limón en 1987, el terremoto de Cariaco en 1997, las inundaciones de diciembre de 1999 y el surgimiento y consolidación de una conciencia de prevención y sensibilidad social entre la comunidad universitaria venezolana. Los eventos adversos que afectaron al mundo durante los años 80 influyeron para que las Naciones Unidas declarara la década 1989- 1999 como el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN por sus iniciales en Español), con el Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 101 propósito de reducir, mediante la cooperación internacional, los efectos negativos de los desastres causados por fenómenos naturales, y concienciar acerca de los beneficios de la prevención de desastres como una estrategia fundamental para el desarrollo sostenible. Los objetivos de esta declaración fueron: “mejorar la capacidad de cada país para mitigar los efectos de los desastres, inclusive estableciendo sistemas de alerta temprana; fomentar los conocimientos científicos y técnicos a fin de reducir las pérdidas de vidas y de bienes y formular medidas para evaluar, pronosticar, prevenir y mitigar los desastres mediante la asistencia técnica, la transferencia de tecnología, los proyectos de demostración, la educación y capacitación” (Servicio Nacional de Estudios Territoriales, 2002). Las metas principales del Decenio, las cuales deberían buscar los países al final de la década del 90, eran: 1) Evaluaciones nacionales exhaustivas de los riesgos ocasionados por amenazas naturales y la vulnerabilidad. 2) Planes de mitigación y prevención a mediano y largo plazo, a nivel nacional y/o local, incluyendo preparativos y campañas de concientización comunitaria. 3) Acceso a sistemas de alarma mundiales, regionales, nacionales y locales, además de una amplia difusión a la población de los avisos de alerta. La declaración del DIRDN por las Naciones Unidas puede considerarse como el primer esfuerzo de carácter universal para la prevención y la mitigación de los desastres (Torres, 2006), y sirvió Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 102 para llamar la atención mundial sobre el impacto de los desastres en el desarrollo de los países y la necesidad de trabajar en conjunto con todos los recursos disponibles para su reducción. La I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos de los Desastres Socio Naturales se realizó en Caracas del 15 al 18 de Septiembre de 1997, organizada por la Universidad Central de Venezuela, la OPS/OMS, la Organización de Estados Americanos (OEA), y elDepartamento deAsuntosHumanitarios de las Naciones Unidas (UNDHA); el propósito de la Conferencia era establecer las primeras pautas de un Plan Hemisférico deAcción para la Reducción de la Vulnerabilidad del Sector Educativo a los Desastres Naturales (EDUPLANhemisférico). El objetivo principal de EDUPLANhemisférico es aumentar la participación en programas y actividades sobre la reducción de desastres dentro del sector educativo, y puede considerarse como una estrategia del continente americano para reducir la vulnerabilidad del sector educativo a los desastres, en los que la sociedad en su conjunto es la responsable de prevenir y reducir los efectos que se deriven de las acciones de la naturaleza, que tengan impacto directo e indirecto en la continuidad y calidad de la educación (Chávez, 2000). Las conclusiones emanadas de esta IConferencia fueron analizadas y adoptadas por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) de Venezuela, en reunión del 28 de noviembre de 1997, dejando en plena libertad a las Universidades para implementar los objetivos fundamentales. En cuanto a los antecedentes nacionales es oportuno señalar las palabras del Vicerrector de Extensión de la UPEL durante el año 2000, profesor Ángel Arístides Hernández: “Parece que hacía falta una fuerte Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 103 motivación que nos impulsara a incorporarnos con decisión a la propuesta de laONU, a fin de que para elmítico año 2000 todos los países hubieran efectuado evaluaciones nacionales de los riesgos naturales, y puesto en práctica planes de prevención, así como sistemas de alerta internacionales, regionales, nacionales y locales. En 1997, se produjo el hecho que nos motivó. Lamentablemente, este fue el terrible terremoto de Cariaco, cuyos efectos nos demostraron que los venezolanos no estamos preparados para enfrentar los embates de la naturaleza” (Hernández, 2000). En el mismo año del terremoto de Cariaco, la UPEL comenzó a diseñar la primera respuesta institucional al reto planteado enmateria de prevención ymitigación de riesgos, y la tarea recayó en elVicerrectorado de Extensión el cual encomendó a la Licenciada Thayde Torrens Castro de la concepción e implementación del proyecto; el nombre escogido fue “Educar para Situaciones no Previstas”. La segunda iniciativa surgió en el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado en el 2002 con el proyecto titulado “Programa Nacional de la UPEL para la Investigación, Educación y Gestión del Riesgo y Desastre”. Como tercera iniciativa el Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico deCaracas en el año 2000 presentó una propuesta para la agenda de Investigación del País, planteada por el Ministerio de Ciencia yTecnología, a través de FONACIT, la cual contempla como área temática prioritaria la Prevención de losDesastresNaturales; la propuesta fue aceptada, y desde el 13 demarzo de 2001 se dio inicio al proyecto de investigación titulado:CampañaEducativaComunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales asociados a lasCuencas de los ríos Osorio y Piedra Azul, La Guaira, Estado Vargas. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 104 El objetivo fundamental de este trabajo es presentar una visión general de cada una de las iniciativas, considerando el impacto que las mismas tuvieron en el Sistema Educativo Venezolano. Proyecto Educar para Situaciones No Previstas El Proyecto fue aprobado por el Consejo Universitario de la UPEL en febrero de 1998 quedando adscrito al Vicerrectorado de Extensión, el cual encomendó a la Licenciada Thayde Torrens Castro de su concepción e implementación. El Proyecto constaba de cinco fases (Torrens, 2001): Fase 1.- Informar a la comunidad universitaria sobre los potenciales riesgos socio-naturales que puedan afectarlos según su localización geográfica. 2.- Propiciar la incorporación y/o reorientación de objetivos en el plan de Educación Integral relacionado con los riesgos y desastres. 3.- Capacitar y perfeccionar a los docentes de Geografía de la UPEL con la ayuda del programa de Aula Sísmica de FUNVISIS. 4.- Facilitar la elaboración de material didáctico para implementar la formación de docentes de Educación Básica y Media Diversificada mediante el Instituto de Mejoramiento Profesional. 5.- Desarrollar actividades comunitarias con el fin de preparación ante situaciones de desastres. Entre algunos de los objetivos propuestos para el cumplimiento de las cinco fasesmencionadas tenemos (Torrens, ob. cit): 1. Planificar la realización de cursos, talleres, seminarios, ciclos de conferencias sobre la temática de la conservación del medio ambiente y las catástrofes naturales. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 1052. Diseñar un plan de acción para evaluar las plantas físicas de la UPEL: 3. Realizar simulacros de evacuación en los Institutos. 4. Propiciar la creación de una comisión encargada de viabilizar las modificaciones curriculares requeridas. 5. Proponer al Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la UPEL la creación de una línea de investigación sobre riesgos socionaturales. 6. Diseñar un manual para educación a distancia relacionado con los riesgos socionaturales. 7. Implantar a través de los Núcleos de Mejoramiento Profesional el manual referido. 8 .Distribuir material informativo sobre riesgos socionaturales. 9. Establecer brigadas universitarias para facilitar el trabajo en la comunidad de la Universidad. El proyecto Educar para Situaciones no Previstas tenía carácter permanente y se ejecutaría en los ocho Institutos Pedagógicos que conforman la UPEL a través de las Subdirecciones de Extensión. Los beneficiarios directos del proyecto serían unas 50.000 personas representados por el personal y estudiantes de la Universidad, y unos 240.000 beneficiarios indirectos. El proyecto sería evaluado en un tiempo prudencial para proponer los cambios y mejoras pertinentes. En el proyecto se plantearon dos estrategias o figuras académicas que podrían rendir amplios y óptimos resultados para alcanzar los objetivos propuestos, éstas son el brigadista voluntario y la Cátedra itinerante para la mitigación de riesgos socionaturales. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 106 Los brigadistas voluntarios estaban formados por estudiantes, personal docente, administrativo y obrero de la Universidad que reuniesen ciertas condiciones entre las que destacaban la vocación de servicio y ayuda al prójimo, y tenían la honrosa función de servir de apoyo en los momentos de la ocurrencia de eventos adversos y desastres (Torrens, 1999). La cátedra itinerante para la mitigación de riesgos socionaturales se inscribió dentro de la categoría de las cátedras libres pero con la innovación de ser itinerante. La itinerancia permitiría realizar la labor de extensión a mayor y más variado número de beneficiarios y la generación de multiplicadores que ampliasen aún más el campo de acción preventiva de la Universidad en cuanto a riesgos y desastres. Entre los objetivos de la cátedra merecen citarse (Torrens, 2001): 1.- Concientiziar a la comunidad universitaria sobre los riesgos socio-naturales existentes en el país y especialmente en sus localidades, 2.- Establecer contactos con universidades nacionales para difundir conocimientos sobre las amenazas y la vulnerabilidad, 3.- Intercambiar experiencias con universidades de América Latina para la enseñanza y prevención relacionada con la mitigación de riesgos socio-naturales, 4.- Presentar ante la UNESCO la cátedra para que formase parte del Plan de Cátedras de la UNESCO. Como parte de las actividades académicas del proyecto Educar para Situaciones no Previstas se realizó en octubre del 2000 el “Primer Congreso Nacional sobre Mitigación de Riesgos Socionaturales” con el propósito de “Conformar un equipo interdisciplinario que permita trazar estrategias, planificar acciones y diseñar programas que faciliten el trabajo inicialmente con comunidades de alto riesgo y en segundo término con la población en general, a fin de contribuir tanto al cuido de la vida de las Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 107 personas, como a la preservación del ambiente” (UPEL, 2000); durante el desarrollo del congreso se presentaron cuatro conferencias y diez ponencias. El proyecto Educar para Situaciones no Previstas semantuvo en el ámbito universitario durante unos cinco años, lapso durante el cual cumplió su objetivo; la continuidad en el tiempo no fue mayor debido a la falta de una cultura organizacional de trabajo en equipo y de continuidad administrativa en laUniversidad.Uno de susmayoresméritos fue generar en la UPEL el interés y la preocupación por desarrollar una cultura preventiva entre la comunidad universitaria y servir de embrión para iniciativas posteriores relacionadas con la temática. Proyecto Nacional de la UPEL para la Investigación, Educación y Gestión de Riesgos y Desastres El proyecto nacional de la UPEL para la investigación, educación y gestión del riesgo y desastre fue impulsado desde el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado en el año 2002 durante la gestión del Dr. Maximiliano Bezada, respondiendo a las exigencias surgidas en la II Conferencia Hemisférica realizada en Caracas, octubre 2000 (UPEL, 2002); esta II conferencia tuvo como objetivo central evaluar los logros alcanzados en la región a través del EDUPLANhemisférico, con la finalidad de identificar y desarrollar estrategias para que dicho plan pasara de tener un carácter voluntario a uno formal como política de Estado. En esta II conferencia, se propuso la gestión de riesgo como un eje transversal de todo el sistema educativo venezolano, lo cual influyó en la creación del área de Gestión de Riesgos y Reducción de Desastres por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro de la agenda Calidad de Vida en la implementación de sus nuevas políticas. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 108 El proyecto tiene como finalidad promover la incorporación masiva de la comunidad upelista en el manejo de la temática relacionada con la educación, las amenazas naturales y la gestión de riesgos y desastres que responda a las necesidades del país caracterizado por estar expuesto a la ocurrencia de eventos como sismos, maremotos, lluvias extraordinarias, inundaciones, movimientos en masa, huracanes, tormentas tropicales, incendios, descargas eléctricas, explosiones, amenazas tecnológicas (químicas y/o bacteriológicas) entre otras. La organización del Proyecto Nacional de la UPEL para la Investigación, Educación y Gestión de Riesgos puede observarse en el Gráfico 1. Gráfico 1. Organigrama del Programa Nacional de la Upel para la Investigación, Educación y Gestión de Riesgos (UPEL, 2002). Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 109 Según lo planteado en la misma, la coordinación nacional bajo la responsabilidad del Prof. José Sierra (IPMAR) quien gestionaba, ante los ocho coordinadores institucionales presentes en cada instituto de la universidad, el cronograma y etapas del proyecto así como reuniones de trabajo. Se planificó una capacitación inicial a 90 miembros de la comunidad universitaria entre docentes, administrativos, obreros y 900 estudiantes, proceso que debía repetirse en una segunda oportunidad. Se realizó un taller piloto, en cada instituto, con un grupo de voluntarios de la comunidad universitaria de los cuatro sectores representativos mencionados anteriormente, con la finalidad de realizar la validación de los contenidos, actividades y recursos planteados. Cada instituto capacitaría un número aproximado de 2.000 personas y al final de tres años se proyectó alcanzar unas 32.000. Los resultados finales del proyecto están en proceso de ser presentados formalmente a las autoridades universitarias. Es importante señalar que la formación de los cincuenta facilitadores UPEL en educación y gestión de riesgos fue un esfuerzo universitario previo apoyado por el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado en el año 2002 en dos cursos de más de 60 horas académicas. Por otra parte, la vulnerabilidad ante los riesgos en Venezuela ha motivado al Estado, a solicitar y proponer el desarrollo de políticas para la gestión del riesgo; así, la Presidencia de la República, en febrero de 2005, creó la Comisión Nacional de Gestión de Riesgos, constituida por cinco grupos de apoyo, para conformar el SistemaNacional deGestión de Riesgos donde lasUniversidades deberían ser entes consultores y asesores en dicha materia. Las instituciones de educación superior tienen como parte de sus objetivos la generación, aplicación y transferencia de conocimientos y saberes derivados del proceso de investigación. En el caso particular del área de gestiónde riesgos, la información especializada puede ser llevada Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 110 al aula a través del diseño curricular. Independientemente de las estrategias utilizadas, la investigación orientada a la gestión de riesgos, permitirá solucionar problemas en la comunidad y redundará en unamejor calidad de vida y educación (Marrero, 2000). El principal recurso con el que puede contar la población ante situaciones de desastres es la preparación adecuada y sistemática de la comunidad. La educación y la acción comunitaria son aliadas en el proceso de desarrollar y afianzar conciencia sobre la necesidad de prevenir y mitigar los riesgos y los efectos generados por los eventos adversos; no se pueden controlar todos los riesgos y desastres pero sí disminuir sus consecuencias, y en este aspecto las universidades venezolanas mediante sus funciones primordiales de docencia, investigación y extensión juegan un papel fundamental. (Barrientos et al, 1999; Barrientos, 2000). La percepción o detección temprana de los riesgos, tanto a nivel individual como grupal, resulta fundamental en la gestión de riesgos pues el éxito de los programas y planes que se ejecuten sobre esta materia dependerá de las actitudes, valores y conocimientos que tenga la población en condiciones de vulnerabilidad (Méndez e Iztúriz, 2000). Con base a las consideraciones anteriores y otras surgió la propuesta innovadora de este proyecto dentro del contexto de laAgenda Calidad de Vida del Ministerio de Ciencia y Tecnología, con una alta viabilidad por las siguientes razones (UPEL, 2002): • La UPEL como Universidad está presente en todas las entidades federales del país, lo cual le otorga una gran ventaja operativa para el desarrollo e implementación del proyecto a nivel nacional, ya que cuenta con la infraestructura de laboratorios, talleres y aulas adecuadas. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 111 • La UPEL dispone de personal académico y técnico, preparado y motivado, para llevar a cabo programas de capacitación y producción de materiales impresos, multimedia y en línea como soporte del proceso educativo considerado en este proyecto. • Los facilitadores en materia preventiva que formarán a los multiplicadores para este proyecto nacional, realizarán los cursos para la obtención de la certificación internacional, que los acredite como personal adiestrado en materia de riesgos, con una serie de cursos dictados por la Oficina Federal para la Atención de Desastres en América Latina y el Caribe (OFDA/LAC) y otros organismos nacionales y extranjeros. • La UPEL cuenta con una plataforma tecnológica (INTRANET) que garantiza los procesos de comunicación simultánea entre los diferentes Institutos Pedagógicos, y Núcleos que conforman la institución. Se garantiza igualmente la conexión a través de INTERNET con otras instituciones iberoamericanas cuyo propósito fundamental es asesorar en materia educativa sobre la prevención y mitigación de desastres como lo es el Centro Regional de Información en Desastres (CRID) de Costa Rica. • La UPEL junto con el Ministerio de Educación y Deportes ha realizado numerosos programas de capacitación y profesionalización en distintas áreas del conocimiento, dirigido a los docentes en servicio, lo cual es un aval de experiencia para el éxito de este programa. • La Universidad cuenta con centros, núcleos, y líneas de investigación afines a la temática de riesgos que, centrados en estudios sobre la escuela y su comunidad, sirven de apoyo a los estudiantes de pre y postgrado en el desarrollo de proyectos de investigación. De esta manera, se puede asegurar la continuidad en el tiempo de los trabajos desarrollados en esta línea. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 112 Los objetivos previstos en el proyecto fueron los siguientes (UPEL, 2002): • Formar un equipo institucional de la UPEL encargado de la investigación, promoción y desarrollo de actividades asociadas a la formación docente para la Gestión de Riesgo y Desastre. • Redefinir el perfil profesional del egresado de la UPEL con base en las características personales y competencias profesionales propias del sector educativo que en materia de riesgos y desastres han sido derivadas a partir de las experiencias previas nacionales e internacionales. • Diseñar estrategias y recursos de aprendizaje que estimulen y generen cambios de conocimientos, actitudes y valores en los estudiantes en formación UPEL y en los docentes en servicio para contribuir a la reducción del riesgo y desastre en los centros educativos y sus comunidades. • Implementar una propuesta curricular para el Componente de Formación General del Diseño Curricular Homologado de la UPEL que incluya un curso obligatorio de Gestión de Riesgo y Desastre orientado, a su vez, a fortalecer el eje transversal ambiente del Diseño Curricular de la Educación Básica venezolana. • Diseñar un programa de capacitación a nivel de extensión académica y estudios de postgrado (cursos no conducentes a grado-especialización) para docentes en servicio en materia de Gestión de Riesgo y Desastre. • Definir y validar criterios e indicadores de progreso que permitan evaluar las etapas, alcances y resultados del proyecto. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 113 • Utilizar la red telemática de la UPEL como herramienta para ampliar la cobertura a nivel nacional e internacional de los avances y resultados del proyecto en materia de Ecuación y Gestión del Riesgo. Un resumen de la metodología planteada en este Programa Nacional de la UPEL se presenta en los siguientes aspectos (UPEL, 2002): • Implementar cursos especiales para la certificación, en el área de riesgos y desastres, por parte de los organismos nacionales e internacionales (OFDA- Cruz Roja Internacional y otros); dirigidos a los equipos de trabajo UPEL (40 profesores y 10 estudiantes de postgrado), quienes coordinarán la capacitación docente en cada uno de los institutos de la UPEL. • Diseño, producción y validación de materiales de instrucción adecuados a los currículos de la UPEL y la capacitación de los docentes en servicio. • Elaboración y producción de materiales de instrucción adaptados a las diferentes temáticas de los planes de estudio vigentes en los componentes generales (biopsicosocial), pedagógico, especializado y práctica profesional, dirigidos a estudiantes y docentes de la UPEL. • Generar y producir de materiales de instrucción adaptados al tema de riesgos y desastres dirigidos a los miembros de la comunidad universitaria (administrativos y obreros). • Inserción y desarrollo del eje transversal Prevención y Gestión de Riesgos en el currículo de la UPEL a través de estrategias formales y no formales de aprendizaje. • Inserción en asignaturas afines, como educación ambiental, de Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 114 contenidos relacionados con la prevención y gestión de riesgo. • Diseño e inserción en el currículo de la UPEL de una cátedra o asignatura obligatoria para la totalidad de los estudiantes cualquiera sea su especialidad, referida a la Gestión de Riesgo y Desastre. • Integración en los programas de Postgrado de la UPEL en sus modalidades de Especialización, Maestría y Doctorado, de líneas de investigación en educación, gestión del riesgo y desastre, que contribuyan a incrementar la investigación y la generación de conocimientos sobre el tema. • Implementación de mecanismos e instrumentos de evaluación que permitan medir el impacto de la formación en gestión de riesgo y desastre en el campo laborar del egresado. Capacitación en Educación y Gestión de Riesgos del Proyecto Nacional Como un producto concreto del proyecto surge la propuesta de capacitación, la cual consistió en un taller de 36 horas teórico-prácticas estructurado en alcances, objetivos y contenidos establecidos en el “Programa Preparación para Emergencias – Compañeros de las Américas” de la Oficina Federal deAtención de Desastres paraAmérica Latinay el Caribe (OFDA-LAC/IRG) y el “Curso SeguridadEscolar para Casos de Emergencia” (CUSE). Como resultado de la capacitación y certificación que sobre esta temática recibieron 45 profesores de laUniversidad a través de dos cursos de capacitación (OFDA/LAC – UPEL 2001, 2002) se planteó una reformulación curricular del CUSE basada en nuevos enfoques paradigmáticos de investigación y educación en gestión de riesgos. Se Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 115 incluyeron contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales pertinentes con la organización del Currículo Básico Nacional y el de la Universidad; se incorporan temáticas relacionadas con materiales peligrosos, salud mental y marco legal regulatorio para la gestión de riesgos enVenezuela. Otra modalidad curricular contemplada en el taller de capacitación es la transversalidad constituida por cuatro ejes: educación, saludmental, planificación - desarrollo sostenible y evaluación de procesos (UPEL, 2002; UPEL, 2004). En el Gráfico 2 se destacan los aspectos temáticos y los ejes transversales considerados en la concepción del taller de capacitación. Gráfico 2. Secuencia de Temáticas y Ejes Transversales del Taller de Capacitación Gestión de Riesgos y Reducción de Desastres (UPEL, 2004) El taller constituye una iniciativa más que se desarrolla en la Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 116 UPEL por mandato del Consejo Nacional de Universidades según la resolución emanada del 28 de noviembre de 1997, orientada a desarrollar proyectos y programas enmateria de educación y gestión de riesgos en los ámbitos de aspectos académicos, formación ciudadana y planta física, especificados en el “Plan Hemisférico de Acción del Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Socionaturales” (EDUPLANhemisférico), en la I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos y Desastres Socio-Naturales (1997) y la II Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Socio-Naturales (2000). En este último encuentro se propuso que la gestión de riesgos sea un eje transversal de todo el sistema educativo venezolano como política de Estado. Por lo tanto la promoción de la seguridad escolar se pone de manifiesto en el diseño, implementación y evaluación del taller de capacitación como herramienta para el desarrollo de la cultura preventiva en el perfil del egresado de esta Universidad y los ciudadanos del país. El taller de capacitación producto de la propuesta ha sido dictado en cada uno de los institutos de la UPEL a estudiantes, personal docente, administrativo y obrero así como en la Sede Rectoral de Gato Negro y el edificio Tamarindo en Catia, donde funcionan las oficinas administrativas del Rectorado, Vicerrectorados y otras dependencias de la Universidad (Gráfico 1). Adicionalmente se ha incorporado al pensum de estudios la temática de la Gestión de Riesgos a través de las figuras de cursos optativos y actividades de extensión acreditables, las cuales se pretende transformar en obligatorias con el proceso de modernización y Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 117 transformación del Currículo de Pregrado que actualmente adelanta la UPEL, en concordancia con las políticas emanadas del Ministerio de Educación y Deportes. Productos en el área de investigación del proyecto nacional y las líneas de investigación. Las distintas iniciativas abordadas por esta Universidad, en la temática Gestión de Riesgos, han tenido diferentes niveles de consolidación en cada uno de los Institutos de la UPEL reflejándose en la creación de líneas de investigación en los Pedagógicos de Maracay (Educación y Desastres) y Caracas (Gestión y Educación para la mitigación y Reducción de Riesgo y el Desastre). Esta última forma parte del Núcleo de Investigación Estudios del Medio Físico Venezolano y contempla la ejecución de estudios inter y transdisciplinarios, puntuales, prospectivos y retrospectivos sobre la Gestión de Riesgos, y el papel fundamental de la educación como promotora y fortalecedora de la cultura de la prevención y mitigación de eventos adversos, a nivel local, regional y nacional. Los objetivos principales de esta línea de investigación son: • Destacar la importancia del ciudadano y el docente debidamente educado, en el ejercicio de la cultura de la prevención y mitigación del riesgo en la escuela y su entorno. • Incentivar y apoyar la acción de la comunidad educativa, para el uso de recursos en la prevención y manejo de los riesgos socio- naturales. • Crear condiciones mediante la educación, para que las comunidades se transformen en sujetos autogestionarios en el manejo del riesgo, a través de acciones de prevención. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 118 • Enfatizar en el uso de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), como herramienta fundamental en el análisis geoespacial de los factores físico-ambientales y sociales generadores de riesgos. En esta línea se inscriben y desarrollan proyectos de investigación multidisciplinarios que han logrado financiamiento institucional por parte de la Universidad; así como organismos externos como es el caso de FONACIT. Productos en el área de postgrado del proyecto nacional: Especialización en Educación y Gestión de Riesgos Otras iniciativas son los subprogramas de postgrado en Educación y Gestión de Riesgos propuestas por el Instituto Pedagógico de Caracas y el Instituto Pedagógico de Maracay, las cuales están sujetas a evaluación y revisión por parte del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, el cual decidirá su presentación ante el ConsejoUniversitario para su aprobación y posterior autorización por el Consejo Nacional de Universidades. El subprograma propuesto por el Instituto Pedagógico de Caracas en el Departamento de Ciencias de la Tierra representa una opción para el mejoramiento profesional de los docentes y demás profesionales que se dedican a la docencia, investigación o a la actividad gerencial en el sistema educativo venezolano. La demanda de este subprograma está garantizada por cuanto existe, en el país, un significativo número de profesionales de la docencia en Ciencias de la Tierra, Geografía, Ciencias Naturales, etc., así como otros profesionales como Geógrafos, Ingenieros, Técnicos Superiores, Bomberos, etc., con necesidades de formación en Educación y Gestión de Riesgos. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 119 Los organismos que requieren personal con el perfil profesional propuesto en el subprograma están encabezados por los Ministerios de Educación y Deportes y Educación Superior donde los docentes deben manejar temáticas relacionadas con la Gestión de Riesgos en todos y cada uno de los niveles y modalidades del Sistema Educativo. Igualmente los Organismos de Seguridad Ciudadana como son Protección Civil y Cuerpo de Bomberos, entes de GestiónAmbiental dependientes deAlcaldías y Gobiernos Locales, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, el Instituto Geográfico de Venezuela “Simón Bolívar”, INPARQUES; así como los entes gubernamentales encargados del aprovechamiento de los recursos energéticos y mineros entre los que destacan PDVSA e INGEOMIN, adscritos éstos últimos al Ministerio de Industrias Básicas y Minería. Finalmente debe destacarse que existen varias propuestas en otras instituciones de educación superior para implementar estudios de postgrado equivalentes o de orientación similar. Adicionalmente, a nivel internacional, incluyendoAmérica del Sur, son muy diversos los postgrados que desarrollan esta temática. La Especialización en Educación y Gestión de Riesgos guarda estrecha relación con otros subprogramas de este instituto y de la Universidad en general, tal es el caso de la Maestría en Geografía mención Geografía Física del IPC donde existen líneas de investigación que abordan el estudio de las amenazas naturales y aplicacionesde nuevas tecnologías como los Sistemas de Información Geográfica y el análisis e interpretación de imágenes de satélite. Igualmente en las Maestrías en Educación Ambiental y Enseñanza de la Química se desarrollan proyectos que tienen relación con la Gestión de Riesgos. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 120 Los objetivos fundamentales del subprograma son los siguientes: • Proporcionar una formación especializada a los profesionales relacionados con la Educación y la Gestión de Riesgos y Desastres que respondan al marco físico-natural y social del país. • Desarrollar el manejo conceptual y metodológico de la Educación y la Gestión de Riesgos. • Facilitar técnicas para el análisis y zonificación de los riesgos locales, regionales y nacionales. • Promover la planificación y ejecución de proyectos relacionados con Educación y Gestión de Riesgos, acordes con las prioridades y necesidades actuales de la sociedad venezolana. En concordancia con las necesidades detectadas y atendiendo a los lineamientos del Proyecto de Especializaciones Innovadoras (PROPEI) del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, se propone el plan de estudios presentado en el Cuadro 1. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 121 Cuadro 1 Propuesta de estructura curricular: Especialización en Educación y Gestión de Riesgos del Instituto Pedagógico de Caracas 122 Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 123 Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela El evento hidrometeorológico de 1999 demostró, entre otros aspectos, que la educación venezolana tenía una materia pendiente sobre Gestión de Riesgos, a pesar de: (a) las acciones y lineamientos emanados del recientemente finalizado Decenio Internacional sobre la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN 89- 99 UNESCO); (b) la región latinoamericana con el EDUPLAN Hemisférico ha venido delineando pautas en temas académicos, de participación ciudadana y planta física escolar; (c) la exhortación al sector universitario por parte del Consejo Nacional de Universidades en 1997, para desarrollar programas, planes y proyectos en materia de Educación y Gestión de Riesgos; (d) que la reforma educativa para la Educación Básica en 1998 introdujo en el currículo de la segunda etapa la gestión de riesgos; (e) la incorporación de varios articulados sobre la temática de riesgos y seguridad ciudadana en la Carta Magna de 1999; y (f) el poco alcance obtenido hasta el presente de dar obligatoriedad al EDUPLANhemisférico en la educación venezolana, planteamiento central de las dos Conferencias Hemisféricas del Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Socionaturales celebradas en Caracas en los años 1997 y 2000. En 1999, el recién creado Ministerio de Ciencia y Tecnología definió la agenda de investigación del país, planteando como área temática prioritaria la Prevención de los Desastres Naturales. Con base en ese marco de investigación a nivel nacional, el departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas en el año 2000 presentó una propuesta para esa agenda, la cual fue aceptada, y desde el 13 de marzo de 2001 se dio inicio al proyecto de investigación titulado: Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales asociados a las Cuencas de los ríos Osorio y Piedra Azul, La Guaira, Estado Vargas, financiado por el FONACIT y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL FONACIT S1: 2000000648), para ser ejecutado durante tres años con un financiamiento total de Bs. 94.966.201,42. Desde entonces han participado en el mismo estudiantes de pregrado, postgrado y docentes investigadores adscritos en su mayoría al departamento de Ciencias de la Tierra, entre los que cabe mencionar: Simón Ruíz, Ana Iztúriz, Carlos Suaréz, Henry Pacheco, América García, Maximiliano Bezada., Marlene Torrealba, Williams Mendéz, Ysley Perdomo, Belkis Devia,Angélica Tineo, José Rubio, Carolina León, Zuleika González, Johana Barreto, Juan Carrera y Zaira Balllesteros. Actualmente el proyecto ha cumplido con dos años de ejecutoria, correspondientes a las fases de determinación del riesgo y la del diseño e implementación de la campaña educativa. En el tercer año del proyecto se evaluará el nivel de impacto, relevancia, efectividad, eficiencia y sustentabilidad de la intervención escolar (sobre educación y gestión de riesgos), desarrollada en los centros educativos seleccionados. Contextualización de la campaña educativa La campaña educativa con el enfoque escuela-comunidad para la gestión de riesgos en el Estado Vargas, se contextualiza como un conjunto de esfuerzos pedagógicos orientados hacia la intervención temporal de varios centros educativos sobre esta temática, en las parroquias Maiquetía y La Guaira. El enfoque escuela-comunidad está apoyado en los planteamientos de Charlita (1987), Mercado (1996), Esté (1994), y Gagné y Briggs (2002), para quienes el centro Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 124 educativo se cohesiona, cuestiona y transforma en función del entorno social, cultural, histórico y económico, y que desde nuestra visión debe ser el pilar fundamental para el desarrollo de la cultura preventiva. La presente campaña educativa incorpora recursos, métodos y estrategias unificadas en una acción pedagógica que pretende superar o mejorar las que ya se desarrollan en el aula sobre gestión de riesgos, y se traduce en una innovación educativa como una experiencia piloto nacional para ser conocida, transferida y aplicada a contextos similares. Se trata así de promover la cultura de la prevención y de la organización comunitaria basada en políticas nacionales e internacionales, estrategias institucionales y de aula donde la escuela, los padres, representantes, responsables y la comunidad son actores sociales en mancomunidad para enfrentar la vulnerabilidad de los entornos externo e interno con sus amenazas y riesgos, y donde deben prevalecer los valores vitales, afectivo-sociales, éticos, estéticos, intelectuales, espirituales, físicos y religiosos, en la apropiación de aprendizajes significativos, capacidades, habilidades y actitudes para actuar congruentemente (Pereira de Goméz, 2002; Garza y Patiño, 2004). Los objetivos generales de la presente investigación son: 1. Caracterizar y analizar la dinámica del medio físico en las cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul a fin de determinar las áreas de riesgos generadas por eventos de origen natural y socionatural, en los centros educativos y comunidades. 2. Recomendar medidas de prevención y mitigación específicas derivadas de la dinámica ambiental evaluada, que puedan ser abordadas desde el sector educativo. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 125 3. Diseñar, implementar y evaluar una campaña educativa comunidad- escuela para desarrollar estrategias de acción pertinentes y específicas, dirigidas a la gestión del riesgo y la reducción de la vulnerabilidad en varios centros educativos del estado Vargas. Los objetivos específicos son los siguientes: 1. Elaborar los mapas de riesgos y recursos comunitarios para cada centro educativo. 2. Diagnosticar los niveles de aprendizajes, actitudes y valores de estas comunidades sobre los riesgos socionaturales más frecuentes del área. 3. Sensibilizar a los integrantes de sector escuela-comunidad educativa acerca del riesgo que representan los asentamientos humanos en áreas susceptibles de ser erosionadas, emovidas y afectadas por deslizamientos, inundaciones y aludes torrenciales. 4. Informar a la comunidad educativa o asociación civil educativa, sobre las causas que dan origen a fenómenos hidrometeorológicos en la vertiente norte de la Cordillera de la Costa, y que causan eventos de gran impacto como aludes torrenciales y susdesastrosas consecuencias materiales y psicológicas en la población. 5. Implementar en cada centro educativo el plan de seguridad escolar ante emergencias o desastres, con la participación de todos los integrantes del centro educativo respectivo. 6. Capacitar a los miembros de cada centro educativo (docentes, alumnos, administrativos, obreros, padres y representantes), para generar acciones- respuestas conjuntas y coordinadas ante los desastres socio-naturales, como vía para la mitigación de los riesgos. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 126 7. Proponer acciones estratégicas a la comunidad y a la escuela derivadas de los problemas o riesgos socionaturales detectados, a los efectos de mitigar las amenazas permanentes. 8. Evaluar a corto y mediano plazo cuáles de las acciones estratégicas propuestas durante la campaña educativa generaron niveles de mitigación ante los riesgos socionaturales inventariados. 9. Recomendar a los organismos del Estado y al gobierno local, sobre la necesidad de utilizar la planificación estratégica y prospectiva en la mitigación de los riesgos socionaturales del sector. Fundamentación metodológica Las bases teóricas que apoyan esta investigación se basan en el modelo y el enfoque humanista de Maslow (1975), y en el pensamiento complejo y la incertidumbre de Morin (2001). La investigación se inserta en el paradigma cualitativo-interpretativo, de campo, de carácter descriptivo (Martínez, 1994), y se fundamentó en un diseño de estudio de casos a través de la aplicación del método etnográfico, donde a través de observaciones vivenciales, se identificaron y analizaron las condiciones de riesgo, así como la vulnerabilidad de cada centro educativo para operacionalizar las posibles soluciones y mejorar las condiciones de seguridad escolar. Igualmente, parte de las técnicas cualitativas utilizadas fueron la observación directa en el campo, registros anecdóticos, fotográficos, fílmicos, entrevistas no estructuradas, charlas informativas, y mini- talleres para los alumnos. La muestra de los centros educativos seleccionados fue discrecional en cuanto a su dependencia o adscripción administrativa, ubicación en la cuenca baja de los ríos de ambas parroquias, grado de afectación por el evento de aludes torrenciales en diciembre de 1999, Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 127 funcionamiento como refugio o centro de acopio durante ese evento, condición de público o privado, integrales o de medio turno, o estar ubicados en zonas residenciales, comerciales o casco histórico. El diseño y planificación de la campaña educativa comprendió las siguientes fases fundamentales: • Búsqueda de información sobre aspectos físico-naturales y socioeducativos. • Diseño de juegos didácticos estructurados y no estructurados (individuales y grupales): sopas de letras, laberintos en cuatro series temáticas (terremotos, inundaciones, derrumbes, incendios), memorias en cinco series temáticas (terremotos, inundaciones, derrumbes, incendios y riesgo social) y una ruta SALTARIESGOS. • Modificación de la matriz FEDE (s/f) para los centros educativos, ajustada a la data físico-natural y socio-educativa específica de este proyecto, la cual se denominó matriz FEDEmodificada UPEL (2004). Implementación de la campaña educativa En esta fase de desarrollo del proyecto de investigación que nos ocupa se llevaron a cabo las siguientes acciones: • Visita a los planteles y entrevista con el cuerpo directivo, para la promoción de la campaña educativa. • Elaboración del cronograma de actividades. • Sensibilización e información en materia de educación y gestión de riesgos dirigida a los docentes, administrativos, obreros, padres y representantes, a través de charlas temáticas. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 128 • Diagnóstico de amenazas, riesgos y recursos comunitarios internos y externos al centro educativo, a través de trabajos de campo y la aplicación de la matriz FEDE modificada UPEL (2004). • Elaboración del plano del centro educativo para la señalización de las rutas de emergencia o escape. • Elaboración del mapa comunitario de riesgos y recursos con la simbología correspondiente. • Conformación del comité de seguridad escolar según el modelo Plan COLM (MARAVEN- PDVSA, 1992). • Montaje de pendones temáticos referidos a inundaciones y calidad del agua de los ríos Osorio y Piedra Azul. • Validación y aplicación de juegos instruccionales estructurados y no estructurados. • Montaje de carteleras informativas sobre terremotos e inundaciones. • Elaboración de la matriz para la organización-respuesta en gestión de riesgos y reducción de desastres (en función de terremotos, inundaciones repentinas, incendios y derrumbes), dirigido a cada centro educativo en términos de: situación adversa, tiempo de recurrencia, ubicación, riesgos/ vulnerabilidad y organismos de apoyo. • Elaboración y ubicación de la señalización preventiva escolar según la Norma COVENIN N° 187:2003. • Realización de simulacros de evacuación por aulas, así como internos y externos de toda la institución, según la Norma COVENIN (Anteproyecto 1 8:-004) y estrategias propias. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 129 • Solicitud de apoyo a los Bomberos de Vargas, Policía Administrativa y Protección Civil para la realización de los simulacros externos. • Presentación de grupos culturales: Grupo Cuentacuentos (IPC) y Teatro de Barrio (Los Teques, Estado Miranda). Resultados del diagnóstico, desarrollo e implementación de la campaña educativa La campaña educativa se llevó a cabo durante los años escolares 2003-2004/ 2004-2005 en cinco planteles educativos, cuatro de ellos públicos y uno privado: U.E.E. “La Guaira”, U.E.I.B. “Sergio María Recagno”, E.B. “Fernando Toro” y U.E. “Manuel Segundo Sánchez” y U.E. “Salto del Ángel. Para el caso de la parroquia La Guaira fueron atendidos los centros educativos U.E.E. “La Guaira” (LG), y la U.E.I.B. “Sergio María Recagno” (SMR). La población estudiantil total de la parroquia La Guaira para el año 2003-2004 fue de 3.529 alumnos. Se atendió en estos dos planteles un 26, 9% de ellos, respecto a la población escolar total de esta parroquia. En la parroquia Maiquetía fueron visitados tres planteles: E.B. “Fernando Toro” (FT), Colegio “Salto del Ángel” (SA) y U.E.N. “Manuel Segundo Sánchez” (MSS). La matrícula total atendida en estos planteles fue de 1.967 alumnos respecto a la población total de la parroquia, la cual es de 11. 296 estudiantes, lo que representó un 17,4 %. La U.E.N. “Manuel Segundo Sánchez” suspendió sus actividades a partir de la segunda semana de febrero 2005, motivado por las lluvias torrenciales que trajeron como consecuencia, albergar a más de 240 damnificados hasta el mes de julio. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 130 La cobertura de cada actividad por grupo-integrante de la comunidad educativa, varió significativamente entre cada uno de los planteles. Todos los alumnos y docentes asistieron a la charla sobre seguridad escolar, y a los simulacros de evacuación por aula e interno del plantel simultáneamente. El comité de seguridad escolar se constituyó solo en tres (LG, (SMR, FT) de los centros educativos, y no fue requerido en el colegio privado (SA). Los alcances del comité de seguridad escolar requirieron de varias reuniones de trabajo, discusiones sobre las rutas de evacuación externa y las zonas de concentración. Se aplicó la matriz CUSE para la operacionalización de cada riesgo interno del plantel con propuestas de solución a corto, mediano y largo plazo. Para cada centro educativo se identificaron riesgos y recursos comunitarios específicos. Los dendogramas de afinidad indican solapamientos en cuanto a las amenazas naturales, riesgos socionaturales y recursos comunitarios, para atender la emergencia en cada centro educativo. Los mapas de riesgos y recursos comunitarios materiales, humanos o institucionales, reflejan desequilibrios en cuanto a su capacidad de respuestao de preparación ante un evento adverso catastrófico. La validación y aplicación de los juegos instruccionales permitió el entrenamiento y capacitación en el manejo de estos recursos para el aprendizaje, por parte de los docentes de aula y los estudiantes de pregrado incorporados al proyecto. La señalización de las rutas de salida/emergencia estuvo ausente en todas las instituciones educativas públicas visitadas, y solo presente en el plantel privado Salto del Ángel. Hubo carencia de los sistemas de detección y extinción de incendios en las instituciones públicas visitadas. Todos los planteles tienen transformadores y cables eléctricos externos próximos a las Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 131 fachadas externas, que en caso de un evento sísmico bloquearían las salidas de emergencia o generarían electrocuciones. Solo tres planteles disponían de los planos de su planta física. Logros, limitaciones y retos de la campaña educativa • La disposición y cooperación para el trabajo desarrollado fue óptima tanto a nivel del personal directivo, como de los docentes, alumnos, administrativos y obreros, en las actividades contempladas en la campaña educativa. • La campaña de seguridad escolar debe ser reforzada periódicamente en las instituciones visitadas, para satisfacer las expectativas de cada uno de sus miembros con relación al tema de los riesgos, y realizar un seguimiento a las actividades desarrolladas para solucionar los problemas existentes. • Las charlas sobre los planes de seguridad escolar permitieron al equipo de investigación UPEL, la oportunidad de dar a conocer los alcances de la campaña educativa sobre gestión de riesgos. Igualmente éstas lograron sensibilizar, motivar y centrar la atención de los miembros de la comunidad educativa, para la conformación de los comités de seguridad escolar. • El plan de seguridad escolar diseñado para cada centro educativo requerirá de un esfuerzo permanente de todos sus integrantes, para el desarrollo de las actividades propuestas a corto, mediano y largo plazo. Se utilizó la Norma COVENIN 3791:2002. • Los planes de evacuación fueron desarrollados empleando las rutas de salida y entrada comúnmente usadas por el personal de las instituciones, sin necesidad de cambiar los hábitos existentes o realizar inversiones económicas adicionales por parte de las instituciones estudiadas. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 132 • El diseño, la validación y aplicación de los juegos instruccionales utilizados, constituyeron herramientas metodológicas muy exitosas para el desarrollo de la cultura preventiva en los centros educativos estudiados. • Se realizó el levantamiento cartográfico en tres de los cinco planteles estudiados para ubicar la señalización preventiva según la Norma COVENIN 178: 2003. • Los simulacros de evacuación por aula, el interno y el externo (sólo en la UEE “La Guaira”) ejecutados en las instituciones visitadas, no generaron estados de pánico, personas lesionadas, pérdida o extravío de algún objeto personal e institucional, o daños materiales. • Se proponen algunos indicadores para riesgos internos y externos de los planteles estudiados, mediante la utilización de una matriz binaria cuali-cuantitativa, como herramienta de análisis conducente a la definición de posibles escalas o rangos de riesgo/vulnerabilidad, cuando se amplíe el número de instituciones intervenidas. • Los productos académicos obtenidos hasta el presente son: un trabajo de grado (maestría), un proyecto doctoral, cinco tesinas de pregrado, diez presentaciones en eventos internacionales, treinta y cuatro ponencias en eventos nacionales, catorce conferencias por invitación, un artículo publicado en una revista científica arbitrada e indexada y un cuento inédito. Finalmente como equipo de investigación UPELhemos asumido el reto de apoyar el inmenso esfuerzo educativo que todavía debe implementarse en el Estado Vargas y en todo el país, pues así lo presentó Venezuela en la reunión preparatoria a la II Cumbre de la Tierra en Johannersburgo en el 2002, donde lo calificó como un Asunto Crítico Emergente para la Educación Venezolana. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 133 Reflexión final El rol de la UPEL en la Gestión de Riesgos en Venezuela en los últimos ocho años (1998-2006) se ha materializado en los tres proyectos educativos mencionados - Educar para Situaciones no Previstas, Proyecto nacional Investigación, Educación y Gestión del Riesgo y Desastre y Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela, los cuales han permitido iniciar una labor que aspira convertirse en permanente mediante la institucionalización de la prevención y mitigación de riesgos en todos los Institutos Pedagógicos repartidos a lo largo y ancho de la geografía venezolana. Es una tarea pionera donde las Universidades apenas comienzan a desarrollarse, con una cobertura limitada de acción, que no atiende a las necesidades de amplios sectores de la sociedad en condiciones de vulnerabilidad. La creatividad e innovación educativas deben ser los aliados de la UPEL en esta loable acción, y sus integrantes deben ser los primeros comprometidos en desarrollar esa cultura preventiva de la cual carecemos y que se ha evidenciado lastimosamente en los eventos adversos de triste recordación como son el terremoto de Cariaco en 1997 y el desastre de Vargas en diciembre de 1999. Un aspecto que debe tener presente la UPEL es incentivar la sinergia con instituciones de diversa índole que tienen los mismos objetivos en relación con los riesgos y desastres; no debe funcionar como un mundo aislado sino compartir, no competir, con esas instituciones. Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco 134 La UPEL y el Ministerio de Educación deben promover los cambios educativos que permitan acercarnos al desarrollo de la cultura preventiva, con iniciativas y referentes sobre gestión de riesgos. Durante los últimos ocho años se han acumulado experiencias, logrando avances significativos en esta temática. Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional 135 Referencias Barrientos, Y; Iztúriz, A; Suárez, C; Romero, Y; y Méndez, W. (1999). Pueblos Costeros y la Incidencia de Desastres Naturales. Cuadernos N° 1. Serie Ciencias de la Tierra, Ambiente y Comunidad, Caracas: FEDEUPEL. Barrientos, Y. (2000.) La importancia de la investigación como herramienta fundamental para reducir la vulnerabilidad de eventos adversos. Extensión Universitaria. 7 (2): 26-28. Caracas. Charlita, M. (1987). Desarrollo de la comunidad, definición, interpretación, teórica y práctica. Caracas: Ediciones Centauro. Chávez, J. (2000). 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Taller de capacitación gestión de riesgos y reducción de desastres. Programa analítico. Vicerrectorado de Investigación y Postgrado. Proyecto nacional investigación, educación y gestión de riesgos, Caracas. 141 ESTRATEGIAS INSTRUCCIONALES Y PEDAGÓGICAS PARAELAPRENDIZAJE DEAMENAZAS Y RIESGOS SOCIONATURALES EN LAESCUELABÁSICA, ESTADO VARGAS, VENEZUELA Yolanda Barrientos Ch(1.; Ana Iztúriz M.(1); América García G.(2) y Simón Ruíz B.(1) Universidad Pedagógica Experimental Libertador IPC (1) Universidad Pedagógica Experimental Libertador IPM (2) Departamento de Ciencias de la Tierra Introducción A lo largo de las últimas cuatro décadas se han realizado numerosas reuniones internacionales, con sus respectivas declaraciones, como esfuerzos globales para el avance del conocimiento, la educación, la formulación de políticas y agendas de trabajo sobre temas ambientales, la reducción de los desastres y la gestión de riesgo. El ente responsable de cada uno de estos eventos ha sido la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que desde 1972, en Estocolmo, celebró la primera Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente Humano centrada en el deterioro ambiental, luego en 1992 se realizó la Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que enfatizó la protección del medio ambiente, el desarrollo social y económico fundamentales para el desarrollo sostenible. Posteriormente se llevó a cabo la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en el 2002, para poner en práctica el concepto de desarrollo sostenible, con el consenso mundial en la búsqueda de las mejores alianzas entre los países. Es importante señalar que la declaración de Johannesburgo plantea en el principio Nº 13 lo siguiente: El medio ambiente mundial sigue deteriorándose. Continua la pérdida de biodiversidad y agotándose las poblaciones de peces; la desertificación avanza cobrándose cada vez más suelos fértiles; ya se hacen evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los desastres naturales más frecuentes y más devastadores, y los países en desarrollo se han vuelto más vulnerables, tanto que la contaminación del aire, el agua y los mares sigue privando a millares de seres de una vida digna. Esto conduce a la consideración relevante del tema de la reducción de riesgos de desastres entre las comunidades vulnerables. Este principio es el producto de otra conferencia mundial previa de las Naciones Unidas, celebrada en Yokohama, Japón en 1994, donde se estableció la Estrategia y el Plan de Acción de Yokohama para un Mundo más Seguro basada en los siguientes marcos normativos: Gobernabilidad, lineamientos institucionales para la reducción de los riesgos; identificación, evaluación, vigilancia de los riesgos y alerta temprana; gestión de conocimientos y educación; reducción de los factores de riesgos subyacentes, preparación de actividades eficaces de recuperación y respuesta y los mecanismos de aplicación. Resulta importante señalar el rol de la educación como el medio más adecuado para crear una cultura sobre riesgos que garantice la reducción de los eventos adversos en el sector universitario, el desarrollo sostenible, la gestión de información y capacitación (Organización de la Naciones Unidas, 2005 a). Otro aspecto importante del Plan de Acción fue el uso de la ciencia y la tecnología para generar los conocimientos, normativas, recomendaciones y formación de recursos humanos especializados en la percepción y evaluación de amenazas y riesgos. Un esfuerzo paralelo realizado por la Organización de Naciones Unidas fue declarar la década de los 90 como el Decenio Internacional para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 142 Naturales (DIRDN) decretado en 1987, que impulsó en 1996 a la estructuración del Plan Hemisférico de Acción del Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Socionaturales (EDUPLANhemisférico) (Chávez, 1999 b; 2000). Posteriormente durante los años 2001-2002 se diseñó la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD-ONU) entendida como la herramienta educativa para la reducción de la vulnerabilidad física de los planteles y la preparación de las comunidades educativas ante los desastres. Otra Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres fue la celebrada en enero de 2005 en Kobe, Hyogo, Japón (ONU, 2005 a, b), con el propósito central dirigido hacia la construcción de la resiliencia en las naciones y las comunidades ante los desastres. Uno de los cinco principios de la Declaración de Hyogo como Plan de Acción para los años 2005-2015 propone, promover la cultura de la seguridad a través del uso del conocimiento, de la innovación y la educación para desarrollar la seguridad y la resiliencia a todos los niveles de la sociedad (Organización de las Naciones Unidas, 2005 b). El plan ofrece asistencia a las naciones y comunidades que realizan esfuerzos para afrontar y manejar las amenazas que ponen en riesgo los beneficios del desarrollo y su calidad de vida. Más recientemente se celebró laConferencia Internacional sobre Reducción de Desastres, en la ciudad de Davos, Suiza en agosto de 2006, que representó un encuentro técnico basado en los objetivos de la gestión de riesgos delineados en la Declaración de Hyogo y el Plan de Acción 2005-2015 Desarrollando la Resilencia de las Naciones y las Comunidades ante los Desastres.Las áreas temáticas de la conferencia internacional fueron: Gestión de Riesgos y Desarrollo Sustentable, Género y Desastres, Vulnerabilidad Ambiental, Educación, Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 143 Conocimiento y Conciencia, Seguridad de la Sociedad y Dimensiones Regionales. Se enfatizó en la implementación de la “last mile”. Los puntos de discusión fueron los riesgos relacionados con amenazas naturales y las fallas tecnológicas e igualmente los riesgos humanos emergentes generadores de pandemias, terrorismo y cambios climáticos, bajo enfoques integrados y participativos. Esta conferencia fue un foro para quienes toman decisiones, científicos y comunidad de práctica para intercambiar ideas y en cómo abordar los desastres y riesgos utilizando metodologías que reflejen el estado del arte en el tema. Este camino de Estocolmo a Davos constituye el marco mundial bajo el cual se configuran programas enmateria educativa y se ejecutan acciones que evidencian la evolución del enfoque paradigmático desde la atención de la emergencia hasta la gestión de riesgos en América Latina y el Caribe. En la búsqueda de un nuevo paradigma sobre la gestión de riesgos, es menester que la educación ofrezca a los distintos sectores vinculados con el tema, el personal capacitado y formado para el reto que implica construir un mundo más seguro y sincronizar los estilos de vida y los modelos de desarrollo de la sociedad dentro de la visión realista de estar en un planeta dinámico con amenazas naturales y antrópicas con las cuales la sociedad debe convivir. Igualmente se intenta reducir los daños que los eventos adversos puedan causar traducidos en pérdidas de vidas, de bienes materiales, colapsos en la economía y la degradación del ambiente (Organización de las Naciones Unidas, 2005 b). Recientemente la EIRD-ONU y sus socios han planteado dos temas principales: la educación sobre el riesgo de desastres y la seguridad de las instalaciones educativas como parte de la Campaña Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 144 Mundial titulada La Reducción de Desastres Empieza en la Escuela 2006- 2007. Esta campaña tiene por finalidad informar y sensibilizar a los gobiernos, comunidades e individuos para garantizar que el tema de la mitigación de riesgos se integre en los planes de estudio de las escuelas, así como también se consolide la modernización y adecuación de la planta física escolar especialmente en ambientes educativos vulnerables. En Venezuela, el evento hidrometeorológico de 1999 demostró las carencias educativas en materia de gestión de riesgos; a pesar de las acciones y lineamientos emanados del recientemente finalizado Decenio Internacional sobre la Reducción de Desastres Naturales (DIRD 89- 99) y de contar la región latinoamericana con el EDUPLANhemisférico que ha venido delineando pautas en temas académicos, de participación ciudadana y planta física escolar. Por otra parte se ignora, la exhortación dirigida al sector universitario por parte del Consejo Nacional de Universidades en 1997, que sugiere el desarrollo de programas, planes y proyectos en materia de Educación y Gestión de Riesgos y de los contenidos sobre riesgos introducidos en la reforma del Currículo Básico Nacional para la Educación Básica en 1998. Lo anterior ha traído como consecuencia que todavía no se haya conformado una verdadera cultura preventiva; no obstante la incorporación de varios articulados relacionados con la temática de riesgos y seguridad ciudadana tanto en la Carta Magna de 1999 como en otras leyes y normas previas. Además de ello, la Agenda de Investigación sobre la Prevención de Desastres desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el FONACIT, aunque ha apoyado un sin número de proyectos de investigación y desarrollo sobre esta temática, no han podido todavía consolidar una verdadera plataforma de mitigación tecnológica ante los eventos adversos (Barrientos, 2002, Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 145 2005 a, 2005 b). Esto se evidencia por el poco alcance obtenido hasta el presente para dar obligatoriedad al EDUPLAN hemisférico en la educación venezolana, planteamiento central de las dos Conferencias Hemisféricas del Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres Socionaturales celebradas en Caracas en los años 1997 y 2000. La Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), entre otras universidades, como la Universidad Central de Venezuela, Universidad de Los Andes, Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”, Universidad de Falcón, Universidad Experimental de Guayana, han centrado sus esfuerzos en el desarrollo de proyectos de investigación y otras acciones formativas en materia de educación y gestión de riesgos desde 1998 con el Proyecto Educar para Situaciones No Previstas desde el Vicerrectorado de Extensión y luego con el Proyecto Investigación, Educación y Gestión de Riesgos en 2002 desde el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado. Esto se ha constituido en un esfuerzo conjunto de todos los institutos que integran la UPEL, con retos y logros en los objetivos traducidos en el número y calidad de los productos de investigación y extensión generados hasta el presente. Antecedentes Internacionales y Nacionales sobre Estrategias Instruccionales y Pedagógicas en Educación y Gestión de Riesgos Entre las estrategias internacionales relacionadas con la temática de la reducción de riesgos, se pueden mencionar: Serie Hablemos sobre los Deslizamientos de Tierra elaborada en Colombia en 1991 y el Manual para Docentes a Nivel Primario sobre Prevención Sísmica diseñado en Argentina en el año 1998. Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 146 Como parte del material de una publicación periódica de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica (UNED), existe una sesión denominada Biopasatiempos que contiene una sopa de letras con el título de Desastres (Donato, 1997). Durante el DIRDN (1990- 2000) se diseñaron guías de trabajo sobre juegos y proyectos educativos, entre ellos, Conozcamos los Desastres Naturales: Juegos y Proyectos para Tí. Por su parte, la Organización de la Naciones Unidas y la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres en el 2003 publicaron un manual denominado Aprendamos a Prevenir los Desastres que contiene los conceptos fundamentales de la gestión de riesgos, y estrategias educativas de juegos estructurados y no estructurados. Cabe destacar la presentación del juego de tablero Riesgolandia, el cual ha sido traducido a más de 10 idiomas, incluyendo lenguas indígenas. Malmold y Balmaceda (2005) diseñaron un juego multimedia interactivo para simular diferentes situaciones que afectan la infraestructura escolar y las conductas humanas durante un movimiento sísmico. Otro material instruccional de importancia lo constituye las fichas elaboradas por el Instituto Nacional de Defensa Civil de Perú denominada Fenómenos Naturales y Tecnológicos, las cuales forman parte del Programa APRENDIENDO A PREVENIR que está dirigido a maestros y alumnos. Estas fichas tienen como finalidad el logro de aprendizajes y desarrollo de capacidades, actitudes y valores que contribuyan a fortalecer la cultura de prevención desde la educación formal, sirviendo de apoyo para el trabajo de aula vinculado con la producción de textos, lectura comprensiva, pensamiento lógico matemático, pensamiento social, sentido de pertenencia, respeto y cuidado al ambiente. Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 147 En el caso del Sistema Educativo Venezolano, se cuenta con limitados recursos instruccionales sobre gestión de riesgos y prevención de desastres, especialmente los relacionados con amenazasnaturales y eventos socionaturales. Una de las pocas acciones es la ejecutada en el año 1979 por la Comisión Estadal de Asesoría (CEAPRIS) convertida luego en la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico, que elaboró numerosas estrategias metodológicas paralelas al currículo de las Escuelas Integrales en el Estado Mérida. Además de ello, se capacitó a los docentes en servicio por medio de talleres y otras actividades. Sin embargo, esta experiencia lamentablemente no pudo ser transferida al resto de las escuelas del país con niveles de amenaza sísmica significativa. Las lecciones aprendidas de FUNDAPRIS han permitido mejorar las metodologías de capacitación docente para grupos que posteriormente han tenido que abordar este proceso bajo las premisas de otras investigaciones educativas relacionadas con la educación y la gestión de riesgos (Cárdenas, E. de; Sánchez, T. de y Quintero N. de, 1992). En el año 1996, el Centro Nacional para la Enseñanza de la Ciencia (CENAMEC) elaboró un juego instruccional denominado Placas Tectónicas, dirigido a los alumnos del séptimo grado de la Escuela Básica, para ser ejecutado en dos horas de clase (período de laboratorio). Los objetivos que se propusieron fueron: localizar continentes y océanos, ubicar las grandes placas tectónicas e identificar las cordilleras montañosas continentales. El juego permite la participación y estimula la competencia entre los alumnos, motivándolos a mejorar los tiempos de ensamblaje del rompecabezas. Además le permite al docente orientar las discusiones sobre las implicaciones de riesgo que poseen los distintos límites de placas y los movimientos asociados con Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 148 fenómenos naturales como sismicidad, volcanismo, formación de montañas, fosas tectónicas, actividad geotermal y los yacimientos minerales con importancia económica, entre otros. En 1997 la Fundación Venezolana para la Investigación Sismológica en Venezuela (FUNVISIS) creó el Aula Sísmica Madeleilis Guzmán bajo los lineamientos geofísicos y pedagógicos del Dr. André Singer y la Prof. Flor Ferrer de Singer. El brazo educativo de FUNVISIS cuenta con un ambiente instruccional (Aula Sísmica) especialmente diseñado para el desarrollo de talleres y otras estrategias que abordan aprendizajes relacionados con la amenaza sísmica, medidas de prevención y realización de simulacros de evacuación. El Aula Sísmica recibe permanentemente grupos de alumnos de todo el Distrito Capital y estados vecinos, sus facilitadores se trasladan a los centros educativos más distantes del país. Igualmente la página WEB de FUNVISIS dispone de un sitio donde las medidas preventivas a seguir en caso de terremotos están en formato interactivo para estimular el interés de niños y adultos. La revista periódica EsCiencia publicada por Fundación Polar desde 1997, de distribución gratuita en las bibliotecas escolares, representa un alto esfuerzo pedagógico para mejorar la enseñanza de la ciencia y la matemática, la educación ambiental, la biodiversidad, el conservacionismo y el desarrollo sustentable. El diseño y la diagramación de los textos e ilustraciones, escritos y electrónicos, así como las estrategias didácticas propuestas constituyen un apoyo didáctico para el docente en el aula así como también para los alumnos, padres y representantes. Otra estrategia que merece ser mencionada es el juego instruccional denominado Rompecabezas Ecológico elaborado por Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 149 Otero y colaboradores (2001). Este juego está dirigido al séptimo grado de la Escuela Básica planteándose ideas y relaciones fundamentales entre el ser humano y su ambiente. Lo antes mencionado evidencia que las estrategias instruccionales no son suficientes ni en número ni en especificidad de contenidos relacionadas con la temática de la reducción de riesgos y desastres, ante la vulnerabilidad del país a las amenazas naturales, tecnológicas, biológicas y sociales. Esto debe llevar a la reflexión a todo el sector educativo sobre la necesidad de diseñar y aplicar programas y estrategias instruccionales tanto en la educación formal como no formal con énfasis en la identificación de riesgos, preparación y medidas preventivas especialmente en centros educativos vulnerables. Objetivos, Bases Teóricas y Metodología de Trabajo para la Elaboración de las Estrategias Instruccionales y Pedagógicas en Educación y Gestión de Riesgos El propósito de la presente investigación fue diseñar, aplicar y validar varias estrategias instruccionales y pedagógicas relacionados con temáticas de terremotos, inundaciones, derrumbes, incendios, y riesgos sociales. Entre estas actividades están los juegos tanto estructurados como no estructurados, unidades didácticas sobre terremotos e inundaciones, específicamente pertinentes con la realidad físico-natural y socio-educativa del Estado Vargas. Los centros educativos seleccionados fueron:U.E.E. La Guaira, U.E.I.B. Sergio María Recagno, U.E. Fernando Toro, Colegio Salto del Ángel y U.E.N. Manuel Segundo Sánchez, y se aplicaron a los alumnos y docentes de Educación Inicial, Primera, Segunda y Tercera Etapa de Educación Básica durante el año escolar 2004-2005. Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 150 Como parte de la metodología empleada para el diseño de las estrategias instruccionales y pedagógicas, se tomaron los contenidos conceptuales, actitudinales y procedimentales presentes en el Currículo Básico Nacional para la Primera y Segunda Etapa en las diferentes áreas de conocimiento como parte del Eje Transversal Ambiente (Cuadro 1). Cuadro 1 Lista de contenidos relacionados con gestión de riesgos presentes en el Currículo Básico Nacional (1998) y contemplados en las estrategias instruccionales y pedagógicas implementadas en los centros educativos del Estado Vargas Las bases teóricas que apoyan el presente trabajo están enmarcadas en el modelo humanista de Maslow (1975), el pensamiento complejo y la incertidumbre de Morin (2001). Maslow basa su teoría en el proceso de autorrealización del hombre, mediante su propio desarrollo y para la sociedad donde se desenvuelve, previa satisfacción de etapas o grupos de necesidades básicas y complejas, como fisiológicas, seguridad, afecto, pertenencia a un grupo, Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 151 reconocimiento, información, comprensión del mundo y disfrute de la belleza (Sandia, 1996; CEAC, 2002). Se apoyó la investigación en la Teoría del Desarrollo Cognitivo y la interacción social propuesta por Calero (2003) y Ríos (2004). La investigación desarrollada fue cuali-cuantitativa, del tipo de campo y de carácter descriptivo (Martínez, 1994). Las técnicas utilizadas fueron la observación y notas de campo, registros fotográficos y fílmicos, entrevistas no estructuradas, aplicación de instrumentos tipo pretest, postest, matrices y encuestas de opinión. El diseño de las estrategias instruccionales y pedagógicas se fundamentó en un modelo basado en el logro de procesos cognitivos básicos como observación, comparación, memorización y el seguimiento de instrucciones en la temática de riesgos y medidas preventivas (Szczurek, 1999; Ríos, 2004). A través de esta estrategia se estimula la comprensión lectora, el razonamiento lógico y la complejidad-incertidumbre de los riesgos socio-naturales (García, Granier, Moreno, de Ochoa, Ramírez y Zuvia, 2002; Morin, 2001). Todas las modalidades de juegos aplicados se diseñaron con figuras originales a color, y se utilizaron los programas digitales Freehand y Photoshop para la diagramación y montajes de textos y se editaron en material plástico, brillante con colores fuertes, de alta durabilidad y elaborados en imprenta digital. El juego de memoria consta de cinco series temáticas:terremotos, derrumbes, inundaciones, incendios y riesgos sociales. Cada serie tiene cinco pares de cartas, las cuales incluyen definiciones, procesos y medidas preventivas (antes, durante y después del evento adverso) vinculadas a las temáticas mencionadas, intencionalmente señaladas en algunas series y omitidas en otras para que el docente, junto a los alumnos, Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 152 den secuencia lógica temporal a las medidas preventivas indicadas. El facilitador puede combinar series temáticas de acuerdo a un interés particular, el de los alumnos y/o por lo planificado en el avance curricular específico de cada nivel educativo. Las sopas de letras y laberintos fueron planificadas para los alumnos de la primera etapa, concebidos para lograr asociaciones de términos relacionados con eventos adversos dominantes en el área de estudio y motivarlos hacia la comprensión de éstos. En el diseño de cada una de las temáticas, se buscó el equilibrio entre los contenidos conceptuales, actitudinales- valorativos y procedimentales (Cuadro 1). El juego interactivo de tablero SALTARIESGOS permite presentar la complejidad e integralidad de las amenazas y los riesgos socio-naturales adaptado a las condiciones de vulnerabilidad del estado Vargas y puede ser utilizado en zonas con paisaje de costa- montaña. Pueden participar de 3 a 6 jugadores, contiene mensajes asociados con las casillas de avance, retroceso y de parada, donde se promueve la comprensión lectora de los participantes así como también el respeto por el seguimiento del juego. Bajo el planteamiento de que todos los participantes son ganadores, se estimula a los mismos a cooperar hasta que complete el recorrido el último jugador (Gráfico 1 ver página 162). Se diseñaron simulaciones a través de talleres: el primero titulado Jugar a Protegernos para los alumnos de la Educación Inicial y otro para la primera, segunda y tercera etapa de Educación Básica, con el propósito de preparar los simulacros de evacuación por aula, internos y externos en los centros educativos. Las simulaciones-taller comprenden estrategias de autoprotección en el aula para los alumnos y el facilitador en tres tiempos: Protéjanse (T1), Párense (T2) y Salgan (T3) hacia la zona de seguridad del Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 153 154 Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. plantel. Los simulacros internos siguen el procedimiento anterior con la entrega de un instructivo y la participación de toda la comunidad educativa, después de la activación de una alarma, previo aviso del día y hora de esta actividad. Los simulacros externos cumplen con la misma rutina anterior incluyendo el desplazamiento hacia una zona de seguridad cercana al plantel con el apoyo de los miembros del comité de seguridad escolar y los organismos de atención de emergencias locales (Ruíz, 2006). Parte de la capacitación docente en materia de gestión de riesgos, se promovió con la realización de un Programa Educativo Ambiental denominado Yo como Actor Social: Reconozco el Peligro y me Pongo en Acción, el cual tiene una duración de 8 horas teórico- prácticas. Este programa fue construido a partir de las necesidades de los docentes y de la realidad físico geográfica local, y está constituido por tres secciones: a) enfoques paradigmáticos sobre la gestión de riesgos, b) marco legal regulatorio y c) actividades de aula estructuradas en dos unidades didácticas ambientales (UDA). Estas unidades didácticas se elaboraron siguiendo la metodología de Aranguren (citado en MARN, 2001, 2003). Desde el punto de vista de la estructura interna, las UDA constan de una presentación que hace referencia a la historia de los eventos en la localidad, los contenidos conceptuales, actitudinales y procedimentales y un conjunto de actividades como Reconoce el Peligro y Ponte en Acción, el Desalojo, Yo soy un Comunicador Social, la Cacería Peligrosa, el Gran Reverón: Se Hace Camino al Andar, Yo Superviso Tú Supervisas, Yo Soy un Socorrista, Yo Controlo Tú Controlas, Simulando la Inundación y Todos Juntos a la Carga. Esta última actividad evalúa el desarrollo de las anteriores (García, 2004). Resultados de laAplicación de los Recursos Instruccionales y las Estrategias Pedagógicas Los resultados de la validación y aplicación del juego de memoria en laU.E.E. Educativa La Guaira con 72 alumnos de varias secciones, revelaron que la serie terremotos fue el evento adverso menos conocido por parte de ellos debido a que las calificaciones obtenidas durante el pretest –postest fueron las más bajas. Estos datos sugieren que el abordaje de esta amenaza requiere de la presentación de múltiples recursos para garantizar la comprensión y preparación ante la misma (Cuadro 2). Cuadro 2 Calificaciones obtenidas por alumnos de la U.E.E. La Guaira durante la ejecución de la planificación didáctica referida a la aplicación y validación del juego estructurado tipo memoria La validación y aplicación de la sopa de letras se realizó con 20 alumnos de la U.E.I.B. Sergio María Recagno. La información obtenida indicó el manejo de contenidos previos sobre la serie inundación, y sólo un 15% de los alumnos pareció no estar familiarizado con eventos socio-naturales. En las respuestas obtenidas hay una tendencia a asociar los conceptos básicos por preconcepciones. 155 Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela La sopa de letras sobre inundaciones fue modificada por parte de una docente de la U.E.E. La Guaira quién proporcionó a 17 alumnos un listado de 13 términos sobre el componente social de las inundaciones. Los alumnos incorporaron entre 1 a 7 palabras al juego y sólo 3 de ellos recomendaron incluir más de 5. Las palabras más seleccionadas fueron temor y miedo (Barreto, 2005). Las simulaciones y simulacros de evacuación en caso de terremotos se realizaron en los cinco centros educativos seleccionados. Por limitaciones de espacio en el presente manuscrito, se presentan los resultados obtenidos para dos centros educativos. En la U.E.E. La Guaira se realizaron con todas las aulas un total de 52 simulacros con 673 alumnos desde los niveles de preescolar hasta sexto grado y participaron 340 integrantes del plantel durante el simulacro interno (turno de la mañana). El tiempo utilizado fue de 2 minutos y 3 segundos para alcanzar la zona de seguridad interna (patio central). En el turno de la tarde participaron 330 integrantes del centro educativo en el simulacro interno, empleando un tiempo 1 minuto y 48 segundos para alcanzar la zona de seguridad interna. Los simulacros se fundamentaron en las Normas COVENIN 3791 (2002); 187 (2003); 6:8 (2004). Sólo en este centro educativo se realizó el simulacro de evacuación externo. Participaron 332 integrantes del plantel del turno de la tarde, además del comité de seguridad escolar, equipo de apoyo UPEL, Protección Civil Municipal Vargas, Bomberos y Policía Administrativa. La ruta de evacuación comprendió 9 puntos de control y la zona de seguridad fue la Plazoleta El Carmen, con un recorrido de 500 m aproximadamente. La señal de alarma auditiva duró de 10- 15 segundos y fue activada en dos lugares del plantel. Los alumnos de Educación Inicial fueron los primeros en salir y regresar a la Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 156 institución. Se efectúo el simulacro de manera ordenada, sin lesionados, extraviados, o daños materiales. El protocolo de evacuación externo se cumplió en su totalidad, el tiempo empleado fue 6 minutos 40 segundos. Este valor contradice la Norma COVENIN 810 (1998) que establece como tiempo máximo de evacuación 5 minutos, siempre y cuando las instituciones cuenten con las condiciones establecidas por dicha norma y la zona de seguridad se encuentre inmediata a la institución.En la U.E.I.B. Sergio María Recagno se realizaron, con todas las aulas, un total de 20 simulacros con 330 alumnos desde los niveles de preescolar hasta sexto grado. Participaron 185 integrantes del plantel utilizando un tiempo de 3 minutos y 10 segundos para alcanzar la zona de seguridad interna (patio central). Los simulacros de evacuación por aula, el interno y el externo ejecutados requirieron una preparación inicial teórico-práctica de cada grupo humano del centro educativo y no generaron estados de pánico, personas lesionadas, pérdida o extravío de algún objeto personal e institucional, o daños materiales. Los planes de evacuación fueron desarrollados empleando las rutas de salida y entrada comúnmente usadas por el personal de la institución (Ruíz, 2006). Con respecto al Programa EducativoAmbiental en gestión de riesgos para los centros educativos La Guaira y Sergio María Recagno, éste se encuentra en período de validación en la actualidad; razón por la cual los resultados de la aplicación de las Unidades Didácticas (UDA) serán presentadas en una próxima edición. Otro material que se encuentra en período de validación es la Matriz de Respuesta-Organización ante eventos adversos: Terremotos, inundaciones, incendios y riesgos sociales para cada centro educativo. Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 157 Finalmente, se debe enfatizar que las estrategias pedagógicas e instruccionales aplicadas permitieron el logro de los objetivos propuestos, traducidos en aprendizajes sobre identificación de riesgos y medidas preventivas. Esto permitió atender las necesidades y planteamientos de los integrantes de las comunidades educativas, así como la orientación de múltiples inquietudes. Estas experiencias educativas en las aulas de los cinco centros educativos seleccionados permitieron igualmente la formación en Educación y Gestión de Riesgos a los estudiantes de pregrado de la especialidad Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas. Se espera que las estrategias y propuestas desarrolladas en el presente trabajo sirvan de ayuda para elaborar planes de mitigación con el propósito de mejorar la capacidad de organización-respuesta y de recuperación de los centros educativos y sus comunidades, con lo cual se aspira incrementar los beneficios a nivel local, regional y nacional. Las lecciones aprendidas con estas estrategias instruccionales y pedagógicas sobre amenazas naturales y riesgos socionaturales, son parte de un trabajo de alcance mayor dirigida a la promoción de la cultura preventiva dentro de un proyecto piloto de investigación denominado Campaña Educativa Comunidad-Escuela para la Prevención y Mitigación de Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela financiado por el FONACIT y la Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de Caracas (S1:2000000648) el cuál está en progreso desde el año 2002 hasta el presente. Finalmente, como equipo de investigación UPEL, hemos asumido el reto de apoyar el inmenso esfuerzo educativo que todavía debe implementarse en el estado Vargas y en todo el país en Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 158 materia de educación y gestión del riesgo, pues así lo presentó Venezuela en la Reunión Preparatoria a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo en el 2002 donde lo calificó como un Asunto Crítico Emergente para la Educación Venezolana. Conclusiones y Recomendaciones • Las estrategias instruccionales y pedagógicas implementadas, por su naturaleza, estimularon a los participantes a aprender nuevos códigos de comunicación, aprendizaje, razonamiento lógico, comprensión de la complejidad de los riesgos socio- naturales y acciones para la prevención, promoviendo la solidaridad y la participación voluntaria. • Los juegos educativos permitieron que los alumnos ejercitaran sus actitudes psico-sociales y conformaran grupos de trabajo. Igualmente se logró que los alumnos tomaran iniciativas, expresaran ideas y el fomento de la toma de decisiones. • Los riesgos socio-naturales son eventos complejos, de difícil abordaje por parte del docente, y las estrategias instruccionales y pedagógicas propuestas representaron herramientas útiles y versátiles para el desarrollo de los contenidos temáticos contemplados en el Currículo Básico Nacional sobre gestión de riesgos y seguridad escolar. • Las estrategias educativas implementadas permitieron desarrollar en los participantes procesos cognitivos básicos como observación, comparación, memorización, manejo de instrucciones y la integración de la teoría y la práctica sobre la temática de riesgos socio-naturales y la cultura preventiva. Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 159 • Los juegos instruccionales facilitaron la integración de las áreas de lenguaje, ciencia de la naturaleza y tecnología, matemática y educación física con los ejes transversales ambiente y valores. • Las simulaciones y los simulacros de evacuación realizados en los centros educativos permitieron el desarrollo de aprendizajes realizados con los valores humanos fundamentales contenidos en la gestión de riesgos. • Es importante continuar desarrollando estrategias y actividades relacionadas con la gestión de riesgos en los centros educativos por solicitudes emanadas de los integrantes de las comunidades educativas. Agradecimientos La presente investigación fue financiada por el FONACIT y el proyecto UPEL S1: 2000000648 “Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Río Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela. Se hace un especial reconocimiento a los estudiantes de pregrado del Departamento de Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC), así como a los integrantes de las comunidades educativas visitados por el valioso apoyo brindado durante la ejecución de este trabajo. Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B. 160 Referencias Barreto, J. (2005). Validación y aplicación de un juego instruccional (sopa de letras) en dos centros educativos del Estado Vargas. Trabajo Inédito. Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas. Barrientos, Y. (2002). 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Muestra de las Estrategias Instruccionales y Pedagógicas Aplicadas Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela 167 Capítulo II Estudios de Casos: Reflexiones a partir de 1999 André Singer Franco Urbani Rogelio Altez José Antonio Rodríguez Carlos Suárez Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 169 André Singer 170 URBANISMO, VULNERABILIDAD Y GESTIÓN DE RIESGO ¿Cómo devolver a las comunidades vulnerables el rol que les corresponde como componente fundamental de las políticas públicas de reducción de riesgo a nivel local? André Singer Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 171 “A los más pobres habitantes se les mueve de un lado a otro, por delante siempre de los promotores, como nómadas urbanos desquiciados…” Richard Goodman Después de los urbanistas ¿Qué? El crecimiento desmesurado de las grandes concentraciones urbanas latinoamericanas desde los años 50 convierte a estas megapolis en el escenario actual de mayor confrontación del hombre con la naturaleza, sin menosprecio de la gravedad de los problemas socioeconómicos, políticos y culturales subyacentes a este proceso patológicode expansión urbana. Como lo ilustra de manera emblemática el caso de Caracas, la situación de desajuste de estas megapolis con su entorno físico, tiene su expresión más tangible en la cifra abultada de víctimas fatales, damnificados y desplazados, así como de pérdidas materiales acumuladas año tras año en las poblaciones de estas urbes, cada vez más desamparadas ante las vicisitudes climáticas anuales y a fortiori, ante el impacto de eventos geodinámicos de mucha mayor proporción destructora, como los terremotos y aludes torrenciales. Las manifestaciones más dramáticas y de mayor impacto mediático de la vulnerabilidad que caracteriza a las poblaciones urbanizadas de América Latina, y el mundo sobreexpuestas ante los excesos combinados de la naturaleza y de las presiones de urbanismo incontroladas sobre el suelo urbano, explican el surgimiento de una sensibilidad y conciencia cada vez más clara sobre un problema de vital importancia para las sociedades, y que exige una respuesta apremiante por parte de los poderes públicos. En efecto, ante la demanda social de seguridad, multisectorial y a menudo competitiva, André Singer 172 generada por los dolientes cada vez más numerosos de esta problemática, una acción de gestión del Estado constituye una necesidad ineludible, no obstante los obstáculos que la misma encuentra en todos los niveles de las instancias públicas, debido al laxismo y atraso tradicionales de las políticas y prácticas administrativas de la ordenación del territorio, así como a las desvirtuaciones de las tecnologías del urbanismo y de las ordenanzas municipales, cuyo ejercicio como función pública, se encuentra muy a menudo convertido en un gran negocio privado…Esta nueva fuente de vulnerabilidad, de carácter socio-institucional, sumada a las demás, convierte a la gestión de riesgos por parte del Estado promotor en un círculo vicioso y en un instrumento de poca eficacia y confiabilidad, permanentemente sobrepasado por la magnitud de los problemas de seguridad confrontados por las comunidades vulnerables y por el dinamismo avasallador del proceso de urbanización. Frente a los desaciertos de las respuestas públicas en materia de protección civil, para contener la marea ascendente de la vulnerabilidad social, y ante el saldo, cada vez más inadmisible, de vidas humanas y de pérdidas materiales asumidas por la gente, se está gestando una nueva cultura de riesgo, que reivindica, en primera instancia, al hombre vulnerable como componente fundamental de la ecuación de riesgo, y en su doble condición de sujeto y objeto de las amenazas de las cuales él es el blanco. De acuerdo con estas premisas, los esfuerzos dirigidos al fortalecimiento de las capacidades de autoprotección de las comunidades vulnerables, representan una de las mejores vías para alcanzar una gestión de riesgos exitosa e indisociable de cualquier política de desarrollo sustentable, como fue señalado enAmérica Latina desde los años 1990 por la Escuela de La Red (Lavell, 1994). Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 173 Al respecto, es oportuno recordar que tanto la gestión de riesgos como la igual mal llamada gestión de “recursos naturales”, constituyen las dos caras inseparables de una misma moneda, en una política de desarrollo sostenible adecuadamente concebida. En efecto, ni los “riesgos” como tampoco los “recursos” constituyen categorías fijas e inmutables de la naturaleza. En cambio, estos conceptos son el producto de valoraciones muy relativas, negativas o positivas, efectuadas por la mente humana, y que conciernen a determinados aspectos de la naturaleza considerados, a semejanza de las dos caras del dios romano Jano, como repulsivos (“riesgos”) por un lado o atractivos (“recursos”) por el otro, según el nivel de desarrollo cultural y tecnológico, y de organización social y económica, alcanzado por los hombres, tal como lo dejó sentado en forma preclara Jean Tricart en plena coyuntura mundial neomaltusiana tiempo atrás (Tricart, 1968 a y b). De esta manera, la ocurrencia de desastres o catástrofes, tildados comúnmente de “naturales”, como las de Vargas en 1999 o la de Nueva Orleáns en agosto de 2005, no representan sino los epifenómenos, síntomas o efectos de causas más profundas, que tienen su origen en problemas de desarrollo mal enfocados y/o mal resueltos, y no en las furias de la naturaleza hacia las cuales una cierta forma de oscurantismo intelectual traslada, de manera determinista y en calidad de chivo expiatorio, la responsabilidad de las equivocaciones de los hombres, así como el monto de las víctimas y pérdidas materiales que las poblaciones parecen condenadas a sufrir de manera impotente y resignada en cada nueva catástrofe (Vié Le Sage, 1989). Al respecto, es llamativo como, en vez de atacar las causas profundas de los desajustes señalados entre los hombres y la naturaleza, las estrategias y programas de reducción de riesgos ideados por los tecnócratas de la gestión de riesgos naturales André Singer 174 concentran, por lo general, sus esfuerzos en combatir los efectos indeseables de las situaciones planteadas, al utilizar como única fuente de enseñanza una suerte de “desastrología” de alcance planetario y concebida por expertos muy selectos a gran altura de vuelo y en forma de círculo vicioso, la cual encuentra su alimento más preciado en el análisis post-mortem de los desaciertos cada vez más numerosos que acompañan gestiones de desarrollo fracasadas (modelo especulativo y rentista del suelo tipo Los Corales de Caraballeda en el estado Vargas), en lugar de descifrar las razones del éxito de ciertas formas de organización del espacio, de comprobada eficiencia y sabiduría, logradas por las comunidades tradicionales que integran las llamadas “culturas locales de la prevención” (modelo de desarrollo tipo Punta Tigrillo, ubicado a solo 10 kilómetros del anterior, al este de Caraballeda). En efecto, es una verdad inocultable que la vía del desarrollo sustentable se construye con la multiplicación y sumatoria, a través de todo el territorio nacional de modelos de gestión del segundo género, y no por medio de políticas dispendiosas de reparación de entuertos como los del estado Vargas, las cuales con el paso del tiempo lucen cada vez más como “misiones imposibles”, al consumir una fracción cada vez más exorbitante del presupuesto nacional, y que por consecuencia, contribuyen a arruinar los esfuerzos dirigidos a satisfacer las demandas de seguridad del conjunto de la población nacional. Por otra parte, no es menos llamativo, que la confiscación por los cenáculos de la ideología del desastre que integran la “desastrología”, de un asunto público tan trascendente como la gestión de la seguridad colectiva de las comunidades ante los excesos de la naturaleza, cuenta con la mirada cómplice de otro campo de tecnócratas, el de los “desarrollistas”, para quienes la mera evocación en tiempos de paz de las iras de la naturaleza a las cuales el primer Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 175 sector achaca el origen de todos los males en caso de conflicto, es contraproducente por ser susceptible de causar pánico y desestabilizar el sistema, o atenta contra la producción al generar dudas sobre la calidad de las “mercancías” naturales involucradas en la misma como es notorio en el sector de la construcción con el valor mercantil del recurso suelo. Sin embargo, para este segundo sector la “industria del desastre”, desplegada después de cada nueva catástrofe constituye una oportunidad de oro para hacer su agosto… En conclusión, frente a las desviaciones intelectuales que polarizan la gestión de riesgos naturales hacia los dos extremos antes señalados y con los inconvenientes indicados, debe plantearse -como lo reivindica Renaud Vié Le Sage- un amplio debate democrático que involucre en primera instancia a los dolientes, cada vez más numerosos, de los desastres y en torno a las siguientes preguntas de vital significado: ¿Cuál es el nivel de riesgo que cada uno de nosotros está dispuesto a tolerarante los embates de la naturaleza? O mejor dicho, ¿cuál es el precio que las comunidades están dispuestas a pagar o seguir pagando en vidas humanas y pérdidas materiales en relación con las exigencias individuales y colectivas de seguridad (o de supervivencia) física y/o económica implícitas en las políticas públicas de gestión de riesgos ? Frente a este problema global de sociedad que plantean las respuestas a las interrogantes señaladas, los universitarios -estudiantes, científicos y educadores- no pueden quedarse indiferentes, al disponer de un extraordinario campo vocacional de actividad, de trascendente proyección social-campo aún escasamente trillado-que consiste en satisfacer las demandas crecientes de evaluación objetiva y de manejo preventivo de una amplia gama de fenómenos geodinámicos, en su condición de potenciales peligros para las comunidades, y algunos de los cuales andaban “indocumentados” en la geografía nacional hasta hace poco, André Singer 176 como es el caso de ciertos individuos con apodos tan temibles como “fallas activas”, “aludes torrenciales”, y “deslizamientos”, los cuales, al igual que el lobo blanco, eran considerados como especies en vía de extinción, y se encontraban relegados en el jardín zoológico del Pleistoceno o a lo sumo del Holoceno, antes de que se escaparan del mismo…Cariaco, 1997; Vargas, 1999; Viaducto 1Autopista Caracas- La Guaira, 1986-2006. Entre las regiones de Venezuela que presentan una mayor vulnerabilidad a las manifestaciones más comunes de inestabilidad del terreno de origen geológico-geotécnico, y que por lo tanto son más sensibles al impacto de la actividad sísmica, la ciudad de Caracas concentra uno de los índices más altos de víctimas y pérdidas materiales por concepto de siniestros de viviendas, destrucción de ranchos, colapso de taludes y arrastres torrenciales, tal como lo enseña el Inventario Nacional de Riesgos Geológicos (Singer et al, 1983). Desde el último terremoto del 29 de julio de 1967, por ejemplo, se estima que el monto acumulado de las víctimas y pérdidas económicas ocasionadas por estos fenómenos anuales de inestabilidad geológica, supera de lejos la cifra de muertos (300) y la deseconomía superior a 120 millones de dólares US correspondientes a este evento sísmico. Por otra parte, el monto anual de víctimas registradas en la década de los 80 por concepto de deslizamientos y derrumbes, superaba la cifra de 20 muertos por año, cifra- ampliamente superada hoy en día-equivalente al monto total de víctimas registradas anualmente en todo el territorio de los Estados Unidos por el mismo concepto.Adicionalmente, la autopista Caracas- La Guaira estuvo cerrada trece veces al tránsito por concepto de derrumbes, solamente entre 1961 y 1972, lo que equivale a una interrupción total del tráfico del orden de 60 días; la misma obra vial sufre su primera interrupción de tráfico en 1955, a escasos dos años Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 177 de su inauguración, y antes de sufrir su más reciente y duradera paralización este año 2006, por el colapso del viaducto 1, por causa de un deslizamiento no detectado en la fase de proyecto. Este singular y aberrante récord de vulnerabilidad merece una detenida explicación, y es de origen relativamente reciente, por cuanto guarda, como veremos, una estrecha relación con la conversión de “la Ciudad de los techos rojos” en el “laboratorio de experimentación de la Modernidad” (Marcano, 1995). Esta mutación se efectúa mediante la apropiación en forma especulativa y para fines residenciales del espacio abierto peri-urbano, gracias al reciclaje y a la aplicación en el proceso de urbanismo, de tecnologías de movimientos de tierra muy modernas, pero altamente agresivas en ambiente tropical, y que se introducen en el país para abrir un espacio comunicacional de gran capacidad automotora con el litoral. Como anticipaba anteriormente, la experiencia dramática que tienen numerosos habitantes de la actual Caracas del comportamiento defectuoso de ciertos terrenos sobre los cuales se extiende la ciudad, contrasta de manera llamativa con las escasas alusiones a hechos parecidos en las crónicas históricas. Por ejemplo, las rogativas públicas dirigidas por los pobladores de la Caracas colonial a su Protectora, “La Guaricha” (Virgen de la Merced), para protegerse de los riesgos de mayor peligro, se refieren solamente al problema de las plagas de cacao, de las invasiones de langosta, de las sequías y de los terremotos. Hoy en día, en cambio, se observa en diversas urbanizaciones de Caracas efigies de la Virgen o de santos, colocadas en los nichos formados por las cicatrices de derrumbes. En La Pastora, la esquina de “Desbarrancados” hace alusión a un episodio de socavamiento lateral muy pronunciado, efectuado en este sitio por la quebrada Catuche a raíz de una crecida histórica, particularmente André Singer 178 violenta, ocurrida en 1830. En la “Venezuela” de 1900 de Leonard Dalton (1968) aparece una referencia llamativa relativa a la existencia en el siglo pasado y a lo largo del ferrocarril Caracas-La Guaira de un cuerpo de vigilantes “siempre alerta ante la posibilidad de cualquier deslizamiento de tierra en las laderas y de las fallas que pueden presentarse en la propia vía…”. En la relación de Luis Delpech sobre el terremoto de 1812 que recoge Humboldt en la prensa parisina, se habla de la caída de grandes masas de roca que ruedan desde la Silla hacia el Valle de Caracas. Por otra parte, la Gaceta de Caracas de 1812, menciona la aparición de hervideros de arenas en las vegas del río Guaire que atestiguan la existencia de un potencial de licuación significativo de los materiales aluviales depositados en las mismas. En la Caracas vieja, la ocurrencia de daños de origen natural se debe mayormente al riesgo sísmico (terremotos de 1641, 1766, 1812 y 1900), y al riesgo de inundaciones originadas por el río Guaire (crecidas destructoras de 1892, 1900 y 1949, entre otras) y sobre todo por las aguas que bajan del Ávila y se llevan los puentes construidos sobre las quebradas Caroata, Catuche yAnauco. Hasta la fecha, no se tiene antecedentes, en la Caracas colonial, de desgracias personales relacionadas con manifestaciones de inestabilidad geológica de origen gravitacional, tales como deslizamientos, derrumbes, aludes torrenciales, etc. (FUNVISIS, en progreso). En cambio, las víctimas y daños cuantiosos que se registran casi a diario hoy en día en la Caracas moderna por concepto de siniestros geotécnicos de viviendas, se deben por lo esencial a deslizamientos de rellenos artificiales y al colapso de taludes de corte, los cuales obviamente no obedecen a causas naturales, sino a un comportamiento patológico de los terrenos, cuya topografía natural fue modificada en diversos grados por movimientos de tierra incontrolados (Singer, 1983). El proceso de deterioro de las condiciones de estabilidad de los sitios Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 179 construidos en áreas de topografía accidentada se viene originando de manera tanto espontánea en los barrios marginales edificados en “cerros” y de manera planificada en las urbanizaciones de las llamadas “colinas”, pero con formas de vulnerabilidad de alcance geotécnico y social muy diferentes, como lo expresa de manera magistral una caricatura de Sancho que figura en la portada de este trabajo. Esta suerte de “enfermedad” geotécnica, inoculada en los terrenos urbanizados de la Caracas moderna, y desconocida en la Colonia, constituye el subproducto de operaciones inmobiliarias de carácter especulativo y de impacto muy agresivo. Los gérmenes de esta vulnerabilidad artificial contagian por primera vez al “París de un solo piso”, en el cual se encuentra convertida la Caracas del Quinquenio Guzmancista, sensible todavía a los atavismos constructivos del siglo XVII, por aquello del tradicional “recelo de los temblores”, pero indiferente ante el uso indiscriminado y novedoso de la dinamita para abatir taludes de corte, que se desmoronan antes de inaugurarselas obras, como aconteció con el célebre “ferrocarril de verano” hacia La Guaira en abril de 1883. En la Caracas de la Belle Époque, los adelantos tecnológicos de las condiciones de transporte tanto en la capital como en su enlace con La Guaira, con motivo de la conversión en 1908 de los “tranvías de caballito” en tranvías eléctricos, y de la adecuación de la carretera vieja de 1845 al tráfico automotor, gracias a la inauguración en 1909 de la planta de producción de cemento de La Vega, conduce de manera paralela a un incremento artificial de la vulnerabilidad. La misma se debe a la expansión urbana de la ciudad hacia los suburbios de El Paraíso, y en terrenos de consabida reputación inundable por el recuerdo todavía fresco de la gran crecida del río Guaire, que obstaculizó la entrada de Crespo a Caracas en octubre 1892. Esta primera etapa de emancipación de la ciudad fuera del estrecho perímetro urbano colonial, es el resultado de una operación de especulación André Singer 180 inmobiliaria realizada por los dueños de los tranvías al convertir en zona residencial para la burguesía caraqueña aventada por el terremoto de 1900, a las vegas aluviales ubicadas al sur del Guaire, donde se producía el malojo para alimentar a los “caballitos”. Por desgracia, las casas de hierro “antisísmicas”, importadas desde Inglaterra, y montadas para los residentes de mayor poder adquisitivo de la Nueva Caracas, quedarán bajo las aguas del Guaire desbordado en diversas oportunidades hasta la canalización del río, que impulsa la reedición de la crecida de 1892 en noviembre de 1949. La década de 1947 a 1958, inaugura la gran fiebre de especulación urbanística de los famosos “años del bulldozzer”, que se inicia el año de la desaparición de los tranvías y con la construcción de la autopista a La Guaira, y culmina en los años de la Gran Venezuela, con el consecutivo incremento explosivo de vulnerabilidad. Efectivamente, la referida obra vial era considerada entonces como la hazaña ingenieril más importante que se haya realizado después del Canal de Panamá, probablemente por la amplitud de los movimientos de tierra efectuados, los cuales contemplaban operaciones de corte y relleno de casi 100 metros, logradas gracias a la importación a Venezuela de un parque de 553 poderosas unidades de palas mecánicas (Arcila Farías, 1974). La construcción en paralelo de varias autopistas urbanas y grandes avenidas, de acuerdo al mismo modelo de intervención tecnológica de la topografía del valle caraqueño, conduce a extender el perímetro urbano de la ciudad entre “los espacios de movimiento” acondicionados por medio de la creación de “urbanizaciones” concebidas para la felicidad de la clase media en función de las exigencias del tráfico automotor, y que exaltan al modernismo y a la tecnología como artificios para la solución de los problemas sociales y como particular forma de “hacer ciudad” (Marcano, 1995). De esta Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 181 manera, este nuevo patrón de urbanismo abandona el principio del tejido urbano colonial basado en el modelo de la cuadra, adaptado al movimiento y contactos de los peatones, y trepa las colinas del sur de la ciudad mediante agresivas y costosas operaciones de terraceos por corte y relleno, realizadas a expensas de la topografía original y en rocas meteorizadas frágiles. Entre los ejemplos más representativos de esta nueva concepción urbanística figura la urbanización en gradas de Colinas de Bello Monte, prototipo del llamado patrón de urbanismo “palco-escénico” (Gómez, 1999) dotado de concha acústica y diseñado para deleitar los oídos y la vista de sus beneficiarios hacia el Ávila (De Sola Ricardo, 1967; Briceño Irragorry, 1951), conforme al contenido de las vallas publicitarias ideado por Inocente Palacios y el arquitecto Antonio Lombardini, para la promoción de las parcelas ofrecidas en venta en los años 1953- 1954, pero con desconocimiento o menosprecio de la vulnerabilidad geotécnica a la cual se encontraban expuestas las mismas. Efectivamente, con el paso de los años, esta urbanización se convertirá, junto con su hermana gemela, del ex Distrito Federal, la urbanización Colinas de Santa Mónica, en un foco permanente de siniestros geotécnicos de viviendas y cierre de vías de circulación por concepto de colapso de taludes de corte y de rellenos. La agravación de la situación en las décadas de los 70 y 80, explica que las mismas fueron objeto, por primera vez en Caracas, de ordenanzas de zonificación de riesgos geotécnicos, por medio de las cuales se procuraba regular el uso residencial de los terrenos de manera de minimizar los efectos dañinos de un patrón de urbanismo comúnmente tildado de “salvaje”, o de “ecocidio” como lo define Jean-Pierre Cousin (1986), y que impacta la sensibilidad artística del pintor Pedro Ángel González, quien presenció los movimientos de tierra de Colinas de Bello Monte en los años 1950 y deja un retrato fiel de los mismos para las generaciones del futuro. André Singer 182 Para cerrar la brecha de la vulnerabilidad social que torna cada vez más indefensos a los dolientes de la ecuación de riesgo ante las amenazas naturales y las que genera el propio hombre, es necesario el diseño de una verdadera alianza estratégica entre los productores y multiplicadores del conocimiento, y la gente, dirigida a la construcción de un nueva cultura de riesgo para el crecimiento ciudadano. En este orden de preocupaciones, invitamos al público a conocer tres iniciativas desarrolladas por la Fundación de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) para la transferencia de conocimientos, en función del fortalecimiento de las comunidades vulnerables ante las geoamenazas: - El Inventario Nacional de Riesgos Geológicos, o la reconstitución de una memoria colectiva del peligro (Singer et al, 1983; FUNVISIS, en progreso); - El Aula Sísmica, laboratorio social para el reencuentro de los imaginarios científico-formales y populares del riesgo, y el crecimiento ciudadano (Pulido de Briceño, 1998; Marín et al, 2005; Ferrer de Singer, por publicarse); - La instrumentación rústica preventiva de movimientos del terreno, para la gestión compartida y la autogestión del riesgo por parte de las comunidades ubicadas en sitios construidos, de estabilidad precaria (FUNVISIS, 1991 y 1992; Pulido de Briceño, 1993; De Santis et al, 1993; Ferrer de Singer, 1995). 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André Singer 186 187 Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo 189 DE LAGEOLOGÍAGLOBALALACORDILLERADE LA COSTA: IMPLICACIONES SOBRE FLUJOS TORRENCIALES GENERADOS POR LLUVIAS EXTREMAS EN ELNORTE DE VENEZUELA Franco Urbani Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias y Universidad Central de Venezuela Facultad de Ingeniería. Escuela de Geología, Minas y Geofísica La tragedia del estado Vargas de diciembre de 1999 fue de tal magnitud, que aparte de la lamentable pérdida de numerosas vidas, los ingentes daños materiales y todas las alteraciones que indujo en la sociedad afectada, también hizo cambiar la forma de ver los fenómenos naturales a muchos geólogos. Precisamente, esta contribución de una u otra forma comienza con ese evento y se tratarán varios temas un tanto dispersos, haciendo un “zoom” desde los fenómenos globales de nuestro planeta, pasando al contexto de la geología general de Venezuela y en especial de la Cordillera de la Costa. Finalmente, mostraremos algunas evidencias de eventos de flujos torrenciales pasados en el norte del país, incluyendo Vargas, y trataremos de cerrar en torno a la peligrosidad de los mismos para las poblaciones del centro del país. Nuestro planeta vivo La Tierra es un cuerpo planetario dinámico, que evoluciona y cambia continuamente desde el punto de vista físico, pero los cambios son muy lentos y por consiguiente casi imperceptibles en términos de los pocos años de la vida de un ser humano. De hecho, la magnitud del tiempo geológico es un concepto difícil de imaginar dado que son millones y miles de millones de años, en los que las formas de vida han evolucionado desde organismos unicelulares, hasta la compleja red de vida que hoy conocemos. Pero simultáneamente, y a lo largo de esos miles de millones de años, la distribución de las tierras y mares en la superficie terrestre ha cambiado drásticamente y en forma muy distinta a la geografía actual. Las ideas pioneras de la deriva continental comenzaron en 1912 con AlfredWegener, hasta que la posterior acumulación del conocimiento geológico y geofísico permitió plantear formalmente la teoría de Tectónica de Placas. Ésta comenzó a popularizarse en la década de 1960 y ha probado ser un instrumento integrador de casi todas las disciplinas geológicas, permitiendo interpretar la evolución del planeta y la distribución a través del tiempo de las masas continentales en la superficie terrestre, hasta aspectos muy prácticos como predecir los mejores lugares para el hallazgo de recursos minerales y las acumulaciones de hidrocarburos, la definición de las zonas de riesgo sísmico y volcánico y muchos otros fenómenos. Con el estado actual del conocimiento sabemos que la superficie terrestre está dividida en una docena de grandes placas tectónicas, constituidas tanto por bloques continentales como por zonas oceánicas. Debido a procesos que se generan en el manto a cientos de kilómetros de profundidad y en el núcleo del planeta, a más de 3.000 km de profundidad, estas placas superficiales relativamente rígidas y frías se mueven y reacomodan entre sí, de manera que en sus zonas de contacto o límites, ocurren los más diversos procesos geológicos. Si los fenómenos de volcanismo y los sismos se representaran en un mapa, las zonas donde son más frecuentes precisamente representan los límites de las placas y el mejor ejemplo lo constituye el llamado cinturón de fuego alrededor del océano Pacífico, con sus cientos de volcanes activos y violenta sismicidad. Franco Urbani 190 Sólo para ilustrar parcialmente la distribución de los continentes en el tiempo, expliquemos algunas de sus últimas etapas: en el período Pérmico, hace unos 225 millones de años (Ma) atrás existía un solo gran continente denominado Pangea, que lentamente se fue fragmentando; hace unos 180 Ma (período Jurásico), se generó una gran zona de fracturas en la parte media de Pangea, separándola en dos partes: hacia el norte permanecía unida una masa continental que representa lo que hoy se reconoce como Norte América, Europa yAsia, y al sur todos los demás continentes juntos, existiendo un mar entre ambos, denominado Mar de Thetis; luego, hace unos 125 Ma (período Cretácico), dentro de la masa continental meridional, se formaron extensos sistemas de fracturas permitiendo la separación de los ahora continentes de América del Sur, África, Australia, Antártica y la península de la India. De esa manera, poco a poco se ha llegado hasta la configuración actual. La unión de Norte y Sur América a través del istmo de Panamá es un evento relativamente reciente y se estableció hace unos 3 Ma en el período Plioceno. Equilibrio puntuado Todos hemos leído y visto en televisión los efectos de fenómenos catastróficos como volcanes, terremotos, deslizamientos, etc., pero una cosa muy distinta es ser un espectador a distancia que estar cerca de un evento de este tipo, ya sea de grandes como inclusive de menores magnitudes. Por eso aquí recuerdo lo aprendido hace varias décadas en las clases de Estratigrafía y Geología Histórica de la UCV, dictadas por la profesora María Lourdes de Gamero, ella nos mencionaba la polémica surgida desde el siglo XVIII hasta el presente, entre dos escuelas de pensamiento geológico: una de ellas, la del catastrofismo, que considera que la evolución de nuestro planeta fue sólo el resultado de grandes catástrofes, posición que De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 191 ciertamente tiene inicio en las ideas del diluvio universal. Opuesto a esta escuela, está la del uniformitarianismo de los ingleses James Hutton y William Whewell de los siglos XVIII y XIX, la cual postula cambios lentos pero predecibles y de allí el lema que el presente es la clave del pasado. Esta escuela es la que imparte los principales fundamentos ala geología moderna y, muy especialmente, para la esencial disciplina de la estratigrafía, además que demostró que la tierra es muchísimo más vieja que lo postulado por los catastrofistas ortodoxos de entonces y de hoy, aún anclados en el creacionismo bíblico literal. En las últimas décadas ha habido una gradual aceptación de las evidencias que apuntan a que fueron eventos mayores, atribuidos a colisiones de cuerpos extra-terrestres, los que produjeron varias extinciones masivas de formas de vida a lo largo del tiempo geológico, como la del final del Cretácico; esto ha hecho resurgir con fuerza las ideas catastróficas, hasta llegar al día de hoy en que hay consenso en reconocer que los fenómenos catastróficos, como los impactos de meteoritos, las grandes erupciones volcánicas, extremas inundaciones, flujos de detritos masivos o tsunamis como el recién acaecido en el océano Índico, han sido tan importantes para modelar nuestro planeta como los lentos procesos que nos ofrece la doctrina del uniformitarianismo. En consecuencia, hoy se prefiere ver la evolución de la superficie del planeta en forma similar a lo explicado en el modelo de “equilibrio puntuado” (puntuated equilibrium), propuesto para la evolución biológica por Eldredge y Gould (1977), en contraposición a la visión (“uniformitarianista”) de la evolución de Darwin. En consecuencia, las transformaciones corticales se caracterizarían por largos períodos con un ritmo de lenta y predecible evolución (“equilibrio”), pero “puntuado” por episodios Franco Urbani 192 de muy corta duración, aunque muy rápidos, violentos y de gran magnitud. Parafraseando a Eldredge y Gould, y adaptando su discurso a la geología, la evolución de la superficie terrestre es más parecida a la vida de un soldado, con largos períodos de aburrimiento interrumpidos por raros y muy cortos momentos de terror. De esta manera, con el símil al modelo de “equilibrio puntuado”, el uniformitarianismo y el catastrofismo emergen juntos con gran fuerza para explicar los complejos procesos de nuestro planeta. Tomemos el ejemplo de lo ocurrido en 1999 en Carmen de Uria, el cual, por cierto es un ejemplo verdaderamente menor comparado con otros casos geológicos en el mundo entero, pero de gran importancia para nosotros. Si vemos todos los mapas relativamente detallados de la costa venezolana, desde el Atlas de Agustín Codazzi de 1841 hasta el material cartográfico reciente, en esta localidad se observa una costa recta; no obstante, el aporte de sedimentos del evento de 1999 fue de tal magnitud que se creó un cono que avanzó unos 200 m mar adentro, e igualmente en el fondo marino las observaciones realizadas por submarinistas muestran que se depositaron varias decenas de metros de espesor de material sedimentario y, como continuación del cono superficial, bajo las aguas se distingue su extensión al menos un kilómetro más. Conocer cuánto de este material depositado se preservará en el registro geológico futuro, es una incógnita no cuantificable. En otras palabras, aquí vemos el resultado de 10 escalofriantes horas, contra lo que se venía moldeado probablemente durante miles de años por procesos relativamente tranquilos. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 193 Geología de Venezuela En forma muy generalizada, nuestro país se puede dividir en dos grandes regiones geológicas: la primera corresponde a la Guayana, al sur del río Orinoco; mientras que la segunda se ubica al norte del mismo río, e incluye todos los demás sistemas montañosos y llanuras. El sur del país, geológicamente, corresponde al Escudo de Guayana; el nombre escudo se aplica a extensas regiones con rocas de edad Precámbrico, que en general se encuentran ubicadas en el núcleo de los continentes. En nuestro caso, el Escudo de Guayana junto al de Brasil, no implica más que fragmentos de la antigua Pangea, por consiguiente sus rocas encierran una larga historia geológica desde tiempos muy antiguos, pero no han sufrido mayor tectonismo y deformación desde el Proterozoico. Durante todo ese largo tiempo de quietud, su superficie ha sufrido una intensa erosión de manera que ha servido de fuente de sedimentos para las cuencas marinas adyacentes al continente, inclusive hasta nuestros días donde sus sedimentos llegan al delta del río Orinoco. La parte más antigua corresponde al Complejo de Imataca, ubicado al norte de la falla de Guri, hasta el río Orinoco y abarcando parte de la sierra de Imataca. Sus rocas tienen edades mayores a 2.800 Ma, con algunos sectores cercanos a Guri con edades probablemente mayores a 3.400Ma; estas antiguas rocas fueron sometidas a intensos procesos de metamorfismo y deformación. Más al sur se encuentran los cinturones de rocas verdes, de origen volcano-sedimentario y las extensas intrusiones graníticas de la provincia de Pastora, incluidas en el Complejo de Supamo, con edades superiores a 2.300 Ma. Posteriormente, hace unos 1.700 a 1.500 Ma atrás, ya entrando en un período de relativa quietud tectónica que continúa hasta nuestros días, Franco Urbani 194 ocurrió la sedimentación de las rocas del Grupo Roraima, cuyos remanentes erosionales forman las típicas mesetas de las tierras altas de Guayana, como los conocidos tepuyes de la Gran Sabana en el estado Bolívar, así como las grandes elevaciones en el centro y extremo sur del estado Amazonas. Durante el tiempo de la sedimentación de Roraima hubo volcanismo que dio lugar a la formación de estratos de pseudo-jaspe (ejm.: Quebrada Jaspe), pero posteriormente a su sedimentación se generó un gran pulso ígneo produciendo las extensas intrusiones de cuerpos verticales (diques) y horizontales (“sills”) de diabasa, que es una roca verde oscuro de grano fino; este conjunto de cuerpos definen la “provincia magmática de Roraima”. Durante este lapso del Proterozoico medio ocurrió una variada actividad ígnea intraplaca y anorogénica, en la cual fueron intrusionados grandes plutones como el Granito del Parguaza. Finalmente, una reactivación de eventos anorogénicos produjo la intrusión de un complejo de mantos y diques de kimberlita y lamprofiro en la región de Guaniamo, hace unos 830-700 Ma, que traen diamantes desde el manto hasta la superficie terrestre. La misma apertura del Atlántico que da lugar a la separación entre África y Suramérica, fue responsable de la intrusión de enjambres muy extendidos de diques de diabasa o basalto, de edad Jurásico, a lo largo y ancho del Escudo de Guayana. En el extenso territorio al Norte de nuestro máximo río, se dilatan amplios llanos bordeando los sistemas montañosos de los Andes de Mérida, la sierra de Perijá, las serranías de Lara-Falcón y la Cordillera de la Costa; éstos han sido elevados hasta la topografía actual como producto de la compleja colisión entre las placas Caribe y Suramericana, en tiempos geológicos relativamente jóvenes del Cretácico tardío hasta la actualidad. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 195 En esta amplia región hay bloques relativamente pequeños de rocas ígneas y metamórficas del Proterozoico emplazados tectónicamente, como en losAndes de Mérida en laAsociación Sierra Nevada y el Complejo Iglesias, en la sierra de Perijá el Esquisto de Perijá, el Granito de Mogote en los cerros de El Baúl, el Augengneis de Peña de Mora, la anortosita de Yumare y el mármol de El Guayabo, en la Cordillera de la Costa, para mencionar sólo algunos. Rocas sedimentarias de edad Paleozoico se formaron en cuencas alrededor del escudo Precámbrico, y hoy igualmente se encuentran dispersas en las cordilleras, pero en su mayoría fueron sometidas a eventos metamórficos que produjeron cambios notables en su mineralogía y textura. Un buen ejemplo de estas rocas es la Filita de Mireles en El Baúl, con una fauna fósil relativamente bien preservada de trilobites del Silúrico. En el Paleozoico, asimismo,ocurrieron diversos eventos intrusivos, fundamentalmente de naturaleza granítica, también esparcidos en las cordilleras. El Mesozoico comienza con levantamientos regionales y erosión, pero cuando en el Jurásico comenzó a separarse África de Suramérica, los esfuerzos a escala continental formaron sistemas de fracturas que producen cuencas sedimentarias intracontinentales generalmente alargadas y con dirección Noreste-Suroeste (“grabens”), esto acompañado por un adelgazamiento de la corteza continental (“rifting”). Estas cuencas fueron seguidamente rellenadas con sedimentos terrígenos continentales, intercalados con material volcánico, a menudo piroclástico. Estas rocas generalmente son de colores rojizos a violáceos; hoy en día se encuentran aflorando en los Andes de Mérida y en la Sierra de Perijá como la Formación La Quinta. Rocas similares se han encontrado en el subsuelo del Guárico, a partir de las perforaciones exploratorias de la industria petrolera (Formación Ipire). Franco Urbani 196 En el período Cretácico la mayor parte del norte del país se encuentra cubierta por mares epicontinentales, permitiendo la sedimentación de una espesa secuencia de rocas, que hoy día afloran en gran parte de los Andes, Perijá y cordillera de la Costa. A fines de este período las fuerzas internas corticales inician el proceso de ascenso de losAndes de Mérida y Perijá, por lo tanto los mares se van retirando, pero al mismo tiempo que esas tierras van emergiendo empiezan a ser erosionadas convirtiéndose en importantes fuentes de sedimentos para las cuencas de Maracaibo y Barinas-Apure. En el Terciario, pero mayormente en el Paleógeno, se desarrollaron los mayores efectos de la interacción entre la Placa Caribe -que se mueve relativamente hacia el Este- y la Placa Suramericana -con movimiento relativo hacia el Oeste-. Pero la Placa Caribe no se desliza suavemente contra América del Sur, sino que ejerce fuertes efectos compresivos en forma oblicua en dirección al Sureste. Éste es el mecanismo que ocasionó la deformación de los sistemas montañosos del norte del país, permitiendo que unidades de diferentes edades y formadas en diferentes ambientes en espacio y tiempo pudieran entremezclarse en forma muy compleja, especialmente a través de fallas inversas y transcurrentes. En este proceso de interacción ocurre un singular fenómeno que permite que terrenos formados originalmente en el ámbito de la Placa Caribe a una distancia de hasta más de mil kilómetros al Oeste, sean ahora adosados al norte del continente Suramericano, de manera similar a lo que ocurre cuando un tractor nivela una carretera y a medida que avanza va dejando material en el borde de la carretera. De esta manera se añaden terrenos, entre otros las napas de Loma de Hierro y Villa de Cura, (y probablemente el Complejo de El Tinaco) que ocupan gran parte de la Serranía del Interior desde Cojedes hasta Miranda. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 197 En el Neógeno, cuando el efecto más activo del choque Caribe- Suramérica ha migrado hasta la posición de Paria - Trinidad, la erosión de las montañas emergidas permitieron el relleno final de las cuencas de Maracaibo, Barinas-Apure, Guárico, Maturín, así como la extensa secuencia neógena del estado Falcón. Pero el movimiento relativo rumbo deslizante dextral de las dos placas y el efecto de la compresión oblicua no cesa y sigue actuando hasta nuestros días. Uno de los lugares donde probablemente se venmejor estos efectos es en el estado Falcón, donde las rocas sedimentarias del Oligo-Mioceno y aunmás jóvenes, se ven muy plegadas y falladas, además de intrusionadas por pequeños cuerpos de lavas de origen intracontinental. En el Cuaternario se modela la geografía actual con la formación de grandes abanicos fluviales en las zonas piemontinas, así como en los valles intermontanos. Como ejemplo de esto está el relleno de los valles de Caracas, los de Aragua-Carabobo, así como la formación de las terrazas de los estados andinos, como aquella donde se asienta la ciudad deMérida, y en el estado Vargas los abanicos aluviales de Caraballeda, Cabo Blanco y otros. El gráfico 1 muestra la configuración de la dinámica geológica actuante hoy día en Venezuela, allí se vislumbran los grandes sistemas de fallas del norte del país como las deOca, San Sebastián y El Pilar, con su intersección con la falla de Boconó que atraviesa los estados andinos. La consecuencia directa de estas condiciones geodinámicas es que las cordilleras y serranías del norte del país se siguen levantando, por consiguiente tenemos fallas activas con demostradomovimiento durante el período Cuaternario, entonces estas zonas montañosas son las de mayor sismicidad, pero el máximo sísmico se ubica en el estado Sucre que está cruzado por la falla de El Pilar y es la parte del país más cercana al extremo suroriental más activo de la Placa Caribe. Franco Urbani 198 Gráfico 1. Principales rasgos de la interacción actual entre las placas Caribe y Suramericana (Modificado de Lavander et al. 2006). Cartografía geológica de la Cordillera de la Costa Luego de diciembre de 1999, diversos organismos gubernamentales iniciaron labores tendientes a establecer un ordenamiento territorial, que fuese acorde con la peligrosidad que representan los flujos torrenciales en las zonas pobladas del Litoral Central y del valle de Caracas. Para ello fue indispensable disponer de la capa temática de geología de superficie a escala 1:25.000. Entonces la UCV y FUNVISIS unieron esfuerzos, primeramente para De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 199 obtener la integración de las 23 hojas geológicas a escala 1:25.000 que abarcan todo el estado Vargas y el flanco Sur del macizo de El Ávila; pero en una segunda etapa se continuó la obra en toda la Cordillera hasta cubrir sus 146 hojas geológicas (Urbani y Rodríguez, 2004. Gráfico 2). Esto implicó la realización de diversos cambios significativos, como la actualización de la nomenclatura de las unidades geológicas para adaptarla a las normas internacionales de unidades litodémicas, realizar la cartografía geológica de algunos sectores montañosos nunca antes trabajados, así como la integración de unas tres centenas de trabajos, entre publicaciones formales, tesis y demás informes y mapas inéditos. Gráfico 2. Mapa índice de las hojas geológicas a escala 1:25.000 de la Cordillera de la Costa. Durante la primera fase de Vargas y el Ávila se redefinieron los tres grandes grupos de rocas aflorantes en la Serranía del Litoral, a saber: - Asociación Metamórfica La Costa (Mesozoico): una unidad con abundantes elementos oceánicos que forma una estrecha faja paralela a la Costa, con su mayor ensanchamiento en la zona de Carayaca-Antímano. Franco Urbani 200 - Asociación Metamórfica Ávila (Paleozoico-Precámbrico): con rocas continentales tanto metaígneas como metasedimentarias, exhumadas en forma diferencial y ahora formando el núcleo de la Serranía del Litoral. - Asociación Metasedimentaria Caracas (Mesozoico): la más extensa arealmente con rocas mayormente formadas por el metamorfismo de lutita y arenisca. Gráfico 3. Esquema geológico de la parte central de la Cordillera de la Costa, indicando los distintos bloques tectónicos. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 201 El gráfico 3 muestra un mapa geológico simplificado con la distribución de estas tres asociaciones, sus interrelaciones y el grado de exhumación diferencial de los distintos bloques tectónicos en que está dividido el estado Vargas y el macizo de El Ávila. Nótese que los bloques más exhumados son los de Galipán y Naiguatá, que corresponden a las mayores altitudes; éstos pertenecen a un relevo transpresivo entre fallas dextrales,como las fallas del borde norte (San Sebastián y Macuto) y la falla de Tacagua-El Ávila al sur. Éste es el factor fundamental en la configuración geográfica actual en la región de Vargas-Caracas; en consecuencia, habiéndose formado montañas de gran elevación y con laderas de mucha pendiente, éstas son precisamente las más propensas a flujos torrenciales en caso de lluvias extremas, con o sin algún mecanismo sísmico de disparo. En una etapa posterior del proyecto se continuó hacia los estados Aragua y Carabobo, así como toda la Serranía del Interior, de manera que para mediados de 2004 se culminaron y publicaron 146 hojas geológicas a escala 1:25.000 de todo el segmento central de la Cordillera de la Costa (gráfico 2). Este material se encuentra en proceso de ser incluido en un sistema de información geográfico. Ya disponiendo de la visión integral de toda la Cordillera se utilizó la conceptualización de napas de Beck (1986), que al aplicarla de norte a sur las napas reconocidas se distribuyen como sigue: Napas de la Serranía del Litoral - Napa Costera - Napa del Ávila - Napa de Caracas Napas de la Serranía del Interior Franco Urbani 202 - Napa de Caucagua-El Tinaco - Napa de Loma de Hierro (incluye Paracotos) - Napa de Villa de Cura Efectos de inundaciones y flujos torrenciales En esta parte mencionaremos varios ejemplos de sedimentación en el norte del país, en especial cuando se involucran grandes bloques y a través del tiempo geológico desde el Eoceno hasta el Reciente, culminando con diversos aspectos de lo acaecido en Vargas en 1951 y 1999. La Formación Matatere (Eoceno) En tiempos recientes hemos trabajado en esta unidad geológica al norte del estado Lara entre Carora–Siquisique–Barquisimeto, donde por la aridez del clima las exposiciones son verdaderamente espléndidas. Esta Formación fue subdividida por Stephan (1982) en tres subunidades designadas informalmente como I, II y III. La que nos concierne es Matatere III que corresponde a una unidad tipo flysch, es decir que se caracteriza por una monótona alternancia de capas de lutita y de arenisca, ambas con bastante variación en sus aspectos texturales y mineralógicos. Esta unidad fue depositada en el período Eoceno medio (hace unos 38 a 55 Ma) en un ambiente de sedimentación turbidítico. Pero en ciertos niveles de esos uniformes estratos de lutita y arenisca, aparecen ocasionalmente capas de peñones de dimensiones decimétricos y hasta métricos, bien redondeados y constituidos por una amplia gama de tipos de roca, como caliza del Cretácico Temprano tipo “Cogollo”, caliza del Cretácico Tardío tipo “La Luna”, caliza arrecifal del De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 203 Paleoceno, granito y rocas metamórficas (gráfico 4). Esto precisamente es el resultado de flujos de detritos, torrenciales y muy densos que se desplazaron mar adentro hacia el talud continental, aportando toda esa variedad de rocas desprendidas desde un borde continental activo e inestable. Estos fenómenos son especialmente visibles en la subunidad informal conocida como la “Capa de Peñones de Paragüito”, adecuadamente definida por Renz et al. (1955) y estratigráficamente incluida dentro de la FormaciónMatatere (III), que se extiende desde La Mesa, al norte deAregue, pasando por la localidad tipo de Paragüito, al norte de Río Tocuyo, y continuando por más de 40 km hacia el Este. Esta sedimentación de bloques y peñones fue debida a lluvias torrenciales que ocurrieron en el continente, que permitieron que el drenaje transportara verdaderos y grandes cantos rodados hasta la costa, para luego continuar su transporte mar adentro. Gráfico 4. Capa de Peñones de Paragüito dentro de la Formación Matatere, NE de Carora, estado Lara (Stephan, 1982). Franco Urbani 204 Efectos de flujos torrenciales en la Cordillera de la Costa En diversos valles de la Cordillera de la Costa se ven notables depósitos de bloques y peñones que alcanzan dimensiones plurimétricas, muchos de los cuales sobrepasan la marca de las mil toneladas de peso. En particular destacan aquellos visibles en casi todos los torrentes del flanco Norte de la Cordillera, desde el río Urama, pasando por San Esteban y Patanemo en Carabobo, continuando hacia el Este en Choroní y Chuao,Aragua. Pero igualmente en la parte Este del estadoVargas, en lugares donde en 1999 no hubo mayor actividad torrencial, como los ríos Los Caracas, Osma, Oritapo, Todasana, Caruao y Guayabal. Acontinuación se indican algunos casos notables fuera del ámbito de la zona afectada en 1999: - La primera descripción que conocemos de grandes bloques plurimétricos, son aquellos del sector de Onoto (hoy El Castaño, al norte de Maracay) por Jean-Baptiste Boussingault en 1823 quien menciona un bloque de granito de 9 m de diámetro (Urbani, 1981). - El geólogo italiano Enrico Fossa Mancini en 1922 reconoce geológicamente la zona de Puerto Cabello, menciona que en el sector de Santa Rita de Patanemo encuentra grandes bloques de gneis. En especial le llama la atención uno de aproximadamente 12 a 15 m (Gráfico 5), tanto por su magnitud como por encontrarse ubicado a varios kilómetros de sus afloramientos y luego de varias discusiones, concluye que su presencia probablemente haya sido debida a la acción combinada de gravedad, crecidas del río, así como algún evento sísmico (Fossa-Mancini, 1926). Con esto se adelanta a las ideas de flujos torrenciales disparados por eventos sísmicos, que fuera planteado para la zona de Caracas por el profesor.André Singer desde la década de 1970. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 205 Gráfico 5. Bloque decamétrico en Patanemo, Carabobo, estudiado por Enrico Fossa- Mancini en 1922 (Fossa-Mancini, 1926) - En el valle del río San Esteban, Puerto Cabello, también hay bloques plurimétricos de rocas graníticas que fueron transportados desde varios kilómetros aguas arriba. Esto ocurrió en tiempos pre- hispánicos dado que algunos presentan petroglifos indígenas y Franco Urbani 206 cavidades para moler (Dawson, 1904; Sujo-Volsky, 1975) (Gráfico 6). Igual ocurre en la Quebrada Galindo que cruza la Urbanización Terrazas del Ávila al noreste de Caracas, donde hay un gran bloque de gneis granítico de más de 10 m denominado la Piedra del Indio con varios petroglifos grabados (Urbani, 1998). Gráfico 6. Gran roca con cavidades utilizadas por los indígenas para moler granos (Dawson, 1904) - A lo largo del valle del río Choroní y por varios kilómetros, hay enormes bloques métricos dispersos, algunos de los cuales ya están totalmente rodeados por el urbanismo (Gráfico 7). En esta zona también se encuentran aluviones colgados con bloques al menos decimétricos, que según Shubert (1985) atestiguan indicios de aridez a fines del Cuaternario. En esta etapa del tiempo De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 207 geológico es cuando ocurrió la sedimentación de la mayor parte de los conos aluviales intermontanos y adyacentes a las elevaciones de la Cordillera. Gráfico 7. Choroní, estadoAragua. Nótese que la carretera y las casas están construidas entre los grandes bloques de gneis. - En día 9 septiembre 1987 debido a lluvias de intensidad extraordinaria en las montañas del Parque Nacional Henry Pittier al norte de El Limón, Aragua, se generaron violentos flujos torrenciales ( Audemard et al., 1985). En las partes proximales de los conos se depositaron cantos métricos y su tamaño disminuye paulatinamente aguas abajo, pero también Franco Urbani 208 aportaron una gran cantidad de sedimentos más finos que cubrieron y destruyeron una gran cantidad de viviendas, con muchas pérdidas humanas. - En las fundaciones del Teatro Teresa Carreño de Caracas y bajo un manto de unos 6-8 m de espesorde sedimentos depositados por un flujo torrencial pasado, el geomorfólogo André Singer localizó un nivel de paleosuelo inclusive con restos óseos humanos y fragmentos de cerámica arqueológica. Éstos últimos fueron examinados por el arqueólogo José María Cruxent quien determinó como pertenecientes el estilo Valencioide y por consiguiente se estimó que estos flujos torrenciales que cubrieron buena parte del valle de Caracas y sus habitantes indígenas, pudo haber ocurrido aproximadamente en los siglos XII o XIII de nuestra era (Caldera, 1972). Más recientemente en las excavaciones para la Línea 4 del Metro de Caracas en las cercanías del “Nuevo Circo”, hubo un hallazgo similar bajo unos 5 m de espesor de sedimentos. Algunos cuerpos sedimentarios del Litoral Central Buenos ejemplos de los procesos sedimentarios en esta región, son los grandes conos aluviales de Puerto Cabello (ríos San Esteban y Patanemo), Cabo Blanco (quebradas Piedra Azul, Curucutí, Tacagua y Mamo) y Caraballeda (río San Julián y quebrada Seca); pero estos conos aluviales se forman tanto por el aporte lento pero continuo de sedimentos, acarreados durante todo el año por los torrentes e intensificado por las crecidas anuales, pero definitivamente signado por eventos torrenciales de gran magnitud como los de febrero 1951 o diciembre 1999. En estos casos en cuestión de horas se pueden movilizar volúmenes de sedimentos De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 209 comparables a siglos o milenios de acción lenta, además que se propicia la generación de verdaderos flujos de detritos que movilizan bloques de gran magnitud. Como resultado de estos procesos de sedimentación, en los conos aluviales cercanos a la costa y con poca elevación sobre el nivel del mar, se observan principalmente materiales recientes, pero también hay depósitos más antiguos a cotas mayores. En forma general hay tres tipos distinguibles de estos sedientos antiguos, a saber: - Terrazas a lo largo de los torrentes: En la mayoría de los cauces del Litoral Central al recorrerlos aguas arriba del ápice del cono aluvial se observan terrazas elevadas, siendo las más conspicuas aquellas de El Cojo, San Julián y Quebrada Seca. Estas terrazas (las vegas de los lugareños) en parte han sido totalmente erosionadas, ya sea previamente o durante el evento de 1999, pero sus remanentes se pueden seguir aguas arriba por varios kilómetros y están presentes en casi todos los tramos que hemos alcanzado a la fecha, hasta cotas cercanas a los 300-350 m s.n.m. Usualmente se notan a alturas variables de 4 a 10 m por encima del cauce actual. A juzgar por el tamaño de los bloques contenidos y el volumen de los sedimentos involucrados, estas terrazas fueron producidas por eventos torrenciales antiguos que tuvieron una capacidad de transporte y por ende una energía, mayor al evento de diciembre de 1999. - Terrazas laterales en los ápices de los conos: Éstas se pueden observar tanto en fotografías aéreas como en el campo y están ubicadas en las partes altas de los conos aluviales. La naturaleza de los sedimentos es variable (flujos de detritos entre otros). Se Franco Urbani 210 encuentran a cotas de hasta 100 m s.n.m., siendo especialmente visibles en Camurí Chiquito (sector La Llanada), así como en la parte alta de Caraballeda, donde está el asentamiento original del caserío San Julián.A cotas más bajas hay conspicuos depósitos en El Cojo, Punta de Mulatos y Punta Tigrito. Los grandes bloques incluidos en algunas de estas terrazas son de una magnitud tal (hasta decamétricos) que en el evento de 1999 sólo fueron despejados o a lo sumo rotaron, pero sin producir mayor traslación longitudinal. - Terrazas en escalones erosionales: Justo al frente del Club Tanaguarena existe una terraza a 95 m s.n.m. sobre las rocas del Esquisto de Tacagua, constituida por grava y bloques decimétricos de cantos rodados de rocas graníticas procedentes de laAsociación Metamórfica Ávila. Al observar el mapa topográfico a escala 1:5.000, se nota que en la actualidad no existe ningún drenaje que partiendo de afloramientos graníticos pueda alcanzar al sitio donde se encuentra la terraza, esto se debe a que la erosión ha disectado la parte intermedia a favor de la extensión este-oeste del sistema de fallas de Macuto, por consiguiente estos depósitos son de una antigüedad relativamente considerable, probablemente Pleistoceno. Analizando los mapas topográficos así como visualizando las formas de modelado en el campo, en casi toda la extensión del Litoral Central desde Camurí Grande hasta La Guaira, se notan escalones topográficos que coinciden en una cota cercana a 90-120 m s.n.m.. Éstos no han sido investigados con el detalle que se merecen, pero en algunos pudieran haberse preservado depósitos sedimentarios de interés a ser estudiados. Estos depósitos probablemente tengan una edad en el orden de varias decenas de miles de años. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 211 Edad de los depósitos sedimentarios antiguos Hasta la fecha no han habido estudios ni líneas de evidencia confiables para determinar la edad de los sedimentos de las diversas terrazas, ni para calcular con certeza la tasa de levantamiento de la Cordillera. Sin embargo sobre esto último, una aproximación puede obtenerse a partir del levantamiento de los sedimentos de Cabo Blanco con respecto al nivel del mar actual. Para ello podemos usar la elevación máxima de 141,7 m s.n.m. de los cerros antes de construir el aeropuerto de Maiquetía, si a esto le añadimos la posibilidad de que los sedimentos más antiguos de la zona sean del límite Plioceno-Pleistoceno hace unos 1,6 Ma, se puede calcular una tasa de levantamiento de 1 m cada 11,3 miles de años (ka). Si se usa este grueso estimado, las terrazas cercanas a 90-100 m s.n.m. pudieran tener una edad del orden de 1 Ma, lo cual luce razonable. Pero si se aplica esa tasa de levantamiento sin otras consideraciones, a las terrazas o aluviones colgantes observados a una altura de unos 8 m por encima de los cauces actuales de los torrentes, resultarían de una edad estimada en 90 ka, que parece alta. Como hipótesis de trabajo, es preferible postular que estos sedimentos, cuyos remanentes aparecen preservados en las márgenes de los valles en V se hayan depositado durante un período climático árido del fin del Pleistoceno (13,4 a 11,5 ka) antes del presente (siguiendo las ideas de Schubert, 1985). Origen de los grandes bloques trasportados en los flujos de detritos La observación generalizada en toda la Cordillera de la Costa es que los bloques de dimensiones métricas involucrados en flujos torrenciales, corresponden a rocas gnéisicas cuyo protolito está en la Franco Urbani 212 gama de las rocas metaplutónicas félsicas (granito - granodiorita - tonalita), todos provenientes de la Asociación Metamórfica Ávila. Una característica de estos bloques es que se trata de litologías de grano grueso y foliación relativamente pobre, por ello creemos que la ausencia de grandes bloques de esquisto, se debe a que éstos teniendo una foliación prominente, son mucho más propensos a la meteorización, así como a fragmentación durante el transporte. Las formas redondeadas de los bloques gnéisicos pueden deberse a varios factores: meteorización en su lugar de origen, meteorización al estar incluidos en cuerpos de sedimentos, pero igualmente debido a erosión durante el transporte. Al poco tiempo del evento de 1999 hubo bastante discusión sobre el origen de los bloques métricos: si éstos provenían de los derrumbes de roca que se podían ver en las laderas de las cuencas altas y trasladados durante el mismo evento hasta los conos aluviales, o si fueron el producto de la removilización de los sedimentos de terrazas antiguas. Hoy día después de mucha actividad de campo por parte de muchos autores, se acepta queproceden de los sedimentos preexistentes. Entre los mejores lugares donde esto puede observarse están en El Cojo y Quebrada Seca. Los bloques de los derrumbes de 1999 han quedado en el fondo de los valles en V en las cuencas medias y altas de los ríos, será sólo a través del tiempo y a partir de sucesivos eventos torrenciales que podrán ser transportados aguas abajo, con largos períodos de tiempo de enterramiento y meteorización en las terrazas. Los materiales de granulometría relativamente fina (centimétrica o menor) pueden proceder tanto de los depósitos antiguos, como de los abundantes flujos superficiales, que en su De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 213 mayoría sólo afectan una profundidad de unos pocos decímetros del suelo de las empinadas laderas. Estos flujos superficiales aportan materiales limo-arenosos y fragmentos pequeños de rocas, que al mezclarse con el agua en las quebradas hace que aumente drásticamente la densidad de los fluidos, permitiendo la generación de flujos de detritos de alta capacidad destructiva. Comparación de los efectos de los fenómenos de 1951 y 1999 A pesar de la intensidad y graves consecuencias del evento hidrometeorológico de febrero de 1951 y existir fotografías aéreas, tomadas tanto antes como después del mismo, éste nunca ha sido caracterizado adecuadamente. Los efectos visibles en las fotografías aéreas de 1951 comparados con los de 1999, indican que en algunos lugares éste último causó flujos superficiales con una extensión areal de al menos cuatro veces mayor a los de 1951, como puede visualizarse para la zona de El Cojo en el gráfico. 8. En los alrededores de Quebrada Seca de Caraballeda, aproximadamente el 60% de la superficie de las colinas constituidas por el Esquisto de Tacagua se deslizaron en 1999, mientras que en 1951 en esa misma zona no hubo deslizamientos, pero al igual que en 1999 si los hubo en la cuenca media y alta de la Quebrada (Gráfico 9). Una comparación global de las fotografías aéreas de 1951 y 1999, muestra que en ambos casos los deslizamientos fueron escasos a alturas mayores de 1.800 m s.n.m. Las zonas más afectadas en 1951 fueron los niveles altitudinales medios, mientras que en 1999 fueron tanto las partes medias como las bajas. Franco Urbani 214 Gráfico 8. Zona de El Cojo, estado Vargas. Comparación de las áreas afectadas por flujos superficiales de los eventos torrenciales de 1951 y 1999. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 215 Gráfico 9. Zona de Quebrada Seca de Caraballeda. Cartografía de los flujos superficiales del evento de diciembre 1999. Amenaza de los flujos torrenciales En consideración a los procesos sedimentarios registrados en las terrazas antiguas, así como lo visto en las últimas décadas: Vargas 1951, El Limón 1987 y Vargas 1999, está claro que la mayor peligrosidad ante flujos torrenciales que puedan llegar a generar verdaderos y destructores flujos de detritos, está en las poblaciones Franco Urbani 216 asentadas al pie de las montañas más elevadas y con laderas de gran pendiente.A esto hay que reiterar que la litología predominantemente transportada como bloques métricos son gnéisicos, los cuales precisamente abundan en el núcleo de toda la Serranía del Litoral como parte de la Asociación Metamórfica Ávila. En consecuencia y al observar y combinar los mapas topográficos y geológicos, así como los modelos digitales de elevación de la Cordillera de la Costa (Gráfico 10), estimamos que las zonas de mayor a menor probabilidad de estar afectados por flujos de detritos son: - El flanco norte de la Serranía del Litoral entre Choroní (Aragua) y La Sabana (Vargas). - La parte norte del valle de Caracas y Guatire. - El flanco sur de la Serranía del Litoral entre Las Trincheras y Maracay. - Valles entre Cuyagua (Aragua) y Urama (Carabobo), y entre Caruao (Vargas) y Chirimena (Miranda). En estas zonas hay una mayor distancia entre la Fila Maestra y la costa, lo cual imparte menores pendientes y los torrentes tienen cauces más largos y sinuosos. - En todo el resto de la Cordillera de la Costa pueden ocurrir inundaciones mayores, potencialmente también acompañadas de flujos de detritos, pero estimamos que en estos casos los bloques probablemente no deberían ser mayores a dimensiones decimétricas. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 217 Gráfico 10. Modelo digital de elevación de la Cordillera de la Costa (Garrity et al. 2004). Haciendo un “Zoom” Este ensayo lo comenzamos indicando que nuestro planeta está vivo, pero sus procesos están en una escala de cientos de millones de años. Entonces hagamos una síntesis de la cadena de eventos que permitieron llegar a la configuración actual de la Cordillera de la Costa, posibilitando un mayor o menor riesgo a las poblaciones asentadas en ella: - Debido a fenómenos que ocurren a cientos y miles de kilómetros de profundidad, se generan los mecanismos que permiten el cambio continuo de la distribución de las masas continentales, que a lo largo del tiempo han sido muy distintas a las actuales. Entonces entre el Proterozoico y el Paleozoico, se formaron las rocas plutónicas graníticas que hoy día constituyen la parte central Franco Urbani 218 de la Serranía del Litoral, en la unidad conocida comoAsociación Metamórfica Ávila con predominio de litologías gnéisicas. En los márgenes continentales de esa época también se formaron rocas sedimentarias. - En el Mesozoico, primeramente con la ruptura del supercontinente Pangea y luego con la fragmentación de Gondwana, se individualiza el continente suramericano, contentivo de las rocas paleozoicas y precámbricas ya indicadas; pero en los márgenes de este nuevo continente, también ocurre la sedimentación de una espesa secuencia de lutita, caliza y arenisca, que luego llegarán a formar unidades de rocas metasedimentarias. - Desde fines del Cretácico y durante el Paleógeno ocurre la interacción entre las placas Caribe y Suramericana; entonces se inicia un proceso tectónico que permite la formación de una compleja mezcla de litologías, originadas previamente en distintos lugares de espacio y tiempo, algunas en el propio continente Suramericano y otras que son acarreadas en la placa Caribe desde muy lejos en el oeste. - En el Neógeno se inicia el levantamiento de la Cordillera, la cual se encuentra signada por fallas tanto con rumbo este-oeste y movimiento transcurrente dextral como la falla de San Sebastián, como por fallas transversales con rumbos NO-SE como las de Tácata y Aragüita. - En el centro de la Cordillera un accidente subvertical tardío como es el sistema de fallas de La Victoria, divide claramente los dominios tectónicos de las serranías del Interior y del Litoral. - La Serranía del Litoral está limitada al norte por el activo sistema de fallas de San Sebastián, de hecho responsable de la linealidad de la costa entre Morón y Cabo Codera. También hay otras De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 219 importantes fallas este-oeste como las de Macuto y Tacagua-El Ávila, todas ellas con actividad cuaternaria (Audemard et al., 2000); de esta manera los macizos rocosos ubicados entre ellas han sido literalmente “exprimidos” y empujados hacia arriba debido al efecto de relevo transpresivo. El mejor ejemplo es el macizo del Ávila (bloques Galipán y Naiguatá de la Fig. 3) con las mayores elevaciones de la Cordillera, por consiguiente mostrando la mayor exhumación de sus rocas, permitiendo que estén expuestas las rocas gnéisicas más antiguas y con mayor grado metamórfico de la región, es decir aquellas que provienen de un nivel más profundo de la corteza continental.- Este desarrollo desigual de la distribución de montañas, con la presencia de valles intermontanos en niveles altitudinales que propenden a un clima moderado, no tan cálido como el resto de las tierras bajas del país, aunado a sus tierras fértiles, ha hecho que desde la entrada de los europeos en el siglo XVI hayan sido los lugares preferenciales para los asentamientos humanos. Es decir que estas condiciones geológicas, geográficas y climáticas generadas por la interacción de las placas Caribe y Suramericana, han permitido la existencia de los lugares apropiados para la ubicación de las mayores concentraciones de población del país, justamente al pie o entre altas montañas. - Por otra parte están los sistemas atmosféricos, que a diferencia de los lentos procesos geológicos, pueden sufrir cambios mayores en una escala temporal muy corta, inclusive de horas o días, en especial en nuestro país que es barrido de norte a sur por la zona de convergencia intertropical. De manera que la coincidencia en la Cordillera de la Costa de montañas abruptas con litologías que propenden a generar grandes bloques de rocas, junto a las condiciones hidrometeorológicas imperantes, e inclusive la Franco Urbani 220 sismicidad de la región, hace que las zonas más densamente pobladas de la región central correspondan con aquellas que precisamente tiene un alto o moderado riesgo ante lluvias extraordinarias; con capacidad de producir desde simples inundaciones (agua predominante), pasando por toda la gama en las características de los fluidos, hasta el extremo de los devastadores flujos de detritos con bloques de dimensiones métricas constituidos por rocas gnéisicas. - Para terminar, conviene considerar que vivimos aquí y no podemos mudar ciudades enteras, por consiguiente estos son los riesgos con los cuales debemos convivir, de manera que los eventos como El Limón 1987 y Vargas 1999, deben enseñarnos a no cometer los mismos errores de urbanismo e infraestructuras, que en el pasado fueron la causa principal de tantas pérdidas humanas y materiales. Pero en opinión del autor, a pesar de los trabajos realizados por muchos especialistas en diversas disciplinas, que han aportado excelentes recomendaciones, éstas no han permeado debidamente hasta los niveles de decisión y ejecución, de manera que el riesgo mayormente persiste. Agradecimientos A los colegas y amigos Nuris Orihuela, Germán Tovar, José Antonio Rodríguez, Sebastián Grande, André Singer, Rogelio Altez y Bernardo Urbani, por su contribución directa o indirecta en diversas facetas de las ideas aquí presentadas. De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 221 Referencias Audemard, F., Machette, M, N., Cox, J, W., Dart, R, L and Haller, K, M. (2000). Map and Database of Quaternary Faults in Venezuela and its Offshore Regions. USGS Open-File Report 00- 018. Audemard, F., De Santis, F., Montes, L., Lugo, M y Singer, A. (1989). 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De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela 223 225 VIVIR EN ELPOST-DESASTRE: Reflexiones sobre los aprendizajes de una tragedia aún vigente El Caso Vargas-Venezuela Rogelio Altez Escuela deAntropología, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Universidad Central de Venezuela Introducción: La necesaria revisión del concepto “desastre” A partir de la celebración del decenio dedicado al estudio y discusión de los aspectos vinculados a la ocurrencia de desastres (Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales, DIRDN), ha quedado claro que éstos no son naturales (desde la temprana compilación de Maskrey, 1993, pasando por otros trabajos con el mismo sentido, como el de Gentile, 1994, o Rodríguez, 1996, hasta llegar a los recientes aportes en donde se propone y se discute la noción de “desastres socio-naturales”), y que, asimismo, antes que comprenderle simplemente como un hecho, el desastre debe ser entendido como un concepto construido cultural, histórica y discursivamente (Altez, 2002). Estas aproximaciones han permitido igualmente revisar con mayor pertinencia teórica a las variables que se articulan para el desenlace de un desastre. En este sentido, las categorías riesgo, amenaza y vulnerabilidad, se han enriquecido y profundizado con estas revisiones, al tiempo que las mismas también han obtenido mayor presencia discursiva en el pensamiento científico de los últimos años. Esto ha otorgado la oportunidad epistemológica de contribuir al desprendimiento paulatino de las consideraciones exclusivamente cuantitativas sobre esas variables, otorgándole un mayor alcance analítico al significado de las mismas. Es por ello que ya resulta impertinente hablar de “desastres naturales”. Siguiendo estas consideraciones, ha podido comprenderse que los desastres son el resultado de la combinación de variables que siempre son históricas, sociales y culturales (todas ellas reunidas en el plano de la vulnerabilidad), con fenómenos naturales potencialmente destructores (excluyendo de este razonamiento a los desastres originados solamente por condiciones antrópicas). De esta manera, no es la ocurrencia de los fenómenos naturales la causa de las catástrofes, sino su relación detonante con la vulnerabilidad de la sociedad en la que irrumpen, y esto es también históricamente determinado, pues está claro que la naturaleza y su dinámica no han producido las mismas consecuencias a lo largo del tiempo, sino que esas consecuencias son el producto del contexto (histórico, social y cultural) en el que tienen lugar. Hasta este punto, la asociación de la noción de desastre con catástrofes, destrucción, pérdidas materiales, decesos masivos, desplazamientos, asistencia, prevención, ayuda humanitaria y crisis generalizada, parece ofrecerse como un lugar común e inmediato. Sin embargo, todas estas características sólo representan los impactos de un desastre, y ello cuenta con un espacio temporal claramente delimitado: el momento de aparición y despliegue del desastre.Ciertamente, todo esto recrea a un tipo de desastre como tal: el que causa un impacto súbito; quizás por ello, los eventos que son caracterizados por los impactos lentos (sequías, crisis agrícolas, epidemias, plagas; véase para esto, García Acosta, 1996), sean menos apreciados técnicamente como “desastres”, quedando su atención casi exclusivamente al mundo analítico o a la investigación histórica. En todo caso, además de los impactos de un desastre (es decir, de aquello que se aprecia como la expresiónmás evidente de sus alcances), también deben asociarse a la misma noción los efectos que le suceden en consecuencia. Éstos se aprecian en velocidades más lentas y en Rogelio Altez 226 condiciones no siempre tridimensionales: crisis institucionales; aprovechamiento político de las circunstancias; retorno de la población desplazada a zonas en riesgo; empobrecimiento y marginalización de las zonas urbanas; invasiones a viviendas en ruinas; olvido histórico; enriquecimiento de autoridades y contratistas inescrupulosos; toma de decisiones politizadas que afectan la reconstrucción; y debido a todo ello, finalmente, la profundización de las condiciones de vulnerabilidad. Evidentemente, estos efectos críticos y de perfiles negativos ocurren cuando las decisiones son tomadas desde la corrupción y la inmediatez, y cuando la reconstrucción esmuchomás un negocio que una necesidad imperante de restablecer la vida y la cotidianidad de una sociedad golpeada. Por consiguiente, impactos y efectos como resultados del advenimiento de un desastre pueden observarse en una ventana temporal que enseña un alcance analítico que va desde el reconocimiento de un contexto vulnerable (GarcíaAcosta, 1996), hasta la observación de sus consecuencias. Sin embargo, la ocurrencia de los desastres y sus diferentes expresiones históricas y culturales, ha permitido continuar la revisión de esta noción y entender que, en algunas oportunidades, esa ventana de tiempo puede extendersemás allá de los efectos en sí mismos para desplegar resultados que superan las consecuencias, hallándose a partir de allí una presencia (o bien, la vigencia) del desastre actuando mucho después de su momento impacto-efecto. Una vez que ha sido posible apreciar dicha vigencia (como en el caso que compete a este trabajo: estado Vargas, Venezuela), se ha entendido que la prolongación de los alcances de un desastre es, en cierto modo, la propia prolongación de la coyuntura que permitió la combinación activa de las variables que produjeron su advenimiento. En este sentido, al revisar esas variables (todas ellas resumidas en las Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 227 condiciones de amenaza y vulnerabilidad), puede apreciarse la doble naturaleza que les caracteriza: su condición de latencia (la propiedad más intrínseca de cualquier amenaza o de todo tipo de vulnerabilidad) y potencialidad. Está claro que muchos estudios antecedentes y determinantes en el campo de la investigación de las vulnerabilidades, han dejado asentado lo que críticamente significan, así como la forma de abordar el tema analíticamente. Wilches-Chaux (1993), o bien Cardona (2001, citado en García Acosta, 2005), por ejemplo, apuntan hacia la consideración de la vulnerabilidad como un aspecto que debe entenderse en plural (vulnerabilidades, según Wilches-Chaux; dimensiones diferentes, de acuerdo a Cardona). En todo caso, y siguiendo el principio histórico y antropológico de la existencia de contextos sociales y culturales diversos en la realidad humana, podría hablarse de una vulnerabilidad heterogénea, la cual debería considerarse, precisamente, a partir de su propia condición heterogénea de existencia. La latencia y la potencia de la vulnerabilidad, aún cuando ambas sean características constitutivas de la misma, deben comprenderse, ciertamente, desde su variabilidad contextual, esto es: desde su heterogeneidad. Argüello y Lavell (2001:3), parecen coincidir tangencialmente con esta idea cuando afirman que “la vulnerabilidad es producto de las formas particulares de desarrollo de las unidades sociales potencialmente afectadas”. Las variables que se combinan para la ocurrencia de un desastre, en cualquiera de sus expresiones, no “aparecen”, se “materializan” o se “activan” al momento de manifestarse, sino que se manifiestan precisamente por su existencia anterior. Siempre poseerán la cualidad de hallarse latentes, es decir: se encuentran activadas permanentemente. En el caso de la potencialidad, está claro que si se considera una amenaza como natural (esto es, como un fenómeno de la naturaleza), la Rogelio Altez 228 misma puede ser apreciada (conocida, estudiada, medida, observada) en sus posibilidades potenciales de despliegue o actuación: es por ello que son utilizadas las herramientas cuantitativas de medición para comprender sus alcances (he allí la utilidad de escalas y magnitudes). Sin embargo, para considerar las diferentes formas de vulnerabilidad como elementos susceptibles de desplegarse exponencialmente, no existen instrumentos de apreciación o herramientas analíticas al respecto. Este trabajo propone considerar la vulnerabilidad como un factor que actúa más allá de su latencia y que está en capacidad de elevar potencialmente su alcance y su despliegue, trascendiendo su actuación asociada solamente al momento impacto-efecto de un desastre. De esta manera, la vulnerabilidad no será entendida solamente como una de las causas del desastre (“vulnerabilidad a desastre”, de acuerdo a los aportes de la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres enAmérica Latina, LARED), sino exploradamás allá de esta circunstancia. ¿Adónde se dirige esa vulnerabilidad luego de actuar en un desastre? ¿Cuál es el estado de esas causas después de la coyuntura en las que se expresaron crudamente? Es por ello que se hace pertinente estudiar los desastres más allá del mencionadomomento impacto-efecto y apreciarles en una perspectiva que observe sus consecuencias en corto y mediano plazo, para atender críticamente la dinámica del proceso social que actuó para conjugar la coyuntura desastrosa, en su despliegue histórico posterior. Impactos y efectos de la tragedia de 1999 en el estado Vargas de Venezuela En diciembre de 1999, sin lugar a dudas, Venezuela sufrió una de las mayores catástrofes de su historia (en esto coinciden Méndez e Iztúriz, 2005), la cual se convirtió, también, en uno de los peores desastres de Latinoamérica en todo el siglo XX.Uno de los aspectos, por Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 229 ejemplo, que ha hecho que este evento se destaque entre muchos otros de los desastres históricos de Venezuela y que lo coloca entre los más significativos de la región, ha sido el cálculo sobre el número demuertes ocasionadas por el impacto de los aludes. Cifras que oscilan entre 50.000 y 25.000 fallecidos aún rondan el discurso público y el imaginario colectivo. Investigaciones más recientes, basadas en documentación, revisiones en los registros de las morgues y cementerios, así como en el seguimiento de las denuncias de los desaparecidos, demuestran que esas cifras parecen exageradas y basadas en apreciaciones no sistemáticas. Al parecer, y de acuerdo a Altez y Revet (2005), el número mayor estimable no sobrepasaría el millar de víctimas fatales. En todo caso, está claro que la convicción común acerca de cifras exorbitantes sobre número de muertes, podría contribuir a reforzar una posible memoria sobre este desastre en las representaciones sociales de las comunidades litoralenses (Altez y Revet, 2005). Durante aquel diciembre se registraron en la franja costera del país precipitaciones extraordinarias (como resultado de la presencia de una vaguada sobre el mar Caribe), que duraron casi 20 días de ese mes. Lamisma fuemuchomás persistente de lo normal, especialmente hacia la región Norte-Centro (litoral central) y Norte-Occidentedel país (estados Zulia y Falcón). Ello se debió a que la vaguada fue flanqueada por la zona de alta presión delAtlántico, que a su vez estuvo bloqueada por un ciclón extratropical estacionario (Huracán Lenny), sobre el Atlántico Norte y del cual se desprendieron los restos del frente frío que intensificó la actividad hidrometeorológica en la región. Rogelio Altez 230 Gráfico 1.Abanicos aluvionales de los ríos Camurí Chico, en primer plano, y San Julián, al fondo, captados pocos días después de las lluvias de diciembre de 1999. Nótese la diferencia de colores en los materiales arrastrados por las corrientes. Esto se debe a que sus fuentes geológicas son de componentes diferentes. También es notorio en ambos casos la forma final del explayamiento, similar a la de un cono o abanico. Fotografía: José Antonio Rodríguez, Departamento de Ciencias de la Tierra, Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas. Climáticamente, las precipitaciones sufridas porVenezuela en esta ocasión han sido denominadas como eventos de baja frecuencia; asimismo, y de acuerdo con datos oficiales, a partir del mes de julio de 1999 se registraron lluvias por encima de los promedios anuales obtenidos para el período 1991-1998. Las mayores de ellas tuvieron lugar en los primeros días del mes de diciembre de 1999, alcanzando su máxima expresión los días 15 y 16 de ese mes, acumulando para la estación meteorológica del Aeropuerto Internacional de Maiquetía un monto de 1.200 mm/m y un registro de 2.200 mm/m para las micro- Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 231 cuencas ubicadas en la parte alta del Macizo Ávila (López et al, 2000), afectando más severamente la parte central de la costa Norte del país (para ejemplo de efectos, ver gráfico 1). . Después de un año de precipitaciones por encima del promedio (sirviendo de elementos precursores, siguiendo a Stockhausen et al, 2001), Venezuela se vio inundada durante diez días por lluvias torrenciales que causaron deslizamientos de tierra masivos, desbordamiento de quebradas, aludes torrenciales con grandes cantidades de flujo de detritos, enormes daños a la infraestructura, desaparición de referentes históricos y culturales, además de significativas pérdidas humanas. Esta situación fue causada, como ha quedado claro, por la combinación de fenómenos naturales (como las citadas precipitaciones extraordinarias), y condiciones naturales, vinculadas a las características geofísicas de la zona. Es la combinación de estos elementos lo que incide determinantemente en las consecuencias apreciadas en el evento de 1999, y no solamente las lluvias irregulares. Si una precipitación desproporcionada como la de entonces hubiera tenido lugar en una región con condiciones geofísicas diferentes (llanos, por ejemplo), los resultados hubieran sido distintos. El estado Vargas posee una topografía que favorece el desplazamiento veloz y abrupto de materiales aluvionales (Garner, 1959). Cuando en diciembre de 1999 se produjeron los numerosos derrumbes, deslizamientos y flujos torrenciales ya mencionados, once de las cincuenta y tres quebradas afectadas (Hernández, 2000), fueron más contundentes entre las parroquias La Guaira, Macuto, Caraballeda y Naiguatá, transportando miles de toneladas de materiales que arrastraron en sus cauces, y depositaron en las terrazas de sus márgenes un altísimo volumen de sólidos (ocho millones de metros cúbicos, aproximadamente, según Herrera et al, 2000), responsables de la Rogelio Altez 232 transformación del paisaje de la región. La zona demayor daño ymayor acumulación sedimentaria se halló entre Macuto y Tanaguarena (Schmitz et al, 2001), al este del litoral (que se corresponde con la jurisdicción de las parroquiasMacuto y Caraballeda), en donde tuvieron lugar las más grandes destrucciones y números de muertes en comparación con el resto de la región. Es en el este, precisamente, en donde se encuentran las urbanizaciones y asientos poblacionales del estado Vargas que representan socialmente a la clase media y alta, como Los Corales, Palmar Este, Palmar Oeste, Tanaguarena (en la parroquia Caraballeda) y algunos sectores de la parroquia Macuto (Las Quince Letras y Punta Brisas). Asimismo, la zona es compartida por sectores populares y de extractos socio-económicos bajos: LaVeguita y El Cojo en la parroquia Macuto, y Corapalito, Quebrada Seca y San Julián en la parroquia Caraballeda, así como Carmen de Uria y Naiguatá en la parroquia Naiguatá. Todos los sectores antes nombrados sufrieron crudamente las lluvias de aquel diciembre. Es importante destacar que en este caso no se cumplió el supuesto sociológico que asume que losmás golpeados en un desastre son los sectores populares o de bajos ingresos, o bien aquellos ubicados en zonas de mayor riesgo por detentar menores recursos para el desarrollo o ubicación de sus viviendas. Todos estos sectores mencionados padecieron consecuencias materiales devastadoras, y no sólo “la población más pobre y menos resiliente” (Argüello y Lavell, 2001, p. 5), como suele presuponerse. Los eventos posteriores de menor escala (como las lluvias de febrero de 2005), afectaron aún más las urbanizaciones de clase media que a los sectores populares. Está claro que en este caso los aprovechamientos históricos desiguales en la apropiación y uso del espacio, no produjeron la consabida “ganancia económica histórica asociada con el modelo y sus impactos en el medio ambiente, en el crecimiento de las ciudades, en el Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 233 empobrecimiento de la población” (pág. 5), donde se benefician los sectores privados y su reflejo social en la clase media, puesto que las “pérdidas sufridas se socializaron” (ídem) entre todos los sectores sociales. Por otro lado, el caso Vargas ’99 posee la particularidad de no contar como determinante entre las causas físicas del evento, con los procesos de degradación ambiental en las laderas montañosas y cabeceras y márgenes de las quebradas y ríos que se manifestaron en el desastre. Ha quedado demostrado en los estudios detallados al respecto (Herrera et al, 2000; Schmitz et al, 2001; Stockhausen et al, 2001), que se trató de fenómenos recurrentes con evidencias estratigráficas muy claras (afloradas y sepultadas). Las actividades erosivas en las laderas (tal como son descritas en Zevallos, 1996), son claramente observables en el caso del litoral central venezolano; sin embargo, no todos los deslizamientos fueron acelerados por actividades antrópicas de degradación ambiental. La morfología de la zona (véase Garner, 1959; Singer, 1977; Urbani y Ostos, 1989; y Urbani, 2002), enseña cárcavas, torrenteras y cicatrices de deslizamientos propios de una región como ésta en lugares no habitados, cuya actividad se debe a procesos naturales de erosión y movimientos de masa característicos. Algunos de estos deslizamientos consecuentes ocurrieron en alturas montañosas alejadas de asentamientos urbanos, convirtiéndose en alimento de materiales para los flujos de las quebradas, o bien en activadores de otros deslizamientos en laderasmás bajas. No obstante, la ocupación informal e incontrolada en las zonas de influencia de ríos y quebradas es, sin lugar a dudas, el detonante de la destrucción material. El traslado de los millones de toneladas de sólidos arrastrados por las corrientes de las quebradas en las lluvias de 1999, afectó un rango de área de 240Km², aproximadamente, llegando a depositarse hasta una Rogelio Altez 234 distancia máxima de 300m. en el mar, lo cual significó el advenimiento de una muy extensa zona de desastre que, prácticamente, afectó a la totalidad del estado Vargas. Consecuentemente, el daño en las estructuras de habitación (2.776 fueron destruidas y 17.851 resultaron afectadas, según el censo de la Oficina Central de Estadística e Informática (OCEI, 2000), la interrupción de la vialidad y los serviciospúblicos, así como el aislamiento de muchos sectores durante días, contribuyeron a incrementar la urgencia del caso. De acuerdo a este censo realizado en el año 2000 por la OCEI, para el mes de febrero posterior al desastre la población residente en Vargas era de 230.566 personas. En este trabajo se han elaborado cálculos sobre los totales de población vinculados a los diferentes momentos de la tragedia, partiendo del estimado sobre el total existente en diciembre de 1999 (según datos de la OCEI, 1997, 2000 y 2002, fuentes de todas las cifras básicas de los cuadros 1, 2, 3, 4 y 5). En ese sentido, se asumen las siguientes cifras: Cuadro 1 Población del estado Vargas (adaptado de OCEI, 1997 y 2000) Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 235 Cuadro 2 Población desplazada del estado Vargas (Por parroquias afectadas, adaptado de INE- PNUD, 2002, y OCEI, 2000) Es importante señalar que las parroquias Catia la Mar y Maiquetía, si bien son las más pobladas del estado Vargas, enseñan el menor porcentaje de población desplazada, ya que se trató de las zonas menos afectadas de la región. Esto permitió que muchas personas se reubicaran temporal o permanentemente desde el año 2000 en Catia la Mar, que posee una mayor oferta de viviendas que Maiquetía. Cuadro 3 Población desplazada del estado Vargas (Según totales de población, adaptado de OCEI, 1997, INE-PNUD, 2002 y OCEI, 2000) Rogelio Altez 236 Este total de desplazados calculado como más probable para las parroquias más afectadas, supone el total de personas movilizadas por la tragedia, en donde habría que incluir tanto a los que fueron reubicados en asentamientos preparados por el gobierno nacional, como a los que resolvieron su situación por iniciativa propia. Por otro lado, y para enseñar la magnitud de las consecuencias vinculadas al desplazamiento de la población afectada, se estimó el porcentaje de desplazados por residencia dentro de las tres parroquias más afectadas del estado Vargas, obteniendo como resultado el siguiente cuadro: Cuadro 4 Población desplazada por residencia (Parroquias más afectadas) Asimismo, y tal como lo reseña el informe titulado Los efectos socioeconómicos de las inundaciones y deslizamientos en Venezuela en 1999 (CEPAL-PNUD, 2000), otro aspecto que demuestra la magnitud del impacto de la tragedia se revela más claramente cuando se efectúa un análisis regional de los daños. Téngase en cuenta que los estados que sufrieron mayores afectaciones son los siguientes: Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 237 Cuadro 5 Daños por estado (tomado de CEPAL-PNUD, 2000) Estas circunstancias condujeron al desplazamiento de miles de personas que forzosamente abandonaron sus hogares y residencias o, en el peor de los casos, lo perdieron todo. Lamovilización de los habitantes del estado Vargas, conducida oficialmente o motivada personalmente, entendida como el mayor impacto de la tragedia de 1999, tuvo como consecuencias otros subimpactos (afectivos, sociales, políticos y económicos), constituyéndose en la problemática más urgente luego del rescate de las víctimas. En un resumen generalizado, puede asegurarse que el desastre de 1999 vivido en el estado Vargas, provocó impactos que causaron una muy significativa destrucción material, una consecuente depresión económica en la región, el desplazamiento de decenas de miles de personas, así como una profunda crisis institucional (a la cual se le prestará atención más adelante). Entre los efectos más característicos, pueden señalarse dos grandes tipos: el de incidencia netamente social en las condiciones de vida y el de carácter político institucional. En el primer caso, destacan: el retorno masivo de la mayoría de los desplazados; la crisis de servicios públicos extendida durante casi dos años; un severo incremento en síndromes y enfermedades respiratorias (provocadas por Rogelio Altez 238 la alta concentración de polvo y otras partículas en el ambiente), en enfermedades de transmisión hídrica (generadas por acceso a tomas de agua contaminadas, tanto en lugares cauce arriba, como en perforaciones hechas en zonas bajas, consecuencia de la búsqueda de soluciones a la falta del servicio luego del colapso del mismo con la destrucción de la infraestructura), en síndromes dermatológicos (causados por la falta de agua potable en hábitos de aseo diario) y en enfermedades producidas por bacterias y otros microorganismos (debido al derrame permanente de aguas servidas y cloacas, así como a la falta de agua potable, sobre todo en los primeros dos años)1. En el segundo grupo, debe señalarse a la inescrupulosa acción de los sectores tomadores de decisiones (administración pública y capital privado favorecido por clientelismo) que aprovecharon la inmensa cantidad de dinero a la que han tenido acceso desde los primeros meses (con la ayuda internacional y los créditos extraordinarios del gobierno nacional), hasta la actualidad2. Advertir estas consecuencias aún en el presente, ha permitido razonar al respecto y analizar las causas de esta prolongación de la crisis, mucho más allá de respuestas descriptivas o del encubrimiento ideológico. 1 Algunos datos sobre estos aspectos, contribuyen a comprender el cuadro general al respecto. Por ejemplo, según Barrientos et al (2005), un 75% de los sistemas de aguas residuales colapsaron con la destrucción causada por los aludes de 1999; OCEI (2000) señala que el servicio de agua potable alcanzó una inoperancia del 45% por parroquia, gracias a esos daños; los casos de síndrome diarréico se vieron incrementados en un 300% y un 400%, dependiendo de los casos estudiados por parroquia, entre el 2000 y el 2002, de acuerdo al estudio realizado por Barrientos et al (2005). 2Sobre las discrepancias en cifras y las diferencias entre montos ofrecidos en donación y cantidades declaradas como recibidas por el Ejecutivo Nacional, existen dos documentos elaborados por la cancillería venezolana, resumidos en el Informe parcial en materia de cooperación internacional para el desarrollo (Alcaldía de Vargas, octubre de 2001), en donde se plantea este problema. Por ejemplo, el documento titulado “Análisis sobre laAyuda Internacional” (Ministerio de Relaciones Exteriores), contrasta un Informe de la Contraloría Interna del Ministerio de Relaciones Exteriores (del 28 de enero del año 2000) con un informe del PNUD (fechado en 04 de febrero de ese mismo año), sobre “los donativos procedentes del exterior efectivamente recibidos”; allí puede apreciarse el señalamiento de la existencia de una “diferencia abismal” (tal como lo dice textualmente) entre lo señalado por el PNUD como donado al país y lo acusado por el gobierno nacional como recibido. Esa diferencia, contabilizada en cientos de millones de dólares, es explicada como una totalización no diferenciada entre materiales y dinero. Sin embargo, se asienta que esa “diferencia debe ser verificada”. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 239 Latencia y potencialidad de las amenazas y la vulnerabilidad La condición latente de las amenazas ha sido el móvil más destacado en la atención que los diferentes espacios científicos han prestado a la problemática del riesgo y los desastres. De hecho, la noción de riesgo implica un reconocimiento tácito a la latencia de una amenaza. Su carácter potencial (es decir, la posibilidad de que esa amenaza se vuelva una realidad tangible y de que pueda desplegarse dentro de un espectro variable de posibles comportamientos), tampoco ha sido desconocido para las disciplinas que se han dedicado al estudio de los fenómenos naturales destructores (con los conocidos trabajos de Cardona, 1996, y Perry y Montiel, 1996, las apreciaciones y conceptos sobre riesgo están más claras para todas las ciencias que utilizan el término). En el caso de la vulnerabilidad, tambiénha sido reconocida su condición latente dentro de una comunidad o sociedad (ya esto estaba claro, aunque no con este término, en los trabajos de Douglas, 1996, y Chardon, 1997, ymás recientemente enRobles, 2000;Argüello y Lavell, 2001), puesto que es percibida, incluso, como una condición estructural (véaseAltez, 2000). En el documento titulado “Observaciones sobre la Ayuda Internacional”, se despliegan 101 páginas en tablas que especifican los tipos de ayuda (financiera, material, técnica), el donante (país, entidad, empresa, particulares, sociedad civil, etc.), los condicionamientos de las ayudas y las observaciones (en donde se anotan hasta los números de cuentas bancarias nacionales y del exterior, pertenecientes al gobierno nacional o a sus representantes en el extranjero). Allí también aparece especificada la “Asistencia Financiera Prometida al Gobierno Nacional”, la “Asistencia Financiera Recibida” y el rubro titulado “Faltan por recibir”. Es de notar que, según el gobierno, para enero del año 2000 sólo habría recibido un 9% del total ofrecido como contribución financiera internacional. De la “Relación de Cooperación Internacional Recibida” se señala que US $34.901.255,00 fueron ofrecidos como contribución financiera, teniendo como receptor “al país”; US $16.129.299,00 fue la oferta de contribución al “Gobierno Nacional”; mientras que la “ayuda financiera internacional efectivamente recibida” fue de US $1.451.137,00. Esto ya se estaba investigando para el primer trimestre del año 2000. Las ayudas y los créditos extraordinarios otorgados por la Asamblea Nacional posteriormente, deberían sumarse a estas cifras. Rogelio Altez 240 Condiciones de las amenazas y la vulnerabilidad en el estadoVargas hacia 1999 La región del estadoVargas, para el caso específico de las lluvias entendidas como una amenaza, llegaba a 1999 con antecedentes claramente olvidados por las comunidades que allí habitaban para entonces. Muy lejos quedaban los eventos de 1951, 1948, 1938, 1892 o 1798, para citar los más significativos. Desapercibidos pasaron los de consecuencias menores, perdidos e intercalados entre esos años y mirados como hechos que no aportaron cambios significativos a la cotidianidad de la región.Algunos efectos causados por lluvias intensas en años cercanos, eventualmente eran rememorados días antes de la tragedia. Muchas de las quebradas que se desbordaron fatalmente en aquel diciembre, ni siquiera asomaban su cauce (como en el caso deQuebrada Seca, en la parroquia Caraballeda, al este del estado Vargas, o el conocido caso de Carmen de Uria, en la parroquia Naiguatá; ambos lugares evidenciaban desarrollos de viviendas informales justo sobre los cauces), o bien lo enseñaban seco y cubierto de vegetación frondosa (tal como aparecía para entonces el río de Camurí Chico, también al este de la región). Estas condiciones, por ejemplo, contribuían al encubrimiento de las amenazas, aumentando con ello la vulnerabilidad en general. En este sentido, comunidades desmemoriadas asentadas sobre cauces olvidados, se convirtieron en detonantes trágicos cuando volvieron las lluvias de alta intensidad cuyos períodos de retorno no son fácilmente descifrables (Altez, 2005). A las márgenes de estos cauces, en la zona de influencia del abanico aluvional, muchos espacios urbanizados en los últimos cincuenta años iban a sufrir una devastación Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 241 inusitada. Es importante señalar, asimismo, que el mayor crecimiento urbano de la región se desplegó sobre estas zonas luego del evento de 1951, coincidiendo con el crecimiento de la demografía del país, el cual concentró grandes cantidades de población en torno a Caracas. Las lluvias de diciembre de 1999 hallaron al hábitat litoralense desplegado sobre asentamientos vulnerables a los embates arrasadores de los flujos de sólidos y barro que descendieron de las montañas. En esta región portuaria y aeroportuaria, con un pobre desarrollo turístico que sólo satisfacía a la población caraqueña, se había consolidado una sociedad que basaba sus relaciones políticas y sociales en el clientelismo (sobre este tema en particular, véaseAltez,Y., 1996) y en el oportunismo aduanero, con una sola universidad que únicamente ofrecía carreras técnicas y sin más fuentes de empleo privado que dos o tres hoteles de envergadura (entre ellos el Sheraton Macuto Resort y el Hesperia Caribe). Esta realidad socioeconómica profundizó la espera asistencialista, luego del aislamiento producido por los derrumbes y la destrucción de las vías, así como también evidenció la falta de recursos y estrategias oficiales y públicas en el momento de mayor intensidad de la tragedia. Condiciones de las amenazas y la vulnerabilidad en el estadoVargas luego del desastre Cuando cesó la vaguada de aquel diciembre hacia la madrugada del viernes 17, paulatinamente, todas las personas comenzaron a reconocer que una buena parte del estado Vargas había sido destruida. Con ello, y tal como las cifras anteriores lo señalaron, un altísimo porcentaje de viviendas fueron sepultadas, mientras el resto de las zonas habitadas quedaba aislado e incomunicado. Pronto, enmedio de ruinas, piedras y tierra, miles de habitantes regresaban a su lugar de residencia Rogelio Altez 242 en el intento de rehacer sus vidas. Otros, abandonando la zona de desastre, optaron por las ofertas del gobierno nacional, el cual les prometió “dignificar” su condición dotándoles de una vivienda fuera de la región. Pocos días después del desastre, las autoridades regionales y nacionales se apresuraron a proclamar nuevas formas de trato a las víctimas y afectados del evento, en un intento de diferenciarse históricamente de las estrategias del pasado. Entre otras cosas, señalaron que ya no podían ser señalados como “damnificados” a aquellos que perdieran sus viviendas, sino como “dignificados”, puesto que el Estado se encargaría de otorgarles viviendas dignas. Parte de esta política se resume en el documento redactado por el Fondo Único Social (FUS), titulado Hacia la Dignificación de las Familias, elaborado en julio del año 2000. La crisis generada en la población varguense, producto de su obligado desplazamiento, profundizó la fragilidad de su condición de víctimas de las circunstancias: los reubicados en asentamientos desplegados a nivel nacional, en su mayoría, retornaron poco tiempo después a levantar sus casas en los mismos lugares en que fueron destruidas; muchos otros, aún en diciembre de 2000, aguardaban por una solución (que en muchos casos nunca llegó), sobreviviendo en refugios casi inhabitables; otra gran cantidad de población que antes de esa tragedia vivía en zonas marginales, decidió invadir las viviendas abandonadas, semi destruidas o asentadas en medio de cauces aún activos, desatendiendo los llamados a desalojo y desafiando las probabilidades de padecer una suerte similar a los antiguos propietarios; otros, en cambio, decidieron retornar presionados por una sensación agobiante y desconocida hasta entonces: el desarraigo que les conminó a buscar los referentes perdidos y levantar con su esfuerzo la vida de su tierra. (Para observar este aspecto conmayores detalles, puede acudirse al documento de SOCSAL, 2004). Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 243 Entre los que retornaron a su lugar de residencia y los que lo hicieron para reabrir sus negocios, el litoral se estaba despertando de la pesadilla vivida meses atrás.Así, hacia julio de 2000, la gente intentaba volver a la normalidad, en medio de un ambiente que no volvería a ser igual nuncamás. En este sentido, y como en el estadoVargas no existen muchas alternativas de “mudanza” de poblaciones (algo que en otros lugares ha contado con evidencias históricas), toda la región volvía a la vida sobre las mismas zonas de riesgo, ahora colapsadas por la destrucción y la falta de servicios. Conello, la vulnerabilidad del litoral se estaba elevando a potencias no calculadas, sólo con el hecho de volver a contar con casi la misma cantidad de habitantes a la vuelta de un par de años, y por hallarse esa población asentada en lugares que no resolvieron sus condiciones de riesgo. Cauces que activaron sus márgenes y terrazas hasta 3 y 4 metros de altura, veían ahora despejar viviendas enterradas en medio de otras igualmente destruidas. Al mismo tiempo, las autoridades optaron por permitir la reconstrucción de urbanizaciones y barrios (frente al retorno masivo de habitantes), en los mismos lugares en los cuales hubo que dinamitar bloques imposibles de movilizar o transportar con maquinarias de remoción de escombros (ver gráficos 2 y 3). Rogelio Altez 244 Gráfico 2. Ortofotografía de un aspecto de la Parroquia Macuto, en la zona La Veguita. Todo lo que puede observarse como cubierto por tierra y paso del río, estaba ocupado por viviendas y calles. Precisamente, por donde se observa pasar a las aguas en la imagen, no se trata del lugar que ocupaba el cauce antes de las lluvias; el río pasaba por el espacio más abierto que puede apreciarse hacia la derecha de la foto. Toda esta zona gobernada por el alcance del cauce, se halla, evidentemente, en alto riesgo. Sin embargo, en donde señala la flecha (a muy pocos metros del paso del río y de la destrucción causada con el evento del ’99), han sido otorgadas recientemente un conjunto de viviendas populares, como parte de un programa de desarrollo en las zonas afectadas por el desastre (el Plan Rehabilitación de Viviendas en Barrios, Plan REVIBA), a un costo total de Bs. 1.430.000.000,00, según reza en el cartel que las promociona (cerca de US $700.000,00), las cuales fueron construidas claramente en un sitio que será destruido cuando se repitan los fenómenos hidrometeorológicos que tuvieron lugar en diciembre de 1999. La rehabilitación de todo el sector se ha hecho a un costo de Bs. 9.013.412,77 (cerca de cinco millones de dólares americanos, de acuerdo a otro de los carteles allí ubicados) y participaron en la misma quince empresas contratistas. ¿Cuánto costará la reconstrucción de este lugar cuando un nuevo evento como el de 1999 haga su aparición otra vez? ¿Cuánto les costará a estas familias o su descendencia la pérdida de estas viviendas? ¿Cuánto costarán las vidas que se pierdan en el próximo desastre? Como una ironía atroz, detrás de uno de los carteles de promoción antes citados (unos cien metros más allá de las viviendas y que en la imagen podría ubicarse hacia la derecha de la misma y fuera del marco), se encuentra casi escondida la señal que reza “Límite de inundación”. Ortofotografía gentilmente cedida por la Autoridad Única del estado Vargas. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 245 Gráfico 3. En esta imagen se aprecian las viviendas a las que se hace alusión en la leyenda del Gráfico 2. Es notoria la ubicación de las mismas sobre una de las terrazas del río. En esa zona, la altura de los depósitos alcanzó hasta 4 metros, combinándose para ello materiales finos y bloques de gran tamaño. Se observa también que aún permanecen viviendas que sobrevivieron a los deslizamientos de 1999 asentadas en las laderas. Fotografía: RogelioAltez, mayo de 2006. En medio de todo esto, las parroquias más afectadas (Macuto, Caraballeda yNaiguatá), mantienen aún una vialidad en estadomás que pésimo, en dondemuchas de las calles todavía enseñan el mismo asfalto de 1999, ahora destruido por el desastre y los años posteriores de sobre uso. Más aún, buena parte de estas vías se hallan socavadas con pozos de varios metros de profundidad, sin que éstos fueran el producto de las lluvias de aquel diciembre, sino que se han ido formando con lluvias posteriores. Además, el aumento del nivel freático de toda la zona ha producido un lavado de materiales subterráneos que contribuye al hundimiento visible y permanente de casi todas las calles. Rogelio Altez 246 De esta manera, todo chubasco, tormenta, vaguada o coletazo de huracán (cualquiera de estos tipos de eventos han sido vividos desde el año 2000 hasta la fecha), se han convertido en una amenaza mayor que la que representaban para 1999, antes del desastre. Esto se debe, obviamente, al aumento de las condiciones de vulnerabilidad, y no al incremento de la potencialidad de las amenazas. Ha sido una nueva cotidianidad desde entonces la que se experimenta en el estado Vargas, donde la población ha aprendido a sobrevivir con su perfil de “alto riesgo”. Con estas características, las amenazas naturales que tienen que ver con lluvias y sus efectos, se han potenciado enormemente desde entonces. Se ha vuelto una costumbre ver calles anegadas de barro, o bien saber que Naiguatá ha quedado incomunicada por deslizamientos en su carretera. Y todo esto puede suceder con sólo 20 minutos de lluvia... No cabe duda: la vulnerabilidad en el litoral central (y mucho más aún en las tres parroquias antes señaladas), ha elevado su rango de acción. Puede asegurarse, en consecuencia, que su condición latente se profundiza y que su condición potencial se multiplica más allá del momento impacto-efecto sobre su propia latencia. Por lo tanto, se ha observado en este caso una vulnerabilidad crecientemente activa después del desastre y extendida en un lapso de tiempo que supera los efectos. En todo caso, no parece pertinente asegurar que lo observado en la actualidad en la región alcanzada por el desastre, pueda reducirse a la categoría de “efectos a largo plazo”, puesto que si se tratara solamente de efectos como tales, la exposición de la vulnerabilidad conservaría su condición de latencia y no se elevaría exponencialmente. La vulnerabilidad detectada actualmente en el estado Vargas de Venezuela es el resultado de la profundización de Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 247 sus condiciones, y no la simple consecuencia de un hecho natural desastroso. Otras variables han entrado en juego luego de la destrucción. Con casi siete años de vida en estas condiciones, las comunidades ya han aprendido lo suficiente como para sobrellevar su vulnerabilidad, aprender de ella y desplegar recursos eficaces frente a los riesgos. Se trata, ciertamente, de un aprendizaje no deseado e incómodo (paradójico, quizás), el cual a la par de haber generado recursos positivos frente a las amenazas, también ha despertado una triste desesperanza aprendida, a través de la cual la vulnerabilidad ya es una cuestión cotidiana e incluso consciente. Esta vulnerabilidad potenciada a niveles inestimables ya no solamente debe apreciarse en los aspectos materiales e infraestructurales de la región y la población en sí, sino que debe observarse en ámbitos más profundos de la sociedad: en niveles subjetivos e ideológicos que ya casi se van constituyendo en estructura social. Esto permite afirmar que entre las diferentes dimensiones de la vulnerabilidad (siguiendo a Cardona, 2001), es posible detectar otras expresiones menos perceptibles y difícilmente sistematizables, a las que puede denominarse como vulnerabilidad subjetiva y vulnerabilidad ideológica. En este caso, epistemológica y semánticamente, lo subjetivo y lo ideológico no poseen la misma perspectiva que utiliza Cardona (2001); en cuanto a lo subjetivo, se hace referencia aquí a aspectos que están vinculados a la estructura social del sujeto, y no solamente a lo afectivo de las personas o algunas de las dimensiones mencionadas por este autor (económica, social, educativa, cultural, o bien ideológica). Lo subjetivo, como parte estructurante de lo social, no es posible comprenderlo en esos niveles sociológicos Rogelio Altez 248 superficiales de manifestación, sino en el plano de lo invisible (siguiendo a Godelier, 1977 y 1989), es decir, no en el plano empírico visible, sino en el de las causalidades estructurales, donde debe comprenderse el porqué de “la red invisible de razones que vinculan las formas, las funciones, el modo de articulación, la jerarquía, la aparición y la desaparición de estructuras sociales determinadas” (Godelier, 1977:30). La lógica real no es aparente, y por ello sólo puede ser comprendida a través del análisis científico. Asimismo, lo ideológico también presenta distancia epistemológica con lo planteado por Cardona, puesto que no se trata de “ideas o creencias que tienen las personas sobre los hechos y devenir del mundo” (Cardona, 2001:103), sino de lo construido histórica y socialmente como representación de la realidad, lo cual nunca es ajeno a las relaciones que se establecen con y desde el poder (y esto ha quedado claro en el pensamiento científico social desde Marx hasta el presente). Aprendizajes diferenciales: • En las comunidades De acuerdo a lo antes descrito sobre las condiciones de vida en el estado Vargas, las comunidades residentes en la zona de desastre han desarrollado herramientas que son producto de la experiencia y la asistencia, capaces de enfrentar exitosamente la ocurrencia de eventos similares (aunque no iguales, al menos hasta el presente), y de responder a las circunstancias de deterioro de servicios e infraestructura en las que se encuentran. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 249 En efecto, en el caso de las parroquias más afectadas, las comunidades se han adaptado a sobrevivir conviviendo con el deterioro general y con un proceso de reconstrucción lento e ineficaz. Un indicador de ello es el hecho de que no se evidencian formas de organización y participación política o social con el objeto de demandar mejoras y adelantos en la recuperación de la zona. Se trata de un aprendizaje que ha conducido a la resignación, en donde la rememoración de los referentes perdidos en el desastre es un lugar común y en donde la indiferencia ante las decisiones se asoma como un comportamiento legítimo (ver gráfico 4A y 4 B). Gráfico 4Ay B. Una de las imágenesmás conocidas de los efectos del desastre de 1999 fue la de este edificio, en el cual había colapsado su línea de balcones. Se ubica en medio del cauce del río San Julián, aún cuando el mismo se encontraba sepultado (hasta diciembre del 99) bajo el desarrollo de la urbanización Los Corales. Con el paso del río en aquella fecha, no sólo se evidenció el verdadero lugar del cauce, sino la peligrosa ubicación de las viviendas. Luego del desastre, éste, así como otros edificios, fueron invadidos (tal como se aprecia en la imagen), y actualmente residen allí muchas familias, las cuales aún no han podido recuperar la entrada original, pues todavía se encuentra tapiada. Fotografías: RogelioAltez, noviembre de 2004. Rogelio Altez 250 Se trata, también, de una ganancia con perfiles contradictorios: mientras por un lado se presenta como un resultado positivo el poseer recursos adaptativos frente a los riesgos y las amenazas, por el otro, tal adaptación es ya la costumbre de desenvolverse en un ambiente que no enseña intenciones de cambiar. Más aún, el lento proceso de reconstrucción que ha permitido a contratistas y autoridades prolongar sus ingresos durante años a través de proyectos que nunca son concluidos, ha ofrecido al mismo tiempo la oportunidad de contratación demano de obra barata, jornalera o asalariada, que ha logrado satisfacer medianamente la demanda de empleo en la que la región se vio sumida luego del desastre. Si se recuerdan las condiciones del estado Vargas hacia 1999, puede observarse la escasa oferta de empleo estable en la región (concentrada en el puerto, el aeropuerto y las autoridades públicas locales o regionales, o en las empresas privadas: hoteles, restaurantes y comercios), donde la misma se ha visto drásticamente reducida en el plano de las empresas privadas (con el retiro de los hoteles de cinco estrellas ubicados en el este), e incrementada en la oferta de empleo público por parte de las autoridades, a través del estímulo de las contrataciones a destajo, la formación de cooperativas que asistan la demanda de servicios de aseo urbano, o el uso de mano de obra barata por parte de las contratistas que ejecutan la reconstrucción de la región. Estas comunidades, estructuradas históricamente sobre relaciones clientelares, han visto con cierto beneficio la prolongación de las obras de reconstrucción. Además, con las nuevas formas de contratación de la mano de obra que las autoridades nacionales han propuesto desde el año 2000 hasta el presente (basadas en el estímulo de las cooperativas), gran cantidad de sectores pertenecientes a los estratos más pobres de estas comunidades se han beneficiado con la Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 251 situación. Incluso uno de los modos de ingresos más comunes en las zonas balneario, esto es: el de la economía informal (con ejemplos claros en las ventas de artículos de consumo para temporadistas: comidas y bebidas, implementos para tomar sol, accesorios de playa, trajes de baño, hielo, etc.), ha sido estimulado por las autoridades regionales al construir en las nuevas playas locales especialmente destinados para ello. De esto se han beneficiado muchas familias y comerciantes que tradicionalmente han vivido de este tipo de negocio. Aún así, la mayoría de esos locales han sido levantados en zonas expuestas a riesgos que ya han comprobado su obvia vulnerabilidad (con el coletazo del Huracán Iván en el año 2004, muchos de estos negocios ubicados en las playas quedaron sepultados por el oleaje). En medio de estas circunstancias, las comunidades que se hayan más expuestas, de acuerdo al lugar en el que residen (especialmente en las parroquias señaladas, Macuto, Caraballeda y Naiguatá), han tenido la oportunidad de poner en práctica (más de una vez en menos de siete años), lo aprendido con la experiencia de la tragedia. Las recientes lluvias de febrero de 2005 (una vaguada de tres días, pero con menor intensidad que la de diciembre de 1999; véase Altez, 2005), evidenciaron que los recursos adaptativos y las “respuestas rápidas” estuvieron en manos de las comunidades antes que en el despliegue de las autoridades. Esto ha de entenderse como una ganancia... Al mismo tiempo, la incomodidad generada por un nuevo aislamiento y por la recurrente destrucción de la vialidad, el desbordamiento de las quebradas y la convivencia en medio de un aire amarillento por el polvo levantado una vez que el barro secó, evidenciaba el malestar general entre los residentes de la zona. No obstante, aquella incomodidad se fue diluyendo poco a poco en medio de un rápido retorno a la “normalidad”. Rogelio Altez 252 La sociedad varguense en general, sumida en estas condiciones, ha contemplado cómo su cotidianidad ha sido transformada radicalmente desde aquel diciembre de 1999. Al mismo tiempo, también ha demostrado poseer sorprendentes mecanismos adaptativos que le han valido para reconstituirse como comunidad sobre circunstancias ciertamente negativas. Entre otros aspectos recursivos, ha demostrado una enorme capacidad de supervivencia, un sólido sentido de arraigo y una clara flexibilidad ante los riesgos (SOCSAL, 2004). Todo esto se encuentra articulado con un severo trastocamiento afectivo y subjetivo en el desenvolvimiento y en las relaciones de esta sociedad, lo cual seguramente ha alterado aspectos profundos en las estructuras sociales y culturales. Quizás en medio de tales sacudimientos la percepción de la realidad también se haya afectado y, con ello, muy probablemente, pudiera estar cambiando el sentido del tiempo (lo cual debe estar, asimismo, contribuyendo a la resignación antes mencionada). Puede asegurarse que hasta el desastre, esta sociedad entendía al tiempo como cualquier otra variable dentro del paradigma moderno: hacia delante, hacia el progreso... Actualmente, su comportamiento (de resignación, de desesperanza aprendida, de convivenciacon el deterioro y, también, de recursos positivos frente a eventos desastrosos), parece provenir de una lógica que contradice a la modernidad: el tiempo se detuvo con la tragedia, y con ello todos también se detuvieron, mucho más aún al contemplar que todo está materialmente detenido. En la zona de desastre del estado Vargas, avanzar en el tiempo es retroceder en el progreso. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 253 • En quienes toman decisiones El desastre de diciembre de 1999 enVenezuela significó el cierre de la década del DIRDN. No cabe duda que durante esos años todos los espacios que toman decisiones en el mundo, así como todos los ámbitos científicos y de investigación, obtuvieron una ganancia discursiva que incluyó en su repertorio de objetivos y categorías conceptuales algunos aspectos que periódicamente y durantemucho tiempo, estaban clamando por un lugar autónomo dentro del planeta. Prevención, riesgo, vulnerabilidad, desastre, amenaza natural, amenaza antrópica, asistencia, desplazados y otras categorías conceptuales, avanzaron decididamente sobre los espacios públicos. Con aquel evento de impresionante magnitud, buena parte de los organismos internacionales (políticos, científicos, asistenciales, humanitarios), extendieron su auxilio y buscaron en aquel escenario, una plataforma para poner en práctica parte de lo discutido en el decenio precedente. Venezuela, que para entonces vivía profundas transformaciones políticas e institucionales, bebió profusamente de todo ello. Sin embargo, las circunstancias y la emergencia no dieron mucho tiempo al aprovechamiento de esa bebida. Quizás la mencionada transformación institucional representó buena parte de las dificultades que se presentaron para aprovechar aquellas ganancias que, en medio de la urgencia de ponerlas en práctica, fueron diluidas en un arropador pragmatismo. Precisamente, cuando dio inicio la vaguada que desencadenó el desastre (15 de diciembre), se celebraban elecciones nacionales para aprobar la nuevaConstitución de la República, con la cual comenzaba un proceso largo y conflictivo de transformación política y administrativa en todo el país. Lo que se llama estadoVargas actualmente, había alcanzado dicho status muy recientemente; tanto así, que antes de obtener tal Rogelio Altez 254 categoría, sólo era un municipio (con el mismo nombre). El nacimiento del estado como tal, no abolió al municipio ni a su jurisdicción, antes bien, uno fue erigido sobre el otro, lo cual implicaba que los dos poderes ocupaban el mismo espacio. El Municipio Vargas y el estado Vargas aspiraban delimitar sus jurisdicciones con el inicio de ese proceso, puesto que ambas autoridades se desplegaban sobre los mismos límites. Pero esto no sucedió. Las condiciones en las que se encontró toda la región después del desastre impidieron que se atendiera con dedicación a tal problema. De esta manera, luego del evento catastrófico, municipio y estado continuaban teniendo la misma autoridad sobre la misma jurisdicción. Y eso no fue todo: como la gobernación del estado se hallaba en manos de una de las dos grandes tendencias políticas del país, y la municipalidad era detentada por quienes se le oponían, inmediatamente surgieron graves conflictos de poderes que mucho influyeron en la emergencia.Ante esto, el gobierno nacional decidió crear una instancia que se encargara especialmente de las decisiones sobre la reconstrucción de la región, y que estuviera por encima y al margen de las autoridades locales.Así nació, por decreto oficial, laAutoridad Única de Área para el Estado Vargas (AUAEV Decreto Nº 766, de fecha 30 de marzo de 2000, reformado parcialmente por el Decreto Nº 1.112 del 06 de diciembre de ese mismo año). Para entonces, el estado Vargas contaba con tres poderes sobre la misma jurisdicción. Paralelamente, el gobierno nacional creó otra institución a partir de todos estos problemas. Si la AUAEV debía dedicarse a la planificación y a las decisiones de la rehabilitación del estado, al ejecutivo central le pareció conveniente que otra instancia se encargara de ejecutar tales proyectos y planes. Así surgió CORPOVARGAS (Corporación para la Recuperación y Desarrollo del Estado Vargas, Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 255 creada mediante ley del mismo nombre de la entidad el 08 de junio del año 2000). Fue entonces cuando aquella jurisdicción que ya estaba soportando una alcaldía, una gobernación y una autoridad única, habría de ver sobre el mismo espacio a otra autoridad con el mismo status de poder. Si esto parece un exabrupto, la realidad es que hasta el año 2005 aún colindaban las cuatro autoridades sobre la misma jurisdicción. Se trata, pues, de cuatro superautoridades que se hallan superpuestas. Al ojo de cualquier observador, esto ha de suponer un problema básico y crítico para las decisiones, la ejecución de proyectos y la administración de los recursos. En este sentido, con este panorama de poderes no siempre complementarios, todo lo anteriormente señalado acerca de las ganancias vinculadas al discurso del riesgo, los desastres y la vulnerabilidad, se torna nebuloso en la práctica. No obstante, desde el propio discurso de cualquiera de esas instancias (todas ellas políticamente comprometidas), la ganancia es claramente ideológica. Dos de esas autoridades nacen, precisamente, gracias a un desastre. Las otras dos, igualmente, se han visto ampliamente beneficiadas por la misma situación. En efecto, desde que la noticia de la tragedia comenzara a dar la vuelta al mundo, la ayuda no tardó en llegar. Buena parte de esa ayuda llegó en sumas de dinero que deberían ser destinadas a la rehabilitación de la región afectada. Cientos de millones de dólares arribaron al país en los primeros meses del año 2000 (tal como se evidenció en los documentos antes citados). Más tarde, la Asamblea Nacional otorgaría créditos extraordinarios para ayudar a los gobiernos locales a enfrentar su crisis. Igualmente, organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y gobiernos amigos, continuaron extendiendo (como lo han hecho hasta el presente), su ayuda a través del financiamiento de Rogelio Altez 256 investigaciones o bien involucrándose directamente en la reconstrucción. Todo esto ha implicado un beneficio directo a las cuatro autoridades del estado Vargas. Gráfico 5. Estos muros de gavión fueron construidos por las autoridades en casi todo el litoral, luego de decidir que se trataba de la mejor solución para contener deslizamientos y desbordamientos. En la fotografía se aprecia el comportamiento poco efectivo de esta solución frente a lluvias de común intensidad. Fotografía: RogelioAltez, enero de 2005. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 257 Gráfico 6. Así lucían los mismos muros captados en la figura anterior luego de las lluvias de febrero de 2005. Debe destacarse que se trató de un evento significativamente menor que el de 1999. Sin embargo, también resulta significativa la cantidad de dinero invertida en obras como ésta, las cuales no ofrecen ningún tipo de respuesta eficaz frente a lo que cotidianamente sucede en el litoral central. Decisiones como ésta solo favorecen a contratistas y licitadores. Si estas obras forman parte de las respuestas oficiales para reconstruir el litoral central y hacerlo más preparado para eventos como el de 1999, al parecer algo está mal calculado. Fotografía: RogelioAltez, febrero de 2005. Asimismo, en casi siete años desde que se inició la reconstrucción, el mayor beneficio lo han percibido las empresas contratistas, y no las comunidades. Los estudios, proyectos, planificación e investigaciones sobre todos los aspectos involucrados con el desastre, sus consecuencias y la rehabilitación de la región, parecen haber contado con un destino radicalmente opuesto alde las inversiones, o bien los encargados de ejecutar dichos proyectos han comprendido erróneamente sus resultados Rogelio Altez 258 (véanse los gráficos 5 y 6). Esto puede apreciarse en la lentitud de la recuperación de las zonas más afectadas (otra vez: siete años...), y en los errores o desaciertos de las obras realizadas. Esta situación ha resultado evidente a partir de la ocurrencia de otros eventos menores entre el año 2000 y la actualidad (véase al respecto,Altez 2005). Lo que aprendieron los entes que toman decisiones con todo este proceso es que los desastres ofrecen oportunidades insospechadas de crecimiento... aunque ese crecimiento sea, evidentemente, tan diferencial como el propio aprendizaje. Para muchos, el desastre es percibido como un valor de cambio, en donde han logrado separar o discernir a la sociedad de los objetivos hacia donde deben dirigirse las decisiones.Todo lo demás quizás sólo tenga un triste valor de uso (ver gráficos 7 y 8). Gráfico 7. Así se veía la avenida principal de Los Corales (parroquia Caraballeda), luego del evento de 1999, enseñando haber sido el centro del cauce. Fotografía perteneciente al Departamento de Ciencias de la Tierra de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas. Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 259 Gráfico 8. Así luce en la actualidad lamisma avenida de Los Corales. ¿Aquién le importa realmente lo que pueda suceder en el futuro, cuando se articulen nuevamente las mismas variables que detonaron el desastre de 1999? ¿Para qué permitir la reconstrucción de un lugar expuesto como éste? Fotografía: RogelioAltez, octubre de 2004. Conclusión: Vivir en el post-desastre Casi siete años después de la tragedia, el estado Vargas aún vive en medio de condiciones que son el producto fresco de las lluvias de 1999. Evidentemente, en contextos subdesarrollados como lo representan algunos países latinoamericanos, los desastres de gran envergadura pueden llegar a causar traumatismos severos en las sociedades donde sobrevienen, generando con ello disrupciones históricas que desvían el desarrollo o crecimiento que una región entera (en este caso el litoral central venezolano), cambiando para siempre las condiciones de vida a partir de ello. Rogelio Altez 260 La sociedad del estado Vargas ha tenido que cambiar su cotidianidad luego de aquella tragedia, ganando con ello un ineludible aprendizaje que la especializa en estas situaciones. Al menos estas generaciones expresarán certeramente esta ganancia; depende de ellas la transmisión de las mismas a su descendencia (esta reflexión es también recreada en Altez, 2005). En el entendido, pues, de que un desastre (es decir, no la ocurrencia del fenómeno natural, sino la expresión material y crítica de la vulnerabilidad de la sociedad que hace posible la catástrofe), transforma los destinos de una sociedad o región (un ejemplo histórico de ello puede hallarse en Palme yAltez, 2002, acerca de los terremotos de los Andes venezolanos en 1674), entonces, la forma a través de la cual la sociedad afectada absorbe el impacto y sufre los efectos, debe entenderse como la expresión del alcance en el tiempo y en el espacio de su vulnerabilidad. En el caso de Vargas, en Venezuela, este alcance ha sido extenso y perdurable. Es importante agregar, asimismo, que la vulnerabilidad no debe ser entendida como un “ente” o una “cosa”, sino como el resultado de una construcción histórica; por lo tanto, para reducirla o transformarla es necesario conocer mucho más que las propias variables que le caracterizan y constituyen: se hace imperante comprender la forma a través de la cual esas variables se construyeron y se reprodujeron en el tiempo. Esto coincide con lo planteado por García Acosta (2005), en su trabajo sobre la construcción social del riesgo. De acuerdo a esta autora, resulta pertinente atender los procesos que permiten la acumulación de las vulnerabilidades sociales y económicas (2005:18); es decir, debe comprenderse el riesgo (igual que a la vulnerabilidad y las amenazas), como “proceso” (2005:19). Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela 261 Tal como se explicara anteriormente, la expresión más profunda y evidente de la vulnerabilidad se observa en las regionesmás afectadas del estado Vargas aún mucho tiempo después.Algunas de las características abordadas en este trabajo enseñan que las consecuenciasmás trágicas del desastre de 1999, no se hayan en la destrucción, sino en la vigencia de tales consecuencias, producto del desinterés en finiquitar el proceso de aprovechamiento que ha significado el propio desastre. Este carácter exponencial de la vulnerabilidad y su extensión en el tiempo es lo que puede llamarse un post-desastre, puesto que se han creado nuevas condiciones de vida en el estado Vargas que no representan necesariamente un camino hacia la recuperación de la región, sino que lamentablemente para las comunidades allí ubicadas, significan la prolongación casi indefinida de las consecuencias del desastre. Es importante subrayar que el término “post-desastre”, tal como es utilizado aquí, no es sinónimo de lo que se entiende técnicamente como tal cosa (es decir, aquel momento en el que se hace necesario el despliegue de la asistencia rápida y en donde se cuantifican los daños materiales y los efectos sobre la población). Sin embargo, y a pesar de esta diferencia, parece pertinente aclarar que el sentido que aquí se pretende dar a esta noción no es, precisamente, el de un “término”, sino el de una categoría con utilidades analíticas y no descriptivas. En este sentido, aquel desastre no ha sido un antes y después, o un estallido destructor que simplemente cambia rumbos en la vida: el hecho es que no ha desaparecido, sino que se ha transformado en un contexto de rostro desesperanzado. Se trata de un post-desastre en pleno vigor y que hace mucho más sensible la fragilidad de las respuestas frente a eventos que bien podrían ser manejados exitosamente. Sería pertinente y especialmente enriquecedor realizar una revisión comparativa en contextos latinoamericanos similares, en donde desastres de gran magnitud hayan impactado en forma parecida, hurgando acerca Rogelio Altez 262 de consecuencias que puedan conducir a observar resultados semejantes u opuestos. Eventos históricamente recientes podrían ofrecer información de interés. Es decir, parece necesario revisar si los desastres que devastan regiones enteras, permiten la reconstrucción apuntando a la reducción de la vulnerabilidad, o bien profundizando la misma. Igualmente, si este análisis permite extender sus derroteros, sería también interesante observar estos aspectos en otros contextos distantes a los latinoamericanos, tanto como buscar su analogía en países desarrollados. La advertencia de este ejemplo acerca de lo que puede observarse luego de un desastre de grandes magnitudes, reclama la necesidad de observarlos con una perspectiva metodológica de mayor amplitud, desde la cual puedan contemplarse los aspectos constitutivos de las vulnerabilidades como un proceso que no se interrumpe con el momento impacto-efecto, sino que haya expresividad y potencialidad a partir de esa coyuntura. Lo que advierte GarcíaAcosta (2005) como construcción social del riesgo, debe comprenderse, en consecuencia, como un proceso que continúa desarrollándose posteriormente al evento destructor. Generalmente, los estudios sobre los desastres culminan señalando las causas (sociales, infraestructurales, naturales, etc.) de los mismos, o bien analizando las consecuencias y efectos de manera cuantitativa, cerrando sus aproximaciones con el hecho mismo. En realidad, si han de apreciarse los desastres, los riesgos, las amenazas y, sobre todo, las vulnerabilidades como el resultado de una construcción social e histórica, ¿cómo dejar de observar la forma a través de la cual las sociedades afectadas continúan