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Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Vicerrectorado de Investigación y Postgrado
Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias
Instituto Pedagógico de Caracas
Núcleo de Investigación
“Estudio del Medio Físico Venezolano”
Perspectivas Venezolanas sobre Riesgos:
Reflexiones y Experiencias
Volumen 1
Rogelio Altez
y
Yolanda Barrientos
Coordinadores
2008
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Vicerrectorado de Investigación y Postgrado
Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias
Instituto Pedagógico de Caracas
Núcleo de Investigación “Estudio del Medio Físico Venezolano”
Avenida Sucre, Parque del Oeste, Catia-Caracas
Apartado 2939
Fax 0212-8060118
Teléfono 0212-8060067-8060066-8060072
PERSPECTIVAS VENEZOLANAS SOBRE RIESGOS:
REFLEXIONES Y EXPERIENCIAS
Volumen 1
El presente texto fue arbitrado por sistema doble ciego. Las opiniones
expresadas en los artículos publicados no son necesariamente las de
la Universidad. La responsabilidad de las mismas compete a sus
autores.
Depósito Legal: 198502 D.F. 133
ISBN: 1316-0087
Diseño de Portada: América García, Yolanda Barrientos y Rogelio
Altez
Diagramado por: David Rojas
Impreso en: Litografía Metrotip
Caracas, Venezuela
Serie de libros arbitrados del
Vicerrectorado de Investigación y Postgrado
2
Contenido
Pág.
Prólogo....................................................................................... 7
Presentación.............................................................................. 13
Capítulo I: Experiencias Educativas en el Sector
Universitario.............................................................................. 19
COMIR UCV, Vanguardia universitaria: Un relato desde
sus inicios.
Mercedes Marrero................................................................ 21
Los riesgos ambientales: El aporte del CENAMB-UCV.
Jesús Delgado........................................................................ 51
La gestión de riesgo en los Andes venezolanos.
Jaime Laffaille...................................................................... 75
Proyectos educativos de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador en gestión de riesgos con
alcance nacional.
Carlos A. Suárez y Henry Pacheco..................................... 101
Estrategias instruccionales y pedagógicas para el aprendizaje de
amenazas y riesgos socionaturales en la Escuela Básica,
estado Vargas.
Yolanda Barrientos, Ana Iztúriz M., América García G. y
Simón Ruiz B. ....................................................................... 141
3
Capítulo II: Estudios de Casos: Reflexiones a partir
de 1999....................................................................................... 169
Urbanismo, vulnerabilidad y gestión de riesgos.
André Siger........................................................................... 171
De la geología global a la Cordillera de la Costa: Implicaciones
sobre flujos torrenciales generados por lluvias extremas en el
norte de Venezuela.
Franco Urbani...................................................................... 189
Vivir en el post-desastre: Reflexiones sobre los aprendizajes de
una tragedia aún vigente. El caso Vargas, Venezuela.
Rogelio Altez......................................................................... 225
Una aproximación históricas a los aludes torrenciales del litoral
central de Venezuela.
José Antonio Rodríguez....................................................... 273
Geomorfología antrópica de desastres recientes en tres ciudades
de la Cordillera de la Costa.
Carlos A. Suárez Ruiz.......................................................... 303
Capítulo III: Aportes Metodológicos desde
las Geociencias............................................................................. 333
La paleosismología en Venezuela: A la búsqueda de los sismos
del pasado.
Franck Audemard................................................................ 335
4
El medio físico en las cuencas de drenaje de la fachada norte del
Macizo del Ávila, estado Vargas, Venezuela: Una revisión de los
aportes realizados para la gestión de riesgos regional.
Williams José Méndez Mata............................................... 367
Capítulo IV: Riesgo e Instituciones......................................... 405
Visión integral de los riesgos y desastres: Experiencia de la
gerencia de planificación para casos de desastres (El caso
PLACADE).
Jorge Molina........................................................................ 407
Notas: Ideas en construcción sobre el rol de los medios
ante los riesgos.......................................................................... 423
El papel de los medios de comunicación en la reducción del
riesgo de desastres: Algunos problemas prioritarios y posibles
estrategias para resolverlos.
Juan Murria......................................................................... 425
Listado de Autores................................................................... 440
5
6
Prólogo
7
Prólogo
Las discusiones impulsadas desde las actividades del Decenio
Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN)
en la década de los años 90 del siglo pasado, permitieron que los
espacios que históricamente se habían desempeñado como los
constructores del discurso de las amenazas y las vulnerabilidades
(investigadores, organismos de asistencia- respuesta, organizaciones
e instituciones internacionales de ayuda humanitaria), contaran con
un ámbito de diálogo global, a través del cual tuvieran la oportunidad
de crecer e intercambiar sus razonamientos y experiencias al respecto.
Estas circunstancias permitieron el despliegue conceptual del
discurso sobre los riesgos, al tiempo que sirvieron de soporte de
actualización y crecimiento a los organismos e instituciones
encargados de actuar antes, durante y después de los desastres. Este
efecto teórico-práctico contribuyó notablemente a la transformación
discursiva y al accionar en torno al problema de los riesgos en
general, dando paso a nuevas estrategias, planes y modelos de
actuación, entre los que se aprecian proyectos educativos, gestiones
comunitarias y locales, leyes, normativas, investigaciones,
surgimiento de instituciones especializadas, y la conciencia cada vez
más global de lo que significan las amenazas, las vulnerabilidades y
las consecuencias que se advierten cuando ambas variables se cruzan
en el tiempo y en el espacio.
Es por ello que actualmente pueden observarse nociones y
categorías que indican una doble articulación entre el contenido
semántico y el plano práctico de actuación o ejecución. De allí que las
definiciones de riesgo se han orientado hacia la “gestión local de
riesgos” o “gestión integral de riesgos”, unificando los planos
conceptuales y de acción. Este proceso aún se encuentra en
desarrollo, mientras que las experiencias al respecto continúan
alcanzando nuevas metas entre los involucrados en el tema.
En los últimos años se ha generado un debate académico al
respecto, tanto en escenarios nacionales como internacionales, sobre
el papel de la educación y la investigación en la gestión de riesgos,
orientado al desarrollo actual del tema y a proponer alternativas para
consolidarlo en la sociedad. La generación de conocimientos, la
transferencia de resultados y la socialización de los saberes hacia las
comunidades vulnerables, forman una plataforma que a través de los
procesos educativos formales y no formales alcance la sociedad en
general, para entregarle herramientas que reduzcan las
vulnerabilidades frente a los riesgos dominantes tanto locales como
globales, estimulando la resiliencia de las comunidades.
Esta compilación que aquí se presenta, conduce a compartir
experiencias que revelan el nivel de inserción del tema en las políticas,
programas, planes y proyectos del Estado venezolano, y que aglutinan a
una comunidad de práctica en ámbitos para la discusión, la reflexión, el
intercambio de experiencias, estudios e información.
Se asume que la reducción delriesgo en todos los niveles (local,
regional, institucional, comunal, social, material y hasta en el plano
individual), debe incluir el aprendizaje de las experiencias exitosas y de
las que no lo han sido, con el objeto de que la sociedad en general
construya respuestas efectivas y eficaces ante los elementos ambientales
y contextuales de su realidad que se levantan como amenazas o
adversidades potenciales.
8
Prólogo
De esta manera, el aprendizaje sobre estas experiencias se
convierte en educación, contribuyendo con ello a fomentar estilos de
vida, (en este caso, transformados en indicadores del compromiso
adquirido con la reducción del riesgo), conduciendo al
reconocimiento de éste como parte de la realidad en que vivimos y
favoreciendo la percepción de que los desastres son el resultado de
una construcción social e histórica que forma parte de esa realidad.
La consolidación de una cultura preventiva, en este sentido, abarca
una secuencia entrelazada de etapas complejas, donde la percepción
del riesgo de manera individual o colectiva, está basada en
conocimientos o experiencias de vida, tomando en cuenta los valores
éticos que sostienen la solidaridad, el apoyo mutuo, el respeto por las
personas, y el desarrollo de actitudes, conocimientos y compromisos
que puedan ayudar a generar las respuestas adecuadas, pertinentes y
oportunas, ante los eventos ambientales adversos (ya sean naturales
o antrópicos).
Los planteamientos antes descritos coinciden plenamente con
los acuerdos alcanzados en la International Risk Reduction
Conference celebrada en Davos (Suiza), en agosto de 2006 en materia
educativa: La educación para la reducción de riesgos debe formar
parte de la Década 2005-2015, declarada por la Organización de
Naciones Unidas para reducir las pérdidas y fomentar capacidades
en la respuesta y la reconstrucción, cuando los eventos adversos
impactan; igualmente, mejorar la comunicación entre científicos y
usuarios finales.
Además, este encuentro técnico estuvo dirigido a los gerentes
encargados de la toma de decisiones, científicos y comunidad de
práctica para intercambiar ideas acerca de cómo abordar los riesgos
y desastres, utilizando metodologías que reflejen el estado del arte
9
Prólogo
en el tema, basados en los objetivos de la gestión de riesgos delineados en
las Declaraciones de Hyogo, sobre el Plan de Acción 2005-2015
Desarrollando la Resiliencia de lasNaciones y lasComunidades ante los
Desastres, y en el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible,
centrados en la discusión de los riesgos relacionados con amenazas
naturales, las fallas tecnológicas e igualmente los riesgos humanos
emergentes generadores de pandemias, terrorismo y cambios climáticos,
bajo enfoques integrados y participativos. La temática analizada enDavos
2006 comprendió las áreas de: género y desastres, vulnerabilidad
ambiental, educación, conocimiento, conciencia y seguridad de la
sociedad.
Desde esta visión y en tal sentido, la transformación cultural de la
sociedad hacia la gestión de riesgos, debe implicar un giro profundo y
estructural para lograr superar el paradigma de atención de emergencias,
requiriendo para ello un esfuerzo mancomunado de voluntades,
instituciones, corporaciones, acciones de Estado y la implementación de
tratados, acuerdos, principios, políticas y leyes en estamateria, tanto en el
plano nacional, internacional como global.
Como prueba de este planteamiento un grupo de investigadores y
gestores venezolanos en el área de riesgo quienes asistieron al encuentro
deDavos 2006, presentaron unamuestra de algunos estudios académicos
y de aplicación de políticas gubernamentales sobre el tema que
actualmente se desarrolla en el país. El afán de divulgar o difundir lo
planteado en este evento, ha sido el motivo central de la presente
publicación, y a partir de ello, se invitó a participar a otros investigadores
venezolanos, quienes aportaron sus experiencias ymás recientes hallazgos
sobre la materia planteada, para así nutrir el esfuerzo editorial entre la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador y la Sociedad
Venezolana de Historia de las Geociencias.
10
Prólogo
Para ello, en este primer volumen de las Perspectivas
Venezolanas sobre Riesgos, se han estructurado los aportes de cada
autor en relación al contenido de los mismos y la pertinencia temática
que les vincula con los objetivos de la publicación. En el primer
capítulo (Experiencias Educativas en el Sector Universitario), se
recogen las diferentes prácticas y estrategias desplegadas en varias
instituciones de educación superior a nivel nacional (Universidad
Central de Venezuela, Universidad Pedagógica Experimental
Libertador, Universidad de los Andes), donde se han destinado
esfuerzos pedagógicos, académicos y comunitarios, que apuntan
hacia la consolidación de una cultura preventiva en la sociedad
venezolana.
En el segundo capítulo (Estudios de Casos: Reflexiones a partir
de 1999), se compilan investigaciones que exploran y analizan las
causas, impactos y efectos de los procesos naturales, sociales e
históricos, que se articulan en torno a las variables que componen al
riesgo: amenazas y vulnerabilidades. Estos trabajos dan cuenta de las
reflexiones científicas que han surgido a partir del evento de 1999,
considerando especialmente lugares y regiones afectadas histórica y
actualmente. Está claro para los investigadores venezolanos en
general, el desastre de Vargas en diciembre de ese año, ha sido una
bisagra que ha permitido desplegar las miradas sobre el caso con
mayor profundidad e información al respecto.
El tercer capítulo (Aportes Metodológicos desde las
Geociencias), presenta la investigación paleosismológica como uno
de los recursos más especializados y novedosos en la investigación de
los terremotos, destacando los significativos aportes en el caso
venezolano y una sistematización de los estudios vinculados a la
gestión de riesgos sobre el Macizo del Ávila.
11
Prólogo
Prólogo
12
En el cuarto capítulo (Riesgos e Instituciones: El Caso
PLACADE), el cual describe una experiencia de trabajo hacia las
comunidades para la mitigación de los riesgos, como parte de la
misión del Cuerpo de Bomberos Metropolitanos de Caracas.
Por último, se presenta una Nota (Ideas en Construcción sobre
el Rol de los Medios ante los Riesgos), que recoge las reflexiones del
coordinador de la sesión Recent Developments in Disaster Risk
Reduction in Latin America and the Caribbean en Davos (2006).
Finalmente, se presenta a la comunidad científica y a la
sociedad venezolana este producto académico para su consideración,
bajo la premisa de que la revisión crítica del mismo contribuirá a
enriquecer los planteamientos hechos en futuras ediciones.
Rogelio Altez y Yolanda Barrientos
Coordinadores de la Edición
13
Presentación
Al revisar la copiosa y variada información que se despliega a
lo largo de los trece trabajos incluidos en el libro Perspectivas
Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, cuya
presentación nos han encomendado sus coordinadores,
reflexionábamos respecto a los innegables progresos que en nuestro
país se han producido, en los recientes lustros, sobre la cultura de las
amenazas y riesgos ambientales. En efecto, en la terminología de la
Administración Ambiental, a principios de los años ochenta, la
expresión “gestión del riesgo”, era, al menos en nuestro medio,
prácticamente desconocida.
Es evidente que los impactos producidos por los aciagos
eventos del Río Limón (1987), Tormenta Tropical Bret (1993),
Cariaco (1997) y Vargas (1999), por citar sólo algunos, han logrado
despertar nuestra sensibilidad y hacernos comprender -es de esperar-
la urgencia de desarrollar una conciencia política, social e intelectual
sobre esta problemática. De igual modo, se acepta cada vez más que
la responsabilidad es colectiva y que el dilema, en lo atinente a las
relaciones del ser humano con la naturaleza, es tan tajante como
cambiar o perecer, por cuanto, en la algo manida expresión
“desarrollo sostenible”, el segundotérmino implica –en la escala
global- la pervivencia de nuestra propia especie. En todo caso, no
cabe duda de que aquellas tragedias han contribuido a impulsar
corrientes de investigación que desembocan, felizmente, en
publicaciones como ésta que aquí tenemos el honor de presentar.
Con relación a la toma de conciencia que han propiciado, o
forzado, los mencionados desastres socio-naturales, Franco Urbani,
como curtido investigador y docente de las geociencias, no podía
expresarlo, en su denso artículo, más claramente: “La tragedia del
estado Vargas […] fue de tal magnitud […] que hizo cambiar la forma
de ver los fenómenos naturales a muchos geólogos”. Desde luego,
no se nos escapa que el asunto reviste, al mismo tiempo, otras facetas.
Esto se colige, por ejemplo, de las múltiples lecturas que permiten
asertos como el que tomamos del trabajo de Rogelio Altez: “…los
desastres ofrecen oportunidades insospechadas de crecimiento…”.
A lo largo de las páginas de Perspectivas Venezolanas Sobre
Riesgos: Reflexiones y Experiencias, obra en la cual puede hallarse
una singular variedad de temas relacionados con este título,
encontramos las firmas de prestigiosos geólogos, geomorfólogos,
geógrafos, arquitectos, ingenieros, antropólogos, bomberos y
educadores, muchos de larga y fecunda trayectoria en sus respectivas
áreas del conocimiento. Se encuentran, así mismo, los aportes de
profesionales jóvenes, quienes constituyen las generaciones de
relevo: la garantía de continuidad y profundización de estos
aprendizajes. En este punto, no ocultamos una pequeña dosis de
orgullo, al constatar que algunos destacados ex alumnos, hoy
apreciados colegas, comparten este espacio con connotados
investigadores de diferentes disciplinas medioambientales.
Sobre la complejidad de la problemática abordada en la obra,
puede dar una idea la cifra de veintidós organismos, que con
funciones desde las técnicas y altamente especializadas, hasta las
policiales, integran el SistemaMunicipal de Mitigación yAtención de
Emergencias (SMMAE) del Municipio Libertador, tal como se
aprecia en el interesante trabajo de Jesús Delgado. Del mismo modo,
14
Presentación
acerca del gran número de disciplinas científicas que aportan marcos
teóricos y proporcionan herramientas para la acción, da fe la
multiplicidad de referencias bibliográficas que complementan el
conjunto de artículos presentes en el libro, las cuales conforman una
riquísima fuente de consulta para los investigadores.
La destacada participación de la UPEL en este esfuerzo
editorial, nos recuerda que para los propósitos de aprender a prevenir
los riesgos derivados de las amenazas naturales, la educación es, sin
lugar a dudas, el primero y más importante factor. Pero para que ello
sea cierto, la llamada EducaciónAmbiental no puede circunscribirse
a los estrechos límites de una asignatura en cualquier plan de
estudios: debe convertirse, verdaderamente, en eje transversal; ha de
proyectarse hacia las comunidades y hacia la sociedad, a fin de que
pueda constituir un escenario abierto y democrático, de amplia
discusión acerca de los múltiples problemas que surgen de una
relación ancestralmente conflictiva entre la especie humana y la
Naturaleza.
En un artículo publicado el año 2000, en la revista Sapiens, nos
preguntábamos sobre qué actitudes pueden demandarse a niños, niñas
y adolescentes acerca de las amenazas y riesgos que implica, para
muchas ciudades del mundo, el problema del ascenso del nivel medio
del mar por efecto del calentamiento global, cuando se comprueba
que nuestros jóvenes no tienen suficiente información, y por lo tanto
tampoco conciencia, acerca de los riesgos que corre su propia vida y
la de su familia, ante la patente realidad de que su vivienda se
encuentre emplazada en el lecho de algún curso de agua urbano,
sujeto a crecidas bajo el efecto de precipitaciones extraordinarias. De
lo que se desprende que en la Educación Ambiental debe priorizarse
la enseñanza que parta de lo local, de lo más cercano. Y en esa
15
Presentación
dirección apunta, ciertamente, el proyecto “Campaña Educativa
Comunidad Escuela para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales
Asociados a las Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado
Vargas, Venezuela”, que ejecutara un equipo de la UPEL bajo la
coordinación de Yolanda Barrientos, del cual se habla en la
contribución que aquí presentan Carlos A. Suárez Ruiz y Henry
Pacheco.
Nos parecen también sumamente valiosos los aportes que aquí
hacen Mercedes Marrero, Jaime Laffaille,André Singer, JoséAntonio
Rodríguez Arteaga, Jorge Molina y Juan Murria, expertos en los
distintos campos que convergen en la publicación Perspectivas
Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias.
Como lo señalan varios de los autores mencionados, el arco
andino costero, en el cual se localizan históricamente los mayores
centros poblados del país, abarca las regiones de mayor actividad
sísmica, además de las áreas que presentan las más altas
probabilidades de impactos severos por eventos pluviométricos,
debidos no tanto a los factores climatológicos, cuanto a la
particular morfología característica de una región montañosa,
intensamente tectonizada, así como a la irracional ocupación de
estos espacios. El monto de 50 milímetros de lluvia en cuatro
horas, causante del alud torrencial que afectó seriamente San
Felipe (Yaracuy) a principios del mes de julio de 2004, referido
en el artículo de Carlos Arturo Suárez Ruiz, en realidad no puede
catalogarse como extraordinario. Personalmente hemos
registrado, sin que se reportara más que emergencias de poca
monta, intensidades de precipitación mucho más altas, durante
los casi cinco lustros de observaciones pluviométricas que
llevamos en San Antonio de los Altos (Estado Miranda). A todas
16
Presentación
luces, en la capital yaracuyana, como en muchas otras urbes
venezolanas, pareciera que se “preparó” el desastre con una
efectividad digna de mejores causas.
Aunque algunos de los autores mencionan, en líneas generales,
los aspectos meteorológicos de los llamados deslaves que asolaron
el estado Vargas en diciembre de 1999, en esta primera entrega de
Perspectivas Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias,
en lo personal echamos de menos la participación de las ciencias de
la atmósfera. Seguramente, en el próximo volumen, prometido por
los coordinadores del equipo, estas importantes disciplinas
ambientales se encontrarán debidamente representadas.
La Geología y la Meteorología parecieran ser las dos
geociencias fundamentales, en lo tocante al aporte de información
básica para la toma de decisiones que contribuyan a prevenir y a
mitigar el impacto de los fenómenos naturales potencialmente
catastróficos. Se dice que la Geología no vaticina: advierte. No es
fácil obtener datos sobre los regímenes tectónicos de una región
determinada. No obstante, la excavación de grandes trincheras, con
maquinaria pesada, tal como lo describe Franck Audemard en su
trabajo, posibilita hurgar en las entrañas mismas de las grandes
fracturas geológicas, con el objeto de estudiar las “advertencias” que
puede hacernos la Geología.
La Meteorología, en cambio, tiene la posibilidad de predecir.
Los pronósticos meteorológicos, hechos adecuadamente, aplicando
las teorías y técnicas modernas, resultan imprescindibles para la
emisión de alertas tempranas ante la amenaza de fenómenos
atmosféricos. En Venezuela, sin embargo, el sólo hecho de que las
predicciones diarias efectuadas por algunos de los principales
17
Presentación
Presentación
18
organismos competentes, se presenten por estados, constituye un
indicador del alto nivel de generalización y, por tanto, del escaso valor
práctico de tales pronósticos. Por otro lado, no es raro leer en la
prensa nacional expresiones tan absurdas como “temporada oficial
de lluvias”; o referencias al “cambio climático”, para designar la
normal evolución del estado atmosférico día a día, pruebas, a su vez,
de la escasa cultura ambiental que poseen algunos profesionales de la
comunicaciónsocial, aunque quizá deba decirse, en su descargo, que
muchas veces sólo repiten información suministrada por funcionarios
adscritos a organismos especializados.
Con estas reflexiones cerramos esta breve presentación.
Tenemos la certeza de que el primer volumen de Perspectivas
Venezolanas Sobre Riesgos: Reflexiones y Experiencias, contará con
la mejor acogida, no sólo entre la comunidad científica y académica,
sino en amplios sectores de la sociedad venezolana, para la cual, en
definitiva, los autores, coordinadores y editores han empeñado su
mejor voluntad y competencia académica.
Sergio Foghin-Pillin
San Antonio de los Altos, Julio de 2007
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
19
Capítulo I
Experiencias Educativas
en el Sector Universitario
Mercedes Marrero
Jesús Delgado
Jaime Laffaille
Carlos Suárez y Henry Pacheco
Yolanda Barrientos, Ana Iztúriz, América García
y Simón Ruiz
Mercedes Marrero
20
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
21
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:
Un relato desde sus inicios
Mercedes Marrero
Facultad de Arquitectura y Uranismo, Universidad Central de Venezuela
Coordinadora de la Comisión para la Mitigación de Riesgos, COMIR UCV
Origenes y creación
Entre tantos aportes que a diario se producen calladamente en
la Universidad Central de Venezuela, la mayor y más antigua del país,
fundada el 22 de diciembre de 1721, existe uno que por su peculiar
ámbito de acción no ha trascendido suficientemente a la opinión
pública. Se trata nada menos que de una estrategia para producir una
verdadera Revolución Cultural que pretende cambiar el
inmediatismo, por la prevención, y el miedo, por el conocimiento.
Este objetivo quizás un poco extraño a los temas que usualmente se
tratan en nuestra Casa de Estudios, empieza a tener sentido cuando
consideramos que los riesgos son también un factor del desarrollo.
En efecto, los desastres originan pérdidas de vidas,
infraestructura de servicios públicos, espacio urbano, industria,
comercio, deterioro del medio ambiente, entre otros, y originan daños
indirectos como el desequilibrio emocional, el desempleo, la pobreza,
el desabastecimiento, que tienen efectos sociales y económicos.
Recordemos que como consecuencia de las lluvias torrenciales de
diciembre de 1999, sólo en el Estado Vargas, las pérdidas humanas se
estiman entre 15.000 y 50.000 víctimas y las materiales se calculan
en más de 2.000 millones de dólares.
Es importante señalar que más de un 80% de la población de
Venezuela vive en zonas con amenaza sísmica, y un 45% de las
viviendas de bajo costo que se construyen anualmente, son realizadas
por el sector informal, sin ningún soporte técnico que garantice su
seguridad. Las principales ciudades del país, son las más vulnerables
y entre ellas, Caracas, la capital y sede del poder político, financiero
y operativo de la nación; tiene por sus características geológicas, de
servicio y vialidad, una de las condiciones más desfavorables en caso
de emergencia. Las célebres crecidas del río Guaire, que han afectado
Macarao, El Paraíso y La Carlota, cada año nos sorprenden (más o
menos en la misma fecha) sin tomar previsiones.
La tipología urbana y arquitectónica, así como sus servicios,
han contribuido a incrementar la vulnerabilidad de la ciudad. Para la
época del terremoto de 1967 (Cilento 1995), Caracas tenía cerca de
1.900.000 habitantes, de los cuales el 21 % vivían en zonas de
ranchos. Según el censo OCEI/CNV/FUNDACOMUN, para 1993 la
población total era de unos 2.800.000 habitantes, con un 41,25 %
viviendo en zonas de ranchos. Esto significa que entre 1970 y 1990
la población total aumentó un 300% y la de los ranchos un 878%. La
ciudad opulenta, en todos estos años ha dado paso a soluciones
inapropiadas, fachadas de vidrio, volúmenes irreverentes ante las
leyes físicas que aseguran su estabilidad y una vanguardia
arquitectónica comparable a las de las grandes capitales del mundo,
sólo que absolutamente incompatible con la realidad geográfica del
país. Los reiterados deslizamientos en Alto Prado, Colinas de Santa
Mónica, y otras áreas momentáneamente célebres, la vergonzosa
implosión de Nueva Tacagua, y las reparaciones de errores de
proyectos inapropiados, constituyen desaguaderos de recursos que
atentan contra el desarrollo sostenido de nuestra ciudad. Los
incendios que podría propiciar un terremoto por fugas de gas, las
22
Mercedes Marrero
acciones eternamente postergadas para evitar una nueva tragedia en
Tacoa, posteriormente recordada por las explosiones en Catia, y el
estado de urgencia intermitente que genera el viaducto de la autopista
de la Guaira, son una lamentable muestra. Sin embargo la mayor
amenaza de todas la constituye la ausencia casi absoluta de cultura
preventiva. Esta falta de conciencia a todo nivel de la importancia
que el país debe asignarle a la prevención, requiere de un profundo
cambio en la manera de pensar del individuo, lo cual coloca esta
misión ineludiblemente en las manos del sector educativo.
Una Motivación “Aplastante”: Los riesgos como factor de
desarrollo
Durante años las posibilidades de desarrollo de Venezuela han
sido disminuidas como producto de una equivocada visión acerca de
los riesgos, asignándoles la responsabilidad ética de su atención a los
organismos especializados en prevención y defensa. El universo de
personas que intervienen en la gestión y ejecución de los procesos
internos del país, no están conscientes que si bien el problema de las
amenazas de origen hidrometereológico (tormentas, inundaciones),
geológico (terremotos, deslizamientos), epidemiológico (cólera,
dengue), antrópico (tecnológicos, desórdenes públicos) que son las
más recurrentes, se producen cíclicamente, motivado a condiciones
geográficas y socio económicas inexorables, la vulnerabilidad ante
esas amenazas, es decir, la posibilidad de que esas amenazas nos
hagan daño, son exclusivamente responsabilidad del ser humano. Si
miramos un poco hacia atrás y buscamos cual ha sido nuestro
aprendizaje después del terremoto de Caracas, del paso de la tormenta
Brett, del incendio de Tacoa, o los daños generados por la violencia
social, llegaríamos a la conclusión de que sería deseable que en lugar
de plantearse la reconstrucción, se generara una transformación de la
23
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
infraestructura económica, física y social, a fin de tener un desarrollo
sostenible que tome en cuenta los factores de riesgo. Evidentemente,
para que este cambio de rumbo sea factible, es necesario transitar el
tortuoso camino de construir una cultura preventiva, a la cual le
estamos apostando desde la UCV.
La Fundación: Sin Prisa, Pero Sin Pausa
En 1992, quien les narra, docente de la Cátedra de Diseño de
la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y
Urbanismo, entra en la reiterada angustia de todo docente
universitario: debe decidir el tema de un trabajo de ascenso que de
alguna manera represente un aporte para su Cátedra y evidencie el
manejo del conocimiento y su capacidad para investigar sobre
asuntos de índole académico que, al menos en mi caso, pudiese
permitir el espacio y el tiempo para reflexionar y tratar de que el
tiempo y esfuerzo invertido para el ascenso en el escalafón tuviese
utilidad para la institución y la disciplina. El tema surge de una
antigua preocupación por los efectos que los desastres producían
en los “objetos de estudio” de los arquitectos y en sus infortunados
usuarios, lo cual se remonta en la experiencia que tuve oportunidad
de vivir en el terremoto de Caracas del 29 de julio de 1967, cuando
ni pensaba en estudiar arquitectura, pero que definitivamente me
dejó claro dos aspectos: el enorme poder de la naturaleza y la
vulnerabilidad de los usuarios a consecuencia del desplome de las
edificaciones. Años después en los comienzos de mis estudios de
arquitectura el destino me coloca en el curso de Diseño que dictó el
Arq. René Torres Baralt, fundador de los Bomberos Universitariosy responsable del descubrimiento por mi parte, de otro factor de
riesgo: el fuego, lo que comienza a ilustrar la naturaleza compleja
de los riesgos.
24
Mercedes Marrero
De esta manera una vez culminado el trabajo de ascenso y con
la misión de tratar de materializar la contribución a la disciplina a
través de la docencia, comienza un verdadero vía crucis para
identificar las estrategias que harían posible la incorporación de la
cultura preventiva como parte del hacer arquitectura y por supuesto
de su docencia, ya que el tema, como lo sigue siendo hoy día aunque
en menor grado, era absolutamente irrelevante para mis colegas, la
crítica académica, los jurados de los premios nacionales, la crítica
periodística, los organizadores de eventos, etc.
Pues bien, en 1994 llevo al consejo de la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo, siendo Decano el Arq. Marco Negrón, la
solicitud de la institucionalización de las Jornadas Formativas ante
Desastres que se realizarían anualmente en la semana del 26 de
Marzo, en conmemoración al terremoto de 1812 y tenían por objeto
realizar una serie de actividades vinculadas a la valoración de la
reducción de la vulnerabilidad tanto como conocimiento
indispensable para la conceptualización y desarrollo de proyectos
arquitectónicos y urbanos, como en cuanto al comportamiento de la
comunidad antes, durante y después de los desastres. Allí surge el
germen de este proyecto que es sometido a la aprobación del Consejo
Universitario al constatar que al igual que enArquitectura, el tema de
la reducción de la vulnerabilidad como valor agregado a la práctica
profesional de nuestros egresados, a los aportes de nuestras
investigaciones, a la labor de extensión y al funcionamiento interno
de la UCV, tampoco estaba presente, lo que aumentó mi preocupación
al constatar que esta dimensión estaba ausente estructuralmente de
la institución y sólo era abordada por iniciativas particulares que
algunos convencidos de su importancia llevábamos a cabo
aisladamente y me llevó a solicitar la creación de la Comisión para
actuar en Caso de Siniestros de la UVC y formular el proyecto
25
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
correspondiente, para extender la experiencia iniciada enArquitectura
a toda la UCV y liderizar un movimiento capaz de generar la toma de
conciencia de nuestra comunidad y del país, acerca de nuestra
ineludible responsabilidad de tomar previsiones para formarnos y
actuar en caso de emergencias. Esta solicitud fue aprobada en la
sesión del día 13 de diciembre de 1995, al final del período rectoral
del Dr. Simón Muñoz, iniciándose el proceso de elaboración del
Proyecto en Febrero de 1996. Año muy significativo por cuanto
fuimos invitados a asistir al Congreso Hemisférico sobre Reducción
de Desastres y Desarrollo Sustentable en Miami, del Sept./30-Oct./03.
En este Congreso se produce la Declaración de Miami sobre
reducción de Desastres y Desarrollo Sostenible, en la que se incluyen
propuestas basadas en el concepto de la complementariedad de los
programas de reducción de desastre y desarrollo sostenible, en la
medida en que una mayor estabilidad y reducción de la vulnerabilidad
potencian los beneficios de proyectos de desarrollo económico.
En este contexto, se concluyó en la necesidad de promover
iniciativas hemisféricas que involucraran a sectores diversos, las
cuales debían ser incorporadas a la agenda de la Cumbre Presidencial
sobre Desarrollo Sostenible a realizarse en Santa Cruz, Bolivia y se
estableció la conveniencia de la formación de una Red Inter
Americana sobre Reducción de Desastres, como mecanismo para el
diálogo e identificación de políticas e iniciativas.
Al finalizar el Congreso, asistimos a una reunión convocada
por el Programa OEA - ECHO para la Reducción de la
Vulnerabilidad del Sector Educativo, cuyo objetivo fue constituir un
Comité provisional e intercambiar iniciativas y experiencias de los
distintos países. En dicha reunión, se expuso el proyecto de seguridad
de la UCV, cuyo componente académico referido a la revisión
26
Mercedes Marrero
curricular, fue considerado como un valioso aporte. Se solicitó al
representante del Programa de la OEA, Arq. Stephen Bender, que
apoyara la celebración de un encuentro que se había programando
para el año siguiente, conforme a lo planteado en el Programa de
Difusión del Proyecto de la UCV, ante lo cual se acordó que el
encuentro de la UCV, sería la primera reunión oficial del Comité,
siendo nombrada la Coordinadora de la Comisión para actuar en caso
de Siniestros de la UCV, presidente del dicho comité.
En la reunión se contactó al Dr. Jean Luc Poncelet, Coordinador
para América del Sur del Programa de Preparativos para
Emergencias y Desastres, OPS, OMS, quien se comprometió a
coordinar el tema de la revisión curricular y dictó un taller en Caracas
el 21 de Noviembre con lasAutoridades y se contactó al Lic. Manuel
Ramírez, Consultor de Educación y Desastres, con sede en Costa
Rica, a fin de programar talleres con los Coordinadores Académicos
de las Escuela de la UCV para la revisión de los currícula en relación
a la vulnerabilidad del país.
De esta reunión surgió otro de los proyectos emblemáticos de
COMIR, la creación en la Biblioteca Central, de la sección
correspondiente al tema de desastres y gestión de riesgos, lo cual
serviría de apoyo a la revisión curricular y a la preparación de
Trabajos de Investigación.
A consecuencia de este cambio de horizonte del proyecto, el
21 de noviembre de 1996, se solicita al Consejo Universitario,
cambiar la denominación de la Comisión por la de Comisión de la
Universidad Central de Venezuela para la Mitigación de Riesgos
(COMIR UCV), la cual es más adecuada, según términos utilizados
internacionalmente. Las bases estaban sentadas. El compromiso
27
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
requería involucrarse y la Comisión ya conformada, estaba lista para
asumir su primer reto. Cada Facultad y Dependencia involucrada hizo
su parte y el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico fue
nuestro apoyo por Venezuela, para el cofinanciamiento del evento.
1ra Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la
Mitigación de Riesgos: El Impulso Necesario
El objetivo central de la Conferencia fue discutir y llegar a
una decisión sobre un Plan Hemisférico para la Reducción de
Desastres del Sector Educación. El Plan sirve como respaldo para
conseguir apoyo político, institucional, técnico y financiero, y
permitirá establecer un cronograma concreto para el cumplimiento
de metas.
Como resultado del Encuentro, se obtuvo un Plan Hemisférico
de acción para ser presentado ante los organismos gubernamentales
y no gubernamentales de cada país, relacionados con el sector
educativo (los ministerios de educación, los organismos nacionales
responsables de la ejecución de la infraestructura educativa,
ministerios de obras públicas, fondos de inversión social,
gobernaciones, alcaldías, municipalidades, organizaciones no
gubernamentales y organizaciones voluntarias locales y nacionales),
donde se defina la estrategia planteada para que dicho sector
participe en los programas de reducción de desastres socio naturales.
Por otra parte, se promovieron los mecanismos hemisféricos
de cooperación técnica y financiamiento, para apoyar las iniciativas
que surgieron de la Conferencia, a fin de propiciar el compromiso
político de ejecutar las estrategias acordadas, mediante programas
de asesorías, capacitación y transferencia tecnológica.
28
Mercedes Marrero
El énfasis del trabajo realizado antes de la Conferencia, se
centró en la programación de talleres preparatorios de las estrategias
que iban a formar la Propuesta UCV. Se realizaron varios talleres
con la Secretaría General, Bomberos UCV, Comisión Central de
Currículum, Biblioteca Central, Dirección de Información y
Relaciones/ Cultura, y Planeamiento/ Servicios Generales. Dichos
talleres fueron organizados por los Directores de cada área
conjuntamente con COMIR. Participaron miembros delas
dependencias involucradas y especialistas invitados tanto
nacionales como internacionales, gracias a la colaboración de la
OPS/OMS y el CDCH.
En el ámbito nacional, se invitó a participar a las
universidades públicas y privadas, al Ministerio de Educación y a
FEDE para la realización de la Propuesta Venezuela, la cual
finalmente fue conformada como documento inicial con las
propuestas de la UCV, Ministerio de Educación y FEDE. En el
ámbito internacional, contamos con la participación de delegados
de 15 países, quienes contribuyeron a la elaboración de las
recomendaciones de la Conferencia.
Es importante destacar que como consecuencia del trabajo de
la Conferencia, se incorporó en el proceso de revisión curricular de
educación básica, los contenidos de mitigación de riesgo. Proceso
que se ha desarrollado de manera excelente por parte de FEDE y el
Ministerio de Educación. No menos importante fue la creación del
Comité Asesor del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgo,
por parte del Ministerio de Educación, que funcionó por un tiempo
y en el cual estaba representada la UCV por medio de COMIR.
29
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
De igual forma, se debe señalar que mediante un derecho de
palabra solicitado por el Rector Trino Alcides Díaz en la reunión del
CNU celebrada en noviembre de 1997, COMIR presentó la
experiencia de la UCV y los resultados de la Conferencia
Hemisférica, lo cual produjo que el Consejo Nacional de
Universidades decidiera recomendar a las Universidades públicas y
privadas, acogerse a las resoluciones de la Conferencia. Esta última
disposición ha dado como consecuencia la creación del Proyecto de
la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, cuya ejecución
tendrá un enorme peso en la figura de las nuevas generaciones de
docentes.
En UCV, se aprovechó el impulso la Conferencia Hemisférica
para concretar las estrategias acordadas mediante diversas acciones
que pretendían involucrar cada vez más a las autoridades y a la
comunidad universitaria en el Proyecto. Fue un momento muy
importante que permitió reunir personas e iniciativas afines. Aparte
de la relación con los organismos internacionales antes mencionados
y de organismos nacionales tales como FEDE, Ministerio de
Educación, Bomberos de Caracas, Defensa Civil, entre otras,
encontramos en algunas dependencias y facultades fortalezas
inestimables y gran calidad humana y profesional. Es importante
referir el apoyo recibido del Departamento de Higiene y Seguridad,
hoy División de Ambiente, Salud y Trabajo, a cargo del Prof. Eric
Omaña. También fue determinante la colaboración de los Bomberos
Universitarios, de las Autoridades y del equipo de COMIR, que a lo
largo de estos años ha puesto lo mejor de su disposición para llevar
adelante el proyecto. Algunas de las actividades que surgieron como
parte de las propuestas aprobadas por el Consejo Universitario
fueron:
30
Mercedes Marrero
• Concurso “Propuesta Curricular”
Se plateó con el objeto de lograr una mayor especificidad de los
contenidos de las asignaturas impartidas, en relación a las
condiciones de riesgo existentes en Venezuela, a fin de obtener
una propuesta curricular que permita su inserción inmediata en los
programas vigentes. Esta caracterización de la educación
universitaria a nivel general, mediante ejes curriculares
transversales, propiciaría la formación de profesionales
conscientes de su responsabilidad ética para ejercer su profesión
en caso de situaciones de emergencia, paralelamente a la
formación de especialistas. La convocatoria del Concurso se
realizó en la celebración de la Semana de la Prevención 23 al 27
de marzo de 1998 y resultaron ganadoras las propuestas de la Prof.
Ana Bajo, de la Escuela Vargas y del Profesor Mauricio Ramos,
del CENDES, quienes se integraron posteriormente al equipo de
la Comisión.
• Proyecto Biblioteca
Se formalizó mediante la firma del convenio OPS/Biblioteca
Central, para la creación del centro colaborador a nivel nacional
en la UCV. El objetivo es disponer de información especializada
en el tema de desastres relacionada con cada área de conocimiento,
como recurso indispensable para impulsar la revisión curricular y
el fomento de trabajos de investigación y extensión. Este proyecto
se consolidó bajo la Coordinación de la Lic. Fanny Galea.
• Cursos de Pregrado y Post Grado
En Ingeniería Sanitaria, se incluyó un módulo destinado a nuevos
estudiantes donde se enfatiza la responsabilidad ética de la práctica
profesional según las condiciones de riesgo existente y el manejo
de conceptos y conocimiento relacionado con el tema. De igual
forma en la Facultad de Arquitectura, se inició la Cátedra Diseño
31
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
y Riesgo, con la participación de invitados especialistas de dentro
y fuera de la universidad, como asignatura optativa para
estudiantes de pre y postgrado. El curso fue recomendado como
parte del programa de formación del personal docente y de
investigación de dicha Facultad. Las Escuelas de la Facultad de
Medicina, Vargas y Razzetti, la Facultad de Farmacia, el
CENDES, el CENAMB, entre otros, incorporaron o reforzaron las
asignaturas relacionadas con el tema de riesgos ligada a su
actividad profesional.
• Captación de Brigadistas
Como parte de la estrategia establecida en el Proyecto UCV, la
Secretaría General auspició en 1998, talleres para la formación de
brigadas voluntarias de apoyo a los Bomberos Universitarios,
como medio de propiciar un mayor arraigo institucional.
• Producción de Micros
Se elaboró un proyecto conjuntamente con UCV 024, a fin de
establecer tres Series: Riesgos existentes, Proyecto UCV y Qué
hacer en caso de…
• Taller Comunicadores Sociales UCV
Programado para concientizar y capacitar a los Comunicadores de
los Centros de Información UCV, Colegio de Periodistas y Escuela
Comunicación Social.
El 23 de septiembre de 1998, el Consejo Universitario aprobó
la 1ra Modificación al Proyecto, donde quedaron establecidas
formalmente para la UCV, las políticas y estrategias presentadas en
la I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación
de Riesgos ante desastres socionaturales, en septiembre de 1997. Con
esta aprobación se consolidan las bases legales para impulsar el
Proyecto, lo cual ha sido necesario para la sostenibilidad de una
32
Mercedes Marrero
iniciativa que pretende incorporarse medularmente a la institución
para ser ejecutado a través de sus estructuras existentes, como parte
integral de la docencia, investigación, extensión y funcionamiento
interno de la UCV. Sin embargo, esta estrategia de consolidación
estructural requiere de metas concretas que permitan la
materialización de las políticas. En el plano curricular se concibió la
creación de un evento nacional, con sede rotativa: el 1er Encuentro
Educación Superior y Riesgos en el año 2000.
1er Encuentro Educación Superior y Riesgos. Un esfuerzo por
detectar fortalezas en el sistema educativo
Se trató el tema Universidad Pertinente. El Currículum como
Agente Reductor de la Vulnerabilidad. Su Vinculación con la
Investigación y la Extensión. Este evento de carácter nacional, con la
participación de 65 asistentes de distintas universidades del país, y
conferencias magistrales de especialistas nacionales e internacionales,
fue preparado por la Comisión para la Mitigación de Riesgos.
COMIR, conjuntamente con la Coordinación Central de Estudios de
Postgrado, la Comisión Central de Currículo, la Coordinación
Central de Extensión y la Comisión de Estudios Interdisciplinarios,
con el Auspicio de la OFDAUSAID Organización Panamericana de
la Salud y el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la
Universidad Central de Venezuela. El evento permitió a través de las
mesas de trabajo, intercambiar propuestas y experiencias para la
inserción en la estructura académica de los aspectos que permitan
lograr una mayor especificidad del conocimiento, con relación a las
condiciones de riesgos socio naturales existentes enVenezuela.
Incluye tanto el nivel de pre grado como de post grado, su vinculación
con la investigación y extensión, la incorporación de ejes curriculares
transversales, la creación de nuevos cursos por especialidad, en
33
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
forma transdisciplinaria, o con otras modalidades que hagan posible
su aplicación en el marco de las estructuras y recursos existentes, a
fin de asegurar su factibilidad. Como resultado se preparó una
publicación, con la relatoría de la Profesora María Virginia Najul de
COMIR Ingeniería, en la cual se recogieron las conferencias, trabajos
presentados y propuestas de los talleres, la que se incorporó a la
colección de la Biblioteca Central y constituye una referencia
importante para de la inserción del tema de riesgos en el currículo.
De Proyecto a Programa: Un paso más hacia la consolidación
El 7 de noviembre de 2001, durante el período rectoral del Dr.
Giuseppe Giannetto, se aprobó mediante la Resolución No 857 del
Consejo Universitario, la transformación del Proyecto en Programa
Coordinado para la Mitigación de Riesgos ante Desastres Socio
Naturales - Programa Comir. Su objetivo principal es contribuir a
que la Universidad Central de Venezuela sea referencia nacional e
internacional, como modelo de una institución de educación
superior al servicio del país, con pertinencia social, comprometida
a través de su producción académica y funcionamiento interno con
las condiciones de riesgo de Venezuela, a fin de mejorar la calidad
de vida de la población y la sostenibilidad del desarrollo, al reducir
las condiciones de vulnerabilidad ante desastres socio naturales, no
sólo por la vía de la atención coyuntural en casos de emergencia,
sino en forma sostenida, desde el ámbito que le corresponde como
Institución Educativa. La Resolución del Consejo Universitario
determina: “Aprobar la transformación del Proyecto de la
Comisión de Mitigación de Riesgos, Comir; en Programa
Coordinado para la Mitigación de Riesgos ante Desastres Socio-
naturales, COMIR, a fin de consolidar la reducción de la
vulnerabilidad ante desastres socio-naturales como parte de la
34
Mercedes Marrero
misión de la Universidad Central de Venezuela”. De esta manera la
educación superior asume el reto de superar el estado de inercia
ante una de nuestras necesidades más vitales.
Dicho proyecto resulta particularmente importante por su
potencialidad para ser programa piloto para otras instituciones
educativas, lo que vendría a reforzar las actividades de mitigación de
riesgos en Venezuela de diversos organismos internacionales,
nacionales y locales que prestan asistencia en esta área. El marco
legal existente se encuentra en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica de Administración
Central, Ley Orgánica de Ordenación del Territorio, Ley Orgánica de
Ordenamiento Urbanístico, Ley Orgánica de Aguas, Ley Orgánica
del Ambiente, Ley Orgánica de Régimen Municipal, Ley Orgánica
para la Protección del Niño y del Adolescente, Ley Orgánica de
Educación y Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, y Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.
La coordinación de estas actividades está en proceso de
estructuración mediante la Ley de Protección Civil aprobada en 2001.
Un Programa Que Potencia Recursos: COMIR UCV
Una de las características más importantes del Programa
Coordinado para la Mitigación de Riesgos es que define lineamientos
políticos y estrategias que son ejecutadas por la estructura existente,
a través de una comisión formada por representantes de todas las
facultades y dependencias. (Marrero, 1997) De esta manera se
potencian los recursos al no requerirse de instancias ni presupuestos
específicos para el desarrollo de los planes de acción. Esta estrategia
es cónsona con las limitaciones de recursos y las dificultades para
creación de nuevas instancias que tiene la universidad, con la ventaja
35
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
de propiciar la ejecución de planes que contribuyen a la reducción de
la vulnerabilidad a través de las múltiples facetas que tiene la
actividad académico administrativa de la institución.
Objetivo del Programa
Contribuir a que la Universidad Central de Venezuela sea
referencia nacional e internacional, como modelo de una institución
de educación superior al servicio del país, con pertinencia social,
comprometida a través de su producción académica y
funcionamiento interno con las condiciones de riesgo de Venezuela,
a fin de mejorar la calidad de vida de la población y la sostenibilidad
del desarrollo, al reducir las condiciones de vulnerabilidad ante
desastres socionaturales. Los objetivos específicos se definen por
áreas, según la siguiente clasificación:
1.- Área Académica
Se fundamenta en el reconocimiento de los factores de riesgo de
cada país, como referencia obligada para la caracterización del
conocimiento que se imparte en las Universidades. Incluye:
1. Propiciar la revisión de los Programas Docentes con el apoyo del
Vice Rectorado Académico, a través de las Coordinaciones de
pre grado y Direcciones de post grado de las distintas
Facultades, a fin de acotar o incorporar en los contenidos, la
concientización de la importancia que tiene para cada desempeño
profesional, el conocimiento de la vulnerabilidad existente en
cada región del país y su adecuado manejo.
2. Promover la incorporación de este conocimiento a los programas
de formación docente.
36
Mercedes Marrero
3. Incentivar proyectos de investigación y extensión relacionados
con el área de mitigación de riesgos, orientados tanto a la
caracterización de las distintas áreas para la producción de
egresados en capacidad de ejercer su profesión en forma
coherente con las condiciones de vulnerabilidad del país, como
a la elaboración de estudios que proporcionen aportes a diversos
organismos extra universitarios que se ocupan de dicha materia.
4. Propiciar la sistematización e incremento de la información
disponible en las bibliotecas de la universidad, para apoyar la
docencia e investigación relacionada con el tema de la
mitigación de riesgos en cada una de las disciplinas que se
estudian en nuestra universidad, así como en los programas que
se desarrollen en el campo de la formación ciudadana.
2.- Espacio Físico
En el caso de la planta Física de la Universidad Central de
Venezuela, estas acciones se incorporarán al programa de
recuperación y mantenimiento de la ciudad universitaria, la cual es
Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ser una de las
manifestaciones de la Arquitectura Moderna de mayor
trascendencia a nivel internacional. Los objetivos son:
1. Impulsar la elaboración del Proyecto de evaluación y
reforzamiento de las condiciones de seguridad ante siniestros de
la planta física de la Universidad.
2. Propiciar la elaboración del Programa de Mantenimiento
Preventivo y revisión periódica de las condiciones de vías de
escape y sistemas de seguridad.
37
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
3.- Formación Ciudadana
Consiste en el elemento clave para garantizar el éxito de los
objetivos antes expuestos. Su acción específica se refiere a la
concientización y participación de la comunidad. Incluye:
1. Contribuir a definir una estrategia institucional para la difusión
de programas que generen cambios en relación con las
condiciones de vulnerabilidad del país y su incidencia en nuestra
vida cotidiana: profesional y ciudadana.
2. Contribuir a crear las Brigadas Voluntarias, como parte de las
actividades para incentivar el arraigo institucional, a través de la
preparación de la comunidad universitaria para participar
activamente en labores preventivas y de atención de
emergencias, dentro y fuera del recinto universitario.
3. Propiciar que a través de la Coordinación de Extensión se
difunda y aplique en las comunidades e instituciones, los aportes
de docencia e investigación relacionados con la mitigación de
riesgos.
Estructura
Laejecución del Programa es responsabilidad de la Comisión
de Mitigación de Riesgos, la cual está adscrita al Rectorado. Dicha
Comisión tiene por objeto definir lineamientos políticos a ser
ejecutados por las facultades, institutos y dependencias, que
permitan que la producción académica de la Universidad Central
de Venezuela (docencia, investigación y extensión) y su
funcionamiento interno tengan como valor agregado, el contribuir
a reducir la vulnerabilidad ante desastres socionaturales. La
Comisión deberá impulsar, coordinar y realizar seguimiento a la
38
Mercedes Marrero
ejecución de las políticas definidas. La Comisión de Mitigación de
Riesgos está formada por las autoridades rectorales de la UCV, un
Coordinador, un secretario ejecutivo, los Delegados de las
Facultades y Dependencias Centrales y Miembros Asesores. Cada
facultad o dependencia cuenta con la subcomisión correspondiente,
integrada por un Coordinador, que es el representante en la
Comisión, designado por la autoridad respectiva, un representante
por cada Escuela o Departamento, los cuales serán nombrados por
los Consejos de Escuela, Directores o Junta Directiva, según el
caso, y un representante de las brigadas voluntarias, quedando
sujeto a la especificidad de cada dependencia, la organización
interna del equipo requerido para atender a las tres áreas de
competencia referidas
Crecimiento y Desarrollo
El Programa COMIR ha dado lugar al desarrollo de proyectos
que trascienden las funciones de la institución y se constituyen en
modelos o servicios para otras instituciones interesadas en la
reducción de la vulnerabilidad. Se incluyen a título referencial el
Proyecto de la Biblioteca Central, proyectos de investigación,
aportes curriculares y actividades de extensión.
Red Venezolana de Informacion en Desastres (REVEINDES) a
cargo de la Lic. Fanny Galea, COMIR-Biblioteca.
Antecedentes
En América Latina y el Caribe existe una gran preocupación
en todo lo relacionado en el área de desastres, por ello se han
implementado diferentes proyectos con miras a recabar y difundir
39
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
toda la información generada en esta materia. Haciendo un breve
recorrido de la labor realizada podemos remontarnos al año 1990
cuando la Organización Panamericana de la Salud crea el Centro
de Documentación sobre Desastres (CDD), en colaboración con la
Comisión Nacional de Emergencias (CNE) de Costa Rica. En 1997,
como resultado del desarrollo del CDD, se convirtió en el Centro
Regional de Información en Desastres (CRID).
En 1997 se realiza en Venezuela la Conferencia Hemisférica
del Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos y Desastres
Socionaturales. Este evento, fue patrocinado por la Comisión para
la Mitigación de Riesgos (COMIR) de la Universidad Central de
Venezuela, la Unidad de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente
(UDSMA) de la OEA, la OPS y el Departamento de Asuntos
Humanitarios de las Naciones Unidas. En esta conferencia la UCV
preparó un documento para desarrollar un proyecto en el sector
educativo para la mitigación de riesgos y desastres naturales.
En 1998 se realiza el Taller Red de Información sobre Riesgos
y Desastres donde se establece que la Biblioteca Central de la UCV,
será la encargada del establecimiento de la Red Venezolana de
Información en Desastres REVEINDES.
Es así como la Universidad Central de Venezuela, a través de
la Biblioteca Central, asume la responsabilidad de crear la Red
Venezolana de Información en Desastres (REVEINDES) que
permita unir esfuerzos que contribuyan a la sistematización y
difusión de la información sobre el tema; asimismo, un acceso
pertinente y eficaz a estos insumos y promoviendo las acciones
encaminadas a la mitigación y prevención de desastres.
40
Mercedes Marrero
El propósito del Proyecto es crear una Red Nacional sobre
Desastres con el fin de establecer una red de instituciones y centros
de información para el intercambio y producción de bibliografías y
bases de datos conjuntas. La primera etapa del desarrollo de la Red
es a nivel local (UCV). Posteriormente se extenderá a nivel
nacional. Este proyecto se encargará de la recopilación y
sistematización de información existente y futura sobre desastres
en diferentes formatos (bibliografías, audiovisual y digital,
publicada o no publicada), proveniente de distintas fuentes y
producida tanto por las organizaciones integrantes del proyecto
como por fuentes locales o nacionales.
La representación de OPS/OMS en Venezuela, actuará como
canal de coordinación y monitoreo entre la UCV y el CRID en las
actividades pertinentes al desarrollo de la Red. Asimismo el
Departamento de Orientación, Información y Documentación -
DOID - aportará los registros de la documentación disponible que
trate sobre la temática de desastres.
Investigación
Proyecto “Estrategias de Prevención y Operatividad de
Sistemas Portátiles para Potabilizacion de Agua en Situaciones
de Emergencia. Caso de Estudio: Venezuela” Cofinanciado por
FONACIT, Coordinado por Prof. María Virginia Najul. Comir
Ingeniería
El objetivo general es establecer un plan para la ubicación
estratégica de plantas portátiles para potabilización de aguas
utilizables en casos de emergencia.
41
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
Los objetivos específicos son:
• Elaborar un inventario de los sistemas portátiles para
potabilización de aguas existentes en el país.
• Clasificar las posibles fuentes de agua de acuerdo a sus
características, utilizables como alternativas en casos de
emergencia, de acuerdo a los distintos sectores del país.
• Definir el número y tipo de plantas para potabilización que
deberían estar disponibles en las distintas regiones del país.
• Detectar los vacíos en cuanto a existencia de equipos en algunos
sectores y proponer su adquisición con las características
adecuadas a la calidad de las posibles fuentes de agua alternativas.
• Establecer una estrategia de acción entre los miembros del Sistema
Nacional de Defensa Civil.
• Preparar una base de datos con la información recabada y
analizada, que pueda alimentar un Sistema de Información
Geográfico utilizable por los miembros del Sistema Nacional de
Defensa Civil.
Proyecto “El Currículo como Agente Reductor de la
Vulnerabilidad”. Investigación cofinanciada por FONACIT,
coordinada por Prof. Mercedes Marrero, COMIR-FAU, Prof.
Marina Polo, COMIR-Comisión Central de Currículo y Prof.
Neptalí Álvarez, COMIR-Consejo Superior de Postgrado
Etapa 1.- Como parte de esta investigación se digitalizaron
los programas de las asignaturas de pre y post grado de las
facultades de Arquitectura, Ciencias, Farmacia e Ingeniería,
CENDES y CENAMB. Las planillas digitalizadas pasarán al
VicerrectoradoAcadémico, la Secretaría y las instancias académicas
42
Mercedes Marrero
correspondientes, para constituir una Base de Datos única,
estableciendo así un valor agregado que contribuye con programas
de las citadas dependencias. La digitalización continuará en las
demás facultades en la siguiente etapa.
El objetivo general es incorporar las condiciones de riesgo del
país en el currículo universitario, como variable fundamental para
asegurar la pertinencia de los mismos. Los objetivos específicos son:
• Conocer y registrar los contenidos relacionados con desastres
incluidos en asignaturas y otras modalidades curriculares
existentes en pre y post grado, el personal docente capacitado, los
trabajos de extensión y líneas de investigación actuales, en 6 casos
de estudio.
• Definir el tipo de conocimiento relacionado con las condiciones de
riesgo del país, que debe ser manejado por el egresado de cada
caso de estudio a nivel de pre y post grado.
• Establecer un modelo operativo para incorporar al diseño
curricular de cada caso de estudio, el tema de gestión de riesgos.
• Definir la estrategia operativa y diseñar los instrumentos para la
formación de los docentes requeridos en los casos estudiados.
• Difundir el proceso y los resultados dentro y fuera dela UCV.
Algunos Aportes en el Currículo
En la Facultad deArquitectura y Urbanismo se creó la Cátedra
de Diseño y Riesgo, dirigida a pre y postgrado, en este último
segmento se invitó a los profesores de la Facultad exonerándolos del
costo de inscripción, con la intención de potenciar la difusión de los
conocimientos. En el sectorAcondicionamientoAmbiental, se ofertó
43
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
una asignatura para apoyar el estudio de vulnerabilidad de la ciudad
de Valencia, conjuntamente con el CENAMB. En la Facultad de
Ingeniería se incorporó un módulo al curso introductorio para los
nuevos estudiantes, en el CENDES, se dicta la asignatura, cuya
propuesta fue una de las ganadoras del Concurso Curricular del año
98, en la Escuela Vargas, se sigue dictando Medicina del Desastre,
en la Escuela Luis Razetti, el enfoque es incluir Unidades
relacionadas con los desastres en las Cátedras de Salud Pública,
Medicina del Trabajo y Medicina Legal del Departamento de
Medicina Preventiva y Social.
En cuanto a las investigaciones, en la Escuela Luis Razetti se
desarrollaron las investigaciones Mediciones del Impacto
Socioepidemiológico de los Desastres Naturales y Sociales en
Venezuela y Evaluación de los Programas de Mitigación de Riesgo
Existentes y su Impacto en la Formación del Profesional en el Área
de la Salud. La Facultad de Odontología incorporó el tema de gestión
de riesgos en los cursos propedéuticos, en la asignatura Odontología
Legal (4to año) y en los informes de pasantías urbanas y rurales (5to
año). Es importante señalar que el Vice RectoradoAcadémico durante
el período del Dr. Ernesto González Ender, aprobó que la Comisión
de Mitigación de Riesgos fuese asesor de la Comisión Central de
Currículo y del Consejo Superior de Postgrado de la UCV, para la
incorporación de los temas relacionados con la gestión de riesgo en
el currículo.
Otro aporte importante lo constituye la propuesta de una
especialización en Sistemas de Gestión de Riesgos Ambientales,
realizada por el Prof. Jesús Delgado, desde el Centro de Estudios
Integrales del Ambiente CENAMB. Dicha especialización tiene por
objetivo fundamental articular y darle posibilidades de
44
Mercedes Marrero
gobernabilidad a la ciudad; a través de mecanismos que articulen a la
universidad, a las organizaciones con la sensibilización de la sociedad
para lograr los mejores resultados en el corto, mediano y largo plazo.
La propuesta se enmarca en la estrategia de Vinculación de la
Investigación, la Docencia, la Extensión y las Organizaciones
(V.I.D.E.O.), desarrollada en el sector de Acondicionamiento
Ambiental de la FAU y en el CENAMB en el año 2000. Esta
estrategia suscribe los estudios interdisciplinarios y la creación de
cátedras colegiadas, especialmente en temas complejos y
esencialmente transdisciplinarios como los riesgos ambientales. Para
ello se crean alianzas entre el CENAMB, el Departamento de
Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería, el Instituto de
Urbanismo y el sector de Acondicionamiento Ambiental de la
Facultad de Arquitectura de la UCV.
Además participan el Instituto Geográfico de Venezuela Simón
Bolívar (I.G.V.S.B.), la Alcaldía del Distrito Metropolitano, la
Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS)
y el Cuerpo de Bomberos.
Extensión
Nuestra experiencia ha sido presentada a nivel internacional en
la 1ra Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la
Mitigación de Riesgos a los Desastres Socio Naturales en 1997 y en
la 2da Conferencia realizada en el 2000.A nivel nacional, en 1997 se
llevó a consideración del CNU la solicitud de incorporar la reducción
de la vulnerabilidad a la misión de todas las universidades, y hasta
la fecha, sólo la Universidad Pedagógica Libertador, ha respondido a
esta disposición del CNU. En el 2000, convocamos el 1er Encuentro
45
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
Educación Superior y Riesgos con la participación de numerosas
universidades nacionales y esperamos convocar el 2do
próximamente. Se incorporó formalmente a COMIR UCV como
representante por Venezuela a partir del año 2003, en la RED XIV-G
“Hábitat en Riesgo”, del Programa Iberoamericano de Ciencia y
Tecnología CYTED, delegándose en COMIR CENDES su
participación en la Agenda. Por su parte, COMIR-BIBLIOTECA
participó por Venezuela en junio de 2003, en la III Reunión de
Coordinación Regional de la Biblioteca Virtual de Salud y en el 6to
Congreso Regional de Ciencias de la Salud, celebrado en la ciudad de
Puebla, México. En el 2004 el proyecto fue presentado en eventos del
Progama Cyted Red XIV en Mendoza, Argentina. Se publicaron las
memorias del 1er Encuentro Educación Superior y Riesgos, Imprenta
Universitaria. En el 2000, las memorias de la 2da Conferencia del
Sector Educativo para la Mitigación de Riesgos, en versión digital,
incluyen la participación de la UCV, que fue la coordinadora del área
académica. El libro titulado Diseño y Riesgos. Hacia una
Arquitectura Pertinente, editado por la Biblioteca de la FAU se
publicó en ese mismo año, como apoyo a la Cátedra del mismo
nombre creada en la Escuela de Arquitectura en 1998. Otras
publicaciones corresponden a congresos y eventos nacionales e
internacionales a los que han asistido los miembros de la Comisión.
Promoción y Desarrollo de eventos
1. Programación anual de actividades en el marco de Seguridad UCV.
2. Foros con diversos temas.
3. Eventos culturales: Concierto Salida de Emergencia, con la
colaboración del Grupo El Chichón, la Dirección de Cultura y el
Rectorado. Cine Foros.
4. Concursos de Fotografía organizados por COMIR Biblioteca
46
Mercedes Marrero
Central, con la colaboración de COMIR Extension y COMIR
Cultura..
5. Concurso del LOGO “UCV Cultura de Paz”, organizado por
COMIR FAU y el Centro de Estudiantes de Arquitectura.
6. Eventos sobre Prevención, Acción y Salud en Seguridad con
Materiales Peligrosos. Organizados por COMIR Farmacia y
COMIR Ciencias.
7. Concurso Estudiantil Nacional Tecnologías para Prevenir y
Mitigar Desastres en Zonas de Alto Riesgo financiado por la
Organización de Estados Americanos (OEA) y la FAU UCV.
8. Premio UCV al Periodismo para la Mitigación de Riesgos ante
Desastres Socionaturales.
9. Apoyo para Creacion de COMIR en otras Universidades:
Recientemente se han consolidado los proyectos del Colegio
Universitario de Caracas y la Universidad de Falcón, están en fase
de formulación proyectos similares en la Universidad Simón
Bolívar y la Universidad de los Andes y a nivel internacional,
luego del Encuentro Hábitat y Riesgo. El Rol de las Universidades,
realizado en julio de 2005, hemos tenido noticias de la creación de
versiones de COMIR en la Universidad Nacional de Cuyo, en
Mendoza, Argentina, en la Universidad Tecnológica de Panamá y
en la Universidad Federico Villarreal de Perú.
Los Participantes para el Desarrollo y la Administración:
Profesores, estudiantes y empleados
Una de las características más importantes del Programa
COMIR es su representatividad y la visión integral de la institución.
La Comisión que lo ejecuta está adscrita al Rectorado, por ser la
instancia que engloba todas las facultades y dependencias. Las
políticas y estrategias que contiene el Programa surgieron de talleres
47
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
realizados en el seno de las facultades y dependencias involucradas.
Los delegados a nivel central están adscritos a los decanatos y
direcciones respectivas, y a su vez derivan en sub comisiones por
escuelas, instancias y áreas de competencia. COMIR es una iniciativa
particular que se materializa en una estructura colectiva y
participativa, donde cada delegado conjuntamente con las autoridades
respectivas velan por la incorporación de la reducción de la
vulnerabilidad como valor agregado de la producción académica y
del funcionamiento interno de la institución. Ninguno de sus
miembros percibe remuneración alguna, ni dispone de presupuestos
propios, sino que impulsael programa a través de su facultad o
dependencia. Éste ha sido uno de los conceptos más difíciles de
implantar en la universidad, ya que cada actividad impulsada por
COMIR no debe verse como un proyecto “ajeno” el cual se apoya,
sino como un proyecto “propio” que se ejecuta para cumplir con una
misión institucional. Ésta es su mayor debilidad y a la vez su mayor
fortaleza. COMIR es la UCV y no una gestión en particular. Desde
su creación en 1995, las autoridades universitarias a todo nivel, por
lo general han apoyado las iniciativas que se han presentado, pero el
secreto para que a lo largo del tiempo se haya consolidado la
experiencia, ha sido el contar con un equipo de apasionados
universitarios, convencidos de la trascendencia de lo que nos
planteamos lograr. La perseverancia más allá de las circunstancias, es
el factor clave para continuar.
48
Mercedes Marrero
Referencias
Cilento, A. (1995). La vulnerabilidad metropolitana. El caso de
Caracas. Revista Urbana No. 16/17, FAU / UCV. Caracas.
Marrero, M. (1997). El rol de las universidades públicas en la
mitigación de riesgos de los desastres socio naturales. El caso de
la UCV. Mimeo. Caracas.
Universidad Central de Venezuela. Comisión para la Mitigación de
Riesgos. Informes de Gestión, 1996,1997,1998,2000, 2001 y
2002. Caracas
Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (1998,
Septiembre 23).Modificación al Proyecto COMIR. Caracas.
Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (2003,
Noviembre 7). Programa COMIR. Caracas.
Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario. (1995,
Diciembre 13). Proyecto Comisión para actuar en caso de
siniestros (hoy COMIR). Caracas.
49
COMIR UCV, VANGUARDIAUNIVERSITARIA:Un relato desde sus inicios
50
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
51
LOS RIESGOSAMBIENTALES: ELAPORTE DEL
CENAMB-UCV
Jesús Delgado
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Central de Venezuela
Centro de Estudios Integrales del Ambiente (CENAMB)
Introducción
Este trabajo pretende sintetizar lo que ha sido el producto de la
investigación institucional de veinte años en el tema, que más que
investigación, hoy en día comprende actividades de docencia y
extensión, que han convertido al CENAMB-UCV en uno de los
centros venezolanos de referencia nacional e internacional sobre
riesgos. En Venezuela, pocos han sido los centros de investigación y
docencia que se han dedicado de lleno a resolver el problema de los
desastres, predominando aquellos en donde este tema se vuelve una
necesidad que surge colateralmente.
Este es el caso del CENAMB-UCV, que desde su creación en
1977 ha tenido el propósito de contribuir a la solución de problemas
ambientales complejos, aplicando el enfoque sistémico y orientando
las soluciones a la planificación territorial.Adiez años de su creación,
el CENAMB-UCV llegó por el camino de la investigación a
comprender que el crecimiento urbano y los riesgos (entonces
llamados riesgos geológicos o riesgos naturales), se encuentran en
relación, siendo además, una expresión del modelo clásico de
desarrollo. Desde ese momento, este centro de investigaciones
comenzó a trabajar en esa línea, instituyéndola como “línea de
investigación Ciudad y Ambiente”.
Con esta breve síntesis queremos contribuir a crear memoria
de la labor hecha por todos los científicos venezolanos, en particular
destacar la labor de quienes forman la tercera generación de
investigadores en el tema, primera que orienta su trabajo a la gestión
integral de riesgos y a la reducción de la vulnerabilidad, temas en los
cuales, de hecho, el CENAMB-UCV es uno de los precursores en el
ámbito nacional. Hemos estructurado el trabajo por períodos de
tiempo (décadas), comenzando intencionalmente desde los ochenta,
ya que el CENAMB-UCV se funda en febrero de 1977 y como toda
organización nueva, pasa un primer período de consolidación
institucional que representó los últimos años de la década de los
setenta y el primer quinquenio de los ochenta.
Segundo quinquenio de los ochenta: La concientización del
problema
La segunda mitad de la década de los ochenta representó el
inicio de una preocupación de los colegios profesionales y de las
universidades latinoamericanas en lo referente a la ocurrencia de
desastres. El terremoto de ciudad de México y el flujo torrencial que
arrasó con Armero en Colombia, sensibilizaron a la opinión pública
venezolana con relación a lo vulnerable que resultan ser sus ciudades,
las cuales poseen condiciones similares. Y no es para menos, en
nuestro país, la inundación de la urbanización La California Sur por
el río Guaire en 1980, la explosión de los depósitos de combustible
en la planta termoeléctrica de Tacoa en 1982 y la inundación por
flujos de detritos que afectó el sector de El Limón en Maracay y
Ocumare de la Costa en 1985, fueron sucesos que salieron de lo
normal y cotidiano en este tema, siempre representado por los
incendios, los derrumbes y pequeñas inundaciones en el Distrito
Federal y los desbordamientos de ríos de los estados llaneros. En
52
Jesús Delgado
mayor o menor medida, estos eventos fueron controlados por las
autoridades respectivas, mas no por ello se pensó que el Estado tenía
que cambiar o crear nuevas estructuras y mucho menos que tenía que
incorporar el Sector Educativo como un eje medular en la gestión
para la reducción de riesgos.
De hecho, hasta ese momento se hablaba en los sectores de
conocimiento predominantes en Venezuela de los “riesgos
naturales” y de los “riesgos geológicos”, cuando no de los
“desastres naturales”. Vale decir, se trataba de un problema físico-
natural o se trataba como un accidente industrial; no se había
dado una construcción teórica sustantiva, en el sentido de
vincular la cuestión social con los estudios de riesgos. Por lo
tanto, el énfasis de los análisis se hacía en los estudios de caso
con descripciones de los daños producidos en la infraestructura y
vidas humanas, por una parte, o en la producción de mapas de
amenaza. Tal es el caso de la amenaza sísmica, donde se
elaboraron mapas geológicos y geotécnicos, así como también
los de zonas propensas a inundaciones. No había para la época
mapa-síntesis.
Sin embargo, en el ámbito internacional, a partir de esa
época surgen interesantes investigaciones de un área predecesora
de los estudios de vulnerabilidad, denominada “epidemiología de
desastres naturales”, la cual atendía (tal como los tratados de
vulnerabilidad lo hacen hoy en día), las tipologías de daños a las
personas y a las comunidades que causan los distintos fenómenos
naturales y antrópicos. Además de ello, se manejaban interesantes
conceptos relacionados entre sí, como exposición (asociada a los
grupos de edad y sexo), condiciones económicas, culturales y
estilos constructivos.
53
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
El Estado Venezolano, al tiempo que gastaba dinero en
cartografiar las zonas de amenaza, invertía fuertes sumas en
consolidar zonas de barrio inestables, construir o autorizar nuevos
desarrollos urbanos (los cuales, más tarde, se convertirían en
“urbanismos cancerígenos”). Así, en las décadas de los setenta y
ochenta, mientras por un lado se terminaban de construir los
bloques de la urbanización Nueva Tacagua (un ejemplo típico de
cómo no deben hacerse desarrollos urbanos), por otro lado
comenzaba el Departamento de Geotecnia del Ministerio de
Energía y Minas a elaborar el Estudio Geotécnico del Área
Metropolitana de Caracas, mencionado por Feliziani en 1985, en
tanto que la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas
(FUNVISIS), ya tenía listo el Primer Inventario Nacional de
Riesgos Geológicos. Estos son indicadores de la ausencia de
coordinación entre los distintos organismos del Estado.
En este contexto, al celebrarse los veinte años del terremoto
de Caracas de 1967, se realizó el Primer Congreso Venezolano de
Ingeniería de Emergencias, en el cual se mostraron buenas
exposiciones sobre los efectos que produjeron los terremotos de
Ciudad de México, Loma Prietay San Fernando, así como el
impacto de la tragedia de El Limón. Se estaban consolidando
esfuerzos referidos al tema del crecimiento urbano y los riesgos
ambientales, en donde el trabajo “La Ciudad y los Imprevistos” y la
Mesa de trabajo correspondiente (II Foro en defensa de la ciudad
de Caracas; Delgado, González y Albrizzio, 1987), se pueden
establecer como el inicio de la línea de investigación Ciudad y
Ambiente, la cual se consolidaría más tarde en el CENAMB-UCV
a principios de los años noventa.
54
Jesús Delgado
En este trabajo se hizo un diagnóstico de la situación de Caracas
y del país en su relación de dependencia con la capital en caso de
producirse un desastre, considerando la vulnerabilidad generada por
el estilo de desarrollo arquitectónico y la forma como se ocuparon
los espacios.
Primer quinquenio de los noventa: La microzonificación de
riesgos
En el año 1990, desde el CENAMBse planteó abiertamente que los
riesgos no debían continuarse llamando “geológicos o naturales”, sino
“geográficos”, por cuanto eran una asociación entre la amenaza, la
vulnerabilidad y el comportamiento de la población, elementos que en un
momento y lugar dado se conjugan para producir un desastre. El adjetivo
“geográfico” no caló entre los expertos del momento, pero muy poco
tiempo después laOEAintrodujo el término de “Riesgos Socionaturales”,
que es exactamente lo mismo que decir geográficos, en el sentido
expresado. En este trabajo se producen los primeros mapas integrales de
vulnerabilidad urbana hechos en Venezuela (Delgado y Rincón, 1992).
Sin embargo, es a partir de 1992 cuando se hace evidente la
necesidad de introducir elementos de planificación urbana y coordinación
de decisiones en momentos de emergencias y desastres. Se crea en el
Municipio Libertador el SistemaMunicipal de Mitigación y Atención de
Emergencias (SMMAE), primera estructura interinstitucional para la
prevención, atención y rehabilitación de emergencias y desastres, con sede
itinerante entre las organizaciones participantes. En su mejor momento,
llegó a reunir más de diez organizaciones ciertamente relevantes para la
vida capitalina: el Metro de Caracas, LAGOVEN, CORPOVEN,
FUNVISIS,Alcaldía delMunicipio Libertador, Gobernación del Distrito
Federal, Defensa Civil, Electricidad de Caracas, HIDROCAPITAL,
55
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
CENAMB-UCV y varios ministerios. La Oficina de Planificación
para Casos de Desastres del Cuerpo de Bomberos del Distrito
Federal, era el corazón del Sistema.
Por esos días, la participación activa del CENAMB-UCV en
el SMMAE, contribuyó a hacer evidente en la institución el hecho
de que el ámbito jurisdiccional más adecuado en Venezuela para los
estudios de gestión de riesgos y zonificación de amenazas y
vulnerabilidad es el municipio, ya que se trata del nivel de gobierno
más local y óptimo para las políticas de las distintas instancias de
la administración pública nacional y regional. Debe destacarse que
en aquellas reuniones del SMMAE, donde el CENAMB-UCV
también fungió de sede, los organismos docentes y las comunidades
se hallaban ausentes, participando solamente los organismos
ejecutores y los de soporte técnico-científico.
El CENAMB-UCV, además de participar en el diseño de la
Ordenanza que creó el Sistema, formó parte de la “Comisión
Técnica para la Definición de los Mecanismos de Activación del
SMMAE”. Se planteó desde aquí la necesidad de darle una
estructura orgánica, basada en la teoría de sistemas, en la cual se
estableció que su objetivo era:
Reducir los riesgos geográficos, sociales y tecnológicos del
Municipio Libertador (...) objetivo suficientemente amplio que abarca
todo el proceso de reducción de riesgos, el cual está compuesto por
las etapas de prevención, mitigación, atención y recuperación ante
amenazas de origen natural, social o tecnológicas, cuyas
manifestaciones o eventos generen emergencias moderadas, mayores
o graves, en función de la vulnerabilidad urbana de la ciudad.
56
Jesús Delgado
En este trabajo se propone como ambiente del SMMAE a las
amenazas de origen natural, el ámbito legal, socioeconómico,
temporal y político, definiendo como recursos del sistema a la
infraestructura y el conocimiento (know – how) de la ciudad,
contenidos en las instituciones y en la Sociedad Civil organizada. De
acuerdo con la propuesta, los componentes del sistema serían:
• Componente Prevención
• Componente Mitigación (estructural y no estructural)
• Componente Atención (primaria y secundaria)
• Componente Recuperación (rehabilitación urbana y psico-social)
Estos componentes se estructuraron como grupos de actores del
sistema:
• Grupo de Atención Primaria (GAP)
• Grupo de Servicios Públicos (GSP)
• Grupo de Planificación (GP)
• Grupo de Investigación – Educación (GIE)
• Grupo de Recuperación (GR)
• Grupo de Divulgación (GD)
El GAP estaría integrado por los organismos de atención de
emergencias, tales como:
1. Cuerpo de Bomberos
2. Policía Metropolitana
3. Guardia Nacional
4. Grupos de rescate
57
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
Jesús Delgado
58
El GSP lo integrarían las empresas de servicios públicos vitales,
tales como la Electricidad de Caracas, la CANTV, HIDROCAPITAL,
CORPOVEN, LAGOVEN, Metro de Caracas, hospitales y los
ministerios de Transporte y Comunicaciones, y Educación.
El GP estaría integrado por los organismos cuya misión es
consolidar la información necesaria para el diseño de escenarios de
desastre y la producción de medidas de mitigación estructural y no
estructural. Estos organismos eran para la época:
5. Cartografía Nacional
6. CENAMB-UCV
7. Colegio de Ingenieros de Venezuela
8. CORDIPLAN
9. Cuerpo de Bomberos del Distrito Federal (a través de la Oficina de
Planificación en caso de Desastres, PLACADE)
10. LAGOVEN
11. Defensa Civil
12. Dirección de Desarrollo Social de la Gobernación del Distrito
Federal
13. Instituto Nacional de la Vivienda
14. Ministerio delAmbiente y de los Recursos Naturales Renovables
15. Ministerio de Desarrollo Urbano
16. Ministerio de Sanidad y Asistencia Social: Dirección de
Epidemiología
17. Ministerio de Transporte y Comunicaciones
18. Observatorio Cagigal
19. Oficina Central de Información
20. Oficina Central de Estadística e Informática
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
59
El GIE estaría integrado por aquellos organismos cuya
función principal es la investigación y la educación en torno a la
problemática de los riesgos, contribuyendo a la formación de una
cultura de la prevención y la mitigación de los mismos. En este
grupo se propusieron inicialmente:
21. CENAMB-UCV
22. FUNVISIS
23. Institutos de la Facultad de Arquitectura de la UCV
24. Ministerio delAmbiente y de los Recursos Naturales Renovables
25. Ministerio de Energía y Minas
26. Ministerio de Sanidad y Asistencia Social
27. Observatorio Cagigal
El GR estaría encargado del establecimiento de las condiciones
normales una vez cubierta la atención primaria de una emergencia,
aportando recursos humanos, logísticos, de infraestructura y financieros.
Más que un grupo, se trata de un comité ad hoc, integrado por los otros
grupos de trabajo permanentes, cuyos integrantes serian escogidos de
acuerdo al tipo de emergencia.
El GD estaría integrado fundamentalmente por medios de
comunicación y anunciantes, entre los que se encontrabanmencionados:
28. Cámara Venezolana de Radiodifusión
29. Oficina Central de Información
30. Escuelas de Comunicación Social
31. Cámara de la Industria de la Televisión
32. Cámara de Anunciantes
33. Colegio de Periodistas
Organismo Grupo del Objeto
Compartido
Representante
CANTV Servicios Públicos Euro Foucault
Nacional Cartografía Planificación José Acosta
Víctor Quintero
UCV-CENAMB Planificación Educación
Investigación
Ignacio Rincón
Jesús Delgado V.
Colegio de Ingenieros Divulgación Planificación Manuel Torres
Libertadordel Mun.
Municipales de Servicios
Corporación
Planificación Secundaria
Atención
Marcos Rodis
CORPOVEN ServiciosPúblicos Pedro Muñoz
Bomberos Cuerpo de
Federaldel Dtto.
Atención Primaria
Planificación
José Fernández Manuel
Santana
Defensa Civil GDF SecundariaAtención Primaria
y DivulgaciónPlanificación
José FráFrancisco Daboín
Defensa Civil Atención Primaria y
Planificación Secundaria
Javier Ramírez Manuel
Mosquera Alí Gil
Desarrollo Social GDF Planificación Divulgación
Atención Secundaria
Alberto RosadoNicolás
MartaMaría González
El grupo de profesionales que iniciaría esta estructura serían
los miembros más constantes de entre los integrantes del SMMAE
(ver cuadro 1).
Cuadro 1
Sistemas Municipales de Mitigación y Atención de de Emergencias del Municipio
Libertador SMMAE
60
Jesús Delgado
Organismo Grupo del Objeto
Compartido
Representante
Electricidad de Caracas Servicios Públicos Eduardo Cifuentes
Nekane Odriozola
Epidemiología MSA S Investigación Planificación
Atención Secundaria
Imelda Lucena
FAU-UCV Investigación Educación .Mercedes Marrero
Jesús Delgado V.
FUNVISIS Investigación Planificación José Rodríguez
Feliciano De Santis
HIDROCAPITAL Servicios Públicos
Planificación
Manuel Orellana
José Molina
Genieveve Saint-Surín
Hidrología-MARN Investigación Héctor Fuenmayor
Luis F. García
Abrahan Salcedo
INAVI Planificación Recuperación Claudia Valladares
LAGOVEN Planificación Recuperación
Investigación Planificación
Juan Adrián
Víctor García
Pasquale De Luca
Metro de Caracas Servicios Públicos Soraya Azán
José Luis Núñez
MTC Planificación
Servicios Públicos
Oswaldo Piñero
Gilda Castro
Observatorio Cagigal Investigación Planificación
Investigación
José G. Ortíz Zaida Pinto
Ana Vergel
Policía Metropolitana Atención Primaria Ramón González
Prefectura Libertador Atención Secundaria Eulogio González
Continuación del Cuadro 1
Fuente: Elaboración con base en las listas de reuniones SMMAE
61
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
Como se puede apreciar en el cuadro Nº 1, había para la fecha
25 organizaciones, con ámbitos que van desde el nacional, estadal y
municipal, hasta organismos autónomos y empresas de servicio, vale
decir, una de las organizaciones más completas que se haya logrado
en Venezuela para la gestión compartida de un Municipio. Trató de
establecerse los vínculos entre los elaboradores y los tomadores de
decisiones con los órganos ejecutores, a partir de la ocurrencia de un
“evento no deseado”.
Después de los sucesos de “El Caracazo” en 1989 y los intentos
de golpe de estado subsiguientes, fue una emergencia, en aquel caso
la tormenta tropical Brett ocurrida en 1993, la que hizo que la
comunidad tomara conciencia de lo vulnerable que somos ante
conflictos sociales y eventos naturales de mediana intensidad, pues
fue la vulnerabilidad de la ciudad de Caracas, y no otra, la razón que
explica la elevada cantidad de víctimas, todavía indeterminada. En
todo caso, se demostró que el Municipio es el vaso comunicante entre
todos los niveles de gobierno y la comunidad, de allí que se considere
el ámbito natural para la descentralización y democratización del
poder. Asimismo, se había llegado a la conclusión de que la unidad
geodinámica para el estudio de los riesgos ambientales con un
enfoque integral era la cuenca hidrográfica, pues ya había ocurrido
una tragedia similar a la del Brett en la cuenca de río Guacamaya, en
la zona de El Limón en Maracay, en 1985.
Así, en 1994 fue posible producir la Microzonificación de
Riesgos Socio Naturales del Municipio Chacao. Este estudio merece
una especial atención por cuanto fue el primer estudio integral de
microzonificación de riesgos ambientales de origen natural que se ha
hecho en Venezuela y hasta ahora, más de 10 años después, se
mantiene básicamente vigente.
62
Jesús Delgado
En dicho estudio, se evaluaron las variables de vulnerabilidad
urbana requeridas por el estado del arte a la fecha:
• Altura de las edificaciones
• Densidad de población
• Tipo y configuración de las edificaciones
• Tipo de vía
• Flujo de vehículos
• Uso del terreno
Asimismo, se evaluaron las variables del medio físico –
natural que permitirían entender el comportamiento del suelo y la
interacción suelo -estructura en caso de sismos o de inundaciones:
• Profundidad de la roca
• Profundidad de la mesa de agua
• Tipo de suelo
• Tipo de Roca
• Pendiente
• Orientación de taludes
• Cobertura vegetal
Se trabajó en el desarrollo de la capacidad de integrar y
sintetizar la información ya disponible para la época, como la
profundidad de la roca, la profundidad de la mesa de agua, el tipo
de suelo y el tipo de roca, nociones que fueron tomadas de la
63
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
bibliografía disponible. La pendiente, la orientación de taludes y la
identificación de zonas inundables por lluvia, se determinaron por
estudios en el terreno y mediante fotografías aéreas.
Con relación a las variables de vulnerabilidad, se logró un
conteo de flujo vehicular por parte del Ministerio de Transporte y
Comunicaciones en las vías sugeridas por el Proyecto y la
información de altura de las edificaciones, tipo y configuración de
edificaciones y uso predominante del terreno, lo cual se logró a través
de un catastro de riesgos, en donde fue auditada toda edificación
mayor de tres pisos. El sistema de drenaje urbano fue evaluado
gracias a la información suministrada por HIDROCAPITAL y a
observaciones directas de su funcionamiento en lluvias fuertes.
Con base en el análisis de los datos primarios se produjo
información con mayor valor agregado como:
• Determinación de zonas de inundación pluvial y fluvial
• Vulnerabilidad asociada a la configuración y estado del canal o del
embaulamiento
• Calidad de cobertura vegetal
• Uso predominante del suelo
• Horas críticas
Con esta información se produjeron los mapas de amenaza
sísmica, hidrometeorológica, geotécnica y el de vulnerabilidad
integral. El primero de ellos resultó de la integración de los mapas
de profundidades de la roca y de la mesa de agua. Esto permitió
determinar zonas de comportamiento de las edificaciones en
64
Jesús Delgado
relación con el espesor del suelo y el nivel freático, basado en la
tesis de que cuando se tiene una profundidad inferior a 10 metros,
se estima que exista una contribución a la amplificación de las
ondas sísmicas. Esta condición es común en Chacao.
El mapa de amenaza hidrometeorológica se produjo
integrando la información sobre inundación pluvial y fluvial, basada
en la pendiente y en la forma del curso de agua. El mapa de
vulnerabilidad integral comprende la valoración y ponderación de
todas las variables de vulnerabilidad mostradas más la evaluación
de las principales edificaciones. Incluso se tomó en cuenta en la
elaboración de este mapa la presencia de instalaciones vitales para
la ciudad como las clínicas y colegios o importantes como las
embajadas.
Además de lo anterior, el aporte más importante de este
trabajo fue el haber desarrollado el Microzón, sistema de base de
datos relacional que integra los valores de amenaza y vulnerabilidad
y produce valoraciones de riesgo para cada manzana urbana, con lo
cual se pudo establecer un perfil o posible escenario de riesgo para
cada una de las manzanas, vinculando la información de amenaza
con la de vulnerabilidad.
Es importante destacar que para la época, este trabajo no fue
entendido por las autoridades municipales, quienes veían en las
manchas rojas o áreas de riesgo una información que podría
contribuir a desmejorar el valor del suelo en la zona de Caracas que
resultaba más atractiva para el desarrollo del sector comercio y
oficinas. Esa no era la intención de los mapas, pero la expresión en
los mismos es un asunto importante que debe ser tomado en cuenta
si se quiere que los resultados sean considerados.
65
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
Segundo quinquenio de los noventa: La gestión de riesgos y la
planificación
Con la “Microzonificación de Riesgos Socio Naturales del
Municipio Chacao” se inició una serie de proyectos que incluían elinventario de elementos de vulnerabilidad física urbana (que se ha
denominado posteriormente “auditoría de vulnerabilidad”), en los cuales
se trabajó con estudiantes de distintas escuelas, particularmente de
Geografía y deArquitectura de la UCV, con la idea aún no formalizada,
de que los estudiantes de pregrado debían participar en los proyectos de
los centros de investigación de la Universidad.
Fue con el desarrollo del manual “Cómo reducir los riesgos socio-
naturales con participación de la comunidad” (elaborado en 1999 entre
lasONGsGeografía Viva yMisereor, el CENAMB-UCV, la Comunidad
deValleAlegre en la parroquia de LaVega y estudiantes de la escuela de
Arquitectura), que se pudo hacer en forma sistemática una experiencia
docente articulada con investigación y gestión.
El Catastro de Riesgos Socionaturales del Municipio Valencia,
hecho también en los años 98 y 99, con estudiantes de Arquitectura,
Geografía e Ingeniería de las universidades Central de Venezuela y
Carabobo (Proyecto Valencia 2020, CENAMB-UCV, 1998), fue otra
experiencia similar, pero la asociación no fue con ONGs, sino
directamente con laAlcaldía del Municipio Valencia.
Gracias a este catastro se visualizó la necesidad de estructurar la
organización municipal para la aplicación de dicha información. El
trabajo, hecho en el marco de un macroproyecto urbano denominado
ProyectoValencia 2020 (desde el InstitutoMunicipal delAmbiente, IMA),
permitió entender que no bastaba un detallado diagnóstico de la ciudad:
66
Jesús Delgado
había que determinar los actores y los protocolos de vinculación
entre éstos, para garantizar la aplicación de las medidas prescritas
o para determinarlas a partir de la información producida en el
Catastro de Riesgos.
Este modelo, que tiene sus raíces en el SMMAE, se le
denominó apropiadamente “Sistema Municipal de Gestión
Estratégica del Ambiente” (SISMUGEA), pues se trató de crear una
red de ámbito municipal y carácter estratégico que hiciera gestión
ambiental a partir de la gestión de riesgos ambientales. Este modelo
de gestión interinstitucional tendría su mecanismo de control y
seguimiento: el Sistema de Información para la Gestión Municipal
del Ambiente (SIGMA), un sistema de información territorial en el
cual converge, en unidades territoriales predefinidas, la información
producida por los actores de la gestión municipal del ambiente.
El SIGMA se basó en la estructura deMicrozón, pero además
incorporó la información sobre el medio físico natural producida
por las universidades, ministerios e institutos autónomos en el
territorio del Municipio Valencia que, a diferencia del Municipio
Chacao, tiene un territorio jurisdiccional relativamente grande y
heterogéneo, con zonas rurales y zonas urbanas muy distintas. Es
decir, se hizo un trabajo a dos escalas integrado en un sistema de
información geográfica (SIG). El uso del SIG para este tipo de
proyectos se incorporó por primera vez adaptando la base de datos
relacional (Microzón) a la data territorial manejada por el SIG, lo
cual representó un avance para el manejo de información en el
Municipio Valencia, sobre todo por la posibilidad de disponer de
esos resultados para el beneficio de distintos organismos, lo cual
pudo sistematizarse a un costo relativamente bajo y mostrarse en
unidades territoriales homologadas.
67
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
El SIGMA – SISMUGEA es un mecanismo de circulación y
seguimiento de la información relacionada con la gestión para la
reducción de los riesgos ambientales que permite hacer seguimiento
a la gestión ambiental.
La experiencia concreta, una vez entregada la información al
Municipio y un bosquejo de lo que debería ser el SISMUGEA al
Instituto Municipal del Ambiente, es que no basta con entregar el
diagnóstico, ni siquiera con un documento donde se explique su
implementación y la articulación con otras organizaciones
municipales, pues la gestión municipal, tal como está planteada hoy
en día, es reactiva, la emergencia se vuelve parte de la cotidianidad
y en tanto se responde y atiende, es muy poco el tiempo que queda
para pensar en la ciudad y cómo lograr un desarrollo urbano
sostenible. Se compite en desventaja con un crecimiento urbano
desmesurado y caótico, y mientras éste se da, a las organizaciones
municipales no les queda otra que resanar los huecos que se van
produciendo, en todos los órdenes del acontecer urbano. A esta
cotidianidad súmesele la falta de continuidad de la gestión pública
urbana y la falta de claridad en cuanto a las competencias propias o
las distorsiones que crean a veces las competencias concurrentes, que
en gestión de riesgos son varias.
Primer quinquenio del siglo XXI: La planificación para la
reducción de riesgos basada en la reducción de la vulnerabilidad
La reducción de la vulnerabilidad es la medida de actuación de
la gestión de riesgos ambientales, como eje de la gestión ambiental
urbana. Ciertamente, el desempeño de la gestión se puede estimar
por la reducción de riesgos a partir de indicadores de tipo estructural
y no estructural en un espacio y tiempo determinados. En otras
68
Jesús Delgado
palabras, la conceptualización de los riesgos debe ser transversal a todas
las organizaciones que componen la gestión de un municipio. La
capacitación y la sensibilización se convierten en un requerimiento
indispensable para que los organismosmunicipales internalicen tanto los
términos como los indicadores de gestión para la reducción de riesgos,
propuestos en instrumentos como el SIGMA- SISMUGEA.
Así, pensando en las limitaciones que en personal y recursos tienen
las alcaldías, se planteó la necesidad de crear un mecanismo de apoyo
sistemático desde las universidades. Esta propuesta se presentó en el I
Encuentro Nacional de Educación Superior y Riesgos, llevado a cabo en
Caracas en el año 2000, con el nombre de “Vinculación Docencia,
Investigación y Extensión”. Hay diversas experiencias similares, como
las realizadas por las escuelas deMedicina y Derecho, pero que no están
pensadas en función de un proceso sistemático de articulación de las tres
grandes actividades de la Universidad ni de sus diferentes facultades.
Segundo quinquenio del Siglo XXI: Hacia una teoría general de los
riesgos ambientales
En la actualidad, la reducción de la vulnerabilidad es la medida de
actuación de la gestión de riesgos ambientales, como eje de la gestión
ambiental urbana. En el CENAMBse han hecho los primeros estudios de
vulnerabilidad urbana en el país, los cuales actualmente se siguen
realizando en el Distrito Capital y los estados Vargas y Lara, en
cooperación con FUNVISIS, el Instituto de Mecánica de Fluidos y el
Instituto deMateriales yModelos Estructurales de la UCV, basados en el
desarrollo que se le dio a este tema en el Plan Básico de Manejo de
Desastres de losMunicipiosChacao, Libertador y Sucre, patrocinado por
la Agencia Internacional de Cooperación Japonesa (JICA) y la Alcaldía
del Distrito Metropolitano de Caracas.
69
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
En este proyecto, llevado a cabo entre los años 2002 y 2004, el
CENAMB hizo un valioso aporte conceptual en el estudio de
vulnerabilidad social, así como en el estudio de vulnerabilidad física,
participando activamente en todas las sesiones interinstitucionales y
en la elaboración del trabajo final. A pesar de todos estos esfuerzos,
la reducción de riesgos a partir de medidas de tipo estructural y no
estructural en un espacio y tiempo determinados, no es todo lo que ha
aportado el CENAMB.
En el marco de la estrategia VIDEO, el CENAMB está
promoviendo la especialización o estudios de cuarto nivel en
“Planificación y Gestión Integral para la Reducción de Riesgos
Ambientales”, en conjunto con diversas organizaciones de la
Universidad Central de Venezuela y en el marco de la Comisión de
Mitigación de Riesgos o COMIR – UCV, de la cual es miembro
fundador. De hecho, en el año 2005 el CENAMB fue sede de las
discusiones para la creación del Sistema Nacional de Gestión de
Riesgos y ProtecciónCivil, en las cuales participaron las
organizaciones más representativas en este tema a nivel nacional.
Detectada la necesidad e identificados los actores, en el año
2006 se abrió por vez primera el Curso deAmpliación en “Reducción
de Vulnerabilidad y Manejo de Amenazas Ambientales”, que es el
eje de la especialización, asociado a la cátedra de pregrado de la
Facultad de Arquitectura “Amenazas Ambientales y Vulnerabilidad
Urbana”, ambas creadas en el marco de la estrategia VIDEO y en
ambiente el Programa de Cooperación Interfacultades (PCI).
Así, por primera vez se pudo llevar adelante una cátedra que
permite la interacción de estudiantes de pregrado de diversas
facultades, con alumnos de postgrado de diversas profesiones. Una
70
Jesús Delgado
experiencia innovadora, ciertamente, que fue presentada como primer
logro concreto de la estrategia VIDEO en el “Seminario Internacional
deAprendizaje Servicio”, llevado a cabo en Caracas en abril de 2006,
como posibilidad de incorporación de los estudiantes de pregrado al
servicio social mediante su participación en las organizaciones de
procedencia de los estudiantes de postgrado.
La especialización en ciernes está soportada en tres
investigaciones que el CENAMB lleva adelante actualmente o en las
que participa:
La Vulnerabilidad Humana: Hacia una Teoría General de los
Riesgos Ambientales, que le sirve de apoyo teórico-metodológico.
Planificación y Gestión para la Reducción de los Riesgos
Ambientales en Municipios Urbanos, que es el estudio piloto de
aplicación de la estrategia VIDEO.
El Currículo como Agente Reductor de la Vulnerabilidad, que
ha permitido un diálogo con diversas comisiones y experiencias
docentes de la UCV con la intención de garantizar que el aporte del
CENAMB es totalmente original y está plenamente justificado.
Otros resultados al momento de entregar estas líneas son la
presentación de 6 trabajos de grado en tres universidades en donde se
está aplicando la metodología desarrollada por el CENAMB. El libro
Cómo Reducir los Riesgos Socionaturales con Participación de la
Comunidad, reeditado actualmente por el CENAMEC, fue utilizado
en Nicaragua por la Agencia de Cooperación Alemana en proyectos
de gestión local de riesgos y es libro de texto en la Universidad
Bolivariana de Venezuela.
71
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
Notas Finales
Como toda línea de investigación pertinente, Sostenibilidad y
Reducción de Riesgos Ambientales continúa con la ejecución de
proyectos, en el que se destaca la construcción de un soporte teórico
metodológico de la vulnerabilidad, cuyas herramientas están
orientadas a la planificación y gestión para la reducción de la
vulnerabilidad, que debe ser vista como una consecuencia de estilos
de desarrollo ambientalmente inadecuados. Asimismo, hay tesistas
trabajando en esta línea de investigación, que reciben apoyo en el
CENAMB – UCV.
Referencias
Batista, R. y Prado, N. (1996). La Capacidad Potencial de Respuesta
de la Población. Tesis de Grado para optar al Título de Licenciado
en Geografía. Escuela de Geografía de la UCV, Caracas.
Cardona, O. D. (S/F). Manejo ambiental y prevención de desastres:
Dos temas asociados.
Delgado, J., González, D. y Albrizzio, C. (1987) Los Imprevistos en
la Ciudad. II Foro en defensa de la ciudad de Caracas. Ciudad
Universitaria UCV. Caracas.
Delgado, J. (1990). Modelo de Microzonificación Geográfica de
Riesgos Naturales de un Sector de Caracas. Trabajo especial de
Grado escuela de Geografía, Universidad Central de Venezuela,
Caracas. 497 p.
72
Jesús Delgado
Delgado, J. (1990). Planificación para la Reducción de los Riesgos
Ambientales Urbanos. Trabajo especial de grado para optar al
título de Magíster Scientariun en Planificación Urbana. Instituto de
Urbanismo. UCV. 181 p.
Delgado, J. y Rincón, I. (1992). Método y Sistema Microzón. II
Congreso de Geógrafos de América Latina. Mérida, Venezuela.
De Lisio,A. (1996). El Enfoque de Sistema yAmbientología. Revista
Geográfica Venezolana, 37 (2): 251 – 264.
De Rosnay, J. (1977). El Macroscopio. Hacia una visión global.
Editorial AC, Madrid, España, 289 p.
Ríos, M. (2003).Validación del Método Microzón en la Cuenca del
río Piedra Azul en el estado Vargas. Tesis de Grado para optar al
Título de Licenciado en Geografía. Escuela de Geografía de la
UCV, Caracas.
73
Los Riesgos Ambientales: El Aporte del CENAMB-UCV
74
75
LAGESTIÓN DE RIESGO EN LOS
ANDES VENEZOLANOS
Jaime Laffaille
Laboratorio de Geofísica, Facultad de Ciencias, ULA, Mérida
Presidente de la Fundación para la Prevención del Riesgo Sísmico,
FUNDAPRIS
Introducción
En mayo de 1979 el gobierno regional del Estado Mérida creó
la Comisión Especial de Asesoría para la Prevención del Riesgo
Sísmico (CEAPRIS), con el objeto de investigar en prevención y
mitigación del riesgo sísmico para asesorar a los organismos oficiales,
públicos y privados en esta materia. Este organismo fue concebido
como una comisión sin fines de lucro, integrada por representantes de
organismos públicos y privados relacionados con el área del
conocimiento y por especialistas voluntarios, profesores
universitarios, profesionales en libre ejercicio y docentes de la
educación primaria y media. El origen de esta decisión tuvo que ver
con el estado de incertidumbre en que se vieron sumidas las
autoridades de la ciudad de Mérida, capital del estado, luego de
ocurrir un evento sísmico que causó cierto nivel de pánico en la
población y puso en evidencia el estado de indefensión e inoperancia
en que se vería la ciudad, su población e instituciones, en caso de
ocurrir un evento de mayor magnitud. El objetivo implícito en la
creación de este organismo era el de la reducción del riesgo sísmico,
a pesar de que en ese momento tal concepto no era muy claro ni
compartido. Por entonces se pensaba que la sola estimación de la
probabilidad de ocurrencia de un determinado fenómeno recibía la
denominación de riesgo y era necesario mitigarlo, pero no estaba muy
claro hacia dónde definir y enfocar acciones. La idea de
“vulnerabilidad” se manejaba de una manera muy confusa, más bien
como un concepto asociado con el fenómeno sísmico, de tal forma
que la mayoría de los estudios y propuestas estaban orientados
principalmente a caracterizar la amenaza, divulgar esa información y
diseñar “planes de respuesta”.
Antecedente sísmico
Como consecuencia del paradigma de la Tectónica de Placas, el
extremo sur del Mar Caribe ha sido definido como la frontera entre
las Placas del Caribe y la Suramericana (Molnar y Sykes, 1969). En
el presente, esta frontera está definida por el sistema de fallas
Boconó-Morón-El Pilar, (Rod, 1956; Schubert, 1981, 1984), y otras
zonas de fallas, sumergidas y expuestas, al norte de Venezuela
(Schubert, 1988; Schubert y Krause, 1984). Este sistema de fallas
corta y desplaza el extremo oeste de las montañas del Caribe, lo que
sugiere que su desplazamiento rumbodeslizante comenzó en tiempos
geológicos recientes, posiblemente a partir del Terciario tardío.
Geomorfológicamente, la Falla de Boconó se manifiesta por
una serie de valles alineados, depresiones lineales y otros rasgos
alineados en un corredor de 1 a 5 kms de ancho, orientado,
aproximadamente, en dirección N 45° E y a lo largo de unos 500 km
en la parte central de los Andes Venezolanos, entre la depresión del
Táchira y el Mar Caribe. Al este de Morón, a lo largo de la costa del
Caribe, ella se continúa en las fallas de Morón y El Pilar. Hacia el
suroeste, termina en una serie de corrimientos y fallamientos inversos
en la depresión del Táchira, al extremo norte de la Cordillera Oriental
de Colombia. Es la mejor conocida de todas las fallas de Venezuela
Jaime Laffaille
76
porque fue una de las primeras en ser reconocida (Rod, 1956), posee
una fuerte expresión topográfica y está claramente expuesta a todo lo
largo de su extensión. Su movimiento rumbo deslizante se refleja,
principalmente, en el desplazamiento de estructuras pleistocenas. La
mayoría de los grandes terremotos ocurridos en tiempos históricosen el occidente de Venezuela, han sido asociados con movimentos de
este corredor de fallas. Aunque algunos autores han postulado un
desplazamiento principal en sentido normal a lo largo de la Zona de
Fallas de Boconó (Shagam, 1972, 1975; Giegengack et al., 1976) y
sólo movimientos menores rumbodeslizantes, más recientemente, un
detallado estudio de evidencias neotectónicas a lo largo de toda su
extensión (Schubert,1980, 1982, 1984) ha revelado la existencia en
esta zona de grandes cuencas cenozoicas (cenozoico tardío) de
tracción (pull appart basins), en las cuales, sin embargo, se pueden
evidenciar grandes desplazamientos locales verticales (normales),
separados por estrechos segmentos de fallas, con un claro
desplazamiento de rumbo lateral derecho.
El análisis y el modelaje sísmico sugieren que la Falla de
Boconó puede ser parte de una frontera de placas desde hace
aproximadamente 5 millones de años (Dewey, 1972). La oblicuidad
de la Falla de Boconó en relación al rumbo de losAndes Venezolanos
y el hecho de que ella corta y desplaza provincias geológicas de
origen y edad diferentes (Cordillera de los Andes y del Caribe)
sugiere que es una estructura externa a esos sistemas, que fue
incorporada a la frontera entre las placas del Caribe y Suramericana
en un pasado geológico relativamente reciente. El análisis de los
mecanismos focales de terremotos recientes es consistente con un
desplazamiento predominantemente lateral derecho, profundidades
focales generalmente menores de 35 km, e indica una dirección
aproximada de compresión este-oeste.
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
77
El registro histórico de la sismicidad en el occidente de
Venezuela comienza, aproximadamente, en 1590, después de la
llegada de los primeros colonizadores españoles. En la zona andina
se puede hablar de que esta historia comienza en el año de 1597, con
el reporte de un terremoto que sacudió a La Grita y otros pueblos de
Mérida. El siguiente evento de que se tiene noticias ocurrió en 1610,
cuando los cronistas reportaron detalles de un terremoto desastroso
al cual se le asignó, de acuerdo con estudios recientes de la
distribución de daños e intensidades sísmicas, una magnitud de 7.3
grados en la escala de Richter. Desde ese entonces hasta la presente
fecha han ocurrido en la zona al menos otros 7 eventos sísmicos de
características destructoras (por ejemplo los eventos de los años
1674, 1775, 1812, 1827, 1834, 1845, 1894, 1932), entre los que
destaca el ocurrido en el año de 1812, en plena gesta
independentista de Venezuela. Sin embargo, debido a la escasa
población existente hasta épocas relativamente recientes, la historia
sísmica del país es bastante incompleta, ya que sólo alcanzaron a
registrarse los eventos más grandes. Este registro muestra una
secuencia de terremotos de moderados a grandes, que ha sido
resumida por varios autores (Febres-Cordero, 1931; Centeno-Grau,
1940; Fiedler, 1961; Cluff y Hansen, 1969; Dewey, 1972; Grases,
1980; Grases et al, 1999).
Para la fecha de fundación de CEAPRIS se pensaba que el
mayor terremoto que había afectado a la ciudad de Mérida ocurrió
el 26 de marzo de 1812, al cual se le asignaba en ese entonces una
magnitud Richter promedio de 8 grados. Así mismo, se aceptaba
que este evento ocasionó la destrucción de todas las ciudades más
importantes situadas a lo largo de la zona de fallas de Boconó, desde
Mérida hasta Caracas, cubriendo una distancia de aproximadamente
600 km. Se hablaba de una cifra cercana o mayor a 26.000 personas
Jaime Laffaille
78
fallecidas en la ocasión, lo que representaba entre 5% y el 10% de
la población total de Venezuela para la época. La concentración de
los daños a lo largo de un corredor paralelo al eje de los Andes
venezolanos y su prolongación por la costa del Caribe, claramente
sugiere que este terremoto ocurrió en un segmento de la zona de
fallas de Boconó. A partir del daño reportado, especialmente en las
ciudades de Mérida, San Felipe, Barquisimeto y Caracas,
inicialmente se pensó que éste fue un evento multifocal con
epicentros cerca de esas ciudades (Fiedler, 1961). Esta hipótesis,
sin embargo, fue posteriormente cuestionada por Cluff & Hansen
(1969), y más recientemente por Aggarwal (1981), consideran
que se trató más bien de un solo evento con una ruptura de falla que
se extendió desde el epicentro, cerca y al suroeste de Mérida, hasta
Caracas, cubriendo así una distancia similar a la del gran terremoto
de 1906 en la falla de San Andrés (California, USA).
El último gran terremoto registrado en los Andes venezolanos
fue el evento de magnitud 7 ocurrido el 26 de abril de 1894, con un
epicentro también cercano y al suroeste de Mérida. En esa
oportunidad murieron unas 350 personas y varias poblaciones y
aldeas se vieron sacudidas dentro de una amplia región
comprendida entre Tovar y Mérida por el sureste y la zona sur del
Lago de Maracaibo por el noroeste. Fueron destruidas las
poblaciones de Tovar, Santa Cruz de Mora, Mesa Bolívar, Chiguará
y Mérida, por mencionar sólo las más importantes. El área de daños
de este evento fue calculada por Centeno Grau (1940) en unos siete
mil kilómetros cuadrados, abarcando desde Trujillo en Venezuela,
donde se vino al suelo la torre de la iglesia de San Francisco, hasta
cerca de Pamplona (en Colombia), siendo especialmente intenso en
la región comprendida entre Bailadores y Tabay (en ambos pueblos
se derrumbaron las iglesias).
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
79
En el presente, toda la zona de fallas de Boconó, desde la
depresión del Táchira en su extremo suroeste hasta el Mar Caribe al
noreste, es sísmicamente activa. La mayoría de los eventos más
grandes se alínean con la traza principal de la falla de Boconó,
mientras que los más pequeños, así como unos pocos grandes, están
dispersos dentro de un corredor de varias decenas de kilómetros de
ancho, adyacente a esta traza, lo que indica que muchas de sus fallas
subsidiarias son igualmente activas. La mayoría de los terremotos
registrados a lo largo de la traza principal de la falla son eventos
superficiales (profundidad promedio de unos 15 km). Las
profundidades tienden a crecer para los eventos más grandes hacia el
noroeste (cuenca del Lago de Maracaibo) y hacia el sureste (cuenca
de Barinas) de la zona de fallas de Boconó, alcanzando profundidades
que llegan a superar los 40 km. Hacia el extremo suroeste de los
Andes venezolanos, ya en territorio colombiano, existe una zona
sísmica de profundidades intermedias (~ 160 Km), debajo del
extremo norte de la Cordillera Oriental de Colombia y la Sierra de
Perijá, cerca de la ciudad de Bucaramanga, que incluye una notable
concentración de eventos conocida como el Nido o Foco de
Bucaramanga (Schneider et al, 1987). Muchos de los eventos de esta
fuente sísmica son registrados casi a dario en las estaciones
sismográficas del Occidente de Venezuela con tal constancia y
precisión que en repetidas oportunidades se ha sugerido utilizar el
Nido como una fuente controlada para estudios corticales en ambos
países.
El registro de la actividad sísmica mediante redes
sismográficas locales durante los últimos 12 años, muestra que en
la actualidad la actividad microsísmica ocurre, fundamentalmente,
a través de tormentas locales que tienden a durar alrededor de 2 ó
3 meses. Durante estas tormentas, decenas de microsismos alcanzan
Jaime Laffaille
80
a ser registrados, permitiendo la elaboración de modelos
sismotectónicos locales (Laffaille y Estevez, 1986).
El estudio de los mecanismos focales para eventos regionales
(Molnar and Sykes, 1969; Isacks and Molnar, 1971; Dewey, 1972;
Pennington, 1981) sugiere un fallamiento predominantemente lateral
derecho a lo largo de la traza principal de la falla de Boconó y
fallamiento de empuje en sus flancos. Estos mismos mecanismos
tienden a indicar un esfuerzo compresional promedio orientado
aproximadamente en dirección este-oeste. Todos estos resultados
apoyan la hipótesis de que la tectónica actual de la región está
controlada, fundamentalmente, porun movimiento hacia el Este de la
Placa del Caribe en relación a la Placa Suramericana. Otros
mecanismos focales, calculados por Laffaille (1981) y Laffaille y
Estevez (1986) para eventos de menor magnitud dentro de la zona de
fallas de Boconó, muestran soluciones correspondientes a una gran
variedad de fallamiento normal e inverso, asociado a fallas
subsidiarias y, particularmente, a cuencas de tracción y zonas de
compresión, comunes en esta región.
Varios autores han estimado períodos de retorno para la
ocurrencia de sismos dentro de la zona de fallas de Boconó.
Comparando el desplazamiento de rasgos geomórficos con el
desplazamiento correspondiente a una magnitud Richter dada, Cluff
y Hansen (1969) y Schubert (1982) estimaron períodos de retorno de
alrededor de 200 años para terremotos de magnitud 8. Por otra parte,
basándose en la pendiente de la Curva Frecuencia Magnitud
Gutemberg-Richter (valor b), Cluff y Hansen (1969) obtuvieron
intervalos de recurrencia de 200, 34 y 7 años para eventos de
magnitudes 8, 7 y 6 respectivamente. Para este mismo rango de
magnitudes, Aggarwal (1981) obtuvo valores de 430, 70 y 11 años
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
81
respectivamente. Finalmente, considerando todo el intervalo de
tiempo desde 1600 hasta 1980 y siguiendo un método propuesto por
Steep (1972), Rengifo y Estevez (1987) obtuvieron valores de 460, 60
y 8 años para las mismas magnitudes. Estos resultados y las
consideraciones, indican que la zona de fallas de Boconó debe ser
clasificada como muy activa y potencialmente peligrosa.
Probablemente, el mismo tipo de razonamiento llevó a varios
especialistas del Lamont-Doherty Geological Observatory de la
Universidad de Columbia, USA (Lynn Sykes,AndrewMurphy, Beth
Israel e inclusive su director Manik Talwani) a escribir un informe
en mayo de 1978, donde escribieron que la Falla de Boconó define
una región donde podría esperarse un gran terremoto en el futuro, y
el occidente de Venezuela debe ser considerado como una zona de
alto riesgo sísmico. Sin embargo, al contrastar estos valores de
períodos de retorno con lo que efectivamente ha ocurrido
históricamente, se observa que no existe correspondencia. Por
ejemplo, si estos resultados reflejaran la realidad sísmica regional, se
debieron registrar al menos 11 sismos de magnitud 6 entre 1900 y
1999: esto no ocurrió en absoluto. Igualmente, se debieron reportar
al menos tres sismos de magnitud 7 en los últimos doscientos años,
lo cual, afortunadamente, tampoco ocurrió. Sin embargo, la población
espera que ocurra un desastre sísmico de tal magnitud en donde nada
se pueda hacer al respecto: “solo Dios puede salvar a las ciudades
andinas”, particularmente a Mérida, de ese cataclismo. Quizás el
elemento más perturbador de estos cálculos de períodos de retorno lo
constituya la inclusión errónea en las bases de datos usadas de un
terremoto de magnitud 8: el terremoto del jueves santo ocurrido en el
año de 1812. La energía de un evento de esta naturaleza equivale a la
de 10 eventos de magnitud siete o 100 de magnitud seis y, al parecer,
tal evento nunca ocurrió, pero este punto se discutirá posteriormente
en este mismo trabajo.
Jaime Laffaille
82
Creación de la Comisión Estadal para la Reducción del Riesgo
Sísmico (CEAPRIS)
En ese ambiente se propone que la actividad de la naciente
CEAPRIS se debe orientar en cuatro líneas: Educación y
Capacitación, Construcción y Desarrollo Urbano, Estudio y
Zonificación de Amenazas Naturales, y Manejo de Emergencias
Sísmicas, conformando su junta directiva principalmente con
sismólogos, ingenieros, geólogos, geomorfólos y educadores. Esta
conformación le dio a su acción un carácter eminentemente
tecnocrático.
En el área de Educación y Capacitación, se implementaron
programas de prevención sísmica en la educación básica, con la
intención de divulgar entre un gran porcentaje de los directivos,
docentes y alumnos de todo el estado los aspectos relativos al
origen, naturaleza, consecuencias y forma de evitar los efectos de
los sismos, evaluación de la vivienda y de su entorno físico,
comportamiento humano en caso de desastres, ejercicios de
evacuación, primeros auxilios y otras técnicas de autoprotección
ciudadana. También se organizaron cursos especializados y talleres
de entrenamiento en la materia para ingenieros, arquitectos,
maestros de obra, médicos y personal paramédico, grupos
voluntarios de rescate, asociaciones de vecinos, etc. El esfuerzo
principal se centró hacia programas de carácter divulgativo,
orientados fundamentalmente hacia elementos que pudieran servir
de multiplicadores de la información recibida.
En materia de Construcción y Desarrollo Urbano, se
definieron programas destinados a la evaluación presísmica y, en
algunos casos, al reforzamiento de un número considerable de
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
83
edificaciones esenciales, así como de viviendas populares en todo
el estado. Asimismo, se han establecido programas de integración
de los profesionales de la construcción a las tareas de interpretación
y aplicación de las normativas sísmicas. Lamentablemente, el
destino de la mayoría de las evaluaciones realizadas sólo logró
convertirse en temas de estudio para personas interesadas en el área,
pero no en medidas efectivas de reforzamiento de edificaciones
esenciales ni en adecuación de zonas de barrio.
La subcomisión de Estudio y Zonificación de Peligros
Naturales ha producido una serie de mapas y bases de datos
computarizados donde las amenazas naturales, asociadas a las
ciudades más importantes de la región y sus alrededores, se
caracterizan, zonifican y detallan. Estos programas incluyen el
asesoramiento a la comunidad y a las autoridades regionales sobre
procesos naturales que representen una amenaza para la vida y la
propiedad. Muchos de estos estudios estaban orientados a servir de
insumo para diseñar planes de ordenación del territorio. La mayoría
de estos trabajos permanecieron durante años en los anaqueles de
las bibliotecas universitarias, consultados sólo por estudiantes y
profesionales, hasta fechas recientes cuando, luego de cada evento
calificado de desastre, se hizo común escuchar que alguien señalaba
“se sabía que eso pasaría porque tal o cual lo advirtió en su
trabajo…”
Finalmente, se propuso que el objetivo central de la
subcomisión de Manejo de Desastres Sísmicos consistiera en
colaborar y aportar información útil a la elaboración de planes de
emergencia capaces de preparar a las instituciones de la ciudad para
enfrentar con éxito un gran terremoto en la región y, además,
contribuir a la capacitación técnica de los profesionales y
voluntarios encargados de atender tales emergencias. Más aún, se
Jaime Laffaille
84
planteó la necesidad de diseñar un plan de acción para la ciudad de
Mérida (Plan de Emergencia Local), que estableciera el rol de cada
una de las instituciones en caso de una eventualidad sísmica y la
forma de coordinación entre ellas para optimizar su trabajo. Se
realizaron varios intentos en esa dirección, pero ninguno logró pasar
de la fase de ser un mero ejercicio académico. Las razones de tal
situación fueron diversas, pero vale la pena mencionar al menos dos
de ellas:
1. Muchos de los directores de las instituciones convocadas a
participar en los proyectos de plan de emergencia (bomberos,
policía, defensa civil, etc.), no consideraban al tema sísmico ni
al plan de emergencia como algo de primera importancia para su
gestión. Algunos de ellos no tenían conocimiento o interés por el
tema, ya que se desempeñaban en profesiones totalmente ajenas
al problema y se encontraban ocupando esos cargos por razones
puramente políticas o porque habían sido nombrados a raíz de
su relación estrictamente personal con el gobernante de turno.
2. En aquellos casos en que los mencionados directores
consideraban la importancia de los planes propuestos,
generalmente argumentaban que su institución ya tenía su propio
plan (por supuesto, de carácter estrictamente confidencial), y no
estaban dispuestosa subordinarse a otra autoridad diferente a la
que les había designado en el cargo. El carácter político y no
técnico de muchos de estos directores les impedía renunciar a
cuota alguna del protagonismo que una situación podría
eventualmente depararles.
Mientras pasaban los días, meses y años sin lograr concretar
el ansiado plan de emergencia, ocurrieron varios desastres en
diversas partes del mundo, algunas de las cuales ya poseían tales
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
85
planes, que habían sido publicitados y presentados en varias
reuniones y congresos, y sin embargo no se hizo evidente la
diferencia entre tenerlo o no. Bajo estas circunstancias se llegó al
convencimiento de que un plan de emergencia eficiente no sólo se
escribe y se propone a las instituciones y gobernantes, es necesario
construirlo con las comunidades, con la gente y con los posibles
afectados. No sirve un plan que sólo se refleje en un libro o un
archivo digital: tiene que formar parte de la cultura de la población
amenazada.
Un quinto frente, o área de trabajo de CEAPRIS, lo constituyó
la necesidad de la instrumentación sismológica de la región,
inquietud que sirvió de semilla a la Red Sismográfica de Los Andes
Venezolanos (REDSAV), operada por la Universidad de Los Andes
con la colaboración del Ejecutivo del estado Mérida, la cual cuenta
con once estaciones remotas ubicadas estratégicamente con el fin de
registrar la actividad sísmica de cualquiera de las múltiples fallas
geológicas que surcan la región. En el presente, la REDSAV tiene
cobertura sobre gran parte del estado Mérida y parcialmente sobre
los estados Trujillo, Zulia, Barinas y Táchira. Funciona
continuamente desde el año 1981 y actualmente, en convenio con la
Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas
(FUNVISIS), y con el patrocinio de la Universidad de Los Andes y
el FONACIT, se adelantan gestiones y proyectos para modernizar
sus equipos y adquirir nuevas estaciones a fin de mejorar su
cobertura para extenderla a casi todo el occidente del país. El
funcionamiento continuo de esta red hubiera sido muy difícil sin el
aporte de FUNDAPRIS, que ha tomado como proyecto el
mantenimiento de ella y la interpretación diaria de la información
recabada por sus estaciones.
Jaime Laffaille
86
Fundación para la Prevencion del Riesgo Sísmico del Estado
Mérida (FUNDAPRIS)
En el año 1993 CEAPRIS se transformó en la Fundación para
la Prevención del Riesgo Sísmico del Estado Mérida: FUNDAPRIS,
con las mismas características de la anterior Comisión, pero con
personalidad jurídica propia y mayor autonomía económica y
operativa. Desde su creación como CEAPRIS, FUNDAPRIS ha
desarrollado su actividad en las mismas cuatro áreas de trabajo:
1. Educación y Capacitación
2. Construcciones Civiles y Planificación Urbana
3. Estudio y Zonificación de Peligros Naturales
4. Manejo de Desastres Sísmicos
Con el objeto de planificar, implementar y coordinar programas
específicos en relación a cada una de esas áreas, FUNDAPRIS tiene
una Junta Directiva integrada por 5 personas (con sus respectivos
suplentes), conformada por representantes de la Oficina Regional de
Defensa Civil, de la División Regional de Geología del Ministerio
de Minas e Hidrocarburos, 1 especialista en Ingeniería
Sismoresistente de la Facultad de Ingeniería de la ULA, 1 Sísmologo
del Laboratorio de Geofísica de esa misma institución y un
representante de la Zona Educativa # 12 del Ministerio de Educación.
Los programas en el área de Educación y Capacitación,
incluyen la organización de cursos especializados y talleres de
entrenamiento en la materia (usualmente 1-2 por año) para
profesionales de carreras afines: ingenieros, arquitectos y maestros
de obra (Interpretación, aplicación y reforzamiento de las normas
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
87
antisísmicas de construcción, Evaluación pre y postsísmica de
edificaciones, Construcciones antisísmicas en zonas urbanas y
rurales, etc.), médicos y personal paramédico (Medicina de
desastres), defensa civil, bomberos y grupos volunarios de rescate
(Rescate en espacios confinados), etc. En el caso de lasAsociaciones
de Vecinos, se ha diseñado un Curso de Autoprotección Civil que en
40 horas entrena a los residentes de un barrio en primeros auxilios
médicos, triaje de heridos, operaciones de rescate, manejo de
incendios, etc. Este último programa no ha resultado muy exitoso
debido al carácter inestable de las organizaciones vecinales locales.
Particular atención merece nuestro programa educativo en las
escuelas elementales y secundarias de la región, probablemente el
más exitoso de todos. Durante los últimos 6 años el Ministerio de
Educación nos ha permitido introducir cambios en los programas
docentes de estos planteles para enseñar tópicos tales como:
identificación y caracterización de los peligros naturales
(particularmente el sísmico en la región de los Andes venezolanos),
evaluación de la seguridad de las viviendas y del sitio donde están
ubicadas, comportamiento humano en caso de desastres, ejercicios
de evacuación, primeros auxilios y otras técnicas de autoprotección
ciudadana. Para este programa FUNDAPRIS preparó un extenso
manual dirigido principalmente a los maestros y profesores con los
tópicos a ser tratados, insistiendo en los ejercicios prácticos,
simulación de escenarios de desastres y aspectos metodológicos de la
enseñanza. Por otro lado, varias veces al año (entre 4 y 5 veces,
dependiendo de las características del año escolar), se organizan
talleres de dos días de duración a objeto de actualizar a los maestros
en estos tópicos, discutir con ellos aspectos metodológicos,
procedimientos de evacuación en cada plantel y evaluar la marcha
general del programa. Actualmente la Zona Educativa # 12 ha
Jaime Laffaille
88
asignado dos maestros de manera permanente a este programa, con la
finalidad de que sea posible realizar un seguimiento constante de los
avances del mismo.
En materia de Construcciones Civiles y Planificación Urbana,
la atención principal se ha dirigido a la evaluación pre-sísmica y al
reforzamiento de edificaciones estratégicas y de otras
construcciones civiles de interés social: hospitales, centros
educativos, estaciones de bomberos, líneas de servicios públicos,
vías de comunicación, telecomunicaciones, iglesias y otros edificios
de interés histórico o cultural.
Este trabajo, ya implementado en la ciudad de Mérida,
concluye con un informe escrito donde se evalúa técnicamente la
edificación en base a las normas antisísmicas vigentes y se
adelantan consideraciones acerca del comportamiento probable de
la edificación en caso de un terremoto fuerte y recomendaciones
para su reforzamiento. Cuando el caso lo amerita se incluye,
adicionalmente, un estudio geotécnico del terreno donte está
ubicada la edificación. También se ha realizado un gran esfuerzo
en materia de definición, interpretación y aplicación de códigos y
normas sismoresistentes de construcción. Finalmente, se adelanta
un trabajo en el estudio y reforzamiento de la vivienda popular
urbana y rural, así como en el diseño de alternativas antisísmicas,
usando los mismos materiales y técnicas tradicionales.
En cuanto al área de Estudio y Zonificación de Peligros
Naturales, la meta es la caracterización y zonificación de estos
peligros, con particular énfasis en la amenaza sísmica. Como
producto de este trabajo se han producido una serie de mapas para
las ciudades más grandes y pobladas de la región y sus alrededores,
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
89
a escala 1:25.000, y más recientemente 1:10.000, donde las
amenazas naturales más importantes asociadas a esos centros
urbanos se detallan. Como un complemento de importancia
primaria, FUNDAPRIS tiene como meta fundamental la
instrumentación de la región con el objeto de caracterizar y, de ser
posible, predecir la ocurrencia de desastres naturales. Particular
interés se ha puesto en la instalación y operación de redes regionales
de estaciones sismográficas y acelerográficas.En el momento
presente FUNDAPRIS, conjuntamente con el Laboratorio de
Geofísica de la Universidad de Los Andes, opera una red
telemétrica de 12 estaciones sismológicas, que cubre más de 300
Km a lo largo de losAndes venezolanos, así como unas 6 estaciones
acelerográficas ubicadas en la ciudad de Mérida. En un futuro se
prevé instalar, igualmente, inclinómetros, estaciones geodésicas y
otra instrumentación especializada para monitorear movimientos
del terreno, particularmente en zonas de deslizamientos potenciales
que representen peligros importantes para la población, vías de
comunicación y otras obras civiles de importancia. En este sentido,
particular interés nos merecen los bordes de las terrazas habitadas
a lo largo de la zona de fallas de Boconó.
Finalmente, el objetivo central en el área de Manejo de
Desastres Sísmicos es apoyar las iniciativas que conduzcan a
elaborar planes de emergencia capaces de enfrentar con éxito un
gran terremoto en la región. En particular, actualmente se adelantan
dos programas educativos en este aspecto: los Talleres de Desalojo
de Edificaciones Escolares y el plan de Educación Masivo para la
implementación de Planes de Emergencia Familiares. Esta tarea ha
sido asumida por organismos integrantes de FUNDAPRIS, tales
como la Defensa Civil, los Grupos Voluntarios de Rescate y
personal del Laboratorio de Geofísica (ULA).
Jaime Laffaille
90
Nuevas perspectivas sobre riesgos en la región como resultado de
las actividades de FUNDAPRIS
Es importante destacar que para el momento de
transformación de CEAPRIS en FUNDAPRIS la situación había
cambiado notablemente en términos de la forma en que era
percibido el problema de la gestión de riesgo. Por una parte, la
experiencia adquirida en CEAPRIS permitía concluir que la
situación no era tan sencilla como tomar una serie de
conocimientos, inculcarlos a instituciones y comunidades y luego
ver cómo todo comenzaba a cambiar. En ese entonces existían en
la población diversas percepciones acerca de los desastres. Entre
éstas destacan dos, particularmente erróneas y nocivas ambas,
que tienden a inhibir la disposición de los posibles afectados a
tomar medidas de prevención y/o mitigación ante la acción de
tales eventos.
La primera de ellas considera que las fuerzas que se liberan
en ellos tienen un origen mágico, sobrenatural, de comprensión
inalcanzable a los seres humanos, profundamente extraño e
irracional y ante lo que no es posible hacer nada efectivo más que
resignarse. La literatura disponible está repleta de múltiples
narraciones, leyendas, ritos y costumbres que tienen su
fundamento en esta clase de concepciones. Un ejemplo local de
esto se puede encontrar en la crónica de Fray Pedro Simón, donde
se refiere lo ocurrido en el caso del terremoto de La Grita en el
año de 1610. Cuenta don Fray Pedro Simón que el día 3 de
febrero, dos años antes de que él visitara los Andes venezolanos,
ocurrió un grandísimo terremoto que estropeó a todas las
poblaciones y caseríos existentes entre las ciudades de Mérida y
La Grita para la época.
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
91
El gran temblor fue como a las tres de la tarde, en el día de San
Blas, y la tierra se movía tanto que casi no se podía caminar. En La
Grita se cayeron casi todas las casas y el convento, con la suerte de
que en dos de las diez casas de tapia que quedaron en pie estaban
reunidas la mayoría de las mujeres del pueblo: algunas estaban
visitando a una vecina recién parida y las otras de visita con la madre
del cura, que había venido desde la ciudad de Mérida a visitarlo. Al
registrar las ruinas de la iglesia de la ciudad y de la iglesia del
convento, se encontraron que los sagrarios estaban hechos pedazos,
pero las cajas donde se guardaba el Santísimo Sacramento estaban
sanas y sin que les cayera ni un granito de polvo. Al Santísimo
Sacramento lo pusieron en el campo, debajo de unos toldos hechos
con sábanas, para que todos pudieran rezar y pedir misericordia,
porque no les había quedado casi comida en la ciudad, los molinos se
hundieron y las haciendas se perdieron. Como si esto fuera poco, los
ríos y quebradas se secaron: la gente pensaba que el agua de los ríos
se estaba embebiendo en la tierra, por las grietas hechas a causa del
temblor en sus madres. Esta situación no duró mucho, al día siguiente
se desencadenó el diluvio: el agua turbia corría a raudales como si
hubiesen caído los más grandes aguaceros, la gente corría
despavorida sin entender lo que pasaba, mientras los perros aullaban
como anunciando el día del juicio.
La segunda percepción tiene su fundamento en considerar que
si el “desastre” está vinculado con la ocurrencia de un fenómeno
natural tal como un terremoto, un huracán, la erupción de un volcán,
un deslizamiento de tierra, la crecida de un río, etc., entonces se trata
de un “desastre natural”. Al recibir este calificativo se produce el
efecto de inducir una percepción del problema a través de una óptica
limitada que bloquea la consideración de un elemento importante: la
presencia del hombre y sus obras dentro del área de acción del
Jaime Laffaille
92
fenómeno físico, con la vulnerabilidad inherente a ellas (se entenderá
en este contexto que una comunidad es vulnerable, cuando se
encuentra localizada dentro del radio de acción de un fenómeno
natural potencialmente peligroso, capaz de producir cambios radicales
en su medio ambiente, cambios ante los cuales la comunidad no se
encuentra preparada para responder de manera eficaz como para evitar
sufrir pérdidas, tanto materiales como humanas, que le son
insuperables sin recurrir a la ayuda externa). Esta tendencia suele ser
actualmente reforzada, sobre todo a nivel popular, a través de
publicaciones y programas de divulgación donde se llega al extremo
de atribuir cualidades humanas a las fuerzas físicas involucradas en
situaciones de desastre.
Expresiones como “la voracidad del huracán impulsó sus
fuerzas destructivas contra todas las viviendas que encontró a su
paso…”, “las ondas sísmicas descargaron toda su furia y se ensañaron
principalmente sobre los barrios de la zona montañosa de la región
azotada…”, son comunes en esa clase de documentos, donde se
margina la importancia de la interacción resultante de la presencia
humana con el fenómeno físico natural, que es a la larga quien puede
dar origen a la situación de desastre. Incluso en obras de arte donde se
recoge información de tales desastres, suele plasmarse la imagen de
una naturaleza inclemente que se descarga sobre las espaldas de seres
humanos indefensos. Esta forma de ver el problema no puede producir
estrategias efectivas que tiendan a prevenir o mitigar los desastres
porque presentan a los seres humanos como criaturas indefensas ante
la fuerza descomunal de la naturaleza. Esta era la percepción
predominante en la población de Mérida hacia 1994, cuando se
esperaba la repetición de un gran cataclismo que destruiría
inexorablemente la ciudad y pueblos vecinos, al cumplirse los cien
años de ocurrido el gran Terremoto de losAndes venezolanos de 1894.
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
93
Mientras tanto, en el ámbito científico se presentaron algunos
cambios interesantes. Por una parte, los estudios de trincheras
paleosísmicas no confirmaban la ocurrencia en el pasado de algún
evento de magnitud 8 asociado al sistema de fallas de Boconó y
ampliaban los períodos de retorno para grandes eventos (magnitud
7) a valores del orden de trescientos años (ver, por ejemplo,
Audemard 2003). En el ámbito de la sismicidad histórica, en el mes
de mayo de 1997 se celebraron las Primeras Jornadas Venezolanas
de Sismicidad Histórica, en la ciudad andina de Trujillo, donde el
antropólogo Rogelio Altez (Altez, 1998) propuso la hipótesis de
que lo que se conocía como “el terremoto de 1812” no había sido
un solo evento. En ese trabajo, Altez propone dos eventos con focos
diferentes y tiempos de origen también diferentes, basándose
principalmente en argumentos acerca de la cronometrización de lo
ocurrido en las ciudades deMérida y Caracas. Este acontecer
científico tuvo algunas consecuencias inmediatas sobre la manera
de estudiar la historia sísmica de Venezuela (no se trata tan solo de
una disciplina dedicada a un estudio de fechas, daños y personajes
orientada a producir curvas isosistas y epicentros macrosísmicos,
sino más bien de un área de investigación multidisciplinaria donde
existe información potencial importante que no ha sido aún
analizada de manera exhaustiva) y, particularmente, sobre la
potencialidad sismogénica del sistema de fallas de Boconó y la
percepción del riesgo sísmico en la zona andina. En trabajos
posteriores (ver por ejemplo, Laffaille y Ferrer, 2003) se propone
que la magnitud del terremoto de 1812 (foco de Mérida) tuvo un
valor cercano a los 5,4 grados y que los intensos daños reportados
se pueden vincular más con la vulnerabilidad física de las
edificaciones de la ciudad que con el “tamaño” de ese terremoto.
Jaime Laffaille
94
Un punto central que FUNDAPRIS intenta dar a entender es
que para configurar una situación de desastre hacen falta dos
ingredientes básicos: un fenómeno natural potencialmente peligroso
y una comunidad humana vulnerable. Por ejemplo, si ocurre un
terremoto de gran magnitud en una zona completamente despoblada
entonces no se hablará de desastre; lo mismo pasa si los pobladores
del área afectada están preparados para comportarse y sus
edificaciones obedecen a un diseño capaz de soportar los efectos de
las ondas sísmicas: no se hablará de desastre. Esta manera de ver el
asunto pone al descubierto que sí existen formas de enfrentar el
problema y que las mismas pasan fundamentalmente por la reducción
de la vulnerabilidad de las comunidades humanas. “Reducir la
vulnerabilidad” se dice rápido, pero resulta una tarea extremadamente
difícil porque los hombres no generan por gusto o capricho espacios
vulnerables para habitar: generalmente son la necesidad y la
ignorancia los motores que impulsan el proceso gradual que hace
cada día más vulnerables las comunidades humanas. Estos motores
pueden actuar por separado, pero generalmente van de la mano y
actúan en conjunto. Esto es fácil de entender si se toma en cuenta que
las comunidades de personas más necesitadas tienen menos acceso al
conocimiento que podría ser clave para ayudarlos a preservar sus
vidas y propiedades. En todo caso, es claro que la vulnerabilidad
asociada con una determinada comunidad no existe de manera
independiente a ella; por el contrario, es la comunidad misma su
forjadora. En este sentido resulta de vital importancia que los
habitantes de sitios vulnerables conozcan la mecánica de los procesos
naturales peligrosos que pueden causarles daño, a fin de que se
conviertan en agentes activos reductores de la vulnerabilidad de su
comunidad. Es en ese sentido hacia donde se dirigen gran parte de los
esfuerzos de FUNDAPRIS en el presente.
La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
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La Gestión de Riesgo en los Andes Venezolanos
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Jaime Laffaille
100
PROYECTOS EDUCATIVOS DE LAUNIVERSIDAD
PEDAGÓGICAEXPERIMENTALLIBERTADOR EN
GESTIÓN DE RIESGOS CONALCANCE NACIONAL
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Departamento Ciencias de la Tierra
IntroducciónLos proyectos educativos en gestión de riesgos de la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) tuvieron
una serie de antecedentes tanto internacionales como nacionales.
Entre los primeros cabe destacar la declaración de la Organización de
las Naciones Unidas del período 1989-1999 como el Decenio
Internacional para la Reducción de Desastres Naturales, y la I
Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de
Riesgos de los Desastres Socio Naturales realizada en Caracas en
Septiembre de 1997, y en relación a los antecedentes nacionales
tenemos la ocurrencia de eventos adversos como el terremoto de
Caracas de 1967, la tragedia del río Limón en 1987, el terremoto de
Cariaco en 1997, las inundaciones de diciembre de 1999 y el
surgimiento y consolidación de una conciencia de prevención y
sensibilidad social entre la comunidad universitaria venezolana.
Los eventos adversos que afectaron al mundo durante los años
80 influyeron para que las Naciones Unidas declarara la década 1989-
1999 como el Decenio Internacional para la Reducción de los
Desastres Naturales (DIRDN por sus iniciales en Español), con el
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
101
propósito de reducir, mediante la cooperación internacional, los
efectos negativos de los desastres causados por fenómenos naturales,
y concienciar acerca de los beneficios de la prevención de desastres
como una estrategia fundamental para el desarrollo sostenible.
Los objetivos de esta declaración fueron: “mejorar la capacidad
de cada país para mitigar los efectos de los desastres, inclusive
estableciendo sistemas de alerta temprana; fomentar los
conocimientos científicos y técnicos a fin de reducir las pérdidas de
vidas y de bienes y formular medidas para evaluar, pronosticar,
prevenir y mitigar los desastres mediante la asistencia técnica, la
transferencia de tecnología, los proyectos de demostración, la
educación y capacitación” (Servicio Nacional de Estudios
Territoriales, 2002).
Las metas principales del Decenio, las cuales deberían buscar
los países al final de la década del 90, eran:
1) Evaluaciones nacionales exhaustivas de los riesgos ocasionados
por amenazas naturales y la vulnerabilidad.
2) Planes de mitigación y prevención a mediano y largo plazo, a nivel
nacional y/o local, incluyendo preparativos y campañas de
concientización comunitaria.
3) Acceso a sistemas de alarma mundiales, regionales, nacionales y
locales, además de una amplia difusión a la población de los
avisos de alerta.
La declaración del DIRDN por las Naciones Unidas puede
considerarse como el primer esfuerzo de carácter universal para la
prevención y la mitigación de los desastres (Torres, 2006), y sirvió
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
102
para llamar la atención mundial sobre el impacto de los desastres en el
desarrollo de los países y la necesidad de trabajar en conjunto con todos
los recursos disponibles para su reducción.
La I Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la
Mitigación de Riesgos de los Desastres Socio Naturales se realizó en
Caracas del 15 al 18 de Septiembre de 1997, organizada por la
Universidad Central de Venezuela, la OPS/OMS, la Organización de
Estados Americanos (OEA), y elDepartamento deAsuntosHumanitarios
de las Naciones Unidas (UNDHA); el propósito de la Conferencia era
establecer las primeras pautas de un Plan Hemisférico deAcción para la
Reducción de la Vulnerabilidad del Sector Educativo a los Desastres
Naturales (EDUPLANhemisférico). El objetivo principal de
EDUPLANhemisférico es aumentar la participación en programas y
actividades sobre la reducción de desastres dentro del sector educativo, y
puede considerarse como una estrategia del continente americano para
reducir la vulnerabilidad del sector educativo a los desastres, en los que
la sociedad en su conjunto es la responsable de prevenir y reducir los
efectos que se deriven de las acciones de la naturaleza, que tengan impacto
directo e indirecto en la continuidad y calidad de la educación (Chávez,
2000).
Las conclusiones emanadas de esta IConferencia fueron analizadas
y adoptadas por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) de
Venezuela, en reunión del 28 de noviembre de 1997, dejando en plena
libertad a las Universidades para implementar los objetivos
fundamentales.
En cuanto a los antecedentes nacionales es oportuno señalar las
palabras del Vicerrector de Extensión de la UPEL durante el año 2000,
profesor Ángel Arístides Hernández: “Parece que hacía falta una fuerte
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
103
motivación que nos impulsara a incorporarnos con decisión a la propuesta
de laONU, a fin de que para elmítico año 2000 todos los países hubieran
efectuado evaluaciones nacionales de los riesgos naturales, y puesto en
práctica planes de prevención, así como sistemas de alerta internacionales,
regionales, nacionales y locales. En 1997, se produjo el hecho que nos
motivó. Lamentablemente, este fue el terrible terremoto de Cariaco,
cuyos efectos nos demostraron que los venezolanos no estamos
preparados para enfrentar los embates de la naturaleza” (Hernández,
2000).
En el mismo año del terremoto de Cariaco, la UPEL comenzó a
diseñar la primera respuesta institucional al reto planteado enmateria de
prevención ymitigación de riesgos, y la tarea recayó en elVicerrectorado
de Extensión el cual encomendó a la Licenciada Thayde Torrens Castro
de la concepción e implementación del proyecto; el nombre escogido fue
“Educar para Situaciones no Previstas”.
La segunda iniciativa surgió en el Vicerrectorado de Investigación
y Postgrado en el 2002 con el proyecto titulado “Programa Nacional de
la UPEL para la Investigación, Educación y Gestión del Riesgo y
Desastre”.
Como tercera iniciativa el Departamento de Ciencias de la Tierra
del Instituto Pedagógico deCaracas en el año 2000 presentó una propuesta
para la agenda de Investigación del País, planteada por el Ministerio de
Ciencia yTecnología, a través de FONACIT, la cual contempla como área
temática prioritaria la Prevención de losDesastresNaturales; la propuesta
fue aceptada, y desde el 13 demarzo de 2001 se dio inicio al proyecto de
investigación titulado:CampañaEducativaComunidad- Escuela para la
Mitigación de los Riesgos Socionaturales asociados a lasCuencas de los
ríos Osorio y Piedra Azul, La Guaira, Estado Vargas.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
104
El objetivo fundamental de este trabajo es presentar una visión
general de cada una de las iniciativas, considerando el impacto que
las mismas tuvieron en el Sistema Educativo Venezolano.
Proyecto Educar para Situaciones No Previstas
El Proyecto fue aprobado por el Consejo Universitario de la
UPEL en febrero de 1998 quedando adscrito al Vicerrectorado de
Extensión, el cual encomendó a la Licenciada Thayde Torrens Castro
de su concepción e implementación. El Proyecto constaba de cinco
fases (Torrens, 2001):
Fase 1.- Informar a la comunidad universitaria sobre los
potenciales riesgos socio-naturales que puedan afectarlos según su
localización geográfica. 2.- Propiciar la incorporación y/o
reorientación de objetivos en el plan de Educación Integral
relacionado con los riesgos y desastres. 3.- Capacitar y perfeccionar
a los docentes de Geografía de la UPEL con la ayuda del programa
de Aula Sísmica de FUNVISIS. 4.- Facilitar la elaboración de
material didáctico para implementar la formación de docentes de
Educación Básica y Media Diversificada mediante el Instituto de
Mejoramiento Profesional. 5.- Desarrollar actividades comunitarias
con el fin de preparación ante situaciones de desastres.
Entre algunos de los objetivos propuestos para el cumplimiento de las
cinco fasesmencionadas tenemos (Torrens, ob. cit):
1. Planificar la realización de cursos, talleres, seminarios, ciclos de
conferencias sobre la temática de la conservación del medio
ambiente y las catástrofes naturales.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
1052. Diseñar un plan de acción para evaluar las plantas físicas de la
UPEL:
3. Realizar simulacros de evacuación en los Institutos.
4. Propiciar la creación de una comisión encargada de viabilizar las
modificaciones curriculares requeridas.
5. Proponer al Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la
UPEL la creación de una línea de investigación sobre riesgos
socionaturales.
6. Diseñar un manual para educación a distancia relacionado con los
riesgos socionaturales.
7. Implantar a través de los Núcleos de Mejoramiento Profesional el
manual referido.
8 .Distribuir material informativo sobre riesgos socionaturales.
9. Establecer brigadas universitarias para facilitar el trabajo en la
comunidad de la Universidad.
El proyecto Educar para Situaciones no Previstas tenía carácter
permanente y se ejecutaría en los ocho Institutos Pedagógicos que
conforman la UPEL a través de las Subdirecciones de Extensión. Los
beneficiarios directos del proyecto serían unas 50.000 personas
representados por el personal y estudiantes de la Universidad, y unos
240.000 beneficiarios indirectos. El proyecto sería evaluado en un
tiempo prudencial para proponer los cambios y mejoras pertinentes.
En el proyecto se plantearon dos estrategias o figuras académicas
que podrían rendir amplios y óptimos resultados para alcanzar los
objetivos propuestos, éstas son el brigadista voluntario y la Cátedra
itinerante para la mitigación de riesgos socionaturales.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
106
Los brigadistas voluntarios estaban formados por estudiantes,
personal docente, administrativo y obrero de la Universidad que
reuniesen ciertas condiciones entre las que destacaban la vocación de
servicio y ayuda al prójimo, y tenían la honrosa función de servir de
apoyo en los momentos de la ocurrencia de eventos adversos y
desastres (Torrens, 1999).
La cátedra itinerante para la mitigación de riesgos
socionaturales se inscribió dentro de la categoría de las cátedras libres
pero con la innovación de ser itinerante. La itinerancia permitiría
realizar la labor de extensión a mayor y más variado número de
beneficiarios y la generación de multiplicadores que ampliasen aún
más el campo de acción preventiva de la Universidad en cuanto a
riesgos y desastres. Entre los objetivos de la cátedra merecen citarse
(Torrens, 2001): 1.- Concientiziar a la comunidad universitaria sobre
los riesgos socio-naturales existentes en el país y especialmente en
sus localidades, 2.- Establecer contactos con universidades nacionales
para difundir conocimientos sobre las amenazas y la vulnerabilidad,
3.- Intercambiar experiencias con universidades de América Latina
para la enseñanza y prevención relacionada con la mitigación de
riesgos socio-naturales, 4.- Presentar ante la UNESCO la cátedra para
que formase parte del Plan de Cátedras de la UNESCO.
Como parte de las actividades académicas del proyecto
Educar para Situaciones no Previstas se realizó en octubre del 2000
el “Primer Congreso Nacional sobre Mitigación de Riesgos
Socionaturales” con el propósito de “Conformar un equipo
interdisciplinario que permita trazar estrategias, planificar acciones
y diseñar programas que faciliten el trabajo inicialmente con
comunidades de alto riesgo y en segundo término con la población
en general, a fin de contribuir tanto al cuido de la vida de las
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
107
personas, como a la preservación del ambiente” (UPEL, 2000);
durante el desarrollo del congreso se presentaron cuatro
conferencias y diez ponencias.
El proyecto Educar para Situaciones no Previstas semantuvo en el
ámbito universitario durante unos cinco años, lapso durante el cual
cumplió su objetivo; la continuidad en el tiempo no fue mayor debido a
la falta de una cultura organizacional de trabajo en equipo y de continuidad
administrativa en laUniversidad.Uno de susmayoresméritos fue generar
en la UPEL el interés y la preocupación por desarrollar una cultura
preventiva entre la comunidad universitaria y servir de embrión para
iniciativas posteriores relacionadas con la temática.
Proyecto Nacional de la UPEL para la Investigación, Educación y
Gestión de Riesgos y Desastres
El proyecto nacional de la UPEL para la investigación,
educación y gestión del riesgo y desastre fue impulsado desde el
Vicerrectorado de Investigación y Postgrado en el año 2002 durante la
gestión del Dr. Maximiliano Bezada, respondiendo a las exigencias
surgidas en la II Conferencia Hemisférica realizada en Caracas, octubre
2000 (UPEL, 2002); esta II conferencia tuvo como objetivo central
evaluar los logros alcanzados en la región a través del
EDUPLANhemisférico, con la finalidad de identificar y desarrollar
estrategias para que dicho plan pasara de tener un carácter voluntario
a uno formal como política de Estado. En esta II conferencia, se
propuso la gestión de riesgo como un eje transversal de todo el sistema
educativo venezolano, lo cual influyó en la creación del área de Gestión
de Riesgos y Reducción de Desastres por parte del Ministerio de
Ciencia y Tecnología dentro de la agenda Calidad de Vida en la
implementación de sus nuevas políticas.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
108
El proyecto tiene como finalidad promover la incorporación
masiva de la comunidad upelista en el manejo de la temática
relacionada con la educación, las amenazas naturales y la gestión de
riesgos y desastres que responda a las necesidades del país
caracterizado por estar expuesto a la ocurrencia de eventos como
sismos, maremotos, lluvias extraordinarias, inundaciones,
movimientos en masa, huracanes, tormentas tropicales, incendios,
descargas eléctricas, explosiones, amenazas tecnológicas (químicas
y/o bacteriológicas) entre otras. La organización del Proyecto
Nacional de la UPEL para la Investigación, Educación y Gestión de
Riesgos puede observarse en el Gráfico 1.
Gráfico 1. Organigrama del Programa Nacional de la Upel para la Investigación,
Educación y Gestión de Riesgos (UPEL, 2002).
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
109
Según lo planteado en la misma, la coordinación nacional bajo la
responsabilidad del Prof. José Sierra (IPMAR) quien gestionaba, ante los
ocho coordinadores institucionales presentes en cada instituto de la
universidad, el cronograma y etapas del proyecto así como reuniones de
trabajo. Se planificó una capacitación inicial a 90 miembros de la
comunidad universitaria entre docentes, administrativos, obreros y 900
estudiantes, proceso que debía repetirse en una segunda oportunidad. Se
realizó un taller piloto, en cada instituto, con un grupo de voluntarios de
la comunidad universitaria de los cuatro sectores representativos
mencionados anteriormente, con la finalidad de realizar la validación de
los contenidos, actividades y recursos planteados. Cada instituto
capacitaría un número aproximado de 2.000 personas y al final de tres
años se proyectó alcanzar unas 32.000. Los resultados finales del proyecto
están en proceso de ser presentados formalmente a las autoridades
universitarias. Es importante señalar que la formación de los cincuenta
facilitadores UPEL en educación y gestión de riesgos fue un esfuerzo
universitario previo apoyado por el Vicerrectorado de Investigación y
Postgrado en el año 2002 en dos cursos de más de 60 horas académicas.
Por otra parte, la vulnerabilidad ante los riesgos en Venezuela ha
motivado al Estado, a solicitar y proponer el desarrollo de políticas para
la gestión del riesgo; así, la Presidencia de la República, en febrero de
2005, creó la Comisión Nacional de Gestión de Riesgos, constituida por
cinco grupos de apoyo, para conformar el SistemaNacional deGestión de
Riesgos donde lasUniversidades deberían ser entes consultores y asesores
en dicha materia.
Las instituciones de educación superior tienen como parte de sus
objetivos la generación, aplicación y transferencia de conocimientos y
saberes derivados del proceso de investigación. En el caso particular del
área de gestiónde riesgos, la información especializada puede ser llevada
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
110
al aula a través del diseño curricular. Independientemente de las estrategias
utilizadas, la investigación orientada a la gestión de riesgos, permitirá
solucionar problemas en la comunidad y redundará en unamejor calidad
de vida y educación (Marrero, 2000).
El principal recurso con el que puede contar la población ante
situaciones de desastres es la preparación adecuada y sistemática de la
comunidad. La educación y la acción comunitaria son aliadas en el
proceso de desarrollar y afianzar conciencia sobre la necesidad de
prevenir y mitigar los riesgos y los efectos generados por los eventos
adversos; no se pueden controlar todos los riesgos y desastres pero sí
disminuir sus consecuencias, y en este aspecto las universidades
venezolanas mediante sus funciones primordiales de docencia,
investigación y extensión juegan un papel fundamental. (Barrientos et al,
1999; Barrientos, 2000).
La percepción o detección temprana de los riesgos, tanto a nivel
individual como grupal, resulta fundamental en la gestión de riesgos pues
el éxito de los programas y planes que se ejecuten sobre esta materia
dependerá de las actitudes, valores y conocimientos que tenga la población
en condiciones de vulnerabilidad (Méndez e Iztúriz, 2000).
Con base a las consideraciones anteriores y otras surgió la
propuesta innovadora de este proyecto dentro del contexto de laAgenda
Calidad de Vida del Ministerio de Ciencia y Tecnología, con una alta
viabilidad por las siguientes razones (UPEL, 2002):
• La UPEL como Universidad está presente en todas las entidades
federales del país, lo cual le otorga una gran ventaja operativa para el
desarrollo e implementación del proyecto a nivel nacional, ya que
cuenta con la infraestructura de laboratorios, talleres y aulas adecuadas.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
111
• La UPEL dispone de personal académico y técnico, preparado y
motivado, para llevar a cabo programas de capacitación y
producción de materiales impresos, multimedia y en línea como
soporte del proceso educativo considerado en este proyecto.
• Los facilitadores en materia preventiva que formarán a los
multiplicadores para este proyecto nacional, realizarán los cursos
para la obtención de la certificación internacional, que los acredite
como personal adiestrado en materia de riesgos, con una serie de
cursos dictados por la Oficina Federal para la Atención de
Desastres en América Latina y el Caribe (OFDA/LAC) y otros
organismos nacionales y extranjeros.
• La UPEL cuenta con una plataforma tecnológica (INTRANET)
que garantiza los procesos de comunicación simultánea entre los
diferentes Institutos Pedagógicos, y Núcleos que conforman la
institución. Se garantiza igualmente la conexión a través de
INTERNET con otras instituciones iberoamericanas cuyo
propósito fundamental es asesorar en materia educativa sobre la
prevención y mitigación de desastres como lo es el Centro
Regional de Información en Desastres (CRID) de Costa Rica.
• La UPEL junto con el Ministerio de Educación y Deportes ha
realizado numerosos programas de capacitación y
profesionalización en distintas áreas del conocimiento, dirigido a
los docentes en servicio, lo cual es un aval de experiencia para el
éxito de este programa.
• La Universidad cuenta con centros, núcleos, y líneas de
investigación afines a la temática de riesgos que, centrados en
estudios sobre la escuela y su comunidad, sirven de apoyo a los
estudiantes de pre y postgrado en el desarrollo de proyectos de
investigación. De esta manera, se puede asegurar la continuidad en
el tiempo de los trabajos desarrollados en esta línea.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
112
Los objetivos previstos en el proyecto fueron los siguientes (UPEL, 2002):
• Formar un equipo institucional de la UPEL encargado de la
investigación, promoción y desarrollo de actividades asociadas a
la formación docente para la Gestión de Riesgo y Desastre.
• Redefinir el perfil profesional del egresado de la UPEL con base
en las características personales y competencias profesionales
propias del sector educativo que en materia de riesgos y desastres
han sido derivadas a partir de las experiencias previas nacionales
e internacionales.
• Diseñar estrategias y recursos de aprendizaje que estimulen y
generen cambios de conocimientos, actitudes y valores en los
estudiantes en formación UPEL y en los docentes en servicio para
contribuir a la reducción del riesgo y desastre en los centros
educativos y sus comunidades.
• Implementar una propuesta curricular para el Componente de
Formación General del Diseño Curricular Homologado de la
UPEL que incluya un curso obligatorio de Gestión de Riesgo y
Desastre orientado, a su vez, a fortalecer el eje transversal
ambiente del Diseño Curricular de la Educación Básica
venezolana.
• Diseñar un programa de capacitación a nivel de extensión
académica y estudios de postgrado (cursos no conducentes a
grado-especialización) para docentes en servicio en materia de
Gestión de Riesgo y Desastre.
• Definir y validar criterios e indicadores de progreso que permitan
evaluar las etapas, alcances y resultados del proyecto.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
113
• Utilizar la red telemática de la UPEL como herramienta para
ampliar la cobertura a nivel nacional e internacional de los avances
y resultados del proyecto en materia de Ecuación y Gestión del
Riesgo.
Un resumen de la metodología planteada en este Programa Nacional
de la UPEL se presenta en los siguientes aspectos (UPEL, 2002):
• Implementar cursos especiales para la certificación, en el área de
riesgos y desastres, por parte de los organismos nacionales e
internacionales (OFDA- Cruz Roja Internacional y otros);
dirigidos a los equipos de trabajo UPEL (40 profesores y 10
estudiantes de postgrado), quienes coordinarán la capacitación
docente en cada uno de los institutos de la UPEL.
• Diseño, producción y validación de materiales de instrucción
adecuados a los currículos de la UPEL y la capacitación de los
docentes en servicio.
• Elaboración y producción de materiales de instrucción adaptados
a las diferentes temáticas de los planes de estudio vigentes en los
componentes generales (biopsicosocial), pedagógico,
especializado y práctica profesional, dirigidos a estudiantes y
docentes de la UPEL.
• Generar y producir de materiales de instrucción adaptados al tema
de riesgos y desastres dirigidos a los miembros de la comunidad
universitaria (administrativos y obreros).
• Inserción y desarrollo del eje transversal Prevención y Gestión de
Riesgos en el currículo de la UPEL a través de estrategias formales
y no formales de aprendizaje.
• Inserción en asignaturas afines, como educación ambiental, de
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
114
contenidos relacionados con la prevención y gestión de riesgo.
• Diseño e inserción en el currículo de la UPEL de una cátedra o
asignatura obligatoria para la totalidad de los estudiantes
cualquiera sea su especialidad, referida a la Gestión de Riesgo y
Desastre.
• Integración en los programas de Postgrado de la UPEL en sus
modalidades de Especialización, Maestría y Doctorado, de líneas
de investigación en educación, gestión del riesgo y desastre, que
contribuyan a incrementar la investigación y la generación de
conocimientos sobre el tema.
• Implementación de mecanismos e instrumentos de evaluación que
permitan medir el impacto de la formación en gestión de riesgo y
desastre en el campo laborar del egresado.
Capacitación en Educación y Gestión de Riesgos del Proyecto
Nacional
Como un producto concreto del proyecto surge la propuesta de
capacitación, la cual consistió en un taller de 36 horas teórico-prácticas
estructurado en alcances, objetivos y contenidos establecidos en el
“Programa Preparación para Emergencias – Compañeros de las
Américas” de la Oficina Federal deAtención de Desastres paraAmérica
Latinay el Caribe (OFDA-LAC/IRG) y el “Curso SeguridadEscolar para
Casos de Emergencia” (CUSE).
Como resultado de la capacitación y certificación que sobre esta
temática recibieron 45 profesores de laUniversidad a través de dos cursos
de capacitación (OFDA/LAC – UPEL 2001, 2002) se planteó una
reformulación curricular del CUSE basada en nuevos enfoques
paradigmáticos de investigación y educación en gestión de riesgos. Se
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
115
incluyeron contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales
pertinentes con la organización del Currículo Básico Nacional y el de la
Universidad; se incorporan temáticas relacionadas con materiales
peligrosos, salud mental y marco legal regulatorio para la gestión de
riesgos enVenezuela. Otra modalidad curricular contemplada en el taller
de capacitación es la transversalidad constituida por cuatro ejes:
educación, saludmental, planificación - desarrollo sostenible y evaluación
de procesos (UPEL, 2002; UPEL, 2004).
En el Gráfico 2 se destacan los aspectos temáticos y los ejes transversales
considerados en la concepción del taller de capacitación.
Gráfico 2. Secuencia de Temáticas y Ejes Transversales del Taller de Capacitación
Gestión de Riesgos y Reducción de Desastres (UPEL, 2004)
El taller constituye una iniciativa más que se desarrolla en la
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
116
UPEL por mandato del Consejo Nacional de Universidades según la
resolución emanada del 28 de noviembre de 1997, orientada a
desarrollar proyectos y programas enmateria de educación y gestión de
riesgos en los ámbitos de aspectos académicos, formación ciudadana
y planta física, especificados en el “Plan Hemisférico de Acción del
Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los
Desastres Socionaturales” (EDUPLANhemisférico), en la I
Conferencia Hemisférica del Sector Educativo para la Mitigación de
Riesgos y Desastres Socio-Naturales (1997) y la II Conferencia
Hemisférica del Sector Educativo para la Reducción de la
Vulnerabilidad a los Desastres Socio-Naturales (2000). En este último
encuentro se propuso que la gestión de riesgos sea un eje transversal de
todo el sistema educativo venezolano como política de Estado.
Por lo tanto la promoción de la seguridad escolar se pone de
manifiesto en el diseño, implementación y evaluación del taller de
capacitación como herramienta para el desarrollo de la cultura
preventiva en el perfil del egresado de esta Universidad y los
ciudadanos del país.
El taller de capacitación producto de la propuesta ha sido dictado
en cada uno de los institutos de la UPEL a estudiantes, personal
docente, administrativo y obrero así como en la Sede Rectoral de Gato
Negro y el edificio Tamarindo en Catia, donde funcionan las oficinas
administrativas del Rectorado, Vicerrectorados y otras dependencias
de la Universidad (Gráfico 1).
Adicionalmente se ha incorporado al pensum de estudios la
temática de la Gestión de Riesgos a través de las figuras de cursos
optativos y actividades de extensión acreditables, las cuales se pretende
transformar en obligatorias con el proceso de modernización y
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
117
transformación del Currículo de Pregrado que actualmente adelanta la
UPEL, en concordancia con las políticas emanadas del Ministerio de
Educación y Deportes.
Productos en el área de investigación del proyecto nacional y las
líneas de investigación.
Las distintas iniciativas abordadas por esta Universidad, en
la temática Gestión de Riesgos, han tenido diferentes niveles de
consolidación en cada uno de los Institutos de la UPEL reflejándose
en la creación de líneas de investigación en los Pedagógicos de
Maracay (Educación y Desastres) y Caracas (Gestión y Educación
para la mitigación y Reducción de Riesgo y el Desastre). Esta
última forma parte del Núcleo de Investigación Estudios del Medio
Físico Venezolano y contempla la ejecución de estudios inter y
transdisciplinarios, puntuales, prospectivos y retrospectivos sobre la
Gestión de Riesgos, y el papel fundamental de la educación como
promotora y fortalecedora de la cultura de la prevención y
mitigación de eventos adversos, a nivel local, regional y nacional.
Los objetivos principales de esta línea de investigación son:
• Destacar la importancia del ciudadano y el docente debidamente
educado, en el ejercicio de la cultura de la prevención y
mitigación del riesgo en la escuela y su entorno.
• Incentivar y apoyar la acción de la comunidad educativa, para el
uso de recursos en la prevención y manejo de los riesgos socio-
naturales.
• Crear condiciones mediante la educación, para que las
comunidades se transformen en sujetos autogestionarios en el
manejo del riesgo, a través de acciones de prevención.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
118
• Enfatizar en el uso de los Sistemas de Información Geográfica
(SIG), como herramienta fundamental en el análisis geoespacial de
los factores físico-ambientales y sociales generadores de riesgos.
En esta línea se inscriben y desarrollan proyectos de investigación
multidisciplinarios que han logrado financiamiento institucional por
parte de la Universidad; así como organismos externos como es el caso
de FONACIT.
Productos en el área de postgrado del proyecto nacional:
Especialización en Educación y Gestión de Riesgos
Otras iniciativas son los subprogramas de postgrado en Educación
y Gestión de Riesgos propuestas por el Instituto Pedagógico de Caracas
y el Instituto Pedagógico de Maracay, las cuales están sujetas a
evaluación y revisión por parte del Vicerrectorado de Investigación y
Postgrado, el cual decidirá su presentación ante el ConsejoUniversitario
para su aprobación y posterior autorización por el Consejo Nacional de
Universidades.
El subprograma propuesto por el Instituto Pedagógico de Caracas
en el Departamento de Ciencias de la Tierra representa una opción para
el mejoramiento profesional de los docentes y demás profesionales que
se dedican a la docencia, investigación o a la actividad gerencial en el
sistema educativo venezolano.
La demanda de este subprograma está garantizada por cuanto
existe, en el país, un significativo número de profesionales de la
docencia en Ciencias de la Tierra, Geografía, Ciencias Naturales, etc.,
así como otros profesionales como Geógrafos, Ingenieros, Técnicos
Superiores, Bomberos, etc., con necesidades de formación en Educación
y Gestión de Riesgos.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
119
Los organismos que requieren personal con el perfil
profesional propuesto en el subprograma están encabezados por
los Ministerios de Educación y Deportes y Educación Superior
donde los docentes deben manejar temáticas relacionadas con la
Gestión de Riesgos en todos y cada uno de los niveles y
modalidades del Sistema Educativo. Igualmente los Organismos de
Seguridad Ciudadana como son Protección Civil y Cuerpo de
Bomberos, entes de GestiónAmbiental dependientes deAlcaldías y
Gobiernos Locales, Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales,
el Instituto Geográfico de Venezuela “Simón Bolívar”,
INPARQUES; así como los entes gubernamentales encargados del
aprovechamiento de los recursos energéticos y mineros entre los
que destacan PDVSA e INGEOMIN, adscritos éstos últimos al
Ministerio de Industrias Básicas y Minería.
Finalmente debe destacarse que existen varias propuestas en
otras instituciones de educación superior para implementar estudios
de postgrado equivalentes o de orientación similar. Adicionalmente,
a nivel internacional, incluyendoAmérica del Sur, son muy diversos
los postgrados que desarrollan esta temática.
La Especialización en Educación y Gestión de Riesgos guarda
estrecha relación con otros subprogramas de este instituto y de la
Universidad en general, tal es el caso de la Maestría en Geografía
mención Geografía Física del IPC donde existen líneas de
investigación que abordan el estudio de las amenazas naturales y
aplicacionesde nuevas tecnologías como los Sistemas de
Información Geográfica y el análisis e interpretación de imágenes
de satélite. Igualmente en las Maestrías en Educación Ambiental y
Enseñanza de la Química se desarrollan proyectos que tienen
relación con la Gestión de Riesgos.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
120
Los objetivos fundamentales del subprograma son los siguientes:
• Proporcionar una formación especializada a los profesionales
relacionados con la Educación y la Gestión de Riesgos y
Desastres que respondan al marco físico-natural y social del
país.
• Desarrollar el manejo conceptual y metodológico de la
Educación y la Gestión de Riesgos.
• Facilitar técnicas para el análisis y zonificación de los riesgos
locales, regionales y nacionales.
• Promover la planificación y ejecución de proyectos relacionados
con Educación y Gestión de Riesgos, acordes con las
prioridades y necesidades actuales de la sociedad venezolana.
En concordancia con las necesidades detectadas y atendiendo
a los lineamientos del Proyecto de Especializaciones Innovadoras
(PROPEI) del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, se
propone el plan de estudios presentado en el Cuadro 1.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
121
Cuadro 1
Propuesta de estructura curricular: Especialización en Educación y Gestión de Riesgos
del Instituto Pedagógico de Caracas
122
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
123
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la Mitigación de
los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Ríos
Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela
El evento hidrometeorológico de 1999 demostró, entre otros
aspectos, que la educación venezolana tenía una materia pendiente
sobre Gestión de Riesgos, a pesar de: (a) las acciones y lineamientos
emanados del recientemente finalizado Decenio Internacional sobre
la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN 89- 99 UNESCO); (b)
la región latinoamericana con el EDUPLAN Hemisférico ha venido
delineando pautas en temas académicos, de participación ciudadana
y planta física escolar; (c) la exhortación al sector universitario por
parte del Consejo Nacional de Universidades en 1997, para
desarrollar programas, planes y proyectos en materia de Educación y
Gestión de Riesgos; (d) que la reforma educativa para la Educación
Básica en 1998 introdujo en el currículo de la segunda etapa la
gestión de riesgos; (e) la incorporación de varios articulados sobre la
temática de riesgos y seguridad ciudadana en la Carta Magna de
1999; y (f) el poco alcance obtenido hasta el presente de dar
obligatoriedad al EDUPLANhemisférico en la educación venezolana,
planteamiento central de las dos Conferencias Hemisféricas del
Sector Educativo para la Reducción de la Vulnerabilidad a los
Desastres Socionaturales celebradas en Caracas en los años 1997 y
2000.
En 1999, el recién creado Ministerio de Ciencia y Tecnología
definió la agenda de investigación del país, planteando como área
temática prioritaria la Prevención de los Desastres Naturales. Con
base en ese marco de investigación a nivel nacional, el departamento
de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas en el año
2000 presentó una propuesta para esa agenda, la cual fue aceptada, y
desde el 13 de marzo de 2001 se dio inicio al proyecto de
investigación titulado: Campaña Educativa Comunidad- Escuela
para la Mitigación de los Riesgos Socionaturales asociados a las
Cuencas de los ríos Osorio y Piedra Azul, La Guaira, Estado Vargas,
financiado por el FONACIT y la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador (UPEL FONACIT S1: 2000000648), para
ser ejecutado durante tres años con un financiamiento total de Bs.
94.966.201,42. Desde entonces han participado en el mismo
estudiantes de pregrado, postgrado y docentes investigadores
adscritos en su mayoría al departamento de Ciencias de la Tierra,
entre los que cabe mencionar: Simón Ruíz, Ana Iztúriz, Carlos
Suaréz, Henry Pacheco, América García, Maximiliano Bezada.,
Marlene Torrealba, Williams Mendéz, Ysley Perdomo, Belkis
Devia,Angélica Tineo, José Rubio, Carolina León, Zuleika González,
Johana Barreto, Juan Carrera y Zaira Balllesteros. Actualmente el
proyecto ha cumplido con dos años de ejecutoria, correspondientes
a las fases de determinación del riesgo y la del diseño e
implementación de la campaña educativa. En el tercer año del
proyecto se evaluará el nivel de impacto, relevancia, efectividad,
eficiencia y sustentabilidad de la intervención escolar (sobre
educación y gestión de riesgos), desarrollada en los centros
educativos seleccionados.
Contextualización de la campaña educativa
La campaña educativa con el enfoque escuela-comunidad para
la gestión de riesgos en el Estado Vargas, se contextualiza como un
conjunto de esfuerzos pedagógicos orientados hacia la intervención
temporal de varios centros educativos sobre esta temática, en las
parroquias Maiquetía y La Guaira. El enfoque escuela-comunidad
está apoyado en los planteamientos de Charlita (1987), Mercado
(1996), Esté (1994), y Gagné y Briggs (2002), para quienes el centro
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
124
educativo se cohesiona, cuestiona y transforma en función del
entorno social, cultural, histórico y económico, y que desde nuestra
visión debe ser el pilar fundamental para el desarrollo de la cultura
preventiva. La presente campaña educativa incorpora recursos,
métodos y estrategias unificadas en una acción pedagógica que
pretende superar o mejorar las que ya se desarrollan en el aula sobre
gestión de riesgos, y se traduce en una innovación educativa como
una experiencia piloto nacional para ser conocida, transferida y
aplicada a contextos similares.
Se trata así de promover la cultura de la prevención y de la
organización comunitaria basada en políticas nacionales e
internacionales, estrategias institucionales y de aula donde la escuela,
los padres, representantes, responsables y la comunidad son actores
sociales en mancomunidad para enfrentar la vulnerabilidad de los
entornos externo e interno con sus amenazas y riesgos, y donde deben
prevalecer los valores vitales, afectivo-sociales, éticos, estéticos,
intelectuales, espirituales, físicos y religiosos, en la apropiación de
aprendizajes significativos, capacidades, habilidades y actitudes para
actuar congruentemente (Pereira de Goméz, 2002; Garza y Patiño,
2004).
Los objetivos generales de la presente investigación son:
1. Caracterizar y analizar la dinámica del medio físico en las cuencas
de los Ríos Osorio y Piedra Azul a fin de determinar las áreas de
riesgos generadas por eventos de origen natural y socionatural, en
los centros educativos y comunidades.
2. Recomendar medidas de prevención y mitigación específicas
derivadas de la dinámica ambiental evaluada, que puedan ser
abordadas desde el sector educativo.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
125
3. Diseñar, implementar y evaluar una campaña educativa comunidad-
escuela para desarrollar estrategias de acción pertinentes y
específicas, dirigidas a la gestión del riesgo y la reducción de la
vulnerabilidad en varios centros educativos del estado Vargas.
Los objetivos específicos son los siguientes:
1. Elaborar los mapas de riesgos y recursos comunitarios para cada
centro educativo.
2. Diagnosticar los niveles de aprendizajes, actitudes y valores de estas
comunidades sobre los riesgos socionaturales más frecuentes del
área.
3. Sensibilizar a los integrantes de sector escuela-comunidad educativa
acerca del riesgo que representan los asentamientos humanos en
áreas susceptibles de ser erosionadas, emovidas y afectadas por
deslizamientos, inundaciones y aludes torrenciales.
4. Informar a la comunidad educativa o asociación civil educativa,
sobre las causas que dan origen a fenómenos hidrometeorológicos
en la vertiente norte de la Cordillera de la Costa, y que causan
eventos de gran impacto como aludes torrenciales y susdesastrosas
consecuencias materiales y psicológicas en la población.
5. Implementar en cada centro educativo el plan de seguridad escolar
ante emergencias o desastres, con la participación de todos los
integrantes del centro educativo respectivo.
6. Capacitar a los miembros de cada centro educativo (docentes,
alumnos, administrativos, obreros, padres y representantes), para
generar acciones- respuestas conjuntas y coordinadas ante los
desastres socio-naturales, como vía para la mitigación de los riesgos.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
126
7. Proponer acciones estratégicas a la comunidad y a la escuela
derivadas de los problemas o riesgos socionaturales detectados, a
los efectos de mitigar las amenazas permanentes.
8. Evaluar a corto y mediano plazo cuáles de las acciones estratégicas
propuestas durante la campaña educativa generaron niveles de
mitigación ante los riesgos socionaturales inventariados.
9. Recomendar a los organismos del Estado y al gobierno local, sobre
la necesidad de utilizar la planificación estratégica y prospectiva en
la mitigación de los riesgos socionaturales del sector.
Fundamentación metodológica
Las bases teóricas que apoyan esta investigación se basan en el
modelo y el enfoque humanista de Maslow (1975), y en el
pensamiento complejo y la incertidumbre de Morin (2001). La
investigación se inserta en el paradigma cualitativo-interpretativo, de
campo, de carácter descriptivo (Martínez, 1994), y se fundamentó en
un diseño de estudio de casos a través de la aplicación del método
etnográfico, donde a través de observaciones vivenciales, se
identificaron y analizaron las condiciones de riesgo, así como la
vulnerabilidad de cada centro educativo para operacionalizar las
posibles soluciones y mejorar las condiciones de seguridad escolar.
Igualmente, parte de las técnicas cualitativas utilizadas fueron la
observación directa en el campo, registros anecdóticos, fotográficos,
fílmicos, entrevistas no estructuradas, charlas informativas, y mini-
talleres para los alumnos.
La muestra de los centros educativos seleccionados fue
discrecional en cuanto a su dependencia o adscripción administrativa,
ubicación en la cuenca baja de los ríos de ambas parroquias, grado de
afectación por el evento de aludes torrenciales en diciembre de 1999,
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
127
funcionamiento como refugio o centro de acopio durante ese evento,
condición de público o privado, integrales o de medio turno, o estar
ubicados en zonas residenciales, comerciales o casco histórico.
El diseño y planificación de la campaña educativa comprendió
las siguientes fases fundamentales:
• Búsqueda de información sobre aspectos físico-naturales y
socioeducativos.
• Diseño de juegos didácticos estructurados y no estructurados
(individuales y grupales): sopas de letras, laberintos en cuatro
series temáticas (terremotos, inundaciones, derrumbes, incendios),
memorias en cinco series temáticas (terremotos, inundaciones,
derrumbes, incendios y riesgo social) y una ruta
SALTARIESGOS.
• Modificación de la matriz FEDE (s/f) para los centros educativos,
ajustada a la data físico-natural y socio-educativa específica de
este proyecto, la cual se denominó matriz FEDEmodificada UPEL
(2004).
Implementación de la campaña educativa
En esta fase de desarrollo del proyecto de investigación que
nos ocupa se llevaron a cabo las siguientes acciones:
• Visita a los planteles y entrevista con el cuerpo directivo, para la
promoción de la campaña educativa.
• Elaboración del cronograma de actividades.
• Sensibilización e información en materia de educación y gestión
de riesgos dirigida a los docentes, administrativos, obreros, padres
y representantes, a través de charlas temáticas.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
128
• Diagnóstico de amenazas, riesgos y recursos comunitarios
internos y externos al centro educativo, a través de trabajos de
campo y la aplicación de la matriz FEDE modificada UPEL
(2004).
• Elaboración del plano del centro educativo para la señalización
de las rutas de emergencia o escape.
• Elaboración del mapa comunitario de riesgos y recursos con la
simbología correspondiente.
• Conformación del comité de seguridad escolar según el modelo
Plan COLM (MARAVEN- PDVSA, 1992).
• Montaje de pendones temáticos referidos a inundaciones y
calidad del agua de los ríos Osorio y Piedra Azul.
• Validación y aplicación de juegos instruccionales estructurados
y no estructurados.
• Montaje de carteleras informativas sobre terremotos e
inundaciones.
• Elaboración de la matriz para la organización-respuesta en
gestión de riesgos y reducción de desastres (en función de
terremotos, inundaciones repentinas, incendios y derrumbes),
dirigido a cada centro educativo en términos de: situación
adversa, tiempo de recurrencia, ubicación, riesgos/
vulnerabilidad y organismos de apoyo.
• Elaboración y ubicación de la señalización preventiva escolar
según la Norma COVENIN N° 187:2003.
• Realización de simulacros de evacuación por aulas, así como
internos y externos de toda la institución, según la Norma
COVENIN (Anteproyecto 1 8:-004) y estrategias propias.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
129
• Solicitud de apoyo a los Bomberos de Vargas, Policía
Administrativa y Protección Civil para la realización de los
simulacros externos.
• Presentación de grupos culturales: Grupo Cuentacuentos (IPC)
y Teatro de Barrio (Los Teques, Estado Miranda).
Resultados del diagnóstico, desarrollo e implementación de la
campaña educativa
La campaña educativa se llevó a cabo durante los años
escolares 2003-2004/ 2004-2005 en cinco planteles educativos,
cuatro de ellos públicos y uno privado: U.E.E. “La Guaira”,
U.E.I.B. “Sergio María Recagno”, E.B. “Fernando Toro” y U.E.
“Manuel Segundo Sánchez” y U.E. “Salto del Ángel.
Para el caso de la parroquia La Guaira fueron atendidos los
centros educativos U.E.E. “La Guaira” (LG), y la U.E.I.B. “Sergio
María Recagno” (SMR). La población estudiantil total de la
parroquia La Guaira para el año 2003-2004 fue de 3.529 alumnos.
Se atendió en estos dos planteles un 26, 9% de ellos, respecto a la
población escolar total de esta parroquia.
En la parroquia Maiquetía fueron visitados tres planteles: E.B.
“Fernando Toro” (FT), Colegio “Salto del Ángel” (SA) y U.E.N.
“Manuel Segundo Sánchez” (MSS). La matrícula total atendida en
estos planteles fue de 1.967 alumnos respecto a la población total de
la parroquia, la cual es de 11. 296 estudiantes, lo que representó un
17,4 %. La U.E.N. “Manuel Segundo Sánchez” suspendió sus
actividades a partir de la segunda semana de febrero 2005, motivado
por las lluvias torrenciales que trajeron como consecuencia,
albergar a más de 240 damnificados hasta el mes de julio.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
130
La cobertura de cada actividad por grupo-integrante de la
comunidad educativa, varió significativamente entre cada uno de
los planteles. Todos los alumnos y docentes asistieron a la charla
sobre seguridad escolar, y a los simulacros de evacuación por aula
e interno del plantel simultáneamente. El comité de seguridad
escolar se constituyó solo en tres (LG, (SMR, FT) de los centros
educativos, y no fue requerido en el colegio privado (SA). Los
alcances del comité de seguridad escolar requirieron de varias
reuniones de trabajo, discusiones sobre las rutas de evacuación
externa y las zonas de concentración. Se aplicó la matriz CUSE para
la operacionalización de cada riesgo interno del plantel con
propuestas de solución a corto, mediano y largo plazo. Para cada
centro educativo se identificaron riesgos y recursos comunitarios
específicos. Los dendogramas de afinidad indican solapamientos
en cuanto a las amenazas naturales, riesgos socionaturales y
recursos comunitarios, para atender la emergencia en cada centro
educativo. Los mapas de riesgos y recursos comunitarios materiales,
humanos o institucionales, reflejan desequilibrios en cuanto a su
capacidad de respuestao de preparación ante un evento adverso
catastrófico.
La validación y aplicación de los juegos instruccionales
permitió el entrenamiento y capacitación en el manejo de estos
recursos para el aprendizaje, por parte de los docentes de aula y los
estudiantes de pregrado incorporados al proyecto.
La señalización de las rutas de salida/emergencia estuvo
ausente en todas las instituciones educativas públicas visitadas, y
solo presente en el plantel privado Salto del Ángel. Hubo carencia
de los sistemas de detección y extinción de incendios en las
instituciones públicas visitadas. Todos los planteles tienen
transformadores y cables eléctricos externos próximos a las
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
131
fachadas externas, que en caso de un evento sísmico bloquearían
las salidas de emergencia o generarían electrocuciones. Solo tres
planteles disponían de los planos de su planta física.
Logros, limitaciones y retos de la campaña educativa
• La disposición y cooperación para el trabajo desarrollado fue
óptima tanto a nivel del personal directivo, como de los docentes,
alumnos, administrativos y obreros, en las actividades
contempladas en la campaña educativa.
• La campaña de seguridad escolar debe ser reforzada
periódicamente en las instituciones visitadas, para satisfacer las
expectativas de cada uno de sus miembros con relación al tema de
los riesgos, y realizar un seguimiento a las actividades
desarrolladas para solucionar los problemas existentes.
• Las charlas sobre los planes de seguridad escolar permitieron al
equipo de investigación UPEL, la oportunidad de dar a conocer
los alcances de la campaña educativa sobre gestión de riesgos.
Igualmente éstas lograron sensibilizar, motivar y centrar la
atención de los miembros de la comunidad educativa, para la
conformación de los comités de seguridad escolar.
• El plan de seguridad escolar diseñado para cada centro educativo
requerirá de un esfuerzo permanente de todos sus integrantes, para
el desarrollo de las actividades propuestas a corto, mediano y largo
plazo. Se utilizó la Norma COVENIN 3791:2002.
• Los planes de evacuación fueron desarrollados empleando las rutas
de salida y entrada comúnmente usadas por el personal de las
instituciones, sin necesidad de cambiar los hábitos existentes o
realizar inversiones económicas adicionales por parte de las
instituciones estudiadas.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
132
• El diseño, la validación y aplicación de los juegos instruccionales
utilizados, constituyeron herramientas metodológicas muy exitosas
para el desarrollo de la cultura preventiva en los centros educativos
estudiados.
• Se realizó el levantamiento cartográfico en tres de los cinco planteles
estudiados para ubicar la señalización preventiva según la Norma
COVENIN 178: 2003.
• Los simulacros de evacuación por aula, el interno y el externo
(sólo en la UEE “La Guaira”) ejecutados en las instituciones
visitadas, no generaron estados de pánico, personas lesionadas,
pérdida o extravío de algún objeto personal e institucional, o daños
materiales.
• Se proponen algunos indicadores para riesgos internos y externos de
los planteles estudiados, mediante la utilización de una matriz
binaria cuali-cuantitativa, como herramienta de análisis conducente
a la definición de posibles escalas o rangos de riesgo/vulnerabilidad,
cuando se amplíe el número de instituciones intervenidas.
• Los productos académicos obtenidos hasta el presente son: un
trabajo de grado (maestría), un proyecto doctoral, cinco tesinas de
pregrado, diez presentaciones en eventos internacionales, treinta y
cuatro ponencias en eventos nacionales, catorce conferencias por
invitación, un artículo publicado en una revista científica arbitrada
e indexada y un cuento inédito.
Finalmente como equipo de investigación UPELhemos asumido
el reto de apoyar el inmenso esfuerzo educativo que todavía debe
implementarse en el Estado Vargas y en todo el país, pues así lo
presentó Venezuela en la reunión preparatoria a la II Cumbre de la
Tierra en Johannersburgo en el 2002, donde lo calificó como un
Asunto Crítico Emergente para la Educación Venezolana.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
133
Reflexión final
El rol de la UPEL en la Gestión de Riesgos en Venezuela en
los últimos ocho años (1998-2006) se ha materializado en los tres
proyectos educativos mencionados - Educar para Situaciones no
Previstas, Proyecto nacional Investigación, Educación y Gestión del
Riesgo y Desastre y Campaña Educativa Comunidad- Escuela para la
Mitigación de los Riesgos Socionaturales Asociados a las Cuencas
de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas, Venezuela, los
cuales han permitido iniciar una labor que aspira convertirse en
permanente mediante la institucionalización de la prevención y
mitigación de riesgos en todos los Institutos Pedagógicos repartidos
a lo largo y ancho de la geografía venezolana. Es una tarea pionera
donde las Universidades apenas comienzan a desarrollarse, con una
cobertura limitada de acción, que no atiende a las necesidades de
amplios sectores de la sociedad en condiciones de vulnerabilidad.
La creatividad e innovación educativas deben ser los aliados
de la UPEL en esta loable acción, y sus integrantes deben ser los
primeros comprometidos en desarrollar esa cultura preventiva de la
cual carecemos y que se ha evidenciado lastimosamente en los
eventos adversos de triste recordación como son el terremoto de
Cariaco en 1997 y el desastre de Vargas en diciembre de 1999.
Un aspecto que debe tener presente la UPEL es incentivar la
sinergia con instituciones de diversa índole que tienen los mismos
objetivos en relación con los riesgos y desastres; no debe funcionar
como un mundo aislado sino compartir, no competir, con esas
instituciones.
Carlos A. Suárez Ruiz y Henry Pacheco
134
La UPEL y el Ministerio de Educación deben promover los
cambios educativos que permitan acercarnos al desarrollo de la
cultura preventiva, con iniciativas y referentes sobre gestión de
riesgos. Durante los últimos ocho años se han acumulado
experiencias, logrando avances significativos en esta temática.
Proyectos Educativos de La UPEL En Gestión De Riesgos Con Alcance Nacional
135
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141
ESTRATEGIAS INSTRUCCIONALES Y PEDAGÓGICAS
PARAELAPRENDIZAJE DEAMENAZAS Y RIESGOS
SOCIONATURALES EN LAESCUELABÁSICA, ESTADO
VARGAS, VENEZUELA
Yolanda Barrientos Ch(1.; Ana Iztúriz M.(1); América García
G.(2) y Simón Ruíz B.(1)
Universidad Pedagógica Experimental Libertador IPC (1)
Universidad Pedagógica Experimental Libertador IPM (2)
Departamento de Ciencias de la Tierra
Introducción
A lo largo de las últimas cuatro décadas se han realizado
numerosas reuniones internacionales, con sus respectivas declaraciones,
como esfuerzos globales para el avance del conocimiento, la educación,
la formulación de políticas y agendas de trabajo sobre temas
ambientales, la reducción de los desastres y la gestión de riesgo. El
ente responsable de cada uno de estos eventos ha sido la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) que desde 1972, en Estocolmo, celebró
la primera Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente Humano
centrada en el deterioro ambiental, luego en 1992 se realizó la Cumbre
de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que enfatizó la
protección del medio ambiente, el desarrollo social y económico
fundamentales para el desarrollo sostenible. Posteriormente se llevó a
cabo la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en
Johannesburgo en el 2002, para poner en práctica el concepto de
desarrollo sostenible, con el consenso mundial en la búsqueda de las
mejores alianzas entre los países. Es importante señalar que la
declaración de Johannesburgo plantea en el principio Nº 13 lo siguiente:
El medio ambiente mundial sigue deteriorándose. Continua la
pérdida de biodiversidad y agotándose las poblaciones de peces; la
desertificación avanza cobrándose cada vez más suelos fértiles; ya se
hacen evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los desastres
naturales más frecuentes y más devastadores, y los países en desarrollo
se han vuelto más vulnerables, tanto que la contaminación del aire, el
agua y los mares sigue privando a millares de seres de una vida digna.
Esto conduce a la consideración relevante del tema de la
reducción de riesgos de desastres entre las comunidades vulnerables.
Este principio es el producto de otra conferencia mundial previa de las
Naciones Unidas, celebrada en Yokohama, Japón en 1994, donde se
estableció la Estrategia y el Plan de Acción de Yokohama para un
Mundo más Seguro basada en los siguientes marcos normativos:
Gobernabilidad, lineamientos institucionales para la reducción de los
riesgos; identificación, evaluación, vigilancia de los riesgos y alerta
temprana; gestión de conocimientos y educación; reducción de los
factores de riesgos subyacentes, preparación de actividades eficaces de
recuperación y respuesta y los mecanismos de aplicación. Resulta
importante señalar el rol de la educación como el medio más adecuado
para crear una cultura sobre riesgos que garantice la reducción de los
eventos adversos en el sector universitario, el desarrollo sostenible, la
gestión de información y capacitación (Organización de la Naciones
Unidas, 2005 a). Otro aspecto importante del Plan de Acción fue el uso
de la ciencia y la tecnología para generar los conocimientos,
normativas, recomendaciones y formación de recursos humanos
especializados en la percepción y evaluación de amenazas y riesgos.
Un esfuerzo paralelo realizado por la Organización de Naciones
Unidas fue declarar la década de los 90 como el Decenio
Internacional para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
142
Naturales (DIRDN) decretado en 1987, que impulsó en 1996 a la
estructuración del Plan Hemisférico de Acción del Sector Educativo
para la Reducción de la Vulnerabilidad a los Desastres
Socionaturales (EDUPLANhemisférico) (Chávez, 1999 b; 2000).
Posteriormente durante los años 2001-2002 se diseñó la Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD-ONU)
entendida como la herramienta educativa para la reducción de la
vulnerabilidad física de los planteles y la preparación de las
comunidades educativas ante los desastres.
Otra Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres
fue la celebrada en enero de 2005 en Kobe, Hyogo, Japón (ONU,
2005 a, b), con el propósito central dirigido hacia la construcción de
la resiliencia en las naciones y las comunidades ante los desastres.
Uno de los cinco principios de la Declaración de Hyogo como Plan
de Acción para los años 2005-2015 propone, promover la cultura de
la seguridad a través del uso del conocimiento, de la innovación y la
educación para desarrollar la seguridad y la resiliencia a todos los
niveles de la sociedad (Organización de las Naciones Unidas, 2005
b). El plan ofrece asistencia a las naciones y comunidades que
realizan esfuerzos para afrontar y manejar las amenazas que ponen en
riesgo los beneficios del desarrollo y su calidad de vida.
Más recientemente se celebró laConferencia Internacional sobre
Reducción de Desastres, en la ciudad de Davos, Suiza en agosto de
2006, que representó un encuentro técnico basado en los objetivos de la
gestión de riesgos delineados en la Declaración de Hyogo y el Plan de
Acción 2005-2015 Desarrollando la Resilencia de las Naciones y las
Comunidades ante los Desastres.Las áreas temáticas de la conferencia
internacional fueron: Gestión de Riesgos y Desarrollo Sustentable,
Género y Desastres, Vulnerabilidad Ambiental, Educación,
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
143
Conocimiento y Conciencia, Seguridad de la Sociedad y Dimensiones
Regionales. Se enfatizó en la implementación de la “last mile”. Los
puntos de discusión fueron los riesgos relacionados con amenazas
naturales y las fallas tecnológicas e igualmente los riesgos humanos
emergentes generadores de pandemias, terrorismo y cambios climáticos,
bajo enfoques integrados y participativos. Esta conferencia fue un foro
para quienes toman decisiones, científicos y comunidad de práctica para
intercambiar ideas y en cómo abordar los desastres y riesgos utilizando
metodologías que reflejen el estado del arte en el tema.
Este camino de Estocolmo a Davos constituye el marco mundial
bajo el cual se configuran programas enmateria educativa y se ejecutan
acciones que evidencian la evolución del enfoque paradigmático desde
la atención de la emergencia hasta la gestión de riesgos en América
Latina y el Caribe.
En la búsqueda de un nuevo paradigma sobre la gestión de
riesgos, es menester que la educación ofrezca a los distintos sectores
vinculados con el tema, el personal capacitado y formado para el reto
que implica construir un mundo más seguro y sincronizar los estilos
de vida y los modelos de desarrollo de la sociedad dentro de la visión
realista de estar en un planeta dinámico con amenazas naturales y
antrópicas con las cuales la sociedad debe convivir. Igualmente se
intenta reducir los daños que los eventos adversos puedan causar
traducidos en pérdidas de vidas, de bienes materiales, colapsos en la
economía y la degradación del ambiente (Organización de las Naciones
Unidas, 2005 b).
Recientemente la EIRD-ONU y sus socios han planteado dos
temas principales: la educación sobre el riesgo de desastres y la
seguridad de las instalaciones educativas como parte de la Campaña
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
144
Mundial titulada La Reducción de Desastres Empieza en la Escuela
2006- 2007. Esta campaña tiene por finalidad informar y sensibilizar a
los gobiernos, comunidades e individuos para garantizar que el tema de
la mitigación de riesgos se integre en los planes de estudio de las
escuelas, así como también se consolide la modernización y adecuación
de la planta física escolar especialmente en ambientes educativos
vulnerables.
En Venezuela, el evento hidrometeorológico de 1999 demostró
las carencias educativas en materia de gestión de riesgos; a pesar de
las acciones y lineamientos emanados del recientemente finalizado
Decenio Internacional sobre la Reducción de Desastres Naturales
(DIRD 89- 99) y de contar la región latinoamericana con el
EDUPLANhemisférico que ha venido delineando pautas en temas
académicos, de participación ciudadana y planta física escolar.
Por otra parte se ignora, la exhortación dirigida al sector
universitario por parte del Consejo Nacional de Universidades en
1997, que sugiere el desarrollo de programas, planes y proyectos en
materia de Educación y Gestión de Riesgos y de los contenidos sobre
riesgos introducidos en la reforma del Currículo Básico Nacional para
la Educación Básica en 1998. Lo anterior ha traído como consecuencia
que todavía no se haya conformado una verdadera cultura preventiva;
no obstante la incorporación de varios articulados relacionados con la
temática de riesgos y seguridad ciudadana tanto en la Carta Magna de
1999 como en otras leyes y normas previas. Además de ello, la
Agenda de Investigación sobre la Prevención de Desastres desde el
Ministerio de Ciencia y Tecnología y el FONACIT, aunque ha apoyado
un sin número de proyectos de investigación y desarrollo sobre esta
temática, no han podido todavía consolidar una verdadera plataforma
de mitigación tecnológica ante los eventos adversos (Barrientos, 2002,
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
145
2005 a, 2005 b). Esto se evidencia por el poco alcance obtenido hasta
el presente para dar obligatoriedad al EDUPLAN hemisférico en la
educación venezolana, planteamiento central de las dos Conferencias
Hemisféricas del Sector Educativo para la Reducción de la
Vulnerabilidad a los Desastres Socionaturales celebradas en Caracas
en los años 1997 y 2000.
La Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL),
entre otras universidades, como la Universidad Central de
Venezuela, Universidad de Los Andes, Universidad Centro
Occidental “Lisandro Alvarado”, Universidad de Falcón,
Universidad Experimental de Guayana, han centrado sus esfuerzos
en el desarrollo de proyectos de investigación y otras acciones
formativas en materia de educación y gestión de riesgos desde 1998
con el Proyecto Educar para Situaciones No Previstas desde el
Vicerrectorado de Extensión y luego con el Proyecto Investigación,
Educación y Gestión de Riesgos en 2002 desde el Vicerrectorado de
Investigación y Postgrado. Esto se ha constituido en un esfuerzo
conjunto de todos los institutos que integran la UPEL, con retos y
logros en los objetivos traducidos en el número y calidad de los
productos de investigación y extensión generados hasta el presente.
Antecedentes Internacionales y Nacionales sobre Estrategias
Instruccionales y Pedagógicas en Educación y Gestión de
Riesgos
Entre las estrategias internacionales relacionadas con la
temática de la reducción de riesgos, se pueden mencionar: Serie
Hablemos sobre los Deslizamientos de Tierra elaborada en
Colombia en 1991 y el Manual para Docentes a Nivel Primario
sobre Prevención Sísmica diseñado en Argentina en el año 1998.
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
146
Como parte del material de una publicación periódica de la
Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica (UNED), existe una
sesión denominada Biopasatiempos que contiene una sopa de letras
con el título de Desastres (Donato, 1997). Durante el DIRDN (1990-
2000) se diseñaron guías de trabajo sobre juegos y proyectos
educativos, entre ellos, Conozcamos los Desastres Naturales: Juegos
y Proyectos para Tí.
Por su parte, la Organización de la Naciones Unidas y la
Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres en el 2003
publicaron un manual denominado Aprendamos a Prevenir los
Desastres que contiene los conceptos fundamentales de la gestión de
riesgos, y estrategias educativas de juegos estructurados y no
estructurados. Cabe destacar la presentación del juego de tablero
Riesgolandia, el cual ha sido traducido a más de 10 idiomas,
incluyendo lenguas indígenas. Malmold y Balmaceda (2005)
diseñaron un juego multimedia interactivo para simular diferentes
situaciones que afectan la infraestructura escolar y las conductas
humanas durante un movimiento sísmico.
Otro material instruccional de importancia lo constituye las
fichas elaboradas por el Instituto Nacional de Defensa Civil de Perú
denominada Fenómenos Naturales y Tecnológicos, las cuales forman
parte del Programa APRENDIENDO A PREVENIR que está
dirigido a maestros y alumnos. Estas fichas tienen como finalidad el
logro de aprendizajes y desarrollo de capacidades, actitudes y valores
que contribuyan a fortalecer la cultura de prevención desde la
educación formal, sirviendo de apoyo para el trabajo de aula
vinculado con la producción de textos, lectura comprensiva,
pensamiento lógico matemático, pensamiento social, sentido de
pertenencia, respeto y cuidado al ambiente.
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
147
En el caso del Sistema Educativo Venezolano, se cuenta con
limitados recursos instruccionales sobre gestión de riesgos y
prevención de desastres, especialmente los relacionados con
amenazasnaturales y eventos socionaturales. Una de las pocas
acciones es la ejecutada en el año 1979 por la Comisión Estadal de
Asesoría (CEAPRIS) convertida luego en la Fundación para la
Prevención del Riesgo Sísmico, que elaboró numerosas estrategias
metodológicas paralelas al currículo de las Escuelas Integrales en el
Estado Mérida. Además de ello, se capacitó a los docentes en
servicio por medio de talleres y otras actividades. Sin embargo, esta
experiencia lamentablemente no pudo ser transferida al resto de las
escuelas del país con niveles de amenaza sísmica significativa. Las
lecciones aprendidas de FUNDAPRIS han permitido mejorar las
metodologías de capacitación docente para grupos que
posteriormente han tenido que abordar este proceso bajo las
premisas de otras investigaciones educativas relacionadas con la
educación y la gestión de riesgos (Cárdenas, E. de; Sánchez, T. de
y Quintero N. de, 1992).
En el año 1996, el Centro Nacional para la Enseñanza de la
Ciencia (CENAMEC) elaboró un juego instruccional denominado
Placas Tectónicas, dirigido a los alumnos del séptimo grado de la
Escuela Básica, para ser ejecutado en dos horas de clase (período de
laboratorio). Los objetivos que se propusieron fueron: localizar
continentes y océanos, ubicar las grandes placas tectónicas e
identificar las cordilleras montañosas continentales. El juego
permite la participación y estimula la competencia entre los
alumnos, motivándolos a mejorar los tiempos de ensamblaje del
rompecabezas. Además le permite al docente orientar las
discusiones sobre las implicaciones de riesgo que poseen los
distintos límites de placas y los movimientos asociados con
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
148
fenómenos naturales como sismicidad, volcanismo, formación de
montañas, fosas tectónicas, actividad geotermal y los yacimientos
minerales con importancia económica, entre otros.
En 1997 la Fundación Venezolana para la Investigación
Sismológica en Venezuela (FUNVISIS) creó el Aula Sísmica
Madeleilis Guzmán bajo los lineamientos geofísicos y pedagógicos
del Dr. André Singer y la Prof. Flor Ferrer de Singer. El brazo
educativo de FUNVISIS cuenta con un ambiente instruccional (Aula
Sísmica) especialmente diseñado para el desarrollo de talleres y otras
estrategias que abordan aprendizajes relacionados con la amenaza
sísmica, medidas de prevención y realización de simulacros de
evacuación. El Aula Sísmica recibe permanentemente grupos de
alumnos de todo el Distrito Capital y estados vecinos, sus
facilitadores se trasladan a los centros educativos más distantes del
país. Igualmente la página WEB de FUNVISIS dispone de un sitio
donde las medidas preventivas a seguir en caso de terremotos están
en formato interactivo para estimular el interés de niños y adultos.
La revista periódica EsCiencia publicada por Fundación Polar
desde 1997, de distribución gratuita en las bibliotecas escolares,
representa un alto esfuerzo pedagógico para mejorar la enseñanza de
la ciencia y la matemática, la educación ambiental, la biodiversidad,
el conservacionismo y el desarrollo sustentable. El diseño y la
diagramación de los textos e ilustraciones, escritos y electrónicos, así
como las estrategias didácticas propuestas constituyen un apoyo
didáctico para el docente en el aula así como también para los
alumnos, padres y representantes.
Otra estrategia que merece ser mencionada es el juego
instruccional denominado Rompecabezas Ecológico elaborado por
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
149
Otero y colaboradores (2001). Este juego está dirigido al séptimo
grado de la Escuela Básica planteándose ideas y relaciones
fundamentales entre el ser humano y su ambiente.
Lo antes mencionado evidencia que las estrategias
instruccionales no son suficientes ni en número ni en especificidad de
contenidos relacionadas con la temática de la reducción de riesgos y
desastres, ante la vulnerabilidad del país a las amenazas naturales,
tecnológicas, biológicas y sociales. Esto debe llevar a la reflexión a
todo el sector educativo sobre la necesidad de diseñar y aplicar
programas y estrategias instruccionales tanto en la educación formal
como no formal con énfasis en la identificación de riesgos,
preparación y medidas preventivas especialmente en centros
educativos vulnerables.
Objetivos, Bases Teóricas y Metodología de Trabajo para la
Elaboración de las Estrategias Instruccionales y Pedagógicas en
Educación y Gestión de Riesgos
El propósito de la presente investigación fue diseñar, aplicar y
validar varias estrategias instruccionales y pedagógicas relacionados
con temáticas de terremotos, inundaciones, derrumbes, incendios, y
riesgos sociales. Entre estas actividades están los juegos tanto
estructurados como no estructurados, unidades didácticas sobre
terremotos e inundaciones, específicamente pertinentes con la
realidad físico-natural y socio-educativa del Estado Vargas. Los
centros educativos seleccionados fueron:U.E.E. La Guaira, U.E.I.B.
Sergio María Recagno, U.E. Fernando Toro, Colegio Salto del Ángel
y U.E.N. Manuel Segundo Sánchez, y se aplicaron a los alumnos y
docentes de Educación Inicial, Primera, Segunda y Tercera Etapa de
Educación Básica durante el año escolar 2004-2005.
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
150
Como parte de la metodología empleada para el diseño de las
estrategias instruccionales y pedagógicas, se tomaron los contenidos
conceptuales, actitudinales y procedimentales presentes en el
Currículo Básico Nacional para la Primera y Segunda Etapa en las
diferentes áreas de conocimiento como parte del Eje Transversal
Ambiente (Cuadro 1).
Cuadro 1
Lista de contenidos relacionados con gestión de riesgos presentes en el Currículo Básico
Nacional (1998) y contemplados en las estrategias instruccionales y pedagógicas
implementadas en los centros educativos del Estado Vargas
Las bases teóricas que apoyan el presente trabajo están
enmarcadas en el modelo humanista de Maslow (1975), el
pensamiento complejo y la incertidumbre de Morin (2001). Maslow
basa su teoría en el proceso de autorrealización del hombre, mediante
su propio desarrollo y para la sociedad donde se desenvuelve, previa
satisfacción de etapas o grupos de necesidades básicas y complejas,
como fisiológicas, seguridad, afecto, pertenencia a un grupo,
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
151
reconocimiento, información, comprensión del mundo y disfrute de
la belleza (Sandia, 1996; CEAC, 2002). Se apoyó la investigación en
la Teoría del Desarrollo Cognitivo y la interacción social propuesta
por Calero (2003) y Ríos (2004).
La investigación desarrollada fue cuali-cuantitativa, del tipo de
campo y de carácter descriptivo (Martínez, 1994). Las técnicas
utilizadas fueron la observación y notas de campo, registros
fotográficos y fílmicos, entrevistas no estructuradas, aplicación de
instrumentos tipo pretest, postest, matrices y encuestas de opinión.
El diseño de las estrategias instruccionales y pedagógicas se
fundamentó en un modelo basado en el logro de procesos cognitivos
básicos como observación, comparación, memorización y el
seguimiento de instrucciones en la temática de riesgos y medidas
preventivas (Szczurek, 1999; Ríos, 2004). A través de esta estrategia
se estimula la comprensión lectora, el razonamiento lógico y la
complejidad-incertidumbre de los riesgos socio-naturales (García,
Granier, Moreno, de Ochoa, Ramírez y Zuvia, 2002; Morin, 2001).
Todas las modalidades de juegos aplicados se diseñaron con
figuras originales a color, y se utilizaron los programas digitales
Freehand y Photoshop para la diagramación y montajes de textos y
se editaron en material plástico, brillante con colores fuertes, de alta
durabilidad y elaborados en imprenta digital. El juego de memoria
consta de cinco series temáticas:terremotos, derrumbes,
inundaciones, incendios y riesgos sociales. Cada serie tiene cinco
pares de cartas, las cuales incluyen definiciones, procesos y medidas
preventivas (antes, durante y después del evento adverso) vinculadas
a las temáticas mencionadas, intencionalmente señaladas en algunas
series y omitidas en otras para que el docente, junto a los alumnos,
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
152
den secuencia lógica temporal a las medidas preventivas indicadas. El
facilitador puede combinar series temáticas de acuerdo a un interés
particular, el de los alumnos y/o por lo planificado en el avance
curricular específico de cada nivel educativo. Las sopas de letras y
laberintos fueron planificadas para los alumnos de la primera etapa,
concebidos para lograr asociaciones de términos relacionados con
eventos adversos dominantes en el área de estudio y motivarlos hacia
la comprensión de éstos. En el diseño de cada una de las temáticas,
se buscó el equilibrio entre los contenidos conceptuales, actitudinales-
valorativos y procedimentales (Cuadro 1).
El juego interactivo de tablero SALTARIESGOS permite
presentar la complejidad e integralidad de las amenazas y los riesgos
socio-naturales adaptado a las condiciones de vulnerabilidad del
estado Vargas y puede ser utilizado en zonas con paisaje de costa-
montaña. Pueden participar de 3 a 6 jugadores, contiene mensajes
asociados con las casillas de avance, retroceso y de parada, donde se
promueve la comprensión lectora de los participantes así como
también el respeto por el seguimiento del juego. Bajo el
planteamiento de que todos los participantes son ganadores, se
estimula a los mismos a cooperar hasta que complete el recorrido el
último jugador (Gráfico 1 ver página 162).
Se diseñaron simulaciones a través de talleres: el primero
titulado Jugar a Protegernos para los alumnos de la Educación
Inicial y otro para la primera, segunda y tercera etapa de Educación
Básica, con el propósito de preparar los simulacros de evacuación
por aula, internos y externos en los centros educativos. Las
simulaciones-taller comprenden estrategias de autoprotección en el
aula para los alumnos y el facilitador en tres tiempos: Protéjanse
(T1), Párense (T2) y Salgan (T3) hacia la zona de seguridad del
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
153
154
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
plantel. Los simulacros internos siguen el procedimiento anterior
con la entrega de un instructivo y la participación de toda la
comunidad educativa, después de la activación de una alarma,
previo aviso del día y hora de esta actividad. Los simulacros
externos cumplen con la misma rutina anterior incluyendo el
desplazamiento hacia una zona de seguridad cercana al plantel con
el apoyo de los miembros del comité de seguridad escolar y los
organismos de atención de emergencias locales (Ruíz, 2006).
Parte de la capacitación docente en materia de gestión de
riesgos, se promovió con la realización de un Programa Educativo
Ambiental denominado Yo como Actor Social: Reconozco el Peligro
y me Pongo en Acción, el cual tiene una duración de 8 horas teórico-
prácticas. Este programa fue construido a partir de las necesidades
de los docentes y de la realidad físico geográfica local, y está
constituido por tres secciones: a) enfoques paradigmáticos sobre la
gestión de riesgos, b) marco legal regulatorio y c) actividades de aula
estructuradas en dos unidades didácticas ambientales (UDA). Estas
unidades didácticas se elaboraron siguiendo la metodología de
Aranguren (citado en MARN, 2001, 2003). Desde el punto de vista
de la estructura interna, las UDA constan de una presentación que
hace referencia a la historia de los eventos en la localidad, los
contenidos conceptuales, actitudinales y procedimentales y un
conjunto de actividades como Reconoce el Peligro y Ponte en
Acción, el Desalojo, Yo soy un Comunicador Social, la Cacería
Peligrosa, el Gran Reverón: Se Hace Camino al Andar, Yo Superviso
Tú Supervisas, Yo Soy un Socorrista, Yo Controlo Tú Controlas,
Simulando la Inundación y Todos Juntos a la Carga. Esta última
actividad evalúa el desarrollo de las anteriores (García, 2004).
Resultados de laAplicación de los Recursos Instruccionales y las
Estrategias Pedagógicas
Los resultados de la validación y aplicación del juego de
memoria en laU.E.E. Educativa La Guaira con 72 alumnos de varias
secciones, revelaron que la serie terremotos fue el evento adverso
menos conocido por parte de ellos debido a que las calificaciones
obtenidas durante el pretest –postest fueron las más bajas. Estos datos
sugieren que el abordaje de esta amenaza requiere de la presentación
de múltiples recursos para garantizar la comprensión y preparación
ante la misma (Cuadro 2).
Cuadro 2
Calificaciones obtenidas por alumnos de la U.E.E. La Guaira durante la ejecución de
la planificación didáctica referida a la aplicación y validación del juego estructurado
tipo memoria
La validación y aplicación de la sopa de letras se realizó con 20
alumnos de la U.E.I.B. Sergio María Recagno. La información
obtenida indicó el manejo de contenidos previos sobre la serie
inundación, y sólo un 15% de los alumnos pareció no estar
familiarizado con eventos socio-naturales. En las respuestas obtenidas
hay una tendencia a asociar los conceptos básicos por preconcepciones.
155
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
La sopa de letras sobre inundaciones fue modificada por parte de una
docente de la U.E.E. La Guaira quién proporcionó a 17 alumnos un
listado de 13 términos sobre el componente social de las inundaciones.
Los alumnos incorporaron entre 1 a 7 palabras al juego y sólo 3 de ellos
recomendaron incluir más de 5. Las palabras más seleccionadas fueron
temor y miedo (Barreto, 2005).
Las simulaciones y simulacros de evacuación en caso de
terremotos se realizaron en los cinco centros educativos
seleccionados. Por limitaciones de espacio en el presente manuscrito,
se presentan los resultados obtenidos para dos centros educativos. En
la U.E.E. La Guaira se realizaron con todas las aulas un total de 52
simulacros con 673 alumnos desde los niveles de preescolar hasta
sexto grado y participaron 340 integrantes del plantel durante el
simulacro interno (turno de la mañana). El tiempo utilizado fue de 2
minutos y 3 segundos para alcanzar la zona de seguridad interna
(patio central). En el turno de la tarde participaron 330 integrantes
del centro educativo en el simulacro interno, empleando un tiempo 1
minuto y 48 segundos para alcanzar la zona de seguridad interna.
Los simulacros se fundamentaron en las Normas COVENIN 3791
(2002); 187 (2003); 6:8 (2004). Sólo en este centro educativo se
realizó el simulacro de evacuación externo. Participaron 332
integrantes del plantel del turno de la tarde, además del comité de
seguridad escolar, equipo de apoyo UPEL, Protección Civil
Municipal Vargas, Bomberos y Policía Administrativa.
La ruta de evacuación comprendió 9 puntos de control y la
zona de seguridad fue la Plazoleta El Carmen, con un recorrido de
500 m aproximadamente. La señal de alarma auditiva duró de 10-
15 segundos y fue activada en dos lugares del plantel. Los alumnos
de Educación Inicial fueron los primeros en salir y regresar a la
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
156
institución. Se efectúo el simulacro de manera ordenada, sin
lesionados, extraviados, o daños materiales. El protocolo de
evacuación externo se cumplió en su totalidad, el tiempo empleado
fue 6 minutos 40 segundos. Este valor contradice la Norma
COVENIN 810 (1998) que establece como tiempo máximo de
evacuación 5 minutos, siempre y cuando las instituciones cuenten
con las condiciones establecidas por dicha norma y la zona de
seguridad se encuentre inmediata a la institución.En la U.E.I.B.
Sergio María Recagno se realizaron, con todas las aulas, un total
de 20 simulacros con 330 alumnos desde los niveles de preescolar
hasta sexto grado. Participaron 185 integrantes del plantel
utilizando un tiempo de 3 minutos y 10 segundos para alcanzar la
zona de seguridad interna (patio central).
Los simulacros de evacuación por aula, el interno y el externo
ejecutados requirieron una preparación inicial teórico-práctica de
cada grupo humano del centro educativo y no generaron estados de
pánico, personas lesionadas, pérdida o extravío de algún objeto
personal e institucional, o daños materiales. Los planes de evacuación
fueron desarrollados empleando las rutas de salida y entrada
comúnmente usadas por el personal de la institución (Ruíz, 2006).
Con respecto al Programa EducativoAmbiental en gestión de
riesgos para los centros educativos La Guaira y Sergio María
Recagno, éste se encuentra en período de validación en la
actualidad; razón por la cual los resultados de la aplicación de las
Unidades Didácticas (UDA) serán presentadas en una próxima
edición. Otro material que se encuentra en período de validación es
la Matriz de Respuesta-Organización ante eventos adversos:
Terremotos, inundaciones, incendios y riesgos sociales para cada
centro educativo.
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
157
Finalmente, se debe enfatizar que las estrategias pedagógicas e
instruccionales aplicadas permitieron el logro de los objetivos
propuestos, traducidos en aprendizajes sobre identificación de riesgos
y medidas preventivas. Esto permitió atender las necesidades y
planteamientos de los integrantes de las comunidades educativas, así
como la orientación de múltiples inquietudes. Estas experiencias
educativas en las aulas de los cinco centros educativos seleccionados
permitieron igualmente la formación en Educación y Gestión de
Riesgos a los estudiantes de pregrado de la especialidad Ciencias de
la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas.
Se espera que las estrategias y propuestas desarrolladas en el
presente trabajo sirvan de ayuda para elaborar planes de mitigación
con el propósito de mejorar la capacidad de organización-respuesta
y de recuperación de los centros educativos y sus comunidades, con
lo cual se aspira incrementar los beneficios a nivel local, regional
y nacional.
Las lecciones aprendidas con estas estrategias instruccionales
y pedagógicas sobre amenazas naturales y riesgos socionaturales,
son parte de un trabajo de alcance mayor dirigida a la promoción de
la cultura preventiva dentro de un proyecto piloto de investigación
denominado Campaña Educativa Comunidad-Escuela para la
Prevención y Mitigación de Riesgos Socionaturales Asociados a las
Cuencas de los Ríos Osorio y Piedra Azul, Estado Vargas,
Venezuela financiado por el FONACIT y la Universidad
Pedagógica Experimental Libertador- Instituto Pedagógico de
Caracas (S1:2000000648) el cuál está en progreso desde el año
2002 hasta el presente.
Finalmente, como equipo de investigación UPEL, hemos
asumido el reto de apoyar el inmenso esfuerzo educativo que
todavía debe implementarse en el estado Vargas y en todo el país en
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
158
materia de educación y gestión del riesgo, pues así lo presentó
Venezuela en la Reunión Preparatoria a la Cumbre Mundial sobre
Desarrollo Sostenible de Johannesburgo en el 2002 donde lo
calificó como un Asunto Crítico Emergente para la Educación
Venezolana.
Conclusiones y Recomendaciones
• Las estrategias instruccionales y pedagógicas implementadas,
por su naturaleza, estimularon a los participantes a aprender
nuevos códigos de comunicación, aprendizaje, razonamiento
lógico, comprensión de la complejidad de los riesgos socio-
naturales y acciones para la prevención, promoviendo la
solidaridad y la participación voluntaria.
• Los juegos educativos permitieron que los alumnos ejercitaran
sus actitudes psico-sociales y conformaran grupos de trabajo.
Igualmente se logró que los alumnos tomaran iniciativas,
expresaran ideas y el fomento de la toma de decisiones.
• Los riesgos socio-naturales son eventos complejos, de difícil
abordaje por parte del docente, y las estrategias instruccionales
y pedagógicas propuestas representaron herramientas útiles y
versátiles para el desarrollo de los contenidos temáticos
contemplados en el Currículo Básico Nacional sobre gestión de
riesgos y seguridad escolar.
• Las estrategias educativas implementadas permitieron desarrollar
en los participantes procesos cognitivos básicos como
observación, comparación, memorización, manejo de
instrucciones y la integración de la teoría y la práctica sobre la
temática de riesgos socio-naturales y la cultura preventiva.
Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
159
• Los juegos instruccionales facilitaron la integración de las áreas
de lenguaje, ciencia de la naturaleza y tecnología, matemática y
educación física con los ejes transversales ambiente y valores.
• Las simulaciones y los simulacros de evacuación realizados en
los centros educativos permitieron el desarrollo de aprendizajes
realizados con los valores humanos fundamentales contenidos
en la gestión de riesgos.
• Es importante continuar desarrollando estrategias y actividades
relacionadas con la gestión de riesgos en los centros educativos
por solicitudes emanadas de los integrantes de las comunidades
educativas.
Agradecimientos
La presente investigación fue financiada por el FONACIT y
el proyecto UPEL S1: 2000000648 “Campaña Educativa
Comunidad- Escuela para la Mitigación de los Riesgos
Socionaturales Asociados a las Cuencas de los Río Osorio y Piedra
Azul, Estado Vargas, Venezuela. Se hace un especial
reconocimiento a los estudiantes de pregrado del Departamento de
Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC), así como a los integrantes de las
comunidades educativas visitados por el valioso apoyo brindado
durante la ejecución de este trabajo.
Yolanda Barrientos C; Ana Iztúriz; América García y Simón Ruíz B.
160
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Estrategias Instruccionales y Pedagógicas para el Aprendizaje de Amenazas y Riesgos
Socionaturales en la Escuela Básica, Estado Vargas, Venezuela
167
Capítulo II
Estudios de Casos:
Reflexiones a partir de
1999
André Singer
Franco Urbani
Rogelio Altez
José Antonio Rodríguez
Carlos Suárez
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
169
André Singer
170
URBANISMO, VULNERABILIDAD Y
GESTIÓN DE RIESGO
¿Cómo devolver a las comunidades vulnerables el rol que les
corresponde como componente fundamental de las
políticas públicas de reducción de riesgo a nivel local?
André Singer
Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
171
“A los más pobres habitantes se les
mueve de un lado a otro, por delante
siempre de los promotores, como
nómadas urbanos desquiciados…”
Richard Goodman
Después de los urbanistas ¿Qué?
El crecimiento desmesurado de las grandes concentraciones
urbanas latinoamericanas desde los años 50 convierte a estas
megapolis en el escenario actual de mayor confrontación del hombre
con la naturaleza, sin menosprecio de la gravedad de los problemas
socioeconómicos, políticos y culturales subyacentes a este proceso
patológicode expansión urbana. Como lo ilustra de manera
emblemática el caso de Caracas, la situación de desajuste de estas
megapolis con su entorno físico, tiene su expresión más tangible en
la cifra abultada de víctimas fatales, damnificados y desplazados, así
como de pérdidas materiales acumuladas año tras año en las
poblaciones de estas urbes, cada vez más desamparadas ante las
vicisitudes climáticas anuales y a fortiori, ante el impacto de eventos
geodinámicos de mucha mayor proporción destructora, como los
terremotos y aludes torrenciales.
Las manifestaciones más dramáticas y de mayor impacto
mediático de la vulnerabilidad que caracteriza a las poblaciones
urbanizadas de América Latina, y el mundo sobreexpuestas ante los
excesos combinados de la naturaleza y de las presiones de urbanismo
incontroladas sobre el suelo urbano, explican el surgimiento de una
sensibilidad y conciencia cada vez más clara sobre un problema de
vital importancia para las sociedades, y que exige una respuesta
apremiante por parte de los poderes públicos. En efecto, ante la
demanda social de seguridad, multisectorial y a menudo competitiva,
André Singer
172
generada por los dolientes cada vez más numerosos de esta
problemática, una acción de gestión del Estado constituye una
necesidad ineludible, no obstante los obstáculos que la misma
encuentra en todos los niveles de las instancias públicas, debido al
laxismo y atraso tradicionales de las políticas y prácticas
administrativas de la ordenación del territorio, así como a las
desvirtuaciones de las tecnologías del urbanismo y de las ordenanzas
municipales, cuyo ejercicio como función pública, se encuentra muy
a menudo convertido en un gran negocio privado…Esta nueva fuente
de vulnerabilidad, de carácter socio-institucional, sumada a las
demás, convierte a la gestión de riesgos por parte del Estado promotor
en un círculo vicioso y en un instrumento de poca eficacia y
confiabilidad, permanentemente sobrepasado por la magnitud de los
problemas de seguridad confrontados por las comunidades
vulnerables y por el dinamismo avasallador del proceso de
urbanización.
Frente a los desaciertos de las respuestas públicas en materia de
protección civil, para contener la marea ascendente de la
vulnerabilidad social, y ante el saldo, cada vez más inadmisible, de
vidas humanas y de pérdidas materiales asumidas por la gente, se está
gestando una nueva cultura de riesgo, que reivindica, en primera
instancia, al hombre vulnerable como componente fundamental de la
ecuación de riesgo, y en su doble condición de sujeto y objeto de las
amenazas de las cuales él es el blanco. De acuerdo con estas premisas,
los esfuerzos dirigidos al fortalecimiento de las capacidades de
autoprotección de las comunidades vulnerables, representan una de
las mejores vías para alcanzar una gestión de riesgos exitosa e
indisociable de cualquier política de desarrollo sustentable, como fue
señalado enAmérica Latina desde los años 1990 por la Escuela de La
Red (Lavell, 1994).
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
173
Al respecto, es oportuno recordar que tanto la gestión de riesgos
como la igual mal llamada gestión de “recursos naturales”,
constituyen las dos caras inseparables de una misma moneda, en una
política de desarrollo sostenible adecuadamente concebida. En
efecto, ni los “riesgos” como tampoco los “recursos” constituyen
categorías fijas e inmutables de la naturaleza. En cambio, estos
conceptos son el producto de valoraciones muy relativas, negativas o
positivas, efectuadas por la mente humana, y que conciernen a
determinados aspectos de la naturaleza considerados, a semejanza de
las dos caras del dios romano Jano, como repulsivos (“riesgos”) por
un lado o atractivos (“recursos”) por el otro, según el nivel de
desarrollo cultural y tecnológico, y de organización social y
económica, alcanzado por los hombres, tal como lo dejó sentado en
forma preclara Jean Tricart en plena coyuntura mundial
neomaltusiana tiempo atrás (Tricart, 1968 a y b). De esta manera, la
ocurrencia de desastres o catástrofes, tildados comúnmente de
“naturales”, como las de Vargas en 1999 o la de Nueva Orleáns en
agosto de 2005, no representan sino los epifenómenos, síntomas o
efectos de causas más profundas, que tienen su origen en problemas
de desarrollo mal enfocados y/o mal resueltos, y no en las furias de
la naturaleza hacia las cuales una cierta forma de oscurantismo
intelectual traslada, de manera determinista y en calidad de chivo
expiatorio, la responsabilidad de las equivocaciones de los hombres,
así como el monto de las víctimas y pérdidas materiales que las
poblaciones parecen condenadas a sufrir de manera impotente y
resignada en cada nueva catástrofe (Vié Le Sage, 1989).
Al respecto, es llamativo como, en vez de atacar las causas
profundas de los desajustes señalados entre los hombres y la
naturaleza, las estrategias y programas de reducción de riesgos
ideados por los tecnócratas de la gestión de riesgos naturales
André Singer
174
concentran, por lo general, sus esfuerzos en combatir los efectos
indeseables de las situaciones planteadas, al utilizar como única
fuente de enseñanza una suerte de “desastrología” de alcance
planetario y concebida por expertos muy selectos a gran altura de
vuelo y en forma de círculo vicioso, la cual encuentra su alimento
más preciado en el análisis post-mortem de los desaciertos cada vez
más numerosos que acompañan gestiones de desarrollo fracasadas
(modelo especulativo y rentista del suelo tipo Los Corales de
Caraballeda en el estado Vargas), en lugar de descifrar las razones
del éxito de ciertas formas de organización del espacio, de
comprobada eficiencia y sabiduría, logradas por las comunidades
tradicionales que integran las llamadas “culturas locales de la
prevención” (modelo de desarrollo tipo Punta Tigrillo, ubicado a solo
10 kilómetros del anterior, al este de Caraballeda). En efecto, es una
verdad inocultable que la vía del desarrollo sustentable se construye
con la multiplicación y sumatoria, a través de todo el territorio
nacional de modelos de gestión del segundo género, y no por medio
de políticas dispendiosas de reparación de entuertos como los del
estado Vargas, las cuales con el paso del tiempo lucen cada vez más
como “misiones imposibles”, al consumir una fracción cada vez más
exorbitante del presupuesto nacional, y que por consecuencia,
contribuyen a arruinar los esfuerzos dirigidos a satisfacer las
demandas de seguridad del conjunto de la población nacional.
Por otra parte, no es menos llamativo, que la confiscación por
los cenáculos de la ideología del desastre que integran la
“desastrología”, de un asunto público tan trascendente como la
gestión de la seguridad colectiva de las comunidades ante los excesos
de la naturaleza, cuenta con la mirada cómplice de otro campo de
tecnócratas, el de los “desarrollistas”, para quienes la mera evocación
en tiempos de paz de las iras de la naturaleza a las cuales el primer
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
175
sector achaca el origen de todos los males en caso de conflicto, es
contraproducente por ser susceptible de causar pánico y desestabilizar
el sistema, o atenta contra la producción al generar dudas sobre la
calidad de las “mercancías” naturales involucradas en la misma como
es notorio en el sector de la construcción con el valor mercantil del
recurso suelo. Sin embargo, para este segundo sector la “industria del
desastre”, desplegada después de cada nueva catástrofe constituye
una oportunidad de oro para hacer su agosto…
En conclusión, frente a las desviaciones intelectuales que
polarizan la gestión de riesgos naturales hacia los dos extremos antes
señalados y con los inconvenientes indicados, debe plantearse -como
lo reivindica Renaud Vié Le Sage- un amplio debate democrático que
involucre en primera instancia a los dolientes, cada vez más
numerosos, de los desastres y en torno a las siguientes preguntas de
vital significado: ¿Cuál es el nivel de riesgo que cada uno de nosotros
está dispuesto a tolerarante los embates de la naturaleza? O mejor
dicho, ¿cuál es el precio que las comunidades están dispuestas a pagar
o seguir pagando en vidas humanas y pérdidas materiales en relación
con las exigencias individuales y colectivas de seguridad (o de
supervivencia) física y/o económica implícitas en las políticas
públicas de gestión de riesgos ? Frente a este problema global de
sociedad que plantean las respuestas a las interrogantes señaladas,
los universitarios -estudiantes, científicos y educadores- no pueden
quedarse indiferentes, al disponer de un extraordinario campo
vocacional de actividad, de trascendente proyección social-campo
aún escasamente trillado-que consiste en satisfacer las demandas
crecientes de evaluación objetiva y de manejo preventivo de una
amplia gama de fenómenos geodinámicos, en su condición de
potenciales peligros para las comunidades, y algunos de los cuales
andaban “indocumentados” en la geografía nacional hasta hace poco,
André Singer
176
como es el caso de ciertos individuos con apodos tan temibles como
“fallas activas”, “aludes torrenciales”, y “deslizamientos”, los cuales,
al igual que el lobo blanco, eran considerados como especies en vía
de extinción, y se encontraban relegados en el jardín zoológico del
Pleistoceno o a lo sumo del Holoceno, antes de que se escaparan del
mismo…Cariaco, 1997; Vargas, 1999; Viaducto 1Autopista Caracas-
La Guaira, 1986-2006.
Entre las regiones de Venezuela que presentan una mayor
vulnerabilidad a las manifestaciones más comunes de inestabilidad
del terreno de origen geológico-geotécnico, y que por lo tanto son
más sensibles al impacto de la actividad sísmica, la ciudad de Caracas
concentra uno de los índices más altos de víctimas y pérdidas
materiales por concepto de siniestros de viviendas, destrucción de
ranchos, colapso de taludes y arrastres torrenciales, tal como lo
enseña el Inventario Nacional de Riesgos Geológicos (Singer et al,
1983). Desde el último terremoto del 29 de julio de 1967, por
ejemplo, se estima que el monto acumulado de las víctimas y pérdidas
económicas ocasionadas por estos fenómenos anuales de
inestabilidad geológica, supera de lejos la cifra de muertos (300) y la
deseconomía superior a 120 millones de dólares US correspondientes
a este evento sísmico. Por otra parte, el monto anual de víctimas
registradas en la década de los 80 por concepto de deslizamientos y
derrumbes, superaba la cifra de 20 muertos por año, cifra-
ampliamente superada hoy en día-equivalente al monto total de
víctimas registradas anualmente en todo el territorio de los Estados
Unidos por el mismo concepto.Adicionalmente, la autopista Caracas-
La Guaira estuvo cerrada trece veces al tránsito por concepto de
derrumbes, solamente entre 1961 y 1972, lo que equivale a una
interrupción total del tráfico del orden de 60 días; la misma obra vial
sufre su primera interrupción de tráfico en 1955, a escasos dos años
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
177
de su inauguración, y antes de sufrir su más reciente y duradera
paralización este año 2006, por el colapso del viaducto 1, por causa
de un deslizamiento no detectado en la fase de proyecto.
Este singular y aberrante récord de vulnerabilidad merece una
detenida explicación, y es de origen relativamente reciente, por
cuanto guarda, como veremos, una estrecha relación con la
conversión de “la Ciudad de los techos rojos” en el “laboratorio de
experimentación de la Modernidad” (Marcano, 1995). Esta mutación
se efectúa mediante la apropiación en forma especulativa y para fines
residenciales del espacio abierto peri-urbano, gracias al reciclaje y a
la aplicación en el proceso de urbanismo, de tecnologías de
movimientos de tierra muy modernas, pero altamente agresivas en
ambiente tropical, y que se introducen en el país para abrir un espacio
comunicacional de gran capacidad automotora con el litoral.
Como anticipaba anteriormente, la experiencia dramática que
tienen numerosos habitantes de la actual Caracas del comportamiento
defectuoso de ciertos terrenos sobre los cuales se extiende la ciudad,
contrasta de manera llamativa con las escasas alusiones a hechos
parecidos en las crónicas históricas. Por ejemplo, las rogativas
públicas dirigidas por los pobladores de la Caracas colonial a su
Protectora, “La Guaricha” (Virgen de la Merced), para protegerse de
los riesgos de mayor peligro, se refieren solamente al problema de
las plagas de cacao, de las invasiones de langosta, de las sequías y de
los terremotos. Hoy en día, en cambio, se observa en diversas
urbanizaciones de Caracas efigies de la Virgen o de santos, colocadas
en los nichos formados por las cicatrices de derrumbes. En La
Pastora, la esquina de “Desbarrancados” hace alusión a un episodio
de socavamiento lateral muy pronunciado, efectuado en este sitio por
la quebrada Catuche a raíz de una crecida histórica, particularmente
André Singer
178
violenta, ocurrida en 1830. En la “Venezuela” de 1900 de Leonard
Dalton (1968) aparece una referencia llamativa relativa a la existencia
en el siglo pasado y a lo largo del ferrocarril Caracas-La Guaira de un
cuerpo de vigilantes “siempre alerta ante la posibilidad de cualquier
deslizamiento de tierra en las laderas y de las fallas que pueden
presentarse en la propia vía…”. En la relación de Luis Delpech sobre
el terremoto de 1812 que recoge Humboldt en la prensa parisina, se
habla de la caída de grandes masas de roca que ruedan desde la Silla
hacia el Valle de Caracas. Por otra parte, la Gaceta de Caracas de
1812, menciona la aparición de hervideros de arenas en las vegas del
río Guaire que atestiguan la existencia de un potencial de licuación
significativo de los materiales aluviales depositados en las mismas.
En la Caracas vieja, la ocurrencia de daños de origen natural se
debe mayormente al riesgo sísmico (terremotos de 1641, 1766, 1812
y 1900), y al riesgo de inundaciones originadas por el río Guaire
(crecidas destructoras de 1892, 1900 y 1949, entre otras) y sobre todo
por las aguas que bajan del Ávila y se llevan los puentes construidos
sobre las quebradas Caroata, Catuche yAnauco. Hasta la fecha, no se
tiene antecedentes, en la Caracas colonial, de desgracias personales
relacionadas con manifestaciones de inestabilidad geológica de
origen gravitacional, tales como deslizamientos, derrumbes, aludes
torrenciales, etc. (FUNVISIS, en progreso). En cambio, las víctimas
y daños cuantiosos que se registran casi a diario hoy en día en la
Caracas moderna por concepto de siniestros geotécnicos de
viviendas, se deben por lo esencial a deslizamientos de rellenos
artificiales y al colapso de taludes de corte, los cuales obviamente no
obedecen a causas naturales, sino a un comportamiento patológico
de los terrenos, cuya topografía natural fue modificada en diversos
grados por movimientos de tierra incontrolados (Singer, 1983). El
proceso de deterioro de las condiciones de estabilidad de los sitios
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
179
construidos en áreas de topografía accidentada se viene originando de
manera tanto espontánea en los barrios marginales edificados en
“cerros” y de manera planificada en las urbanizaciones de las
llamadas “colinas”, pero con formas de vulnerabilidad de alcance
geotécnico y social muy diferentes, como lo expresa de manera
magistral una caricatura de Sancho que figura en la portada de este
trabajo. Esta suerte de “enfermedad” geotécnica, inoculada en los
terrenos urbanizados de la Caracas moderna, y desconocida en la
Colonia, constituye el subproducto de operaciones inmobiliarias de
carácter especulativo y de impacto muy agresivo. Los gérmenes de
esta vulnerabilidad artificial contagian por primera vez al “París de un
solo piso”, en el cual se encuentra convertida la Caracas del
Quinquenio Guzmancista, sensible todavía a los atavismos
constructivos del siglo XVII, por aquello del tradicional “recelo de los
temblores”, pero indiferente ante el uso indiscriminado y novedoso de
la dinamita para abatir taludes de corte, que se desmoronan antes de
inaugurarselas obras, como aconteció con el célebre “ferrocarril de
verano” hacia La Guaira en abril de 1883. En la Caracas de la Belle
Époque, los adelantos tecnológicos de las condiciones de transporte
tanto en la capital como en su enlace con La Guaira, con motivo de
la conversión en 1908 de los “tranvías de caballito” en tranvías
eléctricos, y de la adecuación de la carretera vieja de 1845 al tráfico
automotor, gracias a la inauguración en 1909 de la planta de
producción de cemento de La Vega, conduce de manera paralela a un
incremento artificial de la vulnerabilidad. La misma se debe a la
expansión urbana de la ciudad hacia los suburbios de El Paraíso, y en
terrenos de consabida reputación inundable por el recuerdo todavía
fresco de la gran crecida del río Guaire, que obstaculizó la entrada de
Crespo a Caracas en octubre 1892. Esta primera etapa de
emancipación de la ciudad fuera del estrecho perímetro urbano
colonial, es el resultado de una operación de especulación
André Singer
180
inmobiliaria realizada por los dueños de los tranvías al convertir en
zona residencial para la burguesía caraqueña aventada por el
terremoto de 1900, a las vegas aluviales ubicadas al sur del Guaire,
donde se producía el malojo para alimentar a los “caballitos”. Por
desgracia, las casas de hierro “antisísmicas”, importadas desde
Inglaterra, y montadas para los residentes de mayor poder adquisitivo
de la Nueva Caracas, quedarán bajo las aguas del Guaire desbordado
en diversas oportunidades hasta la canalización del río, que impulsa
la reedición de la crecida de 1892 en noviembre de 1949.
La década de 1947 a 1958, inaugura la gran fiebre de
especulación urbanística de los famosos “años del bulldozzer”, que se
inicia el año de la desaparición de los tranvías y con la construcción
de la autopista a La Guaira, y culmina en los años de la Gran
Venezuela, con el consecutivo incremento explosivo de
vulnerabilidad. Efectivamente, la referida obra vial era considerada
entonces como la hazaña ingenieril más importante que se haya
realizado después del Canal de Panamá, probablemente por la
amplitud de los movimientos de tierra efectuados, los cuales
contemplaban operaciones de corte y relleno de casi 100 metros,
logradas gracias a la importación a Venezuela de un parque de 553
poderosas unidades de palas mecánicas (Arcila Farías, 1974). La
construcción en paralelo de varias autopistas urbanas y grandes
avenidas, de acuerdo al mismo modelo de intervención tecnológica de
la topografía del valle caraqueño, conduce a extender el perímetro
urbano de la ciudad entre “los espacios de movimiento”
acondicionados por medio de la creación de “urbanizaciones”
concebidas para la felicidad de la clase media en función de las
exigencias del tráfico automotor, y que exaltan al modernismo y a la
tecnología como artificios para la solución de los problemas sociales
y como particular forma de “hacer ciudad” (Marcano, 1995). De esta
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
181
manera, este nuevo patrón de urbanismo abandona el principio del
tejido urbano colonial basado en el modelo de la cuadra, adaptado al
movimiento y contactos de los peatones, y trepa las colinas del sur de
la ciudad mediante agresivas y costosas operaciones de terraceos por
corte y relleno, realizadas a expensas de la topografía original y en
rocas meteorizadas frágiles. Entre los ejemplos más representativos
de esta nueva concepción urbanística figura la urbanización en gradas
de Colinas de Bello Monte, prototipo del llamado patrón de
urbanismo “palco-escénico” (Gómez, 1999) dotado de concha
acústica y diseñado para deleitar los oídos y la vista de sus
beneficiarios hacia el Ávila (De Sola Ricardo, 1967; Briceño
Irragorry, 1951), conforme al contenido de las vallas publicitarias
ideado por Inocente Palacios y el arquitecto Antonio Lombardini,
para la promoción de las parcelas ofrecidas en venta en los años 1953-
1954, pero con desconocimiento o menosprecio de la vulnerabilidad
geotécnica a la cual se encontraban expuestas las mismas.
Efectivamente, con el paso de los años, esta urbanización se
convertirá, junto con su hermana gemela, del ex Distrito Federal, la
urbanización Colinas de Santa Mónica, en un foco permanente de
siniestros geotécnicos de viviendas y cierre de vías de circulación por
concepto de colapso de taludes de corte y de rellenos. La agravación
de la situación en las décadas de los 70 y 80, explica que las mismas
fueron objeto, por primera vez en Caracas, de ordenanzas de
zonificación de riesgos geotécnicos, por medio de las cuales se
procuraba regular el uso residencial de los terrenos de manera de
minimizar los efectos dañinos de un patrón de urbanismo
comúnmente tildado de “salvaje”, o de “ecocidio” como lo define
Jean-Pierre Cousin (1986), y que impacta la sensibilidad artística del
pintor Pedro Ángel González, quien presenció los movimientos de
tierra de Colinas de Bello Monte en los años 1950 y deja un retrato
fiel de los mismos para las generaciones del futuro.
André Singer
182
Para cerrar la brecha de la vulnerabilidad social que torna cada
vez más indefensos a los dolientes de la ecuación de riesgo ante las
amenazas naturales y las que genera el propio hombre, es necesario
el diseño de una verdadera alianza estratégica entre los productores
y multiplicadores del conocimiento, y la gente, dirigida a la
construcción de un nueva cultura de riesgo para el crecimiento
ciudadano. En este orden de preocupaciones, invitamos al público a
conocer tres iniciativas desarrolladas por la Fundación de
Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) para la transferencia de
conocimientos, en función del fortalecimiento de las comunidades
vulnerables ante las geoamenazas:
- El Inventario Nacional de Riesgos Geológicos, o la reconstitución
de una memoria colectiva del peligro (Singer et al, 1983;
FUNVISIS, en progreso);
- El Aula Sísmica, laboratorio social para el reencuentro de los
imaginarios científico-formales y populares del riesgo, y el
crecimiento ciudadano (Pulido de Briceño, 1998; Marín et al,
2005; Ferrer de Singer, por publicarse);
- La instrumentación rústica preventiva de movimientos del terreno,
para la gestión compartida y la autogestión del riesgo por parte de
las comunidades ubicadas en sitios construidos, de estabilidad
precaria (FUNVISIS, 1991 y 1992; Pulido de Briceño, 1993; De
Santis et al, 1993; Ferrer de Singer, 1995).
Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
183
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André Singer
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Urbanismo, Vulnerabilidad y Gestión de Riesgo
189
DE LAGEOLOGÍAGLOBALALACORDILLERADE LA
COSTA: IMPLICACIONES SOBRE FLUJOS
TORRENCIALES GENERADOS POR LLUVIAS
EXTREMAS EN ELNORTE DE VENEZUELA
Franco Urbani
Sociedad Venezolana de Historia de las Geociencias y
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ingeniería. Escuela de Geología, Minas y Geofísica
La tragedia del estado Vargas de diciembre de 1999 fue de tal
magnitud, que aparte de la lamentable pérdida de numerosas vidas,
los ingentes daños materiales y todas las alteraciones que indujo en
la sociedad afectada, también hizo cambiar la forma de ver los
fenómenos naturales a muchos geólogos. Precisamente, esta
contribución de una u otra forma comienza con ese evento y se
tratarán varios temas un tanto dispersos, haciendo un “zoom” desde
los fenómenos globales de nuestro planeta, pasando al contexto de la
geología general de Venezuela y en especial de la Cordillera de la
Costa. Finalmente, mostraremos algunas evidencias de eventos de
flujos torrenciales pasados en el norte del país, incluyendo Vargas, y
trataremos de cerrar en torno a la peligrosidad de los mismos para las
poblaciones del centro del país.
Nuestro planeta vivo
La Tierra es un cuerpo planetario dinámico, que evoluciona y
cambia continuamente desde el punto de vista físico, pero los
cambios son muy lentos y por consiguiente casi imperceptibles en
términos de los pocos años de la vida de un ser humano. De hecho,
la magnitud del tiempo geológico es un concepto difícil de imaginar
dado que son millones y miles de millones de años, en los que las
formas de vida han evolucionado desde organismos unicelulares,
hasta la compleja red de vida que hoy conocemos. Pero
simultáneamente, y a lo largo de esos miles de millones de años, la
distribución de las tierras y mares en la superficie terrestre ha
cambiado drásticamente y en forma muy distinta a la geografía actual.
Las ideas pioneras de la deriva continental comenzaron en 1912 con
AlfredWegener, hasta que la posterior acumulación del conocimiento
geológico y geofísico permitió plantear formalmente la teoría de
Tectónica de Placas. Ésta comenzó a popularizarse en la década de
1960 y ha probado ser un instrumento integrador de casi todas las
disciplinas geológicas, permitiendo interpretar la evolución del
planeta y la distribución a través del tiempo de las masas
continentales en la superficie terrestre, hasta aspectos muy prácticos
como predecir los mejores lugares para el hallazgo de recursos
minerales y las acumulaciones de hidrocarburos, la definición de las
zonas de riesgo sísmico y volcánico y muchos otros fenómenos.
Con el estado actual del conocimiento sabemos que la superficie
terrestre está dividida en una docena de grandes placas tectónicas,
constituidas tanto por bloques continentales como por zonas
oceánicas. Debido a procesos que se generan en el manto a cientos de
kilómetros de profundidad y en el núcleo del planeta, a más de 3.000
km de profundidad, estas placas superficiales relativamente rígidas y
frías se mueven y reacomodan entre sí, de manera que en sus zonas de
contacto o límites, ocurren los más diversos procesos geológicos. Si
los fenómenos de volcanismo y los sismos se representaran en un
mapa, las zonas donde son más frecuentes precisamente representan
los límites de las placas y el mejor ejemplo lo constituye el llamado
cinturón de fuego alrededor del océano Pacífico, con sus cientos de
volcanes activos y violenta sismicidad.
Franco Urbani
190
Sólo para ilustrar parcialmente la distribución de los
continentes en el tiempo, expliquemos algunas de sus últimas etapas:
en el período Pérmico, hace unos 225 millones de años (Ma) atrás
existía un solo gran continente denominado Pangea, que lentamente
se fue fragmentando; hace unos 180 Ma (período Jurásico), se generó
una gran zona de fracturas en la parte media de Pangea, separándola
en dos partes: hacia el norte permanecía unida una masa continental
que representa lo que hoy se reconoce como Norte América, Europa
yAsia, y al sur todos los demás continentes juntos, existiendo un mar
entre ambos, denominado Mar de Thetis; luego, hace unos 125 Ma
(período Cretácico), dentro de la masa continental meridional, se
formaron extensos sistemas de fracturas permitiendo la separación
de los ahora continentes de América del Sur, África, Australia,
Antártica y la península de la India. De esa manera, poco a poco se
ha llegado hasta la configuración actual. La unión de Norte y Sur
América a través del istmo de Panamá es un evento relativamente
reciente y se estableció hace unos 3 Ma en el período Plioceno.
Equilibrio puntuado
Todos hemos leído y visto en televisión los efectos de
fenómenos catastróficos como volcanes, terremotos, deslizamientos,
etc., pero una cosa muy distinta es ser un espectador a distancia que
estar cerca de un evento de este tipo, ya sea de grandes como
inclusive de menores magnitudes. Por eso aquí recuerdo lo aprendido
hace varias décadas en las clases de Estratigrafía y Geología Histórica
de la UCV, dictadas por la profesora María Lourdes de Gamero, ella
nos mencionaba la polémica surgida desde el siglo XVIII hasta el
presente, entre dos escuelas de pensamiento geológico: una de ellas,
la del catastrofismo, que considera que la evolución de nuestro
planeta fue sólo el resultado de grandes catástrofes, posición que
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
191
ciertamente tiene inicio en las ideas del diluvio universal. Opuesto
a esta escuela, está la del uniformitarianismo de los ingleses James
Hutton y William Whewell de los siglos XVIII y XIX, la cual
postula cambios lentos pero predecibles y de allí el lema que el
presente es la clave del pasado. Esta escuela es la que imparte los
principales fundamentos ala geología moderna y, muy
especialmente, para la esencial disciplina de la estratigrafía,
además que demostró que la tierra es muchísimo más vieja que lo
postulado por los catastrofistas ortodoxos de entonces y de hoy,
aún anclados en el creacionismo bíblico literal.
En las últimas décadas ha habido una gradual aceptación de
las evidencias que apuntan a que fueron eventos mayores,
atribuidos a colisiones de cuerpos extra-terrestres, los que
produjeron varias extinciones masivas de formas de vida a lo largo
del tiempo geológico, como la del final del Cretácico; esto ha
hecho resurgir con fuerza las ideas catastróficas, hasta llegar al día
de hoy en que hay consenso en reconocer que los fenómenos
catastróficos, como los impactos de meteoritos, las grandes
erupciones volcánicas, extremas inundaciones, flujos de detritos
masivos o tsunamis como el recién acaecido en el océano Índico,
han sido tan importantes para modelar nuestro planeta como los
lentos procesos que nos ofrece la doctrina del uniformitarianismo.
En consecuencia, hoy se prefiere ver la evolución de la superficie
del planeta en forma similar a lo explicado en el modelo de
“equilibrio puntuado” (puntuated equilibrium), propuesto para la
evolución biológica por Eldredge y Gould (1977), en
contraposición a la visión (“uniformitarianista”) de la evolución
de Darwin. En consecuencia, las transformaciones corticales se
caracterizarían por largos períodos con un ritmo de lenta y
predecible evolución (“equilibrio”), pero “puntuado” por episodios
Franco Urbani
192
de muy corta duración, aunque muy rápidos, violentos y de gran
magnitud. Parafraseando a Eldredge y Gould, y adaptando su
discurso a la geología, la evolución de la superficie terrestre es más
parecida a la vida de un soldado, con largos períodos de
aburrimiento interrumpidos por raros y muy cortos momentos de
terror. De esta manera, con el símil al modelo de “equilibrio
puntuado”, el uniformitarianismo y el catastrofismo emergen
juntos con gran fuerza para explicar los complejos procesos de
nuestro planeta.
Tomemos el ejemplo de lo ocurrido en 1999 en Carmen de
Uria, el cual, por cierto es un ejemplo verdaderamente menor
comparado con otros casos geológicos en el mundo entero, pero de
gran importancia para nosotros. Si vemos todos los mapas
relativamente detallados de la costa venezolana, desde el Atlas de
Agustín Codazzi de 1841 hasta el material cartográfico reciente, en
esta localidad se observa una costa recta; no obstante, el aporte de
sedimentos del evento de 1999 fue de tal magnitud que se creó un
cono que avanzó unos 200 m mar adentro, e igualmente en el fondo
marino las observaciones realizadas por submarinistas muestran
que se depositaron varias decenas de metros de espesor de material
sedimentario y, como continuación del cono superficial, bajo las
aguas se distingue su extensión al menos un kilómetro más.
Conocer cuánto de este material depositado se preservará en el
registro geológico futuro, es una incógnita no cuantificable. En
otras palabras, aquí vemos el resultado de 10 escalofriantes horas,
contra lo que se venía moldeado probablemente durante miles de
años por procesos relativamente tranquilos.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
193
Geología de Venezuela
En forma muy generalizada, nuestro país se puede dividir en
dos grandes regiones geológicas: la primera corresponde a la
Guayana, al sur del río Orinoco; mientras que la segunda se ubica al
norte del mismo río, e incluye todos los demás sistemas montañosos
y llanuras.
El sur del país, geológicamente, corresponde al Escudo de
Guayana; el nombre escudo se aplica a extensas regiones con rocas
de edad Precámbrico, que en general se encuentran ubicadas en el
núcleo de los continentes. En nuestro caso, el Escudo de Guayana
junto al de Brasil, no implica más que fragmentos de la antigua
Pangea, por consiguiente sus rocas encierran una larga historia
geológica desde tiempos muy antiguos, pero no han sufrido mayor
tectonismo y deformación desde el Proterozoico. Durante todo ese
largo tiempo de quietud, su superficie ha sufrido una intensa erosión
de manera que ha servido de fuente de sedimentos para las cuencas
marinas adyacentes al continente, inclusive hasta nuestros días donde
sus sedimentos llegan al delta del río Orinoco. La parte más antigua
corresponde al Complejo de Imataca, ubicado al norte de la falla de
Guri, hasta el río Orinoco y abarcando parte de la sierra de Imataca.
Sus rocas tienen edades mayores a 2.800 Ma, con algunos sectores
cercanos a Guri con edades probablemente mayores a 3.400Ma; estas
antiguas rocas fueron sometidas a intensos procesos de
metamorfismo y deformación. Más al sur se encuentran los
cinturones de rocas verdes, de origen volcano-sedimentario y las
extensas intrusiones graníticas de la provincia de Pastora, incluidas en
el Complejo de Supamo, con edades superiores a 2.300 Ma.
Posteriormente, hace unos 1.700 a 1.500 Ma atrás, ya entrando en un
período de relativa quietud tectónica que continúa hasta nuestros días,
Franco Urbani
194
ocurrió la sedimentación de las rocas del Grupo Roraima, cuyos
remanentes erosionales forman las típicas mesetas de las tierras altas
de Guayana, como los conocidos tepuyes de la Gran Sabana en el
estado Bolívar, así como las grandes elevaciones en el centro y
extremo sur del estado Amazonas. Durante el tiempo de la
sedimentación de Roraima hubo volcanismo que dio lugar a la
formación de estratos de pseudo-jaspe (ejm.: Quebrada Jaspe), pero
posteriormente a su sedimentación se generó un gran pulso ígneo
produciendo las extensas intrusiones de cuerpos verticales (diques) y
horizontales (“sills”) de diabasa, que es una roca verde oscuro de
grano fino; este conjunto de cuerpos definen la “provincia magmática
de Roraima”. Durante este lapso del Proterozoico medio ocurrió una
variada actividad ígnea intraplaca y anorogénica, en la cual fueron
intrusionados grandes plutones como el Granito del Parguaza.
Finalmente, una reactivación de eventos anorogénicos produjo la
intrusión de un complejo de mantos y diques de kimberlita y
lamprofiro en la región de Guaniamo, hace unos 830-700 Ma, que
traen diamantes desde el manto hasta la superficie terrestre. La misma
apertura del Atlántico que da lugar a la separación entre África y
Suramérica, fue responsable de la intrusión de enjambres muy
extendidos de diques de diabasa o basalto, de edad Jurásico, a lo largo
y ancho del Escudo de Guayana.
En el extenso territorio al Norte de nuestro máximo río, se
dilatan amplios llanos bordeando los sistemas montañosos de los
Andes de Mérida, la sierra de Perijá, las serranías de Lara-Falcón y
la Cordillera de la Costa; éstos han sido elevados hasta la topografía
actual como producto de la compleja colisión entre las placas Caribe
y Suramericana, en tiempos geológicos relativamente jóvenes del
Cretácico tardío hasta la actualidad.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
195
En esta amplia región hay bloques relativamente pequeños de
rocas ígneas y metamórficas del Proterozoico emplazados
tectónicamente, como en losAndes de Mérida en laAsociación Sierra
Nevada y el Complejo Iglesias, en la sierra de Perijá el Esquisto de
Perijá, el Granito de Mogote en los cerros de El Baúl, el Augengneis
de Peña de Mora, la anortosita de Yumare y el mármol de El
Guayabo, en la Cordillera de la Costa, para mencionar sólo algunos.
Rocas sedimentarias de edad Paleozoico se formaron en cuencas
alrededor del escudo Precámbrico, y hoy igualmente se encuentran
dispersas en las cordilleras, pero en su mayoría fueron sometidas a
eventos metamórficos que produjeron cambios notables en su
mineralogía y textura. Un buen ejemplo de estas rocas es la Filita de
Mireles en El Baúl, con una fauna fósil relativamente bien preservada
de trilobites del Silúrico. En el Paleozoico, asimismo,ocurrieron
diversos eventos intrusivos, fundamentalmente de naturaleza
granítica, también esparcidos en las cordilleras.
El Mesozoico comienza con levantamientos regionales y
erosión, pero cuando en el Jurásico comenzó a separarse África de
Suramérica, los esfuerzos a escala continental formaron sistemas de
fracturas que producen cuencas sedimentarias intracontinentales
generalmente alargadas y con dirección Noreste-Suroeste
(“grabens”), esto acompañado por un adelgazamiento de la corteza
continental (“rifting”). Estas cuencas fueron seguidamente rellenadas
con sedimentos terrígenos continentales, intercalados con material
volcánico, a menudo piroclástico. Estas rocas generalmente son de
colores rojizos a violáceos; hoy en día se encuentran aflorando en los
Andes de Mérida y en la Sierra de Perijá como la Formación La
Quinta. Rocas similares se han encontrado en el subsuelo del Guárico,
a partir de las perforaciones exploratorias de la industria petrolera
(Formación Ipire).
Franco Urbani
196
En el período Cretácico la mayor parte del norte del país se
encuentra cubierta por mares epicontinentales, permitiendo la
sedimentación de una espesa secuencia de rocas, que hoy día afloran
en gran parte de los Andes, Perijá y cordillera de la Costa. A fines de
este período las fuerzas internas corticales inician el proceso de
ascenso de losAndes de Mérida y Perijá, por lo tanto los mares se van
retirando, pero al mismo tiempo que esas tierras van emergiendo
empiezan a ser erosionadas convirtiéndose en importantes fuentes de
sedimentos para las cuencas de Maracaibo y Barinas-Apure.
En el Terciario, pero mayormente en el Paleógeno, se
desarrollaron los mayores efectos de la interacción entre la Placa
Caribe -que se mueve relativamente hacia el Este- y la Placa
Suramericana -con movimiento relativo hacia el Oeste-. Pero la Placa
Caribe no se desliza suavemente contra América del Sur, sino que
ejerce fuertes efectos compresivos en forma oblicua en dirección al
Sureste. Éste es el mecanismo que ocasionó la deformación de los
sistemas montañosos del norte del país, permitiendo que unidades de
diferentes edades y formadas en diferentes ambientes en espacio y
tiempo pudieran entremezclarse en forma muy compleja,
especialmente a través de fallas inversas y transcurrentes. En este
proceso de interacción ocurre un singular fenómeno que permite que
terrenos formados originalmente en el ámbito de la Placa Caribe a
una distancia de hasta más de mil kilómetros al Oeste, sean ahora
adosados al norte del continente Suramericano, de manera similar a
lo que ocurre cuando un tractor nivela una carretera y a medida que
avanza va dejando material en el borde de la carretera. De esta manera
se añaden terrenos, entre otros las napas de Loma de Hierro y Villa
de Cura, (y probablemente el Complejo de El Tinaco) que ocupan
gran parte de la Serranía del Interior desde Cojedes hasta Miranda.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
197
En el Neógeno, cuando el efecto más activo del choque Caribe-
Suramérica ha migrado hasta la posición de Paria - Trinidad, la erosión
de las montañas emergidas permitieron el relleno final de las cuencas de
Maracaibo, Barinas-Apure, Guárico, Maturín, así como la extensa
secuencia neógena del estado Falcón. Pero el movimiento relativo
rumbo deslizante dextral de las dos placas y el efecto de la compresión
oblicua no cesa y sigue actuando hasta nuestros días. Uno de los lugares
donde probablemente se venmejor estos efectos es en el estado Falcón,
donde las rocas sedimentarias del Oligo-Mioceno y aunmás jóvenes, se
ven muy plegadas y falladas, además de intrusionadas por pequeños
cuerpos de lavas de origen intracontinental.
En el Cuaternario se modela la geografía actual con la formación
de grandes abanicos fluviales en las zonas piemontinas, así como en los
valles intermontanos. Como ejemplo de esto está el relleno de los valles
de Caracas, los de Aragua-Carabobo, así como la formación de las
terrazas de los estados andinos, como aquella donde se asienta la ciudad
deMérida, y en el estado Vargas los abanicos aluviales de Caraballeda,
Cabo Blanco y otros.
El gráfico 1 muestra la configuración de la dinámica geológica
actuante hoy día en Venezuela, allí se vislumbran los grandes sistemas
de fallas del norte del país como las deOca, San Sebastián y El Pilar, con
su intersección con la falla de Boconó que atraviesa los estados andinos.
La consecuencia directa de estas condiciones geodinámicas es que las
cordilleras y serranías del norte del país se siguen levantando, por
consiguiente tenemos fallas activas con demostradomovimiento durante
el período Cuaternario, entonces estas zonas montañosas son las de
mayor sismicidad, pero el máximo sísmico se ubica en el estado Sucre
que está cruzado por la falla de El Pilar y es la parte del país más cercana
al extremo suroriental más activo de la Placa Caribe.
Franco Urbani
198
Gráfico 1. Principales rasgos de la interacción actual entre las placas Caribe y
Suramericana (Modificado de Lavander et al. 2006).
Cartografía geológica de la Cordillera de la Costa
Luego de diciembre de 1999, diversos organismos
gubernamentales iniciaron labores tendientes a establecer un
ordenamiento territorial, que fuese acorde con la peligrosidad que
representan los flujos torrenciales en las zonas pobladas del Litoral
Central y del valle de Caracas. Para ello fue indispensable disponer
de la capa temática de geología de superficie a escala 1:25.000.
Entonces la UCV y FUNVISIS unieron esfuerzos, primeramente para
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
199
obtener la integración de las 23 hojas geológicas a escala 1:25.000
que abarcan todo el estado Vargas y el flanco Sur del macizo de El
Ávila; pero en una segunda etapa se continuó la obra en toda la
Cordillera hasta cubrir sus 146 hojas geológicas (Urbani y Rodríguez,
2004. Gráfico 2). Esto implicó la realización de diversos cambios
significativos, como la actualización de la nomenclatura de las
unidades geológicas para adaptarla a las normas internacionales de
unidades litodémicas, realizar la cartografía geológica de algunos
sectores montañosos nunca antes trabajados, así como la integración
de unas tres centenas de trabajos, entre publicaciones formales, tesis
y demás informes y mapas inéditos.
Gráfico 2. Mapa índice de las hojas geológicas a escala 1:25.000 de la Cordillera de la
Costa.
Durante la primera fase de Vargas y el Ávila se redefinieron los
tres grandes grupos de rocas aflorantes en la Serranía del Litoral, a
saber:
- Asociación Metamórfica La Costa (Mesozoico): una unidad con
abundantes elementos oceánicos que forma una estrecha faja
paralela a la Costa, con su mayor ensanchamiento en la zona de
Carayaca-Antímano.
Franco Urbani
200
- Asociación Metamórfica Ávila (Paleozoico-Precámbrico): con
rocas continentales tanto metaígneas como metasedimentarias,
exhumadas en forma diferencial y ahora formando el núcleo de la
Serranía del Litoral.
- Asociación Metasedimentaria Caracas (Mesozoico): la más
extensa arealmente con rocas mayormente formadas por el
metamorfismo de lutita y arenisca.
Gráfico 3. Esquema geológico de la parte central de la Cordillera de la Costa, indicando
los distintos bloques tectónicos.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
201
El gráfico 3 muestra un mapa geológico simplificado con la
distribución de estas tres asociaciones, sus interrelaciones y el grado
de exhumación diferencial de los distintos bloques tectónicos en que
está dividido el estado Vargas y el macizo de El Ávila. Nótese que los
bloques más exhumados son los de Galipán y Naiguatá, que
corresponden a las mayores altitudes; éstos pertenecen a un relevo
transpresivo entre fallas dextrales,como las fallas del borde norte
(San Sebastián y Macuto) y la falla de Tacagua-El Ávila al sur. Éste
es el factor fundamental en la configuración geográfica actual en la
región de Vargas-Caracas; en consecuencia, habiéndose formado
montañas de gran elevación y con laderas de mucha pendiente, éstas
son precisamente las más propensas a flujos torrenciales en caso de
lluvias extremas, con o sin algún mecanismo sísmico de disparo.
En una etapa posterior del proyecto se continuó hacia los
estados Aragua y Carabobo, así como toda la Serranía del Interior,
de manera que para mediados de 2004 se culminaron y publicaron
146 hojas geológicas a escala 1:25.000 de todo el segmento central
de la Cordillera de la Costa (gráfico 2). Este material se encuentra en
proceso de ser incluido en un sistema de información geográfico.
Ya disponiendo de la visión integral de toda la Cordillera se
utilizó la conceptualización de napas de Beck (1986), que al aplicarla
de norte a sur las napas reconocidas se distribuyen como sigue:
Napas de la Serranía del Litoral
- Napa Costera
- Napa del Ávila
- Napa de Caracas
Napas de la Serranía del Interior
Franco Urbani
202
- Napa de Caucagua-El Tinaco
- Napa de Loma de Hierro (incluye Paracotos)
- Napa de Villa de Cura
Efectos de inundaciones y flujos torrenciales
En esta parte mencionaremos varios ejemplos de sedimentación
en el norte del país, en especial cuando se involucran grandes bloques
y a través del tiempo geológico desde el Eoceno hasta el Reciente,
culminando con diversos aspectos de lo acaecido en Vargas en 1951 y
1999.
La Formación Matatere (Eoceno)
En tiempos recientes hemos trabajado en esta unidad geológica al
norte del estado Lara entre Carora–Siquisique–Barquisimeto, donde por
la aridez del clima las exposiciones son verdaderamente espléndidas.
Esta Formación fue subdividida por Stephan (1982) en tres subunidades
designadas informalmente como I, II y III. La que nos concierne es
Matatere III que corresponde a una unidad tipo flysch, es decir que se
caracteriza por una monótona alternancia de capas de lutita y de
arenisca, ambas con bastante variación en sus aspectos texturales y
mineralógicos. Esta unidad fue depositada en el período Eoceno medio
(hace unos 38 a 55 Ma) en un ambiente de sedimentación turbidítico.
Pero en ciertos niveles de esos uniformes estratos de lutita y arenisca,
aparecen ocasionalmente capas de peñones de dimensiones decimétricos
y hasta métricos, bien redondeados y constituidos por una amplia gama
de tipos de roca, como caliza del Cretácico Temprano tipo “Cogollo”,
caliza del Cretácico Tardío tipo “La Luna”, caliza arrecifal del
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
203
Paleoceno, granito y rocas metamórficas (gráfico 4). Esto precisamente
es el resultado de flujos de detritos, torrenciales y muy densos que se
desplazaron mar adentro hacia el talud continental, aportando toda esa
variedad de rocas desprendidas desde un borde continental activo e
inestable. Estos fenómenos son especialmente visibles en la subunidad
informal conocida como la “Capa de Peñones de Paragüito”,
adecuadamente definida por Renz et al. (1955) y estratigráficamente
incluida dentro de la FormaciónMatatere (III), que se extiende desde La
Mesa, al norte deAregue, pasando por la localidad tipo de Paragüito, al
norte de Río Tocuyo, y continuando por más de 40 km hacia el Este.
Esta sedimentación de bloques y peñones fue debida a lluvias
torrenciales que ocurrieron en el continente, que permitieron que el
drenaje transportara verdaderos y grandes cantos rodados hasta la costa,
para luego continuar su transporte mar adentro.
Gráfico 4. Capa de Peñones de Paragüito dentro de la Formación Matatere, NE de
Carora, estado Lara (Stephan, 1982).
Franco Urbani
204
Efectos de flujos torrenciales en la Cordillera de la Costa
En diversos valles de la Cordillera de la Costa se ven notables
depósitos de bloques y peñones que alcanzan dimensiones plurimétricas,
muchos de los cuales sobrepasan la marca de las mil toneladas de peso.
En particular destacan aquellos visibles en casi todos los torrentes del
flanco Norte de la Cordillera, desde el río Urama, pasando por San
Esteban y Patanemo en Carabobo, continuando hacia el Este en Choroní
y Chuao,Aragua. Pero igualmente en la parte Este del estadoVargas, en
lugares donde en 1999 no hubo mayor actividad torrencial, como los
ríos Los Caracas, Osma, Oritapo, Todasana, Caruao y Guayabal.
Acontinuación se indican algunos casos notables fuera del ámbito
de la zona afectada en 1999:
- La primera descripción que conocemos de grandes bloques
plurimétricos, son aquellos del sector de Onoto (hoy El Castaño, al
norte de Maracay) por Jean-Baptiste Boussingault en 1823 quien
menciona un bloque de granito de 9 m de diámetro (Urbani, 1981).
- El geólogo italiano Enrico Fossa Mancini en 1922 reconoce
geológicamente la zona de Puerto Cabello, menciona que en el sector
de Santa Rita de Patanemo encuentra grandes bloques de gneis. En
especial le llama la atención uno de aproximadamente 12 a 15 m
(Gráfico 5), tanto por su magnitud como por encontrarse ubicado a
varios kilómetros de sus afloramientos y luego de varias discusiones,
concluye que su presencia probablemente haya sido debida a la
acción combinada de gravedad, crecidas del río, así como algún
evento sísmico (Fossa-Mancini, 1926). Con esto se adelanta a las
ideas de flujos torrenciales disparados por eventos sísmicos, que
fuera planteado para la zona de Caracas por el profesor.André Singer
desde la década de 1970.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
205
Gráfico 5. Bloque decamétrico en Patanemo, Carabobo, estudiado por Enrico Fossa-
Mancini en 1922 (Fossa-Mancini, 1926)
- En el valle del río San Esteban, Puerto Cabello, también hay
bloques plurimétricos de rocas graníticas que fueron transportados
desde varios kilómetros aguas arriba. Esto ocurrió en tiempos pre-
hispánicos dado que algunos presentan petroglifos indígenas y
Franco Urbani
206
cavidades para moler (Dawson, 1904; Sujo-Volsky, 1975)
(Gráfico 6). Igual ocurre en la Quebrada Galindo que cruza la
Urbanización Terrazas del Ávila al noreste de Caracas, donde hay
un gran bloque de gneis granítico de más de 10 m denominado la
Piedra del Indio con varios petroglifos grabados (Urbani, 1998).
Gráfico 6. Gran roca con cavidades utilizadas por los indígenas para moler granos
(Dawson, 1904)
- A lo largo del valle del río Choroní y por varios kilómetros, hay
enormes bloques métricos dispersos, algunos de los cuales ya
están totalmente rodeados por el urbanismo (Gráfico 7). En esta
zona también se encuentran aluviones colgados con bloques al
menos decimétricos, que según Shubert (1985) atestiguan indicios
de aridez a fines del Cuaternario. En esta etapa del tiempo
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
207
geológico es cuando ocurrió la sedimentación de la mayor parte de
los conos aluviales intermontanos y adyacentes a las elevaciones
de la Cordillera.
Gráfico 7. Choroní, estadoAragua. Nótese que la carretera y las casas están construidas
entre los grandes bloques de gneis.
- En día 9 septiembre 1987 debido a lluvias de intensidad
extraordinaria en las montañas del Parque Nacional Henry
Pittier al norte de El Limón, Aragua, se generaron violentos
flujos torrenciales ( Audemard et al., 1985). En las partes
proximales de los conos se depositaron cantos métricos y su
tamaño disminuye paulatinamente aguas abajo, pero también
Franco Urbani
208
aportaron una gran cantidad de sedimentos más finos que
cubrieron y destruyeron una gran cantidad de viviendas, con
muchas pérdidas humanas.
- En las fundaciones del Teatro Teresa Carreño de Caracas y bajo
un manto de unos 6-8 m de espesorde sedimentos depositados
por un flujo torrencial pasado, el geomorfólogo André Singer
localizó un nivel de paleosuelo inclusive con restos óseos
humanos y fragmentos de cerámica arqueológica. Éstos últimos
fueron examinados por el arqueólogo José María Cruxent quien
determinó como pertenecientes el estilo Valencioide y por
consiguiente se estimó que estos flujos torrenciales que
cubrieron buena parte del valle de Caracas y sus habitantes
indígenas, pudo haber ocurrido aproximadamente en los siglos
XII o XIII de nuestra era (Caldera, 1972). Más recientemente
en las excavaciones para la Línea 4 del Metro de Caracas en las
cercanías del “Nuevo Circo”, hubo un hallazgo similar bajo
unos 5 m de espesor de sedimentos.
Algunos cuerpos sedimentarios del Litoral Central
Buenos ejemplos de los procesos sedimentarios en esta región,
son los grandes conos aluviales de Puerto Cabello (ríos San Esteban
y Patanemo), Cabo Blanco (quebradas Piedra Azul, Curucutí,
Tacagua y Mamo) y Caraballeda (río San Julián y quebrada Seca);
pero estos conos aluviales se forman tanto por el aporte lento pero
continuo de sedimentos, acarreados durante todo el año por los
torrentes e intensificado por las crecidas anuales, pero
definitivamente signado por eventos torrenciales de gran magnitud
como los de febrero 1951 o diciembre 1999. En estos casos en
cuestión de horas se pueden movilizar volúmenes de sedimentos
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
209
comparables a siglos o milenios de acción lenta, además que se
propicia la generación de verdaderos flujos de detritos que movilizan
bloques de gran magnitud.
Como resultado de estos procesos de sedimentación, en los
conos aluviales cercanos a la costa y con poca elevación sobre el nivel
del mar, se observan principalmente materiales recientes, pero
también hay depósitos más antiguos a cotas mayores. En forma
general hay tres tipos distinguibles de estos sedientos antiguos, a
saber:
- Terrazas a lo largo de los torrentes: En la mayoría de los cauces del
Litoral Central al recorrerlos aguas arriba del ápice del cono
aluvial se observan terrazas elevadas, siendo las más conspicuas
aquellas de El Cojo, San Julián y Quebrada Seca. Estas terrazas
(las vegas de los lugareños) en parte han sido totalmente
erosionadas, ya sea previamente o durante el evento de 1999, pero
sus remanentes se pueden seguir aguas arriba por varios
kilómetros y están presentes en casi todos los tramos que hemos
alcanzado a la fecha, hasta cotas cercanas a los 300-350 m s.n.m.
Usualmente se notan a alturas variables de 4 a 10 m por encima del
cauce actual. A juzgar por el tamaño de los bloques contenidos y
el volumen de los sedimentos involucrados, estas terrazas fueron
producidas por eventos torrenciales antiguos que tuvieron una
capacidad de transporte y por ende una energía, mayor al evento
de diciembre de 1999.
- Terrazas laterales en los ápices de los conos: Éstas se pueden
observar tanto en fotografías aéreas como en el campo y están
ubicadas en las partes altas de los conos aluviales. La naturaleza
de los sedimentos es variable (flujos de detritos entre otros). Se
Franco Urbani
210
encuentran a cotas de hasta 100 m s.n.m., siendo especialmente
visibles en Camurí Chiquito (sector La Llanada), así como en la
parte alta de Caraballeda, donde está el asentamiento original del
caserío San Julián.A cotas más bajas hay conspicuos depósitos en
El Cojo, Punta de Mulatos y Punta Tigrito. Los grandes bloques
incluidos en algunas de estas terrazas son de una magnitud tal
(hasta decamétricos) que en el evento de 1999 sólo fueron
despejados o a lo sumo rotaron, pero sin producir mayor traslación
longitudinal.
- Terrazas en escalones erosionales: Justo al frente del Club
Tanaguarena existe una terraza a 95 m s.n.m. sobre las rocas del
Esquisto de Tacagua, constituida por grava y bloques decimétricos
de cantos rodados de rocas graníticas procedentes de laAsociación
Metamórfica Ávila. Al observar el mapa topográfico a escala
1:5.000, se nota que en la actualidad no existe ningún drenaje que
partiendo de afloramientos graníticos pueda alcanzar al sitio donde
se encuentra la terraza, esto se debe a que la erosión ha disectado
la parte intermedia a favor de la extensión este-oeste del sistema
de fallas de Macuto, por consiguiente estos depósitos son de una
antigüedad relativamente considerable, probablemente
Pleistoceno.
Analizando los mapas topográficos así como visualizando las
formas de modelado en el campo, en casi toda la extensión del Litoral
Central desde Camurí Grande hasta La Guaira, se notan escalones
topográficos que coinciden en una cota cercana a 90-120 m s.n.m..
Éstos no han sido investigados con el detalle que se merecen, pero en
algunos pudieran haberse preservado depósitos sedimentarios de
interés a ser estudiados. Estos depósitos probablemente tengan una
edad en el orden de varias decenas de miles de años.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
211
Edad de los depósitos sedimentarios antiguos
Hasta la fecha no han habido estudios ni líneas de evidencia
confiables para determinar la edad de los sedimentos de las diversas
terrazas, ni para calcular con certeza la tasa de levantamiento de la
Cordillera. Sin embargo sobre esto último, una aproximación puede
obtenerse a partir del levantamiento de los sedimentos de Cabo
Blanco con respecto al nivel del mar actual. Para ello podemos usar
la elevación máxima de 141,7 m s.n.m. de los cerros antes de
construir el aeropuerto de Maiquetía, si a esto le añadimos la
posibilidad de que los sedimentos más antiguos de la zona sean del
límite Plioceno-Pleistoceno hace unos 1,6 Ma, se puede calcular una
tasa de levantamiento de 1 m cada 11,3 miles de años (ka). Si se usa
este grueso estimado, las terrazas cercanas a 90-100 m s.n.m.
pudieran tener una edad del orden de 1 Ma, lo cual luce razonable.
Pero si se aplica esa tasa de levantamiento sin otras consideraciones,
a las terrazas o aluviones colgantes observados a una altura de unos
8 m por encima de los cauces actuales de los torrentes, resultarían de
una edad estimada en 90 ka, que parece alta. Como hipótesis de
trabajo, es preferible postular que estos sedimentos, cuyos remanentes
aparecen preservados en las márgenes de los valles en V se hayan
depositado durante un período climático árido del fin del Pleistoceno
(13,4 a 11,5 ka) antes del presente (siguiendo las ideas de Schubert,
1985).
Origen de los grandes bloques trasportados en los flujos de
detritos
La observación generalizada en toda la Cordillera de la Costa
es que los bloques de dimensiones métricas involucrados en flujos
torrenciales, corresponden a rocas gnéisicas cuyo protolito está en la
Franco Urbani
212
gama de las rocas metaplutónicas félsicas (granito - granodiorita -
tonalita), todos provenientes de la Asociación Metamórfica Ávila.
Una característica de estos bloques es que se trata de litologías de
grano grueso y foliación relativamente pobre, por ello creemos que la
ausencia de grandes bloques de esquisto, se debe a que éstos teniendo
una foliación prominente, son mucho más propensos a la
meteorización, así como a fragmentación durante el transporte. Las
formas redondeadas de los bloques gnéisicos pueden deberse a varios
factores: meteorización en su lugar de origen, meteorización al estar
incluidos en cuerpos de sedimentos, pero igualmente debido a erosión
durante el transporte.
Al poco tiempo del evento de 1999 hubo bastante discusión
sobre el origen de los bloques métricos: si éstos provenían de los
derrumbes de roca que se podían ver en las laderas de las cuencas
altas y trasladados durante el mismo evento hasta los conos aluviales,
o si fueron el producto de la removilización de los sedimentos de
terrazas antiguas. Hoy día después de mucha actividad de campo por
parte de muchos autores, se acepta queproceden de los sedimentos
preexistentes. Entre los mejores lugares donde esto puede observarse
están en El Cojo y Quebrada Seca.
Los bloques de los derrumbes de 1999 han quedado en el fondo
de los valles en V en las cuencas medias y altas de los ríos, será sólo
a través del tiempo y a partir de sucesivos eventos torrenciales que
podrán ser transportados aguas abajo, con largos períodos de tiempo
de enterramiento y meteorización en las terrazas.
Los materiales de granulometría relativamente fina
(centimétrica o menor) pueden proceder tanto de los depósitos
antiguos, como de los abundantes flujos superficiales, que en su
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
213
mayoría sólo afectan una profundidad de unos pocos decímetros del
suelo de las empinadas laderas. Estos flujos superficiales aportan
materiales limo-arenosos y fragmentos pequeños de rocas, que al
mezclarse con el agua en las quebradas hace que aumente
drásticamente la densidad de los fluidos, permitiendo la generación
de flujos de detritos de alta capacidad destructiva.
Comparación de los efectos de los fenómenos de 1951 y 1999
A pesar de la intensidad y graves consecuencias del evento
hidrometeorológico de febrero de 1951 y existir fotografías aéreas,
tomadas tanto antes como después del mismo, éste nunca ha sido
caracterizado adecuadamente. Los efectos visibles en las fotografías
aéreas de 1951 comparados con los de 1999, indican que en algunos
lugares éste último causó flujos superficiales con una extensión areal
de al menos cuatro veces mayor a los de 1951, como puede
visualizarse para la zona de El Cojo en el gráfico. 8. En los
alrededores de Quebrada Seca de Caraballeda, aproximadamente el
60% de la superficie de las colinas constituidas por el Esquisto de
Tacagua se deslizaron en 1999, mientras que en 1951 en esa misma
zona no hubo deslizamientos, pero al igual que en 1999 si los hubo
en la cuenca media y alta de la Quebrada (Gráfico 9).
Una comparación global de las fotografías aéreas de 1951 y
1999, muestra que en ambos casos los deslizamientos fueron escasos
a alturas mayores de 1.800 m s.n.m. Las zonas más afectadas en 1951
fueron los niveles altitudinales medios, mientras que en 1999 fueron
tanto las partes medias como las bajas.
Franco Urbani
214
Gráfico 8. Zona de El Cojo, estado Vargas. Comparación de las áreas afectadas por
flujos superficiales de los eventos torrenciales de 1951 y 1999.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
215
Gráfico 9. Zona de Quebrada Seca de Caraballeda. Cartografía de los flujos
superficiales del evento de diciembre 1999.
Amenaza de los flujos torrenciales
En consideración a los procesos sedimentarios registrados en
las terrazas antiguas, así como lo visto en las últimas décadas: Vargas
1951, El Limón 1987 y Vargas 1999, está claro que la mayor
peligrosidad ante flujos torrenciales que puedan llegar a generar
verdaderos y destructores flujos de detritos, está en las poblaciones
Franco Urbani
216
asentadas al pie de las montañas más elevadas y con laderas de gran
pendiente.A esto hay que reiterar que la litología predominantemente
transportada como bloques métricos son gnéisicos, los cuales
precisamente abundan en el núcleo de toda la Serranía del Litoral
como parte de la Asociación Metamórfica Ávila. En consecuencia y
al observar y combinar los mapas topográficos y geológicos, así como
los modelos digitales de elevación de la Cordillera de la Costa
(Gráfico 10), estimamos que las zonas de mayor a menor
probabilidad de estar afectados por flujos de detritos son:
- El flanco norte de la Serranía del Litoral entre Choroní (Aragua)
y La Sabana (Vargas).
- La parte norte del valle de Caracas y Guatire.
- El flanco sur de la Serranía del Litoral entre Las Trincheras y
Maracay.
- Valles entre Cuyagua (Aragua) y Urama (Carabobo), y entre
Caruao (Vargas) y Chirimena (Miranda). En estas zonas hay una
mayor distancia entre la Fila Maestra y la costa, lo cual imparte
menores pendientes y los torrentes tienen cauces más largos y
sinuosos.
- En todo el resto de la Cordillera de la Costa pueden ocurrir
inundaciones mayores, potencialmente también acompañadas de
flujos de detritos, pero estimamos que en estos casos los bloques
probablemente no deberían ser mayores a dimensiones
decimétricas.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
217
Gráfico 10. Modelo digital de elevación de la Cordillera de la Costa (Garrity et al.
2004).
Haciendo un “Zoom”
Este ensayo lo comenzamos indicando que nuestro planeta está
vivo, pero sus procesos están en una escala de cientos de millones de
años. Entonces hagamos una síntesis de la cadena de eventos que
permitieron llegar a la configuración actual de la Cordillera de la
Costa, posibilitando un mayor o menor riesgo a las poblaciones
asentadas en ella:
- Debido a fenómenos que ocurren a cientos y miles de kilómetros
de profundidad, se generan los mecanismos que permiten el
cambio continuo de la distribución de las masas continentales, que
a lo largo del tiempo han sido muy distintas a las actuales.
Entonces entre el Proterozoico y el Paleozoico, se formaron las
rocas plutónicas graníticas que hoy día constituyen la parte central
Franco Urbani
218
de la Serranía del Litoral, en la unidad conocida comoAsociación
Metamórfica Ávila con predominio de litologías gnéisicas. En los
márgenes continentales de esa época también se formaron rocas
sedimentarias.
- En el Mesozoico, primeramente con la ruptura del supercontinente
Pangea y luego con la fragmentación de Gondwana, se
individualiza el continente suramericano, contentivo de las rocas
paleozoicas y precámbricas ya indicadas; pero en los márgenes de
este nuevo continente, también ocurre la sedimentación de una
espesa secuencia de lutita, caliza y arenisca, que luego llegarán a
formar unidades de rocas metasedimentarias.
- Desde fines del Cretácico y durante el Paleógeno ocurre la
interacción entre las placas Caribe y Suramericana; entonces se
inicia un proceso tectónico que permite la formación de una
compleja mezcla de litologías, originadas previamente en distintos
lugares de espacio y tiempo, algunas en el propio continente
Suramericano y otras que son acarreadas en la placa Caribe desde
muy lejos en el oeste.
- En el Neógeno se inicia el levantamiento de la Cordillera, la cual
se encuentra signada por fallas tanto con rumbo este-oeste y
movimiento transcurrente dextral como la falla de San Sebastián,
como por fallas transversales con rumbos NO-SE como las de
Tácata y Aragüita.
- En el centro de la Cordillera un accidente subvertical tardío como
es el sistema de fallas de La Victoria, divide claramente los
dominios tectónicos de las serranías del Interior y del Litoral.
- La Serranía del Litoral está limitada al norte por el activo sistema
de fallas de San Sebastián, de hecho responsable de la linealidad
de la costa entre Morón y Cabo Codera. También hay otras
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
219
importantes fallas este-oeste como las de Macuto y Tacagua-El
Ávila, todas ellas con actividad cuaternaria (Audemard et al.,
2000); de esta manera los macizos rocosos ubicados entre ellas
han sido literalmente “exprimidos” y empujados hacia arriba
debido al efecto de relevo transpresivo. El mejor ejemplo es el
macizo del Ávila (bloques Galipán y Naiguatá de la Fig. 3) con las
mayores elevaciones de la Cordillera, por consiguiente mostrando
la mayor exhumación de sus rocas, permitiendo que estén
expuestas las rocas gnéisicas más antiguas y con mayor grado
metamórfico de la región, es decir aquellas que provienen de un
nivel más profundo de la corteza continental.- Este desarrollo desigual de la distribución de montañas, con la
presencia de valles intermontanos en niveles altitudinales que
propenden a un clima moderado, no tan cálido como el resto de las
tierras bajas del país, aunado a sus tierras fértiles, ha hecho que
desde la entrada de los europeos en el siglo XVI hayan sido los
lugares preferenciales para los asentamientos humanos. Es decir
que estas condiciones geológicas, geográficas y climáticas
generadas por la interacción de las placas Caribe y Suramericana,
han permitido la existencia de los lugares apropiados para la
ubicación de las mayores concentraciones de población del país,
justamente al pie o entre altas montañas.
- Por otra parte están los sistemas atmosféricos, que a diferencia de
los lentos procesos geológicos, pueden sufrir cambios mayores en
una escala temporal muy corta, inclusive de horas o días, en
especial en nuestro país que es barrido de norte a sur por la zona
de convergencia intertropical. De manera que la coincidencia en la
Cordillera de la Costa de montañas abruptas con litologías que
propenden a generar grandes bloques de rocas, junto a las
condiciones hidrometeorológicas imperantes, e inclusive la
Franco Urbani
220
sismicidad de la región, hace que las zonas más densamente
pobladas de la región central correspondan con aquellas que
precisamente tiene un alto o moderado riesgo ante lluvias
extraordinarias; con capacidad de producir desde simples
inundaciones (agua predominante), pasando por toda la gama en
las características de los fluidos, hasta el extremo de los
devastadores flujos de detritos con bloques de dimensiones
métricas constituidos por rocas gnéisicas.
- Para terminar, conviene considerar que vivimos aquí y no podemos
mudar ciudades enteras, por consiguiente estos son los riesgos con
los cuales debemos convivir, de manera que los eventos como El
Limón 1987 y Vargas 1999, deben enseñarnos a no cometer los
mismos errores de urbanismo e infraestructuras, que en el pasado
fueron la causa principal de tantas pérdidas humanas y materiales.
Pero en opinión del autor, a pesar de los trabajos realizados por
muchos especialistas en diversas disciplinas, que han aportado
excelentes recomendaciones, éstas no han permeado debidamente
hasta los niveles de decisión y ejecución, de manera que el riesgo
mayormente persiste.
Agradecimientos
A los colegas y amigos Nuris Orihuela, Germán Tovar, José
Antonio Rodríguez, Sebastián Grande, André Singer, Rogelio Altez
y Bernardo Urbani, por su contribución directa o indirecta en diversas
facetas de las ideas aquí presentadas.
De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
221
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De La Geología Global a La Cordillera de la Costa: Implicaciones Sobre Flujos
Torrenciales Generados por Lluvias Extremas en El Norte de Venezuela
223
225
VIVIR EN ELPOST-DESASTRE:
Reflexiones sobre los aprendizajes de una tragedia aún vigente
El Caso Vargas-Venezuela
Rogelio Altez
Escuela deAntropología, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Universidad Central de Venezuela
Introducción: La necesaria revisión del concepto “desastre”
A partir de la celebración del decenio dedicado al estudio y
discusión de los aspectos vinculados a la ocurrencia de desastres
(Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales,
DIRDN), ha quedado claro que éstos no son naturales (desde la
temprana compilación de Maskrey, 1993, pasando por otros trabajos
con el mismo sentido, como el de Gentile, 1994, o Rodríguez, 1996,
hasta llegar a los recientes aportes en donde se propone y se discute la
noción de “desastres socio-naturales”), y que, asimismo, antes que
comprenderle simplemente como un hecho, el desastre debe ser
entendido como un concepto construido cultural, histórica y
discursivamente (Altez, 2002). Estas aproximaciones han permitido
igualmente revisar con mayor pertinencia teórica a las variables que se
articulan para el desenlace de un desastre. En este sentido, las categorías
riesgo, amenaza y vulnerabilidad, se han enriquecido y profundizado
con estas revisiones, al tiempo que las mismas también han obtenido
mayor presencia discursiva en el pensamiento científico de los últimos
años. Esto ha otorgado la oportunidad epistemológica de contribuir al
desprendimiento paulatino de las consideraciones exclusivamente
cuantitativas sobre esas variables, otorgándole un mayor alcance
analítico al significado de las mismas. Es por ello que ya resulta
impertinente hablar de “desastres naturales”.
Siguiendo estas consideraciones, ha podido comprenderse que los
desastres son el resultado de la combinación de variables que siempre
son históricas, sociales y culturales (todas ellas reunidas en el plano de
la vulnerabilidad), con fenómenos naturales potencialmente
destructores (excluyendo de este razonamiento a los desastres
originados solamente por condiciones antrópicas). De esta manera, no
es la ocurrencia de los fenómenos naturales la causa de las catástrofes,
sino su relación detonante con la vulnerabilidad de la sociedad en la
que irrumpen, y esto es también históricamente determinado, pues está
claro que la naturaleza y su dinámica no han producido las mismas
consecuencias a lo largo del tiempo, sino que esas consecuencias son el
producto del contexto (histórico, social y cultural) en el que tienen lugar.
Hasta este punto, la asociación de la noción de desastre con
catástrofes, destrucción, pérdidas materiales, decesos masivos,
desplazamientos, asistencia, prevención, ayuda humanitaria y crisis
generalizada, parece ofrecerse como un lugar común e inmediato. Sin
embargo, todas estas características sólo representan los impactos de
un desastre, y ello cuenta con un espacio temporal claramente
delimitado: el momento de aparición y despliegue del desastre.Ciertamente, todo esto recrea a un tipo de desastre como tal: el que causa
un impacto súbito; quizás por ello, los eventos que son caracterizados
por los impactos lentos (sequías, crisis agrícolas, epidemias, plagas;
véase para esto, García Acosta, 1996), sean menos apreciados
técnicamente como “desastres”, quedando su atención casi
exclusivamente al mundo analítico o a la investigación histórica.
En todo caso, además de los impactos de un desastre (es decir, de
aquello que se aprecia como la expresiónmás evidente de sus alcances),
también deben asociarse a la misma noción los efectos que le suceden
en consecuencia. Éstos se aprecian en velocidades más lentas y en
Rogelio Altez
226
condiciones no siempre tridimensionales: crisis institucionales;
aprovechamiento político de las circunstancias; retorno de la población
desplazada a zonas en riesgo; empobrecimiento y marginalización de
las zonas urbanas; invasiones a viviendas en ruinas; olvido histórico;
enriquecimiento de autoridades y contratistas inescrupulosos; toma de
decisiones politizadas que afectan la reconstrucción; y debido a todo
ello, finalmente, la profundización de las condiciones de vulnerabilidad.
Evidentemente, estos efectos críticos y de perfiles negativos ocurren
cuando las decisiones son tomadas desde la corrupción y la inmediatez,
y cuando la reconstrucción esmuchomás un negocio que una necesidad
imperante de restablecer la vida y la cotidianidad de una sociedad
golpeada.
Por consiguiente, impactos y efectos como resultados del
advenimiento de un desastre pueden observarse en una ventana temporal
que enseña un alcance analítico que va desde el reconocimiento de un
contexto vulnerable (GarcíaAcosta, 1996), hasta la observación de sus
consecuencias. Sin embargo, la ocurrencia de los desastres y sus
diferentes expresiones históricas y culturales, ha permitido continuar la
revisión de esta noción y entender que, en algunas oportunidades, esa
ventana de tiempo puede extendersemás allá de los efectos en sí mismos
para desplegar resultados que superan las consecuencias, hallándose a
partir de allí una presencia (o bien, la vigencia) del desastre actuando
mucho después de su momento impacto-efecto.
Una vez que ha sido posible apreciar dicha vigencia (como en el
caso que compete a este trabajo: estado Vargas, Venezuela), se ha
entendido que la prolongación de los alcances de un desastre es, en
cierto modo, la propia prolongación de la coyuntura que permitió la
combinación activa de las variables que produjeron su advenimiento.
En este sentido, al revisar esas variables (todas ellas resumidas en las
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
227
condiciones de amenaza y vulnerabilidad), puede apreciarse la doble
naturaleza que les caracteriza: su condición de latencia (la propiedad
más intrínseca de cualquier amenaza o de todo tipo de vulnerabilidad)
y potencialidad.
Está claro que muchos estudios antecedentes y determinantes en
el campo de la investigación de las vulnerabilidades, han dejado
asentado lo que críticamente significan, así como la forma de abordar el
tema analíticamente. Wilches-Chaux (1993), o bien Cardona (2001,
citado en García Acosta, 2005), por ejemplo, apuntan hacia la
consideración de la vulnerabilidad como un aspecto que debe entenderse
en plural (vulnerabilidades, según Wilches-Chaux; dimensiones
diferentes, de acuerdo a Cardona). En todo caso, y siguiendo el principio
histórico y antropológico de la existencia de contextos sociales y
culturales diversos en la realidad humana, podría hablarse de una
vulnerabilidad heterogénea, la cual debería considerarse, precisamente,
a partir de su propia condición heterogénea de existencia. La latencia y
la potencia de la vulnerabilidad, aún cuando ambas sean características
constitutivas de la misma, deben comprenderse, ciertamente, desde su
variabilidad contextual, esto es: desde su heterogeneidad. Argüello y
Lavell (2001:3), parecen coincidir tangencialmente con esta idea cuando
afirman que “la vulnerabilidad es producto de las formas particulares de
desarrollo de las unidades sociales potencialmente afectadas”.
Las variables que se combinan para la ocurrencia de un desastre,
en cualquiera de sus expresiones, no “aparecen”, se “materializan” o se
“activan” al momento de manifestarse, sino que se manifiestan
precisamente por su existencia anterior. Siempre poseerán la cualidad
de hallarse latentes, es decir: se encuentran activadas permanentemente.
En el caso de la potencialidad, está claro que si se considera una
amenaza como natural (esto es, como un fenómeno de la naturaleza), la
Rogelio Altez
228
misma puede ser apreciada (conocida, estudiada, medida, observada)
en sus posibilidades potenciales de despliegue o actuación: es por ello
que son utilizadas las herramientas cuantitativas de medición para
comprender sus alcances (he allí la utilidad de escalas y magnitudes).
Sin embargo, para considerar las diferentes formas de vulnerabilidad
como elementos susceptibles de desplegarse exponencialmente, no
existen instrumentos de apreciación o herramientas analíticas al
respecto. Este trabajo propone considerar la vulnerabilidad como un
factor que actúa más allá de su latencia y que está en capacidad de
elevar potencialmente su alcance y su despliegue, trascendiendo su
actuación asociada solamente al momento impacto-efecto de un
desastre. De esta manera, la vulnerabilidad no será entendida solamente
como una de las causas del desastre (“vulnerabilidad a desastre”, de
acuerdo a los aportes de la Red de Estudios Sociales en Prevención de
Desastres enAmérica Latina, LARED), sino exploradamás allá de esta
circunstancia. ¿Adónde se dirige esa vulnerabilidad luego de actuar en
un desastre? ¿Cuál es el estado de esas causas después de la coyuntura
en las que se expresaron crudamente? Es por ello que se hace pertinente
estudiar los desastres más allá del mencionadomomento impacto-efecto
y apreciarles en una perspectiva que observe sus consecuencias en corto
y mediano plazo, para atender críticamente la dinámica del proceso
social que actuó para conjugar la coyuntura desastrosa, en su despliegue
histórico posterior.
Impactos y efectos de la tragedia de 1999 en el estado Vargas de
Venezuela
En diciembre de 1999, sin lugar a dudas, Venezuela sufrió una de
las mayores catástrofes de su historia (en esto coinciden Méndez e
Iztúriz, 2005), la cual se convirtió, también, en uno de los peores
desastres de Latinoamérica en todo el siglo XX.Uno de los aspectos, por
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
229
ejemplo, que ha hecho que este evento se destaque entre muchos otros
de los desastres históricos de Venezuela y que lo coloca entre los más
significativos de la región, ha sido el cálculo sobre el número demuertes
ocasionadas por el impacto de los aludes. Cifras que oscilan entre 50.000
y 25.000 fallecidos aún rondan el discurso público y el imaginario
colectivo. Investigaciones más recientes, basadas en documentación,
revisiones en los registros de las morgues y cementerios, así como en el
seguimiento de las denuncias de los desaparecidos, demuestran que esas
cifras parecen exageradas y basadas en apreciaciones no sistemáticas.
Al parecer, y de acuerdo a Altez y Revet (2005), el número mayor
estimable no sobrepasaría el millar de víctimas fatales. En todo caso,
está claro que la convicción común acerca de cifras exorbitantes sobre
número de muertes, podría contribuir a reforzar una posible memoria
sobre este desastre en las representaciones sociales de las comunidades
litoralenses (Altez y Revet, 2005).
Durante aquel diciembre se registraron en la franja costera del
país precipitaciones extraordinarias (como resultado de la presencia de
una vaguada sobre el mar Caribe), que duraron casi 20 días de ese mes.
Lamisma fuemuchomás persistente de lo normal, especialmente hacia
la región Norte-Centro (litoral central) y Norte-Occidentedel país
(estados Zulia y Falcón). Ello se debió a que la vaguada fue flanqueada
por la zona de alta presión delAtlántico, que a su vez estuvo bloqueada
por un ciclón extratropical estacionario (Huracán Lenny), sobre el
Atlántico Norte y del cual se desprendieron los restos del frente frío que
intensificó la actividad hidrometeorológica en la región.
Rogelio Altez
230
Gráfico 1.Abanicos aluvionales de los ríos Camurí Chico, en primer plano, y San Julián,
al fondo, captados pocos días después de las lluvias de diciembre de 1999. Nótese la
diferencia de colores en los materiales arrastrados por las corrientes. Esto se debe a que
sus fuentes geológicas son de componentes diferentes. También es notorio en ambos casos
la forma final del explayamiento, similar a la de un cono o abanico. Fotografía: José
Antonio Rodríguez, Departamento de Ciencias de la Tierra, Fundación Venezolana de
Investigaciones Sismológicas.
Climáticamente, las precipitaciones sufridas porVenezuela en esta
ocasión han sido denominadas como eventos de baja frecuencia;
asimismo, y de acuerdo con datos oficiales, a partir del mes de julio de
1999 se registraron lluvias por encima de los promedios anuales
obtenidos para el período 1991-1998. Las mayores de ellas tuvieron
lugar en los primeros días del mes de diciembre de 1999, alcanzando su
máxima expresión los días 15 y 16 de ese mes, acumulando para la
estación meteorológica del Aeropuerto Internacional de Maiquetía un
monto de 1.200 mm/m y un registro de 2.200 mm/m para las micro-
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
231
cuencas ubicadas en la parte alta del Macizo Ávila (López et al, 2000),
afectando más severamente la parte central de la costa Norte del país
(para ejemplo de efectos, ver gráfico 1). .
Después de un año de precipitaciones por encima del promedio
(sirviendo de elementos precursores, siguiendo a Stockhausen et al,
2001), Venezuela se vio inundada durante diez días por lluvias
torrenciales que causaron deslizamientos de tierra masivos,
desbordamiento de quebradas, aludes torrenciales con grandes
cantidades de flujo de detritos, enormes daños a la infraestructura,
desaparición de referentes históricos y culturales, además de
significativas pérdidas humanas. Esta situación fue causada, como ha
quedado claro, por la combinación de fenómenos naturales (como las
citadas precipitaciones extraordinarias), y condiciones naturales,
vinculadas a las características geofísicas de la zona. Es la combinación
de estos elementos lo que incide determinantemente en las
consecuencias apreciadas en el evento de 1999, y no solamente las
lluvias irregulares. Si una precipitación desproporcionada como la de
entonces hubiera tenido lugar en una región con condiciones geofísicas
diferentes (llanos, por ejemplo), los resultados hubieran sido distintos.
El estado Vargas posee una topografía que favorece el
desplazamiento veloz y abrupto de materiales aluvionales (Garner,
1959). Cuando en diciembre de 1999 se produjeron los numerosos
derrumbes, deslizamientos y flujos torrenciales ya mencionados, once
de las cincuenta y tres quebradas afectadas (Hernández, 2000), fueron
más contundentes entre las parroquias La Guaira, Macuto, Caraballeda
y Naiguatá, transportando miles de toneladas de materiales que
arrastraron en sus cauces, y depositaron en las terrazas de sus márgenes
un altísimo volumen de sólidos (ocho millones de metros cúbicos,
aproximadamente, según Herrera et al, 2000), responsables de la
Rogelio Altez
232
transformación del paisaje de la región. La zona demayor daño ymayor
acumulación sedimentaria se halló entre Macuto y Tanaguarena
(Schmitz et al, 2001), al este del litoral (que se corresponde con la
jurisdicción de las parroquiasMacuto y Caraballeda), en donde tuvieron
lugar las más grandes destrucciones y números de muertes en
comparación con el resto de la región.
Es en el este, precisamente, en donde se encuentran las
urbanizaciones y asientos poblacionales del estado Vargas que
representan socialmente a la clase media y alta, como Los Corales,
Palmar Este, Palmar Oeste, Tanaguarena (en la parroquia Caraballeda)
y algunos sectores de la parroquia Macuto (Las Quince Letras y Punta
Brisas). Asimismo, la zona es compartida por sectores populares y de
extractos socio-económicos bajos: LaVeguita y El Cojo en la parroquia
Macuto, y Corapalito, Quebrada Seca y San Julián en la parroquia
Caraballeda, así como Carmen de Uria y Naiguatá en la parroquia
Naiguatá. Todos los sectores antes nombrados sufrieron crudamente las
lluvias de aquel diciembre. Es importante destacar que en este caso no
se cumplió el supuesto sociológico que asume que losmás golpeados en
un desastre son los sectores populares o de bajos ingresos, o bien
aquellos ubicados en zonas de mayor riesgo por detentar menores
recursos para el desarrollo o ubicación de sus viviendas. Todos estos
sectores mencionados padecieron consecuencias materiales
devastadoras, y no sólo “la población más pobre y menos resiliente”
(Argüello y Lavell, 2001, p. 5), como suele presuponerse. Los eventos
posteriores de menor escala (como las lluvias de febrero de 2005),
afectaron aún más las urbanizaciones de clase media que a los sectores
populares. Está claro que en este caso los aprovechamientos históricos
desiguales en la apropiación y uso del espacio, no produjeron la
consabida “ganancia económica histórica asociada con el modelo y sus
impactos en el medio ambiente, en el crecimiento de las ciudades, en el
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
233
empobrecimiento de la población” (pág. 5), donde se benefician los
sectores privados y su reflejo social en la clase media, puesto que las
“pérdidas sufridas se socializaron” (ídem) entre todos los sectores
sociales.
Por otro lado, el caso Vargas ’99 posee la particularidad de no
contar como determinante entre las causas físicas del evento, con los
procesos de degradación ambiental en las laderas montañosas y
cabeceras y márgenes de las quebradas y ríos que se manifestaron en el
desastre. Ha quedado demostrado en los estudios detallados al respecto
(Herrera et al, 2000; Schmitz et al, 2001; Stockhausen et al, 2001), que
se trató de fenómenos recurrentes con evidencias estratigráficas muy
claras (afloradas y sepultadas). Las actividades erosivas en las laderas
(tal como son descritas en Zevallos, 1996), son claramente observables
en el caso del litoral central venezolano; sin embargo, no todos los
deslizamientos fueron acelerados por actividades antrópicas de
degradación ambiental. La morfología de la zona (véase Garner, 1959;
Singer, 1977; Urbani y Ostos, 1989; y Urbani, 2002), enseña cárcavas,
torrenteras y cicatrices de deslizamientos propios de una región como
ésta en lugares no habitados, cuya actividad se debe a procesos naturales
de erosión y movimientos de masa característicos. Algunos de estos
deslizamientos consecuentes ocurrieron en alturas montañosas alejadas
de asentamientos urbanos, convirtiéndose en alimento de materiales
para los flujos de las quebradas, o bien en activadores de otros
deslizamientos en laderasmás bajas. No obstante, la ocupación informal
e incontrolada en las zonas de influencia de ríos y quebradas es, sin lugar
a dudas, el detonante de la destrucción material.
El traslado de los millones de toneladas de sólidos arrastrados por
las corrientes de las quebradas en las lluvias de 1999, afectó un rango
de área de 240Km², aproximadamente, llegando a depositarse hasta una
Rogelio Altez
234
distancia máxima de 300m. en el mar, lo cual significó el advenimiento
de una muy extensa zona de desastre que, prácticamente, afectó a la
totalidad del estado Vargas. Consecuentemente, el daño en las
estructuras de habitación (2.776 fueron destruidas y 17.851 resultaron
afectadas, según el censo de la Oficina Central de Estadística e
Informática (OCEI, 2000), la interrupción de la vialidad y los serviciospúblicos, así como el aislamiento de muchos sectores durante días,
contribuyeron a incrementar la urgencia del caso.
De acuerdo a este censo realizado en el año 2000 por la OCEI,
para el mes de febrero posterior al desastre la población residente en
Vargas era de 230.566 personas. En este trabajo se han elaborado
cálculos sobre los totales de población vinculados a los diferentes
momentos de la tragedia, partiendo del estimado sobre el total existente
en diciembre de 1999 (según datos de la OCEI, 1997, 2000 y 2002,
fuentes de todas las cifras básicas de los cuadros 1, 2, 3, 4 y 5). En ese
sentido, se asumen las siguientes cifras:
Cuadro 1
Población del estado Vargas (adaptado de OCEI, 1997 y 2000)
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
235
Cuadro 2
Población desplazada del estado Vargas (Por parroquias afectadas, adaptado de INE-
PNUD, 2002, y OCEI, 2000)
Es importante señalar que las parroquias Catia la Mar y
Maiquetía, si bien son las más pobladas del estado Vargas, enseñan el
menor porcentaje de población desplazada, ya que se trató de las zonas
menos afectadas de la región. Esto permitió que muchas personas se
reubicaran temporal o permanentemente desde el año 2000 en Catia la
Mar, que posee una mayor oferta de viviendas que Maiquetía.
Cuadro 3
Población desplazada del estado Vargas (Según totales de población, adaptado de OCEI,
1997, INE-PNUD, 2002 y OCEI, 2000)
Rogelio Altez
236
Este total de desplazados calculado como más probable para las
parroquias más afectadas, supone el total de personas movilizadas por
la tragedia, en donde habría que incluir tanto a los que fueron
reubicados en asentamientos preparados por el gobierno nacional, como
a los que resolvieron su situación por iniciativa propia. Por otro lado, y
para enseñar la magnitud de las consecuencias vinculadas al
desplazamiento de la población afectada, se estimó el porcentaje de
desplazados por residencia dentro de las tres parroquias más afectadas
del estado Vargas, obteniendo como resultado el siguiente cuadro:
Cuadro 4
Población desplazada por residencia (Parroquias más afectadas)
Asimismo, y tal como lo reseña el informe titulado Los efectos
socioeconómicos de las inundaciones y deslizamientos en Venezuela en
1999 (CEPAL-PNUD, 2000), otro aspecto que demuestra la magnitud
del impacto de la tragedia se revela más claramente cuando se efectúa
un análisis regional de los daños. Téngase en cuenta que los estados que
sufrieron mayores afectaciones son los siguientes:
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
237
Cuadro 5
Daños por estado (tomado de CEPAL-PNUD, 2000)
Estas circunstancias condujeron al desplazamiento de miles de
personas que forzosamente abandonaron sus hogares y residencias o, en
el peor de los casos, lo perdieron todo. Lamovilización de los habitantes
del estado Vargas, conducida oficialmente o motivada personalmente,
entendida como el mayor impacto de la tragedia de 1999, tuvo como
consecuencias otros subimpactos (afectivos, sociales, políticos y
económicos), constituyéndose en la problemática más urgente luego del
rescate de las víctimas.
En un resumen generalizado, puede asegurarse que el desastre de
1999 vivido en el estado Vargas, provocó impactos que causaron una
muy significativa destrucción material, una consecuente depresión
económica en la región, el desplazamiento de decenas de miles de
personas, así como una profunda crisis institucional (a la cual se le
prestará atención más adelante). Entre los efectos más característicos,
pueden señalarse dos grandes tipos: el de incidencia netamente social en
las condiciones de vida y el de carácter político institucional. En el primer
caso, destacan: el retorno masivo de la mayoría de los desplazados; la
crisis de servicios públicos extendida durante casi dos años; un severo
incremento en síndromes y enfermedades respiratorias (provocadas por
Rogelio Altez
238
la alta concentración de polvo y otras partículas en el ambiente), en
enfermedades de transmisión hídrica (generadas por acceso a tomas de
agua contaminadas, tanto en lugares cauce arriba, como en perforaciones
hechas en zonas bajas, consecuencia de la búsqueda de soluciones a la
falta del servicio luego del colapso del mismo con la destrucción de la
infraestructura), en síndromes dermatológicos (causados por la falta de
agua potable en hábitos de aseo diario) y en enfermedades producidas
por bacterias y otros microorganismos (debido al derrame permanente
de aguas servidas y cloacas, así como a la falta de agua potable, sobre
todo en los primeros dos años)1.
En el segundo grupo, debe señalarse a la inescrupulosa acción de
los sectores tomadores de decisiones (administración pública y capital
privado favorecido por clientelismo) que aprovecharon la inmensa
cantidad de dinero a la que han tenido acceso desde los primeros meses
(con la ayuda internacional y los créditos extraordinarios del gobierno
nacional), hasta la actualidad2. Advertir estas consecuencias aún en el
presente, ha permitido razonar al respecto y analizar las causas de esta
prolongación de la crisis, mucho más allá de respuestas descriptivas o
del encubrimiento ideológico.
1 Algunos datos sobre estos aspectos, contribuyen a comprender el cuadro general al respecto. Por ejemplo,
según Barrientos et al (2005), un 75% de los sistemas de aguas residuales colapsaron con la destrucción causada
por los aludes de 1999; OCEI (2000) señala que el servicio de agua potable alcanzó una inoperancia del 45%
por parroquia, gracias a esos daños; los casos de síndrome diarréico se vieron incrementados en un 300% y un
400%, dependiendo de los casos estudiados por parroquia, entre el 2000 y el 2002, de acuerdo al estudio
realizado por Barrientos et al (2005). 2Sobre las discrepancias en cifras y las diferencias entre montos ofrecidos
en donación y cantidades declaradas como recibidas por el Ejecutivo Nacional, existen dos documentos
elaborados por la cancillería venezolana, resumidos en el Informe parcial en materia de cooperación
internacional para el desarrollo (Alcaldía de Vargas, octubre de 2001), en donde se plantea este problema. Por
ejemplo, el documento titulado “Análisis sobre laAyuda Internacional” (Ministerio de Relaciones Exteriores),
contrasta un Informe de la Contraloría Interna del Ministerio de Relaciones Exteriores (del 28 de enero del año
2000) con un informe del PNUD (fechado en 04 de febrero de ese mismo año), sobre “los donativos
procedentes del exterior efectivamente recibidos”; allí puede apreciarse el señalamiento de la existencia de una
“diferencia abismal” (tal como lo dice textualmente) entre lo señalado por el PNUD como donado al país y lo
acusado por el gobierno nacional como recibido. Esa diferencia, contabilizada en cientos de millones de dólares,
es explicada como una totalización no diferenciada entre materiales y dinero. Sin embargo, se asienta que esa
“diferencia debe ser verificada”.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
239
Latencia y potencialidad de las amenazas y la vulnerabilidad
La condición latente de las amenazas ha sido el móvil más
destacado en la atención que los diferentes espacios científicos han
prestado a la problemática del riesgo y los desastres. De hecho, la noción
de riesgo implica un reconocimiento tácito a la latencia de una amenaza.
Su carácter potencial (es decir, la posibilidad de que esa amenaza se
vuelva una realidad tangible y de que pueda desplegarse dentro de un
espectro variable de posibles comportamientos), tampoco ha sido
desconocido para las disciplinas que se han dedicado al estudio de los
fenómenos naturales destructores (con los conocidos trabajos de
Cardona, 1996, y Perry y Montiel, 1996, las apreciaciones y conceptos
sobre riesgo están más claras para todas las ciencias que utilizan el
término). En el caso de la vulnerabilidad, tambiénha sido reconocida su
condición latente dentro de una comunidad o sociedad (ya esto estaba
claro, aunque no con este término, en los trabajos de Douglas, 1996, y
Chardon, 1997, ymás recientemente enRobles, 2000;Argüello y Lavell,
2001), puesto que es percibida, incluso, como una condición estructural
(véaseAltez, 2000).
En el documento titulado “Observaciones sobre la Ayuda Internacional”, se despliegan 101
páginas en tablas que especifican los tipos de ayuda (financiera, material, técnica), el donante
(país, entidad, empresa, particulares, sociedad civil, etc.), los condicionamientos de las
ayudas y las observaciones (en donde se anotan hasta los números de cuentas bancarias
nacionales y del exterior, pertenecientes al gobierno nacional o a sus representantes en el
extranjero). Allí también aparece especificada la “Asistencia Financiera Prometida al
Gobierno Nacional”, la “Asistencia Financiera Recibida” y el rubro titulado “Faltan por
recibir”. Es de notar que, según el gobierno, para enero del año 2000 sólo habría recibido un
9% del total ofrecido como contribución financiera internacional. De la “Relación de
Cooperación Internacional Recibida” se señala que US $34.901.255,00 fueron ofrecidos
como contribución financiera, teniendo como receptor “al país”; US $16.129.299,00 fue la
oferta de contribución al “Gobierno Nacional”; mientras que la “ayuda financiera
internacional efectivamente recibida” fue de US $1.451.137,00. Esto ya se estaba
investigando para el primer trimestre del año 2000. Las ayudas y los créditos extraordinarios
otorgados por la Asamblea Nacional posteriormente, deberían sumarse a estas cifras.
Rogelio Altez
240
Condiciones de las amenazas y la vulnerabilidad en el estadoVargas
hacia 1999
La región del estadoVargas, para el caso específico de las lluvias
entendidas como una amenaza, llegaba a 1999 con antecedentes
claramente olvidados por las comunidades que allí habitaban para
entonces. Muy lejos quedaban los eventos de 1951, 1948, 1938, 1892 o
1798, para citar los más significativos. Desapercibidos pasaron los de
consecuencias menores, perdidos e intercalados entre esos años y
mirados como hechos que no aportaron cambios significativos a la
cotidianidad de la región.Algunos efectos causados por lluvias intensas
en años cercanos, eventualmente eran rememorados días antes de la
tragedia.
Muchas de las quebradas que se desbordaron fatalmente en aquel
diciembre, ni siquiera asomaban su cauce (como en el caso deQuebrada
Seca, en la parroquia Caraballeda, al este del estado Vargas, o el
conocido caso de Carmen de Uria, en la parroquia Naiguatá; ambos
lugares evidenciaban desarrollos de viviendas informales justo sobre
los cauces), o bien lo enseñaban seco y cubierto de vegetación frondosa
(tal como aparecía para entonces el río de Camurí Chico, también al
este de la región). Estas condiciones, por ejemplo, contribuían al
encubrimiento de las amenazas, aumentando con ello la vulnerabilidad
en general.
En este sentido, comunidades desmemoriadas asentadas sobre
cauces olvidados, se convirtieron en detonantes trágicos cuando
volvieron las lluvias de alta intensidad cuyos períodos de retorno no son
fácilmente descifrables (Altez, 2005). A las márgenes de estos cauces,
en la zona de influencia del abanico aluvional, muchos espacios
urbanizados en los últimos cincuenta años iban a sufrir una devastación
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
241
inusitada. Es importante señalar, asimismo, que el mayor crecimiento
urbano de la región se desplegó sobre estas zonas luego del evento de
1951, coincidiendo con el crecimiento de la demografía del país, el cual
concentró grandes cantidades de población en torno a Caracas.
Las lluvias de diciembre de 1999 hallaron al hábitat litoralense
desplegado sobre asentamientos vulnerables a los embates arrasadores
de los flujos de sólidos y barro que descendieron de las montañas. En
esta región portuaria y aeroportuaria, con un pobre desarrollo turístico
que sólo satisfacía a la población caraqueña, se había consolidado una
sociedad que basaba sus relaciones políticas y sociales en el clientelismo
(sobre este tema en particular, véaseAltez,Y., 1996) y en el oportunismo
aduanero, con una sola universidad que únicamente ofrecía carreras
técnicas y sin más fuentes de empleo privado que dos o tres hoteles de
envergadura (entre ellos el Sheraton Macuto Resort y el Hesperia
Caribe). Esta realidad socioeconómica profundizó la espera
asistencialista, luego del aislamiento producido por los derrumbes y la
destrucción de las vías, así como también evidenció la falta de recursos
y estrategias oficiales y públicas en el momento de mayor intensidad
de la tragedia.
Condiciones de las amenazas y la vulnerabilidad en el estadoVargas
luego del desastre
Cuando cesó la vaguada de aquel diciembre hacia la madrugada
del viernes 17, paulatinamente, todas las personas comenzaron a
reconocer que una buena parte del estado Vargas había sido destruida.
Con ello, y tal como las cifras anteriores lo señalaron, un altísimo
porcentaje de viviendas fueron sepultadas, mientras el resto de las zonas
habitadas quedaba aislado e incomunicado. Pronto, enmedio de ruinas,
piedras y tierra, miles de habitantes regresaban a su lugar de residencia
Rogelio Altez
242
en el intento de rehacer sus vidas. Otros, abandonando la zona de
desastre, optaron por las ofertas del gobierno nacional, el cual les
prometió “dignificar” su condición dotándoles de una vivienda fuera de
la región. Pocos días después del desastre, las autoridades regionales y
nacionales se apresuraron a proclamar nuevas formas de trato a las
víctimas y afectados del evento, en un intento de diferenciarse
históricamente de las estrategias del pasado. Entre otras cosas, señalaron
que ya no podían ser señalados como “damnificados” a aquellos que
perdieran sus viviendas, sino como “dignificados”, puesto que el Estado
se encargaría de otorgarles viviendas dignas. Parte de esta política se
resume en el documento redactado por el Fondo Único Social (FUS),
titulado Hacia la Dignificación de las Familias, elaborado en julio del
año 2000.
La crisis generada en la población varguense, producto de su
obligado desplazamiento, profundizó la fragilidad de su condición de
víctimas de las circunstancias: los reubicados en asentamientos
desplegados a nivel nacional, en su mayoría, retornaron poco tiempo
después a levantar sus casas en los mismos lugares en que fueron
destruidas; muchos otros, aún en diciembre de 2000, aguardaban por
una solución (que en muchos casos nunca llegó), sobreviviendo en
refugios casi inhabitables; otra gran cantidad de población que antes de
esa tragedia vivía en zonas marginales, decidió invadir las viviendas
abandonadas, semi destruidas o asentadas en medio de cauces aún
activos, desatendiendo los llamados a desalojo y desafiando las
probabilidades de padecer una suerte similar a los antiguos propietarios;
otros, en cambio, decidieron retornar presionados por una sensación
agobiante y desconocida hasta entonces: el desarraigo que les conminó
a buscar los referentes perdidos y levantar con su esfuerzo la vida de su
tierra. (Para observar este aspecto conmayores detalles, puede acudirse
al documento de SOCSAL, 2004).
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
243
Entre los que retornaron a su lugar de residencia y los que lo
hicieron para reabrir sus negocios, el litoral se estaba despertando de la
pesadilla vivida meses atrás.Así, hacia julio de 2000, la gente intentaba
volver a la normalidad, en medio de un ambiente que no volvería a ser
igual nuncamás. En este sentido, y como en el estadoVargas no existen
muchas alternativas de “mudanza” de poblaciones (algo que en otros
lugares ha contado con evidencias históricas), toda la región volvía a la
vida sobre las mismas zonas de riesgo, ahora colapsadas por la
destrucción y la falta de servicios. Conello, la vulnerabilidad del litoral
se estaba elevando a potencias no calculadas, sólo con el hecho de volver
a contar con casi la misma cantidad de habitantes a la vuelta de un par
de años, y por hallarse esa población asentada en lugares que no
resolvieron sus condiciones de riesgo.
Cauces que activaron sus márgenes y terrazas hasta 3 y 4 metros
de altura, veían ahora despejar viviendas enterradas en medio de otras
igualmente destruidas. Al mismo tiempo, las autoridades optaron por
permitir la reconstrucción de urbanizaciones y barrios (frente al retorno
masivo de habitantes), en los mismos lugares en los cuales hubo que
dinamitar bloques imposibles de movilizar o transportar con
maquinarias de remoción de escombros (ver gráficos 2 y 3).
Rogelio Altez
244
Gráfico 2. Ortofotografía de un aspecto de la Parroquia Macuto, en la zona La Veguita.
Todo lo que puede observarse como cubierto por tierra y paso del río, estaba ocupado por
viviendas y calles. Precisamente, por donde se observa pasar a las aguas en la imagen, no se
trata del lugar que ocupaba el cauce antes de las lluvias; el río pasaba por el espacio más
abierto que puede apreciarse hacia la derecha de la foto. Toda esta zona gobernada por el
alcance del cauce, se halla, evidentemente, en alto riesgo. Sin embargo, en donde señala la
flecha (a muy pocos metros del paso del río y de la destrucción causada con el evento del ’99),
han sido otorgadas recientemente un conjunto de viviendas populares, como parte de un
programa de desarrollo en las zonas afectadas por el desastre (el Plan Rehabilitación de
Viviendas en Barrios, Plan REVIBA), a un costo total de Bs. 1.430.000.000,00, según reza en
el cartel que las promociona (cerca de US $700.000,00), las cuales fueron construidas
claramente en un sitio que será destruido cuando se repitan los fenómenos
hidrometeorológicos que tuvieron lugar en diciembre de 1999. La rehabilitación de todo el
sector se ha hecho a un costo de Bs. 9.013.412,77 (cerca de cinco millones de dólares
americanos, de acuerdo a otro de los carteles allí ubicados) y participaron en la misma
quince empresas contratistas. ¿Cuánto costará la reconstrucción de este lugar cuando un
nuevo evento como el de 1999 haga su aparición otra vez? ¿Cuánto les costará a estas
familias o su descendencia la pérdida de estas viviendas? ¿Cuánto costarán las vidas que se
pierdan en el próximo desastre? Como una ironía atroz, detrás de uno de los carteles de
promoción antes citados (unos cien metros más allá de las viviendas y que en la imagen
podría ubicarse hacia la derecha de la misma y fuera del marco), se encuentra casi escondida
la señal que reza “Límite de inundación”. Ortofotografía gentilmente cedida por la
Autoridad Única del estado Vargas.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
245
Gráfico 3. En esta imagen se aprecian las viviendas a las que se hace alusión en la leyenda
del Gráfico 2. Es notoria la ubicación de las mismas sobre una de las terrazas del río. En
esa zona, la altura de los depósitos alcanzó hasta 4 metros, combinándose para ello
materiales finos y bloques de gran tamaño. Se observa también que aún permanecen
viviendas que sobrevivieron a los deslizamientos de 1999 asentadas en las laderas.
Fotografía: RogelioAltez, mayo de 2006.
En medio de todo esto, las parroquias más afectadas (Macuto,
Caraballeda yNaiguatá), mantienen aún una vialidad en estadomás que
pésimo, en dondemuchas de las calles todavía enseñan el mismo asfalto
de 1999, ahora destruido por el desastre y los años posteriores de sobre
uso. Más aún, buena parte de estas vías se hallan socavadas con pozos
de varios metros de profundidad, sin que éstos fueran el producto de las
lluvias de aquel diciembre, sino que se han ido formando con lluvias
posteriores. Además, el aumento del nivel freático de toda la zona ha
producido un lavado de materiales subterráneos que contribuye al
hundimiento visible y permanente de casi todas las calles.
Rogelio Altez
246
De esta manera, todo chubasco, tormenta, vaguada o coletazo
de huracán (cualquiera de estos tipos de eventos han sido vividos
desde el año 2000 hasta la fecha), se han convertido en una amenaza
mayor que la que representaban para 1999, antes del desastre. Esto
se debe, obviamente, al aumento de las condiciones de
vulnerabilidad, y no al incremento de la potencialidad de las
amenazas. Ha sido una nueva cotidianidad desde entonces la que
se experimenta en el estado Vargas, donde la población ha
aprendido a sobrevivir con su perfil de “alto riesgo”.
Con estas características, las amenazas naturales que tienen
que ver con lluvias y sus efectos, se han potenciado enormemente
desde entonces. Se ha vuelto una costumbre ver calles anegadas de
barro, o bien saber que Naiguatá ha quedado incomunicada por
deslizamientos en su carretera. Y todo esto puede suceder con sólo
20 minutos de lluvia... No cabe duda: la vulnerabilidad en el litoral
central (y mucho más aún en las tres parroquias antes señaladas), ha
elevado su rango de acción. Puede asegurarse, en consecuencia, que
su condición latente se profundiza y que su condición potencial se
multiplica más allá del momento impacto-efecto sobre su propia
latencia. Por lo tanto, se ha observado en este caso una
vulnerabilidad crecientemente activa después del desastre y
extendida en un lapso de tiempo que supera los efectos.
En todo caso, no parece pertinente asegurar que lo observado
en la actualidad en la región alcanzada por el desastre, pueda
reducirse a la categoría de “efectos a largo plazo”, puesto que si se
tratara solamente de efectos como tales, la exposición de la
vulnerabilidad conservaría su condición de latencia y no se elevaría
exponencialmente. La vulnerabilidad detectada actualmente en el
estado Vargas de Venezuela es el resultado de la profundización de
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
247
sus condiciones, y no la simple consecuencia de un hecho natural
desastroso. Otras variables han entrado en juego luego de la
destrucción.
Con casi siete años de vida en estas condiciones, las
comunidades ya han aprendido lo suficiente como para sobrellevar
su vulnerabilidad, aprender de ella y desplegar recursos eficaces
frente a los riesgos. Se trata, ciertamente, de un aprendizaje no
deseado e incómodo (paradójico, quizás), el cual a la par de haber
generado recursos positivos frente a las amenazas, también ha
despertado una triste desesperanza aprendida, a través de la cual la
vulnerabilidad ya es una cuestión cotidiana e incluso consciente.
Esta vulnerabilidad potenciada a niveles inestimables ya no
solamente debe apreciarse en los aspectos materiales e
infraestructurales de la región y la población en sí, sino que debe
observarse en ámbitos más profundos de la sociedad: en niveles
subjetivos e ideológicos que ya casi se van constituyendo en
estructura social. Esto permite afirmar que entre las diferentes
dimensiones de la vulnerabilidad (siguiendo a Cardona, 2001), es
posible detectar otras expresiones menos perceptibles y difícilmente
sistematizables, a las que puede denominarse como vulnerabilidad
subjetiva y vulnerabilidad ideológica.
En este caso, epistemológica y semánticamente, lo subjetivo
y lo ideológico no poseen la misma perspectiva que utiliza Cardona
(2001); en cuanto a lo subjetivo, se hace referencia aquí a aspectos
que están vinculados a la estructura social del sujeto, y no
solamente a lo afectivo de las personas o algunas de las dimensiones
mencionadas por este autor (económica, social, educativa, cultural,
o bien ideológica). Lo subjetivo, como parte estructurante de lo
social, no es posible comprenderlo en esos niveles sociológicos
Rogelio Altez
248
superficiales de manifestación, sino en el plano de lo invisible
(siguiendo a Godelier, 1977 y 1989), es decir, no en el plano
empírico visible, sino en el de las causalidades estructurales, donde
debe comprenderse el porqué de “la red invisible de razones que
vinculan las formas, las funciones, el modo de articulación, la
jerarquía, la aparición y la desaparición de estructuras sociales
determinadas” (Godelier, 1977:30). La lógica real no es aparente, y
por ello sólo puede ser comprendida a través del análisis científico.
Asimismo, lo ideológico también presenta distancia
epistemológica con lo planteado por Cardona, puesto que no se trata
de “ideas o creencias que tienen las personas sobre los hechos y
devenir del mundo” (Cardona, 2001:103), sino de lo construido
histórica y socialmente como representación de la realidad, lo cual
nunca es ajeno a las relaciones que se establecen con y desde el
poder (y esto ha quedado claro en el pensamiento científico social
desde Marx hasta el presente).
Aprendizajes diferenciales:
• En las comunidades
De acuerdo a lo antes descrito sobre las condiciones de vida
en el estado Vargas, las comunidades residentes en la zona de
desastre han desarrollado herramientas que son producto de la
experiencia y la asistencia, capaces de enfrentar exitosamente la
ocurrencia de eventos similares (aunque no iguales, al menos hasta
el presente), y de responder a las circunstancias de deterioro de
servicios e infraestructura en las que se encuentran.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
249
En efecto, en el caso de las parroquias más afectadas, las
comunidades se han adaptado a sobrevivir conviviendo con el deterioro
general y con un proceso de reconstrucción lento e ineficaz. Un
indicador de ello es el hecho de que no se evidencian formas de
organización y participación política o social con el objeto de demandar
mejoras y adelantos en la recuperación de la zona. Se trata de un
aprendizaje que ha conducido a la resignación, en donde la
rememoración de los referentes perdidos en el desastre es un lugar
común y en donde la indiferencia ante las decisiones se asoma como un
comportamiento legítimo (ver gráfico 4A y 4 B).
Gráfico 4Ay B. Una de las imágenesmás conocidas de los efectos del desastre de 1999 fue
la de este edificio, en el cual había colapsado su línea de balcones. Se ubica en medio del
cauce del río San Julián, aún cuando el mismo se encontraba sepultado (hasta diciembre
del 99) bajo el desarrollo de la urbanización Los Corales. Con el paso del río en aquella
fecha, no sólo se evidenció el verdadero lugar del cauce, sino la peligrosa ubicación de las
viviendas. Luego del desastre, éste, así como otros edificios, fueron invadidos (tal como se
aprecia en la imagen), y actualmente residen allí muchas familias, las cuales aún no han
podido recuperar la entrada original, pues todavía se encuentra tapiada. Fotografías:
RogelioAltez, noviembre de 2004.
Rogelio Altez
250
Se trata, también, de una ganancia con perfiles contradictorios:
mientras por un lado se presenta como un resultado positivo el poseer
recursos adaptativos frente a los riesgos y las amenazas, por el otro, tal
adaptación es ya la costumbre de desenvolverse en un ambiente que no
enseña intenciones de cambiar. Más aún, el lento proceso de
reconstrucción que ha permitido a contratistas y autoridades prolongar
sus ingresos durante años a través de proyectos que nunca son
concluidos, ha ofrecido al mismo tiempo la oportunidad de contratación
demano de obra barata, jornalera o asalariada, que ha logrado satisfacer
medianamente la demanda de empleo en la que la región se vio sumida
luego del desastre.
Si se recuerdan las condiciones del estado Vargas hacia 1999,
puede observarse la escasa oferta de empleo estable en la región
(concentrada en el puerto, el aeropuerto y las autoridades públicas
locales o regionales, o en las empresas privadas: hoteles, restaurantes y
comercios), donde la misma se ha visto drásticamente reducida en el
plano de las empresas privadas (con el retiro de los hoteles de cinco
estrellas ubicados en el este), e incrementada en la oferta de empleo
público por parte de las autoridades, a través del estímulo de las
contrataciones a destajo, la formación de cooperativas que asistan la
demanda de servicios de aseo urbano, o el uso de mano de obra barata
por parte de las contratistas que ejecutan la reconstrucción de la región.
Estas comunidades, estructuradas históricamente sobre
relaciones clientelares, han visto con cierto beneficio la prolongación
de las obras de reconstrucción. Además, con las nuevas formas de
contratación de la mano de obra que las autoridades nacionales han
propuesto desde el año 2000 hasta el presente (basadas en el estímulo
de las cooperativas), gran cantidad de sectores pertenecientes a los
estratos más pobres de estas comunidades se han beneficiado con la
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
251
situación. Incluso uno de los modos de ingresos más comunes en las
zonas balneario, esto es: el de la economía informal (con ejemplos
claros en las ventas de artículos de consumo para temporadistas:
comidas y bebidas, implementos para tomar sol, accesorios de playa,
trajes de baño, hielo, etc.), ha sido estimulado por las autoridades
regionales al construir en las nuevas playas locales especialmente
destinados para ello. De esto se han beneficiado muchas familias y
comerciantes que tradicionalmente han vivido de este tipo de
negocio. Aún así, la mayoría de esos locales han sido levantados en
zonas expuestas a riesgos que ya han comprobado su obvia
vulnerabilidad (con el coletazo del Huracán Iván en el año 2004,
muchos de estos negocios ubicados en las playas quedaron sepultados
por el oleaje).
En medio de estas circunstancias, las comunidades que se
hayan más expuestas, de acuerdo al lugar en el que residen
(especialmente en las parroquias señaladas, Macuto, Caraballeda y
Naiguatá), han tenido la oportunidad de poner en práctica (más de
una vez en menos de siete años), lo aprendido con la experiencia de
la tragedia. Las recientes lluvias de febrero de 2005 (una vaguada de
tres días, pero con menor intensidad que la de diciembre de 1999;
véase Altez, 2005), evidenciaron que los recursos adaptativos y las
“respuestas rápidas” estuvieron en manos de las comunidades antes
que en el despliegue de las autoridades. Esto ha de entenderse como
una ganancia... Al mismo tiempo, la incomodidad generada por un
nuevo aislamiento y por la recurrente destrucción de la vialidad, el
desbordamiento de las quebradas y la convivencia en medio de un
aire amarillento por el polvo levantado una vez que el barro secó,
evidenciaba el malestar general entre los residentes de la zona. No
obstante, aquella incomodidad se fue diluyendo poco a poco en medio
de un rápido retorno a la “normalidad”.
Rogelio Altez
252
La sociedad varguense en general, sumida en estas
condiciones, ha contemplado cómo su cotidianidad ha sido
transformada radicalmente desde aquel diciembre de 1999. Al
mismo tiempo, también ha demostrado poseer sorprendentes
mecanismos adaptativos que le han valido para reconstituirse como
comunidad sobre circunstancias ciertamente negativas. Entre otros
aspectos recursivos, ha demostrado una enorme capacidad de
supervivencia, un sólido sentido de arraigo y una clara flexibilidad
ante los riesgos (SOCSAL, 2004).
Todo esto se encuentra articulado con un severo
trastocamiento afectivo y subjetivo en el desenvolvimiento y en las
relaciones de esta sociedad, lo cual seguramente ha alterado
aspectos profundos en las estructuras sociales y culturales. Quizás
en medio de tales sacudimientos la percepción de la realidad
también se haya afectado y, con ello, muy probablemente, pudiera
estar cambiando el sentido del tiempo (lo cual debe estar, asimismo,
contribuyendo a la resignación antes mencionada). Puede
asegurarse que hasta el desastre, esta sociedad entendía al tiempo
como cualquier otra variable dentro del paradigma moderno: hacia
delante, hacia el progreso... Actualmente, su comportamiento (de
resignación, de desesperanza aprendida, de convivenciacon el
deterioro y, también, de recursos positivos frente a eventos
desastrosos), parece provenir de una lógica que contradice a la
modernidad: el tiempo se detuvo con la tragedia, y con ello todos
también se detuvieron, mucho más aún al contemplar que todo está
materialmente detenido. En la zona de desastre del estado Vargas,
avanzar en el tiempo es retroceder en el progreso.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
253
• En quienes toman decisiones
El desastre de diciembre de 1999 enVenezuela significó el cierre
de la década del DIRDN. No cabe duda que durante esos años todos los
espacios que toman decisiones en el mundo, así como todos los ámbitos
científicos y de investigación, obtuvieron una ganancia discursiva que
incluyó en su repertorio de objetivos y categorías conceptuales algunos
aspectos que periódicamente y durantemucho tiempo, estaban clamando
por un lugar autónomo dentro del planeta. Prevención, riesgo,
vulnerabilidad, desastre, amenaza natural, amenaza antrópica, asistencia,
desplazados y otras categorías conceptuales, avanzaron decididamente
sobre los espacios públicos. Con aquel evento de impresionante
magnitud, buena parte de los organismos internacionales (políticos,
científicos, asistenciales, humanitarios), extendieron su auxilio y
buscaron en aquel escenario, una plataforma para poner en práctica parte
de lo discutido en el decenio precedente.
Venezuela, que para entonces vivía profundas transformaciones
políticas e institucionales, bebió profusamente de todo ello. Sin embargo,
las circunstancias y la emergencia no dieron mucho tiempo al
aprovechamiento de esa bebida. Quizás la mencionada transformación
institucional representó buena parte de las dificultades que se presentaron
para aprovechar aquellas ganancias que, en medio de la urgencia de
ponerlas en práctica, fueron diluidas en un arropador pragmatismo.
Precisamente, cuando dio inicio la vaguada que desencadenó el
desastre (15 de diciembre), se celebraban elecciones nacionales para
aprobar la nuevaConstitución de la República, con la cual comenzaba un
proceso largo y conflictivo de transformación política y administrativa en
todo el país. Lo que se llama estadoVargas actualmente, había alcanzado
dicho status muy recientemente; tanto así, que antes de obtener tal
Rogelio Altez
254
categoría, sólo era un municipio (con el mismo nombre). El nacimiento
del estado como tal, no abolió al municipio ni a su jurisdicción, antes
bien, uno fue erigido sobre el otro, lo cual implicaba que los dos poderes
ocupaban el mismo espacio. El Municipio Vargas y el estado Vargas
aspiraban delimitar sus jurisdicciones con el inicio de ese proceso, puesto
que ambas autoridades se desplegaban sobre los mismos límites. Pero
esto no sucedió.
Las condiciones en las que se encontró toda la región después del
desastre impidieron que se atendiera con dedicación a tal problema. De
esta manera, luego del evento catastrófico, municipio y estado
continuaban teniendo la misma autoridad sobre la misma jurisdicción.
Y eso no fue todo: como la gobernación del estado se hallaba en manos
de una de las dos grandes tendencias políticas del país, y la
municipalidad era detentada por quienes se le oponían, inmediatamente
surgieron graves conflictos de poderes que mucho influyeron en la
emergencia.Ante esto, el gobierno nacional decidió crear una instancia
que se encargara especialmente de las decisiones sobre la reconstrucción
de la región, y que estuviera por encima y al margen de las autoridades
locales.Así nació, por decreto oficial, laAutoridad Única de Área para
el Estado Vargas (AUAEV Decreto Nº 766, de fecha 30 de marzo de
2000, reformado parcialmente por el Decreto Nº 1.112 del 06 de
diciembre de ese mismo año). Para entonces, el estado Vargas contaba
con tres poderes sobre la misma jurisdicción.
Paralelamente, el gobierno nacional creó otra institución a partir
de todos estos problemas. Si la AUAEV debía dedicarse a la
planificación y a las decisiones de la rehabilitación del estado, al
ejecutivo central le pareció conveniente que otra instancia se encargara
de ejecutar tales proyectos y planes. Así surgió CORPOVARGAS
(Corporación para la Recuperación y Desarrollo del Estado Vargas,
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
255
creada mediante ley del mismo nombre de la entidad el 08 de junio del
año 2000). Fue entonces cuando aquella jurisdicción que ya estaba
soportando una alcaldía, una gobernación y una autoridad única, habría
de ver sobre el mismo espacio a otra autoridad con el mismo status de
poder. Si esto parece un exabrupto, la realidad es que hasta el año 2005
aún colindaban las cuatro autoridades sobre la misma jurisdicción.
Se trata, pues, de cuatro superautoridades que se hallan
superpuestas. Al ojo de cualquier observador, esto ha de suponer un
problema básico y crítico para las decisiones, la ejecución de proyectos
y la administración de los recursos. En este sentido, con este panorama
de poderes no siempre complementarios, todo lo anteriormente señalado
acerca de las ganancias vinculadas al discurso del riesgo, los desastres
y la vulnerabilidad, se torna nebuloso en la práctica. No obstante, desde
el propio discurso de cualquiera de esas instancias (todas ellas
políticamente comprometidas), la ganancia es claramente ideológica.
Dos de esas autoridades nacen, precisamente, gracias a un desastre.
Las otras dos, igualmente, se han visto ampliamente beneficiadas por la
misma situación.
En efecto, desde que la noticia de la tragedia comenzara a dar la
vuelta al mundo, la ayuda no tardó en llegar. Buena parte de esa ayuda
llegó en sumas de dinero que deberían ser destinadas a la rehabilitación
de la región afectada. Cientos de millones de dólares arribaron al país
en los primeros meses del año 2000 (tal como se evidenció en los
documentos antes citados). Más tarde, la Asamblea Nacional otorgaría
créditos extraordinarios para ayudar a los gobiernos locales a enfrentar
su crisis. Igualmente, organizaciones no gubernamentales, organismos
internacionales y gobiernos amigos, continuaron extendiendo (como lo
han hecho hasta el presente), su ayuda a través del financiamiento de
Rogelio Altez
256
investigaciones o bien involucrándose directamente en la
reconstrucción. Todo esto ha implicado un beneficio directo a las cuatro
autoridades del estado Vargas.
Gráfico 5. Estos muros de gavión fueron construidos por las autoridades en casi todo el
litoral, luego de decidir que se trataba de la mejor solución para contener deslizamientos
y desbordamientos. En la fotografía se aprecia el comportamiento poco efectivo de esta
solución frente a lluvias de común intensidad. Fotografía: RogelioAltez, enero de 2005.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
257
Gráfico 6. Así lucían los mismos muros captados en la figura anterior luego de las lluvias
de febrero de 2005. Debe destacarse que se trató de un evento significativamente menor
que el de 1999. Sin embargo, también resulta significativa la cantidad de dinero invertida
en obras como ésta, las cuales no ofrecen ningún tipo de respuesta eficaz frente a lo que
cotidianamente sucede en el litoral central. Decisiones como ésta solo favorecen a
contratistas y licitadores. Si estas obras forman parte de las respuestas oficiales para
reconstruir el litoral central y hacerlo más preparado para eventos como el de 1999, al
parecer algo está mal calculado. Fotografía: RogelioAltez, febrero de 2005.
Asimismo, en casi siete años desde que se inició la reconstrucción,
el mayor beneficio lo han percibido las empresas contratistas, y no las
comunidades. Los estudios, proyectos, planificación e investigaciones
sobre todos los aspectos involucrados con el desastre, sus consecuencias
y la rehabilitación de la región, parecen haber contado con un destino
radicalmente opuesto alde las inversiones, o bien los encargados de
ejecutar dichos proyectos han comprendido erróneamente sus resultados
Rogelio Altez
258
(véanse los gráficos 5 y 6). Esto puede apreciarse en la lentitud de la
recuperación de las zonas más afectadas (otra vez: siete años...), y en los
errores o desaciertos de las obras realizadas. Esta situación ha resultado
evidente a partir de la ocurrencia de otros eventos menores entre el año
2000 y la actualidad (véase al respecto,Altez 2005).
Lo que aprendieron los entes que toman decisiones con todo este
proceso es que los desastres ofrecen oportunidades insospechadas de
crecimiento... aunque ese crecimiento sea, evidentemente, tan diferencial
como el propio aprendizaje. Para muchos, el desastre es percibido como
un valor de cambio, en donde han logrado separar o discernir a la sociedad
de los objetivos hacia donde deben dirigirse las decisiones.Todo lo demás
quizás sólo tenga un triste valor de uso (ver gráficos 7 y 8).
Gráfico 7. Así se veía la avenida principal de Los Corales (parroquia Caraballeda), luego
del evento de 1999, enseñando haber sido el centro del cauce. Fotografía perteneciente al
Departamento de Ciencias de la Tierra de la Fundación Venezolana de Investigaciones
Sismológicas.
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
259
Gráfico 8. Así luce en la actualidad lamisma avenida de Los Corales. ¿Aquién le importa
realmente lo que pueda suceder en el futuro, cuando se articulen nuevamente las mismas
variables que detonaron el desastre de 1999? ¿Para qué permitir la reconstrucción de un
lugar expuesto como éste? Fotografía: RogelioAltez, octubre de 2004.
Conclusión: Vivir en el post-desastre
Casi siete años después de la tragedia, el estado Vargas aún vive
en medio de condiciones que son el producto fresco de las lluvias de
1999. Evidentemente, en contextos subdesarrollados como lo
representan algunos países latinoamericanos, los desastres de gran
envergadura pueden llegar a causar traumatismos severos en las
sociedades donde sobrevienen, generando con ello disrupciones
históricas que desvían el desarrollo o crecimiento que una región entera
(en este caso el litoral central venezolano), cambiando para siempre las
condiciones de vida a partir de ello.
Rogelio Altez
260
La sociedad del estado Vargas ha tenido que cambiar su
cotidianidad luego de aquella tragedia, ganando con ello un ineludible
aprendizaje que la especializa en estas situaciones. Al menos estas
generaciones expresarán certeramente esta ganancia; depende de ellas
la transmisión de las mismas a su descendencia (esta reflexión es
también recreada en Altez, 2005).
En el entendido, pues, de que un desastre (es decir, no la
ocurrencia del fenómeno natural, sino la expresión material y crítica
de la vulnerabilidad de la sociedad que hace posible la catástrofe),
transforma los destinos de una sociedad o región (un ejemplo
histórico de ello puede hallarse en Palme yAltez, 2002, acerca de los
terremotos de los Andes venezolanos en 1674), entonces, la forma a
través de la cual la sociedad afectada absorbe el impacto y sufre los
efectos, debe entenderse como la expresión del alcance en el tiempo
y en el espacio de su vulnerabilidad. En el caso de Vargas, en
Venezuela, este alcance ha sido extenso y perdurable. Es importante
agregar, asimismo, que la vulnerabilidad no debe ser entendida como
un “ente” o una “cosa”, sino como el resultado de una construcción
histórica; por lo tanto, para reducirla o transformarla es necesario
conocer mucho más que las propias variables que le caracterizan y
constituyen: se hace imperante comprender la forma a través de la
cual esas variables se construyeron y se reprodujeron en el tiempo.
Esto coincide con lo planteado por García Acosta (2005), en su
trabajo sobre la construcción social del riesgo. De acuerdo a esta
autora, resulta pertinente atender los procesos que permiten la
acumulación de las vulnerabilidades sociales y económicas
(2005:18); es decir, debe comprenderse el riesgo (igual que a la
vulnerabilidad y las amenazas), como “proceso” (2005:19).
Vivir En El Post-desastre: Reflexiones Sobre Los Aprendizajes de una
Tragedia aún Vigente El Caso Vargas-Venezuela
261
Tal como se explicara anteriormente, la expresión más profunda y
evidente de la vulnerabilidad se observa en las regionesmás afectadas del
estado Vargas aún mucho tiempo después.Algunas de las características
abordadas en este trabajo enseñan que las consecuenciasmás trágicas del
desastre de 1999, no se hayan en la destrucción, sino en la vigencia de
tales consecuencias, producto del desinterés en finiquitar el proceso de
aprovechamiento que ha significado el propio desastre. Este carácter
exponencial de la vulnerabilidad y su extensión en el tiempo es lo que
puede llamarse un post-desastre, puesto que se han creado nuevas
condiciones de vida en el estado Vargas que no representan
necesariamente un camino hacia la recuperación de la región, sino que
lamentablemente para las comunidades allí ubicadas, significan la
prolongación casi indefinida de las consecuencias del desastre. Es
importante subrayar que el término “post-desastre”, tal como es utilizado
aquí, no es sinónimo de lo que se entiende técnicamente como tal cosa (es
decir, aquel momento en el que se hace necesario el despliegue de la
asistencia rápida y en donde se cuantifican los daños materiales y los
efectos sobre la población). Sin embargo, y a pesar de esta diferencia,
parece pertinente aclarar que el sentido que aquí se pretende dar a esta
noción no es, precisamente, el de un “término”, sino el de una categoría
con utilidades analíticas y no descriptivas. En este sentido, aquel desastre
no ha sido un antes y después, o un estallido destructor que simplemente
cambia rumbos en la vida: el hecho es que no ha desaparecido, sino que
se ha transformado en un contexto de rostro desesperanzado. Se trata de
un post-desastre en pleno vigor y que hace mucho más sensible la
fragilidad de las respuestas frente a eventos que bien podrían ser
manejados exitosamente.
Sería pertinente y especialmente enriquecedor realizar una revisión
comparativa en contextos latinoamericanos similares, en donde desastres
de gran magnitud hayan impactado en forma parecida, hurgando acerca
Rogelio Altez
262
de consecuencias que puedan conducir a observar resultados
semejantes u opuestos. Eventos históricamente recientes podrían
ofrecer información de interés. Es decir, parece necesario revisar si
los desastres que devastan regiones enteras, permiten la reconstrucción
apuntando a la reducción de la vulnerabilidad, o bien profundizando
la misma. Igualmente, si este análisis permite extender sus derroteros,
sería también interesante observar estos aspectos en otros contextos
distantes a los latinoamericanos, tanto como buscar su analogía en
países desarrollados.
La advertencia de este ejemplo acerca de lo que puede
observarse luego de un desastre de grandes magnitudes, reclama la
necesidad de observarlos con una perspectiva metodológica de mayor
amplitud, desde la cual puedan contemplarse los aspectos constitutivos
de las vulnerabilidades como un proceso que no se interrumpe con el
momento impacto-efecto, sino que haya expresividad y potencialidad
a partir de esa coyuntura. Lo que advierte GarcíaAcosta (2005) como
construcción social del riesgo, debe comprenderse, en consecuencia,
como un proceso que continúa desarrollándose posteriormente al
evento destructor. Generalmente, los estudios sobre los desastres
culminan señalando las causas (sociales, infraestructurales, naturales,
etc.) de los mismos, o bien analizando las consecuencias y efectos de
manera cuantitativa, cerrando sus aproximaciones con el hecho
mismo. En realidad, si han de apreciarse los desastres, los riesgos, las
amenazas y, sobre todo, las vulnerabilidades como el resultado de una
construcción social e histórica, ¿cómo dejar de observar la forma a
través de la cual las sociedades afectadas continúan