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157
Capítulo 16
La anemia en la patología cardiovascular 
de las enfermedades renales
Dr. José Antonio Herrero Calvo
Médico especialista en Nefrología. Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos, Madrid. 
Profesor asociado de la Facultad de Medicina de la universidad Complutense de Madrid
Anemia e insuficiencia renal
En 1836 richard Bright estableció por primera vez la asocia-
ción entre anemia e insuficiencia renal, y desde esta primera 
descripción hasta la actualidad el tema ha suscitado un gran 
interés. La anemia es muy prevalente en la insuficiencia renal 
crónica, más cuanto mayor sea el grado de deterioro de la 
función renal, de tal manera que afecta a más del 90% de 
los pacientes en diálisis. tiene una importante repercusión 
clínica, dado que puede afectar a distintos órganos y siste-
mas, fundamentalmente al sistema cardiovascular. Incide en 
la sensación de bienestar, en la calidad de vida y, en suma, 
en la evolución general de los enfermos.
Hasta principios de la década de los noventa, el 
tratamiento de la anemia era poco satisfactorio en una 
proporción elevada de pacientes con insuficiencia renal 
crónica. Sin embargo, desde entonces la disponibilidad de 
la eritropoyetina humana recombinante (Hr-EPo), fármaco 
sintetizado mediante ingeniería genética, ha transformado 
de manera radical la situación. La aplicación de medidas 
terapéuticas tempranas, además de mantener la calidad 
de vida, previene futuras complicaciones. Por eso son muy 
importantes el diagnóstico y el tratamiento precoces.
Conceptos básicos sobre fisiología renal 
e insuficiencia renal crónica
Los riñones tienen varias funciones. Por un lado, la función 
exocrina, que consiste en la excreción de productos de 
desecho (por ejemplo, la urea y la creatinina), junto con la 
regulación del equilibrio del agua corporal y de los electro-
litos (por ejemplo, el sodio y el potasio), así como del equi-
librio ácido-base. El resultado de todo ello es la producción 
de orina. Por otro lado, tienen funciones endocrinas, entre 
las que se encuentra la síntesis de eritropoyetina, hormona 
encargada de producir glóbulos rojos.
Las unidades funcionales renales que producen la 
orina son las nefronas, que constan de un ovillo de vasos 
sanguíneos muy finos (capilares) llamado glomérulo y de 
un sistema de recolección llamado túbulo. A través de las 
paredes de los glomérulos se filtra el líquido plasmático 
(filtrado glomerular), que pasa a los túbulos, donde sufre 
algunas transformaciones, para finalmente llegar a la pel-
vis renal y al uréter en forma de orina. Al nacer, cada riñón 
tiene aproximadamente un millón de nefronas, que se 
caracterizan por no poder multiplicarse, de tal manera que 
la lesión irreversible de cada una de ellas hace que el resto 
deba suplir a las que han sido destruidas.
Cuando tiene lugar una destrucción irreversible 
de un número significativo de nefronas, cualquiera que 
sea la causa, aparece la insuficiencia renal crónica, lo que 
implica un descenso del filtrado glomerular. En la insufi-
ciencia renal crónica se produce la falta de eliminación 
urinaria de sustancias de desecho, que además se elevan 
en sangre (por ejemplo, la urea y la creatinina). también 
se produce un desequilibrio del agua corporal, con 
LIBro DE LA SALuD CArDIoVASCuLAr
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tendencia a ser retenida en estadios avanzados, y de los 
electrolitos, y tiene lugar una retención de ácidos (acido-
sis metabólica).
Cuando el filtrado glomerular alcanza unos niveles 
críticos, es necesario suplir la función de los riñones; para 
ello se dispone de la diálisis y del trasplante renal. A su vez, 
la diálisis se puede realizar mediante una técnica extracor-
pórea de depuración de la sangre (hemodiálisis) o a través 
de la membrana peritoneal del paciente situada en la cavi-
dad abdominal (diálisis peritoneal). Conviene destacar que 
la hemodiálisis y la diálisis peritoneal suplen las funciones 
excretoras y de regulación del equilibrio hidroelectrolítico 
y ácido-base, pero no sustituyen a las funciones endocri-
nas, como la producción de eritropoyetina.
Causas de anemia en la insuficiencia renal crónica
El desarrollo de anemia en la insuficiencia renal es el resul-
tado de la conjunción de una serie de alteraciones comple-
jas que, en mayor o menor medida, conducen a reducir la 
producción de eritrocitos y/o a un acortamiento de la vida 
de éstos (véase la tabla 1).
La alteración más importante es el déficit de la 
producción de eritropoyetina, una hormona que regula la 
proliferación y la diferenciación de los precursores de los 
glóbulos rojos en la médula ósea, y que, por tanto, regula 
también su producción final. Es una glicoproteína que 
se produce en un 85-90% en los riñones y el resto en el 
hígado. La disminución de la presión parcial de oxígeno 
en los tejidos (hipoxia) es el estímulo fundamental para su 
síntesis y liberación. En los riñones, las células intersticiales 
que rodean los túbulos son muy sensibles a las variacio-
nes de la presión parcial de oxígeno y, cuando hay hipoxia, 
estimulan la producción de eritropoyetina por las células 
renales correspondientes.
El daño del tejido renal no sólo causa insuficiencia 
renal crónica, sino también disminución de la producción 
de eritropoyetina, y, por tanto, las concentraciones de 
esta hormona en la sangre y en la médula ósea se encuen-
tran muy por debajo de lo necesario para mantener unas 
cifras normales de glóbulos rojos. No obstante, se da la 
circunstancia de que, aun con una pérdida casi total del 
parénquima renal encargado de las funciones exocrinas 
(producción de orina), suele haber una cierta produc-
ción de eritropoyetina, como lo demuestra el hecho de 
que la extirpación de ambos riñones en pacientes que 
están en diálisis, y que previamente tenían una función 
renal cercana a cero, agrava notablemente la anemia. 
Desafortunadamente, la disminución de la producción 
renal de eritropoyetina no es compensada por un hígado 
normal. 
En la insuficiencia renal se acumulan determinadas 
toxinas, como las poliaminas, que causan una inhibición de 
la producción de glóbulos rojos (eritropoyesis). Por eso, en 
los pacientes en tratamiento renal sustitutivo es necesaria 
una dosis de diálisis adecuada como requisito para man-
tener una eritropoyesis o producción de glóbulos rojos 
eficaz. Además, algunas técnicas de diálisis, como la hemo-
diafiltración, son capaces de eliminar más eficazmente 
estas toxinas frente a la hemodiálisis estándar, lo que se 
traduce en una mejor corrección de la anemia.
El paciente con insuficiencia renal presenta tenden-
cia al sangrado. El procedimiento de hemodiálisis con la 
coagulación parcial del circuito sanguíneo, junto con las 
frecuentes extracciones de sangre, también contribuye a 
estas pérdidas de sangre. La ausencia de una síntesis ade-
cuada de eritropoyetina para hacer frente a esas pérdidas 
acelera y agrava el desarrollo de la anemia.
un adecuado metabolismo del hierro es clave en 
la respuesta terapéutica a la Hr-EPo. La ingesta deficiente 
de alimentos ricos en hierro (carnes rojas, pescado, crustá-
ceos), junto con las pérdidas frecuentes hemáticas, predis-
pone al desarrollo de ferropenia. Por otro lado, el estado 
inflamatorio que aparece en algunos pacientes dificulta la 
utilización de sus reservas corporales. Por eso, el déficit de 
hierro o su falta de biodisponibilidad se han convertido en 
un problema clínico cotidiano y son actualmente algunas 
de las causas principales de la ineficacia de la Hr-EPo.
La reducida ingesta proteica, unida a las pérdidas 
a través de la diálisis, puede promover una deficiencia de 
vitaminas hidrosolubles (solubles en agua). La carencia 
de ácido fólico y de vitamina B12
, así como de aminoácidos 
TABLA 1. Causas de anemia en la insuficiencia renal
Producción inadecuada de hematíes:
• Déficit de eritropoyetina
• Inhibidores de la eritropoyesis (toxinas urémicas)
• Déficit de hierro
• Déficit de vitaminas hidrosolubles
• Hiperparatiroidismo• Intoxicación por aluminio
• Otras
Pérdidas hemáticas
Acortamiento de la vida media de los hematíes
159
LA ANEMIA EN LA PAtoLogÍA CArDIoVASCuLAr DE LAS ENFErMEDADES rENALES
esenciales y carnitina, puede causar resistencia a la acción 
de la Hr-EPo.
En la insuficiencia renal crónica existe una tenden-
cia a la alteración del metabolismo fosfocálcico que lleva 
en algunos pacientes a la hiperproducción de hormona 
paratiroidea o paratohormona. El efecto negativo más 
importante del exceso de paratohormona es el desarrollo 
de fibrosis de la médula ósea, con la consiguiente dificul-
tad para producir hematíes o glóbulos rojos, y la reducción 
de su vida media al originar un aumento de su fragilidad.
En la insuficiencia renal es muy importante prevenir 
la afectación del corazón, pues la patología cardiovascular 
es la principal causa de morbimortalidad (complicaciones 
y fallecimiento) de estos pacientes. una de las medidas 
que adoptar es el diagnóstico y el tratamiento precoces 
de la anemia. Se han publicado unas guías de tratamiento, 
elaboradas por expertos, que orientan acerca de cuándo y 
cómo ha de administrarse la terapia en estos pacientes. El 
tratamiento incluye fundamentalmente eritropoyetina por 
vía subcutánea o intravenosa y hierro oral o intravenoso, 
además de corregir déficits vitamínicos como los de vita-
mina B12
 y ácido fólico.
El aluminio compite con el hierro tanto por la unión 
a la proteína transportadora en la sangre (transferrina), 
como por la incorporación a la síntesis del grupo hemo. De 
esta manera, la intoxicación por aluminio causa una ane-
mia microcítica hipocrómica y resistencia a la Hr-EPo. No 
obstante, en la actualidad son excepcionales los casos de 
intoxicación por aluminio, dado que la fuente principal de 
entrada es a través del líquido de diálisis contaminado, y 
actualmente se aplica una tecnología suficientemente efi-
caz como para hacer sus niveles indetectables.
otras causas potenciales de anemia en algunos 
pacientes con insuficiencia renal crónica son los procesos 
inflamatorios o infecciosos crónicos, los procesos tumora-
les y la administración de determinados fármacos, como 
los inmunosupresores y los antivirales.
Por otro lado, la insuficiencia renal provoca un acor-
tamiento de la vida media del hematíe por diversos meca-
nismos, unos por factores intrínsecos, por la alteración del 
propio hematíe, y otros por factores extrínsecos, que son 
los más importantes. Esto se demuestra por el hecho de 
que la transfusión de hematíes normales a un paciente con 
insuficiencia renal avanzada provoca una disminución de 
la vida media de los hematíes transfundidos, mientras que 
la transfusión de hematíes urémicos a un sujeto sano nor-
maliza la vida media del hematíe.
Diagnóstico
La anemia ha de ser investigada en todos los pacientes 
con insuficiencia renal. En las últimas guías europeas, 
revisadas en 2009, se indica que el diagnóstico de ane-
mia debe ser considerado cuando la concentración de 
hemoglobina se encuentre dos desviaciones estánda-
res por debajo del valor de hemoglobina de la población 
normal, ajustada para la edad y el sexo: menor de 11,5 g/dl 
de sangre en mujeres adultas, menor de 12,5 g/dl en varones 
adultos y menor de 12 g/dl en varones mayores de 70 años. 
Para establecer el diagnóstico de anemia de origen renal, 
fundamentalmente secundaria a un déficit de eritropoye-
tina, se requiere que la insuficiencia renal sea al menos de 
grado moderado (filtrado glomerular inferior a 60 ml/min).
En los últimos años se ha puesto de manifiesto la 
existencia de la llamada insuficiencia renal oculta, esto es, 
individuos de la población general que presentan deterioro 
de la función de los riñones de diverso grado no conocido. 
Se da la circunstancia de que en algunos pacientes el diag-
nóstico de la anemia es el que lleva al de la insuficiencia 
renal, es decir, primero se halla la anemia y, al buscar las 
causas, aparece la insuficiencia renal.
Repercusión clínica
La anemia contribuye de forma muy notable a la sinto-
matología del paciente con insuficiencia renal, aunque 
su instauración, habitualmente lenta en estos enfermos, 
FIGURA 1. Componentes de un riñón
Cálices
Pelvis renal
Médula
Arteria renal
Vena renal
Uréter
Glomérulo
Corteza
Los glomérulos son ovillos de vasos sanguíneos (capilares) que se 
hallan en la corteza renal y forman parte de las nefronas, que son las 
unidades estructurales y funcionales renales.
LIBro DE LA SALuD CArDIoVASCuLAr
160
hace que para un mismo grado sea mejor tolerada que 
otros procesos anémicos de instauración más rápida. 
Los síntomas y signos principales de la anemia son el 
cansancio o la fatiga (astenia), la debilidad muscular y la 
palidez de la piel y/o las mucosas. Puede producir tam-
bién otros síntomas como latidos del corazón acelerados 
(palpitaciones) y/o sensación de falta de aire (disnea) 
al realizar esfuerzos pequeños o moderados, dolor de 
pecho (angina), mareos y vértigos, calambres muscula-
res, falta de concentración y pérdida de memoria, entre 
otros. Muchos de estos síntomas se encuadran en el lla-
mado síndrome urémico, y hasta el advenimiento de la 
terapéutica con eritropoyetina, se consideraban secun-
darios a la intoxicación urémica per se. No obstante, ha 
quedado claramente de manifiesto que la corrección de 
la anemia con eritropoyetina mejora el estado general 
de manera muy notable, y que los pacientes que llegan 
a diálisis se encuentran en una situación clínica más 
favorable.
La anemia en la patología cardiovascular
La anemia produce un estado de circulación acelerado 
de la sangre (hiperdinamismo) para compensar la dismi-
nución del aporte de oxígeno a los tejidos que supone 
la reducción de la cifra de glóbulos rojos. Esta situación 
hiperdinámica se produce a expensas del aumento del 
volumen de sangre por minuto que bombea el cora-
zón (gasto cardíaco), y de la dilatación de las arterias 
periféricas que riegan los tejidos (vasodilatación). El 
aumento del gasto cardíaco conlleva un incremento en 
el trabajo o ejercicio que tiene que realizar el corazón 
respecto a una situación de no anemia; ello conduce a 
que la pared muscular de éste (miocardio) se engrose, 
lo que contribuye al aumento de su tamaño. El engro-
samiento del miocardio se produce fundamentalmente 
en el ventrículo izquierdo, que es el encargado de 
enviar la sangre a la circulación general o sistémica. 
Este aumento del espesor de la pared del ventrículo 
izquierdo se suele acompañar del crecimiento de su 
diámetro interno, lo que de manera global se conoce 
como aumento de la masa ventricular izquierda (hiper-
trofia ventricular izquierda). La hipertrofia ventricular 
izquierda hace que la relajación (diástole) sea incom-
pleta (disfunción diastólica).
La hipertrofia ventricular izquierda con disfunción 
diastólica contribuye a la aparición de algunos de los sig-
nos y síntomas que presentan los enfermos con insuficien-
cia renal en diálisis, especialmente la caída de la tensión 
arterial (hipotensión) durante la sesión de hemodiálisis. 
Por otra parte, la hipertrofia ventricular izquierda y la hipo-
tensión en diálisis predisponen a la aparición de trastornos 
del ritmo cardíaco (arritmias) con diversas consecuen-
cias, algunas graves. De otro modo, también la anemia 
por sí misma, aun en ausencia de hipertrofia ventricular 
izquierda, es causa de hipotensión y de arritmias durante 
la diálisis.
La anemia y la hipertrofia ventricular izquierda, 
asociadas o no, suponen también un riesgo de cardio-
patía isquémica o enfermedad coronaria, esto es, angina 
y/o infarto de miocardio e incluso muerte súbita. En los 
pacientes con afectación de la función cardíaca, la anemia 
favorece su empeoramiento, lo que condiciona una situa-
ción basal más precaria y aumenta los episodios de des-
compensación o insuficiencia cardíaca.
En la evolución de la insuficiencia renal crónica, la 
hipertrofia ventricular izquierda aparece desde los esta-
dios iniciales de instauraciónde la anemia, por lo que es 
importante la prevención con un tratamiento precoz. 
Además, diversos estudios han demostrado una reducción 
de la hipertrofia ventricular izquierda tras la corrección de 
la anemia con Hr-EPo, tanto en pacientes con insuficien-
cia renal crónica no dializados, como en pacientes en pro-
grama de diálisis.
FIGURA 2. Ciclo de producción de hematíes
Médula ósea
Producción de 
hematíes
Riñones
Síntesis de 
eritropoyetina
Sangre
transporte de oxígeno 
por los hematíes
(C)
(A) (B)
Hematíes Eritropoyetina
El oxígeno es transportado en la sangre por los hematíes (A). En el 
riñón hay sensores de la presión parcial de oxígeno de la sangre; 
cuando ésta baja de unos determinados niveles, estimula en las 
células intersticiales peritubulares la síntesis y la liberación de 
eritropoyetina (B), la cual actúa en la médula ósea aumentando la 
producción de hematíes (C).
161
LA ANEMIA EN LA PAtoLogÍA CArDIoVASCuLAr DE LAS ENFErMEDADES rENALES
Tratamiento
El tratamiento más específico de la anemia secundaria 
a insuficiencia renal es la Hr-EPo (véase la tabla 2). Fue 
administrada por primera vez en 1985 y actualmente está 
ampliamente extendida. Siguiendo las indicaciones de 
las guías, deberá comenzarse el tratamiento con Hr-EPo 
cuando la cifra de hemoglobina sea inferior a 11 g/dl. 
Varias observaciones han puesto de manifiesto que la 
normalización de la cifra de hemoglobina —esto es, 
la corrección completa de la anemia con Hr-EPo—, se aso-
cia a diversos efectos secundarios, entre los que destacan 
la aparición o el agravamiento de la hipertensión arterial, 
y la tendencia a la coagulación, con el riesgo de fenóme-
nos de trombosis de los vasos sanguíneos. Por eso, se reco-
mienda mantener las cifras de hemoglobina en 11-12 g/dl. 
Así, se habla de corrección parcial de la anemia en los 
pacientes con insuficiencia renal crónica. Esta corrección 
parcial de la anemia con Hr-EPo mejora la calidad de vida 
global, las funciones cognitivas e intelectuales, la tolerancia 
al ejercicio físico y la actividad sexual, además de reducir el 
riesgo cardiovascular. El tratamiento con Hr-EPo es aplica-
ble tanto a los pacientes con insuficiencia renal crónica en 
un grado en que no precisan diálisis, como a los pacientes 
en tratamiento dialítico. Se puede administrar tanto por vía 
subcutánea como por vía intravenosa; esta última es prefe-
rible en los pacientes en hemodiálisis, puesto que en ellos 
es obligatoria la canalización de vasos sanguíneos para 
realizar el procedimiento.
Dada la alta prevalencia de otros factores potencial-
mente corregibles, que incluso pueden afectar a la eficacia 
del tratamiento con Hr-EPo, se hace aconsejable seguir 
unas pautas previas a su prescripción:
• Verificar la dosis adecuada de diálisis en los pacien-
tes en tratamiento dialítico.
• Descartar y/o corregir las pérdidas hemáticas si las 
hubiera.
• Descartar y/o corregir el déficit de hierro.
• Descartar y/o corregir los déficits vitamínicos.
• Descartar y/o corregir otras causas potenciales de 
anemia.
En este momento, en España hay dos tipos de 
Hr-EPo disponibles: la Hr-EPo alfa y la Hr-EPo beta. Es 
preciso administrar tanto la una como la otra 1-2 veces 
a la semana mediante la vía subcutánea, y 2-3 veces a la 
semana si se emplea la vía intravenosa. Posteriormente, ha 
aparecido otro agente eritropoyético, de vida media más 
larga, la darbepoetina, que permite la administración cada 
1-2 semanas, tanto por vía intravenosa como subcutánea. 
recientemente, ha sido comercializado otro estimulador 
de la eritropoyesis (CErA, continuous erythropoietin recep-
tor activator), con una vida media todavía más larga que el 
anterior, y que se puede administrar cada 30 días sin que 
se pierda su actividad.
El déficit absoluto o funcional del hierro es la 
causa más frecuente de resistencia al tratamiento con eri-
tropoyetina, dado que el hierro es uno de los sustratos 
básicos para la síntesis de hemoglobina. En condiciones 
normales, los requerimientos de hierro son de 1 mg al día. 
Estos requerimientos son mayores en los pacientes con 
insuficiencia renal crónica tratados con eritropoyetina, 
y pueden alcanzar los 30-40 mg al día en los pacientes 
en hemodiálisis. Por eso, es preciso comprobar que en el 
organismo están presentes unas cantidades adecuadas 
de hierro antes de iniciar el tratamiento eritropoyético, y 
realizar una revisión periódica después. El hierro se admi-
nistra por vía oral o intravenosa. El problema de la admi-
nistración oral es que con alguna frecuencia es mal tole-
rado desde el punto de vista digestivo, o bien no logra 
los objetivos propuestos (esto último especialmente en los 
pacientes en hemodiálisis). Por ello, en estos últimos, la 
vía de elección es la intravenosa. Existen varios tipos de 
preparados de hierro para administrar por vía intrave-
nosa. En España, el más empleado es el hierro sacarosa 
por presentar, en general, mejor tolerancia. No obstante, 
la administración de hierro intravenoso ha de hacerse con 
precaución, dado que puede producir sobresaturación de 
la transferrina, lo que tiene relación con la dosis adminis-
trada y la velocidad de infusión. La sobresaturación de la 
transferrina favorece la oxidación de proteínas y lípidos, 
con consecuencias no claramente definidas —entre ellas, 
la arteriosclerosis y el riesgo cardiovascular—. En cual-
quier caso, una tasa de perfusión inadecuada se asocia 
a mayores efectos secundarios; el más frecuente es el 
TABLA 2. Tratamiento de la anemia en la 
insuficiencia renal crónica
Eritropoyetina
Hierro
Ácido fólico y vitamina B
12
L-carnitina
Anabolizantes androgénicos
LIBro DE LA SALuD CArDIoVASCuLAr
162
sabor metálico. En suma, el hierro intravenoso es nece-
sario en los pacientes en hemodiálisis y en un porcentaje 
de pacientes en diálisis peritoneal y no dializados, aun-
que ha de administrarse de manera juiciosa. una dosis 
de 100 mg de hierro sacarosa perfundida en 30 minutos, 
o más, cada 7-10 días se tolera bien y presenta escasos 
efectos secundarios. recientemente, ha sido comercia-
lizado en nuestro país un preparado, el hierro dextrano 
de bajo peso molecular, que podría permitir mayores 
tasas de administración por su rápida incorporación a la 
transferrina.
La corrección del déficit de L-carnitina, ácido fólico 
y vitamina B
12 
es también una práctica necesaria en el 
manejo de la anemia de estos pacientes. La L-carnitina se 
puede administrar de forma intravenosa tras la sesión de 
hemodiálisis, y el ácido fólico y la vitamina B
12
,
 
en compri-
midos o grageas. Por último, la administración de anaboli-
zantes androgénicos estimula la producción endógena de 
la EPo. En la etapa previa a la Hr-EPo, era una herramienta 
empleada con alguna frecuencia. Los efectos secundarios 
eran principalmente el acné, las alteraciones hepáticas, 
el aumento de los triglicéridos en sangre y la virilización, 
hechos que han condicionado prácticamente su abandono 
en la actualidad.
Consultas más frecuentes
¿Todos los pacientes con insuficiencia renal tienen anemia?
En las fases avanzadas de insuficiencia renal, y en diálisis, la mayo-
ría de los pacientes tiene anemia. Ésta se va instaurando progre-
sivamente a medida que la función renal empeora, generalmente 
a partir de un determinado grado de insuficiencia renal, esto es, 
desde que los pacientes presentan insuficiencia renal en grado 
moderado.
¿Siempre que hay anemia es necesario investigar la función 
de los riñones?
Aunque las causas de anemia son generalmente múltiples, en 
una primera evaluación conviene estudiar la función renal. No es 
infrecuente encontrar en las consultas de nefrología a pacientes 
con insuficiencia renal cuya primera alteración analítica hallada 
fue una anemia.
¿Cuáles son las principales causas de la anemia en la insufi-
ciencia renal crónica?
La causa principal de anemia en los pacientes con insuficiencia 
renal es la escasez de eritropoyetina, una hormona encargada de 
fabricar los glóbulosrojos en la médula ósea, y que en condicio-
nes normales se sintetiza en los riñones. El deterioro de la fun-
ción renal, además de afectar a la producción de orina, interfiere 
también en la de eritropoyetina. Estos pacientes pueden pre-
sentar unos valores de hierro en el organismo no adecuados por 
diversos factores, y tienen que recibir tratamiento con hierro con 
mucha frecuencia, porque sus necesidades están aumentadas. Si 
se realiza una comparación con una fábrica de coches, la médula 
ósea sería la fábrica y la eritropoyetina se encargaría del ensam-
blaje de todos los componentes. Si no hay materia prima (hierro), 
no hay coches (anemia), aunque esté el encargado de fabricarlos 
(eritropoyetina).
¿Cuánto dura el tratamiento con eritropoyetina en un paciente 
con insuficiencia renal crónica?
En fases avanzadas de insuficiencia renal crónica, y pacientes en 
diálisis, las dosis de eritropoyetina y hierro se ajustan en función 
de los controles analíticos periódicos, pero, en mayor o menor 
dosis, habitualmente el tratamiento es indefinido.
¿Con un solo riñón, ya se tiene anemia por falta de eritropoyetina?
No, un riñón que esté sano es capaz de suplir las funciones del 
otro, tanto en la depuración sanguínea y la producción de orina, 
como en la capacidad de síntesis de eritropoyetina y, por tanto, en 
la regulación de la producción de glóbulos rojos.
Glosario
Eritrocito: glóbulo rojo.
Eritropoyetina: hormona producida en el riñón. Se encarga de 
producir glóbulos rojos en la médula ósea.
Glóbulo rojo: Célula de la sangre que contiene hemoglobina, 
encargada de transportar el oxígeno en la sangre.
Glomérulo: parte de la nefrona formada por un ovillo de vasos 
sanguíneos finos (capilares). Está rodeado por una envoltura o 
cápsula que recoge el filtrado glomerular que posteriormente 
pasará al túbulo. 
Hematíe: glóbulo rojo. 
Nefrona: unidad estructural y funcional renal compuesta por el 
glomérulo y el túbulo.
Transferrina: proteína de la sangre encargada de transportar el 
hierro.
Túbulo: parte de la nefrona por donde circula el filtrado glomerular, 
el cual, después de algunas transformaciones, dará lugar a la orina.
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Barcelona: Edikamed, 2008, 123-134.
• El fallo de la función de los riñones se asocia a anemia. 
Esta anemia es de origen multifactorial, aunque la causa 
principal es la disminución de la producción de eritro-
poyetina, que normalmente se sintetiza en los riñones. 
• La eritropoyetina es una hormona que regula la pro-
ducción de glóbulos rojos en la médula ósea. En la 
insuficiencia renal, además de verse afectada la función 
excretora por la producción de orina, la síntesis de eri-
tropoyetina está reducida.
• La anemia es la causa de muchos de los síntomas que 
presentan los pacientes con insuficiencia renal crónica, 
como sensación de cansancio, debilidad muscular, 
fatiga o mareos, entre otros. Además, contribuye nota-
blemente a la patología cardiovascular de estos pacien-
tes, con consecuencias a medio y largo plazo.
• La anemia produce un estado de circulación de la san-
gre acelerado o hiperdinámico para compensar la dis-
minución del aporte de oxígeno a los tejidos. Como 
consecuencia de esta situación, se produce el aumento 
del trabajo del corazón, lo que conduce a que su pared 
muscular (miocardio) se engrose (hipertrofia miocárdica). 
Esta hipertrofia aparece fundamentalmente en el cora-
zón izquierdo (ventrículo izquierdo). La hipertrofia del 
ventrículo izquierdo predispone a bajadas de la tensión 
arterial, arritmias cardíacas y episodios de angina de 
pecho e infarto de miocardio.
• En la insuficiencia renal es muy importante prevenir la 
afectación del corazón, pues la patología cardiovascu-
lar es la principal causa de morbimortalidad de estos 
pacientes. una de las medidas que deben tomarse es el 
diagnóstico y tratamiento precoces de la anemia. 
• Se han publicado algunas guías de tratamiento, elabo-
radas por expertos, que orientan acerca de cuándo y 
cómo ha de administrarse la terapia en estos pacientes. 
El tratamiento incluye fundamentalmente eritropoyetina 
por vía subcutánea o intravenosa y hierro oral o intrave-
noso, además de corregir déficits vitamínicos como la 
vitamina B
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 y el ácido fólico.
Resumen