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Elementos de radiofísica para técnicos superiores en radioterapia y dosimetría Página deliberadamente en blanco Elementos de radiofísica para técnicos superiores en radioterapia y dosimetría Luis Núñez Martín Jefe de servicio Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda Majadahonda, Madrid, España © 2016 Elsevier España, S.L.U. Avda. Josep Tarradellas, 20-30, 1.° 08029 Barcelona, España Fotocopiar es un delito. (Art. 270 C.P.) Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, correctores, impresores, editores…). El principal beneficiario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido. Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia de nuevas ediciones. Además, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes. Este libro está legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los límites establecidos por la legislación vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducción, fotocopia, traducción, grabación o cualquier otro sistema de recuperación de almacenaje de información. ISBN (versión impresa): 978-84-9022-872-2 ISBN (versión electrónica): 978-84-9113-019-2 Depósito legal: B. 5.168-2016 Servicios editoriales: DRK edición Impreso en España Advertencia Las ciencias de la salud son un área en constante evolución. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguridad estándar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigación básica y clínica habrá que introducir cambios en los tratamientos y en los fármacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los últimos datos aportados por los fabricantes sobre cada fármaco para comprobar la dosis recomendada, la vía y duración de la administración y las contraindicaciones. Es responsabilidad ineludible del médico determinar la dosis y el tratamiento más indicado para cada paciente en función de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran generarse a personas o propieda- des como consecuencia del contenido de esta obra. El Editor v ÍNDICE DE CAPÍTULOS Prólogo xv Prefacio xvi Colaboradores xvii PARTE1 • Fundamentos de física de radiaciones ionizantes CAPÍTULO 1 Estructura de la materia y transformaciones nucleares .................................2 María Pinto Monedero, Julia Garayoa Roca y Ruth Rodríguez Romero 1. INTRODUCCIÓN 2 2. ESTRUCTURA ATÓMICA. MODELOS DE ÁTOMOS 2 2.1. Modelo atómico de Dalton 2 2.2. Modelo atómico de Thomson 3 2.3. Modelo atómico de Rutherford 3 2.4. Modelo atómico de Bohr 3 2.5. Modelo atómico actual 4 3. ESTRUCTURA NUCLEAR 4 3.1. Estabilidad nuclear 5 4. TRANSFORMACIONES NUCLEARES. TIPOS DE DESINTEGRACIONES NUCLEARES 5 4.1. Desintegración b− 6 4.2. Desintegración b+ 6 4.3. Captura electrónica 6 4.4. Desintegración a 6 4.5. Desintegración g 7 5. RADIACIONES ATÓMICAS Y NUCLEARES 7 6. ISÓTOPOS RADIACTIVOS. NUCLEIDOS NATURALES Y ARTIFICIALES 7 7. ACTIVIDAD Y DESINTEGRACIÓN. LEY DEL DECAIMIENTO RADIACTIVO 8 7.1. Período de semidesintegración 9 7.2. Tiempo de vida medio 9 8. RESUMEN 9 CAPÍTULO 2 Interacción radiación-materia ....................................................................11 Julia Garayoa Roca, María Pinto Monedero y Patricia Sánchez Rubio 1. INTRODUCCIÓN 11 2. TIPOS DE RADIACIÓN. RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA Y RADIACIÓN CORPUSCULAR 11 2.1. Radiaciones ionizantes 12 3. INTERACCIÓN DE LOS FOTONES CON LA MATERIA 12 3.1. Atenuación de un haz de fotones: coeficientes de atenuación másicos 13 3.2. Efecto fotoeléctrico 13 3.3. Efecto Compton 15 3.4. Creación de pares electrón-positrón 16 3.5. Otras interacciones de los fotones: dispersión de Rayleigh e interacciones fotonucleares 16 4. INTERACCIÓN DE LAS PARTÍCULAS CARGADAS CON LA MATERIA 17 4.1. Poder de frenado 17 4.2. Pérdidas energéticas por colisión 18 4.3. Pérdidas energéticas por emisión de radiación de frenado 18 4.4. Pérdidas energéticas en interacciones nucleares 18 4.5. Interacciones de los electrones con la materia 19 5. INTERACCIÓN DE LOS NEUTRONES CON LA MATERIA 19 6. RESUMEN 20 CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas ..........................................................21 Patricia Sánchez Rubio, Jaime Martínez Ortega y María Monedero Pinto 1. INTRODUCCIÓN 21 2. EL SISTEMA INTERNACIONAL (SI) DE UNIDADES 21 2.1. Unidades derivadas de interés para la detección y la medida de la radiación 21 2.2. Múltiplos y submúltiplos del SI. La notación científica 22 Índice de capítulos vi 3. MAGNITUDES Y UNIDADES RADIOLÓGICAS EN RADIOTERAPIA 23 3.1. Magnitudes radiométricas 23 3.2. Coeficientes de interacción 24 3.3. Magnitudes dosimétricas 26 3.4. Magnitudes y unidades en radiactividad 27 4. MAGNITUDES ESPECÍFICAS EN PROTECCIÓN RADIOLÓGICA 28 4.1. Equivalente de dosis 28 4.2. Magnitudes limitadoras 29 4.3. Magnitudes operacionales 30 5. RESUMEN 31 CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación ...........................................................32 Patricia Sánchez Rubio, Jaime Martínez Ortega y María Monedero Pinto 1. INTRODUCCIÓN 32 2. DETECCIÓN Y MEDIDA 32 2.1. Modelo simplificado de detector 32 2.2. Modos de operación 33 2.3. Resolución en energía 33 2.4. Eficiencia 34 2.5. Tiempo muerto 35 3. TIPOS DE DETECTORES 36 3.1. Detectores de ionización gaseosa 36 3.2. Estructura de bandas en los sólidos 39 3.3. Detectores de semiconductor 40 3.4. Detectores de luminiscencia 41 3.5. Detectores de película 44 3.6. Detectores de neutrones 47 4. DETECTORES EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO 47 4.1. Sistemas de dosimetría en radioterapia 48 4.2. Monitores de radiación ambiental 48 4.3. Monitores de contaminación 48 4.4. Dosímetros personales 49 5. RESUMEN 49 PARTE2 • EQUIPAMIENTO RADIOTERÁPICO CAPÍTULO 5 Equipos de simulación .............................................................................52 Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN 52 2. OBJETIVOS 52 3. SIMULADOR CONVENCIONAL 53 3.1. Principios de funcionamiento 53 4. SIMULADOR TC 54 4.1. Principios de funcionamiento de un equipo de TC 54 4.2. Simulador virtual 59 5. RESUMEN 60 CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia .......................................................61 Jaime Martínez Ortega, Ruth Rodríguez Romero y Pablo Castro Tejero 1. INTRODUCCIÓN 61 2. TELETERAPIA 61 2.1. Objetivos de las máquinas de tratamiento en teleterapia 61 2.2. Evolución histórica 61 2.3. Equipos de terapia superficial 62 2.4. Unidades de cobalto-60 66 2.5. Aceleradores lineales de electrones 70 2.6. Aceleradores circulares de partículas 79 3. RESUMEN 80 CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia ........................................................................................81 Ruth Rodríguez Romero, Pablo Castro Tejero y Jaime Martínez Ortega 1. INTRODUCCIÓN 81 2. GENERALIDADES 81 3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA 84 Índice de capítulos vii 4. SISTEMAS DE IMAGEN RADIOLÓGICA BIDIMENSIONAL 85 4.1. Imágenes portales 87 4.2. Imágenes de rayos X de kV 97 5. SISTEMAS DE IMAGEN RADIOLÓGICA TOMOGRÁFICA O VOLUMÉTRICA 101 5.1. Tomografía computarizada convencional en sala 102 5.2. Tomografía computarizada de haz cónico 102 5.3. Tomografía computarizada de haz de MV en abanico 103 6. SISTEMAS BASADOS EN RADIACIONES NO IONIZANTES 104 6.1. Imagen por resonancia magnética 104 6.2. Imagen por ecografía 106 6.3. Localización por infrarrojo 107 6.4. Localización por radiofrecuencia 109 6.5. Imagen por cámara de vídeo 109 7. RESUMEN 110 CAPÍTULO 8 Informática y comunicaciones .................................................................112 Alberto Sánchez-Reyes Fernández y Manuel Tudanca Hernández 1. INTRODUCCIÓN 112 2. INFRAESTRUCTURAINFORMÁTICA EN LOS DEPARTAMENTOS DE RADIOTERAPIA: ORGANIZACIÓN Y PROCESO RADIOTERÁPICO 112 2.1. Equipos informáticos 112 2.2. Componentes fundamentales de un ordenador 114 2.3. Topología de las redes 115 2.4. Internet e Intranet 116 2.5. Proceso radioterápico 117 2.6. ¿Hacia un proceso sin papeles? 119 3. COMUNICACIONES, COMPUTACIÓN Y ORDENADORES EN LOS DEPARTAMENTOS DE RADIOTERAPIA 119 3.1. Introducción histórica 119 3.2. Redes de radioterapia comerciales en la actualidad 121 3.3. Lenguaje de las comunicaciones: el estándar DICOM 123 4. LA RED RADIOTERÁPICA Y SU CONEXIÓN E INTEGRACIÓN CON HIS, PACS Y RIS: NIVELES DE INTEGRACIÓN Y PROBLEMAS 125 4.1. Sistemas informáticos generales o HIS 125 4.2. Sistemas informáticos RIS 127 4.3. Sistemas informáticos PACS 127 4.4. Integración con los servicios de radioterapia 128 5. RESUMEN 129 PARTE3 • EL PROCESO RADIOTERÁPICO. DOSIMETRÍA FÍSICA. RADIOBIOLOGÍA CAPÍTULO 9 Procesos y procedimientos en la actividad radioterápica ..........................132 Luis Núñez Martín 1. INTRODUCCIÓN 132 2. ESTRUCTURACIÓN ORGANIZATIVA DE LA RADIOTERAPIA: PROCESOS Y PROCEDIMIENTOS 132 3. RECURSOS HUMANOS 133 4. PROCESOS Y PROCEDIMIENTOS EN RADIOTERAPIA 134 4.1. Admisión del paciente 134 4.2. Simulación 135 4.3. Prescripción dosimétrica 136 4.4. Planificación dosimétrica 136 4.5. Aceptación médica 137 4.6. Verificación experimental 137 4.7. Documentación e informe dosimétrico, transmisión de datos y almacenamiento 137 4.8. Tratamiento 138 4.9. Seguimiento clínico y de enfermería 139 4.10. Fin del tratamiento 139 5. RESUMEN 139 CAPÍTULO 10 Dosimetría física en radioterapia externa ................................................140 Patricia Sánchez Rubio 1. INTRODUCCIÓN 140 2. HACES DE FOTONES Y ELECTRONES. ASPECTOS FÍSICOS 140 2.1. Ley del inverso del cuadrado de la distancia para fotones 140 2.2. Fuente efectiva y fuente virtual para electrones 141 Índice de capítulos viii 2.3. Penetración de haces de fotones y electrones en un paciente o un maniquí 141 2.4. Razones de dosis absorbida fuera de eje (OAR: off-axis ratios) y perfiles de dosis 145 3. MEDIDA DE LA DOSIS ABSORBIDA 146 3.1. Equilibrio de partículas cargadas 146 3.2. Principio de Bragg-Gray. Teoría de la cavidad 148 3.3. Factores de perturbación 148 4. EQUIPAMIENTO 149 4.1. Propiedades de los dosímetros 149 4.2. Sistemas de dosimetría basados en cámaras de ionización 150 4.3. Maniquíes y otros sistemas de dosimetría 153 5. DETERMINACIÓN DE LA DOSIS EN CONDICIONES DE REFERENCIA: CALIBRACIÓN DE HACES DE MEGAVOLTAJE 155 5.1. Formalismo basado en dosis absorbida en agua 155 5.2. Fotones de alta energía 156 5.3. Electrones de alta energía 157 5.4. Laboratorios de calibración. Patrones primarios 158 6. RESUMEN 159 CAPÍTULO 11 Radiobiología ........................................................................................161 Patricia Sánchez Rubio 1. INTRODUCCIÓN 161 2. ETAPAS DE LA ACCIÓN BIOLÓGICA DE LA RADIACIÓN 161 2.1. Etapa física 161 2.2. Etapa química 162 2.3. Etapa biológica 162 3. EFECTOS DE LA RADIACIÓN SOBRE EL ADN 162 4. EFECTOS CELULARES DE LA RADIACIÓN 163 4.1. Muerte celular y curvas de supervivencia 164 5. MODIFICACIÓN DE LA SENSIBILIDAD CELULAR 166 5.1. Tipo de radiación 166 5.2. El oxígeno 167 6. CRECIMIENTO TUMORAL 167 6.1. Modelos teóricos de crecimiento tumoral 167 7. TEJIDOS SANOS 168 7.1. Clasificación 168 7.2. Dosis de tolerancia. Respuestas precoces y tardías 169 8. EL FRACCIONAMIENTO EN RADIOTERAPIA: MODELO DE ISOEFECTO 169 8.1. Tipos de fraccionamiento 171 9. EL EFECTO DE LA TASA DE DOSIS 172 10. RELACIONES DOSIS-RESPUESTA 173 10.1. Ventana terapéutica 173 11. RESUMEN 174 PARTE4 • ASPECTOS FÍSICOS DE LA SIMULACIÓN EN RADIOTERAPIA CAPÍTULO 12 Concepto de simulación en radioterapia ..................................................178 Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN 178 2. DEFINICIÓN. OBJETIVOS 178 3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA. TIPOS DE SIMULACIÓN 179 3.1. Simulación en la sala de tratamiento 180 3.2. Simulador convencional 181 3.3. Simulador TC 182 4. SIMULACIÓN CONVENCIONAL. PROCEDIMIENTOS 183 4.1. Determinación de la posición de tratamiento 184 4.2. Localización del volumen de tratamiento y órganos de riesgo 184 4.3. Diseño del tratamiento 184 4.4. Definición del sistema de coordenadas del paciente 184 4.5. Formación de imágenes para la verificación del tratamiento 184 4.6. Adquisición de datos del paciente 185 4.7. Transferencia de datos al sistema de planificación 185 5. SIMULACIÓN TC 185 5.1. Determinación de la posición de tratamiento 185 5.2. Definición del sistema de coordenadas del paciente 185 5.3. Adquisición de datos del paciente 186 Índice de capítulos ix 5.4. Transferencia de datos al sistema de planificación 186 5.5. Localización del volumen de tratamiento y órganos de riesgo 186 5.6. Diseño del tratamiento y cálculo de dosis 186 5.7. Formación de imágenes para la verificación del tratamiento 186 6. SIMULACIÓN CONVENCIONAL FRENTE A SIMULACIÓN TC 186 6.1. Ventajas y desventajas de la simulación convencional 186 6.2. Ventajas y desventajas de la simulación TC 187 7. RESUMEN 187 CAPÍTULO 13 Posicionamiento, referenciación y dispositivos de inmovilización ...............188 Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN 188 2. DISPOSITIVOS PARA ESTABLECER EL SISTEMA ESPACIAL DE REFERENCIA 188 3. DISPOSITIVOS DE OBTENCIÓN DEL CONTORNO ANATÓMICO 188 4. DISPOSITIVOS DE INMOVILIZACIÓN 189 4.1. Sistema de máscara termoplástica 190 4.2. Plano inclinado 190 4.3. Inmovilizador de tórax 191 4.4. Compresor abdominal 191 4.5. Inmovilizadores de pelvis, rodillas y pies 192 4.6. Colchón de vacío 192 4.7. Cuna alfa 193 4.8. Inmovilizadores especiales para estereotaxia de cráneo 193 5. LA DOCUMENTACIÓN EN SIMULACIÓN 194 6. RESUMEN 196 CAPÍTULO 14 Equipos y modalidades de imagen utilizados en simulación ......................197 Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN 197 2. RESONANCIA MAGNÉTICA 197 2.1. Principios físicos 197 2.2. Componentes 199 2.3. Características de la imagen de resonancia magnética para radioterapia 200 3. TOMOGRAFÍA POR EMISIÓN DE POSITRONES 201 3.1. Principios físicos 201 3.2. Los detectores 202 3.3. Características de la imagen de tomografía por emisión de positrones para radioterapia 202 4. ANGIOGRAFÍA 203 4.1. Descripción de la técnica 203 4.2. Componentes 204 4.3. Características de la imagen de angiografía para radioterapia 204 5. TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA 4D 204 5.1. Descripción de la técnica 204 5.2. Características de la imagen TC4D 205 6. RESUMEN 206 CAPÍTULO 15 Registro y fusión de imágenes multimodalidad ........................................207 Pablo Castro Tejero 1. INTRODUCCIÓN 207 2. INTEGRACIÓN DE IMÁGENES MULTIMODALIDAD 207 3. REGISTRO 208 3.1. Tipos de transformaciones 208 3.2. Métodos de registro según su naturaleza 208 4. FUSIÓN 210 5. RESUMEN 211 CAPÍTULO 16 Procedimientos tecnológicos. El control de calidad en la simulación ..........212 Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN 212 2. OBJETIVOS 212 3. MARCO NORMATIVO EN ESPAÑA 212 4. PRUEBAS DE CONTROL DE CALIDAD 213 4.1. Simulador convencional 213 4.2. Simulador TC 213 5. RESUMEN 213 Índice de capítulos x PARTE5 • ASPECTOS FÍSICOS DE LOS TRATAMIENTOS RADIOTERÁPICOS. PLANIFICACIÓN DOSIMÉTRICA CAPÍTULO 17 Conceptos y herramientas de la dosimetría clínica en teleterapia ..............216 Jaime Martínez Ortega y Luis Núñez Martín 1. INTRODUCCIÓN 216 2. DE LA PRESCRIPCIÓN AL INFORME DOSIMÉTRICO 217 2.1. Los registros 217 2.2. La organización de la planificación dosimétrica 217 2.3. La planificación dosimétrica 218 3. DENOMINACIÓN DE LOS VOLÚMENES SEGÚN ICRU 218 4. CURVAS DE ISODOSIS 220 4.1. Isodosis 220 4.2. Distribución relativa y absoluta. Punto de normalización 221 5. HISTOGRAMA DOSIS-VOLUMEN 222 5.1. Concepto de histograma 222 5.2. Histogramadosis-volumen diferencial 222 5.3. Histograma dosis-volumen acumulativo 222 6. PRESCRIPCIÓN DE LA DOSIS 223 6.1. El punto ICRU y la isodosis de prescripción 224 6.2. Prescripción a volumen. Importancia 224 7. ALGORITMOS DE CÁLCULO 224 7.1. Algoritmos basados en correcciones 225 7.2. Algoritmos basados en modelos 225 7.3. Método de Monte Carlo 226 8. CONTROL DE CALIDAD DEL PLANIFICADOR 226 9. RESUMEN 227 CAPÍTULO 18 Planificación de tratamientos de teleterapia ............................................228 Alfredo Montes Uruén, Luis Núñez Martín, Jaime Martínez Ortega y Patricia Sánchez Rubio 1. INTRODUCCIÓN 228 2. ELEMENTOS CIRCUNSTANCIALES A CONSIDERAR EN LA PREPLANIFICACIÓN 229 2.1. Selección de la geometría de irradiación 229 2.2. Energía del haz 229 2.3. Margen del colimador multilámina 230 2.4. Zona de acumulación y uso de bolus 230 2.5. Cuñas 230 2.6. Segmentos 231 2.7. Terapia con electrones 231 3. ESQUEMAS BÁSICOS DE POSICIONAMIENTO DE LOS HACES 231 3.1. Haces paralelos y opuestos 232 3.2. Campos laterales y anteroposteriores (campos en caja) 232 4. TÉCNICAS HABITUALES DE RADIOTERAPIA CONFORMADA TRIDIMENSIONAL (3D-CRT) SEGÚN LA LOCALIZACIÓN ANATÓMICA 232 4.1. Holocráneo 233 4.2. Tumores cerebrales 234 4.3. Cabeza y cuello 235 4.4. Compresiones medulares 236 4.5. Pulmón 236 4.6. Mama 237 4.7. Recto 239 4.8. Próstata 239 4.9. Extremidades 240 5. RESUMEN 240 CAPÍTULO 19 Técnicas avanzadas de planificación .......................................................241 Alfredo Montes Uruén, Luis Núñez Martín, Ruth Rodríguez Romero y Jaime Martínez Ortega 1. RADIOTERAPIA DE INTENSIDAD MODULADA 241 1.1. Introducción a la radioterapia de intensidad modulada con RX 241 1.2. Tipos de radioterapia de intensidad modulada 242 1.3. Planificación del tratamiento con radioterapia de intensidad modulada 243 2. RADIOTERAPIA INTRAOPERATORIA 243 3. PROCEDIMIENTOS ESTEREOTÁXICOS 244 3.1. Radiocirugía y radioterapia estereotáxica craneal 244 3.2. Radioterapia estereotáxica extracraneal 244 Índice de capítulos xi 4. RADIOTERAPIA GUIADA POR LA IMAGEN 245 5. RADIOTERAPIA ADAPTATIVA 245 6. CORRECCIÓN DEL MOVIMIENTO INTRAFRACCIÓN 245 7. TÉCNICAS ESPECIALES 246 7.1. Irradiación de cuerpo entero 246 7.2. Irradiación cutánea total 247 8. RESUMEN 248 CAPÍTULO 20 Control de calidad en las planificaciones de los tratamientos radioterápicos ..........................................................249 Alfredo Montes Uruén, Luis Núñez Martín y Jaime Martínez Ortega 1. INTRODUCCIÓN 249 2. CÁLCULO ALTERNATIVO 250 3. VERIFICACIÓN EXPERIMENTAL 250 4. DOSIMETRÍA IN VIVO 251 4.1. Detectores de estado sólido 252 4.2. Sistemas de imagen como detectores dosimétricos 253 5. RESUMEN 253 PARTE6 • ASPECTOS FÍSICOS DE LOS TRATAMIENTOS BRAQUITERÁPICOS Y METABÓLICOS CAPÍTULO 21 Introducción a la braquiterapia ...............................................................256 Jaime Martínez Ortega y Pablo Castro Tejero 1. INTRODUCCIÓN 256 2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA BRAQUITERAPIA 256 3. CLASIFICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE BRAQUITERAPIA 257 4. FUENTES RADIACTIVAS UTILIZADAS EN BRAQUITERAPIA 258 4.1. Radio-226 258 4.2. Cesio-137 259 4.3. Cobalto-60 259 4.4. Iridio-192 259 4.5. Yodo-125 260 4.6. Rutenio-106 260 4.7. Otras fuentes utilizadas en braquiterapia 260 5. DOSIMETRÍA FÍSICA 260 5.1. Caracterización de las fuentes 260 5.2. Instrumentación en dosimetría física 261 6. CONTROL DE CALIDAD DE LAS FUENTES RADIACTIVAS 262 6.1. Comprobación de la . K R frente al certificado 262 6.2. Test de hermeticidad 263 6.3. Autorradiografías 263 7. RESUMEN 263 CAPÍTULO 22 Equipos de tratamiento en braquiterapia .................................................264 Jaime Martínez Ortega y Pablo Castro Tejero 1. INTRODUCCIÓN 264 2. APLICADORES 264 2.1. Aplicadores intracavitarios 264 2.2. Aplicadores intraluminales 265 2.3. Aplicadores para braquiterapia intersticial 265 2.4. Aplicadores para braquiterapia superficial e intraoperatoria 265 3. EQUIPOS DE BRAQUITERAPIA 266 3.1. Carga manual 266 3.2. Carga diferida manual 266 3.3. Equipos de carga diferida automática 268 4. SALAS DE TRATAMIENTO DE BRAQUITERAPIA 271 5. CONTROL DE CALIDAD DE LOS EQUIPOS DE BRAQUITERAPIA DE CARGA DIFERIDA AUTOMÁTICA 272 6. RESUMEN 273 CAPÍTULO 23 Dosimetría clínica en braquiterapia .........................................................274 Jaime Martínez Ortega y Pablo Castro Tejero 1. INTRODUCCIÓN 274 Índice de capítulos xii 2. SISTEMAS DE BRAQUITERAPIA 274 2.1. Sistema de Manchester o de Patterson-Parker 274 2.2. Sistema de París 275 3. CÁLCULO DE DOSIS 277 3.1. Algoritmos de cálculo 278 3.2. Planificación inversa. Algoritmos de optimización 279 4. EVALUACIÓN DE DISTRIBUCIONES DE DOSIS 280 4.1. Tipos de histogramas. Interpretación 280 4.2. El histograma dosis-volumen natural 280 5. RESUMEN 281 CAPÍTULO 24 Técnicas de tratamientos con radiofármacos ...........................................282 Jaime Martínez Ortega, Luis Núñez Martín y Carmen Escalada Pastor 1. INTRODUCCIÓN 282 2. TRATAMIENTOS CON RADIOFÁRMACOS 282 2.1. Tratamientos tiroideos 283 2.2. Tratamientos de metástasis óseas y del dolor articular 283 2.3. Tratamientos hepáticos 284 2.4. Tratamientos hematológicos 284 3. DOSIMETRÍA INTERNA 284 3.1. Período efectivo de semidesintegración 285 3.2. Método de cálculo en dosimetría interna 285 4. PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN TRATAMIENTOS CON 131I 286 4.1. Tratamiento del hipertiroidismo 286 4.2. Tratamiento del cáncer de tiroides 287 5. RESUMEN 288 PARTE7 • PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN RADIOTERAPIA CAPÍTULO 25 Protección radiológica en radioterapia: organización, normativa y estrategias ......................................................292 Luis Núñez Martín 1. INTRODUCCIÓN 292 2. OBJETIVOS Y CAMPO DE ACTUACIÓN DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA 293 2.1. Objetivos 293 2.2. El entorno hospitalario 294 3. ORGANIZACIÓN DE LA PROTECCIÓN RADIOLÓGICA EN EL ÁMBITO SANITARIO 294 3.1. Los servicios de protección radiológica o de física médica 294 3.2. El manual de protección radiológica 296 3.3. La organización de la protección radiológica en los servicios médicos usuarios de radiaciones ionizantes 296 4. LEYES Y NORMAS APLICABLES EN PROTECCIÓN RADIOLÓGICA 297 4.1. El organismo regulador 297 4.2. Generación y propagación de la normativa de la protección radiológica 298 5. DEL SISTEMA DE LIMITACIÓN DE DOSIS (ICRP 1977) AL SISTEMA DE PROTECCIÓN RADIOLÓGICA 299 5.1. Exposiciones médicas 299 5.2. Exposiciones ocupacionales y del público 300 5.3. Formación y entrenamiento de los trabajadores de las instalaciones radiológicas 300 6. ELEMENTOS RADIOPROTECTORES OPERACIONALES EN RADIOTERAPIA 301 6.1. Normativa específica de aplicación de la protección radiológica en el ámbito operacional en las instalaciones y en los equipos de radioterapia 302 7. ESTRATEGIAS Y PROCEDIMIENTOS RADIOPROTECTORES OPERACIONALES 307 8. GARANTÍA Y CONTROLES DE CALIDAD EN LOS ACELERADORES 308 9. RESUMEN 308 CAPÍTULO 26 Diseño de instalaciones de radioterapia ..................................................311 Luis Núñez Martín 1. INTRODUCCIÓN 311 2. INSTALACIONES DE RADIOTERAPIA 311 3. TIPOS DE INSTALACIONES 312 4. INSTALACIONES COMPLEMENTARIAS ASOCIADAS 312 Índice de capítulos xiii 5. PLANIFICACIÓN DE INSTALACIONES RADIOTERÁPICAS 313 5.1. El desarrollo tecnológico 313 5.2. La cuantificación de las máquinas de tratamiento necesarias 313 6. CARACTERÍSTICAS DE LAS INSTALACIONES. BARRERAS CONTRA LA RADIACIÓN 314 6.1. Aspectos físicos y geométricos de las salas de tratamiento 315 7. CÁLCULO DE BARRERAS CONTRA LA RADIACIÓN 316 8. RESUMEN 317 Página deliberadamente en blanco xv La formación de los profesionales es la garantía de una buena praxis en la actividad laboral. Esto cobra un espe- cial interés en el campo de la medicina, donde el objetivo es mejorar la salud de los pacientes. La presente obra cubre sin duda este fin, con varias ventajas añadidas. Se trata de un texto donde los conceptos están tratados con muchorigor. A pesar de ello, los temas se describen de manera amena y sencilla, incluso superando la dureza de algunos de sus contenidos. La gran riqueza icono- gráfica también sirve de gran ayuda a la comprensión. Es un motivo de orgullo el hecho de que lo que empezó como unas notas de clase haya madurado en un extenso, ordenado y completo compendio de las enseñanzas dirigidas a futuros técnicos superiores en radioterapia y dosimetría, pero que también podrá constituirse en un muy apropiado manual de consulta para todos los que ya ejercen la profesión. Gracias a la larga experiencia acumulada tanto por el Centro de Formación de técnicos en el área de imagen diagnóstica del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda como por sus profesores, de esta y otras instituciones, que conocen el día a día de la actividad laboral llevada a cabo en el terreno de la radioterapia, se ha sabido seleccionar los temas y darles el nivel adecua- do. Por ello, los elementos básicos conceptuales, físicos y técnicos, mantienen en todo momento su proyección hacia la práctica clínica. Además, resulta de gran interés que se hayan incluido los aspectos organizativos, asig- nando tareas y responsabilidades a cada profesional implicado en el complejo proceso de la radioterapia. Todo esto ha sido posible gracias al esfuerzo de un grupo de especialistas bien coordinados por el Dr. Luis Núñez. De otra manera, en solitario, la obra no hubiese llegado fácilmente a término, debido al necesario cúmulo de tiempo extra, del que no se dispone dada la intensa y prolongada jornada laboral que requiere una tarea de excelencia y vanguardia como es la física médica en el ámbito de la radioterapia. Esta especiali- dad clínica representa una de las que más, si no la que más, desarrollo tecnológico ha experimentado en los últimos años. Si bien el principio activo (la radiación ionizante) es el mismo desde hace ya más de un siglo, la precisión en administrar la dosis adecuada de este medicamento ha mejorado considerablemente su éxito curativo. En efecto, esto se ha logrado debido al con- junto multidisciplinario de avances en la radiobiología; la física de partículas; las imágenes multimodales de definición de geometría y medios (PET, IRM, TC, eco, por ejemplo) o de soporte a la verificación correcta de los tratamientos; los desarrollos físico-matemáticos para la simulación del transporte de la radiación en los planificadores; la compleja y precisa ingeniería mecánica servocontrolada; las redes de comunicación de alta velocidad; los nuevos detectores simples y matriciales; la supercomputación; etc. Poner de una forma rigurosa, y a la vez clara y sencilla, todos estos conceptos al alcance de los especialistas que tendrán en sus manos esta potente y sofisticada herramienta no ha sido tarea fácil, pero sin duda ha sido bien lograda en el presente texto. Por último, me gustaría felicitar al grupo de autores que han hecho posible que podamos tener en nuestras manos un manual, escrito en español, que será de una ayuda inestimable para profesores, alumnos y profesio- nales del campo de la radioterapia. Prof. Dr. F. Sánchez Doblado Especialista en Radiofísica Hospitalaria. Catedrático y director del Programa de Doctorado en Física Médica, Facultad de Medicina, Universidad Sevilla, Sevilla PRÓLOGO xvi Este libro nació impulsado por la necesidad de un texto que guiase a los alumnos del título de Técnico Supe- rior en Radioterapia y Dosimetría. En principio nos fue sugerido que lo escribiéramos siguiendo los borradores del programa que se estaba elaborando para el título. Después de leer los sucesivos borradores que iban apa- reciendo, constatamos que los contenidos referidos a la radiofísica radioterápica estaban muy diluidos en el programa formativo, y que además no reflejaban lo que nosotros, después de decenas de años de ejercicio de la radiofísica hospitalaria y radioterápica, considerábamos que debía recoger un programa formativo en esta área. Y esto por varias razones. La primera, porque constatamos que ese contenido propuesto no se correspondía con el nivel de exigencia y responsabilidad que se asigna a estos profesionales. Este hecho obliga, ya fuera de su período académico, a una formación continuada al pairo de lo que el trabajo cotidiano les va exigiendo, ya que el período formativo asignado para el título de Técnico Superior en Radiote- rapia en España es realmente escaso. Así pues, este es el origen de uno de los objetivos del presente libro: que, además de su uso como material de texto, sea una obra de consulta en el trabajo cotidiano. Otra de las razones para reorientar los contenidos forma- tivos viene del hecho de que, en el ámbito de la radiofí- sica hospitalaria, no existen técnicos que estén formados bajo programas formativos específicos y oficiales para desarrollar el trabajo que se precisa en los departamentos de radiofísica y protección radiológica. Estos profesionales ya están presentes en otros países, donde la figura del dosimetrista, por ejemplo, es común. Esta es la razón de que se hayan introducido temas adicionales de física y dosimetría, para que los técnicos que se precisen en estos servicios estén convenientemente formados. Así pues, nuestra resolución fue que debíamos con- seguir un texto con esta intención realista de cubrir las necesidades existentes, ajustando los contenidos a las necesidades. La intención, pues, fue hacer un libro fun- damentalmente de radiofísica en radioterapia. Después de mucho trabajo, hemos conseguido llegar a puerto con nuestro proyecto. Quizás tenga inevitables errores, lógicos en una obra que se nos antoja ambiciosa y que hubiese requerido un mayor tiempo de desarrollo, pero fundamentalmente hemos plasmado lo que cree- mos que los técnicos que trabajan en radioterapia, en uno u otro lado, en contacto con el paciente o colabo- rando en el diseño de los tratamientos, deben conocer. El nivel de los capítulos es variado; unos podrán pare- cer sencillos y otros muy complejos, pero esto también tiene una intencionalidad plural. Los contenidos están planteados provocadoramente a varios niveles. Algunos, con un puro carácter informativo/formativo, a veces de alto nivel para incentivar el estudio y el conocimiento; otros, con un sentido crítico y especulativo acerca de cómo están las cosas y como debieran estar, y por último, otros, con sentido interrogativo, en los que se enfrenta el estado real de la situación, del trabajo que se desarrolla, con lo que razonablemente debería ser, dejando abierto a la reflexión cómo transformarlo y hacerlo de otra forma. Y esto, porque hay que darse cuenta de que esta actividad profesional, este ámbito de trabajo está absolutamente abierto a las mejoras continuas en los procedimientos radioterápicos, la seguridad de los tratamientos y de los profesionales, la tecnología y la organización. Todo está en un movimiento continuo, todo es interrogable y todo es mejorable. El hecho de que el libro esté escrito en español también tiene gran importancia. Permite hacer llegar a nuestros colegas hispanoamericanos lo que nosotros estamos hacien- do y lo que nos queda por hacer. Presentado el proyecto a Elsevier, la editorial lo vio claro y nos animó a realizarlo. Y esto es algo por lo que les estamos profundamente agradecidos. Luis Núñez Martín PREFACIO xvii Pablo Castro Tejero Facultativo especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Carmen Escalada Pastor Facultativa especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Julia Garayoa Roca Facultativa especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Fundación Jiménez Díaz, Madrid, España Jaime Martínez Ortega Facultativo especialistade área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España María Monedero Pinto Facultativa especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Alfredo Montes Uruén Facultativo especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Luis Núñez Martín Jefe de servicio, Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Ruth Rodríguez Romero Facultativa especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Alberto Sánchez Reyes Jefe de servicio, Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Grupo IMO, Madrid, España Patricia Sáchez Rubio Facultativa especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, Majadahonda, Madrid, España Manuel Tudanca Hernández Facultativo especialista de área (FEA), Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica, Grupo IMO, Madrid, España COLABORADORES Página deliberadamente en blanco ÍNDICE DE CAPÍTULOS 1. Estructura de la materia y transformaciones nucleares 2 2. Interacción radiación-materia 11 3. Magnitudes y unidades radiológicas 21 4. Detección y medida de la radiación 32 PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 2 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Estructura de la materia y transformaciones nucleares María Pinto Monedero, Julia Garayoa Roca y Ruth Rodríguez Romero 1. INTRODUCCIÓN El ser humano se ha planteado desde la Antigüedad de qué estaba hecha la materia. Desde las primeras teorías atómicas griegas que consideraban al átomo como un ente indivisible, el conocimiento sobre la estructura de la materia ha ido evolucionando hasta la actualidad, cuan- do sabemos que existen numerosas partículas subatómi- cas o elementales que forman la materia relacionadas por medio de una estructura fundamentalmente energética. Los objetivos de este capítulo son: 1. Conocer la evolución de los modelos atómicos hasta la actualidad. 2. Conocer la estructura nuclear y su estabilidad. 3. Conocer los tipos de desintegración radiactiva. 2. ESTRUCTURA ATÓMICA. MODELOS DE ÁTOMOS Las primeras teorías sobre la estructura atómica de la materia datan del siglo V a.C. El filósofo griego Demócrito formuló la teoría de que la materia se componía de par- tículas indivisibles, a las que llamó átomos (a [no] y tomo [divisible]). La descripción griega de la materia permaneció hasta el siglo XIX, cuando se consolidaron las bases de la teoría atómica moderna. 2.1. Modelo atómico de Dalton En 1808, John Dalton publicó sus ideas sobre el mode- lo atómico. Según Dalton, la materia está formada por pequeñas partículas esféricas e indivisibles denomina- das átomos, que no se alteran por cambios químicos. Existen diferentes tipos de átomos que se diferencian por su masa y sus propiedades. Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí (en masa, tamaño, etc.), mientras que los átomos de diferentes elementos tienen propiedades distintas. Los compuestos se forman por la unión de átomos de los correspondientes elementos según una relación numéri- ca sencilla y constante (agua, H 2 O). 1 ÍNDICE 1. Introducción 2 2. Estructura atómica. Modelos de átomos 2 2.1. Modelo atómico de Dalton 2 2.2. Modelo atómico de Thomson 3 2.3. Modelo atómico de Rutherford 3 2.4. Modelo atómico de Bohr 3 2.5. Modelo atómico actual 4 3. Estructura nuclear 4 3.1. Estabilidad nuclear 5 4. Transformaciones nucleares. Tipos de desintegraciones nucleares 5 4.1. Desintegración b− 6 4.2. Desintegración b+ 6 4.3. Captura electrónica 6 4.4. Desintegración a 6 4.5. Desintegración g 7 5. Radiaciones atómicas y nucleares 7 6. Isótopos radiactivos. Nucleidos naturales y artificiales 7 7. Actividad y desintegración. Ley del decaimiento radiactivo 8 7.1. Período de semidesintegración 9 7.2. Tiempo de vida medio 9 8. Resumen 9 Bibliografía 10 CAPÍTULO 1 Estructura de la materia y transformaciones nucleares 3 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 2.2. Modelo atómico de Thomson Hasta finales de la década de 1890, los átomos se consi- deraban indivisibles. Fue en 1897 cuando J. Thomson, investigando la conductividad eléctrica de gases a bajas presiones, demostró que los átomos no eran indivisi- bles, sino que en el interior de ellos hay unas pequeñas partículas con carga eléctrica negativa, a las que llamó electrones. El modelo de Thomson, también conocido como mode- lo de «pastel de pasas», postula que el átomo está forma- do por una gran masa esférica positiva uniforme donde se distribuyen las cargas eléctricas negativas (electrones) a modo de pasas en un pastel (fig. 1-1A). El número de electrones es tal que iguala la cantidad de carga positiva, ya que el átomo en su conjunto debe ser eléctricamente neutro. 2.3. Modelo atómico de Rutherford En 1911 Ernest Rutherford llevó a cabo una serie de experimentos que cambiaron las ideas existentes sobre la naturaleza del átomo. Rutherford bombardeó una fina lámina de oro con partículas alfa (núcleos de helio) y mediante una pantalla fluorescente observó cómo se dispersaban. La mayoría de ellas atravesaba la lámina metálica sin cambiar de dirección; sin embargo, unas pocas eran reflejadas hacia atrás con ángulos pequeños. Este resultado inesperado era incompatible con el mode- lo de átomo macizo. Rutherford estableció el modelo atómico nuclear. El áto- mo está formado por el núcleo y la corteza. El núcleo es la parte central donde se concentra toda la carga positiva y prácticamente toda la masa del átomo. La corteza es casi un espacio vacío, donde se encuentran los electrones, con una masa muy pequeña y carga negativa, girando alrededor del núcleo (fig. 1-1B). Mientras el diámetro del átomo es del orden de 10−10 m, el núcleo tiene un diámetro de 10−14 m, es decir, unas 10.000 veces menor. Los electrones están ligados al núcleo gracias a la fuerza de atracción eléctrica entre cargas de signo opuesto. La mayor parte del átomo es, por tanto, espacio vacío, lo que explica por qué la mayoría de las partículas que bombardeaban la lámina de oro la atravesaban sin ape- nas variar su trayectoria. Sólo aquellas partículas que incidían directamente sobre los núcleos de oro eran reflejadas, siendo menor el número de partículas que experimentaban esta retrodispersión como consecuencia del pequeño tamaño de los núcleos en comparación con la corteza. 2.4. Modelo atómico de Bohr El modelo atómico de Rutherford era inconsistente, pues ya se sabía que cualquier carga en movimiento acelerado emite energía en forma de radiación electromagnética. El electrón, que describe un movimiento acelerado alrede- dor del núcleo, debía perder energía en forma de radia- ción electromagnética, de manera que su trayectoria se acercase al núcleo hasta colisionar con él. Sin embargo, el núcleo era una estructura estable. Por otro lado, el modelo de Rutherford tampoco per- mitía explicar los espectros de emisión de los gases. Se entiende por espectro de emisión de un gas el conjunto de radiaciones electromagnéticas de frecuencias caracte- rísticas de dicho gas o de sus elementos constituyentes que emite cuando se le confiere energía. En 1913, Bohr desarrolló un nuevo modelo de átomo para explicar el espectro atómico del hidrógeno. El átomo de Bohr contiene un núcleo pequeño, cargado positivamente y rodeado de electrones que giran alrede- dor de él en determinadas órbitas fijas (fig. 1-1C). Bohr establece que los electrones sólopueden girar en ciertas órbitas, llamadas órbitas estacionarias. En ellas, el electrón no emite energía: la energía cinética del elec- trón equilibra exactamente la atracción electrostática FIGURA 1-1 A) Representación esquemática del modelo atómico de Thomson o «pastel de pasas». En este modelo, los electrones están distribuidos en una masa uniforme positiva. B) Representación gráfica del modelo atómico de Rutherford. El átomo, prácticamente hueco, consta de un núcleo positivo y de una corteza, donde se encuentran los electrones de carga negativa. C) Representación gráfica del modelo atómico de Bohr. Los electrones sólo pueden girar en ciertas órbitas permitidas. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 4 entre las cargas opuestas de núcleo y electrón. Los elec- trones se encuentran distribuidos en órbitas permitidas, es decir, el espacio que rodea al núcleo está cuantizado (término adoptado del inglés quantize, que significa dis- creto o discontinuo), de tal manera que el radio de las órbitas no puede tener cualquier valor y sólo son posi- bles para unos valores concretos. Cada nivel atómico de energía permitida para los electrones se caracteriza por su número cuántico principal n, que puede tomar los valores enteros n = 1, 2, 3, etc., dando lugar a los niveles atómicos K, L, M, etc., respectivamente. Los saltos de los electrones desde niveles de mayor ener- gía a otros de menor energía, o viceversa, suponen, res- pectivamente, una emisión o una absorción de energía electromagnética (fotones) (fig. 1-2): ν= ⋅ = − γ E h E Ef i donde E f es la energía del nivel final y E i la energía del nivel inicial. Sin embargo, el modelo atómico de Bohr no podía expli- car los espectros atómicos más complejos. La idea de que los electrones se mueven alrededor del núcleo en órbitas definidas tuvo que ser desechada. 2.5. Modelo atómico actual El modelo atómico de Bohr presentaba también impor- tantes limitaciones, pues no podía explicar los espectros atómicos más complejos. Se hicieron varios intentos de adaptar el modelo a átomos multielectrónicos, como las correcciones de Sommerfeld, pero los resultados no fueron satisfactorios. El modelo atómico actual fue desarrollado en la década de 1920 por Schrödinger y Heisenberg, según la teo- ría de la mecánica cuántica y basándose en el principio de dualidad onda-corpúsculo de De Broglie. En vez de hablar del electrón como partícula y de trayectorias bien definidas, en mecánica cuántica se habla de la función de onda del electrón, que permite describir la probabilidad de que el electrón se encuentre en una región del espacio. El concepto de órbita se sustituye por el de orbital. El orbital describe una cierta región del espacio donde hay una probabilidad no nula de que se encuentre el elec- trón. La combinación de todos los orbitales atómicos da lugar a la corteza electrónica. 3. ESTRUCTURA NUCLEAR El núcleo contiene dos tipos de partículas: protones y neutrones. Ambas reciben el nombre conjunto de nucleo- nes. Los nucleones tienen una masa aproximadamente 2000 veces mayor que la masa de los electrones. La masa del neutrón es prácticamente la misma que la del protón. La carga eléctrica del protón es +e (entendiendo por e el valor absoluto, sin signo, de la carga del electrón); el neutrón, por su parte, es eléctricamente neutro (no tiene carga eléctrica) (tabla 1-1). El número de protones, Z, se define como el número atómico del átomo y determina el número de electrones del mismo en estado neutro. El número de nucleones se denomina número másico, A, y representa de manera aproximada la masa del átomo: = +A N Z La notación empleada para sintetizar la composición nuclear y atómica de un elemento es XZ A N, donde X es el símbolo del elemento en cuestión. Una especie nuclear en particular recibe el nombre de nucleido. Para cada elemento existen dos o más variedades que, teniendo el mismo número atómico, poseen diferente número másico, es decir, se diferencian en el número de neutrones. Estos nucleidos se denominan isótopos (p. ej., 131I, 127I y 125I). Al compartir el mismo número atómico, se trata de los mismos elementos y sus propiedades químicas serán las mismas. En este sentido, el número atómico Z (número de protones o carga del núcleo) es lo que define al elemento, pudiendo variar el número de neutrones (la masa del núcleo) o el número de electrones en su corteza, convirtiéndose en un átomo ionizado (de carga no neutra). FIGURA 1-2 En el modelo atómico de Bohr, los saltos de un electrón desde un nivel de mayor energía a otro de menor energía, o viceversa, suponen, respectivamente, una emisión o una absorción de energía electromagnética (fotones de luz). TABLA 1-1 Resumen de la carga y la masa del protón, del neutrón y del electrón Partícula Carga (e)* Masa (u)† Protón +1 1,007277 Neutrón 0 1,008665 Electrón −1 0,000549 *e: carga del electrón (e = 1,60·10−19 C). †u: unidad de masa atómica (u = 1,66·10−27 kg). CAPÍTULO 1 Estructura de la materia y transformaciones nucleares 5 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Existen algunos nucleidos que comparten otras caracte- rísticas. Dos nucleidos son isóbaros (del término griego baros, que significa «peso») cuando poseen el mismo número másico pero distinto número atómico (p. ej., 131I, 131Xe y 131Cs). Como tienen diferente Z, corresponden a diferentes elementos. Dos nucleidos son isótonos si poseen el mismo número de neutrones pero diferente número atómico y, por lo tanto, diferente número mási- co (p. ej., I , Xe y Cs53 131 78 54 132 78 55 133 78 ). 3.1. Estabilidad nuclear Los nucleones se encuentran sometidos a dos tipos de fuerzas o interacciones en el seno del núcleo atómico: interacciones electrostáticas o coulombianas e interac- ciones nucleares fuertes. En este caso, las interacciones coulombianas actúan como fuerzas repulsivas que se originan entre protones, al tener cargas del mismo signo. Las interacciones nucleares fuertes se originan entre los nucleones, independientemente de que sean protones o neutrones. Son fuerzas de atracción muy intensas, pero de muy corto alcance. Estas fuerzas son las encargadas de mantener unidos los protones y neutrones en el núcleo, venciendo la repulsión de las fuerzas electrostáticas. Algunas combinaciones de protones y neutrones no forman núcleos estables. Si estudiamos los núcleos que se encuentran en la naturaleza en cuanto al número de protones y al número de neutrones (fig. 1-3), observa- mos que se distribuyen en torno a una franja llamada línea de estabilidad. Los núcleos ligeros contienen apro- ximadamente el mismo número de neutrones que de protones (N ≈ Z). Sin embargo, en los núcleos más pesados el número de neutrones es siempre superior al de protones. En concreto, N ≈ 1,5 Z, es decir, contienen aproximadamente un 50% más de neutrones que de protones. Los núcleos situados fuera de la línea de estabilidad son inestables y emitirán partículas o radiación para trans- formarse en núcleos más estables a través de un proceso de desintegración radiactiva. En estos casos, los nucleidos se denominan radionucleidos o isótopos radiactivos. 4. TRANSFORMACIONES NUCLEARES. TIPOS DE DESINTEGRACIONES NUCLEARES En 1896, Henri Becquerel descubrió la radiactividad cuando estudiaba la fosforescencia de determinadas sales de uranio. Becquerel guardó las sales de uranio junto a unas placas fotográficas en un cajón cerrado herméticamente. Al cabo de unos días, encontró que las placas fotográficas estaban veladas. Tras repetir la FIGURA 1-3 Representación gráfica de los nucleidos hallados en la naturaleza en función del número de neutrones (N) y del número de protones (Z). Los nucleidos que se encuentran en la naturaleza se distribuyen alrededor de una línea imaginaria, llamada línea de estabilidad, N≈Z para núcleos ligeros y N≈1,5·Z para núcleos más pesados. PARTE 1 Fundamentosde física de radiaciones ionizantes 6 experiencia con idénticos resultados, concluyó que las sales de uranio emitían de manera natural algún tipo de radiación que impresionaba las placas fotográficas. La radiactividad es la emisión de partículas o de radia- ción electromagnética por los núcleos inestables de ciertos elementos. 4.1. Desintegración b− Algunos núcleos son inestables debido a que tienen un exceso de protones o de neutrones. Cuando un núcleo es inestable porque tiene un exceso de neutrones puede transformar un neutrón en un protón, a la vez que se emite un electrón. Este tipo de transformación se deno- mina desintegración b− y se simboliza así: υ υ → + + → + + − − + − − n p e X Y eZ A Z A 0 1 1 1 1 0 1 1 0 Además de un electrón, Pauli propuso en 1930 que debía emitirse otra partícula, a la que llamó neutrino, para que se cumplieran las leyes de conservación de energía y momento en la transformación. El neutrino () y su antipartícula el antineutrino (υ) son partículas subatómicas sin carga eléctrica y con una masa muy pequeña. En la desintegración b− se emite un antineu- trino (fig. 1-4A). 4.2. Desintegración b+ Cuando un núcleo posee un exceso de protones puede transformar un protón en un neutrón, a la vez que emite un positrón y un neutrino. El positrón es la antipartícula del electrón, es decir, una partícula con la misma masa y la misma carga, pero de signo opuesto. Esta trans- formación recibe el nombre de desintegración b+ y se simboliza así: υ υ → + + → + + + − + p n e X Y eZ A Z A 1 1 0 1 1 0 1 1 0 Una vez que se ha emitido el positrón, este pierde su energía cinética mediante choques con los átomos de la materia circundante, hasta que finalmente colisiona con un electrón en la llamada reacción de aniquilación. Como resultado de la aniquilación del conjunto electrón- positrón se emiten dos fotones en la misma dirección, pero con sentidos opuestos. La energía de cada fotón es 0,511 MeV, el equivalente en energía de la masa del elec- trón y del positrón (fig. 1-4B). Los radionucleidos empleados en la tomografía por emisión de positrones (PET) son de esta clase. 4.3. Captura electrónica En este tipo de desintegración, el núcleo absorbe un elec- trón orbital y lo combina con un protón para formar un nuevo neutrón, emitiendo un neutrino: e p n e X YZ A Z A 1 0 1 1 0 1 1 0 1 υ υ + → + + → + − − − − − Por su similitud, en ocasiones este tipo de desintegra- ción recibe el nombre de «desintegración b− inversa», ya que en ambos casos el núcleo se transforma en otro de número atómico Z − 1 manteniendo el número másico. El electrón orbital pertenece generalmente a las capas más internas de la corteza, las capas K y L. El hueco dejado por el electrón capturado se llena con otro elec- trón de las capas más externas, emitiéndose rayos X con una energía igual a la diferencia de energías de ambas capas. En las desintegraciones β−, β+ y captura electrónica, el número de nucleones, o número másico, permanece estable, ya que la cantidad de neutrones disminuye una unidad y la de protones aumenta así mismo una unidad. El núcleo hijo es, por tanto, isóbaro del núcleo padre. 4.4. Desintegración a En este tipo de desintegración el núcleo emite un núcleo de helio, formado por dos protones y dos neutrones. La partícula a es una estructura muy estable y fuertemente ligada. La emisión de partículas a es resultado de la repulsión electrostática entre los protones del núcleo (fig. 1-5). El proceso puede simbolizarse así: → + − − − X Y HeZ A N Z A N2 4 2 2 4 2 El núcleo resultante retrocede dos unidades en la tabla periódica y su número másico disminuye en cuatro unidades. Este tipo de desintegración radiactiva es típica de núcleos pesados; la mayoría de los núcleos con A > 190 y muchos con 150 < A < 190 son inestables frente a la desinte- gración a. FIGURA 1-4 Esquema de las desintegraciones b− (A) y b+ (B). En la desintegración b−, el nucleido padre se desintegra emitiendo un electrón y un antineutrino, resultando un nuevo nucleido con un neutrón menos y un protón más. En la desintegración b+, el nucleido padre se desintegra emitiendo un positrón y un neutrino, resultando un nuevo nucleido con un neutrón más y un protón menos. CAPÍTULO 1 Estructura de la materia y transformaciones nucleares 7 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 4.5. Desintegración g Tras la mayor parte de las desintegraciones a y b, el núcleo queda en un estado excitado. Un estado excitado es inestable porque se encuentra en un nivel energético superior al del estado fundamental (estable). Estos esta- dos decaen al estado fundamental emitiendo el exceso de energía en forma de rayos g. Los rayos g son ondas electromagnéticas de muy alta energía, mayor que la de los rayos X. Tienen un alto poder de penetración, atra- viesan con facilidad el cuerpo humano y para frenarlos se necesitan varias láminas de plomo o gruesas paredes de hormigón. El estado excitado de un núcleo se representa mediante un asterisco en superíndice. Por ejemplo, la desinte- gración g del isótopo 12C sería: γ→ +C C MeV(4,4 )6 12 * 6 12 Este tipo de desintegraciones también reciben el nombre de transición isomérica. 5. RADIACIONES ATÓMICAS Y NUCLEARES En el apartado 4, «Transformaciones nucleares. Tipos de desintegraciones nucleares», hemos visto diferentes tipos de radiaciones nucleares, resultado de distintos proce- sos que tienen lugar en el núcleo atómico. Entre ellas, aparecen tanto radiación corpuscular (desintegración b, desintegración a y captura electrónica) como radiación electromagnética (desintegración g). Existen radiaciones que se producen debido a las tran- siciones electrónicas. Como ya sabemos, los saltos de los electrones desde niveles de mayor energía a otros de menor energía, o viceversa, suponen respectivamente una emisión o una absorción de energía electromagné- tica (fotones). Cuando se arranca un electrón de alguna de las capas debido a una interacción con un fotón o una partícula cargada, se crea una vacante en esa capa. Alguno de los electrones de capas superiores llenará esta vacante, emi- tiendo un fotón de energía igual a la diferencia de energía entre ambos niveles. Estos fotones reciben el nombre de rayos X característicos. En otras ocasiones, la diferencia de energía entre las capas no se traduce en la emisión de un fotón, sino que se transfiere a otro electrón orbital, arrancándolo y cediéndole cierta energía cinética. En este caso, los electrones reciben el nombre de electrones Auger. 6. ISÓTOPOS RADIACTIVOS. NUCLEIDOS NATURALES Y ARTIFICIALES Como hemos visto, existen algunas combinaciones de protones y neutrones que no forman núcleos estables. Decimos que un isótopo es radiactivo cuando su combi- nación de protones y neutrones es inestable, y tenderá, por tanto, a transformarse de manera espontánea en otro núcleo más estable emitiendo radiación. Por ejemplo, de los isótopos del hidrógeno, el hidrógeno simple (1H) es el más abundante en la naturaleza y su nú- cleo está formado sólo por un protón. El deuterio (2H) incorpora un neutrón al núcleo y es especialmente esta- ble. Sin embargo, el tritio (3H) incorpora un neutrón adicional y es un isótopo radiactivo. La mayoría de los elementos se encuentran en la natu- raleza como una mezcla de sus diferentes isótopos. La abundancia isotópica relativa es el porcentaje que corres- ponde a cada isótopo de un elemento tal como se halla en la naturaleza. Son nucleidos radiactivos naturales, y por tanto constitu- yen una fuente natural de radiación, aquellos nucleidos presentes en la Tierra que emiten radiación y no han sido originados por la actividad humana (tabla 1-2). Las principales fuentes de radiación natural tienen su origen en los rayos cósmicos (3H, 7Be, 14C, 22Na) y en la corteza terrestre (40K, 87Rb, series radiactivas del uranio y del torio) (tabla1-3). Los nucleidos radiactivos artificiales son aquellos que han sido producidos como resultado de alguna acti- vidad humana. En el ámbito sanitario, los nucleidos FIGURA 1-5 Esquema de una desintegración a. El nucleido padre se desintegra emitiendo una partícula alfa (núcleo de He2 4 2 ), resultando en un nuevo nucleido con dos protones y dos neutrones menos. TABLA 1-2 Ejemplos de radionucleidos naturales Radionucleidos naturales Período de semidesintegración Radiación cósmica Hidrógeno-3 12,3 años Berilio-7 53,3 días Carbono-14 5,7·103 años Sodio-22 2,6 años De la corteza terrestre Potasio-40 1,3·109 años Rubidio-87 4,7·1010 años Serie uranio-235 7,0·108 años Serie uranio-238 4,5·109 años Serie torio-232 1,4·1010 años PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 8 radiactivos artificiales se utilizan con fines diagnósticos en los servicios de medicina nuclear; para investiga- ción en el campo de la inmunología, la hematología, la biología molecular, etc., y con fines terapéuticos en los servicios de medicina nuclear y de oncología radioterá- pica (tabla 1-4). Existen otros nucleidos radiactivos que se emplean principalmente en la industria nuclear para la obten- ción de energía. La radiactividad liberada en la atmós- fera, sobre todo como consecuencia de las pruebas nucleares efectuadas, se deposita poco a poco sobre la superficie de la Tierra (lluvia radiactiva). Sin embargo, su aportación a la dosis recibida por la población es muy pequeña en comparación con las exposiciones médicas (fig. 1-6). 7. ACTIVIDAD Y DESINTEGRACIÓN. LEY DEL DECAIMIENTO RADIACTIVO La desintegración radiactiva es un proceso espontáneo. No podemos saber en qué momento un núcleo deter- minado va a decaer radiactivamente para transformase en otro más estable. Sin embargo, por estadística, si tomamos una muestra grande de núcleos del mismo nucleido podremos saber qué ley sigue su desintegra- ción, es decir, qué cantidad de núcleos decaerán en un tiempo determinado. La actividad (A) es el número de desintegraciones que se producen en una muestra por unidad de tiempo. Supongamos que tenemos N núcleos radiactivos del mismo nucleido en un cierto instante t. Transcurrido un período de tiempo ∆t, parte de esos núcleos se habrán desintegrado. Si llamamos ∆N a la diferencia entre el número de núcleos existentes transcurrido un tiempo ∆t y el número inicial de núcleos, podemos definir la actividad: = − ∆ ∆ A N t La actividad se mide, en el Sistema Internacional (SI) de unidades, en desintegraciones por segundo, unidad que recibe el nombre de Becquerelio (Bq) en honor a Henri Becquerel: =Bq1 1desint./s TABLA 1-3 Series radiactivas naturales Número de masa Serie Origen Período de semidesintegración (años) Producto final 4n Torio Th 90 232 1,41·1010 Pb 82 208 4n + 1 Neptunio Np 92 237 2,14·106 Bi 83 209 4n + 2 Uranio/radio U 92 238 4,15·109 Pb 82 206 4n + 3 Uranio/actinio U 92 235 7,18·108 Pb 22 207 TABLA 1-4 Características y aplicación de algunos nucleidos radiactivos artificiales Radionucleidos Tipo de emisión Período Aplicación Fósforo-32 b− 14,3 días Investigación Yodo-131 b−, g 8,4 días Diagnóstico, terapia Iridio-192 b−, g 74 días Terapia Tecnecio-99m g 6 horas Diagnóstico Carbono-11 b+ 20,4 min Diagnóstico FIGURA 1-6 Dosis promedio recibida en 1 año por una persona cualquiera de la población española (porcentajes respecto a la dosis total). Fuente: Consejo de Seguridad Nuclear. CAPÍTULO 1 Estructura de la materia y transformaciones nucleares 9 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Antiguamente se utilizaba también el Curio (Ci), que corresponde a la actividad de un gramo de radio, elemen- to radiactivo descubierto por el matrimonio formado por Marie y Pierre Curie: Ci1 3,7 10 desint./s 3,7 10 Bq10 10 = ⋅ = ⋅ Esta unidad esta hoy en día en desuso y no debe ser utilizada. El número de desintegraciones que se producen por uni- dad de tiempo es proporcional el número de núcleos de la muestra. La constante de proporcionalidad, l, recibe el nombre de constante de desintegración radiactiva y se mide en s−1: λ= − ∆ ∆ = ⋅A N t N Integrando la expresión de manera sencilla, llegamos a la ley de desintegración radiactiva: = λ− ⋅N N e t 0 donde N 0 es el número inicial de núcleos (fig. 1-7). Como la actividad y el número de núcleos están relacionados a través de la constante de desintegración, podemos expresar la ley de desintegración radiactiva en función de la actividad, multiplicando a ambos lados por l: λ λ⋅ = ⋅ ⇒ = λ λ− ⋅ − ⋅N N e A A et t 0 0 donde A 0 es la actividad en el instante inicial (t = 0). El proceso de desintegración de un núcleo es indepen- diente de factores externos como la temperatura o la pre- sión; únicamente depende del propio nucleido a través de la constante de desintegración, l. Cada nucleido tiene una l característica, que da idea de la probabilidad de que se desintegre por unidad de tiempo. 7.1. Período de semidesintegración El período de semidesintegración radiactiva, T 1/2 , es el tiempo necesario para que la actividad de un radionu- cleido se reduzca a la mitad. Esto es equivalente a decir que el número de radionucleidos de la muestra se reduz- ca a la mitad: A A e e T 2 ln 1 2 ln ln 21/2 1/2T T0 0 1/2λ( )= ⇒ = ⇒ = ⋅ λ λ− ⋅ − ⋅ λ =T ln 2 1/2 El período de semidesintegración se mide en unida- des de tiempo (segundos, minutos, horas, años). Del mismo modo que la constante de desintegración, l, el período de semidesintegración es característico del radionucleido. 7.2. Tiempo de vida medio El tiempo de vida medio, τ, es el tiempo medio que tarda un nucleido en desintegrarse, o el tiempo que tarda en reducirse la actividad 1/e. Se relaciona con la constante de desintegración radiactiva, l, a través de la relación: τ λ = 1 También se relaciona con el período de semidesinte- gración radiactiva, T 1/2 , como sigue: τ = T ln 2 1/2 El tiempo de vida medio es más largo que el período de semidesintegración radiactiva. Se mide en unida- des de tiempo. 8. RESUMEN ● Un nucleido está determinado por un número de protones (Z), de neutrones (N) y de nucleones (A) característico. ● Isótopos: nucleidos con la misma Z (mismo número de protones). ● Isótonos: nucleidos con la misma N (mismo número de neutrones). ● Isóbaros: nucleidos con la misma A (mismo número de nucleones). ● En el núcleo actúan dos tipos de interacciones: ● Interacción coulombiana: entre protones, de carácter repulsivo. ● Interacción nuclear fuerte: entre nucleones, de carác- ter atractivo y corto alcance. ● Existen nucleidos estables y otros que no lo son. Los nucleidos estables se encuentran en torno a la línea de estabilidad: ● N≈Z para nucleidos ligeros. ● N≈1,5·Z para nucleidos pesados. FIGURA 1-7 Ley de desintegración radiactiva. El número de radionucleidos de la muestra decae de manera exponencial negativa. Cuando ha transcurrido un tiempo igual a un período de semidesintegración, el número de núcleos de la muestra se ha reducido a la mitad. Si el tiempo transcurrido es igual a dos períodos de semidesintegración, el número de núcleos de la muestra se reduce a la cuarta parte. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 10 ● Los nucleidos inestables experimentan un proceso de desintegración para alcanzar la estabilidad. La radiactividad es la emisión de partículas o radiación electromagnética por núcleos inestables de ciertos elementos. ● La desintegración b− afecta a los nucleidos con exce- so de neutrones y consiste en la desintegración de un neutrón en un protón mediante el proceso υ→ + + − −n p e0 1 1 1 1 0 . ● La desintegración b+ afecta a los nucleidos con exceso de protones y consiste en la desintegración de un protón en un neutrón mediante el proceso υ→ + + +p n e1 1 0 1 1 0 . ● La captura electrónica afecta a nucleidos con un exceso de protones. Consisteen la absorción de un electrón orbital y su combinación con un protón para producir un neutrón: υ+ → + − −e p n1 0 1 1 0 1 . ● La desintegración a consiste en la emisión, por parte del núcleo, de una partícula a (formada por dos pro- tones y dos neutrones): → + − −X Y HeZ A Z A 2 4 2 4 . ● La desintegración g se produce cuando un nucleido se encuentra en estado excitado, emitiendo el exceso de energía en forma de radiación electromagnética: γ→ +X XZ A Z A* . ● La actividad es el número de desintegraciones que se producen por segundo. Su unidad en el SI es el Bq. ● El número de nucleidos que se desintegran radiacti- vamente transcurrido un cierto tiempo, t, sigue una ley de tipo exponencial llamada ley de desintegración radiactiva. Bibliografía Bushberg JT, Seibert AJ, Leidholdt EM, Boone JM. The essential physics of medical imaging. 2nd ed. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2001. p. 17-30. Bushong SC. Manual de radiología para técnicos. Física, biología y pro- tección radiológica. 9ª ed. Madrid: Elsevier España; 2010. p. 37-56. Cherry SR, Sorenson JA, Phelps ME. Physics in nuclear medicine. 3rd ed. Philadelphia: Saunders; 2003. p. 7-43. Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Madrid 2011. La protección radio- lógica en el medio sanitario. Disponible en: https://www.csn.es/ images/stories/publicaciones/otras_publicaciones/pr_sanitario.pdf Díaz García C, De Haro del Moral FJ. Técnicas de exploración en medicina nuclear. Ciclo formativo Imagen para el diagnóstico. Barcelona: Elsevier España; 2004. p. 25-36. Johns HE, Cunningham JR. The physics of radiology. 4th ed. Spring- field: Charles C. Thomas; 1983. p. 3-33, 71-99. Khan FM. The physics of radiation therapy. 4th ed. Baltimore: Lippin- cott Williams & Wilkins; 2010. p. 1-26. Tipler PA. Física para la ciencia y la tecnología, Vol. 2. 4ª ed. Barcelona: Reverté; 2001. p. 1209-40. 11 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Interacción radiación-materia Julia Garayoa Roca, María Pinto Monedero y Patricia Sánchez Rubio 1. INTRODUCCIÓN La radiación es un transporte de energía a través del vacío o de un medio material. Cuando la radiación se propaga en un medio se producen interacciones entre la radiación y la materia. El tipo de interacción que sufre la radiación depende tanto de las propiedades físicas de la propia radiación como de las del medio en el que se propaga. En este tema se estudiarán tales interacciones, tras una breve descripción de los tipos de radiación que existen en la naturaleza. Se estudiarán las interacciones de los fotones, de las partículas cargadas, haciendo una mención especial a los electrones, que son un caso particular de partícula cargada, y por último se comentarán las interacciones de los neutrones. El objetivo de este capítulo es que el lector se familiarice con las interacciones que sufre la radiación al atravesar la materia, pues constituyen el principio físico en el cual se basan las técnicas de imagen médicas y el tratamiento radioterápico que se irán viendo en los capítulos pos- teriores. 2. TIPOS DE RADIACIÓN. RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA Y RADIACIÓN CORPUSCULAR La radiación es un transporte de energía a través del vacío o de un medio material. En general, se habla de radiación electromagnética y radiación corpuscular. La radiación corpuscular está formada por partículas que se propagan en el espacio transportando energía. En el capítulo 1 se han descrito algunos ejemplos de partículas, como la radiación b, formada por electrones, o las partículas a y los neutrones, que se producen en las desintegraciones radiactivas. En cuanto a la radiación electromagnética, está formada por campos electromagnéticos oscilantes que transpor- tan energía a través del espacio. Son radiaciones elec- tromagnéticas los rayos X y la radiación g, propias de las transiciones atómicas y nucleares, respectivamente, y que ya se han tratado en el capítulo 1. Pero además de estas dos formas de radiación electromagnética, tam- bién existen otras: las ondas de radio, las microondas, el infrarrojo, la luz visible y la luz ultravioleta. Todas son 2 ÍNDICE 1. Introducción 11 2. Tipos de radiación. Radiación electromagnética y radiación corpuscular 11 2.1. Radiaciones ionizantes 12 3. Interacción de los fotones con la materia 12 3.1. Atenuación de un haz de fotones: coeficientes de atenuación másicos 13 3.2. Efecto fotoeléctrico 13 3.3. Efecto Compton 15 3.4. Creación de pares electrón-positrón 16 3.5. Otras interacciones de los fotones: dispersión de Rayleigh e interacciones fotonucleares 16 4. Interacción de las partículas cargadas con la materia 17 4.1. Poder de frenado 17 4.2. Pérdidas energéticas por colisión 18 4.3. Pérdidas energéticas por emisión de radiación de frenado 18 4.4. Pérdidas energéticas en interacciones nucleares 18 4.5. Interacciones de los electrones con la materia 19 5. Interacción de los neutrones con la materia 19 6. Resumen 20 Bibliografía 20 PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 12 radiaciones electromagnéticas, y la diferencia entre ellas ra- dica en la energía que transportan. De hecho, existe un espectro continuo de energías posibles, llamado espectro electromagnético. La radiación electromagnética se propaga en el vacío a velocidad c (c: velocidad de la luz, aproximadamente 3 × 108 m/s) y se caracteriza por su frecuencia ν y su longitud de onda l. Si imaginamos la radiación elec- tromagnética como una onda sinusoidal que se propaga en el espacio, la frecuencia ν es el período de repetición de la onda, es decir, el número de crestas o de valles que pasan por un punto por unidad de tiempo, y por tanto tiene dimensiones de tiempo−1 y se mide en ciclos/s o Hz; la longitud de onda l es la distancia entre dos crestas o dos valles consecutivos, tiene dimensiones de longitud y se mide en metros. Como la velocidad de propagación de la radiación electromagnética es c, se cumple que c = lν. Es bien conocida la naturaleza ondulatoria de la luz, pues la física clásica se ha encargado de estudiar los fenó- menos ondulatorios de la luz visible (zona del espectro electromagnético a la que es sensible el ojo humano). Sin embargo, con el desarrollo de la teoría cuántica se puso de manifiesto que, dependiendo del fenómeno estudiado, la radiación electromagnética se comportaba como un haz de partículas y no como una onda; es lo que se conoce como dualidad onda-corpúsculo. De este modo, la radiación electromagnética está for- mada por cuantos de energía, llamados fotones, que transportan energía y viajan a la velocidad de la luz. Un fotón es una partícula sin masa y sin carga eléctrica. La energía de un cuanto de radiación electromagnéti- ca está relacionada con la frecuencia de la radiación ν (o de manera equivalente, con su longitud de onda l) mediante la expresión: E h h c ν λ = = [1] donde h es la constante de Planck, en honor al físico alemán que desarrolló la teoría cuántica de la radiación electromagnética. La constante h = 6,626 × 10−34 J s = 4,136 × 10−15 eV s. Por tanto, a mayor frecuencia ν, o menor longitud de onda l, mayor es la energía de los fotones. Dentro del espectro electromagnético, los rayos g son los más energéticos, con longitudes de onda del orden del tamaño de un núcleo atómico; mientras que las ondas de radio, mucho menos energéticas, presentan longitudes de onda del orden del kilómetro. En la mayoría de los capítulos de este libro, sólo nos vamos a interesar por los fotones con energías altas (rayos X y g), pues este es el tipo de radiación y rango de energías más relevante en el ámbito de la radioterapia y la imagen médica. Además, a partir de ahora, en este capítulo, nos referiremos siempre a los fotones, en virtud del fenómeno de dualidad onda-corpúsculo. 2.1. Radiaciones ionizantes Los distintos tipos de radiación (fotones, electrones, iones pesados y neutrones) presentan comportamientosdistintos en su interacción con la materia, dependiendo de sus características físicas. La materia está constituida por átomos, es decir, núcleos y electrones. Por tanto, estudiar las interacciones de las partículas con la materia equivale a estudiar sus interacciones con los núcleos y los electrones. Las radiaciones suelen clasificarse en ionizantes y no ionizantes. El proceso de ionización consiste en una interacción con los electrones atómicos en la que uno de estos electrones es arrancado del átomo. Las radiacio- nes no ionizantes son aquellas que, por su baja energía, no son capaces de producir ionizaciones atómicas, y no serán objeto de estudio en este capítulo. Las radiaciones ionizantes sí pueden producir ionizaciones y por tanto tienen energías por encima de unos pocos eV, que es el orden de la energía de ligadura de los electrones en el átomo. Las radiaciones ionizantes suelen subdividirse en dos grandes grupos: directamente ionizantes e indirectamen- te ionizantes. Las radiaciones directamente ionizantes son las partículas cargadas, por ejemplo los electrones, que presentan interacciones coulombianas y que, por tanto, pueden producir ionizaciones. Las radiaciones indirectamente ionizantes son las partículas neutras, como los fotones de rayos X, g y los neutrones, que al interaccionar con el medio producen partículas cargadas que, a su vez, son capaces de producir ionizaciones. Todas las partículas transportan energía, y al atravesar la materia e interaccionar con ella mediante todos los mecanismos que se describen a continuación, depositan energía en el medio. En el campo de la radioterapia, este depósito de energía es el causante de la lesión o la muerte de las células sanas o tumorales. Cada tipo de partícula presentará unas características (mayor o menor alcance, mayor o menor depósito local de energía, etc.) que la harán más o menos apropiada para un objetivo terapéutico dado. 3. INTERACCIÓN DE LOS FOTONES CON LA MATERIA El fotón es una partícula elemental sin masa y sin carga eléctrica. Los fotones presentan una serie de interaccio- nes propias cuya probabilidad de ocurrencia depende tanto de la propia energía de los fotones como de las características del medio dispersor. La interacción puede tener lugar con electrones muy ligados al átomo, como ocurre en el efecto fotoeléctrico, o con electrones libres o poco ligados, en cuyo caso tenemos fenómenos de dispersión tipo Rayleigh o efecto Compton. Por último, por encima de cierta energía umbral, el fotón puede interaccionar con el campo electromagnético creado por el núcleo y dar lugar a la producción de pares elec- trón-positrón. CAPÍTULO 2 Interacción radiación-materia 13 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. A continuación se describe la atenuación de un haz de fotones que penetra en la materia, y se estudiará deta- lladamente el origen físico de las interacciones del fotón con el medio, así como la escala energética a la cual se produce cada una de ellas. 3.1. Atenuación de un haz de fotones: coeficientes de atenuación másicos Un haz de fotones que penetra en un medio sufre una atenuación originada por todas las interacciones antes mencionadas. Supongamos que se hace incidir un haz delgado con N fotones sobre cierto material. La reducción en el número de fotones, ∆N, que experimenta el haz al atravesar un espesor ∆x de material, viene dada por: N N xµ∆ = − ∆ [2] donde la constante de proporcionalidad m es el llamado coeficiente de atenuación. Nótese que esta ecuación diferencial es del mismo tipo que la que describe la ley de desintegración radiactiva nuclear. La integración de esta ecuación diferencial conduce a la relación: N x N e( ) x 0= µ− [3] donde N 0 es el número de fotones que contiene inicial- mente el haz al penetrar en el medio, N(x) es el número de fotones que alcanzan un espesor x de material, y m es el coe- ficiente de atenuación. El producto mx es la probabilidad de que el fotón sea absorbido por alguno de los mecanismos de interacción. Como m tiene dimensiones de 1/longitud, si x viene expresada en cm, m tiene unidades de cm−1. La probabilidad de que un fotón interaccione con alguno de los átomos de la materia es directamente proporcional al número de átomos presentes, es decir, m es propor- cional a la densidad del medio. Por eso se introduce el co- eficiente de atenuación másico, que es independiente de la densidad del material y se define como el cociente entre el coeficiente de atenuación y la densidad del material: m/ρ. El cociente m/ρ tiene dimensiones de longitud2/masa y suele expresarse en cm2/g. La figura 2-1 representa la atenuación de un haz de fotones de 6 MeV (energía frecuente en los haces de tra- tamiento utilizados en radioterapia) al atravesar tres materiales distintos: agua, hormigón y plomo. Se observa que la atenuación es más rápida en el plomo y el hormi- gón que en el agua, pues son materiales más densos for- mados por elementos con mayor número atómico. Esta figura muestra que el coeficiente de atenuación depende de la energía de los fotones y del material atravesado. Análogamente a como se define el periodo de semidesin- tegración de un núcleo en el marco de la desintegración radiactiva, en este caso podemos definir la capa hemi- rreductora x 1/2 como el grosor de material absorbente que reduce el número de fotones iniciales a la mitad. Dos capas hemirreductoras lo reducen a una cuarta parte, y así sucesivamente; n capas hemirreductoras reducen el número de fotones en un factor 1/(2n). La capa hemirreductora está relacionada con el coeficien- te lineal de atenuación según la ecuación siguiente, que se deduce de sustituir N(x 1/2 ) = N 0 /2 en la ecuación 3: x ln 2 1/2 µ = [4] En la figura 2-1 se muestra la capa hemirreductora en agua, hormigón y plomo, para los fotones de 6 MeV. Como la atenuación de los fotones es mayor en el plomo y en el hormigón que en el agua, las capas hemirreducto- ras correspondientes al plomo y al hormigón son mucho más pequeñas. Cada una de las interacciones que contribuye a la ate- nuación del haz de fotones puede expresarse mediante un coeficiente de atenuación másico propio. Así, for- malmente, el coeficiente de atenuación másico debido a todas las interacciones posibles viene dado por: fe C e e Rµ ρ µ ρ µ ρ µ ρ µ ρ = + + + + − [5] donde m fe , m C , m ee y m R son los coeficientes de atenuación debidos a la interacción fotoeléctrica, Compton, crea- ción de pares y dispersión Rayleigh, respectivamente. Seguidamente se describen con detalle estas interac- ciones y las dependencias de sus correspondientes coe- ficientes de atenuación. 3.2. Efecto fotoeléctrico En este proceso, el fotón incidente interacciona con un electrón atómico y le transfiere toda su energía, desapa- reciendo el fotón original, como puede verse de forma FIGURA 2-1 Atenuación de un haz de fotones de 6 MeV al atravesar agua, hormigón y plomo. Las líneas discontinuas indican la capa hemirreductora para cada uno de los medios. Coeficientes de atenuación obtenidos de la base de datos XCOM del National Institute of Standards and Technology. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 14 esquemática en la figura 2-2. El electrón secundario, también llamado fotoelectrón, adquiere toda la energía del fotón en forma de energía cinética y es expulsado del átomo. Este fenómeno ocurre para energías del fotón incidente iguales o mayores que la energía de ligadura del electrón atómico, que puede variar entre unos pocos eV hasta el MeV, en el caso de átomos con un alto núme- ro atómico. Para que se produzca el efecto fotoeléctrico con un elec- trón de una determinada capa atómica i es necesario que el fotón incidente posea una energía superior a la energía de ligadura del electrón en el átomo, U i . Es decir, existe una energía umbral U i por debajo de la cual el fotón nopuede producir efecto fotoeléctrico con el electrón de la capa i. Esta energía depende del material sobre el cual incide el fotón. La probabilidad de que se produzca el efecto fotoeléctrico es muy alta para energías del fotón incidente ≥ U i , y luego decrece a medida que aumenta la energía del fotón. Como resultado del efecto fotoeléctrico, el fotoelectrón es expulsado del átomo con una energía cinética dada por: K h Uiν= − [6] donde U i es la energía de ligadura del electrón de la capa i y hν > U i es la energía del fotón incidente. Entonces, cuanto menor es la energía de ligadura, mayor es la energía cinética del fotoelectrón. Si escribimos U i = hν 0 , tenemos que: K h( )0ν ν= − [7] Como la energía cinética es una cantidad positiva, esta relación vuelve a poner de manifiesto que la frecuencia del fotón incidente ν ha de ser superior a una cierta fre- cuencia umbral ν 0 , por debajo de la cual no existe efecto fotoeléctrico con el electrón de la capa i. Es equivalente hablar de frecuencia umbral y energía umbral del fotón. En la figura 2-3 se muestra el coeficiente de atenuación másico debido al efecto fotoeléctrico en función de la energía del fotón incidente para varios elementos: hidró- geno, oxígeno y plomo. Este coeficiente de atenuación másico tiene en cuenta la probabilidad del efecto fotoe- léctrico con los electrones de todas las capas atómicas. De hecho, las discontinuidades presentes en el caso del plomo corresponden a las energías umbrales de efecto fotoeléctrico con los electrones de las sucesivas capas atómicas (K, L, M, etc.). Resulta evidente que el efecto fotoeléctrico presenta una fuerte dependencia de la ener- gía del fotón y del número atómico del material sobre el que incide. Como ya se ha mencionado, la probabilidad del efecto fotoeléctrico es menor cuanto mayor es la energía del fo- tón incidente; es, de manera aproximada, inversamente proporcional al cubo de la energía del fotón 1/(hν)3. Por otro lado, comparando los coeficientes de atenuación correspondientes a elementos distintos, se observa que el efecto es más probable con elementos de alto número atómico, siendo la dependencia en la probabilidad de ocurrencia proporcional al cubo del número atómico del material dispersor Z3. Por tanto, los materiales con alto número atómico son buenos absorbentes de fotones, y de ahí que se utilice el plomo para construir blindajes de fotones, pues tiene un número atómico alto (Z = 82). Una vez que se ha producido el efecto fotoeléctrico y el fotoelectrón ha sido expulsado del átomo, este último queda en un estado excitado de energía. La vacante creada por el fotoelectrón puede ser ocupada por otro electrón atómico de una capa más externa, con la consecuente emisión de radiación característica. Otra posibilidad es que el átomo se desexcite y emita electrones Auger. En este caso, el átomo emite electrones monoenergéticos FIGURA 2-2 Representación esquemática del efecto fotoeléctrico: el fotón incidente interacciona con un electrón atómico, transfiriéndole toda su energía. El fotón incidente desaparece. FIGURA 2-3 Coeficiente de atenuación másico del efecto fotoeléctrico en función de la energía del fotón y para distintos materiales: hidrógeno, oxígeno y plomo. Coeficientes de atenuación obtenidos de la base de datos XCOM del National Institute of Standards and Technology. CAPÍTULO 2 Interacción radiación-materia 15 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. producidos por la absorción de radiación característica en el interior del átomo. Por último, cabe mencionar que el efecto fotoeléctrico es de suma importancia en la formación de la imagen radio- gráfica, la cual se forma con los fotones que atraviesan el paciente y llegan al detector de imagen. Esto permite la visualización de diferentes tejidos, ya que cada uno de ellos produce una atenuación distinta del haz de fotones incidente. La atenuación producida por los tejidos viene determinada, entre otros factores, por la probabilidad de que se produzca una interacción fotoeléctrica que, como ya se ha analizado, depende de la energía de los fotones y del material sobre el que inciden. 3.3. Efecto Compton Este proceso es una interacción que se produce como consecuencia de la dispersión inelástica del fotón inci- dente con los electrones libres o poco ligados del átomo. Se dice que es una interacción inelástica porque el fotón incidente cede parte de su energía al electrón, que sale dispersado formando un ángulo φ respecto a la dirección del fotón incidente. El fotón también modifica su trayec- toria (ángulo u), como puede verse en la figura 2-4. La energía del electrón dispersado depende del ángulo con que sale despedido. Las leyes físicas de conservación de energía y momento permiten deducir las siguientes relaciones que expresan la energía del electrón dispersa- do en función del ángulo de dispersión: ν ε θ ε θ = − + − E h (1 cos ) 1 (1 cos )e 0 [8] donde ε = hν/m e c2. La relación entre el ángulo de disper- sión del electrón y del fotón es cot(φ) = (1 + ε) tan(u/2). La energía del fotón secundario, hν, viene dada por: ν ν ε θ = + − h h 1 1 (1 cos )0 [9] o expresada en función de la longitud de onda del fotón: (1 cos )C0λ λ λ θ− = − [10] donde l C es la llamada longitud de onda Compton y se define como l C = h / m e c. La máxima transferencia de energía del fotón incidente al electrón se produce cuando el electrón dispersado sale despedido hacia delante (φ = 0) y el fotón incidente su- fre un rebote o retrodispersión (u = 180). En este caso, sustituyendo u = 180 en las ecuaciones 8 y 9, obte- nemos: E h 2 1 2e ,max 0ν ε ε = + [11] h h 1 1 2min 0ν ν ε = + [12] En contraposición a lo que ocurría en el efecto fotoeléc- trico, en el caso del efecto Compton la probabilidad de ocurrencia es prácticamente independiente del medio dispersor, ya que consiste en una interacción con elec- trones poco ligados. Sin embargo, el efecto Compton sí depende de la energía de los fotones: la probabilidad de interacción disminuye al aumentar la energía del fotón incidente, aproximadamente como ∼1/hν. En la figura 2-5 se representa el coeficiente de atenua- ción másico correspondiente al efecto Compton para el agua y el plomo. Efectivamente, a partir de una deter- minada energía, la probabilidad de que se produzca efecto Compton decrece con la energía, pero de una forma mucho menos brusca que como lo hacía el efecto fotoeléctrico. También se deduce de la figura, que la probabilidad de que se produzca efecto Compton no es muy dependiente del medio dispersor. FIGURA 2-4 Representación esquemática del efecto Compton: el fotón incidente interacciona con un electrón poco ligado, que es dispersado. FIGURA 2-5 Coeficiente de atenuación másico del efecto Compton en función de la energía del fotón para el agua y el plomo. Coeficientes de atenuación obtenidos de la base de datos XCOM del National Institute of Standards and Technology. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 16 Comparando las figuras 2-3 y 2-5 puede concluirse que el efecto Compton ocurre con mayor probabilidad para energías del fotón incidente mucho mayores que la ener- gía de ligadura de los electrones en el átomo; para energías del orden de la energía de ligadura de los electro- nes, es más probable que se produzca efecto fotoeléctrico. Por otro lado, para energías mayores de 2m e c2 puede tener lugar la creación de pares, como se verá en la siguiente sección. Por tanto, puede decirse que el efecto Compton es el efecto dominante para energías intermedias del fotón incidente, del orden de m e c2. En radioterapia suelen usarse fotones de energía en el rango del MeV, por lo que el efecto Compton es el tipo de interacción dominante. Cuanto menor es la energía de los haces usados en radioterapia, mayor es la dispersión y por tanto mayor es la penumbrade los haces empleados. Los electrones dispersados que se producen en este tipo de interacción depositarán energía en el medio por los mecanismos que se estudiarán en la próxima sección. Serán las interacciones producidas por estos electrones secundarios las máximas causantes del daño celular que se pretende producir con la radioterapia. 3.4. Creación de pares electrón-positrón En este proceso, el fotón interacciona con el campo elec- tromagnético del núcleo, y como consecuencia de tal interacción, el fotón desaparece y su energía es invertida en crear un par de partículas electrón-positrón. En la figura 2-6 se muestra esquemáticamente esta interacción. Es evidente que existe una energía umbral para que este proceso ocurra: el fotón ha de tener energía suficiente para crear un electrón y un positrón. Así, la energía umbral viene dada por 2m e c2. El exceso de energía, por encima del umbral, que puede tener el fotón, se reparte en forma de energía cinética entre las dos partículas creadas. En la figura 2-7 se representa la dependencia energética del coeficiente de atenuación másico, en agua y plomo, para la creación de pares. Se observa claramen- te la existencia de esta energía umbral, que además es independiente del material atravesado. De acuerdo con la figura 2-7, la probabilidad de que tenga lugar la producción de pares es fuertemente depen- diente del número atómico. Efectivamente, la intensidad del campo electromagnético creado por el núcleo crece con el número atómico de este como Z2. Por tanto, cuan- to mayor es Z, mayor es el campo electromagnético del núcleo, y más probable es que se produzca la creación de pares, siempre que la energía del fotón original sea superior a la energía umbral del proceso. Además, por encima de la energía umbral la probabilidad de que ocurra el suceso es poco dependiente de la energía del fotón incidente. Obsérvese que las curvas de la figura 2-7, por encima del valor umbral de energía, son casi planas. De este modo, dicho mecanismo de interacción es el dominante para energías del fotón suficientemente altas. El positrón resultante de este proceso pierde su energía a medida que atraviesa el material dispersor mediante el mismo tipo de interacciones que experimentan los electrones. Al final de su recorrido, el positrón se recom- bina con algún electrón libre del medio y da lugar a dos fotones de aniquilación. 3.5. Otras interacciones de los fotones: dispersión de Rayleigh e interacciones fotonucleares Además de las que ya se han explicado, los fotones pre- sentan otras interacciones, en particular la dispersión de Rayleigh y las interacciones fotonucleares, que se describen brevemente a continuación. La dispersión de Rayleigh es una dispersión elástica que se produce entre el fotón incidente y un electrón atómi- co, sin que el átomo correspondiente sea excitado. Se FIGURA 2-6 Representación esquemática de la creación de pares electrón-positrón. El fotón incidente interacciona con el campo electromagnético del núcleo y su energía es invertida en crear un par electrón-positrón. FIGURA 2-7 Coeficiente de atenuación másico de la producción de pares electrón-positrón en función de la energía del fotón para el agua y el plomo. Coeficientes de atenuación obtenidos de la base de datos XCOM del National Institute of Standards and Technology. CAPÍTULO 2 Interacción radiación-materia 17 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. dice que la dispersión es elástica porque el fotón inci- dente y el dispersado tienen la misma energía. El hecho de que no se produzca intercambio energético hace que este proceso sea menos relevante desde el punto de vista dosimétrico. Por último, en las interacciones fotonucleares un fotón de alta energía (por encima de 10 MeV) excita un núcleo atómico que se desexcita emitiendo algún nucleón. Estas interacciones sólo ocurren para altas energías del fotón in- cidente, y son menos probables que el resto de las inte- racciones que antes se han descrito. Sin embargo, son importantes desde el punto de vista de la protección ra- diológica, ya que la producción de neutrones debe tenerse en cuenta en el diseño de los blindajes de los búnkeres destinados a radioterapia. En las secciones anteriores hemos explicado las inte- racciones más importantes que experimentan los foto- nes al atravesar un material. También hemos visto que cada una de estas interacciones depende de manera distinta tanto de la energía de los fotones como de las propiedades del material que atraviesan. En resumen, podemos decir que a bajas energías (muy inferiores a 1 MeV) el efecto dominante es el fotoeléctrico; a ener- gías medias (desde unos 100 keV hasta energías del orden de 1 MeV), el proceso dominante es el efecto Compton; y para altas energías, la producción de pares. En la figura 2-8 se indica cuál de los tres efectos es el dominante en función de la energía del fotón incidente y del número atómico del medio. 4. INTERACCIÓN DE LAS PARTÍCULAS CARGADAS CON LA MATERIA Las interacciones de las partículas cargadas vienen regi- das fundamentalmente por las fuerzas coulombianas que existen entre las partículas cargadas incidentes y los campos electromagnéticos creados por los electrones orbitales y por los núcleos atómicos. Las interacciones con los electrones atómicos dan lugar a procesos de difusión elástica o inelástica. Los procesos inelásticos implican la excitación o ionización de los átomos. Por otro lado, las interacciones con los núcleos resultan en fenómenos de dispersión elástica o inelástica, en los que se emite radiación, que suele denominarse radiación de frenado. Los procesos de dispersión elástica suponen un cam- bio en la trayectoria de la partícula incidente, pero no implican depósito de energía en el medio. Los electrones, debido a su pequeña masa, sufren más procesos de dis- persión elástica que otras partículas cargadas, como por ejemplo las partículas a. Esto hace que la trayectoria que sigue un electrón al atravesar un medio material sea muy tortuosa, en comparación con las trayectorias seguidas por partículas cargadas más pesadas, que son casi rectas. Del mismo modo, los haces de electrones empleados en teleterapia presentan una gran penumbra debido a los procesos de dispersión. La importancia relativa de cada uno de estos procesos depende del medio y de las características de la partícula cargada incidente. Por ejemplo, en el caso de los elec- trones, que son partículas cargadas y de masa pequeña, las pérdidas energéticas debidas a la radiación de frenado son importantes en comparación con las que experimen- tan otras partículas más pesadas. Las partículas cargadas pesadas, como los protones, también pueden dar lugar a reacciones nucleares en las que se generan isótopos radiactivos que emitirán nuevas partículas. 4.1. Poder de frenado El depósito de energía producido por las partículas carga- das en sus interacciones con la materia suele describirse mediante una magnitud denominada poder de frenado: S dE dx = − [13] Esta magnitud describe la pérdida de energía cinética de las partículas cargadas en función del espesor de material atravesado. El valor S tiene dimensiones de energía/ longitud = masa × longitud/tiempo2, y suele expresar- se en MeV/cm. También es usual expresar el poder de frenado como el cociente entre el poder de frenado y la densidad del medio, S/ρ; en este caso recibe el nom- bre de poder de frenado másico. El cociente S/ρ tiene dimensiones de longitud4/tiempo2, y suele expresarse en MeV cm2/g. Cada tipo de interacción contribuye al poder de frenado. Por tanto, el poder de frenado es dependiente del medio y de las características de la partícula cargada incidente. Por ejemplo, una partícula a de 8 MeV de energía, alcan- za una profundidad de menos de 0,1 mm cuando incide en un blanco de agua. Para un electrón de la misma energía, la profundidad alcanzadaes de unos 4 cm. A la FIGURA 2-8 Interacción dominante de los fotones con la materia en función de la energía del fotón y del número atómico del material sobre el cual inciden. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 18 vista de estos datos, el riesgo de irradiación externa con partículas a es fácilmente evitable, ya que no se requieren grandes blindajes para su absorción. Sin embargo, si un núcleo radiactivo emisor a es incorporado al organis- mo, las partículas a emitidas causarán un daño tisular importante, pues el depósito de energía se produce de manera muy local (alto poder de frenado). En el caso del electrón, al alcanzar una profundidad mayor, el depósito local de energía es menor (menor poder de frenado). Recordemos, sin embargo, que los electrones siguen una trayectoria muy tortuosa, por lo que la distancia entre el punto de entrada del electrón incidente y el punto donde es completamente absorbido puede llegar a ser la mitad de la longitud total recorrida por el electrón. 4.2. Pérdidas energéticas por colisión Una partícula cargada puede excitar o incluso arrancar un electrón atómico. La partícula cargada incidente colisiona con un electrón atómico y le cede parte de su energía, de modo que el electrón atómico salta a un nivel energético menos ligado y el átomo queda en un estado excitado. Si la energía de la partícula incidente es lo bastante alta, esta puede llegar a arrancar el electrón del átomo, mecanismo que se denomina ionización. Tanto la partícula incidente como el electrón secundario producido en la ionización continuarán su recorrido en el material produciendo nuevos procesos de ionización o excitación atómica. El poder de frenado causado por las colisiones con elec- trones atómicos depende de las propiedades del medio, de la carga de la partícula incidente y de su energía. El poder de frenado por colisión, S col, es decreciente a energías bajas de la partícula incidente, alcanza un valor mínimo y luego crece hasta que se estabiliza. Así, a medida que se frena la partícula cargada que atraviesa el medio, aumentan las pérdidas de energía por colisión. Además, S col es mayor en materiales con bajo número atómico, porque S col depende de la densidad de elec- trones en el medio, que es mayor en los materiales con bajo Z. Los electrones atómicos de los materiales con alto Z están mucho más ligados, por lo que es más difícil que interaccionen con los electrones que inciden en el medio. 4.3. Pérdidas energéticas por emisión de radiación de frenado De acuerdo con las leyes de la electrodinámica, una par- tícula cargada sometida a una aceleración emite radia- ción electromagnética, que se denomina radiación de frenado (Bremsstrahlung). Los núcleos atómicos de un determinado medio crean un campo electromagnético, de modo que cuando una partícula cargada atraviesa ese medio recibe una fuerza coulombiana que produce una aceleración, originando la emisión de radiación de frenado. En la figura 2-9 se representa esquemáticamente este proceso. La radiación de frenado presenta un espec- tro continuo de energía. El poder de frenado debido a la radiación de frenado, S rad , es directamente proporcional al cuadrado de la carga del núcleo y a la energía cinética de la partícula cargada proyectil, e inversamente proporcional al cuadrado de la masa de la partícula cargada: S dE dx Z E m rad rad k 2 2= − ∝ [14] De este modo, la emisión de radiación de frenado sólo es importante para partículas cargadas ligeras, como el electrón; para partículas pesadas sólo es importante a energías muy altas, fuera del rango energético utilizado en radioterapia. En cuanto a la dependencia del material dispersor, la emisión de radiación de frenado es más eficiente en materiales de alto Z, al ser mayor el campo electromagnético del núcleo. 4.4. Pérdidas energéticas en interacciones nucleares Estas interacciones ocurren con partículas cargadas pesa- das. En estos procesos se producen núcleos radiactivos. Por ejemplo, un protón que atraviesa el tejido produce isótopos radiactivos de baja vida media, como 11C, 13N y 15O, que son emisores de positrones. Este tipo de interacciones también son de gran relevancia en el ámbito de la imagen médica, pues gracias a ellas se producen algunos de los isótopos radiactivos utili- zados en medicina nuclear. En un ciclotrón, que es un acelerador de partículas cargadas, se acelera un haz de protones y se hace incidir sobre un blanco de oxígeno estable. Como resultado de las interacciones nucleares que se producen se genera 18F, isótopo radiactivo emisor de positrones que es empleado en medicina nuclear para realizar estudios de tomografía computarizada por emisión de positrones (PET). Por último, hay que mencionar que estas interacciones también son relevantes en hadronterapia, un tipo de FIGURA 2-9 Representación esquemática de la emisión de radiación de frenado. El electrón incidente es acelerado por el campo electromagnético creado por el núcleo, y genera la emisión de radiación de frenado. CAPÍTULO 2 Interacción radiación-materia 19 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. teleterapia en la cual se usan haces de hadrones. En tal caso, habría que considerar estas interacciones en los cálculos dosimétricos. 4.5. Interacciones de los electrones con la materia Los electrones son un caso particular de partículas cargadas, así que sus interacciones son las que se han descrito en este apartado. Los electrones presentan la particularidad de ser muy ligeros, por lo que las pérdidas energéticas por radiación de frenado son muy importan- tes, de acuerdo con la ecuación 14. Las dos contribuciones más importantes al poder de fre- nado másico de los electrones son las pérdidas de energía por colisión con electrones atómicos (S col ) y las pérdidas radiativas (S rad ): S S S dE dx dE dx col rad col rad = + = − − [15] La importancia de cada una de las dos contribuciones depende de la energía del electrón y del medio dispersor. Sin embargo, en términos generales puede decirse que las pérdidas energéticas por radiación son dominantes a altas energías y en materiales con alto número atómico. Suele definirse la energía crítica como la energía cinética del electrón a partir de la cual las pérdidas radiativas son dominantes, aproximadamente E c (MeV) = 700/Z, donde Z es el número atómico del medio. En la figura 2-10 se observa la dependencia energética del poder de frenado másico correspondiente a las pérdidas energéticas por colisión (S col , izquierda) y por radiación (S rad , centro), y el poder de frenado total (S, derecha) que tiene en cuenta ambas contribuciones. Se han representado los poderes de frenado correspondientes al agua y al plomo. Obsérvese que para energías inferiores a 1 MeV el poder de frenado está dominado por las pérdidas energéticas por colisión; a energías más altas, las pérdidas por radia- ción de frenado son dominantes. El poder de frenado por colisión es mayor en medios con bajo número atómico. Por eso, en la figura 2-10 vemos que, para bajas energías, el S col del agua está por encima del S col correspondiente al plomo. Para energías superiores las líneas se cruzan, pues empiezan a dominar las pérdidas radiactivas que son más eficientes en materiales con alto número atómico. Como ya se ha comentado al principio de esta sección, los electrones también experimentan dispersiones elás- ticas con los núcleos atómicos. En una dispersión elástica con el núcleo, la partícula cargada incidente se desvía, pero no se produce intercambio energético. Así, este tipo de proceso no contribuye al poder de frenado, pero sí afecta a la forma de las trayectorias que siguen los elec- trones, que resultan ser muy tortuosas. Por último, debe hacerse una mención a las interacciones de los positrones. Un positrón, antipartícula delelectrón, tiene las mismas propiedades físicas que el electrón, pero con carga eléctrica de signo opuesto. Los positrones pre- sentan las mismas interacciones que sus compañeros de carga negativa. Cuando un positrón ha perdido casi toda su energía, se aniquila con un electrón emitiendo dos fotones de aniquilación. 5. INTERACCIÓN DE LOS NEUTRONES CON LA MATERIA Los neutrones son partículas masivas sin carga eléctrica, y por tanto se trata de radiación indirectamente ionizante. Las interacciones de los neutrones vienen regidas por la interacción fuerte con los núcleos, y son básicamente de dos tipos: dispersiones elásticas o inelásticas, y reaccio- nes nucleares de captura neutrónica. La probabilidad de FIGURA 2-10 Dependencia del poder de frenado másico respecto a la energía del electrón incidente: poder de frenado por colisión (Scol/ρ, izquierda), por radiación (Srad/ρ, centro) y total (S/ρ, derecha), teniendo en cuenta ambas contribuciones. Se han representado los poderes de frenado correspondientes al agua y al plomo. Poderes de frenado obtenidos de la base de datos ESTAR del National Institute of Standards and Technology. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 20 ocurrencia de estos procesos es muy dependiente de la energía del neutrón. En una dispersión inelástica, el neutrón incide sobre el núcleo cediéndole parte de su energía y desviándose de su trayectoria original. La energía cedida por el neu- trón al incidir sobre el núcleo deja a este último en un estado excitado de energía. La posterior desexcitación del núcleo se produce emitiendo fotones. Así, la dispersión inelástica sólo ocurre para energías del neutrón incidente superiores a la energía de excitación del núcleo, alrede- dor de 0,1 MeV. Por encima de este umbral de energía, la probabilidad de este proceso aumenta con la energía. Por otro lado, las colisiones elásticas son un proceso equivalente a la colisión de dos bolas de billar: el neu- trón incide sobre el núcleo y le cede parte de su energía, pero sin llegar a excitarlo, y se desvía de su trayectoria original. Las colisiones elásticas son más probables en materiales con bajo número másico A, y son la causa del frenado de los neutrones rápidos (E > MeV). Por esta razón, los blindajes de neutrones se construyen con materiales ligeros de bajo número atómico, como la parafina o el agua. El proceso de frenado de los neu- trones rápidos a través de sucesivas colisiones elásticas se denomina proceso de moderación. Otra posibilidad es que el neutrón incidente sea absorbido por el núcleo; son las reacciones nucleares de captura neu- trónica o de activación. El neutrón incidente es absorbido por el núcleo, creándose un estado inestable de energía que se desintegra mediante la emisión de fotones (proce- sos de captura radiactiva) o de uno o varios nucleones, por ejemplo un protón, un neutrón o un deuterón. La probabilidad de que ocurran estas reacciones nuclea- res es inversamente proporcional a la velocidad del neu- trón, así que estas reacciones son más probables para neutrones lentos (E∼keV). Finalmente, los neutrones pueden producir reacciones de fisión nuclear. El neutrón incidente es absorbido por el núcleo, que queda en un estado excitado de energía y se desexcita mediante un proceso de fisión nuclear. Esta reacción también es más probable para neutrones lentos que para neutrones rápidos. Los neutrones constituyen un problema desde el pun- to de vista de la protección radiológica en el ámbito de la teleterapia con haces de fotones de alta energía (E g > 10 MeV). Los fotones de energías superiores a 10 MeV producen neutrones mediante reacciones foto- nucleares al interaccionar con los materiales pesados presentes en el cabezal del acelerador. Como se acaba de describir, los neutrones generados son los causantes de los procesos de activación neutrónica, lo que supo- ne una exposición adicional a radiaciones ionizantes tanto del paciente como del personal profesionalmente expuesto que atiende al paciente a pie de máquina. Cabe señalar que los neutrones son partículas muy pene- trantes, es decir, que tienen un recorrido muy largo antes de ser completamente absorbidos por el material sobre el que inciden. La razón es que los neutrones sólo inte- raccionan con los núcleos atómicos. El tamaño nuclear es muy pequeño comparado con el tamaño atómico, así que los neutrones son capaces de atravesar una distancia relativamente grande sin encontrarse ningún núcleo con el cual interaccionar. En definitiva, las características propias de las interac- ciones de los neutrones con la materia hacen que estos deban tenerse en cuenta a la hora de construir blindajes adecuados en radioterapia con fotones de alta energía. Estos blindajes deben incluir materiales con bajo núme- ro atómico, como la parafina, para conseguir moderar la energía de los neutrones y su adecuada absorción. 6. RESUMEN En este capítulo se han estudiado las interacciones que presenta cada tipo de radiación (fotones, partículas car- gadas, electrones y neutrones) al atravesar la materia. Se ha prestado especial atención a las radiaciones ioni- zantes más relevantes en el ámbito de la radioterapia y la imagen médica, de modo que queden asentados los principios físicos en que se basan estas técnicas. Bibliografía Attix FH. Introduction to radiological physics and radiation dosimetry. Mörlenbach: John Wiley & Sons; 1986. Berger MJ, Coursey JS, Zucker MA, Chang J. ESTAR, PSTAR, and ASTAR: computer programs for calculating stopping-power and range tables for electrons, protons, and helium ions (version 1.2.3, 2005). Gaithersburg, MD: National Institute of Standards and Technology. Disponible en: http://physics.nist.gov/Star Berger MJ, Hubbell JH, Seltzer SM, Chang J, Coursey JS, Sukumar R, et al. XCOM: photon cross section database (version 1.5, 2010). Gaithersburg, MD: National Institute of Standards and Technology Disponible en: http://physics.nist.gov/xcom Khan FM. The physics of radiation therapy. 4th ed. Baltimore: Lippin- cott Williams & Wilkins; 2010. Podgorsak EB. Radiation oncology physics: a handbook for teachers and students. Viena: IAEA; 2005. 21 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Magnitudes y unidades radiológicas Patricia Sánchez Rubio, Jaime Martínez Ortega y María Monedero Pinto 1. INTRODUCCIÓN La caracterización cuantitativa y precisa de las radiacio- nes ionizantes y sus posibles efectos requiere el empleo de un conjunto de magnitudes con sus correspondien- tes unidades. Tanto la Comisión Internacional de Unida- des y Medida de la Radiación (ICRU, International Commission on Radiation Units and Measurements) como la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP, International Commission on Radiological Protection) se encargan de la definición formal de las magnitudes y unidades en el campo de la dosimetría de las radiaciones y la protección radiológica, respectivamente, para una aplicación segura y eficiente de las radiaciones ionizan- tes para terapia, diagnóstico y radioprotección de los individuos y la población. El objetivo de este capítulo es que el alumno conozca las magnitudes y unidades empleadas en el campo de la dosimetría de las radiaciones ionizantes y de la protec- ción radiológica. 2. EL SISTEMA INTERNACIONAL (SI) DE UNIDADES Cuando se expresa una medida se emplean dos tipos de información: un número y una unidad. Por ejemplo, cuando se habla de la estatura de una persona, puede expresarse como 70 pulgadas, si se emplea el sistema anglosajón de unidades, o 177,8 centímetros si se utiliza el sistema métrico. Aunque 70 pulgadas es lo mismo que 177,8 centímetros, si no se conocen las unidades la infor- mación contenida en el número carece de significado. En 1960, a partir de la Conferencia General de Pesos y Medidas se acordó adoptar un solo sistema de unidades que resultara práctico y claro para toda la comunidadcientífica, que se denominó Sistema Internacional de unidades o SI. El SI es un conjunto básico de magnitudes y unidades de medida a partir del cual se derivan el res- to, y es adoptado en casi todos los países del mundo, excepto en algunos como los Estados Unidos. La ventaja del SI es que sus unidades se basan en fenómenos físicos fundamentales, a excepción del kilogramo, la unidad de la magnitud masa, que se define como la masa del proto- tipo internacional del kilogramo: un cilindro de platino e iridio, que se conserva en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas, en Francia. La tabla 3-1 resume las siete unidades básicas que constituyen el SI. 2.1. Unidades derivadas de interés para la detección y la medida de la radiación Se denominan unidades derivadas las unidades utiliza- das para expresar magnitudes físicas que son el resulta- do de la combinación algebraica de magnitudes físicas 3 ÍNDICE 1. Introducción 21 2. El Sistema Internacional (SI) de unidades 21 2.1. Unidades derivadas de interés para la detección y la medida de la radiación 21 2.2. Múltiplos y submúltiplos del SI. La notación científica 22 3. Magnitudes y unidades radiológicas en radioterapia 23 3.1. Magnitudes radiométricas 23 3.2. Coeficientes de interacción 24 3.3. Magnitudes dosimétricas 26 3.4. Magnitudes y unidades en radiactividad 27 4. Magnitudes específicas en protección radiológica 28 4.1. Equivalente de dosis 28 4.2. Magnitudes limitadoras 29 4.3. Magnitudes operacionales 30 5. Resumen 31 Bibliografía 31 PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 22 básicas, es decir, que se obtienen mediante operaciones matemáticas de multiplicación y división. A lo largo del capítulo aparecerán diversas magnitudes y unidades relativas al campo de la electricidad que se emplearán para explicar el funcionamiento físico de los diferentes detectores, e incluso son el valor indica- do por el propio instrumento de medida. Por ello, a continuación se detallan las siguientes magnitudes y unidades: fuerza, carga eléctrica, diferencia de potencial y capacidad eléctrica. FUERZA Su unidad es el Newton (N). Un newton es la fuerza necesaria para proporcionar una aceleración de 1 m/s2 a un objeto cuya masa sea de 1 kg. Fuerza masa aceleración N kg m/s2 = × = × CARGA ELÉCTRICA Su unidad es el Culombio (C). Un culombio es la canti- dad de electricidad que una corriente de un amperio (A) de intensidad, transporta durante un segundo. Carga intensidaddecorriente tiempo Q A s = × = × DIFERENCIA DE POTENCIAL Su unidad es el Voltio (V). Un voltio es la diferencia de potencial que hay entre dos puntos de un conduc- tor cuando al transportar entre ellos una corriente de intensidad un amperio se utiliza un vatio de potencia. La unidad de potencia es el vatio (W), que se define como la potencia que genera una energía de un julio (J) por segundo. Voltio Potencia/corrienteeléctrica= = = × = × × = × ×V W/A J s s C N m s 1 C kg m s 1 C 2 3 El julio (J) es la unidad de energía y se define como la energía cinética de un cuerpo con masa de un kilo- gramo que se desplaza con una velocidad de un metro por segundo en el vacío. Aunque el electronvoltio (eV) no es una unidad del SI, será utilizada a lo largo del capítulo como unidad de energía. Un eV representa la energía cinética que adquiere un electrón, cuya carga es 1,602 10−19 C, cuando es acelerado por una diferencia de potencial de un voltio en el vacío: eV V q 1V 1,60210 C 1,60210 J19 19= × = × =− − De la relación anterior se obtiene que 1 eV equivale a 1,602 10−19 J. CAPACIDAD ELÉCTRICA Su unidad es el faradio (F) y se define como la capacidad de un conductor que con una carga almacenada de un culom- bio adquiere una diferencia de potencial de un voltio. =Capacidad carga/diferencia de potencial = = = × = × × = × × F Q/V C /J C /(N m) s C m kg s A m kg 2 2 2 2 2 4 2 2 2.2. Múltiplos y submúltiplos del SI. La notación científica La tabla 3-2 muestra los prefijos que se utilizan para formar los múltiplos y submúltiplos decimales de las unidades del SI. Estos vienen expresados en notación científica, la SI, Sistema Internacional de unidades. TABLA 3-1 Magnitudes y unidades básicas del SI y fenómenos físicos en los que se basan sus definiciones Magnitud física básica Símbolo dimensional Unidad básica Símbolo de la unidad Se define fijando el valor de… Longitud L Metro m La velocidad de la luz en el vacío Tiempo T Segundo s La frecuencia de la transición hiperfina del átomo de cesio 133 Masa M Kilogramo kg Es la masa del «cilindro patrón» Intensidad de corriente eléctrica I Amperio A Constante magnética Temperatura u Kelvin K Temperatura termodinámica del punto triple del agua Cantidad de sustancia N Mol mol Masa molar del átomo de 12C a 12 gramos/mol Intensidad luminosa J Candela cd Intensidad luminosa, en una dirección dada, de una fuente monocromática de frecuencia 540 × 1012 hercios y cuya intensidad radiada en esa dirección es 1/683 vatios por estereorradian* *Unidad que mide ángulos sólidos. CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas 23 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. cual es una manera rápida y fácil de representar números muy grandes o muy pequeños utilizando potencias de base diez. De forma genérica, un número en notación científica puede expresarse como a × 10n, donde a es un número entero o decimal, mayor o igual que 1 y menor de 10, y n es el exponente u orden de magnitud. 3. MAGNITUDES Y UNIDADES RADIOLÓGICAS EN RADIOTERAPIA A continuación se describen las magnitudes y unidades clasificadas en diferentes categorías de acuerdo con el informe ICRU, Fundamental Quantities and Units for Ioni- zing Radiation (Report 85), que es desarrollo y revisión de otros informes similares publicados anteriormente. 3.1. Magnitudes radiométricas Son las magnitudes utilizadas para la especificación de los campos de radiación y se refieren al número y la ener- gía de partículas ionizantes que componen dicho cam- pos, junto con sus distribuciones espaciales y temporales. Las magnitudes más generales asociadas a un campo de radiación son el número de partículas N y la energía radiante E de las partículas que son emitidas, transferidas o recibidas (excluyendo su energía en reposo). Sus respectivas unidades son 1 y el julio (J). A partir de estas dos magnitu- des pueden definirse otras que se describen a continuación. FLUJO DE PARTÍCULAS El flujo de partículas (Ṅ) es el cociente de dN entre dt, donde dN es el incremento del número de partículas en el intervalo de tiempo dt. Su unidad es s−1. N dN dt i = [1] FLUJO DE ENERGÍA El flujo de energía (Ṙ) es el cociente de dR entre dt, donde dR es el incremento de energía radiante en el intervalo de tiempo dt. Su unidad es J/s = W. R dR dt i = [2] Tanto el flujo de partículas como el flujo de energía se refieren a una región espacial limitada, es decir, al flujo de partículas que emergen del colimador de un acele- rador lineal de electrones o, si se trata de una fuente radiactiva, como las utilizadas en braquiterapia, al flujo de partículas emitidas en todas las direcciones. FLUENCIA DE PARTÍCULAS La fluencia de partículas (Φ) en un punto P es el cociente de dN entre da, donde dN es el número de partículas inciden- tes sobre una esfera de sección transversal da, centrada en dicho punto P, es decir, da es un diferencial de área perpen- dicular a la dirección de cada partícula. Su unidad es m−2. dN da Φ = [3] Para un campo de radiación que no varía en un intervalo de tiempo t, y que está compuesto por partículas de velocidad v, la fluencia puede expresarse como: Φ = nvt [4] donde n es la densidad del número de partículas (dN/dV), esto es, el número de partículas que hay en un determi- nado volumen (V). FLUENCIA DE ENERGÍA La fluencia de energía (ψ): es el cociente de dR entre da, donde dR es la energía radiante incidentesobre una esfera de sección da. Su unidad es J/m2. dR da ψ = [5] TASA DE FLUENCIA DE PARTÍCULAS La tasa de fluencia de partículas ( ɺΦ): es el cociente de dΦ entre dt, donde dΦ es el incremento de fluencia en el intervalo de tiempo dt. Su unidad es m−2·s−1. • TABLA 3-2 Múltiplos y submúltiplos utilizados en el SI Múltiplos Submúltiplos Factor Nombre del prefijo Símbolo Factor Nombre del prefijo Símbolo 1024 yotta Y 10−1 deci d 1021 zetta Z 10−2 centi c 1018 exa E 10−3 mili m 1015 peta P 10−6 micro m 1012 tera T 10−9 nano n 109 giga G 10−12 pico p 106 mega M 10−15 femto f 103 kilo k 10−18 atto a 102 hecto h 10−21 zepto z 101 deca da 10−24 yocto y SI, Sistema Internacional de unidades. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 24 ɺ d dt Φ = φ [6] Para un campo de radiación formado por partículas de velocidad v, la tasa de fluencia ɺφ puede expresarse como: ɺ nvΦ = [7] TASA DE FLUENCIA DE ENERGÍA La tasa de fluencia de energía (Ψ • ): es el cociente de dψ entre dt, donde dψ es el incremento de la fluencia de energía en el intervalo de tiempo dt. Su unidad es W/m2. ɺ d dt Ψ = ψ [8] 3.2. Coeficientes de interacción Son el nexo de unión entre las magnitudes radiométricas y las dosimétricas. En los procesos de interacción de la radiación y la materia, la energía o la dirección (o ambas) de la partícula incidente pueden verse modificadas, o bien puede suceder que la partícula sea absorbida. Ade- más, la interacción puede conllevar la producción o la emisión (o ambas) de una o varias partículas cargadas. La probabilidad de tales interacciones está caracterizada por los coeficientes de interacción. Todos ellos se refieren a una clase de interacción específica, un tipo y una energía de radiación, y un material. El coeficiente de interacción fundamental es la sección efi- caz; todos los demás pueden expresarse en función de este. SECCIÓN EFICAZ La sección eficaz (σ) para una interacción de una partícu- la cargada o no cargada con un blanco o medio material determinado es el cociente de P entre Φ, donde P es la probabilidad de interacción para el blanco de que se trate cuando está sometido a una fluencia de partícu- las Φ. Su unidad es m2. P σ = Φ [9] La unidad especial utilizada para la sección eficaz es el barn (b), que se define como: 1b 10 m28 2 = − COEFICIENTE DE ATENUACIÓN LINEAL El coeficiente de atenuación lineal (m): si se considera un haz paralelo y estrecho de fotones monoenergéticos (N 0 ) que incide perpendicularmente sobre una lámina muy fina de sustancia (dl), el número de fotones que llegan al detector (N), según el esquema de la figura 3-1A, será: = µ−N N e0 x [10] m es el coeficiente de atenuación lineal y su unidad es m−1. Puesto que la atenuación producida por un espesor x depende del número de electrones presentes en dicho espesor, m depende de la densidad del material. Además, también es dependiente de la energía de la radiación incidente. m viene a representar la fracción de fotones que interaccionan por unidad de espesor atenuador. Al inverso del coeficiente de atenuación lineal se le • •=nv • FIGURA 3-1 A) Ley de atenuación exponencial. Un haz de fotones N 0 se ve atenuado al interaccionar con un material de espesor x. El coeficiente de atenuación másico (m/ρ) indica la fracción de fotones que sufren las interacciones con la materia, por unidad de masa superficial. B) Atenuación exponencial del haz a medida que aumenta el espesor del material. Si dicho espesor es igual a una capa hemirreductora (CHR), la intensidad del haz se reduce a la mitad de su valor original. CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas 25 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. denomina recorrido libre medio (1/m) y se emplea como parámetro para definir el alcance de las partículas no cargadas en un medio. La ecuación 10 representa la ley de atenuación exponen- cial, la cual es válida para haces de fotones «monoe- nergéticos» en condiciones de «haz estrecho», es decir, cuando sólo una fracción despreciable de los fotones dispersos pueden alcanzar el detector. La ecuación 10 también puede ser expresada en términos de intensi- dad (I): I(x) I e0 x = µ− [11] donde I(x) es la intensidad transmitida a través de un espesor x (pudiéndose entender por intensidad la energía o alguna magnitud relacionada con ella), e I 0 es la intensidad incidente sobre el absorbente. En la figura 3-1B se muestra la atenuación exponencial del haz en función del espesor x, de manera que cuan- do este es igual a una capa hemirreductora (HVL, Half Value Layer) la intensidad del haz se reduce a la mitad de su valor original. Es decir, si x = 1 HVL, entonces I/I 0 = ½. A partir de la ecuación 11 puede deducirse que: HVL ln 2 = µ [12] Como ya se ha indicado, la atenuación exponencial funciona bastante bien, cuando se aplica estrictamente a haces estrechos y monoenergéticos. Sin embargo, un haz real producido por un generador de rayos X está formado por fotones de diferentes energías, y por tanto la atenuación de dicho haz no es exponencial. En general, para un haz heterogéneo, la primera HVL es menor que las subsiguientes HVL. Cuando el espesor del absorbente o filtro aumenta, la energía promedio del haz trans- mitido aumenta o el haz se hace cada vez más duro. Por tanto, aumentando la filtración de un haz de rayos X se aumenta su poder de penetración y, por consiguiente, la capa hemirreductora del haz. COEFICIENTE DE ATENUACIÓN MÁSICO El coeficiente de atenuación másico (m/ρ) de un mate- rial para partículas ionizantes no cargadas: es el cociente dN/N entre ρdl, donde dN/N es la fracción de partí- culas que sufren alguna interacción al atravesar una distancia dl en un material de densidad ρ. Su unidad es m2/kg. 1 dl dN N µ ρ = ρ [13] El coeficiente de atenuación másico se emplea para evitar la dependencia con la densidad del material absorbente que presenta el coeficiente de atenuación lineal. Cabe destacar que el coeficiente de atenuación másico, m/ρ, se utiliza exclusivamente para partículas ionizantes no cargadas, es decir, para fotones y neutrones, y es una constante del material para un tipo y una energía de radiación determinados. El coeficiente de atenuación másico puede expresarse en función de la sección eficaz como: N M Aµ ρ = σ [14] donde N A es el número de Avogadro y se define como el número de entidades elementales (átomos o moléculas) que hay en un mol. Su valor es 6,023 1023 mol−1. M es la masa molar del material. La masa molar se define como la masa de un mol de un elemento o compuesto químico. Puede obtenerse como el producto del número de Avogadro por la masa atómica del elemento o com- puesto químico en cuestión. PODER DE FRENADO LINEAL El poder de frenado lineal (S) de un material para partí- culas cargadas: es el cociente entre dE y dl, donde dE es la energía perdida por una partícula cargada al atravesar una distancia dl. Su unidad es J m−1. Depende del mate- rial atravesado por la partícula, de su densidad y de la energía de la propia partícula. S dE dl = [15] PODER DE FRENADO MÁSICO El poder de frenado másico (S/ρ) de un material para partículas cargadas: es el cociente de dE entre ρdl, donde dE es la energía perdida por una partícula cargada al atravesar una distancia dl en un material de densidad ρ. S 1 dE dlρ = ρ [16] Su unidad es J m2 kg−1. La energía E puede estar expresa- da en eV y entonces S/ρ puede expresarse en eV m2 kg−1. El poder de frenado másico se expresa como una suma de componentes independientes de la siguiente manera: ρ = ρ + ρ + ρ S 1 dE dl 1 dE dl 1 dE dlel rad nuc [17] donde: 1 dE dl 1 S el elρ = ρ es el poder de frenado másico electrónico (o de colisión) debido a las colisiones de las partículas cargadas incidentes con los electrones atómicos que dan lugar a ionizaciones o excitaciones. 1 dE dl 1 Srad radρ = ρ es el poder de frenado másico radiativo debido a la emisión de radiación de frenado, o Bremsstra- hlung, producida por las partículas cargadas incidentes en PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 26 los campos eléctricos de los núcleos atómicos o de los elec- trones atómicos. 1 dE dl 1 S nuc nucρ = ρ es el poder de frenado másico nuclear debido a las colisiones de Coulomb elásticas en las que se imparte energía de retroceso a los átomos TRANSFERENCIA LINEAL DE ENERGÍA La transferencia lineal de energía (LET, Linear Energy Transfer) o poder de frenado lineal electrónico restringi- do, L ∆ , de un material para partículas cargadas: se define como el cociente de dE ∆ entre dl, donde dE ∆ es la energía perdida por una partícula cargada debido a colisiones (excitaciones e ionizaciones) con electrones al atravesar una longitud dl, en la cual la energía transferida a los electrones secundarios no excede un valor ∆. L dE dl = ∆ ∆ [18] Su unidad es J m−1. E ∆ puede estar expresado en eV, y entonces L ∆ puede expresarse en eV m−1 o cualquier múltiplo o submúltiplo convenientes, como keV m−1. La transferencia lineal de energía se utiliza para calcular la energía transferida a una región de interés localizada. ENERGÍA MEDIA DISIPADA EN UN GAS POR PAR DE IONES FORMADO La energía media disipada en un gas por par de iones formado (W): es el cociente de E entre N, donde N es el número medio de pares de iones que se forman cuan- do la energía cinética inicial E de una partícula cargada se ha disipado por completo en el seno del gas. W E N = [19] Su unidad es el J, pero también puede expresarse en eV. Cabe destacar que W se define para partículas cargadas y depende del gas para una determinada partícula y energía. Por ejemplo, para electrones producidos en aire seco por rayos X de hasta 50 MeV, puede considerarse que W es constante y toma un valor de 34 eV por par ion- electrón formado. 3.3. Magnitudes dosimétricas Los efectos de la radiación sobre la materia dependen del campo de radiación, que puede describirse en función de las magnitudes radiométricas del apartado 3.1, «Magnitudes radiométricas», y de las interaccio- nes de la radiación y la materia, caracterizadas por los coeficientes de interacción mencionados en el apartado anterior. Las magnitudes dosimétricas se han introducido para proporcionar una medida física que se correlacione con los efectos reales o potenciales de la radiación, y se expresan como producto de magnitudes radiométricas y coeficientes de interacción. Aunque si bien es cierto que se calculan de este modo, no se definirán de la misma manera, ya que lo usual es que se midan directamente. La radiación interacciona con la materia mediante una serie de procesos en los que la energía de la partícula es convertida y finalmente depositada en la materia. Atendiendo a esta consideración, la ICRU clasifica las magnitudes dosimétricas en dos grupos: de conversión de energía y de cesión de energía. MAGNITUDES DOSIMÉTRICAS DE CONVERSIÓN DE ENERGÍA Kerma (Kinetic Energy Released per Mass Unit) El kerma, K, es el cociente de dE tr entre dm, donde dE tr es la suma de las energías cinéticas iniciales de todas las partículas ionizantes cargadas liberadas por partículas ionizantes no cargadas en un material de masa dm. K dE dm tr = [20] Su unidad es J kg−1 y recibe el nombre especial de Gray (Gy). La mayor parte de la energía cinética inicial de los elec- trones cuando se propagan en materiales de bajo número atómico (aire, agua o tejidos blandos) es empleada en colisiones inelásticas (ionizaciones y excitaciones) con los electrones atómicos del medio. Sólo una pequeña parte es transformada en colisiones radiativas con los núcleos atómicos (bremsstrahlung). De esta forma, el kerma puede dividirse en dos componentes: K K Kcol rad = + donde kcol y k rad son el kerma de colisión y de radiación, respectivamente. Cabe señalar que kerma es una magnitud que se define para radiación ionizante no cargada (fotones y neutro- nes), y representa la energía transferida por unidad de masa a un punto de un material (fuente de energía) Tasa de kerma (K ̇) La tasa de kerma (K̇) es el cociente de dK entre dt, donde dK es el incremento de kerma en el intervalo de tiempo dt. K dK dt ɺ = [21] Su unidad en el SI es J kg−1 s−1 y recibe el nombre especial de gray por segundo (Gy s−1). Exposición (X) Se define como el cociente de dQ entre dm, donde dQ es el valor absoluto de la carga total de los iones de un mismo signo producidos en aire, cuando todos los elec- trones y positrones liberados o creados por los fotones incidentes en una masa dm de aire han sido detenidos por completo en el seno de aire. X dQ dm = [22] CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas 27 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Su unidad1 es C kg−1. Debe excluirse de dQ tanto la ionización que se debe a la reabsorción de la radiación de frenado, sólo significativa a altas energías, como la que procede de los fotones dispersos. La exposición es una magnitud creada para caracterizar haces de fotones (rayos X y gamma) a partir de la medida de la ionización producida en aire en una cavidad. Para energías de fotones de 3 MeV o menores, la exposi- ción es el equivalente de ionización del kerma de colisión en aire, es decir, la exposición puede calcularse a partir del Kcol si se conoce la carga de ionización producida por unidad de energía depositada por los fotones. Si e es la carga del electrón y W la energía necesaria para producir un par ion-electrón en aire, entonces W/e es la energía promedio que se requiere por unidad de carga de ionización producida. Teniendo esto en cuenta, la exposición puede calcularse como: X e W Kair col = [23] Tasa de exposición La tasa de exposición (X i ) es el cociente de dX entre dt, donde dX es el incremento de exposición en el intervalo de tiempo dt. X dX dt ɺ = [24] Su unidad es C kg−1 s−1, pero los detectores antiguos pueden proporcionar la medida en otras unidades, como R/min o mR/h. MAGNITUDES DOSIMÉTRICAS DE DEPÓSITO DE ENERGÍA Dosis absorbida (D) Es el cociente de d ε entre dm, donde d ε es la energía media impartida por la radiación ionizante a un material de masa dm. D d dm ε = [25] Su unidad2 es J kg−1, que como ya se ha indicado ante- riormente recibe el nombre de Gray (Gy). La dosis absorbida es una magnitud válida para todo tipo de partículas y no es específica de un medio material concreto, como ocurre en el caso de la exposición, que sólo se define en aire. Si el medio es aire, entonces la exposición puede relacionarse con la dosis absorbida de la siguiente forma: puesto que la energía necesaria para producir un par ion-electrón en aire es, aproximadamen- te, 34 eV/par, o lo que es lo mismo, 34 J/C, se tiene que: =D (Gy) 34.X(C/kg)aire [26] Para expresar la relación entre dosis absorbida en aire y exposición empleando las unidades antiguas, debe tener- se en cuenta que 1 R = 2,58 10−4 C/kg,1 C/kg = 34 Gy y 1 Gy = 100 rad. D (rad) 0,877 X(R)aire = [27] Tasa de dosis absorbida ( D i ) Es el cociente de dD entre dt, donde dD es el incremento de dosis absorbida en el intervalo de tiempo dt. D dD dt ɺ = [28] Su unidad es J kg−1 s−1 o Gy s−1. 3.4. Magnitudes y unidades en radiactividad El término «radiactividad» se refiere a los fenómenos asociados con las transformaciones espontáneas que implican cambios en los núcleos o en la estructura de capas de los átomos, o en ambos. La energía liberada en dichas transformaciones es emitida como partículas (electrones, positrones, partículas alfa) o como fotones, o como ambos. Algunas de las magnitudes y unidades de interés en el campo de la radiactividad ya se han definido en el capítulo 1, por lo que sólo se citarán brevemente a modo de recordatorio:● Constante de decaimiento o desintegración, l, cuya unidad es s−1. ● Periodo de semidesintegración, T 1/2 , cuya unidad es s. ● Actividad, A, cuya unidad es s−1, y recibe el nombre especial de Becquerelio (Bq). La unidad antigua de actividad es el Curio (Ci): 1 Ci = 3,70 1010 Bq.1 La antigua unidad de exposición, que todavía puede encontrarse en algunos medidores de radiación, es el Röntgen (R), que corresponde a la formación de una unidad electrostática de carga (ues) de cada signo, en un cm3 de aire en condiciones estándar de temperatura y presión (STP: T = 0 ˚C; p = 760 mmHg). Aplicando la definición anterior, y teniendo en cuenta que 1 ues equivale a 3,33 10−10 C y que la densidad del aire en condiciones STP es 1,293 kg/m3, puede hallarse la equivalencia entre el röntgen y la unidad de exposición en el SI: 1R 1ues 1cm 3.3310 C 1ues 10 cm 1m 1 1.293Kg / m 2.5810 C Kg enaire 3 -10 6 3 3 3 4 = = − 1 R = 2,58 10−4 C/kg, o la equivalencia inversa, 1 C/kg = 3,88 103 R 2 La unidad antigua de dosis absorbida es el rad, que se define como la absorción de 100 ergios de energía por gramo de material absor- bente. Por tanto, la equivalencia entre ambas unidades, teniendo en cuenta que 1 J = 107 erg (el ergio es la unidad de energía en el sistema cegesimal de unidades: centímetro, gramo, segundo), es: 1rad 100erg g 1J 10 erg 1.000g 1kg 10 Gy 1Gy 100rad 7 2 = = = − PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 28 ● Actividad específica, a, definida como la actividad por unidad de masa de una muestra. Su unidad es el Bq kg−1. ● Constante de tasa de kerma en aire, d , de un radio- núclido emisor de fotones, que es la tasa de kerma en aire debida a fotones de energía superior a d, a una distancia l de una fuente puntual de este nuclei- do en el vacío, cuya actividad sea A. Su unidad es m2 J kg−1 o m2 Gy Bq−1 s−1. i Γ = δ δl k A 2 [29] ● Constante de tasa de exposición, Γ δ * , definida como la tasa de exposición en un punto a un metro, a partir de una fuente puntual de un 1 Ci. Su unidad es C kg−1 m2 Bq−1. i Γ = δ l X A * 2 [30] Para ambas constantes, el subíndice d implica que se ha supuesto que todos los rayos X o gamma emitidos por la fuente con energía superior a d contribuyen a la expo- sición, mientras que los que tengan una energía inferior no son lo suficientemente penetrantes como para ser de interés práctico. Dichas constantes son características de cada radionúclido. A partir de las definiciones anteriores puede calcularse la exposición o el kerma en aire a una determinada dis- tancia, l, de una fuente puntual radiactiva que emita radiación gamma con una actividad A, como: i i = Γ = Γδ δ δk A l X A lair , 2 * 2 [31] Las definiciones anteriores de tasa de kerma en aire y tasa de exposición llevan implícitas las siguientes hipótesis: ● Se considera que la fuente es puntual, es decir, puede aplicarse la ley del inverso del cuadrado de la dis- tancia. ● No hay atenuación de los rayos X o gamma en el aire o en el material que existe entre la fuente y el punto donde quiere calcularse la tasa de exposición. ● Sólo se consideran los fotones que van desde la fuente al punto de medida, es decir, se desprecia la radiación dispersa que pueda aparecer en el material circundante. 4. MAGNITUDES ESPECÍFICAS EN PROTECCIÓN RADIOLÓGICA En el campo de la radioprotección, la ICRU ha trabajado conjuntamente con la ICRP para proporcionar recomen- daciones en cuanto a las magnitudes y unidades más apropiadas en este campo. La dosis absorbida sería la magnitud física básica, pero no es totalmente satisfactoria para los propósitos de la radioprotección. Para relacionar la dosis de radiación con el riesgo asociado a ella (detrimento), no sólo se está interesado en los efectos físicos, sino que también es necesario tener en cuenta las variaciones en la eficacia biológica de las radiaciones de diferente naturaleza, así como la diferencia en la sensibilidad de los distintos órganos y tejidos a la radiación ionizante. Por este moti- vo, en el campo de la protección radiológica se definen las magnitudes que se detallan a continuación. 4.1. Equivalente de dosis Como ya se ha comentado, en el ámbito de la protec- ción radiológica interesa conocer el daño biológico que puede producir la radiación ionizante sobre los tejidos. Se sabe que para igual dosis absorbida el daño es dis- tinto según el tipo de radiación ionizante; por ejemplo, los haces de neutrones son más perjudiciales que los de la radiación X. Además, el efecto biológico también depende de otros factores como la calidad de la radiación y las condiciones ambientales (temperatura, grado de oxigenación...). Para tener todo esto en cuenta se introdujo la magnitud equivalente de dosis, H, que se define como el producto de la dosis absorbida en un punto en un tejido, D, por un factor adimensional, Q, donde Q es el factor de calidad y es específico para cada tipo de radiación. H DQ= [32] El factor de calidad se introduce para cuantificar la mayor o menor eficacia biológica de las partículas cargadas generadas en el proceso de absorción de energía, de modo que toma el valor 1 para fotones y electrones, 10 para neutrones, protones y partículas alfa, y 20 para núcleos pesados. Además, este factor sólo tiene significa- do y puede ser aplicado en radioprotección, y para dosis inferiores o comparables a las dosis límite establecidas para exposiciones individuales. Por tanto, no puede utilizarse en caso de irradiación accidental ni para los tratamientos administrados en radioterapia. Si la dosis absorbida se mide en Gy3, entonces la unidad especial de dosis equivalente es el Sievert (Sv), que en unidades del SI sigue siendo J/kg. Un Sievert se define como la dosis absorbida de un Gy, para una radiación que tenga un factor de calidad de 1. Es decir: = =1Sv 1J/kg 1Gy A partir de la expresión de equivalente de dosis (ecuación 32), y teniendo en cuenta los valores de la tabla 3-3, puede observarse que para la misma dosis absorbida en un punto, la radiación alfa o de neutrones 3 Si la dosis absorbida se mide en rad, entonces la unidad antigua de equivalente de dosis es el rem (rad equivalent man). Un rem se define como la dosis absorbida de un rad para una radiación con un factor de calidad de 1. 1Sv 100rem= CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas 29 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. provocará un detrimento 10 veces mayor que el que pro- vocaría la radiación gamma o la radiación de electrones, ya que la radiación alfa o los neutrones producen ioni- zaciones muy próximas espacialmente y, por tanto, dan lugar a una mayor probabilidad de daño irreversible a los cromosomas o de menor posibilidad de reparación de tejido sano. 4.2. Magnitudes limitadoras Son magnitudes en cuyas unidades la ICRP recomienda expresar los límites individuales de dosis que posterior- mente son recogidos en las normativas internacionales y nacionales. DOSIS EQUIVALENTE EN UN ÓRGANO O TEJIDO En las recomendaciones básicas de la ICRP (Report 60, 1991) se especifica que, a efectos de protección radioló- gica, no es el equivalente de dosis en un punto, sino su valor promedio en un tejido u órgano, la magnitud de interés a la hora de controlar la exposición a la radia- ción ionizante. Por consiguiente, introduce una nueva magnitud que denomina dosis equivalente en un órgano o tejido, HT, que se define como el producto de la dosis absorbida media (DT,R) producida por la radiación R en ese tejido u órgano T por un factor de ponderación de radiación, WR, que es función del tipo y de la energía de la radiación incidente: H W DT ,R R T ,R= [33] Su unidad es el Sievert (Sv). WR es un factor sin dimensiones que refleja la eficiencia de una radiación para producir daño biológico. Sus valores para los distintos tipos de radiación se encuen- tran detallados en la tabla3-3. Si un órgano es irradiado por un campo de radiación que se compone de distintos tipos y energías de radiación, y por tanto con diferentes valores de WR, la dosis equi- valente total debe calcularse como la suma de las dosis absorbidas debido a un tipo de radiación multiplicada por su correspondiente valor WR, y todo ello sumado para todos los tipos de radiación que compongan el campo, es decir: H W DT R T ,R R ∑= [34] Tasa de dosis equivalente, • HT Se define como la variación de la dosis equivalente, dH, en el intervalo de tiempo dt. H dH dtT Tɺ = [35] Su unidad es Sv s−1. Dosis equivalente comprometida Es la magnitud que se utiliza para calcular la dosis en caso de incorporación de radionúclidos en el organismo a través de las vías respiratorias, del tracto gastrointes- tinal o de la piel. Los radionúclidos incorporados pueden irradiar los teji- dos del cuerpo humano durante lapsos de tiempo, deter- minados por el periodo de semidesintegración físico y la permanencia biológica dentro del cuerpo. Por tanto, pueden dar lugar a dosis en los tejidos del cuerpo duran- te muchos meses o años después de la incorporación. La dosis equivalente comprometida, HT(τ), se define como la integral en el tiempo de la tasa de dosis equivalente en un órgano o tejido particular como consecuencia de la incorporación de material radiactivo, donde τ es el tiempo de integración expresado en años. ∫τ = τ+ H ( ) H (t)dt 0 0 T Tt t i [36] Cuando no se especifica el valor de τ se sobreentiende un periodo de 50 años para los adultos y hasta la edad de 70 años para los niños. DOSIS EFECTIVA La relación entre los efectos de las radiaciones (proba- bilidad de aparición de efectos estocásticos) y la dosis equivalente también depende del órgano o tejido irra- diado. Es decir, cuando somos irradiados, no todos nuestros órganos responden de la misma forma, sino que unos son más radiosensibles que otros. Por tanto, resulta apropiado definir otra magnitud, derivada de la dosis equivalente, para indicar la combinación de dis- tintas dosis equivalentes en varios tejidos diferentes. El factor utilizado para ponderar la dosis equivalente en un tejido u órgano se conoce como factor de ponderación de • TABLA 3-3 Factores ponderales de radiación, extraídos de la ICRP (publicación n.° 60, 1991) Tipo y rango de energías Factor ponderal de la radiación (WR) Fotones, todas las energías 1 Electrones y muones, todas las energías 1 Neutrones*, energías <10 keV 5 10 keV a 100 keV 10 >100 keV a 2 MeV 20 >2 MeV a 20 MeV 10 >20 MeV 5 Protones distintos de los de retroceso, energía >2 MeV 5 Partículas alfa, fragmentos de fisión y núcleos pesados 20 *Las recomendaciones más recientes de la ICRP, contenidas en la publicación número 103 (ICRP, 2007), modifican WR para los protones, de manera que pasa de un valor de 5 a 2; y para los neutrones, para los que WR se caracteriza por una función continua en lugar de los puntos discretos indicados en la tabla PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 30 tejido, WT. Este factor representa la contribución relativa de un órgano o tejido al daño biológico total resultante de la irradiación uniforme del cuerpo entero. La pondera ción se efectúa de manera que, sumada a todos los tejidos, se obtiene: W 1T∑ = [37] La dosis efectiva, E, se define como la suma de las dosis equivalentes en órgano o tejido, multiplicadas por el factor ponderal del tejido WT, en todos los tejidos y órga- nos del cuerpo. E W H W W DT T T T T R R T ,R∑ ∑ ∑= = [38] Su unidad es el Sievert (Sv). Los factores ponderales de los tejidos, W T , se encuentran tabulados en el report publicación n° 60 de la ICRP. A pesar de depender del sexo y de la edad del individuo, para los propósitos de protección radiológica se consi- deran valores medios promediados para ambos sexos y todas las edades, y son aplicados a la población promedio. Sus valores se encuentran especificados en la tabla 3-4. La dosis efectiva, E, se acepta como el mejor parámetro para caracterizar la probabilidad de aparición de efectos biológicos en valores de dosis habituales laborales (dosis por debajo del umbral de los efectos deterministas o no estocásticos). Por ese motivo, los límites de dosis anua- les, tanto para la exposición ocupacional como para los miembros del público, se expresan en términos de dosis efectivas. Sin embargo, los límites de dosis establecidos para un órgano, manos o pies, se enuncian en términos de dosis equivalente. Dosis efectiva comprometida La dosis efectiva comprometida, E(τ), se define como los productos de las dosis equivalentes comprometidas en órganos y tejidos por los factores de ponderación corres- pondientes (WT), donde τ es el tiempo de integración, en años, después de la incorporación. El periodo de com- promiso se toma como 50 años para los adultos y hasta la edad de 70 años para los niños. ∑ τ=E(T) W H ( )T T T [39] Dosis efectiva colectiva Las magnitudes en protección radiológica presentadas hasta ahora están relacionadas con la exposición de un individuo. Las dosis colectivas se relacionan con la expo- sición de grupos o poblaciones expuestas. La dosis efectiva colectiva, S, se define como la suma de las dosis efectivas medias en un subgrupo i (E i ) por el número de individuos en ese subgrupo (N i ). S E Ni i i ∑= [40] La unidad de dosis efectiva colectiva recibe el nombre especial de Sievert-persona (Sv persona). 4.3. Magnitudes operacionales Las magnitudes limitadoras dosis equivalente y dosis efec- tiva no pueden ser medidas directamente en los tejidos del cuerpo, ya que habría que situar el detector dentro de ellos. Por este motivo, la ICRU ha definido un grupo de magnitudes que pueden proporcionar en la práctica una sobrestimación de las magnitudes limitadoras, H T y E, para un trabajador profesionalmente expuesto y situado en un campo de radiación variable y arbitrario. Las magnitudes operacionales se han definido para realizar medidas prácticas en la vigilancia individual y de área. Se basan en el equivalente de dosis en un punto de un maniquí, denominado esfera ICRU4, o del cuerpo humano, y se relacionan con el tipo y la energía de la radiación existente en ese punto; por lo tanto, pueden calcularse basándose en la fluencia en ese punto. VIGILANCIA DE ÁREA Para la vigilancia de área es útil descomponer el campo de radiación real en ciertos campos ficticios de radiación, denominados: ● Campo expandido: simplifica una situación real al suponer que el campo sobre todo el cuerpo irradiado (o la esfera ICRU) tiene la misma fluencia y distri- bución angular y energética que el campo real en el punto de medida (punto de referencia). ● Campo alineado (o campo expandido y alineado): tiene la misma fluencia y distribución energética que el campo real, pero la fluencia es unidireccional, es TABLA 3-4 Factores ponderales de tejidos Tejido u órgano Factor ponderal de tejido (WT) Gónadas 0,08 Médula ósea roja 0,12 Colon 0,12 Pulmón 0,12 Estómago 0,12 Vejiga 0,04 Mama 0,12 Hígado 0,04 Esófago 0,04 Tiroides 0,04 Piel 0,01 Superficie ósea 0,01 Cerebro 0,01 Glándulas salivares 0,01 Resto del cuerpo 0,12 Valores según las recomendaciones más recientes de la ICRP, contenidas en la publicación número 103 (ICRP, 2007). 4 La esfera ICRU es una esfera equivalente a tejido de 30 cm de diáme- tro, de densidad 1 g/cm3 y de una composición en masa de 76,2% de oxígeno, 11,1% de carbono, 10,1% de hidrógeno y 2,6% de nitrógeno. CAPÍTULO 3 Magnitudes y unidades radiológicas 31 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. decir, se supone que toda la radiación procede de la misma dirección. Mediante este concepto puede correlacionarse la medida hecha en un instrumento dotado de respuesta isótropa (independiente de la dirección incidente de la radiación) y la magnitud que se desea medir en el interior de la esferaICRU. Equivalente de dosis ambiental El equivalente de dosis ambiental, H*(d), en un punto en un campo de radiación se define como el equivalente de dosis que sería producido por el correspondiente campo alineado y expandido en la esfera ICRU a una profundidad d, sobre el radio opuesto a la dirección del campo alineado. La unidad en el SI es J kg−1 y su nombre especial es Sievert (Sv). Para radiación fuertemente penetrante se recomienda una profundidad de 10 mm, y para débilmente pene- trante (fotones de energía inferior a 15 keV y radiación beta) se emplean 0,07 mm para la piel y 3 mm para el cristalino. En estos casos, el equivalente de dosis ambiental se expresa como H*(10), H*(0,07) o H*(3), respectivamente. La medida de H*(d) requiere generalmente que el campo de radiación sea uniforme sobre las dimensiones del ins- trumento, y que este tenga respuesta isótropa. Equivalente de dosis direccional El equivalente de dosis direccional, H’(d,Ω), en un punto de un campo de radiación es el equivalente de dosis que se produciría por el correspondiente campo expandido en la esfera ICRU a la profundidad d, sobre un radio dirigido en una dirección especificada, Ω, siendo Ω el ángulo entre la dirección del haz y el radio de la esfera ICRU sobre la que se define la profundidad d. Su unidad en el SI es J kg−1 y su nombre especial es Sievert (Sv). Cualquier expresión del equivalente de dosis direccional debe especificar la profundidad, d, y la direc- ción, Ω. Para simplificar la notación, d debe expresarse en mm. Las profundidades recomendadas para radiación débilmente penetrante para cristalino y piel, y para radia- ción fuertemente penetrante, son las mismas que para la magnitud equivalente de dosis ambiental. La medida de H’(d,Ω) requiere que el campo de radia- ción sea uniforme sobre las dimensiones del instrumen- to, y que este tenga la respuesta direccional requerida. VIGILANCIA INDIVIDUAL Equivalente de dosis personal El equivalente de dosis personal, H p (d), es el equivalente de dosis en tejido blando, por debajo de un punto espe- cificado del cuerpo y a una profundidad apropiada d. La unidad en el SI es el J kg−1, y su nombre especial es Sie- vert (Sv). La profundidad para radiaciones fuertemente penetrantes es 10 mm, y para débilmente penetrantes es de 0,07 mm para la piel y 3 mm para el cristalino. El equivalente de dosis personal se denota como H p (10), H p (0,07) y H p (3). H p (d) puede medirse con un detector situado en la super- ficie del cuerpo y cubierto por un espesor apropiado de material equivalente a tejido. 5. RESUMEN ● Los resultados de una medición deben expresarse mediante la magnitud medida seguida de su corres- pondiente unidad, expresada en unidades del SI, o unidades derivadas de este, ya que es el conjunto de magnitudes y unidades adaptado por toda la comu- nidad científica. ● La ICRU define las magnitudes y unidades utilizadas en el campo de las radiaciones ionizantes. Las clasi- fica en cuatro grupos: ● Magnitudes radiométricas: empleadas para des- cribir un campo de radiación (número y energía de las partículas que lo componen junto con sus distribuciones espaciales y temporales). ● Coeficientes de interacción: son el nexo de unión entre las magnitudes radiométricas y las dosimétri- cas. Cabe destacar la sección eficaz y el coeficiente de atenuación lineal. ● Magnitudes dosimétricas: proporcionan una medi- da física de los efectos de la radiación. Se dividen en dos grupos: de conversión de energía (kerma y exposición) y de depósito de energía (dosis absor- bida). ● Radiactividad. ● La ICRU y la ICRP definen las magnitudes en el campo de la radioprotección. Se distingue entre magnitudes limitadoras (dosis equivalente en un órgano o tejido y dosis efectiva) y magnitudes operacionales (equiva- lente de dosis ambiental, direccional o personal). Bibliografía Brosed A, Fernández-Varea JM, González Leitón AM, Gracia Ezpeleta A. Fundamentos de física médica. Vol. 1: Medida de la radiación. Madrid: ADI; 2011. Bureau International des Poids et Mesures. The International System of Units. 8th ed. Paris: BIPM STDI Media; 2006. Disponible en: http:// www.bipm.org/utils/common/pdf/si_brochure_8.pdf ICRU (1998). International Commission on Radiation Units and Measurements. Fundamental quantities and units for ionizing radiation. ICRU Report 60. Bethesda, Maryland: International Commission on Radiation Units and Measurements; 1998. Seltzer SM, Menzel HG, Paretzke HG, Wambersie A. Fundamental quantities and units for ionizing radiation (Report 85). Journal of the ICRU, Vol. 11. No. 2011. Thompson A, Taylor BN. Guide for the use of the International System of units (SI). 2008 Edition. (Special publication 811). Gaithers- burg, MD: National Institue of Standards & Technology, section 6.1.2. Disponible en: http://physics.nist.gov/cuu/pdf/sp811.pdf 32 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Detección y medida de la radiación Patricia Sánchez Rubio, Jaime Martínez Ortega y María Monedero Pinto 4 ÍNDICE 1. Introducción 32 2. Detección y medida 32 2.1. Modelo simplificado de detector 32 2.2. Modos de operación 33 2.3. Resolución en energía 33 2.4. Eficiencia 34 2.5. Tiempo muerto 35 3. Tipos de detectores 36 3.1. Detectores de ionización gaseosa 36 3.2. Estructura de bandas en los sólidos 39 3.3. Detectores de semiconductor 40 3.4. Detectores de luminiscencia 41 3.5. Detectores de película 44 3.6. Detectores de neutrones 47 4. Detectores en el ámbito hospitalario 47 4.1. Sistemas de dosimetría en radioterapia 48 4.2. Monitores de radiación ambiental 48 4.3. Monitores de contaminación 48 4.4. Dosímetros personales 49 5. Resumen 49 Bibliografía 50 1. INTRODUCCIÓN Las radiaciones ionizantes no son perceptibles por los sentidos, por lo que es necesario el empleo de instru- mentos de medida adecuados. En el ámbito hospitalario, el objetivo de la detección de la radiación es, en última instancia, conocer los efectos de esta sobre el cuerpo humano. Para ello, la noción de la fluencia de las partícu- las y su distribución energética ayudará al conocimiento de dichos efectos. El objetivo del capítulo es que el lector conozca los prin- cipios físicos de funcionamiento y las características de los detectores empleados en el campo de la dosimetría y detección de las radiaciones ionizantes. 2. DETECCIÓN Y MEDIDA Los diferentes detectores están diseñados basándose en el conocimiento de los mecanismos de interacción de la radiación con la materia y en la medición del fenómeno físico que se produce como consecuencia de dicha inte- racción. Los diferentes fenómenos físicos que se aprove- chan para detectar y medir la radiación son: ● Creación de carga debido a las ionizaciones de los átomos del medio, generalmente gaseoso, por la radia- ción ionizante. La colección de la misma da lugar a la medida de una corriente eléctrica o impulso de voltaje. ● Luminiscencia generada en el proceso de excitación de los electrones a niveles energéticos superiores y su posterior desexcitación. La detección de la radiación se consigue mediante la medida de la intensidad de la luz originada en el proceso de desexcitación. ● Disociación de la materia debida a que la radiación ionizante rompe los enlaces químicos, dando lugar a la formación de radicales libres de gran reactividad química. Estas alteraciones en la constitución de la materia permiten la detección de la radiación. Los detectores siempre llevan asociados sistemas elec- trónicos para el control y el tratamiento de las señales producidas, de manera que el detector con su electrónica asociada constituye el sistema de detección. A la hora de elegir un sistema de detección de radiación, debe tenerse en cuenta que su respuesta puede variar en función del tipo y de la energía de la radiación, la tasa de emisión, la geometría y las condiciones ambientales en que se realiza la medida. 2.1. Modelo simplificado dedetector En una amplia categoría de detectores, el efecto final de la interacción de la radiación es la producción de CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 33 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. carga eléctrica de forma directa o indirecta dentro del volumen activo del detector. Por este motivo, el fun- cionamiento de un detector puede esquematizarse de la siguiente manera: considérese una sola partícula en el interior del detector, de modo que al interaccionar con este genera una carga Q, la cual debe ser colectada para proporcionar una señal eléctrica. Habitualmente, la colección de la carga se realiza aplicando un campo eléctrico en el interior del detector, que provoca que las cargas positivas y negativas liberadas por la radiación fluyan en la dirección de los electrodos de signo opuesto a las cargas. En el proceso de colección se producirá una corriente eléctrica, I, que será constante durante el tiempo que dure dicho proceso, y que una vez finalizado será nula (fig. 4-1). El tiempo necesario para la colección total de la carga, t c , varía ampliamente de unos detectores a otros. Por ejemplo, en una cáma- ra de ionización el tiempo de colección de carga es del orden de milisegundos, mientras que en los detectores de semiconductor es de nanosegundos. Este tiempo es un indicador tanto de la movilidad de los portadores de carga dentro del volumen activo como de la distancia promedio que deben recorrer antes de llegar a los elec- trodos de colección. La integral de la corriente eléctrica, I, durante el tiempo de colección de carga, t c , es la carga, Q, generada en la interacción: I(t)dt Q 0 tc ∫ = [1] En una situación real, muchas partículas interaccionarán en un determinado intervalo de tiempo, de manera que, dependiendo de su tasa de llegada, los pulsos de inten- sidad pueden solaparse o estar espaciados. El espaciado temporal entre los sucesivos pulsos es aleatorio, como se observa en la figura 4-1. 2.2. Modos de operación MODO CORRIENTE En este modo, la magnitud observada a la salida del dis- positivo es la corriente promedio debida a la interacción de varias partículas, que puede calcularse como: I r Q r W q0 = = ε [2] donde I 0 es la corriente promedio, r es la tasa de eventos, Q es la carga producida en cada evento, ε es la energía promedio depositada por evento, W es la energía pro- medio necesaria para producir un par de carga (p. ej., W = 34 J/C para crear un par ion-electrón en aire), y q es la unidad de carga elemental (1,6 10−19 C). Los detectores que trabajan en este modo se usan para dosimetría. Presentan la ventaja de poder utilizarse cuan- do la tasa de eventos es elevada; sin embargo se pierde la información individual de los eventos ionizantes. MODO PULSO En este modo, el dispositivo de medida está diseñado para resolver cada una de las partículas que interacciona en el medio, es decir, se registra la carga liberada en cada suceso ionizante de acuerdo con la ecuación 1. El registro de la carga total es un indicador de la energía depositada en el detector. Los detectores que trabajan en modo impulso permiten conocer la energía de las partículas que inciden sobre él, y a este tipo de detectores se les denomina espec- trómetros. Por otro lado, como cada partícula registrada da lugar a un pulso, esto permite «contar» partículas individuales, por lo que también se los llama contadores. La amplitud del pulso de salida, V, puede calcularse como el cociente de la carga total creada en el detector durante una interacción dividida por la capacidad eléctri- ca del circuito al que se encuentra conectado el detector: =V Q C [3] Puesto que C toma un valor fijo y constante, la amplitud del pulso de salida es directamente proporcional a la carga generada dentro del detector. La mayoría de los detectores trabajan en este modo de operación debido a las ventajas inherentes que presenta: gran sensibilidad, es decir, permite detectar bajos niveles de radiación de fondo, y la más importante, la posibili- dad de obtener información a partir de la amplitud de cada pulso individual, no como en el modo corriente, en el cual todas las interacciones, independientemente de la amplitud del pulso a la que den lugar, contribuyen a la corriente promedio de salida. 2.3. Resolución en energía El objetivo de algunos detectores es medir la distribu- ción energética de las partículas o radiación incidente, FIGURA 4-1 En una situación real, al detector llega un haz de partículas, cada una de las cuales, al interaccionar con el detector, dará lugar a la formación de un pulso de corriente. Puesto que el fenómeno de interacción es aleatorio, la separación entre pulsos también. La figura representa una situación en la que la tasa de llegada de las partículas es lo suficientemente alta como para que algunos pulsos de corriente se solapen. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 34 obteniendo espectros diferenciales de amplitud de impulsos, es decir, el número de pulsos cuyas amplitudes se encuentran en un determinado rango de valores de energía. La resolución en energía, R, es la capacidad de un detec- tor para distinguir dos pulsos cuyas energías estén muy próximas, y se define como la anchura a mitad de altura del pulso, FWHM (Full Width at Half Maximum), dividida por la posición (energía) del centroide, H 0 (fig. 4-2A). La resolución en energía es un parámetro adimensional y suele expresarse como porcentaje: =R FWHM E0 [4] En un proceso de detección, las medidas se distribuyen en torno a un valor medio, E 0 , según una distribución gaussiana cuya desviación estándar, σ, es un paráme- tro que indica cuánto se alejan las medidas del valor medio. En este caso, la FWHM puede calcularse como 2,35 σ; cuanto más estrecha sea la gaussiana, σ tomará un valor más pequeño y por tanto menor será el valor de R, lo que señala que la resolución del detector es mejor, como se muestra en la figura 4-2B. Una regla aproximada indica que dos energías pueden resolverse cuando están separadas en más de una FWHM. Existen diversas fuentes de ruido que hacen que la reso- lución del detector no sea perfecta: ● Cambios del punto de trabajo, es decir, cambios en el valor de corriente o tensión a la que trabaja el detector durante la medida. ● Ruido aleatorio o señal espuria (en general, por «rui- do» se entiende cualquier perturbación que interviene en la señal que se desea procesar), debido a la elec- trónica del detector. ● Ruido estadístico procedente de la naturaleza esta- dística de la medida, es decir, la carga generada en el detector es discreta y variable. Este tipo de ruido estadístico no puede evitarse, pero sí es posi- ble reducirlo aumentando el número de medidas realizadas. 2.4. Eficiencia Por lo general, no toda la radiación procedente de una fuente alcanza el detector, y no toda la radiación que alcanza al detector interacciona con él. Por consiguiente, se define el parámetro de eficiencia, que permite rela- cionar el número de pulsos contados con el número de eventos ionizantes que alcanzan el detector. Se dis- tinguen dos tipos de eficiencia de contajes: eficiencia absoluta y eficiencia intrínseca. EFICIENCIA ABSOLUTA númerode pulsosregistrados númerode partículas emitidaspor la fuenteabsε = [5] Esta eficiencia no sólo depende de las propiedades intrínsecas del detector, sino también de la geometría de contaje (fundamentalmente de la distancia entre la fuente y el detector). EFICIENCIA INTRÍNSECA númerode pulsosregistrados númerode partículas que inciden sobreeldetector intε = [6] FIGURA 4-2 A) Definición de resolución de un detector. Para pulsos cuya forma sea una gaussiana con desviación estándar σ, la FWHM es 2,35 σ. B) Función respuesta de diferentes detectores, de modo que cuanto mayor es el valor de σ, peor es la resolución energética del detector. CAPÍTULO 4 Deteccióny medida de la radiación 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La eficiencia intrínseca depende esencialmente del ma- terial del detector, de la energía de la radiación y del espesor del detector en la dirección de la radiación inci- dente. Presenta una menor dependencia que la eficiencia absoluta con la distancia entre la fuente y el detector. 2.5. Tiempo muerto El tiempo muerto se define como el tiempo mínimo que debe transcurrir entre dos eventos para que sean regis- trados como pulsos diferentes. Esta limitación temporal puede deberse al propio detector, según el proceso físico que tenga lugar en él, o la electrónica asociada encargada del procesado y el registro del pulso. Debido a la naturaleza aleatoria de los procesos de desin- tegración radiactiva, siempre existe la probabilidad de que se pierda algún evento verdadero si este ocurre rápi- damente después del anterior, de manera que estén muy próximos entre sí. Esta situación se agrava en el caso de altas tasas de contaje, de manera que si se desea realizar unas medidas de contaje precisas, deben ser corregidas por las pérdidas debidas al tiempo muerto. MODELOS DE TIEMPO MUERTO Son modelos que permiten conocer el número real de eventos, n, a partir del número de pulsos registrados, m, y el tiempo de resolución del sistema o tiempo muerto (τ). Modelo no paralizable Si τ es el tiempo que dura un evento verdadero, y por tanto el tiempo durante el cual el detector no está opera- tivo, los eventos que tengan lugar durante ese intervalo temporal se perderán y no tendrán ningún efecto sobre el comportamiento del detector. De acuerdo con este modelo, en el ejemplo de la figura 4-3A el detector regis- traría m = 4 eventos de las n = 6 interacciones verdaderas. De forma general, si se registran m eventos, el tiempo durante el cual el detector no estará operativo será mτ. Ahora bien, si han llegado al detector n eventos durante el tiempo que el detector ha permanecido insensi- ble (mτ), el número de eventos verdaderos que se habrán perdido será nmτ. Por otro lado, el número de eventos per- didos puede calcularse como n − m, por lo que: n –m nm n m 1–m τ τ = = [7] Modelo paralizable En el modelo paralizable, los eventos que tienen lugar durante el tiempo muerto no sólo no son registrados, sino que extienden el tiempo muerto otro periodo τ, y por tanto se produce la pérdida de los eventos que tienen lugar a continuación, como se observa en la figura 4-3A. Continuando con el ejemplo anterior, sólo se registrarían m = 3 de los n = 6 eventos verdaderos. En este caso, los periodos de tiempo muerto no tienen una longitud fija, por lo que no puede aplicarse el mismo argumento que en el modelo no paralizable. La expre- sión que relaciona el número de eventos registrados, m, con el número de eventos verdaderos, n, es: m ne-n = τ [8] En la figura 4-3B se representa la tasa de impulsos regis- trados, m, versus la tasa de eventos verdaderos, n. Cuando las tasas son bajas, los dos modelos dan los mismos FIGURA 4-3 A) Modelos de tiempo muerto para un detector de radiación; τ es el tiempo que dura un evento verdadero y durante el cual el detector no está operativo. B) Variación de la tasa de contaje observada, m, en función de la tasa verdadera, n, según si la respuesta del detector se ajusta al modelo paralizable o no paralizable. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 36 resultados. Para una tasa observada de m = 1/τ, el sis- tema no paralizable se aproxima a un valor asintótico que representa la situación en la que el contador apenas tiene tiempo para finalizar un periodo muerto antes de comenzar con el siguiente, mientras que para esa misma tasa se observa un máximo en m para el sistema paralizable. En los sistemas de contaje que se comportan según modelos paralizables, tasas de interacción verda- deras muy altas dan lugar a una extensión del tiempo muerto a continuación del evento inicial registrado, y por tanto se contabilizan muy pocos eventos verdade- ros. Además, pueden cometerse errores al interpretar los datos de contaje, ya que hay dos posibles tasas de interacción verdaderas, n 1 y n 2 , correspondientes a una tasa observada, m 1. 3. TIPOS DE DETECTORES Los detectores pueden clasificarse atendiendo a distintas razones, de modo que un mismo detector puede estar incluido dentro de más de una categoría. A continuación se indica la clasificación de los detectores atendiendo a diferentes criterios: ● El principio físico o químico utilizado: ionización gaseosa, centelleo, semiconductor, película radio- gráfica o radiocrómica, y termoluminiscencia (TLD). ● Procedimientos de medida: ● Activos: el sistema electrónico de lectura está activo durante la irradiación. Ejemplo: detector Geiger- Müller (GM). ● Pasivos: el proceso de lectura del detector ocurre con posterioridad a la irradiación. Ejemplo: TLD. ● Tecnología: ● Directos: la señal es la resultante de colectar los portadores de carga producidos por la radiación ionizante. Ejemplo: cámara de ionización. ● Indirectos: se aprovecha la señal producida por otras transformaciones causadas por la radiación ionizante en el medio, como por ejemplo la exci- tación de estados ópticos, la modificación de nive- les electrónicos de la red cristalina, etc. Ejemplo: película radiográfica. ● Utilización: detectores para dosimetría del haz de radiación, monitores de radiación ambiental, moni- tores de contaminación y dosímetros personales. 3.1. Detectores de ionización gaseosa La ionización de un gas es el efecto físico en el cual se basan estos detectores. Cuando una partícula, directa- mente o indirectamente ionizante, atraviesa un gas, crea a lo largo de su camino moléculas excitadas e ionizadas. La ionización de una molécula neutra da lugar a la crea- ción de un ion positivo y un electrón libre, denominado par ion-electrón (ion-e−). Con ello, el gas que al inicio se comportaba como un aislante eléctrico pasa a ser parcial- mente conductor, de manera que al aplicar una tensión de polarización a los electrodos se genera un campo eléctrico en el interior del volumen del detector. Dicho campo eléctrico, a su vez, da lugar a una fuerza electros- tática que mueve a los iones positivos hacia el electrodo negativo (cátodo), y a los electrones hacia el electrodo po- sitivo (ánodo), generando una corriente eléctrica cuya intensidad estará relacionada con la intensidad de la radiación ionizante que la ha producido. El esquema ge- neral de un detector de ionización gaseosa se muestra en la figura 4-4. El tiempo que tardan los iones en llegar a su correspondiente electrodo es del orden de milise- gundos, que es un tiempo muy largo. Sin embargo, el tiempo de colección para los electrones es del orden de microsegundos, es decir, unas mil veces menos, debido a su menor masa. Para que se forme un par ion-e−, la partícula ionizante debe transferir una cantidad mínima de energía, que en principio bastaría con que fuera igual a la energía necesa- ria para arrancar a un electrón ligado de una de sus capas (10-20 eV). Sin embargo, la partícula incidente, además de perder su energía creando pares ion-e−, también puede perderla mediante procesos de excitación, es decir, un electrón de una molécula del gas pasa a ocupar un estado ligado de mayor energía. Por tanto, la energía promedio, W, necesaria para producir un par ion-e−, es ligeramente mayor que la energía de ionización. En principio, W depende del tipo de gas y del tipo y la ener- gía de la radiación; no obstante, se ha observado expe- rimentalmente que permanece constante para muchos gases y diferentes tipos de radiación, tomando un valor W ≈ 30-35 eV. Si W es aproximadamente constante para un tipo de radiación dada, la energía depositada será proporcional al número de pares ion-e−formados, y puede calcularse dicha energía si se conoce la cantidad de pares de iones. En elproceso de difusión del ion y el e− hacia sus res- pectivos electrodos pueden producirse varios fenómenos que hacen que la carga original generada por la radiación ionizante no sea totalmente colectada: ● Colisiones con transferencia de carga: cuando un ion positivo choca con una molécula neutra, se FIGURA 4-4 Ionización producida por la radiación ionizante al atravesar el gas que contiene el detector. La aplicación de un campo eléctrico permite la colección de carga hacia sus respectivos electrodos. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 37 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. transfiere un electrón de dicha molécula al ion; por otro lado, los e−, al colisionar con una molécula neu- tra, pueden acoplarse a ella, formando un ion negati- vo. Como resultado de ambas colisiones desaparece el par ion-e− original y se forman iones negativos. Por ejemplo, el oxígeno es un gas que capta electrones con mucha facilidad, con lo cual los electrones que se difunden en aire se convierten rápidamente en iones negativos. En contrapunto, el nitrógeno, el hidrógeno y los gases nobles se caracterizan por un coeficiente de acoplamiento de electrones muy bajo, y por tanto, en estos gases, los electrones continúan su camino como electrones libres. ● Recombinación: es una colisión entre un ion positivo y un e− libre, en la cual el e− es capturado por el ion positivo volviendo de nuevo al estado de carga neutra. Alternativamente, un ion positivo puede sufrir una colisión con un ion negativo, en la cual el electrón extra se transfiere al ion positivo y ambos iones son neutralizados. En los dos casos, la carga representa- da por el par ion-e− original se pierde y, por tanto, no contribuye a la señal. La tasa de recombinación dependerá de la densidad de pares ion-e− y del voltaje aplicado. ZONAS DE FUNCIONAMIENTO DE UN DETECTOR DE IONIZACIÓN GASEOSA El parámetro esencial para determinar el comportamiento de un detector de gas es la diferencia de potencial (ddp) o tensión aplicada entre sus electrodos. De acuerdo con la figura 4-5, se distinguen las siguientes zonas de funcionamiento. Zona de recombinación Si no se aplica ninguna tensión al detector, no se detec- tará ninguna corriente, ya que no existe campo eléctrico, y los iones y los electrones desaparecerán por recombi- nación o difusión en el volumen activo del detector. Al aplicar un potencial no muy elevado (menos de unos 100 V) aparecerá un campo eléctrico, pero no lo bastante intenso como para evitar la recombinación, con lo cual la carga colectada es menor que la representada por los pares ion-e− originales. Zona de saturación o zona de las cámaras de ionización Para un voltaje aplicado lo suficientemente alto (100-400 V), el campo eléctrico será lo bastante intenso como para poder despreciar la recombinación, y por tanto todas las cargas creadas en el proceso de ionización alcanzarán los electrodos. En la figura 4-5 se observa que un aumento de la tensión no supone un aumento de la corriente, ya que todas las cargas han sido colectadas. Esta es la zona de trabajo de las cámaras de ionización. Zona de proporcionalidad estricta Si se continúa aumentando la tensión, llega un momento en que se produce el fenómeno conocido como multi- plicación del gas: los electrones libres son acelerados por el campo eléctrico aplicado, de modo que cuando sufren una colisión adquieren una energía cinética importante. Si esta energía es mayor que la energía de ionización de la molécula neutra del gas, es posible crear un par ion-e− adicional en cada colisión, denominada ionización secundaria. El electrón liberado en la ionización secun- daria, a su vez, será acelerado por el campo eléctrico, con lo que sufrirá nuevas colisiones que provocarán nuevas ionizaciones. De esta manera, el proceso de multiplica- ción del gas tiene lugar en forma de cascada, en la que cada electrón libre creado en una colisión puede crear más electrones libres en el mismo proceso. La avalancha formada en el proceso de multiplicación de un electrón se muestra en la figura 4-6A. En esta región, la multipli- cación del gas es lineal, con lo que la carga colectada será proporcional al número de iones originales creados por la radiación incidente. El factor de proporcionalidad se denomina factor de multiplicación, M, que se define como el número de pares de iones secundarios producidos por cada primario: =Q en M0 [9] donde Q es la carga total, n 0 son los pares ion-e− origi- nales y M es el factor de multiplicación. Para contadores proporcionales es del orden de 1-104. Zona de proporcionalidad limitada Si se sigue aumentando la ddp se introducen efectos no lineales. Los más importantes están relacionados con los iones positivos que también son creados en las ioniza- ciones secundarias. Al aumentar la tensión aplicada, el factor de multiplicación se hace muy grande (M ≈ 106), la cantidad de iones secundarios aumenta considera- blemente y deja de existir proporcionalidad entre la carga colectada y el número de iones primarios. Zona Geiger-Müller Si se continúa aumentado la tensión, el factor de mul- tiplicación toma un valor muy elevado (M ≈ 1010), de FIGURA 4-5 Diferentes zonas de funcionamiento de un detector de ionización gaseosa en función de la diferencia de potencial aplicada a sus electrodos. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 38 modo que se produce un verdadero alud electrónico. En este caso, el valor de la carga colectada es constante e independiente del número de iones primarios, de la partícula incidente y de la tensión aplicada. En esta zona operan los detectores Geiger-Müller. Zona de descarga continua Para tensiones aplicadas muy elevadas, el detector se hace inestable y entra en un régimen de descarga semi- autónoma, haciéndose inestable porque los iones posi- tivos, fuertemente acelerados, arrancan electrones del cátodo y se origina una descarga en cadena. CÁMARAS DE IONIZACIÓN Una cámara de ionización (CI) es un detector de gas en el cual la tensión aplicada (V∼10-100 V) se sitúa en la zona de saturación. En una cámara de ionización ideal, toda la carga generada por ionización es registrada, sin que haya recombinación ni multiplicación. Las cámaras de ionización suelen trabajar en modo corriente y son un detector activo. La geometría de las CI suele ser plana o cilíndrica, y contienen en su interior aire a presión de una atmósfera. La corriente de ionización generada por la interacción de la radiación es muy pequeña para poder ser medida; por ejemplo, una partícula beta produce unos 1.000 pa- res de iones, lo que da lugar a un pulso de salida de unos cuantos milivoltios. Por este motivo, las CI suelen ir acompañadas de dispositivos de amplificación. Las cámaras de ionización se utilizan para: ● Detección de radiación X, radiación gamma y radia- ción alfa y beta. Puesto que la radiación alfa es de muy corto alcance, es necesario que la fuente radiactiva se sitúe en el interior de la cámara, sobre uno de sus elec- trodos (cámaras planas). Sin embargo, la detección de partículas beta se consigue para fuentes externas a través de ventanas suficientemente delgadas, debido a su mayor poder de penetración. La eficiencia de la detección para fotones es muy baja, de alrededor de un 1%, mientras que la eficiencia de detección para partículas a y b es del 100%. En general, ofrecen muy poca resolución energética. ● Dosimetría. Las CI utilizadas para tal fin están cons- truidas con paredes de un material equivalente a aire, plástico o aluminio. Estas cámaras proporcionan medidas relativamente exactas de exposición para rayos gamma cuya energía sea lo bastante alta como para poder despreciar la atenuación de las paredes, pero lo suficientemente baja como para conseguir el equilibrio electrónico. En el caso particular de que la CI sea equivalente a aire, la tasa de exposición, X·, se obtienesimplemente dividiendo la corriente de ionización saturada, I S , por la masa, M, contenida en el volumen activo del detector: = • X I M S [10] donde M es la masa de aire que debe ser corregida por factores de presión y temperatura si la medida no se realiza en las condiciones estándar en que se calibró la cámara (P = 1,013 105 Pa y T = 273,15 K). También pueden realizarse medidas de dosis absorbida, como se explicará en el capítulo 10. CONTADORES PROPORCIONALES Un contador proporcional es un detector de gas en el cual la tensión aplicada se sitúa en la zona proporcional. Habitualmente trabaja en modo pulso y es un detector activo. Debido al fenómeno de multiplicación del gas, la carga se amplifica dentro del propio detector generando pulsos del orden de 0,1 V, aunque todavía se requiere la amplificación de la señal. X•=ISM FIGURA 4-6 A) Avalancha de ionizaciones secundarias disparadas por un solo electrón en la zona de proporcionalidad estricta. B) Mecanismo por el cual se disparan avalanchas adicionales en una descarga Geiger. Los fotones por interacción fotoeléctrica en otro punto del gas (1) o en la superficie del cátodo (2) liberan un nuevo electrón que, en su migración hacia el ánodo, dispara una nueva avalancha. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 39 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Los contadores proporcionales suelen ser cilíndricos (geometría coaxial), es decir, el ánodo es un fino cable (0,02-0,1 mm de diámetro) que se sitúa a lo largo del eje de un cilindro hueco que funciona como cátodo, y el gas que se encuentra en el volumen activo del detector suele ser un gas noble. Como ya se ha indicado, el fenómeno de multiplicación del gas se basa en las ionizaciones secundarias produci- das en las colisiones de los electrones con las moléculas neutras del gas del detector. Pero además de las ioniza- ciones, también se producen excitaciones de las molécu- las que posteriormente decaerán al estado fundamental mediante la emisión de fotones visibles o ultravioleta (UV). Estos fotones, a su vez, pueden producir nuevas ionizaciones, lo que conduce a una pérdida de la propor- cionalidad o a la aparición de pulsos espurios, o ambas cosas. En la práctica, para evitar estos fenómenos, lo que se hace es añadir al gas una pequeña cantidad de otro gas poliatómico, como por ejemplo el metano, para que absorba dichos fotones. A este componente se le denomina gas quench o extintor. La proporcionalidad que existe entre la altura del pul- so y la ionización inicial permite utilizar al detector para distinguir entre partículas de diferentes energías y poder ionizante, es decir, puede emplearse como espec- trómetro. También puede utilizarse como monitor de radiación. CONTADORES GEIGER-MÜLLER Los contadores Geiger-Müller (G-M) son contadores de gas en los que la tensión aplicada se sitúa en la zona Geiger-Müller. Trabajan en modo pulso y son detectores activos. A diferencia de los contadores proporcionales, en los que cada electrón del par ion-electrón produce una avalancha que es independiente de la avalancha produ- cida por otro electrón asociado con el evento ionizante original, en un G-M cada avalancha puede, a su vez, producir una segunda avalancha en un punto diferente dentro del tubo. Estas segundas avalanchas son produ- cidas por los fotones emitidos por las moléculas de gas excitadas que adquirieron dicho estado como conse- cuencia de las colisiones con los electrones primarios. Como se observa en la figura 4-6B, la avalancha Geiger crece de forma que envuelve al ánodo, independien- temente de la posición en la que tuvo lugar el evento ionizante inicial. Puesto que una descarga Geiger finaliza una vez que se desarrolla una determinada carga total, con independen- cia del número de pares ion-e− creados por la radiación ionizante incidente, todos los pulsos tienen la misma amplitud y, por tanto, no proporcionan ninguna informa- ción sobre las propiedades de la radiación incidente. Por este motivo, los contadores G-M se usan como monitores de radiación y no pueden utilizarse para espectroscopia, ya que pierden toda la información de la cantidad de energía depositada por la radiación ionizante. Los pulsos típicos de un G-M representan una cantidad inusualmente grande de carga colectada; se forman sobre unos 109-1010 pares de iones en la descarga que se traducen en un pulso de salida de aproximadamente 1 V. Esta amplitud tan grande del pulso de salida permite simplificar la electrónica asociada, de modo que puede eliminarse la etapa de amplificación previa. Los gases utilizados para un contador G-M son los mismos que para un contador proporcional. Los más empleados son los gases nobles, como el helio o el argón. Al gas noble se le añade otro gas, también denominado gas quench, para evitar la generación de múltiples pulsos mediante el mecanismo de colisiones con transferencia de carga. Cuando los iones de argón llegan al cátodo y se neutralizan, quedan en estado excitado y liberan foto- nes UV que al propagarse producen fotoelectrones, los cuales generan nuevas avalanchas que dan lugar a pulsos espurios. Sin embargo, si estos iones de argón colisionan con las moléculas del gas quench, son neutralizados al transferir su carga positiva a dicha molécula, que queda ionizada positivamente. Ahora es el ion positivo del gas quench el que continúa su camino hacia el cátodo, de manera que, al ser neutralizado, el exceso de energía da lugar a la disociación de la molécula compleja, en lugar de liberar un electrón de la superficie del cátodo, y por consiguiente no se forman avalanchas adicionales en el tubo. El gas quench utilizado suele ser moléculas orgánicas. Debido a que estas se disocian para evitar que el contador entre en descarga continua, el gas va desapareciendo gradualmente durante el tiempo de vida del tubo. El principal inconveniente de un G-M es su largo tiempo muerto (50-300 ms), lo que implica que este tipo de detectores sólo puedan utilizarse para tasas de contajes relativamente bajas. La eficiencia de un contador Geiger es sólo del orden del 1-2% para la radiación gamma, mientras que para la radiación beta es del 100% debido al relativamente inten- so poder ionizante de dichas partículas. Los contadores Geiger se usan sobre todo para la detección de radiación gamma o de partículas beta; para la detección de la primera están provistos de paredes metálicas o de vidrio, debido al gran poder de penetración de esta radiación. 3.2. Estructura de bandas en los sólidos Hasta ahora se han descrito detectores en los cuales el medio físico en que se producen los procesos de inte- racción de la radiación se encuentra en estado gaseoso. Sin embargo, en los detectores que se van a detallar en los siguientes apartados, el medio empleado para la detección se encuentra en estado sólido. Es necesario conocer la estructura o la organización de los átomos en un sólido para poder entender el fenómeno físico que se produce como consecuencia de la interacción. Los átomos que componen un material sólido se dis- tribuyen en una red cristalina periódica, de manera que PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 40 los distintos niveles de energía se establecen en bandas de energías permitidas para los electrones, separadas por gaps o bandas de energía prohibidas. La banda inferior se denomina banda de valencia, en la que todos los elec- trones se encuentran ligados en un lugar específico de la red cristalina, mientras que en la banda de energía superior, denominada banda de conducción, los elec- trones están libres y pueden moverse por toda la red cristalina. Son estos electrones los que contribuyen a la conductividad eléctrica del material. Las dos bandas se encuentran separadas por un gap, cuyo tamaño deter- mina si el material se clasifica como aislante, semicon- ductor o conductor, como se observa en lafigura 4-7. En ausencia de excitación térmica, tanto los aislantes como los conductores tienen la banda de valencia completa- mente llena y la de conducción completamente vacía. Cuando los electrones adquieren la energía suficiente para pasar a la banda de conducción, en la banda de valencia quedan disponibles unos estados de energía denominados huecos. Un hueco es la ausencia de un electrón, el cual puede considerarse como una partícula de características similares a las de un electrón, pero cargada positivamente. El gap en los aislantes tiene un ancho de unos 5 eV o más, pero en los semiconductores el gap es de 1-3 eV. El ta- maño o ancho del gap también puede depender de la temperatura. 3.3. Detectores de semiconductor El principio de funcionamiento de los semiconducto- res puede asemejarse al de las CI. Cuando la radiación ionizante incide sobre un semiconductor, da lugar a la producción de pares electrón-hueco a lo largo del camino de la partícula. El par electrón-hueco creado es análogo al par ion-electrón producido en los detectores de gas, de manera que al aplicar un campo eléctrico se genera una señal eléctrica debida a la migración de los electrones y los huecos hacia sus respectivos electrodos. La energía necesaria para crear un par electrón-hueco se denomina energía de ionización. Esta energía es mucho más pequeña en los semiconductores (3,76 eV en el Si y 2,76 eV en el Ge) que en los detectores de gas, en los que son necesarios 30 eV para crear un par ion-elec- trón. Es por este motivo, y por la mayor densidad que presentan, por lo que el número de portadores de carga que se genera en un semiconductor es 10 veces mayor que el que se genera en un detector de gas, para la misma ener- gía depositada. Esto permite que los detectores construi- dos con semiconductores tengan mejor resolución en energía, y debido a su menor tamaño ofrecen mejor re- solución espacial. A diferencia de los sólidos utilizados para los detectores termoluminiscentes, interesa que los semiconductores sean lo más puros posible, es decir, que estén libres de defectos y trampas para evitar que atrapen a los portadores (electrones y huecos) y se produzca una colección incompleta de carga. Ofrecen una respuesta directa, aunque necesitan etapas de amplificación, y una respuesta temporal muy buena, es decir, son muy rápidos (el tiempo de colección de carga es del orden de nanosegundos). Los detectores de Si se utilizan para espectroscopia de partículas alfa y fragmentos de fisión; en general, se usan para espectroscopia de partículas cargadas. Los detectores de Ge se utilizan para medidas de radiación gamma. Entre los inconvenientes que presentan los detectores de semiconductor, cabe mencionar: ● Están limitados a pequeños tamaños. ● Se degradan debido a la radiación. El daño más común es que un átomo del semiconductor se des- place de su posición en la red cristalina, creándose una vacante, y por tanto dando lugar a una trampa. Este efecto es más acusado cuando el detector se irra- dia con partículas cargadas pesadas que cuando se irradia con partículas beta o rayos gamma. ● Son muy caros. FIGURA 4-7 A) Disposición de los átomos o moléculas de un sólido en una red periódica que da lugar a una estructura cristalina cúbica. B) Según el tamaño del gap (separación entre la banda de valencia y la banda de conducción), los sólidos pueden clasificarse en aislantes, semiconductores y conductores. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 41 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ● Los detectores de semiconductor empleados para espectroscopia necesitan refrigeración1. ● Los semiconductores empleados para dosimetría de un haz de radiación presentan una sobrerrespues- ta a bajas energías, y dependencia angular y con la temperatura. 3.4. Detectores de luminiscencia La luminiscencia es la propiedad que presentan algu- nos materiales por la cual son capaces de emitir luz al absorber energía. Existen distintos tipos de luminiscencia dependiendo de cuál sea el tipo de excitación causante del fenómeno. Por ejemplo, la luminiscencia estimulada ópticamente es un tipo de luminiscencia causada por luz; o la termoluminiscencia, en la cual la absorción de calor por el material es la causa de la emisión de luz posterior. Este proceso tiene dos pasos: en el primero, la energía incidente hace que los electrones de los átomos que com- ponen la red cristalina del material absorbente se exciten y salten de una banda a otra de mayor energía; en el segun- do, los electrones «caen» de nuevo a su estado original emitiendo un fotón de luz. Según el intervalo de tiempo que transcurra entre los dos pasos se distingue entre: ● Fluorescencia: el intervalo de tiempo entre los dos pasos es corto (menor de 10−8 s); es decir, la emisión de luz se produce inmediatamente después de que el material ha sido excitado. ● Fosforescencia: el intervalo de tiempo que transcurre entre la absorción y la reemisión de la energía es largo (muchas horas). En ambos casos, la energía emitida en forma de luz es casi siempre de menor energía, es decir, de una longitud de onda más larga que la de la luz excitante. Basándonos en estas propiedades de los materiales, pueden construirse dos tipos de detectores: detectores de centelleo, en los que interesa que el tiempo de desex- citación y de emisión de luz sea corto, y detectores de termoluminiscencia. DETECTORES DE CENTELLEO La figura 4-8 muestra los componentes principales de un detector de centelleo: el cristal centelleador, el tubo fotomultiplicador y la electrónica asociada. Cristal centelleador Se encarga de transformar la energía de la radiación ionizante incidente en fotones de luz visible o UV. El material de centelleo ideal debería reunir las siguientes cualidades: ● Alta eficiencia de centelleo: la fracción de la energía de la radiación incidente que se convierte en luz visible debe ser elevada, es decir, la situación ideal sería aque- lla en que toda la energía de la partícula incidente se convirtiera en luz. 1Debido al pequeño gap del Ge (0,7 eV), los electrones que se encuen- tran en la banda de valencia podrían pasar a la banda de conducción simplemente por agitación térmica a temperatura ambiente. Esto daría lugar a la aparición de corrientes eléctricas que no se deben a la colección de los pares electrón-hueco generados por la radia- ción incidente, y que por tanto contribuyen a aumentar el ruido. Para evitar estas corrientes, lo que se hace es refrigerar el detector mediante nitrógeno líquido, que se encuentra a 77 K (−196,16 ̊ C). FIGURA 4-8 Esquema de un detector de centelleo de NaI-Tl. Se muestran los elementos básicos de un tubo fotomultiplicador. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 42 ● La conversión debería ser lineal: el número de foto- nes obtenidos debería ser proporcional, en el mayor rango posible, a la energía depositada por la partícula incidente. ● El cristal debería ser transparente a la longitud de onda de su propia emisión para que tenga lugar una buena colección de luz. ● El tiempo de decay (desexcitación) de la luminiscencia inducida debería ser corto para que la señal de los pulsos pueda ser generada rápidamente. ● El material debe ser de buena calidad óptica, poseer un número atómico elevado para favorecer la absor- ción de energía, y su espesor debe ser, en lo posible, igual al alcance máximo, si se trata de partículas car- gadas, o del mayor espesor posible para radiación gamma. ● El índice de refracción debería ser próximo al del vidrio (n = 1,5) para que tenga lugar un acoplamiento efectivo entre la luz de centelleo y el tubo fotomulti- plicador. Los materiales centelladores pueden ser orgánicos o inor- gánicos. Los centelladores inorgánicos más utilizados son los haluros alcalinos, de los cuales el más empleado en la práctica es el yoduro de sodio impurificado con talio (NaI-Tl).El Tl es una impureza incorporada al cristal de NaI para conseguir que la longitud de onda de los fotones emitidos se encuentre en la zona espectral de máxima sensibilidad del fotomultiplicador. A este tipo de impurezas se las denomina activadores. Los materiales inorgánicos proporcionan una gran cantidad de fotones y son muy lineales2; sin embargo, su respuesta temporal es muy lenta. Entre las propiedades más significativas del NaI-Tl cabe destacar: ● Excelente eficiencia de detección (60%). Su res- puesta, en un amplio rango de energías de electrones y rayos gamma, es lineal. ● Puede fabricarse en una amplia gama de tamaños y formas. ● El relativamente alto número atómico del yodo (Z = 53) asegura que tengan lugar procesos de absor- ción fotoeléctrica, lo que hace que presente una alta eficiencia de detección intrínseca. ● Como inconveniente, es un material higroscópico, es decir, que absorbe agua cuando se encuentra en con- tacto con la atmósfera, lo que hace que se deterioren su estructura y transparencia. Para evitarlo, el cristal se encapsula dejando una ventana de vidrio trans- parente que permite la salida de los fotones visibles generados. Los centelladores orgánicos son en general más rápidos que los inorgánicos, pero producen menos luz. Los mate- riales pueden ser plásticos o cristales, o estar en estado líquido. Suelen utilizarse para espectrometría beta y detección de neutrones rápidos. Tubo fotomultiplicador El tubo fotomultiplicador (FM) se encarga de trans- formar la luz procedente del cristal de centelleo en una señal eléctrica sin añadir una gran cantidad de ruido aleatorio a dicha señal. El tubo FM es una ampolla cilín- drica de vidrio en la que se ha hecho un vacío eleva- do, y está constituido por los siguientes componentes (v. fig. 4-8): ● Fotocátodo: es el encargado de convertir la luz (los fotones) incidente en electrones de baja energía (pro- ceso de fotoemisión). Este proceso puede considerar- se que tiene lugar en tres pasos: ● Se absorbe el fotón incidente, el cual transfiere su energía a un electrón del material fotoemisivo del que está construido el fotocátodo. ● El electrón migra hacia la superficie. ● El electrón adquiere la energía suficiente para abandonar la superficie del fotocátodo. ● Multiplicador de electrones: consiste en una serie de electrodos, llamados dinodos, polarizados positiva- mente respecto al fotocátodo con tensiones crecientes de unos 100 V. Los electrones procedentes del foto- cátodo golpean al primer electrodo o dinodo, donde cada uno de ellos produce por ionización secundaria varios electrones por cada electrón inicial que impacta sobre dicha superficie. A continuación, este nuevo grupo de electrones incidirá sobre el siguiente dinodo, que se encuentra polarizado a un potencial positivo mayor que el anterior, dando lugar a una nueva multi- plicación de los mismos. Esta secuencia continúa hasta que se alcanza el último dinodo, donde ahora el pulso de electrones es un millón de veces mayor que el original procedente del fotocátodo. En este punto, los electrones son colectados en el ánodo, que se encuentra al final del tubo, para formar el pulso electrónico. DETECTORES TERMOLUMINISCENTES Los detectores termoluminiscentes (TLD) están basados en el fenómeno de la termoluminiscencia, por el cual determinados materiales son capaces de emitir fotones cuando son estimulados térmicamente, es decir, cuando son calentados. Los materiales termoluminiscentes se caracterizan por tener una gran cantidad de trampas (estados de energía que se encuentran en una región prohibida), a diferen- cia de los materiales de centelleo, que se procura que estén libres de impurezas. Si las trampas se introducen de manera artificial, se habla de cristales dopados o activados. Cuando el material termoluminiscente es expuesto a radiaciones ionizantes, un electrón puede adquirir la energía suficiente para pasar a otros estados de ma- yor energía, dando lugar a la formación de un par elec- trón- hueco (fig. 4-9A). Los electrones y los huecos produci- dos pueden recombinarse de inmediato con un portador de signo opuesto, o quedar atrapados en las trampas a 2Se dice que la respuesta de un detector es lineal cuando es proporcional al estímulo o factor externo que la produce. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 43 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. lo largo del cristal. Si el electrón queda atrapado en una trampa, para poder ser liberado necesita algún mecanis- mo que le aporte energía, que en el caso de los materiales termoluminiscentes se consigue por medio del calenta- miento del material. Cuando el electrón es liberado pasa a ocupar un estado de menor energía, donde se recombi- na con un hueco y, debido a tal desexcitación, se emite un fotón. De manera análoga, ocurre lo mismo con los huecos (figura 4-9B). El número total de fotones es un indicador del número original de pares electrón-hueco creados por la radiación, ya que idealmente la cantidad de luz emitida es proporcional al número de electro- nes que quedaron atrapados. Por tanto, el número de fotones emitidos puede emplearse para conocer la dosis absorbida recibida por el detector. Para ello se emplea la curva de brillo o curva termoluminiscente (intensidad de la luz emitida en función de la temperatura), de modo que el área bajo la curva está relacionada con la dosis absorbida a través de una calibración apropiada. Estos detectores se utilizan ampliamente como dosímetros personales (fig. 4-10). El sistema termoluminiscente Para que un material termoluminiscente pueda ser utilizado como detector, necesita unos dispositivos adicionales a partir de los cuales pueda obtenerse una FIGURA 4-9 A) Debido a la radiación ionizante, un electrón adquiere la energía suficiente para pasar a un estado de mayor energía (indicado por las líneas de color naranja) y dar lugar a la formación de un par electrón-hueco. De manera análoga ocurre con el hueco formado (líneas azules). B) Emisión de un fotón termoluminiscente debido a la recombinación de un electrón con un hueco situado en una trampa (izquierda) o a la transición de un electrón que se encontraba en una trampa a un estado de menor energía (derecha), tras ser calentado el material. FIGURA 4-10 Detector termoluminiscente de solapa utilizado para dosimetría personal. En la imagen de la izquierda se muestra el contenido del dosímetro, donde puede apreciarse que el detector son pequeños cuadrados de material termoluminiscente. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 44 lectura. Estos dispositivos son un calentador y un tubo FM. La misión del calentador es liberar los electrones y los huecos de las trampas, y la del tubo FM es la misma que en los detectores de centelleo. Materiales termoluminiscentes A la hora de elegir un material termoluminiscente deben tenerse en cuenta dos aspectos: ● La profundidad de las trampas: si son poco profundas, el número de portadores atrapados por unidad de exposición será muy alto. Sin embargo, tal material será muy inestable, ya que incluso a temperatura ambiente las trampas podrían ser liberadas. En este caso, se dice que el material muestra un gran fading o decaimiento. Un ejemplo de este tipo de material es el CaSO 4 :Mn (el Mn es el activador). ● El número atómico del material: el FLi es el material más utilizado debido a su bajo número atómico (Z efectivo = 8,2), que es muy similar al del tejido, lo que hace que sea muy apropiado para dosimetría per- sonal. Por otro lado, cabe destacar que el FLi presenta un fading despreciable, al tener las trampas más pro- fundas que el CaSO 4 :Mn, y que factores ambientales, como la luz o la temperatura, no provocan grandes cambios en su respuesta. Entre las propiedades comunes a todos los materiales TLD cabe destacar: ● Se ven influenciados por las condiciones ambientales: temperatura,humedad y nivel de radiación de fondo. ● Son reutilizables y duraderos: una vez que los dosíme- tros han sido irradiados y se ha obtenido la curva termoluminiscente, se les somete a un nuevo calen- tamiento a temperaturas muy altas para devolverlos a su estado original. ● Amplia gama de formatos: pueden presentarse de forma sólida o en polvo, y en tamaños muy variados. ● Son detectores de lectura indirecta. SISTEMAS DE LUMINISCENCIA ESTIMULADA ÓPTICAMENTE Es un fenómeno similar al de la termoluminiscencia, pero la excitación para que se liberen las trampas es luminosa y normalmente mediante láser. Estos sistemas encuentran su aplicación en la radiografía digital compu- tarizada (CR)3 y en radioterapia para realizar dosimetría in vivo, o incluso como sistema de imagen portal para comprobar el correcto posicionamiento del paciente, sustituyendo a las películas radiográficas convencionales. En general, para efectuar el proceso de lectura se envía luz láser a través de una fibra óptica, de manera que la luz producida en la liberación de las trampas es captada por la fibra óptica y reflejada en el separador de haces hacia el fotomultiplicador para su conversión en una señal eléctrica. Esta señal será proporcional a la dosis recibida y a la energía óptica suministrada en el proceso de lectura. El material del que está compuesto el detector, así como la longitud de onda del láser empleado como estímulo óptico, dependen de la aplicación que vaya a darse al detector. Por ejemplo, los CR utilizados para dosime- tría in vivo están compuestos de pequeños cilindros alargados de 0,4 mm × 3 mm de alúmina dopada con carbón o Al 2 O3:C, y el rango de luz del láser empleado es de 500-550 nm. Sin embargo, los CR utilizados en radio- grafía digital utilizan compuestos como el BaFBr:Eu2+ depositado en capas de unos 200 mm, y la excitación se realiza con un diodo láser con una longitud de onda media de 650 nm. 3.5. Detectores de película PELÍCULA RADIOGRÁFICA La película radiográfica está constituida por una lámina de plástico transparente, habitualmente de poliéster, llamada base, sobre la que se deposita la emulsión sensible a la radiación, la cual se protege de daños mecánicos mediante unas láminas conocidas como superrecubri- miento. La emulsión puede estar dispuesta en una o en las dos caras de la base, como aparece en la figura 4-11A. La emulsión es una mezcla de gelatina y sales de plata, habitualmente halogenuros de plata como el bromuro o yoduro de plata (AgBr o AgI). La gelatina es un medio transparente, para permitir la transmisión de la luz, y porosa para que los productos químicos que intervienen en el proceso de revelado puedan llegar a las sales de plata, que son el material sensible de la emulsión y con las que interaccionan los rayos X para formar la imagen radiográfica. En las placas de rayos X con fines médicos, el 90-99% de las sales son de bromuro de plata (AgBr) y el 1-10% son de yoduro de plata (AgI). Estos cristales se caracterizan por tener un número atómico alto (Z I = 53, Z Br = 35, Z Ag = 47), y formas y tamaños diferentes que van desde centésimas a decenas de micras. El tamaño de los cristales es directamente proporcional a la velo- cidad de la película (sensibilidad de la película a los rayos X) e inversamente proporcional a su resolución y con- traste (diferencias entre niveles de grises). Por otro lado, a mayor concentración de cristales, mayor velocidad. Para aumentar la sensibilidad de la emulsión se utilizan pantallas intensificadoras que se colocan lo más próximas posible a esta, de manera que este dispositivo transforma la energía del haz de rayos X en luz visible. La exposición directa de la película a los rayos X o a la luz procedente de las pantallas de refuerzo es lo que va a dar lugar a la formación de la imagen latente. Este es un proce- so microscópico durante el cual, al incidir varios fotones sobre un cristal, se produce la sensibilidad de este, pero no da lugar a una imagen visible. Es decir, el aspecto de la película es el mismo antes que después de la exposición a la radiación. A través del proceso de revelado, la imagen latente se convierte en una imagen visible al transformar 3Consiste en la obtención de imágenes digitales mediante el empleo de placas de fósforo fotoestimulable a las que, coloquialmente, se las ha denominado de CR, si bien el sistema de CR comprende no sólo las placas de fósforo sino también el lector de estas. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 45 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. los átomos de plata en plata metálica, que es de color negro y la causante de que se produzcan áreas oscuras en las radiografías reveladas. DOSIMETRÍA MEDIANTE PELÍCULA La respuesta de la película radiográfica a diferentes expo- siciones se manifiesta como distintos grados de ennegre- cimiento o transmisión de la luz a través de ella. El grado de ennegrecimiento puede medirse de manera objetiva por su densidad óptica (DO), que se define como: =DO log(I / I)0 [11] donde I 0 es la intensidad de luz incidente sobre la placa e I es la intensidad transmitida. A partir del grado de ennegrecimiento o la DO se deduce la dosis total de radiación recibida tras un calibrado pre- vio de la película. En una película ideal existiría una rela- ción lineal entre la dosis absorbida y la DO; sin embargo, el comportamiento real está determinado por la curva característica o sensitométrica de la película. Esta curva es la representación gráfica de la DO frente al logaritmo de la exposición o la dosis absorbida. También recibe el nombre de curva H&D en honor a Hurter y Driffield, que investigaron dicha relación. En la curva sensitométrica pueden distinguirse cuatro tramos empezando desde su origen, como se observa en la figura 4-11B: ● Velo: es la DO de las películas no expuestas a la radia- ción, pero sometidas al proceso de revelado. ● Subexposición o talón. ● Gamma o zona de exposición normal: en la que existe una relación lineal entre la DO y log (X o D). Es una zona útil para realizar la dosimetría. ● Sobreexposición u hombro. La DO se mide con unos equipos denominados densi- tómetros, que pueden ser manuales, automatizados o escáner. VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LA PELÍCULA RADIOGRÁFICA La película radiográfica puede utilizarse para una gran variedad de fines, como por ejemplo para detectar la presencia o ausencia de radiación, para el control de calidad del equipamiento, para medir la dosis absorbida en radioterapia o para realizar la dosimetría personal de los trabajadores expuestos, en el campo de la protección radiológica. En función de cuál sea su uso, pueden des- tacarse las siguientes ventajas e inconvenientes: ● Ventajas: ● Detector sólido y pasivo, es decir, no requiere sistema electrónico incorporado para realizar la medida. ● Excelente resolución espacial en dos dimensiones. La posición de una partícula incidente queda fijada con una imprecisión de 10-3 mm. En el caso de su uso para la obtención de distribuciones de dosis per- mite discernir altos gradientes de dosis absorbida. ● Simplicidad y bajo coste al proporcionar una señal directamente visible sin necesidad de electrónica asociada. ● Testimonio permanente de la dosis recibida, y por tanto posibilidad de registro permanente en un historial dosimétrico. ● Detector de partículas cargadas y fotones. ● Inconvenientes: ● Material inestable frente a las condiciones ambien- tales (temperatura, humedad, radiación ambiental de fondo) que hacen que la película pueda sufrir FIGURA 4-11 a) Corte transversal de una película radiográfica. b) Curva sensitométrica o curva H&D de una película radiográfica. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 46 una sensibilización extra, conduciendo a un enne- grecimiento incontrolado durante el revelado y, por tanto, a un error por exceso en las medidas. ● Aunque laforma de la curva sensitométrica no varía con las condiciones de revelado, el valor de la DO para una dosis absorbida dada depen- de fuertemente de la temperatura y del tiempo de revelado. ● Engorroso proceso de manipulación, revelado y calibrado. ● Elevado umbral de detección y saturación a altas dosis, lo que supone una mayor imprecisión de la dosis medida si se necesita trabajar en dicho rango. ● Falta de linealidad en la respuesta. ● La lectura de la dosis es indirecta, ya que se requie- re un proceso de revelado. ● No puede reutilizarse. ● Pronunciada dependencia de la energía. PELÍCULA RADIOCRÓMICA La película radiocrómica es un nuevo tipo de película empleada principalmente para control de calidad en radioterapia (verificación de tratamientos de pacientes o control de la unidad de tratamiento), sustituyendo a la película radiográfica debido a la desaparición de estas y del sistema de revelado (conjunto de reveladora y líquidos). La película más empleada es la GAFCHROMIC, que ofrece dos tipos: la EBT-2, empleada en el ámbito de la dosimetría en radioterapia, y la RTQA, para control de calidad del equipamiento. Aunque ambas son válidas para el mismo rango de dosis, sus respectivas propieda- des son diferentes debido a que no están fabricadas de la misma manera. La película EBT4 está constituida, al igual que la película radiográfica, por una sustrato de poliéster transparente, recubierto uniformemente con una capa activa que con- tiene un polímero en forma de agujas que en el proceso de fabricación tienden a alinearse en la dirección en que se extiende dicha capa. Para proteger la capa activa de daños mecánicos se añade otra lámina de poliéster, pero de menor espesor que la del sustrato, adherida a la capa activa mediante una capa adhesiva que le proporciona una mayor resistencia a la penetración del agua y mejo- ra sus propiedades mecánicas al cortarla, produciendo menos daños en los bordes. La figura 4-12A muestra una sección transversal. La película es de color amarillo debido a que se incorpora un tinte de este color en la capa activa, con el propósito de absorber la radiación UV, atenuando así su influencia sobre la capa sensible en un factor 10, y mejorando la tolerancia de la película a la exposición a la luz en general. El material sensible es un polímero sintético equivalente a tejido, que al ser sometido a la radiación ionizante se polimeriza en una determinada dirección y adquiere una coloración azul, ya que el polímero presenta un máximo de absorción para una longitud de onda de 636 nm (rojo). Sin embargo, para el ojo humano la película expuesta presenta un color verdoso debido a la presencia del colorante amari- llo, como se observa en la figura 4-12B. El polímero absorbe la luz y la transmisión de esta a través de la película, se puede medir con un escáner de color de sobremesa que permita escanear la imagen en RGB (Red Green Blue). Esto es necesario porque la mayor sensibilidad de la película a la radiación se encuentra en canal rojo, y por tanto es la imagen deseable para trabajar. Si bien esto es cierto para un rango de dosis de 0,02-10 Gy, para dosis mayores este canal se satura, con lo cual, en caso de que sea necesario realizar medidas de dosis de hasta 30 Gy, se emplea el canal verde. El canal azul proporciona información sobre la uniformidad espacial de la película, y puede ser empleado para reali- zar correcciones que tengan en cuenta las diferencias de espesor de la película empleada para dosimetría. La curva característica o sensitométrica de una película radiocrómica es muy diferente a la de una radiográfica. Si bien en estas hay un tramo en el que existe una relación lineal entre el grado de ennegrecimiento y la dosis, en las películas radiocrómicas la relación entre el grado de ennegrecimiento, medido como el valor de gris o valor de píxel, y la dosis, no es lineal sino que se ajusta a una distribución gamma o polinómica, como se indica en la figura 4-12C. Las ventajas más importantes sobre las películas radio- crómicas son: ● No necesitan proceso de revelado y fijado, y por tanto se eliminan parámetros de difícil control. No obstante, el proceso de calibración y lectura sigue siendo relativamente complejo si se pretende obtener resultados cuantitativos fiables, aunque aumenta la fiabilidad como dosímetro relativo. ● Son más fáciles de utilizar, ya que pueden manipular- se a la luz ambiente al no ser, en principio, sensibles a la luz. ● Presentan mejor respuesta con la energía. Entre los inconvenientes que presentan cabe destacar: ● Su baja relación señal/ruido en comparación con la película radiográfica. Para compensarla se emplean filtros que mejoran la relación señal-ruido, pero que degradan la resolución espacial. También se realizan varias lecturas sucesivas de la imagen para obtener una imagen promedio. La película se escanea unas tres veces, pero debido a la luz UV a que se ve some- tida en el proceso de lectura, se producen polimeri- zaciones adicionales que dan lugar a desviaciones en el proceso de medida. ● Falta de uniformidad espacial. En el proceso de lectura de la película dentro del escáner, ésta dispersa algo de la luz incidente que tiende a acumularse en la parte 4Actualmente, el modelo que se encuentra disponible comercialmente son las películas EBT-3, cuya diferencia con las EBT2 es que la capa activa (30 mm de espesor) se encuentra entre dos capas de poliéster del mismo espesor (125 mm) eliminándose la capa adhesiva. CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 47 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. central del escáner. El problema puede solventarse obteniendo un patrón de corrección espacial del escá- ner para cada lote de películas, obtenido a partir del escaneo de una película irradiada en un haz uniforme. 3.6. Detectores de neutrones Debido a que los neutrones carecen de carga eléctrica, no ionizan directamente la materia y tampoco son desvia- dos por los campos eléctricos generados por los núcleos y los electrones. Esto hace que puedan atravesar un gran espesor de materia sin interaccionar con ella, y por tanto son indetectables para los detectores de tamaños norma- les. La medida de neutrones se lleva a cabo mediante la detección de reacciones nucleares que dan lugar a la producción de partículas cargadas, tales como protones o partículas alfa. Por tanto, cualquier detector de neu- trones se basa en un material en el cual se produzcan las reacciones nucleares de interés junto con alguno de los tipos de detectores que se han descrito previamente. DETECTORES BASADOS EN LAS REACCIONES DE ACTIVACIÓN NEUTRÓNICA: 10B (n, a) 7LI O 3HE (n, p) 3H Esta reacción se basa en la construcción de un detec- tor activo de neutrones lentos (energía < 0,1 MeV). El detector es un contador proporcional de trifluoruro de boro (BF 3 ). El BF 3 sirve como blanco para la conversión de los neutrones en partículas cargadas, en este caso partículas alfa, así como gas proporcional. Por tanto, al colisionar los neutrones con los núcleos de boro se emitirán partículas alfa que, a su vez, producirán corrien- tes de ionización en el gas. Si se desea ampliar el rango energético de uso del detector, es decir, que permita detectar neutrones rápidos (energía > 0,1 MeV), este se rodea con un moderador con alto contenido en H, como el polietileno o la parafina. Este tipo de detectores se emplean como monitores de área, y de ahí que su geometría sea cilíndrica para que la respuesta del detector sea igual en todas las direcciones (respuesta isótropa). Se conocen con el nombre de detectores tipo Anderson-Braun (fig. 4-13A). Puesto que la sección eficaz de la reacción 3He (n,p) es incluso mayor que la del boro, da lugar a que el 3He sea una alternativa atractiva para la detección de neutrones lentos, siendo además un gas noble aceptable como contador proporcional. Este tipo de detectoresse deno- minan tipo Leake y consisten en un moderador esférico de polietileno con un detector de 3He localizado en su centro, que a su vez se encuentra rodeado por una lámina de cadmio. El empleo de esta lámina de Cd permite obtener una buena resolución energética con menor cantidad de moderador hidrogenado, reduciendo así sus dimensiones y peso (6,6 kg frente a los 10 kg de un Anderson-Braun) (fig. 4-13B). 4. DETECTORES EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO Hasta ahora se ha realizado una clasificación de los detectores basándose en su principio físico de funcio- namiento, y se ha citado, en algunos casos, su posible FIGURA 4-12 A) Configuración de la película GAFCHROMIC® EBT2. b) 1: película radiocrómica no expuesta a radiación; 2: película irradiada (color verde azulado) para realizar la verificación de un tratamiento de cabeza y cuello. B) Curva de calibración para la cual los datos experimentales han sido ajustados a un polinomio de grado 3, según la relación D = a VP3 + b VP2 + c VP + d, donde D es la dosis absorbida y VP es el valor de píxel. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 48 utilización. No obstante, hay que tener en cuenta que el fin para el que se desee emplear el detector impone las características que debe cumplir más estrictamente. Por este motivo, puede ser más adecuado realizar una clasi- ficación en función de su uso en el ámbito hospitalario. 4.1. Sistemas de dosimetría en radioterapia Se denominan sistemas de dosimetría en el haz de radia- ción aquellos sistemas en los que el detector se encuentra en el interior de un haz de radiación bien definido y de gran tasa de fluencia. Estos son los sistemas utilizados en radioterapia para medir la dosis absorbida, y entre ellos cabe destacar: ● Cámaras de ionización cilíndricas y plano-paralelas empleadas en haces de fotones y electrones, respectiva- mente, y cámaras de ionización tipo pozo empleadas en braquiterapia para la medida de la tasa de kerma de referencia en aire, en el seno de aire, o TKRA. En general, ofrecen una gran precisión y exactitud en la medida. ● Diodos (detectores construidos con materiales semi- conductores) empleados para la dosimetría in vivo y para medidas de caracterización del haz de radiación producido por los aceleradores lineales. ● Película radiográfica y radiocrómica para medida de dosis y verificación de tratamientos de pacientes. ● Dosímetros de termoluminiscencia (TLD) para dosi- metría in vivo y dosimetría del haz de radiación. También es habitual emplear conjuntos de cámaras de ionización o diodos formando una matriz de detectores, conocidos con el término inglés de arrays. Estas matrices se emplean para el control de calidad de los aceleradores lineales, y algunas se plantean como método alternativo a las películas para la verificación de tratamientos en pacientes. Los rangos usuales de medida de estos sistemas van del orden de cGy a decenas de Gy. 4.2. Monitores de radiación ambiental Son aquellos detectores empleados en la vigilancia radio- lógica de las áreas de trabajo, para evaluar, por ejemplo, los blindajes estructurales de salas colindantes a otras don- de se trabaja con radiaciones ionizantes, o para estimar las dosis efectivas y las dosis equivalentes en los órganos de los individuos que trabajan con ellas. Se emplean también para medir los niveles de radiación alrededor de equipos de radioterapia y contenedores de fuentes, o para verificar que la fuente radiactiva de tratamiento no permanece en el interior del paciente al finalizar una sesión de tratamiento de braquiterapia. Deberían proporcionar las medidas en unidades de la magnitud equivalente de dosis ambiental, H*(d), o equivalente de dosis direccional, H‘(d,Ω). Sin embargo, todavía quedan muchos equipos en los que el resultado de la medida se expresa en unidades de exposi- ción (Roentgen, R) o de kerma (Gy). Los detectores para este fin, como los de la figura 4-14A y B, suelen ser cámaras de ionización o contadores Geiger, y suelen ir provistos de ventanas o planchas deslizantes para poder medir conjuntamente tanto radiación beta como gamma (ventana abierta), o sólo radiación gamma (ventana cerrada). Además, estos monitores poseen un dispositivo de alarma que produce una señal acústica o luminosa cuando el nivel de radiación excede un valor prefijado. Los detectores de neutrones descritos en el apartado 3.6, «De- tectores de neutrones», también pueden incluirse en la categoría de monitores de radiación ambiental. Para comprobar el correcto funcionamiento de estos instrumentos, suelen venir provistos de una fuente de verificación beta o gamma, para la que el detector debe ofrecer una lectura determinada si se sitúa la muestra en un punto señalizado del detector. Este tipo de detectores se encuentran en todas las áreas de trabajo de un hospital donde se empleen radiaciones ionizantes, debido a cuestiones de protección radiológica de los trabajadores y del público. Los valores de tasa de equivalente de dosis ambiental medidos normalmente por los monitores están en el rango mSv/h-mSv/h. 4.3. Monitores de contaminación Por contaminación radiactiva se entiende la presencia no deseada de sustancias radiactivas en una superficie o medio cualquiera, o incluso en una persona. Cuando se manejan fuentes radiactivas no encapsuladas es necesa- rio disponer de instrumentos adecuados para detectar y medir posibles contaminaciones. Los monitores de radiación se emplean para la vigilan- cia de las superficies de trabajo, para la clasificación de elementos posiblemente contaminados como residuos radiactivos, y para la localización de fuentes. Su ámbito de uso son las instalaciones de medicina nuclear, ya que FIGURA 4-13 A) Detector de neutrones tipo Anderson-Braun (BF 3 + moderador cilíndrico de 20 cm de diámetro y 47 cm de largo). B) Detector de neutrones tipo Leake (3He + moderador esférico de 20,8 cm de diámetro). Detectores de neutrones pertenecientes al CIEMTAT (Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas). CAPÍTULO 4 Detección y medida de la radiación 49 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. es donde habitualmente se utilizan fuentes no encapsu- ladas. Sin embargo, también son útiles en braquiterapia para localizar pequeñas fuentes extraviadas o verificar la ausencia de restos de hilos de 192Ir. Para la detección de contaminación suelen emplearse contadores proporcionales, G-M, de centelleo y de semi- conductor. Pueden ser fijos, como los que se encuentran en la salida de las instalaciones radiactivas para verificar la ausencia de contaminación personal, que disponen de sondas para pies y manos, así como de una sonda móvil para verificar la ropa; o también pueden ser portátiles, para verificar las superficies de trabajo (fig. 4-14C y D). Estos detectores miden en cuentas por unidad de tiempo, actividad (Bq), o cuentas por unidad de tiempo y super- ficie, actividad por superficie (Bq/cm2). 4.4. Dosímetros personales Se emplan para la vigilancia individual de los trabajado- res expuestos a radiaciones ionizantes, y su finalidad es estimar las dosis efectivas y las equivalentes en órganos. Los sistemas más utilizados son los dosímetros de termo- luminiscencia (TLD) y los de película radiográfica, aun- que también se emplean detectores de semiconductor o de ionización gaseosa para la construcción de dosíme- tros digitales de lectura directa, que permiten en todo momento conocer la lectura instantánea de dosis y la tasa de dosis profunda o superficial. Estos dosímetros de solapa están diseñados para medir dosis equivalentes personales profundas, H p (10), y super- ficiales, H p (0,07), así como para discriminar la energía de la radiación incidente con la ayuda de los diferentes filtros. El rango, salvo exposiciones accidentales, debe ser de mSv/h-mSv/h. 5. RESUMEN ● Los detectores son el medio por el cual la radiación ionizantepuede ser percibida, y se caracterizan en función de su modo de operación, eficiencia, reso- lución energética y resolución temporal (tiempo muerto). ● La clasificación de los detectores en función del fenó- meno físico que se produce como consecuencia de la interacción de la radiación con el medio que lo compone: ● Ionización gaseosa (basado en la creación de pares ion-electrón): – Cámaras de ionización (medida de dosis absor- bida). – Contadores proporcionales (monitores de radiación). – Tubos Geiger-Müller (monitores de radiación). ● Centelleo: basados en el fenómeno de fluorescen- cia (emisión de luz visible o UV como respuesta a la radiación). Se emplean como espectrómetros o monitores de contaminación superficial FIGURA 4-14 En la parte superior se muestran monitores de radiación ambiental. A) Cámara de ionización. B) Contador Geiger-Müller. En la parte inferior se muestran monitores de contaminación. C) Contador de manos y pies ubicado en la salida de la gammateca de un servicio de medicina nuclear para la detección de contaminación personal. D) Monitor de contaminación superficial Berthold LB 124. PARTE 1 Fundamentos de física de radiaciones ionizantes 50 ● Semiconductor: basados en la creación de un elec- trón-hueco. Pueden emplearse como dosímetros y como espectrómetros. ● Películas radiográfica (basada en la transformación de plata a plata metálica tras el proceso de revela- do) y radiocrómica (basada en la polimerización del material sensible): se emplean para dosimetría personal y del haz de radiación. ● Termoluminiscencia (TLD) y luminiscencia esti- mulada ópticamente: basados, respectivamente, en la emisión de fotones cuando son estimulados por calor u ópticamente (mediante láser). Los TLD se emplean para dosimetría personal. ● Detectores de neutrones: basados en reacciones de activación neutrónica. Se emplean para dosimetría de área. Bibliografía Bushong SC. La película radiográfica. En: Bushong SC, editor. Manual de radiología para técnicos. Madrid: Elsevier España; 2010. p. 180-92. Fernández-Varea JM, Brosed A, González Lestón AM, Gracia Ezpeleta A. Medida de la radiación. Fundamentos de física médica, Vol. 1. Madrid: ADI; 2011. Khan FM. The physics of radiation therapy. 4th ed. Baltimore: Lippin- cott Williams & Wilkins; 2010. Knoll GF. Radiation detection and measurement. 2nd ed. USA: John Wiley & Sons; 1989. Rajan G, Izewska J. Radiation dosimeters. En: Podgorsak EB, editor. Radiation oncology physics: a handbook for teachers and student. Vienna: IAEA; 2005. p. 71-98. Rajan G, Izewska J. Radiation monitoring instruments. En: Podgorsak EB, editor. Radiation oncology physics: a handbook for teachers and student. Viena: IAEA; 2005. p. 101-20. ÍNDICE DE CAPÍTULOS 5. Equipos de simulación 52 6. Equipos de tratamiento en teleterapia 61 7. Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 81 8. Informática y comunicaciones 112 PARTE 2 Equipamiento radioterápico 52 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Equipos de simulación Pablo Castro Tejero, Patricia Sánchez Rubio y Julia Garayoa Roca 1. INTRODUCCIÓN La simulación es una etapa de las más complejas dentro de la actividad radioterápica. Puede decirse que el tipo de simulación empleado condiciona el resto del proceso radioterápico, e incluso es difícil acotar los trabajos que comprende. Existen diversos tipos de simulación en fun- ción del equipamiento y de las imágenes que se vaya a adquirir. Las modalidades más extendidas en uso pueden reducirse a dos: simulación convencional, que se basa en un examen clínico simple a partir de la adquisición de imágenes planas de rayos X, y simulación TC, que implica el uso de un equipamiento más complejo y se basa en imágenes tridimensionales generadas por un equipo de tomografía computarizada (TC). 2. OBJETIVOS El concepto y objetivos de la simulación son tratados en los capítulos 9 y 12. De manera breve puede decirse que, en un principio, la simulación se desarrolló, entre otras cosas, con la finalidad de verificar el tratamiento, de manera que se asegurara que los haces estaban correc- tamente elegidos y dirigidos al volumen blanco. En la actualidad, la simulación tiene un papel más amplio en el proceso radioterápico, y sus objetivos son tres: 1. La definición del volumen tumoral (posición, tama- ño y situación respecto a otros órganos). 2. La adquisición de los datos geométricos del paciente (imágenes) con las características absorbentes preci- sas (densidades y composición de los tejidos) para poder realizar el cálculo dosimétrico. 3. Proporcionar referencias informativas (tatuajes, marcas) de la posición del paciente que permitan su colocación en el momento del tratamiento con perfecta reproducibilidad respecto al momento en que fueron adquiridos en la simulación. Durante esta fase del tratamiento radioterápico, también hay que definir la posición y condiciones de estabilidad e inmovilización del paciente. Esto supone la definición de un sistema de coordenadas que relacione la geometría del paciente a la del equipo de imagen (simulador) y al sistema de coordenadas del equipo de tratamiento. Para ello se utilizan dispositivos inmovilizadores apropiados que son fijados generalmente al tablero de la mesa del equipo simulador y al de la mesa del equipo de trata- miento. Este será el tema de estudio del capítulo 13. La definición del volumen de tratamiento (tamaño, for- ma y ubicación anatómica) requiere ser realizada con extrema precisión. Para ello puede requerirse la reali- zación de estudios adicionales de imagen que propor- cionen mayores datos al respecto. Estos estudios adicio- nales de imagen son estudios de resonancia magnética, tomografía por emisión de positrones o angiografías. Estos equipos raramente se encuentran en el mismo departamento de radioterapia y para solicitarlos se debe de recurrir a los servicios proveedores de estos estudios (radiología y medicina nuclear). Dada la necesidad de que estos estudios cumplan deter- minados requisitos para poder ser utilizados en radiote- rapia, estos equipos y estudios deben estar supervisados por el Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica. 5 ÍNDICE 1. Introducción 52 2. Objetivos 52 3. Simulador convencional 53 3.1. Principios de funcionamiento 53 4. Simulador TC 54 4.1. Principios de funcionamiento de un equipo de TC 54 4.2. Simulador virtual 59 5. Resumen 60 Bibliografía 60 CAPÍTULO 5 Equipos de simulación 53 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. El papel de estas modalidades de imagen se estudia en el capítulo 14. Los equipos de simulación más utilizados son: los simu- ladores convencionales y los simuladores TC. Ambos sistemas están basados en un equipo de RX, específica- mente diseñado para uno u otro uso y que básicamente está constituido por un generador y un tubo de RX: ● Generador de alto voltaje: suministra la potencia al tubo de rayos X. ● Tubo de rayos X: consiste en un tubo en el que se ha hecho el vacío, que alberga dos electrodos (ánodo y cátodo) que son acelerados por un alto voltaje. El impacto de los electrones sobre el ánodo, por efecto del fenómeno de frenado (Bremsstrahlung), genera rayos X (v. caps. 2 y 7). La radiación X emitida tiene carácter pulsado, es decir, el haz se enciende y apaga a intervalos fijos de unos pocos milisegundos. Para disipar al calor generado por el impacto de los elec- trones sobre el ánodo, el tubo posee un complejo sistema de refrigeración. El kilovoltaje empleado se encuentra en el rango de 50-140 kV pico. 3. SIMULADOR CONVENCIONAL 3.1. Principios de funcionamiento Estos tipos de simuladores están en franco desuso, al estar siendo sustituidos por los simuladores TC que proporcionan una mayor información, aparte de que generalmente no pueden simular los colimadores mul- tiláminas de los aceleradores modernos. El simuladorconvencional consta de un equipo de RX de calidad diagnóstica, con una estructura que permite realizar idénticos movimientos y seleccionar tamaños de campo iguales a que los que puede hacer o conseguir cualquier máquina de teleterapia de megavoltaje isocén- trica, sea esta una unidad de 60Co o un acelerador lineal de electrones. En un simulador convencional se puede trabajar de dos formas: ● Modo radiográfico: se obtiene una imagen estática producida por disparos de RX del orden de milisegun- dos, que se recoge en una placa radiográfica. Cons- tituye la proyección de una región anatómica, que impresa en una placa radiográfica, permite estudiar y delinear el campo de tratamiento. ● Modo fluoroscópico: se explora la anatomía del paciente mediante RX, estudiando la zona de tra- tamiento más adecuada y la forma de abordarlo. El disparo de RX se produce de manera continuada durante varios segundos mientras se mueve el tubo de RX, recorriendo el paciente y permitiendo observar las imágenes mediante un tubo intensificador y un monitor de TV. En los equipos más modernos, tanto la placa como el intensificador del modo fluoroscópico son sustituidos por un detector de silicio amorfo (aSi) que permite tra- bajar en ambos modos. COMPONENTES DE UN SIMULADOR CONVENCIONAL El simulador convencional (fig. 5-1) adicionalmente al equipo de RX convencional, debe contar con: ● Brazo o gantry: es una estructura que puede girar alre- dedor del paciente. En su extremo se sitúa el cabezal que contiene el tubo emisor de rayos X y el sistema de colimación. FIGURA 5-1 Componentes principales de un simulador convencional. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 54 ● Colimador: está incluido en el cabezal. Esta en un bloque sujeto al gantry que puede trasladarse longi- tudinalmente (dirección cabeza-pies), permitiendo explorar al paciente en esta dirección. Este bloque también puede trasladarse en sentido vertical (arriba- abajo), alejándose/acercándose al isocentro, de forma que puede reproducir el radio de giro de la fuente de radiación de cualquier máquina de tratamiento. Adicionalmente el bloque puede rotar, permitiendo de esta manera que rote el colimador y por tanto los campos simuladores de los haces. Existen dos sistemas de colimación, uno que deli- mita la amplitud del paciente que se quiere abarcar y visualizar con los RX, y otro virtual, formado por unas láminas o hilos metálicos radio-opacos, cuya función es la de simular lo que pretendemos sea el haz de tratamiento, lo cual es mostrado por la superposi- ción de los hilos metálicos sobre la imagen amplia abarcada por el colimador real de los RX (fig. 5-2). Estos colimadores solo permiten configurar campos cuadrados o rectangulares. ● Telémetro: su función es proyectar una escala métrica que puede visualizarse sobre la piel del paciente. Pro- porciona la distancia entre la fuente o foco de rayos X y la superficie del paciente, que debe ser la misma que la de la máquina de tratamiento que se vaya a utilizar. ● Soporte para bandejas: permite colocar bandejas de material plástico transparente, donde se pueden colocar los moldes de protección del tejido sano que configura el haz de radiación a la forma deseada para el tratamiento, tal como se tiene que hacer en máqui- nas de tratamiento que no dispongan de colimadores multiláminas. ● Mesa de simulación: es el lugar sobre el que se coloca el paciente. Debe tener las mismas características que la de tratamiento: plana y de material radiotransparente. Permite realizar desplazamientos en las tres direcciones espaciales, así como giros sobre el isocentro. ● Láseres de centrado: en número de tres. Los láseres se colocan perpendiculares entre si, de tal forma que las luces proyectadas configuran un sistema ortogonal de coordenadas, cuyo origen se hace coincidir con el isocentro mecánico de la máquina o punto del espacio, sobre el que giran el brazo, el colimador y la mesa. Sirven como ayuda para posicionar y alinear correctamente al paciente. ● Monitor de tratamiento: permite visualizar los pará- metros de la simulación de cada componente: giro de brazo y del colimador, tamaño de campo y posición de la mesa. ● Telemando: mando de control de la máquina a distan- cia por cable que permite manipular todos los movi- mientos motorizados del simulador, tanto del gantry, como del colimador y de la mesa de simulación. ● Intensificador de imagen: detector empleado en la técnica fluoroscópica. Puede desplazarse longitu- dinalmente, alejándose o acercándose al isocentro para obtener mayor o menor campo de visión, para variar la amplificación de la imagen. También puede moverse lateralmente para realizar la exploración anátomo-radiológica del paciente. Está acoplado mediante un sistema óptico a una cámara que, a su vez, está conectada a un monitor de TV. ● Bandeja portachasis: en ella se introduce el chasis que contiene la película radiográfica par el funciona- miento en modo radiográfico. Dispone de soporte para una rejilla antidifusora, que elimina la radiación dispersa antes de que llegue a la placa radiográfica. 4. SIMULADOR TC Este tipo de simuladores son los más utilizados. Un simulador TC está formado fundamentalmente por: ● Equipo de TC: permite la adquisición de datos tridi- mensionales (3D) del paciente. ● Programa informático: proporciona una represen- tación virtual en 3D de las capacidades geométricas de una máquina de tratamiento, razón por la que co- múnmente se denomina a este tipo de simulador como simulador virtual. 4.1. Principios de funcionamiento de un equipo de TC El concepto básico de funcionamiento de la tomografía computarizada por RX, es que la estructura interna de un objeto puede ser reconstruida a partir de múltiples proyecciones de dicho objeto. En el caso de un escáner FIGURA 5-2 Placa radiográfica de simulación en la que puede observarse la proyección del hilo metálico que simula la colimación del campo de tratamiento. El colimador primario de simulación delimita la zona del campo de rayos X. CAPÍTULO 5 Equipos de simulación 55 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. TC, un estrecho haz de rayos X atraviesa al paciente en una dirección determinada, siendo atenuado en mayor o menor medida en función de la composición (densidad y número atómico) de las estructuras que se encuentra en dicha dirección. En el lado opuesto al tubo generador del haz de rayos X, un detector de radiación recoge la señal transmitida a través del paciente. Ambos dispositivos, tubo de rayos X y detector, giran sincronizadamente alrededor del paciente1 de manera que es posible realizar medidas de transmisión desde diferentes orientaciones, produciendo señales que dependerán de los tejidos atravesados en cada proyección. Tras una vuelta completa sobre el paciente (360°), las señales son almacenadas por potentes compu- tadoras que, mediante complejos algoritmos matemáticos, procesan la información y la reconstruyen en forma de una imagen que representa un corte transversal del paciente. La obtención de un conjunto de imágenes transversales que incluya la región que se quiere explorar puede con- seguirse mediante el desplazamiento de la mesa donde reposa el paciente. Actualmente existen dos tecnologías y posibilidades de trabajo: ● Modo secuencial: la adquisición de la información de una vuelta o información de un corte se realiza con la mesa estática. Tras completar la vuelta, el tubo deja de irradiar y la mesa se traslada unos milímetros, donde vuelve a repetirse el proceso de adquisición. Así se repite el proceso hasta haber abarcado la zona anatómica deseada (fig. 5-3). ● Modo helicoidal: la rotación de tubo y detector alrededor del paciente se hace simultáneamente con el desplazamiento continuo de la mesa, en todo momento con emisión de radiación (fig. 5-4). El tiempo de exploración se reduce significativamente2. Tanto en un modo como en otro,el software de reconstrucción permite visualizar las imágenes en cualquier orientación: axial, sagital o coronal. El haz empleado en un equipo de TC tiene forma de abanico en el plano axial de la imagen (fig. 5-5A) y estre- cho en dirección cráneo-caudal (fig. 5-5B). COMPONENTES DE UN EQUIPO DE TC Un equipo de TC (fig. 5-6) está formado fundamental- mente por: ● Consola de control: en general dispone de dos funciones. Una que permite el manejo del equipo (selección de parámetros técnicos) y otra que permite el posprocesado, la visualización y la manipulación de las imágenes. ● Ordenador de reconstrucción: tiene una gran capa- cidad computacional y lleva a cabo la reconstrucción de las imágenes. ● Mesa de simulación: consiste en un tablero plano, donde se coloca al paciente. Está hecha de un mate- rial de baja absorción (usualmente fibra de carbono) para no interferir en la transmisión de los rayos X y evitar artefactos en las imágenes. Puede realizar des- plazamientos verticales y longitudinales. FIGURA 5-3 Geometría de adquisición para el modo secuencial. FIGURA 5-4 Geometría de adquisición para el modo helicoidal. 1Se hace mención a lo largo del capítulo al denominado TC de ter- cera generación, por ser el más ampliamente utilizado. Existen otras generaciones que, bien por quedar su diseño obsoleto (1ª y 2ª generaciones), bien por tener un diseño muy costoso (4ª ge- neración), han tenido mucho menor impacto comercial y clínico. 2Actualmente, el tiempo mínimo de rotación se sitúa en torno a 0,5 s e incluso menos, de modo que la adquisición completa se realiza en cuestión de pocos segundos. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 56 ● Gantry o estativo: soporte de forma circular (de donut) con una apertura en el centro, de un tamaño de alrededor de 80 cm o superior que permite el paso del paciente y de los dispositivos de posicionamiento que suelen ser de mayor tamaño que el propio diáme- tro del paciente. En su interior se encuentran diversos componentes, unos que permanecen fijos y otros que rotan alrededor del punto central de la apertura. Los componentes más importantes dentro del gantry (fig. 5-7), además del tubo de RX previamente des- crito, son: ● Filtro de forma y filtro plano: son placas de material absorbente, que colocadas a la salida del haz de RX, sirven para eliminar fotones de baja energía y contribuir a hacer monoenergético el espectro. Además, al eliminar la componente de baja energía, el paciente recibirá menos dosis y el ruido generado sobre el detector será menor. El filtro plano suele ser de cobre o aluminio. El filtro de forma tiene un objetivo adicional, que es el de adaptar la intensidad del haz de rayos X a los espesores atravesados sobre el paciente, que generalmente pueden aproximarse a una sección ovalada. ● Colimador: sirve para asegurar una buena calidad de imagen y para reducir la dosis al paciente. Exis- ten dos tipos de colimación: – Prepaciente: colimador situado entre la fuen- te de rayos X y el paciente. Está formado por aperturas seleccionables de diferente tamaño que restringen el flujo de rayos X en la direc- ción cráneo-caudal y, por tanto, determinan la extensión de paciente irradiado. – Pospaciente: colimador situado entre el pacien- te y el detector. Al igual que la colimación pre- paciente, restringe el haz de rayos X en dirección cráneo-caudal, pero con el objetivo de aprove- char sólo la parte útil del haz que llega a los detectores. Determina el espesor de corte de la imagen. ● Detectores: los equipos más modernos cuentan con decenas de miles de detectores de estado sóli- do ordenados en matrices. Estas matrices están formadas por varias filas de detectores, de ahí que este tipo de equipos reciba el nombre de TC multicorte (fig. 5-8), a diferencia de los primeros equipos que poseían sólo una fila, denomina- dos TC monocorte. Los detectores están formados FIGURA 5-5 Geometría del haz en un equipo de TC. A) Haz en abanico desde una vista frontal (plano de imagen). B) Haz estrecho desde una vista lateral (dirección cráneo-caudal). FIGURA 5-6 Componentes principales de un equipo de TC. CAPÍTULO 5 Equipos de simulación 57 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. por un material semiconductor que convierte la radiación X incidente en luz visible, y están aco- plados a un cristal de centelleo, constituido por fotodiodos, que se encargan de convertir, a su vez, la luz emitida por el semiconductor en señal eléctrica. Este diseño hace que la eficiencia de detección (la cantidad de radiación incidente que se convierte en señal eléctrica) sea muy elevada. Habitualmente los detectores están separados entre sí por pequeños tabiques (septos) de mate- riales muy densos que absorben gran parte de la radiación dispersa y, así, mejoran el contraste en la imagen. ● Anillo deslizante: es un dispositivo electromecáni- co formado por un anillo rotatorio con escobillas y un anillo liso estacionario, ambos con superficies con buenas propiedades para la conducción de electricidad. Al girar el anillo rotatorio, las escobi- llas barren la superficie del anillo fijo y transmiten la señal. Con esta tecnología no son necesarios cables eléctricos y es posible la rotación del cabe- zal sin interrupción. En un equipo de TC existen varios anillos con diferentes propósitos: recibir las órdenes de la consola de control, transmitir la señal recogida por los detectores y suministrar FIGURA 5-8 Esquema de la matriz de detectores, focalizada con la fuente de rayos X, de un equipo de TC multicorte de cuatro cortes. FIGURA 5-7 Diagrama esquemático del gantry de un equipo de TC con sus componentes principales. A) Vista frontal. B) Vista lateral. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 58 la corriente para el funcionamiento de cada com- ponente. ● Sistema de láseres: en general existen dos con- juntos de láseres, uno de ellos dentro de la aper- tura del gantry y que identifica el plano real de la imagen, y otro en la parte externa del gantry a una distancia conocida del primer conjunto, y que está formado por varios láseres que intersecan en un punto del eje de rotación de la TC. RECONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN Las proyecciones tomadas por los detectores a lo largo de los sucesivos giros, se almacenan en el ordenador de reconstrucción. Estas proyecciones son procesadas por un algoritmo matemático de reconstrucción de imagen. La imagen reconstruida de cada corte está formada por un conjunto de pequeñas celdas, denominadas píxeles (del inglés picture element), dispuestas en filas y columnas formando una matriz cuadrada (fig. 5-9). El tamaño típico de la matriz TC es de 512 × 512, esto es, 512 píxe- les de ancho y 512 píxeles de largo (lo que totaliza 262.144 píxeles por imagen). El diámetro de recons- trucción o campo de visión (FOV, del inglés Field of View) es seleccionado por el usuario y define la longitud del lado del cuadrado que ocupará la matriz de píxeles. La relación entre los mencionados parámetros es: = tamañopíxel(mm/píxel) diámetro FOV(mm)/tamañomatriz(píxeles) Si seleccionamos un FOV pequeño, por ejemplo de 200 mm, sobre una matriz típica de 512 píxeles, obten- dremos un tamaño de píxel de 0,391 mm. Con un FOV mayor, por ejemplo de 450 mm, resulta un tamaño de píxel de 0,879 mm. Así, con FOV menores tendremos tamaños de píxel menores, y por tanto mejor resolu- ción espacial o grado de detalle, lo que permitirá visua- lizar mejor estructuras pequeñas. Los FOV pequeños se emplean típicamente en estudios de la cabeza en los que las estructuras que forman el sistema óptico son de tamaño muy reducido, mientras que los FOV más gran- des se emplean en regiones como la pelvis o el abdomen. Si consideramos el espesor de corte de la imagen, las celdas pasan a ser bloques cúbicos denominados vó- xeles (del inglés volume element) (v. fig. 5-9). Un vóxel, por tanto, define un volumen determinado por el tamaño de píxely el espesor de la imagen: tama- ño vóxel (mm3) = tamaño píxel (mm2) × espesor de corte (mm). Cada vóxel lleva asociado una información asignada por el algoritmo de reconstrucción. Esta información numérica se denomina número TC o unidad Hounsfield (UH), que está directamente relacionado con el grado de atenuación que sufren los rayos X al atravesar el tejido contenido en el vóxel. Dicha magnitud es el denominado coeficiente de atenuación lineal, m, y su relación con la unidad Hounsfield es: = × µ − µ µUH 1.000 ( )/tejido agua agua Esta expresión define una escala donde el valor de refe- rencia es el agua, que se corresponde con un valor de UH de 0. Cada píxel va a estar representado en la imagen por un nivel de gris, relacionado con un valor de UH. Un valor de máxima atenuación, por ejemplo un mate- rial muy denso como el hueso compacto o un metal, se corresponderá con un valor de aproximadamente +1.000 y se verá en la imagen de color blanco. Un valor de mínima atenuación, correspondiente a un material muy poco denso como el aire, tendrá un valor de UH de aproximadamente −1.000 y será visualizado en la imagen de color negro. Para que el sistema de imagen de TC trabaje con pre- cisión, es necesario que la respuesta de los detectores esté siempre calibrada de manera que un valor de UH cercano a 0 se corresponda con la densidad del agua, y los números TC de los diferentes tejidos permanezcan constantes. Esto es más importante si cabe en un equipo de TC dedicado a radioterapia, donde el conocimiento de la densidad de los tejidos repercute directamente en el cálculo de la dosis3. FIGURA 5-9 Imagen de TC formada por una matriz cuadrada de pequeñas celdas, denominadas píxeles, dispuestas en filas y columnas. Si se considera el espesor de corte, las celdas pasan a ser volúmenes denominados vóxeles. 3La densidad del material es la magnitud que utiliza el sistema de planificación para determinar la interacción de la radiación con la materia. La relación entre la UH y la densidad de los tejidos se establece a partir de medidas realizadas con un maniquí en cuyo interior hay insertos de diferentes materiales de densidad conocida. A partir de la imagen TC del maniquí es posible correlacionar el valor de UH, medido en la imagen, con la densidad conocida de cada material. CAPÍTULO 5 Equipos de simulación 59 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ADAPTACIÓN DE UN EQUIPO DE TC A RADIOTERAPIA Cuando no existe un equipo de TC especialmente dedi- cado a simulación en radioterapia, es necesario adaptar uno convencional de diagnóstico a este propósito. La adaptación requiere que se modifiquen una serie de características en estos equipos: ● Mesa o tablero plano, para intentar que la posición del paciente sea idéntica a la que tenga en el momento del tratamiento, ya que los tableros de las mesas de tratamiento son planos. ● Sistema de láseres externo que permitan posicionar, ali- near y marcar al paciente. Los láseres internos pueden utilizarse para este propósito, pero por la dificultad de su uso, debido al reducido espacio existente en la apertura del gantry cuando el paciente está dentro, es deseable contar con este conjunto de láseres adi- cional. Suelen ir enclavados en las paredes de la sala o en estativos fijados al suelo. En la mayoría de los casos, el láser sagital es móvil y permite la marcación del paciente desplazado de su línea media (útil para la adquisición de lesiones periféricas, localizadas, por ejemplo en brazos o piernas). 4.2. Simulador virtual Se trata de un programa informático que ofrece una representación virtual 3D de la máquina de tratamiento con capacidad para reproducir todos sus movimientos, y puede trabajar simultáneamente con las imágenes TC del paciente. Proporciona una serie de potentes herramientas de visualización y manejo de imágenes, así como de utilidades para llevar a cabo el diseño del tratamiento. Entre ellas destacan (fig. 5-10): ● Vista del ojo del haz (BEV, del inglés Beam’s Eye View): representación gráfica en 3D de los volúmenes tal como serían vistos por un observador colocado en la fuente de irradiación mirando hacia el isocen- tro. Viene a emular la fluoroscopia del simulador convencional. ● Conformación del haz: permite definir la protección de los órganos de riesgo o tejido sano, mediante su adaptación a la forma del volumen de tratamiento. ● Visualización 3D: muestra una perspectiva en 3D de los haces, los volúmenes blanco, los órganos de riesgo y la superficie del paciente, desde un punto arbitrario. ● Radiografía reconstruida digitalmente (DRR, del inglés Digital Reconstructed Radiograph): a partir de los datos TC puede reconstruirse una proyección radiográfica que iría desde el foco hasta un plano virtual donde se situaría la película. Sus utilidades son las mismas que las de la placa radiográfica en el simulador convencional. Además, el simulador virtual permite visualizar el iso- centro y sus coordenadas, así como las marcas radioo- pacas de referencia en el TC (fig. 5-11), lo que facilita FIGURA 5-10 Herramientas de visualización del simulador virtual para un tratamiento craneal. A) Vista del ojo del haz. B) Vista del ojo del haz incluyendo la conformación o protección al tejido sano. C) Visualización 3D de la geometría de tratamiento. D) Radiografía reconstruida digitalmente. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 60 el desplazamiento a realizar desde dicha referencia al isocentro de tratamiento. 5. RESUMEN El simulador es un componente muy importante dentro del equipamiento empleado en radioterapia. En con- creto, la etapa de la simulación tendrá influencia sobre la práctica totalidad del proceso radioterápico. Dentro de los equipos existentes para llevar a cabo la simulación pueden distinguirse dos grandes grupos: ● Simulador convencional: máquina que imita los movimientos de la unidad de tratamiento. Puede adquirir imágenes anatómicas de RX del paciente en un instante dado y en tiempo real. Estas proyecciones bidimensionales permiten localizar la lesión y los órganos de riesgo, y a continuación, decidir el mejor diseño para el tratamiento. ● Simulador TC: formado por un equipo de TC adap- tado (mesa plana, diámetro de gantry ampliado y sistema de láseres externo) capaz de reconstruir imá- genes volumétricas del interior del paciente, y por un simulador virtual que es un programa informático para reproducir los movimientos de la máquina de tratamiento y a la vez trabajar con las imágenes TC del paciente. Estas imágenes 3D servirán para definir con gran precisión la lesión y los órganos de riesgo, y llevar a cabo un diseño óptimo del tratamiento. Hoy por hoy, las imágenes del simulador TC presentan grandes ventajas en comparación con las proporcionadas por el simulador convencional, razón por la que este está siendo dejado fuera de uso. Bibliografía Baker GR. Localization: conventional and CT simulation. Br J Radiol. 2006;79:S36-49. Bushberg JT, Seibert JA, Leidholdt EM, Boone JM. The essential physics of medical imaging. 2nd ed. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2002. Bushong SC. Manual de radiología para técnicos. 9ª ed. Barcelona: Elsevier Mosby; 2010. Hsieh J. Computed tomography. Principles, design, artifacts, and recent advances. 2nd ed. Bellingham: Spie and John Wiley & Sons; 2009. Khan FM. The physics of radiation therapy. 4th ed. Baltimore: Lippin- cott Williams & Wilkins; 2010. Podgorsak EB, ed. Radiation oncology physics: a handbook for teachers and students. Vienna: IAEA; 2005. FIGURA 5-11 Corte transversal de un estudio TC de simulación en el cual pueden observarse el isocentro del campo, en amarillo, y el punto donde se cortan las marcas radioopacas (en este caso, los tres perdigones), en verde. 61 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Equipos de tratamiento en teleterapia Jaime Martínez Ortega, RuthRodríguez Romero y Pablo Castro Tejero 6 ÍNDICE 1. Introducción 61 2. Teleterapia 61 2.1. Objetivos de las máquinas de tratamiento en teleterapia 61 2.2. Evolución histórica 61 2.3. Equipos de terapia superficial 62 2.4. Unidades de cobalto-60 66 2.5. Aceleradores lineales de electrones 70 2.6. Aceleradores circulares de partículas 79 3. Resumen 80 Bibliografía 80 1. INTRODUCCIÓN En este capítulo se describen los equipos de tratamiento más utilizados en radioterapia. Algunos, como las unida- des de cobalto-60, van desapareciendo, pero su uso aún se mantiene en algunos centros hospitalarios, por lo que pue- den ser de interés para los futuros técnicos especialistas. 2. TELETERAPIA 2.1. Objetivos de las máquinas de tratamiento en teleterapia Se denomina teleterapia a la técnica radioterápica en la que la radiación ionizante procede de una fuente externa al paciente. El objetivo principal es administrar una dosis terapéutica al volumen prescrito, minimizando en todo lo posible las dosis a los órganos de riesgo. Las unidades de tratamiento de teleterapia deben cum- plir varios requisitos: ● Precisión geométrica: fundamental para garantizar que no se van a irradiar zonas que no están previs- tas en la planificación dosimétrica realizada por el servicio de radiofísica. ● Precisión dosimétrica: tiene que garantizarse que la dosis impartida por la unidad mantenga una cons- tancia dentro de unas tolerancias admisibles, pues no sería asumible que presentara variaciones excesivas a lo largo del tratamiento. Como se verá más adelante, estos dos puntos deben man- tenerse durante toda la vida útil de la unidad, y garantizar su constancia es la razón del Control de Calidad. 2.2. Evolución histórica La radioterapia es un ejemplo de cómo los avances de la Física producidos a lo largo del siglo XX se han aplicado rápidamente a distintas disciplinas, como la Medicina. No podría entenderse la Medicina moderna sin conocer los grandes avances científicos y tecnológicos producidos en el siglo XX. El nacimiento de la radioterapia, así como de la radio- logía y de la medicina nuclear, viene marcado por dos hitos fundamentales en la historia de la Física: el des- cubrimiento de los rayos X y el descubrimiento de la radiactividad. En 1895, el físico alemán Röntgen descubre un tipo de radiación hasta entonces desconocida, por lo que le dio el nombre de «rayos X». La radiación se producía en tubos de vacío con un par de electrodos sometidos a alto voltaje. Este nuevo tipo de radiación era capaz de impresionar una emulsión fotográfica, pero no era visible por el ojo humano. Fotografió de esta manera diversos objetos, y comprobó que esos rayos eran muy penetrantes, pues podía apreciarse que atravesaban la madera y muchos metales menos densos que el plomo. Un día decidió fotografiar la mano de su esposa Berta, realizando así la primera radiografía de la historia. El PARTE 2 Equipamiento radioterápico 62 descubrimiento de los rayos X le hizo merecedor del Premio Nobel de Física en 1901. El descubrimiento de la radiactividad se debe al físico francés Becquerel, que comprobó que unas sales de uranio eran capaces de velar una emulsión fotográfica en ausencia de luz visible. En 1903 recibió el Premio Nobel de Física por su descubrimiento, compartido con los también físicos franceses Pierre y Marie Curie, estos últimos descubridores del polonio y del radio en 1898. Muy pronto se descubrió la capacidad de las radiaciones ionizantes para destruir tejidos tumorales. Los primeros tratamientos con rayos X datan de la década de 1900, y fue el médico Salvador Celedonio Calatayud Costa quien introdujo en 1906 su uso terapéutico en España. En 1937 se utiliza el primer acelerador lineal de elec- trones que empleaba megavoltaje en el Saint Bartholo- mew’s Hospital de Londres. Este acelerador conseguía una energía de 1 MV1 y tenía un tubo de rayos X de unos 9 metros de longitud. En los años posteriores y durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con el desarrollo del radar, se lograron importantes avances técnicos en la tecnología de microondas, lo que dio lugar al desarrollo de gene- radores de microondas como el magnetrón y amplifica- dores de potencia como el klistrón (klystron), que han desempeñado y siguen teniendo un papel clave en los aceleradores lineales modernos. En la década de 1950 comienzan a instalarse acelerado- res lineales de electrones con energías cada vez mayores, llegando a alcanzarse los 8 MV. También en estos años surgen los primeros aceleradores de protones. Paralelamente, entre 1950 y 1970, se extiende el uso de la emisión gamma del cobalto-60 y se configuran las que se denominaron unidades de cobalto-60, máquinas con capacidad de rotar para dirigir los haces de radiación en cualquier dirección dentro de un mismo plano, utiliza- das para los tratamientos de teleterapia. En el mismo período de tiempo, también empezaron a utilizarse los betatrones. Su funcionamiento se basaba en la acelera- ción de electrones, a los que se hacía describir órbitas circulares mediante un campo magnético. De este modo podían conseguirse energías de 13-45 MeV. Su uso se fue abandonando progresivamente debido a la baja tasa de dosis que se obtenía, lo que hacía que los tratamientos fueran de muy larga duración. En aquella época, los aceleradores tenían grandes dimen- siones, algo que no podían permitirse todos los centros, y a diferencia de la unidad de cobalto-60, la fuente de radiación permanecía en una posición fija y había que mover al paciente durante el tratamiento. En los años 1970, gracias a la miniaturización de deter- minados componentes, se introducen los primeros ace- leradores lineales de electrones isocéntricos, esto es, con una fuente de radiación que puede moverse alrededor del paciente. También aparecen los primeros aceleradores lineales multienergéticos. Las décadas de 1980 y 1990 destacan por la introducción del ordenador en el control de los aceleradores, lo que ha permitido aumentar la fiabilidad de las máquinas y la seguridad de los tratamientos. Durante este tiempo se introdujeron nuevos accesorios, como el colimador multilámina. La introducción del colimador multilámina ha permitido el desarrollo de nuevas técnicas de tratamiento, como la radioterapia de intensidad modulada (IMRT, intensity- modulated radiation therapy) en 1997. En los últimos años, ya en el siglo XXI, el acelerador lineal de electrones constituye la unidad de tratamiento más utilizada en los servicios de radioterapia, reduciendo la unidad de cobalto-60 a una presencia residual. Han sido unos años de gran desarrollo tecnológico, en los que se ha dotado a los aceleradores lineales de nuevas funcionalidades y diseños. Estos años también se han caracterizado por un resurgimiento de los aceleradores de protones y de partículas pesadas. 2.3. Equipos de terapia superficial Un equipo de terapia superficial consiste básicamente en un generador y un tubo de rayos X. Su principal carac- terística es la posibilidad de administrar una dosis de radiación sólo en las capas más superficiales de la piel o próximas a ella, de manera que los tejidos más profundos queden expuestos a una dosis de radiación muy baja. Su utilización se vio reducida tras la introducción de los modernos aceleradores lineales de electrones multiener- géticos que, como se estudiará más adelante, también permiten el tratamiento de la piel con radiación de electrones. Sin embargo, en los últimos años viven un resurgimiento debido a su menor coste. Para poder comprender bien el funcionamiento de estos equipos, es necesario estudiar en profundidad el tubo de rayos X. EL TUBO DE RAYOS X Los rayos X utilizados en medicina se producen al coli- sionar un haz de electrones con un objeto metálico. En la figura 6-1 se representa esquemáticamente un tubo de rayos X. Consiste en un tubo de vidrio en el cual se ha realizado el vacío, un filamento de tungsteno convoltaje (o tensión) negativo y un ánodo sometido a vol- taje positivo. Debido a la corriente que recorre el filamento, algunos electrones son capaces de «evaporarse», fenómeno cono- cido como efecto termoiónico. De no existir una fuerza externa, los electrones permanecerían en las proximidades 1Esta forma de caracterizar la energía se detallará más adelante. A efectos prácticos, MV describe y está en relación con la energía de los fotones, y MeV describe y está en relación con la energía de los electrones acelerados. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 63 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. del filamento. Sin embargo, dado que el cátodo y el ánodo están sometidos a una diferencia de potencial (con el áno- do a tensión positiva), se genera un campo eléctrico entre ambos, cuya presencia provoca una aceleración de los elec- trones hacia el ánodo (recuérdese que las cargas negativas se ven atraídas por tensiones positivas). De este modo, los electrones «evaporados» del filamento experimentan una aceleración hacia el ánodo, con el que colisionan. Tras la colisión, la energía cinética de los electrones se transforma principalmente en calor, pero una pequeña parte de ella (en torno al 1%) se emite en forma de radia- ción electromagnética (fotones) generada por un fenóme- no conocido como radiación de frenado (bremsstrahlung). En la figura 6-1 también puede apreciarse que los electro- nes no impactan todos en un mismo punto del ánodo, sino que lo hacen en una pequeña región, de manera que un observador situado debajo del tubo podría detectar una mancha focal en vez de un punto emisor. ESPECTRO DE RAYOS X Concepto de espectro Ya se ha estudiado anteriormente (v. cap. 2) que el espec- tro electromagnético está compuesto por fotones de distintas energías. La luz blanca visible, por ejemplo, está comprendida en un rango de energías cercano a 1 eV. Como es sabido, la luz blanca está compuesta por fotones de distintas energías, lo que el ojo humano aprecia como colores. Esto se relaciona con la formación del arcoíris en un día de lluvia o con el hecho de que la luz blanca, al atravesar un prisma, se descompone en varios colores o, más físicamente hablando, los fotones se desvían en distintas direcciones, dependiendo de su energía. La descomposición de la luz blanca al atravesar un prisma constituye un ejemplo de espectro energético. Una vez separados estos fotones por energías, puede hacerse una estadística de cuántos hay en cada intervalo energético (tabla 6-1), es decir, contabilizar cuántos hay de cada color y hacer una representación gráfica para cada intervalo de energías, lo que producirá un diagrama de barras (fig. 6-2). Sin embargo, como puede apreciarse en la figura 6-2, a medida que disminuye el intervalo elegido las barras son muy delgadas, hasta llegar a apreciarse como una línea continua si el intervalo es infinitamente pequeño. Esta representación gráfica es lo que se conoce como espectro energético. Dado que los rayos X también están constituidos por fotones, igualmente es posible separar los fotones de dis- tintas energías emitidos por un tubo de rayos X y obtener la misma representación, lo que constituye el espectro energético de ese tubo de rayos X. Descripción del espectro de rayos X Como se acaba de exponer, los fotones generados por el tubo de rayos X no tienen una única energía, sino que su energía presenta un espectro. Esto se debe a que no todos los electrones pierden la misma cantidad de energía en forma de rayos X. Puesto que el funcionamiento del tubo de rayos X se basa en la colisión contra el ánodo de los electrones acelerados por un campo eléctrico producido por una diferencia de potencial V, según las leyes de la física, la energía cinética que adquiere una partícula cargada en un campo eléctrico producido por una tensión V es: E q V= ⋅ [1] FIGURA 6-1 Representación esquemática de un tubo de rayos X. TABLA 6-1 Número de fotones visibles agrupados por intervalo energético Color Energía (eV) Número de fotones Rojo (1,66, 2,04) 8.000 Naranja (2,04, 2,11) 10.000 Amarillo (2,11, 2,18) 14.000 Verde (2,18, 2,49) 27.000 Azul (2,49, 2,76) 13.000 Violeta (2,76, 3,27) 9.000 PARTE 2 Equipamiento radioterápico 64 donde E es la energía, q es la carga eléctrica y V es la tensión aplicada. Para el caso de un electrón sometido a una tensión de, por ejemplo, 100 kV, teniendo en cuenta que su carga tiene un valor de 1,6 × 10−19 C, la energía adquirida por él sería: E 1,6 10 C 10 V 1,6 10 J19 5 14= × × = ×− − [2] o expresada en unidades de eV: E 1,6 10 J/(1,6 10 J/eV) 1 10 eV 100keV 14 19 5 = × × = × = − − [3] Es decir, los electrones acelerados por un kilovoltaje de 100 kV adquieren una energía cinética de 100 keV, suponiendo que un electrón pierde toda su energía de una sola vez en forma de rayos X. En este caso, la energía de los fotones resultantes también sería de 100 keV. Sin embargo, esto no ocurre así: los electrones pierden una parte de su energía en forma de calor y otra parte en forma de rayos X, pero no todos perderán la misma energía. A su vez, los rayos X generados por efecto del distinto frenado que experimentan los electrones (brems- strahlung) tendrán diferente energía. Por tanto, habrá fotones de distintas energías. Representando el número de fotones registrados (es decir, la intensidad del haz de rayos X) frente a su energía, se obtiene su espectro (fig. 6-3). En la figura 6-3 se observa que la energía máxima de los fotones es precisamente la energía cinética máxi- ma que pueden adquirir los electrones acelerados bajo una tensión V, dado que no es posible generar fotones con mayor energía (principio de conserva- ción de la energía). Un electrón podría colisionar perdiendo toda su energía en forma de rayos X, pero no más. FIGURA 6-2 Forma de un espectro energético a medida que disminuye el intervalo de energías elegido. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 65 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. En la misma figura 6-3, también parece haber una energía mínima de los fotones. En realidad, los fotones con muy baja energía no llegan a salir del tubo o bien tienen tan poca energía que son filtrados por las paredes de este y no llegan a detectarse. Si no hubiera este filtrado, se obten- dría el espectro representado por la línea discontinua. Igualmente se observa un pico en una determinada energía, que son los rayos X característicos propios del material del ánodo. CALIDAD DEL HAZ La forma del espectro no depende sólo del kilovoltaje aplicado, sino que también depende del material con- tra el que se ha producido la colisión, en concreto de su número atómico Z. Este hecho hace pensar que hablar de 100 kV o de 150 kV no es una buena forma de caracterizar la energía de los fotones emitidos por un tubo de rayos X, pues debería conocerse su espectro. Sin embargo, medir el espectro de un haz de rayos X no es una tarea sencilla, lo que lleva a pensar que es mejor definir un parámetro que nos indique la energía del haz o, lo que es lo mismo, su calidad. El espectro también caracteriza su comportamiento al atravesar un medio. Con un haz monoenergético de energía E, entonces puede encontrarse (v. cap. 2) que la intensidad de un haz de rayos X que atraviesa un medio viene dada por: = × −µI(x) I e0 (E)x [4] donde I(x) es la intensidad (proporcional al número de fotones) que tiene el haz de rayos X a lo largo de su trayectoria, I 0 es la intensidad inicial del haz de rayos X antes de entrar en el medio, m(E) es el coeficiente de ate- nuación lineal del material para una determinada ener- gía del fotón E, y x es el espesor de material atravesado. El coeficiente m(E) también puede definirse para un espectro polienergético como el que se tiene en un tubo de rayos X. Como m(E) depende de la energía, un método sencillopara su obtención es interponer un espesor determina- do de un material y medir su atenuación. Por ejemplo, puede medirse cuánto espesor hace falta para atenuar la intensidad del haz a la mitad, y este espesor es lo que se denomina capa hemirreductora (HVL, Half Value Layer), que se define como el «espesor de un material de composición determinada requerido para atenuar la intensidad de un haz de una energía determinada a la mitad de su valor». La capa hemirreductora depende de la energía. Dado que el coeficiente de atenuación m(E) depende de la energía, si la capa hemirreductora reduce a la mitad la intensidad del haz, aplicando la ecuación 4: = × −µI 2 I e0 0 (E)HVL [5] de donde se obtiene que: HVL ln(2) (E) = µ [6] La capa hemirreductora también depende del material utilizado para atenuar la energía. Este hecho se deduce igualmente de la ecuación 6, debido a que m(E) también depende del material que atraviesan los fotones. Por ejemplo, en el caso de la radioterapia superficial, en lugar de caracterizar una energía por 300 kV se denotaría por 3 mm Cu HVL, es decir, su capa hemirreductora sería de 3 mm de cobre. De aquí no puede deducirse que todos los tubos de rayos X operando a 300 kV posean la misma capa hemirreductora, ya que este valor depende, entre otros factores, de la composición de la cápsula del tubo de rayos X (filtración intrínseca) que deberán atravesar los fotones antes de ser detectados. Del mismo modo, no existe una relación directa entre kV y capa hemirreductora, por lo que tampoco puede deducir- se que para el tubo citado 100 kV corresponda a una capa hemirreductora de 1 mm de Cu. El valor de la capa hemirreductora de un material debe determinarse experimentalmente para cada kilovoltaje de un tubo de rayos X. CARACTERÍSTICAS Y APLICACIONES DE LOS EQUIPOS DE TERAPIA SUPERFICIAL Dado su bajo poder de penetración, es decir, dado que la energía de los fotones se deposita en pocos milímetros por debajo de la superficie de la piel, estos equipos se utilizan para tratamientos de lesiones cutáneas. En la figura 6-4A se muestra un equipo de estas caracte- rísticas, con el colimador de tratamiento. La función del colimador (fig. 6-4B) es focalizar el haz de rayos X en la zona a tratar, de manera que la radiación que llegue FIGURA 6-3 Espectro de rayos X. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 66 fuera del colimador sea mínima. Existen colimadores de distintos tamaños, y pueden ser cuadrados o circulares de 1,5-20 cm de diámetro. Si es necesario proteger zonas adicionales y el colimador no es suficiente, la colimación en piel (fig. 6-4C) se consigue empleando láminas de plomo de pocos milímetros de espesor recortadas según las necesidades del caso. El tratamiento se realiza situando el colimador en con- tacto con la piel y a una distancia desde el foco de unos 30-50 cm. Para protegerse de la radiación dispersa, el operador debe situarse detrás de una mampara plomada en la propia sala de tratamiento, mientras se produce el tratamiento. CLASIFICACIÓN DE LOS EQUIPOS SEGÚN SU VOLTAJE ACELERADOR Atendiendo al voltaje aplicado, es tradicional clasificar los distintos equipos como: ● Kilovoltaje: 50-150 kV. ● Ortovoltaje: 150-500 kV. ● Supervoltaje: 500-1000 kV. ● Megavoltaje: más de 1.000 kV(>1 MV); es el caso de los aceleradores lineales de electrones modernos. En radioterapia superficial, el voltaje de los equipos comercializados suele encontrarse en el rango de 50-300 kV, es decir comprendiendo a equipos de kilo- voltaje y ortovoltaje. Los equipos de supervoltaje no se utilizan en radio- terapia en la actualidad, pero sí los de megavoltaje, a los que pertenecen los aceleradores lineales de elec- trones que, por su importancia, merecen una sección específica para su estudio. En estos equipos, el diseño del tubo de rayos X no es suficiente para proporcio- nar una diferencia de potencial tan grande como la requerida. 2.4. Unidades de cobalto-60 Son unidades de tratamiento que utilizan una fuente de 60Co, emisora de radiación gamma procedente de las desintegraciones nucleares. Además del 60Co, tam- bién se diseñaron unidades basadas en los isótopos 226Ra y 137Cs, pero ha sido el uso del 60Co el que más ha perdurado en el tiempo, debido especialmente a su alta actividad específica, esto es, a poder obtener mayor fluencia de fotones con pequeñas cantidades de material radiactivo. FIGURA 6-4 Equipo de terapia superficial. A) Vista del equipo. B) Colimador. C) Aplicación del tratamiento, en la que puede observarse la colimación en la piel. (Fotografías por cortesía de Bioterra S.L.) CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 67 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. COBALTO-60 El 60Co se obtiene de manera artificial mediante bombar- deo por neutrones del isótopo estable 59Co: Co n Co59 60+ → [7] El isótopo 60Co se desintegra emitiendo partículas b–, con una energía máxima de 0,32 MeV, transformándose en 60Ni: Co Ni27 60 28 60 → + β [8] Las partículas b− son fuertemente atenuadas por la mis- ma fuente (autoabsorción) y por la cápsula de acero que contiene el 60Co. Por otra parte, el 60Ni se desintegra emitiendo fotones g, con energías 1,17 MeV y 1,33 MeV (1,25 MeV en prome- dio), que son las utilizadas en el tratamiento de pacientes. La forma habitual de la fuente de 60Co suele ser una caja en forma de cilindro o disco de acero de 1 cm de diámetro, en cuyo interior se introducen unas virutas o bolitas de 60Co. El período de semidesintegración del 60Co es de 5,27 años. COMPONENTES Y ACCESORIOS DE LA UNIDAD DE COBALTO-60 En la figura 6-5 pueden verse los distintos elementos de la unidad. La máquina tiene un brazo (gantry) que soporta la cabeza de radiación, que es donde se aloja la fuente de 60Co. El brazo permite girar la cabeza de radiación alrededor del paciente sobre un eje de rota- ción. La cabeza de radiación puede rotar y dispone, a su vez, de un colimador también rotatorio. La mesa de tratamiento también puede girar alrededor del mismo eje de rotación que el colimador. El punto de intersección del eje de giro del brazo, del eje del colimador y del eje de la mesa de tratamiento se denomina isocentro de la máquina (fig. 6-6). La localización del isocentro en las salas de tratamiento se señala por medio de la intersección de unas líneas de luz (de color rojo o verde), producidas por unos láseres fijados FIGURA 6-5 Unidad de cobalto-60. (Fotografías tomadas en la antigua Clínica Puerta de Hierro de Madrid.) PARTE 2 Equipamiento radioterápico 68 (generalmente tres), colocados en dos paredes opuestas a ambos lados de la mesa de tratamiento y en el techo o a los pies de la mesa. Con la posibilidad de movimientos de la unidad de 60Co ya citada, el haz de radiación siempre pasará por el isocentro y permite dirigir los haces de radiación en cualquier dirección sin mover al paciente. La colocación del centro del tumor en el isocentro, en lo que se llama técnica isocéntrica, tiene como ventaja el menor tiempo requerido para el tratamiento, dado que no hay que posicionar el paciente para cada campo de tratamiento, con lo cual se mejora el rendimiento de la unidad y se consigue una mayor precisión. La distancia de la fuente al isocentro, en las unidades de cobalto, es típicamente de 80 cm, aunque también hay unidades con distancia fuente-isocentro de 100 cm, en las que se requiere una mayor actividad de la fuente para conseguir una adecuada tasa de dosis que no haga que los tiempos de tratamiento se prolonguen demasiado. En la figura 6-7 se representa esquemáticamente el inte- rior de la cabeza de la unidad, que se encuentra recubierta de plomo y tungsteno para evitar la emisión de radiación fuera de ella. El mecanismo de impulsión de la pastilla o fuente a la abertura por la que sale la radiación consiste, en general, en un sistema de aire comprimido que la des- plaza a la posición de tratamiento(fig. 6-7B). Una vez finalizado el tiempo de irradiación prescrito, el mecanis- mo consta de un resorte que hace que la fuente vuelva a su posición de reposo (fig. 6-7A). El sistema está diseñado de manera que, ante una falta de suministro eléctrico, el mecanismo de aire comprimido se interrumpe y la fuen- te vuelve a su posición de reposo, lo que obliga a estar bombeando aire continuamente para mantener la fuente en su posición de tratamiento. El nombre de «bomba de cobalto» se debe a este mecanismo de aire comprimido que bombea la fuente a su posición de tratamiento. Los colimadores, también llamados «mordazas» (por su traducción del inglés, jaws), tienen como función restringir la radiación de modo que sólo alcance la zona de trata- miento. El inconveniente es que, dado que sus bordes son rectilíneos, únicamente pueden configurarse campos de tratamiento rectangulares. Para diseñar campos de tratamiento con formas más complejas se utilizan bloques de plomo, que se sitúan sobre una bandeja (v. fig. 6-5). Los bloques pueden diseñarse de una sola pieza o apilan- do piezas de menor tamaño, como las mostradas en la figura 6-8. Estas unidades también disponen de cuñas que se interponen en el campo de radiación para conseguir modificarlo y obtener una adecuada conformación de la distribución de la radiación alrededor del tumor. El tamaño del campo de tratamiento se visualiza en la superficie del paciente mediante la luz de campo o luz de simulación, con lo que se representa la proyección (tamaño y forma) que tendría el campo de radiación so- bre la piel del paciente. La distancia de la fuente a la piel del paciente puede medirse con un telémetro óptico, que proyecta una escala graduada luminosa sobre la piel. FIGURA 6-6 El isocentro es un punto del espacio, la intersección de los ejes de rotación. FIGURA 6-7 Representación esquemática del interior de la cabeza de una unidad de cobalto-60. A) En posición de reposo, no hay emisión de radiación, ya que la fuente se encuentra dentro del blindaje. B) En posición de tratamiento, la radiación es emitida a través de los colimadores. Nótese cómo el testigo es visible desde el exterior. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 69 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La sala de tratamiento tiene que estar blindada, de mane- ra que la radiación no llegue a los operadores de la sala de control ni a las salas colindantes. En la sala de control (fig. 6-9) se encuentra la consola desde donde se opera la unidad (fig. 6-10). Entre sus funciones se encuentran el seleccionar e indicar el tiempo de irradiación o expo- sición mediante un temporizador que retorna la fuente a su posición de reposo cuando el tiempo se haya alcan- zado, y fijar los parámetros geométricos de la irradiación (ángulo del brazo, amplitud de los arcos de irradiación a realizar, etc.). Cuenta también con los dispositivos de seguridad y alarma sobre el correcto funcionamiento de la unidad. El temporizador tiene como caracterís- tica relevante el ser redundante, pues cuenta con dos relojes, de manera que el segundo actúa interrumpiendo la irradiación en caso de fallo del principal. La consola de control incluye una llave que habilita la irradiación para evitar el uso no autorizado. Como medida de control del paciente desde fuera de la sala de tratamiento, puede mantenerse el contacto con él mediante un circuito cerrado de televisión y un interfono (fig. 6-11). Como medida de seguridad, se dispone además de un detector ambiental de radiación que advierte de la presencia de radiación en la sala, aun cuando esta es inevi- table, como sucede cuando se está llevando a cabo el trata- miento del paciente. Este aparato tiene carácter redundante, pues en caso de que la fuente no retorne a su posición de reposo por un mal funcionamiento de la unidad, la alarma del detector seguirá funcionando. Por ello, es perfectamente normal que la luz de la alarma esté encendida durante el tratamiento, pero no así cuando este ha finalizado. En la figura 6-12 se muestra un posible diseño de una sala de tratamiento con una unidad de cobalto-60, don- de se aprecia el blindaje de las paredes y la ubicación de la consola de control. Las salas de control deben dis- poner de un interruptor en la puerta que, en caso de ser abierta, hace retornar la fuente a su posición de reposo si se está irradiando en el interior de la sala. VENTAJAS E INCONVENIENTES Las unidades de cobalto-60 presentan las siguientes ventajas: ● Debido a la sencillez de su diseño, se caracterizan por tener un índice relativamente bajo de averías. ● Su coste y mantenimiento son muy inferiores al de los aceleradores de partículas. ● Pueden instalarse en salas de reducido tamaño. ● En comparación con los aceleradores lineales de elec- trones, los espesores de los blindajes son menores. ● En comparación con las unidades de terapia superfi- cial, permiten tratar zonas más profundas. Sin embargo, también presentan inconvenientes: ● Posibilidad de accidentes, ya que la fuente puede no volver a su posición de reposo. FIGURA 6-8 Bloques de plomo utilizados en una unidad de cobalto-60. FIGURA 6-9 Unidad de cobalto-60: sala de control. FIGURA 6-10 Unidad de cobalto-60: consola de control. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 70 ● En comparación con los aceleradores lineales de electrones, el tamaño de la fuente produce un mayor tamaño de la penumbra del campo de radiación. ● Sólo disponen de una energía de haz. ● La fuente tiene decaimiento radiactivo, lo que alarga los tratamientos al final de su vida útil y hace que tenga que ser sustituida periódicamente. ● Desde la perspectiva de la protección radiológica, siempre hay riesgo de radiación al tratarse de fuentes radiactivas, lo que obliga a procedimientos específicos de trabajo que tengan en cuenta este aspecto. ● Requiere procedimientos de desmantelamiento ade- cuados que tengan en cuenta la eliminación de la fuente radiactiva. 2.5. Aceleradores lineales de electrones Los aceleradores lineales de electrones (ALE; o LINAC [linear accelerator]) basan su funcionamiento en el mismo principio que el tubo de rayos X antes estudia- do, es decir, electrones acelerados que colisionan con un metal, donde se producen rayos X (RX) por brems- strahlung. Los ALE también pueden funcionar proporcionando haces de electrones para su uso clínico, lo cual se consi- gue con sólo retirar el blanco metálico con el que chocan para conseguir RX. La ingeniería de los ALE es muy compleja y puede variar mucho de unos fabricantes a otros. A continuación se dan unas pequeñas nociones de la estructura y la fun- cionalidad de los ALE. La aceleración de los electrones se consigue por medio de un campo electromagnético con frecuencia de microondas. Este campo electromagnético es inyectado en la guía de ondas aceleradora e interacciona con los electrones inyectados por el cañón de electrones, FIGURA 6-12 Plano esquemático de una sala de tratamiento dotada con una unidad de cobalto-60. FIGURA 6-11 Unidad de cobalto-60: detector ambiental de radiación y elementos de vigilancia del paciente. A) Interior de la sala de tratamiento. B) Detalle de la sala de control. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 71 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. los cuales son aceleradores hasta velocidades próximas a las de la luz a lo largo de la guía de ondas. La guía de ondas aceleradora es la parte fundamental de un ALE y consiste de un tubo que contiene una serie de discos que dividen la estructura en cavidades a lo largo de su longitud. Es en estas cavidades donde se estable- cen los intensos campos magnéticos que proporcionan la energía a los electrones, haciendo que adquieran de manera progresiva y creciente velocidades próximas a la de la luz (fig. 6-13A). La generación de las microondas se consigue por mediode una fuente de potencia de microondas, que de forma pulsada proporciona la potencia necesaria para apor- tar la energía requerida por los electrones. Esta fuente de potencia puede conseguirse bien mediante magne- trones o klistrones. Los magnetrones son osciladores que extraen la energía de microondas de los electrones inyectados en una estructura resonante sometida a un fuerte campo magnético, en la cual se producen una serie de fenómenos físicos que originan una transferencia de energía de los electrones a la estructura resonante, energía que se extrae para acelerar los electrones en la guía de ondas del ALE. Los magnetrones generalmente se utilizan cuando las energías que se quiere obtener en el ALE son inferiores a 6 MV, aunque hay diseños modernos que pueden llegar a proporcionar energías muy superiores de una forma eficiente. El klistrón, a diferencia del magnetrón, no es un oscila- dor sino un amplificador de potencia. Esto requiere entonces una señal de radiofrecuencia para ser ampli- ficada, lo cual a su vez precisa de un oscilador de radio- frecuencia de baja potencia. La función del klistrón es la de amplificar esta señal a los niveles requeridos por los electrones a acelerar en el ALE. Los klistrones se suelen utilizar en aceleradores que pre- cisan energías de RX superiores a 6 MV. Una vez acelerados los electrones en la guía aceleradora, entran en el cabezal y se deflectan 270° por medio de una serie de bobinas magnéticas (bending magnet) (fig. 6-13). Esta deflexión es necesaria porque las guías de ondas suelen tener una longitud tal que no pueden colocarse verticalmente para dirigir el haz hacia la mesa de tratamiento. Además de esta funcionalidad de cam- biar la dirección del haz, tiene la de filtrar y controlar la energía de los electrones constituyentes del haz, para conseguir que este sea lo más monoenergético posible. Esta deflexión, en ciertos modelos de ALE normalmente de baja energía (no precisan largas secciones aceleradoras), no se utiliza. En estos diseños, la guía de ondas acele- radora en el cabezal del ALE en vertical, y así se puede direccionar el haz hacia la mesa de tratamiento. El control energético se logra por medio de ranuras detectoras de la energía de los electrones. En general, los ALE pueden proporcionar diferentes energías de RX y de electrones. La energía se sigue describiendo en MV, según la energía máxima que puede llegar a tener el fotón más energético del espectro de RX obtenido en el proceso de generación del haz en el ALE. Energías habituales son, por ejemplo, 6, 10, 15 o 18 MV. Sin embargo, al igual que en los tubos de RX, también hay que utilizar un índice de calidad para dar una información más precisa del espectro energéti- co de los haces, pues dos aceleradores con una energía nominal de 6 MV pueden tener distintos espectros aun siendo del mismo modelo. La descripción de la energía de los haces de electrones, cuando el ALE funciona para proporcionar haces de electrones, también pueden hacerse de acuerdo con la energía que tienen a la salida de la guía aceleradora. Las energías habituales de los haces de electrones de ALE clínicos son 4, 6, 10 o 18 MeV. No obstante, también con este tipo de haces se utiliza un índice de calidad descriptor de la energía. Las denominaciones (MV o MeV) son entendidas como energías del fabricante o nominales. FIGURA 6-13 Esquema del brazo del acelerador lineal de electrones. A) Detalle de la sección aceleradora. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 72 Los índices de calidad mencionados para haces de RX y electrones son: ● TPR 20,10 en RX. Para determinar este parámetro se mide la dosis con una cámara de ionización fijada a nivel del isocentro del ALE, colocada en el interior de un maniquí de medida, a dos profundidades diferentes (20 y 10 cm), manteniendo la distancia entre la cámara de ionización y el foco a 100 cm. La relación entre las medidas obtenidas a estas dos profundidades es el valor TPR 20,10 . Cabe señalar, que este índice obtenido como cociente de dos valores de dosis es adimensional. ● R 50 en electrones. Éste índice representa la profundi- dad a la cual el valor de la dosis es la mitad que en la profundidad del máximo de la curva de rendimiento en profundidad de un determinado haz que se toma como referencia. Al tratarse de una profundidad, el índice tiene dimensiones de longitud. ELEMENTOS DE UN ACELERADOR LINEAL DE ELECTRONES En la figura 6-14 se distinguen las partes que componen el ALE: ● Brazo o gantry: es una estructura que contiene, entre otros sistemas, la guía aceleradora, y puede girar alre- dedor del paciente. En su extremo soporta el cabezal, que es la parte donde se produce la deflexión y control dosimétrico y geométrico del haz de radiación. Del cabezal emerge el haz de radiación. ● Cabezal: comprende un conjunto de sistemas, como son el blanco de producción de RX y la deflexión del haz, los cuales están blindados al objeto de limitar la radiación de fuga. Los sistemas de control dosimétrico y geométrico del haz de radiación también se encuen- tran en el cabezal, y se estudiarán con más detalle en el apartado «Funcionamiento del acelerador lineal de electrones en modo fotones». En algunos dise- ños incorpora también un detector anticolisión, que imposibilita realizar movimientos en caso de colisión con el paciente o con la mesa de tratamiento. En su interior se encuentran los siguientes dispositivos: ● Colimadores: los aceleradores modernos disponen de tres tipos de colimadores, cuya función es restrin- gir el tamaño del haz al adecuado para el tratamiento. – Existe uno primario de forma cónica, situado a la salida del haz, que restringe el tamaño de campo al máximo que puede proporcionar el ALE, en caso de que los otros colimadores estén abiertos al máximo. No es visible desde el exterior. – Por debajo de este colimador primario se encuentran las mordazas o colimadores secunda- rios, cuya función es limitar y absorber la parte del haz máximo que no va a ser utilizada en la conformación última del haz. Está formado por dos pares de mandíbulas, situadas una debajo de la otra (fig. 6-15). En algunos diseños de ALE, estas mandíbulas se encuentran después del colimador multiláminas. A diferencia del colimador primario, que produce un tamaño de campo fijo, los colimadores secundarios per- miten variar el tamaño de campo de radiación. – Por último, a la salida del haz se encuentra el colimador multiláminas (si no se trata de los ALE que los colocan por encima de las man- díbulas) (fig. 6-16). Este tipo de colimador multiláminas (MLC, multileaf collimator) está formado por pares de láminas enfrentadas que pueden moverse independientemente, configu- rando la forma del campo de radiación necesa- rio. Las láminas están fabricadas con tungsteno. – Estos dos últimos colimadores tienen un sis- tema de giro que les permite orientar adecua- damente la posición del campo de tratamien- to frente a la región del paciente a tratar. Así mismo, ambos tipos de colimadores suelen tener un diseño que permite delimitar el haz respetando su divergencia natural para mini- mizar la penumbra. FIGURA 6-14 Acelerador lineal de electrones. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 73 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ● Bandeja portamoldes y moldes: dado que los haces de radiación necesarios son normalmente irregulares, es preciso modificar la forma de los haces para acomo- darlos a la de la región del paciente a irradiar. En caso de no disponer de MLC, en los aceleradores antiguos se puede recurrir a la utilización de bloques están- dar de material de alta densidad (Pb, W). También pueden fabricarse en un taller de moldes (fig. 6-17), utilizando una aleación de alta densidad y bajo punto de fusión (Cerrobend2), pudiendo fabricarse bloques a partir de piezas prefabricadas (fig. 6-18A), o bien personalizados paracada paciente (fig. 6-18B). Estos bloques, colocados en unas bandejas fijadas mediante unos carriles a la cabeza del ALE, permiten lograr la forma o conformación adecuada a cada caso. ● Telémetro: su función es proyectar, mediante un haz de luz, una escala métrica en la piel del paciente que sirve para establecer y comprobar la distancia entre el foco de radiación y la piel. ● Mesa de tratamiento o camilla: es la parte de la unidad destinada a situar al paciente. Consiste en una superfi- cie plana (tablero) y permite realizar desplazamientos en las tres direcciones espaciales, así como hacer rota- ciones describiendo una circunferencia centrada en el isocentro alrededor del eje suelo-techo. El tablero está diseñado en su mayor parte con elementos radiotrans- parentes, es decir, que pueden ser atravesados por la radiación sin sufrir atenuaciones significativas de la radiación, en incidencias oblicuas o posteriores. Sin embargo, no todos los tableros están construidos por completo con materiales radiotransparentes, por lo que hay que asegurarse de que estos elementos no se encuentren en el haz de tratamiento. ● Láseres: estos dispositivos, generalmente en número de 3 o 4, son situados en las paredes o techo de la sala de tratamiento, de manera que su luz pase por el isocentro del ALE, materializando el cruce de todos ellos la posición del mismo. FIGURA 6-15 Colimadores. Se encuentran en el interior del colimador; la fotografía se tomó desmontando previamente la carcasa. FIGURA 6-16 Colimador multilámina. FIGURA 6-17 Taller de moldes. 2El Cerrobend, también conocido como metal de Wood, es una alea- ción de bajo punto de fusión (70 ºC). Está compuesto por bismuto, plomo, estaño y cadmio. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 74 ● Cuñas: Son dispositivos que se utilizan para modificar las características dosimétricas del haz de radiación, de modo que pueda compensar diferencias de espe- sores en el paciente y lograr una adecuación de las distribuciones de dosis a la región a irradiar. Existen tres tipos básicos: ● Cuñas físicas: son cuñas de material de alta densi- dad que se sitúan en el cabezal del ALE, de modo similar a como se coloca la bandeja portamoldes (fig. 6-19). Se suele disponerse de un juego con diferentes ángulos de cuña. ● Cuñas motorizadas: la cuña se encuentra en el interior de la cabeza del acelerador y se interpo- ne en el haz de radiación de manera automática durante todo el tratamiento o parte del mismo. Solo existe una cuña de una determinada angula- ción o forma. ● Cuñas dinámicas o virtuales: el efecto de cuña se consigue mediante el desplazamiento de los colimadores o mordazas durante la irradiación. ● Aplicadores de electrones (fig. 6-20): es la forma como se denominan los colimadores de electrones. Es una colimación adicional a la utilizada para los rayos X, que de no ser empleada ocasionaría que la penumbra de los haces de los electrones (provocada por la gran dispersión que experimentan los electrones en el aire) fuese excesivamente grande y, por tanto, inadecuada para los tratamientos. Otra función es adaptar la for- ma del campo de radiación a la de la zona a irradiar. Constan de una serie de barras metálicas recortadoras del haz que se sitúan próximas a la piel del paciente. Puesto que habitualmente la forma de las regiones a irradiar es irregular, suelen emplearse piezas o moldes de material absorbente, sujetos a los aplicadores, que recortan el haz cuadrado o rectangular conseguido con los aplicadores, dando la forma deseada al campo de tratamiento. ● Accesorios de radiocirugía: los tratamientos de radio- cirugía pueden realizarse utilizando como colimador terciario, en vez de un MLC, un colimador cónico adicional (fig. 6-21), que determina unos campos circulares de reducido tamaño (entre 2 y 40 o 50 mm FIGURA 6-19 Cuña física de 30°. FIGURA 6-18 Moldes de plomo. A) Sin divergencia. B) Con divergencia. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 75 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de diámetro). El uso de estos colimadores de pequeño tamaño se restringe a la radiocirugía, en la que se emplean técnicas de alta precisión posicional y geo- métrica, y altas dosis únicas, para minimizar las dosis periféricas a la lesión a irradiar. FUNCIONAMIENTO DEL ACELERADOR LINEAL DE ELECTRONES EN MODO FOTONES El funcionamiento del ALE en modo emisión de fotones se basa en el mismo principio que el tubo de rayos X, es decir, en la producción de radiación de frenado al coli- sionar un haz de electrones contra un material blanco. En la figura 6-22 puede verse un esquema general. A diferencia del tubo de rayos X, en el ALE el material blanco funciona por transmisión, es decir, los electrones inciden por un lado y los fotones de rayos X se emiten por el lado contrario al material blanco. Una vez atravesado el blanco, los fotones que no tienen la dirección deseada son eliminados por medio del colimador primario. En este punto, como puede verse en la figura 6-22, el perfil dosimétrico del haz de radiación tiene un aspecto de campana de Gauss, dado que hay más dosis en el centro que en los bordes del haz. Por la falta de homogeneidad de los haces, que provoca que la dosis en el centro no sea la misma que en el borde del haz, se introduce un filtro aplanador constituido por un disco de perfil cónico de un material de alta densidad y/o número atómico, que permite obtener un haz con un perfil dosimétrico plano. En algunos ALE diseñados para tratamientos con campos de tratamiento muy pequeños es posible eliminar este elemento, ya que el efecto de inhomogeneidad es más pequeño. Además los ALE de última generación están FIGURA 6-20 Aplicador de electrones situado en posición de tratamiento. En el extremo del aplicador más próximo al paciente se sitúa el molde. FIGURA 6-21 Colimador cónico de radiocirugía, de 15 mm de diámetro. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 76 diseñados para trabajar con haces no planos, consiguién- dose de esta manera obtener tasas de dosis más elevadas al eliminarse la absorción debida al filtro aplanador. El control de las características del haz, tales como su planitud, simetría, tasa de dosis, etc., se realiza mediante cámaras de ionización monitoras que están interpuestas en la trayectoria del haz, dentro del cabezal. En caso de pérdida de estas características, las cámaras monito- ras envían una señal correctora o de aviso para lograr la interrupción del haz. Estas cámaras monitoras son redundantes y tienen múltiples funciones, como medir la tasa de dosis o controlar la simetría del haz. La necesidad de disponer de cámaras monitoras se debe a la potencial inestabilidad que tiene cualquier dispositivo electrónico, que puede dar lugar a que los fotones no sean emitidos de un modo tan regular como por ejemplo en una unidad de cobalto-60, que emite la radiación de una manera estable regulada por la propia naturaleza de la desintegración radiactiva. En los ALE se utiliza la unidad de monitor (UM), que está relacionada con la carga eléctrica recogida en la cámara monitora necesaria para depositar una dosis determinada en un punto y cier- tas condiciones de medida en agua determinadas, a las que llamamos condiciones de referencia. Habitualmente estas condiciones son una distancia fuente-superficie de 100 cm, una profundidad de 10 cm y un tamaño de campo de tratamiento de 10 cm × 10 cm. Si por ejemplo, en estas condiciones de referencia, se miden 70 cGy para una energía de 6 MV en un disparo de 100 UM, entonces: 1UM 0,70cGy≈ [9] FIGURA 6-22 Interior del cabezal en modo fotones. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. FUNCIONAMIENTO DEL ACELERADOR LINEAL DE ELECTRONES EN MODO ELECTRONES Los fotones de megavoltaje tienen un poder de pene- tración mayor que los fotonesemitidos por el 60Co. Sin embargo, en ocasiones, es necesario tratar lesiones superficiales que comienzan en la piel y tienen una profundidad limitada de unos pocos centímetros. En estos casos se utiliza el tratamiento con electrones, dado que tienen menos poder de penetración y se evita deposi- tar altas dosis de radiación en tejidos que se encuentran más allá de la lesión a tratar. En la figura 6-23 se muestra un esquema del modo de funcionamiento en electrones. En este modo, se elimina el elemento blanco y los electrones del cañón impactan directamente contra una lámina dispersora. El efecto de esta lámina es dispersar los electrones para obtener un campo de radiación extendido y uniforme en la super- ficie del paciente. Después de atravesar las láminas dispersoras, el haz de electrones es controlado en intensidad y geometría mediante las cámaras monitoras del acelerador, que se encuentran en la trayectoria emergente de los electrones. Los colimadores actúan de la misma forma que en el modo fotones, restringiendo el haz de radiación a la región del paciente a tratar. En este modo de trabajo con electrones, el MLC no cumple ninguna función, permaneciendo sus láminas completamente retraídas. Dado que los elec- trones sufren múltiples cambios de dirección en el aire, su penumbra a nivel del paciente es excesiva para un uso terapéutico. Esto hace que sea necesaria una colimación adicional para reducirla adecuadamente. Para ello, se utiliza el aplicador de electrones antes descrito, cuya función es colimar el haz a la distancia más próxima posible a la piel del paciente. En el aplicador, además, pueden insertarse moldes con formas personalizadas realizadas con una aleación de bajo punto de fusión FIGURA 6-23 Interior del cabezal en modo electrones. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 78 (Cerrobend), de manera que se bloqueen las zonas que no deben ser tratadas (v. fig. 6-20). LA SALA DE TRATAMIENTO En la figura 6-24 pueden verse dos posibles diseños de una sala de tratamiento: una con laberinto de largo reco- rrido y otra que utiliza puerta blindada, que ha de ser motorizada por su gran peso. En ambos casos debe existir un interruptor asociado a la puerta, de manera que impida la radiación cuando esta se encuentre abierta. El llamado botón de último hombre tiene por objeto habi- litar la emisión de radiación una vez abandonada la sala por los operadores, quienes deben asegurarse de que en ella sólo queda el paciente antes de pulsar dicho botón y salir de la sala. Existen elementos adicionales de seguridad, como son el interfono y el circuito cerrado de televisión. Ade- más, la consola de control está dotada de una llave que imposibilita su manipulación por personal no autorizado. DISEÑOS PARTICULARES DE ACELERADOR LINEAL DE ELECTRONES Lo expuesto anteriormente corresponde al tipo de ALE más utilizado, el acelerador en C, denominado así por la forma de su brazo. Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevos diseños de aceleradores, en los que se cambia el diseño en C y se opta por simetrías cilín- dricas o bien por brazos robóticos. Equipos de tomoterapia helicoidal La tomoterapia tuvo su origen añadiendo un MLC a un ALE con diseño en C, de modo que podían moverse las láminas a la vez que giraba el brazo. Posteriormente se diseñaron máquinas específicas en las que el ALE está situado en una estructura anular (fig. 6-25) y se puede desplazar la mesa a la vez que gira el brazo y se mueven las láminas. Es un diseño muy similar al de la tomografía computarizada helicoidal, sólo que el tubo de rayos X se sustituye por una guía de ondas aceleradora que FIGURA 6-25 Equipo de tomoterapia helicoidal. (Fotografía por cortesía de Accuray.) FIGURA 6-24 Sala de tratamiento de un acelerador lineal de electrones. A) Sin puerta motorizada. B) Con puerta motorizada. CAPÍTULO 6 Equipos de tratamiento en teleterapia 79 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. proporciona una energía de 6 MV y se prescinde de fil- tro aplanador. La distancia entre la fuente y el isocentro es de 85 cm. Esta unidad no dispone de telémetro, luz de campo ni láseres marcando el isocentro; estos últimos son sus- tituidos por un sistema de láseres móviles que marcan el punto donde debe situarse el paciente. Otra diferencia es que es el tiempo el que determina la duración del disparo, y no la medida del número de unidades de monitor. Otros equipos de tratamiento Existen otros equipos cuyo diseño se basa en una guía aceleradora instalada en un brazo robótico (fig. 6-26). Su denominación comercial es «Ciberknife». Su dise- ño se inspira en los brazos robóticos de las fábricas de automóviles. Tiene una sola energía de fotones y está destinada a tratamientos de radiocirugía e hipo- fraccionados. También hay equipos portátiles capaces de irradiar solo con haces de electrones, diseñados para procedimientos de radioterapia intraoperatoria. Como no se utilizan RX no son necesarios los blindajes que son precisados para un acelerador convencional de RX y pueden llegar a poder utilizarse en un quirófano. 2.6. Aceleradores circulares de partículas Son aceleradores de diseño circular empleados para ace- lerar protones o partículas más pesadas, tales como iones de carbono o helio. Este tipo de radiación se caracteriza por tener un alcance determinado por su energía y una dosis a la entrada del paciente muy reducida. Los iones de carbono y helio, por otra parte, se distinguen por presentar una alta transferencia lineal de energía, por lo que el efecto biológico conseguido es superior al de la terapia con fotones o electrones. La finalidad consiguiente del uso de estos haces de radiación es respetar, en mucha mayor medida de lo que se obtiene con fotones o electrones, las regiones sanas vecinas al tumor, con una eficiencia biológica superior. Las máquinas utilizadas para conseguir acelerar este tipo de partículas son los ciclotrones o sincrotrones. CICLOTRÓN El ciclotrón consiste en una cavidad cilíndrica dividida en dos mitades en forma de D (fig. 6-27), atravesadas por un campo magnético constante uniforme paralelo a su eje. El efecto que tiene el campo magnético sobre las partículas cargadas es desviarlas de modo que dichas partículas giran en órbitas circulares de radio directamen- te proporcional a su velocidad, siguiendo la relación: r m v q B = [10] donde r es el radio de la órbita descrita, m la masa de la partícula acelerada, v su velocidad, q su carga y B la magnitud del campo magnético al que están sometidas las dos D. Por otra parte, entre las dos D se establece un campo eléctrico de alto voltaje también constante, que acelera las partículas al pasar de una D a la otra. Como consecuencia del aumento de su energía cinética, las partículas describen órbitas de radios cada vez mayores, ya que en la ecuación 10 se muestra que r y v son directa- mente proporcionales. Situando una rendija a la distancia adecuada del centro, es posible extraer las partículas con la energía deseada. Si las partículas aceleradas son protones, pueden hacerse impactar con un material de bajo número atómico, generándose así un haz de neutrones. De esta manera pueden utilizarse también neutrones con fines tera- péuticos. En física nuclear, las partículas subatómicas, tanto los neutrones como los protones o los iones más FIGURA 6-27 Ciclotrón. FIGURA 6-26 Equipo con brazo robótico. (Fotografía por cortesía de Accuray.) PARTE 2 Equipamiento radioterápico 80 pesados como los de carbono o helio, se definen como hadrones, por lo que en numerosas ocasiones se deno- mina «terapia hadrónica» al uso terapéutico de este tipo de partículas. El ciclotrón tiene más aplicaciones en medicina aparte del campo de la radioterapia. Así, existen ciclotrones construidos de manera específica para la fabricación de radioisótopos para medicina nuclear. El más frecuente- mente producido es el 18F,que se utiliza para marcar la glucosa y otras moléculas que se emplean en las tomo- grafías de emisión de positrones (PET) para el estudio diagnóstico funcional y metabólico. SINCROTRÓN A diferencia del ciclotrón, los campos magnéticos y eléc- tricos son variables. En el ciclotrón las partículas son aceleradas de modo que varía su velocidad lineal, pero no su velocidad angular. Ambas se relacionan por: ω = v r [11] donde ω es la velocidad angular, v es la velocidad lineal y r es el radio de la trayectoria. La velocidad angular se define como el ángulo recorrido por la unidad de tiempo, y por tanto tiene unidades de rad/s, por lo que también recibe el nombre de frecuencia angular. Por otro lado, la frecuencia angular es directamente proporcional a la frecuencia, es decir, al número de revoluciones por unidad de tiempo. El sincrotón se caracteriza porque el campo eléctrico alterno que se introduce entre las dos D tiene la misma frecuencia que la frecuencia de giro de las partículas. 3. RESUMEN ● La teleterapia consiste en el tratamiento radioterápi- co por medio de una fuente de radiación ionizante externa al paciente. ● Los equipos de terapia superficial se basan en el uso de tubos de RX. Los electrones son acelerados por medio de una tensión de kilovoltaje. La energía de los tubos se caracteriza por su capa hemirreductora. ● Entre los equipos de teleterapia que utilizan fuentes radiactivas destaca la unidad de cobalto-60. La fuente de cobalto-60 emite fotones con una energía prome- dio de 1,25 MeV, y su período de semidesintegración es de 5,27 años. ● Los aceleradores lineales de electrones (ALE) pueden proporcionar distintas energías de fotones y elec- trones. ● En el modo de fotones, los ALE obtienen los rayos X mediante radiación de frenado al impactar un haz de electrones contra un material blanco. Los electrones son acelerados por medio de campos electromagné- ticos en una guía de ondas. ● En el modo de electrones, se retira el material blan- co y los electrones impactan directamente contra una lámina dispersora, lo que proporciona al haz de electrones homogeneidad radial. Los electrones son utilizados en el tratamiento de lesiones super- ficiales. ● Existen diseños alternativos al habitual acelerador en C, como los equipos de tomoterapia helicoidal, los fabricados con brazos robóticos y los equipos portátiles de electrones. ● Los aceleradores circulares de partículas se emplean para la obtención de radiación de hadrones (neutro- nes, protones e iones pesados). Destacan dos diseños: ciclotrón y sincrotrón. Bibliografía Johns HEJ, Cunningham JR. The physics of radiology. 4th ed. Spring- field; Illinois: Charles C. Thomas; 1984. Karzmark CJ, Nunan CS, Tanabe I. Medical electron accelerators. New York: McGraw-Hill; 1993. Khan FM. The physics of radiation therapy. 4th ed. Baltimore: Lippin- cott Williams & Wilkins; 2010. Thwaites DI, Tuohy JB. Back to the future: the history and develop- ment of the clinical linear accelerator. Phys Med Biol. 2006;51: R343-62. 81 CAPÍTULO © 2016. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia Ruth Rodríguez Romero, Pablo Castro Tejero y Jaime Martínez Ortega 7 ÍNDICE 1. Introducción 81 2. Generalidades 81 3. Evolución histórica 84 4. Sistemas de imagen radiológica bidimensional 85 4.1. Imágenes portales 87 4.2. Imágenes de rayos X de kV 97 5. Sistemas de imagen radiológica tomográfica o volumétrica 101 5.1. Tomografía computarizada convencional en sala 102 5.2. Tomografía computarizada de haz cónico 102 5.3. Tomografía computarizada de haz de MV en abanico 103 6. Sistemas basados en radiaciones no ionizantes 104 6.1. Imagen por resonancia magnética 104 6.2. Imagen por ecografía 106 6.3. Localización por infrarrojo 107 6.4. Localización por radiofrecuencia 109 6.5. Imagen por cámara de vídeo 109 7. Resumen 110 Bibliografía 110 1. INTRODUCCIÓN La adquisición de imágenes que proporcionen informa- ción anatómica del paciente en la unidad de tratamiento, permite verificar y corregir, si fuese necesario, el posicio- namiento de este para poder llevar a cabo el tratamien- to de radioterapia de acuerdo con lo planificado. Para ello, se comparan las imágenes adquiridas en la sala de tratamiento con imágenes de referencia del paciente, como las obtenidas en la simulación. En este capítulo se abordan las características principales y el funciona- miento básico de las modalidades de guiado por imagen habituales en radioterapia, así como nociones básicas sobre las herramientas informáticas de registro y fusión de imágenes. 2. GENERALIDADES Los tratamientos de radioterapia se diseñan para admi- nistrar la dosis de radiación prescrita al volumen tumoral, preservando en la medida de lo posible los órganos de riesgo circundantes. Por ello, el correcto posicionamiento del paciente en la unidad de tratamiento es crucial para llevar a cabo la irradiación de acuerdo con lo planifi- cado. Habitualmente se coloca al paciente utilizando marcadores o referencias externas, como tatuajes en la piel, que se alinean con respecto a los indicadores lumi- nosos del equipo (láseres, cruceta, telémetro) para situar el volumen a tratar dentro del haz de radiación. En la figura 7-1 se muestra una máscara correspondiente a un tratamiento localizado en cabeza y cuello. Los láseres rojos permiten situar la máscara respecto al isocentro de la unidad de tratamiento. La proyección de la cruceta sobre el telémetro permite determinar la distancia del foco de radiación respecto a la superficie del paciente, en este caso la máscara. Las marcas (cruces rojas) y la forma de los campos (contorno negro) ayudan a posicionar al paciente inmovilizado por la máscara. Sin embargo, los marcadores externos no siempre son representativos de la posición de los órganos internos: la piel del paciente puede estirarse o deformarse con facilidad, las máscaras tienen pequeñas holguras que permiten al paciente ligeras variaciones en la posición, y PARTE 2 Equipamiento radioterápico 82 los órganos internos tienen cierta movilidad, por lo que no siempre están en la misma ubicación. Para comprobar con mayor precisión el posicionamiento del paciente, en la propia sala de tratamiento se obtienen imágenes de su anatomía que se comparan con las adquiridas en el proceso de simulación, y se corrige el posicionamiento o el acondicionamiento del paciente (p. ej., nivel de llenado de la vejiga o del recto) si fuese necesario. A esta modalidad de radioterapia se la denomina radioterapia guiada por la imagen (IGRT, image guided radiotherapy). Un sistema de guiado por la imagen debe ser capaz de generar, en cada sesión de tratamiento, imágenes con calidad suficiente para distinguir entre tejidos blandos. También ha de ser simple y rápido, reduciendo la pro- babilidad de movimientos del paciente y favoreciendo el rendimiento de la unidad de tratamiento al acortar los tiempos de espera. Cuando la adquisición de la imagen se realiza previamente a la sesión de tratamiento, permite corregir la posición del paciente antes de su irradiación y compensar el movimiento entre sesiones de tratamiento o movimiento interfracción. Si se adquieren imágenes durante la sesión de tratamiento puede controlarse el movimiento intrafracción, y adquiriendo de modo continuo es posible monitorizar el movimiento de la lesión, sincronizándolo con la irradiación a lo largo de toda la trayectoria (tracking) o en una posición determinada (gating) de la lesión. La localización del volumen tumoral mediante imagen no elimina en su totalidad los errores de posicionamiento, ya que, además de movimientos internos involuntarios del paciente, existen limitaciones mecánicas del equipo, imprecisiones del observador que analiza la imagen, etc., que impiden la completa corrección. Para tener en cuenta estos efectos, se definen márgenes que aumentanla zona a irradiar garantizando que el volumen tumoral reciba la dosis de radiación prescrita. Aplicando márgenes grandes se asegura la administración de dosis al tumor a costa de incluir mayor cantidad del tejido sano próximo. El guiado por imagen permite reducir, pero no suprimir, estos márgenes sin afectar al tratamiento del tumor. Existen distintas modalidades de equipos que ayudan a posicionar al paciente mediante imagen en la unidad de tratamiento. La mayoría implican el uso de radiaciones ionizantes para la obtención de imágenes aprovechando el propio haz de fotones de tratamiento (denomina- das imágenes portales), o bien incorporan equipos de rayos X, ya sea integrados en la unidad (LMID, LINAC mounted imaging devices, conocidos también como OBI, on board imager) o independientes de esta. Aunque tam- bién se ha investigado la formación de imágenes a partir de la radiación de frenado presente en los haces de elec- trones, su uso no se ha extendido a la práctica clínica habitual. Los efectos biológicos debidos a la exposición a radiaciones ionizantes dependerán de la dosis absorbida, y se describen en profundidad en el correspondiente capítulo 11 (Radiobiología). Otras modalidades de IGRT obtienen imágenes median- te ultrasonidos o cámaras de vídeo. Asimismo, se dis- pone de técnicas de localización y posicionamiento del paciente por radiofrecuencia o infrarrojo (radiación elec- tromagnética no ionizante, fig. 7-2), que no precisan imagen y suelen utilizarse de forma complementaria al guiado por la imagen. Independientemente de la técnica de adquisición de imagen empleada, se necesitan imágenes de referencia obtenidas en la simulación (convencional o mediante tomografía computarizada [TC]) para evaluar las posi- bles desviaciones entre ambos juegos de imágenes, esto es, entre la posición sobre la que se ha diseñado el tratamiento y la posición detectada en la unidad de tratamiento. En el caso de simulación convencional, se comparan imágenes bidimensionales (2D), mientras que para la simulación TC puede ocurrir que el posiciona- mi ento en tratamiento sea mediante proyecciones 2D, y entonces se requiere generar reconstrucciones radiográ- ficas digitales (DRR, digital radiographic reconstructions) de dichas proyecciones a partir del estudio tridimensional (3D) TC de simulación. La figura 7-3 muestra la DRR de una incidencia lateral. También el sistema de adquisición de imagen en la unidad de tratamiento puede proporcio- nar imágenes tomográficas y compararlas directamente con el estudio volumétrico de simulación. Para determinar los desplazamientos existentes entre imágenes se utilizan herramientas informáticas similares a las empleadas para comparar distintas modalidades de imagen, como TC, resonancia magnética (RM) o tomo- grafía por emisión de positrones (PET). Estos programas, además de automatizar el registro (ajuste de posición entre imágenes para hacerlas coincidir) y la fusión (visua- lización superpuesta) de imágenes, cuantifican el des- plazamiento detectado. La mayoría de los algoritmos de registro asumen el paciente como una estructura rígida, no deformable, y consideran sólo traslaciones y rotacio- nes en los tres ejes del espacio (seis grados de libertad). En los casos de guiado por imagen 2D, normalmente las aplicaciones informáticas proporcionarán sólo datos de traslaciones, y se aportarán datos de rotaciones gene- ralmente para estudios de imagen 3D. En la figura 7-4 FIGURA 7-1 Alineamiento de máscara mediante indicadores luminosos. CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 83 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. se muestra el convenio de traslaciones y rotaciones utilizado en radioterapia. Se establece considerando al paciente en posición supina (boca arriba) con la cabeza hacia el cabezal del equipo de teleterapia. El desplaza- miento lateral de derecha a izquierda (RL) se correspon- de con el eje X, el desplazamiento longitudinal de pies a cabeza (FH) con el eje Y, y el desplazamiento vertical en sentido posteroanterior (PA) con el eje Z. Se denomina pitch a la rotación respecto al eje lateral X (RL), roll cuando la rotación se produce respecto al eje longitudinal Y (FH), y yaw para el giro respecto al eje vertical Z (PA). Analizando los desplazamientos registrados en el posi- cionamiento del paciente a lo largo de las sesiones de tratamiento, pueden observarse tendencias debidas, por ejemplo, a holguras en la máscara o a pérdida de peso del paciente, y entonces es posible corregir el problema o modificar el tratamiento para adminis- trar la dosis de la manera prevista. Estudiar muestras de pacientes por patología o localización permite establecer los márgenes de seguridad adaptados a los protocolos de inmovilización e IGRT utilizados en cada centro. FIGURA 7-2 Espectro electromagnético. La radiación electromagnética se propaga, sin necesidad de medio material, a través de ondas cuya energía es proporcional a la frecuencia e inversamente proporcional a su longitud de onda. Sólo la radiación electromagnética de alta frecuencia es capaz de ionizar la materia. FIGURA 7-3 Reconstrucción radiográfica digital (DRR) de una incidencia lateral, en la que se superponen las estructuras presentes en todas las vistas o cortes sagitales de las imágenes de tomografía computarizada. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 84 3. EVOLUCIÓN HISTÓRICA Se tiene constancia del uso de la imagen en los anti- guos aceleradores de terapia de kilovoltaje (kV) y, pos- teriormente, en aceleradores de alta energía de fotones (megavoltaje, MV), así como en unidades de cobaltote- rapia, donde se obtenían imágenes con película radio- gráfica situada tras el paciente, a la salida del haz de tratamiento. La imagen se utilizaba tanto para verificar la técnica de inmovilización como para comprobar el correcto diseño de los moldes de tratamiento, más que la posición en sí del paciente, debido a la falta de resultados inmediatos y a la escasa calidad de la imagen radiográfica que se obtenía con haces de fotones de alta energía, por lo que el posicionamiento del paciente res- pecto a los haces de tratamiento se realizaba basándose en marcas dibujadas sobre la piel. Para mejorar la cali- dad de imagen, en algunos centros se desarrollaron sis- temas de tubos de rayos X, análogos a los empleados en radiodiagnóstico, acoplados a unidades de cobalto-60 o integrados en el brazo de los aceleradores. Sin embar- go, tales desarrollos fueron intentos aislados que no se extendieron a la práctica habitual, quizás debido a la necesidad de una herramienta que realizara una comparación cuantitativa y rápida con los datos de referencia del paciente. Más tarde, la disponibilidad de ordenadores y programas informáticos capaces de registrar y fusionar imágenes cuantificando las dife- rencias existentes permitió retomar la investigación sobre el uso de imágenes en la sala de tratamiento para posicionamiento del paciente. La figura 7-5 muestra la primera unidad de tratamiento con sistema para guiado por imagen. Hasta las últimas décadas del siglo XX no se implan- tó el uso de la imagen como procedimiento habitual para verificar el posicionamiento en los tratamientos de radioterapia. De hecho, los primeros estudios con guiado por la imagen sistematizados se realizaron para tratamientos de intensidad modulada (IMRT, intensity modulated radiotherapy) (esta técnica modifica o modula la intensidad del haz de radiación, lo que permite el diseño de tratamientos complejos en los cuales la dosis se ajusta especialmente al volumen tumoral para evitar la irradiación de órganos radiosensibles próximos, y que por lo tanto requieren gran precisión en la colocación del paciente para minimizar la dosis en los órganos de riesgo y garantizar que el tumor recibe la dosis de radiación indicada). En las unidades de terapia de protones se realizaronverificaciones pretratamiento utilizando tres equipos de rayos X instalados en la sala. FIGURA 7-5 Primer equipo de cobalto-60 isocéntrico con sistema de imagen guiada de rayos X de kV, instalado en Holanda en 1960. (Por cortesía del Departamento de Historia de la Radioterapia del Instituto de Cáncer Holandés.) FIGURA 7-4 Convenio de traslaciones y rotaciones utilizado en radioterapia para definir la posición del paciente. CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 85 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Para aceleradores de electrones se desarrollaron sistemas de imágenes portales, denominados así porque utilizan las «puertas» de entrada de los haces de tratamiento, proporcionando, además de la imagen anatómica, la forma del campo de irradiación en el paciente. Estos dis- positivos se diseñaron en especial para haces de terapia de rayos X (fotones de MV), basados inicialmente en la combinación de pantallas fluorescentes y cámaras de vídeo. Como alternativa a esta tecnología, se propuso una matriz de cámara de ionización líquida. En fechas más recientes se han introducido los sistemas de imagen de silicio amorfo. También se investigó la obtención de imágenes portales para campos de terapia de electrones, a partir de la radia- ción de frenado originada por dichos haces (fig. 7-6). La interacción de haces de electrones de energía de MeV produce una pequeña cantidad de fotones de frenado, lo que supone una escasa eficiencia de detección en este tipo de diseños. Este problema, unido a los rápidos avances tecnológicos en sistemas portales para haces de fotones, hizo que se descartara el uso clínico de imágenes con haces de electrones. Asimismo, las herramientas de comparación de imá- genes se han ido perfeccionando, automatizando el proceso y posibilitando la evaluación de imágenes tri- dimensionales. En un principio, estos desarrollos se centraban en corregir los desplazamientos entre sesiones de tratamiento, asumiendo que el tumor no se mueve durante la sesión. Los últimos avances en guiado por la imagen permiten controlar el movimiento intrafracción y hacen posible la sincronización de la irradiación con la posición de la lesión. Finalmente, la idea de utilizar los dispositivos de imágenes situados a la salida de haz del paciente durante el tratamiento para evaluar la dosis que recibe, inicia una nueva vía de aproximación a la radio- terapia adaptativa (ART, adaptive radiotherapy), y facilita la toma de decisiones para modificar el tratamiento a partir de la dosis recibida. El objetivo de la radioterapia adaptativa, como su nombre indica, es adaptar el trata- miento a las variaciones anatómicas experimentadas por el paciente respecto a la etapa de simulación; para ello, se altera el diseño del tratamiento a fin de impartir la dosis inicialmente prescrita, considerando los cambios en la geometría del paciente. 4. SISTEMAS DE IMAGEN RADIOLÓGICA BIDIMENSIONAL De manera similar a la radiología convencional, la obtención de imágenes bidimensionales de la anatomía del paciente ha permitido la comprobación geométrica de su posicionamiento en la unidad de tratamiento. Para ello se utiliza radiación ionizante (habitualmente rayos X) que atraviesa la región del paciente a estudiar, alcanzando después el detector, que denominaremos receptor de imagen. Parte de los fotones del haz inciden- te serán absorbidos y dispersados al interaccionar con los tejidos del paciente, y se alterarán la intensidad y la fluencia del haz a la salida del paciente. La energía y el número de fotones del haz de salida dependen tanto de sus valores iniciales como de la composición y la den- sidad de las estructuras atravesadas, lo que proporciona información de la anatomía del paciente. Este haz de fotones modificado interaccionará con el receptor, que detecta y transforma la radiación en imagen. Se trata de una imagen en negativo, en la cual las estruc- turas que tienen más probabilidad de interacción (mayor número atómico) atenúan y dispersan mayor cantidad de fotones, por lo que el detector recoge menor señal de radiación al atravesarlas, mientras que estructuras de número atómico más bajo atenuarán y dispersarán fotones en menor medida, por lo que el detector regis- trará mayor número de fotones procedentes de estas estructuras. La diferente absorción de fotones propor- ciona información útil sobre la anatomía del paciente, mientras que la radiación dispersa contribuye a la dosis recibida por el paciente y produce emborronamiento en la imagen si alcanza el receptor. Debido a esto, en radiodiagnóstico se utilizan energías del orden de 100 kV para favorecer la probabilidad de efecto fotoeléctrico, que supone la absorción completa de la energía del fotón incidente, frente a otros mecanismos de interacción. En cambio, los haces con energías del orden de MV pre- sentan mayor probabilidad de interacción Compton, lo que implica absorción parcial de la energía del fotón incidente y dispersión de fotones. Por lo tanto, la calidad de imagen será peor si empleamos haces de alta energía. Las imágenes obtenidas representan la proyección en dos dimensiones (2D) de la anatomía del paciente FIGURA 7-6 Obtención de imágenes mediante haces de electrones. La fotografía de la izquierda muestra el montaje utilizado para adquirir una imagen de un maniquí antropomórfico mediante un haz de electrones colimado. A la derecha se muestra la correspondiente imagen. (Imágenes por cortesía de Jean Poliot y Michèle Aubin, Departamento de Oncología Radioterápica de la Universidad de California, San Francisco.) PARTE 2 Equipamiento radioterápico 86 como consecuencia de la atenuación de la radiación al interaccionar con estructuras tridimensionales (3D). Esto ocasiona una pérdida de información, en cuanto a que las estructuras situadas en una misma línea de proyección se suman de manera indiscernible en un punto de la imagen. Por eso, en radiología se realiza más de una proyección, variando el ángulo de incidencia, para distinguir estructuras que puedan verse apantalladas por otras interpuestas en la trayectoria del haz de radia- ción. Para ayudar en la localización de la lesión a tratar pueden implantarse quirúrgicamente varios marcadores radioopacos (que absorben gran cantidad de radiación), fácilmente identificables en las imágenes. En radioterapia, para posicionar al paciente respecto al isocentro de radiación, se hace necesaria la adquisición de al menos dos proyecciones. Normalmente se adquie- ren dos imágenes ortogonales (fig. 7-7): una tomada en sentido anteroposterior (AP) o posteroanterior (PA), que proporciona información sobre la posición longitudinal (dirección cráneo-caudal) y lateral del paciente, y otra tomada en dirección lateral, ya sea, de izquierda a dere- cha (LR, left-right) o viceversa (RL, right-left), que permite evaluar la posición longitudinal y vertical (dirección AP) del paciente. Para una correcta interpretación de la imagen debe tener- se en cuenta el aumento o magnificación que se produce al alejar el objeto a radiografiar del receptor de imagen. Es por esto que las dimensiones de los objetos en la ima- gen serán siempre mayores que las reales, salvo que se trate de un objeto plano en contacto con el receptor. En consecuencia, las estructuras del paciente más próximas a la fuente de radiación, y por lo tanto más alejadas del receptor de imagen, experimentarán un aumento mayor que aquellas situadas más próximas al detector (y dis- tantes de la fuente de radiación). Los esquemas de la figura 7-8 ilustran el efecto de magnificación y pérdida de información que tiene lugar en la obtención de imágenes bidimensionales. FIGURA 7-7 Proyecciones perpendiculares anteroposterior (AP, figura izquierda) y lateral derecha-izquierda (RL, figura derecha). La proyección AP permite evaluar el posicionamiento en dirección lateraly longitudinal, mientras que la proyección RL proporciona información sobre la posición en dirección vertical y longitudinal. FIGURA 7-8 Magnificación y pérdida de información en la obtención de imágenes bidimensionales. En la figura de la izquierda, dos objetos de iguales dimensiones experimentan distintas magnificaciones en función de su distancia al foco y al receptor de imagen: el círculo azul se encuentra más cerca del foco emisor de radiación que del receptor de imagen, y proyecta una «sombra» mucho mayor que el círculo rojo, que está más próximo al receptor. En la imagen de la derecha, las dos estructuras se solapan parcialmente en la trayectoria del haz, proyectando una única sombra correspondiente a la atenuación de la radiación al atravesar ambas estructuras. En este caso, la proyección utilizada no permite distinguir ambos objetos. CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 87 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 4.1. Imágenes portales Se denomina imagen portal a la obtenida mediante la exposición al haz de radiación de tratamiento de teletera- pia. Esto supone el uso de altas energías, lo que redunda en una peor calidad de imagen frente al radiodiagnós- tico. En los aceleradores lineales multienergéticos suele emplearse la menor energía de fotones disponible para lograr un mejor contraste. Las imágenes portales presentan además otras utilidades, como la verificación dosimétrica de los tratamientos o la determinación de la dosis recibida por el paciente, cali- brando la señal detectada por el receptor de imagen en dosis absorbida. También sirven para realizar compro- baciones geométricas del haz de radiación de la unidad de tratamiento, tales como la coincidencia del campo de luz y del campo de radiación, o la localización del isocentro de radiación respecto al isocentro mecánico. Además, permiten verificar la forma del campo sobre el volumen a irradiar para haces de tratamientos con- formados por el colimador multilámina (MLC, multi- leaf collimator), utilizando habitualmente la técnica de doble exposición que consiste en adquirir una imagen con las láminas en posición de tratamiento y otra con las láminas retiradas y las mordazas abiertas varios centímetros respecto a la posición anterior (fig. 7-9). El campo de tratamiento aparecerá sombreado en la imagen, facilitando la identificación de la forma del campo y su posición respecto a estructuras anatómicas próximas al volumen de tratamiento. Esta práctica sirve fundamentalmente para comprobar el correcto posicio- namiento del MLC en los campos de tratamiento, y es en especial útil en instalaciones antiguas que no dispongan de redes informáticas de verificación y registro de datos. Los equipos actuales cuentan con sofisticados y fiables sistemas de seguridad que impiden la irradiación si las láminas no están situadas conforme al tratamiento diseñado, por lo que suele ser suficiente la localización del paciente respecto al isocentro mediante proyecciones ortogonales. PELÍCULA RADIOGRÁFICA Según hemos visto anteriormente, es el método más antiguo de radioterapia guiada por imagen, en el que esta se obtiene utilizando el propio haz de radiación del equipo de teleterapia y receptores de imagen similares a los chasis radiográficos convencionales. La película radiográfica permite obtener una imagen de un objeto irradiado a partir de la interacción de la radia- ción emergente del objeto con los cristales de haluros de plata contenidos en su emulsión. Requiere un procesado químico para revelar la imagen latente generada por la radiación. La figura 7-10 muestra el funcionamiento básico de una máquina de revelado automático para películas radiográficas. La emulsión de la película es sensible tanto a la radiación de alta energía como a la luz visible. Por ello, para evitar la aparición de artefac- tos o velado de las películas, deberán manipularse en cuartos oscuros con luz roja (fotones visibles de menor energía), y almacenarse en zonas no expuestas a radia- ción, siguiendo las recomendaciones de temperatura y humedad especificadas por el fabricante. Una película irradiada y posteriormente revelada mos- trará mayor grado de ennegrecimiento en las zonas donde haya recibido mayor exposición o dosis de radiación. Atendiendo a la probabilidad de interacción de los tejidos en función de su composición, podemos identificar como huesos las zonas blancas (menos expuestas) con estruc- turas de alto número atómico (mayor probabilidad de absorción y dispersión de fotones). Las áreas negras (más expuestas) se corresponden con medios de bajo número atómico (menor probabilidad de absorción y dispersión de fotones), como el aire presente en los intestinos o los pulmones. Los tejidos de número atómico intermedio, como los músculos, quedarán representados en tonos FIGURA 7-9 Las imágenes de doble exposición se obtienen como suma de dos irradiaciones: una con la colimación del haz de tratamiento y otra para un campo rectangular mayor que el de tratamiento. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 88 de grises más o menos intensos en función de la menor o mayor probabilidad de interaccionar con fotones. En radiodiagnóstico se utilizan películas y chasis para el rango de energía de rayos X (kV) con pantallas intensifi- cadoras o de refuerzo que, además de convertir la radia- ción en luz, amplifican la señal detectada mejorando la calidad de imagen, lo que permite reducir la energía (kV) y la intensidad (mA) del haz de radiación utilizado y, con ello, la dosis de radiación recibida por el paciente. Sin embargo, la obtención de imágenes con haces de terapia conlleva la exposición a fotones de mayor ener- gía (MV), por lo que resultan necesarios receptores de imagen adaptados a estas condiciones de irradiación. Inicialmente las imágenes portales se adquirían situando el chasis entre una lámina de Cu y otra de plástico o metá- lica, a modo de sándwich. Se interponía una lámina de aproximadamente 1 mm de Cu para absorber fotones de baja energía del haz de tratamiento y generar electrones de alta energía que alcanzaran la película. La lámina de plástico o metal situada tras el chasis se colocaba para retrodispersar parte de los electrones que escapasen del chasis. Para obtener distintas proyecciones se utilizaban bandejas portachasis (accesorios que permitían disponer- lo en distintas posiciones y orientaciones, fig. 7-11), bus- cando siempre su irradiación perpendicular al haz. Se desarrollaron sistemas película-chasis específicos para el rango de energía de teleterapia, consiguiendo una mejora en la calidad de las imágenes. No obstante, en los últimos años la tendencia de las películas radiográficas, tanto en el ámbito de diagnóstico como en el de radioterapia, ha sido la de desaparecer, siendo sustituidas por sistemas digitales. El principal inconveniente de la obtención de imágenes portales mediante película radiográfica es el tiempo que transcurre desde que el paciente está posicionado en la mesa de tratamiento hasta que la imagen, tomada a continuación, está lista para su análisis. El proceso de revelado dura varios minutos, durante los cuales el paciente deberá permanecer inmóvil. Además, las imágenes pueden presentar sobreexposición o subex- posición (muy oscura o muy clara) como consecuen- cia de una técnica de irradiación no adecuada o de variaciones de temperatura o de concentración de los líquidos de procesado en el revelado, lo que dificulta su interpretación o, incluso, motiva la adquisición de nuevas imágenes. A diferencia de los sistemas de registro digitales, las películas radiográficas no permiten realizar FIGURA 7-10 Máquina de revelado automático de películas radiográficas. El sistema de rodillos de la procesadora sumerge la película en una primera cubeta o tanque con líquido para revelar la imagen latente, y después en otra cubeta con líquidopara fijar la distribución de iones que configuran la imagen. Por último, la película se sumerge en agua para eliminar la presencia de los líquidos anteriores, y el proceso concluye con un ciclo de secado. FIGURA 7-11 Ejemplos de sujeción de chasis para la obtención de imágenes portales mediante un pedestal móvil orientable (a la izquierda) o con anclajes a la mesa de tratamiento (fotografía de la esquina inferior derecha). CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 89 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ajustes posteriores que mejoren la visualización de las imágenes adquiridas. La comparación entre imágenes se realiza de manera cualitativa, por apreciación visual, y proporcionan valores de desplazamiento aproximados, salvo que se digitalicen las películas mediante escáner para su registro informatizado. Se trata de un material fungible (las películas no pueden ser reutilizadas una vez irradiadas) y especialmente sensible, que exige una cui- dosa manipulación y almacenamiento, así como la insta- lación (preferiblemente en un lugar cercano a las ins- talaciones de radioterapia) y el mantenimiento periódico de una reveladora. Por otro lado, los dispositivos de sujeción para el chasis no garantizan su correcto alinea- miento (centrado en la zona a tratar y perpendicular al haz de radiación), y en ocasiones se obtienen imágenes incompletas para la localización de la lesión a tratar o proyecciones oblicuadas que proporcionan información anatómica engañosa. En la figura 7-12 se muestra una comparación entre la radiografía obtenida en un simu- lador convencional y su correspondiente imagen portal radiográfica, para un haz tangencial en un tratamiento de mama. Se observa una discrepancia en el posiciona- miento de la paciente: la curvatura de la pared costal no se encuentra en la misma situación respecto al campo de tratamiento. Además, la imagen portal adquirida mediante la técnica de doble exposición proporciona un tamaño de campo trapezoidal, en lugar de rectangular como el de simulación, por falta de perpendicularidad del receptor de imagen respecto al haz de tratamiento. RADIOGRAFÍA COMPUTARIZADA La progresiva evolución de la radiología basada en pelí- cula radiográfica hacia sistemas de registros digitales ha llevado a la implantación de esta tecnología, emergente en radiodiagnóstico, en el ámbito de la radioterapia guia- da por la imagen. Tal es el caso de los primeros dispositi- vos digitales conocidos como CR, de computed radiography (radiografía computarizada). Los receptores de imagen CR tienen un aspecto similar al de los chasis convencio- nales (fig. 7-13), sustituyendo la película radiográfica por una lámina fotoluminiscente que almacena la imagen de forma latente y requiere también un procesado previo a su visualización. A cambio, proporciona una imagen digital y, por lo tanto, susceptible de posteriores ajustes para un mejor análisis. El haz de fotones atenuado tras atravesar al paciente incide sobre la pantalla de fósforo contenida en el chasis, y excita sus átomos al absorber la energía de los fotones incidentes. Parte de la energía absorbida es emitida ins- tantáneamente en forma de luz, mientras que algunos átomos permanecen excitados en estados metaestables (o trampas de energía). Para su desexcitación necesitan ser estimulados mediante radiación electromagnética, liberando la energía acumulada en las trampas y emi- tiendo de nuevo señal luminosa (luminiscencia), bien de manera inmediata (fluorescencia) o bien gradualmente a partir del estímulo (fosforescencia). Ambos fenómenos luminiscentes coexisten en el proceso de desexcitación. Para la obtención de la imagen se utiliza la emisión con- trolada de fluorescencia. En la figura 7-14 se muestra un lector de CR junto con diagramas que describen su funcionamiento, así como los fenómenos que tienen lugar en los átomos de la pantalla fotoluminiscente. El proceso de lectura de la imagen consiste en estimular con luz (fotoestimulación) la pantalla de fósforo irradia- da. Para ello se emplea un escáner cuyo haz de láser barre la superficie de la lámina y provoca, a su paso, la emisión de la energía acumulada en las trampas. Esta señal luminosa emitida es detectada por tubos fotomulti- plicadores que convierten la radiación visible en señal eléctrica amplificada para su posterior digitalización. Por motivos de continuidad y consistencia con las pelí- culas radiográficas, la radiología digital ha mantenido el convenio de representación de la imagen en escala de FIGURA 7-12 La imagen de la izquierda corresponde a una simulación convencional de un haz tangencial para el tratamiento de mama. A la derecha se muestra su imagen portal obtenida mediante película radiográfica. La proyección del campo de tratamiento está remarcada en trazo amarillo discontinuo, mientras que el trazo curvilíneo en ambas imágenes representa la pared costal, situada entre la mama y el pulmón. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 90 grises, haciendo corresponder el color blanco o negro a una menor o mayor detección de señal, debida por lo tanto a la presencia de estructuras de alto y bajo número atómico, respectivamente. Sin embargo, es posible repre- sentar la intensidad de radiación utilizando otra paleta de colores, invertir la escala, aplicar filtros de imagen para reducir el ruido o, simplemente, variar el ancho y el nivel de ventana para visualizar convenientemente determina- das estructuras. Existen, por ejemplo, valores de ventana predeterminados, en especial indicados para visualizar tejido blando, óseo o pulmonar. Constituye una práctica habitual en la localización para tratamien tos de cán- cer de mama el modificar la ventana para ver la pared costal y el pulmón, y por otro lado la piel, para iden- tificar el contorno de la mama. En la figura 7-15 se mues- tran diferentes visualizaciones a partir de una imagen radiológica digital. La adquisición de imágenes mediante CR también requiere cierto tiempo debido al procesado necesario para su lectura y visualización, aunque menos que el invertido en el proceso de revelado de películas. Por esta razón, resulta recomendable disponer del sistema de lectura en las proximidades de las salas de trata- miento para acortar los tiempos de espera. El hecho de que las imágenes sean digitales permite su posterior manipulación para mejorar la visualización, e incluso corregir o compensar posibles defectos debido a la téc- nica de exposición seleccionada, con lo que se reduce FIGURA 7-14 Lectura de CR. La fotografía de la izquierda muestra un lector y un chasis de CR. La CR se basa en la desexcitación fotoestimulada de materiales, como el fósforo, cuyos átomos permanecen excitados tras la exposición a rayos X. En el diagrama superior derecho se describe el comportamiento atómico, mientras que el esquema inferior derecho resume el funcionamiento de un lector. FIGURA 7-13 Chasis para película radiográfica (fotografías de la izquierda) y para CR (fotografías de la derecha). CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 91 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. la tasa de repetición de imágenes. También facilita el registro informático de imágenes, proporcionando así datos cuantitativos fiables. A diferencia de las películas, las láminas de fósforo son reutilizables, tras su corres- pondiente proceso de borrado mediante escaneo láser para eliminar la imagen remanente, aunque su vida útil es limitada. Igualmente, presenta problemas de alinea- miento respecto al paciente y al haz de radiación, debi- dos a la imprecisión de algunos sistemas de sujeción. En general, proporciona mejor calidad de imagen que la película radiográfica, e incluso que los dispositivos electrónicos de imagen portal iniciales. En la figura 7-16 se compara unaimagen de DRR con su correspondiente imagen portal obtenida mediante CR. DISPOSITIVOS ELECTRÓNICOS DE IMAGEN PORTAL Los dispositivos electrónicos de imagen portal (EPID, electronic portal imaging device) son sistemas receptores de imagen integrados en los aceleradores lineales de electro- nes que adquieren la imagen utilizando habitualmente la menor energía de fotones disponible, para mejorar el contraste, y obtienen imágenes con gran rapidez. Suelen estar acoplados de forma permanente al acelera- dor por medio de un brazo mecánico articulado que per- mite situar el receptor de imagen enfrentado al haz, para detectar la radiación a la salida del paciente, o bien reple- gar el receptor de imagen cuando no es utilizado para evitar posibles colisiones con la mesa de tratamiento o con el paciente. Es posible variar la posición del detector, tanto en altura como lateralmente y longitudinalmente, para realizar la adquisición adaptándose a la geometría de irradiación. No obstante, algunos de los primeros diseños eran removibles (accesorios que podían quitarse y ponerse) y situaban el receptor en una posición fija invariable al anclarlo al brazo para la adquisición de la imagen. FIGURA 7-15 La imagen de la izquierda corresponde a una radiografía de muñeca sin procesar, mientras que en la imagen central se ha ajustado en ancho y nivel de ventana para una mejor visualización ósea, y en la imagen derecha se ha invertido la escala de grises. FIGURA 7-16 Posicionamiento de una paciente para el tratamiento de un cáncer de mama mediante imagen portal de exposición simple adquirida con CR. Ambas imágenes muestran la proyección de un campo de tratamiento tangencial; la imagen izquierda corresponde a la reconstrucción radiográfica digital (DRR) obtenida a partir de la TC de simulación, y la imagen derecha corresponde a la imagen portal de CR. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 92 En ambos casos, el receptor de imagen gira de manera solidaria al cabezal, permitiendo la adquisición de imá- genes en cualquier incidencia (no sólo AP/PA y RL/LR), y el posicionamiento del receptor resulta más sencillo y preciso que en los casos anteriores. Aunque deben comprobarse los correctos nivelado y posicionamien- to del detector, presenta menos problemas en cuanto a la precisión geométrica, ya que el foco de radiación empleado para generar la imagen es el mismo que el de tratamiento. La figura 7-17 muestra distintos diseños de EPID para aceleradores lineales de electrones. Estos equipos de imagen surgieron a finales de los años 1950 como solución al problema de la falta de inme- diatez de las películas radiográficas, por el tiempo que ha de transcurrir entre la irradiación de la película y la disponibilidad de la imagen para su análisis, después de su revelado. En cambio, los sistemas EPID obtienen imágenes digitales de manera relativamente sencilla y ágil, transformando la radiación en señal eléctrica. Esto, junto con el hecho de que están incorporados en los propios aceleradores lineales de electrones, hace posible disponer de la imagen casi de inmediato. La electrónica asociada a estos equipos es sensible a la radiación, por lo que deberá restringirse la exposición al área de detección para evitar fallos y prolongar la vida de los componentes. A diferencia de los chasis con película o pantalla de fós- foro, no es necesario acceder a la sala de tratamiento para situar el receptor de imagen en cada adquisición, lo que facilita la obtención de imágenes durante el tratamiento, incluso en modo continuo o secuencial para verificar el movimiento intrafracción del paciente. (La adquisición de imágenes de manera continua se conoce como fluoroscopia o modo escopia, mientras que la adquisición de sucesivas imágenes de denomina modo cine.) Si se calibra el sistema en dosis absorbida, podría utilizarse como dosímetro in vivo, midiendo la dosis recibida por el paciente en la unidad de tratamiento, que podrá ser comparada con la dosis teórica calculada en el diseño del tratamiento. Existen diversos tipos de EPID, que han ido evoluciona- do desde el uso de detectores fluoroscópicos acoplados a cámaras de televisión (TV) hasta matrices de paneles planos, pasando por matrices de cámaras de ionización líquidas. Equipos fluoroscópicos basados en cámaras ópticas Estos sistemas EPID están constituidos por una estructu- ra formada por una placa metálica de 1 o 2 mm de co- bre, acero o latón, y una pantalla de un compuesto de fósforo fluorescente acoplado a una cámara de TV o CCD (charge-coupled device, dispositivo de carga acoplada). El haz de tratamiento que ha atravesado al paciente incide en la plancha metálica, arranca electrones de sus átomos y son absorbidos los fotones de menor energía (que dis- minuirían el contraste de la imagen). Estos electrones interaccionan con la pantalla de fósforo provocando la FIGURA 7-17 Dispositivos electrónicos de imagen portal de aceleradores lineales de electrones. Su diseño evolucionó desde modelos removibles de posición fija (A) hasta sistemas retráctiles articulados (C) y de posición variable (B y D). (A, C y D tomadas de: Munro P. Portal imaging technology: past, present, and future. Semin Radiat Oncol. 1995;5:115-33, con autorización de Elsevier; B tomada de: Antonuk LE. Physics in medicine and biology, 47 2002 R31-R65, con autorización del autor y del Institute of Physics Publishing.) CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 93 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. emisión de radiación visible (debido a la fluorescencia), que es focalizada hacia la cámara mediante un espejo para evitar la irradiación directa de los componentes ópticos y electrónicos. La figura 7-18 ilustra el funcio- namiento del EPID de fluoroscopia. Si se utiliza una cámara de TV, normalmente tipo vidi- con, su objetivo está compuesto de una capa de material fotoconductor que emite electrones al absorber la luz incidente, quedando cargada positivamente en función de la señal recibida. Mediante un haz de electrones se barre esta distribución de carga (que representa la imagen). Se produce una pérdida de electrones del haz de barrido al incidir en áreas positivas (por ausencia de electrones) del fotoconductor que atraen y capturan electrones para llenar sus huecos. La corriente eléctrica así generada forma la señal de vídeo, que es digitalizada para obtener una imagen digital. Este funcionamiento se asemeja al de los equipos intensificadores de imagen utilizados convencionalmente en fluoroscopia, y muestra también cierto grado de distorsión geométrica y rema- nencia en sus imágenes. Siguiendo la tendencia de la fluoroscopia en radiodiag- nóstico, las cámaras de TV han sido sustituidas por cáma- ras CCD, que consisten en una matriz bidimensional de sensores luminosos de estado sólido y condensadores, de modo que cada combinación de ambos forma un píxel. Están compuestas de silicio, un material semicon- ductor fotosensible que produce pares electrón-hueco al interaccionar con fotones luminosos. Estos sistemas son más compactos que los basados en cámara de TV y sus imágenes no presentan distorsión ni fenómenos de rema- nencia de imagen, pero sí un mayor nivel de ruido que puede requerir algún tipo de posprocesado para reducirlo. En la figura 7-19 se muestran los distintos sistemas de cámaras ópticas utilizadas en EPID fluoroscópicos. Existe una variedad de sistemas portales basados en señal de vídeo (fig. 7-20), que abarca dispositivos en parte o completamente retráctiles, otros rígidos y removibles, e incluso algunos, desarrollados por fabricantes inde- pendientes a los aceleradores lineales de electrones, que además de desmontables son portátiles. En general, el uso de EPID fluoroscópicos, disponibles desde la década de 1980, supuso mejoras frente a la adquisición de imágenes portales con chasis (ya sea pelí- cula o CR),en cuanto a la precisión de posicionamiento del receptor de imagen y la reducción de los tiempos de espera, pero no especialmente en lo que se refiere a calidad de imagen (fig. 7-21). Por otro lado, la limitada o nula movilidad de su estructura a menudo obligaba a desacoplarla del brazo, para evitar colisiones, por lo que su manejo resultaba incómodo. Este tipo de EPID ya no se comercializa, pues han sido sustituidos por desarrollos posteriores. Matriz de cámaras de ionización líquidas Este tipo de EPID surgió en 1990, se comercializó un modelo por un único fabricante y no se encuentra dis- ponible en la actualidad. El dispositivo constaba de una FIGURA 7-18 Esquema de funcionamiento de los EPID fluoroscópicos basados en cámaras ópticas. FIGURA 7-19 Sistemas de cámaras ópticas utilizadas en los EPID fluoroscópicos. En la fotografía superior izquierda se observan distintos tipos de cámaras de TV, cuyo funcionamiento se ilustra en la imagen inferior izquierda. En la parte derecha se muestran la fotografía de un dispositivo CCD y su correspondiente esquema. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 94 lámina metálica, que aumentaba la eficiencia de detec- ción, y una matriz formada por múltiples pares de elec- trodos espaciados unos milímetros cuya separación o gap estaba rellena de líquido (la respuesta se incrementaba unas 300 veces respecto a la detección en aire). La matriz estaba compuesta por cámaras de ionización dispuestas conforme a una rejilla, de tal manera que los electrodos de cada cámara medían la ionización del líquido gene- rada en cada punto de la matriz. La radiación atenuada por el paciente incidía sobre la plancha metálica, cuya finalidad era aumentar la eficiencia de detección generando electrones de alta energía, además de absorber fotones de baja energía. Los electrones emitidos por el metal interaccionaban con el fluido y arrancaban electrones ligados de los átomos, produciendo así pares de iones de distinta carga. Para evitar la recombinación de iones y poder colectar la carga originada por la radiación en la cavidad, se aplicaba un voltaje o diferencia de potencial entre ambos electrodos que generaba un campo eléctrico uniforme en el medio de separación. El mapa o distribución de ionización bidimensional causado por la radiación se convertía a escala de grises digitalizando la señal eléctrica registrada en cada punto por una cámara. La figura 7-22 muestra un EPID basado en cámara de ionización líquida, y su esquema de funcionamiento. Este sistema, más compacto que los anteriores, per- manecía acoplado al acelerador mediante un brazo retráctil. Las imágenes que obtenía no presentaban dis- torsión geométrica, aunque el tamaño de imagen útil era normalmente inferior al proporcionado por los EPID basados en fluoroscopia. Precisaba mayor cantidad de radiación para formar la imagen que otros sistemas portales, lo que repercutía en una mayor dosis de radia- ción para el paciente. La figura 7-23 compara la imagen radiográfica de simulación con su correspondiente imagen portal obtenida mediante EPID de cámaras de ionización líquidas, para un tratamiento holocraneal. Matrices activas de panel plano La matriz activa de panel plano (AMFPI, active matrix flat-panel imaging) se basa en la tecnología de radiografía digital directa, en la cual la digitalización de la señal de rayos X se lleva a cabo dentro del propio detector. La base FIGURA 7-20 Modelos de EPID fluoroscópicos y de cámaras ópticas. Las fotografías A y B se corresponden con sistemas basados en cámara de TV. En el primer caso, la posición del dispositivo es variable, mientras que el segundo, a pesar de ser retráctil, sólo permite adquirir imágenes en una posición fija. Los diseños de las fotografías C y D utilizan cámaras CCD. El tercer ejemplo muestra un modelo removible y de posición única. La cuarta fotografía es de un dispositivo independiente del acelerador lineal de electrones y portátil, de posición regulable. (B y C tomadas de: Munro P. Portal imaging technology: past, present, and future. Semin Radiat Oncol. 1995;5:115-33, con autorización de Elsevier; A y D tomadas de: Antonuk LE. Physics in medicine and biology, 47 2002 R31-R65, con autorización del autor y del Institute of Physics Publishing.) FIGURA 7-21 Posicionamiento de un paciente para el tratamiento de una lesión orofaríngea utilizando un EPID fluoroscópico basado en cámara óptica. A la izquierda se muestra la proyección lateral de referencia, obtenida en este caso mediante un simulador convencional, mientras que la imagen de la derecha corresponde a la imagen portal de doble exposición adquirida por un dispositivo basado en cámaras ópticas. (Imágenes tomadas de: Odero DO, Shimm DS. Third party EPID with IGRT capability retrofitted onto an existing medical linear accelerator. Biomed Imaging Interv J. 2009;5: e25.) CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. de estos equipos es un detector de gran área consistente en una matriz de transistores de película delgada (TFT, thin-film transistors), que son dispositivos electrónicos semiconductores (fig. 7-24). Cada píxel de este detector contiene un sensor de radiación, un condensador para almacenar la carga eléctrica obtenida y un transistor que permite la lectura activa de la carga almacenada por el condensador. La magnitud de la señal de carga en cada píxel se corresponde con la intensidad del haz incidente, revelando así la imagen de la anatomía expuesta. FIGURA 7-22 EPID basado en matriz de cámara de ionización líquida. Este sistema era retráctil y permitía variar la distancia al foco de radiación, como se observa en la fotografía superior izquierda. Las fotografías inferiores muestran detalles del detector. El esquema superior derecho resume el funcionamiento de este tipo de EPID. (A tomada de: Munro P. Portal imaging technology: past, present, and future. Semin Radiat Oncol. 1995;5:115-33, con autorización de Elsevier; C por cortesía de Diego Jurado, del Instituto Catalán de Oncología de Gerona; D tomada de: Antonuk LE. Physics in medicine and biology, 47 2002 R31-R65, con autorización del autor y del Institute of Physics Publishing.) FIGURA 7-23 Posicionamiento de un paciente para tratamiento holocraneal utilizando EPID de matriz de cámaras de ionización líquidas. A la izquierda se muestra la imagen de referencia del campo de tratamiento lateral, obtenida mediante simulación convencional, y la imagen derecha corresponde a la imagen portal adquirida con el dispositivo electrónico de matriz de cámaras de ionización líquida. En esta última imagen se representa con trazo discontinuo la proyección del campo de tratamiento sobre la posición inicial del paciente, y con trazo continuo la proyección de dicho campo tras corregir la posición. Comparando con la imagen de referencia de la simulación, se observa un desplazamiento longitudinal inicial del paciente respecto al haz de tratamiento. PARTE 2 Equipamiento radioterápico 96 Actualmente existen dos tipos fundamentales de detecto- res planos: los denominados directos (como los de selenio amorfo), que convierten directamente la radiación en señal eléctrica, y los indirectos (como los de silicio amorfo), que utilizan un material centelleador o fluorescente para convertir primero la radiación de alta energía en fotones de luz y luego en señal eléctrica. La figura 7-25 ilustra el funcionamiento de ambos tipos de detectores planos. El selenio amorfo (aSe) es un detector de estado sóli- do fotoconductor, es decir, que al ser expuesto a radia- ción electromagnética de energía suficiente se producen pares electrón-hueco. Induciendo previamente un cam- po eléctrico uniforme, se genera una distribución de carga uniforme, que permite el flujo de la corriente eléctrica ori- ginada por la radiación y altera la distribución inicial decarga. Como consecuencia, se produce una imagen laten- te en forma de densidad superficial de carga. Las cargas se almacenan en condensadores de la matriz activa durante la irradiación, para luego ser procesada. De esta forma, los paneles que contienen selenio amorfo convierten la radiación ionizante en señal eléctrica, que es recogida por la matriz de transistores para su digitalización. Los paneles de silicio amorfo (aSi) tienen un aspecto exter- no similar al de los anteriores (fig. 7-26), pero incluyen láminas de materiales fluorescentes o centelladores para convertir la radiación incidente en fotones luminosos, de menor energía. El aSi es también un material semiconduc- tor que transforma la radiación visible en señal eléctrica al crearse pares electrón-hueco. Cada píxel consiste en un fotodiodo de aSi conectado a un transistor de película fina. Ambos diseños de matriz activa proporcionan imágenes de gran calidad, pero son los paneles de aSi, disponibles desde el año 2000, los dispositivos EPID más extendi- dos en la actualidad. Estos equipos también permiten adquirir múltiples imágenes en modo fluoroscopia y cine, utilizando el material fluorescente que convierte fotones de alta energía en radiación visible. Como desventaja, destaca su mayor degradación con la radiación, que oca- siona la inutilización permanente de sensores (píxeles FIGURA 7-24 Matriz de transistores de película delgada. Constituye la base de los detectores de matriz activa de panel plano (AMPFI). Para cada píxel, el transistor de película delgada (TFT) permite la lectura activa de la carga eléctrica almacenada. FIGURA 7-25 Esquema de funcionamiento y composición de los detectores de panel plano. La figura de la izquierda se corresponde con un detector directo que consta de un material semiconductor, habitualmente selenio amorfo, que transforma la radiación de rayos X en señal eléctrica. Por el contrario, los detectores indirectos (figura de la derecha) constan de un material centellador, como el fósforo, para convertir los fotones de rayos X en fotones visibles, de menor energía, que generarán una señal eléctrica al interaccionar con el material semiconductor, generalmente silicio amorfo. FIGURA 7-26 Ejemplos de modelos de EPID de paneles de silicio amorfo. (A por cortesía de Siemens Healthcare; B por cortesía de Elekta; C por cortesía de Varian Medical System.) CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 97 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. «muertos») o incluso requiere la sustitución del panel de aSi por aparición de defectos. En la figura 7-27 se muestra el posicionamiento de un paciente para un tratamiento craneal, comparando la imagen DRR con la obtenida mediante un EPID de aSi. La figura 7-28 compara imágenes obtenidas con distintas generaciones de EPID. La figura 7-29 muestra imágenes portales utilizando chasis. 4.2. Imágenes de rayos X de kV Para poder obtener imágenes de mayor calidad, se introduce el uso de rayos X de kV instalando equipos de radiología digital directa (principalmente flat panel de silicio amorfo) integrados en la propia unidad de telete- rapia (LMDI/OBI) o en la sala de tratamiento de forma independiente. En ambos casos, el sistema de coorde- nadas del sistema de imagen deberá estar referenciado al del equipo de teleterapia, de tal manera que permita determinar los desplazamientos del paciente respecto al isocentro de tratamiento. Esta modalidad de IGRT ofrece mejor calidad que las imágenes portales, si bien presenta menos versatilidad y su función se limita a la adquisición de proyeccio- nes para establecer la posición relativa del paciente respecto al isocentro de tratamiento. Puesto que el FIGURA 7-27 Posicionamiento de un paciente para el tratamiento de una lesión craneal utilizando EPID de matriz activa de panel plano de silicio amorfo. La reconstrucción radiográfica digital (DRR) del campo lateral de tratamiento (imagen de la izquierda) sirve como referencia para evaluar el posicionamiento del paciente en dirección cráneo-caudal y anteroposterior. La imagen derecha corresponde a la proyección de dicho campo de tratamiento, adquirida mediante un EPID de flat-panel de silicio amorfo. Para facilitar la comparación de ambas imágenes, las aplicaciones informáticas permiten definir marcas que ayudan a identificar estructuras anatómicas; en este caso, los contornos verdes, delineados sobre la DRR y superpuestos en la imagen portal, revelan una rotación respecto al eje transversal. FIGURA 7-28 Imágenes portales obtenidas con distintos tipos de EPID. Las imágenes superiores corresponden a dobles exposiciones laterales de cráneo adquiridas mediante EPID fluoroscópico basado en cámara de vídeo (A), EPID de matriz de cámaras de ionización líquidas (B) y EPID de matriz activa de panel plano de silicio amorfo (C). Las imágenes inferiores (D a G) muestran exposiciones simples anteroposteriores de pelvis obtenidas utilizando EPID fluoroscópico, de silicio amorfo, de cámara de ionización líquida y de silicio amorfo, respectivamente. (D y E por cortesía de Jean Poliot y Michèle Aubin, del Departamento de Oncología Radioterápica de la Universidad de California, San Francisco.) PARTE 2 Equipamiento radioterápico 98 receptor de imagen se encuentra enfrentado al tubo de rayos X, y no al haz de teleterapia, no es posible verificar la conformación de láminas de los campos de tratamiento, ursarlo como dosímetro, ni tampoco realizar pruebas geométricas del acelerador. Por otro lado, las técnicas de guiado por la imagen no son excluyentes entre sí, y es frecuente la disponibilidad tanto de imágenes de kV como de MV (mediante EPID). SISTEMAS DE RAYOS X DE KV INTEGRADOS Tanto el tubo como el receptor de rayos X forman parte del brazo del acelerador y giran solidariamente al cabe- zal. Aunque existen diseños en que el sistema de rayos X está situado de forma paralela al eje de tratamiento (con el tubo opuesto al haz de MV y el receptor en el propio cabezal), usualmente se disponen de tal manera que ambos componentes formen una C perpendicular al brazo del acelerador, cuando sus brazos están extendi- dos. De esta forma pueden obtenerse dos proyecciones ortogonales (una de kV y otra de MV) sin necesidad de girar el cabezal. Aunque el sistema rote de manera solidaria al cabezal, el isocentro de radiación del sis- tema de rayos X no tiene por qué coincidir con el de tratamiento; dependerá de la exactitud y la reproduci- bilidad del posicionamiento de los brazos articulados al desplegarse. Esto exige un control periódico para evaluar y corregir las posibles discrepancias entre ambos isocentros. Algunos diseños incorporan dos sistemas de imagen (sistemas duales). En aceleradores cuyo estativo o brazo tiene forma de anillo, es posible fijar sobre este ambos conjuntos de tubo de rayos X y flat-panel. Este encla- vamiento prescinde de los brazos articulados, lo que minimiza la imprecisión geométrica. La figura 7-30 ilustra diversos ejemplos de equipos de RX de kV integrados en la unidad de tratamiento. SISTEMAS DE RAYOS X DE KV EXTERNOS Son también sistemas duales, compuestos por dos siste- mas de imagen estereoscópicos, esto es, que proporcionan información 3D a partir de dos proyecciones distintas. De la misma manera, la visión humana nos permite dis- tinguir las tres dimensiones del espacio: cada ojo trans- mite una perspectiva y se originan dos imágenes diferen- tes en las retinas, que el cerebro interpreta para percibir la profundidad o distancia a los objetos visualizados. El término «estereoscópico» procede del griego stereos (sólido o volumen) y skopeo (ver), y puede traducirse como visión tridimensional. Ambos sistemas de imagen se instalan en la sala de trata- miento anclados en el techo y en el suelo, de modo que cada tubo de rayos X queda enfrentado a un panel plano y sus proyecciones se entrecruzan en el isocentrode la unidad de tratamiento (fig. 7-31). Como consecuencia, sólo es posible obtener imágenes en las dos proyecciones oblicuas, no necesariamente perpendiculares, que vienen determinadas por el montaje en la sala, y su interpre- tación visual es más compleja que con las habituales AP y lateral (fig. 7-32). Por el contario, al ser fijos los componentes están sujetos a menos variaciones en su po- sición, lo que proporciona una gran precisión en el posi- cionamiento de los pacientes. No obstante, como todo sistema relacionado con el tratamiento de pacientes, también debe verificarse con cierta periodicidad la corres- pondencia con el isocentro de la unidad de teleterapia. En la tabla 7-1 se resumen las principales características de los sistemas de guiado por imagen bidimensional utilizados en radioterapia. FIGURA 7-29 Imágenes portales obtenidas mediante las distintas tecnologías disponibles. Las imágenes A, B, C y D corresponden a proyecciones tangenciales de tratamiento de cáncer de mama utilizando doble exposición con película radiográfica, exposición simple con CR, exposición simple con EPID fluoroscópico y doble exposición con EPID de panel plano de silicio amorfo, respectivamente. Las imágenes portales de la derecha muestran proyecciones anteroposteriores con doble exposición para tratamiento de lesiones de tórax adquiridas mediante CR (E) y EPID de silicio amorfo (F). CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 99 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. FIGURA 7-30 Sistemas de rayos X integrados en aceleradores lineales de electrones. Las imágenes superiores corresponden a diseños en forma de C perpendicular al brazo de la unidad de tratamiento, de tal manera que el haz de kV (en amarillo) es perpendicular al haz de MV (en rojo). La fotografía inferior izquierda muestra un modelo en el cual el sistema de kV es paralelo y opuesto al haz de MV. Por último, en el esquema inferior derecho, un acelerador lineal de electrones de estructura en anillo incorpora un sistema dual de rayos X. (A por cortesía de Varian Medical System; B por cortesía de Elekta; C por cortesía de Siemens Healthcare; D por cortesía de Brainlab AG.) FIGURA 7-31 Sistemas de rayos X de kV externos a la unidad de tratamiento. Se muestran dos ejemplos de sistemas de imagen duales fijos. En la imagen de la izquierda, los tubos de rayos X están anclados en el techo, mientras que en la de la derecha están situados bajo el suelo. (A por cortesía de Accuray; B por cortesía de Brainlab AG.) FIGURA 7-32 Proyecciones estereoscópicas obtenidas con rayos X de KV para una localización pélvica. P A R T E 2 E q u ip a m ie n to ra d io te rá p ico 1 0 0 TABLA 7-1 Características de los sistemas de IGRT basados en imagen radiológica 2D Detector Imagen Otros Sistema 2D Energía del haz Tipo Posicionamiento Exactitud geométrica Procesado Ajuste Calidad Reutilizable Funcionalidades Imagen portal MV Película Externo y variable Baja Largo No Baja No IGRT Conformación Dosimetría Geometría DGRT CR Externo y variable Baja Medio Sí Media Tras borrado EPID Fluoroscopia y cámaras ópticas Solidario al haz de MV Media Inmediato Sí Media SíCámaras de ionización líquidas Media Flat-panel (aSi, aSe) Media-alta Imagen RX de kV kV Flat-panel (aSi) Solidario al haz de kV integrado Media Inmediato Sí Alta Sí IGRT Solidario a los haces de kV externos y fijos Alta CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 101 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 5. SISTEMAS DE IMAGEN RADIOLÓGICA TOMOGRÁFICA O VOLUMÉTRICA Hasta ahora se han descrito casos de representaciones pla- nas (2D) de la anatomía del paciente en las que aparecen superpuestas estructuras, adquiriendo proyecciones para distintas incidencias con el fin de conocer la posición del paciente en cada una de las tres direcciones del espacio vertical (AP), longitudinal (cráneo-caudal) y transversal (lateral). Esta simplificación del objeto volumétrico (3D) a localizar, en pocas proyecciones planas conlleva cierta pérdida de información. Sin embargo, resulta complejo manejar información volumétrica, por lo que se recurre a la tomografía, que ordena los datos por secciones o cortes (del griego, tomos). Los tomógrafos adquieren proyecciones del paciente para múltiples incidencias y reconstruyen cortes axiales. A partir de estos es posible reconstruir también cortes coronales y sagitales. Tales estudios de imagen contienen información volumétrica (3D) del paciente, representada como una sucesión de planos (ya sean axiales, coronales o sagitales). De igual manera que el uso de imágenes 3D en simu- lación supuso un gran cambio, al contribuir a una mejor delimitación de los volúmenes de tratamiento y órganos críticos, la adquisición de imágenes volumétri- cas para verificar la posición del paciente ha resultado crucial. La visualización de cortes axiales, coronales y sagitales no sólo aporta información sobre los des- plazamientos del paciente, sino también sobre sus rota- ciones, hasta ahora sólo posible mediante proyecciones estereoscópicas. Por ejemplo, no pueden detectarse giros del paciente respecto al eje longitudinal con las proyecciones AP y lateral. Además, permite visualizar la posición relativa de órganos de riesgo, así como evaluar la movilidad de estructuras y el acondicionamiento del paciente (nivel de llenado de la vejiga y del recto, gases en intestino, etc.). Puesto que se trata de una imagen volumétrica, es posible comparar el estudio TC de verificación con el de simulación, sin necesidad de generar DRR por lo que se reduce la incertidumbre del proceso. De este modo, la precisión de las correcciones calculadas por los programas informáticos ha de ser mayor. Los equipos de TC utilizados para IGRT varían esencial- mente en la energía y la geometría del haz empleado para la adquisición de la imagen; funcionan con haces de kV o MV, colimados longitudinalmente en mayor o menor medida. La colimación afecta a la calidad de imagen: cuanto mayor sea el volumen de paciente irra- diado, mayor será la contribución de la radiación dis- persa que pueda llegar al receptor de imagen y degrade su calidad. El uso de altas energías (MV) empeora el contraste, si bien reduce la aparición de artefactos debi- dos a materiales de alto número atómico presentes en algunos pacientes (como prótesis o clips quirúrgicos) (fig. 7-33). La mayoría de los sistemas de IGRT volumétricos visuali- zan el estudio TC de simulación junto con las estructuras previamente delimitadas para el diseño del tratamiento, lo que facilita el registro entre ambos conjuntos de imáge- nes. Algunos equipos muestran, además, la distribución dosimétrica planificada correspondiente al estudio de simulación. Esto permite valorar de manera orientativa FIGURA 7-33 Artefactos debidos a la presencia de material de alto número atómico. Las imágenes superiores corresponden a cortes axiales del cráneo de un paciente, en los que se observa el material radioopaco empleado en la embolización de una malformación arteriovenosa. Las imágenes inferiores muestran cortes axiales de la pelvis de un paciente con prótesis de cadera. En ambos casos, las imágenes de la izquierda se han adquirido mediante TC convencional de kV, mientras que los correspondientes cortes axiales de la derecha se han obtenido utilizando un haz también en abanico, pero de MV. En las imágenes de kVCT se observa un artefacto en forma de estrella alternando franjas oscuras y claras que no concuerdan con la densidad real del paciente. En las imágenes de MVCT se reduce el artefacto y proporcionan información más veraz de la composición del paciente, aunque se aprecia mayor ruido (imagen granulada). PARTE 2 Equipamiento radioterápico 102 la dosis que recibirían tantoel volumen tumoral como los órganos de riesgo en la posición actual. Una aplicación de estos sistemas es la estimación de la dosis de tratamiento recibida por el paciente volcando el tratamiento planificado sobre el estudio de TC adquirido en sala. Para ello, al igual que el estudio TC utilizado para simulación, deberá calibrarse el equipo asignando a cada valor de unidad Hounsfield (UH) la densidad del mate- rial correspondiente. El cálculo de la distribución de dosis sobre el estudio de TC para IGRT obtenido a lo largo del tratamiento permite cuantificar la influencia dosimétrica de posibles cambios en la anatomía del paciente, causa- dos, por ejemplo, por la reducción del volumen tumoral, la pérdida de peso del paciente o la retención de líquido. Si además se utiliza el receptor de imagen enfrentado al haz de tratamiento como dosímetro, puede determinarse la dosis impartida al paciente en cada sesión a partir de la señal detectada durante cada irradiación. De este modo se obtiene un valor de dosis más real, ya que considera posibles variaciones del haz durante el tratamiento frente al modelo ideal de haz constante empleado en el cálculo del diseño del tratamiento. El cálculo de la dosis suministrada al paciente en cada sesión permite considerar los cambios dosimétricos, en lugar de centrarse exclusivamente en el posicionamiento (IGRT), para llevar a cabo el tratamiento. Esta técnica se denomina radioterapia guiada por dosis (DGRT, dose guided radiotherapy), e implica un proceso sumamente laborioso difícil de adoptar como práctica sistemática en la actualidad. Requiere el desarrollo de herramientas infor- máticas potentes que agilicen y simplifiquen la gran canti- dad de datos a manejar. La técnica de DGRT simplificaría la realización de la radioterapia adaptativa, proporcionando información dosimétrica para evaluar la necesidad y la frecuencia de las modificaciones del tratamiento. 5.1. Tomografía computarizada convencional en sala La configuración de un sistema de IGRT de este tipo se basa en la instalación de un equipo de TC en la sala de tratamiento, que puede desplazarse sobre raíles (CT on-rails) y comparte mesa con la unidad de tratamiento. Para ello, la mesa gira 90° o 180° (fig. 7-34), según la disposición del equipo TC respecto al equipo de tele- terapia, para alinearse perpendicularmente al plano de imagen del TC permitiendo que esta avance sobre los raíles y se posicione para la adquisición de la imagen del paciente. El sistema de coordenadas de imagen está correlacionado con el isocentro de tratamiento. Esta modalidad de guiado del posicionamiento se ideó para lograr imágenes 3D de igual calidad que las diag- nósticas, aunque requiere cierta logística en cuanto al montaje del equipo TC en la sala (espacio suficiente), y el proceso de obtención de la imagen conlleva además el traslado del paciente, lo que puede suponer una mayor probabilidad de movimiento de este. 5.2. Tomografía computarizada de haz cónico Los equipos actuales de TC en radiodiagnóstico utili- zan un haz colimado en forma de abanico, que rota de manera continua en torno al paciente a medida que este es desplazado longitudinalmente por el movimiento, también continuo, de la mesa. Así, se irradian cortes axiales (2D) del paciente en cada giro y se reconstruyen a partir de señales de una matriz lineal (1D) de detectores. Sin embargo, los aceleradores lineales de electrones con- vencionales no admiten movimientos longitudinales de la mesa de manera sincronizada con el giro del cabezal, ni rotaciones sin retorno (esto es, giros que excedan una vuelta completa). Se utiliza entonces un haz de radiación extenso, poco colimado, que irradia toda la región a explorar rotando el cabezal no más de 360° para obtener distintas proyecciones (2D). Debido a la geometría del haz empleado, esta técnica de adquisición volumétrica es conocida como tomografía computarizada de haz cónico (CBCT, cone beam computer tomography). La figura 7-35 ilustra el funcionamiento de una TC de haz cónico en comparación con una TC de haz en abanico. Pueden obtenerse imágenes de CBCT tanto con sistemas EPID, irradiando con haces de terapia (MV-CBCT), como con LMDI/OBI utilizando haces de rayos X (kV-CBCT) (fig. 7-36). Evidentemente, la calidad de imagen de los CBCT de kV será superior que con los CBCT de MV (energías tan altas degradan el contraste), pero inferior a la de las TC convencionales debido a la mayor canti- dad de radiación dispersa provocada por el haz cónico frente al haz en abanico. Por otro lado, si se utiliza el haz de tratamiento es posible determinar la distribución de dosis que recibe el paciente al realizar un estudio FIGURA 7-34 TC sobre raíles utilizada para comprobar el posicionamiento del paciente en la sala de tratamiento. La imagen de la derecha muestra una disposición que requiere un giro de 180° de la mesa de tratamiento, mientras que en la disposición de la imagen izquierda la mesa gira 90°. CAPÍTULO 7 Equipos de control de posicionamiento guiado por imagen en radioterapia 103 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. MV-CBCT, utilizando el mismo software que calcula los tratamientos diseñados, que podrá tenerse en cuenta en el cómputo total de dosis a impartir. También se ha contemplado como alternativa el uso de arcos quirúrgicos. Son equipos de rayos X móviles, similares a los utilizados en angiografía, hemodinámica o traumatología, que constan de un tubo enfrentado a un panel plano en un brazo en forma de C (fig. 7-37). Permiten generar una imagen 3D a partir de las recons- trucciones de las proyecciones 2D obtenidas con el haz extenso de rayos X, monitorizando la posición del equi- po de imagen mediante sensores infrarrojos. 5.3. Tomografía computarizada de haz de MV en abanico La obtención de imágenes con haces de tratamiento en aba- nico solamente es viable en aceleradores con estativos en forma anular que permitan rotaciones continuas con un avance de la mesa longitudinal sincronizado. Tal es el caso de la tomoterapia helicoidal, diseñada por analogía a los antiguos TC helicoidales monocorte con detectores gaseosos de xenón. Este equipo utiliza para tratamiento haces de 6 MV colimados para espesores de corte relati- vamente gruesos (50, 25 y 10 mm), mientras que para la adquisición de imagen emplea una energía y un espesor de corte menores (3,5 MV y 4 mm), lo que mejora el contraste y reduce la radiación de dispersión al irradiar cortes axiales más estrechos. Este sistema de imagen fue ideado con la restricción de impartir dosis comparables a las usuales en radiodiagnóstico para permitir su uso diario. Aunque permite discernir entre tejidos blandos, su contraste se ve limitado por la presencia de ruido (similar a los antiguos TC de diagnóstico). Dispone de la herramienta de visualización de distribución de do- sis planificada. En la figura 7-38 se ilustra el esquema de la unidad de tomoterapia, junto con un ejemplo de FIGURA 7-35 Esquema de funcionamiento de la TC de haz en abanico y de haz cónico. El haz en abanico está enfrentado a un detector lineal que registra la señal atenuada al irradiar una sección axial del paciente. En cada vuelta obtiene información correspondiente a un corte axial, por lo que el paciente deberá desplazarse longitudinalmente respecto a la fuente de radiación para adquirir sucesivos cortes axiales. En cambio, utilizando un haz cónico enfrentado a un detector plano puede obtenerse información de múltiples cortes axiales en una única rotación de la fuente de radiación, sin necesidad de desplazar al paciente. FIGURA 7-36 Ejemplos de distintos modelos de sistemas de IGRT basados en TC de haz cónico. En la parte superior de la imagen se muestran aceleradores lineales de electrones que utilizan sistemas de rayos X de kV incorporados en su estructura (kV-CBCT), mientras que los equipos que se muestran en la parte