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Universidad Autónoma de Santo Domingo
Facultad de Artes
Escuela de Publicidad
Pub-3320
Creaciones Tipográficas
Historia de la tipografía y la escritura desde la caída del imperio
Romano en occidente hasta el descubrimiento de américa
Profesor: Dionis Castro
Sección 04
Alumno: Albert Berliza
Matricula: 100074580 
Santo Domingo, D.N.
16 de febrero del 2018
LA CIVILIZACION POR ESCRITO
Una de las peculiaridades del animal humano es su capacidad de trasladar eficazmente la experiencia de una generación a la siguiente mediante la escritura. Otras especies tienen rudimentos de cultura y lenguaje, pero solo el ser humano fija el lenguaje y lo convierte en testimonio perdurable que vaya más allá en el espacio y el tiempo; eso es lo que ha creado la civilización humana. Y aunque la escritura no puede reflejar con precisión la entonación, la intencionalidad, la emoción de la voz, los matices y pausas diversas que marcan contextos singulares, es la mejor herramienta que tenemos para la comunicación. Tanto que, en una época en la que se celebran y subrayan los contenidos audiovisuales, las tres herramientas más importantes de interacción y transmisión de información siguen siendo esencialmente escritas: Twitter, Facebook y Google.
Por supuesto, la tecnología de escritura de estas herramientas, como la que utilizamos para escribir estas líneas, es muy diferente de la que se empleó para plasmar el primer poema, 'La canción de amor de Shu-Sin', rey de Ur en 2000 adC., cuya sacerdotisa le dijo, y dice hoy, 40 siglos después: «Marido, déjame acariciarte / mi preciosa caricia es más dulce que la miel».
La historia
El poema en cuestión se encuentra en una tableta de arcilla más o menos del tamaño de un 'smartphone' actual: son unas cuantas líneas sobre un ritual de amor entre un rey y una diosa por medio de su sacerdotisa. La tableta de arcilla fresca fue marcada con una serie de incisiones utilizando un instrumento de carrizo y luego cocida para hacerla permanente. Dado que las incisiones tienen forma de cuña, con un extremo más grueso que el otro, a esta forma de escribir se le llamó «cuneiforme», y surgió en la antigua Sumeria, al sur de Mesopotamia, alrededor del año 3500 adC. El legado de esta forma de escritura son miles de trozos de arcilla, los más de los cuales, de modo un tanto anticlimático, contienen cartas comerciales, inventarios, contratos y otro tipo de asuntos más bien pedestremente financieros, aunque también los hay que nos cuentan parte de la historia, mitos y poesía de los antiguos sumerios.
Poco después en Egipto se desarrollaría la escritura jeroglífica, según algunos expertos como resultado de la llegada de la escritura cuneiforme al reino, en el período dinástico temprano, alrededor del 3150 adC. Esta escritura podía fijarse con tinta en otros materiales aparte de la arcilla, como las hojas de papiro y la piedra. Se creía que el trabajo de escribano, la especialidad de conocer la misteriosa tecnología de transmisión de la palabra que por lo demás estaba prohibida para la mayoría de la población, tenía cierto valor espiritual, místico y trascendental que debía mantenerse en las esferas del poder.
En el siglo XII adC., en la antigua Fenicia, se produciría el siguiente salto tecnológico: el alfabeto. Esa primera serie de letras tal como las entendemos actualmente se desarrolló de distintas formas por el mundo antiguo con gran éxito, con alfabetos hoy ya en desuso. Su innovación era la capacidad de representar cada sonido con un símbolo, en lugar de representar ideas complejas como los ideogramas chinos. Este primer alfabeto carecía de vocales, algo que comparte con otros como el antiguo hebreo.
Los alfabetos griegos y latino serían descendientes directos de este avance fenicio. Los romanos desarrollaron la escritura en tablillas de cera que se marcaban con la punta aguda de un instrumento metálico, el estilo, y se borraban con el otro extremo romo. Estas anotaciones eran, por supuesto, provisionales, aunque podían ser antecedentes de textos permanentes, por ejemplo, los grabados en piedra. El alfabeto se apoyó además en un nuevo material que hace su aparición hacia el siglo V adC.: el pergamino, la piel secada y no curtida de animales, principalmente vacunos, ovejas y caprinos. La herramienta para escribir sobre el pergamino siguió siendo el carrizo hasta la invención o descubrimiento de la posibilidad de usar plumas de ave para retener y extender la tinta sobre el pergamino, algo que ocurrió a partir del siglo VI ddC.
El siguiente avance, la escritura industrializada o masiva, la imprenta, habría de venir de China junto con su complemento indispensable: el papel. Recogida y perfeccionada con tipos móviles por Gutenberg hacia 1450, la escritura y lo escrito comenzaban un proceso de democratización que, obviamente, popularizaba también lo importante: el contenido de lo escrito, las ideas, los conocimientos, las propuestas. Sin la imprenta y el papel, pues, el Renacimiento y la Ilustración habrían sido imposibles.
Con plumas de ave
Pero la escritura personal siguió haciéndose con plumas de ave luego ya en papel, hasta la invención del lápiz, que se desarrolló independientemente en Francia y Australia en la década de 1790, y la plumilla metálica, hija ya de la revolución industrial, que aparece en 1800 y 50 años después había sustituido totalmente a las plumas de ganso. En 1884, la pluma fuente fusionaba la plumilla y el tintero en un solo paquete fácilmente transportable, por ejemplo, para que los poetas pudieran escribir versos en un café o en el parque. La escritura a mano logró un salto tecnológico más en la década de 1940, cuando Georg Biro creó el bolígrafo, que abarató la posibilidad de escribir aún más.
Mientras, la escritura individual se había encontrado con la mecanización en la forma de la máquina de escribir, inventada por un grupo de ingenieros estadounidenses en 1868 y que dominaría las oficinas del mundo hasta la década de 1990. Como la escritura cuneiforme, la máquina de escribir satisfacía antes que nada una necesidad de negocios, comercial, aunque también sería el dispositivo en el que se escribió la mayor parte de la literatura del siglo XX. La máquina de escribir, con su peculiar teclado, sería la involuntaria antecesora del ordenador, primero a través de máquinas especializadas llamadas 'procesadores de textos' y luego integradas en el ordenador multipropósitos que hoy es común. Es el mismo teclado, por supuesto, que encontramos en muchos de nuestros dispositivos, probablemente en el mismo que está utilizando usted para leer estas líneas.
EL ORIGEN DE LA ESCRITURA
Sobre los años 100.000 a 40.000 a.c el hombre desarrollo el lenguaje, sobre 30.000 años a.c empezó a pintar las primeras pictografias en las cuevas del occidente de Europa.
3000 años a.c aparecen las primeras escrituras en Sumeria (Mesopotamia asiática), después ya aparecieron los egipcios a los que consideramos los padres de la escritura.
La escritura en Egipto
Parece ser que lo egipcios tomaron la idea de la escritura de los sumerios, ya que hubo contacto entre las dos culturas; pero los símbolos utilizados por ambos fueron completamente distintos. Además, los umerios escribían en tabletas de arcilla o barro, mientras que los egipcios graban sus dibujos y signos en los monumentos o los dibujaban en vasijas o en rollos de papiro, una especie de papel hecho con fibras de una planta que crece en orillas del Nilo.
La escritura en Arabia
Alrededor del año 2500 la escritura se inventó entre los elamitas, que ocupaban las tierras que hoy forman Irán; y casi simultáneamente surge en el valle del río Indo, al Norte de la India, en lo que es hoy Pakistán.
La escritura en Asia y América
Mientras tanto en el valle del río Amarillo, el pueblo chino también inventaba la escritura. Los incas fueron los únicos en el mundo en desarrollar una espléndida civilización sin llegar a conocer la escritura. Los registros y censo de población que les permitían controlar su extenso imperio se mantenían por medio de un sistemade cuerdas anudadas llamadas quipos que hacía las veces de escritura y de cálculos.
Múltiples orígenes de la Escritura
No hay un único origen de la escritura; nació de forma independiente en diferentes partes del mundo. Parece que las primeras personas que escribieron fueron los sumerios y los egipcios alrededor de 3500-3200 aC. No está claro cuál de esos dos pueblos inventaron la escritura en primer lugar, si bien parece que la escritura egipcia tuvo alguna influencia sumeria y no al revés. Eran pueblos que habían conocido a la agricultura para algunos miles de años y que sentían la necesidad de un sistema de notación para los productos agrícolas. Por lo general, los soberanos imponen impuestos sobre sus propios temas como los productos agrícolas. Ellos usan estos recursos con el fin de pagar por la construcción de palacios y templos, para mantener el ejército, los oficiales de la corte, la corte, etc. También en los intercambios comerciales gente sentía la necesidad de que se les permita realizar anotaciones mercancías. Lo mismo es válido para las ofertas que fueron traídos a los templos. La invención de la escritura fue seguida de cerca de muchas otras innovaciones propias de la edad neolítica, tales como la construcción de ciudades, el uso del bronce, la invención de la rueda, la rueda del alfarero y el telar para tejer. En este periodo, la agricultura y la cría de propagación y fue siempre más importante ser capaz de indicar los bienes y de las personas en cuenta los documentos y en las operaciones comerciales.
Los jeroglíficos de Egipto
La historia del antiguo Egipto es muy extensa. Alrededor de tres mil años en los que evolucionaron y cambiaron muchas cosas, entre ellas su escritura.
Los jeroglíficos, la más famosa, era una escritura muy compleja: algunos símbolos eran ideográficos (es decir, eran un concepto: casa, niña, comer), otros representaban cuatro sonidos y también los había de tres, dos y uno.
Ni siquiera todos los escribas eran capaces de usar este sistema debido a su complejidad, por eso idearon una simplificación más práctica para los textos largos y rápidos que debían fijar en el papiro.
La escritura hierática, los jeroglíficos simplificados
Se trataba de la escritura hierática, que en realidad no era más que una forma de escribir los jeroglíficos muy simplificados. Pero esta escritura se simplificó más aún, y en el siglo VI a.C. la dominante ya era la demótica, una realización que tomó como base la hiératica para hacerla aún más sencilla.
Egipto, como todo imperio, era multiétnico, y en la península del Sinaí, zona bajo su dominio, vivían pueblos semitas (como los judíos o los árabes). Estos cogieron algunos jeroglíficos y los usaron para escribir su propia lengua.
Se conoce muy poco de este sistema, no se sabe si era ideográfico, alfabético o un silabario (cada símbolo es una sílaba, como, en parte, el japonés), pero lo más importante está claro: fue la base del alfabeto fenicio.
El alfabeto fenicio
Pero esto es un poco mentira, porque el alfabeto fenicio no es realmente un alfabeto.
Hago un pequeño paréntesis. Un alfabeto es un sistema en el que por cada sonido hay un símbolo (esto tampoco es verdad, pero habría que liarse demasiado para ser sincero del todo).
Esto no ocurría con la escritura de Fenicia porque solo representaba los sonidos consonánticos, como ocurre (tampoco siempre) hoy día con el árabe. Estas escrituras, pues, no son alfabéticas, se llaman “abyad”.
El griego, primer alfabeto
Los fenicios impulsaron su escritura por todo el mar Mediterráneo, en el que se demostraron grandes comerciantes y navegantes. Allí entraron en contacto con el que puede que haya sido el pueblo más ilustrado de toda la historia europea: los antiguos griegos.
A estos les gustó el sistema fenicio, pero su lengua era muy distinta y no podía permitirse carecer de las vocales en la escritura. ¿Qué hicieron? Adaptaron el alfabeto fenicio según sus criterios y, además, añadieron símbolos nuevos para representar los sonidos vocálicos.
El griego fue, pues, el primer alfabeto de la historia. Una invención digna de un pueblo sabio. Tal genialidad fue, que sigue escribiéndose hoy, exactamente igual, más de tres mil años después, y está disponible como opción en todos nuestros móviles.
El alfabeto griego, como su lengua, viéndose en la situación de privilegio que le otorgaba su incomparable influencia cultural, influyó allá donde tuvo presencia.
De los etruscos a Roma: el alfabeto latino
Así, en Italia, un pueblo amante de la cultura griega emuló su invento, pero modificándolo: los etruscos. Los etruscos crearon un alfabeto basándose en el griego que se usaba en las colonias helenas del sur de Italia.
Lo adoptaron y lo llevaron a todos los territorios italianos a los que se expandieron, sin saber el alcance que tendría, miles de años más tarde. Así, llevaron su alfabeto a la que estaba llamada a ser la gran urbe de la antigüedad. Al símbolo eterno de la civilización europea y occidental: Roma.
El alfabeto que conquistó el mundo
El alfabeto latino recibió ese nombre por ser del Lacio, región donde se encuentra Roma. Es el propio de la mayoría de lenguas del mundo occidental. Pero también de otras como vietnamita y de muchas otras lenguas de lugares donde la colonización europea tuvo importancia.
Además, en aquellos sitios donde no es el alfabeto de la lengua principal, es ampliamente estudiado gracias al inglés, en su versión anglosajona. Porque el alfabeto latino es uno pero también muchísimos. El propio de cada lengua que lo habla. No es el mismo el que usamos para el español que el que se usa en croata, por ejemplo.
Las letras del alfabeto latino
En su origen, el alfabeto latino constaba de las siguientes letras:	
A B C D E F Z H I K L M N O P Q R S T V X.
La letra C representaba el sonido de la G en “gato”. La V era nuestra vocal U. La letra Z, al poco tiempo, cayó en desuso y se eliminó. En cambio, la C tomó el valor de la K, que se convirtió en marginal. La C, así, representaba tanto el sonido K como el de nuestra G.
Al poco tiempo se ideó el palito de la C para diferenciarla de la que sonaba como K. Así nació la G, que tomó el lugar en el hueco que había dejado la Z.
Después de la conquista de Grecia, y dado el aluvión de palabras griegas que invadían la lengua latina, se introdujo de nuevo la Z. Se hizo para representar el sonido sonoro de la s en “maison”, en francés, o la z en “amazing”, en inglés.
Es el mismo sonido de la ese española, pero moviendo las cuerdas vocales. También la Y, para representar el sonido que tanto nos cuesta de la U francesa. Esa vocal entre una u y una i. Las dos letras transcribían sonidos griegos, y solo la élite romana se preocupaba por pronunciarlos. Estos sonidos no existían en el habla del pueblo.
Por otro lado, nuestras mayúsculas derivan de la escritura capital. Concretamente, de las que es la que usaban en monumentos o en documentos importantes. Por su parte, las minúsculas derivan de la cursiva romana, la que usaban los funcionarios o comerciantes para sus textos.
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