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- 1 - APUNTES PARA EL CURSO DE DERECHO ROMANO. PROF. E. DARRITCHON POOL. PRIMERA UNIDAD: INTRODUCCION Y NOCIONES PRELIMINARES: INTRODUCCION: Se ha dicho con certeza que el derecho es en sí un fenómeno histórico lo que conlleva que la inteligencia o entendimiento de una norma jurídica exige el conocimiento de su origen y de su evolución. De esta forma, si no se conoce esta evolución, una regla hoy en día vigente puede aparecer muchas veces como arbitraria o artificial. Lo expuesto, aplicable a todas las ramas del derecho, toma un relieve particular en el derecho privado en razón de la gran permanencia de las situaciones que debe organizar y la gran estabilidad de las instituciones creadas con esa finalidad. En este sentido, nuestro curso se refiere a las principales instituciones del derecho privado romano. En efecto, lo que se intentará en este curso es exponer el sistema y analizar los conceptos jurídicos elaborados por los romanos para regular la vida social y económica de quienes forman parte de la comunidad política romana, la que, en las diferentes fases históricas, va evolucionando gradualmente desde una organización ciudadana que, al surgir en un territorio restringido, concentra y gobierna a grupos originariamente autónomos, dedicados al pastoreo y a la agricultura, hasta llegar a ser la compleja organización de los numerosos súbditos de un gran imperio que domina regiones muy extensas de Europa, Africa y Asia. El derecho privado, según Kaser, es, entre las materias que son parte del Derecho romano, el elemento por así decirlo, nuclear que por su valor y eficacia supera a los derechos de aquella época y de los de épocas posteriores. Según este autor, la magnitud del Derecho romano privado y su importancia histórica se deben a las dotes del pueblo de Roma para el derecho, a su constante atención a las realidades vitales y a un sentimiento jurídico educado, depurado con el transcurso del tiempo. Finalmente, el profesor Peter Stein señala que cuando se piensa en el legado de la Antigüedad clásica, lo primero que aparece es el arte griego, el teatro griego y la filosofía griega; en cambio, cuando dirigimos la mirada hacia Roma, lo que viene a nuestra mente es, además de las calzadas y acueductos romanos, el Derecho Romano, destacando que los romanos no prestaron mucha atención ni la Teoría del Derecho ni a la Filosofía del Derecho, centrando su atención en las reglas que gobernaban la propiedad individual y las acciones derivadas de ésta. - 2 - PRECISIONES TERMINOLOGICAS: A)SENTIDOS DE LA EXPRESION DERECHO: Sin pretender agotar el tema sobre el concepto de derecho y para efectos de entender adecuadamente el sentido que le podemos dar o atribuir a la expresión Derecho romano, no debemos dejar de considerar que la palabra derecho admite distintas acepciones. Así, sólo a modo ejemplo, la dogmática moderna considera que la expresión derecho se puede utilizar entendida como derecho objetivo o bien como derecho subjetivo. En lo referen En lo referente a la terminología latina tendríamos que destacar que la expresión latina “ius” designaría, según algunos, tanto el derecho en sentido objetivo, entendido como norma u ordenamiento jurídico, cuanto el derecho en sentido subjetivo, esto es, como facultad o poder reconocido por el ordenamiento jurídico a un sujeto. Así, Gayo nos señala que todos los pueblos que se rigen por leyes y costumbres usan en parte su propio derecho y en parte el que es común a todos los hombres. Aquí, la expresión derecho se toma en su sentido objetivo. Por su parte, Ulpiano nos indica que “nadie puede transmitir a otro más derecho que el que uno tiene”, utilizando la expresión derecho en su sentido subjetivo. En todo caso, Alejandro Guzmán Brito considera que los romanos no habrían utilizado la palabra ius en el sentido de derecho subjetivo sino exclusivamente en su sentido objetivo, pero precisando que la expresión derecho objetivo él la entiende no como norma o conjunto de normas jurídicas sino más bien régimen jurídico, esto es, al ordenamiento positivo vigente en Roma, destacando que el Derecho romano no es sólo norma puesta por el Estado sino que tiene muchas otras fuentes, entre las que se puede destacar la respuesta de los prudentes o jurisprudencia. Volterra señala que, si bien los juristas romanos no formularon nunca teóricamente el concepto de derecho subjetivo, el examen de los textos de los juristas clásicos lleva a la persuasión de que concebían el otorgamiento a una persona de la facultad de exigir de otros un determinado comportamiento. En todo caso, este romanista destaca que en las fuentes jurídicas romanas ius, en el singular y sin añadir calificaciones, es usado con el significado general de derecho objetivo, o en referencia a una norma particular, o también con el significado de derecho subjetivo (ej. ius in re aliena). Por su parte, Miquel advierte que en las fuentes romanas la expresión ius aparece en una tercera acepción, que coincide, parcialmente, con las de derecho objetivo y derecho subjetivo. Así, por ejemplo, cuando en la Ley de las XII Tablas se dice “ita ius esto” (“tal sea derecho”), no se trata ni de derecho objetivo ni de derecho subjetivo, sino más bien, de derecho en el sentido dinámico de posición justa, tal como lo destaca Alvaro d’Ors. Finalmente, la expresión derecho puede ser utilizada en otros sentidos, así en ciertos casos se quiere aludir al derecho como ciencia jurídica, y, otras veces, se utiliza la expresión derecho como sinónimo de justicia y otros valores jurídicos. - 3 - B)CONCEPTO DE DERECHO ROMANO: Fernando Betancourt señala que se puede, entre otras alternativas, dar dos conceptos según se atienda a una perspectiva histórica o a una institucional. C.1)Concepto histórico: sistema jurídico, esto es, el conjunto de normas, costumbres e instituciones, por el cual se rigió Roma desde la fundación de la ciudad en el año 753 a.C. hasta la muerte del Emperador Justiniano en el año 565 d.C. Al respecto, el profesor Eduardo Volterra señala que la tarea que se propone esta disciplina es dar una noción, lo más completa posible, del Derecho privado romano, de sus instituciones, de su formación y desarrollo y que el objeto es la reconstrucción del ordenamiento jurídico de la comunidad política romana, en las diferentes épocas de su historia, destacando que, convencionalmente, se suele citar esta historia entre la fundación de Roma y la muerte del emperador Justiniano. Al respecto, los profesores Ghirardi y Alba, precisan que este gran período, más de un milenio de extensión, corresponde a lo que vulgarmente se denomina la “primera vida del derecho romano”. C.2)Concepto institucional: conjunto de soluciones que la antigua sociedad romana dio a los conflictos patrimoniales entre particulares. Volterra destaca que desde época antigua los romanos advirtieron que el conocimiento del derecho debía basarse necesariamente en el estudio ordenado del sistema jurídico y así son los únicos, entre todos los pueblos antiguos, que elaboraron manuales elementales llamados institutiones, donde se exponen brevemente, de forma sencilla y fácil, según un orden y una distribución sistemática los institutos del derecho privado y se sintetizan principios generales, conceptos y definiciones (institutiones viene de instituere que significa instruir, educar, enseñar, iniciar en una determinada disciplina). El estudio de las instituciones de derecho privado romano corresponde a lo que se designa como historia interna, que es, sin duda alguna, el objeto de este curso, pero resulta imprescindible entregar nociones sobre la organización política de Roma y las fuentes formales del derecho, parte del curso que se suele designar bajo el título de historia externa. Con laenseñanza de la historia del Derecho romano lo que se pretende es demostrar que existe una conexión entre historia jurídica y evolución social. En este sentido Latorre señala que conocer la realidad social de una época ayudará a comprender no sólo su realidad jurídica, sino los cambios que en ésta se producen como consecuencia del dinamismo de aquélla. PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL DERECHO ROMANO: El profesor Alfredo Di Pietro le atribuye las siguientes rasgos que, en su concepto, permiten destacar al Derecho Romano entre los otros derechos de la antigüedad y que, de una forma u otra, aseguraron su permanencia. 1)Prudente armonización de la libertad con el principio de autoridad. La plena regulación de la vida social permite el juego autónomo de la libertad individual. 2)Continuidad en la evolución jurídica. Como resultado de una combinación de reverente tradicionalismo y de apertura a los nuevos requerimientos sociales. Las instituciones que comienzan a ser obsoletas no se destruyen sino que se las mantiene al lado de las que van surgiendo. Esto lleva a un acumularse de experiencias y resultados, a la convivencia y estratificación de fuentes y sistemas de derecho. - 4 - 3) Pluralidad de fuentes y sistemas jurídicos. Es necesario reconocer en el sietema jurídico romano la coexistencia de estructuras jurídicas distintas y contrapuestas entre sí, en su campo de aplicación, origen o fundamento: un ius civile (exclusivo de los ciudadanos romanos) contrapuesto a un ius gentium (derecho para las relaciones de y con extranjeros); Por su parte, ese mismo ius civile, proveniente de la interpretación, jurisprudencial y de la legislación, y enriquecido con instituciones del ius gentium, aparece enfrentado al ius honorarium, originado en la función jurisdiccional del pretor; las leges (producto del poder legislativo del emperador) como antinomia de los iura, expresión, a través de las obras de juristas, de todo el derecho anterior, etcétera. 4)Derecho de juristas. Tiene su base en el hecho de que la fuente más importante del derecho preclásico y clásico son las opiniones y dictámenes de individuos privados, sin otro fundamento que el de su prestigio y la adecuación de sus soluciones a la vida social, las que adquirían directamente valor normativo y vinculatorio para los órganos judiciales sin necesidad de pasar previamente por los órganos legislativos estatales. El profesor Javier Barrientos Grandon precisa que un derecho puede calificarse como de juristas cuando, tanto los criterios jurídicos conforme a los cuales deben ser resueltos los conflictos, cuanto la validez de tales criterios emana de los juristas, quienes, por lo tanto, además de producir el contenido de las disposiciones, con su elaboración dan existencia válida, vigente y vinculante a dicho contenido. Sobre el particular precisa que la validez y vigencia vinculante de un derecho de juristas se funda en la auctoritas de los mismos jurisconsultos, vale decir, en su saber socialmente reconocido, que es el que determina el grado de aceptación de sus opiniones. De esta forma, en los derechos de juristas, por estar cimentados en la autoridad, que por esencia actúa por grados y no en forma unitaria, la vigencia y validez de los criterios jurídicos en casos controvertidos (ius controversum) dependerá precisamente del nivel más alto de autoridad reconocida a ciertos juristas, y en aquellos otros en que no exista discrepancias sino acuerdo, será la autoridad de todos los autores la que determine su vigencia como criterio socialmente aceptado (communis opinio doctorum). La actividad de los jurisconsultos en un derecho de juristas tiene por único sustento de contenido y validez la propia autoridad, no vinculada al poder y, por lo tanto, se desenvuelve libremente y se expresa sin la necesidad de cumplir requisitos formales, en sus opiniones orales o escritas. El profesor en referencia enseña que en la historia del derecho no se presentan casos puros de derechos de juristas, sino que se los califica como pertenecientes a los de esta categoría en atención al predominio que alcanzan los juristas como principal fuente de creación del derecho, así en el Derecho Romano Clásico, que es una de las más claras manifestaciones de un derecho de juristas, también se presentaban expresiones del derecho legislado emanado de la potestad pública, tales como las leges y los edicta. En el caso de los que podrían denominarse derechos legislados, en ellos la validez y vigencia vinculante de las disposiciones emana del poder público que es denominado legislador, pues su contenido puede proceder no sólo del propio legislador, sino también de los juristas. La validez y vigencia vinculante de un derecho legislado se deriva de la potestas pública que sanciona formalmente determinado contenido como derecho, es decir, su validez y fuerza vinculante se basan en el poder socialmente reconocido. En un derecho legislado, las disposiciones que contienen los criterios jurídicos para resolver los conflictos, necesariamente deben expresarse en una forma preestablecida, cumpliendo ciertos requisitos, como su escrituración, promulgación, publicación, etc. - 5 - El derecho romano de la época postclásica correspondió al modelo de un derecho legislado, pues su principal fuente de creación fue el emperador a través de las diversas formas de constituciones imperiales 5)Sentido de la realidad. Los juristas mantenían contacto constante con la realidad y la conciencia social, situándose al margen de ideologías y utopías. 6)Tipicidad de las instituciones. Los romanos, de espíritu real y concreto, si bien superaron el tratamiento casuístico, no llegaron a las formulaciones extremadamente abstractas de las teorías generales, sino que centraron su atención en el estudio de los tipos, es decir, de cada tipo de institución. Esto significó un razonable término medio entre un empírico casuismo y un abstracto conceptualismo generalizante. 7) Falta de codificación. Una codificación que cubriera la totalidad de la vida jurídica hubiera parecido a los romanos cristalizar o anquilosar un proceso de desarrollo que su experiencia les mostraba incesante. 8) Tendencia a la universalidad. Como producto de la expansión política y cultural romana y la paulatina integración con tantos pueblos. IMPORTANCIA Y UTILIDAD DEL DERECHO ROMANO: Si bien las razones que justifican impartir un curso de Derecho romano son muchas, sólo a modo de ejemplo mencionaremos las siguientes: 1.-La trascendencia del Derecho romano: El estudio del Derecho romano y de sus instituciones nos reporta importante información sobre el contenido de las instituciones de nuestro ordenamiento jurídico. En nuestro país la influencia del Derecho romano se ha hecho sentir especialmente en el derecho civil y sin duda los conductos han sido el derecho español (Las siete partidas (Alfonso X El Sabio), la nueva y novísima Recopilación y algunos preceptos de las Leyes de Indias; el derecho francés (aquí destaca de manera prominente el Código de Napoleón de 1804); el Corpus Iuris Civilis y la influencia de la pandectística y la autoridad científica de los romanistas alemanes del siglo XIX. En concreto, el Derecho romano es la base de la mayor parte los ordenamientos vigentes en los países latinoamericanos y en Europa continental. En nuestro caso el derecho romano lo recibimos de España a través de las recopilaciones de leyes castellanas, como el Fuero Juzgo, el Fuero Real, el Ordanamiento de Alcalá, las Leyes de Toro, y particularmente, de las Siete Partidas (1348), la Nueva Recopilación de Castilla (1567), la Novísima Recopilación (1805) y la Recopilación de Indías. Posteriormente, con ocasión de la llamada “codificación” (durante el siglo XIX) se da una nueva recepción del Derecho Romano,a través de los proyectos y códigos elaborados por juristas de profunda formación romanista, como Andrés Bello en Chile, Augusto Texeira de Freitas en Brasil y Dalmacio Velez Sarsfield en Argentina. De esta forma, al estudiar el derecho privado romano estamos estudiando nuestro propio derecho privado. - 6 - 2.-El Derecho romano tiene un valor formativo de primer orden. Una prueba de ello es que se enseñe en numerosos países cuyos sistemas jurídicos no fueron influenciados por las estructuras romanas (Inglaterra, Estados Unidos, Japón) o que quisieron desprenderse de las tradiciones jurídicas occidentales (Europa del Este). El Derecho romano ofrece un cuadro completo de instituciones, en nuestro caso fundamentalmente de derecho privado y que, por lo general, se entrega a un alumno que no conoce y menos maneja el vocabulario jurídico. Estas instituciones se destacan por la simplicidad y plasticidad de sus estructuras y por la economía en los medios utilizados. Miquel sostiene que el Derecho romano es la base de la terminología jurídica, lo cual explica su importancia en la introducción al estudio del Derecho. En este mismo sentido, Margadant sugiere que el estudio del derecho romano proporciona entre otras cosas una cultura histórico-jurídica, una introducción al estudio del derecho y un panorama de las instituciones básicas del derecho privado contemporánea, que permiten al alumno adquirir un criterio jurídico. Por otra parte, el Derecho romano, además de servir de una suerte de introducción al derecho privado y entregar un panorama de las instituciones básicas del derecho civil, permite al alumno adquirir criterio o sentido común jurídico. 3.-El estudio del Derecho romano permite apreciar la evolución de reglas jurídicas bajo la presión de factores sociales y políticos que van variando. Así, en sus principios regula las relaciones que se dan en una pequeña ciudad hasta llegar a regir todo un imperio, que luego entra en decadencia. En este sentido, según veremos, es posible distinguir distintos períodos en la evolución del Derecho romano. De esta forma, el estudio del Derecho romano permite apreciar el sentido de la evolución y la relatividad de las instituciones jurídicas. Miquel señala que el Derecho romano ayuda a comprender que el Derecho es primordialmente producto histórico y cita a Albanese quien sostiene que el Derecho es esencialmente historia, en cuanto fenómeno humano en el tiempo, en cuanto fenómeno social. Pugliese postula que la única forma de conocer completamente el Derecho es considerarlo en su devenir histórico, pues de esta forma se adquiere el sentido de su relatividad y se aprende, por otra parte, cuanto haya en él de instancias y medios técnicos permanentes, superando la impresión de arbitrariedad y de artificio que procura el examen estático de un Derecho vigente. Ricardo Panero señala que el Derecho romano sirve como vehículo adecuado para ir creando en el estudiante una conciencia histórica. 4.-Finalmente, frente a quienes cuestionan el aporte del Derecho romano, el profesor Juan Iglesias nos recuerda que ellos dijeron cosas como éstas: -El derecho proviene de la justicia que le da nombre y es definido por Celso como arte de lo bueno y de lo justo (D.1.1.1. pr.). Justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo (D. 1.1.10 pr). Estos son los preceptos del Derecho: vivir honestamente, no dañar a los demás y dar a cada uno lo suyo (D.1.1.10.1). Las leyes no se establecen para cada persona en particular, sino para todas en general (D.1.3.8). La libertad es cosa inestimable, la más apreciable de todas (D.50.17.106). Rechazamos la violencia y la injusticia. Y puesto que la naturaleza estableció entre nosotros cierto parentesco, se desprende que es ilícito atentar un hombre contra otro (D.1.1.3). Las leyes deben interpretarse en el sentido más benigno, de suerte que se respete la voluntad que es propia de ellas (D.1.3.18). En los casos dudosos conviene seguir el parecer más humano (D.50.17.56). La razón de la equidad no tolera que alguien sea condenado sin ser oída su causa (D.48.17.1). No todo lo lícito es honrado (D.50.17.144). Es justo, por derecho natural, que nadie se enriquezca con detrimento y perjuicio de otros (D.50.17.206). Tengamos por consejera la equidad cuando falle el derecho (D.39.3.2.5). - 7 - CONCEPTOS JURIDICOS ROMANOS RELEVANTES O PRECISIONES SOBRE IUS, IURISPRUDENTIA, IUSTICIA, AEQUITAS, FAS, MORES O BONI MORIS Y LOS TRIA IURIS PRECEPTAE. A)IUS (DERECHO): Celso define al “ius” como el arte de lo bueno y lo equitativo. Esta definición es criticada por no deslindar adecuadamente el campo de lo moral y de lo jurídico, pues involucra la practica del bien “lo bueno”, como un elemento del derecho, sin perjuicio de que según algunos al utilizar esta expresión lo que pretendió Celso fue hacer referencia a lo ajustado a la ley, a los principios procesales o bien, como sugieren otros, contiene una referencia a lo que hoy se denomina bien común (lo que beneficia a la comunidad). Para algunos ius se puede traducir como “lo justo” según las concepciones sociales y las decisiones de los expertos en justicia. En todo caso, para algunos esta “confusión” tendría su explicación en la influencia del estoicismo griego, doctrina filosófica que entendía que el derecho era una moral restringida. Por otra parte, al utilizar la expresión arte, nos está delatando que se trata de un saber, una ciencia y así se dice que los juristas desarrollan la técnica de la justicia, lo cual logran por medio del conocimiento de las cosas divinas y humanas, ciencia de lo justo y de los injusto, vale decir, mediante la jurisprudencia. Al destacar el carácter científico lo que se estaría, según algunos, destacando es que el derecho emana de la razón. En todo caso para algunos como Koschaker el derecho no es ciencia sino precisamente arte; un arte en cuyo cultivo se aprovechan los resultados de la investigación científica de carácter histórico- jurídico, sociológico, psicológico, etc. PRECISIONES TERMINOLOGICAS SOBRE IUS Y DERECHO: Ulpiano considera imprescindible saber de donde deriva el termino ius; así, señala: “Conviene que el que ha de dedicarse al derecho conozca primeramente de dónde deriva el término ius. Es llamado así por derivar de iusticia, pues como elegantemente define Celso, el derecho es la técnica de lo bueno y de lo justo. En razón de lo cual se nos puede llamar sacerdotes; en efecto, rendimos culto a la justicia y profesamos el saber de lo bueno y de lo justo, discerniendo lo lícito de lo ilícito, anhelando hacer buenos a los hombres no sólo por el temor de los castigos, sino también por el estimulo de los premios..” En todo caso, existen diversas teorías sobre el origen de la expresión ius. Al respecto, el profesor Volterra sostiene que la etimología de la palabra ius, cuidadosamente estudiada por los lingüistas, no ofrece, a primera vista, una guía segura para entender plenamente su significado. Así, Fernando Betancourt señala que el sustantivo ius parece tener relación con Iouis – Iuppiter, el dios que castiga el perjurio y, por tanto, posiblemente surgió en un entorno eminentemente religioso, pero que luego se fue secularizando. En cambio, Alejandro Guzmán destaca que originalmente ius no era un sustantivo sino un adjetivo, como en la expresión ius est, para atribuir a algo la calidad de ajustado y agrega que la forma arcaica es ious y que de ella se derivan: iustus, iusticia, iudex, iuridictio y otras. Por su parte, en cuanto a la expresión derecho, que utilizamos para designar lo que los romanos entendieron por “ius”, derivaría del adjetivo latino “derectum” o “directum”, expresión que es más bien judeo-cristiano. Con esta expresión se denota un importante contenido moral quese atribuye al derecho, correspondiéndole la función de señalar el camino de la rectitud de las conductas humanas, obedeciendo a la idea judeo-cristiana de que conducta justa es la que sigue el camino recto. - 8 - ACCION Y DERECHO SUBJETIVO: Según algunos autores, existiría una estrecha relación entre el ius entendido como derecho subjetivo y la “actio” o acción, ya que ésta era el instrumento procesal por cuyo intermedio el ordenamiento jurídico garantizaba a las personas la protección de sus derechos. En este sentido Celso nos señala que la acción no es más que el derecho de perseguir en judicialmente lo que le deben a uno, sin perjuicio que este concepto para algunos corresponde más bien al de acción in personam. Volterra destaca que los juristas romanos preferían examinar la relación jurídica desde el punto de vista de la acción y, por tanto hablar de actiones in rem o in personam en lugar de derechos subjetivos reales o de derechos subjetivos de obligación (personales), sin perjuicio de entender que eran dos cosas distintas la acción y el derecho subjetivo. La razón que explicaría la relevancia dada por los romanos a la actio y, por tanto, su preferencia en considerar bajo este aspecto, y no bajo el de derecho subjetivo, las situaciones jurídicas, se encontraría en la actividad jurisdiccional del pretor, quien en algunos casos negaba a titulares de un derecho subjetivo la actio, mientras que, por otra parte, concedía en otros casos la actio a otros que, no siendo titulares de un derecho subjetivo, se encontraban en una situación de hecho no reconocida por una normas del ius civile. De esta forma, para los romanos tenía mayor importancia, antes que afirmar que se tenía un derecho subjetivo, el poder afirmar que se tenía una actio, esto es, el encontrarse en una situación jurídica o de hecho que el pretor había tutelado judicialmente Al respecto Di Pietro destaca que los juristas romanos no determinaban si en un caso dado una persona tenía un derecho subjetivo, sino si le era otorgada o no una acción. Así, el pretor no concedía o negaba derechos sino acciones; su edicto era un repertorio de acciones para las distintas situaciones que se podían presentar. De esta forma, existe una pluralidad de acciones, algunas con base en el ius civile y otras propias del ius honorarium. En todo caso, corresponde al derecho pretorio la definitiva estructuración del orden jurídico como sistema de acciones típicas para cada situación jurídica, facilitando de esta forma la posibilidad de contemplar las diferentes situaciones jurídicas desde el punto de vista del derecho real o personal presente en las mismas, debiendo, eso si, reconocer la existencia de situaciones en las que se produce una confluencia de relaciones, reales y personales, que dan lugar a una diferente sanción procesal. En concreto, y así lo destacan Beatriz Bernal y José de Jesús Ledesma, la concepción clásica de la facultas (derecho en sentido subjetivo) va inseparablemente unida a la idea de actio; esto es, como poder de acudir a los tribunales en demanda de justicia, de tal manera que no hay verdadera facultas sin su actio respectiva, de aquí que el derecho clásico se presente más como un sistema de acciones que de derechos subjetivos. Al respecto el profesor Ricardo Panero sugiere que, en base a la distinción entre acciones civiles y pretorias, puede afirmarse que en las primeras el derecho precede a la acción y en las segundas la acción precede al derecho. - 9 - B)IURISPRUDENTIA (JURISPRUDENCIA): Ulpiano la define como el conocimiento de las cosas divinas y humanas, ciencia de lo justo y de lo injusto. Al respecto Alejandro Guzmán Brito nos señala que la determinación de qué o cuál sea el ius pertenece al orden estrictamente intelectual, por lo cual constituye una ciencia. El ius en cuanto ars (técnica) encuentra su presupuesto moral en virtud de la prudencia o conocimiento de las cosas que se deben hacer y de las que no se deben hacer o evitar. La prudencia es la virtud de realizar actos buenos y rechazar las acciones malas. La iurisprudencia es propia de los juristas o jurisconsultos jurisprudentes. En todo caso, es necesario destacar que el principio de la ciencia jurídica romana se encuentra en la actividad del colegio de los pontífices organismo al cual le correspondía la custodia e interpretación de las normas sagradas y jurídicas con carácter exclusivo lo cual termina en gran medida al publicar Gneo Flavio, secretario de Apio Claudio Ceco, alrededor del año 300 a.C, una obra conocida como “ius flavianum” en la cual se publicitan el calendario pontifical y los formularios procesales, cuyo conocimiento, conservado siempre en el secreto, era la clave principal del poder pontifical, lo que luego es complementado en el año 280 a. C por Tiberio Coruncanio, primer pontífice máximo plebeyo, al crear un consultorio completamente público. Tampoco se puede desconocer el efecto de la publicación de la Ley de las XII Tablas (451-450 a. C.) que permitió conocer a la colectividad los principios que orientaban al derecho. Lo anterior determinó el surgimiento de juristas laicos, conocidos luego como iurisprudentes. EL JURISTA ROMANO, NOTAS CARACTERISTICAS DE SU ACTIVIDAD: En Roma el artífice de la ciencia jurídica es el jurisconsulto. Al respecto el profesor Schulz ha destacado que la denominación iurisconsultus se reservaba siempre para los juristas laicos, pero que dicho título no expresaba ninguna distinción de rango ni de grado, sólo se trataba del apelativo naturalmente adaptado a una persona que da su parecer previa consulta en calidad de experto en derecho, vale decir, de quien ejercía la actividad de consejero jurídico, debiendo destacarse el hecho de que los juristas no disponían de potestad, a diferencia de los magistrados, pero eran considerados por el público como técnicos fiables, gozando de esta forma de una suerte de autoridad y para poder comprender adecuadamente esto es necesario es necesario destacar ciertas características. 1.-Su actividad es esencialmente práctica y con vías a dar respuestas o soluciones prácticas, justas e útiles. Su actividad no está orientada por un fin especulativo. 2.-La virtud suprema del jurista es la prudencia. 3.-Los juristas son creadores del Derecho. Su actividad general y comprensiva de todo ámbito jurídico, la interpretatio prudentium, es a la vez creadora, integradora e inspiradora del Derecho. Son ellos los que proporcionan a los jueces el derecho que estos utilizaban para resolver sus fallos. 4.-Como corolario de las características anteriores, las decisiones de los juristas llegan a formar un conjunto de principios y reglas de Derecho, que pueden aplicarse en todo tiempo y lugar. Así, partiendo del rígido Derecho Quiritario, valiéndose del Derecho de Gentes, llegan a crear un sistema universal y de efectos permanentes. - 10 - RESPONDERE, AGERE Y CAVERE: Los juristas romanos son expertos en el arte del respondere, el agere y el cavere. El respondere consiste en contestar a las consultas que se le formulan sobre casos reales y debatidos. Carlo Cannata precisa que el parecer del jurista concernía a un acto ya celebrado y lo que hacía era explicar sus efectos. La actividad del agere consiste en la dirección del proceso, dando a la parte una nota escrita de las legis actio o formula, o acompañando al interesado ante el magistrado y sugiriéndole las palabras a pronunciar o los actos a cumplir (derecho estricto, formal, ritualista). Dicho de otra forma consiste en asesorar jurídicamente a las partes y sobre todo a sus abogados durante un proceso Finalmente, mediante el cavere, los juristas intervienen en el tráfico jurídico señalando a quien le consulta como debe actuar de forma tal de evitar ciertos perjuicios en elambito de sus negocios. Cannata señala que aquí el parecer del jurista tendría una función de precaución. En todas estas actividades lo que prima es la prudencia, basando su actuación en un proceder recto y una actitud firme que, como virtud moral, ha de regir todas las vicisitudes y azares de la vida. La prudencia es una actividad intelectual y moral encaminada al logro de lo justo y de lo útil en el recto desenvolvimiento de la vida social y jurídica. La prudencia se estructura sobre la base de los justo y de lo útil, de forma tal de satisfacer una necesidad, lo que explica el carácter eminentemente práctico del jurista romano (No se preocupa de elaborar teorías, pero mediante su tarea de elaboración en base a casos o consultas, supo crear reglas e instituciones jurídicas que han servido de fundamento al Derecho de todos los tiempos). IMPORTANCIA DE LA JURISPRUDENCIA Y SU RELACION CON LAS DEMAS FUENTES (Extracto de comentarios del profesor Alejandro Guzmán Brito): El profesor Guzmán Brito destaca es que la jurisprudencia puede ser considerada como fuente autónoma y directa de derecho en lo que respecta al ius civile, sin perjuicio de que sus responsa carecían de valor vinculante, ya que los jurisconsultos carecían de potestas. La eficacia que alcanzaran derivaba nada más que de la personal auctoritas de que gozara el jurista emisor. En todo caso, las opiniones vertidas por los juristas en el curso de un dilatado tiempo podían llegar a uniformarse, y en tal caso resultaba muy difícil a los órganos aplicadores del derecho apartarse de ellas. Desde comienzos del principado los juristas tendieron a distribuirse en dos corrientes jurisprudenciales, que se remontan al magisterio de Nerva y Próculo, por un lado, y de Masurio Sabino y Casio, por otro, debido a lo cual se denominó proculianos y sabinianos a los juristas seguidores de una u otra tradición. En todo caso, no obstante existir un fuerte debate respecto de las diferencias básicas ente ambas escuelas, Stein sugiere que ellas se refieren más a cuestiones de método que sustantivas. Así, los sabinianos tendían a justificar sus opiniones, basándose en la práctica tradicional y la autoridad de los primeros juristas. Por su parte, los proculeyanos defendían la estricta interpretación de todos los textos e insistían en que las palabras y las frases deberían tener en todos los casos un significado único y constante. Al respecto, Guzmán Brito destaca que no obstante haber sido Salvio Juliano proclive a los sabinianos, él mismo tendió a superar las controversias que separaban a ambas escuelas, por lo que después se disolvieron. - 11 - Por otra parte, otra vía de intervención jurisprudencial dice relación con la actividad del pretor, quien, siendo por lo general una suerte de político al cual se unía la función militar, carecía de conocimientos y experiencia en el ámbito jurídico, se hacía asesorar al efecto por juristas, un consilium de juristas, en cuyo seno se preparaba y redactaba el edicto año a año, conforme con criterios técnicos. Al respecto, se destaca que la renovación formal año a año del edicto, e incluso la posibilidad de modificar en cualquier tiempo el edicto inicial, fue una razón más de la eficacia de esta fuente: daba la ocasión para examinar y revisar el contenido del edicto anterior que debía quedar incorporado en el nuevo, a la luz de la experiencia y de los avances de la ciencia jurídica, lo cual permitía perfeccionar el material recibido. Además, permitía ensayar nuevas soluciones con facilidad, en contraste con las dificultades que ofrecía la tramitación de una ley, y sin el riesgo de tener que soportar por mucho tiempo una solución que después se mostrara mala o ineficaz. En este sentido, el profesor Cannata destaca que la introducción del procedimiento formulario permitió a los juristas introducir importantes reformas al derecho privado, innovaciones que si bien era formalmente competencia de los magistrados, ya que implicaban el ejercicio del poder jurisdiccional, atendido su carácter técnico determinó la asistencia cotidiana y decisiva de juristas profesionales, consejeros necesarios de un político que cumplía su oficio anual. En todo caso es conveniente destacar que en los albores del siglo II, bajo el mandato de Adriano, se terminó con esta suerte de renovación del edicto, al dársele una forma permanente por parte del jurista Juliano. A fines del período clásico alto, el derecho comienza a recibir la influencia reformadora de las constituciones imperiales del tipo rescripta y decreta, donde también puede apreciarse la influencia de la jurisprudencia. En efecto, los emperadores conservaron la vieja tradición republicana que exigía la asesoría de un consilium para el ejercicio de las potestades públicas, integrado por personas de reconocida autoridad. De esta manera, los juristas tuvieron oportunidad de ejercer influencia en el despacho de asuntos jurídicos por medio de rescriptos y decretos. A partir de Adriano, cuando el consilium empieza a ser sustituido por un organismo burocrático como la cancillería imperial, los cargos más importantes fueron servidos por juristas por lo cual se acrecentó su influencia en la formación del nuevo derecho en razón del carácter oficial de su interpretación. En lo referente a las leyes, plebiscitos y senado consultos, en ninguna época la jurisprudencia tuvo influencia en su formación, pero la palabra definitiva acerca del destino de estas normas generales la tenían los juristas pues, una vez emanadas, ellos eran los encargados de interpretarlas, labor que estos realizaban con gran libertad por lo cual el material original (ley, plebiscito o senado consulto) resultaba totalmente reelaborado y transformado. En todo caso la interpretación de los juristas no se limitaba a las normas generales, pues también tocaba al propio edicto y a las constituciones imperiales. C)IUSTITIA (JUSTICIA): Ulpiano nos dice que es la voluntad firme y continuada de dar a cada uno lo suyo. La definición de Ulpiano conlleva el problema de determinar que es lo que a cada cual corresponde. - 12 - D)AEQUITAS (EQUIDAD): Según Aristóteles es la justicia aplicada al caso concreto. El concepto de equidad manejado por los juristas romanos clásicos difiere de esta concepción, pues por tratarse de hombres esencialmente prácticos, concibieron a la equidad como el fin útil y justo al que debe adaptarse el derecho. En este sentido, se dice que la equidad, inspiradora de los magistrados y juristas, influye así sobre la evolución de las reglas e instituciones jurídicas, permitiendo la acomodación del ius a las nuevas exigencias, constituyendo un paliativo al excesivo rigor que resulta de aplicar una determinada norma jurídica. Así, Antonino Pio señala: “Aunque las solemnidades judiciales no deben alterarse fácilmente, hay que poner remedio cuando la evidente equidad así lo aconseje.”. El profesor Sabino Ventura Silva señala que la aequitas fue para los romanos el modelo a que debía adaptarse el derecho, la finalidad a que la norma jurídica debía tender; cuando ello no era así, la norma jurídica resultaba iniqua, por separarse de la aequitas, pero destaca que ella siempre es referida a un determinado momento en la conciencia social. Finalmente, debemos destacar que el Derecho Justinianeo, influido por la equidad cristiana, asigna a la aequitas el significado de humanitas, pietas, benignitas, benevolentia. E)FAS: En su estado inicial, las civilizaciones tienden a mezclar reglas de naturaleza religiosa, moral y jurídica, pero los romanos comenzaron tempranamente a distinguir los distintos órdenes de reglas, confiando a autoridades diferentes la función de asegurar su observancia. Así, el dominio religioso fue reservado a los pontífices. Los censoresvigilaban el respeto de la moral. La administración de justicia fue confiada a los pretores. Esta división de campos representa, para el progreso del derecho, una doble ventaja: a)el derecho al ser privado de un carácter sacro podía ser objeto de discusiones y críticas y, b)su conocimiento podía ser transmitido y perfeccionado gracias a una enseñanza accesible en principio a todos los ciudadanos. En los albores del derecho es difícil distinguir el fas de las reglas o normas jurídicas (ius), si bien pronto van diferenciándose. En efecto, en un primer tiempo las expresiones ius y fas expresan la licitud de un determinado acto o comportamiento, es decir, su conformidad con la voluntad de los dioses. En cambio, en épocas siguientes, se comenzó a diferenciar un ius divinum destinado a regular las relaciones de los hombres con los dioses; y un ius humanum que regula las relaciones de los hombres entre sí. De esta forma, en los últimos siglos de la República fas sólo significa lo lícito religioso, equivale a la norma divina en su origen y en el objeto sobre la que recae y nefas sería aquello prohibido por el ius divinum, pudiendo conceptualizar el fas como aquellos preceptos o normas que ordenan las relaciones humanas con los dioses, sancionado con penalidades religiosas. - 13 - F)MORES MAIORUM Y BONI MORIS: Con el término boni moris se alude a las normas morales, vale decir, una serie de reglas o normas de conducta que debían ser observadas para obrar rectamente en la esfera jurídica pública y privada, y cuya inobservancia acarreaba para los ciudadanos romanos el poder ser tachados con nota infamante en el censo. Los negocios jurídicos celebrados en contra de ellas constituían un negocio inmoral. En este sentido se dice que la moral regula los deberes del hombre consigo mismo y su conciencia. Miquel enseña que la contraposición entre ius y mores maiorum, apunta, más que a la formación de un Derecho a partir del uso social (mos), a la relación del Derecho y una ética social conservadora. De esta forma, las mores maiorum actúan como freno a la arbitrariedad y abuso de los derechos subjetivos. Así, aun cuando el pater familias tenga el derecho de vida y muerte sobre sus hijos (ius vitae necisque), las mores maiorum contribuyen eficazmente a que no ejercite ese derecho. De esta forma también se entiende que, no obstante ser el legítimo matrimonio romano (iusta nuptia) disoluble, son muy pocos los divorcios en la época primitiva, lo cual sólo se explica por la ética social imperante. Al respecto, el profesor Juan de Churruca enseña que el pueblo romano tenía una imagen altamente favorable del pasado, que básicamente había sido de continuo éxito militar y engrandecimiento con las correspondientes ventajas. Los antepasados (maiores) eran los artífices de esos éxitos espectaculares, que la literatura se había encargado de ensalzar y adornar con rasgos míticos y legendarios, siendo impresionante la abundancia de pasajes de autores latinos que hacen referencia a los maiores como ejemplo positivo a imitar, siendo variado el objetivo de esas referencias. De esta forma, al perder fuerza esa conciencia colectiva de éxito el argumento se debilitó. Por otra parte, sin pretender abordar el tema de las relaciones entre derecho y moral estimo necesario destacar que el profesor Escandón enseña que sobre el particular existen distintas opiniones. G)LOS TRIA IURIS PRECEPTAE: HONESTAE VIVERE (VIVIR HONESTAMENTE), ALTERUM NON LAEDERE (NO DAÑAR A OTRO) Y SUUM CUIQUE TRIBUERE (DAR CADA UNO LO SUYO): Estos son preceptos o postulados que según Ulpiano, determinan el contenido del derecho. Se trata de reglas prácticas, que sintetizan el objetivo del derecho, establecidas para facilitar la convivencia en sociedad y que sin ser formalmente normas jurídicas son el fundamento de todos los deberes jurídicos. El primero, vivir honestamente, más que jurídico pareciera ser un principio moral, y ello se explica por cuanto los romanos entendían que el derecho tenía un alto contenido moral (recordar concepto de derecho de Celso). La aplicación de este precepto se traduce en que el hombre debe evitar de realizar aquellos actos que violen las reglas establecidas por la moral que se encuentren reconocidas y protegidas por el derecho. Así, se entiende el castigo al adulterio, al incesto, la bigamia, etc. El segundo, no dañar a otro, tiene por finalidad consagrar el principio de la seguridad jurídica, prohibiendo las ofensas o amenazas contra una persona o sus bienes, lo cual explica, por ej. el castigar las injurias y los atentados contra la persona o bienes de otro. Finalmente, el tercero, dar a cada uno lo suyo, está íntimamente relacionado con el concepto de justicia. En este sentido se puede mencionar como ejemplo los derechos que se confieren al acreedor para obtener el cumplimiento por parte del deudor. Así se ha dicho que atribuir a cada uno lo suyo, es, por ejemplo, aplicar al delincuente la pena que merece en proporción a su crimen; imponer una pena de muerte a quien mata a otro, traduciendo “lo suyo” como “lo merecido”. - 14 - DISTINTAS CLASIFICACIONES DEL IUS: 1)IUS CIVILE: Esta expresión presenta cierta dificultad pues admite distintos significados, los cuales sólo se pueden entender oponiendo esta expresión a otras. 1.1.)IUS CIVILE Y IUS HONORARUM: En este caso, la expresión ius civile sería el derecho establecido en la ley de las doce tablas y la doctrina interpretativa de los juristas. En este sentido se dice que el ius civile es un derecho de juristas y en este sentido, en la época de la república se traduce en leges y plebiscitos, luego en el imperio en las constituciones imperiales al contener en ellos las decisiones sugeridas por la jurisprudencia. Por su parte, el derecho honorario es aquel que emana de los magistrados romanos en uso del ius edicendi, especialmente aquél que emana de actividad del pretor y que viene a constituir un ordenamiento paralelo concerniente a los hechos que el ius civile no considera. Así, Papiniano nos dice que es el que por utilidad pública introdujeron los pretores con el propósito de corroborar, suplir o corregir el ius civile. De lo expuesto se desprende que el ius civile y ius honorarium constituyen dos sistemas jurídicos que difieren en cuanto a su origen, efectos y en su forma, lo cual determina una coexistencia o dualismo de gran importancia en la evolución del Derecho romano. Sin embargo con la compilación de Justiniano todo se funde en un solo cuerpo y, por ende, esta distinción pasa a tener una connotación de carácter histórico. En relación a esta coexistencia de dos sistemas jurídicos se señala que ello se explica por el sentido eminentemente práctico de los romanos, los que con muy pocos reparos teóricos para marginar sin derogarlos los elementos de la tradición que les estorbaban, toleran el funcionamiento simultáneo en paralelo de dos sistemas jurídicos (civil y pretorio) y para desnaturalizar instituciones parcialmente aprovechables. 1.2.)IUS CIVILE-IUS GENTIUM: Aquí se utiliza la expresión ius civile para referirse a aquel derecho que rige exclusivamente para los ciudadanos romanos, utilizando como sinónimo la expresión derecho quiritario y en este sentido comprende el ius civile en el sentido antes mencionado y el ius honorarium, conteniéndose por tanto ese derecho en leyes, plebiscitos, senado consultos, constituciones imperiales y también en las respuestas de los prudentes. En este contexto, ius gentium se entiende como aquel derecho aplicable a todos los pueblos, vale decir, aquel derecho que resulta de las necesidades de adaptación del derecho civil a las nuevas exigencias, en especial cuando Roma inicia su expansión. Es un derecho que nace para responder a las nuevas circunstancias,siendo un derecho con reglas simples y flexibles, desligadas de las antiguas formas solemnes y basadas en la buena fe y en la equidad. Las relaciones comerciales que se establecieron entre Roma y los grandes mercados del Mediterráneo no habrían podido llevarse a la práctica en caso de seguir el rígido criterio primitivo según el cual toda norma jurídica sólo contemplaba a los ciudadanos. En este sentido, el ius gentium es derecho positivo romano, pero no exclusivista o personalista, llamado a regir entre romanos y extranjeros. Peter Stein destaca su concepción permitió a los romanos afrontar los problemas cotidianos que presentaban los peregrinos viviendo bajo el gobierno de Roma. Lo expuesto complica un poco el panorama pues así entendido el ius gentium es derecho civil en el primer sentido y también derecho honorario, especialmente si se considera la figura e importancia del pretor peregrino. - 15 - 1.3.)IUS CIVILE-IUS NATURALE: Para poder formular precisiones sobre el sentido que vamos a atribuir en este contexto a la expresión ius civile, es conveniente formular ciertas precisiones en torno a los sentidos que pueden darse a la expresión ius gentium. Un primer sentido fue el señalado al formular la distinción entre ius gentium y ius civile, entendiendo en ese contexto al ius como derecho establecido en Roma pero aplicable a ciudadanos y extranjeros. Otro sentido es que se le da cuando se utiliza para designar a las instituciones jurídicas que se utilizan por todos los pueblos, lo cual resulta de la comparación de los derechos. Así, podemos mencionar como propias del jus gentium la esclavitud, el dominio, la compraventa, la permuta, el arrendamiento, la ocupación, la accesión, la tradición, el matrimonio, etc. En este entendido, el derecho de gentes contendría aquellas instituciones comunes a todos los pueblos que el Derecho romano aceptó se aplicara a sus ciudadanos y a los extranjeros que habitaran su territorio. En este sentido, si bien el matrimonio es una institución del derecho de gentes, en el caso de Roma, la iusta nuptia o legítimo matrimonio romano es sólo privilegio o permitido a los ciudadanos romanos y a aquellos que gocen del ius conubium, por tanto, propia del ius civile, por lo tanto no pueden celebrarlo los extranjeros que carezcan de ese derecho. El matrimonio entre extranjeros no se regula por el ius civile sino por el derecho del pueblo de lo contrayentes o bien por el derecho de gentes. Por último, también se utiliza la expresión ius gentium como sinónimo de ius naturale y ello se explica por algo lógico. En efecto, si una institución resulta usada por todos los pueblos, ello se debe a que es natural y precisamente es ello lo que justifica que sea utilizada por todos los pueblos. Esto no es tan efectivo, pues, por ejemplo, la esclavitud es una institución del derecho de gentes y no del derecho natural, pues según la naturaleza todos los hombres son libres. Sobre esta asimilación Stein señala que cuando se especuló sobre por qué las reglas del ius gentium eran reconocidas universalmente, se sugirió que la causa debía estar en que estas normas no procedían de la práctica tradicional sino del sentido común o de la razón natural que todos los hombres compartían como parte de su naturaleza humana. El profesor Barry Nicholas destaca que la asimilación se puede entender en el sentido que los dos términos representan dos aspectos de la misma idea. El término ius naturale se refiere a su origen en la razón natural, y el término ius gentium a su aplicación universal. Pero, esto mismo autor, precisa que, desde nuestra forma de pensar, existe aquí una falta de lógica. El ius naturale es un derecho que deb ser observado por toda la humanidad, en tanto que el ius gentium es un derecho que de hecho es obersvado por toda la humanidad. En su concepto, la confusión de los juristas romanos se explica por cuanto éstos no habrían hecho esta distinción entre el derecho que se aplica y el derecho como en realidad debería ser, salvo escasas excepciones como la de los juritas que se sostuvieron que el hombre era libre por naturaleza y que la esclavitud es, por tanto, contraria al derecho natural. Conviene destacar que por ius naturale se ha entendido a aquel que la razón natural ha establecido para todos los hombres, el cual según Paulo es siempre equitativo y bueno, y, en un sentido más moderno, aquellos datos prejurídicos cuya estructura se impone al jurista y al legislador y que, el derecho, al acogerlos, no los crea sino sólo los reconoce. En este contexto, vale decir, al contraponer ius civile a ius gentium entendido como derecho natural la expresión ius civile significa lo que hoy entendemos por derecho positivo, distinción que los juristas no habrían desarrollad. De esta forma el derecho civil sería tanto el quiritario como el derecho de gentes en su primera acepción. 2)IUS PUBLICUM-IUS PRIVATUM: En su sentido moderno, el derecho público es aquél que mira al interés del estado y sus instituciones, vale decir, trata o se refiere a la res romana, se refiere a la constitución y administración del Estado romano, su organización política, magistraturas, poderes de los magistrados, etc., así como el Derecho sagrado o sacerdotal. y, por su parte, el derecho privado, dice relación con aquel que regula las relaciones de los particulares entre si, vale decir aquel derecho que se refiere al particular y que regula sus relaciones patrimoniales y de familia. - 16 - Di Pietro destaca que lo que se puede reconocer en Roma es una distinción entre lo “público” y lo “privado”, que supone distinguir entre “lo que es de todos” y “lo que es propio de los particulares”, pero solo recién con la aparición de los organismos administrativos, como la Cancillería imperial, lo relativo a la administración en general, la administración de las provincias, los temas fiscales y criminales se tornan más claramente públicos, ya en un sentido más cercano al moderno. En otro sentido, que resultaría de ciertos textos romanos, la expresión ius publicum es utilizada para designar al derecho que rige las relaciones entre particulares pero que emana de órganos estatales, normas que se caracterizan por su carácter imperativo y que las partes no pueden voluntariamente modificar, esto es, su eficacia no puede ser alterada por convenciones o pactos entre los particulares (lex publica). Esto se explica por cuanto es lo que ha sido decidido por todos y, muy especialmente, porque, además, interesa a todos. En este contexto, con la expresión ius privatum se designa a aquellas normas que los particulares se imponen, esto es, el conjunto de relaciones y vínculos creados por efecto de actos y negocios jurídicos, y en virtud de la autonomía del individuo (lex rei sua dicta, lex privata). 3)IUS SCRIPTUM-IUS NON SCRIPTUM: Contrariamente a lo que pudiera pensarse, aquí la diferencia no radica en la escrituración. En efecto, para algunos ius scriptum es aquél derecho que emana de la autoridad publica, esto es, de las fuentes constitucionalmente idóneas para producir derecho en cada momento dado como órganos del Estado, como las Asambleas Populares o Comicios, el Senado, Magistrados, Emperadores. En este sentido se comprenden dentro del ius scriptum las leyes, los edictos, los plebiscitos, los senado consultos, las constituciones imperiales. Por su parte, ius non scriptum era aquél que emana de otras fuentes distintas de la autoridad pública. En este sentido, dentro del ius non scritum se mencionan las normas consuetudinarias y las respuestas de los prudentes (discutido). Otros sostienen que el ius scriptum tendría un origen cierto y determinado, a diferencia del ius non scriptum que sería aquél que el uso ha hecho válido. En este último sentido, sólo la costumbre sería ius non scriptum. En estesentido se entiende I. 1.2.3 y 9. PERIODIFICACION DE LA HISTORIA DEL DERECHO ROMANO: Cabe advertir que los grandes períodos históricos, sean de la historia política, de la historia del Derecho u otro, nunca principian y terminan en fechas exactas, sino que en períodos más o menos amplios de tiempo. En este sentido se ha dicho que una de las más claras enseñanzas que nos proporciona la historia del derecho es que la humanidad no avanza ni cambia en fechas fijas, por lo cual toda división que se haga resultará arbitraria . 1.-DISTINTOS CRITERIOS DE PERIODIFICACION: Básicamente se pueden mencionar los siguientes: 1)Criterio político: considera las distintas formas de gobierno. 2)Criterio social: alude a los profundos cambios sociales o transformaciones experimentados por la sociedad romana. 3)Criterio jurídico: atiende a sucesos relevantes en la evolución del sistema jurídico romano. - 17 - En razón a esta pluralidad de criterios los historiadores actuales del Derecho tienden a dividir de manera distinta los diversos períodos de la Historia del Derecho Romano y al efecto podemos mencionar: A)Eugene Petit: considera primordialmente las formas de gobierno que conoció Roma. 1.-De la fundación de Roma a la Ley de las XII Tablas. 2.-Desde la Ley de las XII Tablas hasta el fin de la República o advenimiento del Imperio. 3.-Desde el advenimiento del Imperio hasta la muerte de Alejandro Severo. 4.-Desde la muerte de Alejandro Severo hasta la muerte de Justiniano. B)Aldo Topasio Ferreti: considera factores jurídicos directamente relacionados con las llamadas fuentes formales del derecho romano. 1.-Período antiguo o arcaico o quiritario: desde la fundación de Roma (año 753 a.C.) hasta la creación del pretor urbano (año 367 a.C.). 2)Período pre-clásico: desde el año 367 a.C. hasta el inicio legal del procedimiento formulario (siglo II a.C). 3)Período clásico: desde la vigencia del procedimiento formulario hasta la muerte del emperador Alejandro Severo (año 235 d.C.). 4)Período post-clásico: desde el año 235 d.C. hasta la muerte de Justiniano (año 565 d.C.). C)W Kumkel. a)Epoca arcaica: Desde la fundación de Roma hasta la mitad del siglo III a.C., sitúa el fin de esta etapa en torno al año 241 a.C. fecha que marca el término de la primera guerra púnica. b)Epoca clásica: va desde mediados del siglo III a.C. hasta los tiempos del Emperador Dioclesiano (año 286 d.C., siglo III d.C.). c)Epoca tardía: va desde Dioclesiano hasta la muerte de Justiniano (año 565 d.C., siglo VI d.C.) D)Gustavo Hugo: Infancia: desde la fundación de Roma hasta la Ley de las XII Tablas. Corresponde al nacimiento del derecho y lento proceso de independización de la religión. La juventud: Desde laLey de las XII Tablas hasta Cicerón (106 a 43 a.C.). La madurez: Desde Cicerón hasta el emperador Alejandro Severo. La vejez: Desde los tiempos de Alejandro Severo hasta el fallecimiento de Justiniano. - 18 - 2.-PERIODIFICACION SEGUN ALEJANDO GUZMAN BRITO. 1)época arcaica, que iría desde la dictación de la ley de las doce tablas (años 450- 451 a.C.) hasta fines del siglo II a.C., tiempo en que se produce una reforma en el derecho procesal romano, estableciéndose el llamado procedimiento formulario. El derecho de esta época resulta apropiado a las características de la comunidad romana, básicamente agrícola y escaso tráfico jurídico. Es de suyo necesario tener en cuenta que hasta antes de la dictación de la ley de las doce tablas el derecho que utilizaban los romanos era básicamente un conjunto de costumbres no escritas que se transmitían oralmente de una generación a otra y cuya interpretación en caso de conflicto correspondía al colegio de los pontífices, los que eran básicamente patricios. Los plebeyos estimaron que si el derecho consuetudinario se encontrara escrito con anterioridad a los casos, ello evitaría abusos o arbitrariedades al quedar el poder de los pontífices limitado por la letra de la ley. De esta forma en el año 451 a.C. se nombra una comisión de diez ciudadanos (los decenviros) encargados de preparar un texto que recogiese por escrito las normas consuetudinarias, surgiendo de esta forma la llamada Ley de las doce tablas. Este cuerpo legal no se ocupaba de lo conocido y aceptado como Derecho, sino que más bien se concentra en aquellos aspectos que habían generado algún tipo de disputas. En los primeros tiempos de la República la interpretación de la Ley de la doce tablas seguía correspondiendo a los pontífices, los que podían “interpretarla” en forma amplia, pudiendo incluso llegar a crear instituciones desconocidas por el Derecho anterior (ejemplo: la forma de emancipar a los hijos). En concreto lo que ocurría era una adaptación de la norma que contenía la Ley de las doce tablas. Posteriormente y ya con mayor fuerza a partir de la segunda mitad del siglo III a. C. esta función es asumida por juristas laicos, centrándose su actividad en el Derecho Privado. 2)época clásica, que iría desde el año 130 antes de Cristo hasta el primer tercio del siglo III de nuestra era, dentro de la cual es posible distinguir tres períodos: a)período clásico inicial que se extiende hasta el advenimiento del Imperio, que fija en el año 31 a.C., cuando Augusto asume el poder, período en el cual se destaca fuertemente la actividad creadora del pretor a través de sus edictos. b)período clásico alto que llega hasta el gobierno de Adriano (años 117-138 d.C.), que corresponde a la época de oro de la jurisprudencia romana, destacándose la existencia de dos escuelas la sabiniana y la proculeyana. c)Período clásico tardío, que termina con la muerte de Ulpiano en el año 224 de nuestra era. Es una etapa menos creativa que la anterior pero con una gran labor sistematizadora por parte de los juristas de la época. 3)época post clásica la cual cubre todo el tiempo posterior a la muerte de Ulpiano y llega hasta Justiniano. Dentro de esta etapa es posible distinguir tres períodos: a)período dioclecianeo que llega hasta el año 306, al asumir Constantino. b)período constantiniano, que termina con la llegada al poder de Justiniano, y c)el período justinianeo (años 527 a 565), que se destaca por su obra compiladora, esto es el Corpus Iuris Civile. Comentario: Pudiera resultar conveniente, para evitar confusiones, tener presente que son dos cosas distintas la división en períodos de la historia de Roma y la de la historia del derecho romano. La primera bastante simple: monarquía, república e imperio (subdividido en alto y bajo imperio). En cambio, la segunda, como ya se advirtió al mencionar los distintos criterios y autores, bastante más compleja. - 19 - PRECISIONES BASICAS SOBRE HISTORIA EXTERNA: 1.-DISTINCION ENTRE HISTORIA EXTERNA E HISTORIA INTERNA: Para enfrentar el estudio del derecho romano se han propuesto distintos criterios y uno de los primeros fue propuesto por Gottfred Wilhelm Leibnitz quien consideró necesario distinguir entre historia externa e historia interna. La historia externa se refiere al estudio de las fuentes y su evolución. Por su parte la historia interna se concentra en el estudio de las instituciones jurídicas romanas y su evolución. Como ya se señaló, nuestro curso de derecho romano se refiere fundamentalmente a la llamada historia interna. El estudio de la historia externa se reducirá fundamental a una breve referencia de la historia política de Roma, sus órganos de poder y sus fuentes formales. 2.-LA HISTORIA EXTERNA DEL DERECHO ROMANO O LAS FUENTES DEL DERECHO ROMANO: Entendida la historia externa del derecho romano como exposición sistemática de las fuentes del derecho romano y los acontecimientos que influyeron en su aparición, modificación o extinción, debemos destacar que ella dice relación conlas llamadas fuentes formales, esto es, las formas o maneras que tiene el derecho de expresarse, vale decir, las normas jurídicas vistas en relación con su origen. Sin perjuicio de ello, el estudio de las fuentes formales supone considerar otra clase de fuentes (materiales, de producción y de conocimiento). En concreto, el estudio de las fuentes formales del derecho se reduce a esta simple pregunta: ¿dónde está contenido el derecho romano?. Al respecto, Gayo en su obra Instituciones nos señala que el derecho del pueblo romano está contenido en las leyes, los plebiscitos, los senado consultos, las constituciones de los príncipes, los edictos de los que tienen el poder de hacer edicto, y en las respuestas de los prudentes. La enumeración gayana no considera la costumbre lo cual se explicaría por el hecho de que en los tiempos de Gayo (período clásico) la costumbre no tenía mayor importancia. En todo caso, según veremos, en el derecho romano las fuentes formales del derecho variaron con el tiempo, según variaron las fuentes productoras, de allí que para efectos de entender adecuadamente las fuentes formales del derecho romano es necesario disponer de nociones generales sobre la historia política y constitucional de Roma, vale decir conocer los rasgos generales de la organización política romana, determinar y estudiar las distintas fuentes formales y distinguir los distintos períodos de la evolución del derecho romano Al respecto, el profesor Hernán Valencia señala que el estudio de las fuentes del derecho es un metáfora retórico-jurídica, con la cual se designa el estudio del origen material y formal de las normas de un determinado ordenamiento. En este entendido, la denominación “fuentes formales” es ambigua e imprecisa, debiendo delimitarse o, al menos, dilucidar su alcance. Así, en esencia apunta a tres fenómenos interdependientes: 1)A los modos como se manifiestan las normas jurídicas, 2)A los órganos que producen las normas jurídicas, y 3) A las entidades en donde se encuentran las normas. - 20 - Sin perjuicio de lo antes referido, el profesor Francisco Samper en su manual de Derecho Romano al introducirnos al estudio de las fuentes del Derecho Romano precisa que en si el estudio del Derecho Romano comprende el conocimiento de los libros que directa o indirectamente nos han transmitido los criterios a que se atenían los jueces para dar solución a aquellos conflictos que surgían entre particulares en lo relativo al aprovechamiento privado de las cosas. Al efecto precisa que tales libros son, en primer lugar, los fragmentos de obras escritas por personas a la que en Roma se les atribuía un especial conocimiento que los capacitaba para discernir, en cada caso, la forma adecuada de solución a tales conflictos (iuris prudentes); luego, algunas obras de profesores que pretenden presentar a sus alumnos esa casuística jurisprudencial según un esquema sistemático, distribuyendo la materia en torno a instituciones; además el conjunto de “leyes” que los diversos emperadores dieron sobre materias que podían dar lugar a alguno de aquellos conflictos particulares y que complementariamente podían servir a los jueces como un criterio de solución; por último las referencias que en escritos de no juristas –literatos, retóricos, historiadores, etc.-, pueda haber al contenido de los anteriores. Ello determina la clasificación que este destacadísimo profesor hace de las fuentes al distinguir entre directas e indirectas. Las primeras destinadas a la ilustración del juez (libros jurisprudenciales, libros de enseñanza y colecciones de leyes). Las segundas, permiten al historiador conocer los anteriores. Finalmente, habiéndose ya advertido que el derecho no es algo estático, su evolución a través del tiempo se manifiesta tanto en cuanto a lo referente a su origen (fuentes de producción) como en lo relativo a la forma como se manifiesta (fuentes formales) y, además, según lo advierte el profesor Italo Merello, también ello se percibe en sus modos de fijación (fuentes de conocimiento) y en su estilo. 3.-HISTORIA POLITICA Y CONSTITUCIONAL DE ROMA Y FUENTES FORMALES DEL DERECHO ROMANO: Básicamente lo que el alumno debe conocer son las distintas formas de gobierno que conoció Roma a lo largo de su evolución histórica y en cada caso las funciones y principales características de los distintos órganos de poder. Así, es posible reconocer, en primer lugar la Monarquía, que principia en el año 753 a.C., fecha mítica de la fundación de Roma, hasta el año 509 a.C., con la expulsión de Tarquino el Soberbio. Luego aparece la República que se extiende hasta el advenimiento de Augusto, primer príncipe, en el año 29 a.C.. Con Augusto empieza el Imperio respecto del cual se distinguen dos épocas o formas: la primera que se extiende desde el año 29 a.C. hasta la primera mitad del siglo III d.C., que corresponde al Principado o alto imperio y, luego se instaura el Dominado o bajo imperio que en Occidente dura hasta la caída del Imperio de Occidente en el año 473 d.C., y en Oriente hasta mediados del siglo XV. En cuanto a las fuentes formales, el objetivo de la lectura de este material es conocer las distintas fuentes formales que conoció el derecho romano en las distintas épocas de su desarrollo histórico, debiendo el alumno poder precisar cuales son y sus aspectos relevantes. Esta materia se estudiará en base a la lectura de textos seleccionados por el profesor y puestos a disposición de los alumnos. - 21 - 5.-PRECISIONES EN TORNO A LA DISTINCION ENTRE LEGES Y IURA: En el Dominado desaparece la diversidad de fuentes del derecho, pudiendo sostenerse que las constituciones imperiales serían la única fuente creadora de nuevo derecho en la época postclásica. Sobre el particular, Valencia destaca que, en este período, el principio “quod principi placiut legis habet vigorem” se entendió literalmente , excluyendo toda otra fuente que no fueran las constituciones imperiales. Estas recibieron, con exacta valoración constitucional, el mismo nombre que, en los tiempos antiguos, se diera a las normas votadas por el pueblo en sus comicios; es decir de “leges”. En oposición a ellas, se designaba con el nombre de “ius” (y con más frecuencia en su plural “iura”) todo el antiguo derecho que no hubiera sido modificado por las constituciones imperiales, pero como en las escuelas jurídicas y por los tribunales no se acudía ya a las fuentes antiguas originales, leyes y edicto del pretor, sino que el conocimiento del derecho civil y del honorario se obtenía mediante las obras de los juristas clásicos, el nombre de “iura” sirvió, en esta nueva época, para designar técnicamente los escritos jurisprudenciales que se habían conservado. 6.- BREVE REFERENCIA SOBRE LAS COMPILACIONES: Lucrecio Jaramillo destaca que el derecho de la última época de Roma está fundamentalmente contenido en la literatura clásica (iura) y en la legislación imperial (leges) y ambas fuentes eran tan prodigiosamente vastas que era casi imposible saber con certidumbre en donde se encontraba el derecho. En este sentido, Valencia destaca que al iniciarse el dominado, la práctica jurídica se hallaba perpleja, sumida en un caos de incertidumbre, debido a que el elevado número de constituciones imperiales y la ingente masa jurisprudencial habían convertido el orden jurídico vigente en un laberinto inabarcable, aun para los juristas. Lo anterior determinó la tendencia post clásica de redactar resúmenes y a coleccionar textos que facilitaran un tanto la práctica, y la intervención del legislador debía preocuparse de un estado de cosas tan grave, siendo necesaria una compilación del derecho vigente. Así nacieron los códigos Gregoriano y Hermogeniano (ambos de carácter privado y de finales de siglo III d.C.) que habían tenidosu antecedente en varias colecciones de épocas del principado y que fueron la base para la realización del Código Teodosiano (de carácter público y promulgado en el 426 d.C.). En este mismo sentido, podemos destacar una constitución del año 426, debida a Valentiniano III y Teodosio II, contenida en el Código Teodosiano, denominada “Ley de Citas”, mediante la cual se otorgó fuerza de ley a las obras de cinco jurisconsultos clásicos: Papiniano, Ulpiano, Paulo, Gayo y Modestino (“Tribunal de los muertos”), debiendo los jueces atenerse al criterio mayoritario y en caso de empate hacer prevaler la opinión de Papiniano (“varón de excelente ingenio, que así como vence la opinión de uno cualquiera, cede ante la de dos”). En caso, de omisión por parte de Papiniano, el juez podía atenerse a la opinión que le parezca más adecuada. Por su parte el profesor Samper señala que una fuente directa de la máxima importancia es la recopilación de fragmentos jurisprudenciales y leyes imperiales, precedidos de un tratado elemental de enseñanza o “Instituciones”, que ordenó componer a fines del primer tercio del siglo VI d.C. el emperador bizantino Justiniano, colección conocida bajo el nombre de Corpus Iuris. - 22 - Al respecto Jorge Adasme Goddard señala que la doctrina que los juristas elaboraron se transmitió por medio de los libros que escribieron, parcialmente recogidos en una obra antológica llamada Digesto (Digesta) que ordenó hacer el emperador Justiniano y que fue publicada el año 533 d.C. El mismo emperador ordenó hacer una colección de las leyes dictadas por los emperadores precedentes y por él mismo, que se conoce con el nombre de Código de Justiniano (Codex Justiniani), y elaboró un libro elemental para la enseñanza del Derecho conocido como Instituciones de Justiniano (Justiniani Institutiones). Estos tres libros, Digesto, Código e Instituciones, constituyen las fuentes principales, aunque no las únicas, para el conocimiento del Derecho Romano. La compilación de Justiniano se completó posteriormente con una colección de leyes imperiales, no contenidas en el Código de Justiniano, emitidas por él mismo y sus sucesores. Esta colección se denominó leyes nuevas o «Novelas» (Novellae) y se añadió como un cuarto libro. En la Edad Media se denominó a estos cuatro libros «Cuerpo de Derecho Civil» (Corpus Iuris Civilis), para distinguirlo del derecho de la Iglesia o «Cuerpo de Derecho Canónico» (Corpus Iuris Canonici). ALGUNAS PRECISIONES EN TORNO A LA ORGANIZACIÓN POLITICA ROMANA La organización política romana fue evolucionando con el tiempo. Originalmente era una monarquía, y de acuerdo con la tradición sobrevivió hasta fines del siglo VI a.C., cuando dejaron de haber reyes; a éstos sucedieron, durante el siglo V a.C. gobernantes militares con mandos absolutos. A partir del siglo IV a.C. Roma se constituye como una república, que entra en una fuerte crisis en el siglo I a.C. Esta crisis fue superada por el advenimiento de una nueva organización política, en el siglo I d.C., conocida como «Principado», establecida por Augusto, caracterizada por la concentración del poder y la autoridad en la persona del «príncipe», a quien se considera simplemente el primero entre los ciudadanos y el protector de las instituciones republicanas, las cuales perviven en esta nueva organización política, aunque ciertamente muy debilitadas, y convivirán con nuevas instituciones creadas por el príncipe. El Principado sufre una grave crisis durante el siglo III d.C., que da lugar al establecimiento, por el emperador Diocleciano, a fines de ese siglo, de una nueva organización política conocida como el «Dominado» o «Imperio absoluto». Ésta es una organización centralista burocrática, que elimina todas las apariencias republicanas y se organiza abiertamente como una monarquía, con la división del imperio en dos grandes partes: Occidente y Oriente, con sus respectivas capitales en Roma y Constantinopla. Estas distintas formas tiene efectos en lo que a nosotros interesa por cuanto algunos órganos de poder, vinculados con una determinada época, constituyen fuentes de producción del derecho lo que influyen en la determinación o reconocimiento de fuentes formales que podemos vincular con ellos. Esta parte se confiara a la lectura de textos pertinentes que el profesor seleccionará y pondrá a disposición de los alumnos para su lectura y posterior control. - 23 - LAS FUENTES DEL DERECHO ROMANO (CON ÉNFASIS EN EL DERECHO ROMANO CLASICO). En este capítulo se trata de analizar cómo se producía el Derecho Romano en las diversas etapas de la Época Clásica, de modo que es una exposición de historia de las fuentes jurídicas romanas y extractado del trabajo que sobre el particular a desarrolado el profesor Jorge Adame. El derecho romano clásico se afirma es principalmente obra de los juristas, de modo que procede de la autoridad de los prudentes (auctoritas prudentium) en el discernimiento de lo justo, pero también interviene en su formación la potestad de los magistrados, principalmente por medio de los edictos, y la de los comicios, a través de las leyes. El papel de la jurisprudencia es preponderante durante la época del derecho clásico, pero, desde el tiempo del Principado, va cediendo paulatinamente su papel creador en favor de la potestad del emperador. En el derecho posclásico, la única fuente del derecho es la legislación emanada del emperador, quien afirma reunir en su persona toda la potestad y toda la autoridad. El ius civile es principalmente obra de los que conocen y elaboran el ius, es decir de los juristas o juris prudentes. Por eso, la principal fuente del ius es la labor conjunta de los juristas o «jurisprudencia». Los juristas no tienen poder político alguno, pero se les reconoce que son quienes saben acerca de lo justo e injusto, y por eso tienen «autoridad», la autoridad propia de los prudentes (auctoritas prudentium). El ius civile tiene otras fuentes provenientes de la potestad de los comicios, los magistrados y, durante el Principado, del Príncipe, como son: las leyes comiciales, los edictos, los senadoconsultos y los rescriptos. El contenido de estas fuentes, cuando se refieren al derecho privado, se originaba muchas veces en recomendaciones o consejos de los juristas, y su aplicación pasaba por la labor de interpretación que hacían los juristas a fin de que las órdenes de la potestad no desvirtuaran el saber autónomo del ius. Se refleja así en las fuentes jurídicas el equilibrio entre la potestad y la autoridad, propio de la constitución republicana. La costumbre. Es probablemente en cualquier pueblo la primera fuente. En un sentido estricto se puede conceptualizar como un conjunto de principios que la sociedad entera acata y viene cumpliendo desde tiempo inmemorial, bajo el convencimiento de ser obligatorios. Se van transmitiendo de generación en generación, normalmente por vía oral. La Ley de las XII Tablas. La primera fuente del derecho romano arcaico fueron las costumbres de los antepasados (mores maiorum), que fueron recogidas en la Ley de las XII Tablas, publicada hacia el año 450 a.C. Esta ley fue formada por un grupo de diez magistrados, los decemviri, por lo que se le llama también «ley decemviral». La tradición afirma que fue aprobada por unos comicios por centurias, pero esto no parece probable. - 24 - Contenía una serie de preceptos jurídicos y funerarios recogidos de la propia tradición y también de las leyes griegas, especialmente de las de las comunidades griegas asentadas en la península itálica (Magna Grecia). No la conocemos directamente, sino sólo por citas y referencias de autores muy posteriores, gracias a las cuales se ha podido hacer una reconstrucción según la cual las tres primeras leyes tratarían sobre el procedimiento judicial (comparecencia,tramitación y ejecución); la cuarta regula los poderes del pater, la quinta se refiere a herencia, tutelas y curatelas; la sexta a la propiedad y la posesión; la séptima a edificaciones, plantaciones, servidumbres y limitaciones al dominio; la octava a los delitos; la novela trata materias de derecho público y delitos contra el pueblo; la décima dice relación con aspectos del fas y regulación de los funerales; la undécima contiene la prohibiciñon del matrimonio entre patricios y plebeyos. Finalmente, duodécima establecía el principio que las leyes posteriores derogan, aunque no lo expresen, a las anteriores y otros aspectos de índole religioso. Esta ley estuvo formalmente en vigor durante toda la historia de Roma y nunca fue derogada, aunque sí complementada y superada, de hecho, por leyes posteriores. La jurisprudencia arcaica. La labor principal de los juristas en la época arcaica fue la interpretación de la Ley de las XII Tablas. Fue una interpretación creativa, por la que fueron creando un orden jurídico más amplio, adaptado a las necesidades prácticas. Un ejemplo de su interpretación creativa es la invención de la emancipatio, es decir del acto por el que se extingue la patria potestad de un padre sobre su hijo: aprovecharon que la ley señalaba (Tabla 4,2) que el padre que vendía a su hijo tres veces perdía la potestad sobre él para idear un acto en el que el padre, de común acuerdo con un amigo, vendía y recompraba a su hijo, de modo que a la tercera venta se extinguía el poder paterno. Se tienen noticias de algunas obras escritas por los juristas arcaicos, de las cuales la más representativa parece haber sido la obra atribuida al jurista Sexto Elio Peto, llamada Tripertita, porque contenía tres partes: la Ley de las XII Tablas, su interpretatio, y un formulario de acciones procesales. En este sentido, se destaca como un intento de codificación sistematizada del ius civile. La primera jurisprudencia clásica. La jurisprudencia clásica aparece en el último tercio del siglo segundo a.C. Para entonces ya se ha secularizado y separado definitivamente el ius civile del ius divinum. Se tienen como sus fundadores a Manio Manilo, Marco Junio Bruto y Publio Mucio Escévola, cuyo hijo Quinto Mucio Escévola es el jurista más representativo de esta etapa. Él publicó la primera exposición ordenada del ius civile, enriqueciendo la tradición del derecho romano con la incorporación del método de la dialéctica griega. Su libro está dividido en cuatro partes: herencia, personas, cosas y obligaciones, división que influirá las obras posteriores de derecho civil. - 25 - Actividad de la primera jurisprudencia. La actividad de los juristas consiste principalmente en dar respuestas (responsa) a casos que les proponen los particulares, pero también los jueces o magistrados. Las respuestas que dan los juristas suelen ser aceptadas y seguidas por la autoridad o saber que se les reconoce. Las respuestas que dan en público son breves, pero en privado explican a sus discípulos las razones que los llevaron a darlas. Cada respuesta sirve como precedente o ejemplo para resolver casos semejantes. Procede así la jurisprudencia casuísticamente, resolviendo casos concretos, y extendiendo las soluciones concretas a casos semejantes; sólo excepcionalmente formulan reglas generales. Por este camino la jurisprudencia llega a formar el derecho como un saber autónomo, que tiene sus propias nociones, reglas y métodos, aunque no deja de tener en cuenta los datos sociales en que se aplica (organización política, esclavitud, organización familiar, etc.), la utilidad práctica y la naturaleza misma de las cosas a que se refiere. Para esta época ya queda fijada la terminología jurídica y el cuadro general de las instituciones. En principio, los juristas no actúan como abogados, defendiendo causas en juicio. El trabajo de la abogacía lo dejan a los expertos en el arte de persuadir, es decir a los expertos en la Retórica (oradores o retores). En esta primera etapa clásica se inicia la conformación de «escuelas» de juristas, que no son establecimientos de enseñanza, sino agrupaciones de juristas en torno a un maestro. El jurista Servio Sulpicio Rufo, de la última generación de juristas de esta etapa, es el fundador de la «Escuela Serviana». Las leyes. En general, la ley (lex) es una declaración de potestad que vincula al que la emite y a quien está dirigida. (Gayo 1.3: “lo que el pueblo manda y establece). La ley pública (lex publica) es la que declara el magistrado (rogatio) y es aprobada por los comicios (iussum Populi); en época republicana solía también exigirse la autorización del Senado (auctoritas patrum). El contenido de la ley lo determina el magistrado en su rogatio. Los comicios no pueden modificarlo, sino solamente aprobarlo o rechazarlo. La ley es pública porque vincula a todos los ciudadanos y por eso su texto se expone en público. Los ciudadanos tienen el deber de conocerla, por lo que no pueden excusarse de cumplirla alegando que la ignoraban. En todo caso y desde muy antiguo se reconoce la creación de leyes por el pueblo, en que éste las aprobaba previa rogatia o solicitud por quienes las proponían. Las leyes se pueden clasificar desde distintas perspectivas. Así, por ejemplo, atendiendo a quien las dicta, se distingue entre las leges rogadas y las dadas. Las primeras son las leyes propiamente tales, esto es, votadas por el pueblo reunido en comicios y a propuesta de un magistrado. Las segundas, las dictadas por los magistrados encargados de la administración de alguna provincia en virtud de una autorización del comicio. Otro ejemplo sería la distinción en base a la sanción desprendiéndose de ellas las categorías de leges pluscuamperfectas, perfectas, menos que perfectas e imperfectas. Las pluscuamperfectas aquellas que frente a su violación considera tanto la nulidad del acto como la imposición de una pena al infractor. En el caso de las perfectas, sólo consideran la nulidad de los actos realizados en infracción a ellas. Tratándose de las menos que perfectas, éstas sólo consideraban una pena para el infractor. Por último, en las imperfectas no se consideran en ellos ni la nulidad del acto ni una sanción para quien la infringe. - 26 - Característica del contenido de la ley, su generalidad. Desde la Ley de las XII Tablas, se fijó que la ley no podía dirigirse a un ciudadano en concreto, por lo que se llegó a considerar que la ley tenía que contener una orden general dirigida a todos los ciudadanos. Desde entonces se afirma que la generalidad es una característica típica de la ley, que la distingue de otros actos emitidos por la potestad, como los decretos o los edictos. Relaciones entre la ley y el ius. La ley, que es un acto de potestad, no modifica el ius creado por la autoridad de la jurisprudencia. La ley se convierte en fuente del derecho en cuanto los juristas toman en consideración los nuevos datos que contiene la ley y los incorporan al ius. Sin embargo, la mayor parte de las leyes se refieren a asuntos políticos, criminales y fiscales ajenos al ámbito propio del ius. Fueron pocas leyes (la mayoría plebiscitos) las que se ocuparon de asuntos de derecho privado, entre ellas la ley Aquilia (lex Aquilia de damno, 286 a.C) sobre la responsabilidad por los daños causados a un bien ajeno; la ley Furia (lex Furia de sponsu, de fecha incierta entre el 230 y 130 a.C.) sobre los fiadores, y la ley Falcidia (Lex Falcidia, 40 a.C.) sobre la herencia. Desaparición de las leyes comiciales. En el Principado, cuando ya no se reúnen los comicios, dejó de haber leyes aprobadas por éstos. En lugar de ellas, los emperadores las elaboraban y las enviaban al Senado para que éste las aprobara como si fueran senadoconsultos. Los plebiscitos: Gayo los define como “lo quela plebe manda y establece”. Es la deliberación de la plebe en asamblea propia (concilia plebi) convocada a tal efecto por un Tribuno. En una primera época era vinculante para los plebeyos, pero después de la ley Hortensia (287 a.C) se equiparó a la ley obligando también a los patricios. Momento a partir del cual se pasa a hablar indistintamente de leyes o plesbiscitos. Los edictos. Los magistrados pueden dar edictos, es decir exponer en público disposiciones relativas a su encargo. El contenido de estos edictos forma el derecho edictal, más comúnmente llamado «derecho honorario», porque las magistraturas se llamaban, por ser gratuitas, honores. El derecho honorario, que procede de la potestad de los magistrados, se distingue claramente del derecho civil elaborado por la jurisprudencia. El edicto del pretor urbano. Para el derecho privado tuvieron mucha importancia sobre todo los edictos de los pretores, encargados de solucionar los litigios. Para dar su edictos, los magistrados, que no necesariamente sabían derecho, se asesoraban de los juristas, quienes iban así influyendo en el contenido del derecho honorario, que fue, durante los siglos I a.C. y I d.C, el derecho más progresivo. - 27 - El edicto del pretor contenía las disposiciones conforme a las cuales iba a resolver los litigios. Señalaba ahí, entre otras cosas, quiénes podían presentarse a iniciar un juicio, cómo podían ser representados y las «fórmulas» de las acciones, en las que se precisaban los casos que podían juzgarse. El pretor emitía un edicto al comienzo de su magistratura para que rigiera durante todo el año (edictum perpetuum), pero en cualquier momento podía emitir otro (edictum repentinum). Era natural que al entrar un nuevo pretor, no hiciera un edicto totalmente nuevo, sino que tomara el de su antecesor y le introdujera algunos cambios, distinguiéndose la denominada pars nova de la traslaticia. Esta posibilidad de revisar y modificar el edicto del pretor cada año permitió que el derecho honorario fuera, especialmente a fines de la República y comienzos del Principado, un derecho flexible donde podían introducirse las novedades que los juristas iban sugiriendo y suprimirse lo que la experiencia demostraba que no funcionaba. La redacción definitiva del edicto del pretor. Con el paso del tiempo se fue estabilizando un texto del edicto que se transmitía de pretor a pretor sin modificaciones (edictum traslatitium). La estabilización del edicto llega a término cuando el emperador Adriano, hacia el año 130 d.C., ordena al jurista Juliano que haga una redacción definitiva del mismo, la cual fue aprobada por el Senado. Con esta codificación del Edicto, éste deja de ser una obra de los pretores y se convierte en una especie de libro jurídico, que tiene una autoridad semejante a la de los otros libros escritos por los juristas. En la época posclásica se le llamará «Edicto Perpetuo». El edicto de los ediles curules. Además de los edictos de los pretores, tuvieron influencia en el derecho privado los edictos de los ediles curules, encargados del orden en los mercados, por medio de los cuales se introdujeron novedades en materia de compraventa, especialmente relacionadas con la responsabilidad del vendedor por los defectos de la mercancía. Derecho pretorio y derecho civil. Como ya se destacó en clases, el derecho contenido en los edictos constituye un ordenamiento paralelo al derecho civil, al cual complementa y rectifica, pero sin derogarlo. Por eso se da frecuentemente una doble regulación, complementaria no contradictoria, de las mismas materias; por ejemplo se habla de propiedad civil y propiedad pretoria, testamento civil y testamento pretorio, obligaciones civiles y obligaciones pretorias, etc. En la etapa clásica tardía, los juristas funden ambos derechos para crear un nuevo derecho (ius novum). Los senadoconsultos. Las decisiones del Senado o senadoconsultos, tomadas por mayoría de votos, eran originalmente, en la constitución republicana, consejos dirigidos a los magistrados. No se referían a las materias propias del derecho civil, ni eran fuentes del derecho civil. - 28 - En tiempo del Principado, como ya no se reúnen los comicios, el príncipe va a formular leyes que envía al Senado para que fueran ahí aprobadas y publicadas en forma de senadoconsultos. Estos nuevos senadoconsultos, sobre todo los del siglo I d.C., van a afectar el derecho privado de manera importante, tales como el senadoconsulto Macedoniano (de la época de Vespaciano), que afectó las reglas sobre el préstamo de dinero a los hijos de familia; o el senadoconsulto Neroniano (quizá del año 61 d.C.) sobre los legados; o el senadoconsulto Veleyano (s. I d.C.), que afecta las fianzas y otras formas de garantía prestadas por mujeres. Como el senadoconsulto no era fuente del derecho civil, la forma como se hicieron valer sus disposiciones fue por medio del edicto del pretor. Éste incluía en su edicto acciones o excepciones (defensas del demandado) para hacer efectivas las prescripciones de los senadoconsultos. Por ejemplo, para hacer valer la prohibición del senadoconsulto macedoniano de prestar dinero a los hijos de familia, los juristas, que conforme al ius civile enseñaban que quien recibía una cantidad de dinero tenía el deber de devolver otra igual, aconsejaron al pretor que incluyera en su edicto una excepción a favor del hijo de familia que lo defendiera de la acción del acreedor para exigir el pago; de este modo no se modificaba el derecho civil, pues seguía siendo deber del deudor pagar la cantidad prestada, y al mismo tiempo se respetaba la prohibición del senadoconsulto, pues el acreedor no podía exigir lo prestado cuando el deudor le oponía la excepción del senadoconsulto Macedoniano. Decadencia de los senadoconsultos. Como el senado, de hecho, aprobaba todas las leyes que le proponía el príncipe, a partir de Adriano se acostumbró que el texto preparado por el príncipe fuera leído, por medio de un representante, ante los senadores; éstos lo aclamaban, y ese mismo texto (la oratio principis) se convertía en ley y, por lo tanto, valía como fuente del derecho civil. La jurisprudencia clásica alta o central. El apogeo de la jurisprudencia (30 a.C. a 130 d.C.) coincide con el inicio del Principado. Durante esta etapa, la jurisprudencia romana alcanza su mayor nivel científico. Los juristas son conscientes de la independencia de su ciencia, que separan claramente de otras como la Retórica o la Gramática. Para entonces ya tienen el número completo de las instituciones jurídicas y cuentan con un lenguaje técnico propio. Los juristas más representativos de la jurisprudencia clásica central: Hay dos grandes juristas, Labeón y Juliano, que son como los signos del comienzo y fin de esta etapa. Labeón (muerto en el año 42 d.C.) era un jurista apegado a la tradición republicana que no se acomodó al nuevo régimen. Vivía plenamente su oficio, dando consultas, formando nuevos juristas y escribiendo libros. Su obra influyó poderosamente, principalmente sus «Comentarios al Edicto del Pretor» y sus «Respuestas». Conformó una escuela en la que se integraron juristas como Nerva, padre e hijo, Próculo, Celso y Neracio, que fue posteriormente conocida como escuela «Proculeyana». - 29 - Juliano (nacido hacia el año 100 y fallecido después del año 175) fue, en cambio, un jurista del nuevo régimen: miembro del consejo del emperador Adriano, cónsul en el año 148 y nuevamente en 175, gobernador de varias provincias; fue él quien hizo la redacción definitiva del Edicto del pretor. Perteneció a otra escuela, fundada por Cayo Casio Longino, que se conoció como escuela «Sabiniana», en honor del jurista Sabino, su maestro. Éste fue un jurista de origen humilde pero muy favorecido por el emperador; escribió varias obras, perola principal fue su «Derecho Civil», que venía a completar la de Quinto Mucio Escévola. La literatura jurídica clásica. Los juristas publican muchos libros, la mayoría de contenido casuístico. Su obra literaria puede reducirse a cinco tipos de libros: 1)los libros llamados «Respuestas» (responsa), que son colecciones de respuestas dadas por el jurista a las consultas que le fueron hechas; 2)las «Questiones» (quaestiones), que son colecciones de casos prácticos, de difícil solución, algunos incluso imaginarios y destinados a la enseñanza; 3)los «Digestos» (digesta), que son colecciones de casos y comentarios conformadas de acuerdo con el orden del Edicto del Pretor; 4)los «Comentarios» al Edicto del Pretor o al Derecho Civil de Sabino (comentarium ad Edictum o ad Sabinum) y a otros libros de juristas; y 5)libros monográficos sobre materias específicas, por ejemplo sobre las tutelas o las hipotecas. Estos libros no han llegado hasta nosotros, pero los conocemos en parte, gracias a los fragmentos de los mismos que se recogieron en el Digesto de Justiniano. Progresiva eliminación de la autoridad de los juristas: No obstante el esplendor que alcanzó la jurisprudencia en esta etapa, desde el inicio de la misma se introdujo un elemento que la llevaría a su decadencia. El príncipe, como primero entre todos los ciudadanos, reclama para sí toda la potestad que tenían los magistrados, así como la autoridad del senado y de los juristas, y si bien durante cierto tiempo respetó la autoridad del senado, para mantener las apariencias republicanas, no obró del mismo modo respecto de la autoridad de los juristas. El emperador Tiberio inició un sistema, que siguieron sus sucesores, de autorizar a ciertos juristas para que pudieran dar respuestas con la autoridad del príncipe (ius respondendi ex auctoritate principis). De esta manera hizo que las respuestas de los juristas no valieran por la autoridad o saber del jurista que la daba, sino por haber sido autorizado por el príncipe. La consecuencia de esto fue que los juristas, si querían influir, tenían que ganarse el favor del príncipe, con lo cual la jurisprudencia perdió su independencia. - 30 - Los rescriptos imperiales. Desde el imperio de Adriano, todos los juristas de categoría formaban parte del consejo del emperador o cancillería imperial (concilium principis). El emperador asumió la función de dar respuestas, con auxilio de su cancillería, a las consultas que se le hacían por escrito, sustituyendo así la labor que antes hacían los juristas. Las respuestas, firmadas por el emperador, se llamaron «rescriptos» (rescripta) porque se escribían en el mismo documento en que se había presentado la consulta. Los rescriptos fueron la fuente más activa del derecho desde el gobierno de Adriano (117-138) y durante toda la etapa clásica tardía y en la primera etapa posclásica con el gobierno de Diocleciano (284-305). Los rescriptos eran respuestas a casos concretos, pero era natural que se consideraran como un precedente ejemplar que podía aplicarse a casos semejantes. Por eso parecen haberse hecho registros oficiales en donde aparecían resúmenes de los rescriptos, que podían ser consultados por el público. En todo caso, a finales del siglo III aparecen unas colecciones privadas de rescriptos; la más antigua que se nos conserva es el «Código Gregoriano» que contiene rescriptos de Adriano y sus sucesores, hasta Diocleciano. La última jurisprudencia clásica. La jurisprudencia de esta última etapa clásica (130-230) tiene todavía un nivel científico elevado, precisamente por estar vinculada a la tradición, pero carece de fuerza creadora. Sus representantes más conocidos son los tres juristas del tiempo de los Severos (primeras décadas del siglo tercero): Papiniano y sus discípulos Ulpiano y Paulo. Muchos provienen de provincias, como Ulpiano, que era de Siria. Todos sirven en la cancillería imperial, especialmente para la expedición de rescriptos, y eso les hace interesarse en los asuntos que interesan al emperador, como los gobiernos de las provincias y los impuestos, que antes no eran materia del interés de los juristas; este ensanchamiento del interés de los juristas hace que se introduzca una distinción entre el ius privatum, el que se refiere a lo que interesa a los particulares, y el ius publicum, el que se ocupa de lo que interesa a la utilidad pública. La literatura de la jurisprudencia clásica tardía. Escriben obras de los mismos tipos que la jurisprudencia anterior, pero tienen predilección por hacer grandes comentarios ad Edictum y ad Sabinum, en los que logran recopilar la obra de los predecesores, a quienes citan constantemente. La mayor parte de los fragmentos que se conservan en el Digesto provienen de estos comentarios de Paulo y Ulpiano. Aparecen nuevos tipos de libros entre los cuales se destacan los que son colecciones de reglas generales, separadas de la casuística y fáciles de retener (regulae, sententiae, definitiones), que tendrán mucho éxito en la época posclásica, y los libros destinados a la enseñanza elemental del derecho (institutiones). - 31 - El jurista Gayo. Mención aparte merece Gayo. Fue un jurista que posiblemente vivió, hacia la segunda mitad del siglo segundo, en alguna provincia oriental del imperio, como lo sugiere el hecho de haber publicado un libro en griego. Conoció las obras de los juristas clásicos, a quienes cita constantemente, pero a él no lo cita ningún jurista romano. La obra que lo hizo famoso fue un libro destinado a la enseñanza llamado «Instituciones» (Institutiones), que se convirtió, en el siglo IV, en libro de texto de las escuelas oficiales de Derecho en Beirut y Constantinopla. Posteriormente fue utilizado por el emperador Justiniano como base para hacer él su propio libro de enseñanza, las «Instituciones de Justiniano». La clave éxito del libro de Gayo parece haber sido su carácter elemental. Actualmente la obra de Gayo tiene la máxima importancia por ser el único libro escrito en época clásica que se nos ha conservado casi completo, y que nos ha llegado directamente, sin intermediación de los compiladores de Justiniano. Por eso nos da noticias únicas, especialmente sobre el procedimiento civil arcaico y clásico. El derecho de las provincias. El ius civile es el derecho de la ciudad de Roma, que se extendió luego a toda Italia, pero no se observa íntegramente en las provincias del imperio. En cada provincia el gobernador es el titular de la jurisdicción, que ejerce por sí mismo, en ciertos casos, y delega también en jueces subordinados. Los juicios en las provincias no tenían que seguir las reglas del procedimiento formulario propio de Roma e Italia. Cada gobernador, como magistrado romano que era, podía dar su propio «edicto» con las reglas que seguiría en su jurisdicción, que posiblemente se acomodaría al edicto del pretor urbano. El derecho que aplica cada gobernador varía en cada provincia. En cada una se formó un derecho propio, fundamentalmente romano pero adaptado a las costumbres y tradiciones jurídicas locales; el grado de romanización de los derechos locales dependió de la fortaleza de las tradiciones jurídicas locales: fue menor en las provincias donde existía una tradición jurídica importante, como en Oriente, y mayor en las que tenían una tradición débil, como en Occidente. El derecho de cada provincia se aplicaba tanto a los ciudadanos romanos como a los provinciales o «peregrinos» (peregrini). A fines de la época clásica, los juristas se interesaron por los derechos provinciales, y en la época posclásica se llegó a producir un cierto influjo de los derechos provinciales o «provincialización» del derecho romano. IV. LAS FUENTES DEL DERECHO ROMANO EN ÉPOCA POSCLÁSICA. Introducción. La época posclásica se inicia con una profundatransformación política llevada a cabo por Diocleciano, quien establece una nueva forma de gobierno, el «Dominado» o imperio absoluto. En consonancia con este régimen, la fuente primordial del derecho va a ser la voluntad imperial manifestada en las leyes, y la jurisprudencia decaerá fuertemente. - 32 - Las fuentes jurídicas a fines del siglo III y durante el siglo IV. Diocleciano (284-305) sigue legislando mediante la forma de rescriptos, por lo que parece que continúa la tradición de la etapa clásica tardía, pero el contenido de los mismos refleja su apartamiento del derecho clásico, ya que predomina en ellos el punto de vista administrativo, de gobierno, en vez del punto de vista propiamente jurídico. Constantino (306-337) termina con la práctica de los rescriptos y comienza la práctica, que seguirán todos los emperadores, de legislar por medio de leyes generales autocráticas, es decir formuladas y aprobadas por el mismo. Estas leyes generales, que son expresión de la sola voluntad del emperador, se vuelven la única fuente del derecho. Como muchas veces estaban apartadas de la vida cotidiana, dieron lugar al problema, que no existía en el derecho clásico, de la validez de las costumbres como fuente del derecho cuando se apartan o incluso van en contra de las leyes. Los sucesores de Constantino siguieron dando este tipo de leyes, y por medio de ellas los emperadores cristianos fueron formando un derecho cristiano. La división del imperio en dos partes, Oriente y Occidente, que fue introducida por Diocleciano, se consuma definitivamente con Constantino, y va hacer que se ahonden las diferencias entre el derecho de una y otra parte. Las obras posclásicas de fines del s. III y del s. IV. Las obras de los juristas de esta época se caracterizan por ser abreviaciones o síntesis en las que se pretende abordar todo el derecho. El autor más representativo de finales del siglo III es Hermogeniano, jurista cercano a los círculos oficiales, quien escribió un compendio titulado «Epítome del Derecho» (Epitome iuris); también publicó una colección de los rescriptos emitidos por Diocleciano, durante los años 293 y 294, conocida como «Código Hermogeniano» (Codex Hermogenianus), que vino a completar la que había hecho un tal Gregorio, el «Código Gregoriano», con rescriptos de Adriano a Diocleciano, hasta el año 292. A finales del siglo III apareció otra obra de ese mismo estilo con el nombre de «Sentencias de Paulo» (Pauli Sententiae). Es una colección de reglas jurídicas («sentencias»), sobre todas las materias jurídicas, falsamente atribuida al jurista Paulo. Semejante, aunque de principios del siglo IV, es otra obra atribuida a Ulpiano, que se conoce por dos nombres: «Epítome de Ulpiano» (Epitome Ulpiani) o «Reglas de Ulpiano» ( liber singularis regularum). Otro tipo de obras propio de estos siglos son las colecciones, ordenadas por materias, de fragmentos jurídicos de libros antiguos (ius) y de leyes imperiales (leges), como las colecciones denominadas «Comparación de leyes romanas y mosaicas» (Mosaicarum et Romanorum legum Collatio) y «Fragmentos Vaticanos» (Fragmenta Vaticana). - 33 - Vulgarismo jurídico. El derecho de esta época de decadencia de la jurisprudencia presenta ciertas características que han permitido calificarlo como «derecho vulgar» o «vulgarismo jurídico», expresiones con las que se denota su fuerte alejamiento del derecho clásico. Entre los rasgos propios del vulgarismo jurídico, cabe mencionar: i)la tendencia a la epitomización, es decir a hacer obras breves que pretenden resumir todo el derecho, haciendo a un lado muchas distinciones, conceptos, y problemas; ii)la tendencia naturalista, que lleva a ver las instituciones, haciendo a un lado el punto de vista jurídico, desde el punto de vista económico y fiscal, por ejemplo, a prescindir del concepto de propiedad y considerar únicamente la posesión; y iii)una tendencia moralista que mueve a definir apresuradamente, con olvido de las categorías y razonamiento jurídicos, soluciones conformes con una determinada posición ética (en muchos casos cristiana), por ejemplo la tendencia a favorecer la libertad de los esclavos (favor libertatis) o la exaltación de lo que es «más humano» (humanius est) o más equitativo, por encima de lo justo. El problema de la autenticidad de las fuentes. En la práctica judicial de la época, los abogados tenían que presentar al juez los libros que contenían las leyes (leges) u obras jurisprudenciales (ius) que alegaban a su favor. Los libros que presentaban era necesario cotejarlos luego con otros ejemplares para comprobar su autenticidad. Desde fines del siglo III empezó a preocupar el uso de rescriptos falsos. El problema se agravó porque a mediados del siglo III se sustituyó el viejo formato del libro «en rollo» (volumen) con el formato del libro por páginas (codex), de manejo más fácil, y aprovechando el nuevo formato, se hicieron muchas nuevas ediciones (no oficiales) de los libros jurídicos, sin respetar del todo su texto original, sino abreviándolo y, a veces, adaptándolo a las nuevas necesidades. Las «leyes de citas». Las diversas disposiciones que dieron los emperadores para quitar autoridad a algunas obras jurídicas fueron posteriormente conocidas como «leyes de citas». Constantino fue el primero que suprimió (año 321) la autoridad de algunas obras dudosas como las «Notas a Papiniano» atribuidas a sus discípulos Paulo y Ulpiano, y además confirmó (año 327) la autoridad de todas las obras de Paulo, y especialmente de las «Sentencias», que en realidad no eran de Paulo. Un siglo más tarde (año 426), el emperador Valentiniano III emitió una «ley de citas», por la que, además de confirmar la desautorización de las «Notas a Papiniano», señalaba que sólo podían alegarse en juicio las obras de cinco juristas tardo clásicos: Papiniano, cuyas opiniones eran definitivas en caso de discrepancias, Paulo, Ulpiano, Modestino y Gayo; posteriormente se corrigió esta ley y se dijo que también eran alegables las obras de otros juristas que estos cinco citaran, con lo cual se ampliaba el número de obras alegables. El problema de la autenticidad de los libros jurídicos alegables en juicio terminará cuando se publique el Digesto (533), como compilación oficial de los textos jurisprudenciales alegables en juicio. - 34 - El Código Teodosiano. El emperador Teodosio II hizo una edición oficial de las leyes imperiales de Constantino, sus sucesores y de él mismo, que se llamó «Código Teodosianio», y que fue publicada en 438 para entrar en vigor en el año 439 en las dos partes del Imperio. Éste fue el último cuerpo legal que rigió en ambas partes. Las fuentes del derecho en Occidente, siglos V y VI. Con la caída de Roma el año 476, el rey visigodo Eurico se hizo cargo del territorio que comprendía la Prefectura de las Galias (que aproximadamente era lo que hoy son Francia, España, sur de Alemania y sur de Inglaterra), y publicó un libro jurídico, que contenía fundamentalmente derecho romano vulgar, conocido como «Código de Eurico» (Edictum Eurici regis). En las Galias, en la segunda mitad del siglo V, parece que hubo cierto cultivo del derecho, del cual era una muestra ese código, pero que también dio otros frutos: unas obras llamadas «Interpretaciones» (Interpretationes) que contenían comentarios breves a las leyes recopiladas en el Código Teodosiano, a leyes posteriores y a algunas obras jurisprudenciales, como las Sentencias de Paulo. En el año 506, otro rey visigodo, Alarico II ordenó hacer una amplia colección de obras jurídicas, conocida como «Breviario de Alarico» o «Ley romana de los visigodos» (Lex Romana Visigothorum). Pretendía compilar tanto las leyes como las obras jurisprudenciales. De las leyes, contenía el Código Teodosiano, con mutilaciones, y leyesposteriores de Teodosio y de sus sucesores, conocidas como «Novelas Teodosianas y Posteodosianas» (Novellae Theodosianae et post Theodosianae). De obras jurisprudenciales presentaba: las Sentencias de Paulo, el Epítome de Gayo ( Epitome Gai), fragmentos de los códigos Gregoriano y Hermogeniano, y un fragmento de una obra de Papiniano. Todos estos textos, salvo el epítome de Gayo, venían acompañados de sus respectivas «interpretaciones». Esta fue la máxima obra jurídica que dio el Occidente en el siglo VI y que se mantuvo como el monumento de Derecho Romano entre los pueblos germánicos, hasta el siglo XII, cuando se inicia la recepción del Corpus Iuris Civilis. Clasicismo de Oriente, siglos V y VI. En Oriente, que siempre había tenido una cultura superior a Occidente, salvo en la ciencia jurídica, floreció, en la primera mitad del siglo V, un cultivo académico del Derecho en las escuelas oficiales de Derecho, primero en Berito (Beirut) y luego en Constantinopla. En esas escuelas se conservaron y estudiaron los libros de la jurisprudencia clásica (en sus ediciones del siglo III), lo que dio lugar a la formación de una tradición bizantina de profesores de derecho, caracterizada por su «clasicismo», es decir su apego o devoción al derecho clásico romano. - 35 - La recopilación ordenada por Justiniano. Esta tradición clasicista fue favorecida por el emperador Justiniano, quien ordenó hacer una compilación que recogiera todo el derecho, no sólo las leyes, como había hecho el Código Teodosiano, sino también los textos jurisprudenciales. Los trabajos de compilación recayeron principalmente en varios profesores de derecho, entre los que destacaron Triboniano, Teófilo y Doroteo. Como la intención del emperador era hacer un libro que sirviera, no sólo para la enseñanza, sino para ser alegado ante los jueces, ordenó a los compiladores que seleccionaran bien los textos que iban a incluir y que además los depuraran, es decir que quitaran de ellos las contradicciones que tuvieran y las palabras o frases que resultaran ya anticuadas. Las modificaciones que introdujeron los compiladores, y que la romanística ha logrado detectar, se llaman «interpolaciones». El Corpus Iuris Civilis. La compilación que ordenó hacer Justiniano consta de tres volúmenes: un libro introductorio destinado a la enseñanza, las «Instituciones» (Institutiones); una antología de fragmentos de libros de los juristas clásicos, el «Digesto» (Digesta); y una antología de leyes imperiales, el «Código de Justiniano» (Codex). El Código de Justiniano. El primer libro que se publicó fue el Código, en una primera edición del año 529. Para hacerlo se aprovecharon los códigos Gregoriano y Hermogeniano (que conservaban rescriptos de Adriano a Diocleciano), el Código Teodosiano, que compilaba las leyes desde Constantino hasta Teodosio II, y las colecciones de leyes posteodosianas. Después de la publicación de esta primera edición, y mientras duraban los trabajos de compilación del Digesto, Justiniano dio nuevas leyes, algunas sugeridas por el trabajo de los compiladores, en los años 530 y 531, por lo que se hizo una nueva edición (Codex repetitae praelectionis) que apareció el año 534 y que es la que se nos conserva. Consta de 12 libros, divididos en títulos, con sus respectivas rúbricas, y éstos divididos en leyes, colocadas, dentro de cada título, por orden cronológico; cada ley va precedida del nombre del emperador que la emitió. La forma de citarlo es por el signo CJ (o la abreviatura CJ.), seguido de los números del libro, título y ley, por ejemplo CJ 2,6,3; se suele añadir, entre corchetes, el año en que fue publicada la ley: CJ 2,6,3 [240]; para mayor precisión conviene anteponer el nombre del emperador que la emitió: Gordiano CJ 2,6,3 [240]. El Digesto. El Digesto (Digesta) o «Pandectas» (por su nombre griego pandectai) es la parte más importante de la compilación de Justiniano. Se publicó el año 533. Recoge una buena parte de las obras de los juristas de la etapa clásica central pero sobre todo de las de los juristas de la etapa clásica tardía. Está dividido en 50 libros, y éstos en títulos, con sus propias rúbricas. Los títulos se componen de párrafos, que corresponden a fragmentos de libros jurídicos; cuando los párrafos son largos se subdividen en parágrafos. Al principio de cada párrafo se indica el nombre del jurista y del libro de donde proviene el fragmento. Se cita por el signo D (o la abreviatura D.), seguida del número del libro, título, párrafo y, cuando existe, parágrafo. Por ejemplo D 4,10,1,1. Para mayor precisión conviene anteponer el nombre del jurista y del libro de donde procede el fragmento, por ejemplo Papiniano, libro 1 de las respuestas, D 4,10,1,1. - 36 - Las Instituciones de Justiniano. Las Instituciones se publicaron el mismo año que el Digesto, el 533. Consta de cuatro libros y se funda en las Instituciones de Gayo, que a veces transcribe casi textualmente. Fueron el libro de texto para el primer curso de la carrera de Derecho. Se dividen en libros, títulos y párrafos, y se citan con el signo I o IJ (o las abreviaturas I. o IJ.) seguidas de los números de libro, título y párrafo. Las «Novelas». En la Edad Media se agregaron a estos libros una colección de 168 leyes posteriores, 161 de Justianino, 4 de Justino y 3 de Tiberio II, llamada «Novelas» (Novellae). Casi todas estaban escritas en Griego y son de poco interés para el derecho privado. La evolución del derecho en Oriente, después de la compilación de Justiniano. Al quedar publicada (534) la compilación, Justiniano, queriendo que fuera una obra definitiva, que debía conservarse inalterada, prohibió que se comentara y amenazó con castigar como falsificadores a quienes lo hicieran. Sin embargo, los comentarios aparecieron bien pronto. A uno de los compiladores, a Teófilo, se le atribuye una explicación o Paraphrasis griega de las Instituciones de Justiniano. En los años posteriores aparecieron muchos comentarios a los tres libros, que fueron luego recogidos por un compilador anónimo y posteriormente añadidos a una nueva edición, en Griego, de la compilación justinianea que hizo el emperador bizantino León el Filósofo (886-911), denominada los «Basílicos». Esta evolución corresponde ya a la historia del Derecho Bizantino, que es la tradición propia también del mundo eslavo. - 37 - ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL PROCEDIMIENTO CIVIL ROMANO En base a explicaciones de los profesores Alfredo Di Pietro, Emilssen González de Cancino, Alejandro Guzmán Brito, Aldo Topasio Ferreti , Francisco Samper, Jorge Adame, Marta Morineau Iduarte, Román Iglesias y Mario Antonio Mojer. Se trata de un breve referencia a aspectos relevantes en relación a los procedimientos que a lo largo de la evolución del derecho romano es posible reconocer, especialmente en el denominado procedimiento formulario, ello en atención a la importancia ya destacada de derecho honorario. INTRODUCCION: Hoy en día, cuando las personas consideran que sus derechos no son respetados, recurren al estado en demanda de su reconocimiento y tutela, pero la tendencia originaria o natural del individuo es a la autotutela. Al respecto, Topasio destaca que si bien desde temprana época el ciudadano romano tenía la facultad de reclamar ante el magistrado correspondiente, es del caso entender que en una sociedad primaria, la tendencia original no es precisamente la de reclamar ante un tribunal, sino la de autodefenderse. En este contexto, cita a Scialoja, quien sugiere que ha debido fatigarse mucho la humanidad -en sus primeras épocas de desarrollo cultural- para llegar a la intervención del ente público en los conflictos privados de intereses y resolver las controversias mediante sentencias. Eso fue lo que ocurrió en Roma. En un primer momento erala gens (conjunto de familias) la que organizaba la venganza, que tenía por objetivo el resarcir los daños, pero poco a poco la antigua tradición jurídica comenzó a crear las primeras formas de reclamación ante un magistrado, procedimiento llamado “de las acciones de la ley”, ya recogido en la Ley de las XII Tablas (Primera (reglas generales sobre citación en juicio del demandado y sobre el desarrollo del litigio), Segunda (texto resumido de algunas de las acciones de la ley y otras reglas de actuación procesal) y Tercera (reglas relativas a la aprehensión y tratamiento del deudor), pero con grandes resabios, en algunas de la acciones reconocidas, de la autotutela o violencia privada para satisfacer a la conciencia social de la época, acostumbrada a resolver directamente sus controversias, en base a desafíos, apuestas y duelos. Al respecto, Di Pietro relata lo que en su concepto corresponde a una paulatina publicización del proceso, es decir, que al principio una moderada intervención del poder público en las controversias privadas fue incrementándose para resultar al final casi tan completa como en nuestros tiempos. En todo caso, precisa que la evolución en tal sentido no tiene por qué haber sido rectilínea, vale decir, es posible reconocer vacilaciones o regresiones, pero puede a grandes rasgos ser esquematizado en tres etapas. A)Legitimación de la violencia de la defensa privada a través de modos de actuar con recaudos o condiciones controlados por una genérica opinión pública, es decir, sin intervención de órgano estatal específico: por ejemplo, el tratamiento del declarado sacer y la pignoris capio . Quedan amplios remanentes de esa modalidad en todos los periodos del Derecho Romano: fuera de casos taxativamente fijados por las leyes, la autodefensa no es reprimida, y sólo en la época de Justiniano se impone que la defensa del derecho propio sólo pueda tramitarse a través de la administración pública de justicia. - 38 - B)La intervención, a requerimiento de las partes, del estado 1) para controlar o disciplinar el accionar de la defensa privada, accionar que se irá estilizando o haciéndose simbólico, y 2)para llevar, con previo encuadre jurídico, o sin él, a la instauración de un arbitraje a realizarse, sea con procedimientos ordálicos, sea con análisis crítico de las pruebas aportadas. C)Actuación cada vez más insoslayable de la administración estatal con control total y exclusivo del proceso hasta la decisión del caso mediante la sentencia. La etapa A) es propia de los comienzos de Roma; la B), en lo fundamental, corresponde al período republicano, aunque alcanza su apogeo técnico en el Principado, en el que va a ir predominando la C), que resulta exclusiva en el Dominado. SISTEMAS PROCESALES ROMANOS: Durante la existencia de la comunidad romana los pleitos privados se tramitaron a través de tres sistemas procesales que se fueron sucediendo en el tiempo, pero con largos períodos de coexistencia. A)El sistema de las legis actiones —acciones de la ley— rige hasta el siglo II a.C., en que comienza a estructurarse el segundo sistema, el formulario. Luego aquél languidece, hasta ser oficialmente abolido —salvo en algunas restrictas aplicaciones— por la lex Iulia iudiciorum privatorum del año 17 a.C. B)El sistema formulario se consagra, en coexistencia con el de las legis actiones, por la lex Aebutia (alrededor del 130 a.C.) y lo sustituye de acuerdo con la aludida lex Iulia. Estos dos sistemas tendrían en común la división del proceso en dos etapas: la in iure (ante el tribunal), en la que el magistrado encuadra o plantea jurídicamente la controversia —iurisdictio— y establece la relación procesal, y la apud iudicem (ante el juez), en la que a un particular, designado específicamente para esa ocasión, le corresponde emitir la sentencia que resuelve el caso. C)A partir del comienzo de nuestra era, con el Principado se generaliza un sistema que, por haber unificado las dos etapas —la in iure y la apud iudicem— de los sistemas anteriores considerados variantes del ordo iudiciorum privatorum (orden propio de los juicios privados), fue llamado cognitorio o extra ordinem (fuera del orden normal) o extraordinario. Se trata de un procedimiento monofásico en donde el juez era el mismo durante todo el procedimiento. Después de coexistir con el sistema formulario durante el Principado, será el sistema típico y exclusivo del Dominado. - 39 - EL PROCEDIMIENTO DE LAS LEGIS ACTIONES En la expresión legis actiones, la palabra actio significa modo de actuar y alude a los gestos y declaraciones rituales o solemnes, que, so pena de perder la instancia procesal, debían ser rigurosamente efectuados según prescribía la lex. De allí el nombre de acciones de la ley. También por considerar los romanos que ese sistema había sido introducido o, al menos, reglado por la ley por antonomasia, la de las XII tablas. De las acciones de la ley, tres son declarativas, es decir, tienden a la resolución de una controversia, y dos son ejecutivas, es decir, tendientes a una ejecución que sancione una relación jurídica no controvertible pero no cumplimentada, por ejemplo, una deuda declarada judicialmente pero no pagada todavía. Kunkel enseña que en este sistema predominan, dado el carácter rural de la primitiva sociedad romana, el derecho de familia, el derecho de herencia y el derecho de vecindad. Este procedimiento estuvo vigente hasta el siglo II a.C. ALGUNAS PRECISIONES EN TORNO A LAS ACCIONES DE LA LEY: LEGIS ACTIO SACRAMENTO (ACCION DE LA LEY POR SACRAMENTO) Acción general, por ser adaptable a cualquier controversia para la que no se hubiera prescripto un diverso modo de actuar. En la etapa in iure, cada una de las partes hacía la afirmación solemne y contrastante de sus derechos. En la actio sacramento in rem, alternativamente tocaban con una varita la cosa litigiosa o una parte representativa mientras decían más o menos así: "Digo que esta cosa es mía según el derecho de los quirites y conforme a la relación jurídica de la que es objeto. En lo que a ti respecta, como lo he afirmado, impongo mi reivindicación". En la actio sacramento in personam el actor habría comenzado diciendo: "Afirmo que corresponde que tú me des..." Se ignora si debía hacer mención de la causa. El demandado habría negado en términos simétricos. Luego venía la provocación o desafío recíproco al sacramentum: cada parte comprometía bestias, en los primeros tiempos, o quinientos o cincuenta ases (según la importancia del pleito) para el caso de que su afirmación fuera perjura. (“Ya que niegas mi derecho, te provoco al cramento”) El magistrado, luego de asignar provisionalmente a una de las partes la cosa litigiosa, nombraba, de entre ciudadanos privados, al juez ante el que debía iniciarse la etapa apud iudicem. LEGIS ACTIO PER IUDICIS ARBITRIVE POSTULATIONEM (ACCION DE LA LEY POR PETICION DE UN JUEZ) Era la acción de la ley por el reclamo de un juez o un árbitro: introducida o admitida por la ley de las XII tablas, prescindía de la apuesta y llevaba directamente al nombramiento de un juez privado para pronunciarse sobre la cuestión. (Accionante: “Afirmo que en virtud de la sponcio tú me debes dar diez mil sestercios. Yo te pido que lo admitas o que los niegues” Si el accionado decía que no debía, el actor expresaba: “Puesto que tu niegas, yo pido al magistrado que de un iudex”) En los primeros tiempos debe de haberse utilizado sólo para controversias sobre divisiones o delimitaciones de bienes, pero la ley de las XII tablas la aplicó a pleitos sobre créditos originados en la sponsio. - 40 - LEGIS ACTIO PER CONDICTIONEM (ACCION DE LA LEY POR REQUERIMIENTO) Nueva acción introducida, a mediados del siglo III a.C, por una lex Silia para el reclamo de sumas definidas de dinero(certa pecunia) y ampliada por una lex Calpurnia para el reclamo de cosa determinada (certa res). Al igual que en la legis actio per iudicis arbitrive postulationem, había una directa afirmación y correlativa denegación de una obligación y el pedido de un juicio. Pero en la per condictionem la convocatoria al juicio tenía un plazo fijo de treinta días y no había, en la instancia in iure, necesidad de dar las razones en las que se basaba la pretensión. LEGIS ACTIO PER PIGNORIS CAPIO (ACCION DE LA LEY POR TOMA DE PRENDA) Es una acción ejecutiva que no se lleva a cabo ante el magistrado. Simplemente se trata de que, en ciertos casos marcados por el ordenamiento jurídico, es lícito, sin más, para el acreedor tomar en prenda una cosa del patrimonio del deudor. (caso de la deuda que surge de la venta de un animal destinado a un sacrificio; los soldados que podían tomar bienes de los contribuyentes que estaban obligados a entregar forraje destinado a la alimentación de los caballos del ejército; los publicanos que podían tomar bienes de los deudores morosos por impuestos). Algunos juristas ponen en duda que se trate de una acción ya que para ella no es necesaria la presencia del magistrado y ni siquiera del deudor. LEGIS ACTIO PER MANUS INIECTIO (ACCION DE LA LEY POR APREHENSION CORPORAL) Ella supone, a diferencia de la anterior, un verdadero procedimiento ante el magistrado. En el caso de la manus iniectio (echar mano a alguien), en virtud de sentencia en un juicio declarativo o por el carácter de la causa (nexum), un particular tenía derecho, luego de haber llevado a su deudor ante el tribunal y de haber sido éste declarado addictus por el magistrado, a apoderarse de su deudor y retenerlo encadenado en su casa. Si no cumplía con lo debido antes de los sesenta días, debía ser llevado tres días consecutivos de mercado a la plaza pública frente al magistrado y su deuda anunciada públicamente, tanto para ver si alguien lo ayudaba como, tal vez, para que otros acreedores pudieran hacer valer sus créditos. No satisfecha la deuda transcurridos los sesenta días, el deudor podía ser vendido como esclavo fuera del territorio romano; o muerto, y su cuerpo repartido entre los acreedores, sin importar, como parece decir la ley de las XII tablas, que alguien retirara un pedazo mayor que el proporcionado a su crédito. Di Pietro precisa que el texto del que se ha extraído esta cruenta disposición es muy controvertido y, por otra parte, no nos ha llegado ninguna referencia de un caso concreto en que se la hubiera aplicado. Distintas leyes ampliaron las hipótesis que daban lugar a una manus iniectio pro iudicato, es decir, como si el deudor hubiese sido declarado tal en juicio. La manus iniectio no podía ser rechazada ni discutida por el deudor sino por un vindex o garante, que arriesgaba pagar el doble de lo debido si perdía la instancia judicial. En todo caso, algunas leyes fueron introduciendo, para ciertos casos, un nuevo tipo de manus iniectio, llamada pura, por la que era posible al mismo deudor cuestionarla, siempre con el riesgo de pagar el doble. - 41 - EL PROCEDIMIENTO FORMULARIO HISTORIA Se vincula el origen del procedimiento formulario con la actividad jurisdiccional del pretor peregrino creado en el 242 a.C. para entender en asuntos con peregrinos y de éstos. Este pretor no necesitó ajustarse al rígido y formalista sistema de las legis actiones, al que no tenían acceso los no ciudadanos. Fue, por lo tanto, con toda libertad, desarrollando un tipo de proceso que, en lo general, seguía el esquema de arbitraje obligatorio de las legis actiones, con sus dos etapas: la in iure y la apud iudicem. Con palabras o referencias de las leges, en lugar de las formulaciones solemnes, el pretor peregrino acostumbró a plasmar por escrito, previa información, consulta, discusión y asentimiento con las partes y de las partes, la impostación de la controversia en base a la norma correspondiente, deducida de la institución romana extendida a los peregrinos o, lo que era más frecuente, del principio de la bona fides. De aquí la expresión de "actuar per concepta verba", es decir, dar lugar al iudicium con palabras adaptadas en cada caso a la concreta controversia; ello, en contraposición con las certa verba (palabras determinadas), siempre las mismas, según la genérica acción que se ponía en juego con el procedimiento de las legis actiones. Se originó así la fórmula, alma del nuevo procedimiento que de ella tomaría su nombre. Al respecto se destaca que este procedimiento recibe su nombre en virtud precisamente del empleo de esta fórmula escrita, redactada por el magistrado que contiene las pretensiones de las partes y que sirve de base para que el juez resuelva Cuando el pretor urbano fue incorporando en su iurisdictio las nuevas instituciones y criterios del ius gentium, consagrados en el tribunal del pretor peregrino, también fue imitando esas formas más libres, más funcionales, con que éste organizaba el proceso. En especial, empezó a utilizar la fórmula en ocasión de juicios basados no en el ius civile, pues en esos casos debía emplearse el rígido y formalista sistema de las legis actiones, sino en el sometimiento a su imperium de controversias sobre instituciones procedentes del ius gentium, pero en las que eran partes ciudadanos romanos que voluntariamente aceptaban aquel procedimiento per formulas. Alrededor del 130 a.C. la lex Aebutia autorizó al pretor urbano a utilizar ese procedimiento, a pedido de las partes, también en todas las controversias sobre instituciones del ius civile. Las legis actiones cayeron rápidamente en desuso y en el nuevo procedimiento halló el pretor un más adecuado instrumento para una actividad jurisdiccional más libre de las formas y contenidos del viejo ius civile. Hasta ese momento, el pretor se habría limitado a ejercer iurisdictio en la nueva forma del procedimiento formulario sólo para tutelar relaciones jurídicas consagradas por el ius civile o fundadas en la bona fides como criterio obligatorio sancionado por su colega peregrino. En ambos casos se trataba de normas ya existentes, ya consagradas antes de su intervención. Pero el camino estaba abierto para una más libre, más audaz actuación: su imperium no estaba trabado por el formalismo de las legis actiones y de su arbitrio dependía la existencia y el contenido de la fórmula, que era ley para el juez. El pretor, en posesión de todos los recursos procesales y extraprocesales, se lanzará a una labor de profunda renovación, creación y desarrollo de instituciones jurídicas que convertirá a la iurisdictio en la fuente más original del Derecho Romano. - 42 - En efecto, con la denegatio actionis y la inserción de exceptiones paralizará pretensiones basadas en principios ya obsoletos o chocantes del viejo ius; por su parte, con las acciones ficticias o las útiles o las con transposición de sujeto podrá extender a situaciones antes no previstas la aplicación de normas ya existentes; por último, con las formulae in factum conceptae, podrá dar lugar,a la tutela de situaciones o relaciones hasta entonces no consideradas en el ordenamiento jurídico existente. La decadencia de las legis actiones (dejadas de lado por su formalismo y poca flexibilidad de adaptación a las características propias de cada controversia) se patentizará con la lex Iulia iudiciorum privatorum de Augusto, que las suprime casi totalmente y las sustituye con el sistema de las fórmulas, al que "legaliza" en el sentido de que, de ahí en adelante, todo juicio, sea basado en instituciones del antiguo ius civile, sea en la bona fides, sea en una situación fáctica digna de tutela por razones de equidad, será considerado iudicium legitimum, siempre que se den estas tres condiciones de forma procesal: que las partes sean ciudadanos romanos,que se celebre en Roma y que el arbitraje se someta a un único juez. LA FORMULA Con este nombre se denominó el programa o planteo de juicio, con la correlativa enunciación del deber del juez, ya sea en su aspecto abstracto, como esquema propuesto en el edicto, ya sea en un aspecto concreto, como formulación ya aprobada por el pretor en un determinado proceso. El profesor Adame precisa que la fórmula es simplemente una frase escrita en la cual se dan las instrucciones al juez que va a juzgar el caso. Todas las fórmulas tienen una misma estructura: plantean una hipótesis y la consecuencia que se sigue si queda demostrada o si no lo queda. Por ejemplo, “si resulta que el actor es propietario, tu juez condena al demandado a pagar lo que la cosa vale, si no resulta, absuelve”; o “si resulta que compró una mercancía, tú, juez, condena a que pague una cantidad de dinero equivalente al interés del actor en que hubiera pagado oportunamente el precio, si no resulta, absuelve; o “si resulta que debe mil sestercios, tú, juez, condena a que los pague, si no resulta, absuelve”. TIPICIDAD DE LAS FÓRMULAS. Para cada relación jurídica típica existe una fórmula propia. Por eso, para conocer la posición que tienen las partes en cualquier relación jurídica es necesario conocer la fórmula de la acción correspondiente. Las fórmulas estaban publicadas en el Edicto del pretor, de modo que quien quería ejercitar una acción tenía que elegir una de las fórmulas admitidas por el pretor, o convencer al pretor de la oportunidad de dar una acción con una fórmula nueva que no estaba prevista en el Edicto. Las fórmulas típicas no son fijas y pueden modificarse y adaptarse a cada caso concreto. FORMULA TIPICA: Sea Ticio Juez. Si resulta que Numerio Negidio debe dar 10.000 sestercios a Aulo Agerio, condena, juez, a Numerio Negidio a favor de Aulo Agerio por 10.000 sestercios, Si no resulta absuelve. - 43 - PARTES DE LA FORMULA: La estructura de la fórmula puede comprender las siguientes partes o cláusulas, que cuando aparecen, lo hacen en el orden en que a continuación se las consigna. 1)DESIGNATIO O NOMBRAMIENTO DEL JUEZ (Ticio se juez (Titius iudex esto)) O DE LA CORTE O COLEGIO DE RECUPERATORES (Ticio, Gayo, Seyo, sed recuperadores (Titius, Caius, Sextius recuperatores sunto)). 2)PRAESCRIPTIO. Como su nombre lo indica (lo escrito al principio), es una cláusula extraordinaria que se coloca, antes de cualquier otra referencia a la controversia, con el objeto de limitar o descartar los efectos de la litis contestatio articulada en el resto de la fórmula. Ejemplo, la orden al juez de que, previamente a entrar en materia, verifique si no ha vencido el plazo establecido por la ley para que una determinada acción pueda interponerse. De allí proviene el nombre de la actual prescripción. Otro ejemplo: si se trata de accionar por prestaciones sucesivas en el tiempo, el actor, para preservarse la posibilidad de reclamar las futuras, que de otro modo serían extinguidas por la litis contestatio, delimita el objeto de su intentio a las que resulten vencidas o exigibles en el momento de la litis contestatio. Para ello inserta como praescriptio la frase "que el pleito sea por lo que resulte ya debido". 3)DEMONSTRATIO. En esta parte se planteaba la narración de los hechos que justifican lo solicitado por el actor. Por ejemplo: 'Ticio, sé juez. Puesto que Aulo Agerio (el rico exigente) ha vendido un esclavo a Numerio Negidio (el pobre insolvente), respecto del cual se litiga..." 4)INTENTIO. Parte esencial que consiste en la enunciación de la relación jurídica deducida en juicio. En ella se indica el derecho que pretende el actor (por ejemplo, que es propietario de tal cosa, que se le debe una determinada cantidad, que se le debe una cosa, etc.). Es, en otros términos, la pretensión del actor presentada como condición para la condemnatio y que se presenta como una hipótesis a probar. Es la parte más importante de la fórmula. La intentio puede referirse a reclamar algo determinado (intentio certa), o algo indeterminado (intentio incerta) dejado, en cuanto a su determinación final, a lo que establezca el juez. En el primer caso debe pedir exactamente la suma de dinero que se le debe o la cosa determinada, cuidándose de no pedir más (pluris petitio) o pedir de menos (minus petitio). Ello no se podría dar en caso de ser incerta la intentio. La intentio puede estar fundada en el ius civile (in ius concepta) o en un hecho (in factum concepta) al que el pretor ha concedido acción. 5) EXCEPTIO. Cláusula que se introduce a petición del demandado y cuyo efecto es impedir al juez condenar, aun si resulta probada la intentio, si otras circunstancias de hecho o situaciones de derecho aparecen también probadas, vale decir, de ser cierta, paraliza la pretensión del actor. Va introducida por una expresión como "siempre que no", "a no ser que". Por ejemplo: "Si resulta que Numerio Negidio debe pagar a Aulo Agerio mil sestercios y siempre que no haya habido un pacto de no reclamar esa deuda...". Otro ejemplo sería el caso en que el actor reclamaba como suya una cosa que vendió al demandado pero frente a la cual el demandado alegará que él se la vendió y entrego. En este caso en la intentio se diría «si resulta que el actor es propietario civil de cierta cosa», y seguiría luego la exceptio «a no ser que la hubiera vendido y entregado» al demandado. El efecto de la excepción es hacer que el demandado salga absuelto si prueba el hecho que la constituye.De ser probada la exceptio se neutraliza la intentio del actor, evitando la condena (Gayo, 4.116; 119) - 44 - El profesor Adame destaca como excepción más común la de pacto (exceptio pacti) en la que se hace referencia a un convenio lícito que hubieran hecho las partes acerca del asunto debatido, como el pacto de fijar un plazo para el pago, o el pacto de no demandar, o el pacto de entregar en determinado lugar, etcétera. Es también muy usada la excepción de dolo (exceptio doli), en la cual se hace referencia a un comportamiento doloso del actor antes de demandar o incluso en el mismo acto de demandar. Las excepciones pueden ser perpetuos (perentorias) y temporales (dilatorias), según tengan eficacia perpetua y nutralicen, definitivamente la acción o tengan vigencia temporal. 6)CLÁUSULA ARBITRARIA: Aparece en la mayoría de las acciones reales y en algunas personales. Su presencia dentro de la fórmula significa que el juez debe invitar al demandado a devolver o exhibir el objeto litigioso antes de la sentencia; si el litigante acepta esta petición será generalmente absuelto. 7)CONDEMNATIO. Cláusula por la que se da al juez el poder de condenar o de absolver. La condena, cualquiera haya sido lo reclamado, será, en al época clásica, siempre por una cantidad de dinero ya fijada en la condemnatio, o a fijar por apreciación del juez. La condemnatio puede ser cierta (determinada) o bien incierta (indeterminada, ej: ..por tanto dinero cuanto valga la cosa). 8)ADIUDICATIO. Cláusula por la que se autoriza al juez, en las acciones por división o partición de bienes, a adjudicarlos en pleno dominio a quien resultaren corresponder. En algunos casos la condemnatio era reemplazada por la adiudicatio. Ello ocurría cuando se promovían acciones divisorias (ej: la finium regundorum (cuestiones de límites entre propiedades colindantes), la actio familia erciscundae (división de las cosas hereditarias) o la actio communi dividendo (división de la cosa común proveniente de condominio)). En estas fórmulas no había condemnatio ya que no era lo que se pretendía CLASIFICACION DE LAS PARTES DE LA FORMULA: PARTES ORDINARIAS: Las partes ordinarias de la fórmula eran esenciales, es decir aquellas que siempre debían integrarla. Así, lo eran lademonstratio, la intentio y la condemnatio, salvo los casos en que era reemplazada por la adiudicatio. PARTES EXTRAORDINARIAS: Eran la exceptio y la praescriptio. Ambos se incluían en la fórmula sólo en determinados casos CLASES DE FORMULAS Según la inexistencia, o el mayor o menor grado de apoyo en el ius que tenga cualquier tipo de fórmula instrumentado por el magistrado, se puede hacer la siguiente distinción. A) Fórmulas con intentio in ius concepta (intentio basada en derecho). B)Fórmulas in factum conceptae (basadas en situaciones de hecho). - 45 - A) FÓRMULAS CON INTENTIO IN IUS CONCEPTA (INTENTIO BASADA EN DERECHO). A.1) FÓRMULAS EN LAS QUE SE HAN VERTIDO LAS PREEXISTENTES ACCIONES DEL IUS CIVILE. En ellas el magistrado ha tendido a la simplificación y a una mejor adaptación a los distintos aspectos de hecho o de valoración: con exceptiones y praescnptiones corrigió el rigor y formalismo del antiguo ius y dio relevancia jurídica a situaciones y modalidades antes no contempladas en el ordenamiento normativo. A.2) FÓRMULAS EN LAS QUE SE EXTIENDE EL CAMPO DE ACCIÓN DE LAS PREEXISTENTES ACCIONES DEL IUS CIVILE. A.2.a) Fórmulas ficticias, en las que se ordena al juez que prescinda de la existencia o no existencia de determinada condición o circunstancia y dé su sentencia como si no existiera o existiera respectivamente. A.2.b) Fórmulas útiles, por las que se extiende el alcance de instituciones del ius civile a sujetos o situaciones no comprendidos primitivamente. A.2.c) Fórmulas con transposición de sujetos. B)FÓRMULAS IN FACTUM CONCEPTAE (BASADAS EN SITUACIONES DE HECHO). Con ellas el magistrado tutela situaciones de hecho no contempladas todavía por el ius preexistente, pero que en virtud de las aequitas y la conveniencia social lo resultan dignas de amparo. Las tiene previstas en su edicto o, si no las ha previsto, las concede por decretum repentinum en los casos concretos en que encuentra mérito. CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES La vastísima variedad de las fórmulas marca un fuerte contraste con la limitación y rigidez de las legis actiones. Cada fórmula, como esquema abstracto de juicio entraña un determinado tipo de actio. En el edicto del magistrado pues, figuran tantas acciones, cuyos términos se dan en otras tantas fórmulas, cuantas son las situaciones o intereses subjetivos considerados dignos de amparo judicial. De allí que acción, desde el punto de vista del sujeto, es el poder, para quien se encuentra efectivamente en una de esas hipotéticas situaciones, de actuar según el esquema procesal específicamente correspondiente. El proceso formulario gira alrededor de un repertorio de acciones típicas mediante el cual el pensamiento jurídico romano estructura el sistema de lo que para nosotros son los derechos subjetivos. Ese repertorio aparecía clasificado por los juristas según distintos criterios. 1)ACTIONES CIVILES - ACTIONES HONORARIAE Las primeras, fundadas estrictamente en el ius civile preexistente, son las involucradas en las fórmulas aludidas como (A) 1) en el título Clases de fórmulas. Las segundas, dispuestas por el magistrado en el ejercicio de su cargo (honor) para tutelar una relación no contemplada expresamente en el ius, son las que se dan en las fórmulas comprendidas en (A) 2) a), b), c) y (B) del mismo título. (ficticias, útiles, y con transposición de personas, in factum conceptae) - 46 - El profesor Adame precisa que las acciones útiles o con ficción son aquellas cuya fórmula ordena al juez que haga una ficción, es decir que dé por existente un hecho inexistente, o que dé por inexistente un hecho existente. La finalidad de la ficción es obtener un resultado justo, que no podría obtenerse con el régimen del Derecho Civil. Por ejemplo, si alguien cometía un daño en una cosa ajena, el propietario por derecho civil podía ejercitar la acción de la Ley Aquilia para exigir el pago de una cantidad que incluía la reparación del daño y una pena por haberlo cometido; el pretor considera que debe darse la acción también a los usufructuarios, es decir personas que tenían un derecho vitalicio de usar y disfrutar una cosa sin ser propietarios, y para este fin, cuando un usufructuarioquiere reclamar con dicha acción, el pretor, en la fórmula de la acción correspondiente, ordena al juez que finja que el usufructuario es propietario, de modo que el juez condenará al demandado si el actor logra probar que hubo daño y que él es usufructuario. En otra acción útil (la acción Publiciana) se finge que el poseedor de buena fe poseyó el tiempo necesario para adquirir la propiedad, con lo cual él, como si fuera propietario civil, puede recuperar la cosa de cualquier otro poseedor que la tenga. Por su parte, en las acciones con transposición de personas, que son aquellas en cuya fórmula aparece el nombre de una persona, actor o demandado, en la intentio, y el nombre de otra en la condemnatio, el pretor permite que una persona que actúa a nombre de otra, como actor o demandado, reciba los efectos favorables o desfavorables de la sentencia. Por ejemplo, cuando un hijo de familia, con autorización de su padre, recibe una cantidad de dinero prestada, quien prestó puede reclamar el pago al padre con una acción en cuya fórmula se dice que si el hijo recibió en préstamo esa cantidad, el juez condene al padre a que la pague; la transposición de personas sirve para que el padre responda aunque el demandado sea el hijo. Por último, las acciones por el hecho o in factum son aquellas que da el pretor en atención a un hecho que considera necesario reprimir. El fundamento de estas acciones no es un derecho que alega el actor, sino la existencia de un hecho que le ha perjudicado; por eso se distinguen las acciones in factum de todas las demás acciones, civiles o pretorias, que por fundarse en un derecho se llaman acciones in ius. Al no fundarse en un derecho, estas acciones no tienen propiamente una intentio, sino una cláusula donde se indica la existencia del hecho (nominatio facti) que se pretende reprimir. Por medio de ellas el pretor tutela una situación de hecho hasta entonces sin protección jurídica. Hay muchas de estas acciones, como la que se dio en contra de quien no devuelve una cosa que se le prestó para usarla temporalmente (a. commodati), o contra el acreedor que no devuelve la prenda una vez que le fue pagada la deuda (a. pigneraticia in personam), o contra quien injuria a una persona libre (a. iniuriarum). 2)ACTIONES IN REM - ACTIONES IN PERSONAM – MIXTAE A través de la distinción procesal entre acciones in rem e in personara el pensamiento romano formulaba lo que para nosotros es la teoría de los derechos reales y obligaciones. Las actiones in rem, llamadas también vindicationes, cuando son dadas en tutela de un derecho real, reclaman del demandado una determinada conducta negativa: la reclamación es posible con respecto a cualquier persona si se trata del derecho de propiedad, y sólo respecto a determinadas si se trata de un derecho real sobre cosa ajena, específicamente, las determinables por una relación con esa cosa. Pero también las acciones in rem sirven para pretender el reconocimiento de otras situaciones no patrimoniales, como son las de estado; por ejemplo, que se es hijo legítimo. En la intentio sólo figura, proclamado en forma absoluta, el derecho sobre la cosa, y sólo en la condemnatio aparece la designación del demandado. - 47 - Las actiones in personam, llamadas también condictiones, protegían un derecho subjetivo obligacional, esto es, tutelan derechos personales o créditos y se dirigen sólo contra una persona concreta y determinada, el obligado o deudor. Ya en la intentio figuraba el actor pretendiendo del demandado una determinada conducta, esto como resultado del vínculo de derecho existente entreellos. Las mixtas son aquellas con las que se pretenden atribuciones de derechos reales y de derechos obligacionales. Son las acciones divisorias familiae erciscundae (división del patrimonio familiar), comtnuni dioidundo (división de un condominio) y finium regundorum (demarcación de límites): el juez con la adjudicatio puede constituir no sólo derechos reales sino también obligaciones entre las partes. Perseguían tanto la atribución exclusiva de ciertos bienes pero buscaban imponer el reparto proporcional de gastos, utilidades y frutos. 3)ACTIONES STRICTI IURIS - ACTIONES BONAE FIDEI - ACTIONES IN BONUM ET AEQUUM CONCEPTAE Según la amplitud del poder otorgado en la fórmula al juez, se distinguen las acciones stricti iuris (de estricto derecho), en las que aquél debe restringirse a lo indicado en la intentio, y eventualmente la demostratio; y las bonae fidei, en las que la expresión ex bonae fide (en base a la lealtad o buena fe), contenida en la intentio, autoriza al juez una ampliación en su poder de apreciación y sentencia al indicarle tenga en cuenta criterios de equidad y buena fe en las relaciones entre las partes, relaciones previas al proceso y debidas, por ejemplo, a contratos consensuales, a la fiducia, a la tutela, a la gestión de negocios, etcétera. 4)ACTIONES REIPERSECUTORIAE - ACTIONES POENALES – ACTIONES MIXTAE Son acciones que se distinguen según el fin perseguido. Las reipersecutoriae buscan la estricta reparación de la pérdida o daño sufrido. Son reipersecutorias tanto las reales por las que se reclama la restitución de un objeto (acción reivindicatoría, hereditatis petitio, etcétera) como las personales por las que se reclamaba una cantidad de dinero en base a un contrato o como reparación por un daño patrimonial producido por un acto ilícito. En caso de ser acogidas el patrimonio del actor no experimenta un aumento respecto de la situación anterior. Las penales (poenales) persiguen el pago de una pena pecuniaria, como es el caso de la actio furti. Las mixtae tienen uno y otro objetivo. Como ejemplo podemos mencionar las acciones derivadas de la ley Aquilia. 5)ACTIONES ARBITRARIAE Son aquellas cuya fórmula contiene la cláusula "nisi arbitratu iudicis restituatur" (a no ser que, por lo dispuesto por el juez, sea restituido), que supedita la condena pecuniaria a la no restitución o no exhibición de la cosa. El demandado perdedor puede en ese caso retener válidamente la cosa y pagar la litis aestimalio fijada por el juez, a menudo de acuerdo a juramento estimatorio del actor, y siempre mayor que el valor de la cosa. - 48 - 6)ACTIONES PERPETUAE - ACTIONES TEMPORALES Al principio no había límite temporal para el ejercicio de las acciones. Pero luego algunas acciones fueron consideradas extinguibles si no se deducían en un determinado plazo a partir del momento en que había nacido la posibilidad de ejercitarlas: el plazo de un año, por ejemplo, para la mayoría de las acciones honorarias. Hubo así una distinción entre acciones perpetuas y temporales. Pero a fines del Principado se admitió que el demandado por una actio in rem pudiera oponer la exceptio o la praescriptio longi temporis haciendo mérito de haber poseído la res por un período de diez años, si el poseedor demandado y el actor, pretendido titular, vivían en el territorio de la misma civitas, o de veinte si no era así. En el 424 a.C. Teodosio II extendió ese criterio a todas las acciones consideradas hasta ese momento perpetuas: todas quedaban extinguidas al no ser deducidas dentro de un plazo de treinta años, aunque la Iglesia tuvo el privilegio de que en relación a los bienes de que era titular las acciones tuvieran una prescripción de cuarenta años. No obstante, se siguió llamando perpetuas a las prescriptibles a los treinta o cuarenta años, y temporales a las de prescripción más breve. EL EDICTO Las soluciones que se iban plasmando en las concretas fórmulas con que se otorgaba el iudicium se consignaban en el edicto que cada magistrado publicaba al asumir su cargo anual. Cada nuevo pretor, haciendo suya la experiencia de sus predecesores, trasladará a su propio edicto el contenido de los anteriores (edictum translatitium) e incorporará de su cuenta, elementos nuevos. El edicto es un programa de cómo desarrollará su jurisdicción el pretor; es el compromiso, controlado siempre por una vigilante opinión pública y, desde el 67 a.C, sancionado por la lex Cornelia, de, según las hipótesis contempladas, dar acciones, permitir inserción de excepciones, disponer de sus recursos extraprocesales, etcétera. El edicto es, en lo fundamental, un catálogo de fórmulas en el que se puede seleccionar la que corresponderá —si el pretor estuviera de acuerdo— como base del iudicium que se le habrá solicitado para dirimir una controversia. Por todo ello va a resultar fundada aquella afirmación de que el Derecho Romano, por lo menos en su mejor momento, aparece más como un sistema de acciones que como un elenco de derechos subjetivos explícitamente originados en el derecho objetivo. - 49 - ASPECTOS RELEVANTES DEL PROCEDIMIENTO FORMULARIO Este procedimiento, continuando lo ya puesto en práctica en las legis actiones, divide el juicio en dos etapas. La primera ante el magistrado (in iure) y la segunda ante el iudex (apud iudicem; in iudicio) ETAPA IN IURE CITACIÓN La citación a comparecer en justicia, con previa exposición verbal del reclamo, podía ser, igual que antes, con una in ius vocatio de efecto inmediato, pero se hizo más frecuente el vadimonium, compromiso, a través de una stipulatio, de comparecer en determinada fecha ante el tribunal. Si bien es el actor quien debe conminar al demandado a comparecer, usando la in ius vocatio, a diferencia del derecho antiguo, no se utiliza la fuerza ante la resistencia del accionado. Corresponde al actor notificar al adversario sobre la acción que intentará, así como la documentación que aducirá contra él, entregándole un libelo donde se aclare en que consistirá el juicio, o permitiéndole sacar una copia LAS PARTES En el procedimiento formulario —y luego en el extraordinario— se admitió un tipo de representación distinta de la actual, pues quien sustituía a cualquiera de las partes experimentaba en su persona los efectos del proceso: resultaba acreedor o deudor en la condemnatio y era consecuentemente sujeto activo o pasivo de la ejecución a través de la actio iudicati. Esto se traducía principalmente en el hecho de figurar en la intentio el nombre de la parte y en la condemnatio el del representante. No obstante ello, por razones prácticas, el pretor concedió la actio iudicati tanto para, como contra, la persona misma del acreedor o deudor, respectivamente. ACTITUD DEL DEMANDANTE: Presentadas las partes ante el magistrado, el demandante planteaba su pedido de acción sobre la base de una fórmula que proponía. ACTITUD DEL DEMANDADO: a)Podía concordar con el planteo o impostación jurídica ínsita en la fórmula propuesta, b)Podía negar de plano la pretensión del demandante, c)Podía, sin negar el fundamento de la pretensión, alegar en su favor la existencia de nuevos hechos que le favorecen. En el primer supuesto (confessio in uire) el proceso termina sin llegar a la litis contestatio. En los demás, el magistrado establecía en qué términos daría el iudicium y llevaba a las partes a un acuerdo en la redacción de la fórmula y en la elección del juez. Se tiene, entonces, la litis contestatio, concretada en una formal propuesta y aceptación, de demandante y demandado respectivamente, de someterse al juicio en los términos en que se hallaba redactada la fórmula, la que incluía la orden del magistrado al juez para que, según las pruebas recibidas, condenara o absolviera al demandado. Con la litis contestatioquedaban determinados en forma precisa y fija los derechos subjetivos deducidos en juicio. - 50 - LA LITIS CONTESTATIO: es el acto central del proceso en que se determinan los límites del litigio y se pone fin a la fase in iure. EFECTOS DE LA LITIS CONTESTATIO: Las obligaciones civiles en un iudicium legitimum se extinguían con la litis contestatio, o más exactamente se transformaban en una relación procesal, de modo tal que si el demandado resultaba absuelto, el demandante no podía volver a replantear en otro juicio aquella obligación, extinguida, como se ha dicho, por la litis contestatio. Si, en cambio, resultaba condenado, tampoco podía volver a accionar el actor en base a esa obligación, por ese mismo carácter extintivo de la litis contestatio; pero sí tenía derecho a actuar en base a la nueva relación creada por la condemnatio y posibilitada por esa relación o compromiso procesal de la litis contestatio. En todo caso, la litis contestatio no producía la extinción de los otros derechos litigiosos deducidos en juicio, pero sí daba lugar a una excepción de litis pendentia en cualquier otra causa en que se los planteara nuevamente. ETAPA APUD IUDICEM (ANTE EL JUEZ) No presenta mayores diferencias con la de las legis actiones: el juez, asistido de un consilium de amigos, recibe en lugar público la producción de pruebas y los eventuales alegatos de oradores de una y otra parte. Con completa libertad para valorar la prueba, llega a la formulación de su parecer (sententia) ante las partes. Las partes se presentaban ante el juez tres días después de la litis contestatio con una puntualidad y responsabilidad especial debido a que si no comparecían se seguía el juicio en rebeldía (lo que no ocurre en el procedimiento de las acciones de la ley). El juez se debía ajustar en su actuación a las pretensiones expuestas en la fórmula. MEDIOS DE PRUEBA Y VALORACION: Los medios de prueba de que se podían valer las partes eran de varios tipos: la testimonial a cargo de testigos (testes) que como mínimo debían ser dos, la documental constituida por documentos públicos o privados, la pericial aportada por peritos o especialistas en determinados asuntos, los juramentos que eran deferidos por el juez a una de las partes para que jurase acerca de la legitimidad de sus pretensiones, la prueba confesional, la de la fama pública, que eximía de ofrecer pruebas testimoniales, la inspección judicial que consistía en el traslado del juez al lugar de los hechos, acompañado de peritos y las presunciones que consistían en aceptar la veracidad de un hecho a consecuencia de indicios demostrativos de esa veracidad o de una disposición de la ley. El sistema jurídico romano en este tipo de procedimiento se califica de dispositivo: las partes en contienda facilitan al juez los medios de prueba que estimen pertinentes, el juez no puede decretar medidas probatorias de oficio, pero goza de absoluta libertad para valorarlos. - 51 - LA SENTENCIA Y LOS RECURSOS: Después de efectuadas las pruebas y los alegatos finales de las partes, el juez dictaba la sentencia (opinión privada del juez), la que debía concordar con la fórmula y por la que se ponía fin a la instancia apud iudicium. Los efectos de la sentencia podían ser: a)Absolver, cuando el actor no comprobaba sus pretensiones. b)Condenar, si la pretensión del actor se probaba debidamente. Si no ha podido llegar a un convencimiento o decisión, jura que el caso no es claro para él (sibi non liquere (non liquet)) y el magistrado lo libera de su cargo. Las partes concertarán entonces, con el magistrado, el nombramiento de otro juez. APELACION: Antes del Imperio, la sentencia era considerada definitiva, no admitiendo recurso alguno, sin embargo, con posterioridad se terminó aceptando la posibilidad de la apelación (apellatio), en el evento de que una de las partes se considerara lesionada por la sentencia dictada en su contra. LA EJECUCIÓN Para conseguirla, el demandante victorioso deberá, sin embargo, introducir una nueva acción: la actio iudicati (acción de lo ya juzgado). Si en la etapa actio iudicati el demandado admite su responsabilidad, queda abierta la ejecución. Pero si quiere controvertir, no por cierto el mérito de la causa sentenciada, sino alguna invalidez de forma, o sostener que ya ha pagado, habrá, entonces una nueva litis contestatio y etapa apud iudicem: la condena, en este caso, será ejecutiva por el doble de lo estatuido en el primer juicio. La ejecución sobre la persona del deudor (manus iniectio) subsistirá, pero se la irá sustituyendo con un procedimiento de ejecución sobre la totalidad del patrimonio (bonorum venditio) que recuerda en algo los actuales procedimientos de la quiebra. En efecto, normalmente en el proceso ejecutivo se llama a todos los acreedores para que concurran y presenten sus créditos, de modo que con la venta de todo el patrimonio del deudor se pague la condena y todas las deudas que hubiera en ese momento. Cesión de bienes (cessio bonorum): Normalmente el deudor que no tiene dinero para pagar la condena reconocía la deuda y ofrecía en pago sus bienes (cesión de bienes), ofrecimiento que los acreedores no podían rechazar este ofrecimiento. Dándose este supuesto, el pretor, mediante un decreto de misio in possessionem, pone a los acreedores en posesión de los bienes del deudor, pudiendo éstos pedirle que nombre un administrador de los bienes (curator bonorum), y posteriormente ellos elegirán un encargado de venderlos (magister bonorum). La venta se hace en bloque, de todos los bienes, y por subasta. La compra se adjudica al mejor postor, quien paga el precio al magister, y éste lo reparte proporcionalmente entre los acreedores, quedando liberado el deudor. LA VENTA DE LOS BIENES UNO POR UNO (DISTRACTIO BONORUM). En ocasiones se permite, en vez de la venta de todo el patrimonio, la venta de los bienes uno por uno hasta satisfacer a todos los acreedores. Este modo de venta permite obtener más dinero por la venta de los bienes y que el deudor pueda así conservar algunos bienes. En estos casos el pretor nombra un curator que proceda a la venta de los bienes separadamente. - 52 - EJECUCIÓN FORZOSA. En el caso de que el deudor no ceda sus bienes, su situación se agrava, pues la ejecución se vuelve forzosa. El pretor ordena la missio in possessionem a favor de los acreedores, mediante un decreto (proscriptio) que tiene efecto infamante, esto es que tiene el efecto adicional de inhabilitar al deudor para ciertos actos jurídicos y públicos. Después, en un plazo breve, procede a la venta de todo el patrimonio. Si con el precio obtenido por la venta no se logran pagar íntegramente todos los créditos, los acreedores conservan sus acciones en contra del deudor para poder exigirle posteriormente que pague las cantidades no cubiertas. INTERDICTO POR FRAUDE A LOS ACREEDORES (INTERDICTUM FRAUDATORIUM (ACCIÓN PAULIANA). La finalidad de este interdicto es que los acreedores recuperen los bienes que el deudor pudo haber vendido, cuando ya era deudor de esos acreedores y antes de que el pretor decretara la missio in possessionem a favor de éstos, con el fin de evitar que esos bienes pudieran ser embargados y vendidos para pagar a los acreedores, es decir con la finalidad de defraudar a los acreedores. MEDIOS EXTRAPROCESALES Basados no en su iurisdictio, sino directamente en su imperium completan la capacidad innovadora del magistrado en el campo jurídico. Su finalidad puede ser: a)evitar un proceso, b)facilitar un proceso, c)eliminar un inconveniente surgido o d)asegurar sus resultados. A) STIPULATIONES PRAETORIANAE Obligando a una parte a que, por medio de una stipulatio asegure a la otra un derecho o una compensación. El pretor exige a las partes quelas hagan, coaccionándolas indirectamente con la negación de la acción o de la excepción y, a veces, con el embargo de todos sus bienes. B) IN INTEGRUM RESTITUTIO Un total restablecimiento de la situación anterior. Por ella el pretor anula las consecuencias que han resultado inequitativas de un acto válido según el ius civile pero que él considera injusto y lo tiene como no realizado. Este decreto del pretor permite al interesado pueda recuperar lo que perdió por el acto impugnado, pudiendo ejercer una acción rescisoria, que es una acción en cuya fórmula se finge que no tuvo lugar el acto impugnado; o puede defenderse mediante una excepción. Adame destaca como causas por las cuales se concede la restitución, entre otras, las siguientes: 1)la intimidación (metus); 2)el engaño (dolus); 3)el error; 4)un negocio con un menor de veinticinco años. C) MISSIONES IN POSSESSIONEM Se puede describir como una especie de embargo y que consiete en la autorización del pretor para que alguien entre en posesión de un bien, o del total, o cuota parte patrimonial de otra persona. Esa posesión varía en sus efectos, desde participar, concurrentemente con el original poseedor, en el manejo de la cosa, hasta permitirle al nuevo poseedor una eficientísima y protegida posesión capaz de llevarlo a una usucapio. - 53 - D) INTERDICTA Ordenes condicionales que da el pretor, a pedido de parte interesada, a persona determinada para que restituya o exhiba algo o se abstenga de un proceder. Su objeto es solucionar rápidamente un conflicto, favoreciendo las situaciones aparentemente jurídicas, mantener así la paz y seguridad en las relaciones privadas, y evitar que se perturbe la paz pública. Todo interdicto contiene una orden, pero ésta puede ser una prohibición (interdicto prohibitorio), una orden de restituir (interdicto restitutorio) o de exhibir alguna cosa (interdicto exhibitorio). Si la orden interdictal no se cumple, el interesado puede iniciar una acción, llamada «acción por el interdicto» (actio ex interdicto) en contra del supuesto obligado. Es una acción in factum, pues tiene como fundamento el hecho de la inobservancia del interdicto y su finalidad es que se condene al demandado a que pague una cantidad equivalente al interés del actor en que la orden se hubiera cumplido. EL PROCEDIMIENTO EXTRAORDINARIO o COGNITORIO El proceso cognitorio se caracteriza por su carácter público, estatal, frente al de arbitraje privado, sólo encuadrado y reglado por el pretor, que presenta el formulario: no interviene un juez privado sino un juez funcionario, delegado mediato o inmediato del emperador. Se llamó procedimiento extraordinario porque no aparecía la típica bipartición que había sido desde los orígenes de Roma propia del orden o estructura de los juicios privados. La cognitio extra ordinem no implicaba, necesariamente, que el magistrado o funcionario tratara todo el asunto por sí solo. Se podían dar estas tres posibilidades: a) su intervención total en un proceso unitario; b) delegación completa a otra persona, particular, magistrado o funcionario subordinado; c)cognitio en la que puede llegar hasta haber, como en el procedimiento ordinario, dos etapas: en la primera, redacción de una fórmula y la consiguiente litis contestatio; en la segunda, actuación de un funcionario que, en este caso, recibe su poder, del magistrado o funcionario delegante, y no como consecuencia de un arbitraje querido por las partes. El sistema procesal se adecúa así al nuevo régimen político que se inicia con el Principado y culmina en el Dominado: un poder autocrático, cabeza de una creciente y prolija burocracia que interviene cada vez más en todos los aspectos —social, económico, cultural— de la vida comunitaria. De todos modos, con el sistema extra ordinem tomó cuerpo la idea de que la administración de justicia es atributo del Estado, en contraposición con la tradicional postura romana de que la función del Estado era a través del magistrado, sólo regular y moderar un proceso actuado por iniciativa, impulso y voluntad de las partes. La actuación extra ordinem del magistrado se conocía en el ámbito administrativo ya desde los tiempos republicanos. Los romanos no podían concebir que el populus romanus pudiera entrar en una relación jurídica en plano de igualdad con los particulares. En una reclamación contra el estado, el particular no podía pretender un juicio ordinario. Debía dirigir su reclamación al magistrado correspondiente, a menudo el mismo que había cumplido el acto cuestionado, para que éste, atendidas las razones decidiera, sin más, la cuestión. Además, ese modo de actuar era el normalmente aplicado en las provincias que formaban el Imperio. Allí los magistrados romanos tenían plena iurisdictio, que comprendía el entender totalmente en las controversias y emitir sentencia. Esta modalidad de intervención en la que el magistrado conocía y resolvía en unidad de actuación se extendió durante el Principado. - 54 - El proceso formulario, ya en decadencia a fines del Principado, terminó completamente cuando los emperadores Constantino y Constante en el 342 a.C. prohibieron el uso de fórmulas al considerarlas peligrosos y rebuscados juegos de palabras. CARACTERES RELEVANTES. 1)Ya no hay acciones típicas para cada relación jurídica, sino que se considera la acción como un modo general de pedir justicia 2)Desaparece la bipartición del proceso, de modo que es un mismo funcionario judicial el que conoce la causa desde el principio hasta el final. 3)La solución de los conflictos o jurisdicción se considera como una parte de la administración pública, por lo que todo el proceso adquiere carácter público.En consecuencia desaparece el convenio que hacían las partes para definir la fórmula y elegir el juez. DESARROLLO DEL PROCESO CITACIÓN La citación a juicio dejó de ser una actividad que correspondía al demandante para ser una orden de comparición decretada por el oficial público con la alternativa de, en caso de no presentación del demandado, declararlo contumaz y seguir el juicio en rebeldía. Desdo el 322 a.C. ya era obligatoria la litis denuntiato: en un libellus demintiationis, el actor presentaba su pretensión y solicitaba al tribunal competente se diera curso a la instancia. Si el juez, tras un breve examen, encontraba seria la denuntiato, la comunicaba por un agente del tribunal al demandado, quien, en un plazo máximo de cuatro meses, debía depositar en el tribunal su libellus contradictorius. Si no lo hacía, el proceso continuaba en contumacia. ACTUACIÓN JUDICIAL Comparecidas las partes o sus representantes en el día fijado, se planteaban en la audiencia las distintas posturas que llevaban a la formulación o definición de la controversia. En audiencias sucesivas se producía la prueba con juramentos, testimonios, documentos, etcétera. El desenvolvimiento del proceso era desprovisto al máximo de formalidades: rara vez se presentaban escritos, pero la secretaría del tribunal sintetizaba en actas las actuaciones orales. La lucha argumental entre las partes, precisamente por la falta de una previa impostación o reglaje de la litis que limitara el campo controvertido, se prestaba a toda sorpresa y argucia, por lo que se hacía sentir más que antes la necesidad de abogados para asistir a las partes. El juez funcionario apreciaba las cuestiones de hecho (recibía personalmente la prueba) y de derecho, aunque ya vimos que podía delegar algunas funciones. - 55 - PRUEBA: Se impone el deber al juez de sujetarse a criterios determinados para la valorización de las pruebas (principio de «prueba tazada»): así se patentiza con las presunciones, que le significan la obligación de deducir de un hecho cierto la existencia de otro incierto o no probado, al que se le atribuyen consecuenciajurídicas. Las presunciones son: iuris et de iure (de y por derecho), en las cuales no se admite la prueba contraria a la existencia del hecho presumido o deducido; o iuris tantum (sólo de derecho), en las cuales se admite dicha prueba. SENTENCIA La sentencia, si no era absolutoria, consistía, de ser posible, en la condena de la precisa prestación debida más las expensas procesales. Aquel efecto de la litis contestatio de extinguir los derechos obligacionales deducidos en juicio lo tiene ahora sólo la sentencia: mientras ella no sea pronunciada se puede iniciar otro juicio basado en la misma pretensión. APELACIÓN La actividad jurisdiccional del emperador, sumada a su enorme auctoritas, no podía menos que hacer que los particulares derrotados en un juicio se sintieran tentados a someterlo a su alta revisión. Nació así la institución de la apelación, que se extendió también a otras instancias de la jerarquía burocrática. De esta forma, contra toda sentencia que no fuera en contumacia se podía apelar a una nueva autoridad superior, que volvía a examinar la causa. EJECUCIÓN En la cognitio extraordinaria, el magistrado o funcionario puede hacer ejecutar su decisión por directa coacción de la fuerza pública. Es posible para ciertos casos la prisión por deudas, pero la regla general era la bonorum venditio en la que personal del tribunal puede ser autorizado a tomar una parte suficiente del patrimonio del deudor y luego de dos meses venderlo para satisfacer al acreedor. EL PROCEDIMIENTO ARBITRAL Consiste en que una persona de confianza elegida por las partes resuelva definitivamente. El compromiso arbitral: El procedimiento arbitral exige de las partes un compromiso de que aceptarían la solución de la controversia que dictara el árbitro que ellas elegían, el cual juzgaría sin atenerse a las formas del procedimiento oficial y sin sujetarse a la alternativa de condenar o absolver. Este compromiso consistía en dos promesas recíprocas en que cada parte se obligaba, mediante una promesa formal, a pagarle a la otra una determinada cantidad de dinero, en caso de no obedecer la sentencia (laudo) pronunciado por el árbitro. De este modo, si el que resulta obligado por el laudo a pagar o dar algo, no lo hace, la otra parte le puede exigir, por medio de una acción ordinaria, que pague la cantidad que prometió pagar en caso de no obedecer el laudo; y si es el actor quien no está satisfecho con el laudo, e intenta una acción ordinaria para exigirle a la otra parte el cumplimiento de la obligación de la cual la absolvió el laudo, quien fue absuelto por el laudo puede exigirle, por la vía judicial ordinaria, que pague la cantidad que prometió en caso de no obedecer el laudo. La aceptación del árbitro. La persona elegida por las partes para solucionar la controversia es libre de aceptar o rechazar el encargo. Si asume voluntariamente la responsabilidad de juzgar como árbitro (receptum arbitrii), entonces se le puede exigir, mediante una acción in factum, que juzgue. - 56 - SEGUNDA UNIDAD: PERSONAS, FAMILIA Y SUCESION PRIMERA PARTE: PERSONAS. INTRODUCCION: En las Instituciones de Justiniano se nos da a entender que el derecho por entero se refiere bien a personas o cosas, bien a acciones. Las personas son entes, humanos o artificiales, capaces de derechos y obligaciones. Por su parte, las cosas son los derechos y obligaciones en sí mismos. Finalmente, las acciones son los recursos a través de los cuales los derechos y obligaciones se hacen cumplir. Todo derecho, entendido como derecho subjetivo o facultad, supone necesariamente un titular, utilizándose para designar a éste, entre otras, las expresiones, sujeto de derecho o persona. En este sentido, se señala que el derecho moderno dispone de dos conceptos que en realidad vienen en coincidir en cuanto no se concibe el uno sin el otro: “sujeto de derecho” y “capacidad de goce”. Por tales entendemos al ente hábil y a la habilidad, respectivamente, para contraer activa y pasivamente relaciones jurídicas. (Capacidad de goce: aptitud legal para ser titular de derechos). Por otro lado, existe también el concepto de capacidad de ejercicio, esto es la aptitud legal de la cual puede disponer un sujeto de derecho para poder ejercer los derechos de los cuales es titular, sin el ministerio o autorización de otra persona. El sujeto de derecho o ente con capacidad de goce puede disponer o no de capacidad de ejercicio, pero no se concibe ésta sin tener la de “goce”. Por último, hoy en día los conceptos de sujeto de derecho, persona y ente con capacidad de goce, son conceptos sinónimos, en cuanto toda persona por ser tal es sujeto de derecho y por tanto tiene capacidad de goce, sin perjuicio de que no todas las personas o sujetos de derechos son individuos de la especie humana, pues existen las llamadas personas jurídicas o morales, sobre los cuales nos referiremos más adelante. ORIGEN, SENTIDO Y CONCEPTO DE PERSONA: ORIGEN: Al respecto se nos señala que etimológicamente, viene de la denominación que se daba a la máscara de la cual se servían en escena los actores para hacer más vibrante y sonora su voz, de allí que se la empleara para designar el papel que un individuo podía representar en la sociedad (per-sonare: sonar fuerte, resonar). Algunos juristas (Paulo) utilizan el término caput (cabeza), en el sentido genérico de hombre o individuo humano. SENTIDO: los romanos no desarrollaron una teoría de la personalidad, lo cual permite explicar, entre otras cosas, que para los romanos la palabra persona no tenía un significado técnico preciso. En efecto, por una parte podía ser empleada de acuerdo con el significado que corrientemente se le atribuye, esto es, ser humano. Al respecto, Alejandro Guzmán Brito destaca que en el derecho clásico el ser humano es designado con la palabra persona y, en este sentido, se opone a res (cosa) y era desconocido para ellos el término de persona jurídica, aunque en la época post-clásica las corporaciones solían ser llamadas personae vice (hacer las veces de personas). Por su parte, Gayo nos enseña que la principal división a propósito del derecho de las personas consiste en que, entre todos los hombres, unos son libres y otros son esclavos. De esta forma, fundado en la posición que el hombre ocupa en el orden jurídico, el concepto primitivo de persona es sinónimo al de hombre. - 57 - En este orden de ideas, todo hombre y nadie más que él, debiera ser persona; pero esta identidad de concepto no fue reconocida por las leyes romanas, las cuales, restringiendo o ampliando la idea primitiva, negaron por una parte la calidad de sujeto o de persona a ciertos individuos humanos, y se la concedieron, por otra, a seres no humanos, según se explicará más adelante. Así, Guillermo Margadant señala que el protagonista del drama jurídico no es el ser humano, sino la persona,,concepto que por una parte es más estrecho, dado que, como se dijo, el derecho romano niega la personalidad a los esclavos, pero por otra parte más amplio pues reconoce la existencia de personas que no son seres humanos. Para los efectos del curso de Derecho Romano, vamos a utilizar la expresión persona como sinónimo de sujeto de derechos, pero teniendo presente que en el derecho romano ni todos los hombres son personas, pues existe la esclavitud (Los esclavos son considerados cosa, esto es, son objetos de derecho. Los Derechos de la Antigüedad no reconocen personalidad jurídica al ser humano en cuanto tal), ni todas las personas son individuos de la especie humana, puesto que al lado de las personas físicas existen las personas jurídicas. Por otra parte, el derecho romano clásico, para los efectos de la personalidad y de la correspondiente capacidad se toma en cuenta la ciudadanía del sujeto y, particularmente,en lo referente a la capacidad en el ámbito del derecho privado, se consideraba a la persona no individualmente sino dentro de su familia y el status o situación jurídica personal que ocupaba en ella. En el derecho actual no se presenta el mismo panorama dado que no existen esclavos, y a todos los individuos de la especie humana, por el solo hecho de ser tales, se les reconoce la condición de personas y por tanto la de sujetos de derechos o dicho de otra forma de entes con capacidad de goce. Sin perjuicio de ello la expresión sujeto de derecho o el concepto jurídico de persona , como sinónimo de sujeto, no son sinónimas de la palabra ser humano. CONCEPTO: Todo ente que conforme al ordenamiento legal esté dotado de capacidad de goce, esto es, aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. PRECISIONES: La dogmática moderna designa con la expresión “capacidad de goce” la idoneidad para ser titular de derechos y obligaciones; con el término “persona” se alude a quien tiene esa capacidad, que corresponde a las personas físicas y es atribuida también por el derecho a entes abstractos denominados “personas jurídicas”, pero en Roma, tratándose, por ejemplo de las llamadas personas naturales o físicas, el orden jurídico establece ciertas condiciones para el reconocimiento de la capacidad de derecho privado. En este sentido, los esclavos, sin perjuicio de ser seres humanos no tienen capacidad de goce, no son sujetos de derechos, son objeto de derechos. Por su parte, en el antiguo derecho, tampoco tienen capacidad de goce los extranjeros, salvo concesiones especiales, sin perjuicio de que su condición es distinta a la de los esclavos por cuanto tienen reconocida una suerte de subjetividad jurídica por derecho de gentes; ya en la época clásica se supera esta distinción en gran medida por virtud del derecho honorario. Finalmente, tampoco tienen capacidad de goce, patrimonialmente hablando, las personas sometidas a un pater familias, mientras subsista tal potestad, sin perjuicio del reconocimiento y el desarrollo de los peculios del hijo de familia. De lo expuesto se desprende que tratándose de las personas naturales, la calidad de sujeto de derecho en Roma está limitada a ciertas personas, las cuales necesariamente deben gozar de libertad jurídica, tener ciudadanía y no estar sometido a la potestad de un pater familias. - 58 - En conformidad al ordenamiento jurídico romano existen distintas categorías de persona en sentido jurídico y modos en que un hombre podía entrar o salir de cada categoría; se trata de las diferentes categorías de status, sobre las cuales nos referiremos más adelante (Los juristas consideran que si bien todo el derecho ha sido constituido por causa de los hombres (Hermogeniano), no todos los hombres son igualmente capaces para actuar en derecho; así, en principio, era plenamente capaz el hombre libre, ciudadano romano, y paterfamilias, sin perjuicio de que ello se va atenuando en la medida que se reconoce cierta capacidad a los esclavos para ciertos actos, a los extranjeros y a los alieni iuris). Por su parte, en lo referente a las personas jurídicas, por ahora sólo diremos que en el derecho romano también habría reconocido la calidad de personas a entes distintos del ser humano, entidades que no fueron agrupadas bajo una denominación que las comprendiera a todas y tampoco elaboraron un concepto de ellas. La doctrina o teoría general de las personas jurídicas no es de origen romano, se trata de algo que se puede atribuir a la ciencia jurídica moderna, pero los juristas romanos básicamente sólo reconocen su existencia sin formular mayores precisiones, conformándose con aplicar a éstas, los principios que rigen a las personas físicas. De lo expuesto resulta que, para enfrentar el estudio de las personas dividiremos a éstas en: I.-PERSONAS NATURALES y II.-PERSONAS JURIDICAS. El estudio de los sujetos de derecho o personas, jurídicamente hablando, se refiere tanto a las personas naturales o físicas y su posición frente al ordenamiento jurídico y, por otra parte, a las llamadas personas jurídicas, entes a los cuales el ordenamiento jurídico les reconoce capacidad de ser titulares de derechos y cuyo sustrato o base puede ser un conjunto o asociación de personas o bien un conjunto de bienes con miras a la consecución de un fin. Ver artículos 54, 55 y 545 del Código Civil I.-LAS PERSONAS FISICAS O NATURALES: COMIENZO DE LA EXISTENCIA JURIDICA DE LAS PERSONAS NATURALES: REQUISITOS: La existencia de la persona natural comienza con el nacimiento o dicho de otra forma la aparición del hombre en la escena jurídica comienza con el nacimiento y para considerar nacido a un hombre deben cumplirse los denominados requisitos de existencia o requisitos físicos. Sin perjuicio de lo anterior, debemos destacar de la existencia de requisitos civiles o jurídicos a los cuales hemos hecho referencia al mencionar la consideración de los status y que estudiaremos más adelante. Los primeros son: a)HABER NACIDO: esto es que hubiese sido expulsado o extraido del vientre materno. Ulpiano nos dice que el hijo, antes del parto, es una porción de la mujer o de sus vísceras, vale decir, forma parte del cuerpo materno (mulieburus portio). b)HABER NACIDO VIVO (VITALIDAD): Para los proculeyanos era necesaria la concurrencia de evidencias vitales tales como el llanto o el gemido. En cambio, para los sabinianos bastaba con que la criatura hubiera respirado o bien bastaba con acreditar cualquier signo vital, ya sea la respiración o el movimiento. Justiniano optó por la tesis sabiniana. Paulo nos señala que los que nacen muertos no se consideran nacidos ni procreados, pues nunca pudieron llamarse hijos. - 59 - El determinar si la criatura nació viva o no tiene importancia para efectos sucesorios. La prueba de que la criatura nació viva incumbe al que trata de fundar sobre ella derechos. Cabe destacar, que nuestro Código Civil exige que la criatura sobreviva a la separación un momento siquiera. 3.-QUE EL PRODUCTO DE LA CONCEPCION TENGA FORMA HUMANA: Los monstruos, prodigios o portentos no eran considerados personas. El nacimiento de un monstruo, aunque nazca vivo, no tiene los efectos jurídicos de un nacimiento humano. Al respecto no hay unidad de criterio. Así, para Paulo, lo principal del cuerpo era la cabeza y era allí donde debía presentarse la monstruosidad. Registro de Nacimientos: En los tiempos de Augusto se crea un registro público de nacimientos, inicialmente obligatorio para los hijos legítimos, pero, en los tiempos de Marco Aurelio se extiende también a los ilegítimos. SITUACION JURIDICA DEL QUE ESTA POR NACER Aunque el nacimiento determina el momento en que una persona comienza su existencia legal, ello no implica que se ignore o no se considere la situación de la criatura que se encuentra dentro del vientre de una mujer (nasciturus-no nacido). En efecto, el concebido mientras esté dentro del vientre materno es protegido tanto en su integridad física como en relación con los derechos que le corresponderían en el evento de nacer. Por decirlo de una forma, por lo menos en el ámbito patrimonial el nasciturus es una persona eventual, por lo cual se le reservan y tutelan determinados derechos. En este sentido Bonfante nos señala que el concebido no es actualmente persona; siendo empero una persona eventual a la cual se le reservan y tutelan aquellos derechos que desde el momento del nacimiento se le habrían transmitido, y, además, su capacidad jurídica se calcula, en cuanto sea preciso, desde el momento de la concepción, no desde el momento del nacimiento. En concreto, el ordenamiento tutela los derechos que serán transferidos a la futura persona en el momento de su nacimiento, puessólo entonces se estará ante un ser humano capaz de derechos. En caso de ser necesario se nombraba a un curador para velar por los bienes que puedan corresponder al que está por nacer (curator ventris). En todo caso, algunos autores consideran que estaríamos ante un reconocimiento de personalidad pero que se otorga sujeta a una condición resolutoria, vale decir, que se va a entender que no ha existido en el evento de que la criatura nazca muerta. La criatura que estaba por nacer era objeto de consideración jurídica pues la eventualidad de crearse relaciones jurídicas referidas al que estaba en el claustro materno permitía a la jurisprudencia sostener la regla conforme a la cual "el concebido se tenía por ya nacido", encontrándose condicionados esas relaciones jurídicas al hecho de que la criatura naciera y cumpliera con los requisitos físicos. De esta forma si nacía muerta se estimaba como si nunca hubiera existido para el derecho. Principales derechos del que está por nacer: 1.-Puede ser instituido heredero o legatario, permaneciendo los derechos en suspenso hasta el nacimiento. 2.-Puede designársele un curador de sus derechos eventuales. Antes del nacimiento, la administración de los derechos deferidos al que está por nacer se confía a un curator ventris. 3.-Está prohibido y sancionado el aborto. 4.-No se puede aplicar la pena de muerte a la mujer embarazada ni someterla a tormento. 5.-No puede ser enterrada la mujer embarazada sin antes extraerle el hijo. - 60 - PRESUNCION DE LA EPOCA DE LA CONCEPCION: En relación a la posibilidad de encontrarnos ante un nasciturus, habría que destacar que de acuerdo con Hipócrates, la gestación dura no menos de seis meses completos, y según una disposición de la ley de las XII Tablas, no más de 10 meses completos, por lo cual partiendo desde el día del nacimiento se puede determinar la época dentro de la cual se pudo producir la concepción, formulándose al respecto una presunción de derecho según la cual de la época del nacimiento se colige la de la concepción, presumiéndose de derecho que la concepción ha precedido al nacimiento en no menos de 180 días cabales, y no más de 300, contados hacia atrás, desde la medianoche en que principie el día del nacimiento. Respecto de esta presunción habría que destacar que es de derecho, vale decir, no admite prueba en contrario, que lo que presume es la época de la concepción y que tiene importancia para determinar si una criatura pudo tener por padre a un determinado sujeto o bien si es su padre legítimo, lo cual tiene importancia para distintos efectos, entre otros, determinar si está o no sometido a su patria potestad y si tiene o no derechos en su sucesión. En relación a lo expuesto, ver artículos 74, 75, 76 y 77 del Código Civil REQUISITOS CIVILES DE LA EXISTENCIA JURIDICA O DE LA PERSONALIDAD: En el derecho romano para que un individuo de la especie humana fuese considerado con plena capacidad jurídica o persona, no bastaba con que reuniera los requisitos físicos antes señalados, además se exigía otra clase de requisitos, a los que llamaremos requisitos "Civiles", los cuales son necesarios para que el individuo de la especie humana que cumple con los requisitos naturales tengan capacidad jurídica o se le reconozca como sujeto de derechos o persona. . Estos requisitos civiles se refieren a los status o estados, debiendo destacar que los status son aspectos de la personalidad jurídica respecto del ordenamiento jurídico romano y no respecto a otros ordenamientos. En pocas palabras el status es la situación o posición jurídica que un individuo ocupa en la sociedad romana. En este sentido Arias Ramos nos dice que el derecho romano distribuyó los hombres en diversas categorías o situaciones (status), que tenían decisiva importancia para determinar la personalidad jurídica. En todo caso, esta sistematización didáctica habría sido considerada por Gayo. Se acostumbra a señalar tres clases distintas: A)STATUS LIBERTATIS, B)STATUS CIVITATIS y C)STATUS FAMILIAE. Según el primero los hombres se dividen en libres y esclavos y dentro de los primeros es posible distinguir entre ingenuos y libertos. Por su parte el status civitatis distingue entre ciudadanos y no ciudadanos. Finalmente el status familiae obliga a distinguir entre sui iuris y alieni iuris De lo anterior resulta que a la pregunta de cuáles sean los derechos que en Roma competen a cada individuo deben considerarse los tres status. Cabe destacar que los dos primeros son presupuestos de plena capacidad en el derecho público y, el tercero sólo tiene importancia en el derecho privado. - 61 - A)STATUS LIBERTATIS: La máxima división de los hombres es aquella que establece que los hombres son libres o son esclavos y a su vez, los libres son ingenuos o son libertos. (Gayo, Instituciones) LOS ESCLAVOS (SERVI): La esclavitud (servitus) es una institución por la cual se despoja a un ser humano de toda personalidad, siendo asimilado a una cosa, de tal forma que en Roma, los esclavos eran un objeto de derechos, una cosa, específicamente una cosa mancipi (res mancipi). En el mundo antiguo la esclavitud era considerada una institución necesaria para la organización de cualquier comunidad política, que se fundamenta en la desigualdad entre los hombres, defendida, entre otros, por Platón y Aristóteles, que estimaban que los hombres debían ser divididos en dos categorías, los libres y los destinados a servir. En todo caso, los romanos en general si bien jurídicamente equiparaban a las esclavos a una cosa no por ello desconocían que entre los hombres libres y esclavos existía una naturaleza común, es más se destaca por algunos (Florentino) que la institución de la esclavitud es propia del derecho de gentes, en virtud de la cual alguien es sometido al dominio ajeno en contra de la naturaleza. Así, Trifonino nos dice que la libertad está contenida en el derecho natural, y la esclavitud ha sido introducida por el derecho de gentes. Es más, según Ulpiano, en lo que al derecho natural respecta, todos los hombres nacían libres. No ocurre lo mismo con el derecho civil, en el cual los esclavos se consideran como una cosa o res. El esclavo es aquel hombre que por una iusta causa está privado de su libertad y debe servir a un hombre libre. (Florentino: al hombre que la norma positiva -no la naturaleza- priva de libertad). En todo caso, conviene destacar la existencia de esclavos sin dueño, siendo por tanto lo esencial la perpetua privación jurídica de libertad. SITUACION JURIDICA DEL ESCLAVO: Un esclavo reúne la doble condición de ser humano y de cosa. Si bien el esclavo jurídicamente es una cosa (res mancipi), no es menos cierto que es un ser humano, al cual el derecho ha despojado de capacidad jurídica conservando sólo su personalidad natural que de hecho le permite comportarse en la vida como los hombres libres, disponiendo de una capacidad de hecho pero en caso alguno de capacidad de obrar. Los romanos no pudieron prescindir de la condición humana de ellos y así: a)en el ámbito religioso podían desempeñar distintas actividades. (participaba del culto familiar y público, siendo admitidos a ciertas fiestas como los Saturnalia y Compitalia), sin perjuicio de que además se reconocen sus dioses. Su iuramentum y votum eran válidos; sus sepulturas entraban en la categoría de res religiosa, en cuanto sus dioses de ultratumba eran respetados; b)en el ámbito patrimonial podía actuar por su amo o dominus en aquellos actos cuyo objeto era hacerle adquirir bienes (todo lo que adquiere el esclavo lo adquiere para su dueño) o convertirlo en acreedor, pero no en aquellos que significaran hacerle perder bienes o endeudarse, pero esto último cambió cuando el pretor permitió a los terceros que habían contratadocon el esclavo obrar contra el amo cuando éste había autorizado al esclavo a contratar (acciones adjetitia qualitates). De esta modo los esclavos eran verdaderos instrumentos de utilidad del amo quien los podía emplear en sus actividades de comercio y negocios en general, el cual en vez de hablar por propia voz o de escribir con su propia mano, empleaba la voz o la mano de su esclavo, no siendo, a este respecto, su condición muy distinta a la de los alieni iuris. Así, el esclavo podía: adquirir para su dueño un bien por ocupación o bien por mancipatio o celebrar una stipulatio en beneficio de su amo. En este mismo ámbito podía tener un peculio, esto es, una cierta cantidad de bienes que le entregaba su amo para que los trabajara y administrara, pero no era dueño de este peculio pudiendo el amo en cualquier momento pedirle se lo restituyera, al esclavo sólo correspondía la administración. - 62 - El que se sostenga que los esclavos tendrían una capacidad de obrar, implica que el ordenamiento le reconoce cierta idoneidad para intervenir en el tráfico negocial. Lo anterior lleva a Alejandro Guzmán a señalar que los esclavos tienen lo que hoy llamamos capacidad de ejercicio, ya que pueden actuar en la vida jurídica personal y directamente celebrando actos válidos; sólo que cuando adquieren lo hacen para su amo, en virtud precisamente de su incapacidad de goce, lo cual constituye una diferencia, según este autor, entre el derecho romano y el derecho moderno, pues el primero reconoce la existencia de entes sin capacidad de goce pero con capacidad de ejercicio, como son los esclavos, lo que es inconcebible en el segundo, vale decir, se da la paradoja de que el esclavo, no teniendo capacidad de goce, tiene, en cambio, capacidad de ejercicio o de obrar. En relación a lo anterior, algunos autores señalan que el importante papel que desempeñaron los esclavos en la actividad comercial explica, entre otras cosas, el tardío y tímido desarrollo de la representación jurídica y el escaso desarrollo de las sociedades mercantiles. c)Penalmente es capaz, por lo cual en caso de cometer un delito puede ser condenado y normalmente la pena era dejada a la discrecionalidad del juez y su rigor era mayor que respecto de los hombres libres. (Ej: cuando un esclavo daba muerte a un amo, no sólo podía ser condenado a muerte aquel que lo mató sino además aquellos que no lo defendieron (senado consulto Silaniano 10 d.C). En cuanto a las consecuencias patrimoniales del delito estas recaen directamente sobre el dueño que está obligado a reparar el daño o bien liberarse de responsabilidad entregando al esclavo (abandono noxal). d)En el ámbito familiar, no puede contraer justa nuptia, pero si puede unirse en contubernio, con el consentimiento de su amo; además, se reconoció la existencia de un parentesco de sangre entre esclavos (cognatio servilis) que servía de base a un impedimento a la unión entre ciertos esclavos y esclavas ligados por él. e)En el ámbito judicial, no podía obrar ni para si ni para ningún otro, debía necesariamente ser representado por un adsertor libertatis, vale decir, carecen de toda capacidad procesal, por lo cual no pueden intervenir en juicio como demandantes o como demandados, por sí o por otro, sin perjuicio de que excepcionalmente se aceptó su intervención en ciertos procesos. Comentario: Sin perjuicio de lo dicho anteriormente no todos los autores están de acuerdo con calificar a los esclavos jurídicamente como una cosa. En efecto, destacan que: a)Gayo trata de los esclavos en la parte de su libro que se refiere a las personas y que la autoridad del dueño sobre los esclavos no se designa como derecho de propiedad, sino como dominica potestas, la cual es limitada en tiempos imperiales por una amplia legislación social en beneficio de los esclavos; b)Ulpiano señala “dentro del ius civile, los esclavos no son considerados como personas; pero en el derecho natural, todos los hombres son iguales”; c)el ius honorarium si bien no considera al esclavo como una persona completa, reconoce eficacia a muchos actos jurídicos realizados por un esclavo, mediante las actiones adjectitiae qualitatis. CAUSALES DE ESCLAVITUD Y OTROS ASPECTOS EN RELACION A ESTA INSTITUCION COMPLEMENTAR CON LECTURA DEL LIBRO DEL PROFESOR ALEJANDRO GUZMAN BRITO, DERECHO RIVADO ROMANO, TOMO I, PÁGINAS 304 A 323. - 63 - B)STATUS CIVITATIS (ESTADO DE CIUDADANIA) El hombre libre, para tener reconocida una determinada posición y cierta capacidad jurídica respecto del ordenamiento romano, debe ser miembro o de la comunidad política de Roma o de otra comunidad jurídicamente reconocida por Roma, así, se distinguía entre ciudadanos romanos (cives (originariamente “quirites”) y no ciudadanos (non cives), y a la vez los no ciudadanos se dividían en Peregrinos, o extranjeros propiamente tales, y, por otra parte los latinos. En este contexto y al igual que en los demás pueblos de la antigüedad, el derecho romano en principio no tiene un carácter territorial, sino personal, esto es, se aplica sólo a los ciudadanos romanos y sólo a ellos corresponde la plenitud de los derechos tanto dentro del ámbito del Derecho Público como del Derecho Privado, vale decir, el punto de partida de la consideración de este status es el principio de la personalidad del Derecho, que determina que, en principio, el Derecho romano se reserve a los ciudadanos romanos, por lo cual, sólo el ciudadano romano goza de plenitud de derechos. Alejandro Guzmán Brito nos dice que los ciudadanos romanos son miembros plenos del populus romanus y participan íntegramente del derecho romano público y privado. De ello se colige que la capacidad jurídica plena estaba condicionada, entre otros factores, a que el individuo fuese ciudadano romano. En la época monárquica, la ciudadanía es de fundamental importancia y continúa siéndolo para el derecho público de las épocas siguientes, sin perjuicio de las precisiones que sobre el particular expresaremos. En este punto, pareciera interesante recordar que uno de los sentidos de la expresión ius civile era la de derecho privativo de los ciudadanos romanos (ius quiritarium), que se aplicaba a los ciudadanos romanos dondequiera que se encontrasen, lo que significaba que tenía carácter personal y no territorial, vale decir, los ciudadanos romanos vivían según su derecho nacional lo mismo si residían en Roma misma, que en los municipios itálicos o provinciales o esparcidos por las provincias. En este sentido, Jesús Daza y Victoriano Saiz López, señalan que la palabra civitas y la expresión status civitatis no se refieren, en su origen, a cualquier tipo de organización política, sino exclusivamente a la ciudad-estado, designando el término cives sólo a aquellos que formaban parte de la comunidad política democráticamente organizada. En todo caso, en toda la antigüedad y en el comienzo de la Edad Media dominó el principio de la personalidad de los derechos. De lo expuesto resulta como obvia consecuencia el hecho de encontrarse los no ciudadanos en una situación de inferioridad frente al ciudadano romano, pero el ordenamiento jurídico romano estableció distintas atenuantes, partiendo de la base de que distingue distintas categorías de extranjeros. En efecto, durante la primera época de Roma la distinción entre ciudadanos y no ciudadanos revestía gran importancia pues la ciudadanía estaba muy restringida, pero posteriormente fue concediéndose con mayor facilidad puesto que las condiciones políticas y económicas exigieron la existencia de mayor número de ciudadanos romanos, por lo cual muy pronto los romanos creyeron necesario el otorgar derechos limitados bajo el ius civile a sus vecinos inmediatos, los latinos, y un status similar fue admitido más tarde para el creciente número de coloniasque los romanos iban estableciendo a medida que su dominio se propagaba. Este status intermedio entre la condición de ciudadano romano y el de peregrino, continuó llamándose latinidad a pesar de que para el final de la República hacía tiempo que había dejado de tener cualquier significación geográfica o étnica. - 64 - En todo caso, la latinidad no era lo máximo a que un no romano podía aspirar. En efecto, a pesar de que las concesiones de ciudadanía eran escasas hasta los últimos años de la República, los romanos cedieron después. Así las cosas, hacia el final de la República la ciudadanía se había extendido a toda Italia, y frecuentemente los emperadores hicieron concesiones, bien a comunidades enteras o a individuos particulares. Sin perjuicio de ello, el aumento del número de esclavos manumitidos determinaba otra fuente importante de nuevos ciudadanos (Algunos autores nos dicen que ello se explica por cuanto las condiciones políticas y las necesidades económicas requerían que existiesen cada vez más ciudadanos romanos). Finalmente, en el siglo III de nuestra era la distinción entre ciudadanos y no ciudadanos pierde prácticamente su importancia, pues el emperador Antonino Caracalla en una constitución del año 212 d. C. concede la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del Imperio, aunque parece que se excluyó a los latinos junianos y a los dedictitios de esta concesión. En este sentido, Wolfgang Kunkel, nos señala que la expansión del Derecho romano corre pareja con la concesión de la ciudadanía romana. Así, hacia fines del siglo II de nuestra era casi todo el imperio quedo incorporado a la comunidad jurídica romana, lo mismo que a la de idioma y costumbres. Sólo en Oriente quedó limitado a casos particulares de concesión de la ciudadanía, por lo demás cada vez más numerosos. Esta situación se modificó teóricamente por la constitución Antoniniana que concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes de las provincias, convirtiendo el Derecho romano en único vigente en todo el imperio. En todo caso, en Oriente, el Derecho helénico resistió tenazmente, tanto así que Constantino trasladó el centro del imperio al Oriente, lo que determinó que dicho derecho influyera en la legislación imperial. La última transformación experimentada por el Derecho romano en cuanto a su extensión territorial fue debida a las invasiones de pueblos del Norte en el imperio, sobre todo de la rama germánica en el Occidente. En los lugares ocupados por estos pueblos, el principio personal volvió a aparecer: los invasores se regían por su propio derecho y la población romana por el suyo nacional (sólo Teodorico el Grande dio a romanos y godos la misma ley). En lo referente al derecho privado actual, salvo el derecho de familia, la distinción entre ciudadanos y no ciudadanos es de escasa importancia en el ámbito del derecho privado, pudiendo sostenerse al respecto a su respecto los nacionales como los extranjeros se encuentran en la misma situación. (ver artículos 14 y 57 del Código Civil) CONDICION DE LOS CIUDADANOS O DERECHOS QUE CONLLEVA LA CIUDADANIA ROMANA: PLENA CAPACIDAD El ciudadano romano se regía por el ius quiritarium y ello determinaba que en las relaciones jurídicas entre ciudadanos romanos se aplicaba dicho derecho y en caso de conflictos de interés jurídico eran resueltos por tribunales romanos y, al mismo tiempo, el ciudadano debía cumplir las obligaciones que resultaren de la aplicación de ese derecho. La aplicación del derecho romano se traduce en el reconocimiento tanto de derechos de carácter político o públicos (Ius Publicum) y derecho de naturaleza privada (Ius Privatum). Para efectos de este curso nos limitaremos sólo a destacar aquellos propios del ius privatum: 1)ius connubium, 2)ius commercium y 3)ius actionem - 65 - 1) IUS CONNUBIUM: Es el derecho que tenían los ciudadanos romanos de contraer justa nupcia o sea el legítimo matrimonio romano, único aceptado por el jus civile capaz de crear entre padre e hijos el poder paternal o patria potestad y el vínculo o parentesco agnaticio. Este derecho fue concedido frecuentemente a extranjeros, pero no incluía la patria potestad, pues ella es propia de los ciudadanos romanos. 2)IUS COMMERCIUM: Es la facultad de adquirir y transferir la propiedad quiritaria de las cosas y de realizar actos y contratos de orden patrimonial dentro del jus civile romano y así obligarse y obligar civilmente, además de poder otorgar testamento y ser instituido como heredero o legatario. (testamenti factio activa (posibilidad de otorgar testamento) y pasiva (posibilidad de ser instituido heredero o legatario por testamento). Petit define esta facultad como el derecho para adquirir y transmitir la propiedad, valiéndose de los medios establecidos por el derecho civil, agregando que el commercium permite al ciudadano tener la testamenti factio, es decir, el derecho de transmitir su sucesión por testamento, y de ser instituido heredero. 3)IUS ACTIONEM: derecho de poder recurrir al procedimiento romano mediante acciones y de defenderse en caso de ser demandado (excepciones), vale decir, derecho de actuar en un proceso como demandantes o demandados. En todo caso, es necesario destacar que, por lo general, atendidas las características del procedimiento civil romano, los ciudadanos romanos optaban por utilizar el procedimiento previsto para los juicios entre extranjeros (procedimiento formulario). Fuera de estos derechos, algunos autores destacan el Jus nominen, esto es, el derecho al nombre, sin perjuicio de que muchos autores consideran que más que un derecho es uno de los caracteres distintivos del ciudadano romano, esto es, ser designado por los tria nomina. En este sentido, el nombre de un ciudadano varón ingenuo contiene tres elementos (tria nomina): el nomen gentilicium, que señala la pertenencia a una gens y que por ende llevan todos los integrantes de aquella de la cual se trata; le precede un cognomen (apellido), indicador de la familia, el cual también puede ser común a muchos, y le antecede un praenomen (nombre propio), que es individual de cada sujeto y que es el que lo distingue dentro de su familia. (Ej: Caius Iulius Caesar, denota que pertenece a la gens Iulia y a la familia de los Caesari, y que su designación es Caius.). Además. el sujeto podía tener un sobrenombre o agnomen, que por lo general aludía a un rasgo personal, que puede confundirse con el cognomen (Publio Cornelio Escipión el Africano). Los libertos, llevaban su nombre individual (praenomen) precedido del de su antiguo amo. Las mujeres sólo llevan nomen gentilicium. Es del caso recordar que quienes habían obtenido su libertad en virtud de manumisión solemne, si bien adquirían la ciudadanía romana, la adquirían con fuertes limitaciones, fundamental en el ámbito público y con la limitación, en cierta época, de no poder contraer matrimonio con ingenuos. CONDICION JURIDICA DE LOS NO CIUDADANOS O DERECHOS DE LOS PEREGRINOS Y LATINOS. Lo primero que habría que destacar que al menos hasta la fundación de la Liga Latina (493 a.C.), quien no era ciudadano romano era extranjero (peregrinus), pero en virtud de este acuerdo surgió una categoría intermedia, la de los latinos. De allí, que de acuerdo al status de ciudadanía los hombres libres se dividen en ciudadanos y no ciudadanos, y estos últimos en latinos y los peregrinos: - 66 - LOS LATINOS: Según algunos autores la latinidad era una especie de ciudadanía limitada, pero, en todo caso para estudiar su situación es necesario distinguir tres clases o categorías de latinos: a) Latinos VETERES, b) Latinos COLONIARII Y c) Latinos JUNIANOS. a)Latinos VETERES (o prisci): eran los habitantes del antiguo Lacio, con los cuales Roma en el año 493 a.C. concretóla Liga Latina, que proveía una alianza eterna entre Roma y el Lacio, pero luego se extendió a todos los habitantes de Italia a los que Roma reconoció como latinos en el año 267 a.C. Situación jurídica: gozaban de una situación muy semejante a la de los ciudadanos romanos y así tenían, en el ámbito del derecho privado tenían el ius commercii y el jus connubium y el derecho a comparecer en juicio. Dentro del ámbito del Derecho Público, cuando estaban en Roma tenían derecho a sufragio, pero no podían optar a las magistraturas ni tenían derecho a servir en las legiones. En virtud de las leyes Julia y Olautia (Plautia) Papiria (90 y 89 a.C.) se concedió la ciudadanía a todos los habitantes de Italia, beneficiándose con ello los latinos veteres. b)Latinos COLONIARII: o latinos de las colonias, que eran los ciudadanos romanos y los latinos veteres que Roma enviaba a algún lugar del Imperio a formar colonias con la finalidad de afianzar sus territorios y los individuos pertenecientes a aquellos pueblos a los que Roma les había concedido los beneficio del ius latii, vale decir, los habitantes de la ciudades coloniales fundadas entre el 268 y el 181 a.C., y de determinados territorios a los que se confirió expresamente el ius Latii por Cesar y, en la época imperial, por Augusto, Nerón y Vespasiano. Los romanos, para afianzar su dominio sobre los pueblos vencidos, fundaron colonias en los terririos conquistados. Estas colonias eran de dos clases: a)Colonias romanas: las que se componían por romanos escogidos de la parte más pobre de la población, quienes continuaban siendo ciudadanos y conservaban todos sus derechos; y b)Colonias latinas: Estas se formaban por latino vetere o ciudadanos romanos que voluntariamente abandonaban su patria, los que eran enviados a habitar una colonia fundada en el Lacio, perdiendo así su calidad de latinos vetere o de ciudadanos, volviéndose latinos coloniari. Situación jurídica: Estos latinos no tenían derechos en el ámbito del derecho público, salvo en sus ciudades o bien en el caso de los que habían sido ciudadanos romanos o latinos veteres cuando se encontraban en Roma. Por su parte dentro del ámbito del derecho privado tenían sólo el jus commerccium, aunque algunos autores señalan que también tenían el jus connubium (la opinión que prevalece es aquella que sostiene que no tenían ius connubium, a menos de serles conferido especialmente, sin perjuicio de que algunos distinguen entre colonias romanas y colonias latinas, destacando que en las primeras el ciudadano no perdía su ciudadanía). Los latinos coloniarii desaparecen como consecuencia de la constitución de Antonino Caracalla. - 67 - c)Latinos JUNIANOS: son los manumitidos por medios no solemnes y a los cuales la ley Junia Norbana les otorgó la libertad jurídica. Además tienen esta condición aquellos manumitidos por quien no es su propietario quiritario, y los manumitidos menores de 30 años en contravención a la ley Aelia Sentia. Situación jurídica: Los latinos junianos, dentro de la órbita del Derecho Público, no gozaban de ningún derecho. Por su parte, en el ámbito del Derecho Privado gozaban únicamente del ius commercium, pero sólo en forma limitada pues bien podían adquirir y transferir la propiedad por acto entre vivos pero no podían disponer de ellas por acto por causa de muerte o mortis causa, vale decir, carecen de testamenti factio activa, por lo cual a su muerte, los bienes que les pertenecieron en vida pasan al que los manumitió o a sus herederos, por lo cual respecto de ellos se dice que viven como hombres libres pero muere como esclavos. Tampoco podían adquirir por acto por causa de muerte, vale decir, no pueden recibir herencias ni legados. Algunos autores señalan que excepcionalmente, en virtud de una concesión especial, gozaban del jus connubium. Según, Alejandro Guzmán Brito, esta categoría de latinos desaparece con la constitución de Antonino Caracalla, lo cual no es aceptado por todos los autores. LOS PEREGRINOS O EXTRANJEROS: Son los hombres libres que viven dentro del mundo romano, sin ser ciudadanos ni latinos, y serían los habitantes de ciudades que han celebrado tratados de alianza con Roma o que habiendo sido sometidas por ella se convirtieron posteriormente en provincias romanas. Situación jurídica: En principio, los peregrinos no gozaban en el ámbito del Derecho Romano de ninguno de los derechos que se otorgaban a los ciudadanos romanos, tanto en el ámbito del derecho público como en el ámbito del derecho privado. En todo caso los peregrinos pertenecientes a ciudades o comunidades que mantenían relaciones con Roma (peregrinos alicuius civitatis), comenzaron a gozar de ciertos derechos pero no del ius civile sino que del ius gentium, adquiriendo por tanto personalidad reconocida por el derecho, pero no gozaban de ninguno de los derechos que otorgaba el ius civile. Posteriormente, se estableció que en el ámbito privado se regían por el derecho de sus civitas (su propio derecho civil) y cuando la disparidad de los elementos que confluyeren en un acto jurídico no permitiere aplicar exclusivamente normas de una sola civitas, se recurría al Ius Gentium, que era aplicado en las provincias por los gobernadores y en Roma por el pretor peregrino. Además, su condición fue mejorando merced a concesiones especiales de los distintos emperadores, llegándosele a atribuir en ciertos casos el goce del connubii y del commercium y con la constitución de Caracalla quedaron equiparados a los ciudadanos romanos. Por otra parte, dentro de los peregrinos existían los llamados peregrinos dediticios, esto es, los que no pertenecían a ciudad alguna, dado que ellas desaparecieron al ser vencidas por Roma, se trata de miembros de pueblos que, habiendo resistido a las armas romanas y rindiéndose después a discreción, Roma no les reconocía Derecho propio, por lo cual no pertenecían a ninguna civitas. Conviene recordar que se asimilan a ellos, en virtud de la ley Aelia Sentia, aquellos manumitidos que mientras fueron esclavos recibieron penas especialmente indignas. - 68 - La condición de los dedictitios era notoriamente inferior a la de los peregrinos alicuius civitatis, pues carecen de un estatuto jurídico definido, al haber desaparecido la ciudad a la cual pertenecían., por lo cual no invocar las normas de un propio derecho, participando únicamente del Ius Gentium y no podían acercarse a más de cien millas de Roma. Cabe recordar que la constitución Antoniniana los excluyó expresamente, por lo cual no adquirieron la ciudadanía romana. Finalmente, conviene destacar la existencia de los bárbaros que son aquellos que viven fuera de los límites del imperio. ADQUISICIÓN DE LA CIUDADANIA ROMANA Y OTROS ASPECTOS VINCULADOS A ELLA COMPLEMENTAR CON LECTURA DEL LIBRO DEL PROFESOR ALEJANDRO GUZMAN BRITO, DERECHO RIVADO ROMANO, TOMO I, PÀGINAS 328 A 333: C)STATUS FAMILIAE (ESTADO DE FAMILIA). La división observada en el seno de la ciudad entre hombres libres (ingenuos- libertos) y esclavos, entre romanos, latinos y peregrinos (propiamente tales-dedictitios) se completa con una nueva división en el seno de la familia romana. En efecto, el status familiae determina la situación jurídica en que se encuentra un individuo libre y ciudadano con relación a una determinada familia, dividiéndose las personas en sui iuris (“de su propio derecho”) y en alieni iuris (“de derecho ajeno”) , sobre la base del hecho de estar o no sujeto a la potestad de un pater familias. En relación a este status lo primero a destacar es que durante gran parte de la historia de Roma, la familia es la unidad legal (Kaser nos dice que la familia romana constituye una asociación jurídica de carácter monocrático que consta del pater familias como jefe yde las personas que están sometidas a su poder y que la condición de miembro de esta asociación doméstica, somete a quien la posee al poder pleno e ilimitado del pater familias. Este poder es llamado potestas y originariamente también manus, pues el símbolo del poder es la mano que domina y que protege; pero más tarde la palabra manus designa solamente el poder sobre la mujer casada cum manus.). Su cabeza, el pater familias, es la única persona a la cual el Derecho le reconoce plena capacidad jurídica, siendo necesariamente un varón, libre, ciudadano romano que no esté sometido a la potestad de otro, vale decir, sui iuris (independientes). Los demás miembros de la familia están sometidos a su patria potestad, son alieni iuris (dependientes), viviendo en cierta forma bajo el derecho de éste. En cuanto al concepto de familia, habría que reconocer que admite distintos significados, así Ulpiano nos dice que la palabra familia se entiende con variedad y en ella se comprenden las personas y las cosas. Sin perjuicio de ello, nos limitamos al sentido de la expresión familia como grupo parental, vale decir, un conjunto de personas unidas por el vínculo o parentesco agnaticio. En este sentido, los juristas romanos (Ulpiano) distinguen una familia propio iure de otra communi iure. La familia propio iure es el conjunto de personas libres que por legítimo nacimiento o en virtud de un acto jurídico se encuentran actualmente sometidas a la potestad de un pater familias, o bien, dicho de otra forma, el conjunto de personas libres que se encuentran bajo la potestad de un mismo pater familias, que es el jefe o cabeza de familia y titular exclusivo de los derechos patrimoniales en la misma. Los integrantes de esta familia están unidos por el parentesco agnaticio. - 69 - La familia communi iure sería el conjunto de personas libres que estarían sometidos a la potestad del mismo pater familias si éste todavía viviera. La familia communi iure carece de unidad jurídica y no tiene un jefe del cual dependan sus integrantes y el vinculo que uniría a sus integrantes sería el parentesco agnaticio. En todo caso, en algunos casos se emplea la expresión familia en un sentido más amplio, para referirse al conjunto de personas que descienden de un progenitor común y tienen el mismo apellido. Las personas que la conforman están unidas por el parentesco cognaticio o sanguíneo, esto es, se basa estrictamente en los vínculos de sangre. La familia propio iure es la que nos interesa para determinar el status familiae, la que se caracteriza por una estricta unidad determinada por la potestad (potestas) del pater familias. Este grupo de personas están unidos por el parentesco agnaticio, parentesco que tiene ciertas características muy particulares, según analizaremos al tiempo de estudiar la estructura de la familia romana. En todo caso con la expresión agnatio se designa la relación de dependencia respecto a un mismo jefe, y la que une a éste con sus sometidos, de forma tal que la familia agnaticia es el grupo doméstico así constituido. En la familia propio iure, la relación familiar se fundamenta en un vínculo de autoridad y subordinación: la potestas, esto es, el poder del pater familias (jefe de familia) sobre el resto de los integrantes, estando todas estas personas unidas por el parentesco agnaticio, esto es, un vínculo civil no necesariamente fundado en la sangre, por lo cual pater familias no es necesariamente el progenitor, sino, simplemente el que detenta la potestad, esto es, “cabeza de familia”. En este sentido habría que destacar que, en los primeros tiempos y durante el período clásico el vínculo de sangre no es en esta materia decisivo, así, el adoptado está sometido a la patria potestad del pater familias, aunque no haya sido engendrado por él; por otra parte, el emancipado no está sometido a la potestad del pater familias, pues, aunque haya sido engendrado por él, salió de su potestad en virtud de la emancipación. Así, el vinculo agnaticio podía crearse y terminarse artificialmente, pero lo normal era que un romano estuviera bajo la potestad de su legítimo antecesor masculino vivo de mayor edad, y como tal era llamado hijo de familia (filius familias). A su vez, él se convertía en paterfamilias, con potestad sobre sus descendientes legítimos, si tenía alguno, a la muerte de su último antecesor masculino. (Los efectos jurídicos importantes, como la sucesión por causa de muerte, la designación de tutores o curadores, etc, se regían en Roma por el parentesco por agnación y no por el parentesco cognaticio, pero este último tenía ciertos efectos como por ejemplo para determinar los impedimentos para contraer matrimonio. Cabe destacar que este parentesco sanguíneo fue poco a poco adquiriendo mayor importancia para efectos sucesorios, especialmente por la influencia del cristianismo, llegando en una etapa muy tardía del Derecho Romano o sustituir y eliminar el parentesco agnaticio. La potestad que detenta el pater familias recibe distintas denominaciones según el individuo sobre el cual se ejerce. Así, tratándose de la mujer casada cum manus, se designa bajo la expresión manus; en relación a los hijos e hijas y demás descendientes legítimos por vía de varón y los adoptados y arrogados, se utiliza la expresión patria potestad; y, se utiliza la expresión mancipium para referirse a un poder especial del antiguo Derecho Romano que se detentaba por un pater familias sobre otro hombre libre, que se le había entregado in mancipi por haber cometido un delito o para garantizar una obligación, poder este último que existió en el derecho Romano Antiguo, extinguiéndose en la época clásica. A estos tres poderes los ejercía el pater familia, algunos autores le añaden otro poder, la Dominica Potestad, o sea el poder del pater sobre los esclavos. A estas personas que se encuentran sometidas a la potestad de un pater familias, excluyendo los esclavos, se les denomina alieni iuris y, el pater es sui iuris. A la muerte del pater, las personas a él sometidas, que dependían directamente de él, esto es, sin la intermediación de otro (por ejemplo: un nieto cuyo padre murió antes que el pater), se hacen sui iuris, pero cada varón, además, se hace pater e inicia una nueva familia propio iure autónoma. En este sentido, Guzmán Brito nos dice que cada varón sui iuris es cabeza de una nueva familia propio iure, la cual entendida como conjunto de personas libres tiene como fundamento bien las iustae nuptiae cum manus y la filiación legítima, bien la adoptio, sea propiamente tal, sea bajo la forma de una adrogatio. En todo caso, habría que señalar que en caso de muerte del pater y éste era el abuelo el nieto quedaba ahora sujeto a la patria potestad de su padre y, por su parte, la mujer casada cum manus con un hijo del pater quedaba ahora sometida a la manus de su marido. - 70 - Por lo expuesto podemos decir que son sui iuris los que no se encontraban bajo la potestad de otro, y, alieni iuris, aquellos, cualquiera sea su edad o sexo, que se encontraban sometidos a la potestad de un pater familias. CONDICION JURIDICA DE LOS SUI IURIS Y DE LOS ALIENI IURIS: Hay que distinguir entre el ámbito del Ius Publicum y el Ius Privatum. En lo referente al IUS PUBLICUM, no existe diferencia entre un alieni iuris y un sui iuris. En todo caso, según algunos autores este es uno de los aspectos que diferenciaba a los alieni iuris de los esclavos, pues, cumpliendo con los requisitos exigidos a todo ciudadano, los alieni iuris podían votar y ser elegidos para desempeñar cualquier cargo público. En cambio, en relación el JUS PRIVATUM, en principio, y especialmente respecto del jus comercium, sólo los sui iuris tienen plena capacidad jurídica, en cambio los alieni iuris tienen su capacidad restringida comoconsecuencia del sometimiento en que se encontraban respecto al pater familias, pero para mayor precisión distinguiremos según los distintos derechos comprendidos dentro de este ámbito. En lo que respecta al ius connubii, como sabemos derecho privativo del ciudadano romano y de aquellos a quienes expresamente se haya conferido, en principio lo posee el varón mayor de catorce y la mujer mayor de doce, pero en caso de pretender contraer matrimonio, los alieni iuris, requieren la autorización del pater familias, pero este tema lo trataremos al tiempo de tratar el Derecho de Familia y en especial al estudiar el matrimonio y sus requisitos. En lo referente al ius actionem, en principio los alieni iure carecen de capacidad para intervenir en juicios como demandantes o demandados, pero con el tiempo, tratándose de los alieni iuris varones, se fueron estableciendo una serie de excepciones como consecuencia del reconocimiento de la capacidad obligacional y el establecimiento de los peculios. En todo caso, tratándose de delitos cometidos por un alieni iuris, según el derecho clásico, es responsable el pater, quien puede liberarse de pagar la pena enajenando al alieni iuris (ofensor) a la víctima. (noxae dedictitio). En cuanto al ius commercium, lo primero que debemos aclarar es una cuestión conceptual. Hoy en día, se define la capacidad jurídica como la aptitud legal para gozar, esto es, ser titular de derechos y poder ejercerlos por si mismo, sin el ministerio o autorización de otro. De este concepto surge la distinción entre capacidad de goce y capacidad de ejercicio. Al respecto, la primera se define como la aptitud de la persona para ser titular de derechos y obligaciones; y la segunda consiste en la aptitud para ejercer los derechos de los cuales se es titular sin el ministerio o autorización de otra persona. Así, decimos que ejercita un derecho, quien lo pone en práctica, él que lo hace valer por los actos jurídicos destinados a producir a su respecto determinados efectos. En este mismo orden de ideas, tenemos que actualmente se entiende que todo individuo de la especie humana tiene capacidad de goce. Ahora, en cuanto a la capacidad de ejercicio, la regla general es que toda persona es capaz de ejercicio, salvo aquellas que la ley declara incapaces, existiendo determinadas causales que determinan que un sujeto sea incapaz de ejercicio. A la capacidad de ejercicio se le denomina también capacidad de obrar, e implica el reconocimiento por el ordenamiento de la idoneidad para intervenir en los negocios jurídicos, lo que se vincula con la concurrencia en el individuo de una madurez intelectual. - 71 - Este estado no corresponde al que existía en Roma. En efecto, sabemos que no todos los individuos de la especie humana son sujetos de derecho, vale decir, el hecho de ser humano no determinaba tener capacidad de goce, pues los esclavos carecían de ella. Por otra parte, tal como lo explicamos anteriormente, dentro de los hombres libres existió durante largo tiempo una importante diferencia entre la capacidad de los ciudadanos romanos y la de los extranjeros (latinos, peregrinos, dedictitios). Por su parte, en relación al status familiae se presenta una situación bastante especial, pues, los alieni iuris que necesariamente son hombres libres y ciudadanos romanos, no tienen la misma capacidad que los sui iuris. En efecto, la situación de los alieni iuris, durante largo tiempo, no era muy distinta a la de los esclavos, pues ambos son incapaces de goce. En todo caso, entre ambos existe una diferencia importante pues jurídicamente el esclavo es una cosa, esto es, un objeto de derecho y el alieni iuris es una persona, esto es, un sujeto de derecho, pero ello no era tan importante en lo que respecta al ejercicio del ius commercium, sin perjuicio que el alieni iuris tenía derechos en la sucesión de su pater, pero ambos, al ser incapaces de goce, estaban imposibilitados de adquirir la propiedad de cosa alguna y de ser titular de cualquier clase de derechos reales y tampoco podían ser acreedores o deudores, pues carecen de patrimonio, pero al disponer de capacidad de ejercicio o de obrar, (la que suponía tener un cierto grado de madurez, por lo cual se excluía, total o parcialmente, según los casos antes de la pubertad y en caso de demencia o prodigalidad) podían participar en cualquier acto jurídico conducente a la adquisición del dominio o de derechos reales, con excepción de la in iure cessio y de la adjudicatio (por no disponer del ius accionem), sin perjuicio de que todo lo que adquirieran como efecto de esos actos beneficiaban exclusivamente al pater. Por su parte, en cuanto a las obligaciones o derechos personales, que surgen como consecuencia de los actos ejecutados o celebrados por el alieni iuris, si de ello surge un crédito en su favor, él obligado lo está no con el alieni iuris sino con el pater, pero si como consecuencia del acto surge una obligación, vale decir, el alieni iure es la parte deudora, se obliga por sí y no hace deudor a su padre. En este sentido, en principio podría ser demandado, pero por carecer de patrimonio, no existen bienes que perseguir. De esta forma, en cuanto a los efectos patrimoniales derivados de actos lícitos, el ius civile determinaba que en cuanto a las adquisiciones efectuadas por los alieni iuris se radicaban en el patrimonio del pater, pero, en cambio, no le afectan los actos lícitos efectuados por los alieni iuris que supongan la pérdida de un derecho o que implique el nacimiento de obligaciones. Por otra parte, los alieni iuris no pueden otorgar testamento por carecer de patrimonio, pero pueden adquirir herencias y legados con la autorización de su padre, pero lo adquirido va a parar a manos de aquel, sin perjuicio de la excepciones que surgen como consecuencia del reconocimiento del peculio adventicio. En lo que respecta a la responsabilidad civil que nace de un delito o cuasidelito, es del caso destacar que los hijos sometidos a potestad, al igual que los esclavos mayores de siete años, se consideraban civilmente responsables de las obligaciones derivadas de los delitos que cometían, pero la acción penal era obstaculizada por la potestad paterna o dominical, pero este inconveniente fue solucionado mediante la concesión de una actio noxalis, en virtud de la cual el pater o el dominus una vez probado el delito o cuasidelito, quedaba condenado a la pena correspondiente, a menos que entregara al demandante al esclavo en dominio, o entregara a su hijo in mancipio (noxae deditio). - 72 - En todo caso, la situación de los alieni iuris y en especial de los varones que se encontraban en esta situación (hijos de familia) sufrió atenuaciones importantes, constituyendo una importante modificación la introducción de los peculios y la creación de las actiones adjetitia qualitatis, en lo cual juega un rol destacado la jurisprudencia romana y los pretores La introducción de los peculios dio lugar a una cierta autonomía de los hijos de familia (alieni iuris varones). En efecto, tal como ocurría con los esclavos, el pater podía entregar a un hijo una cierta cantidad de bienes, esto es, un peculio, al cual denominaremos peculio profecticio (por provenir del pater (quasi a patre profectum)), siendo el pater el dueño de los bienes y el hijo quien los administra Posteriormente, se van reconociendo, en favor del hijo otras clases de peculios. El reconocimiento de los distintos tipos de peculio implica el reconocimiento de una cierta capacidad patrimonial del hijo de familia sobre ciertos bienes. En concreto, el peculio profectitio abre la vía para llegar a terminar, finalmente, con la incapacidad de goce de los alieni iuris y es el que nos interesa, pues si bien jurídicamente los bienes que lo integran pertenecen al pater, enel terreno de los hechos, esto es, en la práctica, el peculio es estimado como un bien propio del hijo que proporciona a éste una clara independencia económica del hijo de familia. Paralelamente, el principio del ius civile en virtud del cual el pater familias se aprovechaba de las utilidades de un negocio celebrado por el hijo, haciéndose dueño de los bienes por éste adquirido, pero no respondía por las deudas o perdidas del hijo en los mismos negocios, quienes no lo pueden obligar, vale decir, sólo podían hacer al pater acreedor, más no deudor, conducía a situaciones de injusticia, especialmente para aquellos casos en que el hijo de familia o el esclavo actuaban con expresa o tácita autorización del pater o amo, o cuando éste sacaba provecho del negocio, como ocurre con el peculio profecticio, cuyo aumento beneficiaba al pater, lo que indirectamente afectaba el tráfico comercial, determinó la intervención de los pretores, los que crearon una serie de acciones procesales destinadas a hacer en determinados supuestos responsable al pater por las obligaciones adquiridas por un alienni iuris. Estas acciones procesales creadas al efecto por los pretores son llamadas Actiones Adjectitia Qualitatis, destinadas a hacer responsable al pater por las obligaciones adquiridas por el hijo. Igual solución se dio para los actos celebrados o ejecutados por un esclavo. En concreto, el pretor concedía diversas acciones por las que los acreedores de los hijos o esclavos podían reclamar de sus padres o dueños el monto de sus créditos. Se trata de acciones pretorias con transposición de personas, pues mientras en la intentio se mencionaba al hijo o esclavo, la condemnatio se refería al pater o dominus. PRINCIPALES ACTIONES ADJECTITIA QUALITATIS: 1)ACTIO DE PECULIO VEL (y de) IN REM VERSO; 2)ACTIO QUOD IUSSU; 3)ACTIO EXCERCITORIA; 4)ACTIO INSTITORIA; y 5)ACTIO QUASI INSTITORIA O AD EXEMPLUM INSTITORIAE - 73 - 1)ACTIO DE PECULIO VEL (y de) IN REM VERSO: Opera en el evento de que el pater entregara al hijo la libre administración de una cierta cantidad de bienes (peculio profecticio), el pretor le hacía responsable de las deudas que éste contrajera por la realización de negocios, hasta el importe del peculio, aunque las mismas no guardaran relación alguna con éste, o bien hasta el monto del incremento que su patrimonio habría experimentado por efecto de tal negocio. Se señala que se trata de una sola acción con dos condenas alternativas: una de peculio y, la otra, de in rem verso. Al iudex se le indica condenar por la segunda y, si no hay enriquecimiento o es menor que la deuda, condenar en los límites del peculio. Mediante la primera, se hace responsable al pater o amo en los límites del peculio, deducido lo que le debe a él el hijo o esclavo. Por su parte, por la segunda, se determinaba una responsabilidad en la medida del enriquecimiento patrimonial que experimentaba como consecuencia de los negocios realizados por el hijo o esclavo. 2)ACTIO QUOD IUSSU: esta acción tenía por finalidad hacer responsable al pater familia de la totalidad de las deudas contraídas por el hijo de familia cuando el pater había autorizado el negocio que generaba la deuda (Iussum: autorización). En este caso, se consideraba como si el tercero hubiera contratado con el pater mismo. Más adelante esta acción no sólo se aplicó a las deudas contraídas por el hijo sino también a los actos celebrados por cualquiera persona sometida a la potestad del Pater, siempre que el Pater o amo hubiere autorizado tal negocio. 3)ACTIO EXCERCITORIA: tenía por finalidad hacer responsable al pater de las deudas contraídas por un hijo o esclavo a quien el pater o amo había colocado al frente de un negocio marítimo como armador (exercitor navis) o al frente de una nave como capitán (magister navis). En este caso, se hacía responsable al pater por la totalidad de las deudas que generase ese negocio. Al igual que en el caso anterior, se reputaba como si el tercero hubiere contratado con el pater o amo. 4)ACTIO INSTITORIA: se aplicaba para el evento de que el pater o el amo hubiese encomendado a su hijo o esclavo un negocio terrestre, comercio o industria (institor). Se le hacía responsable de las deudas que generaba el negocio y al igual que en los casos anteriores, se reputaba celebrado el negocio por el pater o amo. 5)ACTIO QUASI INSTITORIA O AD EXEMPLUM INSTITORIAE Estas actiones adjetitia qualitatis con el correr del tiempo se extendieron a actos realizados por personas que no estando sometidos a potestad actuaban a nombre de otro. Así, sólo a modo de ejemplo, podemos mencionar el caso de actio quasi institoria o ad exemplum institoriae, para el caso de negocios cuya gestión se encomienda a un administrador. - 74 - PRINCIPALES CAUSALES QUE DISMINUYEN LA CAPACIDAD JURIDICA DE LOS SUI IURIS. Atendido lo expuesto al analizar los requisitos civiles, tenemos que en principio son plenamente capaces en Roma aquellos que reúnan las siguientes condiciones: 1)ser libre, 2)ser ciudadano romano y 3)ser sui iuris, pero para determinar si el sujeto puede ejercer por sí sólo los derechos de los cuales es titular, sin el ministerio o autorización de otra persona o realizar toda clase de actos jurídicos o bien ejercer toda clase de derechos, esto es, tanto del ámbito público como privado, es necesario determinar si a su respecto no concurre ninguna causal de incapacidad jurídica, siendo las principales, las siguientes: 1.-LA EDAD. Es sin duda la más importante y en cuanto a ella, el ordenamiento jurídico romano distingue fundamentalmente entre "impúberes" y "púberes", pues en principio limita la capacidad a todos aquellos ciudadanos sui iuris impúberes. Esta distinción resulta de una exigencia que impone uno de los requisitos de la voluntad, esto es, que sea seria, en efecto el acto jurídico supone necesariamente una conciencia y una voluntad plenamente desarrolladas. En este sentido, tenemos que los impúberes, esto es, aquellos que no han alcanzado la edad en que se es capaz de engendrar, la que según los proculeyanos se alcanzaba en el caso de los varones a los 14 años y según los sabinianos era necesario un examen físico, esto es, de los signos corporales, para cada caso (inspectio habitus corporis), finalmente, Justiniano se inclinó por el criterio proculeyano. En el caso de las mujeres desde antiguo se entendió que alcanzaban la pubertad a los 12 años. De lo expuesto se desprende que son impúberes los hombres menores de 14 años y las mujeres menores de 12 años, siendo, en consecuencia, púberes los hombres y mujeres que habían alcanzado esas edades. Los impúberes, a su vez, se clasifican en "infantes" e "impúberes infantiae maiores" y estos últimos en infantiae proximi y pubertii proximi. PRECISIONES SOBRE LOS IMPUBERES: Los infantes propiamente tales son aquellos que no han cumplido siete años (en una primer momento se utilizaba esta expresión para referirse aquellos que aún no sabían hablar (qui fari non potest), pero que debe entenderse como los incapaces de tener conciencia de sus actos. El infante es absolutamente incapaz de realizar actos jurídicos, sus declaraciones carecen de eficacia dado que no comprenden y no tienen conciencia de sus actos. Ello no significa que no tengan capacidad de goce. En efecto, puede haber adquirido el dominio de bien (siempre y cuando fueran sui iuris) pero no pueden disponer de ese derecho, carecen de capacidad de ejercicio, debiendo nombrárseles un tutor que será quien suplirá su incapacidad en cuanto al ejercicio de sus derechos. Por otra parte, no tienen responsabilidad por los actos delictivos. Por su parte, los impúberes infantiae maiores (entre los siete años y los catorce o doce)podían realizar actos patrimoniales con la autorización o aprobación (auctoritas interpositio) del tutor y, aún, sin tal consentimiento cuando eran para ellos ventajosos. - 75 - Además, dentro de los impúberes infantiae maiores, a partir de los tiempos de Salvio Juliano, es posible distinguir entre infantiae proximi y los pubertii proximi, esto últimos varones mayores de 10 años y medio y mujeres mayores de 9 años, distinción que tiene importancia por cuanto los últimos tenían que responder por actos ilícitos. De lo expuesto resulta que existen diferencias entre los impúberes mayores y menores de siete años. Esto explica, además, ciertas diferencias en cuanto a la actuación de tutor. Así, en el caso de los infantes, en el mundo jurídico, siempre deben actuar representados por su tutor, quien obra por ellos (negotiorum gestium), en cambio, en el caso de los impúberes infantiae maiores en algunos actos el tutor podría en algunos casos autorizar la celebración de un acto por parte del infante maior, dando su auctoritas interpositio (autorización). Por último, existen ciertos actos que ni con la asistencia del tutor pueden ser otorgados o celebrados por ambas clases de impúberes. Así, el impúber no puede otorgar testamento y no puede celebrar matrimonio (el matrimonio en Roma no es un acto jurídico pero tiene importantes efectos jurídicos). PRECISIONES SOBRE LOS PUBERES: Respecto de los púberes, con anterioridad al siglo II a.C., el ciudadano romano varón sui iuris y púber tenía capacidad plena de obrar, pero muy pronto se percibió que el fijar la plenitud de la capacidad a tan temprana edad resultaba perjudicial pues normalmente era víctimas de engaños producto de su propia inexperiencia. Al respecto, Kunkel sostiene que la fijación de la capacidad negocial (de ejercicio) a una edad tan temprana es una particularidad de los regímenes jurídicos incipientes, lo que necesariamente determina una serie de inconvenientes tan pronto la vida jurídica comienza a complicarse. En este sentido en el año 191 a.C. la lex Laetoria (o Plaetoria) de cirscunscriptionem adolescencium introduce en Roma un juicio público en contra de aquellos que en relaciones patrimoniales con púberes de menores de 25 años fraudulentamente hubiesen obtenido ventajas de su inexperiencia (circunscriptio (algunos traducen esta expresión como “engañar o sorprender”, pues etimológicamente se traduce como “trazar alrededor de, rodear)). De esta forma surge un nuevo límite de edad, los 25 años, denominado menor adulto. Así, esta ley les confiere a los menores una actio privada para dejar sin efecto el acto llevado a cabo con mayores de edad, si éste les acarreaba alguna desventaja patrimonial (circunscriptio). Sobre esta base, el pretor completó la protección de los menores, en primer lugar concediendo al menor demandado en juicio una excepción o defensa, que algunos autores denominan exceptio legis Laetoria (o Plaetoria) con la cual obtenía el rechazo de la acción intentada en su contra. Luego, a finales de la República, el menor adulto, dentro del año siguiente a la conclusión del negocio jurídico (tres años en el derecho justinianeo) podía, alegando haber sido perjudicado a causa de su inexperiencia, exigir al pretor la restitutio in integrum, vale decir, ser puesto en la misma situación jurídica en que se encontraba antes de la conclusión del negocio jurídico, lo que equivale prácticamente a la rescisión o nulidad del negocio mismo. De esta forma, si un mayor de 25 años contrata con un menor de esa edad, sólo el primero estaba obligado a cumplir, pues el menor podía hacer uso de alguno de los remedios antes señalados y sustraerse al cumplimiento, sin necesidad de una conducta propiamente fraudulenta de la contraparte, dado que la finalidad de los remedios creados en su favor es proteger al menor de su propia inexperiencia o ligereza de su juicio. - 76 - De lo anterior resulta que los menores sui iuris son plenamente capaces, sin perjuicio de que sus actos pueden ser dejados sin efecto, valiéndose de los remedios creados por el pretor. Al efecto, Kunkel señala que estos preceptos no hicieron otra cosa que establecer medidas tutelares, y el límite de la capacidad negocial continuó, todavía en el derecho clásico, la pubertad. En todo caso, la existencia de estas acciones y excepciones que pretendían proteger al menor adulto de los engaños y de sus propios errores, provocó que los mayores evitaran celebrar negocios con los menores, resultando por tanto, los menores púberes sui iuris limitados en su capacidad de obrar. Para salir al paso de tales inconvenientes, los mayores exigían que los menores estuvieran asistidos por un curador, nombrado para cada asunto cuya presencia servía para demostrar la ausencia de todo engaño o daño, cumpliendo por tanto el curador el papel de un testigo calificado de diligencia y lealtad, exigido por la contraparte, de forma de tratar de evitar el otorgamiento de la restitutio, si, pese a todo, se produjere perjuicio para el menor, vale decir, se trata de un simple resguardo. En los tiempos de Marco Aurelio se permitió a los menores pedir y obtener el nombramiento de un curador permanente, que no tenía, respecto de los bienes del menor, la administración, sino que procedía dentro de los límites del encargo que éste le hacía, pero ahora el curador es estable pues no se le nombra para un negocio específico sino para todos los asuntos del menor. Al respecto, en base a un rescripto de los tiempos de Diocleciano que declara nulo un contrato de compraventa que había sido celebrado por un menor sin el asentimiento de su curador, denota el criterio, ya arraigado, de que si el menor solicita el nombramiento de un curador permanente, renunciaba a la administración independiente de su patrimonio, y por ello no podía asumir obligaciones ni disponer de su patrimonio sin la intervención de su curador. Finalmente, Justiniano establece que los menores de veinticinco años deben estar sometidos obligatoriamente a un curador, surgiendo de esta forma la curatela del menor adulto con carácter obligatorio, convirtiéndose de esta forma al sui iuris menor de 25 años en un verdadero incapaz y asimilándose la curatela de los menores a la tutela de los impúberes, pues ambas condiciones son semejantes. En resumen, la edad de plena capacidad se ha elevado a los 25 años. En atención a lo expuesto podemos decir que en los tiempos de Justiniano, la condición del púber menor de veinticinco años no difiere mayormente de la de impúber, salvo en cuanto, el púber puede otorgar testamento y celebrar matrimonio. 2.- ENFERMEDAD MENTAL: Dice relación con dos casos: a)el furioso, que es quien tiene alteradas las facultades mentales y b)el mente captus, que es el deficiente mental. La diferencia entre ambas se refiere a los llamados intervalos lúcidos que se presentan en los primeros, lo que permitiría considerar válidos los actos celebrados en esos intervalos de lucidez. En todo caso, convendría destacar que la existencia, gravedad y permanencia del mal mental es una cuestión que se aprecia caso a caso y basta con que la alteración mental afecte en el momento del acto del cual se trata, pero no existe una doctrina general de la demencia, que, en todo caso no es necesaria por ser un asunto médico. En términos generales esta causal se refiere a aquellas alteraciones mentales que provocaran un oscurecimiento o perturbación de la inteligencia y voluntad necesarias para la realización de actos jurídicos. - 77 - Es del caso destacar que, en todo caso, que los enfermos mentales eran considerados persona, pero incapaces, por lo cual requieren de un curador que actuara en su representación en todas las relaciones jurídicas en las que el incapaz era parte. La función delcurador es esencialmente patrimonial, aunque tiene el deber de velar por la persona del demente, sin perjuicio que el cuidado es encomendado a los parientes más próximos, los que reciben del curador lo necesario para su manutención. Por último, tendríamos que destacar que el enfermo mental es absolutamente incapaz de allí que no es posible la auctoritas interpositio (autorización) del curador para que éste celebre actos jurídicos, debiendo siempre actuar por él el curador (negotiorum gestium). 3.-PRODIGALIDAD: Una situación parecida a la del enfermo mental es la del pródigo, que era aquella persona que dilapida sus bienes sin motivo justificado de forma de caer en el riesgo de la pobreza, lo que determinaba que se le pudiera declarar interdicto, prohibiéndosele el ius commercium, otorgándosele un curador para que ejerciera la administración de su patrimonio. En todo caso, era una incapacidad relativa, estando autorizado para realizar aquellos actos que le significaren un beneficio patrimonial (su situación es similar a la del impúber infantia maior). Además, conserva su capacidad delictual. 4.-ENFERMEDAD FISICA: En Roma, se considera que no eran personas, sujetos de derecho y que no tenían capacidad los monstruos, esto es, los individuos que tenían graves alteraciones físicas. Además, también por sus problemas físicos, se encontraban en una situación especial los sordomudos y los ciegos, los impotentes y los castrados quienes tenían limitada su capacidad de obrar, especialmente respecto de actos que no pudieren ser satisfechos en razón del defecto físico de que padecían. Al respecto y sólo por mencionar incapacidades que se atribuyen a una disminución o incapacidad física podemos señalar que los ciegos no podían testar por escrito, los sordo mudos no podían celebrar una estipulatio, los impotentes y los castrados no podían contraer matrimonio y el castrado no podía adoptar. 5.-FALTA DE HONORABILIDAD: La degradación del honor civil se denomina infamia o también ignominia y consiste en la pérdida de la reputación social del individuo. De esta forma, infamia es sinónimo de mala reputación. La estima pública o reputación del ciudadano se denomina existimatio, que constituye el timbre de honor y orgullo del ciudadano en su vida. Estrictamente hablando la honorabilidad no es una noción jurídica. El juicio que asigna a un individuo buena o mala fama considera matices o aspectos de conducta que escapan al campo estrictamente jurídico. Esta existimatio u honor civil podía restringirse o disminuir por ciertas actividades o actos considerados deshonrosos por los romanos. El menoscabo del honor y la disminución de la estimación social podían llevar a una limitación de la capacidad jurídica. Así, en Roma, el desempeño de ciertas actividades, la ejecución de ciertos hechos , la comisión de determinados delitos o el no cumplimiento de ciertas obligaciones, se tachaba con nota de infamia. - 78 - Cabe destacar que en los primeros tiempos de la República se consideraba la posibilidad de ser tachado con nota de infamia por declararlo así los censores mediante una nota censoria, quienes estaban facultados para excluir a un ciudadano de la lista de senadores o de las centurias y a un caballero de la orden ecuestre. También podían declarar la infamia los cónsules mediante una nota consular, rechazando las candidaturas para el ejercicio de ciertos cargos públicos. Los dos casos anteriores son propios de la esfera del derecho público. Fuera de esos dos caso, en el edicto del pretor se mencionan personas a las que se les prohibe estar en juicio por sí o por medio de representantes o en nombre de otras, lo que se establece en razón de ciertas conductas, que luego Justiniano recoge en las Institutas, entre las cuales se puede desatacar que se perdía la honorabilidad por el hecho de desempeñar ciertas profesiones u oficios considerados deshonrosos o deshonestos, como por ejemplo gladiador, cómico, artista de teatro, por hechos que ofenden a la moral como el caso del bígamo; la mujer viuda que contrae matrimonio antes de transcurrido el año de luto y, en caso de ser condenado por ciertos actos o por haber sido condenado en virtud del ejercicio de acciones emanados de actos que se fundaban en una relación de confianza. Con el tiempo el concepto de infamia se perfila y así las causa de infamia están señaladas en cuerpos legales. En este sentido, la lex Iulia de adulteris prohibe a la mujer sorprendida en adulterio contraer matrimonio con el adultero, quien por su parte no puede desempeñar cargos públicos no ser juez. La tacha o nota de infamia era la forma de hacer perder a un ciudadano romano su honor civil de tal modo que se le modificaba gravemente su capacidad, dado que le impedía el acceso a las magistraturas, el poder votar en los comicios, el poder actuar en juicio en lugar de otro y desempeñar ciertas funciones en el Derecho Privado, entre otras, la de ser tutor o curador. En relación a la tacha de infamia, es posible distinguir dos situaciones: infamia inmediata e infamia mediata. La infamia es inmediata cuando el hecho de por sí da origen a la tacha (por ej: el caso del bígamo). La infamia es mediata cuando es consecuencia de una condena en juicio (por ej: la situación de quien es condenado por haber obrado dolosamente). La declaración de infamia se mantiene durante toda la vida, salvo que por decisión del Príncipe o del Senado se restituya al infame el honor civil. Finalmente, algunos autores formulan la distinción entre infamia jurídica (infamia iuris) y la infamia de hecho (infamia facti ), esto es, la mala reputación de un sujeto, la cual si bien no surge de disposiciones legales, sino que procede únicamente de la opinión pública, siendo considerada fundamentalmente para ocupar ciertos cargos o funciones. 6.-EL SEXO. En el antiguo derecho la mujer es incapaz, no sólo en el caso de estar sometida a patria potestad o manus (en estos casos no tiene siquiera capacidad de goce) sino también lo es aún siendo sui iuris y mayor de 25 años. En efecto, en un principio el papel de la mujer quedaba reducido al ámbito de la casa de lo cual resulta que en el ámbito del Derecho Público no tuvo capacidad de ninguna especie. En lo relativo al Derecho Privado, la mujer sui iuris, por ser persona, esto es, sujeto de derecho, tenía capacidad de goce, pero no tenía capacidad de ejercicio. La mujer en caso de ser sui iuris, se encontraba sometida a una tutela perpetua; vale decir, era incapaz de ejercicio. - 79 - FUNDAMENTO: Esta situación se podría haber fundado en una supuesta debilidad física, que le impediría cumplir acabadamente con la ardua tarea de jefe de familia y por una supuesta debilidad o ligereza de juicio o carácter, que facilitaría que otro la engañara, pero ya en la época clásica estas razones son objetadas por ciertos juristas y es más la incapacidad de la mujer es vista como poco justificable. Así, Gayo observa que se trata de una de las viejas instituciones que no se encuentra legitimada por ninguna razón válida y que repugna al derecho natural (“la creencia común según la cual las mujeres, en razón de su ligereza de espíritu, tienen necesidad de las directivas del tutor, es una razón más especiosa que verdadera. En verdad, es corriente en Roma ver que las mujeres conducen por sí mismas sus asuntos”). En este mismo sentido, es conveniente destacar que la naturaleza de esta tutela perpetua fue variando con el transcurso del tiempo: En un comienzo era muy estricta, estando la mujer por así decirlo sometida a su tutor y se entendía que era más bien un beneficio para el tutor y en especial de los parientes agnados de la mujer y no algo en interés de ella. Con el tiempo se transformó en una institución en favor de la mujer, dándosele facultadespara remover al tutor si no estaba conforme con él y también para proponer a la persona que iba a ser designada y en ciertos casos especiales se habría exceptuado a algunas mujeres de esta tutela (a las que tuviese el jus liberorum, o sea, la ingenua que tuviese más de tres hijos o a la manumitida que tuviese cuatro). En todo caso, cabe destacar que la función del tutor consiste únicamente en dar su auctoritas interpositio (autorización) pero no en la gestión de los negocios de la mujer. Finalmente, habría desaparecido en el año 410 d.C. cuando una Constitución de Honorio y Teodosio concedió el jus liberorum a todas las mujeres. 7.-LA RELIGION. En el Derecho Romano pagano, vale decir aquel que llega hasta el siglo IV d.C. (Constantino) no se establecieron diferencias de capacidad entre las personas por razones de religión puesto que el estado romano pagano en general fue tolerante y sólo entró en grave conflicto con el cristianismo, particularmente por el carácter de religión universal y única y en especial a medida que aumentaban sus adeptos, pero nunca se establecieron normas que disminuyeran la capacidad jurídica de los cristianos. En este sentido Bonfante señala que la lucha contra el cristianismo era a intervalos y estaba inspirada más bien por preocupaciones sociales y políticas. La situación cambió cuando se impuso el cristianismo como religión oficial (año 333 d.C (Constancio), pues se impusieron normas que disminuían en ciertos casos la capacidad de los judíos, los herejes, los paganos, los que no podían ejercer cargos públicos, ni ser testigos en actos jurídicos, ni poseer esclavos cristianos, imponiéndose en ciertos casos la incapacidad de adquirir por sucesión por causa de muerte. Además, los judíos no podían unirse en matrimonio con mujeres cristianas. En este sentido, Justiniano en el primer Libro del Código se refiere fundamentalmente a las penas y restricciones de capacidad jurídica por causa de fe. - 80 - 8.- CUASI ESCLAVITUD. Existen en Romas personas que se encuentran en situaciones que sin borrar su capacidad para ser titulares de derechos y obligaciones, limitan, sin embargo, la posibilidad de ejercitarlos, al privarlas de la autonomía necesaria para la realización de actos creadores, modificativos o extintivos, de relaciones jurídicas, o sea que limitan su capacidad de ejercicio. Se trata de ciertas categorías de personas que ocupan una posición que semeja a la de los esclavos. Así algunos la estudian como situaciones afines a la esclavitud. Las situaciones son múltiples y de efectos diversos, y podemos señalar en otras: a)La del deudor insolvente desde el momento que era entregado por el magistrado al acreedor hasta el momento que se saldase su deuda o hasta que fuese vendido trans tiberim. (addicti), b)Las personas libres vendidas por su paterfamilias dentro de Roma (in causa mancipii), o bien cuando las entrega en reparación de un delito que aquel cometió (en este caso, la persona afectada es libre y ciudadana romana, pero en lo referente a las relaciones patrimoniales se le considera como esclavo). Cabe destacar, que el poder del pater no cesa sino que queda en suspenso hasta que el cuasi dueño lo hace salir de su potestad, c)El esclavo manumitido bajo condición o término mientras estos no se cumplan, d)En el Derecho del Bajo Imperio, los colonos, que no pueden separarse de la tierra en que trabajan, esto es, que están permanentemente adscritos a la tierra, conocidos como los siervos de la Gleba (tierra), los que si el fundo se vendía pasaban al nuevo propietario. (Este estado termina: 1)si el siervo adquiere la totalidad o la parte del fundo a la cual está adscrito. 2)si su patrono lo ofrece al ejercito, al decurionato o al sacerdocio), e)El del hombre libre que arrienda sus servicios como gladiador a un empresario, obligándose por juramento a dejarse quemar, sujetar y morir con el hierro. F)El caso del ciudadano romano rescatado por un tercero de la cautividad, mediante una cantidad de dinero. En este caso, sólo recuperará u antiguo status pagando al libertador lo que éste dio por su rescate (Constitución de Arcadio y de Honorio limitó a cinco años y con Justiniano se consideraba a este persona como dado en prenda) 9.-OTRAS CAUSALES: Finalmente, es necesario expresar que fuera de las causales mencionadas existen otras. Así, la condición social o cargo impide celebrar ciertos actos jurídicos. Por ejemplo existen limitaciones para contraer matrimonio en relación al cargo que se desempeñe o sobre la base de diferencia social, pero esto se vera al momento de estudiar el matrimonio. - 81 - ASPECTOS RELEVANTES SOBRE TUTELAS Y CURATELAS INTRODUCCION: De lo expuesto al tratar los requisitos civiles o status y las causales que disminuyen la capacidad jurídica, resulta que la plena capacidad jurídica sólo es reconocida a aquellos individuos que siendo libres y ciudadanos romanos no se encuentra sometidos a la potestad de un pater, vale decir, era sujeto de derecho con plenitud plena en cuanto a la adquisición de derechos y obligaciones , pero ello no determina que pueda ejercer sus derechos. En efecto, podía darse el caso de una persona con plena capacidad de derecho -un sui iuris- pero cuya capacidad de ejercicio se viera afectada por razones de edad, sexo, enfermedad, etcétera. En este sentido, Valencia nos dice que en Roma los requisitos de la capacidad de ejercicio o capacidad de entender y querer eran tres: la pubertad, la pertenencia al sexo masculino y la normalidad, ya síquica, ya física. Vale decir, podía ocurrir que siendo una persona capaz de gozar de la plenitud de los derechos, dentro del ámbito privado patrimonial se encontrase imposibilitada para ejercer por sí misma la administración de su patrimonio o para celebrar actos jurídicos, esto es, que fuese incapaz de ejercicio. Con el fin de brindar protección jurídica a estos incapaces, que no pueden dirigirse a sí mismos y no tienen un pater familias que cumpla esta finalidad, desde una época muy antigua existían en el Derecho Romano las tutelas y ya desde principios del derecho clásico, las curatelas. Andrés Bello señala que las personas sui iuris o se hallan bajo tutela o curaduría o son del todo independientes. Vale decir, la incapacidad de ejercicio de estas personas se reemplazaba o complementaba por la tutela o curatela, esto es, se suple su incapacidad de obrar mediante una persona que se llama tutor o curador. Sobre el particular Argüello señala que la función protectora de los derechos de los sujetos sui iuris con incapacidad de obrar, fuera absoluta o relativa, fundada en razones de edad, sexo, enfermedad mental o tendencia a la dilapidación, se cumplió en Roma por medio de dos especiales instituciones: la tutela y la curatela. Había una tutela para los impúberes y otra para las mujeres. De las variadas clases de curatelas que hubo, veremos las más importantes: la de los menores de 25 años, la de los pródigos y la de los enfermos mentales. Detrás de estas instituciones hay un interés práctico. Así, en un principio, el interés que predominaba era el de la familia agnaticia y tenía en vista el mantenimiento de su patrimonio. En este sentido, Kaser nos enseña que la antigua tutela romana tenía un carácter al mismo tiempo altruista y egoísta, el tutor conserva y cuida el patrimonio pupilar, primeramente para el pupilo, pero eventualmente también, para sí mismo. En épocas posteriores la atención pasó a centrarse en la protección del incapaz, a través de la defensa de sus bienes. A partir de entonces la tutela es concebida como un deber y una carga impuesta en interés público y el poder del tutor o del curador está ordenado de tal modo que se debe ejercitar en interés de la persona sujeta, y no en interés del investido. Kunkel destaca que en elcurso de la evolución histórica de la tutela de los impúberes se advierte la significación que van adquiriendo en el aspecto jurídico el cuidado de los intereses del pupilo y los deberes del tutor y que el Estado empieza a reconocer que el cuidado del impúber sui iuris es una cuestión pública, estableciendo normas relativas al nombramiento y gestión, causales de dispensa (edad, enfermedad, otras tutelas, altas funciones, etc.), creando a la par acciones para regular las relaciones entre tutor y pupilo. - 82 - En todo caso, y así lo advierte Kunkel, la tutela de las mujeres tuvo una evolución distinta, destacando que a principios de la República comienza a decaer, puesto que las nuevas circunstancias sociales le privaban de su razón de ser, y en el curso de la época imperial desaparece por completo. Comentarios: Primero: El derecho romano no considera un vocablo genérico para denominar estas dos instituciones (tutela y curatela), a diferencia de hoy en que se habla de guardas, guardadores y pupilo, para referirse tanto a las instituciones, sus titulares y personas sometidas. Segundo: Tampoco sería tan clara la diferenciación entre tutela y curatela. Así, para algunos la tutela responde a una función esencialmente familiar, esto es asegurar la recta administración del patrimonio del sujeto a ello, lo cual se entiende por cuanto en sus orígenes lo que se trataba de proteger es un patrimonio en función de los intereses del tutor mismo y no del pupilo o de la mujer, por cuanto el tutor legítimo era eventual heredero intestado de ellos; en cambio, a la curatela se le asigna una función social, vale decir, el curador debe velar porque el asistido no causara daño a la sociedad, a la res pública, sobre todo en el ámbito económico. Para otros la diferencia estriba en que la función del tutor miraba principalmente a la persona del sometido y la del curador a los bienes del mismo. En este sentido, la palabra tutela deriva del verbo tueri, que podemos traducir como tener a la vista, tener los ojos puestos en, contemplar, mirar, observar, y, en otro sentido, velar, proteger, defender, salvaguardar. Al efecto, algunos sugieren que estaría relacionado con la vieja costumbre de hacerse justicia por propia mano, y que en este contexto el tutor era un hombre fuerte para proteger a impúberes y mujeres, mientras, que el curador era un sabio consejero para personas físicamente capaces, pero algo débiles de juicio o carentes de experiencia. Otros señalan que la diferencia más notoria entre ambas radique en que la tutela correspondía a supuestos en que había una causa general y permanente de incapacidad, como la edad y el sexo, en tanto la curatela aparecía cuando mediaba una causa particular o accidental que hacía incapaz a una persona que hasta entonces había gozado de plena capacidad de obrar, como ocurría en el caso del demente y del pródigo; pero esta diferencia no se da en el caso de la curatela del menor púber. Argüello señala que no existirían caracteres que permitan diferenciar la tutela de la curatela, así ni el tutor cuidaba de la persona del pupilo, sino que protegía sus intereses patrimoniales, ni el curador era sólo administrador de los bienes del incapaz, pues también había de velar, como en el caso del demente, por su cuerpo y salud. Serían más bien circunstancia de orden histórico las que determinaron la existencia de estos dos institutos. La tutela, por su origen, se pareció a la patria potestad, pero su fin meramente tuitivo acabó por hacer del tutor un administrador semejante al curador. Serafini destaca que los romanos proveyeron a la defensa de las personas e intereses de los que se ven privados de sus naturales defensores, sin que por su edad o por sexo puedan defenderse por sí mismos mediante la tutela, institución que, como hemos visto, se remonta a los primeros tiempo del derecho civil, pero cuyo contenido varió sensiblemente en las diversas épocas de su desarrollo. Consideradas y ejercitadas al principio en interés primordialmente de la familia, vinieron poco a poco, con el progresivo aumento de la importancia del Estado, a caer bajo la vigilancia y las disposiciones de las autoridades públicas y de la ley, convirtiéndiose en cargos onerosos y de interés público, criterio que las acompaña hasta el día de hoy. ASPECTOS ESPECIFICOS EN RELACION A TUTELAS Y CURATELAS RECABAR CON LECTURA DEL LIBRO DEL PROFESOR ALEJANDRO GUZMAN BRITO, DERECHO RIVADO ROMANO, TOMO I, PÀGINAS 371 A 417. - 83 - FIN O EXTINCION DE LA PERSONALIDAD DE LAS PERSONAS FISICAS. Jurídicamente la personalidad, esto es, la calidad de sujeto de derecho, puede, en Roma, extinguirse por dos vías: a)por muerte natural b)por caída en esclavitud o capitis deminutio máxima. Sobre esta última nos referiremos más adelante, sin perjuicio de que dice relación con la pérdida del status de libertad. Ver art. 78 del Código Civil. La muerte natural: Muerto un individuo éste deja de ser persona. El concepto jurídico de muerte física corresponde al médico-biológico, que identifica el momento de la muerte con el cese definitivo de las funciones vitales. Prueba de la muerte: se aplica el principio general de que la prueba incumbe a quien de ella funda sus derechos, vale decir, la muerte de una persona interesa acreditarla a quien pretenda ser titular de cualquier derecho cuya adquisición haya derivado de dicho acontecimiento. . En todo caso, en este punto es conveniente tener en consideración la fictio legis cornelia en torno a determinar cuando se entendía muerto, para los efectos legales, el ciudadano romano que hecho prisionero de guerra fallecía siendo esclavo. Registro de defunciones: No existe evidencia que los romanos hayan conocido la obligación de realizar declaraciones de muerte en actas oficiales. Distinción entre muerte real y presunta: Hasta ahora nos hemos referido a la llamada muerte real, pero además hoy en día se acepta la existencia de la llamada muerte presunta, que consiste en la declaración judicial de que una persona presuntamente ha muerto, pero cuyo muerte real no se ha acreditado, invocándose principalmente el hecho de que ha estado largamente ausente y que no se ha tenido noticias de ella, ignorándose si vive o no. En los textos jurídicos romanos no existen mayores disposiciones relativas a presunciones de muerte en caso de ausencia prolongada, por lo cual se entiende que los romanos no habrían conocido esta institución, aunque para algunos si, pero en forma limitada y en una etapa tardía del derecho romano y principalmente por la influencia del cristianismo, para el caso de aquel desaparecido, ignorándose si vivía o no, que hubiese tenido más de setenta años a la fecha de las últimas noticias y siempre que hubiesen transcurridos cinco años contados desde la fecha de las últimas noticias. En todo caso, cabe destacar que en el Derecho Post Clásico se permite a la mujer contraer nuevas nupcias después de un determinado plazo contado desde las últimas noticias de su cónyuge. En el derecho clásico se estableció una ficción acerca del estado en que muere una persona. En efecto, respecto del ciudadano romano que es hecho prisionero por el enemigo, por lo cual pasa a ser esclavo, y muere en cautividad, se considera muerto en condición de ciudadano romano y a la fecha de caer en cautividad (Fictio Legis Cornelia). - 84 - B)CAIDA EN ESCLAVITUD O CAPITIS DEMINUTIO MAXIMA: (caput: cabeza; miembro de la comunidad; personalidad) En las Institutas se define a la Capitis Deminutio como el cambio del estado anterior, y en el Digesto, se la conceptualiza como la variación de estado. Algunos la conceptualizan como la alteración que experimenta una persona al pasar de un status a otro, vale decir, una modificación total o parcial de la capacidad jurídica,esto es, en cuanto a su libertad y por ende capacidad de goce (status libertatis), su capacidad política (status civitatis) y capacidad de ejercicio (status familiae) En todo caso, para algunos, la capites deminutio siempre es una reducción de la capacidad. En relación a lo anterior conviene recordar que el derecho romano en materia de personalidad jurídica no sólo distinguió entre libres y esclavos, sino que dentro del grupo de los libres separó a la ciudadanos de los no ciudadanos y entre los ciudadanos distinguió entre sui iuris y alieni iuris, siendo, por tanto, tres los status o estados de la personalidad jurídica de las individuos de la especie humana, y en relación a ello se analiza la capitis deminutio. En efecto, Gayo quien entiende la capitis deminutio como un cambio del estado anterior, en un intento por sistematizar las distintas posibilidades de cambio, distingue tres formas, esto es, como capitis deminutio máxima, media y mínima, según el status comprometido, como veremos a continuación, destacándose que la capitis deminutio máxima y media conllevan necesariamente un empeoramiento de condición, lo cual no siempre ocurre tratándose de la capitis deminutio mínima, sin perjuicio que respecto de este punto no todos los autores están de acuerdo. La capites deminutio máxima que es la que nos interesa, en orden a extinguir la personalidad. Ella tenía lugar cuando se perdía el status de libertad, lo que conllevaba además una capites deminutio media, que consistía en la perdida de la ciudadanía y una capites deminutio mínima, esto es la variación del status de familia, que era propio de los ciudadanos romanos. La capites deminutio máxima al hacer perder la libertad, importaba la extinción de la personalidad, pues el afectado quedaba reducido a la condición de esclavo, sometido a la potestas de su amo. En todo caso, tratándose de un ciudadano romano es necesario recordar la existencia del ius posliminiun y de la fictio legis corneliae. Así en virtud de la existencia del ius postliminuin, los derechos del cautivo adquieren el carácter de provisionales, pues mientras el individuo no muera físicamente, existe la posibilidad de que recupere su libertad y vuelva a Roma, recuperando su antigua situación jurídica. Por su parte, en virtud de la fictio legis corneliae, si muere siendo esclavo, se le considera muerto al momento de ser hecho prisionero, vale decir, muere siendo hombre libre. En lo referente a la capitis deminutio media, esto es la pérdida de la ciudadanía romana, se producía en caso de imposición de ciertas penas como cuando se castigaba al ciudadano al destierro voluntario, deportación a alguna isla o se le condenaba a trabajos forzados, o bien cuando voluntariamente abandonaba la ciudadanía romana al ingresar a otra civitas o a una colonia no romana. (En este caso, en lo referente a los derechos patrimoniales, estos siguen vinculados al sujeto, pero su situación se regula ya no por la ley romana o jus civile, sino que por la ley de la nueva ciudad a la que se incorpora o bien por las normas del jus gentium. En todo caso, los deudores pueden tomar los bienes de la persona, enajenarlos y pagarse con el precio de la venta). En relación con la capites deminutio mínima y que dice relación con el estado de familia, existe diversidad de opiniones: Para algunos, sólo tendría lugar en el caso de que se tratara de una variación que perjudicara a quien la sufría, vale decir sólo en caso de que un sui juris pasara a ser alieni juris, para lo cual se fundan en la idea de “disminución de cabeza”. - 85 - Otros autores, consideran que se esta ante una capitis deminutio mínima siempre variará la situación de una persona en lo referente al orden de la familia, sin que ello necesariamente tuviera que conllevar la reducción de la capacidad jurídica, vale decir, ya sea cuando un sui juris se convertía en alieni juris, lo que sucedía cuando quedaba bajo la potestad de otro (ej: arrogación, legitimación), también cuando un alieni iuris, sin perder tal calidad, pasaba de una familia a otra (ej: en caso de que una mujer alieni iuris se casara cum manus o en caso de adopción) y en último término también lo sería el caso en que un alieni iuris pasara a ser sui iuris, lo que ocurría en caso de emancipación. En otras palabras, existiría capitis deminutio mínima en todos los casos en que la persona sin perder el status civitatis, cambiaba de familia (mutatio familiae), ya por ingresar a una nueva o bien por salir de aquella a la cual se pertenece, sin ingresar a otra. - 86 - II.-LAS PERSONAS JURIDICAS: INTRODUCCION: En la vida económica, social y jurídica actúan también entes distintos de las personas físicas individuales. Para el logro de determinados fines tanto individuales, comunes, de utilidad pública o beneficencia es necesaria la actividad asociada de muchos hombres y que esa actividad se desarrolle por un tiempo más o menos largo, o bien, se requiere contar con un cierto conjunto de bienes que se destine para la obtención de un determinado fin. Así, se señala, la vida humana de corta duración y los menesteres que entraña su desenvolvimiento conducen al individuo a la unión con otros para complementar sus exigencias vitales. El ordenamiento jurídico reacciona con el expediente de la personificación de colectividades de personas y bienes, reconociendo a algunas entidades la capacidad de ser titulares de derechos y de crear, modificar y extinguir relaciones jurídicas con otros seres, vale decir, les reconoce la condición de sujeto de derecho, logrando, con ello, otorgar a sus bienes una finalidad o sentido social, asegurar su estabilidad, funcionamiento y permanencia, surgiendo lo que hoy denominamos personas jurídicas, llamadas así por oposición a las personas físicas o naturales. Al respecto, en el Epitome Iuris del Código Hermogeniano, recopilado posteriormente en el Digesto, se nos indica que todo el Derecho fue establecido por causa de los hombres, lo cual determina que es el hombre el destinatario del Derecho. CONCEPTO: Las personas jurídicas pueden ser definidas como creaciones ideales, a las que la ley les reconoce capacidad jurídica. Se trata de colectividades de hombres o de bienes jurídicamente organizadas y elevadas por el ordenamiento jurídico a la categoría de sujetos de derecho, vale decir, persona, y como tal, capaz de tener su patrimonio, ser acreedora, deudora, concurrir a juicio, etcétera. Algunos definen a las personas jurídicas como todo ente diverso del hombre, a quien el ordenamiento reconozca la capacidad de derechos y obligaciones. Florentino, al referirse a la herencia yacente, nos señala que ellas sustituyen o representan a las personas. PRECISIONES: Sin perjuicio de las precisiones anteriormente expuestas, no podemos desconocer que los juristas romanos reconocieron en la práctica la condición de sujeto de derechos a entidades diversas del hombre, sin que por ello llegaran a sostener que estabamos ante personas, cuestión, que de ocurrir, que para muchos autores sólo se impuso en época relativamente tardía del Derecho Clásico, sin perjuicio de que algo se comienza a insinuar en la ley Iulia de Collegiis, de los tiempos de Augusto y, aún antes, la jurisprudencia trataba en forma especial al populus romanus. Algunos autores consideran que la idea de persona jurídica se hace más nítida durante el Imperio, cuando surge la necesidad de asociaciones organizadas por varios individuos para cumplir ciertos fines que, en forma individual, resultan impracticables y este fenómeno se da en esta época porque la familia primitiva, con su constitución de grupo - 87 - político, social, gentilicio y agnaticio, va desapareciendo. En este sentido, las personas jurídicas constituyen una sociedad intermedia entre el individuo y el Estadoy se crean otros entes que ayudan al hombre y a los poderes públicos a cumplir sus fines y solventar sus necesidades. En Roma, en forma lenta y gradual van adquiriendo fisonomía, ya como agrupaciones de individuos o asociaciones, ya como ordenaciones de bienes o fundaciones y según algunos, la idea de personalidad jurídica surgiría al constatarse la existencia del populus romanus y de los municipios, pero conviene destacar que originariamente, no se pensaba que el populus romanus, otros entes públicos, las corporaciones religiosas y de artesanos, tuvieran una personalidad jurídica propia, distinta y separada de la de cada uno de sus miembros. Así, no se pensaba que un bien fuera propiedad de la comunidad, sino que se le consideraba copropiedad de los miembros de ésta. Arangio Ruiz nos dice que las personas jurídicas son fruto de una evolución: sea en el sentido que el primer reconocimiento está limitado a aquellas entre las personas jurídicas para las cuales se presenta más difícil la aproximación a la persona física, sea en el sentido que la distinción entre la persona jurídica como tal y las personas físicas particulares que la integran o a través de las cuales se desarrolla su actividad, se opera por grados, y sólo en época avanzada se actúa perfectamente. Se trata de una institución que exige mucha abstracción, cuestión no ajena pero no primordial para los juristas romanos, y, por otra parte, las fuentes romanas no aportan mucho, pero algo se puede extraer. En efecto, los juristas romanos, dedicados fundamentalmente al estudio del derecho privado, se ocupan muy poco de las personas jurídicas, la mayor parte de las cuales están en la periferia del derecho privado, y más bien se rigen por el derecho público. Al respecto, el profesor Valencia señala que la jurisprudencia reflexiona sobre las personas jurídicas tomado como paradigma el populus romanus, instituto propio del ius publicum y como ella estaba dedicada de lleno al ius privatum, encuentra obstáculos, insuperables en ocasiones, para manejar categorías ius publicistas y aplicarlas a aquellas. El derecho romano conocía ciertamente corporaciones y fundaciones con personalidad independiente, pero carecía de una teoría general de las personas jurídicas, la cual, según Kunkel arranca del desenvolvimiento dado por al derecho romano por la ciencia romanística y canonística de la Edad Media y posterior, fundamentalmente de la ciencia jurídica del siglo XIX y, así, el moderno concepto de persona jurídica como ente ficticio autónomo e independiente de las personas naturales que puedan estar en su base tanto consideradas individualmente como en su totalidad se debe finalmente a Savigny, de quien Bello extrajo el material para componer el título XXXIII del Código Civil. Así, se nos enseña que, hasta el período clásico, la personalidad o capacidad jurídica reconocida a entes distintos del ser humano, sólo se aceptaba respecto de asociaciones de hombres organizadas para la consecución de fines de interés común (sociedades y corporaciones). En el derecho bizantino se va más allá en la abstracción y se comienza a atribuir o reconocer capacidad jurídica a entidades patrimoniales destinadas a un fin especifico (fundaciones). Para la lógica romana el problema consiste en vencer la idea de persona natural y aplicar a las asociaciones e instituciones ideales, los principios que rigen al hombre. En todo caso algo sugieren los textos romano. En efecto, Ulpiano (D.3.4.7.1) al comentar el edicto de Adriano señala “lo que se debe a una persona colectiva, no se debe a sus miembros; y lo que debe la persona colectiva, no lo deben sus miembros”. En general, los textos romanos ofrecen poca información sobre la personalidad jurídica reconocida a las asociaciones voluntarias de hombres con vistas a un fin determinado y sólo en la época postclásica y justinianea se habría reconocido capacidad jurídica a entidades patrimoniales destinadas a un fin específico. - 88 - Según Joan Miquel, en la Baja Edad Media habría surgido la opinión de considerar que las personas jurídicas son una ficción, destacándose el trabajo de los canonistas y, particularmente, Sinibaldus Fiscus, quienes postulan que al igual como existen personas físicas, hay personas ficticias, creaciones del ordenamiento jurídico, que finge una unidad allí donde en la realidad hay una pluralidad de miembros; y, al igual que las personas físicas tienen miembros, que les sirven para actuar, también las tienen las personas fictae, al actuar a través de sus representantes. De esta forma se pasa de la metáfora a la construcción jurídica. Los postglosadores acogen esta doctrina, la que luego es ampliamente difundida por los autores del Siglo XVI, recibiendo su espaldarazo científico por obra y gracia de Savigny. En razón a lo expuesto es posible sostener que, sin haber elaborado los juristas romanos la teoría de la ficción, ella se apoya en las fuentes romanas. TERMINOLOGIA: Las expresiones personas jurídicas o morales, son términos modernos, desconocidos por la jurisprudencia romana, que no utilizó una voz técnica ni general. Los vocablos que usan los juristas para referirse a los sujetos de derecho que no son personas físicas no son exactos no bien no permiten abarcar los distintos tipos que existieron. Así, se refieren a las societas aludiendo a las asociaciones, las que, salvo las sociedades de recaudadores de impuestos y los encargados de servicios públicos, no son personas jurídicas. En todo caso, los juristas postclásicos justinianeos emplean la dicción universitas para indicar la persona jurídica. Sólo en Edad Media, y gracias al esfuerzo de romanistas y canonbistas, se pudo arribar a un desenvolvimiento de la teoría de la personalidad hasta desembocar en la concepción y terminología contemporáneas. Ahora, en lo referente a la expresión “persona jurídica”, se considera que fue Arnold Heise, jurista alemán de principios del siglo XIX quien la acuñó para designar a aquellos entes que el ordenamiento jurídico reconoce como sujetos de derecho, junto al ser humano. CATEGORIAS: Los romanistas, principalmente los pandectistas, aplicaron la teoría de las personas jurídicas y sus clasificaciones al Derecho Romano, intentando reconstruir el pensamiento de los juristas romanos, sirviéndose de una terminología propia de concepciones más modernas. Es así como en la mayor parte de los tratados del ramo se señala que los romanos básicamente distinguieron dos clases o categorías de personas jurídicas: a)Universitates Personarum b)Universitates Rerum. - 89 - A)UNIVERSITATIS (UNIVERSITAS) PERSONARUM: La idea era que la persona jurídica que se creaba constituía el resultado de una asociación de personas o de individuos con vistas a la obtención de un determinado objetivo o fin, vale decir, están formadas por un conjunto de personas físicas. B)UNIVERSITATES (UNIVERSITAS) RERUM: estas tenían como fundamento no a una asociación de individuos sino que a un conjunto de bienes aportados por alguien para ser dedicados a algún fin, vale decir, estamos ante entes constituidos por una masa de bienes para la obtención de fines determinados. Arias Ramos nos señala que las universitas personarum son asociaciones territoriales y otras agrupaciones de carácter religioso, administrativo, económico o financiero y, por su parte, las universitas rerum son las fundaciones y las herencias. A)UNIVERSITATES PERSONARUM: Dentro de las asociaciones de personas o individuos que se unían con la finalidad de formar una persona jurídica, había que distinguir entre unas que pertenecían al ámbito del Derecho Publico o ámbito estatal y aquellas otras que no pertenecían a ese campo. A.1)DENTRO DEL AMBITO DEL DERECHO PUBLICO: A.1.1)EL POPULUS ROMANUS, que organizado teníael carácter de una persona jurídica. Es del caso destacar que los romanos no tienen una denominación técnica para lo que hoy denominamos “El Estado”. En la concepción romana se identifica al Estado, como sujeto de derecho, con el populus Romanus, esto es, con la totalidad de los ciudadanos. La concesión de la personalidad jurídica al populus romanus y a otros órganos públicos se realiza gradualmente. Así, desde antiguo se separó teóricamente esta totalidad de cada uno de los ciudadanos que la constituían, considerándola como una entidad jurídica diferente, pero no se fue más allá, ni se llegó nunca, como en la doctrina moderna, a representar al Estado como organismo jurídico distinto de la totalidad de los ciudadanos. Es del caso precisar que los juristas romanos tenían una concepción del Estado y de los órganos públicos distinta de la moderna y no podían representarlos, en el ámbito del Derecho privado, como situados al mismo nivel de cada ciudadano particular y considerarlos jurídicamente del mismo modo que a las personas físicas. Como consecuencia de esto, la capacidad patrimonial del populus romanus no es nunca equiparada totalmente a la capacidad patrimonial del particular, sino que es concebida siempre como una expresión de su naturaleza publica. De allí, toda relación entre el Estado y otras entidades jurídicas es considerada como perteneciente a la esfera del jus publicum y no del jus privatum. De ello resulta que el estado se desenvuelve para los romanos en el ámbito del ius publicum, de forma tal que su patrimonio es un bien público, no pudiendo ser objeto de propiedad, ya que lo que es propiedad de todos no pertenece a nadie en particular. Además, los órganos con los cuales se maneja pertenecen siempre a la esfera pública, por lo que las relaciones y cuestiones surgidas entre un particular y el estado no son resueltas por el ius privatum sino por el jus publicum. En todo caso, desde antiguo el Estado romano, tenía múltiples manifestaciones de su personalidad jurídica o "institutos" que hacían posible al populus Romanus y a otros órganos públicos tener derechos patrimoniales y ejercerlos. Así, el populus romanus tiene un tesoro propio (aerarium publicum o aerarium populi Romani), que se considera de su propiedad, magistrados que lo gestionan, actuando en su nombre, y servi publici (esclavos), por medio de los cuales puede adquirir bienes. Esto permite al populus Romanus ser instituido heredero y es así, como el nombramiento como heredero por parte de reyes extranjeros sirvió para justificar jurídicamente incorporaciones de vastos territorios; además, esto lo habilita para celebrar contratos, manumitir esclavos, etc. De esta forma, el populus es dueño, acreedor y deudor y participa plenamente en el tráfico jurídico y las cosas que le pertenecen son res publicae populi Romano, y tiene una caja o tesoro que recibe el nombre de aerarium, palabra con la cual se designa al patrimonio del pueblo en su conjunto. - 90 - A.1.2)LOS MUNICIPIOS: siguiendo el ejemplo del populus Romanus, fue prontamente reconocida también a las ciudades, a los municipia y a las colonias, la capacidad de ser titulares de derechos patrimoniales. Estrictamente hablando, para precisar la situación de las ciudades habría que distinguir entre la época anterior al año 212 d.C y la época posterior a dicha fecha, pues antes de esa fecha había que distinguir entre las ciudades que permanecieron extranjeras y las que fueron incorporadas a la ciudadanía romana (municipia), ambas son personas jurídicas, pero las primeras son formalmente soberanas y las segundas no; de forma tal que las primeras se hallan, frente a sus ciudadanos, en situación análoga a la del populus romanus respecto de los ciudadanos romanos. Los municipia o civitates que, según Caramés Ferro son comunidades humanas que paulatinamente fueron incorporándose a Roma durante la República y que, en virtud de su conquista o de un tratado de alianza con Roma, perdieron su anterior condición de soberanos, aunque conservando una autonomía más o menos amplia según la concesión de Roma o el tratato suscrito. De esta forma, los municipios así creados tienen su propio patrimonio (Marciano: “son de las universitas y no de los particulares los teatros y estadios de la ciudad, las cosas comunes y los esclavos”.) y, en consecuencia en sus relaciones jurídicas comienzan a ser tratados como personas incorporales, disponiendo de sus propios órganos de actuación. En este sentido, la capacidad de hecho de los municipio es un problema que debe afrontar la lógica jurídica romano, en especial en lo referente a la manifestación de voluntad. Así, en las fuentes romanas se considera que es el municipio el que delibera, aunque en realidad sean sus integrantes los que lo hacen. Los municipios, hasta le época clásica, salvo privilegio especial, no pueden ser herederos ni legatarios -lo que los diferencia del populus romanus-, pero pueden adquirir bienes a título oneroso, pudiendo ser acreedores o deudores. En todo caso, en alguna época no determinada se les reconoce la facultad de recibir bienes mortis causas, en caso de un siervo público (esclavo del municipio) manumitido que moría sin dejar testamento y finalmente, en los tiempos de León, por una constitución del año 499 d.C. se reconoce al municipio capacidad para ser instituido heredero. Cabe destacar, que los municipios pueden participar en actos jurídicos privados, pudiendo demandar y ser demandados judicialmente. El derecho aplicable a los municipios es una mezcla de derecho público y de derecho privado. De lo anterior resulta que los municipios al igual que el populus romanus es un cuerpo organizado de personas, con variable número de miembros, sin que ninguno de ellos pueda disponer del patrimonio común. Para Mommsen lo más importante es la autonomía administrativa del patrimonio de los municipios; aun cuanto están sometidos de hecho al gobierno y la fiscalización de Roma, las gestiones económicas quedan en manos del consejo y de los funcionarios de la comunidad. A.2)DENTRO DEL AMBITO DEL DERECHO PRIVADO: Los textos romanos ofrecen poca información sobre la personalidad jurídica reconocida a las asociaciones voluntarias de hombres con vistas a un determinado fin, pero desde la época antigua se constata la existencia de asociaciones (collegia, universitates) con fines funerarios, o religiosos, o comerciales. (sodalitas: asociación de tipo religioso; collegium de los pontífices; asociaciones o universitas o corpus de oficios, gremios). En lo referente a su capacidad jurídica, las asociaciones se organizan tomando como ejemplo los municipios, adquiriendo relevancia en la época imperial. Así Marco Aurelio las faculta para recibir legados y manumitir esclavos, lo que genera el ejercicio del patronato y el derecho a la sucesión abintestato de sus libertos. Justiniano les reconoce la capacidad de ser instituidos herederos. Las asociaciones adquieren derechos y contraen obligaciones por sí mismas y responden con sus haberes con total independencia del patrimonio de los individuos que la integran. De esta forma tenemos que en el Derecho Justinianeo tendrían capacidad patrimonial semejante a la de una persona física, pudiendo adquirir derechos reales y ser titulares de derechos personales, adquirir legados y manumitir esclavos, recibir bienes en herencia e incluso por medio de esclavos o representantes podían poseer bienes y también podían ejercer acciones por medio de su representante legal. Ellas constituyen un ente con individualidad propia distinta a la de sus componentes, así, los créditos, las deudas y los bienes no pertenecen particularmente a sus miembros sino al ente jurídico y se señala que el representante actúa en nombre de ésta y no en el de sus integrantes. Dentro de las asociaciones es posible distinguir la existencia dealgunas que perseguían fines de lucro y otras que no lo perseguían. - 91 - Para referirse a las personas jurídicas que perseguían fines de lucro empleaban la palabra SOCIETAS y para las otras la expresión CORPORACION. Esta terminología ha sido recepcionada por muchos ordenamientos jurídicos contemporáneos, entre ellos el nuestro. A.2.1)LAS SOCIETAS: son colectividades de personas unidas entre sí para la consecución de un fin lucrativo y a las que la ley reconoce como sujetos de derechos. Se señala que se exigía un número mínimo de tres integrantes, para los efectos de poder decidir por mayoría, la adopción de un estatuto que rija la organización y funcionamiento de la entidad, determinando los derechos y obligaciones de los miembros, la existencia de un fin lícito, la formación de una caja común para solventar los gastos de la sociedad y la presencia de un representante para que en nombre de la asociación actuara en la gestión de los negocios comunes. Cabe destacar, que en Roma, se crearon, múltiples asociaciones que perseguían fines de lucro, ejemplo sociedades de transporte marítimo, sociedades de explotación de minas y en general sociedades comerciales. Un caso muy curioso de sociedad como persona jurídica fueron las llamadas sociedades de publicanos, que manejaban enormes patrimonios. Se trata de sociedad particulares a las cuales el Estado romano les encargaba el cobro de los impuestos, la explotación de minas o la realización de obras públicas. Quizás, atendida la existencia de la esclavitud y la estructura y características de la familia romana, el derecho romano no sintió la necesidad de desarrollar las sociedades como ocurre hoy en día. A.2.2)LAS CORPORACIONES: son asociaciones voluntarias de hombres con vistas a un objetivo común colectivo, a las que el ordenamiento jurídico concede una individualidad jurídica propia y una personalidad jurídica diferente de las personas físicas individuales que las compones, pero que, a diferencia de las societas, no perseguían fines de lucro. En todo caso, conviene destacar que hubo diversas categorías o clases de ellas. Así por ejemplo algunas se dedicaban a la educación, otras a ciertos fines benéficos y asocaciones de carácter profesional o gremial. Entre las corporaciones se destacaban sobre todo los colegios sacerdotales, que jurídicamente se organizaban en forma de corporaciones como el colegio de pontífices, de los augures, vestales, etc. (sodalitas: grupos destinados al culto; collegium: asociaciones para fines religiosos). Estas asociaciones en principio estaban permitidas en la medida que sus fines no atentaran contra las buenas costumbres, pues la Ley de las XII Tablas reconocía la libertad de asociación, pero debido a la importancia que adquirieron en la vida política, Augusto estimó pertinente intervenir y por medio de la Ley Julia de Collegiis, se disolvió los collegia ya existentes (con excepción de algunos), se exigió autorización previa del Senado o del Emperador para las nuevas y se establecieron determinados requisitos para su existencia, entre otros: a)contar, en su reunión constitutiva, por lo menos con tres miembros; b)tener un estatuto que reglamentara el funcionamiento y c)que tuviera un fin lícito. (Suetonio: “También se habían formado, bajo el título de gremios nuevos, asociaciones de malhechores que cometían toda suerte de crímenes”). En todo caso, algunas asociaciones, especialmente las religiosas y las funerarias, fueron autorizadas por un senado consulto, a condición de que sus estatutos estuvieran conformes con las normas prescritas por él. Conviene destacar que muchos autores consideran que los collegia serían personas jurídicas menores, dentro del ámbito del Derecho Público y, en sentido riguroso, el nombre collegium corresponde a agrupaciones formadas con fines de culto, sin perjuicio de que con el tiempo surgen algunos collegia corresponden a organizaciones de oficios. Así, encontramos el collegia tenuiorum, o funeraticia, esto es, grupos de personas humildes que se reúnen con el fin de asegurarse una sepultura. Extinción: Tanto las societas como las corporaciones se extinguen o por haber conseguido el fin perseguido, o porque éste se hace ilícito, o por falta absoluta de miembros, o por disolución voluntaria, o por disponerlo así los estatutos, o por disposición de la autoridad estatal. - 92 - B)UNIVERSITATES RERUM: Así como las asociaciones tenían como fundamento a las personas que se asociaban tras un fin común, las universitas rerum tenían como fundamento o sustrato un conjunto de bienes aportados o dejados por alguien, teniendo estos bienes una determinada finalidad. Dentro de las universitas rerum, se pueden señalar: EL FISCO, LAS FUNDACIONES Y LA HERENCIA YACENTE por otra. B.1)EL FISCO: a comienzos del Imperio apareció el FISCUS CAESARIS, que no debe ser confundido con el aerarium o tesoro del populus Romanus. El fiscus (cesto o canasta) es un patrimonio especial del Príncipe, que en una primera época se identifica con el patrimonio personal del emperador, pero con el paso del tiempo, después de la división de las provincias en senatoriales e imperiales y de la concesión al emperador de otras entradas fiscales, el fisco toma la apariencia de un patrimonio siempre público, que se forma por lo aportado en carácter de tributos por los habitantes de las provincias asignadas a su cargo y del cual el emperador disponía con total independencia del populus y del Senado. Este patrimonio del Príncipe, en parte se sometía al Jus Privatum, e incluso es posible hablar de deudores del Fisco, pero goza de privilegios. Conviene destacar que poco a poco entran a formar parte del fiscus todas las rentas estatales (impuestos, multas, bienes de los condenados) de forma tal que el aerarium populi romani va desapareciendo, pasando el fiscus a ser la única caja del Estado y destinado a proveer a objetivos públicos, así, se afirma que el fiscus llegó a absorber al aerarium. En este contexto, es forma es posible distinguir el Fiscus de la res privata principis o patrimonio privado del príncipe (patrimonium caesaris). De esta forma, el Fiscus, ya en la época del bajo imperio es en apariencia un instituto público con administración separada y en la que el titular no es ya la persona física del Emperador sino aquel que detenta el poder imperial de forma tal que a la muerte del emperador, sus bienes particulares pasan a los herederos, mientras que será titular del fiscus el que suba al trono. B.2)FUNDACIONES: Se dice que para los juristas romanos fue siempre desconocida la idea de fundación (personificación de un patrimonio destinado a un fin), sino que consideraron que el patrimonio era concedido a una entidad jurídica (persona física o jurídica) con la obligación de destinarlo y gestionarlo para realizar el fin determinado. En cuanto a su aparición, se relaciona con las "piae causae", esto es, instituciones de beneficencia y de culto, como, por ejemplo, fundaciones de caridad establecidas por los emperadores Nerva y Trajano, que consistían en otorgar a algunos municipios la administración de arrendamientos y préstamos garantizados, para que con el beneficio obtenido en calidad de alquileres o intereses se emplearan esas rentas en la manutención de gente humilde (propietario de los capitales es el emperador y los municipios son sólo administradores). En este mismo contexto, cabe destacar que en la época de la Roma cristiana, la Iglesia tomará a su cargo la administración de muchos establecimientos de caridad y socorro para gente necesitada. En todo caso, si bien la situación jurídica no resulta muy clara, cabe advertir que en algunos casos el patrimonio afectado funcionaba con una cierta independencia, dándose allí el germen de las fundaciones actuales.Así, con Justiniano, les estará permitido heredar, ser acreedoras, contraer obligaciones, etcétera. Para algunos autores, el patrimonio era siempre concedido a una persona jurídica o a una persona física para que lo destinara al fin determinado (caridad o culto). Para otros, en cambio, el ordenamiento jurídico protegía al patrimonio sin necesidad de un titular de los bienes, mediante la administración del mismo por un individuo. - 93 - Hoy en día, las fundaciones son personas jurídicas de Derecho Privado que se constituían en base a un aporte de bienes que dejaba un fundador con fines de beneficencia pública. Estos bienes pueden serlo ya por testamento, ya por donación. Se dice que la fundación vendría a ser la personificación de un fin que debe ser destinado a un fin expresa y voluntariamente determinado por el constituyente. De allí, que las fundaciones al no haber una asociación de personas se gobiernan por la voluntad del fundador, vale decir, por lo que este había dispuesto al momento de aportar los bienes, pero la voluntad de la fundación es expresada por una persona física o por un directorio, a la que es concedida la representación de esa persona jurídica. En todo caso, para que un patrimonio destinado a un determinado fin pueda ser considerado fundación y tener personalidad jurídica, es preciso el reconocimiento expreso por parte de la autoridad. B.3)LA HERENCIA YACENTE: Con este nombre se designa el patrimonio dejado por un difunto desde el fallecimiento del causante hasta que es aceptada la herencia por el heredero voluntario. Los aumentos y pérdidas que el patrimonio experimenta son atribuidos a la herencia yacente. En otras palabras, es el estado en que se encuentran los bienes hereditarios antes de ser aceptada por el heredero, y constituye una universalidad jurídica carente de titular a la que el derecho romano consideró como una persona jurídica. Así, se nos dice que en el lapso que transcurre entre el fallecimiento del causante y la fecha de la aceptación de la herencia, el patrimonio del que yace (de ahí su nombre) no tiene dueño. Gayo nos dice que la herencia yacente es un conjunto de bienes que carece de sujeto. Cabe destacar, que a veces podía transcurrir un tiempo muy largo entre el fallecimiento del causante y la aceptación por parte del heredero y para solucionar los problemas que podían presentarse valiéndose de una ficción el derecho romano reconoció la categoría de persona con aptitud para ser titular de los bienes que la integran y representante de la persona del causante, pudiendo adquirir derechos y contraer obligaciones. Se entrega su administración a un curador. Esta no es la solución que se ha dado en el derecho contemporáneo, pues no se ve la ventaja de otorgarle categoría de persona jurídica al conjunto de bienes constituido por la herencia yacente - 94 - SEGUNDA PARTE: REGULACION DE LA FAMILIA I.-FAMILIA ROMANA, CONCEPTO, ESTRUCTURA, POTESTADES, PARENTESCO Y OTROS ASPECTOS: 1)EL DERECHO DE FAMILIA Y LA FAMILIA ROMANA: El derecho de familia dice relación con el estudio del lugar que una persona ocupa dentro de la familia. A este respecto conviene recordar que en su momento señalamos que según el status familiae era posible distinguir entre personas alienni iuris y personas sui iuris, siendo el primero el que esta sometido a la potestad de un pater familia y el segundo aquel que no esta sometido a potestad. CONCEPTO DE FAMILIA: En Roma el concepto de familia fue evolucionando y así en una primera época, hablar de familia romana implica pensar en un grupo más o menos amplio de personas, subordinado a la autoridad de un jefe, paterfamilias, las que estaban unidas a éste ya sea por filiación legítima, ya sea por un vínculo jurídico. En época arcaica, posiblemente se denominaba familiae a los grupos de personas unidas entre ellas por el hecho de estar sometidas a la potestad de un solo jefe; estos grupos parecen haber sido autónomos, con funciones propias, pero se disgregan progresivamente frente a la aparición de la civitas. Hay diversas teorías acerca del origen de la familia romana. Para Mommsen se trata de un grupo patriarcal, sometido a la autoridad despótica de un jefe; Fustel de Coulanges hace referencia a la importancia a las actividades religiosas, mostrándola como una comunidad de culto y sacra; Para Meyer, se trata de un grupo social, formado por la escisión de grupos mayores; Arangio Ruiz la concibe como un organismo constituido por con fines preferentemente económicos; Bonfante destaca que se trata de un grupo preexistente a la civitas, un organismo político que conserva la finalidad y características de un Estado (en cierta medida se puede observar en su seno una estructura parecida a la de la ciudad, destacándose la figura del pater familias que es el único sui iuris, estando los demás sometidos a su potestas, siendo alieni iuris.) y ella nace para fines de orden y de defensa social. Esta naturaleza originaria se vio alterada por la evolución histórica, pero subsisten de ella algunos rasgos distintivos. Sin perjuicio de lo anterior, algunos autores concuerdan en que el surgimiento de la familia responde a las necesidades de subsistencia de la civitas, se trata por tanto de una unidad de carácter política, social y económica sobre la cual descansa la civitas romana. LA FAMILIA PROPIO IURE: Independientemente del sentido que se le quiera atribuir a la expresión familia, en los textos se encuentra la referencia a una familia llamada propio iure en oposición a una familia comune iure. En efecto, Ulpiano nos señala que familia propio iure es el conjunto de personas que se encuentran actualmente sometidas a la potestad de alguien, por naturaleza o por derecho, esto es, por nacimiento (natura) o bien en virtud de un acto jurídico (iura). Bonfante señala que la familia romana en sentido propio es un grupo de personas unidas entre sí pura y simplemente por la autoridad que una de ellas ejerce sobre las demás para fines que trascienden del orden doméstico. Alvaro d’Ors la define como el conjunto de personas que integran la casa (domus) y que se hallan bajo la potestad (potestas) de un cabeza de familia (pater familias). En cambio, familia comune iure corresponde al conjunto de los agnados, esto es, de todos los que estuvieron bajo la potestad de otro, el cual ya ha muerto. Esta familia carece de unidad jurídica y no tiene un jefe del cual dependan, salvo en la época antigua, dado que en un principio esta familia constituía una unidad patrimonial regida por el principio de la solidaridad. El vínculo o parentesco que une a los integrantes de la familia se denomina agnación. Este vínculo, según Bonfante, se refiere por sus origen a condiciones sociales primitivas y consiguió, quizá por circunstancias particulares, consolidarse en la sociedad romana y conservarse por espacio de varios siglos intacta. - 95 - Fundamentalmente el estudio de la estructura de la familia se refiere a la denominada familia propio iure, que corresponde al conjunto de personas sometidas a la potestad del pater familia. Cuando este pater familias muere, se multiplican las domus o familias, surgiendo nuevas familias propio iure autónomas alrededor de los hijos varones convertidos por tal hecho en sui iuris y por tanto en pater familias. En concreto, la familia en el sentido del derecho civil es la llamada familia propio iure, sin perjuicio de que ya en el derecho clásico se observa un debilitamiento en su estructura. ESTRUCTURA DE LA FAMILIA PROPIO IURE: Lo característico de la familia propio iure es el sometimiento de todos los miembros a una sola autoridad (manus, potestas) del pater familias, término que no aludía a la idea de generación, ni se refería a alguien que tuviera descendencia biológica,sólo indicaba una situación de independencia jurídica, una ausencia de sumisión a potestad. Ihering nos enseña que la casa romana con todo aquello que contiene, ó sea la familia propio iure, es un mundo aparte en el que la línea de conducta y la dirección pertenecen exclusivamente al jefe supremo, y donde las relaciones con el mundo exterior son reglas dadas sólo por el pater familias. De esta subordinación absoluta a su voluntad provenía que todos eran iguales entre sí. A los miembros de la familia colocados bajo la potestad del jefe se los llamaba filiafamilias, pero filius no significaba procreado, ni equivalía exactamente a nuestra palabra hijo. La familia romana se estructura de forma semejante a un clan con relaciones de poder, dependencia y protección. Los miembros de una unidad familiar están sometidos al jefe de esta (pater familias), que ejerce dicho poder los demás miembros de la familia, en que la distinción fundamental entre personas no sometidas a potestad (sui iuris) y sometidas a la misma (alieni iuris), determina la posición del individuo dentro de la familia y, según ella, la forma y alcance de su actuación dentro de la esfera jurídica privada. El pater es el hombre sui iuris; los demás, los alieni iuris (en potestad de otro), están subordinados a su potestad, lo cual determina que en un principio el pater es el único sujeto del derecho privado. En este sentido, Bonfante señala qie el derecho privado romano es, durante toda la época verdaderamente romana, el derecho de los pater familias o jefes de las familias. En razón a lo expuesto podemos resumir su estructura de esta forma: A)PATER FAMILIA: quien detenta un poder absoluto sobre personas a él sometidas. Sólo el pater es sui iuris y todos los demás miembros son alieni iuris. En su persona concentra todos los poderes domésticos: es el sacerdote del culto familiar, el dueño absoluto de los miembros de la familia y de los bienes de estos, es el juez de los suyos. B)PERSONAS SOMETIDAS A LA POTESTAD DEL PATER: 1)mujer casada cum manus con el pater o con una persona a él sometida. (la mujer salía de su familia de origen, rompiendo con ella los vínculos de agnación, entraba en la familia del marido como hija de familia (filia loco) o bien como nieta (neptis loco) 2)Los hijos e hijas legítimas del pater familias y los descendientes legítimos de sus hijos varones, mientras no sean emancipados. (Los nacidos de hijas pertenecían a la familia del padre, si es que habían sido procreados en legítimo matrimonio, ya que si eran ilegítimos, nacían sui iuris). 3)Los hijos e hijas legitimados. 4)Los hijos adoptivos: adoptados y arrogados. 5)Las personas libres que se encuentren in causa mancipi. No podemos dejar de mencionar que los esclavos se encuentran sometidos a dominica potestas, pero sólo los libres se consideran verdaderos miembros de la familia. - 96 - C)PODERES QUE DETENTA EL PATER FAMILIAS: Cabe destacar que, en principio, se trata de poderes vitalicios, esto es, no se extinguen con alcanzar alguna edad el sometido, pero el pater puede liberarlo. El conjunto de los poderes del pater se designaban genéricamente, en la época antigua, bajo la expresión manus, y más tarde , potestas, pero es posible distinguir las siguientes manifestaciones de esta potestas: En el caso de la mujer casada cum manus, el poder o señoría del pater familia se denomina manus. En todo caso, originariamente con la expresión manus se designaba el conjunto del poder del pater sobre su familia, personas y cosas; sólo posteriormente esta expresión en su uso técnico se limitó a una de las manifestaciones del poder del pater (manus era el símbolo y el instrumento del poder, o sea el poder en sí mismo.). Esta manifestación de poder sólo puede detentarla un varón, se ejerce siempre sobre mujeres y no existe ya en los tiempos de Justiniano. Por su parte tratándose de los hijos e hijas legítimos, los descendientes legítimos de sus hijos varones, los adoptados y los legitimados estamos ante la patria potestad. Este poder sólo puede ser detentado por un varón. En el caso de los hijos de familia de otros, entregados al pater en garantía del cumplimiento de una obligación o entregados en reparación de un daño causado, se habla de mancipium. El mancipium es una potestad doméstica que consiste en el poder que se detenta sobre un hombre alieni iuris por un pater que lo ha adquirido mediante una mancipatio celebrada con el pater familias de aquel. El liber in mancipatio o persona in causa mancipi conserva la libertad y la ciudadanía, pero se le considera en una condición de cuasi esclavitud (servi loco) con respecto al pater familias que lo había adquirido. En realidad, entre ambos no existe propiamente agnación, entendiéndose que no se había extinguido el parentesco agnaticio que liga a su pater originario. Esta manifestación de potestad ya no existe en los tiempos de Justiniano. Finalmente, en el caso de los esclavos, como ya se mencionó, se habla de dominica potestas. En base a lo expuesto podemos afirmar que lo que caracteriza a la primitiva familia romana, es que va mas allá de los vínculos de sangre y de haber sido engendrado, para distinguirse por una estructura piramidal, en cuya cúspide esta el poder del pater familias, que sólo desaparece con la muerte o con la ruptura del vinculo agnaticio. La pertenencia a la familia, pues, no se basa exclusivamente en el hecho del nacimiento, pues tanto la adopción como la arrogación permiten la entrada de personas ajenas que se sujetan a la potestad del pater familias. En este sentido, el pater acepta o rechaza a su discreción todo hijo nacido de su cónyuge. La adopción juega un rol importante y los adoptados tienen el mismo status que los hijos procreados por el pater o su descendencia legítima, siendo una institución tendiente a evitar la extinción de la familia. Esta libertad del pater en el "reclutamiento" de sus alieni iuris explica la poca importancia que se le atribuye, en los primeros tiempos, al vínculo de sangre. En este sentido, Alvaro d’Ors destaca que la palabra pater se refiere al poder más que al hecho biológico de haber engendrado. Esta concepción de familia permite, por tanto, establecer la distinción propia del status familae entre alienni iuris y sui iuris, siendo como se ha dicho sui iuris aquellas que no se encuentran bajo la potestad de un pater y alienni iuris aquellas que se encuentran bajo su potestad. - 97 - Los sui iuris varones, cualquiera sea su edad, son paterfamilias, expresión que significa simplemente que ellos están o pueden estar a la cabeza de una familia y que pueden tener otras personas bajo su potestad. En este sentido debemos insistir en que esta situación es necesaria para la plena capacidad jurídica, después de los requisitos de la libertad y de la ciudadanía. En cuanto a los alienni iuris, no es posible comprenderlos a todos bajo una denominación común, dado que el ordenamiento jurídico romano reconoce distintas formas o manifestación de la potestad del pater. Comentario: según algunos autores, entre ellos Bonfante, habría que distinguir dos especies de relaciones y derechos familiares: las que aluden a la familia propio iure o familia en sentido jurídico y las que se refieren al concepto de familia doméstica o natural, siendo dos clases de relaciones diversas, siendo diversa la estructura y función social de la que los romanos llaman familia de lo que es la familia natural, para la cual los romanos no tenían un nombre. En todo caso, con el tiempo por distintos factores, las relaciones referidas a la familia natural tienden a superar y a derogar las de la familia romana, o por lo menos a infundir en ellas un espíritu diverso alterando su carácter originario. En este sentido Fernando Betancourt sostiene que Gayo ponede relieve cómo la familia civil o agnaticia es particular o exclusiva de los ciudadanos romanos, destacando que los demás pueblos de la antigüedad y posteriores sólo conocieron y conocen la familia cognaticia o por consanguinidad; categoría ésta que no desconoce el derecho romano clásico porque es de ius naturale. 2)PARENTESCO: agnación, cognación y afinidad. CONCEPTO: es la relación o vinculo que existe entre personas que pertenecen a una misma familia. TIPOS DE PARENTESCO: En Roma se destacan fundamentalmente dos tipos de parentesco: la agnación (agnatio) o parentesco civil, que une a quienes están sujetos a un mismo pater y la cognación (cognatio) o parentesco sanguíneo, que une a los que descienden unos de otros en virtud de la procreación y el nacimiento. A estos se agrega el parentesco por afinidad. LA AGNACIÓN (ad-natus) o cognatio civilis o legítima: Se trata o describe como el parentesco civil o jurídico, que se fundamenta en la potestad del pater y no supone necesariamente relación de sangre. Así, los agnados son aquellas personas que están sometidas a la potestad del pater o que lo estarían si viviese aún el pater familias. En efecto, la mujer no es agnada de sus hijos sino en el caso de hallarse unida al pater familias en matrimonio cum manus, caso en el cual su condición es la de hermana agnaticia de sus hijos. Tal como se destacó, para que exista agnación no es necesario que se dé un vínculo de sangre entre los parientes agnaticios, sin perjuicio de que puede coincidir con ese tipo de parentesco. Así, por la adopción o el matrimonio cum se crea la patria potestad de modo ficticio mediante un negocio jurídico. En cambio, en el caso de los hijos e hijas legítimas existe un vínculo de sangre con el pater. El fundamento es la subordinación a un mismo pater, por lo cual surge o extingue por las mismas causales que constituían o extinguían la potestad del pater. De esta forma tenemos que el parentesco agnaticio está determinado por el matrimonio cum manus en relación con la mujer y mientras aquella subsista, y por la patria potestad en relación con los descendientes legítimos, legitimados, arrogados y adoptados. - 98 - Conviene destacar que el parentesco agnaticio sólo se transmite por vía de varón, per virilem sexum, siendo la mujer, en este sentido, finium familia. En este sentido, algunos autores justifican lo anterior sosteniendo que, por razones económicas y sociales, el pater se interesa de manera particular por la crianza de los varones y control de la prole masculina y para ampliar el número de los varones dentro del grupo familiar, se mantiene un sistema de dependencia de los hijos a perpetuidad. En cambio, se "exportan" las hermanas a otros grupos y se "importan" de aquellos a las cónyuges. Al respecto Guillermo Margadant señala que en el derecho romano encontramos, desde sus comienzos, un sistema estrictamente patriarcal; sólo el parentesco por línea paterna cuenta en derecho. El parentesco agnaticio tuvo mayor importancia en los aspectos religioso y político que en el derecho privado, en el cual fue muy pronto suplantado por el parentesco cognaticio. Por otra parte, la muerte (a la que se equipara la pérdida de ciudadanía y la de la libertad) del pater no disuelve la agnación entre quienes fueron sus sometidos (la familia comune iure estaba conformada precisamente por todas las personas que habían estado sometidas a la potestad del pater fallecido), pero las personas libres que encontraban inmediatamente sometidos a su potestad pasan a constituir distintas familias, aunque sigan viviendo juntas. Lo mismo ocurre con el que es emancipado, pues también éste al hacerse independiente, tiene su propia familia. LA COGNATIO (cum-natus) o naturalis cognatio o consanguinidad: Se entiende como el parentesco basado en la comunidad de sangre, se da tanto por vía materna como por vía paterna y descansa en una base natural, no jurídica, a diferencia de lo que ocurre con la agnación. Designa todo pariente por sangre, por vía femenina o masculina, vale decir, corresponde a lo que hoy en día denominamos o entendemos como parientes, excluyendo a los adoptados. Así, un hijo legítimo que se hallaba bajo la patria potestad de su pater no estaba ligado con los parientes de su madre por el vínculo agnaticio, pero sí por el cognaticio. La cognatio se basa en las relaciones creadas por la procreación, con o sin matrimonio y se da entre personas que genéticamente provienen, de manera directa o indirecta, una de la otra o de un tronco común. Así, la cognatio no puede crearse como la agnación, artificialmente. Conviene destacar, que este parentesco se da tanto por vía masculina como femenina y no es posible extinguirlo. Este parentesco sólo se toma en principio en consideración en lo referente a impedimentos para contraer matrimonio, pero, poco a poco, esta especie de parentesco termina por prevalecer, especialmente en materia sucesoria. Finalmente, la familia en el derecho justinianeo encuentra su fundamento en la cognatio. Algunos autores señalan que la historia de la familia romana muestra cómo a partir del grupo familiar antiguo, basado en la dependencia de la potestas del pater, se va afirmando de manera progresiva la trascendencia de los vínculos de sangre, relación de parentesco que se fue imponiendo, ya en el derecho clásico, en algunas esferas del derecho hereditario, pero su plena consolidación sólo tuvo lugar en el derecho justinianeo, cuyo sistema hereditario se fundamentó en lo que podría denominarse "familia natural" frente a la antigua "familia política". En todo caso, algunos autores formulan la distinción entre cognatio naturalis que surge entre quienes descienden de un mismo tronco común, y, por otra parte, la cognatio civilis restringida al vínculo que surge entre entre padres e hijos procreados en iustae nuptiae. - 99 - LA COGNATIO SERVILIS: se basa en el contubernio (tipo de unión no matrimonial, privada y estable, que se daba respecto de los esclavos y siervos) y determina que las personas procreadas a través de esa unión están ligadas a sus padres y entre sí mediante la cognatio servil (Cognatio: por cuanto eran de su propia sangre. Servilis: por cuanto seguían en condición de siervo). PARENTESCO POR AFINIDAD: es el que el vínculo que une a un cónyuge con los parientes cognados del otro. (suegro(a)(s) (socer (socera) )soceris)), consuegro(a) (consocer (consocrus)), yerno (gener), nuera (nurus), cuñado (vivi frater o levir (cuñada). LINEAS Y GRADOS EN MATERIA DE PARENTESCO El vínculo de parentesco puede ser más o menos próximo. Para determinar la proximidad de parentesco se distinguen: a)la línea de parentesco y b)el grado de parentesco. a)La línea de parentesco: es la manera como se da el parentesco, la que puede ser recta o colateral. La línea recta es la que une a una persona con sus ascendientes o descendientes. Esta línea puede ser ascendente (une al descendiente con el ascendiente) o descendente (une al ascendiente con el descendiente). En esta forma se da el parentesco entre el hijo(a) (filius (filia)) y el padre(madre) (pater (mater)), el nieto(a) (nepo (neptis)) y el abuelo(a) (avus (avia)), el bisnieto(a) (Pronepos (proneptis)) y el bisabuelo(a) (proavus (proavia)), el tataranieto(a) (abnepos (abneptis)) y el tatarabuelo(a) (Abavus (abavia)), etc. . Por su parte, la línea colateral es la que se da entre las personas que, aunque no descienden unas de otras, si provienen de un tercero o tronco común. Es la línea que une a los hermanos (fratres), a dos primos (consobrini (primos hermanos) y fratruelis (primo hermano por parte de madre)), al tío (patruus (tío paterno), avunculus (tío materno)) con el sobrino (sobrinus-sobrina), etc. b)El grado de parentesco es la mayor o menor proximidaden el parentesco, esto es, la medida utilizada para medir la distancia en generaciones entre dos parientes. Se refiere al número de generaciones o “engendramientos” que hay entre personas de la misma familia consanguínea ya sea en línea recta descendente o ascendente ya sea en línea colateral. Cómputo de los grados: Los grados se computan por el número de generaciones que separa a los parientes, lo que ha dado lugar a la fórmula, tantos grados cuantas generaciones (tot gradus, quot generationes.). Para computar el grado de consanguinidad en la línea recta, se sube del descendiente al ascendiente y se cuentan las generaciones, vale decir, el grado está dado por el número de generaciones. Así hijo y padre están en el primer grado de la línea recta, pues el hijo ha sido generado por el padre (una generación); el nieto del abuelo lo están en segundo grado, el bis nieto y el bisabuelo en tercer grado. Para computar el grado en la línea colateral , se sube desde un pariente hasta el tronco común, se baja hasta el otro pariente con el cual se quiere establecer el grado de parentesco y se cuentan las generaciones que los separan. Así, dos hermanos están en el segundo grado de la línea colateral, pues es necesario subir al tronco común que es el padre de ambos (una generación) y desde allí, bajar al otro hermano (otra generación); dos primos (cuarto grado) (modo práctico: los grados son tantos, cuantas sean las personas a considerar, incluidas aquellas de cuyo parentesco se trata menos una). - 100 - En relación a lo anterior, Gayo precisa las reglas para del parentesco cognaticio, haciendo referencia tanto a la línea recta y colateral como a los correspondientes grados de parentesco. En efecto, en el Digesto (D. 38,10,1,pr.,3 y 4) se señala: Los grados de cognación son unos del superior, otros del inferior y otros del transversal o colateral. Del orden superior son los ascendientes; del inferior, los descendientes y del colateral, los hermanos y las hermanas, así como sus descendientes. En el primer grado se hallan, en orden ascendente, el padre y la madre; en el descendente, el hijo y la hija. En el segundo grado, están, ascendiendo, el abuelo y la abuela; descendiendo el nieto y la nieta y en el colateral, el hermano y la hermana. La proximidad de parentesco tiene relevancia desde el punto de vista de algunas prohibiciones para contraer matrimonio legítimo y para establecer la condición de heredero. ESTUDIO EN PARTICULAR DE LA PATRIA POTESTAD Y DE LA MANUS: LA PATRIA POTESTAD: En un sentido estricto o restringido es el conjunto de facultades que tiene el pater sobre la persona y bienes de los hijos de familia, entendiéndose por tales los hijos legítimos de ambos sexos, los descendientes legítimos por vía de varón, los hijos naturales legitimados, los adoptados y los arrogados. Las personas sometidas a la patria potestad se denominan filiusfamilias y filiafamilias. En un sentido amplio es el poder o señorío absoluto del Pater Familias sobre todas las personas libres que están bajo su dependencia. En la época antigua y especialmente en un principio, la potestad paterna era prácticamente un poder absoluto, alcanzando las facultades del pater incluso al poder de dar muerte o vender transtiberim como esclavos a sus hijos, presentándose como muy semejante a dominica potestad, esto es, el poder del pater sobre sus esclavos, vale decir, no difiere mayormente de la potestad dominical que se ejerce sobre los esclavos, los animales o las cosas inanimadas, pero con el tiempo este poder fue aminorándose estableciéndose normas que limitaron las facultades paternas motivadas por la relajación de las costumbres, las transformaciones económicas y por el cristianismo. CARACTERISTICAS DE LA PATRIA POTESTAD: 1.-Sólo pertenece al jefe de familia, al pater, que podía ser el padre, el abuelo u otro ascendiente. Vale decir, para estar investido de ella se requería ser sui iuris, de allí que quien tuviera muchos ascendientes varones en la línea paterna estaba bajo la potestad del más lejano (ej: bisabuelo), recordándose que los que nacían de las hijas mujeres no estaban bajo la dependencia del pater de la mujer sino que bajo la dependencia del marido de la mujer o del pater de éste. 2.-Sólo corresponde a los varones. 3.-Es una institución propia del jus civile y sólo puede ejercerla un ciudadano romano sobre su descendiente, también ciudadano romano. En este sentido, en las Institutas de Justiniano se destaca que se trata de un derecho particular de los ciudadanos romanos y que sólo ellos podían ejercerla. 4.-Era perpetua, esto es, la edad no libertaba al hijo de la potestad mientras viviese el pater familia. Con el tiempo esto varió, haciéndose costumbre que cuando los hijos llegaran a una determinada edad, el padre los emancipara. De lo expuesto se desprende que la patria potestad es una institución organizada en interés del pater y no del hijo, pero que para muchos se explica por un razón política. En este sentido Accarias destaca que el ordenamiento quiere asegurar la conservación de las ideas religiosas mediante la unidad del culto domestico, la conservación de las fortunas mediante la unidad de patrimonio, en fin la conservación de las costumbres nacionales por medio de la soberanía de una sola voluntad. - 101 - FACULTADES QUE CONFIERE LA PATRIA POTESTAD: Es necesario distinguir entre facultades relativas a la persona del hijo y a las relativas a los bienes del hijo. A.- FACULTADES ESTABLECIDAS EN RELACIÓN A LA PERSONA DEL HIJO: 1.- Derecho de venderlo y abandonarlo. En lo referente al ius vendendi un comienzo se podía vender trans tiberim, por lo cual pasaba a ser esclavo, pero luego sólo se aceptó su venta in mancipium. Algunos autores señalan que jamás se habría permitido que el padre vendiere en esclavitud a sus hijos. Cabe señalar que la ley de las XII Tablas, estableció que tres mancipaciones realizadas por el pater producían la liberación del hijo. La jurisprudencia interpretó que para las hijas y los nietos, bastaba una sola, lo cual posteriormente se extendió al hijo. Esta facultad fue limitada particularmente por los emperadores a partir del siglo III d.C. Así Caracalla y Diocleciano declararon ilícitas, deshonestas y nulas las ventas de hijos, pero para evitar el infanticidio o abandono de los recién nacidos, Constantino autorizó la venta en el momento mismo del nacimiento. Pero, por distintas razones, en la época romano-helénica se produce un retroceso, admitiéndose la reducción al estado de verdadera escalvitud, lo que en definitiva, en los tiempos de Justiniano, fue limitado sólo a los recién nacidos y en caso de extrema necesidad, con facultad de recuperar en cualquier momento, en caso de haber sido reducidos a la condición de esclavos, la libertad e ingenuidad, ofreciendo el precio u otro esclavo. En relación con el derecho a abandonar al hijo, diremos que fue abolido en el Bajo Imperio, y Constantino dispuso que el hijo abandonado fuese tenido bajo potestad de quien lo recogiese. Justiniano dispuso que el hijo abandonado fuese libre, sui juris e ingenuo. Por último es del caso destacar que por ser el pater responsable de las consecuencias patrimoniales de los delitos cometidos por sus hijos, podía recurrir al “abandono noxal”, entregando al culpable in mancipium a favor del afectado, para que expiara su culpa mediante trabajo. A esta facultad se le designa como ius noxae dandi, la cual fue abolida en los tiempos de Justiniano. 2.- Derecho de corrección y de castigo: si bien en una primer tiempo las facultades del pater en un principio eran absolutas, gozando del derecho de dar muerte a sus hijos (ius vitae necisque), esto se modera con el tiempo, particularmente a partir de la República, Según Bonfante, el derechoantiguo no estableció límites al uso de esta facultad del pater, pues atendida las características y estructura de la familia romana, ello sería violar la autonomía de la familia. Cada familia tenía en sus propias leyes internas la regla y el límite de los poderes de su jefe, las que en todo caso consideraban la existencia de un consejo de parientes (iudicium domesticum) que el pater debía consultar antes de condenar a un miembro de su familia. En cambio en tiempos de la república encontramos leyes que prohiben matar a los niños menores de tres años, salvo caso, reconocido en presencia de cinco vecinos, de un parto defectuoso o monstruoso, cuya prescripción fue renovada por la ley de las XII Tablas y en la que se puede destacar la actividad del censor y de los tribunos. En el Imperio y por la relajación de las costumbres, aumentan los abusos en el ejercicio de la patria potestad, lo que determinó la intervención de la autoridad imperial y ya con mayor fuerza cuando la religión católica penetra el imperio. Así, Trajano obligó al padre que maltrataba a su hijo a emanciparlo y lo privo de derechos en la sucesión del hijo. Adriano condenó a la deportación a un paterfamilias, por un ejercicio atroz en la forma del ius vitae et necis sobre un filiusfamilias culpable, señalando que la patria potestad debe consistir en la piedad y no en la atrocidad. Finalmente, Constantino estableció que quien matare a un hijo sería condenado como parricida. Valentiniano castiga con pena capital la muerte de los recién nacidos, a la que Justiniano habría equiparado la exposición o abandono. - 102 - Se puede afirmar que según el derecho justinianeo el padre no tiene más que un derecho de corrección moderado, debiendo dirigirse al magistrado para los casos graves. 3.- Derecho de reclamar al hijo de cualquiera que lo retenga: para obtener la devolución el padre tenía, en una primera etapa, una acción denominada Vindicatio in Patriam Potestatem, luego el pretor le concedió dos acciones más pertenecientes a la clase de los interdictos. Los interdictos tenían en determinadas circunstancias ventajas de índole procesal, de procedimientos entre otras que el interdicto tiene una tramitación mucho más rápida y urgente que otras acciones procesales. Los interdictos en referencia eran los siguientes: a) Interdicto de liberis exhibencia: tenía por finalidad exigir que se le presentase al hijo, que se le mostrase. b) Interdicto de liberis ducendia: tenía por objeto que se le entregase al hijo, esto es, que se le entregara el hijo por quien lo retenía. Si este alegaba que tenía la patria potestad, debía resolverse esto en un juicio previo. A partir de la época de los Antoninos se concede, mediando justos motivos, una excepción a la madre, con la finalidad de que ésta retuviera al hijo, semejante a una excepción y acción que se concedieron al marido contra el paterfamilias que hubiera conservado la patria potestad sobre la mujer casada. B.- FACULTADES ESTABLECIDAS EN RELACION CON LOS BIENES DEL HIJO: En principio, todos los bienes que el hijo adquiere a cualquier título pasaban al pater familia, éste se hacía dueño a su potestad. Lo único que tenía el hijo era una expectativa de heredar a su pater. La potestad del pater absorbe todo, lo que se adquiere pasa a su patrimonio y todos los sujetos bajo su potestad son instrumentos para adquirir cosas y derechos. El paterfamilias es, por tanto, el único integrante de la familia con derechos patrimoniales, en razón de lo cual dispone del patrimonio familiar a su voluntad y todo lo que adquieren los demás miembros de la familia le pertenece. Este principio no fue modificado, pero si su rigor y así, en los hechos la situación varió y el hijo de familia pudo tener para si ciertos patrimonios, o sea bienes , ya sea bajo su administración, ya sea bajo su dominio, a los cuales se les llamó PECULIOS. El establecimiento y regulación que se perfeccionó en torno a los peculios, que se alejan de los viejos principios del derecho civil, contribuyeron a dotar al hijo de familia de una autonomía en el ámbito patrimonial. LOS PECULIOS: CONCEPTO: Se trata de una cierta cantidad de bienes cuya administración y/o dominio corresponde al hijo. Los principales peculios que reconoció el derecho romano en relación con el hijo de familia fueron: a.- PECULIO PROFECTICIO; b.- PECULIO ADVENTICIO; c.- PECULIO CASTRENSE; d.- PECULIO CUASI CASTRENSE. - 103 - a.- PECULIO PROFECTICIO: consiste en una cierta cantidad de bienes o dinero que el pater entrega al hijo para que este goce de ella y la administre, pero no puede disponer de esos bienes, no puede enajenarlos, pues el pater de familia continua siendo el propietario. Este peculio es esencialmente revocable y, a la muerte del hijo, estos bienes retornan automáticamente al patrimonio del pater, del cual realmente nunca han salido. Cuando el hijo se emancipa, el pater recupera el peculio, pero si por cualquier motivo continua en poder del hijo, puede llegar a adquirirlos por usucapion, de acuerdo a las reglas generales. (1 año para los muebles, 2 años para los inmuebles) Cabe hacer presente que este peculio también puede concederse al esclavo. En relación al peculio profecticio es del caso recordar la existencia de la actio de peculio et de in renverso. b.-PECULIO CASTRENSE: estaba constituido por los bienes que el hijo adquiría en su condición de militar, esto es, sueldos, botin de guerra, herencias y legados de otros militares, donaciones con motivo de su partida a campaña, etc.. . Se dice que su origen se encuentra en el deseo de los emperadores de fomentar el servicio militar, remontándose su creación a la época de Augusto el que permitió al soldado hijo de familia disponer por testamento de los bienes adquiridos por él en la guerra, aunque en un principio sólo podía testar mientras era soldado y si fallecía sin hacerlo pasaba a confundirse con el patrimonio paterno, pero Adriano concedió a los hijos de familia el derecho de testar del peculio castrense aun después de licenciados del servicio. Justiniano estableció que en caso de morir sin testar estos bienes no pertenecían a los ascendientes sino que a los descendientes. El peculio castrense se componía de todo lo que el hijo de familia ha podido adquirir como soldado, no sólo lo que adquiera con su soldada y beneficios en el botín, sino también las liberalidades que le eran hechas en consideración a su calidad de soldado. Con respecto a este peculio el hijo de familia era reputado sui juris, teniendo el dominio o propiedad de los bienes que lo componían, pudiendo disponer de ellos tanto por acto entre vivos como por testamento (mortis causa). El pater no puede pretender ningún derecho salvo los derechos sucesorios que le correspondan de acuerdo a las reglas generales. Para muchos este peculio castrense sería el punto de partida en la progresiva autonomía que con el correr de los tiempos va adquiriendo el hijo de familia. c.- PECULIO CUASI CASTRENSE: corresponde a lo que el hijo adquiere en el ejercicio de algún cargo público o eclesiástico como también lo que adquiere en virtud de las donaciones hechas por el emperador. Este peculio está completamente asimilado al peculio castrense, salvo que el hijo no puede disponer de él por testamento, pero incluso esta última limitación fue eliminada por Justiniano. Se dice que habría sido aceptado en los siglos II, III y IV d.c. y algunos la atribuyen a Constantino que lo habría instituido para los hijos de familia que tienen un oficio en el palacio del emperador, quienes pueden guardar sus salarios y las donaciones hechas por el principe. Luego se extendió a los abogados, a los funcionarios públicos y a toda profesión liberal. - 104 - d.-PECULIO ADVENTICIO: está constituidopor todo lo que el hijo adquiere de su madre (bona materna), de los abuelos maternos (bona materna genesis) y, en general, de cualquier forma que no sea del pater o en calidad de castrense o cuasi castrense. Sobre los bienes que conforman este peculio, tiene el hijo el dominio y el pater la administración y el usufructo. Cabe destacar que el pater no tiene este último derecho sí el constituyente del peculio lo prohibe expresamente. Fue introducido en la época de Constantino, a principios del siglo IV d.c., quién estableció que los bienes que el hijo heredase de su madre no siguiesen el régimen general de pasar al domonio del pater sino que quedan para el hijo, pero el usufructo y la administración eran para el pater. Luego se amplió a los regalos que el hijo recibiera en herencia o donación o por causa de matrimonio de parte de cualquiera de sus ascendientes maternos. Finalmente, Justiniano declaró que todos los bienes que no son castrenses ni quasi castrenses y que el hijo no debe a la liberalidad de su padre, formarían parte del peculio adventicio. Como señalamos, estos bienes pertenecerían al hijo en nuda propiedad, teniendo el padre el usufructo y administración de los mismos sin más limitación que la prohibición de gravar y enajenar. Vale decir, el hijo es el dueño, pero no puede disponer de estos bienes por acto entre vivos sin consentimiento del padre y era incapaz de testar. En su origen, el peculio adventicio, en caso de premuerte del hijo, pasaba al padre, pero Justiniano dispuso que tales bienes debían distribuirse de acuerdo a las reglas del derecho sucesorio Cabe destacar que solía ocurrir que el padre no emancipara por interés de conservar el usufructo de los bienes, lo que se trató de evitar permitiendo que el padre retuviera el usufructo de un porcentaje de los bienes (Constantino: un tercio. Justiniano: la mitad) SITUACIÓN EN EL DERECHO JUSTINIANEO: 1.-Pertenecen en propiedad al hijo todos los bienes no procedentes del pater, con excepción de los bienes comprados con dineros paternos y los Bienes donados al hijo en consideración al pater o por gratitud hacia el pater. Respecto de estos bienes de dominio del hijo, el padre tiene la administración y el usufructo, salvo cuando por disposición legal o por otra causa se hubiese excluido al pater de la administración y el goce. 2.-Siguen siendo de propiedad del pater, los bienes que éste entrega al hijo, los que éste adquiere con los bienes que el pater le suministra y los que son donados al hijo en consideración o en gratitud hacia el pater. FUENTES DE LA PATRIA POTESTAD O ADQUISICION: Bajo esta denominación lo que se estudia y precisa son las formas en que un individuo ingresa en calidad de filiusfamilia a una familia romana, en definitiva cómo se constituye o establece el vínculo agnaticio que conlleva la sujeción a la potestad del pater. En este sentido se mencionan como fuentes de patria potestad las siguientes: 1.-PROCREACION EN JUSTA NUPTIA O LEGITIMO MATRIMONIO ROMANO. 2.- POR LEGITIMACION. 3.- POR ADOPCION. - 105 - 1.- POR PROCREACION EN JUSTA NUPTIA: Todo hijo procreado en justa nuptia, reuniéndose los requisitos que se analizan al tiempo de estudiar la filiación legítima, tiene la calidad de legítimo y por el solo hecho de ser legítimo queda sometido desde su nacimiento a la patria potestad del pater. La filiación es el vínculo que une a un hijo con su padre o madre y en Roma podía ser legítima o ilegítima. Sin perjuicio de lo que diremos más adelante, al estudiarla, la filiación legítima se fundamenta en la naturaleza y en la ley y ella procede únicamente de legítimo matrimonio romano, pero ello no quiere decir que todos los hijos que nacen durante el matrimonio sean legítimos: lo que constituye la legitimidad de un hijo es la concepción dentro de la iusta nuptia de sus progenitores, vale decir, para determinar si un hijo es legítimo o ilegítimo, hay que atender a la concepción. Por ser la concepción un hecho íntimo y por ser la duración de la gestación variable, para poder establecer si un hijo había sido concebido dentro de iusta nuptia debía recurrirse a una, aquella que presume la época de la concepción, que como sabemos es de derecho, esto es, no admite prueba en contrario. En buenas cuentas se trata de una presunción que gira sobre la base de una duración mínima y máxima, determinándose de esta forma un período preciso o época dentro del cual debe necesariamente haberse producido la concepción, este período tiene una extensión de 120 días. En este contexto y en razón de la referida presunción, sólo podían entenderse procreados en justa nuptia, presumiéndose legítimos y que tenían por padre el marido (presunción simplemente legal), los hijos nacidos después de los 180 días de celebrado el matrimonio y mientras este subsistiera (varios textos romanos en lugar de los 180 días señalan 182, pero los derechos modernos fijaron simplemente el plazo de 180 días). De la misma forma serían legítimos también los hijos nacidos dentro de los 300 días subsiguientes a la disolución del matrimonio. La criatura que nace después de los 300 días no se encuentra amparada por la presunción de tener por padre al marido. En todo caso, el pater puede impugnar la paternidad. Aquí conviene recordar que no sólo los hijos e hijas legítimos quedan sometidos a la patria potestad del pater familias sino también los descendientes legítimos de sus hijos varones (las mujeres son finius familias). Los descendientes por línea femenina no son miembros de la familia. 2.-POR LEGITIMACION (fuente de la patria potestad). Es una institución que en algunos casos constituye un acto jurídico, mediante la cual los hijos naturales, esto es, los nacidos de concubinato, adquieren la condición de legítimos (Es una institución , que implica certidumbre legal de la paternidad, por lo cual sólo se da respecto de los hijos naturales). Al legitimado, que se exige sea hijo natural (habido en concubinato), ficticiamente se le va a considerar como nacido de legítimo matrimonio y en base a esta suposición adquiere el título y condición jurídica de un hijo legítimo quedando bajo la potestad de su padre natural, obviamente legítimo después que el acto pertinente de legitimación operaba. Vale decir, sólo podían legitimarse hijos naturales, por cuanto ellos tenían una filiación paterna cierta pero jurídicamente desconocida. Se introduce en la época de Constantino quien la concibió como un remedio transitorio, pero posteriormente Justiniano la establece como institución jurídica permanente. Esta posibilidad sólo fue reconocida en los tiempos del bajo imperio, bajo la influencia del cristianismo que consideraba al concubinato un desorden legal y una causa de mancha involuntaria para los hijos, considerándose equitativo que el padre fuese admitido a levantar a sus hijos de la condición desdorosa de su nacimiento, pero ese resultado debía ser obtenido por la reparación de su falta, vale decir, contrayendo matrimonio con la concubina. - 106 - FORMAS DE LEGITIMACION: En base a lo expuesto anteriormente es posible señalar tres formas de legitimación: a.- por matrimonio subsecuente de los padres (per subsequens matrimonium) b.- por oblación del hijo a las curias (per oblationem curiae) c.- por rescripto imperial (per rescriptum principis). a.-LEGITIMACION POR SUBSECUENTE MATRIMONIO DE LOS PADRES: Existen dos posibilidades: a.1)Hijo natural ya nacido: si el padre natural contrae posteriormente justa nuptia con la concubina que era la madre de ese hijo, este por el solo hecho del matrimonio de sus padres adquiere la condición de hijo legítimo. a.2)Hijo natural concebido pero no nacido: los hijos concebidos fuera de matrimonio pero nacidos en él se legitimaban ipso jure por elsolo ministerio de la ley. b.-POR OBLACION A LA CURIA: Una constitución de Teodosio II Y Valentiniano III, faculta al pater para legitimar a un hijo natural si lo ofrecía para integrar la curia de su ciudad, como decurion, siempre que no tuviera hijos legítimos. A este ofrecimiento se le llamaba oblación a la curia. Además, el padre podía legitimar a una hija mujer si la casaba con un decurión, y además, la dotaba. A diferencia de la anterior, sus fines fueron más políticos y utilitarios antes que inspirados por una idea moral y un sentimiento de benevolencia hacía los hijos naturales: aumentar el número de decuriores. Justiniano permitió esta forma de legitimación incluso en caso de existir hijos legítimos. c.-POR RESCRIPTO IMPERIAL: era una forma de legitimar hijos naturales que requería de una resolución del Emperador, concretamente un rescripto, exigiéndose que no existieran hijos legítimos y se usaba en el caso en que no fuera posible el matrimonio con la concubina, sea materialmente por la muerte o ausencia de la concubina, sea moralmente por su indignidad.. Fue introducida por Justiniano, quien luego determinó que el deseo formalmente expresado en el testamento del padre bastaría para autorizar a los hijos a pedir ellos mismos el rescripto de legitimación. 3.-POR ADOPCION (fuente de patria potestad): Otra fuente de la patria potestad es la adopción. Esta institución surge debido a la necesidad que sentían los romanos de perpetuar la familia y el culto doméstico, ya que si el pater familia moría y no tenía hijos, dicho culto se extinguía al extinguirse la familia. Cabe destacar, que para un romano era deshonor no dejar descendencia. Sin perjuicio de lo anterior, en Roma, la adopción servía para muchos fines. Entre otros, los más importantes eran: 1)Continuar el culto doméstico; 2)Hacer entrar en la familia agnaticia individuos de la cognaticia que estaban fuera de ella, 3)Asegurarse un sucesor; etc. En síntesis, la adopción presenta en Roma un importante lugar debido a los intereses políticos y religiosos. En efecto, como la familia civil sólo se desarrolla por vía de varones, podía darse que una familia pudiera extinguirse y para evitarlo se recurría a la adopción, permitiendo al pater perpetuar su nombre, su familia y su culto privado y evitar que la herencia quedara en manos de extraños. CONCEPTO: Es el acto jurídico mediante el cual un extraño ingresa a una familia sometiéndose a la potestad del pater de ésta y uniéndose a él por el vinculo de parentesco agnaticio. Otros la conceptualizan como el acto solemne y personalísimo por el cual un varón sui juris recibe bajo su patria potestad como hijo de familia o nieto a quien antes no estaba sometido a su potestad, estableciendo entre ellos artificialmente las mismas relaciones civiles que surgirían de procreación dentro de iusta nuptia. CLASES DE ADOPCION: ADOPCION PROPIAMENTE TAL Y ARROGACION: La adopción en un sentido lato comprendía la arrogación y la adopción propiamente tal, y a grandes rasgos la diferencia estriba en que arrogaban los sui juris y se adoptaban los alieni juris, pero en ambos casos, el adoptado entre a formar parte de la familia agnaticia del adoptante, perdiendo todo vínculo con su familia originaria, adquiriendo todos los derechos y deberes que un hijo de familia tenía. En este sentido, se dice que no sólo la naturaleza hace hijos, sino también las adopciones. - 107 - CAPACIDAD E INCAPACIDAD PARA ADOPTAR: CAPACIDAD: En cuanto a la capacidad para la adopción el principio de que se partía era que la adopción servía para producir la patria potestad e imitaba a la naturaleza y es así como podían adoptar los ciudadanos romanos sui juris, púberes, sin hijos naturales, ni adoptivos y en una primera etapa sólo podían adoptar los varones, pero ya con Diocleciano, las mujeres pueden adoptar, siempre que se le hayan muerto todos sus hijos. Bonfante señala que Diocleciano la habría permitido para ayudarlas a consolarse por los hijos perdidos. En todo caso es necesario destacar que la adopción por parte de una mujer no daba lugar a la patria potestad ni a la agnación, sino sólo derechos alimenticios y sucesorios. INCAPACIDAD: Eran incapaces de adoptar, los peregrinos, los alieni juris, los castrados (no los impotentes cuya incapacidad era desconocida a los ojos del derecho), los que tuvieran descendientes legítimos varones, los tutores y curadores mientras no rindieran cuentas y aquellos cuya fortuna fuere inferior a la del adoptado, salvo casos excepcionales. No podía adoptar nuevamente quien después de haber adoptado a una persona luego la había emancipado. REQUISITOS PARA SER ADOPTADOS: En una primera época habría que distinguir entre arrogados y adoptados. En efecto, tratándose de una arrogación, los adoptados tenían que ser ciudadanos romanos, varones y púberes, aunque con Justiniano, al no exigirse la intervención de los comicios, en que no podían participar las mujeres y los impúberes se aceptó la arrogación de impúberes y de mujeres. Cabe destacar, que no podían adoptarse los hijos propios que eran susceptibles de ser legitimados. Diferencia de edad: Es del caso destacar que esta exigencia no estaba consagrada en el antiguo derecho, pero se entiende que no habría sido vista con agrado la adopción en caso de que el adoptante fuese más joven que el adoptado y es durante el Imperio que la jurisprudencia tiende a establecer que el adoptante tenga más años que el adoptado y sólo Justiniano habría exigido que el adoptante fuere más viejo sancionando que el adoptante había de tener 18 años más que el adoptado como hijo y 36 años más en caso de adoptarse como nieto o sobrino Cabe destacar que no se podía adoptar ni a plazo o condición. PRECISIONES SOBRE LAS DISTINTAS CLASES DE ADOPCION: Según se destacó anteriormente, es posible distinguir dos clases de adopción, la adopción propiamente tal y la arrogación. 1º.-ADOPCION PROPIAMENTE TAL O DATTIO IN ADOPTIONE 2º.-ARROGACION. - 108 - 1º.-ADOPCION PROPIAMENTE TAL O DATIO IN ADOPTIONE: Es la adopción de un alieni iuri, esto es, de una persona sometida a la potestad de otra. Podían ser adoptados tanto hombres como mujeres. Era un acto jurídico de derecho privado, de ella no resultaba la desaparición de una familia, ni de un culto familiar por ser el adoptado era alieni juris. El adoptado pasaba a formar parte de la familia agnaticia del adoptante como hijo y adquiría la calidad de heredero. Forma como se efectúa la adopción propiamente tal: En el derecho antiguo se recurría a una forma bastante compleja y sobre la base de normas contenidas en la Ley de las XII Tablas. En concreto el antiguo pater debía desprenderse de su patria potestad con las solemnidades debidas y que se traducía en tres mancipaciones y una vez realizadas éstas, la patria potestad era transmitida al nuevo paterfamilias mediante la in iure cessio, consistente en un proceso fingido, en el cual el nuevo paterfamilias, presentándose ante el Magistrado (in iure) simulaba reivindicar del antiguo su derecho de patria potestad. En el derecho justinianeo la forma es más sencilla, bastando que el adoptante se presente junto con el antiguo paterfamilias y con el filiusfamilias ante el Magistrado de su domicilio, quien toma nota de la declaración concorde de las tres partes. 2º.-ARROGATIO: Era la adopción de personas sui juris. Se le señala como la forma más antigua de adopción y en ella se advertirían los rasgos de un régimen de vida de intimida comunidad, propia de una época profundamente arcaica. Era un acto jurídico político y religioso, pues determinaba la extinción de una familia y de su culto domestico, mediante el cual un pater (varón sui iuris) pasaba al poder deotro y tomaba el culto doméstico de éste. En sus inicios sólo es admisible respecto de varones siempre que fueran plenamente capaces (aunque sólo es aceptado por algunos), puesto que los incapaces y las mujeres, no podían participar en los comicios, sin perjuicio de que además la adopción de una mujer no tenía objeto puesto que no servía para perpetuar la familia agnaticia, pero ya en la época post clásica, al realizarse mediante rescripto imperial ella, se hace extensiva a las mujeres y a los interdictos. Forma como se efectúa la arrogación: En conformidad al derecho antiguo debía hacerse en Roma, ante los comicios curiados, presididos por el Pontífice, quien, una vez con conocimiento de la pretensión, interrogaba acerca de su consentimiento al adoptante, al adoptado, y por último, al pueblo representado por las curias, pueblo representado formalmente ya a finales de la República por 30 lictores. Como ya se dijo ante las curias no era posible la arrogación de mujeres y de impúberes. En la época imperial, Antonino Pío permitió, bajo ciertas cautelas, la arrogación de los impúberes. Finalmente, ya en la época helénica-romana, bajo una forma nueva, un rescripto imperial, se permitió realizar el acto en las provincias y arrogar también a las mujeres. - 109 - EFECTOS DE LA ADOPCION: La arrogación y la adopción producían efectos comunes a ambas y efectos propios a cada una de ellas. EFECTOS COMUNES: ambas producían una capitis deminutio mínima, entrando el arrogado o adoptado en la familia del arrogante o adoptante, adquiriendo la situación de hijo unido por vinculo agnaticio y adquiriendo derechos sucesorios respecto del adoptante o arrogante. Cabe destacar, que en ambos casos se conserva el vinculo cognaticio. EFECTOS PROPIOS A UNA Y OTRA FORMA: A)EFECTOS PROPIOS DE UNA ADOPCION PROPIAMENTE TAL: Por el hecho de incorporarse a una nueva familia agnaticia el adoptado se separaba de su familia, perdiendo todos sus derechos y adquiría la posición y derechos iguales a los demás miembros de su nueva familia, de forma tal que si el adoptante emancipaba al adoptado, éste perdía todo derecho a la herencia de aquél y como por la adopción había perdido sus derechos en la sucesión de su padre natural, quedaba desamparado, lo cual llevó al pretor a disponer que en ese caso se entendía como no hecha la adopción, lo cual no solucionó todos los problemas. Justiniano distinguió la adopción plena de la menos plena (minus plena), según si el adoptado era un descendiente del adoptante o no, produciendo sólo la primera el efecto de privar al adoptado de los derechos hereditarios respecto de su padre natural y de someterlo a la patria potestad del adoptante, vale decir, solamente en caso que se diese en adopción al hijo a un ascendiente (abuelo) era cuando aún se producían todos los efectos a que daba anteriormente lugar la datio in adoptionem. Se dice que un precedente de esta desnaturalización de la adopción lo fue un rescripto de Diocleciano que permitió a las mujeres el adoptar, con autorización imperial, a pesar de su incapacidad para la patria potestad B)EFECTOS PROPIOS DE LA ARROGACIÓN: se destaca que el arrogado se convertía en alieni juris, sufriendo una capitis deminutio mínima, y pasaba con todo su patrimonio y las personas sometidas a él a poder del arrogante, adquiriendo el culto de la familia del arrogante. Cabe destacar, en lo referente a los bienes, que en una primera eran adquiridos a título universal por el arrogante, Justiniano estableció que ellos los bienes del arrogado pasan sólo en usufructo para el arrogante, correspondiéndole la administración, y no en dominio. De esta forma, el tratamiento que se da al patrimonio del arrogado es similar al de un peculio adventicio. - 110 - CAUSALES DE TERMINO DE LA PATRIA POTESTAD Para efectos didácticos se suele distinguir: 1.-Causales fortuita, y 2.-Causales voluntarias. 1.-ACONTECIMIENTOS FORTUITOS O CASUIS: a)Por la muerte del pater familias: a la muerte del pater sus hijos pasan a ser sui iuris y en el caso de los varones tienen la potencialidad necesaria para ser jefes de su propia familia. En este sentido, el profesor D'Ors precisa que el sometido directamente al pater que ha muerto se hace sui iuris, pero el sometido indirectamente (nieto, nieta o nuera) queda bajo el poder de la persona intermedia que sobrevive al difunto b)Por la caida en esclavitud del pater. Claro que si la caída en esclavitud fue por prisión de guerra, existe una expectativa de recuperarla en virtud del ius post liminium. (recordar la fictio legis corneliae y el just post liminii: se señala que en caso de cautividad del pater familias, la patria potestad queda en suspenso, en cuanto que, si regresaba el prisionero, la vuelve a adquirir ipso iure en virtud del post liminuim.). c)Por la caída en esclavitud del hijo. d)Por perder el pater la ciudadanía romana. e)Por la perdida de ciudadanía del hijo. f)Por la capitis diminutio mínima del pater (ej: arrogatio) g)Diversas causales. Así, por ej. cuando el hijo asumía ciertos cargos o dignidades, ejemplo inauguratio como flamen Dialis o bien en caso de una hija, cuando asume los votos vestales. En el bajo imperio, altos cargos políticos o religiosos determinaban la liberación del la patria potestad. Es del caso destacar que a diferencia de lo que ocurre en los ordenamiento modernos, la patria potestad no se extingue por el hecho de alcanzar el hijo una determinada edad. Esta dura toda la vida del pater, cualquiera sea la edad de los hijos. 2.-CAUSALES VOLUNTARIAS. a)la entrega de un hijo en adopción, o en caso de una conventium in manus tratándose de una hija o nieta. Estrictamente hablando en estos dos casos no se adquiere la condición de sui iuris pues el adoptado como la hija que se casa cum manus sólo cambia de pater familia. En el caso, de una arrogatio, ésta hace cambiar de pater a todos los sometidos al arrogado, como nieto o bisnietos del arrogante, los cuales quedan de nuevo bajo la potestad del arrogado al morir el arrogante o sufrir éste capitis deminutio máxima o media. b)por EMANCIPACION: Estrictamente hablando, la emancipación es el efecto que producen algunos hechos o actos, pudiendo definirse como el fin de la la patria potesdad por la ocurrencia de un hecho o en virtud de un acto, pero no es el sentido que vamos a considerar. Para efectos de este curso, la emancipación es un acto una declaración de la voluntad del pater, en virtud del cual éste desliga a una persona sometida a su patria potestad sin someterla a otra. También se define como un acto solemne por el que el pater libera a una persona sometida a su patria potestad de ésta para hacerle sui iuris, adquiriendo de esta forma capacidad para disponer de su propio patrimonio. ORIGEN: Se dice que la emancipación fue introducida para independizar a los hijos cuando excedían de cierto número, de forma tal de evitar la división antieconómica de los predios rústicos, solía retener el pater familias solamente a un hijo bajo su potestad, el cual había de ser el único heredero. Algunos autores señalan que originariamente podría haber tenido un carácter penal, para excluir de la familia y de los cultos familiares a un hijo declarado indigno o culpable, pero en el derecho clásico es un acto a favor del hijo, al concederle plena capacidad para disponer de su propio patrimonio - 111 - REQUISITOS PARA QUE OPERE LA EMANCIPACIÓN: 1.-Voluntad del pater: En general, la emancipatio es un acto que depende del solo designio del pater, pero en ciertos casos el pater podía ser obligado a emanciparlo, como por ejemplo cuando lo maltrataba o había procurado corromperlo o si lo había abandonado o bien cuando aceptaba una herencia, que se le dejaba con la condición deemanciparlo, o bien cuando tratándose de un hijo adoptado siendo impúber, él cual alcanzada la pubertad podía solicitar ser emancipado. 2.-Observancia de ciertas formalidades, pues el pater no podía por su propia voluntad romper el vinculo agnaticio o civil. Las formalidades, variaron con el tiempo, distinguiéndose según las épocas, tres clases de emancipación en base a las formalidades exigidas: a)Emancipación antigua, b)Emancipación Anastasiana (Emperador Anastasio) y c)Emancipación Justinianea. CLASES O FORMAS DE EMANCIPACION: a)EMANCIPACION ANTIGUA o clásica: El pater enajena al hijo a una persona de su confianza (pater fiduciarius), valiéndose de tres mancipatios fiduciarias, para que luego de la última el adquirente lo liberara, quedando el hijo en calidad de sui juris. Algunos autores precisan que el adquirente más que liberar al hijo lo remancipaba al pater, perdiendo éste, como consecuencia de la Ley de las XII Tablas, la patria potestad, quedando el hijo in mancipium, estado del cual el pater lo liberaba o manumitía, para quedar así él como patrono de su propio hijo. Descansa esta forma de emancipación en el precepto de la Ley de las XII Tablas que decretaba la pérdida de la patria potestad respecto del pater familias que vendiese tres veces a un hijo. En base a ello, si el pater quería emancipar a un hijo, puesto de acuerdo con un conocido, se lo vendía por mancipatio fiduciaria (bajo condición de que el supuesto adquirente, pater fiduciarius, daría la libertad al hijo o lo remanciparía al pater.). El amigo que había adquirido sobre dicho hijo el mancipium lo liberaba de este poder, con lo que el hijo recaía automáticamente en la patria potestad de su pater. Esto se repetía por tres veces, y a la tercera el hijo, libre del mancipium no recaía ya, como consecuencia del precepto de la ley decenviral, en la patria potestad, y quedaba emancipado. Bonfante señala que en el ius civile primitivo no existía modo alguno de emancipar a un filiusfamilia, pero que los jurisconsultos habrían creado esta institución en base a la norma referida, disposición que tenía una finalidad distinta: castigar al paterfamilias ante abuso de sus derechos: si por tres veces hubiese vendido a su filiusfamilia, esto es, si hubiera vuelto a venderlo por segunda y tercera vez, despues de que el comprador lo hubiera manumitido (lo que hacía que el hijo volviera a la antigua familia y recayese bajo potestad del pater) el filiusfamilia debía quedar libre de potestad. Cabe destacar que, según las explicaciones de Gayo y Ulpiano, tratándose de hijas y nietos, bastaba una enajenación, pues la Ley de las XII Tablas se refería únicamente al hijo varón. b)EMANCIPACION ANASTASIANA: Anastasio, en el año 502 de nuestra era, trató de simplificar el procedimiento, estableciendo que el padre debía dirigirse al emperador mediante una suplica solicitándole emancipara al hijo y el emperador, si aceptaba, dictaba un rescripto imperial declarando al hijo emancipado. Algunos creen que no era el emperador el que resolvía, sino que un órgano administrativo intermedio. - 112 - c)EMANCIPACION JUSTINIANEA: La emancipación se efectuaba ante un magistrado. El pater acompañado de su hijo que iba a ser emancipado, concurría ante el magistrado y le solicitaba la emancipación del hijo, de lo cual tomaba nota el magistrado. Cabe tener presente, que tanto en los tiempos de Anastasio y de Justiniano el parentesco agnaticio ya había perdido su importancia y lo que se privilegiaba era el parentesco cognaticio. EFECTOS DE LA EMANCIPACION: 1.-El hijo alienii juris se convierte en sui juris. 2.-En el antiguo derecho, el emancipado dejaba de ser pariente agnado de su padre, pero ya avanzado el derecho clásico se estableció que el hijo conservaba el parentesco agnaticio con su padre con todos los derechos sucesorios y demás que conlleva la agnación. En todo caso, ya en la época de Justiniano esto perdió importancia pues lo que se consideraba para los efectos sucesorios y los derechos de los hijos era el parentesco cognaticio. 3.-En el caso de la emancipación clásica, el pater queda en condición de patrono y por tanto con derechos en la sucesión de su hijo en caso de no hacer éste testamento y además tiene derecho a ser su tutor legítimo, si es impúber, o en todo caso, cuando se trata de una mujer. 4.-Al pasar a ser sui juris el hijo, éste adquiere plena capacidad de goce, lo que le permite hacerse de su propio patrimonio, que va a poder manejar en la forma que estime conveniente. 5.-En lo referente a los peculios: a)el hijo conserva el peculio profecticio, siempre que su pater no se lo hubiese privado expresamente, pero no lo conserva en propiedad sino que en posesión, lo cual le va a permitir adquirir los bienes que lo integran por usucapión. b)en lo que respecta al peculio adventicio, a la época de Justiniano, el padre conserva el usufructo del cincuenta por ciento de los bienes que lo integran. c)la situación de los peculios castrense y cuasi castrense, que eran de exclusiva propiedad del hijo, no varía. LA MANUS. CONCEPTO DE MANUS: Se entiende como una de las manifestaciones del señorío del pater familias sobre los miembros de su familia, en cuya virtud la mujer entre a formar parte de la familia agnaticia de su marido (vir), como si fuera hija de familia, quedando en consecuencia bajo la absoluta dependencia del pater familia (del marido o, si éste es alienii juris, del jefe de la familia de éste), dejando de pertenecer a su familia agnaticia originaria. Dentro de la estructura jurídica del matrimonio romano, la manus tiene una importancia fundamental. En efecto, para los romanos la mano (manus) es el miembro que puede manifestar exteriormente el poder, de allí que la manus constituye, de manera significativa, el poder del marido sobre la mujer, sin perjuicio que con el correr de los tiempos se restringió el poder que ésta concedía al marido. La mujer in manu quedaba como hija de su marido (filiae loco) y hermana agnada de sus hijos. Si el marido era alieni iuris, entraba ella bajo la potestad de su suegro, como nieta (nepti loco), o como bisnieta cuando el marido era el nieto de aquel pater familias. En estos casos, al decir de D'Ors, la manus, quedaba como absorvida en la patria potestad bajo la que el marido se hallaba, de allí que se afirme que la entrada bajo la manus produce efectos análogos a los de la adopción, o, cuando la mujer es sui iuris, a los de la arrogación. Esta manifestación del poder de un paterfamilias desaparece tempranamente mucho antes de Justiniano. - 113 - II.-EL MATRIMONIO: El matrimonio está íntimamente relacionado con la conformación de la familia romana. En efecto, se trata de una relación personal que determina en ciertos casos la potestad del pater sobre su mujer y sus hijos. Se trata de un asunto referido al orden privado, por lo cual ninguna autoridad estatal intervenía en su celebración ni hacía falta solemnidad alguna. CONCEPTO: Ulpiano nos dice que es la unión del varón y de la hembra que implica plena comunidad de vida. (ets viri et mulieris conjunctio, individuam vitae consuetudinem continens) Por su parte, Modestino, nos señala que es la unión del varón y de la hembra que conlleva tanto compañía para toda la vida como comunicación del derecho divino y humano. Justiniano en las Institutas señala que las nupcias son la unión entre el hombre y la mujer con la intención de continuar la vida en común. También se conceptualiza como la cohabitación de personas de distinto sexo, con la intención de ser marido y mujer y constituir entre ellos una comunidad absoluta de vida. Estrictamente hablando, estas definiciones pueden ser exactas para definir el matrimonio romano de los tiempos arcaicos o para expresar un ideal dela institución, pero no dan una idea plena del matrimonio romano, por lo menos de la institución de la época clásica y subsiguientes. En efecto, desde fines de la República y durante todo el imperio, el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, esencialmente disoluble, que no conlleva casi nunca la potestad del marido sobre la mujer, ni hay entre ellos ninguna comunicación de derechos divinos y humanos, pero si conlleva una comunidad plena y una cierta fusión de dos personas, tomando la mujer el rango y los títulos del marido. IUSTA NUPTIAE: el adjetivo justus dice relación a la conformidad de una institución con el ius. Así, iustae nuptiae es el matrimonio que está de acuerdo con las normas del derecho romano. El matrimonio romano es una institución del ius civile y como tal, propia de los ciudadanos romanos. La iusta nuptia era únicamente posible entre ciudadanos romanos y aquellos que gozaran del ius connubi y los hijos concebidos en tal matrimonio están sometidos a la patria potestas del pater familias. NATURALEZA JURIDICA DEL MATRIMONIO: Este es un tema que ha sido objeto de discusión. Así, durante mucho tiempo se sostuvo que el matrimonio fue considerado por los romanos como un contrato, esto es, que surgía en virtud de un consentimiento con carácter contractualista, por considerársele cual acto inicial de voluntad del que se originaba un vínculo jurídico. En este sentido se llegó a sostener, que los contratos pueden ser obligatorios y no obligatorios y que el matrimonio es de estos últimos. A finales del siglo XIX surgieron criterios disidentes y así se ha terminado aceptando que el matrimonio es una simple situación de hecho que subsiste mientras se mantenga el consentimiento. Así, se ha dicho que el matrimonio romano es un hecho social que se justifica y fundamenta en la existencia y permanencia de la affectio maritalis, la cual no es, como hoy día, un consentimiento inicial, sino duradero, de modo que cuando cesa, desaparece igualmente el propio matrimonio. - 114 - Para los partidarios de esta posición, el matrimonio es una mera situación de convivencia de dos personas de distinto sexo, cuyo inicio no está marcado por exigencias de formalidad alguna de orden jurídico, manteniéndose por la affectio maritalis o intención continua de vivir como marido y mujer, siendo, por tanto, un hecho social en el cual la ley tenía poco que ver. Sin perjuicio de ello, hoy en día algunos insisten en considerar al matrimonio romano como un contrato o mejor dicho que nace de un contrato y que éste sólo exige que los contratantes sean capaces de consentir y que se consentimiento sea serio y no simulado, agregando que como contrato no admite condiciones ni términos (plazos). Otro sector de la doctrina, identifica el consentimiento existente en el matrimonio con él que se da en los contratos de sociedad, señalando que el consentimiento de los contrayentes es el único elemento esencial en orden a la existencia del matrimonio, el cual viene a parecerse a un contrato de sociedad surgiendo y persistiendo por la mera voluntad de los cónyuges. REQUISITOS DEL MATRIMONIO: Como relación de hecho no exige formalidades especiales, para su validez bastaba que al lado de la diferencia de sexo y la affectio maritali, esto es, la intención marital, concurriesen ciertos requisitos, algunos de los cuales están relacionados con el fin natural que el matrimonio persigue. 1.-PUBERTAD. 2.-JUS CONNUBII. 3.-CAPACIDAD DE LOS CONTRAYENTES O AUSENCIA DE IMPEDIMENTOS Y 4.-CONSENTIMIENTO. 1.-LA PUBERTAD: se exigía por ser esa la edad apta para procrear Esta exigencia se explica por el fin mismo del matrimonio que consiste en la perpetuación de la especie. En concreto se exige que tanto el varón como la mujer sean en razón de su edad sexualmente capaces. Al respecto no debemos olvidar la diferencia de criterio entre proculeyanos y sabinianos en cuanto a la forma de establecer si un varón había alcanzado la pubertad. 2.-IUS CONNUBII: Es la capacidad o aptitud jurídica para contraer justa nuptia o legítimo matrimonio romano. En los inicios sólo era propia de los ciudadanos romanos y de los latinos veteres, luego se fue concediendo a peregrinos, generalmente como concesión especial o privilegio, sin perjuicio de que incluso se concedió a municipios enteros. En todo caso, en virtud de la Constitución de Antonino Caracalla, a la época de Justiniano sólo carecen de el los esclavos y los bárbaros. Es necesario destacar que para poder contraer justa nuptia, ambos contrayentes debían poseer el jus connubii. 3.-CAPACIDAD O AUSENCIA DE IMPEDIMENTOS PARA CONTRAER MATRIMONIO: Aún entre personas que detentaran el ius connubii, podían interponerse ciertos obstáculos o prohibiciones que no autorizaban el matrimonio entre ellas y que siguiendo una nomenclatura no romana sino más bien canónica se denominan impedimentos matrimoniales. CONCEPTO DE IMPEDIMENTOS MATRIMONIALES: son ciertas circunstancias en razón de las cuales el ordenamiento jurídico prohibe el matrimonio. - 115 - CLASES DE IMPEDIMENTOS: Para efectos didácticos se estila clasificar los impedimentos en absolutos y relativos. IMPEDIMENTOS ABSOLUTOS: aquellos que imposibilitan que alguien contraiga matrimonio con cualquiera otra persona. Vale decir, el afectado no puede contraer matrimonio con nadie. IMPEDIMENTOS RELATIVOS: aquellos que imposibilitan que alguien contraiga matrimonio con ciertas y determinadas personas. Quien está afectado por tal impedimento puede casarse salvo con ciertas personas. BREVE REFERENCIA A LOS IMPEDIMENTOS ABSOLUTOS: a)LA IMPUBERTAD: Anteriormente se destacó que el matrimonio exigía capacidad sexual, la cual se alcanza cuando se llega a la pubertad, por lo cual los impúberes están impedidos en forma absoluta de contraer nupcias. b)LA CASTRACCION: se habría establecido en una época tardía y se señala que la habrían tomado de prácticas orientales, entre otras, aquella que entregaba aquellos cargos importantes de la administración del Estado y de la casa del Emperador a eunucos. El matrimonio exigía estar dotado de los órganos esenciales para la reproducción, sin llegar a exigir fertilidad o fecundidad. En razón a ello es que se consideraba capaz de copular al estéril, pero no al castrado, por carecer de los órganos necesarios para la cópula. c)VINCULO MATRIMONIAL NO DISUELTO: al respecto, sólo diremos que en Roma el matrimonio fue siempre monogámico. Del contexto de las definiciones entregadas y los efectos del matrimonio, que más adelante estudiaremos, se desprenden las bases para afirmar que los romanos no conocieron la poligamia. d)LA VIUDA ANTES DE QUE TRANSCURRIERA EL AÑO DE LUTO. Esta norma existe para impedir la incertidumbre de la paternidad (turbatio sanguinis o partus) que otro matrimonio contraído antes del plazo máximo de gestión podía originar, imponiéndole a la viuda la necesidad de dejar pasar un determinado lapso de tiempo, exigencia que se extendió a la mujer divorciada. e)LA DEMENCIA. (Discusión: intervalos lúcidos). Para contraer matrimonio se exigía que los contrayentes tengan capacidad para entender el alcance de sus actos. BREVE REFERENCIA A LOS IMPEDIMENTOS RELATIVOS: a)PARENTESCO: Hay que distinguir en base a los distintos tipos de parentesco. a.1)En lo relativo al parentesco de sangre, hay que distinguir entre línea recta y línea colateral. En efecto, en la línea recta se impedía el matrimonio en forma absoluta, vale decir, en toda la línea recta, no pudiendo contraer entre sí matrimonio los ascendientes y descendientes. Por su parte, en la línea colateral no siempre se aplicó un mismo criterio. Los grados de parentesco que constituían impedimento cambiaron con el tiempo. En efecto primitivamentellegaba hasta el sexto grado; más adelante, a comienzos del siglo II A.C. se estableció la limitación hasta el cuarto grado (primos hermanos); luego se habría relajado, limitándose al tercer grado (de esta forma se prohibía el matrimonio entre hermanos, entre tío y sobrina y entre tía y sobrino); sin perjuicio de que en los tiempos del emperador Claudio (49 D.C.) un senado consulto autorizó el matrimonio entre tío y sobrina hija de hermano (colaterales en el tercer grado) para permitir el matrimonio de Claudio con su sobrina Agripina, hija de su hermano Gérmanico. Constantino, restableció las cosas al estado anterior. - 116 - a.2)En lo referente al parentesco por afinidad, no podían celebrar justa nuptia la madrastra viuda o divorciada con su hijastro, el padrastro viudo o divorciado con su hijastra, la suegra y el yerno y el suegro y la nuera, llegándose con el cristianismo a prohibirse el matrimonio entre cuñados. a.3)También se prohibe el matrimonio entre adoptante y adoptado y entre el adoptante y la mujer de su hijo adoptivo. a.4)Por otra parte, en los tiempos del cristianismo se habría llegado a prohibir el matrimonio entre padrino y ahijado, entre los cuales existiría algo así como un parentesco espiritual. a.5)Es del caso recordar la distinción propiamente romana entre parentesco cognaticio y agnaticio, limitándonos a señalar que en la época que se privilegió o consideró el parentesco agnaticia, éste constituía un impedimento y así se señala que el matrimonio exigía que los marido y mujer provengan de familias diversas. b)LA DIVERSIDAD DE RELIGION: El derecho romano pagano no estableció prohibiciones especiales por razones de diversidad de religión o por motivos religiosos, pudiendo afirmarse que sólo estarían impedidas de matrimonio las vestales que habían formulado voto de castidad, pero en realidad sería un impedimento absoluto, pues no podrían celebrar matrimonio con ninguna persona. Con el cristianismo esto varió y conjuntamente con ir aumentando el número de personas que tenían votos de castidad, se introdujo un impedimento relativo para contraer matrimonio por razones de orden religioso impidiéndose el matrimonio entre cristianos ortodoxos con herejes y con judíos. c)POSICION SOCIAL Y EL CARGO: c.1)En cuanto a la posición social, en el primitivo derecho se impedía el matrimonio entre patricios y plebeyos, prohibición eliminada en el año 309 de Roma (445 A.C.) al dictarse la Ley Canuleia. (Ciceron criticaba la Ley de las Doce Tabla por esta razón). Por otra parte, pero también por razones sociales, se impedía el matrimonio entre libertos e ingenuos, impedimento que ya en la segunda mitad de la época republicana había caído en desuso, pero que fue expresamente derogado por las leyes Julia y Papia Popea de la época de Augusto, las que mantuvieron la prohibición respecto de los que pertenecieran a la clase senatorial y sus hijos, lo que sólo habría desaparecido en tiempos de Justiniano. Estas mismas leyes prohiben el matrimonio entre ciudadanos ingenuos con mujeres adulteras flagrantes. Se señala que las personas de dignidad senatorial y sus hijos no podían casarse con personas que ejercieran ciertas profesiones, lo que habría sido abolido por Justiniano para poder casarse con Teodora quien habría tenido un dudoso pasado. c.2)En relación al cargo, existió siempre la prohibición de contraer matrimonio entre aquellos que ejercían cargos importantes en provincia, como gobernador u otro cargo relevante ya sea en la administración civil como militar, y mujeres que pertenecieran por su origen o domicilio a la provincia en donde ejercían sus funciones. En todo caso, podían casarse cuando hubiera termina el ejercicio de su cargo. - 117 - d)LA TUTELA Y CURATELA: De acuerdo a un senado consulto de los tiempos de Marco Aurelio y Comodo (entre 175 y 180 d.C.) se prohibía el matrimonio entre tutor y pupila, antes de rendir cuenta sobre la administración de sus bienes y mientras no se extinga el plazo para intentar una restitutio in integrum por menor de edad, estableciéndose que el impedimento se extendía también al pater del tutor y sus descendientes. e)EL ADULTERIO Y EL RAPTO: por disposición de la ley Julia de Adulteris, confirmada por las leyes Julia y Papia, estaba prohibido el matrimonio entre el adultero y su cómplice. Posteriormente, se prohibió el matrimonio entre el raptor y la raptada. 4.-CONSENTIMIENTOO AFFECTIO MARITALIS: El matrimonio en Roma se perfeccionaba mediante el consentimiento, el cual en la justa nupcia debía cumplir con los siguientes requisito: 4.1.-Serio y no simulado. 4.2.-No estar afecto a error con respecto a la identidad del otro contrayente. 4.3.-Ser puro y simple, esto es, no admitía ninguna modalidad. En cuanto a los elementos constitutivos del matrimonio, nadie soslaya la importancia del consentimiento como característica propia del matrimonio romano, él cual pervivirá en tanto exista el consentimiento. El consentimiento o affectio maritalis es un elemento subjetivo y esencial, llegando a decirse que el matrimonio romano es más bien un estado de voluntad cotidiano, vale decir, exige consentimiento continuo y duradero y que por estar exento de formalidades permite a algunos sostener que el matrimonio romano consiste sólo en el consentimiento. La manifestación no estaba sujeta a ninguna formalidad, el solo consentimiento bastaba. Conviene reiterar que el consentimiento en el matrimonio o affectio maritalis tiene carácter permanente, esto es, se exigía para comenzar y mantener todo matrimonio, es un estado de vida cotidiano, esto es, la voluntad de continuar viviendo como marido y mujer. El consentimiento no es solamente incial, sino que debe ser duradero, continuo, de allí que se le denomine affectio que indica una voluntad con ese carácter. El matrimonio terminaba cuando cesaba la affectio maritalis o sea la mutua intención de ser marido y mujer. Esto varió con el advenimiento del cristianismo, ya que se le otorgó mayor importancia al consensus o consentimiento inicial, llegándose a postular por algunos, los católicos, el carácter indisoluble del matrimonio. EL CONSENTIMIENTO EN ATENCION AL STATUS FAMILIAE: A)SITUACION DE LOS ALIENNI IURIS: Conviene destacar que el consentimiento de los contrayentes no es suficiente cuando uno de ellos o ambos están bajo patria potestad, pues en tal caso se requiere, además, el consentimiento del pater familias. Cualquiera sea la edad del alieni iuris requiere este consentimiento o autorización, el cual, tampoco está sujeto a formalidad y hasta puede ser tácito. En este sentido, se estableció que el silencio del pater implicaba la aceptación del matrimonio. En los primeros tiempos la norma que exigía la autorización de su pater, era absoluta, pero a comienzos del Imperio, con las leyes Julia y Papia, se atenuó esta norma y se generalizaron distintas soluciones - 118 - a.-Si el hijo se había casado sin la autorización de su pater, éste podía después de contraído el matrimonio, ratificarlo o confirmarlo con lo cual se subsanaba cualquier vicio que se derivara de la falta de autorización paterna, o sea la ratificación posterior confirma el matrimonio ya contraído. b.-Si el pater no puede prestar su consentimiento por encontrarse ausente, prisionero de guerra o padecer algún impedimento que le imposibilitare otorgarlo, puede prescindirse de este requisito, estableciéndose en el derecho justinianeo que hubiesen transcurrido tres años de ausencia, permitiéndose incluso antes si pareciere verosímil que el pater no se opondría al matrimonio. c.-Si el pater no puede prestar el consentimiento en razón de que se encuentre afecto por alguna enfermedad mental, el consentimiento debe ser otorgado por el magistrado oyendo al curador y a los miembros