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Álvarez Álvarez, Hárold (2012). DESARROLLOS TEORICOS EN
CONTABILIDAD. En: Revista Visión Contable N° 10, Medellín: Universidad
Autónoma Latinoamericana
Introducción
El objeto de este artículo es la divulgación descriptiva de algunas propuestas de
análisis y clasificación de las experiencias vividas por los contables en el proceso
de construcción disciplinar de la Contabilidad. Como base de la descripción, se
han seleccionado diversos trabajos de connotados autores, fundamentalmente
europeos, que han realizado sus reconstrucciones históricas, a la luz de enfoques
socio-epistemológicos, en particular de los planteamientos de Popper, Kuhn y
Lakatos, que para auscultar la experiencia investigativa teórica de cualquier
disciplina constituye una herramienta invaluable.
Dos vías han estado en discusión para abordar la temática que hoy nos ocupa,
con el fin de establecer el desarrollo histórico reciente de la reflexión contable.
Aquél que predica el desarrollo del conocimiento por evolución progresiva o el
contrapuesto que predica el carácter discontinuo de tal proceso. Hemos escogido
textos de autores que se orientan por la segunda alternativa a través de la cual se
considera a la historia no como simple crónica de los acaecimientos que se han
ido sucediendo en el tiempo, sino como análisis científico del hecho histórico.
Kuhn cuando en su introducción de La Estructura de las Revoluciones Científicas
(1969), se refiere al papel de la historia y del historiador en el estudio de la ciencia
dice: “Tradicionalmente al historiador se le ha encargado determinar por qué
hombre y en qué momento fue inventado o descubierto un hecho, ley o teoría; y
describir y explicar el conjunto de errores, mitos y supersticiones que impidieron
una acumulación más rápida de los componentes del caudal científico moderno.
Sin embargo, durante los últimos años, unos cuantos historiadores de la ciencia
han descubierto que les es cada vez más difícil desempeñar las funciones que el
concepto del desarrollo por acumulación les asigna”.
La ciencia vista como proceso histórico discontinuo nos permite observar teorías y
creencias que en el momento se han considerado como científicas pero que con el
tiempo resultan incompatibles con las que posteriormente adquieren consistencia
y son objeto de consideración. No es que aquellas pierdan el carácter de
científicas, pero el hecho de haber sido descartadas hace difícil poder considerar
el proceso de desarrollo científico con carácter acumulativo.
Además del carácter discontinuo del proceso científico es necesario anotar que
dicha tarea no corresponde a la actividad aislada, solitaria o esotérica de un
iluminado. La ciencia es una actividad comunitaria sometida a la influencia del
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entorno en el que se desarrolla y al que pretende servir una vez ha coronado su
objetivo, el trabajo científico.
Esta nueva forma de ver el quehacer de la ciencia, con elementos sociológicos de
por medio, en donde no es extraño identificar intereses, valores, pasiones etc.,
como en cualquier empresa humana, se origina en los trabajos de Popper, Kuhn,
Lakatos, Bunge, Hanson y otros. Este enfoque nos permite analizar la tarea de la
ciencia con una óptica más realista, que además diversos puntos de vista y en
todo caso constituye una ganancia para comprender el surgimiento, la prevalencia,
la coexistencia, la rivalidad y la declinación de teorías, tanto como el resultado del
trabajo de las comunidades, que se agrupan a su alrededor y conviven con ellas.
La concepción lakatosiana de Programas de Investigación, como una conjunción
enriquecida de los planteamientos popperianos y kuhnianos nos servirá como hilo
conductor de esta reflexión sobre el proceso de construcción disciplinar contable,
que de antemano, advertimos, está plegado de intereses regulativos, normativos,
que en muchas ocasiones han producido formulaciones enmarcadas dentro el
concepto denominado “teorías del falso conocimiento” o conocimiento interesado.
Éste está conformado por postulaciones tautológicas que se autovalidan sin
necesidad de referencia empírica, con lo que las construcciones teóricas
derivadas no son otra causa que convencionalismos y/o especulaciones sobre la
realidad. Dentro de este debate han surgido posiciones, desde las positivistas a
ultranza, hasta las defensoras extremas del normativismo absoluto, circunstancia s
que han originado tendencias investigativas disímiles que han permeado con sus
teorías los entramados regulativos contables de países y grupos de naciones en
los últimos treinta años.
En primer término nos referiremos a varios trabajos de los profesores Vicente
Montesinos, Leandro Cañibano, Jorge Tua, Richard Mattessich y Cañibano y
Gonzalo en la óptica de identificar el quehacer reflexivo contable a la luz de la
metodología de “programas y subprogramas de investigación”, o a partir de
enfoques similares.
También nos referiremos a diversos avances teóricos entre los que tocaremos el
tema relativo a la formalización del pensamiento contable como uno de los
elementos básicos de la disciplina en el proceso de construcción de su discurso
científico, haciendo mención de la insoslayable producción del profesor Richard
Mattessich, así como de algunos de los aportes de los profesores Watts y
Zimmerman, Coase, Simon, Jensen y Meckling, Cañibano y Moisés García. Estos
aportes se detallarán aprovechando las referencias que a los mismos se hacen en
el trabajo de los profesores Cañibano y Gonzalo (1995).
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Finalmente, en la conclusión, expresaremos nuestros propios puntos de vista
críticos del proceso de desarrollo disciplinar y propondremos algunos
planteamientos que consideramos necesarios para el avance de desarrollo
disciplinar.
Programas y subprogramas de investigación
Las décadas de los sesenta y los setenta se manifiestan como los tiempos que
propiciaron cambios cualitativos de la forma de ver el conocimiento contable y, por
múltiples circunstancias, algunas de las cuales mencionaremos más adelante, los
teóricos de la Contabilidad se acercaron a disciplinas humanísticas y filosóficas
para comprender mejor los procesos de avances, retrocesos y estancamiento de
la producción teórica básica y de sus derivaciones, tanto en el nivel nacional como
internacional.
De este cambio gestáltico en el análisis de la historia contable surgen los trabajos
de los profesores Cañibano, Tua, Montesinos y de otros no menos importantes,
influenciados por la propuesta lakatosiana de programas de investigación que en
propias palabras del profesor Montesinos (1978), significó:
“La metodología de los programas de investigación se sitúa en el ámbito del
desarrollo del conocimiento científico, y supone un planteamiento diacrónico o
dialéctico frente a las metodologías sincrónicas, estructurales o intemporales,
propias del que se ha venido a denominar el contexto de justificación. La
metodología de los programas de investigación se preocupan de las génesis de
las teorías y por la lógica de su evolución y desarrollo, guiada por una “heurística
positiva”, en cuyo establecimiento juegan un importante papel los estudios de
historiografía, tanto interna como externa a la ciencia de la Contabilidad”… “La
metodología de Lakattos pone en marcha igualmente una heurística negativa,
basada en el “modus tollens”, que sin embargo no se aplica a las hipótesis
constitutivas del “núcleo firme” del Programa de investigación, aunque sí a las
hipótesis auxiliares en el denominado “cinturón protector”… “La metodología
comentada permite agrupar las teorías en torno a diversos paradigmas aceptados
convencionalmente (influencia kuhniana) formados por un conjunto de hipótesis
fundamentales. De este modo conseguimos evitar los desenfoques conceptuales
que pudieran derivarse de una consideración desordenada y arbitraria de las
diversas teorías”.
Una teoría lleva la impronta del Programa al que pertenece y su cuestionamientoestá condicionado a la solidez de dicho Programa, el cual es abandonado cuando
su productividad desaparece en el proceso de confrontación problemática y si ha
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surgido un nuevo Programa alternativo que dé cuenta de los problemas
solucionados y no solucionados por aquél.
Cuando un programa no predice anomalías o no se resuelve los nuevos
problemas identificados se dice que ha entrado en crisis, es decir, en un estadio
degenerativo. “Esta degeneración en el caso de las teorías positivas, puede
interpretarse como pérdida de potencialidad para predecir hechos nuevos y, en el
caso de las teorías normativas, como incapacidad para prescribir normas que
resulten en una superior eficiencia de las acciones.”
Bajo esta óptica los profesores antes mencionados han identificado a lo largo de la
historia de la Contabilidad y, especialmente, en los lapsos catalogados como
“periodos científicos”, diversas concepciones que ha identificado como programas
o subprogramas de investigación sucesivos o alternativos, ya que en algunos
casos han sucedido y en otros han coexistido en diversos contextos espacio-
temporales.
Para el profesor Montesinos (1978), cabe resaltar los periodos siguientes:
Empírico, que comprende desde la Antiguiedad hasta la alta Edad Media,
aproximadamente el inicio del siglo XIII. Este largo periodo se caracteriza
por la inexistencia de sistemas contables complejos, aunque si se muestra
a lo largo del mismo una permanente preocupación social por el
mantenimiento de sistemas contables en coordinación con el desarrollo de
las actividades económicas. Se encuentran ejemplos de anotaciones que
datan desde la más remota antigüedad, especialmente de los sumerios,
egipcios, griegos y romanos. A raíz de la invasión de los bárbaros se
origina un periodo de regresión en la actividad económica en el Occidente
cristiano, lapso del que prácticamente no queda vestigio de ninguna cuenta.
Entretanto, en el Imperio Romano de Oriente, en el Egipto ptolemaico,
romano y bizantino, se observa una progresiva evolución hacia la estructura
medieval, conservándose cuentas hasta épocas próximas a la invasión
islámica. A partir del siglo XI, con las Cruzadas, surge la actividad
económica en Europa Occidental y con ello reaparecen los registros
contables de tales actividades. Ésta es la etapa final del periodo empírico,
dentro de la Alta Edad Media, en que se vive una época de progreso
mercantil paulatinamente floreciente y en que se pasará, en un término
relativamente reducido de tiempo, de los registros más primitivos, como los
memoriales, pasando por la Partida Simple, hasta arribar a los inicios de la
Partida Doble.
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Génesis y aparición de la Partida Doble, periodo comprendido entre el
siglo XIII y finales del siglo XV. Este periodo comienza con la aparición del
“Liber Abaci” de Leonardo Fibonacci de Pisa, que contempla temas de
teneduría de libros y de matemáticas financieras desarrollados en números
arábigos. Es en esta época cuando se asiste a la transformación de la
Partida Simple en la Partida Doble, gracias al auge comercial y a la
aparición del capitalismo, cuyo espíritu está movido por una nueva idea
dominante: el tránsito del concepto de riqueza al de capital productivo, es
decir, un capital que en el proceso de mantenerse origina un capital
adicional, produciendo así mismo una racionalidad en las actividades
ordinarias de la sociedad que, a su vez, el nuevo sistema de registro
contribuye a consolidar. La expansión del comercio, el desarrollo de las
operaciones a crédito, el nacimiento de las sociedades comerciales y la
representación comercial bajo la forma de contratos de comisión o de
mandato, figura entre los factores que contribuyeron al desarrollo de la
contabilidad en esta época. Aparecen en este periodo otras
preocupaciones que para su desarrollo definitivo e integrado habrá que
esperar al siglo XX, pero cuyos primeros planteamientos surgen en esta
época; se trata de la contabilidad de costos, que de sus elementales
desarrollos existen vestigios en la contabilidad de Francesco Dantini, de
Prato, Italia, de 1390; así mismo, en los registros de la casa de los Médicis,
del siglo XV, se utilizan técnicas de cálculo de costos.
Desarrollo del Contismo. Expansión y perfeccionamiento de la Partida
Doble, cuyos desarrollos comprenden los siglos XVI hasta mediados del
siglo XIX. Aunque es de aceptación común que durante este periodo los
avances metodológicos no fueron de gran importancia, si son significativos
los avances en la aplicación de la nueva orientación a través de las
fronteras geográficas, así como los desarrollos de los principios de
periodificación y de valoración de inventarios.
Es de destacar la presencia, en Italia, al inicio de este periodo, del
reconocido autor Angelo Pietra, quien complementa la obra de Paciolo al
introducir nuevos conceptos contables tales como la contabilidad
presupuestal, la distinción entre Empresas y Propietario y el
perfeccionamiento del balance de comprobación. Un siglo después
aparece la obra del autor Ludovico Flori que aporta, en desarrollo de los
planteamientos de Pietra, la idea de la existencia de tres estados contables,
el de Resultados, el de Balance y el de Capital. Merece especial
consideración la obra de Menher, en los Países Bajos, en el siglo XVI, en la
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que se pronuncia por una contabilización de los inventarios al valor de
realización o corriente, y al valor de costo o de adquisición para los bienes
de capital.
El profesor Montesinos anota con respecto al desarrollo de la contabilidad
en la Francia de esta época: “la escuela francesa de los siglos XVII y XVIII
va elaborando progresivamente una teoría de la contabilidad entendida
como ciencia de las cuentas, apartándose progresivamente de las
preocupaciones patrimoniales que siempre habían caracterizado a las
actividades contables, desde muchos siglos antes de la conformación del
método de Partida Doble.” Una de las fallas que se anotan a estos
planteamientos es el confundir uno de los instrumentos contables, la
cuenta, con la disciplina contable en general, con lo que se la reduce a, tan
sólo, la descripción del funcionamiento de un sistema de cuentas. Debe
destacarse la importante posición que ganó la cuenta de inventarios en la
teneduría de libros, y su papel en la determinación de la renta, como
consecuencia del desarrollo del método de Partida Doble. Así mismo, en
esta época, se establecen los períodos contables fijos, en un principio de
dos años, aunque no es clara la periodificación de los factores de
producción, ni tampoco la contabilización de la depreciación. Se inicia la
aplicación del criterio de prudencia, materializado en la contabilización del
valor más bajo, ello influenciado por las quiebras fraudulentas ocurridas en
esos tiempos en Francia. Debe mencionarse la obra de Mathieu de la Porte,
de 1772, “La ciencia de los negocios y la teneduría de libros “, en la que se
plantean cuestiones prácticas de contabilidad en aplicación de los
planteamientos de Paciolo, Pietra y Flori y que, además, aportan una
distinción importante entre la personalidad moral de la empresa y la del
propio propietario, fijando así la base de la denominada “Teoría de la
Empresa”. Finalmente merece especial mención el autor Edmond
Degranges de Rancy quien con su propuesta de dividir las cuentas
generales, en cinco (Caja, Mercancía, Efectos a recibir, Efectos a pagar y
Pérdidas y ganancias), origina la famosa escuela Cincocuentista; aunque la
obra de Degranges tuvo gran influencia, no pasa de ser una buena
vulgarización de los conceptos contables de los anteriores tratadistas ya
mencionados.
Científico, comprendido entre 1840 y nuestros días. En tal sentido
seguimos, en apretado resumen, al profesor Vicente Montesinos, quien
advierte posibles deformaciones de la realidad cuando se trata de clasificar
en ciertas corrientes doctrinales,la obra de algún autor influenciado por
más de una corriente de pensamiento.
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Las corrientes doctrinales contables que, según el profesor Montesinos, abarcan el
desarrollo investigativo, desde mediados del Siglo XIX y se extienden hasta el
siglo XX, son las siguientes:
a) Doctrinas jurídico-personalistas
b) Doctrinas contistas y neocontistas
c) La teoría matemática y el empeño formalizador
d) La introducción de los aspectos conductistas y la concepción
comunicacional.
e) El enfoque económico.
Naturalmente estas alternativas no son excluyentes, de manera que pueden
coexistir en el tiempo y en el espacio, todo ello dependiendo de las características
de desarrollo socioeconómico de los ámbitos de las organizaciones relativas a las
cuentas.
a) Doctrinas jurídico-personalistas. Esta corriente está basada en la “teoría
de la personalización”, a través de la cual se pretende explicar el
funcionamiento de la cuentas considerando que todas ellas representan
obligaciones del propietario. Esta doctrina, cuyos antecedentes datan de
dos siglos atrás, fue perfeccionada por la “Escuela Toscana”, que con la
obra de Giuseppe Cerboni, avanza hacia una doctrina de las
responsabilidades personales” entre los administradores de la organización
económica.
Para Cerboni la contabilidad es la ciencia de las funciones, de las
responsabilidades y de las cuentas administrativas de las haciendas, distinguiendo
dentro de su contenido cuatro para diferentes, así:
1. Estudio de las funciones de la administración económica de las empresas
con el fin de determinar las leyes naturales o civiles según las cuales las
mimas se explanan y se regulan.
2. Organización y disciplina interna de las empresas
3. Cálculos, o sea la aplicación de la matemática a los hechos administrativos
y su demostración.
4. Estudio de los métodos de registración destinados a coordinar y representar
hechos administrativos de las empresas, en punto a revelar los procesos y
sus hechos específicos, jurídicos y económicos, y mantenerlos reunidos
todos en una sola ecuación.
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Cerboni pretendió dotar a la contabilidad de una forma científica, por lo que
propuso una estructura de verdad para la disciplina basada en seis axiomas, cada
enunciado con uno o más corolarios con los que pretendió establecer unas
especies de leyes de comportamiento entre los actores empresariales y la
información contenida en la contabilidad. Esta construcción no resiste la crítica
ante un examen epistemológico riguroso, pero le cabe el mérito de ser el primer
precedente que intenta cumplir con requisitos formales en la edificación de teorías
científicas, en el campo de la contabilidad.
Cerboni publicó una memoria en 1873 titulada “Primi saggi di logismografia”, que
tuvo extraordinaria acogida. La logismografia, cuyo significado es el de una
descripción razonada de las cuentas es la más moderna expresión de la teoría
personalista, visión jurídico-administrativa, que considera a la entidad económica,
“empresa”, desde el ángulo de las relaciones jurídicas resultantes de la actividad
de las personas que están encargadas de su gestión y administración y de las
terceras personas interesadas en ella.
Hubo muchos seguidores de esta teoría, entre los que se destacan Rossi,
Bonalumi, Riva Gitti, Mondini en Italia; Faure en Francia. Fulton, Cronhelm,
Sprague y Kester en Estados Unidos fueron seguidores de la “ownership tehory”,
de raigambre jurídico-perso-nalista.
Dado que cualquier actividad económica está inserta en un marco jurídico de
referencia la estructura de tal ámbito condiciona los procesos objeto de la
contabilidad, así como los profesionales contables que le ejecutan. En tal sentido
muchos de los planteamientos cerbonianos no responden a las necesidades
disciplinares y que son ficciones que no reflejan la realidad factual en la que está
inmersa la contabilidad. Por ello surgen, al margen de dichos planteamientos,
trabajos que se agrupan en diversas líneas, como la mencionada “Teoría del
Propietario” que luego deriva en la reconocida tendencia denominada “Teoría de la
Entidad”, que tiene su origen en la separación de empresas y propietario.
b) Doctrina contista:
Considerada como la primera escuela aparecida en la disciplina contable,
está basada en la “teoría de la personificación” referenciada atrás, centrada
en el funcionamiento de las cuentas y cuyo mecanismo trataba de
explicarse a través de la ficción de la personificación.
Esta escuela admitía que las cuentas son el objeto de la contabilidad. Sus
teorizaciones primeras fueron desarrolladas por Nicoló D‟Anastasio en 1803 y
Giuseppe Bornachini, a partir de 1818, si bien sus primeros planteamientos
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prácticos datan del siglo XVII. Desde un punto de vista filosófico, los contistas
no buscaron la “esencia”, o sea, una indagación sincera sobre lo que es la
cuenta. La cuenta como registro no llena condiciones de ser objeto científico;
cosa diferente es “lo que la cuenta registra”, que son fenómenos patrimoniales.
Para la escuela contista, la contabilidad es la ciencia de las cuentas y tiene por
objeto establecer los procedimientos apropiados para realizar los adecuados
registros en las mismas. Tales procedimientos son el resultado de una
centenaria práctica desarrollada primero en Italia, y más tarde en la mayoría de
los lugares que ostentaron auge comercial e industrial.
Para la escuela contista, la contabilidad es la ciencia de la cuentas y tiene por
objeto establecer los procedimientos apropiados para realizar los adecuados
registros en las mismas. Tales procedimientos son el resultado de una
centenaria práctica desarrollada primero en Italia, y más tarde en la mayoría de
los lugares que ostentaron auge comercial e industrial.
La doctrina neocontista se origina en los planteamientos de Fabio Besta,
aunque su desarrollo y difusión se debe a autores no italianos, específicamente
franceses y norteamericanos. Esta corriente rechaza la ficción de la
personificación adoptada por el contismo clásico, y en su lugar se preocupa por
la noción de valor, captada y manifestada a través de las cuentas y de los
balances. El neocontismo ve en la contabilidad algo más que un simple
mecanismo puramente formal de registro y considera que es preciso conocer la
realidad para poder gobernar económicamente una entidad a través de las
cuentas y ellas, las cuentas, son su centro de interés.
El neocontismo tuvo notoria influencia en países del centro de Europa como
Alemania, Suiza, Hungría, entre otros. También en Estados Unidos y Francia
se manifestaron seguidores de esta corriente.
c). La teoría matemática y el empeño formalizador.
El profesor Montesinos hace, de partida, la siguiente diferenciación: por „teoría
matemática‟ se entenderá la corriente de pensamiento que considera a la
contabilidad dentro de la categoría de ciencias formales, como una parte de las
matemáticas; de otro lado, significa „empeño formalizador‟ la tendencia, cada
vez mas extendida, dirigida a exponer las teorías contables en términos
formales, utilizando para ello el instrumental matemático.
Aunque desde el inicio de las formulaciones que se pueden catalogar de
teorías, como la de Paciolo, varios matemáticos notables fueron tratadistas
contables y utilizaron algunas formulas matemáticas en sus tratados contables,
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la teoría matemática propiamente dicha dentro de la contabilidad apreció sólo a
finales del siglo XIX, ya que iniciado el periodo científico de la disciplina.
La teoría matemática considera que la contabilidad es un método de
observación, construido de acuerdo con los principios del razonamiento
matemático, e independiente de las características particulares del objeto o
campo de observación al que se aplique.
Para autores como Léutey y Guilbault, la contabilidad es una rama de las
matemáticas y su objeto sería el de redactar las cuentas con vista a comparar
valores materiales.Como toda cuenta se apoya en operaciones aritméticas, se
desprende de ello que la contabilidad es una rama de las matemáticas y que
ha de clasificarse entre las ciencias exactas. Estos autores en la misma obra
incluyen la siguiente definición de contabilidad que no es concordante con la
anterior, pues se adscribe mas a la ciencia económica: „la contabilidad, rama
de las matemáticas, es la ciencia de la coordinación racional de las cuentas
relativas a los productos del trabajo y a las transformaciones del capital; es
decir, a las cuentas de la producción, de la distribución y del consumo de las
riquezas privadas y públicas‟.
En 1924 E. de Fages de Latour publicó „Los conceptos fundamentales de la
contabilidad‟, en el que desarrolla una propuesta de „contabilidad pura‟,
concebida como un método abstracto de observación de fenómenos alejado de
los contenidos empíricos de dichos fenómenos. „La contabilidad es la
numeración de las unidades en movimiento‟, diría de Fages y ejemplifica con
casos supuestos de contabilidad en ciencias naturales, como la biología
animal. Esta posición es reafirmada por P. Garnier cuando afirma: “El método
tiene sus reglas, que nada deben al sujeto observado. No hay, no puede haber
teoría económica de la contabilidad, como no hay teoría jurídica… Todavía
aquí, más que nunca, recordamos que el método contable es solamente un
método de observación, nada más.”
El autor brasileño Francisco D‟Auria (1949) formula en su obra la definición de
contabilidad pura y sus aplicaciones: “La contabilidad, precisamente, define un
objeto sometido a observación y elaboración, para su conocimiento
pormenorizado de su estado inicial, de las variaciones en el tiempo, y del
estado actual, en cualquier momento…Todo puede ser objeto de aplicaciones
de la contabilidad. Cualquier organismo material o moral, o cualquiera de sus
partes es susceptible de contabilización.” Para D‟Auria la contabilidad se aplica
al conocimiento de los estados y de la evolución de los sistemas, entendidos
como conjuntos armónicos, de los más simples a los más complejos. Tales
sistemas pueden ser de muy variada naturaleza; así, por ejemplo, está el
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sistema „económico-administrativo‟, único objeto actual de la contabilidad, que
pertenece al mundo social, y cuyo fin es la utilidad; el sistema „moral‟, dentro
del mundo social también, y cuyo fin es el bien; el sistema „biológico‟, dentro
del mundo físico, dirigido a conseguir una función biológica eficiente, etc.
Esta posición de proponer como objeto de conocimiento contable cualquier
fenómeno natural o social se ha ido perfilando en los últimos años, a partir de
la década de los sesenta del presente siglo, hacia la observación contable de
los fenómenos circulatorios, económicos o no económicos, con base en el
análisis circulatorio, metodología que remplazaría a la partida doble. El
profesor Moisés García G., investigador español de la Universidad Autónoma
de Madrid, introduce su obra Contabilidad Social (1980), con los siguientes
párrafos.
“Por primera vez también se define el „sistema de la circulación económica‟,
con base al cual puede trasladarse al análisis económico todo el esquema del
análisis circulatorio. El resultado es sorprendente por cuanto se abren
insospechadas posibilidades al nuevo análisis contable en economía,
superiores a las del convencional, basando en el armazón formal
extremadamente simplista de la „partida doble‟”.
“En lo macroeconómico, razonamiento circulatorio arranca con las
formulaciones de Quesnay (Tableau economique). Es ampliamente utilizado
por Marx y reaparece posteriormente en los trabajos de Leontief y de Keynes.
Las teorías de este último sobre el ingreso y gasto nacional agregados
cristalizan finalmente en los modernos modelos de Cuentas Nacionales a
través de los trabajos de Richard Stone.”
“Sin embargo, no hay nada de economía en la „teoría de las estructuras y
sistemas circulatorios‟, fundamento lógico del análisis circulatorio y, por tanto,
del análisis contable. Se trata de una teoría formal que hunde sus raíces en la
tradición de las construcciones lógico-matemáticas, y cuyos antecedentes más
próximos son la moderan „Teoría de conjuntos‟ y la „Teoría General de
Sistemas‟. Dentro de esta última, la „Teoría de los modelos‟, resulta
perfectamente aplicable a los modelos contables en cuanto modelos de un tipo
particular de sistemas: los sistemas circulatorios.‟
Con todo y estos avances y aún más, considerando los nuevos retos
aparecidos en el panorama contable, de informar sobre los fenómenos
ambientales naturales y sociales diferentes de los tradicionales, la perspectiva
contable de desarrollarse prácticamente en ámbitos que vayan más allá de lo
meramente económico-financiero parece todavía lejana. Para constatar ello
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basta con observar los contenidos académicos dominantes en los programas
de contaduría o ciencias empresariales, en los que nos encontramos con la
escasa o nula presencia de planteamientos del tenor formal que acabamos de
mencionar. Una causa explicativa de esta situación es el escaso desarrollo
teórico de esta tendencia, la cual, salvo contadas y honrosas excepciones
como las de los profesores Richard Mattessich, Moisés García, Yuri Ijiri y
pocos más, no ha aportado una cantidad suficiente de obras que divulguen los
modernos planteamientos con miras a solucionar los nuevos problemas
contables.
En relación con el tiempo formalizador el profesor Montesinos cita a algunos
autores del siglo XVII y del XIX como los pioneros de dicho enfoque, entre los
que destacamos a Hustcraft Stephes, como iniciador en Inglaterra, en 1736, de
la „teoría del propietario‟ y quien formula sus explicaciones contables
recurriendo a planteamientos algebraicos elementales pero muy significativos
por su claridad y sencillez expositiva. Así mismo sus seguidores W.Fulton y W.
Cronhelm, quienes publican sus obras en 1800 y 1818, profundizan en las
explicaciones de la mecánica contable bajo la óptica matemática. También a
Giovanni Rossi, apasionado seguidor de la obra de Cerboni, quien publicó en
1895 su „Trattato della unitá teorética dei metodi discrittura doppia‟, y en 1901
la „Teoría matemática della scrittura doppla italiana‟, en las que explica que „la
cuenta puede considerarse como elemento matemático sobre el que pueden
seguirse operaciones de cálculo, por cuanto está formado de dos series de
cantidades homogéneas, aunque de significado opuesto y de signo contrario
entre sí, esto es, una parte positiva y otra negativa, anotadas en las dos partes
en que la cuenta está dividida.‟
Afirma el profesor Montesinos que es a partir de los años cincuenta del siglo
XX cuando irrumpe con fuerza la matemática en el terreno de las ciencias
económicas y particularmente en la contabilidad. Las obras de Paton
„Accounting Theory‟ de 1922, de Cutolo „Sull atribuzione del valore del Neto nel
Bilanci Contabile‟ de 1952 de Palomba „Introduzione all‟Economica‟ de 1950,
de Devine „Integration of Accounting and Economics in the Elementary
Accounting Course‟ de 1952 y de Littleton „Accouting Rediscovered‟ de 1958,
constituyen una buena muestra de esta irrupción de la utilización de la
herramienta matemática en la explicación de los planteamientos contables.
Pero es la obra del profesor Richard Mattessich, iniciada con su escrito
„Towards a general and axiomatic foundation of accountancy‟ aparecido en
„Accounting Resarch‟, de octubre de 1957 y continuada con „Accounting and
Analytical Methods‟ en 1964 y otras publicaciones posteriores, las que
propician definitivamente la calificación de la existencia de una escuela o
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corriente formalizadora de la contabilidad por autores como Leandro Cañibano
en el sentido de „programa de investigación‟ apuntado por Lakatos.
Finaliza este acápite el profesor Montesinos (1978), con algunas precisiones
de importancia para los estudiosos contables que se inicianen su
investigación, advirtiendo que “la formalización contable, como la de otras
ciencias, debe contemplarse como la puesta en marcha de una simbolización
lingüística precisa, mediante la cual nos sea posible ordenar y delimitar
claramente las ideas de que disponemos, obteniendo el máximo fruto posible
de las estructuras con las que trabajamos, y depurar los planteamientos; sería
desacertado, sin embargo, pensar que la formalización es un instrumento o un
método adecuado para la consecución de nuevos descubrimientos. La
formalización en contabilidad es un fenómeno evidente para cualquiera que
tome contacto con las publicaciones de la materia, en especial las
anglosajonas. Su desarrollo se ha planteado, fundamentalmente, en las dos
direcciones siguientes: a) Estudio del comportamiento de las magnitudes
objeto de los estudios contables, a través de modelos formalizados que
manifiesten de manera que precisa las relaciones en las que aquellas
intervienen. b) Investigación de las características generales de la estructura
de los sistemas contables de información, en especial aquellos que se
implantan con base en el sistema de la doble clasificación. En esta segunda
dirección hay que resaltar los intentos de axiomatización realizados, en los
cuales el de Mattessich es, sin duda alguna, el más perfeccionado y riguroso.”
d) La introducción de los aspectos conductistas y la concepción
comunicacional.
Según el profesor Montesinos (1978), la disciplina contable se ha visto
influenciada por las modernas tendencias de los enfoques organizativos, tal como
el enfoque decisional planteado en 1938 por Chester Barnard y continuado por H.
Simon, J.G. March, R.M. Cyert y C. Bonini. Bajo esta perspectiva las
organizaciones son coaliciones de individuos que persiguen sus propios objetivos
y que se los traslada a la organización. La contabilidad también ha sido
influenciada por esta tendencia y por ello, de un sistema dirigido a colaborar con la
dirección en el proceso de maximización de beneficios a través de un sistema de
evaluación que pretende ser neutral, pasa a concebirse como un sistema de
información encaminado a facilitar datos a diversos niveles de la gestión,
permitiendo así una toma de decisiones fundamentada, referida a las funciones de
planificación y de control. Según este enfoque, la contabilidad debe servir como
medio de comunicación, para ello el contador debe selecciona, procesar y
comunicar los datos relevantes para las diferentes decisiones, adoptando una
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visión integral de los fenómenos observados, contemplando sus diversos aspectos
y las interacciones que puedan producirse entre las partes del sistema
e) El enfoque económico.
Finalmente, llegamos al enfoque económico, de fundamental interés para el
presente recuento histórico, ya que a partir de él justificamos el entronque
contabilidad-economía, base para la comprobación de la hipótesis de la
investigación, relativa a la posibilidad de realizar un tránsito desde los
microcontable a lo macrocontable. Obviamente que para la comprobación de la
mencionada hipótesis echaremos mano de aportes realizados por autores
clasificados en otras escuelas, como es el caso del trabajo del Dr. Mattessich.
El profesor Montesinos, cuyo trabajo continuamos siguiendo en este apartado,
propone una clasificación de diez tendencias de investigación, como componentes
del enfoque económico. Haremos una breve referencia a algunos de ellas, las que
en nuestro modesto criterio consideramos más relevantes.
- Controlismo
- Haciendalismo
- La escuela de la Economía Hacendal
- La doctrina alemana de la Economía de la Empresa
- Patrimonialismo
- La teoría de las causas económica
- Contabilidad Social.
El Controlismo es una escuela veneciana encabezada por Fabio Besta,
quien abandona el contismo y las posiciones cerbonianas y desarrolla un
concepto de contabilidad entendida como ciencia del control económico lo
que origina la denominación „Controlismo‟.
Esta corriente entiende que el objeto de los estudios contables es el control
económico de la riqueza hacendal. De forma más pura que los cerbonianos, se
concentra más en la contabilidad y procura dar el máximo a la riqueza patrimonial
como algo concreto, real, objeto de indagaciones propias, más que como finalidad
de entenderse como la senda o el control.
La obra de Besta, de gran profundidad en el tratamiento de los temas, denota su
principal preocupación: dar jerarquía y rango científico a la contabilidad.
Basándose en el estudio histórico de la „cuenta‟ y teniendo presente la noción
económica de „valor‟, establece la definición de „cuenta‟, así: “Una serie de
notaciones referidas a „un objeto determinado‟ conmensurable y mutable,
efectuadas con la finalidad de registrar las condiciones y medidas de tal objeto en
15
un instante dado y d registrar también las mutaciones que va experimentando,
para poder dar razón del estado de este objeto en un determinado momento.”
Besta investiga las funciones de la administración económica, distinguiendo tres
tipos de funciones diferentes: de gestión, de dirección y de control. Es en el tercer
grupo donde la contabilidad centrará su atención. Dentro del control distingue dos
partes: registro y constreñimiento del trabajo económico, clasificando luego las
funciones de control con respecto al tiempo en que acaecen los hechos
administrativos a los que se refiere y con respecto a su naturaleza.
El Controlismo como tal no se desarrolla fuera de Italia y hoy en día se considera
superado, aunque deja sentadas bases sobre las que se fundamentarán, más
tarde, estudios de administración y organización de empresas.
La escuela de la Economía Hacendal, fue creada y promovida por Gino Zappa,
sucesor de Besta. Este autor define la Economía Hacendal como la ciencia que
estudia las condiciones de existencia y las manifestaciones de vida de las
haciendas, y dentro de ellas distingue tres disciplinas íntimamente relacionadas:
organización, técnica administrativa y contabilidad. La obra de Zappa pone de
relieve la conexión sistemática entre las tres disciplinas, hasta el punto que su
desarrollo aislado no puede científicamente concebirse. En este punto su
aportación es trascendental, por cuanto pone de manifiesto el carácter sistemático
e interconectado de las investigaciones científicas en el campo de las actividades
económicas de las haciendas.
Según el profesor López de Sa, la corriente haciendalista dominó la Italia del siglo
XX, pero terminó por no ofrecer un cuerpo de doctrina abarcador, de lógica
profunda, competente para justificar el campo contable. Su visión de la
contabilidad no convence y no consigue imponerse por falta de lógica científica
capaz de justificar la dignidad y la autonomía necesarias. Para tal „Economía
Hacendal,‟ la contabilidad, se limitaba a los „levantamientos‟ o „revelaciones‟ de
riqueza, pero no presenta la esencia para justificar la clasificación.
La doctrina alemana de la Economía de la Empresa desarrolla un enfoque
contable de difícil distinción entre una y otra disciplina, luego de un proceso
investigativo y de avances prácticos, en los albores del siglo presente. Se
destacan entre los investigadores de esta escuela los eminentes autores
Schmalenbach, Schmidt y Schneider.
Schmalenbach desarrolla la „teoría dinámica‟ cuyo significado apunta a otorgar
igual o mayor importancia al „balance de rédito‟ o estado de resultados que al
„balance patrimonial‟. Según el mismo autor no se trata de una verdadera teoría de
16
balances, y tampoco quiere pasar por original en dar importancia a un estado
contable que fue suficientemente destacado por Stevin en el año 1600. El
propósito de su trabajo queda claramente expuesto al inicio del prólogo, al decir:
“Este libro estudia el cierre del ejercicio de las Empresas mercantiles.”
Este autor precisa el significado de los dos estados contables, balancey
resultados: el primero es un estado „estático‟, orientado a mostrar una adecuada
información sobre el estado patrimonial; el segundo es un estado „dinámico‟,
dirigido a informar sobre la eficiencia económica de la producción de la hacienda.
“En la contabilidad por partida simple se averigua, de hecho, el beneficio
exclusivamente con la ayuda del Balance… En la contabilidad por partida doble,
el Balance dispone de un satélite que es la cuenta de Pérdidas y Ganancias, la
cual se empareja siempre con el Balance, como una mano con la otra. La cuenta
de Pérdidas y Ganancias muestra, en formas más o menos resumidas, los
movimientos habidos durante un periodo contable, y el Balance presenta la
situación resultante de esos movimientos.
Por su parte Schmidt, influenciado por criterios de la economía positiva, trata de
reflejar estos puntos de vista en la contabilidad con el propósito de alcanzar una
información „verdadera‟ con respecto al patrimonio empresarial y al rédito del
ejercicio, acción orientada a coadyuvar a la Entidad en la búsqueda de conservar
su „valor-relativo‟ en el ámbito económico donde participa y en la obtención del
mayor rédito posible del empleo del capital.
Erich Schneider es un seguidor de los dos autores antes mencionados y continuó
su labor en la dirección planteada al interior de la Economía de la Empresa,
fundamentando la información contable en sólidos criterios económicos, tanto del
nivel de economía empresarial como de economía política. “La contabilidad no es
para Schneider una técnica (la partida doble), ni una necesidad práctica para la
vida administrativa de la empresa (contabilidad externa), ni siquiera un
imprescindible método de control (contabilidad de costes). Es todo eso y algo
más; es el instrumento sensible de los órdenes, desde el técnico de la producción
hasta las previsiones de los precios y las expectativas del movimiento de los
mercados, suministrando así la información necesaria en cada caso, para la
perfecta marcha en la empresa.
El Patrimonialismo: fundado por el eminente investigador contable italiano
Vicenzo Masi, seguidor de Besta, plantea que la contabilidad es la „ciencia
del patrimonio‟, orientación que ha sido adoptada por investigadores, no
tanto de Italia como de otros países, como España, Brasil, Argentina,
Uruguay y Colombia. En palabras del profesor brasileño Lópes de Sa
significa: “La corriente contable que tiene mayor repercusión en la
17
actualidad es la Patrimonialista… El Patrimonialismo continúa como una
corriente viva, avanzando cada vez más profundamente, presentando obras
de raro valor científico y filosófico en muchos países del mundo. Los
„fenómenos patrimoniales‟, o sea, todo lo que acontece con la riqueza
hacendal, continúa siendo objeto central de estudio de las mejores obras de
nuestra tiempo y la propia parte instrumental, formal, escritural, prosigue
siendo normalizada dentro de una óptica nítidamente patrominialista.
Masi parcela el estudio de la disciplina contable en tres componentes: La Estática
Patrimonial, la Dinámica Patrimonial y la Revelación del Patrimonio:
a) La Estática es el estudio del patrimonio en un momento dado del tiempo,
como si su acción estuviera detenida, para examinar cuantitativa y
cualitativamente su composición, sus elementos, cantidades, valores,
estructura y condiciones de equilibrio.
b) La dinámica es el estudio del patrimonio como un todo en movimiento
continuo, causado por factores internos y externos a la organización.
Examina el patrimonio, las inversiones y las financiaciones y los
movimientos que los afectan reflejados en los ingresos, costos y gastos,
entradas y salidas financieras, económicas y patrimoniales, relativas a las
organizaciones institucionales.
c) En cuanto a la revelación dice el profesor Masi: “La estática y la dinámica
patrimonial no podrían se estudiadas totalmente ni explicadas
completamente, sin el uso de procedimientos diversos, oportunamente
coordinados, de revelaciones que se evidenciaran en el patrimonio y los
hechos patrimoniales, tal y como se manifiestan en las empresas y en las
instituciones de todas las naturalezas, y, así mismo justifica la existencia de
una Revelación Patrimonial o Levantamiento Patrimonial”.
Por Contabilidad Social se reconoce la tendencia que se ocupa de reflejar los
fenómenos macroeconómicos. También se la ha denominado Contabilidad
Macroeconómica, Macrocontabilidad o Cuentas Nacionales.
Según el profesor Adolf Enthoven se pueden diferenciar tres etapas en el
desarrollo de la Contabilidad Social, así:
a) Primera fase que data desde la antigüedad hasta 1930, periodo en el que
se van perfilando las ideas en torno al proceso de circulación de valores en
las economías y aparecen estimaciones de la renta en casi todos los
países, de una forma o de otra. En esta etapa se destacan los trabajos de
18
Sir William Petty (1623-1687), Richard Cantillon (1680-1734), Francoise
Quesnay (1694-1774). La idea de la circulación de valores dentro del
sistema económico considerado como un conjunto de partes
interrelacionadas se desarrolla a través de las concepciones de Karl Marx,
León Walras y Wilfredo Pareto.
b) Segunda fase que se desarrolla entre 1930 y 1945, época de crisis
económica en que los estudios teóricos y las realizaciones prácticas sobre
Contabilidad Nacional se ven influenciados por la obra de Keynes. En esta
etapa se inscriben las obras de Ragnar Frish, Richard Stone, Ed Van Cleeff,
Jan Tinbergen y Wassily. W. Leontief.
c) La tercera fase se desarrolla a partir de 1945 hasta nuestros días y es la de
mayo ímpetu en el auge de la Contabilidad Social. A partir de la finalización
de la segunda Guerra Mundial, a instancias de la Organización de las
Naciones Unidas, se inicia los primeros estudios sobre las estadísticas de la
renta nacional. En 1947 se publican los resultados de estas
investigaciones, incluyendo diversas fórmulas para la totalidad del sistema
económico en un marco de contabilidad nacional.
En el siguiente aparte del presente capítulo intentaremos profundizar en
algunos aspectos, los más importantes en nuestro concepto, de las
contribuciones de algunos investigadores como Keynes, Leontief y Stone, para
el desarrollo de los sistemas de Contabilidad Social.
Por su parte el profesor Leonardo Cañibano (1974) identifica tres programas a
partir de la publicación de la obra pionera de la reflexión teórica contable por
Paciolo en 1494.
El primer programa con una vigencia aproximada entre 1494 y 1914 lo
denomina Legalista pues, dice él: “la finalidad de la información contable entra
dentro de unos cuses estrictamente jurídicos y, por tanto, hay que montar todo
el armazón atendiendo a las limitaciones derivadas de tal contexto. La
objetividad de la información contable se entiende en sentido eminentemente
legalista, así toda representación y valoración contable ha de estar sustentada
sobre hechos o sucesos que, a efectos legales, pueden ser considerados como
prueba, ya que lo que priva, la expresión del patrimonio en términos
cuantitativos, no puede apartarse del concepto jurídico del mismo, en tanto la
finalidad atribuida a la información contable consiste en la presentación de
unos datos que sirvan de garantía a terceras personas.”
19
Aunque éste no era el objetivo único de la Contabilidad aplicada en este
tiempo, pues desde las primeras formulaciones contables ha permanecido
subyacente el objetivo de información económica, frente al legalista, aquél
queda anulado.
Transformaciones socioeconómicas originadas en la primera posguerra
mundial, como la inflación galopante en Alemania, posibilitaron el cambio de
óptica en el orden de la importancia de estos dos objetivos de la información
contable. La orientación legalista y su derivación, la rigurosa objetividad legal,
no permitían valorar la realidad económica en su dinámica cambiante.
Dice Cañibano “nos encontramos,pues, con unas circunstancias que alteran
totalmente el papel de la información contable; se le pide que sea capaz de
ofrecer una base de cifras realistas, que se adapte al medio, que los resultados
calculados respondan a principios económicos, que su conocimiento verdadero
evite la creciente descapitalización de las empresas, en suma, que el fin que
antes permanecía en un modesto segundo plano surge con fuerza arrolladora
sobrepasando al que hasta ese momento ocupaba total prioridad.”
Así aparece y se desarrolla, primero en Alemania y luego se irradia en el
ámbito internacional el Programa Económico, el segundo que identifica
Cañibano cuya vigencia dominante la ubica entre 1914 y 1960. Dentro de este
enfoque se desarrollan conceptos valorativos como los de costo de reposición,
resultados exógenos y good-will, y se lanza un nuevo concepto que apunta a la
homogeneización de criterios en el proceso de medición e información contable
como es el Plan de Cuentas, hoy por hoy de amplísima aceptación en el
continente europeo y en el ámbito latinoamericano, soporte del encuentro entre
las micro y macro magnitudes contables.
En la segunda posguerra se vive un auge de las aplicaciones matemáticas
para solucionar problemas científicos y técnicos. La Contabilidad no es ajena a
dicha influencia. Así se desarrollan los costos estándar y técnicas propuestas
basadas en formulaciones matemáticas y estadísticas resueltas con ayuda del
computador. La aplicación de la investigación operativa a las ciencias
económicas pronto permea a la Contabilidad y contribuye a que las exigencias
informativas de las empresas comiencen a ser respondidas con mayores
perspectivas de acierto con relación a las predicciones que se realizaban
cuando no se hacia uso de esta herramienta.
Cañibano dice que si bien es cierto que la puesta en práctica de dichos
modelos hubiera sido imposible en otras épocas, a partir del momento al que
nos referimos comienza una verdadera revolución en el campo de la
20
informática y de la cibernética, el diseño de nuevos ordenadores, cada vez más
poderosos, hace factible el tratamiento de modelos matemáticos aplicados a
las ciencias empresariales, dentro de ellas a la Contabilidad.
Sin embargo, en Contabilidad se presentaba un vacío en el campo de los
estudios metodológicos, pues los intereses de los estudiosos, hasta bien
entrado el presente siglo, se habían orientado hacia derroteros pragmáticos.
Esta falencia hacia que cualquier mejora en la parte mecánica perdiera su
efectividad, en tanto no hubiera un cuerpo teórico formalizado que permitiera
establecer unas bases generales sobre las que se fundamentan las
aplicaciones particulares en cuya práctica se desarrollarían.
Como respuesta a esta necesidad, comienzan a aparecer los primeros intentos
de axiomatización contable con los trabajos de Paton en los años 20 y de
Paton y Litleton en los 40. Según Cañibano “no puede hablarse seriamente de
dicha preocupación hasta que ve la luz el articulo de Richard Mattessich “Hacia
una Fundamentación General y Axiomática de la Contabilidad” publicado en
1957, en el cual se establece una serie de axiomas definiciones teoremas y
requisitos apoyándose en el álgebra matricial como lenguaje formal”. “Sin
embargo la formalización rigurosa de la teoría quedaría aplazada hasta 1964,
año en que es publicada otra obra del profesor Mattessich “Contabilidad y
Métodos Analíticos de Medición y Proyección de Ingresos de Ingresos y de
Riquezas a nivel micro y macro económico” en cuyo apéndice es presentado a
escala formal mediante la teoría de conjuntos el cuerpo de fundamentos sobre
los que descansa la teoría de la Contabilidad, los cuales son desarrollados
magistralmente a nivel semántico a lo largo de toda la obra. La rigurosidad
formal permite un análisis de gran profundidad de aspectos de la mayor
relevancia, tales como medición, valoración y predicción.”
Esta orientación motivó el interés de una gran cantidad de estudiosos de la
teoría contable a partir de los años 60, etapa que el profesor Cañibano le ha
permitido identificar como la del surgimiento de un nuevo Programa de
investigación que él ha denominado Formalizado, cuyo objetivo se dirige a “la
reducción de las proposiciones contables a cálculos lógicos o matemáticos,
para, en virtud de las reglas de inferencia llegar a unos resultados capaces de
ser interpretados semánticamente, y cuyo contraste con la realidad irá
elevando, de día en día, su potencialidad explicativa y predictiva.”
Esta metodología de reconstrucción histórica del quehacer contable ha sido
también aplicada por el profesor Jorge Tua (1984), para describir el proceso de
formulación doctrinal y de regulación contable en Estados Unidos de América.
Tua identifica dentro del Programa Formalizado tres subprogramas de
21
investigación así: un periodo previo de formación doctrinal y acción regulativa
denominado subprograma de búsqueda y dos periodos sucesivos, uno
sustentado en la lógica clásica, predominantemente cognoscitiva denominado
subprograma lógico y el otro, el subprograma teológico impulsado por el criterio
de utilidad de la información que puede, según Tua, desembocar en
construcciones decididamente normativas y deónticas.
Estas características o rasgos básicos de ningún modelo se abandonan al
variar los enfoques si no que cambian de lugar en cuanto a las prioridades y
siguen influyendo de una u otra forma en las diferentes etapas.
Para el subprograma de búsqueda, según Tua (1984), las reglas contables son
fruto de la experiencia más de la lógica. “Un buen número de autores que se
ha ocupado de los primeros pasos de la regulación indica que toda disciplina
científica nace normalmente como un conjunto de procedimientos para resolver
una serie de necesidades especificas y encuentra inicialmente una vía de
apoyo en la propia práctica más que en la reflexión semántica. A medida que
se produce su desarrollo, se van realizando construcciones encaminadas a
formalizar, explicar y predecir el comportamiento de los hechos, que
normalmente contribuyen a mejorar sus aplicaciones prácticas”.
Con este criterio de base, este periodo previo a la formalización del discurso
contable se caracterizo por aplicar una metodología inductiva dirigida a
identificar las prácticas en uso, agruparlas alrededor de unos criterios y
objetivos básicos para con ellos establecer un conjunto regulativo con
pretendida validez general. De ahí que esta etapa también es conocida como
de “aceptación generalizada”.
Comúnmente se ha definido al método inductivo como el procedimiento que
permite extraer conclusiones generales de observaciones y mediciones
particulares; esta orientación guio a los estudiosos de la Contabilidad en
EE.UU. durante la época de la Gran Depresión hasta la década de los 50.
Para el medio contable Colombiano es de gran interés conocer este proceso
debido a la marcada influencia que sus contenidos doctrinales y regulativos
han tenido en la práctica contable de nuestro país. Este ensayo investigativo
siguió la concepción inductiva-positiva, caracterizada por cuatro etapas así: a)
Observación y registro de todos los hechos; b) Análisis y clasificación de estos;
c) Derivación inductiva de generalizaciones y d) Contrastación ulterior de las
generalizaciones, postulando por otra lado, que las hipótesis de trabajo no
aparecen en esta secuencia sino hasta su tercer estadio, es decir, el de la
derivación inductiva de generalizaciones, con el fin de garantizar la asepsia
necesaria, desde la corriente positivista en la cual se postula que si hay
22
posiciones preconcebidas, esto es, juicios de valor, se invalida el proceso
investigativo, pues sus resultados estarían viciados.
Sin embargo, como dice Tua, la determinación de qué hechos de los
observados son relevantes al momento al estudio propuesto y la elección a
favor de una taxonomía con respecto aotra parece confirmar que el tipo de
datos que se hayan de reunir o clasificar no está determinado por el problema
que se está estudiando, sino por el interior de respuesta que el investigador
trate de darle en forma de conjetura o hipótesis. Es la posición subyacente de
la mente de quien opera, en esencia sus propios juicios de valor, la que
establece la relevancia o irrelevancia de los datos en función de las hipótesis
previas que maneje.
Otro problema que incide en esta forma metodológica de proceder es el
identificado por Hume y objeto de muchos análisis, entre ellos, de Popper en
varias de sus obras y recogido en el capítulo 2 del presente texto: el problema
de la inducción como salto lógico en el proceso de generalización de
conclusiones partiendo de experiencias particulares. Popper responde a este
problema con su propuesta metodológica de la falsación como remplazo a la
verificación inductiva.
En el caso del “subprograma de búsqueda” la falencias anotadas explicaron el
origen de múltiples problemas en el proceso práctico que impedían dar
respuesta adecuada a las crecientes necesidades informativas. Los teóricos
de la Contabilidad destacaron estos puntos débiles que son ocasionados por el
pragmatismo a ultranza. Con él, la general aceptación pierde todos soporte
que no sea la práctica con lo cual aparece la clásica trampa teleológica: se
confunde la causa con el efecto y la norma racionalmente fundada se convierte
en uso y en lo que debe hacerse por lo que es lo que se hace.
Tua ubica este momento de decadencia del subprograma de búsqueda hacia
los finales de los años 50 y comienzos de los años 60 cuando se crea un
organismo en EE.UU. orientado a la investigación de las bases teóricas de la
Contabilidad, el Consejo de Principios Contables (A.P.B.). Aunque desde años
atrás la doctrina contable había abordado dicho problema ahora se trata de
darle un tinte de autoridad oficial a la producción teórica.
“En este esquema se insiste en el desarrollo lógico contable en varios niveles,
así como en la necesidad de una continua investigación. Su contenido marca
una clara impronta en la época fijando una tendencia direccional posterior, un
subprograma de investigación es suma, de manera que las declaraciones
doctrinales y profesionales que le sucedieron siguieron sus expresiones y
23
conceptos, consagrando el esquema postulados-principios-reglas, utilizado en
los trabajos de investigación ARS 1 y 3”, que se constituyeron, en un principio,
en la orientación oficial por excelencia del Consejo.
El párrafo siguiente tomado del informe del comité especial de investigación,
constituye el núcleo central entorno al que se mueve la heurística positiva del
nuevo programa denominado subprograma lógico:
“Los postulados son pocos en número y son asunciones básicas sobre las que
descansan los principios. Necesariamente derivan del entorno económico y
político, y de las formas de pensamiento y hábitos de los diferentes segmentos
de la comunidad de negocios. La profesión, no obstante, debe conocer
claramente su significado e interpretación, al objeto de que constituyan una
base significativa para la formulación de principios y para el desarrollo de
reglas y otras guías para la aplicación de principios a situaciones específicas…
Un amplio conjunto de principios contables coordinados debe servir como un
entramado de referencia para la solución de problemas concretos. En
consecuencia las reglas y otras guías para la aplicación de principios contables
a situaciones específicas deben desarrollarse en relación con los postulados y
principios previamente expresados. Deben ser razonablemente flexibles”.
Tua resalta de esta etapa dos elementos interesantes desde el punto de vista
formal del contenido. En primer término el apego al esquema postulados-
principios-normas como clara intención de adoptar la vía hipotético-deductiva
para fundamentar la teoría contable. En segundo lugar se advierte, no
explícitamente, una tendencia que servirá a partir de este momento como vía
de solución en el permanente conflicto que existe entre las posiciones positivas
y normativas. Nos referimos a la distinción entre Teoría General contable y sus
aplicaciones. La primera como su nombre lo indica, general o común para
cualquier desarrollo especifico, establece las condiciones iniciales y aquellas
que no dependen del entorno, es decir, que son válidas para cualquier medio
económico. Las segundas son aquellas que se adaptan al entorno específico
en que van a servir de base al desarrollo de políticas particulares y a la
obtención de ciertos objetivos en una clara orientación teológica.
El profesor Tua afirma que se desarrolla en esta época una etapa de
producción teórica en la vía de la teoría básica tan fecunda, que ha sido
denominada por Nelson “la edad de oro de la investigación a priori”. Agrega el
profesor que un verdadero aluvión de trabajos saturó de hipótesis a priori la
década de los 60, en la vía postulados-principios-normas con objetivos como
los de construir estructuras plenamente integradas de teoría de Contabilidad
basadas en un conjunto dado de premisas o postulados; desarrollo de teorías
24
sobre la medición contable, teoría de los costos y los valores; desarrollos
matemático-contables etc.
Paralelamente al subprograma lógico se desarrolla una tendencia investigativa
crítica del mismo como replica de la etapa primera, aparentemente ya
superada, la de búsqueda, caracterizada por su orientación inductiva-positiva.
En el subprograma lógico de contabilidad se orienta hacia la búsqueda de una
verdad única, el cálculo del beneficio y del patrimonio, sin importar quien lo
recibe y por qué. La Contabilidad buscó y tomó conceptos fundamentales
basados en la teoría económica, especialmente en la microeconomía,
suponiendo que con ello se facilitaría aquel cálculo y, por ende, la distribución
de los recursos con lo que los autores que han militado bajo este paradigma se
orientaban más hacia la búsqueda de la verdad que a la noción de utilidad.
La gran cantidad de escritos en la vía apriorística saturó el medio académico
contable. Este hecho, junto a la actividad crítica de los investigadores
inductivos-positivistas, propició el surgimiento de un nuevo subprograma de
investigación que se formalizó a comienzo de los años 70 y que Tua ha
denominado teleológico. Dice Tua (1984) al respecto:
“La preocupación por dotar a la norma contable de un sentido teórico, vuelve a
hacer su aparición al comienzo de esta etapa, pero con un cariz diferente: en
esta ocasión se trata de derivar tales estándares a partir de los objetivos de la
información contable. Este nuevo enfoque que hemos denominado teológico
puede contribuir a la creación de una teoría normativa del estándar contable,
en cuanto la selección de un conjunto de objetivos es inherente a la utilización
de juicio de valor.”
La heurística de este subprograma está soportada en la búsqueda de unos
estándares o convenciones que apunten al alcance de unos objetivos
considerados deseables para los estados financieros y la información contable
en la perspectiva fundamentalmente del inversor bursátil.
Ya no se habla de principios si no de estándares o convenciones y la
preocupación por encontrar una información única y verdadera, clásica de la
epata lógica, es remplazada por la búsqueda de una información válida y útil al
usuario.
Se nota, además, que se da una separación entre el concepto de teoría
general y sus aplicaciones, con clara influencia del sector profesional que
pretende obtener una regulación contable que responda a los intereses del
medio usuario empresarial y del mercado bursátil, antes que profundizar en
25
cuestiones teóricas mas apropiadas de ambientes académicos en quienes
parecen delegar esta tarea.
Así, el subprograma teleológico se desarrolla fundamentalmente en la línea
pragmática en responder a las necesidadesde los usuarios de la información,
orientándose por un único esquema de reglas. Los usuarios de la información
pueden clasificarse para el programa en dos grandes grupos a quienes se
pretende satisfacer así:
1. Los inversionistas bursátiles, como consumidores de información destinada
a la toma racional de decisiones económicas, estudiando sus
requerimientos y reacciones a nivel individual o colectivo, así como sus
procesos decisorios, para derivar de los mismos las reglas que doten a la
información contable la configuración que sea mas adecuada a tales
propósitos.
2. La entidad emisora y sus directivos cuyas intenciones y objetivos se ven
afectados por la utilización de la norma contable.
El profesor Richard Mattessich escribió, en 1986, el artículo “Un examen
científico aplicado para una estructura metodológica” en el que incluye su
visión del progreso investigativo de la disciplina contable, a partir de los
planteamientos epistemológicos de Lakatos, Balzer, Stegmuller y Bunge.
En el texto examina cómo las ideas de estos epistemólogos pueden ser
aplicadas de algún modo significativo a la moderna teoría contable y al
análisis de la información.
En este artículo el profesor Mattessich propone una agrupación de la
reciente actividad investigativa contable, en tres tradiciones o programas,
así: la tradición investigativa de Gerencia, la tradición investigativa de
valuación-inversión y la tradición investigativa de Información-estrategia.
La tradición investigativa de Gerencia, referida a la relación principal-agente
y a la supervisión que el primero realiza sobre el segundo en su relación
contractual, está conformada por tres propuestas, a saber, de periodización,
original de la agencia y agencia-información.
La propuesta de periodización se origina teniendo en cuenta que el
monitoreo de la gerencia directiva puede ser satisfecho mejor con la
apropiada asignación de costos y beneficios de inversión a un periodo
especifico. Está basada en los siguientes principios:
26
1. El costo histórico o costo de adquisición
2. Asignación periódica de costos y beneficios a través de su comparación
3. La asignación de los costos por depreciación con base en una vida útil
estimada.
4. La suposición de la empresa marcha
5. La función de gerencia que domina a esta fase.
Una característica fundamental de esta fase es que la función de valuación no es
considerada como función contable, sino del mercado.
La propuesta original de la agencia se origina en el pionero trabajo de Coase de
1937 y en el Simon de 1951, en los que se analizan sistemáticamente los
problemas de los contratos de trabajo y dirección, planteamientos que tuvieron
que esperar durante más de dos décadas para que fueran aceptadas como teorías
válidas para estudiar las relaciones del principal y el agente. El problema nodal
que aborda esta propuesta está referida a los costos originados en la conflictiva
relación principal-agente, ocasionados en el control de la actividad del agente
realizada por el principal, reducción de los resultados debido a diferencias de
criterio en la valuación de diversas partidas, anticipación de acciones del agente
en su favor frente a los intereses del principal. En relación con este punto se halla
la búsqueda de un contrato que posibilite un reparto de riesgos entre el principal y
el agente que pueda cumplir con el criterio de la optimalidad paretiana. Así el
sistema de información contable adquiere una importancia vital, pues es la base
para determinar el comportamiento del agente que no puede ser vigilado
permanentemente por el principal.
La tercera fase de la tradición de gerencia es la propuesta agencia-información, y
surge de la combinación de la teoría descriptiva de la agencia, por una parte y la
economía informática por la otra. Aunque estos dos aspectos no estuvieron por
muchos años relacionados, la creciente formalización de los aspectos precedentes
facilitó su encuentro que propició la estrecha cooperación en el proceso
investigativo. Su núcleo debe encontrarse en las relaciones contractuales y en la
participación en el riesgo entre el principal y el agente.
En la relación contractual entre el principal y el agente se pueden dar una amplia
gama de modalidades que estaría contenidas entre dos extremos, uno de los
cuales presenta al principal asumiendo el riesgo total y recibiendo el resultado
remanente y al agente, con riesgo cero y remuneración fija; el otro extremo
presenta al principal recibiendo una remuneración fija y asumiendo cero riesgo, en
tato que el agente asume todo el riesgo y se embolsa el resultado restante. Entre
las múltiples posibilidades contractuales las dos partes se orientan a buscar una
27
que cumpla con la condición óptima paretiana en cuanto al resultado, y de acuerdo
a la teoría económica marginal clásica, en relación con la participación en el
riesgo.
El profesor Mattessich incluye en esta propuesta los modelos de economía
informática, básico de agencia y agencia información, que reproducimos a
continuación:
a. acción o esfuerzo del agente, referido a una acción óptima, generalmente,
como una función de y.
argmax: maximización de un argumento con posible varios máximos.
d(a): desutilidad del agente causado por el esfuerzo a:
E(u/N): valor de utilidad U esperado desde el sistema N de información optima.
E(U/): valor de utilidad esperado por el principal, dadas algunas variables.
E(N): valor del sistema N de información óptima esperada por el principal
N: sistema de información
P(y/s, N): probabilidad de información y, dados los estados s y N.
P(s): probabilidad del estado s (a veces condicionada por y y n)
s: estado S
y: información
u(a(y), s): utilidad como función de y y s.
up : utilidad del principal (comúnmente como una función de algunas variables)
u: utilidad del agente (comúnmente como función de algunas variables)
uA: mínimo aceptable de utilidad para el agente
x(a,s): resultado (beneficio) como una función de a y s
z: recompensa del agente por el esfuerzo a (comúnmente como una función de
algunas variables).
El modo básico de economía informática
28
E(u/n)= max ∑ ∑ u (a (y), s)* o (y / s,n) * p (s)
a(y),n s y
= max ∑ max ∑ u (a,s)*p (s/y,n) * p (y/n)
n y a s
El modelo básico de la agencia:
Ep (up/ a,z) = max ∑ up (a (a,s) – z (x(a,s))) * p (s)
a s
Sujeto a:
∑ UA (z(xA,s))) * p(s) – d(a)
El modelo básico del análisis agencia-información:
Ep (up/ a, z, n) = max ∑∑ Up (x (a, s) – z (y)) * p (y / a, s, n) * p (s)
a, z, n s y
Sujeto a:
∑ ∑ UA (z (y)) * p ( y / a, s, n) * p(s) – d (a) ≥ uA min
s y
a ∈ argmax ∑ ∑ ua (z(y)) * p (y / a, s, n) * p (s) – d (a)
s y
Sustenya Mattessich (1986): “El amalgamar la teoría de la agencia con el modelo
de economía informática puede ser discernido a través del enriquecimiento de la
variable „y‟, signo de información y de la variable N, sistema de información-como
se demuestra en el modelo agencia-información-. La función objetivo del principal
P maximiza sus esperanza de utilidad por medio de la elección d un contrato
optimo con el agente A (estipulando el sistema de información optimo y la
recompensa z óptima del agente), de tal manera que la acción a será elegida por
A. Las limitaciones corresponden al modelo anterior modificado por el
enriquecimiento mencionado más arriba. A través de la eliminación de más y más
restricciones, por una parte de mayores enriquecimientos del modelo, por la otra,
pueden ser posibles muchas variaciones de este modelo básico de agencia-
información…”
El profesor Mattessich divide la segunda tradición investigativa (valuación-
inversión) en tres propuestas, asi: del valor presente-valor corriente, del riesgo
compartido y del mercado de capitales. El propósito fundamental de esta
tendencia es elde aproximar a la contabilidad hacia la correcta valuación
económica de los recursos y derechos.
29
La primera fase de esta tendencia, del valor presente y valor corriente está
originada en la oposición al costo histórico y al costo acumulativo. Su origen re
remonta al siglo XIX y comienzos del XX. Autores como Schmidt y Canning, en la
década del veinte del presente siglo, proponen alternativas como el valor de
remplazo (valor corriente de entrada) para alcanzar de manera objetiva el valor
económico actual. Además se incluyen en esta fase propuestas de Staubus,
Edwards y Bell, Sprouse y Moonitz,, Chambers, entre otras, que plantean la
adopción de sistemas de valoración concomitantes con los del valor corriente. Por
otro lado y en la línea del valor presente, basado en la teoría del capital, se
consideran los escritos de Hansen, Honko, Albach y Sich.
La segunda fase del programa de valuación-inversión es la propuesta del riesgo
compartido. Esta fase también se basa en la teoría económica neoclásica y su
extensión realizada por Arrow y Debreu, en 1954, pero principalmente en la
moderna teoría del portafolio de Markowitz, expuesta por éste en 1952 y por
Fama, en 1965, asi como en la teoría de la cotización de activos de capital de
Sharpe y Linther. Enfatiza la valuación de las predicciones del mercado e
informaciones de carácter similar, así como sus efectos sobre la disciplina
contable. Introduce procesos estocásticos en la contabilidad y toma en
consideración la valuación de títulos en concordancia con la moderna teoría
financiera con su distinción entre riesgos de mercado, el que puede ser eliminado
por la diversificación del portafolio, por una parte, y riesgo sistemático para títulos
que cambien más rápido y para títulos cuyos precios cambien más lentamente que
el índice del mercado de valores, por la otra. Debe ser tenido en cuenta en esta
fase, el trabajo Ball y Brown publicado en 1968, pues fue la primera publicación
que consideró la correlación entre los beneficios publicados y los precios del stock
de títulos.
La tercera fase de la tradición valuación-inversión se denomina mercado de
capitales. Está ligada a la fase precedente y tiene similares premisas básicas,
pero enriquecidas con la aceptación de que el beneficio pertinente de los títulos
posee una genuina probabilidad de distribución. Se considera que la información
del mercado tiene valor si ayuda a lograr la estimación del beneficio real. Así
mismo se acepta la hipótesis de la eficiencia del mercado, con especial atención a
la información del ámbito financiero.
La tercera tradición investigativa en la propuesta del profesor Richard Mattessich
se denomina Información-estrategia y corresponde a una particular visión
planteada en la década del veinte por J.M. Clark y que ha sido respaldada por él
desde los años sesenta.
Se plantean dos etapas en este a tendencia o tradición, así:
30
a) Formulación de las consideraciones básicas de al contabilidad como las
puestas en práctica en el micro y en el macro nivel.
b) Distinción estricta entre teoría básica no interpretada o semi-interpretada y las
interpretaciones orientadas a fines específicos, para diferentes aplicaciones.
En la ciencia moderna, dice Mattessich, se acepta en forma general la introducción
de hipótesis adicionales auxiliares para el caso de nuevas aplicaciones de una
teoría básica.
31
A mediados de los noventa los profesores Cañibano y Gonzalo Angulo escribieron
una ponencia en la que hacen una actualización de los iniciales planteamientos
del primero, realizados en 1974, esto es, de los programas de investigación
legalista, económico y formalizado. En esta ponencia se apartan de la propuesta
de Tua antes referenciada y exponen una alternativa, que a continuación
resumimos y que en algunos apartes nos permitimos extender acudiendo a las
fuentes citadas por estos autores o a otras relacionadas con cada tema, con el
propósito de disponer de mejor información que nos permita ubicarnos mejor en la
clasificación propuesta.
Del programa legalista, comentan los autores, que en éste la contabilidad ha
traspasado las fronteras del registro para colocar su énfasis en los aspectos
comunicacionales, es decir, en el suministro de información, y en el cumplimiento
de tal misión la investigación disciplinar se han desarrollado tres subprogramas de
investigación a saber: código y leyes, determinación de los principios contables y
búsqueda de un marco conceptual para la regulación contable. “La regulación
contable no podía quedar circunscrita a una desvaídas normas sobre la llevanza
de registros y aceptación y el reflejo de las operaciones, necesitaba ir mucho más
allá, introduciendo más o menos explícitamente objetivos a los que la información
debía responder (fondo sobre forma, imagen fiel, etc.), hipótesis contables
específicas (normas de valoración), contenido de la información contable (estado y
notas complementarias), etc. Esto en un inicio, porque, como veremos sobre la
misma hasta llegar a una meta-regulación que da cuerpo y a la vez sirve de
justificación a todo el entramado normativo.”
El primer subprograma, códigos y normas legales, contempla desde los primeros
intentos de plasmar en normas legales los elementos de la Partida Doble, por allá
en el siglo XVI, hasta las modernas regulaciones actuales impulsadas por
organismos suprenacionales como la Unión Europea o la ONU, pasando por la
irrupción de los planes de cuentas en los países de la órbita latina y por las
regulaciones profesionales de los países anglosajones, uno y otros sustentados en
normas legales o profesionales que garantizaron su adecuado cumplimiento.
El subprograma orientado a la determinación de principios contables coinciden con
el contenido de los tres subprogramas denominados por Tua de aceptación
generalizado o de búsqueda, lógico y teleológico, ya referenciados en páginas
anteriores. Es una dinámica que ha tenido como norte la elevación a la categoría
de norma de los criterios contables.
Dos de los trabajos investigativos dignos de mención por su influencia posterior y
por la estructura lógico-deductiva de su construcción fueron los Postulados
propuestos por Moonitz en 1961 y los Principios elaborados por Moonitz y Sprouse
32
en 1962. Estos autores proponen los postulados y los principios sobre los que ha
de sustentarse la contabilidad empresarial. Tales elementos contienen un
conjunto de principios valorativos, algunos de los cuales se mencionan a
continuación: 1. El beneficio es atribuido a todo el proceso temporal en que se
desarrolla la actividad económica de la empresa. 2. Los cambios en los recursos
pueden ser atribuidos a cambios en los niveles de precios; cambio de precios;
cambios en los costos de reposición; ventas, transferencias o reconocimientos de
un valor neto realización; otras causas, tales como descubrimiento de recursos
naturales. 3. La valoración de los activos es independiente de los medios a través
de los cuales fueron adquiridos, ya sean éstos fondos propios o ajenos. 4. El
problema de la valoración de los activos es un problema de medición de servicios
futuros que comportan tres etapas como son las de determinación de la existencia
de servicios futuros; la estimación de la cantidad de tales servicios y la elección de
un criterio para valorar tal cantidad de servicios estimados. Este criterio de
valoración puede basarse en uno de los tres siguientes precios: precio histórico (p.
ej. adquisición), precio actual (p. ej. remplazamiento) y precio futuro (p. ej. precio
de venta actualizado). La aplicación de estos criterios debe efectuarse sobre las
siguientes bases: los activos monetarios deberán mostrarse por su valor actual;
los niveles; los inventarios realizables, a su valor neto de realización; los otros a su
precio de reposición actual. Los activos fijos enservicio deben ser reflejados al
costo de adquisición o de construcción con las modificaciones apropiadas para
reflejar los cambios en los niveles de precios. La amortización de los activos fijos
tendrá lugar dentro del periodo de vida estimada de los mismos. Los activos
intangibles deberán reflejarse al costo con las oportunas modificaciones derivadas
de las alteraciones en los niveles de precio. 5. El exigible monetario será mostrado
de acuerdo con su valor descontado, tomando como tipo de interés el del mercado
en la fecha de nacimiento de la obligación. 6. El exigible no monetario (bienes y
servicios) será valorado por el precio de venta acordado. Los beneficios se
producirán cuando se presten los servicios o se transfieran los bienes antes
mencionados.
El subprograma denominado marco conceptual para la regulación contable surge
como una necesidad para alimentar la regulación con el propósito de dotarla de un
soporte teórico que permita la determinación de los conceptos básicos para la
definición y desarrollo de la norma contable. Anotan los autores citados: “Al
prescribir el marco conceptual la naturaleza, funciones y limites de la contabilidad
financiera y de los estados financieros, el proceso de emisión de normas contables
será mas fácil y mas operativo. Una vez asentadas las bases conceptuales, está
delimitado el campo de juego, por lo tanto las reglas que se deriven de ellas
tendrán mayor coherencia lógica, se evitarán contradicciones, las discrepancias se
resolverán por referencia a las bases comunes, etc”.
33
Agregan los autores citados que no se han hecho esperar las críticas al referido
marco conceptual por su inoperancia, al haber definido criterios (ej. Activo y
pasivo) de manera demasiado laxa que no permita sustentar una clasificación de
los conceptos contables de manera rigurosa.
En 1988 en el seno de las I.A.S.C se propuso un proyecto de marco conceptual,
como vía de superación del problema planteado en el proceso consensuado de
emisión de normas contables; problema originado en la dificultad de disponer de
un soporte teórico que justifique la adopción de determinadas alternativas, para el
tratamiento contable de la información financiera.
Sin embargo, dada la concepción metodológica inductiva seguida por el IASC y
ratificada por el IASB, en la construcción del modelo, los criterios contemplados en
el Marco Conceptual, tan sólo son observaciones formales, que, a lo sumo,
estarían en un tercer o cuarto orden de base prescriptiva para las aplicaciones del
modelo contable, después de las disposiciones de cada estándar y de los
contenidos normativos de modelo similares al agenciado por IASC-IASB.
Propósito y valor normativo (IASB, Marco Conceptual 1989)
Este Marco Conceptual establece conceptos relacionados con la preparación y
presentación de los estados financieros para usuarios externos. El propósito del
mismo es:
(a) ayudar al Consejo del IASC en el desarrollo de futuras Normas Internacionales
de Contabilidad, así como en la revisión de las ya existentes;
(b) ayudar al Consejo del IASC a promover la armonización de las regulaciones,
normas contables y procedimientos relativos a la presentación de estados
financieros, con el fin de suministrar una base para la reducción del número de
tratamientos contables alternativos permitidos por las Normas Internacionales de
Contabilidad;
(c) ayudar a los organismos nacionales de normalización contable a la hora de
desarrollar sus propias normas;
(d) ayudar a los elaboradores de los estados financieros al aplicar las Normas
Internacionales de Contabilidad, así como al tratar con materias que no han sido
todavía objeto de una Norma Internacional de Contabilidad;
(e) ayudar a los auditores en el proceso de formarse una opinión sobre si los
estados financieros se preparan de conformidad con las Normas Internacionales
de Contabilidad;
(f) ayudar a los usuarios de los estados financieros en la interpretación contenida
en aquéllos estados que hayan sido preparados siguiendo las Normas
Internacionales de
Contabilidad; y
(g) suministrar, a todos aquéllos interesados en la labor del IASC, información
acerca de su metodología, de cara a la formulación de las Normas Internacionales
de Contabilidad.
34
Este Marco Conceptual no es una Norma Internacional de Contabilidad, y por
tanto no define reglas para ningún tipo particular de medida o presentación.
Tampoco tiene poder derogatorio sobre ninguna Norma Internacional de
Contabilidad.
Objetivos Características Cualitativas
Definición Medida
Reconocimiento Conceptos de capital
y su mantenimiento
Reconocimiento es el proceso de incorporación o incursión de los elementos citados en
los estados financieros. Las condiciones necesarias para reconocer los elementos son:
Que sea probable que del mismo resulte la salida o la entrada de beneficios
económicos para la empresas, y
Que los atributos del mismo puedan medirse con cierto grado de
confiabilidad.
Medida es la determinación de las cantidades por las que los elementos que se
han reconocido van a aparecer en los estados financieros, lo cual implica
seleccionar un atributo en ellos que se puedan medir. Los atributos que
pueden ser usados para medida son el costo histórico. El valor realizable o de
rescate y el valor presente.
La selección del concepto de capital a mantener en la empresa esta basado en
las necesidades de los usuarios de los estados financieros. Si se elige el
ESTADOS FINANCIEROS
ELEMENTOS
Activos, Pasivos y neto.
Gastos e Ingresos
35
mantenimiento del capital financiero, las pérdidas o ganancias del periodo
serán la diferencia entre el valor financiero de los activos netos al principio y al
final del periodo, excluyendo del computo a las operaciones con el propietario
durante el ejercicio. Si se elige el mantenimiento del capital en términos
físicos, existirán beneficios si la capacitación productiva al final del periodo
supera a la del comienzo, una vez se han excluido las operaciones con los
propietarios en el ejercicio. La capacidad productiva se evalúa utilizando los
costes corrientes como atributo de medida.
En discusión posterior Cañibano y Gonzalo concluyen que el marco conceptual
es de difícil determinación y obedece más a criterios intuitivos sobre lo que es
la contabilidad financiera, a razonamientos en que se basan la ley y la justicia
más que a un intento de construcción de un sistema axiomático deductivo.
Citando a Zeff dicen que las aspiraciones conceptuales son reducidas y
reinterpretadas como intereses en los que se derivan consecuencias
económicas. Estos criterios relativos al deber ser, seguramente, los impulsan
a ubicar dentro de este tercer subprograma a la orientación teológica, también
considerada en el subprograma de principios, en aquel caso más por estar
enmarcado en la dinámica de emisión de normas contables que por su
componente deóntico.
El programa de investigación económico comprende tres subprogramas así:
búsqueda del beneficio verdadero, utilidad para el decisor y teoría contable
positiva.
El origen de este programa, dicen los autores, está justificada en la
aparición de una gran cantidad de anomalías en la relación realidad
económica-información contable. Hasta la primera década del siglo XX, la
economía, en los niveles nacional e internacional, no manifestaba signos de
desequilibrio muy notorios que hicieran pensar en la necesidad de cambios
drásticos en los procesos de medición de los fenómenos por parte de la
contabilidad; pero luego de la Primera Guerra Mundial la economía Europea
sale resentida y la hiperinflación deteriora su estructura productiva y
comercial. El criterio del “costo histórico” como base de valoración de los
hechos económicos es cuestionado por diversos autoresy por la profesión
contable. Afloran nuevas propuestas para la medición y la información
económico fruto de actividades investigativas. Aparece el interés por
conocer el beneficio verdadero de la gestión empresarial y, luego, más allá
de esta preocupación por la medición, surge el interés por la utilidad de los
datos para la toma de decisiones. Como resultado casi obvio de estas
tendencias se aborda el objetivo de alcanzar la explicación y la predicción
de hechos económicos como papel principal de la disciplina contable.
36
Dicen los autores al respecto: “Lo que en un principio seria solo la
búsqueda de la principal magnitud periódica en torno a la cual gira todo el
proceso contable, el cálculo del beneficio que, naturalmente, se pretendía
fuera verdadero (entendiendo esta verdad por su congruencia con la
realidad económica), mas tarde el énfasis es puesto en la utilidad que para
el decisor reporta la información contable, no resultado ya tan importante si
el beneficio es “verdadero” o no, sino si dicha magnitud y la información
contable de la que se desprende resultan útiles para adoptar decisiones.
Por último, saliendo al paso del normativismo implícito que pudiera existir
en los subprogramas antedichos surge la teoría contable “positiva”, cuyo
objetivo consiste en explicar y predecir la práctica contable tal y como
efectivamente es”.
El subprograma de búsqueda del beneficio verdadero inicia su proceso
cuando en las primeras décadas del siglo XX se plasman, en la literatura y
en la práctica contable de países avanzados económicamente, nuevos
conceptos y herramientas en el campo de la valoración contable de los
hechos económicos al interior de las organizaciones empresariales. Paton,
Canning y Sweeny en Estados Unidos fueron pioneros en la década de los
veinte y treinta; mas tarde, las obras de Fernández y Pirla y Cea en
España, Mattessich, Edwards y Bell y AICPA en Norteamérica, Chambers
en Australia, entre otros, son demostrativas de la nueva tendencia que se
desarrolla definitivamente desde la década de los sesenta en adelante. En
general, estos aportes a la literatura contable tienen un común denominador
en la crítica al costo histórico, aunque pueden diferenciarse en las
soluciones propuestas. A continuación veremos en resumen algunos de
tales puntos de vista:
Edwards y Bell, en 1961, presentan “la teoría del resultado de la empresa” en la
que abogan por una conciliación entre los conceptos económico y contable del
resultado empresarial, lo que requiere una reconstrucción del concepto
económico, generalmente aceptado, de Resultado de la Empresa y una importante
modificación del actual concepto contable de dicho resultado. Para estos autores
el resultado histórico consta de dos componentes, el esperado y el inesperado,
siendo el último el producto de los errores de interpretación o de la improvisación
en la toma de decisiones. La reconstrucción del concepto económico de resultado
es desarrollada en cuatro etapas a saber: 1. Análisis del proceso de toma de
decisiones en la empresa. 2. Limitaciones del resultado económico (subjetivo)
para evaluar las decisiones. 3. Concepto de “resultado realizable” (objetivo)
consistente con una toma de decisiones lógica. 4. Demostración de la naturaleza
37
objetiva y no subjetiva de este ultimo concepto, lo que hace superar las
limitaciones del anterior de cara a la evaluación de alternativas. Con relación al
resultado contable, éste es dividido en resultado contable de la explotación y
ganancias de capital. El primero es calculado como diferencia entre la valoración
del costo histórico y el valor corriente dela producción vendida, más los ahorros de
costos realizados (ganancias por diferencias de precios de existencia mantenidas
como inventarios). A este resultado de la explotación se adicionan las ganancias
de capital, para obtener el resultado contable.
EL AICPA, a través de su División de Investigación Contable, presenta una
propuesta en 1963, sobre cambios en los niveles de precios en la que recoge los
problemas diversos originados en tales cambios y las posibles soluciones a los
mismos. Diferencian dos conceptos distintos: a. Variaciones de los precios
individuales de ciertas mercancías; b. Variaciones en la capacidad adquisitiva del
dinero. Los primeros cambian como consecuencia del comportamiento de la
oferta y de la demanda de sus mercados específicos y, en menor grado, de la
regulación del mercado de dinero. En cuanto a las variaciones en el poder de
compra del dinero, se originan, en primer lugar, del funcionamiento del mercado
monetario y, como efecto subsidiario, de la dirección tomada por los precios
individuales de los bienes y servicios. Por originan en primer lugar, del
funcionamiento del mercado monetario y, como efecto subsidiario, de la dirección
tomada por los precios individuales de los bienes y servicios. Por lo tanto no tiene
por qué haber correspondencia entre una situación inflacionista de la economía y
la ascensión de los precios de ciertas mercancías. Al no contemplar la
contabilidad las alteraciones de los precios individuales de los bienes poseídos por
las empresas, está suministrando información alterada en la que no pueden
compararse inversiones efectuadas en diversos momentos por que las unidades
monetarias expresadas no representan un poder adquisitivo equiparable. La
solución estriba entonces en corregir cada una de las partes de los estados
financieros introducción ajustes por nivel de precios, que conduzcan a datos
expresados en términos de unidades monetarias “comunes”, es decir, unidades de
poder adquisitivo permanente. El instrumento más adecuado para esto viene
representado por el índice general de precios de la economía. Aunque todos los
componentes de los estados financieros son susceptibles de ser expresados en
unidades monetarias de otro momento, es preciso computar un resultado por la
tenencia de los activos monetarios, puesto que los mismos alcanzan su valor
nominal en la fecha de sus respectivos vencimientos, y ocurre que el poder
adquisitivo del dinero no deja de oscilar. Se trata, por tanto, de una categoría
independiente de resultados que no suele tener cabida en los estados financieros
habituales.
38
Chambers, en 1966, distingue dos tipos de alteraciones en los precios, las que
afectan el nivel general de los mismos y los cambios en los precios relativos, cada
una de las cuales tiene una distinta incidencia sobre la economía de las empresas
que se mueven en el sistema afectado por los cambios. Las alteraciones
producidas por los cambios del primer tipo están representadas en las ganancias o
perdidas por la tenencia de activos y pasivos monetarios adicionadas a las
ganancias o perdidas por la tenencia de activos y pasivos monetarios adicionadas
a las ganancias o perdidas por la tenencia de activos no monetarios, al alterarse
los precios relativos de los mismos. Examinan, también, la repercusión de las
alteraciones de los precios en las categorías de los bienes como inventarios y
activos fijos. Como base valorativa toma el precio potencial de reventa de los
bienes. Para los inventarios de mercancía, el precio de venta sólo de aplicarse
cuando este sea inferior al costo corriente de los factores aplicados para su
elaboración, por lo tanto el criterio del precio de venta se refiere en este caso a los
factores pero no a los productos. Distingue entre los beneficios realizados y los no
realizados, siendo los primeros derivados de ventas efectivas, y los segundos de
cambios en los niveles de precios, distinción esta que puede orientar una política
consciente, de distribución de beneficios, toda vez que repartir los no realizados
puede producir serios problemas por falta de liquidez.
Como se anotaba antes, para Cañibano y Gonzalo las aportaciones
mencionadas tienen como denominador común una crítica al costo histórico
como único procedimiento de valoracióncontable. Las propuestas
valorativas llevan a una nueva porción de excedente contable que hay que
calificar como beneficio (perdida) o ajuste del patrimonio neto, frente a la
cual existen diversas posiciones en cuanto a su reconocimiento como
beneficio (perdida) o tan solo como ajuste del hacia otro tipo de excedente,
el de los flujos de tesorería, a partir de una contabilidad de flujos de
tesorería con lo que se solventan muchos de los problemas que plantea el
reparto de los importes de las operaciones en el tiempo, que para calcular
el beneficio hace el principio del devengo. Así se pueden obtener estados
financieros coherentes, orientados hacia el futuro y útiles para los usuarios,
sin ignorar que tales informes son de compleja comprensión.
El subprograma de utilidad para el decisor esta constituido por
orientaciones que indagan la relación existente entre la realidad y el
comportamiento del sujeto, admitiendo aproximaciones positivas o
normativas. Muestra las siguientes características:
La información contable es una materia prima;
39
Dentro de un modelo de decisiones (más o menos especificado);
Que tiene en cuenta el entorno y las características del usuario decisor;
Cuya eficiencia se miden en función de la utilidad que le proporcione para
conseguir objetivos explícitos.
La información contable no tiene valor por si misma sino por permitir decisiones
mas eficiente a sus usuarios. Citado a Tua, Cañibano y Gonzalo afirman que en
contabilidad financiera los pronunciamientos vinculados a la regulación contable
externa ponen a la utilidad como el objetivo más importante a conseguir por la
información emanada de las empresas.
Se cita el informe Trueblood, trabajo realizado con miras a fundamentar
conceptualmente al FASB, emitido en el seno del AICPA en 1973, como ejemplo
de orientación de los estados financieros, como base de información útil para la
toma de decisiones económicas. Los objetivos de la información financiera en
este informe se plantean como los mismos objetivos básicos de los estados
financieros que consisten en suministrar información útil para la toma de
decisiones económicas. Además los estados financieros deben:
1. Estar al servicio de aquellos usuarios que tienen autoridad limitada, o que
no cuentan con la capacidad o con los recursos necesarios para obtener
información.
2. Proveer información útil a los inversores y acreedores para la predicción,
comparación y evaluación de los flujos netos potenciales de tesorería en
términos de importe, periodicidad y riesgo.
3. Suministrar información útil para prever, comparar y evaluar el poder de la
empresa para obtener beneficios.
4. Facilitar información útil para apreciar la capacidad y responsabilidad de la
gerencia en el uso eficaz de los recursos en orden a la consecución de los
objetivos básicos de la empresa.
5. Proveer información tanto de los hechos como en la relación con su
interpretación, de las transacciones y otros acontecimientos acaecidos en la
empresa, necesaria para predecir, comparar y evaluar su capacidad para
obtener beneficios.
6. Suministrar un estado de la situación financiera útil para predecir comparar
y evaluar la capacidad de obtener beneficios de la empresa, facilitando
información relativa a las transacciones y otros acontecimientos
relacionados con ciclos incompletos de beneficio.
7. Facilitar un estado de resultados útil para prever, comparar y evaluar la
capacidad de la empresa de obtener beneficios, incluyendo el resultado de
los ciclos completos de valor y el de las etapas encaminadas a concluir
ciclos todavía incompletos.
8. Presentar un estado de operaciones financieras, útil para predecir comparar
y evaluar la rentabilidad potencial de la empresa, centrado especialmente
40
en los aspectos reales de las transacciones que hayan tenido o puedan
tener consecuencias significativas en relación con la tesorería.
9. Suministrar información útil para realizar predicciones incluyendo las
propias de la empresa si ello facilita las realizadas por el usuario.
10. En las organizaciones no lucrativas suministrar información útil para evaluar
su capacidad de emplear adecuadamente sus recursos en cumplimiento de
sus fines organizativos.
11. Suministrar información acerca de las actividades de la empresa que
afecten a la comunidad, que puedan ser determinadas descritas o medidas,
y que sean de importancia para evaluar el papel de la entidad en su entorno
social.
En la misma obra citada el profesor Tua se refiere a una clasificación de
posibles subprogramas de investigación relacionados con el paradigma de
utilidad.
Cañibano y Gonzalo incluyen dentro de este enfoque además del informe
Trueblood, al marco conceptual del IASC, ya que en ellos se pone de
manifiesto, claramente, que el objetivo básico de los estados financieros es
suministrar información útil para la toma de decisiones económicas. Esta
inclusión no significa para estos autores que los reguladores (responsables del
informe Trueblood o del marco conceptual del IASC) se sitúen dentro de este
subprograma de utilidad para el decisor, sino en el legalista, pues admiten su
punto de vista teológico bajo el cual desean encontrar la inspiración a la hora
de tomar decisiones respecto a qué alternativa contable elegir, además de que
su análisis es mas intuitivo que lógico y sus elaboraciones pasan mas por el
tamiz del consenso entre las partes implicadas que por la contratación o
refutación empírica. Clasifican tres ramas dentro de este subprograma, a
saber:
Enfoque de las reglas de decisión;
Planteamientos conductistas;
Procesamiento humano de la información.
El enfoque de las reglas de decisión comprende todas las investigaciones
que tratan de determinar, con razonamientos hipotético-deductivos, las
reglas de conducta óptima para diferentes situaciones de decisión en la
empresa, constituyéndose en un enfoque altamente normativo. Todas las
técnicas que se han ido aplicando al campo de las decisiones, desde el
presupuesto de capital, gestión de almacenes, técnicas de predicción de
beneficios o de insolvencia, etc., son ejemplos de desarrollo de este
enfoque.
La aparición de un conjunto de hipótesis derivadas de otras disciplinas
como la sicología o la sociología y orientadas a explicar el comportamiento
de los usuarios de los informes contables y financieros, originó dentro de la
investigación contable el planteamiento denominado conductista. Tal
41
enfoque suponía introducir en el contexto de decisión las variables del
comportamiento del decisor, como sujeto con preferencias individuales y
sociales, de manera que el objetivo de la investigación fuera comprender,
explicar y predecir el comportamiento humano en un contexto relacionado
con la información contable.
Finalmente, el subprograma de utilidad para el decisor comprende el
enfoque del procesamiento humano de la información, que es una
extensión del enfoque conductista pero con un grado de formalización
mayor. Las investigaciones se han orientado a asimilar lo más exactamente
posible los procesos de toma de decisiones a partir de la información
suministrada a los decisores. Para ello se ha recurrido a modelos formales
como el de Brunswich o el de la economía de la información.
Como se anotó antes, el profesor Mattessich incluye el modelo de la economía de
la información, junto con el modelo básico de la agencia y el de la agencia
información, dentro del programa o tradición de Gerencia, primer programa que,
en su criterio, ha desarrollado la disciplina contable en su trasegar como ciencia
social en formación.
El tercer subprograma de investigación del programa económico propuesto por
Cañibano y Gonzalo es la denominada teoría contable positiva.
Su enfoque, como se deriva de su nombre, es de tipo positivista, que
contrasta con el normativismo de corte económico no declarado de los dos
enfoques precedentes.Se critica abiertamente la inclusión de juicios de
valor en el proceso de elaboración de normas contables, acudiendo al
conocido criterio positivista relacionado con el papel de la ciencia, la cual no
trata con el deber ser sino con lo que es, por lo cual su misión esta
orientada a la comprobación de comportamientos regulares de los objetos
de estudio. El deber ser es el campo de trabajo de los políticos.
Para Cañibano y Gonzalo, la distinción entre lo positivo y lo normativo es
una diferenciación artificial “cuyos argumentos han quedado como una
reliquia filosófica mas, que se puede enseñar en las escuelas y en las
universidades, especialmente a los científicos en formación, pero que tiene
poca trascendencia para el quehacer diario de quienes llevan a cabo tareas
científicas… todo problema científico puede ser positivo o normativo,
dependiendo del prisma que se adopte frente al mismo. Los juicios de valor
que se tomen serán siempre exógenos al sistema teórico manejado por el
científico, que puede internalizar, si lo desea, alguno de ellos y hacerlos
objeto de estudio, pero siempre tendrá que recurrir a sistemas teóricos mas
amplios para encontrar la justificación de todas las premisas (principios de
indeterminación de Heisenberg)… El problema, por tanto, no reside en si
admitir juicios de valor o no, sino en explicarlos en todas y cada una de las
42
investigaciones, conociendo que su existencia puede limitar la validez de
las conclusiones obtenidas”.
Los profesores Cañibano y Gonzalo citan en este trabajo a los reconocidos
investigadores, profesores de la Universidad de Rochester y adalides de la
denominada corriente positivista en contabilidad, Ross L. Watts y Jerold L.
Zimmerman, gracias a su obra Positive Accounting Theory.
Para Watts y Zimmerman el objetivo de la teoría contable es explicar y predecir la
práctica contable. Explicación significa proveer de razones para la práctica
observada; así la teoría contable podría explicar por qué ciertas entidades utilizan
el método de inventario UEPS mientras que otras aplican el PEPS. Predicción de
las prácticas contables significa que la teoría predice fenómenos no observados
en contabilidad. Un fenómeno no observado no es necesariamente un fenómeno
futuro; ello incluye fenómenos que han ocurrido pero cuya evidencia sistemática
aún no ha sido colectada. Por ejemplo, la teoría contable podría proveer hipótesis
acerca de las características de las empresas que adoptan el método UEPS,
frente a las características de la que adoptan el PEPS. Tales características
pueden ser examinadas usando datos históricos de las empresas que han
adoptado uno u otro método.
La confrontación entre las ganancias contables y los precios de las acciones de
capital es un tema que abordan Watts y Zimmerman. La hipótesis de la eficiencia
del mercado, EMH, es conflictiva frente al argumento que afirma que los
administradores pueden usar las ganancias contables con el propósito de
desorientar sistemáticamente el mercado de valores. Si la ganancia contable está
relacionada con el precio de las acciones, la EMH sugiere que la ganancia puede
ser útil en la medición de sus índices de valor, contrariamente a lo que se afirmaba
en los años sesenta, cuando se argumentaba que los datos de ganancias no eran
útiles pues no median ningún concepto de ingreso en particular.
A diferencia de Ball y Brown para quienes contenido de información sobre
ganancias se refiere a la relación entre ganancias anuales y tasas de retorno
anormales, Watts y Zimmerman denomina “contenido de información sobre
ganancias” si, en un evento específico, el anuncio sobre ganancias tiene un efecto
sobre el precio de las acciones en tal circunstancia. Argumentan que por
definición la información no es conocida previamente. Si el cambio en el precio de
las acciones asociado con un evento tiene ocurrencia antes de tal evento, los
factores que afectan el precio de las acciones que son asociados con el evento,
son ya conocidos.
Cañibano y Gonzalo anotan que de la tradición positivista en contabilidad pueden
extraerse tres contribuciones importantes:
La utilización intensiva de teorías que procedían del mundo de las finanzas,
como el modelo de precios de los activos financieros, CAPM (capital Asset
Pricing Model) o el modelo de la hipótesis de la eficiencia del mercado,
43
EMH, con lo que se ha consolidado la unión de dos disciplinas, la
contabilidad y las finanzas.
La proliferación de los estudios empíricos con datos del mercado de
capitales y variables contables, para indagar sus interrelaciones a la luz de
las teorías financieras.
El énfasis en la construcción de una teoría positiva de la determinación de
los contenidos de las normas contables, basado en el juego de la oferta y la
demanda de los intereses de las partes aplicadas.
Cañibano y Gonzalo finalizan este acápite con dos puntos de análisis del
subprograma contable positivo, a saber:
Debe destacarse el avance que para la disciplina contable significa la
aplicación, desde la perspectiva positiva, de elementos teóricos derivados
de la economía y las finanzas, en el estudio de los fenómenos del mercado
de bienes financieros y en la explicación de los comportamientos de las
partes que se mueven dentro de la empresa. Sin embargo, es bueno
señalar, que aparecen mas abundante los anuncios de los logros a alcanzar
por estos planteamientos que las realizaciones efectivamente desarrolladas
y aplicadas. Los pobres resultados conseguidos hasta el momento dejan
casi todo por hacer.
El afán por sustentar cualquier investigación en elementos empíricos ha
resultado en una moda entre los estudiosos, quienes se preocupan más por
obtener una curva de observación bien ajustada a los datos (el síndrome de
los R) que una teoría consistente y bien fundamentada.
El problema de investigación formalizada, según Cañibano y Gonzalo, esta
conformado por tres subprogramas, a saber: la axiomatización de la contabilidad,
el análisis circulatorio, la teoría de la agencia, el modelo CAPM/HME y la
economía de la información.
Según Cañibano, ya citado en este capitulo, este programa surge como resultado
de la preocupación de los investigadores contables por fundamentar la disciplina
contable en una base teórica y metodológica de carácter hipotético-deductivo que
permitiera abstraer, del cuerpo global de conocimientos, aquellos principios sobre
los que descansaba todo el cuerpo teórico, lo que requería aplicar todo el arsenal
contenido en el análisis formal.
Inmersos en esta dinámica aparecen diversos trabajos investigativos
orientados a justificar, a partir de desarrollos lógico-matemáticos la
disciplina contable, hasta que aparece la obra Accounting and Analytical
Methods publicada en 1964 por el Dr. Richard Mattessich, en la que se
formula la propuesta formal más acabada en el camino de la
fundamentación axiomática contable.
44
El subprograma de la axiomatización de la contabilidad para Cañibano y
Gonzalo constituye el trabajo más importante, desde una perspectiva
lógica, en el proceso de dotar a la disciplina contable de un conjunto de
hipótesis básicas que le permitan derivar, desde ahí, conjuntos de reglas
especificas aplicables en la elaboración de la información contable útil para
la toma de decisiones económico-financieras.
Durante el siglo XX, la contabilidad ha intentado desarrollar bases
axiomáticas; demostrativos de tal preocupación son los trabajos
investigativos aportados por Paton, Littleton, Palomba, Devine y Chabers
entre los más importantes hasta la década de los cincuenta. Otros autores
que trabajan en esa línea en años mas recientes son Moonitz y Sprouse, ya
referenciados, Cañibano y Mattessich.
Cañibano en su Teoría Actual propone un contenido básico de una ciencia
axiomatizada, así:
Un conjunto de términos primitivos o indefinidos caracterizados no por una
definiciónexplicita, sino por las relaciones en las que queden insertos en
virtud de los axiomas de la teoría.
Un conjunto de definiciones mediante las que se introducen nuevos
términos a partir de los primitivos.
Un conjunto inicial de premisas denominados axiomas o postulados.
Un aparato formal lógico-matemático que constituye el conjunto de reglas
de inferencia, mediante el cual podemos realizar derivaciones a partir de los
axiomas.
Un conjunto de enunciados derivados de esta forma y que reciben el
nombre de teoremas.
En consideración a la capital importancia que tiene la formulación básica de la
Contabilidad realizada por el profesor Richard Mattessich, en su Accounting and
Analytical Methods, publicada en 1964, se incluyen en este apartado algunos de
sus planteamientos desarrollados en esa obra. En este trabajo Mattessich
reformula su visión previa, propuesta en 1957, expresada desde el álgebra
matricial. Ahora utiliza expresiones semánticas, complementadas en un desarrollo
basado en el álgebra de conjuntos.
En la versión inicial de Accounting…. Se proponen dieciocho asunciones básicas
así:
45
1. Valores monetarios
2. Intervalos de tiempo
3. Estructura
4. Dualidad
5. Agregación
6. Objetos económicos
7. Descompensación de los derechos monetarios
8. Agentes económicos
9. Entidades
10. Transacciones económicas
11. Valuación
12. Realización
13. Clasificación
14. Datos de entrada
15. Duración
16. Extensión
17. Materialidad
18. Asignación
Mattessich anota que esta formulación apunta a fundamentar sistemáticamente
la teoría de la contabilidad en dirección al desarrollo de una metateoría de la
cual este trabajo es un simple avance. Complementando el planteamiento
semántico de las dieciocho asunciones básicas, en el apéndice se desarrollan,
apoyadas en el álgebra conjuntista, las demostraciones de cada premisa,
algunas de las cuales se insertan a continuación.
Formulación Conjuntista de los Fundamentos de Contabilidad
El profesor Richard Mattessich hace una generalización de la teoría contable,
desde el álgebra de Conjuntos. En ella maneja los siguientes conjuntos:
V: El conjunto de Valores
T: El conjunto de Periodos (intervalos)
G: El conjunto de Agentes Económicos
O: El conjunto de Objetos Económicos, los cuales asimilamos a las cuentas
π: El conjunto de Transactores Positivos, los cuales asimilamos a los
negociadores que adquieren el derecho de propiedad.
v: El conjunto de Transactores Negativos, los cuales asimilamos a los negocios
que ceden el derecho de propiedad.
Además considera las entidades E, cuyos elementos son objetos económicos o
agentes económicos (pero no los dos), que interactúan en un instante o en un
periodo de tiempo.
Si el instante es el estado de la entidad en es:
46
{x / x ∈ G, σ, x ∈ σ} ( ∩ g) ∪ ( ∈ σ) ≠
Con lo cual G ∩ O=
La entidad E es el conjunto de todos los estados en los diferentes instantes o
periodos.
E = { ; = / v} Y es la duración de la entidad, F ∈ T
Algunas relaciones de la Teoría Contable
RELACIÓN DERECHO DE PROPIEDAD
W (ei, σ j, t ) = vij
Donde ei es el estado de una entidad; sj un objeto o cuenta t es el periodo en
el que se tiene el derecho a la propiedad; vji es positivo y es el valor que tiene
el derecho de la propiedad en ese periodo de tiempo; todas las condiciones
legales o económicas se cumplen.
RELACION TENER DEUDA
δ (ei, ej, t vij
Donde ei es la parte deudora, ej la parte que reclama, t el periodo de tiempo; y
ei ≠ ej, t el tiempo durante el cual existe la deuda; (v sub ji > 0 ) es el valor de la
deuda en el periodo t y todas las condiciones legales o económicas se
cumplen a satisfacción.
RELACION: TRANSACCIÓN
Es una relación entre un transactor negativo (que cede el derecho de la
propiedad), un transactor positivo (que adquiere el derecho a la propiedad)
ambos en los mismos periodos y el valor de la transacción se asigna mediante
hipótesis empíricas.
Se nota: F (Ki, Kj, t vij F es una relación de equivalencia;
Ki: representa una clase de equivalencia y pertenece al conjunto de los
transactores negativos v en ese periodo de tiempo (Ki ∈ v)
Kj: representa una clase de equivalencia y pertenece al conjunto de los
transactores positivos π en ese periodo de tiempo (kj ∈ v); Ki Kj pueden
47
pertenecer a entidades diferentes, pero ellas son equivalentes por estar
relacionadas (Ki = Kj) o pueden ser la misma entidad y Ki = Kj Todo esto se
desarrolla en un periodo de tiempo y tiene un valor positivo asignado:
vij vij ∈ v.
Respecto a este concepto de transactor, es bueno aclarar que hay muchos
negociadores que son transactores potenciales; solamente toman el carácter
de transactor positivo o negativo en el momento en que se realiza la
transacción.
La relación transacción es de equivalencia, de tal manera que todos los
agentes o cuentas que se relacionan con Ki, forman las clases de equivalencia
[Ki]. Todo lo anterior describe un hecho económico que luego se lleva a otro
nivel cuando se escriben las cuentas de todos los que intervienen en el
negocio; en este momento cada cuenta representa otra clase de equivalencia a
la cual se llama transactor contable y se nota [σ].
Todas las cuentas hacen parte de un conjunto llamado plan de cuentas, el cual
responde a la estructura de espacio topológico, pues al unir cualquier entidad
de cuentas, ésta cuenta unión también esta en el plan de cuentas; si se hace
intersección finita de cuentas, esta cuenta intersección también está en el plan
de cuentas; todo el plan es una gran cuenta y (vacio) es un subconjunto del
plan.
Existen transacciones F (Ki, Kj, t vij Intra-entidad, si y solo si Kj ⊂ em, Kj ⊂ en, em y en
es la misma entidad pero Ki = Kj
em en
Esto sucede cuando un negocio afecta cuentas diferentes de la misma entidad.
Una transacción F (Ki, Kj, t vij Intra-entidad, si y solo si Kj ⊂ em, Kj ⊂ en, em y en, las
entidades son diferentes mientas que Ki = Kj
Kj = Ki
48
Son las transacciones que se dan entre entidades diferentes, donde Ki y Kj por ser
negociadores pertenecen a la misma clase de equivalencia.
Dos transacciones inter-entidades Fi (Ki Kj, t ) = v y F2
Esta parte no la alcanzo a distinguir
“La transacción compensada evidencia empírica
Mente la transacción (legal o económica) de la
Otra”.
La inversa de una transacción se obtiene intercambiando los transactores. Si la
transacción original es F (Ki, Kj, t vij con Ki transactor negativo y Kj transactor
positivo, entonces la inversa es F (Ki, Kj, tλ) = vijλ, donde Kj es el transactor negativo Ki es
el transactor positivo, tλ puede ser menor, igual o mayor que tt y el valor asignado es el
mismo para ambas transacciones vij = vij
λ.
Transferencias del derecho de propiedad
Desde la entidad em hacia la entidad en
Consideramos las siguientes relaciones:
a) W (em, σj, tr-1) = vmjr-1 > 0 y W (em, σj, tr) = vmjr = 0
49
b) W (en σj, tr-1) = v
mj
nj
r-1
> 0 y W (em, σj, tr) = v
mj
nj
r
= 0
Las entidades em y en son diferentes, Ki ⊂ em, em es la entidad que cede el
derecho de la propiedad; Kj ⊂ en, en es la entidad que asume el derecho de la
propiedad.
Ki = Kj y Ki esta representada por la cuenta σj, la cual, a su vez, es una clase de
equivalencia en el plano contable.
Creación de la figura PROPIEDAD DE ACCIONES: es una transacción
Q (Ki, Kj, tr vnj
r
En la cual:
a) W (em, en, t
r-1) = vmn
r-1
> 0 y w (em, en, t
r
) = vmn
r = 0
b) Ki ⊂ em, em es la entidad que adquiere la propiedad de las acciones.
c) Kj ⊂ en, en es la entidad que cede el derecho de propiedad de las acciones.
d) Ki y Kj pertenecen a la misma clase de equivalencia.
Las entidades son diferentes, los periodos detiempo y los valores pertenecen a
las conjuntos T y V respectivamente.
La entidad es propietaria solo de objetos contenidos en ella pero no de los
agentes.
Creación de la figura tenedores de deuda o de bonos
Es una transacción D (Kj, Ki, t
r) = vij
r entre las entidades en y em donde δ(em, en, t
r-1)
= vmn
r-1
> 0 y δ (em, en, t
r) = vmn
r
> 0
Ki ⊂ em, em es la entidad propietaria
Kj ⊂ en, en es la entidad que demanda o reclama
Ki y Kj están en la misma clase de equivalencia y los periodos y valores están en
los conjuntos T y V respectivamente.
LA FIGURA CANCELACIÓN DE PROPIEDAD DE ACCIONES, es una
transacción, o una parte de ella:
Q (Ki, Kj, tλ) = vijλ donde W (em, en, tλ-1) vmnλ > 0 y W (em, en tλ) = vmnλ > 0
Ki ⊂ em em; Kj ⊂ en, en son entidades diferentes y los valores son iguales vmnλ = vmnλ-1
50
En general, se puede decir que la transacción cancelación de acciones es la
transacción inversa de la creación de propiedad de acciones.
LA FIGURA PAGO DE BONOS es una transacción:
D (Ki, Kj, tλ) = vijλ donde
δ (em, en, t
λ-1
) = vmn
λ-1
> 0 y δ (em, en, t
λ
) vmn
λ
= 0
Ki ⊂ em, em es la entidad a quien le pagan los bonos
Kj en, en es la entidad que paga los bonos
Las entidades em y en son diferentes y vmnλ = umnλ-1, además los periodos y los
valores, pertenecen a T y V respectivamente.
En general se puede decir que la transacción “pago de bonos” es la inversa de la
transacción “creación de tenedor de bonos”.
PERIODO CONTABLE Pz: es la suma de intervalos de tiempo no interrumpidos
Se nota pzr = si tr ∈ T; un periodo Ps es definido como un subperiodo de Pz el
cual tiene el mismo comienzo como el del periodo contable; ps = s ≤ z y ambos
empiezan en r = 1.
Plan de cuentas de una entidad en
Es una familia de conjuntos An = {ai ⊂ en ± 1, … y } formada por las cuentas de la
entidad; en un negocio las cuentas forman clases de equivalencia, algunas son
subconjuntos de otras cuentas, por ejemplo:
ad= [σd], d= 1, …. , k
a = [σj], = K + , … , m
…
ar = [σr], r = r + 1, … , w
ax = [σx], x= w+1, … , y
as, a , … ar ax son conjuntos de An y se ajustan a cierta jerarquización; de esta
manera el estado de balance se puede ver como una cuenta, aunque el
mecanismo débito-crédito no sea muy visible.
51
Un plan de cuentas se ajusta a la estructura de un espacio topológico, en el cual
se considera An como el conjunto de todas las cuentas y C la familia de
subconjuntos de cuentas del plan, donde:
An ∈ Cn (todo el plan es un subconjunto de cn)
n ∉ cnn ( es el subconjunto trivial de todo subconjunto)
La unión de cualquier número de subconjuntos de Cn es otra cuenta y por tanto
está en Cn.
Además se cumple que en el plan, las cuentas aparecen en un orden de jerarquía
y las cuentas de Cn están en correspondencia uno a uno con las transacciones
realizadas en el proceso económico.
La edición alemana del Accounting and Analytical… perfecciona la versión de
1964, introduciendo un conjunto de términos primitivos, que aparecen como dados
al sistema, reformulándose la redacción de las premisas o asunciones e
introduciendo una adicional (la numero 10) a la mencionada en la versión anterior,
que Tua califica como teológica u orientadora del sistema:
Número: elemento del cuerpo de los números reales
Valor: Número que expresa una preferencia real o supuesta
Unidad monetaria: base de un sistema monetaria real o ficticio
Intervalo de tiempo (fecha): momento del tiempo que se desea registrar
Objetos económicos: activos y pasivos (riqueza) pertenecientes a una persona y
otra unidad económica.
Sujetos económicos: personas físicas, jurídicas o grupos de ellas que llevan a
cabo actividades económicas.
Conjunto: colección de objetos, sujetos o sucesos.
Relaciones: subconjunto del producto cartesiano de dos o más conjuntos.
Supuestos básicos:
1. Existe un sistema numérico para expresar o medir
preferencias (valores) en forma de cantidad monetaria.
2. Existe un sistema numérico para ordenar,
adicionar y medir intervalos de tiempo.
3. Existe un conjunto de objetos económicos (activos
y pasivos) cuyas características (valor, cantidad, número, etc.) son
susceptibles de cambio.
52
4. Existe un conjunto de sujetos económicos
(personas físicas, jurídicas y grupos) que poseen, deben o controlan
objetos económicos y tienen derecho a expresar sus preferencias acerca de
ellos.
5. Existe al menos una unidad o entidad económica
(compuesta por sujetos y objetos económicos), cuya riqueza y cambios en
la misma van a ser descritos.
6. Existe un conjunto de relaciones denominado
“estructura de la unidad” (esta estructura es representada por un sistema
jerarquizado de clases, llamadas cuentas).
7. Existe una serie de fenómenos (reflejados en
forma de operaciones) llamados transacciones, las cuales cambian la
estructura y composición de los objetos económicos.
8. Cada transacción T que va a ser reflejada en el
sistema de cuentas (transacción contable), atribuye un valor (Vij) a un vector
tridimensional, formado por la cuenta que va a ser abonada ai (valor
negativo), la cuenta que va a ser cargada (valor positivo) y un intervalo de
tiempo.
T (ai, aj, t) V ij
9. Para cada cuenta es posible en cualquier
momento (por ejemplo, después del transcurso de un periodo de tiempo )
realizar una operación B llamada saldar. Esta operación atribuye un valor V
a la cuenta que es determinado por adición lineal de todos los valores
positivos y negativos registrados desde el comienzo al final del periodo
10. Existen unos objetivos específicos o necesidades
de información dadas, que deben ser cubiertas por un sistema contable
concreto. La elección de reglas contables (hipótesis específicas. Ver
puntos 11 al 19) depende del propósito o necesidad señalada.
11. Existe un conjunto de reglas anternativas
(hipótesis especificas) que determinan qué valores deben ser adscritos a
una transacción.
12. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan los valores de reembolso de las obligaciones monetarias.
13. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan si una transacción: a) Modifica los resultados y
53
consecuentemente el neto de una entidad. b) Modifica el neto pero no los
resultados de la unidad económica. C) No altera el neto y, por lo tanto,
tampoco los resultados de la entidad.
14. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan el sistema de clasificación de las cuentas.
15. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan los datos de entrada y el grado de agregación de esos datos.
16. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan la duración esperada de la unidad contable y la duración de los
precios contables.
17. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan si y cuando un suceso económico provoca una transacción
contable (por ejemplo, la operación).
18. Existe un conjunto de reglas alternativas que
determinan la distribución de los valores entre las subentidades.
19. Existe un conjunto de reglas alternativas que
expresan las condiciones bajo las cuales dos o más entidades deben ser
consolidadas en una super-entidad.
Esta formulación básica de la contabilidad se ha constituido en el discurso mejor
elaborado y mas reconocido en el ámbito disciplinar. Además de su rigurosidad
en el planteamiento lógico-matemático, al establecer un conjunto de premisas
orientadoras dentro de los supuestos básicos, crea una perspectiva de desarrollo
no concebida con anterioridad. Este modelo permite distinguir la teoría general
contable de sus aplicaciones o interpretaciones, con lo que los denominados
principios contables no son más que elementos componentes de las
interpretaciones, que cambian según los objetivos del sistema interpretado, y la
teoría general se aleja del debate diario y se convierteen la base de las múltiples
aplicaciones disciplinares. También debe advertirse, como lo han hecho diversos
autores, que una estructura como la reseñada aquí, esto es, un discurso de tipo
deductivo, tan sólo sirve para justificar y explicar los desarrollos teóricos y sus
aplicaciones en vigor, pero no va más allá de eso, es decir, no es demostrativa de
una capacidad especial que estimule la construcción de teorías nuevas.
Agregan Cañibano y Gonzalo que para el caso de la Contabilidad, que emplea
como otras ciencias aplicadas un tipo de razonamiento instrumental, orientado a
alcanzar fines de carácter pragmático en el ámbito empresarial, la introducción de
premisas auxiliares o hipótesis instrumentales, con el fin de derivar reglas
concretas de actuación, es un imperativo necesario.
54
La segunda alternativa del programa formalizado propuestas por Cañibano y
Gonzalo es la del análisis circulatorio; ésta es una tradición investigativa que
considera los fenómenos económicos como flujos de circulación de valor y su
acumulación, está originada en los análisis económicos realizados por los
fisiócratas y por los economistas clásicos y que en la Contabilidad han originado,
según Vlaenminck la escuela económica orientada por René Delaporte y J.
Dumarchey.
El análisis circulatorio es una metodología que permite analizar, entre otros y en lo
que a la contabilidad económica compete, los flujos de valor, en un proceso de
disección de las actividades productivas y de intercambio de los bienes y servicios
de una economía dada. Actualmente esta vertiente investigativa está impulsada
por el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, M. García G., quien desde
los años setenta viene publicando sus alcances en una labor ininterrumpida y
reconocidamente fructífera.
Cañibano y Gonzalo afirman que el reto de este subprograma, cuyo principal valor
reside en su capacidad analítica y en la fina disección de las variables económicas
que consigue, puede consistir en que sus seguidores consigan introducir las
variables, que obtienen de los modelos circulatorios, en otros modelos de tipo
estructural, predictivo o proyectivo, lo cual ha de resultar fácil a tratarse de
estructura fácilmente matematizables, de forma que las elaboraciones puedan ser
útiles para el conocimiento, la previsión y el control de las variables contables en
las entidades económicas.
El profesor Moisés García, luego de aplicar el análisis circulatorio a la contabilidad
financiera en su tesis doctoral presentada en 1974, publica su Contabilidad Social
en 1980, obra en cuyo prólogo el profesor Cañibano dice:
“Si de alguna forma quisiéramos conceptuar el riguroso estudio realizado por el
profesor García, forzosamente habríamos de referirnos a su vertiente
metodológica, al reflexivo intento de construir una nueva teoría de la contabilidad
partiendo de una concepción eminentemente deductiva, que toma como
herramienta básica y al propio tiempo como idea motriz el análisis circulatorio bajo
un punto de vista formal; surgen así sus conceptos de estructura, sistema y
modelo circulatorio, antecedentes obligados de los procesos contables
enfrentados con una realidad empírica concreta. Pero, naturalmente, el cambio, el
camino andado seria muy corto si la construcción teórica se mantuviera en el
plano de la abstracción formal y no tratara de proyectar su mayor contenido
explicativo sobre la realidad objeto de estudio, la realidad económica en nuestro
caso. Con los instrumentos formales diseñados se profundiza en el análisis de la
actividad económica, su estructura y componentes, a fin de llegar a ofrecer una
imagen rigurosa de la circulación de valores en los diferentes procesos
económicos, en los que se encadenan procesos de intercambio, producción y
consumo según sus peculiaridades respectivas, esto es, conforme sean de
producción, distribución, financiación, etc.… tras la disección del sistema se
impone su reconstrucción: surgen entonces los modelos contables como los
instrumentos adecuados para facilitar el conocimiento y el control de la circulación
económica. Su diseño y análisis bajo distintas ópticas preocupan al autor, sobre
55
todo porque a través de ellos introduce la visión macro y microeconómica de la
circulación”.
Esta vía de reflexión y de investigación con sus realizaciones cada vez mas
reconocidas en el ámbito académico contable se presenta como una poderosa
alternativa de desarrollo futuro de la disciplina contable por diversas razones entre
las que podemos destacar: a) su visión generalista de la problemática contable
aparejada a su planteamiento analítico particular e individual de los hechos
económicos; b) su plasticidad en la exposición de los fenómenos circulatorios de
manera expresiva, panorámica y completa, a partir de la teoría de grafos; c) Su
posibilidad de formalizarse en expresiones lógico-matemáticas; d) la unificación
metodológica que se logra, de los ámbitos micro y macrocontable; e) su
perspectiva más allá del campo meramente descriptivo (explicativo), al poseer esa
visión comprensiva de los fenómenos económicos, de alcanzar niveles de
predicción de dichos fenómenos.
El tercer subprograma del programa formalizado propuesto por Cañibano y
Gonzalo es el de la teoría de la agencia. Nace como fruto de las relaciones
contractuales entre principal (propietario empresarial, accionista) y agente
(gerente, administrador), relaciones por naturaleza conflictivas, al encarnar
intereses contrapuestos de las partes contratantes.
Estos autores anotan que el problema más importante de la relación de agencia es
diseñar el contenido del contrato óptimo entre el principal y el agente, o lo que es
igual, una fórmula para compartir los riesgos, ya que estos contratos suelen
contemplar la participación en los riesgos y resultados que se obtengan como
resultado de la gestión del agente, conociendo que la información que este ultimo
dispone es mucho mayor que la del principal, así como su capacidad de
manipularla. Las variables contables se consideran definitivas para el
establecimiento de un contrato de agencia, por cuanto sirven para medir la
eficiencia de la gestión que depende de las acciones del agente y de sucesos
externos incontrolables para él y por que sirven para marcar el reparto del
resultado entre los dos, según las clausulas del contrato. Entre los autores que
han investigado en esta línea deben destacarse, como pioneros, a R. H. Coase y
H. Simon, y en la vía de los estudiantes empresariales, Jensen Y Meckling, Salas,
Arcas Pellicer, Carmona y Carrasco.
Ronald Coase fue un destacado investigador que, desde la reflexión económica,
aportó a esta vertiente investigativa, formulando la teoría conocida como “de la
empresa y de los mercados”. Para Coase la empresa es un mecanismo autoritario
que usurpa parcialmente la función del mercado de asignación de recursos vía
precios, puesto que la presencia de incertidumbre y de costos de transacción hace
menos costoso organizar la actividad económica en su seno que a través del
mercado. Esta visión permite obtener una explicación válida de por qué existe la
firma al suponer que mientras en el exterior los movimientos de precios dirigen la
producción, y la coordinación se consigue a través de sucesivas transacciones de
intercambio, en el interior estas operaciones se simplifican y el empresario
56
coordinador, que gestiona la producción, substituye a las complejas estructuras
del mercado reduciendo significativamente las dificultades de operar con
mecanismos de precios.
Coase anota, en su articulo escrito en 1937, que la principal razón por la que
resulta rentable establecer una empresa es la existencia de unos costes de utilizar
el mecanismo de los precios. El costo más obvio de organizar la producción por
medio del mecanismo de los precios es justamente el de determinar cuáles son los
precios, además de los costos de negociación y conclusiónde un contrato
separado para cada transacción de cambio que tenga lugar en el mercado.
Aunque la existencia de la empresa no elimina del todo estos costos, si es cierto
que los reduce, ya que un factor de la producción no tiene que hacer una serie de
contratos con todos los factores, como sí tendría que hacerlo en condiciones de
actuación en el mercado directamente, sino que son reemplazados por un solo
contrato. Es éste un contrato en virtud del cual el factor, a cambio de una
remuneración (que puede ser fija o fluctuante), acuerda obedecer dentro de ciertos
límites las órdenes de un empresario.
Agrega Coase que la empresa tenderá a expansionarse hasta que los costos de
organizar una transacción más dentro de la misma sean iguales o los costos de
llevar a cabo la misma transacción mediante el cambio en el mercado abierto, o a
los costos de organización en otra empresa… Ceteris paribus, la empresa irá
aumentando: a) cuanto menos se eleven los costos de organización, y más lenta
su elevación al aumentar el número organizado de transacciones; b) cuanto menor
sea la probabilidad de que el empresario cometa errores, y menor sea el aumento
de estos errores al aumentar las transacciones organizadas; c) cuanto mayor se la
disminución (o menor la elevación) del precio de oferta de los factores de
producción para la empresa de gran volumen.
Dentro de esta vertiente, con una orientación hacia las relaciones humanas, Simon
señala que es necesario otorgar preeminencia al papel de los individuos ya que la
firma no es un esquema inanimada, aunque el estudio de las conductas de los
individuos presenta problemas ya que el comportamiento humano es racional pero
está limitado. Precisa que la capacidad de la mente humana para formular y
resolver problemas complejos es muy pequeña comparada con la dimensión de
los problemas en cuya solución se requiere un comportamiento objetivamente
racional en el mundo real. Los fallos en la racionalidad del individuo se deben a
que: 1. No existe una anticipación ni un conocimiento perfecto a priori de los
posibles resultados de cada alternativa de actuación. 2. Las consecuencias de las
acciones se materializan en un momento futuro cayendo, entre tanto, dentro del
terreno de las especulaciones. 3. La racionalidad requiere una elección entre
todas las alternativas de comportamiento que no se dan en la práctica. Agrega
Simon que el concepto de racionalidad limitada es fundamental para entender el
comportamiento de los individuos ya que, contrariamente a lo que sostenían los
modelos clásicos de la economía, el ser humano no actúa racionalmente para
lograr la consecución óptima de sus objetivos, puesto que no dispone ni de la
57
información ni de la capacidad necesaria para ello, conformándose con
alcanzarlos de modo suficiente.
Al interior de la teoría de la agencia se ha originado un debate que no es extraño
que se dé en las ciencias sociales y particularmente en las ciencias económicas.
Nos referimos a la confrontación entre las perspectivas positiva y normativa. La
visión positivista se encuentra enmarcada dentro de cánones muy cercanos a los
que han soportado el desarrollo de las ciencias naturales y de esa fuente han
bebido desde finales del siglo XIX. Consideran que el conocimiento científico
debe estar orientado por una vía meramente descriptiva, con los objetivos
indiscutibles de explicar y predecir empíricamente la ocurrencia de fenómenos
relativos al campo de estudio propio de la disciplina, garantizando la asepsia en el
proceso investigativo, esto es, sin la contaminación de prejuicios o juicios de valor.
Por el contrario, la vertiente normativa, cuyo origen es más actual, acepta y
defiende la inclusión de juicios de valor, como premisas instrumentales para guiar
la acción de un proceso en busca de un deber ser, planteado como objetivo del
razonamiento y de la acción investigativa. Las proposiciones positivas son
refutables mediante la contrastación empírica; las normativas, proposiciones
instrumentales, no son refutables por naturaleza, sino por referencia al marco en el
que están concebidas, mediante el examen de su lógica en el planteamiento y en
relación con el objetivo que persiguen. Para ello se aplica la lógica deóntica. En
el último apartado del presente capítulo se hará una consideración mas detenida
de este debate.
Jensen y Meckling en su trabajo publicado en 1976 abogan por la necesidad de
una investigación positiva frente al desarrollo de la investigación normativa vigente
en la época. Sin embargo Jensen, en 1983, asegura que es bastante habitual la
falta de reconocimiento de la importancia de las relaciones entre cuestiones
normativas y positivas; así, en el mundo real no se puede adoptar una decisión
válida que no contemple aspectos positivos, pero el olvido de los normativos
conduce a omisiones importantes; de este modo, aunque la prioridad corresponde
al mundo real, no deben dejarse a un lado las construcciones de la lógica de la
mente humana no verificables con las técnicas disponibles y con el estado de la
ciencia presente, pero que pueden serlo en el futuro. Jensen se muestra
partidario de la utilización de teorías normativas en la investigación económica y
manifiesta que es preferible una teoría normativa a su ausencia, ya que si es útil
no tiene sentido rechazarla.
Estas dos vertientes, más la positiva que la normativa, han dado origen a diversos
modelos cuyo propósito es el de servir a la explicación, predicción y control de los
fenómenos económicos; específicamente dentro de esta tendencia de teoría de la
agencia, las dos tendencias tratan de problemas contractuales entre partes
inclinadas a la consecución de su propio interés; ambas utilizan instrumentos
matemáticos y estadísticos; y las dos buscan minimizar los costos ocasionados
por la armonización de intereses divergentes utilizando la vía contractual, ello es,
la reducción a la mínima expresión de los costos de agencia. Aunque se articulan
de manera diferente, en busca de la consecución de la meta común. Mientras que
58
la teoría positiva se centra en el análisis del entorno y de las técnicas de control
que obligan al agente a mantener una determinada conducta, la corriente
normativa incide en aspectos relacionados con la incertidumbre en la decisión del
agente y la estructuración de las preferencias bajo un sistema de información
dado. Así mismo las aplicaciones de ambas ramas recogen distintos resultados:
por una parte, la teoría positiva estudia el diseño óptimo de la estructura de capital
de la empresa teniendo en cuenta la divergencia de intereses entre los partícipes
de ésta; además analiza la evolución de la firma hacia formas diferentes a medida
que el grado de especialización de los activos y el costo al que esta disponible la
información se alteran, obteniéndose la validación empírica en el mercado de
capitales y en el mercado de trabajo, tanto interno como externo. Po su parte la
corriente normativa investiga la problemática del reparto del riesgo entre el
principal y el agente con la finalidad de obtener un acuerdo óptimo que armonice
los intereses de ambas partes, aun cuando existan asimetrías de información;
además desarrolla las alternativas que tiene a su disposición el principal para
lograr que el agente actúe de acuerdo con sus deseos estableciendo fórmulas que
permitan reducir la posibilidad de fraude.
Los modelos desarrollados a la luz de estas dos corrientes adolecen de varias
fallas. En el primer caso de la sobresimplificación de la realidad al tratar de reflejar
a partir de un número mínimo de variables, y en el segundo caso, el de la corriente
normativa, porque sus modelos incluyen soluciones tan complejas que los
convierten en casi imposibles de aplicar. Con todo y ello, es mejor contar con tales
modelos para el conocimiento de la organización empresarial, ya que los positivos
incrementan el conocimiento del ámbito externoen que ésta se desenvuelve, y los
normativos ayudan en la comprensión de su comportamiento interno.
El modelo clásico de la agencia o modelo general que se orienta a expresar el
intento del principal de conseguir un contrato que induzca la actualización óptima
del agente, de tal forma que logre maximizar su esperanza de utilidad, ya fue
reseñado en este trabajo, cuando nos referimos a la perspectiva aportada por
Mattessich, en la tercera fase del programa investigativo de Gerencia, la fase de la
agencia-información.
Cañibano y Gonzalo señalan que las posibilidades de investigación contable
basadas en el modelo formal de la agencia, son múltiples, y mencionan las
siguientes:
Cañibano y Gonzalo señalan que las posibilidades de investigación contable
basadas en el modelo formal de la agencia, son múltiples, y mencionan las
siguientes:
El estudio de la minimización de los costos del
contrato de agencian para el principal, en especial si desea seguir de cerca
las actuaciones del agente.
59
Las elecciones contables del agente, e incluso la
presión que ejerce ante los órganos que fijan normas contables o los
cambios que introduce en los métodos contables, para maximizar su
remuneración en función de la variable que se utilice para medir el
resultado del periodo.
Las decisiones de endeudamiento del agente,
tratando de optimizar la relación entre riesgo asumido y remuneración
esperada, así como el diseño de las cláusulas con condiciones basadas en
las cifras económicas en los contratos de préstamo.
El diseño de sistemas de control interno, donde el
principal y el agente pertenecen a niveles jerárquicos diferentes en la
organización empresarial, por ejemplo a través de los procesos de
asignación de costes.
El cuarto subprograma propuesto por Cañibano y Gonzalo, dentro del programa
formalizado, es el de la economía de la información.
Está fundamentado en la teoría matemática de la
decisión, especialmente en su versión bayesiana y, además, en la teoría
microeconómica de la empresa, en el concepto de modelos de decisión de
producción o de consumo que se basan en las funciones de utilidad de los
sujetos decisores.
Según Belkauoi un sistema de información contable puede representarse
matemáticamente a través de los siguientes componentes:
Una matriz de resultados esperados de las
posibles acciones.
Unas relaciones estocásticas entres sucesos
futuros y sucesos pasados, cuyas funciones de probabilidad pueden ser
revisables en el tiempo en función de la experiencia.
Sucesos y señales posibles y provenientes,
pasadas y futuras, del sistema de información.
Un conjunto de reglas de decisión, que están en
función de las señales recibidas.
Cañibano y Gonzalo anotan que el planteamiento de la economía de la
información es complementario con el de la teoría de la agencia, por lo que es
normal que estos modelos se asocien. Se requiere tan sólo considerar dentro
de la relación principal-agente al profesional contable correspondiente
60
(contador, evaluador, auditor, etc.) para incluir dentro del modelo al sistema de
información contable y sus señales, con lo que se facilitan las relaciones
principal-agente, aunque tal inclusión puede ser objeto por parte dela gente
para obtener provecho de la emisión de señales equívocas. Estos autores
citando a Mattessich, mencionan como propios de este subprograma los
modelos teóricos del azar moral y de la selección adversa. El primero se
refiere a un desarrollo de la teoría de la agencia, con relación a la diferente
información que manejan el principal y el agente problema en el cual se
conceptúa que la solución, en el mejor de los casos puede ser subóptima. El
segundo se refiere a que el agente, al ser profesional de su oficio, puede
manejar mejor la información que el principal.
Con relación a estos dos modelos se puede decir que están caracterizados por
la asimetría de información manejada por los participantes en una relación
contractual, asimetría que beneficia al agente en perjuicio del principal, por lo
cual la solución generalmente no alcanza un óptimo paretiano. “Podemos
afirmar que en aquellas relaciones de agencia en las cuales el principal conoce
la actuación del agente y ambos participes, principal y agente, tienen creencias
comunes acerca del entorno en que se a desarrollar la actividad, es posible
pactar un contrato primero-mejor (optimo paretiano), siempre y cuando el grado
de predisposición al riesgo del agente sea débil o nulo y el principal le
garantice la obtención de una utilidad mínima (o de reserva). Sin embargo en
la mayoría de las relaciones de agencia el agente o el principal posee
información diferente; bajo estas condiciones, el contrato debe incluir un
esquema de pago que motive el agente a actuar en el mejor interés del
principal y éste no es generalmente el acuerdo óptimo de Pareto”.
Una solución al problema del azar moral.
El contrato que soluciona el problema del azar moral depende del grado de
riesgo que es capaz de asumir el agente pudiéndose diferenciar entre dos
situaciones:
a) Neutralidad al riesgo, en cuyo caso el contrato
óptimo sería aquél que le entrega el resultado de la relación de agencia,
percibiendo el principal tan sólo una cuota constante.
b) Aversión al riesgo; aquí se puede alcanzar una
solución segundo-mejor al problema de agencia, retribuyéndole, al menos
parcialmente, basándose en el resultado (que refleja un premio o una
sanción al mayor o menor esfuerzo que invierte). Sin embargo, obrar de
este modo conlleva dificultades ya que el agente prefiere que su retribución
sea fija, y cuando el producto toma valores extremos no actúa como desea
el principal.
Una solución al problema de selección adversa.
61
Una de las posibles causas del problema de selección adversa es que el agente
tenga mejor información que el principal acerca del entorno que rodea a la relación
de agencia; si además se da la circunstancia de que este último desconoce cómo
realiza su actividad el primero, cuáles son sus preferencias o su actitud hacia el
riesgo, nos encontramos en peores circunstancias. Cuando la acción del agente
es observable, a pesar de que el entorno en que opera es ignoto, hay la
posibilidad de aplicar las soluciones propias de situaciones sin asimetrías de
información, según las cuales se retribuyen al agente con base en su elección de
actuación, no sin hacer referencia a que éstas no van a ser, generalmente, unos
acuerdos primeros-mejores, ya que el agente puede sacar partido de su
información privilegiada.
La situación que presenta mayor interés es aquella en que el problema de
selección adversa confluye con el del azar moral, donde la única información
disponible para el principal es el resultado, por lo cual contratará con base en esta
información disponible para el principal es el resultado, por lo cual contratará con
base en esta información restringida. Una posibilidad válida a su alcance es
delegar en el agente la propia selección del contrato que se le va a aplicar entre
un menú de alternativas ofrecidas a priori; sin embargo, no será un primero mejor
ya que desconoce como se genera el resultado.
El quinto y último componente del programa formalizado propuesto por Cañibano y
Gonzalo es el modelo CAPM/HEM, sigla que significa modelo de precios de
activos financieros/hipótesis de la eficiencia del mercado.
Anotan los autores que este modelo está en el
corazón de la teoría financiera de la empresa desde que fuera introducido
siguiendo las ideas del economista I. Fisher, quien afirma que el valor
actual de cualquier activo financiero depende de la corriente de flujos
líquidos que vaya a suministrar en el futuro, así como el riesgo asociado
con tal corriente. Lo que supone para la empresa, que la misma o los
títulos representativos de su propiedad tienen para sus propietarios un valor
igual a la corriente descontadade dividendos en el intervalo de tiempo que
se considere, más los importes obtenidos por la hipotética venta final de la
propiedad.
Según Watts y Zimmerman el llamado modelo de
mercado se ha deducido directamente de esta forma de valorar, en el que
se afirma que la rentabilidad de cada título está correlacionada con el
mercado, siendo el coeficiente de regresión lineal una medida del riesgo
sistemático del mismo, lo que da posibilidad de predecir la rentabilidad del
activo en función de la obtenida por el conjunto de los activos cotizados.
La HEM de capitales cuestiona la validez de los
intentos de obtener ganancias de cualquier información adicional a la que
posee el mercado, afirmando que los precios presentes incorporan
62
información de precios y volúmenes pasados y que incorporan toda la
información disponible, incluso la confidencial, de interés para cualquier
miembro que opere en el mercado.
Watts y Zimmerman abordan la hipótesis de la eficiencia del mercado (EMH) y el
modelo de precios de los activos financieros (CAPM), como dos vías de desarrollo
de la investigación contable. El conflicto entre EMH y otro tipo de hipótesis que
sustenta prescripciones contables ha ayudado a la introducción y fortalecimiento
de la teoría y la metodología positiva en la literatura contable. Esta hipótesis ha
originado la producción de literatura empírica sobre las relaciones entre las
ganancias contables y precios de acciones. Ello ha originado cambios en el
desarrollo racional de la regulación empresarial. El CAPM fue introducido al final
de los sesenta desde las finanzas, y también causó un impacto significativo en la
literatura contable. Identificó los factores que afectan los mercados de valores de
obligaciones, específicamente los flujos de caja esperados y su riesgo.
Conclusión
Se ha querido mostrar sintéticamente algunas de las principales propuestas que
investigadores contables connotados han realizado acerca del desarrollo histórico
contable bajo la óptica lakatosiana de Programas de Investigación o bajo miradas
similares.
No se nos escapa que la mencionada perspectiva formulada por el epistemólogo
Imre Lakatos en el Coloquio Internacional de Filosofía de la Ciencia celebrado en
Londres en 1965, constituye una herramienta para reconstruir y clasificar los
avances de las ciencias maduras, como las naturales, que comparadas con las
sociales distan mucho en sus alcances como saberes estructurados, con teoría
comprobadas, objetos de conocimiento, sujetos cognoscentes, métodos y técnicas
reconocidos y generalmente aceptados por sus comunidades científicas. Otro es
el panorama de las no muy avanzadas e incluso nacientes ciencias sociales, y aún
más crítico es el caso de la Contabilidad.
La adopción de tal perspectiva metodológica reconstructiva para el proceso
histórico contable puede significar una de dos cosas: a) el saber contable ha
alcanzado un estatus científico que permite la aplicación de instrumentos
metodológicos científicos reconocidos para saberes estructurados, o b) los
investigadores contables en su afán por alcanzar cierto grado de reconocimiento
científico, tanto al interior como al exterior del ámbito disciplinar, recurre a la
presentación de los desarrollos teóricos contables utilizando estos instrumentos.
Elucidar este dilema es objeto de un proyecto de investigación naciente en nuestra
Universidad del Quindío.
Pero más allá de lo que significa para los contables el problema planteado, es
pertinente, para concluir este artículo, proponer algunos puntos de vista sobre los
citados avances teóricos de la disciplina y lo que ello connota para los
profesionales de esta área del saber.
63
En primer término es obligante observar la lentitud que ha sufrido el saber
contable para desprenderse de su apego al mero quehacer práctico, para
ascender a la mirada teórica, a pesar de su milenaria experiencia dando cuenta de
hechos que para otros saberes como la Economía, las Finanzas, incluso la
Administración de negocios o la Ingeniería Industrial o Comercial, no han sido
obstáculo para elevarse técnica o tecnológicamente (las últimas) o científicamente
(la primera), y a partir de tales estructuras generar conjuntos de conocimientos
que han permitido la solución de problemas sociales de forma más pertinente que
las que resultan de quehaceres meramente empíricos, como el contable, cuyas
propuestas no jalonan el desarrollo social.
Dentro del aspecto antes mencionado una característica de capital importante que
ha incidido en el actual estatus de la disciplina es la incipiente reflexión sobre el
objeto del saber contable, que paradójicamente hoy es un espacio teórico de cada
caída, frente a las diversas corrientes funcionalistas que actualmente impulsan la
investigación en Contabilidad. De la Contabilidad se ha dicho que es un saber
matemático (Paccioli lo incluyó como parte de su Tratado o Compendio de
Aritmética, Geometría,…., en 1492; Garnier, 1947), un saber lógico o
metodológico orientado a dar cuenta de los fenómenos circulatorios de cualquier
clase (Mattessich, 1957; García, 1980), la ciencia del patrimonio (Masi, 1943), la
ciencia del control (Besta, 1922), ciencia de la administración económica (Zappa,
1950, 1962) hasta un saber asentado en las nacientes ciencias de la información o
de la comunicación (A.A.A. 1966), parte de la ciencia económica (Economía
descriptiva, Astori, 1980) y, finalmente, técnica económica encargada de los
registros de los hechos económicos, postura dominante en el ámbito anglosajón y
sus áreas de influencia, hasta hace pocos años, pero en proceso de revisión ante
los cambios del entorno en los que se identifican nuevos tipos de riquezas que no
coinciden con las tradicionales observadas por la economía, derivadas de las
transacciones mercantiles, y por los desarrollos teóricos dela disciplina contable
que, a pesar de su lento avance reflexivo, como se ha visto antes, intenta
incursionar los campos de la información económico financiera, partiendo de
nuevas perspectivas metodológicas modernas, derivadas del contacto con
disciplinas más dinámicas, y por el uso necesario y, afortunadamente cada vez
más extendido, de técnicas matemáticas e informáticas que le permiten dar mejor
cuenta de las situaciones problemáticas que enfrenta. ¿Qué es la Contabilidad en
últimas? Determinar con claridad su objeto de trabajo para delimitar su campo de
acción, es el reto principal del saber contable, aunque algunos piensen que es una
propuesta obsoleta.
Otro de los retos que debe enfrentar la disciplina contable es el de la definición de
un marco conceptual básico para la teoría general y los correspondientes
derivados para la interpretación. La racionalización y hasta cierto punto la
unificación del lenguaje contable que permita la comunicación entre los diferentes
frentes de acción de la disciplina constituye una necesidad primordial par
satisfacer en el corto plazo. Como se vio en la clasificación propuesta por los
profesores Cañibano y Gonzalo, el tercer subprograma del programa jurídico se
64
refiere a este aspecto, desde la óptica regulativa. La perspectiva debe ser mas
amplia y debe cobijar los contenidos básicos disciplinares, es decir, los relativos a
la teoría general y a aquellos planteamientos que resulten de las investigaciones
básicas y aplicadas, aunque no estén incluidos en los entramados regulativos de
los diversos entornos en que se manifiesta el quehacer contable.
En tercer lugar merece una mención especial el frente de trabajo relativo a la
medición y valoración de los hechos básicos que conoce la Contabilidad. La
disciplina, hasta ahora, ha dado cuenta de hechos económicos derivados de las
relaciones mercantiles, esto es, aquellos que el artefacto “mercado” o su
sucedáneo (la empresa según Coase, 1963) se ha encargado de medir y valorar.
Sin embargo, aparecen nuevos frentes de acción en el panoramadisciplinar.
Medir, valorar e informar (¿controlar?) los bienes o riquezas intelectuales
(experticia, elemento humano calificado), todos ellos que no son objeto de
transacciones mercantiles, requiere el desarrollo de nuevas perspectivas
epistémicas y del desarrollo tecnológico y técnico adecuado a cada objeto y
circunstancia.
Un cuarto aspecto digno de mencionar es el de la preparación del profesional en
teorías contables y técnicas de cálculo más adecuadas que las que actualmente
se utilizan en espacios generalizados del ejercicio disciplinar, sobre todo en países
subdesarrollados como la mayoría de los de Latinoamérica, África y Asia.
Obviamente que este problema va de la mano de la exigencia de los entornos en
los que se desenvuelve el profesional, de aplicación de avances contables más o
menos depurados que ofrezcan datos pertinentes para la adopción de decisiones
en ámbitos competitivos. Sin embargo, dadas las circunstancias que el mundo
vive, que lo orientan cada vez más a la eliminación de barreras nacionales, los
contables, desde su nacimiento en la aula universitaria, deben ser calificados en el
uso de tales herramientas, porque tanto el mercado profesional como el
académico, más temprano que tarde se los va a exigir.
Bibliografía
Francisco D‟Auria (1949), Primeiros principios de contabilidade pura. Universidade
de Sao Paulo, Sao Paulo.
Mattessich R. (1986), Un examen científico aplicado para una estructura
metodológica. Revsta Teuken, N°3, tercer trimestre de 1988. Universidad Nacional
San de la Patagonia Juan Bosco de la Patagonia, Comodoro Rivadavia, Argentina.
Montesinos 1978. Formación histórica, corrientes doctrinales y programas de
investigación en contabilidad. Técnica Contable t. XXX. 1978. Madrid, España,
Cañibano L. (1974), La teoría actual da la Contabilidad.
65
Cañibano L. y Gonzalo J.A. (1995), Los programas de investigación en
Contabilidad. Primeras Jornadas de Teoría de la Contabilidad, Jeréz, España,
1995.
Tua, J. (1984), Principios y Normas de Contabilidad, IPC, Madrid, 1984.