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El derecho financiero

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CAPÍTULO I 
EL DERECHO FINANCIERO 
1. CONCEPTO DEL DERECHO FINANCIERO. Independientemente de la 
aceptación de cualesquiera de las teorías reseñadas precedentemente; en la 
INTRODUCCIÓN acerca de la controversia sobre la naturaleza económica, política 
o social de la actividad financiera, es indiscutible que este fenómeno, es decir, el 
propio hecho económico financiero, puede ser objeto de otro tipo de estudio y 
conocimiento: el jurídico. En el Estado de Derecho, la ley genera una serie de 
relaciones jurídicas entre éste como Fisco y los ciudadanos, correspondiendo el 
estudio de estas relaciones, obviamente, al derecho financiero. Fenómenos como 
el impuesto, la deuda pública, el gasto público, la explotación de los bienes 
dominicales del Estado, la emisión de moneda, el control fiscal, la institución del 
Presupuesto de la Nación, etc., que dan lugar a distintas ramas o partes del derecho 
financiero, tienen su fundamento u origen en un ordenamiento legal que constituye 
la fuente de donde nacen y se legitiman esas relaciones jurídicas entre los sujetos 
de la actividad hacendaría (Estado, Municipios, entes públicos), y las personas 
naturales o jurídicas a ellos sometidas. 
Se advierte, consecuentemente, que la ciencia de las finanzas públicas o 
Hacienda Pública y el derecho financiero, la primera, como disciplina adscrita al 
grupo de las ciencias económicas y el segundo, al grupo de las ciencias jurídicas, 
tienen como objetivo examinar una misma actividad, pero desde distintos ángulos 
del conocimiento científico. VITAGLIANO, un jurista italiano estudioso del tema, al 
diferenciar los objetivos de estas dos disciplinas íntimamente unidas entre sí 
solamente por la identidad del presupuesto de hecho, es decir, por la realización de 
la actividad financiera del Estado, expresaba que: 
“...la ciencia de las finanzas considera al Estado como unidad agente en el campo 
económico, o sea, como actividad que provoca fenómenos económicos con 
designios políticos, mientras que el derecho financiero lo considera como unidad 
imperante en el campo jurídico, o sea, como actividad que provoca fenómenos 
jurídicos con propósitos económicos”1. 
Fueron tratadistas franceses e italianos quienes predominantemente, delimitaron 
el ámbito y ubicación del derecho financiero en el campo del derecho público, 
aunque ya en 1906 FRANZ MYRBACH-RHEINFELD publicó en Austria el primer 
“Tratado de Derecho Financiero” definiéndolo como 7a rama del derecho público 
positivo que tiene por objeto la regulación de la Hacienda de las colectividades 
públicas, es decir del Estado y de los restantes entes públicos dotados de propia 
administración que viven en el seno de él”. 
El tratadista italiano MARIO PUGLIESE, definía el derecho financiero como “...la 
 
1 Citado por A. D. GIANNINI en “Instituciones de Derecho tributario", pág.10 Edit. de derecho 
financiero, Madrid, 1957. 
2 
disciplina que tiene por objeto el estudio sistemático del conjunto de normas que 
regulan la recaudación, gestión y erogación de los medios económicos 
pertenecientes al Estado y a las demás entidades públicas, para el desarrollo de su 
actividad y estudio de las relaciones jurídicas entre los poderes y los órganos del 
Estado y entre éste y los ciudadanos, derivadas de la aplicación de tales normas”2. 
De las anteriores definiciones y otras formuladas por los autores, la referencia al 
contenido del derecho financiero obligó, a su vez, a plantear dos interrogantes: una, 
la de establecer quiénes son los sujetos de la actividad financiera, es decir, ¿Quién 
o quiénes, con arreglo al Estado de derecho propio de un país democrático, pueden 
desenvolver una actividad financiera? y la otra, ¿Cuáles son las materias o 
fenómenos financieros que son objeto de un estudio jurídico e integran, 
consecuentemente, el derecho financiero? La primera interrogante nos conduce a 
individualizar, en relación al tipo de organización política de un determinado país, 
un derecho financiero estatal y un derecho financiero local: el uno, referido a la 
actividad financiera del Estado, y el otro, a la de los entes públicos menores 
existentes en el seno del mismo Estado (Departamentos, Municipios) y dependerá 
de la política más o menos centralizadora del Estado y su organización 
constitucional, el que la Hacienda de estos entes menores, goce de mayor o menor 
autonomía e independencia en el ordenamiento de sus ingresos y gastos. 
La segunda interrogante radica, en que dentro de cada una de estas esferas del 
derecho financiero estatal o local, que reitero, dependen del tipo de organización 
constitucional del Estado o del ente que originariamente o por delegación, detenta 
el poder financiero se distinguen, a su vez, en razón de la materia, varias ramas de 
ese derecho entre las cuales resalta, por su especial importancia, el derecho 
tributario. 
Partiendo del principio de que en la ciencia jurídica no se debe identificar siempre 
el derecho con la ley positiva, es decir, que no se debe identificar el “ius “ con la “lex 
“, ya que el derecho de un pueblo no es sólo el conjunto de leyes vigentes, sino que 
representa una categoría filosófica y de valores que están por encima de la 
expresión temporal e histórica de la legislación, es que al igual que en las demás 
ramas del derecho civil, penal, administrativo, etc., la consideración y estructuración 
científica del derecho financiero debiera afirmar también la existencia de categorías 
lógicas que fundamenten sus últimos objetivos: la regulación jurídica de la actividad 
financiera del Estado, de forma que plasme las aspiraciones de justicia social de la 
comunidad y la cabal protección de los intereses de las economías, tanto públicas 
como privadas. 
Las normas jurídicas financieras exigen una formulación clara y definida, tanto 
técnica como legal, de las decisiones políticas del Estado; consecuentemente, al 
considerar al derecho financiero no sólo como legislación (lex) sino como derecho 
científico (ius), haremos mención al pensamiento de FERNANDO SAINZ DE 
BUJANDA quien ya desde sus clases impartidas en la Facultad de Derecho de la 
 
2 PUGLIESE, M. “Instituciones de derecho financiero", Versión española de José Silva, Méjico, 
1939. 
3 
Universidad Complutense de Madrid, señalaba la presencia de tres elementos en 
el derecho financiero: 
1. Un primer elemento real, identificado con el propio contenido de este derecho, 
es decir, las materias o disciplinas objeto de la actividad financiera del Estado como 
“una actividad de medios para la consecución de sus fines” que crecen día a día; 
2. Un segundo elemento, el funcional, constituido por el mecanismo o 
instrumento legislativo y las propias normas legales dictadas por el poder público 
que de una manera inmediata expresan -acertadamente o no - los fines 
perseguidos por el Estado y, 
3. Un tercer elemento, el final o teleológico, que al recoger la naturaleza 
valorativa del derecho, pretende desarrollar e implantar a través de los preceptos 
positivos, los fundamentos y motivos de su política fiscal como podrían ser por 
ejemplo la distribución equitativa de la riqueza , la subvención de la educación 
estatal, la asistencia social en la salud publica gratuita y la prestación de diversos 
servicios que contribuyan al bienestar de la población, la conservación de los 
recursos naturales y sus formas de explotación. 
2. CONTENIDO DEL DERECHO FINANCIERO. Partiendo de la evidencia de 
que la actividad financiera del Estado y de los entes públicos es muy diversa en 
cuanto a su función y objetivos, es natural que la normatividad y regulación jurídica 
de esta actividad tan variada, deba responder a conceptos, categorías lógico-
jurídicas, institutos y relaciones jurídicas especiales y diferenciadas unas de otras. 
Es por ello, que cuando se trata del estudio del derecho financiero, se está 
identificando una disciplina jurídica que forma parte del derecho público que regula, 
a través de varias de sus ramas, ese proceso de “ingresosy gastos" al que hacía 
referencia R. MUSGRAVE y que menciono en la INTRODUCCIÓN. 
La actividad financiera del Estado comprende diversos campos de la economía 
pública y, todos éstos están regulados por normas jurídicas especiales de acuerdo 
a las materias u objeto de normativa; puntualizando, se puede decir que el 
contenido del derecho financiero es, en primer lugar, el ordenamiento jurídico de 
los recursos económicos del Estado; en segundo lugar, las disposiciones legales 
que regulan la gestión financiera a través del Presupuesto General del Estado y los 
actos meramente administrativos que hacen posible dicha gestión en cuanto a 
recaudación y gastos de lo recaudado. Una relación general de las ramas del 
derecho financiero sería la siguiente: 
a) El derecho presupuestario, constituido por el instrumento jurídico conocido 
como Presupuesto General de Ingresos y Gastos de un determinado Estado de 
Derecho, instrumento que se caracteriza por ser una ley, tanto en sentido formal y 
material, aprobada por el Congreso Nacional y cuya finalidad no es simplemente 
contable, en sentido de ser una estimación de ingresos probables y autorización de 
un monto global en cuánto al destino del gasto y su cuantía; el Presupuesto es, 
además, un instrumento de planificación económica regido por los principios de 
4 
legalidad, anualidad, publicidad y otros que también he mencionado en la 
INTRODUCCIÓN, de forma que se garantice su debida ejecución. Sobre este 
instituto del Presupuesto me refiero más adelante. (Parágrafo 4). 
b) El derecho monetario, regulador de específicas funciones como la emisión 
de moneda, circulación de medios de pago, etc. propias del Banco Central de 
Bolivia. 
c) Las normas reguladoras del crédito y control de la deuda pública. 
d) El derecho que regula los bienes dominicales del Estado, o sea aquellos 
inalienables e imprescriptibles por ser necesarios para el desarrollo de la 
comunidad, tales como los bosques, salares, ríos y sus playas, canteras, aguas 
termales, lagos, etc. 
e) La normativa sobre las empresas públicas y los ingresos de regímenes de 
concesión de obras y servicios públicos. 
f) Las concernientes al control fiscal, particularmente del gasto a través de 
instituciones (denominadas según los países, Tribunales de Cuentas, Sindicaturas 
del Estado, etc.) y que en Bolivia están atribuidas a la Contraloría General de la 
República, creada en 1928 como resultado de los trabajos de la Misión 
KEMMERER. Las normas relativas al control fiscal están contenidas en la Ley 1178 
(SAFCO). 
g) Las disposiciones relativas a la contabilidad estatal y de los entes locales, 
a la gestión del Tesoro Nacional y otras más, que han dado lugar a normas propias 
del derecho financiero. 
Nota: RUBÉN O. ASOREY acota que existen coincidencias y discrepancias entre 
los autores que tratan el contenido del derecho financiero, al aceptar o no, 
determinados ingresos como materia del derecho financiero en los casos de 
actividades comerciales o industriales, los ingresos patrimoniales, las sanciones 
pecuniarias y las disposiciones sobre moneda y circulación fiduciaria3. 
3. SOBRE LA AUTONOMÍA DEL DERECHO FINANCIERO. En esta cuestión, 
es necesario adelantar que en el ámbito de las ciencias jurídicas, el concepto de 
autonomía tiene varias acepciones -y entre ellas- la que se refiere a la potestad de 
que goza una entidad colectiva para regirse por un ordenamiento jurídico propio y 
distinto al que regula otras entidades, lo cual tiene como efecto que una rama del 
conocimiento gozará de autonomía científica, cuando el objeto o materia de tal 
conocimiento sea manifiestamente diferenciada de otras disciplinas jurídicas. 
La concepción de la actividad financiera del Estado como "...una actividad de 
medios antepuesta a la función administrativa de fines" fue la idea sobre la cual 
 
3 ASOREY, “El derecho tributario dentro del derecho financiero" en Tratado de tributación, vol. 1 pág. 
27, Edit. Astrea, Bs. As. 2003. 
5 
MARIO PUGLIESE construyó su tesis autonómica del derecho financiero, 
influyendo decisivamente en el pensamiento doctrinal, particularmente desarrollado 
en las aulas universitarias. Según relieva RUBÉN O. ASOREY, el tratadista italiano 
citado afirmaba “que...el derecho financiero es una disciplina autónoma por razones 
puramente científicas y no por motivos prácticos argumentando, además, que tal 
autonomía se da por la necesidad de contar con criterios jurídicos que, a su vez, 
presuponen criterios base económicos, financieros que otras disciplinas, tales como 
los derechos constitucional, administrativo y privado, por lo general omiten en sus 
respectivos ordenamientos4”. 
En la misma dirección de PUGLIESE, los trabajos de D'AMATI contribuyeron 
dando un mayor impulso a las investigaciones en una de las ramas del derecho 
financiero, concretamente, del derecho tributario relegándose a segundo plano 
aquellas referidas p.ej., al crédito y gasto públicos, relegación que, según el propio 
D' AMATI, no desconoce la unidad lógica del fenómeno financiero y la 
interdependencia entre sus distintas ramas, unidas todas por la identidad 
teleológica de sus instrumentos dirigidos al mismo fin: hacer posible la gestión de 
los servicios públicos. 
Al nacer el derecho financiero, surgió inevitablemente entre los tratadistas del 
derecho, la polémica en torno a su reconocimiento y naturaleza como nueva 
disciplina del derecho público, pero al mismo tiempo -como no podía ser de otra 
manera- se inicia también inevitablemente su elaboración doctrinal. Es natural que 
así ocurriera, ya que, para sostener la tesis de la existencia y autonomía de una 
rama del derecho, hay que plantearse “ab initio" la cuestión sobre la naturaleza 
jurídica de las normas que lo integran. En algunas ocasiones, más de un tratadista 
ha afirmado que el Estado, al dictar normas financieras p.ej., al establecer tributos 
o al aprobar la Ley de Presupuesto, no está elaborando normas jurídicas, sino que 
está dando efectividad a su voluntad de imperio, siendo las leyes o normas dictadas 
sólo la exteriorización de ese poder de imperio carente de todo otro contenido 
jurídico material. Tal fue la posición de VÍCTOR M. ORLANDO, quien afirmaba que 
cuando los Parlamentos aprobaban una ley tributaria o la Ley de Presupuesto, no 
estaban dictando normas jurídicas, sino ejercitando una función política o 
administrativa. Fundaba su afirmación argumentando que, en el caso del 
establecimiento de tributos, la falta de bilateralidad en la relación Fisco-
contribuyente, era razón suficiente para no aceptar esas normas como jurídicas5. 
Hasta fines del s. XIX, el derecho financiero formaba parte del derecho 
administrativo, y fue a partir de los estudios del profesor EZIO VANONI que surgió 
la reacción frente a las posiciones negadoras de su existencia, afirmándose el 
contenido jurídico, y autónomo de las normas financieras. En cuanto al contenido 
jurídico y tomando siempre como ejemplo la ley tributaria, este autor sostenía, que 
 
4 ASOREY, “El derecho tributario dentro del derecho financiero" en Tratado de tributación, vol.1. 
pág. 25. 
5Cita de JARACH en “Curso superior de Derecho tributario”, pág. 158, Liceo Profesional CIMA, Bs. 
As. 1969. Ver ideas coincidentes de PLAZAS VEGA en “Derecho de la Hacienda Pública y 
Derecho tributario”, pág. 393. Edit. Temis S.A. Bogotá, 2000 
6 
cuando el legislador desea someter a imposición alguna manifestación económica, 
lo hace abstrayendo de dicha manifestación una presunción de hecho ideal y 
creando, en forma de hipótesis, unos supuestos -que de ocurrir en la realidad - 
derivan en una obligación: la obligación de contribuir o tributar. Esto nos lleva -decía 
VANONI- a reconocer en las leyes y normas financieras la existencia de elementos 
de abstracción que son característicos y propios de la norma jurídica en 
cualesquiera ramas del derecho. 
Reconocido después, el carácter jurídico de las normas financieras, se planteó 
inmediatamente la problemáticade la autonomía del derecho financiero en torno a 
las siguientes interrogantes: ¿Existen o no, categorías jurídicas que justifiquen el 
estudio de esta disciplina aislándola del fenómeno económico financiero en sí 
mismo? ¿Puede aplicársele el método lógico y técnico-jurídico propio de las 
ciencias jurídicas, de forma que se reconozca un sistema coordinado de principios, 
conceptos sustantivos y formales peculiares? Admitida la existencia del derecho 
financiero dentro del ámbito de la ciencia del derecho, ¿cuáles son sus relaciones 
con las demás ramas jurídicas? Al tratar estos temas, conviene advertir al lector 
que la autonomía no significa independencia del mundo unitario del derecho ni el 
desconocimiento de su principio fundamental expresado en el aforismo latino “Uni 
universi iure” (El mundo del derecho es uno sólo). 
El concepto de autonomía, en cualesquiera de las ramas jurídicas, se debe 
enfocar tanto desde el punto de vista científico como del didáctico; ahora bien, 
¿Cuándo es que podemos afirmar que una ciencia es autónoma? SAINZ DE 
BUJANDA transcribe las palabras del hacendista M. FASIANI para quien “una 
ciencia es autónoma, no porque se baste a sí misma, esto es, por ser ajena a todas 
las restantes ramas del saber, sino simplemente porque ella se ocupa de ciertos 
fenómenos y de ciertas uniformidades que se reputan típicas o características por 
razón de su naturaleza o por el modo que tienen de manifestarse6. También 
transcribe el profesor de Madrid, la idea del filósofo XAVIER ZUBIRI: “Una ciencia 
es realmente ciencia, y no simplemente una colección de conocimientos, en la 
medida en que se nutre formalmente de sus principios y en la medida en que, desde 
cada uno de sus resultados, vuelve a aquéllos en forma permanente y renovada7. 
Dos de los tratadistas -que a mi criterio- nos dan un concepto muy claro de qué 
se entiende por autonomía de una disciplina científica son, EUGENIO SIMÓN 
ACOSTA cuando nos dice “...una rama del saber es científicamente autónoma 
cuando tiene un objeto formal de conocimiento que este bien diferenciado y que 
tenga en sí mismo potencia creativa de nuevas conclusiones y descubrimientos 
sobre él8 y RAFAEL CALVO ORTEGA, para quien la autonomía de una rama del 
derecho consiste en “...un conjunto de relaciones sociales que demanden un 
ordenamiento jurídico propio y principios jurídicos propios que informen las normas 
 
6 SAINZ DE BUJANDA, “Sistema de Derecho financiero", vol. I. pág. 152, Facultad de Derecho de 
la Universidad Complutense, Madrid, 1977. 
7 ZUBIRIX, “Que es el saber?”, Citas de SAINZ DE BUJANDA en “Sistema de Derecho…”, págs. 
145 a 153 
8 Cita de GARCIA BELSUNCE en “Autonomía del derecho tributario, Edit. Depalma, 1996, Bs.As. 
7 
de la rama jurídica en cuestión”9. 
Desde el punto de vista científico, la tesis de la autonomía del derecho financiero 
supone en primer lugar, la delimitación de esta disciplina del derecho público frente 
a las disciplinas no jurídicas que también se ocupan de la Hacienda pública y, en 
segundo lugar, su autonomía frente a las demás ciencias jurídicas como el derecho 
civil, administrativo, mercantil y otros. Veamos la primera cuestión, es decir, la 
autonomía frente a las disciplinas no jurídicas para ello reproducimos lo que SAINZ 
DE BUJANDA llamó el “Cuadro de las disciplinas financieras”, es decir, de aquellas 
materias que por su especificidad requieren de un estudio separado, pero que en 
su conjunto forman el bloque científico total de lo que es la ciencia de la Hacienda 
o finanzas públicas10. 
Cuadro de las disciplinas financieras 
En resumen, el derecho financiero, no es otra cosa que el ordenamiento jurídico 
de la actividad financiera traducido en disposiciones o preceptos legales que 
 
9 Cita de RUBÉN O. ASOREY, “Derecho tributario dentro del derecho financiero”, en Tratado de 
tributación 1.1 vol. 1 pág. 30. 
10 SAINZ DE BUJANDA, “Sistema de Derecho financiero", vol. I. pág. 925, Facultad de Derecho de 
la Universidad Complutense, Madrid, 1957. 
Denominaci
ón 
Ciencia 
matriz 
Natural
eza 
Objeto 
Economía 
financiera 
Teoría 
económi
ca 
Positiva Análisis de los presupuestos económicos y de 
los efectos económicos de los ingresos y de los 
gastos públicos en supuestos hipotéticos. 
Política 
financiera 
Política 
económi
ca 
Normativ
a 
Elaboración de programas de gastos e 
ingresos para la consecución de objetivos de 
política económica previamente valorados y 
asumidos. 
Sociología 
financiera 
Psicolog
ía 
Positiva Estudio de los resortes psíquicos que generan 
los diversos tipos de comportamiento de los 
contribuyentes individuales y de las autoridades 
y análisis objetivo de las expresadas conductas. 
Derecho 
financiero 
Derecho Normativ
a 
Ordenamiento jurídico de la actividad 
financiera. 
Ética 
financiera 
Ética Normativ
a 
Moralidad objetiva del orden financiero y 
moralidad subjetiva de los comportamientos 
individuales. 
Pedagogía 
financiera Pedagog
ía 
Normativ
a 
Ideales y métodos de la educación financiera 
de los individuos y de las colectividades. 
8 
constituyen el derecho positivo financiero como una rama del derecho público y, 
obviamente que, desde este punto de vista, el derecho financiero goza de una 
autonomía científica frente a las demás disciplinas enunciadas en el cuadro 
precedente. 
3.1 Doctrinas que defienden la autonomía del derecho financiero. Un sector 
de la doctrina sostiene que el derecho financiero tiene autonomía científica y 
lógicamente didáctica, respecto a otras ramas jurídicas como ser el derecho civil, el 
derecho administrativo e incluso respecto al derecho penal. Algunos fundamentos 
de los tratadistas -entre europeos y latinoamericanos- que sostienen la tesis de la 
autonomía científica del derecho financiero son los siguientes: 
a) Que existe una necesidad científica de estudiar este derecho aplicándole a 
los problemas jurídicos emergentes de la actividad financiera del Estado, ciertos 
principios y criterios uniformes reguladores de su economía, que no pueden ser 
satisfechos por otras ramas del derecho público (PUGLIESE, VANONI, TESORO, 
GABRIEL CASADO, D'AMATI, GIULIANI FONROUGE, y otros). 
b) Que cuando una disciplina jurídica llega a su madurez y se desprende del 
tronco originario, se torna autónoma siempre y cuando se nutra de principios 
generales propios, sin perjuicio de mantener y remitirse, en su caso, a institutos 
propios del derecho administrativo o del civil (D'AMELIO, CALVO ORTEGA, JUAN 
MARTIN QUERALT.). A este proceso de desprendimiento del derecho financiero de 
su tronco originario que fuera el derecho administrativo, y que se evidencia en todos 
los códigos y leyes que tratan de esta disciplina, se refería también el profesor 
GABINO FRAGA, de la Universidad Nacional de México, en su obra “Derecho 
administrativo” con las siguientes palabras según cita de SAINZ DE BUJANDA11: 
“El sostenimiento de la organización y funcionamiento del Estado implica 
necesariamente gastos, que éste debe atender procurándose los recursos 
pecuniarios indispensables. Esta materia y la regulación que exige forman una parte 
del derecho administrativo que, por su importancia y por sus especiales relaciones 
con la economía, tiende a segregarse, constituyendo el derecho financiero o 
derecho de las finanzas públicas, como una rama especial y autónoma del 
derecho público”. 
c) Que el derecho financiero goza de autonomía conceptual y metodológica y 
que la crítica opuesta, en sentido de que este derecho abarca una serie de ramas 
tan dispares reguladoras de diversas situaciones jurídico-económicas (gestión de 
los bienes dominicales del Estado, regulación de la moneda y crédito públicos, 
monopolios fiscales, el gasto, la deuda pública, los tributos, etc.) dicha 
heterogeneidad de materias se da asimismo, en otras ramas del derecho público y 
privado siendo el caso p. ej.: el de la legislación de familia, sucesiones, contratos y 
obligaciones, derecho registral, etc. (GUSTAVO INGROSSO,SAINZ DE 
BUJANDA). 
 
11 SAINZ DE BUJANDA, “Hacienda y Derecho” 1.1. pág. 36. 
9 
PLAZAS VEGA, al pronunciarse sobre la tesis de la autonomía del derecho 
financiero y con la cual comparte, hace sin embargo, algunas observaciones 
calificando de "purismo jurídico” la posición de SAINZ DE BUJANDA, para quien el 
desarrollo de la teoría financiera "...debe desenvolverse con absoluta pureza, sin 
supeditarse al contenido de las normas jurídicas y a la inversa, estudiar el derecho 
financiero despojándole de todo elemento extrajurídico, ya sea económico, 
contable, técnico o estadístico de forma de obtener nociones jurídicas limpias que 
deberán ser confrontadas con los resultados a que se llegue en la investigación de 
la teoría financiera, pero sin que nunca se confundan con ellos”12. 
El tratadista colombiano, después de estimar exagerada la exigencia del profesor 
de Madrid, al decir este último, que es natural que, al estudiar la Hacienda pública, 
economistas y juristas se ocupen cada uno en su materia, y, por tanto, no es 
deseable que el jurista haga abstracción del aspecto económico o se separe el 
análisis económico de una visión jurídica, termina citando las siguientes palabras 
de TROTABAS: 
“La ciencia de la Hacienda pública presenta un triple aspecto: el economista no 
es hacendista si no es jurista, ni el jurista será hacendista si no enriquece sus 
conocimientos de ciencia económica; y este doble grupo de conocimientos germina 
añadiéndole los datos políticos, separada de los cuales la ciencia de la Hacienda 
pública no puede concebirse13”. 
Se mencionó parágrafos atrás, que la autonomía del derecho financiero puede 
enfocarse tanto desde el ámbito científico, como en el didáctico. Esto último implica 
la necesidad de que esta disciplina sea objeto de una exposición y enseñanza 
independientes de las demás ciencias que también se ocupan de las finanzas 
públicas14. 
Es así que en la mayoría de las Universidades europeas y americanas, se 
incorpora en los programas de estudio de las carreras de Licenciatura en Derecho, 
la asignatura de Hacienda Pública I y de Hacienda Pública II; vale decir, que la 
cátedra de Hacienda Pública I está a cargo de un economista o hacendista, cuya 
función académica es exponer y enseñar los aspectos económicos de la actividad 
 
12 PLAZAS VEGA, “Derecho de la Hacienda Pública...” pág. 257. 
13 PLAZAS VEGA, ob. cit. pág. 258. 
14 Durante el s. XIX predominó en la enseñanza de las finanzas públicas una exposición descriptiva, 
debatiéndose el conflicto de las competencias territoriales a las que correspondía desarrollar la 
actividad financiera; si se recuerda que en ese siglo, llegan a su auge las polémicas relativas al 
derecho constitucional y organización del poder político, no es extraño que la Hacienda Pública se 
viese influenciada por esta preocupación, destacándose dos tendencias muy claras: una, que se 
empeña por dar a esta ciencia el rigor propio de la teoría económica, y otra, que por el contrario, 
se desentiende de los aspectos económicos, para fortalecer sus manifestaciones estrictamente 
jurídicas. A partir de 1930 aparecen las primeras obras ya citadas de PUGLIESE, D'ALESIO y de 
otros juristas, quienes no sólo postulan la autonomía científica del derecho financiero o de algunas 
de sus ramas como propugna GIANNINI, sino que lo llevan a las aulas universitarias proclamando 
su autonomía didáctica. En Alemania, el movimiento autonómico fue impulsado principalmente por 
HENSEL, VON PISTORIUS y KURT BALL. 
10 
financiera del Estado, particularmente los efectos económicos de los tributos, la 
deuda y el gasto públicos, los bienes dominicales del Estado, etc. La asignatura 
tiene por objetivo dotar a los alumnos de la Carrera de Derecho que ya cursaron en 
el primer curso "Economía política”, de los conocimientos básicos vinculados a la 
actividad financiera del Estado -actividad que por otra parte- necesariamente está 
sujeta a normas jurídicas; así, p.ej., en el caso del empréstito o deuda pública del 
Estado o de entidades estatales con facultades de gestión financiera como sujetos 
de crédito, el hecho económico del empréstito (actividad financiera), está normado, 
en cuanto a las condiciones de emisión del préstamo, tales como plazo de 
amortización, intereses a devengarse, etc., por cláusulas explícitas de naturaleza 
no contractual privada sino pública. 
Nota: En las Facultades de Derecho de las Universidades bolivianas, se ha 
suprimido lamentablemente la asignatura de Economía política, cuyo estudio y 
conocimiento, al menos elemental, debiera ser una asignatura previa a la 
enseñanza del derecho financiero; de otro modo, ¿Cómo se puede p.ej., entender 
la teoría jurídica del impuesto y otras instituciones financieras, si no se tiene un 
conocimiento de sus fundamentos y efectos económicos? 
3.2. DOCTRINAS CONTRARIAS A LA AUTONOMÍA DEL DERECHO 
FINANCIERO. 
3.2.1. LA CORRIENTE CIVILISTA. Para los civilistas, el mundo del derecho no 
era otro que el derecho civil; las razones para adoptar esta rígida posición -en la 
actualidad totalmente abandonada- tenían en realidad, un sólido fundamento 
histórico, ya que el peso y la fuerza del derecho romano en la construcción jurídica 
y filosófica, especialmente de las instituciones patrimoniales, apoyada ésta por una 
elaboración técnica jurídica precisa, definieron en los siglos posteriores la 
dogmática del derecho en el mundo occidental. Es por ello, que cuando a partir del 
Renacimiento se va afirmando paulatinamente la personalidad de los Estados 
modernos y se anuncia la aparición del derecho público, los civilistas, aferrados a 
la imponente estructura tradicional del derecho privado elaborado secularmente, se 
manifestaron tenazmente opositores a la erección de un ius publicum edificado 
sobre bases propias, arguyendo que fueron las viejas instituciones y conceptos 
consustanciales del derecho privado, los que fueron infiltrándose en los gabinetes 
de los legistas y funcionarios de las Cortes reales, elaborando sucesivamente, 
primero, el derecho de policía y después, el derecho administrativo en general. 
Para los civilistas, incluso la formación del derecho administrativo no ha sido otra 
cosa que la lucha entre el reconocimiento de la peculiar naturaleza del Estado, 
investido del poder de imperium y el interés de someterlo en sus relaciones con los 
ciudadanos a los mandatos y esquemas del derecho privado. El corolario de esta 
discrepancia fue la negación de conceptos jurídicos autónomos, afirmándose que 
la regulación jurídica de la actividad financiera del Estado debería estar 
subordinada al derecho civil. Esta posición de los civilistas tuvo sus principales 
defensores en Francia, con la casi excepción de TROTABAS quien puso de relieve, 
cómo en el derecho y la jurisdicción administrativa aparecen una serie de conceptos 
11 
e institutos jurídicos autónomos no coincidentes con los del derecho civil. 
3.2.2. LA CORRIENTE ADMINISTRATIVISTA. Frustrados los esfuerzos de los 
civilistas en sus propósitos de no reconocer la formación del derecho financiero, 
éste tuvo que enfrentar también la oposición de los primeros administrativistas de 
la segunda mitad del siglo XIX, quienes lo ubicaron conceptualmente dentro del 
derecho administrativo; sin embargo, el panorama cambió radicalmente a 
comienzos del siglo XX, cuando en todos los países europeos y americanos - desde 
el seno mismo de los tratadistas de derecho administrativo- se empezó a abandonar 
paulatinamente la tesis de la dependencia del derecho financiero respecto al 
derecho administrativo alcanzando el primero, rango autónomo en todas las 
universidades europeas y en la mayoría de las americanas aún antes de la segunda 
guerra mundial. Lo que sí sucede -como no puede ser de otra manera- es que los 
tratadistas suelen incorporar en sus textos académicos, el estudio de los órganos 
de la Administración tributaria en cuanto a sus funciones recaudadoras y 
fiscalizadoras de los impuestos, puesto quedichos órganos pertenecen a la 
estructura administrativa del Estado. 
Entre los administrativistas latinoamericanos, debemos al jurista argentino 
RAFAEL BIELSA la elaboración científica más importante del derecho 
administrativo de su país cuya influencia en la mayoría de los países 
sudamericanos ha sido muy grande15. Sin embargo en nuestro país, profesores de 
derecho administrativo -entre ellos JULIO D'AVIS de la Universidad Mayor de San 
Simón de Cochabamba- ubicaban errónea y tardíamente el derecho financiero 
como parte integrante del primero, manifestando que: "...cabe considerar en este 
lugar de nuestro curso los principios y normas jurídicas relativos al impuesto porque 
unos y otras, tienen una evidente esencia administrativa al punto que como dijimos 
en otra parte, el derecho financiero es considerado actualmente por tendencias 
generalizadas nada más que como un capítulo del derecho administrativo”16. 
3.2.3. POSICIONES ECLÉCTICAS. Ante las encontradas posiciones entre 
autonomistas y anti autonomistas mencionadas anteriormente, es que han 
emergido otras intermedias o eclécticas que se han manifestado en dos 
direcciones: una, la que considera que el derecho financiero constituye una unidad, 
pero sólo por razones de tipo práctico, porque desde el punto de vista científico 
existen un conjunto de relaciones jurídicas heterogéneas que impiden un 
tratamiento unitario; otra dirección, es la de quienes aceptan la autonomía científica 
de sólo algunas ramas del derecho financiero, tales p.ej., del derecho tributario 
negándola a otras como a la actividad presupuestaria o la contabilidad del Estado17. 
En la primera dirección están GIANNINÍ y VALDES COSTA, este último se inclina 
por negar al derecho financiero categoría de rama jurídica conceptualmente unitaria 
 
15 Entre sus obras conviene recordar “Nociones preliminares de Derecho fiscal” y “Derecho 
administrativo" 4 tomos. Bs. As. 
16 “Curso de Derecho administrativo”, Edit. Letras, La Paz, 1960. 
17 Es la posición de GUIDO ZANOBINI en “Curso de Derecho administrativo”, Edic. Arayú, Bs. As, 
1954. 
12 
con autonomía científica "...por cuanto este derecho agrupa un conjunto de normas 
de diversa naturaleza que regulan hechos de muy diferentes características siendo 
el único elemento jurídico común a tales normas, la presencia del Estado como 
sujeto activo de las relaciones financieras con los particulares”. Vemos, por tanto, 
que el ilustre tratadista uruguayo reconocía en el derecho financiero una unidad 
conceptual sólo en cuanto “a sus fines”, entre los cuales destacaba el de someter 
al derecho toda la actividad financiera del Estado, como instrumento legal idóneo 
para el cumplimiento de sus metas políticas en materia económica y social18. “La 
unidad conceptual” a que hace alusión VALDÉS COSTA tiene como “único 
elemento jurídico común” el elemento funcional, comprensivo de las normas legales 
destinadas a regular las dispares actividades financieras del Estado y de entes 
públicos, así como el elemento teleológico que persigue objetivos de política fiscal 
y social. 
En la segunda dirección, DINO JARACH, al pronunciarse sobre el tema, sólo 
admitía la autonomía del derecho tributario sustantivo o material19; en la misma 
línea doctrinal están -entre otros muchos- los tributaristas españoles AMORÓS 
RICA, PEREZ DE AYALA, EUSEBIO GONZÁLEZ y en Argentina, particularmente, 
GARCÍA BELSUNCE. 
Las primeras interrogantes que se plantean a la hora de encarar el tema de la 
autonomía son las siguientes: ¿Corresponde reconocer al derecho financiero la 
condición de una disciplina jurídica autónoma? Desde los tiempos en que culminé 
mis estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad 
Complutense de Madrid, mi posición personal en tomo a este tema de la autonomía 
del derecho financiero, fue la de afiliación a la tesis autonómica del derecho 
financiero. Es evidente que esta posición ha sido muy influida por la obra y 
enseñanzas de SAINZ DE BUJANDA, y así la he transmitido a mis alumnos en las 
cátedras de derecho financiero y tributario impartidas en la Universidad Católica 
Boliviana, la Universidad Andina Simón Bolívar y otros centros de enseñanza 
académica; sin embargo, ahora, creo inexcusable decir a mis lectores, que después 
de compulsar nuevas ideas y acceder a enjundiosos trabajos de tratadistas, 
europeos y los más, latinoamericanos, creo que se hace necesario tomar en cuenta 
que la heterogeneidad y variedad de la actividad financiera del Estado, no permite 
considerar a todo el derecho financiero como una ciencia jurídica intrínsicamente 
autónoma. 
Es evidente que, en esta cuestión, la heterogeneidad de materias reguladas por 
el derecho financiero, no permite un tratamiento científico unitario a todas ellas, 
aunque es incuestionable que teleológicamente, todas ellas forman parte de la 
actividad financiera del Estado y los entes públicos. A título de ejemplo: ¿Qué de 
común existe materialmente entre las leyes que norman la gestión de los bienes 
dominicales del Estado o de las entidades locales menores, con el derecho 
financiero que regula el régimen monetario, el control de la deuda pública, los 
 
18 VALDÉS COSTA, “Instituciones de Derecho tributario”, págs. 36 y sgts. Y págs. 63 y 68 Edit. 
Depalma, 1992, Bs.As. 
19 JARACH, “Clases de Derecho tributario", págs. 11 y sgts. edic. CIET, Bs. As. 1970. 
13 
empréstitos públicos o el derecho tributario? Indudablemente que la respuesta, para 
quienes defienden la autonomía científica de la disciplina que tratamos, está en 
afirmar la existencia de los tres elementos del derecho financiero (real, funcional 
y teleológico) que el propio SAINZ DE BUJANDA señaló como característicos de 
la actividad financiera los cuales han sido mencionados al inicio del presente 
Capítulo. 
Los únicos argumentos en los que se sostiene la posición adversa a la autonomía 
del derecho financiero, radican, por un lado, en la evidente heterogeneidad de sus 
materias vinculadas a la actividad financiera del Estado y demás entes públicos y 
por otro, en que el reconocimiento jurídico de esta autonomía significaría la quiebra 
de la unidad del derecho; así, p.ej., VILLEGAS asume que lo único científicamente 
autónomo es el orden jurídico de un país en cuanto a su concreción de lo que ese 
país entiende por derecho"20. 
Respecto al primer argumento de la heterogeneidad de la materia del derecho 
financiero, la contundencia del mismo, cimentado en la diferencia con el derecho 
tributario no puede ser más evidente: al menos con el derecho tributario sustantivo 
o material, cuya normatividad en torno al concepto de tributo, se basa en el hecho 
generador de la obligación tributaria y a todos los elementos integrantes de la 
relación jurídica tributaria, que constituyen un conjunto jurídicamente orgánico, que 
al decir de VILLEGAS, está a su vez unido a todo el sistema jurídico nacional21. 
Referente al segundo argumento, al advertir que el reconocimiento de la 
autonomía científica de una rama cualquiera del derecho provocaría la quiebra del 
principio de unidad del derecho, personalmente creo que tal argumento no responde 
a la realidad. ¿Por qué existen diversas disciplinas jurídicas? ¿Si el derecho es uno 
sólo, por qué hay un derecho civil, un derecho mercantil, un derecho penal, otro 
procesal, etc.? La realidad demuestra que el conocimiento científico es muy diverso 
y que existen muchas ciencias; entre ellas las que crea el derecho y, de éste como 
ciencia, se generan disciplinas jurídicas normativas de diferentes conductas, 
hechos y dispares relaciones de los hombres, que de ninguna manera significan la 
quiebra de la unidad del derecho. 
4. EL DERECHO PRESUPUESTARIO. LA TEORÍA CLÁSICA DEL 
PRESUPUESTO. No siendo objeto de esta obra el estudio del derecho 
presupuestario ni las demás ramas del derecho financiero, sólo haré una breve 
reseña de la evolución histórica del Presupuesto; 
A los principios que informan la Ley de Presupuesto(impropiamente llamada “ley 
financiar) y a algunas referencias a su función técnica-administrativa que resume “el 
Debe y el Haber” del patrimonio del Estado; y finalmente, al valor jurídico de este 
instrumento, financiero. Por breve que sea la presente reseña, se la hace en razón 
a los fines de la actividad financiera en cuanto a que la distribución y empleo de la 
 
20 H. VILLEGAS, "Curso de finanzas, derecho financiero y tributario”, pág. 87. Edit. Astrea 8a edic. 
Bs. As. 2002. 
21 H. VILLEGAS “Curso de finanzas...", pág. 88. 
14 
riqueza, sólo son posibles de lograr a través de la instrumentación y coordinación 
de las normas tributarias y presupuestarias. 
4.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS. La institución del Presupuesto tiene su 
remoto pero directo antecedente, en las Cortes medievales europeas que, en su 
pugna con el poder real, trataron de fiscalizar los actos de éste relacionados con la 
exigencia de tributos y el destino de los mismos. Su desarrollo histórico tuvo un 
camino diferente en los países europeos: en algunos, el Presupuesto nació de las 
reuniones celebradas bajo el nombre de Estados Generales, que en los antiguos 
reinos celebraban las personas con derecho a intervenir en los asuntos 
trascendentales del reino, ya por derecho propio o en representación de las clases 
y estamentos sociales como la nobleza y el clero. 
Las premiosas necesidades de dinero de los reyes y monarcas, para hacer frente 
a gastos militares en las guerras de conquista, obligaron a éstos a buscar fórmulas 
que les hicieran posible una mayor recaudación de recursos en armas, soldados, 
cereales, caballos y dinero, ya que las cargas tributarias recaían exclusivamente 
sobre los siervos de la tierra y, los impuestos personales para los hombres libres 
tenían carácter voluntario. 
El surgimiento de una nueva clase social, la burguesía, o sea los habitantes de 
los burgos o ciudades, compuesta por pequeños propietarios, artesanos, 
mercaderes y clero llano, constituyó la oportunidad que los Príncipes y Reyes 
aprovecharon para robustecer su poder real frente a la nobleza, reacia ésta a perder 
sus privilegios feudales, incorporando a las Cortes a representantes de este nuevo 
estamento social, para lograr su apoyo y consentimiento en el aporte de cargas 
tributarias necesarias para hacer frente a los gastos de la Corona. 
Con el correr del tiempo, sin embargo, los integrantes de las Cortes no se 
contentaron con sólo dar su consentimiento (consentir) o aprobar los impuestos, 
sino que exigieron participar en la fiscalización del gasto realizado por el Príncipe. 
Este es el remoto antecedente histórico de la institución del Presupuesto como 
instrumento fundamental que representa la actividad financiera en el Estado de 
Derecho moderno, pero que tuvo todavía que atravesar otras etapas históricas 
como la del absolutismo monárquico de los siglos XVI al XVIII, la del 
constitucionalismo demo liberal de los siglos XIX y XX y, la del totalitarismo de 
Estado, del cual han sido ejemplos los regímenes financieros del 
nacionalsocialismo alemán, el soviético y otros regímenes absolutistas subsistentes 
todavía en varios países. 
La expresión “Estado de Derecho”, utilizada por primera vez por VON MOHL en 
su obra “Ciencia de la Policía” (1832), de la que se hizo eco la ciencia política 
alemana, significó la sujeción de los poderes del Príncipe a la ley, vale decir, de la 
primacía del Parlamento sobre el Príncipe. Basándose en la antigua doctrina 
medieval que sostenía que el tributo no era exigido a los súbditos, sino más bien 
pedido por el monarca, y consentido por éstos, es que los Parlamentos lograron 
conocer y aprobar previamente el establecimiento de impuestos, gabelas y otras 
15 
contribuciones a ser exigidas a los súbditos del reino. 
4.2 EL PRESUPUESTO COMO INSTRUMENTO TÉCNICO-ADMINISTRATIVO 
DEL ESTADO. En la INTRODUCCION de esta obra, he señalado que la actividad 
financiera del Estado, podía resumirse en lo que el financista R. MUSGRAVE llamó 
un "proceso de ingresos y gastos", que se contabilizan en lo que se conoce -en 
Bolivia- como el Presupuesto General de la Nación, que constituye un instrumento 
legal en el que se establece una cifra representativa de los gastos que realizará el 
Estado dentro de un período de tiempo, y de los ingresos económicos que se 
calcula serán recaudados en el mismo período. 
El concepto de Presupuesto adoptado actualmente por el Viceministerio de 
Presupuesto y Contaduría General del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, 
de acuerdo al art. 1o de la Resolución Suprema 22558 de 1o de diciembre de 2005 
es que: “El sistema de Presupuesto es un conjunto ordenado y coherente de 
principios, disposiciones normativas, procesos e instrumentos técnicos que 
tiene por objeto la formulación, aprobación, ejecución, seguimiento y 
evaluación de los Presupuestos públicos, según programas y proyectos 
definidos en el marco General de Desarrollo Económico y Social de la 
República. 
Asimismo, tiene por objeto la generación y obtención de información 
confiable, útil y oportuna sobre la ejecución presupuestaria para la evaluación 
del cumplimiento de la gestión pública”. 
La legislación boliviana relativa a la elaboración del Presupuesto, discusión y 
aprobación del mismo, su ejecución y, finalmente su control y evaluación, están 
encomendadas al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas como Órgano Rector 
del Sistema de Presupuesto. Ahora bien, en ocasión de la nueva Estructura 
Organizativa del Órgano Ejecutivo del Estado Plurinacional (Decreto Supremo 
N° 29894) corresponderá al Viceministerio de Presupuesto y Contabilidad Fiscal en 
ejercicio de sus atribuciones previstas en el art. 53 del citado D.S., dictar la 
normativa fundamental para el inicio de la elaboración del Presupuesto, está 
contenida en el conjunto de disposiciones conocidas generalmente como “Normas 
básicas-Sistema de Presupuesto” aprobadas mediante Resoluciones Supremas. 
Dichas normas básicas tienen un carácter principista y deben ser reglamentadas o 
en su caso, prever formas de interpretación; con esta finalidad es que se deben 
dictar Reglamentos Generales para el funcionamiento de los Subsistemas de 
Formulación, Ejecución y Evaluación del Presupuesto en cada una de las 
instituciones del sector público, como p.ej.: los siguientes: 
Los Reglamentos Generales del Sistema de Presupuesto y Régimen 
Presupuestario para la Administración Central, para la Administración 
Descentralizada, los Gobiernos Municipales y para las Prefecturas 
Departamentales. 
Los clasificadores presupuestarios, ya sean en función de las instituciones, de 
16 
los recursos, de las fuentes de financiamiento, del gasto, por programas, etc. Las 
etapas que sigue el Presupuesto General de la Nación desde su preparación son 
las siguientes: 
a) Formulación del Presupuesto. Resume la política financiera analizando su 
viabilidad técnica-económica dentro de cada unidad administrativa, que elaboran 
anteproyectos de sus propios presupuestos de acuerdo a sus necesidades y 
objetivos. La formulación presupuestaria parte del principio de equilibrar los 
recursos con los gastos, partiendo de un presupuesto balanceado desde el punto 
de vista contable, para continuar con las etapas de su aprobación, ejecución, control 
y evaluación. 
b) Discusión y aprobación. El Anteproyecto de cada unidad o institución 
gubernamental, es discutido entre sus Unidades de Presupuesto con el 
Viceministerio de Presupuesto y Contaduría dependiente del Ministerio de 
Hacienda y finalmente aprobado, total o parcialmente, por la Asamblea Legislativa 
Plurinacional en acto formal a través de la llamada Ley de Presupuesto General de 
la Nación. 
c) Ejecución del Presupuesto. Esta etapa se concreta en la puesta en marcha -
previa observación de las normas legales- de todos los instrumentos administrativos 
para utilizar los recursos materiales y humanos que posibiliten la producción de 
bienes y servicios, para la realización de losobjetivos de la política económica y 
financiera del Estado. La norma legal relativa a esta etapa es el Manual de 
Contabilidad de la Ejecución Presupuestaria. 
d) Control y evaluación presupuestaria. En esta etapa se verifica 
cuantitativamente los resultados de la ejecución presupuestaria, analizando el 
cumplimiento o no de los objetivos financieros para adoptar, en su caso, las 
medidas correctivas y las causas que hubieren motivado su incumplimiento. 
Lastimosamente, varios de estos mecanismos administrativos relativos a la 
ejecución y control del Presupuesto, han resultado hasta el momento 
absolutamente ineficaces, por la insuficiente formulación legal de las normas 
dictadas en la materia. 
5 PRINCIPIOS JURIDICOS QUE FORMAN EL PRESUPUESTO. Una de las 
primeras obras publicadas sobre la materia que se conoce, se debe a R. STOURM, 
quien en 1883 puso de relieve, no sólo los aspectos propiamente técnico-
administrativos y contables del instrumento presupuestario, sino los jurídicos y 
políticos, dando inicio así, a lo que se conoce como la teoría clásica del 
Presupuesto, caracterizada por los siguientes principios: 
5.1 Principio de legalidad. Este principio surge de la exigencia política de fijar 
la regla de la competencia del órgano del Estado, a quien corresponde en forma 
exclusiva la aprobación del Presupuesto de la Nación. Con el advenimiento del 
Estado Constitucional, la aceptación del principio de división de poderes implica que 
sólo a un poder del Estado -al Legislativo- corresponde la facultad y el derecho de 
17 
aprobar o rechazar el Presupuesto de gastos e ingresos de la Nación propuesto por 
el Poder Ejecutivo. (CPE: art. 158.1 num. 11. y art. 159 num. 6) 
5.2 PRINCIPIO DE UNIDAD. Este principio, que es una derivación obligada de 
la regla de competencia a que se hace referencia en el numeral anterior, exige que 
los gastos e ingresos a contabilizarse se establezcan en un sólo Presupuesto, vale 
decir, que sea único; la finalidad es de impedir que el Poder Ejecutivo realice 
operaciones financieras, en cuanto a los gastos e ingresos, al margen de la 
aprobación legislativa. Si el presupuesto no fuera único daría lugar a que el gasto 
público no sea discutido en la Asamblea Legislativa Plurinacional, y la regla de 
competencia entraría en crisis. 
5.3 PRINCIPIO DE PERIODICIDAD. La doctrina constitucionalista en su 
propósito de lograr un equilibrio entre los poderes del Estado, impuso que la 
autorización para la ejecución presupuestaria relativa a los gastos tuviese una 
duración limitada en el tiempo, como forma de obligar al Poder Ejecutivo a 
presentarse anualmente al Poder legislativo para que éste apruebe el programa 
financiero del gobierno (nueva CPE: art. 172.11.) pero la anualidad no siempre se 
refiere al año calendario, sino a un período de doce meses. Esta imposición que 
limita a un año el tiempo durante el cual el gobierno deba ejecutar el Presupuesto, 
previamente aprobado por el Congreso, tiene un contenido y una finalidad 
evidentemente política. En algunos países, esta regla de la periodicidad de los 
Presupuestos se fija por períodos bianuales o mayores, respondiendo a criterios 
economicistas en consonancia con los planes de desarrollo a largo plazo 
proyectados por el gobierno. 
5.4 PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD. Establece que todos los gastos del 
Estado deben estar incluidos en el Presupuesto, lo que implica que toda actividad 
estatal debe tener una asignación presupuestaria. El mismo principio impide que en 
los presupuestos de las entidades públicas se realicen compensaciones entre 
recursos y los gastos administrativos resultantes de su actividad; por ello es que las 
normas de contabilidad presupuestaria aplicables disponen que, tanto los ingresos 
percibidos como los gastos, deben consignar sus respectivos importes brutos en 
vez de los netos. 
5.5 PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD. Este principio está muy vinculado al de 
universalidad, ya que la autorización del Poder Legislativo no tendría sentido 
político si el monto del gasto global autorizado no consignase el objeto y cuantía 
del gasto asignado a cada una de las partidas presupuestadas, lo cual llevó al 
financista MARIANO SEBASTIAN - desde su cátedra de Hacienda Pública en la 
Facultad de Derecho de la Universidad Complutense- a definir metafóricamente el 
Presupuesto "... como la política expresada en números”22. 
5.6 PRINCIPIO DE PUBLICIDAD. El contenido del Presupuesto - 
particularmente en cuanto a la cuantía y objeto del gasto- no debe constituir un 
 
22 MARIANO S. HERRADOR, “Apuntes de cátedra", edic. SEU, MADRID, 1956. 
18 
secreto para los ciudadanos. En este punto, cabe considerar que los Estados, por 
razones de seguridad, pueden consignaren el Presupuesto de algunas instituciones 
p. ej.: Fuerzas Armadas y Ministerio de Gobierno, los llamados “Gastos 
reservados”, para cubrir erogaciones que por su carácter necesariamente 
reservado, justifica no darlos a conocer públicamente p.ej.: sueldos a funcionarios 
de Inteligencia, informantes en la lucha contra el narcotráfico, contraespionaje, 
terrorismo u otras actividades que de una forma u otra ponen en peligro la seguridad 
pública. 
- Las legislaciones adoptadas en otros países prevén la formación de órganos 
interinstitucionales, constituidos por representantes de los poderes del Estado que, 
en reunión reservada, dan fe, en su caso, de la efectiva realización del gasto, 
levantando actas que son depositadas en el Banco Central del Estado junto a la 
documentación respectiva que se incinera años después. En España, p.ej., el 
régimen jurídico para los gastos reservados prevé -entre otras de importancia- las 
siguientes disposiciones que bien debieran ser establecidas en el ordenamiento 
jurídico boliviano: 
- Las partidas destinadas a estos gastos se deben específicamente fijar en cada 
ejercicio económico en la Ley de Presupuesto General de la Nación. Cualquier 
modificación que signifique incremento a las ya destinadas debe ser aprobada por 
la Cámara de Diputados, previo informe de una Comisión de sus miembros que 
tengan acceso a los secretos oficiales. 
-Sólo se pueden apropiar partidas destinadas a gastos reservados en los 
Ministerios de Relaciones Exteriores, de Gobierno y de Defensa, correspondiendo 
sólo a sus titulares establecer la finalidad y cuantía de los fondos e informar al 
presidente de la República sobre su utilización. 
En Bolivia, ninguna autoridad de las instituciones que disponen de “gastos 
reservados” da cuenta del destino de los mismos. Vale decir, que el carácter 
reservado de estos gastos no es ni debe ser absoluto, sino que debe darse cuenta 
del mismo ante alguna institución conformada por las autoridades moralmente más 
intachables en el ejercicio de diferentes funciones públicas. 
6 VALOR JURÍDICO DE LA LEY DE PRESUPUESTO. A fines de la segunda 
mitad del siglo XVIII, el jurisconsulto germano PAUL LABAND formuló su teoría de 
las “Leyes de aprobación”, base de la distinción entre ley formal y ley material o 
como también se dice- ley en sentido formal y ley en sentido material, distinción 
ésta que fue acogida por todos los tratados y publicaciones jurídicas sobre derecho 
público de ese tiempo. En realidad, tal teoría no respondía a ningún criterio jurídico 
y menos al principio constitucional de la división de poderes, sino a una intención 
política: afirmar la supremacía de la monarquía de Prusia sobre el Parlamento, 
partiendo de la idea de que, si el Presupuesto es sólo una ley formal carente de 
normas jurídicas y, afirmando que la Corona no necesita de la aprobación del 
cuerpo legislativo para su ejecución. Fue así que nació la teoría "dualista” de la 
existencia de leyes en sentido formal y leyes en sentido material, la que ha sido 
19 
defendida por algunos destacados hacendistas europeos de fines del siglo XIX y la 
primera mitad del siglo XX, entre ellos GASTON JÉZE, LÉON DUGUIT23 y 
posteriormente en Brasil ARAÚJO FALCÁO, RAFAEL BIELSA en Argentina 
ESTEBAN JARAMILLOy ABEL CRUZ SANTOS en Colombia con las siguientes 
argumentaciones: 
a) Que la ley en sentido material, se caracteriza por crear relaciones jurídicas 
bilaterales e intersubjetivas entre los sujetos, lo que no ocurre con la Ley de 
Presupuesto cuyo contenido es sólo una estimación de ingresos y una previsión de 
gastos a ejecutarse en el futuro. 
b) Que la ley, en sentido material contiene preceptos de alcance general y 
permanente que afectan a personas indeterminadas en tanto no sean abrogadas o 
derogadas por leyes posteriores. 
c) Que el Presupuesto es ley en sentido formal, sólo por su origen parlamentario 
y no por su contenido y, en consecuencia, su elaboración es un acto administrativo 
y su aprobación un acto esencialmente político. 
Frente a la teoría dualista, surge la concepción “monista” del Presupuesto, 
sustentada por la mayoría de hacendistas de este tiempo, entre ellos: ANDREA 
AMATUCCI, VITAGLIANO, MICHELI en Italia; FONROUGE y DE JUANO en 
ARGENTINA, EUSEBIO GONZÁLEZ GARCIA, JOSÉ JUAN FERREIRO LAPATZA, 
JUAN MARTIN QUERALT y FERNANDO PEREZ ROYO en España, quienes con 
algunos matices diferenciales han coincidido en las siguientes premisas: 
Que la distinción entre ley formal y ley material es totalmente artificiosa, ya que 
la ley se diferencia de un acto administrativo porque nace del seno del Poder 
Legislativo en función de las atribuciones específicas que le otorga la Constitución 
y la facultad de poder modificar cualquier disposición vigente del ordenamiento 
jurídico financiero24. 
Que el Presupuesto no es un simple acto administrativo de estimación de 
ingresos y previsión de gastos sino un instrumento jurídico regulador de un Plan 
Nacional de Desarrollo que debe ser cumplido por los funcionarios del gobierno, 
respetando los límites en cuanto al destino y cuantía de los gastos consignados en 
las respectivas partidas presupuestarias o sufrir -caso contrario- sanciones penales 
por delitos de malversación de fondos públicos. Al respecto, es útil considerar la 
siguiente observación del hacendista colombiano HUGO PALACIOS MEJlA: 
“decretar un gasto" es diferente de “apropiar una partida para el gasto”. El “decreto 
 
23 DUGUIT en “Tratado de derecho constitucional" opinaba que en el Presupuesto se debe distinguir 
entre el presupuesto de ingresos y el de gastos. En lo referente al de gastos, el presupuesto es un 
"acto administrativo1 estando subordinado a leyes preexistentes que no puede modificar. Respecto 
al de ingresos, particularmente por impuestos, tampoco ese presupuesto tiene el valor de ley 
material, excepto si esos impuestos se votan para cada año. Tratado de Derecho constitucional. 
Cita de PLAZAS VEGA, en "Derecho de la Hacienda pública...", p. 398. 
24 EUSEBIO GONZÁLEZ GARCÍA, “Introducción al Derecho presupuestario" pág. 250, Edit. de 
derecho financiero, Madrid, 1973. 
20 
del gasto” se realiza por medio de la ley en forma directa o indirecta. La 
“apropiación”, es la asignación en el Presupuesto de una partida de autorización 
del gasto que sólo es factible respecto de erogaciones “decretadas”. El decreto 
“indirecto” se presenta cuando la ley implica el gasto público, aunque no alude a la 
erogación a efectuar”25. 
Todo lo expuesto precedentemente sobre el valor jurídico de la Ley de 
Presupuesto, tiene estrecha relación con la posterior elaboración doctrinal de los 
juristas afiliados a la escuela pura del derecho, entre ellos KELSEN en la teoría 
general y MERKL y ROSS en el derecho administrativo, quienes concibieron la 
jerarquización de las normas jurídicas partiendo de la Constitución y de la idea de 
que esta Ley fundamental debe ser desarrollada por otras leyes, y éstas a su vez, 
por los reglamentos, los cuales, a su turno, tienen que ser aplicados con normas de 
inferior jerarquía como son las circulares, instrucciones, etc. Por ello, decían los 
juristas de la escuela que, siendo la ley un desarrollo de la Constitución, ella debe 
tener carácter general y no singular. Ahora bien, el derecho administrativo nos 
ofrece innumerables ejemplos de disposiciones a las que les falta el carácter de 
generalidad y vocación de perdurabilidad propios de la ley; tal el caso de la Ley de 
Presupuesto, cuya normatividad no es de aplicación general y su vigencia está 
limitada a un período fiscal preestablecido. 
Estas características dieron lugar a que un sector de la doctrina desarrollase la 
teoría de las “Leyes de aprobación” -a que hemos hecho referencia parágrafos 
atrás- y que sostiene que, cuando el Parlamento aprueba la Ley de Presupuesto, 
formalmente está emanando una ley, y así se la llama: Ley de Presupuesto, pero 
que su contenido “es un acto administrativo de autorización carente de normas 
jurídicas"26 que su carácter especial radica en el tratamiento que recibe por parte 
del órgano legislativo quien se limita a aprobar o rechazar el proyecto de Ley de 
Presupuesto sin que pueda introducir enmiendas o modificaciones que signifiquen 
un aumento o disminución de los gastos. 
En la misma dirección, la doctrina francesa ha sostenido que la ley en general se 
establece duraderamente para un número indeterminado de actos, que toda 
decisión de la autoridad pública no deba ejecutarse más de una sola vez, por lo que 
no es una ley sino un acto administrativo; la misma doctrina afirma que, como el 
Presupuesto supone el planeamiento y cálculo de la actividad financiera que debe 
realizar el Estado dentro de un período determinado, corresponde a los órganos de 
la Administración tributaria la elaboración de su anteproyecto y, como una prueba 
más del concepto que se tiene del Presupuesto como “acto de autorización”, el 
Parlamento se reúne en sesión especial para su consideración y una vez aprobado, 
su vigencia se establece por períodos anuales o mayores. 
Este asunto de si el Presupuesto es una ley en sentido formal, o por el contrario 
una ley que, como las demás tiene efectos jurídicos generales, depende del 
 
25 Cita de PLAZAS VEGA en “Derecho de la Hacienda Pública y Derecho financiero’, pág. 402. 
26 Es la posición de JARACH. “Temas de Derecho tributario”, edic. Facultad de Ciencias Económicas 
de la Universidad de Buenos Aires; 1967. 
21 
régimen que adopte cada país. Ya en 1988 escribí que en el derecho financiero 
boliviano, la Ley General de Presupuesto es una ley, tanto en sentido formal como 
material, puesto que en nuestro régimen constitucional se prevé que el Parlamento 
está facultado a introducir las modificaciones que estimare convenientes en el 
Proyecto presentado por el Poder Ejecutivo y, además, porque las disposiciones de 
carácter preventivo y cautelar, que generalmente preceden al plan financiero, v.gr., 
las referidas al procesamiento de los comprobantes de egresos, traspaso de 
partidas, prohibiciones de sobregiros, reconocimiento de créditos, etc., tienen un 
contenido jurídico normativo que exige su cumplimiento bajo pena de sanciones 
penales y administrativas.27 El significado político y económico del Presupuesto ha 
ido adquiriendo mayor relevancia a medida del crecimiento de la participación social 
de la ciudadanía y de las regiones, y su consideración como instrumento 
importantísimo de la política económica de la Nación28. 
No faltan diversas definiciones del Presupuesto por parte de los hacendistas, la 
doctrina y los textos legales. PLAZAS VEGA transcribe una definición jurídica del 
tratadista español ALVARO RODRÍGUEZ BEREIJO, que en su opinión se 
caracteriza por su precisión en la delimitación y funciones del Presupuesto cuales 
son: una, desterrar la idea de que el Presupuesto es sólo la expresión contable del 
plan económico del Estado, y otra, relevar la diferente función que cumple el acto 
presupuestario en relación con los ingresos y con los gastos; con los ingresos 
tributarios: al ser éstos creados por leyes preexistentes, el monto a consignarse en 
el Presupuesto constituye sólo una estimación de lo que presumiblemente podrá 
recaudarse durante la gestión del período fiscal,no requiriéndose, en relación a 
ellos, acto de autorización alguno. Respecto a los gastos, el Presupuesto cumple 
una triple función jurídica ineludible: a) autorización para realizar el gasto; b) 
imponer como límite del gasto el monto consignado en el Presupuesto; y c) 
establecer el destino del gasto presupuestado29. 
Sobre la delimitación y funciones del Presupuesto a que se refiere RODRÍGUEZ 
BEREIJO, también escribió el hacendista boliviano EDMUNDO VÁSQUEZ: "Hay 
que advertir que el capítulo de gastos implica una autorización limitada para la 
Administración, la cual no puede comprometer erogaciones mayores que las 
aprobadas, pero no ocurre así con el capítulo de ingresos el cual está conformado 
por estimaciones de la recaudación tributaria o de otra naturaleza que se espera 
ingresen al Tesoro. El Presupuesto no es ley de mandato que obligue a los 
contribuyentes a pagar impuestos, sino simplemente para consignarlos con fines 
contables y administrativos"30. 
 
27 BENITEZ RIVAS, “Compendio de Derecho financiero boliviano”, t. I. Sigla editores, La Paz, 1988. 
28 En Bolivia, los estudios y aplicación práctica del presupuesto como instrumento político y 
financiero, dieron sus primeros pasos después de la Guerra del Chaco, diez años más tarde de 
la promulgación de la Ley de Presupuesto por el gobierno del Dr. HERNANDO SILES. 
 Ver VICENTE MENDOZA LÓPEZ, “Las finanzas en Bolivia y la estrategia capitalista", La Paz, 
1939. También HUMBERTO FOSSATI “Curso de finanzas y Hacienda pública”, edic. Universidad 
Técnica de Oruro. 
29 PLAZAS VEGA. “Derecho de la Hacienda Pública...", citando en pág. 382 a RODRÍGUEZ 
BEREIJO “El Presupuesto del Estado", Madrid, Tecnos, 1970. 
30 “Nociones de Finanzas generales y Hacienda Pública”, 2a edic. Fundación Universitaria Simón I. 
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Patiño, La Paz.