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La Sardina que se comió al Tiburón Volumen I: Antes de nadar en el Océano Híbrido José A. Ortiz © La Sardina que se comió al Tiburón. Volumen I: Antes de nadar en el Océano Híbrido © José A. Ortiz Mayo 2023 ISBN papel: 978-84-685-6433-3 Editado por Bubok Publishing S.L. equipo@bubok.com Tel: 912904490 Paseo de las Delicias, 23 28045 Madrid Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Para tod@s l@s loc@s que se lanzan a emprender y se atreven a perseguir sus sueños. A l@s que estuvieron conmigo, pero sobre todo, a l@s que están. Y a mis amados hijos, siempre. Gracias por aguantarme y comprenderme. Contenido AGRADECIMIENTO ESPECIAL BLOQUE I: Introducción y Orígenes ¿Y este libro? Los orígenes: Prepararse antes de empezar a nadar Introducción al mercado promocional Breve historia de una de las empresas de estudio Navegando por las grandes teorías del emprendimiento ANÁLISIS 1. La estrategia del Océano Azul ANÁLISIS 2. El método LEAN STARTUP ANÁLISIS 3. Cómo crear un modelo de negocio con Lean Canvas ANÁLISIS 4. El Producto Mínimo Viable (PMV) La Estrategia Omnicliente BLOQUE II: Fundamentos empresariales básicos. El calentamiento previo antes de salir a nadar Consejos para emprender El organigrama de la empresa Estructuras societarias, fiscales y laborales Fuentes de financiación para startups Análisis de estados financieros y de inversiones Cálculo de costes y tarifas para el Mar Híbrido Estudio de fijación y política de precios La logística, el stock y el SPV/SAT/SAC Logística 4.0 y la importancia del stock El SPV, SAT y SAC Otras consideraciones importantes: marca, asesores y outsourcing vs medios propios CONCLUSIONES FINALES BIBLIOGRAFÍA AGRADECIMIENTOS AGRADECIMIENTO ESPECIAL No encuentro mejor forma de presentar este libro de negocios que haciéndote ganar dinero. Quisiera agradecer a mis amigos de PLANNEGOCIOS.COM su destacable y valiosa colaboración en esta obra, además de su implicación y la importante labor que vienen realizando en favor del emprendimiento y el mundo de la empresa. 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Porque gracias a PLANNEGOCIOS.COM vas a recibir un regalo espectacular al adquirirlo: una selección exclusiva de 7 plantillas que te permitirán llevar a la práctica todo el conocimiento y las claves que vas a descubrir y desarrollar en este volumen. 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Ideal para que te vayas preparando para el segundo volumen de LA SARDINA QUE SE COMIÓ AL TIBURÓN. Para adquirir este libro, especialmente en formato Kindle, vas a necesitar invertir muy poco dinero. Pero además de esta obra, recibirás a cambio todas estas plantillas profesionales que tienen un valor en el mercado de más de 100 EUROS¹. Cuando veamos cómo calcular el ROI, te convencerás de que estás realizando una inversión más que inteligente. No me dirás que no empieza bien tu viaje por el océano híbrido de los negocios, ¿verdad? Te recomiendo que investigues más sobre PLANNEGOCIOS.COM y que los tengas muy presentes en tu Top of Mind, ya que las soluciones que pueden ofrecerte a lo largo de tu viaje son infinitas. Aquí te dejo su link. ¡¡¡Disfrútalo!!! www.plannegocios.com 1. PVPR sin aplicar los posibles descuentos que realice la empresa en promociones comerciales puntuales. BLOQUE I: Introducción y Orígenes ¿Y este libro? “Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar, pero muy pocos lo ven como el caballo que tira del carro”. Winston Churchill El muro que te separa de lo que siempre has deseado es… EL MIEDO. ¿Te seduce la idea de emprender? ¿Quién no lo ha pensado en alguna ocasión? ¿Cuántos han tenido una idea de negocio, por peregrina que sea? Y, ¿cuántos han soñado alguna vez con ser su propio jefe? Seguro que todos, aunque no alberguen una verdadera vocación emprendedora. Pero de ahí a dar el paso, ¿verdad? Eso es otra historia. http://www.plannegocios.com/ Es cierto que las condiciones políticas y económicas no son precisamente las más favorables. Es más, emprender en España es como poner un puesto de helados en el Polo Norte. Hay que estar un poco loco y tener mucha fe. De hecho, un estudio del Instituto Español de Emprendimiento nos revela que el 55% de los encuestados no emprenden… por MIEDO AL FRACASO. ¿Es esto verdad? ¿Es real? Acababa de arruinarme por segunda vez en cinco años. Tras el hundimiento del sector inmobiliario del 2008, perdí una empresa con un mogollón de euros en propiedades y más de 600 trabajadores directos. Me levanté de nuevo saneando inmovilizados tóxicos de bancos, y tropecé con la misma piedra: el apalancamiento y la especulación. Un zas en toda la boca. Y recuerdo que leí una frase de Albert Einstein: “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Lo dejé todo. Todo lo que conocía y dominaba, o que yo creía que dominaba. A veces tienes una idea o un plan definido y la vida te lleva por otros derroteros, pero si no arrancas y comienzas tu camino es imposible que eso suceda. En la empresa que pedí una oportunidad me dejaron elegir mi primera misión, y lo tuve claro: VENDER. Empezar desde cero, en las tiendas de barrio. Porque sabía que, si quería entender un negocio completamente desconocido para mí, tenía que empezar desde abajo. En el barro. La primera vez que me dispuse a visitar una tienda, me temblaban tanto las piernas que, cuando reuní las fuerzas necesarias para salir del coche y dirigirme a la entrada, no pude ni levantarme del asiento. Y me fui a casa desolado. Siempre hay una primera vez para todo, y no pasa nada. El no ya lo tienes, ¿qué puedes perder? Un empresario que había conseguido todo con 30 años, teniendo ahora que visitar una tienda para vender una marca desconocida. ¿Y?, ¿dónde está el problema? Es lógico sentirse infravalorado, que no estás dónde mereces, o incluso, que eres un fracasado. Pero nada más lejos de la realidad. Es un gran baño de humildad y un aprendizaje que vale millones. Y, ¿sabes lo que aprendí al día siguiente, cuando me armé de valor y entré en la tienda? Pues tres cosas: •Que el propietario me atendió con una amabilidad y paciencia que jamás hubiera imaginado. Luego la gente, es mejor de lo que creemos. •Que lo hizo porque se dio cuenta de que era un novato. Luego la gente, tiene una tendencia natural a ayudar al que lo intenta de verdad. •Y que, en tan solo 30 minutos, se abrió ante mí una nueva profesión y un mundo lleno de posibilidades. Lo único que conseguí con el miedo, fue retrasar un día más mi nuevo proyecto. Cuando comencé esta nueva etapa, busqué libros que me ayudaran a crecer y a comprender mejor dónde me estaba metiendo. Busqué, y busqué… sigo buscando. Y no sé si existen, pero no encontré ni uno solo que me sirviera de guía. Grandes teorías hay muchas, y muy buenas. Pero lo de enseñarte a nadar de nuevo, es otra cosa. Me di cuenta de que el mundo había cambiado, pero que esta vez era para mejor. Para los mejores, no para los de siempre. Que internet te ayuda a entrar dónde antes era imposible. Y que hoy todas las ventas son Híbridas, es decir, que se producen en la interacción del mundo digital y el físico. ¿Quién no ha investigado y curioseado un producto por Internet y luego lo ha comprado en una tienda? O al revés, lo ha visto en una tienda, ha sacado el móvil y ha dicho: ¡anda, si aquí está más barato! Siento que es la hora de aportar mi granito de arena, y ofrecer ese apoyo que no encontré en aquellos difíciles momentos. Lo que no me enseñaron en la educación reglada y que no me contaron, bien por secreto profesional, bien por políticamente incorrecto. Quiero ayudarte a superar tus miedos. Ofrecerte una hoja de ruta que te sirva de guía y mostrarte las palancas y recursos que tienes a tu alcance. Un plan de entrenamiento para que puedas lograr tus metas, aunque seas una sardinita en un mar infestado de tiburones. La buena noticia es: que en el mar híbrido cabemos todos. Tienes que salir a ese mar a dar el 200%. A luchar por tus sueños. A desarrollar tu idea y llevarla a lo más alto, con seguridad y conocimiento. A mejorar tu vida y la de tu entorno. A crear riqueza de verdad. Siento decírtelo, pero solo tienes dos opciones: •Quedarte con la duda del qué hubiera pasado sí…, y trabajar toda la vida para que otros cumplan sus sueños. •O usar todo tu talento y potencial para cumplir los tuyos. Si eliges la segunda opción, aquí tienes a un compañero de viaje. Te aseguro que, aunque no te comas a los tiburones, nadarás junto a ellos sin miedo. Algunos superamos nuestros temores, porque la necesidad y las ganas de salir adelante son mucho más fuertes. Pero también hay gente sin estudios que triunfa. Mujeres y hombres sin dinero que triunfan. Hasta personas con grandes dificultades físicas y sensoriales que triunfan. Ahora dime: ¿cuál es tu excusa para no triunfar? Pocas cosas hay más satisfactorias que crear. Emprender. Iniciar cualquier proyecto desde cero y verlo crecer y florecer hasta límites que no sabías que existían. Tropezar, equivocarte. Todo es maravilloso, incluso caer y volverte a levantar. Es como una droga, droga dura. Aun así, no creas que todo el monte es orégano. Este proceso es realmente fascinante, pero también peligroso. Te van a vender lo guay que es emprender, pero nadie te contará que no puedes ser emprendedor por mucho tiempo. O evolucionas a empresario o estás listo. El Estado y el gobierno de turno te animan a que despliegues tu perfil más emprendedor. Emprendedor, no empresario ¿Por qué crees que ocurre esto? ¿Te lo has preguntado alguna vez? En primer lugar, debemos diferenciar entre dos tipos de emprendedores: 1.Los que buscan subvenciones y apoyo estatal o institucional. Si quieres ser uno de estos empresaurios o empresucios no te esfuerces en buscar ideas factibles, escalables y sostenibles. Cuanto más peregrinas, políticamente correctas y arribistas al sistema político que impere en cada momento sean esas ideas, más éxito (momentáneo) obtendrás. Pero ojo, difícilmente llegarás a convertirte en un verdadero empresario. 2.Los que desean solucionar un problema a su cliente. En otras palabras: dar un servicio excelente, crear una marca reconocible, dejarse la piel, aprender todos los días de los errores cometidos. Estos buscarán mejorar lo existente a través de ideas ingeniosas, realizables, económicamente viables y generadoras de riqueza. He aquí el camino real para llegar al éxito sostenido en el tiempo. Sin dopajes. Si tu idea es vincularte a los primeros, no compres este libro. En Amazon se puede leer esta introducción de forma gratuita. Tal vez no estemos ante la mejor técnica de ventas, pero para mí, eso es lo de menos. No quiero que te lleves a engaños, así que no te gastes el dinero en esta edición. En lugar de eso, suscríbete mejor al BOE y empieza a buscar contactos políticos. Te deseo toda la suerte del mundo. Pero si eres de los segundos, repito, ¡puedo ayudarte! En esta serie de tres libros, te ofreceré una visión global de lo que es una empresa en el actual Entorno Híbrido (concepto muy importante). Lo que debes conocer, la jerga que utilizar, los departamentos que tienes que crear y dirigir, las precauciones que debes tomar. Cómo y cuándo salir al mercado online y cómo alternarlo con el offline o físico. A crear una marca reconocible, a colarte en los lineales, aunque sea a codazos y a hacerte el tonto mientras vas creciendo en silencio. Los tips o consejos que nadie te cuenta, lo políticamente incorrecto de este mundillo. En definitiva, los objetivos que debes marcarte. Para ello, el recorrido por esta aventura estará basado en casos reales de empresas españolas, y en particular de algunas que se han convertido en todo un referente en el mercado nacional. Empresas que, por ejemplo, iniciaron su andadura en el mundo de las promociones y que en la actualidad son la marca de referencia en España, por encima de las principales y más poderosas multinacionales del sector que parecían imbatibles. Después de varios años realizando un apasionante seguimiento y estudio de estos casos, creo que es el mejor momento para proporcionar a los futuros emprendedores aquellas prácticas, herramientas y conocimientos reales que siempre busqué en un libro y que nunca encontré. Las americanadas están bien, pero se hace necesario adaptarlas a la realidad de nuestro entorno. Me importa relativamente poco la historia de Apple, Amazon o Google, y no porque no sea interesante conocerla y aprender de ellos. Es meramente una cuestión de realidad y pragmatismo. Pongamos un ejemplo: si juegas a fútbol y tu meta es ser Messi, lo llevas claro. Ese destino está reservado para unos pocos elegidos y, aunque duela reconocerlo, para empresas que tienen detrás resortes de países como los Estados Unidos o China, que fomentan y ayudan a esas corporaciones. Pero no te engañes, ese apoyo no está dirigido a la creación de puestos de trabajo y bienestar social, no. Ese apoyo está motivado por el control y poder del que se beneficia el propio Estado. En resumen, si crees que una empresa como Google se puede crear en España, Latinoamérica o incluso en Europa, este no es tu libro. Compra otros para seguir soñando con lo que nunca alcanzarás y sigue apostando al boleto de la lotería. Y ojo, no digo que no haya inteligencia y talento para crear este tipo de empresas aquí, que de sobra lo hay. Pero ¿crees que saldría adelante un proyecto de semejante magnitud sin un Tío Sam o un gobierno de la República Popular detrás? Anhelaba ese libro que me indicase cómo empezar de cero, qué tener en cuenta para no equivocarme y las precauciones a observar para que no me engañaran más de lo razonable. Una hoja de ruta, saber hacia dónde ir, qué hacer y cómo llevarlo a cabo. Necesitaba conocer qué es lo que podría encontrarme y cómo protegerme de posibles eventualidades. Cómo camuflarme, cómo morder y cómo ganar. Pero, sobre todo, cómo conservar lo ganado. A día de hoy sigo sin encontrarlo. Aun así, hay libros muy buenos, es más, a lo largo de este recorrido analizaremos algunos de los más relevantes y lo haremos confrontándolos con el mundo real. Leer y estudiar es fundamental, pero pasar a la acción es inexcusable si quieres conseguir algo en la vida. Es curioso observar que para ser médico, abogado o arquitecto necesitas una cualificación y unos permisos o colegiaciones que te permitan ejercer la profesión. Sin embargo, para ser empresario no hace falta nada, cualquiera puede serlo. ¿Es lógico que, quien va a dirigir los destinos de la célula más importante del ecosistema económico de un país, no necesite acreditar formación o maestría alguna? Para ser empresario en España basta con darse de alta en un epígrafe del IAE y en el régimen de autónomos. Partiendo de ahí puedes crear sociedades mercantiles, o no, pero eso es lo primero. Pagarás un derecho de pernada (el primero de muchos) para poder ejercer tu actividad, porque ser empresario te obliga a muchas cosas, y la primera de ellas es a pagar. Por otro lado, te preguntarás: ¿y a que me da derecho? Muy fácil: a nada. Debes aprender a sentirte confortable en lo incómodo y tener claro que quieres evolucionar y trabajar para ti y por tus sueños. No olvides que se trata de crear tu destino, aunque no haya nada que te motive y lo hagas por obligación. Debes comprometerte contigo mismo y con tu cliente, sobre todo con este último, pues es quien te va a dar de comer. Si eres uno de esos caballos orgullosos que quiere tirar del carro a sabiendas de los latigazos que va a sufrir… bienvenido al club, intentaré echarte una mano compañer@. Adelante: si alguien puede conseguirlo, eres tú. Los orígenes: Prepararse antes de empezar a nadar “Antes que cualquier otra cosa, estar preparado es el secreto del éxito”. Henry Ford La primera vez que visité una de las empresas en que baso el libro fue por mediación de un amigo y corría el mes de abril de 2016. La compañía ya estaba en un nivel de facturación muy envidiable, ya que en 2015 había cerrado con algo más de 8 millones de euros y ese mismo año lo haría sobrepasando los 13. Acababan de mudarse a unas nuevas instalaciones porque las anteriores se habían quedado pequeñas. En su catálogo apenas lucían una treintena de artículos y las ventas provenían fundamentalmente del mercado promocional. Es decir, de hacer promociones en periódicos, bancos, fidelización a clientes de grandes empresas, etc. Pero la fragancia que desprendía era fastuosa, hechizante. Cualquiera con un mínimo de visión podía intuir lo que allí se estaba cociendo. La estrategia de la empresa se basaba en el producto nicho. ¿Qué es eso? Bueno, identificaban productos que no existían en el mercado o cuya oferta era escasa y los desarrollaban y promocionaban como novedosos y disruptivos. Así se consigue atraer a un público muy determinado, siendo más fácil enfocarse en él y gastar menos energías en luchar contra la competencia. Puedes desarrollar el mercado de forma más efectiva y hacerte un referente o autoridad en él. Por ejemplo, fabricaban una freidora sin aceite con unas especificaciones técnicas distintas a las que había en el mercado. Lo conseguían calentando el aire por la parte superior como todas las demás, pero añadiendo un extra de calor por la parte inferior a base de resistencias. Esa era la fácil e ingeniosa innovación, y así, todas las personas que deseaban cuidarse, comer sano y no renunciar al sabor, se convertían en clientes de la innovadora marca. Hoy en día, la freidora sin aceite es el producto estrella varios años después. Y ellos ya se adelantaron. Ciertamente, esta es una de las mejores fórmulas para lanzar al mercado productos o servicios con ciertas garantías de éxito y con el mínimo riesgo de colisión con la competencia. Introducción al mercado promocional El mercado promocional es una de las mejores vías para iniciar la comercialización de tus productos e ir asentando una cierta imagen de marca. Con esto no me refiero a la promoción de tu marca o empresa a nivel publicitario o propagandístico, sino a vender tus productos a otra empresa que los va a utilizar como regalo o descuento para promocionar su propia marca. La Asociación de Marketing Promocional (AMPRO) nos ofrece una definición simple y fácil de comprender: “El marketing promocional es un conjunto de estrategias aplicadas con el objetivo de construir una marca, aumentar el número de ventas, prospectar clientes y fidelizarlos. Todo eso se lleva a cabo a partir de acciones directas que incentivan la interacción entre la marca y los consumidores. El marketing promocional es visto como una forma de merchandising que conecta directamente empresa y clientes mediante ofertas, descuentos y otras estrategias.” En definitiva, todas aquellas actividades comerciales y de marketing destinadas a fidelizar a los clientes actuales y de convencer a los no clientes para que compren. Se trata de regalos que ofrecen las empresas bajo diversas estrategias para atraer y retener a su cliente objetivo. Podemos encontrarnos con productos atractivos de terceras marcas o fabricantes que se regalan a cambio de realizar una acción determinada: abrir una cuenta de ahorros, una imposición a plazo fijo, suscribirte a un periódico o comprar un número determinado de ejemplares hasta completar una cartilla, realizar compras en el supermercado superiores a cierta cantidad de euros, etc. Es cierto que en la actualidad este mercado se encuentra muy deteriorado o en declive. Esto se debe al constante descenso en las ventas de periódicos en formato papel, los bajos tipos de interés y otros factores que hacen que cada vez sea más difícil realizar acciones exitosas bajo este tipo de fórmula. Sin embargo, este sistema de ventas es una de las claves del crecimiento inicial de muchas empresas, llegando algunas de ellas a convertirse en la marca número uno del segmento y utilizándolo como trampolín para que sus productos adquieran relevancia gracias a su diseño y prestaciones. En el volumen dedicado a las ventas, explicaré con mayor profundidad la sistemática, además de los aspectos más importantes que hay que abordar, los puntos fuertes y los inconvenientes más comunes del mercado promocional. Pero hay una primera reflexión que puedo aportarte, y es que: si consigues introducir productos a través de este sistema de forma masiva, con tu propia marca y con una calidad y servicio a la altura, conseguirás colarte en los hogares de los consumidores y generar la curiosidad por saber más de ti. Suele ocurrir porque les ha gustado mucho la innovación, el diseño y la buena relación calidad-precio del producto (que intuyen por tratarse de un regalo). Estos clientes se preguntarán: ¿quién son esta gente? Voy a buscar su web, a ver si están en Amazon, en mi tienda de confianza.... Da por hecho que, si estás preparado, podrás dar un gran impulso a tus ventas y posicionamiento en el mercado. Breve historia de una de las empresas de estudio Te invito a conocer de forma breve y visual la historia de uno de los casos que vamos a estudiar, sobre todo porque puedes tomarla como espejo para conseguir tus objetivos. Se trata de una empresa familiar de provincias que comenzó su andadura con el desarrollo, fabricación y venta de productos nicho dirigido al mercado promocional y la venta directa. En la actualidad es uno de los líderes del sector en los entornos tanto online como offline del mercado del Pequeño Aparato Electrodoméstico (PAE), con un corto pero exitoso recorrido en el tiempo. A partir del año 2014, la empresa potenció su apuesta por el desarrollo tecnológico y la búsqueda de innovación con la misión de situar al cliente en el centro de la empresa (lo que denominaremos Omnicliente), favoreciendo la maximización en la experiencia del usuario (UX o User Experience). Desde el año 2016, la marca ha experimentado un asombroso crecimiento exponencial que se sitúa en torno al 250% anual, algo inaudito en un sector tan saturado y caduco por su falta de innovación y diseño. Sus valores la convierten en una compañía joven, transgresora, con afán de mejora diaria y la premisa de comercio justo. Es decir, los productos valen lo que valen en función de sus especificaciones técnicas y calidad, pero nada más. No es necesario engordar la burra y cobrar de más por factores que no se sustentan o por gozar de una posición dominante en el mercado. Este es un valor diferencial magnífico: ser honesto y competitivo por el bien de tu cliente, no por el tuyo propio. Esta estrategia es, sin duda, un verdadero Océano Azul para muchos segmentos o nichos de producto que analices. Demos ahora un breve repaso al crecimiento de la empresa a través de los logros obtenidos, algo que te recomiendo analizar detenidamente. Las presentaciones continuas y el crecimiento sostenido del número de productos en su portfolio, los hitos de comercialización que acompañan a esos lanzamientos, en qué mercados crece primero y cuál es la expansión que eso desencadena, cómo evoluciona y adapta su publicidad y medios para llegar al cliente, la interacción entre unos canales y otros, cómo crecen y se retroalimentan gracias a esa coordinación… El ejemplo de cómo se realiza una colonización ordenada y fulgurante del mercado. Es simplemente excelente. Observa ahora la siguiente gráfica correspondiente al año 2019. Ten en cuenta que ya en 2020 la empresa cerró con más de 300MM de euros de facturación y casi 900 empleos directos. La innovación constante lleva al aumento de ventas y, en consecuencia, de ingresos. Esto permite la reinversión y, por tanto, el crecimiento. La recurrencia de los clientes y su fidelidad es fruto de la obsesión por el producto, el precio honesto, el diseño y la oferta constante de novedades. Se trata de conseguir más ventas, más ingresos, más reinversión… y así volver al ciclo de creación de valor. Además, el factor humano es clave en este proceso, como podrás comprobar más adelante en el apartado de gestión de personas. Por otro lado, empezar a dar caña en el entorno online es algo básico para crecer en la coyuntura actual. Amazon es una plataforma que, a pesar de todas las críticas que recibe, me resulta la más democrática de todas. La relación calidad-precio del producto, el servicio al cliente y los comentarios que estos emiten según su User Experience marcan la diferencia. Amazon, y en general todo el online, es un entorno no brand. Esto quiere decir que la marca no es lo más importante a la hora de la decisión de compra, pero, si además consigues ese reconocimiento, sobresales. Y aunque tu branding aún no sea todo lo potente que desearías, Amazon te ayudará a crecer si eres mejor, más competitivo y ofreces un servicio excelente. En definitiva, si lo mereces. Aun así, debes tener en cuenta que internet no es solo Amazon, es un universo mucho más amplio y rico, y en él todo suma. Marketplaces, social selling, drop-shippers, afiliados… pero, sobre todo, tu propia web o tienda online. Ahí es donde deberás centrar, a priori, la cantidad más importante de los esfuerzos y la estrategia de tu proyecto. Y si lo haces como un campeón en Internet, ¿qué ocurre? Pues que poco a poco, trabajando duro y con los conocimientos y medios apropiados, pasas a ser un actor relevante en la distribución física. Recuerda que en España aún representa, por ejemplo, en el sector de las tecnologías de consumo, casi el 70% de las ventas. Haz la siguiente prueba: mira en los lineales de los principales distribuidores del país y luego échale una ojeada al Top Ventas de Amazon, y te darás cuenta de que son prácticamente iguales. La pregunta no es quién sigue a quién, la respuesta es que si te cuelas en esa lista tienes más segura la entrada al canal retail. Entrar directamente con una marca nueva en las tiendas físicas es prácticamente imposible, y si hablamos de centrales de compras, ni te cuento. Este gráfico resulta bastante interesante, pues en él se muestra cómo Aliexpress entiende muy bien la estrategia Omnicliente. El verdadero número uno del comercio electrónico del mundo (aunque no en España y Europa) se ha lanzado ya al océano híbrido. La primera tienda física de Europa la han abierto en España, y adivinad quién ha sido su único partner nacional, estratégico y número uno en ventas. Aquí tienes un claro paradigma del mar híbrido en el que ya estamos nadando. •Nº 1 en ventas en el Black Friday. •Más de la mitad de la cuota de mercado del PAE. •En aspiración, con la gama del producto estrella, más del 80% de cuota en este gran retailer. Sé que estos números resultan abrumadores, pero este ejemplo nos demuestra que realmente todo es posible. Y aunque no resulte fácil, si haces las cosas bien, con humildad y centrándote de forma honesta en el cliente, puedes conseguir lo que te propongas. Te animo a que sigas leyendo porque te va a resultar enriquecedor y, sobre todo, inspirador. Escoge tu propio camino y hazlo a tu manera, pero observa, aprende e intenta mejorar. Como puedes apreciar en el gráfico, aplicando estas técnicas se consigue la implantación masiva en todo tipo de retailers potentes y con capilaridad, lo que no es tarea fácil. Esta empresa lo ha hecho en un tiempo récord, pero de forma sostenible. No es habitual (por eso es caso de estudio), pero tiene su explicación. Saca tus propias conclusiones, las que más te ayuden e inspiren, pero la base siempre es la misma: innovación, desarrollo, reinversión, aportar valor, honestidad: Omnicliente. Es la segunda vez que te suelto este palabro. Dentro de poco te explicaré su significado y, sobre todo, cuál es su valor estratégico. Fíjate ahora en la proyección que realizó la propia compañía para el 2020, año en que la pandemia hizo estragos en la economía mundial. Estos objetivos se cumplieron total o mayoritariamente, según el caso. Observa: •250 novedades de producto. Más de un lanzamiento al mercado cada dos días. •Aumento de 1,9 a 7,5 millones de euros de inversión en innovación en tan solo un año. •150 profesionales más contratados para innovación. •Desarrollo de 100 patentes y 100 innovaciones no patentables. •El peso del offline empieza a ser mayor que el del online. Es lo ideal, pero debes tener en cuenta que no lo conseguirás sin tener antes el dominio del online. •El 30% de las ventas proceden del mercado internacional. ¿Crees que es una casualidad que las empresas que menos han sufrido, o que incluso han sido capaces de crecer en una situación tan difícil como inesperada de pandemia, sean aquellas que, además de tener una gran presencia en el retail, son muy potentes en el comercio online? La respuesta es: NO. Ahora te hago la pregunta al revés, imagina que llega un supuesto COVID-19.2 virtual. Un virus que se cargue todas las conexiones de internet, que haga que los pagos no sean seguros o que los datos naden en un mar de anarquía. ¿Te parece imposible? Pues si eres importante en el retail, podrás capear el temporal mucho mejor que los demás, ya que las ventas bascularán hacia la seguridad del entorno físico y solo podrá aprovecharlo aquella empresa que tenga una capilaridad y presencia fuerte en dicho entorno. La conclusión es evidente: la estrategia Omnicliente de la compañía, que no omnicanal, es de suma importancia. Tienes que aprender a nadar entre los dos mares con soltura, fuerza y determinación. Porque si solo sabes nadar en uno, por muy bueno que seas, sufrirás cuando llegue el chapapote. Te dejo una última gráfica donde puedes observar el crecimiento brutal de la empresa siguiendo esta estrategia, algo que no deja lugar a la duda. Observa con detenimiento e interés el camino de baldosas amarillas que te guiará a tu nuevo destino. Es impactante y motivador. Ten en cuenta que no son oriundos de Silicon Valley, ni tienen el respaldo de una potencia mundial que les protege e impulsa. Más bien todo lo contrario, no se inyectó dinero de rondas de financiación, crowdfunding, ni fueron al programa Shark Tank. Directamente se comieron a los sharks. Nota: Todos estos datos son aproximados y están sacados del registro mercantil y publicaciones que hablan de la empresa. No son 100% fidedignos, pero si marcan una tendencia real. Navegando por las grandes teorías del emprendimiento Existen casi tantas estructuras y estrategias de negocio como personas distintas componen las compañías. Aunque todas buscan lo mejor para sus intereses, es extremadamente complicado hablar de una única táctica empresarial que funcione para todos por igual. Sin embargo, podemos afirmar que un buen plan estratégico es lo único que puede llevarte al éxito, y es la base que te permitirá lograr tus objetivos en las condiciones más ventajosas. Una adecuada estrategia empresarial sirve para dar forma al proyecto. Podemos definirla como el conjunto de decisiones encaminadas a obtener una clara ventaja competitiva y, en última instancia, alcanzar los objetivos del proyecto a largo plazo. Pero, dado que no hay una única estrategia que funcione homogéneamente, resulta imprescindible que conozcas el máximo de técnicas y herramientas para optimizar y sistematizar el procedimiento de generación e implantación de tu visión empresarial, haciéndola compatible con la vertiginosa evolución del mercado. Para ello, es conveniente hacer un repaso por algunas de las teorías más modernas y exitosas a fin de que puedas definir con claridad cuál va a ser tu estrategia de negocio, a qué público te vas a dirigir y qué propuesta de valor vas a ofrecerle para que se unan a tu causa y se enamoren de tu marca. Si deseas profundizar aún más en este ámbito, te recomiendo fervorosamente que leas los libros que sustentan las teorías que analizaremos a continuación. Según sea tu idea u objetivo de negocio, podrás decidir en cuál de ellos prefieres bucear. Por último, terminaremos estas observaciones con el análisis de la Estrategia Omnicliente de la marca. Por supuesto, esta es la que te recomiendo más fervorosamente y la que te propongo que adoptes como brújula para fijar tu rumbo. Aun así, es necesario que tengas una visión global de los aspectos más importantes y que conozcas las principales estrategias de negocio que triunfan en la actualidad. Empecemos. ANÁLISIS 1. La estrategia del Océano Azul Este libro de negocios debe considerarse un material imprescindible para cualquier gerente o emprendedor en la actualidad. En él se propone una metodología organizada con la que identificar y aplicar sistemas de diferenciación en las compañías, con el objetivo de lograr crecimientos más intensos y sostenibles. No nades con tiburones si quieres evitar Océanos Rojos Si atendemos a las estrategias tradicionales del mundo de los negocios, estas se basan en modelos militares cuyo principal objetivo es capturar al enemigo para conquistar una posición de defensa. De hecho, en el universo corporativo se utilizan las mismas palabras clave, como la expresión cuartel general para referirse a la sede de la empresa. Y mientras las compañías dan forma a sus estrategias y delimitan sus objetivos corporativos, continúan utilizando un vocabulario plagado de metáforas militares como posición de ventaja, vencer o derrotar a la competencia. Se trata, por tanto, de un lenguaje que genera un modelo de competencia en el mercado que se apoya en la idea de que, para que haya un vencedor, a su vez, alguien debe perder. Esta violenta competencia resta más de lo que aporta, pues la lucha entre empresas termina provocando pérdidas en el mercado, la reducción de las ganancias y un crecimiento que, de otra forma, podría ser mayor. Aunque la competitividad pueda parecer algo esencial en la actual esfera de los negocios, debemos tener en cuenta que no es la única estrategia existente. Lo ideal sería salir de esos Océanos Rojos para navegar en dirección a los Océanos Azules. En otras palabras, la creación de nuevas formas de negocio donde no haya enfrentamientos, y el crecimiento y las ganancias sean abundantes. Aunque en un principio esta idea pueda parecer algo extraña, no va más lejos de la realidad, pues multitud de empresas y productos que conocemos y utilizamos a diario han nacido en el último siglo bajo esta concepción. Empresas que, como la telefonía móvil, la informática o la biotecnología, se han convertido en industrias multimillonarias. Ante esto, cabe plantearse una única cuestión: ¿quién puede anticipar las innovaciones del Océano Azul en las próximas décadas? Esta es la pregunta que tu empresa debería estar haciéndose con el fin de poder navegar por mares más tranquilos. El sosiego del Océano Azul La concepción del Océano Azul no se limitó únicamente a la creación de nuevas empresas, sino que además las hizo excepcionalmente fructíferas. Por ello, Kim y Mauborgne, autores de este libro, analizaron varias compañías con grandes crecimientos y llegaron a la conclusión de que el 62% de sus ingresos provenían de mercados competitivos ya establecidos, aunque esta cifra suponía solo el 39% del total de las ganancias. En cuanto a los nuevos negocios nacidos en Océanos Azules, ocurría lo contrario: la expansión era responsable del 38% del total de los ingresos y del 61% de las ganancias. La globalización actual, unida a la superproducción y a los avances tecnológicos, son los responsables de que las innovaciones que tienen lugar a día de hoy ocurran a un ritmo vertiginoso. Es por ello que asistimos a la creación constante de nuevos productos muy parecidos entre sí. Mientras que las grandes marcas se enfrentan constantemente a nuevos competidores, los consumidores basan sus decisiones en algo tan simple como el precio del producto. Para poder escapar del Océano Rojo que comentábamos antes, algunas empresas han comenzado a desarrollar sus estrategias corporativas centrándose en la teoría del Océano Azul. Para ilustrar este concepto toman como ejemplo a la empresa Starbucks, quien le dio una vuelta de tuerca a la idea del café y, más que en un producto, lo convirtió en una forma de entretenimiento y networking. La aportación de valor de tu empresa El valor ocupa el espacio central de las innovaciones de las empresas que nadan en el Océano Azul. Denominadas value innovations, la idea principal es la de generar un producto que aporte un valor mayor al de los similares ya existentes. Esto es algo que cualquier empresa, independientemente de su tamaño, puede plantearse, y para que suceda con éxito debe proporcionar ahorros concretos y un beneficio novedoso que el consumidor pueda percibir desde el primer momento. Lo único que debes tener en cuenta a la hora de nadar en el Océano Azul, es que tu value innovation sea lo suficientemente clara y entendible para tu público, a fin de que puedan percibir rápidamente el beneficio y la diferencia del producto frente a otros similares. Pero para que esta estrategia sea viable, debe convertirse en parte esencial de un proceso intrínseco dentro de la propia empresa. Este tipo de innovación necesita de un desarrollo estratégico que implique una mejora constante en distintos elementos como pueden ser las operaciones, las funcionalidades o el precio del producto. Además, resulta esencial el esfuerzo en generar un valor real y tangible para el cliente. El circo que dio un triple salto mortal Para tener una imagen completa del método del Océano Azul, el Cirque du Soleil supone un claro ejemplo de éxito, pues abandonó el concepto de circo tradicional para renovar la idea por completo e introducir una nueva forma de entretenimiento. En esta renovación, el Cirque du Soleil tomó los elementos del antiguo modelo de circo y los redefinió para aportar un nuevo valor nunca antes visto. Desde la tienda hasta los espectáculos acrobáticos, recreó la tradicional idea del circo planteando una nueva manera de entretenimiento. Para poder llevar esto acabo, el primer paso fue olvidarse del tradicional público infantil para centrarse en una nueva audiencia formada por adultos interesados en el teatro. De esta forma, se desarrolló un formato de entretenimiento intelectual y dramático que satisficiese a este nuevo público. Para poder competir con los espectáculos ofrecidos en Broadway, el precio de las entradas aumentó por encima del precio del circo tradicional, lo que suponía una declaración de intenciones en cuanto a la calidad del espectáculo ofrecido. De esta forma, en tan solo veinte años, el Cirque du Soleil sobrepasó las ganancias alcanzadas por los mayores circos del mundo y, sin ninguna competencia directa, alcanzó el éxito gracias a su capacidad de reinventarse y aportar un nuevo valor al mercado. Esta estrategia es completamente opuesta al concepto de determinismo ambiental, en el que la visión de los negocios de cualquier industria debe seguir la realidad en la cual están insertados. Se trata de un tipo de pensamiento que podría generar situaciones de Océano Rojo, ya que provoca que las compañías no se preocupen por sus productos y se centren en la competencia por el precio. Si comparas estas estrategias con la seguida por el Cirque du Soleil, podrás comprobar la eficacia de desafiar los conceptos establecidos del mercado y la capacidad de hacerse un hueco evitando la competencia. Las 6 tácticas de la estrategia del Océano Azul En la concepción de un nuevo mercado resulta imprescindible delimitar unas nuevas reglas, a través de las cuales se puede alcanzar el Océano Azul en la construcción de un nuevo negocio. Se trata de las siguientes: 1. Reconstruye los límites del mercado Esta regla consiste en replantearse las ideas en las que se basa el negocio proyectado y, en base a ellas, definir el modelo de la empresa. Resulta indispensable dominar aspectos clave como son las preferencias del cliente, la calidad de los productos o el nivel de precios. Algo que puede ayudarte a esclarecer estos aspectos es la creación de una presentación visual de la estrategia a seguir, de forma que tengas una visión general del conjunto. Para plantear esta nueva perspectiva, lo ideal es explorar los patrones actuales de la industria que se deberían ignorar, reducir, ampliar o incluso transformar. 2. Foco en la escena general, no en los números La segunda regla consiste en mantener una visión global de conjunto y no obstinarse con las estadísticas, pues muchas de las estrategias de mercado terminan fracasando por la enorme cantidad de datos que se manejan, lo que provoca una pérdida de la visión general y de la capacidad de identificar tendencias. Por ello, es conveniente emplear un mapa estratégico que incluya gráficos de productos, precios y posición de la compañía dentro de la industria. Este mapa servirá para señalar la posición actual y así tener una visión general de las posibles oportunidades, vislumbrando el ambiente competitivo y los factores de verdadera importancia. Por otro lado, supondrá un ahorro de tiempo y esfuerzo que producirá un ahorro en iniciativas equivocadas. 3. Ve más allá y crea nueva demanda Aunque los nuevos negocios nacen enfocados en sus actuales clientes, el crecimiento real no se limita únicamente a la demanda existente, pues para ir más allá hay que enfocarse en los futuros clientes potenciales. Un perfecto ejemplo de esta práctica es la empresa francesa JCDecaux, dedicada a la publicidad exterior en las grandes ciudades. Llegado cierto momento, pensaron en la posibilidad de ampliar su negocio a municipios de menor tamaño que de igual forma pudieran estar interesados en anuncios exteriores. De esta forma, lograron acuerdos con las alcaldías y construyeron un equipo más amplio y duradero que, a su vez, atrajo a más anunciantes. A día de hoy, la empresa opera en 33 países y, con grandes ganancias, domina el sector de la publicidad exterior. 4. Entiende la secuencia estratégica Algo que hay que tener muy claro es que innovación y tecnología no siempre son value innovation, ya que lo primordial es el deseo del cliente. Por tanto, tener una nueva y extravagante tecnología no será de gran ayuda para bucear en el Océano Azul si no se cuenta con el deseo del cliente. Visto de otra forma, una tecnología será realmente innovadora si aporta un valor inmediato. Una vez más, hay que centrarse en el valor aportado. Resulta de vital importancia enfocar la experiencia deseada por los clientes en cada una de las fases del plan de negocio, evaluando aspectos como la utilidad, disponibilidad, comodidad, seguridad y sostenibilidad ambiental de la mercancía, y cómo repercuten en el cliente a la hora de realizar la compra, utilizar el producto y, dado el caso, descartarlo. A la hora de desarrollar una estrategia de Océano Azul, hay cuatro pasos lógicos a considerar. Se trata de plantearse, en este mismo orden, las siguientes cuestiones: •¿Por qué alguien debería comprar tu producto? •¿Tiene un precio justo para atraer a un target masivo? •¿Puedes crearlo a un precio lucrativo? •¿Hay algún impedimento que desanime al mercado a aceptar tu producto? 5. Supera los obstáculos internos El éxito a la hora de gestionar una compañía se basa en la capacidad de resolver diligencias entre los diferentes equipos y departamentos, pues resulta completamente normal entrar en un caos organizativo al introducirnos en el mercado del Océano Azul. La reubicación de los recursos puede provocar incertidumbre ante el desconocimiento de si los pasos dados serán exitosos o de si pueden provocar cierta incomodidad entre los gerentes de la empresa. Hay que tener presente que estas inseguridades son comunes y por ello hay que mostrarse predispuestos a superar cualquier obstáculo que pueda presentarse. 6. La ejecución es parte de la estrategia En último lugar, hay procesos de implementación del Océano Azul que pueden reducir el riesgo de gestión, como podría ser el mapa estratégico. No hay que olvidar que construir una gestión basándonos en el modelo del Océano Azul implica ciertos riesgos, por lo que se hace necesario generar un clima de confianza entre todas las personas implicadas. Un equipo unido y con compromiso resulta primordial para alcanzar los objetivos, por lo que hay que ser claros, comunicativos y, además, saber involucrar a todo el grupo. Por otro lado, definir las expectativas personales y los resultados generales esperados puede servirnos de gran ayuda a la hora de lanzarnos en este nuevo Océano. Confrontación a la teoría de Porter y el MHM (Mar Híbrido Magenta) La teoría del Océano Azul, en contraposición al Océano Rojo, plantea la creación de un nuevo espacio de mercado en el que la competencia directa deja de ser un problema, de forma que la empresa puede crecer a buen ritmo y con mayor rentabilidad. Por otro lado, Porter aboga por una estrategia basada en ofrecer un valor superior a base de realizar una inversión mayor. Surgen ciertas discrepancias con este punto de vista, pues se puede ser mejor y más barato controlando los costes e invirtiendo de forma inteligente. Esto mismo es lo que plantean Kim y Renée: ofrecer un valor mayor a los clientes disminuyendo los costes de la empresa. En otras palabras: INNOVAR EN VALOR. Bajo mi punto de vista, ambas estrategias son buenas por separado, pero son incluso mejores cuando consigues complementarlas de forma eficaz. Si detectas un nuevo nicho, una oportunidad, un mercado obsoleto o elitista, y a la vez consigues hacerlo mejor y más barato que la competencia, el éxito estará al alcance de tu mano. En realidad, INNOVAR EN VALOR es la base de la filosofía de la empresa. Lo vas a ver muy claro observando el caso de la línea de robots aspiradores de la marca. El mercado de los robots aspiradores durante el año 2016/17 estaba prácticamente monopolizado por una sola marca: Roomba. Aunque es cierto que concurrían otras marcas como Ecovacs y algún modelo de Rowenta, el pastel era casi exclusivamente propiedad de la primera. Tanto era así, que consiguieron algo que todas las marcas ansían: convertirse en un genérico. Y, ¿qué significa eso? Muy sencillo, conseguir de forma orgánica asociar un producto específico y determinado con el nombre de una marca concreta. En otras palabras, en vez de echar mantequilla a la tostada, la untas con Tulipán; no pides un refresco de cola, si no una Coca-Cola; y en vez de buscar un robot aspirador, quieres ver si las Roombas esas van bien. Esto ocurre, bien porque son los que crean el producto y/o el concepto comercial del mismo, bien porque son los primeros en sacarlo al mercado con éxito y popularizarlo. Pero veamos ahora cuáles son las principales características que tienen estas empresas: •Al ser los primeros y casi los únicos, sus precios y márgenes de beneficio son altos. •Se centran en la innovación propia, subestimando la perspectiva de terceros y perdiéndose en su propio bosque. •No tienen competencia y, por lo tanto, la solución de ciertos pains o demandas de los clientes (y sobre todo de los no clientes) pasan a ser secundarios o incluso irrelevantes. •Se enfocan en un público más elitista que posee una mayor capacidad económica. •Se convierten en un producto aspiracional, al que no todos pueden llegar. •Copan los lineales y cierran acuerdos comerciales que crean barreras de entrada para la posible competencia. •Abaratar costes a la vez que se mejoran prestaciones no resulta una prioridad. Si sabes cómo actuar y tienes el olfato suficiente, podrás crear el que denomino “Mar Híbrido Magenta” (MHM). El primer Océano es evidente: si eres el primero en acudir al mercado con un producto innovador, sin competencia, pudiéndote centrar en tickets altos, aportando generosos márgenes a la distribución para que te prescriban y convirtiéndote en una marca aspiracional y genérica, habrás conseguido tu propio Océano Azul. Pero si sabes sacar partido y detectas que puedes competir en este Océano Azul creado por otro, tienes a tu alcance la posibilidad de crear un nuevo entorno competitivo: el MHM o Mar Híbrido Magenta. Y, ¿por qué magenta? Pues porque es evidente que tu misión principal pasa a ser la de quitarle al gran tiburón parte de su pastel. Vas a tener que dar pequeñas dentelladas sin llamar su atención y hacerle sangrar poco a poco y constantemente. Cuando el rojo y el azul se unen en las proporciones adecuadas, ese es el color resultante. Hagamos ahora el ejercicio de contraposición a las situaciones enumeradas en el listado anterior: •Consigue un producto que aporte INNOVACIÓN EN VALOR a un precio más competitivo y manteniendo márgenes aceptables. •Busca nuevas perspectivas y desarrollos en el producto que el pionero no detecta o desprecia. •Soluciona los pains que el consumidor resalta del líder, centrándote sobre todo en los no clientes. •Democratiza el producto, (un concepto importantísimo que analizaremos en el volumen de Product), es decir, consigue transformar un producto elitista en uno accesible a todos los públicos con una satisfacción de usuario excelente. •Empieza a hacerte un hueco en el entorno online para que, posteriormente, se vean obligados a abrirte las puertas en el retail físico, que en un primer momento te vas a encontrar cerradas. •Abarata los costes mejorando prestaciones clave. ¡Bingo! Ya tienes tu nuevo espacio de mercado, y apresúrate a nadar en él antes que otros lo intenten, pero hazlo siguiendo unas pautas básicas: •Da pequeñas dentelladas, pero de forma constante y persistente. El objetivo es que el tiburón no se fije mucho en ti, porque puede aplastarte, pero debes conseguir que cuando se dé cuenta de lo que sucede, esté desangrándose y no pueda cortar la hemorragia. •Juega con sus debilidades: °Si se ha enfocado en un producto elitista y de ticket alto, no va a poder bajar precios de forma rápida y significativa, ya que probablemente sus estructuras financieras, empresariales y acuerdos comerciales no se lo permitan y su imagen de marca se vea gravemente afectada si cae en la tentación (que lo hará). Necesita mucho tiempo para moverse porque es un bicho muy pesado. Usa tu agilidad: muerde y aléjate. Vuelve a morder y retírate de nuevo. °Este tipo de organizaciones son poderosas pero lentas. Desde el punto de vista del desarrollo de producto ocurre exactamente lo mismo. Se ciegan en sus propias dinámicas y pierden el foco atacando con demandas por infracciones de patentes, burofaxes y demás medidas intimidatorias en vez de seguir innovando en valor y costes. Busca mejoras simples que se les pasen por alto, pon atención en esquivar sus patentes y trabaja para crear las tuyas propias. Ůtiliza el canal online como tu principal aliado. El online es un entorno no- brand, donde lo más importante es la relación calidad-precio y las opiniones de los clientes. No te van a dar paso en el retail físico (al menos de momento), pero puedes convertir esta barrera en una oportunidad única. Las marcas líderes o de genéricos ofrecen altos márgenes a los retailers para mantener su posición de dominio, pero eso les hace vulnerables en el e- commerce. Puedes vender a mejores precios que ellos sin que puedan seguir tu estrategia, ya que en caso de hacerlo les resultará altamente complicado atender tan altos acuerdos comerciales y ser rentables a la vez. Estarán entre la espada y la pared. Nueva dentellada, y esta tiene que ser la que abra la herida definitiva. Veremos más adelante cómo debes preparar las tarifas para que esta estrategia sea efectiva y te permita nadar con soltura en el mar híbrido. °Si te posicionas como la marca más vendida en internet o alguno de sus Marketplaces más relevantes como Amazon, es cuestión de tiempo que te ofrezcan un hueco en el canal físico. Y ojo, existe una clara diferencia entre llamar tú y que te llamen. En el volumen que dedicaré a las ventas veremos con más detalle cómo exprimir este sistema. °Enamora a la gente, busca que hablen por ti, que digan que tu producto es muy parecido y que incluso en ciertos aspectos mejora al del líder. Crea una marca simpática y no elitista, una marca para todos. Para ilustrarlo mejor vamos a volver a centrarnos en el caso en cuestión, a quien se le hacía muy difícil introducirse en las tiendas físicas y cuya apuesta por la venta online resultó clave. El objetivo era mostrar el producto, sus beneficios, su precio competitivo, su funcionalidad… Hasta que ocurrió lo inevitable. Y es que cuando el producto que vendes es tan deseable como honesto, el cliente acaba por engancharse al proyecto e, incluso, a enamorarse de la marca. En esta línea, un bloguero realizó una comparativa espectacular con el producto líder hasta el momento, seria y muy currada. Cuando consigues que sean los clientes los que hablan bien de ti y, además, de una forma objetiva y transparente, es cuando empiezas a ganarte el reconocimiento y la autoridad en el mercado. Las ventas se dispararon en cuestión de días. Y así empieza todo. La sardina se muscula, las dentelladas ahora duelen de verdad y la hemorragia es imposible de taponar haciendo entrar al tiburón en shock. A día de hoy la cuota de mercado en España de Conga es muy superior a la de Roomba, incluso hay retailers muy poderosos donde, en campañas especiales como el Black Friday, la proporción de ventas llega a ser de 10 a 1 a favor de esta marca. ¿Te preguntabas cómo una sardina se puede zampar a un tiburón? Pues aquí tienes la prueba. Y ahora que sabes que esto es posible, te animo a seguir un poco más porque me encantaría ayudarte a conseguirlo. Por último, es interesante entender la importancia de centrarse en el no cliente, porque es lo que hace que el océano sea magenta y no rojo, puesto que así consigues crear y hacer crecer un mercado que no existía con anterioridad. No es necesario derramar tanta sangre, y si el tiburón percibe que su mercado tradicional se mantiene y que le es muy costoso o complicado ir a por el tuyo, no le quedará otra opción y te dejará más o menos tranquilo. Pero no te duermas, sigue musculándote y cuidando de tu nuevo mercado, porque te aseguro que hay muchas sardinas ávidas de sangre. Profundicemos un poco más en las estrategias que hemos analizado y veamos cómo poder aplicarlas: •Buscar innovación en valor. Se trata de la estrategia competitiva tradicional, según la cual hay que elegir entre dos fuentes de ventaja competitiva: un valor mayor en el producto o un coste menor. Este paradigma cambia con la estrategia del Océano Azul, que plantea la posibilidad de conseguir un valor mayor a un menor coste. •La curva de valor. Se trata de una herramienta de gran utilidad que nos ayuda a entender el sector, los competidores y nuestra propuesta, mientras buscamos una verdadera diferenciación como elemento fundamental para la creación de valor. Hay dos ejes que hay que identificar: °Los factores competitivos del sector: aquellos que captan la atención del cliente a la hora de decidirse entre un producto y otro y que marcan su grado de satisfacción (precio, calidad, servicio…). °Nivel de oferta de valor: a mayor valor, mayor inversión. •La matriz RICE. Se divide en: °Reducir y eliminar: consiste en una reducción importante de la inversión en ciertos factores, llegando incluso a eliminarlos. Aunque pueda parecer algo arriesgado, esto ayuda a reducir considerablemente los costes de la empresa. °Incrementar y crear: consiste en incrementar el valor a través de ciertos factores y, si existe la posibilidad, identificar factores adicionales hasta entonces no planteados. •Pensar en los no clientes. Esta es una de las estrategias que considero más importantes del Océano Azul. Es crucial no enfocarse en los clientes a los que habitualmente se dirigen todas las empresas del sector para ir más allá y buscar nuevos espacios de mercado, dejando a un lado la competencia directa. Pero no te engañes, es difícil que llegues a convertirte en el creador del nuevo Circo del Sol, quien, por cierto, se ha declarado en quiebra tras la crisis provocada por los efectos de la pandemia de la COVID-19. Probablemente tampoco revoluciones las líneas aéreas, porque ya me dirás cómo vas a comprar una flota de aviones. Es precisamente este aspecto el que, desde mi punto de vista, distorsiona estas teorías, ya que se basan habitualmente en historias de grandes empresas americanas que han triunfado. Nunca han adelantado ni profetizado ningún éxito o crecimiento impactante antes de que ocurra, y se han centrado siempre en grandísimas ideas inalcanzables para los mortales. Pero para eso estamos aquí, para adentrarnos en el mundo real. Mi opinión sincera es que estás ante unas técnicas de primer orden que puedes utilizar adaptándolas a tus circunstancias y mercado. Créeme, cuando se aplican en entornos locales es mucho más fácil conseguir éxitos. Bajo mi punto de vista, el simple hecho de implementar estas técnicas te va a transportar a un Océano Azul, porque son pocos los que las conocen y muchos menos los que las aplican, estudian e implementan. Del breve análisis que hemos realizado de este libro, se pueden enumerar las siguientes ideas: •Si encuentras un producto, servicio o mercado nicho: adelante, ve a por él. •Observa y analiza que sea escalable, es decir, que permita el crecimiento. Hay millones de ideas que solo sirven para nadar en un charco, y en los charcos no crecen los peces. •Muy a tu pesar, tarde o temprano vas a tener que nadar con tiburones. Más o menos peligrosos, pero lo harás. Y recuerda, tienes que estar preparado para comértelos. •Ahora sí, la gran lección de este libro es la búsqueda incesante de la diferenciación. Debes diferenciarte de la competencia en cualquier aspecto (value innovation) que aporte un valor claro y deseado por tu cliente. En lo que sea, pero diferénciate siempre. •No tienes que crear una genialidad o una obra de ingeniería soberbia. El diseño, la funcionalidad, un precio honesto, una filosofía de marca o un servicio excelente suele ser lo más efectivo y valorado por los compradores. •Soluciona los pains. Este término, ya empleado antes, significa miedo en inglés. Se trata de analizar a los líderes y observar aquellos aspectos sobre los que se quejan los clientes acerca de sus productos o servicios. En definitiva, cuáles son los problemas que tienen los Buyer Persona y que nadie está siendo capaz de solucionar. Si estudias al líder del segmento, localizas sus puntos débiles, detectas las críticas de sus clientes y das con la forma de resolverlas a un precio más competitivo… ¡Bingo! •Estudia a los no clientes, es decir, a los que normalmente no te comprarían por diversos motivos. ¿Por qué no compran? ¿Qué limita su interés o qué barreras te separan de ellos? Ese ya de por sí es un nicho interesante que debes explotar. •Construye las matrices que te permitan tener una visión global del mercado donde vas a operar. •Convierte este proceso en un ciclo de mejora continua dentro de tu empresa, pues tienes que estar constantemente buscando innovaciones y vigilando a la competencia. Y, sobre todo, escucha a tu cliente siempre. Esto es obligatorio. En la empresa se percataron de que los catálogos de pequeños electrodomésticos olían a naftalina, algo que, incluso hoy en día, sigue sucediendo en según qué casos. En general, el sector del pequeño electrodoméstico nunca fue muy propenso a la innovación. Como veremos ahora, este aspecto fue analizado a la perfección por la compañía. Los ventiladores, sin ir más lejos, seguían siendo iguales que los que había en casa de mis padres cuando aún iba al instituto. Sin embargo, ellos introdujeron un diseño fresco e innovador. El departamento de producto realizó un trabajo espectacular aportando un nuevo estilo en el diseño, e implementando nuevas funcionalidades a los productos mediante la aportación de mejoras mecánicas sencillas pero muy llamativas y útiles. Insufló aires renovados para atraer a las nuevas generaciones (que ya no van a las tiendas físicas), y para las no tan nuevas que ya estaban hartas de siempre lo mismo. Y lo más importante de todo, la apuesta por la robótica y la implementación de las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, revolucionando y sacudiendo así un sector que destacaba por su estancamiento y obsolescencia. Realizando esta labor constante de innovación, a un precio honesto asequible para todos los públicos y presentando un producto nuevo cada dos días en el mercado, queda demostrado que la filosofía de creación de valor está profundamente enraizada en el ADN de la compañía. Esta es la diferenciación y aportación de valor que los ha llevado donde están. Para mí, la filosofía de creación de valor que explica el enorme éxito de esta empresa, y que debes marcarte a fuego, es apostar por la democratización de los productos elitistas y aspiracionales. ANÁLISIS 2. El método LEAN STARTUP La imagen idealizada del emprendedor se aleja bastante de la realidad al omitir un hecho esencial: una startup es una institución humana diseñada para la creación de un nuevo producto o servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema. El motor del crecimiento Cada pequeño cambio en la búsqueda de la mejora de un producto o servicio es un intento de mejorar este motor de crecimiento, que no siempre se traduce en una mejora. Desarrollar nuevos productos implica una serie de dificultades con las que hay que lidiar, y en una startup gran parte del tiempo transcurre realizando intentos de mejora de los productos, el marketing o las operaciones. Sin embargo, el método Lean Startup nos ayuda a llevar una startup a través de la experimentación. La idea consiste en la realización de pequeños ajustes constantes con el llamado circuito de feedback de Crear-Medir-Aprender, que es la pieza central de esta estrategia. De esta forma, podrás saber si debes realizar cambios inesperados o seguir en la misma línea. En momentos de mayor tranquilidad, este método ofrece mecanismos que potencian la ampliación y crecimiento del negocio a mayor velocidad. Esta estrategia tiene como resultado final El Producto, que cambia constantemente debido al proceso de optimización. Por otro lado, llegado cierto momento debes plantearte la opción de cambiar de estrategia, lo que se conoce como pivote. Se trata de algo que no afecta a la visión general y en el que cada contratiempo debe ser visto como un obstáculo a superar y una oportunidad para redescubrir hacia dónde quieres ir: esto se denomina conocimiento validado. Como puedes ver, el aprendizaje resulta imprescindible para medir el progreso de tu startup. Todo esfuerzo innecesario debe evitarse, de forma que tu trabajo se centre en el conocimiento validado que pueda demostrarse siempre a través de mejoras. A lo largo del desarrollo del libro, encontrarás los siguientes principios básicos repetidos continuamente: Los 13 pasos que configuran el método Lean Startup son los siguientes: 1. Comenzar El principal objetivo de la startup es tener conocimiento lo antes posible de las opiniones de sus clientes potenciales, y descubrir cuánto estarían realmente dispuestos a pagar por el producto o servicio. Dada la incertidumbre que caracteriza a estas compañías, lo ideal es conocer la mayor información posible de estos clientes potenciales con el objetivo de hacer ajustes en base a ello. A este proceso, mencionado anteriormente, se le denomina circuito de feedback de información (Crear – Medir – Aprender). 2. Definir Eric Ries define a las startups como: “una institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema”. A través de esta definición remarca que un emprendedor no es solo el fundador de una startup, sino que puede ser también el director de una gran compañía que constantemente crea nuevos negocios y/o productos. Debes tener en cuenta que en estos casos las herramientas tradicionales de management no son la mejor opción. 3. Aprender Se trata de la función más importante: aprender qué es lo que quiere realmente el cliente y lo que nos conducirá a un negocio sostenible. Para ello volvemos a hacer hincapié en el concepto de conocimiento validado, que consiste en obtener hipótesis y diseñar experimentos para comprobarlas, analizando los datos para obtener información y aprender de ellos. Eric Ries, en su startup IMVU, explica cómo lanzaron un prototipo que no se ajustaba a las exigencias del mercado y que supuso la pérdida de seis meses de trabajo. Esto es algo que no hubiese ocurrido de haber aplicado el proceso Lean Startup, que nace con la idea de evitar este tipo de errores: la creación de un producto que no interesa a nadie. 4. Experimentar El método Lean Startup concibe la idea de construir una startup como si fuese una ciencia, por lo que aplica el método científico: la creación de una hipótesis, el diseño de un experimento con el objetivo de reunir datos, y una reflexión final sobre la validez de la misma. Este método sigue los siguientes principios de experimentación: •Olvidar las opiniones de los clientes, que pueden no ser capaces de verbalizar correctamente sus preferencias, para centrarse en el comportamiento real. •A la hora de diseñar un experimento para validar la hipótesis, buscar la rapidez al menor coste. •Este experimento se traduce en una gran cantidad de información antes del lanzamiento del producto real: intereses y preocupaciones que no se contemplaban de los futuros clientes. 5. Saltar Normalmente existen dos tipos de hipótesis: las de creación de valor y las de crecimiento. La diferencia entre ellas se centra en el riesgo y la probabilidad de ser ciertas. Las hipótesis más arriesgadas plantean preguntas de este tipo: •¿Tiene la gente el problema que crees que tienen? •¿Realmente quieren lo que estás ofreciendo? •¿Pagarían por ello? La analogía es el marco perfecto para empezar una startup. Si te fijas por ejemplo en el caso de Uber, un modelo de negocio que ha tenido éxito gracias a poder solicitar el servicio de transporte de pasajeros a través de una aplicación, podrías utilizar y adaptar este mismo modelo a cualquier otro servicio con altas probabilidades de éxito. 6. Probar A la hora de moverte en el circuito Crear-Medir-Aprender, debes hacerlo lo más rápido posible. El primer paso será con casi total probabilidad en el que pases más tiempo, así que una de las preguntas que debes plantearte es la siguiente: ¿cuál es el PVM (Producto Mínimo Viable) que puedo crear para obtener datos rápidos y reales para comprobar mi hipótesis? No debes buscar un PVM perfecto, ya que tu principal interés es aprender lo más rápido posible. Pensando en esto, el libro propone los siguientes ejemplos: •PVM LANDING PAGE. Trabaja con la hipótesis de que un porcentaje determinado de personas descargará una nueva aplicación, aunque no la tengamos diseñada o terminada. Consiste en ver si la gente estaría dispuesta a descargarla para obtener así la confirmación de una primera hipótesis. •PVM VIDEO. Consiste en la realización de un vídeo del prototipo del producto enseñando sus características principales y su uso. Es la idea a la que recurrió Dropbox en sus comienzos, incluyendo un formulario para los interesados en la versión beta que tuvo bastante éxito y permitió el desarrollo de la aplicación. •PVM CONSERJE. Se trata de ofrecer un servicio a medida, centrándonos al inicio en un solo cliente con el fin de entender sus necesidades e ir perfeccionando el producto poco a poco. •EL MAGO DE OZ DE PVM. En este método el usuario piensa que está interactuando con un sistema automatizado, pero en realidad hay otra persona detrás de ello. •EL SMOKE TEST. El test de humo (Smoke Test) o test de la puerta falsa (Fake Door) es un tipo de experimento ideal para verificar si el producto o servicio que estás diseñando es demandado por tus clientes, o bien para validar algunas de las hipótesis del modelo de negocio. Hay diferentes tipos de Smoke Test, y los más extremos llegan a cerrar el proceso de compra cobrando por algo que no se va a poder servir, ya que el producto no está aún disponible. Es evidente que en ese caso tienes que implementar un sistema de devolución del dinero después de que la prueba haya terminado, e incluso deberías hacer algún pequeño regalo para compensar las molestias ocasionadas y un cupón descuento para cuando el lanzamiento real se produzca, pues está claro que estás ante un cliente potencial excelente. Ten en cuenta que el hecho de que alguien se rasque el bolsillo es la más fehaciente de las pruebas de que tu producto o servicio puede funcionar. Los amigos y familiares nunca te dirán la verdad por quedar bien contigo, o quién sabe si por echar tus sueños por tierra. Un Smoke Test es una herramienta poderosa para validar si existe una demanda real de mercado para una oferta de valor específica, antes de la construcción o lanzamiento de una solución o producto. Un test de humo es un experimento evaluativo, es decir, que sirve para tomar decisiones y centrar el tiro sobre cómo poner en valor tu propuesta. Sé original. Te sorprenderá descubrir el nivel de aceptación de nuevos productos o servicios y cómo puedes dar en la clave de la solución del pain de tu Buyer Persona (arquetipo de cliente ideal de un servicio o producto). Atrévete a hacer un Smoke físico, aunque luego tu modelo de negocio sea totalmente digital, y viceversa. Pero, ten mucho cuidado, te recomiendo que antes realices un Test de Comprensión para eliminar el sesgo que se produce si tus clientes no entienden desde primera hora la propuesta o el producto que le ofreces. La característica principal de un Smoke Test es que se solicita algún tipo de compromiso por parte del usuario, por ejemplo: pidiéndole su dirección de correo electrónico, que deje sus datos en el formulario de la Landing Page (página web diseñada específicamente para convertir visitantes en leads o clientes potenciales que han demostrado interés por el producto o servicio) e incluso, que compre de forma real un producto o servicio aún inexistente. Es la manera más efectiva para poder medir el interés que tiene el cliente por tu oferta. Puedes analizar y descubrir si tu propuesta de valor se entiende, detectar falsos negativos o validar y optimizar el canal de venta. En definitiva, entender el comportamiento de los prescriptores o del cliente. Imagina que quieres lanzar una nueva línea de productos cosméticos 100% natural y sin alérgenos. Puedes crear una web con los renders o imágenes digitales de los productos que has diseñado, sus características, precio, composición, packaging… Posteriormente, lanzas un anuncio comunicando todos estos highlights (características más destacadas) a las redes sociales con un botón que remita a la Landing de tu web. Invirtiendo poco dinero, podrás comprobar si la gente entiende el producto que has diseñado, si les interesa y lo ven atractivo, e incluso si les cuadra el precio y la propuesta en general. Analizando cuánta gente ve el anuncio, en qué redes sociales se interactúa más, cuántos han clicado en el botón y han ido a la web, y cuántos, una vez dentro de la web, han dejado sus datos en un formulario para obtener más información o incluso han clicado en el botón de compra, podrás comprobar si vas o no por buen camino antes de gastarte un dineral en productos que corres el riesgo de comerte. Es decir, lo que se conoce como el recorrido del cliente en el funnel o embudo de ventas. Si los datos son satisfactorios, adelante: invierte en el proyecto. En caso contrario, no tienes por qué abandonar. Analiza en qué parte del funnel se han quedado, por qué no han seguido hasta el final, qué es lo que no entienden o no les gusta… y pivota para mejorar tu propuesta. Esta herramienta es magnífica. Por otro lado, y como ya hemos indicado anteriormente, la rapidez es esencial a la hora de lanzar el PVM (Producto Mínimo Viable). Por tanto, no debes caer en el error de dejarte llevar por pensamientos negativos como el miedo a tener un mal resultado, o que un deficiente PVM te pueda generar una mala reputación que perjudique tu imagen de marca, porque esto solo serviría para retrasar tu ansiado lanzamiento. Mira lo que dice el fundador de LinkedIn, Reid Hoffman: “si no te da vergüenza la primera versión de tu producto, es que lo has lanzado demasiado tarde”. 7. Medir Existe una gran facilidad para caer en métricas equivocadas y, para evitarlo, un buen consejo es obviar las estadísticas que puedan crearnos una obsesión, como por ejemplo el total de usuarios de una aplicación. Otro error común es desviar la atención en números que no son esenciales para el funcionamiento de la empresa, como las menciones en la prensa. A continuación, observa algunas de las métricas sobre las que debes centrar tu interés. Lo ideal es escoger aquellas que encajen mejor con tu idea de negocio y que estén expresadas de forma clara y objetiva. Por otro lado, en este capítulo del libro también se enseña la metodología de los test A/B, con los que se pretende evitar posibles sesgos enseñando dos versiones diferentes del producto, con el objetivo de tomar las decisiones más acertadas. Estos test conllevan la realización de informes que, según Eric, deben entrar en las 3 A’s: Accionables, Accesibles y Auditables. 8. Pivotar (o perseverar) Después de todo el proceso aprendido hasta este momento, uno de los momentos más difíciles llega a la hora de tomar la decisión sobre si continuar por el camino escogido o cambiar de dirección, es decir, plantear un cambio de hipótesis. Hay dos señales que te pueden servir de indicador si necesitas realizar un cambio: unas estadísticas bastante mejorables y la falta de progreso que desemboca en una sequía de buenas ideas. Frente a esto, Eric recomienda organizar reuniones cada poco tiempo en las que se pueda discutir este tema. Ten en cuenta que los recursos no son ilimitados, y que lo mejor es tomar la decisión correcta lo antes posible. 9. Formar lotes Este paso ayuda a que te olvides de las grandes mejoras, pues se aprende más al hacer pequeños lotes con mayor frecuencia de tiempo. Lo cual lleva a un círculo de iteración más rápido, que se traduce en un mayor feedback y capacidad de detectar problemas de calidad, es decir, en un ahorro de trabajo futuro. 10. Crecer Para que un crecimiento sea sostenible deben coincidir los siguientes cuatro elementos: publicidad, negocio repetitivo, efectos secundarios y el boca- oreja. 11. Adaptar Algo esencial en una startup debe ser el cambio constante con el fin de adaptarse a la llegada de nuevos clientes. Aunque en un principio te encuentras a los early adopters, los primeros clientes a quienes les encanta el producto y no exigen demasiada calidad, debes tener en cuenta que más tarde llegarán nuevos clientes. Eric Ries señala que ir demasiado rápido puede ser un problema, pues las prisas pueden desembocar en una mala gestión que cause contratiempos. Para identificar el origen de estos contratiempos y llegar a la raíz del problema basta con reflexionar sobre ellos. 12. Innovar Llegado cierto momento, como líder de una empresa debes tomar la decisión de si continuar satisfaciendo las necesidades de los clientes o innovar. Si escoges esta última opción debes tener en cuenta que existen dos tipos de innovación: la sostenida, que se basa en incrementar las mejoras de los productos ya existentes, y la disruptiva, que opta por crear nuevos productos. Los equipos que se encargan de este proceso deben estar guiados por una autoridad independiente que participe en el resultado. 13. Epílogo: no despilfarrar Lo más importante que debe tener presente una empresa es que no debe despilfarrar recursos en cosas que no son las adecuadas, por tanto, lo ideal es centrar la atención en aquellas actividades que aporten valor. De esta forma, las compañías deben enfocarse en el conjunto del grupo y no en el individuo. Innovar vs. competir Competir e innovar son dos cosas completamente opuestas, pues cuando creas una propuesta innovadora, accedes a un mercado nuevo libre de competidores. Pero innovar no es algo sencillo, supone un reto que conlleva ciertos riesgos. Por ejemplo, una de las mayores causas de fracaso de cualquier proyecto o empresa innovadora es lanzar un producto que al final nadie quiera comprar, en otras palabras, crear algo que no tiene hueco en el mercado. Llegados a este punto, resulta interesante situar bien la propuesta de valor o producto a fin de poder determinar los siguientes pasos: qué hacer y cómo actuar. Objetivo Lean Startup El objetivo Lean Startup consiste en aprender de la forma más rápida posible invirtiendo la cantidad mínima de tiempo y recursos. Si se desarrollan las hipótesis de producto, habrá un desarrollo real de mercado. Camino al fracaso La principal causa de fracaso de una startup es el lanzamiento de un producto que nadie quiere comprar. Cuando esto ocurre, podemos decir que no hay necesidad en el mercado o directamente que el mercado no existe. Anteriormente, comentábamos que las estrategias tradicionales de management no son la mejor opción. El management tradicional se centra en la venta de productos en entornos con poca incertidumbre, donde ya se sabe que la gente quiere comprarlos. Pero cuando aplicas estas estrategias a un entorno en el que la incertidumbre es mucho mayor, puede llevarte a cometer errores que acaben en fracaso. Entre los errores más habituales se encuentran los siguientes: •Perder el tiempo trabajando en complejos Business Plan. No digo que no sean útiles, es más, creo que es necesaria la generación de una guía seria, rigurosa y por escrito. Pero no te obstines hasta el nivel de perder el tiempo y la perspectiva. He trabajado en planes de marketing para un año determinado que se han aprobado en el Q3 (tercer trimestre del año). Esos planes quedaban muy bonitos, pero no tenían mucho sentido. •Perder demasiado tiempo con estudios de mercado. Hay que hacerlos, pero muy, muy enfocados. No puedes ahogarte en generalidades y macro estudios, es mejor adaptarlos a tu producto o servicio. Esto es algo que trataremos con mayor profundidad en el volumen de Product, pues un estudio de mercado muy enfocado en el producto es la base de todo. •Fiarte de los expertos. Mucho cuidado con la fe ciega, pero no los subestimes, ya que suelen tener una información y visión muy buena de su sector. Mi consejo es que utilices sus estudios y conocimientos para profundizar en el enfoque y afinar tu propuesta. Seamos sinceros, si verdaderamente tuviesen una idea de negocio ganadora no la compartirían en un post o en un artículo, sino que tratarían de llevarla a cabo y hacerse ricos con ella. •Fiarte del que buena idea. Y, en general, de todos los amigos, parejas, familiares… No te fíes de ninguno, y muchísimo menos de ti. Es posible que hayas dado con la piedra filosofal, no lo dudo, pero tienes que contrastarlo con tus Buyer Persona (clientes potenciales). Si están dispuestos a soltar la pasta, entonces estarás en lo cierto: tu idea es excelente. Si no… algo falla. •Comenzar a ejecutar el Business Plan. No olvides que debes estar constantemente trabajando y llevando a cabo los siguientes pasos: ejecutar, probar, medir, rectificar o seguir y vuelta a empezar. No dejes de actuar en todo momento, este mecanismo tiene que ser obsesivo. •Dar por supuestas las hipótesis. No te confíes reafirmando ideas en tus desvelos nocturnos. Te lo repito: solo si compruebas que hay gente dispuesta a rascarse el bolsillo podrás decir que vas por el buen camino. •Dar por supuesto lo que el cliente quiere. Obviamente, no somos la medida de todas las cosas. No todo el mundo vive donde vives tú, ni tiene tus ingresos, inquietudes, miedos y necesidades. Debes tener muy claro que no eres el centro del universo, pues es el cliente el que ocupa esa posición dominante. •No salir al mercado hasta conseguir el producto terminado perfecto. Lo bueno está reñido con lo perfecto, pero si esperas a tener el producto ideal te auguro algo: ese momento no llegará nunca. •Retrasar la fecha de lanzamiento. No tengas miedo a salir a nadar al océano híbrido. Sabes de sobra que lo más probable es que tengas que rectificar o cambiar algo, y cuanto antes lo hagas más cerca estarás del éxito. Retrasar el contacto con los clientes. Si su opinión y feedback son cruciales para el negocio, lo que hay que hacer es mantener una constante comunicación con ellos. Cuanto antes y más continuamente, mejor. Hasta ahora solamente nos habían enseñado a ejecutar, pero necesitamos un cambio de paradigma mental. Antes de adentrarnos en el proceso de concepción y creación del producto, es importante analizar si este se produce en entornos con o sin incertidumbre, pues existe una gran diferencia. Puedes verlo más gráficamente en el siguiente esquema. Lean Startup adaptado Examinando los procesos y mecanismos de nuestro caso de estudio, he podido observar cómo han conseguido definir un ciclo más adaptado al proceso real de creación y/o lanzamiento de un producto o modelo de negocio. La base del modelo es el hecho de que el ciclo se repite una y otra vez. Además de híbrido, el entorno actual es extremadamente cambiante y, por ello, la incertidumbre y la volatilidad es máxima. Solo si te adaptas constantemente, si estás pendiente del cliente de forma obsesiva, le ofreces novedades de forma recurrente e intentas adelantarte a solucionar sus problemas, podrás tener éxito. Es importante que recuerdes sus gráficas de evolución: 250 lanzamientos de producto nuevo al año, 100 patentes, 100 innovaciones no patentables, internacionalización… Puede que te resulte agotador o incluso te dé un poco de vértigo, pero las empresas están condenadas a crecer continuamente o morir. Esto no se circunscribe exclusivamente a la facturación, que no deja de ser el efecto o consecuencia, sino que estamos hablando de: innovación, propuesta de valor, atención al cliente, mercados nuevos, llegar a los no clientes… o de todos estos aspectos coordinados. Una cosa está clara: el crecimiento es consustancial a la vida de una empresa y directamente proporcional a su longevidad. Presta atención en no cometer los errores típicos y más habituales, como por ejemplo caer en la falacia del uno por ciento. No paro de escuchar constantemente la frase “se vende todo”, y créeme cuando te digo que no es cierto. Y a continuación viene un clásico: “si llevo jamones a China, con que solamente me compre el uno por ciento de la población, no hay jamones en España para cubrir la demanda”. Y tampoco es cierto. Asegúrate de que tu cliente va a entender la propuesta, le cuadra el precio y realmente está interesado en comprar. En gastarse su dinero. Nunca des nada por sentado. ANÁLISIS 3. Cómo crear un modelo de negocio con Lean Canvas ¿Qué es? El Lean Canvas es una evolución del Business Model Canvas desarrollado por Ash Maurya. Adaptado a proyectos emprendedores, su principal objetivo es identificar las principales hipótesis. ¿Para qué sirve? El Lean Canvas nos ayuda a determinar y organizar de una forma más estructurada todas las hipótesis del modelo de negocio: problema, solución, propuesta de valor, ventaja competitiva, ingresos, etc. Como ocurre con el Business Model Canvas, el Lean Canvas está formado por 9 bloques, aunque estos se encuentran adaptados a la descripción y análisis de un modelo de negocio innovador, incorporando factores esenciales como el problema o la solución. Este modelo te ayudará a realizar un análisis estructurado de las hipótesis que debes validar siguiendo la metodología Lean Startup. •PROBLEMA. Se trata de describir las dificultades o inconvenientes de los clientes. Ash Maurya señala que lo recomendable es identificar tres problemas. Además, ayuda a analizar cómo el público objetivo está solucionando esos problemas actualmente. •SOLUCIÓN. Una vez identificado el problema, el siguiente paso es proponer una solución. Lo ideal es describir una característica que resuelva cada uno de los tres problemas identificados en un principio. Esto permite fijar los valores clave del producto y no descuidar funcionalidades secundarias. •SEGMENTOS DE CLIENTES. Es importante identificar y definir los segmentos de clientes a los que te vas a dirigir, principalmente a los early adopters, pues al ser los primeros que van a comprar tu producto, será en ellos en quienes debas apoyarte para crecer. Otro punto importante es realizar una propuesta de valor y diferenciación, y para ello debes preguntarte qué es lo que te hace distinto a los demás. •LA VENTAJA COMPETITIVA. No se trata únicamente de una propuesta de valor diferencial. La ventaja competitiva va más allá: debes conseguir repercusión en el mercado y ser difícil de copiar. Es bastante complicado conseguir una ventaja competitiva. •CANALES. Describe cómo vas a hacer llegar tu propuesta a los clientes. Llegados a este punto, te ayudará pensar en todos los touch points (puntos de contacto del cliente con la empresa) del Customer Journey (el camino que recorre el cliente a lo largo de los distintos puntos de contacto) como son: los canales de captación, la web, la fuerza comercial, etc. En un entorno híbrido se presenta éste como un punto clave. •FLUJO DE INGRESOS. Consiste en delimitar y describir el flujo de ingresos que vas a conseguir con las ventas y cómo vas a lograr captar y ganar capital. •ESTRUCTURA DE COSTES. Se trata de identificar las principales partidas de costes y cómo influyen y repercuten en el funcionamiento y crecimiento del negocio. •MÉTRICAS CLAVE. Este punto supone una gran aportación frente al Business Model Canvas, pues hay que identificar las principales métricas o indicadores que representen el progreso del modelo de negocio y motor de crecimiento. Esto ayudará a gestionar de forma eficaz la compañía. •IDENTIFICAR HIPÓTESIS. Las hipótesis son suposiciones que hacemos sobre lo que creemos que va a ocurrir y que aún no hemos comprobado. Partiendo de esto, algunos ejemplos serían el cómo se van a comportar los clientes, cuáles van a ser los costes del producto, los ingresos o la respuesta de los canales… No pases por alto que, siempre que se te ocurra alguna idea con cierto grado de innovación o incertidumbre, lo primero que debes hacer es identificar las hipótesis de la misma. Esto se debe a que dichas suposiciones marcarán el éxito o el fracaso de tu idea, por eso es primordial que seas capaz de identificar las más importantes. Un error habitual es dar por sentadas las hipótesis y apresurarse a construir el producto. Eric Ries considera que existen dos grandes grupos de hipótesis: •Las hipótesis de valor, que hacen referencia a todas aquellas que conducen a la construcción de un producto que aporte un valor real a los clientes. Plantear estas hipótesis no conduce directamente al éxito, y hay que demostrar que se puede mantener un crecimiento sostenible y escalable. •Y las hipótesis de crecimiento, que hacen referencia a todas aquellas relacionadas con la capacidad de crecer, como el tamaño del mercado o la viabilidad de una futura expansión internacional. Una vez identificadas las principales hipótesis del modelo de negocio que estamos abordando, el siguiente paso es validarlas. Para ello, lo aconsejable es hacerlo cuanto antes e invirtiendo los mínimos recursos posibles. Conclusiones El Lean Canvas es un método evolucionado que contribuye al proceso de asentamiento y consolidación de ideas. Sin embargo, he de reconocerte que no creo para nada que siguiendo estos pasos de forma ordenada y académica vayas a encontrar la isla del tesoro. Aun así, estas herramientas te ayudarán a aclarar tu visión, a seguir adelante y a evitar errores. Estamos hablando de grandes teorías que han conquistado éxitos importantes y es fundamental no infravalorarlas. Mediante su uso y aplicación comprobarás las ventajas que pueden ofrecerte, pues estas teorías conforman un proceso ordenado y asientan criterios para que pilotes con seguridad tu camino emprendedor. Una forma de trabajar comprometida y eficaz. No te dejes deslumbrar, pero usa la luz que ofrecen. ANÁLISIS 4. El Producto Mínimo Viable (PMV) Una vez realizados los experimentos adecuados, debes avanzar en el proceso de aprendizaje mediante la construcción de una primera versión de tu producto. Proceso tradicional •El aprendizaje consiste en entender cómo funciona el mercado. Existen dos tipos de estudios: los cuantitativos y los cualitativos. •La divergencia se basa en la recomendación de no anclarte en la primera idea que tengas, ya que lo ideal es desarrollar más conceptos y soluciones. •La convergencia no trabaja con las funcionalidades, sino directamente con los problemas. Lo normal es que haya una persona que decida la solución que se va a abordar, y esta puede ser un conjunto de ideas en lugar de una sola. •Prototipado. El Producto Mínimo Viable (PMV) no es únicamente la primera versión del producto, sino un enfoque distinto en la creación del mismo. •El testeo consiste en probar un prototipo con una mínima cantidad de usuarios con el objetivo de identificar los primeros patrones. El roadmap (hoja de ruta) de features (características) es un plan que consiste en ir incorporando funcionalidades al producto. Es algo que realizan las empresas habitualmente y que, salvo en casos concretos, nunca parte de un análisis de los clientes. Se trata de, poco a poco, ir incorporando funcionalidades al PMV en base al aprendizaje logrado gracias a las interacciones con los usuarios. Existen algunas claves a tener en cuenta durante este proceso, por ejemplo, no tener miedo a planear un PMV que sea mínimo, pues lo importante es que sea viable y que permita el aprendizaje. En caso de comprobar que el PMV no es viable, bastará con ir sumando funcionalidades hasta que lo sea. Es muy importante que permita la interacción con los clientes en el menor periodo de tiempo y al menor coste posible. Un error habitual viene dado por la tendencia a retrasar la salida del producto al mercado con el objetivo de lanzarlo lo más completo posible. Como señalábamos antes, el tiempo es un factor importante y cometer un error en este sentido puede costarte mucho dinero. Recuerda que tu primera versión debe darte un poco de vergüenza. Beneficios y pains o miedos Te propongo un listado de beneficios que puedes obtener y de miedos factibles que evitarás mediante la utilización de este sistema: •Validar las hipótesis del modelo de negocio planteado. •Tener contacto inmediato con los primeros clientes (Early Adopters). •No perder tiempo ni dinero en productos que los clientes no valoran o no quieren. •Aprender más rápido que los demás. •No esperar y desesperar hasta tener el producto perfecto. •Vencer la reticencia a salir al mercado con un producto no tan perfeccionado. •Perder el miedo al primer contacto con los clientes. •No querer dañar la imagen de la marca. •Los clientes se pueden molestar porque el producto no funciona bien. •Evitar caer en el inevitable me van a copiar la idea. •Realiza un Mock-up de entrevistas MPV. La sistemática es la siguiente: °Tener claro lo que se quiere aprender à Hipótesis a validar °Tus clientes son: °Ven valor en: °Van a comprar y pagar por: °¿Entienden tus mensajes? La forma más fácil de validar inicialmente una propuesta innovadora son las entrevistas con clientes potenciales (problema/solución). Para aclarar estos aspectos, es muy recomendable que hagas al menos 20 entrevistas con tu público objetivo, preferiblemente con distintos tipos de Buyer Persona. Puedes, por tanto, mostrarles la propuesta, hacerles una presentación del producto o servicio, mostrar fotografías o renders del producto, hacer que prueben e interactúen con muestras o, si es un software o aplicación, ofrecerles una demo. Aprovecha para observar y anotar todas sus reacciones y trabaja muy bien el cuestionario para que las preguntas que hagas sean las más adecuadas. Es un método ideal para hacer el Test de Comprensión, el cual te permitirá eliminar los sesgos que puedan tener los clientes, antes de realizar el Smoke Test que considero definitivo. Conclusiones finales “Las grandes marcas escuchan, aprenden y luego toman impulso”. Bernard Kelvin Clive Es importante que conozcas, comprendas e interiorices las ideas básicas de las grandes teorías o técnicas que he intentado resumirte: •Océano Azul. •Lean Startup. •Lean Canvas. •PMV (Producto Mínimo Viable). Si te fijas, todas confluyen en un mismo patrón: diferenciación, creación de valor, aprendizaje, evolución constante, medición continua, mejora o cambio y atención al cliente. Te propongo el siguiente esquema que he denominado AVCC (Adapted Value Creation Cycle) para que lo uses como guía en tu proceso emprendedor. Se centra en el estudio, creación y posterior desarrollo de una idea, producto o servicio específico hasta conseguir su éxito en el mercado, y lo mantenga adecuándose constantemente a cualquier evolución o circunstancia. Y no olvides aplicarlo persistente y obsesivamente, aunque te conviertas en un poderoso Megalodón: Estos fundamentos son importantísimos y deben ser interiorizados por los emprendedores como tú, pues el proceso de creación de empresas no es una churrería que produce sin parar y de forma homogénea. Ojalá. Solo conociendo bien los métodos y teniendo claros estos conceptos, podrás adaptarlos rápidamente a tu idea de negocio y aplicarlos de forma efectiva. Algo que la mayoría no hace, aunque sean conocedores de los mismos. Lo cual, si lo piensas bien, es una buena noticia, ya que te aportará claras ventajas competitivas en esta carrera de fondo. Llegados a este punto, creo conveniente precisar un par de apuntes finales: •Olvida el gusto y el olfato, agudiza la vista y el oído. No te supedites a aquella idea que tanto te encanta, a esa ocurrencia producto del insomnio de madrugada. No te fíes exclusivamente de lo que te huele bien. Abre los ojos, descubre qué es lo que pasa, observa y escucha a tus clientes potenciales. Qué buscan, qué miedos tienen y qué están pidiendo. •Menos amor y más pasión. No te enamores de tu idea fantástica, de la marca que has diseñado en un programa gratuito o de ese nombre maravilloso que posiblemente esté ya registrado. En su lugar, apóyate en profesionales: los hay muy buenos y a precios más que razonables. Aplica esfuerzo y pasión a tu inteligencia e intuición. La Estrategia Omnicliente “En vez de enfocarte en la competencia, enfócate en el cliente”. Scott Cook Es muy importante tener claro el concepto PMV (Producto Mínimo Viable). Más que importante, es básico. Es algo que aplicaremos de forma muy recurrente en el volumen de Product. Insisto, si esperas a que tu producto sea perfecto nunca saldrás al mercado, o lo harás tarde. En este sentido, tienes que ser valiente y validar tu idea. Si hay que rectificar se hace, no hay problema en ello, pero es importante no paralizarse. ¿Conoces la expresión “agua estancada no mueve molino”? Pues a eso me refiero. Todos estos conceptos se pueden optimizar para sacarles un mayor provecho si conoces de antemano a qué peligros te vas a enfrentar o en qué tipo de mercado vas a competir. Cómo funciona ese entorno y qué características son las que predominan. Está bien saber que para hacer running necesitas zapatillas, pero ¿correrás sobre el asfalto, en una pista indoor o campo a través? Lo primero que debes conocer es el entorno donde te la vas a jugar. Para ello, voy a utilizar una presentación que disfruté exponiendo en las conferencias de la revista Electroimagen, especializada en el sector electro, y titulada “La Estrategia Omnicliente de la empresa”. Te iré mostrando el contenido e iremos comentándolo punto por punto. Estas son cuatro ideas que desarrollaremos paso a paso y que son fundamentales para entender los negocios en el actual entorno híbrido. Y por entorno híbrido entendemos la conjunción e interconexión de los dos mercados: online y offline. Es decir, de las ventas por internet, las ventas en el canal físico (tiendas, centros comerciales, etc.) y las que se producen en la interacción de ambos canales. Este es un hecho crucial y debes saber que no estamos hablando del futuro, sino del presente. Este entorno híbrido ha multiplicado su relevancia de forma increíble debido a las situaciones de pandemia del COVID-19 y, nos guste más o nos guste menos, hay cosas que han llegado para quedarse. Aquí tienes la primera gran lección: si no estás en internet, no existes. Pero no olvides el canal físico, porque entre el 70 y el 80% de las ventas aún se producen dentro de las tiendas. Y más importante aún: estando en el mercado online consigues que te reconozcan como una empresa actualizada, y a su vez, posicionándote en el offline demuestras que no eres un ente virtual o una empresa fantasma. Ambas se retroalimentan: cuanto más fuerte seas en tus conversiones y branding digital, más penetración y ventas obtendrás en el canal físico. Y cuanta más presencia tengas en el físico, más venderás vía internet. Parece lógico, ¿no? Pues aún hay empresas que no lo entienden. Ojo, que esto conlleva la observancia de políticas complicadas que permitan que ambos mundos puedan acomodarse y complementarse. No puedes priorizar a uno de los canales porque eso puede desembocar en que, al final, acabes matando al otro. Es muy, muy difícil, pero lo lograrás siguiendo unas pautas claras. La estrategia que se popularizó respecto a la convivencia de ambos mundos se basaba en la denominada omnicanalidad, lo cual quiere decir que hay que llegar al cliente por las vías tanto físicas como online para que no se nos escape. Este concepto se vende a través de la idea de que las empresas deben poner al cliente en el centro de todo, facilitándole la vida para que compre cómo y cuándo quiera. La teoría es fantástica pero la realidad resultó ser otra, pues esta estrategia se tradujo en una lucha de canales, en la supervivencia de uno sobre otro dentro de la compañía y en quién se comía el terreno de quién. De esta forma, el cliente pasa a un segundo plano y deja por tanto de ser el centro de la estrategia. ¿Por qué ocurre esto? Principalmente por la falta de concienciación y de adiestramiento para luchar conjuntamente en este nuevo escenario por parte de las compañías: •Los comerciales de las tiendas perciben como una pérdida de tiempo la entrega de la mercancía que se vende por internet y que a ellos no les computa. Primer error. Y no solo eso, piensan que están metiendo al zorro a cuidar de las gallinas. Es decir, “¿por qué voy a colaborar en las ventas online que son las que me van a poner en el futuro de patitas en la calle? Esto es principalmente falta de conocimiento, pues nadie les ha explicado que cuanta más presencia tengan en el online, más gente irá a la tienda a comprar o a retirar su compra mediante, por ejemplo, el servicio conocido como click and collect. •El CEO tiene que dar explicaciones y presentar números, ya sea a sí mismo como propietario, o a los accionistas de la empresa. ¿Cómo explica que haya un canal deficitario pero que es necesario para que, en conjunto, la empresa crezca y sea sostenible? Esa es la tiranía de los KPI (indicadores de rendimiento). Si hay un brazo que decrece o es deficitario, la primera tentación es proceder a cortarlo. En otras palabras: como el canal online no me está dejando dinero y me ocupa tiempo de los comerciales en tienda, me lo cargo. O en sentido contrario: vendo más por internet, así que voy a empezar a cerrar costosas tiendas. •Y por último los directivos: la lucha de celitos y egos que nunca cesa. ¿Crees que el director de Retail Marketing se va a poner de acuerdo con el de Marketing Digital por intervención divina? En muchas ocasiones, el Director Comercial ni siquiera controla al departamento de venta online o la web de la empresa. Hacen la guerra por su cuenta, a ver quién gana. Las pifias en las políticas de precio y promociones, sin ir más lejos, son enormes. Imagínate que el Director Comercial cierra un folleto con un gran distribuidor de un producto a 99.90€, y el responsable de la página web se adelanta y lo saca un día antes a 89.90€. ¿Qué crees que va a decir el distribuidor con 5 millones de folletos en la calle? Imagina el espectáculo. Cuando tienes una empresa de producto, debes procurar especial atención sobre estos asuntos. No puedes alimentar un canal canibalizando al otro: el equilibrio es esencial. Cuando, como fabricante, le vendes directamente a un cliente final desde tu web (modelo business to consumer (B2C) o de la empresa al consumidor), tus márgenes se multiplican casi por dos. Obtienes el margen bruto más el margen que debes dejar a la tienda o distribuidor para que le resulte rentable vender tu producto. Esto resulta muy tentador, y puede desembocar en una espiral de ambición donde la tienda pase a un segundo plano. Pero has de ser muy cuidadoso, pues sin las tiendas, grandes y pequeñas, no vas a conseguir que tu producto tenga capilaridad en el mercado y esté presente en el Top Of Mind del cliente. Este es otro concepto muy importante del marketing: tienes que estar constantemente en la mente del cliente. Disponible para él. Si no estás en las tiendas será más difícil conseguirlo, y debes tener claro que solo podrás disfrutar de un alto reconocimiento de marca si te encuentras ampliamente introducido y posicionado en todos los canales. Es posible que te conviertas en una gran marca aún sin estar presente de forma masiva en uno de los dos entornos, pero no es lo habitual ni lo recomendable, ya que perderías una gran parte del pastel de las ventas. Nuestra empresa está presente en los principales lineales, destacado con cabeceras y presentando un amplio surtido de producto. A su vez, es número uno de ventas en Amazon y su web representa más o menos el 20% de la facturación total de la compañía. Pon especial atención y dedica recursos importantes a tu propia web o tienda online, porque estás ante un verdadero objetivo estratégico. Ten en cuenta que, si con las ventas de tu web puedes soportar toda la estructura empresarial y generar algo de beneficio, ¿crees que algún distribuidor, por grande que sea, va a poder ponerte entre las cuerdas? ¿Pero de quién es la responsabilidad? Está muy claro: de la organización en general. La empresa tiene que estar orientada al cliente y contar con una estrategia definida e integradora, que sepa conjugar sus propias obligaciones e intereses con las necesidades de este, y anteponga lo importante a las aspiraciones particulares. Es imperativo que la empresa esté dirigida desde el conocimiento y la experiencia en ambos mundos, involucrando al resto de departamentos para que el engranaje encaje y funcione de forma engrasada. No puedes ser una máquina entregando palés a distribuidores, y un desastre haciendo picking y enviando a particulares puerta a puerta. Tienes que hacerlo todo bien, todo ordenado. Pero, sobre todo, coordinado y orientado al que te da de comer: el Omnicliente. Estamos frente a una gran certeza, pero es una filosofía que resulta muy difícil de implementar en las organizaciones actuales. Así que, si consigues encajar todas las piezas, tendrás en tus manos todo el poder de una ventaja competitiva que es demoledora. Todo sirve para vender: desde la propia tienda física a la web, pasando por las redes sociales, los marketplaces y drop-shippers, los reviewers, blogueros y afiliados, o el canal promocional. Algunos te sonarán y otros no, o simplemente no sabes cómo funcionan. No te preocupes, lo más importante que necesito que entiendas es que todos son parte de una única y enorme tienda. Cada canal que ves ahí es solo una herramienta, un medio para llegar a tu cliente o Buyer Persona. Nada más y nada menos. Es aquí donde se complica la historia. Antes era más fácil: creabas un equipo comercial, visitabas tiendas, almacenistas, distribuidores…, les ofrecías una tarifa, unos descuentos, rappels, implantaciones…, y el resto consistía en pillar cuota de mercado. Ahora esto se ha acabado: tienes que vender. Pero, además, tienes que saber cómo se vende en todos los canales que tienes a tu alcance. Y a veces no es el producto lo que hay que destacar, pues puede ser más interesante hacer una campaña de branding o conseguir leads cualificados. Es importante que te vaya sonando esta jerga porque, hoy en día, si tienes un nuevo producto o marca, es más interesante crecer en el canal online, hacerte fuerte dentro de él y usarlo para consolidarte en el retail o físico. Esta estrategia va a ser fundamental en tu proceloso viaje. Al final toda la empresa, sus departamentos, sus posiciones y sus medios deben estar orientados única e inequívocamente a un objetivo: El Omnicliente. Puede que estés pensando que esto es una necedad o una simpleza, pero párate un momento a pensar si tu compañía lo hace, o si en la empresa donde trabajabas antes, se hacía. Creo que reconvendrás en que no es tan evidente. El de las Ventas Híbridas es otro concepto digno de ser enmarcado y que ya conoces: son las que se producen en la interacción coordinada de los canales online y offline. Hoy en día todo es venta híbrida, todo. La creencia más extendida es que las ventas online están creciendo descomunalmente y que las de las tiendas físicas están en un proceso de estancamiento o retroceso, pero este discurso es totalmente falso. Veamos algunos datos sorprendentes: La tienda física es clave en todo este proceso: •Ahorrando gastos de envío. •Facilitando la recogida de conveniencia. •Reduciendo la solicitud de datos personales. •Mejorando el User Experience (UX), permitiendo que el cliente pueda tocar el producto, resolver dudas de usabilidad, realizar trainings, show- cookings... La compra online pura se produce cuando el cliente investiga, prueba, compra, recibe, paga o devuelve todo por internet. La compra física pura es lo mismo, pero todo se hace en el canal físico. ¿Cuántas de las compras que has realizado últimamente han sido híbridas? Debes tener en cuenta que si hablamos de venta online o venta física estamos pensando en el canal, pero si hablamos de ventas híbridas, estamos pensando en el Omnicliente. Puedes encontrar cualquier producto de la marca en internet: su web o tienda online, marketplaces, blogueros, influencers, YouTube, Facebook, etc., pero también en puntos físicos como Mediamarkt, Carrefour, tu tienda de barrio, etc., y es importante que entiendas que todo suma. Todo sirve para informarse del producto, investigar, mirar, tocar…, para llegar a lo que realmente deseas que haga el cliente: que compre. Quien domine el entorno online, la distribución en retail físico y, sobre todo, la logística, es quien seguro dominará el mercado. El que lo obvie está condenado a desaparecer, porque lo que realmente va a crecer en el futuro, y ese futuro ya es presente, son las ventas híbridas. En un principio, con la disrupción de Internet y su fuerte entrada en el mundo de las ventas, empezó a consolidarse el denominado efecto Showrooming: Posteriormente, fue desarrollándose otro fenómeno muy similar, pero en sentido contrario. El Webrooming: Es muy importante esta salvedad: el precio tiene que ser el mismo. ¿Por qué? Hay mucha gente que no quiere facilitar sus datos bancarios, otros no desean estar pendientes de la llegada de un repartidor, de realizar una devolución con todo lo que implica o gestionar una avería por teléfono o mail. Hay variedad de razones que llevan a estos comportamientos. Los dos fenómenos que acabamos de ver se han dado con mayor o menor intensidad según la época y, hasta ahora, han coexistido dependiendo del perfil del consumidor, la tipología del producto, el servicio, etc. Pero el futuro va por otro lado, nos movemos hacia un escenario distinto que los expertos denominan four- roming: un escenario formado por cinco grandes tiendas a lo largo de todo el mundo. ¿Y la quinta tienda? Antes vamos a repasar algunos datos significativos que nos ayudarán a entender toda esta evolución: •400 millones de personas se convirtieron en nuevos usuarios de compra online solo en el 2018. •En el 2020 con la pandemia, ocurrió lo siguiente en España: •Actualmente, los usuarios de internet son más de 4 billones en el mundo, y casi el 50% de ellos están en Asia. •El 20% de todos los internautas viven en China. •Alibaba pretende que en 2036 más de 2.000 Millones de personas se registren en su market place y realicen al menos una compra. Hablemos un poco de Amazon: es la tienda más grande de occidente, tiene más de 600 millones de productos en su tienda y recibió en el 2020 la escalofriante cifra de 4.059 millones de usuarios únicos. Solo un pequeño porcentaje de esas visitas se convirtieron en compras, pero pasaron millones de horas dentro de la plataforma. Millones de usuarios mirando todos los días cientos de millones de productos, algo que en un entorno físico resultaría imposible. No hay tienda que pueda albergar tal cantidad de productos y sus variedades. Si analizas las páginas más vistas de internet en España encontrarás, a grandes rasgos, lo siguiente: Si te fijas bien, verás que no hay ni una sola web de un retailer. ¿Dónde están marcas tan consolidadas como El Corte Inglés, Carrefour, Mediamarkt, Mercadona o IKEA? Retomemos ahora el concepto de la quinta tienda, es decir, el resto que no es Alibaba, Amazon y compañía. Ser la quinta tienda no significa ser menos, ni que en el futuro se vaya a contar con menos tiendas físicas. Es más, existirán muchísimas más tiendas físicas y seguirán siendo donde más compren los consumidores. Lo que ocurrirá es que los consumidores de todo el mundo donde pasarán más tiempo observando e investigando será en esas cuatro megatiendas, pero luego decidirán dónde comprar sus productos. Es evidente que la tienda física tiene una gran oportunidad y un lugar importante, pero lo que subyace de todo esto es que tienes que estar presente en los dos canales si quieres tener la oportunidad de pasar de sardina a tiburón. Internet es una pieza clave, y por ello debes centrar grandes esfuerzos ahí. Tienes que darte a conocer y hacerte fuerte en ese entorno, pero debes saber también que el denominado Retail Apocalypse es falso. El retail mundial está en un momento escepcional. En el mundo se abren más tiendas físicas de las que se cierran y la mayoría de estas últimas están concentradas en algunos retailers ya desfasados y obsoletos. Y por supuesto, es falso que las tiendas físicas irán desapareciendo con el crecimiento de las ventas online. Las noticias de cierres masivos de comercios tradicionales y tiendas físicas son bastante recurrentes en distintas épocas, sobre todo de crisis económica. Siempre hemos escuchado los comentarios de que las tiendas de barrio de toda la vida están desapareciendo: ya no compramos los discos de vinilo en las tiendas, ni los garbanzos en un cartucho de papel de estraza en la tienda de ultramarinos con barra de madera. Pero eso no significa que el comercio físico haya muerto o esté a punto de desaparecer, simplemente se está transformando, se está adaptando, y la realidad es que cada vez hay más tiendas físicas. Lo dicen las estadísticas: en Amazon se realizaron 300 millones de visitas anuales a nivel mundial en 2018, pero en solo una semana Walmart batió record de visitas en sus tiendas con 265 millones a la semana. Así que tenemos 300 millones de visitas anuales contra 265 millones semanales. No está nada mal ¡eh!. Con estos datos encima de la mesa, debes ordenar tus ideas con el objetivo de generar tu propia estrategia de crecimiento. Es tan fácil de comprender como complicado de llevar a término con éxito y coherencia: debes nacer y crecer en el canal online, pero siempre con el objetivo de dar el salto al retail o canal físico sin perjudicar a ninguno de los dos entornos. Es más, deben retroalimentarse y consolidar un crecimiento agregado, pues solo nadando en los dos océanos con soltura podrás pasar de escuálido a escualo. En esta línea, la estrategia del grupo consiste en acceder al cliente y vender a través de todas las vías posibles, tanto físicas como online. Estar constantemente en el Top of Mind del cliente, abrazar todas las vías posibles de comunicación con ellos, darles información, ayudarles, escucharles y atenderles por todos los medios posibles: La variedad de acciones que puedes llevar a cabo para ser efectivo en la estrategia y resultar vencedor en la batalla de las ventas híbridas son múltiples, pero te puedo enunciar algunas de las que la marca ha ejecutado con éxito según mi criterio: Y todo dirigido a un objetivo prioritario para la compañía: Cuando entremos en el volumen que versa sobre saltar a nadar al online y el mar híbrido, te explicaré cómo creo que lo hizo esta compañía y te perfilaré las claves principales para poner en marcha dichas estrategias. Pero antes de dar ese salto, me gustaría hablarte sobre fundamentos básicos de empresa. Si tienes ya estos conocimientos puedes saltarte el próximo bloque, aunque nunca está de más refrescar y confrontar conceptos e ideas. Si no tienes mucha formación sobre impuestos, gestión de personas, sociedades mercantiles, etc., te recomiendo que lo tengas en cuenta. No voy a profundizar ni a ser académico, pero te daré una visión global para que cometas los mínimos errores posibles, sepas de qué va la historia y puedas escoger con éxito a los profesionales que son imprescindibles para que te ayuden a sacar adelante tu proyecto. Es bueno empezar a nadar con manguitos. Este Estudio del Omnicliente lo realicé siguiendo las pautas y bebiendo de las siguientes fuentes: Antes de finalizar este bloque, me gustaría hacer una mención especial a D. Laureano Turienzo Esteban, CEO de Retail News Trends, presidente y fundador de la Asociación Española del Retail y LinkedIn Top Voices España 2020. Para mí, sin ninguna duda, se trata del mayor experto en retail de este país y te recomiendo fervientemente que le sigas y pongas especial atención. BLOQUE II: Fundamentos empresariales básicos. El calentamiento previo antes de salir a nadar “Estar preparado es la mitad de la victoria”. Miguel de Cervantes Ocho de cada diez empresas españolas no sobreviven a su primer año de vida según los estudios estadísticos del INE, siendo la segunda peor cifra de toda la OCDE. Los motivos por los que esto ocurre son muy variados, pero podemos destacar algunos: •Falta de capital, liquidez, financiación. •Mala administración del negocio. •Problemas con los socios o inversionistas. •Insuficiente generación de ventas para sostener el proyecto. •Montar un negocio por necesidad, obligación o pura subsistencia. •Falta de espíritu emprendedor. •Poca o mala formación del emprendedor. •Asesoramiento deficiente o equivocado. La formación y el conocimiento son una pieza fundamental. Como mencionábamos anteriormente, para ser médico o abogado te exigen un título y una colegiación, sin embargo, ser empresario es muy sencillo. Con un par de trámites administrativos ya puedes empezar a operar, y ni siquiera es necesario que tengas el carné de conducir. Alguno de los temas que vamos a tratar a continuación estarán enfocados desde la óptica que ofrece una de las empresas españolas que ha encontrado su Océano Azul y que está siendo una revolución en el mundo de la formación: ThePowerMBA. Se trata de una compañía joven, disruptiva y muy actual que pone a disposición de sus alumnos los conocimientos más importantes y técnicas más modernas del mundo de los negocios. Os recomiendo intensa y desinteresadamente que realicéis el MBA que ofrecen de forma online. El sistema, el precio, la calidad y la amplitud de miras que te va a proporcionar son impresionantes. No te voy a dar la chapa en este bloque con un resumen del temario ni nada parecido, pero estimo conveniente darte mi punto de vista sobre los aspectos más importantes que debes tener en cuenta en relación con la gestión empresarial de una pequeña empresa, de una sardinita, porque evitar errores y saber elegir lo más adecuado para tu proyecto es la única forma de no morir en el intento. Te ofreceré las claves para que ninguno de los puntos anteriores sean la causa de tu muerte, pero hay algo que no puedo hacer por ti y es muy importante que tengas: espíritu emprendedor. Esto es básico, si montas un negocio para comprar una nómina porque no encuentras empleo, lo que te ofrecen no es lo tuyo o tienes necesidad de generar ingresos para tu casa, ten cuidado. Lo lógico es que te conviertas en un auto empleado atrapado en su propio negocio, alguien que, al no conocer procesos, herramientas, impulsores de negocio, técnicas de venta etc. y no tener visión empresarial, se convierta en un trabajador sobre el que acabe recayendo todo el peso del más absurdo día a día. No hay que trabajar más duro, sino de forma más inteligente. Probablemente conozcas aquello de “si me dan cinco horas para cortar un árbol, las tres primeras me las pasaré afilando el hacha”, ¿verdad? Es a eso a lo que me refiero, debes aprender a afilar porque con un hacha roma, lo único que romperás son tus brazos. Está muy extendido en el imaginario colectivo el sueño de ser el jefe que se levanta a la hora que quiere, se va de comidas por ahí, tiene un coche último modelo o que incluso tiene control sobre sí mismo hasta el punto de decidir si un día le apetece ir a trabajar o no. Pero nada más alejado de la realidad, sobre todo al inicio del proyecto. Es cierto que los hay así, pero este es el camino más directo hacia el desastre. El jefe es el primero que llega y nunca se va. No tiene vacaciones: solo se va unos días a cualquier sitio y a ese lugar lo acompañan los problemas, el móvil y el portátil. Es el último que cobra y el primero que paga, tiene que saber de todo y liderar a sus equipos. Los problemas, al igual que los posibles beneficios, son solo suyos. Y si la empresa muere, los trabajadores se quedan en la calle, sí, pero con indemnizaciones y cobrando el paro. El jefe probablemente se arruine, pueda perder hasta su casa, y lo único que seguramente reciba del Estado sean embargos, notificaciones y juicios. La mayoría culpa de sus fracasos a factores externos como la falta de ayudas a las PYMES (pequeñas y medianas empresas), los impuestos demasiado altos, la concatenación de crisis económicas, la falta de financiación de los bancos, el Gobierno de turno, la falta de seguridad jurídica… Todo esto no deja de ser cierto, es más, te aseguro que el terreno de juego está muy enfangado. Pero el barro está ahí para todos. Por ello, debes permanecer en constante formación, actualizándote y creciendo personalmente. Y sobre todo, nunca desperdicies un céntimo en banalidades y gastos innecesarios. Cuando tengas para comprarte un Mercedes, cómprate un SEAT. La única forma de llegar a la meta es reinvirtiendo en tu formación y en tu negocio en un ciclo constante e infinito, no lo olvides. Si lo haces bien, todo llegará. Consejos para emprender “Las grandes multinacionales son pequeñas empresas que han tenido éxito”. Robert Townsend Seguro que tu idea es magnífica, no lo dudo. Es más, lo deseo. Pero ¡desenamórate de ella ya! La principal utilidad de tu idea es que va a ser el inicio del camino para llegar al objetivo deseado: el éxito de tu negocio. Usa esa idea para empezar, pero no la fijes, no la defiendas a capa y espada, pase lo que pase y caiga quien caiga. Tienes que escuchar a tu cliente, al mercado, pivotar hacia nuevas posiciones siguiendo esas indicaciones, medir, comprobar, vuelta a escuchar y seguir el proceso indefinidamente. Eso es lo verdaderamente importante, el método CVCC (Company Value Creation Cycle). La empresa inició su actividad como una empresa dedicada a la importación y enfocada casi exclusivamente al mercado promocional. Pero supieron entender hacia dónde iban los tiempos, la importancia que estaba adquiriendo el canal online, y el estado de agotamiento que evidenciaba el sector en el que gozaban de una posición dominante. Y no solo eso, se volcaron en la evolución tecnológica y de diseño de sus productos, en procurar la subida del ticket medio y en adaptarse al entorno offline, compaginándolo con el digital. ¿Dónde estarían ahora si hubieran insistido en mantenerse en el mercado promocional, atendiendo exclusivamente al hecho de que eran los líderes indiscutibles? Si tienes más de 35 o 40 años, y si no pregunta a tus padres, ¿recuerdas qué significaba para nosotros El Corte Inglés? Era ese sitio donde ibas porque había de todo. Podías encontrar todo lo que buscabas y, si no lo tenían en ese momento, lo encargabas y te lo traían. Con un servicio excelente, pudiendo descambiar sin problemas si no te satisfacía lo adquirido, financiado y con la posibilidad de tener una tarjeta exclusiva que te proporcionaba múltiples beneficios como cliente. Una red de Centros Comerciales a nivel nacional situados en puntos estratégicos que aportaban un User Experience muy atractivo. Ir a El Corte Inglés era casi como ir de excursión. Si nos trasladamos a la actualidad, ¿quién ha ocupado ese lugar en el entorno online? Probablemente te haya venido Amazon a la cabeza. No han inventado nada nuevo, ya existía su propuesta. Pero mientras El Corte Inglés menospreció, no quiso o no supo adelantarse a la revolución del e-commerce y todas las ventajas que suponía, tanto para los antiguos como para los nuevos clientes (sus no clientes), alguien vino y les comió la tostada. Si además de tener esa red de tiendas físicas y servicio tan excelente, hubieran impulsado desde primera hora el comercio online con las mismas características de calidad, más las nuevas ventajas que proporciona el comercio electrónico, y lo hubiera aunado todo a una nueva dimensión de venta híbrida, seguramente la historia sería muy diferente. Volvemos a lo mismo de antes, pequeña sardinilla, debes desenamorarte de tu idea y estar siempre comprometido con el CVCC (Company Value Creation Cycle). Recuerda que, si te conviertes en un fornido tiburón, o si por casualidad ya lo eres y te has equivocado comprando este libro, tienes que seguir de forma estricta esta metodología. Y aún con más fuerza, ya que lo realmente difícil es mantenerse. Usa tu potencial económico y posición dominante en el mercado para practicar esta técnica con mayor ímpetu y profundidad si cabe. Debes recordar que hay millones de sardinas deseando devorarte, y si te duermes, ten por seguro que una de ellas lo hará. Este es el principal de mis consejos para emprender, pero te dejo por aquí una lista bastante interesante que te puede servir de inspiración: Busca un banco de sardinas. Es decir, busca a otros emprendedores como tú y relaciónate con ellos, contágiate de su cultura, proactividad, retos, conocimiento… Comparte con ellos, pues así ellos también compartirán contigo. Nunca sabes lo que puedes encontrar y seguro que cambiarán tu visión y perspectiva de las cosas. Es posible que necesites uno o varios socios. Yo opino que el buey solo bien se lame, pero las sociedades mercantiles y su regulación no nacen por capricho, sino que responden a una realidad y necesidad humana y de mercado para poder llevar a cabo ciertos proyectos. Si lo necesitas y estimas que es lo mejor para la empresa, te aconsejo: •Que no seáis más de tres. •Que tengáis conocimientos y aptitudes diferentes y complementarias. •Que lo dejéis todo claro y por escrito antes de empezar mediante acuerdos parasociales o acuerdo de socios. •Que elijáis a un líder claro y consensuado, tanto en la empresa en general como por departamento o unidad de negocio. Siempre tiene que haber un general al frente y, si existen roces o celillos por parte de alguno, sal corriendo cuanto antes. Las empresas asamblearias no tienen relevancia en el mercado. •Que seáis objetivos, tanto para la elección de ese líder, la toma de decisiones estratégicas, cambios de rumbo, inversiones importantes, etc. Debe primar la objetividad sin que el ego os ciegue. Qué más da de quién sea la idea, lo importante es conseguir beneficio y llevarte la parte que te corresponde por derecho. •Que, si os conformáis como empresa familiar, debéis preparar un buen protocolo específico para este tipo de sociedades. A la larga lo agradeceréis. •Y, sobre todo, que dejéis bien preparada tanto la entrada como la salida de socios, así como la estructura jurídica para proceder, cuando sea pertinente, a la venta de la empresa y/o de la marca. No os metáis en una jaula sin puerta. Contrata siempre a personas mejores que tú. Yo siempre digo que, si en la reunión, el más tonto de los que estamos sentados soy yo, la cosa pinta bien. No hay espacio para el ego, lo que prima es el talento. Busca a esas personas cuando realmente lo necesites. No contrates por contratar o en previsión de. Cuando necesites fichar a alguien más, te aconsejo esperar y apretarte los machos. Cuando te hagan falta dos, contrata a un@ buen@. Así sucesivamente. Y recuerda que los contratos disponen de un período de prueba legal, durante el cual puedes despedir sin necesidad de indemnizar. En menos de dos meses es lógico que sepas si la persona contratada es apta o no para tu proyecto porque, aunque pueda ser muy válida, es posible que no encaje bien en tu organización. No te engañes, no esperes, no sientas falsa pena. El consejo es: contrata lento y despide rápido. PMV. Pensarás que soy muy pesado, pero sírvete del Producto Mínimo Viable para todo. No te pares ni te ofusques en mejorar y mejorar antes de salir al mercado. Actúa ya, no te lo pienses. Por último, pero no por ello menos importante, no esperes que nadie te ayude y venga a socorrerte, y menos aun económicamente. Empieza con lo que tengas y busca recursos debajo de las piedras, porque así los usarás con más cabeza. Nadie va a creer en ti y tus ensoñaciones de forma gratuita. ¿Qué crees que decían los profesionales del sector a los que se les comentaba que esta compañía de provincias iba a desbancar a las marcas multinacionales más potentes? ¿Hubieras aportado capital a estos dementes? La cosa cambia mucho cuando empiezas a hacer ruido y molestar un poco. A tener, por ejemplo, algún producto posicionado como el más vendido de Amazon. ¿A que ahora, en este preciso momento, sí que te apetece participar? Volviendo a la idea inicial, aunque los comienzos sean más jodidos y pudiera parecer una suerte encontrar un gran inversor, te aseguro que este te pediría todo y más. Te cortaría las alas sin dudarlo. Pero en ese segundo estadio, donde ya tienes algo visible, palpable y que la gente está empezando a comprar y demandar, ¿quién crees que tiene más poder para negociar un acuerdo satisfactorio y sostenible? Factores clave a la hora del análisis Ya sabemos que en una charca se puede estar solo y ser el mejor, pero ni hay oxígeno suficiente, ni crecen los peces ni hay plancton para alimentarse. Debes estudiar seriamente en qué tipo de negocio te vas a embarcar. Tanto la estrategia del Océano Azul como la de Lean Startup son bastante potentes, pero debes tener cabeza para aplicarlas y saber adaptarlas a las capacidades y posibilidades reales que tienes en cada momento. La adaptación es la clave de la evolución. En este sentido, te propongo el siguiente cuadro para que hagas un rápido chequeo puntuando del 1 al 10 cada factor de los que aparecen. Así, obtendrás un primer impacto sobre si vas o no por buen camino, o si tienes que empezar a pivotar desde ya. Puntúa con objetividad, seriedad y profesionalidad, y busca datos reales e invierte parte de tu tiempo en investigar por internet. Ahí está todo, pero ojo, es primordial que contrastes la información. No te fíes de lo primero que leas, en su lugar, encuentra un patrón lógico formado por aquellas ideas o datos que más se repitan. Así te acercarás lo máximo posible la realidad del mercado. FACTORES A ANALIZAR PUNTUACIÓN Tamaño del mercado Escalabilidad del negocio Barreras de entrada Aportación de Valor Recurrencia de ingresos Estructura de costes Márgenes Experiencia en el sector Necesidades de financiación Proveedores Necesidades Logísticas Elasticidad al precio Sostenibilidad a futuro Alternativas de negocio Obsolescencia del mercado Estacionalidad A continuación, vamos a desgranar uno a uno los siguientes factores con el objetivo de que tengas claro a lo que me refiero. No me gusta dar nada por sentado, así que perdona si en algún momento puedo resultar algo reiterativo o incluso básico, pero lo creo necesario. 1.Tamaño del mercado. Ya hemos hablado de la charca, pero no puedes dirigirte a un público que sea excesivamente reducido o que se encuentre muy disperso. Debes tener masa crítica para crecer. No te vas a quedar con todo el mercado ni de coña, de hecho, Amazon solo vende al 1,82% de las personas que habitan nuestro planeta. Si crees que en un mercado determinado vas a ser desde primera hora el que se quede con la porción del pastel más grande, despierta. Estudia su tamaño, busca información seria sobre él y calcula cuánto necesitas vender para salir adelante. Piensa que con suerte empezarás arañando algunos Early Adopters que quieran probarte. Es pura estadística. 2.VIP: Escalabilidad del negocio. El concepto de escalabilidad se basa en que el proyecto tenga un potencial de crecimiento muy fuerte, que se pueda internacionalizar, que crezca en beneficios sin reinvertir en infraestructuras al mismo ritmo que al inicio y, sobre todo, que puedas venderlo o licenciarlo. ¿Podrás crecer y servir a tus clientes si estos deciden comprarte en masa? ¿Tu modelo de negocio puede crecer de forma fácil y rápida a medida que aumentan tus ingresos y ventas? Te lo pongo más fácil: si al inicio de la actividad, para conseguir un beneficio de 10€ tienes que invertir 5€, lo suyo es que para obtener 100€ no sea necesario emplear 50€. Es decir, que con 15 o 20€ más, puedas generar crecimiento usando solamente medios propios sin necesidad de disponer de todos los beneficios obtenidos. ¿Y por qué es para mí un factor VIP? Porque el propósito principal del camino que te voy a mostrar es: vender el negocio o licenciar la marca. Esto es lo que te hará realmente rico en dinero, pero sobre todo en tiempo. Así que aplica aquí tu esfuerzo y, sobre todo, la mayor parte de tus neuronas. 3.Barreras de entrada. Pueden ser legales (porque necesitas permisos institucionales), de competencia (empresas del BOE que te impedirán la entrada), económicas (porque requieren de inversiones desorbitadas en instalaciones), etc. 4.Aportación de valor. ¿Qué novedad aportas al mercado? ¿Lo hace alguien ya? Si lo hace, ¿está fallando en algo y sus compradores se quejan? ¿Qué insatisfacciones tienen los consumidores de la propuesta del líder del sector? ¿Puedes aportar algo importante para reducir esos pains de los clientes? ¿Puedes hacerlo mejor y más barato? 5.Recurrencia de ingresos. Se trata de comprobar si el cliente te puede comprar muchas veces en plazos cortos o largos, si puedes fidelizarlo, crearle una membresía tipo Prime, si tus productos pueden generar ingresos con otros complementarios o recurrentes como, por ejemplo, los cartuchos de impresora, etc. 6.Estructura de costes. Si tu competencia está formada por grandes empresas con estructuras pesadas que lastran su competitividad, y tú puedes ser más eficiente en costes sin bajar la calidad, tienes muchas probabilidades de éxito. Y si además, consigues mejorar el producto, fantástico. Llegados a este punto, quiero hacerte una pequeña referencia a la Teoría de la Rueda del Comercio Detallista, porque puede proporcionarte una visión general sobre el comportamiento de la competencia en cualquier tipo de negocio y mercado. Esta teoría fue propuesta por McNair (1958) y formalizada posteriormente por Hollander (1960). Según esta teoría, el giro de la rueda se inicia cuando una nueva propuesta de valor detallista se introduce en el mercado con unos costes bajos a los que aplica unos estrechos márgenes para conseguir llegar al máximo número de clientes posibles, los cuales deben decidir dejar a la competencia más asentada. De este modo, el nuevo comercio detallista logra hacerse inicialmente con un hueco en el mercado. El siguiente movimiento de la rueda se produce cuando, a medida que gana relevancia en el mercado, este nuevo tipo de comercio obtiene cada vez beneficios más altos. Hecho que atrae a un número de competidores creciente y que provoca que la fórmula, inicialmente nueva, deje de serlo. A partir de este momento, el nuevo objetivo de la empresa es la fidelización de sus clientes. Para ello, empieza a mejorar sus instalaciones, a incrementar el surtido y portfolio de producto, a ofrecer productos de mayor calidad y ticket medio más alto, a mejorar el prestigio de su marca y a diferenciarse por un plus en sus servicios. Esta situación provoca un aumento inevitable de costes que se traduce en un incremento paulatino de precios, perdiendo de esta manera su ventaja competitiva inicial, que era la de ofrecer precios bajos. El hueco que deja en el mercado por el cambio estratégico al que se ha visto obligado (y esa obligación es la clave), es ocupado por un nuevo comercio detallista que, con costes y márgenes reducidos, ofrece precios bajos y acaba por expulsar del mercado a los comercios detallistas menos competitivos. Es en este momento cuando la rueda habrá dado un giro completo. Estos nuevos comercios detallistas tenderán a actuar como sus antecesores y acabarán siendo sustituidos, por lo que la rueda continúa su incesante e imparable movimiento siguiendo el lógico curso de la evolución. Quiero incidir en lo interesante que resulta, y no solo para explicar el comportamiento de la competencia en el sector del comercio minorista. Si lo piensas detenidamente, también sirve para analizar esos mismos comportamientos en cualquier tipo de mercado, producto o idea. Aunque pueda parecer antigua, en mi opinión sigue completamente vigente y de total actualidad. En su día, cuando la estudié por primera vez, me la ilustraron con el dibujo de la rueda de una bicicleta. Hoy, en el actual mundo digital e híbrido, el dibujo más acertado sería el de la rueda de un Fórmula 1. Como todo en la vida, esto tiene su parte buena y su polo negativo, así que aprovecha la velocidad y no mires atrás. El camino más lógico y viable, aunque no el más confortable, es el de entrar en el circuito de la rueda por la parte de abajo, donde la goma presiona el sucio y áspero asfalto. La clave está en poder frenarla cuando llegues a la parte alta de la misma, es decir, cuando te hayas convertido en un referente y en uno de los líderes de tu sector. Es muy difícil parar la rueda de forma sostenida en el tiempo, aunque conozco una forma de hackear este sistema para tus intereses: cuando estés en el punto más alto dentro de tus posibilidades reales (no olvides dejar a un lado tu ego), vende la empresa o licencia tu marca. Deja que otros con mayores recursos, influencias y posibilidades sigan labrando el camino, porque seguramente la llevarán más arriba. A cambio, además de un suculento precio que te hará rico en tiempo y dinero, habrás conseguido salir de la rueda antes de que, arrastrado por su perpetuo giro, el duro asfalto inexorablemente espachurre tus morros. 7.Márgenes. Estudia en profundidad si tu mercado goza de unos márgenes suficientes que hagan atractivo entrar en él. Por ejemplo, los mercados de maquinaria industrial tienen altos márgenes, pero el volumen de venta no es muy allá. Sin embargo, hay otros mercados más amplios cuyos márgenes son ridículos. Por ejemplo, la venta retail de telefonía móvil se mueve en unos rangos de margen del 8% sobre ventas, algo muy curioso y que demuestra que hay productos que son más gancho que otra cosa. En el mundo del PAE, el microondas es el electrodoméstico más vendido en volumen, pero tiene un margen ridículo y se utiliza más que nada para atraer clientes. Incluso hay marcas que estratégicamente se basan en un sistema de altas ventas con bajos márgenes a la distribución como barrera de entrada para terceros. Ten cuidado con esto, ya que sin la posibilidad de obtener márgenes saludables no podrás crecer. 8.Experiencia en el sector. Es muy importante saber dónde te metes, conocer los aspectos más importantes de ese mercado, su jerga, sus debilidades y sus fortalezas. Si no conoces el sector en el que vas a competir, te recomiendo que busques, dentro de ese mismo sector, un trabajo de comercial durante algún tiempo. Así conocerás de primera mano sus automatismos más destacados, las opiniones de los clientes, sus quejas y miedos, cómo analizan y hablan, qué desean… En el siguiente volumen vas a encontrar un bloque de técnicas de venta, que para mí son tan necesarias como el agua para poder nadar. Si no has vendido antes y/o no sabes vender, no emprendas, pues aprender a vender es como nadar a perrito antes que a crol. 9.Necesidades de financiación. Si estás ante un negocio puramente financiero, donde se paga por anticipado y se tarda en cobrar, ten cuidado. Analiza detalladamente cuándo pagas y cuándo cobras, ya que si no lo haces bien te ahogarás en la primera ola que llegue. 10.Proveedores. El estudio de los proveedores que vas a necesitar para poder desarrollar de forma satisfactoria tu emprendimiento también es muy importante. ¿Necesitas a muchos o a pocos? ¿Hay variedad y competencia? ¿Son muy dependientes de las materias primas? ¿Están en el extranjero, la UE o son nacionales? ¿Tienen capacidad de respuesta rápida? ¿Es fácil acceder a ellos? Todas estas y más cuestiones son las que debes tener claras antes de empezar. Si necesitas importar, por ejemplo, tendrás que ejecutar más procesos como trámites transitarios, transporte marítimo o internacional, tener en cuenta los aranceles, tiempos de fabricación y entrega... Como te he repetido en varias ocasiones, no es necesario que seas un experto en todo, no te asustes. Ponte a ello, pregunta, busca colaboradores y agencias con prestigio y haz las cosas. Bien, pero hazlas. Es imposible que aprendas si no ejecutas y te equivocas, pero controla los riesgos. 11.Necesidades logísticas. Te hablaré de ello más adelante, pero debes pensar qué tipo de logística vas a necesitar: si vas a vender por internet, deberás tener un sistema de picking y entrega a domicilio altamente eficiente, y si además vendes B2B (negocio a negocio) y en grandes cantidades, debes negociar con agencias de transporte de paletería que sean solventes y sirvan a tiempo. También puedes hacer drop-shipping, donde tu proveedor es el que se encarga de la logística y de enviar los paquetes, o puedes externalizarlo todo en una empresa logística que asegure la satisfacción de tu cliente. 12.Elasticidad al precio. En otras palabras, si las bajadas o subidas de precio influyen mucho sobre la demanda. Si por alguno de los motivos anteriores te vieras obligado a subir precios, la demanda siempre quedaría afectada. Es por eso que debes buscar sectores de actividad donde dichas subidas no se traduzcan irremediablemente en un parón que pueda dejarte prácticamente sin actividad. En caso de que las bajadas influyan mucho en las ventas, presta atención especial a los costes y al estudio de las tarifas. 13.Sostenibilidad a futuro. Si quieres montar un negociete para sacar un dinerillo más o menos importante con un producto de moda, de acuerdo. Pero debes tener en cuenta que este tipo de actividades adolecen de una grave falta de continuidad, y que muchas pirañas aparecerán de la nada para devorar el mercado. Por lo tanto, no podrás crear un modelo de negocio sostenible en el tiempo que te permita hacer crecer una empresa y erigir una marca sólida. Busca productos o servicios que la gente necesite de forma recurrente y no un supuesto chollo coyuntural, a no ser que tu empresa se especialice en la venta de productos hot sales, que tampoco es mala idea. 14.Alternativas de negocio. Sea lo que sea a lo que te dediques, intenta que, en caso de agotamiento o crisis de ese sector, puedas cambiar rápidamente a otros productos o servicios relacionados con el primero sin que tengas que hacer demasiados cambios o costosas inversiones en estructura. 15.Obsolescencia del mercado. Si vas a trabajar con tecnología, ten en cuenta que su duración es muy limitada. Hablamos de mercados muy dinámicos y cambiantes, por lo que debes manejar este factor a fin de controlar los stocks, tener un equipo adiestrado en la búsqueda constante de novedades, actualizar tu empresa a diario y, sobre todo, de adelantarte a los movimientos de la competencia. Renueva constantemente tu catálogo, pero hazlo al ritmo del mercado en el que estás compitiendo. 16.Estacionalidad. Si te vas a dedicar a vender productos de playa, debes concentrar todo el esfuerzo en tres meses concretos del año. Pregúntate de qué vivirás en los meses restantes. No digo que no sea negocio, pero debes buscar un mercado lo menos estacional posible, o analizar minuciosamente dicha estacionalidad para centrar esfuerzos y sacarle el máximo partido. Estas cuestiones previas son fáciles de entender, pero no olvides analizarlas de forma concienzuda. Son muchos los que se deciden a atacar la primera idea que se les cruza en el camino en la creencia de que están ante una gran oportunidad, y cuando comprueban que las cosas no son tan simples ni tan fáciles, vienen los llantos. No dejes nada a la suerte, dedica tiempo al análisis objetivo y sé lo suficientemente metódico como para tener la certeza suficiente antes de tirar hacia delante. Pero recuerda que no debes perder el tiempo, así que analiza rápido y lánzate antes de que sea tarde. El organigrama de la empresa “Los logros de una organización son el resultado del esfuerzo combinado de cada individuo”. Vince Lombardi Para poder llevar a cabo todos los procesos necesarios para que tu idea de negocio funcione, tu proyecto debe contar con una estructura de departamentos claros y definidos que realice su trabajo de forma eficiente e interconectada. Existen departamentos y procesos de los que mucha gente ni siquiera ha oído hablar, pero que son esenciales para el correcto funcionamiento de la organización. Al principio, serás tú mismo quien represente todos esos departamentos a modo de hombre orquesta, por ello, es bueno que sepas cuáles son y cómo se organizan, con el objetivo de que aprendas a estructurarlos e implementarlos a medida que vayas creciendo. Te expongo el ejemplo simplificado de una empresa claramente orientada al Omnicliente y que nada entre los dos mares que conforman las ventas híbridas, porque tiene una variedad de procesos y departamentos muy completa que puedes tomar como referencia. Por supuesto, son adaptables a servicios, y es posible que al principio no necesites activarlos todos o que sea preferible externalizarlos. Pero al final, o los controlas directamente de forma que tu estructura se adecúe al crecimiento, o lo pasarás mal. Como puedes observar, esta estructura se divide en tres líneas básicas: la Dirección, donde recae la toma de decisiones, el control y la generación de la estrategia de la empresa; los Departamentos, que absorben todos los procesos ejecutivos del día a día de la compañía; y las Funciones, que deben quedar perfectamente definidas para que nadie se pierda ni se meta en jardines que no son suyos. Comentemos uno a uno: •El CEO es el centro de toda la compañía, el que gobierna el barco y marca el rumbo. Hay muchos tipos de CEO: autocráticos o autoritarios, democráticos o participativos y delegativos o laissez faire. En el siguiente cuadro que nos proponen desde ThePowerMBA puedes ver sus características principales. Te recomiendo no posicionarte bajo ninguno de los tres modelos. Resulta altamente interesante mantener la capacidad de pivotar y tener cintura. Debes analizar la coyuntura o momento en el que se encuentra tu negocio, el tipo de personas que tienes a tu disposición y las características particulares de cada departamento. No es lo mismo dirigir al equipo de almacén, cuyo trabajo es más duro y hay que exigirles eficacia y rapidez, que el de marketing, que es más creativo, pero también propenso al despiste. Por no hablar de los informáticos. •Los asistentes del CEO (tanto de operaciones como de negocio) y el asistente ejecutivo están para filtrar, confeccionar datos y dar apoyo al propio CEO, a fin de que pueda tomar decisiones con la mayor rapidez y la menor incertidumbre posible. •Departamento IT (Tecnología de la Información). Se trata del departamento de informática y de nuevas tecnologías y se ubica, dentro del organigrama, entre la estructura de negocio y la operacional. Este departamento se encarga de proveer servicios que brindan soporte técnico a toda la infraestructura interna de la empresa, gestionando los sistemas a nivel departamental, desarrollando soluciones integrales, realizando mejoras continuas de los sistemas existentes, promoviendo y controlando el buen uso de los equipos informáticos, y dando apoyo a la toma de decisiones de nuevos proyectos innovadores que involucren tecnologías de la información. En los siguientes gráficos podrás entender con mayor claridad qué es lo que hacen y cómo se organizan. En un entorno híbrido, este departamento es tan crucial como difícil de crear y hacer que funcione, ya que los perfiles son muy variados, especializados y hay pocos profesionales preparados y formados en el mercado. Por ello, nos vamos a recrear un poco más en esta división del negocio. La externalización de este departamento se presume obligada al inicio de cualquier proyecto, pero debes ir creando un departamento propio paso a paso. Te recomiendo que hagas compatibles los dos, el tuyo propio y la externalización de procesos. No te dediques a hacer programas específicos desde cero porque no llegarás a ningún sitio. En su lugar, utiliza los programas y plataformas existentes que más se adapten a tus necesidades, y que tu equipo los implementen y adecuen a las necesidades de la empresa. En caso contrario, a no ser que se trate de programas simples, tirarás el dinero a la basura y perderás un tiempo muy valioso para tus competidores. Estas son las principales funciones y responsabilidades del departamento de IT en las áreas de producción y de servicios. No tienen por qué ser exacta ni específicamente las que necesites, pero te pueden ser de bastante utilidad como guía: Ahora te presento un surtido variado, un ramillete de todos los perfiles que tarde o temprano vas a necesitar en el departamento de IT. No voy a entrar a detallar cada perfil de forma individual porque no acabaríamos nunca, solo espero que te sirva como ejemplo para que completes el camino y sepas lo que tienes que buscar. Dada la complejidad y el oscurantismo de este departamento, la consecuencia es la constatación de una falta de información objetiva y transparente. En mi opinión, los datos que te ofrezco pueden serte de gran utilidad para entender un poco más este mundo tan necesario en la actualidad. Además, me gustaría advertirte de que los informáticos son perfiles complicados, que no te aseguran nunca nada y con los que vas a vivir en la incertidumbre más absoluta. Pero si consigues que funcionen eficientemente y que conecten con tu idea y filosofía, te brindarán enormes alegrías y ventajas competitivas. A los informáticos les gusta trabajar apartados del resto de la empresa, y ni se te ocurra proponerles que vayan a trabajar a un polígono industrial alejado. Son perfiles muy urbanitas, por lo que tendrás que hacerles atractivo su lugar de trabajo (al estilo de Google). Muchas son las empresas que tienen que crear espacios específicos y diseñados con el único objetivo de poder atraerlos. Por otro lado, vete acostumbrando a la volatilidad laboral, porque se cansan pronto de los proyectos y buscan nuevos retos constantemente. Hasta existen agencias de representantes de informáticos, como si de futbolistas se tratase. Vas a flipar con ellos, pero te repito, si consigues engancharlos a tu proyecto llevas las de ganar. Y apúntate esto: trata de que al menos uno de ellos sea una persona de tu máxima confianza y esté presente en las reuniones de dirección. No eres un experto informático, ¿verdad? Pues prepárate para que te hagan la carioca y te toreen cómo y cuándo quieran. Dales su sitio, pero exígeles compromiso. Quid pro quo. •Intendencia. Es un departamento que parece secundario, pero sin ellos la empresa jamás podría realizar bien su trabajo. Debes entender que todos los departamentos tienen su importancia. ¿Qué haríamos sin papel o tinta de impresora, con los servicios sucios o averiados, con los muelles inservibles para que los camiones carguen, o sin luz eléctrica ni wifi? Ojo, una intendencia eficiente ayuda a los demás a poder realizar su trabajo con mayor eficacia. •Controlling. Todo debe ser controlado y medido. Un departamento, por pequeño que sea, con unos claros procesos de control y puntos estratégicos en los que incidir, puede evitar muchísimos problemas y ahorrar cantidades ingentes de dinero. Una certificación tipo ISO te puede ayudar bastante en el proceso de creación de protocolos. •Almacén y logística. Se trata de un mundo aparte. Quien controla la logística controla el mercado, pero esto ya lo veremos en un capítulo posterior. En esta sección tienes que hincar los codos. Debes saber de logística, y cuanto más, mejor. •RR.HH. o, como prefiero llamarlo, Gestión de Personas. Altas, bajas, nóminas, seguros sociales, retenciones de IRPF, conflictividad laboral, despidos… En definitiva, un arduo trabajo que, sin embargo, va mucho más allá. Tener una plantilla motivada, enganchada al proyecto, que se sienta parte importante del mismo, que encuentre su sitio en un ambiente de creatividad y compañerismo… es mucho más importante y difícil de conseguir. Un buen departamento y consultoría laboral y de RRHH resulta imprescindible. •Contabilidad y Finanzas. Otro departamento nuclear. Aquí también recomiendo la colaboración mixta interna y externalizada. En cuanto puedas, lleva directamente desde la empresa el departamento contable, pero no olvides contratar una buena consultoría fiscal que te guarde las espaldas y te haga una planificación y seguimiento excelente. No olvides la frase con la que empieza el libro, porque eres la vaca que hay que ordeñar y el Estado está deseando destrozarte los pezones. Más de 120.000€ por impuesto y año es delito fiscal, así que no puedes equivocarte. Si lo haces queriendo ya sabes a qué te expones (porque te pillan seguro), pero si alguien de la estructura interna o externa tiene un desliz, puedes llegar a pasarlo realmente mal. Cuando eres empresario no solo eres el sujeto pasivo de los distintos impuestos, sino que además te conviertes en el recaudador forzoso de los mismos, y tienes que asumir el coste del trabajo administrativo y las consecuencias de los posibles errores que se puedan cometer. Bienvenidos al Estado que ayuda y a-poya el emprendimiento y la creación de empresas (nótese la ironía). •Administración. A este departamento le corresponde la gestión y administración de los recursos financieros y materiales de la compañía, para lo cual diseña y ejecuta en forma continua los procesos administrativos que permiten mantener la operatividad y el funcionamiento óptimo de la organización. Entre las tareas administrativas de la empresa están: °Facturación: -Emisión de albaranes y facturas a clientes. -Recepción de albaranes y facturas de proveedores. -Recepción de extractos bancarios y otros. °Cobros y pagos: -Cobro a clientes. -Pago a proveedores. -Pago a personal. -Pago de impuestos. -Control de movimientos y saldos de cuentas corrientes. Un ERP (siglas de ‘Enterprise Resource Planning’ o ‘Planificación de Recursos Empresariales’) es un conjunto de aplicaciones de software integradas que nos permite automatizar la mayoría de los procesos del negocio relacionados con los aspectos operativos o productivos de la empresa, facilitando y centralizando la información de todas las áreas que la componen: compras, producción, logística, finanzas, recursos humanos, marketing, servicios, proyectos y atención al cliente. Elige un ERP adecuado para tu empresa y que sea escalable para el crecimiento esperado y lógico del proyecto. Que los chicos de IT te echen una mano. Para ello, entrevístate con las empresas de software que ofrezcan el producto que más se ajuste a tus necesidades y, cuando lo tengas claro, ficha a un buen jefe de administración que tenga experiencia en la gestión e implementación de ese ERP. Un ERP nunca se termina de implantar y mejorar, con lo que siguiendo estos pasos ahorrarás mucho tiempo y dinero. •Compras. Según la EAE Business School, la gestión de compras es el departamento responsable de la buena organización para realizar con éxito las actividades de compras. La gestión de este departamento asegura que todos los bienes, servicios e inventario necesario para la operación del negocio se ordenen y encuentren a tiempo en los almacenes de cualquier empresa. Asimismo, es responsable de controlar el coste de los bienes adquiridos y los niveles de inventario, y debe ser capaz de desarrollar una buena negociación con proveedores. Este departamento debe ser obligatoriamente interno y tiene que estar bajo tu control desde un primer momento. Tienes que conocer bien todos los procesos para que los profesionales que te ayuden sepan qué hacer y cómo quieres las cosas. Es muy estratégico, ya que de una buena gestión de compras depende en gran medida la competitividad de la empresa. •Producto. La de nuestro caso es una empresa basada en producto, producto y producto. Este departamento es la célula madre del negocio, y de un trabajo bien hecho depende toda la estrategia y la supervivencia de la empresa. Tanto es así que necesitaré casi todo un volumen para detallar los procesos más importantes y cruciales. •Marketing. La clave está en saber hacer y hacer saber. Puede que tengas el mejor producto o servicio del mundo, pero si tu cliente objetivo no lo conoce ni entiende sus ventajas, todo el trabajo que has hecho no sirve para nada. Este apartado también lo analizaremos en profundidad tanto en el volumen de marketing digital como en el de ventas. •Comercial. Se divide en: °B2B (business to business) -E-commerce (fundamentalmente drop-shippers). -Regiones, que son la división del comercio físico para el equipo comercial del retail. -Exportación, que reúne la venta a terceros países donde aún no ha habido una implantación, desarrollando la venta a través de distribuidores locales. °B2C (business to consumer) -Web -Afiliados -Market Places… •Internacional. Este departamento se encarga del estudio, desarrollo, apertura y aterrizaje en nuevos países del entorno para potenciar la marca y hacer crecer la empresa. Lo veremos en el volumen final y entenderás el porqué de la importancia de este proceso. •SAT/SAC/SPV (Servicio de Asistencia Técnica, Servicio de Atención al Cliente, Servicio Post Venta). Este departamento es básico para la subsistencia, credibilidad y prestigio de tu empresa y marca. Un mal servicio al cliente te destruirá tarde o temprano. En esta línea, recuerdo un estudio del que me hablaron hace muchos años que decía que una buena experiencia se comunica tres veces, pero una mala, once. En la actualidad, esto ha evolucionado a un nuevo universo de trolls y haters que se sirven de herramientas como Facebook, Twitter, Forocoches y demás. Es brutal, casi una vergüenza diría yo. Pero, aunque el precio a pagar es alto, estoy a favor de un concepto de libertad lo más amplio posible. Sucias estrategias para derribar a la competencia, comentarios y campañas pagadas, fake news, alertas… Hoy en día todo vale. Pero también es cierto que, si eres impecable en tu servicio y atención al cliente, te elevarán a los altares y verás cómo tu conversión en ventas se dispara como la espuma. Una de las claves es la logística, ya que muchas de las quejas que puedes observar, por ejemplo, en Amazon, se deben a las dilaciones o incumplimientos en los tiempos de entrega del producto. La otra es el servicio técnico y de atención al cliente (SAT/SAC), también denominada SPV (Servicio Post Venta). Desde el primer momento, debes diseñar tu estrategia de SPV para que se adapte al entorno híbrido de ventas con la única finalidad de ahorrarle molestias a tu cliente y solucionarle cualquier problema que tenga de forma satisfactoria, consiguiendo que un imprevisto e inevitable inconveniente se convierta en una gran experiencia para el usuario, lo que se traducirá en su recomendación y agradecimiento por el servicio. Parece ciencia ficción, pero la gente en general es comprensiva y honesta, incluso más de lo que cabría esperar. Si les tratas bien, te amarán. Pero si les tratas mal, irán al cuello y con razón. Sin embargo, no debes centrarte únicamente en el servicio técnico para reparar averías o cambiar productos defectuosos: el SAC debe ir más allá. El cliente puede sufrir una variedad indeterminable de problemas desde el mismo instante en que adquiere el producto, ya sea porque no sabe utilizarlo, necesita conexión a internet, problemas de montaje y un largo etcétera en el que debes acompañarle para que no se sienta desamparado. Muchos de estos inconvenientes y dudas son fáciles de solventar, y si prestas el servicio adecuado para que tu cliente se sienta seguro con su nueva adquisición, se convertirá en un fan o lover de tu marca y estará más predispuesto a recomendarte. En cambio, no saber o no poder resolver una duda insignificante, lo más seguro es que derive en la devolución del producto y en una queja en las redes que te irá pasando factura. “Si esta empresa no es capaz de resolverme una chorrada, ¿qué pasará cuando tenga un problema verdaderamente grave?” La reflexión es de una lógica aplastante. Estructuras societarias, fiscales y laborales “El contribuyente es la única persona que trabaja para la Administración sin tener que aprobar oposiciones”. Ronald Reagan Adentrémonos en un verdadero mar de fondo. Para mí, esta es sin duda la parte más agria y farragosa de la empresa, pero es tan importante como obligatoria, y el tomar buenas decisiones a priori y saber gestionar esta disciplina con conocimiento y eficiencia es cuestión de supervivencia pura, además de una oportunidad de diferenciación y ventaja competitiva real. Si políticamente tienes tendencias socialistas o de izquierdas, te doy mis felicitaciones más sinceras: disfrutarás mucho cuando el Estado empiece a sangrarte con impuestos, tasas y arbitrios aún antes de haber ganado un solo céntimo o vender un clavo. Recuerda que te son impuestos por el bien de la sociedad, los más desfavorecidos, los tan necesarios chiringuitos ideológicos, las empresas que se llevan por la cara las concesiones de servicios públicos que ni olerás, y todas las demás eficientes tareas que presta el Estado por nuestro propio bien. A los anarco capitalistas, liberales económicos o minarquistas como yo, nos da una patada en salva sea la parte. Pero si eres progresista o de izquierdas, disfrutarás de lo lindo contribuyendo a la causa. Serás muy feliz, te lo aseguro. Lo único positivo de esta situación, por decir algo, es que son reglas iguales para (casi) todo el mundo. Y no sueñes, tú perteneces al grupo de los iguales, de los más iguales a la hora de pagar. La alternativa es tener una pareja, amigote o cuñado con influencias políticas. Eso, o la economía sumergida. Si eliges la primera: a montar chiringuitos. La segunda olvídala, pues no conseguirás construir nada de valor y los problemas irán a tu encuentro como una ola gigante que te arrastrará sin piedad. Para abordar este complejo asunto no vamos a dar un curso fiscal, laboral y societario, entre otras cosas, porque es imposible. Intentaremos caminar a través de un ciclo lógico de crecimiento con unas pautas y conocimientos generales de lo que vas a encontrarte con casi toda probabilidad. El objetivo es que sepas cuáles son tus obligaciones, las alternativas que tienes, cuál es el camino con menos obstáculos y, sobre todo, cuánta pasta tienes que preparar para toda esta película de terror. Estos son gastos obligatorios que nadie te cuenta y con los que nadie cuenta, y que desde un principio erosionan y minan la economía y viabilidad del proyecto. Encontrarás muchas sorpresas por el camino: tienes que pedir un nombre y pagar por ello, el notario evidentemente cobra, tienes que liquidar impuestos antes de registrar, pagar a la gestoría, el registro también cobra, el ayuntamiento cobra, autónomos, Seguridad Social, mutuas… y cobran y cobran y vuelven a cobrar. Pesadilla antes de Navidad. Pero es lo que hay, tenlo en cuenta y aprovisiónalo en tu Business Plan porque no es poca cosa. Yo te recomiendo que, entre pitos y flautas, le pierdas el cariño a 10.000€ y los aprovisiones para el primer año. ¿10.000€? ¿En qué? Pues como dice el chiste, 5.000 en pitos y 5.000 en flautas. Pero ya verás cómo vuelan: 2.000€ de constitución de sociedad por la parte corta y más de 4.000€ en concepto de cotizaciones de autónomos (360€ aprox. por doce meses) ya hacen 6.000€. ¿Seguimos? Mi intención no es desanimarte y que desistas de tu empeño, pero no quiero que te dejes llevar por el engaño del sueño emprendedor. Esto es lo que hay, y son lentejas. Lo que quiero transmitirte son las siguientes ideas: •Debes prever y provisionar estos desembolsos porque son obligatorios y sin ellos no podrás seguir adelante. •Tienes que decidirte muy bien por la forma jurídica, fiscal y laboral con la que vas a estructurar tu negocio. •Una buena gestión de estas farragosas disciplinas evitará lastres administrativos que te desenfocarán del verdadero objetivo de la creación constante de valor. •Un buen equipo de asesores/consultores es clave, y tienes que invertir tiempo y dinero en su selección y contratación. Así podrás revertir la situación e incluso conseguir una diferenciación y ventaja competitiva manejando adecuadamente estas disciplinas a tu favor, siempre dentro de la legalidad vigente. •Y sobre todo, entiende que tu modelo de negocio tiene que ser capaz de generar suficientes ingresos para atender estas obligaciones sociales, además de contribuir al sostenimiento y crecimiento del proyecto. Recuerda que eres el último que cobra y el primero en pagar. Si no tienes un negocio que genere ingresos y, sobre todo, que sea escalable: desiste. No dudarán en embargarte para el resto de tu vida. Controla este tema. ¡Enhorabuena! Acabas de conocer a tu nuevo multicobrador e inesperado socio, que no te aportará nada y te exigirá su parte proporcional ganes o pierdas. Un amigo fiel que te acompañará toda la vida, incluso después de muerto. Me encantan las ayudas del Estado. ¿Cuánto va a costarte levantar la persiana de tu nuevo proyecto? Pues eso va a depender del camino que decidas tomar y de cómo quieras transitar por él. Lo único cierto es que a partir del mismo momento en el que empiezas a nadar adquieres la obligación de contribuir (pagar impuestos, tasas municipales, autonómicas y estatales) y de ser solidario pagando cuotas a la Seguridad Social. Si creías que solo tú, tus clientes, socios y proveedores erais los que estabais obligados a entenderos, nada más lejos de la realidad. Hay más amiguetes involucrados: las Administraciones Públicas. Entre ellos, los más destacados son la AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria) y la Tesorería General de la Seguridad Social. Estos van a ser tus socios mejor retribuidos, con su correspondiente plantilla de inspectores con facultad sancionadora, que te visitarán a menudo para ver si les has ocultado algo o si te pillan en algún renuncio. Si alguna vez tienes problemas de liquidez, te aconsejo que atiendas primero a la Seguridad Social y, sobre todo, que tengas mucho cuidado con los límites penales. Los más importantes a tener en cuenta son la ocultación o defraudación de más de 120.000€ por impuesto y año y el no abonar las retenciones del IRPF de los trabajadores. No ocultes nunca impuestos, decláralos y comunica la imposibilidad de pago. Es muy importante tener una buena asesoría jurídica para no incurrir nunca en el ámbito penal, porque lo demás es solo dinero. Pero también tienes que contar con otros profesionales y empresas: notarios, registradores, asesores, consultores, auditores, aseguradoras, bancos, mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, servicios de prevención ajenos, empresas de protección de datos, arrendadores de locales, empleados, etc. Una lista sin fin. Si tienes un proyecto y una idea verificada, probablemente te preguntes cómo arrancar. En principio, por tener una idea o un proyecto no necesitas cumplir ninguna obligación formal, solo desarrollarla, planificarla y realizar un plan que refleje las inversiones necesarias y los recursos a utilizar. Aún estás trabajando sobre el papel y por eso nadie te va a cobrar ni obligar a nada. Solo estáis tú, tus proyectos y tu creatividad entrando en juego. Esta es la fase más barata de todas, porque fundamentalmente se trata de tu tiempo, talento y esfuerzo. Si al final estás convencido de lo que quieres hacer, has validado la idea, los estudios de mercado te han ayudado a definirte y vas a echarle agallas, lo siguiente es decidir si vas a arriar velas solo o acompañado. Si lo haces solo, lo más económico es empezar dándote de alta como persona física dentro del epígrafe que corresponda del Impuesto de Actividades Económicas pertinente. Tranquilo, porque mientras no cambie la legislación esa decisión solo conlleva el alta censal en la AEAT, la cual no cuesta nada y solo busca que te conviertas en un nuevo y flamante recaudador de impuestos. Tendrás que reunir y guardar en un cajón los impuestos que cobres, devengues o retengas (Seguros Sociales, IRPF e IVA fundamentalmente) para que los entregues en el momento que ellos te digan (mensual, trimestral o anualmente). No puedes retrasarte ni un solo día, porque devengarán multas y pago de intereses. Por otro lado, en esa declaración de obligaciones no todas las actividades se encuadran de la misma forma, por lo que hay que tener en cuenta dos variables importantes que van a definirlas: la actividad a desempeñar y el régimen de tributación elegido (que no siempre es opcional). Por tanto, hay que definir en qué régimen de estimación debes determinar tus obligaciones tributarias. Una vez concretado lo anterior, tendrás que dirigirte a la Seguridad Social e incluirte en el régimen de encuadramiento pertinente, que en el caso que estamos tratando será el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Puedes elegir la base de cotización sobre la que girará el importe de las cuotas, aunque en breve el legislador pretende que se cotice según los ingresos/beneficios que se obtengan. Si cumples los requisitos, debes optar por el beneficio de la tarifa plana, que consiste en pagar menos cuota durante unos períodos de tiempo cortos para favorecer a emprendedores la entrada en este régimen de cotización. Al cotizar en el RETA, lo que estás pagando es un seguro de carácter público y obligatorio que te cubrirá las posibles contingencias que puedan producirse: invalidez, jubilación, asistencia sanitaria, incapacidad temporal y poco más. Además, mientras percibas cualquier tipo de prestación, no se te puede olvidar seguir pagando las cuotas porque, de ser así, la prestación recibida se suspenderá hasta no estar al corriente de las mismas. No te sorprendas, porque la prestación contributiva por jubilación que obtendrás va a diferir muy poco de una pensión no contributiva, es decir, la de aquel que ha pagado poco o nada durante su vida laboral. Como el sastre de Tarzán, por ejemplo. Lo que pasa, amigo mío, es que estás obligado a pagar y no queda otra opción. Pero sigamos con el proyecto. Hasta ahora hemos supuesto que no necesitabas un local para desarrollar la actividad, pero si es así, es necesario hablar de licencias municipales de apertura, contratos de alquiler, nuevas obligaciones tributarias, actos jurídicos documentados, fianzas... Si el local es propio, la cosa podría cambiar un poco, pero no estaría demás que, si este fuera tu caso, aceptases algunos consejos sobre cómo tienes que montártelo. Se puede decir que esta primera opción, la de ir solo y como persona física, es la más fácil y de menor riesgo, ya que implica una menor inversión y menores obligaciones a todos los niveles. Aunque algunas de esas obligaciones seguirán siendo las mismas independientemente del modelo elegido, esta opción te permite invertir poco antes de asentar el negocio, y cuando el proyecto empresarial se vaya consolidando, será el momento de ir pensando en otras formas algo más complejas, pero también más recomendables. Salir a nadar solo y con tus propios recursos en un mercado hostil y que no perdona es complicado, aunque sería lo óptimo en caso de éxito. Pero si te caes, ahí te quedas. No pienses que vas a cobrar prestaciones por desempleo, algo que maquillan bajo el nombre de prestación por cese de actividad. Recogerás algunas migajas con las que no vas a poder vivir, pero solo si cumples todos los requisitos estipulados, que suelen ser más exhaustivos que los aplicados a un trabajador por cuenta ajena. Así que mejor olvídate de cobrar una paguita, eso sí, cotizar por esa contingencia (en otras palabras, pagar por un seguro que no te cubre de nada) es obligatorio desde hace poco tiempo. Aunque sin duda, la peor parte no es esta, ya que en caso de que el proyecto fracase y acabes generando deudas que no se puedan cubrir con los ingresos de la actividad, responderás por ellas con tu patrimonio presente y futuro. Entramos, por tanto, en la segunda opción: has decidido que este proyecto lo vas a llevar a cabo con uno o más socios que te van a acompañar y apoyar. En este caso, hay que decidir con qué tipo de formato jurídico os presentáis al mercado: sociedad civil o sociedad mercantil. Dentro de estas últimas encontramos la sociedad de responsabilidad limitada (SRL o SL) o la sociedad anónima (SA). No voy a hablar de otras fórmulas como pudieran ser las asociaciones, sociedades cooperativas o fundaciones porque no son las más comúnmente utilizadas. No te compliques la vida, te aconsejo arrancar con una sociedad limitada y unos tres mil euros de capital social. Si cumplís fielmente con la legalidad, vuestra responsabilidad quedará limitada al capital aportado. No lo dudes, y si te atreves a nadar solo (con un par), utiliza una sociedad limitada unipersonal. Una vez más, consúltalo con tu asesor y que te exponga y explique todas las alternativas hasta que tus dudas se disipen. Mi consejo es que, antes de tomar una decisión definitiva y una vez tengas claro cuáles son los socios con los que vas a emprender, trates con ellos todos los aspectos que van a regir vuestras relaciones internas. Hacedlo ahora que todo es bonito e ilusionante, porque es más fácil alcanzar los mejores acuerdos que os permitan estar preparados cuando lleguen las crisis inherentes de toda actividad económica. Estos pactos pre constituyentes deben reflejar cómo dividir el trabajo a desarrollar, cómo se va a aportar el capital necesario, cómo se retribuirá el trabajo que desempeñe cada uno, etc. Todo gira en torno a tener claro cómo repartir la carga de trabajo y remunerar el capital aportado. Sin estos puntos perfectamente definidos, los problemas y desacuerdos pueden ser determinantes. Unos buenos estatutos y unos pactos de socios redactados a vuestra medida es lo más recomendable. Exígelos. Un factor muy importante en todas las empresas es regular las relaciones entre los socios. Sin embargo, en una startup la importancia es aún mayor. Esto se debe a las complejas relaciones que se establecen entre los propios socios fundadores, además de con los distintos inversores. El pacto de socios es la herramienta utilizada para definir por escrito y regular la relación entre todas las partes implicadas. Se trata de un contrato que sirve a los propietarios para ponerse de acuerdo en cómo se va a llevar a cabo la organización, tratando los puntos críticos más importantes para el futuro de la compañía. A modo enumerativo, te voy a exponer las cláusulas más habituales en las ampliaciones de capital. Ni se te ocurra hacerlo por tu cuenta, lo mejor es que te asesore tu abogado. •Drag Along. Se suele fijar el límite inferior de la valoración. El drag along o cláusula de arrastre protege a los mayoritarios obligando al resto de la empresa a vender sus acciones en caso de recibir una oferta de compra de la compañía. •Tag Along. Protege a los socios minoritarios obligando a todos a vender de forma proporcional. Imagina que tienes un 20% de una empresa y el 80% restante está en manos de un grupo: si un comprador está interesado en adquirir el 80% de la compañía, la cláusula tag along te protege contra el hecho de que el socio mayoritario venda todas sus acciones al interesado, y tú te quedes sin vender nada. •Liquidación Preferente. Protege al inversor contra una posible venta a una valoración inferior. Intenta mantener el valor que tiene la compañía a lo largo del tiempo. •Play to Play. Pierdes la liquidación preferente si no acudes a la siguiente ronda de financiación. Una vez superado el primer obstáculo y quedando bien definidas las relaciones entre los socios, el siguiente paso es decidir con qué nombre os vais a presentar al mercado, es decir, cuál va a ser vuestra denominación social. Esta forma de identificación empresarial es muy distinta a la de la marca o nombre comercial. Mientras que la primera se solicita al Registro Mercantil Central, y se configura como la denominación de la empresa en la escritura de constitución (por ejemplo: Corporación Sardinera, S.L.), la segunda se remite al Registro de Patentes y Marcas, y es el nombre y/o logo por el que vas a intentar que te reconozcan y diferencien comercialmente en el mercado (por ejemplo: SARDINIA). La denominación social y la marca o nombre comercial son conceptos totalmente distintos, y ni siquiera es preciso ni preceptivo que contengan elementos exactamente iguales o similares. Pero es fácil que puedas incurrir en contradicciones o equivocaciones formales y procedimentales, si no cuentas con una mínima experiencia en este campo. Hay mucha gente que cree que por el simple hecho de que el Registro Mercantil le apruebe un nombre original con el que poder ir al notario a constituir su empresa, eso le faculta para usarlo libremente, junto al logo que más le apetezca, para vender sus productos o servicios a los consumidores. Un grave error que le ha costado a alguno más de un disgusto, pues los efectos de una denominación social se circunscriben exclusivamente al ámbito del tráfico mercantil, y su concesión es un trámite muy sencillo. En cambio, la obtención del monopolio de uso de una marca tiene una implicación jurídica y comercial muy distinta, y es un proceso más complejo que puede llegar a dilatarse hasta un año. El de las marcas es un asunto de suma importancia y un aspecto crítico y decisivo para tu estrategia, por lo que profundizaremos en ello más adelante. Volviendo al punto anterior, jurídicamente hablando vas a crear un ente nuevo y diferente a ti mismo, que tendrá registrado su propio nombre, su fecha de nacimiento, su fecha de inicio de actividad, etc. Una vez decidas de una a cinco propuestas denominativas, solicita al Registro Mercantil Central (vía online o a través de tu asesor) que certifique si hay alguna otra empresa mercantil que se denomine igual o de forma muy parecida. Si la respuesta es negativa, te emitirá un documento oficial aprobando dicho nombre, que tendrá una validez de seis meses. Con este certificado, y una vez depositado el capital social en una entidad bancaria y bien definidos los estatutos y pactos de socios, ya puedes ir al notario y constituir la sociedad. Pero atento, el notario solo redacta y valida el protocolo. Muchos se confunden cuando deciden hacerlo por su cuenta, pues una vez realizado el trámite notarial, dan por finalizado el proceso. Pero ojo, porque para que este acto tenga validez jurídica ante terceros, tienes que remitir al Registro Mercantil dicho protocolo previa liquidación del IAJD (Impuesto de Actos Jurídicos Documentados) y su correspondiente tasa de registro. Cuando el registro inscriba la empresa es cuándo podrás decir que eres el orgulloso propietario de una entidad con personalidad jurídica propia y, por tanto, capacitada para contraer derechos y obligaciones con terceros. Acabas de nacer como empresa, y ahora ¿qué? Lo primero es comunicar a la AEAT (Hacienda) que vas a empezar a nadar, y en función de la actividad que vayas a desarrollar comunicar el alta censal con las correspondientes obligaciones fiscales inherentes al tipo de actividad elegida. Aquí aparece una nueva obligación tributaria: el impuesto sobre sociedades. Quedarás obligado a presentar las declaraciones trimestrales y anuales de IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades, mensuales de autónomos y seguros sociales (si tienes trabajadores), y las obligaciones mercantiles de presentación de estados contables, memoria y cuentas anuales al Registro Mercantil. Desde un punto de vista formal, se puede afirmar que la odisea ya ha comenzado, y el trabajo empieza despegar. Cada vez llegas más tarde a casa, los beneficios esperados no son los proyectados, te levantas temprano pensando en los inconvenientes del día a día, llamadas de clientes, proveedores y el desarrollo propio de la actividad. Pero parece que poco a poco y con mucho esfuerzo, la rueda empieza a girar. Cada vez estás más abrumado, y el día solo tiene 24 horas. El estrés positivo de la ilusión se está convirtiendo en un estrés negativo por la sobrecarga de trabajo y de problemas que hacen peligrar el prestigio que estás consiguiendo en el mercado. Es la hora de pedir ayuda: hay que contratar personal. El mero hecho de realizar una contratación conlleva múltiples obligaciones y situaciones dispares, pero si necesitas ayuda para hacer crecer tu negocio, no te va a quedar otra que contratar trabajadores por cuenta ajena. Podemos definir el término empleado de muchas formas, aunque la más ortodoxa sin duda es la que nos remite el Estatuto de los Trabajadores. Pero hay una que me encanta: “son aquellas personas que aparecen cuando tú solo no puedes hacerlo y se unen al proyecto para colaborar contigo”. Tienes que gestionarlos utilizando todas tus dotes de liderazgo, teniendo en cuenta que son tu principal activo, y sin olvidar que son personas que trabajan porque están buscando el sustento necesario para vivir dignamente. Eso es lo más importante para ellos, y no puedes jugar con las cosas de comer. Siguiendo la secuencia más lógica, y teniendo en cuenta que necesitas ayuda, no puedes lanzarte a contratar trabajadores sin realizar un análisis previo de tus necesidades. Lo primero que debes esbozar es el organigrama de la empresa (como ya hemos visto). Hasta ahora el organigrama eras tú solo, o a lo sumo, tú y tus socios. Pero si empiezas a contar con más personas para desarrollar el proyecto, debes confeccionar y plasmar un organigrama que mejore la respuesta a todas esas nuevas necesidades. Atento, no debe ser un esquema fijo e inamovible. Este organigrama sufrirá tantas modificaciones como cambios vaya experimentando la organización, o suma de personas se unan a los nuevos equipos creados. A la hora de determinar el organigrama, debes tener en cuenta la configuración jerárquica y funcional de cada puesto, la misión, las responsabilidades y las tareas, así como la formación reglada o no reglada, experiencias previas en puestos similares etc. Todos tienen que tener claro de quién dependen, qué les vincula con la empresa, cuál es su objetivo, qué misión tienen y qué se espera de ellos. Seguidamente, hay que valorar los puestos de trabajo y definir el beneficio que cada uno aporta al proyecto de la empresa. En el desarrollo de esa valoración es clave el estudio y análisis previo de las tareas y los desempeños, incidiendo en el detalle de las funciones que cada uno debe realizar. Es tan fácil como entender que no se puede valorar lo que no se conoce. Después de haber hecho un estudio de desempeño y valoración de puestos de trabajo, realiza la descripción del puesto que pretendes ocupar, lo cual facilita de forma sustancial la búsqueda de las candidaturas más adecuadas en el proceso de selección para el puesto. Es cierto que puedes llevar a cabo estos procesos de reclutamiento de una manera más informal, pero créeme si te digo que es algo que a la larga te saldrá caro, bien porque no haya racionalidad en el proceso de selección, bien porque no sepas realmente lo que buscas ni lo que necesitas. No puedes perder de vista que, en todo este proceso de análisis y estudios previos a la contratación, existe bastante normativa que te obliga a pensar y a diseñar, por ejemplo, con criterios de igualdad de género, dando las mismas oportunidades a hombres y mujeres. Esto es importante porque, si creces relativamente en poco tiempo, la realización de planes de igualdad y protocolos de acoso serán una obligación para tu compañía. Si quieres tener una empresa seria y respetada, debes comprometerte con el cumplimiento de las normativas laborales, sobre todo las de esta índole social, aunque no sean de obligado cumplimiento en un estadio inicial. Es interesante que vayas diseñando estos protocolos, y si además avanzas en la elaboración de códigos éticos y de conducta, pondrás a tu empresa en una posición sumamente privilegiada y con una gran reputación en el mercado que te podrá ayudar, entre otras cosas, a atraer talento. Un pequeño resumen de lo visto hasta ahora: detectas que necesitas ayuda y te dispones a contratar a las primeras personas, antes analizas qué es lo que necesitas y le das valor a esos puestos creando el organigrama funcional de la empresa, estableces la misión, funciones y responsabilidades de cada puesto y empiezas a buscar al mejor candidato, sin perder de vista los criterios de igualdad de género. En un breve plazo contarás en tu empresa con personas ajenas que ya formarán parte de tu organización, colaboradores necesarios de tu proyecto. Estas personas tienen una vinculación contractual contigo, por tanto, es clave decidir qué tipo de contrato vas a ofrecerles, ya que las retribuciones quedaron marcadas en la valoración previa de los puestos realizada con anterioridad. En función del tipo de contrato, podrás obtener determinadas ventajas económicas y jurídicas. Por otro lado, desde el primer momento en que contrates personal tendrás que determinar el sistema de prevención de riesgos laborales que vas a utilizar. La decisión dependerá del número de trabajadores que contrates. Al principio, lo normal es contar con un servicio de prevención ajeno acreditado para el área geográfica en la que estés desarrollando las actividades empresariales. No pierdas de vista el convenio colectivo del sector que sea de aplicación, ya que de ahí parten múltiples obligaciones que hay que considerar y que son claves para gestionar con garantías los derechos de los trabajadores. Los contratos podrán ser temporales (motivados por una causa objetiva) o indefinidos. También podrán ser de jornada reducida o jornada completa, debiendo definirse bien la categoría profesional del trabajador, las condiciones de mejora respecto al convenio pactadas con él, los horarios, opciones de teletrabajo, etc. Además, no te puedes olvidar del consentimiento de la cesión de sus datos personales para la gestión administrativa de su contratación por parte de asesores externos o internos. Antes del inicio de la relación laboral, tienes que formalizar el alta del trabajador en la Seguridad Social. Es necesario que preveas los gastos que te generará esta nueva obligación, ya que los costes laborales por dicho concepto son excesivamente altos y suponen, de forma general, un montante del 35% calculado sobre la base del salario que vas a pagar al trabajador, sumadas a otras consideraciones como las distintas bonificaciones, reducciones, etc. Los requisitos y obligaciones que hemos detallado se concretan en un recibo de salarios de carácter mensual, donde quedarán reflejados todos los conceptos retributivos y sociales: la nómina. No es el elemento más importante, pero sí el más conocido y en el que se resume, grosso modo, el contenido de toda la relación económica contractual. Además, tienes la obligación de llevar un registro diario de control horario, donde queden reflejadas y anotadas las distintas entradas y salidas del personal a su puesto de trabajo, debiendo ser este un sistema que impida su manipulación. Todo lo que no se haga conforme a norma podrá ser sancionado en caso de que se detecte la irregularidad de oficio, o sea denunciada a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. You Know. Fuentes de financiación para startups “Muchísima gente se ha vuelto pesimista por financiar a optimistas”. C.T. Jones La financiación es la sangre que necesita tu proyecto para funcionar adecuadamente. Existe una amplia variedad de fórmulas y sistemas para conseguir que tu empresa resuelva satisfactoriamente sus necesidades financieras, y debes tenerlas presente a lo largo de la vida y desarrollo del proyecto. No es solo una cuestión de la que tengas que preocuparte al principio, sino que será la principal baza estratégica cuando tengas que enfrentarte a distintas fases como la de ampliación, crecimiento, inversiones productivas, etc. 1. Orígenes de financiación en una startup Lo primero que hay que conocer son las principales fuentes a las que puedes acudir como startup para financiarte: •Recursos propios. Es el dinero o capital que aportas a la empresa junto al de tus socios (si los tienes), es decir, vuestro propio dinero. Muchas veces resulta inviable o insuficiente, aunque por descontado, es lo más recomendable. •Financiación de los clientes y/o proveedores. En este tipo de financiación son los propios clientes y/o proveedores quienes te facilitan el crédito que posteriormente habrás de satisfacerles. Esto te permitirá vender y cobrar antes de pagar la mercancía, tener producto en depósito para liquidar según vayas vendiendo e ir así generando fondos, proporcionar medios de producción a cambio de un contrato de fidelización, etc. Aunque es interesante, veo este sistema más como un complemento para el crecimiento que como una vía adecuada para la supervivencia del proyecto. •Las conocidas FFF: Friends, Fools and Family (amigos, tontos y familia). Consiste en tirar de inversiones de tu círculo más cercano. Es un asunto muy delicado y que no te recomiendo en absoluto. Si la cosa sale bien, se sentirán como los inversores más listos de la tierra e intentarán hacerte pagar eternamente, porque sin ellos no serías nada. Y si sale mal, lo más bonito que te llamarán será embaucador. De una u otra forma, quedarás muy mal y probablemente tu relación con ellos acabará tocada. •Incubadoras o aceleradoras. Ambas se basan en el mismo concepto, pero dependiendo de la fase en la que esté tu proyecto podrás acudir a una o a otra. Debes tener cuidado porque a veces las aceleradoras te exigen una participación demasiado alta, y si de verdad crees en tu proyecto, lo más valioso que tienes es el porcentaje de la sociedad, es decir, el control. Hay algunas que pueden proporcionar un impulso muy importante, mientras que otras solo sirven para lastrarte y maniatarte. No es un modelo que a mí me atraiga personalmente: mucha fama y mucho nombre, pero el porcentaje de éxito de los proyectos que utilizan estas vías es bajísimo. Y en las startups donde ha funcionado el modelo, los fundadores no suelen estar muy emocionados con su nueva situación. •Business Angels. Se trata, por ejemplo, de un emprendedor que ha vendido uno o varios proyectos, y que está buscando otros que estén empezando a despegar para reinvertir su dinero. Además de capital, pueden aportarte experiencia y contactos, pero hay pocos realmente buenos y te exigirán más de lo que probablemente puedan aportarte. •Venture Capitals. Son emprendedores que buscan levantar un fondo de financiación para conseguir dinero y ayudar a otros emprendedores. Entran para acompañarte un tiempo, pero con el claro objetivo de salir del proyecto multiplicando su inversión. Ya te digo que sus intereses no son los mismos que los tuyos. •Media for Equity. Este tipo de financiación tiene lugar cuando, una vez validado tu producto, negocias con grandes grupos de televisión para que te den visibilidad y publicidad en sus canales a cambio de un porcentaje de la empresa. Interesante, pero una vez más nos topamos con el riesgo de la pérdida del control de la empresa. Además, debes tener en cuenta que, en el actual mundo híbrido de los negocios, el poder de la tele ya no es lo que era y su target es cada vez más reducido. •Subvenciones. Cuidado, normalmente se conceden a proyectos enchufados y/o perroflaúticos que no suelen llegar a nada y que se hunden cuando los esteroides gubernamentales desaparecen. Solo importa el postureo, lo políticamente correcto y la foto en la prensa, junto a la financiación política paralela que suele llevar aparejada en muchos casos. Para mí, las que viven de las subvenciones o se sustentan en el BOE no son realmente empresas. Ya te he dicho lo que son. ¿El cine español es una industria? Quítales las subvenciones y ya verás en qué queda. Pero lo mismo te digo de insignes presidentes de fútbol: quítales el BOE. Desde mi punto de vista no son más que Empresaurios o Empresucios. Según mi experiencia particular, la financiación va a ser una de tus peores pesadillas. Hablar con inversores es una experiencia que no te va a gustar y que va a ser desagradable y poco productiva. Quien tiene el dinero y está dispuesto a invertirlo quiere el máximo control del negocio, y esto ocurre básicamente por dos motivos: porque corre un evidente riesgo de pérdida del capital, y sobre todo porque tiende a pensar que sin su dinero el proyecto no sirve para nada. Es decir, que tu idea y saber hacer están muy bien, pero claro, si no tienes dinero es como el que tiene un tío en Alcalá. Esto es una falacia, porque realmente sin ideas o proyectos que generen negocio, el dinero no es que no valga nada, sino que en la actualidad incluso devenga intereses negativos. Sin embargo, con esfuerzo y determinación, las buenas ideas siempre salen adelante. Es muy sencillo, su idea es apropiarse de ti y tus ideas por un puñado de dólares que a saber muchas veces si realmente los tienen o estarán disponibles para ti. Pide siempre evidencia de fondos y, si picas, al menos déjalo todo por escrito, no te dejes engañar. Por mi parte, ahórrate este trámite que no te va a servir de nada. Te estarán exigiendo y forzando hasta que te vayas o les satisfagas pagándole un pastizal por su parte, te convertirán en su esclavo y se tocarán la barriga mientras te presionan y critican. Pasa, no te lo pienses. El camino más duro suele ser el correcto, y también el más enriquecedor y satisfactorio. Saca dinero de donde sea, vende cualquier cosa que tengas, ve al banco a ver si puedes conseguir algo, negocia con tus proveedores, haz descuentos por pronto pago u ofertas por pago anticipado de producto. Haz encaje de bolillos, pero empieza poco a poco sin dar ni una sola participación de tu empresa a nadie. No te preocupes, porque cuando empieces a triunfar, los bancos irán a verte y el dinero aparecerá bajo las formas más insospechadas. Pero mantén (junto con tus socios si los tienes) el control y la propiedad absoluta de tu empresa. Lo que digo es poco académico y seguro que los más ortodoxos criticarán estas palabras, y muchas de las de este libro, pero ojo con los cantos de sirena y los bienqueda. Ya lo comprobarás por ti mismo y me contarás. 2. Fases y etapas de la financiación Analicemos ahora cómo se financia una startup a lo largo de las distintas etapas de su vida, y analicemos a quién puedes recurrir en cada una de las siguientes fases: 1.Seed o semilla. Partiendo de la idea inicial, estos son los primeros pasos que vas a ejecutar en tu proyecto. Como ya te he comentado anteriormente, lo ideal es que lo hagas con recursos propios evitando diluirte dentro de tu propia empresa. Lo más importante es validar el modelo, no buscar financiación. 2.Early Stage. En esta etapa se están empezando a generar las primeras métricas, has empezado a validar tu PMV en el mercado y goza de buena acogida, los pedidos aumentan y parece que la curva de crecimiento empieza a despegar. Necesitas obtener métricas objetivas y serias para poder demostrar esa realidad y que resulte atractivo para un inversor. Ahora empieza a tener sentido hablar con ellos, puesto que tu capacidad de control y fuerza es bastante mayor. 3.Growth. Empiezas a sentirte con fuerzas para nadar entre tiburones, necesitas crecer y lo tienes fácil para demostrar que puedes hacerlo de forma sostenida. Has irrumpido en el mercado y estás abriendo cada vez más canales. Para mí, los bancos son los favoritos en esta fase, porque si logras que confíen en ti empezarán a financiarte con brío y cada vez te ayudarán más si los resultados acompañan. No te pedirán participaciones: con sus comisiones, intereses, seguros, rentings, planes de pensiones… les basta. ¡Que no es poco eh! 4.Expansión. Se trata de la fase más crítica, pues el objetivo es el crecimiento y desarrollo tanto en mercados como en verticales. Las inversiones ya son de cientos de millones y entran en juego los socios industriales. Debes tener en cuenta que a esta fase llega muy poca gente, y el tipo de financiación que la caracteriza es el de los venture capitals y socios industriales. 3. La valoración Es muy importante que conozcas cómo se determina la valoración de tu empresa, ya que, en cada una de las rondas de financiación, ésta será la que determine el porcentaje de tu compañía que van a adquirir los inversores. Y porque, en muchos casos, tu objetivo será alcanzar valoraciones muy elevadas para vender la compañía (exit). He aquí el objetivo nuclear que guiará esta serie de libros, y es hacia donde quiero llevarte. Antes de nada, hay un abanico de conceptos que debes entender bien: •¿Cuáles son los mecanismos utilizados para determinar la valoración? Los sistemas de valoración tradicionales están basados en la facturación, si bien es cierto que en una startup toman mayor relevancia las expectativas generadas. •No te dediques a vender pedacitos de tu empresa, que es algo muy común en el mundo de la startup. En su lugar, céntrate en crear valor a tus clientes, y así esta creación de valor llegará al accionista como una consecuencia lógica de esa política. •La oferta la determinan los fundadores en función del capital que necesitan y del porcentaje que están dispuestos a compartir. La demanda depende del potencial de incremento de la valoración que estiman los inversores, los cuales esperan altas rentabilidades. •Debes tener claro la cantidad de financiación que necesitas para que el crecimiento se realice con garantías, y trata de evitar cuatro errores fundamentales: °No levantar la suficiente financiación por la obsesión de mantener el mayor porcentaje posible. Valora bien cantidad y porcentaje, y si no obtienes lo que necesitas para ir sobre seguro o lo que te piden por ello es inaceptable, no acudas a esa ronda y déjalo pasar. °Levantar más dinero del que necesitas realmente. Si esto ocurre es muy importante que no lo aceptes, ya que te creará un exceso de capital ocioso por el que tarde o temprano tendrás que responder y vendrás obligado a remunerar. °Levantar dinero a valoraciones muy bajas. De esta forma dejarás poco sitio para que entre más financiación. En otras palabras, dejarás de ser atractivo para los inversores. °Levantar dinero a valoraciones demasiado altas. Junto a esas valoraciones vienen acompañadas las expectativas, y si no las cumples, será difícil sobrevivir. •¿Cuáles son los intereses de los inversores? Debes conocer si solo quieren rentabilidad, o ayudarte a crecer para posteriormente vender, teniendo claro por anticipado si te van a obligar o no a hacerlo con ellos, arrastrándote así a un escenario que no deseas. Es muy importante saber qué buscan y si eso es compatible con tu idea y filosofía de empresa. 4. La dilución La fórmula más habitual de financiación de una startup es realizar ampliaciones de capital, es decir, aceptar una inyección de fondos en tu empresa ofreciendo a cambio una parte de las acciones. Eso conlleva a que los fundadores, a medida que se van produciendo rondas, se vayan diluyendo. Pero ¿qué es la dilución y cómo se produce? La forma más sencilla de inyectar capital en una compañía es vendiendo acciones o participaciones de la sociedad a gente nueva que entra, lo que se traduce en una pérdida de estas entre los socios o accionistas anteriores. A mayor potencial de crecimiento, mayor necesidad de financiación y más dilución de los fundadores. El acuerdo que se establece entre inversores y emprendedores es susceptible de quebrarse en cualquier momento y de forma unilateral, lo que añade un punto de inseguridad a las inversiones. Por ello, la motivación del emprendedor es fundamental para el inversor. Insisto, crea una buena estrategia de crecimiento con los fondos que generes, tus proveedores, tus clientes y los bancos. Crece con cabeza y no hagas partícipe o socio a nadie externo a la empresa hasta que la vendas en el momento adecuado. Es lo más difícil, pero desde mi punto de vista es el camino más seguro al éxito. 5. Otros conceptos relacionados con la financiación Veamos brevemente tres conceptos adicionales que no está de más conocer con respecto a la inversión en una startup: •Préstamo Participativo Convertible. Es uno de los métodos de financiación más habituales en una nueva empresa o startup. Se trata de un préstamo acordado por ambas partes para un determinado periodo de tiempo, tras el cual, en lugar de devolver el dinero, el prestamista se convierte en accionista de la empresa. •Préstamos participativos. Instrumento de financiación intermedio entre el capital (participación en fondos propios) y el préstamo a largo plazo. Los préstamos participativos son créditos en los que se estipula que el prestamista-financiador, además de la remuneración ordinaria a través de intereses, obtiene una remuneración dependiente de los beneficios obtenidos por el prestatario-financiado. Admite el pacto expreso de pagar intereses, en cuyo caso se devengarán sobre el principal concedido. Se diferencia del crédito en que se trata de una cantidad fija y determinada. •Crowdfunding. El crowdfunding o micro mecenazgo, es una forma de financiación que consiste en utilizar el capital de numerosos individuos a través de pequeñas aportaciones. Ayuda a pequeñas empresas a conseguir financiación más allá de la que puedan aportar bancos, amigos y familiares. Normalmente se utiliza para financiar nuevos proyectos a través de plataformas de crowdfunding, que permiten que personas en cualquier parte del mundo puedan invertir su dinero. ¿Quieres saber cómo funciona el crowdfunding? Pues bien, las fases principales en la mayoría de los tipos de crowdfunding son las siguientes: •El emprendedor envía su proyecto a la plataforma y se postula como candidato para la financiación. •La plataforma valora el proyecto y los tipos de crowdfunding posibles. •Se publica en la plataforma y se deja un periodo de tiempo, para que la gente puede invertir mediante los diferentes tipos de crowdfunding definidos inicialmente. •Cierre del proyecto. Es el momento en el que finaliza el plazo establecido, se cierra el proyecto y se comprueba la financiación obtenida. En cuanto a los tipos y derivados del crowdfunding, existen cinco sistemas principales en función de la recompensa que obtienen los participantes si deciden entrar en el proyecto: •En forma de acciones o participaciones de la sociedad, donde el participante pasa a ser un socio más de la empresa. •Ninguna recompensa, porque se trata simplemente de una donación o aportación de la que no se espera un beneficio a cambio. •Préstamos o crowdlending, donde el participante obtiene un tipo de interés por el dinero prestado. Actúa como si fuese un prestamista. •Royalties, donde el participante obtiene una parte simbólica de los beneficios. •Recompensa, donde el participante obtiene otro tipo de retribución acordada como, por ejemplo, un regalo o un bien o servicio del proyecto. El crowdfunding es una herramienta cuya utilidad merece la pena investigar y analizar. Si te interesa este sistema de financiación, te recomiendo consultar a alguien con experiencia. Comprueba varios casos de éxito o fracaso, plantéaselo antes a tu abogado y, sobre todo, no escojas nunca la opción de pago en acciones o participaciones. Análisis de estados financieros y de inversiones “Nunca serás rico si tus gastos exceden a tus ingresos; y nunca serás pobre si tus ingresos superan a tus gastos”. Thomas Chandle Aunque tampoco busco aquí abordar el análisis de estados financieros y de inversiones desde un prisma académico dada su complejidad y profundidad, te recomiendo que te acerques a este mundo e intentes comprenderlo, aunque sea desde un punto de vista global o genérico. La formación está cambiando al frenético ritmo que marca la sociedad en la que vivimos. Hoy en día, desde un ordenador se puede acceder a todo el conocimiento que existe a nivel mundial, lo que está provocando un cambio en los paradigmas de todas las disciplinas, pero aún más para la formación del emprendedor. Ya hemos visto que cualquiera puede ser empresario, lo que es bueno y malo a la vez. Cualquiera es una palabra de doble sentido. Si entras siendo un cualquiera, acabarás mal, pero si eres el cualquiera que tiene ganas y pasión, el cualquiera que desea luchar por sus sueños y al que no le importan los obstáculos: este es tu lugar, tu sitio. Solo debes perseverar y comprometerte. ¿Cuántos grandes médicos, arquitectos o abogados se han perdido en el camino, porque no supieron o no tuvieron la oportunidad de acceder a una formación reglada que les permitiera llegar a ser lo que más deseaban? Ahora todo ha cambiado, y tienes un inmenso océano de información a tu alcance con las herramientas más potentes de uso gratuito a tus pies. Herramientas que un Henry Ford o un Rockefeller ni siquiera hubieran soñado tener. Y sí, tú las tienes ahí. Despierta, levántate y ve a por ello. Bill Gates, Amancio Ortega, Steve Jobs, Mark Zuckerberg… La lista de emprendedores que no tienen o no terminaron sus estudios universitarios es inagotable. Mira a tu alrededor, y comprobarás que la mayoría de los empresarios de tu entorno tampoco poseen esos estudios. No quiero decir que eso sea lo mejor, es evidente que cuanto más preparado estés, más probabilidades de éxito vas a tener. A lo que me refiero es a que no debes acomplejarte por no tener una carrera universitaria o un máster carísimo. El conocimiento está en la red esperándote con los brazos abiertos. Dedica una hora todos los días a formarte, leer, ver vídeos, blogs… y te aseguro que tu vida cambiará exponencialmente. No tiene tampoco mucho sentido que seas un experto en todo, entre otras cosas porque es imposible, pero sí es cierto que debes tener conocimientos generales y suficientes de todos los aspectos de tu negocio. Tienes que ser muy generalista y conocer todas las palancas que te permitan impulsar tu negocio sin morir en el intento. Por ello, es clave que elijas bien a tus colaboradores y asesores, un asunto de suma importancia que trataremos más adelante. A continuación, te voy a describir de forma superficial, bien para que los conozcas o bien para que los refresques, unos conceptos básicos pero imprescindibles. El margen bruto sobre ventas Este concepto es básico, así que debes tener acceso diario a este dato. Todos los días debes exigir que, al final de la jornada, el responsable de contabilidad te pase esta cifra, entre otros datos que vamos a ver a continuación. Debes saber si has ganado o perdido dinero en tus ventas y negocios diarios, y así, pasar a analizar gastos generales, extraordinarios, pagos y cobros… Pero esto es indispensable. Tienes que marcarte un objetivo y tatuártelo en el cerebro, ha de ser algo obsesivo y enfermizo. No te vayas a casa hasta que hayas generado beneficio bruto y, si es imposible, analiza por qué ha ocurrido y qué tienes que cambiar para mañana mismo. Ese objetivo ha de ser cuantificado, es decir, tienes que vender todos los días “X” euros. Y ojo, pues son acumulativos, lo que quiere decir que, si hoy no los has conseguido, estarás en deuda para mañana. Este es un objetivo que debes imponerte a ti mismo, pero también debes implantarlo como filosofía general en la empresa. Todos los días hay que vender como mínimo “X” euros. Fundamentalmente corresponde a los comerciales, pero es también un objetivo que debe conocer y ayudar a conseguir el resto de la empresa. En la organización, a su manera, todos venden y están obligados a ayudar a vender. Si marcas objetivos mensuales o trimestrales (ya no te digo a más largo plazo) todos se relajan, incluso tú. Procrastinar, dejar para más tarde, “ya lo arreglaré”, “tengo tiempo”, “a ver si tengo un golpe de suerte”… suele ser la actitud humana que se impondrá irremediablemente en tu organización. Lo ideal es marcarse objetivos cortos, alcanzables y medibles. Objetivos diarios, con premios y castigos instantáneos. Hay que acelerar el crecimiento o cambiar (pivotar) lo antes posible. La estructura de gasto irá variando según el crecimiento de la empresa, y no debe ser una cifra al azar o eternamente provisional. Por tanto, es fundamental que conozcas detalladamente el porcentaje de tus gastos generales o gastos de estructura. Este es otro KPI o indicador esencial que debes exigir a contabilidad. Los gastos generales o costes de estructura son aquellos que, sin ser directos de la producción, son necesarios para el funcionamiento de tu empresa. En esta categoría encontramos todos los derivados de la administración, el local, la logística, las nóminas…, dejando a un lado los gastos derivados de las materias primas y la fabricación o adquisición de mercaderías listas para su comercialización. Conocer y tomar profunda conciencia de estos gastos es la primera tarea que todo emprendedor debe realizar, a fin de dirigir su proyecto de forma satisfactoria hacia el éxito. Algunos de los más comunes y transversales a los diferentes tipos de organizaciones son: Nóminas y costes sociales de los trabajadores de los distintos departamentos: administración, comercial, almacén, intendencia, IT, marketing… Primas de seguros. Suministros: luz, agua, teléfono, fibra… Gastos fiscales y tributarios: impuestos, tasas, precios públicos, reciclaje, medioambientales… Alquileres o amortización de instalaciones propias y su respectivo mantenimiento. Gastos financieros: rentings, leasings, descuento de pagos, préstamos y pólizas… Aparatos informáticos y su mantenimiento. Programas y licencias de software. Vehículos y su respectivo mantenimiento. Pequeñas herramientas y útiles. Asesoría jurídica, fiscal, contable, auditorías… Gastos de viaje y desplazamiento, dietas, pernoctación. Publicidad y relaciones públicas. Material de oficina, impresoras, copiadoras… El SPV o servicio postventa, más todos los costes de logística inversa que lleva asociados (idas y venidas de productos a reparación). Esto variará según tu índice de RMA. Gastos imprevistos como accidentes, robos o reparaciones importantes. Debes conocer y controlar varios aspectos sobre tus gastos generales como, por ejemplo: •Que deben ser revisados mensualmente siguiendo la evolución y crecimiento de la empresa. •Cuáles son los gastos generales medios de la competencia en tu sector con la mayor exactitud posible. La finalidad es que hagas un esfuerzo titánico y creativo para situar los tuyos por debajo de esa media. •Entender y medir cada grupo de gasto para ver cuáles son los que se disparan y si es aceptable o no que eso ocurra. •Buscar una estrategia para mantenerlos a raya y llevar un control estricto de su evolución. Si conoces el porcentaje de gastos generales de tu empresa con un margen de error mínimo y tienes el dato de margen bruto diario, te resultará sencillo y te llevará poco tiempo tomar el pulso a tu proyecto. Debes ser organizado y perseverante. No termines tu jornada si no tienes este dato con garantías y seguridad, y a partir de ahí reacciona rápido: si es bueno, exige más, si es malo o regular, ponte las pilas. Debes tener dichos datos siempre actualizados, porque de ellos dependerá la evolución de tus objetivos. Si conoces el porcentaje que suponen tus gastos generales y la cantidad bruta en euros, te resultará muy fácil marcarlos. Un ejemplo tonto y básico: si tienes un 10% de coste de estructura, y dicha estructura te supone un montante de 500€ diarios, ya sabes que tu objetivo mínimo de facturación para que el proyecto se sustente son 5.000€. Pero ojo, que esto es solamente un break point o punto de equilibrio. Hasta aquí, lo único que has hecho ha sido empatar, y no puedes conformarte con eso ni en los peores días. Tu empresa necesita un margen operativo de beneficio bruto para que sea sostenible y rentable y pueda financiar el crecimiento. Ese porcentaje depende mucho de cada empresa, pero lo lógico es que se sitúe en torno al 30%. Por lo tanto, la cifra de facturación mínima sube y, en este caso, la cantidad pasaría a ser de unos 7.150€ aproximadamente. Ya lo tienes, hasta que no vendas 7.150€ o más, no mereces cenar (figuradamente, claro). Y si hoy solo consigues vender 5.000€, mañana tendrás que facturar 9.300€; que son los 7.150€ del día en curso más los 2.150€ que te has dejado atrás. Así que espabila, porque esto no hace más que crecer cual bola de nieve. ¡Ah!, y no vale hacer trampas: si hoy has conseguido facturar por encima del objetivo, ni se te ocurra detraerlo del objetivo de los siguientes días. Eso no cuenta y, además, juega en tu contra porque hará que te acomodes. Si eres economista o tienes conocimientos matemáticos y/o financieros más avanzados, probablemente esto te parezca una chorrada (porque ciertamente lo es, es muy simple y no del todo correcto), pero la sorpresa viene cuando te percatas de que es muy poca la gente que lo utiliza en la gestión diaria de su negocio. Ya no hablo de tener un potente ERP que genere unos cuadros de mando fantásticos, apoyados incluso por big data, no. Estamos hablando del kit básico de supervivencia. Pero vamos, que conozco empresas y profesionales que contando con las más poderosas herramientas; o no las utilizan, o lo hacen de forma errónea o ineficiente. Te sorprenderías. Las herramientas son imprescindibles, invierte en ellas en cuanto puedas y, sobre todo, hazlo junto a buenos profesionales que sepan sacarle partido. No importa el programa que utilices ni si los gráficos son más o menos chulos, estos datos tienen que ser tu biblia de obligada lectura antes de irte a dormir. Tienes que conocer la cifra objetivo de facturación diaria de todo tu equipo. Debe ser algo automático y obsesivo que te permita tomar decisiones rápidas y contundentes si no se alcanzan los niveles estipulados. Además, es fundamental que desarrolles tu visión empresarial, porque mucha gente se ahoga en datos e interpretaciones sin saber lo que hacer ni qué camino tomar. Los datos y la información son cruciales, pero si los lees al revés, llegarás al sitio equivocado. Es inagotable el goteo de grandes empresas que caen a diario, por muchas y muy poderosas herramientas que tengan a su disposición. Tu visión y empuje son fundamentales. Hablemos ahora de márgenes. Es preciso conocer los mecanismos necesarios para obtener los distintos márgenes a partir del estado de resultados, y lo haremos comparando magnitudes representativas del beneficio respecto a las ventas. Para comprender bien cada una de las ratios es primordial entender el significado de las distintas magnitudes del estado de resultados. Daremos especial atención y relevancia al EBITDA, porque será tu norte a partir de ahora. Lo entenderás con mayor claridad cuando lo veamos en el último volumen, pero, para que te hagas una idea clara, el valor de tu empresa depende casi exclusivamente de esta magnitud. Todo lo que quiero compartir contigo en estos libros tiene un único fin: hacer crecer el EBITDA lo máximo posible para que puedas vender tu empresa. Si quieres, claro. El EBITDA (Earnings Before Interests, Taxes, Depreciations and Amortizations) hace referencia a las ganancias de la compañía antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones. Es decir, se entiende como el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros. En la siguiente tabla podemos observar las distintas magnitudes del estado de resultados, y aquello sobre lo qué nos informa cada una de ellas: Como ya hemos visto, el Margen Sobre Ventas es uno de los análisis más importantes que realizan las empresas, pues es el que a la postre se convierte en beneficio. Hay distintas magnitudes de margen que aportan información muy valiosa. Este primero se calcula de forma fácil: A su vez, podemos obtener distintas ratios de márgenes que nos van a resultar de bastante utilidad: ¿Qué magnitud de margen debes emplear? Eso va a depender mucho del tipo de empresa que analices. Si, por ejemplo, se trata de una empresa de comercio textil que compra mercancía y la revende generando un margen, y con esa ganancia soporta los costes de estructura, deberías enfocarte más en el concepto de Margen Bruto, ya que, en caso de expansión del negocio, los costes estructurales serán similares en todas las tiendas. Sin embargo, en una empresa industrial o manufacturera que requiera de mucha maquinaria, hay que centrarse más en el margen EBIT o EBITDA, ya que los costes por depreciaciones y amortizaciones tienen un impacto mucho más profundo en la cuenta de resultados. Dado que el objetivo que debes perseguir es el crecimiento constante, desarrollar una idea escalable que puedas llevar al máximo de su potencial y crear una marca reconocible y prestigiosa, tendrás que fijarte y obsesionarte siempre con el EBITDA. Sobre todo, porque a la hora de vender la empresa, esa es la magnitud más utilizada para conseguir una valoración adecuada del precio de esta. En cuanto a las ratios del margen, es muy interesante entender que hay unos sectores con márgenes altos y otros con rendimientos más bajos. Además, podrás identificar una serie de patrones habituales tanto en unos como en otros: volumen de ventas, sensibilidad al precio, etc. Veámoslo mejor en la siguiente tabla: Una tarea muy interesante que puedes acometer es detectar dónde está el entorno en el que se ubica el sector al que quieres atacar, con el objetivo de tomar conciencia de estos patrones y tenerlos en cuenta a la hora de planificar y llevar a cabo unas estrategias acertadas. A continuación, me gustaría hacerte una breve mención al Ciclo del Fondo de Maniobra o Ciclo de Working Capital. Este ciclo mide el número de días desde que se produce una salida de caja (porque pagas a los proveedores) hasta que recuperas dicha inversión (porque cobras a los clientes). Se calcula de la siguiente forma: Aunque suene muy aparatoso, lo que básicamente significa es lo siguiente: cuanto más tarde pagues a los proveedores, antes vendas las existencias y antes cobres a los clientes, menores serán tus Necesidades Operativas de Fondos (NOF) o Working Capital, menores las necesidades financieras y mayor la rentabilidad. Es decir, correrás un menor riesgo de quedarte sin fondos y sin financiación para poder seguir ejerciendo la actividad y que tu proyecto sea viable y sostenible. Ya sabes, este es otro punto que debes controlar con soltura y aplicar a diario para que no te pille el toro financiero. También es muy útil para prever una situación puntual de incidencias de pago y poder adelantarte, buscando soluciones y alternativas antes de que sea demasiado tarde y se generen estados de insolvencia innecesarios. La solvencia es la capacidad de una empresa para atender sus obligaciones de deudas a largo plazo, y para analizar la solvencia hay que comparar los activos con las deudas. Pero una empresa, además de ser solvente a largo plazo, debe tener liquidez suficiente para atender sus obligaciones a corto. La liquidez depende de la capacidad de generar tesorería para atender los pagos de deudas exigibles a corto. Por lo tanto, las dos principales diferencias son que: en el caso de la solvencia estamos hablando de activo y, en el de la liquidez, de tesorería. Recuerda que, si entras en el Registro de Aceptaciones Impagadas RAI o en la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, anteriormente denominada Asociación Nacional de Entidades de Financiación ASNEF (lo que conocemos como listados de morosos), lo más probable es que pierdas tu solvencia y capacidad de endeudamiento de por vida. Estamos ante un problema especialmente grave, ya que puede hacerte zozobrar hasta hundirte en las profundidades del océano. He podido comprobar cómo muchas empresas viables caían por culpa de esta falta de previsión e inacción, así que tómatelo muy en serio y no te paralices: actúa. Crea un cuadro de mando financiero simple, pero eficaz Con estos datos, debes confeccionar un cuadro de mando o Dashboard a la medida de tu proyecto, para que puedas consultarlo a diario y tener así tomada la medida y el pulso a tu empresa. Un cuadro de mando es una herramienta de gestión que facilita la toma de decisiones, y que recoge un conjunto coherente de indicadores que proporcionan a la dirección y a las funciones responsables una visión comprensible del negocio o de su área de responsabilidad. Hay muchos programas en el mercado y muy buenos, estúdialos y ve decidiéndote por uno de ellos para utilizarlo cuando empieces a crecer, que lo harás. Pero ahora no te conviene perder demasiado tiempo ni comerte el coco, en su lugar, prepara un sencillo Excel con los datos más relevantes del negocio, y exige al responsable de contabilidad que te lo pase al final del día bien estructurado y casado. Si estás solo, ya sabes, aprende a vivir por ti mismo o solicita que tu asesoría colabore contigo. Aunque sus honorarios suban un poco más, que es lógico, habrás conseguido una ayuda muy profesional realizando una inversión más que inteligente. Casi nadie hace esto último y, peor aún, casi ninguna asesoría lo ofrece. Fíjate, estamos ante un verdadero Océano Azul para el mundo de la asesoría y la consultoría. Está bien llevar los impuestos al día, pero ¿acaso no es más importante velar por la salud del negocio para que pueda hacer frente a sus obligaciones financieras? Debes esforzarte en diseñar esta hoja con una estructura muy intuitiva, y en ella debe quedar recogida de forma clara toda la información que necesitas saber y que te ayude a planificar escenarios. Ve añadiendo aquellos key points o puntos clave que vayas detectando que son importantes y útiles para tu labor de gestión. Veamos los más sobresalientes y genéricos: •Ventas: según cliente y/o canal y totales del día. Esto es el evangelio. •Gastos generales del mes inmediatamente anterior y porcentaje que supone sobre el total de la facturación. •Objetivo de venta diario: mínimo o break point y óptimo (aplicando el porcentaje de margen que hayas proyectado). •Tasa de cumplimiento de objetivos óptimos y bolsa de facturación acumulada por incumplimientos de días anteriores. •Gastos inesperados producidos en el periodo en curso. Este dato es importante porque debes intentar absorberlos o compensarlos en la medida de lo posible, ya que incrementarán inexorablemente el porcentaje de gastos generales para el mes siguiente. •Facturas pendientes de pago a 1 y 3 meses vista. •Facturas pendientes de cobro a 1 y 3 meses vista. •Necesidades de Capital Operativo (dinero en efectivo) para esos periodos. •Previsión de pago de impuestos, con una especial mención a la caja del IVA. Es importante que sepas cuánto IVA debes a Hacienda en cada momento y lo dejes guardado en la caja. No toques ese dinero bajo ningún concepto, porque hacer malabares con este impuesto es una de las principales causas de mortalidad empresarial, créeme. •Vencimientos de créditos con entidades bancarias. •Cantidad disponible en pólizas, descuento de clientes u otras partidas de capital. No importa si es en la hoja de una libreta, un pantallazo en el móvil o un documento compartido de Drive, repito y me pongo pesado: todos los días al final de la jornada tienes que consultar el cuadro de mando, analizarlo y preparar tus estrategias para el día siguiente. No te saltes la dieta ni un solo día. Apenas son unos minutos, pero son vitales. Bonus Track 1: El ROI y su importancia ¿Qué es? El ROI o Retorno de Inversión (Return On Investment) es una ratio que mide el rendimiento económico que se obtiene al realizar una inversión determinada. Te permite descubrir el beneficio obtenido tras realizar una acción de negocio concreta (por ejemplo, una campaña de marketing digital, la implantación de una nueva tecnología o una mejora en la infraestructura), permitiendo valorar si la misma ha sido rentable o si, por el contrario, ha resultado una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero. En los cuadros de mando que debes manejar, el ROI es una de las claves de desempeño o KPI más importante, pues te permite evaluar el éxito de una inversión comprobando si se alcanzan las metas u objetivos empresariales que planeaste en un principio. ¿Por qué es importante el ROI? El retorno de la inversión es un valor que te resultará fácil de entender, por lo que puedes utilizarlo para evaluar cualquier proyecto y comprobar la viabilidad del mismo. Su correcto manejo es indispensable en el campo del marketing online como ya veremos, así que familiarízate con esta magnitud porque va a formar parte de tu vocabulario cotidiano cuando estés nadando en el mar híbrido. Los principales beneficios de utilizar el ROI son: •Ayuda a convencer a directivos, gestores o inversores sobre la viabilidad de una inversión específica o proyecto determinado. •Permite fijar metas y objetivos reales. •Sirve para identificar el tiempo que requieren las inversiones para generar retorno. •Mantiene a los creativos con los pies en el suelo: la creatividad es muy importante en el marketing, pero no más que los resultados. La obligación de conseguir el ROI esperado promueve que tu departamento creativo se concentre en crear soluciones efectivas. •Quedarte con las mejores ideas: una campaña de marketing rara vez es estática, y es normal que se prueben más de dos estrategias a lo largo del periodo de duración de la misma. Medir el ROI te va a permitir determinar cuáles fueron los canales y contenidos más efectivos, de modo que puedas concentrar tus esfuerzos en ellos. •Comparando el ROI de distintas acciones se pueden planificar y mejorar las inversiones y campañas futuras. ¿Cómo calcular el ROI de un proyecto? El ROI relaciona la inversión realizada con los ingresos generados por la misma, por lo que para poder calcularlo es necesario aplicar una fórmula matemática que contenga ambas variables. La fórmula para calcular el ROI es la siguiente: Veamos un ejemplo de cálculo de ROI. Supongamos que realizas una inversión de 1.000€ en ADS (anuncios) para una campaña de marketing digital destinada a promocionar la venta de tu producto en una determinada red social. Si dicha campaña te genera una facturación o ingresos brutos de 3.000€, puedes calcular el ROI según su fórmula, obteniendo un resultado de: ROI = (3000 - 1000) / 1000 = 2 Expresado en porcentajes, podríamos decir que esta campaña te ha generado un 200% de ingresos sobre la inversión, obteniendo por tanto 2€ de retorno por cada euro invertido en la misma. Ojo porque esto no es beneficio neto, ya que a los ingresos tendrás que detraerle todos los costes asociados al producto desde la fabricación hasta su venta. Por eso mismo, un 200% de ROI puede parecer bastante bueno a simple vista, pero si el margen neto generado con este retorno no cubre completamente la inversión, habrás perdido dinero. Teniendo esto en cuenta, ¿cómo puedes saber si el ROI que has obtenido es bueno? En principio es bastante evidente: cuando ese retorno te proporcione un nivel mínimo de ganancias netas. A modo de ejemplo general, un ROI aceptable para una campaña de marketing oscila entre el 400 y el 600%. Cualquier valor por debajo de ese umbral indica que hay un margen de mejora importante. Algunas campañas especialmente exitosas pueden llegar a tener un ROI de hasta el 1.000%, pero estamos hablando de casos excepcionales. Conociendo tus márgenes, gastos de estructura y el ROI tendrás una visión clara de si vas por buen camino, y cuál es el objetivo mínimo de retorno que debes marcarte para tirar hacia delante o parar una acción de inversión determinada. Su importancia en el marketing digital es esencial. Para que una estrategia de marketing funcione correctamente, debes ser capaz de medir su efectividad de forma precisa, pues el propósito final es que esa inversión se vea reflejada en un aumento de las ganancias de tu empresa. Si tu contabilidad te permite conocer en tiempo real y con exactitud las ganancias netas de una acción determinada, es aconsejable que calcules el ROI basándote en esas cifras en vez de hacerlo con las ventas brutas o facturación obtenida, ya que podrás conocer objetivamente la relación entre la inversión y las ganancias generadas evitando errores y malas interpretaciones. La fórmula en este caso, sería la siguiente: Veamos qué ocurre si lo hacemos de esta manera analizando dos inversiones distintas: •Inversión A: °Inviertes 18.476€ en ADS que te generan unas ganancias netas de 48.642€ •Inversión B: °Inviertes 12.705€ en ADS que te generan unas ganancias netas de 42.350€ A simple vista, la inversión A te aportó un mayor beneficio en términos absolutos, así que parecería lógico que siguieras aplicando este modelo de campaña. Pero si tienes en cuenta que ambas acciones se realizaron bajo estrategias distintas, puede que tu conclusión también lo sea. Utilizando esta sencilla fórmula para calcular el ROI de este ejemplo, verás lo que ocurre: ROI A: (48.642 - 18.476) / 18.476 = 1,63 x 100 = 163% ROI B: (42.350 – 12.705) / 12.705 = 2,33 x 100 = 233% Ahora puedes observar como la inversión B resulta mucho más rentable que la A, además de analizar exactamente en qué proporción. De este modo, tomarás decisiones más acertadas para tus futuras estrategias comerciales y empresariales, y de esta forma, sacarás mayor rendimiento a los recursos que inviertas. En el mercado puedes encontrar soluciones tecnológicas con las que podrás obtener el ROI de un proyecto automáticamente y en tiempo real, como webs con calculadora ROI online o herramientas de software específicas para el cálculo del mismo. Diferencia entre el ROI y el ROE El ROE (Return on Equity) o rentabilidad financiera es un indicador que mide el rendimiento del capital. Concretamente, mide la rentabilidad obtenida por la empresa sobre sus fondos propios. Su fórmula es la siguiente: El ROE es un parámetro muy importante para medir los beneficios de una empresa. Aunque ROI y ROE son dos magnitudes similares, su principal diferencia radica en que el ROE tiene en cuenta el beneficio neto una vez restados los intereses e impuestos asociados a la inversión, mientras que el ROI suele utilizar la cifra de ingresos bruta. Por eso puede darse el caso de que, en términos generales, una inversión pueda ser rentable según el valor del ROI pero, al tener unos gastos de estructura elevados y estar gravada por unos intereses e impuestos excesivamente altos, el ROE no resulte tan rentable. En la comparación de magnitudes están las claves que te permitirán monitorizar la situación de la empresa y hacerla crecer, así que hinca los codos y tira de Excel. Espero haberte puesto en alerta y deseo que te haya picado el gusanillo de las finanzas. Parece un mundo aburrido, pero es súper interesante cuando entras poco a poco, sin miedo y con ganas de aprender y evolucionar. ¡¡Adelante!! Bonus Track 2: La esclavitud de los KPIś KPI son las siglas en inglés de “Key Performance Indicator”, es decir, Indicador Clave de Rendimiento. Se trata de las métricas más relevantes de tu estrategia que determinan las claves del éxito o el fracaso. Los KPI son una herramienta indispensable que debes estructurar y aplicar adecuadamente. Se hace muy necesario que tengas en cuenta dos aspectos importantes: cuáles son las que realmente ofrecen una información relevante no vanidosa y, sobre todo, que seas extremadamente flexible y coherente en su uso y análisis. Te digo esto porque he conocido bastantes sistemas de medición por KPI que lo único que consiguen es que los directivos y trabajadores de la empresa actúen de forma absurda, contradictoria y en detrimento de los intereses de la propia organización. Es comprensible que las grandes empresas y multinacionales se rijan bajo este tipo de dirección o gestión, ya que controlar tal cantidad de movimientos y de personas se hace complicadísimo, pero es también un claro síntoma de la falta de confianza que tienen las compañías respecto a sus empleados. Me ocurría que, cada vez que visitaba a los gerentes de tienda de una conocidísima cadena de distribución, me mostraban sus reticencias a exponer el producto que representaba de forma destacada, e incentivaban a sus comerciales a vender la marca de la competencia. No comprendía el porqué de esta situación, máxime cuando en ese momento dicho modelo se vendía en proporción 9 a 1 respecto al competidor más conocido. Después de analizar y discutir la ridícula situación, todos me respondían lo mismo: “es que me destrozas el KPI del ticket medio”. Claro, el producto que representaba se había convertido en el líder de ventas porque ofrecía unas prestaciones superiores a las de la competencia a un precio más competitivo, pero eso hacía que el ticket medio en esa FDP (familia de producto) bajara porcentualmente de forma significativa. Debido a ello, les aparecía en su pantalla un llamativo y parpadeante semáforo rojo que desembocaba en la inmediata llamada de la central y posterior tirón de orejas. Mi explicación era simple y, lo más curioso, es que estaba basada en sus propios datos. Seguían vendiendo más o menos la misma cantidad de artículos de la marca antigua, pero nueve de cada diez productos que se vendían ahora eran de la nueva. La realidad es que no se resentía el volumen de ventas de la marca más conocida, aunque obviamente sí su cuota de mercado. Por lo tanto, lo que realmente lograba la nueva marca era el crecimiento de la demanda y la expansión del tamaño de dicho segmento. Es cierto que el ticket medio se resiente, ya que lógicamente un menor precio vendido nueve veces más modifica dicho parámetro a la baja. Pero si la proporción de ventas de la nueva marca es de nueve a uno, la competencia no ha perdido su volumen en unidades y además crece el tamaño y la demanda de esta familia de productos (FDP), ¿por qué desincentivar deliberadamente las ventas del producto y la marca que permiten aumentar de forma exponencial los ingresos efectivos en caja? Me resultaba increíble, toda vez que incomprensible, que unos gerentes se guiaran por un KPI que, reconociendo que es bastante relevante, resulta mucho menos importante que el ingreso en caja diario que proporcionaban las ventas de la nueva marca. Estaban anteponiendo un indicador importante a otro que es capital. Es decir, preferían hacer menos caja, y por tanto ganar menos dinero, a cambio de que no les llamaran de la central porque salían mal en la foto. Considero esta una conducta totalmente anti empresarial, pero, sobre todo, ilógica y sin sentido. Con ello no quiero decir que eliminar la gestión por KPIś sea la solución, todo lo contrario. Es más, el conocimiento por nuestra parte de esta forma de actuar y la importancia que daba la distribuidora a este indicador, hizo reconducir la estrategia de producto hacia el aumento del ticket medio en tienda. Esto resultó todo un éxito y consiguió que la imagen de marca y presencia en el lineal sea en la actualidad mucho mayor y más potente. Y como estamos en un mar híbrido, ello condujo también al aumento del ticket medio de las ventas online. Con lo cual, puedes extraer dos conclusiones o moralejas: •Ten cuidado a la hora de priorizar los KPI y evita actuaciones absurdas que mermen tus ingresos y desincentiven a tus trabajadores y directivos. •Conoce los KPIś de tu cliente business to business (B2B) para que, aplicando las estrategias adecuadas, estos prefieran vender tu producto antes que el de la competencia. Toda moneda tiene una cara y una cruz, y ambas están indisolublemente unidas. Tu misión es crear la estrategia ganadora para que, cuando la moneda se lance al aire, independientemente del lado donde caiga, seas siempre el ganador. Cálculo de costes y tarifas para el Mar Híbrido “Abarata, tendero, y ganarás más dinero.” Dicho popular Otra fase vital. Te resultará raro que utilice tanto esta palabra, pero la realidad es que todos estos procesos son súper importantes, y un error garrafal en alguno de ellos puede hacer que el proyecto se desplome como un castillo de naipes o, como mínimo, lastrar tu progresión y frenar tu crecimiento. 1. Precio del producto en almacén, gastos generales de la empresa y cómo afecta el IVA en las tarifas Precio del producto en almacén (o servicio) y gastos generales de la empresa. La tendencia habitual a la hora de crear una tarifa de precios es la de calcular el coste del producto o servicio a vender, sumarle unos costes generales, algún porcentaje para imprevistos (si se acuerdan) y el margen deseado. Listo. Pero nada más lejos de la realidad, máxime si vas a nadar en un mar híbrido. Lo primero es hacer un estudio de mercado por producto (lo veremos detalladamente en el volumen de Product) que te ofrecerá una visión clara del precio de venta público recomendado (PVPR) al que tienes que vender. Este PVPR incluye el IVA por normativa y tienes que desglosarlo para obtener un precio neto, además de conocer el coste del producto puesto en almacén, los aranceles, tipo de cambio, gastos de transporte y un largo etcétera. Con todo ello, debes tener en cuenta no solo tu margen de beneficio en cada escenario (range rate o diario, promoción temporal y grandes promociones tipo Black Friday) sino también el margen que necesitan tus distribuidores para que les resulte atractivo vender tu producto y no otro. Recuerda que los lineales están saturados de productos y marcas ya conocidas, y que para incluir el tuyo tienen que buscar sitio quitándoselo a otro. No lo harán por la cara. Pero lo más importante en este mundo híbrido y lo más complicado de conciliar para las empresas, es el equilibrio de PVPRś y la correlación de márgenes entre el mercado online y el físico. Sus estructuras de coste son tan distintas como su acceso y capilaridad al cliente, y es por ello que debes procurarles las armas necesarias para que puedan luchar en igualdad de condiciones, es decir, con el mismo PVPR. Cada uno disfruta y sufre sus ventajas e inconvenientes, como hemos podido comprobar en los conceptos Showrooming y Webrooming. Hoy en día, cualquiera lleva un dispositivo móvil en la mano con el que tiene acceso a toda la información del mundo. Entramos en las tiendas y, cuando vemos algo que nos interesa, inmediatamente vamos a la web del fabricante o a Amazon para ver el precio que ofrecen. Quien lo oferte más barato tendrá mayores posibilidades de hacerse con el botín. ¿Crees que los dueños de las tiendas o ejecutivos de compras de los grandes retailers y plataformas online no saben esto? Claro que lo saben. Es más, los grandes, tanto online como físicos, suelen usar unas herramientas conocidas como arañas cuya misión es hacer barridos constantes por toda la red para averiguar quién tiene el producto más barato en cada momento. Cuando encuentren algún actor relevante por debajo del PVPR, se pondrán en contacto contigo para intentar que les compenses por la bajada de precios a la que se han visto obligados para igualarse con ellos. No pueden permitirse dañar su imagen por ser caros, perder ventas, clientes potenciales ni mucho menos quedar como una empresa que engaña a sus clientes vendiendo productos por encima del precio de mercado sin motivo aparente. La cosa se pone divertida, ¿eh? Comencemos pues. Para ilustrar toda esta locura, vamos a centrarnos en una empresa de producto, aunque si tu propuesta es un servicio puedes adaptarlo fácilmente. Lo primero y básico es saber cuál es el coste real que tiene tu producto puesto en almacén, o cuánto te cuesta realizar el servicio que vas a ofrecer. Tienes que ser muy exhaustivo y no dejar atrás ningún dato, por muy insignificante que sea. Entre estos costes, podemos encontrar: •Precio de compra o coste del producto terminado. Si lo adquieres en fábrica es fácil, pero si lo fabricas tú o lo transformas o ensamblas la cosa se complica un poco más, ya que a su vez tendrás que tener en cuenta: °El precio de las materias primas o productos semiterminados para ensamblaje. °El precio de la mano de obra necesaria más sus costes sociales. °La amortización de la maquinaria que necesites. La amortización es la depreciación por uso que tiene la maquinaria que empleas para fabricar, es decir, si prevés que te va a durar 4 años y vas a realizar con ella 1.000 productos por año, divides el coste de la máquina por 4, el resultado lo vuelves a dividir por 1.000 y aplicas a cada producto ese coste de depreciación. °Todos aquellos que directamente sean necesarios para la fabricación/ensamblaje del producto final. •Los costes de transporte desde el lugar de origen hasta tu almacén. •Aranceles, en caso de importación. •Tipos de cambio, si la compra se realiza en dólares u otra divisa. •Otros costes necesarios. Dependiendo del sector, existirán unos u otros, pero es imprescindible que los conozcas todos a la perfección. Pregunta e investiga a fondo para reducir al mínimo los riesgos, y la experiencia hará el resto. Una vez que tengas claro el precio de coste real y directo que tiene el producto o servicio que vas a ofrecer a tus clientes, no olvides analizar otros que también son necesarios e ineludibles. Entre ellos cabe destacar: •Los costes logísticos necesarios para llevar el producto al cliente, ya que en el retail físico no vas a cobrar costes de envío por separado, y en el online tampoco te lo aconsejo. •Las roturas, que son aquellos productos que van a salir defectuosos. Te propongo que estimes un 5% de rotura y que luches para que no sea más de un 2%. Este porcentaje se denomina Autorización de Devolución de Mercancía, y se le conoce comúnmente por sus singlas en inglés: RMA. Insisto en que luches y trabajes para que el índice de RMA sea inferior al 2%, no solo por el bien de tus márgenes y competitividad, sino porque de ser mayor proyectarás al mercado una imagen de poca fiabilidad y mala calidad. •La parte proporcional o porcentaje de gastos generales de empresa. Se trata de algo que ya hemos visto con anterioridad. Si llevas más de un ejercicio en el mercado, contarás con datos históricos de costes generales para poder atribuir un porcentaje de estos sobre el coste del servicio o producto terminado. Pero si estás empezando, se hace un poco más complicado ya que tendrás que hacer un esfuerzo de previsión, estimación y proyección. Recuerda que, dentro de los costes generales de una empresa, se encuentran todos aquellos que son necesarios para la actividad de la organización, pero que no se imputan de manera directa al producto o servicio ofrecido. El cálculo, conocimiento exhaustivo, previsión y sobre todo control de los costes generales es importantísimo para la viabilidad, sostenimiento y competitividad de la empresa. Al principio, esto puedes hacerlo con una simple hoja de cálculo, pero en cuanto puedas, la contabilidad de costes general y asignada por proyectos debe ser una de las tareas y funciones a la que más empeño deberás poner. Conoce en todo momento el dato de gastos generales de tu empresa con la mayor precisión posible, y no permitas que se te vaya de las manos. Bien, ya tienes el precio de coste en almacén del producto listo para su venta y los costes generales de la empresa. Ahora viene la mejor parte. Pero antes, hagamos una pequeña parada para hablar de un invento maravilloso de los estados modernos: el IVA. Cómo nos afecta el IVA en las tarifas: Romanones lo dejó bastante claro: “A los amigos, el culo. A los enemigos, por el culo. Y al indiferente, la legislación vigente”. El IVA es un impuesto que grava el consumo, lo que quiere decir que es el cliente final que consume el producto o servicio quien lo soporta o paga. Es decir, para el empresario es un impuesto neutro, pues no se aplica ni a sus costes ni a sus ingresos. ¿Recuerdas cuando dije que te convertirías en recaudador? A esto me refería. Y pongo la palabra neutro en cursiva porque, si bien es cierto que es un impuesto que no computa para el cálculo de beneficios, porque repercutes y soportas IVA y posteriormente liquidas con Hacienda la diferencia, puede crearte verdaderos quebraderos de cabeza financieros. Te explico: al emitir una factura repercutes IVA a tu cliente, que posteriormente deberás abonar a Hacienda, y cuando te emiten una factura soportas IVA que puedes compensarte y restar del IVA que has repercutido. Es fácil, si repercutes (cobras) a tus clientes “X” cantidad de dinero y a su vez de tus proveedores soportas (pagas) “Y” cantidad de euros, la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA soportado (X – Y) será lo que debas pagar a Hacienda. Ahora, veamos lo siguiente: Si cobras a tus clientes 1.000€ en concepto de IVA, soportas de tus proveedores 500€ y liquidas de forma trimestral, (1.000 – 500 = 500) tendrás que abonarle a Hacienda los 500€ resultantes. Todo ello sin pasarse del plazo estipulado ni un solo día, ya que conllevaría multas e intereses. Si cobras o repercutes 500€ de IVA y soportas 1.000€, (500 – 1.000 = – 500), en teoría, cuando acabe el trimestre Hacienda te devolverá 500€. O eso sería lo lógico, claro. Pero Hacienda te lo deja a deber para que lo compenses en el siguiente trimestre, aunque para poder compensarlo, ese trimestre debe salirte positivo, es decir, a pagar. En caso contrario, seguirás sumando compensaciones para los siguientes trimestres y así sucesivamente hasta 4 años, plazo en el que, si no solicitas la devolución, perderás esa cantidad de dinero. Al final de cada año, tras el cálculo final del ejercicio completo, si el resultado de la liquidación es negativo, podrás solicitar la devolución a la AEAT, que te lo devolverá en un plazo de unos 6 u 8 meses. Pero ojo, sin incluir intereses. Y esto no acaba aquí, pues si pides la devolución tienes todas las papeletas para una comprobación tributaria, que no es más que un eufemismo para lo que vulgarmente denominamos una inspección, con todo el desbarajuste y pérdida de foco que ello supone. En caso de que continúes acumulando IVA en los trimestres siguientes a la petición de devolución, o peor aún, empiece a salirte a pagar sin que Hacienda aún te haya devuelto la cantidad solicitada del año anterior (y que ya no puedes compensar por estar paralizada por comprobación), el roto financiero que te pueden hacer es importante. Es una locura, pero debes preverlo y provisionarlo. El IVA, generalmente, no se rige por la correlación entre pagos y cobros de las facturas, sino por el criterio del devengo. Imagina que, habiendo repercutido en facturas, por ejemplo, 1.000€ de IVA, a fecha de liquidación del impuesto tus clientes solo te han pagado 500€. Esto puede ocurrir porque les has dado crédito y te pagan más tarde, porque el cliente se ha retrasado en el pago o porque, directamente, no te va a pagar. Pero ¿adivinas cuánto tienes que liquidarle tú a Hacienda? Exacto, los 1.000€ al completo. No solo eres un recaudador, estás de enhorabuena porque, además, haces las veces de banco del Estado. Lo de cobrar es tu problema, no el de ellos, y si no te pagan: tienes que ir al juzgado y demostrar que el abono de esas facturas es fallido. Al cabo de los dos años, con un poco de suerte, Hacienda dejará que te lo deduzcas. Técnicamente no es exactamente así, es más complicado y existen otras vías y soluciones con las que tu asesor te ayudará, pero poco va a variar de esta simple exposición que te hago. Y ¿qué ocurre si te equivocas? Supongamos que hay un despiste en tu departamento de contabilidad y se produce un fallo en el mecanizado de facturas dejando algunas atrás y no contabilizándolas, lo que conlleva una variación en las liquidaciones. Estamos hablando de un fallo humano y de buena fe, y es importante aclarar esto último porque, si lo haces a posta para no pagar, tendrás bien merecido lo que te ocurra. Pues veamos: •Si el fallo provoca una menor deducción de lo que te correspondería, deberás esperar a la siguiente liquidación para compensarla. •Pero si el fallo a lo que conlleva es a un menor pago, debes tener en consideración dos situaciones más: °Si te percatas antes de que lo haga Hacienda, presentas una declaración complementaria informando del error, pagas tus intereses de demora (aquí sí) y listo. °Pero si los agentes de Matrix lo descubren antes que tú, no solo pagarás la diferencia y los intereses de demora, sino que además tendrás que aportar al bienestar social una suculenta multa que puede llegar al 150% de la cantidad según ellos defraudada. Ojo, porque si el renuncio en el que te pillen, aunque sea por un error sin mala fe, es de una cantidad menor a 120.000€ por año (o la estipulada en la legislación vigente), pagas la cantidad más intereses y multa como hemos visto. Ahí acaba todo, siempre que tengas el dinero para pagar, claro. Pero si excedes solamente por un euro dicha cantidad, estaríamos hablando de un delito penal. ¿Te suena lo de Cristiano Ronaldo, Messi y compañía? Puede ocurrirte incluso por un cambio de criterio de la inspección tributaria. España es un país muy arbitrario y con poca seguridad jurídica, y si un inspector dice pulpo, tienes que aceptarlo como animal de compañía. Si te sobra el dinero como a estos cracks del balón, lo más probable es que pagando religiosamente y abonando las jugosas minutas de unos buenos abogados, no te envíen de vacaciones a Soto del Relax. Pero si la historia te pilla sin liquidez y además no puedes permitirte un buen asesor jurídico especializado… a galeras a remar. Y pensar que todo esto del IVA parecía una tontería a simple vista, ¡eh! Ahora la frase de Romanones parece cobrar mayor sentido. Haciendo balance de lo visto hasta ahora: te has convertido en un recaudador, un banquero que financia al Estado, un chivo expiatorio pagafantas y, además, te toca pagar los costes de trabajadores, seguros sociales, herramientas informáticas, asesores y demás estructura para realizar este hermoso trabajo delegado. Casi nada. La conclusión es que debes obviar el IVA para calcular costes y tarifas, pero en absoluto para las finanzas de tu proyecto. El número de empresas con serios problemas, que incluso acaban yéndose a pique por jugar con este impuesto de trileros, es infinito. Por lo tanto, deja el IVA aparcado en el cálculo de tarifas, excepto para el PVPR, porque es el precio definitivo que va a pagar el cliente final y tiene que estar incluido por normativa. Así, tus tarifas para clientes B2B (empresas de distribución) siempre serán a precio neto (sin IVA), pero para los B2C (clientes finales) deberán ir al PVPR con IVA incluido. Por ello, realiza el cálculo hacia atrás. Debes estudiar cual es el PVPR objetivo en el que vas a poder ser competitivo y desglosarle el IVA. Eso se hace dividiendo el PVPR entre “1,TI”, siendo “TI” el tipo impositivo del impuesto en cada momento y clase de producto/servicio que estemos tratando. El tipo general en la actualidad es el 21%, por tanto, divide el PVPR entre 1,21. Debes saber que existen otros tipos en vigor, como el reducido y el súper reducido. Identifica en qué tipo de IVA se encuadra tu producto y haz los cálculos en base a ese porcentaje. Una vez conocido el precio del producto en almacén, los gastos generales de la empresa y cómo afecta el IVA en las tarifas, solo queda determinar los distintos tipos de márgenes a aplicar. 2. El margen bruto de beneficio que necesitas para ser sostenible y rentable Es muy importante conocer el margen bruto mínimo que necesitas para que tu empresa no solo subsista, sino que además sea rentable y pueda crecer y ser atractiva para inversores o compradores futuros. Ten en cuenta que la diferencia entre compra y venta de mercaderías puede ser positiva, pero no suficiente. Es decir, si compras un producto por 10€ y lo vendes a 12€, obtienes un beneficio bruto de 2€, pero si tus costes generales son iguales o superiores a esos 2€, no ganarás nada o entrarás en pérdidas. Realiza este análisis correcta y objetivamente, aunque te aconsejo que te ancles en un margen mínimo del 30%, y que bajo ningún concepto bajes de ahí. Hallarás aquí la primera piedra de toque. Si conoces el precio de tu producto terminado, le aplicas el 30% de margen más el IVA y; o no te sobra más margen (al menos un 25/30% más), o te sitúas cerca del precio de tu competencia, tu producto no será competitivo. Debe sobrarte margen para los distintos canales de distribución, sino será imposible venderlo. Recuerda que tienes que ganar dinero, pero los que revenden tu producto también necesitan hacerlo. Una regla fácil para comprobar si tu producto puede tener éxito en el mercado, es que multipliques su coste puesto en almacén por el factor 2,85. Toma la cifra resultante como el PVPR al que vas a salir al mercado, y si es más bajo que el de la competencia, o muy similar pero tu producto está mejorado y aporta mayor valor, adelante: tienes un producto ganador en potencia. Esta es gratis compañer@. 3. Los márgenes que necesitan tus clientes retailers para que el producto les resulte atractivo y te cedan sitio en sus lineales Debes conocer los márgenes que necesitan o exigen los distintos canales en los que te vas a centrar en vender. En este caso, hablamos de los retailers o tiendas físicas. No se trata solo de un margen fijo, ya que existen varios factores a tener en cuenta para elaborar la tarifa. Veamos las siguientes fases: •Range Rate o precio de diario. Normalmente, el margen de las tiendas para que les salga rentable mantener abierto oscila entre el 20 y el 35%. Te aceptarán un 20% si tienes entre manos un top ventas, algo que en principio es complicado. El cálculo más habitual que hacen las tiendas tradicionales para ver si les puede interesar tu producto es el siguiente: multiplican por dos tu tarifa neta (sin IVA), y el resultado sería la proyección del PVPR (IVA incluido) que pondrían en su lineal. Si este resultado les resulta atractivo, seguirán hablando y negociando contigo. En cambio, si te vas de precio o estás cerca de la competencia sin ofrecer algo que aporte un valor diferencial, se despedirán de ti amablemente. Con un simple cálculo puedes observar cómo realizan una muy buena aproximación, pues deducen rápidamente si tienes o no un precio competitivo en base a si pueden obtener algo más de un 30% de margen bruto. •Ofertas temporales negociadas: tipo folleto, día sin IVA, aniversario, etc. Para realizar y ofrecer al mercado una oferta apetecible, honesta y real, ambos debéis renunciar a parte de vuestros márgenes. Te aconsejo que no seas tú quien ceda soportando toda la bajada, mientras el distribuidor no hace ningún esfuerzo. Solo desde la colaboración se pueden gestar promociones interesantes. •Ofertas importantes: la más destacada de todas es el Black Friday. Aquí tienes que dar otra vuelta de tuerca y poner especial atención, porque el precio de tarifa durante esta promoción va a adquirir una especial relevancia: además de oferta top, marcará tu precio límite de tarifa. Nunca deberás bajar de este precio, a no ser que se trate de una liquidación final de existencias por motivos justificados. Nunca. A continuación, te propongo varios escenarios para que puedas organizar la estructura de los márgenes comerciales, a fin de que puedas crear tu estrategia de precios y generar las tarifas: Como es evidente, los márgenes dependen de cada mercado y sector. Por mi parte, lo que te ofrezco es una simple guía para que la adaptes a tus necesidades. Lo único que no cambia es la sistemática del proceso, observa todos estos conceptos rigurosamente y guarda la cantidad de margen suficiente para poder llegar con resuello al Black Friday. Planifica para no desfondarte. El COSTE más el máximo porcentaje posible de margen para la EMPRESA, será la TARIFA NETA que apliques a los clientes: tu precio TRIPLE NETO. Esta es la tarifa que vas a facturar sin tener en cuenta ninguna plantilla comercial. Y el PVPR de Black Friday definirá tu tarifa límite, es decir, el precio más bajo al que puedes vender y del que nunca debes bajar. Por lo tanto, debes seguir una política de precios encaminada a llegar al Black Friday con margen suficiente, a la vez que presentas al mercado un descuento realmente atractivo que te permita hacer una gran campaña. Posteriormente veremos los dos nuevos conceptos que han aparecido: sell out y plantilla comercial. 4. Los márgenes que exigen los marketplaces, drop-shippers y demás actores relevantes del e-commerce Aplicaremos las mismas estrategias que hemos perfilado para los retailers, pero teniendo en cuenta las especificidades propias del canal online. En el mundo del e-commerce existen diferencias evidentes respecto al del retailer físico, pero no es menos cierto que las estructuras de costes de uno y otro son cada día más equiparables. Esta coyuntura es bastante positiva para tus intereses, ya que estás obligado a esforzarte para contentar a ambos, y dicha equiparación facilita mucho el trabajo. Las tiendas físicas tienen que pagar alquileres, luz, agua, impuestos municipales, etc. Mientras, las tiendas online no pagan por esos conceptos, lo que se traduce en un ahorro de costes. O tal vez no, si tenemos en cuenta que, en su lugar, pagan por la realización de contenidos, servidores, informáticos, inversiones en posicionamiento SEO y SEM, atracción de clientes, etc. Actualmente, es cierto que los costes del e-commerce siguen siendo más competitivos, pero cada vez lo son menos. Su mayor fuerza reside en que no están encorsetados a un ámbito geográfico concreto, llegan mejor al cliente y son más escalables. Prestemos especial observancia, entre otras, a estas características diferenciadoras: •Costes de envío. Sobre todo, cuando se trata del picking, que consiste en preparar pedidos para enviar puerta a puerta mediante servicios de mensajería o couriers. Hablamos del famoso paquetito de la plataforma “X” que te llega a casa. Aparte del costo extra que supone la preparación individual, los costes de envío son fundamentales. Un producto pesado o voluminoso es algo que debes estudiar bien, porque unos costes de envío altos pueden hacer que te desposiciones en el mercado. La logística y su eficaz manejo, como veremos más tarde, es el poder. A mayor competitividad en logística, mejor precio, servicio y satisfacción podrás ofrecer a tu cliente. Los PVPRś en web deben llevar incluidos el IVA y los gastos de envío, o en caso contrario, no venderás. Esta es una de las razones, aparte de la inmediatez, por la que Amazon invierte tanto en centros logísticos. •Posicionamiento SEO y SEM. Lo veremos con más detalle en el volumen de Marketing Digital, pero para que te vayas haciendo una idea, vamos a diferenciar brevemente entre SEO y SEM. °El SEO es orgánico, lo que significa que cuanto más contenido y de mayor calidad tenga tu web (fotos, vídeos, blogs…), mejor posicionamiento obtendrá en los buscadores de Google. Se trata de un posicionamiento no pagado, lo cual no quiere decir que sea gratuito, pues realizar un contenido de calidad cuesta tiempo, esfuerzo y bastante dinero. °El SEM, en cambio, es de pago. Podemos compararlo con una especie de publicidad en la que pagas por aparecer en las primeras posiciones de búsqueda con el objetivo de atraer a clientes potenciales. •Comisiones de marketplaces. Amazon, por ejemplo, ha creado un marketplace alucinante y ha invertido una enorme cantidad de dinero para que todo el que busque un producto, sea cual sea, pueda encontrarlo en su infinita tienda al mejor precio y con el mejor servicio posible. Existen otros marketplaces y muy buenos, genéricos o específicos de líneas de productos o servicios que también se han dejado la pasta. Todo movimiento requiere un gran esfuerzo y, en este caso, el dinero será una herramienta clave, pues a mayor inversión, mayor visibilidad. Para que te hagas una idea, en Amazon tienes que pagar, aproximadamente: un 15% por cada venta que hagas, una cantidad por clic en concepto de promoción del producto y, si lo necesitas, también puede encargarse de la logística previo pago de sus tarifas por defecto. Aunque hay más, estas son las principales comisiones. •Social Selling. Puedes vender, captar leads o clientes potenciales, hacer branding y, en definitiva, todo lo que conlleve vender más a través de acciones en las redes sociales (Facebook, LinkedIn, Instagram…). Es un nuevo tipo de publicidad para captar ventas que hay que pagar y que puede ser bastante rentable. Recuerda siempre medir su eficacia (ROI). •Afiliados. Se trata de blogueros, reviewers, influencers, etc. que colaboran contigo patrocinando tu marca o productos y que cobran por ello. Muy efectivos si sabes gestionarlos y adherirlos a tu causa, pero suponen otro coste añadido. •Y, en definitiva, todas las herramientas relacionadas con el marketing online que son necesarias para la generación de la estrategia global destinada a maximizar la venta electrónica. Lo veremos resumidamente para que tengas una idea general, pero aquí dispones de tantas posibilidades como recursos tengas para destinar. 5. Los márgenes deseados y deseables de tu propia web o tienda online Estamos ante un entorno muy agradable pero engañoso. Agradable porque, si eres el fabricante, importador o similar y le vendes directamente al cliente final (B2C), obtienes un doble margen: por un lado, el tuyo propio o margen de empresa, y por otro, el que dejas de pagarle al distribuidor, ya sea este online o retailer. Esto es muy peligroso, porque puedes cometer la imprudencia de caer en la tentación de utilizar dicho margen extra para bajar el precio y vender sin control en tu propia web. Si vas a montar un negocio donde la estrategia sea la de vender solo y exclusivamente a través de tu tienda online, perfecto. Pero en caso contrario, si utilizas el margen de la distribución para bajar tu PVPR, estarás incurriendo en una especie de competencia cuasi desleal, y los distribuidores acabarán reaccionando mediante la negativa a vender tu producto, o generando una mala imagen sobre él y recomendando otros alternativos. Debes crear tu propia tienda online y vender a través de ella sí o sí, y mi recomendación es que le dediques los recursos que sean necesarios para que sea atractiva y tenga un alto grado de usabilidad. El objetivo que deberías marcarte es que al menos el 20% de tu facturación se genere a través de tu propio e-commerce. Es más, lo óptimo sería que vendieras por la web la cantidad suficiente para cubrir tus gastos generales y que te sobrara algo de beneficio. El motivo es claro, tu dependencia de grandes clientes será mucho menor, y no tendrás que aceptar bajadas de precios o condiciones leoninas por necesidad. 6. El arte del equilibrio en el mar híbrido Vender por internet es algo imprescindible que tienes que currarte. Si no estás en el entorno digital no eres nadie, pero si además eres una marca nueva que quiere lanzarse al mercado, este es el primer y más importante sendero que debes escudriñar. Recuerda también que actualmente entre el 70 y el 80% de las ventas aún se producen en el plano físico del comercio, es decir, en las tiendas. Por tanto, es evidente que, si quieres gozar de un reconocimiento de marca apropiado y convertirte en un actor relevante en el mercado, debes estar presente de manera importante en ambos entornos. Y eso solo se consigue con el equilibrio necesario para nadar en el mar híbrido con éxito. La generación de unas tarifas trabajadas con inteligencia, que adecuen los precios a los márgenes de ambos mundos y que permitan a todos los actores competir en igualdad de condiciones sin que te desfondes perdiendo margen, es crucial. En la actualidad no es tan fácil generar una tarifa como antaño. La cosa se complica, pero el beneficio de hacerlo bien es incalculable. Aquí tienes todas las claves para que con un simple Excel puedas generar las fórmulas adecuadas para realizar unas tarifas tan competitivas como equilibradas. En el volumen de Product retomaremos esta información, ya que generaremos una calculadora de precios para, con todos estos aspectos jugando en el tablero y con los datos que arroje el estudio de mercado de producto, ver si las opciones elegidas cumplen todos los requisitos de márgenes y competencia en precio. Es un trabajo duro, pero tendrás el éxito asegurado si consigues un producto: con unas características técnicas superiores a la competencia, que aporte valor al mercado, que solucione algún pain o problema del cliente, que sea novedoso, con un diseño trabajado, algo más económico que la competencia, y manteniendo el rango de márgenes tanto propios como de los distribuidores. Ya tienes a tu disposición casi todo lo que necesitas saber para realizar una tarifa triunfadora. Guarda estos conocimientos para aplicarlos posteriormente con los que veremos en el volumen de Product. Conjugando ambos estudios de forma correcta y con tu talento y concienzudo trabajo investigador, el primer paso hacia el éxito estará ejecutado. Bonus Track 1: El PVPR Probablemente te haya llamado la atención que siempre utilizo el término PVPR y no PVP. La R es la clave, y es la abreviatura de recomendado. ¿Y a qué es debido? Pues a que la legislación sobre libre competencia no te permite que impongas los precios de venta a los distintos canales de distribución. Esto tiene todo el sentido del mundo si tenemos en cuenta que, por el bien del consumidor, debe primar la libertad de precios. Nunca se te ocurra exigir a ningún distribuidor, y mucho menos por escrito, poner un PVP determinado por política de empresa. Ellos mismos están obligados a ponerlo en conocimiento de sus departamentos jurídicos si eso ocurre, así que ten mucho cuidado. Bonus Track 2: El Sell Out Y ¿cómo puedes salvar esta restricción y controlar en la medida de lo posible que tu producto no sea prostituido por algún canal o distribuidor? Una de las herramientas más potentes para conseguirlo es a través del Sell Out, es decir, una aportación dineraria por producto vendido que se abona después de terminada la promoción u oferta acordada entre las partes. Para bajar el precio, el distribuidor debe negociarlo contigo, acordar unos productos y fechas determinadas en un plan de marketing, decirte cómo y dónde lo va a publicar, qué medios de comunicación va a utilizar, qué visibilidad de marca te va a proporcionar… Una vez acordado todo, se procede a concertar la bajada de precio y el ajuste de márgenes de ambos. El del distribuidor es fácil de ejecutar: baja el precio dejando de cobrarlo y listo. Pero el tuyo es algo más complicado y debes compensarlo sobre el precio de tarifa. Esto se puede hacer de dos formas: •Sell In. Se trata de vender unas unidades determinadas para dicha promoción con el descuento de tu aportación deducido por anticipado en el precio de tarifa. No lo recomiendo, ya que las unidades que no se vendan en el plazo estipulado generarán un margen extra para el distribuidor cuando suba los precios a Range Rate (que es lo menos malo), la posibilidad de que permanezca con la bajada de precios hasta liquidar existencias más allá del periodo pactado, o que pueda hacerlo en un momento posterior según su criterio e interés. También puede darse el caso de que baje el precio sin tocar su margen, aplicando únicamente tu descuento. Esto te dejará en mal lugar y, lo peor de todo, es que generará una oferta poco atractiva que no conseguirá alcanzar el volumen deseado. Ten en cuenta que lo que te interesa es bajar tus márgenes a cambio de algo, y ese algo es conseguir un mayor volumen e impulso de las ventas. •Sell Out. Esta es mi recomendación, ya que te permite un mayor control en la ejecución correcta del acuerdo. Solo si el distribuidor cumple con todos los aspectos pactados de precio, visibilidad, volumen, etc. se procede al pago de la aportación negociada. El distribuidor tiene que reportarte las ventas mediante un resumen fiable o sell-truth, y es más probable que no realice bajadas inesperadas, puesto que afectarían directamente a sus márgenes. Como te he dicho, este método te ofrece un mayor control sobre el precio de tus productos. Otra ventaja de este sistema es el de meter en cintura a los distribuidores que denomino francotiradores o kamikazes, que son aquellos que van por libre y les da igual el margen porque lo que buscan son beneficios alternativos como ganar tráfico para su web. No están alineados contigo y van a por todas, por lo que resultan muy peligrosos. Lo fácil es no venderles, pero te aseguro que se buscarán la vida para tener tu producto. Una buena estrategia para no decirles que no y obligarles a estar alineados contigo es pagarles todo el margen por Sell Out. Les ofreces como tarifa el PVPR sin IVA, y el margen de beneficio se lo pagas por producto vendido si cumple los acuerdos comerciales. Estos son terrenos pantanosos que debes sortear con sumo cuidado, aunque si necesitas ayuda hay cosas que solo te podría decir en privado. Es cierto que no puedes obligar a nadie a poner un PVP determinado, pero si aconsejar un PVPR que, si cumple junto a otros requisitos, puedes remunerar generosamente. También es cierto que nadie te obliga a vender a todo el mundo ni a un mismo precio igualitario. Bonus Track 3: Las plantillas comerciales Ya dominados los conceptos de Sell In y Sell Out, vamos a enumerar una lista de gastos que tienes que conocer y aprender a manejar y que conforman la plantilla comercial de un distribuidor: •Traseras. Porcentaje aplicado por los costes de almacén, redistribución por tiendas, reposición de producto, etc. •Rappel. Porcentaje de descuento por comprar o alcanzar un determinado volumen de compra pactado inicialmente. •Marketing. Porcentaje destinado a sufragar cartelería, folletos, anuncios… •Muestra. Porcentaje por mantenimiento y depreciación de los productos que son expuestos en los lineales. •Pérdidas de inventario. •Reformas. •Aperturas de nuevas tiendas. Intenta por todos los medios no meterte en este berenjenal. En su lugar, aprovecha su deseo y necesidad de tener tu producto en sus lineales y aprende a hacerte el tonto y el inexperto. Ofértales siempre un precio Triple Neto (Net-Net-Net), que es la tarifa a la que les facturarás sin fronts, traseras ni otros añadidos. Consigue que ese triple neto sea atractivo y deja que sean ellos quienes vistan el muñeco, y así evitarás problemas y taponarás un goteo incesante de pequeños porcentajes que te harán perder sangre lenta y dolorosamente. Llegados a este punto, me gustaría hacerte una reflexión personal respecto al concepto Rappel. Me parece una chorrada inconmensurable, pues nunca entendí cómo los comerciantes dejan parte de su margen en manos de terceros, a expensas de llegar a un volumen determinado de ventas que saben de antemano que van a cumplir, pues lo contrario sería de locos. Siempre le dije a los clientes que me solicitaban un Rappel que cuánto querían. No hay problema, te hago un 15 o un 30% de Rappel, lo que quieras; te lo subo en la tarifa y a final de año te lo abono. Gracias por financiarme y auto obligarte a comprar unas cantidades mínimas. O te regalo un viaje dónde yo diga y no dónde más te apetezca. Además, el Rappel ha sido el detonante del cierre de muchas empresas, ya que, para llegar a las cantidades pactadas, a final de año se ven arrastradas a vender a bajos precios para cumplir con dichos volúmenes y recibir las cantidades comprometidas, llegando incluso a perder dinero en ese proceso. ¿Y si llegado el momento de recibir los Rappels, la empresa obligada a ello cierra o presenta concurso de acreedores? Podría seguir dándote ejemplos, pero desde mi punto de vista queda claro que es un recurso tan anacrónico como absurdo. A no ser que seas tú el que los ofrezca y gestione, claro está. Bonus Track 4: El seguro de crédito Este es el último bonus, pero no por ello el menos importante, y en él te voy a hablar muy resumidamente de la caución o seguro de crédito. Existen compañías como Crédito y Caución o CESCE que tienen por objeto asegurar los cobros de tus facturas. Se trata de un seguro que se contrata normalmente pagando un pequeño porcentaje sobre la facturación, y que te ofrece un estudio previo del riesgo del cliente con el que vas a trabajar. Para quedar asegurado, es obligatorio comunicarlo con anterioridad a contratar con dicho cliente. La aseguradora te comunica cuál es su situación y te indica un límite de crédito para que puedas venderle en base a ese estudio. En caso de que el cliente resultara fallido, ellos se encargan de abonarte una parte importante de la facturación impagada y de reclamarles a ellos directamente dicho impago. Te aconsejo contratar este seguro sin ninguna vacilación. Ten en cuenta que, si tu margen bruto es de un 30%, con suerte te quedará neto un 20%. Eso quiere decir que por cada producto que te impaguen, tienes que vender cinco con beneficio para recuperar esa pérdida unitaria. Es sencillo, cuando te llegue un cliente se lo comunicas a la empresa de caución, y si esta te da luz verde para venderle a crédito 1.000€, sírvele mercancía solo hasta ese límite. Si quiere más, tendrá que pagar por adelantado mediante transferencia u otro medio de pago efectivo. Si no, es preferible no vender, porque te puede costar la ruina. Se inflexible y no hagas excepciones. Como truco comercial puedes ofrecerle a tu cliente un 1 o 2% de descuento por pronto pago, asegurándole que lo haces porque se trata de un cliente estratégico. De esta forma será menos desagradable y aliviarás la tensión relacional, incitándolo a su vez a aumentar sus compras. También puedes alegar que un 2% de descuento directo en una factura equivale, si pagas a 60 días, a un 12% de interés anual. Dile que dicho interés no se lo pagarán en ningún banco o fondo de inversión, y que se lo ofreces de forma exclusiva porque te encanta su tienda y la imagen de marca que proporcionará a tu producto. Eso puede ayudar a eliminar esta delicada fricción. Lo más importante es que a la hora de calcular los gastos generales tengas en consideración este porcentaje de caución o descuento por pronto pago. Con un 1% de incremento en los costes generales te puede ser suficiente, pero no olvides aplicarlo y, sobre todo, contratarlo y ser disciplinado. Nunca vendas a un cliente al que no le aseguren el crédito, a no ser que te compre mediante prepago de la mercancía. Espero que, tras todas estas aproximaciones, tengas una visión más amplia que te ayude a realizar unas tarifas sesudas y competitivas que te aseguren el éxito y te eviten perder sangre en los abisales confines de los océanos híbridos. Estudio de fijación y política de precios “Lo que pensamos modifica la percepción de lo que vemos”. Alejandro Jodorowsky Hay otros aspectos también muy importantes que debes observar a la hora de crear tus tarifas y PVPRś para que sean eficaces y te ayuden a vender más. No se trata solo de cálculos matemáticos y fórmulas de Excel. Una vez que hayas obtenido tu precio científico, debes tener en cuenta ciertos aspectos psicológicos para acabar de fijar como definitivo tu PVPR objetivo. Antes de empezar con las tácticas, me gustaría hablarte de un concepto clave: El Efecto Ancla. Este término fue usado por primera vez en los años 50 en los estudios realizados por Muzafer Sherif, Daniel Taub y Carl I. Hovland, profesores de las universidades de Yale y Oklahoma: “La introducción de anclajes en los puntos finales de la serie, o inmediatamente encima o debajo de la misma, provocará un desplazamiento en la distribución de los juicios de los estímulos en serie en la dirección del anclaje”. Esto quiere decir que el Efecto Ancla describe cómo la información inicial sobre algo nos hace emitir juicios posteriores. Según esto, un producto en particular con un precio elevado, como podría ser un televisor de 5.000€ expuesto a la entrada de un centro comercial, hace que las personas se fijen en otros televisores de menor precio expuestos en el lineal de detrás, haciéndolos parecer baratos por simple comparación. El cliente, tras haberse fijado y anclado en el precio tan desorbitado de ese modelo, tendrá la percepción de que un televisor de 499€ es un chollo. Esta estrategia es también muy usada como técnica de negociación, ya que, si ofreces un primer precio irrisorio y lo tiras hacia abajo, anclas al vendedor y lo predispones a aceptar una cantidad más baja de lo que en un principio estaría dispuesto a tolerar. Es un concepto muy interesante y te aconsejo que profundices y te familiarices con él. Una vez conocido el concepto de anclaje, veamos ahora algunas de las técnicas y estudios más útiles y potentes sobre psicología de precios para que puedas aplicarlos: •Los precios que terminan con números aleatorios, por ejemplo 5,68€ se perciben como más baratos. •Los precios que acaban en 99, psicológicamente hacen al cliente redondear hacia abajo. •Los precios con números completos o exactos, como 200€, son percibidos como productos de alta calidad. •Elige precios con menos sílabas. El cerebro es vago y tiende al ahorro de energía, por eso la gente percibe que los precios son más pequeños cuando son más fáciles y rápidos de pronunciar. •Muestra los precios en un tamaño más pequeño. El cerebro tiene una concepción universal del tamaño, por lo que tiende a percibir que, a menor tamaño de letra, menor es el precio. Por el contrario, si se trata de un descuento, preséntalo más grande, así percibirá que el descuento es mayor. •Usa palabras que estén relacionadas con magnitudes pequeñas. Si al lado del precio destacas algo positivo del producto expresado con una magnitud pequeña, los clientes son más propensos a comprar que si lo haces con una magnitud positiva magnificadora. Por ejemplo: supongamos que quieres vender una batidora que tiene más vatios que la competencia y que a su vez es la que menos decibelios emite; si junto al precio destacas “la batidora que menos decibelios emite del mercado” se percibirá más barata que si destacas “la batidora con más vatios del mercado”. •Ofrecer pagos aplazados. Si ofreces a tus clientes la opción de pagar su producto en pequeños plazos más asumibles en lugar de una suma global, anclas a las personas en el precio más bajo. •Sacar la equivalencia diaria o por cantidad. Lo primero está más indicado para servicios de pago mensual, y consiste en omitir que dicho servicio cuesta 30€ mensuales para, en su lugar, mencionar su equivalencia diaria. Una vez más, el cerebro se anclará en la cifra más baja. Y si además aplicas la estrategia de los precios acabados en 99, el efecto será mucho mayor. Es decir, en vez de 30€ al mes, el producto te cuesta 1€ al día. Y si en vez de 1€, ofrecemos pagar solamente 0,99€ al día, nadie podrá resistirse. •Sé muy preciso con precios elevados. Si vendes algo por 40.000€, el cliente percibirá que estás redondeando al alza y poniendo un precio alto y a voleo. Sin embargo, si el precio es 41.520,84€, se percibe como más pensado y ajustado. Esto ocurre por una simple asociación, y es que lo común es usar números más precisos en unidades más pequeñas. •Aumenta la fluidez del precio. La fluidez de pensamiento, la velocidad y la facilidad son claves para que tu cerebro decida con el menor esfuerzo posible. •Coloca precios alineados a la izquierda. Al encuadrar los precios en un diseño determinado, por ejemplo, una cuadrícula en Excel, si el mismo precio está alineado al margen izquierdo se percibirá como más barato que si está sangrado a la derecha o al centro. •Coloca los precios de grandes cantidades en el lado derecho. Si ofreces al mercado una oferta por cantidad de producto, es mucho más efectivo que comuniques 40 artículos a 15,99€, que 15,99€ por 40 artículos. Ni lo pienses, es así. Pero para que esto ocurra deben cumplirse dos condiciones: °Que el cálculo unitario sea difícil. No pongas 20 artículos por 20€, es muy fácil de calcular. Pero ¿cuánto es 40 artículos por 15,99€? El cliente no se parará a calcularlo y en su lugar aceptará la oferta sin pensar. °Que la cantidad de artículos sea mayor que el precio. No es lo mismo 15 artículos por 40€ que 40 artículos por 15€. Si tu oferta puede cumplir estos dos requisitos, adelante. Funciona muy bien. •Incluye en las ofertas múltiplos del precio. El cerebro está entrenado para las asociaciones y multiplicaciones simples, para él es agradable hacer cálculos sencillos y resolverlos con rapidez. Un ejemplo sería el de una cafetera por 60€ con un pack de regalo de 16 cápsulas de café. Puedes ofertarla así, que ya es bastante atractiva, o puedes hacer la misma oferta regalando 6 cápsulas de expreso y 10 de capuchino. Haz tú el cálculo: 6x10 es igual a… 60. Coincide con el precio. ¡Bingo! Satisfacción instantánea conseguida y a comprar. •Muestra los precios en el momento adecuado. Cuando muestras primero el producto y después el precio, el cliente tiende a basar su decisión en las cualidades del producto. Sin embargo, cuando los precios se muestran primero, el cliente basa su decisión en el valor económico. Úsalo según tu interés. •Si tu público objetivo es masculino, preséntale el precio en números rojos. Según los distintos estudios, el hombre dedica menos tiempo a analizar los anuncios y lo hace de una manera más superficial. El rojo es un color que le llama mucho la atención y le hace acortar la toma de decisiones. •Muestra precios más altos de forma accidental. Si al lado de lo que quieres vender expones otro producto mucho más caro, aunque no tenga nada que ver con el que estás vendiendo, el anclaje se habrá producido y liberará sus efectos. Si, por ejemplo, al lado de la cafetera de 60€ expones un robot de cocina que cuesta 349€, el precio de esta pasa a percibirse mucho más asequible que si la acompañas de un molinillo de 19,90€. •Aumenta el precio del modelo antiguo para vender el nuevo. Cuando una empresa saca al mercado un modelo nuevo de producto, lo habitual es que el modelo anterior baje de precio con el objetivo de su liquidación. Sin embargo, los estudios demuestran que subir el precio del modelo antiguo ayuda a anclar al cliente y que este perciba que el nuevo modelo tiene un precio muy apetecible. Así, puedes conseguir lanzar una nueva versión del producto al mercado en condiciones más favorables. •Ordena los precios de mayor a menor. Si tienes un producto recurrente que se compra y usa con asiduidad, puedes vender más cantidad con esta táctica. En lugar de comunicar al cliente que 1 producto cuesta 4€, 2 son 7,50€ y si te llevas 3 te sale por 10,50€; mejor comunica que la primera unidad cuesta 4€, la segunda te sale por 3,75€ y la tercera al inmejorable precio de 3,50€. Se ancla mucho mejor y la conversión en ventas aumenta considerablemente. •Enfatiza el contraste visual de la oferta. Presenta el precio antiguo y más caro en grande y el de oferta más pequeño, así parecerá más barato. Sin embargo, recuerda que, para enfatizar el descuento, este debe aparecer con un tamaño mayor. •Muestra las ventajas de tu producto comparándolo con el precio de los artículos sustitutivos. En el caso de que vendas patinetes eléctricos, si ofreces financiación, presenta tu precio en su equivalencia mensual. Imagina que un patinete de 500€ puedes financiarlo a un año a razón de 50€ mensuales, y lo comparas con su sustituto, que es el transporte público. Un abono mensual del metro puede costar más de 60€. Ya lo tienes, por menos de lo que cuesta el abono mensual del metro puedes tener tu patinete eléctrico y disfrutar de una mayor libertad, independencia y respeto al medio ambiente. Existe una enorme cantidad de técnicas, y te animo a que bucees en la psicología de precios y los efectos beneficiosos que proporciona el acertar con las más adecuadas para tu idea y segmento. En este resumen te he expuesto las que he podido comprobar de primera mano que son más efectivas y las que, sobre todo, debes conocer para crear tus primeras estrategias de pricing de forma exitosa. La logística, el stock y el SPV/SAT/SAC “Emparejarte en términos de precio y calidad solamente te introduce al juego. El servicio es lo que gana el juego.” Tony Alessandra La logística, la gestión del stock y un buen servicio de atención al cliente o postventa son las armas que pueden hacer que asciendas a los cielos o que te ahogues en las profundidades abisales. Si tu logística no es eficiente, rompes stock de forma recurrente y pasas de los problemas de tus clientes, el final de tu aventura es solo cuestión de tiempo. En cambio, si entregas en tiempo y forma, tu servicio y atención es excelente y manejas el stock en coordinación con las necesidades del mercado, lo tendrás todo hecho. Es necesario basarse en multitud de expertos, empresas y tratados o artículos que existen sobre esta materia tan importante en el actual mundo de las ventas híbridas. Te he preparado una compilación apoyándome en mis amigos Félix Arenas (Consultor Independiente de Logística y CEO de HEDDOG Logistics) y Roberto César Gómez (Director de Operaciones Logísticas de PROINCO) para poder ofrecerte una mirada general, actual y práctica. Sin duda, te será de bastante ayuda. Nos hemos basado en múltiples fuentes como te he dicho, pero me gustaría destacar la página web de Mecalux.com como referente máximo. Lo que está haciendo esta empresa en el mundo de la logística es espectacular, y te recomiendo que les sigas y tires de ellos cuando lo necesites. Logística 4.0 y la importancia del stock “Podrás probar fácilmente que muchas batallas, campañas e incluso guerras han sido ganadas gracias a una buena logística”. Dwight D. Eisenhower La logística puede ser definida, como la actividad empresarial cuyo principal objetivo es la planificación y gestión de todas las operaciones que están directamente relacionadas con el flujo de materias primas, productos semielaborados y productos terminados, desde su origen hasta el consumidor final. En este proceso logístico, nos encontramos con una serie de etapas que transcurren de forma encadenada y que dependen tanto de la naturaleza del propio producto como de la actividad principal de las empresas, que puede ser comercial, industrial o de servicios. Como norma general, se utilizan dos canales para que el producto pueda llegar al consumidor final: 1.Canal de aprovisionamiento: en este canal, los productos son trasladados desde el centro de extracción hasta el almacén de distribución o fábrica. 2.Canal de distribución: cuando el producto se traslada desde el almacén o fábrica hasta el punto de venta o el consumidor final. Cabe señalar la importancia de familiarizarse con los términos y la estructura general que afloran del proceso logístico, pues la gestión de la logística es crucial en un mar híbrido donde deberás atender a clientes tanto en el plano físico como en el online, y que estos pueden ser tanto empresas como particulares directos. Actualmente podemos decir, por tanto, que quien controla la logística tiene el poder en el mercado. En lo que se refiere a este aspecto, nuestra aportación será breve, ya que la materia tratada se adentra en el campo de la ingeniería y daría para varios tratados. Aun así, haremos una práctica aproximación a las posiciones más actualizadas, con el objetivo de que puedas hacerte una composición de lugar adecuada y entiendas qué es lo que debes buscar para que tu proyecto triunfe. Para ello, tendremos siempre en cuenta el tan citado entorno híbrido, aunque resulte repetitivo. Esta es la razón por la que debemos hablar de la logística 4.0. Logistica 4.0 Concepción omnicanal del almacén y la aplicación del sistema just-in- time La logística 4.0 es un nuevo paradigma que apuesta por la digitalización absoluta de los procesos ante la consolidación de la industria 4.0. Nacida de la cuarta revolución industrial, se prevé que revolucione la cadena de suministro con cambios que van desde el trabajo con sistemas separados a la hiperconectividad, de la multicanalidad a la omnicanalidad, y de reaccionar a posteriori ante los contratiempos a prevenirlos y evitarlos gracias al big data. En este nuevo escenario, del que ya podemos atisbar algunos cambios, desaparecen los silos de información. Esto se debe al avance tecnológico y el Internet de las Cosas (IoT), que hará posible que todos los dispositivos se comuniquen entre sí y compartan los mismos datos, una mejora que permitirá ganar eficiencia y rapidez y minimizar las pérdidas en las actividades logísticas. La industria 4.0, también conocida como la cuarta revolución industrial, se caracteriza por el gran protagonismo que tienen la hiperconectividad y las nuevas tecnologías de la información en los procesos y formas de trabajo, surgidos a raíz de la globalización y la internacionalización de las empresas. El concepto de logística 4.0 parte de estas mismas bases y hace referencia a una gestión logística determinada por la interconexión, la digitalización de la información y el uso de aplicaciones informáticas en la nube. El grado de complejidad y de información que maneja aumenta frente a los paradigmas de la logística 2.0 y 3.0, basados más en el avance de la robotización y en una estandarización de procesos, obligatoria a raíz de la expansión del comercio internacional. 5 Retos de la logística 4.0 Sin embargo, y a pesar de que la logística 4.0 es ya una realidad en muchos puntos de la cadena de distribución, el futuro plantea una serie de retos que será preciso resolver para que la digitalización llegue a todos los ámbitos del almacenamiento y el reparto de productos. Estos retos se resumen en: 1. Reducir los tiempos de respuesta con producciones más limitadas. El sector retail tiende cada vez más a trabajar con producciones cortas, con una altísima rotación de referencias. La rotación de existencias hace referencia al número de veces que necesita ser repuesto el inventario del almacén en un periodo de tiempo, normalmente un año. Conocer este índice en tu empresa es de vital importancia, ya que ayuda a controlar los riesgos asociados a una mala gestión de stock. Pero ¿cómo se calcula la rotación de existencias? ¿Qué implica contar con una rotación de existencias alta o baja? La rotación de inventario también puede entenderse como la cantidad de veces que un artículo pasa por todo el proceso de negocio: se vende, sale del almacén y es cobrado durante un tiempo determinado. La empresa recupera así la inversión inicial que ha hecho al adquirirlo y gana el beneficio asociado. En general, los valores altos de rotación de existencias indican que la empresa es eficiente y rentable, ya que es un indicador que muestra la eficacia de la cadena de suministro. La fórmula utilizada para calcular la tasa de rotación de existencias es un cociente entre el valor de las referencias vendidas (a precio de coste, no los ingresos) y el valor promedio de existencias. El resultado muestra el número de veces que se renueva el inventario durante un tiempo determinado (si los datos son anuales, será a lo largo del año). Tasa de rotación = valor de las referencias vendidas / valor promedio de existencias Por ejemplo, si salen 30.000€ de producto al año a precio de coste y el valor medio de las existencias es de 10.000€, la tasa resultante es 3. Esto significa que las mercancías se renuevan tres veces al año. Si la tasa fuese de 360, se venderían todos los productos todos los días del año (considerando que el año comercial consta de 360 días), llegando a la inalcanzable situación de contar con un inventario inexistente con coste cero. Cuanto más alejado esté el valor de uno, mayor será la rotación de existencias de la empresa. A partir de la tasa de rotación de existencias se puede hallar el periodo medio de almacenamiento, que muestra cada cuántos días se reponen los productos almacenados. Para ello, hay que dividir los días (360) o meses (12) entre el índice de rotación de existencias. Siguiendo el ejemplo anterior, el periodo medio de almacenamiento de las existencias sería de cuatro meses (120 días, al dividir 360 entre 3). Finalmente, una vez calculada la tasa de rotación del almacén y teniendo en cuenta el valor obtenido, se pueden observar dos situaciones distintas: a)Rotación de existencias alta. Generalmente se trata de un indicador positivo, ya que refleja unas ventas efervescentes. Por ejemplo, la industria de la moda o el sector alimentación cuentan con altos índices de rotación de existencias, ya que son productos que se renuevan muy frecuentemente. Sin embargo, trabajar con un índice de rotación muy alto supone que el inventario está en movimiento constante y ello acarrea unos flujos de trabajo en el almacén más complejos. Por ello, en este caso los costes de gestión también son más elevados (ligados a la manipulación de mercancías, preparación de pedidos…). Además, es conveniente vigilar el margen de stock de seguridad para que no se produzcan roturas de stock indeseadas. b)Rotación de existencias baja. Si la rotación de existencias es baja y los productos tardan en reponerse, esto se puede traducir en un volumen de inventario excesivo. El mantenimiento de stock inmovilizado entraña unos mayores costes de almacenamiento y el riesgo de que los artículos se queden obsoletos. Para evitar el exceso de stock en el almacén, muchas empresas optan por poner en marcha estrategias comerciales como rebajas, ventas flash o liquidaciones de stock. En otros sectores manufactureros o industriales, es tolerable mantener una rotación de inventario más baja. Por ejemplo, un coche no se vuelve obsoleto al mes de estar almacenado. En cualquier caso, conviene encontrar un punto de equilibrio: la rotación de existencias ideal debe acercarse al tiempo mínimo necesario para reponer los productos vendidos. Es esencial que un artículo no permanezca en el almacén más tiempo de lo requerido. Por otro lado, la rotación de existencias afecta al funcionamiento del almacén y determina lo siguiente: •La zonificación del almacén. La rotación de existencias es clave para planificar el layout (esquema) del almacén, de ella depende la colocación de los productos en las distintas zonas y su clasificación siguiendo el sistema ABC (A: alta rotación, B: media rotación y C: baja rotación). •La capacidad de almacenamiento. Para gestionar el espacio ocupado o disponible para almacenar mercancías es necesario llevar un control de los niveles de inventario, y la rotación de stock es un factor crucial para ello. •La organización de los flujos de trabajo. En un almacén que aglutina distintos índices de rotación de existencias, los flujos de materiales serán más complejos de gestionar. En estos casos, el uso de un sistema de gestión de almacenes o SGA es indispensable para llevar un control exhaustivo de los movimientos de stock. En definitiva, la rotación de existencias permite evaluar la capacidad de almacenamiento necesaria en las instalaciones, los flujos esperados de entradas y salidas, y ayuda a planificar con eficacia la actividad del almacén, establecimientos y tiendas online. Frente a esto, se impone la necesidad de manejar partidas más reducidas y de rebajar el tiempo de respuesta en la entrega de los pedidos. La clave reside en ganar flexibilidad, consiguiendo un producto más adaptado a las exigencias del consumidor, pero sin perder la eficiencia propia de la organización del trabajo en cadena o de la gestión de grandes volúmenes. 2. Apostar por la logística inteligente Integrar la logística inteligente en el día a día de la industria pasa por sacar partido a todas las posibilidades tecnológicas disponibles en el mercado. Un ejemplo de ello es el software de gestión de almacenes avanzado (SGA), incluyendo un TMS o aplicación desarrollada para el manejo de la operación de transporte primario de carga en distancias interurbanas. Las modalidades en las que opera pueden ser: camión completo, carga consolidada, paquetería, carga aérea, ferrocarril y marítimo. Estos dos últimos como función multimodal, que facilita la automatización del total de los procesos del almacén. El SGA es un software capaz de gestionar con la misma eficiencia un almacén operado de forma manual mediante papel o radiofrecuencia que un almacén mixto o una gran instalación automática. Ante esto, cabe plantearse la siguiente pregunta: ¿qué puede aportar un SGA a mi empresa? •Flexibilidad, adaptabilidad y escalabilidad. Capacidad de adaptarse a los cambios en el entorno, como nuevas tecnologías, cambios en la demanda, aumento de las ventas, etc. •Control. Saber en todo momento cuál es el stock, de dónde viene, dónde está ubicado y hacia dónde va. En definitiva, poder disfrutar de un inventario en tiempo real. •Servicio. Ofrecer un alto nivel de servicio y satisfacción a los clientes, con entregas puntuales y sin errores. •Gestión de flujos. Fluidez en la circulación de productos y de información. •Integración en cualquier ERP (Enterprise Resource Planning o Sistema de Planificación de Recursos Empresariales). Facilitando la coordinación de todos los procesos, desde la producción hasta la entrega de la mercancía al cliente final. •Rentabilidad. Rápido retorno de la inversión, gracias a sus beneficios inmediatos. •Disminución de costes logísticos. Optimiza los recursos humanos utilizados y los costes de manipulación. •Alta precisión y velocidad en el picking, que es la actividad de preparación de pedidos. Consiste en la recogida y combinación de cargas no unitarias para conformar el pedido de un cliente. Algo así como picar de diversos pallets de distintos productos para crear un pedido concreto y distinto. Mejora los tiempos y disminuye drásticamente los posibles errores. •Automatización del flujo de información y procesos. Proporcionando constantes actualizaciones de rendimiento en tiempo real, lo cual agiliza la toma de decisiones. •Evolución. Capacidad para adaptarse a nuevas tendencias del mercado, como la estrategia omnicanal y el e-commerce, facilitando acciones como la preparación de pedidos por olas y el cross-docking (tipo de preparación de pedidos en el que la mercancía se distribuye directamente al usuario sin pasar por un periodo de almacenamiento previo). 3. Favorecer una omnicanalidad real A día de hoy, la multicanalidad ha penetrado en todas las capas de la atención al cliente. Sin embargo, aún se da la circunstancia de que la información que llega por cada canal se aborda de manera diferenciada, lo que produce una discordancia en el tratamiento de las órdenes recibidas. Adaptar el almacén a una concepción omnicanal de la logística pone fin a estos desajustes, unificando el flujo de gestión de las mercancías y acelerando la preparación de los pedidos. La logística 4.0 favorece la hiperconectividad de los dispositivos electrónicos y mejora los flujos de trabajo en el almacén. 4. Anticiparse a las necesidades del cliente La incorporación del big data al mundo de la logística hace posible predecir las necesidades del cliente y, en consecuencia, anticiparse a ellas con acciones de abastecimiento ligadas a previsiones muy fiables de la demanda. Las nuevas herramientas de analítica desarrolladas en el entorno de la logística 4.0, por ejemplo, cruzan datos relativos al histórico de ventas, los pronósticos meteorológicos, la actualidad local e, incluso, las conversaciones en redes sociales con la finalidad de obtener una aproximación muy cercana del escenario que se avecina. 5. Controlar la trazabilidad de todo el proceso Ganar eficiencia en la logística implica controlar la trazabilidad de cada producto de un extremo a otro de la cadena de distribución. Por ejemplo, aquí cobran gran importancia las etiquetas RFID, el código de barras y otros sistemas de identificación automática. La aplicación de la tecnología al almacén no se limita a la gestión de las instalaciones y las mercancías o a la comunicación con los operarios, también se emplea en la identificación de los artículos que se manejan. En la actualidad, la gran mayoría de los productos llevan grabado o impreso un código de barras o integran un chip de RFID (un identificador que utiliza la radiofrecuencia para transmitir los datos). Tanto un sistema como el otro permiten identificar cada unidad que se gestiona en el almacén mediante lectores láser o de radio, respectivamente. Estos códigos siguen unas rigurosas reglas normalizadas de uso general, que permiten identificar datos como el producto del que se trata, su fabricante, su trazabilidad, sus datos logísticos y sus características específicas. Entender cómo funcionan estas identificaciones es esencial para comprender cómo se realizan algunas de las operativas del almacén hoy en día. El código de barras Este tipo de sistema de identificación consiste en la impresión gráfica de unas barras en unas etiquetas que posteriormente son pegadas a los artículos (o bien impresos en los propios embalajes o envases). La generación de estas barras sigue unos estándares de codificación homologados, que actualmente son el EAN-13 y el EAN-128. Estas barras son escaneadas y leídas por un terminal láser que interpreta los datos e informa al sistema de gestión. Este sistema de etiquetado se emplea, además de para los artículos, para identificar las ubicaciones de las estanterías, así como los palés o contenedores. Todos los sistemas automáticos, tanto de gestión como de movimiento, necesitan disponer de estos códigos para realizar la comunicación de los datos relativos a la carga que se maneja en cada momento. Codificación por RFID Desde hace unos años se está introduciendo un nuevo tipo de identificación de productos por radiofrecuencia en el que se adhiere un chip al mismo. Cuando esta etiqueta está en un radio de acción de una antena especial, la información que contiene el chip es leída automáticamente. La gran ventaja de este sistema es la rapidez de lectura, ya que, entre otras cosas, no es necesario que una etiqueta mire hacia un sistema de lectura en una posición determinada. En el ámbito del almacenaje, su principal beneficio radica en la facilidad que supone a la hora de identificar la posición de las unidades almacenadas en sus ubicaciones. Los elementos numerados que se pueden apreciar en la imagen corresponden a los siguientes conceptos: 1.Contacto. 2.Condensador. 3.Microchip. Dispositivo que almacena la información del producto. 4.Antena transmisora. Esta puede ser de baja frecuencia, emitiendo ondas de radio de hasta 2 metros de distancia de media, o de alta frecuencia, cuya capacidad de transmisión puede llegar a los 100 metros. Ayuda a monitorizar a distancia la posición de los objetos, pero también los sistemas informáticos en que se integran y su estandarización a lo largo y ancho de la cadena de suministro. Por otro lado, la implantación de la logística 4.0 en la gestión de almacenes y en la distribución de mercancías, conduce a la aplicación de avanzados métodos como el uso de drones o de vehículos autónomos para la entrega de los pedidos, el análisis predictivo del comportamiento de los receptores para disminuir el número de entregas fallidas, la evaluación en tiempo real de los condicionantes externos para seleccionar la mejor ruta de reparto y adaptar de forma instantánea los recorridos en caso de imprevistos, o la detección de problemas que puedan comprometer el buen estado de los productos antes de que estos lleguen a su destino. Uno de los grandes aliados de la aplicación del sistema just-in-time en el almacén es la logística 4.0, pues ambos paradigmas comparten el objetivo de lograr que el producto adecuado llegue al cliente que corresponda en el momento preciso. El sistema just-in-time (JIT) o justo a tiempo tiene por objetivo contar con la cantidad necesaria de materias primas o productos en el espacio justo y en el momento preciso. Aunque resulte sencillo mencionarlo, la aplicación de este método plantea retos y exige cambios organizacionales en todos los eslabones que componen la cadena de suministro. En un modelo empresarial guiado por el sistema justo a tiempo, la logística cobra una importancia capital: es la encargada de que el engranaje entre proveedores, productores, centros de distribución y cliente final sea eficiente y funcione sin fallos. Entre las ventajas de este sistema destacamos: •Que producir lo necesario, cuando es pertinente y en la cantidad precisa tiene una consecuencia fundamental: se reducen los niveles de inventario y, por tanto, los costes asociados a él. •Disminuye el riesgo de obsolescencia del inventario, ya que se cuenta con niveles de stock mínimos. •La flexibilidad de este sistema dota a la empresa de una mayor capacidad de reacción ante cambios imprevistos en el mercado. Sin embargo, el método just-in-time requiere observar ciertas exigencias, entre las que destaca la necesidad de una coordinación óptima con los proveedores y los clientes manteniendo un flujo de información continuo y controlado. Además, también exige que la empresa ajuste sus procesos de aprovisionamiento y criterios de selección de proveedores. Por ejemplo, ya no podrás acceder a precios especiales por compras a gran escala y, en cambio, tendrás que priorizar la fiabilidad del servicio que te ofrezcan los proveedores. En último lugar, a pesar de dar más flexibilidad a la compañía para ajustar los niveles de stock a la demanda, la metodología just-in-time también puede tener un reverso negativo en caso de que la demanda aumente de forma repentina. Si nos centramos en las características del almacén bajo el sistema just-in- time, nos surgen cuestiones relacionadas con su funcionamiento o con las implicaciones en las instalaciones de almacenaje. En esta línea, debemos resaltar como imprescindible lo siguiente: 1. Contar con un layout óptimo que priorice la agilidad de los procesos La distribución de las mercancías en el almacén debe estar organizada en función de la rotación de existencias de cada referencia y no por familias de productos. Para ello, es fundamental seleccionar los sistemas de almacenaje adecuados, ajustándolos a las necesidades de la organización. Por ejemplo, un almacén automático miniload (sistema de almacenaje automático para cajas o bandejas que integra las estanterías, uno o varios transelevadores y un software de gestión de almacenes) reduce el espacio requerido para albergar productos pequeños de baja rotación, mientras que para productos de una mayor demanda resulta más conveniente tenerlos a mano en estanterías dedicadas a picking. Además, el layout de un almacén eficiente debe estar encaminado a reducir los recorridos de los operarios. En muchos casos, sistemas automáticos como los circuitos de transportadores facilitan el flujo de mercancías en el interior del almacén, lo que se traduce en un ahorro de tiempo y recursos. Del mismo modo, las zonas de acceso de los almacenes que siguen el sistema just-in-time deben estar preparadas para hacer frente a la recepción y expedición de mercancías en tiempos muy ajustados, normalmente en forma de lotes más pequeños y numerosos. Los sistemas automáticos facilitan la carga y descarga de mercancías, un aspecto crucial para el sistema just-in-time, por lo que resultan una buena solución para agilizar estos procesos. 2. Operar con máxima precisión y llevar un control de inventario exhaustivo El sistema just-in-time implica una alineación perfecta de todos los componentes de la cadena de suministro. Los programas de gestión de almacenes son capaces de controlar y gestionar la operativa del almacén, eliminando la improvisación en los procesos logísticos. Un sistema de gestión de almacenes (SGA) permite: •La sincronización de todos los elementos involucrados en la actividad del almacén, así como del resto de actores que participan en la cadena de suministro. •La optimización del inventario, gracias a la selección inteligente de ubicaciones en el almacén. Además, la trazabilidad de las mercancías gracias al SGA está asegurada en todo momento. •La eliminación de errores, ya que asiste en tareas clave como la preparación de pedidos o la recepción y expedición de mercancías. El objetivo es ganar en rapidez y no dejar nada a la improvisación. La digitalización e integración de las cadenas de suministro en el marco de la logística 4.0, están allanando el camino para la aplicación de los preceptos del sistema just-in-time en el almacén. En este contexto, la contratación de un sistema de gestión de almacenes se vuelve imprescindible para alcanzar el nivel de eficacia requerida. Sin embargo, encontrar el mejor SGA para tu negocio puede ser una ardua tarea, pues cada empresa demanda al sistema de gestión de almacenes unas funcionalidades específicas que quizá no todos los proveedores cumplan. La implementación de un software, además, tiende a revolucionar la operativa de un almacén, por lo que es una decisión que debe tomarse cuidadosamente. La complejidad de procesos a raíz del auge del e-commerce y de la logística omnicanal ha hecho que el uso de los SGA sea imprescindible para la mayoría de almacenes hoy en día. No obstante, cabe plantearse una cuestión, ¿de qué tipo de almacenes estamos hablando? Los sistemas de gestión de almacenes (o, en inglés, Warehouse Management Systems) funcionan en instalaciones con todo tipo de niveles de automatización: manuales (sin automatizar), semiautomáticas y completamente automatizadas. En cuanto a tamaño, un único SGA puede garantizar con precisión el trabajo de cinco operarios en una instalación de más de 500 metros cuadrados. A partir de aquí, los mejores softwares son capaces de adaptarse a instalaciones mucho más sofisticadas, en las que hace falta coordinar incluso varios almacenes a la vez. Si nos centramos en las características y requisitos que debe cumplir un programa de gestión de almacenes (SGA) para considerarlo de los mejores, destacamos lo siguientes aspectos: 1. Ventajas para todos los implicados en el almacén: operarios, jefes y directores de logística Para identificar el mejor software de gestión de almacenes existe un principio básico: que tenga un impacto positivo para todos los actores implicados en el día a día del almacén, aunque estos tengan tareas muy diferenciadas. Por ejemplo, el director de logística está interesado en controlar, mediante el SGA, la información para la toma de decisiones y la consecución de una mayor eficiencia. Del mismo modo, los operarios tienen como objetivo la optimización de tiempos y movimientos junto a la reducción de errores, mientras que el jefe de almacén necesita hacer un seguimiento de los flujos de trabajo. 2. Se integra sin problemas con los sistemas de información que ya se usan Los SGA se comunican con un sistema superior, el Enterprise Resource Planning o ERP, que es el encargado de transmitir la información al sistema de gestión de almacenes. Pero los mejores SGA van más allá y, además, pueden conectarse a otros elementos como podrían ser los softwares de control de sistemas de almacenaje automáticos, sistemas de picking automático (pick-to-light y voice-picking), sistemas de radiofrecuencia (RFID), aplicaciones informáticas y páginas web o equipos de impresión, entre otros. En definitiva, el mejor SGA es aquel que puede conectarse con todos los sistemas de información ya operativos en el almacén. 3. Es capaz de adaptarse a las operaciones del almacén y del sector Por otro lado, un buen SGA es aquel que se ajusta a todas las actividades que se desarrollan en el almacén. En el mercado puedes encontrar diferentes sistemas que cubren la operativa de hasta 77 tareas identificadas como comunes en el almacén. Sus funcionalidades abarcan la gestión de todas las áreas y, además, existe la posibilidad de una todavía mayor personalización gracias a los módulos sectoriales que se pueden incorporar (alimentación, e- commerce, automoción, farmacéutico y químico, retail, etc.). No obstante, esta versatilidad puede ser abrumadora así que, ¿cómo determinar entonces qué tareas se pueden realizar con el SGA? Para ello, debes realizar un estudio personalizado de cada instalación con el objetivo de seleccionar y programar aquellas que mejor se ajusten. 4. Servicio de soporte 24/7 Es evidente que nadie quiere ser el conejillo de indias, por ello un buen SGA debe contar con una sólida experiencia que le respalde. Por otro lado, el servicio de soporte es algo fundamental a considerar y, por ello, es necesario contar con sistemas que tengan distintos niveles de soporte y estén disponibles en gran variedad de idiomas, algo perfecto para almacenes localizados en distintos países. 5. Coste asumible que permita alcanzar un ROI aceptable La selección del mejor SGA depende también del coste y el retorno de la inversión (ROI), pues conviene sopesar la idoneidad de los recursos empleados y calcular en qué se traduce la mejora que aporta el SGA a la operativa del almacén. Resulta paradójico pero, elegir una solución simplemente por ser la más barata, puede salir muy caro. El cálculo del ROI en un almacén, o retorno de la inversión, es otro elemento fundamental que es necesario considerar a la hora de elegir la solución óptima de almacenaje para una empresa. El análisis del coste de una instalación y del retorno de la inversión es un ejercicio que puede y debe incluirse en cualquier proyecto. En la mayoría de los casos es muy simple y puedes hacerlo tú mismo. En otros casos, el proveedor de las soluciones de almacenaje puede ayudarte a calcularlo. El cálculo del ROI consiste en deducir el tiempo aproximado que se tardará en recuperar el desembolso inicial en una inversión. Siempre se ha de llevar a cabo cotejando, como mínimo, dos puntos de partida: la situación actual comparada con el nuevo proyecto (en empresas que ya cuenten con un almacén que quieran sustituir) o bien dos soluciones nuevas entre sí (en empresas que empiecen desde cero). Para hacer el cálculo en detalle, es necesario considerar todos los costes de inversión más los costes de explotación (ahorros directos) y valorar las ganancias en imagen, servicio, control, etc., también llamados ahorros indirectos. Logistica omnicliente: cómo adaptar el almacén a las exigencias del e- commerce La imparable irrupción del e-commerce en Europa está obligando a las empresas a adoptar un esquema de trabajo acorde con las nuevas necesidades del consumidor digital. Es precisamente de esa semilla de la que nace el cada vez más extendido concepto de logística omnicanal, que para nosotros es Omnicliente. Operar de acuerdo con la logística Omnicliente supone adaptarse a las nuevas pautas de consumo. En otras palabras, el cliente digital se ha acostumbrado a la inmediatez y quiere ser atendido cómo, dónde y cuándo él decida, lo que se traduce en que es el propio cliente quien decide hasta los canales de comunicación con la compañía. Esto implica una integración global y coordinada de toda la información que se maneja en cada canal en tiempo real. Detrás de la logística Omnicliente se encuentra la necesidad de cuidar la experiencia de compra del usuario con el fin de aumentar el volumen de ventas procesadas con éxito, y todo ello pasa por hacer frente a un mayor nivel de exigencia en el núcleo de la cadena de suministro: el almacén. El cambio de paradigma ligado a la logística omnicanal ha transformado y creado nuevas necesidades en los almacenes actuales. Los principales cambios que están experimentando están relacionados con: •El manejo de un gran volumen de pedidos procesados al día, frente al flujo de operaciones simplificado de una red logística más tradicional (almacén vs. tienda física, por ejemplo). •El cambio radical en la cantidad de productos individuales que supone cada pedido: en lugar de palés, se gestionan pedidos de pocas unidades. Además, en la realidad es posible que ambas formas de envío convivan, aún con las implicaciones que conlleva para las infraestructuras y operaciones logísticas. •El aceleramiento de todo el proceso desde la recepción del pedido: la entrega al cliente se realiza en un margen de tiempo muy ajustado desde el momento de compra. Este estándar se extiende a todo tipo de cadenas de suministro, incluidas las tradicionales. En definitiva, podemos afirmar que la logística Omnicliente ha creado nuevas necesidades en el almacén y, como punto de partida, es necesario contar con un cerebro preparado para controlar con precisión la complejidad que acompaña a este modelo logístico. El sistema de gestión de almacenes SGA es el encargado de poner orden, es decir, de optimizar los procesos en el almacén reduciendo tiempos muertos y eliminando los errores. Las funcionalidades de un SGA adaptado a las características de la logística Omnicliente ayudan en áreas como el control y optimización del inventario, que coordina el flujo de materiales gestionando las reposiciones con eficacia; el aprovechamiento del espacio al máximo, pues es capaz de localizar y optimizar el espacio disponible a la hora de disponer las mercancías; o el incremento de la eficiencia del personal, que se traduce en la optimización de la asignación de tareas con el objetivo de reducir tiempos y movimientos. Este último aspecto se traduce, además, en una mejora de la seguridad laboral y de la ergonomía de los operarios. Aquí tienes unos tips adicionales que pueden servirte de ayuda: 1.Enfócate en establecer un nivel de actividades logísticas de forma que los productos y servicios estén disponibles para el cliente en el momento, lugar y forma deseados, en el modo más efectivo y al menor coste posible. 2.Un error común es ofrecer al cliente el mejor servicio logístico del mundo; como las entregas en 2 horas, packaging excesivo o la atención al cliente 24/7. El cliente no siempre valora esos servicios, pero te van a generar unos costes extra innecesarios. Para entender este tipo de gastos y su exponencialidad, la experiencia demuestra que subir de un nivel de servicio del 90 al 95% de satisfacción genera un sobrecosto del 64%, pero subir 4 puntos más los dispara en un 303%. Por lo cual, el proceso de definición del servicio debe estar perfectamente monitorizado y basado en un análisis exhaustivo, a fin de conocer qué es lo que tu cliente considera indispensable y relevante. 3.El nivel de servicio de abastecimiento óptimo al menor coste y mayor nivel de satisfacción, podrás obtenerlo si balanceas y separas tu cartera de productos en función de los tickets (recurrencia de compra del cliente). Una forma efectiva de clasificación es siguiendo la ley de Pareto (70%, 20%, 10%): a.Clasificación A: Corresponde al 10% de las referencias, que se clasificarán en función de la demanda en un nivel del 95% de satisfacción de entrega al cliente. Para obtener este nivel de servicio, suma al cálculo de demanda un 64% más de stock añadido, lo que garantizará el abastecimiento a los clientes más allá de las fluctuaciones puntuales. b.Clasificación B: Lo formará el 20% de los artículos en stock con un nivel de servicio del 90%. Para obtener este nivel de servicio, suma al cálculo de demanda un 28% más de stock. c.Clasificación C: Corresponde al 70% restante de las referencias. A este tipo de artículos debes asignarle un nivel de servicio del 80%. Y para obtener el citado nivel, no necesitas añadir nada extra al cálculo de la demanda. Esta clasificación se realiza de esta forma para garantizar un equilibrio entre costes de almacenamiento y aprovisionamiento óptimo, garantizando así a los clientes la disponibilidad de los artículos con mayor recurrencia. 4.Otro error frecuente es tomar como demanda tu histórico de ventas, porque realmente la demanda está conformada por la suma de lo que vendes y lo que has dejado de vender. Para poder obtener la venta no concretada es importante contar con un dato fundamental: los días en que el producto ha estado en rotura de stock. Como ejemplo, si un artículo determinado durante los 15 primeros días del mes ha generado unas ventas de 100 unidades, puedes hacer una aproximación bastante precisa sobre cuánto podrías haber vendido si hubieras tenido stock los 15 días restantes. Para este tipo de cálculos existen algoritmos específicos que estiman esa venta no concretada. Recuerda que lo que no hayas vendido hoy, no lo venderás jamás. 5.La gestión propia de la logística supone un coste fijo que te garantiza el control absoluto sobre el nivel del servicio que ofreces a tus clientes, además de adecuar la gestión de empaquetado y transporte. Igualmente, podrás dominar la adquisición de productos y la gestión de envíos de tus proveedores, con lo que obtendrás mayor flexibilidad en los picos de demanda más altos como Black Friday y otras promociones masivas. Así podrás coordinar turnos de trabajo, ampliar jornadas a sábados y domingos o planificar otro tipo de actuaciones a fin de adecuarte a la coyuntura comercial. Ten en cuenta que una logística propia bien implantada puede ahorrarte hasta un 50% respecto a los costes del servicio de una logística externalizada. 6.Externalización de la gestión. En este tipo de logística el coste se transforma en variable, y esa es su mayor fortaleza. Por lo general, se trata de servicios prestados por empresas dedicadas exclusivamente al sector de la logística que poseen una gran implantación y una dilatada experiencia en dicho campo. Los mayores inconvenientes en este modelo son: la falta de flexibilidad en los picos de demanda, una lenta implantación y altos costos en los cambios procedimentales, o la dificultad en la renegociación de las condiciones del contrato de servicios firmado, entre otros. 7.Debes diseñar la performance del servicio y el transporte, lo que está directamente relacionado con el nivel de atención que definas con el Departamento de Marketing. En la elección del proveedor de transporte, lo mejor es acordar una ratio de entrega efectiva de 24/48 horas con penalizaciones en caso de incumplimiento. También es aconsejable contar con dos tipos de servicios de envío: uno Premium y otro más genérico. 8.En el caso de la logística internacional, existen empresas de transportes low-cost con ratios de entrega que rondan el 95/98% y con precios muy competitivos. Pon atención a los días de entrega, ya que suelen sufrir una fluctuación del 30%. 9.Anuncia a tu cliente unos días de más para la entrega en relación a la acordada con tu transportista (si el tipo de producto o mercado lo permite): así, en caso de retraso por causas imprevistas, el error pasará desapercibido y sin consecuencias reseñables; y en caso de entrega a tiempo, generará una gran satisfacción en el cliente. Si, por ejemplo, tu transportista realiza una entrega en 3 días: el índice de satisfacción se desplomará si has prometido hacerlo en 48 horas, pero se disparará si has comunicado una entrega en un plazo aproximado de 5 días. Si la entrega se produce en las 48 horas reales contratadas, la satisfacción del cliente será excelente y estará más predispuesto a comunicárselo a otras personas o a escribirte una reseña positiva. Como conclusión, una buena implementación logística te proporcionará: •El control del stock: no solo en unidades sino también en calidad del producto. •El control de la demanda, seguimiento de su fluctuación y su temporalidad. •Monitorización de los pedidos y los proveedores controlando su nivel de servicio, a fin de que no te perjudiquen con roturas de stock. •Control total a través de KPIś de la logística interna y la de tus proveedores de servicios. •Seguimiento de los servicios de tu proveedor de transportes con medición de su nivel de satisfacción por código postal, ya que podrás cruzar esta información con la demanda real. En el proceso logístico, como en todos los demás, el CVCC (Company Value Creation Cycle) también es de muy útil aplicación: crea tu estrategia, testea, valida, mide, analiza (continúa, mejora o pivota), y vuelta de nuevo al ciclo. La perfección no existe, pero tu obligación es perseguirla constantemente. Y todo ello con una única finalidad, proporcionar un User Experience al Omnicliente tan excepcional que consiga que sea recurrente sus compras, fiel a la marca y evangelizador de sus bondades. Bonus Track El stock es un arma poderosísima para crecer y vender con fuerza, ya que te asegura servir eficaz y satisfactoriamente al cliente. Pero sobre todo, porque te ayuda a colarte en el lineal que ocupa tu competencia, por ejemplo, en el caso de que esta falle y rompa stock (algo que tarde o temprano acabará sucediendo). Si tienes un tipo de producto que goza de buena demanda y el competidor líder o mejor posicionado se queda sin producto o no surte de forma satisfactoria, estarás ante la gran oportunidad de darle un mordisco al tiburón en toda la panza. Entrar con una marca nueva en el líneal de una gran superficie es tan difícil como doblar una sábana bajera con elástico. Para conseguirlo, utilicé todos los medios y estrategias posibles, pero me estaba resultando imposible. Tiré de todos mis contatos y preparé un impresionante despliegue de ofertas y promociones, pero no sirvió para nada. Finalmente conseguí una visita y me reuní con la compradora responsable del departamento, pudiendo al fin soltarle toda la chapa que llevaba preparada. Su cara no era precisamente el reflejo del interés y la disposición a la compra, y muy amablemente me recitó su discurso del lineal saturado, los márgenes bajos y el ticket medio. Siendo consciente de que en ese momento no iba a sacar nada positivo, y que estaba deshaciéndose de mí muy cortésmente, tuve uno de esos momentos de lucidez (de los pocos que suelo tener) y le hablé del stock. Le comenté que, además de tener un producto tecnológico y actual, con un precio sin competencia y posicionado en el canal online como número uno de ventas, la fortaleza más sobresaliente de la empresa era su potente stock. Así que le invité a comprobarlo y le pedí que se acordara de mí si alguna vez le dejaban tirada. Que si por ejemplo, había preparado el lanzamiento de un folleto con un tipo de producto similar al nuestro y su proveedor habitual no podía responderle, en 48 horas tendría las unidades que quisiera en su almacén. Dicho y hecho. Solo tardó dos semanas en devolverme la llamada. Mucho cuidado porque para tirarte el pisto tienes que estar muy preparado y ser capaz de cumplir. Era totalmente cierto lo que dije sobre el stock, y no era la primera vez que lo había hecho, aunque a menor escala. Así que conseguí entrar dónde era prácticamente imposible no por ser el mejor, tener el producto más deseado del momento o un diseño espectacular (algo que además era cierto). Entré por tener el stock necesario en el momento adecuado. Imagina quién es a día de hoy el número uno en ventas y quién acapara más metros de lineal. Es cierto que cuando el competidor principal solucione sus problemas, volverá a recuperar el sitio que le corresponde (de momento). Pero si has conseguido entrar en el lineal aprovechando la ocasión, tu producto ha generado la satisfacción deseada en el cliente, ha rotado de forma satisfactoria y ha conseguido generar a la distribución unos márgenes adecuados, no te preocupes porque te van a dejar posicionado en algun hueco. Ya estás donde querías. Pega otra dentellada, y una vez dentro, ya depende de ti. Recuerda lo que te prometí al principio: Te aseguro que, aunque no te comas a los tiburones, nadarás junto a ellos sin miedo. En el volumen de Ventas te voy a enseñar un montón de técnicas, discursos, cierres, etc. Pero cuando formo a comerciales, siempre insisto en lo mismo: hay que adquirir y manejar con soltura conocimientos empresariales más allá de los puros de Marketing. Estar familiarizado con el stock, la logística, el funcionamiento del IVA, los medios de pago, la financiación, el ROI, los contratos mercantiles, etc., conseguirá que vendas más que aplicando todas esas maravillosas técnicas. Y si además las conjugas de forma acertada, te convertirás en el Rafa Nadal de las ventas. Como emprendedor, tienes que saber vender y conocer en profundidad las técnicas comerciales más importantes y, a su vez, es necesario que proporciones a tu equipo de ventas un mínimo de pericia en el funcionamiento integral de la empresa. No te preocupes porque trataremos todo esto en el volumen de Ventas desde una perspectiva muy poco convencional. Como a mí me gusta. Pero te anticipo algo: solo desde una concepción global del funcionamiento de la empresa se pueden generar estrategias comerciales disruptivas, eficaces y altamente rentables. El SPV, SAT y SAC “Un error bien atendido es la mejor oportunidad para fidelizar a cualquier cliente”. Jürgen Klaric Otro departamento que es básico para la subsistencia, credibilidad y prestigio de tu empresa y marca. Ya sabes que un mal servicio al cliente te destruirá tarde o temprano. Desde el primer momento debes diseñar tu estrategia de SPV para que se adapte al entorno híbrido de ventas, con la única finalidad de ahorrarle molestias a tu cliente y solucionarle cualquier problema de forma satisfactoria (Omnicliente). Si consigues que un imprevisto e inevitable inconveniente se convierta en una gran experiencia, tus clientes pasarán de ser unos meros consumidores, a transformarse en auténticos evangelizadores de tu marca. Parece ciencia ficción, pero la gente en general es más comprensiva y honesta de lo que realmente imaginas. Si les tratas bien, ellos te amaran. Si le tratas mal, irán al cuello y con razón. No debes centrarte exclusivamente en el servicio técnico (SAT) en el sentido estricto de reparar averías o cambio de productos defectuosos. Debes ir más allá. El cliente suele tener una amplia variedad de objeciones y dudas de usabilidad del producto que a priori es imposible de prever. Estar a su lado cuando eso ocurra y resolver esas dudas por tontas que puedan parecer, es una de las mejores estrategias de branding que existen. La clave del éxito en el SPV es encontrar el equilibrio entre coste y calidad del servicio, es decir, lograr la máxima satisfacción posible asumiendo el mínimo gasto aceptable respecto al coste del producto. Cuando se emplea la palabra servicio, entran en juego una variedad de aspectos que debes tener en consideración. El primero de todos es entender que el servicio es un producto que se crea cuando el cliente lo solicita y se destruye cuando finaliza la prestación del mismo. En este sentido, debes tener claros tres conceptos que te ayudarán a definir un servicio excelente: •Pre-Service: el servicio no se compra ni se estoca, se define y se queda congelado hasta que alguien lo solicita. Por este motivo, es muy importante tener bien definidas las bases del servicio antes de ponerlo a disposición, teniendo muy claro lo que vas a ofrecer, hasta donde puedes llegar y cuáles son los mínimos que debes considerar para que el servicio resulte eficaz. Todos los procesos deben quedar perfectamente definidos y los recursos necesarios preparados para su correcta ejecución. Cuando realices este ejercicio mide el coste y la rentabilidad objetivo. Pon especial atención a dicha rentabilidad, ya que un servicio se compone de un coste fijo inalterable como personal, alquileres, sistemas, herramientas… y un coste variable por servicio ejecutado como son piezas, materiales, horas de técnico, etc. Para entenderlo mejor, el Pre-Service de un servicio es como el plan de marketing de un producto; si no hay un objetivo claro y un camino marcado, los costes pueden dispararse y crear insatisfacción en el cliente, y por tanto, convertirse en un fracaso. Resumiendo, aquí es donde debes prepararte para generar la mejor expectativa posible a tu cliente. •On-Service: esta es la fase más proactiva de todas, ya que es donde se pone en marcha el equivalente a la cadena de producción de un producto. Todo debe funcionar como un reloj, y para que así ocurra, la herramienta más importante que tienes a tu alcance es la comunicación. Recuerda que un servicio es un bien intangible y que no tiene una base palpable en la que apoyarse. Por tanto, si la comunicación entre departamentos o cliente/proveedor/cliente no es eficaz, puedes caer en la trampa del famoso teléfono escacharrado y acabar ofreciendo un servicio que el cliente no ha solicitado o que no deseaba. También es muy importante el control de los procesos, de hecho, es aquí donde se genera el gasto directo del servicio. Recuerda que la clave de un SPV es ofrecer el mejor servicio posible con el menor gasto asumible respecto al coste del producto. Es muy habitual que se produzca un descontrol en los costes o un desajuste a la hora de calcular la rentabilidad esperada. Pero donde debes poner foco es en la desviación del gasto y en cómo la organización tiene que trabajar para evitarlo. Asegúrate, entre otras cosas, de que cuando un técnico coja un dispositivo para reparar, haya adquirido previamente una gran capacitación para lograr que todo funcione como es debido. Por ejemplo, si para reparar un coche tienes que cambiar una rueda, pero durante el cambio de la misma dañas el disco de frenos, incurres en unos gastos asociados a la reparación no esperados en origen que convierten una reparación de rentabilidad positiva en otra de rentabilidad negativa. Si en algún momento llegas a esta situación, debes tener claro que la culpa no es del cliente, sino del técnico, del proceso o de cualquier otra causa imputable a tu organización. No hagas que el cliente asuma esos fallos, ya que el coste lo acabarás soportando de todas formas. Lo mejor es ser sincero y transparente y aportar al cliente soluciones satisfactorias. •Post-Service: ojo porque esta fase es la más conflictiva si no se trabaja adecuadamente. Como decía al principio, un servicio se crea cuando el cliente lo solicita y se destruye cuando se presta. Es en el Post-Service donde puedes medir el éxito de la dualidad Expectativa Vs Realidad. Son múltiples las lecturas y análisis que puedes realizar, pero centrémonos en las tres más genéricas y habituales: °La realidad no superó la expectativa: en este caso el cliente no estará satisfecho con el servicio recibido. Hay algo en el proceso que no ha funcionado correctamente. Debes indagar y descubrir de qué se trata con el único propósito de retomar el control de dicho procedimiento y conseguir corregir las ineficiencias detectadas. Generalmente, en un 70% de las ocasiones la insatisfacción viene provocada por una expectativa incorrecta (el principal motivo es la mala comunicación) y el 30% restante se produce por un error en la ejecución del servicio (generalmente por un fallo en el proceso). Este 30% tiene fácil solución, ya que el fallo es visible y fácil de localizar (pieza incorrecta, rotura accidental, demoras…) Pero es en el 70% restante donde realmente se complica el diagnóstico y donde corres el riesgo de perder a tus clientes, o lo que es peor, la confianza en tu marca/producto. Y el diagnóstico se ve dificultado porque muchas veces el cliente, o no te cuenta lo que le ha pasado, o no te transmite su opinión completa y sincera sobre el servicio recibido. Debes proporcionar los medios y construir los puentes de comunicación adecuados, para que se sientan cómodos y expresen su opinión crítica y constructiva tras recibir un servicio. Que se sienta escuchado y valorado. Es obvio que cuando hay un bien tangible (un producto) la insatisfacción producida frente a la expectativa es más fácil de localizar, ya que suele venir provocada por algún factor o elemento físico (no le gusta el botón, el cable es demasiado corto, hace mucho ruido…). Pero buscar ineficiencias en la prestación de un servicio es un proceso mucho más complejo y subjetivo, aunque si mides constantemente y escuchas activamente a tu cliente, aprenderás mucho de él y descubrirás nuevas oportunidades de mejora que te situarán en un escalón superior al de tu competencia. °La realidad superó a la expectativa: es la parte más dulce del servicio, y se produce cuando el cliente recibe más de lo que espera y queda realmente satisfecho. Intenta evitar pensamientos del tipo: ¡qué bueno soy y qué culito tengo! ¿Qué provoca esto? Pues varios sesgos vanidosos que debes soslayar como el exceso de autoconfianza, la pérdida de rentabilidad por ofrecer un coste/servicio más alto de lo que debieras, o la despreocupación por la mejora continua del servicio por entenderlo ya innecesario. No es bueno dar de menos, pero tampoco dar de más. Tu satisfacción puede ser positiva y motivadora, pero no te descuides y observa constantemente lo que está pasando. ¿Sería aconsejable bajar un poco el coste de generación del servicio para mejorar la rentabilidad sin perjudicar el User Experience? Debes valorarlo muy seriamente, porque la respuesta seguramente sea afirmativa. °La realidad se ajusta a la expectativa: ¡Enhorabuena! Acabas de lograr el objetivo de cualquier empresa de servicios. Este es el camino que debes seguir, pues estás ante el equilibrio perfecto entre satisfacción del cliente y rentabilidad de la empresa. Aunque es cierto que es imposible alcanzar estas metas en el 100% de las ocasiones, tienes ante ti una magnífica ocasión para desarrollar un KPI esencial que te ayudará a avanzar en la dirección correcta. Este indicador se denomina NPS (Net Promoter Score) o lo que es lo mismo, la unidad de medida de la lealtad y satisfacción del cliente. Otro KPI que debes vigilar y meter en cintura constantemente. Con esta base conceptual puedes empezar a estructurar un SPV de calidad y orientado al Omnicliente. Piensa que en el proceso de venta de un producto se producen varias fases como el enamoramiento (promoción, publicidad, lineal, tienda,…), la boda (cuando pasas por caja y compras el producto) y el matrimonio (la postventa). El enamoramiento es emocionante, porque el cerebro genera endorfinas que provocan euforia y ansiedad positiva. En la boda es cuando constatas tu decisión y actúas en base a unas expectativas de felicidad y satisfacción futuras. Lo verdaderamente complicado es el matrimonio. Hay que cuidar la relación, trabajar a diario para mantener viva la llama y acudir a los problemas rápidamente para solucionarlos mediante el diálogo y la confianza mutua. Es la única forma de que una relación sana y productiva llegue a ser longeva. Invierte en promoción cuando tengas un buen producto, pero no descuides la satisfacción real del cliente y tu relación a largo plazo con él. Para ayudarte un poco más, además de esta base conceptual y líneas de estructuración básicas de un servicio postventa rentable, quiero dejarte un par de esquemas que puedes utilizar como mapa de procesos para que implantes tu propio SPV. Profundiza en los conceptos y rediséñalos para adaptarlos a tu idea de negocio. Es bueno tener algo más que un folio en blanco para empezar a trabajar. Espero que te inspire, porque se trata de un caso real de colaboración mixta entre el SPV interno de una empresa y el externo de una compañía especializada. Otras consideraciones importantes: marca, asesores y outsourcing vs medios propios Marca y branding La marca “Si no eres una marca, serás mercancía”. Phillip Kotler Hablemos ahora sobre uno de los elementos más importantes y definitorios que va a impactar definitivamente en el éxito de tu proyecto: la marca. Según establece la ley de marcas y patentes española, y como podéis leer en la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas), la marca es el signo denominativo y/o gráfico que distingue en el mercado los productos o servicios de una empresa, respecto a los similares o idénticos de otras compañías. Pero lo más importante es tener claro que en España, como en muchos otros países, el derecho a utilizar una marca se obtiene mediante su registro legal, no a través de uso ni por el mero hecho de haber tenido una idea determinada. Por tanto, se hace imprescindible efectuar el registro. La marca posee, ante todo, además de una función indicadora de origen y diferenciación, un derecho de exclusiva. Hablamos de un monopolio legal que te permite ser el único que puede usar dicha insignia, y a su vez te dota de instrumentos legales que te permiten actuar contra quienes usen marcas iguales o similares a la tuya. Aun así, no se trata de un derecho absoluto, ya que está sometido al principio de prioridad. Por lo tanto, si alguien hubiera registrado con anterioridad una marca similar o idéntica para productos o servicios semejantes, o bien existiera una marca famosa parecida, tendrías dos problemas en el horizonte: 1.Podrían oponerse al registro y denegar la solicitud, perdiendo así la inversión realizada. 2.Aunque consiguieras registrar la marca, quedarías expuesto a cancelación o nulidad si el propietario de la marca anterior iniciase un procedimiento contra ella. Para ambos supuestos se hace imprescindible un requisito muy importante, y es que la marca anterior no se haya utilizado en el tráfico económico durante los últimos cinco años. En ese caso, el propietario perdería la capacidad legal de oponerse o de anular tu marca similar posterior y, además, podría exponerse a que solicitases la caducidad de la suya por falta de uso. La marca es, por tanto, un signo distintivo y su función es la de diferenciar e individualizar en el mercado el origen empresarial o profesional de unos productos o servicios respecto a otros idénticos o similares. En cierta manera, también es un indicador de calidad y un medio de promoción de ventas, un distintivo usado por el empresario para identificarse, diferenciarse y salvaguardar la creación de valor que genera con su trabajo diario. Junto a la marca propiamente dicha o marca individual, la ley regula también la marca colectiva y la marca de garantía: •La marca colectiva es aquella que sirve para distinguir en el mercado los productos o servicios de los miembros de una asociación de fabricantes, comerciantes o prestadores de servicios. El titular de esta marca es dicha asociación. •La marca de garantía es aquella que garantiza o certifica que los productos o servicios a los que se aplica cumplen unos requisitos comunes en lo concerniente a su calidad, componentes, origen geográfico, condiciones técnicas, modo de elaboración del producto, etc. Esta marca no puede ser utilizada por su titular, sino por terceros que este autorice tras controlar y evaluar que los productos o servicios cumplen los requisitos que dicha marca garantiza o certifica. Por último, y contrariamente a una creencia común o popular, no existe ninguna marca mundial. Las marcas son derechos territoriales y limitan sus efectos a los países o regiones en que se soliciten, se paguen las tasas por obtener el registro y se concedan. Así, se puede registrar una marca española, una marca de la UE, una marca nacional en países extranjeros o una marca internacional que igualmente limita sus efectos a aquellos países que se designen. Por tanto, tener una marca registrada en España no garantiza ni da derecho de uso ni exclusiva para comercializar en otros países los productos o servicios con esa marca. Para eso hará falta registrarla en esos otros territorios donde desees operar. Por otra parte, registrar una marca para un producto determinado no genera un derecho exclusivo sobre ese nombre o signo con respecto a otros productos o servicios distintos. Para eso existe una clasificación internacional de productos y servicios con diferentes epígrafes que los agrupan. Para registrar tu marca tendrás que solicitarla en la clase o clases que más te interese, teniendo en cuenta que cada clase adicional conlleva un coste añadido. Aunque el conocimiento general de todos los tipos de marcas es importante, a continuación, nos centraremos únicamente en la marca individual. Comenzaremos diferenciando entre marca, nombre comercial y denominación social, pues un error habitual es no saber diferenciarlas de forma adecuada, lo que induce a errores que pueden arruinar un buen comienzo de tu empresa. Atenderemos a las fuentes más fiables de todas, es decir, a la propia ley que regula las marcas y al organismo registral, que en nuestro país es la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM): •La marca es un signo que permite a los empresarios distinguir sus productos o servicios frente a los asimilados que venden o prestan sus competidores. •El nombre comercial es el signo o denominación que identifica a una empresa en el tráfico mercantil y que sirve para identificarla, individualizarla y distinguirla de las demás empresas que desarrollan actividades idénticas o similares. •La denominación social es el nombre que identifica a una persona jurídica en el tráfico mercantil como sujeto de relaciones jurídicas y, por tanto, susceptible de derechos y obligaciones. El nombre comercial no tiene por qué coincidir con la denominación social, puede elegirse, por tanto, un nombre comercial diferente de la denominación social. Una misma persona natural o jurídica puede tener, si lo desea, varios nombres comerciales para identificar actividades empresariales pertenecientes a diferentes sectores del tráfico económico. Así, un fabricante de pantalones registraría, como nombre comercial, el que utilice en sus actividades empresariales de fabricante y sirva para diferenciarlo de otros empresarios. Su denominación social es la que le identifica legalmente en sus obligaciones y responsabilidades frente a la Administración y frente a terceros. Debe emplearla, por ejemplo, para firmar contratos o dar de alta a trabajadores en la Seguridad Social. El signo o nombre con que comercialice esos pantalones será la marca del producto. Todos estos signos pueden ser, a elección del empresario, iguales o diferentes, según su conveniencia. Las marcas y nombres comerciales se inscriben en la Oficina Española de Patentes y Marcas y las denominaciones sociales lo hacen en el Registro Mercantil Central. Si al iniciar una actividad empresarial decides crear una sociedad para poder desarrollarla (por ejemplo, limitada o S.L.), lo primero que tienes que hacer es solicitar un nombre para poder identificarla. A través de tu asesor (que es lo que te recomiendo), solicitas al Registro Mercantil Central que te emita una certificación negativa de denominación social para que te comunique fehacientemente que no existe otra empresa con el mismo nombre. Es un requisito obligatorio para constituir una sociedad o para modificar su razón social. En España se constituyen cada año más de 90.000 sociedades y cada una de ellas tiene una razón o denominación social distinta a la del resto. Al haber tantas empresas registradas es normal que el nombre que más te guste no sea el que finalmente te concedan, bien porque haya sido reservado previamente, o porque no cumpla los requisitos para un registro definitivo. Pero tranquilo, porque puedes elegir hasta cinco nombres en cada solicitud, y si no te aprueban ninguno, puedes volver a solicitarlo cuantas veces sea necesario. Es importante que recuerdes que este nombre no tiene nada que ver con la marca que vas a utilizar, y que incluso puede ser totalmente distinto. El mercado debe conocerte por tu marca, no por tu denominación social. Es más, te aconsejo que sea así. Ilustrémoslo con un ejemplo: Telecinco es la marca con la que conoces al canal de televisión, sin embargo, la empresa propietaria de esa marca es Mediaset España Comunicación, S.A, que a su vez tiene otras marcas como Cuatro, Factoría de Ficción, Boing, Divinity, Energy y Be Mad. En resumen, para la denominación social te recomiendo elegir un nombre más serio, que pueda o no incluir el de la marca, usando varias palabras (no más de tres), que no sean genéricas (o no te lo aprobarán) y que evoque un sentido más profesional para la actividad que vas a desarrollar. Véase el ejemplo anteriormente expuesto. El error más común con el que me encuentro es que la gente solicita al Registro Mercantil una denominación social pensando que se trata de la marca, es decir, piden la marca que tienen en mente para crear la sociedad. En este punto pueden suceder dos cosas: •No te la aprueban, porque para la marca se tiende a seleccionar palabras más bonitas, llamativas y simples que para una razón social. •Te la aceptan y acabas confundiendo razón social y marca. Me he encontrado con muchos emprendedores que me aseguraban que tenían la marca aprobada y lista para usar, que ya la tenían registrada y aceptada, pero cuando les pedía el certificado me presentaban el del Registro Mercantil Central. ¿Por qué esto es un error? Básicamente porque no tienen absolutamente nada que ver una cosa con la otra. Si tu marca no está registrada en la OEPM no tienes la exclusividad sobre ese nombre para ofrecer productos o servicios diferenciados en el tráfico mercantil. Es más, es muy probable que alguien la tenga ya registrada como marca y no le haya interesado como denominación social. Y lo peor es que, si cometes el error de sacar tu producto o servicio con la razón social a modo de marca, y efectivamente existe otra persona o sociedad mercantil que la tenga registrada en la OEPM, te va a obligar a que dejes de usarla e incluso a que le indemnices por ello. Imagina que te has esforzado en sacar adelante un producto, un diseño, un estudio de mercado impresionante… Tu idea es buenísima y sales al mercado con el nombre de tu empresa a modo de marca. Si no te has dado cuenta, no te han asesorado bien o no sabías que en realidad estás utilizando una marca sin registrar, correrás el riesgo de haber tirado a la basura un montón de tiempo, dinero y trabajo. Y no solo eso, además puede ocurrir lo siguiente: •Si la marca ya está registrada te obligarán a cambiarla, perdiendo lo invertido hasta la fecha y obligándote a crear una nueva, lo que implica modificar el diseño y la estrategia inicial. Eso en el mejor de los casos, pues también pueden llegar a exigirte una indemnización por el uso indebido. •Perderás un tiempo valiosísimo y retrasarás enormemente el lanzamiento de tus productos al mercado, porque una marca puede tardar hasta un año en ser aprobada de forma definitiva. •Y en el peor de los casos, si sales al mercado con esa marca sin registrar y nadie la tenía registrada hasta ese momento, puede ocurrir que algún espabilado se percate de ello y la registre aprovechando tu desconocimiento o despiste. Lo creas o no, estas cosas ocurren muy a menudo, y existen profesionales y expertos en estas lides. Aparte de concebir, diseñar y crear una marca exitosa (asunto que trataremos a continuación), aclaremos otros puntos previos sobre la marca que te serán de mucha utilidad. Sí, has oído bien: se tarda entre seis meses y un año en registrar una marca, y no debes salir al mercado sin esa marca registrada para evitar lo que hemos visto anteriormente. A continuación, te voy a dar unas pautas o pasos a seguir bastante interesantes que te evitarán quebraderos de cabeza: Haz una lista con los nombres que hayas estudiado para la marca que deseas registrar y consúltalos en la página web de la OEPM¹. Clica en “Localizador” y después en “Marcathlon”, que te llevará al localizador de marcas registradas. Si eres realmente ambicioso, tu idea es escalable y vas a utilizar los medios online que tienes a tu disposición, te propongo que registres tu marca en la EUIPO, que es el registro de marcas a nivel europeo. Es imprescindible si lo que buscas es expandirte a nivel internacional. Puedes usar el localizador “eSearch plus” o el “TM View”: •eSearch plus es el acceso de la EUIPO a su base de datos de marcas de la Unión Europea y dibujos y modelos comunitarios registrados. •Y la base de datos TMview², que incluye información de la mayoría de las oficinas nacionales europeas de Propiedad Intelectual (como la OEPM), la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) y una serie de oficinas internacionales asociadas de fuera de la UE sobre las solicitudes en curso de marcas y las que ya están registradas. Pude ser que alguno de ellos te pueda afectar. Te recomiendo esta última porque es mucho más completa. En “denominación” escribe el nombre de la marca que hayas seleccionado, dale a “buscar” y comprueba si existen otras iguales o muy similares. Escríbela de varias formas si es necesario. Si por ejemplo deseas registrar la marca “Sardinetta”, búscala de las siguientes formas: •Con su denominación exacta: Sardinetta •Sardineta o Sardyneta. Si existe parecido fonético la rechazarán. •Sard&Neta. Si han registrado esta o alguna similar es muy probable que se te opongan. •Y así con todas las combinaciones que se te puedan ocurrir. Si no aparece ninguna marca o no es muy parecida, tienes muchas posibilidades de éxito. Registra la marca como denominativa. Es la más sólida, podrás renovarla indefinidamente y es inatacable. Aunque vayas variando la imagen con el tiempo, se entenderá infringida aun cuando quien te copie le ponga una imagen distinta a la que tú utilices. Si existen marcas anteriores con claras similitudes, pero difieren en los productos o servicios, o contienen imágenes diversas, entonces regístrala como marca mixta. Esto quiere decir que no es simplemente denominativa, y si la presentas con unos grafismos especiales, un diseño, colores y logo diferenciador tendrás muchas más posibilidades de registro. Busca tu epígrafe en la clasificación internacional. Existen marcas y productos de todos los colores y sabores, así que consulta primero en la página “OEPM Clinmar”³. Cada tipo de producto está englobado en un epígrafe distinto, y pon especial atención en no confundirlos con los epígrafes del Impuesto de Actividades Económicas, ya que no son exactamente los mismos. Tienes que averiguar a qué epígrafe o epígrafes pertenecen los productos o servicios que vas a comercializar, y una vez lo tengas claro, puede ocurrir lo siguiente: •Tu marca u otra muy similar se encuentra ya registrada en el epígrafe al que pertenece tu producto. Game Over, te toca pensar en otra. •Una marca muy similar está registrada, pero en un epígrafe distinto al que vas a solicitar. En ese caso, con elementos diferenciadores a la ya registrada puedes proceder a intentarlo, ya que las marcas se protegen por cada uno de los epígrafes que se solicitan. También es buena idea no solicitar el registro del epígrafe al completo, algo que en la EUIPO no se puede hacer. Si tienes claro cuáles son los productos o servicios que quieres proteger y no vas a usar nunca el resto de los elementos que comprenden el epígrafe, puedes especificarlo de forma detallada. Esto bajará la probabilidad de oposiciones a la marca y, por tanto, las opciones de éxito serán mayores. Registra el logo en blanco y negro. Si tienes claro que vas a usar la marca siempre en el mismo color y con unos códigos de color Pantone determinados, lo mejor es que la registres a color y referencies dichas tonalidades por su número. Pero si no lo tienes claro, el color del logo va a depender del modelo de producto que saques al mercado o vas a poner el fondo en acero corpóreo u otras modificaciones, el blanco y negro te permite hacerlo con mayor seguridad ante posibles reclamaciones. La tasa por registrar una marca a nivel nacional es de unos 144€ por epígrafe más los servicios profesionales. Si es europea, la tasa ascenderá a unos 850€ más servicios profesionales por epígrafe, y 150€ por epígrafe adicional si se presenta en unidad de acto. Si solicitas el registro de una marca y no te la conceden por cualquier motivo, ese coste no es reembolsable. Por eso es tan importante que hagas la investigación previa. Un truco para ir sobre seguro y limitar los riesgos consiste en solicitar la marca en la OEPM a nivel nacional, obteniendo así un derecho de prioridad de 6 meses a partir de su presentación para poder registrarla en Europa. Una vez publicada en el boletín oficial de la OEPM, los propietarios de derechos anteriores tienen dos meses de plazo para presentar oposiciones. Si nadie lo hace, aunque el título definitivo no te lo expidan hasta pasados los 6 meses de prioridad, las probabilidades de éxito serán bastante importantes. Es entonces cuando puedes proceder a registrar la marca en la EUIPO con una tasa mayor de éxito. Aunque no olvides hacer de nuevo las comprobaciones en el registro europeo por si acaso. Cuando tengas claro que tienes esta altísima probabilidad de registro asegurada, te aconsejo que compruebes los nombres del dominio que usarás para crear la web y correo electrónico profesional, además de las distintas páginas de las redes sociales. Si todos los astros se alinean, adelante: asegúralos todos y habrás cerrado el círculo. En este turbulento camino que te debe llevar a la creación y registro de tu ansiada marca, es fácil que te topes con errores de forma, oposiciones de titulares anteriores o suspensiones de oficio del propio Registro motivado por diversas circunstancias. Es muy importante que te hagas con los servicios de un buen experto jurídico especializado en patentes y marcas. Lo que he compartido en este capítulo contigo te servirá para hacer un estudio previo con bastantes garantías y, sobre todo, lo que es mi mayor obsesión, que no cometas fallos de principiante que te revienten el proyecto. Invierte en ello y te alegrarás. Mi recomendación más sincera por su profesionalidad, seguridad y reconocimiento es el despacho Demarks⁴, de mi gran amigo Álvaro Pérez. El experto realizará las últimas comprobaciones de una forma más profesional porque cuenta con herramientas más poderosas, y te emitirá un informe final en base al cual decidiréis de forma conjunta dar el paso. Ante cualquier problema o recurso del registro, podrán ayudarte para que el proceso sea exitoso y tu inversión rentable. Por último, es importante que sepas que no solo pueden registrarse las marcas, sino también patentar inventos, innovaciones, registrar modelos de utilidad, diseños Este mundo es amplísimo y muy interesante, indaga en él y trabaja de la mano de tu asesor de confianza. Básicamente debes conocer que las patentes y modelos de utilidad se encuadran en las denominadas invenciones y te proporcionarán, siempre que su objeto sea totalmente novedoso en el mundo, un monopolio o exclusiva legal sobre soluciones técnicas a problemas que deberás describir y pormenorizar. Es un trabajo complejo y mucho más laborioso y costoso que registrar una marca, y es por lo que te recomiendo que vayas de la mano de un profesional acreditado que te asesore y se ocupe de ello, porque más verdad que nunca será que lo barato sale caro. Y en este caso en concreto, además inútil, porque un gran invento mal patentado no te servirá de nada. Al final, el único sentido de patentar es obtener la ventaja competitiva de poder ser el único que utilice esa mejora técnica novedosa que has ideado. Finalmente, en cuanto a los diseños, modelos y dibujos industriales, debes saber que su cometido es el de proteger las creaciones de forma, es decir: la innovación estética, la forma exterior visualmente perceptible de los productos. Por ello, al igual que se exige a las patentes y a las marcas, también debe ser novedosa. De lo contrario, perderás el tiempo y el dinero invertido. De nuevo en este punto, lo que tienes que analizar es la ventaja competitiva que te puede aportar ser el único que pueda vender un producto con esa forma o estética. Si eso te aporta un beneficio real que puedas monetizar, valdrá la pena invertir en su protección. Si no, aunque sea algo nuevo, no tiene sentido que utilices esta modalidad de registro. Puedes hacer comprobaciones sobre patentes, modelos de utilidad, diseños, modelos y dibujos industriales de todo el mundo a través de la página web de Espacenet⁵. Bonus Track Retomemos el comienzo de este bloque, donde comentábamos que 8 de cada 10 empresas españolas no sobreviven a su primer año de vida según el INE. Esto ocurre por muchos motivos, tantos como regulaciones excesivas, arbitrarias y absurdas impone el Estado o las vicisitudes infinitas propias de la vida y el tráfico económico. Teniendo esto en cuenta me gustaría hacerte una pregunta, ¿tú qué es lo que compras? Quiero decir, ¿compras un iPhone o un producto de Apple Inc., que según The Wall Street Journal se fabrica por contrato en la fábrica de Shenzhen de la empresa taiwanesa Hon-Hai? La respuesta es clara: compras un iPhone. Y es que, a la hora de la verdad, a nadie le importa dónde se fabrica el producto, quién es la empresa propietaria o cuál es su composición accionarial. Quieres un iPhone y te lo compras. ¿Qué estoy queriendo decir con esto? Muy sencillo, estadísticamente hablando tienes todas las papeletas para que tarde o temprano te pegues un batacazo con tu empresa. Ya sea por impagos, falta de liquidez, impuestos excesivos… e incluso, puedes morir de éxito. Pero si tu producto o servicio es excelente, se ha hecho merecedor de una buena reputación en el mercado, tiene una clientela fija y es reconocido por su marca: protégela. Asocia tu producto o servicio de forma indisoluble a la marca, no a tu empresa o denominación social. Si la empresa muere o fracasa por algún motivo, tu marca siempre tendrá una segunda oportunidad. ¿Cómo conseguimos esto? No teniendo la propiedad de la marca a nombre de la empresa que va a operar en el tráfico mercantil. Registra la marca a título particular como persona física o a nombre de otra empresa cuyo objeto no sea el de correr riesgos (una sociedad patrimonial, por ejemplo). Lo que hace el propietario de la marca es licenciarla a la empresa que va a explotarla a cambio de unos royalties. Si la empresa explotadora de la licencia cerrase o incurriera en concurso de acreedores, eso sería motivo de disolución del contrato de licencia y podría, por tanto, volver a licenciarla a una nueva empresa que asegure la viabilidad del proyecto, mantenga la calidad del producto o servicio y la atención al cliente. Recuerda que una empresa se monta en un abrir y cerrar de ojos, mientras que una marca cuesta muchísimo más. No la pierdas. El branding “Los productos se crean en la fábrica, pero las marcas se crean en la mente”. Jack Trout Una cosa es la marca, su registro y protección, y otra distinta es el branding. Este es un concepto mucho más amplio que engloba todas las acciones necesarias, no solo para crearla, sino también para generar el valor que vas a asociar a tu proyecto. El término inglés branding se define como proceso de construcción de una marca, pero podemos añadir algo más: es el proceso de concepción, construcción, crecimiento, expansión y afianzamiento de una marca en un contexto de mercado saturado, de ruido mediático y en un entorno digital volátil y tremendamente cambiante. Por tanto, debes asegurarte de que tu marca: •Transmita claramente al cliente potencial toda la estrategia corporativa, de marketing y filosofía de empresa que has diseñado. •Atraiga a los Buyer Persona y cree el engagement necesario para que se sumen a tu propuesta. •Tenga capacidad tanto para perdurar en el tiempo como potencial de crecimiento en otros países o entornos. En definitiva, que sea tan escalable como debe serlo tu idea. •Sea fácil de recordar, tenga un diseño atractivo y diferenciador, una sonoridad agradable y propiedades evocadoras. •Y lo más importante, que cree valor económico: que sea generadora e impulsora de confianza, ventas y, por tanto, ingresos. Todas las estrategias que debes llevar a cabo, incluida la de branding, tienen como destino final la generación de beneficios empresariales. Si esto no ocurre, es que la marca no está bien concebida y/o coordinada con la estrategia general del proyecto. Ya hemos hablado sobre cómo debes buscar nombres desde el punto de vista técnico para que sean registrables sin suponer una pérdida de tiempo y dinero, pero ahora abordaremos el resto de cualidades que debes tener en cuenta y que son tan importantes o más que las primeras. Esta disciplina es más un arte que una ciencia, aunque evidentemente tiene sus procesos, técnicas y herramientas sofisticadísimas. Para mí, es puro arte, y por eso he solicitado la colaboración de un gran amigo y auténtico artesano y maestro en estas lides: Aïssa López. Aïssa es el CEO de MODO3 y será él quien te ayude a entender mejor qué es lo que necesita tu marca para ser exitosa y cómo puedes conseguirlo. Disfrútalo: “Marketing es el equivalente a pedirle una cita a alguien. Branding es el motivo por el que te dice que sí.” Ren Jones Hablemos de Branding. Y para ello lo primero que debemos hacer es comprender qué es el branding realmente. En mis veintidós años de trabajo consecutivo en comunicación corporativa y diseño de identidad para empresas, todavía no he encontrado ningún cliente que tenga una idea completa y realista de lo que supone el branding. Reconozco que puede resultar confuso, y por eso a continuación te lo voy a explicar. Intentaré hacerlo de una manera directa y sencilla, sin tecnicismos ni retórica innecesaria. Simplemente deseo que comprendas el concepto exacto y la importancia que tiene desarrollar una estrategia de branding para tu empresa, servicio o producto. Antes de proceder con ello, permíteme que aclare algo para evitar malentendidos: no pretendo esbozar aquí una guía breve de cómo hacer branding o de cómo implementarlo por ti mismo en tu iniciativa de negocio. Eso es algo que desaconsejo drásticamente si quieres obtener resultados exitosos y realmente profesionales. En este aspecto, y siendo sincero, me siento en perpetua contradicción con todos esos respetados youtubers que siembran a diestro y siniestro en miles de usuarios la convicción de que todo lo puedes hacer por ti mismo. Son los supuestos expertos y gurús de autoayuda y emprendimiento personal que intentan convencer a todo el mundo con sus lecciones motivadoras y sus frases de coaching emocional. “Tú puedes, no necesitas nada más. Ni a nadie más”. Pero… ¿en serio es así? Volveremos a este punto más tarde. De momento voy a contarte algunas cosas sobre branding y luego tú mismo decidirás si puedes hacerlo por ti mismo o si es conveniente que lo encargues a una empresa especializada. Vamos a comenzar por aclarar qué no es branding. Branding no es un logotipo. No es un manual con los colores corporativos de tu empresa o con las tipografías autorizadas que deben aplicarse en diseños de papelería o en piezas de publicidad. No consiste en redactar en una hoja quiénes son tus clientes ni qué vende tu empresa. No trata sobre teorizar acerca de los principios filosóficos de tu negocio, ni de escribir algunas líneas para adornar la sección de empresa de tu web. No consiste en planificar o desarrollar un modelo de negocio. No es redactar un mensaje publicitario bonito para vender tu servicio o producto. Es muy frecuente que me contacten clientes pidiéndome el diseño de un logotipo para un nuevo producto. Cuando les nombro la palabra branding, a veces no saben a qué me refiero y quedan confusos, y en otros casos se asustan y cambian bruscamente el tono de voz y la dirección de la conversación, porque piensan que es algo muy caro que su empresa de momento no necesita. En ese momento confieso que me hacen sentir como un vendedor de remedios milagrosos. En mi cabeza resuenan las típicas y odiosas respuestas que suelen darme en esos casos: “quizás más adelante”. “Cuando vaya mejor”. “Ahora lo que necesito es que me hagas un logotipo impactante y elegante y empezar a vender para recuperar un poco de lo que llevo invertido”. Siempre es lo mismo. En ocasiones realizo consultorías a jóvenes emprendedores que tienen una idea de negocio y quieren vender sus productos, aunque no saben por dónde comenzar. Jóvenes que ni si quiera se plantean realizar un planning estratégico de su proyecto y que no están pensando en el cliente ni en cómo hacerlo sentir. En ese momento les hablo de branding y es frecuente que se pongan nerviosos. Piensan que vamos a perder el tiempo, porque ellos lo que quieren es “vender”. Cuanto antes mejor. Y comienzan a hablar inmediatamente de las acciones de marketing que se pueden realizar para iniciar la comercialización. Tienes una idea de negocio con la que crees que te vas a forrar, has creado los primeros productos, te has comprado un flamante ordenador para administrarlo todo y ya solo te falta una tienda online y buscar clientes a los que desplumar con alguna campaña publicitaria en Google o Facebook. ¡Y todo ello sin pensar en ningún momento en la marca ni en ninguna estrategia de branding! ¡Y pensando simplemente en que quieres ganar mucho dinero! ¿Vas entendiendo qué es branding y qué importancia tiene? Crear, desarrollar y gestionar el branding de tu empresa sirve para que ésta perdure en el tiempo y para que lo que ofreces adquiera valor y se venda solo. Sirve para que triunfes y no te destronen de la posición que ocupas en el mercado. Porque el branding no es una cuestión de diseño gráfico, ni una cuestión de teoría filosófica aburrida ni tampoco una cuestión de estudios de mercado ininteligibles para inversores y marketers expertos. Ha llegado el momento de que te diga qué es realmente el Branding. Te lo resumiré en una palabra: es tu marca. Tu marca y todo lo que la compone, la rodea y puede potenciarla. A partir de este instante en que he nombrado la palabra “marca” corremos el riesgo de que empieces a confundirlo todo otra vez. Recuerda lo que acabas de leer en los párrafos anteriores y simplemente sustituye la palabra branding por marca. Muy bien, repasemos los conceptos haciendo este pequeño cambio: una marca no es un logotipo, ni es una paleta de colores corporativos. No es un plan de negocios para inversores o expertos de marketing. No es una lista de clientes en Excel, ni una colección bonita de eslóganes publicitarios en un PDF. No es un cartel con publicidad de tu empresa ni una etiqueta con tu logo impreso. ¿Qué es entonces una marca? La marca es el núcleo de tu empresa, el Sol de tu negocio. La marca origina un sistema alrededor del cual, y dentro del cual, están conectados todos los elementos que constituyen tu empresa y lo que ofreces. Branding = marca = núcleo. Cualquier iniciativa empresarial requiere de la creación de un núcleo que plantee unas reglas, unos límites, unos objetivos y un equilibrio. Con la marca generamos el ecosistema en el que se desarrollan otros elementos, iniciativas, corrientes culturales o sociales, servicios, productos, complementos y cualquier cosa que pueda agregar valor añadido. Ese núcleo y su ecosistema es la marca: qué, hacia quién, de qué forma, por qué… Si te das un paseo por el centro de tu ciudad probablemente comprobarás que una gran cantidad de negocios locales han cerrado con el paso de los años. Los locales han sido adquiridos por multinacionales o nuevas empresas que han reemplazado a las antiguas o incluso han terminado esclavizando a las que han sobrevivido. Este hecho se ha convertido en una constante desde el año 2000 y se ha visto incrementado sustancialmente a raíz de la crisis de 2008. He aquí el punto crítico: si no desarrollas y trabajas tu branding, te ocurrirá lo mismo. Acabarás perdiendo el liderazgo de tu sector y terminarás trabajando para otras empresas que invierten decididamente en esa estrategia. Da igual cuánta experiencia tengas y cuántos años lleves en ese gremio. Da igual lo bueno que seas o lo buenos que sean tus productos. Si no dominas el branding, no dominas el mercado. Estarás expuesto ante esas otras marcas que serán las que triunfen. Pero si manejas bien tu marca, ésta será la que se convierta en referente dentro de su nicho y las demás empresas quedarán eclipsadas. El branding, o marca, en su composición es muy similar a un ser vivo, es como una persona. Tengo la teoría de que cuando conoces a alguien percibes dos flujos de información que emanan de esa persona hacia tu cerebro. Son los dos flujos que forman y determinan la “imagen” que te haces de esa persona. Uno de esos dos flujos llega hasta el hemisferio izquierdo de tu cerebro, el analítico, y se centra en todo lo evidente, lógico y objetivo; y analiza, por tanto, el aspecto físico de la persona: cómo es su musculatura, el tono de su piel, la altura, etc. Y elaboras una conclusión automática: “es una persona guapa, fuerte, débil, enfermiza” … En el mismo flujo tu cerebro más objetivo analiza el look formado por el peinado, la ropa, los zapatos, el perfume… y mediante otro atajo cognitivo obtienes otra conclusión inmediata: “le preocupa mucho su aspecto, debe ser superficial”, “parece muy conservador, creo que no va a encajar con mis valores ni mi visión”, “me encanta la camisa que viste, tiene muy buen gusto”, “viste demasiado con color negro, me produce fobia”, “esos zapatos son bastante caros, será que gana mucha pasta” … Al mismo tiempo, otro flujo de información que emana de la fuente es captado por otra región de tu cerebro. La amígdala está absorbiendo y procesando cientos o miles de pequeños matices del comportamiento de esa persona, en un plano del que ni siquiera somos conscientes. Detalles como la forma de mirar, la forma de sonreír, las micro expresiones faciales… todo ello a un nivel muy subjetivo, profundo y desconocido para la ciencia; y te origina una sensación sobre esa persona que a veces —muy a menudo— no puedes ni tan siquiera explicar: “me despierta confianza”, “tiene algo que no me gusta”, “no me fío, me incomoda”, “hemos tenido feeling”… En ese segundo flujo se obtiene otro tipo de información, que son los rasgos de su personalidad e intelecto y de los cuáles nuestro cerebro, por supuesto, también elabora a velocidades vertiginosas otras conclusiones: “es fantasioso, un soñador, no tiene los pies en la tierra”, “parece alguien maduro, con experiencia”, “es organizado y eficiente, debe ser metódico”, “sabe de lo que habla, es un experto en su materia”, “es muy pasional y cree en lo que hace, llegará lejos”, “me encanta su sentido del humor, me lo pasaré en grande”, y así un largo e interminable etcétera. La suma de todos los datos de ambos flujos configura la imagen que nos hacemos de esa persona. Lo mismo ocurre con la marca: las personas, que serán tus usuarios, toman contacto con tu marca y ésta emite esos dos flujos de información. El cerebro de los usuarios somete entonces toda esa avalancha de datos a las mismas fórmulas analíticas descritas anteriormente: por una parte, el usuario analiza el look de la marca: colores, aspecto visual y la forma de presentarse (tipografías, iconos, símbolos, texturas, fotografías, mensaje tipo tagline). De ese primer análisis se origina una identificación: ¿se identifica el usuario con esos colores, ese aspecto visual y esa forma de presentarse? Al mismo tiempo, el cerebro del usuario complementará esa información meramente gráfica o visual con otros aspectos que influirán en la parte más intelectual: ¿cómo se comporta la marca?, ¿cómo se expresa?, ¿qué valores transmite y de qué forma?, ¿qué experiencia sensorial o emocional me proporciona? Al final el usuario termina haciéndose las preguntas que realmente le importan: ¿me identifico con la ideología de esta marca?, ¿me gusta el tono con el que se dirige a mí?, ¿promulga mis valores?, ¿realmente esta marca, en su conjunto, me representa en sociedad? Y, por último, la amígdala también intervendrá, como en el caso de la interacción entre seres humanos, para poner su granito de arena, a un plano subliminal del que el usuario no es consciente pero que determina su veredicto sobre la marca: ¿me proporciona confianza?, ¿me produce simpatía?, ¿me invita a comprar?, ¿me siento empoderado con esta marca? Por tanto, te darás cuenta de la importancia que la marca tiene para tu negocio. La marca es todo lo que se ve: toda la identidad visual completa y todos los medios con los que el usuario interacciona a nivel tangible o mediante cualquiera de sus sentidos. Y también la marca es todo lo que no se ve: valores y filosofía, es decir, ideología. Y por supuesto lo que evoca emocionalmente. Todo eso junto es el branding. Construir el branding es como tallar en un molde en blanco una pequeña criatura. Debes dotar a tu marca de una apariencia física, pero también de una personalidad. Y después hay que crearle un mundo: el mundo según esa marca. Si has visitado alguna vez un Starbucks, quizás coincidas conmigo en que no tienen el mejor café del mundo precisamente. Yo soy amante del café y nunca he conseguido tomarme allí un espresso que me haya fascinado. De hecho, he visitado pequeñas cafeterías desconocidas en recónditos rincones del mundo, donde me han servido espresso infinitamente mejores y por una tercera parte del precio de los de la famosa cadena de cafeterías americanas. Y sin embargo, Starbucks, en cincuenta años de vida, ha abierto más de 24.000 locales en más de 70 países. Si su café no es tan bueno, ¿qué le ha llevado a amasar este éxito tan sorprendente? Tengo una respuesta sencilla para ello: trabajar su branding de forma continua y consistente. Gestionarlo con un enfoque claro desde el principio y hacerlo evolucionar. Han gestionado su branding con una misión clara desde el principio: satisfacer al cliente. Starbucks no es una cafetería donde te pasas a saborear un espresso cremoso durante 5 minutos antes de entrar al trabajo. En vez de eso, se trata de un lugar donde vas a vivir una experiencia. La experiencia Starbucks. Quizás pienses que esto es un tema de marketing y nada más. Nuevamente, no confundamos. Mientras marketing se ocupa de asuntos más técnicos y analíticos de la introducción del producto en el mercado, tales como el precio, la distribución, la logística o la promoción, el branding se centra en hacer mágico el producto o servicio, en construir los valores del ecosistema, en proporcionar la identidad y las estrategias de la marca. El marketing hace posible todo esto y lo canaliza a nivel técnico o metódico, pero el origen, la esencia, la chispa y el “núcleo” es el branding. Si has prestado suficiente atención a lo relatado hasta ahora, habrás detectado que el resumen concluyente de lo que una persona percibe sobre otra cosa cuando interacciona con ella (ya sea otro ser humano o una marca), está regido en su mayor parte por las emociones. Es decir, el veredicto cognitivo que nuestro cerebro formula sobre un producto o una marca como Starbucks, proviene de un plano o región sustentado intrínsecamente por los sentimientos. Esto es así porque, aunque somos seres conscientes, inteligentes y objetivos, estamos construidos sobre una base biológica plena y misteriosamente emocional. Precisamente la mezcla prodigiosa de consciencia y emociones nos vuelve humanos. Por tanto, el branding de tu empresa debe conectar con las emociones de las personas. Debe crearse un vínculo, una conexión de tipo emocional entre la marca y la persona, y eso se consigue dotando a tu marca de una historia, así como también de una personalidad. Cuando vas al cine te gusta ver una película de James Bond, de Spiderman o de cualquier otro héroe porque te fascina lo que hace. Te encanta la personalidad de ese personaje, fantaseas con ser tú también como él o ella y durante dos horas te has olvidado de tus problemas para dejarte seducir por una historia de ficción y por la personalidad de su protagonista. Eso también es branding. La icónica manzana mordida de Apple despierta gran cantidad de emociones. Por una parte, constituye un símbolo de poder a nivel de usuario consumidor: usar y vestir un producto de Apple como el Apple Watch te posiciona en un estatus socioeconómico más alto con respecto a otras personas que no tengan esos productos, incluso aunque esas otras personas utilicen relojes tecnológicamente mejores o más bonitos. La manzana, colocada discretamente en sus hermosos dispositivos, es un símbolo de minimalismo, sencillez y buen gusto. Además, Apple ha ganado la fama de fabricar productos de altísima calidad y durabilidad. Y por si esto fuera poco, en los últimos años, desde que Tim Cook se convirtiera definitivamente en el CEO de la empresa tras el fallecimiento de Steve Jobs en 2011, Apple se ha convertido en el estandarte de la lucha y el respeto por los derechos humanos y la diversidad, no solo dentro de la compañía, sino a nivel de privacidad y accesibilidad como valores añadidos de su ecosistema de productos y servicios. Apple trabaja y expande vehementemente y sin cesar su branding: valores sobre la humanidad y el respeto medioambiental, entre otros. Los usuarios fieles que están dispuestos a poner sus tarjetas de crédito a disposición de la colosal máquina de fabricar dinero que es Apple, lo hacen gustosamente. Y no porque sus teléfonos móviles sean los que tienen las mejores cámaras del mercado, porque los hay superiores, o porque sean los que más prestaciones tienen, porque también los hay más completos, potentes y capaces. No por ello, sino porque se sienten identificados con el “Apple Life Style”, es decir, con los valores y principios que promueve la empresa, partiendo del minimalismo, la innovación y la sencillez casi Zen. Están enamorados de la marca. Y esta exquisita y magistral estrategia de branding ha llevado a Apple a ser la empresa más importante del mundo, valorada nada más y nada menos que en 72.300 billones de dólares en 2021. Branding trata de qué es tu empresa y qué muestra al mundo, empezando por la experiencia interna que viven los empleados (branding interno) hasta la experiencia externa que viven los clientes, y mucho más importante aún: qué tienes que ofrecer al mundo y cómo quieres ofrecerlo. Si tienes algo que ofrecer, solo te queda centrar tus esfuerzos en la manera en que lo harás. Cómo pretendes ofrecerlo. El “cómo” es la clave. Y de qué propiedades vas a dotar a tu marca para hacerla única, diferente, genuina, atractiva, convincente, sólida y suficientemente interesante como para que tus futuros usuarios se enamoren y terminen comprando tus productos o servicios. El branding no solo se crea, también hay que desarrollarlo a medida que la empresa evoluciona. El branding madura y se adapta a la vida y al mercado igual que lo hacen las personas. Ese crecimiento del branding conlleva una tarea indispensable: gestión. El principal objetivo del branding es generar valor de marca, y la correcta gestión estratégica es una labor obligatoria para cualquier empresa. Debes crear el branding de tu proyecto en base a un perfil de comprador ideal. Cuanto mejor definas, perfiles, identifiques y concretes todas las propiedades, características y rasgos de ese usuario perfecto o Buyer Persona al que te quieres dirigir, más efectiva, sólida y exitosa será tu marca. Piensa con nitidez en tu cliente perfecto e inventa algo genial para él. Así que todo buen branding comienza a partir de un nicho, un sub-nicho y la especialidad dentro de éste, donde hallarás al target de tu marca. Ocúpate de la identidad de tu marca, de cómo te vas a dirigir a ese usuario, qué argumentos, razones y motivos usarás para que te compre a ti y no a un competidor. Diseña una identidad gráfica potente, que represente el carácter de tu marca, que genere simpatía. Crea un lema, al que serás fiel durante toda la vida de la marca. Y comienza a desarrollar el ecosistema sin dejar de repetir el eslogan corporativo en tu cabeza. Enriquece el mundo de tu marca: añade planetas, acontecimientos únicos, asteroides, naves y todo lo que se pase por tu imaginación. Interconéctalo todo, con coherencia y proporcionando siempre valor a tus Buyer Persona. Define los términos de la comunicación entre tu marca y tus clientes. Construye tu empresa desde dentro y siempre alrededor del núcleo: tu marca. Sin perder la visión de las características clave y de los valores con los que te has comprometido. Y que cada nuevo elemento, producto o acción esté en consonancia y equilibrio dentro de ese ecosistema único que has inventado. Hazlo tan sumamente atractivo como para que apetezca instalarse en él. Quizás te parezca abrumador, pero recuerda que el Sistema Solar no se creó en cinco minutos, sino con la constancia cósmica. Comienza con una visión, una misión, unos valores y una meta y simplemente coloca ladrillos sin desviarte de esas alineaciones. El branding es todo eso. La marca no es un activo más de la empresa. Es el activo primordial, imprescindible, el más importante, el que más hay que proteger y en el que más hay que invertir. Si tienes el control de la marca, lo tienes todo. ¿Puedes tú mismo crear el branding de tu empresa? ¿Crees que eres capaz? Todo el mundo, si se lo propone, puede hacer casi cualquier cosa. No se trata de poder o no poder, sino de hacerlo perfecto para minimizar el riesgo de fracaso y maximizar las probabilidades de éxito. Cualquier profesional curtido en su materia, si se ha labrado una buena reputación en su especialidad significa que ha alcanzado ese estatus por la intersección de dos factores primordiales: formación y experiencia. Ambos importantes. Ambos indivisos y parte intrínseca y fundamental del resultado como experto en su campo. La formación te proporciona dominio del medio, dominio técnico y dominio de la teoría. Por su parte la experiencia es lo que te convierte realmente en un profesional mejor. La experiencia te pule en el campo de batalla. La experiencia complementa la teoría y a veces la remodela, la cuestiona e incluso la anula para sentar otras bases. Hacerlo por ti mismo supone adquirir solo una parte de ese binomio recién descrito: solo adquieres la parte correspondiente a la teoría, a la formación, al conocimiento académico. Puedes ser buen alumno, aprender con muchas ganas y lograr ciertos resultados. Pero ¿qué ocurre con la experiencia? ¿Crees que va a fluir de tu interior como por arte de magia? Imaginemos que en tu caso también tengas cierta experiencia con el branding. Quizás estés convencido de que tú puedes hacerlo, porque has aprendido diversas técnicas de diseño y comunicación, y ya tienes un recorrido. Te ves capacitado. De acuerdo, incluso en este caso que puede parecer viable, existe otro elemento esencial, un tercer elemento que no he nombrado antes y que es el ingrediente esencial que lo cambia todo. Me refiero, por supuesto, a la creatividad. A estas alturas no me refiero a la creatividad en términos generalistas o simplistas. No se trata de ser ocurrente, de ser espontáneo o ser más o menos habilidoso para resolver ciertos retos. Hablo específicamente de la creatividad a niveles de excelencia. La creatividad que es exclusiva de aquellos que son reconocidos como pequeños genios, aunque sea en petit comité. Hablo de las pequeñas genialidades que solo nacen de la gente altamente creativa. Esas personas suficientemente inteligentes como para poner a trabajar su conocimiento teórico, su experiencia empírica y hasta sus vivencias personales, y que son capaces de unirlo todo y ponerlo al servicio de su creatividad hasta lograr resultados excepcionales. La creatividad es el factor diferencial, único y genuino, mediante el cual reinventamos los productos de otras empresas, o reinventamos la misma experiencia una y otra vez. La creatividad es el ingrediente mágico que precipita la innovación en un nicho. ¿Y cuándo alcanza el punto álgido o de genialidad esa expresión creativa? Cuando se potencia con los cimientos de la formación académica y se conduce adecuadamente con la sabia voz de la experiencia profesional. Mi más honesto consejo respecto al branding es que aprendas de los conceptos y el esquema global que aquí te he expuesto, pero que dejes en manos de auténticos profesionales la realización, desarrollo y gestión de este. Sé que hablar de branding asusta, porque parece algo solo al alcance de grandes empresas, multinacionales o empresarios muy pudientes. Aunque no tiene por qué ser así. Existen agencias especializadas en branding con tarifas tan altas que rozan lo absurdo, por supuesto. Pero también hay agencias muy buenas con presupuestos muy razonables. Hay de todo. A este respecto, obviamente, te recomiendo mis servicios como consultor de branding. Construir la marca de tu empresa no es algo reservado a grandes compañías. No es algo que puedas permitirte elegir hacer o no hacer, sino que es algo que debes hacer. La última pregunta que quiero plantearte es: ¿quieres vender agua azucarada el resto de tu vida o quieres cambiar el mundo? Espero que te haya enriquecido e inspirado. Puedes encontrar a Aïssa y saber más de él y de su trabajo en los siguientes enlaces: www.aissalopez.com y www.modo3.net. Asesores “Mejor es asesorarse antes de obrar, que luego arrepentirse”. Demócrito El objetivo de mi libro es claro, quiero que tengas una visión global del mundo de la empresa, que te anticipes al mayor número posible de problemas e ineficiencias con las que te puedes encontrar, y que diseñes desde primera hora una estrategia ganadora para que no te quedes tirado a mitad de camino o encallado en un punto muerto. Para ello, es imperativo que tus conocimientos sean amplios. En una época tan compleja como la actual, la especialización es obligada y resulta muy eficiente. Pero también es necesario que en las empresas coexistan perfiles generalistas, con una visión global y dotados de una capacidad suficiente para coordinar a toda esa fuerza especializada. Me encanta el mítico anuncio de Pirelli donde se ve a un corredor de los 100 metros lisos en posición de arranque calzado con tacones de aguja, y encima de la imagen el eslogan: “La potencia sin control no sirve de nada”. Tan extraordinario como cierto. Puedes tener a los mejores informáticos, diseñadores, product managers, expertos logísticos, comerciales, etc., pero si cada uno va a su aire y sin una dirección común enfocada al Omnicliente, no llegarán a ninguna parte. El error no será de ellos, pues seguro que son magníficos profesionales. El error será claramente tuyo, porque no habrás sabido coordinarlos y comprometerlos. Ya hemos hablado de que es imposible conocer en profundidad todas las disciplinas aplicadas a la empresa. No puedes ser ingeniero, informático, abogado, economista, experto en redes sociales… porque ni siquiera hay tiempo físico para ello. Sin embargo, sí debes tener conocimientos sobre aquellos aspectos y fundamentos genéricos más importantes de cada una de las disciplinas enumeradas y de sus puntos más críticos. Los mismos técnicos te enseñarán directa o indirectamente, así que contrata a los que más sepan y serás el más sabio. Los asesores, en su sentido más amplio, pues pueden ser abogados, consultores, coaches…, son una pieza fundamental para el engranaje de tu empresa. La correcta elección, relación y control de los asesores es clave para que tu proyecto se desarrolle con éxito. Siempre se ha dicho que un buen asesor se paga solo, y es cierto. A continuación, te ofrezco diez tips para que busques, valores y encuentres a los mejores asesores para tu idea de negocio: 1.La honradez. Resulta evidente y puede que incluso esté de más decirlo, porque la honradez hay que presuponerla y darla por sentado. Y así es, efectivamente, pero siempre hay que estar atento. Hay que confiar, pero no ciegamente. Debes tener en cuenta que los asesores no son dioses y que, en gran medida, van a actuar siguiendo tus instrucciones e indicaciones. Siempre hasta unos límites coherentes, el asesor tiene que amoldarse a tus necesidades e intereses, y tiene que producirse un adecuado equilibrio entre ambos que busque siempre la continuidad y el sostenimiento del proyecto. 2.Conocimiento profundo del derecho sustantivo de la materia sobre la que asesora. Es evidente que para asesorar jurídicamente ha de ser abogado o jurista y, a su vez, si lo hace sobre materia de impuestos debe ser fiscalista. La figura del gestor que hace de todo es una figura ya arcaica, y lo lógico es ver en los despachos la unión de varios profesionales especializados por área, con el objetivo de ofrecer un servicio adecuado al entorno ultra regulado en el que tenemos la desgracia de vivir. 3.Profesional acreditado y con experiencia contrastada. Dedica tiempo a conocer estos aspectos y no tires de temerarios que se atreven con todo. Es preferible que sepa valorar riesgos asumibles y controlados, y que te ofrezca un rango de flexibilidad basada en esa experiencia que te permita moverte con soltura entre la frondosa regulación. Un profesional que te obligue a hacerlo todo bajo una aplicación estricta de las leyes, es tan nocivo como aquel que te mete en jardines asegurándote que no pasa nada. Sin ir más lejos, solo el año pasado se firmaron más de 22 millones de contratos laborales en España, y de todos ellos solo se denunciaron unos 300.000. ¿Crees que los 21,7 millones de contratos restantes se ajustaban estrictamente a las leyes y convenios laborales? No vivimos en un país que ayude al emprendedor que está empezando, es más, está diseñado para embestir contra él. Por desgracia, nuestro derecho no se basa en el modelo anglosajón y aquí todo es interpretable, pero no por ti, claro. En un país como España, donde los árbitros tienen mucho poder, la arbitrariedad es un hecho constatable y un modo de vida, además de un nauseabundo foco de corrupción. Dependiendo del juzgado o inspector que te toque, ya sabes que puede salir rojo o negro. Y apuesta siempre a lo más negro. Pero un asesor experto y curtido en batallas te puede ayudar a encontrar el punto de equilibrio entre el carísimo cumplimiento estricto de la legislación, que te sacará del mercado, y la locura de hacer trampas sin sentido, que también acabará contigo. 4.Tu asesor debe tener una filosofía empresarial afín a la tuya y a tu modelo de negocio. Hay modelos conservadores, disruptivos, arriesgados, digitales…. Busca un asesor que sea afín a ti y que vea el mundo de similar manera, eso hará que la comunicación entre ambos sea más fluida. 5.Huye del asesor cuñado. El que te dice que con él te vas a ahorrar trámites, impuestos, y que pagarás menos… El intruso. El que lleva la contabilidad por las tardes en su casa cuando sale de trabajar. El que no está colegiado y asegurado y, por lo tanto, no te puede hacer factura y no le podrás reclamar. Y aunque siempre encuentres a alguien que te diga que lleva dos años con él, que se ha ahorrado una pasta y que no le ha pasado nada, no te metas ahí porque no merece la pena. A eso le llamo la falacia de la prescripción, porque si todas las barbaridades que ha hecho prescriben, no pasa nada y todos felices. Pero recuerda que hay cuatro años para que la administración y sus inspectores te revisen las cuentas, y suelen hacerlo acumulando esos cuatro ejercicios. Al que lleva dos años contento le quedan tres del primer ejercicio y cuatro del segundo para que le hagan comprobaciones. Y cuando llegue ese momento, que llegará, tendrá que pagar todo lo ahorrado de golpe, más multas que rondan el 150% de lo defraudado, intereses de demora y, si se sobrepasan los 120.000€ por impuesto y año… ¿dónde crees que estará el asesor cuñado? Te aseguro que te dirá que hizo lo que tú le pediste y que conocías los riesgos. O algo más curioso: me he encontrado en situaciones donde la estrategia de este espécimen ha sido la de decir que la multa era de 50.000€, pero que él ha conseguido dejarla en 15.000€. Pero la realidad, sin ir más lejos, es que una ola de ruina te habrá arrastrado hasta las profundidades. Así que no te dejes engañar, porque en algo llevará la razón: la culpa habrá sido tuya, aunque solo sea por haberte puesto en sus manos. 6.Observa el grado de acogida, atención, trato y nivel de importancia que te brinda el asesor. Un buen asesor es a la vez médico de cabecera y de urgencias para tu empresa. Ya hemos visto que la empresa es como una persona, de hecho, es una persona, solo que jurídica: nace, crece, se reproduce y muere. Y en todas esas etapas necesita de atención, medicina preventiva, cirugías, tratamientos, rehabilitación y hasta cuidados paliativos. No te extrañes si un viernes a última hora te llega una notificación de Hacienda o la Seguridad Social. Piensa en el fin de semana que vas a pasar. ¿Qué ocurre si tu asesor te hace esperar horas y horas antes de atenderte? Si no eres importante para él o si puede pasar de ti sin que su cuenta de resultados lo resienta, ¿crees que hará algo o lo dejará para el lunes? Es una tontería, y probablemente el asesor lleve razón y haya que esperar al lunes, pero es un detalle que puede conllevar riesgos graves asociados. ¿Estará disponible el día que realmente lo necesites con urgencia? 7.Busca profesionales proactivos y anticipativos. Rellenar el modelo del IVA y presentarlo en tiempo y forma está muy bien, pero no es suficiente. Tu asesor debe comunicarte y anticiparte cambios en la legislación que te puedan afectar para que actúes en consecuencia. Debe hacerte una planificación fiscal, laboral o de cualquier otra índole que te permita ahorrar costes de estructura y ser más competitivo. Compartir contigo información valiosa sobre los métodos que usan empresas líderes y de la competencia, aportar valor y ayudarte a convertirte en un pionero y líder en campos que no sean exclusivos de tu producto. Si, por ejemplo, tu asesor se anticipa a los protocolos de igualdad en el trabajo que va a exigir el Gobierno y te ayuda a implementarlos antes de que sea obligatorio, no solo habrás evitado una sanción por inspección, si no que te habrás convertido en un referente en ese campo: una empresa igualitaria con documentación oficial que lo acredita. Eso también es filosofía de empresa y ayuda a crear branding. Una marca que te ofrece un producto de calidad, a un buen precio y con valores. Un asesor mediocre te dirá que ya lo iremos viendo, y que lo abordaremos cuando sea obligatorio. En este caso, es muy probable que no esté al día de los cambios regulatorios, y eso es un problema en potencia. 8.Profesionalidad. Los profesionales deben ser humildes y deben tener la capacidad de trabajar en equipo y en coordinación con otros expertos de distintos campos. Tarde o temprano vas a necesitar la acción coordinada de varios de tus asesores e incluso de tu propio equipo. Si el profesional en cuestión no sabe trabajar en armonía con otros, se cree superior a los demás y no está dispuesto a adaptarse a otros puntos de vista buscando soluciones integradoras, será la empresa quien realmente sufra los efectos perjudiciales de esa actitud negativa. 9.Busca un profesional que tenga inteligencia académica, pero que también posea inteligencia emocional. Es muy importante que tu asesor sea empático y tenga dotes reales de liderazgo, capacidad de adaptación a cada circunstancia y al lenguaje de los distintos interlocutores, asertividad y capacidades para la resolución de conflictos y gestión de problemas. En resumen, que sepa mantener la calma y la distancia necesaria que tú difícilmente podrás soportar. Me contaron una historia que, independientemente de su veracidad, es muy esclarecedora. Para la campaña electoral de Richard Nixon, escogieron una foto evocadora y muy profesional. Una vez que habían impreso millones de pasquines, alguien se dio cuenta de que esa foto había obtenido varios premios importantes y que tenía derechos de copyright. Se enfrentaban a tirar cientos de miles de dólares en publicidad o a una demanda millonaria por parte del autor. Uno de los asesores pidió el teléfono del fotógrafo y se puso en contacto con él. Le dijo que iban a imprimir millones de panfletos para la campaña y que estaban pensando en publicar su foto en la portada, la cual iba a tener un gran impacto en todo el país y le iba a proporcionar una publicidad impresionante. Acto seguido, le preguntó cuánto estaría dispuesto a pagar para que su foto se hiciera así de famosa. El fotógrafo contestó que no podía pagar tanto dinero, pero que lo que sí podía hacer era ceder los derechos de la obra a la campaña y enviarles un talón de 250$ como apoyo a la misma. Mientras cualquiera en esta situación hubiese perdido los nervios y empezado a valorar el menor de los males, un buen asesor es capaz de mantener la calma y buscar soluciones creativas. Es cierto, un buen asesor se paga solo. 10.El asesor debe ayudarte a reducir tus miedos y la incertidumbre en la que vas a nadar todos los días. El miedo es paralizante, no te deja pensar ni enfocarte en tu objetivo principal, así que unos asesores que te aporten confianza y te den la tranquilidad de saber que estás en buenas manos es fundamental. Tu objetivo es vender y crecer, mejorar tus productos, atraer y enamorar clientes. Si nadas con miedo al Gobierno depredador y arbitrario, a los juzgados y los bancos, y no te enfocas en lo realmente importante, puedes acabar perdiendo tu empresa por algo que pasará o no pasará. Enfócate en los tiburones, porque si miras constantemente hacia otro lado te acabarán engullendo. Por último, voy a exponerte tres aspectos generales que debes tener en consideración a la hora de elegir a los asesores que te ayudarán en tu proceloso camino: En primer lugar, adapta y evoluciona. Cuando arrancas con tu idea es probable que el primer perfil que elijas sea el correcto: porque se adapte bien a tus necesidades, te pueda dedicar más tiempo, sus conocimientos sean los adecuados para esa fase o te preste la importancia que necesites en ese momento. Pero es posible que cuando vayas aumentando tu mercado, clientes y fórmula de negocio necesites otro perfil diferente o complementarlo con otro/s asesor/es. Quizá el caso más claro sea el de la internacionalización, pues si creces en otros países necesitarás asesores especializados e incluso propios del país donde te expandas. Siempre hay que agradecer los servicios prestados y tener en consideración a las personas que te han ayudado a crecer. Valora y actúa con elegancia, pero con urgencia. No te pares. En segundo lugar, sopesa qué es lo que más te interesa, si las grandes firmas o profesionales independientes. Existen grandes firmas consultoras y de abogados de reconocido prestigio y muy afamadas. Decide qué es lo que más te conviene, ya que lo normal es que sus honorarios se te escapen y lo