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8
COLECCIÓN "ESTUDIOS SOBRE CIENCIAS DEL DEPORTE"
En 1994 apareció el primer número de unas publicaciones monográficas con el título general
de SERIE ICd DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DEL DEPORTE". Esta publicación del
Consejo Superior de Deportes tenía como objetivo satisfacer la demanda de información
científica especializada, difundiendo los trabajos que, en la mayoría de los casos eran el resultado
de proyectos de investigación subvencionados por el propio organismo y los cuales, por su
calidad, actualidad y rigor científico, se consideraban de interés para los especialistas.
Al cabo de varios años, la demanda de este tipo de información sigue vigente, pero se ha visto
la necesidad de atender también otras demandas y difundir informes técnicos, estadísticas y
estudios que, siendo de gran interés para determinados sectores, no tenían cabida en la serie
interpretando su título en un sentido estricto
Este es el motivo que llevó al editor a crear, en 2001, un nuevo título de colección más amplio
y con una imagen nueva - "Estudios sobre Ciencias del Deporte" -, bajo el cual continuará, por
un lado, con el mismo planteamiento de calidad y rigor científico la Serie de Investigación. Al
igual que en la etapa anterior, los trabajos que se publican en la misma son seleccionados por un
Comité Científico, y están sujetos a la "Normativa General para la presentación de trabajos" del
Programa de publicaciones del Consejo Superior de Deportes.
Por otra parte, se inició, con numeración independiente y dentro de la misma colección, una
nueva "Serie de Informes", con contenidos y objetivos diferentes que se seleccionarán con los
criterios adecuados para satisfacer las necesidades de distintos sectores de destinatarios sobre
temas y aspectos de actualidad.
Los nuevos nombres e imagen se aplican también a los números de la «SERIE ICd DE
INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DEL DEPORTE» que, como el presente, han quedado
agotados y se reeditan.
Las referencias bibliográficas correspondientes a los artículos publicados en la colección
"Estudios sobre Ciencias del Deporte", elaboradas por el Servicio de Documentación, se remiten
para su inclusión en la base de datos bibliográfica sobre deportes ATLANTES, fruto de la
colaboración entre distintos centros de documentación e información y bibliotecas deportivas
españolas e iberoamericanas. Esta base de datos se encuentra en uno de los dos CD-ROM de
Silver Platter que albergan además SPORTDISCUS y HERACLES.
PVP: 7,00 €
I.V. A. incluido
MINISTERIO
DE EDUCACIÓN,
CULTURA Y DEPORTE
ISBN 84-7949-133-7
3 38
G/3
DEC
m
DOS DE ESTUDIO
SICION CORPORAL
EN DEPORTISTAS
C 3
CSD
ESTUDIOS SOBRE
CIENCIAS DEL DEPORTE
MÉTODOS DE ESTUDIO
COMPOSICIÓN CORPORAL
EN DEPORTISTAS
CONSEJO SUPERIOR
DE DEPORTES
ESTUDIOS SOBRE
CIENCIAS DEL DEPORTE
ÍNDICE
MÉTODOS DE ESTUDIO DE COMPOSICIÓN
CORPORAL EN DEPORTISTAS
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas
de alto nivel
Canda Moreno, A.S.
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
Pacheco del Cerro, J.L.
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría
fotónica Dual de Rayos X: aplicaciones y limitaciones en el ámbito
del deporte
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética
en deportistas
González de Suso, J.M. y Porta, J.
Icd - N° 8
Estudios sobre Ciencias del Deporte. Serie de Investigación
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE
Consejo Superior de Deportes
ÍNDICE
MÉTODOS DE ESTUDIO DE COMPOSICIÓN
CORPORAL EN DEPORTISTAS
Pág.
I. ESTIMACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA MUSCULAR EN DEPOR-
TISTAS DE ALTO NIVEL 9
Introducción 11
Material y métodos 15
Resultados 16
Discusión 21
Bibliografía 24
II. VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA GRASA EN ATLETAS DE
ÉLITE 27
1. Introducción 29
2. Composición corporal y masa grasa 29
3. Métodos de valoración de la composición corporal 31
4. Material y métodos 40
5. Resultados 43
6. Discusión 48
7. Conclusiones 49
8. Bibliografía 50
III. EVALUACIÓN DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL MEDIANTE ABSORCIO-
METRÍA FOTÓNICA DUAL DE RAYOS X: APLICACIONES Y LIMITACIO-
NES EN EL ÁMBITO DEL DEPORTE 55
1. Composición corporal y deporte 57
2. Composición corporal y salud 58
3. Técnicas para la determinación de la composición corporal 59
Agradecimientos 74
Bibliografía 75
IV. DETERMINACIÓN DEL TEJIDO ADIPOSO POR RESONANCIA MAGNÉTI-
CA EN DEPORTISTAS 81
Introducción 85
Material y métodos 86
Resultados 92
Discusión 96
Conclusiones 99
Agradecimientos 99
Referencias 100
ESTIMACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA
MUSCULAR EN DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL
ANTHROPOMETRIC ESTIMATION OF MUSCLE
MASS IN TOP CLASS SPORTSMEN
Canda Moreno, A.S.
Dirección para correspondencia:
Alicia S. Canda Moreno
Centro Nacional de Investigación
en Ciencias del Deporte (C.N.I.C.D.)
C/Del Greco, s/n
28040 Madrid
Canda Moreno, A.S.
Alicia S. Canda Moreno: Jefe del Servicio de Antropometría del
Centro Nacional de Medicina del Deporte, (CNICD), perteneciente
al Consejo Superior de Deportes. Actual presidenta del Grupo
Español de Cineantropometría. Miembro del Comité Científico de
la Federación Española de Medicina del Deporte. Profesor colabo-
rador en la Escuela de Medicina de la Educación Física y el
Deporte.
Resumen: El objetivo del trabajo fue la valoración de la masa mus-
cular(MM) de las diferentes modalidades deportivas y contrastar los
métodos antropométricos aplicados. Se estudiaron 342 deportistas
masculinos pertenecientes a 16 disciplinas: halterofilia (23); judo
(27); remo (19); piragüismo (24); rugby (33); atletismo fondo (25);
atletismo velocidad (24); boxeo (9); baloncesto (38); gimnasia (7); tiro
olímpico (12); esgrima (21); fútbol (25); natación (10); ciclismo (23) y voleibol (22).
Para el cálculo de MM se emplearon los métodos descritos por: De Rose-Guimaraes (GREC);
Drinkwater-Ross (1980); y Martin y col. (1990). Las áreas musculares (CSA) de brazo y muslo se
estimaron por las ecuaciones de: Wartenweiler, Hess y Wüest (1974); y Housh y col. (1995).
Los valores extremos de MM tanto inferior (A. Fondo, boxeo, ciclismo y gimnasia) como superior
(remo, voleibol, baloncesto y rugby) tienen pocas variaciones entre los tres métodos; mientras que
en el rango intermedio, observamos importantes diferencias según el procedimiento empleado. Si
estudiamos la MM como porcentaje respecto al peso corporal, solo existe coincidencia en tiro
olímpico, A. velocidad y A. fondo .
La CSA media de1 brazo fue de 65,24 cm2 , variando entre 42,1 cm2 (A.Fondo) y 79,94 cm2
(rugby) . La CSA del muslo fue de 148,86 cm2- con un rango entre 128,82 cm2 (boxeo) y 163,09
cm2(rugby).
En la valoración de un atleta aconsejamos la utilización de más de un método antropométrico,
teniendo siempre en cuenta las características del deporte al que pertenece.
Palabras clave: Composición corporal, masa muscular, antropometría, deporte.
Abstract: The purpose of this study was to estímate muscle mass (MM) in different sports disciplines,
and to compare three different anthropometric methods. A total of 342 sportsmen from 16 disciplines
were studied: weight-liftlng (23); judo (27); rowlng (19); canoeíng (24); rugby (33); track and field, long
distance running (25) and sprinting (24); boxlng (9); basketball (38); gymnastics (7); shootlng (21);
fencing (21); soccer (25); swimming (10); cyclíng (23) and volleyball (22).
The three different methods applled to estímate the MM were those described by: De Rose-Gulmaraes
(GREC), Drinkwater-Ross (1980), and Martin et al. (1990). Cross sectional área (CSA) of the arm and
thigh according to tne equation of Wartenweiler, Hess and Wüest (1974); and Housh el al. (1995) were
also applied.
Valúes of MM at both ends of the distribution e.g.: long-distance running, boxing, cycling and gymnastics
at the lower range and rowing, volleyball, basketball and rugby at the upper range end, show little
variatíon with the three methods employed, while in the middle range wide differences were observed
dependingon the equations used. When MM was evaluated as a percentage of body weight, only ¡n
shooting, sprinting, and long-distance running dld the valúes coincide.
The average CSA of the arm was 65.24 cm2, ranging between 42.1 cm2 (long-distance running) and
79.94 cm2 (rugby). At the thlgh site CSA was 148.86 cm2, also ranging between 128.82 cm2 (boxing)
and 163.09 cm2 (rugby).
We propose that more than one anthropometric method should be used to evalúate MM, considering the
characterístics of the sport ¡nvolved.
Keywords: Body composition, muscle mass, anthropometry, sport.
10
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
INTRODUCCIÓN
El estudio de la composición corporal comprende la determinación de los componentes
principales del cuerpo humano, las técnicas y métodos utilizados para su obtención y la
influencia que ejercen los factores biológicos como la edad, sexo, estado nutritivo o la acti-
vidad física (1).
Se han establecido diferentes modelos en la caracterización de los más de 30 componen-
tes principales descritos. Wang y col.(2) los clasifican en 5 niveles de complejidad crecien-
te: atómico, molecular, celular, tisular y corporal total (Tabla I). La suma de los componen-
tes de cada nivel ha de ser igual al peso corporal. El componente de masa muscular esta
en el cuarto nivel o tisular.
Tabla I. Modelos de Peso corporal (P.C.) para diferentes niveles de
composición corporal.*
Nivel Ecuación Modelo
Atómico
Molecular
P.C. = Ca+P Na + CI + Mg 11 Componentes
Celular
P.C. = Gr. + H2O + Prot. + T.M.B. + T.M.O. + G
P.C. = Gr. + H2O + Prot. + M
P.C. = Gr. + H2O + sólidos
P.C. = Gr. + T.M.O. + residual
P.C. = Gr. + P.L.G.
P.C. = M.C. + F.E.C. + S.E.C.
P.C. = Gr. + M.C.C. + F.E.C. + S.E.C.
S. tisular P.C. = T.A. + T.M.E. + T. óseo + otros tejidos
Corporal total Tamaño/Forma/Características físicas
6 Componentes
4 Componentes
3 Componentes
3 Componentes
2 Componentes
3 Componentes
4 Componentes
5 Componentes
Gr. (grasa); Prot. (proteínas); T.M.B. (tejido mineral blando); T.M.O. (tejido mineral óseo); G. (glucógeno);
M. (mineral); P.L.G. (peso libre de grasa); M.C. (masa celular); F.E.C. (fluido extracelular);
S.E.C. (sólidos extracelulares); M.C.C. (masa celular corporal); T.A. (tejido adiposo); T.M.E. (músculo esquelético).
* Tornado de Wang y col. (1995)
Dentro de la población deportista la valoración del componente de masa muscular tiene
interés debido a la amplia variedad de modalidades deportivas, en que los atletas difieren
más en su desarrollo muscular, que en la cantidad de grasa corporal; siendo el grado alcan-
zado y su perfil regional mejores determinantes del rendimiento físico, que la propia grasa
(3). La fuerza es una cualidad cada vez más importante en el gesto deportivo, existiendo
una relación directa entre la fuerza máxima y la masa muscular. Por tanto, a la hora de ela-
borar el perfil fisiológico de los atletas, la masa muscular puede ser un parámetro esencial
(3,4,5).
Tittel, K y Wutscherk, H, (6) dividen los deportes en categorías desde el punto de vista
antropométrico , según la dirección de la fuerza a desarrollar (centrípeta o centrífuga) y
11
Canda Moreno, A.S.
dependiendo de si la resistencia externa es constante (lanzamientos: disco, martillo, peso y
jabalina; remo y piragüismo), variable (halterofilia) o si es la de un oponente (deportes de
combate: judo, boxeo, esgrima). Los deportes de fuerza forman un grupo heterogéneo,
generalmente son acíclicos, pero también los hay cíclicos como puede ser el remo, en los
que el factor tiempo debe ser añadido. Estos requerirán por tanto de las capacidades de
fuerza y de resistencia. Las diferentes demandas y características de las especialidades
deportivas determinaran la morfología de los atletas que las practican.
La mayoría de los métodos para la determinación de la composición corporal siguen el
modelo clásico de dos componentes: peso graso (F: Fat) y peso magro (LBM: Lean Body
Mass). Se asume que las densidades son conocidas y constantes, para la grasa 0,9 kg./l
y para el peso libre de grasa (LBM) de 1,1 kg./l. Si ya es discutible que la densidad de la
grasa sea constante, lo es más respecto a la densidad de la masa magra, ya que la propor-
ción de sus constituyentes varía con la edad, el crecimiento y desarrollo, la raza, enferme-
dad, etc.
La utilización del LBM como estimativa de la masa muscular se basa en que esta es su
principal constituyente, relacionándose ambas proporcionalmente. Forbes y Bruining (1976)
sugieren que alcanza el 49% del total del LBM; mientras que Parys y col. (1986) lo cifran
en 54% para hombres y 48,1% para las mujeres; y en el estudio de cadáveres de Martin y
col. el rango para hombres se sitúa entre 45,6 a 59,7% (7). Es decir, la masa muscular
estaría alrededor del 50% de la masa libre de tejido adiposo, pero con una cierta variabili-
dad ya que dicho componente esta formado también por el tejido óseo, órganos, visceras,
grasa esencial y fluidos no incluidos en el resto; los cuales pueden estar en mayor o menor
proporción y afectar a la relación LBM y masa muscular.
Se han desarrollado diferentes métodos para la determinación "directa" o específica de la
masa muscular con la ayuda de las nuevas tecnologías (Tabla II). Ninguno de ellos ha
demostrado claramente su validez (8), requiriendo de medios sofisticados y costosos. Se
piensa que en el futuro estas técnicas o la combinación de ellas, puedan ser de utilidad
para estudios de validación y comparación entre diferentes grupos de población, incluidos
los atletas (7); destacando la DXA (Absorciometría Radiológica de doble energía) y la RNM
(Resonancia Nuclear Magnética) como las de más potencial y seguridad dentro de la valo-
ración de la composición corporal.
Tabla II. Técnicas para la estimación de masa muscular
IN VIVO IN VITRO
\ Disección de cadáveres Biopsia de tejidos
Antropometría T. de Imagen T. Isotópicas M. Químicos
Ultrasonidos K40 Creatinina Urinaria
DXA N15 Creatinina 3 Metil-Histidina Urinaria
RNM NAA
TAC
DXA: Absorciometría Radiológica de doble energía. RNM: Resonancia Nuclear Magnética.
TAC: Tomográfia axial computarizada. NAA: Análisis de Activación de Neutrones.
12
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
La antropometría es una técnica sencilla, no invasiva, útil tanto en el estudio de composi-
ción corporal como en la descripción de la morfología mediante el somatotipo y el análisis
de la proporcionalidad de las medidas corporales. Dentro de este campo. J.Matiegka en
1921 fue el primero que propuso el fraccionamiento del peso corporal en cuatro componen-
tes: graso, muscular, óseo y residual; interesándose sobre todo en la estimación de la fuer-
za muscular a través de la predicción de la masa muscular. La fórmula de Matiegka para la
masa muscular incluía la estatura, cuatro perímetros (brazo flexionado, antebrazo, muslo y
pierna) corregidos por los pliegues cutáneos y una constante (9).
Las ecuaciones originales de Matiegka han sufrido posteriormente modificaciones por otros
autores. Una de ellas fue con motivo del Proyecto Antropológico de los Juegos Olímpicos
de Montreal (MOGAP) en 1976. Para facilitar su aplicación se sustituyeron ciertas medidas
no realizadas de forma habitual en los protocolos de estudio antropométrico y se redefinie-
ron las constantes utilizando los valores del Phantom (9). Posteriormente en 1984, Drink-
water y col.(10), hicieron una validación de las ecuaciones originales de Matiegka y calcula-
ron nuevos coeficientes, a partir de los datos de 13 cadáveres no embalsamados. Con esta
corrección, el error para la masa muscular en hombres baja de 11,5% a 3,2%.
Basándose en este modelo de 4 componentes (graso, muscular, óseo y residual) Drinkwa-
ter y Ross en 1980 (9), propusieron un método siguiendo la estrategia de proporcionalidad
del Phantom de Ross y Wilson (Figura I). EL fraccionamiento de los componentes del peso
del Phantom se realizó arbitrariamente a partir de los datos de cadáveres dados porBehn-
ke (1974). La puntuación típica o "z" es una medida estadística de dispersión, se resta al
valor obtenido de cada individuo la media del grupo y se divide por la desviación típica . En
este caso la media y desviación utilizadas son las del Phantom, y el valor se corrige res-
pecto a la talla. Se obtiene la "z" de las variables que intervienen en cada componente y se
sustituye en la fórmula derivada de la anterior (Figura I).
Figura I. Método de Drinkwater-Ross 1980
Fraccionamiento del Phantom
Peso corporal total
64,58 kg
Peso Graso
12,13 kg
Peso Magro
52,45 kg
Procedimiento:
z = 1 / std P. [v . (170,18/talla)d - valor P]
M - (Z . std P + valor P) / (170,18/talla)3
P. Muscular
25,55 kg
P. Oseo
10,49 kg
P. Residual
16,41 kg
M. muscular: variables: Brazo relajado, antebrazo, tórax, muslo y pierna,
z: puntuación típica de la variable . v: variable o medida seleccionada,
d = 1 (perímetros), std P y valor P: desviación estándar y valor del phantom.
Z: valor medio de la z de las variables predictoras de cada masa.
13
Canda Moreno, A.S.
Existen además, dos ecuaciones antropométricas que estiman la masa muscular de forma
independiente (Tabla III). La primera se debe a Heymsfield y col. (11), en ella se relaciona
el área muscular del brazo, calculada a partir de la circunferencia media del brazo y del
pliegue del tríceps, con la masa muscular total, incluyendo también la variable de la talla.
Su ecuación esta basada en las correlaciones del estudio antropométrico con la tomografía
computerizada (TC) y la excreción urinaria de creatinina.
La segunda ecuación fue desarrollada por Martín y col. en 1990 (3), conforme a los datos
antropométricos y de disección de 12 cadáveres. Las medidas que intervienen en su fórmu-
la son la talla y tres perímetros (antebrazo, muslo corregido y pierna corregido). Esta fórmu-
la fue aplicada en un grupo de 62 deportistas masculinos (5) donde se comprobó su utilidad
en la descripción y comparación de la masa muscular según los tipos y demandas funcio-
nales de cada deporte.
Tabla III. Ecuaciones de predicción para la masa muscular
* Heymsfield y col. 1982.
- AMB c = [ (P.M.B.-TC Pl. triceps)2/(4 jt)] - k (k = 10 hombres; k = 6,5 mujeres)
- MM (kg) = Talla * [0,0264 + (0,0029 * AMB c) ]
* Martin y col. 1990
- M M (kg) = Talla (0,0553* P.M.c2 + 0,0987 *P.AB.2 + 0,0331 *P.P.c.2) - 2445
AMB c: Área media del brazo corregida. P.M.B.: Perímetro medio del brazo. P.M.c: Perímetro muslo corregido it
veces por el pliegue muslo anterior. P.AB.: Perímetro de antebrazo. P.P.c: Perímetro de pierna corregido por TÍ veces
el pliegue de pierna medial.
La valoración antropométrica de masa muscular puede realizarse también a partir de índi-
ces estimativos del desarrollo muscular, algunos de estos se recogen en la tabla IV. Con-
sisten en el cálculo de las áreas transversales ( CSA: cross sectional área) a nivel de las
extremidades (Figura II), donde la hipertrofia muscular es más importante. Han servido
para describir y comparar diferentes poblaciones y han sido utilizadas además para prede-
cir la fuerza muscular y la fuerza por unidad de CSA muscular (12, 13, 14, 15, 16, 17, 18).
Tabla IV. índices antropométricos de masa muscular
* Heymsfield y col. 1982.
- Área muscular del brazo:
AMB c = [ (P.M.B.-TI Pl. triceps)2/(4 K) ] - k
(k = 10 hombres; k = 6,5 mujeres)
- Área muscular de la pierna:
AMP = (P.P.-JI Pl. pierna medial)2/(4 n)
* Wartenweiler, Hess y Wüest. 1974
- Área muscular de una extremidad:
M + B B
Para el brazo, sería
dM + B = (P.M.B. In) - (Pl.biceps+Pl.triceps)
dB = Diáfisis del hueso = Diámetro de la Epífisis por una constante = 3,1 para húmero
* Houshycol. 1995
- Área muscular total del muslo:
(4,68* P.M.M.) - (2,09* pl.muslo anterior) - 80,99
P.M.B.: Perímetro medio de muslo. P.P.: Perímetro de pierna. P.M.M.: Perímetro de muslo medio. dM+B: diámetro
óseo y muscular. dB: diámetro óseo.
14
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
Figura II. índices antropométricos
PL. Bíceps -
circunferencia
d = -
PL. Tríceps
Modelo para el cálculo del área muscular de una extremidad
(CSA: CROSS SECTIONAL ÁREA)
El avance en las técnicas de laboratorio, como la tomografía computerizada (TC) y la reso-
nancia nuclear magnética (RNM), ha extendido su utilización, con la obtención de nuevos
índices de mayor fiabilidad. Ejemplo de ello, es la ecuación desarrollada por Housh y col
(16), que se basa en la correlación de 2 medidas antropométricas (circunferencia de muslo
medio y pliegue muslo anterior) con los datos obtenidos por RNM.
En general, se piensa que estos índices antropométricos sobrestiman la CSA muscular y
que este error aumenta con el nivel de adiposidad y con la edad (19 ).
El objetivo de nuestro trabajo es el estudio del peso muscular y del perfil de desarrollo mus-
cular a nivel de las extremidades (brazo y muslo) en una amplia muestra de deportistas
varones, con el fin de obtener valores representativos para cada modalidad deportiva y
analizar las diferencias según el método utilizado.
MATERIAL Y MÉTODOS
La muestra consta de un total de 342 deportistas masculinos pertenecientes a 16 discipli-
nas deportivas, que compiten a nivel nacional y/o internacional. Los deportes estudiados
han sido: halterofilia (n=23), judo (n=27), remo (n=19), piragüismo (n=24), rugby (n=33),
atletismo en especialidad fondo (n=25), atletismo en especialidad velocidad (n=24), boxeo
(n=9), baloncesto (n=38), gimnasia (n=7), tiro olímpico (n=12), esgrima (n=21), fútbol
(n=25), natación (n=10), ciclismo (n=23) y voleibol (n=22).
Las características deportivas del grupo estudiado son : años de entrenamiento, 9,8±4,2;
días a la semana, 5,7±1,1 ; y horas al día3,2±1,1 .
La técnica de medida seguida se basa en las recomendaciones del Grupo Internacional de
Trabajo de Cineantropometría (IWGK). Las medidas corporales realizadas son : Peso.
15
Canda Moreno, A.S.
Talla. Perímetros: brazo relajado, antebrazo, tórax, muslo y pierna. Diámetros: biestiloideo
de muñeca, biepicondíleo de húmero y bicondíleo de fémur. Y pliegues cutáneos: tríceps,
bíceps, abdominal, ileocrestal, supraespinal, subescapular, muslo anterior y pierna medial.
Para el cálculo de la masa muscular se emplearon 3 métodos diferentes. El primero
de ellos, es el propuesto por De Rose y Guimaraes, y aceptado por el Grupo Español de
Cineantropometría (20). Este método emplea el modelo tetracompartimental (pesos graso,
óseo, muscular y residual), obteniéndose el componente muscular de forma indirecta a tra-
vés del peso corporal total, al que se le resta el peso de los otros componentes (tabla V).
Los otros dos métodos han sido ya comentados: Drinkwater y Ross (9) que sigue también
el modelo de 4 componentes pero independientemente del peso corporal, y el de Martin y
col (3) con su fórmula específica para el calculo de la masa muscular.
Tabla V. Modelo tetracompartimental propuesto por De Rose y Guimaraes
• Peso Graso:
- (peso total * % grasa) /100
- % graso = {(Tríceps + Subescapular + Supraespinal + Abdominal) * 0,153} + 5,783
* Peso Residual:
- peso total * 0,241
* Peso Óseo:
- 3,02*(estatura2'diámetro biestiloideo muñeca*diámetro bicondíleo fémur *400)0'712
* Peso Muscular:
- Peso total - (peso graso + peso óseo + peso residual)
(Unidades: pesos en kilogramos; pliegues cutáneos en milímetros; peso óseo, medidas en metros)
En el estudio de las áreas musculares (CSA) del brazo y muslo fueron elegidas para su
aplicación las ecuaciones de Wartenweiler, Hess y Wüest (21) para la CSA del brazo y la
de Housh y col (17) para CSA del muslo. Para analizar las diferencias en los deportes
estudiados (mayor o menor desarrollo proporcional) y comparar el desarrollo de la extremi-
dad superior (brazo) con la extremidad inferior (muslo); se utilizó la estrategia seguida en el
método Phantom de proporcionalidad. Se calculó los valores "z" o puntuaciones típicas de
las variables (medida de dispersión respecto a una media, dentro de una distribución nor-
mal), pero se sustituyólos valores del Phantom por los valores medios de nuestra muestra
(n=342). La significancia estadística se fijó en + 2 errores estándar. Este método ya ha sido
utilizado por otros autores (14).
Los datos obtenidos fueron tratados mediante estadística descriptiva y comparativa:
ANOVA (test de Scheffé) considerándose significativo a partir de una p <0,05.
RESULTADOS
Las características antropométricas generales de la muestra se recogen en la tabla VI.
Podemos observar la gran variabilidad tanto en el peso corporal como en la talla; de un
peso medio de 61,5 kg. en atletismo de fondo, a 92,2 kg. de peso medio en baloncesto; y
de una talla media en halterofilia de 170,1 cm, a la talla media de baloncesto de 196,4 cm.
La grasa corporal subcutánea estimada mediante el sumatorio de ocho pliegues (4 de tron-
co y 4 de extremidades), también varía dentro de un rango amplio, debido a las diferencias
morfo-funcionales que existen entre las modalidades deportivas estudiadas.
16
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
Tabla VI. Características generales de la muestra
Halterofilia
Judo
Remo
Piragüismo
Rugby
Atl. Fondo
Atl. Velocidad
Boxeo
Baloncesto
Gimnasia
Tiro Olímpico
Esgrima
Fútbol
Natación
Ciclismo
Voleibol
TOTAL
Numero
23
27
19
24
33
25
24
9
38
7
12
21
25
10
23
22
342
Edad (años)
21,68 + 0,6
24,3 ± 0,7
25,28 ±1,1
21,77 ±0,7
25,27 ± 0,6
28,59 ± 0,8
25,31 ± 0,6
21,56 ±0,7
22,6 ± 0,5
20,56 + 1,2
25,16 ±1,6
27,15 ±0,9
24,45 ± 0,8
20,16 ±0,8
22,72 ± 0,6
24,89 ± 0,8
24,17 ±0,2
Talla (cm)
170,06 ±1,8
177,31 ±2,0
183,87 ± 1,4
178,35 ±0,9
182,3 ± 1,1
173,35 ± 1
181,06± 1,1
170,39 + 3,2
196,43 ±1,4
171,41 ±2,1
173,46 ±1,8
180,83 ±1,5
181,26 ± 1,0
183,68 ± 1,1
174,07 ± 1,1
192,39 ± 1,1
180,84 ±0,5
Peso (Ka)
78,01 ± 3,5
80,45 ± 3,1
80,76 ± 2,1
78,53 ± 0,8
90,47 ±2,1
61,49 ±0,9
75,32 ±1,0
63,34 ± 2,7
92,18 ±1,8
66,4 ± 2,1
78,15 ±4,2
75,39 ± 1,4
79,5 ±1,4
77,06 ± 1,2
65,16 ± 1,0
85,31 ± 1,3
78,68 ± 0,7
1 8 pl. (mm)
84,85 ± 8,2
76,5 ± 7,4
60,6 ±3,1
70,41 ± 2,7
102,42 ±6,7
47,03 ± 1,9
49,72 ±1,5
54,49 ± 4,9
92,1 +5,5
50,97 ± 2,3
147,2 ±16,7
78,22 ± 5,0
76,27 ± 3,8
74,45 ± 5,1
50,08 ± 2,2
65,11 ±4,5
74,56 ± 1,9
(Media ± error estándar)
Tabla Vil. Valores de masa muscular según los tres métodos descritos
Halterofilia
Judo
Remo
Piragüismo
Rugby
A. Fondo
A. Velocidad
Boxeo
Baloncesto
Gimnasia
Tiro Olímpico
Esgrima
Fútbol
Natación
Ciclismo
Voleibol
TOTAL
NQ
23
27
19
24
33
25
24
9
38
7
) 12
21
25
10
23
22
342
"GREC"
kg
37,05 ± 1,4
37,97 ± 1,1
39,05 ±1,0
37,91 ± 0,4
41,7 ±0,8
29,36 ± 0,5
36,8 ± 0,5
30,66 ±1,3
41,6 ±0,7
32,12 ± 1,0
32,65 ± 1,4
35,02 ± 0,6
37,71 + 0,7
36,84 ± 0,6
31,21 ±0,15
40,22 ± 0,7
36,91 ± 0,3
%
47,84 ± 0,6
47,56 ± 0,5
48,35 ± 0,2
48,29 ± 0,3
45,6 ± 0,5
47,76 ± 0,2
48,85 ± 0,2
48,44 ± 0,4
45,31 ±0,4
48,38 ± 0,3
42,16 ±1,1
46,51 ±0,4
47,46 ± 0,3
47,82 ± 0,5
47,9 ± 0,2
47,14 ±0,3
47,12 ±2,4
DRINKWATER y ROSS
kg
34,56 ± 1,3
36,29 ± 1,1
38,39 ±1,0
36,77 ± 0,4
39,96 ± 0,9
28,56 ± 0,5
35,89 ± 0,6
29,59 ± 1,3
42,23 ± 0,8
32,09 ± 1,1
31,65 ± 1,1
34,85 ± 0,7
36,07 ± 0,6
36,7 + 0,6
30,25 ± 0,6
39,54 ± 0,6
36,03 ± 0,3
%
44,66 + 0,5
45,36 ± 0,4
47,58 ± 0,5
46,83 ± 0,2
44,3 ± 0,4
46,41 ± 0,3
47,64 ± 0,3
46,7 ± 0,6
45,89 ± 0,4
48,32 ± 0,5
40,96+1,0
46,25 ± 0,5
45,42 ± 0,3
47,64 ± 0,6
46,4 ± 0,3
46,38 + 0,4
45,94 ±0,1
MARTIN
kg
46,78 ± 1,9
45,75 ± 1,6
50,03 ± 1,3
44,61 ±0,6
52,32 ± 1,2
35,45 ± 0,8
45,66 ± 0,7
36,24 ± 1,8
52,77 ± 1,1
39,14 ± 1,6
40,7 ±1,7
46,45 ± 0,9
45,85 ± 0,8
44,29 ± 0,9
39,2 ± 1,0
49,1 ± 1,2
45,85 + 0,4
y col.
%
60,24 ± 0,7
57,03 ± 0,6
62,05 ± 0,9
56,79 ± 0,5
57,95 ± 0,6
57,56 ± 0,6
60,62 + 0,5
57,14 ±12
57,29 ± 0,6
58,84 + 0,9
52,52 ±1,1
61,65 ±0,7
57,73 ± 0,5
57,48 ± 0,9
60,02 ± 0,8
57,5 ± 0,9
58,38 ± 0,2
(Media + error estándar)
17
Canda Moreno, A.S.
En la tabla Vil se ofrecen los valores obtenidos de masa muscular para los 16 deportes
estudiados, según los tres métodos descritos. El valor medio de la muestra (n = 342) por el
procedimiento indirecto (GREC) es de 36,91 kg., lo que representa el 47,12% del peso cor-
poral total; valores similares se obtienen por el método de Drinkwater y Ross, 36,03 kg. que
corresponde al 45,94% del peso; mientras que por la ecuación de Martín y col., se alcan-
zan valores superiores: 45,85 kg. que equivale al 58,38% del peso total, existiendo por
tanto, una diferencia de alrededor del 12 % con respecto a los dos métodos anteriores.
Si comparamos los resultados de masa muscular en valores absolutos por deportes y
método utilizado (Figura III), podemos observar como en los extremos tanto inferior (A.
Fondo, boxeo, ciclismo, gimnasia y halterofilia) como superior (remo, voleibol, baloncesto y
rugby) hay pocas variaciones entre los tres métodos; mientras que en el rango intermedio,
se encuentran diferencias, existiendo 5 deportes que se valoran en mayor o menor medida
según el procedimiento empleado: por Martin y col. la esgrima y la halterofilia dan una
media más alta, mientras que el piragüismo y el judo la bajan; por Drinkwater y Ross la
natación alcanza su valor más alto.
En cuanto a porcentajes de masa muscular respecto al peso total (Figura III), encontramos
que las diferencias entre los tres métodos son mucho mayores, ya que tan solo existe coin-
cidencia en tiro olímpico (el valor más bajo), A. velocidad (valor alto) y A. fondo (valor inter-
medio). Los que se valoran con porcentajes más altos son, la esgrima y el rugby por Martin
y col.; la natación por Drinkwater y Ross; y el boxeo por el procedimiento de De Rose y
Guimaraes (GREC). Los deportes que bajan de forma importante su porcentaje son, el
piragüismo y el boxeo por la ecuación de Martin y col. ; y la halterofilia por Drinkwater y
Ross.
Los valores de las áreas musculares de brazo y muslo para cada deporte y la media de la
muestra se ofrecen en la tabla VIII. El valor medio del CSA del brazo es 65,24 cm2 , encon-
trándose en A.fondo la media más baja con 42,1cm2 y en rugby la más alta con 79,94 cm2.
El valor medio de la muestra para la CSA de muslo es de 148,86 cm2, con la media más
baja en boxeo con 128,82 cm2 y la más alta en rugby con 163,09 cm2.
Para valorar el mayor o menor desarrollo de una extremidad y comparar unos deportes con
otros, se calcularon las puntuaciones típicas respecto a la media, y se aplicó un factor de
corrección con la variable de la talla. El valor de las "z" + 2 errores estándar se muestran en
la figura IV. Se considera como diferencia estadísticamente significativa cuando no se
superponen en el gráfico las barras ("z"±2Sm) para cada deporte y para cada área. Pode-
mos observar como hay cuatro deportes en que existe una diferencia en el desarrollo pro-
porcional entre brazo y muslo; tienen más desarrollo a nivel de brazo que de muslo: pira-
güismo y baloncesto; y más desarrollo de muslo que de brazo: A.fondo y ciclismo. En
boxeo los valores de ambas "z", están próximos lo que significa un desarrollo proporcional-
mente igual en brazo y muslo. Halterofilia tiene los valores de las dos "z" superiores al
resto de los deportes, con diferencia estadísticamente significativa, excepto con judo, pira-
güismo, rugby, y gimnasia en el área de brazo.
18
Figura III. Masa muscular en las diferentes modalidades
A. Fondo'
tsoxeo'
',Oci«mo
Gimnasia ^
Tiro Olímpico;
A. Vero&aaa
Natación'
Halterofilia
ruuxji
Piragua'
JUdO
Remo
VoieiDol
Baloncesto
Mugoy
A. Fondo'
Boxeo
Ciclismo'
Tiro Ollm pico'
Jta
Esgrima'
A Velocidad'
Fútbol"
Natación
Piragua '
Romo"1
Votetool
Ri
Baloi
A. Fondo
Boxeo
Gimnasia
Ciclismo.
Tiro Olímpico"
Natación
Piragua
A. Velocidad
Fútbol
Esgrima"
Halterofilia "
Votelbol
Remo
Bak>!
Masa muscular (kg)
li
li
lí
r ' D
•
f+T-T- I -
m
Sm
10 20 30 40 50
10 20 30 40 50
GREC
Tiro Olímpico I
Gimnasia
Boxeo'
A. Velocidad
60 0
Drinkwtef v Re—
Gimnasia1
10 20 30
1 i •
40
Tlro Olímpico "
Boxeo'
Baloncesto'
Natación
Voleibor
A. Fe
Rugby'
Gimnasia
Ciclismo'
Halterolilia
A. Velocidad '
EiEsgrima'
Remo"
50 60
Masa muscular (%)t 1 1 1 1 . 1 I 1 f 1 1 I . 1 1
10 20 30 40 50 60
10 20 30 40 50 60
rn
!
6;
I'
I
i
!
o
Si
a
10 20 30 40 50 60
Figura IV. Puntuaciones "z" de CSA de brazo y muslo por deportes (z ± 2 Sm)
HALTEHOFILIA
JUDO
REMO
PIHAGÜISMO
RUGBY
AFONDO
A.VELOCIDAD
BOXEO
BALONCESTO
GIMNASIA
TIRO OLÍMPICO
ESGRIMA
FÚTBOL
NATACIÓN
CICLISMO
VOLEIBOL
ÁREA BRAZO
ÁREA MUSLO
s?
I
p
i»
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
Tabla VIII. Áreas transversales (CSA) de brazo y muslo
Halterofilia
Judo
Remo
Pirgagüismo
Rugby
At. Fondo
At. Velocidad
Boxeo
Baloncesto
Gimnasia
T. Olímpico
Esgrima
Fútbol
Natación
Ciclismo
Voleibol
TOTAL
Número
23
27
19
24
33
25
24
9
38
7
12
21
25
10
23
22
342
CSA brazo
(cm2)
73,37 ± 3
75,36 ± 2,5
67,61 ±1,61
73,67 ±1,3
79,94 + 2,91
42,1 ±1,07
60,21 ±1,77
54,24 ± 2,03
69,34 ± 1,45
66,31 + 2,92
62,42 + 2,51
59,71 ±1,23
62,04 ± 1,31
67,04 ± 1,46
49,27 ±1,51
66,06 ± 1,74
65,24 ± 0,8
CSA muslo
(cm2)
160,5 ±3,3
147,6 ±3,0
160,59 ±2,66
140,59 ±2,1
163,09 ±2,72
129,44 ±2,39
154,34 ± 1,91
128,82 ±4,5
150,92 ±2,27
136,56 ±3,92
130,26 ±3,55
154,45 ±2,7
152,15 ±1,99
143,61 ±3,38
142,17 ±3,49
150,86 ±3,53
148,86 ±0,9
Media ± error estándar
DISCUSIÓN
En las tablas IX y X se ofrece un resumen de la distinta valoración de la masa muscular
según el método utilizado. Se han numerado los deportes del 1 al 16, según el valor obteni-
do en cada método por orden creciente.
Tiro Olímpico es el deporte, que menos desarrollo muscular posee por los tres métodos
aplicados. Estos deportistas realizan en general un entrenamiento exclusivamente técnico,
siendo muy pocos los que incluyen el acondicionamiento físico en su preparación.
En el lado opuesto, tenemos Atletismo velocidad, por el método de De Rose y Guimaraes
es el deporte que más masa muscular relativa obtiene, y por los otros dos métodos también
figura dentro del rango superior. Entre sus características físicas destaca su bajo panículo
adiposo (sumatorio de ocho pliegues cutáneos muy por debajo del valor medio), una estatu-
ra dentro de la media de la muestra total y unos perímetros musculares en el rango medio,
pero destacando los de M. inferior (muslo y pierna) que se sitúan en el límite alto. Esto hace
que se beneficie por los tres métodos antropométricos, y además esta acorde con las
demandas que esta especialidad exige al atleta.
Existen varios deportes en que los que su valoración difiere significativamente según el
método utilizado. Es decir, en unos casos sobrestiman y en otros infraestiman en compara-
ción con otra modalidad deportiva y en relación a la técnica aplicada.
21
Canda Moreno, A.S.
Tabla IX. Masa muscular (Kg)
DEPORTE
A. FONDO
BOXEO
CICLISMO
GIMNASIA
TIRO OLÍMPICO
ESGRIMA
VELOCIDAD
NATACIÓN
G
1
2
3
4
5
6
7
8
D
1
2
3
5
4
7
8
11
M
1
2
4
3
5
11
8
6
DEPORTE
HALTEROFILIA
FÚTBOL
PIRAGÜISMO
JUDO
REMO
VOLEIBOL
BALONCESTO
RUGBY
G
9
10
11
12
13
14
15
16
D
6
9
12
10
13
14
16
15
M
12
10
7
9
14
13
16
15
Valoración según el método utilizado.
G (De Rose-Gimaraes, GREC), D (Drinkwater-Ross), M (Martin y col)
Tabla X. Masa muscular (%)
DEPORTE
TIRO OLÍMPICO
BALONCESTO
RUGBY
ESGRIMA
VOLEIBOL
FÚTBOL
JUDO
A. FONDO
G
1
2
3
4
5
6
7
8
D
1
6
2
7
8
5
4
10
M
1
5
10
15
7
9
3
8
DEPORTE
NATACIÓN
HALTEROFILIA
CICLISMO
PIRAGÜISMO
REMO
GIMNASIA
BOXEO
A. VELOCIDAD
G
9
10
11
12
13
14
15
16
D
15
13
9
12
13
16
11
14
M
6
13
12
2
16
11
4
14
Valoración según el método utilizado.
G (De Rose-Gimaraes, GREC), D (Drinkwater-Ross), M (Martin y col)
22
Estimación antropométrica de la masa muscular en deportistas de alto nivel
Los deportes de Rugby y Esgrima se encuentran más valorados en cuanto a su desarrollo
muscular por los métodos de Drinkwater-Ross y de Martin y col. en relación al tercer méto-
do. Ambos tienen una estatura dentro del rango medio. Los perímetros corporales son en
rugby superiores a la media y en esgrima se encuentran en el rango medio alto, razón por
la que alcanzan buenos porcentajes musculares. El tercer método (De Rose y Guimaraes)
al depender de forma directa del peso graso obtenido, hace que baje la estimación de la
masa muscular en estas modalidades. Destacar que el Rugby es el deporte que en valores
absolutos de masa muscular, es el que obtiene mayor valor (junto al Baloncesto), debido a
su gran estructura corporal (peso corporal total y perímetros corporales superiores a la
media). Pero también posee un panículo adiposo superior a la media, lo que puede conlle-
var más error en la valoración de los perímetros corregidos y por tanto a una sobrestima-
ción de su desarrollo muscular.
La Natación alcanza su mejor resultado por el método de Drinkwater y Ros (el segundo
deporte de más masa muscular relativa, tras la gimnasia). Recordemos que es el único
método que en su estimación de la masa muscular valora o incluye el desarrollo a nivel de
tronco mediante el perímetro de tórax corregido. Al ser esta una característica típica del
perfil físico de este deporte y además poseer una estatura y unos perímetros corporales
dentro del rango medio de la muestra, se beneficia por esta técnica, resultando su valor
más alto.
La Halterofilia, sorprende por no alcanzar valores muy altos de masa muscular, siendo más
evidente por el método de Drinkwater y Ros; la razón, es su estatura que es inferior a la
media de la muestra. Recordemos que por este método se realiza una corrección de los
perímetros respecto a la relación talla del Phantom y talla del sujeto estudiado. Los depor-
tistas de esta especialidad (excepto la categoría de peso superior) se caracterizan por su
baja talla, y en general por longitudes cortas que, por otro lado, les favorece en su gesto
deportivo (brazos de palanca).
Piragüismo llama la atención por bajar de forma marcada su masa muscular (sobre todo la
relativa) por el método de Martin y col. ya que es el segundo tras tiro con arco que obtiene
el valor más bajo; mientras que con los otros dos métodos se sitúa en el rango alto. Este
deporte se caracteriza por su gran desarrollo en el tren superior, con un alto aumento de su
masa muscular a nivel de tronco y miembro superior. El método de Martin al valorar funda-
mentalmente miembro inferior infravalora los deportes de este tipo (como comentamos
también con la natación). Los piragüistas al estar por debajo del rango medio en perímetros
de muslo y pierna y al tener una estatura en el rango medio-bajo tienen una estimación de
su masa muscular claramente disminuida.
Por último comentar el Boxeo, cuya masa muscular relativa por el método de De Rose y
Guimaraes (dependiente del peso graso) se valora mucho más, siendo después de atletis-
mo velocidad, el que más masa muscular tiene, mientras que por Martin y col. baja mucho,
situándose en el rango inferior. Esto puede deberse en el primer caso a su bajo porcentaje
graso que hace que aumente significativamente su masa muscular y en el segundo caso a
su baja estatura, que influye directamente en la estimación de masa muscular.
En la tabla XI, se recogen los valores dados por Spenst, Martin y Drinkwater, en 1993 (5)
para los deportes de baloncesto, gimnasia, atletismo en las especialidades de velocidad y
23
Canda Moreno, A.S.
fondo y en un grupo de no atletas. Si lo comparamos con nuestros resultados, vemos que
son bastante similares. El valor del grupo control se puede equiparar a lo encontrado en
nuestro grupo de tiro olímpico, que como dijimos carecían de preparación física en general.
Tabla XI. Masa muscular por la Ecuación de Martin y col.
Media ± std
kg
Spenst, Martin
y Drinkwater
(1993)*
T. Actual
Baloncesto
54,7 ± 8
60,9 ± 2,5
52,8 ± 6,9
57,29 ± 3,5
Gimnasia
40,7 ± 6,8
59,5 ± 2,9
49,1 ±4,3
58,8 ± 2,3
A. velocidad
49,3 ± 4,9
62,7 ±3,3
45,7 ± 3,6
60,6 ± 2,3
A. fondo
40,4 ± 4,2
61,7 ±2,7
35,4 ±3,8
57,6 ±3,1
No atletas
40,3 ± 5,8
56,5 ± 3,4
(* J Sports Sc¡ 1993; 11:3-8)
En relaciónal estudio del perfil de desarrollo muscular a nivel de brazo y muslo mediante
las puntuaciones típicas respecto a los valores medios de la muestra comprobamos que: el
área de brazo es proporcionalmente mayor en halterofilia, judo, piragüismo, rugby y gimna-
sia; y el área de muslo proporcionalmente mayor en halterofilia (de forma muy marcada y
diferenciada del resto de los deportes), rugby, judo, remo, atletismo velocidad, esgrima y
ciclismo. Y que en algunos deportes como ya comentamos existe una diferencia marcada
entre el desarrollo de brazo en relación al del muslo.
A la vista de estos resultados creemos necesario que continúe la investigación en este
campo, con la obtención de nuevas ecuaciones específicas para la población deportista,
sin olvidar la diferencia que existe en el perfil de desarrollo muscular entre especialidades
deportivas.
Para valorar a un atleta determinado aconsejamos la utilización de más de un método
antropométrico, teniendo siempre en cuenta las características del deporte al que pertene-
ce.
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26
VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA
JSRASAEN ATLETAS DE ÉLITE
7 /W
ANTHROPOMgTRip EVALUATION OF BODY FAT
# ^ IN ÉLITE ATHLETES
Pacheco del Cerro, J.L.
Dirección para correspondencia:
Departamento de Enfermería
Facultad de Medicina
Universidad Complutense
28040 Madrid
Pacheco del Cerro, J.L.
U k
José Luis Pacheco del Cerro: Doctor en Biología por la
Universidad Complutense de Madrid. Tesis Doctoral de
Antropometría en Atletismo. Actualmente profesor titular de la
Universidad Complutense (Madrid), Departamento de Enfer-
mería. Miembro del Grupo Español de Cineantropometría
(GREC). Profesor de seminarios de antropometría en el
I.N.E.F. durante los años de 1982 a 1989.
Resumen: La determinación de la cantidad de grasa corporal tiene suma importancia
en la mejora de los resultados deportivos. Existen multitud de métodos de estimación,
entre los que podemos destacar los antropométricos, debido a la facilidad de uso, rapi-
dez y fiabilidad de los resultados. La aplicación de distintas ecuaciones de cálculo de la
grasa corporal y de los perfiles de distribución de grasa corporal en una amplia mues-
tra de atletas españoles muestra los inconvenientes que tiene la estimación del porcen-
taje de grasa mediante ecuaciones previamente desarrolladas, mientras que los perfiles
de grasa corporal permiten una mejor interpretación de los cambios en la grasa corpo-
ral de los deportistas.
Palabras clave: Composición corporal, grasa corporal, atletismo.
Summary: The determination of the amount of body fat is very important when seeking to
improve sports results. A multitude of evaluation methods exist, among which we could
highlight the anthropometric methods, due to ease of use, speed and reliability of results.
The application of different equations to calcúlate body fat and profiles of body fat distribution
in a large sample of Spanish track and field athletes shows the inconveniences of estimating
the percentage of fat by means of previously developed equations, while the profiles of body
fat permit a better interpretation of the changes in track and field athletes.
Key words: Body composition, body fat, track and field.
28
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
1. INTRODUCCIÓN
El conocimiento de la composición corporal es primordial para los deportistas, por diversos
motivos. En primer lugar, la masa grasa no proporciona de forma directa energía al indivi-
duo,pero si contribuye al peso que, en la práctica deportiva, hay que movilizar, siendo por
tanto un impedimento cuando sobrepasa los valores adecuados. En otros casos, el peso
total divide a los deportistas en categorías, como ocurre en los deportes de combate o la
halterofilia, y es necesario llevar un control de peso continuamente. El conocimiento de la
composición corporal de los deportistas, y concretamente de la grasa corporal es pues pri-
mordial para la planificación de la temporada, y para que el deportista llegue al momento
más importante de la competición con la cantidad de grasa corporal idónea para obtener el
máximo rendimiento. La investigación de la cantidad de grasa más adecuada para cada
deporte, la distribución de la misma, así como los cambios que pueden producirse en el
tiempo comienza con la descripción de la situación en los deportistas de élite en cada
especialidad, ya que hasta el momento no están aclarados todos los factores morfológicos
y fisiológicos que influyen en el rendimiento deportivo, y la hipótesis sobre la importancia de
una determinada cantidad de grasa se sustentan fundamentalmente en los resultados obte-
nidos en deportistas que han tenido éxito; la cantidad de grasa apropiada para obtener los
mejores resultados varía en cada especialidad deportiva, debido a que son muchos los fac-
tores que la determinan. Valgan dos ejemplos como muestra: en los nadadores, una canti-
dad de grasa corporal podría ser necesaria para favorecer la flotabilidad, ya que la grasa
tiene una densidad menor que uno; además el tejido adiposo tiene una clara función pro-
tectora frente al medio acuático. En deportes acuático es necesario por tanto encontrar un
compromiso entre la cantidad de grasa, útil para la flotabilidad y la protección del cuerpo
frente a la temperatura del agua, y la desventaja de tener que movilizar una masa mayor, e
incluso el aumento de la resistencia del agua, al aumentar la superficie con motivo del
mayor acumulo de grasa subcutánea. El segundo ejemplo lo constituyen los lanzadores de
disco y martillo, que necesitan equilibrar su cuerpo durante los giros que realizan en el lan-
zamiento. Al equilibrio de las fuerzas de inercia contribuye un gran tamaño corporal, que
incluye altos valores en la masa grasa de estos deportistas.
La importancia del estudio de la grasa corporal en los deportistas estriba en la existencia
de una cantidad idónea de grasa en cada deporte, y en la necesidad de un control del peso
en algunos deportes que establecen las categorías según la masa total. Por este motivo,
consideramos que los objetivos del presente trabajo son presentar los resultados obtenidos
en atletas de diferentes pruebas, mostrar la utilidad de los métodos antropométricos en la
valoración de la grasa corporal, y comparar distintos métodos antropométricos de evalua-
ción de la grasa corporal.
2. COMPOSICIÓN CORPORAL Y MASA GRASA
El ser humano necesita un mínimo de grasa corporal para realizar con normalidad sus fun-
ciones vitales. La mayor parte se acumula en los adipocitos, y el número de los mismos
presentes en cada organismo viene determinado antes de alcanzar la edad adulta. Por
tanto, las variaciones en la grasa corporal implican cambios en el tamaño de los adipocitos,
no en el número de los mismos, y la práctica deportiva, el sedentarismo y los hábitos ali-
menticios pueden cambiar su tamaño (según la cantidad de grasa que acumulen) pero no
29
Pacheco del Cerro, J.L.
su número, que ha sido establecido de forma casi definitiva durante la pubertad (McArdle,
Katch y Katch, 1991). El análisis de cantidad de grasa corporal, y de otros componentes del
cuerpo humano, se estudian mediante el análisis de la composición corporal.
El avance más importante en el análisis de la composición corporal tuvo lugar durante los
años cuarenta. Behnke (1942) definió el "peso magro" (Lean body mass) como: "la suma
de todos los tejidos corporales excepto la grasa no esencial o de reserva, siendo éste el
segundo componente en importancia". Observamos, por tanto, que los primeros modelos
de la composición del organismo humano se basan en la existencia de dos constituyentes,
la grasa y la masa no grasa, definiéndose paralelamente la masa o peso magro. La diferen-
cia entre ambos conceptos: peso magro (LBM o Lean Body Mas) y masa no grasa (FFM o
Fat Free Mas) estriba en que el primero es un concepto anatómico, que implica, por com-
plementaridad, la existencia de masa grasa, entendida como tejido adiposo, y excluye las
grasas constituyentes de las membranas celulares y el sistema nervioso (Nichols y Sheng,
1992; Roubenoff y Kehaias, 1991); al mismo tiempo, el tejido adiposo tiene constituyentes
no grasos, como vasos, núcleos celulares, agua,... El concepto de masa libre de grasa
(FFM) incluye todos los componentes no grasos del organismo, frente a la masa grasa, o
totalidad de grasas del cuerpo humano, incluso las de las membranas celulares y el
sistema nervioso (Heitmann,1991). La masa libre de grasa y el peso magro todavía son térmi-
nos equívocos, y es posible ver publicaciones distintas que indican, por ejemplo, que la
densimetría mide, para algunos, el peso magro (Nichols y Sheng, 1992; Roubenoff y
Kehaias, 1991), o la masa libre de grasa (Heitmann,1991; Lohman, 1986; Lukaski,1987). Para
otros autores (Forbes,1987), ambos términos son sinónimos. A nuestro parecer, la densime-
tría y otras técnicas indirectas, como la impedanciabioeléctrica, miden la masa libre de grasa.
Existen dos motivos principales para que el anterior modelo, bicompartimental, que consi-
dera la masa grasa y la masa libre de grasa fuese el primero estudiado por los especialis-
tas en la composición corporal. Por una parte, analizaban la función de la grasa en el orga-
nismo, como protección ante situaciones especiales como naufragios o inmersiones y
como factor decisivo en la obesidad. El segundo factor que determinó el establecimiento de
este modelo fue que el método de estimación fundamental de la composición corporal era
(y es todavía) la valoración de la densidad corporal, donde en un modelo con dos compo-
nentes era fácilmente aplicable el principio de Arquímedes (Siri, 1956). El mismo autor que
propuso dicho modelo reconoce sin embargo (Behnke, 1961), que los constituyentes princi-
pales del cuerpo humano son las grasas, el músculo y los huesos; la formulación del peso
magro tiene sólo, por tanto, motivos prácticos.
Para complementar el modelo bicompartimental de la composición corporal Passmore
(1965) diferenció la grasa corporal en grasa esencial y grasa de reserva. Según esta con-
cepción podemos diferenciar dos modelos según el sexo, (Behnke, 1969; Behnke y Wilmo-
re, 1974). En los varones, el peso magro mantiene su definición anterior, y en él se incluye
entre un 2% y un 4% de grasa esencial, que se sitúa principalmente en la médula ósea y el
sistema nervioso, así como los lípidos de las membranas celulares. Sin embargo, en las
mujeres los autores definen el peso mínimo, que sería el peso magro que tendrían si fue-
sen varones, existiendo una grasa específica del sexo en las mujeres, que se acumula en
las glándulas mamarias (alrededor del 4% del total de grasa corporal) (McArdle, Katch y
Katch, 1991; Katch y cois., 1980), la zona pélvica y la grasa subcutánea específica del
sexo, situada sobre todo en caderas, glúteos y muslos.
30
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
3. MÉTODOS DE VALORACIÓN DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL
El número de métodos que actualmente existen para valorar la grasa corporal es muy gran-
de. Para controlar la validez de métodos empleados, o de otros nuevos, se han propuesto
una serie de principios que deben determinar si son fidedignos en su utilización (Lohman,
1984). Estas reglas son los siguientes:
1.- Usar más de un método establecido con anterioridad como referencia.
2.- Igualar todos los factores ambientales cuando se contrasta un nuevo método (hora del
día, temperatura, humedad, etc.).
3.- Validar el método en más de una población.
4.-La muestra elegida en cada población debe ser mayor de 50 sujetos.
5.- La muestra debe restringirse a un grupo homogéneo de sujetos.
6.- Deben indicarse los errores estándar del nuevo método, así como los coeficientes de
determinación (R2) cuando se comparan con otros métodos ya bien establecidos.
7.- Se intentará realizar mediciones en distintos laboratorios con los mismos sujetos.
Debemos reconocer que los principios anteriores no siempre se cumplen, y por eso
muchos métodos están todavía en proceso de aceptación por los investigadores. En el pre-
sente apartado daremos una relación de los métodos más utilizados y que, en general, sus
resultados han sido confirmados ampliamente.
Una primera división que podríamos hacer en los métodos de valoración de la grasa corpo-
ral es: directos e indirectos. Los métodos directos se basan fundamentalmente en disec-
ción de cadáveres y en estudios sobre animales. Los métodos de disección son los únicos
que permiten un conocimiento exacto de la composición corporal de los individuos (Brodie,
1988a), mientras que los indirectos siempre estiman la grasa corporal, nunca la determi-
nan. Para una mayor claridad, hemos dividido los métodos indirectos en cinco apartados:
métodos que incluyen emisión de radiación o implican una corriente eléctrica (Métodos
físicos); los que se basan en la dilución de sustancias en el organismo, bien sean marca-
dores radiactivos o no (Métodos de dilución); métodos basados en análisis de sustancias
presentes en el organismo o de excrección (Métodos analíticos); la Densimetría como el
método más usado y contrastado, y por último los métodos antropométricos.
Otros autores (Porta y Tejedo, 1993), añaden un tercer grupo, además de los métodos
directos e indirectos, los doblemente indirectos, cuya utilización es consecuencia del
desarrollo de ecuaciones o programas a partir de métodos indirectos. Los métodos antro-
pométricos se incluirían en este apartado.
3.1. Métodos directos
Se realizan sobre cadáveres, utilizando la técnica de la disección completa, y pesando des-
pués los componentes corporales, siendo la grasa corporal uno de ellos. Estos trabajos son
escasos, dada la laboriosidad que conllevan, además de la dificultad de disponer de cadá-
veres en número suficiente y que sean representativos de la población a estudiar. Los pri-
meros estudios de análisis de los componentes humanos en función de su peso relativo
31
Pacheco del Cerro, J.L.
fueron los de la escuela anatómica alemana, que durante el siglo XIX realizaron medidas
detalladas sobre todo de los elementos químicos presentes en el cuerpo humano. Son ya
clásicos los estudios de Bischoff, Schwann y Volkmann (Keys y Brozek, 1953; Brozek,
1960; Brodie, 1988a).
El trabajo más importante sobre medición directa de la composición corporal ha sido lleva-
do a cabo en el "Brussels Cadáver Study" (Clarys, Martin y Drinkwater, 1984), en el cual
han sido analizados 25 cadáveres (Clarys, Martin y Drinkwater, 1984; Martin y cois. 1986);
las diferencias en la compresibilidad de los pliegues subcutáneos de grasa y la variabilidad
de la relación entre grasa subcutánea y grasa interna (Martin, Ross, Drinkwater y Clarys,
1985) son algunos de los hallazgos más importantes en relación a la grasa corporal de esta
importante investigación.
3.2. Métodos indirectos
3.2.1. Métodos físicos
Dentro de este grupo, como ya indicamos anteriormente, incluimos tanto métodos que
implican emisión de radiaciones (rayos X, ultrasonidos, fotones) como los que implican el
uso de corrientes eléctricas o campos magnéticos. Son los de más reciente aplicación en el
campo de la composición corporal, dado que necesitan alta tecnología.
Tomografía computerizada. Este método utiliza rayos X, y puede mostrar imágenes sec-
cionales del cuerpo. Cuanto más denso es un tejido, más absorberá los rayos X, por lo que
este método provee dos tipos de información útil para el estudio de la composición corpo-
ral: la densidad de cada tejido dentro de la sección estudiada, aunque únicamente en rela-
ción a otros tejidos, pues la medida es arbitraria (Brodie, 1988b; Jebb y ELia, 1993); y la
proporción de cada tejido en el área seleccionada.
Los resultados de la tomografía son presentados en forma de radiografías de secciones
corporales, y el área correspondiente a cada tejido puede ser medida por planimetría. La
mayor utilidad de este método es valorar la relación entre grasa subcutánea y grasa inter-
na, sobre todo en zonas del tronco (Forbes, 1987; Ashwell, Colé y Dixon, 1985). De esta
forma Borkan y cois. (1983) midieron las secciones del muslo, del abdomen, del tórax y del
brazo de 41 voluntarios, encontrando que la correlación de la grasa total (medida por dilu-
ción de Potasio 40) con el área total de grasa del abdomen era de 0.70, y de 0.73 con el
área de grasa subcutánea en la misma zona, si bien encontraron correlaciones significati-
vas con otras secciones de las extremidades y del tórax. Enzi y cois. (1986) encontraron
altas correlaciones del índice de masa corporal con la grasa torácica y abdominal medida
por Tomografía, y Rice y cois. (1990) indican que la medida de la cantidad de grasa en el
brazo, medida a través de los pliegues subcutáneos, está subestimada.
La tomografía computerizada presenta dos claros inconvenientes: que sólo permite la valo-
ración de la grasa corporal en regiones determinadas del cuerpo y que los sujetos están
expuestos a dosis de radiación relativamente altas (Brodie, 1988b).
Resonancia magnética nuclear. Se basa en la absorción de ondas electromagnéticas que
sufren los núcleos atómicos cuando son sometidos a la acción de un campo magnético,
32
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
convirtiéndose a su vez en magnetos o ¡manes y moviendo el eje de rotación atómico para
alinearse con el campo magnético exterior con una radiofrecuencia conocida como frecuen-
cia de Larmor (Brodie, 1988b). Cuando cesa la acción del campo magnético exterior los
átomos tienden a volver a su situación anterior, en un proceso denominado relajación y que
puede medirse con dos constantes de tiempo T, y T2, que miden el proceso de relajación
en el eje transversal z y en el eje longitudinal x-y. En líquidos ambas constantes tienen el
mismo valor; en sólidos T, es muy grande y T2 muy pequeño. En función de los valores de
estas constantes se construyen imágenes que representan la disposición de los distintos
tejidos humanos (Brodie, 1988b; Jebb y Elia, 1993).
Debemos significar que los átomos que se ven sometidos con más eficacia a la acción de
los campos magnéticos son los de Hidrógeno, por lo que este método provee de informa-
ción sobre todo del grado de hidratación de los tejidos y, por tanto, es capaz de diferenciar
los tejidos grasos y los no grasos (Lukaski, 1987). Además, la posibilidad de obtener imá-
genes de cortes transversales de una zona corporal, permite diferenciar la distribución
entre la grasa subcutánea e interna; por dicho motivo, las imágenes de Resonancia magné-
tica en la zona lumbar son las más apropiadas para determinar la cantidad de grasa corpo-
ral (Rossy cois, 1992).
Los resultados obtenidos en estudios previos muestran que existe una gran precisión en la
estimación de la grasa corporal, tanto en animales como en el ser humano (Brambilla y
cois, 1995).
Ultrasonografía. Se basa en la utilización de un instrumento que convierte la energía eléc-
trica en energía ultrasónica de alta frecuencia. Esta energía de alta frecuencia es trasmitida
al interior de la zona corporal donde se desea estudiar la composición corporal. Cuando
estas ondas chocan con la zona de unión de dos tejidos con propiedades acústicas diferen-
tes, algunas de ellas se reflejan, siendo recogidas de nuevo por el aparato de medición y
transformadas de nuevo en energía eléctrica, que es visualizada en un osciloscopio, o
como placas fotográficas de la zona estudiada (Lukaski, 1987).
Existen dos modelos de aparatos de ultrasonidos. El modelo scan-A no provee de imáge-
nes de las superficiesanalizadas, sin embargo indica la distancia de la superficie a la que
se producen las reflexiones o refracciones de las ondas, indicando por tanto los grosores
de cada tejido. El segundo modelo o scan-B desarrolla imágenes con distintas tonalidades
según la densidad de los tejidos atravesados por las ondas (Lukaski, 1987; Brodie, 1988b).
La medición por ambos métodos da resultados diferentes, obteniéndose con el modelo A
medidas mayores del grosor de la grasa subcutánea que con el B. La correlación entre las
medidas realizadas con ambos scanners es baja, 0.59 para el biceps y 0.63 para el triceps,
en varones, y 0.53 en el biceps y 0.39 en el triceps en las mujeres (Weiss y Clark, 1987).
Las correlaciones entre el método de ultrasonidos y otros métodos para medir la grasa sub-
cutánea son altas en general. Así, Weiss y Clark (1985a) indican que para la pantorrilla la
correlación entre la medición de los pliegues de grasa y el scan-B es de 0.87 en varones y
0.50 en mujeres. Estos mismos autores (Weiss y Clark, 1985b) señalan que entre el plie-
gue del triceps y la medición sónica en el mismo punto, las correlaciones son de 0.63 para
los varones y 0.81 para las mujeres. Weits, Van Der Beek y Wedel (1986) encontraron que
las correlaciones entre la medición de los pliegues de grasa y la medición por scan-B era
33
Pacheco del Cerro, J.L.
mayor de 0.70 en los ocho pliegues estudiados, llegando a ser de 0.89 para la zona suprai-
liaca, concluyendo que la precisión es similar en ambos métodos, pero que el método de
los ultrasonidos evita el problema de las diferencias en la compresibilidad de los pliegues.
También Jones, Davies y Norgan (1986) encontraron correlaciones altas entre los pliegues
de grasa y la medición por scan-A, variando éstas entre 0.87 y 0.99.
Métodos de impedancia eléctrica.- La conductividad eléctrica corporal total (TOBEC) se
basa en las diferencias en conductividad y propiedades dieléctricas de la grasa y el peso
magro (Lukaski, 1987), teniendo en cuenta el principio de que un objeto situado en un
campo electromagnético perturba dicho campo, y que dicha perturbación depende de la
cantidad de material conductor presente. Suponiendo que los electrolitos presentes en el
peso magro presentan casi toda la conductividad presente, y que la grasa no es práctica-
mente conductora, este método es utilizado fundamentalmente para estimar el peso magro,
pues el valor mayor de conductividad será muy parecido al del peso magro (Brodie, 1988b).
Van Loan y Mayclin (1987) han desarrollado ecuaciones de regresión para estimar el peso
magro basadas en los coeficientes de Fourier que se pueden a su vez obtener de la medi-
ción de las variaciones en la conductividad eléctrica del sujeto estudiado.
La medición de la conductividad eléctrica total depende de un instrumento de gran tamaño
y costoso, por lo que se utiliza con mayor frecuencia la Impedancia bioeléctrica (BIA) que
se basa en el principio de que la impedancia (resistividad de una corriente alterna) es pro-
porcional al volumen del conductor y la longitud del mismo. Si consideramos el cuerpo
humano como un cilindro conductor, y la longitud su estatura, la medición de la impedancia
estará relacionada con la resistencia del cuerpo al paso de la corriente (Brodie, 1988b; For-
bes, 1987; Khaled y cois., 1988; Segal y cois., 1988). La impedancia, según este principio,
es mayor en el tejido adiposo, pues la conductividad está muy relacionada con la cantidad
de agua, y dicho tejido es anhidro. Por el contrario el peso magro tiene un alto porcentaje
de agua, y es por tanto un buen conductor de la electricidad. En el análisis de la impedan-
cia lo que se mide realmente es la relación estatura^/resistancia, encontrándose que existe
una alta correlación entre el valor de esta relación y la cantidad total de agua corporal, con
el peso magro (Hoffer, Meador y Simpson, 1969).
Segal y cois. (1988) encontraron altas correlaciones para ambos sexos entre el peso magro
calculado por Densimetría y por impedancia (r=0.896 en varones y r=0.889 en mujeres) al
mismo tiempo que han desarrollado ecuaciones de predicción del peso magro partiendo de
los valores obtenidos de la resistancia eléctrica, y en las que se tiene en cuenta también el
cuadrado de la estatura y el peso. Anteriormente, Lukaski y cois. (1986) y Graves y cois.
(1989) desarrollaron ecuaciones basadas en el cuadrado de la estatura. Heitmann (1990)
ha desarrollado ecuaciones de regresión de la medida de grasa estimada mediante BIA y la
estimada a partir del índice de masa corporal y de la medida de los pliegues.
Interactancia infrarroja.- Este es el método más recientemente desarrollado para valorar
la composición corporal de los sujetos, y al igual que en otros de los métodos anteriores,
tiene su origen en el campo de la ganadería (Lukaski, 1987; Brodie, 1988b). El método se
basa en las propiedades de absorción y reflexión lumínica cuando se usa luz infrarroja. Si
usamos un espectroscopio para emitir energía a una zona del cuerpo con una profundidad
determinada (normalmente 1 cm), la energía emitida en parte es dispersada y en parte
reflejada, y se puede medir la cantidad de energía reflejada. Se denomina Interactancia a la
34
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
relación entre la energía emitida y la recibida, haciéndose una transformación matemática
para reducir los efectos de la temperatura y del tamaño de las partículas, consistente en
calcular la derivada segunda del logaritmo de la inversa de la Interactancia (Lukaski, 1987).
Estos valores matemáticos muestran una alta correlación (0.94) con el porcentaje de grasa
estimado por dilución de Deuterio, por la medición de pliegues de grasa (0.90) y por ultra-
sonidos (0.89), si bien el método de la Interactancia sobreestima el porcentaje de grasa
(Lukaski, 1987).
3.2.2. Densimetrfa
Este método comenzó a desarrollarse a partir de los años 30, cuando la marina de los
Estados Unidos estuvo interesada en conocer el porcentaje de grasa de los buceadores
(Wilmore, 1983). Desde ese momento el método de la Densimetría ha sido considerado
como el método más valioso para la determinación de la composición corporal, y se utiliza
para validar los nuevos métodos (Wilmore, 1983).
La Densimetría tiene su base en el principio de Arquímedes, que resumidamente dice que
si conocemos la masa y densidad de un objeto, y las densidades de sus constituyentes,
podemos calcular las masas parciales de cada uno de ellos. De esta forma, considerando
un modelo bicompartimental de la composición corporal, siendo el peso libre de grasa y el
peso graso los dos constituyentes, podríamos determinar la proporción de cada uno de
ellos si conocemos la masa y densidad total, y las densidades de estos dos componentes.
Inicialmente el método presenta por tanto el problema de conocer las densidades del peso
magro y del peso graso, además de otras cuestiones. Las suposiciones básicas que nece-
sita este modelos son (Wilmore,1983; Martin, Drinkwater, Clarys y Ross, 1986; Ross y
cois., 1986; Lukaski, 1987):
- Es necesario un modelo bicompartimental de la composición corporal.
- Cada componente tiene densidades constantes y conocidas.
- Los tejidos que forman cada componentes, sobre todo el peso magro, se encuentran en
proporciones fijas, sin tener en cuenta la edad, el sexo o la raza del individuo.
Desde los primeros estudios de Densimetría se dan como valores estándar para las densi-
dades de peso magro y de peso graso 1.1 g/cc y 0.9 g/cc respectivamente. (Brozek, 1965;
Lohman, 1986; Ross y cois., 1986), suponiendo además que la densidad ósea es de 1.3
g/cc y que la densidad celular varía entre 1.069 g/cc y 1.079 g/cc (Brozek, 1965).
Los supuestos anteriores sin embargo no se cumplen en muchas ocasiones. La más impor-
tante de las objeciones se refiere a la constancia en la densidad del peso magro y de sus
constituyentes, ya que la densidad media de la grasa corporal si parece ser biológicamente
constante, pues si bien los distintos tipos de moléculaslipídicas tienen densidades distin-
tas, el interés de la composición corporal está en la grasa como constituyente biológico
general (Wilmore, 1983, Ross y cois., 1986; Shephard, 1991). Se sabe que la densidad
ósea varía con la edad y el tamaño corporal, y en ancianos la presencia de osteoporosis u
osteoesclerosis hace que la variación sea importante (entre 1.18 g/cc y 1.33 g/cc)(Bakker y
35
Pacheco del Cerro, J.L.
Struikenkamp, 1977; Jones y Corlett, 1980; Lohman, 1981; Martin, Drinkwater, Clarys y
Ross, 1986; Roche, 1987). Otras causas de variación importantes en la densidad del peso
magro son la cantidad de agua presente en el mismo (Bakker y Struikenkamp, 1977), la
gran variabilidad de la proporción de tejido muscular (Martin, Drinkwater, Clarys y Ross,
1986; Shephard, 1991) y la cantidad de tejido adiposo presente en el constituyente no
graso (sobre todo tejido adiposo intramuscular).
La edad también es un factor de variabilidad de la densidad del peso magro (Chamorro,
1994). Lohman (1986) estimó que es de 1.08 g/cc a los diez años y de 1.1 g/cc en adultos.
La actividad física intensa también provoca un aumento en la densidad del peso magro,
debido sobre todo a un aumento en la mineralización ósea, ya que el mineral óseo tiene
una densidad de 3.0 g/cc El aumento de masa muscular debido al ejercicio tiene un efecto
contrario sobre la densidad del peso magro, ya que la densidad del tejido muscular es de
1.0643 (Roche, 1987; Shephard, 1991).
Existen tres técnicas para medir la densidad corporal. La más utilizada es la medición del
peso corporal en el aire y en el interior del agua. La densidad corporal se calcula por la
relación entre el peso en el aire y la diferencia entre el peso en el aire y en agua, con
correcciones para los volúmenes de gases internos (Lukaski, 1987; Brodie, 1988a). El
segundo método utiliza directamente el principio Arquímedes y consiste en medir el volu-
men de agua desplazado cuando se produce una inmersión completa mediante una bureta
calibrada puesta en comunicación con el tanque donde se produce la inmersión. También
en este método son necesarias correcciones para los volúmenes residuales de gas pulmo-
nar e intestinal y en ambos se debe indicar al individuo que debe espirar el aire pulmonar
totalmente. El tercer método es de desarrollo reciente, y consiste en la utilización de un ple-
tismógrafo, que mide los cambios de presión en una burbuja situada en el tanque de inmer-
sión, con lo que se hace innecesaria la inmersión completa y la corrección para los volúme-
nes de gas residual (Lukaski, 1987).
Dado que el interés inicial de la Densimetría era estimar la cantidad de grasa corporal,
varios autores han desarrollado ecuaciones que relacionan la densidad corporal y el por-
centaje de grasa. De todas ellas, las más utilizadas son la de Siri (1961) y la de Brozek,
Grande, Anderson y Keys (1963), cuyas fórmulas respectivas son:
4 Q^
Siri: %G=(——)-4 .5
D
Brozek y cois.: %G=( 4 5 7 )-4.142
Con estas dos ecuaciones se obtienen resultados diferentes si el porcentaje de grasa es
superior al 30%, correspondiendo entonces los valores más altos a la ecuación de Siri
(Lohman, 1981). Además, con esta última ecuación se pueden obtener valores del porcen-
taje de grasa negativos, cuando la densidad sea mayor de 1.1 g/cc, tal y como ocurre en
algunos deportistas, como los practicantes de fútbol americano (Ross y Marfell-Jones,
1991).
36
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
3.2.3. Técnicas antropométricas
Dado que las técnicas anteriores son en muchos casos de difícil aplicación fuera de los
laboratorios y con muestras representativas de la población de tamaños adecuados (Durnin
y Rahaman, 1967; Wilmore, 1983), muchos autores han desarrollado métodos antropomé-
tricos para valorar la composición corporal, que generalmente consisten en la utilización de
modelos de regresión donde la densidad corporal o el porcentaje de grasa son las variables
dependientes, mientras que variables antropométricas, fundamentalmente pliegues de
grasa subcutánea, perímetros o diámetros corporales, son usados como variables indepen-
dientes (Pollock y cois., 1976; Mukherjee y Roche, 1984).
El uso de variables antropométricas para la estimación de la composición corporal tiene sin
embargo muchos inconvenientes, y el desarrollo de ecuaciones de valoración de la densi-
dad corporal o del porcentaje de grasa ha sido criticado a menudo. Así, Johnston (1982)
indica que no es posible encontrar relaciones entre antropometría y grasa total, pero sí al
menos estimar los cambios de grasa subcutánea en los pliegues que se miden. El mismo
autor indica que las ecuaciones de estimación de la grasa corporal suelen presentar algu-
nos de los siguientes defectos:
- Los modelos de regresión se usan para producir la mejor combinación lineal de varia-
bles, pero para cada muestra estudiada, de forma que dichas ecuaciones pueden provo-
car una mala estimación en otras poblaciones o grupos dentro de la misma población.
Este inconveniente se conoce como especificidad poblacional de las ecuaciones de
estimación, y ha sido demostrada por varios autores (Lohman, 1981, 1986; Mukherjee y
Roche, 1984; Wilmore, 1983, etc.)
- La elección de las variables utilizadas, pues en ocasiones son difíciles de medir, y en
otras son usadas como variables independientes combinaciones lineales de medidas
simples. Este problema de la elección de las medidas ha sido también debatido por otros
autores. Brozek (1963) indica que los pliegues del tríceps y subescapular son los estima-
dores idóneos, pues son los que se miden más frecuentemente, aunque no sean los que
dan una mejor precisión. Pollock, Hickman, Kendrick, Jackson, Linnerud y Dawson
(1976) indican que la mejor estimación proviene de la utilización conjunta de pliegues de
grasa, perímetros y diámetros. Martin, Ross, Drinkwater y Clarys (1985) encontraron que
la medida del pliegue frontal del muslo es la que mejor se correlaciona con la medición
de la grasa subcutánea por incisión quirúrgica, y concluyen que debería estar presente
en todas las ecuaciones de regresión que se formulen.
Además de los anteriores, existen otros factores que hay que tener en cuenta cuando se
usan variables antropométricas, sobre todo los pliegues subcutáneos de grasa, para esti-
mar la composición corporal. El principal de ellos es la compresibilidad de los pliegues sub-
cutáneos. Esta compresibilidad puede ser de dos tipos: dinámica y estática. La primera se
produce al aplicar el calibre de medición al pliegue, y que se muestra con una disminución
constante durante los primeros segundos de aplicación (Martin, Ross, Drinkwater y Clarys,
1985). El sesgo provocado por esta compresibilidad disminuye cuando se emplean técnica
de medida estandarizadas. La compresibilidad estática se debe fundamentalmente a las
diferencias en el tejido adiposo subcutáneo, que varía con la edad, el sexo o el pliegue ele-
gido para la medición (Brodie, 1988a).
37
Pacheco del Cerro, J.L
En el desarrollo de ecuaciones de regresión para la densidad corporal o el porcentaje de
grasa debemos considerar la relación que existe entre grasa subcutánea y grasa interna,
pues el objetivo de dichas ecuaciones es la valoración de la grasa corporal total. Existen
discrepancias sobre este particular, y mientras Brozek (1960) da como valor estándar que
el 50% de la grasa total es subcutánea, Lohman (1981) indica que la proporción de grasa
subcutánea varía entre el 20 y el 70% de la grasa total. Martin, Ross, Drinkwater y Clarys
(1985) indican que por cada kilogramo de grasa subcutánea que se acumula, se acumulan
200 gramos de grasa interna, y que el punto de intersección de la recta de regresión que
relaciona la grasa subcutánea y la interna indica que si desapareciera toda la grasa subcu-
tánea, la grasa interna que habría sería de 667 gramos en varones y -373 gramos en muje-
res, por lo que la relación sería casi de un 80% de grasa subcutánea respecto a la grasa
total, si bien debemos tener en cuentaque este estudio se realizó mediante disección en
cadáveres de edades comprendidas entre los 55 y los 94 años, lo cual podría enmascarar
los resultados reales en otras edades, donde la proporción de grasa subcutánea debe ser
menor. Otros autores niegan la posibilidad de relacionar la proporción de grasa interna y
grasa subcutánea, así Davies, Jones y Norgan (1986) encontraron que la proporción de
grasa subcutánea era de 0.61 en varones y 0.76 en mujeres, pero la correlación entre la
proporción de grasa subcutánea e interna era de 0.05 en varones y de -0.01 en mujeres, lo
cual indica que la variabilidad en la proporción de grasa subcutánea (o interna) es muy alta.
Pese a todos estos inconvenientes los métodos antropométricos son los más utilizados en
la estimación de la composición corporal, bien sea estimando la densidad corporal, y a par-
tir de ella, calcular el porcentaje de grasa mediante la ecuación de Siri, o bien utilizando
directamente ecuaciones para la estimación del porcentaje de grasa, si bien la postura más
generalizada en la actualidad es que la valoración más exacta de la grasa corporal debe
hacerse mediante la construcción de un PERFIL DE DISTRIBUCIÓN DE GRASA, o
mediante el sumatorio de un número determinado de pliegues, que no deben ser menos de
seis.
Ecuaciones de estimación de la densidad corporal.- Como ya hemos comentado, las
ecuaciones de predicción de la densidad corporal, así como las del porcentaje de grasa
son específicas de cada grupo donde se desarrollan. Por tanto, no es de extrañar que se
hayan publicado numerosas ecuaciones, según el sexo, edad, grupo racial o nivel de activi-
dad física de los grupos estudiados (más de doscientas en la actualidad). Al mismo tiempo
se han utilizado ecuaciones ya construidas para validar otros grupos distintos de población
y permitir, si es posible, un uso más generalizado.
Las ecuaciones que más se han utilizado en la literatura científica para estimar la densidad
corporal han sido las de Sloan (1967) para varones adultos y de Sloan, Burt y Blyth (1962)
en mujeres adultas; las de Durnin y Rahaman (1967) en varones y mujeres tanto adultos
como jóvenes. En deportistas, debemos mencionar las ecuaciones desarrolladas por Wit-
hers, Craig, Bourdon y Norton (1987) para varones de diez deportes y Withers, Whitting-
ham, Norton, La Forgia, Ellis y Crockett (1987) en mujeres de trece deportes distintos.
Debemos también hacer mención de las ecuaciones "generales" para la densidad corporal,
que permiten estimarla en cualquier población o grupo. Estas ecuaciones se caracterizan,
por tener una fórmula exponencial en vez de lineal, o en su defecto una transformación
logarítmica de los pliegues de grasa, como ya hemos visto en algunas de las anteriores. La
38
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
ecuación desarrollada por Lohman (1981) se basa en un análisis estadístico y biológico en
profundidad sobre la relación entre la grasa corporal y la densidad, realizando análisis de
cross-validación con otras ecuaciones previas, como la de Durnin y Rahaman o las de
Sloan, ya mencionadas. Basándose en dichos estudios, el autor llega a la conclusión de
que en cualquier ecuación que utilice los pliegues debe incluir el abdominal, el del muslo
frontal y el subescapular, pues son los más representativos.
Ecuaciones de estimación del porcentaje de grasa.- Para el cálculo del porcentaje de
grasa suelen utilizarse las ecuaciones de Siri (1961) o Brozek (1963), basadas en los cál-
culos de la densidad corporal.
Las ecuaciones propuestas por Cárter (1982), basadas en datos de Yuhasz (1974) han
sido ampliamente utilizadas en el campo de la investigación de la composición corporal de
los deportistas, pues fueron desarrolladas específicamente para ellos.
Modelos antropométricos para el cálculo de las masas parciales del cuerpo humano.-
Algunos modelos proveen no sólo de ecuaciones para determinar la cantidad de grasa cor-
poral, sino también otros volúmenes parciales del organismo. El modelo de Matiegka
(1921) es considerado el precursor de los estudios de composición corporal. Una adapta-
ción del modelo de Matiegka, es el desarrollado por Drinkwater y Ross (1980), que utiliza el
sistema Phantom de proporcionalidad.
En ambos modelos se supone que el peso total del cuerpo se puede dividir en peso óseo,
residual, muscular y graso, es decir:
P=O+R+M+G
existiendo ecuaciones específicas para el cálculo de cada masa parcial (Drinkwater y Ross,
1980; Ross, Leahy, Drinkwater y Swenson, 1981).
Perfiles de distribución de grasa corporal.- El interés del análisis de la distribución de la
grasa corporal presenta aspectos que conectan con la salud; en muchos estudios se ha
relacionado la distribución de la grasa con el padecimiento de diversas enfermedades cró-
nicas, como la hipertensión, la diabetes (Vague, 1954; Jóos, Mueller, Hanis, Schull, 1984;
Kissebah y Krakover, 1994), o las enfermedades cardiovasculares (Becque, Hattori, Katch
y Rochinni, 1986; Marti, Tuomilehto, Salomaa, Kartovaara, Korhonen y Pietinen, 1991;
Donahue, Abbott, Bloom, Reed y Yano, 1987).
Algunos estudios han analizado la distribución de la grasa corporal en distintos deportistas.
Cárter (1982) estudio la distribución de la grasa en los asistentes a la Olimpíada de Montre-
al, y Cárter y Yuhasz (1984) hicieron una revisión de la distribución de grasa en distintas
olimpiadas. Mueller, Shoup y Malina (1982) estudiaron la distribución de grasa en mujeres
deportistas de distinto origen racial; Satwanti, Kapoor, Bhalla y Singh (1984) en los gimnas-
tas hindúes, y Yuhasz (1977) presentó la distribución de los participantes en los juegos Ibe-
roamericanos.
39
Pacheco del Cerro, J.L.
4. MATERIAL Y MÉTODOS
4.1. Muestra
El presente trabajo es consecuencia de una amplia investigación sobre la antropometría de
los atletas de élite españoles, considerando éstos a los que han participado en campeona-
tos de España Júnior o Absolutos. Los datos fueron tomados entre los años 1985 y 1987 y
resultados ya obtenidos sobre la morfología de los mismo ha permitido reconocer que se
pueden agrupar los participantes en distintas pruebas en el presente análisis. Así, dentro
de los velocistas se incluyen los corredores de 100, 200 y 400 metros lisos, y todos los
vallistas; dentro de los mediofondistas, los corredores de 800 y 1500 metros; en el grupo
"longitud" se incluyen tanto los saltadores de longitud como los de triple salto; en el grupo
"Lanzamientos", en varones se incluyen todos los tipos excepto los de Jabalina, y los tres
tipos de lanzamientos existentes en mujeres. En la Tabla 1 se indican los tamaños mués-
trales de cada grupo.
Tabla I. Tamaños muéstrales de los distintos grupos de atletas.
Velocidad
Medio fondo
Fondo
Altura
Pértiga
Longitud
Lanzamientos
Jabalina
Combinadas
Marcha
TOTAL
VARONES
82
24
31
8
9
25
22
6
11
17
235
MUJERES
70
20
16
12
9
13
10
9
159
Al mismo tiempo se ha tomado una muestra de 119 estudiantes universitarios (61 varones
y 58 mujeres) que no practicaban deporte alguno, y se utilizan como comparación con los
atletas.
4.2. Variables utilizadas
Las medidas antropométricas utilizadas han sido cerca de sesenta; en el presente trabajo
se han utilizado pliegues de grasa para valorar la cantidad de grasa corporal, y la estatura y
el peso como variables de referencia y caracterización muestral.
40
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
Los pliegues de grasa se midieron con un lipómetro marca GPM, que presenta una preci-
sión de 0'2 mm. La técnica de medida es la misma para todos los pliegues, describiéndose
como sigue: Después de localizar el punto a medir con precisión, se pinza el pliegue de
grasa con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda (los diestros), asegurándose de
pinzar únicamente tejidos epitelial y adiposo, y nada de masa muscular. Seguidamente se
aplica el calibre de grasa un centímetro por debajo del punto de pinzamiento, manteniendo
el calibre sujetando el pliegue durantedos segundos, leyéndose la medida antes de retirar
el calibre (Ross y Marfell-Jones, 1991). Todos los pliegues se tomaron en el lado derecho.
- Pliegue del biceps: El pliegue se pinza en la parte anterior del brazo, verticalmente
y a la distancia media entre el acromion y el punto radial. (Ross y Marfell-Jones,
1991).
- Pliegue del tríceps: El pliegue se pinza en la parte posterior del brazo, verticalmente y
a la distancia media entre el acromion y el punto radial. (Ross y Marfell-Jones, 1991).
- Pliegue subescapular: Se toma justamente debajo del borde inferior de la escápula,
formando un ángulo de 45S respecto al plano horizontal y desde dentro hacia afuera.
(Ross y Marfell-Jones, 1991).
- Pliegue supraespinal: Se localiza en la intersección formada por la línea del borde
superior del íleon y una línea imaginaria que va desde la espina ilíaca anterosuperior
hasta el borde axilar interior. Se sigue la línea natural del pliegue medialmente hacia
abajo formando un ángulo de 45S con la horizontal (Aragonés, Casajús, Rodríguez Gui-
sado y Cabanas, 1993).
- Pliegue abdominal: Se mide verticalmente, entre 3 y 5 centímetros del ombligo y en el
lado derecho. (Ross y Marfell-Jones, 1991).
- Pliegue del muslo anterior: Con el sujeto sentado y las piernas formando un ángulo de
90s, se toma el pliegue verticalmente y a la distancia media entre el pliegue inguinal y el
borde superior de la patela. (Ross y Marfell-Jones, 1991).
- Pliegue medial de la pierna o de la pantorrilla: Se mide en la parte lateral interna de
la pierna, a la altura del máximo perímetro de ésta y verticalmente. (Ross y Marfell-
Jones, 1991).
- Estatura: Distancia entre el vértex y el plano de sustentación, según el plano sagital. El
antropómetro debe situarse perpendicular al plano de sustentación, y el sujeto debe
estar en posición antropológica según se indica en la definición del punto vértex (Ross y
Marfell-Jones, 1991).
- Peso: Se tomó con una balanza digital, que presentaba una precisión de 100 g.
4.3. Estimación de la grasa corporal
La estimación de la grasa corporal se ha realizado mediante varios métodos: por un lado la
construcción del perfil de seis pliegues: tríceps, subescapular, supraespinal, abdominal, del
41
Pacheco del Cerro, J.L.
muslo frontal y de la pantorrilla. Además, se han utilizado varias ecuaciones de cálculo de
la densidad corporal y el porcentaje de grasa.
Las ecuaciones utilizadas para la estimación de la densidad corporal han sido: Sloan
(1967) para varones adultos y de Sloan, Burt y Blyth (1962) en mujeres adultas:
Sloan Varones: D= 1.1043 -0.001327 x MUS- 0.00131 x ESC
Sloan Mujeres: D = 1.0764 - 0.00081 x ILI - 0.00088 x TRI
Donde: MUS Es el pliegue de grasa del muslo anterior en mm.
ESC Es el pliegue de grasa subescapular en mm.
ILI Es el pliegue de grasa suprailiaca en mm.
TRI Es el pliegue de grasa del tríceps en mm.
Las de Durnin y Rahaman (1967):
Varones: D= 1.161 - 0.0632 x X
Mujeres: D= 1.1581 -0.072 x X
Donde: X Es el logaritmo decimal de la suma de cuatro pliegues: biceps, triceps,
subescapular y suprailiaco, medidos en mm.
Lohman (1981)
D = 1.0982 - 0.000815 x X+ 0.0000084 x X*
Donde: X Es la suma de los pliegues del triceps, subescapular y abdominal en mm.
El porcentaje de grasa se estima según la ecuación de Siri:
% G = ( i ^ - ) - 4 . 5
considerando corno valor de la densidad el calculado con las anteriores ecuaciones.
Ecuaciones propuestas por Cárter (1982), basadas en datos de Yuhasz (1974):
Varones: %G = 0.1051 x SUM6 + 2.585
Mujeres: %G= 0.1548 x SUM6 +3.580
Donde: SUM6 es la suma de los pliegues del triceps, subescapular, supraespinal,
abdominal, frontal del muslo y de la pantorrilla en mm.
El modelo de Dhnkwater y Ross (1980) se ha utilizado para valorar la masa grasa se basa
en utilizar los valores Z correspondientes a la transformación del modelo Phantom de pro-
42
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
porcionalidad (Ross y Marfell-Jones, 1991) en lugar de las variables originales, para poste-
riormente transformar los resultados en masa grasa estimada.
Una vez calculados los valores de Z para cada uno de los seis pliegues de grasa que inter-
vienen en el cálculo, se haya la media de dichas medidas, y se aplica la fórmula siguiente,
que permite calcular la masa grasa:
MASA GRASA = (Zx3,25 + 12,13) x 170.18
Donde:
3'25 Es la desviación típica teórica dada para la masa grasa en kg.
12'13 Es el valor del Phantom para la masa grasa en kg.
Ĥ Es la estatura del individuo en cm.
Z Es el valor medio de los valores de Z de los seis pliegues de grasa.
Los valores teóricos del Phantom, así como las variables necesarias para el cálculo de la
masa grasa son las siguientes (Ross y Marfell-Jones, 1991):
Masa grasa (kg)
- Pliegue del tríceps (mm.)
- Pliegue subescapular (mm.)
- Pliegue supraespinal (mm.)
- Pliegue abdominal (mm.)
- Pliegue frontal del muslo (mm.)
- Pliegue de la pantorrilla (mm.)
12.13
15.40
17.20
15.20
25.40
27.00
16.00
3.25
4.47
5.07
4.47
7.78
8.33
4.67
5. RESULTADOS
En análisis de la grasa corporal en los atletas de élite se ha realizado mediante dos méto-
dos: el estudio de valores de seis pliegues de grasa, y sus perfiles de distribución, que indi-
can inequívocamente la cantidad de grasa subcutánea depositada en los puntos analiza-
dos, y que se recomienda como el método más adecuado para indicar a los deportistas
cuál es su estado físico en el momento de la recogida de datos.
En un segundo apartado se compara el porcentaje de grasa corporal estimado por median-
te varias ecuaciones de regresión, observando que las diferencias encontradas entre las
distintas ecuaciones son lo suficientemente amplias como para tomar los resultados con
precaución.
5.1. Distribución de la grasa corporal
En la tabla 2 se muestran los valores medios para los seis pliegues de grasa en los distin-
tos grupos de atletas varones considerados, así como la estatura y el peso. Los perfiles de
43
Pacheco del Cerro, J.L.
distribución de grasa correspondientes pueden observarse en la figura 1. Los resultados
son muy similares a los presentados por Cárter (1982) en Montreal y por Cárter y Yuhasz
(1984), siendo el pliegue suprailiaco el que presenta los valores más bajos. En el caso de
los pliegues abdominal y frontal del muslo, nuestros resultados indican que existen dos
subgrupos de los atletas: aquellos con el pliegue del muslo mayor que el abdominal, que
indica una tendencia a la distribución periférica o ginoide de grasa, y aquellos que presen-
tan una distribución con tendencia a la centralización, siendo el pliegue del abdomen mayor
que el del muslo. En el primer grupo se sitúan todos los corredores y saltadores, decathlo-
nianos, marchadores y lanzadores de jabalina, mientras que en el segundo grupo encontra-
mos al otro grupo de lanzadores y al grupo control.
Tabla II. Valores medios y desviaciones típicas de las medidas antropométricas
estudiadas en varones atletas
VELOCIDAD
MEDIO
FONDO
FONDO
ALTURA
PÉRTIGA
LONGITUD
PESO
JABALINA
DECATHLON
MARCHA
CONTROL
X
s
~x~
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
~x~
s
s
EST.
176,27
5,36
175,28
5,79
170,59
6,74
187,78
6,93
177,26
3,34
179,18
6,62
184,49
6,43
177,63
6,67
181,09
5,52
174,47
6,93
172,45
6,34
PESO
68,61
3,31
64,33
3,51
60,89
5,94
75,13
8,64
72,44
3,27
69,72
7,61
98,14
11,11
76,08
9,60
74,18
8,74
63,41
5,90
66,33
9,45
TRI
5,98
1,62
6,13
1,79
5,88
2,02
5,90
1,35
6,20
1,62
5,53
0,88
9,48
4,69
6,37
1,93
6,64
1,92
6,60
1,29
9,51
3,52
SUB
7,58
1,29
6,87
1,02
7,12
1,65
7,15
1,17
7,89
0,03
7,30
0,96
12,91
3,90
7,77
1,74
8,38
1,77
6,93
0,72
10,39
3,43
SUP
4,89
1,36
5,13
1,14
4,76
1,14
5,78
1,51
5,42
1,48
5,50
1,88
11,32
6,42
4,73
0,65
6,22
2,59
4,67
1,12
10,40
5,63
ABD
6,60
1,97
6,16
1,86
6,18
1,59
6,15
1,36
6,76
1,44
6,53
1,83
15,56
7,67
7,20
1,83
6,62
2,43
7,36
2,28
14,50
6,74
MUS
7,71
2,45
7,72
2,28
7,92
2,658,48
1,56
8,27
1,59
7,29
1,49
12,83
5,53
9,33
3,12
8,90
2,81
7,85
2,21
12,78
4,91
PAN
5,40
1,73
5,14
1,45
4,99
1,71
5,73
1,57
6,11
1,90
5,04
1,22
10,25
4,85
5,87
2,69
6,44
1,84
5,34
1,84
7,43
2,65
44
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
Figura 1. Distribución de grasa corporal en varones
16
14
12
10
e
6
4
2
0
s/ s#
— VELOCIDAD
•+" MEDIO FONDO
-*" FONDO
— ALTURA
x'LONGITUD
-*- L. PESO
^JABALINA
ZDECATHLON
-*- MARCHA
+CONTROL
En la Figura 2 se muestra la distribución de grasa de las mujeres atletas, construida a partir
de los datos que aparecen en la tabla 3. Observamos que el pliegue del muslo es, en todos
los grupos, el que presenta los valores más altos, coincidiendo con toda exactitud con los
resultados obtenidos por Cárter (1982). La distribución ginoide se presenta con toda clari-
dad en todos los grupos estudiados.
Tabla 3. Valores medios y desviaciones típicas de las medidas antropométricas
estudiadas en mujeres atletas.
VELOCIDAD
MEDIO
FONDO
FONDO
ALTURA
LONGITUD
LANZAMIENT.
HEPTATHLON
MARCHA
CONTROL
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
X
s
EST.
163,72
5,06
161,28
6,88
159,47
6,01
172,28
5,08
164,37
3,22
167,34
7,28
167,46
3,19
162,11
5,73
161,07
7,51
PESO
54,63
4,03
50,29
4,66
48,07
3,75
57,46
3,73
54,61
3,31
69,69
12,33
57,70
5,01
51,44
5,07
54,69
7,55
TRI
9,48
1,91
10,26
1,71
9,65
2,63
10,82
2,67
10,09
1,34
14,49
3,16
10,00
1,80
11,27
3,97
15,71
3,78
SUB
7,72
1,39
7,50
1,54
7,00
1,46
10,83
3,11
6,96
0,82
12,66
4,87
8,14
1,07
7,67
1,85
11,50
3,49
SUP
5,47
1,38
5,20
0,65
4,92
1,41
5,75
2,82
5,20
0,69
9,86
4,57
6,98
1,48
5,89
1,62
9,99
4,09
ABD
7,87
2,71
8,07
1,88
6,92
1,96
7,75
4,40
7,29
1,41
14,74
6,17
8,48
2,38
9,64
3,95
15,55
5,32
MUS
14,12
3,69
16,11
3,25
15,36
3,62
15,62
3,47
15,04
3,55
22,03
4,77
17,30
3,11
16,27
4,46
23,71
5,24
PAN
8,11
2,45
8,72
2,71
8,07
2,26
9,20
2,56
8,64
2,52
13,74
4,57
9,54
2,48
8,47
2,69
13,55
3,80
45
Pacheco del Cerro, J.L.
Figura 2. Distribución de grasa corporal en mujeres
25
20
15
10
5
0
^VELOCIDAD
•+- MEDIO FONDO
•*- FONDO
— ALTURA
x LONGITUD
-•"LANZAMIENTOS
* HEPTATHLON
• MARCHA
"*- CONTROL
5.2. Estimación del porcentaje de grasa corporal
La estimación de la grasa corporal se ha realizado mediante cinco ecuaciones, tres deriva-
das de la estimación de la densidad corporal, aplicando con posterioridad la ecuación de
Siri. La cuarta se aplicó en la estimación del porcentaje de grasa corporal en los deportistas
asistentes a la Olimpíada de Montreal (Cárter, 1982) y el último método deriva de la aplica-
ción de la táctica de Drinkwater y Ross (1980) de cuatro componentes.
Tabla 4. Valores medios y desviaciones típicas del porcentaje de grasa
corporal calculado por distintas ecuaciones en atletas varones.
VELOCIDAD
MEDIO
FONDO
FONDO
ALTURA
PÉRTIGA
LONGITUD
PESO
JABALINA
DECATHLON
MARCHA
CONTROL
X
s
X
s
X
s
s
X
s
co
 
x
|
X
s
x~
s
ir
s
X
s
X
s
SLOAN
SIRI
6,60
1,75
6,20
1,68
6,46
2,16
6,78
1,33
7,07
1,19
6,20
1,06
12,50
4,71
7,60
1,92
7,70
2,27
6,31
1,38
11,05
4,31
DURNIN
SIRI
9,47
1,82
9,24
2,03
8,98
2,40
9,81
2,05
10,13
1,73
9,44
1,57
15,92
4,30
9,93
1,84
10,63
2,71
9,42
1,44
14,59
4,12
LOHMAN
SIRI
9,09
1,90
8,60
1,88
8,63
2,21
8,60
1,59
9,42
1,73
8,68
1,51
20,03
9,50
9,66
1,90
9,88
2,85
9,45
1,83
17,59
8,26
CÁRTER
6,60
0,84
6,49
0,82
6,49
0,82
6,46
0,92
6,70
0,75
6,86
0,76
10,19
3,05
6,92
0,83
7,12
1,25
6,66
0,73
9,42
2,44
DRINK.
ROSS
7,80
1,22
8,07
1,03
7,90
1,34
8,37
1,06
7,85
1,24
7,85
1,10
9,87
2,88
7,53
1,28
8,47
1,74
8,27
1,01
11,44
2,62
46
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
En la Tabla 4 se muestran los resultados obtenidos en los distintos grupos de varones atle-
tas, observándose que los valores más altos corresponden a los lanzadores de peso y al
grupo control, si bien existen diferencias según la ecuación considerada; éstas son meno-
res cuando el peso total no es muy elevado (corredores y marchadores), pero las diferen-
cias se acrecientan en el caso de grupos con peso alto (lanzadores) o valores altos de la
grasa corporal (grupos control). Los valores más altos se obtienen con la ecuación de Dur-
nin y Rahaman; la ecuación desarrollada por Cárter es con la que se obtienen los valores
más bajos.
La ecuación de Cárter y la valoración mediante la táctica de Drinkwater y Ross presentan
dispersiones muy bajas, por lo que es difícil encontrar diferencias entre los grupos, y proba-
blemente también entre el mismo individuo medido en sucesivos momentos.
Tabla 5. Valores medios y desviaciones típicas del porcentaje de grasa
corporal calculado por distintas ecuaciones en mujeres atletas.
VELOCIDAD
MEDIO
FONDO
FONDO
ALTURA
LONGITUD
LANZAMIENT.
HEPTATHLON
MARCHA
CONTROL
X
s
s
s
s
s
X
s
X
X
s
X
s
SLOAN
SIRI
15,39
1,13
15,59
0,78
15,26
1,35
16,01
1,68
15,53
0,58
18,91
2,54
16,13
1,03
16,23
1,92
19,44
2,69
DURNIN
SIRI
18,67
2,34
18,93
1,87
17,88
3,07
19,24
3,03
18,55
1,53
25,45
4,01
20,23
1,92
19,78
3,81
25,45
3,78
LOHMAN
SIRI
11,67
2,72
12,02
2,22
10,86
2,75
12,11
4,41
11,18
1,36
22,45
6,26
12,44
2,24
13,73
4,79
22,87
7,64
CÁRTER
11,75
1,65
12,23
1,27
11,62
1,77
12,29
2,02
11,82
1,26
17,13
3,87
12,94
1,43
12,74
2,45
17,45
3,09
DRINK.
ROSS
10,51
1,57
11,52
1,37
11,05
1,75
11,77
2,02
10,66
1,10
13,16
1,80
11,65
1,20
11,92
2,57
15,83
2,31
La tabla 5 muestra los resultados obtenidos en las mujeres, donde vuelve a repetirse que
es la ecuación de Durnin y Rahaman la que presenta los valores más altos, mientras que
las de Lohman, Cárter y la de Drinkwater presentan valores similares entre si y mucho
menores que los estimados mediante las otras dos ecuaciones.
47
Pacheco del Cerro, J.L.
Los resultados corroboran también la existencia de un claro dimorfismo sexual para la can-
tidad de grasa corporal, presentando las mujeres valores más altos si consideramos las
ecuaciones desarrolladas por un mismo autor para ambos sexos.
6. DISCUSIÓN
El conocimiento de la cantidad y distribución de la grasa corporal en los deportistas ha que-
dado de manifiesto en numerosas ocasiones (Cárter, Sleet y Climie, 1982; Forbes, 1987;
Jackson y Pollock, 1985, etc), para conseguir que éstas sean las idóneas para alcanzar los
objetivos deportivos propuestos, y como mecanismo de control del peso en aquellos depor-
tes en los que sea necesario. La cuestión fundamental que se plantea es el método que se
debe seguir para evaluar la cantidad de grasa corporal. Los métodos antropométricos tie-
nen la ventajas de que, si se usa personal especializado en la recogida de datos, éstos son
fáciles de tomar, son inocuos y no necesitan de grandes aparatos o de mucho tiempo para
la toma de medidas (Forbes, 1987; Jebb y Elia, 1993). A partir de la medición de los plie-
gues se puede calcular el porcentaje de grasa mediante la multitud de ecuaciones que se
han desarrollado al efecto, pero debemos recordar, como ya se ha comentado en el pre-
sente trabajo, que la utilización de dichas ecuaciones sólo es posible en la población en la
que se han desarrollado, considerando que el método de referencia, que normalmente es
la densimetría, no asegura que las densidades de las dos masas parciales, masa grasa y
masa libre de grasa, tengan una densidad constante, sobre todo esta última que puede
verse sometida grandes variaciones, como ya se ha comentado, debidas al grado de activi-
dad física, la presencia de enfermedades, la edad o el sexo (Bakker y Struikenkamp, 1977;
Jones y Corlett, 1980; Lohman, 1981; Martin, Drinkwater, Clarys y Ross, 1986; Roche,
1987).
En el presente trabajo se han utilizado diversas ecuaciones que estiman el porcentaje de
grasa en el caso de los atletas para evaluar si los valores que estiman son similares según
las ecuaciones,y en caso de no ser así, analizar si alguna es susceptible de utilización. Los
valores obtenidos, tanto para varones como para mujeres, parecen indicar que, si nos fija-
mos sólo en alguna de las ecuaciones, concretamente las de Durnin y Lohman en los varo-
nes, y las de Durnin y Sloan en las mujeres, los atletas no tienen menos grasa corporal que
las personas que no practicasen deporte, suponiendo que en este caso el porcentaje "nor-
mal" de grasa es del 10% en varones y del 15% en mujeres (McArdle, Katch y Katch,
1991), al tiempo que la muestra control supera ampliamente dichos valores normales.
Debemos suponer que las ecuaciones de Durnin y Rahaman y Lohman en varones y Dur-
nin y Rahaman y Sloan en mujeres, sobreestiman la cantidad de grasa de los atletas, y del
grupo control.
Otro aspecto importante es la capacidad de diferenciar entre dos medidas realizadas en un
mismo individuo. La medida de la dispersión de las variables (desviación típica, s) indica de
forma indirecta la capacidad de discriminación entre individuos o grupos, o la detección de
pequeñas variaciones en la cantidad de grasa corporal. Si la dispersión es pequeña, o bien
el grupo es muy homogéneo en cuanto a la cantidad de grasa, o bien la ecuación utilizada
es poco discriminatoria. El primero de los supuestos no debemos considerarlo, pues al utili-
zar otras ecuaciones, cambia la dispersión de la "misma variable", grasa corporal. Debe-
48
Valoración antropométrica de la masa grasa en atletas de élite
mos suponer, por tanto que variabilidad mayor indica una mayor capacidad de establecer
diferencias mediante una ecuación. En este sentido, las ecuaciones de Cárter y la corres-
pondiente al modelo de Drinkwater y Ross presentan dispersiones muy pequeñas, por lo
que no pueden diferenciar valores en los distintos grupos de atletas, ni posiblemente
pequeñas variaciones en la grasa corporal en un individuo en dos momentos determinados.
Como alternativa a la utilización de las ecuaciones de estimación de la grasa corporal, se
ha propuesto la utilización de perfiles de distribución de grasa (Martin, Ross, Drinkwater y
Clarys, 1985), que permiten indicar en que puntos el acumulo de grasa es mayor, y com-
probar si se producen cambios en el tiempo. Es evidente que la utilización de los valores
directos de los pliegues, bien sea en su forma numérica, o gráfica, muestra de forma clara,
y sin alterar, la disposición de la grasa subcutánea del individuo, si bien se podría conside-
rar que ni siquiera los pliegues sirven para determinar la grasa corporal, porque la medición
de los pliegues incluye tejidos no grasos, y porque la medición de la grasa subcutánea no
es representativa de toda la grasa corporal, como la grasa interna abdominal, la de la
médula ósea o la del tejido nervioso (Roche, 1987).
La observación de los perfiles de distribución de grasa corporal confirman los estudios que
indican que hay un dimorfismo sexual en la distribución de la grasa, además de una dife-
rencia importante en los valores absolutos de los pliegues. Las mujeres atletas tienen una
tendencia al acumulo de grasa en las extremidades, presentando un modelo ginoide típico,
y está en discusión si la práctica deportiva provoca un retraso en la maduración. Algunos
autores indican que las mujeres deportistas tienen retraso en el desarrollo (Malina, Little,
Bouchard, Cárter, Hughes, Kunze y Ahmed, 1984).
7. CONCLUSIONES
Existen multitud de ecuaciones para ESTIMAR el porcentaje de grasa de un atleta. Cada
una ofrece resultados distintos, a veces muy diferentes, y no existe además homogeneidad
al comparar los resultados obtenidos mediante varias ecuaciones. Los valores obtenidos
sólo serán válidos en la población donde se desarrolló la ecuación, y en cualquier otro
grupo o situación el resultado es meramente aproximativo.
En el caso de decidirse a usar una ecuación, será de utilidad cuando se utilice repetida-
mente en los mismos individuos, de forma que valore el cambio a lo largo de la temporada
deportiva. Además, la ecuación debe presentar capacidad de detectar pequeñas variacio-
nes en la cantidad de grasa corporal.
Es preferible usar los perfiles de distribución de grasa subcutánea, pues permiten la com-
paración en el tiempo, y la comparación entre grupos o individuos. El número de pliegues a
considerar debe ser un mínimo de seis, y el número de ellos que se localicen en el tronco
debe ser igual al de los que se localicen en las extremidades, para equilibrar el efecto de la
distribución de la grasa corporal.
49
Pacheco del Cerro, J.L.
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54
EVALUACIÓN DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL
MEDIANTE ABSORCIOMETRÍA FOTÓNICA
DUAL DE RAYOS X: APLICACIONES
Y LIMITACIONES EN EL ÁMBITO DEL DEPORTE
li VALU ATÍON OF BODY COMPOSITION USING
)UAL-ENERGY X-RAY ABSORPTIOMETRY (DEXA):
APPLICATIONS AND LIMITATIONS
IN THE SPORTS CONTEXT
López Calbet, J.A.
Dorado García, C.
Chavarren Cabrero, J.
i J—i J—.j- • *
Dirección para correspondencia:
Facultad de Ciencia de la Actividad Física y del Deporte
Universidad de las Palmas de Gran Canaria
Campus Universitario de Tafira
35017 Las Palmas de Gran Canaria
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
José Antonio Calbet: Licenciado en Medicina y Cirugía en
1985; Licenciado en Educación Física en 1986; Médico
Especialista en Reumatología en 1989; C.E.S. Medicine et
Biologic de l'exercice. Montpellier 1987; Profesor de Fisiolo-
gía del Ejercicio de la Facultad de Ciencias de la Actividad
Física y el Deporte de la Universidad de Las Palmas de
Gran Canaria; Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educa-
ción.
Resumen: La DEXA es la técnica de evaluación de la composición corporal cuya vali-
dez ha sido más extensamente verificada, tanto por métodos directos como indirectos.
Los datos publicados demuestran, en general, que la DEXA permite determinar el con-
tenido mineral óseo, la masa magra y la masa grasa, ya sea del cuerpo entero, o de
regiones seleccionadas, con gran precisión y fiabilidad. De hecho, presenta una gran
reproductibilidad a largo plazo por lo que resulta ideal para la realización de estudios
longitudinales. No obstante, existen algunas causas de imprecisión que van siendo con-
troladas a través de cambios en el software y/o hardware, debidas a: 1) el efecto de
endurecimiento de los rayos X al atravesar estructuras de similar composición pero
diferente grosor; 2) la imposibilidad de determinar la composición de los tejidos blandos
localizados encima o debajo de las estructuras óseas; y 3) la dificultad para identificar
el límite entre pixels óseos y blandos. Si bien, en el estado actual de desarrollo de
esta técnica aún no podemos afirmar categóricamente que constituya el método patrón
para el análisis de la composición corporal, las prestaciones actuales le confieren una
gran utilidad en la evaluación de la composición corporal.
Palabras clave: DEXA.DXA, composición corporal, obesidad, antropometría, ejercicio.
Abstract: Dual-energy x-ray absorptiometry (DEXA) is a new technique for the assessment
of body composition whose validity has been extensively verified, both through indirect and
direct procedures. In general, published data show that DEXA permits measurement of
bone mineral content, lean mass and fat mass of the whole body, as well as of defined
regions of interest, with high reliability and accuracy. DEXA also shows high reproducibility
in the long term, therefore it is an ideal method when performing longitudinal studies.
Despite the very high precisión of DEXA measurements, there are still some causes of
slight imprecisión which are continuously being remedied by new software and hardware
development, due to: 1) the hardening of the x-ray beam when it crosses structures of
similar composition but different thicknesses; 2) the fact that the composition of the soft
tissue lying just over, or under, osseous structures has to be assumed and cannot be
assessed directly; and 3) the edge effect or difficulty in identifying the limit between osseous
and soft pixels. Although the contemporary state of the art in DEXA assessment of body
composition has not reached the performance judged necessary for it to be used as the
gold standard method, it is very useful in assessing body composition.
Key words: DEXA, DXA, body composition, fatness, anthropometry, exercise.
56
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
1. COMPOSICIÓN CORPORAL Y DEPORTE
La valoración de la composición corporal y, en especial, del componente graso del organis-
mo ha recabado la atención de numerosos investigadores en los últimos 50 años. La valo-
ración de la composición corporal resulta de interés en el estudio de alteraciones endocri-
nas y nutricionales, así como de las adaptaciones al entrenamiento deportivo, tanto en
adultos como en niños. Asimismo, la determinación del porcentaje de grasa corporal
(%GC), es crucial en estudios epidemiológicos y en los ámbitos de la Rehabilitación, de la
Medicina del Deporte y del entrenamiento deportivo. En el mundo del rendimiento deporti-
vo, el objetivo de la valoración de la composición corporal es obtener información que per-
mita decidir si es conveniente actuar sobre la composición corporal de un deportista, de
cara a mejorar su rendimiento o a conseguir su ubicación en una determinada categoría de
peso.
En la mayoría de las especialidades deportivas, los practicantes que presentan una escasa
proporción de grasa corporal en relación a la masa corporal total (corredores de fondo, sal-
tadores, velocistas, gimnastas, etc..) se hayan en mejores condiciones para lograr el éxito
(5,12). Esto es debido a que la grasa corporal actúa como un tejido inerte a efectos propul-
sivos. Es decir, el tejido adiposo no genera tensión e incrementa la masa corporal total, por
lo que cuanto mayor es la proporción de grasa corporal en relación al tejido propulsivo
(masamuscular), mayor es el coste energético de la aceleración y desaceleración de los
segmentos corporales.
En algunas modalidades deportivas se trata de mantener un aspecto corporal estéticamen-
te aceptable, a expensas de reducir el peso corporal tratando de conservar y/o incrementar
la masa muscular (gimnasia rítmica, patinaje artístico, etc.).
Excepcionalmente, una mayor proporción de grasa corporal puede incidir favorablemente
en el rendimiento deportivo, siempre y cuando no se sobrepasen ciertos límites. Tal es el
caso de la natación, en la que una mayor cantidad de grasa corporal aumenta la flotabili-
dad, por lo que disminuye la fricción hidrodinámica, ya que el área de superficie corporal en
contacto directo con el agua es menor. Una mayor masa corporal resulta ventajosa en
deportes de contacto y en las categorías máximas de los deportes de lucha, remo, haltero-
filia, lanzamientos en atletismo, vela, etc. (5).
La valoración de la composición corporal es especialmente importante en el control de la
respuesta al entrenamiento. Cualquier oscilación en la masa corporal de un deportista
merece la atención del entrenador. Por ejemplo, con el entrenamiento de fuerza cabe espe-
rar un aumento de la masa muscular debido a la hipertrofia de la musculatura. Sin embar-
go, la masa corporal podría haber aumentado debido a un incremento de la masa adiposa,
relacionada con un exceso de ingesta calórica. Por otro lado, es posible que un programa
de entrenamiento no produzca cambios en la masa corporal total, pero que sí modifique la
composición corporal, aumentando la proporción de tejido muscular y disminuyendo la pro-
porción de tejido adiposo.
Durante muchos años, la tendencia general en la valoración de la composición corporal de
los deportistas ha consistido en la determinación de cambios generales de la composición
corporal. Sin embargo, la lipolisis durante el ejercicio, o el adelgazamiento mediante dieta,
57
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
no afecta por igual a todos los depósitos grasos (35). Por ejemplo, en los hombres, la grasa
subcutánea abdominal experimenta cambios más notables que la grasa subcutánea del
muslo o de la pierna. Por lo tanto, en los hombres, cualquier cambio en el porcentaje de
grasa corporal se puede detectar mucho antes si se efectúa un análisis específico de la
composición corporal de la región del tronco (35,42,43).
Contrariamente a la creencia popular, los cambios que experimenta la masa grasa abdomi-
nal no están relacionados con la cantidad de actividad física de la musculatura abdominal,
sino que dependen del balance calórico. Por ejemplo, recientemente comprobamos en
ciclistas de ruta, que apenas realizan ejercicio físico con la musculatura abdominal y de los
brazos durante la temporada, que la pérdida de grasa afecta fundamentalmente a los plie-
gues subescapular y tricipital (43). Viceversa, cuando el balance calórico es positivo,
aumenta la grasa corporal en múltiples localizaciones, pero especialmente la masa grasa
abdominal en los hombres y la glútea en la mujeres (35). No obstante, la determinación de
la grasa corporal total es de interés puesto que guarda relación con el balance calórico a
largo plazo.
Aunque durante muchos años se identificó el análisis de la composición corporal con la
determinación de la masa grasa o del porcentaje de grasa corporal, en el ámbito del depor-
te tiene especial interés el seguimiento de los cambios que experimenta la masa muscular.
La masa muscular aumenta en respuesta al entrenamiento de fuerza y, en menor medida
en respuesta al entrenamiento de resistencia. Los cambios que experimenta la masa mus-
cular con el entrenamiento y la inmovilización son altamente específicos. Es decir, sólo
aquellos músculos sometidos a sobrecarga experimentan hipertrofia y, viceversa, sólo los
músculos inmovilizados sufren atrofia (17,54). Por lo tanto, en la evaluación de los efectos
de un programa de entrenamiento, ya sea en el contexto del deporte o la rehabilitación
postlesional, tiene gran interés el estudio de los cambios regionales de la masa muscular.
En definitiva, el control de la composición corporal facilita la evaluación del programa de
entrenamiento y posibilita intervenciones adicionales, como el control dietético, de cara a
obtener la composición corporal más adecuada a la especialidad deportiva en cuestión. El
estudio de los cambios regionales de la composición corporal permite evaluar más específi-
camente las adaptaciones experimentadas en respuesta al entrenamiento.
2. COMPOSICIÓN CORPORAL Y SALUD
La obesidad suele definirse como la presencia de una cantidad anormalmente alta de tejido
adiposo. Cuando ésta es muy grande el diagnóstico es evidente, empleándose frecuente-
mente el término de obesidad morbosa. Numerosos estudios han comunicado una relación
entre obesidad y la tendencia a desarrollar ciertas enfermedades (morbilidad). No obstante,
dadas las dificultades que comporta la medición de la masa de tejido adiposo, aún no se ha
definido el límite a partir del cual un aumento de la masa adiposa entraña un riesgo para la
salud. El estudio NHANES II efectuado en un grupo de 11864 hombres y mujeres america-
nos, entre 1976 y 1980, demostró claramente que el sobrepeso, caracterizado por un índi-
ce de masa corporal o BMI [BMI=masa corporal(kg)/Talla2 (m2)] igual o superior a 28, se
asocia a un riesgo significativamente aumentado de desarrollar hipertensión, diabetes e
hipercolesterolemia (56).
58
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
Pero el panorama se ha visto complicado aún más al comprobar que la relación obesidad-
morbilidad, no es meramente cuantitativa. Esto es, la distribución regional del exceso de
tejido adiposo tiene importantes consecuencias metabólicas y puede ser un factor más
importante que la masa adiposa total (36). Por ejemplo, una persona con un exceso de
grasa localizada principalmente en la región abdominal tiene un mayor riesgo de presentar
hipertensión, diabetes y coronariopatía isquémica que otra persona con un exceso de
grasa principalmente localizado en la zona glútea (36). Así pues, en el contexto del mante-
nimiento de la salud no sólo interesa cuantificar el "exceso de masa adiposa" sino que tam-
bién es importante determinar el patrón de distribución regional de la grasa corporal.
Desde la perspectiva de la salud, no sólo interesa determinar la evolución del porcentaje de
grasa corporal o la cuantificación del depósito de grasa abdominal. Múltiples estudios han
demostrado que existe una relación directa entre la pérdida de masa ósea, ya sea debida
al envejecimiento o a alguna enfermedad metabólica, y el riesgo de sufrir fracturas óseas
(4). La práctica de deportes que producen un aumento de la fuerza muscular se ha asocia-
do a un incremento de la masa ósea (4). Sin embargo, la práctica de deportes de resisten-
cia, especialmente la carrera a pie se ha relacionado con una pérdida de masa ósea, espe-
cialmente en atletas amenorreicas (8,16).
3. TÉCNICAS PARA LA DETERMINACIÓN DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL
A parte de los procedimientos antropométricos, en la actualidad existen múltiples técnicas
para medir la composición corporal. Por ejemplo, puede determinarse la composición cor-
poral de determinados componentes del organismo a partir de la medición de isótopos
radiactivos presentes de forma natural en las diversas fracciones del organismo (cuantifica-
ción del 40K presente en el organismo), la determinación del agua corporal total, el estudio
de la impedancia o conductividad eléctrica y, últimamente, el análisis de activación de neu-
trones (contenido corporal de Ca, Na, Cl, P y N) y la resonancia magnética nuclear
(5,30,47). Más recientemente, la densidad corporal puede obtenerse por técnicas absorcio-
métricas, que emplean radiaciones ionizantes (la absorciometría fotónica dual o DPA, la
tomografía axial computerizada o TAC y la absorciometría fotónica dual de rayos X o
DEXA). Con excepción de la TACy la DEXA, la mayoría de las técnicas anteriores adole-
cen de escasa sensibilidad para detectar pequeños cambios de grasa corporal (< 2-3 %) o
masa magra (2 - 2,5 kg).
3.1. Limitaciones del modelo bicompartimental
En el último medio siglo, el procedimiento patrón para el estudio del %GC, ha sido la deter-
minación de la densidad corporal por pesada hidrostática, aplicando el principio de Arquími-
des (7,34). A partir de la densidad corporal se puede calcular el %GC, asumiendo que
tanto la densidad del tejido adiposo (0.900 g/ml) como la densidad de la masa magra
(1.100 g/ml) son constantes en los seres humanos (34,65).
No obstante, existen en el organismo otros tejidos, diferentes del adiposo, y que presentan
una importante fracción de grasa en su composición, pero una densidad distinta a la del
tejido adiposo. Tal es el caso, por ejemplo, del cerebro cuya grasa tiene una densidad pró-
59
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
xima a 1.005 g/ml, debido a que la grasa del sistema nervioso es especialmente rica en
fosfolípidos y colesterol, presentando ambos compuestos densidades superiores a 1 g/ml
(para referencias ver Martin y Drinkwater, referencia 50). Aún así, la grasa cerebral no
representa más de 200 g. Además, podemos considerar que la grasa esencial no está
sometida a las fluctuaciones que manifiesta la grasa de depósito. Por lo tanto, el error que
se comete al adoptar un valor fijo para la densidad de la grasa corporal es probablemente
desestimable.
Más problemático resulta asumir un valor fijo de densidad para la masa magra corporal.
Desde los trabajos iniciales de Behnke (7) se ha atribuido a la masa magra un valor fijo de
1.100 g/ml. Esta cifra se derivó originalmente del análisis de tres cadáveres humanos de
sexo masculino y raza caucásica, de 25, 35 y 46 años de edad respectivamente (76). Sin
embargo, se ha aplicado de forma universal, prescindiendo de edades, razas o sexos.
La denominada masa magra puede considerarse constituida por los tres elementos que
junto con la masa grasa integran los 4 componentes descritos por Matiegka (citado por
Martin y Drinkwater, referencia 50). De este modo, la masa libre de grasa (FFM) se consi-
dera integrada por la masa muscular libre de grasa, la masa ósea libre de grasa y el com-
ponente residual. La masa muscular libre de grasa representa entre el 40 y el 60 % de la
FFM, con un valor medio de 50 %. La masa ósea libre de grasa, oscila de unos individuos a
otros, entre 12.5 y 18.7 % ( = 15.6 %) de la FFM (50). Puede aceptarse, a pesar de los
escasos datos experimentales disponibles, que la densidad muscular es relativamente
constante, siendo su valor medio de 1.070 g/ml. Sin embargo, la densidad ósea varía con-
siderablemente de unos sujetos a otros, con valores extremos (en sujetos sin enfermedad
aparente) entre 1.14 y 1.72 g/ml ( = 1.43 g/ml). A la densidad del componente residual se le
ha atribuido un valor de 1.034 g/ml (50).
No obstante, varios estudios han demostrado que no se puede asumir que la FFM tiene
una densidad constante en los diversos individuos. Womersley y col. (78) comunicaron que
la edad, el grado de desarrollo muscular y el grado de obesidad, influyen en el valor de la
densidad de la FFM, tanto en hombres como en mujeres. Shutte y col. (63) demostraron,
mediante antropometría y cuantificación del agua corporal total, que la densidad de la FFM
de los negros en superior a la de los blancos de raza caucásica. La mayor densidad de la
FFM en los negros es debida a que tienen un contenido mineral óseo mayor.
El primer estudio que demostró que la variabilidad en las presunciones del modelo bicom-
partimental pueden provocar un error importante en la determinación de la composición
corporal fue publicado en 1984 por Mazess y col. Estos autores determinaron la composi-
ción corporal por hidrodensitometría y por DPA, en un grupo de 18 sujetos de 23 a 61 años
de edad. Aunque observaron una correlación significativa entre el % de grasa corporal
determinado por hidrodensitometría y DPA (r=0.87), también constataron que la diferencia
en el % de grasa corporal entre ambas técnicas correlacionó estrechamente (r=0.90) con la
fracción de la FFM representada por el contenido mineral óseo.
En efecto, el contenido mineral óseo presenta importantes diferencias en función del sexo,
la raza, la edad, el grado de actividad física, hábitos nutricionales, hábitos tóxicos, etc.
(4,63). En los sujetos con baja densidad mineral ósea, es decir, en niños y ancianos, la
hidrodensitometría sobrestima el %GC (32,68,74). Recientemente estudiamos la composi-
60
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
ción corporal de los adultos jóvenes de la población de Gran Canaria con muy diferentes
grados de actividad física (46). Tal y como puede apreciarse en la Figura 1, la fracción de
contenido mineral óseo en la FFM presenta una gran variabilidad entre sujetos, oscilando
entre 3.4 y 6.3 % de la FFM (5.0 ± 0.5 %, Coeficiente de variación del 9.2 %). Estos valores
se apartan de los asumidos en el modelo bicompartimental para la fracción de contenido
mineral en la FFM de un 6 a un 7 % (10).
50 -,
'o
c
0)
3
O
0)
40 -
30 -
20 -
10 -
2,5 3,0 3,5 4,0 4,5 5,0 5,5 6,0 6,5 7,0 7,5
% de mineral óseo en la FFM
Figura 1
Otra limitación del modelo bicompartimental está relacionada con los efectos del grado de
hidratación sobre la densidad de la FFM. Pequeñas alteraciones en el grado de hidratación
comportan importantes errores en la estimación hidrodensitométrica de la masa grasa (MG)
(28,39). El contenido de agua del tejido adiposo es mínimo, por lo que cambios tan peque-
ños como de un 1 a un 3 %, en el contenido de agua corporal pueden ocasionar desviacio-
nes en la estimación del %GC entorno a 2 unidades del valor de %GC (39).
Además, la hidrodensitometría es una técnica relativamente compleja, que requiere de gran
colaboración por parte del sujeto a analizar, por lo que resulta inapropiada para su utiliza-
ción con niños o con personas que tengan dificultades para mantener una apnea postespi-
ratoria. Además, para medir correctamente la densidad corporal es necesario determinar al
mismo tiempo que se efectúa la pesada en el agua, el volumen residual pulmonar. Aún
midiendo el volumen de aire contenido en los pulmones, siempre se subestima la densidad
corporal cuando se determina por pesada hidrostática, debido a la imposibilidad de determi-
nar el valor del volumen de aire atrapado en el tubo digestivo.
Los problemas que plantea la determinación hidrodensitométrica de la composición corporal
se han intentado solventar a través del desarrollo de otros procedimientos, que reciben el
nombre de doblemente indirectos. Las técnicas más simples son las antropométricas, que a
partir de la medición de pliegues cutáneos, circunferencias y diámetros, permiten calcular la
densidad corporal, a través de ecuaciones desarrolladas por regresión múltiple. Posterior-
mente la densidad corporal se transforma en %GC mediante las ecuaciones de Siri o Bro-
zek.
61
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
La mayoría de las ecuaciones antropométricas existentes se basan en predecir la densidad
corporal (modelo bicompartimental), por lo que no pueden evitar el error asociado a la
variabilidad que presenta la composición de la FFM (39,50,64). Por ello, se ha recomenda-
do el desarrollo de ecuaciones basadas en modelos tri o tetracompartimentales, que permi-
tan predecir directamente el %GC, a partir de mediciones antropométricas (50,75). Así se
reduce la imprecisión de las técnicas que primero predicen la densidad corporal y después,
a partir de la densidad corporal, realizan una segunda predicción del %GC aplicando las
ecuaciones de Siri o Brozek, obtenidas en la población estadounidense hace casi 50 años.
A las limitaciones anteriores, debemos añadir que las ecuaciones antropométricas existen-
tes son específicas de población, por lo que cuando se aplican a poblaciones distintasde la
original, su validez es aún menor (2,50). Incluso, algunas ecuaciones teóricamente genera-
lizadas, es decir que se pueden aplicar a poblaciones con grandes diferencias de edad y
composición corporal, fallan si se aplican a deportistas (50) o a sujetos con bajo %GC (18).
Lamentablemente, no se han desarrollado ecuaciones antropométricas que permitan deter-
minar el %GC en niños, mujeres o ancianos de nuestra población. No obstante, reciente-
mente desarrollamos una ecuación antropométrica para la predicción del %GC en adultos
jóvenes de la población canaria, que describimos más adelante (46).
La valoración de la composición corporal en niños es mucho más complicada que en los
adultos debido a los cambios que experimenta su composición corporal durante el proceso
normal de crecimiento. En los niños es especialmente difícil discriminar si los cambios habi-
dos en la composición corporal son debidos al normal proceso de crecimiento, a la dieta, a
la actividad física o algún proceso morboso intercurrente. El contenido de agua de la FFM
disminuye durante el crecimiento, desde valores cercanos al 81 % en los neonatos hasta
cifras próximas al 73 % en los adultos (57). Si el contenido de agua en la masa magra de
un niño de 9 años de edad es de un 75.5 %, y este niño tuviera una masa corporal de 35
kg, el asumir un valor de contenido de agua de la masa magra del 73 % (propio de los adul-
tos) provocaría una subestimación del porcentaje de grasa corporal de un 3 % (calculado
mediante la fórmula de Siri). Con el crecimiento tiene lugar la progresiva mineralización de
los huesos, con lo que la masa ósea y la densidad ósea van aumentando hasta alcanzar
los valores propios del adulto hacia los 18-20 años. El contenido en nitrógeno de la masa
magra (un índice de la cantidad de proteínas presente) aumenta con el crecimiento y
maduración, contribuyendo también a incrementar la densidad de la masa magra. Por lo
tanto, los tres componentes principales de la masa magra (agua, minerales y proteínas)
experimentan cambios con crecimiento y maduración en el sentido de determinar un
aumento progresivo de la densidad de la masa magra, desde valores próximos a 1.063 en
el neonato hasta un valor medio de 1.1 en el adulto (21,41).
No sorprende pues, la dificultad que entraña la valoración de la composición corporal en
niños, especialmente mediante técnicas antropométricas. Además, al menos tres proble-
mas limitan objetivamente la validez de las ecuaciones antropométricas para estimar el por-
centaje de grasa corporal en niños. En primer lugar, las ecuaciones que se han desarrolla-
do son específicas de población, no generalizadas, y no han sido sometidas a proceso de
validación cruzada. Es decir, a comprobar que su aplicación a un grupo de niños no perte-
necientes a la muestra original con la que se desarrolló la ecuación, da resultados similares
a los que se obtienen con el método patrón. En segundo lugar, las ecuaciones antropomé-
tricas desarrolladas para medir el porcentaje de grasa corporal en niños, asumiendo que la
62
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
densidad de la masa magra de los niños es la misma que la que presentan los adultos
(aplicando por ejemplo la fórmula de Siri) provoca una sobrestimación del porcentaje de
grasa del 3 al 6 % (9). Finalmente, existen importantes diferencias en el proceso de creci-
miento y maduración en las poblaciones infantiles de diferentes etnias, culturas y status
socioeconómicos, lo que limita aún más la validez de estas ecuaciones.
Estos problemas se pueden solventar en parte desarrollando ecuaciones antropométricas
para estimar el porcentaje de grasa corporal que no utilicen como método de referencia la
hidrodensitometría, o si se utiliza esta técnica, ajusfando los valores de densidad corporal a
los valores reales de densidad de la masa magra. Es decir, empleando ecuaciones que en
lugar de basarse en el modelo bicompartimental (masa grasa-masa magra libre de grasa),
se basen en un modelo tri o tetracompartimental, tal y como ha propuesto Lohman (40,41).
Por otro lado, se desconocen en gran medida los efectos que la práctica deportiva puede
tener sobre el proceso de mineralización ósea, así como sobre la evolución de los compo-
nentes magro y graso de la composición corporal en niños (20,38,41,52,66,60). Además, la
evolución de la distribución regional de la grasa corporal durante el crecimiento es aún
menos conocida (59). Estos datos son importantes, puesto que el nivel de adiposidad en la
infancia es un buen predictor de la adiposidad en la edad adulta (59).
3.2. La absorciometría fotónica dual de rayos X (DEXA)
Desde el inicio de los años 80 ha sido posible determinar la densidad corporal mediante
técnicas absorciométricas (47), que emplean radiaciones ionizantes (la absorciometría fotó-
nica dual o DPA, la tomografía axial computerizada o TAC y la absorciometría fotónica dual
de rayos X o DEXA). Las técnicas absorciométricas se basan en la medición de la atenua-
ción que sufre un haz de radiaciones ionizantes al atravesar las estructuras corporales. La
intensidad transmitida (I) depende de la intensidad del haz emitido por la fuente radiactiva
(l0), el coeficiente de atenuación de energía (u) y la densidad de superficie del material (o),
de tal manera que I = lox e-M° (48). El haz de fotones es atenuado en dependiendo de la
composición y del grosor del material atravesado. De este modo, la atenuación es máxima
cuando el haz de fotones atraviesa regiones óseas y mínima cuando cruza áreas con abun-
dante aire.
Un sistema de absorciometría fotónica dual de rayos X consta de una fuente emisora de
rayos X, un dispositivo detector y un sistema computerizado de análisis para determinar la
densidad superficial de las áreas escaneadas.
Hasta el momento se han comercializado tres marcas diferentes de equipos de DEXA: Nor-
land®, Lunar® y Hologic®. Aunque los principios de funcionamiento de estos equipos son
similares, existen diferencias importantes entre ellos. Nuestra experiencia se limita al equi-
po de Hologic QDR-1500W, que opera mediante la producción pulsátil de rayos X de dos
picos energéticos diferentes, un haz de 70 kVp y otro haz de 140 kVp. Ambos haces de
fotones atraviesan las mismas estructuras corporales ya sea simultáneamente (por ejemplo
en los equipos Lunar) o alternativamente (equipos Hologic). Al atravesar la misma estructu-
ra, el haz de fotones con mayor contenido energético tiene mayor poder de penetración y
sufre una atenuación menor y, viceversa el haz de menor energía sufre una atenuación
63
López Calbet, JA.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
mayor. La composición de los tejidos blandos es directamente proporcional al valor R, que
es el cociente de la atenuación sufrida por el haz de fotones de menor contenido energético
en relación a la atenuación sufrida por el haz de fotones de mayor contenido energético.
Cuanto mayor es el valor de R, menor es el contenido de grasa.
Los haces de rayos X emitidos son muy finos y están muy bien colimados, por lo que la
superficie analizada en cada posición, o pixel, corresponde a un área aproximada de 5 x 10
mm (53). En el equipo Hologic el tubo de rayos X y el detector se desplazan simultánea-
mente. En cada recorrido transversal se recoge la información de unos 120 pixeis. La
superficie máxima escaneada es de 60 x 200 cm, equivalente a unos 24.000 pixeis. El
tiempo necesario para escanear dicha superficie es de poco menos de 20 minutos, cuando
se opera en condiciones de resolución máxima. De toda la superficie escaneada sólo de
10.000 a 12.000 pixeis suelen corresponder a la proyección del cuerpo, aunque esta cifra
varía dependiendo del tamaño corporal.
Para el análisis se incluyen todos los pixeis en los que R alcanza unos valores mínimos
establecidos por cada fabricante. La composición corporal de los tejidos blandos de cada
región se calcula determinando primero el coeficiente R en todos los pixeis que alcanzan el
R mínimo, pero excluyendoaquellos pixeis que alcanzan o superan el valor R correspon-
diente a la presencia de hueso. Posteriormente se promedian los valores R de los pixeis
correspondientes exclusivamente a parte blandas y se extrapola dicho valor a las zonas
ocupadas por hueso. A partir del valor medio de R para los tejidos blandos es posible cal-
cular la masa grasa corporal total y la masa libre de grasa de los tejidos blandos. Es decir,
se asume que la composición de los tejidos blandos situados sobre hueso es similar a la
composición del resto de los tejidos blandos adyacentes. El coeficiente R de los pixeis que
contienen hueso permite determinar el contenido mineral óseo, en gramos de hidroxiapati-
ta. La masa libre de grasa de los tejidos blandos junto con el contenido mineral óseo total
integran la FFM. El %GC se calcula dividiendo la masa grasa corporal total entre el valor
obtenido al sumar la FFM y masa grasa corporal total.
3.2.1. Ventajas de la DEXA sobre otras técnicas de determinación de la composición
corporal.
El desarrollo de la absorciometría fotónica dual de rayos X (DEXA) ha supuesto un impor-
tante avance tecnológico. A diferencia de los primeros instrumentos disponibles de DPA,
que utilizaban una fuente radiactiva (generalmente 1^3Gd) capaz de proporcionar fotones
con dos picos energéticos, los instrumentos más nuevos utilizan como fuente radiactiva un
generador de rayos X de doble energía, lo que ha permitido reducir considerablemente la
irradiación administrada con cada exploración y aumentar la precisión de las medidas (53).
Además, la DEXA presenta ciertas ventajas sobre otros procedimientos empleados en la
evaluación de la composición corporal. En primer lugar, la DEXA permite dividir la masa
corporal en tres componentes, el componente graso, el componente magro y el componen-
te mineral óseo, por lo que disminuye considerablemente el error que comporta la variabili-
dad de la densidad de la masa magra en la estimación hidrodensitométrica de la composi-
ción corporal. La masa de estos componentes puede ser determinada con una exactitud
igual o superior a la de cualquier otro procedimiento disponible para la medición de la com-
64
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
posición corporal, tanto in vitro (25,53) como in vivo (70). En segundo lugar, es una técnica
muy fiable y de gran validez. Finalmente, es un procedimiento seguro y de fácil aplicación,
tanto para el operador como para el paciente (48).
Diversos investigadores han tratado de verificar la validez de la DEXA comparando los
resultados obtenidos mediante DEXA con los proporcionados por análisis químico, tanto en
compuestos patrón, o fantomas, como en animales de experimentación (11,25,53,57,70).
Así, Brunton y col. (11) estudiaron la composición corporal en cerditos de pequeño tamaño
(1.5 kg de masa corporal) y de mayor tamaño (6.0 kg de masa corporal). Los autores
observaron que la DEXA sobrestima la masa grasa en un 235 % en los cerditos pequeños,
y en un 36 % en los cerditos de mayor tamaño, utilizando la versión pediátrica del software
de Hologic (versión 6.01, 1992). Aunque los resultados de este estudio han sido aducidos
recientemente para argüir que la DEXA puede cometer errores importantes en la determi-
nación de la masa grasa (Kohrt 1995), debemos señalar que Bruton y col. (11) utilizaron
una versión preliminar del software pediátrico de Hologic. De hecho con versiones posterio-
res se han mejorado considerablemente estos resultados (57).
Picaud y col. (57) examinaron en tres ocasiones a 13 cerditos de 1.5 a 5.5 kg de masa cor-
poral, por DEXA empleando una versión del software para neonatos (versión 5.64, 1993).
La reproductibilidad de la DEXA fue de un 0.09 % para masa corporal, 1.95 % para el con-
tenido mineral y un 5.35 % para la masa grasa. Posteriormente compararon los resultados
proporcionados por la DEXA y los obtenidos por análisis químico. De este modo observa-
ron una correlación muy elevada entre la masa corporal total determinada por DEXA y por
pesaje (r=1); entre la masa de las cenizas de los animales (obtenidas por combustión pro-
longada, más de 14 horas a 550 °C) y el contenido mineral óseo total obtenido por DEXA
(r=0,96); y entre la masa grasa determinada por extracción química y la masa grasa medi-
da por DEXA (r=0.97). No obstante, los autores constataron una gran imprecisión (-90 %)
en la determinación de la masa grasa por DEXA en los animales con menos de 250 g de
grasa, así como cierta tendencia de la DEXA a sobrestimar, en general, la masa grasa.
Los estudios de validación de la DEXA comparando los resultados obtenidos por DEXA con
los proporcionados por el análisis químico de animales de mayor tamaño demuestran que
la DEXA es un procedimiento muy preciso para la valoración de la composición corporal
(19,70). Ellis y col. (19) utilizaron cerdos de 5 a 35 kg, mientras que Svendsen y col. (70)
emplearon cerdos de 35 a 95 kg. Tanto Ellis y col. (19) como Svendsen y col. (70) obtuvie-
ron correlaciones muy altas entre la composición corporal por DEXA y la obtenida mediante
análisis químico (r>0.97).
En nuestra experiencia, hemos observado una correlación muy alta entre la masa corporal
total determinada por DEXA y por pesaje (r=1, Figura 2), en una muestra integrada por 169
adultos jóvenes de la población Canaria, 147 de ellos practicantes de diversos deportes y
22 sedentarios (46). No obstante, el equipo de DEXA subestimó ligeramente el valor medio
de masa corporal (un 0.78 %, equivalentes a 520 g).
65
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
110 -,
U) 100 -
0)
90 -
80 -
70 -o
£L
O.
O
ü 60 J
co
t 50 -
40
r=1, p<0.001
40 50 60 70 80 90 100 110
MASA CORPORAL (DEXA, kg)
Figura 2
Una de las principales ventajas de la DEXA, sobre otros procedimientos empleados en el
estudio longitudinal de la composición corporal, reside en su alta fiabilidad. La mayoría de
los estudios han comunicado CV entre el 0.2 y el 1% para masa corporal total, entre el 0.9
y el 2 % para el contenido mineral óseo, entre el 1 y el 5 % para la FFM y entre 1.5 y el 6 %
para la masa grasa (1,24,29,32,44,53,58,62). También se ha intentado validar la DEXA por
procedimientos indirectos, comparando los resultados de composición corporal obtenida
por DEXA con los proporcionados por hidrodensitometría, antropometría, impedancia bioe-
léctrica, determinación de agua corporal total con agua deuterada, NIR o interactancia en la
longitud de onda próxima al infrarrojo y con la determinación de potasio corporal. En gene-
ral, existe una buena correlación (r>0.75) entre los valores de masa grasa y masa libre de
grasa obtenidos por las técnicas anteriormente relacionadas y los medidos por DEXA
(1,23,25,27,32,46,68,69,72,74,77).
En la Figura 3 puede apreciarse la relación observada entre el %GC estimado por antropo-
metría y determinado por DEXA en varones jóvenes (de 17 a 37 años) de la población
Canaria. El %GC obtenido con la ecuaciones antropométricas correlacionó con el determi-
nado por DEXA (r>0.80, en todos los casos). Mientras que las ecuaciones Yuhasz (13),
Sloan (67) y la ecuación de Katch y McArdle (33) subestimaron significativamente (p<0.01,
en todos los casos) el porcentaje de grasa corporal. Así, los valores de %GC obtenidos
fueron de 13.1 ± 5.6 % con DEXA, 8.7 ± 2.5 % con la ecuación de Yuhasz, 11.0 ± 5.4 %
con la ecuación de Sloan, 11.5 ± 4.0 con la ecuación de Katch y McArdle y 13.9 ± 4.2 %
con la ecuación de Durnin y Womersley. No obstante, la ecuación de Durnin y Womersley
sobrestimó significativamente el %GC, aunque sólo en 0.8 unidades de %GC en relación al
valor medio de la población. También calculamos el error técnico (ET) definido como la raíz
cuadrada de (£n¡=1 d
2¡)/2n, donde d¡ es la diferencia entre medidas en el sujeto"i" y "n" es el
número de sujetos. El 95 % de los valores de una medida determinada, en una muestra
poblacional dada, deben hallarse en un intervalo igual al valor real de la medida ± 2ET (14).
66
Evaluaciónde la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
Así el ET de la estimación antropométrica del %GC para las ecuaciones de Yuhasz, Sloan,
Katch y McArdle y Durnin y Womersley, fue respectivamente de 21.3 %, 14.6 %, 13.9 % y
11.6 %, respectivamente. Por lo tanto, de las ecuaciones antropométricas analizadas, la
que predice con mayor precisión el %GC de los varones jóvenes de la población Canaria
es la ecuación de Durnin y Womersley. Sin embargo, el error técnico es elevado (un 11.6 %
del valor de %GC individual). Es decir, para un %GC obtenido mediante la ecuación de
Durnin y Womersley el intervalo de confianza del 95 % es de ± 22.7 % del valor de %GC.
Así, si el %GC de un sujeto, obtenido mediante la ecuación de Durnin y Womersley, es del
15 %, el valor real (obtenido por DEXA) se situará entre 11.6 y el 18.4 %, con una probabili-
dad del 95%.
40 i
35 -
30 -
2 5 -
2 0 -
15 -
10 -
5 -
Durnin-Womersley
vs. DEXA
r=0.85, p<0.001
0 5 10 15 20 25 30 35 40
%GC DEXA
40 ,
35 -
30
25 -
2 0 -
15 -
10 -
5 -
Sloan
vs. DEXA
r=0.83, p<0.001
0 5 10 15 20 25 30 35 40
%GC DEXA
40 -,
35 -
30 -
25 -
2 0 -
15 -
10 -
5 -
0
Katch-McArdle
vs. DEXA
r=0.83, p<0.001
0 5 10 15 20 25 30 35
%GC DEXA
40
4 0 - ,
35 -
30 -
25 -
20 -
15 -
10 -
5 -
0
Yuhasz
vs. DEXA
r=0.88, p<0.001
10 15 20 25 30 35
%GC DEXA
40
Figura 3
La DEXA ofrece además la posibilidad de realizar un análisis regional de la composición
corporal cuyas características varían en función de las prestaciones del software y del equi-
po de DEXA. Por ejemplo, en los equipos Hologic se puede obtener un análisis de conteni-
do mineral óseo de las siguientes regiones: cabeza, tronco (torácica izquierda y torácica
67
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
derecha), columna vertebral dorsal y lumbar, pelvis, brazo izquierdo, brazo derecho, pierna
izquierda y pierna derecha. El análisis tricompartimental (grasa, masa magra y masa ósea)
se puede obtener de las regiones: brazo izquierdo, brazo derecho, tronco, pierna izquierda,
pierna derecha y cabeza. No obstante, el software tiene cierta flexibilidad, por lo que el
análisis regional también se puede efectuar delimitando otras áreas de interés.
Mediante otras técnicas de imagen como la tomografía axial computerizada (TAC) y la
resonancia nuclear magnética (RNM) también es posible efectuar un análisis regional de la
composición corporal. Sin embargo, ambos procedimientos son muy caros, requieren de
instalaciones costosísimas y precisan personal con mayor grado de cualificación que las
instalaciones de DEXA. Además, ambas técnicas consumen más tiempo de exploración y
de análisis que la DEXA. No obstante, la RNM tiene la ventaja adicional de no utilizar radia-
ciones ionizantes, pero la TAC tiene el inconveniente de trabajar con energías superiores a
las utilizadas con DEXA, por lo que la dosis equivalente administrada al paciente es muy
superior con la TAC que con la DEXA. Por otro lado, mediante RNM no se puede determi-
nar la masa ósea.
La posibilidad de obtener información sobre la composición corporal de ciertas regiones ha
supuesto un gran avance en el análisis de la composición corporal y resulta de gran interés
en el campo de la Medicina del Deporte y del control del entrenamiento, pero también en
otras especialidades médicas como la Endocrinología, Rehabilitación y la Epidemiología.
Estudios epidemiológicos han demostrado que el patrón de distribución de la adiposidad
tiende a ser de tipo centrípeto (abdominal) en los sujetos sedentarios. Este patrón se aso-
cia a un riesgo cardiovascular aumentado (6,26). Además se ha verificado que, para un
mismo nivel de adiposidad, los sujetos con un patrón centrípeto se caracterizan por niveles
de condición física inferiores (55). Sin embargo, los grupos integrados por deportistas pre-
sentan una distribución más homogénea de la grasa subcutánea. Posiblemente, los adipo-
citos del tronco, especialmente del abdomen, son más sensibles a la respuesta lipolítica
que acompaña al ejercicio y a la respuesta lipogénica propia del balance energético positi-
vo (3,15,31,71).
Varios estudios longitudinales han demostrado un descenso de la masa grasa con el entre-
namiento, aunque dependiendo del nivel de condición física inicial, la respuesta resulta
más o menos marcada. No obstante, el descenso de grasa subcutánea no es homogéneo,
ya que ciertas regiones son más sensibles que otras y, por lo tanto, más adecuadas para
valorar la evolución de la masa grasa. Després y col. (15) sometieron a un grupo de 13
sedentarios a entrenamiento de tipo aeróbico, durante 20 semanas. Estos sujetos experi-
mentaron una disminución notable del porcentaje de grasa corporal, de la suma de plie-
gues y del peso corporal. La disminución de grasa subcutánea fue especialmente acentua-
da a nivel del tronco. Como resultado del proceso de entrenamiento adoptaron un patrón
de distribución de la grasa corporal más parecido al que presentaban los 20 corredores de
fondo que integraban el grupo control. Tremblay y col. (71) estudiaron la composición cor-
poral de una muestra de 1.257 hombres físicamente activos, constatando que cuanto
mayor era el consumo calórico debido al ejercicio físico habitual, menor era el grado de adi-
posidad. Curiosamente, observaron que para un mismo gasto energético, los sujetos que
efectuaban este gasto con actividades de mayor intensidad presentaban índices de adipo-
sidad inferiores.
68
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
Al contrario de lo que ocurre con sujetos sedentarios cuando inician un programa de entre-
namiento, la mayoría de los deportistas de alto nivel, que llevan varios años en activo, no
experimentan cambios muy aparentes en su composición corporal, aún a pesar del impor-
tante volumen de ejercicio que realizan durante la temporada (37). Este comportamiento
podría estar relacionado con la brevedad de la interrupción real de las actividades físicas al
finalizar la temporada. En ciclistas de ruta de alto nivel hemos observado un descenso sig-
nificativo del grosor de los pliegues adiposos tricipital y subescapular, mientras que el resto
de los pliegues analizados (abdominal, suprailíaco, del muslo y de la pierna) no mostraron
modificaciones significativas (42).
La DEXA ofrece la posibilidad de analizar detalladamente la evolución de la masa ósea, de
la masa magra y de la masa grasa de las regiones sometidas a entrenamiento o a inmovili-
zación. Por ejemplo, hemos podido constatar en futbolistas que el contenido mineral óseo y
la masa magra del brazo dominante es superior al del brazo no dominante, mientras que la
masa grasa es inferior en el brazo dominante. Estas diferencias entre extremidades supe-
riores no se observan en las piernas (datos no publicados).
Puesto que en las extremidades no hay visceras, la masa magra, una vez descontado el
contenido mineral óseo, constituye una muy buena estimación de la masa muscular.
Recientemente observamos, en 12 varones estudiantes de Educación Física, que existe
una correlación muy alta entre la masa magra corporal (descontando el contenido mineral
óseo) obtenida por DEXA y la masa muscular obtenida por la ecuación de Martin (45,51)
siendo el coeficiente de correlación de r=0.94 (p<0.001). Además el índice de correlación
fue aún mayor al considerar sólo la suma de la masa magra (descontado el contenido
mineral óseo) de las cuatro extremidades y la masa muscular obtenida por la ecuación de
Martin (r=0.98,p<0.001).
3.2.2. Desventajas y limitaciones de la DEXA
Al tratarse un procedimiento que utiliza radiaciones ionizantes, comporta los riesgos aso-
ciados a la mutagénesis que puede desencadenar este tipo de radiaciones. No obstante,
los equipos modernos de DEXA emiten radiaciones de muy baja potencia, por lo que la
dosis efectiva equivalente administrada durante una exploración de cuerpo entero es de
aproximadamente 2 uSv, o sea, es de magnitud similar a la radiaciónde fondo (ambiental)
de 1 día (30).
La DEXA no está exenta de presunciones en cuanto a la composición corporal. La determi-
nación de la composición corporal por DEXA asume que el contenido de agua en la masa
magra es constante (un 73 %). Sin embargo, el contenido de agua de la masa magra
puede variar, aumentando durante la actividad física en los músculos solicitados y disminu-
yendo de forma más o menos homogénea con la deshidratación (49,61). A pesar de los
cambios que puede experimentar la fracción de agua presente en la FFM, cambios del 1-5
% en el contenido total de agua de la FFM, son detectados por la DEXA como cambios en
la FFM y no afectan prácticamente a la determinación de la masa grasa y del contenido
mineral óseo. (1,22,24,29,44).
Teóricamente, los cambios en el contenido de agua de la FFM pueden provocar un error,
debido a que el factor R para el agua es equivalente a un 5 -9 % de grasa, dependiendo de
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
la intensidad de los rayos X empleados y del contenido de sal en el agua (1,53). Si el con-
tenido de agua de la FFM fuera de un 77% en lugar del 73 % asumido, la cantidad de agua
no considerada por la DEXA será de un 4 % de la FFM, de la cual un 5 % será medida
como grasa en lugar de como agua. En valores absolutos, un exceso de agua en la masa
magra comportará una sobrestimación equivalente a 0.04 x 0.05 x FFM, en el supuesto de
un individuo que tenga una FFM de 60 kg, la masa grasa sería sobrestimada en 120 g. En
caso de deshidratación se produciría una ligera infravaloración de la masa grasa. No obs-
tante, si se toman las debidas precauciones el efecto de los cambios en el estado de hidra-
tación en la valoración de la composición por DEXA pueden ser minimizados, basta con
estandarizar adecuadamente las condiciones de medición. De hecho, para producir una
pérdida de agua corporal de 2-3 litros se precisan de 1 a 2 horas de ejercicio intenso en un
ambiente cálido y que los sujetos no ingieran agua durante el ejercicio (49,61).
Recientemente estudiamos el efecto de 1 hora de ejercicio extenuante sobre la reproducti-
bilidad de las mediciones de composición corporal efectuadas por DEXA en 9 estudiantes
de Educación Física (44). Durante el esfuerzo ingirieron aproximadamente unos 800 mi de
agua, no obstante la masa corporal descendió unos 700 g, equivalentes a 1.2 % de la
masa corporal inicial determinada por pesaje. El análisis densitométrico (DEXA) también
reveló un descenso significativo de la masa corporal, calculada como la suma del contenido
mineral óseo total, la FFM y la masa grasa total, de un 1.1 %. De los tres componentes que
permite distinguir la DEXA sólo disminuyó de forma significativa la FFM, que pasó de 46.1
± 12.0 a 45.5 ± 11.6 kg (p<0.05). Al efectuar un análisis regional de la composición corporal
se puso de manifiesto un descenso significativo de la masa magra del tronco, que pasó de
23.2 ± 5.6 a 22.7 ± 5.2 kg (p<0.05). El descenso porcentual de masa magra total correlacio-
nó con el decremento porcentual de masa magra en el tronco (r=0.97, p<0.0001; Figura 4).
A
DISMINUCIÓN DE MCT
por PESAJE (%)
DISMINUCIÓN MCT
por DEXA (%)
SE
DISMINUCIÓN MCT
por DEXA {%)
•o s
ü °-
i
Figura 4
DISMINUCIÓN MMG TRONCO
por DEXA (%)
70
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
El resto de los parámetros no variaron de forma significativa. Tal y como puede apreciarse en
la Figura 5, el contenido mineral óseo total presentó valores muy similares en ambas medicio-
nes, con un coeficiente de variación (CV) de tan sólo 0.39 % y un coeficiente de correlación
entre las dos valoraciones de r=1 (p<0.001). La masa grasa total no varió de forma significati-
va. El CV de esta variable, determinado a partir de las diferencias observadas entre las dos
mediciones fue de 3.11 %. Se observó un coeficiente de correlación entre las dos valoracio-
nes de r=1 (p<0.001; Figura 5). A pesar de la deshidratación que experimentaron los sujetos,
el %GC determinado por DEXA, no varió significativamente, pasando de 16.89 ± 5.87 a 16.84
± 5.99 %, siendo el coeficiente de correlación test re-test de r=1 (p<0.001; Figura 5) y el CV de
0.03 unidades porcentuales de grasa. Tal y como puede apreciarse en la Figura 6, tampoco
se detectaron cambios en el %GC determinado por antropometría, mediante las ecuaciones
de Yuhasz (13), Durnin y Womersley (18)ySloan(67).
Contendió mineral óseo (g)
B
3600 n
.2 3300 -
O
'5
e 3000 -
O 2700 -
1=1, p<0.001 o
'o 12000 -
*
•B
O.
s
Masa Grasa total (g)
r=1, p<0.001
26 ,
24 -
22-
20 -
18 -
16 -
14 -
12-
10 -
% de grasa corporal
r=1, p<0.001
1BO0 2100 2400 2700 3000 3300 3600
Antes del ejercicio
4000 6000 S000 10000 12000 14000
Antes del ejercicio
Figura 5
10 12 14 16 16 20 22 24 26
Antes del ejercicio
%GC POR ANTROPOMETRÍA Y DEXA
24- p < 0.01
20
I
YUHASZ SLOAN DURNIN-W DEXA
Figura 6
71
López Calbet, J.A.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
Por lo tanto, este estudio demostró que a pesar de provocar una importante perturbación
de la homeostasis corporal (1 hora de ejercicio hasta la extenuación), la DEXA fue suficien-
temente sensible como para detectar los pequeños cambios inducidos por el ejercicio en la
masa corporal total, atribuyendo correctamente las alteraciones constatadas a la masa
magra. Así mismo, permitió localizar la región anatómica en la que los cambios fueron más
acusados, en este caso fue la región del tronco, al igual que ocurre en los paciente con
insuficiencia renal crónica tras la hemodiálisis (1).
Otras de las limitaciones que presenta la DEXA se relaciona con el efecto de endurecimien-
to de los rayos X, debido a cambios en la atenuación de los rayos X al atravesar tejidos de
diferente grosor. Este fenómeno afecta en mayor medida a los rayos X de menor energía.
Mazess y col. (53) observaron que el coeficiente R aumenta del orden de 0.01 unidades
cuando el grosor del material atravesado aumenta de 15 a 25 cm, a pesar de mantener la
composición del material constante. Así mismo, Mazess y col. (53) constataron que el
grado de incremento del coeficiente R con el aumento del grosor del material fue similar
para la grasa y para el agua. En definitiva, si dos sujetos tienen la misma composición cor-
poral, pero difieren en el grosor de los tejidos, el contenido de grasa será ligeramente
subestimado en el sujeto con tejidos más gruesos y viceversa, sobrestimado en el sujeto
con tejidos más delgados. En cualquier caso, debemos señalar que este efecto de endure-
cimiento de los rayos X, tiene una influencia mínima en el error de la determinación de la
composición corporal por DEXA, ya que puede ser corregido, en parte, por software (37).
Sin embargo, la principal limitación de la DEXA guarda relación con la necesidad de esti-
mar la composición de los tejidos blandos situados por encima o por debajo de estructuras
óseas. Por ejemplo, se ha comprobado que al colocar un paquete de grasa, de masa cono-
cida, sobre las extremidades la DEXA es capaz de determinar con gran precisión la canti-
dad adicional de grasa. Sin embargo, cuando la misma cantidad de grasa se coloca sobre
el abdomen o sobre el tórax sólo se mide como grasa de un 50 a un 55 % de la masa aña-
dida (68). No obstante, Svedsen y col. (70) efectuaron un experimento similar, colocando
8.8 kg de grasa porcina (3.5 cm de grosor) repartidos homogéneamente sobre la zona ven-
tral del cuerpo de 6 mujeres. Los autores constataron que más del 99 % de la grasa coloca-
da sobre el cuerpo fue detectada como tal por el equipo de DEXA. Las discrepancias entre
unos estudios y otros pueden debidas a diferencias técnicas en los equipos empleados y a
que la DEXA tienda a subestimar la masa grasa en ancianos, tal y como observaron Snead
y col. (68).
También puede ser causa de error en las mediciones de composición corporal mediante
DEXA la ropa que lleve puesta el paciente en el momento de la medición. Por ejemplo, el
algodón tiene un coeficiente de atenuaciónsimilar al de la grasa. Es decir, deben estandari-
zarse las condiciones de la exploración en cuanto al tipo y cantidad de vestimenta que los
pacientes podrán llevar durante las exploraciones. Dos alternativas son igualmente válidas,
o utilizar vestimenta estandarizada, que se le prestaría al paciente para efectuar la explora-
ción, o realizar las exploraciones con los pacientes completamente desnudos.
Aunque los equipos de un mismo fabricante tienen muy buena reproductibilidad entre sí
(53), los valores de composición corporal obtenidos con equipos de distintas marcas pue-
den ser muy dispares. Para realizar exploraciones con equipos de marcas diferentes es
preciso utilizar un mismo estándar de calibración y aplicar posteriormente los correspon-
72
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
dientes factores de corrección. Así mismo, es conveniente elaborar una base de datos de
valores poblacionales de referencia.
No se dispone de suficiente información independiente como para poder establecer cuál de
los equipos es el más recomendable desde el punto de vista científico. El precio de un equi-
po para poder efectuar mediciones de cuerpo entero oscila alrededor de los 10.000.000 de
pesetas y puede ser un factor crítico a la hora de decidir qué equipo instalar. No obstante,
antes de adquirir un equipo de estas características es conveniente informarse sobre la dili-
gencia del servicio técnico, tanto en el mantenimiento periódico como en las reparaciones
de las averías sobrevenidas. Asimismo, si se desea tener cierta comparabilidad con otras
unidades del entorno conviene elegir un equipo de la misma marca que el utilizado por las
unidades con las que se desee coordinar la actividad. En cualquier caso para tener una
buena comparabilidad será necesario efectuar mediciones repetidas en fantomas o en suje-
tos voluntarios con los aparatos que se desee comparar. Este aspecto es crucial en la
medicina asistencial, en la que un paciente puede, en ocasiones ser remitido a distintas uni-
dades de exploración. No deberían compararse los resultados obtenidos con un equipo con
los proporcionados por otro equipo distinto, si no se conoce cuál es el grado de concordan-
cia entre ambos.
También es importante actualizar el software del equipo con las nuevas versiones que va
comercializando el fabricante. Puesto que la DEXA es una técnica en desarrollo, algunos de
los problemas de imprecisión relacionados con al estimación de la composición de los teji-
dos blandos ubicados encima o debajo de estructuras óseas, o bien con el efecto de endu-
recimiento de los rayos X, pueden ser tratados más adecuadamente por nuevas versiones
del software. En ocasiones, la actualización del software comporta reanalizar los datos
recogidos con versiones anteriores para poder comparar los datos históricos con las nuevas
exploraciones.
Por otro lado, dadas las diferencias en composición de la masa magra de los niños (mayor
contenido acuoso), es necesario utilizar un software específico para niños. De hecho, tanto
Hologic como Lunar comercializan una versión pediátrica del software de análisis de com-
posición corporal.
Finalmente, debemos destacar que los equipos de DEXA, al ser aparatos que emiten radia-
ciones ionizantes están sometidos a la legislación para instalaciones radiactivas. Al ser
equipos de baja potencia, de tensión pico inferior a 200 Kv, están considerados instalacio-
nes radiactivas de tercera categoría. Si las exploraciones con los equipos de DEXA van a
realizarse en personas, la instalación se regirá principalmente por las normas que establece
el Real Decreto 1891/1991 de 30 de Diciembre, regulador de la instalación y utilización de
aparatos de rayos X con fines de diagnóstico médico.
Dicho Real Decreto establece importantes limitaciones de tipo médico-legal. Por ejemplo, la
instalación tiene que ser declarada y registrada como instalación de rayos X con fines de
diagnóstico médico ante la dirección provincial del Ministerio de Industria, o ante la Conse-
jería competente, en el caso de Comunidades Autónomas con esta competencia transferi-
da. Así mismo, el RD 1891/1991 establece que la instalación deberá ser dirigida por un
médico, en posesión del título de Director o Supervisor de instalaciones de rayos X con
fines de diagnóstico médico, mientras que los operadores deben estar en posesión del título
73
López Calbet, JA.; Dorado García, C. y Chavarren Cabrero, J.
de Operador de instalaciones de rayos X con fines de diagnóstico médico. Finalmente, es
responsabilidad del director de la instalación el cumplimiento del Real Decreto 53/1992, de
24 de enero, por el que se aprueba el Reglamento sobre Protección Sanitaria contra Radia-
ciones Ionizantes. Afortunadamente, la radiación emitida por el equipo en funcionamiento
es de tan baja intensidad que no se precisa ningún tipo de blindaje en la sala en que esté
ubicado el equipo, lo que disminuye considerablemente el coste de la instalación.
3.3. Una ecuación antropométrica para predecir el %GC en varones jóvenes desarro-
llada por DEXA.
Tanto la validez como la fiabilidad de la DEXA hacen de esta técnica uno de los métodos
de referencia para el desarrollo de ecuaciones antropométricas para predecir indirectamen-
te el porcentaje de grasa corporal, tal y como han sugerido algunos autores (50,75). Así
pues, recientemente desarrollamos y validamos una ecuación antropométrica para la pre-
dicción del % de GC en varones jóvenes de la población Canaria (46). La ecuación se obtu-
vo por regresión múltiple tomando como variable independiente el %GC y como variables
dependientes las variables antropométricas incluidas en el protocolo del O-Scale System
(73), así como la edad y el cociente entre perímetro abdominal umbilical/perímetro torácico.
La ecuación se desarrolló empleando una muestra integrada por 147 deportistas de 18 a
36 años de edad, de 49 a 103 kg de masa corporal, de 155 a 206 cm de talla y de 1.8 a un
30.1 % de grasa corporal, determinada por DEXA. Aproximadamente un 70 % de los suje-
tos habían nacido en las Islas Canarias, mientras que el resto procedían de otras regiones
de España. Entre otros deportes los sujetos empleados para desarrollar la ecuación antro-
pométrica practicaban: atletismo (15: 3 saltadores, 1 lanzador, 1 decatleta, 5 velocistas, 5
corredores de fondo y mediofondo), baloncesto (8), voleybol (15), fútbol (29), ciclismo (12),
balonmano (4), triathlón (4), lucha canaria (1), culturismo (2) y el resto, practicaban varios
deportes. Todos estos deportistas dedicaban a entrenamientos y/o competiciones al menos
4 horas a la semana. No obstante, el grado de dedicación a la práctica deportiva fue muy
variable, pues algunos deportistas profesionales, entre entrenamientos y competiciones,
superaban las 24 horas semanales de ejercicio físico.
Mediante regresión múltiple lineal obtuvimos la siguiente ecuación para el cálculo del %GC,
a partir de parámetros antropométricos:
%GC = 23.59943 x [log-jg ^(pliegues cutáneos: tricipital, abdominal, iliocrestal,
anterior del muslo y de la pierna, en mm)] + [15.99428 x (perímetro
abdominal/perímetro torácico)] + [0.19299 x edad, en años] - 45.88485 (R=0.92
p<0.001).
El error estándar de la predicción del %GC con esta ecuación fue de un 1.8, en %GC,
mientras que el error técnico fue del 2.6 %. A pesar de haber sido desarrollada con depor-
tistas, la ecuación descrita resultó valida para ser aplicada también a la población sedenta-
ria, con una precisión superior a demostrada por la ecuaciones de Yuhasz, Sloan, Katch y
McArdle, y Durnin y Womersley.
AGRADECIMIENTOS
Nuestro mayor agradecimiento al Dr. Juan Navarro de Tuero, por su valiosa asistencia téc-
nica.
74
Evaluación de la composición corporal mediante absorciometría fotónica dual de rayos X
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79
DETERMINACIÓN DEL TEJIDO ADIPOSO POR
RESONANCIA MAGNÉTICA EN DEPORTISTAS
ADIPOSE TISSUE DETERMINATION IN ATHLETES
BY NUCLEAR MAGNETIC RESONANCE
González de Suso, J.M.
Porta, J.
Dirección para correspondencia:
J.M. González de Suso
Centre d'Alt Rendiment
Avenida Alcalde Barnils, s/n
Apartado de Correos 129
08190 Sant Cugat del Valles
González de Suso, J.M.; Porta, J.
José Manuel González de Suso, licenciado en Medicina y
Cirugía, trabaja en el departamento de fisiología del Centre
d'AIt Rendiment de Sant Cugat del Valles (Barcelona).
Jordi Porta, profesor de Sistemática del Ejercicio Físico en el
INEFC de Barcelona y profesor de la Escuela de Medicina de
la Educación Física y del Deporte de la Facultad de Medicina
de la Universidad de Barcelona.
Resumen: Imágenes tomográficas por resonancia magnética nuclear (RMN) y un estudio
antropométrico estandarizado han permitido la cuantificación del tejido adiposo corporal de
83 deportistas. Se formaron 2 grupos de estudio: un primer grupo G1), integrado por 30
deportistas aficionados (15 mujeres y 15 hombres, 24,6 ± 5,6 y 27,4 ± 5,7, respectiva-
mente edad ± SD) y un segundo grupo (G2), formado por 53 deportistas de élite (27 muje-
res y 28 hombres, 18,6 + 3,5 y 20,9 ± 4,1) de los que 20 participaron en los JJOO Barcelo-
na 1992.
Con G1 se ha estudiado la compresibilidad de varios pliegues cutáneos (PC) (tríceps,
bíceps, subescapular, ileocrestal, supraespinal, abdominal, muslo anterior y pierna medial)observándose: i) una elevada correlación (p < 0,005) en el espesor del pliegue calculado
por ambos métodos y, ii) una excesiva compresibilidad a nivel de la mayoría de los plie-
gues (entre el 15% y el 57%), excepto para los pliegues subescapular y muslo anterior, en
mujeres, y el subescapular, en hombres, donde la compresibilidad es inferior al 10%.
A los deportistas G2, se les realizó cortes seriados RMN desde la cabeza hasta los pies (10
mm de espesor y 15 mm entre ellos). Utilizando el método de Cavalieri se ha efectuado el
cálculo del tejido adiposo subcutáneo (TAS) que supone el 17,2 ± 4,0% (mujeres) y el 8,7 ±
2,7% (hombres) del volumen corporal total. PC se encuentran muy correlacionados con el
TAS siendo tríceps (r = 0,84; p. < 0,001) y muslo anterior (r = 0,88; p < 0,001) los más sig-
nificativos en las mujeres, y pectoral (r = 0,73; p < 0,001) en hombres. Posteriormente, a un
total de 39 deportistas (19 mujeres y 20 hombres) de G2 se les ha efectuado una estima-
ción del volumen de tejido adiposo visceral o intraabdominal (TAV), basándose en R. Ross
y col. (J. Appl. Physiol., 72:787-795, 1992). TAV supone un 2% del volumen corporal total
para ambos sexos. A partir de la densidad de la grasa (0,96 g/cm3) hemos calculado la
82
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
masa grasa (MG) que es 18,3% y 10,2%, en mujeres y hombres respectivamente. Este
resultado difiere significativamente (p < 0,02) del obtenido a partir de varias ecuaciones
basadas en las mediciones antropométricas, muy utilizadas en los centros de seguimiento
de deportistas. La ecuación de Faulkner (1968) utilizada para la estimación de la propor-
ción de tejido graso en hombres, es la única que presenta una correlación significativa (r =
0,53; y p = 0,008) y no subestima la MG (p = 0,823).
A partir de los resultados obtenidos en este estudio, con un reducido grupo de deportistas,
sugerimos que para una correcta estimación de la proporción de los distintos tejidos corpo-
rales es necesaria la corrección de la compresibilidad de los pliegues cutáneos. Además,
estos resultados muestran que, en deportistas de élite, algunas ecuaciones utilizadas para
la estimación de la MG pueden enmascarar las variaciones producidas, durante el entrena-
miento, en la proporción y distribución de los diferentes tejidos.
Palabras clave: Resonancia magnética nuclear, antropometría, grasa corporal, deporte.
Abstract: Nuclear magnetic resonance imaging (NMR) and anthropometric measurements
were used to evalúate adipose tissue in 83 athletes. Subjects were divided into two groups;
group 1 (G1) was composed of 30 recreational athletes (15 women and 15 men, 24.6 +/- 5.6
and 27.4 +/- 5.7 years, mean +/- SD, respectively) and group 2 (G2) by 53 high-level athletes
(27 women and 28 men, 18.6 +/- 3.5 and 20.9 +/- 4.1), twenty of whom participated in the
1992 Barcelona Olympic Games.
G1 was used to study the skinfold compressibility of several sites (tríceps, bíceps, subscapular,
iliac crest, supraspinal, abdominal, front thigh and medial calf). A high correlation (p < 0.005)
was observed between the skinfolds obtained by both methods, as well as excessive
compressibility in most of them (15% to 57%). Compressibility for subscapular and front thigh
skinfolds (women), and for subscapular (men) was less than 10%.
With G2 group a whole body NMR study was conducted by means of a series of sections (10
mm wide, and 15 mm between centres) from head to foot. Cavalieri's method was used to
estímate the subcutaneous adipose tissue (SAT) which is 17.2 +/- 4.0%, and 8.7 +/- 2.7%,
of the total body volume, in women and men respectively. Anthropometric skinfolds are
strongly correlated with SAT; the highest being tríceps (r = 0.84; p.< 0.001) and front thigh (r
= 0.88; p.< 0.001) for women, and pectoral (r = 0.73; p.< 0.001) for men. With 39 athletes
from G2 (19 women, and 20 men), visceral adipose tissue (VAT) was estimated based on R.
Ross et al. (J. Appl. Physiol., 72:787-795, 1992) assumptions, VAT representing 2% of total
body volume for both sexes. Usíng a 0.96 g/cm3 fat density valué, total body fat (BF) was
estimated for women (18.3%), and men (10.2%). These valúes are significantly different
(p.<0.002) from those obtained with some of the most popular equations, based on
anthropometric measurements, used in sports medicine centres. Faulkner's (1968) equation
for men is the only one with a significant correlation (r = 0.53; p = 0.008) with NMR data
without underestimating BF(p = 0.823).
From these data, ¡n order to accurately evalúate body tissue in high-level athletes, we
suggest further study of skinfold compressibility. Moreover these results show that the
majority of the equations studied are misleading when assessing total body fat in such a
special group.
Key words: Nuclear magnetic resonance, anthropometric, body fat, sport.
83
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
INTRODUCCIÓN
Uno de los primeros estudios de la composición corporal en deportistas fue el realizado por
Welham y Behnke, en 1942, con jugadores de fútbol americano pertenecientes al equipo
Redskins de Washington (citado por Wilmore, 1988) (1). El interés del estudio se centraba
en el cálculo de la masa grasa ya que la mayoría de los jugadores tenían un peso superior
al requerido para la realización del servicio militar. Mediante densitometría observaron que
la mayor parte de jugadores tenían menos de un 14% de grasa, confirmando el hecho de
que una sola medición es insuficiente para determinar la composición corporal de un indivi-
duo.
Existen numerosas actividades deportivas en las que la proporción de tejido graso respecto
al tejido libre de grasa es un factor que influye directamente en el rendimiento (2). En gene-
ral, para la práctica de la mayoría de las actividades deportivas el deportista se beneficia
cuando tiene una gran masa corporal y un reducido porcentaje de grasa, aunque hay activi-
dades donde ésto puede ser contraproducente. Constatamos que un corredor de fondo ten-
drá un buen rendimiento sin necesidad de una gran masa corporal pero con una baja pro-
porción de tejido adiposo (3). Bajos niveles de grasa permiten un buen rendimiento mien-
tras que niveles más elevados impiden un rendimiento óptimo. Sin embargo, hay deportes
principalmente acuáticos, como la natación, el waterpolo y la natación sincronizada, donde
el deportista se beneficiaría de una cantidad moderada de grasa que le proporcionaría una
flotabilidad extra, favoreciendo su rendimiento (1). No obstante, los trabajos realizados por
Cárter (4), en deportistas que participaban en competiciones de alto nivel, muestran una
reducida proporción de tejido adiposo en todos los competidores.
Para predecir el rendimiento de un deportista, es necesaria la correcta estimación de las
proporciones entre los diferentes tejidos corporales. Para ello, disponemos de un abanico
de métodos y fórmulas que permiten el fraccionamiento del peso total en varios comparti-
mentos, generando modelos que van desde los dos compartimentos (masa grasa y masa
libre de grasa) (ver 5 como revisión) hasta los 5 compartimentos como es el caso del
modelo de Kerr (6) que estima los pesos graso, muscular, residual, óseo, y el correspon-
diente a la piel. La mayor parte de las ecuaciones de predicción, que utilizan mediciones
antropométricas (pliegues cutáneos, diámetros óseos, circunferencias) se han desarrollado
a partir de la realización simultánea de mediciones antropométricas y del pesaje hidrostáti-
co (7). Sin embargo, a pesar de que en pocas se incluían deportistas entrenados (8), pare-
ce ser que las ecuaciones propuestas por Jackson, Pollock y Ward (9, 10) proporcionan
una estimación razonable de la composición corporal en deportistas (5) aunque no se
encuentran muy difundidas en nuestro país (11). Estas técnicas, no obstante, son insufi-
cientes para la valoración de la distribución del tejido adiposo visceral y subcutáneo, así
como para determinar lasvariaciones de la masa muscular en relación con el entrenamien-
to deportivo.
Recientemente, se han utilizado dos técnicas de diagnóstico por la imagen como son: la
tomografía computerizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN), para el estudio
de la distribución del tejido adiposo y la cuantificación de la masa muscular. La TC tiene el
inconveniente de exponer al sujeto examinado a radiaciones ionizantes (12). Por contra, la
RMN proporciona una fiable estimación de la distribución del tejido adiposo, tanto visceral
como subcutáneo, del volumen de tejido muscular y está considerada como una metodolo-
gía ética para la realización de estudios científicos con humanos (12-17).
85
González de Suso, J.M.; Porta, J.
La posibilidad de disponer de esta metodología, ha permitido efectuar este trabajo cuyo
objetivo ha sido el de, a partir del tratamiento digital de imágenes corporales obtenidas por
resonancia magnética y de la realización de un estudio antropométrico estandarizado: i)
Definir los pliegues cutáneos que reflejan con mayor exactitud el grosor del tejido adiposo
subcutáneo que se pretende medir, ¡i) Cuantificar el tejido adiposo y la masa grasa, iii) Defi-
nir las mediciones antropométricas que mejor correlacionan con el tejido adiposo, y iiii)
Comparar los resultados obtenidos con los que proporcionan los métodos antropométricos
de valoración de la composición corporal más utilizados.
MATERIAL Y MÉTODOS
Sujetos
En este trabajo participaron un total de 83 sujetos voluntarios que fueron repartidos en dos
grupos de estudio. Todos ellos dieron su consentimiento para participar en el trabajo tras
recibir información del contenido y objetivos del mismo que había sido aprobado por el
Comité de Ética del CAR.
El grupo 1 (G1), estaba formado por 30 adultos jóvenes, deportistas, de los cuales 15 eran
mujeres y 15 hombres. El grupo 2 (G2), estaba integrado por 53 deportistas de élite, 26
mujeres y 27 hombres, que entrenaban regularmente en el CAR de Sant Cugat. Un total de
20 deportistas pertenecientes al grupo G2 participaron en los JJOO de Barcelona en 1992.
Las características generales de ambos grupos se encuentran en la Tabla 1.
Tabla 1. Características de los deportistas estudiados
Grupo 1 (deportistas aficionados) Grupo 2 (deportistas de élite)
mujeres (n = 15) hombres (n=15) mujeres (n=27) hombres (n=28)
Edad (años)
Peso (kg)
Talla (cm)
1 4 pliegues (mm) (*)
Z 6 pliegues (mm) (#)
TAS (litros)
TAS (%)
24,6 ±5,6
56,4 ± 5,2
164,6 ±4,6
52,4 ±15,4
75,0 ±18,6
—
27,4 ± 5,7
70,0 ±8,1
176,6 ±5,4
35,7 ±14,7
43,9 ±14,7
—
18,6 ±3,5
53,7 ± 8,2
165,4 ±6,7
36,4 ±17,7
63,9 ± 23,4
9,1 ± 1,6
17,2 ±4,0
20,9 ±4,1
65,8 ± 8,3
174,2 ± 10,0
29,6 ± 7,5
41,4 ±8,4
5,4 ± 1,6
8,7 + 2,7
(*) Sumatorio de los pliegues tríceps, subescapular, ¡leocrestal y abdominal.
(#) Sumatorio de los pliegues tríceps, subescapular, supraespinal, abdominal, muslo anterior y pierna medial.
TAS (litros), es el volumen de tejido adiposo subcutáneo.
TAS (%), es la proporción de tejido adiposo subcutáneo respecto al volumen corporal total.
Los valores corresponden a la media + la desviación estándar.
86
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
Exploraciones por Resonancia Magnética
Las exploraciones por resonancia magnética se realizaron en un imán superconductor de
1,5 Tesla (Signa, General Electric) que tiene unas dimensiones útiles de 160 x 52 cm.
Para la obtención de las imágenes, se instalaba al deportista sobre una camilla, en decúbi-
to supino, con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos sobre los muslos. Además, para
conseguir una posición más centrada del sujeto en el interior del imán, se le colocaba sobre
una manta. Con el objetivo de limitar al máximo la aparición de artefactos debidos a movi-
mientos involuntarios y a la respiración, se le fijaba a la camilla mediante unas cintas de
velero que inmovilizaban la zona a estudiar. Antes de introducir al sujeto dentro del imán se
efectuaba la delimitación y el centraje de la zona a explorar que, posteriormente, y de
manera automática, permitían su posicionamiento en el centro de la máquina.
Todas las imágenes se obtuvieron con un campo de visión (FOV) de 480 mm y una matriz
de 256 x 256 pixels. Los parámetros de adquisición incluían una secuencia ponderada en
T1 con un tiempo de repetición (TR) de 560 ms (G1) o de 800 ms (G2) y un tiempo de eco
(TE) de 20 ms (G1 y G2), obteniéndose imágenes tomográficas de 10 mm de espesor.
En el grupo G1 se obtuvieron 16 tomografías. 8 de ellas se correspondían con la localiza-
ción anatómica de los pliegues cutáneos y las 8 restantes coincidían con las siguientes
localizaciones: mínimo perímetro de la pierna por debajo del maléolo del peroné, diámetro
bicondíleo del fémur, perímetro del muslo 5 cm por encima del borde superior de la rótula,
perímetro del muslo 1 cm por debajo del pliegue glúteo, máximo perímetro de la cadera o
pélvico, apéndice xifoides del esternón, máximo perímetro deltoideo y diámetro biacromial.
Para una mayor exactitud en su posterior identificación, todas estas referencias anatómicas
se marcaron mediante una pastilla de vitamina A pegada con cinta adhesiva. Esta vitamina
es fácilmente reconocida en la imagen (Figuras 1, 4 y 5) gracias a su elevado contenido
graso.
En el grupo G2 se obtuvieron cortes tomográficos cada 15 mm desde la cabeza hasta los
pies, totalizando entre 108 y 134 cortes en función de la altura del sujeto (114±5, en muje-
res, y 119+7, en hombres). Una vez adquiridas las imágenes se fotografiaron y se almace-
naron en una cinta de vídeo para su posterior tratamiento. La duración completa de esta
exploración es de aproximadamente 75 minutos.
Para la estimación de la proporción del tejido óseo, muscular y adiposo de cada imagen, se
han utilizado dos sistemas de procesamiento: a) en el grupo G1, se digitalizaron las imáge-
nes mediante escaneado directo de las placas fotográficas con una resolución de 300 dpi
almacenándose en un disco informático para su posterior procesamiento con el programa
Image 1.49 (concesión del Dr. W. Ross, Simón Fraser University, Vancouver, Canadá) (sis-
tema 1), b) en G2, se utilizó un sistema de procesamiento de imágenes que consta de un
lector de cintas Digidata Corporation de 1600 CPI que lee directamente la información digi-
tal obtenida, un sistema INCO10 (Kontron, Alemania) que procesa la información a un
ordenador PC compatible y un programa MIP-CNS (Medical Image Processing-Central
Nervous System) puesto a punto en el Centro Diagnóstico Pedralbes (sistema 2). Ambos
sistemas permiten una segmentación automática de las imágenes con análisis de la escala
de grises para la diferenciación de los distintos tejidos (Figuras 2 y 3) y, en caso de necesi-
dad, efectuar una corrección semiautomática de artefactos que se produzcan durante la
adquisición de la imagen.
87
González de Suso, J.M.; Porta, J.
FIGURA 1: Localización anatómica de los pliegues cutáneos medidos con el plicómetro e imagen
tomográfica de RMN correspondiente. Tríceps (1), subescapular (2), bíceps (3), ileocrestal-cresta ilíaca
(4), supraespinal-suprailíaco anterior (5), abdominal (6), muslo anterior (7), pierna medial (8), pectoral
(9), mejilla (10), mentón (11), axilar medio (12), costal (13), muslo posterior (14) y suprapatelar (15).
88
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
FIGURA 2: Corte transversal a nivel de ambos
muslos, en una deportista del grupo G2, que nos
permite observar la diferencia entre los tejidos adi-
poso, muscular y oseo. De forma automatizada se
efectúa la determinación de la escala de grises. En
la ordenada del gráfico vemos la gran diferencia de
señal entre los diferentes tejidos.
FIGURA 3: Segmentación automática de la ima-
gen presentada en la figura 2. A partir de esta
imagen se realiza la determinación de la superfi-
cie ocupada por cada compartimento tisular.
FIGURA 4: Localización del pliegue cutáneo pier-
na medial en uno de los deportistasdel grupo G1.
Una pastilla de vitamina A permite conocer el
lugar exacto de medición del pliegue. La realiza-
ción de la medición antropométrica en una posi-
ción más anterior (flecha) puede variar su espe-
sor.
FIGURA 5: Corte tomográfico a nivel umbilical
(L4-L5) de un deportista del grupo G1 (la vitamina
A orienta la localización del pliegue abdominal.
Con las flechas se identifican zonas de acumulo
de tejido adiposo visceral o intrabdominal.
González de Suso, J.M.; Porta, J.
Mediciones antropométricas
El estudio antropométrico se realizó en el Centro Diagnóstico Pedralbes de Barcelona
(CDP) justo antes de la exploración por resonancia magnética.
Para las mediciones antropométricas se utilizó el siguiente material: báscula (romana con
una precisión de 100 g y SECA-713 con una precisión de 200 g); tallímetro (incorporado a
la balanza) con una precisión de 1 mm; antropómetro Holtain (Holtain Ltd., UK); cinta métri-
ca metálica, flexible e inextensible, con una precisión de 1 mm (Rosscraft, Canadá); plicó-
metro Harpenden que ejerce una presión constante de 10 g/mm^, con una precisión de 0,2
mm (John Bull, British Indicators Ltd., UK); y un paquímetro o compás Holtain para medir
los pequeños diámetros óseos.
La metodología seguida fue la propuesta por Ross y Marfell-Jones en 1982 (actualizada en
1991) (18) que ha sido la aceptada por el IGK (International Group Kinanthropometry) y uti-
lizada por el GREC (Grupo Español de Cineantropometría) desde las jornadas de estanda-
rización que se celebraron en el CAR de Sant Cugat en Diciembre de 1989. Se tomaron un
total de 52 medidas: peso, talla, envergadura, 9 alturas (de las que se derivaron las longi-
tudes directas de miembros superiores e inferiores), 15 pliegues cutáneos, 15 perímetros y
9 diámetros óseos. Los pliegues cutáneos que se midieron y en los que se efectuó la com-
paración con RMN fueron los siguientes (ver Figura 1):
Tríceps: situado en el punto medio acromio-radial de la parte posterior del brazo. El pliegue
es vertical y paralelo al eje longitudinal del brazo. Subescapular. justo por debajo del ángu-
lo inferior de la escápula en dirección oblicua hacia abajo y afuera, formando un ángulo de
455 con la horizontal. Bíceps: en el punto medio acromio-radial de la parte anterior del
brazo. El pliegue es vertical y paralelo al eje longitudinal del brazo, lleocrestal (Cresta Ilía-
ca): justo por encima y por delante de la cresta ilíaca en la línea medio axilar. El pliegue
forma un ángulo de 459 con la horizontal. Es importante considerar que, para conseguir
una mayor fiabilidad de dicha medida, el miembro superior derecho deberá colocarse cru-
zando el pecho y con la mano descansando en el hombro izquierdo. Supraespinal (Suprai-
líaco anterior): se debe localizar en la intersección formada por la línea del borde superior
del ¡león y una línea imaginaria que va desde la espina ilíaca antero-superior (EIAS) dere-
cha hasta el borde axilar anterior. El pliegue, siguiendo la dirección de las líneas de tensión
de la piel, forma un ángulo de 45S hacia abajo con la horizontal. En adultos, dicho punto
está unos 5-7 cm por encima de la EIAS. Abdominal: situado a la derecha de la cicatriz
umbilical. El pliegue es vertical y es muy importante que no incluya al tejido del ombligo. Al
respecto, algunos autores aconsejan utilizar una medida de referencia de 3-5 cm. Muslo
anterior, en el punto medio de la distancia entre el trocánter mayor del fémur y el punto
más proximal y lateral de la superficie glenoidea de la cabeza tibial. El pliegue es longitudi-
nal y se toma con el sujeto sentado, con los pies apoyados en el suelo y las rodillas for-
mando un ángulo de 90Q. Pierna medial: se localiza en la cara medial a nivel de la máxima
circunferencia de la pierna. Se toma con el sujeto sentado, en la misma posición que el del
muslo. Además de los pliegues citados, para poder realizar la valoración de la composición
corporal mediante las ecuaciones que hemos creído más interesantes, se han tomado los
siguientes pliegues: Pectoral: localizado en la línea axilar-pezón, lo más proximal al faldón
axilar. El pliegue se toma oblicuamente en la dirección del pezón. Mejilla: justo por debajo
de la apófisis zigomática del hueso temporal, a la altura de las aletas de la nariz. El pliegue
90
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
se toma verticalmente. Mentón: situado por debajo de la mandíbula a media distancia entre
el mentón y la protuberancia de la laringe. El pliegue es vertical. Axilar medio: se encuentra
a nivel del apéndice xifoides en la línea axilar media. El pliegue se toma horizontalmente
mientras el sujeto cruza su brazo derecho por delante del pecho descansando su mano en
el hombro izquierdo. Costal: a media distancia entre la axila y cresta ilíaca en la línea axi-
lar media. El pliegue es horizontal y la posición del brazo derecho es como en el pliegue
axilar medio. Muslo posterior, situado en la parte posterior del muslo al mismo nivel que el
pliegue anterior. Se toma longitudinalmente con el sujeto de pie y la rodilla ligeramente fle-
xionada y relajada, con el peso del cuerpo sobre la pierna contraria. Tomar este pliegue
presentaba grandes dificultades en algunas mujeres. Suprapatelar. situado en el plano
mediosagital del muslo a 2 cm del borde proximal de la rótula. El pliegue se toma vertical-
mente mientras el sujeto está, de pie, con la rodilla ligeramente flexionada y el peso del
cuerpo sobre el otro pie.
La duración de este estudio antropométrico es de aproximadamente 25 minutos en cada
individuo.
Cuantificación del tejido adiposo subcutáneo (TAS)
La cuantificación del tejido adiposo subcutáneo se ha realizado contabilizando, de forma
automática, el número de pixels de tejido adiposo contenido en cada corte. Teniendo en
cuenta que cada pixel tiene una superficie de 0,03516 cm2, que nos viene dada por la
matriz y el FOV con que se ha adquirido la imagen, hemos podido calcular el área corres-
pondiente. La estimación del volumen total de TAS se ha efectuado en base al método de
Cavalieri (1635), citado en (16).
TAS = h(C1+C2+...+Cn)
TAS = volumen estimado de tejido adiposo subcutáneo (cm3)
h = distancia entre el centro de cada corte (cm) (siempre 1,5 cm)
C = superficie de tejido adiposo subcutáneo calculada en cada imagen (cm2)
Cuantificación del tejido adiposo visceral (TA V)
Se ha efectuado contabilizando los pixels de tejido adiposo localizados a nivel intraabdomi-
nal en el corte umbilical (Figura 5). El cálculo se ha realizado a partir de los datos de R.
Ross y col. (19), que tienen en cuenta la gran correlación (r=0,95; p=0,01) entre TAV (cm2)
a nivel umbilical y el volumen de TAV calculado a partir de 7 cortes abdominales que
corresponden a la exploración de la cavidad abdominal desde un corte a nivel del apéndice
xifoides del esternón hasta un corte a nivel de la cabeza femoral. El corte realizado a nivel
umbilical, coincide con el espacio entre la 4a y 5- vértebras lumbares (corte L4-L5) y varios
autores efectúan la predicción del TAV total a partir del TAV observado en este corte (19,
20). La cuantificación del número de pixels a nivel de L4-L5 en 39 deportistas del grupo G2
se ha efectuado con el sistema 1, utilizado para el estudio del grupo G1. Con el fin de com-
probar si la información obtenida era válida se realizó una comparación del cálculo de la
superficie total de dicho corte con ambos sistemas 1 y 2. En la cuantificación se incluía la
91
González de Suso, J.M.; Porta, J.
superficie de los brazos y observamos unos valores de 455,7±66,9 cm2 (rango 289-582)
para el sistema 1 y de 455,8±63,6 cm2 (rango 296-570) para el sistema 2 (p=0,963).
Ecuaciones para el cálculo de la masa grasa a partir de mediciones antropométricas
Hemos utilizado los modelos propuestos por Kerr (6), Drinkwater (21), Yuhasz (citado en
22), Faulkner (23, basado en 24), Jackson y Pollock (9), y Jackson, Pollock y Ward (10).
Para el cálculo del porcentaje de grasa a partir de la densidad corporal calculadamediante
las ecuaciones de Jackson, Pollock y Ward, se ha utilizado la fórmula de Brozek y col. (25).
Excepto los modelos de Kerr y Frinkwater, las otras ecuaciones se pueden consultar en
Porta y col. (11).
La estimación de la masa grasa a partir de los datos obtenidos por RMN se ha efectuado
mediante la adición de TAS y TAV (TA). La conversión de TA (I) en peso (kg) se ha realiza-
do teniendo en cuenta una densidad de la grasa de 0,96 g/cm3, propuesto por Clauser y
col. (1968), citado en (26).
Análisis estadístico
Los resultados de los diferentes parámetros estudiados se presentan en forma de media
± desviación estándar. Siempre se trataron las mujeres y los hombres por separado. La
comparación entre los % de masa grasa determinados a partir de los métodos antropomé-
tricos y la RMN se realizó mediante un análisis de la varianza y un test-t. Se realizó una
regresión múltiple por el procedimiento de "stepwise" utilizando como variable dependiente
el % de TAS y de MG para conocer los parámetros antropométricos que ayudan a su pre-
dicción. Se efectuó una regresión lineal para determinar la existencia de una relación entre
las diferentes variables evaluadas. El tratamiento estadístico se ha realizado con el progra-
ma SPSS/PC (27).
RESULTADOS
Compresibilidad de los pliegues cutáneos
En la Tabla 1 observamos los valores correspondientes al sumatorio de 4 y 6 pliegues cutá-
neos de los grupos G1 (aficionados) y G2 (élite) estudiados. Los resultados del grupo G1
muestran unos valores ligeramente superiores a los de G2, siendo más evidente la diferen-
cia cuando se analiza el sumatorio de 4 pliegues. Esta diferencia es más marcada en las
mujeres.
El análisis efectuado sobre el espesor de los pliegues del grupo G1 nos muestra, en la
mayor parte de los 8 pliegues estudiados, un espesor significativamente superior cuando
se realiza la medición por RMN (Tabla 2). Esto se traduce en la existencia de una compre-
sibilidad del pliegue cutáneo en el momento de la aplicación del plicómetro. Esta compresi-
bilidad, expresada en porcentaje respecto al valor antropométrico, representa un valor
92
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
medio de 29,8(19,5 % en las mujeres y 33,4(22,6 % en los hombres. Tanto en las mujeres
como en los hombres, a nivel de los pliegues cutáneos anteriores del tronco observamos
una gran compresibilidad con valores superiores al 33%. Por el contrario, el pliegue subes-
capular se comprime menos y el resultado obtenido por ambas metodologías no difiere sig-
nificativamente. El otro pliegue donde hay poca compresibilidad es el muslo anterior. Por
otro lado, un pliegue que presenta una compresibilidad muy elevada 53,5% y 56,8%, en
mujeres y hombres respectivamente, es el bicipital.
A pesar de la existencia de diferencias significativas entre los espesores medidos por RMN
y el plicómetro, observamos una correlación significativa (p<0,005) a nivel de todos los plie-
gues cutáneos estudiados (datos no mostrados).
Tabla 2. Determinación de la compresibilidad de los pliegues cutáneos
mediante RMN y antropometría
Pliegues
Cutáneos
Mujeres (n = 15) Tricipital
Subescapular
Bicipital
Cresta Ilíaca
Supraespinal
Abdominal
Muslo (anterior)
Pierna (medial)
Hombres (n = 15) Tricipal
Subescapular
Bicipital
Cresta Ilíaca
Supraespinal
Abdominal
Muslo (anterior)
Pierna (medial)
Antropometría
(mm) (*)
6,1 ±2,0
4,8 ±1,4
3,3 ±1,2
6,6 ±2,1
4,1 ± 1,3
9,5 ±3,1
9,2 ± 2,4
5,1 ±1,3
2,9 ±1,0
4,4 ± 1,3
1,9 ±0,6
5,3 ± 2,3
2,9 ± 1,3
5,4 ± 3,3
4,4 ± 1,1
2,1 ±0,5
RMN
(mm)
7,4 ±3,3
5,3 + 2,0
7,1 ±1,8
11,7 ±3,8
8,1 ±2,0
14,3 ±5,7
9,0 ±2,0
7,7 ±2,1
3,4 ±1,1
4,3 ± 1,1
4,4 ± 1,2
8,7 ±3,6
5,4 + 3,2
10,2 ±7,5
4,9 ±1,2
4,7± 1,1
Compresibilidad
(")
p = 0,04
NS(p = 0,189)
p< 0,001
p< 0,001
p< 0,001
p < 0,001
NS(p = 0,401)
p < 0,001
p = 0,029
NS (p = 0,602)
p< 0,001
p < 0,001
p< 0,001
p = 0,001
p = 0,002
p < 0,001
% (#)
17,6
9,4
53,5
43,6
48,8
33,1
-1,1
33,8
14,7
-2,3
56,8
39,1
46,3
47,1
10,2
55,3
(*) El valor corresponde a la mitad del espesor del pliegue determinado con el plicómetro.
(**) Significación estadística del test-t realizado entre el valor RMN y el valor antropométrico (NS = no significativo).
(#) Compresibilidad en % = (valor RMN - valor antropometría) / valor RMN x 100.
Existe una correlación muy significativa (p < 0,005) entre los resultados obtenidos por RMN y antropometría para
todos los pliegues.
El valor de cada pliegue corresponde a la media ± la desviación estándar.
Determinación del tejido adiposo
En la Tabla 1 vemos el valor medio de tejido adiposo subcutáneo de los deportistas de élite
estudiados. La muestra de deportistas que ha servido para la cuantificación de la masa
grasa, tomada al hazar en este mismo grupo, guarda las mismas proporciones (datos en la
93
González de Suso, J.M.; Porta, J.
Tabla 3). En los hombres TAS es la mitad del valor medio observado en las mujeres. Esta
diferencia no se mantiene cuando evaluamos la cantidad de tejido adiposo visceral ya que
la superficie de TAV en el corte tomográfico a nivel de L4-L5 es similar en ambos sexos. El
TAV representa, aproximadamente, un 18% del tejido adiposo total de los hombres y un
10% en las mujeres. No obstante, en la muestra estudiada, no existe una relación directa
entre la cantidad de tejido adiposo subcutáneo y de tejido adiposo visceral en la muestra
estudiada (r=0,4 en mujeres, y r=0,0 en hombres). Además, mediciones antropométricas
como el índice mínima cintura/cadera, el índice umbilical/cadera, o el índice de masa cor-
poral, no tienen una correlación positiva con el TAV (p>0,05).
La regresión múltiple entre el valor de TAS calculado por RMN y las diferentes mediciones
antropométricas efectuadas muestra, en las 27 mujeres evaluadas, una elevada correlación
entre dicho TAS y 13 pliegues cutáneos (r>0,70), así como los perímetros de la cintura
(r=0,67), cadera (r=0,67) y muslo (0,73) (todos p<0,001). Los pliegues que mejor se
encuentran relacionados son: muslo anterior (r=0,88), tríceps (r=0,84), abdominal (r=0,78),
axilar medio (r=0,77), mentón (r=0,76) y costal (r=0,75). Este mismo análisis estadístico
realizado con los deportistas masculinos presenta menos variables significativas, observán-
dose las mejores correlaciones a nivel de los pliegues cutáneos pectoral (r=0,73), supraes-
pinal (r=0,72), bicipital (r=0,70) y abdominal (r=0,69) (todos p<0,001).
Tabla 3. Estimación del tejido adiposo subcutáneo, tejido adiposo
visceral y grasa corporal por RMN
TAS (litros)
TAS (%)
TAV L4-L5 (cm2)
TAV L4-L5 (% corte)
TAV (litros)
TAV (%)
Masa Grasa Total (kg)
Mujeres (n = 19)
9,5 ±3,0
17,6 ±4,2
39,4 ± 19,2
11,0 ±5,1
1,1 ±0,6
2,1 ±1,1
10,2 ±3,2
Hombres (n = 20)
5,5 ± 1,4
9,0 ± 2,4
41,6 ±18,1
10,7 ±4,8
1,2 ±0,6
2,0 ± 1,1
6,4 ± 1,5
Los deportistas utilizados en este análisis forman parte del grupo G2.
Los valores corresponden a la media ± la desviación estándar.
TAS (litros), es el volumen de tejido adiposo subcutáneo.
TAS (%), es la proporción de tejido adiposo subcutáneo respecto al volumen corporal total.
TAV L4-L5 (cm^), es el área de tejido adiposo intraabdominal a nivel umbilical.
TAV L4-L5 (% corte), es la proporción de tejido adiposo viscertal respecto al área total del corte umbilical.
TAV (litros), es el volumen de tejido adiposo visceral.
TAV (%), es la proporción de tejido adiposo visceral respecto al volumen corporal total.
Determinación de la masa grasa.
En la Tabla 3 se encuentra el resultado peso graso medio de los deportistas que han parti-
cipado en el estudio, considerando una densidad constante para todo el tejido adiposo. En
94
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
la Tabla 4 observamos la matriz de correlación entre el valor calculado por resonancia
magnética y el estimado a partir de las ecuaciones comentadas en el apartado material y
métodos. Constatamos que las predicciones de la proporción de masa grasa, efectuadas
en las mujeres, a partir de las mediciones antropométricas se hallanmejor relacionadas
con la MG observada por RMN que en el caso de los hombres. En mujeres todas las corre-
laciones tienen un valor de r igual o superior a 0,80, mientras que en los hombres ninguna
pasa de 0,55 y, en el caso del modelo pentacompartimental de Kerr (6) no hay correlación.
Tabla 4. Matriz de correlación entre la grasa corporal calculada
por RMN y otros métodos
RMN (mujeres)
RMN (hombres)
Drinkwater
0,88
p< 0,001
0,52
p = 0,01
Kerr
0,84
p< 0,001
0,37
NS p = 0,054
Yuhasz Faulkner
0,87
p< 0,001
0,55
p = 0,006
0,79
p< 0,001
0,53
p = 0,008
J.P.W.
0,84
p< 0,001
0,43
p = 0,031
Los deportistas estudiados son los mismos de la tabla 3.
La Tabla 5 nos muestra los porcentajes de masa grasa estimados mediante RMN y las
ecuaciones antropométricas utilizadas. Los valores de resonancia magnética son superio-
res a los demás excepto a los calculados a partir del método de Kerr. En las mujeres, Kerr
proporciona unos valores superiores en un 60% al dato RMN, mientras que en los hombres
esta diferencia es todavía más espectacular (+107%). Por otro lado, en las mujeres, con los
otros modelos utilizados, se estiman unas proporciones de MG entre un 17% y un 36%
más bajas que por RMN. Cuando analizamos los valores medios observados en la pobla-
ción masculina constatamos que, excepto en el caso de la ecuación de Faulkner (23, 24),
se produce, respecto al valor calculado por RMN, una subestimación de la proporción de
MG entre el 15% y el 37%. Sin embargo, en estos deportistas, Faulkner no presenta dife-
rencias significativas con el método RMN (p=0,823).
Tabla 5. Determinación del porcentaje de grasa corporal por RMN y a partir
de distintas ecuaciones que utilizan mediciones antropométricas
RMN
Mujeres (n = 19) 18,3 + 4,4
(9,9-28,2)
Drinkwater
12,9 ±3,1*
(9,3-21,2)
Kerr
29,2 ± 4,8*
(22,8-39,5)
Hombres (n = 20) 10,2 ±2,7 8,7 + 1,3" 21,1 ±2,7*
(3,8-11,5) (6,7-11,5) (17,8-27,4)
Yuhasz
13,9 ±3,9*
(9,7-23,7)
7,0 ± 0,9
(5,9-9,3)
Faulkner
11,7 ±3,0*
(9,4-19,6)
1 0 , 3 ± 1 , 1
(9,0-12,3)
J.P.W.
15,1 ±4,9*
(10,5-28,0)
6,4 ±1,6*
(4,3-10,0)
J.P.W. = % de masa grasa calculado a partir de la densidad corporal según Jackson, Pollock y Ward (1978, 1980), uti-
lizando la ecuación propuesta por Brozek.
* Estadísticamente significativo respecto al valor RMN (p < 0,001).
** Estadísticamente significativo respecto al valor RMN (p < 0,02).
Los valores corresponden a la media ± desviación estándar y el rango se encuentra entre paréntesis.
Los deportistas utilizados en este análisis son los mismos de las tablas 3 y 4.
95
González de Suso, J.M.; Porta, J.
Una regresión múltiple efectuada entre los valores de MG (% de peso corporal) calculados
por RMN y las diferentes mediciones antropométricas muestra el interés de la medición de
los pliegues cutáneos. La mayor parte de los pliegues que presentaban una correlación ele-
vada con TAS, la mantienen respecto a MG. En las mujeres, los pliegues tríceps (r=0,85;
p<0,001), abdominal (r=0,76; p<0,001) y muslo anterior (r=0,88; p<0,001) son los que pre-
sentan un resultado más significativo. El sumatorio de los pliegues tríceps y muslo anterior,
proporciona una correcta estimación de la proporción de MG calculada a partir de las imá-
genes de resonancia magnética (Figura 6 A). En los hombres, la tendencia es la misma
que en las mujeres. Los pliegues más correlacionados son el pectoral (r=0,59; p=0,005),
bíceps (r=0,60; p=0,004) y el abdominal (r=0,56; p=0,008), siendo el sumatorio de los mis-
mos un dato que permite una estimación de MG por RMN (Figura 6 B). En este último
caso, la predicción no es tan buena como en las mujeres y, sobre todo, para valores de
sumatorio de esos 3 pliegues inferiores a 18 mm nos encontramos con una gran disper-
sión.
CORRELACIÓN ENTRE PLIEGUES CUTÁNEOS Y MASA GRASA RMN
«1
3S
30
25
20
1S
s
A
• Mujer» (D=1»,G2)
LÍBMI (Minera (—1». G2))
•
•
•
y = 0,3684x +7,0614
r2 = 0,781
S.E.E. = 2,13
p < 0,001
1
2* 30 40 50
Sumatorio de los pliegues tríceps y muslo anterior (mm)
Figura 6 A
DISCUSIÓN
A partir de la información anatómica obtenida de imágenes adquiridas con un aparato de
resonancia magnética de alto campo, con un diámetro útil del túnel de 52 cm, se ha podido
efectuar la cuantificación del tejido adiposo subcutáneo y visceral en los deportistas que
han participado en este estudio. Este es el primer estudio, realizado por RMN, en el que se
ha evaluado el tejido adiposo de deportistas de ambos sexos. Otros autores han efectuado
este tipo de determinación con animales (15), hombres sedentarios adultos (19), hombres
jóvenes sedentarios (17), en un solo individuo (16) y, en algunos casos, hay autores que
96
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
CORRELACIÓN ENTRE PLIEGUES CUTÁNEOS Y MASA GRASA RMN
• Hombrea <n=2t,G2)
lineal (Hembra (n-2«. G2»
y = 0,4581x +2,7101
S M.F. = 2,13
p . 0,003
0 5 10 15 » 25 30 35
Sumatorio de los pliegues pectoral, bíceps y abdominal (mm)
Figura 6 B
han efectuado estudios parciales de la proporción de TA (12, 14, 20, 26). El campo magné-
tico, así como la secuencia de adquisición de imágenes que hemos utilizado, está conside-
rado por varios autores como el idóneo para este tipo de estudios (12, 13, 16, 17, 19). Ade-
más, a diferencia del trabajo de Ross y col. (19), el espacio entre cada corte es menor con
lo que, tal y como sugieren Roberts y col. (16), podemos efectuar una correcta estimación
del volumen de TA a partir del método de Cavalieri.
La población utilizada en este estudio presenta unas características antropométricas bas-
tante diferentes a las de los otros trabajos. El valor promedio del índice de masa corporal
(IMC) de las mujeres de este estudio es de 20,0 kg/m2, mientras que en (14) es 22,5. En los
hombres, en nuestro estudio IMC es 21,7 kg/m2, más bajo que en (14) 23,7, en (17) 23,3 y
en (19) 28,5. Además, en este último estudio, realizado solo con hombres, el valor del
sumatorio de los pliegues tríceps, subescapular, ileocrestal y abdominal supone un total de
60,8 mm, a diferencia de los 29,3 mm encontrados en nuestra población. El sumatorio de 4
y 6 pliegues observado en los deportistas de élite de nuestro estudio es similar o incluso
inferior a los de la mayor parte de deportistas referenciados por Canda (28) y Cárter (22).
Incluso los deportistas considerados como aficionados, con los que se realizó el estudio de
la compresibilidad de los pliegues cutáneos, presentan un sumatorio de 6 pliegues similar a
los de las referencias bibliográficas anteriormente citadas.
Los resultados del volumen de tejido adiposo de nuestro estudio muestran unos valores de
10,6 litros para las mujeres y de 6,7 litros para los hombres, en este útltimo caso es muy
inferior a los 26,1 litros de media observados por Ross y col.(19). La proporción de MG cal-
culada por RMN en los deportistas masculinos de este estudio es más baja que la de Vehrs
et al. (17) que obtienen un valor medio de 17,6%.
97
González de Suso, J.M.; Porta, J.
A diferencia de lo observado en (19, 20), en nuestro estudio no existe una correlación posi-
tiva entre el índice calculado a partir de la relación entre el perímetro de la cintura (umbili-
cal) y el perímetro de la cadera, y la cantidad de tejido adiposo visceral. La utilización, en la
población masculina, de la ecuación propuesta por Ross y col. (19) para el cálculo del área
de TAV a nivel de L4-L5 nos proporciona un valor medio de 25,8 cm
2, muy inferior al real
(41,6 cm2). Esto es otra muestra de los errores que se pueden cometer con ciertas ecuacio-
nes y de la necesidad de validarlas con poblaciones específicas.
Las imágenes localizadas en el grupo G1 al mismo nivel de la aplicación del plicómetro
confirman los resultados encontrados por Hayes y col. (14) y Martin (29), que observan una
compresibilidad media para los pliegues cutáneos estudiados próxima al 30% (14) y del
53% (29). A pesar de la compresibilidad, encontramos una correlación significativa en el
cálculo del espesor del pliegue conRMN y con el plicómetro, tal y como observan otros
autores mediante RMN o con ultrasonidos (14, 30). Para paliar parte de la variabilidad que
se puede dar en la medida de ciertos pliegues, se debe insistir en la correcta localización
de los pliegues. Tal y como observamos en la Figura 4, si efectuamos la medida del pliegue
pierna medial 2 cm desviado hacia la parte anterior, el espesor del mismo puede variar ya
que existe una zona de diferenciación muscular y ósea que se encuentra infiltrada por teji-
do adiposo subcutáneo. Es importante constatar que, tal y como se observa en (14), la
mayor parte de los pliegues cutáneos localizados a nivel del tronco presenta una enorme
compresibilidad dificultando la correcta estimación de la proporción de tejido adiposo a ese
nivel en deportistas.
Respecto al cálculo de la masa grasa determinada por RMN, es necesario comentar que el
error en la estimación de las dimensiones de los distintos tejidos analizados en una imagen
de resonancia magnética oscila entre el 0,5% y el 1,5% (citado por 19, que utiliza una
metodología similar a la nuestra). Por otro lado, existen varias imágenes en las que se ha
efectuado una corrección semiautomática de ciertos artefactos. Esta corrección se ha reali-
zado siempre por la misma persona y siguiendo criterios anatómicos. Tampoco hemos teni-
do en cuenta los posibles errores derivados de la diferente intensidad del pixel. Esta inten-
sidad puede variar entre imágenes y entre tejidos (17, 19), aunque, si nos ceñimos a la
observación de Seidel y col. (13), la secuencia de adquisición de imagen utilizada contrasta
perfectamente el tejido adiposo de los otros tejidos. En relación a este último aspecto,
debemos señalar que cada mes se efectúa un ajuste de la homogeneidad del campo mag-
nético. Además, la grasa contenida en el hueso no se ha tenido en cuenta. El volumen de
tejido adiposo total estimado se ha convertido en peso multiplicándolo por 0,96 g/cm3. Este
valor difiere poco del utilizado por Vehrs y col. (17). Estos últimos no encuentran diferen-
cias significativas entre la determinación de la MG por RMN (sin tener en cuenta la intensi-
dad del pixel-como nosotros-) y los resultados observados a partir del pesaje hidrostático.
La utilización de alguno de los métodos de cuantificación de MG, a partir de mediciones
antropométricas, utilizados en este estudio ha mostrado una cantidad excesiva de grasa.
Un reciente trabajo realizado por Casajús y Aragonés (31), con deportistas masculinos de
nivel internacional y nacional, muestra valores entre el 22% y el 26% de grasa corporal,
ligeramente superiores a los observados en nuestro estudio (21%). Estos valores son muy
superiores a los que hemos observado por RMN y desaconsejamos su utilización en depor-
tistas. Las otras ecuaciones proporcionan valores más bajos y en algunos casos, como es
el caso de la ecuación de Yuhasz (22), el rango de MG observado es muy diferente del cal-
98
Determinación del tejido adiposo por resonancia magnética en deportistas
culado por RMN. Esta ecuación, que se encuentra muy difundida en estudios de la compo-
sición corporal realizados por centros de seguimiento de deportistas, tiene un rango de
valores entre 5,9% y 9,3% (hombres), mientras que en el estudio RMN el rango es entre
3,8% y 11,5%. Esta diferencia es mucho más marcada en las mujeres. Teniendo en cuenta
los resultados de este estudio, las ecuaciones de Faulkner (23, 24), en hombres, y de Jack-
son, Pollock y Ward (10), en mujeres, serían las más válidas para predecir la masa grasa
total calculada por RMN. El problema de estas diferencias radica, probablemente, en que
los deportistas evaluados en este estudio presentaban características antropométricas muy
diferentes de las de los sujetos con los que se pusieron a punto las distintas ecuaciones.
Debemos reseñar que la ecuación de Faulkner se puso a punto con una población de indi-
viduos masculinos jóvenes y que las ecuaciones propuestas por Jackson, Pollock y Ward
(10) proporcionan una estimación razonable de la composición corporal en deportistas (3).
Las ecuaciones propuestas en la Figura 6 A y B, solo sirven para explicar la correlación
existente entre el espesor de ciertos pliegues y la MG calculada por RMN. Además, infor-
man de la mayor simplicidad a la hora de efectuar una predicción en la población femenina
y de la dificultad para efectuar una correcta predicción en los hombres. Deben ser cuidado-
samente extrapoladas a otros grupos de deportistas. Se necesita completar el estudio esta-
dístico e incrementar el número de deportistas explorados para elaborar una ecuación de
predicción correcta. En nuestro caso, debido a la homogeneidad de la muestra, aspectos
como la edad no influyen en la predicción.
CONCLUSIONES
Consideramos que la realización de mediciones antropométricas para la determinación de
la composición corporal en deportistas es una metodología fiable siempre y cuando se utili-
ce una ecuación que haya sido validada de forma específica. Frente a esta técnica, la RMN
presenta la ventaja de ofrecer un análisis detallado de la distribución espacial de los dife-
rentes tejidos en cualquier parte del cuerpo. Esta información es particularmente interesan-
te en los estudios biomecánicos de movimientos para los que se necesita conocer la com-
posición de ciertos segmentos corporales y de sus momentos de inercia (26). Además, per-
mite la determinación de la proporción de tejido adiposo visceral y subcutáneo que debe
considerarse en la obesidad, en pacientes con enfermedades metabólicas y con factores
de riesgo cardiovascular. Así mismo, la RMN puede ser de utilidad para el estudio de pato-
logías musculares distróficas (32) porque es muy probable que la degeneración del tejido
muscular que se encuentra sustituido por tejido graso no sea sensible a un plicómetro y, sin
embargo, pueda evidenciarse a partir de su comportamiento en el interior de un campo
magnético.
Futuros estudios con deportistas, donde se combinen varios métodos de determinación de
la composición corporal, son necesarios para intentar optimizar la correcta cuantificación de
sus diferentes compartimentos corporales.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido subvencionado por Sandoz y el CAR. Agradecemos la asistencia técni-
ca del Dr. Jesús Pujol, de Montse Banquells y del personal del Centre Diagnóstic Pedral-
bes, así como, la colaboración de los deportistas que han participado en el estudio.
Durante la realización del estudio, J.M. González de Suso era becario del MEC-Consejo
Superior de Deportes y Jordi Porta disfrutaba de una beca de la Dirección General de
Deportes de Catalunya.
99
González de Suso, J.M.; Porta, J.
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techniques. In: Workshop on magnetic resonance imaging and spectroscopy of muscle. Liverpo-
ol, Julio, 1994.
101
NORMAS DE PRESENTACIÓN PARA LA ADMISIÓN
DE TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN 1
(Resumen junio 2002)
1. Los trabajos breves o sumarios de investigación que se presenten para su eventual
publicación por el Consejo Superior de Deportes (C.S.D.) deberán tener una exten-
sión de 30 a 40 páginas (DIN-A-4, espaciado interlineal 1'5). Se recomienda seguir el
esquema general de trabajos de investigación:
a) Introducción que exponga los fundamentos del trabajo y especifique clara-
mente sus objetivos.
b) Descripción de las fuentes, métodos, materiales y equipos empleados en
su realización.
c) Exposición de los resultados y discusión de los mismos.
d) Conclusiones finales.
Deberá figurar con toda claridad:
- Título completo del trabajo en castellano y su versión inglesa; y si se
desea, también en francés.
- Iniciales del nombre y apellidos de los autores.
- Resúmenes del contenido, en castellano y en inglés, y si se desea, tam-
bién en francés, de un mínimo de 100 y un máximo de 250 palabras, acom-
pañados de las palabras clave que definan el contenido del trabajo (6 a 10,
preferentemente extraídos del texto del trabajo).
- Notas al pie de página o final del texto: Se acompañarán en anexo al final
del texto, debidamente numeradas, indicándose en el texto el lugar al que
hace referencia cada nota.
- Referencias bibliográficas de obras citadas en el texto.
- Ilustraciones : Según el tipo de ilustraciones que acompañen el trabajo
(tablas, gráficas, fotografías, etc.), deben entregarse en la forma y en el
soporte más apropiado para garantizar una óptima reproducción, así como
en forma de copia o fotocopia impresa, en anexo al texto, debidamente
numerados y acompañados del título o leyenda correspondiente. En el texto
se indicará el lugar en el que, en principio, debería insertarse cada ilustra-
ción.
2. Indicación de ayudas percibidas por el C.S.D.: se indicarán el tipo y los años de ayuda
percibida.
3. Datos de los autores. Los textos que se presenten para su publicación deben ir
firmados por sus autores y acompañados de los datos completos de la institución o
centro, dirección completa y teléfono de contacto de los mismos. Deberán enviar sus
trabajos al Servicio de Documentación del Consejo Superior de Deportes, acompa-
ñados de una fotografía del autor y un breve curriculum relacionado con la obra (máxi-
mo 10 líneas).
(1) Nota: Estas normas se basan en normas ISO y normas UNE. Puede solicitarse la versión completa
«PROGRAMA EDITORIAL. Publicaciones del C.S.D. NORMATIVA GENERAL PARA LA PRESENTACIÓN
DE TRABAJOS. Revisada junio 2002» , así como el modelo oficial de cesión de derechos y aceptación
de las bases, a:
4. Soportes de presentación. El trabajo deberá entregarse en papel DIN-A-4, por dupli-
cado, con espacio interlineal de 1,5, en lengua castellana, y en disquete, grabado en
un fichero con procesador de textos para MS-DOS: Word para Windows (versión NO
superior a 8.0), Wordperfect (versión NO superior a 6.1), o ASCII, sin códigos de
formato del procesador de texto.
5. Los perceptores de ayudas del C.S.D. que presenten sumarios de investigación de
acuerdo con los requisitos y condiciones establecidos para su publicación por el
Consejo Superior de Deportes (a través del Centro de Alto Rendimiento y de Investi-
gación en Ciencias del Deporte) cederán por escrito todos los derechos de autor y de
reproducción del trabajo en cualquier tipo de soporte (incluidas microformas o bases
de datos informatizadas) al C.S.D. y harán constar la aceptación de las presentes
normas, haciendo usodel modelo establecido para el efecto.
Se admiten también propuestas de artículos científicos-técnicos a iniciativa propia de
otros autores, en las mismas condiciones que las establecidas para los perceptores de
ayudas del C.S.D., reservándose éste el derecho de aprobar o declinar su publicación.
6. Asimismo los autores asumirán expresamente el compromiso de realizar las modi-
ficaciones y correcciones necesarias en el caso de aprobarse la publicación, lo que
se comunicará por escrito a los mismos.
7. La admisión-aceptación de estos trabajos no implica obligatoriamente su publica-
ción que, en cualquier caso, se decidirá por la Comisión de Evaluación o Consejo
Asesor de Publicaciones creado al efecto.
8. El C.S.D. se reserva el derecho de publicación de los sumarios presentados, así
como de su resumen, en el medio y momento que considere oportunos, en el marco
de su programa editorial.
9. El C.S.D. no asumirá necesariamente las opiniones expresadas por los autores en
los trabajos y sumarios de investigación que publique.
10. El C.S.D. remitirá a los autores cinco ejemplares de la publicación para su libre
disposición.
11. En el caso de no publicarse el trabajo o sumario presentado en el plazo de dos años,
el autor podrá solicitar del C.S.D. la devolución de los textos y materiales originales,
quedando una copia en el Consejo Superior de Deportes.
12. Tratamiento automatizado de los datos. A los efectos previstos en el artículo 5 de la Ley
Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal, se informa que los
datos que se soliciten a los autores de trabajos a publicar por el C.S.D. podrán ser objeto
de tratamiento automatizado y su utilización posterior con fines estadísticos y de investi-
gación, respetando la confidencialidad y el anonimato mediante la previa disociación.
La responsabilidad del fichero automatizado corresponde al Servicio de Documenta-
ción del Consejo Superior de Deportes, ante quién se puede ejercitar los derechos
de acceso, rectificación, cancelación y oposición.
Consejo Superior de Deportes
SERVICIO DE DOCUMENTACIÓN
Unidad: Publicaciones
C/ Martín Fierro s/n
28040 Madrid
Tel.: 91-589.05.28
Fax.: 91-589 05 30
Email: documentación.caricd©csd.mec.es ; csd.publicaciones@csd.mec.es
Colección:
ESTUDIOS SOBRE CIENCIAS DEL DEPORTE
Serie de Investigación
1 Análisis biomecánico de los lanzamientos en atletismo
2 Adaptación hormonal e inmunológica al entrenamiento
3 Indicadores para la detección de talentos deportivos
4 Estructura ocupacional y mercado laboral en el deporte
5 Patrocinio, comunicación y deporte I: la comercialización del deporte en una sociedad mediática
6 Patrocinio, comunicación y deporte II: publicidad y patrocinio en eventos deportivos
7 Los deportistas olímpicos españoles: un perfil sociológico (análisis sociológico de los participantes
en los juegos olímpicos celebrados en el periodo 1980-1992)
8 Métodos de estudio de composición corporal en deportistas
9 Valores sociales y deporte: fair play versus violencia
10 Educación física y práctica docente
11 El deporte en las universidades españolas: análisis de la encuesta realizada por el consejo
superior de deportes sobre el deporte y su organización, practica y equipamientos en las
universidades
12 Análisis biomecánica de las técnicas deportivas: salto de altura, lanzamientos de jabalina, y
carrera de velocistas ciegos
13 Rendimiento deportivo: parámetros electromiográficos (EMG, cinemáticos y fisiológicos
14 Nuevas perspectivas didácticas y educativas de la educación física
15 Experiencias de formación de docentes y entrenadores en el ámbito de la actividad física y el
deporte
16 Investigación epistemológica, el campo disciplinar en educación física
17 Control del dopaje: aspectos analíticos de los esteroides anabolizantes
18 Ejercicio y estrés: aspectos celulares y moleculares
19 Tecnología deportiva: control del rendimiento de los deportistas y de las instalaciones
20 Política y violencia en el fútbol
21 Biomecánica de la fuerza muscular y su valoración, análisis cinético de la marcha, natación,
gimnasia rítmica, bádminton y ejercicios de musculación
22 El apoyo biomecánico al rendimiento deportivo, lanzamiento atlético, carreras, relevos, natación,
tenis y tiro.
23 Efectos e implicaciones de variables fisiológicas sobre el entrenamiento
24 Participación deportiva: perspectiva ambiental y organizacional
25 Nacimiento e implantación de la Educación Física en España: los tiempos modernos
26 Rendimiento deportivo en altitud
27 Aplicación de nuevas tecnologías en medicina deportiva
28 Mejora del proceso enseñanza-aprendizaje en educación física
29 Estudios sobre el deporte y el medio ambiente
30 Las mujeres en la alta competición deportiva
31 Control del dopaje: aspectos analíticos de sustancias prohibidas en el deporte
32 Análisis biomecánico de la técnica de natación: programa de control del deportista de alta competición
33 Deporte y lenguaje
34 Aspectos jurídicos de las actividades físico-deportivas en el medio natural
35 Mujeres y actividades físico-deportivas
36 Deporte y calidad de vida en la población adulta
37 La estructura organizativa de los servicios de deporte universitario en España
8
COLECCIÓN "ESTUDIOS SOBRE CIENCIAS DEL DEPORTE"
En 1994 apareció el primer número de unas publicaciones monográficas con el título general
de SERIE ICd DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DEL DEPORTE". Esta publicación del
Consejo Superior de Deportes tenía como objetivo satisfacer la demanda de información
científica especializada, difundiendo los trabajos que, en la mayoría de los casos eran el resultado
de proyectos de investigación subvencionados por el propio organismo y los cuales, por su
calidad, actualidad y rigor científico, se consideraban de interés para los especialistas.
Al cabo de varios años, la demanda de este tipo de información sigue vigente, pero se ha visto
la necesidad de atender también otras demandas y difundir informes técnicos, estadísticas y
estudios que, siendo de gran interés para determinados sectores, no tenían cabida en la serie
interpretando su título en un sentido estricto
Este es el motivo que llevó al editor a crear, en 2001, un nuevo título de colección más amplio
y con una imagen nueva - "Estudios sobre Ciencias del Deporte" -, bajo el cual continuará, por
un lado, con el mismo planteamiento de calidad y rigor científico la Serie de Investigación. Al
igual que en la etapa anterior, los trabajos que se publican en la misma son seleccionados por un
Comité Científico, y están sujetos a la "Normativa General para la presentación de trabajos" del
Programa de publicaciones del Consejo Superior de Deportes.
Por otra parte, se inició, con numeración independiente y dentro de la misma colección, una
nueva "Serie de Informes", con contenidos y objetivos diferentes que se seleccionarán con los
criterios adecuados para satisfacer las necesidades de distintos sectores de destinatarios sobre
temas y aspectos de actualidad.
Los nuevos nombres e imagen se aplican también a los números de la «SERIE ICd DE
INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS DEL DEPORTE» que, como el presente, han quedado
agotados y se reeditan.
Las referencias bibliográficas correspondientes a los artículos publicados en la colección
"Estudios sobre Ciencias del Deporte", elaboradas por el Servicio de Documentación, se remiten
para su inclusión en la base de datos bibliográfica sobre deportes ATLANTES, fruto de la
colaboración entre distintos centros de documentación e información y bibliotecas deportivas
españolas e iberoamericanas. Esta base de datos se encuentra en uno de los dos CD-ROM de
Silver Platter que albergan además SPORTDISCUS y HERACLES.
PVP: 7,00 €
I.V. A. incluido
MINISTERIO
DE EDUCACIÓN,
CULTURA Y DEPORTE
ISBN 84-7949-133-7
3 38
G/3
DEC
m
DOS DE ESTUDIO
SICION CORPORAL
EN DEPORTISTAS
C 3
CSD
ESTUDIOS SOBRE
CIENCIAS DEL DEPORTE
	INICIO
	MÉTODOS DE ESTUDIO DE COMPOSICIÓN CORPORAL EN DEPORTISTAS
	CUBIERTA ANTERIOR
	ÍNDICE
	I. ESTIMACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA MUSCULAR EN DEPORTISTASDE ALTO NIVEL
	Introducción
	Material y métodos
	Resultados
	Discusión
	Bibliografía
	II. VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA DE LA MASA GRASA EN ATLETAS DE ÉLITE
	1. Introducción
	2. Composición corporal y masa grasa
	3. Métodos de valoración de la composición corporal
	4. Material y métodos
	5. Resultados
	6. Discusión
	7. Conclusiones
	8. Bibliografía
	III. EVALUACIÓN DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL MEDIANTE ABSORCIOMETRÍA FOTÓNICA DUAL DE RAYOS X: APLICACIONES Y LIMITACIONESEN EL ÁMBITO DEL DEPORTE
	1. Composición corporal y deporte
	2. Composición corporal y salud
	3. Técnicas para la determinación de la composición corporal
	Agradecimientos
	Bibliografía
	IV. DETERMINACIÓN DEL TEJIDO ADIPOSO POR RESONANCIA MAGNÉTICA EN DEPORTISTAS
	Introducción
	Material y métodos
	Resultados
	Discusión
	Conclusiones
	Agradecimientos
	Referencias
	CUBIERTA POSTERIOR
	AYUDA