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SEGUNDA EDICIÓN Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal Wolters Kluwer 1 Educación España Marta Schinca MANUAL DE PSICOMOTRICIDAD, RITMO Y EXPRESIÓN CORPORAL © Marta Schinca © Wolters Kluwer España, S.A. C/ Collado Mediano, 9 28230 Las Rozas (Madrid) 2a reimpresión de la 2a edición: noviembre 2011 © WOLTERS KLUWER ESPAÑA, S.A. Todos los derechos reservados. A los efectos del art. 32 del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba la Ley de Propiedad Intelectual, Wolters Kluwer España, S.A., se opone expresamente a cualquier utilización del contenido de esta publicación sin su expresa autorización, lo cual incluye especialmente cualquier reproducción, modi ficación, registro, copia, explotación, distribución, comunicación, transmisión, envío, reutilización, publicación, tratamiento o cualquier otra utilización total o parcial en cualquier modo, medio o formato de esta publicación. 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Hacía pocos minutos que había estado inundado de gente, pero ahora estaba lleno de nada, invitándome a an dar a gatas, saltar, correr, tirarme al suelo y hacer todos los jeribeques y movimientos que quisiera para apoderarme de esa amplitud. Recuerdo que aquella sala diáfana, con paredes blancas y suelo de madera, muy limpio y brillante, me fascinaba. Un pequeño tamborcillo de madera, de forma irre gular, estaba situado como por casualidad en una esquina. En otra esquina -menos casual- se apilaban muy arreglados varios huesos que pertenecían a un esqueleto humano. Sí, eran de verdad, "habían sido de una persona como yo", me explicaba mi madre mientras me mostraba a qué parte del cuerpo pertenecían. A veces compartía esa sala con mi hermano y otros niños para que mi madre nos enseñara cosas muy variadas. No eran juegos, porque ella nunca repetía el mismo ejercicio ni los llamaba con nombres o títulos como: "el tula, el pañuelo o el escon dite". Sin ser juegos eran muy divertidos, sobre todo al f nal, cuando nos encontrába mos imbuidos por la tarea que nos hacía implicarnos "en cuerpo y alma" a todos. Empezábamos estudiando un movimiento, una parte del cuerpo, un objeto o algo que hacíamos cada uno solo. Después, eso lo compartíamos con otro compañero. Al f nal todos jugábamos juntos y nos inventábamos cosas nunca vistas, al menos por nosotros mismos. Han pasado más de 40 años desde que comencé a recibir clases de Expresión Corporal en un grupo infantil por lo que quizás no me pueda acordar de los nombres de aquellos niños, pero lo que recuerdo con nitidez son las imágenes de sus cuerpos 5 en movimiento, sus actitudes, caracteres y sus modos peculiares de reaccionar. Las impresiones que recibía de ellos a través de multitud de estímulos sensoriales seguro que transformaron muchas cosas de mi persona. ¿Cuál sería el misterio que ejercía sobre mí esa habitación en la que pasaban tan tas cosas dificiles de explicar con palabras y luego parecía seguir habitada cuando estaba totalmente vacía? ¿Intuía desde mi viva niñez una riqueza inmaterial que logra fuir entre las perso nas cuando se les permite comunicarse a través del lenguaje del cuerpo? Ahora, después de tantos años en los que he seguido desarrollando como docente e intérprete este sistema de trabajo creado por Marta Schinca, me he dado cuenta de que un aula de movimiento, vacía y diáfana, no es misteriosa de por sí. En mi caso el encantamiento lo creaba una señora con un pequeño tamborcillo y un grupo de personas dispuestas a entregar algo de sí. También me he dado cuenta de que el ser humano necesita realizar un trayecto para convertirse en persona. Ese trayecto lo hace la enseñanza. Desde el principio, el niño debe tener una orientación en lo vivencia! y simbólico del lenguaje corporal. Sentirse a sí mismo, percibirse desde su cuerpo, vivir el espacio que le rodea, comu nicarse a través del ritmo e identif carse con el otro, todo ello es la experiencia vivida que lo va a educar y a enriquecer. Marta Schinca comenzó a enseñar hace más de 40 años en Uruguay. En 1970 Mar ta se instala en Madrid, donde instaura esta valiosa enseñanza, que transmitió tanto a niños como a adultos. Su investigación abarca la vertiente educativa y la artística, que han ido evolucionado a la par, adaptándose a todos los tiempos. Gran parte de la ef cacia de su método radica en la claridad y coherencia técnica que permite una inmersión profunda en la búsqueda y el descubrimiento personal. La otra parte depende de la formación del pedagogo, que debe tener su propia expe riencia vivida para poder enseñar lo que enseña. Este libro es una guía para el educador, pues contiene las bases del método que creó Marta Schinca y que sigue evolucionando actualmente. A partir de las propuestas de trabajo psicomotriz que Marta Schinca desarrolla, el profesor puede adquirir unas herramientas básicas para que los niños descubran, se impliquen, se comuniquen y adquieran una serie de experiencias que se traducirán más adelante en asimilación de conceptos y comprensión de sí mismos y el entorno. 6 Helena Ferrari --------------- Capítulo 1 Consideraciones generales l. Introducción 2. Objetivos 3. Importancia de la psicomotricidad y de la expresión dinámica Capítulo 1 l. INTRODUCCIÓN Todo ser humano se manifiesta, se hace patente a los demás, a través de su presencia fisica. Todo contacto de la persona con el mundo exterior se establece desde la propia realidad corporal. El cuerpo es el nexo entre el mundo interior y el mundo circundante. El falso concepto de la oposición entre espíritu y cuerpo que caracterizó a la filosofia cartesiana predominó en los sistemas educativos hasta que la psicología y la pedagogía modernas dieron el justo valor a lo que constituye la unidad funcional cuerpo-psiquis. El proceso de formación y desarrollo de la capacidad intelectual, psíquica y humana del niño sería incompleto y antinatural si atendiera solamente al área cognitiva; no sólo se debe pensar sino percibir, sentir y vivir las experiencias desde la unidad psico-fisica. A su vez, las experiencias vividas a partir del propio cuerpo (asiento de la interac ción de lo intelectual y emocional) posibilitan una captación diferente del mundo, una aprehensión deconceptos que por haber sido vivenciados dejan una huella más profun da que los conocimientos meramente racionales. Desarrollando las facultades sensoriales y mentales del niño de forma equilibrada, se le ayuda a afrontar las exigencias que los aprendizajes escolares le suponen; pero tam bién le abre un campo de libre expresión necesaria para incentivar su creatividad, su potencial interior y la interrelación activa y positiva con los demás niños. La psicomotricidad y la expresión corporal se basan en estos principios; no son mate rias para el entrenamiento fisico ni para crear una competitividad entre los que las practi can. Muy al contrario, a partir de la vivencia del cuerpo en el espacio y el tiempo, se desa rrolla la conciencia de sí mismo como ser íntegro: sensible, material y espiritual, capaz de sentir, expresar y, lo más importante, capaz de compartir y comunicar con los demás. 2. OBJETIVOS Dentro del campo de la educación del niño, en los últimos años se está dando una especial importancia a desarrollar su expresión, y con ello, a potenciar su sensibilidad, Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 9 sus posibiliddes creativas y su capacidad de descubrirse a sí mismo, manifestándose con espontaneidad y plenitud. El método de motricidad y expresión corporal a exponer a lo largo de este libro, tomando como instrumento al propio cuerpo, constituye una importante vía de canali zación de aptitudes, de liberación, hallazgo y toma de conciencia de las posibilidades personales; abre el camino a la necesidad real de manifestarse del ser humano y favo rece el desarrollo armónico del niño en su totalidad psicofisica. Por el valor integrante de sus características, este método entra dentro de unas líneas de profilaxis y terapia de enfermedades psíquicas. Analizaremos en primer lugar dichas características para poder comprender poste riormente de qué manera su aplicación incide en la formación psicosomática del niño. A) Equilibrio psicofísico. El carácter fundamental de esta técnica radica en que favorece dicho equilibrio. Partiendo de una base fisica de conocimiento y control mus cular, se va conformando una educación integral del ser. Para conseguir esta transformación, este paso del trabajo o ejercicio puramente cor poral a una manifestación total del alumno, es necesaria la participación activa de la mente, la sensibilidad individual y la imaginación psicosomática. En el desarrollo práctico de cualquier proceso de ejercicios debemos pasar por una etapa racional en la que la mente supervisa la ejecución de cada movimiento e intenta mos lograr una vivencia kinestésica suficientemente clara; cuando el cuerpo responde con cierto dominio al mandato mental, la sensibilidad y la imaginación actúan sobre la calidad expresiva de dicho movimiento, el cual se expone exteriormente con caracteres peculiares en cada individuo. B) Creatividad personal. Cada manifestación mediante el movimiento corporal es diferente, es una expresión absolutamente individual, personal, que responde a las características más profundas de su personalidad. Por esta razón es por la que huimos de la mecanización del ejercicio fisico; toda mecanización conduce a una no-participa ción mental; el movimiento es en este caso un ejercicio puramente corporal y, por tanto, unilateral. En cambio, debemos lograr siempre una participación activa y coordinada de la mente, la sensibilidad e imaginación. Es fundamental e imprescindible el respeto a la expresión individual, porque también lo es hacia la personalidad del alumno, el cual nunca debe sentirse inhibido por la bús queda de la perfección, sino libre en la búsqueda de la autenticidad de la expresión. En este punto radica la creatividad personal. Para que resulte claro este concepto de creatividad en el movimiento se debe desta car que, antes de llegar a la liberación corporal, se realizarán ejercicios muy precisos que conduzacan a su conocimiento parcial y total. Sobre esta base podemos ir dando cada vez más margen de libertad, hasta llegar a la creatividad. C) Finalidad. El campo de acción de la técnica de motricidad y expresión corporal puede subdividirse para interpretar en profundidad sus finalidades en dos ramas de igual 10 © WK Educación importancia: en el trabajo aplicado a niños sin dificultades especiales, tanto motrices como psíquicas, y en la reeducación de niños con dificultades psicomotrices. El objeto de los diversos ejercicios podemos resumirlo en los siguientes puntos: - Toma de conciencia del esquema corporal. - Sentido de la orientación, lateralidad y equilibrio. - Intensificación de la capacidad de atención general. - Introspección. Reflexión. Encuentro de las posibilidades personales. - Desarrollo del sentido rítmico. Percepción temporal y espacial. - Conciencia del cuerpo como instrumento de expresión en el espacio y el tiempo. - Desarrollo de la sensibilidad y la imaginación. - Vivencia global que permite apreciar otros campos artísticos; colores, composi- ciones, formas y volúmenes, ritmo, relaciones en el espacio, inciden en la com prensión de pintura y escultura, música, danza, teatro, etcétera. - Comunicación, que favorece el relacionarse con los otros de manera activa y sen sible. 3. IMPORTANCIA DE LA PSICOMOTRICIDAD Y DE LA EXPRESIÓN DINÁMICA Los estudios realizados por diversos especialistas con respecto a las dificultades de aprendizaje de los niños con problemas de tipo disléxico, dislálico, disgráfico y, en general, con ciertas alteraciones motrices insisten en destacar en ellos insuficiencias con relación a la organización temporal, espacial y función simbólica. Todos estos niños, como consecuencia, van a encontrar más dificil su aprendizaje escolar, ya que las materias básicas del mismo -lectura y escritura-, presuponen una maduración de los factores antes expresados. Concretándonos en la escritura, sólo puede adquirirse en el momento en que el niño consiga una buena organización de su motricidad, con una coordinación de movimien tos adecuada, buena orientación espacial, percepción y capacidad de simbolización. La educación psicomotriz se dirige, pues, a favorecer la adquisición o a desarrollar la capacidad de percepción témporo-espacial y de simbolización, partiendo de la toma de conciencia y control del propio cuerpo, como base indispensable sobre la que se afir mará posteriormente la concienciación de esas nociones. ¿Por qué es fundamental el conocimiento y control del cuerpo? Éste es el puente entre el «yo» y el mundo exterior; la relación entre cada ser y lo externo se materializa en base a manifestaciones motrices, y esa realidad exterior a sí mismo empieza a cono cerse a través de sus sensaciones y percepciones. Existen una serie de conceptos abstractos a los que el niño tiene acceso sólo por medio de una experiencia real que le ayude a comprenderlos. Por ejemplo, los concep- Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 11 tos de arriba-abajo, delante-detrás, izquierda-derecha, la captación de los volúmenes, las formas, los planos, la relación espacial entre los objetos, las distancias, alturas, suce siones de elementos, direcciones, etcétera, son fácilmente asimilados cuando son viven ciados a través del trabajo corporal individual y colectivo en un espacio común. Tomando como referencia su propio cuerpo, empiezan a tener sentido para el niño una serie de palabras que antes carecían de él. Es importante precisar que el niño normalmente, cuando está libremente rodeado de objetos o juguetes, hace naturalmente su propia búsqueda inconsciente, ya que palpa, toca, lanza, desliza, trepa, se tumba sobre ellos, se mete debajo, con lo cual va adquiriendo, mediante estos movimientos en relación con dichos objetos, noción de sus formas, textu ras, pesos, distancias, volúmenes, etcétera. Se trata entonces de ayudarle en esta búsqueda, que es totalmente natural, sabiendo sacar partido de sus experiencias,canalizándolas hacia un buen control de la motricidad, a la interiorización de las sensaciones propioceptivas y al desarrollo de una buena representación mental del propio cuerpo, experiencias fundamen tales para poder usar la herramienta corporal libremente en el espacio y el tiempo. Dentro de las técnicas de psicomotricidad los cuatro grandes temas a tratar se cen tran así: a) Toma de conciencia del cuerpo. b) Toma de conciencia del espacio. e) Toma de conciencia del tiempo. d) Toma de conciencia de las relaciones cuerpo-espacio-tiempo. a) Toma de conciencia del cuerpo. El primer paso, pues, radica en la realización de ejercicios para la organización del esquema corporal, la construcción de la imagen interna. Para ello, la base es la percep ción, conocimiento y funcionalidad de cada zona corporal, para poder obtener poste riormente una participación global en el movimiento total. Debemos también aclarar que no siempre el camino debe ser tan rígido como cuan do lo planteamos teóricamente, ya que, por ejemplo, el trabajo con niños pequeños ( cua tro o cinco años) puede organizarse de modo muy diferente, aunque los objetivos fina les son los mismos. A esta edad, el niño siente su cuerpo globalmente más que por zonas y además no tiene la necesidad de racionalizar sus vivencias corporales. Todo intento en este sentido sería coartar sus impulsos naturales. El movimiento es inherente a él y surge espontáneamente; determinadas acciones, como rodar, desplazarse en contacto con el suelo, saltar, girar, estirarse, esconderse, etcétera, son realizados naturalmente y el niño siente placer al efectuarlas. Este placer demuestra el movimiento como una vivencia afectiva, además de corporal. No sustrayendo la carga emocional del movi miento, el camino puede ser el siguiente: dar directrices no muy rígidas usando esta capacidad motriz liberadora para después intentar una recapacitación sobre lo hecho, llegando a una racionalización, pero sólo cuando es necesaria y no antes de que lo sea. Está claro que este tipo de trabajo, por lo que tiene de enseñanza viva, no puede ser codificado bajo reglas implacables. 12 © WK Educación b) Toma de conciencia del espacio. Volviendo al orden que establecimos anteriormente, es sobre la base de la conciencia del cuerpo como es posible realizar la estructuración espacial. El proceso de ejercicios por los cuales hacemos tomar al niño noción de su cuerpo y del espacio interior, así como de la «primera esfera de acción>>, es decir, el espacio que rodea al cuerpo sin desplazamiento de éste, es la misma progresión natural que realiza el niño desde que nace hasta la adquisición de dicho esquema. Algunos no la adquieren hasta los nueve o diez años. Para estos niños es muy dificil la noción de lateralidad. Pueden independizar zonas parciales del cuerpo, pero no tienen conciencia de que éste se divide en dos partes simé tricas, derecha e izquierda. Por estas razones, la base del trabajo, en una primera etapa, es ahondar en el conoci miento y funcionalidad del propio cuerpo. La adquisición del sentido del espacio, a raíz de las investigaciones de Wallon y de Piaget, se sabe que se desarrolla gradualmente y a través de numerosas etapas. Quiere decir que su formación es lenta y esforzada; no es innata como hace años se pensaba. La correcta interrelación entre el espacio interior y el espacio exterior es fundamen tal para la precisión de los movimientos corporales y la relación con los objetos. La vivencia del espacio en el niño se centraliza en su propio cuerpo. Por eso tiene la noción de espacio exterior como espacio parcial, cuyo núcleo es el centro de gravedad de su cuerpo. Dentro de esta vivencia es necesario que interiorice, en relación a su pro pio centro, las nociones de derecha-izquierda, arriba-abajo y delante-detrás. Su cuer po es la referencia, por eso no podrá tener sentido del espacio sin antes haber estructu rado su propio esquema corporal. Posteriormente, el desarrollo de la vivencia del espacio total le hará tomar conocimien to de su cuerpo en desplazamiento, en relación constante y cambiante respecto al ámbito en el cual se mueve y con respecto a los demás niños u objetos que están a su alrededor. Por todo ello, el desarrollar el sentido espacial y la toma de conciencia del esquema corporal favorece la estructuración de la orientación, lateralidad y equilibrio, que cons tituyen deficiencias inherentes a la mayor parte de los niños con problemas de psico motricidad. e) Toma de conciencia del tiempo. Hemos establecido también la importancia de la adquisición de la función temporal, y aunque no tengamos otra opción que plantearlo como tema aparte del anterior se sobreentiende que ambas funciones, espacial y temporal, en la mayor parte de los casos se relacionan interviniendo simultáneamente. En el caso de los niños con problemas de aprendizaje de la lectura y la escritura, la aplicación de ejercicios en que ambas nociones trabajen juntas, en total interacción, es importantísima, ya que el lenguaje hablado se basa en relaciones temporales y el escri- Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 13 to, en relaciones espaciales. El leer en voz alta lo escrito o el escribir lo hablado corres ponde a transformar constantemente lo espacial en temporal y viceversa. El lenguaje hablado es ya de por sí el ejercicio básico desarrollado en el tiempo. La palabra en sí misma posee una gran riqueza dinámica, rítmica y sonora. La com binación de varias palabras en la frase, con la base de la sucesión temporal y con la variedad rítmica que confieren las diferentes acentuaciones, duraciones de palabras y sílabas y las pausas naturales del lenguaje, permiten utilizar estos elementos para encau zar al niño hacia la vivencia del sentido rítmico. La investigación de los psicólogos prácticos ha demostrado el enorme progreso que supone la adquisición de la función temporal en el aprendizaje de la lectura y en otros tipos de procesos mentales. La temporalidad y el sentido rítmico también se adquieren a partir de las sensaciones corporales kinestésicas. El ritmo, aunque puede provenir del exterior (percusión, músi ca), debe vivirse como algo inherente a la propia organicidad del cuerpo en movimien to. La tensión y la distensión muscular, los impulsos y reposos, las diferentes duracio nes y pausas de los movimientos, forman parte de la vivencia de lo temporal y de lo que constituye la esencia del ritmo fisiológico e interno. Así también, toda comunicación con los otros se rige por las relaciones en el tiempo por medio de la simultaneidad (uní sono), sucesión (diálogo) o pasaje. d) Toma de conciencia de las relaciones cuerpo-espacio-tiempo. La función de simbolización se refiere a sustituir por signos determinados conteni dos que aquéllos representan. Dichos signos pueden pertenecer al lenguaje escrito, oral, corporal, pictórico, plástico, etc., y esa capacidad de sustituir la realidad por el símbo lo que la representa es una actividad importantísima a nivel de trabajo intelectual. Volviendo a la lectura y la escritura, los sonidos de las vocales y consonantes, así como las letras que los representan, son signos sonoros y gráficos. Adquirir dichos sig nos, saber agruparlos, separarlos, ordenarlos para formar palabras y frases, es poner en juego constantemente la percepción sonora, rítmica y espacial. Dentro de nuestra técnica de motricidad se aplica mucho la simbolización estableci da; por ejemplo, una correspondencia entre un sonido de una duración determinada y un gesto corporal que, emancipado luego del sonido, representa dicho sonido. Sin recurrir a ejemplos tan abstractos, cualquier situación imaginaria creada por el niño que juega pone en actividad la función simbólica. En este senido son innumerables los ejemplos, dentro del campo de la expresón corporal, de ejercicios en los cuales el niño, con la ayuda de su imaginación, representa y simbolizasituaciones y acciones. En muchos niños con problemas psicomotrices se observa una enorme dificultad para imaginarse a sí mismos en una situación irreal o crear dicha situación. Dentro de la vida mental natural del niño, la función simbólica es de una importan cia extrema, y lo será a todos los niveles de su actividad intelectual futura. Como profilaxis de posibles deficiencias en las funciones temporal, espacial y simbólica, así como importante contribución a la formación integral del niño, es una 14 © WK Educación forma de descubrirse a sí mismo y a los demás por medio de un nuevo lenguaje que permite comunicarse y manifestarse. Es abrir un nuevo camino de expresión, y como actividad psicofisica propende a un equilibrado desarrollo de todos los factores de la personalidad. En el campo estético, los diversos factores que intervienen en el desarrollo de la capacidad creativa ayudan a llegar a la vivencia y a la comprensión de diferentes mani festaciones artísticas, como pueden ser la música, la danza, el teatro, la escultura, la pin tura, la literatura, etcétera. El niño es un ser en continuo cambio y con muchas apetencias. Sería totalmente nefasta una educación dirigida sólo hacia lo puramente racional, hacia la adquisición de conocimientos. Por eso, la misión de esta materia es desarrollar sus facultades senso riales y mentales. Es una enseñanza viva en la que cada clase debe ser libre, creativa; nunca puede evo lucionar bajo un molde prefijado, sino que se nutre y crece por las aportaciones espontá neas de los niños. Por último quisiera aclarar, para evitar errores de concepto, que lo que llamamos 'expresión corporal' no se identifica con la materia denominada 'motricidad', sino que la primera crece de la semilla de la segunda. Es decir, la técnica de motricidad es el conocimiento básico sobre cuyos cimientos se desarrolla la expresión corporal. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 15 ______________ Capítulo 11 Toma de conciencia del propio cuerpo l. Conocimiento y control del cuerpo (independización e interrelación muscular y articular) 2. Lateralidad, independencia y coordinación de zonas y segmentos 3. El contramovimiento 4. Respiración 5. Técnicas de relajación 6. Postura, equilibrio estático y dinámico 7. Articulación. Sucesión. Segmentación 8. Coordinación visomotora. Ejercicios especiales para manos 9. Calidades de movimiento. Antagonismo muscular 10. Locomoción 11. Ejercicios-juegos con objetos 12. Imaginación y sensibilidad individual y colectiva. Expresión libre Capítulo 11 Este bloque de contenidos es muy amplio. Para abordar su estudio lo dividimos en doce apartados, lo cual permite su sistematización a la hora de encararlos. Queremos advertir que el planteamiento que expondremos se dirige a alimentar los conocimientos y recursos del educador; no se trata, pues, de fórmulas aplicables direc tamente al trabajo con los niños. Esto significa que los ejercicios serán explicados de forma técnica, progresando gradualmente en dificultad, pero es al profesor a quien corresponde encontrar su modo de transmisión ayudando a los alumnos con imágenes miméticas, diversas fuentes sonoras o juegos adecuados a la aplicación de cada tema. La conciencia corporal, en los niños, se va adquiriendo por medio de experiencias vividas y no por la reflexión consciente. Aparte de las imágenes de animales, materias, elementos de la naturaleza, que les harán implicarse en los trabajos corporales que el profesor plantee, existe un gran alia do como recurso de juego: el objeto. Los diferentes materiales, formas, tamaños y consistencias de los distintos objetos que pueden utilizarse, permiten desarrollar la percepción táctil en relación con los gra dos de esfuerzo muscular, el peso corporal, los puntos o superficies de apoyo activos o pasivos, y una enorme gama de movimientos, a la vez que favorecen la adquisición del sentido espacial, del sentido rítmico, y la interrelación comunicativa con los otros niños. A continuación enumeraremos los apartados correspondientes a este bloque temático: l. Conocimiento y control del cuerpo. (Independización e interrelación muscular y articular) 2. Lateralidad. Independencia y coordinación de zonas y segmentos. 3. El contramovimiento. 4. Respiración. 5. Técnicas de relajación. 6. Postura. Equilibrio estático y dinámico. 7. Articulación. Sucesión. Segmentación. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 19 8. Coordinación visomotora. Ejercicios especiales para manos 9. Calidades de movimiento. Antagoniso muscular. 10. Locomoción. Andar. Saltar. Girar. Deslizar. 11. Ejercicios-juegos con objetos. 12. Imaginación y sensibilidad individual y colectiva. Expresión libre. l. CONOCIMIENTO Y CONTROL DEL CUERPO (INDEPENDIZACIÓN E INTERRELACIÓN MUSCULAR Y ARTICULAR) La técnica psicomotriz profundizada al máximo constituiría en su aplicación un aprendizaje racional y progresivo para obtener un total dominio corporal, partiendo del estudio del funcionamiento y manejo de los músculos de acuerdo con su función bási ca normal. Sin embargo, en nuestro trabajo escolar no podemos pretender alcanzar ese nivel, ni constituye una meta el «profesionalizar» esta actividad. Esto sería absurdo; por tanto, la manera de dirigirlo hacia los niños debe ser pasar por las diferentes etapas de un traba jo consciente, pero canalizado hacia la idea del juego o sugerido con la ayuda de abun dantes imágenes para la realización de los diversos ejercicios. Una primera etapa del proceso de aprendizaje corresponde a una exploración de cada músculo y su función o funciones propias y su manejo en la contracción y en la decon tracción. Es decir, aislar el trabajo de un sólo músculo y, una vez independizado del resto del cuerpo, efectuar en primer lugar el estudio de sus actividades básicas: concentración y aflojamiento. Para ello es necesario interiorizar las sensaciones corporales y racional mente ir tomando conciencia de ellas. Reseñaremos de una manera práctica la realización de algunos ejercicios de inde pendización muscular. • Posición de partida: acostados en el suelo en decúbito dorsal, brazos en cruz, palmas de las manos hacia arriba, piernas paralelas, flojas (las puntas de los pies caen hacia afuera). Sentir la sensación de que el cuerpo descansa y pesa. Es un muñeco de trapo. La imagen despierta enseguida la idea de flojedad muscular. Centrar la atención en un hombro especificando bien si será el derecho o el izquierdo; la zona a atender es su parte anterior y superior. El brazo es de trapo, está inerte, no existe en él ni un mínimo de tensión. Cuando el músculo en el que cen tramos la atención se empieza a contraer (apretar), el segmento óseo correspondien te, en este caso el húmero, comienza a levantarse del suelo. 20 © WK Educación El levantamiento debe hacerse lentamente, hasta una altura de unos quince centí metros, con gran lucha contra su propio peso, que, en sensación, debe resultar enor me. Consiguiendo sentir que el brazo cuelga verdaderamente, muerto, todo el esfuer zo muscular se concentra en la zona que rodea a la articulación del hombro (formada por el húmero, clavícula y omoplato). Mantener unos segundos el brazo en alto y luego soltar de golpe el músculo que soportaba todo el peso; cae en total aflojamien to-relajamiento. Mediante este sencillo ejercicio obtenemos la independización de un músculo y, lo que es más importante, la sensación kinestésica de la contracción y el aflojamiento de este músculo. Se sobreentiende que este aislamiento puede realizarse con todos y cada uno de los músculos del cuerpo. Por ejemplo, sobre la base del ejercicio anterior se puede levantar una pierna también desde un sólo músculo. • Posición de partida: la misma que en el caso anterior. La pierna izquierda está muerta, inerte. Localizar la contracción muscular en la zona de la ingle. El músculoque realiza esta función sobrepasa la articulación de pelvis con fémur. La rodilla no debe levantarse superestirada, pues de esta manera no se sentiría el peso de la pierna. Después de la contracción es importante llegar a conseguir aflojamiento total del músculo trabajado. No se puede llegar a esta relajación si previamente no se ha tomado conciencia de la tensión. Existen dos tipos básicos de aflojamiento muscular: el relajamiento, en que la contracción se deshace de golpe, y la distensión o decontracción controlada, en la que la tensión se va deshaciendo gradualmente, mediante control mental y lucha contra la gravedad, sosteniendo desde la zona trabajada para evitar la caída brusca. Este trabajo de aislación muscular es el más elemental y básico desde el punto de vista de la progresión de los diversos ejercicios; pero generalmente en los movimientos naturales, fisiológicamente realizados, cada contracción no se realiza aisladamente, sino que gravita sobre otro u otros músculos, encadenándose dichas contracciones con el paso de la energía. Quiere decir que, orgánicamente, un movimiento cualquiera tiene un recorrido dentro del cuerpo. Cada movimiento es, así, el resultado de un trabajo muscular sucesivo de los músculos agonistas y sinergistas, a la vez que se relajan o contraen los antagonistas. Por ejemplo, en el movimiento de elevación lateral de un brazo, el encadenamiento o división del trabajo se realiza así: en primer lugar se contraen los fijadores del omo plato, sigue el deltoides con la elevación del húmero, contínua el tríceps extendiendo el codo y, al fin, los extensores de muñeca y dedos. La distensión se lleva a cabo en el mismo orden en que se ha desarrollado el paso de energía. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 21 El recorrido de movimiento desde que éste nace hasta que muere es el ritmo fisioló gico del mismo. La vivencia del «paso de la energía» a través del cuerpo es fácilmente experimenta ble, al principio, en ejercicios centralizados en la movilización de la columna vertebral. Al hacer realizar un ejercicio a los alumnos, después de concretar la posición de parti da, es muy importante enunciar verbalmente qué se debe hacer y no ejecutarlo con el fin de que los niños lo imiten. No se debe buscar la «copia>> exterior de formas, sino el pro ceso inverso. El dictado del maestro va directamente a la mente del niño; éste debe dar a su cuerpo el mandato cerebral correspondiente. De esta manera se crea un circuito en que el movimiento nace de adentro y luego se exterioriza, para lo cual se desarrolla un proce so de descubrimiento del funcionamiento de los mecanismos corporales. Este descubri miento trae consigo las percepciones y sensaciones kinestésicas correspondientes. La imitación de movimientos enseñados por el educador previamente continuaría con un proceso de afuera hacia adentro, que, para entrenamiento o control de determi nadas funciones, tiene también su valor y no es totalmente desechable, pero sólo usado con fines específicos. Por ejemplo, para analizar el funcionamiento motriz por imitación o para ejercitar la memorización de una secuencia de movimientos, etc. "LOMO DE GATO, SILLA DE MONTAR" • Posición de partida: apoyados en rodillas y manos. Muslos y brazos perpendi culares al suelo. Las manos mantienen la separación que existe entre los hombros. Realización del ejercicio: movilizar el tronco desde pelvis a cabeza sobre muslos y brazos fijos en el sentido de un arco hacia arriba (lomo de gato) y un arco hacia abajo (silla de montar). Enunciado así, el movimiento deja mucho margen de liber tad a su ejecución, pero esto, lejos de ser una desventaja, es lo que permite a cada uno descubrir qué partes del cuerpo intervienen, si trabajan todas a la vez o no, si hay zonas que permanecen sin tensión, etc. Al observar el trabajo de cada niño se van a constatar muchas diferencias en su reali zación. Quienes tengan un mayor dominio natural del cuerpo o dejen más libertad a éste para que reaccione orgánicamente van a hacerlo ya con «recorrido de energía>>. Otros lo harán como si la columna no tuviera articulaciones intervertebrales, accionándola como un todo rígido, sin la menor sensación de paso energético. Otros dejarán alguna zona sin intervenir en el movimiento, como, por ejemplo, la cabeza o los omóplatos. Nuestro cuerpo tiene su centro de gravedad en el centro de una línea imaginaria que atravesara la pelvis desde el ombligo al coxis. La energía del movimiento que fluye por la columna vertebral se genera a la altura de la unión de la quinta vértebra lumbar con el sacro. Originándose allí el movimiento, se implica en él la pelvis y va pasando a través de cada vértebra en dirección a las cervicales; por último se mueve la cabeza. Antes de llegar a la columna cervical los omóplatos se cierran, creando una fuerza contraria que aplana y estira la parte dorsal. Los omóplatos, pues, se acercan a la columna durante la realización de la "silla de montar" y se separan de ella durante el "lomo de gato". 22 © WK Educación o o ----- Lomo-silla Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 23 Otro ejercicio en el cual se siente claramente el recorrido a lo largo de la columna es el siguiente: • Posición de partida: sentados en el suelo con piernas cruzadas por delante del tronco, rodillas hacia afuera, lo más bajas posibles. La columna erguida, como eje flexible de nuestro tronco. Previamente, si los niños son pequeños se les ha enseñado la ubicación, dentro del cuerpo, de la columna vertebral y su composición en base a diferentes «piezas» (vérte bras) que se articulan unas con otras. Si son mayores y conocen en algún grado la anatomía humana debe hacérseles sen tir la flexibilidad y la fuerza de la columna. La flexibilidad es el resultado de la capaci dad de movimiento que le confieren las articulaciones intervertebrales. • Realización del ejercicio: manteniendo la posición erguida, hacer «vivir» a los alumnos «la sensación de esa posición». Esto significa que deben «mirarse hacia adentro», sintiendo sus zonas musculares de mayor tensión. Por supuesto que ésta se extiende a lo largo de toda la columna, desde la «Cruz», y un segundo nudo de tensión se concentrará a la altura de los omoplatos, que se encontrarán cerrados, es decir, muy cerca de la columna. Partiendo de la clara imagen de decontracción muscular a lo largo de la columna, iniciar, en la zona más baja, es decir, en la cruz, un desmoranamiento lento sobre el eje vertical y no trasladando el peso hacia adelante. Esta distensión controlada va pasando vértebra por vértebra, hasta que finalmente cae la cabeza adelante, quedan do la columna, si la miráramos de perfil, formando un arco de pelvis a cabeza. Reconstruir otra vez «colocando» vértebra sobre vértebra, iniciando este movi miento también en la «Cruz». Este ejercicio, básico para sentir el recorrido de movimiento en su fase activa (reconstrucción) y pasiva (desmoronamiento), puede ejecutarse en base a numerosas imágenes que surgen durante el trabajo: por ejemplo, la idea de un acordeón que se esti ra y se retrae en posición vertical; o un edificio que se va construyendo ladrillo por ladrillo y se desmorona, en movimiento lento, una vez quitado el primero, etc. Hasta ahora hemos analizado dos tipos de movimientos. El primero, correspondien te a la movilización de un segmento o segmentos óseos mediante la independización muscular. El segundo, en el que el movimiento es el resultado de una serie de contrac ciones musculares encadenadas que provocan un paso de energía con un recorrido visi ble y kinestésicamente perceptible y controlable. Es decir, un trabajo de interrelación muscular perfectamente coordinado. Los ejercicios que tienen como base el recorrido a través de la columna vértebra a vértebra sensibilizan al alumno para, en un trabajo más libre, poder dejar fluír la energía 24 © WK Educación desdeel centro a la periferia, llegando, si es posible, hasta la yema de los dedos y más lejos, hacia el espacio. • Con la ayuda de sonidos, música, o imágenes, este recorrido de movimiento puede hacerse hacia todas las direcciones del espacio y con diferentes tipos de impulsos y duraciones, con movimientos rápidos o lentos, fuertes o suaves. Las ondas que recorren el cuerpo son como las corrientes en el agua o la savia que va desde las raíces a las ramas del árbol. 2. LATERALIDAD, INDEPENDENCIA Y COORDINACIÓN DE ZONAS Y SEGMENTOS El comportamiento del niño es perturbado muchas veces por problemas de orden motriz, como, por ejemplo, la incoordinación; la falta de precisión en los gestos produ cida por fallos en la emisión de las órdenes motoras; la incapacidad para independizar, durante el movimiento, un brazo del otro o una mano de la otra (sincinesias); la inca pacidad para disociar miembros superiores de inferiores; la lateralización mal estable cida; la imposibilidad de la inhibición voluntaria, la torpeza de movimientos. Al ir tomando conciencia de su cuerpo con ejercicios especialmente dirigidos a ese fin, el niño adquiere poco a poco el sentido de la lateralidad, cuya carencia o descontrol produce también problemas en la estructuración espacial. Los ejercicios de coordinación entre diferentes partes del cuerpo son fundamentales para la ejercitación de los mandos motores. Sobre la base del primer ejercicio elemental que analizamos anteriormente, en el cual efectuábamos el levantamiento de un brazo por independización muscular, podemos establecer algunas variaciones con el fin de enriquecerlo, trabajando sobre la coordina ción y disociación de miembros. • Posición de partida: en decúbito dorsal, brazos en cruz con las palmas hacia arriba. Recordar el ejercicio 1, en el que llegábamos a levantar el brazo desde su «raíz» obteniendo sensación de contracción en la zona del hombro; posteriormente, afloja miento-relajamiento. Realizar ahora ese mismo movimiento, pero alternativamente, brazo izquierdo y derecho. El brazo izquierdo se levanta y se suelta; luego, el brazo derecho. Existe ya aquí coordinación muy elemental entre un miembro y otro, pero debe realizarse lo más claramente posible. Naturalmente se establece un ritmo personal que favorece la ejecución de estos movimientos coordinados. No permitir que se superponga la acción de un brazo sobre la del otro. Controlar muy bien de modo que cuando uno se mueve, el otro se conserva en total relax. Está de más decir que se utilizará siempre Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 25 que sea posible la designación del brazo derecho e izquierdo, provocando, incluso en los niños, la necesidad de esa designación para que dichas nociones, tan importantes para que la organización de la lateralidad y del esquema corporal, vayan prendiendo en el niño. • Alternancia de levantamiento-aflojamiento de cada pierna, recordando que ésta es también accionada desde su <<I"aíz», la parte superior del fémur. Cuando trabaja la derecha, mantener totalmente floja la izquierda. En este punto radica lo principal a tener en cuenta en la realización del ejercicio. • Trabajo unilateral del cuerpo. Levantar simultáneamente brazo y pierna izquierdos; aflojarlas de golpe y pasar a trabajar con los miembros derechos. La idea de la simetría corporal es, para el niño, comprensible practicando este tipo de ejercicios. También en este caso es muy importante que el lado derecho del cuer po descanse mientras trabaja el izquierdo y viceversa. • Trabajo cruzado de los miembros. La coordinación mental y fisica es mucho más complicada. Levantar brazo izquierdo simultáneamente con pierna derecha; aflojar ambos. Levantar brazo dere cho simultáneamente con pierna izquierda; aflojar ambos. Mientras trabajan unos miembros los otros permanecen en relax. • Simultaneidad de brazos alternando con simultaneidad de piernas. Levantar los dos miembros superiores simultáneamente; aflojarlos. Levantar los dos miembros inferiores simultáneamente y aflojarlos. • Aplicar el trabajo alternado, unilateral y cruzado de brazos y piernas de una forma más libre, con imágenes de animales o vegetales marinos: un pulpo cuyos tentáculos ondulan superponiendo sus ondas, un alga que flota, un cangrejo que arti cula sus patas, etc. Los ejercicios planteados hasta ahora y los que se plantearán, explicados como inde pendizaciones, coordinaciones de miembros o disociaciones, se presentan como un material básico para que el profesor los vaya introduciendo en clase de forma lúdica, intercalados con experiencias más imaginativas para que los niños se impliquen y gocen efectuándolos. Es decir, aquí sólo se muestran los ejercicios base para que el maestro construya su clase aplicándolos como juego. 26 Algunas imágenes para ello: • "Somos muñecos de trapo movidos por un niño que nos ha encontrado en un desván" ... • "Somos de arcilla dura que se va derritiendo por zonas ... y se vuelve a endurecer". • "Somos humo, somos cristal, somo agua", etc. • "Flotando en el agua nos convertimos en mar, olas, etc." © WK Educación • "Somos como un elástico, una goma, etc., que se estira y vuelve sola a su estado inicial". • "Somos aceite que se esparce por el suelo y luego se solidifica", "un flan que se desplaza". • "Somos un globo que se sostiene en el aire", ''un trozo de plomo". Las imágenes de materias son interesantes porque inmediatamente reacciona el cuer po con transformaciones de tonicidad y de peso. También puede jugarse con imágenes de objetos como una pelota que bota, un papel que se rasga, etc. Péndulos Las coordinaciones unilaterales o cruzadas pueden realizarse mediante movimientos pendulares. Los péndulos crean una cadencia repetible que determina un juego corporal a la vez "dirigido y libre", mediante la alternancia de impulso-retención o punto muerto-caída. • Lanzar los brazos hacia arriba mediante un impulso, con punto giratorio en el hombro. Si se les deja libres, la inercia les llevará al "punto muerto" y desde allí al abandono a la gravedad, desde donde, con impulso regular, se volverán a lanzar. Para ello las articulaciones de los brazos deben estar distendidas, a la vez que la columna, vertical, recibe los impactos del movimiento sin rigideces, elástica pero firmemente. Poner en práctica la ley del movimiento pendular: preparación-impulso-punto muer to-relajación-rebote y nuevo impulso: es un buen ejercicio de control rítmico. Se trata de hacer una acción (impulso) y dejar que el resto se haga solo, sin permitir que el ritmo creado domine al que lo ejecuta, sino que éste, mediante el juego de los impulsos y el libre fluír, domine dicho ritmo. • Los péndulos de cada pierna (desde el movimiento básico de retroversión y anteroversión) pueden coordinarse con los de brazos en conmovimiento o contra movimiento. • Pueden hacerse péndulos de brazos, de piernas y de tronco-brazos, en el plano sagital y en el plano frontal, de pie y de rodillas en el suelo. Las combinaciones son infinitas cuando se usan otras direcciones y se utilizan los péndulos para impulsar se en locomoción o como impulso para el salto. Realmente el movimiento pendular permite aprender a usar el juego con la gravedad, los saltos, giros y caídas. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 27 Diferentes tipos de marchas Para trabajar la coordinación unilateral y cruzada: • Marcha del camello. Manos y pies en tierra, avanza la mano derecha a la vez que el pie derecho, luego mano y pie izquierdos. • Marcha del elefante. Manos y pies avanzan en coordinación cruzada. • Marcha de la rana. Pies separados, casi cuclillas, manos apoyadas en el suelo, entre ambos pies. Saltar estirando piernas. • Marcha del cangrejo. Manos y pies en tierra. Marchar lateralmente, nunca hacia adelante. • Marcha a dúo. Monstruo de ocho patas. Espalda con espalda, buscar modos de marcha sin despegarse.• Marcha sentados. Marchar sobre los isquiones, con balanceo izquierda-derecha, coordinando con el brazo del mismo lado que se estira horizontalmente adelante. • Simetría a partir de los brazos. Realizar movimientos libres sintiendo igualdad de sensaciones articulares, seg mentarías y de tono muscular entre un brazo y otro. La idea de trabajar puede ser: un brazo se mira en un espejo; el otro es su imagen. La simetría se siente si un plano sagital imaginario (el espejo) divide el cuerpo en mitad izquierda y mitad derecha. Este ejercicio referido a brazos puede ampliarse a piernas e incluso al cuerpo ente ro respetando que la columna sólo se mueve en el plano sagital, nunca en el frontal. Habiendo ya superado esta fase podemos aplicar esta progresión de ejercicios en la posición de pie. Por supuesto que lo que aquí se presenta puede ser objeto de innumerables variacio nes en cuanto a direcciones de los movimientos de brazos y piernas, calidad de peso de los mismos, intensidad o impulsos aplicados, etcétera. Sólo se puede tomar este esque ma como guía. Tomaremos como base los ejercicios anteriores y sobre ellos trabajaremos en posi ción de pie ... • Posición de partida: de pie. Tronco erguido, sentir un eje vertical que pasa por el centro de la cabeza, centro de gravedad y cae entre los dos pies. En esta posición, los músculos extensores y flexores se encuentran en perfecto equilibrio. Su tensión es la mínima necesaria para mantener y sostener a los segmentos óseos que compo nen el esqueleto. Cuando en alguna zona no existe esta tensión tónica, el músculo estará en un grado de flojedad relativa, que provocará el correspondiente desaco modo de la parte ósea que debe sostener. 28 © WK Educación • Trabajo cruzado de miembros. El brazo derecho se eleva por el lateral hasta pasar la altura del hombro; a la vez se eleva por el lateral la pierna izquierda formando una diagonal con el brazo. Vuelta el eje y luego con el brazo izquierdo y pierna derecha. • Trabajo unilateral. Levantar simultáneamente brazo y pierna izquierdos lateral mente. Retomo controlado, lento. Lo mismo con brazo y pierna derechos. • "Polichinela". Lo mismo que anteriormente, pero brazo y pierna de cada lado se levantan flexionados tocando codo con rodilla. Hacerlo saltando como si el poli chinela estuviese movido por hilos. • Lo mismo que anteriormente pero los brazos y piernas se levantan y bajan flexio nados por delante (plano sagital); se puede hacer unilateral o cruzado. Partir de posi ción erguida del tronco pero las rodillas flexionadas (nivel bajo mantenido siempre). • Simultaneidad de brazos alternando con simultaneidad de piernas. Elevar miembros superiores a la vertical; retomar lentamente a la posición de par tida. Ahora flexionar ambas rodillas al máximo dejando las plantas de los pies apo yadas; hacerlo sin que el tronco avance, y retomar. Alternar el trabajo de miembros superiores e inferiores sin superponer uno a otro. Es muy importante trabajar independientemente con cada miembro, con clara locali zación derecha o izquierda, para fijando estas nociones y también ir creando la idea de la simetría corporal. He aquí un ejercicio que se desarrolla sobre esas bases, a la vez que incorpora la práctica de otras direcciones espaciales. • - Posición de partida: de pie. Tronco erguido, piernas levemente separadas para tener buena estabilidad. • Trabajar sólo con el brazo derecho. Conducir este brazo: - adelante (horizontal). - arriba (vertical). - lateral derecho (horizontal). - abajo (vertical). El profesor ordenará pasar de una posición a otra sin un orden previo. Los niños lo harán con ojos cerrados. • Hacerlo sólo con el brazo izquierdo. • Con los dos simultáneamente: en base al ejercicio desarrollar la idea de simetría. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 29 Trabajo cruzado de miembros • Con los dos simultáneamente, pero en movimientos asimétricos, sin salir de las cuatro posiciones anteriores: por ejemplo, mientras el izquierdo va arriba, el derecho al lateral; cambiar las posiciones muy claramente, sin titubeos de orden motriz o espacial. • Coordinarlo con pasos. Cada paso corresponde a movimientos simétricos o asimétricos de brazos, pero ahora utilizados libremente y usando las diferentes arti culaciones. 30 © WK Educación • Liberación total del movimiento de los brazos; liberación de las piernas median te pasos en todas direcciones. Coordinación orgánica y espontánea de miembros superiores e inferiores. Todos estos ejercicios están indicados para el conocimiento del espacio parcial. Continuando con el análisis y el control de las diferentes zonas corporales centremos nuestra atención en el manejo de los omóplatos, cuya acción es vital con relación con el trabajo de columna y/o de brazos. Cierre de omóplatos • Posición de partida: en decúbito ventral. Aflojar bien todo el cuerpo. La fren te apoyada en el suelo, los hombros-brazos sueltos, las piernas distendidas (talones caídos hacia afuera). Acercar ambos omóplatos a la columna vertebral, dirigiéndo los hacia la zona lumbar. Distender suavemente los músculos trabajados. Es un movimiento cuyo eje de simetría es la columna. Debe realizarse primeramente ais lando los omóplatos y posteriormente dejando que la acción de éstos influya sobre la columna, la cual responde aplanándose y estirándose. • Posición de partida: la anterior. Coordinar el cierre de los omóplatos con una rotación y estiramiento de piernas paralelas; la columna se alarga y, como conse cuencia, la cabeza se levanta. Independización pélvica. Retroversión-anteroversión • Posición de partida: en decúbito dorsal. Cuerpo en relax. Girar la pelvis sobre su eje transversal, volcándola hacia adelante, arqueando mucho la zona lumbar (antero versión de la pelvis). El trabajo muscular predominante corresponde a los músculos lumbares. Después de su contracción, distenderlos dejando volver la pelvis a la posi ción normal. Hacerla girar ahora hacia atrás hasta que la zona lumbar toque el suelo (retroversión de la pelvis). El trabajo muscular se concentra en la sinergia glúteos abdominales. Al distenderlos, la pelvis vuelve sola a la posición inicial. Estos dos movi mientos pélvicos son básicos para la conciencia del movimiento, puesto que desde el cinturón pélvico parten las energías hacia el tronco (columna) o hacia las piernas. Torsión de la pelvis • Posición de partida: en decúbito dorsal. Piernas recogidas sobre el vientre. Volcar pelvis-piernas sobre el lado derecho hasta tocar el suelo con ellas. Volver al centro pegando la zona lumbar al suelo (retroversión de la pelvis) y volcar hacia la izquierda. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 31 • Hacer lo anterior partiendo de piernas estiradas sobre el suelo. La pelvis inicia el movimento y el cuerpo entero responde girando, y así seguir rodando dando varias vueltas. • Rodar en la misma dirección varios niños a la vez, luego en la dirección con traria como el flujo y reflujo del mar. Conseguir una tonicidad sin rigidez para que el movimiento fluya en espiral. Como hemos dicho anteriormente, la pelvis es el centro emisor del movimiento más importante del cuerpo humano. Desde la pelvis podemos rodar, girar, desplazamos en equilibrio, caer, elevamos ... Explorando todas las posibilidades se puede jugar con dife rentes dinámicas en los movimientos globales del cuerpo siendo la pelvis el motor de ese juego corporal. 3. EL CONTRAMOVIMIENTO Dentro de las acciones motrices de coordinación muscular, las anteriores se rigen por una relación de alternancia entre unas zonas y de simultaneidad entre otras. Ahora analizaremos un caso muy importante de coordinación: el contramovimiento, que se puede definir elementalmente como dos energías corporales en oposición. • Contramovimiento de brazos. Posición de partida: de pie. El brazo derecho está levantado y estirado verticalmente;el izquierdo cuelga normalmente desde el hom bro. Ambos empiezan a moverse a la vez: el derecho, por distensión controlada, comienza a bajar, y el izquierdo, con paso de energía hacia la mano, a subir. La con traposición es constante; por ella se llega simultáneamente a posiciones opuestas. Este contramovimiento puede hacerse pasando los brazos por delante del cuerpo o lateralmente. • Contramovimiento de piernas. Decúbito dorsal. Brazos flojos, a los lados del tronco; una pierna estará flexionada, con la planta del pie apoyada en el suelo; la otra, extendida. Ambas comienzan a desplazarse por el suelo al mismo tiempo: la que estaba fle xionada se va estirando lentamente; la otra se va flexionando. En estos movimientos es importante imaginarse una resistencia espacial que no permite una liviandad y facilidad excesivas. Expresar exteriormente un contramovimiento es posible, tanto para el que lo realiza como para el que lo observa, mediante la manifestación de una resistencia que se opone al trabajo corporal. Esta lucha creada es la base del antagonismo. 32 © WK Educación Todo contramovimiento está regido por las leyes del antagonismo muscular o espa cial. (El tema del antagonismo lo trataremos posteriormente). • Contramovimiento entre miembros superiores e inferiores. Posición de partida: de pie. Las rodillas se flexionan al máximo sin levantar los talones; simultáneamente los brazos suben a la vertical. Mientras éstos vuelven, las rodillas se estiran. Efectuar los contramovimientos con lentitud. • Posición de partida: en decúbito dorsal, piernas plegadas sobre el vientre; los brazos también flexionados, formando un ovillo con todo el cuerpo. Desde la cruz parten dos energías contrarias: una, hacia las piernas, que se van estirando articula ción por articulación, deslizándose los pies por el suelo, hasta el total alargamiento. Otra, hacia los brazos, cuyo estiramiento se realiza también pasando a través de arti culación por articulación hasta los dedos de las manos, pero en sentido contrario a las piernas. Retomo suave y controlado a la posición de ovillo. Las posibilidades que crea el contramovimiento corporal son infinitas y son también innumerables las imágenes con que podemos ayudar a los niños en este tema. Una vez comprendida la noción de contramovimiento individualmente se enriquecen enormemente sus posibilidades aplicándolo al trabajo en parejas o entre dos grupos de niños. • Contramovimiento de piernas entre dos niños. Posición de partida: sentados en el suelo, frente a frente, con piernas extendidas, rotadas de manera que las rodillas miren hacia arriba. Los dos inician simultáneamente un movi miento de flexión de rodillas, deslizando los pies por el suelo hasta cerca de la pelvis. No es sólo un movimiento de piernas, sino que se integra la totalidad del cuerpo, pues al originarse aquél en el centro de gravedad, la columna responde arqueándo se en sentido convexo hacia atrás. Hacerlo contra una resistencia, como si una banda elástica atada a los tobillos de ambos fuese estirándose con esfuerzo. De este modo se establece antagonismo entre los dos; como dos energías que retrocedieran en direcciones opuestas, con gran difi cultad para separarse una de la otra. Seguidamente, estirar activamente las piernas, con presión en sentido opuesto uno del otro. Este movimiento parte también del centro de gravedad, pero, por ser estiramiento, en la cruz (lumbares y extensores de la columna). Por la acción de los extensores se yergue la columna. También se genera antagonismo entre ambos, como en el movimiento anterior, pero manifestado como dos energías que avanzan en direcciones contrarias. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 33 34 \ 1'--=----- ¿ ,cz , .. Contramovimiento entre miembros superiores e inferiores (grande-pequeño) (encogerse-estirarse) © WK Educación • Conmovimiento con paso de energía entre dos cuerpos Un niño, que llamaremos A, toma la posición de partida anterior, con rodillas fle xionadas; el otro B, con rodillas estiradas. A da origen a la energía que, naciendo en la cruz, pasa a través de sus piernas (por supuesto, también reacciona la columna); B recibe la energía transmitida por A y sus piernas responden flexionándose (también su tronco). La próxima vez será B quien inicie la energía y el movimiento recorre ambos cuerpos. • Contramovimiento de brazos entre dos niños Sentados frente a frente, piernas cruzadas; brazos levantados a la altura de los hombros, codos y manos extendidas, apoyadas imaginariamente en un plano hori zontal. Flexionar ambos niños, lenta y simultáneamente, los codos hacia afuera, tirando hacia atrás con resistencia, con la idea de la banda elástica. Luego empujar hacia adelante con las manos «apoyadas» imaginariamente en un objeto que comprimen entre ambos. • Conmovimiento con pasaje de energía A inicia un impulso en sus hombros que se transmite a través de sus brazos, que se estiran; pasa el movimiento a B, cuyas articulaciones responden flexionándose. La comunicación de la energía se establece a través de un espacio resistente y elástico. • Contramovimiento total entre dos niños Este ejercicio se puede llevar a cabo sólo si el movimiento básico de lomo-silla ha sido ya dominado. Como hemos visto, éste consiste en una doble acción de la columna vertebral; una vez como enorme arco con la convexidad hacia arriba, luego como arco con la convexidad hacia abajo, pero sobre muslos y brazos fijos, sin fle xión de codos. • Posición de partida: un niño frente a otro con suficiente espacio como para poder deslizarse ambos hacia adelante. Sentados sobre los talones, brazos adelante de modo que las manos se apoyen, separadas por la misma distancia existente entre hombros, más adelante que la cabeza. Iniciando el movimiento en la cruz, los dos empiezan a avanzar con el tronco, dejando deslizar las manos por el piso y efectuando una silla lo más profunda posi ble con el esternón muy cerca del piso. A final del recorrido de movimiento a lo largo de la columna, la cabeza se levanta. Retroceder, originando el movimiento otra vez en cruz-pelvis, pero pasando ahora a realizar un lomo, muy alto, dirigido atrás-arriba. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 35 Como en los contramovimientos planteados anteriormente, las dos energías crea das luchan en direcciones opuestas: una contra la otra al avanzar y una separándose de la otra al retroceder. En ambas ocasiones sentir contraposición de fuerzas como imanes que al repelerse intentamos unirlos o que al atraerse intentamos separarlos. 36 Conmovimiento con paso de energía entre dos niños (empujar-presionar con diferentes intensidades). © WK Educación - • o / ... .¡-y r . < 1 '{ ~1) <~t. ~ -. o --C Commovimiento con paso de energía con resistencia del espacio. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 37 38 L IL- -L2r Trabajo simultáneo de lomo-silla entre dos niños. © WK Educación • Commovimiento con paso de energía de un cuerpo a otro. A avanza en silla de la manera planteada anteriormente; «empuja>> a través del espacio a B, quien retrocede en lomo. Luego se cambian los papeles y B avanza de modo que su energía se transmite a A. Ejercicios para la aplicación libre de los conceptos anteriores • Un niño, con ojos cerrados, palpa a otro que se ha colocado en una postura determinada; el primero debe reproducir el diseño corporal del que está inmóvil. Se puede hacer también sólo con zonas corporales: sólo brazos-manos; sólo piernas, sólo tronco-cabeza. • Un niño "modela" al otro como si fuese una estatua, colocándole lentamente las diferentes partes del cuerpo mediante el toque en las articulaciones comprome- tidas en la determinación de la forma a conseguir. Debe hacerse con suma atención y cuidado, con la idea de que es muy frágil. Si se establece buena "escucha" por parte de ambos, el quemodela lo puede hacer desde más lejos, sin tocar al otro, sólo por gestos que enseguida son "captados" por la estatua. • El muñeco de trapo (con sus movimientos pesados, en los que actúa la relaja- ción y la distensión muscular) se transforma en un robot autómata, que repite secuencias de movimientos segmentarios. • Varios robots autómatas combinan sus movimientos para componer una máqui na. Se realiza con esquemas rítmicos repetidos en relación a los movimientos indi viduales. • Entre cuatro niños (dos frente a otros dos). Primero dos son observadores (pero se colocan de espaldas a los otros). Los observados deben colocarse en posturas cla ras, relacionadas entre sí. Los observadores giran, los ven y deben colocarse de igual forma. Desde este momento, los primeros van cambiando pequeños detalles que los segundos deben reproducir. • Un niño debe perseguir a los otros hasta tocar a alguno. No puede tocarlo si se inmoviliza en una postura que previamente se ha determinado. Cuando toca a alguien, éste es el que debe perseguir a los otros. La postura predeterminada tiene que realizarse con todos los detalles para que sea válida. Cada tanto tiempo se cambia esa postura. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 39 1 Commovimiento libre con paso de energía de un niño a otro. 40 © WK Educación 4. RESPIRACIÓN Se ha observado a través de las experiencias de muchos especialistas que existe una relación muy firme entre las dificultades psicomotrices y la mala respiración. Los problemas respiratorios varían en cada caso en intensidad y características, pero en general se manifiestan provocando ansiedad, cansancio e incapacidad para una buena concentración. La reeducación de la función respiratoria, así como la adecuación de ésta al movi miento, es fundamental en todos los casos, evitando fatigas indebidas y determinando la dinámica y el ritmo orgánico de aquélla. Cada movimiento, elementalmente, tiene una parte activa y otra pasiva. La fase acti va es la que está realizada por sucesivas contracciones musculares que desarrollan una o varias energías. La fase pasiva corresponde a la decontracción controlada de los mús culos trabajados en la fase anterior. Cuando se coordina un movimiento con la respiración, fisiológicamente la fase pasi va va unida a la inspiración y la fase activa a la espiración. Intentaremos provocar en los niños un tipo de respiración en el que tengan partici pación todos los músculos respiratorios normales: diafragma, supracostales, intercosta les, escalenos y pequeño serrato superior. Recordemos, asimismo, que durante una espiración normal, sin esfuerzo extra, no hay trabajo muscular activo, sino que la salida del aire es el resultado de la elasticidad del tejido de los alvéolos pulmonares y la presión del diafragma que sube en su disten sión. Para que los alumnos realicen una respiración completa al entrar el aire por la nariz deben sentir en primer lugar una expansión de la base de la caja torácica; después, expansión de la zona ventral, y, al terminar de llenarse los pulmones, expansión a nivel torácico. Hay que evitar falsas contracciones en los trapecios (parte superior de hom bros), cuello y brazos, que permanecen inmóviles pero no rígidos. La mejor posición para practicar la respiración en la fase de los primeros contactos con estos ejercicios es en decúbito dorsal. La razón es que se puede centralizar perfec tamente la atención en la función respiratoria, ya que el cuerpo entero descansa y no existen contracciones musculares activas, salvo, claro está, la de los músculos respira torios propiamente dichos. Cuando existe ya un conocimiento práctico de la función puede efectuarse en posi ción de sentados con piernas cruzadas delante del tronco. En este caso es importante, al principio, mantener la columna vertebral erguida en el eje mientras se realiza el ejerci cio. Los músculos extensores de la columna, en este caso, la sostienen, yuxtaponiendo su trabajo al que deben realizar normalmente los músculos respiratorios. Un error muy generalizado consiste en que el niño, para realizar la inspiración, absor be el aire activamente, con ruido y con un falso movimiento de ampliación del tórax y elevación de hombros. Es preciso señalar a los alumnos que la inspiración es una acción Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 41 perfectamente controlable y realizable voluntariamente, pero que generalmente se rea liza sin intervención activa de la voluntad. Entonces, para ejecutar los ejercicios dejaremos entrar el aire libremente por la nariz, sin absorber, y simplemente tomaremos conciencia y controlaremos el desarrollo de la inspiración. El solo hecho de concentrar la atención en esta función provoca que se aumente el volumen normal del aire inspirado. No es necesario manifestar exteriormente un gran esfuerzo para que el aire entre en los pulmones; solamente se trata de que lo que constantemente nuestro organismo rea liza sin control mental, lo efectúe bajo ese control. Sería diferente en el caso de utilizar inspiraciones activas con el fin de aumentar la capa cidad, desarrollar los músculos respiratorios o provocar máxima ventilación pulmonar. Un importante detalle es que en la práctica de la respiración el aire debe entrar por la nariz para purificarse, calentarse y humedecerse. Ocurre, a veces, que algunos niños tienen dificultad para inspirar por la nariz. Si no existiera una verdadera lesión que no permitiera el paso normal de aire, habría que entrenarlos poco a poco para que se construya el hábito. En la práctica del ejercicio básico normal de la respiración, la inspiración será uni forme, profunda y lenta. Hay que evitar las aspiraciones bruscas, a pequeños golpes o demasiado superficiales. Al terminar la inspiración se efectúa una pequeña pausa, tras la cual empieza a rea lizarse la espiración, lenta y controladamente, evitando la presión fuerte o brusca del abdomen y tórax. El aire debe salir uniforme y suavemente. Puede hacerse por la boca, formando entre los labios un pequeño orificio como para pronunciar la letra p, el cual ayuda al control de la columna de aire. Este seguimiento de la entrada y salida del aire en los pulmones y el enlentecimiento de la respiración normal influye fundamental mente en la ampliación de la capacidad respiratoria, es decir, la cantidad de aire absor bida y expulsada en cada movimiento respiratorio. Se expone a continuación un ejemplo de ejercicio respiratorio con movimiento acti vo de brazos, una de cuyas finalidades es la de favorecer el ensanchamiento torácico, pues acopla al trabajo de los músculos respiratorios normales la labor sinérgica de otros músculos de la zona torácica, escapular y brazos. • Posición de partida: en decúbito dorsal, piernas relajadas, brazos verticales per pendiculares al suelo, palmas de las manos mirando hacia adentro. Comienza la inspi ración lenta, a la vez que se van separando los brazos hacia afuera, luchando contra una resistencia espacial imaginaria. Por este motivo se establece lucha muscular antagónica. Al llegar los brazos al suelo, mantener la tensión existente dentro de ellos; la caja torácica se ha ensanchando, los espacios intercostales se han abierto. Pequeña pausa y empieza la espiración controlada al mismo tiempo que los brazos vuelven a la posición de partida. 42 © WK Educación Analizaremos seguidamente la coordinación de un ejercicio ya conocido por nosotros con la respiración. El ejercicio en cuestión es el de la reconstrucción y desmoronamien to de columna, en posición sentados, con piernas cruzadas por delante del tronco. Se ha establecido ya que fisiológicamente, cuando relacionamos un movimiento de dos fases, activa y pasiva, con la respiración, la primera va unida a la espiración y la segunda a la inspiración. • En la reconstrucción de la columna el recorrido activo va desde la "cruz" (articu lación 53 lumbar con sacro)hasta cervicales-cabeza. A medida que el aire ante riormente inspirado sale poco a poco en una larga espiración, se puede obtener la sensación de que éste va colocando, a su paso, las vértebras una a una. El des moronamiento, pasivo, termina con una inspiración. • Una variación del ejercicio anterior sería hacerlo más libre en su movimiento: hacerse un ovillo al inspirar y expandirse creciendo a la máxima extensión al espirar. Esta expansión puede hacerse hacia el tronco, como antes, integrando también ambos brazos en diferentes direcciones, un solo brazo, pensando que va cambiando la forma del "crecimiento": con rotación, con flexión, etc. Liberándolo aún más, podrían integrarse las piernas, creciendo hacia ellas en otras posturas: tumbados, de lado, de pie. • En decúbito dorsal. Hacer un ovillo plegando las piernas sobre el vientre y los bra zos sobre las piernas, lentamente, mientras se inspira. Retener en esa posición el aire unos segundos (apnea) y luego, rápidamente, con gran impulso, espirar activa mente con expulsión de aire por la boca mientras desde el centro se estira la colum na y las extremidades superiores e inferiores en sentido contrario sobre el suelo. • Ejercicio libre: inspirar estando el cuerpo relajado. Mientras dura la espiración el cuerpo se va incorporando, expandiendo y estirándose como un elástico. Éste va volviendo poco a poco a su estado laxo, en el que vuelve a inspirar. Cada vez el elástico se estira en direcciones diferentes y con distintas formas. • Hacerlo con un elástico real, ancho, cosido de manera que sea un óvalo, sosteni do desde las dos muñecas. Inspirar suavemente y extender el elástico espirando de forma horizontal, delante del cuerpo, para que se abra la caja torácica. • Con un elástico más grande, también cerrado, hacer lo mismo pero sosteniendo una parte con un pie contra el suelo y la otra con una mano. Al espirar estirar al máximo. Espiración forzada, activa. En los ejercicios anteriores la espiración se efectuaba de forma lenta y controlada. Recordemos que normalmente ésta se realiza sin trabajo muscular activo, intervi niendo solamente la elasticidad del tejido pulmonar. Sin embargo, algunas veces es necesario forzar la salida del aire mediante trabajo muscular con el fin de conseguir una máxima ventilación pulmonar. Como sabemos, existe siempre una pequeña cantidad de aire en los pulmones (aire residual) que no sale al exterior en la respiración normal. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 43 LJ L - -- Reconstrucción y desmoronamiento de la columna, coordinado con la respiración. 44 © WK Educación Ejercicio libre: inspirar con el cuerpo relajado. Espirar incorporando y estirándose como un elástico. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 45 Se trata de favorecer al máximo la comprensión de los pulmones para que expulsen la mayor cantidad de aire; así, necesariamente, la siguiente inspiración llevará más oxígeno. • Sentados, erguidos, piernas cruzadas delante del tronco: inspirar con el ensan chamiento normal en base de caja torácica y abdomen (parte anterior y posterior). Coger una mano con otra delante del tórax. Espirar el aire normal y, al final de su salida, contraer el abdomen para que salga la mayor cantidad de aire posible, a la vez que se presiona con fuerza una mano contra la otra. Ejercitación de la apnea. Se puede hacer en decúbito dorsal, sentados o de pie. • Efectuar una inspiración y retener el aire dentro de los pulmones un tiempo corto; espirar lentamente. Ir aumentando progresivamente el tiempo de apnea. • Inspirar y espirar. Al finalizar la respiración, efectuar una larga pausa interrum piendo el ritmo respiratorio antes de volver a inspirar. • Inspirar; espirar interrumpiendo la salida del aire por períodos cortos y regulares de apnea. Ejercicio libre: inspirar con el cuerpo relajado. Espirar incorporando y estirándo se como elástico. 5. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Es bien conocido el valor de la buena relajación en el trabajo psicomotriz, puesto que no sólo conduce al buen funcionamiento de los mecanismos corporales, sino que tiene un valor psíquico indiscutible. La relajación bien realizada debe ser tanto física como mental; el dominio del relax muscular voluntario prepara al individuo también psíqui camente a un ablandamiento, a una distensión, a un alejamiento del mundo exterior y a un tranquilo encuentro consigo mismo. En clase, la relajación favorece para la obten ción de un clima individual y colectivo de calma interior, fundamental para el trabajo. Hemos visto ya que las funciones básicas del músculo, contracción y aflojamiento, constituyen uno de los primeros objetivos de estudio y práctica al enfrentarnos al trabajo corporal. Para obtener una clara sensación de las contracciones musculares es necesario practicar la relajación como medio de control de cada músculo, de cada segmento o del cuerpo en su totalidad. En los ejercicios prácticos expuestos en páginas anteriores se ha analizado ya cómo conseguir la relajación parcial, sobre todo en los casos de independi zación de zonas musculares. Y hemos visto que debe darse una importancia primordial al aflojamiento de la o las zonas trabajadas. También habíamos especificado que existen dos tipos básicos de aflojamiento muscular: el relajamiento, por el cual la contracción desa parece instantáneamente, por abandono total y rápido de la tensión del músculo, provo cando así la caída del o los segmentos accionados, y la distensión o decontracción con trolada, por la cual la o las contracciones se deshacen gradualmente, mediante control mental, en labor simultánea de la elasticidad fisiológica con la voluntad del sujeto. 46 © WK Educación En general, en niños que no presentan dificultades especiales, el relajamiento muscular se efectúa fácilmente en el desarrollo natural de los movimientos, y en ellos responde a una necesidad fisiológica del músculo. Sin embargo, los que tienen algún tipo de problema psi comotor encuentran grandes obstáculos para relajarse y para efectuar distensiones lentas. Existen, además, niños con paratonía muscular, o sea, contracturas constantes de zonas musculares que se oponen a toda distensión o relajamiento. En ellos es de primordial impor tancia educar las sensaciones propioceptivas de ablandamiento, de flojedad muscular. Para llegar a conseguir la relajación existen algunas técnicas que actúan por medio de sensaciones contrastantes. Son aplicables tanto a las relajaciones parciales o totales. • Para efectuar con niños pequeños: observar la diferencia entre un objeto duro y otro blando. Trasladar esta experiencia al propio cuerpo: «El brazo es rígido, duro». <<Ahora se hace muy blando». Primeramente, la transformación se hace muy lenta, como si el brazo fuera hielo que se va derritiendo; después se hace rápidamente, de una sola vez. Efectuar el mismo ejercicio con todo el cuerpo, tumbado en el suelo, en posición natural y cómoda, muy blanda, con ojos cerrados. Pasar a la dureza de todo el cuerpo; volver a la total blandura. Las sensaciones contrastantes a aplicar pueden ser: apretar-soltar; levantar-dejar caer; estirar-dejar volver. Las relajaciones parciales son realizables con todos los segmentos del cuerpo, es decir, con todos los grupos musculares que los accionan. Lo importante es obtener la sensación de la contracción y del peso específico del miembro o zona trabajada; luego, el abando no a la fuerza de gravedad y la consiguiente caída. Otro auxiliar en la comprensión del tema es la comparación: practicar y racionalizar la diferencia entre, por ejemplo, <<lan zar» un brazo desde el hombro o «conducirlo» moviéndolo controladamente, y «aban donarlo» a la gravedad. Los primeros movimientos son activos, el segundo es pasivo (sólo activo en cuanto a la voluntad y el control). Ejemplos de algunos ejercicios prácticos: • En decúbito dorsal. Cuerpo en total descanso. Levantar unpoco el antebrazo derecho, codo apoyado, y a la vez apretar fuertemente el puño. Soltar el puño y dejar caer. Hacerlo luego con el izquierdo. Con esta idea de apretar-soltar, trabajar otros músculos o grupos musculares (pies, pantorrillas, parte anterior del muslo, hombros, etc.); después, extender la sensación de blandura que sigue al «apretar» el resto del cuerpo para ir sintiendo la relajación global. • Brazos a lo largo del cuerpo, decúbito dorsal. Levantamiento lento de brazos a la vertical; sobrepasar esta posición hacia atrás y, deteniendo el movimiento, sentir su peso. Abandonarlos a la gravedad. Lo mismo desde atrás hacia adelante. (Contraste: levantar-dejar caer). Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 47 • Posición anterior. Flexionar las rodillas deslizando los pies por el piso hasta que se separan de él. Fijarlos a esa altura hasta obtener sensación de peso y soltarlos de golpe. Las relajaciones parciales se extenderán al resto del cuerpo, así cada vez se efectúa también relajación total. • Practicar relajaciones parciales en otras posiciones. Por ejemplo, sentados en sillas: tronco erguido, plantas de los pies en el suelo. Estirar totalmente una rodilla y luego dejar caer la pierna desde esta articulación. • Sentados en el suelo. Tronco erguido. Dejar caer la cabeza adelante; volverla al eje. Dejarla caer hacia atrás y volver. • En el relajamiento de la totalidad del cuerpo (relajación global) hay que condu cir al niño, en primer lugar, al control de la inmovilidad por descanso fisico y men tal, desechando los pensamientos que pudieran perturbar la concentración en el tema. Tomar conciencia de las sensaciones de contacto de las diferentes zonas con el suelo: talones, pantorrillas, muslos, pelvis, zona dorsal, omoplatos, cabeza, brazos, antebra zos, codos, manos, dedos. - Apretar-soltar dedos ... y ampliar el abandono a todo el cuerpo; - apretar-soltar hombros ... y ampliar el abandono a todo el cuerpo, - y así, sucesivamente, hacerlo con diferentes zonas. • Otro proceso: también en decúbito dorsal. Conseguir que el alumno repase mental y progresivamente todos los músculos o grupos musculares, deshaciendo las posibles tensiones, desde la cara a los pies. • Proceder por contraste. En decúbito lateral. Alargarse, estirarse a través de todo el cuerpo; soltarlo de golpe, cayendo en decúbito ventral o dorsal. La respiración es también un gran auxiliar para la obtención de un buen relax como hemos visto ya en algunos ejemplos de ejercicios prácticos del capítulo precedente, dado que la fase espiratoria se asocia, naturalmente, con la energía motriz y la inspira ción con la distensión o el relajamiento de las zonas trabajadas. Existen otros caminos para obtener relax, uno de los cuales es el trabajo puramente imaginativo. • Somos de arcilla, nos han modelado con formas muy definidas y claras, senti mos todas y cada una de las zonas de nuestro cuerpo, su forma, su posición en rela ción a las otras y en el espacio. Nos echan agua encima; la arcilla se va haciendo semilíquida, se va derritiendo hasta que se deshacen las formas y la materia se espar ce completamente por el suelo. 48 © WK Educación Niños relajándose sintiendo especialmente el contacto con el suelo. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 49 Los músculos, que efectuaban una distensión lenta y progresiva, terminan en total relax, abandonados por entero a su pesantez. • Observación de un felino: con qué dominio maneja sus músculos, qué flexibi lidad de columna posee, cómo usa la relajación muscular. Realizar los movimientos del felino y terminar la secuencia con un relajamiento total. • Aprender a caer desde la posición de pie mediante relajación de los músculos del tronco, brazos y, al final, de las piernas; en una primera etapa, de modo lento y suave. Después podrá realizarse la relajación total rápidamente, cayendo sin hacer se daño. Si el niño lo hace sin control y cae con tensiones siente dolor y puede las timarse. • El juego de caer suavemente, pero con gran abandono al final, puede practi carse colocándose los niños en una fila lateral y haciéndolo en sucesión uno después del otro. Con el tema «caer» y levantarse pueden improvisarse muchísimos juegos que los niños propondrán. • En coordinación con la respiración: usar la espiración como hálito vital para levantarse lentamente; con la inspiración, relajación rápida, y caer blandamente. • Otro juego excelente para practicar relajaciones parciales o totales es el de la mario neta, que se expondrá posteriormente. 6. POSTURA, EQUILIBRIO ESTÁTICO Y DINÁMICO La buena postura o actitud equilibrada del cuerpo es uno de los objetivos de la ree ducación psicomotriz, ya que los desequilibrios o deficiencias en este sentido constitu yen manifestaciones que pueden responder a factores físicos o psíquicos y, muchas veces, a ambos. La hipotonía y la hipertonía muscular están casi siempre relacionadas con trastornos psicoafectivos o con problemas de falta de control corporal por inexactitud de las sen saciones propioceptivas. La hipotonía, es decir, el bajo tono muscular, produce defectos de postura, ya que los músculos no sostienen convenientemente a los diferentes segmentos óseos en las posi ciones debidas. La consecuencia más común es la acentuación de las curvaturas verte brales, produciendo cifosis, lordosis o escoliosis. La paratonía o hipertonía produce un desgaste de energía innecesaria tanto muscular como nerviosa. Las permanentes contracturas provocan rigideces no controlables y no permiten la distensión necesaria en las diferentes secuencias dinámicas. 50 © WK Educación La toma de conciencia de la buena postura corresponde a una adecuada estructura ción del esquema corporal, y se obtiene en base a la sensación, percepción y dominio muscular, conseguido mediante ejercicios especiales en los que se pone en juego el equilibrio y la sincronización de las contracciones y distensiones. Es importante llegar a la posición equilibrada de las diferentes partes del cuerpo, pero con una tonicidad normal, es decir, con un esfuerzo muscular mínimo, sin desgaste inú til de energía y evitando contracciones falsas o rigideces. En los niños que plantean problemas para la escritura hay que trabajar las buenas posturas en combinación con el relajamiento parcial de los miembros superiores, los cuales necesitan de una gran independencia para la coordinación bimanual. Para conseguir que el niño vaya transformando su postura defectuosa y, poco a poco, adquiera el buen hábito postural debe tomar conciencia clara de las contracciones mus culares necesarias para mantener el sistema óseo. • Relación del tronco. Postura, de pie: piernas normalmente asentadas sin estirar las rodillas; puntas de los pies ligeramente separadas, predominando posición para lela de éstos. Tensión tónica de los sacroespinales desde la zona lumbar a la nuca, equilibrada por la acción de los rectos abdominales. La pelvis en posición neutral, ni en anteroversión ni en retroversión. Los omoplatos, cerrados. Los brazos, indepen dientes, colgando flojos desde los hombros. Partiendo desde esta buena postura, realiza un aflojamiento del tronco desde la zona lumbar, dejando colgar columna, brazos y cabeza. Lentamente, contrayendo poco a poco la musculatura sacroespinal, glúteos, abdominales, etc., ir colocando cada zona corporal en su lugar, en relación equilibrada de unas con otras y en base a una tonicidad normal. El equilibrio es factor primordial para la lomoción, así como para independizar la labor de los miembros superiores. La relación entre equilibrio fisico y psíquico es noto ria, los déficit en la equilibración producen estados de inseguridad y ansiedad. Desde el punto de vista motriz, es su consecuencia la falta de precisión en los movimientos, fal sas contracciones e inestabilidad total. Para trabajar sobre este tema con niños de ocho años enadelante hay que despertar primeramente las sensaciones de equilibrio. Con niños más pequeños se llevarán a cabo los mismos ejercicios o con ligeras variantes, pero no dando tanta importancia a la bús queda de sensaciones y la racionalización. Como primer paso, entonces, se debe sentir claramente el contacto del pie con el suelo y la importancia de la articulación del tobillo durante el equilibrio estático y dinámico. • Tomar la buena postura, de pie. Sentir el apoyo normal del pie: dedos, lado externo y talones. Tomar conciencia del arco, que se forma mejor cuando las piernas están bien colocadas. Probar ahora a aflojarlas un poco, dejando que las rodillas con verjan: el arco se deforma, se aplana. Volver a colocar las rodillas mirando adelante, pies paralelos; también sentir la fuerza en la articulación del tobillo. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 51 • De pie, ojos cerrados. Mantener el eje vertical. Pasar el peso del cuerpo sobre los dedos de los pies sin levantar los talones. Localizar las sensaciones de pesadez sobre las puntas y tensión en la parte posterior de las piernas. Pasar el peso a los talo nes. Sentir ahora la presión detrás y las contracciones musculares en la parte anterior de las piernas. Pasar el peso sobre una pierna y luego sobre otra. Tomar después de las compro baciones la posición más equilibrada, es decir, aquella en la que la sensación de pesantez se reparte por igual entre los pies. A partir de la sensibilización anterior un niño juega con otro al ''tentempié". Con pequeños toques intenta desequilibrar al otro, que se tambalea, sin sobrepasar la zona del desequilibrio, y vuelve a su eje. • Con un pequeño apoyo de las manos sobre una barra, elevar los talones y man tenerse en equilibrio. Poco a poco ir suprimiendo el apoyo de las manos. • - Niveles. En posición de pie, tronco vertical, con las plantas de los pies apo yadas normalmente en el suelo, se considera que se está en nivel medio. Elevando los talones al máximo, apoyándose en los metatarsos, se está en nivel alto. Dejando las plantas de los pies totalmente apoyadas, pero flexionando las rodillas y tobillos, manteniendo la verticalidad del tronco, se está en nivel bajo. El ejercicio consiste en pasar lenta y controladamente de un nivel a otro. • De pie, con el peso del cuerpo sobre una pierna, elevar la otra y efectuar con ella diferentes movimientos, fijando en el espacio algunas posiciones. Con el tronco recto. Posteriormente compensando el movimiento de la pierna mediante moviliza ción del mismo. También, sin necesariamente tener que desprender una pierna de su apoyo en el suelo, se pueden variar las posiciones de diferentes partes del cuerpo en relación a la línea de gravedad, creándose compensaciones del tono muscular y del movimiento en otras zonas, para evitar el desequilibrio. • Mediante la imitación de un modelo que creará un niño, de espaldas a los demás, en desequilibrio sobre una pierna, todos adoptarán la misma posición sin omitir deta lle. Estos ejercicios favorecen la toma de conciencia del esquema corporal por com paración con otros. El modelo cambiará de actitud varias veces y también la pierna sobre la que se sostiene. • El «andan> muy lento constituye una buena ejercitación del sentido del equilibrio por el hecho de que el cuerpo debe sostenerse largo tiempo sobre una sola pierna. 52 © WK Educación (~1----' _lL (. '" fr---- \..' " :., ,............ .......... - Jugar con los diferentes niveles y el equilibrio. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 53 Es muy importante, para determinar el dominio corporal en los desplazamientos lentos, que el tronco se sostenga por sí mismo y no pese demasiado sobre la pierna de sostén. La contracción muscular a lo largo de la columna y entre los omoplatos es fundamental. El cuerpo debe sentirse sostenido desde la cruz y no apoyado con todo su peso en cada pier na. El núcleo central, la concentración del peso corporal, debe estar a la altura del centro de gravedad (cruz). Como se deduce de lo antedicho, para obtener un buen equilibrio es necesario establecer muscularmente, por esfuerzo, la lucha contra la gravedad. • Caminar sobre la línea recta: a) Con pasos cortos; b) con pasos largos; e) combinación de pasos cortos y largos; con estos ejercicios ya se entra en el concepto de las dimensiones en el espacio. • Lo anterior, más coordinación con una estructura temporal: con un tempo lento, los pasos largos; con un tempo rápido, los pasos cortos; tempo medio, los pasos irre gulares. Después, los tres tipos de paso con igual tempo. Esto exige más control dinámico. Dividir a los niños en dos grupos: el A se mueve con pasos largos, mientras el B lo hace con pasos cortos sobre unidades sonoras tocadas en un pandero. A un cam bio de instrumento de percusión (caja china), cada grupo cambia de paso. • Caminar sobre una línea recta manteniendo sobre la cabeza o sobre la mano, con el brazo extendido, un objeto. Lo mismo sobre líneas quebradas o curvas. • Ir de un extremo a otro del salón sobre una sola pierna (salto). • Correr sobre tres sonidos, uno por cada apoyo de un pie en el suelo; en el últi mo, frenar el movimiento mediante una fuerte tensión muscular en columna y omó platos, quedando sobre una sola pierna (capacidad de inhibición voluntaria). Allí, mantenerse lo más inmóvil posible durante la ejecución de dos sonidos; volver a ini ciar la serie iniciando el movimiento con la otra pierna. • Efectuar equilibrios sobre una pierna, mientras los brazos, independientemente, se mueven en direcciones determinadas por el profesor. • Andar como sobre una cuerda (un pie delante de otro) hacia adelante y hacia atrás. Coordinarlo con movimientos simétricos o asimétricos de brazos dejando inte grar el tronco. Lo mismo, sobre tempo rápido; cada paso se combina con un movimiento de bra zos, sobre unidades sonoras. 54 © WK Educación 7. ARTICULACIÓN. SUCESIÓN-SEGMENTACIÓN Una vivencia fundamental del propio cuerpo se obtiene «articulando». Demostrar al niño, desde el punto de vista funcional, qué es y para qué sirve una articulación. Cada alumno debe observar y practicar en sí mismo dónde están y cómo actúan sus articula ciones. El trabajo articular conduce a la independización segmentaria o a la vivencia de la transmisión del movimiento orgánico dentro de las diferentes zonas. La imagen del muñeco de madera ayuda enormemente a descubrir cómo funciona cada articulación, qué posibilidades de movimiento puede desarrollar. • Después de que cada uno ha analizado libremente algunas articulaciones pode mos establecer un orden trabajando algunas especialmente. Por ejemplo, elegimos las del brazo: hombro, codo, muñeca, dedos. Movilizamos cada una por separado y des cubrimos cuáles tienen más riqueza de movimientos. La menos móvil de estas arti culaciones es la del codo, pues, independizada, tiene sólo la posibilidad de la flexión y el estiramiento. Es entonces muy limitada su movilidad pero puede enriquecerse por las rotaciones realizables desde la articulación del hombro. En cambio, la de la muñeca es mucho más libre, porque la mano está conectada sólo con el antebrazo. En un divertido juego probaremos cómo puede hacer el muñeco de madera para mover encadenadamente sus articulaciones con un fin determinado, como puede ser coger un objeto. También se pueden mover unos segmentos fijando otros, o coordinar la labor de un brazo con otro en movimientos descompuestos. Con el fin de relajar independientemente algunos segmentos corporales, mientras otros permanecen en tensión, es muy útil la imagen del muñeco de metal con las arti culaciones atornilladas. Si quitamos el tomillo que sostiene fuertemente el antebrazo, éste cae quedando colgado desde el codo. Podemos así pasar por todas las zonas del cuerpo e ir descubriendo las posibilidades expresivas de éste. Otra manera de encarar este trabajo, creativamentey no técnicamente, es jugando a «hablan> mediante las articulaciones. • Hablemos o efectuemos acciones con la muñeca y los dedos. Trabajando con niños pequeños ese «lenguaje» de manos se traduce más fácilmente sobre ideas con cretas: la mano izquierda y sus cinco dedos saludan, mientras la derecha descansa, flojita, colgando desde la muñeca. - Las dos manos se despiertan (estaban flojas, colgando) y empiezan a desperezarse. - El dedo pulgar «se esconde» entre los otros dedos que lo aprisionan para que nadie lo «vea». De esa posición se van levantando uno por uno, empezando por el meñique hasta que el pulgar quede libre y salga. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 55 • Con niños mayores es muy importante que ellos mismos descubran la flexibili dad y, sobre todo, el poder de independización de muñeca y dedos. Se les puede dar, por ejemplo, la idea de que las dos manos, una frente a la otra, son dos títeres. «Hablarán>> entre sí expresándose, no con palabras, sino con movimiento, una vez cada una en diálogo ordenado; algunas veces podrán hacerlo simultáneamente. Esta «conversación» puede ser muy expresiva sin necesidad de crear una anécdo ta, pues la realización de movimientos libres conduce a una comunicación abstracta, pero de gran efectividad en cuanto a transmisión de sensaciones. • Ahora hablemos o efectuemos acciones con los pies (tobillo y dedos). Primeramente, en posición sentados o acostados. Luego, de pie, «andando» en diver sas calidades de terrenos: en arena, en hielo, sobre guijarros, rocas, en el barro, en el agua, en la nieve. Imaginemos seguidamente, desde el punto de vista de la sensación, cómo reaccio nan los pies sobre diferentes tipos de materia: dura, blanda, resbaladiza, mojada, caliente, espinosa, acolchada, elástica, etcétera. Los pies expresan las distintas sensaciones y su expresión debe transmitirse a todo el cuerpo, que a su vez está dispuesto a recibir las vibraciones que emanen de los pies. • Articulaciones del cuello-cabeza. Utilizando el estiramiento, la flexión, las rotaciones, los movimientos laterales, se pueden expresar cosas. Extender el cuello con la imagen de la jirafa, esconderlo entre los hombros como la tortuga. Asentir, negar. Girar como la lechuza. Dar ideas e impulsar a los niños para que las den. • Articulación del hombro. Los hombros dicen «qué me importa» (subiendo y bajando rápido). -La balanza (uno sube mientras el otro baja). -Quieren encontrarse por delante del esternón (avan zan ambos). Quieren encontrarse por detrás de la columna (retroceden ambos). - Reírse sólo mediante movimiento de hombros. • Articulación del codo. Los codos quieren mirar hacia arriba; quieren mirar hacia abajo. Se buscan los dos por detrás del tronco. Se buscan por delante del tronco. - Se pliegan, se despliegan. • Articulación de rodilla y caderas. De pie. Rodillas y caderas son resortes que botan (estiramiento y flexión aprove chando la elasticidad). - Son resortes que botan y hacen saltar. - Una rodilla se fle xiona porque se levanta el muslo; se estira horizontalmente y termina el círculo com pleto (paso de la garza en el lugar). - La pierna es un péndulo que se balancea delan te-atrás desde la articulación de la cadera. 56 © WK Educación • Articulaciones intervertebrales. La columna es una serpiente que se enrolla, se estira, salta. - Es un tallo flexible, fácilmente movible por el viento. - Pertenece a un gato que se despereza y lame la leche en el piso; luego se enoja y arquea un gran lomo. No creemos necesario hacer hincapié en que las acciones efectuadas anteriormente constituyen simplemente una breve muestra de las posibilidades que brinda el trabajo articular dentro de la expresión; por supuesto, es una guía muy elemental de la que, en el desarrollo de una clase, se puede extraer mucha más riqueza con el aporte espontáneo de los niños y los juegos que se crean improvisamente. 8. COORDINACIÓN VISOMOTORA. EJERCICIOS ESPECIALES PARA MANOS La coordinación visomanual se refiere a la relación y asociación de las sensaciones visuales con sensaciones kinestésicas y táctiles. En las manos se concentra una motri cidad fina que es necesario educar mediante ejercicios especialmente dirigidos a ese fin; la relación ojo-mano es la base de estas actividades. También se realizarán ejercicios para la coordinación visopedestre, pero daremos una especial importancia a los prime ros, puesto que es característica casi general de los niños con dificultades psicomotrices la falta de precisión, dominio y control de sus manos, algo tan importante para el gra fismo-escritura. Los ejercicios que se realizan con la ayuda de elementos como, por ejemplo, pelotas y que ejercitan al niño en acciones como lanzar, con determinada dirección y trayecto ria, y recibir con precisión visomanual, ponen en juego la capacidad de adaptación del esfuerzo muscular a un objetivo dado (adaptación ideomotriz). Es decir: el niño previa mente al lanzamiento de la pelota debe representarse mentalmente su movimiento, y muy claramente saber qué energía debe emplear para llegar a dicho objetivo. Si una vez falla por aplicar más o menos energía de la necesaria, debe corregirse y adaptar su esfuerzo con mayor precisión. Creo conveniente destacar que los ejercicios seguidamente planteados son demasia do rígidos, programados muy racionalmente; pero, partiendo de ellos, el educador debe saber usarlos para que los niños descubran no sólo su cuerpo en el espacio moviendo el objeto, sino, y esto es lo más importante, las relaciones que pueden surgir en el trabajo con otro u otros. • Cada niño, en su sitio, con una pelota. Hacerla botar una sola vez delante del cuerpo y retomarla con las dos manos tratando de hacerlo sin desplazamiento alguno. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 57 • Lo mismo, pero lanzando primero la pelota en dirección vertical, hacia arriba. • Lanzar la pelota en direcciones definidas hacia puntos preestablecidos. • Recibir pelotas desde diferentes puntos que lanzarán otros niños en orden de sucesión. • a) Practicar botes uniformes y controlados tratando de ejercer simpre la misma presión sobre la pelota para obtener esa uniformidad. b) Botar la pelota, sin detenerla, tres veces con la mano izquierda, tres veces con la derecha. e) Dos veces con la izquierda, dos con la derecha. d) Una vez con cada mano tratando de mantener el mismo ritmo tranquilo. • Andar en línea recta botando la pelota. a) Sólo con la mano derecha. b) Sólo con la mano izquierda. e) Alternando manos izquierda y derecha. • Lanzando suavemente la pelota por el suelo, escribir una línea lo más recta posible. • Andar botando la pelota siguiendo unas líneas onduladas, con la mano derecha, con la izquierda, con ambas. • Lanzar verticalmente la pelota hacia arriba, dejarla botar delante del cuerpo y, sin detenerla, pasando las manos por debajo, otra vez impulsarla hacia arriba. • a) Lanzar la pelota con las dos manos contra la pared y recibirla con las dos manos también. b) Lanzarla con la mano izquierda y recibirla con la misma. Lo mismo con la derecha. e) Lanzarla con la mano izquierda y recibirla con la derecha; a la inversa. - Lanzar arriba, recibir. -Lanzar arriba sobre un taco; recibir. - Lanzar arriba andando. Coordinar: un paso, un movimiento de lanzar-recibir. • En parejas; con una sola pelota. Uno la lanza, el otro la recibe; y a la inversa. Poco a poco pasar de lanzar a dar y de recibir a coger. Búsqueda del pulso exacto para que el movimiento sea lo más continuo posible, sin choques ni interrupciones bruscas. La pelota es aquí una excusa para iniciar una proyección de energía de uno a otro. Es el primer paso para llegar a comunicarse a través del espacio. • En parejas. Uno lanza la pelota de modo que bote delante del otro; lanzar para que realice un bote, luego dos y luego tres (control ideomotriz). • En parejas; con dos pelotas.58 © WK Educación Mientras uno de los niños lanza su pelota al aire para que describa una parábola, el otro la lanza simultáneamente, pero dirigida hacia abajo para que efectúe un bote delante del compañero. Con este tipo de ejercicios pueden hacerse muchas combinaciones para ir aumen tando paulatinamente las dificultades de coordinación y precisión, así como la toma de contacto entre dos. • Pasaje de movimiento Prescindiendo de la pelota puede establecerse sólo el paso del movimiento, siendo cada uno la prolongación en el espacio del gesto del otro. Este pasaje ya está carga do de otra significación, que no es sólo la coordinación exterior y la armonía, sino que es una transmisión; transmisión del gesto como expresión propia de cada indivi dualidad, con un contenido emocional y una dimensión física de su interioridad. Los ejercicios en relación visopedestre pueden deducirse de los anteriores: por ejem plo, conducir o lanzar la pelota mediante pie derecho o izquierdo en diferentes direc ciones predeterminadas sobre puntos fijos, a diferentes distancias, con mayor o menor impulso, saltos sobre la pelota quieta, saltos sobre la pelota en movimiento, etcétera. Hemos afirmado ya que los niños con problemas psicomotrices necesitan enorme mente ejercitar sus manos para poder ejercer sobre ellas un dominio racional, es decir, para que las manos puedan corresponder al mandato cerebral de forma precisa, coordi nada y adaptable a los diferentes usos que debemos darles. En su torpe utilización se manifiesta claramente la inmadurez motriz de algunos niños. Por supuesto que la movilidad y destreza en el manejo de las manos depende de la edad. Un niño de cinco años, normal, puede ya, por ejemplo, atar los cordones de sus zapatos, abrochar botones, armar construcciones con pequeños bloques y le gusta dibu jar. Desde luego no puede realizar tareas motrices delicadas, ni independizar totalmen te una mano de la otra, como sucede a los ocho o nueve años. Sin embargo, a niños mayores de esa edad que presentan dificultades, ese tipo de acti vidad manual puede resultarles dificil, como también dominar el lápiz en la escritura o en el dibujo. Los siguientes ejercicios tienen como fin flexibilizar y fortificar mano-dedos y, a la vez, favorecer su control y, por tanto, la habilidad en su uso. • Posición de partida: sentados en el suelo con piernas cruzadas por delante del tronco. Apoyar los codos en las rodillas de modo que la columna vertebral pueda estar erguida normalmente y los antebrazos-manos queden verticales. Para algunos niños esta posición resulta falsa, pues deben encorvar el tronco; entonces es preferible que se sienten en una silla y apoyen sus codos en la mesa. Las palmas de la manos se miran entre sí o hacia adelante, con los dedos juntos. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 59 Separar todos los dedos al máximo (abducción de dedos) y volver a juntarlos (aducción). • Mantenemos muñeca-manos-dedos en tensión; éstos separados entre sí. Como el helado en el cucurucho, se empiezan a derretir los dedos desde las yemas, lenta mente, hasta que la mano entera queda colgando desde la muñeca. Reconstruir la mano empezando a elevarlar desde la muñeca; por último las falanges distales. Hacer primero con una mano el movimiento completo con sus dos fases de relajación y reconstrucción y luego con la otra. • Para realizar este ejercicio no es necesario apoyar los codos. Con una sola mano: los dedos se cierran, con el pulgar por fuera. Van apareciendo uno a uno empezando por el pulgar, en sucesión. El movimiento de cada dedo debe efectuarse lo más inde pendientemente posible. Terminar con el meñique. Es útil que el niño vaya nom brando el dedo que mueve para, en una primera fase, que llegue a conocerlos. Los ejercicios realizados con los dedos pulgar, índice y meñique se ejecutan con mayor facilidad que los mismos hechos con el mayor y el anular. • Mano con la palma hacia arriba, abierta en el aire, sin apoyar. Cerrar, a excep ción del pulgar, los otros cuatro dedos, describiendo con ellos el arco máximo de modo que las yemas lleguen a tocar la palma lo más cerca posible de la muñeca. Volver estirando dedos. • Mano con la palma hacia arriba, abierta, sin apoyar. Cerrar los cuatro dedos, a excepción hecha del pulgar, replegándolos sobre sí mismos (flexión interfalángica), tocando ahora con las yemas sobre las articulaciones metacarpo-falángicas. • Alternar y ligar los dos ejercicios anteriores. • Con los dedos replegados sobre sí mismos flexionar el metacarpo de modo que se forme el puño sobre la palma. Volver a la posición anterior. • Replegar cada dedo sobre sí mismo, en sucesión, independientemente uno de otro. • Apoyar codos en la mesa, o en las rodillas; manos abiertas, los dedos estirados. Colocar el pulgar en oposición a los demás. Fijándolo, tocarlo sucesivamente con cada dedo. • Codos en la mesa. Apoyar palma con palma y cada dedo en su «doble». Ejecutar un ritmo determinado golpeando meñique con meñique, anular con anular, y así suce sivamente. Un esquema rítmico sencillo para acompañarlo. • La araña que se prepara para saltar. Apoyar una mano pegada totalmente a la mesa. Elevar la zona metacarpo-falángica (los nudillos), con resistencia, como si palma y los dedos estuvieran adheridos a la mesa. Al levantar los nudillos los dedos se desplazan hacia atrás, pero quedan apoyados en las yemas; la muñeca también permanece sobre la mesa. • Desplazamiento de la araña sobre la mesa. Imitar el avanzar o retroceder de la araña dando en el movimiento la mayor independencia posible a cada una de sus <<patas». 60 © WK Educación • Una mano palma abajo, en el aire, a pocos centímetros de la mesa. Golpear, per cutiendo sobre ésta sucesivamente con cada dedo. • Juntar mano con mano, manteniendo los codos en el aire. Dejar los dedos total mente pegados unos a otros, y desde codos separa al máximo muñecas y palmas hasta la articulación metacarpo-falángica, dejando siempre los dedos de la mano izquier da apoyados en los de la derecha. • Ahora, al revés: los codos pueden estar apoyados en la mesa o en las rodillas; una palma contra la otra. Separar los dedos de ambas manos entre sí, desde las pun tas, al máximo. • Juntar mano con mano; codos apoyados. Ir separando los nudillos hacia atrás, sin despegar las muñecas, hasta quedar yemas con yemas de dedos, formando entre ellos como una pequeña jaula. Luego, separando también las muñecas, la jaula se hace más alargada. • Todas las yemas de los dedos juntas (en un punto imaginario). Abrir impulsiva mente las manos, quedando una contra la otra, con los dedos en abducción. Volver a formar un racimo con los dedos. • En parejas. De frente entre sí dos niños, sentados en el suelo con las piernas cru zadas. Apoyar manos izquierdas contra derechas de ambos. Abducir y aducir los veinte dedos como si sólo pertenecerian a uno. • Hacer girar en circunferencia completa la mano sobre la muñeca. Este movimien to viene desde el antebrazo y se ejecuta mediante rotaciones externas e internas de éste. Describir las circunferencias unas veces con la mano derecha, otras con la mano izquierda: en el sentido de las agujas del reloj (dextrógiro) y en el sentido inverso (sinistrógiro ). • Describir circunferencias con el brazo entero, libre desde el hombro, por delan te del pecho, pero a un lado; sólo el brazo derecho, sólo el izquierdo, y después los dos a la vez. En sentido dextrógiro, sinistrógiro, y en el trabajo simultáneo de los dos brazos coordinar el sentido del movimiento y establecer variaciones. Jugar con los trazos imaginarios de esas circunferencias; con el «trazo» fuerte o débil, amplio o estrecho, con resistencia del espacio o sin ella, establecemos diferentes tipos de pul sos o impulsos y de calidades de movimientos. Realizar estos mismos ejercicios en una pizarra teniendo en cuenta que es el cuer po entero el que vive el movimiento,transmitiéndose a través de la mano. • Control de la presión; búsqueda de la precisión a través de los cambios de pre sión manual. En la pizarra, describir trazos débiles, apenas visibles; progresivamente ir presio nando más, consiguiendo trazos fuertes. Con cada mano. Lo mismo, con el brazo entero, en el espacio. Los cambios de presión son cambios de la tensión muscular. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 61 . , de dedos. Independizacwn 62 © WK Educación • Manteniendo una suave presión, con trazos débiles hacer una serie de líneas ascendentes y descendentes continuas, de izquierda a derecha. Lo mismo con trazo medio, y después, con trazo fuerte. Controlando la presión en cada caso y tratando de hacerlo con uniformidad de medida de las líneas. Lo mismo, transferirlo al espacio. Con gran desplazamiento, integrando todo el cuerpo. • El mismo anterior, pero con líneas onduladas. • Efectuar trazos libres en cuanto a trayectorias, fuerza, presión, dimensiones, etcétera, creando en el espacio plano de la pizarra, pero vivenciándolo con todo el cuerpo. Los impulsos emanan del trabajo corporal y se transmiten a las manos. • Hacer lo mismo, pero en base a secuencias rítmicas repetidas que el profesor toque con el tambor. Dejar que el niño se exprese libremente. Ejercicios más libres para manos, en los cuales entra en juego la imaginación. • La mano como instrumento táctil. Tocar una esfera; sentir qué textura tiene su superficie, si es lisa, rugosa, etcétera. Determinar por el movimiento de las manos su tamaño, su peso, su consistencia. Integrar después el cuerpo entero. • Cambiar la forma del objeto que las manos tocan. Palpar, deslizar, tocar, hundir, golpear, perforar, atravesar, apretar, apresar, etcétera. Crear objetos. Dar un objeto imaginario al compañero, que lo recibirá con esa forma, tamaño, peso. • Tocar diferentes consistencias: blando, duro, viscoso, elástico, líquido, mullido, etcétera. Utilizar los dedos en sus infinitas posibilidades con flexibilidad e independencia. Cada dedo siente y actúa por sí mismo, no la mano como un todo. "Pasarse" consis tencias entre varios a través del movimiento de las manos. • Ejecutar acciones libres que se centralicen en el trabajo de las manos y que los niños «adivinen» de qué se trata. Por ejemplo: coser, tocar el piano, un instrumento de cuerda o de viento, escribir a máquina, jugar a las cartas, hacer una llamada telefó nica, cortar rodajas de pan, preparar la comida, etcétera. Es interesante que cada niño realice una acción para que los demás la interpreten, o que le "acompañen" con acciones complementarias, sucesivas. Dentro de la utilización controlada de las manos es educativo y muy sugerente para los niños el tocar diferentes instrumentos de percusión. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 63 9. CALIDADES DE MOVIMIENTO. ANTAGONISMO MUSCULAR ¿Cómo juzgar si un movimiento cumple o no con determinadas leyes de la estática y la dinámica corporal? ¿Cómo saber de qué manera ayudar al alumno para que éste encuentre el camino justo para sí en tal o cual ejercicio o juego corporal? Para todo ello hay que tener presentes ciertas claves que dominan toda evolución del cuerpo en movimiento. Éste siempre está afectado por dos fuerzas: la gravedad y el antagonismo con el espacio. Por supuesto, cada movimiento desarrollado en el espacio vive en el tiempo, pero nos referimos ahora exclusivamente a las fuerzas que actúan fisicamente sobre el devenir del cuerpo en actividad. La gravedad y la resistencia son factores esenciales, cuyo grado de influencia deter mina los matices expresivos más importantes. Sabemos que son los músculos los que producen la fuerza motriz del cuerpo actuan do sobre la estructura ósea y que ésta responde según el o los grados de tensión que aqué llos desarrollen. Estos grados de tensión se manifiestan interiormente en quien realiza el movimiento como grados de esfuerzo; quiere decir que la sensación correspondiente se traduce como esfuerzo muscular. Las gradaciones diferentes dentro de este esfuerzo se manifiestan como calidades de movimiento. Antes de seguir adelante creemos necesario aclarar algunos puntos concernientes a la gravedad y la resistencia. Es indudable que nuestro cuerpo, como cualquier objeto, está afectado por la fuerza de gravedad. Durante la ejecución de un movimiento se puede «ir con la gravedad>>, es decir, no luchar contra ella, sino usarla de modo consciente. En este caso no se realiza esfuerzo muscular. Para «ir contra la gravedad», o sea, para luchar contra esa fuerza, es necesario efec tuar esfuerzo muscular activo. Ya estudiaremos las diferentes formas de conectar la lucha contra la gravedad, o el abandono a esta fuerza, con las gradaciones del trabajo antagónico. El antagonismo con el espacio es la base de todo trabajo corporal, tanto desde el punto de vista expresivo como del entrenamiento y educación motriz. ¿Que quiere decir antagonismo con el espacio? El cuerpo evoluciona dentro del espacio y éste se opone; se establece una contrafuer za de mayor o menor nivel entre la dualidad cuerpo-espacio. 64 © WK Educación Desde luego, es la imaginación la que transforma el espacio en materia; pero el senti do espacial se crea en base al contramovimiento que ejerce dicha materia contra nuestro instrumento, el cuerpo. Cabe pensar que si sólo es la imaginación la que da sustancia al espacio, el antago nismo resultante sería puramente imaginario. Sin embargo, no lo es, ya que en realidad el solo hecho de pensar que el espacio tiene corporeidad pone en funcionamiento un mecanismo muscular de contraposición en el movimiento. Este mecanismo consiste en que a los músculos agonistas, que son los que ejercen la acción, se oponen, contrayén dose, los antagonistas, que ejercen la acción muscular contraria a los primeros. Esta contrafuerza que se establece puede graduarse voluntariamente, pudiendo mati zarse desde la más suave a la máxima fuerza muscular. Tomando conciencia de que cada músculo tiene su antagonista, podemos fácilmente practicar ejercicios en que se ponga en juego la lucha antagónica, desde el más elemen tal al más complejo. Por ejemplo, en el brazo, el bíceps realiza la flexión de antebrazo sobre brazo. Su antagonista natural es el tríceps, que realiza la acción contraria, o sea, el estiramiento de codo. Si al efectuar la flexión del antebrazo mediante contracción de bíceps tensamos también el tríceps como para que se oponga a la acción, se establece el trabajo antagó nico. Éste puede graduarse, como hemos dicho, desde una leve contraposición a una máxima lucha muscular. Si tomamos como ejemplo el ejercicio de «lomo y silla>> creamos antagonismo dentro del movimiento si, al trabajo de los extensores de la columna, oponemos el de los flexo res que se encuentran en la parte anterior del tronco. En la fase técnica de toma de contacto con el propio cuerpo es muy importante para la educación y control muscular trabajar antagónicamente. Recapacitando sobre lo expuesto, y sintetizando, podemos establecer básicamente algunas calidades de movimiento que surgen de la conjunción o disociación de la lucha contra la gravedad y el espacio. Su conocimiento asegura una mayor comprensión y compenetración con la actividad de los alumnos. Lo expondremos como esquema para una mayor claridad. Pueden existir básicamente cuatro calidades: PESADO, PESADO Y FUERTE, LIVIANO, LIVIANO Y SUAVE. PESADO: Con la gravedad, sin antagonismo espacial (ceder a la atrac ción de la gravedad sin tensión muscular). PESADO Y FUERTE: Con la gravedad, con antagonismo espacial (ceder a la atrac ción de la gravedad, pero en tensión). LIVIANO: Contra la gravedad, con antagonismo (esfuerzo contra la gra vedad; energía muscular). Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 65 LIVIANO Y SUAVE: Contra la gravedad, sin antagonismo (movimientolibre, superado todo esfuerzo muscular; el cuerpo actúa como sus pendido en el espacio, sin sensación de peso). La noción de "calidad del movimiento" se completa con dos factores de gran impor tancia: el fluír de la energía y el uso de lo temporal. En relación a la transmisión de la energía dentro del cuerpo y en el espacio, cada movimiento puede ser directo o flexible. En el primer caso, la energía se propaga en línea recta, es unidireccional; en el segun do, lo hace en curva, utilizando varios cambios de dirección espacial. En el sentido temporal, en cuanto a los matices agógicos, básicamente el movimiento puede ser súbito (corto o rápido) o sostenido (largo y lento). Para completar la valoración de la calidad del movimiento, entonces, además de tener en cuenta el peso y el grado de tensión muscular, hay que estimar el fluír del movimien to (directo o flexible) y su desarrollo en el tiempo (súbito o sostenido). La parte expresiva del trabajo corporal es siempre una manifestación de calidad o cali dades de movimiento. En la labor pedagógica dirigida a niños este tema debe hacerse vivir en función de los estímulos propuestos y de la carga emocional que éstos despier ten en los alumnos. De todos modos, para sensibilizarlos sobre los matices expresivos, puede trabajarse el tema mediante imágenes, como por ejemplo: diferentes materiales en los que el cuerpo se transforma, atendiendo a las características de peso y tensión; dife rentes consistencias del espacio, trabajando los contrastes en los factores de peso, ten sión, fluir y duración temporal; ejercicios imaginativos que determinen el paso por varios estadios, como por ejemplo agua fría-ebullición-evaporación-condensación, o capullo-larva-oruga-mariposa. 10. LOCOMOCIÓN La locomoción, en todas sus formas, constituye una importante faceta del trabajo cor poral, sobre todo si se tiene en cuenta que es el cuerpo entero el que se mueve dentro del ámbito espacial que es su entorno. Existen cuatro actividades fundamentales en relación a la locomoción que engloban a todas las demás posibilidades: caminar, saltar, girar y deslizarse. Combinando o transformando estas formas básicas se pueden efectuar otras, tales como arrastrarse, rodar, gatear, correr y todas las variantes que surjan dentro del desa rrollo de movimientos propuestos. Es importante destacar, dentro del estudio de la locomoción aplicada a niños, que casi todos los juegos o ejercicios deben contar con la ayuda invalorable del elemento rítmico. Como el tema de las bases métrico-rítmicas se tratará posteriormente, creemos opor tuno analizar sólo, desde el punto de vista corporal, algunos tipos de locomoción y, en su momento, profundizar sobre su relación con el ritmo. 66 © WK Educación De todas maneras, en las marchas o pasos que estudiemos a continuación, el profe sor, mediante tambor o pandero, debe apoyar y estimular el trabajo de los alumnos. En el andar, el ritmo básico corresponde a sonidos iguales en sucesión, en los que se puede variar la velocidad de ejecución, aunque en una primera toma de contacto con estos ejercicios el tempo debe ser medio, ni demasiado rápido ni lento. El establecer ritmos determinados corresponde a una etapa posterior, que, como ya se ha planteado, se estudiará más adelante. Baste saber, por ahora, que el apoyo rítmi co para el andar lo constituye una serie de unidades sonoras en sucesión. Al designar los sonidos como unidades nos referimos a que todos tienen la misma duración, inten sidad, altura y timbre. Cuando se plantee algún ejercicio en el que se desomponga el andar en varias fases cada una de ellas puede estar subrayada por una unidad de sonido. 10.1. Andar • Andar en nivel medio constituye la acción normal y natural de caminar. Efectuarlo lo más lentamente posible para obtener la sensación de los mecanismos corporales en la acción, como un puro juego fisiológico. Llegar en el paso con los dedos primero al suelo, un segundo después el talón1. Pasar el peso sobre la pierna que ha avanzado con lentitud; desplazar en forma pendular el muslo de la que ha quedado atrás hacia adelante y allí estirar la rodilla activamente. Conseguir suavidad y plasticidad en el andar, transportar el centro de gravedad en cada paso. Obtener la sensación de continuidad y liviandad. • Andar en nivel alto. Sobre la media punta (metatarsos) caminar con pasos cortos; luego más largos. No bajar los talones durante la sucesión de pasos. Hay juego en la articulación de la rodilla, pero no en la del tobillo. • Andar en nivel bajo. Con el tronco vertical, como si el techo estuviera inmediatamente sobre la cabeza, caminar manteniendo la flexión constante de las rodillas, apoyando primero la punta y luego el talón. También puede realizarse efectuando una flexión tibial del pie, apo yando primero el talón, después metatarsos y dedos. 1 Para las sesiones de motricidad y expresión corporal, los niños estarán vestidos con el máximo de como didad. Si fuera posible, lo más idóneo sería una malla o un conjunto de deporte. Los pies descalzos o con calcetines; nunca con zapatos. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 67 • Variaciones sobre la base de estos tres tipos de andar: - Descomponer el andar en nivel medio exagerando la amplitud de los movi mientos y efectuándolos en sucesión, pero sin ligarlos de esta manera: a) Levantar el muslo dejando colgar la pierna y el pie. b) Estiramiento encadenado de rodilla-tobillo-pie. e) Apoyo en el suelo (primero la punta). d) Traslado de peso. El esquema rítmico correspondiente: ~~ J J J J , J J ; J 1 ; J J J ~ J J JI . ..~ -1 Cuando trabaja la pierna izquierda avanza el brazo derecho, pues se establece un contramovimiento natural, cuyo fin es la conservación del equilibrio. Realizarlo luego, ligando las diferentes fases, con lentitud. Recordar el andar ele gante de una garza. • Andar en nivel alto, pero como sobre un alambre, apoyando un pie delante del otro sobre la misma recta. Asegurar el equilibrio con los brazos levantados en cruz. • Hacerlo levantando los brazos a la vertical con máximo estiramiento; como con secuencia se alarga también enormemente la columna. • Andar en nivel bajo, con un caminar precavido, silencioso. Ya no es necesario mantener el tronco vertical, sino dejar que la columna se arquee. Hacerse pequeño y andar sin ser visto. • Coordinar una sucesión en la que se combina el paso por los tres niveles; empe zar a caminar en nivel bajo y gradualmente pasar a nivel medio y alto, como subien do por la ladera de una montaña. Este pasar por los niveles no debe hacerse en «esca lones», sino de forma progresiva y sin fisuras en la continuidad del movimiento. Hacerlo con un recorrido espacial determinado de modo que el niño debe correla cionar intuitivamente el espacio a cubrir con el desarrollo del movimiento, para que éste no termine antes de la meta establecida ni después. Realizarlo a la inversa, pasando del nivel alto al bajo a través del nivel medio. • Pasar lo más rápidamente posible de andar en nivel alto a andar en nivel bajo y viceversa. • En este ejercicio se determina un código que relaciona determinados sonidos con determinados niveles; por tanto se trabaja mediante simbolización. Tomamos tres instrumentos de percusión diferentes, de modo que cada uno de ellos representa un nivel: 68 © WK Educación - Caja china: nivel bajo. - Tambor: nivel medio. - Crótalos: nivel alto. En primer término, el ejercicio es solamente auditivo: los niños, sin mirar al pro fesor, oyen constantemente qué instrumento toca cada vez. Posteriormente lo hacen andando: cada timbre, distinto a los otros, determina el nivel en que deben caminar. Ejemplo: - Cambiar siempre el orden de la sucesión de los instrumentos, así como también la métrica básica, efectuando combinaciones cuando el tema está asimilado. • Andar sobre esquemas rítmicos sencillos con la base de que cada sonidoes un paso; ejemplos: ! ,~-~ IIDI lnJI ¡¡ni ... '1 ~~ ; 1n n 1J ~ 1nn 1=· Correr Es una variante de andar. La percusión que acompaña a esta acción corresponde a sonidos iguales en sucesión, pero con un tempo más rápido. En el correr en línea recta es importante la posición oblicua del cuerpo. Si es en cír culo, el eje del cuerpo adopta una ligera inclinación hacia el centro. 1 0.2. Saltar La acción de saltar, básicamente, puede efectuarse con los dos pies simultánea mente o con uno solo. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 69 Es posible realizar todo tipo de combinaciones entre andar y saltar. • El salto, cayendo sobre los dos pies al mismo tiempo y juntos, puede hacerse desde la posición erguida, previa preparación de flexión de rodillas, hacia adelante o hacia atrás. • El salto, separando los pies ya en el aire, se puede alternar con el salto anterior, en el cual los pies se juntan en el aire. Los niños menores de seis años y los mayores que presentan dificultades motrices tienen problemas para saltar con una determinada medida sobre uno y otro pie. • Por ejemplo, saltar tres veces sobre cada pierna, subrayado cada salto por uni dad sonora. El paso de una pierna a la otra hacerlo sin pausa y sin cambiar la métri ca. Pasar a dar dos saltos sobre cada pierna y luego, uno y uno. Esquemas rítmicos correspondientes: )~ J¡ ~ ~ .b .b .h 1 j .Jl .b l'' tlh J> 1...b .b 1 .-) Jl J;.b 1 .a l . .b • Combinar un paso y un salto sobre la misma pierna que dio el paso, o combinar un paso y dos saltos sobre la misma pierna. Para la coordinación de pasos con saltos puede trabajarse sobre diferentes esque mas rítmicos, lo cual constituye una gran ayuda para conseguir los resultados desea dos. Lo veremos posteriormente. • Otra variación más dificil, pues conjuga también el sentido del equilibrio, es sal tar con los dos pies, pero caer apoyándose en uno solo manteniendo la otra pierna en el aire. • Salto de la rana: en cuclillas, botar en sentido vertical con el tronco bastante erguido. • Salto del conejo: en cuclillas, las manos apoyadas adelante, el tronco inclinado. Pasando el peso a las manos, saltar con los pies, que avanzan, las rodillas entre los brazos; luego levantar los miembros superiores y apoyar las manos más adelante. • Sentarse en cuclillas, manos apoyadas en el suelo, brazos entre los muslos. Ir «caminando» con las manos sobre el piso hacia adelante hasta que el cuerpo quede completamente extendido. Flexionar rodillas mediante un salto sin levantar las manos y quedar otra vez en cuclillas. En los juegos plástico-rítmicos de conjunto se verá el enorme campo de aplicación que se le puede dar al salto en combinación con otras formas de locomoción. 70 © WK Educación Juegos de saltos con ritmo y movimientos libres de brazos. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 71 10.3. Girar Girar estando de pie, alrededor del eje vertical, es, como todos los movimientos en locomoción, una ejercitación del cuerpo en total. Es una actividad fundamental por sus múltiples aplicaciones, sobre todo en niños con dificultades en la percepción espacial, de lateralidad y orientación. Al girar el cuerpo sobre su eje vertical, en el ámbito espacial del salón en que el niño se mueve, le hace cambiar su orientacón con respecto a lo que le rodea (por ejemplo, la puerta, la ventana, el cuadro, etc.). Si el niño, para conocer cuál es su brazo derecho, ha tomado como guía un punto de referencia exterior (lo que él ve en determinada posición, como pared derecha, por ejem plo), al girar una media vuelta no comprenderá ese cambio de situación, creyendo que su brazo derecho es ahora el izquierdo. Por esto es necesario que nunca tome una referen cia exterior, sino basarse en la conciencia de su propio esquema corporal. Hay que demostrarle que el girar media vuelta hacia la derecha o la izquierda produ ce un cambio en su orientación con respeto a su entorno. Indicar qué cosas se encuentran a su derecha después de haber girado. • Coordinar andar-girar. Por ejemplo, estableciendo un recorrido prefijado: avanzar tres pasos, girar hacia la derecha media vuelta y avanzar otros tres pasos. Fijar otros recorridos. Por ejemplo: retroceder dos pasos en línea recta, girar a la izquierda media vuelta y avanzar cuatro pasos. Ir complicando cada vez un poco los recorridos y acciones. • Girar vueltas completas, lentamente, levantando muy poco los pies del suelo y colocando uno bien cerca del otro. Girar cuartos de vuelta; medias vueltas. • Levantando mucho una pierna lateralmente y llevándola como timón girar media vuelta quedando con piernas separadas. También con el cuerpo entero condu cido por la pierna (cadera) llegar a dar la vuelta entera. En los ejercicios de coordinación de las actividades «andan> y «giran>, al dictar las órdenes se ayuda a la comprensión y fijación del vocabulario de posiciones. Si a su vez el alumno expone verbalmente las acciones que ejecuta, ejercita así la precisión de su expresión oral. 1 0.4. Deslizar • Deslizando un pie por el suelo, un poco dirigido hacia afuera, mientras el otro se desprende, y luego a la inversa, el cuerpo entero se desplaza suavemente con poca resistencia y gran coordinación entre los diferentes mecanismos corporales. 72 © WK Educación Deslizarse es una actividad liviana en la que la atracción de la gravedad no actúa fuertemente y el antagonismo espacial puede graduarse hasta ser casi nulo. • El deslizar una mano o brazo sobre superficies planas u onduladas, el dejar des lizar unas zonas corporales sobre otras al desarrollarse un movimiento son ejercita ciones de esta actividad que pueden darse con infinitos matices y posibilidades, con el cuerpo en desplazamiento o fijo en el lugar. Ejercicio libre de deslizamiento sobre diferentes planos imaginarios. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 73 ~'k· ~ '.( M ,. ,-~···, v--~ j ( 1 \ ) c~J)¿J Ejercicio en grupo de percepción de un plano común a todos. • El arrastrarse podemos considerarlo como una combinación y variante de andar y deslizar. El buscar modos de avanzar o retroceder arrastrándose por el suelo es una manera de poner en acción los mecanismos corporales en su relación dinámica con el piso, utilizando a éste como elemento activo, de cuyo apoyo puede surgir el impul so necesario para realizar la traslación. Algunas imágenes que pueden ayudar al niño en esta búsqueda: la culebra, la lom briz, las lagartijas; avanzar o retroceder sin ser visto, muy pegado al suelo. 74 © WK Educación • El gatear es una variante del andar; puede efectuarse sobre manos y rodillas o sobre manos y pies. Sobre manos y rodillas hacerlo muy lentamente, sintiendo constantemente la vibración del movimiento en la columna. No tiene sentido «gatear» dejando el tron co completamente ajeno al movimiento o casi inmóvil. Puede realizarse de dos mane ras: o levantando simultáneamente brazo y pierna del mismo lado, o cruzados. El pri mero, como el oso; el segundo, como el gato. El andar del gato: levantar muslo izquierdo y brazo derecho, dejando esbozarse un pequeño lomo en la columna; al apoyarlos avanzando, ésta pasa a silla. Practicar este movimiento muy despacio, tomando conciencia de cada contracción muscular y no permitiendo que el cuerpo caiga pesadamente en cada paso. Imitar el sostén, por ten sión y elasticidad muscular del felino. En el andar del oso, el trabajo de columna es el mismo que en el caso anterior; sólo cambia la sincronización unilateral de miembros. 10.5. Rodar Es una combinación de deslizar y girar. • Rodar por el suelo con el cuerpo extendido, brazos estirados a ambos lados de la cabeza. La propulsión del movimiento parte de la cruz; aplicando allí la energía, girar pel vis-piernas Guntas) y, como consecuencia, también la columna y brazos. La cabeza gira, metida entre brazos, sin tensión en el cuello, como si fueraun apéndice de la columna. • Rodar lateralmente en posición de ovillo, como si se fuese una esfera. No sentir aristas en el cuerpo. El movimiento se promueve desde cruz-caderas; la pri mera fase es una torsión pélvica, a la que siguen piernas muy flexionadas. Los antebra zos se apoyan en el suelo al girar. Conseguir un deslizamiento curvo, sin tropiezos y mediante acoplamiento de nuevas energías suaves. 11. EJERCICIOS-JUEGOS CON OBJETOS El juego con objetos de diferente forma y material constituye un medio de gran ayuda para poner en acción la percepción sensorial y kinestésica, la coordinación dinámica, el control motriz, la coordinación viso-motora, la flexibilidad, el equilibrio, la orientación espacial y el sentido temporal. El objeto puede ser también un vehículo para incentivar la relación con los otros y para desarrollar la imaginación individual y colectiva. Los objetos son auxiliares para la captación de las formas y cualidades de los dife rentes materiales, la reacción corporal ante éstos, su utilización en el movimiento, su integración a la estática. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 75 Exploración sensoriaL Primera fase del juego con los objetos Ya se trabaje con telas, aros, pañuelos, cordeles, cajas de cartón, papeles, balones, palos, etc., el primer contacto del niño con el objeto tendría que ser individual para que se familiarice con él mediante una exploración sensorial no reflexiva. Interesa que esta primera exploración no sea "informativa", es decir, que no sirva para obtener información meramente racional sobre el objeto, sino que se logre una comuni cación sensorial con éste. Tacto, vista, oído, olfato y movimiento producirán sensaciones más o menos agrada bles y permitirán captar de una manera directa la forma, la consistencia, la textura, la temperatura, la maleabilidad del material y del objeto concreto. Suprimiendo la vista, se puede ahondar más en las sensaciones táctiles y tónicas. Podemos ejercer diferentes grados de presión, desde la suavidad del descanso a la fuer za del apoyo. El tacto de toda la piel hace percibir qué superficies o puntos de apoyo se adaptan al objeto o propician la búsqueda de un equilibrio estático o dinámico con él. La adaptabilidad cuerpo-objeto se realiza a través de todas y cada una de las zonas corporales que entran en contacto con él. La vivencia de las sensaciones táctiles y de conexión con la forma del objeto puede ir pasando de las manos a los brazos, cabeza, tronco, pecho, pelvis, piernas, pies, para finalmente pasar a ser una sensación unitaria o global del cuerpo entero. Podemos examinar el objeto por medio del movimiento, como prolongación del cuer po en el espacio, como motor de la acción y de la plástica que surge de sus cualidades. Un palo puede "alargar" un brazo hacia el espacio, puede definir ejes, puede integrar se al diseño del cuerpo. Un aro pequeño puede "encerrar" espacio, obligar al cuerpo a crear huecos. Estos objetos, por sus características, ayudan a construir la imagen espacial, la estructuración de formas, las nociones de verticalidad, horizontalidad, inclinaciones, etc. El aro, en una primera fase de exploración, permite ir desarrollando la sensación de estar dentro o estar fuera. A través del tacto de un pie o una mano, dejando que todo el cuerpo se "meta den tro", el niño establecerá la contraposición entre "mi espacio" y "el espacio exterior". Una serie de aros en el suelo determinan espacios personales, caminos, itinerarios. Su forma circular permite hacerlos rodar conduciéndolos o lanzándolos, es decir, desde las propias acciones se despliegan conceptos espaciales como pueden ser las líneas de las trayectorias en el espacio común a varios niños. Podemos explorar con el oído, escuchando los sonidos que surgen de su deslizamien to, su sacudida, su golpeteo, etc. Los sonidos que produce un papel grande al menor movimiento que se efectúe con él dará las directrices para el movimiento individual o grupal: los matices sonoros de pape les que se arrugan, se planchan, se rompen, se sacuden, pueden conducir al ritmo colecti vo y a un clima o atmósfera emocional común a todos. Desde la calma a la tormenta, desde las hojas de otoño cayendo al viento que resquebraja las ramas de los árboles. 76 © WK Educación Los palos, aros, pelotas grandes y otros objetos como cubos, bancos, etc. pueden dar pie a un desarrollo creativo del tema del equilibrio aportando diferentes puntos de apoyo al cuer po, su unión con él en el descanso o las líneas de fuerza integradas en el diseño corporal. Las cualidades propias de cada objeto y el material de que está hecho definen de por sí caminos a seguir en los juegos y las improvisaciones. Todas estas sensaciones y percepciones que activan la propiocepción y la exterocep ción, conllevan una parte afectiva que se manifiesta por el placer de sentirse a sí mismo, de moverse con libertad, de captar el mundo exterior de un modo directo, no racional, y de la puesta en acción de la imaginación en el juego. La investigación sensorial daría paso a una segunda fase de movimiento con el objeto. Movimiento con el objeto "Moverse con el objeto" no significa efectuar movimientos arbitrarios, sino los que el propio objeto propone: un pañuelo, con su flexibilidad y liviandad, exige un movi miento indirecto, donde las direcciones curvas dibujan el espacio o el propio cuerpo. Un palo exige precisión, líneas rectas en el espacio y una plástica donde los ángulos de las articulaciones y los ejes corporales están presentes. Las investigaciones espontáneas pueden ser conducidas a juegos con marcado carác ter simbólico en los que existe un significado implícito. • "Aparecer" desde debajo de una tela o "desaparecer" debajo de la misma. • Usar la tela como "refugio" en un juego espontáneo o para "arropar o envolver" a otro o a partes del propio cuerpo. • "Hacer desaparecer" zonas determinadas del cuerpo (cara, hombro, mano, pie, etc.). • "Mostrar" zonas haciéndolas aparecer y haciéndolas "hablar" con diferentes movi mientos y posturas. • Hacer "volar", arrastrar la tela, hacerla girar. • Llevar la tela entre dos, "poniéndose de acuerdo", desde el movimiento, en las acciones a realizar con ella. Incluso puede haber movimientos complementarios: tirar en contra, envolver al otro, atarle, desatarle, etc. Hacer después las mismas acciones sin la tela, como si estuviera. En estas y muchas otras acciones el cuerpo se va identificando con el objeto y va adquiriendo muchas de sus cualidades que incentivan el movimiento. La exploración sensorial de una cuerda, que puede tensarse, enrollarse, deslizar, lati gar, etc., transmite al cuerpo estos atributos motrices, a la hora de ser llevada a la prác tica del movimiento. Al moverse con la cuerda, la imaginación se pone en acción: de látigo a serpiente, de rienda de caballo a hilo de pescar, la gama de juegos es inagotable. Las acciones están Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 77 dadas por las cualidades del objeto: estirarse como ella, ovillarse, atarse, etc. son accio nes que recuerdan analógicamente a ciertos animales en los que el niño se transforma rápidamente. En el juego con objetos se pueden aplicar los diferentes modos de locomoción que hemos visto anteriormente: caminar, saltar, girar, deslizarse, y sus variantes como correr, rodar, arrastrarse, gatear portándolo. También puede transmitirse ese tipo de movimientos al propio objeto, haciándolo saltar, girar, deslizar, arrastrarse, etc. Muchas veces los objetos provocan la relación con el otro, ya sea como instrumento de unión, intercambio, agresión simbólica o transformación. Pueden ser origen de una creación plástica en el espacio o ser desencadenantes de acciones dramatizadas. A continuación expondremos algunos ejemplos concretos de juegos con diferentes objetos. A. Juegos con aros Los aros pueden ser de diferentes diámetros, alos que se les puede dar distintos usos. Pueden comprarse o hacerse con mangueras (tubos). El aro, por su forma cerrada, define un espacio limitado que puede determinar clara mente un "adentro" y un "afuera". Después de la exploración sensorial que acabamos de proponer, podemos sugerir el realizar diferentes trayectos colocándolos: • en línea recta, uno detrás de otro • en línea recta, siguiendo una diagonal • en círculo • formando cuadrados • en líneas quebradas • en eses. A partir de estas diferentes colocaciones, los niños pueden "seguir esos caminos" sal tando con los dos pies a la vez dentro de cada aro, alternando cada pie (caminando, corriendo), sólo con un pie, etc. En puntillas, en nivel bajo, gateando sin tocarlos. Los propios niños pueden buscar más variaciones, inventando juegos. Estas figuras pueden realizarse después con los aros superpuestos o más separados, buscando nuevas formas para pasar de uno a otro, usando también los huecos pequeños que resultan de esa superposición. 78 • Formar un laberinto con los aros, colocándolos superpuestos pero de manera irre gular, de tal forma que resulten huecos más grandes y más pequeños. Al pasar por ellos en distintas trayectorias y con distintos tempos, debe evitarse pisarlos. © WK Educación • Inmovilidad-movimiento. Para que el niño capte la idea de silencio corporal como inmovilidad, en contraposi ción a la movilidad en el espacio, establecer la siguiente pauta: los aros, distribuidos separados unos de otros en el suelo, dejan espacios entre ellos por donde se puede cir cular libremente; al entrar en un aro los niños deben quedan inmóviles. Variación: pueden entrar dos en el mismo aro, creando una forma entre ambos, en inmovilidad. Después entrarán tres en cada aro. Conseguir que haya más niños estáti cos que en movimiento. • Aros verticales Varios niños sostienen aros verticales, apoyados en el suelo, formando un túnel. Otros pasan por él caminando, gateando, saltando, etc. • En parejas Un niño sostiene el aro vertical: el otro pasa a través mediante una voltereta. Después cambian las acciones. • En parejas Un niño hace rodar un aro dirigiéndolo hacia el otro, que saltará por encima y lo reco gerá. Luego éste lo hará rodar hacia el primero. • Entre tres niños Uno lanza rodando un aro a otro. El tercero, colocado de frente a la trayectoria del aro, tiene que pasar por dentro sin tocarlo ni detenerlo. Este aro debe ser bastante gran de y la velocidad del lanzamiento debe calcularse para hacer posible el juego. B. Juegos con cajas de cartón Las cajas de cartón, de todas las medidas, pueden ser aportadas por los propios niños. Sus múltiples posibilidades de uso hacen de las cajas instrumentos muy útiles para poner en acción la imaginación infantil. Desde acciones que exigen control manual a los niños más pequeños, a la motricidad más dinámica. Las cajas pueden transformarse en muchos otros objetos de la fantasía y el juego. Con cajas de diversos tamaños. Para los más pequeños: • encajar las más pequeñas dentro de las más grandes • colocarlas en filas por tamaños • construir torres • construir puentes, montañas, túneles, casas, castillos. Con cajas grandes. Cuando las cajas permiten meterse dentro, pueden transformarse en vehículos, animales, objetos o máscaras. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 79 • Vehículos: canoa, sentado dentro remando con pies y manos. coche, detrás de la caja con las manos dentro de ésta, deslizándola. monopatín, con un pie dentro, otro fuera. • Animales: los niños lo proponen. Tortuga, gusano, insecto, según se ponga la caja sobre la espalda, la cabeza, sobre el suelo, etc. • Objetos: casa, recortando ventanas, puertas, etc. en una caja grande. instrumento musical. robot. • Máscaras: recortando ojos y bocas en diferentes expresiones para jugar a distintos personajes. C. Juegos con cuerdas Las cuerdas pueden ser de diferentes longitudes y grosores, según la edad de los niños con los que se va a trabajar. Con niños pequeños, las cuerdas pueden ser de 30 a 40 cm. 80 • Deslizarlas por el suelo haciéndolas ondular, como pequeñas culebras. Lo mismo por el aire. • Hacer ambas cosas sin la cuerda, con el cuerpo entero. • Ser la cuerda. El movimiento flexible, ondulante, sale desde la pelvis hacia la columna y brazos. Cuando se realiza en el suelo, fluye también hacia las piernas. • Estirar y enrollar la cuerda. Después hacerlo simultáneamente con el cuerpo y la cuerda. Luego, sólo con el cuerpo. • Hacer péndulos con la cuerda. También circunferencias completas. Para que no resulte peligroso cambiar la cuerda por lana trenzada o cordeles. Después pasar a hacer los péndulos y los círculos con los brazos, sin el cordel, o con las piernas. • Extender dos cuerdas paralelas en el suelo, muy poco separadas entre sí. Los niños pasarán caminando entre ellas colocando un pie delante del otro como si fuese un puente muy estrecho sobre un río. • Separarlas más para que ahora cada cuerda sea la orilla de un río que se debe saltar. • Caminar sobre una cuerda (en el suelo) sin perder el equilibrio. © WK Educación En parejas: • Cada niño coge un extremo de la cuerda. Manteniéndola siempre con la misma ten sión, deben moverse lentamente. Efectuar desplazamientos en la misma dirección, giros (uno fijo, el otro gira alrededor), contramovimientos: mientras uno baja al suelo el otro permanece de pie, mientras uno se detiene, el otro se mueve, etc. D. Juegos con palos Los palos pueden ser de 40 cm. Para niños mayores pueden llegar a un metro. Constituyen elementos que acercan a los niños a la utilización de la geometría en el cuerpo y el espacio: los conceptos de verticalidad y horizontalidad, relacionándolos con los ejes corporales, pueden aplicarse haciéndose visibles. Trabajo individual con un palo: éste puede cogerse por ambos extremos o por un solo extremo. En este caso su rectitud prolonga el movimiento del brazo en el espacio, deter minando una línea de dirección clara y precisa. Los palos agrandan el volumen de acción del cuerpo y generan una plástica de líneas cuya prolongación llegaría a todos los puntos del espacio tridimensional. • Desde el lugar que ocupa el niño, dirigir el palo en las seis direcciones básicas: ade lante, atrás, derecha, izquierda, arriba, abajo. • Subrayar esas direcciones con un paso y vuelta a su sitio. • Dos de frente: cada uno con un palo pequeño. Dirigir ambos el palo en las direc ciones similares (teniendo en cuenta que la derecha de uno y otro producen direc ciones opuestas por estar enfrentados): Arriba-abajo, derecha-izquierda, arriba-abajo. Acompañar con un paso las cuatro direcciones primeras. Hacerlo en direcciones contrarias, con un ritmo fijo o con música apropiada. • Utilizar ambos niños las direcciones libremente, acompasando sus movimientos y creando también silencios cuando cada uno quiera, quedando en la postura que marcó una determinada dirección. Es un juego de plasticidad en el espacio que puede hacerse también desplazándose en el espacio, manteniendo las distancias que permiten los movimientos de ambos. • Jugar entre dos niños con la horizontalidad o la verticalidad de sus palos, sosteni dos por ambos extremos. Frente a frente, cada uno en su espacio, es decir, sin com partirlo. Uno coloca y sostiene el palo en una horizontal. El otro busca otra posi ción horizontal (a otro nivel). Jugando los niveles, desde el suelo a la mayor altura posible, ambos siguen realizándolo en sucesión. • Lo mismo que antes, pero mediante la vertical. Ahora pueden desplazarse lateral mente pero manteniéndose cada uno frente al otro. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 81 • Jugar ahora libremente con las líneas horizontales (paralelas), verticales (paralelas) y con distintas inclinaciones. Al ser un juego libre, puede contestarse a una hori zontal con una vertical, creandola perpendicularidad. • Entre dos, cada uno sostiene el palo (largo) desde un extremo. Tirando en contra posición, encontrar un equilibrio estático. Desarrollar el ejercicio cambiando las formas corporales y llegando a apoyarse cada uno en un pie. • Individual. Un extremo del palo (en posición vertical) en la palma de la mano. Mantenerlo en equilibrio mientras el niño se desplaza. • Entre dos, sostener un palo apoyando cada uno la yema de un dedo con la justa intensidad para evitar que se caiga. Cada uno debe sentir la presión que ejerce el compañero, que no puede ser ni muy débil ni muy fuerte, estableciéndose una equi paración del tono muscular y el ritmo lento con que se deben mover ambos. Puede haber desplazamiento de todo el cuerpo o movimientos suaves de brazos y tronco. • Entre dos, el mismo juego anterior pero los dos niños sostienen dos palos, uno con cada mano. La atención, en dos focos, produce una mayor concentración en la tota lidad del movimiento corporal y éste se hace más fluido e imprevisible. • Entre cuatro o cinco niños, el mismo juego anterior, pero ahora la dependencia de unos y otros es mayor. La dificultad está en la gran escucha corporal de tono, de ritmo común, de equilibrio dinámico. • Un niño frente a un pequeño grupo. Lleva un pequeño palo. Según en qué direc ción golpee este niño el espacio, el grupo reacciona en contramovimiento. Si golpea hacia los pies, el grupo salta. Si la dirige hacia arriba, el grupo baja al suelo o se agacha; si la dirige a la derecha, el grupo "esquivará" en sentido contra rio, si la dirige adelante, el grupo retrocede. • Buscar modos de conectarse dos niños con dos palos, para desplazarse juntos. También pueden realizar ese desplazamiento buscando formas de movimiento de los palos: por ejemplo, generando un movimiento circular, o un movimiento arriba abajo, etc. 12. IMAGINACIÓN Y SENSIBILIDAD INDIVIDUAL Y COLECTIVA. EXPRESIÓN LIBRE Durante las sesiones en que se realizan ejercicios motrices con finalidades y carac terísticas muy concretas, y aun usando como base esos mismos ejercicios, es importante desarrollar en el niño su capacidad de creación libre, espontánea y sin reglas. Mediante estímulos imaginativos o de orden rítmico podemos activar su expresividad natural, sin inhibiciones, lo que tendrá consecuencias liberadoras, ya que disfrutará de su instrumento-cuerpo como vía de manifestación de su personalidad y su sensibilidad. Los niños que presentan dificultades especiales realmente salvan los obstáculos de tipo motriz, rítmico o espacial cuando, concentrados en el trabajo y entregados a él, con- 82 © WK Educación siguen compenetrarse con el estímulo imaginativo dado; se desinhiben así totalmente y se sienten libres en su expresión. Cuando una manifestación expresiva responde a la realidad interior de quien la rea liza, es siempre válida, aunque aparentemente resulte pobre. Aquí es cuando realmente estamos dentro de la «expresión corporal»: cuando el cuerpo, liberado a través de la imaginación y la sensibilidad, no nos opone los habituales obstáculos fisicos o psicofi sicos y se lanza a la búsqueda de su propio lenguaje. La valoración por parte del profesor del trabajo libre de cada alumno no debe ser nunca comparativa. La autenticidad no se puede medir ni comparar. No interesan los movimientos premeditamente «bellos» o «graciosos», porque serán solamente superficie, hermosura formal sin trasfondo personal; por tanto, sin ningún sentido para nuestro trabajo. Pero sí interesa la espontaneidad que surge de los impul sos vitales y de las pulsaciones orgánicas; no de la búsqueda de la estética, sino de lo auténtico. En la expresión libre es fundamental el trabajo colectivo por la significación especial de la relación entre los alumnos. La relación básica y natural se realiza primeramente entre dos. El trabajo «en pare jas» es importantísimo para el intercambio de vivencias; del choque de una personali dad con la otra nacerá una verdadera comunicación en la que intervienen los diversos elementos psicofisicos que las componen. De esta primera fase de la comunicación se puede pasar al trabajo entre tres, cuatro o más personas, incluso el grupo entero. Los ejercicios efectuados entre dos o más personas en principio planteados sobre bases racionales, como punto de partida, darán origen a intercambios más vitales y aleatorios que entran en el campo de la verdadera creación en el espacio y el tiempo. Las exigencias que plantea escribir un libro sobre el tema de la psicomotricidad y la expresión corporal limitan automáticamente su alcance, porque en su práctica constitu yen un desarrollo vivo, en el que siempre debe estar presente la creatividad, la trans formación, lo sorpresivo. El profesor debe extraer de cada situación vivida -siempre única e irrepetible- todo lo que esa situación permite en cuanto a transformación vital y creación instantánea. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 83 ______________ Capítulo 111 Toma de conciencia del tiempo y el espacio l. Ritmo. Bases métrico-rítmicas 2. Relación cuerpo-espacio 3. Ámbito sonoro y espacial Capítulo liT l. RITMO. BASES MÉTRICO-RÍTMICAS Se ha establecido ya que el cuerpo se mueve en un espacio y un tiempo, realidades que se corresponden, pues cada gesto o signo en el espacio también se desarrolla en el tiempo. Y cada movimiento en el tiempo necesita manifestarse en el espacio. Si partimos del análisis del movimiento orgánico, es decir, el que cumple con las leyes básicas del funcionamiento natural, veremos que tiene un recorrido dentro del cuerpo. Esta propagación de la energía de un punto a otro, producida por el encadena miento, sucesión y diferenciación del trabajo muscular; constituye el «ritmo fisiológi co» del movimiento. Existe, en un estrato más profundo de cada individualidad, un ritmo interior, aními co, enraizado en nuestras características psicosomáticas y que depende también de fac tores circunstanciales y ambientales. Ese ritmo interior se manifiesta exteriormente como un tempo afin a cada uno. Pero existe también el ritmo exterior, el ritmo como relación de valores sonoros. Como manifestación temporal nos permite ordenar al cuerpo en el tiempo y el espacio simultáneamente. Antes de encarar el proceso de su estudio como elemento aplicable al trabajo corpo ral, destacaremos que es interesante que el educador observe en lo posible el tempo natural de cada niño y su grado de capacidad para la captación rítmica. Es decir, antes de iniciar el trabajo o juego concreto que el profesor se proponga lle var a cabo es muy útil hacerlos caminar, correr o avanzar saltando sin especificar tempo; que cada uno lo haga libremente. En esta sencilla prueba ya se pueden destacar algunas características individuales, motrices y de tempo interior. También haciéndoles seguir, mediante pasos, un esquema rítmico muy sencillo puede descubrirse la capacidad audi tiva y rítmica natural de cada uno. El concepto «tempo» se refiere a la rapidez o lentitud con que se manifiesta, den tro del tiempo en su acepción más amplia, una secuencia rítmica o musical deter minada. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 87 Hay niños cuyo tempo normal es muy acelerado y otro cuyo tempo es muy lento. En general, el tempo creado entre varios niños siempre tiende a la inquietud o excitación. En realidad, es la manifestación exterior de la gran vitalidad que existe en ellos. Está en el educador el poder de apaciguar esta inquietud mediante la realización de una actividad de tempo tranquilo, que calme y centralice su atención, sobre todo al empezar la clase. Se trata de no truncar los impulsos infantiles, sino más bien de encau zarlos, utilizando y sacando partido a su parte vital y alegre. Cuando nos enfrentamos al estudio del ritmo debemos partir del grado más elemen tal de relación de sonidos. Esta relación básica está dada por unasucesión de sonidos iguales en sus caracterís ticas. Cada sonido vale como unidad; cada unidad es igual a la anterior y a la que le sigue estableciéndose entre ellas una relación de repetición y adición. Como son iguales, todos los sonidos tendrán la misma duración, intensidad, altura (tono) y timbre. Si tuviéramos que representar gráficamente la serie tomando como unidad sonora a la negra ( ) sería así: J ; .J J J J ; ; ..... Está creada la relación sonora entre uno y otro, pero no existe todavía lo que se llama ritmo. Esta repetición y sucesión de sonidos indiferenciados entre sí crea la primera medi da temporal y el establecimiento de un tempo. Podemos así realizar series de unidades con diferentes tempos. Es decir, una serie cuyos sonidos se suceden muy rápidamente; otra moderada; otra muy lenta, etc. El establecer en clase un tempo común puede producir un clima de comunicación muy elemental, pero crucial para futuras experiencias. Para que todos los niños ejecuten a coro la serie de unidades sonoras es muy bueno suplantar el sonido por una palabra, en este caso de una sola sílaba. Ya se ha supuesto anteriormente la razón por la cual el lenguaje hablado constituye una importante ayuda para la formación del sentido rítmico. Desde luego para un niño es mucho más fácil entender los elementos métricos-rít micos aplicando palabras que en sí poseen esos elementos que utilizando valores musi cales de figuras abstractas. Teniendo en cuenta que los principios sonoros están contenidos en la palabra: dura ción de las sílabas, intensidad (acentuación), altura (inflexiones de la voz) y timbre, ésta es un invalorable auxiliar para conducir al niño a la vivencia de la expresión rítmica. Fonéticamente, la sílaba, la palabra, las pausas, la frase o serie de palabras crean en el lenguaje normal un mundo desde el punto de vista rítmico-sonoro. 88 © WK Educación Se trata de usar conscientemente estos elementos, coordinarlos de manera que lleve mos a los niños a una comprensión del tema sin que esto constituya un estudio dificil. Mediante repeticiones o adiciones de palabras que no tengan relación desde el punto de vista conceptual, pero que creen los esquemas rítmicos deseados, se posibilita el tra bajo antedicho. Así, poniendo en práctica ese sistema, se puede utilizar, para el juego rítmico en grupo, la disociación en diferentes voces, el «acompañamiento» de una voz por otra u otras mediante obstinatos rítmicos, la labor del «solista>> y del «coro», etc.; desde el punto de vista musical usamos la subdivisión y multiplicación de valores temporales, el silencio como ele mento activo y expresivo, la combinación de palabra como percusión y, en general, todas las posibilidades expresivas que surjan de la combinación y estudio de los elementos. • Volviendo a la serie elemental de unidades sonoras, si trasponemos ese esquema al lenguaje se podría considerar a la sílaba como el equivalente de esa unidad sonora. Busquemos una palabra monosílaba que suplante a las negras: .J .,J .l J '" .. s ol. SOl- • · · Después de decirlo todos al unísono mediante la palabra y habiendo conseguido el establecimiento de un tempo claro, sin baches ni apresuramientos, se puede consta tar si ese tempo «vive» verdaderamente en cada niño. • Para ello pueden colocarse sentados en el suelo en corro y en orden van dicien do la palabra «sol», uno a uno, en el justo momento en que les corresponde. Con este elemental ejercicio se comunica a los nños entre sí a través de un tempo común y se unifican los tempos interiores o anímicos. La adaptación y control que debe realizar aquel cuyo tempo natural es acelerado o retardado, para poder «acompañar» al resto de los niños en un primer contacto con la medida ordenada, es una buena ejercitación para la percepción temporal. Dentro de la serie elemental de unidades sonoras es posible utilizar también lo que podríamos llamar unidad de silencio, pues éste ya se mide. Suprimiendo uno de los sonidos, pero respetando su duración suplantándolo por un silencio; por supuesto, la medida de éste será la misma que la del sonido correspondiente. El silencio es un caso particular dentro de la realidad sonora; es un elemento no vacío, sino que vive, es palpable dentro de la manifestación rítmica. • Para que los niños puedan sentir esta vivencia del silencio se les propondrá rea lizar una serie básica de unidades sonoras con una palabra monosílaba, como, por ejemplo, «mar», todos al unísono; cada uno, cuando quiere, no dice exteriormente la palabra, sino sólo «para adentro». Sentir que cuando no la dice no se corta la frase sonora, sino que sigue fluyendo subterráneamente y en los demás. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 89 Traslademos ahora al terreno corporal lo que hemos desarrollado en el campo sonoro. El equivalente de la unidad sonora ( 'T ), que en el lenguaje es la sílaba (pan), en el traba jo corporal es lo que denominamos gesto, o unidad de movimiento. Aclaramos, para evi tar confusiones, que por extensión llamamos gesto a todo movimiento realizado con cualquier parte del cuerpo. Ejemplo: gesto de pierna, de brazo, etc. • Si pedimos a un niño que con un brazo dibuje líneas rectas en el espacio, apo yado por los sonidos siempre iguales de un tambor, a cada sonido corresponderá una línea recta; luego, en este caso, cada movimiento es una unidad. También podemos correlacionar cada sonido con un paso, en cuyo caso éste cons tituirá la unidad de movimiento. De este modo estamos interrelacionando sonido y movimiento, que en otra esfera no es más que la correlación en total interdependencia entre tiempo y espacio. • Si trasponemos el trabajo sonoro anterior hecho «en coro» al movimiento, tendre mos que la serie constituida por la repetición y adición de la palabra «mar>> se puede mani festar como la sucesión de pasos, es decir, andar todos al unísono con un tempo común. El espacio, en cuanto al movimiento, es energía no manifestada exteriormente. • En la sucesión de pasos suprimimos uno, por ejemplo, en la total inmovilidad corporal, retomando el siguiente en el momento exacto; de modo que el tempo no se detiene, sino que continúa a través de esa aparente inmovilidad. • Pasemos otra vez a jugar con las palabras monosílabas y los silencios de igual duración. Vamos a usar la palabra «sol» para expresar el sonido y «pan» para el silencio. Esta última palabra en un principio se dirá muy piano y luego sólo «para adentro». ~-3 J J (J l J .1 'Jl J J Ul ........... :SoL so'l. pan So1- SPL f'6n. 5Gl- ,sot.. -pan 90 © WK Educación ~'Uda 4- J U) J {J } J \.):) .1 (J l J~ m• ~1- fe;n. 5J:Sl,_ 'PI.'Im. .SOl. ~ SOl- f!i!L'n SOl- Llegar a suprimir totalmente la palabra «pan>>, quedando en su lugar el silencio correspondiente: Realizar prácticamente estos esquemas, con pasos, manifestando los silencios mediante inmovilidad.1 Estos ejercicios, cuando son efectuados corporalmente, se pueden acompañar por la percusión de tambor o pandero o usando las palabras como apoyo. Los esquemas anteriores son solamente guías de trabajo, pero las variaciones de que pueden ser objeto son infinitas y concierne a cada educador encontrarlas de acuerdo al devenir de la clase. Plantearemos una posibilidad de continuación del juego anterior ampliándolo un poco más. • Dividir al grupo de niños en dos, que llamaremos A y B. En primer lugar realizar el juego sólo vocalmente, con las palabras, estando todos sentados en el suelo. Luego suplantar las palabras por pasos y hacerlo como trabajo corporal. Los silencios se representan entre paréntesis. Los silencios de un grupo se corresponden con los sonidos del otro. 1 Los pasos pueden combinarse con cambios de diseño corporal que se "congelan" durante los silencios. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 91 Al hacerlo con movimiento, los pasos y cambios de forma coporal del grupo A se corresponden con lainmovilidad del B y viceversa. Estos ejercicios y algunos de los siguientes están indicados en los problemas de lecto escritura cuando el niño tiene dificultades en la percepción de la sucesión de las palabras en la frase y escribe cometiendo errores de unión y separación arbitraria de letras. Pasemos a repetir ahora una palabra bisílaba, llana, como por ejemplo «rosa>>. Su repetición y sucesión crea una medida rítmica; podemos decir que ya existe ritmo, pues se establece una relación de valores en contraste debido a que la palabra <<I'OSa>>, com puesta de dos unidades sonoras «sílabas», tiene una marcada acentuación prosódica en la primera. Esto produce un contraste de dinámica: el primer sonido es fuerte; el segun do suave, pero los dos poseen la misma duración. En esta representación gráfica todas las sílabas son iguales en cuanto a duración ( r ), pero no se manifiesta todavía la acentuación dinámica en la primera sílaba de la palabra. Colocando entre palabra y palabra una barra vertical que la encierra (compás) indica mos ese matiz de acentuación dinámica en la primera sílaba. El primer sonido después de la barra de compás siempre es acentuado. Todos los compases tienen la misma medida, correspondiente a dos negras o a dos sílabas. Indicamos su valor así antes de cada secuencia rítmica: ~ ; en el numerador, la cantidad, y en el denominador, la calidad (duración). Llamamos a éste compás binario. La unidad de sonido, en este caso la negra ( :r ), puede subdividir o multiplicar su valor. Por eso, el compás binario está compuesto de dos negras o sus valores equivalentes. Se ampliará más adelante este tema. Para representar gráficamente el esquema rítmico producido por la repetición de una palabra bisílaba aguda, como el acento prosódico debe coincidir con el acento rítmico, sería así: 92 © WK Educación ;¡, _r 00-J----t-13_.,.~1--. _ 'I"''.._J______,IH.{al--.. -~~--il-1 ,&11-*J -~---~~-t~-.-A .. . Es también un compás binario, pero en este caso nos encontramos frente a lo que en música se denomina anacrusa. Es decir: en el caso anterior, el acento prosódico de «nogal» se encuentra sobre la segunda sílaba. Por consiguiente, para que coincida con el acento rítmico esta segunda sílaba será la primea del compás. Todas las palabras, de este modo, pueden tener su notación rítmica, y una frase o com binación de palabras genera o puede generar una rica gama de expresión sonora. Volvamos al compás binario establecido por la repetición de la palabra «rosa» y prac tiquémoslo al unísono. El acento rítmico natural no debe marcarse exageradamente, sino que constituye un apoyo leve para que el ritmo fluya. • Para hacer el juego más variado entraremos en el ritmo binario con algunas pala bras diferentes de dos sílabas: r Al hacerlo con pasos el acento debe destacarse con una mayor energía y fuerza en el movimiento de la pierna, pero siempre originando ese impulso en cruz-pelvis. Desde aquí pasa enérgicamente a lo largo de la pierna, sin que llegue a ser mecáni co ni rígido. Tampoco debe exagerarse fisicamente la marcación de dicho acento. No hay que perder el sentido de constante traslación de peso, sin caída ni afloja miento en cada paso. • Ejercicio rítmico con «solos» y «coro» Usaremos el esquema 4. Dividir el total de niños en grupos de cuatro cada uno. Consideraremos a los cuatro niños que componen cada grupo camo A, B, C, D. Cada grupo hará el esquema siguiente: Es decir: un niño (A) dirá la palabra «rosa»; el siguiente (B) dirá «sueño»; el ter cero (C), «luna>>, y el cuarto (D), «leño». A continuación todos dicen al unísono las cuatro palabras en sucesión. Al terminar comienzan otra vez los «solos». Mantener bien la medida, la acentuación y el tiempo. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 93 .21 r Nif\o :l3 NLT\; c ll-++-......,~-+-+-i:----+-+-JI--......,.._..._--f--41~----b~-:---f~~ Podemos suplantar las palabras por palmadas, dando una palmada por cada sílaba, pero siempre recordándolas. Traslademos este ejercicio a un juego muy activo, con bastante desplazamiento en el espacio: Cada palabra (dos sílabas) debe ser expresada mediante dos gestos, es decir, dos movimientos. Utilizaremos un salto separando las piernas y pasando a nivel bajo para la sílaba acentuada, y un salto juntando las piernas en nivel normal o medio para la sílaba no acentuada 1. Se realiza el esquema anterior, pero con movimiento: el niño A hace ro-sa (,J _) mediante los dos saltos anteriormente citados; sucesivamente lo hacen B, C y D. A continuación, los cuatro al unísono ejecutan los cuatro compases. Al terminar vuelve a empezar A. En siguientes capítulos se retomará el estudio del ritmo de dos tiempos, cuya pro fundización durante el trabajo práctico pude alargarse bastante debido a las posibili dades que surgen de él. Para establecer un orden dentro del planteamiento del tema de las bases métrico-rít micas pasaremos ahora al ritmo temario. Oigamos cómo suena fonética y rítmicamente una palabra de tres sílabas, esdrújula, como «pájaro». • Si la repetimos, tomando otra vez como unidad sonora la sílaba y teniendo en cuenta su acentuación en la primera, podemos representar así el esquema creado: Si la repitiéramos una palabra también trisílaba, pero acentuada en la segunda, como «camino», tendríamos que representar así el esquema correspondiente: 1 Con movimiento libre de brazos. 94 © WK Educación A. rJ ¡_J J ~ ca 'ntt.-~ Es otro caso de anacrusa para que la sílaba acentuada prosódtcamente comctda con el acento métrico-rítmico. Si la palabra trisílaba fuese aguda, como «corazón», sería así: Es anacrusa también. • Para obtener, mediante la palabra, un ritmo cuaternario tomemos una tetrasílaba: ;i_ ~~ Los ritmos binario y temario son los fundamentales, ya que los demás surgen de las combinaciones del2 y el3. Antes de continuar con el extenso tema de las diferentes manifestaciones rítmicas con sideramos oportuno abrir un paréntesis con el fin de estudiar las relaciones cuerpo-espa cio, ya que en la aplicación ambas materias deben expresarse simultáneamente y actuar recíprocamente una sobre la otra. Por razones de claridad y ordenación no queda otro camino que analizar sucesiva mente elementos que en la práctica se dan juntos. 2. RELACIÓN CUERPO-ESPACIO 2.1. Espacio parcial o kinesfera Hemos visto en el capítulo precedente que para conducir al niño a una verdadera asi milación del ejercicio rítmico, éste, una vez percibido y retenido, debe poder ser mani festado también en el espacio mediante el movimiento. La conjugación del elemento rítmico-sonoro y el movimiento en el espacio es de vital importancia para el desarrollo de las percepciones temporal y espacial y de su inte rrelación. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 95 Seruibilización hacia el sentimiento del espacio propio (Kineafera). 96 C WK Bduczión Se hace perentorio, llegado el análisis a este punto, esclarecer el tema de la interac ción cuerpo-espacio. Como se ha establecido anteriormente, para el niño el espacio que lo rodea tiene su centro en sí mismo, en su propio cuerpo. Por eso es necesario que tome conciencia, en primer lugar, del espacio parcial para luego pasar al conocimiento del espacio total. El espacio parcial o «primera esfera de acción» es el espacio que rodea el cuerpo demarcado por el límite del movimiento corporal sin desplazamiento de éste. Este espacio parcial toma el nombre de kinesfera, es decir, esfera de movimiento. La vivencia y el conocimiento de la kinesfera son fundamentales para adquirir la orientación del propio cuerpo en el espacio. Pero además del conocimiento racional de las dimensiones y direcciones espaciales, es importante la sensibilización hacia el valor subjetivo, individual y absolutamente personal de ese espacio donde el cuerpo se mani fiesta. Entrar en contacto táctil de todo el cuerpo con ese espacio preparapara percibir lo como un medio de expresión, más que un medio solamente fisico. Según la relación que se experimente con la kinesfera, ésta puede tomar un signifi cado u otro, adquiriendo un contenido simbólico directamente vinculado a lo emocio nal. Puede ser el espacio íntimo, puede aislar del resto de los participantes o fundirse en las kinesferas de los demás. Puede compartirse, abrirse, cerrarse. También con respecto a la plástica expresiva, se establece un juego de diseño corpo ral-espacial en la relación positivo-negativo (como en la imagen fotográfica), donde las formas corporal y espacial son percibidas por separado o en una unidad. La kinesfera define un lugar fisico y un lugar afectivo, pues la subjetividad personal la "inviste" de múltiples significados. En el terreno de la práctica psicomotriz, la vivencia de este espacio debe realizarse primeramente como reconocimiento a nivel sensorial, dándole imaginariamente una consistencia determinada y percibiendo el contacto de todas y cada una de las zonas cor porales con ese medio. Poco a poco, y después de que ese reconocimiento táctil no ha ignorado ni una pequeña parte del cuerpo, la kinesfera va a pasar a ser el medio en el que el gesto corporal se imprime, se fija o se proyecta hacia afuera. Va a ser el espacio en el que se acepta el "otro" o los "otros" y también va a acompañar las propias tra yectorias al recorrer el espacio total. En el plano del conocimiento, el cuerpo, circunscrito a esa esfera, tiene tres ejes ima ginarios que lo atraviesan pasando por el centro de gravedad: el eje vertical (arriba abajo), el eje transversal (izquierda-derecha) y el eje sagital (adelante-atrás). Estos tres ejes forman una cruz tridimensional que determinan las tres dimensiones en que el cuer po se mueve. Las direcciones que emanan de esas dimensiones son: arriba-abajo, dere cha-izquierda, adelante-atrás, a partir del centro corporal. Los movimientos se realizan en función de esas direcciones básicas, pero también pueden efectuarse en las diagonales y en las líneas intermedias. La combinación de los ejes entre sí genera tres planos imaginarios: - plano frontal (eje transversal con eje vertical) Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 97 - plano sagital (eje antero-posterior con eje vertical) - plano horizontal (eje transversal con eje ántero-posterior) Sin pensamos que dentro de la esfera se circunscribe un cubo, las direcciones se acla ran, evidenciándose también las diagonales y direcciones intermedias, acreditando así la tridimensionalidad del movimiento. Este estudio rebasa el alcance de un trabajo elemental con niños, pero la imagen y creación de los planos anteriormente citados correspondería a sugerir más que a racio nalizar. Es el profesor quien debe manejar estos conceptos, creando imágenes sugeren tes para que los niños se familiaricen con la vivencia de las direcciones casi impercep tiblemente. El trabajo entre dos, en direcciones contrarias ( contramovimiento) o en direcciones similares ( conmovimiento ), uno detrás de otro o ambos de frente, hace desarrollar la orientación a partir del propio cuerpo y en relación al otro. En estos ejem plos se trabajaría sobre los planos sagital y frontal. La conciencia de los movimientos que se proyectan hacia afuera (centrífugos) y los que van al propio centro corporal (centrípetos) es trabajo en el plano horizontal. • Mediante la imagen de que cada niño es una marioneta se puede trabajar dentro de la primera esfera de acción de una forma bastante libre e imaginativa y que permi te tomar conciencia de los posibles movimientos corporales dentro del espacio parcial. Explicando previamente el funcionamiento de la marioneta y suponiendo que de cada articulación parte un hilo invisible que es accionado desde arriba, se pueden pro poner muchas variedades de movimientos partiendo de los más simples. La marioneta está erguida, pero los hilos que manejan sus brazos están flojos. Se empieza a tensar el hilo que parte de la muñeca de la mano derecha; a medida que se ejerce tensión sobre él se va elevando el brazo lentamente, por ejemplo. Cuando se suel ta el hilo de golpe, cae el brazo (relajación). Con este método podemos hacer mover el brazo de la marioneta en todas direcciones y a todas las alturas que indiquemos. Así, usar otros hilos, por ejemplo, el que parte del codo; al tensado se levantará el brazo con el antebrazo-mano colgando, etc. Descubrir cómo reacciona la pierna si tensamos el hilo que parte de la rodilla o el del tobillo, punta del pie, articulación de la cadera, etc. Luego se puede combinar la acción de dos o más hilos, a la vez o en sucesión encade nando movimientos. Practicar desde lo sencillo a lo complicado. Llegar, a título de ejem plo, a coordinar acciones diferentes entre pierna y brazo, pierna derecha, atrás; brazo izquierdo, adelante; levantamiento de brazos desde codos y de un muslo desde rodilla, etc. Los hilos que accionan la columna son muchos y el efecto de su actividad es pro ducir movimientos muy articulados u ondulados; depende de la sucesión y sincroni zación con que los utilicemos. Supongamos que los hemos ido tensando de modo que han producido un estira miento vertical de columna; se sueltan todos a la vez y el tronco entero cae y queda colgando adelante desde la cintura (relajación de tronco sobre piernas). 98 © WK Educación Juego libre sobre tensiones, aflojamiento e independencia de segmentos con la imagen de Ulla marioneta. Manual de psioomotricidad, ñtmo y expresión corpOJBl 99 Accionando luego uno a uno los hilos se va colocando vértebra sobre vértebra hasta lograr la reconstrucción total de columna; termina el recorrido en columna cer vical-cabeza. Después de que la marioneta ha agotado sus posibilidades de movimiento en el lugar puede desplazarse saliendo de la primera esfera de acción; aquí ya entra la noción de espacio total. Este juego es muy atrayente y creativo; a los niños les apasiona cuando han con seguido concentrarse en la idea de ser movidos desde afuera, como la marioneta, y «dejarse mover». Después de haber trabajado racionalmente es interesante que cada uno, libremen te, se sienta manejado desde el exterior siendo objeto de la tensión más impulsiva, o más lenta y suave, o del aflojamiento rápido o liviano de los hilos. Dejarse llevar por la imaginación, que puede volar, sobre la base de la fase ante rior, consciente y razonada. • Otro ejercicio para la toma de contacto con el espacio parcial es el de dibujar sin desplazarse, con un brazo y luego con el otro, circunferencias a diferentes alturas dejando que el tronco siga el desarrollo de los movimientos libremente. Estas cir cunferencias pueden ser hechas por el brazo entero, el antebrazo o la mano. Dibujarlos primeramente en planos: frontal, sagital, intermedios, para luego llegar a sobrepasar los planos, con la sensación de crear volúmenes espaciales. (Vivencia de la ubicuidad del espacio). 100 • a) Alternar el dibujar líneas rectas con un brazo y otro en todas las zonas del espacio usando todos los niveles y direcciones posibles. Dibujar libremente rec tas y curvas, fijando muchas veces la postura e "imprimiéndola" en el espacio. • b) Crear formas corporales en las que predominen las líneas rectas y ángulos. Sentir el cuerpo como "positivo" y el espacio como "negativo"; después a la inversa, es el espacio el que cambia de forma. • e) Crear formas corporales en las que predominen las líneas curvas y redondea das. Sentido del volumen. • d) Crear huecos encerrando espacio, pequeños y grandes. Con las manos entre sí, brazos y tronco, brazo y pierna, tronco y suelo, etc. También la sensación contraria: crear formas que se abren al espacio. • e) Crear posturas corporales de pie, sentados, arrodillados o semi tumbados, en las que se experimentan sensaciones claras: de descanso, de tensión, de expec tativa, de majestuosidad, de humildad. La "adjetivación"de la postura se pro duce a medida que se desarrolla el trabajo, no a priori. Una forma cerrada y tensa lleva a una adjetivación diferente que una forma abierta y suave. El tono muscular y la forma determinan la actitud. © WK Educación Juego libre sobre huecos y formas creando ángulos y rectas en el espacio. Manual de psioomotricidad, ritmo y expresión corpOJll] 101 Juego libre de crear huecos (volúmenes espaciales) encerrando espacio con diferentes partes del cuerpo. 102 e WK Eduau:ión turas Y actitudes. readón sobre pos Ejercido de e sión corporal . idad, ritmo Y expre Manual de psioomotric 103 Con niños muy pequeños se trabajaría con otro tipo de imágenes que condujeran a juegos corporales-espaciales similares: por ejemplo, "encerrar" partes del cuerpo "escondiéndolas", contraponiéndolo a "abrir" "mostrando" partes del cuerpo; traba jar la inmovilidad en función de la movilidad, relacionándolo a su vez con el con cepto "silencio" (inmovilidad-estatua) y "sonidos" (movimiento-transformación); contraposición entre lo "grande" y lo "pequeño", etc. • Este ejercicio sirve para practicar la lateralidad, la orientación parcial y la coor dinación dinámica en relación a elementos rítmicos. Dos niños frente a frente, de pie, con las piernas separadas. Efectuarán simultánea mente el esquema rítmico siguiente: !1 ~~r-n~~IJ~· ~iJ+-~~-;~--~~ y con los movimientos coordinados así: Las primeras dos corcheas, mediante dos golpes de palmas, muy alto sobre la cabeza, con estiramiento total (arriba); las dos corcheas siguientes, dos golpes de pal mas adelante del tronco, y las dos últimas corcheas del compás, mediante dos golpes de palmas dados abajo, muy cerca del suelo, inclinando el tronco y flexionando rodi llas. La primera negra del compás se hará mediante un solo golpe de palma, de doble duración sobre el lado izquierdo, con rotación de tronco, y la segunda negra, palma sobre el lado derecho. Durante el silencio, equivalente al valor de la negra, volver a la posición normal, brazos caídos a lo largo del cuerpo. Realizarlo bien, sincronizado entre ambos, y para que los movimientos coincidan, cuando un niño hace una negra a la izquierda, el otro la hará a la derecha. Variación: contramovimiento entre los dos niños: Variación rítmica. t a la vez siguiente, A y B intercambian sus esquemas rítmicos. 104 © WK Educación 2.2. Cuerpo-espacio y antagonismo La relación del cuerpo con el espacio, kinestésicamente, está intimamente ligada al tema del antagonismo. Hemos constatado que, para establecer antagonismo muscular dentro de un movi miento, es necesario dar sustancia al espacio. El sentir a éste como oponente por su densidad y su corporeidad, es el primer paso para trabajar sobre la calidad del movimiento. No sólo el espacio puede tomar el papel de antagonista. También podemos imaginar al cuerpo como antagonista del espacio, y a éste en el papel de agonista. Como estos conceptos tan abstractos escaparían a la mente infantil, es oportuno profun dizar sobre estas líneas, pero con una imagen: un objeto imaginario que cambia de peso. La transformación de la materia con que está hecho el objeto, produce en el trabajo corporal un cambio de calidad desde el momento en que debe variar la graduación del antagonismo y la lucha con la gravedad. • Preparación al ejercicio.- De pie, piernas separadas. Sostener, entre las dos manos, una pelota imaginaria. Conducirla, mediante movimiento de brazos, hacia arriba, muy alta, estirando colum na y brazos, llegando a ponerse en puntas de pie. Luego, llevarla muy abajo, contra el suelo, entre las piernas, mediante flexión de rodillas y tronco adelante. Varias veces. Continuar sosteniéndola entre las dos manos, ahora a la altura del pecho; condu cirla hacia la derecha por rotación de tronco sobre piernas fijas y estiramiento de bra zos sobre ese lado. Desde allí pasar al lado izquierdo. Varias veces. Ahora coger la pelota con la mano izquierda, y a través de cualquier vía espacial, entregarla a la mano derecha y viceversa. • Cambios de peso.- Volver a la vía espacial arriba-abajo, sosteniendo el balón con peso y volumen normal. A medida que se realiza el movimiento se va transformando la materia de que se compone: en lugar de tener dentro aire, ahora tiene arena. Se siente de inmediato una mayor tensión muscular y, por consiguiente, como el grado de esfuerzo es más fuer te, la vía espacial disminuye en amplitud: ya no se puede levantar tanto ni con tanta facilidad, y además se enlentece el movimiento. Seguidamente pasa a ser de hierro; es pesadísima, por tanto el grado de antago nismo ha aumentado mucho. Es tan grande la lucha contra la gravedad que apenas se puede elevar; la amplitud del movimiento en el espacio se ha empequeñecido más aún y la lentitud ha debido aumentar. Ahora empieza a aligerarse el peso; poco a poco se transforma en un globo muy liviano. La amplitud del movimiento es máxima; no existe el antagonismo ni la lucha contra la gravedad. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 105 Es interesante, después de haber hecho sentir a los niños estas diferentes graduacio nes del esfuerzo muscular y su relación con el espacio, indicarles que cada uno lo haga solo, cambiando voluntariamente el material de que está hecho el balón. Los demás, a través de la ejecución de los movimientos, deben decir de qué material es la esfera en cada transformación. Como se puede deducir de este juego, el resultado sería el mismo si en vez de cam biar el peso del balón, cambiásemos la consistencia del espacio. Dos niños comparten la misma kinesfera cambiando, en sucesión, su forma cor poral por el movimiento. Se trata de no tocarse, compartiendo el espacio compen sando huecos y formas corporales. 2.3. Espacio total Así como cada movimiento tiene, dentro del cuerpo, un recorrido de energía, que es lo que en una primera etapa debe conciencirase, en una fase posterior de la educación psicomotriz ese movimiento puede analizarse desde el punto de vista de su vía espacial. Es decir: en qué punto del espacio se origina, cuál es su recorrido y dónde termina. La percepción de las relaciones del movimiento corporal con el espacio, es, frecuen temente, en niños con dificultades psicomotrices, muy imprecisa e inexacta. Pero esta vivencia del espacio total es tan importante, a nivel individual y racional, como a nivel colectivo, y aún en un plano mucho más profundo en el que se establece la relación entre unos y otros, es decir, la comunicación. Hemos visto ya, y veremos en capítulos siguientes, muchos ejercicios realizados entre dos niños o más, en los que existe un paso de energía -conmovimientos, contramovi mientos, o en los casos de expresión más libre, el movimiento de unos es la prolonga ción en el espacio del movimiento del otro-. Todos esos ejercicios a que hacemos referencia, podrían figurar en este capítulo, pues siempre el contacto por el movimiento se realiza a través del espacio común; en psico motricidad todos los temas se tocan, se superponen, se interrelacionan constantemente, pero para exponerlos no nos queda otro camino que separarlos arbitrariamente. Puede parecer, para quien no profundice abiertamente en el trabajo corporal y se maneje sólo con los clichés racionales de los ejercicios propuestos, que la relación del movimiento en los casos expuestos anteriormente es simplemente una superposición o una sucesión espacio-temporal, y nada más. Sin embargo, no olvidemos que ese inter cambio entre dos no se realiza sólo en un plano superficial; responde a una comunica ción de persona a persona, y allí se encuentra el valor del trabajo entre dos o más indi viduos, aparte de los objetivos meramente terapéuticos. Trabajar dentro del espacio y conjuntamente con el otro es en principio abrir un cami no de aceptación y de transmisión mutua, saliendo así cada uno de su propia esfera limi tada. En el trabajo con niños,este contacto establecido entre dos es al principio muy 106 © WK Educación codificado y superficial, casi solamente exigencia del profesor. Pero basta motivarlos con los estímulos precisos para que progresivamente se haga más auténtico el intercambio y constituya para los participantes un placer el poder expresarse y "entenderse" mediante el quehacer corporal. Juego libre entre dos niños compartiendo un espacio en común (Kinesfera). Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 107 Una ayuda muy importante para el descubrimiento del espacio total es, como hemos señalado, el uso de elementos extra-corporales como palos, pelotas, telas, pañuelos, cintas, etc. Estos objetos deben usarse como guías para la búsqueda y el control del movimiento a través de la forma espacial que se describe, y como elementos que, en principio, esta blecen esa relación real entre unos y otros. El conducir, por ejemplo, una pelota lentamente, en amplia trayectoria espacial para entregarla a otro, supone dominio del impulso, concentración de energía y sostén corpo ral, a la vez que conduce a la posibilidad de la continuidad de ese movimiento por el otro, creando una comunicación. El hecho de «lanzar» una pelota puede materializar el proyectarse hacia el otro en el espacio y la utilización de éste. • Quedémonos con el ejercicio de conducir (no lanzar) la pelota lentamente, en amplia trayectoria parabólica a través del espacio, hasta entregarla a otro niño, no previamente elegido, pues participan varios. Éste recoge la pelota y hará otro tanto «viviendo» su movimiento corporal paralelalemente al recorrido espacial que realiza la pelota; y así sucesivamente entre todos. Este paso de un objeto no es más que el paso de energía. Posteriormente, si se prescinde de la pelota, es el gesto mismo el que se proyecta, y la comunicación es más abstracta y más profunda. Los gestos se libe ran y cambian sus trayectorias y sus pulsos o impulsos, dejando aflorar cada uno su carga emocional personal. El alumno valora así su cuerpo como instrumento de rela ción, en un plano de sensibilidad creadora. Aparte de este tipo de ejercicio, que se centra en la comunicación, es necesario conducir a los alumnos a una vivencia más racionalizada del espacio mediante el aná lisis de algunos temas. a) La orientación en el espacio: en relación al propio cuerpo, de uno mismo en relación a los demás, y éstos, en relación a uno mismo, etc. El cuerpo identificado como sí mismo y el objeto como algo exterior, que está «fuera>>. b) Nociones de medida: distancias, alturas, direcciones, trayectorias. e) Nociones de superficies, planos horizontales, verticales, formas, volúmenes. • Orientación espacial, con respecto a sí mismo. El niño mira al profesor. Punto de partida: en su sitio. Tres pasos adelante y volver a su sitio; tres pasos atrás y volver; uno a la derecha y volver; uno a la izquierda y volver. El niño de espaldas al profesor: lo mismo. Comprobar que las nociones adelante-atrás, derecha e izquierda, cambian según la dirección en que se mire. • Orientación espacial en relación a un objeto. Situarse delante del objeto, detrás del objeto, a la derecha del objeto, a la izquierda del objeto, encima del objeto, deba jo del objeto (si es posible levantarlo). Comprobar que si uno está delante del objeto, éste estará detrás nuestro, etcétera. 108 © WK Educación • Orientación espacial en relación a varios objetos, distribuidos en el salón. Caminando, describir trayectorias en relación a esos objetos, pasando, por ejem plo, a la derecha de la silla, por encima de la papelera, a la izquierda de los libros, etc. Transcribir este recorrido en la pizarra, donde previamente se habrá dibujado la dis posición de los objetos entre sí y con respecto al salón. Este mismo tipo de trabajo puede efectuarse en relación con los otros niños. Entre el ámbito espacial en que el cuerpo se desplaza y desarrolla su movimiento y el cuerpo propiamente dicho se crea una total interrelación, siempre cambiante; también con respecto a los otros cuerpos que se mueven dentro del mismo. Esta noción de ámbito espacial total es muy dificil de adquirir para el niño, por la razón de que, para él, su propio cuerpo es el centro. No puede sentirse, en un primer con tacto con el tema, inmerso en algo descentralizado de sí mismo. Pero, tan importante como que tome conciencia de su propio esquema corporal es que sienta la relación espa cial con los demás, que también evolucionan dentro del mismo ámbito. En un principio todos los niños, sobre todo si son pequeños, tienden a colocarse agru pados en la sala. Por supuesto influye en esto un sentimiento de inseguridad, el deseo de apoyarse en los compañeros o de pasar desapercibidos. • Con la idea de que cada uno conserve una burbuja de aire libre alrededor de su cuerpo, cuando está quieto o desplazándose, puede ayudarse a que se mantenga una distribución equilibrada en el espacio. Cuando los niños están desplazándose podemos decirles en un determinado momento que se detengan y observen ellos mismos si están bien distribuidos. Para llevar a cabo esto es bueno ayudarse del elemento rítmico con una medida determi nada de pasos y silencios. El educador lo toca con el tambor: r r Los sonidos entre paréntesis constituyen silencios. Cada niño va recorriendo el salón por el camino que escoge libremente. Tiene cua tro pasos para avanzar, girar o retroceder, si ve que puede «romper la burbuja>> de otro. Otra manera de realizar estas prácticas: • Caminar en círculo de modo que siempre se conserve una equidistancia entre todos. El maestro marca el tempo de los pasos con el tambor. Cuando cesa de tocar, los niños deben detenerse y observarse a sí mismos, si mantienen las distancias Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 109 Orientación dentro del espacio total. 110 © WK Educación • El caminar formando círculos, espirales, ochos, líneas rectas o rectas paralelas, figuras geométricas de lados rectos, etc., entra perfectamente dentro de este trabajo en relación al espacio total. Se profundizará sobre el tema más adelante. • Para adquirir un sentido de la orientación dentro del ámbito espacial total, no sólo individualmente sino como grupo en movimiento, es decir, cada uno en relación a los demás, se pueden impartir algunas órdenes que deben ser comprendidas y eje cutadas con máxima rápidez y precisión. Previamente deben observar, profesor y niños, desde el mismo punto de vista, el salón. Este punto de vista estará situado en el centro, de espaldas a una de las pare des. Desde allí se dividirá al salón en dos partes iguales, mediante una línea imagi naria: la zona izquierda y la zona derecha. Tendremos un ángulo anterior derecho, un ángulo anterior izquierdo, un ángulo posterior derecho y un ángulo posterior izquierdo. La pared izquierda, la derecha, la anterior y la posterior. También es importante el punto central. Es fundamental establecer que estas designaciones son relativas y no absolutas, pues cambiarán si cambiásemos nuestro punto de vista. Esta aclaración debe hacerse con niños mayores. Los pequeños no lo necesitan en un principio, pues llegarán a esa conclusión en etapas posteriores de desarrollo en la toma de contacto con el espacio total. Volvamos al ejercicio en cuestión. Se impartirán órdenes como éstas: -«Colocarse de espaldas contra la pared derecha>>. -«Concentrarse todos en el águnlo anterior izquierdo». - «Distribuirse perfectamente en todo el espacio sin que queden grandes huecos o "racimos"». -«Formar entre todos un corro en el centro». -«Colocarse en fila, uno detrás del otro». -«Colocarse en línea (lateralmente)». - «Colocarse en parejas bien distribuidas». - «Apoyar las dos manos sobre la pared izquierda>>. Para evitar choques, movimientos muy impulsivos o demasiados lentos, es conve niente subrayar cada acción mediante el ritmo del tambor, para que todosse rijan por el mismo tempo. Lo fundamental de estos ejercicios radica en que cada niño debe responder a un man dato no en cuanto a individuo, sino como célula integrante de un todo, que es el grupo. El sentirse como un eslabón dentro de la gran cadena que forman todos es una vivencia que conduce directamente al trabajo en relación, en comunicación. Quien se siente demasiado «yo» pretenderá que todos los demás niños se adapten a él, o intentará, inconscientemente, tomar la dirección de las diversas acciones. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 111 Los importante es que nadie debe dirigir; debe ser una labor de conjunto en que cada uno se compenetra con la acción general, sin resaltar y sin imponerse. • Nociones de medida, distancias (corto-largo; cerca-lejos). Recorrer trayectos rectos o curvos con pasos cortos; con pasos largos; un paso corto y uno largo, etc. Mientras los niños del grupo A caminan con pasos largos sobre negras, los de B lo hacen con pasos cortos, subdividiendo las unidades sonoras (negras); simultánea mente, se desplazan ambos grupos, sobre este esquema: 11 T 1 :~~~~~ [~~~~~~~~~~~j~ 1 • Nociones de altura (alto-bajo), (encima-debajo). En parejas: a) un niño sostie ne un palo por un extremo, en posición horizontal; otro lanza la pelota por encima o por debajo del palo. Expresar verbalmente lo que se hace. Efectuar cambios de altu ra con el palo. Saltar por encima; pasar por debajo, etc. b) Un niño sostiene un aro verticalmente; el otro lanza la pelota de modo que pase por dentro. El aro cambia de alturas y también la distancia (cerca-lejos) con respecto al que lanza la pelota. Colocarlo después horizontalmente y también variar la altura. Los niños que ejecutan las acciones deben autocriticarse y practicar el enunciado de éstas, manejando los conceptos con la mayor claridad. • Trayectoria en el espacio. Dos tipos de trayectorias: sobre líneas rectas y sobre líneas curvas. Debe establecerse un tempo determinado. Al caminar sobre rectas, cada vez que debe cambiarse la dirección del movimiento, efectuar un ángulo recto. Transcribir los trayectos en la pizarra. Al andar sobre líneas onduladas, el cuerpo adopta una pequeña inclinación en la dirección de la curva, cada vez que ésta cambia. Establecer un código relacionando unos determinados sonidos (timbre) con un tipo de trayectoria. Así, por ejemplo, a los sonidos de la caja china, corresponde andar sobre rectas; a los sonidos del pandero, sobre onduladas. Posteriormente, coordinar la labor de dos grupos: uno camina sobre rectas mien tras el otro camina sobre curvas; al cambiar de instrumento de percusión, se cambian inmediatamente los papeles. 112 © WK Educación • Cada niño describe, andando sobre un tempo marcado por el tambor, una cir cunferencia pequeña, individual, en sentido dextrógiro. El profesor cambia de instru mento (por ejemplo, triángulo), lo cual significa que deben cambiar el sentido de la circunferencia, y hacerlo sinistrógiro. Una vez asimilado ese código, sumar otra correlación: cuando el profesor toca la caja china, todos los niños realizan una circunferencia grande, común, en sentido dextrógiro. El maestro pasa de un instrumento a otro; los alumnos deben «obedecer» sin titubeos y manteniendo la métrica que subrayan los instrumentos. • Nociones de planos en el espacio: horizontalidad y verticalidad. Cada niño con un palo cilíndrico de unos 50 centímetros de largo. Sostenerlo por los extremos, con cada mano. Trasladar el palo en el espacio, manteniendo su posi ción horizontal. Delante del cuerpo, arriba, al suelo, sin salir de su sitio. Después, con desplazamiento del cuerpo en total, conducir el palo a través del espacio del palo: sólo trasladarlo manteniendo su horizontalidad. Jugar con estas dos posibilidades combinando el trabajo en el sitio y el desplazamiento por todo el salón. - Posición vertical del palo, delante del cuerpo. Manteniendo su verticalidad, lle varlo a izquierda y derecha mediante torsión de tronco sobre piernas fijas. Hacerlo girar de modo que el extremo superior pase a ser inferior y viceversa. Conducir ahora el palo a través del espacio total, manteniendo su posición vertical. Alternar con movimientos libres. • Juegos sobre la horizontalidad y la verticalidad, con participación de todos los niños. Con un solo palo. Un niño se desplaza moviendo el palo libremente -siempre sosteniéndolo por los extremos-; debe entregarlo a otro compañero, sin orden pre visto, pero esa entrega debe realizarse en posición horizontal. El que lo ha cogido hace también su recorrido espacial libre, pero debe entregarlo en posición vertical; así sucesivamente. Posteriormente suprimir el palo real y jugar con uno imaginario, cuidando su medida y su firmeza. • Juego de expresión. El palo imaginario con el cual los niños juegan, ahora ya con total libertad, se transforma en objetos de diferente consistencia y flexibilidad: una cuerda, un látigo, una cinta, un hierro pesado, etc. Sugerir esa transformación pero no dirigirla racionalmente. • Formas y volúmenes. Delimitar mediante el gesto, la forma y el tamaño de obje tos imaginarios. Por ejemplo, esferas: pasar de esferas pequeñas a grandes; de formas regulares a irregulares. Todas las nociones anteriores se van yuxtaponiendo durante la «creación» de los objetos; la forma y el volumen se combinan ya con un determinado peso, consisten cia y medida. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 113 • Convertir esos volúmenes en objetos reales con los que se puede jugar, ya sea individualmente, o entre dos o más niños: un sombrero, un caballo, una espada, etc., sin nombrar esos objetos. • Jugar con el estar «dentro» de grandes volúmenes o <<Juera» de ellos. Trasladar ese juego al espacio del salón: todos estamos inmersos en este gran volu men, dentro del cual nos movemos en todas direcciones. Sentir las tres dimensiones del espacio total; intentar recorrerlo, subir, saltar, desprenderse temporalmente de la ley de gravedad, manifestarse en todos los sentidos. No encerrarse en las nociones básicas: arriba-abajo, derecha e izquierda, adelante o atrás. Sentir que cada segmen to del cuerpo puede proyectarse en infinitas direcciones y sentidos. Las posibilidades del movimiento en tres dimensiones son incalculables. En general, todo ejercicio o juego de grupo se desarrolla en el espacio total. Todos los ejercicios rítmicos con desplazamiento, saltos, etc., que se han planteado ya y que se plantearán más adelante, viven dentro de ese ámbito. Podemos pasar el análisis conjunto del ámbito sonoro y el espacial, que constituyen dos realidades en continuo contacto y correspondencia. 3. ÁMBITO SONORO Y ESPACIAL 3.1. Relaciones entre ambos Continuaremos analizando el tema de las bases métrico-rítmicas. Al establecer los planteamientos de ejercicios o juegos, los estudiaremos desde el punto de vista rítmico y espacial con el fm de dar al lector, lo más claramente posible, una visión de la relación existente entre el trabajo corporal en el espacio y en el tiempo. Los compases binario y temario constituyen la base métrica a partir de los cuales pue den surgir otras medidas temporales, múltiples o combinaciones de los anteriores. • Podemos relacionar el ritmo de dos tiempos (compás binario) con un movi miento corporal elemental como puede ser la elevación y distensión de un brazo, correspondiendo el primer sonido de cada compás al trabajo activo de contracción y el segundo a la distensión. Este sencillo ejercicio se puede ejecutar alternando los brazos (un compás cada brazo) y variando las direcciones espaciales de los levantamientos y estiramientos. La coordinación del movimiento con el sonido debe siempre hacerse vitalmente; nunca llegar a una sincronización puramente mecánica. 114 © WK Educación Cada movimiento vive en el espacio y el tiempo; no es un mismo movimiento repeti do, sino que cada vez naceuna nueva energía. Al basarse en esta métrica determinada, los movimientos tienen todos el mismo valor temporal, pero es oportuno cambiar siempre la dirección espacial en que se realizan, pues el sentido de búsqueda, de sorpresa, debe presidir toda ejecución. • Dando ya más sentido espacial al movimiento, podemos usar los dos tiempos del compás para dibujar con el brazo un círculo completo en el espacio. No sentir dos mitades iguales, sino un mismo trazo que nace, vive y muere. Si consideramos el primer sonido del compás el impulso y el segundo el reposo, diremos que nace con el impulso y muere con el reposo. • Establecer exteriormente la medida del círculo a dibujar. La sincronización de la velocidad de realización del movimiento, necesaria para completar el círculo den tro de la medida del compás, es una complicada labor de superposición de la función temporal, kinestésica y espacial. Después de obtenida esta sincronización se puede variar el tamaño del círculo: con la misma medida temporal, para exteriorizar un círculo mucho más grande, como es mayor la vía espacial a recorrer, la velocidad del movimiento debe aumentar. Para realizar un círculo pequeño, la velocidad se enlentece. Cada niño realiza intuitivamente la aplicación de estas reglas. No deben ser explica das previamente, sino ser descubiertas por cada uno. La continuidad entre un círculo y otro establece la cadencia rítmica. La barra de compás no debe dar la idea de finalización de algo, sino de sucesión, de continuo origen de energías. Al principio, el niño asocia la idea de dibujar en el espacio a la del dibujo en dos dimensiones, en la pizarra o en el papel. Realiza entonces el círculo en un plano y tien de, en general, a ejecutarlo con un dedo. Hay que demostrarle que cualquier movimiento en el espacio es mucho más rico, variado y con más posibilidades. Puesto que el cuerpo es tridimensional, cada vez que movemos un segmento en el espacio, creamos volumen. Si hacemos un círculo con el brazo, es éste en su totalidad el que se mueve y origina la forma en el espacio. No es necesario profundizar en este análisis con los niños, porque les complicaría demasiado la sensación de la vivencia de su cuerpo en el espacio, pero sí es preciso que comprendan y sientan desde el primer momento que su instrumento (cuerpo) dibuja, al evolucionar, desde y con todos sus puntos. Más que tomar conocimiento de la tridimensión, hay que hacérsela sentir, sin nom brarla expresamente. Recordemos el ejercicio rítmico en el que, sobre la base de este esquema: Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 115 cada niño, uno después del otro, expresaba mediante la palabra «rosa» un compás. Podemos aplicar esta sucesión al movimiento de dibujar un círculo por cada compás. • Corro de niños.- Primera etapa: cada uno expresa, mediante la palabra, cuando le corresponde, su compás. Segunda etapa: después de que el ritmo está conseguido, cada uno lo expresa vocalmente, y simultáneamente realiza su círculo en el espacio. Tercera etapa: sin manifestar el ritmo exteriormente con la palabra, sólo realiza el movimiento, que debe desarrollarse exactamente dentro de la medida temporal. Debe conseguirse continuidad del movimiento en el espacio y en el tiempo (comunicación de movimiento entre uno y otro, y comunicación rítmica). En este ejercicio el círculo cumple la función de símbolo. Cada círculo en el espacio representa a la palabra «rosa» en el tiempo. Quiere decir que se superponen en su reali zación la función temporal, espacial y simbólica. • Dividir seguidamente al grupo en dos, A y B. Van a jugar con la palabra «rosa» siguiendo este esquema: G~ A~~~--.-T-~-,~~~--r-~~-, Grupo .B ..__,,_-+-_...__, ___ _____.'----,L_-l----+-_L_..._____;IIL-....J Es un diálogo entre los dos grupos: cada uno hace un compás sonoro y uno de silencio. El compás sonoro del grupo A coincide con el de silencio del grupo B y viceversa. Cuando el ritmo se obtiene y existe un paso de energía sonora entre los grupos, puede establecerse, sobre esta base de diálogo alterno y medido, más libertad, jugan do con la dinámica y el tono de las palabras. Al principio las variaciones serán indi viduales, pero dentro de cada grupo se ejercerá, sin proponérselo previamente, una comunicación. Trasladar este ejercicio rítmico a movimiento de grupos mediante pasos.- La dirección de éstos puede fijarse con anticipación para que no exista desorganización dentro de los grupos. 116 © WK Educación Variación: Expresión corporal: como juego de expresión libre, la relación rítmica alternada puede dejarse evolucionar en el movimiento (puede hacer superposiciones, variacio nes rítmicas, etc.), y en el espacio (movimiento sin reglas fija), dejando así la vía abierta para una comunicación más auténtica y natural respondiendo a los impulsos vitales de los niños. 3.2. Uso del silencio • Primeramente practicarlo sólo vocalmente. El grupo A frente al B, sentados en el suelo con piernas cruzadas delante del tronco. 1) Todos, grupos A y B al unísono: 1' 1, .L J &=U .1 J J 1 J J 1 J 1 1 J ~ 1 ~ ; 1 ,J ·~· ro-$.~'1"'b ~ ~ 'rtl .. ~ S,!&-- ').u-~ lA ~ B 2) Silencio de unidades: 4¡~ ~ G~ A,r::iii'I--I-----.____..----IJ-.r--4il-----l-----r-....,.._ _ _._,. ~a.·~~----~~~~~--~~~~~ -- ~ 3) Silencio de compases enteros: '2.1 ~~A~--~--~._~--~~~--~~-+~ G~ 1!. L..-Jf--+--~k---+--........_......__.._...~-"!11--_,.____. 4) Silencio de unidades y compases enteros. :2, 3.J r . ~-A ~a~· ~~~~--~~~--~~~~~ Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 117 En este caso, el grupo B completa la palabra cuya primera sílaba es expresada por el grupo A. Las sílabas que se suprimen durante los ejercicios anteriores, decirlas «hacia aden tro», para conservar la medida. El signo(~) corresponde al silencio equivalente a una negra. Cuando el ritmo ya se ha logrado, no es necesario pensar más en las palabras. También se podrían exteriorizar los silencios mendiante palmas. • Recordemos el tema «articulación>> y apliquemos estos esquemas más rítmicos a la imagen del muñeco de madera que mueve angularmente sus articulaciones. Jugar primero con las de los brazos: Aplicamos el esquema 1). El educador marca el ritmo con el tambor, a la vez que los niños dicen las palabras. También mueven las articulaciones de los brazos, orde nados por la métrica, pero con movimiento completamente libre. Durante los silencios, el movimiento queda congelado. Aplicamos el esquema 2). En dos grupos, utilización directa del esquema. Igualmente con el esquema 3) y con el 4). La aplicación práctica de estos esque- mas es más fructífera si los niños trabajan en parejas; uno perteneciente al grupo A frente a otro perteneciente al B. 3.3. Disociación de miembros superiores e inferiores Sobre el trabajo disociado de piernas y brazos hemos hablado ya anteriormente; esa disociación corresponde a un buen control motriz, asociado a una buena representación mental del propio cuerpo y capacidad de inhibición voluntaria. Volvemos ahora prácti camente al tema, porque lo abordaremos con el auxilio del ritmo efectuado con diferen tes instrumentos de percusión. • Hacer el esquema ~ r 1 ~ ~IJ ~· I.J andando; su realización se coordina mediante un paso y un silencio. Suplantar des pués el silencio por una palmada. Así, cuando se da el paso (gesto de pierna), no trabajan activamente los brazos; cuando se da la palmada, las piernas no se mueven. Es un ejemplo muy elemental de disociación en el movimiento de miembros supe riores e inferiores. 118 © WK Educación Se puede cambiar el paso por un salto con las dos piernas, para que sea más acti vo el movimiento de miembros inferiores. Conviene conceder mucha libertad en la realización de estos ejercicios; a veces los niños, aunque se les dé libertad, cuando han conseguido hacerlo de una determinada manera continúan ejecutándolo siempre igual, tendiendoa la mecanización del movi miento. En este caso, impulsarles a la variación, a la búsqueda de posibilidades. Dar palmas no tiene por qué responder siempre al mismo movimiento de brazos: puede hacerse con brazos verticales, adelante, sobre un costado, hacia atrás, etc. El salto puede ser separando piernas, juntando, con el peso sobre una sola, con dife rentes niveles, etc. Promover estas transformaciones equivale a dar un aliciente a la imaginación psico somática, a la creatividad de toda improvisación. • Variaciones rítmicas sobre el ejercicio planteado: 'P\.;e;~ p--<M-- iiR----r ....... - ...... -----;r----4U--f+-....,....;~--11'--------,' b ,) !. c;:~f~: 1;;; 1 ~ ¡;;; 1 d) Variaciones libres, improvisadas, sobre la base de un compás para movimientos de piernas y otro para movimientos de brazos. • En primer lugar trabajaremos las nociones de simetría y asimetría; después diso ciación y coordinación. a) Cada niño colocará el brazo derecho en una posición determinada, sin hacer uso de las articulaciones del codo y la muñeca; buscará, en cada caso, la posición simé trica correspondiente del brazo izquierdo. b) Hacer lo mismo, pero usando activamente las articulaciones de codo y muñeca. Variaciones libres, desde una percepción interna de lo simétrico. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 119 e) Pasar a la asimetría: las posiciones de ambos brazos no tienen relación. d) Coordinación de pasos, con movimientos simétricos de brazos; después, con movimientos asimétricos. e) Establecer un código con instrumentos para efectuar trabajos disociados o coor dinados. -Cuando el educador toca la caja china (sobre unidades, ritmo binario o temario) los alumnos mueven simultáneamente piernas y brazos en desplazamiento o en el lugar, con buena coordinación. - Cuando toca el triángulo, los niños mueven sólo brazos, simétrica o asimétrica mente. - Cuando toca crótalos, sólo piernas, en desplazamiento o en el lugar. 3.4. Recorrido espaciaL Medida temporal Hemos hecho hincapié, teórica y prácticamente, en la importancia de la superposición e interrelación de las funciones temporal y espacial; de qué manera se pueden ir desa rrollando paralelamente y en plena correspondencia. Esta coordinación entre la actividad espacial y temporal, en acciones normales, no es una simple superposición, sino que actúan en continua interacción. El caso de la lengua hablada y escrita es un ejemplo de esta relación dinámica entre las dos funciones. Consideramos fundamental destacar que con la práctica de ejercicios como los ante riores y otros que más adelante detallaremos, se promueve la capacidad de trasponer lo espacial en temporal y viceversa. En el caso de niños con problemas en el aprendizaje de la lectura, esta trasposición es de crucial importancia, pues lo espacial sería lo visual (ya que la escritura se muestra sobre una página o pizarra), y lo temporal sería lo auditivo (ya que la lengua hablada se rige por las leyes fundamentales de duración, sucesión y dinámica). Lo visual se expone sobre un espacio gráfico, que, en relación al trabajo corporal, corresponde al ámbito espacial total. Analizaremos varios ejemplos prácticos: • Tomamos en el salón dos puntos de referencia: uno, de donde un niño partirá, y otro, al cual debe llegar, mediante un recorrido en línea recta. Marcar con el tambor una serie definida de unidades que corresponderá a pasos= por ejemplo, cuatro unidades, con un tempo medio. Primero el niño debe prestar oído a la secuencia sonora; se le dice que debe reco rrer la distancia estipulada anteriormente mientras se desarrolla la sucesión de 120 © WK Educación cuatro sonidos. Él debe calcular interiormente la medida que tendrá que dar a sus pasos, para que los recorridos espacial y sonoro se relacionen con precisión. Después de realizado bien este ejercicio, se le dirá que recorra la misma distancia en cinco sonidos, con el mismo tempo. Para ello tendrá que reducir la medida de sus pasos. Después, recorrerlo en dos sonidos, para lo cual tendrá que ampliar dicha medida. Lo importante es observar si esta adecuación de espacio-tiempo la realiza el niño poniendo en funcionamiento los mecanismos correspondientes, o si se lanza a la prácti ca sin una previa estimación del problema, encontrándose luego con que le sobra o le falta camino a recorrer, o da pasos irregulares o arrítmicos para adaptarse sobre la mar cha a la resolución del ejercicio. • Partir de una posición cómoda del cuerpo descansando sobre el suelo. El recorrido espacial que deberá efectuar el cuerpo es: pasar de la posición en que se encuentra a la posición sentados. Este recorrido debe realizarse durante la sucesión de tres sonidos que componen un compás temario. Durante el siguiente compás, volver a tumbarse en el suelo ,j, • J.JJJ j _.JJ .. JJ .J 1 1 . 1 . • 1' r .J J con un tempo más bien lento. El trabajo corporal ahora es continuo; no están tan demarcadas las unidades de movi miento como cuando se hacía con pasos. Al contrario, se debe sentir la duración global del compás, de manera que no hay que pasar a sentarse con tres diferentes impulsos, sino con una sola energía que va evolucionando suavemente a través de los tres sonidos. El mismo concepto rige para el movimiento de tumbarse nuevamente en el suelo. Se trata de obtener continuidad y suavidad constantes, sin apresurarse al final para llegar a tiempo ni al comenzar el primer impulso. Otro factor importante es que este ejercicio no es tan pautado como el anterior sino más libre: se sabe cuál es la posición de llegada, pero no el camino a seguir. Éste nunca debe ser igual al anterior; ir y volver mediante diferentes recorridos corporales y espa ciales. El ir hacia el suelo debe ser sostenido; no debe haber abandono a la fuerza de gra vedad. Ampliar después el recorrido espacial, pasando de la posición tumbados a de pie con la misma secuencia rítmica. Por supuesto, como el tiempo permanece invariable, deberá acelerarse un poco el movimiento. Las mismas normas de continuidad y suavidad rigen para este movimiento. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 121 • Variación del ejercicio anterior; coordinación témporo-espacial entre dos niños. Uno frente al otro: A está de pie y B sentado en el suelo. El esquema rítmico efec tuado entre ambos es el siguiente: A, durante su compás de tres sonidos, pasa lentamente a sentarse. Allí espera un compás, que corresponde al movimiento de B, que pasa de la posición sentado a de pie. B espera un compás que coincide con el movimiento siguiente de A. Realizarlo también al unísono en conmovimiento y en contramovimiento. • Ejercicio de coordinación témporo-espacial, con colaboración imaginativa. Preparación motriz a) Posición de partida: en decúbito dorsal; tronco, piernas y brazos flojos sobre el suelo. Los brazos deben estar hacia atrás. Hacerse lentamente un ovillo, flexionando piernas sobre el vientre y abrazan do rodillas. Desde esa posición, originando el movimiento en la cruz, crecer al máximo en dos direcciones opuestas, a través de las piernas hacia puntas de pies, y a través de los brazos hacia dedos de las manos. b) Sentados, plantas de los pies apoyadas en el suelo con las rodillas flexionadas y paralelas, tronco curvado sobre ellas, manos sobre rodillas. Sobre la base del movimiento anterior hacer lo mismo en esta posición. Es decir, partiendo de la cruz, crecer en dos direcciones: a través de columna y brazos hacia la vertical y a través de las piernas hacia adelante. Volver a la posición de ovillo. e) En cuclillas, tronco, piernas y brazos replegados haciendo el ovillo. Ir desen volviéndose hacia la vertical, pasando una gran energía por piernas, columna y brazos, que se elevan. Ejercicio con relación temporal Tomamos como guía el ejercicio e), ejecutándolo de la siguiente manera: al crecer lento hacia la vertical hacerlo durante cuatro sonidoscon tempo lento. Volver al ovillo mediante un movimiento impulsivo y rápido durante un solo sonido muy dinámico. Después de este impulso se realizan tres silencios, para mantener el compás cuaternario. 122 © WK Educación ,J; ,rJ ~ J J 1 i, f 1 1 J; J J t t ~ ) ~ ~ Es importante destacar que el proceso de crecer lentamente constituye un paso de energía que tiende hacia el espacio. Aunque, dentro del cuerpo, ese recorrido se desa rrolla a través de piernas, tronco, cabeza y brazos, estas zonas corporales responden cada vez en forma distinta. La posición final nunca es igual a la precedente; existen infinitos matices de variación. A veces pasa más energía por el brazo derecho que por el izquierdo; un brazo puede ir adelante-arriba; el otro, atrás; el tronco puede alar garse en el sentido de una espiral o directo arriba; puede repartirse el peso entre las dos piernas o sólo en una, etc. Para que los niños manifiesten todos estos matices, una imagen que ayuda en este caso es la siguiente: el crecer lento es el desarrollarse de un árbol. Cada vez que el niño realiza el movimiento, el árbol que crea es diferente. No se trata simplemente de «copian> la forma exterior de un árbol, sino de ir crean do y sintiendo las tensiones que produce el crecer, el ramificarse, el curvarse, doblarse o torsionarse de una rama, del tronco, etc. Previamente, si fuese necesario, habrá de hacerles recapacitar (recordar u observar) sobre distintas variedades de árboles, diferentes formas que las ramas pueden adoptar, cómo se relacionan entre sí; las formas y torsiones de los gruesos troncos, etc. • Pasar de este movimiento muy sincronizado con la secuencia rítmica a otro muy libre pero de coordinación colectiva. Los niños quedan en la postura última, cada uno como árbol en un bosque. Pueden estar en línea o en herradura. Una suave brisa mueve las ramas de estos árboles (de cintura hacia abajo, fijos: tronco y raíces); cada vez esa brisa se hace más fuerte. Sentir claramente desde dónde viene el viento y cómo pasa a través de todos. Empieza a amainar y a convertirse nuevamente en brisa suave. En este juego toma presencia la idea de comunidad. Nadie dirige, pero todos se coordinan mediante una comunicación interna; cuanto más real es ésta, más logrado resulta, colectivamente, el ejercicio. 3.5. Tempo Ya los niños habrán efectuado muchos ejercicios rítmicos como para poder mantener un tempo determinado, sin acelerar o enlentecer. Este tempo exterior, muchas veces en pugna con el tempo subjetivo, les obliga a dominarse física y psíquicamente. Constituye un adiestramiento básico para el desarrollo del sentido rítmico. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 123 Cuando son capaces, repitiendo palabras, batiendo palmas o mediante movimientos, de mantener firmemente una métrica, sintiendo a la vez la continuidad y la fluidez de sonidos o movimientos, podemos iniciarlos en juegos con el tempo. • El maestro marca la percusión de una serie básica de unidades, con el tambor; los niños dan un paso por cada sonido. El tempo es medio. Se ruega mucha atención auditiva; explicar que si surge algún cambio, deben inmediatamente responder a él. Muy gradualmente acelerar el tempo. Los alumnos deben «seguir» al tambor muy concentradamente. Al llegar a un tempo rápido, mantenerse en él un largo tiempo. Muchos niños captan la aceleración, pero no pueden manifestarla con la graduación debida, sino que lo hacen sin sentido, aumentando la velocidad por impulsos bruscos. Al desacelerar progresivamente hay que intentar conseguir la misma graduación que al acelerar. Mantenerse también un tiempo con el tempo lento y pasar después al tempo medio. El educador ha manejado a sus alumnos mediante su instrumento de percusión. Ahora se trata de no hacerlo con movimiento, sino sólo vocalmente, usando una palabra monosílaba, por ejemplo «pan», siempre dirigidos por el tambor o pandero. Cada uno individualmente realizará seguidamente un ejercicio corporal en el que apli que la aceleración o el ralentizar. Lo hará uno a uno, para que nadie ni nada influya sobre él. N o le ayudará tampoco el maestro. • Por ejemplo, de píe, hacer un péndulo adelante-atrás con los brazos, con un tempo rápido. Mantenerlo unos segundos, como un reloj andando normalmente. Empieza a enlentecerse, hasta que se detiene. Luego comienza a marchar muy lenta mente y va acelerando hasta un máximo de velocidad. • Aceleración y desaceleración entre dos niños: este ejercicio resulta bastante dificil en su ejecución; la primera dificultad estriba en conseguir un tempo uniforme, parejo y constante entre dos; la segunda se debe a que una vez obtenido, la coordi nación temporal debe ser muy grande para poder acelerar o desacelerar manteniendo la medida progresiva que concierne a ambos. Lo realizamos sólo vocalmente en un principio. Obtener el tempo medio median te la misma palabra dicha alternativamente por uno y otro. Cuando se consigue claramente la manifestación de la duración y la sucesión, empezar a acelerar. Hacerlo hasta el límite posible en el que puede conservarse la alternancia sin superponer una palabra a otra. Al desacelerar, llegar al límite de len titud en que no se pierda la idea de sucesión. • Aceleración y desaceleración entre varios niños: en este ejercicio las dificulta des señaladas anteriormente se multiplican. Primeramente es conveniente practicarlo todos al unísono, pues se crea una comu nicación colectiva importante. 124 © WK Educación Después de que han encontrado un tempo medio común, el maestro puede decir les que empiecen a acelerar cuando quieran. No seguir la voluntad de un solo niño, sino que será un trabajo de grupo; la aceleración va a aparecer como fruto de la voluntad común. Lo mismo sucederá con el desacelerar. Después de haberlo hecho a coro, se puede ya practicar en sucesión individual, es decir, pasando la palabra de uno en uno en el orden del corro en que están sentados. El proceso es igual que en los casos anteriores, pero se produce un verdadero paso de energía sonora a través de los niños. • Aceleración y desaceleración en grupo, mediante movimiento: Cuatro o cinco niños forman una fila, de modo que cada uno ponga una sola mano sobre el hombro del que está delante. Si son niños pequeños, se les puede dar la idea del ferrocarril o de la serpiente si se mueve sobre líneas curvas. Esta fila empieza a andar lentamente; todos deben adaptar sus pasos a los demás, hasta que se cree el tempo común. Lo fundamental es no separarse ni juntarse dema siado unos a otros. Poco a poco van acelerando; debe ser gradual, apenas perceptible para quien los observe. Llegar a que los pasos sean muy rápidos pero medibles; no descontrolarse, porque provocará el descontrol en los demás. Desacelerar también gradualmente, hasta llegar a detenerse. Si los niños son muchos, hacerlo formando dos o tres files. Así, cuando se detie ne la primera, parte la segunda y así sucesivamente. • Transposición de tempo percibido visualmente a manifestación auditiva. Un niño realiza una secuencia de movimientos con un tempo determinado que surge de sí mismo. Por ejemplo, alterna sus brazos para describir líneas rectas o cur vas en el espacio. Cada línea es un gesto y equivale a un sonido. Otro lo observa, y una vez aprehendido el tempo, lo manifiesta con palmas o con el tambor. Un niño realiza una secuencia de pasos con otro tempo. Otro lo manifiesta sonoramente. Las variaciones dentro de estos ejercicios surgen de los problemas planteados por los propios alumnos y de su creatividad y espontaneidad. La transposición puede efectuarse a la inversa: un niño toca, con el tambor, una serie de sonidos iguales generando un tempo. Otro lo oye y luego lo expresa median te movimientos. • Ejercicio colectivo, con paso de movimiento: Sobre la base de la secuencia por sucesión individual pasando el sonido (palabra) de niño en niño, se puede<<jugar» expresándolo sólo con movimiento. Es decir, cada niño, en el orden previsto, realiza, por ejemplo, un movimiento de brazos, libre, que Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 125 equivale en el tiempo a una palabra. El resultado es un pasaje de movimiento a través de todos. • Cada uno va a pasar, después, de la posición sentado a incorporarse de pie. Se hará mediante movimientos cortados, por etapas, y no por un solo impulso. Cada vez que corresponde a cada niño, dentro de la sucesión, éste realizará una fase del movi miento total. Con el mismo método sucesivo, por impulsos congelados, pasar a sentarse. Resulta muy interesante este juego, por la conexión rítmica y móvil que se transmite entre los niños; siempre es la medida temporal y el tempo creado lo que rige, por encima de todo. 126 © WK Educación --------------Capítulo IV Ejemplos de ejercicios en progresión. Paso de lo temporal a lo temporo-espacial l. Subdivisión y multiplicación de valores temporales 2. Instrumentos de percusión. Su incorporación al trabajo 3. Formación de frases rítmicas 4. Juegos imaginativos 5. Figuras en el espacio Capítulo IV • Buscar, con los niños, cuatro palabras llanas de dos sílabas. Decirlas en suce sión, tomando cada sílaba como unidad sonora. N o efectuar pausa entre una y otra palabra. El esquema rítmico que se establece es el siguiente: Las acentuaciones prosódica y rítmica coinciden, generándose un ritmo de los tiempos o binario, pues el acento recae cada dos sílabas. a) Todos al unísono decir las palabras, sintiendo claramente el ritmo binario. Al llegar al último compás, retomar otra vez el primero. Marcar con una palmada sólo las sílabas acentuadas. b) Dejar de decir exteriormente las palabras, pero continuar marcando los acentos con las palmas. Cuando se suprimen las palabras se las va recordando mental mente en un principio; luego ya no es necesario. Automáticamente el niño retiene el tamaño de la frase rítmica (cuadratura). Sin perderse, puede otra vez volver a decirlas en voz alta. e) Suplantar el último compás por silencios: 1 J .,.1 1 J J 1 -~ ~ ( t>i- o) d) Aumentando los compases de silencio, sucesivos esquemas a realizar: Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 129 e) Efectuar todo el proceso anterior, suprimiendo palabras y suplantándolas por los silencios correspondientes. Luego a la inversa, suplantar en sucesivas secuencias los silencios por las palabras. Realizarlo todo de continuo, sin que el educador deba dirigir: Esquema total 1 .j lcalt"PG' 4 ~-r~~~~~~~~~~*--*-+.~~~+-~~+-~~ Al terminar el esquema 6 recomenzar por el l. • Conmovimiento; ejercicio rítmico-espacial. Efectuar el esquema 1 con pasos en todas direcciones, todos a la vez, marcando el acento pasando a nivel bajo y simultáneamente con palmada, o sólo con palmada. Esquemas 2, 3, 4, 5, 6.- Continuar en ellos con la libertad de dirección en los pasos. El silencio de un compás íntegro debe ser bien medido, y consiste, corporal mente, en permanecer en la inmovilidad, congelando el movimiento anterior. Los silencios de dos y tres compases son más dificiles de medir; lo importante es «entran> con precisión en el siguiente compás exteriorizado. La vivencia del silencio común es una experiencia muy útil para la comunicación rítmica colectiva. El ritmo une subterráneamente durante la energía no manifestada, y exteriormente, en la que se manifiesta. El juego rítmico estará verdaderamente conseguido cuando no exista una real necesidad de recordar interiormente las palabras. Agregar un movimiento libre, continuo y lento de brazos durante los pasos, que cesará, por supuesto, en el silencio. Cada vez, entonces, que se entra en un silencio la posición del cuerpo es diferente, hay una mayor creatividad de una secuencia rít mica muy definida, y se realiza trabajo corporal total. 130 © WK Educación • Sobre la base de este esquema ~ ;r J ~ 1 J ~· • J J ~ - ~ ~ J 1 'Ccillrf'O 111,.-l:le ~ l'lr ·O seguiremos trabajando sobre el ritmo de dos tiempos, pero enriquecido mediante la utilización de palabras de tres sílabas llanas y otras agudas. Teniendo en cuenta la coincidencia que debe corresponder a los acentos prosódi cos y rítmicos, para usar palabras de tres sílabas, llanas, sin salir de la medida bina ria, lo efectuaremos así: estableciendo una pausa entre una y otra para integrar el compás binario. • Haremos, todos al unísono, los dos esquemas sucesivamente. El primer esque ma, dos veces, marcando los acentos con palmas durante el primero, continuar marcándolos en el segundo. La palmada coincidirá una vez con el silencio, y otra vez con el acento prosódico de la palabra trisílaba. Este es el mejor modo de tomar con ciencia de que la medida rítmica no ha cambiado en el segundo esquema, puesto que todos continúan con la misma acentuación que realizaban al principio: Hacerlo con las palabras y guardando los silencios correspondientes. • Llegar a sustituir las palabras (es decir, las sílabas), por palmadas. De esta mane ra se manifiesta exclusivamente la percusión de la secuencia rítmica. La percusión así efectuada por palmas es la más elemental, primitiva, y la prime ra que deben practicar los niños. Los primeros instrumentos a su alcance y cuya ejecución es completamente natu ral, son los que le proporciona su propio cuerpo: palmas, pitos (frotando dedos mayo res con pulgares), palmas sobre rodillas y pies contra el suelo. • Podemos, usando dos tipos de instrumentos naturales, como palmas y pitos, eje cutar rítmicamente los dos esquemas superpuestos al unísono. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 131 Para ello dividimos al grupo en dos, A y B. El grupo A tocará mediante palmas el primer esquema; el grupo B, mediante pitos, el segundo esquema. El maestro dará la entrada dando dos compases previos. Atención al hecho de que el grupo B empieza con un silencio. • Con movimiento.- Practicar los esquemas 1 y 2 sucesivamente, con pasos, todos al unísono. El maestro toca el ritmo con el tambor y además dice las palabras corres pondientes para que los alumnos puedan seguirlos sin dificultad. Marcar bien acen tos y silencios. El segundo esquema, en la ejecución corporal, presenta dos problemas de sincroniza ción: uno, el silencio, que teniendo la duración de una sílaba o unidad sonora, resulta muy corto, pero equilibra perfectamente la sucesión de las palabras trisílabas. Otro, el acento de estas palabras, que se manifiesta en el segundo paso. Por lo tanto este impulso dinámico hay que remarcarlo exteriormente, lo cual puede hacerse, entre otras posibilidades, pasando a nivel alto o bajo; resulta dificil hasta que el ritmo no ha entrado verdaderamente en cada niño. Los esquemas 1 y 2 en sucesión, pueden realizarse con movimiento de esta manera: Sobre el esquema 1 todos corren al unísono. Al llegar al esquema 2, sucesivos solos, cada dos compases (es decir, cada niño dos compases que equivalen a una pala bra trisílaba y el silencio correspondiente). • Agregamos a los anteriores el esquema 3, compuesto por cuatro palabras bisí labas agudas: 2. r 1 ~ ..1 1 .1 .J. 1 .J . .J· 1 J J f J J J J J 1...J .J ~¡ J' J ~ ~- 'me< tbJ-"'rG ~-me 1.Gn-1.j. 1110n-me taJ. .. "J'!O ~a"L- 'Jt\e . 61\-'l Trabajarlo mediante las palabras y luego suplantarlas por palmas. El ejecutarlo percutiendo con pies en el suelo, con desplazamiento, ya incluye trabajo corporal; el acento se puede dar hacia abajo, contra el suelo. También puede darse hacia arriba, en cuyo caso no existe percusión, pero es muy expresivo realizado centrífugamente con tronco y brazos. El siguiente sonido corresponde en este caso a la distensión mus cular natural, después del lanzamiento de energía hacia afuera. De esto se deduce que el movimiento realizado es totalmente orgánico desde el punto de vista corporal. .! J J ' ; J J J J J C6J1l"\ po T\U. u G.'A. sa.. rLa En esta representación gráfica la figura ( J) que simboliza el sonido se llama blanca y su duración equivale a la de dos negras. Cada sílaba se dice, entonces, en el tiempo en que se decían dos, o sea, una palabra bisílaba. 132 © WK Educación Quiere decir que se ha duplicado la duración de la unidad sonora. Representaremos ahora el esquema total formado por la sucesión de los precendentes: • Haremos que los niños interpreten este esquema total, sonoramente, de diferen tes maneras. a) Vocalmente, mediante las palabras, todos al unísono, empezando por el esque ma 1 y encadenándolo con el 2, 3 y 4. b) Mediante palmas, al unísono. e) En sucesión, cada niño un compás, usando las palabras. En el caso del esque ma 2, cada niño expresará dos compases consecutivos para abarcar la palabra trisílaba completa. d) En sucesión, cada niño un compás, usando palmas. e) A dos voces simultáneas, coordinando los esquemas 1 y 2, y a continuación, 3 y 4 mediante palabras. f) Lo anterior, suplantando palabras por dos tipos de instrumentos naturales, uno para cada voz. g) El esquema 1 a coro; los esquemas 2 y 3, mediante sucesión, cada niño un compás; el esquema 4, a coro. h) Sobre esta base, las formas de interpretarlo admiten enorme variedad. El encontrar nuevas posibilidades es trabajo conjunto de profesor y alumnos. Es para el educador muy fácil trasladar a movimiento el esquema total tomando como guía todas las variaciones anteriores. La interpretación que figura con la letra f puede hacerse de modo que existan dos grupos que actúan; uno, bajo la conducción de un niño que bate palmas; otro grupo es dirigido por el niño que toca pitos, o incluso algún ins trumento, como el tambor o pandero, para que el contraste sea mayor. Se sobreentiende que las interpretaciones «a coro» corresponden a movimiento cor poral de todos los niños, y los «solos», a trabajo individual. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 133 l. SUBDIVISIÓN Y MULTIPLICACIÓN DE VALORES TEMPORALES Se ha analizado el ritmo de dos tiempos tomando como unidad la sílaba. Arbitrariamente se ha hecho corresponder ésta con un signo musical, la negra ( ~ ). Niños ejecutando un ejercicio de ritmo. 134 © WK Educación Decimos «arbitrariamente», pues también hubiésemos podido tomar como unidad la corchea ( ~ ) o cualquier otra figura. Continuemos con la idea de que la unidad es la negra para poder establecer, sobre esa medida, subdivisión o multiplicación, lo que da como resultado otras integraciones den tro del compás binario. • Supongamos que los alumnos están caminando sobre este esquema rítmico: Cada paso corresponde a un sonido de tambor. Acto seguido se les dirá que por cada sonido den dos pasos en lugar de uno (el tam- bor continúa marcando negras). Están subdivdiendo. Otra manera de realizarlo, ahora vocalmente: Escogemos el mismo esquema rítmico, manifestado mediante una palabra bisíla ba: blanco Dentro de la duración de una sílaba (blan) debemos decir la palabra completa (blanco), de modo que cada compás se compondrá de dos veces la palabra «blanco». Esto significa que cada sílaba ahora tiene la mitad de duración que en el esquema anterior. El signo musical, cuyo valor equivale a la mitad de una negra, es la corchea (J'). Esta equivalencia se representa así claramente: • Si en lugar de dividir duplicáramos el valor temporal de una negra, uniendo sonoramente las dos que forman un compás, el signo que indica esta duración corres ponde a la blanca (J). Dentro del compás binario entonces sólo se puede entrar en una blanca. La sílaba que la representa sonoramente es muy larga: Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 135 • Para que los niños sientan la relación de valores de duración muy clara se puede realizar el esquema A con dos palabras distintas: una, monosílaba, para representar la unidad sonora (J); otra, bisílaba, para representar la subdivisión de la negra en dos corcheas (JJ): La relaciónJ (sol)=~ (luna), es fundamental. En el tiempo que se dice sol debe decirse luna. Tiene la misma duración, pero la primera se compone de un sólo soni do y la segunda de dos sonidos. Para ejecutar el esquema anterior, dividir a los alumnos en dos grupos, que traba jarán simultáneamente. • Un modo de sentir esta subdivisión sin un esquema rítmico prefijado consiste en la siguiente experiencia: cada uno, individualmente, percute con la mano en el suelo, la mesa o bate palmas el ritmo base: un sonido fuerte, otro débil. Por cada toque se dice «sol» o «luna». Al decir luna, en el tiempo de duración de la palabra sol se está efectuando la subdivisión. De este modo, cada niño puede realizar su serie propia sin un orden fijado de antemano, cambiando de palabra cuando quiere. Daremos un ejemplo de esquema que puede surgir: ~ r 1 ..J JJ ..... J ...._. _____ ~-------f--41'----.1~ ~l.- lu~ .$dF-"'l~ 1U."P.C..-:5b1.. • Todos simultáneamente, con la misma base métrica, harán su búsqueda indivi dual. Incorporar silencios a esta búsqueda; silencios que equivaldrán a «sol» o a «luna>>, pero por ahora no a «lm> o a «na». Quiere decir que estas pausas tendrán la duración de una negra. 136 © WK Educación Tomemos como base el esquema rítmico anterior e incorporemos silencios supri miendo la palabra correspondiente: 2 r t .J n • Para que los niños se familiaricen con las relaciones entre sonidos de dos dife rentes valores, como negras y corcheas, practicar esquemas como el siguiente: -J J que contrapuesto al mismo esquema, pero con simultaneidad de los compases con trastantes, sería practicado por dos grupos al unísono: Otro esquema para ser ejecutado por dos grupos: • Podemos establecer la relación espacial correspondiente al juego de negras y corcheas mediante un sencillo movimiento de brazos. Posición de partida: de pie, brazos colgando desde los hombros a los lados del cuerpo. Elevarlos por delante hasta llegar a la vertical con la duración de una negra (sol); volver a la posición de partida con la misma duración. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 137 Cada movimiento, tanto el de levantamiento como el de descender, fue realizado con una sola energía continua; desde el punto de vista sonoro, con un solo sonido. Varias veces. Ahora efectuar el mismo recorrido, pero subdividiendo el movimiento en dos fases ( J1: luna); son dos energías, una correspondiente a cada corchea. La primera, en cuan to a recorrido espacial hasta la altura de los hombros (mitad del camino a recorrer); la segunda, desde esa altura a la vertical. Los dos movimientos anteriores tienen la misma vía espacial y la misma duración total, pero el segundo está subdividido rítmica, espacial y kinestésicamente. Visualmente, el movimiento subdividido exige más rápidez, como auditivamente también las corcheas se ejecutan más rápido que las negras. Para que la relación entre las duraciones de negra y corcheas sea no sólo auditiva, sino también visual, hacer el ejercicio anterior entre dos niños que actúen uno frente al otro; uno trabajando sobre negras y el otro sobre corcheas. Pasar a hacerlo los dos en corcheas o los dos en negras. Deben coincidir en todo momento las coordenadas espaciales de los movimientos. El levantamiento de brazos se hará por los laterales del tronco. • Contramovimiento individual. Posición de partida: de pie, un brazo arriba, en la vertical; el otro, abajo, colgando desde el hombro. Los brazos van a moverse en contra, mientras uno asciende el otro desciende, ya sea por delante o por los laterales. Hacerlo primeramente sobre ~~ : luna, de modo que en la primera corchea ( «lm>) estarán ambos en la mitad del recorrido, a la altura de los hombros; en la segunda cor chea (<<na>>) estarán ya en la posición contraria a la que habían partido. Luego realizarlo sobre ,J: sol. El movimiento se manifiesta mucho más orgánico y tranquilo. El ascender de un brazo se compensaconstantemente por el bajar del otro. La coordinación témporo-espacial debe ser total. • Contramovimiento entre dos niños. Posición de partida: un niño con brazos arriba; el otro, con brazos abajo. Realizar entre ambos el contramovimiento; primeramente mediante la subdivisión. 138 © WK Educación En el primer sonido se encuentran los cuatro brazos a la altura de los hombros; en el segundo llegan a posiciones contrarias. Sobre .J : sol, el movimiento tiene las mismas características que efectuado indi vidualmente, pero, desde luego, la coordinación entre dos es más dificil. • Trabajarlo entre dos niños, en espejo. • Sobre la base de los valores anteriores, <<jugando» a veces con negras y otras veces con corcheas, se puede liberar el movimiento de los niños que lo hacen en pare jas, cambiando cuando cada uno quiere, usando silencios y realizando todas las com binaciones posibles con estos pocos, pero ricos, elementos. Si rítmicamente responden, y esa liberación se efectúa por supuesto dentro de la métrica, se les impulsará a las variaciones del movimiento, integrando a todo el cuerpo. Los dos que trabajan juntos deben sentirse como parte de un mismo mecanismo, regido por idénticas leyes temporales. • Usaremos ahora instrumentos naturales para interpretar rítmicamente la subdivisión. la J (flor) mediante una palmada. Las r;J (casa) mediante palmas contra rodillas. Al mismo tiempo que se utilizan los intrumentos naturales mencionados, en un principio esta percusión puede ir acompañada de las palabras correspondientes, a fin de facilitar la interpretación de los esquemas. Primeramente ejecutar este ritmo todos los niños simultáneamente: Después, divididos en dos grupos: Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 139 Como puede comprobarse, es posible efectuar sólo con estos elementos un sinfin de variaciones rítmicas, dentro de la imagen de diálogo entre dos grupos. Sobre esta idea puede jugarse a algo muy divertido e instructivo desde el punto de vista rítmico. Las imágenes siguientes servirán para el trabajo con niños pequeños; se sobreentien de que los niños mayores no necesitan de ellas, aunque con ellos puede plantearse tam bién como juego. • El profesor será en un principio «el jefe indígena>>; luego podrá ser sustituido por un niño. Los demás niños formarán la tribu. Todos están de pie. Las dobles corcheas (/~1) seguirán siendo marcadas golpean do rodillas con las manos; por supuesto debe flexionarse rodillas y tronco hacia ade lante para poder percutir. La negra se marcara con palmas, pero con un amplio movimiento de brazos, gol peando las manos por encima de la cabeza. El profesor hará un compás binario, con la integración que desee, por ejemplo J1 o n n , etc. Los niños deben contestar al unísono, repitiendo la percusión del <<jefe», con el movimiento adecuado para cada instrumento y para cada figura rít mica. Sólo esta repetición exige un funcionamiento muy activo de la capacidad de aten ción y de sincronización, ya que, sea como sea el orden dado por el maestro para dichas figuras, siempre la negra se interpreta con palmas y las corcheas con rodillas. Después se proseguirá el juego complicándolo un poco más: los alumnos contes tarán lo contrario de lo que exprese el profesor, entendiendo por «contrario» el cam biar, cada vez, negra por corcheas dobles y viceversa. Ejemplo: 2,. r Teóricamente parece dificil de coordinar, pero los niños lo asimilan y reaccionan con rapidez. Es interesante que luego cada niño pase a ser <<jefe». 140 © WK Educación • Lograremos ahora el mismo juego pero sobre compás temario, cuya integración consta de tres negras o sus equivalentes. Realizarlo de modo que los niños repitan el ritmo dado por el profesor. Ejemplo: 3 - b.~ ~ ~ : : : 1 ~~ ~~ ==:-=-~r--:t- ~-iJJ -- --· --~-- -- -.- f~~ Plantearemos ya la subdivisión de las corcheas, para poder hacer uso de nuevos elementos rítmicos. Si con la misma duración de la palabra «casa>> (J7), expresamos otra de cuatro sílabas (por ejemplo, «suavemente»), estamos subdividiendo nuevamente. Por cada sílaba anterior debemos decir dos, o sea, que la expresión de la palabra tetrasílaba debe ser muy medida y acentuada dinámicamente en la primera; un poco menos dinámicamente en la tercera. El signo que representa la mitad de la corchea es la semicorchea (,f). De allí que t=n. Representaremos gráficamente la relación de valores entre negras, corcheas y semicorcheas. ~\e~~t.e. .~ Es fundamental comprender que = n = . Es decir, que cada agrupación de cuatro semicorcheas tiene el mismo valor temporal que la negra; por tanto pueden suplantarse mutuamente, como también por la doble corchea. Volviendo al juego anterior y aplicando lo aprendido: Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 141 Se puede expresar el núcleo ~ mediante pitos. Cada niño pasará al lugar de <~efe». En su realización se comprobará el grado de comprensión, asimilación e interpretación del tema, como asimismo resaltarán las difi cultades individuales en la captación de la medida de compases, palabras, sílabas y su dinámica. En una palabra, la capacidad y sentido rítmico particular, así como la cone xión temporal con los demás. Desde el punto de vista del movimiento efectuado para manifestar el ritmo por intermedio de los instrumentos naturales, se comprobará su capa cidad de coordinar lo motriz con lo temporal, mediante el control mental adecuado. 2. INSTRUMENTOS DE PERCUSIÓN. SU INCORPORACIÓN AL TRABAJO Antes de pasar a trabajar con instrumentos de percusión propiamente dichos, los alum nos han que tener práctica en ejercicios rítmicos mediante palabras, como los ya plante ados, y también deben haber ejercitado las posibilidades de percusión que le brinda su propio cuerpo. Para recibir auditivamente con claridad la diferencia sonora entre los instrumentos naturales, es bueno que oigan, con ojos cerrados, la ejecución de cada uno de ellos, y los reconozcan. Así como también repetir con ojos cerrados, y mediante el mismo instru mento que el modelo, un ritmo tocado por medio de uno de ellos. Recordemos que, como ya lo hemos establecido, los instrumentos naturales son cua tro: palmas, pitos, pies y rodillas. • Combinando la labor de los antedichos instrumentos, hacer todos a la vez: Mediante percusión de pies en el suelo, éstos actúan como instrumentos, a la vez que el cuerpo en su totalidad se mueve en el espacio. Ya hemos visto algunas posibi lidades elementales que brinda el salto, lo cual, unido a la reproducción de compases o frases rítmicas, compone un trabajo en totalidad del cuerpo en el espacio y en el tiempo. 142 © WK Educación Ejercicio ritmico-sonoro entre varios niñas. Manual de psicomotricidad, ritmo y expre-.'rión corponil 143 • En el ejercicio de saltar tres veces sobre cada pie se crea un ritmo temario que debe ejecutarse claramente. ~ 1 F.t~ JJ _ , 1 ~ , .b ~~ p:lé::i.~ pudiendo después transformarse este compás en el siguiente: d. ·~~~pie ~~ita uniendo las dos últimas corcheas en un sólo sonido. Si lo hacemos más rápidamente, será: Hacerlo avanzando, para lo cual todos los niños se ponen en fila y van saliendo uno por uno a realizarlo. Pasar a: Ya: 2:. ~~111--!f--,r--------'lir-----f Pie ~l"id .Pié '!:UitL"!J::rdG pie derecho, pie izquierdo, bastante rápidamente. • Coordinación de pasos y saltos Tres pasos y un salto muy dinámico. El salto corresponde al primer sonido (natu ralmente dinámico) de cada compás. Lo dificil para los niños en este caso es que el salto dure lo mismo temporalmente que cada paso; la tendencia natural es que ese sonido deba ser de mayor duración. 144 © WK Educación Ir disminuyendo el número de pasos: ..3. ~JJt~Jj Luego: • Otros esquemas rítmicos combinando correr y saltar: ·L r; A } 1nnrnn las corcheas corresponden al correr y las negras a saltar. Las corcheas son pasos y la negraun salto sobre una pierna, quedando en equili brio. Con esta medida rítmica, una vez se mantiene el peso del cuerpo sobre la pier na izquierda y otra vez sobre la derecha. Variación del anterior: Las corcheas son pasos (rápidos, casi correr), y las negras constituyen un salto doble sobre el mismo pie. Como se puede deducir, las variaciones que surgen sobre estos juegos son innumera bles. Los anteriores van a título de ejemplos. • Ritmo entre dos por intermedio de instrumentos naturales. Uno frente a otro. Interpretar un ritmo binario así: el sonido fuerte, batiendo pal mas de uno con las del otro; el sonido débil, cada uno en sus propias rodillas. La sin cronización de movimientos debe ser perfecta, dentro de la sencillez del ejercicio, para que el ritmo se exteriorice bien. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 145 Mientras algunas parejas de niños marcan esta base, otros harán con la voz: Los que tocan la percusión, subdividen ahora dando dos sonidos con palmas ( ) y dos con rodillas ( ); también la voz subdivide: Pa~. \t RXHlLaS~~_.~~~_.~~~~~~ Puede establecerse una tercera voz: ~Y~~~~~~~~~~~~~~ ~nas • Seguidamente usaremos tres instrumentos naturales y la voz para los sonidos más largos. También estableceremos la relación de la unidad con otros valores tem porales. Dividimos a los niños en cuatro grupos, cada uno de los cuales usará un instru mento, ayudados en un principio por palabras: 146 © WK Educación • También se puede plantear así: cada grupo entra con un compás de diferencia, en sucesión: Después de entrar en sucesión también pueden quedar tocándolo todos al unísono. Cuando haya pasado un tiempo de práctica con instrumentos naturales y la rela ción entre los valores temporales está comprendida y asimilada, se puede empezar con instrumentos de percusión como tambor, pandero, palos o claves, caja china, triángulo, platillo, crótalos, maracas, bombo, timbales, etc. En una palabra, el mate rial de que se disponga en el colegio. Los mismos ejercicios rítmicos que hemos realizado con palabras o con instrumen tos naturales, son los que trasladaremos a la ejecución con instrumentos de percusión. Lo fundamental es establecer una base métrica en cada ejercicio que sirva de guía y sostén para todos. Por ejemplo, tocar con tambor lo siguiente: • Desde esta base, empezar a suplantar la negra por otras integraciones equiva lentes, por medio de palabras, aunque el tambor debe subrayar sin cesar el acontecer rítmico. Los acentos coinciden siempre con el tambor, por lo tanto las tres palabras deben tener la misma duración, a pesar de la diferencia en la cantidad de sílabas. Sustituir las palabras por sonidos. En un corro de niños, que cada cual maneje un instrumento, puede hacerse el esquema anterior, de modo que cada uno, en sucesión, realice el compás correspon diente. Uno de los niños o el profesor, con tambor, conduce al grupo marcando la base en negras. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 147 • Vamos a trasladar este ejercicio rítimico a movimiento en el espacio a través de la utilización del gesto como símbolo. Para ello diremos a los niños que vamos a «hablar mediante movimientos». Representamos a la = Juan, como un movimiento circular efectuado con un solo brazo; = Pedro, dos rectas alternadas con cada brazo y · = Manolito, como una línea ondulada dibujada con un brazo, los dos, o con todo el cuerpo. Al principio realizamos el movimiento unido a la palabra. Luego, el primero sustituirá a la palabra como símbolo, de modo que al observar los gestos, sabremos qué vocablos representan. En una primera fase, entonces, cada niño, en sucesión, interpretará con movimien to y palabra el compás que le corresponde al pasar de uno en uno. Después, continuar en sucesión y en el mismo orden de actuación, pero cada uno dirá la palabra-gesto que quiera, puesto que todas tienen el mismo valor temporal. Al fin, expresarse sólo mediante los sucesivos gestos, que deben ser precisos en el espacio y el tiempo. Sobre esta base, saldrá un niño al frente y «hablará>> por medio del movimiento. Con tiempo y métrica seguros manifestará, mediante el gesto, una serie de compases en el orden que desee. Los demás interpretan los dictados del «solista». Un ejemplo de esquema formado: Durante el desarrollo de las clases siempre se tendrá presente que el trabajo rítmico y el corporal deben estar en continua interacción. Una vez obtenido un ejercicio mera mente rítmico se intentará transformarlo en espacial y viceversa, de modo que más ade lante sea totalmente natural para el niño esa integración. • Sobre las mismas figuras rítmicas del ejercicio anterior, pero con otras palabras cuyo sentido esté en relación con la acción efectuada, podemos dar otro ejemplo de juego con desplazamiento, también aplicable a intrumentación. Cada sílaba es un paso. Las corcheas realizarlas mediante pasos, tempo normal. En las semicorcheas, correr. En las negras, pasos largos, lentos y sostenidos. 148 © WK Educación Primeramente practicar cada figura rítmica independientemente. Después el esquema total, con una buena transición entre los diferentes valores. • Otro modo de hacerlo sería formando con los niños tres grupos, cada uno de los cuales se mueve sobre una de las figuras rítmicas, superponiendo los tres esquemas simultáneamente: Después de cuatro compases, todos los grupos cambian por el esquema siguiente en la ordenación anterior. • Realizar con instrumentos de percusión, todos al unísono, la frase l. • Realizar el esquema 2, formando previamente tres agrupaciones de instrumen tos de percusión, actuando todas al unísono y cambiando de integración cada cuatro compases. • Efectuar con palabras el siguiente esquema, a dos voces, en forma de canon: A .· . t~ • 1~ Realizarlo luego mediante dos agrupaciones de instrumentos de percusión. • Conmovimiento. Para cada figura rítmica, a fin de que no se manifieste de manera totalmente caó tica, estableceremos un tipo de movimiento de brazos. 1 n l n 11 lo efectuaremos con rotación hacia adentro-distensión; rotación hacia afuera-distensión, dando libertad en cuanto a altura y direcciones espaciales. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 149 ~~~l lo manifestaremos mediante el «remolino» pero marcando limpia mente el ntmo, con precisión. J 1 ,J ! serán movimiento amplios, simétricos, de suave deslizamiento en el espacio. Hacer la frase 1, todos al unísono, aplicando esos movimientos. Entrar poco a poco con desplazamiento corporal integrando pasos, saltos, girar, deslizar pies en el suelo, etc. El movimiento corporal se hace total. • Dividirse en dos grupos y llegar a hacerlo en canon, con movimiento. • Independización de piernas y brazos. Un niño da un sonido con tambor (duración= ) y otro con triángulo ( ) compo niendo entre ambos un ritmo binario. Con el sonido de tambor los niños dan un paso; con el sonido del triángulo, un movimiento libre de brazos. Independizar cada zona. Dentro de lo que llamamos aquí «paso», nos referimos a todo tipo de movimiento de pierna en que exista un traslado de peso: puede ser lateral, atrás, adelante, con flexión de rodilla, con apoyo de talón con rotación de pierna, etcétera. Descubrir posibilidades. El tambor subdivide luego correspondiendo con dos pasos a los sonidos del tambor. • Ejercicio respiratorio adaptado al compás binario. El niño toca con el triángulo un compás binario; otro, con el tambor, el compás siguiente y así sucesivamente. -:(:;a]Ñ:rr• ....,......._--li,_---r-+--+-~~,.__--.__~.,_-j--- 1 r~ '---il---+-___....,.._...,,._.._. - ···- 150 © WK Educación Los demás niños ensayan un ejercicio respiratorio: partiendo de tronco, brazos y cabeza colgando adelante, flojos. Inspiración con reconstrucción de tronco, cabeza y brazos que suben muy alto, coordinados con el compás que ejecuta el triángulo. Espiración conaflojamiento-relajamiento de las zonas trabajadas con el siguien- te compás efectuado por el tambor. Tempo lento. Hacerlo luego en locomoción. • Ritmo ternario Buscar cuatro palabras esdrújulas de tres sílabas. Tomamos ahora como unidad silábica a la corchea. Hacer los tres esquemas en sucesión después de haber estudiado a fondo el núme ro 1, que es la base. Primeramente con las palabras, luego con pasos, manifestando los silencios con claridad y medida. Dividirse en dos grupos, A y B. El grupo B hace los silencios, mediante palmas, que por consiguiente ya no serán tales. Realizarlo con pasos en dos grupos; el B da pasos durante los silencios estipula dos en los esquemas. En realidad los niños del grupo B continúan y terminan las energías originadas en los del A. Consiguiendo relación temporal, luego surge una transmisión de movimiento muy expresiva. Con instrumentos pueden también interpretarse estos esquemas coordinándolos en dos agrupaciones, y con el mismo sistema de que un grupo haga sonar su percusión durante los silencios del otro. • Daremos ahora un esquema para ser interpretado primeramente mediante las palabras, con un acompañamiento en el que se emplea obstinato rítmico. Éste con siste en una figura rítmica, repetida en forma obstinada, produciendo un resultado muy armónico en los acompañamientos. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 151 Agregamos un nuevo instrumento: • Como preparación a la forma rondó, haremos los siguientes esquemas, inte grando a los instrumentos en tres diferentes agrupaciones: Rondó.- El estribillo es repetido por todos los instrumentos al unísono, después de cada uno de los solos (A, B y C). 152 © WK Educación Puede formarse un núcleo de tres instrumentistas que realizarán estribillo y solos sucesivos, a la vez que el grupo más grande ejecuta el movimiento. Habrá tres niños que harán los solos en movimiento, habiendo aprendido de memoria, cada uno, su frase rítmica. Este juego plástico-rítmico es muy formativo y atrayente, pues memorizando el estribillo, los niños pueden fácilmente improvisar movimientos absolutamente libres con o sin desplazamiento; con trabajo total o parcial del cuerpo, sobre la base métri ca establecida. 3. FORMACIÓN DE FRASES RÍTMICAS • Es interesante y altamente educativo desde el punto de vista de la percepción auditivo-temporal que el maestro toque en el tambor una pequeña secuencia de soni dos con una determinada acentuación y que los niños encuentren palabras que «sue nen>> rítmicamente igual. Por ejemplo: f Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 153 Ahora, a la inversa: a partir de dos o más palabras combinadas buscamos transmi tir su acentuación y duración por percusión: {.,. J) . J) .b 1 .b .b· • ,. J) 1 J1, Jl ca.. :bl1- - l\0 . ver - ae ca. w.. - '(,\0 •• Quedémonos con esta pequeña frase rítmica. Los niños buscarán otras frases que coincidan rítmicamente con ésta: «cocodrilo tiene sed», etc. • El profesor va a tocar la frase rítmica mediante tambor o pandero. Los alumnos deben asociar la figura (cuatro toques rápidos) a «Genoveva>>; .n a «salta>> y el sonido largo .1, a «bien>>. El profesor cambiará, al efectuar la percusión, el orden de las palabras, es decir, el orden de los compases. Los niños deben descubrir cómo está expresada cada vez la frase. Por ejemplo: 154 .J JJ J , n 1~~~1ier\. JCXl.J~,~J~--++4-~~~~~ ~----~~~--~~::~·~~~~ ~------+4~~---H~~~-i~~~ta~ -t-41~ .... __....,to~~~ .... --- -HP----f·f/A-------{.t;.i.e:n. bE-eh. ~l.:fa.,_ © WK Educación Lo que ha hecho el profesor es lo que ahora debe hacer cada niño. Expresar la frase compuesta por tres palabras, cambiando el orden o efectuando repeticiones, mante niendo muy bien la medida y el valor de las diferentes figuras rítmicas. Este mismo juego se practicará luego con movimiento en lugar de percusión, ya que ésta se puede manifestar perfectamente mediante trabajo corporal. Una idea para trabajarlo corporalmente consiste en simbolizar cada figura rítmica, es decir, cada palabra, por un movimiento determinado; de este modo se establecerá un código de gestos, poniendo así en juego la capacidad de simbolización de los niños. • Expresar la frase primitiva entre dos: A~~rr=--~en- B~---4~~~~--~~~ Tres niños, o tres agrupaciones, en canon, dejando dos compases de silencio entre palabra y palabra: B 1 e~--~----~~~~--~~~~~~ Este esquema resulta muy sugestivo efectuado sobre la base de percusión de pies en el suelo. Es decir, con pasos y desplazamiento, dejando libertad absoluta al movi miento del tronco. Sobre todo en la expresión de la negra; como se da un solo paso, el movimiento de tronco continúa y completa la duración del sonido largo. La sincronización temporal y espacial que exige la buena interpretación del esque ma, unida a la libertad concedida al trabajo corporal, constituyen una ejercitación completa de los sentidos rítmico y espacial, de la capacidad de improvisación e ima ginación psico-somática, y de la comunicación. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 155 • Con instrumentos, y sobre la misma frase rítmica, vamos a realizar una inter pretación libre. Al principio, todos al unísono, repiten tres veces la frase completa. A partir de la cuarta vez, cada uno expresa los compases en el orden que desea, con las repe ticiones que crea oportuno y haciendo uso de silencios, equivalentes a palabras completas. Sentir que, como la métrica básica es igual para todos, no existe el caos ni el desor den, aunque cada uno improvisa continuamente. El ritmo fluye, siempre manifestado de diferente manera por la distinta coordinación instrumental, pero sobre una base infalible y precisa. El matiz de sorpresa que es inherente a este tipo de interpretación basada en la libertad dentro de un tiempo dado, es una importante faceta del trabajo, a utilizar siempre que sea posible. Esto que hemos realizado con instrumentos se llevará a cabo a través de trabajo corporal en grupo. Se establece, por obra del ritmo, una relación constante en que cada niño se sien te como una célula dentro del organismo total; base de toda comunicación real, entre dos o más personas. 4. JUEGOS IMAGINATIVOS Aunque en todos o casi todos los juegos plástico-rítmicos planteados en páginas ante riores se hace uso de una elevada dosis de imaginación psico-somática, no nos queda otro camino, por razones de ordenación de temas, que establecer en apartado indepen diente este tipo de juegos. La importancia de la imaginación dentro de la expresión corporal ha sido ya destaca da. Pero hay que subrayar que todo trabajo o juego en el cual se desarrolle la función simbólica es crucial para que el niño comprenda el valor del signo, pertenezca éste a cualquier tipo de expresión: lenguaje corporal, hablado, escrito, escultórico, sonoro, poé tico, etc. El niño, desde que sabe que a cada objeto corresponde un núcleo sonoro que lo desig na o representa, está utilizando el símbolo. A su vez ese núcleo sonoro tiene una repre sentación gráfica mediante signos fonéticos, cuya adquisición debe realizar. Esa capacidad de sustituir por signos los contenidos que éstos representan constituye una de las actividades fundamentales de la mente, ya que es la que permite llegar a la dis quisición intelectual profunda. Por eso es importante una ejercitación del poder de sim bolización. Ya hemos visto durante la exposición de los diversos ejercicios rítmico-corporales que cuando se sustituye una figura sonora por un movimiento determinado o viceversa se pone en funcionamiento esta capacidad. 156 © WK Educación Los signos que representan a los sonidos, con su duración, dinámica y altura, son tam bién símbolos que el niño puede adquirir y utilizar. Desde luego que si trabajamos con niños pequeños, no les introduciremos en este estu dio, pues para ellos no tiene ningún aliciente el conocimiento teórico de laescritura musical. Sin embargo, en el trabajo con niños de ocho o nueve años, con los cuales ya se ha avanzado en la vivencia del ritmo, puede nacer como una necesidad planteada por ellos mismos el conocer la representación gráfica de secuencias sonoras. Nunca se debe enseñar como algo separado de la realidad y menos iniciar su estudio antes que la prác tica rítmica. Entre tantos juegos en que la imaginación y capacidad de simbolización se ponen en acción, daremos cinco diferentes ejemplos. • Nuestros brazos son espátulas que modelan la arcilla, que es el espacio. Dan forma a esa materia trabajando sobre planos, volúmenes, formas con distintas textu ras y consistencias. • Juego de las transformaciones. Ahora nuestro cuerpo es la materia transformable mediante un instrumento: el movimiento. Probar esta capacidad de cambiar: estirarse, enroscarse, alargarse, achi carse, retorcerse, soltarse, tensarse. Frenar ese movimiento en algún momento, pudiéndose captar como en un flash fotográfico algunos de los estadios de esa trans formación. Para trabajar con niños pequeños podemos usar imágenes más concretas y unas míni mas reglas de juego que rigen la transformación: • El educador da una idea determinada, por ejemplo, la de ser animales prehistó ricos; los niños buscan formas, desplazamientos, posiciones, movimientos. Cuando han desarrollado suficientemente la idea, dos sonidos de tambor les indican detención de todo movimiento, quedando en la posición última; en la inmovilidad, esperan que el profesor les diga en qué se deben convertir (objetos, animales, personas o cosas abstractas). Una vez que saben cuál es el siguiente fin de su transformación, ésta debe hacerse gradual y lentamente. Así sucesivamente. Variación: juegan sólo dos o tres niños; los demás observan. Cada uno inicia el juego siendo lo que él desea, sin previa explicación. Cuando el profesor toca los dos sonidos, todos se detienen y comienzan su transformación lenta y plástica en otro ser u objeto. Tres cambios; los niños que miran «adivinarán>> a qué se refirieron las suce sivas transformaciones. Uno de los medios de relación más espontáneo entre los niños es la agresividad. De ella, si la sabemos encaminar constructivamente, podemos extraer una necesidad de comunicación y convertirla en un medio de interrelación armónico y vital. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 157 1 ~ --------~ Juego de las transformacion~. hacle11do .sile~~cios corporale.s. 158 O WKBdDau:ión Juego de las transformaciones con la sugestión de diversos tipos de animales. Ma.nua.I de psicomotricidad, ritmo y expresión corpoml 159 • Simbolizar, de modo que intervengan todo el cuerpo, gestos de ataque y defen sa, sin llegar a tocarse, entre dos niños. Ralentizar el movimiento, y así, vivirlo más a fondo. De esta manera centramos la atención del niño en el placer del movimien to muy plástico en el espacio, sustrayéndole la significación agresiva primitiva. La relación antagónica del principio se resuelve en una búsqueda de la armonía y de la compenetración a través del movimiento. • Juego de las acciones libres. Mediante el uso de todo el cuerpo en movimiento, algunos niños ejecutan dife rentes acciones cotidianas que eligen libremente. Después, ir creando acciones comunes entre dos, entre tres o más niños. En todos estos juegos hay que estimular la capacidad imaginativa de cada niño y no dar imáge nes demasiado concretas de lo que deben hacer; sólo ayudar verbalmente sin dirigir. • Movimiento colectivo. De pie, en corro, cogidos de las manos. Cerrar los ojos. Sentir el ritmo respirtorio; dejar venir una suave ondulación a través del tronco-bra zos. El movimiento se empieza a transmitir suavemente entre todos. Cada uno forma parte de un todo: el mar. En cada niño se encuentran y se dispersan las ondas de movi miento que vienen y van, como olas en el mar. 5. FIGURAS EN EL ESPACIO Ya hemos analizado algunos ejercicios en los que se relacionaba un espacio a reco rrer con una medida temporal establecida previamente. Completando esos ejercicios y coordinándolos con una vivencia comunitaria del espa cio total, existen otras posibilidades, de las que estudiaremos algunas. Sabemos la importancia que tiene para el niño el adquirir la noción de estar dentro de un ámbito espacial, en el que su cuerpo puede cambiar de posición y orientación por medio del desplazamiento; también el adquirir la vivencia de la relación cambiante que se establece con otros cuerpos que se mueven, como el suyo, dentro del mismo espacio. El formar figuras geométricas entre todos favorece la percepción de ese espacio total que pueden moldear y cambiar en conjunto, así como también incentiva la sensación de formar parte, como célula indispensable, de un todo que adquiere, como una gran ameba, formas transformables. La correspondencia entre espacio y tiempo se hace palpable en este tipo de trabajo. Se trata de relacionar la elaboración en conjunto de dichas formas efectuadas en el espacio, con medidas temporales, que lógicamente pertenecen al ámbito sonoro. Estas medidas temporales son representadas visualmente por medidas espaciales, lo que significa una transposición de lo temporal a lo espacial. Es decir: no sólo podemos oír un ritmo desarrollado en el tiempo, sino que podemos ver su representación dentro del espacio físico. Así es cuando se hace más real la relación témporo-espacial. 160 © WK Educación - Daremos un ejemplo: • Entre cuatro niños crearán una circunferencia en el espacio, cuyo centro y diá metro aproximado han sido estipulados de antemano. Para ello, los niños se dis pondrán en una fila, fuera del futuro círculo. Lo harán corriendo con tempo tranqui lo, elástico y suavemente; pero saldrán uno a uno en sucesión, con un compás cua ternario de diferencias entre uno y otro. El esquema rítmico es el siguiente: Como entre niño y niño existe ese compás de diferencia, transportado al espacio, ese compás es una distancia que lo equivale. Si la medida de los pasos de todos está bastante uniformada por previo control, esa distancia (un compás), será igual entre todos y se mantendrá mientras los niños con tinúan girando en círculo. Equivaldrá a un cuarto de circunferencia: A Entre A y B, B y C, C y D, D y A existe una dis tancia que es la medida temporal de un compás. • La misma relación entre distancia en el espacio y compás (medida temporal) se puede establecer «transportando» entre varios una línea recta a través del salón. Seis niños se disponen en fila lateral. El primero que avanza es A, y con un compás temario de diferencia entre uno y otro avanzan los demás. ' 1 A B C: D F Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 161 • Formar un cuadrado entre cuatro niños, cada uno en un ángulo. Con cuatro pasos pequeños, medida de un compás cuaternario, van los cuatro por los diagonales, hacia el centro, donde se encuentran. Durante el siguiente compás, volver a sus puntos de partida. Por medio de dos compases sucesivos, A y D llegarán a intercambiar sus puestos, curzándose ambos en el punto central. Luego harán lo mismoB y C. • Cada lado del cuadrado será recorrido ahora mediante cuatro pasos largos, todos a la vez. La medida temporal sigue siendo un compás; pero para poder recorrer esta distancia, que es mayor a la recorrida anteriormente, hay que aumentar la amplitud de los pasos. El profesor marcará con percusión un compás de preparación: al iniciar el segun do, todos empiezan a andar al mismo tiempo. Al finalizar ese compás, A estará en B; B en D; D en C y C en A. Esperarán un compás de silencio y retomarán al siguiente efectuando otro intercambio de posiciones en el mismo orden. Así sucesivamente. • Dos niños parten del mismo punto (A); uno sigue el recorrido A B D, y el otro A C D. El tiempo de que disponen es de dos compases cuaternarios, uno por cada lado del cuadrado. La sincronización entre ambos debeser precisa; no perder nunca la sensación de la figura que están recortando en el espacio. Otros dos niños reco rrerán E D C yB CA. Hacerlo luego los cuatro niños simultáneamente. Cada uno tendrá su vía para andar, sin molestar el camino de los demás. Deben coincidir lo más precisamente posible en los ángulos por coordinación temporal y espacial. • El triángulo es otra figura con la que surgen muchas posibilidades para ejerci cios en los que se juegue con espacio y tiempo. Por ejemplo, en el triángulo isósce les, cuya base mida la mitad que los lados, se puede aplicar la subdivisión del tiem po, recorriendo éstos en corcheas y la base en negras. Todos los ejercicios con subdivisión y multiplicación de verbos, asi como trabajo sucesivo, unísono, con o sin silencios, son aplicables a las figuras geométricas en el espacio. Los ejemplos dados constituyen una simple muestra del camino a seguir. Profundizando en ello es posible crear sobre cada figura un sinfín de juegos variadísimos tomando como base la relación espacio-tiempo. 162 © WK Educación Una aclaración necesaria es que las relaciones entre tiempo y espacio nunca son abso lutas en sentido abstracto. No existe para cada medida temporal una medida espacial en correspondencia, sino que esa relación es relativa. Depende del movimiento ejecutado, de factores cambiantes como los tempos de realización de los ejercicios, su volumen y amplitud, etc. • Desplazarse mediante trayectorias curvas o rectas efectuadas libremente sobre una base rítmica, dibujando el espacio entre todos. El final de cada trayectoria está marcado por uno o más silencios donde el cuerpo adopta una forma precisa, escultó rica. Las trayectorias se realizan sobre las unidades temporales de la estructura rítmi ca (pulso), o también subdividiendo o multiplicando dichas unidades. Es importante en este ejercicio la vivencia del espacio total común a todos, donde cada cuerpo que se desplaza dibuja una línea; sentir la relación compositiva con los demás, no sólo con los cuerpos sino con las trayectorias creadas. Cruces, acercamientos, alejamien tos, líneas paralelas, perpendiculares, círculos que encierran, que pasan en tangencia, etc. vividos desde dentro de la propia composición cambiante. El juego rítmico y el uso de los silencios da coherencia al trabajo grupal. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 163 ---------------Capítulo V Conclusión Capítulo V Somos conscientes de las limitaciones que, en la profundización de una materia como motricidad y expresión corporal, crea la exposición teórica. Falta la esencia en la cual se asienta y de la cual nace el trabajo, ya que, como hemos planteado anterior mente, la meta fundamental que se persigue es contribuir a una formación equilibrada del niño, extrayendo lo más posible de su interioridad en base a sus posibilidades men tales y sensoriomotrices. Todo lo que podamos planear anticipadamente para la realización de una clase resul ta seco e inflexible si se aplica siguiendo un molde, pues es el espíritu del grupo el que debe influir en su desarrollo y creación. Si bien es necesario saber de antemano cuál será el tema a tratar en clase y los obje tivos principales de su aplicación, debe darse un margen muy grande para la improvi sación o el enriquecimiento de las experiencias, mediante el aporte natural y vital de los niños. No es, pues, erróneo trazar un plan con una determinada meta a conseguir durante una clase; pero si de pronto ésta toma una dirección completamente distinta, siempre que exista la actitud psíquica de la búsqueda o el descubrimiento de nuevas facetas en este inmenso y riquísimo mundo de la expresión corporal y rítmica, no hay que impe dirlo, sino, por el contrario, tratar de encauzarlo. Los juegos más vitales, las creaciones comunitarias más fructíferas y educativas sur gen de esta manera libre y alegre, favoreciendo al niño no sólo desde el punto de vista de su formación integral individual, sino fortaleciendo un sentimiento de solidaridad y relación humana, esencial para su desarrollo dentro de una comunidad. Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal 167 Índice Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Capítulo l. CONSIDERACIONES GENERALES . . . . . . . . . . . . . . . 7 l. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 2. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 3. Importancia de la psicomotricidad y de la expresión dinámica . . . 11 Capítulo 11. TOMA DE CONCIENCIA DEL PROPIO CUERPO . . 17 l. Conocimiento y control del cuerpo (Independización e interrelación muscular y articular) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 2. Lateralidad, independencia y coordinación de zonas y segmentos . . . . . 25 Péndulos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Diferentes tipos de marchas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 3. El contramovimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 4. Respiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 5. Técnicas de relajación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 6. Postura, equilibrio estático y dinámico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 7. Articulación. Sucesión-segmentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 8. Coordinación visomotora. Ejercicios especiales para manos . . . . . . . . . 57 9. Calidades de movimiento. Antagonismo muscular . . . . . . . . . . . . . . . . 64 10. Locomoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 10.1. Andar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 10.2. Saltar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 10.3. Girar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 10.4. Deslizar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 10.5. Rodar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 11. Ejercicios-juegos con objetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 Exploración sensorial. Primera fase del juego con los objetos . . . . . . . . 76 Manual de psicomotricidad, ritmo y expresión corporal Movimiento con el objeto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 12. Imaginación y sensibilidad individual y colectiva. Expresión libre . . . . 82 Capítulo m. TOMA DE CONCIENCIA DEL TIEMPO Y EL ESPACIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 l. Ritmo. Bases métrico-rítmicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 2. Relación cuerpo-espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 2.1. Espacio parcial o Kinesfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95 2.2. Cuerpo-espacio y antagonismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 2.3. Espacio total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 3. Ámbito sonoro y espacial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 3 .l. Relaciones entre ambos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114 3.2. Uso del silencio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 3.3. Disociación de miembros superiores e inferiores . . . . . . . . . . 118 3.4. Recorrido espacial. Medida temporal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 3.5. Tempo . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Capítulo IV. EJEMPLOS DE EJERCICIOS EN PROGRESIÓN. PASO DE LO TEMPORAL A LO TEMPORO-ESPACIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127 l. Subdivisión y multiplicación de valores temporales . . . . . . . . . . . 134 2. Instrumentos de percusión. Su incorporación al trabajo . . . . . . . . 142 3. Formación de frases rítmicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 4. Juegos imaginativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 5. Figuras en el espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 Capítulo V. CONCLUSIÓN................................. 165 © WK Educación MANUAL DE PSICOMOTRICIDAD, RITMO Y EXPRESIÓN CORPORAL (2A. ED.) PÁGINA LEGAL ÍNDICE PRÓLOGO CAPÍTULO I. CONSIDERACIONES GENERALES 1. INTRODUCCIÓN 2. OBJETIVOS 3. IMPORTANCIA DE LA PSICOMOTRICIDAD Y CAPÍTULO II. TOMA DE CONCIENCIA 1. CONOCIMIENTO Y CONTROL DEL CUERPO 2. LATERALIDAD, INDEPENDENCIA Y COORDINACIÓN PÉNDULOS DIFERENTES TIPOS DE MARCHAS 3. EL CONTRAMOVIMIENTO 4. RESPIRACIÓN 5. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN 6. POSTURA, EQUILIBRIO ESTÁTICO Y DINÁMICO 7. ARTICULACIÓN. SUCESIÓN-SEGMENTACIÓN 8. COORDINACIÓN VISOMOTORA 9. CALIDADES DE MOVIMIENTO. ANTAGONISMO (...) 10. LOCOMOCIÓN 10.1. ANDAR 10.2. SALTAR 10.3. GIRAR 10.4. DESLIZAR 10.5. RODAR 11. EJERCICIOS-JUEGOS CON OBJETOS EXPLORACIÓN SENSORIAL. PRIMERA FASE DEL (...) MOVIMIENTO CON EL OBJETO 12. IMAGINACIÓN Y SENSIBILIDAD INDIVIDUAL CAPÍTULO III. TOMA DE CONCIENCIA DEL TIEMPO 1. RITMO. BASES MÉTRICO-RÍTMICAS 2. RELACIÓN CUERPO-ESPACIO 2.1. ESPACIO PARCIAL O KINESFERA 2.2. CUERPO-ESPACIO Y ANTAGONISMO 2.3. ESPACIO TOTAL 3. ÁMBITO SONORO Y ESPACIAL 3.1. RELACIONES ENTRE AMBOS 3.2. USO DEL SILENCIO 3.3. DISOCIACIÓN DE MIEMBROS SUPERIORES (...) 3.4. RECORRIDO ESPACIAL MEDIDA TEMPORAL 3.5. TEMPO CAPÍTULO IV. EJEMPLOS DE EJERCICIOS EN (...) 1. SUBDIVISIÓN Y MULTIPLICACIÓN DE VALORES 2. INSTRUMENTOS DE PERCUSIÓN. SU INCORPORACIÓN 3. FORMACIÓN DE FRASES RÍTMICAS 4. JUEGOS IMAGINATIVOS 5. FIGURAS EN EL ESPACIO CAPÍTULO V. CONCLUSIÓN