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Las venas del miembro superior comprenden: – Una red profunda. – Una red superficial muy desarrollada y utilizada a menudo para punciones o introducción de catéteres. – Cierto número de venas comunicantes perforantes que unen estos sistemas. Sus troncos longitudinales tienden a formar confluentes ve- nosos a nivel de los espacios entre la raíz de los dedos (mano), del antebrazo, el brazo, la región y fosa axilar. RED VENOSA PROFUNDA Cada arteria del miembro superior dispone, en general, de dos venas satélites anastomosadas entre sí alrededor de la ar- teria. Las venas colaterales acompañan a las arterias; por ello, ya conocidas las arterias, la descripción de las venas se simplifica. Las venas profundas están anastomosadas con la red superfi- cial por ramas perforantes avalvulares. Es frecuente observar, en la red profunda, canales venosos colaterales o de seguridad, que pueden adquirir un diámetro semejante al de la vena principal. Las válvulas en estas venas son más numerosas que en las venas de la red superficial. Así, existen: venas profundas de la mano, del antebrazo del brazoy . En la existen dos venas metacarpianas para cada arte-mano ria homónima; dos arcos venosos superficiales y dos profun- dos que responden a los respectivos arcos arteriales. Estas venas se continúan, en parte, en las venas de sus arterias satélites. Así, el arco dorsal a la que llegan las venas intermetacarpianas termina en las venas del antebrazo. En el antebrazo venas radiales se ordenan en dos y dos venas ulnares [cubitales], a estas últimas llega, entre otras tri- butarias, la más considerable: el tronco de las metacarpianas palmares la vena dorsal de la manoy . En el brazo, las dos venas braquiales se originan en el codo, según la forma en que se unen las dos radiales y las dos ulnares profundas, que darán origen a las venas braquial lateral y medial, unidas entre sí por anastomosis transversales. En la parte supe- rior del brazo, ambas venas pueden unirse en un solo tronco: braquial común; cuando existe, es habitual observar un con- ducto venoso colateral que, en general, continúa a la braquial lateral. Además de las venas satélites de las arterias, la vena bra- quial recibe una vena procedente de la red superficial: la vena basílica. Existen algunas excepciones al enunciado de que hay dos venas por arteria: – Las arterias digitales propias de los dedos están desprovistas de venas satélites que les correspondan exactamente. – La arteria más voluminosa, la axilar, posee solo una vena saté- lite. RED VENOSA SUPERFICIAL Las venas que la constituyen están situadas en la tela sub- cutánea, en vainas dependientes de esta; son, pues, epifasciales. Son venas solitarias, sin arterias satélites, están acompañadas por vasos linfáticos superficiales y en parte de su trayecto, por ner- vios cutáneos. Comunican por medio de venas perforantes avalvula- das con la red venosa profunda. Se las describe a partir de los dedos, ascendiendo hacia la raíz del miembro superior. Venas superficiales de los dedos A partir de un arco periungueal y de una red venosa del pul- pejo, se identifican las venas digitales colaterales, en número de dos: una medial y otra lateral; ambas se anastomosan transversal- mente en la cara dorsal del dedo ( ). Estas venas llegan fig. 60-1 a la raíz del dedo, dorsal en relación con el eje vasculonervioso, y terminan en la red venosa del dorso de la mano. Venas superficiales del dorso de la mano y de la palma Forman un plexo situado en forma superficial respecto de los nervios del dorso de la mano, plexo cuya disposición es muy variable ( ). Se reconocen, en general, tres venasfig. 60-1 intermetacarpianas dorsales, reunidas por un arco dorsal don- de termina la casi totalidad de las venas de los dedos, excepto la de los bordes de la mano. En el borde medial transcurre la 5.ª vena metacarpiana [salvatela], originada en el meñique. En el borde lateral del dorso de la mano, se reconoce la vena cefálica del pulgar, que drena las venas del pulgar y del bor- de lateral del dedo índice. Estas venas, enriquecidas por venas perforantes interóseas procedentes de la región palmar, llegan al borde ulnar [cubital] y al borde ulnar del antebrazo. Las venas de la palma son menos importantes que las del dorso de la mano. Más numerosas en las eminencias tenar e hipotenar, las laterales se anastomosan con la cefálica del pulgar, las mediales terminan en la vena metacarpiana del meñique. Las venas de la parte media convergen en la región carpiana para formar la vena mediana del antebrazo. Venas superficiales del antebrazo Las más importantes están situadas en la parte anterior y se describen tres venas ( ):fig. 60-2 A. Mediana del antebrazo: que asciende verticalmente desde la palma. B. Cefálica del antebrazo: que continúa a la cefálica del pul- gar y a la extremidad de la mano, se dirige en sentido supero- lateral en el dorso del antebrazo y pasa a la cara anterior, don- Venas del miembro superior60 Venas del miembro superior 595 de continúa su trayecto ascendente para llegar al epicóndilo lateral y unirse a la mediana cefálica. C. Basílica del antebrazo: comienza en el dorso de la región radiocarpiana, continúa a la 5.ª vena metacarpiana y recibe la extremidad medial del arco venoso del dorso de la mano, cruza el borde medial del antebrazo en su tercio distal y se si- túa en la cara anterior. Llega a la altura del epicóndilo medial, donde se une a la mediana basílica. Estas tres venas constituyen tres ejes colectores principales del antebrazo, anastomosados entre sí. Venas superficiales del codo A este nivel se dibuja la M venosa pliegue del cododel : la vena mediana procedente del antebrazo recibe aquí una anasto- mosis constante de la red profunda, la vena perforante o co- municante del codo, y se bifurca en una rama lateral: la vena mediana cefálica y la vena mediana del codo (fig. 60-2). La primera se continúa como vena cefálica. La segunda se une a la vena basílica. Venas superficiales del brazo Se encuentran dos venas importantes ( ):fig. 60-3 A. Vena cefálica: asciende a lo largo de la superficie lateral del brazo, paralela al borde lateral del bíceps braquial, hasta la in- serción humeral del deltoides, donde se inclina medialmente, alcanza el surco deltopectoral en compañía de la rama acro- mial de la arteria toracoacromial. Está cubierta por la conti- nuación de la fascia del pectoral mayor con la del deltoides. Algo por debajo del medio de la clavícula, se sitúa en un es- pacio triangular de base clavicular producido por la sepa- ración del deltoides y el pectoral mayor. En este triángulo deltopectoral, la vena cefálica se profundiza, perfora de la superficie a la profundidad la fascia clavipectoral y termina en la vena axilar. En el curso de su trayecto se anastomosa con la basílica. Recibe venas del brazo, del hombro y, en su arco, la vena toracoacromial. B. Vena basílica: sigue la cara medial del brazo, acompañada por el nervio cutáneo braquial medial. Perfora la fascia bra- quial a nivel de la mitad superior del brazo, para terminar en una vena braquial directamente o, por una disposición plexi- forme, en la vena axilar. VENA AXILAR Resume el retorno venoso de las redes precedentes. Resulta de la unión de las dos venas braquiales o de la unión de la basí- lica con la braquial. Sigue el trayecto de su arteria satélite, de la que comparte las relaciones con las paredes de la fosa axilar y con los nervios del plexo braquial. Está situada medialmente y algo por debajo de la arteria. Recibe aquí numerosos afluentes dispuestos como las ramas colaterales de la arteria axilar, de las que llevan el mismo nombre, y establece, como ellas, anastomosis con las venasdel tórax y de la base del cuello. Arco falángico Arco falángico V. metacarpiana dorsal V. metacarpiana dorsal V. cefálica del pulgar 5.a vena metacarpiana [v. salvatela del meñique] V. basílica del antebrazo V. del dorso del antebrazo V. del dorso del antebrazo V. digitales dorsales Fig. 60-1. Venas superficiales del dorso de la mano. 596 Miembro superior Por sus anastomosis, la trombosis de la vena axilar no ocasio- na necesariamente graves trastornos circulatorios en el miembro superior, a menos que la trombosis invada ramas colaterales. Las anastomosis no son, sin embargo, suficientes para drenar la san- gre venosa del miembro hacia la vena cava inferior, por la vía de las venas intercostales y epigástricas, en caso de obliteración de la vena cava superior o de la vena braquiocefálica. En este caso, la dilatación de las colaterales superficiales de la pared torácica se hace aparente, dibujando la clásica red en“cabeza de medusa”. El conducto venoso colateral es un conducto, de volu- men variable, constituido a expensas de una de las venas bra- quiales, a veces, de una vena braquial y de la basílica. Está si- tuado lateralmente a la vena axilar y desemboca en esta a una altura variable. ANASTOMOSIS ENTRE LAS REDES VENOSAS SUPERFICIAL Y PROFUNDA Las venas superficiales, venas primitivas del embrión, son las únicas que durante un período drenan la sangre venosa, reci- biendo las venas profundas. Con el desarrollo de las masas mus- culares, las venas profundas crecen en importancia y terminan por constituir la vía principal en la raíz del miembro. En la mano, el tipo fetal persiste toda la vida: las venas superficiales son las dominantes. En el antebrazo parece existir cierta equivalencia. En el brazo y en el hombro, las venas profundas son las vías princi- pales. Sin embargo, podría aceptarse una equivalencia con cierto predominio de las venas superficiales sobre las profundas hasta el hombro. Ambas redes comunican entre sí, no solo por las termina- ciones de las venas cefálica y basílica, sino por numerosas anastomosis escalonadas en su trayecto: venas perforantes, puesto que atraviesan la fascia de revestimiento del miem- bro. Algunas de estas venas son inconstantes, diseminadas entre ambas redes. Otras son constantes, como la cefálica del pulgar con las venas radiales profundas, las perforantes inte- róseas o intermetacarpianas, comunicantes del carpo, comu- nicantes del codo entre la vena mediana del antebrazo y las venas profundas. Estas anastomosis establecen una solidaridad manifiesta entre ambas redes y favorecen el retorno venoso hacia la vena subclavia. Exploración en el ser vivo Muy aparente, se puede evidenciar la red superficial colocan- do en el miembro una ligadura elástica que bloquee la circula- ción de retorno, sin dificultar la circulación arterial de aporte. Las dos redes se pueden visualizar por venografía (flebogra- fía), por inyección de un producto opaco en una vena del dorso de la mano, que llena las venas gracias a sus numerosas anasto- mosis. Una aguja introducida en una vena y puesta en conexión con un manómetro permite medir la presión venosa perifé- rica. V. cefálica V. mediana cefálica V. cefálica del antebrazo V. mediana del antebrazo V. basílica del antebrazo Anastomosis con la red profunda V. mediana del codo V. basílica V. basílica Perforación de la fascia braquial V. axilar V. subclavia V. cefálica Perforación de la fascia clavipectoral Fig. 60-2. Venas superficiales del antebrazo y del codo. Venas superficiales del brazo y del hombro.Fig. 60-3. Venas del miembro superior 597 Utilización Son numerosas las circunstancias en las cuales se pueden uti- lizar las venas superficiales del miembro superior. Se las puede agrupar en tres rubros: A. Punciones venosas para extracción de sangre para análisis o sangrías. B. Punciones venosas para perfusiones o inyecciones de sangre o de productos medicamentosos diversos. C. Punciones venosas para exploración de los grandes vasos de las cavidades derechas del corazón (cateterismo cardíaco, an- giocardiografía, sea por inyección o por introducción de son- das largas y finas).