Si la parte más difícil del cálculo infinitesimal es definitivamente el álgebra, ¿por qué los institutos no proporcionan a sus estudiantes mejores...

Primero, álgebra y análisis (que es el nombre formal de lo que suele llamarsele cálculo) son áreas profundamente distintas. Por otro lado, si a lo que te referís es a que el procedimiento algebraico de la solución es la parte más difícil, pues creo que estamos en desacuerdo. En mi experiencia como docente universitario, la parte más difícil para el estudiante suele ser la parte conceptual. La parte de dejar de pensar en término de cantidades exactas y empezar a pensar en límites y aproximaciones sucesivas.

No sé a qué te refieres con "los institutos". En mi país, ni a la primaria, la secundaria o la universidad se les llama institutos. Sin embargo, sí me he dado cuenta con el pasar del tiempo, que es una tiradera de la bola de un lado a otro. Los estudiantes culpan a la universidad (donde la mayoría de los estudiantes tienen contacto con el cálculo diferencial), la universidad le echa la bola a la secundaria, que no le brindó al estudiante las bases necesarias, mientras que las secundarias les echan la bola a las primarias.

En mi opinión, el problema es mucho más complejo. En mi experiencia, habiendo pasado por varios países como profesor universitario, en Latinoamerica los dos problemas principales con la educación son el "toditicos igualiticos", y los sindicatos de maestros.

El primero, "toditicos igualiticos", es aún complejo, puesto que tiene que ver también con presupuesto. Las clases suelen ser grandes (en muchos países el promedio ronda los 40 a 50 estudiantes por curso), dan 40 horas de clase semanales, y se asume que el tiempo de preparación de clases es algo que el maestro hace en su casa, al igual que calificación, etc. Además, se asume que todo el mundo, sin importar sus capacidades individuales y sus intereses a futuros, toman la misma formación. Esto afecta al profesor y al estudiante. El estudiante con poca habilidad en alguna materia no puede con ella, y el más bueno se aburre a más no poder. Claro está, asumamos que la materia que enseña este profesor tiene 4 horas a la semana. Con cuarenta estudiantes por grupo y cuarenta horas a la semana, estamos hablando que este profesor atiende a 400 estudiantes. Si por el contrario, como muchos estudios sugieren, las clases deberían tener un promedio de diez a quince estudiantes, y el profesor tuviese 24 horas de clase a la semana, que le dejase 16 para todas las demás labores, pues ese profesor atendería 90 estudiantes. La razón monetaria para mantener el sistema actual es importante, pero va en detrimento de la formación del estudiante.

Por otro lado, no se hace nada mejorando las condiciones, si no se mejoran los maestros. En varios países latinoamericanos se ha tratado de introducir sistemas de calificación de los maestros, que estén ligados a los famosos "pluses", e incluso a la continuación del empleo, y los sindicatos se los han traido abajo. Claro está, estos sistemas, mal implementados, pueden ser muy nocivos para los docentes. Pero con buen control, implementandolos con cuidado, implicaría que se demuestra que un numero lastimosamente alto de maestros en secundarias (e incluso en primarias) no saben lo que están tratando de enseñar, y le dan mal nombre a quienes saben lo que están haciendo, y lo hacen con esmero.

Sé que es una alegata algo salida del tema, pero me vino a la cabeza mientras escribía.