¿Puede un virus estar infectado por un virus?

Lo cierto es que sí. Se trata de un descubrimiento que no es reciente pero es poco conocido.

Se conocía la existencia de virus defectivos o satélites como el de la hepatitis D que requería al de la hepatitis B para producir infección, pero en el proceso de parasitar al ser humano no producía daño apreciable al VHB. No obstante, se han descubierto virus que parasitan a otros virus en el sentido estricto del concepto, pues además de no poder replicarse por sí sólos, secuestran los genes del virus anfitrión en su beneficio, privándole de los medios para reproducirse y llegan a generarle mutaciones que lo hacen inviable. También se ha visto que en su genoma están integrados genes de otros virus a los que a lo largo de su historia evolutiva ha parasitado. Se los denomina virófagos y desde 2007 se han descubierto ya unos cuantos y se ha comprobado que son ubicuos en medios acuáticos y más frecuentes de lo que se pensó en un inicio. De hecho se cree que son clave en el mantenimiento de ecosistemas pues su acción mejora la supervivencia a la infección por el virus anfitrión. Incluso se ha planteado su uso como tratamiento antiviral.