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¿Es cierto que los indígenas americanos eran ignorantes y salvajes al momento de la colonización de América por parte de los españoles? He leído en...

...alguna parte que tenían muchos conocimientos y que además sus ciudades eran más que las Europeas.

💡 1 Respuesta

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Aprender y Estudiar

La respuesta de es estupenda, pero no me resisto a dar mi punto de vista, porque la pregunta es interesante y da para mucho de qué hablar.

¿Qué es lo que hace que una civilización sea avanzada? ¿Avanzada con respecto a qué? Decir que una población era ignorante, siempre va a ser cierto, porque todos lo somos, puesto que ignoramos muchas cosas. Y sin embargo decimos que una civilización "es avanzada" o "está atrasada".

¿A qué nos referimos cuando empleamos esos términos sobre una cultura?

Estar atrasado o adelantado implica necesariamente una comparación. Uno está atrasado o adelantado en relación con algo. Aquí está el primer error de razonamiento de quienes encumbran las civilizaciones mesoamericanas y que acusan de eurocentristas a quienes no comparten su entusiasmo. El primer error está en negar que cuando se habla de avance o atraso, necesariamente se está comparando con otra civilización, y por fuerza esta comparación se hace con la europea, porque eso es lo que se está comparando: A quienes estaban en Mesoamérica con los que llegaron.

Entonces estos que defienden los grandes logros culturales de los pueblos prehispánicos cometen otro error: Si rechazan este supuesto eurocentrismo, ¿por qué lo aplican cuando hablan de un logro cultural mesoamericano? Dicen: "Sabían de geometría", "sabían de astronomía". ¿A quién le importa? Saber de geometría o de astronomía es también una forma eurocentrista de entender qué tan desarrollada está una civilización, porque supone que saber de geometría lleva implícitos otros conocimientos y otras habilidades, que por cierto, los indígenas americanos no tenían.

Los indigenistas son eurocentristas cuando les conviene, ¿no es así?

Así que propongo una manera mesoamericanocentrista de abordar el problema. En lugar de ver a los indígenas mesoamericanos bajo la mirada europea, veamos a los europeos bajo la mirada indígena.

¿Los españoles dominaban técnicas de fundición de metales desconocidas para los indígenas? La respuesta es: Si.

¿Dominan formas de locomoción más eficientes? La respuesta es: Sí.

¿Tienen conocimientos que les permiten navegar más allá del océano? La respuesta es, otra vez: Sí.

¡Qué avanzados estaban los españoles!

Imaginemos por un momento que los españoles se enfrentan a los mexicas y los mexicas vencen, y que los españoles se retiran y ningún europeo vuelve a pisar tierra americana. Que se regresan a Europa y que deciden dejarle a América a los americanos. Que seguirán con sus vidas en Europa y que esperarán a que los indígenas del otro lado del océano sean quienes vayan a su encuentro.

¿Qué habrían pensado los aztecas tras el encuentro?

Aventuro que podrían haber pensado lo siguiente:

Llegaron unos hombres barbados , de piel más clara que la nuestra. Eran muy pocos. Apenas unos trescientos soldados y 12 animales raros, parecidos a un perro pero mucho más grandes, sobre los cuales montaban. Nosotros pensamos en un principio que el hombre montado en el animal y el animal mismo eran uno solo, una especie de ser veloz que podía ir tres veces más rápido que el más rápido de nuestros guerreros, y que tenía cuatro patas y dos brazos. Un verdadero monstruo. Al poco tiempo nos dimos cuenta que el ser que iba arriba era un hombre como nosotros.

Los vencimos, pero nos habría gustado conocer sus secretos. Era un pueblo muy avanzado. De haber llegado en mayor número, no habríamos tenido oportunidad.

Venían en casas flotantes en las que podían cruzar el mar y provenían desde el lugar en donde el mar se acaba. Eso no lo sabíamos. ¡Hay un punto en el cual el mar se acaba y vuelve a ser tierra firme como la de nuestras costas! Esas casas flotantes se movían con la fuerza del viento. Pero el viento cambia de dirección. Estos extranjeros habían podido desarrollar una tecnología que les permitía manipular la dirección de la casa flotante y dirigirla hacía donde ellos querían, a voluntad. Fue así como llegaron hasta aquí.

Capturamos algunos de ellos. Hemos tratado de conocer sus secretos. Teníamos varios de ellos pero cometimos un error: ¡Nos los comimos! Fuimos unos idiotas. Pensábamos que de alguna manera accederíamos a sus secretos y adquiriríamos su valor en batalla si nos los comíamos. Nuestros sacerdotes eran unos pendejos y pagaron por ello. También nos los comimos. Por pendejos.

Cuando nos dimos cuenta del error, nos detuvimos. Gracias a ello nos quedamos con un par de prisioneros vivos. Les hemos estado preguntando cosas, tratando de entender cómo han hecho lo que han hecho. Cómo hacen sus armas; cómo hacen que esos animales en los que se montan, los obedezcan; cómo logran navegar sin perder el rumbo; qué tan lejos está la tierra de donde provienen; cómo hacen esas armas que sacan fuego y pueden matar un guerrero en un instante; cómo hacen para mantener alimentados a esos animales en los que montan durante sus travesías por el mar.

Tienen muchos conocimientos de astronomía, superiores a los nuestros, porque saben que la Tierra es redonda, pero además saben dirigir sus casas flotantes guiándose por las estrellas y con unos extraños objetos que siempre apuntan en la misma dirección. Es magia. Estos seres controlan cosas que sólo los dioses pueden controlar. ¿Como hacen que esa aguja apunte siempre hacia la misma dirección?

De alguna manera lograron calcular cuanto mide nuestro mundo. Ellos han viajado a otras regiones del planeta y han tenido contacto con otros hombres, de los que han aprendido muchas cosas.

Sus animales tienen un freno, ellos jalan una cuerda y el animal se detiene porque la cuerda va anclada a sus encías. Eso lo aprendieron hace miles de años, antes de que las pirámides más antiguas que conocemos fueran construidas.

Se les acabó el polvo que utilizan para hacer explotar sus armas y con ellas destruir nuestras ciudades. Subieron al volcán, extrajeron algunos materiales y crearon más polvo. ¿Cómo lo hicieron? Ya lo averiguaremos, porque podemos ser muy persuasivos.

Utilizan trajes de metal, y con ese metal también hacen sus armas. De un metal que hemos encontrado, también existe aquí, pero que nosotros pensábamos que no servía para nada. Nuestro oro y nuestro bronce son fáciles de modelar. Pero el metal que ellos utilizan, no se funde, o al menos eso pensábamos. No es tan bonito, pero tiene características extrañas. Es un metal mucho más duro, resistente. Si supiéramos como fundirlo podríamos hacer armas como las de ellos. Pero los prisioneros que tenemos nos dicen que ellos no saben cómo hacerlo, que eso es un trabajo difícil y que sólo lo hacen personas que han aprendido el oficio de sus padres.

A ellos no los protegen los mismos dioses que a nosotros. Ellos no creen en el dios de la lluvia ni en la diosa de la fertilidad. Creen que hay un solo dios, pero que este dios es tan poderoso que creó todo. Y algo extraño: Ellos creen que ese dios los ama. Nosotros no amamos a los dioses. Eso es una abominación. A los dioses se les adora, no se les ama. Se les aplaca, se les trata de mantener contentos. Ellos no. Ellos piensan que su dios se convirtió en un hombre y que se dejó matar para que ellos pudieran seguir con sus vidas. Así que desprecian nuestros sacrificios. Piensan que sacarle el corazón a nuestros súbditos es una infamia, pero que además no es necesario.

Algunos de ellos decían que debíamos ser "compasivos". Ésa es una palabra extraña, que no conocíamos. Significa algo parecido a "abrazar con el alma", que es la palabra más parecida que tenemos en nuestro idioma. Pero ellos dicen que eso se puede hacer con las tribus vencidas. No lo dicen todos, sólo un par de ellos. No es que ellos lo practiquen, pero algunos de ellos hablan de eso. Es difícil de entender cómo se puede ser un guerrero y al mismo tiempo no disponer del pueblo sometido a voluntad. Los sometidos no son humanos. Son… sometidos.

Ellos traían algo parecido a nuestros amates, en donde escriben sus historias y trazan las rutas por donde viajan y dibujan las costas con una exactitud increíble. No sabemos cómo hacen tal prodigio. A diferencia de la nuestra, su escritura les dice con precisión lo que escriben. No dibujan la historia. Utilizan un sistema parecido a nuestros números, pero ellos lo aplican también para las palabras. Nos preguntamos cómo lo hacen, porque palabras hay muchísimas. Ellos pueden repetir con precisión lo que escribieron, porque su escritura no es con dibujos, como la nuestra, sino que utiliza los sonidos de su lenguaje. Pero su lenguaje es como el ladrido de los perros. ¿Cómo logran escribirlo?

Es un pueblo muy avanzado. Si lográramos conocer sus secretos, ni siquiera los Purépechas podrían resistir nuestro poder.

¿Llegaremos algún día a desarrollar esa tecnología? ¿Podremos algún día ser nosotros quienes crucen el mar e ir a su encuentro? Con qué nos encontraremos. ¿Qué prodigios tendrán en sus ciudades? Una cosa es segura: Si trescientos hombres pudieron ponernos al borde del abismo, seguro que en su territorio será imposible dominarlos. Dicen los prisioneros que la travesía dura más de 3 meses lunares. Nos preguntamos cómo podríamos almacenar comida para tanto tiempo. Las casas flotantes deberán ser gigantescas para poder almacenar esa cantidad de agua y víveres. No está a nuestro alcance.

Los prisioneros nos hablan de sus ciudades. Sus habitantes viven en casas, muchas de ellas de piedra. Nos dicen que sus templos son muy altos y a diferencia de los nuestros, las escaleras pueden llegar a los pisos superiores desde el interior; no como nuestras pirámides, en las cuales la mayor parte del volumen es piedra, no espacio vacío. Nos dicen que sus edificios pueden ser verticales. Sin duda dominan la geometría y entienden las matemáticas y las aplican a la construcción, a la astronomía y también a la navegación, de una manera inimaginable para nosotros. ¿Cómo se podría construir un edificio en varios niveles, sin que la mayor parte de su volumen sea piedra?

Si algún día logramos cruzar ese mar y pudiéramos guiar nuestras casas hacia sus costas, seguro que no será pronto. No lo veremos en nuestras vidas, ni nuestros hijos lo verán, ni los hijos de nuestros hijos.

No me estoy burlando, aunque así parezca. ¿Cómo puede una persona describir inventos y eventos ajenos a su comprensión? Los europeos podían describir los inventos, artefactos y logros culturales de los aztecas, porque los comprendían. ¿Cómo podría un azteca hacer lo mismo con los artefactos españoles? Tendría que hacer uso de todo su ingenio y muchas cosas quedarían sin explicación posible porque estaban más allá de su comprensión.

Es por eso que la visión eurocentrista, no sólo es válida; es la única que nos puede dar un poco de entendimiento sobre el mundo prehispánico, porque la mirada europea podría haberse sorprendido del mundo prehíspánico, pero lo entendía. La mirada indígena necesariamente se quedaba corta.

La diferencia entre ambos mundos en términos de civilización era abismal. Era como confrontar a un sumerio con un hombre del renacimiento.

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