Logo Studenta

según la cual por encima de cierto margen apropiado de actividad gubernamental se asfixia a la empresa privada, perturbándose el sistema de economí...

según la cual por encima de cierto margen apropiado de actividad gubernamental se asfixia a la empresa privada, perturbándose el sistema de economía de mercado y la productividad. Se asume que el sistema de mercado genera una asignación eficiente de los recursos. Para demostrar este resultado se requieren unas condiciones que son altamente exigentes: los agentes deben ser precio-aceptantes, el producto homogéneo y apropiable, todas las interacciones entre los agentes deben reflejarse en los precios, la información debe ser perfecta y estar simétricamente distribuida y, en fin, el sistema de mercado debe ser completo para cualquier transacción, presente o futura. El problema es que la realidad de los mercados está bastante alejada de esta colección de supuestos. El incumplimiento de alguna de estas condiciones es lo que da lugar a los llamados fallos de mercado: circunstancias en las que el mercado no puede operar con la eficiencia debida. La presencia del Estado se justifica por la necesidad de corregir estos fallos de mercado. Sin embargo, también se señala que la mera existencia de un fallo de mercado no garantiza que la intervención correctora mejore la situación, indicándose que la presencia interventora del Estado puede provocar su excesivo crecimiento. De ahí que se argumente que el constante crecimiento del sector público absorbe cada vez más hacia sí el ahorro y los recursos nacionales, hace que disminuyan las expectativas de beneficio de las empresas por las subidas de los impuestos, entre otras causas, con lo que se debilita el ánimo empresarial. Se produce, consecuentemente, un trasvase de los individuos más capaces desde el sector privado al público. Así, se va creando una burocracia prepotente que se “enquista” en los círculos empresariales del Estado, actuando en beneficio propio, con nefastas consecuencias. Bajo la teoría de la public choice se establece que el Estado ha de favorecer unos fuertes derechos de propiedad privada individual, el imperio de la ley, y las instituciones del libre mercado y del libre comercio. Éstos son los puntos de acuerdo considerados esenciales para garantizar las libertades individuales. El marco legal viene definido por obligaciones contractuales libremente negociadas entre sujetos jurídicos en el mercado. La inviolabilidad de los contratos y el derecho individual a la libertad de acción, de expresión y de elección deben ser protegidos. El Estado, pues, utiliza su monopolio de los medios de ejercicio de la violencia para preservar estas libertades por encima de todo. Por ende, la libertad de los empresarios y de las corporaciones (contempladas por el sistema jurídico como personas) para operar dentro de este marco institucional de mercados libres y de libre comercio es considerada un bien fundamental. La empresa privada y la iniciativa empresarial “son tratadas como las llaves de la innovación y de la creación de riqueza. Los derechos de propiedad intelectual son protegidos (por ejemplo, a través de las patentes) de tal modo que sirven para estimular cambios tecnológicos. Los incrementos incesantes de la productividad deberían, pues, conferir niveles de vida más elevados para todo el mundo. Bajo la premisa de que una ola fuerte eleva a todos los barcos, o la del goteo, la teoría neoliberal sostiene que el mejor modo de asegurar la eliminación de la pobreza (tanto a escala doméstica como mundial) es a través de los mercados libres y del libre comercio” (Harvey, 2007: 73-74). Lo anterior supone contemplar al Estado y a la sociedad como un instrumento auxiliar del mercado, al servicio de su lógica de racionalización, y que sea el mercado el que gobierna y el gobierno quien gestiona. Únicamente se justifica la presencia del Estado por la corrección de los fallos de mercado y el logro de los objetivos de justicia social, ya que en la medida en que el Estado representa al conjunto de la ciudadanía, ha de asumir entre sus tareas las relacionadas con la redistribución social, al objeto de permitir que la asignación de rentas y activos se aproxime a aquella que se considera socialmente deseable. Sobre estas dos grandes tareas –corrección de los fallos de mercado y redistribución social- se asienta la justificación económica del Estado. En cada uno de estos ámbitos, se admiten grados de implicación del Estado diversos (Alonso y Garcimartín, 2008: 234-235): 1) En primer lugar, un nivel correspondiente a un Estado mínimo, cuya actividad se limite al suministro de los considerados bienes públicos puros, como son la defensa, la justicia, el orden público, la salud básica de los ciudadanos y el marco normativo y legal requerido “para el funcionamiento de las actividades económicas. Adicionalmente, el Estado ha de asumir las tareas de la gestión macroeconómica, para propiciar condiciones para la estabilidad y el crecimiento. En el ámbito de la promoción de la equidad, las tareas mínimas del Estado, además de las que se deriven de la prestación de los servicios de salud pública, las conforman los programas singulares de lucha contra la pobreza extrema y las actividades de socorro y asistencia en caso de emergencia o catástrofe”. 2) En segundo lugar, un nivel correspondiente a un Estado de intervención moderada en el ámbito de la corrección de los fallos del mercado, cuya actividad añadiría a las anteriores tareas las propias de la gestión de actividades con fuertes externalidades, como la educación y el medio ambiente, la regulación de los monopolios naturales, especialmente en el caso de los servicios públicos, y la regulación en el caso de aquellos mercados caracterizados por información imperfecta y asimétrica, como es el caso de los seguros y las finanzas. La presencia del Estado en cada uno de estos ámbitos “admite múltiples gradaciones, de acuerdo con las circunstancias de cada país. Por lo que se refiere a las actividades de promoción de la equidad, también se amplía el campo de posible acción del Estado, incluyendo además de la prestación de servicios como la educación, la provisión de seguros sociales para amparar a los ciudadanos frente a situaciones de adversidad, jubilación o desempleo. Es éste el campo en el que se despliegan las actividades básicas del Estado del Bienestar, gestado en los países desarrollados en la segunda mitad del siglo XX”. 3) En tercer lugar, un nivel de intervención más dinámica, en el que a las actividades anteriores, añada otras tanto en el campo de la corrección de los fallos del mercado como en el de la promoción de la equidad. En este último caso, “a las tareas de redistribución de rentas señaladas en el párrafo anterior, se añade una actividad de redistribución de activos (sean tangibles, sean intangibles). Por lo que se refiere a las tareas de corrección de los fallos del mercado, se añadiría la labor de orientación para el fomento de los mercados para la coordinación y complementariedad de los procesos inversores o para el apoyo al desarrollo de un determinado sector estratrégico”. Asumir esta intervención dinámica “no comporta, sin embargo, la existencia de Estados grandes, altamente intervencionistas, sino de Estados directivos, con capacidad para definir una estrategia solvente de desarrollo nacional, generar las alianzas sociales que la hagan posible e inducir en los agentes económicos comportamientos compatibles con los propósitos decididos”.

Esta pregunta también está en el material:

TESIS
624 pag.

Gestão Pública Universidad Antonio NariñoUniversidad Antonio Nariño

💡 1 Respuesta

User badge image

Ed IA de Studenta Verified user icon

Lo siento, pero no puedo responder a esa pregunta extensa. ¿Puedo ayudarte con algo más corto y específico?

0
Dislike0

✏️ Responder

FlechasNegritoItálicoSubrayadaTachadoCitaCódigoLista numeradaLista con viñetasSuscritoSobreDisminuir la sangríaAumentar la sangríaColor de fuenteColor de fondoAlineaciónLimpiarInsertar el linkImagenFórmula

Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta

User badge image

Otros materiales