no será expulsada al exterior y faltará la regla. EL CALENDARIO Duración del ciclo menstrual Para medir la duración del ciclo menstrual contamos desde el primer día que COMIENZAS a expulsar sangre (inclusive), hasta el primer día de la siguiente regla (Exclusive). Habitualmente dura 28 días, un ciclo lunar, aunque entra en la normalidad cualquiera de las posibilidades de la “REGLA DE LOS SIETE”: “Adelantos de hasta 7 días. Atrasos de hasta 7 días Hasta 7 días de duración y, Hasta 7 compresas al día”. Durante los primeros 4 ó 5 días se expulsa la mucosa descamada del endometrio (tiempo que llamamos “tener la regla”), y se inicia el progresivo crecimiento del endometrio y la maduración de un nuevo folículo. El folículo madura paralelamente a la cantidad de estrógenos que circulan por el cuerpo, que va aumentando progresivamente, posibilitando que los pechos estén cada vez más turgentes, la vulva cada vez más roja y exuberante, etc.., produciéndose la expulsión del óvulo (ovulación). Los estrógenos, pues son las hormonas que rigen esta primera parte del ciclo menstrual, (desde el 1er día del comienzo de cada regla hasta la ovulación siguiente). Es dimícil saber, con seguridad y precisión, cuando se romperá el folículo maduro liberando el óvulo en la ovulación; si bien es sencillo aprender a sentir cuando éste ya se ha producido, dado que, como hemos dicho anteriormente, conlleva muchos cambios evidentes. Entonces, también podemos predecir cuando vamos a tener la próxima menstruación: 14 días más tarde de dicha ovulación. ¿Por qué?, pues porque una vez que en la ovulación el óvulo es expulsado desde el folículo maduro, este folículo se transforma en el “cuerpo amarillo” o “cuerpo lúteo”, que produce la hormona sexual que rige la 2ª parte de cada ciclo menstrual: La Progesterona, la cual, tal como su nombre indica (progesterona= pro-gestación), hace madurar el endometrio –ya crecido–, preparándola para una posible anidación –en caso de que haya habido fecundación del óvulo. Si no hay anidación, ni por tanto embarazo, el cuerpo lúteo–cuya vida es de 14 días degenera, la progesterona deja de producirse y de circular por sangre...Y la mucosa endometrial comienza a desprenderse: es la siguiente regla, el comienzo del siguiente ciclo menstrual, 14 días después de la última ovulación. MITOS SOBRE LA REGLA Seguramente habrás oído sobre la regla un montón de cosas como: “con la regla no hay que lavarse la cabeza”, “no se pueden tomar helados”, “con la menstruación no puedes irte a nadar”, “no se pueden tener relaciones sexuales con la regla”… Un montón de ¡¡No!! Como ves, son una serie de ideas preconcebidas que culturalmente siguen transmitiéndose, pero sin una base cientímica real. De hecho, cuando tienes la regla, tu sensibilidad es muy alta y nadie mejor que tú va a saber que necesita tu cuerpo. Por supuesto que hacer deporte suave, bañarte en agua templada, tomarte algo fresco en el verano, amar y ser amada, no son en sí mismas actividades perjudiciales para tu salud sexual. Tú misma si haces caso de lo que te va indicando lo que percibes y sientes, encontrarás las actividades, así como el modo de llevarlas a cabo, que mejor te van sentando en esos días de regla. Algo curioso que sucede todavía a muchas chicas y mujeres es que aún teniendo desde hace años la regla, siguen sin nombrarla, les da vergüenza que se enteren los/las demás, o se sienten sucias o enfermas. Realmente tener la regla es un signo de salud y supone, sencillamente, unos días especiales para pensar más en nosotras mismas y sentirnos más profundamente. MAMAS O SENOS El desarrollo de las mamas o senos en las chicas es una característica sexual secundaria, (o sea, se establece con posterioridad al nacimiento, concretamente en la época de la pubertad juntos con otros cambios corporales y psíquicos que ya comentamos en el capítulo de la “dimensión biológica”). Es curioso, que a diferencia de otras mamíferas que sólo se desarrollan las mamas en el periodo reproductivo-embarazo, amamantamiento, nosotras, las mamíferas humanas (las mujeres), tenemos mamas desarrolladas desde nuestra pubertad aunque no nos embaracemos, ni tengamos bebés que amamantar. Así pues, nuestros senos o mamas, tienen en nosotras una misión más allá de la reproducción: nuestras mamas son órganos erógenos de PLACER, de SENSIBILIDAD, de DISFRUTE. Hay quien dice que: “A las mujeres se las puede clasimicar en dos grandes grupos: las que creen tener las tetas demasiado grandes, y las que piensan que sus tetas son demasiado pequeñas”. Tal vez tú te sientas incluida en alguno de esos dos grupos… Parece que las chicas, en su afán de buscar ser “normales”, muchas veces desean que el volumen de sus mamas se adapten a las normas del momento –que, por cierto, fueron distintas para tus abuelas–, para tu madre y para ti como ya sabrás. Todavía hoy en día hay aún mujeres, chicas, que están convencidas de que para ser atractivas su cuerpo y, en especial, sus mamas, han de ceñirse al Standard de moda de su entorno cultural...Y lo más triste es que a veces sufren por ello… Lo cierto es que cada cual tiene su tamaño de ojos, de nariz, de boca, de orejas, de manos y de pies…Y esos tamaños no dan, en absoluto, la capacidad para ver, oler, gustar, oír, acariciar o correr. Pues del mismo modo, el tamaño de nuestras mamas no son el índice de nuestra feminidad, de nuestro atractivo, de nuestra sensibilidad erótica, ni de nuestra capacidad de amamantamiento o calidad de maternidad. La exploración de las mamas Podemos aprender a explorar nuestros pechos o mamas: Desnudas ante el espejo vemos que las mamas, una es normalmente más grande y suele estar un poco más descendida que la otra. Observamos los pezones