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persona con una economía sexual equilibrada hubiera sido incapaz de producir una reacción de esa índole, que presupone una inhibición y contención ...

persona con una economía sexual equilibrada hubiera sido incapaz de producir una reacción de esa índole, que presupone una inhibición y contención continuas de la energía biológica. Era la musculatura la que servía a esa función inhibitoria. Al relajarse los músculos del cuello, escaparon poderosos impulsos, como impelidos por un resorte. La palidez y el rubor que alternaban en el rostro no podían ser otra cosa que el movimiento de un lado para otro de los fluidos corporales, la contracción y el relajamiento alternantes de los vasos sanguíneos. Eso concordaba perfectamente con mi concepto del funcionamiento de la energía biológica. La dirección "fuera del yo-hacia el mundo" alternaba velozmente con la dirección opuesta "fuera del mundo-retorno al yo". Al contraerse, la musculatura puede inhibir la comente sanguínea; en otras palabras, puede reducir al mínimo el movimiento de los fluidos corporales. Este descubrimiento verificaba mis observaciones anteriores y otras de casos recientes. Muy pronto tuve gran cantidad de hechos que pueden resumirse en la siguiente formulación: La energía sexual puede ser fijada por tensiones musculares crónicas. Lo mismo cabe decir de la ira y la angustia. Observé que siempre que yo reducía una inhibición o tensión musculares, asomaba una de las tres excitaciones biológicas básicas: angustia, ira o excitación sexual. Por cierto, ya había podido producir ese resultado anteriormente, reduciendo inhibiciones y actitudes puramente caracterológicas; la diferencia radicaba en -el hecho de que ahora la irrupción de la energía biológica era más completa, más enérgica, experimentada con mayor intensidad y ocurría más rápidamente. Además, en muchos enfermos estaba acompañada por una disolución espontánea de las inhibiciones caracterológicas. Estos descubrimientos, aunque fueron hechos en 1933, no se publicaron hasta el año 1935, en forma preliminar, y en 1937 en forma definitiva. Muy pronto esclarecieron algunos puntos decisivos del problema mente-cuerpo. La coraza caracterológica mostraba ahora ser funcionalmente idéntica a la hipertensión muscular, la coraza muscular. E1 concepto de "identidad funcional", que tuve que introducir, no significa otra cosa que el hecho de que las actitudes musculares y del carácter desempeñan la misma función en el aparato psíquico; pueden influirse y reemplazarse mutuamente. Fundamentalmente no pueden ser separadas; en sus funciones son idénticas. Los conceptos a que se llega por la unificación de hechos conducen inmediatamente a otras cosas. Si la coraza caracterológica se expresaba por mediación de la coraza muscular y viceversa, entonces la unidad de las funciones psíquicas estaba comprendida y era susceptible de ser influida en forma práctica. De ahora en adelante me era posible hacer un uso práctico de esa unidad. Cuando una inhibición del carácter no respondía a la influencia psíquica, me dedicaba a la actitud somática correspondiente. A la inversa, cuando una actitud muscular perturbadora resultaba difícil de alcanzar, me aplicaba a su expresión caracterológica para así aflojarla. Por ejemplo, una típica sonrisa amable, que dificultara la labor, podía eliminarse tanto describiendo la expresión como alterando la actitud muscular. Esto constituía un importante paso hacía adelante. El ulterior desarrollo de esa técnica, hasta llegar a la orgonterapia actual, llevó seis años más. El aflojamiento de las actitudes musculares rígidas dio como resultado sensaciones somáticas peculiares: temblor involuntario, sacudimiento de los músculos, sensaciones de calor y frío, picazón, sensaciones de pinchazos, "hormigueo", erizamiento y percepción somática de la angustia, la ira y el placer. Para comprender esas manifestaciones tuve que romper con todos los viejos conceptos de interrelaciones psicosomáticas. Tales manifestaciones no eran el "resultado", ni las "causas", ni el "acompañamiento" de los procesos "psíquicos"; eran sencillamente esos procesos mismos en la esfera somática. Reuní en un solo concepto, como "corrientes vegetativas", todas aquellas manifestaciones somáticas que —en contraste con la rígida coraza muscular— se caracterizan por su movimiento. Inmediatamente surgió el interrogante: ¿son esas corrientes vegetativas sólo movimientos de fluidos corporales, o algo más? Los movimientos puramente mecánicos de los fluidos pueden explicar, es cierto, las sensaciones de calor y frío, la palidez y el rubor, pero no otras manifestaciones tales como el hormigueo, la sensación de pinchazos, los estremecimientos, ni la cualidad "dulce", disolvente, de las sensaciones preorgásticas de placer, etcétera. E1 problema de la impotencia orgástica permanecía sin solución: el genital puede estar lleno de sangre, y sin embargo no experimentarse señal alguna de excitación placentera. Lo que significa que la excitación sexual no es en modo alguno idéntica a la corriente sanguínea ni producida por ella. Además, hay estados de angustia sin que se advierta palidez especial del rostro o del resto del cuerpo. La sensación de constricción en el pecho (ansiedad, angustia), la sensación de "opresión", no podía atribuirse únicamente a la congestión de los órganos centrales, pues entonces experimentaríamos angustia después de una buena comida, cuando la sangre se concentra en el abdomen. Debe existir algo, además de la corriente sanguínea, algo que, de acuerdo con su función biológica, produce angustia, ira o placer. La corriente sanguínea sólo puede desempeñar el papel de un medio esencial. Quizás ese "algo" desconocido no ocurre cuando se impide, de algún modo, la corriente de los fluidos corporales. Esto señala una etapa en que mis reflexiones sobre el problema no habían aún tomado forma. 5. LA FÓRMULA DEL ORGASMO: TENSIÓN → CARGA → DESCARGA → RELAJACIÓN El "algo" desconocido que yo buscaba no podía ser otra cosa que bioelectridad. Eso se me ocurrió cierto día en que trataba de comprender la fisiología de la fricción sexual entre el pene y la membrana mucosa vaginal. La fricción sexual es un proceso biológico fundamental; ocurre en el reino animal siempre que la procreación se efectúa por medio de dos sexos distintos. En tal proceso, dos superficies del cuerpo están en fricción mutua; de ello resulta excitación biológica así como congestión, expansión, "erección". Kraus, el internista berlinés, llevando a cabo experimentos novedosos, encontró que el cuerpo está regido por procesos eléctricos. El cuerpo consiste de innumerables "superficies limítrofes" entre las membranas y los fluidos electrolíticos de diversa densidad y composición. Según una conocida ley de física, las tensiones eléctricas se desarrollan en el límite entre los fluidos conductores y las membranas. En vista de que hay diferencias en la densidad y en la estructura de las membranas, se dan también diferencias de tensión en las superficies limítrofes y, en consecuencia, diferencias de potencial de intensidad diversas. Las diferencias de potencial pueden compararse con la diferencia de energía entre dos cuerpos a diferentes alturas. Al caer, el que está a mayor altura puede realizar más trabajo que el que está a menor altura. El mismo peso, digamos de un kilógramo, hará penetrar un pilón a mayor profundidad en el suelo si cae desde una altura de tres metros que desde una altura de un metro. La "energía potencial de posición" es mayor, y, en consecuencia, la "energía cinética" es mayor al liberar esa energía potencial. El principio de la diferencia de potencial puede aplicarse sin dificultad a las diferencias en las tensiones eléctricas. Cuando un cuerpo muy cargado se conecta por medio de un cable a uno menos cargado, fluirá una corriente del primero al segundo; la energía eléctrica estática se convierte en energía corriente (es decir, en movimiento). Se establece una igualación entre las dos cargas, del mismo modo que el nivel del agua en dos recipientes se iguala cuando éstos se conectan por un tubo. Esa igualación de energía siempre presupone una diferencia de energía potencial. Ahora bien, nuestro cuerpo consiste de innumerables superficies internas de distinta energía potencial. En consecuencia, la energía eléctrica del cuerpo se halla en constante movimiento entre lugares de potencial mayor y

Esta pregunta también está en el material:

La funcion del orgasmo
382 pag.

Psicologia, Psicanálise, Psicologia Humano Universidad Nacional De ColombiaUniversidad Nacional De Colombia

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