¿Qué es la educación sino la formación de subjetividades? Acercarse al sujeto en términos que permitan pensar la subjetivación desde la condición humana primera, antes de la socialización: la soledad, ese no hay que lo habita y que no puede ser saciado, sino que revela la propia existencia e inventa las formas de relacionarse con otros; cuando Nietzsche señala como el más grande defecto de la educación que nadie enseña a soportar la soledad, podemos pensar ese soportar incesante como un sitio de convergencia, una distancia irreductible donde se juega lo común y hace de la diferencia el punto de encuentro, es decir, lejos de acallar la soledad con entretenimiento o trabajo, dar pie al amor como donación al otro y lo común entre los sujetos que han de tejer los lazos en ella. Al ser la educación un agente que produce subjetividades, es importante cuestionar cómo articula la soledad del sujeto con la creación de vínculos con el otro, sin que esto lleve a la anulación del sujeto conducido a la normalización dentro de estándares y controles que lo dejan huérfano de sí mismo, sin poder asumir su vacío existencial o relacionarse más allá de una interdependencia productiva propia del capitalismo, donde el otro desaparece al no ser útil y se vuelven productos de consumo sin que alcancen a garantizar el encuentro con lo común, no somos semejantes por ser iguales ante la ley o por acceder a los beneficios de esta, sino por nuestra condición humana existencial, hay otros y por tanto yo soy, en esa distancia se halla lo común, se crea el amor, la voluntad política y lazos otros para relacionarnos.