El desarrollo sostenible ha pasado a convertirse en un argumento que utilizan los gobiernos y las propias multinacionales para demostrar que “tiene...
El desarrollo sostenible ha pasado a convertirse en un argumento que utilizan los gobiernos y las propias multinacionales para demostrar que “tienen en cuenta” los efectos medioambientales a la hora de tomar decisiones, de forma que se ha transformado en una máscara para aparentar un respeto inexistente, o al menos insuficiente con el entorno. Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en el Protocolo de Kyoto. No se esperan mejores resultados de la reciente Cumbre Mundial de Medio Ambiente 2012, Río +20 (20-22 junio en Río de Janeiro), que ha tratado los temas “una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza” y “el marco institucional para el desarrollo sostenible”, cuyos objetivos eran:
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