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Los pacientes a los que nos hemos referido a lo largo del texto, tienen múltiples síntomas físicos sin explicación médica. Estos síntomas tienden a...

Los pacientes a los que nos hemos referido a lo largo del texto, tienen múltiples síntomas físicos sin explicación médica. Estos síntomas tienden a cronificarse y hacerse resistentes al tratamiento (Kent, Tomasson and Coryell 1995; Craig, Cox and Klein 2002). Con frecuencia, estos pacientes están insatisfechos con la atención médica recibida y cambian habitualmente de profesional sanitario (Katon, Lin, Von Korff, Russo, Lipscomb and Bush 1991). La investigación sugiere que el número de síntomas físicos sin explicación médica guardan correlación positiva directa con el grado de psicopatología del paciente y su disfunción física (Katon, Lin, Von Korff, Russo, Lipscomb and Bush 1991). La conceptualización cognitiva-conductual de las somatizaciones proporciona un marco explicativo para el tratamiento de las mismas con terapia de la misma orientación. El modelo enfatiza la interacción entre fisiología, cognición, emoción, conducta y ambiente (Sharpe, Gill, Strain and Mayou 1996). Los pacientes somatizadores padecen altos niveles de arousal fisiológico y están menos habituados a tareas estresantes que los sujetos control (Rief, Shaw and Fichter 1998). Este arousal psicológico está compuesto por una tendencia a amplificar la información somatosensorial; es decir, estos pacientes son hipersensibles a las sensaciones corporales que experimentan como intensas, nocivas y molestas (Barsky, Wyshak and Klerman 1992). Además los pacientes somatizadores tienen interpretaciones cognitivas desadaptativas sobre sus síntomas físicos (Rief, Hiller and Margraf 1998). Por ejemplo, ellos pueden llegar a creer que su dolor, fatiga y/o malestar de cualquier tipo pueden ser indicativos de una patología concreta. En relación a las interpretaciones tergiversadas de las sensaciones somáticas, algunos pacientes catastrofizan hasta el punto de imaginar que las repetidas sensaciones físicas son signo de un desenlace fatal. De este modo el excesivo arousal de los somatizadores produce sensaciones físicas que no sólo generan malestar sino también temor. Los pensamientos negativos a su vez generan emociones negativas y comportamientos desadaptativos. Pensar en la posibilidad de tener una enfermedad desencadena respuestas de ansiedad y disforia que mantiene el arousal psicológico y la sintomatología física. Intentado prevenir la aparición o la exacerbación de los síntomas, los pacientes somatizadores, de forma característica, se enfrentan evitando las actividades (Smith, Monson and Ray 1986; Katon, Lin, Von Korff, Russo, Lipscomb and Bush 1991). Al alejarse de las actividades se proporcionan oportunidades para focalizar la atención de forma adicional sobre la propia salud. Además, los pacientes que sufren estos síntomas físicos, distorsiones cognitivas y afectos negativos buscan repetidamente ayuda médica y evaluaciones diagnósticas (doctor shopping). Los médicos, por otro lado, al tratar de conducirlos hacia las evaluaciones y evitar malas prácticas médicas, pueden incrementar el comportamiento somatizador ordenando pruebas diagnósticas innecesarias. Estas pruebas, incluso con resultados negativos que descartan una patología, refuerzan la creencia desadaptativa de que cualquier síntoma físico es indicativo de patología/enfermedad. Del mismo modo, los tratamientos médicos innecesarios pueden resultar iatrogénicos para el paciente, es decir, causa o agravamiento de algunos síntomas. Con base en lo antes expuesto, en el presente trabajo de investigación proponemos un abordaje multifacético que incluye un trabajo cognitivo, experiencial, interpersonal y conportamental. El tratamiento de referencia en el que nos basamos (Woolfolk and Allen 2007) incluye diez sesiones altamente estructuradas proponiendo un abordaje comprehensivo de la patología. Lo componen técnicas de relajación para reducir el estrés, como gestión de las actividades y habilidades de comunicación para paliar las funciones del rol de enfermo, incluso un pequeño entrenamiento en conciencia emocional y reestructuración cognitiva para modificar y eliminar las creencias disfuncionales. El presente abordaje tiene de característico, frente a otras propuestas el énfasis que hace en las emociones y la aceptación de las mismas por parte de los pacientes. También se desarrolla de forma más sistemática el abordaje del rol de enfermo, haciendo un análisis de las funciones significativas que desempeña para el paciente a través de las somatizaciones, el refuerzo que obtiene de las consecuencias derivadas y las relaciones interpersonales que se establecen, así como las estructuras vitales que proveen los contextos para poder activar y mantener dicho rol. Esta parte surge de abordajes más relacionados con la terapia sistémica, la terapia interpersonal y el condicionamiento operante. La TCC tradicional ha errado en los aspectos relacionados con el campo emocional, intentando controlarlo (Westen and Shedler 2000). En el abordaje propuesto se hace énfasis en el plano emocional buscando la exploración, la diferenciación, la expresión y la aceptación emocional. A continuación se describe cada uno de los componentes del abordaje multifacético propuesto.

Esta pregunta también está en el material:

Estudo sobre Terapia Cognitiva-Conductual
394 pag.

Enfermagem Psiquiátrica Universidad Central de VenezuelaUniversidad Central de Venezuela

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