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Leonardo Benevolo La investigacion de los minimos elementos funcionales

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LEÓNAR Dc BE,I.JEVOLC
L¿ l P r - . l ec l oc i r j n d¿ k " ( , cdc id r nodecnc^
La investigación de los mínimos elementos fr¡ncionales característiqo de la ciuriad neoconservadora: la rue - corridor*Cconsídéi-a¿a 
coñoEnal de t]ánsiló y ambicnte at que se aso-
man las hileras comerciales). La rue - corridor expresa la p¡eemi- I
nencia de la función terc ia l ia l
subordlnadas
uDtrene ast :
- La sustancial equivalencia entre calle y plaza; la plaza
tiende a perder el carácter complejo que tenía en
la ciudad antigua, y se reduce a un ensanchamiento
o un cruce de calles; las calles parten más de los
vértices que de los centros de la figura perimetral.
- La preferencia otorgada a ios trazad.os de calles en
ios que la longitud de las fachadas es mayor respec-
to a i árca de las percelas; en consecuencia, a las
parri l las más densas y a los trazados triangulares.
Los diferentes edificios necesarios para la vida de la
ciudad -viviendas, oficinas, teatros, grandes almacenes, escue-
Ias, etc.-, se confunden en la cortina que flanquea la rue - co-
rridor, excepción hecha de aquelios ediñcios que por la dimen-
sión o el valor monumental están en condiciones de ocupar una
manzana entera.
Resuita así comprimida v sacrif icada la residencia. de
a hí I a néc-eSidá?f?"-f gg
<- - - ; '
co-mplementario del anterior: eI barrio re.sjlencial extensivo,
-comi ár .ón]*añ-,r" *
origina de la exigencia de alejar -para las clases dominantes-
la vivienda de los vínculos de la rue - corridor, y promete a cate-
gorías enteras de usuarios la independencia espacial que antes
estaba reseryada a determinados personajes.
La coexistencia de estos dos modelos es indispensable
precisamente en relación al mecanismo social y económico del
que procede la ciudad neoconservadora. La propiedad de las
áreas ediñcables está en manos privadas y produce una renta
que en buena medida determina el tamaño y la velocidad de cre-
cimiento de las aglomeraciones urbanas. La progresiva üsminu-
ción de ios estándares de edificios, del centro a la periferia es
la condición técnica esencial para producir e incrementar en el
tiempo la renta del suelo urbano (figs. 4 a 9).
Sin embargo, la coherencia de este Proceso no es com'
pieta. La ciuclad exige la concurrencia de numerosos factores
productivos, pero sólo reconoce a algunos de ellos una posibi-
l idad de integración espacial. La rigidez de los estándares urba-
nísticos y de edificios expulsa de la ciudad a todos Ios elementos
que no se Ie adaptan y, en general, a todo trazado de ümensión
-La arquitectura moderna debe sugerir un nuevo.tip.o_de
ciudad q{-ue puéAa ser conii?-puesta a la tiacticionáI.' 
Para explicar el sentido de esta contraposii ión es nece_
sar io descr ib i r e l término contrapuesto -del que arranca la
investigación-, que no es la ciudad tradicional, , ino ,r., t ipo de
ciudad y de ¡rraxis urbanj11lclv- 
_{g 94 ¡qgSfg¡-q!9_!q-j-o@
-]i S-¡aa m¡l-4¡$gt -* 
-y-_q-G- 
@€g9@eq&-!0-alcruoad neoconservaclQr4_(r'éase L. Benevolo, storia dell,archi-
-re1-tllrl-rlldélÁl Íjári, 1977,i cap. III; versión castellana: Histo-
ria de la arquitect¿Lro moderna, Eclitorial Gustavo Gili, S. A.,
Barceiona. 19773). E,sra pra-ris nace en 1g4g por obra de los nue-
- 1os--.rgqimenes auioiitarios-que surgen deipués de lal luchás--'
. 
re 'orucro_nar ias; acepta ios inst rumentos técnicos e laboiadós en-lá priñi; iñiG¿ ael sigto (incluidas algunas propuestas de los
teóricos socialistas y radicales) y los uti l iza para organizar el
desarrollo de las ciudades europeas y coloniales, estábil izando
al mismo tiempo las relaciones económicas y sociales.
i ^-.- , !:ry]g-lLlgyl.p-{el.rs-g¡-bqnístiga, ei quntg-{q c!]qlqclg-
I 1]lg9-]99_1nelg:gs públicos y los privados está situ-ado en el
i -nrñiié que seF eros ü¿Auad-é-tdin¡lñ ¿"-r* .rp*i'a, .o,-,r*j n@fun-cib-n?mienro. Débido ai-üie¡ter c6ro
I -:^=19áIE{g1* l¡_.'ggtiá Ñ s i óióí] in t o t ol e s rec i o s p rñá ols
I _.Lurrrr-¡ rus espaclos puDllcos t lenden a hacerse homogéneos; la in_I *dividüálldad ¿iá ro.^"Ai ne;o!-u* r^a"-rffi
i 3, I =9 : 19: 9.a laFé¡ e sl uátrft tñ o 1 qga re s u lTáñ-der a ú o vé¿F-a -
-rl.e!to de paredes equiváEn-fésf y Iá váriéffipúEliEG-rradiEionatei-le- füñae 
".r. 
.rnu secuencia de espacios
vacíos, ligados a los volúmenes de ros edificios mediante relacio-
nes constantes (figs. 1 a 3). De esta manera nace el estándar más
t 2
no compatible con la media de las parcelas (que por otra parte
las exigencias de las funciones dominantes tienden a mantener
lo más reducidas posible). Unicamente se exceptúan los parques
púbiicos -como contrapartida higiénica y visual a la tendencia
a la aglomeración compacta- y las instalaciones ferroviarias
que, a través de Ias estaciones, se relacionan con las plazas y las
. calles de los centros comerciales. Las industrias y las viviendas
\ ael proietariado son relegadas a:üñlzon. .oJrTFá que no eS
I - -= - : - - - - , - - - : - . . - :? - -
l ; í*üibáña ni- rural: la pertferia, que jamás es asimilá?la por láf _ _ _ . . - - : 1 - = -
I EiüAtd;Siño Q-ue se aleia más allá de sus propiollímites a me-
t . t h - - - . - . - , : - - - a - - . -I d ld¡ Qrre esta v3 crec lcnoo ( los rnconvenlentes oe esta s l tuacton
I son p-aTciálmente corregidos por las iniciativas públicas y pri-
vadas para integrar las viviendas obreras en la ciudad, asimiián-
dolas a los bloques intensivos o a los barrios de casas unifami-
l iares; pero estas in ic iat ivas s iguen s iendo cuant i ta t ivamente
insuficientes y ponen de manifiesto la contradicción de particia
s in l legar a resolver la por completo) .
Los modelos formales, sobre los que se basan los están-
dares de la ciudad neoconservadora (tomados en buena parte
de la tradición clásica y barroca), adquieren de este modo una
función social y polít ica discriminante de Ia que deriva su rigi-
dez. Además, la ciudad neoconservadora engloba los organismos
urbanos precedentes -tardomedievales o barrocos- y en gran
medida depende de ellos por su caracterización formal. Allí
donde estas preexistencias no se dan ---en las ciudades nuevas
o en las ciudades coioniales- la misma praxis urbanística revela
de manera anticipada sus contradicciones.
El r¡rovimiento moderno parte de la contestación a este
-- ;-;-----=--=-=-----'--.--. - .-:-- -' 'moqeto, oel que valora p lenamente las lmpl lcac¡ones pol i t lcas,
+
economlcas v socra les; pero oprna -d i terenciándose asi de ia
l rnea or todoxa de la izquierda pol Í t ica europea- que la cadena
de implicaciones puede romperse con la reforma de los mode-
los de organización espacial, que funcionan como soporte de
las discriminaciones sociales.
La polémica se desarrolla contra dos obietivos relacio-
nados entre sí:
t. La preeminencia de la función terciaria, a la que
están subordinadas ias otras funciones urbanas. Se
contesta con la máxima energía el modeio de Ia rue -
corridor; en cambio se considera interesante el mo-
delo del barrict residencial extensivo, en cuanto que
es la primera tentativa de formar un tejido de edi-
frcios dominado por la residencia (de aquí la im-
portancia atribuida a algunas propuestas de la van-
guardia, como la garden city y la cité industrielle)-
La preeminencia de la función residencial en la ciu-
dacL moderna se convierte en un postulado constante
de la investigación ulterior, y hasta el presente no
ha- sido contestada de ttna mancra seria'
2. Los estándares cie la proyectación arquitectónica
acloptados hasta el momento y l igados justamente
a la jerarquia funcional propia de la ciudad neocon-
servadora.
A estos están<iares se contrapone un anji]isf-gbietivo
de las f;¿¡on¿ tn,l-iüi-duales, qtt i"ttn-a-dattr@:- mínintos
;;.';';,i;;'" i ;;; ;i;; ; i ;'-¿" 
-. 
uáu'u na ¿é é I tá'' 5;;s te modo *
- 
..i rr. 
" 
-¡ 
ro¡a ollc o n f oiñ ac i¿ ii ¿;uc m-aád-t r a d ic i o n a I -tanto
ei núcleo illtensivo como los barrios periféricos- y- Jg-Iggrt-aza
no sólo la noción cie parcela como múltiDlo comír;-Atlos dGl
-tlñTóléd-ifr;ióa; tiñ. tami;dn--Í#=tt-ló-"--dil td-lfrt ñ
Í á l a a n i i e u a t @
-"".'-:Ei=f t..¿;-a; t" vivienda, 
"l--ql"*"^to 
d" pitii9^ )' '
no .oir., l_blcque
-c 
oñ sirrridó- a r5o,d.''¿f-re' . a r'a-i@i@ i
;ir^ffi;,r áJ eltoFdó-s modelos--tr!'qque-9'9lncidq - 
'
*
,"; á-constituye la conqutsta
¡.*if"; a¿-FEvestfga¿iéñ;qilitectónica de 1a década 
que se
lxtiende entre 1920 /fSlO. (Esta operación de disgregación de
los nexos morfológic-os tradicionales en todos los campos 
--des-
de los artículos de us<¡ hasta la ciudad- es el objetivo histórico
Je la confluencia cl.e la investigación de ios pintores y la de los
arquitectos en los años que giran en torno a la primera gueTa
muncl ia l ; L . Benevolo , Stoño del l 'archi tet tura moderna' c i t ' '
cap . X I I ) ( ñgs . 10 y l 1 ) . 
_ : ^ _^ - ^ r ^ -ac .
Las características de ios tipos de edifrcio para la rest-
dencia son deñnidas uti l izando las aportaciones de la socioloda
de la época (véanse las actas del 2 ' ' C ' I 'A 'M" Frankfur t ' .1929
tversión casteliana: C. Ayrnonino et.^{l ' , La vivienda racional'
Ponencias de los Congresos C'I 'A'M': 1929-1930' Editorial Gustavo
Gili, S. A., Barceloní, tsl l), y de manera especial la ponencia
J" ú. cropius, oPremisut ,oiiótógicas para las viviendas mínimas
á" foUiu.iones urbanas industrialesn, también 
publicado 
-en 
Ar'
chitettura ¡ntegrata, Milán, 19ó8, cap' X)' Estas características se
pueden resumir en tres Puntos:
1. Superf ic ie y cubicación mínimas'
;. -hisglttcg
( i lumina ! ió l ' aso leo , Yen l t lac
1 5
3. Una habitación para cada indiv'4uo adulto (véase
tam6ién iáJórle leintée de Ii qué habla Le Cor-
busier) .
Una contribución decisiva para definir estas caracterís-
ticas proviene de los estudios realizados por los arquitectos
soviéticos a finales de los años veinte. El grupo que, dirigido por
M. Ginzburg, trabaja desde 1928 en la sección de estandarización
dei STROIKOM de ia R,S.F.S.R. , p lantea un anál is is s is temát ico
de la vivienda (figs. 12y 13). Partiendo de la redefinición de cada
elemento furncional, l legará a la formulación teórica de un mo-
delo agregativo original: la comuna de viviendas, que integra
viviendas y servicios colectivos (r'éase S. O. Chan - Magomedov,
lrf. Ginzburg, Angeii, Milán, 1975).
Con análoga voluntad sistemática, Alexander Klein abor-
da ei estudio de las variantes distributivas en las plantas para
las viviendas mínimas en una serie de estudios, entre los que
se encuentra el de 1928 para ia Reichsforschungsgeseiischaft
(véase A. Kle in, Scr i t t i e proget t i , a l cu idado de M. Baf fa y
A. Rossar i , Mi lán, 1975; r 'ers ión caste l lana Viv ienda mínima:
190ó-1957, Edi tor ia l Gustavo Gi l i , S. A. , Barcelona 1979) ( f igu-
ras 14 y 15 ) .
Ei estudio analít ico de ios tipos de edificio permite
afrontar de forma general el problema de su agrupación y, en
consecuencia, la casuística de los nuevos modelos de edificio.
Esto es posible debido a los nuevos estándares constructivos,
descubiertos simultáneamente por la investigación de los arqui-
tectos (figs- 16 y I1).
Una de las formuiaciones más precisas está contenida
en los cinco puntos de Le Corbusier de 1926 (véase Le Corbusier,
Oeuvre compléte, Zur ich, 1937-1970, 8 vols . , 1910-1929, pág. 128;
véase de W. Boesiger , Le Corbusier , Edi tor ia l Gustavo Gi l i , S. A. ,
Barceiona, 197ó) ( f igs. 18 a 21) :
1. Los pilotis.
2. La terraza - jardín.
3. La p lanta l ibre.
d I a l e q á l r o p n l n r
. . - * | - . - , - . r gueu r .
5. La fachada libre.
Estos estándares l iberan la secular asociación entre ia
forma de los vanos y la de los muros de carga, entre la uti l iza-
ción del suelo y la de las plantas, entre las estructuras portantes
y las de cerramiento, v hacen posible nuevos modelos de agn-r-
¡eción de las ceiulas n6im'áiiádás, Tora@
tr-láf rr;drcróío-les- -
l ó
Los anteriores modelos, al estar l igados a un determi-
nado orden social y polít ico, favorecen o por lo menos no obs-
taculizan la formación de la renta del suelo urbano. La nueva
investigación, al rechazar esos modclos, de inmediato entra en
Gropius repitió en nllmerosas ocasiones esta misma idea; tam-
bién en un ar t ícu lo sobre oCiv i l izac ión de ias máquinaso, ju l io-
a g o s t o , 1 9 6 4 ) .
La investigación acerca de la agrupación de las vir-ien-
das se centra en un pr imer momento en e l problema per judic ia l
de la densidad, y crit ica ei modelo tradicional de Ios barrios ex-
tensivos (aceptado por Hou'ard, por Garnier y por Wright); en
pr inc ip io, e l empleo de este modelo no está exciu ido, en tanto
que permi te of recer a cada persona una casa indiv idual y a is lada,
pero es considerada excepcional debido al alto coste de los ser-
vicios primarios y secundarios, y a los obstácuios que se derivan
de la duración de los desplazamientos entre casa y casa, o entre
casa y servicios, superables sólo por quien posee un determinado
nivel cie vida.
A este modelo se contrapone -en especiai nara los obre-
ros urbáñb-l--[ná cbnsfruóéidn málciensa, en la que las vivien-
das estén agnipadat án 
-e¿-inaas 
,,'rjr-ticalesJs-pai-iadós dé- ú[
_4 o1p- r u 9 r. r p 
" 
t.¡_.lg: 
" 
lt 3! d ar" r E=i s i ¿ ; i. * G;
iificáción gareral-Aelste pláñreamññTo se-Iálla sostenida en
la ponencia de Gropius del 3-.. C.I.A.M., Bruselas, 1930, 
"¿Casas
unifamiliares, edificios medios o bloques altos?o, publicada tam-
bién en Archítettu.ra integrata, cit., cap. XI) (f igs. 25 y 26).
La distancia entre los edificios tiene oue ser calculada
r - - -
en relacron a la altri;á,- es
'ffi
de lás calles. I)e este planteamiento teórico existen dos prirrcr-
pAes fornulaciones referentes a edificios:
r'--l-----=\
l .LLa casa latn inar de 10-11 p lantas (s lab house) estu-
diada por d-oplusTras lá¡-dinisiones di la Bauhaus (1928) y pro-
puesta en var ias ocasiones:
t929 .
i930.
Concurso de la Reichsforschungsgeseilschaft para
el barrio experimental de Spandau (figs. 22 y 23)-
Modelo teórico presentado a la muestra del Werk-
bund de París y, al año siguiente, a la Bauhaus-
stellung de Berlín (con M. Breuer).
t 7
;. 
,. i .
'::i
.r.É
r,:;,:l
,, -;rl 1931. Proy'ecto de quince casas a ori l las del Wannsee( f i g .27 ) .
Proyecto de dos casas en Saint Leonard's Hil ls
(con E. Maxrvell Fry) (véase S. Giedion, Walter
Gropitts, Comunitá, Milán, 1954, págs 77 a 82 y
201 a 216). En estas casas están previstos servi
cios comunes en la planta baja que, no obstante,
siguen siendo un elemento accesorio, en parte
debido al tamaño limitado de cada bloque (40-80
viviendas: en las casas a ori l las del Wannsee los
servicios están previstos cada dos bloques y el
comple jo comprende óó0 v iv iendas) .
Este tipo de edificio no pudo ser realizado en Alemania
sobre todo a causa de la resistencia a introducir el ascensor en
un complejo popuiar; fue experimentado por primera vez en
Hoianda en 1934 (v iv iendas Bergpolder de W. van Ti jen, J , A.
Brinkmann y L. C. van der Vlugt; 72 viviendas con distribución
y galerias; véase A. Roth, I¿ Nouvelle architecture, Zurich, 1940,
pág. 9l y ss ) (f ie. 28). El alcance innovador de la casa laminar
alta comporta al menos tres consecuencias: la clarif icación del
paisaje urbano que, como alternativa del tradicional, se caracte-
riza por la preeminencia de los espacios libres sobre los volú-
, - _ = - - - _ - - - -
menes constluidos: ia redutElóñ-de Ios esDacios Dara la vida do-
-méstñe-¿tdt 
vetñ'ás- concentráda en 
-el 
iesáiióiio ?e áéEviaá-
'des 
iridividuales y privadas, cosa que no es fácilmente generali-zable a todas las categorías de usuariosi y, f inalmente, la dota-
'ción, 
at pie o en las proximidades del gdificio, de 
"n 
apara 
_
se¡vicios-coléciivoi efi-CieñTe bára el desarrollo de ias activida-
=--=-..----j-----
des oue va no encuentran sii io en las reducidas superficies de
-TtÍüG;aá:-E 
s t án l t i má-ca iáEté r i s t ñi éi t a 
-ún 
ica- q;e p üód;-
-liácd 
acéFlabie --e incluso agradable- para algunas categorías
de usuarios una reorganización drástica de la vida doméstica en
espacios privados reducidos. La realización de los edificios la-
minares encontró resistencia, tanto a nivel de las técnicas de ac-
tuación como a nivel de los comportamientos individuales, en
todas aquellas costumbres consolidadas que las tres consecuen-
cias citadas amenazaban con alterar.
En cambio el modelo laminar ---€n algunas tipologías es-
peciales como la casa con viviendas mínimas y servicios comu-
nes, la casa - hotel, etc.-, encontró una vía de salida cuando
la común voluntad de los proyectistas y de Ios destinatarios
supo crear una- ocasión claramente experimental y paradigmática,
o cuando se trató de intervenciones dirigidas a categorías espe-
ciales de usuarios. En el primer caso se incluyen ia Casa - Bloc
proyectada por Josep LIuís Sert y el grupo G.A.T.C.P.A.C. para
Barcelona en 1934 (véase K. Bastlund, losé Luis Sert, Zurich,
1967) y los proyectos de A. Aalto para la Hansaviertel de Berlín,
de 195ó; para el Neue Vahr de Bremen, de 1959, que tiene 22 plan-
tas, y para Schónbühl de Lucerna, de 19óó (véase K. Fleig, Alvar
Aalto, vol. I, Zurich, 1971, y vol. II, Milán, 1963; versión castella-
na: Alvar Aalto, Editoriai Gustavo Gili, S. A., Barcelona, 1976\
( f i gs .29 a 36 ) .
En el segundo caso se agrupan algunirs residencias para
estudiantes, como ia del Imperial College de Londres, de Shep-
pard, Robson & Associates, de 19ó3, o la de Amsterdam, de
H. Hertzberger, de 1966 (véase W. Mullins / P. Allen, Student
Housing, Londres, 197 1); y las casas de reposo, como una para
ancianos inválidos, también de Hertzberger, construida en Ams-
terdam en 1975 (véase Bauen-Wohnen, n." 1,1976) ( f igs. 37 a 45) .
2. Los bloques continuos d. rédents ideados por Le
Corbusier En J[f tréñe Oi;uvIe-con1pt\te" A., Iglffir= rf
-gfnlS8ftlé;feccionados 
en los años sfuientes. La formulación
teórica más completa se encuentra en los 17 paneles de la vil le
radieuse oresentados en 1930 al 3... C.I.A.M. (reproducidos en el
v<¡lumen La ViIIe radieuse, París, 1933, reeditado en 19ó4, pági-
nas 15ó a 172); los rédents ocupan parcelas de 400 x 400 metros,
circundadas por vías para el tránsito rodado, tienen una altura
de 50 metros y una densidad de 1000 habitantes por hectárea
(figs. 46 a 50). La didascalia del primer panel define los objetivos
de la investigación con la siguiente frase:
Abandon du b inome: maison - rue
création de Ia fonction pure: Iogís
établ issement d 'une sér ie par Ie <rédent"
iorme du rédent susceptible de varieté
ar chi tectu. ra le.*
Este modelo fue aplicado, de diferente manera, en los
planes urbanísticos de Le Corbusier en el período comprendido
entre las dos guerras mundiales:
1929. Propuestas para Río, Montevideo y Sao Paulo
(véase La Vi l le radieuse, ci t . , págs. 222 y 225)
( f igs . 51 a 53) .
abandono del binomio: casa-cal le
creación de la función pura: vivienda
establecimiento de una serie mediante el rédent
forma del rédent susceptible de variación arquitectónica
I
l 9
1931-1934. Planes para Argcl ( ídem, págs. 226 y ss. ) ( f i -
gura 54).
1932. Concurso para el barrio Saint - Gervais de Gine-
bra ( ídem, págs.226 Y ss. ) .
1933. Concurso para la urbanización de la ori l la iz-
quierda det Schelda, en Amberes (ídem, págs.270
y ss . ) .
1933. Concurso para los barr ios Norrmalm y Soder-
malm de Estocolmo ( ídem, págs. 297 y ss. ) ( f i -
gura 55) .
1936. I lo t insalubre n: 6 de París (Oeuvre contp léte,
c i t . , 1934-1938, págs. 48 a 55) ( f ig . 5ó) .
1936. Urbanización de la cabez-a del puente Saint - Cioud
de París ( ídetn, págs. 56 y 57) .
EI mismo modelo, aunque teóricamente superado por
el de ia unité de grandeur conforme, fue parcialmente uti i izado
por Le Corbrrsier en el concurso para ei centro de Berlín. de
1961 (Oeuvre compléte, cit., 1957-19ó5, págs. 230 a 237).
En estos p lanes Le Corbusier adapta e l rédent a s i tua-
c iones p lanimétr icas y a l t imétr icas d i ferentes. La d isposic ión
rítmica de los cuerpos de fábrica, al no estar l igada a una articu-
lación funcional, puede desaparecer o ser sustitr-rida por una
curvatura rítmica o arrítmica, que acompaña a las ondulaciones
del paisaje. Respecto a la ciudad tradicional este tipo de cons-
trucción representa una antítesis absoluta: puede ser inserta en
un espacio l ibre, como demostración de una alternativa (i/of
insalubre o Ginebra), o superpuesta al conjunto urbano como
una especie de infraestructura (y, en efecto, t iende a englobar
calles y autopistas; Argel, Río, Montevideo); en muchos casos
llega a caracterizar la forma de la ciudad a escaia paisajista,
como se puede observar en los sugestivos dibujos, sin perder la
calidad de tejido homogéneo o puro. Los servicios (escuelas,
asilos, zonas deportivas, centros comerciales) se presentan siem-
pre como accesorios y no están i igados a la articulación de las
construcciones residenciaies.
Los dos modelos de los oue se ha hablado -la casa lami-
nar y el nu"t-l ie;G"
realtzada entre las dos guei-as mUndiglg:, pero sólo influyen
-¡-
de manera márgináT en las ottras concretas. En la mayor parte
de los casos los arquitectos tienen que aceptar ias l imitaciones
derivadas de la tipología tradicional (sobre todo en lo referente
a Ia altura de las construcciones de viviendas) y adoptan siste-
mas consuetudinarios de agrupación de las viviendas, sin renun-
ciar a organizarlos y ilevando hasta el límite la exploración d.e
sus oportunidades específicas.
20
Entre ios sistemas tradicionales conviene distinguir:
a) La casa indiviclual aislada; es la solución a la que
--......-.....-..=._-se 
recurre cuando el inter'ús se centra por completo
en la vivienda en sí (véase la Haus am Horn de Wei-
mar, construida por la Bauhaus en 1923). Esta so-
lución se mantendrá en ias residencias de tipo ex-
cepcional (las vii las de los alrededores de París de
Le Corbusier , o la v i l la Tugendath de Mies) v para
las casas prefabr icadas.
En este ú l t imo grupo se inc luyen las propuestas de
células transformables y transitori¿s ideadas entre
1928 y 1930 por los invest igaclores soviét icos (Ginz-
burg, Bar tch, Sokolov, Vladimirov, Ochot inovic , etc . )
( f igs. 57 a ó0) , en v is ias a una urbanización espar-
c ida por e l terr i tor io y contrapuesta a la concen-
trada cie la ciudad burguesa (ciudad verde de l\foscú
y c iLrdacl nueva de Magni togorsk; véase S. O. Chan -
Magomedov, lv l . Ginzburg, c i t . ) . También Gropius
afronta un tema análogo en la casa cle la Weissen-
hof de Stut tgar t (1927) y en la de 1931 para Ia
Hirsch - Kupfer uncl Messingrverke (véanse G. C. fu-
gan, Walter Gropitts e la Bauhaus, Turín, 1951 [r,er-
s ión caste l lana: Wal ter Cropi t ts y e l Bauhat is , Edi -
c iones Nueva Vis ión, S.A. I .C. , Bucnos Ai res, 19771, y
S. Giedion, Wal ter Gropi t ts , c i t . ) ( f igs. 61 a ó4) . Sin
embargo, Gropius hace hincapié en la unificación
de los elementos constructivos y en la organiza-
ción de los procesos tecnológicos, sin relacionar
estas innovaciones con un preciso modelo de orden
urbano.
b)- El bloque d-r::3loindr,vidyalel 
,eúilera, de una,dos o t res p lantas (
-.-r---+.'.r
sretlung de Viéñál de 1931; fig. 71). Este sistema
no encuentr'a oposiciones teóricas, a pesar de que
no permite superar ciertos niveles de densidad; en
la primera décadade la posguerra es considerado
como la mejor alternativa al barrio dc casas aisla-
das; de esta idea han nacido las primeras obras
maestras de Ia edificación residencial moderna:
- Los dos últi¡nos barrios de J. J. P. Oud en Rot-
terdam: Hoek van Holland (1924) y Kiefhoek
(1925) (véase L. Benevolo, Storia dell 'architettura
moderna, cit-) (f ig. 72).
- El barrio Tórten, de Dessau, realizado por la
Bauhaus (1926-1928; véase S. Giedion, Walter
21
Gropius, cit.; G. C. Argan, Walter Gropius e Ia
Bauhaus, c i t . ) (ñgs. 65 a 67) .
Las casas de Oud y Stam en la Weissenhof (1927;
véase J. Joedicke / C. Plath, Die Weissenhof sied-
lung, Stut tgar t , 1968) ( f igs. 68 a 70,73 y 74) .
Las casas con patio dispuestas en hiiera estudia-
das a partir de 1929 por L. I{i lberseimer (véase
"The Modern Courtyard House", en Architectu-
ra l Assoc ia t i on Pape r , n . ' 9 ) ( f i gs . 15 a77 ) ; y po r
Mies van der Rohe en 1934, la .casa con t res
pat ios, , y en 1938 (véase Ph. H. Johnson, Mies
van der Rof te, Stut tgar t , 1947; vers ión caste l lana:
Mies van der Rohe, Edi tor ia l Víctor Seru, S. R. L. ,
Buenos Aires, 19ó0) ( f igs. 78 a 81) .
Este segundo sistema aún pervive en la actualidad
_v ha sufrido no pocos perfeccionamientos y enri-
quecimientos que se re lac ionan tanto con la d is t r i -
bución interna de la vivienda como son ias combi-
naciones agregativas. Cubre además las exigencias
de aquel la ampl ia f ranja de usuar ios que, o por la
composic ión fami l iar o por la organización de Ia v i
da doméstica, t ienen preferencia por una vivienda
directamente l igada a los espacios abier tos. A ia
actualización de las características de este tipo se
suman las contribuciones notables de las casas de
A. Aal to en Suni ia (193ó) y en Kaut tua (1938; véase
K. Fleig, Alvar Aalto, cit.) y de A. Jacobsen en
Gentof te (1950) v Bel lav is ta (19ó0; véase T. Faber,
Arne Jacobserz, Teufen, 1964) ( f igs. 82 a 92) .
c) La constmcción en línea de media altura (3-5 olan-
raJ. críÍladoffios c.I.ntt. ae
1929 y de 1930, pero adoptado frecuentemente en las
realizaciones alemanas como sustituto de \a slab
house (por ejemplo, la casa en línea de Mies van
der Rohe en la Weissenhof; Ios barrios de Gropius
en Karlsmhe, de i928, y en Berlín, de 1930; el barrio
de Kle in en Bad Dürrenberg, de 1930) ( f igs. 93 a 99) .
Las investiqaciones sobre la
) , no la
_ 
caSá e n tera. Tó ;-üo es ta¡l n ve s rlAac iohef-es t aGñléTñ ;;;
con los estudios sobre la distribución de la vivienda, pero no
con los de la agrupación de las viviendas en las casas colectivas;
22
Las investigaciones sobre la prefabricación en este pe-
-
=n-oj! están onen_t14a:._p9l_1a tesis de Grop_ius, expuesta- porrruuu esran orlentadas Dor la tesrs de uroptus, expuesta por
- 
. ; - 
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- . - ^ - - - - r - - r - 
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-priméra vez en 1909 a Emil RatFenau.-piésñéntid-é-la ÁEG:
- : : -r-r : - : - i : - - : l - -- 
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- - , - - - * J l -
se debe t rp lhcar y p re fabr icar cada e lemento cons t ruc t ivo , no I
^ : - . . . ^ - - : - . i - - l - ^ r : .
y se aplican de manera preferente a casas aisladas (véanse Ios
c los protot ipos estudiados por Gropius en 1927 y en l93l ) .
El mismo razonamiento analít ico que ha conducido a
_4.fr!tr los-tipo-1@eaifióió de lá residéncitha siao apTrcTdo;
t o ci a s I a s f u n c i o n e s_s u s 9_q p.qib !e s d e sErTe@
la ngregaclon oe etementos mlnrntos repct lb les: es decrr , a ios
l rpo: s :pgglq les q9 res ldencra, como los ya mencionados de la
- ' - - , - : 
, - - . - - - _ : -
casa - hote l , de las res ic ienciás pá}a-é l tu-d iantes.?é coleeios. v a
- , . . . . ' ' - - 
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algunas actlvldades procluctryas_ qug ggrypo_rtgl_ la rep_etición
3g.g qo ¿.y f 9_"_lj I " I t a L_ I g b,Ig_I e _d o. I a s t e r c i a r i a s, i o ry_e r c i a I e_sy bulo9r , l !9" ! . h l edr t ic io para of ic inas (e l Columbushaus de
Mencle lshon, de 1931) puede convert i rse en un s is tema de am-
bientes indi ferenciados, d i i ' id idr ts en e l in ter ior mediante tabi -
ques móvi les, protegidos en e l exter ior por muros cor t ina, d is-
t r ibu i r tos según un módulo pequcño con e l f in de permi t i r las
múl t ip les posib les posic iones de los tabiques móvi les.
También en este caso la inve{¡c1gróln,_9-q_!"fase, se-éeñt-ra -e-n la iiiñ¿ivi¿ü¡i7acl6n._ del módulo re
+-f_---
consloera el proceso de agregaclon como
-ó-t- --- 
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r ; - , -fi n$9, s Lr scep t ib le de_ se r i n t elry4p_rd-q e¡L_c_Ua!+ui€L_pugls
Ienor oe los v tncu los esDac la les de cadaa iniciativa (no
Le Corbusier eiabora dos modelos teóricos definidos por
namiento geométr ico análogo a l del rédent : e l rascac
cruz -ideado en 1923 para la vil le contemporaine, rep'
el Plan Voisin de París, de 1925, y en los paneles de la
dieuse- y el rascacielos en patte de poule, o (cartesia
finido en 1935 y aplicado en los planes de París a partir oe Lv5 t
los proyectos dei concurso para el palacio de los Soviets y para
ei teatro de Karkov.
Esta clarísima dicotomía ha impedido estudiar de ma-
nera satisfactoria los servicios que decididamente no pertenecen
al primer o segundo grupo y, de modo especial, las escuelas,
consideradas unas veces como edificios excepcionales (disimu-
lando la repetición de las aulas, como en Dudok) y otras como
construcciones que parten de Ia agrupación de las propias aulas
o de los otros elementos repetibles (en las escuelas de Neutra)-
La primera fase de esta investigación, que va de lo
particular a lo general y que en algunos grandes países euroPeos
bstante,
un razo-
ielos en
:tido en
ville ra-
no", de-
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está l imi tada a un breve per íodo c le t iernpo (de 1924 a 1933) no
sueie ir más allá de ia escala del barrio. Obsérvese la sucesión
de los temas t ratados en los pr imeros cuatro C. I .A. lv f . : en 1928
en La Sarraz, los principios generales; en 1929 en Frankfurt, la
v iv ienda; en 1930 en Bruselas, e l barr io . El estudio de la c iudad
-quc es e l objeto del 4." C. l .A.M., en 1933- ac lquicre, por tanto,
un carácter preeminentemente teór ico, y se t raduce en una ser ie
de enunciados generales que serán publ icados en 1941 por Le
Corbusier ba. lo e l t í tu lo de La Carta de Atenas (vers ión caste-
l lana en: C. I .A. IVI . - Congresos Internacionales de Arqui tectura
Moclerna, La Carta t le Atenas, Edi tor ia l Contémpora, S. R. L. ,
Buenos Aires, 1960).
Una exccpción la const i tuye e l caso de Anlsterc lam, en
- - - - - - ; -
oonoe un gnlpo oe arqut tcctos moocrnos, orr lg ldos por Lor van
Eeste len, t rabaja dcsclc 1928 para redactar urr p lan rcgulac ior
1 gen e ra i, ap rob a d o e n _!13¿ -PL,gC !S_p J a n _l _o,q p¡|4_,c_i p a-l e s Ie :rr]lq
I dos de la invest igación moderna han s ido aprovechados e in t ro-
I du-ciaiós en Iá práctita Zie*lál-Aricina-s-técñiCás: la Claiifitác]én
. de fas tuncrones puras en zonas separadas, la constmcción in-
: ' áp^Á-7 I i i ; ' i t "AZ l i l í néa -de fachada , l á l i p i f i cac ión de l as v i v l en -
' 
-clas 
¡i de lcls estándares trlgj11!qo:r..-Pero al estar consideraaólI los tejidos en las variás zonas corno continuos 1' homogéneos,
-v al faltar una regla geométrica como la de los rédents, Ia forma
y la d imensión de las construcciones resui tan arb i t rar ias; en la
práct ica se ut i l izan var ias combinaciones de construcciones en
l ínea -a l tas, medias y bajas- y la coherencia del conjunto es
confiada a un complicado sistenta de controles y de supervisio-
nes (ñgs. 100 a 104).
La Carta de Atenas es la representación teórica de loscriterios que, sobre todo en Amsterdam, entraban en la prác-
tica de las oñcinas de planificación. Su carácter genérico, si Ia
leemos en la actualidad -al cabo de más de treinta y cinco
años-, cieriva del hecho de que los razonamientos cualitativos
se detienen al nivel de los tipos de edificio. El aspecto más sa-
tisfactorio del documento es la renuncia a los acostumbrados
tópicos globales acerga_de la ciudad. El pianteamiento se des-
plaza de la ciudad a tos ciuáa-ciTñoiEn lá vi<Ia cle éstos se clis-
r tinguen cuatro f unci6l6illl-Ésid."ffi
_ 
ea. lo ; 4, cr rculac lon; y para cada funclón se enumeran las ex i -
géñ¿ias-ffiü¿iáál-oe la investigación tipológica realizada hasta
el momento.
La función de la residencia está colocada en un primer
plano, pero esta priori<lad no se traduce en un procedimiento
técnico. En consecuencia, los enunciados rfe La Carta cle Atenas
adquieren el carácter de afirmaciones de principio; necesarias,
pero no suficientes para orientar las experiencias de la posguerra.
24
I l us t rac iones ( l / 104 )
tt.