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Economía, Bien Comúin (1)

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 El Bien Común, la Política, la Economía. 
 
 Académico: Jorge Libuy García. 
 
 El conjunto de relaciones estructuradas en la ciudad, nacen de la capacidad natural 
que el hombre posee para organizarse y sobrevivir en un medio ambiente de suyo 
cambiante, la metrópolis en los últimos años se ha visto fuertemente exigida en relación a la 
capacidad que esta posee para ofrecer al ser humano un espacio de desarrollo aceptable para 
el trabajo, el esparcimiento, sus relaciones familiares, de intimidad etc... 
 
 La ciudad es concebida principalmente como un medio de producción, con un 
criterio puramente eficientista, exigiendo que esta sea capaz de soportar un crecimiento en 
extensión importante, alejando en gran cantidad de casos al hombre de los lugares de 
habitación y de trabajo, incrementando sus tiempos de desplazamientos etc. En específico, 
“ a partir de la generación y aplicación de una nueva política de desarrollo urbano en 1979., 
...la ciudad fue explícitamente definida como espacio de concentración de actividades 
económicas y sociales y de la población a partir de densidades que permiten captar 
economías externas de aglomeración. La nueva política es rupturista con respecto a sus 
predecesoras. Sostiene una visión economicista de la ciudad especificando que la ciudad es 
producto de la actividad económica y que son variables económicas las que determinan los 
procesos sociales y la construcción de la ciudad ”. ( Moyano, D. E, Fernández, H. M; 
1992,pág.129 ) 
 
 En lo referente a la localización de los sectores habitacionales, en especial los 
sectores de menores recursos, estos se comienzan a desarrollar en los niveles marginales de 
la ciudad, desarrollando estructuras de habitación continua con un promedio de metros 
construidos en torno a los 36 m
2
 tal tamaño, gran cantidad de veces cuestionado en 
términos que se potencian actividades poco sanas para la familia por pérdida de privacía, 
desarrollo de conductas violentas etc... 
 
 El crecimiento de la ciudad utilizó tierras de primera categoría agrícola, ubicando 
sobre ellas poblaciones, negocio más rentable que si seguían usándose con destino agrícola, 
la cuestión es que entre otras cosas se ha generado una suerte de barrio en los sectores 
marginales a la luz de la política de liberalización del suelo del año 1979 de vivienda 
continua con importantes niveles de hacinamiento en pequeñas viviendas que hacen pensar 
en términos de la calidad de interrelciones que se están desarrollando en la poblaciones más 
necesitadas del país. 
 
 El ciudadano hoy se encuentra fuertemente exigido, en virtud del alto nivel de 
competencia generado en el mercado laboral, por otro lado en el mismo nivel de exigencia 
se encuentra la vida que el mismo lleva al interior de la metrópolis por la falta de regulación 
existente en la misma la cual generó grandes distancias entre los centros de trabajo y de 
habitación. 
 
2 
 
El tema, entonces hace a lo menos cuestionarse la forma como el país comenzará a 
exigir al habitante cambios profundos en relación a gran cantidad de desafíos que la 
sociedad se ha planteado, tales como apertura económica, a través de tratados 
internacionales tales como Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Canadá, 
México, Comunidad Económica Europea, Asia y otros, al interior se busca potenciar 
niveles de descentralización, medición de productividad, mejora en la educación, 
disminución de la pobreza etc..., en términos globales desafíos todos que requieren de una 
importante dósis de esfuerzo por parte de quién lleva adelante el trabajo de hacer bien las 
labores, el ciudadano, el hombre. 
 
 En virtud de lo anterior es que se hace necesario observar como el ciudadano está 
llevando su vida al interior del barrio en el cual desarrolla parte importante de su vida, lugar 
en el cual las actividades de familia y de relaciones de amistad se cultivan, y dependiendo 
de las posibilidades que el habitante vea en su barrio en relación a la forma de vida que 
pueda entregar a su familia será seguramente como éste se identifique con el barrio y la 
ciudad. 
 
 Uno de los grandes temas como país es enfrentar los niveles de pobreza existentes, 
hoy cerca de 4.000.000 de personas se encuentran en esta condición, gran cantidad de ellos 
viven y desarrollan sus conductas en barrios de características como las antes mencionadas, 
sin embargo otro sector desarrolla su vida en niveles de comodidad bastante mejores, pues 
pueden cancelar el precio de mercado exigido por vivienda, mientras entonces se 
incrementan los espacios en niveles socioeconómicos altos en los niveles socioeconómicos 
menores los mismos disminuyen, lo cual genera inquietud en relación a comprender como 
cada uno de los distintos niveles socioeconómicos observan la problemática de la ciudad , 
en la medida que se desee hacer de esta un espacio más apropiado para la vida del hombre. 
 
 Cabe preguntarse si la red social que comunica a los ciudadanos es concordante en 
términos de lo que se desea de la ciudad, pues el concepto de bien en la sociedad puede 
verse fuertemente afectado producto de la forma como cada uno de los niveles 
socioeconómicos observa y vive su barrio en relación a las capacidades económicas de cada 
sector y del hábitat en el cual se desarrollan. 
 
 Es interesante analizar el modelo económico imperante en relación a que si este 
aleja o acerca a los distintos niveles socioeconómicos respecto de la visión que se posee de 
la ciudad, en torno al bienestar que se busca en la misma, entonces entender lo que es 
economía y su relación con la concepción de bien para una sociedad y sus implicancias en 
la ciudad es fundamental para estructurar una análisis de lo que acontece en la misma, 
fundamentalmente basado en lo que el habitante por niveles socioeconómicos percibe y 
espera de ella. 
 
 La economía, en tanto ciencia busca administrar recursos escasos frente a 
necesidades ilimitadadas. En este contexto es que la economía en tanto trabaja con el 
hombre se apoya fuertemente en la metodología científica, pues requiere de un alto nivel de 
3 
objetividad para diseñar estrategias que permitan abordar la temática del hombre de manera 
positiva, y simultáneamente le permite determinar prioridades en el proceso de asignación 
de recursos y satisafacción de necesidades. 
 
 Las preguntas clásicas en economía, en torno al ¿ qué ?, ¿ como ? y ¿ para quién ? 
producir, nacen de la dualidad económica antes mencionada recursos escasos versus 
necesidades ilimitadas. 
 
 En el contexto anterior es que la respuesta a cada una de las preguntas involucra una 
clara definición de lo que son los bienes para los consumidores de una sociedad en su 
conjunto. 
 
 La pregunta ¿ qué producir ? , determina en el individuo niveles de satisfacción, en 
función a los deseos que éste último posee respecto de lo que espera sea su proyecto de 
vida. 
 
 En relación, al ¿ cómo producir ?, esta pregunta se orienta en lo principal a la 
determinación de procesos de optimización de los niveles de producción al interior de una 
sociedad, lo cual se relaciona con la necesidad de proyectar el proceso de utilización de los 
recursos para la generación de bienes al interior de una sociedad, y como espera esta última 
sean utilizados los recursos de la misma. 
 
 Respecto de la pregunta, ¿ para quién producir ?, es fundamental tener presente que 
esta toca directamente al hombre, en la medida que se está definiendo el ámbito de acción 
sobre el cual se desarrollaran las estrategias societales al interior de una comunidad, 
definiendo estrategias por ejemplo respecto de grupos objetivos. 
 
 Sin embargo existe una temática que es principal en el análisis económico, y dice 
relación con los bienes que han de ser ofrecidos al interior de una sociedad, específicamente 
entonces habrá que definir lo que es el bien, y el bien común.Lo anterior pues para proyectar desarrollo al interior de una sociedad determinada 
habrá que definir lo que se desea entregar a la misma, y esto dice necesaria relación con la 
posición que posea la sociedad respecto de la concepción de bien, en relación a este Widow 
(1984,pág.29) afirma : “ Se entiende por bien lo que, bajo cualquier respecto, sea o pueda 
ser objeto de apetencia. Algo es apetecible en la medida en que sea perfección o 
complemento real de un sujeto. ” 
 
 Entonces el autor plantea la cuestión del bien en la medida que este (el bien) 
permita, la perfección del sujeto, siendo el bien complemento real del mismo, la 
interpretación entonces de lo real del bien en cuanto a complemento del sujeto está 
fuertemente relacionada con una cuestión de carácter natural, en la medida que aquello que 
la apetece al hombre diga relación con la necesidad de que éste busca aquellos objetos que 
lo complementen y potencien en tanto hombre desde su condición natural, transformándose 
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entonces el objeto en bien, en caso contrario ni lo complementa ni lo perfecciona desde su 
condición natural, luego la búsqueda del bien por parte del hombre es connatural al mismo. 
 En la medida entonces que el hombre en su condición genérica busca satisfacer 
necesidades comunes, entonces el bien común trasciende y es transversal al hombre, en 
tanto lo cruza desde todas las dimensiones, luego el “ ... bien común es un bien de suyo 
comunicable o participable. Es un bien que no es de una parte con exclusión de otras, sino 
de todas la partes. Es el bien del todo. Lo opuesto al bien común es, por consiguiente, el 
bien particular o bien de la parte...”(Widow,1984,pág.29) 
 
 Este acercamiento básico, acerca de la concepción de bien, y bien común es 
fundamental para estructurar cualquier análisis que diga relación con el hombre y su 
entorno, en la medida que los resultados que se observen en la ciudad tendrán connotación 
en tanto se acerquen a la concepción de bien o se alejen de la misma, a este respecto es 
cuestión fundamental comprender que la familia es parte principal del hombre en tanto 
complemento y perfección del mismo, respecto de lo mismo es que entonces el barrio en el 
cual habita el ciudadano y se desarrolla su familia generará probablemente identificación 
con el mismo o rechazo en la medida que este entregue condiciones importantes para el 
desarrollo de sus actividades fundamentales, amistades, privacía con los suyos etc... 
 
 Widow, especifíca aún más, afirmando que, “ El bien común es el fin del todo, es la 
perfección de éste en cuanto todo. Es necesario, por consiguiente, para precisar la índole 
del bien común, distinguir entre las diversas clases de todo. El bien de un todo integral, 
constituido por la suma o complemento de sus partes cuantitativas, es su misma integridad 
: su unidad está determinada por la adecuada trabazón de sus partes. Por esto, en el todo 
integral, el bien del todo se comunica a las partes sólo de una manera material, mediante 
la agregación de éstas; a su vez, el bien del todo depende materialmente de las partes, pues 
es la integración física de éstas lo que lo constituye... ” y agrega, “ El bien común del todo 
potestativo, en cambio, es el fin al cual se ordenan sus partes mediante su actividad u 
operación, cada una de ellas de diversa manera. El fin trasciende a las partes, pues no es 
proporcionado en particular a ninguna de ellas, pero al mismo tiempo es un bien de las 
partes a las cuales se comunica, a cada una de diferente modo, formalmente en cuanto bien 
del todo común. Cada parte, disponiéndose a su modo respecto del fin del todo, cumple 
dentro de éste una función; mediante el complemento de las funciones cumplidas por las 
partes se alcanza el bien del todo, siendo éste, así, la perfección de cada una de ellas. 
”(1984,pág.29) 
 
 De acuerdo a lo planteado por Widow, entonces, las partes se deben entre sí para la 
perfección del bien común, en definitiva el bien del todo, pues de acuerdo al accionar de 
cada una de las partes existirán distinto bienes comunes, por profesiones, grupos etc..., cada 
una aportando al desarrollo del conjunto, de tal manera que el concepto de bien común no 
es unívoco, es análogo. 
 
 La naturaleza humana, entonces actúa en búsqueda del bien común desde una 
perspectiva superior, la sociedad es mucho más que la suma de las partes, de tal manera que 
el bien común no es la suma de bienes particulares de la misma, de tal modo que el todo 
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social y el bien común de la misma se alcanza con las operaciones particulares de las partes 
de la sociedad para alcanzar el bien del todo. 
 Así, es entonces que la necesaria búsqueda del bien del todo, requiere de la 
administración de los recursos de una sociedad, para lo cual se utilizan modelos de 
administración económica buscando dar orientación al manejo y utilización de los recursos 
de una sociedad, sin embargo la responsabilidad del desarrollo de modelos económicos y su 
administración al interior de la misma corresponde a la autoridad encargada del gobierno de 
la sociedad, entonces mencionada responsabilidad es política, en tanto arte de gobernar. 
 
 “ La vida en sociedades como la familia, el gremio y el municipio se proyecta 
naturalmente hacia un ámbito más amplio que el de cada una de ellas. De ordinario 
transcurre la existencia de un hombre en varias de estas sociedades, que así se vinculan y 
dependen unas de otras: por habitar una familia en un lugar hay relación de vecindad con 
otras familias radicadas allí; esta relación no es accidental o accesoria, pues la vecindad 
es causa de que existan interéses comunes concretos. Hay en otras palabras, un bien 
común del ayuntamiento de familias, o municipio. Cada municipio participa, a su vez con 
otros en interéses comunes más amplios, que comprenden y complementan los particulares 
de cada uno. Por otra parte cada individuo, miembro de una familia y vecino por ello de un 
municipio, entra en comunicación con otro, que no necesariamente son vecinos suyos, por 
el hecho de ejercer una determinada profesión. Son múltiples las actividades específicas 
que son necesarias, por distintos motivos, a las personas, familias, municipios, etc., y que a 
su vez se interrelacionan. Toda esta urdimbre compleja de sociedades constituye, en su 
unidad y en la ordenación particular de cada una al bien común completo del hombre, esa 
sociedad superior que se ha denominado originalmente polis y civitas. Esta es como el 
organismo cuya vida depende de la buena función de todos sus órganos, los cuales a su vez 
dependen recíprocamente y, también, de la salud del cuerpo completo. 
 
 La sociedad política no es, pues, una especie de estructura uniforme que se 
superpone al conjunto de sociedades subalternas, según se la concibe cuando se la abstrae 
y se la identifica con esa forma abstracta, como ocurre con la idea moderna de Estado. 
Tampoco, por lo mismo, es una sociedad de individuos, de ciudadanos de calidad igual: es 
una sociedad de sociedades. Se es parte de ella por pertenecer a una familia, a un 
municipio, a un gremio etc...”(Widow,1984.pág.75) 
 
 La sociedad política, lo que se ha reconocido como tal en toda la historia de 
Occidente, tiene sus raíces en la polis griega y en la civitas romana. El carácter más 
propio de éstas se destaca al compararlas con otras formas que ha asumido, en otras 
culturas, esta sociedad que comprende como un todo la vida de los hombres : por ejemplo, 
con los reinos orientales de la antigüedad. En aquéllas el ciudadano participa activamente 
del bien del todo, por cuanto es un bien suyo; el orden político no es la forma monolítica 
que se impone inexorablemente a los súbditos, como sucede en tales reinos, donde el orden 
es una especie de fatalidad que pesa incluso en el mismo gobernante..., al contrario en 
Grecia y en Roma el orden político es el de la perfección de sus miembros;el bien de la 
polis es el bien más real del hombre; sus dioses no son demonios que aplastan y devoran, 
sino protectores de la colectividad, que se muestran terribles sólo cuando son ignoradas 
6 
sus leyes. Este carácter, significado en propiedad por la palabra político, es el que define 
en este aspecto la tradición de Occidente.”(Widow,1984,pág.76) 
 
La Política Económica en el Pais. 
 
 La economía chilena desde hace unos 20 años viene experimentando cambios 
profundos en relación a la forma de enfrentar el tema de la administración y gestión de los 
recursos del país buscando mejorar el nivel de bienestar de los habitantes. 
 
 Antes de 1973 la economía del país se desarrollaba a la luz de un estilo de gestión 
de corte centralizado, esto es, las decisiones se generaban en el seno del gobierno central, el 
cual poseía en gran medida la administración del porcentaje más alto de los recursos de la 
sociedad. Gran cantidad de empresas eran estatales, o nacían con fuerte apoyo 
gubernamental a través por ejemplo de CORFO (Corporación de Fomento de la 
Producción-Entidad Estatal) era el caso de las empresas de telecomunicaciones, energía 
eléctrica, combustibles, ferrocarriles, obras sanitarias, etc... Otros servicios de gran 
importancia tales como salud, educación y vivienda tenían su accionar básico en función de 
las decisiones del aparato gubernamental. 
 
 Posterior al año 1973, más específicamente alrededor del año 1974, la economía 
chilena comienza a incorporar elementos distintos a los anteriores, su base de crecimiento 
se comienza a sustentar en la fuerte incorporación de la incitativa privada a través de los 
principios de homogeneidad de los bienes, movilidad de recursos, atomicidad de mercado y 
transparencia del mismo, los cuales son los pilares del modelo de competencia en un 
esquema económico de corte liberal. En éste contexto el gobierno incentiva entonces un 
proceso de regionalización y descentralización de gran cantidad de actividades, 
comenzando a trasladar competencias desde el nivel central del sector estatal a niveles 
locales (municipios) y al sector privado. En este aspecto, por ejemplo la atención primaria 
en lo referente a salud la cual originariamente se encontraba centralizada en el ministerio 
del ramo queda en manos de consultorios administrados a través de municipios y en el 
Ministerio de Salud funciones con niveles de complejidad más altos. Además una parte de 
la población se comienza a atender vía un sistema privado de salud, el denominado ISAPRE 
(Institución de Salud Previsional. - Entidad Privada), los cuales son capaces de generar 
clínicas en las que es posible atender afecciones más complejas que las que se derivan a los 
consultorios de atención primaria. 
 
 Por otro lado, en el caso de educación, el gobierno central traslada colegios y su 
administración al igual que en el caso de salud a los gobiernos locales, simultáneamente 
genera vía incentivos de demanda un sistema en el cual el sector privado puede participar 
del proceso de educación, esto es, se entrega una cantidad de dinero por alumno 
matriculado y asistente a los colegios, y en el caso de zonas con poca demanda pero 
significativa en importancia el estado permanece a cargo de la educación en su rol 
subsidiario a través de los gobiernos locales. 
 
7 
 En síntesis el estado va trasladando desde 1974 a la fecha competencias a los 
gobiernos locales y al sector privado, existiendo gran cantidad de casos discutidos 
actualmente en relación al proceso denominado de privatización, tales como las empresas 
de telefonía, de aguas, eléctricas etc... 
 
 La Política Económica en la Ciudad. 
 
 La política de desarrollo de la ciudad en cuanto a su crecimiento no está ajena a las 
adecuaciones en política económica antes mencionadas. En el caso de la política de 
desarrollo para la ciudad se generan cambios profundos buscando adecuar la política 
económica sectorial a la global, es así como en el año 1979 se desarrolla y lleva a la 
práctica la Política Nacional de Desarrollo Urbano. 
 
 Trivelli dice de la misma: “ Al analizar la política de desarrollo urbano conviene 
tener presente que la motivación explícita ( oficial ) que ha llevado a la formulación de un 
enfoque liberal, responde a la noción de armonizar los lineamientos de política sectorial a 
la política global de organización económica y social que se aplica hoy en Chile y que se 
ha denominado formalmente Economía Social de Mercado ”.(1981,pág.43) 
 
 La Política Nacional de Desarrollo Urbano del año 1979, fundamenta su aplicación 
en función de los principios básicos del modelo competitivo mencionados anteriormente 
( la política económica en el país ). Respecto del principio de homogeneidad del producto 
es posible argumentar que la existencia de múltiples actividades en el medio urbano 
requieren de la interrelación de otras distintas de manera simultánea, definiendo entonces 
localizaciones diferentes por tipo de actividad, haciendo inoperante el principio antes 
mencionado. En relación al de movilidad de los recursos habría que mencionar que en este 
hay que considerar cuestiones de carácter espacial, mostrándo las dificultades que se 
generan para provocar cambios al interior de una o más áreas determinadas generando 
entonces el producto suelo limitantes serias al modelo de competencia, una cuestión por 
demás clara es que el suelo no es posible de ser trasladado, y además el sólo cambio de uso 
del mismo en muchos de los casos significa involucrarse en temas de carácter cultural, 
sociológico etc..., los cuales hacen más compleja la posibilidad que el modelo funcione de 
buena manera. En función al principio de atomicidad de mercado es posible comentar que 
dada la inflexibilidad de algunas actividades al interior del suelo urbano es factible que se 
produzcan efectos monopólicos locales sin necesidad de contar con grandes extensiones de 
terreno, fundamentalmente por el bajo nivel de sustituibilidad de este bien. Finalmente la 
transparencia de mercado, se pone en duda dado el hecho de que si se pierde la posibilidad 
de generar atomicidad lo más probable es que la transparencia en los procesos de decisión 
al interior del mismo se pierdan por la existencia de poderes monopólicos. 
 
 Entonces, la falta de competitividad al interior del mercado urbano, producirá 
evidentemente ineficiencia en la asignación óptima de los recursos, cuestión que se observa 
en temas como la distribución de la ciudad en extensión, generando lugares en los cuales la 
lejanía de los centros urbanos importantes es notoria, así como fenómenos de segregación 
espacial mencionados en investigaciones realizadas por la Universidad de Chile, Pontificia 
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Universidad Católica de Chile, Centros de Investigación como el Centro de Estudios del 
Desarrollo y otros. 
 
 La política del año 79 liberaliza el uso del suelo, en esta se declara de forma 
explícita al suelo como un recurso no escaso, en tal sentido la Política Nacional de 
Desarrollo Urbano de 1979 dice textual en sus declaraciones de principios : “ el suelo 
urbano no es un recurso escaso, el uso del suelo urbano queda definido por su mayor 
rentabilidad, la concentración espacial de la población genera ventajas comparativas para 
el desarrollo de las actividades económicas y sociales, el uso del suelo urbano debe regirse 
por disposiciones flexibles , definidas por los requerimientos del mercado, y al estado 
corresponde proteger el bien común,”(PNDU 79, MINVU) de tal manera que el 
inversionista en su deseo de maximizar beneficios vía disminución de su estructura de 
costos comienza a localizar sus inversiones en áreas de menor precio, generando 
simultáneamente construcción habitacional continua buscando maximizar sus niveles de 
beneficios a través de economías de escala en distintas zonas de la ciudad, nacen entonces 
barrios nuevos en función delos conceptos antes mencionados, toda vez que la política del 
79 permite al inversionista desplazarse por el casco de la ciudad exclusivamente en función 
de la rentabilidad, respecto del bien común es necesario hacer presente que “ no se ha 
definido en este caso el concepto de bien común, el que tampoco queda claro en el 
análisis de tareas que se reserva el sector público para sí. ”(Trivelli, 1981, Pág.45) 
 
 El año 1985, se reformula la Política Nacional de Desarrollo Urbano, producto de la 
gran cantidad de críticas que recibió la política del 79, sin embargo: “Este cuerpo contiene 
disposiciones muy similares al Plan Intercomunal de Santiago de 1960, en su versión 
original. De hecho, marca una vuelta atrás en materia de planificación urbana, ya que 
retrocede al nivel de los años sesenta en cuanto a los conceptos, metodologías y técnicas 
urbanísticas contenidas en ella. Uno de los aspectos novedosos que presenta la nueva 
Política Nacional, es el de incorporar un capítulo dedicado a la participación de la 
comunidad en el proceso de toma de decisiones urbanas. Tanto este capítulo como otros 
aspectos de la nueva Política de Desarrollo Urbano, no han sido puestos en práctica, ya 
que sería necesario introducir algunas modificaciones previas en la Ley General, para 
permitir la participación activa de la comunidad en la gestación y modificación de los 
Planes Intercomunales y Planos Reguladores Locales, entre otras materias ”.(Dockenforff, 
E; Bertrand, M;et al,1990,pág.203) 
 
 Entonces el menor precio de aquellos espacios en los que se ubican gran cantidad de 
barrios al interior del Área Metropolitana de Santiago no es casualidad, de hecho es así 
porque dichas localizaciones se encuentran en la mayoría de los casos alejadas del centro 
comercial y de negocios ( CCN ), a la vez no cuentan con servicios importantes obligando 
al habitante a desplazarse por largos tramos para alcanzar los mismos. 
 
 Cuestiones tan relevantes como la funcionalidad del barrio respecto de los lugares 
de trabajo de los habitantes no son tomados en consideración por el modelo económico que 
se aplica al interior de la ciudad, entonces : “ Se ha generado una estructuración urbana 
caracterizada por una marcada segregación de actividades y diferenciación social y 
9 
económica. Existen zonas de la ciudad dedicadas al trabajo, otras a la residencia y otras 
comerciales. Todas ellas claramente delimitadas y distantes unas de otras, lo que exige a la 
gente realice largos desplazamientos diarios para llevar a cabo sus actividades y tareas 
cotidianas”(Plan Frei, Agosto 1996,El Mercurio) , afectando esto indudablemente la 
calidad de vida del habitante al interior de la ciudad, el cual busca en el barrio aquel espacio 
necesario de intimidad y tranquilidad que le permite enfrentar sus actividades diarias, de tal 
suerte que el barrio cobra gran importancia para el individuo en función del significado que 
para éste puede tener el estar en un entorno grato o no. 
 
 El barrio en diversas zonas del Área Metropolitana de Santiago es entonces 
resultante de un esquema económico en el cual se privilegia fundamentalmente el concepto 
de rentabilidad respecto de la localización del mismo desde la perspectiva del inversionista, 
en ningún caso el barrio nace como resultante de temas relacionados con la tradición o el 
aprovechar ventajas de una localización por servicios por ejemplo para el habitante del 
barrio. 
 
 De esta forma el suelo a través de la Política Nacional de Desarrollo Urbano del año 
79 se incorpora a este esquema de administración económico liberal, y la Política Nacional 
de Desarrollo Urbano de 1985 no sería realmente aplicable según el Centro de Estudios del 
Desarrollo ( “ Santiago dos Ciudades ” ), de esta manera se generan diversos barrios en 
función de la capacidad de inversión, así es que respecto del Área Metropolitana de 
Santiago “ Las 20 mil hás que ocupaba hace tres décadas se han extendido a 50 mil.” (Plan 
Frei, Agosto 1996,El Mercurio), verificándose el fuerte crecimiento en extensión de esta 
metrópolis. 
 
 Entre los efectos que destaca el Centro de Estudios del Desarrollo en su 
investigación “ Santiago dos Ciudades ”, respecto de las Políticas y Normas Urbanas son 
los siguientes : (Dockenforff, E; Bertrand, M;et al,1990) 
 
1. Agudización de la segregación espacial del espacio urbano. 
2. Persistencia del crecimiento en extensión. 
3. Aumento de las disparidades en el acceso a servicios urbanos. 
4. Desplazamiento espacial de los focos de conflictividad urbana. 
5. Deterioro de las condiciones del hábitat familiar y local. 
6. Aumento de la contaminación ambiental. 
7. La Informalización del espacio público. 
8. Sobrevaloración de la seguridad urbana. 
9. Aumento del deterioro de áreas urbanas céntricas y pérdida del patrimonio 
 histórico. 
 
 Cabe recordar que el crecimiento de la ciudad generado a través de la liberalización 
del suelo vía la política del año 79 y no alterado en lo fundamental por la del 85 es 
caracterizado por el concepto de rentabilidad el cual busca optimizar las actividades 
económico productivas al interior de la sociedad, el punto 5 del estudio realizado por el 
Centro de Estudios del Desarrollo, indica el deterioro de las condiciones del hábitat familiar 
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y local, entonces si el barrio, espacio urbano de gran importancia para aquellos en los cuales 
su vida se plantea entorno al mismo por razones de dimensión de la vivienda deteriora sus 
condiciones provocará probablemente en el habitante efectos negativos, disminuyendo su 
identificación con el mismo, y las interacciones sociales positivas que potencien un buen 
nivel de relaciones. 
 
 La Política Económica y el Habitante. 
 
 La problemática de la ciudad se da en un contexto de una política económica global 
en la cual se enmarca la sectorial, lo cual significa que el habitante se ha visto afectado 
individualmente en sus actividades del quehacer diario por el proceso de competencia 
generado a nivel societal incluyendo sus actividades laborales. 
 
 En relación a esto importante es decir que el individuo ( habitante ) al igual que el 
inversionista inmobiliario busca maximizar su función beneficio en el quehacer económico 
diario, de tal suerte que intentará acceder a niveles de ingresos superiores, producto del alto 
nivel de competencia generado en un modelo económico de corte liberal en el mercado del 
trabajo. En este mismo proceso el empresario busca contratar al menor precio en relación al 
esquema de máximo beneficio que incentiva el modelo económico. Esto produce un 
encuentro fuerte entre el que desea maximizar su ingreso ( el habitante ) y aquel que desea 
maximizar su función beneficio ( el empresario ), para enfrentar esta temática el individuo 
no inversionista se obliga a buscar mayor cantidad de trabajo, esto es, incremento en la 
jornada en el mismo empleo o vía nuevos desafíos laborales simultáneos. 
 
 En función de lo anterior es que aquel que posea las mejores cualidades podrá 
competir y acceder al precio que el mercado fija para los bienes y servicios que se 
intercambian en el mismo respecto de los niveles de ingreso que pueda maximizar el 
individuo. Aquel que no posea grandes cualidades competitivas en lo intelectual, físico y /o 
material accederá seguramente a bienes y servicios de menor calidad y cualidad, es así en 
definitiva que estos deberán realizar importantes esfuerzos por mejorar sus niveles 
socioeconómicos pensando en incrementar sus niveles de satisfacción individual y familiar. 
Así, el habitante de la ciudad está sometido a fuertes niveles de tensión, lo que hará de la 
ciudad un lugar menos sustentable en el tiempo en la medida que la misma no entregue al 
individuo mejores niveles de vida cualitativa y cuantitativamente si ésta sólo se prepara 
para sostener procesosde producción, desde una perspectiva exclusivamente eficientista, 
con bajos estándares de calidad para aquel que tiene por labor hacer eficiente los procesos 
que se dan lugar en la ciudad , el habitante. 
 
 “ Un estudio de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ya bastante difundido, 
calificó a Santiago como una de las ciudades con mayor nivel de enfermedades mentales. 
Supuestamente poco más del 50 % de los capitalinos tendrían algún problema 
emocional.”(Gálvez; Agosto 1996,El Mercurio) 
 
 El modelo liberal introducido en la ciudad, y al total de actividades de la misma, 
genera actitudes de corte individualistas y poco solidarias, por la necesidad de “ triunfar ” al 
11 
interior de un esquema competitivo. Simultáneamente la ciudad se encuentra complicada en 
relación a problemas de polución, congestión vehicular etc... , temas que complican aún 
más el vivir del habitante al interior de una metrópolis, cuestión que hace pensar en la 
importancia que posee para el ciudadano el barrio, en la medida que en este se desarrolla el 
núcleo fundamental de toda sociedad, la familia. 
 
 Importante es hacer presente que, “ La red social del vecindario es la base para 
desarrollar el sentido de identidad personal ya que proporciona el contexto social de 
donde se derivan los valores personales del individuo ” (Holahan,Ch.1991,pág.363), en este 
contexto es que la forma en la que se está desarrollando la vida en los barrio, la manera en 
la cual el habitante está integrado al mismo, la interacción que se genera al interior de los 
vecindarios, la identidad que se da en estos espacios toma gran importancia, aún más “ una 
función psicológica de la red de relaciones vecinales consiste en ayudar al habitante 
urbano a conservar la salud mental y a lograr una buena adaptación psicológica.” 
(Holahan,Ch.1991,pág.363), cuestión fundamental en ciudades de alto nivel de crecimiento, 
sumado a características de producción exigentes y competitivas. 
 
 La interacción social que se da entre los habitantes y el medio en el cual viven 
provocan sentimientos de identidad y pertenencia a un lugar, identificándose con el espacio, 
entonces dado que el individuo se desarrolla en un ámbito espacial y de interacciones 
sociales, integrar al concepto de interacción social el espacio urbano cobra relevancia en la 
medida que este adquiere significado en la persona. Respecto de esto Blumer ( 1969 ), dice 
que los objetos “ adquieren su naturaleza ontológica a partir de significados conferidos 
por individuos y grupos ”, los cuales simultáneamente actúan sobre el individuo 
determinando lo que denomina Enric Pol “ identidad social urbana ”, si a lo anterior se 
agregan las interacciones sociales entre los individuos. 
 
 En síntesis, la identidad que se genera a partir de las interacciones que los 
individuos poseen con el medio y las que se producen entre grupos, se dan en la unidad 
territorial básica denominada barrio, esto es: el nivel local. 
 
 Es posible pensar que un barrio que permita una grato estar para el habitante en 
conjunto con su familia y /o amistades genera un buen nivel de identificación con el mismo 
el cual produce un alto grado de compromiso para mejorarlo, y en definitiva hacer de la 
ciudad un espacio urbano sostenible. 
 
 Es indudable que el barrio juega un rol importante para el habitante pues en la 
medida que posea servicios adecuados para una buena distracción, espacios de desarrollo de 
actividades recreativas para la familia, servicios óptimos de salud y educación, distancia 
funcional respecto de los lugares de trabajo etc..., el habitante se sentirá conforme con su 
hábitat generándose una natural identificación con el mismo, producto de la interacción con 
el espacio y grupos sociales, cuestión fundamental para la generación de valores positivos 
en función de los demás, y hacer de la ciudad un espacio más sano y sostenible en el 
tiempo. 
 
12 
 En caso contrario el habitante de barrio sentirá rechazo por su hábitat. La sociedad le 
demanda fuertes exigencias en su quehacer económico-laboral y si simultáneamente no le 
provee de espacios accesibles para el desarrollo de sus actividades más personales e 
íntimas como la relación con los hijos, los amigos etc..., lo más probable de ser así es que la 
calidad de vida en la ciudad se vea negativamente comprometida y disminuya aún más con 
los consiguientes efectos negativos sobre la satisfacción de las personas, su salud mental y 
otros. 
 
 Es interesante entonces comprender, como se estructuran las interacciones a nivel de 
barrio, considerando las interrelaciones grupales y la de los individuos con el medio, 
buscando establecer los niveles de interacción social y espacial existentes respecto a un 
medio en específico, esto es el barrio de características residenciales, por la importancia que 
este posee en la definición de la identidad de los individuos y su capacidad de adaptación 
psicológica al medio, el concepto entonces de identidad social urbana y los componentes 
que lo caracterizan mencionados por Enric Pol anteriormente, involucra sentido de 
pertenencia al grupo y al espacio, cuestión fundamental para hacer frente a esquemas 
exigentes y competitivos como el chileno, en la medida que la identidad que se hace 
presente en el individuo se forma en función de la capacidad que este posee para encontrar 
sus limitaciones y límites, temas que se configuran en relación a los demás, cuestión que se 
enfrenta desde pequeño en el barrio, con la interacción que se produce con los restantes 
individuos y el espacio, cimentándose entonces en el barrio las características que 
determinarán un habitante con perfiles específicos para enfrentar las presiones de una 
sociedad exigente. 
 
 Lo anterior hace entonces buscar comprender como se configura la identidad social 
urbana de los individuos en diferentes barrios, entendiendo lo relevante que es esta en la 
medida que refleja el lugar del cual proviene el individuo, o en cual se desarrolla, “ Detrás 
de la pobreza urbana se han desarrollado perniciosas degradaciones del hábitat con 
profundos e incalculables efectos sobre la estructura familiar y, con ello, sobre la sociedad 
en su conjunto. Mientras los estándares ( por ejemplo: superficie por vivienda ) se 
estrechan en las comunas pobres, se expanden en las ricas. Esta situación genera 
allegamiento, promiscuidad y hacinamiento. El habitante de barrio periférico que no logra 
satisfacer sus necesidades básicas, carece de un mínimo de espacio íntimo, con lo cual se 
desarrollan formas negativas asociales, desintegradoras y de bloqueo al trabajo 
comunitario, sin el cual no se advierten posibles soluciones 
participativas.”(Dockendorff,E; Bertrand M; et al, 1990) 
 
 Indagar, entonces en la manera como se configura la identidad social urbana en 
barrios de niveles socioeconómicos bajos y altos, es fundamental, no sólo por 
consideraciones de carácter académico - teórico, sino para reconocer los factores que hay 
detrás del fenómeno, y ante la posibilidad de intervención aportando soluciones y saber en 
que y como intervenir. 
 
 Para lo anterior, entonces es fundamental conocer con mayor propiedad la temática 
involucrada en el fenómeno de la identidad, cuestión que requiere profundizar en las 
13 
opiniones que entregan diferentes autores hasta lograr una suerte de caracterización clara en 
la dinámica de la identidad social urbana. 
 
 
 
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