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IMirta Ripol
Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Arquitectura
Diseño del
espacio abierto
una alternativa en la conservación
del patrimonio cultural
El hospital de la Santa Cruz de Cristo, Oaxtepec
Mirta Theresa Ripol Bermúdez
Programa de Maestría y Doctorado
en Arquitectura
2009
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Arquitectura
Diseño del
espacio abierto:
una alternativa en la conservación
del patrimonio cultural
El hospital de la Santa Cruz de Cristo, Oaxtepec
Tesis que para obtener el grado de 
maestra en Arquitectura presenta
Mirta Theresa Ripol Bermúdez
Programa de Maestría y Doctorado
en Arquitectura
2009
director de tesis
Mtro. Alejandro Cabeza Pérez
sinodales
Dr. Ramón Vargas Salguero
Dr. Fernando Martín Juez
Mtro. Francisco Reyna Gómez
Mtra. Amaya Larrucea Gárritz
A mis nietos,
cuya prolongada ausencia me
impulsó a explorar otros paraísos.
PRESENTACIÓN. 3
1. Origen del proyecto de investigación. 3
2. Hipótesis. 8
3. Objetivos. 9
4. Metodología. 10
PRIMERA PARTE. CONOCER PARA COMPRENDER. 13
1. Arquitectura. Introducción. 15
1.1. El paisaje también es arquitectura. 17
2. Patrimonio. Un bien social. 25
2.1. Centro de ciudad/núcleo de identidad. 31
2.2. Paisaje patrimonial: riqueza turística. 35
3. Restauración. 39
3.1. La arqueología y la restauración de jardines. 47
SEGUNDA PARTE. ANTECEDENTES. 51
1. Los hospitales. 53
1.1. Origen. 53
1.2. Hospitales de Nueva España. 61
1.3. Hermanos de la caridad. 69
1Mirta Ripol
2
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
2. El espacio abierto. 69
2.1. Introducción. 69
2.2. El concepto de jardín. 73
2.3. Jardines monacales. 78
2.4. Plantas con un propósito. 83
2.5. Herbolaria mexicana. 89
3. Espacios abiertos análogos. 93
TERCERA PARTE. CASO DE ESTUDIO:
HOSPITAL DE LA SANTA CRUZ DE CRISTO, OAXTEPEC, MORELOS. 105
1. Introducción. 107
1.1. Jardín etnobotánico de Moctezuma. 109
1.2. Origen del hospital de la Santa Cruz de Cristo. 116
2. Análisis de sitio. 123
2.1. Ubicación. 125
2.2. Análisis ambiental. 126
2.3. Contexto urbano-arquitectónico. 132
2.4. Descripción del hospital. 138
2.5. Contexto social. 144
3. Aportaciones del diseño del espacio abierto. 149
3.1. Diagnóstico, potencial, concepto. 151
3.2. Alternativas en la intervención de sitios patrimoniales. 167
3.3. Solución integral exterior/interior. 180
REFLEXIONES. 185 
BIBLIOGRAFÍA. 191
ANEXOS. 205
1. Catálogo de plantas medicinales: América, Europa, Asia y África. 207
2. Resultados obtenidos en el sondeo con la comunidad de Oaxtepec. 241
3. Normatividad. 227
3Mirta Ripol
México cuenta con una extraordinaria riqueza arquitectónica y cultural,
que abarca desde la época prehispánica hasta nuestros días. Dada la
importancia de ciertos edificios, éstos están catalogados en diferentes
instituciones gubernamentales nacionales e internacionales —I NA H,
INBA, UNESCO, etc.— con el propósito de evitar usos y desusos que
puedan ocasionar su pérdida o deterioro. Sin embargo, los esfuerzos del
gobierno por preservar el patrimonio son limitados y muchas construc-
ciones se encuentran en abandono, padecen la pérdida paulatina de su
estructura y se han convertido en basureros, baños públicos o refugio de
indigentes. Todo esto acelera su deterioro y pérdida. 
Restaurar un edificio, así como su entorno inmediato, bajo los
parámetros y normas establecidas por las instituciones oficiales requiere
mover la maquinaria burocrática para la asignación de sumas consi-
derables de dinero para realizar estudios, restauración y mantenimiento.
Desgraciadamente, la conciencia sobre la relevancia particular de un
edificio y el compromiso de las autoridades por mantenerlo sólo se hacen
patentes cuando las instancias involucradas tienen claramente estableci-
do el aprovechamiento que se le dará al espacio restaurado o si existe una
urgencia política en particular. De hecho, parece imposible restaurar y
mantener todo el patrimonio histórico y cultural, por la magnitud y va-
riedad de su composición y lo limitado de los recursos. Una ojeada a
ORIGEN DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
4
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
nuestro alrededor nos muestra la cruda realidad. Es por ello que debe-
mos buscar nuevas formas, más efectivas y viables, de preservar un
mayor número de elementos de nuestro patrimonio y proponer alterna-
tivas de uso y actualización.
Mi fo rmación como restauradora —aunque de bienes mu e bl e s —
fo rjó en mi conciencia la importancia de la preservación del patrimonio
material y cultural; el gusto por los jardines la extendió hacia lo natural.
Durante la maestría en arqueología en Inglaterra pude retomar las bases
de restauración para enfocarlas al tema de edificios en deterioro. El con-
tacto con instituciones que fomentan la preservación del legado históri-
co —infinidad de edificios y restos de ellos—, me permitió ver cómo en
muchos casos no se contempla restaurarlos, pero se les da el estatus de
monumento. A partir de la investigación histórica y de su contexto par-
ticular se llega a un diseño adecuado de su espacio abierto circundante
para conservar los restos arquitectónicos a fin de que reflejen su esplen-
dor. Recuerdo que durante una excavación de un hillfort1 el descubri-
miento de un agujero de 15 cm de diámetro y otros de cerca de siete cen-
tímetros colocados de forma concéntrica alrededor del primero causaron
verdadero revuelo pues comprobaba la existencia de asentamientos
durante la época estudiada. El arqueólogo encargado se intrigó por mi
indiferencia, a la cual contesté que en México cuando removemos un
poco de tierra encontramos pirámides completas e infinidad de artefac-
tos. Por esa misma riqueza, muchos de los sitios permanecen en el olvi-
do y están expuestos al continuo deterioro. Estos sitios, tratados de dife-
rente forma podrían ser hoy susceptibles de la admiración de quien los
contemplara. Así, la arqueología, la arquitectura, la arquitectura de pai-
saje y la conservación de bienes inmuebles podrían conjuntar saberes en
busca de un mismo objetivo: la preservación y utilización del patrimonio.
En la Unidad de Arquitectura de Paisaje de la Facultad de
Arquitectura de la UNAM pude explorar mi interés por el paisaje y des-
cubrir el fascinante mundo que lo relaciona con la arquitectura. El con-
tacto con paisajistas me ha permitido ver edificios y espacios con otros
ojos, re-conocerlos, y entender que no son ni pueden ser entendidos
como elementos aislados, sino que forman parte del paisaje mayor y de
1. Hillfort es una construcción típica de la Edad del Hierro en Inglaterra, la cual consiste en
aprovechar colinas naturales y movimientos de tierra para formar uno o varios bordes pro-
tectores del asentamiento en alto que se localizaban al interior. Las construcciones en la
parte superior consistían de troncos enterrados y ramas para cubrir los espacios entre ellos
y en el techo.
Hillfort (fuerte de la colina) de Maiden
Castle, Dorchester, Inglaterra.
Edad del Hierro, ca. 600 aC.
Hillfort de Old Sarum, Salisbury,
Inglaterra, fue habitada después por
romanos,sajones y normandos.
Edad del Hierro, ca. 500 aC.
5
PRESENTACIÓN
Mirta Ripol
la comunidad que los contiene. Arquitectos paisajistas como James
Corner y otros estudiosos afirman que los arquitectos dominan el diá-
logo entre el objeto construido y su entorno inmediato y colocan al obje-
to discreto en un espacio verde indiferenciado. La disolución entre ele-
mento arquitectónico y paisaje se traduce en diseños, cuyos elementos
arquitectónicos y el paisaje que los acompaña, no unen sus estructuras
para formar un todo.2
Esta ruptura sucede cuando el paisaje se considera como un obje-
to, como algo aparte y más grande que el individuo, por lo cual pierde
su papel activo dentro de las experiencias cotidianas de la humanidad.
De ahí la importancia de rescatar al paisaje como un proceso o actividad
y una idea o imaginario. Esta perspectiva refuerza los procesos tempo-
rales y culturales que forman parte integral del paisaje. El individuo que
habita un lugar o el que lo proyecta, así como la sociedad de la que for-
man parte, afectan el paisaje. De esta manera, todo elemento en el
paisaje, construido o natural, tiene significado y comunica al grupo que
lo produjo.3
¿Cómo conjuntar intereses como la conservación del patrimonio
y el paisaje, tan diversos pero quizá complementarios? Para explorar el
tema tomé uno de tantos ejemplos lamentables de la pérdida de patrimo-
nio: el antiguo hospital de Oaxtepec, una construcción del siglo XVI. El
hospital de la Santa Cruz de Cristo se encuentra en la esquina de una de
las cuatro manzanas que conforman el centro de la población. Por el
tamaño y ubicación que tiene, así como por su historia, el hospital es
considerado por las autoridades y la comunidad de gran relevancia, aun
cuando no se ha hecho nada para detener su deterioro o evitar la pérdi-
da de sus espacios abiertos. Su importancia justifica todo intento para
rescatar esta joya de la arquitectura, la historia y la medicina mexicanas.
El diseño original del hospital contemplaba un edificio para alo-
jar a los enfermos, un huerto medicinal de donde se extraían parte de los
recursos de curación, y una huerta de alimentos. La función del hospital
en su conjunto era alojar a los enfermos en un clima benigno y con fácil
acceso a sustancias medicinales para su pronta recuperación. Se selec-
cionó esta ubicación por la gran variedad de plantas con propiedades
medicinales coleccionadas en el jardín botánico de Moctezuma, uti-
2. Treib, Marc (1999), “Nature Recalled”, en James Corner (ed.), Recovering Landscape. Essays
in Contemporary Landscape Architecture, Nueva York: Princeton Architectural Press, p. 30.
3. Motloch, John L. (2001), Introduction to Landscape Design, Nueva York: John Wiley & Sons,
Inc., p. 9.
6
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
lizadas por los curanderos locales y regionales, así como por el clima idó-
neo para reproducir aquéllas conocidas por los médicos españoles para
complementar las nativas. Todas estas condiciones lo convertían en un
sitio de experimentación de especies.
Hoy en día, la población local vive, en gran medida, del turismo
nacional derivado del Centro Vacacional del IMSS, un balneario que
recibe cientos de paseantes, y por otros visitantes que tienen casas de fin
de semana en la demarcación y zonas aledañas. Las principales activi-
dades están dirigidas a la población flotante: comidas preparadas, restau-
rantes, venta de artículos deportivos, servicio de mantenimiento de casas,
jardines y albercas, entretenimiento, etcétera.
El hospital permanece en el olvido. El edificio está en franco dete-
rioro y sus áreas abiertas han sido terreno fértil para los paracaidistas u
oportunistas. Las autoridades han preferido no intervenir; la comunidad
es, hasta cierto punto, cómplice. La parte superior del edificio, cuyo acce-
so es a través de la escalinata exterior, es utilizada por elementos de la
policía municipal como dormitorio temporal. En el interior existe un
tinaco que les provee de agua, aunque carece de instalaciones sanitarias.
La parte oeste del hospital, la que da directamente a la capilla, está inva-
dida por una vivienda informal; utiliza una de las puertas del hospital
como entrada particular. La sección donde habría estado ubicada la
huerta y espacios de acceso al hospital está invadida por viviendas de
arquitecto que avanzan aceleradamente hasta el último metro de los que
fueran los espacios abiertos del hospital. 
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Morelos
está interesado en rescatar el centro del poblado de Oaxtepec, con base
en tres construcciones de particular importancia histórica: el convento
dominico de Santo Domingo —incluyendo su huerta—, la iglesia del
Rosario y el hospital de la Santa Cruz, las tres del siglo XVI. Este ambi-
cioso proyecto contempla modificaciones tanto en la traza urbana como
en el uso de suelo. En el proyecto se tiene contemplada la participación
de los niveles de gobierno federal, estatal y municipal, así como del
Instituto del Seguro Social, dada su fuerte presencia con el Centro
Vacacional IMSS, localizado a la entrada de la población.
Se tiene contemplado el remozamiento del convento de Santo
Domingo y de la capilla del Rosario, ambos en razonable buen estado,
así como de sus áreas de acceso. El hospital de la Santa Cruz requiere de
un proceso más intenso y complicado. Se tiene prevista la restauración
de lo que conforma el predio en sí, dado el avanzado deterioro: vege-
7
PRESENTACIÓN
Mirta Ripol
tación silvestre que crece entre las piedras de los muros exteriores,
humedades, techos faltantes en el área de crujías posteriores, etc..., así
como la recuperación de los terrenos en los que los estudiosos consideran
estaban las áreas abiertas del hospital: huerto medicinal, hortaliza y
jardín frutal, actualmente invadidos. Para recuperar estos espacios se
requerirá de la expropiación, proceso que suele acarrear problemas
sociales y políticos.
Una forma de mitigar el problema y evitar enfrentamientos
severos entre las autoridades y los pobladores es conocer el sentir de la
parte de la comunidad que no estaría afectada directamente, a fin de
determinar cuál sería el apoyo (aunque fuese moral) con el que se podría
contar a la hora de llevar a cabo el proyecto. Conocer el sentir de la
comunidad permitirá saber qué elementos del proyecto de restauración
son importantes para generar identidad con la comunidad y así garanti-
zar la aceptación y apropiación del espacio.
El hospital de la Santa Cruz no es un caso aislado. Es parte de un
fenómeno que aqueja a todo el país. Cuando se habla del rescate del pa-
trimonio nacional se piensa inmediatamente en la restauración de los
elementos arquitectónicos que lo conforman. Se piensa en instancias
gubernamentales, grandes presupuestos y obras independientes de la
comunidad, o en la iniciativa privada que se apropia de un edificio con
valor comercial precario en un afán por restaurarlo y multiplicar su
valor, presencia y estatus. Sin embargo, la restauración tradicional resul-
ta limitada e insuficiente. Por tal motivo, resulta impostergable la apli-
cación de nuevas estrategias de diseño y conservación en la preservación
del patrimonio nacional. Esta investigación pretende explorar nuevas
formas de rescate de sitios históricos dando al espacio abierto un papel
protagónico para constatar la posibilidad de que el espacio abierto sea
detonador o diferentes opciones en el diseño para la restauración y gene-
rador de bienestar para la comunidad. 
8
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
La reflexión teórica pretende contestar una pregunta esencial: 
• ¿Es posible conjuntar los conocimientos que ofrecen la arqueología,
la restauración, la antropología y la arquitectura para que, a través
de la arquitectura de paisaje, se puedan aplicar diferentes estrategias
de conservaciónen los espacios abiertos naturales, en aras de la
preservación del patrimonio edificado?
De ésta se desprende una serie de preguntas con enfoques particulares: 
• ¿Es posible atenuar el deterioro sin intervenir un edificio?
• ¿Puede el diseño arquitectónico del espacio abierto complementar
ciertos aspectos de la restauración de edificios?
• ¿Puede éste convertirse en una opción rentable y aplicable?
• ¿Es factible establecer criterios generales de diseño de paisaje y espa-
cios abiertos capaces de promover una conciencia de respeto de la
comunidad hacia su patrimonio?
Con base en lo anterior, ¿cuáles serían los alcances de este planteamiento?
Si ampliamos estas incógnitas, tomando en cuenta el carácter específico de
un luga r, surgen otras preguntas re l at i vas al caso de estudio:
• ¿Es posible elaborar un diseño donde se represente con muestras
objetivas la flora introducida en el periodo virreinal?
• ¿Se puede establecer un sistema didáctico para dar a conocer la
importancia del edificio, las plantas medicinales utilizadas y su
relación con ciertas enfermedades?
Sólo con las respuestas a estas preguntas será posible proponer formas
alternativas de intervención a través de la arquitectura de paisaje.
HIPÓTESIS
9
PRESENTACIÓN
Mirta Ripol
GENERAL
A través de la exaltación del carácter del edificio, establecer criterios ge-
nerales de diseño del espacio abierto como una alternativa de rescate del
patrimonio.
PARTICULARES
1. Explorar estrategias para el rescate integral y actualización de usos
para inmuebles patrimoniales.
2. Contribuir a la apreciación del patrimonio arquitectónico tangible e
intangible por parte de la comunidad y población visitante.
3. Analizar textos y edificios análogos con el propósito de definir la
evolución del hospital y la imagen que presenta.
4. Comprender qué representa el manejo y uso de plantas medicinales
entre los habitantes de Oaxtepec y, a partir de ahí, encontrar los ele-
mentos de identidad con la comunidad.
5. Realizar un catálogo con las diferentes plantas medicinales (carac-
terísticas principales, usos, origen, etc.) que se utilizaban en el área
antes del establecimiento del hospital y en tiempos de su apogeo (si-
glos XVI y XVII), a fin de establecer la importancia de la herbolaria
en la medicina tradicional.
6. Proponer alternativas para el uso del espacio interior/exterior del
hospital.
OBJETIVOS
10
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
Esta tesis de investigación está compuesta de varios capítulos que buscan
el equilibrio entre la teoría y la práctica. En las dos primeras partes, la
investigación bibliográfica juega un papel primordial. Fue necesario
conocer las teorías que rigen la arquitectura y la arquitectura de paisaje
en su relación con el patrimonio a fin de entenderlas e impregnarlas de
la realidad de la comunidad. Se estudiaron con detenimiento las aporta-
ciones que se han hecho en el campo del diseño de paisaje per se y con
relación a edificios históricos, así como las posturas en la conservación de
monumentos. Para ello fueron determinantes los diferentes seminarios y
temas selectos en los que participé. Todos aportaron, pero especial apoyo
encontré en Alejandro Cabeza y Norma Ortega en su constante estímu-
lo para que buscara más allá de mis límites; Fernando Martín Juez me
mostró la importancia del diseño en la vida y mente de todos; con
Ricardo Prado me re-encontré con mis antiguas pasiones, y Ramón
Vargas y Víctor Arias me abrieron las puertas a una arquitectura que
trasciende las piedras y el tiempo.
Para cubrir la parte histórica fue necesario consultar los textos
sobre la arquitectura de hospitales, en lo general, y sobre la orden de los
hipólitos, en lo particular, y cotejarlos con las fuentes originales. De la
información obtenida se podría tener una idea más clara del papel que
jugaron los jardines dentro del diseño original. En esta sección también
se hace un recorrido por la historia de los jardines, desde sus orígenes
hasta los jardines monásticos en el renacimiento, dado que son éstos y
hasta esta época la influencia sobre el caso de estudio. Para obtener una
visión adecuada sobre el uso de plantas medicinales fue necesario consul-
tar tratados de herbolaria y códices prehispánicos para determinar la
procedencia y uso de las especies, y recurrir a instituciones de salud —en
especial a las áreas que estudian la herbolaria—, para conocer su rele-
vancia actual.
En la tercera parte, el caso de estudio, se llevó a cabo el análisis de
los diferentes aspectos que lo determinan a fin de tener una visión clara
del potencial del sitio y poder establecer las posibles alternativas de di-
seño. Un diseño para el rescate de este objeto/patrimonio, en el cual se
METODOLOGÍA
11
PRESENTACIÓN
Mirta Ripol
conjuguen los elementos arquitectónicos y naturales para crear un todo
armonioso con su entorno urbano y humano. El caso de estudio se
desarrolló tratando de cubrir todos los aspectos y pasos que se siguen de
manera tradicional. Este ejercicio tenía una importancia personal, ya
que por mi falta de experiencia en el campo, era determinante conocer
el procedimiento completo.
Al explicar el fenómeno de la relación existente entre la conser-
vación de sitios históricos y el potencial que tienen los enfoques alterna-
tivos —tomando como punto de partida el diseño de espacios abiertos—
será posible contribuir a la recuperación integral de los espacios patrimo-
niales. Como parte final y, a partir del estudio teórico y comprobación de
esta estrategia se pretende establecer las bases o principios generales
aplicables en el tratamiento de espacios abiertos en los sitios en los que
existan predios históricos en deterioro, independientemente de la época
en que se hayan construido.
Existen ciertos temas que se mencionan y, aunque relevantes, no
se profundiza en e l l o s. No se toca la parte de botánica o de medicina pre-
hispánica o hispánica, temas que aunque hablan mu cho del carácter del
hospital —caso de estudio de esta tesis—, desviarían la atención hacia la
parte científica y nos alejarían del verdadero entender: la arquitectura.
Tampoco profundizamos en la parte social, tema relevante por la
trascendencia y repercusión que tiene el quehacer arquitectónico en
cualquier sociedad. Le dejo el estudio a interesados en la arquitectura
social, la antropología, la sociología y la psicología social.
13
MARCO TEÓRICO
Mirta Ripol
Primera parte.
Conocer para
comprender
Esta tesis es un estudio interdisciplinario que permite varias lecturas de
los espacios abiertos del hospital de la Santa Cruz en Oaxtepec; es una
exploración a través de textos sobre la producción y consumo del espa-
cio abierto a lo largo de su contexto histórico. A este respecto, el título de
trabajo seleccionado, “Diseño del espacio abierto: una alternativa en la
conservación del patrimonio cultural”, se fue manifestando como apro-
piado a medida que la investigación avanzaba. Su ambigüedad implíci-
ta expresaba una intención por partida doble: ser un estudio no sólo de
las posibles aportaciones del diseño del espacio abierto en la conser-
vación del patrimonio, sino también un intento de enfrentar el problema
de la relación —o falta de ella— entre el interior y el exterior de la arqui-
tectura, y de ésta con la comunidad donde se ubica. El “espacio abierto”
del título hace referencia a la atemporalidad del espacio —en el momen-
to de su origen y en el actual; al espacio como sujeto del discurso arqui-
tectónico y al espacio como objeto de consumo.
Es en el énfasis del uso y re-uso del espacio abierto que este estu-
dio podría diferenciarse de otros. Es mi deseo, por un lado, participar en
un debate teórico más amplio en el cual el espacio abierto y la arquitec-
15Mirta Ripol
INTRODUCCIÓN
El espacio, en términos de paisaje, la tierra para uso privado
o público, hace visible el orden social. El espacio identifica al
ocupante y le da estatusy establece relaciones perdurables.
Yi-Fu Tuan1
1. Tuan, Yi-Fu (1977), Space and Place: The Perspective of Experience, Minneapolis, MN: University
of Minnesota Press.
16
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
tura de paisaje se conviertan en un medio, más que en un fin limitado y,
por otro lado, que proporcione una perspectiva adicional y complemen-
taria a propuestas de restauración de la fábrica,2 proyecto de interés para
el INAH Morelos, comunidad de Oaxtepec y estudiosos de la materia.
Antes de elaborar la propuesta con las posibles alternativas para el
caso de estudio, fue necesario revisar una serie de temas teóricos comple-
jos, los cuales ofrezco en esta sección. La teoría da coherencia al pen-
samiento. Recurrimos a ella en busca de fundamentos y normas que sir-
van para tomar decisiones y sustentar la práctica. James Corner afirma
que la teoría genera una motivación, misma que requiere una idea de las
relaciones de la cultura hacia el mundo y los problemas existenciales.
Con la motivación se utiliza la memoria cultural y experiencia personal
y se logra un alto sentido de propósito.3 En palabras de Elizabeth Meyer:
“la teoría del diseño enriquece la práctica, los tratados, el consciente
colectivo; es una práctica de hacer puentes, mediación y reconciliación”.4
El estudio teórico de esta tesis aborda, de manera somera y
esquemática, tres temas concretos, a fin de establecer los parámetros del
discurso: arquitectura y arquitectura de paisaje y su inevitable entropía;
patrimonio y la formación de identidad, y la conservación, recuperación
o restauración de espacios abiertos. La mera mención es deliberada, ya
que al sucumbir a la tentación de ahondar en rubros tan fascinantes y
también controversiales se hubiera perdido el objetivo del estudio. Sin
embargo, el interés teórico de este proyecto requería especificidad, ya
fuera mostrando los elementos o factores determinantes sin cuestionar-
los, o bien, buscar nuevas lecturas. El resultado, espero, es proporcionar
al lector con esquemas de una forma de trabajo de lo que la práctica
crítica e interdisciplinaria del paisaje involucra, tanto en sus posibilidades
como en sus limitaciones.
2. Pasquetti Hernández, Anna Margherita (2006), El Hospital de la Santa Cruz de Cristo de
Oaxtepec, Morelos: origen, evolución y restauración, tesis de maestría, México: Universidad
Nacional Autónoma de México/Facultad de Arquitectura.
3. Corner, James, “Origins of Theory”, en Simon Swaffield (2002), Theory in Landscape
Architecture, Filadelfia: University of Pennsylvania Press, p. 19.
4. Meyer, Elizabeth, “Situating modern landscape architecture”, en Simon Swaffield, 
op. cit., p. 21.
5. Benévolo, Leonardo (1960), Historia de la arquitectura moderna, Barcelona: Editorial Gustavo
Gili, edición de 2005, p. 11. 
6. Definición de William Morris en la conferencia The Prospects of Architecture in Civilization dic-
tada en la London Institution el 10 de marzo de 1881. Véase Leonardo Benévolo,
ibidem.
7. Subirats, Eduardo (2002), “Viaje al fin del paraíso. Arquitectura y crisis civilizatoria”,
Arquitextos, conferencia pronunciada en la Facultad de Arquitectura de la Universidad
Federal de Minas Gerais, Brasil, julio, núm. 026, especial 139.
17
CONOCER PARA COMPRENDER: ARQUITECTURA
Mirta Ripol
Como persona interesada en estas dos disciplinas (arquitectura y arqui-
tectura de paisaje), pero con una formación académica ajena a ellas, mis
incursiones en los textos han sido reveladoras. Por un lado, pude apre-
ciar que tanto el concepto como la definición de arquitectura no son
exactos ni inmutables. Teóricos e historiadores de “la arquitectura”
difieren y es evidente que el concepto varía con el tiempo.5 Para estable-
cer un parámetro, utilizaremos las siguientes definiciones:
La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que
rodea la vida humana; no podemos sustraernos a ella, mientras forme-
mos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de
modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con
objeto de satisfacer las necesidades humanas […].6
Expresión del conocimiento de las leyes materiales y las fuerzas físicas de
que se valía la construcción, así como de la historia de la cultura y de la
existencia humana.7
Por el otro, he vislumbrado que el desarrollo de ambas ha corrido, en
gran medida, de forma paralela, aunque es evidente que son, o debieran
ser, indivisibles. En lo que toca a nuestro tema, la aportación del diseño
del espacio abierto en la conservación del patrimonio, mi primera impre-
sión fue que la arquitectura —en lo que toca solamente a la fábrica— y
su restauración estaban estratégicamente a la delantera con respecto a la
arquitectura de paisaje, tanto por la sofisticación y extensión del análisis
teórico, como por sus fundamentos en la filosofía, la estética, el urbanis-
EL PA I S A J E TA M B I É N E S A RQU I T E C T U R A
8. Tilley, Christopher (1997), A Phenomenology of Landscape: Places, Paths and Monuments,
Londres: Berg Publishers, pp. 10-11.
9. Jackson, fundador y editor de la revista Landscape, explica la increíble complejidad del
paisaje moderno, desde los parques y cementerios, hasta los pasajes comerciales y corre-
dores urbanos. En sus escritos, Jackson concluye que la historia está secuestrada ante la
necesidad de la industria patrimonial de las “ruinas”. Véase John Brinckerhoff Jackson
(1980), The Necessity for Ruins and other Topics, Amherst, MA: University of Massachusetts
Press, pp. 113-126.
18
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
mo, y otras ciencias sociales como la antropología y, a últimas fechas, la
psicología.
Una de las grandes limitaciones de la arquitectura actual, tanto en
el ámbito académico como profesional, es pensar que su importancia
radica en el diseño, per se, del edificio. Sin embargo, cualquier estructura
tiene ventanas, puertas o arcos que abren a un espacio abierto, sea éste
pequeño o grande, privado o público. Si no fuese así, la estructura sería
una gran caja que protege, pero contiene y mantiene al hombre aislado
del entorno inmediato y mediato. Este tema controversial lo dejo a los
teóricos y filósofos de la arquitectura. Coincido con muchos estudiosos
en que el concepto de arquitectura rebasa las piedras del edificio y
mantiene una relación estrecha con el entorno.
La arquitectura, en su sentido más amplio e inclusivo, estudia el
espacio habitado y modificado por el hombre. El espacio se produce
socialmente y los individuos o grupos hacen sus vidas en diferentes espa-
cios. De ahí que no haya espacio, sino espacios y éstos forman el medio
y desenlace de la acción del hombre, tanto delimitándola como posibili-
tándola. Un espacio social está conformado por diferentes experiencias y
preferencias, de ahí que forme el escenario para diversos niveles de
involucramiento y la creación de significados. Los espacios sociales com-
binan lo cognitivo, lo físico y emotivo en algo que puede ser reproduci-
do pero que está siempre abierto al cambio y transformación.8 Cuando
se habla de espacio, éste implica un borde, un límite, y una red de bor-
des transforma un ambiente amorfo en un paisaje humano que muestra
los valores del grupo y cómo éste organiza el espacio.9 Si los valores cam-
bian con el tiempo, la organización de los espacios también cambia. En
cualquier espacio habitado por el hombre siempre hay una mani-
festación de arquitectura. Sin embargo, los bordes de la arquitectura no
son, o no debieran ser, donde termina la fábrica. 
El paisaje y los estudios sobre paisaje se han convertido en una de
las áreas más avant-garde o de moda dentro del medio académico
19
CONOCER PARA COMPRENDER: ARQUITECTURA
Mirta Ripol
mundial. Paradójicamente, la teoría del paisaje está apenas despertando,
aunque ha cobrado gran importancia,especialmente en la última déca-
da, dentro de las consideraciones de la arquitectura tradicional. Aun en
México ya existen tres disciplinas para su estudio detallado (arquitectura,
arquitectura de paisaje y urbanismo), y se vuelve casi imposible conside-
rar un espacio sin todos los elementos que lo conforman: interior (arqui-
tectura), exterior (paisaje), tejido interior/exterior en una ciudad (urba-
nismo), y un cuarto elemento, que al final es lo que da sentido a lo que
hacemos, los habitantes.
Pero ha sido un proceso que ya tiene historia. Desde principios del
Renacimiento, la condición de género edificatorio del jardín se daba por
sentada. Para Alberti, el carácter peculiar del jardín10 como edificio
residía en la posición mediadora entre la casa de ciudad y la de campo,
con atributos asociados a los modos diferenciados de vivir. Alberti se pre-
ocupaba por la índole arquitectónica de huertos y jardines y retoma la
dialéctica entre ciudad y campo desde el ángulo de la residencia priva-
da. Se enfoca a una solución radical a través de la cual, para que el jardín
constituya una alternativa eficaz a la disyuntiva entre ciudad y campo,
tiene que comprender la casa. Si el jardín se convierte en sustituto y no
en un complemento de la casa urbana, queda anulada la distancia entre
ésta y la casa de campo. Así, el jardín adquiere la categoría de lugar del
habitar y, por lo tanto, debe adquirir la dignidad de las casa de la ciu-
dad. Además de las funciones de recreo que le eran propias, deberá
asumir las de representación que competían a éstas.11
C o n s i d e ro oportuno aclarar la relación entre paisaje y espacio
a b i e r t o. Alejandro Cabeza afirma que paisaje es “todo espacio abierto, ya
sea natural o creado por el hombre” y los clasifica en natural, rural,
urbano y subu r b i o.1 2 El paisaje estrictamente natural es aquél que jamás
ha sido tocado o ha conocido la mano del hombre. Este tipo de paisaje
t o d avía puede encontrarse en algunas montañas y ciertas porciones de
s e l va; sin embarg o, la mayoría del espacio natural, lo que damos por lla-
10. En la segunda parte veremos con más detalle cómo el jardín (significante) tiene diversidad
de significados, no sólo por su historia y desarrollo, sino por la historia personal de cada
lector del significante.
11. Aníbarro, Miguel Ángel (2002), La construcción del jardín clásico, Madrid: Ediciones Akal, SA,
p. 15. Aquí Aníbarro hace un análisis del debate que sobre la condición de jardín presen-
ta Leon Battista Alberti en su obra De re aedificatoria, Florencia, 1485.
12. Cabeza, Alejandro (1993), Elementos para el diseño de paisaje: naturales, artificiales y adicionales,
México: Editorial Trillas, p. 11.
Portada del libro De Re Ædificatoria
de Leon Battista Alberti, París: Rembolt
1512.
Carlos Chanfón, Historia de la arqui-
tectura y el urbanismo mexicanos,
p. 165.
20
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
Paisaje natural
E
S
P
A
C
I
O
N
A
T
U
R
A
L
Paisaje cultural
espacio abierto
arquitectura y
urbanismo
individuo o
comunidad
Diseño y material
Inerte: calles, plazas, patios, banquetas, ciclopistas
y estacionamientos.
Área verde: parques, jardines, camellones y áreas
de reserva ecológica.
Propiedad
Público
Semipúblico.
Semiprivado.
Privado
Uso
Área verde urbana: pulmón de ciudad, lugar 
de recreación y convivencia; son suaves 
y permeables.
Área dura y pavimentada.
Espacio residual: tierra de nadie.
Función
Sociocentrípeto: reunir usuarios e interacción
social.
Sociocentrífugo: no fomenta el acercamiento.
13. Mazari Hiriart, Marcos (coord.) (1999), Espacios abiertos en la ciudad de México, México:
Gobierno del Distrito Federal, p. 9.
14. Ibidem.
21
CONOCER PARA COMPRENDER: ARQUITECTURA
Mirta Ripol
mar “el campo” ya ha sido afectado de una u otra manera por el hom-
bre. El espacio natural, un espacio sin límites, es el origen del espacio
abierto, el cual es un espacio no cubierto, sin techo13 y, cuando es inter-
venido se aplica el término de “arquitectura a cielo abierto”. Para
Marcos Mazari, el espacio abierto puede clasificarse de acuerdo con
diferentes parámetros: por su diseño, material de construcción, derecho
de propiedad, uso y función.14
Aunque la palabra paisaje pudiera tener muchos significados,
haremos énfasis en que el paisaje es cultural. El paisaje, como parte de la
arquitectura, es “la conformación física de las relaciones de la gente con
Jardín botánico de la UNAM.
Nadine Käthe Monem, 
Botanic Gardens, p. 164.
Jardín superior y paisaje robado del
estanque Yokoryú-chi, en Shugakuin,
Kyoto, Japón.
Elizabeth Barlow Rogers,
Landscape Design, p. 307.
Times Square, Nueva York, EUA.
Sean Weiss, NewYork, 
Architecture and Design, p. 41.
Calzada de los Muertos, Teotihuacan.
15. Definición de arquitectura de paisaje proporcionada por James Corner. Véase Eduardo
Cadaval (2007), “Las fronteras del campo. Entrevista con James Corner”, Arquine, México,
núm. 40, junio, pp. 24-27.
16. Sauer, Carl (1925), The Morphology of Landscape, San Francisco: University of California
Publications in Geography, núm. 22, pp. 19-53. Otro libro que se explaya en este tema es
Longstreth, Richard (2008), Cultural Landscapes. Balancing nature and heritage in preservation prac -
tice, Minneapolis, MN: The University of Minnesota Press.
17. Cadaval, Eduardo (2007), “Las fronteras... ”, Arquine, op. cit., pp. 24-27.
18. Murphy, Michael D. (2005), Landscape Architecture Theory, Long Grove, Ilinois: Waveland
Press, Ltd., p. V.
19. Meinig, Donald W., et. al. (1979), The Interpretation of Ordinary Landscapes. Geographical Essays,
edición Estados Unidos: Oxford University Press, p. 13.
20. Martín Juez, Fernando (2002), Contribuciones para una antropología del diseño, Barcelona:
Editorial Gedisa, SA, p. 21.
21. Renfrew, Colin (1991), “Varna y el resurgimiento de la riqueza en la Europa prehistóri-
ca”, Appadurai, A., La vida social de las cosas: perspectiva cultural de las mercancías, México:
Grijalbo, colección Los Noventa, citado en Fernando Martín Juez, op. cit., p. 159.
22
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
el espacio y el ambiente”;15 es una forma de ver, encuadrar e imaginar, lo
que es inevitablemente estético e ideológico. El término “paisaje cultu-
ral” fue introducido por Carl Sauer, quien afirma que: “El paisaje cul-
tural es el resultado de un paisaje natural modelado por un grupo cultu-
ral. La cultura es el agente, lo natural es el medio y el paisaje cultural es
el resultado”.16 Como bien lo pone Cadaval, paisaje sería pues, la “repre-
sentación de una relación de la cultura con un lugar, un suelo, un
entorno, un horizonte, un cielo, y el paso del tiempo”.17
Si esta representación de la cultura está sometida al paso del tiem-
po, podríamos aceptar el postulado de Michael Murphy, el cual establece
que el paisaje no es un lugar, sino un proceso,18 y reconocer que, por lo
tanto, todo paisaje es susceptible al cambio. Lo importante es entender
que todo paisaje humano tiene un significado cultural, sin importar qué
tan insignificante éste parezca y descifrar cómo la gente ha utilizado su
espacio cotidiano como forma de establecer su identidad, articular sus
relaciones sociales y obtener un sentido cultural. A pesar del caos y des-
organización aparente del paisaje, se pueden leer los gustos, valores y
aspiraciones de las personas a través del tiempo; todo es buscarlos y saber
leerlos.19 Si queremos conocernos, hay que ver el paisaje que nos hemos
construido.
Estos espacios, como todo objeto, son vehículos que evocan creen-
cias, historias singulares e imágenes colectivas, más allá de las funciones
para los que fueron creados.20 Los individuos o grupos que habitan los
espacios los revisten de una serie de valores o propiedades —de uso, de
trabajo, sentimental—, que sólo tienen sentido dentro del contexto.21 El23
CONOCER PARA COMPRENDER: ARQUITECTURA
Mirta Ripol
valor sentimental depende de la historia particular del objeto; Martín Juez lo
encierra dentro de lo que llama valor histórico o asociativo, un valor que depende
de la relación de los objetos “con la idiosincrasia y experiencia del grupo o el
individuo que vinculan al diseño con ciertos objetos y metáforas y, en consecuen-
cia, con un valor de cambio”.22 Sin embargo, la rapidez de desarrollo de nuestro
entorno actual han producido que los lugares ya no tengan el mismo significado ni
se perciban con las características con las que fueron creados. De una lectura pau-
sada del espacio, hemos pasado a una lectura apresurada de todos los espacios, lo
que ha supuesto la transformación de los valores que percibimos en ellos.
El diseño del espacio abierto ofrece alternativas de bienestar y la oportu-
nidad de crear intervenciones en los lugares más recónditos e inusuales. Su escala
de actuación en la creación y recreación del espacio y su disfrute va desde los par-
ques regionales de grandes extensiones, las alamedas y jardines públicos, hasta el
microespacio remanente de nuestros territorios cotidianos: patios, azoteas y cubos
de luz, ya sea en la casa habitación o el recinto laboral. Cualquier intervención
humana con la naturaleza se puede considerar como paisaje cultural: desde el edi-
ficio vanguardista en Santa Fe, la casa/cueva de una familia tarahumara, un teco-
rral en Hidalgo o la pequeña hortaliza en mi casa.
Como elemento esencial del paisaje cultural nos centraremos en sus espa-
cios abiertos o aquellas edificaciones sin una cubierta. Amaya Larrucea describe el
espacio abierto y la diferente concepción de él que tienen arquitectos y arquitec-
tos paisajistas:
En la mente de los arquitectos, la idea del espacio abierto difiere en general de la
que tienen los arquitectos paisajistas, pues para los primeros no es más que otra
denominación de arquitectura sin techo. El espacio exterior se define a través de dos
planos: suelo y pared. Para los segundos, esta condición implica la conjunción de
elementos en estos dos planos, como el asoleamiento, el viento, el suelo, el tiempo,
el vínculo con el medio y otros. Los arquitectos paisajistas trabajan con objetos
vivos, su éxito depende del conocimiento que tengan del medio.23
22. Martín Juez, idem, p. 160.
23. Larrucea, Amaya (2000), Arquitectura a cielo abierto en el convento de San Juan Bautista
Tl a ya c ap a n, tesis de maestría, México: Unive rsidad Nacional Autónoma de
México/Facultad de Arquitectura, p. 116.
La palabra patrimonio nos es familiar en varias de sus connotaciones,
tanto en lo que toca a bienes privados como en lo cultural. Etimoló-
gicamente, la palabra patrimonio procede de la voz latina patrimonium,
que es el término que se usaba para señalar el conjunto de bienes que
una persona había heredado de sus ascendientes1 y estaba enlazada a
estructuras familiares, económicas y jurídicas en una sociedad arraigada
en el tiempo y el espacio. Raúl Brañes lo describe como “una masa de
bienes, derechos, obligaciones y cargas apreciables en dinero, que confi-
guran una universalidad jurídica y que no son otra cosa que el resultado
económico, real o virtual, de un atributo de la personalidad.”2 Todo obje-
to patrimonial revela, por un lado, un carácter formal o genérico, cuyas
propiedades formales o inherentes son siempre abstractas.3 Por otro lado,
25Mirta Ripol
1. Becerril Miró, José Ernesto (2003), El derecho del patrimonio histórico-artístico en México,
México: Editorial Porrúa, p. 6.
2. Brañes, Raúl (1993), “El objeto jurídicamente tutelado por los sistemas de protección del
patrimonio cultural y natural de México”, en Enrique Florescano (comp.) El patrimonio
cultural de México, México: Fondo de Cultura Económica/Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, p. 381.
3. A este carácter formal del patrimonio pertenecen los aspectos semiológicos, estructurales
y axiológicos, mismos que son tema de extensos estudios pero que están fuera de los obje-
tivos de este trabajo. Sin embargo, es importante hacerlos notar a fin de mostrar la exten-
sión de las implicaciones cuando se estudia el patrimonio.
La defensa del patrimonio empieza con nosotros;
no podemos escondernos ante el abuso individual, social o estatal. 
Enrique Rodríguez Balam
Congreso de Paisaje 2008
UN BIEN SOCIAL
26
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
un orden empírico hace del patrimonio una realidad histórica, que
adquiere su realidad efectiva por la referencia a los mundos en que se
sitúa. La realidad del patrimonio surge de esta interacción.4 Estas
propiedades conectan al objeto con el devenir humano.
En el Renacimiento surge la noción de bienes de importancia rela-
cionados con la antigüedad griega y romana. Estas obras, llamadas mo-
numentos5 sirven como testimonio físico de un pasado, un bien per-
teneciente a una cultura con un valor histórico o estético.6 Patrimonio es
un término que se volvió importante a partir de la segunda mital del siglo
XVIII (Revolución francesa). En el siglo XIX tienen su apogeo los llama-
dos “monumentos nacionales”, cuyo fin era revivir en el presente un
pasado sumergido en el tiempo. Con el tiempo, aquéllos considerados
monumentos conmemorativos se vuelven históricos,7 es decir, mantienen
una relación con la memoria viva. Además de desafiar la entropía, la
acción disolvente del tiempo, el monumento histórico cumple con una
función antropológica al contribuir a mantener y preservar la identidad
de la comunidad que lo edifica o de quienes reciben el mensaje.
[…] el monumento es una creación deliberada, cuyo destino ha sido asu-
mido a priori y de inmediato, mientras que el monumento histórico no ha
sido inicialmente deseado ni creado como tal; se constituye como tal a
posteriori, por las miradas convergentes del historiador y del aficionado
4. Vergara, Nelson (2006), “Objetos patrimoniales: consideraciones metafísicas”, Alpha,
Osorno, Chile: Alpha, diciembre, núm. 23, pp. 37-56. Vergara afirma que el patrimonio
no es un signo cualquiera. Lo asume como uno de los signos que Paul Ricoeur denomina
“símbolo”: un signo que posee un doble sentido, no como equivocidad, sino dotado de un
sentido primario que remite a otro secundario en el que se cumple el sentido total.
“Querer decir otra cosa que lo que se dice, he ahí la función simbólica”, como asevera
Ricoeur.
5. El término monumento proviene del latín monumentum, a su vez derivado de monere (recor-
dar): aquello que interpela a la memoria. En ese sentido, todo artefacto edificado por un
individuo o comunidad, para acordarse y recordar a siguientes generaciones de determi-
nados eventos, ritos o creencias, es un monumento.
6. Para mayor información sobre la historia del patrimonio, véase Ignacio González-Varas
Ibáñez (1999), Conservación de bienes culturales: teoría, historia, principios y normas, Madrid:
Ediciones Cátedra, pp. 23-71.
7. Bajo la idea del bien común, durante la Revolución francesa se confiscan los bienes de la
Iglesia y de los nobles, los cuales pasan a ser bienes de la nación. Para dar valor al tesoro
entregado se utiliza la metáfora de “herencia”, por lo que se vuelven clave los términos
sucesión, patrimonio y conservación; el patrimonio de antigüedades adquiere un valor de
intercambio, digno de preservar. Véase Françoise Choay (1997), Alegoría del patrimonio,
Barcelona: Editorial Gustavo Gili, SL, traducción al español 2007, pp. 85-111.
Casa de las vírgenes de Vesta, Roma 
(siglos III y IV dC).
www.flicker.com.
Arco del Triunfo, París.
http://es.wikipedia.org/.
27
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
que lo seleccionan entre la masa de edificios existentes en la cual los
monumentos representan una pequeña parte. Todo objeto del pasado
puede ser convertido en testimonio histórico sin haber tenido, original-
mente, un destino conmemorativo.8
A partir de la década de los sesentadel siglo pasado, los mo-
numentos, objetos que tenían la casi exclusividad del patrimo-
nio, se ven sólo como una parte de la herencia. El dominio
patrimonial ya no se limita a los edificios individuales, sino que
comienza a incluir todas las manifestaciones significativas de
la actividad humana. El patrimonio consiste, en primer lugar,
en un signo y, por lo tanto, se caracteriza por ser una entidad
concreta, sustancial, dotada de una fuerza que apunta a “otra
cosa”. Tal referencia permite identificar y diferenciar el obje-
to como patrimonio natural, social, cultural, etc., y lo dis-
tingue de aquéllos que comparten su carácter de signo, pero
no de patrimonio. Esta condición simbólica hace del patrimo-
nio un objeto susceptible de múltiples interpretaciones.
Los edificios son la expresión más clara de un pueblo en
determinado momento histórico y son ejemplo de su forma de
vivir, de la técnica disponible y de manifestación artística. Por
ser creaciones más durables que otras manifestaciones culturales, muchas
veces abrigan o incorporan otras artes como los espacios abiertos, la
escultura, la pintura, el mobiliario o manifestaciones de carácter popu-
lar. Los edificios, como una imagen o un mito, pueden “heredarse o con-
vertirse en acervo, sustento de identidad, como un bien o un capital”.9
Los espacios construidos que designamos como patrimonio son porque
se les ha asignado un valor. El patrimonio edificado incluye conjuntos de
edificaciones y tejidos urbanos10 —manzanas y barrios urbanos, aldeas,
ciudades completas e incluso conjunto de ciudades—,11 así como otro
tipo de bienes —pintura, escultura, paisaje— según lo establece la lista
del patrimonio mundial de la UNESCO. Así, el concepto de patrimonio
como monumento se extiende al de bien cultural.
8. Choay, Françoise, idem, pp. 18-19.
9. Martín Juez, Fernando (2004), “Patrimonios”, Cuicuilco, México: Escuela Nacional de
Antropología e Historia, núm. 30, vol. 11, en http://redalyc.uae.mx, p. 4.
10. Choay, Françoise, idem, p. 8.
11. Ciudades como Wachau en Austria.
Cazuelitas de tinga, un platillo tradicional
en las costumbres mexicanas.
1001 imágenes de México
Desconocido, p. 266.
28
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
12. UNESCO (1982), “Conferencia regional sobre políticas culturales”, en Carlos Chanfón
Olmos (1997), Fundamentos teóricos de la re s t a u ra c i ó n, México: Unive rsidad Nacional
Autónoma de México/Facultad de Arquitectura, p. 55.
13. Choay, Françoise, op. cit., p. 7.
14. Viladevall i Guasch, Mireia (2003), Gestión del patrimonio cultural, Puebla: Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, p. 18.
Tomaremos la definición de cultura y bien cultural de esta institu-
ción mundial —la más aceptada en las últimas décadas—, que establece
el término cultura como “el conjunto de rasgos distintivos espirituales y
materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un
grupo social. Engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida,
los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las
tradiciones y las creencias”.12 De esta manera, la cultura es también una
serie de valores y conocimientos heredados a través de las memorias
colectivas, por medio de los cuales se articulan las experiencias y activi-
dades humanas en un determinado espacio natural e histórico.
Es en esta asepción cultural —testimonios de la actividad humana
relevantes para la historia del hombre— en la que nos centraremos para
este estudio. Veremos definiciones de estudiosos de diferentes disciplinas;
esencialmente, todos concuerdan con que el objeto y sujeto social for-
man una relación indisoluble, mas se percibe el énfasis en los aspectos de
mayor interés particular. La reflexión constante sobre el patrimonio cul-
tural ha conducido a la transformación de conceptos y de pensamientos
relacionados con los objetos que consideramos que lo componen.
Françoise Choay (historiadora francesa de las teorías y formas urbanas y
arquitectónicas) define al patrimonio como “el fondo destinado al dis-
frute de una comunidad y constituido por la acumulación de objetos
agrupados por su común pertenencia al pasado: obras maestras de las
bellas artes y de las artes aplicadas, trabajos y productos de todos los
saberes y habilidades humanas”.13 Mireia Viladevall i Guasch (urbanista
y conservadora del patrimonio edificado) define patrimonio como “una
construcción sociocultural que adquiere valor y sentido para aquel grupo
que la realizó, heredó y conserva. Por ser una construcción sociocultural
que se desarrolla en el tiempo, el patrimonio es dinámico, cambiante”.14
Salvador Díaz-Berrio (arquitecto restaurador) entiende por patrimonio
cultural “los bienes muebles e inmuebles debidos a la obra de la natu-
raleza, a la obra del hombre o a la obra combinada de la naturaleza y
del hombre y que representan interés del punto de vista histórico, arque-
La primera carta para la conser -
vación artística e histórica de
monumentos surgió a partir de la
conferencia internacional (sólo
europeos) de Atenas en 1931. 
La de Venecia, en 1964, vio la
participación de Túnez, México
y Perú. Para 1979, habían 
firmado la Convención del
Patrimonio Mundial 80 países
de los cinco continentes.
Los Voladores de Papantla aparecen en
muchos puntos del país para mostrarnos
una de sus más afamadas tradiciones.
Cuetzalan, Puebla. 
1001 imágenes de México
Desconocido, p. 302.
29
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
ológico, estético y etnológico.”15 Los defensores del patrimonio cultural lo
ven como un tesoro, un legado. “Patrimonio es el conjunto de manifesta-
ciones creadoras y trascendentales, que conforman el comportamiento
histórico y social de un pueblo.”16 Fernando Martín Juez (diseñador y
antropólogo) trata ya sutilezas al hablarnos de patrimonio como “objetos
tangibles llenos de relatos intangibles que estimamos” y lo equipara con
“metáforas” —la forma más manejable del símbolo—; es decir, ideas o
imágenes trasladadas a objetos que los convierten en “soportes de afecto
y vehículos de eventos extraordinarios”.17
El patrimonio cultural está dotado de una personalidad singular e
irrepetible y para aquél que lo reconoce adquiere el rango de propio, un
símbolo de su identidad. Lo percibido va más allá de una imagen, de sus
rasgos físicos; toca lo más profundo entre el hombre y su propia historia
para transformarse en la memoria colectiva. Todas las imágenes com-
puestas de la arquitectura y los entornos forman parte del patrimonio de
quienes lo recuerdan en su memoria, lo visitan y lo arraigan como iden-
tidad. Son mundos que pertenecen un poco al viajero y mucho a sus
habitantes; sin embargo, para subsistir han de saber renovarse sin
romper los lugares de recuerdos. El concepto actual de cultura se opone
en gran media al de progreso; las memorias se pierden con la destrucción
de hábitats ecológicos e históricos, así como con la globalización indus-
trial y mercantil de la cultura, que suplantan la naturaleza y la historia
por réplicas intelectualmente empobrecidas y estéticamente degradadas
en aras del consumo.
Cuando un bien cultural, ya sea natural, histórico, artístico o cien-
tífico deja de tener sentido, éste deja de ser patrimonio y, por ende, es sus-
ceptible de dejar de ser conservado. El olvido, la indiferencia, el desin-
terés, la obsolescencia, la destrucción voluntaria llevan a abandonar y a
olvidar los monumentos, los convierten en ruinas. Aunque pueden ser
revalorados, también están sujetos a la manipulación política y reli-
giosa.18 De la misma forma, otros objetos, aparentemente sin valor,
pueden adquirir valor patrimonial cuando el grupo social les confiere un
nuevo uso. Por lo tanto, la revalorización del patrimonio es constante. La
15. Salvador Díaz-Berrio citado en José de Jesús Valdés Rodríguezs (s/f), La protección jurídica
de los monumentos arqueológicos e históricos de México, México: Instituto Nacionalde
Antropología e Historia, p. 26.
16. Valdés Rodríguez, José de Jesús, op. cit., p. 26.
17. Martín Juez, Fernando, op. cit., p. 3.
18. Ibidem.
Puerta de acceso lateral del hospital
de la Santa Cruz que muestra los
estragos del abandono.
Oaxtepec, Morelos.
revalorización es un proceso reflexivo en el cual se confrontan las dife-
rentes interpretaciones de individuos o grupos en oposición a estar suje-
tos a los sistemas de valores definidos por el sector de poder. El patrimo-
nio debe ser vigilado por el gobierno, mas éste no debe apropiarse de él;
debe inclusive promover la participación de los individuos y grupos en el
rescate o utilización de los inmuebles para preservación de éstos, disfrute
de visitantes, pero sobre todo, para beneficio directo de la comunidad.
30
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
Toboganes naturales, patrimonio natural,
Chipitín, Nuevo León. 
1001 imágenes de México
Desconocido, p. 105.
Iglesia de San Juan Chamula, Chiapas.
El País, Guías visuales: México,
p. 212.
31
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
Uno de los aspectos que requerimos tocar es el sentido de identidad que
los habitantes desarrollan con el espacio que ocupan. El tema de la iden-
tidad ha sido tratado por muchos autores del campo de la psicología,
sociología, antropología, hasta el de la arquitectura. Existen diferencias
sutiles en su aproximación, aunque todos concuerdan en la existencia de
una relación del usuario con el espacio. Trataré de explicar qué se
entiende por identidad y cómo funciona en relación con este espacio. Si
partimos del hecho de que “un territorio es el espacio apropiado y valo-
rizado —simbólica e instrumentalmente por los grupos humanos—,
dicha apropiación es la consecuencia de la representación y el trabajo,
una producción a partir del espacio inscrita en el campo del poder por
las relaciones que pone en juego”.19
Giménez propone una dimensión instrumental-funcional para dis-
tinguir la relación utilitaria con el espacio (explotación económica) y una
dimensión simbólica-expresiva que destaca como soporte de las identi-
dades individuales y colectivas. Portal disiente de esta separación y ve al
territorio como un flujo de relaciones sociales que, por lo tanto, no puede
ser aislado o descontextualizado. Castells define la identidad como el
proceso de construcción del sentido atendiendo a un atributo cultural, o
un conjunto relacionado de atributos al que se da prioridad sobre el resto
de las fuentes de sentido. Como es fuente de sentido para estos autores,
es construida mediante un proceso de individualización y autodefini-
ción.20 La construcción utiliza materiales de la historia, geografía, bio-
logía las instituciones productivas y reproductivas, la memoria colectiva
y las fantasías personales, los aparatos de poder y las revelaciones reli-
giosas.21 Los individuos, grupos sociales y sociedades procesan todos estos
materiales y reordenan su sentido según las determinaciones sociales y su
19. Giménez, Gilberto, “Territorio, cultura e identidades” en Rocío Rosales Ortega (coord.)
(2000), Globalización y regiones en México, México: Programa Universitario de Estudios sobre
la Ciudad, UNAM/Porrúa, p. 22.
20. Giddens, Anthony (1991), “Modernity and self identity: self and society in the modern
age”, Cambridge Polity Press, en Manuel Castells (2003), La era de la información. El poder de
la identidad, Madrid: Alianza Editorial, p. 31.
21. Castells, Manuel, idem, p. 35.
CENTRO DE CIUDAD/
NÚCLEO DE IDENTIDAD
Hagia Sophia, Estambul, Turquía. 
Maria Teresa Feraboli, City Squares 
of the World, p. 11.
Centro histórico de Taxco, Guerrero.
Banamex, México desde las alturas,
p. 187.
32
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
22. Idem, p. 36.
23. Briggs, Asa, “El sentido del lugar”, en Bertrand de Jouvenel, et. al. (1971), El entorno del
hombre, Buenos Aires: Ediciones Marymar, p. 79.
24. Portal, María Ana, “Territorio, historia, identidad y vivencia urbana en un barrio, un
pueblo y una unidad habitacional de Tlalpan, Distrito Federal”, Vivir la diversidad.
Identidades y cultura en dos contextos urbanos de México, México, Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología, p. 15.
25. Idem, p. 21.
marco espacial. En lo que Castells llama “identidad de proyecto”, los
actores sociales, con los materiales culturales de que disponen, cons-
truyen una nueva identidad que redefine su posición en la sociedad y, al
hacerlo, buscan la transformación de toda la estructura social.22
Los lugares habitados son cosas creativas, dominios étnicos que
han adquirido carácter visible, concreto y sensible.23 Sin embargo, las
personas valoran de diferente manera un mismo objeto. Existe un fenó-
meno de disociación por medio del cual un mismo lugar puede variar de
persona a persona, o de grupo a grupo; es decir, tienen diferentes sensi-
bilidades frente al proceso urbano y la transfo rmación del ambiente
i n fl u ye en ellos de diferentes modos. La riqueza del patrimonio cultural se
alimenta de las transfo rmaciones de la sociedad; todas las sociedades
cambian y, por lo tanto, la realidad social también cambia. En México
cohabitan varias herencias culturales que enriquecen y fortalecen nu e s t ro
mestizaje; pero la riqueza de nu e s t ro patrimonio cultural no sólo se
encuentra en el pasado, sino que se aumenta en el pre s e n t e. Como suje-
tos y colectividad, los habitantes de un espacio lo dotan de significado y
lo consideran propio al reconocer y construir en él su identidad.2 4 Le asig-
nan límites significat i vos desde donde llevar a cabo lo cotidiano. Estos
p a r á m e t ros físicos ayudan a los sujetos a apro p i a rse del espacio y favo re-
cen la generación de re f e rentes de pertenencia.
El territorio o espacio habitado está constituido simbólicamente
por referentes fundamentales de la identidad y cultura locales. Estos refe-
rentes nos dan la clave para entender el desarrollo cultural, el cual forta-
lece la identidad de una comunidad, su participación y su conciencia ciu-
dadana. En el territorio se sintetiza la memoria colectiva del pueblo; la
comunidad es lo que nombra y recuerda colectivamente y ese recuerdo
parte muchas veces del entorno significativo. Los cuentos, leyendas,
mitos, prácticas cotidianas y rituales que se transmiten de generación en
generación dan sentido a la vida de los sujetos y les permiten tener la
certeza de pertenencia.25
Vistas del centro histórico 
de Guadalajara, Jalisco.
Fotos de autora.
San Marcos, Venecia, Italia. 
Maria Teresa Feraboli, City Squares 
of the World, p. 39.
33
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
Los centros de un poblado o ciudad son lugares vivos y complejos
por la multiplicidad de actividades humanas que en ellos ocurren; sin
embargo, en general, tienen carácter de conjunto. Los centros históricos,
en especial los catalogados como patrimonio mundial,26 adquieren otra
dimensión por la importancia de los elementos, ya sea por ser mani-
festación de un intercambio de influencias considerable, desarrollo de
arquitectura, planeación urbanística o paisajística, por ser ejemplo sobre-
saliente de un tipo de construcción o etapas significativas de la historia
de la humanidad. Sin embargo, cualquier elemento, aunque haya estado
fuertemente arraigado a la memoria y sea determinante de la identidad,
en la práctica cotidiana se desdibuja. El crecimiento del poblado, la
migración y la transformación del paisaje cobran su cuota en la memo-
ria. Los habitantes han pasado de actividades agrícolas al comercio for-
mal e informal, la prestación de servicios de diversa índole, profesionali-
zación de sus actividades, etc. Un número importante de los antiguos
pobladores vendieron sus viviendas o terrenos y emigraron; llegaron
nuevos pobladores, se construyeron nuevos fraccionamientos y el tráfico
se ha intensificado. Por sernúcleo urbano de una sociedad, los centros de
poblado se ven expuestos a conflictos viales, comercio informal, alta
rentabilidad en uso de suelo —y su consecuente especulación—, y
destrucción del patrimonio histórico. Lo que fuera el centro del pueblo
ha perdido su función de cohesión, ha quedado desdibujado. Por lo
tanto, estos espacios deben revitalizarse para satisfacer nuevas necesi-
dades urbanas.
Un centro de población con algún bien patrimonial, ya sea históri-
co, artístico o de uso le da al espacio un sentido invaluable y, aunque es
susceptible de generar recursos económicos en el mercado de arte y pa-
trimonio, es un bien con sentido y función social. Para evitar la comer-
cialización de espacios patrimoniales se han establecido normas que
fomentan la conservación y salvaguarda de estos bienes. Sin embargo, la
mayoría de los centros considerados patrimonio no tienen diagnóstico de
vulnerabilidad con los cuales elaborar un plan a largo plazo —donde se
26. De los 29 sitios de México catalogados como patrimonio mundial, 34 por ciento son cen-
tros históricos. Véase Salvador García Espinosa, “El espacio público como alternativa de
intervención en centros históricos”, en Diana Magaloni (ed.) (2005), Lineamientos y
limitaciones en la conservación: pasado y futuro del patrimonio, 10 Coloquio del Seminario de
Estudios y Conservación del Patrimonio Cultural, México: Unive rsidad Nacional
Autónoma de México/Instituto de Investigaciones Estéticas, p. 238. 
Mercado sobre ruedas. México, D.F.
DDF, Un día en la gran ciudad 
de México, p. 103.
Bolero en el zócalo de la ciudad de
México.
DDF, Un día en la gran ciudad 
de México, p. 139.
34
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
involucren todos los actores sociales—, cuyo objetivo sea la prevención,
rehabilitación, conservación y desarrollo que garantice la vida de
quienes viven ahí. Idalia García27 afirma que la memoria colectiva de
una sociedad se sustenta, en gran medida, en los objetos que hereda de
las generaciones que le anteceden. La transmisión de esa memoria y la
construcción de una identidad colectiva requieren también del establec-
imiento de una protección jurídica capaz de garantizar su adecuada sal-
vaguarda y, por ende, su pertenencia para las generaciones futuras. La
conservación del patrimonio es un asunto de sensatez. Además de ser
memoria e identidad, el patrimonio representa también la posibilidad de
construir un futuro mejor para quienes han heredado un pasado.28 El
patrimonio es una construcción social y, por lo tanto, un bien social. La
sociedad debe participar en tareas relacionadas que van más allá de cus-
todiarlo.
La vulnerabilidad, el desconocimiento y el desinterés dan lugar a:
1. Falta de un marco legal normativo aplicado y aplicable.
2. Falta de recursos.
3. Desconocimiento público por falta de catalogación donde se
indique cuál es, dónde se encuentra y en qué condiciones.
4. Falta de difusión de utilidad y valor del patrimonio.29
Al entrar en contacto con la comunidad y estudiar las variables que la
afectan, es necesario considerar ciertos elementos fundamentales: 
1. Origen histórico y la conciencia que el grupo tiene de ese ori-
gen. La historia local marca la primera impronta de pertenen-
cia que con el tiempo se convierte en una de las determinantes
básicas de la apropiación.
2. La consolidación de las redes sociales y de parentesco hacen
posible la constitución de ciudadanías plenas con organiza-
ciones sólidas.
3. La vida colectiva de la comunidad se determina directamente
en el uso del espacio público y en la posibilidad de significarlo.
27. García, Idalia “Encrucijada legal en la protección del patrimonio cultural mexicano”, en
Mireia Viladevall i Guasch, Mireia, op. cit., p. 81.
28. Viladevall i Guasch, Mireia, op. cit., p. 83.
29. Idem, p. 35.
Trabajos de restauración de retablos con
jóvenes de la localidad. 
Retablo de Santo Domingo de Guzmán,
Yanhuitlán, Oaxaca.
Coordinación Nacional de Conservación
del Patrimonio Cultural.
Trabajos de restauración de pintura
mural. Casa de la Moreña, 
La Barca, Jalisco.
Coordinación Nacional de Conservación
del Patrimonio Cultural.
35
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
La explotación del patrimonio cultural como objeto turístico es un tema
que suele ser bastante controversial. Existe una tendencia que se ha acen-
tuado en las últimas décadas de darle al patrimonio un sentido lúdico a
expensas de grandes gastos. Habría que repensar cómo y en qué se uti-
liza el tiempo de ocio en beneficio del patrimonio y de nosotros mismos.
A pesar de su relevancia en relación con el patrimonio, en este trabajo
me limito a mencionarlo como una variable real y otra de las posibili-
dades en el manejo del patrimonio cultural.
Los turistas gozan de mala fama como explota-
dores y profanadores del paisaje, pero uno de los
grandes placeres y fuente de inspiración se logra a
través de los viajes. Es verdad, existen turistas inde-
seables, pero este sentimiento también implica un
fuerte elemento de elitismo; al criticarlos, asumimos
una posición de locales ante aquéllos que conside-
ramos extraños. Sin embargo, todos somos extraños,
turistas, en un momento u otro y, desde nuestra propia
experiencia, deberíamos reconocer el impulso indivi-
dual de conocimiento, mismo que está detrás de gran
parte de los viajes turísticos. Prevalece el deseo por
conocer más sobre el mundo para conocernos mejor.
Muchas de las críticas al turismo giran alrededor
de modas sociológicas: el aumento del placer y ocio, el
consumo desmedido, la explotación de sociedades
pobres, el poder de la industria turística, etc. Sin embargo, se obvia el
propósito educativo; el valor de la tradición educativa y la contribución
del turismo ha ayudado no sólo en el descubrimiento del mundo, sino en
la forma en que lo interpretamos. El turista solitario en busca de nuevos
placeres y conocimiento ha despertado una forma de relación más
estrecha entre la gente y el ambiente en el que vive. El motivo para dejar
el hogar en busca de monumentos famosos y ciudades antiguas ha cam-
biado desde el siglo XX. Ya no son las peregrinaciones, las rutas comer-
ciales o investigaciones científicas. Montaigne explicaba que no veíamos
PAISAJE PATRIMONIAL:
RIQUEZA TURÍSTICA
Fiesta de la Guelaguetza, Oaxaca. 
1001 imágenes de México
Desconocido, p. 253.
36
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
más allá de nuestras narices al estar confinados en nuestro mundo y nues-
tras mentes. Él hablaba de la necesidad de abrir la mente por medio del
contacto con los otros. “Se obtiene una maravillosa claridad para el
juicio humano cuando se frecuenta el mundo […] Este gran mundo es el
espejo donde debemos vernos para conocernos.”30
La industria del turismo establece las relaciones dominantes entre
los objetos del turismo y el ocio; de ahí que también sea determinante en
la forma de mirarlos y apreciarlos. La mirada no se desarrolla sin cam-
bios notables en la cultura de paisajes y monumentos codificables en
guías. El turismo abarca una gama de ofertas, desde los servicios todo
incluido al individuo que descubre e interpreta paisajes, museos y otros
elementos de las culturas populares. De ahí la multiplicidad de miradas;
el “canon de los valores estéticos elaborado por la alta cultura pierde
vigencia, inmerso y manipulado en el ecléctico universo de las mil y una
propuestas visuales.”31
30. Montaigne, Michel de, “De l’institution des enfants”, citado en Tzvetan Todorov (1991),
Nosotros y los otros, México: Siglo XXI Editores, pp. 53-66.
31. Todorov, Tzvetan, op. cit., p. 201.
Niños en el Museo Nacional de
Antropología, México, D.F.
DDF, Un día en la gran ciudad 
de México, p. 54.
37
CONOCER PARA COMPRENDER: PATRIMONIO
Mirta Ripol
En paralelo al turismo del ocio, la cultura se ha vuelto una mer-
cancía de moda, toda una industriaque ha engendrado un nuevo fenó-
meno, propio de nuestra época: la museificación de objetos. Éstos se
transforman, se inscriben en un “recinto imaginario”32 y, bajo la bandera
de salvaguardar y exhibir los objetos de interés artístico, histórico,
antropológico, natural, etc., para deleite del público, se les extrae de su
contexto, de su valor esencial. Así se anula su característica de origen
para convertirlos en imágenes de sí mismos, en un reflejo superficial de
la historia en la que fueron creados. Lo mismo afecta a la arquitectura;
su museificación a través de monumentos o ruinas está sujeta al mismo
proceso de exposición, al punto que desaparecen como objetos ligados a
situaciones específicas y significados concretos.33 Solà-Morales afirma
que tanto ruinas como monumentos “dejarán de ser objetos comunes
para entrar, gloriosamente, en un universo en el que, gracias a la suspen-
sión de cualquier particular, será posible su inclusión en el empíreo de los
32. Virilio, Paul (1988), Estética de la desaparición, Barcelona: Anagrama, citado en Ignasi de
Solà-Morales (2002), “Patrimonio arquitectónico o parque temático”, Te rr i t o r i o s,
Barcelona: Gustavo Gili, p. 197.
33. Para ahondar sobre el tema se puede consultar algunos artículos de autores reconocidos
como Alan Riding “Better tan Disney: Carcassonne, the Fortress on a Hill”, International
Herald Tribune, viernes 29 de agosto 1997, p. 10; Jean-Louis Déotte, Le musée, l’origine de
l’esthétique, París: Editions L’Harmattan, 1993, entre otros.
Parterre de la Orangerie (1678) y 
el inicio del estanque de las Suizas 
ampliado a partir de 1683. 
Versalles, Francia.
Jacques Bosser, Jardines del mundo,
p. 149.
38
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
valores transhistóricos. Los catálogos de protección monumental despo-
jan a los objetos arquitectónicos de su valor cotidiano hacia un nuevo
mercado de valores en el cual se elevan a la consideración genérica, uni-
versal y abstracta de las ruinas, las obras de arte o los documentos
históricos.34
En Inglaterra, la casa de cualquier personaje relativamente cono-
cido en la comarca o la sede de un suceso histórico importante, aunque
sea para el grupo inmediato, es convertida de inmediato en museo. Esta
acción muestra, por un lado, la explotación de los recursos culturales en
beneficio de los propietarios y las personas que laboran para su manu-
tención: venden “recuerdos” a través de libros, postales y hasta objetos
del más puro “merchandising”. Por el otro, demuestra un orgullo tanto del
propietario como de la comunidad por su legado histórico y cultural, así
como el deseo de que trascienda sus límites con cada visitante que lleva
el conocimiento en su memoria.35
34. Solá-Morales, Ignasi (2005), “Patrimonio arquitectónico o parque temático”, Territorios,
Barcelona: Gustavo Gili, p. 198.
35. Haddon Hall ha pertenecido a la familia Manners desde 1567 y la casa ya era antigua. El
actual dueño, el duque de Rutland escribe un mensaje en el catálogo agradeciendo a los
visitantes que llegan y contribuyen a mantener “en condiciones únicas de conservación e
integridad una de las grandes casas inglesas de los viejos tiempos”. Con frecuencia se
puede encontrar al duque vendiendo los boletos de entrada en la taquilla o socializando
con los visitantes.
Una página de la península de Yucatán
en la guía ilustrada de México con
descripción de los lugares y elementos de
interés o relevancia histórico o cultural. 
El País, Guías visuales: México,
p. 269.
Haddon Hall, Derbyshire, Inglaterra. 
Vista de la torre del reloj y las escaleras
a los apartamentos del conde y del
salón de banquetes (siglo XIV).
Mantell, Keith (1984), Haddon Hall,
Derby, UK: English Life Publications
Ltd., pp. 4 y 12.
La conservación de objetos artísticos o históricos y, en su caso, su restau-
ración, es una disciplina de los últimos siglos. Sin embargo, desde las
primeras civilizaciones se han preocupado de guardar lo que consideran
reliquias, llámese una piedra, un fragmento de tela, un hueso. A partir
del Renacimiento, los artefactos históricos empezaron a ser custodiados;
las esculturas clásicas encontradas en la tierra adornaban casas y jar-
dines; antiguos manuscritos se traducían, coleccionaban y atesoraban.
Reye s, papas y conquistadores han tomado de diferentes luga re s
pequeños objetos o edificios completos para llevarlos del lugar de origen
a sus distantes países. Durante el siglo XIX, la búsqueda de tesoros dio
origen a la arqueología, la cual despertó el interés por los edificios; para
finales de siglo, la arqueología se convirtió en un procedimiento sis-
temático. Viollet le Duc (1814-1879) incursionó tanto en la investigación
arqueológica como en la reconstrucción arquitectónica (ej. Carcas-
sonne). Para finales de siglo, William Morris1 y otros hablaban de la
preservación de edificios históricos a gran escala. 
Para proteger los objetos culturales primero hay que reconocerlos.
Su conocimiento permitirá diseñar políticas y programas de salvaguar-
da, cuyas intervenciones de conservación comprendan un conjunto de
operaciones directas e indirectas destinadas a posibilitar la persistencia
39Mirta Ripol
Los jardines son un artificio de una población establecida. 
A pesar de la cualidad efímera de cada flor, los jardines requieren
permanencia: los árboles, largos periodos para su crecimiento maduro;
las camas, buen cuidado; todo, mantenimiento constante
para evitar que se conviertan en hierbas y ramas.
D. Fairchild Ruggles
Cornell University 
1. Se habla de los europeos, en especial ingleses y franceses, porque fueron ellos quienes ini-
ciaron la fiebre de la arqueología y los grandes descubrimientos: Sir Arthur Evans con el
descubrimiento y reconstrucción del palacio de Knossos en Creta; Heinrich Schliemann
y el descubrimiento de lo que era Toya; Jean-François Champollion, de la piedra Rosetta
en Egipto, la cual permitió la traducción de los jeroglíficos egipcios, etcétera.
física de los objetos. También busca mantener en
buen estado los materiales que constituyen el bien
cultural para darle vida durante el mayor tiempo
posible. El objetivo de las medidas de conservación
consiste en proteger y transmitir la integridad física,
cultural y funcional de los bienes culturales.
Conservar implica una serie de procesos para
cuidar un espacio u objeto a fin de que mantenga
su significado cultural. Entre los procesos más rele-
vantes están: adaptar, reparar, restaurar, preservar,
reconstruir y mantener. Restauración es una pala-
bra difícil de aplicar en lo que concierne a los jar-
dines. En principio, restaurar significa “reparar,
renovar o volver a poner una cosa en aquel estado
o estimación que antes tenía” o “reparar una pintu-
ra, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido”. Sin
embargo, en lo que toca a jardines en general y huertos en lo par-
ticular, restaurar se ha usado, en gran medida, como una manera
de plantar para dar un sentido ornamental —cambiando radical-
mente de una a otra plantación—, sin tomar en cuenta las
plantas utilizadas en el periodo en que fue construido el espa-
cio. En muchos casos, los tan a la moda parterres o arriates
que se aplican
no tienen rela-
ción con los esti-
los del resto del
edificio.
El proceso de
devolverle su estado
original a un jardín aban-
donado enfrenta grandes difi-
c u l t a d e s. Es prácticamente
imposible restaurar un jardín
en la manera en que fue dise-
40
DISEÑO DEL ESPACIO ABIERTO: UNA ALTERNATIVA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
MAESTRÍA EN ARQUITECTURA/Diseño Arquitectónico
2. González Vargas, Ignacio (1999), Conservación de bienes culturales: teoría, historia, principios y
normas, Madrid: Cátedra, p. 77.
3. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, Madrid: Editorial Espasa Calpe,
SA, vigésima edición, tomo II, p. 1785.
Priorato de Lindisfarne (s. XI),
Northumberland, Inglaterra, fue uno de
los centros

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