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UNIERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÈXICO FACULTAD DE DERECHO ANALISIS JURIDICO SOBRE LAS MEDIDAS QUE PUEDE DECRETAR EL JUEZ EN LOS JUICIOS DE CONTROVERSIA DEL ORDEN FAMILIAR TESIS QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN DERECHO PRESENTA: SUSANA MIGUEL LÒPEZ ASESOR: LIC. MANUEL DIAZ ROJAS DE SILVA CIUDAD UNIVERSITARIA, MEXICO D.F. 2006 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. A Dios: Por dejarme llegar a este momento de mi vida, por todas las bendiciones que he recibido de él. A mis padres: Delfino Miguel Diego y Aurelia López Mendoza, dos seres maravillosos que amo, admiro y respeto, por todo su esfuerzo, dedicación, amor y apoyo incondicional que me han demostrado en cada momento de mi vida, porque gracias a ellos mi vida esta llena de momentos felices y de una familia unida, fuerte y cariñosa. Espero algún día recompensarlos por todo lo que me han dado. A mis hermanos: Maribel, Karina, Delfino y Sergio con todo el cariño que les tengo, por todo su apoyo y comprensión, a Olga (q. e. p. d.), a quien sigo queriendo a pesar de la ausencia, por haber sido una gran hermana y una amiga incondicional. A mi Asesor de Tesis: Lic. Manuel Díaz Rojas de Silva, por su gran apoyo para concluir este trabajo, por su tiempo y disposición. A nuestra hermosa Universidad y Facultad: Por abrir las puertas a todo aquel que desea estudiar. A mis amigos, familiares y compañeros de trabajo, por todo lo bueno que he recibido de ellos. Sólo una palabra puede recompensar a todas las personas que han formado y forman parte de mi vida. GRACIASGRACIASGRACIASGRACIAS. ANÁLISIS JURÍDICO SOBRE LAS MEDIDAS QUE PUEDE DECRETAR EL JUEZ EN LOS JUICIOS DE CONTROVERSIA DEL ORDEN FAMILIAR ÍNDICE INTRODUCCIÓN Capitulo 1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS, REGULACIÓN SUSTANTIVA Y ADJETIVA DE LAS MEDIDAS TANTO PRECAUTORIAS COMO PROVISIONALES 1.1 Antecedentes sustantivos 6 1.1.1 Código Civil del Distrito y Territórios Federales de 1884 7 1.1.2 Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal de 1928 9 1.1.3 Código Civil para el Distrito Federal de 2000 10 1.2 Antecedentes procesales 13 1.2.1 Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 1928 13 1.2.2 Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 1996 15 1.2.3 Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 2000 16 CAPITULO 2 CONTROVERSIAS DEL ORDEN FAMILIAR 2.1 Naturaleza Jurídica de las Controversias del Orden Familiar 19 2.2 Facultades y Atribuciones del Juez Familiar. 20 2.2.1 Artículo 52 de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia 22 del Distrito Federal 2.3. Artículo 941 del Código de Procedimientos Civiles 25 2.3.1 Artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles 28 2.3.2 Excepciones a la regla general 30 2.4. Artículo 942 párrafo segundo 33 2.5 Tramitación de las Controversias del Orden Familiar 37 2.5.1 Requisitos para solicitar la intervención del Juez de lo Familiar en las Controversias del Orden Familiar 54 CAPITULO 3 PROVIDENCIAS PRECAUTORIAS y MEDIDAS PROVISIONALES 3.1 Concepto de Providencia Precautorias y Medidas Provisionales. 73 3.1.1 Diferencias o Semejanzas. 75 3.1.2 Solicitud de las Providencias Precautorias y Medidas Provisionales. 77 3.2 Tipos de medidas precautorias. 79 3.2.1 Artículo 235 del Código de Procedimientos Civiles. 80 3.2.2 Articulo 282 del Código Civil 81 3.3. Medidas que contempla el Artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles. 82 3.3.1 Providencias Precautorias aplicables, según el artículo 238. 84 3.3.2 Aplicación Supletoria del Artículo 282 del Código Civil, su procedencia. 93 3.4 Exceso de las Facultades del Juez de lo Familiar al decretar medidas. 100 3.4.1 violación al principio de inmediación procesal 102 3.4.2 Afectación a garantías individuales. 104 CAPITULO 4 CONSIDERACIONES FINALES QUE AYUDAN A LA MEJOR SOLUCIÓN DE LAS CONTROVERSIAS FAMILIARES. 4.1 Propuesta de unificación de criterios entre las Providencias Precautorias y Medidas Provisionales 109. 4.2 Propuesta de especialización en la Carrera Judicial Familiar para mejor proveer. 111 4.3 Mediación Familiar. 115 Conclusiones. 119 Bibliografía. INTRODUCCIÓN La familia es la base de la sociedad. Constituye el medio privilegiado para el crecimiento y desarrollo de sus miembros; por lo tanto, existe la obligación de mantenerla unida. Y en caso de no ser posible, por la carencia de relaciones armoniosas, se debe de tratar de separar a sus miembros, sin causarles mayores daños, pues la familia debe ser un espacio para que sus miembros se desarrollen a cabalidad como seres humanos. Conociendo que dentro de las relaciones familiares se sufren constantes cambios, que en muchas ocasiones superan las disposiciones contempladas por la ley, es importante que las figuras jurídicas aplicables estén bien definidas, al igual que las medidas aplicables a las Controversias del Orden familiar, para que se les de una mayor utilidad y tengan eficacia al ser decretadas, con la finalidad de que los procedimientos sean ágiles y las medidas precautorias suficientes para proteger a la familia, sin que ello signifique desproteger a la otra parte. El presente trabajo de tesis tiene como finalidad demostrar cuáles son las medidas que se aplican en los conflictos del orden familiar, en qué momento se solicitan y cuál es la finalidad de éstas; y principalmente, en hacer notar que el Código de Procedimientos Civiles maneja en su Título Décimo Sexto Capítulo Único “De las Controversias de orden familiar”, la aplicación de las medidas precautorias en los casos que así lo ameriten, tomando en cuenta que el Juez de lo Familiar puede actuar de oficio, ó sí así lo solicite la parte interesada; sin embargo, el Capítulo mencionado no señala cuáles son las medidas precautorias aplicables, ni la forma y términos en que se solicitan. Dicha situación se observa con mayor claridad en el contenido del artículo 941 del Código de Procedimientos Civiles que señala: “Artículo 941. El Juez de lo Familiar estará facultado para intervenir de oficio en los asuntos que afecten a la familia, especialmente tratándose de menores, alimentos y de medidas precautorias que tiendan a preservar la familia y proteger a sus miembros… ” De lo anterior se advierte que el Juez de lo Familiar puede dictar las medidas precautorias que a su consideración cumplan con la finalidad de preservar a la familia y proteger a sus miembros, aún cuando dichas medidas no se encuentren reguladas dentro del capítulo denominado De las Controversias del Orden Familiar, del Código Adjetivo Civil, sino que dichas medidas se encuentran señaladas como providencias precautorias en el Capítulo VI del Título Quinto del Código citado, y las mismas únicamente son: el secuestro de bienes y el arraigo de persona, mediadas que aún cuando se pudieran solicitar en las controversias del orden familiar nocumplen, desde mi punto de vista, con la finalidad de preservar a la familia y proteger a sus integrantes, pues dichas providencias precautorias sólo se pueden dictar en tres casos, según lo dispuesto por el artículo 235 del Código de Procedimientos Civiles, mismo que menciona: Artículo 235. Las providencias precautorias podrán dictarse: I. Cuando hubiere temor de que se ausente u oculte la persona contra quien deba entablarse o se haya entablado una demanda; II. Cuando se tema que se oculten o dilaten los bienes en que debe ejercitarse una acción real; III. Cuando la acción sea personal, siempre que el deudor no tuviere otros bienes que aquéllos en que se ha de practicar la diligencia y se tema que los oculte o enajene. Asimismo, este trabajo pretende demostrar que las medidas que se aplican en las controversias familiares son las medidas provisionales establecidas en el Código Civil para el Distrito Federal; en especial, las señaladas en el artículo 282 del mismo ordenamiento legal en cita, aún cuando dicho artículo manifiesta que las medidas que contempla son aplicables a los casos de Divorcio Necesario, ya que establece: “Artículo 282. Desde que se presenta la demanda de divorcio, y sólo mientras dure el juicio, se dictarán las medidas provisionales pertinentes conforme a las disposiciones siguientes:…” El presente trabajo consta de cuatro capítulos: el primero se refiere a los antecedentes procesales. En él se estudia la regulación de las medidas provisionales y precautorias, tanto en el Código Civil del Distrito y Territorios Federales de 1884, Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal de 1928, y Código Civil para el Distrito Federal de 2000, así como el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 1928, Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 1996 y Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal de 2000. El segundo capítulo se refiere a las controversias del orden familiar, figura jurídica en la cual se aplican las medidas provisionales y precautorias, por lo que es importante conocer su naturaleza jurídica, la manera en que interviene el Juez de lo Familiar, sus facultades; y sobre todo, la tramitación del procedimiento que se sigue ante él, esto con la finalidad de entender el origen y los efectos de las medidas provisionales o precautorias que se llegan a dictar en las controversias del orden familiar. En el capítulo tercero, se analizan tanto las medidas provisionales como las providencias precautorias. En este capítulo se trata de identificar cuáles son las medidas que se aplican a los casos en que se ve involucrada a la familia, los puntos de identidad y las diferencias que guardan entre sí las medidas provisionales y providencias precautorias, así como la afectación que puede sufrir la parte en contra de la cual se interpone. Este capítulo tiene como finalidad entender el conflicto que se planteó al inicio de esta introducción, es decir, qué medidas deben ser aplicables a las controversias familiares por cumplir con la finalidad que se persigue en estos casos: la conservación de la familia y la protección a sus miembros. Por último, el capítulo cuarto trata de concluir con el análisis realizado en los tres capítulos anteriores. Primeramente se intenta hacer notar que, tanto las providencias precautorias como las medidas provisionales, tienen puntos de contacto, por lo que ambas figuras deberían englobarse en una sola, para efectos de aplicarlas satisfactoriamente en las controversias del orden familiar y de que cumplan con la finalidad perseguida en estos casos. Asimismo, en este capítulo se analiza la posibilidad de que los Jueces de lo Familiar se encuentren mayor preparados para tratar de resolver los problemas que ante ellos se plantea de manera justa y objetiva, pues en sus manos está la gran responsabilidad de mantener unida a la familia o bien de disolverla, buscando el mejor resultado para todos los integrantes, en especial para los menores habidos en el matrimonio, pues su actuar de oficio puede llegar a afectar el bienestar emocional o económico de algún miembro de la familia. En conclusión el presente trabajo pretende dar un panorama de cómo se llevan a cabo los procedimientos denominados “De las Controversias del Orden Familiar”, pues es de suma importancia atender al estado actual que se encuentra viviendo la familia, ya que las relaciones familiares sufren de constantes cambios, que en muchas ocasiones superan las disposiciones contempladas por la ley, así que es importante que las figuras jurídicas aplicables estén bien definidas, al igual que las medidas aplicables para que se les de una mayor utilidad y tengan eficacia al ser decretadas, con la finalidad de que los procedimientos sean ágiles y las medidas precautorias suficientes para proteger a la familia, sin que ello signifique desproteger a la otra parte. Igualmente, se trata de hacer notar que no existe un parámetro de hasta dónde puede llegar el Juzgador al ejercer las facultades otorgadas, pues en muchas ocasiones resultan ser medidas excesivas o bien que ocasionan perjuicios a las personas que han cumplido con lo más elemental y de acuerdo a sus posibilidades. CAPÍTULO 1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS, REGULACIÓN SUSTANTIVA Y ADJETIVA DE LAS MEDIDAS TANTO PRECAUTORIAS COMO PROVISIONALES 1.1 ANTECEDENTES SUSTANTIVOS A través de la Historia nos damos cuenta de los cambios que se han suscitado en materia legislativa; por lo tanto, es importante continuar con su estudio y análisis a efecto de que nos aporte los conocimientos necesarios para entender y comprender la legislación actual y continuar con el cambio progresivo en beneficio de la sociedad y especialmente de la familia. Es la familia la base de la sociedad; por ello, debe ser objeto de estudio y regulación para preservar su existencia y bienestar, ya que existen parejas que se unen en matrimonio sin tener una madurez psicológica, sin la suficiente conciencia del compromiso que adquieren, sin tener las bases fundamentales para poder integrar correctamente una familia; y lo peor de todo, que al momento de tomar la decisión, los cónyuges, de la inevitable separación, los hijos son los que sufren, pues en muchas ocasiones son utilizados para condicionar los derechos de uno de los padres. Con el estudio de los antecedentes sustantivos se busca conocer en qué medida nuestra legislación civil ha regulado las medidas precautorias y/o provisionales, para que con ello podamos comprender qué trato ha dado la ley a la preservación de la familia, de sus miembros, en especial de los menores, quienes no están preparados para enfrentar la separación de sus padres y quienes necesitan de mayor protección legal para no quedar indefensos ante esa situación. 1.1.1 CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO Y TERRITORIOS FEDERALES (1884) En el año de 1882, el Presidente Manuel González encargó a una comisión un proyecto de reformas al Código del año 1870, que introducía como novedad más importante la libertad testamentaria.1 Este proyecto fue más que eso, ya que en realidad se constituyó como un nuevo Código, que se promulgó el 21 de marzo del año 1884, y rigió en el Distrito Federal hasta el año de 1932. El Código en comento, no contempló propiamente las medidas precautorias o provisionales para el caso de que existiese una controversia del orden familiar, lo que en realidad contempló, desde mi punto de vista, fueron diversas prestaciones que se materializaban al momento de disolver una familia. En el Código Civil vigente en el año de 1884 se contemplaron, más que medidas precautorias o medidas provisionales para el caso de las controversias familiares, diversas prestaciones que inclusohoy en día continúan vigentes, como es el caso de los alimentos, que es una prestación que puede ser solicitada actualmente a través de una controversia familiar. En dicho Código, se establecieron los supuestos legales de cuándo, cómo y a quién se le pueden otorgar, así como quien tenía el derecho a recibirlos, supuestos que no cumplen con la función de medidas precautorias, pues no se otorgaron protecciones, sino se describieron conductas que hacían a una persona acreedor de un derecho o deudor de una obligación. Es en el tema de divorcio, contemplado también en este Código, donde se aplicaban mayores disposiciones para tratar de proteger a sus miembros. Es en este caso donde encontramos disposiciones que, a mi juicio, cumplen con esa finalidad precisamente de proteger a los miembros de una familia desde el momento de iniciar un juicio de divorcio; sin embargo, recordemos que la figura del divorcio no se tramita como una controversia del orden familiar. El artículo 244 del Código Civil del Distrito y Territorios Federales vigente en el año de 1884 señalaba lo siguiente: 1 PÉREZ DUARTE, Noroña Alicia E., Memoria Del IV Congreso De Historia Del Derecho Mexicano, Tomo II, UNAM. Pág. 887- 888. Artículo 244. Al admitirse la demanda de divorcio, o antes, si hubiere urgencia, se dictaran provisionalmente y sólo mientras dure el juicio, las disposiciones siguientes: I. Separar a los cónyuges en todo caso; II. Depositar en casa de persona decente a la mujer si se dice que ésta ha dado causa al divorcio y el marido pidiere el depósito. La casa que para esto se destine, será designada por el juez. Si la causa por la que se pide el divorcio no supone culpa en la mujer, ésta no se depositará sino a solicitud suya; III. Poner a los hijos al cuidado de uno de los cónyuges o de los dos, observándose lo dispuesto en los artículos. 245, 246 y 247; IV. Señalar y asegurar alimentos a la mujer y a los hijos que no queden en poder del padre; V. Dictar las medidas convenientes para que el marido, como administrador de los bienes del matrimonio, no cause perjuicios a la mujer; VI. Dictar en su caso las medidas precautorias que la ley establece respecto de las mujeres que queden en cinta. Primeramente, podemos destacar que esta disposición se aplicó específicamente al admitirse una demanda de divorcio, figura jurídica que es para disolver el vinculo matrimonial y en ese caso establecer la situación de los más indefensos integrantes de dicha familia al momento de presentarse la necesidad de separación entre los cónyuges por cualquiera de las causales que llegaren a invocar; en segundo término, se menciona que, en su caso, se dictarán las medidas precautorias que la ley establece respecto de las mujeres que queden en cinta, destacando que sólo serían aplicables a las mujeres que se encontraran en esa situación, sin puntualizar cuáles podrían ser estas medidas. 1.1.2 CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO Y TERRITORIOS FEDERALES EN MATERIA COMÚN, Y PARA TODA LA REPUBLICA EN MATERIA FEDERAL. (1928) El Código Civil para el Distrito Federal fue promulgado, sucesivamente, el 26 de mayo, el 14 de julio, 3 y 31 de agosto del año de 1928, con el título “Código Civil para el Distrito y Territorios Federales en Materia Común, y para toda la Republica en Materia Federal”2, por el Presidente Plutarco Elías Calles. Dicho código inició su vigencia el 1 de octubre del año 1932, cuatro años después de su publicación. Esto se debió a la oposición que algunos sectores de la sociedad mostraron por los notables cambios que introdujo en la regulación de la vida civil de las personas, como consecuencia de las nuevas condiciones económicas, sociales y políticas prevalecientes, lo que hizo que dicho código plasmara la idea de armonizar los intereses individuales con los sociales a partir de los principios solidarios de igualdad y libertad, enarbolados por la transformación social de la época3. El código civil en comento, a pesar de ser un gran logro por las condiciones políticas, sociales y económicas que imperaban en esa época, no introdujo mayores avances en materia familiar, ya que continuó con el lineamiento de su antecesor; no obstante ello, tuvo otros avances importantes, destacándose entre ellos: • Una innovación, del Código Civil del año de 1928, fue el reconocimiento del concubinato, y por lo tanto, de la concubina, reconocida como la “verdadera compañera de la vida que ha contribuido a la formación de los bienes”4, así como el derecho a heredar si había hecho vida marital con el autor de la herencia o había procreado hijos con él. • Otra innovación importante se dio en materia de albaceazgo, dictándose medidas tendientes a evitar que los albaceas no pudieran prolongar 2 Exposición de Motivos del Código Civil de 1928. 3 Código Civil para el Distrito Federal, Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, 2002 4 ídem. indefinidamente los juicios sucesorios, para lo cual se les exigió, como a todos los administradores de bienes ajenos, que caucionaran su manejo, sin que el cumplimiento de esta disposición fuera dispensable por parte del testador. 1.1.3 CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL (2000) En el año de 1996 se reforma el artículo 122 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que otorgó a la Asamblea Legislativa la facultad para legislar en materias civil y penal, reforma que entró en vigor a partir del 1 de enero del año de 1999 y que trajo como consecuencia la denominación de “CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL”. El 25 de mayo del año 2000 son publicadas diversas reformas, aprobadas por la Primera y Segunda Legislatura de la Asamblea del Distrito Federal, que reflejan el profundo interés por dignificar a las personas, en especial a las discapacitadas, proteger la igualdad de los géneros, la protección de los niños y al núcleo familiar5. De los principales criterios que trascendieron, en virtud de las reformas referidas en el párrafo anterior, en materia familiar se encuentran los que a continuación se mencionan: • Se reconoce que los asuntos relativos a la familia no son de naturaleza privada, sino de orden público y de interés social, • Se busca garantizar la protección de los niños, escuchándolos en todos los asuntos en que sean parte, • Se considera que toda adopción deberá tener efectos plenos, 5 ídem • Puesto que la violencia familiar es un comportamiento socialmente indeseado y reprobable, se fortalecieron las facultades del Juez de lo Familiar para que éste tome las medidas pertinentes, con el fin de salvaguardar la integridad y seguridad de los miembros de los grupos familiares en los que tal conducta se presente, • Respecto del matrimonio, se estableció la mayoría de edad como requisito para contraerlo, y se consideraron indispensables algunos impedimentos, debido a que el fin del matrimonio es la vida en común de un hombre y una mujer, • Se hicieron de lado todas aquellas menciones que implicaban una diferenciación entre las obligaciones y derechos del hombre y la mujer, y ahora ambos cónyuges son administradores de los bienes de la sociedad conyugal, • De ser necesario un divorcio, y si el matrimonio se contrajo bajo el régimen de separación de bienes, el cónyuge que se dedicó preponderantemente al cuidado de los hijos y el hogar puede demandar una indemnización de hasta el 50% de los bienes que con su pareja hubieren adquirido durante su vida matrimonial, • Se incorporó la suplencia de la queja en aquellos juicios de divorcio en los que se invoque como causal la violencia familiar, la sevicia, las amenazas o las injurias graves, • Todolo referente al concubinato será regido por los derechos y obligaciones inherentes a la familia, • En materia de alimentos se incorporó la obligación de proveerlos a los adultos mayores, • Se agregó que quien tuviera el deber de proporcionar informes sobre los ingresos de una persona obligada a dar alimentos, y no lo hiciere o falseare la información, se convierte en deudor solidario de los daños y perjuicios que se originen, y • En lo relativo al patrimonio familiar, éste fue extendido sustancialmente con respecto a la cuantía y bienes que lo conforman. Efectivamente, las reformas que sufrió el Código Civil para el Distrito Federal, el 25 de mayo del año 2000, van enfocadas a la protección de la familia; sin embargo, las medidas provisionales que se contemplan en este Ordenamiento Legal, específicamente en el artículo 282, resultan aplicables a la disolución de la misma, es decir, al divorcio. A pesar de los años transcurridos desde la publicación del Código Civil, vigente en el año de 1884 y hasta el Código Civil para el Distrito Federal, actual, continúan vigentes diversas medidas que se contemplaban en los Códigos anteriormente citados. Tal es el caso de la separación de los cónyuges: aquí ya se aseguran los alimentos para el cónyuge acreedor y los hijos, continúan vigentes las medidas precautorias para las mujeres embarazadas; sin embargo, de dichos Códigos no se puede apreciar que existan medidas precautorias específicamente aplicables a los casos de Controversias del Orden Familiar. 1.2 ANTECEDENTES PROCESALES Ahora bien, en cuanto a los antecedentes procesales, debemos de entenderlos como el conjunto de normas reguladoras del Procedimiento, que se inicia con la intención de obtener la solución de una controversia, a través de un fallo judicial o sentencia; en tanto que el derecho sustantivo, será el que nos otorgue el derecho de acción, ya sea para que se declare o constituya un derecho o imponga una condena, es decir, el derecho sustantivo es el que describe los derechos y obligaciones de los gobernados, y el medio para materializar la obtención de un derecho o la imposición de una obligación es precisamente a través de un procedimiento judicial, el cual se encuentra regulado por la ley procesal, en este caso que tratamos el tema de las Controversias del Orden Familiar, el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el cual ha sufrido diversas reformas como veremos a continuación. 1.2.1 CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL DE 1928. La elaboración del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, fue encargada a una comisión integrada por Don José Castillo Larrañaga, Don Rafael Gaul Vidal y Don Gabriel García Rojas, siendo promulgado por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de marzo del año de 1928 y que entró en vigor a partir del primero de octubre del año de 1932, según el decreto publicado en el mismo diario el día primero de septiembre del mismo año de 1932, que abroga al publicado el 15 de mayo del año de 1884. Su contenido denota una marcada influencia de los códigos anteriores, así como del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Puebla de 1880, llamado también “Código Béiztegui” y naturalmente por la Ley de Enjuiciamiento Civil Española de 1855. Cabe señalar que el código en comento, no contenía ningún título o capítulo dedicado especialmente al proceso familiar y no fue sino hasta la reforma del 26 de febrero del año de 1973, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de marzo del mismo año, 19736, que se adicionó al Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el Título Decimosexto, sin epígrafe, el cual contiene un capítulo único, denominado "De las Controversias del Orden Familiar"; sin embargo, este nuevo título, a pesar de su nombre, no introdujo una regulación sistemática y completa del proceso familiar, como debió haber ocurrido, una vez creados los Juzgados de lo Familiar, con la 6 OBREGÓN HEREIDA, Jorge, Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, Octava Edición, Porrúa, México. 1990. reforma del 24 de febrero del año de 1971 a la entonces conocida como, Ley Orgánica de los Tribunales de Justicia del Fuero Común del Distrito Federal7. Dicho título concentró las reglas especiales que se aplicarían para dictar una resolución a un procedimiento familiar y que resultan ser las siguientes: 1) Se consideran de orden público todos los "problemas inherentes a la familia", 2) Se faculta a los Jueces de lo Familiar para "intervenir de oficio en los asuntos que afecten a la familia, especialmente tratándose de menores y de alimentos, decretando las medidas que tiendan a preservarla y a proteger a sus miembros", y 3) Se establece la obligación del asesoramiento de un defensor de oficio a la parte que no esté asesorada por licenciado en derecho, cuando la otra sí lo esté. 1.2.2 CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL (1996) El Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal vigente desde el año de 1932, ha sufrido diversas reformas, encaminadas a adecuarse a la realidad social que vive nuestro país. El 24 de mayo del año 1996 se publican en el Diario Oficial de la Federación. las reformas adiciones y derogaciones que sufre el articulado del ordenamiento legal en cita, entre las que destacan las reformas al Título Quinto, Capítulo III, De la Separación de Personas como Acto Prejudicial, (los cónyuges harán valer su inconformidad vía incidental); sin embargo, desde mi punto de vista, las reformas que sufre nuestro código adjetivo civil publicadas el 30 de diciembre del año 1997, en el Diario Oficial de la Federación, son de suma importancia, en virtud de que reflejan ciertos 7 Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, Segunda Edición. Castillo Ruiz Editores, S.A. de CV., 1987. avances en la materia que nos ocupa, es decir, en las Controversia del Orden Familiar y en las medidas que se adoptan para prevenir la violencia familiar en todas sus formas, ya que representa un grave problema contra la propia estructura de la célula básica de la sociedad, siendo éstas las plasmadas en los artículos 208, 216, 941, primer párrafo, 942 y 945, y que a continuación se detallan: • Para la separación de las personas como acto prejudicial, se establece la obligación que tiene el Juez, antes de dictar su resolución, en los casos de violencia familiar, de tomar en cuenta los dictámenes, informes y opiniones que hubieren realizado las instituciones públicas o privadas dedicadas a atender asuntos de esta índole, tal como lo establece el artículo 208 del Código de Procedimientos Civiles, • Se incorpora la posibilidad de ejercer los derechos contenidos en el Capítulo III, Título Quinto, por parte de la concubina o el concubinario, siempre y cuando tengan un domicilio común con las características de la casa conyugal, situación que se contempla en el artículo 216 del Código de Procedimientos Civiles, • Se concede la facultad al Juez para intervenir de oficio en las cuestiones relacionadas con la violencia familiar, decretando las medidas precautorias que tiendan a preservar a la familia y proteger a sus miembros; facultad que se encuentra comprendida en el artículo 941 del Código de Procedimientos Civiles, • Se exhortará a los involucrados, tratándose de violencia familiar, a una audiencia privada a fin de hacerla cesar, y en caso contrario determinar las medidas procedentes para la protección de los menores y de la parte agredida, tal y como lo establece el artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles, y • El Juez se cerciorará dela veracidad de los hechos y los valuará personalmente o con auxilio de especialistas o instituciones especializadas en la materia, tal y como lo establece el artículo 945 del Código de Procedimientos Civiles. 1.2.3 CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL (2000). En el año 2000 nuestro código adjetivo civil fue nuevamente modificado, en el rubro que nos ocupa, por Decreto publicado en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 25 de mayo del año 2000, con el fin de adecuarlo a las reformas que en la misma fecha se hicieron al código sustantivo, también en materia de violencia familiar; así las cosas, y con el propósito de salvaguardar los derechos de familia, de la mujer y del menor, se estableció la reducción de los términos procesales en aquellos procedimientos que impliquen alguna controversia familiar, para que éstos causen el menor daño posible a las partes, según lo establece el artículo 272-A, del Código de Procedimientos Civiles. Otra serie de reformas que sufrió nuestro ordenamiento legal en comento, publicadas en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el primero de junio del año 2000, y que coadyuvan a la mejor solución de los conflictos, no sólo los relacionados con la familia, que se ventilan ante los juzgados competentes, se refieren a: • La obligación del juzgador de expedir, a costa del solicitante y gratuitamente si la solicitud es a través de defensor de oficio, sin demora alguna, copia simple o fotostática de los documentos o resoluciones que obren en autos, bastando para ello simple solicitud verbal, como lo establece el artículo 71 del Código de Procedimientos Civiles. • Se obliga a los notificadores a practicar diligencias dentro de los tres días siguientes a la recepción del expediente, castigando con la destitución a los infractores que reincidan por más de tres ocasiones, como lo establece el artículo 110 del Código de Procedimientos Civiles. • Se incorporan un conjunto de medidas en cuanto al pago por los servicios de peritos, ya que las partes no están obligadas al pago de honorarios de los peritos, cuando la parte que promueve lo haga a través de la Defensoría de Oficio, situación que contempla el artículo 347, fracción VII, del Código de Procedimientos Civiles. • Concretamente, en los casos de controversias del orden familiar, se señala que en casos urgentes podrá acudirse ante el Juez de lo Familiar por escrito o por comparecencia, exponiendo de manera breve y concisa los hechos de que se trate, y las copias de ésta comparecencia se tomarán como prueba, y además; • Se establece la posibilidad de contar con un defensor de oficio para que, en su caso, asesore o patrocine al interesado. A pesar de los ordenamientos a que se ha hecho referencia, no he encontrado específicamente cuáles son las medidas precautorias, que el propio ordenamiento sustantivo y adjetivo señalan que podrá dictar el Juzgador, al momento de avocarse al conocimiento de una Controversia del Orden Familiar, por lo que a lo largo de este trabajo se tratará de encontrar y diferenciar las providencias o medidas que tiene el juez de lo familiar a su alcance para tratar de evitar mayores daños a los integrantes de una familia, durante el procedimiento y una vez resuelto el mismo. CAPÍTULO 2 CONTROVERSIAS DEL ORDEN FAMILIAR El Derecho de Familia es el conjunto de reglas jurídicas, cuyo objetivo, que es exclusivo, principal, accesorio e indirecto a la vez, es normar la organización, vida y disolución de la familia1. Dentro de las relaciones familiares surgen un sin fin de situaciones que pueden llegar a afectar su composición, por lo que aquellos conflictos familiares que alcancen o puedan alcanzar la calidad de litigios son considerados social y políticamente como de orden público, por instituirse en que el núcleo familiar es la base de la sociedad. De ahí que se trate de regular las controversias que se suscitan entre los miembros de una familia, lo que resulta, a mi juicio, una tarea difícil por el hecho de que una familia está compuesta por varios miembros, cada uno con un pensamiento y sentimiento único que hacen impredecibles las situaciones y sobre todo los problemas que lleguen a existir entre ellos; por ende, su regulación se plasma de manera muy general. 2.1 NATURALEZA JURÍDICA DE LAS CONTROVERSIAS DEL ORDEN FAMILIAR. Las Controversias del Orden Familiar, por su naturaleza jurídica, se pueden definir como un juicio especial, por lo que resulta importante conocer que la palabra “especial” deriva de la voz latina specialis y significa particularidad, singularidad, caso particular y por lo tanto se opone a lo que es general común ordinario. A su vez, la palabra juicio alude en su significación forense procesal al conocimiento de una causa, en la cual el juez ha de pronunciar sentencia. Con lo que se puede concluir que los juicios especiales son aquellos procesos en los que hay ciertos rasgos singulares que apartan su tramitación de la forma 1 Mar Nereo, Guía del Procedimiento Civil para el Distrito Federal. Segunda Edición. Editorial Porrúa. México 1993, Pág. 605. ordinaria, usual o general de llevarlos a cabo2. Sin embargo, del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal se advierte que las controversias del orden familiar no entran dentro de la clasificación de juicios especiales, en los que se enuncian: el juicio ejecutivo, el juicio rescisorio, el juicio hipotecario y el juicio especial de desahucio. Por lo que hace a las controversias del orden familiar, éstas se contemplan en un capítulo único e independiente, compuesto por tan solo 16 artículos; aún cuando presenta reglas especiales para su tramitación, no requieren de formalidades especiales para acudir ante el Juez de lo Familiar. 2.2 FACULTADES Y ATRIBUCIONES DEL JUEZ FAMILIAR En virtud de que los órganos jurisdiccionales ejercitan, en nombre del Estado, la función jurisdiccional, se les han otorgado las facultades necesarias para cumplir con dicha función, pues no resulta lógico pensar que exista la función y se carezca de facultades para cumplirla. Las facultades del Juez, son correlativas a deberes que tienen frente a las partes y frente al ordenamiento jurídico del que aquellas emanan, es decir, las atribuciones del Juez de lo Familiar se encuentran plasmadas en la ley, de donde se desprenden los supuestos en los que podrá intervenir como autoridad otorgándole diversas facultades que utilizará para llegar a la solución de las controversias planteadas ante él. Dichas facultades tienen como finalidad dotar de elementos al juzgador para estar en aptitud de mejor proveer, atendiendo a los principios de igualdad y seguridad jurídica que deben prevalecer en las controversias del orden familiar. Con las reformas del año de 1973 al Código de Procedimientos Civiles, se hace notar el empeño del legislador de atribuir a los Jueces de lo Familiar facultades excepcionales para intervenir en el conocimiento y resolución de las 2 ARELLANO GARCÍA, Carlos. Procedimientos Civiles Especiales, Segunda Edición. Editorial Porrúa. México 1997. Pág. 1. controversias en materia familiar3. En este sentido, podemos mencionar que desde el punto de vista puramente procesal se introduce el principio inquisitorio en materia de pruebas, subsistiendo el dispositivo para el planteamiento del problema y las impugnaciones. En tanto, desde el punto de vista substancial, se trata de dar a los jueces atribuciones para intervenir en asuntos familiares, no sólo en la solución de los problemas sino en la posibilidad de tomar medidas que tiendan a preservar la familia y a sus miembros. Cabe mencionar que en el principio dispositivocorresponde a las partes el impulso para que avance el proceso, y se puede señalar como ejemplo lo siguiente: • La parte actora decide si ejercita o no el derecho de acción • Le corresponde al demandado decidir si hace valer o no reconvención, no será obligado por el juzgador a interponer reconvención. En cuanto al principio inquisitivo, la actuación del juzgador es predominantemente oficiosa. No espera la instancia de la parte. De propia iniciativa da comienzo al procedimiento y el impulso del proceso está sujeto a su actividad y no a la actuación de las partes. Al respecto, se puede mencionar como ejemplo, en los juicios sucesorios, el artículo 769 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que a la letra dice: “Artículo.769. Luego que el tribunal tenga conocimiento de la muerte de una persona, dictará con audiencia del Ministerio Público, mientras no se presenten los interesados y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 205 del Código Civil, las providencias necesarias para asegurar los bienes, y si el difunto no era conocido o estaba de transeúnte en el lugar o si hay menores interesados o peligro de que se oculten o dilapiden los bienes” 3 BECERRA BAUTISTA, José. El Proceso Civil en México. Décima Sexta Edición. Editorial Porrúa. México 1996. Pág. 549. En el plano familiar, el Juez también cuenta con la facultad legal para cerciorarse personalmente de la veracidad de los hechos o con el auxilio de trabajadoras sociales, cuyo testimonio se califica como de calidad. 2.2.1 ARTÍCULO 52 DE LA LEY ORGÁNICA DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DEL DISTRITO FEDERAL. Los Juzgados de lo Familiar fueron creados en el año de 1971, con la reforma a la Ley Orgánica de los Tribunales de Justicia del Fuero Común, como juzgadores especializados en las controversias familiares y del estado civil, aunque también se les atribuyó competencia para conocer de los juicios sucesorios, de carácter básicamente patrimonial La competencia de los órganos jurisdiccionales especializados en la materia familiar en el texto vigente de la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal se encuentra establecida, específicamente, en el artículo 52 de dicha ley, que a la letra señala: “Artículo 52. Los jueces de lo familiar conocerán: I.De los procedimientos de jurisdicción voluntaria, relacionados con el derecho familiar; II.De los juicios contenciosos relativos al matrimonio a su ilicitud o nulidad; de divorcio; que se refieren al régimen de bienes en el matrimonio; que tengan por objeto modificaciones o rectificaciones de las actas del Registro Civil; que afecten al parentesco, a los alimentos, a la paternidad, y a la filiación; que tengan por objeto cuestiones derivadas de la patria potestad, estado de interdicción y tutela y las cuestiones de ausencia y de presunción de muerte, y que se refieran a cualquier cuestión relacionada con el patrimonio de la familia, con su constitución, disminución, extinción o afectación en cualquier forma; III.De los juicios sucesorios; IV.De los asuntos judiciales concernientes a otras acciones relativas al estado civil, a la capacidad de las personas y a las derivadas del parentesco; V.De las diligencias de consignación en todo lo relativo a la materia familiar; VI.De la diligenciación de los exhortos, suplicatorias, requisitorias y despachos relacionados con el orden familiar; VII.De las cuestiones relativas a los asuntos que afecten en sus derechos de persona a los menores e incapacitados, y VIII.En general, todas las cuestiones familiares que reclamen la intervención del judicial…” Ya con la creación de los juzgados familiares se marcó una división o separación de competencias, pues de la que había sido siempre genéricamente civil nace ahora la especial de lo familiar, quedando establecidas y perfectamente definidas, con campos diferentes, dos ramas jurisdiccionales, aunque la potestad estatal de decidir o declarar el derecho siga siendo una. Pese a que conservan puntos de contacto, bien puede afirmarse que dentro del llamado fuero común, por oposición entre nosotros al fuero federal y al castrense, lo familiar es ya una vertiente procedimental aparte y con pujanza renovada más que otra ninguna, como la penal o la del trabajo4. 4 DOMÍNGUEZ DEL RÍO, ALFREDO, Compendio Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil, Editorial Porrúa, México 1977. Pág. 388. Es claro que la materia familiar está creciendo, rebasando al propio ordenamiento legal, ya que las situaciones que en realidad están aconteciendo dentro de la sociedad y en especial dentro del núcleo familiar no se encuentran plasmadas dentro de la legislación aplicable, pues como lo refiere el Doctor en Derecho Don Julián Guitron Fuentevilla, “las instituciones comprendidas en el Derecho Familiar son tan ambiguas y complejas que necesitan sus propias reglas y proyecciones, sin salirse del Derecho Familiar”5. En consecuencia, es necesario enfocarse al estudio y la investigación de todo lo referente a la familia con el objeto de protegerla y cuidar sus intereses, cuidando, además, que la intervención que tiene el Estado dentro del seno familiar sea a través de una reglamentación adecuada a la familia, promulgando leyes ajustadas y funcionales a la realidad, con tribunales especializados en la materia y proponiendo sanciones efectivas y aplicables al momento de violarse los derechos familiares. De esta manera se garantizaría la estabilidad de la familia. Siendo importante también que cada persona al momento de decidir formar una familia esté consiente de la responsabilidad que eso implica. 2.3 ARTÍCULO 941 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES Pasemos ahora al estudio del artículo 941 del Código de Procedimientos Civiles, en el cual se plasman tres puntos importantes en el camino que siguen las controversias del orden familiar antes de que se dicte una resolución sobre éstas. Dicho artículo, a la letra señala: “Artículo 941. El juez de lo familiar estará facultado para intervenir de oficio en los asuntos que afecten a la familia, especialmente tratándose de menores, de alimentos y de cuestiones relacionadas con violencia familiar, decretando las 5 GUITRON FUENTEVILLA, JULIÁN, Derecho Familiar, Editorial UNACH, Segunda Edición, México 1988. Pág.230. medidas precautorias que tiendan a preservar la familia y proteger a sus miembros. En todos los asuntos del orden familiar los jueces y tribunales están obligados a suplir la deficiencia de las partes en sus planteamientos de derecho. En los mismos asuntos, con la salvedad de las prohibiciones legales relativas a alimentos, el juez deberá exhortar a los interesados a lograr un avenimiento, resolviendo sus diferencias mediante convenio, con el que pueda evitarse la controversia o darse por terminado el procedimiento….” Efectivamente, de la lectura del precepto legal invocado se desprenden tres puntos esenciales en el devenir de los conflictos familiares y que se pueden resumir, en mi concepto, de la siguiente manera: • La facultad que tiene el juzgador para actuar de oficio en protección de la familia, en especial en asuntos que afecten a menores o se refieran a alimentos; • La obligación que el juez tiene de suplir la deficiencia de las partes en los planteamientos de derecho, y • La búsqueda de soluciones avenidas entre las partes. Asimismo, el artículo invocado revela una clara intención del legislador de otorgar al juzgador facultades discrecionales que le permitan penetrarse mejor a los conflictos en los que se solicite su intervención, con la finalidad de queesté en aptitud de dictar sentencias más cercanas a la justicia; sin embargo, el artículo en cita no precisa cuáles son estas facultades discrecionales, con lo que se denota un absoluto desconocimiento a los principios básicos rectores que hacen la clara distinción del procedimiento civil del penal, ya que en el primero se puede advertir que tanto el impulso como la actividad procesal, están regidos por el llamado sistema dispositivo, que se refiere a que el juez sólo puede intervenir a petición de parte interesada, en tanto que el procedimiento penal es regido por el principio de absolutas facultades inquisitivas. La expresión “de oficio” debe ser debidamente interpretada, porque no obstante tratarse de asuntos familiares, es necesaria la intervención de parte legítima, ya que todo juez civil sólo puede actuar a petición de parte. El criterio de parte quizá pueda ampliarse, pero de ninguna manera puede suprimirse la intervención de un interesado para promover la actividad jurisdiccional. En el párrafo tercero del artículo citado, queda el Juez facultado para exhortar a los interesados a un avenimiento resolviendo las diferencias mediante convenio, con el cual pueda evitarse la controversia o darse por terminado el procedimiento. La única salvedad es la relativa a prohibiciones en materia de alimentos. No se señalan medios para lograr ese avenimiento, por lo que sólo hay dos posibilidades: la primera, que el juzgador reúna a los interesados y los deja a ellos que entablen conversaciones y se realicen mutuamente proposiciones; y la segunda, que el juzgador, después de informarse de los detalles de la controversia, haga sugerencias a las partes, mismas que pueden ser rechazadas o aceptadas por éstas. Esta actividad conciliatoria del juez es otra novedad, ya que no se había establecido antes de las reformas del 30 de diciembre de 1997. Efectivamente, es importante que se otorgue a las partes la posibilidad de entablar pláticas conciliatorias con la finalidad de resolver o concluir su problema, pues son éstos quienes verdaderamente tienen conocimiento de los problemas que tienen dentro del seno familiar, quienes resultan ser los únicos afectados y por ende los únicos que deberían solucionar dichos problemas; en consecuencia, son precisamente las partes quienes deberían impulsar el procedimiento que pretenden, pero no de manera unilateral, sino ambos deberían presentar ante el juzgador sus problemas e incluso las posibles soluciones que están contemplando para que éste en base a estudio y experiencia pueda dictar una solución apegada no sólo a la realidad sino a la legalidad. En este tipo de conflictos una de las partes es la que comparece ante la presencia judicial y por lo tanto su dicho parece ser el único y más real, así que el Juez tiene la difícil tarea de continuar con el procedimiento, ya que sus facultades así se lo permiten, lo que pone en desventaja a la contraparte pues ésta comparece después de ser emplazado a juicio a refutar un dicho que quizá ya creó convicción en el ánimo del juzgador a favor de la o el actor, lo que rompe con el principio de equidad que debe predominar en toda controversia. Cuando los conflictos de carácter familiar salen de control de alguno de los miembros de la familia, se hace necesaria la intervención del Estado, a través de los Jueces de lo Familiar, para buscar soluciones con la finalidad de preservar la familia, por lo que la actuación de un Juez de lo Familiar se debe encontrar perfectamente apegada a derecho, a la experiencia y a la lógica, ya que el hecho de que pueda actuar de oficio crea en él una gran responsabilidad, pues sus decisiones deben ser sumamente estudiadas y seguras de que contribuirán a la solución de los conflictos que se presenten ante él y no que los hagan más graves, por lo que las partes deben de participar de manera consiente y con la finalidad de llegar a la mejor solución y no sólo pretender perjudicar a la otra parte como normalmente al iniciar un juicio lo pretenden. Al mismo tiempo, considero que es importante que las resoluciones que llegue a dictar el Juez de lo Familiar sean contundentes, que lleguen a una verdadera solución del conflicto, y sobre todo, que sean cumplidas por las partes, lo que también hace necesario observar cómo contribuyen las medidas de apremio al cumplimiento a las resoluciones dictadas por el juzgador. 2.3.1 ARTÍCULO 942 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES El artículo a que nos referimos en este apartado, establece un punto importante en la tramitación de las controversias familiares y que se refiere a la posibilidad de acudir a los tribunales sin necesidad de cubrir formalidades especiales en los casos que el propio artículo establece, como a continuación se demuestra con la transcripción de dicho artículo: “Artículo 942. No se requieren formalidades especiales para acudir ante el juez de lo familiar cundo se solicite la declaración, preservación, restitución o constitución de un derecho o se alegue la violación del mismo o el desconocimiento de una obligación, tratándose de alimentos, de calificación de impedimentos de matrimonio o de las diferencias que surjan entre marido y mujer sobre administración de bienes comunes, educación de hijos, oposición de padres y tutores y en general de todas las cuestiones familiares similares que reclamen la intervención judicial. Esta disposición no es aplicable a los casos de divorcio o de pérdida de la patria potestad. Tratándose de violencia familiar prevista en el artículo 323 ter del Código Civil para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia federal, el juez exhortará a los involucrados en audiencia privada, a fin de que convengan los actos para hacerla cesar y, en caso de que no lo hicieran, en la misma audiencia el juez del conocimiento determinará las medidas procedentes para la protección de los menores y de la parte agredida. Al efecto, verificará el contenido de los informes que al respecto hayan sido elaborados por las instituciones públicas o privadas que hubieran intervenido y escuchará al Ministerio Público….” Como se puede observar el artículo citado, nos señala los asuntos en que se puede solicitar la intervención de los jueces familiares, sin que dicha intervención requiera de formalidades especiales y que se refieren a: • La declaración, preservación, restitución o constitución de un derecho, • Cuando se alegue la violación del mismo o el desconocimiento de una obligación, tratándose de alimentos, • Calificación de impedimentos de matrimonio, • Diferencias que surjan entre marido y mujer sobre administración de bienes comunes, educación de hijos, oposición de padres y tutores, y • En general de todas las cuestiones familiares similares que reclamen la intervención judicial. En este precepto se han incluido aquellos problemas que antes se tramitaban en procedimiento sumarísimo, tales como los alimentos debidos por ley, aquellos que se deben por contrato o testamento siempre que la controversia se refiera exclusivamente a la cantidad, así como el derecho a solicitar alimentos de manera provisional sólo si la controversia se refería a la cantidad de los mismos (artículo 943 del Código de Procedimientos Civiles), pues el capítulo relativo a la tramitación de juicios sumarios, fue derogado. Puede acudirse al juez por escrito o comparecencia en los casos urgentes a que se refiere el citado artículo, exponiendo de manera breve y concisa los hechos de que se trate, por lo que es acertado decir que por lo menos se requiere de la comparecencia o de un escrito a fin de que el juez y la contraparte tengan manera de conocer los hechos planteados y correr traslado a la parte demandada, con las copias de la comparecenciay los documentos, emplazándole para que conteste en el término de 9 días, dando con ello cumplimiento al artículo 14 Constitucional de las formalidades esenciales del procedimiento, así como el artículo 256 del Código de Procedimientos Civiles. Es claro que la facilidad de acudir al juzgador sin formalidades y las facultades de que éste está dotado, son dos elementos que deben facilitar la rápida toma de decisiones y la aplicación oportuna de medidas para detener el deterioro de las relaciones y proporcionar protección a las personas más necesitadas de ella, garantizando la legalidad de los actos de autoridad. 2.3.2 EXCEPCIONES A LA REGLA GENERAL En el presente apartado, es necesario mencionar que se adicionaron dos párrafos más al artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles, de acuerdo con las reformas de fecha 30 de diciembre del año de 1997. El segundo párrafo de dicho artículo señala los casos a los que no se les puede aplicar la regla otorgada por el párrafo primero y que se refiere a la falta de formalidades especiales en los casos de urgencia para acudir ante el juez de lo familiar. Dichos casos son el Divorcio o la pérdida de la patria potestad. “Artículo 942. … Esta disposición no es aplicable a los casos de divorcio o de pérdida de la patria potestad. Tratándose de violencia familiar prevista en el artículo 323 ter del Código Civil para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia federal, el juez exhortará a los involucrados en audiencia privada, a fin de que convengan los actos para hacerla cesar y, en caso de que no lo hicieran, en la misma audiencia el juez del conocimiento determinará las medidas procedentes para la protección de los menores y de la parte agredida. Al efecto, verificará el contenido de los informes que al respecto hayan sido elaborados por las instituciones públicas o privadas que hubieran intervenido y escuchará al Ministerio Público….” En cuanto al tercer párrafo del artículo en comento y que se refiere a la violencia que surge en el interior de una familia, se establece su propio procedimiento ya que al momento de acudir ante el juez, la parte que así lo estime necesario, el juzgador exhortará en una audiencia privada a las partes, a efecto de poner fin a la controversia planteada. Si en dicha audiencia las partes no convienen actos u acciones para hacer cesar la violencia entonces el juez debe determinar y en consecuencia decretar las medidas que tiendan a proteger a los menores y a la parte agredida. Como se desprende del tercer párrafo del artículo citado, el juez está facultado para decretar las medidas procedentes, aún cuando no se mencionen cuáles pueden ser; sin embargo, su finalidad debe ser la de proteger a los menores y a la parte que está siendo agredida, así que podemos mencionar que en estos casos se puede dictar la separación de los cónyuges, aún cuando esta se encuentre contemplada por el artículo 282 fracción I del Código Civil para el Distrito Federal, y que se decreta tratándose de juicios de divorcio, de ahí que nos damos cuenta que las controversias familiares requieren de mayor regulación y de determinar sus propias medidas. Cabe mencionar que en los casos de violencia familiar se puede prohibir al agresor acercarse a la víctima. Esta medida también la encontramos plasmada en una tesis aislada que puede servir de referencia para ejemplificar al juez un caso concreto, perteneciente a la Novena Época, titulada: “VIOLENCIA FAMILIAR. MEDIDA PROVISIONAL QUE PROHÍBE AL ACTIVO ACERCARSE A LA VÍCTIMA. PARA DECRETARSE NO SE REQUIEREN PRUEBAS. Del contenido del artículo 287 bis del Código Penal del Estado de Nuevo León, se desprende que comete el delito de violencia familiar quien: 1) Realice una acción que dañe la integridad física o psicológica de uno o varios miembros de su familia; y, 2) Que dicha conducta se cometa indistintamente por los sujetos que se refieren en el propio precepto, con independencia de que habiten o no en la casa de la persona agredida. Por su parte, el artículo 287 bis 3 dispone lo siguiente: "Artículo 287 bis 3. En los casos previstos en los artículos 287 bis y 287 bis 2, el Ministerio Público podrá solicitar al Juez que imponga al probable responsable, como medidas provisionales, la prohibición de ir a la casa del agredido o lugar determinado, de acercarse al agredido, caución de no ofender o las que considere para salvaguardar la integridad física o psicológica de la persona agredida.". Del precepto antes transcrito se infiere que el órgano social podrá solicitar al Juez que imponga como medida provisional, al presunto responsable, la prohibición de ir a la casa del agredido o lugar determinado, de acercarse al mismo, o caución de no ofender, para salvaguardar su integridad física o emocional. Ahora bien, de una interpretación armónica de los numerales invocados se desprende que la facultad del Juez para decretar la medida provisional a que alude, surge en el momento en que concurran las siguientes circunstancias: A) Que se esté ante la presencia del delito de violencia familiar; B) Que se haya determinado al indiciado la probable responsabilidad en la comisión de tal ilícito; y, C) Que lo solicite el Ministerio Público. En ese orden de ideas, se concluye que la medida provisional en cuestión no está condicionada a que se acredite que la presencia del probable responsable pueda dañar la integridad física o emocional del sujeto pasivo, pues debe entenderse que la intención del legislador fue con el fin primordial de proteger a la víctima desde el momento mismo de la agresión, atendiendo a la secuela originada por dicha agresión y al alcance que tal circunstancia puede reflejar en el núcleo familiar. De ahí que la medida provisional aludida se justifique por sí sola y, por tanto, no es materia de prueba el que se acredite la necesidad de la misma6”. 6 http://www.scjn.gob.mx/ius2005/ResultadoTesis.asp 2.4 ARTÍCULO 942 PÁRRAFO SEGUNDO Efectivamente, el artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles establece dos supuestos en los cuales no tendrá aplicabilidad el párrafo primero de dicho artículo, a saber, el Divorcio y la Perdida de la Patria Potestad, ya que este tipo de juicios, que a pesar de ser de índole familiar, se tramitan en vía ordinaria civil, en virtud de que dichos asuntos requieren de un mayor tiempo de reflexión, de la acreditación contundente de los hechos que se alegan y de los preceptos legales que se invocan, pues en ambos juicios se manejan diversas causales que deben ser acreditas para obtener una sentencia favorable a los intereses del promovente. Dicho artículo, en su párrafo segundo establece: “Artículo 942. … Esta disposición no es aplicable a los casos de divorcio o de pérdida de la patria potestad. …” En virtud de que el Divorcio es la disolución del vínculo matrimonial que une a dos personas y tomando en cuenta que en este caso se debe determinar la separación de dos personas casadas civilmente, en cuanto cohabitación, propiedades comunes y además fijar las obligaciones que tiene cada cónyuge con respecto al otro, y cada uno de ellos con respecto a los hijos, en cuanto a su manutención, se hace necesario que dicho juicio cumpla con las formalidades y etapas propias del juicio ordinario civil, a saber; exposición, pruebas, alegatos, sentencia y en su caso, ejecución. Por su parte, el juicio de Pérdida de la Patria Potestad tiene como finalidad privar de este derecho a uno de los cónyuges, o bien, a la persona que esté ejerciendo la patria potestad sobre un menor a falta de sus padres, lo que supone que deben existir causas graves y suficientes para solicitarla, por lo que es necesario que en estos casos tambiénexista un estudio riguroso de las causas en que se funde el solicitante de tal prestación y sobre todo que las acredite en juicio, para que no se le prive de un derecho a una de las partes por el solo hecho de solicitarlo el o la accionante, como en el caso de los alimentos que se llegan a decretar provisionalmente sin audiencia del deudor, de ahí que este tipo de asuntos se ventilen en un juicio ordinario civil. El artículo 443 del Código Civil para el Distrito Federal, señala los casos en que se acaba la patria potestad. A su vez, el artículo 444 del mismo código sustantivo civil enumera las causas por las cuales se pierde, en tanto que el artículo 447 del mismo ordenamiento legal en cita, señala los casos en que la patria potestad se suspende. Los artículos en comento señalan: “Artículo 443. La patria potestad se acaba: I. Con la muerte del que la ejerce, si no hay otra persona en quien recaiga; II. Con la emancipación derivada del matrimonio; III. Por la mayor edad del hijo; IV. Con la adopción del hijo, en cuyo caso la patria potestad la ejercerá el adoptante o los adoptantes. El presente artículo no describe conductas que puedan dar origen a una controversia. Desde mi punto de vista, enumera las causas naturales por las que se acaba o termina la patria potestad. “Artículo 444. La patria potestad se pierde por resolución judicial: I. Cuando el que la ejerza sea condenado expresamente a la pérdida de ese derecho; II. En los casos de divorcio, tendiendo en cuenta lo que dispone el artículo 283; III. En el caso de violencia familiar en contra del menor, siempre que ésta constituya una causa suficiente para su pérdida; IV. El incumplimiento reiterado de la obligación alimentaria inherente a la patria potestad; V. Por la exposición que el padre o la madre hicieren de sus hijos; VI. Por el abandono que el padre o la madre hicieren de los hijos por más de seis meses; VII. Cuando el que la ejerza hubiere cometido contra la persona o bienes de los hijos, un delito doloso, por el cual haya sido condenado por sentencia ejecutoriada; y VIII. Cuando el que la ejerza, sea condenado dos o más veces por delito grave. En cuanto a este artículo, considero que sí describe conductas que son invocadas en juicio para hacer que una de las partes pierda la patria potestad. En este caso se debe adecuar la conducta de uno de los cónyuges a una o varias de las fracciones que componen el artículo citado y acreditar con pruebas dicha situación. “Artículo 447. La patria potestad se suspende: I. Por incapacidad declarada judicialmente; II. Por la ausencia declarada en forma; III. Cuando el consumo del alcohol, el habito de juego, el uso no terapéutico de las substancias ilícitas a que hace referencia la Ley General de Salud y de las lícitas no destinadas a ese uso, que produzcan efectos psicotrópicos, amenacen causar algún prejuicio cualquiera que este sea al menor; y IV. Por sentencia condenatoria que imponga como pena esa suspensión. Por su parte, el artículo 447 del Código Civil para el Distrito Federal, señala las causas por las que la patria potestad se puede suspender. En estos casos, también es necesario acreditar en juicio la fracción o fracciones que se invoque de dicho artículo al momento en entablar la demanda inicial. 2.5 TRAMITACIÓN DE LAS CONTROVERSIAS DEL ORDEN FAMILIAR La tramitación de las controversias de orden familiar se rige, en la actualidad, por los artículos 940 a 956 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, adicionados por decreto de fecha 26 de febrero de año de 1973, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 14 de marzo del mismo año. Para dar inicio a la intervención de los Jueces Familiares, no se requieren formalidades especiales, según lo establece el artículo 942 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, cuando se solicite la declaración, preservación o constitución de un derecho o se alegue la violación del mismo o el desconocimiento de una obligación, tratándose de alimentos, de calificación de impedimentos de matrimonio o de las diferencias que surjan entre marido y mujer sobre administración de bienes comunes, educación de los hijos, oposición de maridos, padres y tutores y en general todas las cuestiones familiares similares que reclamen la intervención judicial. El hecho de que no se requieran formalidades para solicitar la intervención de los jueces de lo familiar, representa un gran avance en la solución de los conflictos de índole familiar, pues esta medida evita dilaciones en el procedimiento, facilita que las partes puedan demandar su intervención por sí solas, de manera verbal, ya que en los conflictos como violencia intrafamiliar y alimentos las partes pueden comparecer sin la necesidad de consultar un abogado, formular un escrito muy elaborado, invocar los preceptos jurídicos aplicables, pues el juez suple la deficiencia de las partes. El artículo 943 del Código de Procedimientos Civiles, continúa exponiendo la manera o forma en que el promovente puede acudir a solicitar la intervención del Juez de lo Familiar, mencionando que se podrá acudir ante el Juez de lo Familiar por escrito o por comparecencia personal en los casos urgentes, exponiendo de manera breve y concisa los hechos de que se trate. Con las copias respectivas de esa comparecencia y de los documentos que en su caso se presenten se correrá traslado a la parte demandada, la que deberá comparecer en la misma forma dentro del término de nueve días. En tales comparecencias las partes deberán ofrecer las pruebas respectivas y con las cuales pretenden demostrar la veracidad de los hechos narrados en sus escritos correspondientes, ya que no existe oportunidad posterior para el ofrecimiento de pruebas que requieran preparación, dado que en el procedimiento familiar se pretende que rija el principio de concentración y el de celeridad. Efectivamente, es requisito indispensable, en los procedimientos del orden familiar, ya sea mediante la comparecencia o de forma escrita, mencionar las pruebas y ofrecer aquellas con las cuales se pretenda acreditar los hechos narrados tanto en el escrito inicial de demanda como en el de contestación, lo que hace indispensable que las personas que acuden ante los juzgados familiares estén asesoradas a fin de que se les indique cuáles son las pruebas más idóneas que pueden ofrecer. Asimismo, debemos recordar que el juez en este tipo de asuntos está dotado de las más amplias facultades para actuar de oficio en su búsqueda por la verdad histórica de los hechos, así que el juzgador en deficiencia de alguna de las partes y para estar en aptitud de mejor proveer puede solicitar la preparación y desahogo de una determinada prueba que no haya sido ofrecida por ninguna de las partes o bien la ampliación de aquellas que así lo ameriten, lo que en ocasiones provoca la dilación del procedimiento, aún de manera involuntaria. Al ordenarse el traslado, el juez deberá señalar día y hora para la celebración de la audiencia respectiva. Tratándose de alimentos, ya sean provisionales o los que se deban por contrato, por testamento o por disposición de la ley, el juez fijará a petición del acreedor, sin audiencia del deudor y mediante la información que estime necesaria, una pensión alimenticia provisional, mientras se resuelve el juicio, tal y como lo establece el artículo 943 del código de procedimientos civiles. La pensión alimenticia se puede decretar con base en la información que le haya sido proporcionada al juzgador por la parte actora, es decir, el accionante está obligado, en su beneficio, a proporcionar al juez los elementos necesarios para decretar una pensión a su favor, debe mencionar donde trabaja el deudor, cuánto gana; y aúncuando no se tenga la certeza de que dicha información es correcta, se debe decretar una pensión provisional, pues existe la presunción legal de que quien los solicita los necesita y ya durante el procedimiento el acreedor acreditará a cuánto ascienden sus necesidades económicas y el deudor el monto de sus ingresos reales. La siguiente jurisprudencia de la Novena Época, emitida por los Tribunales Colegiados de Circuito en abril del año 2005, nos da muestra nuevamente de la importancia que tienen los alimentos como medida provisional que se determina sin audiencia del deudor, únicamente con base en la información con que se cuenta hasta el momento de la presentación de la demanda y afirma que dicha medida es de carácter transitorio o temporal, pues rige y subsiste exclusivamente hasta el momento en que se dicte la sentencia que resuelva la controversia planteada. Asimismo, menciona que la medida provisional sobre alimentos puede ser objeto de incremento o disminución, en su caso, del monto fijado, pero no puede ocasionar la cancelación total de la pensión alimenticia provisional, previo al pronunciamiento de la sentencia definitiva, pues dicha situación dejaría sin materia el juicio de alimentos. Para mayor claridad dicha jurisprudencia se transcribe: “PENSIÓN PROVISIONAL DE ALIMENTOS. NO ES DABLE CANCELARLA EN LA INTERLOCUTORIA QUE DECIDE LA RECLAMACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). Los alimentos provisionales que se fijan en los juicios respectivos, constituyen una prioridad de orden público, de naturaleza urgente e inaplazable, porque tienden a asegurar la subsistencia de quienes los demandan, mientras se resuelve en definitiva. La pensión que se decreta en esos juicios se da en dos etapas procedimentales distintas: una provisional y la otra definitiva; la primera se determina sin audiencia del deudor, únicamente con base en la información con que se cuenta hasta el momento de la presentación de la demanda; y, la segunda, se da al dictarse la sentencia, con apoyo en los elementos de convicción que aporten las partes en el juicio. Lo anterior significa que la medida provisional sobre alimentos es de carácter transitorio o temporal, pues rige y subsiste exclusivamente hasta el momento en que se dicte la sentencia que resuelva la controversia planteada. Luego, el medio de impugnación denominado reclamación que establece el tercer párrafo del artículo 210 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Veracruz el que, por cierto, ni siquiera está catalogado como recurso, permite obtener el incremento o la disminución, en su caso, del monto fijado, pudiendo reducirse, inclusive, al mínimo permitido, según el arbitrio prudente del Juez, pero no puede ocasionar la cancelación total de la pensión alimenticia provisional, porque la revocación de esa medida, previo al pronunciamiento de la sentencia definitiva, produce dejar sin materia el juicio de alimentos, pues ningún objeto tendría ya que el Juez se pronunciara respecto del fondo del asunto, si la cuestión sustancial, esto es, el derecho a recibir alimentos, ya fue previamente resuelta, pero sobre todo, porque el demandante puede ofrecer pruebas que desvirtúen las razones en que se funda su contraparte para solicitar la cancelación y debido a la celeridad con que se tramita la reclamación, difícilmente pueden recibirse y desahogarse en la misma todas las pruebas que se pudieran allegar para desvirtuar la pretensión de que se cancele la pensión provisional, y lo ahí decidido ya no será objeto de estudio en la sentencia definitiva, por lo que el daño que produzca esa determinación será irreparable”7. 7 http://www.scjn.gob.mx/ius2005/ResultadoTesis.asp El hecho de que el juez de lo familiar fije el día y hora para que tenga verificativo la audiencia, al momento de ordenarse el traslado, tiene como finalidad la prontitud del procedimiento que se ventila ante él, ya que al momento de que el demandado sea emplazado tendrá conocimiento de que deberá acudir en forma personal a la audiencia de pruebas y alegatos, situación que evidentemente reduce tiempos, pues si al emplazar al demandado no se ha fijado fecha para la audiencia correspondiente, entonces el demandado sólo dará contestación a la demanda, la cual debe ser acordada por el juzgador dictando el auto respectivo pudiendo en el mismo fijar el día y hora para la audiencia y para el caso de que se haya admitido la prueba confesional a su cargo se le debe notificar de manera personal, por lo que la actora tendría la carga de notificar al demandado dentro del término legal para que comparezca a dicha audiencia, situación que evidentemente retrasa el juicio que es de urgencia se resuelva. Es claro que la medida tomada por el juzgador consistente en fijar una pensión alimenticia, aún cuando sea de manera provisional, sin audiencia del deudor, transgrede en su perjuicio el principio de ser oído y vencido en juicio, consagrado por nuestra constitución política, pues aún no se le ha dado la oportunidad de rebatir los hechos narrados por su contraria ni mucho menos ofrecer las pruebas con que pretenda acreditar sus afirmaciones, ni se toma en cuenta si el demandado tiene alguna excepción a su favor; sin embargo, esta medida se toma en atención a que los alimentos son de orden público e interés social y con fundamento en la presunción jurídica que tienen a su favor los acreedores alimentarios de necesitar el apoyo de sus deudores para atender sus necesidades básicas. En la audiencia las partes aportarán las pruebas que así procedan, que hayan ofrecido y sean admitidas por el Juez, sin más limitaciones que no sean contrarias a la moral o estén prohibidas por la ley, según el artículo 944 del código adjetivo civil. Como ya lo señalamos anteriormente, las pruebas deben ser ofrecidas desde el escrito inicial de demanda o en la comparecencia, para que el auto admisorio que recaiga a dichos escritos se señalen las pruebas que se admiten, y así en la audiencia que refiere el artículo citado se lleve a cabo su desahogo. La audiencia se celebrará con o sin asistencia de las partes. El juez, para resolver el problema que se le plantee, podrá cerciorarse personalmente o con el auxilio de trabajadores sociales, de la veracidad de los hechos, quienes presentarán el trabajo que desarrollen en la audiencia, pudiendo ser interrogados por el juez y por las partes. Su intervención tendrá el valor de un testimonio de calidad. En el fallo se expresarán en todo caso los medios y pruebas en los que se haya fundado el juez para dictarlo, según lo establece el artículo 945 del código citado. Es infructuosa una audiencia sin asistencia de las partes, ya que a pesar de que dicha audiencia es de pruebas y alegatos, las partes deben estar presentes para dar la oportunidad al juez de lo familiar de que los escuche para exponerle los hechos que cada uno alega; luego entonces, si las partes no asisten el juez no podrá estar en posibilidades de dictar sentencias más apegadas a una verdad real, pues beberá dictarlas con base en la convicción que adquiere del informe de las trabajadoras sociales, lo que rompe con el principio de inmediación. Asimismo, es evidente que el hecho de que las partes no asistan a la audiencia señalada muestra un total desinterés de su parte, por lo que también se rompe con el principio consistente en que, al menor indicio de falta de interés, la autoridad cesa también en su actividad jurisdiccional a efecto de que las partes estén en posibilidad de resolver extrajudicialmente su problema. Cabe mencionar que en materia familiar predomina el principio inquisitivo, pues aún cuando las partes no impulsen el juicio que iniciaron, el juzgador está facultado para actuar de oficio, lo que significa
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