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Teoria-de-la-Constitucion-Jose-Barragan-pdf

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JOSÉ BARRAGÁN BARRAGÁN 
RAÚL CONTRERAS BUSTAMANTE 
JUAN JOSÉ MATEOS SANTILLÁN 
ARMANDO SOTO FLORES 
FERNANDO FLORES TREJO 
, 
TE ORlA 
DE LA 
� � 
CONSTITUCION 
Cuarta edición 
EDITORIAL PORRÚA 
AV. REPÚBLICA ARGENTINA l'i 
MÉXICO, 201 O 
Primera edición: 2003 
Copyright© 2010 
Esta edición y sus características son propiedad de 
EDITORIAL PORRÚA, SA de CV 8 
Av. República Argentina 15 altos, col. Centro, 
06020, México, DF 
www .porrua.com 
Queda hecho el depósito que marca la ley 
Derechos reservados 
ISBN 978-970-07-7538-8 
IMPRESO EN MÉXICO 
PRINTED IN MEXICO 
ÍNDICE 
BREVE PREFACIO DE LA SEGUNDA EDICIÓN 
PRÓLOGO DE LA CUARTA EDICIÓN 
INTRODUCCIÓN . . . . . . . 
UNIDAD 1 
SOCIEDAD, ESTADO Y DERECHO 
1 . 1 . Sociedad . . . . . . . . . . . 
1.2. Estado . . . . . . . . . . . . 
1.2.1. Sobre el origen del Estado. 
1.2.2. Los elementos componentes del Estado 
1.2.2.1. La población. . 
1.2.2.2. El territorio . . . . 
1.2.2.3. La organización . . 
1.2.2.4. La idea de soberanía 
1.2.3. Los fines del Estado 
1.3. Derecho 
1.4. Resumen . . . . . . . . 
UNIDAD 2 
CONCEPTO Y UBICACIÓN 
DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 
2. l. Concepto y elementos de derecho objetivo 
2.2. Caracteres del Derecho Constitucional 
2.3. El concepto del Derecho Constitucional 
VII 
Pág. 
XV 
XVII 
XIX 
2 
5 
5 
6 
6 
7 
8 
8 
9 
12 
14 
15 
16 
22 
VIII 
2.3.1. Carl Schmitt . . . . 
2.3.2. Karl Loewenstein . . 
2.3.3. Manuel García Pdavo 
2.3.4. Ignacio Burgoa. . . 
2.3.5. Felipe Tena Ramírez 
2.3.6. Daniel Moreno Díaz . 
2.3.7. Pablo Biscaretti Di Rufia . 
2.3.8. Segundo V. Linares Quintana. 
2.3.9. Mario de la Cueva. 
2.3.10. André Hauriou . . 
2.3.11. Maurice Duverger. 
UNIDAD 3 
CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN 
3.1. Concepto material v formal de Constitución 
3.2. Concepto de Constitución . 
3.2.1. Ferdinand Lassalle 
3.2.2. Carl Schmitt . . 
3.2.3. Hans Kelsen . . 
3.2.4. Hermann Héller 
3.2.5. André Hauriou . 
3.2.6. Manuel García Pelayo 
3.2.7. Otros Autores 
UNIDAD 4 
CLASIFICACIÓN DE LAS CONSTITUCIONES 
4. l . Según su formulación o forma jurídica . . . 
4.1. l. Constituciones codificadas o escritas . 
4.1.2. Constituciones dispersas o no escritas 
4.2. Según su reformabilidad . . . 
4.2.1. Constituciones rígidas . 
4.2.2. Constituciones flexibles 
4.3. Según su origen . . . . . . . 
4.3.1. Constituciones otorgadas. 
4.3.2. Constituciones impuestas 
4.3.3. Constituciones pactadas . 
4.3.4. Otros orígenes . . . . . 
4.4. Clasificaciones de Karl Loewenstein 
4.5. Üti·a clas-ificación 
�DICE 
22 
22 
23 
24 
25 
26 
27 
28 
29 
30 
31 
35 
36 
36 
36 
38 
39 
41 
42 
44 
50 
50 
51 
52 
52 
53 
54 
55 
56 
56 
56 
57 
60 1 
!�DICE 
UNIDAD 5 
VERTIENTES IDEOLÓGICAS 
DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 
IX 
."i.l. Introducción 63 
64 
64 
67 
68 
73 
."i.2. ÜI"Ígenes del constitucionalismo moderno 
."i.2.1. Juan sin Tierra . . . . . . . . 
5.2.2. 
."i.2.3. 
5.2.4. 
La tradición hispano mexicana . 
Prolegómenos, hechos y logros de la Revolución francesa 
Declaración de los derechos del hombre . . . . . . . . 
5.3. Contenido liberal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 
5.3.1. El constitucionalismo libei-al derivado de la Constitución 
francesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
."i.4. Estados Unidos de América. Su independencia y sus documentos 
jui"Ídicos básicos . . . . . . . . . . . . . . 
77 
79 
85 ."i . ."i. Constitucionalismo social: aportación de México . . . . . . . . 
6.1. 
6.2. 
6.3. 
6.4. 
6.5. 
UNIDAD 6 
PODER CONSTITUYENTE 
Presentación 
El oi"Ígen . . . . . . . . . . . . . . . . . 
Concepto e importancia del poder constituyente 
La soberanía como fundamento del poder constituyente 
6.4.1. Tesis de Rousseau y de Sieyes . . . 
6.4.1.1. Juan Jacobo Rousseau . . . . . . . 
6.4.1.2. Emmanuel Joseph Sievcs. . . . . . 
6.4.2. La soberanía ante los Constituyentes mexicanos . 
6.4.2.1. La soberanía en el México Colonial . . 
6.4.2.1.1. De Cádiz al Acta Constitutiva de la Fe-
89 
90 
92 
93 
98 
98 
102 
105 
108 
deración . . . . . . . . . . 1 08 
6.4.2.1.2. El Constituvente de 1856-1857 . 115 
6.4.2.2. Congreso Constituyente de 1916-1917 116 
6.4.3. Otros autores. . . . . . . . 117 
6.4.3.1. Carl Schmitt . . . . 117 
6.4.3.2. R. Carré de Malberg. 119 
6.4.3.3. Hans Kelsen . . . . 121 
6.4.3.4. Hermann Héller . . 122 
6.4.3.5. Ignacio Burgoa Orihuela. 123 
6.4.3.6. Felipe Tena Ramí1·ez 126 
6.4.3.7. Jorge Carpizo Mac GI-egm 129 
6.4.4. Historicismo empírico mexicano . 1 31 
Asamblea constituyente, órganos o poderes constituidos y sus di­
ferencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 
X ÍNDICE 
6.6. Asamblea constituyente y órgano legislativo ordinario 135 
7.1. 
7.2. 
7.3. 
7.4. 
7.5. 
7.6. 
7.7. 
6.6.1. La soberanía ante la globalización . . . . . 136 
6.6.2. Regionalización. . . . . . . . . . . . . 138 
6.6.3. ¿crisis de los Estados o crisis de las Teorías sobre la so-
beranía?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 
UNIDAD 7 
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL 
Antecedentes de la supremacía constitucional . . . . 
La supremacía constitucional y el orden jurídico estatal 
Pirámide kelseniana de jerarquía normativa . . . . . 
Supremacía constitucional en el Estado Federal . . . 
Posible contradicción entre leyes constitucionales y tratados 
Inviolabilidad de la Constitución 
Tendencias actuales . . . . . . . . . 
UNIDAD 8 
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN 
145 
151 
154 
159 
165 
172 
174 
8.1. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 
182 8.2. Poder revisor de la Constitución . . . . . . . . . . 
8.2.1. El Poder Revisor a través de Nuestra Historia 
Constitucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
8.2.1.1. Constitución Política de la Monarquía Española 
del 1 9 de marzo de 1812 . . . . . . . . . . . 
8.2.1.2. Decreto constitucional para la libertad de la Amé­
rica Mexicana sancionado en Apatzingán a 22 
de octubre de 18 14 . . . . . . . . . . . . . 
8.2.1.3. Constitución Federal de los Estados Unidos Me­
xicanos. Decreto de 4 de Octubre de 1824 . . . 
8.2.1.4. Las Siete Leyes Constitucionales del 29 de di­
ciembre de 1836 . . . . . . . . . . . . . . 
8.2.1.5. Bases de Organización Política de la República 
Mexicana del 13 de junio de 1843 . . . . 
8.2.1.6. Acta Constitutiva y de Reformas de 1847 . 
8.2.1.7. La Constitución deiS de febrero de 1857 . 
8.2.1.8. La Constitución del 5 de febrero de 1917 . 
8.3. Alcance de la revisión constitucional . . . . . . . . . . 
8.3.1. Tesis que Limitan la Reformabilidad Constitucional 
8.3.1.1. Carl Schmitt . . . . . . . . 
8.3.1.2. José María del Castillo Velasco 
8.3.1.2. Mauricc Hauriou . . . . . . 
184 
184 
186 
187 
190 
191 
193 
193 
195 
198 
198 
198 
199 
200 
ÍNDICE 
8.4. 
9.1. 
9.2. 
9.3. 
9.4. 
9.5. 
9.6. 
9.7. 
9.8. 
9.9. 
9.10. 
9.11. 
XI 
8.3.1.3. William L. Marbury . . . 200 
8.3.1.4. Jorge Carpizo . . . . . 201 
8.3.1.5. Ignacio Burgoa Orihuela . 201 
8.3.2. Tesis que sostienen la reformabilidad ilimitada de la Cons­
titución . . . . . . . 202 
8.3.2.1. Ulises Schmill . . . . . . . . . . . . . . . 202 
8.3.2.2. Felipe Tena Ramírez . 
8.3.2.3. René Carré de Malberg 
Diversos sistemas de reformabilidad constitucional 
8.4.1. El principio de reformabilidad en el Derecho Constitucio­
nal Comparado . . . . . . . . . . 
8.4.1.1. Estados Unidos de América. 
8.4.1.2. Cuba . . . 
8.4.1.3. Nicaragua . 
8.4.1.4. España 
8.4.1.5. Italia . 
8.4.1.6. China . 
8.4.2. Reforma Constitucional. Referéndum, iniciativa popular 
203 
205 
206 
206 
206 
208 
208 
210 
212 
214 
y plebiscito. . . . . . . . 216 
8.4.2.1. Referéndum . . . 216 
8.4.2.2. Iniciativa Popular . 217 
8.4.2.3. Plebiscito . . . . 219 
UNIDAD 9 
DERECHOS DEL HOMBRE 
El concepto de los Derechos Humanos . . . . . . . . . . . . 
Aporte de Inglaterra a la Carta Magna. . . . . . . . . . . . . 
Análisis de la declaración de los Derechos del Hombre y del ciu­
dadano de 1789 . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 
La declaración universal de los Derechos del Hombre de 1948 
Terminología y adopción en las Constituciones de México . . 
Garantías sociales en la Constitución . . . . . . . . . . . 
Derechos difusos como tendencia constitucional contemporánea 
Clasificación de los derechos del hombre . . . . . . . . . . 
9.8.1. Derechos económicos, sociales y culturales o de "Segun-
da Generación" . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
9.8.2. Derechos de la "Tercera Generación" o derechos difusos 
Suspensión de garantías, estado de sitio y estado de urgencia . 
Protección administrativa de los Derechos del Hombre . . . 
Protección jurisdiccional de los Derechos del Homb1·e . . . . 
9.11.1. En el pensamiento de Mariano Otero y la consagración 
del Amparo en la Constitución de 1857. . . . . . . . . 
225 
230 
232 
234 
237 
240 
242 
244 
247 
248 
249 
251 
255 
255 
XII ÍNDICE 
9.11.1.1. Los derechos humanos en el Acta de Reformas 
y sus subsistema de protección . . . 255 
9.11.1.2. El Amparo en la Constitución de 1857 257 
9.11.2. En la Constitución de 1917 . . . . . . . . . 258 
UNIDAD 10 
FORMAS DE ESTADO 
1 0.1. Concepto y clasificación de Formas de Estado . 261 
1 0.1.1. Conceptualización de Formas de Estado 265 
10.2. Clases de Formas de Gobierno. . . . . . . . 267 
10.2.1. Clasificación de las formas de gobierno de acuerdo a 
Aristóteles . . . . . . . . . . . . . . . 267 
10.2.2. El gobierno mixto de Polibio y otros autores 268 
10.3. Clases de Formas de Estado . . . . . . . 269 
10.3.1. Estado centralista o unitario . . . . . . . 270 
10.3.1.1. Concepto y características . . . . 270 
10.3.1.2. El Estado Central o Unitario en México 270 
10.3.1.3. Confederación . . . . . . 271 
10.3.1.4. Uniones de Estados . . . . 273 
10.3.2. Uniones Reales y Uniones Personales 273 
UNIDAD 11 
FEDERACIÓN COMO FORMA DE ESTADO 
11.1. Tesis explicativas del Sistema Federal . 277 
11.1.1. Alexis De Tocqueville 278 
11.1.2. Calhoun y Seydel 278 
11.1.3. Jellinek . . 279 
11.1.4. Wilson 279 
11.1.5. Jean Dabin. 280 
11.1.6. Hans Kelsen 280 
11.2. Surgimiento del federalismo en los estados unidos de América 282 
11.3. Adopción y características del federalismo mexicano 287 
11.4. Sistema Federal Canadiense . 294 
11.4.1. Prolegómenos . . . . . . . . . . . . . 294 
11.4.2. Características . . . . . . . . . . . . . 295 
11.4.3. La distribución de facultades entre la Federación y los Es-
tados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297 
11.4.3.1. Esfera de competencia. . . . . . . . . . . . 297 
11.4.3.2. Distribución de competencias entre la Federación 
y las Entidades Federativas. 297 
1 1 .4.4. Facultades expresas . . . . . . . . . . . . . . . . . 300 
ÍNDICE XIII 
11.4.5. Facultades atribuidas a las entidades federativas. 301 
11.4.6. Facultades prohibidas a la federación . . . . . 301 
11.4. 7. Facultades prohibidas a las entidades federativas 302 
11.4.8. Facultades coincidentes 302 
11.4.9. Facultades coexistentes . 302 
11.4.1 O. Facultades de auxilio . . 303 
11.4.11. Facultades concurrentes . 303 
11.4.12. Facultades implícitas . . 303 
11.4.13. Naturaleza jurídica de los estados miembros de la unión 306 
1 1.5. Importancia del Distrito Federal . . . 308 
1 1.5.1. Antecedentes históricos . . . 308 
11.5.2. El Distrito Federal en México. 308 
1 1.6. La garantía federal . . . . . . . . . 311 
UNIDAD 12 
FORMAS DE GOBIERNO 
12.1. Concepto de Forma de Gobierno . . . . . . . 315 
12.2. La Monarquía . . . . . . . . . . . . . . . 317 
12.2.1. Las formas monárquicas de 1812-1823 . 322 
12.3. La República . . . . . . . . . . . . . . . 325 
12.3.1. Proceso de formación de la república en México. 328 
12.4. Lo Federal como Forma de Gobierno 333 
12.4.1. Los hechos históricos 335 
12.4.2. Las formas jurídicas. . . . 340 
12.5. Sobre la democracia . . . . . . . 349 
12.5.1. La democracia representativa. 351 
UNIDAD 13 
EVOLUCIÓN DEL DERECHO 
CONSTITUCIONAL MEXICANO 
13.1. Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357 
13.2. Organización del México independiente . . . . . . . . . . . . 359 
13.3. Constitución de Cádiz de 1812 y su influencia en la Nueva España. 361 
13.4. Constitución de Apatzingán de 1814 y sus decisiones político-ju-
rídicas fundamentales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366 
13.5. Plan de Iguala, los tratados de Córdova de 1821 y sus ideas fun­
damentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369 
13.6. Constitución Federal de 1824 y las ideas fundamentales de los 
constituyentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 72 
13.7. Leyes constitucionales de 1836 y las bases orgánicas de 1843 . 3 7 6 
13.7.1. Las bases orgánicas de la República mexicana 1843. 382 
XIV ÍNDICE 
13.8. El liberalismo y la Constitución de 1857. . . . . . . . . . . . 385 
13.8.1. El Plan de Ayutla reformado en Acapulco. . . . . . . . 392 
13.9. Leyes de Reforma, su trascendencia e influencia en el régimen ju-
rídico mexicano . . . . . . . . . . . 399 
13.1 O. El Congreso constituyente de 1916-1917. . . . . . . . . 408 
13.1 0.1. Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . 408 
13.1 0.2. La ley sobre ocupación y enajenación de terrenos 
baldíos de Porfirio Díaz . . . . 414 
13.10.3.El campo y la revolución de 1910 415 
13.1 0.4. Los intereses petroleros . . . . 418 
13.1 0.5. Postulados principales . . . . . 419 
13.10.6. El decreto de 6 de enero de 1915 422 
13.10.7. El proyecto de artículo 27 presentado por Carranza 
13.10.8. La iniciativa de la comisión. 
13.10.9.La educación en 1917 . . . . . . . . . . . . . 
BIBLIOGRAFÍA 
422 
423 
427 
435 
BREVE PREFACIO 
DE LA SEGUNDA EDICIÓN 
La evaluación de la presente obra conduce a la ineluctable conclu­
sión que alfara de su vasto y rico contenido cuya temática rebasa lo que 
aparentemente indica su título: Teoría de la Constitución. En otras pala­
bras, la temática que abordan en ella distinguidos maestros comprende 
aspectos de carácter histórico, filosófico, sociológico y evidentemente 
jurídico del constitucionalismo en general y el mexicano. Basta repasar 
su exuberante índice para corroborar este aserto, mismo que eleva a di­
cha obra al rango de Tratado de Derecho Constitucional que, además, 
abarca el tratamiento de los "Derechos del Hombre". Puedo afirmar 
que la sustancia epistemológica de tan importante instrumento didácti­
co no sólo lo avala como un elemento de estudio sino como libro de 
consulta para la investigación de cuestiones atañederas al Derecho 
Constitucional. Por consiguiente, a él deben acudir los estudiantes de 
esta disciplina así como los cultores jurídicos a título de abogados, jue­
ces y maestros. Las calidades reseñadas, y otras excelencias de la aludi­
da obra, me inducen a felicitar a los autores de las diversas "unidades" 
temáticas que comprende por la solidez de sus conocimientos expuestos 
con sabiduría y elegancia. Considero que esta segunda edición de tan 
ingente labor académica corrobora su trascendencia en el mundo del 
Derecho. Prueba de ello es que su primera edición se agotó en un corto 
espacio temporal, lo que indica su acogimiento colectivo indiscutible 
que demuestra su prestigio. 
Enero de 2005 
IGNACIO BURGOA ÜRIHUELA 
Maestro Emérito de la Facultad de Derecho de la UNAM 
XV 
PRÓLOGO 
A LA CUARTA EDICIÓN 
Las Constituciones de los Estados han sido objeto de estudio desde la 
antigüedad. Para entender los fenómenos normativo y político, se han 
ido diferenciando los campos de trabajo. Con todo, subsisten puntos de 
contacto que con frecuencia hacen borrosas las fronteras entre ambas 
disciplinas. Puede decirse que lo que varía no es el objeto del conoci­
miento, sino el método adoptado para procurarlo. 
El grado de complejidad de esos métodos se puede apreciar si ad­
Yertimos que existen por lo menos tres grandes conjuntos doctrinarios 
cuvo úmbito de incidencia es convergente: la teoría del Derecho, la teo­
ría del Estado v la teoría de la Constitución. Incluso si deseamos limitarnuestro campo de exploración al estudio de la Constitución, tenemos 
que adoptar al menos cuatro diversos enfoques: historia del derecho 
constitucional, derecho constitucional nacional, derecho constitucional 
comparado y teoría de la constitución. El nivel de especialización es 
mayor todavía en los Estados compuestos, donde se estudia asimismo el 
derecho constitucional local, con sus variantes históricas, comparativas 
v positivas. Ademús, en cada una de esas disciplinas es posible adoptar 
métodos de trabajo diferentes, por lo que el haz de posibilidades para 
conocer el fenómeno normativo que identificamos como Constitución es 
en extremo variado. 
Ahora bien, para incursionar en esa madeja de datos y de análisis y 
entender los procesos constitucionales, es imprescindible disponer de un 
apoyo teórico. Esta obra, que resulta de la armoniosa colaboración entre 
cinco distinguidos profesores de la Facultad de Derecho de la UNAM, 
ofrece esos instrumentos que facilitan el estudio de la Constitución. José 
Barragán Barragún, Raúl Contt-eras Bustamante, Juan José Mateos San­
tillán, Fernando Flores Trejo y Armando Soto Flores son experimenta­
dos catedráticos, conocedül-es profundos del derecho; en esta obra asu­
mieron la ardua emp1-csa de presentar de una manera clara, accesible v 
actualizada, un amplio panorama de la Teoría de la Constitución. 
. 
XVII 
XVIII PRÓLOGO A LA CUARTA EDICIÓN 
Todo lector interesado en la materia encontrará aquí la información 
pertinente y la orientación metodológica necesarias para adentrarse en 
el estudio de los sistemas normativos que le interesen. Para examinar el 
derecho constitucional de un estado de la federación, para analizar un 
sistema constitucional nacional, para revisar una etapa histórica deter­
minada, para entender la estructura y el funcionamiento de una institu­
ción, esta obra es un auxiliar valioso. 
Por todo lo anterior, dejo aquí una efusiva congratulación a los au­
tores por su bien logrado esfuerzo y por el éxito que han obtenido con 
esta obra que corrobora la nueva edición que el lector tiene en sus manos. 
Ciudad Universitaria, octubre de 2009 
DIEGO VALADÉS 
Miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM 
INTRODUCCIÓN 
Con sincero agradecimiento a los estudiosos del Derecho y demás públi­
co lector que ha hecho posible la necesidad de publicar esta cuarta edi­
ción -revisada y actualizada-; la presentamos a su consideración. 
Este tratado, se ajusta a los Planes y Programas de Estudio aproba­
dos por el Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la UNAM; y ha 
sido una herramienta útil y eficaz para los estudiantes de la licenciatura 
y posgrado de la materia de todo el país. 
Cuando los autores nos propusimos trabajar para publicar lo que 
habían sido nuestros apuntes para impartir clases, ideas para generar 
debates y herramientas metodológicas para facilitar nuestras cátedras, 
nunca imaginamos que llegaríamos a publicar, en tan breve tiempo, 
una cuarta edición. 
Aunque la Teoría de la Constitución no está sujeta a los avateres 
frente a los cambios que la realidad social genera como lo padece la 
legislación ordinaria, los autores hemos hecho una nueva revisión cui­
dadosa, para procurar ofrecer a nuestros lectores una versión sintética, 
pero actualizada, de la rica doctrina que conforma el Constituciona­
lismo. 
Este trabajo conserva la intención originaria: cinco doctores en De­
recho, profesores experimentados de la materia, con diversas -y hasta 
a veces divergentes- opiniones e ideologías, que expresan su pensa­
miento dentro de un ámbito de libertad y buscando generar motivar la 
discusión y el análisis doctrinario. 
Este no es un libro de texto. Aunque se apega a los programas ofi­
ciales de estudio, siempre anheló ir mucho más lejos. Es la síntesis de 
muchos míos de experiencias docentes, políticas, de servicio público y 
de investigación académica, que han sido acumulados por sus creadores. 
Deseamos agradecer de manera muy especial al Doctor Diego Vala­
dés, reconocido jurista y político mexicano, el que haya aceptado hacer 
la presentación de esta cuarta edición. Su participación enriquece a 
XIX 
XX INTRODUCCIÓN 
esta obra y constituye un honor para los autores que un constituciona­
lista con su reconocido prestigio, avale nuestro trabajo. 
De igual manera, a nuestro editor, Don José Antonio Pérez Porrúa 
nuestra gratitud por su apoyo y confianza editorial. 
Por último, los autores deseamos hacer patente nuestro agradeci­
miento a la maestra Sandra Laura Macías Reyes, por su dedicación y 
minucioso empeño en colaborar con nosotros en la revisión y compila­
ción de las participaciones. 
Esperamos que esta nueva edición de nuestro esfuerzo que hoy po­
nemos en sus manos, contribuya a lograr que los temas doctrinales del 
Derecho Consitucional se divulguen y se logre que su conocimiento 
haga a la sociedad contemporánea más participativa en el control y la 
vigilancia del poder político, así como más demandante del respeto de 
sus derechos y garantías constitucionales. 
Atentamente. 
Los AUTORES 
Unidad 1 
Sociedad, estado y derecho 
JosÉ BARRAGÁN BARRAGÁN' 
Tomemos esta primera unidad de nuestro programa como si se tratara 
de una breve introducción sobre cómo contempla, o cómo es considera­
da la sociedad, el Estado y el Derecho por parte de nuestra disciplina 
del Derecho Constitucional, pues, como bien se sabe, dichas tres mate­
rias (Sociedad, Estado y Derecho) al mismo tiempo pueden recibir defi­
niciones desde el punto de vista de otras ciencias, como son la Sociolo­
gía, la Antropología, las ciencias políticas y administrativas y, desde 
luego, el resto de las ciencias jurídicas. 
Por regla general, las ciencias del Derecho siempre han sido plan­
teadas y desarrolladas, casi por definición, en términos muy amplios y 
extensivos, de tal manera que se obliga al estudiante de Derecho a to­
mar muy en cuenta no sólo los enunciados de las normas, que son muy 
valiosos en sí mismos, sino también los hechos de la vida real y los fe­
nómenos de la realidad, porque son estos hechos y fenómenos de la rea­
lidad los que le dan, no sólo el contenido a muchas normas jurídicas, 
sino también su verdadera razón de ser y su significación y sentido. 
Por tanto, si bien es cierto que el Derecho Constitucional considera 
Y define a la sociedad, al Estado y al Derecho desde un punto de vista 
diferente a como la Sociología, o las ciencias políticas los definen, no es 
menos cierto que ese mismo Derecho Constitucional nunca deja (o no 
debe dejar) de tomar en cuenta las enseñanzas y las teorías que dichas 
otras ciencias sociales pueden elaborar sobre lo que es un objeto común 
del conocimiento. 
' 
Doctor en Derecho. Investigador de Carrera Y Miembro del Sistema Nacional de 
Investigadores Nivel III. 
2 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
1.1. SOCIEDAD 
De esta manera, la sociedad para el Derecho Constitucional, no es 
otra cosa más que una población, o una colectividad (sociedad, comuni­
dad, pueblo o población) perfectamente organizada, asentada en un te­
rritorio preciso y determinado (es decir, con unas fronteras bien defini­
das y respetadas por los países limítrofes). Esto es, la sociedad que 
toma en cuenta el Derecho Constitucional, es un pueblo histórico deter­
minado y organizado. Un pueblo capaz de auto-gobernarse libre y sobe­
ranamente; capaz, por tanto, de darse libremente su forma de gobierno 
y sus leyes fundamentales; capaz de darse una Constitución, cuyo estu­
dio va configurando nuestra disciplina del Derecho Constitucional. 
Todo esto es la sociedad para el Derecho Constitucional. 
Se trata de una idea muy precisa; una idea que, naturalmente, se 
construye sobre los elementos, bien conocidos y estudiados por esas 
otras ciencias sociales, ya mencionadas, como son el elemento de la na­
turaleza sociable del ser humano, en cuanto individuo de la sociedad; el 
elemento de sociedad como grupo familiar, grupo de paterfamilias; gru­
po tribal,etcétera; y los elementos relativos a los sistemas de interac­
ción dentro de la sociedad. 
La idea de sociedad que más interesa al Derecho Constitucional es, 
hablando en general, la misma idea que ya desarrolló Aristóteles en su 
conocido libro La Política, en donde se define la naturaleza del ser hu­
mano, como un ser sociable, que no puede vivir aislado, o sin la ayuda 
de otros seres humanos. Igualmente en dicho libro se desarrollan los di­
versos agregados sociales que se forman a partir de esa naturaleza polí­
tica, que es la palabra usada por Aristóteles, hasta formar precisamente 
el agregado mejor, o el más perfecto, como es la rroAt�. que muchos au­
tores traducen como Estado Ciudad. 
Los autores latinos, que asimilan fuertemente la cultura griega, son 
los que traducen la obra de Aristóteles con los títulos que después pasan 
al español sin modificación alguna. La Política, La República. Mientras 
que la voz rrÓAt� la traducen como civitas, de donde se deriva la voz es­
pañola de ciudad o de Estado-Ciudad. En cambio, las voces griegas que 
definen al hombre como Zóo� rroAtTtKÓ� (animal político), se traducen al 
latín como anima! sociabilis. Y los teólogos y los filósofos cristianos lo 
traducen como animal rationalis. 
Bien, las voces originarias griegas, por supuesto, que expresan muy 
bien lo que quería decir Aristóteles, quien solamente destaca el carácter 
esencial del ser humano, que es un animal gregario, que por naturaleza 
tiende a formar agregados, como la familia, etcétera. Y estas voces for­
man, por su lado, digámoslo así también, una gran familia de voces. De 
esta mane1·a, el se1· humano es un ser rroAtTtKÓq, Y por eso vive en las 
soCIEDAD. ESTADO Y DERECHO - J. Barragán Barragún 3 
,.0),Et;: éstas tienen una organización estable y perfecta que recibe el 
nombre de rroAtTEta y estas organizaciones pueden ser estudiadas. Por 
eso la obra de Aristóteles lleva el título de rroAtTEta. 
La doctrina de la Iglesia católica, primero a través de los llamados 
Santos Padres de la Iglesia (grandes autores, filósofos y teólogos, grie­
gos y latinos) y después a través de los Teólogos medievales, como San­
to Tomás, harán hincapié en que el ser humano, además de tener una 
naturaleza sociable, tiene inteligencia o razón. De ahí que también se 
pueda definir el hombre como un animal rationalis, o como un animal 
racional que vive en una sociedad o en una comunidad. 
El hombre político de Aristóteles; el hombre sociable de los roma­
nos; v el hombre racional de la doctrina de la Iglesia permitió no sólo el 
hallazgo de su naturaleza gregaria, o sociable, sino también los hallaz­
gos de sus grandes y personalísimas prerrogativas de la inteligencia o la 
razón, así como de la voluntad, de donde, a través del razonamiento 
metafísico se llegará al valiosísimo atributo de la libertad, de la justicia 
v de la ética. 
Esta es la tradición, estas mismas ideas son las que se citan al po­
nerse a debate en 1812 (fecha de la Constitución española) el artículo 3, 
que definió la soberanía nacional, o el poder público que tiene el pue­
blo, así como en el debate de aprobación del Acta Constitutiva Mexica­
na de 1824, al discutir el tema de la soberanía también. 
En ambos debates, por ejemplo, el mexicano Guridi y Alcocer decía 
que por pueblo soberano debía entenderse a los habitantes asentados en 
un territorio dado. Por tanto, habla de un pueblo ya organizado, o ca­
paz de auto-gobernarse, pero asentado en un territorio independiente y 
libre de toda dominación externa. Un pueblo plural, como son las socie­
dades modernas. Un pueblo capaz de darse un gobierno propio, unas 
leyes fundamentales propias, o capaz de darse una Constitución, que es 
lo que se enuncia en esos dos preceptos de 1812 y 1824; y es lo que se 
enuncia en el artículo 39 de la Constitución vigente de 1917 en México. 
Se trata de un concepto de sociedad proveniente de la doctrina ela­
borada por los creadores del Derecho de Gentes españoles, italianos, 
franceses y alemanes. En particular en el debate de 1812 se citan abun­
dantemente a los autores españoles de la llamada Escuela Jurídica 
Española, como son Francisco de Vitoria; Francisco Suárez, De Soto y 
muchos más. 
Como vamos a ver en los siguientes pasajes tomados del debate se 
repiten mucho estos conceptos, estas ideas; v se habla indistintamente 
de un pueblo organizado, de una sociedad �rganizada, de una nación 
organizada, o de una comunidad perfecta. 
4 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
Los hombn?s se constituyen en sociedad cuando por común consentimiento 
se congregan en un cuerpo político mediante un vínculo de sociedad, 
... que todos los príncipes legítimos lo son por consentimiento del pue­
blo, que por derecho natural le es concedido al pueblo la potestad de hacer 
las leyes. 
Un célebre Vázquez de Menchaca hubo también en tiempos de Felipe 11, 
el cual en una obra dedicada a este Rey, tm·o ánimo para decirle que el 
pueblo, conservando siempre su soberanía, puede recobrar sus de1·echos 
primitivos, y quitarle al Rey la facultad de hacer leyes, aun cuando se la hu­
biese concedido. Nada diré del padre Juan de Mariana, porque todos saben 
hasta qué punto llevó esta doctrina suya de que del pueblo reciben los reyes 
su potestad. Omito citar otros escritores nuestros de la primera nota, que 
aCI'editan ser esta doctrina recibida en España antes que la propagasen los 
publicistas extranjeros.1 
Le imprimió (al hombre) el autor de la naturaleza, dice elegantemente 
San Juan Crisóstomo :-.· Santo Tomás, dos principios: el uno, que como ani­
mal sociable apeteciese natural y justamente vivir en comunidad o compa­
ñía de sus semejantes: el otro, que en una comunidad perfecta era necesa­
rio un poder. .. no se puede negar por ser conforme al derecho natural del 
hombre, el que haya una potestad pública civil, que pueda regir y gobernar 
a toda la comunidad perfecta.2 
Son todos comentarios tomados del debate ya mencionado. Sin 
duda estos textos nos ofrecen la mejor definición de lo que es una socie­
dad para el Derecho Constitucional. 
Eso es la sociedad para la Constitución española de 1812; lo mismo 
que para la Constitución mexicana de 1824; y, sin duda, para la vigente 
de 1917. Por sociedad entendemos al pueblo soberano, asentado dentro 
del territorio patrio; también entendemos al conjunto de los habitantes 
asentados en ese mismo espacio territorial; también abarcamos a cada 
uno de dichos habitantes, sociables por naturaleza, gregarios y capaces 
de formar familias y grupos sociales intermedios, como son las pobla­
ciones indígenas, las comunidades todas, los municipios y los Estados 
mismos que forman la Federación mexicana y, en consecuencia, el gran 
Estado mexicano. Todas estas cosas son objeto de estudio, muy impor­
tantes, del Derecho Constitucional mexicano. 
La sociedad así considerada como pueblo soberano; como pueblo 
organizado y constituido, puede ser llamada Estado, el cual conforma, 
como lo veremos enseguida, una gran parcela, o casi toda la materia 
del Derecho Constitucional. 
1 En Diario de las Cunes Cul!.llilll."t!lll<!.> de Cúdi:. Imprenta de Genaro García, Ma­
drid 1 R74 (en adelante D.C.C.) sesión del 7 de octubre de 1811, p. 2011, en palabras del 
diputado eclesiástico Joaquín Lorenzo Villanueva. 
2 D.C.C. sesión del 29 de agosto de 181 1, p. 1722. 
sOCIEDAD. ESTADO Y DERECHO - J. Barragán Barragán S 
Además decíamos que el componente de la sociedad, así entendida, 
es el individuo. Y, como todos sabemos, el individuo, el ser humano, o 
la persona humana, no solamente es el centro del Derecho, sino que es 
el sujeto por excelencia del Derecho. Es también el titular de todas las 
libertades, de todos los derechos y garantías. 
1.2. ESTADO 
iCómo definir lo que es el Estado? iCuándo aparece el Estado en la 
Historia? No es fácil dar respuesta a estas preguntas, porque de hecho 
existen muchas ideas y muchas doctrinas sobre el particular planteadas 
por la Teoría política; por las diversascorrientes filosóficas; y por la 
teoría pura del Derecho, por no dejar de mencionar las teorías positivis­
tas sobre el Estado. 
1.2.1. SOBRE EL ORIGEN DEL ESTADO 
No hay mucho consenso entre los especialistas sobre el origen del 
Estado. Algunos autores, como Kelsen, incluyen en la definición de 
Estado los problemas de su origen. De esta manera, por ejemplo, se 
afirma que, en esencia, el Estado es la misma organización de la socie­
dad y que, por ello, siempre que se pueda hablar de una sociedad orga­
nizada, se podrá hablar de la existencia del Estado. De hecho, todos los 
autores reconocen una gran antigüedad al nacimiento de las doctrinas 
sobre el Estado. 
De esta manera se citan las teorías de los filósofos griegos, entre los 
cuales sobresalen las teorías de Aristóteles y de Platón; se recuerda 
la forma en que se habla del Estado entre los epicúreos y los estoicos de la 
cultura romana; se habla de la idea del Estado en las fuentes jurídicas 
del Derecho Romano; en las fuentes del pensamiento cristiano y, en un 
sentido más amplio, del pensamiento medieval; así como se habla de las 
ideas del Estado moderno, a partir del Estado de Maquiavelo o Bodino, 
de Hobbes o de Spinoza, de Montesquieu o Rousseau, de Kant o de 
Fichte, de Schelling o de Hegel, de Marx, de Seydel, de Gierke, de Jelli­
nek, de León Duguit, de Carré de Malberg y tantos otros. 
Con todo, los orígenes del Estado constitucional son relativamente 
recientes. El Estado, que es el objeto del Derecho Constitucional, nace 
en el momento en que se aprueba su organización jurídica a través de 
la Constitución quedando así el Estado sometido al Derecho. Por ello se 
habla de Estado de Derecho. Lo importante del Derecho Constitucional 
es que está dedicado al estudio de las estructuras constitucionales del Esta­
do; está dedicado al estudio del sometimiento de los órganos del Estado 
6 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
al Derecho; y está dedicado al estudio de su formación histórica (prime­
ra constitución) y su posible evolución constitucional. 
El Estado es, desde otro enfoque, una entidad a la que se le recono­
ce personalidad jurídica, tanto en el campo del Derecho Internacional 
cuanto en el campo del Derecho interno. Una entidad de carácter públi­
co, sometida al Derecho como cualquier otro sujeto, que puede asumir 
diferentes formas de organización. Un Estado unitario se organiza de 
manera diferente a como lo hace un Estado federal. 
México se declara independiente en 1821. Hasta entonces y desde 
1519 lo que ahora corresponde al Estado Mexicano, había venido sien­
do una colonia del gran Imperio español. Con todo y pese a que no fue 
sino hasta 1821 que se alcanza la independencia, hubo presencia de 21 
mexicanos en las Cortes españolas de Cádiz de 1810-1813. Y estos mexi­
canos colaboraron a la creación y transformación de aquel imperio en 
una monarquía constitucional con la aprobación de la Constitución de 
Cádiz en 1812. También se produjo el movimiento insurgente en 1810, 
que proclamó el Decreto Constitucional o Constitución de Apatzingán 
de 1814. Finalmente, después de ciertos contratiempos y desechándose la 
idea inicial de crear un imperio, el Congreso Constituyente de 1823-1824 
resolvió organizar a México como una república federal, aprobando su 
Acta Constitutiva el 31 de enero de 1824. 
1.2.2. LOS ELEMENTOS COMPONENTES DEL ESTADO 
Aunque tengamos diferentes nociones de lo que es el Estado, cierta­
mente existe mayor consenso acerca de los elementos que componen al 
Estado. Estos elementos son la población, el territorio, una determina­
da organización y el poder o soberanía. 
1.2.2.1. La población 
El diputado tlaxcalteca, Guridi y Alcacer, a las Cortes españolas de 
Cádiz de 1810-1813 definía a la población como el conjunto de habitan­
tes asentados en el gran territorio de lo que entonces era el Imperio es­
pañol. Después, el mismo Guridi y Alcacer en noviembre de 1823 decía 
que el pueblo de los Estados Unidos Mexicanos comprendía a todos los 
habitantes que componían esos diversos territorios desde Nuevo México 
al Norte hasta Chiapas al Sur. 
El elemento poblacional, por tanto, como componente del Estado, 
abarca a todos los seres humanos que lo integran, al conjunto de in­
dividuos que permite, por ejemplo hablar de una representación par­
lamentaria cuantitativa; y abarca también la idea de una población 
organizada y que se muestra unida en cuanto nación o pueblo, perfecta-
soCIEDAD. ESTADO Y DERECHO - J. Barragán Barragán 7 
mente diferenciado de otras naciones o pueblos de la comunidad in­
ternacional. 
La población es, pues, un elemento esencial del Estado. Ahora bien, 
cuando se hable de un Estado federal, como es el caso de México, se 
debe recordar y se debe precisar que la población no es elemento defi­
nitorio de lo federal, ni de la Federación. Esta no tiene, como esencia­
les, ni al elemento población ni al elemento territorio. Los habitantes 
del Estado mexicano, no son habitantes federales, sino habitantes mexi­
canos. Lo Federal en México es una forma de gobierno, como lo esta­
blece el artículo 40 de la Constitución ahora vigente; y no es una forma 
de Estado, como se afirma comúnmente. 
Desde el punto de vista poblacional. México es un gran mosaico de 
pueblos, de comunidades y, por ello, de lenguas y culturas. Formamos 
una comunidad nacional mucho más compleja y plural de lo que se 
afirma en el artículo 2 reformado de nuestra Constitución, ya que ahí 
solamente se habla de las poblaciones y pueblos aborígenes. 
1.2.2.2. El territorio 
El territorio es otro elemento esencial del Estado. Es el asiento de la 
población considerada dentro del Estado. El territorio precisa el ámbito 
espacial al que se extiende la soberanía estatal. Es el ámbito de la vali­
dez normativa, en palabras de Kelsen. 
La importancia del territorio como componente del Estado es mani­
fiesta, no sólo frente a terceros países de la comunidad internacional, 
sino también hacia el interior. El territorio representa, además de un 
espacio de validez normativa, la propiedad inmueble y la riqueza de los 
suelos y los subsuelos, incluida la llamada zona económica exclusiva, 
reconocida por el Derecho Internacional. Es decir, el territorio determi­
na la vigencia del Derecho estatal sobre personas y cosas. Pero también 
determina la oponibilidad frente a terceros países, para exigir respeto, 
así como para ofrecer colaboración, asistencia, relaciones consulares y 
diplomáticas, así como las mejores condiciones para el tránsito de per­
sonas y de cosas. 
Tenemos en nuestra Constitución vigente varios pasajes regulado­
res del territorio. El artículo 42, por ejemplo, precisa lo que abarca y 
comprende; el artículo 43 enumera cuáles son las partes que integran 
la Federación, que son 31 Estados y un Distrito Federal; y antes, en el 
artículo 27 consagra la propiedad originaria a favor de la nación (no 
del Estado), así como se expresa lo relativo a la zona económica exclu­
siva, concepto que entraña como sabemos, el ejercicio de facultades 
soberanas de carácter económico a favor del Estado mexicano en este 
caso. 
8 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
1.2.2.3. La orgarzi;::acióll 
A partir de algunas teorías positivistas, se ha venido insistiendo en 
considerar como otro elemento esencial del Estado, la idea de organiza­
ción, lo cual se exterioriza en la aceptación de que la facultad de nor­
mación jurídica, así como el poder de ejecutar dichas normas sean ejer­
cidas por los órganos del Estado mediante los procedimientos previstos 
en tales normas. 
A esta idea de organización se le suele dar diversos alcances y con­
tenidos, de manera que se extiende hasta los Estados autocráticos de 
tipo histórico, lo mismo que a los Estados modernos democráticos. Se 
dice que la idea de organización expresa el vínculo jurídico-político uni­
ficador de la realidad estatal. Esta idea sirve para definir al Estado 
como al conjunto de órganos y procedimientos expresamenteestableci­
dos en las normas (o aceptados de manera consuetudinaria) mediante 
los cuales se ejercen las funciones para la producción y ejecución de las 
normas dentro de la estructura de la vida social. 
Incluso hay autores que, como Kelsen, llegan a identificar al Estado 
con el Derecho, como una (exigencia) del planteamiento de la teoría 
pura del Derecho. 
1.2.2.4. La idea de soberanía 
Otro de los elementos, citado por los autores, constitutivos del Esta­
do es la idea de soberanía, la idea de poder. Como bien sabemos, exis­
ten muchas voces para expresar esta idea. En lengua latina se usan las 
voces, que luego se repiten mucho, de imperium, de auctoritas, de vis 
coactiva, de potestas, de facultas. Estas voces latinas se les encuentra 
realzadas con algún adjetivo, muy expresivo, como summa potestas, 
máxima auctoritas, máxima potestas, summum imperium, que señalan 
el grado de superioridad absoluta que tiene ese poder: la más grande de 
todas las potestades; la máxima autoridad; el mayor poder de todos, 
etcétera. 
Por otro lado, es muy difícil encontrar unanimidad sobre lo que es y 
significa la soberanía, o el poder público, sobre su sede; sobre su objeto, 
etcétera. Con todo, se acepta comúnmente que se trata de un elemento 
esencial del Estado que se traduce en la capacidad jurídica que tienen 
los órganos del Estado de ejercer coerciblemente, mediante determina­
dos procedimientos, las tareas de producción y de ejecución de las nor­
mas jurídicas que regulan la convivencia social y las relaciones mismas 
con el Estado. 
De manera más sencilla, la soberanía cosiste en la capacidad que 
tiene un pueblo para auto-gobernarse; para decretar la forma de gobier­
no que más le acomode; o para establecer sus leyes fundamentales. Son 
SOCIEDAD, ESTADO Y DERECHO - J. Barragán Barragán 9 
estos los contenidos que, de hecho, encontramos en los textos constitu­
cionales que la definen. 
En efecto el artículo 3 de la Constitución de 1812 definió la sobera­
nía de la siguiente manera: 
Art. 3.-La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo 
pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes funda­
mentales. 
Sin variar los conceptos, incluso enriqueciéndolos, la Constitución 
mexicana de 1917, ahora en vigor define la soberanía en los siguientes 
tC·rminos. 
Art. 39.-La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el 
pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio 
de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o 
modificar la forma de su gobierno. 
1.2.3. Los FINES DEL ESTADO 
Sabemos que existen muchas teorías explicativas y, en su caso, defi­
nitorias del Estado, sin duda acordes con los tiempos históricos en que 
fueron elaboradas. Ahora podemos preguntarnos ¿para qué sirve el 
Estado? 
No siempre se da contestación a esta pregunta. Lo peor es que no 
siempre se le puede dar contestación, sobre todo, cuando algunas de 
esas importantes teorías identifican Derecho y Estado (léase teoría pura 
del Derecho). 
Bien, sin negar la complejidad del Derecho y de sus definiciones y 
sin negar la complejidad del Estado y de las teorías que lo explican o 
definen, podemos insistir en la idea del Derecho como medio y en la 
idea del Estado como persona moral, de carácter público. Ello aunque 
sólo sea para hablar con mayor comodidad de los fines del Estado. 
Es decir, no negamos la teoría que define al Estado como organiza­
ción; ni las teorías que lo consideran como un conjunto de órganos y 
procedimientos a través de los cuales se producen las normas y se pre­
\ iene su ejecución, sino que deseamos aclarar que el Derecho, en defi­
nitiva, debe distinguirse de los órganos que lo producen v de los proce-
dimientos que lo ejecutan. 
. 
. Todo el Derecho emana de la única fuente que posee la capacidad 
Intrínseca de producirlo, que es el pueblo soberano (artículo 39 consti­
tucional, que habla de la soberanía popular). El pueblo soberano es la 
�nica fuente originaria del Derecho, de manera que es solamente a pm·­
tir de la imposibilidad material del pueblo mismo de ejercer ese poder 
soberano por sí mismo, cuando para el ejercicio de la soberanía se 
10 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
piensa en crear órganos, en quienes depositar ese ejercicio tanto para la 
producción de las normas jurídicas cuanto para su ejecución. De mane­
ra que el Estado, al menos el Estado de Derecho, nace precisamente 
como organización a raíz de estas consideraciones de la soberanía po­
pular de corte constitucional. 
El Estado de Derecho, o el Estado para el Derecho Constitucional sí 
es una organización creada por la Constitución, diferente esencialmente 
de lo que es la soberanía popular, la cual reside en el pueblo y se insti­
tuye para su beneficio en palabras del artículo 39 constitucional. Y el 
Estado, en cuanto tal, es concebido por el mismo Derecho como una 
persona moral de carácter público, a la que se le encomienda el ejerci­
cio del poder pero para beneficio del pueblo. 
Los fines del Estado tienen que ver con este último mandato de la 
soberanía, el beneficio del pueblo. De manera que el Derecho en manos 
del Estado se instituye como un medio, o un conjunto de medios a tra­
vés de los cuales se alcanza dicho beneficio para el pueblo. Más aún, el 
Derecho, en cuanto idea de orden, en cuanto puede ser considerado un 
bien en sí mismo, puede ser y es ya la realización de un fin concreto del 
Estado. Cuando, por ejemplo, el Estado inculca la inviolabilidad de la 
Constitución, o el principio de la legalidad, es porque considera que esa 
norma fundamental, o que dicho principio es ya un bien en sí mismo, 
digno de todo aprecio, sin duda, digno del más alto aprecio en un Esta­
do de Derecho. 
Existen otros muchos fines concretos a alcanzar por parte del Esta­
do, ayudándose del Derecho. La Constitución mexicana vigente, por 
cierto, fuera del artículo 39, ya no menciona cuáles otros sean o deban 
ser los fines del Estado. En cambio, otras Constituciones modernas, 
como la española de 1978, ya se ocupan, no sólo de esclarecer algunos 
extremos de doctrina sobre este particular, sino también de precisar los 
fines que se le encomiendan al Estado. 
Por ejemplo, hablando de doctrina, se afirma en su artículo primero 
lo siguiente: 
Art. !.I.-España se constituye en un Estado social y democrático de De­
recho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico 
la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.3 
Como se aprecia, se habla de los valores superiores del ordenamien­
to jurídico. Valores que están por encima de las reglas del Derecho. 
Estas se inspiran en aquéllos; éstas tienden a realizar esos valores, con-
3 Véase en GARRIDO FALLA, Fernando y otros. Comentarios a la Co>lstituci<íll, Civitas, 
Madrid, 1985, p. 23. 
soCIEDAD. ESTADO Y DERECHO - J. Barragán Barragán 11 
siderados como ideales a alcanzar. Por eso, Garrido Falla comentando 
este artículo afirma: 
Frente a la curiosa afirmación de que donde hay Estado, hay ordenamiento 
jurídico y, por ende, hay derecho que conduce inevitablemente a la inutilidad 
de las aspiraciones constitucionalistas, hay que afirmar la obvia idea de que 
el Estado puede no estar sometido a derecho; y esto es lo que desgraciada­
mente ha ocurrido durante la mayor parte de la historia de la humanidad.4 
Así es que el Estado es Estado de Derecho cuando realiza la idea de de­
recho limitando jurídicamente su actividad y el poder de que dispone para 
desarrollarla. Hasta el punto de que incluso para la teoría pura del derecho 
en qué Estado y Derecho se identifican, el Estado de Derecho debe aceptar­
se como una expresión con un valor cualificado.5 
Quizá por ello, se indica que España es un Estado social y democrá­
tico de Derecho. En México no tenemos esta clase de enunciados. Pero 
volviendo al tema de los fines del Estado, la misma Constitución espa­
ñola los va enunciando y precisando en otros muchos pasajes,como los 
siguientes: en su preámbulo, se dice que: 
La nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguri­
dad y promover el bien de cuantos la integra, en uso de su soberanía, pro­
clama su voluntad de: 
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las 
leyes conforme a un orden económico y social justo. 
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como 
expresión de la voluntad popular. 
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los 
Derechos Humanos; sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. 
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a to­
dos una digna calidad de vida. 
Establecer una sociedad democrática avanzada; y colaborar en el forta­
lecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos 
los pueblos de la tierra."6 
El Estado velará especialmente por la salvaguardia de los derechos eco­
nómicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orienta­
rá su política hacia su retorno. 7 
Se reconoce el derecho a la protección de la salud. Compete a los pode­
res públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas pre­
ventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los 
derechos y deberes de todos al respecto. 8 
4 ldem, p. 25. 
1 lbidem. 
6 Véase GARRIDO FALLA, Fernando, Comentarios a la Cmzstituciórz, ya citados, p. 17. 
7 ldem, p. 781. 
8 ldem, p. 788. 
12 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación fí­
sica y el dcporte .4 Asimismo facilitm·án la adecuada utilización del ocio.10 
l. Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a 
la que todos tienen dcrecho. 
2. Los poderes públicos promoverán la cicncia v la invcstigación científi­
ca y técnica cn beneficio del interés general. "11 
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación 
lib1-c y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico v 
cultural.12 
Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, 
rehabilitación c integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíqui­
cos, a los que prestarán la atención especializada que requicran y los ampa­
rarán cspecialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga 
a todos los ciudadanos.11 
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y 
periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos 
durante la tercera edad. Asimismo. y con independencia de las obligacio­
nes familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios 
sociales que atenderán sus problemas específicos de salud. vivienda, cultu­
ra y ocio.14 
1.3. DERECHO 
Para completar el desarrollo de esta primera unidad, nos resta ha­
blar del Derecho. ¿Qué cosa es el Derecho? 
El alumno al llegar al Derecho Constitucional ya puede contestar 
muy bien esta pregunta con alguna de las definiciones que ya le han 
dado en otras materias, desde las definiciones que nos mandan guardar 
en la memoria, como las del Ulpiano, repetidas en lengua latina, hasta 
las definiciones más sencillas de algún autor moderno que compara las 
normas jurídicas con las normas de los juegos de mesa, por ejemplo. 
El Derecho, en esencia, es un medio, o un conjunto de medios, crea­
dos por el hombre, que siempre ha podido usar el ser humano en su de­
sarrollo como ser individual, como ser inteligente y sociable. El Dere­
cho es una creación de la inteligencia, no importa que hoy, al igual que 
ayer y que siempre, sea una creación imperfecta, o no se vea mucho lo 
de la creación inteligente. Pero, en esencia, es un medio que, en efecto, 
puede dársele buenos y malos usos. 
4 Idc111, p. 7'}2. 
10 1 hide111. 
11 Vé·ase GAKKlll<> FAllA. Fernando, Cmnnllarios a la Cml.\litucitln, ya citados. p. 801. 
12 Jde111, p. 384. 
n Jdc111, p. 83 7. 
14 ld<'lll, p. 843. 
'-OCII:IJAD. ESTADO Y DERECHO .1 l.la11 a;"in l.larra�ún 13 
El Derecho, visto con perspectiva histórica, es una formidable es­
tructura constituida por diversos sistemas de conductas y diversos mo­
dos de obrar del hombre que vive en sociedad y de la sociedad que vive 
organizadamente. El Derecho es un orden, o pretende serlo y un siste­
tiW coactivo, que permite hacer cosas, por un lado, pero por otro, tam­
hiL·n prohíbe hacer cosas. 
El Derecho es un conjunto de reglas. La regla, por su parte, puede 
-.cr una expresión de la voluntad. que permite o prohíbe hacer una 
cosa; �-. por otro lado, puede ser una expresión del conocimiento. Las 
�tsignaturas de la Carrera de Derecho pueden estudiarse pensando en 
conocer cuál es el mandato (o el acto de voluntad) contenido en cada 
una de las reglas del Derecho. Pero también pueden estudiarse pensan­
do en conocer la racionalidad, o la inteligencia de los enunciados en 
que se formulan dichas reglas, enunciados que las ciencias del Derecho, 
orcknan v sistematizan. 
El Derecho Constitucional es una de esas asignaturas de la Carrera 
de Derecho. Tiene por objeto el estudio de la Constitución. La Constitu­
ción es la norma jurídica por excelencia, la cual expresa la voluntad 
uJacti\ a del soberano, del pueblo soberano. En esta norma se exteriori­
;.a la organización y el funcionamiento del Estado, así como los princi­
pios v los valores de la convivencia social; las libertades v los derechos 
. . 
del individuo y de grupos sociales protegidos. 
La norma constitucional nos indica cuáles son los órganos del Esta­
do, así como cuáles sean los procedimientos de producción y ejecución 
de las normas jurídicas. La norma constitucional. en todo caso, expresa 
también v sobre todo el Derecho a que están subordinados y sometidos 
dichos órganos tanto en la producción cuanto en los procedimientos de 
L'jecuciún de las normas jurídicas. Se puede afirmar, parafraseando la 
doctrina positivista de Kelsen que Derecho y Estado Constituyen una 
sola forma de vida, una sola realidad cultural al identificarse en un úni­
co s istema lógico-normativo, manteniendo sus diferencias. 
Nosotros insistimos en que el Derecho es un medio, o un conjunto 
de medios puestos al sen·icio del Estado para la obtención del bienestar 
' el progreso que se haya propuesto alcanzar el pueblo soberano. Esto 
es el Derecho, considerado desde la fuente originaria que lo produce: el 
l�ueblo. Es decir, el Derecho no es otra cosa que lo expresado por el ar­
ticulo 39 de nuestra Constitución al hablar de la soberanía. 
. La soberanía radica originaria y esencialmente en el pueblo y con­
Siste, en esencia, en la capacidad que tiene ese mismo pueblo para 
auto-gober-narse: es decir para dar·se un gobierno, para determinar su 
organización y funcionamiento; para darse sus leyes fundamentales; 
Precisando que, en todo caso, el poder se instituye para beneficio del 
mismo pueblo. Esto es lo que dice el artículo 39 constitucional. 
14 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
1.4. RESUMEN 
Esta unidad puede ser considerada como una especie de introduc­
ción al estudio del Derecho Constitucional, de manera que al recordar lo 
que es la sociedad, lo que es el Estado y lo que es el Derecho, en general, 
solamente se busca definir el marco de referencia de nuestra asignatura. 
La sociedad es definida en función de su propia organización, como 
un pueblo capaz de auto-gobernarse. Es decir, como un pueblo asenta­
do establemente en un determinado territorio, capaz de determinar la 
forma de organización política que más le convenga; capaz de instituir 
órganos y procedimientos de creación y ejecución de normas jurídicas; 
capaz de organizarse en Estado libre e independiente, a quien se le en­
comiende la realización de los diversos fines que le sean inherentes o 
propios. 
El Derecho Constitucional se ocupa del estudio de la Constitución, 
en cuanto manifestación de la voluntad soberana del pueblo. Dicha Cons­
titución, entre otros elementos, o entre otras materias, regula la forma 
en quese crean los diversos órganos del Estado y los diferentes procedi­
mientos de producción y ejecución de las normas jurídicas. 
Como sabemos, existen varias ciencias sociales que, entre sus obje­
tos de estudio, tienen los importantes temas de la sociedad y del Estado. 
Varias ramas del Derecho inclusive examinan el tema del Estado. Así 
pues, es conveniente que el lector, como siempre, trate de sumar cono­
cimientos, tomando muy en cuenta esos diversos apuntes proporciona­
dos por las ciencias de referencia, a fin de entender mejor y comple­
mentar la idea ya expresada del Derecho Constitucional sobre los temas 
expuestos en esta unidad. 
Unidad 2 
Concepto y ubicación 
del Derecho Constitucional 
RAúL CoNTRERAS BusTAMANTE' 
2.1. CONCEPTO Y ELEMENTOS 
DE DERECHO OBJETIVO 
Como señala el Diccionario Jurídico Mexicano, para la inmensa ma­
yoría de los juristas, "el derecho constituye un conjunto -orden, siste­
ma- de normas o disposiciones de cierto tipo, al cual denominan dere­
clw objetivo para distinguirlo de otros usos o sentidos de la palabra 
derecho". El predicado objetivo se utiliza para diferenciar -u oponer el 
orden jurídico al derecho subjetivo (en el sentido de permisiones o recla­
mos jurídicamente justificados)" .1 
El término derecho objetivo, se utiliza como sinónimo de orde11 jurí­
dico e igualmente se asocia o identifica con la idea de derecho positivo, 
es decir, como norma. Rafael de Pina, lo define como "el conjunto de 
las normas que forman el sistema jurídico positivo de una nación".2 
Derecho subjetivo, consecuentemente, es el derecho considerado 
como facultad de uno o varios individuos. Facultad resultante de la 
norma. 
Doctor en Derecho, UNAM. Cated1·ático titular de Derecho Constitucional por opo­
sición abierta de la Facultad de De1·echo de la UNAM v Catcd1·ático en la División de Estu-
dios de Posgrado de la misma Institución. 
. 
1 Diccio11ario Jurídico Mexica11o. Instituto de Investigaciones Jurídicas. 6". L'd., Po­
rrúa y UNAM, México, 1993, pp. 1020 y 1021. 
2 DE PiNA, Rafael. Diccio11ario de Derecho. 22". ed., PmTúa, México, 1996, p. 238. 
15 
16 JFORÍA DE LA CONSTITlJCil)N 
El derecho objetivo es la norma que autoriza, que inYiste, que facul­
ta; mientras el derecho subjetivo es la facultad o permisión jurídica­
mente fundamentada. 
Siguiendo este orden de ideas, se ha dicho que el Derecho Constitu­
cional es un dereclzo ohjeti\'0, toda Yez que de él se desprenden todas las 
demás ramas de la Ciencia Jurídica. 
Si bien es cierto que existen ramas jurídicas mucho más antiguas 
que el propio Derecho Constitucional, dentro del Estado contemporá­
neo -resultado de la adopción del Cmzstitucionalisnw como filosofía 
jurídico-política comúnmente aceptado por la casi totalidad de los paí­
ses, jerárquicamente la Constitución es la Ley Suprema; y, por lo tanto, 
ninguna norma puede contradecir ni ir más allá de lo que dispone la 
misma norma constitucional. 
La Constitución es la norma que precede, es decir, es dereclzo objeti­
vo y por lo tanto, las demás ramas del Derecho son facultadas para de­
sarrollarse, su tratamiento en la norma constitucional constituye una 
función normativa derivada, es decir, son derecho subjetivo, lo que cons­
tituye la primacía o supremacía del Derecho Constitucional respecto de 
las demás ramas de la Ciencia Jurídica. 
2.2. CARACTERES 
DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 
Antes de entrar al análisis del concepto del Derecho Constitucional 
y sus diversas interpretaciones hechas por distintos autores, nos referi­
remos primero a sus caracteres entendiéndose por este enunciado, a los 
rasgos distintivos de nuestra materia de estudio. 
El nacimiento del Derecho Constitucional, como disciplina jurídica 
autónoma, data de fines del siglo XVIII y principios del XIX. Según el 
profesor argentino Pablo A. Ramella, "las primeras cátedras se impar­
tieron en Ferrara, Italia, enseñadas por Giuseppe Campagnoni di Luzo. 
Después, hicieron lo mismo en Pavia, Boloña y en París; y es precisa­
mente en territorio francés donde la materia cambia de nombre de De­
reclw Público, por el de Derecho Constitucionaf".l 
El surgimiento de las primeras Constituciones y su propagación ha­
cia diversos países, estuvo inducido por una corriente filosófico-política, 
que se conoce como "Constitucimzalisnzo ", que dio origen a los llama­
dos Estados de Derecho, cuya característica sobresaliente es la sumisión 
del gobierno a las normas jurídicas, es decir, la institucionalización de 
l R·\MLLLA. Pablo A. /Jereclw Cullsliluciollal. 3". ed .. Ediciones Depalma. Buenos Ai­
res. 1 <J86. p. l. 
co:-.;CFPTO Y UHICACIÚN - R. Contreras Bustamante 17 
la figura de la Constitución, como "la expresión del límite hasta donde 
ha llegado la conquista revolucionaria, porque en ella han quedado con­
sagrados los triunfos de las fuerzas de la libertad sobre las del despotis­
mo"".' Significa someter al poder del Estado dentro del ámbito del 
DL·recho. 
El autor ecuatoriano Rodrigo Bmja afirma, que las ideas generado­
ras del Constitucionalismo, esquemáticamente, se pueden resumir en 
cinco. Nos permitimos citarlas, puesto que pueden servir además, para 
entender el objeto y fin del Derecho Constitucional. 
l. La transformación del Estado, fundado en la pura arbitrariedad, 
en un Estado de Derecho; desapareciendo la antinomia entre so­
berano y súbdito. 
2. Consagración del principio de la soberanía popular, o sea, con­
versión en favor del pueblo, del concepto de la soberanía que du­
rante muchos años fue patrimonio exclusivo del rey. 
3. Sometimiento del pueblo, pero no a un poder de pura domina­
ción, sino a normas de Derecho, convertidas por el mismo pueblo 
en imperativos éticos que permitan la sana convivencia social. 
4. Imposición de un sistema de libertades al poder del Estado, que 
garantice la libre acción de los individuos y salvaguardarles una 
suma de derechos personales, frente al Estado. 
5. Promoción de un régimen de seguridad jurídica. Este destacado 
concepto implica, que los individuos adquieran certidumbre y 
confianza en la aplicación recta y efectiva del derecho en todos 
los casos.' 
Para el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio 
Colomer Viadel, "el Constitucimwlismo no es una teoría política que 
describe el poder ni el comportamiento político. Es una doctrina que 
sei1ala como debe ser el derecho positivo y como debe aplicarse e inter­
pretarse para alcanzar el estado de Derecho".o 
Según este autor hispano, el Derecho Constitucional tiene una triple 
dimensión: la primera, una perspectiva jurídica basada en la evolución 
�istórica-constitucional de las instituciones jurídicas y el desarrollo 
Ideológico v axiológico de los sentimientos v emociones que llegan a de­
c�ntarse en la idea de la Constitución; la s
.
egunda, una dogmática jurí­
dtca que mediante la técnica interpreta, describe y analiza el derecho 
4 BORJA. Rodrigo. Daecho Político v Cmislilucimwl. t·'. reimp . . Fondo de Cultura Econ
_
ún1ica. México. 1992. p. 308. 
' fde1n. p. 310. 
° COLOMER VtADEL. Antonio. Es!udios conslilllcimwles. Instituto de Investigaciones 
Jurídicas. UNAM. México. 1994. p. 17. 
18 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
establecido mediante la Constitución; y la última, una perspectiva que 
indague sobre los caminos de superación de crisis jurídicas y acarree 
elementos para la evolución jurídica "mejorativa", mediante la cual 
"pueda llegar a ser cierta la añeja afirmación de los clásicos de que: el 
hombre es la medida de las cosas".7 
La Constitución, como objeto principal de estudio del Derecho 
Constitucional. es el producto de la creación de la sociedad, que sinteti­
za la historia de un pueblo, que toma lo que le fortalece como nación y 
prohíbe los elementos fácticos que le han herido -para tratar de evitar 
su reproducción-; que procura interpretar su sociología y psicología 
social para formalizar sus costumbres, tradiciones, formas de ser y mo­
dos de querer ser; traduciendo todo ello en una Ley Fundamentalque 
garantice imperativamente su contenido. 
La jerarquía suprema de la Constitución solo puede entenderse 
como derivación de un principio filosófico fundamental: el de la Sohera-
11Ía Popular. Efraín de Polo Berna!, considera que la concepción subli­
mizada de la norma constitucional. "nos lleva a la despersonalización 
de la soberanía y a la afirmación de la Constitución como suprema" .s 
Según Feliciano Calzada Padrón, el concepto ideal del Derecho 
Constitucional, debe establecerse mediante una serie de condiciones. 
En primer término, se entiende que las normas constitucionales deben 
ser una premisa de justicia, y que indispensablemente implica la instau­
ración de un orden, para consecuentemente encarnar el valor de la 
seguridad. 
Agrega Calzada, que el Derecho Constitucional tiene como finalidad 
específica "la limitación de determinados poderes del Estado y de sus 
auxiliares, mediante actos que entrañan efectos bilaterales; de modo 
que las normas constitucionales refuercen una forma de vida plasmada 
en un orden institucional".� 
El Derecho Constitucional, como rama importante de la Ciencia Ju­
rídica, nos dice Ignacio Burgoa, está integrado "como un conjunto de 
normas cuyos atributos esenciales concurrentes son la hilateralidad, la 
imperatividad y la coercitividad. Estos atributos distinguen a la norma 
jurídica de las demás normas de conducta humana" .10 
7 ldt!l/1, pp. 20\ 21. 
H PoLo 8ER�AL, Eh·aín. :\lanzwl de Dereclw Constitucional. 1 ". ed., PorTÚa, México, 
1985, p. 3. 
9 CALZADA PADRo�. Feliciano. Dercclw Constituci()/wl, !·'. ed., Hada, México, 1990, 
p. 145. 
10 BuR<;oA, Ignacio. Derecho Constitucional Mexicano. 6a. ed . . PotTúa, México, 98S, 
p. 19. 
l O N C E PTO Y UBICACIÓN - R. Contrl'ras Bustamantl' 19 
Es decir, las normas constitucionales al regular la conducta externa 
del hombre, crean efectos vinculatorios frente a quienes se despliega, 
entrañando a la "bilateralidad". Igualmente, son "imperativas" o "autár­
<[llicas" -como las califica Burgoa-, porque se sobreponen a la volun­
tad de los sujetos cuya conducta encauzan de manera obligatoria, y por 
lo tanto, deben de considerarse también "/¡eten5nomas ", al ser impues­
tas por una voluntad superior, que es la del Estado. 
Consecuentemente, la coercitividad deviene de la capacidad que las 
normas jurídico-constitucionales tienen, para hacerse obedecer contra y 
sobre cualquier actitud que se oponga o las contravenga. Esta capaci­
dad coercitiva, aunada a los sistemas de auto-control constitucional, las 
hace por tanto, también gozar de la característica de la "inviolabilidad". 
El autor español Ignacio de Otto, complementa a nuestro parecer, 
la concepción que diferencia a las normas constitucionales del resto de 
las normas jurídicas ordinarias. Supremacía y positividad, son en su opi­
nión, dos rasgos distintivos de las normas constitucionales. 
La supremacía de las normas constitucionales, se constituye a partir 
de la jerarquía entre las disposiciones jurídicas, es decir, se identifican 
por la relación que guardan con las demás, por la superioridad respecto 
a la legislación, de toda creación normativa y de todos los actos de apli­
cación de la misma. "Todo lo que esté incluido en la Constitución o se 
inclu\'a en el futuro, tiene esa cualidad" .11 
Por lo que toca a la positividad, la entiende como una sustitución 
radical a los criterios e ideas que en la antigüedad daban preponderan­
cia al Derecho: ya no es la moral ni la historia lo que prefigura normati­
\ amente el contenido del ordenamiento jurídico, sino que basta con que 
esté establecido en el interior del ordenamiento constitucional. La posi­
tividad significa consecuentemente que lo constitucionalmente vigente 
no tiene límite algun9, ni temporal, ni social ni material. 
La etapa de integración internacional y la globalización que vive el 
mundo de nuestra época, está poniendo a prueba al Derecho Constitu­
cional. Algunos autores predicen catastróficamente la desaparición del 
Estado Nacional -y por ende la organización jurídica constitucional­
motivo por el cual, tratamos de buscar alguna opinión calificada al 
respecto. 
El catedrático emérito de la Universidad de Friburgo, Alemania, 
Conrado Hesse -quien asimismo fue Magistrado del Tribunal Constitu­
cional de ése país- sostiene que una vez creada la Unión Europea, no 
le cabe duda de que "el Derecho Constitucional no llegará completa-
1 1 DE Ono, Ignacio. Derecho Constitucional. Sistemas de Fuentes. 2". reimp., Ariel, 
Barcelona, 1 99 t, p. 1 S. 
20 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
mente a disolverse hasta el extremo de ser reducible a mero episodio de 
la historia constitucional" .12 Con independencia de la transformación 
que en el futuro llegue a tener la Unión Europea, su existencia presu­
pondrá siempre la de los Estados miembros y, con ello, la de sus res­
pectivas Constituciones. 
De esta manera, durante la progresiva integración del modelo euro­
peo -sin duda, el más avanzado- asistimos a una creciente concor­
dancia del Derecho Constitucional Nacional y Derecho Comunitario, 
como una concertación del Derecho Constitucional propio de los Esta­
dos-miembros, en las cuales comienzan a apuntar signos de un "Dere­
clzo Constitucional Común Europeo". 
Después de hacer estas actuales apreciaciones sobre el futuro de 
nuestra materia de estudio, Hesse penetra al fondo del tema y nos dice 
que el Derecho Constitucional goza de una singularidad que lo diferen­
cia de otras ramas jurídicas, no sólo en función de sus tareas y objeto; 
estas peculiaridades esenciales, son básicamente cuatro: 
a) Por .'íU rango o primacía. El Derecho Constitucional no puede ser 
derogado ni reformado por leyes ordinarias; ninguna disposición del or­
denamiento jurídico ni acto estatal puede contradecirlo; y todos los po­
deres públicos -incluido el Legislativo- están vinculados por la 
Constitución. 
h) La clase de sus reglas, de carácter abierto y vinculante. La Consti­
tución no es un sistema cerrado y ovni-comprensivo, es un ordenamien­
to abierto, que permite tomar en consideración cambios técnicos, eco­
nómicos y sociales, adaptarse a la evolución histórica a través de la 
reforma, con lo cual se asegura con ello un requisito fundamental de su 
propia existencia y eficacia. 
e) Su validez, como garantía inmanente. El Derecho Constitucional 
se diferencia de otras ramas jurídicas en que, no existe instancia que 
pueda imponer su observancia: el Derecho Constitucional tiene que ga­
rantizarse por sí mismo, lo cual supone la existencia previa de una con­
figuración que esté en condiciones de asegurar en lo posible tal garantía 
inmanente. 
d) Su capacidad para imponerse a la realidad social, su efectividad. 
Las normas constitucionales deben ser capaces de configurar y formar 
las circunstancias de la realidad histórica, pues cuanto más asuman las 
fuerzas y tendencias de cada época, mejor se podrán desplegar sus 
efectos. Para ello, es menester que tanto dirigentes políticos como go-
12 BRL'JllA, MAIIIOFLR. v()(,LL, I!LSSE, l!ti'DE. Almwal de Uereclw Cunslilucional. Insti­
tuto Vasco de Administración Pública. Marcial Pons, Ediciones Juddicas v Sociales, Ma­
drid. IYY6, p. 14. 
co-.:CEPTO Y UBICACIÓN - R. Contreras Bustamante 21 
bernados acepten como moralmente imperativo el contenido de la 
Constitución.1l 
La mayoría de los autores constitucionalistas omiten tratar uno de 
los aspectos básicos del Derecho Constitucional; y que precisamente, le 
lbn su categoría científica, que son sus fuentes. El Derecho Constitucio­
nal es una rama joven dentro de la Ciencia Jurídica, que tiene un carác­
ter llexible, que lo interacciona con la Ciencia Política, la Teoría del 
Estado, la Sociología, entre otras, pero se debe establecer que como 
todo derecho, debe de analizarse de acuerdo a la metodología jurídica. 
Rodrigo Borja, sostiene que son dos, substancialmente, las fuentes 
del Derecho Constitucional: la ley -la de categoría superior o constitu­
cional, así comolas leyes ordinarias dictadas con referencia a la propia 
Constitución- y; la costumbre.14 
Jorge Carpizo, 1' resume de manera más integral -a nuestro pare-
cer- a las fuentes del Derecho Constitucional que son: 
a) La Constitución; 
/J) La costumbre;16 
e) La jurisprudencia; 
d) Las leyes que reglamentan preceptos constitucionales; y, 
e) El derecho constitucional comparado. (Que actualmente es estu­
diado en Europa a veces hasta como un sustituto de la materia del De­
recho Constitucional). 
En esta época de la globalización, habrá indefectiblemente que 
agregar como otra fuente imprescindible, a los Tratados Internacionales 
suscritos por un país y debidamente ratificados conforme a su marco 
constitucional. 
Y ya que a metodología jurídica nos referimos, resulta congruente 
regresar a la consulta obligada del maestro Burgoa, 17 quien establece 
tres distintos métodos de investigación del Derecho Constitucional: 
l. El lógico-jurídico de interpretación.-Para desentrañar los princi­
pios y precisar el sentido, alcance y operatividad de las normas 
constitucionales. 
ll 
ldelll, pp. 6-9. 
14 B . . 
_ OR.JA, Rodngo. op. Cll., pp. 313 V 314. h ' . l\RP!I.o, Jm·ge. Estudios Constituciollaln. 2a. ed., La Gran Enciclopedia Mexicana, UNAM, México. 1983, p. 288. 
16 El maestro Daniel Moreno agrega a la costumbre, el concepto "las tradiciones", ar­gumentando 4ue éstas tienen una mayor influencia en los países de Constitución flexible; asunismo incluve a la Duclrina. MoRENo DiAZ, Daniel. Derecho Collsliluciunal Atexicmw. 
2"· cd., Pax-Me.x, México, IY73, pp. 20 Y 21. 
17 BURGOA, Ignacio. up. cil., p. 28. 
22 TEORÍA DE LA CONSTIT!ICI(lN 
2. El lzistórico.-Para comparar las normas con las que las prece­
dieron y evaluar la evolución constitucional. 
3. El crítico valorativo.-Que considere los aspectos social, político 
y económico del ser, modo de ser y querer ser del pueblo o na­
ción de que se trate; y los juzgue a la luz de las teorías filosóficas, 
políticas, sociales y económicas. 
2.3. EL CONCEPTO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 
2.3.1. CARL SCHMITI 
Para el maestro alemán Carl Schmitt, el Derecho Constitucional se 
entiende como una consecuencia de la existencia de la Constitución 
misma. Según su particular punto de vista, el surgimiento de la Consti­
tución germana de Weimar en 1919 -dentro de la corriente de influen­
cia del Estado liberal-burgués- creó la necesidad de erigir una Teoría 
o Ciencia de la Constitución, como resultado de una tendencia inevita­
ble del mundo occidental. Es decir, podemos inferir que para este nota­
ble tratadista, el Derecho Constitucional es aquél que se encarga, conse­
cuentemente, del estudio de la Constitución. 
En 1927, en su "Teoría de la Constitución",18 este autor dice que 
cualquier hombre, entidad u objeto, se encuentra de alguna manera en 
una "constitución", pero para la materia de nuestro estudio, esa palabra 
se debe limitar a la "Constitución" de un Estado, es decir, a la unidad 
política de un pueblo. 
2.3.2. KARL LOEWENSTEIN 
Este autor, también de origen alemán, publicó a fines de los años 
cincuenta, otra obra intitulada en español "Teoría de la Constitución",19 
que aportó un enfoque novedoso al análisis de la materia constitucional. 
Aunque su método de estudio se aleja del ámbito riguroso de lo jurídi­
co-normativo y se acerca más al de la Ciencia Política, la posición de 
este investigador del constitucionalismo, resulta imprescindible para 
poder conceptualizar y comprender en su justa medida, la importancia 
que la sociedad contemporánea ha dado a la Constitución. 
Como premisa fundamental de su teoría, destaca que es el fenóme­
no del Poder la clave para comprender a la sociedad estatal. El poder 
político debe ser conocido, observado, explicado y valorado en cuanto a 
1 H SUIMilT, Carl. Teoría de la Cu11slilllción. 1·'. reimp .. Alianza Editorial. Madrid, 
1 YY2, p. 3. 
19 LoEWENSTEIN, Kad. Teoría d<! la Conslitucióll. Aricl, Barcelona, 1 Y82, pp. 23 y ss. 
co"iCEI'TO Y U H I CAC I ClN - R. Co11t1Tra' Hu,tama11te 23 
sus manifestaciones y resultados, con lo cual establece una Cratología o 
Ciencia del Poder. 
El Estado Constitucional y por ende, el Constitucionalismo, se resu­
men en el hecho de un acuerdo de la comunidad sobre una serie de re­
l..'.las lijas, que obligan tanto a los dcte11tadores como a los destillatarios 
�kl poder, como el mejor medio para dominar y evitar el abuso del po­
der político por parte de los gobernantes. Ese mecanismo organiza a las 
reglas en un documento formal: la Constitución. Es decir, Loewenstein 
ddine al Derecho Constitucional como el mejor instrumento para con­
trolar el uso del Poder Político. 
Generalizando dentro de la Teoría Constitucional, Loewenstein con­
sidera como elementos fundamentales e irreductibles de toda auténtica 
Constitución: 
• La diferenciación de las tareas estatales y su distribución entre di­
\ ersos órganos del Estado o detentadores del poder, para evitar la 
concentración del poder y generar la autocracia. 
• El establecimiento de mecanismos de coordinación entre los di­
versos detentadores del poder. Frenos y contrapesos, como dispo­
sitivos para la limitación del poder político. 
• La conformación de procedimientos para la resolución de conOic­
tos y bloqueos entre los diferentes detentadores del poder autóno­
mos, para que no lo hagan por sus propios medios y sometan el 
proceso del poder a una dirección autocrática. 
• El método racional de reforma constitucional, para la adaptación 
pacífica del orden normativo a las cambiantes condiciones socia­
les y políticas para evitar la ilegalidad, el uso de la fuerza o en 
caso extremo, la revolución. 
• Por último, la Ley Fundamental debe de contener un reconoci­
miento expreso de ciertas esferas de autodeterminación indivi­
dual, o sea, derechos individuales y libertades fundamentales, así 
como los recursos legales que garanticen su protección frente a 
los detentadores del poder.20 
2.3.3. MANUEL GARCÍA PELAYO 
Este autor español, hace un profundo análisis respecto al concepto 
del Derecho Constitucional y al elemento individualizado que le da su 
objeto de estudio, que es la Constitución, partiendo básicamente de una 
crítica al aspecto racional-normativo clásico. Esto es, si bien acepta que 
el Derecho Constitucional es la "ordenación de las competencias supr·e-
20 Lor.wE:-<STEIN, Karl. op. cit., pp. 153 y 154. 
24 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 
mas de un Estado", dice que esta ciencia no se agota en ellas. El Dere­
cho Constitucional vigente "no es la pura norma, sino la síntesis de la 
tensión entre la norma y la realidad como la que se enfrenta".�1 
Según este autor hispano -quien en la parte final de su vida presi­
dió el Tribunal Constitucional de su país, al fin del franquismo v la 
reinstauración del constitucionalismo- el estudio del Derecho Consti­
tucional se desarrolla mediante las disciplinas siguientes: 
l. Derecho Constitucional Particular.-Cuyo objeto es interpretar, 
sistematizar y en ocasiones, criticar a las normas jurídico-consti­
tucionales vigentes de un Estado determinado. Se trata pues, de 
una de las disciplinas que integran la jurisprudencia de un orden 
jurídico positivo dado. 
2. Derecho Constitucional Comparado.-Su misión es destacar sin­
gularidades y contrastes del estudio teórico entre las normas jurí­
dico-constitucionales de varios Estados. 
3. Derecho Cmzstitucimzal Gerzeral.-Es una especie de Teoría Gene­
ral del derecho constitucional democrático-liberal. A diferencia 
del Comparado, aquí no se busca destacar singularidades o con­
trastes, sino solamente notas generales y comunes durante un 
tiempo dado o bien, de un sistema determinado. 
El origen y formación del Derecho Constitucional, como ciencia au­
tónoma y sistemáticamente ordenada, tiene lugar -en opinión de este 
autor- hasta entrado el siglo XIX, con la cristalización del Estado Cons­
titucional, concretamente motivada por la transformación fundamental 
de la estructura jurídico-político tradicional

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