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Filosofia1 (1)

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B4. DOC. MARIA ZALAZAR.
FILOSOFIA
CLASE 1
Concepto de Derecho: (NINNO)
¿Qué es el derecho?
Las dificultades para definir "derecho" que enfrentan algunos juristas y la gente en general, tienen su origen en la adhesión a una cierta concepción sobre la relación entre el lenguaje y la realidad, que hace que no se tenga una idea clara sobre los presupuestos, las técnicasy las consecuencias que deben tenerse en cuenta cuando se define una expresión lingüística, en este caso "derecho". Se piensa que los conceptos reflejan una presunta esencia de las cosas y que las palabras son vehículos de los conceptos. Esto supone que la relación entre los significados de las expre- siones lingüísticas y la realidad consiste en una conexión necesa-ria que los hombres no pueden crear o cambiar sino sólo reconocer, detectando los aspectos esenciales de la realidad que deben, ineludiblemente, estar recogidos en nuestros conceptos. Esta concepción sostiene que hay una sola definición válida para una palabra, que esa definición se obtiene mediante intui-ción intelectual de la naturaleza intrínseca de los fenómenos denotados por la expresión, y que la tarea de definir un términoes, en consecuencia, descriptiva de ciertos hechos. Hermann Kantorowicz se refiere de este modo a la concepción que estamos comentando, a la que denomina "realismo verbal". A este enfoque se opone una concepción "convencionalista"acerca de la relación entre el lenguaje y la realidad que es defen- dida por la llamada "filosofía analítica". Los filósofos analíticos suponen que la relación entre el lenguaje —que es un sistema de símbolos— y la realidad ha sido establecida arbitrariamente por los hombres y, aunque hay un acuerdo consuetudinario en nombrar a ciertas cosas con determinados símbolos nadie está constreñido, ni por razones lógicas, ni por factores empíricos a seguir los usos vigentes.
Esta pregunta es, quizá, la que mayor escozor y desorientación provoca entre los juristas. La palabra "derecho" es ambigua, y para colmo tiene la peor especie de ambigüedad, que es, no la mera sinonimia accidental, sino la constituida por el hecho de tener varios significados relacionados estrechamente entre sí; ya que en algunos casos puede ser visto como un “derecho objetivo” osea un sistema de normas u ordenamiento jurídico; por ej. –el derecho argentino prevee una pena capital-.Otras puede ser visto como un “derecho subjetivo” como facultad, atribución, permiso, posibilidad, etcétera; por ej.-tengo derecho a vestirme como quiera-. Y otras veces en la tercera frase, la palabra derecho se refiere a la “investigación”, al estudio de la realidad jurídica que tiene como objeto el derecho en los dos sentidos anteriores (¡qué lamentable que la misma palabra haga referencia tanto al objeto de estudio como al estudio del objeto!). por ej-. El derecho es una de las discplinas teorícas mas antiguas-.
El último inconveniente que presenta "derecho" en el lenguaje corriente es su carga emotiva. "Derecho" es una palabra con significado emotivo favorable. Nombrar con esta palabra un orden social implica condecorarlo con un rótulo honorífico y reunir alrededor de él las actitudes de adhesión de la gente. Cuando una palabra tiene carga emotiva, ésta perjudica su significado cognoscitivo. Porque la gente extiende o restringe el uso del término para abarcar con él o dejar fuera de su denotación los fenómenos que aprecia o rechaza, según sea el signifiado emotivo favorable o desfavorable. Esto lo veremos en detalle en las siguientes teorías:
IUSNATURALISMO Y POSITIVISMO: 
La vieja polémica entre el iusnaturalismo y el positivismo jurídico gira alrededor de la relación entre derecho y moral. Una descripción simplista del contenido de esa polémica diría que, mientras que el iusnaturalismo sostiene que hay una conexión intrínseca entre derecho y moral, el positivismo jurídico niega tal conexión.
La concepción iusnaturalista puede caracterizarse diciendo que ella consiste en sostener conjuntamente estas dos tesis: 
a) Una tesis de filosofía ética que sostiene que hay principios morales y de justicia universalmente válidos y asequibles a la razón humana.
b) Una tesis acerca de la definición del concepto de derecho, según la cual un sistema normativo o una norma no pueden ser calificados de "jurídicos" si contradicen aquellos principios morales o de justicia.
Si alquien rechaza alguna de estas tesis, aun cuando acepte la otra (suponiendo que ello sea posible), no será generalmente considerado un iusnaturalista.
Si bien todos los iusnaturalistas coinciden substancialmente en defender estas dos tesis, discrepan acerca del origen o fundamento de los principios morales y de justicia que conforman el llamado "derecho natural" y acerca de cuáles son tales principios.
El iusnaturalismo teológico, cuyo más destacado representante fue Santo Tomás de Aquino, sostiene que el derecho natural es aquella parte del orden eterno del universo originado en Dios que es asequible a la razón humana. Ningún orden positivo tiene fuerza obligatoria si no concuerda con los principios de derecho natural.
El iusnaturalismo racionalista considera que el derecho natural no deriva de los mandatos de Dios sino de la naturaleza estructura de la razón humana.
Tambien se encuentra la concepción “historicista” Esta concepción pretende, pues, mostrar que ciertas normas o valoraciones derivan de determinadas descripciones o predicciones acerca de la realidad; es decir que lo que debiera ser se infiere de lo que es o será.
Otra concepción esta basada en “la naturaleza de las cosas” teniendo en cuenta que ciertos aspectos de la realidad poseen fuerza normativa, y constituyen una fuente de derecho a la cual debe adecuarse el derecho positivo.
Con respecto al POSITIVISMO puede considerarse que tiene posiciones muy ambiguas, algunas de las principales son: 
-el escepticismo ético: Muchos juristas identifican el positivismo con la tesis de que no existen principios morales y de justicia universalmente válidos y cognoscibles por medios racionales y objetivos. Sostienen que los únicos juicios cuya verdad o falsedad es decidible racionalmente son (fuera de los juicios analíticos cuya verdad está determinada por su estructura lógica) los juicios que tienen contenido empírico. Sin embargo, no todos los positivistas comparten esta tesis de filosofía ética. Lejos de ello, pensadores como Bentham y Austin, los que pueden ser considerados fundadores del positivismo jurídico moderno, creían en la posibilidad de justificar racionalmente un principio moral umversalmente válido del cual se derivan todos los juicios valorativos: es el llamado "principio de utilidad", el cual sostiene, en substancia, que una conducta es moralmente correcta cuando contribuye a incrementar la felicidad del mayor número de gente.
De este modo, no es correcto identificar el positivismo jurídico con el escepticismo ético. debemos concluir que no es esencial a la posición positivista el rechazo de la primera tesis del iusnaturalismo. La creencia de que hay principios morales y de justicia universalmente válidos y racionalmente justificables es perfectamente compatible con la concepción positivista del derecho.
-el positivismo ideologico: cualquiera que sea el contenido de las normas del derecho positivo,éste tiene validez o fuerza obligatoria y sus disposiciones deben ser necesariamente obedecidas por la población y aplicadas por los jueces, haciendo caso omiso de sus escrúpulos morales. pretende que los jueces asuman una posición moralmente neutra y que se limiten a decidir según el derecho vigente.
-el formalismo jurídico: el derecho está compuesto exclusiva o predominantemente por preceptos legislativos, o sea por normas promulgadas explícita y deliberadamente por órganos centralizados, y no, por ejemplo, por normas consuetudinarias o jurisprudenciales. También sostiene esta concepción que el orden jurídico es siempre completo —o sea no tiene lagunas—, consistente —no presenta contradicciones—, preciso —sus normas no son ni vagas ni ambiguas. va unido al positivismoideológico que acabamos de examinar. Esto es así porque, por un lado, el positivismo ideológico defiende, en general, la absoluta sumisión de los jueces a los mandatos legislativos —lo que presupone que el derecho está compuesto sólo por leyes— y, por otro lado, el postulado del positivismo ideológico, de que los jueces deben decidir siempre según normas jurídicas y no según otro tipo de principios, presupone que las normas jurídicas siempre ofrecen una solución unívoca y precisa para cualquier caso concebible.
-positivismo metologico o conceptual: las proposiciones acerca de lo que el derecho dispone no implican juicios de valor y son verificables en relación a ciertos hechos observables empíricamente.
En conclusión hay ciertas razones de peso en favor de la posición adoptada por el positivismo metodológico o conceptual respecto de la definicióde "derecho", pero también nos permite advertir que la elección entre esta posición y la del iusnaturalismo no implica tomar partido acerca de alguna cuestión filosófica profunda sino acerca de una mera cuestión verbal. Una controversia acerca del significado que tiene o que debe dársele a cierta palabra —como lo es, en definitiva la controversia entre el iusnaturalismo y el positivismo conceptual— no representa (una vez identificada como tal) ningún obstáculo insalvable para el progreso de las ideas. Aun si las partes no se ponen de acuerdo (y, al fin y al cabo, ¿quién es uno para legislar cómo cierta palabra debe ser usada por los demás?), ellas pueden entenderse perfectamente si distinguen cuidadosamente el significado diferente que cada parte le asigna la palabra y si proceden a traducir lo que se dice en un lenguaje al lenguaje alternativo. Como se ha sugerido antes, todo lo que se dice en el lenguaje positivista puede ser traducido al lenguaje iusnaturalista, y viceversa.
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¿Por qué la gente odia la teoría del derecho? (RIDALL)
Puede haber varias razones: 
1-debido al no entendimiento de lo que se lee por “teoría del derecho”. 
-Una razón puede ser que al no haber estudiado filosofía no conocen el significado de algunas palabras o expresiones tan comunes entre los filósofos como dominio pleno estar en posesión o no saber palabras muy comunes entre los abogados como ontología o epistemología. 
-Otra razón puede ser la falta de conocimiento exacto sobre otras palabras que son de carácter más general y que no están restringidas a la filosofía.
-O también por no saber que palabras que son usadas de modo general tienen un significado diferente en la teoría del derecho
2- gran parte de la teoría del derecho ha sido escrita por filósofos y juristas, es por eso que el estudiante de derecho entra en un ámbito ajeno a él lo mismo sucede cuando entra en el mundo de la filosofía y queda sorprendido ya que aquí las las presiones no existen. El discurso puede saltar de un tema otro sin previo aviso y pueden tratarse aspectos irrelevantes que terminan por olvidar a que eso de lo que el tema quería tratar. 
Otra cosa de la que un estudiante de derecho se da cuenta es que algunos filósofos prefieren usar palabras poco comunes en lugar de aquellas que son reconocidas, así Societario se prefiere “asocial” y “paradigmas” a ejemplos. De un modo similar, las palabras se sustituyen por frases entre otras cuestiones. 
No pasará mucho tiempo hasta que el estudiante Derecho se dé cuenta de qué el propósito de algunos autores no es la claridad si no la confusión. 
3-Los estudiantes de derecho esperan que un tema tenga un contenido reconocible. Esperan un punto y un final. Pero no hay ninguna norma acerca de lo que puede ser dicho y de lo que no. Y aquí el juego está abierto a cualquier cosa. 
4-Los estudiantes esperan que las cuestiones que se tratan dentro de un tema tengan siempre límites bien marcados. Así pues, es desorientador encontrar quien la teoría del derecho faltan los límites que delimitan las áreas de otras asignaturas de derecho
5-Los estudiantes esperan encontrar programas de estudios derecho que tengan límites bien claros. Así resulta perturbador encontrarse con que los límites que normalmente se establecen para delimitar las materias de las que trata el derecho no pueden encontrarse en absoluto. La teoría del derecho comparte campos de estudios con la ética política historia y filosofía
6-Lo que aún estudiante de derecho lo toma por sorpresa es encontrar comentados los mismos asuntos y temas de forma repetitiva, ocurre porque mientras el área que abarca el derecho es muy amplia y su expansión muy rápida al haber más leyes que juristas el contenido de la teoría del derecho provoca que se vuelva a hablar una y otra vez de los mismos temas. Los estudiantes están acostumbrados a leer comentarios sobre una nueva legislación o casos que abren nuevos campos 
7-también sucede que cuando un estudiante Derecho empieza leer un artículo puede encontrarse bastante lejos de las ideas del pensador que se supone que está estudiando.
¿Cómo se lo puede solucionar?
No esperar que los juristas una vez que han planteado una cuestión de en una solución.No esperar que los juristas expongan sus teorías siguiendo un orden lógico.Aceptar que los juristas adapten sus ideas a lo largo de sus vidas.Entre otras cuestione
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¿Qué es justicia? (CAMPBELL)
Justicia es uno de esos términos morales y políticos centrales que reivindican su importancia universal y ocupan un lugar central en todas las teorías sociales y políticas. En efecto, para muchos teóricos es el concepto principal que estructura la vida pública, a pesar de que se ve cada vez más eclipsado por la atención global concedida a los derechos humanos. El desacuerdo abunda acerca de qué significa llamar justa o injusta a una situación, que tipo de acciones son justas o injustas y cómo deberíamos proceder al tratar estas controvertidas cuestiones. La justicia puede estar provechosamente ligada a la distribución en un sentido amplio que va más allá de la adjudicación de beneficios y cargas económicos y políticos, e incluye también principios no comparativos, retributivos y de rectificación.
Quienes sostienen que es esencialmente una virtud negativa afirman que la justicia tiene que ver en gran medida con la forma en que las personas no deberían tratarse las unas a las otras. En la medida en que es una virtud positiva o que prescribe acciones, tiene que ver con corregir errores a través del castigo, asegurando compensaciones para las víctimas o, en otro sentido, respondiendo adecuadamente a la perpetración de injusticias. Esto explica por qué a través de los siglos las teorías de la justicia tienden a reflejar las injusticias percibidas en cada época, sea que estén relacionadas con la propiedad, el género, la raza o el poder.
Otras asociaciones conceptuales de la justicia están basadas en el hecho de que la justicia es un ingrediente normal del lenguaje de la legitimidad. Los regímenes políticos utilizan su papel de promotores de la causa de la justicia. No obstante, la justicia se usa también para expresar ideales perfeccionistas acerca de las mejores formas de relaciones humanas en la más utópica de las sociedades, aquella que no se puede esperar que ningún Estado real alcance. 
Otra cuestión importante es la relativa al presupuesto según el cual la justicia es principalmente una virtud pública o política, en el sentido de que tiene que ver con la conducta y objetivos de los Estados, los funcionarios y los organismos públicos, antes que con las cuestiones puramente económicas o domésticas que constituyen la esfera privada. De allí la asociación de la justicia con el derecho y las políticas públicas. En efecto, la justicia es considerada normalmente como la virtud legal que está generalmente fuera de lugar en las relaciones personales. 
La justicia es vista a menudo como una norma deóntica o imperativa con una fuerza particularque no permite retrasos, desviaciones o compromisos. 
La Justicia y La ideología:
La justicia podría verse también como ideológica en un sentido más específico y despectivo, popularizado por Marx, conforme al cual ofrece una falsa visión de una situación ideal de igualdad y equidad que en realidad enmascara y perpetúa relaciones de poder opresivas. De este modo, la justicia en un sistema capitalista es la ideología de la clase dominante en el sentido de que representa los intereses de los capitalistas y pretende legitimar falsamente las relaciones sociales y económicas existentes como si fueran instituciones objetivamente a favor de los intereses de todas las clases. 
Aunque no hay duda de que todos los conceptos morales y políticos forman parte de la cultura y la retórica que sostienen las relaciones de poder existentes, he señalado ya que el lenguaje de la justicia se usa con frecuencia para criticar las relaciones de poder existentes, haciendo inverosímil argumentar que la justicia esconde siempre la legitimación del estatus quo, aunque no hay duda de que a veces lo hace. Sin embargo, todas las teorías vigentes de la justicia son ideológicas en el sentido débil de que están inmersas en una visión particular del mundo. De este modo, es ilustrativo comparar las ideologías libertaria, liberal del bienestar y comunitarista de la justicia, incluso si resulta que dichas ideologías no son todas igualmente autointeresadas.
La justicia libertaria pone el énfasis en los derechos individuales como base irreducible para la organización social; la justicia se refiere al hecho de que cada individuo debe obtener aquello para lo que tiene un título en virtud del ejercicio de dichos derechos. Para el libertarianismo, la justicia es una estructura normativa dentro de la cual los individuos pueden perseguir sus propios objetivos sin vulnerar los derechos de los demás. Es limitada, precisa y rigurosa. La justicia libertaria tiene más que ver con la libertad que con la igualdad. 
La ideología del liberalismo del bienestar, del que Rawls puede ser tomado como un representante moderado, también concede un lugar central a los derechos individuales, pero está más preocupado por la justicia como una cuestión de distribución general de cargas y beneficios en una sociedad en la que tanto los resultados como el procedimiento son variables importantes. 
El comunitarismo se distingue por su rechazo de las formas más extremas de individualismo, de acuerdo con el cual las sociedades son simples organizaciones para promover los intereses de los individuos cuyos valores y significado se establecen con independencia de la sociedad de la que forman parte. El comunitarismo se vuelve más ideológico en un sentido político estricto cuando adopta o bien la forma de un compromiso conservador tradicional de preservar las relaciones sociales existentes, o bien la forma de un movimiento activo comprometido con la creación de un ideal de comunidad genuina. 
Un análisis basado en los meritos 
Podríamos adoptar la perspectiva más tradicional de acuerdo con la cual el concepto de justicia se define como «dar a cada uno [o una] lo que merece», con las distintas concepciones de la justicia indicando qué va a contar como lo que merece una persona de acuerdo con diferentes visiones morales. Así, Miller (1976) sostiene que «el estado de cosas justo es aquel en el que cada individuo tiene exactamente aquellas cargas y beneficios que merece» (p. 20) y sigue diciendo que «las cuestiones importantes sobre la justicia surgen cuando tratamos de establecer qué significa realmente el “mérito” de una persona». Por análisis de la justicia conforme a «los méritos» entiendo un análisis que tiene en cuenta consideraciones de valor individual como factor necesario y fundamental en la determina ción de qué es justo. Se sigue de esto que hay una conexión necesaria entre justicia y mérito, primero en el sentido amplio que de la justicia en todos sus aspectos tiene que ver con tratar a las personas como seres de igual valor en el sentido de que sus experiencias y acciones como criaturas sensibles y responsables tienen la misma importancia intrínseca, y segundo en el sentido más restringido de que tal tratamiento permite y requiere relacionarse con la gente de manera diferente según sus méritos, es decir, según lo que merecen en virtud de su conducta.
Priorizar la justicia 
La idea de la justicia igualitarista y basada en el mérito capta de modo más acertado el sentido del lenguaje de la justicia en sus usos más característicos, haciendo hincapié tan ­ to en la igualdad como en el mérito, y sin com prometeros con la idea de queel valor social pri ritario es o bien la igualdad sustantiva o bien el trata iento conforme con el mérito.
La popularidad de la justicia como un concepto político se refleja en la visión de Rawls de que «la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento» En otras palabras, cualesquiera sean los valores morales que una sociedad quiera realizar, antes debe haber alcanzado la justicia.Es aceptado que, al menos en cuestiones distributivas, «la justicia es una virtud muy importante, tal vez la virtud más importante desplegada por una sociedad»-
Mas alla de la distribución 
Un punto de partida útil en esta cuestión es el influyente análisis de la justicia que proporciona el filósofo de la Ilustración escocesa David Hume (1739). Para Hume la justicia es un dispositivo convencional para preservar el orden social a través de la resolución de las disputas entre individuos que tie nen pretensiones incompatibles sobre recursos relativamente abundantes, aunque no obstante escasos. Esto significa, en el caso de Hume, que la justicia tiene que ver principalmente con un sistema de propiedad, pero su visión puede ser entendida de manera más general como la tesis según la cual la justicia tiene que ver con la distribución de cargas y beneficios, y en particular con la distribución de recursos escasos. De este modo, la injusticia pude ser vista como un tipo de situación en la que una persona o grupo de personas recibe erróneamente menos o más que otras personas o grupos. Esto hace de la justicia esencialmente una cuestión de comparaciones desfavorables en disputa, relacionadas con la adjudicación en una sociedad o en un grupo de objetos y experiencias deseables y no deseables. 
Rawls adopta una visión de la justicia fundamentalmente distributiva, sostiene que la justicia implica la maximización de los beneficios siempre que aquellos que están peor se beneficien en alguna medida. 
Una disputa más radical sobre justicia y distribución es la relacionada con la afirmación de que es fundamentalmente erróneo vincular la justicia con cualquier tipo de propósito distributivo. Así, Hayek niega que la distribución de cargas y beneficios sea la consecuencia de un proceso distributivo, y sostiene que ninguna noción de justicia social o distributiva tiene, por tanto, sentido alguno.
Se debe resaltar que la tesis de que existe una estrecha relación entre justicia y distribución de cargas y beneficios -de modo que la característica distintiva de la justicia se refiere al menos de manera fundamental a su relevancia en cuestiones distributivas-, es discutida por quienes concentran su atención en temas de poder social, económico y político, particularmente cuando el poder es visto como una forma de relación opresiva.
Con todas estas reservas, sigue siendo iluminador decir que la justicia tiene que ver con la distribución de cargas y beneficios entre las personas, defi nidas tales cargas y beneficios, aproximadamente, de modo que comprendan cualquier cosa o experiencia deseable o no deseable.
¿Qué es justo?
Se comienza por definir mejor las ideas de igualdad y mérito, los dos conceptos centrales de la perspectiva de la justicia basada en los méritos. Este análisis se aplica luego a la distinción corriente aunque problemática entre dos categorías distintivas de la justicia, legal y social, que permite profundizaren la idea de igualdad, particularmente en la máxima según la cual debemos tratar igual a los iguales. Luego algunas cuestiones epistemológicas generales sobre cómo podríamos proceder para adquirir el «conocimiento» relativo a la justicia sustantiva. En este contexto epistemológico, la igualdad aparece bajo la forma de imparcialidad, es decir, consideración equitativativa de todas las demandas distributivas, que es un método frecuentemente escogido para determinar qué es justo. Finalmente, algunas consideraciones más sobre los enfoques comunitaristas de la justicia.
Igualdad y merito 
En relación con un enfoque ecléctico y amplio respecto de la ¡dea de justicia, tal vez la especificación más prometedora del concepto de justicia más allá de la idea de distribución de cargas y beneficios sea que la justicia es la encarnación del antiguo principio; según el cual «la justicia es el propósito fijo y constante de dar a cada hombre lo suyo».
Sin embargo, hemos señalado ya que ni la prioridad moral ni el monopolio legal de la justicia se pueden dar por sentados, de modo que la extensión y naturaleza de la fuerza imperativa del «mérito» no deberían exagerarse.
Aquí se expondrán posibles criterios a aplicar para obtener una distribución justa:
-Miller incluye solo aquellos criterios que se refieren a «características y circunstancias personales». Sobre esta base este autor procede a identificar tres «interpretaciones [independientes] de la justicia que se podrían resumir en los tres siguientes principios: a cada uno de acuerdo con sus derechos; a cada uno de acuerdo con sus méritos; a cada uno de acuerdo con sus necesidades. 
-Honoré, quien establece dos enunciados sobre la justicia. Primero, «todos los hombres considerados meramente como hombres y dejando aparte su conducta o elecciones pueden reclamar una parte igual en todas aquellas cosas, que aquí se llaman ventajas, que generalmente se desean y que de hecho conducen al bienestar». El segundo enunciado es que «hay un número limitado de principios para el discernimiento y que la pretensión de los hombres a una parte igual en todas las ventajas puede ser modificada, restringida o limitada equitativamente a través de sólo dos factores centrales. Éstos son la decisión del reclamante o del ciudadano, por un lado, y su conducta, por otro»
Invidentemente, la idea que tiene Honoré de lo que yo llamo igualdad antecedente va más allá de la justicia puramente formal para afirmar que en algunos aspectos los seres humanos son iguales y que, por lo tanto, deberían recibir un tratamiento igual hasta tanto se den razones relevantes para tratarlos de manera diferente.
El presupuesto de la igualdad antecedente tiene que justificarse a través de la identificación de algunas características que posean todas las personas, de modo que pueda decirse de forma verosímil que es este hecho el que les conliere una relevancia o importancia intrínsecas. 
El análisis según los méritos deja abierta una vasta variedad de cuestiones dentro de sus parámetros morales, dado que aún queda por decidir qué rasgos de los seres humanos son fundamentales para su condición de agentes responsables, qué cuenta como mérito o demérito, y qué consecuencias tienen las diferencias individuales en la dimensión del mérito para el trato de los unos con los otros.
La esencia de la justicia formal 
Los teóricos contemporáneos de la justicia tienden a plantear la distinción entre justicia formal y material, igualando la primera con el derecho y la segunda con la moral o la política.
La justicia formal a menudo parece tener una conexión casi arbitraria con la justicia material, y generalmente es considerada como una cuestión secundaria a ser mencionada brevemente antes de proceder a tratar las cuestiones morales sustantivas que son equiparadas, aproximadamente, con la esfera de la justicia social. Esta separación, a su vez, coincide claramente con la tajante línea trazada por el positivismo jurídico entre lo que el derecho es y lo que debería ser.
Un sentido puramente formal de la justicia parecería tener un valor moral insuficiente para explicar la asociación entre derecho y justicia y la fuerza del sentimiento al que dan lugar las injusticias legales.
Si la justicia formal se define simplemente como la adecuada implementación de reglas preexistentes, entonces su importancia parece derivarse de la importancia de las reglas en sí. Si la regla está justificada, entonces se sigue que su aplicación está justificada, y esto es así -al menos prim a fa cie - en cada uno de los casos en los que se aplica la regla. La importancia moral de la justicia formal deriva del contenido de las reglas en cuestión y de los objetivos para los que han sido creadas.
Tambien se tiene en cuenta que la imparcialidad es un aspecto de la justicia que se aplica de manera relativamente independiente del contenido de las reglas. Es por ello que por ej; se le da preferencia al juez que no tiene ninguna conexión personal con las partes en el juicio, y que no se ve que tome partido en relación con las cuestiones que son objeto de disputa civil, pero que no obstante se interesará cuidadosamente por las cuesliones que están en juego.
Aunque el ideal de juez imparcial no es de ningún modo un requisito analítico de un sistema jurídico, tal ideal, junto con las reglas de la justicia natural ligadas a él, está tan íntimamente relacionado con la idea moderna sobre cuál es el modo adecuado de administración de justicia que encarna el tipo de justicia que se espera del derecho. Una vez que se ha notado esto es posible entonces articular el elemento común entre esta realzada idea de justicia formal, por un lado, y la justicia material o sustantiva, por el otro, dado que ambas tienen que ver con aspectos diferentes del trato de las personas como agentes responsables.
Según lo dicho, la justicia en la que está interesado el derecho es de un tipo similar a la justicia de la distribución.
El conocimiento de la justicia
Toda teoría de la justicia debe desarrollar o utilizar una teoría metaética que indique si podemos saber, y cómo, qué es justo, y una filosofía política normativa que indique cómo, a la luz de dicha teoría metaética, deben resolverse los desacuerdos sobre qué es justo..
Las teorías que asumen una teoría metaética escéptica tienen problemas específicos, en el sentido de que no habría criterios objetivos de verdad y falsedad o de corrección moral. De este modo, si se sugiere que, en ausencia de criterios morales objetivos que puedan ser usados para determinar qué es justo, las controversias sobre la justicia deben resolverse por representantes elegidos en asambleas legislativas. Pero esto es difícil de lograr.
La mayor parte de las teorías de la justicia, por tanto, intentan desarrollar o utilizar alguna teoría del conocimiento o epistemología que pueda servir para defender los juicios de valor necesarios para defender sus sugerencias sobre cómodebemos proceder, en tanto individuos y ciudadanos, al decidir qué es justo.
Las opiniones respecto a que es sustantivamente justo o injusto han sido vistas en ciertas tradiciones filosóficas como cuestiones esencialmente inciertas debido a que no existe un modo de establecer objetivamente aquello que en última instancia son cuestiones de preferencia individual.
Las objeciones a las creencias de sentido común sobre la justicia y otros valores fundamentales a menudo se expresan en términos “relativistas”. Los juicios de valor, incluidos aquellos sobre la justicia, se consideran todos relativos a lapersona o al grupo cuyos valores representan. Hablar de relativismo significa que la justicia y la injusticia varían de acuerdo con la persona cuya conducta se esté evaluando.
Deberíamos tener presente los específicos desafíos epistemológicos relacionados particular-
mente con la cuestión de qué es justo. Éstos tienen que ver con los aspectos de la justicia que se relacionan con su pretendido (1) estatus fundacional, (2)•uitiutilitarismo, y (3) no contextualismo o universalidad. 
Lo primero hace referenciaa la “autoevidencia”. Una vez obtenido nuestro consentimiento respecto de las percepciones morales autoevidentes,entonces tales teorías proceden a deducir de estas sencillas y abstractas proposiciones conclusiones prácticas que o confirman o desafían nuestras visiones morales cotidianas respecto de qué es justo e injusto. Este enfoque tiene la ventaja epistemológica de que no requiere establecer la forma de alcanzar la verdad moral en general sino sólo con respecto a las pocas y simples verdades de la justicia.
Lo segundo refiere a que los específicos desafíos epistemológicos que presenta la justicia es que ésta es usada rutinariamente como fundamento para la crítica al utilitarismo; el cual reduce las cuestiones morales a cuestiones sobre cómo maximizar la felicidad humana (o la satisfacción de preferencias) y minimizar el dolor humano (o la frustración de preferencias), y sostiene que éstos son objetivos no controvertidos. Esto significa que la mayor parte de las cuestiones morales conllevan la necesidad de responder a cuestiones empíricas sobre las consecuencias de adoptar una u otra regla o de tomar una u otra. 
El tercer punto general sobre las particulares epistemologías de la justicia,es la dificultad de trazar aquellas epistemologías morales que subrayan la contextualidad de la evaluación moral y sostienen que lo correcto moralmente debe discernirse dentro de las específicas particularidades de las relacioneshumanas cotidianas, que no pueden ser reducidas a las simples fórmulas de lasreglas morales, de modo que tenemos que confiar en los juicios contextuali-zados de la persona habitualmente virtuosa que intenta hacer lo correcto en situaciones complejas-
La critica comunitarista a la justicia liberal 
«Comunitarismo» es un término recientemente acuñado que resulta útil para abarcar una gama de visiones que son contrarias a los presupuestos del individualismo liberal sin estar conectadas de manera estrecha con una alternativa política específica. La mayor parte de la crítica comunitarista al liberalismo es una cuestión de claro rechazo de su individualismo moral que, se argumenta, pone demasiado énfasis en la libertad personal y no confiere suficiente importancia a la responsabilidad social. De manera equivocada, el liberalismo analiza los fines sociales valiosos en términos de la suma de los bienes escogidos por los individuos y no logra tomar en cuenta adecuadamente los bienes públicos.
La postura comunitarista es que cada comunidad tiene su propio concepto y sus propias concepciones de la justicia y que no podemos ubicarnos fuera de estas construcciones culturales y llegar a una teoría de la justicia trans-societal que se ubique por encima de las sociedades y juzgue las creencias y actitudes de comunidades culturales específicas. Las ideas y criterios de justicia están inmersos en grupos y colectividades culturalmente específicas con una vida comunal y orgánica que les es propia dentro de la cual cobra sentido su específico discurso sobre la justicia.
Una forma moderada de epistemología comunitarista se encuentra en la idea de Michael Walzer de que hay «esferas de justicia». La justicia tiene que ver con la distribución de bienes y que se aplican distintas consideraciones de acuerdo con el tipo de bienes en cuestión. Insiste en el presupuesto según el cual las buenas razones para que existan desigualdades en una esfera son también buenas razones para las desigualdades en todas las esferas, las distribuciones resultantes de riqueza, poder político y oportunidades educativas, por ejemplo, tienden a concentrarse en torno a los mismos individuos y grupos. Esto produce el fenómenos de la «dominación» en el que algunas personas están sometidas a la voluntad de otras en todos los aspectos significativos de la vida. Tal dominación es un mal que se puede eliminar haciendo que las diferentes esferas sean autónomas, de mane-ra que en cada sociedad habrá una variedad de desigualdades características de diferentes esferas, un estado de cosas que Walzer describe como igualdad «compleja».

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