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Suelos Salinos

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 313 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
CAPITULO XV. MEJORAMIENTO DE LOS SUELOS SALINOS Y SÓDICOS 
 
“Los valles del Eúfrates y el Tigris, en la antigua Mesopotamia, fueron transformándose en desiertos debido a 
la acumulación de sales en las capas superficiales del suelo. En algún momento (600 años A.C.), 4.000.000 de 
hectáreas de tierras en la ancestral Caldea fueron, según William Willcocks (Means et al, 1932) “tan fértiles 
como un jardín”,... (y sus pobladores gozaban de una de las siete maravillas del mundo: los jardines colgantes 
de Babilonia, construidos por el rey Nabucodonosor para homenajear a su esposa)... La mayor parte de esta 
región consiste ahora en depresiones sódicas y áreas salinas, carentes de todo, y habitadas por tribus 
trashumantes con sus rebaños, ambos insuficientemente alimentados.” (“Drainage Engineering”, de James 
Luthin, 1966). 
 
 
1. PROPIEDADES Y DIAGNÓSTICO 
Los suelos que se consideran en este capítulo deben su carácter particular al hecho de contener 
concentraciones excesivas de sales solubles, Sodio intercambiable o ambos. Para fines agrícolas 
representan un problema que requiere la aplicación de medidas especiales y prácticas de manejo 
adecuadas. Las sales solubles producen efectos perjudiciales en las plantas, al aumentar el contenido de 
sales de la solución del suelo (que incrementa la presión osmótica del mismo y genera una fuerte 
competencia con las raíces por el agua disponible), y el grado de saturación del complejo de intercambio 
del suelo con Sodio de cambio (que “desmorona” la estructura del suelo generando capas impermeables y 
alcalinizando la solución del suelo). 
 
Este último efecto se manifiesta cuando los constituyentes solubles resultan en su mayor parte sales de 
Sodio, y es de naturaleza más permanente que el contenido salino de la solución del suelo, ya que el 
Sodio de intercambio generalmente persiste después que las sales solubles han sido eliminadas. 
 
1.a. SUELOS SALINOS 
 
También llamados "Salitre Blanco" ("White Alcali Soils") o Solonchak. Presentan una concentración 
anormalmente alta de sales neutras en la solución del suelo. Predominan los sulfatos, bicarbonatos y 
cloruros (en menor proporción nitratos y boratos) entre los aniones, y entre los cationes, el Calcio, 
Magnesio, Potasio y Sodio. Se caracterizan por: 
 
CE* = 4 o más mmhos.cm-1 o dS.m-1 a 25ºC en el extracto de saturación. 
PSI* = menor de 15. 
pH = generalmente menor de 8,5 en el extracto de saturación. 
*CE: Conductividad Eléctrica del extracto de saturación del suelo. 
*PSI: Porcentaje de Sodio de Intercambio. 
 
1.b. SUELOS SÓDICOS 
 
También conocidos como "Salitre Negro" ("Black Alcali Soils") o "Alcalinos" o "Solonetz". Se caracterizan 
por un porcentaje muy alto de Sodio en el complejo de cambio, con escasa cantidad de sales solubles. 
Esas condiciones generan una reacción del suelo fuertemente alcalina (El Sodio causa la dispersión de la 
materia orgánica y, disuelta, se la encuentra en la superficie del terreno ennegreciéndolo, este fenómeno 
es el que justifica el término "salitre negro"). Químicamente se caracterizan por: 
 
CE = menor de 4 mmhos.cm-1 o dS.m-1 a 25ºC en el extracto de saturación. 
PSI = mayor de 15. 
pH = generalmente entre 8,5 y 10 en el extracto de saturación. 
 
Entre los cationes de la solución del suelo predominan casi exclusivamente el Sodio, a veces con 
concentraciones elevadas también de Potasio, y entre los aniones los bicarbonatos, cloruros y sulfatos; los 
carbonatos también aparecen en menor proporción. 
 
El intercambio de cationes es un fenómeno de superficie que se manifiesta en la fracción coloidal del suelo 
(Limo fino, arcillas y materia orgánica). Los cationes adsorbidos al complejo coloidal son reemplazados por 
otros de la solución del suelo (intercambio de cationes). Los cationes Sodio, Calcio y Magnesio son 
rápidamente intercambiables; otros como el Potasio y el Amonio son poco reemplazados por los 
anteriores. En vista que los cationes adsorbidos se intercambian libremente, con los adyacentes de la 
solución del suelo, es de esperar que la proporción de los cationes del complejo intercambiable esté 
relacionada con su concentración en la solución del suelo. 
 
Los principales cationes que se encuentran en los suelos normales de las regiones áridas resultan el Calcio 
y el Magnesio, pero cuando se acumulan excesos de sales solubles, generalmente es el catión Sodio el que 
prevalece en la solución del suelo y, por lo tanto, por el equilibrio existente, reemplaza al Calcio y 
314 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
Magnesio del complejo de cambio. A medida que la solución del suelo se concentra, debido a la 
evaporación desde el suelo o transpiración de las plantas, los limites de solubilidad de los sulfatos y 
carbonatos de Calcio y Magnesio se exceden, por lo cual se precipitan, causando el correspondiente 
aumento de las proporciones relativas de Sodio soluble. Esto aumenta el reemplazo, en el complejo de 
intercambio, del Calcio y Magnesio por el Sodio. 
 
Desde el punto de vista práctico, es afortunado que el Calcio y el Magnesio de la solución del suelo sean 
más fuertemente adsorbidos que el Sodio por el complejo de intercambio. En soluciones de 
concentraciones equivalentes, las cantidades adsorbidas de Calcio y Magnesio resultan varias veces 
superiores a la del Sodio (en general más de la mitad de los cationes solubles deben ser Sodio para que 
éste sea adsorbido en cantidades importantes por el complejo coloidal de intercambio). 
 
1.c. SUELOS SALINO-SÓDICOS 
 
Es el caso más frecuente. Su apariencia es similar, las propiedades también, a los suelos salinos. Se 
identifican por: 
 
CE = mayor de 4 mmhos.cm-1 (dS.m-1) a 25ºC en extracto de saturación. 
PSI = mayor de 15. 
pH = generalmente menor de 8,5. 
 
1.d. SUELOS SALINO-SÓDICOS POTENCIALMENTE NO-SÓDICOS (Nijensohn, 1994) 
 
Resultan aquellos que, después de desalinizados hasta niveles compatibles con los cultivos, muestran el 
complejo coloidal con bajo contenido de Sodio intercambiable. Ocurre cuando se encuentra yeso o 
carbonato de Calcio muy fino en la fase sólida. Se reconocen porque, después de lixiviados en laboratorio 
con la misma agua a usar en el campo, sus CEs son menores de 4 dS.m-1 y el RAS menor de 10. 
 
1.e. SUELOS "ALCALINOS DEGRADADOS" O "SOLOD" O "ALCALINOS ÁCIDOS" 
 
Poco frecuentemente se reconocen suelos sódicos (no salinos) con PSI mayor de 15 y sin embargo con 
pH, especialmente en la superficie, cercano a 6. Ocurren en ausencia de caliza y el pH bajo es el 
resultado del reemplazo de Sodio por Hidrógeno en el complejo de cambio. Sin embargo las propiedades 
físicas están dominadas por el Sodio intercambiable, resultando alcalinos por su origen y ácidos por su 
estado actual (el horizonte A se pierde por erosión). Son impermeables, muy pobres y sin valor agrícola. 
 
Tabla XV-1 
Principales Características Químicas de los Suelos Salino Sódicos 
Suelos CE* PSI* pH 
Salinos + de 4,0 - de 15 - de 8,5 
Sódicos - de 4,0 + de 15 + de 8,5 
Salino-sódicos + de 4,0 + de 15 - de 8,5 
Alcalinos degradados - de 4,0 + de 15 - de 7,0 
*La CE se expresa en dS.m-1 a 25ºC y 
 el PSI es por ciento de Sodio de intercambio 
 
 
2. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA 
Los suelos salinos y sódicos se localizan regularmente en regiones de clima árido o semiárido. En áreas 
húmedas las sales solubles, de distintos orígenes, generalmente son llevadas por las lluvias a los 
horizontes inferiores, luego hacia el agua subterránea y finalmente transportadas a los océanos. En las 
comarcas áridas el lavado es de naturaleza local y no es posible que las sales sean transportadas lejos. 
Lo anterior ocurre por la menor precipitación (incapaz de provocar un flujo descendente permanente de 
las sales) y por la elevada evaporación, que tiende a concentrar las sales en las capas superiores de los 
suelos y en el aguasuperficial. Esta situación está ligada casi siempre a deficientes condiciones de 
drenaje y topografía predisponente (llanas y bajas). 
 
Superficialmente abarcan, en distintos grados de intensidad, hasta casi un tercio de los suelos del 
mundo. Resultan graves los problemas en el oeste de los Estados Unidos, en grandes áreas de Rusia 
Blanca, Hungría, España (meseta castellana), en la Mesopotamia (hoy compartida entre Siria e Iraq), 
Egipto, Méjico, Chile, meseta boliviana, sur y oeste de Australia, Manchuria y otras. 
 
En Argentina se manifiestan graves los problemas en los valles de los ríos Negro, Colorado y Chubut. 
También en San Juan, San Luis y Mendoza (zonas de riego de los ríos Atuel, Diamante y Tunuyán, curso 
inferior del Mendoza y otras). En Salta y Jujuy las manifestaciones son de escasa extensión en zonas de 
riego, sin embargo resultan graves los problemas en Colonia Santa Rosa, Apolinario Saravia, al este de 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 315 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
General Güemes, El Galpón, ambas márgenes del río Juramento al sur de El Tunal, en lugares puntuales 
del Valle de Lerma y en el Valle Calchaquí; siendo en este último caso, de origen primario y secundario. En 
Jujuy ocurren en Libertador General San Martín y otras áreas. Se advierten también como graves y 
extensos en Santiago del Estero (zona de riego y naturales de los ríos Salado y Dulce). 
 
 
3. ORIGEN DE LOS SUELOS SALINOS Y SÓDICOS 
Pueden distinguirse dos orígenes de salinización o sodificación de los suelos: 
 
3.a. NATURAL O PRIMARIO 
 
La existencia de sales en el suelo es naturalmente producida por la intemperización química de los 
minerales de la corteza terrestre (Hidrólisis, hidratación, disolución, oxidación, carbonatación), liberando 
paulatinamente, y adquiriendo mayor solubilidad, los distintos aniones (cloruros y sulfatos, en menor 
grado carbonatos, bicarbonatos y nitratos) y cationes (Sodio, Calcio, Magnesio y Potasio), que 
comúnmente se hallan en la solución del suelo y en el complejo de cambio. 
 
Además, aunque de escasa importancia, el oleaje de los mares proyecta gotas de agua salada que el 
viento transporta a los continentes. Durante ese proceso el agua se evapora y las partículas de sales 
pueden ser trasladadas muchos kilómetros antes que las lluvias las precipiten a tierra. En el Sudoeste del 
desierto de Sahara se estiman en unos 3 kg las sales depositadas así, por hectárea y por año. 
 
Finalmente, las ingresiones marinas al interior de un continente han dejado importantes depósitos 
geológicos de sedimentos o aguas salinas. En Argentina este fenómeno resulta vastamente representado 
en varias regiones del sur de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y gran parte de la Patagonia austral. 
 
Se consignó ya que esas sales resultan normalmente lixiviadas en áreas con clima húmedo, que 
permanecen en el suelo de climas áridos y semiáridos, e incluso que en éstos se acumula por factores 
zonales. Entre los factores zonales, el más importante es la combinación de relieve deprimido con capa 
freática cercana a superficie, y aún sin ella. En esos últimos lugares se acumulan las aguas de escorrentía 
y luego la evaporación deja cantidades considerables de sales así transportadas. Si se halla una capa 
freática, ella asciende por capilaridad y deposita al evaporarse (en los primeros centímetros del suelo) las 
sales que portaba en disolución. Este resulta el fenómeno ocurrido en las series Calchaquí y Ciénago en los 
Valles Calchaquíes (Salta). 
 
3.b. ANTRÓPICO O SECUNDARIO 
 
La introducción del riego en condiciones de drenaje, riego, suelo o topografía inadecuadas, genera el 
rápido enriquecimiento en sales del suelo. Un ejemplo lo ilustrará claramente. 
 
Se desea conocer qué cantidad de sales se incorporan al suelo en un año, en un espesor de 0,5 m, con el 
riego de 7.000 m3 de agua que contiene 0,80 g.l-1 (en condiciones de 100 por ciento de eficiencia de 
aplicación). El P.E.A. del suelo es de 1,25 g.cm.3. 
 
Peso sales ha.año-1 0,8 kg m-3 x 7000 m3 
Concentración = = 
Peso del suelo 0,5 m x 1,25 Mg m-3 x 10.000 m2 
 
5600 kg 
= = 0,000895 kg. kg-1 = 0,895 g. kg-1, 
6250 x 103 kg 
 
Es decir = 0,895 por mil, gramos de sales.ha-1.año-1 
 
Por lo tanto, en dos años se llega al límite crítico de salinización para un suelo originalmente libre de sales, 
pues el 0,2 por ciento (ó 2 por mil) en el suelo ya ocasiona perjuicios a los cultivos. 
 
Los suelos no cultivados, y aún con su vegetación natural, registran grados variables de salinidad. Los de 
regadío también pero es más frecuente encontrar fuertes concentraciones. 
 
En las zonas áridas de riego, las situaciones que presentan los suelos halomórficos pueden ser 
encuadradas con el fin de una orientación para iniciar su mejoramiento. Estas pueden ser: 
 
1. Las áreas salinas situadas fuera de los sistemas de riego y sin capa freática, muestran las sales, en 
general, repartidas uniformemente en el perfil, con una ligera concentración cercana a la superficie. 
 
316 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
2. Los suelos incultos (o cultivados y luego abandonados) y sujetos a la influencia del ascenso capilar 
desde la freática, manifiestan una fuerte acumulación de sales en superficie, disminuyendo con la 
profundidad (ver Figura XV-2,2). 
 
3. Los suelos en los que recién se inicia el cultivo, o los del caso precedente en que se reinicia el cultivo 
(en general con forrajeras), alcanzan al poco tiempo bajos contenidos salinos en los primeros 
horizontes y fuerte acumulación salina en la parte inferior del perfil, por ejemplo por efectos del riego 
poco eficiente (ver Figura XV-2,3). 
 
4. Los suelos totalmente recuperados, o con cultivos permanentes durante muchos años, presentan 
valores bajos de sales solubles en todo el perfil y capa freática profunda y muy salina (ver Figura XV-
2,1). 
 
La distribución de las sales en el perfil manifiesta variaciones estacionales. Así, los riegos y las lluvias de 
una estación lixivian las sales solubles hacia horizontes más profundos. La existencia de una capa freática 
o tabla de agua a cierta profundidad, a su vez, posibilita el ascenso capilar y el aumento de las sales en 
superficie, en la estación seca y entre riegos muy espaciados. 
 
 
4. PROPIEDADES Y CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y QUÍMICAS 
Estos aspectos de los suelos salinos y sódicos serán revisados en función de los perjuicios que causan 
a los vegetales, especialmente a la producción de cosechas. 
 
Las sales elevan significativamente la presión osmótica de la solución del suelo haciendo padecer de 
falta de agua a las plantas. Algunos cationes o aniones ocasionan intoxicaciones específicas debido a 
su alta concentración (son frecuentes las debidas a cloruros, Boro, Litio, Fluor y otros). Los suelos 
sódicos, por su elevado pH, inmovilizan una gran variedad de nutrientes (Fe, Mn, Zn, Cu, Mg y P04
-3) y 
por su baja permeabilidad producen escasez de agua y dificultades en el intercambio gaseoso, con el 
consiguiente empobrecimiento en 02 y enriquecimiento de otros gases nocivos, sobre todo CO2. 
 
Un ejemplo cuantificará el fenómeno: los suelos francos suelen disponer de un 10 al 12 por ciento de 
su peso húmedo con agua disponible para las plantas (Humedad Equivalente promedio de 22 por 
ciento y Punto de Marchitamiento Permanente promedio de 10 por ciento, lo que resulta en 12 por 
ciento de Agua Útil). Las sales elevan el PMP proporcionalmente a su concentración, por lo que el 
rango de agua útil se achica, hasta resultar nulo para CES de 16 o más dS.m-1, para las plantas 
cultivadas y texturas del suelo medias. En este caso, el PMP ascendió de 10 a casi 22 por ciento en el 
suelo franco. En los de texturas finas, o con tenores intermedios de salinidad, queda un pequeño 
remanente de agua útil, que posibilita regar menos frecuentemente en los finos. 
 
Los perjuicios originados por la salinidad son proporcionalesa la concentración de sales en el extracto 
de saturación de los suelos. Esa concentración es habitualmente expresada en por ciento del peso de 
sales, o en medidas de resistencia o conductividad, a las cuales la concentración salina es 
inversamente o directamente proporcional, respectivamente, en la pasta o en el extracto de saturación 
(observar las clasificaciones de las Tablas XV-2 y XV-3). 
 
Tabla XV-2 
Escala de Scofield. CE* de los Extractos de Saturación de Suelos 
- de 2 dS.m-1 No se registran efectos sobre las plantas sensibles 
2 - 4 dS.m-1 Muchos cultivos restringen los rendimientos a menos del 50 por ciento del normal 
4 - 8 dS.m-1 Efectos perjudiciales en plantas sensibles 
8 -16 dS.m-1 Sólo cultivos tolerantes rinden moderadamente 
+ de 16 dS.m-1 No produce ningún cultivo 
* Conductividad Eléctrica del extracto de saturación del suelo, en mmhos.cm-1 o dS.m-1 a 25ºC. 
 
 
Tabla XV-3 
Escala del Servicio de Suelos de los EEUU (Soil Survey) 
Clase Calificación % de sales en peso 
1 Libre hasta 0,15 
2 Ligeramente afectada 0,15 - 0,35 
3 Moderadamente afectada 0,35 - 0,65 
4 Fuertemente afectada + de 0,65 
 
En los suelos alcalinos o sódicos, las características físicas y químicas están dominadas por los efectos 
de la alta proporción de Sodio intercambiable. Así, en general, la fracción coloidal contiene adsorbidos en 
su complejo de cambio, altas cantidades de Sodio que, cuando pasa del 15 % del total de cationes, 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 317 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
genera un pH alto (que baja la disponibilidad de muchos nutrientes) y la dispersión de la fracción 
coloidal del suelo, tornándolo impermeable al agua y al aire. En suelos desarrollados, la sodicidad genera 
la formación de una estructura columnar, a partir de una prismática, que resulta altamente 
impermeable. A veces queda en superficie por eliminación del horizonte A. Sin embargo, los suelos 
salinos, o sódicos o salinosódicos, suelen manifestarse también en suelos aluviales no desarrollados. 
 
En general los suelos halomórficos son muy variables ya sea verticalmente u horizontalmente. El 
contenido de sales resulta desde dos a ocho veces mayor en un lugar que en otro, a solo un metro de 
distancia y advirtiéndose situaciones similares en un mismo sitio, pero a pocos centímetros en el sentido 
vertical, aunque ambos posean el mismo aspecto. 
 
Aproximadamente, entre la Conductividad Eléctrica de los extractos de saturación y el contenido de 
sales solubles (en peso seco), se conocen las equivalencias reseñadas en la Tabla XV-4. 
 
Tabla XV-4 
Equivalencia Aproximada entre Cantidad de Sales y Conductividad Eléctrica 
Por ciento de sales En dS.m-1 (mmhos.cm-1) a 25ºC 
0,2 3 
0,4 6 
0,6 9,5 
0,8 12,5 
1,0 15,5 
 
El fenómeno de la dispersión de las partículas coloidales del suelo está relacionado con la densidad de 
cargas eléctricas positivas de los cationes presentes. La densidad se expresa relacionando el número de 
valencia con su radio atómico. El radio hidratado es el que interviene en estos fenómenos. La Tabla XV-5 
reseña los valores de los hidratados (según lo que propone Nijensohn) y el número de coordinación es 
decir, la cantidad de átomos que se pueden ubicar alrededor de otro, en este caso en relación con el de 
Oxigeno. 
 
Comparando los valores de la Tabla XV-5 se entiende porqué una miscela coloidal, cargada 
negativamente, equilibra las cargas con las positivas de los cationes Calcio, Magnesio o Hierro que 
disponen de una alta densidad de carga, el doble de la del Sodio. Este equilibrio no se logre con el 
último catión, pues con su elevado volumen atómico y poca carga, no deja los espacios necesarios para 
que se acomoden, cerca de la miscela, otros cationes. Es decir, al tornarse un suelo salino o normal en 
sódico, la mayor parte de los otros cationes de la solución del suelo resultan reemplazados por Sodio, y 
se genera el mismo desplazamiento en el complejo de cambio (ver Figura XV-1 y Tabla XV-6). Al 
llegarse a PSI mayores de 15 por ciento, ya sobran cargas negativas de las miscelas, con el consiguiente 
efecto de repulsión entre ellas, resultando el desmoronamiento de la estructura del suelo. 
 
Figura XV-1 
Esquema Eléctrico de Coloides Floculados y Dispersos del Suelo 
 
Ca Ca+2 Ca+2 Ca+2 Coloide descompensado eléctricamente 
+2 
 Ca Ca+2 Ca+2 Na+1 
+2 Na+1 Na+1 
Coloide edáfico 
27 cargas negativas Na+1 Na+1 Na+1 
 Ca+2 
 Coloide edáfico Na+1 
(Miscela neutra) Ca+2 Na+1 27 cargas negativas 
 Ca+2 
 Na+1 (9 cargas negativas libres) Na+1 
Ca+2 Na+1 
Ca+2 Ca+2 Na+1 Na+1 
 Ca+2 
 Ca+2 Na+1 
Coloide compensado eléctricamente Na+1 
 
 
El esquema simplificado de la Figura XV-1 muestra las relaciones entre el “enjambre de cationes” (como 
le llamaron algunos autores), y las partículas coloidales del suelo, en un caso de floculación y otro de 
dispersión. Presenta claramente el desbalance de las cargas eléctricas en el caso de la dispersión (ver 
cuadro de la Tabla XV-6). 
 
En el segundo caso, debido al tamaño de los cationes y a las cargas negativas aún disponibles, ya no 
pueden atraerse otros cationes para neutralizarlas; los espacios físicos alrededor de la miscela están 
ocupados. Lo mismo sucede con las vecinas y la repulsión origina la dispersión que impide o destruye la 
318 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
estructura del suelo. Los espacios porosos, y por consiguiente la aireación y permeabilidad, se reducen 
drásticamente (los dibujos simplifican una realidad muy compleja que fue estudiado detalladamente por 
Stern, Helmholtz, Guy y Chapman). 
 
Tabla XV-5 
Número de Coordinación, Radio Iónico y Valencia Habitual 
de Elementos del Suelo 
Radio iónico (en ) 
Elemento 
Nº Coordin. 
al Oxígeno Deshidrat. Hidratad. 
Valencia en sol. 
del suelo 
Silicio 4 0,41 - +4 
Oxígeno - 1,40 - -2 
Hierro 6 0,83 - +2 
Hierro - 0,67 - +3 
Calcio 8 0,99 3 +2 
Magnesio 6 0,65 4 +2 
Potasio 8-12 1,33 1,5 +1 
Sodio 8 0,95 2,15 +1 
Cloro - 1,81 - -1 
Aluminio 4-6 0,50 - +3 
Carbono - 0,15 - +4 
Hidrógeno - - - +1 
Boro - 0,20 - +3 
 
 
Tabla XV-6 
Balance Eléctrico de la Floculación y Dispersión de las Micelas del Ejemplo 
Partícula Equilibrada Eléctricamente Partícula No Equilibrada Eléctricamente 
Total de cargas positivas: 29 Total de cargas positivas: 17 
Total de cargas negativas: 29 Total de cargas negativas: 29 
Balance: 0 Balance: -12 
 
Sintetizando, lo que actúa en la compensación eléctrica es "la densidad de carga superficial" o carga 
eléctrica del ión/volumen hidratado, que genera distintos potenciales Z o desigual anchura de la doble 
capa. 
 
Es posible que las sales se localicen en la superficie del suelo, o se distribuyan uniformemente en todo el 
perfil, o que crezcan con la profundidad. Con diferencias muy pequeñas en texturas, resultan 
movimientos desiguales de aguas cargadas de sales y acentuadas diferencias en la acumulación de 
éstas. Algunos arbustos extraen cantidades importantes de sales desde profundidad y las transfieren a 
superficie, al descomponerse. De tal modo, el contenido de sales, el pH o el Sodio varían notablemente 
con la profundidad, en un solo metro de distancia, dependiendo del relieve, capa freática, vegetación, 
textura del suelo, etc. Esas variaciones además resultan estacionales, ocasionadas por la época de riego, 
las lluvias, las fluctuaciones de la capa freática u otras circunstancias. 
 
Se advierte también una correlación entre el uso del suelo y la distribución de las sales en el perfil. 
Marcu, Villanueva e Issa (1974) en “Los suelos de la Isla Choele Choel” ilustraron los casos 
encontrados como se observa en la Figura XV-2. Se muestran variaciones casi infinitas en las formas y 
en las cantidades. 
 
La caracterizaciónde estos suelos requiere observaciones acerca de la ubicación fisiográfica, profundidad 
de capa freática, diferencias areales, características del suelo (color, textura, estructura, consistencia y 
permeabilidad), vegetación (tipo, densidad, altura y dominantes) y la extracción de muestras para 
análisis (contenido salino, pH, cationes y aniones solubles, bases de cambio, textura y otros). Todo ello 
con el propósito de mapear y de visualizar con exactitud el origen, magnitud y extensión del problema. 
 
Los suelos sódicos, con valores altos de PSI, presentan una velocidad de infiltración menor de 1 
mm.hora-1 que hace muy difícil su corrección, ya que la velocidad de difusión de las sales en el agua 
suele ser mayor. Generalmente decapitando 10-20 cm, y estudiando la velocidad de infiltración, se 
encuentra que ésta crece hasta valores 6 o 7 mm.hora-1 y que, imitando labores de arada o adición de 
materia orgánica, la tasa de infiltración inicial crece a 3-4 mm.hora-1 (ver trabajo de Luque y Tabla XV-
17). 
 
Los perjuicios ocasionados por la salinidad a los cultivos resultan directamente proporcionales a la 
concentración de sales solubles y al cultivo de que se trate. Estudiando estas relaciones, el Laboratorio 
de Salinidad de los EE.UU (1954), resumió los conocimientos reunidos en la Tabla XV-7, con algunos 
agregados (comparación de los rendimientos de los cultivos en suelos de distinta salinidad con los 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 319 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
rendimientos obtenidos en suelos no salinos en similares condiciones). Las CC.EE. de los extractos de 
saturación citadas están asociadas a una disminución del 50 por ciento en los rendimientos. 
 
 Figura XV-2 
 Distribución Habitual de las Sales en el Perfil según el Uso del Suelo 
1) Normales o completamente recuperados 
 
0 
 
 0 
 
 
50 
 
 50 
 
 
100 
 
 100 
 
 
150 
 
 150 
 
 
P
ro
fu
n
d
id
a
d
 c
m
 
200 
 
200 
 2 4 6 dS.m-1 2 4 6 dS.m-1 
2) Salinos o salino sódicos incultos o abandonados (textura franco limosa) 
 
0 
 
 0 
 
 
20 
 
 25 
 
 
40 
 
 50 
 
 
60 
 
 75 
 
 
80 
 
 100 
 
 
100 
 
 125 
 
 P
ro
fu
n
d
id
a
d
 e
n
 c
m
 
120 150 
 10 20 30 40 50 60 80 dS.m-1 10 20 30 40 50 60 dS.m-1 
3) Salinos o salino sódicos en recuperación 
 
0 
 
 
 0 
 
 
50 
 
 
 50 
 
 
100 
 
 
 100 
 
 
150 
 
 
 150 
 
 
P
ro
fu
n
d
id
a
d
 e
n
 c
m
 
200 
 
200 
5 10 20 dS.m-1 5 15 20 25 dS.m-1 
4) Salinos y salino sódicos cultivados con riego 
 
0 
 
 
 
 0 
50 
 
 
 
 50 
100 
 
 
 
 100 
150 
 
 
 
 150 P
ro
fu
n
d
id
a
d
 e
b
 c
m
 
200 200 
 2 4 6 8 10 dS.m-1 2 4 6 8 10 12 
Caso 1: Textura ArFr de 0 a 80 cm y Caso 2: Textura Fr de 0 a 78 cm y 
más abajo FrAr. más abajo FrLim. 
Fuente: Elaboración propia con datos de Marcu, Villanueva e Issa (1974). 
 
320 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
 
Tabla XV-7 
Tolerancia de los Cultivos a las Sales, según Riverside (1964) 
FRUTALES 
Muy Tolerantes Tolerantes Poco Tolerantes 
Palmera datilera Granada Peral Palto 
 Higuera Manzano Duraznero 
 Olivo Naranjo Almendro 
 Vid Ciruelo Frutilla 
 Limonero 
 
HORTALIZAS 
Muy tolerantes Tolerantes Poco tolerantes 
CE x 103 = 12 CE x 103 = 10 CE x 103 = 4 
Remolacha Tomate Rabanito 
Espárrago Brócoli Apio 
Espinaca Repollo Porotos verdes 
Acelga Pimiento 
 Coliflor 
 Lechuga 
 Maíz dulce 
 Papa (W. Rose) 
 Zanahoria 
 Cebolla 
 Arveja 
 Zapallo 
 Pepino 
 CE x 103 = 10 CE x 103 = 4 CE x 103 = 3 
 
CULTIVOS EXTENSIVOS 
Muy Tolerantes Tolerantes Poco tolerantes 
CE x 103 = 16 CE x l03 = 10 CE x 103 = 4 
Cebada (grano) Centeno (grano) Poroto alubia 
Remolacha azucarera Trigo (grano) 
Algodón Avena (grano) 
 Arroz 
 Sorgo (grano) 
 Maíz 
 Lino 
 Girasol 
CE x 103 = 10 CE x 103 = 6 CE x 103 = 3 
 
FORRAJERAS 
Muy Tolerantes Tolerantes Poco tolerantes 
CE x 103 = 18 CE x 103 = 12 CE x 103 = 4 
Pasto salado Trébol blanco Trébol rojo 
Pasto Bermuda o Chepica Trébol amarillo Trébol ladino 
Grama Rhodes Pasto inglés perenne Pimpinela 
Cebada (heno) Pasto Sudán 
Sorgo negro Trébol Hubam 
 Alfalfa 
 Festuca alta 
 Centeno (heno) 
 Trigo (heno) 
 Avena (heno) 
 Grama azul 
 Festuca 
CES x 103 = 12 CE x 103 = 4 CE x 103 = 2 
Fuente: Riverside, Laboratory (1964) 
 
Esta clasificación, considerada pionera, generó numerosos trabajos de perfeccionamiento del tema, 
entre los que se destacan los que fundamentan la Tabla XV-8. Los nuevos trabajos fueron utilizados por 
Ayers y Wescott en la elaboración para la FAO del Tomo Nº 29 de Riego y Drenaje (1976). 
 
Finalmente, con el objeto de ponderar adecuadamente un suelo salino o sódico, es necesario tener en 
cuenta que, en los resultados de los análisis químicos, se manifiestan las siguientes relaciones 
aproximadas (en el extracto de saturación): 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 321 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
- La CES(en mmhos.cm-1 o dS.m-1) x 10 = Al total de cationes solubles en me.l-1. 
- El total de cationes en me.l-1 = Al total aniones en me.l-1. 
- Si se registran C03
= y HCO3
- el pH debe ser mayor de 9,0. 
- Si no se encuentran CO3
=, los HCO3
- casi nunca superan a 10 me.l-1. 
- Si el pH es 7 o más, los HCO3
- rara vez superan a 3,0 me.l-1. 
- Ca + Mg es menor de 2 me.l-1 cuando el pH es mayor de 9,0. 
- En suelos calcáreos el pH es casi siempre mayor de 7,5 u 8,0. 
- Si el pH es mayor de 8,5 el PSI es mayor o igual a 15. 
 
Tabla XV-8. Tolerancia de Cultivos a las Sales del Suelo (CEe) y del Agua de Riego (CEa) (FAO, 1976) 
 
(Disminución de los rendimientos de los cultivos, debido a la salinidad del agua de riego, cuando se utilizan métodos 
comunes de riego superficial, ordenados según grupo y tolerancia decreciente) 
Disminución de los Rendimientos 
0 % 10 % 25 % 50 % Máxima 
ESPECIES CEe(1) CEa(2) CEe CEa CEe CEa CEe CEa CEe(3) 
CULTIVOS FRUTALES 
Palmera datil.(Phoenix dactylifera) 4,0 2,7 6,8 4,5 10,9 7,3 17,9 12,0 32 
Higuera (Ficus carica) 2,7 1,8 3,8 2,6 5,5 3,7 8,4 5,6 14 
Olivo (Olea europea) 2,7 1,8 3,8 2,6 5,5 3,7 8,4 5,6 14 
Granado (Puncia granatum) 2,7 1,8 3,8 2,6 5,5 3,7 8,4 5,6 14 
Vid (Vitis vinifera) 1,5 1,0 2,5 1,7 4,1 2,7 6,7 4,5 12 
Pomelo (Citrus paradis)i 1,8 1,2 2,4 1,6 3,4 2,2 4,9 3,3 8 
Naranjo (Citrus sinensis) 1,7 1,1 2,3 1,6 3,2 2,2 4,8 3,2 8 
Limonero (Citrus limon) 1,7 1,1 2,3 1,6 3,3 2,2 4,8 3,2 8 
Nogal (Juglans regia) 1,7 1,1 2,3 1,6 3,3 2,2 4,8 3,2 8 
Manzano (Malus sylvestris) 1,7 1,0 2,3 1,6 3,3 2,2 4,8 3,2 8 
Peral (Pyrus communis) 1,7 1,0 2,3 1,6 3,3 2,2 4,8 3,2 8 
Almendro (Prunus dulcus) 1,5 1,0 2,0 1,4 2,8 1,9 4,1 2,7 7 
Ciruelo (Prunus domestica) 1,5 1,0 2,1 1,4 2,9 1,9 4,3 2,8 7 
Duraznero (Prunus persicae) 1,7 1,1 2,2 1,4 2,9 1,9 4,1 2,7 6,5 
Damasco (Prunus armeniaca) 1,6 1,1 2,0 1,3 2,6 1,8 3,7 2,5 6 
Zarzamora (Rubus sp.) 1,5 1,0 2,0 1,3 2,6 1,8 3,8 2,5 6 
Boysenberry (Rubus ursinus) 1,5 1,0 2,0 1,3 2,6 1,8 3,8 2,3 6 
Palto (Persea americana) 1,3 0,9 1,8 1,2 2,5 1,7 3,7 2,4 6 
Frambuesa (Rubus idaeus) 1,0 0,7 1,4 1,0 2,1 1,4 3,2 2,1 5,5 
Frutilla (Fragaria sp.) 1,0 0,7 1,3 0,9 1,8 1,2 2,5 1,7 4 
 
CULTIVOS HORTÍCOLAS 
Melón (Cucumis melo) 2,2 1,5 3,6 2,4 5,7 3,8 9,1 6,1 16 
Remolacha (4)(Beta vulgaris) 4,0 2,7 5,1 3,4 6,8 4,5 9,6 6,4 15 
Espinaca (Spìnacia oleracea) 2,0 1,3 3,3 2,2 5,3 3,5 8,6 5,7 15 
Brócoli (Brassica olercea botrytis) 2,8 1,9 3,9 2,6 5,5 3,7 8,2 5,5 13,5 
Tomate (Lycospersicon esculentum)2,5 1,7 3,5 2,3 5,0 3,4 7,6 5,0 12,5 
Coles (Brassica oleracea) 1,8 1,2 2,8 1,9 4,4 2,9 7,0 4,6 12 
Batata (Ipomoea batatas) 1,5 1,0 2,4 1,6 3,8 2,5 6,0 4,0 10,5 
Pepino (Cucumis sativus) 2,5 1,7 3,3 2,2 4,4 2,9 6,3 4,2 10 
Papa (Solanum tuberosum) 1,7 1,1 2,5 1,7 3,8 2,5 5,9 3,9 10 
Maíz dulce (Zea mays) 1,7 1,1 2,5 1,7 3,8 2,5 5,9 3,9 10 
Lechuga (Lactuca sativa) 1,3 0,9 2,1 1,4 3,2 2,1 5,2 3,4 9 
Rabanito (Raphanus sativus) 1,2 0,8 2,0 1,3 3,1 2,1 5,0 3,4 9 
Pimiento (Capsicum annum) 1,5 1,0 2,2 1,5 3,3 2,2 5,1 3,4 8,5 
Zanahoria (Daucus carota) 1,0 0,7 1,7 1,1 2,8 1,9 4,6 3,1 8 
Cebolla (Allium Cepa) 1,2 0,8 1,8 1,2 2,8 1,8 4,3 2,9 7,5 
Porotos (Phaseolus vulgaris) 1,0 0,7 1,5 1,0 2,3 1,5 3,6 2,4 6,5 
 
CULTIVOS EXTENSIVOS 
Cebada (5) (Hordeum vulgare) 8,0 5,3 10 6,7 13 8,7 18 12 28 
Algodón (Gossipium hirsutum) 7,7 5,1 9,6 6,4 13 8,4 17 12 27 
Remolacha azucar.(4)(Beta vulgaris) 7,0 4,7 8,7 5,8 11 7,5 15 10 24 
Trigo (5) (6) (Triticum aestivium) 6,0 4,0 7,4 4,9 9,5 6,4 13 8,7 20 
Sorgo (Sorghum sp.) 4,0 2,7 5,1 3,4 7,2 4,8 11 7,2 18 
Sesbania (Sesbania exaltata) 2,3 1,5 3,7 2,5 5,9 3,9 9,4 6,3 16,5 
Cártamo (Carthamus tinctorius) 5,3 3,5 6,2 4,1 7,6 5,0 9,9 6,6 14,5 
Arroz (Oryza sativa) 3,0 2,0 3,8 2,6 5,1 3,4 7,2 4,8 11,5 
Soja (Glycine max) 5,0 3,3 5,5 3,7 6,2 4,2 7,5 5,0 10 
Maíz (Zea mays) 1,7 1,1 2,5 1,7 3,8 2,5 5,9 3,9 10 
Lino (Linus usitatissimum) 1,7 1,1 2,5 1,7 3,8 2,5 5,9 3,9 10 
Maní (Arachis hypogea) 3,2 2,1 3,5 2,4 4,1 2,7 4,9 3,3 6,5 
 
322 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
(Continuación de Tabla XV-8) 
 
Disminución de los rendimientos 0 % 10 % 25 % 50 % Máxima 
ESPECIES CEe(1) CEa(2) CEe CEa CEe CEa CEe CEa CEe(3) 
PLANTAS FORRAJERAS 
Agropiro (Agropyron elongatum) 7,5 5,0 9,9 6,6 13,3 9,0 19,4 13 31,5 
Agropiro (Agropyron desertorum) 3,5 2,3 6,0 4,0 9,8 6,5 16 11 28,5 
Sorgo del Sudán (Sorghum sudanense) 2,8 1,9 5,1 3,4 8,6 5,7 14,4 9,6 26 
Festuca alta (Festuca arundinacea) 3,9 2,6 5,8 3,9 8,6 5,7 13,3 8,9 23 
Pasto Bermuda (7)(Cynodon dactilon) 6,9 4,6 8,5 5,7 10,8 7,2 14,7 9,8 22,5 
Agropiro crestado (A. cristatum) 7,5 5,0 9,0 6,0 11 7,4 15 9,8 22 
Cebada (4) (Hordeum vulgare) 6,0 4,0 7,4 4,9 9,5 6,3 13,0 8,7 20 
Elimo (Elymus triticoides) 2, 7 1,8 4,4 2,9 6,9 4,6 11,0 7,4 19,5 
Ray-gras inglés (Lolium perenne) 5,6 3,7 6,9 4,6 8,9 5,9 12,2 8,1 19 
Trébol de Alejandría (T.alexandrinum 1,5 1,0 3,2 2,1 5,9 3,9 10,3 6,8 19 
Falaris bulbosa (Phalaris tuberosa) 4,6 3,1 5,9 3,9 7,9 5,3 11,1 7,4 18 
Pasto ovillo (Dactylis glomerata) 1,5 1,0 3,1 2,1 5,5 3,7 9,6 6,4 17,5 
Alfalfa (Medicago sativa) 2,0 1,3 3,4 2,2 5,4 3,6 8,8 5,9 15,5 
Maíz forrajero (Zea mays) 1,8 1,2 3,2 2,1 5,2 3,5 8,6 5,7 15,5 
Trébol pata de pájaro (Lotus tenuis) 5,0 3,3 6,0 4,0 7,5 5,0 10 6,7 15 (8) 
Pasto llorón (9)(Eragrostis curvula) 2,0 1,3 3,2 2,1 5,0 3,3 8,0 5,3 14 
Cola de zorro (Alopecurus pratensis) 1,5 1,0 2,5 1,7 4,1 2,7 6,7 4,5 12 
Haba (Vicia faba) 1,6 1,1 2,6 1,8 4,2 2,0 6,8 4,5 12 
Vicia o arvejilla (Vicia sativa) 3,0 2,0 3,9 2,6 5,3 3,5 7,6 5,0 12 
Tréboles: ladino, rojo, híbrido(Trifol. sp) 1,5 1,0 2,3 1,6 3,6 2,4 5,7 3,8 10 
Caupí (Vigna unguiculata) 1,3 0,9 2,0 1,3 3,1 2,1 4,9 3,2 8,5 
Alfalfa chilota (Lotus uliginosus) 2,3 1,5 2,8 1,9 3,6 2,4 4,9 3,3 7,5 
Poroto (Phaseolus vulgaris) 1,0 0,7 1,5 1,0 2,3 1,5 3,6 2,4 6,5 
 
Notas: 
 
(1) Conductividad eléctrica del extracto de saturación del suelo, expresado en dS.m-1 (o milimhos.cm-1 a 25º). 
 
(2) Conductividad eléctrica del agua de riego en dS.m-1. Se supone una cantidad (FL, fracción de lixiviación) que 
lixivia del 15- 20 por ciento y una salinidad de la solución del suelo, absorbida por el cultivo, de unas tres veces la 
del agua de riego aplicada (CEs = 3CEw) y aproximadamente dos veces la del extracto de saturación (CEs = 
2CEe), de lo que resulta CEe = 3/2CEw. Es posible preparar otras tablas de tolerancia, respecto a CEw, para 
condiciones que difieran grandemente de las que acá se suponen. Cuando la fracción de lixiviación es FL = 10 
por ciento resulta CEe = 2CEw, si FL = 30 por ciento resulta CEe = 1,1CEw y si FL = 40 por ciento resulta 
CES= 0,9CEw. 
 
(3) Significa la CES del extracto de saturación del suelo, generada por la absorción transpiratoria de las raíces y la 
evaporación, que produce el cese o paralización de la producción de las plantas: 100 por ciento de disminución 
de la producción. 
 
(4) Resulta sensible en la germinación. En esa etapa la CEe no debe exceder de 3 dS.m-1 tanto para la de huerta 
como para la azucarera. 
 
(5) Cebada y trigo, como otras especies, son menos tolerantes a sales durante los estadios de germinación y 
plántula. La CEe no debe exceder de 4 o 5 dS.m-1. 
 
(6) Los datos presentados pueden ser inapropiados para las nuevas variedades semi-enanas de trigo. 
 
(7) Se consigna un valor medio. Variedades como Suwannee y Coastal resultan un 20 por ciento más tolerantes 
pero la Common y Greenfield resultan un 20 por ciento más sensibles. 
 
(8) El trébol de hojas ancha es menos tolerante que el de hojas estrechas. 
 
(9) Valores para las variedades más comunes, pero la Lehman resulta alrededor del 50 por ciento más tolerante. 
 
Fuente: Trabajos de Maas y Hoffman, Berstein (1964) y Comité Consultivo de la Universidad de California. 
Tomados y adaptados de FAO (1976) 
 
 
De las intoxicaciones posibles, que suceden habitualmente en los suelos salinos y salino-sódicos, por la 
gran concentración de las sales (por lo común de Boro, cloruros, Litio, Selenio y otros), se cuantificaron 
los efectos de la más frecuente: Boro. Eaton propuso la clasificación de la Tabla XV-9 y Wilcox la de la 
Tabla XV-20. 
 
Las especies citadas en primer lugar resultan más resistentes que las citadas al final. En el extracto de 
saturación: 0,7 ppm de Boro, representa el límite de seguridad para los cultivos sensibles de las Tablas 
XV-9 y 9a. 
 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 323 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
Tabla XV-9 
Tolerancia de los Cultivos al Boro 
Tolerantes Semitolerantes Sensibles 
Tamarisco (Tamarix aphylla) Girasol Nogal 
Espárrago Papa Olmo americano
Palmera datilera Algodón Ciruelo 
Remolacha azucarera Rabanito Peral 
Alfalfa Olivo Manzano 
Haba Cebada Vid 
Cebolla Trigo Higuera 
Lechuga Maíz Níspero 
Zanahoria Sorgo Cerezo 
 Avena Duraznero 
 Zinia Naranjo 
 Zapallo Palto 
 Pimiento Limonero 
 Toronja 
 
 
 Tabla Nº XV-9a 
 Tolerancia Relativa de las Plantas al Boro 
Tolerantes Semitolerantes Sensibles 
4,0 mg.l-1 de Boro 2,0 mg.l-1 de Boro 1,0 mg.l-1 de Boro 
Tamarisco (Tamarix gallica) Girasol (Heliantus annus) Pecán (Carya illioensis) 
Espárrago (Asparagus officinalis) Papa (Solanum tuberosum) Nogal negro (Yuglans regia) 
Palm. de Canarias (Ph. Canariensis) Algodón (Gossypium sp.) Topinambur (Helianthus tuberosus)
Palmera datilera (Ph. Dactylifera) Tomate (Lycospersicum sculentum) Porotos (Phaseolus vulgaris) 
Remolacha azucarera (B. Vulgaris) Arvejilla (Lathyrus odoratus) Olmo (Ulmus americano) 
Remolacha forrajera (Beta vulgaris) Rábanito (Raphanus sativus) Ciruelo (Prunus domestica) 
Remolacha de huerta (B. Vulgaris) Arveja (Pisum sativum) Peral (Pyrus communis) 
Alfalfa (Medicago sativa) Rosal (Rosa sp.) Manzano (Lalus sylvestris) 
Gladiolo (Gladiolus sp.) Olivo (Olea europea) Vid (Sultan. y Mál) (V. vinifera vrs) 
Haba (Vicia faba) Cebada (Hordeum vulgare) Higuera (Ficus carica) 
Cebolla (Allium cepa) Trigo (Triticum aestivium) Caqui (Diospyros virginiana) 
Nabo (Brassica rapa) Sorgo (Sorghum bicolor) Cerezo (Prunus cerasus) 
Repollo (B. oleracea var. Capitata) Avena (Avena sativa) Duraznero (Prunus persica) 
Lechuga (Lactuca sativa) Zinnea (Zinnia elegans) Damasco (Prunus armeniana) 
Zanahoria (Daucus carota) Calabaza (Cucurbita sp.) Zarzamora (Rubus sp.) 
 Pimiento morrón (Capsicum annum) Naranjo (Citrus sinensis) 
 Batata (Ipomea batatas) Palto (Persea americana) 
 Poroto media luna (Ph. lunatus) Pomelo (Citrus paradisi) 
 Limonero (Citruslimon) 
2,0 mg.l-1 de Boro 1,0 mg.l-1 de Boro 0,3 mg.l-1 de Boro 
Las tolerancias se presentan en cada columna en orden decreciente. La tolerancia relativa parte de la 
concentración de Boro del agua de riego a la cual se observan síntomas de toxicidad en el cultivo realizado en 
arena. No indica necesariamente disminución de los rendimientos. 
 
Fuente: Wilcox (1960). Citado en FAO (1976) 
 
 
5. VEGETACIÓN NATIVA DE LOS SUELOS SALINOS Y SÓDICOS 
Los suelos salinos, salino-sódicos y sódicos presentan una vegetación espontánea que varía en el grado de 
cobertura, pero compuesta siempre por comunidades vegetales específicas. 
 
En la Provincia Fitogeográfica del Monte, es decir donde generalmente se desarrollan los referidos suelos 
en la Argentina, éstos están caracterizados por su vegetación (Morello, 1958). 
 
1) En la Provincia Puneña abundan los arbustos en cojín de Salicornia pulvinata y Frankenia triandra. Estos 
no se encuentran en la del Monte. 
 
2) En la del Monte y Chaqueña pueden distinguirse las siguientes: 
 
a) Vegetación en los Salares (comúnmente sódicos): Jumeal: masas casi puras de Suaeda divaricata de 
tamaño arbustivo. Comunidades de Jume pispito: poblaciones puras de Heterostachys ritteriana al 
borde externo del salar. 
 
Los salares de la Provincia del Monte, en el deslinde con la del Chaco, muestran un anillo interno de 
Heterostachys ritteriana, el segundo de Allenrolfea vaginata, el tercero de Suaeda divaricata y Atriplex 
324 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
lampa y el último de Maytenus vitis-idaea y Prosopis sericantha. La del Chaco suele agregar un anillo 
de grandes cactáceas: Cereus validus, C. coryne y Opuntia quimilo. 
 
b) Vegetación en los Salitrales (suelos salino-sódicos, Norte de la Provincia del Monte): En la parte más 
interna, es decir la Cercana a la fuente de agua, con eflorescencias salinas de hasta 2 cm de espesor, 
se desarrolla una población densa de Scirpus olneyi y Distichlis spicata, hacia afuera le sigue Juncus 
acutus y Heterothalamus spartioides, más lejos el Jumeal (Suaeda divaricata) y cachiyuyal o zampal 
(Atriplex lampa) o una mezcla de ambas. 
 
Los suelos predominantemente sódicos, con típicas manchas negras, presentan un césped de Distichlis 
spicata o consociada con Nitrophila australis y Tessaria absinthioides. La comunidad de las tres 
especies señala necesariamente suelos sódicos. 
 
Los suelos salinos despliegan un césped de Sprorobolus pyramidatus y S. phleoides. En los pantanos 
fuertemente salinos viven Scirpus asper y Juncus acutus. Los suelos levemente salinos se cubren con 
una vegetación herbácea de Pappophorum mucronulatum, Eriochloa montevidensis, Chloris halophila, 
Polypogon monspeliensis, Cottea pappophoroides y Cynodon hirsutus. En pantanos permanentes, 
levemente salinos, aparece Juncus balticus y en sitios de más de 1.000 m sobre el nivel del mar, 
Scirpus olneyi, S. americanus y Heleocharis rostellata. 
 
Tanto en el ambiente salino como en el sódico los arbustos que se adaptan son: Plectocarpa rougessi, 
P. tetracantha, Cyclolepis genistoides, Baccharis salicifolia, Suaeda divaricata, y a veces Zuccagnia 
punctata y ejemplares tortuosos de Prosopis alba. Los jumes (Suaeda) y cachiyuyos o zampas 
(Atriplex) son acompañados casi siempre por Plectocarpa rouggesi (rojadilla) y Plectocarpa tetracantha 
(rosetilla). 
 
3) En el sur de la Provincia del Monte (Río Negro) sobre suelos aluviales, entre Chelforó y Choele Choel, 
los distintos suelos halomórficos se cubren con la vegetación siguiente (Villanueva, 1972): 
 
a) Los de buena permeabilidad y escaso contenido de sales, o salinos hacia profundidad, en general 
están recubiertos con jarilla (Larrea divaricata), chañar (Geoffroea decorticans), y llaollín (Lycium 
sp), alpataco (Prosopis alpataco) y zampa (Atriplex lampa). 
 
b) Los suelos profundos, de textura mediana o fina con tenores medios de Sodio o sales, desarrollan 
isletas puras de chañar. 
 
c) Los muy fuertemente salinos o salinos sódicos y húmedos muestran el Jumeal (de Salicornia sp., 
no de Suaeda), acompañado por algunos matorros (Ciclolepis genistoides) o vidrieras o jume 
(Suaeda divaricata), en formación rala y carente de tapiz herbáceo. Otros muy salinos pero en 
general sin humedad hasta el metro de profundidad están colonizados por zampa, jume, retortuño 
(Prosopis strombulifera) y llaollín. Suele predominar también el jume (Suaeda) sobre la zampa, y 
se incorporan el piquillín (Condalia microphila) y matorros. 
 
d) Los suelos salino-sódicos muestran jume (Suaeda), zampa, pelo de chancho o pasto salado 
(Distichlis spicata) en vegetación de mediana altura y a veces densa. 
 
3) Las variaciones existentes entre salinidad y sodicidad se manifiestan por la predominancia de 
pasto salado sobre las otras especies cuando el suelo es sódico no salino. En condiciones extremas 
de sodicidad ("peladares") el pasto salado sólo prospera en matas aisladas y decrépitas, dejando 
frecuentes espacios desnudos o pelados, habitualmente de color negro. En los suelos salinos 
levemente sódicos, que se ubican en meandros nuevos de textura mediana, húmedos, aparece un 
pichanal (Heterothalamus spartioides) con escasas matas de pasto salado en su dosel. 
 
 
6. RECUPERACIÓN DE SUELOS SALINOS Y SODICOS 
No existe método de recuperación posible de esta clase de suelos sin agua. Por eso que primero se tratará 
sobre la calidad del agua de riego o de lavado. 
 
6.a. CALIDAD DEL AGUA DE LAVADO O DE RIEGO 
 
La composición química de las sales disueltas, en el agua de riego o lavado, tiene especial importancia. La 
calidad se pondera por: 
 
6.a.1. Contenido Salino 
Generalmente se observa expresado en conductividad eléctrica a 25°C, en unidades inversas de la 
resistencia (ohms.cm-1) llamadas mhos.cm-1. Como los mhos.cm-1 resultan muy grandes para los 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 325 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
extractos acuosos de suelo se emplea el milimhos.cm-1 (mmhos.cm-1) y, para las agua de riego, los 
micromhos.cm-1 o mhos.cm-1. 
 
En la actualidad se difundió, especialmente para conductividad eléctrica de los extractos acuosos otra 
unidad, que resulta igual al milimhos.cm-1: es el deciSiemmens.metro-1 (dS.m-1). 
 
La clasificación anteriormente más aceptada, de la salinidad de las aguas de riego, la estableció el 
Laboratorio de Riverside, modificada por Thorne y Petersen (Figura XV-3), que es la siguiente: 
 
C1 - Peligrosidad Salina Baja. Hasta 250 micromhos.cm-1. 
C2 - Peligrosidad Salina Moderada. De 250 a 750 micromhos.cm-1. 
C3 - Peligrosidad Salina Mediana. De 750 a 2250 micromhos.cm-1. 
C4 - Peligrosidad Salina Alta. De 2250 a 4000 micromhos.cm-1. 
C5 - Peligrosidad Salina muy Alta. De 4000 a 6000 micromhos.cm-1. 
C6 - Peligrosidad Salina excesiva. Más de 6000 micromhos.cm-1. 
 
Las experiencias efectuadas y la observación de áreas de regadío indican que las aguas así clasificadas 
deben encasillarse en las siguientes recomendaciones: 
 
C1 (<250 mhos.cm-1) = Se usan en casi todos los suelos y cultivos sin peligro de salinización. En 
suelos poco permeables se requerirá una cierta lámina de agua para lixiviar sales. 
 
C2 (250-750 mhos.cm-1) = Sólo con los cultivos muy sensibles a sales, implantados en suelos de baja 
retención, se adoptan precauciones especiales. Los suelos pesados requieren lavados periódicos. 
Se recomienda elegir cultivos de moderada tolerancia. Sin embargo, las prácticas normales de 
riego en suelos de texturas medias, resultan suficientes para la lixiviación de las sales en exceso. 
 
C3 (750-2250 mhos.cm-1) = Se deben emplear en suelos de mediana a alta permeabilidad y con 
riegos de lavado periódicos. Los cultivos tendrán moderada o buena tolerancia a las sales. 
 
C4 (2250-4000 mhos.cm-1) = Ser usadas en suelos de buena permeabilidad y con drenaje apropiado 
para eliminar regularmente las sales. Únicamente son regados con estas aguas cultivos debuena 
tolerancia. 
 
C5 (4000-6000 mhos.cm-1) = En general son inaptas para riego, excepto para una combinación de 
suelos muy permeables, de drenaje asegurado y cultivos muy resistentes a sales. 
 
C6 (>6000 mhos.cm-1) = No aptas para riego. 
 
Los principios para esta clasificación y su interpretación son derivados de la experiencia. Sus autores 
comprobaron que áreas regadas por muchos años con agua de hasta 2250 micromhos.cm-1 no presentan 
problemas de salinización. Debe recordarse que el extracto de saturación de un suelo en equilibrio con el 
agua de riego es de 2 a 10 veces más salino: Menos cerca de la superficie y más con el aumento de la 
profundidad, en general. 
 
Estas normas resultaron muy estrictas para la mayoría de los casos pues, haciendo variar el cultivo, o la 
periodicidad de los riegos, o el volumen de ellos, o mejorando el drenaje es posible obtener cosechas 
normales para condiciones muy extremas. Durand observó en Argelia que palmeras cultivadas en arena 
eran regadas exitosamente, desde hacía mucho tiempo, con aguas de 20.000 mhos.cm-1. 
 
Experimentaciones en Punjab (India) confirmaron estos resultados. En Israel, mediante frecuentes riegos, 
que mantienen la solución del suelo con concentraciones salinas similares a las del agua empleada, en 
suelos permeables y de buen drenaje zonal, se obtienen buenas cosechas con aguas clasificadas inaptas. 
En la península escandinava se emplean aguas del mar Báltico (7 gramos de sales por litro). En Túnez se 
usan aguas de 5 gramos de sales por litro y en la anterior U.R.S.S. se han utilizado, con métodos 
apropiados, aguas de 10 gramos de sales por litro. En la actualidad la del Laboratorio de Riverside está 
en desuso y así se lo hizo notar en 1985 Suárez, del propio U S Salinity Laboratory de Riverside, a 
Santos (Viedma) por lo que es más apropiado emplear las de FAO de 1985, que resultan más flexibles. 
 
En general esos métodos apropiados significan suelos permeables, con una fuente cálcica (de sulfatos o 
carbonatos) o su adición periódica, drenaje muy bueno, correcta nivelación (preferentemente sin 
pendientes en ningún sentido), riegos frecuentes para impedir la concentración de la solución del suelo 
especialmente antes de la siembra, restringir la evaporación y periódicamente, entre las cosechas, lavado 
de sales con grandes láminas de agua de riego. Durand propone los siguientes límites para suelos bien 
drenados, y con agua suficiente para satisfacer la correcta lixiviación de sales, en un trabajo que intenta 
perfeccionar los conocimientos dados por Riverside, al introducir con acierto las características texturales 
del suelo (Tabla XV-10). 
326 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
 
Tabla XV-10 
Tolerancia de los Cultivos a las Sales, según la Calidad del Agua de Riego y la Textura del 
Suelo (Durand) 
CULTIV0S 
Muy Tolerantes, CE más de 10.000 
Textura 
Poco 
Tolerantes, 
CE menor a 
4000 
Tolerantes, CE 
de 4000 a 
10.000 Palmera Hortalizas Forrajes 
Cultiv. 
Extens. 
 Limite superior para el agua de riego en micromhos.cm-1. 
Arenosa 2500 6500 15000-20000 8000 12.000 10.000 
Areno limosa 1600 4000 6000-10000 4500 7000 6000 
Limosa 1000 3000 8000 3500 5000 4500 
Arcillosa (riego cont.) 800 2000 - - - - 
Limo arcillosa 800 2000 6000 2400 - 3500 
Arcillosa, riego normal 400 1000 3000 1800 1800 1600 
 
 
Debe tenerse en cuenta la presencia de sulfato de calcio en el agua de riego. El yeso suele estar disuelto 
en cantidades apreciables y luego, al concentrarse en la solución del suelo, se precipita no ejerciendo por 
lo tanto acción sobre la succión osmótica. Esto hace que el peligro de las aguas yesosas sea 
proporcionalmente menor a su riqueza en sulfato de Calcio, que otra carente de yeso. 
 
6.a.2. Contenido de Sodio 
La aplicación continuada, de una determinada agua de riego, genera una solución del suelo en equilibrio 
con la composición química de ese agua. El porcentaje de Sodio intercambiable que existirá en ese suelo, 
está gobernado por la Relación de Absorción de Sodio (RAS) del agua de riego y será mayor cuando la 
sodicidad del agua sea alta. El agua de riego fue clasificada por Riverside teniendo en cuenta esas 
características (Figura XV-3). En este caso también son válidas las observaciones anotadas 
anteriormente en Contenido Salino acerca de la Clasificación de Riverside siendo preferible emplear la 
de FAO (1985). 
 
Na 
RAS = 
 (Ca + Mg)/2 
 
S1 (RAS <10) = Son usadas sin inconvenientes. Algunos cultivos sensibles requieren ciertos cuidados. 
 
S2 (RAS 10-18) = Se presentan restricciones considerables en suelos finos de alta capacidad de 
intercambio, cuando carecen de yeso y el lavado es moderado. En suelos gruesos u orgánicos no 
se advierten perjuicios. 
 
S3 (RAS 18-26) = Generalmente harán falta prácticas especiales de manejo (buen drenaje, adición de 
materia orgánica, lavados con yeso y otras). Los suelos con abundante yeso son cultivados sin 
que manifiesten restricciones. 
 
S4 (RAS >26) = No apta para riego. Si es de baja salinidad en el rango, es posible emplearla en 
suelos ricos en yeso y de texturas gruesas. 
 
Esta clasificación es aplicable en todos los casos, pues como se afirmó, resulta sumamente exigente. Al 
estudiar uno en particular deben juzgarse las reales condiciones que se observan. Por ejemplo, si el suelo 
ya tiene un P.S.I. de 25 por ciento o más, regar con un agua S2 mejorará las condiciones físicas del suelo. 
Al lograrse el equilibrio, ese P.S.I. descenderá a menos de 18 por ciento, que es el máximo capaz de 
desarrollar el agua citada en la solución del suelo. Más aún, el riego en esas condiciones y si se dispone de 
alguna reserva de calcio (carbonato o sulfato), es probable que obligue al P.S.I. a descender más todavía. 
 
La clasificación de las aguas para riego, con base en la Conductividad Eléctrica (CE) y la Relación de 
Absorción de Sodio (RAS), está representada en Figura XV-3. La R.A.S. del agua de riego y el P.S.I. 
esperado en el suelo, cuando ambos llegaron al equilibrio, están indicados en el nomograma de la Figura 
XV-4. 
 
Trabajos posteriores (entre otros de Nijensohn en 1971, Ayers y Westcot en 1985 y Rhoades, Kandiah y 
Mashali en 1992) justifican la propuesta de 1985 de la FAO para evaluar las aguas de riego, presentada 
por R S Ayers y D W Westcot (Tabla XV-12). 
 
La relación citada precedentemente, vincula las concentraciones equivalentes del Sodio con las de otros 
cationes divalentes, especialmente Calcio y Magnesio. La relación original del Laboratorio de Riverside fue 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 327 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
modificada en varias oportunidades hasta que Suárez, en 1981, sugirió adicionar los efectos del CO3
=, 
HCO3
-, el tenor salino (CE) y los del CO2 (esta modificación de Suárez, la adoptaron y difundieron Ayers 
y Westcot en 1989), de manera tal que la RAS ajustada se expresa por: 
 
 Na 
RASajus = 
  (Cax + Mg)/2 
Donde: 
Na = concentración del Sodio, en meq.l-1, del agua de riego. 
Cax = concentración del Calcio en meq.l
-1, corregida mediante la Tabla XV-11, que resulta la del 
Calcio en el agua de riego luego de afectarse por la salinidad del agua (CE) y la relación 
HCO3
-/Ca (en meq.l-1), producida por la presión parcial estimada de CO2, en los 
centímetros superficiales del suelo (PCO2 = 0,0007 atm). 
Mg = concentración de Magnesio, en meq.l-1, en el agua de riego. 
 
Figura XV-3 
Calidad del Agua de Riego según Riverside, modificado por Thorne y Petersen 
 
Fuente: Riverside Laboratory (1964) 
 
 
El procedimiento comienza corrigiendo la concentración del Calcio del agua de riego, según la relación 
HCO3
–/Ca en meq.l-1, y la CE en el agua en dS.m-1. Con tales valores se utiliza la Tabla XV-11, para 
establecer la del Calcio. Este valor resulta el Calcio, en meq.l-1, que permanecerá en la solución del suelo 
cuando se constituya el equilibrio. El restodel cálculo del RAS es el convencional. 
 
 
328 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
Tabla XV-11 
Concentración del Calcio, Ajustada por la CE y la Relación HCO3
–/Ca en el Agua 
de Riego (Cax), según Ayers y Wescott (1985) 
Salinidad del Agua de Riego 
CE en dS m-1 Relación 
HCO3
-/Ca 
0,1 0,2 0,3 0,5 0,7 1,0 1,5 2,0 3,0 4,0 6,0 8,0 
0,05 13,2 13,6 13,9 14,4 14,8 15,3 15,9 16,4 17,3 18,0 19,1 19,9 
0,10 8,31 8,57 8,77 9,07 9,31 9,62 10,02 10,35 10,89 11,32 12,01 12,56 
0,15 6,34 6,54 6,69 6,92 7,11 7,34 7,65 7,90 8,31 8,64 9,17 9,58 
0,20 5,24 5,40 5,52 5,71 5,87 6,06 6,31 6,52 6,86 7,13 7,57 7,91 
0,25 4,51 4,65 4,76 4,92 5,06 5,22 5,44 5,62 5,91 6,15 6,52 6,82 
 
0,30 4,00 4,12 4,21 4,36 4,48 4,62 4,82 4,98 5,24 5,44 5,77 6,04 
0,35 3,61 3,72 3,80 3,94 4,04 4,17 4,35 4,49 4,72 4,91 5,21 5,45 
0,40 3,30 3,40 3,48 3,60 3,70 3,82 3,98 4,11 4,32 4,49 4,77 4,98 
0,45 3,05 3,14 3,22 3,33 3,42 3,53 3,68 3,80 4,00 4,15 4,41 4,61 
0,50 2,84 2,93 3,00 3,10 3,19 3,29 3,43 3,54 3, 72 3,87 4,11 4,30 
 
0,75 2,17 2,24 2,29 2,37 2,43 2,51 2,62 2,70 2,84 2,95 3,14 3,28 
1,00 1,79 1,85 1,89 1,96 2,01 2,09 2,16 2,23 2,35 2,44 2,59 2,71 
1,25 1,54 1,59 1,63 1,68 1,73 1,78 1,86 1,92 2,02 2,10 2,23 2,33 
1,50 1,37 1,41 1,44 1,49 1,53 1,58 1,65 1,70 1,79 1,86 1,97 2,07 
1,75 1,23 1,27 1,30 1,35 1,38 1,43 1,49 1,54 1,62 1,68 1,78 1,86 
 
2,00 1,13 1,16 1,19 1,23 1,26 1,31 1,36 1,40 1,48 1,54 1,63 1,70 
2,25 1,04 1,08 1,10 1,14 1,17 1,21 1,26 1,30 1,37 1,42 1,51 1,58 
2,50 0,97 1,00 1,02 1,06 1,09 1,12 1,17 1,21 1,27 1,32 1,40 1,47 
3,00 0,85 0,89 0,91 0,94 0,96 1,00 1,04 1,07 1,13 1,17 1,24 1,30 
3,50 0,78 0,80 0,82 0,85 0,87 0.90 0,94 0,97 1,02 1,06 1,12 1,17 
 
4,00 0,71 0,73 0,75 0,78 0,80 0,82 0,86 0,88 0,93 0,97 1,03 1,07 
4,50 0,66 0,68 0,69 0,72 0,74 0,76 0,79 0,82 0,86 0,90 0,95 0,99 
5,00 0,61 0,63 0,65 0,67 0,69 0,71 0,74 0,76 0,80 0,83 0,88 0,93 
7,00 0,49 0,50 0,52 0,53 0,55 0,57 0,59 0,61 0,64 0,67 0,71 0,74 
10,00 0,39 0,40 0,41 0,42 0,43 0,45 0,47 0,48 0,51 0,53 0,56 0,58 
 
20,00 0,24 0,25 0,26 0,26 0,27 0,28 0,29 0,30 0,32 0,33 0,35 0,37 
30,00 0,18 0,19 0,20 0,20 0,21 0,21 0,22 0,23 0,24 0,25 0,27 0,28 
 
Fuente: Prieto y Anguiera (1996) 
 
 
La clasificación de la FAO (1985), es más ajustada a lo que realmente sucede con el riego, que la de 
Riverside. Admite contenidos salinos más altos que la última, relaciona a la RAS con la CE para evaluar su 
acción conjunta, aclara los efectos perjudiciales del Sodio y el Cloro además del Boro, y cuantifica la acción 
de los nitratos y bicarbonatos en cultivos sensibles. Para clasificar el agua para riego por este método se 
deben seguir las Directrices de la Tabla XV-12. 
 
6.a.3. Carbonato de Sodio Residual (C.S.R.) 
Se denomina C.S.R. de un agua a la diferencia entre el bicarbonato y la suma de Calcio más Magnesio (en 
me.l-1). Cuando el contenido se encuentra entre 1,25 y 2,5 me.l-1 el agua es marginal, cuando supera a 
2,5 me.l-1 resulta no apta. 
 
Lo anterior significa que cuando el bicarbonato supera la concentración de esos cationes bivalentes, ellos 
se precipitarán como carbonatos, quedando en solución sólo bicarbonato de sodio. 
 
En el suelo se produce la siguiente reacción: 
 
Arcilla-Ca + 2 HCO3
- + 2 Na+ Arcilla-Na2 + CaCO3 + CO2 + H2O 
 
Cuando se incorpora agua de riego que genere carbonato de Sodio residual (C.S.R.) el equilibrio de la 
reacción se desplaza hacia la derecha, haciendo que precipite el CaCO3. Cuando más se concentre la 
solución edáfica (por acumulación de Sodio o por desecamiento), más irreversible resultará la reacción. A 
la inversa, la respiración radicular desplaza el equilibrio hacia la izquierda, por la producción de CO2. 
 
Aunque los efectos de dispersión del suelo no se advierten mientras está casi seco, pues las altas 
concentraciones salinas lo mantienen floculado, al aplicar un riego, o especialmente ocurrir una lluvia, se 
produce la dilución de la solución del suelo y los efectos del Sodio se manifiestan en plenitud, tanto en su 
aspecto fitotóxico como en el desmejoramiento de las propiedades físicas del suelo. La riqueza de Sodio, y 
de C.S.R. del agua de riego, implica un grave peligro en suelos ácidos, como son los de la llanura 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 329 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
pampeana. Los hidrogeniones que están adsorbidos en el complejo coloidal son reemplazados por el 
Sodio, y en poco tiempo genera el desmejoramiento de las características físicas. Este problema se 
presentará en la región maicera pampeana cuando la aplicación del riego, por aspersión principalmente, 
emplee las aguas de la zona, en general con C.S.R. altos. 
 
 
Figura XV-4. 
 Nomograma de Riverside para Determinar en PSI a Partir del RAS 
 
 
Fuente: Riverside Laboratory (1964) 
 
6.a.4. Boro 
El agua de riego suministra, en muchas ocasiones, cantidades de Boro que luego afectan a los cultivos. Ya 
anteriormente se presentaron las distintas sensibilidades de las plantas. Ante la necesidad de emplear 
determinadas aguas de riego que contengan Boro, el mejor control resulta emplear cultivos resistentes 
(ver Tablas XV-9, XV-9a, y XV-12). 
 
6.b. REQUISITOS PARA LA RECUPERACIÓN DE LOS SUELOS AFECTADOS 
 
Para la recuperación de los suelos salinos y sódicos son imprescindibles las siguientes medidas: 
 
6.b.1. Regularizar el Balance de Agua en el Suelo 
Es insoslayable no sólo para la recuperación, sino también para impedir la salinización secundaria (se 
consigue mediante un flujo descendente de agua mayor que el ascendente). Se logra con: 
 
a. Aumento de la eficiencia del sistema de riego: Obtenida a través del mejoramiento de la conducción del 
agua de riego, racionalizando la organización y funcionamiento de la red y mediante el uso adecuado 
del agua de riego en la parcela regada. 
 
b. Manteniendo los niveles de la capa freática por debajo de las profundidades peligrosas. Se alcanza 
mejorando la red de drenaje, y con técnicas tendientes a disminuir la recarga de la capa freática. 
 
330 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
c. Disminuyendo la evaporación y aumentando el consumo útil del agua de riego y de la capa freática. Se 
consigue incrementando el coeficiente del uso agropecuario de la tierra (superficie cultivada/superficie 
total), introduciendo cultivos grandes consumidores de agua, con forestación de acequias y caminos, 
mezclando el agua freática y la de riego, y mejorando la estructura superficial del suelo. 
 
Tabla XV-12 
Directrices para la Evaluación de las Aguas de Riego, según FAO (1985) 
Problema Potencial Característica Restricción en el uso 
Salinidad: Unidades Ninguna Moderada Severa 
Conductividad eléctrica CEi dS m-1 <0,7 0,7-3,0 >3,0 
Sólidos disueltos totales SDT mg l-1 <450 450-2000 >2000 
Infiltración: 
 RAS = 0-3; CEi (dS m-1) = >0,7 0,7-0,2 <0,2 
 RAS = 3-6; CEi (dS m-1) = >1,2 1,2-0,3 <0,3 
 RAS = 6-12; CEi (dS m-1) = >1,9 1,9-0,5 <0,5 
 RAS = 12-20; CEi (dS m-1) = >2,9 2,9-1,3 <1,5 
 RAS = 20-40; CEi (dS m-1) = >5,0 5,0-2,9 <2,9 
Toxicidad Específica: 
Sodio (Na) 
Riego Superficial RAS <3 3-9 >9 
Riego por Aspersión meq.l-1 <3 3 >9 
Cloro (Cl) 
Riego Superficial meq.l-1 <4 4-10 >10 
Riego por Aspersión meq.l-1 <3 3 >10 
Boro (B) mg.l-1 <0,7 0,7-3 >3 
Efectos Misceláneos: 
(Sólo para cultivos sensibles) 
Nitratos (NO3-) mg.l-1 <5 5-30 >30 
Bicarbonatos (HCO3-) meq.l-1 <1,5 1,5-8,5 >8,5 
pH 6,5-8,4 
Fuente: Prieto y Anguiera (1996) 
 
 
6.b.2. Normalizar el Balance de Sales en el Suelo 
Tiene el objetivo de mantener presiones osmóticas bajas en la solución del suelo. Aquí están agrupados 
los distintos tipos de lavados (de sales superficiales y lavados por infiltración con o sin enmiendas, lavados 
con cada riego y otros) con elfin de eliminar las sales naturales del suelo (o que se incrementaron por 
ascenso capilar de freáticas salinizadas), trasladándolas hacia abajo de la zona de exploración radicular. 
 
6.b.3. Medidas Agrotécnicas 
Resultan el complemento de las anteriores. Fundamentalmente pretenden disminuir el ascenso capilar del 
agua de la freática, aumentar la velocidad de infiltración del suelo sódico, estimular el crecimiento de las 
plantas y labrar el suelo para remover impedimentos. 
 
Incluye la perfecta nivelación del suelo, preparándolo adecuadamente para el primer riego y la primera 
siembra, fertilizar apropiadamente (con productos residuales ácidos), aplicación de mejoradores de la 
estructura del suelo o enmiendas y remoción de capas duras. 
 
Todo el proceso de recuperación de suelos salinos y sódicos debe ser concebido para que sea definitivo y 
eficaz. Se recomienda realizar el proceso en forma gradual (con el fin de no incurrir en inversiones y 
costos que pueden malograrse), con un progresivo y total uso de la superficie del suelo. En el momento 
necesario, debe contarse con la mayor seguridad posible, con una profundidad aceptable de la capa 
freática (adecuado balance de agua en el suelo), la superficie del suelo en buenas condiciones de soportar 
un cultivo resistente a sales o Sodio (balance de sales regularizado). Con medidas agrotécnicas 
apropiadas, posteriormente se efectúa el aprovechamiento cada vez más productivo del suelo. 
 
En general, para suelos fuertemente salinos o sódicos, es recomendable establecer las adecuadas y 
mínimas condiciones de drenaje, preparar la superficie para la siembra de un primer cultivo anual 
resistente (cebada, sorgo negro), y luego incorporarlo como abono verde. Después pasar, si las 
condiciones ya lo permiten, a praderas permanentes resistentes (trébol de olor, agropiro y otros) que 
podrán utilizarse en la producción de carnes. Posteriormente, cuando se logren niveles de sales o sodio 
aceptables, praderas de alfalfa pura, y después recién los cultivos intensivos, primero hortalizas y luego 
frutales. El planteo precedente minimizará las inversiones iniciales, dará un aprovechamiento económico 
rápido para las tierras en recuperación, obviando el riesgo que implica un proceso de mejoramiento 
acelerado, de alta inversión y éxito que puede ser dudoso. Este esquema se simplifica cuando las 
condiciones naturales son más apropiadas. Es fundamental el mejoramiento de la vida en el suelo, para 
las raíces de las plantas y los macro y microorganismos. La respiración de los órganos vivientes del suelo 
disminuye el pH del suelo, se aumenta la estructuración y por ende la porosidad, la descomposición de los 
restos vegetales y de los microorganismos facilita la colonización del suelo por especies útiles. 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 331 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
El momento más crítico de la recuperación de suelos salinos o sódicos es cuando se realiza la siembra. En 
esa etapa, es necesario tener muy bajos niveles de sales o pH apropiado alrededor de la semilla pues 
durante la germinación, aún de las especies resistentes, son fuertemente perjudicadas por tenores 
anormales de sales o sodio. Además, esos bajos niveles en el momento de la germinación, deben ser 
alcanzados sin tener posteriores inconvenientes con la permeabilidad del suelo. 
 
6.b.4. Ensayos Previos a la Recuperación 
Con el fin de estimar más certeramente la factibilidad de la recuperación, o de estudiar el proceso, se 
recurre a una gama de ensayos de laboratorio y de campo. 
 
En laboratorio, muestras de suelos disturbadas, o mejor no disturbadas y extraídas para este propósito, se 
someten a distintas láminas o formas de lavado, ya sea en macetas, tubos y otros recipientes. 
 
En campo se plantean parcelas (De 3 m x 3 m, 4 x 4, o circulares) con repeticiones y se aplican distintas 
láminas intermitentes, continuas, o asperjadas con menos caudal que la velocidad de infiltración. 
 
Otro método de campo que se emplea en los estudios de reconocimiento y semidetallados de suelos, en 
las fases halomórficas, es el de los ensayos con infiltrómetros de doble anillo incorporando láminas de 
600, 800 y 1000 mm. Siempre se mantiene igual altura de agua en ambos cilindros. Luego se extraen 
muestras del perfil humedecido y en el no afectado por el ensayo, adyacente al anterior como se observa 
en la Figura XV-5. El ensayo de la figura resulta muy útil en estudios de suelos y preliminares de salinidad. 
Empleado en un estudio de riego en Dragones (Salta), con una batería de 3 juegos de doble anillos, se 
obtuvieron los resultados promedios de la Tabla XV-13. 
 
 
Figura XV-5 
Esquema del Ensayo con Infiltrómetro de Doble Anillo 
 
40-45 cm 
Muestreo (“antes del lavado”) 
20-30 cm Muestreo (“después del lavado”) 
 
 
 Ap 
 
 A1 
 
 
 B1 
 
 
 
Calicata 
 
 
 
 
Tabla XV-13 
Ensayo de Lavado de Suelos con Infiltrómetros de Doble Anillo 
C.E., dS.m-1 
Horizonte Espesor, cm 
Antes Después 
A1 0-20 2,20 0,60 
B2 20-55 0,40 0,34 
B3 55-80 0,36 1,15 
C + de 80 0,36 2,60 
Lámina de lavado empleada: 298 mm (promedio de 5 repeticiones). 
Profundidad de mojado = 91 cm 
Valores complementarios: Capacidad Hídrica (1 m) = 273 mm. 
Infiltración básica: 36 mm.h-1 0,7 Agua Útil = 95,8 mm. 
Fuente: Villanueva y Chalabe (1989) 
 
 
Santos y Rodríguez Díez (1988), que relevaron los suelos de la porción noroeste del valle del Vinchina (La 
Rioja), emplearon en un sector extremadamente salino, parcelas de 30 x 30 m (900 m2) y una lámina de 
agua de lavado de 2080 mm, repartida en 13 riegos (estimaron que 680 mm se insumieron para llevar a 
capacidad de campo y que sólo 1400 mm actuaron en el lavado de sales). Los contenidos de sales, RAS y 
Boro descendieron como se muestra en el cuadro de la Tabla XV-14. 
332 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
 
Tabla XV-14 
Resultados de los ensayos de lavado de Santos y Rodríguez Diez 
 
CE, mmhos.cm-1 RAS Boro, en ppm Capas 
en cm 
Textura 
Antes Después Antes Después Antes Después 
0- 27 Franca 231,0 2,5 123,1 8,3 14,8 2,0 
28- 46 Franco arenosa 32,7 2,4 57,7 10,3 15,4 2,1 
47- 61 Franca 52,3 2,4 77,1 7,9 13,6 1,9 
62-109 Arena franca 10,1 2,4 18,6 6,3 13,9 2,3 
110-152 Franco arenosa 28,9 3,6 31,5 11,3 14,3 2,1 
153-194 Franca 15,1 3,2 20,5 0,3 - - 
195-230 Franco limosa 29,3 2,2 39,6 2,5 - - 
231-272 Arena franca 8,4 2,3 15,0 9,6 - - 
273-329 Arenosa 3,5 2,5 7,0 11,4 - - 
Fuente: Rodríguez Díez y Santos (1988) 
 
El agua de riego poseía la composición que muestra la Tabla XV-15. Sembrada y cultivada luego del 
lavado se obtuvo una excelente implantación de cebada con alfalfa. Al cabo de 3 años el alfalfar era 
uniforme y superior al de una pastura considerada buena. 
 
Tabla XV-15 
Características Químicas del Agua de Riego de Vinchina 
 
CE, en 
dS.m-1 
pH 
Ca + Mg 
en me.l-1 
Sodio 
en me.l-1 
RAS 
Boro 
ppm 
2,27 7,6 12,4 13,0 5,2 2,8 
 
 
6.c. RECUPERACION DE LOS SUELOS SALINOS 
 
Los suelos salinos no sódicos suelen ser lavados con relativa facilidad. Requieren previamente un buen 
emparejamiento o mejorar el existente, preferentemente sin pendiente en ningún sentido, y luego: 
 
1. Si grandes extensiones de la superficie muestran costras salinas, resulta conveniente un lavado por 
escurrimiento, es decir, aplicar caudales altos a las melgas, cubriéndolas por completo y dejando 
escurrir rápidamente, luego de un período de 5 a 10 minutos según la textura, a los desagües del pie 
de melga. Así las sales son disueltas por el agua, y conducidas hacia los desagües zonales, impidiendo 
en gran parte su penetración en la parcela regada. El método resulta especialmente apropiado en los 
suelos sódicos, por su extremadamente baja permeabilidad. 
 
2. Luego se realizan lavados con riegos de volúmenes apreciables de 500 a 1200 mm en tres o más 
riegos. Estos lavados se realizan en forma única o intermitente, dependiendo de la cantidadde sales, 
textura, drenaje, velocidad de infiltración del suelo y otras. 
 
La velocidad de infiltración citada adquiere importancia fundamental, ya que en las regiones áridas y 
suelos de texturas finas, es posible que la evaporación llegue a valores tan altos, casi cercanos a los de 
la infiltración, que la cantidad de agua infiltrada sea pequeña y cuando ya se produjo un incremento de 
salinidad por evaporación. 
 
3. Posteriormente, luego de las labores agrícolas necesarias, se implanta un cultivo resistente. Es 
conveniente en ciertos casos, preparar el suelo por surco o corrugación y sembrar en las partes bajas 
de ellos. 
 
4. Suele requerirse, con los primeros riegos, adicionar pequeñas cantidades de yeso u otra fuente de 
calcio y, al iniciar el cultivo, la incorporación de un abono nitrogenado de subproductos finales ácidos. 
 
Las experiencias, entre otras, que fundamentan estos procedimientos son: 
 
a. Reeve y colaboradores (1948) rehabilitaron un suelo salino sódico, con reservas de yeso en el perfil, 
mediante el lavado con una lámina de 1200 mm. Anteriormente el suelo permaneció abandonado, con 
la capa freática fluctuando entre los 0,80 y 1,50 m de profundidad. Se aplicaron diversas láminas de 
agua entre 300 y 1200 mm. Se sembró trigo, y los tres riegos posteriores se realizaron con volúmenes 
entre 140 y 200 mm cada uno, hasta totalizar 420 y 600 mm respectivamente. Se comprobó que la 
producción del cereal fue proporcional a las láminas de agua usadas para el lavado. Asimismo, luego de 
los lavados, la distribución de sales con la profundidad resultó la ilustrada en la Figura XV-6. 
EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 333 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
 
 
 
Figura XV-6 
Distribución de las Sales Antes y Después del Lavado (ensayos de Reeve y colab.) 
 
0 
 
 
 
 
 Lavado con láminas de agua de: 
 
 30 cm Testigo sin lavado 
 
30 
 
 
 
 
 120 cm 
 60 cm 
 Antes del lavado 
60 
 
 
 
 
 
P
ro
fu
n
d
id
a
d
 e
n
 c
m
. 
90 
 
 
 
 
 
 0 5 10 15 20 25 30 35 40 
 CE (extractos 1:1) en dS m-1 
Fuente: Riverside Laboratory (1964) 
 
b. La cantidad de agua que pasa a través del suelo es el factor que gobierna el proceso de 
recuperación. También Reeve y colaboradores (1955) establecieron una fórmula y un gráfico 
(Figura XV-7), para determinar la lámina de agua necesaria para lavar un cierto espesor de suelo, 
conociendo la CE inicial y fijando la final en un valor que juzgaron aceptable (experiencias con un 
suelo franco limoso, muy salino y agua de lavado con 1.000 micromhos.cm-1 de CE). La citada CEf, 
se obtiene de las tablas de tolerancia de los cultivos a las sales. La formula resultó la siguiente: 
 
La/Es = 1/5(CEf/CEi) + 0,15 
Donde: 
La = Lámina de agua en m. 
Es = Espesor de suelo a lavar en m. 
CEf = CE final del suelo (eEn el extracto de saturación). 
CEi = CE del suelo al iniciar la recuperación (en el extracto de saturación). 
 
Figura XV-7 
Gráfico para Determinar la Lámina de Lavado (Reeve y col.) 
 
2,4 
 
 
 CEf = 2 CEf = 4 Cef = 8 
2,0 
 
 
 
1,6 
 
 
 
1,2 
 
 
 Cf = 16 
Lá
m
in
a
 d
e
 a
g
u
a
/E
sp
e
so
r 
d
e
 S
u
e
lo
 
0,8 
 
 
 
 0,4 
 
 
 CEf = 32 
 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 
CE inicial media del suelo (CEi) 
Fuente: Riverside Laboratory (1964) 
 
 
La ecuación de Reeve y colaboradores resultó de índole general y requirió ajustes. Nijensohn los realizó 
para zonas de riego de la Argentina, con base en experiencias de suelos del área regada del río Dulce 
334 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez 
Mejoramiento de los suelos salinos y sódicos 
(en Santiago del Estero), pues encontró que las láminas requeridas eran apreciablemente menores. Se 
recomienda, por lo tanto, emplearla. Responden a la siguiente expresión: 
 
La/Es = 1/10(CEf/Cei) + 0,08 
 
Nijensohn (1977) también encontró que es posible alcanzar mayores eficiencias mediante la 
lixiviación con riego por goteo, donde el denominador de la ecuación anterior, por tratarse de un 
suelo arcilloso (pesado), llegó de 10 a 12. 
 
c. Biggar y Nielsen (1962) compararon el riego por inundación y por aspersión intermitente. En este 
último caso, la aspersión fue realizada a velocidad menor que la de infiltración del suelo, impidiéndose 
así la acumulación en superficie. De ese modo, se encontró que 260 mm de riego por aspersión 
eliminan, de 0,60 m de profundidad de suelo, el mismo contenido de sales que 740 mm aplicados por 
inundación continua. 
 
d. Nielsen y colaboradores (1964) efectuaron un detallado estudio a campo de cómo los solutos se 
mueven a través del perfil de un suelo franco arcilloso, sin vegetación. Se comparó el movimiento de 
una sal de cloruro, aplicada a la superficie con dos métodos de aplicación del agua. Por inundación 
continua, la sal se distribuyó más uniformemente en el perfil mientras que, con la forma intermitente, 
las sales se concentraron especialmente en las capas intermedias. Resultados similares se obtuvieron 
después de la aplicación de 600 mm de agua en forma intermitente y 900 mm por inundación 
continua, revelando que un tercio más de agua se requiere con el último método. El ritmo de 
infiltración, con el método intermitente (2,5 a 5,8 mm.hora-1), resultó menor que con inundación 
continua (5,1 a 40,6 mm.hora-1) lo cual, al permitir un mayor tiempo para la difusión del agua de 
riego, explicaría las diferencias de lavado entre los dos métodos. 
 
Eso indica que la eficiencia de lavado es alterada por los cambios de la velocidad del flujo del agua a 
través del suelo. Los suelos que disponen de poros muy grandes y muy pequeños, tienden a dejar fluir 
grandes cantidades de agua, con relación a las sales que lixivian. En estos casos el lavado intermitente, 
al dejar más tiempo para el movimiento del agua a través de los poros pequeños, o aplicando el agua a 
menor velocidad que la de infiltración, para disminuir el movimiento a través de los poros grandes, 
mejorará la eficiencia del lavado. La gran eficiencia del lavado de las lluvias tendría su explicación en 
este fenómeno, es decir, cuando se produce en condiciones de insaturación. 
 
e. Wadleigh y Firemann (1949) estudiaron la distribución de las sales en un suelo y su movimiento 
después de un riego. Demostraron que, en el riego por surco, partiendo de un suelo con contenido 
uniforme de 0,2 por ciento de sales (aproximadamente 3 mmhos.cm-1 de CE), luego de unos días las 
sales se acumularon en la cresta del surco, mientras disminuían en el fondo. 
 
 Lo anterior demuestra que, los manchones estériles o salinos que aparecen en campos productivos, casi 
siempre resultan microzonas altas que no reciben el agua suficiente para producir el lavado de sales. 
 
f. Healtd et al (1950) observaron que la siembra o trasplante en zonas cercanas al fondo de los surcos, 
debido al movimiento de las sales que se alejan de la zona explorable por las raicillas, permite el 
cultivo en suelos salinos, pues la germinación o las raicillas se ubican o generan en condiciones no 
salinas. Los aporques siguientes favorecen la distribución de las raíces en microzonas no salinas, pues 
el fondo del surco se ubicará donde al comienzo estaba su creta o camellón. 
 
6.d. RECUPERACION DE LOS SUELOS SALINO-SODICOS Y SÓDICOS 
 
La metodología de recuperación de los salino sódicos y sódicos resulta la misma, pues los suelos salino 
sódicos por lavado pierden las sales en general y, como predomina el Sodio, se transforman rápidamente 
en sódicos. Incluso los salinos levemente sódicos, sin reservas de calcio en el perfil, deben ser tratados en 
este grupo. 
 
Son suelos difíciles de recuperar pues su permeabilidad es baja; también porque debe suministrarse una 
fuente de calcio y las reacciones de intercambio ocurren muy lentamente. 
 
Las condiciones

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