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Proyecto de investigación didáctica para optar al título de Magíster en Didáctica del Lenguaje DESAFÍOS DEL BIBLIOTECARIO ESCOLAR EN UN COLEGIO PARTICULAR. RELACIÓN CON LOS ESTÁNDARES CRA, LA COMUNIDAD EDUCATIVA Y PERFIL DEL MEDIADOR LECTOR Autor (a): Jacqueline Durán S. Profesor(a) guía: Javiera Figueroa Miralles Santiago, Chile 2020 2 DESAFÍOS DEL BIBLIOTECARIO ESCOLAR EN UN COLEGIO PARTICULAR. RELACIÓN CON LOS ESTÁNDARES CRA, LA COMUNIDAD EDUCATIVA Y PERFIL DEL MEDIADOR LECTOR Jacqueline Pamela Durán Segura Resumen La biblioteca escolar se entiende como un espacio destinado a entregar un servicio a la comunidad educativa por medio de sus recursos físicos, digitales y humanos, que las escuelas disponen para el apoyo curricular y el fomento de la lectura. Por lo anterior, el funcionamiento de este espacio debe estar a cargo de un bibliotecario que permita generar puentes entre la biblioteca escolar y la comunidad educativa, principalmente, entre los estudiantes y la gran diversidad de recursos que presentan las bibliotecas escolares. Este estudio tiene como propósito describir cómo el encargado de una biblioteca escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia cumple con los estándares que propone el Ministerio de Educación, considerando su vínculo con la comunidad educativa y su perfil como mediador de lectura. La recolección de información se realizó por medio del análisis de los documentos oficiales de la escuela vinculados a la biblioteca escolar: el Proyecto Educativo Institucional, el Reglamento interno, el Informe de evaluación de la biblioteca y una entrevista semiestructurada a la bibliotecaria. Los resultados obtenidos muestran que existe un conocimiento acerca de las directrices propuestas por el Ministerio de Educación en los estándares CRA y que algunos ámbitos son desafíos posibles de alcanzar. Referente al vínculo entre la bibliotecaria y la comunidad educativa, se observa una relación cercana con la dirección del colegio, al igual que con los estudiantes, puesto que mantiene una interacción permanente desde su rol de mediadora. Por último, se aprecia que la bibliotecaria se ha especializado académicamente en el área de la bibliotecología y mediación lectora, lo que permite articular su labor con el PEI de la escuela. Palabras clave: Bibliotecario escolar, estándares CRA, comunidad educativa y mediador lector. 1. Introducción La biblioteca escolar se define como un espacio que reúne una colección de material bibliográfico, recursos didácticos y de información, que las escuelas disponen para el apoyo curricular y el fomento de la lectura. Este espacio debe estar administrado por personal capacitado para asumir la importante tarea de generar puentes entre los estudiantes y la gran diversidad de recursos que presentan las bibliotecas escolares, en especial los que se refieren al fomento lector, otorgando la oportunidad de enriquecer la cultura en los distintos contextos de aprendizaje. La idea tradicional de biblioteca escolar como un espacio aislado de las actividades escolares, tiene como propósito la organización y catalogación de libros, imagen que se aleja de las necesidades que presentan las escuelas en la actualidad. Hoy la concepción de biblioteca escolar sugiere una conversión para ser centros dinámicos, con un nuevo propósito y una imagen de servicio que acerque la escuela al mundo real, que la enriquezca y la haga accesible a toda la comunidad educativa (García y Cuevas, 2007). La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son fundamentales para funcionar con éxito en nuestra sociedad, que se basa cada vez más en la información y el conocimiento (IFLA /UNESCO, 2002). 3 En Chile, a partir del año 1994, el Ministerio de Educación junto al Banco Mundial llevó a cabo un proyecto denominado centros de recursos para el aprendizaje CRA. Esta iniciativa forma parte del mejoramiento de la calidad de la educación en las escuelas públicas y subvencionadas del país. Su propósito principal es contribuir a mejorar los aprendizajes de los estudiantes y enriquecer los contextos de aprendizaje de escuelas y liceos financiados por el Estado. En sus inicios, el proyecto contempló bibliotecas escolares solo para educación media, con el propósito de beneficiar la formación de estudiantes como ciudadanos, pero ya en el 2003 abarcó casi la totalidad de establecimientos. Es así como se amplía la cobertura a la enseñanza básica, por lo que se convierte en un verdadero centro de recursos para el aprendizaje. En la actualidad, el CRA lleva 26 años de funcionamiento, con una cobertura superior al 90% tanto en enseñanza básica como en educación media. Mekis (2016) señala: “existen 10.882 bibliotecas escolares CRA a lo largo del país: 7.609 en educación básica y 2.251 en educación secundaria. Esto corresponde al 95% de la población estudiantil de educación básica y a un 91% en enseñanza media” (p.29), cifras correspondientes a colegios públicos y subvencionados del país. Sin embargo, se observa que las bibliotecas escolares de colegios particulares pagados no son consideradas dentro de la regulación del proyecto CRA, dejando de lado las orientaciones de funcionamiento que otorga un proyecto educacional estatal. En efecto, existe una diferencia entre la calidad y la gestión de las bibliotecas escolares de centros urbanos privados y las bibliotecas escolares pertenecientes a los gobiernos en centros urbanos y en medianos y pequeños municipios (Miret y Armendano, 2009). En este aspecto, cada colegio particular pagado elabora la biblioteca escolar bajo sus propios estándares, dado que no se establece un sistema de organización para todas las bibliotecas escolares con estas características y queda a criterio de la escuela, la inversión de recursos y la colección que se instalará en cada espacio educativo. Esta propuesta de investigación, nace del interés por indagar y describir las acciones que desarrolla un bibliotecario escolar dentro de un colegio particular pagado, ya que en él no solo recaen responsabilidades administrativas, sino también asume un rol activo dentro de la escuela, al ser un agente facilitador de recursos, mediador de lectura y responsable de mantener un vínculo entre la biblioteca escolar y la comunidad educativa. Para lograrlo, este estudio busca relacionar los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una biblioteca escolar de un colegio particular pagado. Luego, describe el vínculo entre el bibliotecario escolar y la comunidad educativa. Finalmente, esta investigación identifica el perfil del mediador lector de la biblioteca escolar estudiada. A partir de lo anterior, este estudio tiene como objetivo general describir cómo el bibliotecario escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia desempeña su labor y contribuye a cumplir con los estándares que propone el Ministerio de Educación, considerando su vínculo con la comunidad educativa y su perfil como mediador de lectura. 4 Por consiguiente, las preguntas de investigación que guían la investigación son las siguientes: 1. ¿Cómo se relacionan los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una biblioteca escolar de un colegio particular? 2. ¿De qué forma el bibliotecario escolar se vincula con la comunidad educativa de un colegio particular? 3. ¿Cuál es el perfil del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector, de una biblioteca escolar en un colegio particular? 2. Marco teórico La biblioteca escolar se entiende como un espacio destinado a entregar un servicio a la comunidad educativa por medio de sus recursos físicos, digitales y humanos. En virtud de ello, la investigación desarrollada se enmarca en una serie de ámbitos que permiten conocer las bases y el enfoque del estudio. En primer lugar, se explica el concepto de biblioteca escolar y losestándares ministeriales como directrices de funcionamiento. En segundo lugar, se analiza la función del bibliotecario escolar y su rol dentro de la escuela. Finalmente, se aborda al bibliotecario escolar como mediador lector, describiendo la figura del mediador y el perfil necesario para cumplir este rol. 2.1 Biblioteca escolar y Estándares CRA Las bibliotecas escolares están presentes en muchos países y regiones del mundo, no obstante difieren en las etapas de desarrollo que se encuentran. La historia de las bibliotecas escolares se remonta a la época en que los libros y otras fuentes escritas se usaban para ayudar al maestro y al libro de texto en la difusión del conocimiento (Hannesdóttir, 1995). Sin embargo, la idea tradicional de biblioteca como lugar aislado de la dinámica escolar, destinada a conservar libros y con un uso limitado, se aleja claramente del sentido que las bibliotecas cobran en la actualidad (García y Cuevas, 2007). Hoy, la biblioteca escolar desempeña un papel esencial dentro de la escuela, facilitando los accesos a la información y desarrollando un esfuerzo permanente por acompañar a los estudiantes en sus necesidades académicas y lectoras. La biblioteca escolar debe proporcionar la información y recursos necesarios para la sociedad en la que vivimos, así se establece en el Manifiesto de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA/UNESCO, 2000). En Chile, el servicio que presta la biblioteca escolar se relaciona con distintas áreas: la colección, el espacio físico, el equipo de trabajo, entre otros. A partir de las diferencias que se pueden encontrar en las escuelas del país, resulta imprescindible la necesidad de contar con parámetros que sirvan de orientación para trabajar en estas discrepancias. Los estándares para bibliotecas escolares CRA son directrices que permiten establecer el propósito de la biblioteca escolar, sugieren ser la aspiración de cada escuela y trabajar permanentemente para lograrlo (Estándares para bibliotecas escolares CRA, Mineduc, 2011). Los estándares para la biblioteca escolar CRA han sido desarrollados por la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales y por el Centro de Desarrollo Cognitivo de la misma universidad, como contraparte, se encuentra la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación (Estándares para Bibliotecas Escolares CRA, Mineduc, 2011) y de ellos se desprenden ocho áreas temáticas. La primera, corresponde a la definición de la biblioteca escolar CRA, la cual se relaciona con la imagen y servicios que presta la biblioteca escolar, vinculado directamente al proyecto 5 educativo. La segunda, corresponde a los usuarios, área que se refiere a la atención y calidad que reciben los diversos participantes de la comunidad educativa (padres y apoderados, exalumnos, personal administrativo, asistentes de la educación, paradocentes y auxiliares) a partir de sus necesidades curriculares y lectoras. La tercera se asocia con el espacio, lugar físico donde se encuentra la biblioteca, considerando la amplitud de la zona, el mobiliario, la ubicación de la colección y los recursos. La cuarta área es la colección, planteando que lo ideal en la biblioteca escolar, es mantener un equilibrio entre la lectura recreativa y los títulos referenciales que aborda el currículum, contabilizando 6 ítems por estudiante y considerando para esta cifra la cantidad de alumnos en la escuela. La quinta área, corresponde al equipo de trabajo: entre ellos se encuentra el coordinador, quien debe ser un docente responsable de la gestión de biblioteca, después un encargado, que atiende directamente a los usuarios y finalmente, el asistente o auxiliar, persona que mantiene en buen estado los ejemplares y el mobiliario. Cabe considerar que la cantidad de funcionarios dentro de la biblioteca depende de la cantidad de estudiantes en la escuela. La sexta área corresponde a la gestión pedagógica, la cual se relaciona principalmente con tres aspectos: el fomento a la lectura, apoyar con el acceso a la información y recursos en la implementación del currículo, y educar a los usuarios. La séptima área, concierne a la gestión administrativa, que se relaciona con los procesos técnicos de catalogación, clasificación, movimiento de la colección. Además, esta área involucra presupuestos para el aumento de los recursos y autoevaluaciones referentes al reporte de actividades desarrolladas. Finalmente, la octava área, corresponde a las redes y cooperación, aquí se plantean mecanismos de cooperación, con los pares y con las bibliotecas públicas y escolares locales. La biblioteca escolar y la biblioteca pública tienen funciones comunes, incluso comparten usuarios (Estándares para Bibliotecas Escolares CRA, Mineduc, 2011). La creación de estándares nacionales sobre qué es lo que se espera de las bibliotecas escolares permite disponer de objetivos concretos para los proyectos de cada escuela (Mekis en Miret y Armendano, 2009). 2.2 Bibliotecario escolar La biblioteca escolar busca ser un lugar flexible y dinámico, propiciando un espacio motivador que disponga recursos para el uso libre de los usuarios, una colección de materiales con gran variedad de temáticas y formatos, y un equipo de trabajo que coordine y administre la biblioteca para alcanzar un óptimo y eficiente funcionamiento. Por esta razón, las bibliotecas deben contar con personas involucradas en el área de gestión de biblioteca y literatura infantil-juvenil, entre ellas, se encuentra el encargado, quien es el agente que se preocupa de integrar efectivamente los recursos de la biblioteca con las necesidades del Proyecto Educativo Institucional (PEI). Redondo (2002) propone que la biblioteca escolar debe estar articulada con los diferentes proyectos de la escuela, puesto que este espacio se observa un eje transversal que atraviesa todos los procesos de la institución educativa. De esta forma, la vinculación de la biblioteca escolar se hace necesaria en la aplicación de la visión y misión de la escuela, integrando un trabajo colectivo con todos los miembros de la comunidad educativa. En consecuencia, una de las principales funciones del bibliotecario, se refiere a la comunicación con los directivos y docentes, de modo de favorecer el adecuado uso de la gran cantidad de recursos que ofrece la biblioteca. 6 La tarea del bibliotecario escolar se desenvuelve en el marco del llamado curriculum oculto, aunque en su labor esté siempre presente el currículum explícito (o prescriptivo), tanto en los acuerdos con los docentes, como en el de seleccionar los materiales que ampliarán la colección y recursos (Conforti y Pastoriza, 2000). La preparación del personal necesario para organizar, dirigir y servir en una institución con roles tan importantes en el contexto educativo, inevitablemente necesita mucha atención (Hannesdóttir, 1995). Las Directrices de la IFLA/UNESCO (2002) para la biblioteca escolar, indican que la principal función del bibliotecario escolar consiste en contribuir a lograr la misión y los objetivos de la escuela, lo que incluye procesos de evaluación y cumplir la misión y los objetivos de la biblioteca escolar. Las competencias profesionales del personal han de atender a funciones técnico-organizativas, asesoramiento, formación, promoción a la lectura y alfabetización en información (García y Cuevas 2007). En Chile, entre los años 2008 y 2010 el Ministerio de Educación solicitó un estudio cuantitativo al Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado, en el que participaron 20 establecimientos del país, arrojando datos reveladores sobre los encargados de la biblioteca escolar CRA. Uno de estos datos es el nivel educacional declarado, el 14% de los encuestados señala haber alcanzado a completar solo enseñanza media, mientras que 4,3% únicamenteposee estudios de enseñanza básica, es decir, hay una proporción de personas que laboran en las bibliotecas y no poseen estudios postsecundarios indispensables para desarrollar sus funciones. Además, entre los encargados casi un 41% declara estar trabajando desde hace 7 años o más en el establecimiento, y casi 32% ha permanecido 10 años en el mismo lugar de trabajo. En definitiva, en un porcentaje importante de centros educacionales, el nombramiento de encargado CRA recae en un tipo de funcionario con tradición y permanencia en el establecimiento. Este estudio también permite analizar antecedentes acerca de la capacitación recibida para la ejecución de las labores, donde solo el 29,9% de encargados reconocen haber participado en algún taller de formación del Mineduc y el 20,7% indica haber participado en algún curso de formación para la administración de bibliotecas. Además de estas preocupantes cifras, el estudio revela que el 28,7% de los encargados, reconoce no haber recibido capacitación para el desempeño de sus funciones (Mineduc, 2010). Los estándares de las bibliotecas escolares CRA (2011) señalan algunos requisitos para cumplir con el rol de encargado en la biblioteca escolar, indicando que: “puede ser docente, licenciado en Letras, técnico en biblioteca o bibliotecario profesional. En todos los casos, debe recibir capacitación específica” (p. 27). Así mismo, el Manual para el CRA Escolar (2009) hace referencia al perfil humano de los coordinadores y encargados, allí se indica que “deben ser mediadores eficientes de los recursos y motivar en los usuarios el interés por la exploración e indagación de los materiales del CRA” (p. 26). Sin duda, es relevante que el bibliotecario escolar domine ciertas áreas de estudio, considerando la responsabilidad de mantener el vínculo entre los recursos de la biblioteca y toda la comunidad educativa. De este modo, si el bibliotecario cumple ciertos requerimientos, logrará prestar un óptimo servicio de apoyo y respaldo al proceso de enseñanza-aprendizaje, convirtiéndose en un componente fundamental dentro de la escuela, pues una de sus funciones principales es ser un mediador de lectura. Cabe mencionar que las visitas a la biblioteca escolar se han incorporado en los Planes y Programas de Lenguaje y Comunicación desde primero a sexto básico (Mineduc, 2012) y para la educación media se plantea el uso de este espacio 7 como centro de investigación. Ahora bien otras naciones también abordan el tema de la formación profesional del bibliotecario escolar. En Argentina, Conforti y Pastoriza (2000) analizan la problemática de la formación de los bibliotecarios escolares en relación con las necesidades de información, quienes indican: “esperamos que el bibliotecario escolar sea un experto en lectura, para poder promoverla tanto entre alumnos como docentes” (p.6), así apoyar la formación del lector, la promoción de la lectura y finalmente la selección del material. En Perú, para lograr calidad educativa, Rengifo (1999) propone otorgar un rol profesional al bibliotecario escolar y señala que “debe poseer la formación general suficiente para interpretar los objetivos y políticas de la educación, del organismo donde trabaja y de los programas de estudio” (p.19). En Colombia, en el marco de la construcción de una política pública para las bibliotecas escolares, el Ministerio de Educación Nacional (2014) indica que “los contenidos y métodos de formación de formadores y mediadores, docentes y bibliotecarios carecen de la actualización y articulación.” (p.50) refiriéndose al contexto regional. En tanto, en Reino Unido, la tesis doctoral de Cabrerizo (1994) menciona: “las tareas que se exigen al bibliotecario requieren cada vez más una persona con un alto nivel profesional… Ha de estar capacitado en técnicas y métodos de enseñanza” (p. 72). Es decir, en varios contextos se observa una necesidad de otorgar una mayor especialización en diversas áreas al bibliotecario escolar. 2.3 Bibliotecario escolar como mediador lector La escuela, como centro de socialización, propone metodologías de enseñanza orientadas bajo el paradigma de la interacción social. Según Vigotski (2009) “el aprendizaje despierta una serie de procesos evolutivos internos capaces de operar sólo cuando el niño está en interacción con las personas de su entorno y en cooperación con algún semejante” (p.138). Desde esta perspectiva, se plantea la idea de la interacción como fuente de aprendizaje, y en el contexto de la biblioteca escolar, se propone al bibliotecario como agente central para cumplir el rol de mediador lector con los estudiantes. En definitiva, Vigotski establece la diferencia entre lo que puede realizar una persona por sí sola y lo que puede hacer con la mediación de otras. Yubero (2007) menciona: “cuando el adulto actúa como mediador en una situación, canaliza la actividad estructurando la relación del niño con la cultura y con las pautas de su grupo social” (p.308). haciendo referencia a que los comportamientos lectores son intervenidos por aspectos individuales, sociales y también culturales. Aidan Chambers en su libro Dime (2007) presenta un diagrama llamado “círculo de lectura” el que vincula cada momento del acto lector con el adulto mediador. El esquema muestra tres momentos relevantes en la lectura. El primero, es la selección del recurso, mediado por un adulto con conocimientos del tema. El segundo, corresponde a la lectura en sí, como un momento que se vive de manera personal, pero que logra interactuar con un mediador por medio de escuchas activas o resolución de dudas. Por último, se encuentra la respuesta, momento en el cual se comenta la experiencia lectora y el mediador debe continuar el círculo de práctica lectora. Este esquema hace referencia al mediador facilitador, que interviene en todo el recorrido del proceso de lectura, y que exige hoy el uso de estrategias que se sustenten en sólidas bases metodológicas. Por eso, es necesario que el mediador conozca y domine los recursos e instrumentos que serán indispensables para facilitar el acceso de cualquier lector escolar a todo tipo de lecturas. 8 Petit (1999) se refiere al mediador como la persona que crea puentes entre la lectura y el posible lector, este puede legitimar un deseo de leer no bien afianzado y puede ayudar a traspasar umbrales, en diferentes momentos del recorrido. De este modo, la formación de los mediadores debe incluir conocimientos específicos relacionados a la gran diversidad de títulos y recursos que se encuentran en la biblioteca escolar, teniendo siempre en cuenta las características e intereses de sus posibles lectores. Patte (2008) señala que sería deseable que un equipo de bibliotecarios conociera bien la pluralidad editorial y la diversidad de la literatura juvenil, pero jamás se podrá establecer una lista definitiva de las obras más adecuadas para apoyar a los adolescentes. La IFLA/UNESCO (2002) también afirma que la riqueza y la calidad de la biblioteca dependen de los recursos del personal disponibles dentro y más allá de la biblioteca escolar, dado que es de vital importancia contar con una plantilla bien formada y altamente motivada por cumplir con los objetivos propuestos. De igual forma, Cerrillo (2010) señala que el mediador debe reunir una serie de actitudes, aptitudes y requisitos que son indispensables para desarrollar la labor de mediación lectora en la biblioteca escolar. Primero, debe ser un lector habitual, convencido de las bondades de la lectura, conocer las características del grupo y promover su participación. En segundo lugar, debe poseer imaginación y creatividad. En tercer lugar, tiene que creer firmemente en su trabajo de mediador con compromiso y entusiasmo. En cuarto lugar, debe tener la capacidad para acceder a información suficiente y renovada, en diversos soportes. En quinto lugar, el mediador debe contar con conocimiento del contexto de procedencia de los destinatariosde sus intervenciones. En sexto lugar, es esencial poseer una mínima formación literaria, psicológica y didáctica. Por lo anterior, la función específica del mediador de la biblioteca escolar es facilitar y propiciar el círculo virtuoso del aprender, estar siempre dispuesto a la intervención amable y recomendable del mundo, de manera de enriquecerse mutuamente (Mekis, 2012). La formación básica de los mediadores de la biblioteca escolar es, particularmente, del Estado, puesto que la sociedad tiene que asumir la responsabilidad de capacitar a los mediadores en lectura, formándolos adecuadamente y proporcionándoles los medios necesarios para cumplir dignamente su responsabilidad, puesto que la práctica de la lectura desarrolla la capacidad de interpretar, seleccionar y argumentar en las personas. La lectura debe ser entendida como una responsabilidad social, no solo escolar, pues está relacionada con el contexto cultural de las personas (Cerrillo, 2010). 3. Diseño metodológico 3.1 Diseño de la investigación La presente investigación constituye un estudio cualitativo descriptivo acerca del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector. Sampieri, Collado y Baptista (1998), afirman que este tipo de estudios rescatan el significado de las experiencias y valores humanos, el punto de vista interno e individual de las personas y el ambiente natural en que ocurre el fenómeno estudiado. Al ser una investigación cualitativa, permite una comprensión profunda del escenario particular estudiado con intelecciones teóricas generales que trascienden ese tipo particular de escenario (Stake, 1999). El diseño de investigación es un estudio de caso sobre el “bibliotecario escolar”, aludiendo a la persona que se desempeña como encargado de la biblioteca y mediador lector en un colegio 9 particular pagado de la comuna de Providencia. Bisquerra (2004) menciona que la realidad humana se construye y todos los actores sociales involucrados en su producción y comprensión, tienen su propia perspectiva de la misma. Por esta razón, el estudio se fundamenta en la perspectiva del bibliotecario respecto a su rol dentro de este espacio. El análisis consta de tres momentos. En primera instancia, se relacionan, de manera general, las ocho áreas de los estándares de las bibliotecas escolares CRA: la imagen de la biblioteca escolar, los usuarios, el espacio, la colección, el equipo de trabajo, la gestión pedagógica, la gestión administrativa y las redes. Luego, se describe la relación entre el bibliotecario escolar, con los miembros de la comunidad educativa: director, profesores, apoderados y estudiantes. Para finalmente, establecer el perfil del mediador lector en esta biblioteca escolar. Atendiendo a la estrategia de investigación, esta correspondería al tipo descriptivo, observando de cerca la función que el bibliotecario escolar desempeña en este espacio destinado a prestar un servicio a la comunidad educativa. Considerando el modo de investigación, este corresponde a un estudio intrínseco según Stake (1999), puesto que la labor del bibliotecario escolar se desarrolla en un tiempo y espacio determinado. Por lo anterior, y conforme a las preguntas de este estudio, se ha formulado un objetivo general del cual se desprenden tres objetivos específicos. Objetivo general Describir cómo el bibliotecario escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia desempeña su labor y contribuye a cumplir con los estándares que propone el Ministerio de Educación, considerando su vínculo con la comunidad educativa y su perfil como mediador de lectura. Objetivos específicos 1. Relacionar los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una biblioteca escolar de un colegio particular. 2. Describir cómo el bibliotecario escolar se vincula con la comunidad educativa de un colegio particular. 3. Identificar el perfil del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector, de una biblioteca escolar en un colegio particular. 3.2 Participantes Esta investigación se llevó a cabo en una biblioteca escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia, el cual alberga a quinientos veintitrés estudiantes desde los niveles medio mayor a cuarto medio. Esta biblioteca escolar comprende una superficie de 50m² y tres personas responsables de su funcionamiento: una coordinadora, una encargada y una asistente. La persona que asume el rol de encargada, es el objeto de estudio de la investigación, puesto que asume gran parte de las responsabilidades en la gestión administrativa y pedagógica desde el año 2014. Además, posee un título de Técnico en nivel superior en bibliotecología y un Diplomado en literatura infantil y juvenil, por consiguiente, es la mediadora lectora de la escuela y, por medio de su experiencia y cargo, permitirá obtener información para responder las preguntas planteadas en este estudio. 10 1. Documentos relacionados a la escuela 2. Documentos relacionados a la biblioteca escolar 3. Estándares de las bibliotecas escolares CRA 4. Entrevista semiestructurada 3.3 Recolección de Información La recolección de información se desarrolló a partir del análisis de diversas fuentes, las cuales se dividen en cuatro áreas. A continuación, se muestra un diagrama con las cuatro áreas de recolección. Figura 1. Diagrama de recolección 3.4 Análisis de datos Para el análisis del estudio, se establecieron tres dimensiones, siguiendo los objetivos específicos de la investigación. A continuación, se muestra un diagrama con las tres dimensiones. Proyecto Educativo Institucional (PEI): documento que expone las características de la escuela, lo que posibilita vincular la visión del colegio con el funcionamiento de la biblioteca (ver Anexo1). Reglamento interno: documento que declara el rol que debe ejerce el bibliotecario escolar, facilitando la observación de la práctica real (ver Anexo 2). Reglamento de la biblioteca: documento que permite identificar el objetivo de este espacio y su labor dentro de la escuela (ver Anexo 3). Informe de evaluación de la biblioteca: instrumento que se emite anualmente y propicia la obtención de información específica de las distintas áreas que abarca el servicio de la biblioteca escolar (ver Anexo 4). Estándares CRA: documento que presenta ocho ámbitos de funcionamiento declarados por el Mineduc, los cuales se relacionan de manera general con la gestión de la biblioteca escolar: a) la imagen de la biblioteca escolar, b) los usuarios, c) el espacio, d) la colección, e) el equipo de trabajo, f) la gestión pedagógica, g) la gestión administrativa y h) las redes. La entrevista semiestructurada facilita la extracción de información específica según el contexto estudiado, Díaz, et al. (2013) indican que este instrumento ofrece un grado de flexibilidad aceptable, a la vez que mantienen la suficiente uniformidad para alcanzar interpretaciones acordes con los propósitos del estudio. La validación se logró por medio de dos pruebas piloto, permitiendo realizar las modificaciones necesarias para su aplicación (ver Anexo 5). 11 Relacionar los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una biblioteca escolar de un colegio particular. Describir cómo el bibliotecario escolar, se vincula con la comunidad educativa de un colegio particular. Identificar el perfil del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector, de una biblioteca escolar en un colegio particular. Figura 2. Diagrama de análisis 4. Resultados Para realizar el análisis de la información recopilada, se consideró, principalmente, las respuestas de la entrevista y los documentos relacionados al funcionamiento de la biblioteca escolar, que han sido organizados a partir de los tres objetivos específicosde la investigación. 4.1 Relación de los estándares CRA con una biblioteca escolar privada El primer objetivo de la investigación consiste en relacionar los estándares CRA con la gestión que desarrolla esta biblioteca escolar. Para exponer los resultados, se inicia con la definición de estándares CRA y el conocimiento de la bibliotecaria acerca de estas directrices. Los estándares de las bibliotecas escolares CRA (2011) establecen normas que permiten regularizar el funcionamiento de las bibliotecas escolares señalando: “son directrices que muestran hacia dónde se debe avanzar. Deben pasar a ser la aspiración de cada establecimiento educativo”(p.12). En el caso estudiado, se observa que la bibliotecaria afirma conocer los estándares, indicando: “tiene que ver con lograr una calidad en…en… las bibliotecas a nivel escolar en Chile”. Así mismo, dentro del Reglamento de la biblioteca se incorpora, en el artículo 1: “gestionar los recursos de información necesarios para satisfacer los requerimientos académicos y estudiantiles del colegio en las áreas incluidas en el currículo escolar y participar, como recurso de apoyo a la docencia, en el Se vincularon las ocho áreas de gestión de los estándares CRA con el modelo propuesto por la biblioteca escolar, involucrando la evidencia escrita en el PEI, el Reglamento interno de la escuela, las Normas de la biblioteca, la Evaluación anual de la biblioteca y finalmente, la entrevista a la bibliotecaria. Se presentan apartados que describen la relación entre la bibliotecaria y los distintos agentes que pertenecen a la comunidad educativa, iniciando con la dirección de la escuela y luego con los otros miembros de la comunidad declarados en el Reglamento interno de la biblioteca: profesores, apoderados y estudiantes. Esta relación se estructura por medio de los documentos recolectados y la entrevista semiestructurada aplicada a la bibliotecaria. El último objetivo se abordó mediante la entrevista semiestructurada aplicada a la bibliotecaria, describiendo el perfil de la persona que está a cargo de este espacio. Se inicia profundizando en su percepción personal acerca de su rol como bibliotecaria y las características que debe presentar un buen mediador de lectura. Luego se identifica la formación profesional como mediadora, su criterio para la selección de recursos y finalmente los instrumentos que permiten medir su gestión como mediadora. 12 proceso de Enseñanza-Aprendizaje”(p.1). Por lo que se puede observar un lineamiento claro de trabajo y vinculado a la propuesta que entrega el Ministerio de Educación. Además, en el Informe anual de evaluación de la biblioteca se consideran varios parámetros que comparten con los estándares. A continuación, se diferencian las ocho áreas de gestión de la biblioteca CRA: a) La imagen de biblioteca escolar. Este espacio está muy presente en el Proyecto Educativo Institucional, la directora del colegio indica: “Somos una comunidad que aspira a que los estudiantes se sientan acogidos, felices y disfrutando de sus aprendizajes” (p.3), lo que demuestra que una de las prioridades en su escuela, es el bienestar emocional de los estudiantes y la biblioteca escolar es un espacio que permite contribuir en este objetivo. La bibliotecaria se refiere al propósito de la biblioteca escolar, indicando: “lograr que los chicos desarrollen la lectura, la lectura por placer”. Se puede deducir que ambas mantienen un propósito en común y que trabajan diariamente para lograrlo. Cabe mencionar que dentro del Informe de evaluación de la biblioteca del año 2019, se hace referencia a la percepción de los estudiantes acerca de la biblioteca, el documento señala que se ha logrado erradicar la idea de este espacio como zona de castigo. b) Con respecto a los usuarios, el Reglamento de la biblioteca indica que esta se encuentra disponible para todos los miembros de la comunidad escolar, quien se posicione en calidad de estudiante, apoderado, docente o funcionario de la escuela. No obstante, en los estándares indican que la biblioteca escolar también está al servicio de familiares de los estudiantes y exalumnos, es decir, los estándares abarcan un espectro mucho más amplio. Por consiguiente, sus actividades se dirigirán específicamente a los miembros, en particular a los estudiantes. c) Respecto al espacio, la biblioteca comprende una amplitud de 50m² y la bibliotecaria manifiesta: “nosotros, debiésemos tener un espacio de aproximadamente cien metros cuadrados y estamos muuuuy bajo eso”. Estas medidas se encuentran determinadas por los estándares, de modo que hay presencia de conocimiento y evaluación de su propio entorno, lo que influye de manera negativa en la compra y distribución del mobiliario. En el informe de evaluación, se presenta como un obstáculo, que impide ejecutar algunas de las actividades planificadas. Cabe mencionar que los metros cuadrados de una biblioteca escolar son fundamentales al momento de desarrollar actividades, y se puede apreciar desde la comodidad de los usuarios al visitarla, hasta las normas de seguridad de la escuela. d) Respecto a la colección, los estándares promueven una colección que mantenga un equilibrio entre ítems relacionados a lo recreativo y a material de carácter informativo. En esta escuela, se observa que la colección no es un problema, la falta de ejemplares no se menciona como una dificultad, por el contrario, el Informe de evaluación muestra que el aumento de la colección es permanente, enviando anualmente un presupuesto a dirección para ser considerado el año próximo. La cantidad actual de títulos son 8000 y 14330 ejemplares aproximadamente, es decir, un promedio de 27 ítems por alumno, superando el número que proponen los estándares, 6 ítems por estudiante. No obstante, el Informe no reporta datos sobre la clasificación de títulos para observar el equilibrio de la colección. La bibliotecaria declara que la colección es amplia y variada, con títulos destinados a toda la comunidad educativa, manifestando: “Sí, hemos tratado de hacerlo así y creo que, por el 13 momento lo hemos, conseguido”. De igual modo, la bibliotecaria afirma mantener contacto permanente con los jefes de cada departamento, lo que permite conocer las necesidades desde su área de estudio. Corresponde señalar que uno de los objetivos propuestos para el año 2020 es el aumento de los textos no literarios, así seguir fomentando las visitas a la biblioteca. e) Respecto al equipo de trabajo, en el Reglamento interno se encuentra el rol de los asistentes de la educación, entre ellos el funcionario de biblioteca, quien es mencionado como: “funcionario responsable de organizar, mantener, cuidar y atender la Biblioteca CRA” ”(p.25). En este caso, la escuela cuenta con tres responsables de este espacio. En primer lugar, una coordinadora, que a la vez es jefe de UTP y es la figura que otorga las autorizaciones y permisos necesarios para las actividades programadas. Luego se encuentra la encargada, preocupada de fomentar la lectura y vincular las distintas áreas del currículum con la biblioteca. Cabe destacar que la encargada posee un título de Técnico en nivel superior en bibliotecología y un Diplomado en literatura infantil y juvenil, lo que permite desarrollar una gestión de manera organizada y focalizada según su experiencia y las necesidades de la escuela. Por último se encuentra la asistente, quien colabora activamente con los requerimientos inmediatos de la biblioteca. Lo anterior corresponde al adecuado servicio de este espacio, según los parámetros de los estándares, puesto que el documento sugiere, como mínimo, dos personas a cargo de la biblioteca, si la cantidad de estudiantes es entre 301 y 600. f) Desde la perspectiva de la gestión pedagógica y la organización de actividades, la escuela no cuenta con documentación respecto a la planificación de proyectos, pero sí con un horario definido de asistencia de los cursosy dos documentos oficiales: un Reglamento que establece claramente los deberes y derechos de los usuarios y un Informe de evaluación, que deja registro del quehacer de la biblioteca, integrando actividades relacionadas al fomento lector, aplicación del currículum en el área de Lenguaje y Comunicación, el trabajo con los jefes de departamento y utilización de plataformas virtuales que permiten la difusión de las actividades. Por consiguiente, se observa que a pesar de no contar con una planificación oficial de las labores de biblioteca, se mantiene una organización del espacio y permanente evaluación del trabajo que allí acontece. g) Con respecto a la gestión administrativa, el colegio cuenta con un Informe de evaluación anual, que resume la labor de la biblioteca escolar y su plan de mejora. Sin embargo, no existen protocolos para la adquisición de la colección, la bibliotecaria indica: “Yo tengo un protocolo propio, pero no tengo un protocolo formal, como escrito”, pero sí se evidencia el monitoreo del movimiento de esta colección, manteniendo una estadística de préstamos y comparación con años anteriores. Desde el punto de vista de la evaluación, no cuentan con un instrumento que les permita medir la satisfacción del usuario, solo pueden medir el registro de visitas a bibliotecas y los préstamos, aspecto que es relevante al momento de una autoevaluación, dado que permite mantener el funcionamiento del espacio aunque las personas a cargo se encuentren ausentes. h) Respecto a las redes, esta biblioteca escolar no mantiene vínculos con otras bibliotecas o con las demás instituciones de la comunidad, tampoco se realizan esfuerzos para lograrlo. Aspecto que es relevante desde el punto de vista de la difusión, si la biblioteca ya cuenta con plataformas virtuales, podría ser el recurso para generar nexos con otras entidades dedicadas al fomento lector. 14 A pesar de que la biblioteca escolar está organizada bajo la dirección de expertos que no se encuentran vinculados a la educación pública, es decir, a la construcción de las bibliotecas CRA que otorga el Ministerio de Educación, se puede observar que los parámetros propuestos por las ocho directrices señaladas en los estándares de las bibliotecas CRA están presentes en la gestión de esta biblioteca escolar. Incluso se advierte que el concepto CRA (Centro del Recursos para el Aprendizaje) está mucho más arraigado que biblioteca escolar, puesto que esta concepción se encuentra declarada en el PEI. 4.2 Vínculo del bibliotecario escolar con la comunidad escolar El segundo objetivo de la investigación, consiste en describir cómo el bibliotecario escolar, se vincula con la comunidad educativa. Para esto, los resultados se presentan, principalmente, a partir de lo que expresa la bibliotecaria en relación a los distintos actores que son parte de la comunidad: la dirección, los profesores, los apoderados y los estudiantes. Estos últimos, se relacionan a partir de sus necesidades lectoras, puesto que son el objetivo de la mediación de lectura. Referente a la dirección de la escuela, se observa una relación cercana y afable, que permite el buen funcionamiento y autonomía de la biblioteca, la bibliotecaria manifiesta: “la relación es de bastante confianza, emm… me siento como súper escuchada”. Así mimmo, existe un apoyo permanente en las iniciativas presentadas desde la biblioteca, lo que se condice con el PEI del colegio en el área de apoyo a los aprendizajes “Gestionar proyectos de innovación pedagógica” (p.7), visto que se otorgan autorizaciones a la bibliotecaria sin mayores cuestionamientos y cada año invierten económicamente más en este espacio, demostrando que, efectivamente, los directivos creen en la relevancia de la biblioteca escolar dentro del proyecto de la escuela. La bibliotecaria cree que la relación con la comunidad escolar fluye de manera cercana, ya que el colegio es pequeño, y todos los funcionarios se conocen, la bibliotecaria señala: “es chiquitito el colegio...yo creo que no es la realidad de todo el mundo…Quizás soy como súper afortunada en ese sentido”. Esto se ve reflejado en uno de los artículos presentes en el Reglamento interno del colegio, el cual alude a que los asistentes de la educación se sientan acogidos y se escuchen sus propuestas y opiniones. Cabe mencionar que existen dos instancias de reuniones anuales entre la directora y la bibliotecaria, aportando a una comunicación fluida y accesible, la bibliotecaria indica: “como una reunión más… más como humana”. Incluso, en términos de ubicación espacial, la biblioteca y oficina de dirección se encuentran muy próximas, esto permite que la dirección logre observar de manera directa lo que sucede dentro de este espacio. En relación a los profesores, la bibliotecaria manifiesta que mantiene un contacto más estrecho y participación activa con el área de Lenguaje y Comunicación, siendo la bibliotecaria partícipe de todas las reuniones y proyectos de este departamento, pero además considera que la percepción de los profesores acerca de la biblioteca es fundamental, indicando:“yo siento que en la medida que ellos comprendan eh….la importancia del espacio…estamos logrando un trabajo”, por consiguiente, las conversaciones con los docentes son esenciales. Anualmente, los profesores envían un listado con sus necesidades lectoras y curriculares a la biblioteca, pero no se presentan iniciativas concretas invitando a los profesores a visitar, participar y cooperar con ella. Los requerimientos de las diversas áreas se ajustan principalmente a la solicitud de libros de referencia, utilizando el correo electrónico como único nexo para conocer las necesidades lectoras y 15 curriculares. Las áreas que más visitan este espacio es Lenguaje, Inglés, Arte y Educación Física, en orden decreciente. Pese a que la biblioteca no participe directamente con los profesores, de igual forma se logra un acercamiento a las diversas áreas, lo que permite observar que los docentes están conscientes de este espacio y utilizan algunos de sus recursos. La relación que se mantiene con los apoderados, es bastante cercana y directa, considerando que es una comunidad pequeña, estos se acercan con sus hijos a solicitar lecturas, más solo para los niños. La biblioteca no muestra iniciativas concretas con el fin de invitar a los apoderados a talleres o actividades que les posibilite participar, incluso, el centro de padres se mantiene al margen de lo que ocurre en este espacio, la bibliotecaria afirma: “con el centro de padres, nada”. Involucrar a los apoderados con la biblioteca ayuda a mantener una relación permanente con la lectura, por esto es importante que la colección abarque a toda la comunidad, así los apoderados se interesarían por adquirir algunos títulos de la colección. Respecto a la vinculación con los estudiantes, se observa que es el núcleo principal de la biblioteca, la mayoría de los proyectos y actividades se relacionan con generar interés por la lectura y que los estudiantes visiten este espacio para sentirlo como un lugar acogedor dentro de la escuela. Con el propósito de recopilar las necesidades lectoras de los niños, la bibliotecaria indica que se realiza de manera informal: “se está constantemente preguntando a los niños… yo siento conversación con los alumnos” y también menciona que otra fuente de información para acercarse a los gustos de los estudiantes y motivar la lectura, son los documentos emitidos por entidades relacionadas a la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), como la Biblioteca Escolar Futuro y el centro lector de Lo Barnechea. A partir de lo anterior, se observa que la biblioteca se vincula de manera activa con la comunidad: los profesores emplean este espacio como recurso pedagógico, los apoderados visitan la biblioteca para solicitar ejemplares exclusivamente para los niños y los estudiantes forman parte de todas las iniciativas elaboradas por este espacio. En consecuencia,la biblioteca escolar se relaciona con la mayoría de los agentes que componen la comunidad educativa. Por ello, se percibe como un espacio valorado por las personas que utilizan sus recursos, así lo considera la bibliotecaria, debido a que de manera permanente es felicitada por los directivos. Conjuntamente, los estudiantes reconocen y consideran muy positiva la constante renovación del ambiente y los recursos, la bibliotecaria comenta: “sé que soy afortunada, porque en verdad me siento súper valorada por la comunidad en general”. 4.3 Perfil del mediador lector y su labor en la biblioteca escolar Los resultados del último objetivo de investigación, se exponen a partir de ámbitos vinculados al perfil del bibliotecario de este estudio, considerando: la percepción personal acerca de su labor, las características que debe poseer un mediador lector, la formación académica como mediador, las estrategias para seleccionar títulos y los instrumentos de evaluación que utiliza para conocer la efectividad de la mediación. En el PEI, la visión del colegio busca contar con funcionarios comprometidos, que participen activamente y estén empoderados de su rol. Lo que se observa en la percepción de la bibliotecaria, 16 menciona que se considera una muy buena bibliotecaria, ya que manifiesta que su principal labor, es acercar a grandes y chicos a la biblioteca, ella indica: “hemos logrado como, seducir a la comunidad”. Así mismo, se siente una buena mediadora, ejemplificando su percepción con la selección de algunos títulos que se encuentran en las estanterías de la biblioteca y cuando desarrolla un trabajo de mediación, este se convierte en uno de los libros más solicitados. La bibliotecaria considera esencial la cercanía con los estudiantes y la medicación lectora para el aprendizaje de los niños, mencionando: “con un vínculo de mediación lectora afectivo, se genera un aprendizaje efectivo”. Por consiguiente, se observa que la bibliotecaria tiene claridad acerca de su rol, por una parte, señala que su biblioteca es visitada y no es un espacio aislado dentro de la escuela, y por otra, su rol como mediadora lo percibe como un proceso exitoso con los estudiantes, los cuales son el objetivo de la mediación. En virtud de lo anterior, la bibliotecaria considera que una de las principales características que debe poseer un mediador lector es la calidez humana y conocer qué le gusta leer a los usuarios, en particular a los niños. Lo que se encuentra en concordancia con el reglamento de la escuela, el cual sostiene que uno de los roles del bibliotecario es entregar acceso a la lectura para la entretención y enriquecimiento personal. De esta información se desprende que, un aspecto clave dentro de las cualidades de un mediador, es su manejo afectivo y emocional con los estudiantes, por medio de estos recursos, se logra conocer los gustos lectores de los niños. En la formación académica de esta mediadora, se observa que cuenta con un diplomado en LIJ, y se especializa en esta área de manera permanente, al menos dos veces al año. El colegio otorga facilidades económicas y permisos para asistir a las diversas instancias de aprendizaje, cursos y/o seminarios, lo que se encuentra en relación con el PEI del colegio dentro de la gestión curricular, el cual plantea la mejora continua del plan de lectura transversal. En definitiva, se aprecia un mediador especialista y que constantemente se está capacitando en pro de su labor, lo que permite una mayor autonomía y tomar las decisiones más apropiadas para su biblioteca. Así mismo, los directivos de la escuela están conscientes de las responsabilidades de un mediador lector y consideran esencial la especialización de este, ya que su fortaleza en la mediación lectora influye directamente en el trabajo con los estudiantes. Respecto a la selección de recursos, específicamente los títulos, la bibliotecaria menciona que todos los años aumenta la colección, según lo que los estudiantes quieren leer, aunque no cuentan con un sistema de consulta oficial. Las fuentes de selección para la bibliotecaria son artículos emitidos por entidades dedicadas a la LIJ como los catálogos del Mineduc, Fundación Futuro y Había una vez. Adicionalmente, la evaluación anual de la biblioteca propone que la bibliotecaria se mantenga al día acerca del conocimiento de las novedades que se vayan publicando sobre libros y otros documentos. En concordancia con lo anterior, el criterio para la selección de títulos se relaciona con las necesidades que los estudiantes van manifestando de manera esporádica, pero no cuentan con instrumentos como encuestas o entrevistas que posibiliten mantener registro de estas elecciones. No obstante, existe una preocupación por parte de la mediadora de mantener conocimientos actualizados en relación a títulos que se hayan editado últimamente y a la vez mantiene contactos con organizaciones especialistas en LIJ. 17 Respecto a la evaluación, la biblioteca escolar no dispone de algún instrumento que permita obtener los resultados frente a la efectividad de la mediación lectora, es decir, registrar los títulos mediados y hacer un seguimiento del movimiento o hacer una nómina de los títulos propuestos para la mediación que sirva como insumo en la planificación de actividades. Desde esta perspectiva, la biblioteca solamente es supervisada a partir de la gestión administrativa y pedagógica, pero no de un especialista en el área de la mediación A pesar de ello, la bibliotecaria menciona que sería provechoso contar con la mirada de un experto en mediación para que plantee desafíos y oportunidades en este espacio que está destinado al servicio de la comunidad. 5. Discusión Para iniciar la discusión, nos referiremos a los resultados obtenidos que se plantean como circunstancias favorables en la investigación. Estos muestran que existe una coherencia entre el funcionamiento de la biblioteca de un colegio particular pagado y las directrices de los estándares CRA, dado que para la bibliotecaria son un referente y una aspiración respecto a la calidad del funcionamiento de una biblioteca escolar (Mineduc, 2012). Se puede observar que en el Informe anual de evaluación de esta biblioteca, se consideran varios parámetros que comparten con los estándares, entre ellos se encuentran la visión y el servicio que presta la biblioteca, puesto que se comprobó que esta biblioteca escolar está articulada con los diferentes proyectos de la escuela (Redondo, 2002), demostrando que el área de dirección mantiene un contacto accesible y permanente con la biblioteca escolar y su bibliotecaria, con el fin de trabajar en conjunto para cumplir la propuesta del Proyecto Educativo institucional. Lo anterior confirma que la persona que administra este espacio contribuye a lograr la misión y los objetivos de la escuela (IFLA/UNESCO 2002) gracias también al equipo de trabajo que allí labora, puesto que en la biblioteca colaboran la misma cantidad de personas sugeridas por los estándares, incluido un encargado que atiende y gestiona los recursos de la biblioteca. Los resultados permiten afirmar que, efectivamente, la bibliotecaria es una mediadora que cumple con la creación de puentes entre la lectura y el posible lector (Petit, 1999). En efecto, la bibliotecaria establece una relación directa y cercana con los estudiantes, quienes son el centro de la mediación. Además, se observa claridad en la percepción de su rol, al ser la persona que, a través de la interacción social (Vigotski 2009), acerca la lectura a los estudiantes. De igual forma, se aprecia que en sus estrategias de mediación cumple con el círculo de lectura (Chambers, 2007), pues la mediadora considera las particularidades de los estudiantes para seleccionar los recursos adecuados, luego desarrolla una interacción con las lecturas y después comparte cometarios de las experiencias vividas frente a estas. En consecuencia, la mediadora demuestra estarconvencida de las bondades de la lectura y por ello, manifiesta su compromiso con la mediación, conoce a sus estudiantes en términos de preferencias lectoras y mantiene una formación literaria actualizada, lo que permite una adecuada toma de decisiones (Cerrillo, 2010). Ahora bien, respecto a su formación como mediadora, comprende estudios en bibliotecología, literatura infantil y juvenil y además variados cursos relacionados al fomento lector, aspectos que los especialistas en el área consideran indispensables en un mediador. Queda demostrado además que los principales usuarios de la biblioteca son los estudiantes, y el servicio que presta este espacio se orienta particularmente hacia el fomento lector. Por esta razón, la bibliotecaria demuestra gran 18 interés por instruirse sobre la pluralidad editorial y la diversidad de literatura infantil y juvenil (Patte, 2008) que ofrecen instituciones dedicadas a este tema, así como también mantener una colección actualizada al alcance de los niños. Del mismo modo, se advierte un cuidadoso trabajo para el aumento de los títulos, planteando metas de adquisición cada año. En relación a la gestión administrativa, se destaca la evaluación que propone la biblioteca al finalizar cada año, aspecto que es de gran relevancia para los estándares, debido a que permite evaluar las prácticas que allí se desarrollan. Al igual que la gestión pedagógica, esta biblioteca escolar cumple con los estándares CRA, dado que se aprecia una preocupación permanente por fomentar la lectura y a la vez vincular los recursos de la biblioteca con los requerimientos de las diversas asignaturas. Por otra parte, nos referiremos a los aspectos que constituyen desafíos por alcanzar para un óptimo funcionamiento de la biblioteca. Entre ellos se encuentra la relación de la biblioteca con los profesores, aquí se advierte un trato más cercano con el área de Lenguaje y Comunicación, siendo la bibliotecaria partícipe de todas las reuniones y proyectos propuestos. Sin embargo, el vínculo con otras áreas de aprendizaje es de manera indirecta, utilizando el correo electrónico como único nexo para conocer las necesidades lectoras y curriculares de los docentes. Lo anterior complejiza la relación y toma de acuerdos con los profesores, dado que la buena comunicación permite al bibliotecario seleccionar los materiales que ampliarán los recursos (Conforti y Pastoriza, 2000). Otro desafío por alcanzar se refiere a la relación entre la biblioteca y los apoderados, pues se observa que la bibliotecaria dispone sus esfuerzos, principalmente, en la atención del servicio hacia los estudiantes, no así en crear proyectos que involucren la participación de los padres. En efecto, los apoderados solo cumplen un rol de acompañantes de los alumnos al momento de solicitar recursos de la biblioteca, pero no se vinculan mayormente. En otro ámbito, el espacio es otro aspecto que se advierte como un obstáculo al momento de desarrollar actividades, puesto que los metros cuadrados difieren de los sugeridos por los estándares, aunque, no se vislumbra como un impedimento, sino como un desafío. Finalmente, el área de redes y cooperación constituyen un reto importante, debido a que los estándares proponen vincular la biblioteca escolar con otras del entorno, e incluso con bibliotecas públicas, dado que comparten usuarios y esta biblioteca escolar no cuenta con vínculos externos. Por lo que sería altamente recomendable que se ampliaran las redes con otros establecimientos cercanos o con la biblioteca municipal. Para finalizar, podemos decir que la biblioteca escolar cumple un rol fundamental dentro de cualquier centro educativo, especialmente en un colegio particular pagado, el cual establece sus propias normas de funcionamiento. Se puede observar que los parámetros propuestos por las ocho directrices señaladas en los estándares de las bibliotecas CRA están presentes en gran parte de la gestión de esta biblioteca escolar, iniciando con el claro concepto que se tiene de la biblioteca escolar, como un lugar que permita gestionar y mediar los recursos para el servicio de la comunidad. De igual modo, se aprecia que la bibliotecaria, en su rol de mediadora, articula su labor con el Proyecto Educativo Institucional y la mayoría de la comunidad educativa de la escuela, puesto que su experiencia y especialización en el área de la mediación son reconocidas y valoradas tanto por los estudiantes como los directivos de la escuela. Por otra parte, la investigación expone una serie de limitaciones que propicia un análisis para establecer propuestas de mejoras, siendo 19 estas evidenciadas por los estándares como desafíos posibles de superar. 6. Conclusiones A partir de los hallazgos encontrados en la investigación, se puede señalar la importancia que los colegios particulares pagados dispongan de una biblioteca escolar, y que su funcionamiento esté orientado a las directrices propuestas por el Mineduc, debido a que proporciona información trascendental sobre contexto escolar del país, así lograr identificar las fortalezas de este espacio y los desafíos que se presentan para la consolidación de la biblioteca escolar como un centro de recursos. Las principales dificultades encontradas se relacionan, en primer lugar, con la declaración de los usuarios, desatendiendo a los exalumnos y familiares de los estudiantes, los cuales podrían ser un aporte en futuros proyectos de la biblioteca. Del mismo modo, la biblioteca escolar tiene la responsabilidad de crear proyectos que involucren permanentemente a los apoderados, esto les facilitaría conocer el funcionamiento del espacio y así incentivar su participación. En segundo lugar, el limitado espacio de la biblioteca obstaculiza el desarrollo de las actividades, y este desafío es muy complejo de superar, ya que los cambios estructurales del edificio no son decisiones de los funcionarios de la biblioteca. En tercer lugar, se hace necesario disponer de una planificación que propicie optimizar la gestión, incluyendo un apartado que incentive a los estudiantes a participar oficialmente en la selección de títulos. En cuarto lugar, el vínculo con otras bibliotecas cercanas es inexistente, por lo tanto, las oportunidades de interactuar y conocer proyectos externos se ven obstaculizados. Los resultados expuestos también plantean la relevancia de mantener una relación directa entre la dirección de la escuela y la biblioteca escolar, lo que permite la participación activa de la biblioteca con los proyectos asociados al currículum y a la vez promover la autonomía para desarrollar propuestas innovadoras ligados al fomento lector en los estudiantes. Además, se exponen las ventajas de contar con el personal idóneo dentro de la biblioteca escolar, el cual debe ser un profesional especialista en mediación de lectura y motivado por seguir mejorando sus competencias en esta área. La presente investigación permite acercarnos al mundo de las bibliotecas y bibliotecarios escolares de colegios privados, así conocer su funcionamiento y cómo se relacionan con las directrices establecidas por el Mineduc para colegios públicos y subvencionados. Si bien la mayoría de los profesores de Lenguaje y Comunicación conocen y visitan la biblioteca, este estudio presenta al bibliotecario como un funcionario con competencias reales que permiten vincularse con los docentes y así crear proyectos en conjunto enmarcados en los recursos que posee este espacio. Finalmente, se nombrarán algunas limitaciones en esta investigación. Primero, no se aplica la rúbrica que se encuentra en el documento de los estándares CRA a la bibliotecaria de esta escuela, puesto que las respuestas se ubican en un nivel determinado, sin considerar el contexto en el que se sitúan las bibliotecas y la percepción personal de los funcionarios. Posiblemente, en futuras investigaciones eso facilitaría la descripción del funcionamiento general de este espacio.Segundo, la participación de una bibliotecaria escolar en el estudio no refleja la realidad de todos los colegios particulares pagados de la comuna, para esto, se necesitaría una muestra más amplia de personas que compartan experiencias de su práctica como bibliotecarios y mediadores lectores. E incluso comparar distintos establecimientos privados para analizar si efectivamente los estándares públicos 20 están presentes. Tercero, la aplicación de la entrevista semiestructurada no arroja información sobre las prácticas específicas que desarrolla la mediadora lectora en su biblioteca. Por ello, sería altamente recomendable que en otras investigaciones de este tipo se observara la práctica de la bibliotecaria en el espacio educativo y se registraran sus interacciones como mediadora lectora. Acercarnos al mundo de las bibliotecas y bibliotecarios escolares de colegios privados, nos permite conocer su funcionamiento y valorar a sus funcionarios como agentes facilitadores entre la biblioteca y el centro educativo. 21 REFERENCIAS Bisquerra, R. (2004). Metodología de la investigación educativa (Vol. 1). Editorial La Muralla. Madrid Cabrerizo, C. (1994). La biblioteca escolar en la educación anglosajona: modelo e integración en el currículum en el Reino Unido. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. Cerrillo, P. (2010). Sociedad y lectura. La importancia de los mediadores en lectura. In Congresso Internacional de Promoção da Leitura. In Formar Leitores para Ler o Mundo. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian. Chambers, A. (2007). Dime. 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