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Proyecto de investigación didáctica para optar al título de 
Magíster en Didáctica del Lenguaje 
 
 
DESAFÍOS DEL BIBLIOTECARIO ESCOLAR EN UN COLEGIO 
PARTICULAR. RELACIÓN CON LOS ESTÁNDARES CRA, LA 
COMUNIDAD EDUCATIVA Y PERFIL DEL MEDIADOR LECTOR 
 
 
 
 
Autor (a): Jacqueline Durán S. 
Profesor(a) guía: Javiera Figueroa Miralles 
 
 
 
Santiago, Chile 
2020 
 2 
DESAFÍOS DEL BIBLIOTECARIO ESCOLAR EN UN COLEGIO PARTICULAR. 
RELACIÓN CON LOS ESTÁNDARES CRA, LA COMUNIDAD EDUCATIVA Y PERFIL 
DEL MEDIADOR LECTOR 
 
Jacqueline Pamela Durán Segura 
Resumen 
 
La biblioteca escolar se entiende como un espacio destinado a entregar un servicio a la comunidad 
educativa por medio de sus recursos físicos, digitales y humanos, que las escuelas disponen para el 
apoyo curricular y el fomento de la lectura. Por lo anterior, el funcionamiento de este espacio debe 
estar a cargo de un bibliotecario que permita generar puentes entre la biblioteca escolar y la 
comunidad educativa, principalmente, entre los estudiantes y la gran diversidad de recursos que 
presentan las bibliotecas escolares. Este estudio tiene como propósito describir cómo el encargado 
de una biblioteca escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia cumple con 
los estándares que propone el Ministerio de Educación, considerando su vínculo con la comunidad 
educativa y su perfil como mediador de lectura. La recolección de información se realizó por medio 
del análisis de los documentos oficiales de la escuela vinculados a la biblioteca escolar: el Proyecto 
Educativo Institucional, el Reglamento interno, el Informe de evaluación de la biblioteca y una 
entrevista semiestructurada a la bibliotecaria. Los resultados obtenidos muestran que existe un 
conocimiento acerca de las directrices propuestas por el Ministerio de Educación en los estándares 
CRA y que algunos ámbitos son desafíos posibles de alcanzar. Referente al vínculo entre la 
bibliotecaria y la comunidad educativa, se observa una relación cercana con la dirección del 
colegio, al igual que con los estudiantes, puesto que mantiene una interacción permanente desde su 
rol de mediadora. Por último, se aprecia que la bibliotecaria se ha especializado académicamente en 
el área de la bibliotecología y mediación lectora, lo que permite articular su labor con el PEI de la 
escuela. 
Palabras clave: Bibliotecario escolar, estándares CRA, comunidad educativa y mediador lector. 
 
1. Introducción 
La biblioteca escolar se define como un espacio que reúne una colección de material bibliográfico, 
recursos didácticos y de información, que las escuelas disponen para el apoyo curricular y el 
fomento de la lectura. Este espacio debe estar administrado por personal capacitado para asumir la 
importante tarea de generar puentes entre los estudiantes y la gran diversidad de recursos que 
presentan las bibliotecas escolares, en especial los que se refieren al fomento lector, otorgando la 
oportunidad de enriquecer la cultura en los distintos contextos de aprendizaje. 
 
La idea tradicional de biblioteca escolar como un espacio aislado de las actividades escolares, tiene 
como propósito la organización y catalogación de libros, imagen que se aleja de las necesidades que 
presentan las escuelas en la actualidad. Hoy la concepción de biblioteca escolar sugiere una 
conversión para ser centros dinámicos, con un nuevo propósito y una imagen de servicio que 
acerque la escuela al mundo real, que la enriquezca y la haga accesible a toda la comunidad 
educativa (García y Cuevas, 2007). La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son 
fundamentales para funcionar con éxito en nuestra sociedad, que se basa cada vez más en la 
información y el conocimiento (IFLA /UNESCO, 2002). 
 3 
En Chile, a partir del año 1994, el Ministerio de Educación junto al Banco Mundial llevó a cabo un 
proyecto denominado centros de recursos para el aprendizaje CRA. Esta iniciativa forma parte del 
mejoramiento de la calidad de la educación en las escuelas públicas y subvencionadas del país. Su 
propósito principal es contribuir a mejorar los aprendizajes de los estudiantes y enriquecer los 
contextos de aprendizaje de escuelas y liceos financiados por el Estado. En sus inicios, el proyecto 
contempló bibliotecas escolares solo para educación media, con el propósito de beneficiar la 
formación de estudiantes como ciudadanos, pero ya en el 2003 abarcó casi la totalidad de 
establecimientos. Es así como se amplía la cobertura a la enseñanza básica, por lo que se convierte 
en un verdadero centro de recursos para el aprendizaje. 
 
En la actualidad, el CRA lleva 26 años de funcionamiento, con una cobertura superior al 90% tanto 
en enseñanza básica como en educación media. Mekis (2016) señala: “existen 10.882 bibliotecas 
escolares CRA a lo largo del país: 7.609 en educación básica y 2.251 en educación secundaria. Esto 
corresponde al 95% de la población estudiantil de educación básica y a un 91% en enseñanza 
media” (p.29), cifras correspondientes a colegios públicos y subvencionados del país. Sin embargo, 
se observa que las bibliotecas escolares de colegios particulares pagados no son consideradas dentro 
de la regulación del proyecto CRA, dejando de lado las orientaciones de funcionamiento que otorga 
un proyecto educacional estatal. En efecto, existe una diferencia entre la calidad y la gestión de las 
bibliotecas escolares de centros urbanos privados y las bibliotecas escolares pertenecientes a los 
gobiernos en centros urbanos y en medianos y pequeños municipios (Miret y Armendano, 2009). En 
este aspecto, cada colegio particular pagado elabora la biblioteca escolar bajo sus propios 
estándares, dado que no se establece un sistema de organización para todas las bibliotecas escolares 
con estas características y queda a criterio de la escuela, la inversión de recursos y la colección que 
se instalará en cada espacio educativo. 
 
Esta propuesta de investigación, nace del interés por indagar y describir las acciones que desarrolla 
un bibliotecario escolar dentro de un colegio particular pagado, ya que en él no solo recaen 
responsabilidades administrativas, sino también asume un rol activo dentro de la escuela, al ser un 
agente facilitador de recursos, mediador de lectura y responsable de mantener un vínculo entre la 
biblioteca escolar y la comunidad educativa. Para lograrlo, este estudio busca relacionar los 
estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una biblioteca escolar de 
un colegio particular pagado. Luego, describe el vínculo entre el bibliotecario escolar y la 
comunidad educativa. Finalmente, esta investigación identifica el perfil del mediador lector de la 
biblioteca escolar estudiada. 
 
A partir de lo anterior, este estudio tiene como objetivo general describir cómo el bibliotecario 
escolar de un colegio particular pagado de la comuna de Providencia desempeña su labor y 
contribuye a cumplir con los estándares que propone el Ministerio de Educación, considerando su 
vínculo con la comunidad educativa y su perfil como mediador de lectura. 
 
 
 4 
Por consiguiente, las preguntas de investigación que guían la investigación son las siguientes: 
1. ¿Cómo se relacionan los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo 
propuesto por una biblioteca escolar de un colegio particular? 
2. ¿De qué forma el bibliotecario escolar se vincula con la comunidad educativa de un colegio 
particular? 
3. ¿Cuál es el perfil del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector, de una biblioteca 
escolar en un colegio particular? 
 
2. Marco teórico 
La biblioteca escolar se entiende como un espacio destinado a entregar un servicio a la comunidad 
educativa por medio de sus recursos físicos, digitales y humanos. En virtud de ello, la investigación 
desarrollada se enmarca en una serie de ámbitos que permiten conocer las bases y el enfoque del 
estudio. En primer lugar, se explica el concepto de biblioteca escolar y losestándares ministeriales 
como directrices de funcionamiento. En segundo lugar, se analiza la función del bibliotecario 
escolar y su rol dentro de la escuela. Finalmente, se aborda al bibliotecario escolar como mediador 
lector, describiendo la figura del mediador y el perfil necesario para cumplir este rol. 
 
2.1 Biblioteca escolar y Estándares CRA 
Las bibliotecas escolares están presentes en muchos países y regiones del mundo, no obstante 
difieren en las etapas de desarrollo que se encuentran. La historia de las bibliotecas escolares se 
remonta a la época en que los libros y otras fuentes escritas se usaban para ayudar al maestro y al 
libro de texto en la difusión del conocimiento (Hannesdóttir, 1995). Sin embargo, la idea tradicional 
de biblioteca como lugar aislado de la dinámica escolar, destinada a conservar libros y con un uso 
limitado, se aleja claramente del sentido que las bibliotecas cobran en la actualidad (García y 
Cuevas, 2007). Hoy, la biblioteca escolar desempeña un papel esencial dentro de la escuela, 
facilitando los accesos a la información y desarrollando un esfuerzo permanente por acompañar a 
los estudiantes en sus necesidades académicas y lectoras. 
 
La biblioteca escolar debe proporcionar la información y recursos necesarios para la sociedad en la 
que vivimos, así se establece en el Manifiesto de la Federación Internacional de Asociaciones de 
Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA/UNESCO, 2000). En Chile, el servicio que presta la biblioteca 
escolar se relaciona con distintas áreas: la colección, el espacio físico, el equipo de trabajo, entre 
otros. A partir de las diferencias que se pueden encontrar en las escuelas del país, resulta 
imprescindible la necesidad de contar con parámetros que sirvan de orientación para trabajar en 
estas discrepancias. Los estándares para bibliotecas escolares CRA son directrices que permiten 
establecer el propósito de la biblioteca escolar, sugieren ser la aspiración de cada escuela y trabajar 
permanentemente para lograrlo (Estándares para bibliotecas escolares CRA, Mineduc, 2011). 
 
Los estándares para la biblioteca escolar CRA han sido desarrollados por la Facultad de Educación 
de la Universidad Diego Portales y por el Centro de Desarrollo Cognitivo de la misma universidad, 
como contraparte, se encuentra la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación 
(Estándares para Bibliotecas Escolares CRA, Mineduc, 2011) y de ellos se desprenden ocho áreas 
temáticas. La primera, corresponde a la definición de la biblioteca escolar CRA, la cual se relaciona 
con la imagen y servicios que presta la biblioteca escolar, vinculado directamente al proyecto 
 5 
educativo. La segunda, corresponde a los usuarios, área que se refiere a la atención y calidad que 
reciben los diversos participantes de la comunidad educativa (padres y apoderados, exalumnos, 
personal administrativo, asistentes de la educación, paradocentes y auxiliares) a partir de sus 
necesidades curriculares y lectoras. La tercera se asocia con el espacio, lugar físico donde se 
encuentra la biblioteca, considerando la amplitud de la zona, el mobiliario, la ubicación de la 
colección y los recursos. La cuarta área es la colección, planteando que lo ideal en la biblioteca 
escolar, es mantener un equilibrio entre la lectura recreativa y los títulos referenciales que aborda el 
currículum, contabilizando 6 ítems por estudiante y considerando para esta cifra la cantidad de 
alumnos en la escuela. La quinta área, corresponde al equipo de trabajo: entre ellos se encuentra el 
coordinador, quien debe ser un docente responsable de la gestión de biblioteca, después un 
encargado, que atiende directamente a los usuarios y finalmente, el asistente o auxiliar, persona que 
mantiene en buen estado los ejemplares y el mobiliario. Cabe considerar que la cantidad de 
funcionarios dentro de la biblioteca depende de la cantidad de estudiantes en la escuela. La sexta 
área corresponde a la gestión pedagógica, la cual se relaciona principalmente con tres aspectos: el 
fomento a la lectura, apoyar con el acceso a la información y recursos en la implementación del 
currículo, y educar a los usuarios. La séptima área, concierne a la gestión administrativa, que se 
relaciona con los procesos técnicos de catalogación, clasificación, movimiento de la colección. 
Además, esta área involucra presupuestos para el aumento de los recursos y autoevaluaciones 
referentes al reporte de actividades desarrolladas. Finalmente, la octava área, corresponde a las 
redes y cooperación, aquí se plantean mecanismos de cooperación, con los pares y con las 
bibliotecas públicas y escolares locales. 
 
La biblioteca escolar y la biblioteca pública tienen funciones comunes, incluso comparten usuarios 
(Estándares para Bibliotecas Escolares CRA, Mineduc, 2011). La creación de estándares nacionales 
sobre qué es lo que se espera de las bibliotecas escolares permite disponer de objetivos concretos 
para los proyectos de cada escuela (Mekis en Miret y Armendano, 2009). 
 
2.2 Bibliotecario escolar 
La biblioteca escolar busca ser un lugar flexible y dinámico, propiciando un espacio motivador que 
disponga recursos para el uso libre de los usuarios, una colección de materiales con gran variedad 
de temáticas y formatos, y un equipo de trabajo que coordine y administre la biblioteca para 
alcanzar un óptimo y eficiente funcionamiento. Por esta razón, las bibliotecas deben contar con 
personas involucradas en el área de gestión de biblioteca y literatura infantil-juvenil, entre ellas, se 
encuentra el encargado, quien es el agente que se preocupa de integrar efectivamente los recursos de 
la biblioteca con las necesidades del Proyecto Educativo Institucional (PEI). Redondo (2002) 
propone que la biblioteca escolar debe estar articulada con los diferentes proyectos de la escuela, 
puesto que este espacio se observa un eje transversal que atraviesa todos los procesos de la 
institución educativa. De esta forma, la vinculación de la biblioteca escolar se hace necesaria en la 
aplicación de la visión y misión de la escuela, integrando un trabajo colectivo con todos los 
miembros de la comunidad educativa. En consecuencia, una de las principales funciones del 
bibliotecario, se refiere a la comunicación con los directivos y docentes, de modo de favorecer el 
adecuado uso de la gran cantidad de recursos que ofrece la biblioteca. 
 
 
 6 
La tarea del bibliotecario escolar se desenvuelve en el marco del llamado curriculum oculto, aunque 
en su labor esté siempre presente el currículum explícito (o prescriptivo), tanto en los acuerdos con 
los docentes, como en el de seleccionar los materiales que ampliarán la colección y recursos 
(Conforti y Pastoriza, 2000). La preparación del personal necesario para organizar, dirigir y servir 
en una institución con roles tan importantes en el contexto educativo, inevitablemente necesita 
mucha atención (Hannesdóttir, 1995). Las Directrices de la IFLA/UNESCO (2002) para la 
biblioteca escolar, indican que la principal función del bibliotecario escolar consiste en contribuir a 
lograr la misión y los objetivos de la escuela, lo que incluye procesos de evaluación y cumplir la 
misión y los objetivos de la biblioteca escolar. Las competencias profesionales del personal han de 
atender a funciones técnico-organizativas, asesoramiento, formación, promoción a la lectura y 
alfabetización en información (García y Cuevas 2007). 
 
En Chile, entre los años 2008 y 2010 el Ministerio de Educación solicitó un estudio cuantitativo al 
Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), de la Facultad de Educación de la 
Universidad Alberto Hurtado, en el que participaron 20 establecimientos del país, arrojando datos 
reveladores sobre los encargados de la biblioteca escolar CRA. Uno de estos datos es el nivel 
educacional declarado, el 14% de los encuestados señala haber alcanzado a completar solo 
enseñanza media, mientras que 4,3% únicamenteposee estudios de enseñanza básica, es decir, hay 
una proporción de personas que laboran en las bibliotecas y no poseen estudios postsecundarios 
indispensables para desarrollar sus funciones. Además, entre los encargados casi un 41% declara 
estar trabajando desde hace 7 años o más en el establecimiento, y casi 32% ha permanecido 10 años 
en el mismo lugar de trabajo. En definitiva, en un porcentaje importante de centros educacionales, 
el nombramiento de encargado CRA recae en un tipo de funcionario con tradición y permanencia en 
el establecimiento. 
 
Este estudio también permite analizar antecedentes acerca de la capacitación recibida para la 
ejecución de las labores, donde solo el 29,9% de encargados reconocen haber participado en algún 
taller de formación del Mineduc y el 20,7% indica haber participado en algún curso de formación 
para la administración de bibliotecas. Además de estas preocupantes cifras, el estudio revela que el 
28,7% de los encargados, reconoce no haber recibido capacitación para el desempeño de sus 
funciones (Mineduc, 2010). Los estándares de las bibliotecas escolares CRA (2011) señalan algunos 
requisitos para cumplir con el rol de encargado en la biblioteca escolar, indicando que: “puede ser 
docente, licenciado en Letras, técnico en biblioteca o bibliotecario profesional. En todos los casos, 
debe recibir capacitación específica” (p. 27). Así mismo, el Manual para el CRA Escolar (2009) 
hace referencia al perfil humano de los coordinadores y encargados, allí se indica que “deben ser 
mediadores eficientes de los recursos y motivar en los usuarios el interés por la exploración e 
indagación de los materiales del CRA” (p. 26). Sin duda, es relevante que el bibliotecario escolar 
domine ciertas áreas de estudio, considerando la responsabilidad de mantener el vínculo entre los 
recursos de la biblioteca y toda la comunidad educativa. De este modo, si el bibliotecario cumple 
ciertos requerimientos, logrará prestar un óptimo servicio de apoyo y respaldo al proceso de 
enseñanza-aprendizaje, convirtiéndose en un componente fundamental dentro de la escuela, pues 
una de sus funciones principales es ser un mediador de lectura. Cabe mencionar que las visitas a la 
biblioteca escolar se han incorporado en los Planes y Programas de Lenguaje y Comunicación desde 
primero a sexto básico (Mineduc, 2012) y para la educación media se plantea el uso de este espacio 
 7 
como centro de investigación. 
 
Ahora bien otras naciones también abordan el tema de la formación profesional del bibliotecario 
escolar. En Argentina, Conforti y Pastoriza (2000) analizan la problemática de la formación de los 
bibliotecarios escolares en relación con las necesidades de información, quienes indican: 
“esperamos que el bibliotecario escolar sea un experto en lectura, para poder promoverla tanto entre 
alumnos como docentes” (p.6), así apoyar la formación del lector, la promoción de la lectura y 
finalmente la selección del material. En Perú, para lograr calidad educativa, Rengifo (1999) propone 
otorgar un rol profesional al bibliotecario escolar y señala que “debe poseer la formación general 
suficiente para interpretar los objetivos y políticas de la educación, del organismo donde trabaja y 
de los programas de estudio” (p.19). En Colombia, en el marco de la construcción de una política 
pública para las bibliotecas escolares, el Ministerio de Educación Nacional (2014) indica que “los 
contenidos y métodos de formación de formadores y mediadores, docentes y bibliotecarios carecen 
de la actualización y articulación.” (p.50) refiriéndose al contexto regional. En tanto, en Reino 
Unido, la tesis doctoral de Cabrerizo (1994) menciona: “las tareas que se exigen al bibliotecario 
requieren cada vez más una persona con un alto nivel profesional… Ha de estar capacitado en 
técnicas y métodos de enseñanza” (p. 72). Es decir, en varios contextos se observa una necesidad de 
otorgar una mayor especialización en diversas áreas al bibliotecario escolar. 
 
2.3 Bibliotecario escolar como mediador lector 
La escuela, como centro de socialización, propone metodologías de enseñanza orientadas bajo el 
paradigma de la interacción social. Según Vigotski (2009) “el aprendizaje despierta una serie de 
procesos evolutivos internos capaces de operar sólo cuando el niño está en interacción con las 
personas de su entorno y en cooperación con algún semejante” (p.138). Desde esta perspectiva, se 
plantea la idea de la interacción como fuente de aprendizaje, y en el contexto de la biblioteca 
escolar, se propone al bibliotecario como agente central para cumplir el rol de mediador lector con 
los estudiantes. En definitiva, Vigotski establece la diferencia entre lo que puede realizar una 
persona por sí sola y lo que puede hacer con la mediación de otras. Yubero (2007) menciona: 
“cuando el adulto actúa como mediador en una situación, canaliza la actividad estructurando la 
relación del niño con la cultura y con las pautas de su grupo social” (p.308). haciendo referencia a 
que los comportamientos lectores son intervenidos por aspectos individuales, sociales y también 
culturales. 
 
Aidan Chambers en su libro Dime (2007) presenta un diagrama llamado “círculo de lectura” el que 
vincula cada momento del acto lector con el adulto mediador. El esquema muestra tres momentos 
relevantes en la lectura. El primero, es la selección del recurso, mediado por un adulto con 
conocimientos del tema. El segundo, corresponde a la lectura en sí, como un momento que se vive 
de manera personal, pero que logra interactuar con un mediador por medio de escuchas activas o 
resolución de dudas. Por último, se encuentra la respuesta, momento en el cual se comenta la 
experiencia lectora y el mediador debe continuar el círculo de práctica lectora. Este esquema hace 
referencia al mediador facilitador, que interviene en todo el recorrido del proceso de lectura, y que 
exige hoy el uso de estrategias que se sustenten en sólidas bases metodológicas. Por eso, es 
necesario que el mediador conozca y domine los recursos e instrumentos que serán indispensables 
para facilitar el acceso de cualquier lector escolar a todo tipo de lecturas. 
 8 
 
Petit (1999) se refiere al mediador como la persona que crea puentes entre la lectura y el posible 
lector, este puede legitimar un deseo de leer no bien afianzado y puede ayudar a traspasar umbrales, 
en diferentes momentos del recorrido. De este modo, la formación de los mediadores debe incluir 
conocimientos específicos relacionados a la gran diversidad de títulos y recursos que se encuentran 
en la biblioteca escolar, teniendo siempre en cuenta las características e intereses de sus posibles 
lectores. Patte (2008) señala que sería deseable que un equipo de bibliotecarios conociera bien la 
pluralidad editorial y la diversidad de la literatura juvenil, pero jamás se podrá establecer una lista 
definitiva de las obras más adecuadas para apoyar a los adolescentes. La IFLA/UNESCO (2002) 
también afirma que la riqueza y la calidad de la biblioteca dependen de los recursos del personal 
disponibles dentro y más allá de la biblioteca escolar, dado que es de vital importancia contar con 
una plantilla bien formada y altamente motivada por cumplir con los objetivos propuestos. De igual 
forma, Cerrillo (2010) señala que el mediador debe reunir una serie de actitudes, aptitudes y 
requisitos que son indispensables para desarrollar la labor de mediación lectora en la biblioteca 
escolar. Primero, debe ser un lector habitual, convencido de las bondades de la lectura, conocer las 
características del grupo y promover su participación. En segundo lugar, debe poseer imaginación y 
creatividad. En tercer lugar, tiene que creer firmemente en su trabajo de mediador con compromiso 
y entusiasmo. En cuarto lugar, debe tener la capacidad para acceder a información suficiente y 
renovada, en diversos soportes. En quinto lugar, el mediador debe contar con conocimiento del 
contexto de procedencia de los destinatariosde sus intervenciones. En sexto lugar, es esencial 
poseer una mínima formación literaria, psicológica y didáctica. Por lo anterior, la función específica 
del mediador de la biblioteca escolar es facilitar y propiciar el círculo virtuoso del aprender, estar 
siempre dispuesto a la intervención amable y recomendable del mundo, de manera de enriquecerse 
mutuamente (Mekis, 2012). 
 
La formación básica de los mediadores de la biblioteca escolar es, particularmente, del Estado, 
puesto que la sociedad tiene que asumir la responsabilidad de capacitar a los mediadores en lectura, 
formándolos adecuadamente y proporcionándoles los medios necesarios para cumplir dignamente 
su responsabilidad, puesto que la práctica de la lectura desarrolla la capacidad de interpretar, 
seleccionar y argumentar en las personas. La lectura debe ser entendida como una responsabilidad 
social, no solo escolar, pues está relacionada con el contexto cultural de las personas (Cerrillo, 
2010). 
 
3. Diseño metodológico 
3.1 Diseño de la investigación 
La presente investigación constituye un estudio cualitativo descriptivo acerca del bibliotecario 
escolar, en su rol de mediador lector. Sampieri, Collado y Baptista (1998), afirman que este tipo de 
estudios rescatan el significado de las experiencias y valores humanos, el punto de vista interno e 
individual de las personas y el ambiente natural en que ocurre el fenómeno estudiado. Al ser una 
investigación cualitativa, permite una comprensión profunda del escenario particular estudiado con 
intelecciones teóricas generales que trascienden ese tipo particular de escenario (Stake, 1999). 
 
El diseño de investigación es un estudio de caso sobre el “bibliotecario escolar”, aludiendo a la 
persona que se desempeña como encargado de la biblioteca y mediador lector en un colegio 
 9 
particular pagado de la comuna de Providencia. Bisquerra (2004) menciona que la realidad humana 
se construye y todos los actores sociales involucrados en su producción y comprensión, tienen su 
propia perspectiva de la misma. Por esta razón, el estudio se fundamenta en la perspectiva del 
bibliotecario respecto a su rol dentro de este espacio. 
 
El análisis consta de tres momentos. En primera instancia, se relacionan, de manera general, las 
ocho áreas de los estándares de las bibliotecas escolares CRA: la imagen de la biblioteca escolar, 
los usuarios, el espacio, la colección, el equipo de trabajo, la gestión pedagógica, la gestión 
administrativa y las redes. Luego, se describe la relación entre el bibliotecario escolar, con los 
miembros de la comunidad educativa: director, profesores, apoderados y estudiantes. Para 
finalmente, establecer el perfil del mediador lector en esta biblioteca escolar. 
 
Atendiendo a la estrategia de investigación, esta correspondería al tipo descriptivo, observando de 
cerca la función que el bibliotecario escolar desempeña en este espacio destinado a prestar un 
servicio a la comunidad educativa. Considerando el modo de investigación, este corresponde a un 
estudio intrínseco según Stake (1999), puesto que la labor del bibliotecario escolar se desarrolla en 
un tiempo y espacio determinado. Por lo anterior, y conforme a las preguntas de este estudio, se ha 
formulado un objetivo general del cual se desprenden tres objetivos específicos. 
 
Objetivo general 
Describir cómo el bibliotecario escolar de un colegio particular pagado de la comuna de 
Providencia desempeña su labor y contribuye a cumplir con los estándares que propone el 
Ministerio de Educación, considerando su vínculo con la comunidad educativa y su perfil como 
mediador de lectura. 
 
Objetivos específicos 
1. Relacionar los estándares de las bibliotecas escolares CRA con el modelo propuesto por una 
biblioteca escolar de un colegio particular. 
2. Describir cómo el bibliotecario escolar se vincula con la comunidad educativa de un colegio 
particular. 
3. Identificar el perfil del bibliotecario escolar, en su rol de mediador lector, de una biblioteca 
escolar en un colegio particular. 
 
3.2 Participantes 
Esta investigación se llevó a cabo en una biblioteca escolar de un colegio particular pagado de la 
comuna de Providencia, el cual alberga a quinientos veintitrés estudiantes desde los niveles medio 
mayor a cuarto medio. Esta biblioteca escolar comprende una superficie de 50m² y tres personas 
responsables de su funcionamiento: una coordinadora, una encargada y una asistente. La persona 
que asume el rol de encargada, es el objeto de estudio de la investigación, puesto que asume gran 
parte de las responsabilidades en la gestión administrativa y pedagógica desde el año 2014. 
Además, posee un título de Técnico en nivel superior en bibliotecología y un Diplomado en 
literatura infantil y juvenil, por consiguiente, es la mediadora lectora de la escuela y, por medio de 
su experiencia y cargo, permitirá obtener información para responder las preguntas planteadas en 
este estudio. 
 10 
1. Documentos relacionados a la 
escuela 
 
2. Documentos relacionados a la 
biblioteca escolar 
 
3. Estándares de las bibliotecas 
escolares CRA 4. Entrevista semiestructurada 
 
3.3 Recolección de Información 
La recolección de información se desarrolló a partir del análisis de diversas fuentes, las cuales se 
dividen en cuatro áreas. A continuación, se muestra un diagrama con las cuatro áreas de 
recolección. 
 
Figura 1. Diagrama de recolección 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
3.4 Análisis de datos 
Para el análisis del estudio, se establecieron tres dimensiones, siguiendo los objetivos específicos de 
la investigación. A continuación, se muestra un diagrama con las tres dimensiones. 
 
Proyecto Educativo Institucional (PEI): 
documento que expone las características 
de la escuela, lo que posibilita vincular la 
visión del colegio con el funcionamiento 
de la biblioteca (ver Anexo1). 
Reglamento interno: documento que 
declara el rol que debe ejerce el 
bibliotecario escolar, facilitando la 
observación de la práctica real (ver Anexo 
2). 
 
Reglamento de la biblioteca: documento 
que permite identificar el objetivo de este 
espacio y su labor dentro de la escuela 
(ver Anexo 3). 
Informe de evaluación de la biblioteca: 
instrumento que se emite anualmente y 
propicia la obtención de información 
específica de las distintas áreas que 
abarca el servicio de la biblioteca escolar 
(ver Anexo 4). 
 
Estándares CRA: documento que presenta 
ocho ámbitos de funcionamiento 
declarados por el Mineduc, los cuales se 
relacionan de manera general con la 
gestión de la biblioteca escolar: a) la 
imagen de la biblioteca escolar, b) los 
usuarios, c) el espacio, d) la colección, e) 
el equipo de trabajo, f) la gestión 
pedagógica, g) la gestión administrativa y 
h) las redes. 
La entrevista semiestructurada facilita la 
extracción de información específica según el 
contexto estudiado, Díaz, et al. (2013) indican 
que este instrumento ofrece un grado de 
flexibilidad aceptable, a la vez que mantienen 
la suficiente uniformidad para alcanzar 
interpretaciones acordes con los propósitos del 
estudio. La validación se logró por medio de 
dos pruebas piloto, permitiendo realizar las 
modificaciones necesarias para su aplicación 
(ver Anexo 5). 
 11 
Relacionar los estándares de las 
bibliotecas escolares CRA con 
el modelo propuesto por una 
biblioteca escolar de un colegio 
particular. 
Describir cómo el bibliotecario 
escolar, se vincula con la 
comunidad educativa de un 
colegio particular. 
Identificar el perfil del 
bibliotecario escolar, en su rol 
de mediador lector, de una 
biblioteca escolar en un colegio 
particular. 
Figura 2. Diagrama de análisis 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
4. Resultados 
Para realizar el análisis de la información recopilada, se consideró, principalmente, las respuestas de 
la entrevista y los documentos relacionados al funcionamiento de la biblioteca escolar, que han sido 
organizados a partir de los tres objetivos específicosde la investigación. 
 
4.1 Relación de los estándares CRA con una biblioteca escolar privada 
El primer objetivo de la investigación consiste en relacionar los estándares CRA con la gestión que 
desarrolla esta biblioteca escolar. Para exponer los resultados, se inicia con la definición de 
estándares CRA y el conocimiento de la bibliotecaria acerca de estas directrices. 
 
Los estándares de las bibliotecas escolares CRA (2011) establecen normas que permiten regularizar 
el funcionamiento de las bibliotecas escolares señalando: “son directrices que muestran hacia dónde 
se debe avanzar. Deben pasar a ser la aspiración de cada establecimiento educativo”(p.12). En el 
caso estudiado, se observa que la bibliotecaria afirma conocer los estándares, indicando: “tiene que 
ver con lograr una calidad en…en… las bibliotecas a nivel escolar en Chile”. Así mismo, dentro 
del Reglamento de la biblioteca se incorpora, en el artículo 1: “gestionar los recursos de 
información necesarios para satisfacer los requerimientos académicos y estudiantiles del colegio en 
las áreas incluidas en el currículo escolar y participar, como recurso de apoyo a la docencia, en el 
Se vincularon las ocho áreas de gestión de los estándares CRA con el 
modelo propuesto por la biblioteca escolar, involucrando la evidencia 
escrita en el PEI, el Reglamento interno de la escuela, las Normas de 
la biblioteca, la Evaluación anual de la biblioteca y finalmente, la 
entrevista a la bibliotecaria. 
Se presentan apartados que describen la relación entre la bibliotecaria 
y los distintos agentes que pertenecen a la comunidad educativa, 
iniciando con la dirección de la escuela y luego con los otros 
miembros de la comunidad declarados en el Reglamento interno de la 
biblioteca: profesores, apoderados y estudiantes. Esta relación se 
estructura por medio de los documentos recolectados y la entrevista 
semiestructurada aplicada a la bibliotecaria. 
El último objetivo se abordó mediante la entrevista semiestructurada 
aplicada a la bibliotecaria, describiendo el perfil de la persona que 
está a cargo de este espacio. Se inicia profundizando en su 
percepción personal acerca de su rol como bibliotecaria y las 
características que debe presentar un buen mediador de lectura. 
Luego se identifica la formación profesional como mediadora, su 
criterio para la selección de recursos y finalmente los instrumentos 
que permiten medir su gestión como mediadora. 
 12 
proceso de Enseñanza-Aprendizaje”(p.1). Por lo que se puede observar un lineamiento claro de 
trabajo y vinculado a la propuesta que entrega el Ministerio de Educación. Además, en el Informe 
anual de evaluación de la biblioteca se consideran varios parámetros que comparten con los 
estándares. 
 
A continuación, se diferencian las ocho áreas de gestión de la biblioteca CRA: 
a) La imagen de biblioteca escolar. Este espacio está muy presente en el Proyecto Educativo 
Institucional, la directora del colegio indica: “Somos una comunidad que aspira a que los 
estudiantes se sientan acogidos, felices y disfrutando de sus aprendizajes” (p.3), lo que demuestra 
que una de las prioridades en su escuela, es el bienestar emocional de los estudiantes y la biblioteca 
escolar es un espacio que permite contribuir en este objetivo. La bibliotecaria se refiere al propósito 
de la biblioteca escolar, indicando: “lograr que los chicos desarrollen la lectura, la lectura por 
placer”. Se puede deducir que ambas mantienen un propósito en común y que trabajan diariamente 
para lograrlo. Cabe mencionar que dentro del Informe de evaluación de la biblioteca del año 2019, 
se hace referencia a la percepción de los estudiantes acerca de la biblioteca, el documento señala 
que se ha logrado erradicar la idea de este espacio como zona de castigo. 
 
b) Con respecto a los usuarios, el Reglamento de la biblioteca indica que esta se encuentra 
disponible para todos los miembros de la comunidad escolar, quien se posicione en calidad de 
estudiante, apoderado, docente o funcionario de la escuela. No obstante, en los estándares indican 
que la biblioteca escolar también está al servicio de familiares de los estudiantes y exalumnos, es 
decir, los estándares abarcan un espectro mucho más amplio. Por consiguiente, sus actividades se 
dirigirán específicamente a los miembros, en particular a los estudiantes. 
 
c) Respecto al espacio, la biblioteca comprende una amplitud de 50m² y la bibliotecaria manifiesta: 
“nosotros, debiésemos tener un espacio de aproximadamente cien metros cuadrados y estamos 
muuuuy bajo eso”. Estas medidas se encuentran determinadas por los estándares, de modo que hay 
presencia de conocimiento y evaluación de su propio entorno, lo que influye de manera negativa en 
la compra y distribución del mobiliario. En el informe de evaluación, se presenta como un 
obstáculo, que impide ejecutar algunas de las actividades planificadas. Cabe mencionar que los 
metros cuadrados de una biblioteca escolar son fundamentales al momento de desarrollar 
actividades, y se puede apreciar desde la comodidad de los usuarios al visitarla, hasta las normas de 
seguridad de la escuela. 
 
d) Respecto a la colección, los estándares promueven una colección que mantenga un equilibrio 
entre ítems relacionados a lo recreativo y a material de carácter informativo. En esta escuela, se 
observa que la colección no es un problema, la falta de ejemplares no se menciona como una 
dificultad, por el contrario, el Informe de evaluación muestra que el aumento de la colección es 
permanente, enviando anualmente un presupuesto a dirección para ser considerado el año próximo. 
La cantidad actual de títulos son 8000 y 14330 ejemplares aproximadamente, es decir, un promedio 
de 27 ítems por alumno, superando el número que proponen los estándares, 6 ítems por estudiante. 
No obstante, el Informe no reporta datos sobre la clasificación de títulos para observar el equilibrio 
de la colección. La bibliotecaria declara que la colección es amplia y variada, con títulos destinados 
a toda la comunidad educativa, manifestando: “Sí, hemos tratado de hacerlo así y creo que, por el 
 13 
momento lo hemos, conseguido”. De igual modo, la bibliotecaria afirma mantener contacto 
permanente con los jefes de cada departamento, lo que permite conocer las necesidades desde su 
área de estudio. Corresponde señalar que uno de los objetivos propuestos para el año 2020 es el 
aumento de los textos no literarios, así seguir fomentando las visitas a la biblioteca. 
 
e) Respecto al equipo de trabajo, en el Reglamento interno se encuentra el rol de los asistentes de la 
educación, entre ellos el funcionario de biblioteca, quien es mencionado como: “funcionario 
responsable de organizar, mantener, cuidar y atender la Biblioteca CRA” ”(p.25). En este caso, la 
escuela cuenta con tres responsables de este espacio. En primer lugar, una coordinadora, que a la 
vez es jefe de UTP y es la figura que otorga las autorizaciones y permisos necesarios para las 
actividades programadas. Luego se encuentra la encargada, preocupada de fomentar la lectura y 
vincular las distintas áreas del currículum con la biblioteca. Cabe destacar que la encargada posee 
un título de Técnico en nivel superior en bibliotecología y un Diplomado en literatura infantil y 
juvenil, lo que permite desarrollar una gestión de manera organizada y focalizada según su 
experiencia y las necesidades de la escuela. Por último se encuentra la asistente, quien colabora 
activamente con los requerimientos inmediatos de la biblioteca. Lo anterior corresponde al 
adecuado servicio de este espacio, según los parámetros de los estándares, puesto que el documento 
sugiere, como mínimo, dos personas a cargo de la biblioteca, si la cantidad de estudiantes es entre 
301 y 600. 
 
f) Desde la perspectiva de la gestión pedagógica y la organización de actividades, la escuela no 
cuenta con documentación respecto a la planificación de proyectos, pero sí con un horario definido 
de asistencia de los cursosy dos documentos oficiales: un Reglamento que establece claramente los 
deberes y derechos de los usuarios y un Informe de evaluación, que deja registro del quehacer de la 
biblioteca, integrando actividades relacionadas al fomento lector, aplicación del currículum en el 
área de Lenguaje y Comunicación, el trabajo con los jefes de departamento y utilización de 
plataformas virtuales que permiten la difusión de las actividades. Por consiguiente, se observa que a 
pesar de no contar con una planificación oficial de las labores de biblioteca, se mantiene una 
organización del espacio y permanente evaluación del trabajo que allí acontece. 
 
g) Con respecto a la gestión administrativa, el colegio cuenta con un Informe de evaluación anual, 
que resume la labor de la biblioteca escolar y su plan de mejora. Sin embargo, no existen protocolos 
para la adquisición de la colección, la bibliotecaria indica: “Yo tengo un protocolo propio, pero no 
tengo un protocolo formal, como escrito”, pero sí se evidencia el monitoreo del movimiento de esta 
colección, manteniendo una estadística de préstamos y comparación con años anteriores. Desde el 
punto de vista de la evaluación, no cuentan con un instrumento que les permita medir la satisfacción 
del usuario, solo pueden medir el registro de visitas a bibliotecas y los préstamos, aspecto que es 
relevante al momento de una autoevaluación, dado que permite mantener el funcionamiento del 
espacio aunque las personas a cargo se encuentren ausentes. 
 
h) Respecto a las redes, esta biblioteca escolar no mantiene vínculos con otras bibliotecas o con las 
demás instituciones de la comunidad, tampoco se realizan esfuerzos para lograrlo. Aspecto que es 
relevante desde el punto de vista de la difusión, si la biblioteca ya cuenta con plataformas virtuales, 
podría ser el recurso para generar nexos con otras entidades dedicadas al fomento lector. 
 14 
A pesar de que la biblioteca escolar está organizada bajo la dirección de expertos que no se 
encuentran vinculados a la educación pública, es decir, a la construcción de las bibliotecas CRA que 
otorga el Ministerio de Educación, se puede observar que los parámetros propuestos por las ocho 
directrices señaladas en los estándares de las bibliotecas CRA están presentes en la gestión de esta 
biblioteca escolar. Incluso se advierte que el concepto CRA (Centro del Recursos para el 
Aprendizaje) está mucho más arraigado que biblioteca escolar, puesto que esta concepción se 
encuentra declarada en el PEI. 
 
4.2 Vínculo del bibliotecario escolar con la comunidad escolar 
El segundo objetivo de la investigación, consiste en describir cómo el bibliotecario escolar, se 
vincula con la comunidad educativa. Para esto, los resultados se presentan, principalmente, a partir 
de lo que expresa la bibliotecaria en relación a los distintos actores que son parte de la comunidad: 
la dirección, los profesores, los apoderados y los estudiantes. Estos últimos, se relacionan a partir de 
sus necesidades lectoras, puesto que son el objetivo de la mediación de lectura. 
 
Referente a la dirección de la escuela, se observa una relación cercana y afable, que permite el buen 
funcionamiento y autonomía de la biblioteca, la bibliotecaria manifiesta: “la relación es de bastante 
confianza, emm… me siento como súper escuchada”. Así mimmo, existe un apoyo permanente en 
las iniciativas presentadas desde la biblioteca, lo que se condice con el PEI del colegio en el área de 
apoyo a los aprendizajes “Gestionar proyectos de innovación pedagógica” (p.7), visto que se 
otorgan autorizaciones a la bibliotecaria sin mayores cuestionamientos y cada año invierten 
económicamente más en este espacio, demostrando que, efectivamente, los directivos creen en la 
relevancia de la biblioteca escolar dentro del proyecto de la escuela. La bibliotecaria cree que la 
relación con la comunidad escolar fluye de manera cercana, ya que el colegio es pequeño, y todos 
los funcionarios se conocen, la bibliotecaria señala: “es chiquitito el colegio...yo creo que no es la 
realidad de todo el mundo…Quizás soy como súper afortunada en ese sentido”. Esto se ve reflejado 
en uno de los artículos presentes en el Reglamento interno del colegio, el cual alude a que los 
asistentes de la educación se sientan acogidos y se escuchen sus propuestas y opiniones. Cabe 
mencionar que existen dos instancias de reuniones anuales entre la directora y la bibliotecaria, 
aportando a una comunicación fluida y accesible, la bibliotecaria indica: “como una reunión más… 
más como humana”. Incluso, en términos de ubicación espacial, la biblioteca y oficina de dirección 
se encuentran muy próximas, esto permite que la dirección logre observar de manera directa lo que 
sucede dentro de este espacio. 
 
En relación a los profesores, la bibliotecaria manifiesta que mantiene un contacto más estrecho y 
participación activa con el área de Lenguaje y Comunicación, siendo la bibliotecaria partícipe de 
todas las reuniones y proyectos de este departamento, pero además considera que la percepción de 
los profesores acerca de la biblioteca es fundamental, indicando:“yo siento que en la medida que 
ellos comprendan eh….la importancia del espacio…estamos logrando un trabajo”, por 
consiguiente, las conversaciones con los docentes son esenciales. Anualmente, los profesores 
envían un listado con sus necesidades lectoras y curriculares a la biblioteca, pero no se presentan 
iniciativas concretas invitando a los profesores a visitar, participar y cooperar con ella. Los 
requerimientos de las diversas áreas se ajustan principalmente a la solicitud de libros de referencia, 
utilizando el correo electrónico como único nexo para conocer las necesidades lectoras y 
 15 
curriculares. Las áreas que más visitan este espacio es Lenguaje, Inglés, Arte y Educación Física, en 
orden decreciente. Pese a que la biblioteca no participe directamente con los profesores, de igual 
forma se logra un acercamiento a las diversas áreas, lo que permite observar que los docentes están 
conscientes de este espacio y utilizan algunos de sus recursos. 
 
La relación que se mantiene con los apoderados, es bastante cercana y directa, considerando que es 
una comunidad pequeña, estos se acercan con sus hijos a solicitar lecturas, más solo para los niños. 
La biblioteca no muestra iniciativas concretas con el fin de invitar a los apoderados a talleres o 
actividades que les posibilite participar, incluso, el centro de padres se mantiene al margen de lo que 
ocurre en este espacio, la bibliotecaria afirma: “con el centro de padres, nada”. Involucrar a los 
apoderados con la biblioteca ayuda a mantener una relación permanente con la lectura, por esto es 
importante que la colección abarque a toda la comunidad, así los apoderados se interesarían por 
adquirir algunos títulos de la colección. 
 
Respecto a la vinculación con los estudiantes, se observa que es el núcleo principal de la biblioteca, 
la mayoría de los proyectos y actividades se relacionan con generar interés por la lectura y que los 
estudiantes visiten este espacio para sentirlo como un lugar acogedor dentro de la escuela. Con el 
propósito de recopilar las necesidades lectoras de los niños, la bibliotecaria indica que se realiza de 
manera informal: “se está constantemente preguntando a los niños… yo siento conversación con los 
alumnos” y también menciona que otra fuente de información para acercarse a los gustos de los 
estudiantes y motivar la lectura, son los documentos emitidos por entidades relacionadas a la 
Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), como la Biblioteca Escolar Futuro y el centro lector de Lo 
Barnechea. 
 
A partir de lo anterior, se observa que la biblioteca se vincula de manera activa con la comunidad: 
los profesores emplean este espacio como recurso pedagógico, los apoderados visitan la biblioteca 
para solicitar ejemplares exclusivamente para los niños y los estudiantes forman parte de todas las 
iniciativas elaboradas por este espacio. En consecuencia,la biblioteca escolar se relaciona con la 
mayoría de los agentes que componen la comunidad educativa. Por ello, se percibe como un espacio 
valorado por las personas que utilizan sus recursos, así lo considera la bibliotecaria, debido a que de 
manera permanente es felicitada por los directivos. Conjuntamente, los estudiantes reconocen y 
consideran muy positiva la constante renovación del ambiente y los recursos, la bibliotecaria 
comenta: “sé que soy afortunada, porque en verdad me siento súper valorada por la comunidad en 
general”. 
 
4.3 Perfil del mediador lector y su labor en la biblioteca escolar 
Los resultados del último objetivo de investigación, se exponen a partir de ámbitos vinculados al 
perfil del bibliotecario de este estudio, considerando: la percepción personal acerca de su labor, las 
características que debe poseer un mediador lector, la formación académica como mediador, las 
estrategias para seleccionar títulos y los instrumentos de evaluación que utiliza para conocer la 
efectividad de la mediación. 
 
En el PEI, la visión del colegio busca contar con funcionarios comprometidos, que participen 
activamente y estén empoderados de su rol. Lo que se observa en la percepción de la bibliotecaria, 
 16 
menciona que se considera una muy buena bibliotecaria, ya que manifiesta que su principal labor, 
es acercar a grandes y chicos a la biblioteca, ella indica: “hemos logrado como, seducir a la 
comunidad”. Así mismo, se siente una buena mediadora, ejemplificando su percepción con la 
selección de algunos títulos que se encuentran en las estanterías de la biblioteca y cuando desarrolla 
un trabajo de mediación, este se convierte en uno de los libros más solicitados. La bibliotecaria 
considera esencial la cercanía con los estudiantes y la medicación lectora para el aprendizaje de los 
niños, mencionando: “con un vínculo de mediación lectora afectivo, se genera un aprendizaje 
efectivo”. Por consiguiente, se observa que la bibliotecaria tiene claridad acerca de su rol, por una 
parte, señala que su biblioteca es visitada y no es un espacio aislado dentro de la escuela, y por otra, 
su rol como mediadora lo percibe como un proceso exitoso con los estudiantes, los cuales son el 
objetivo de la mediación. 
 
En virtud de lo anterior, la bibliotecaria considera que una de las principales características que 
debe poseer un mediador lector es la calidez humana y conocer qué le gusta leer a los usuarios, en 
particular a los niños. Lo que se encuentra en concordancia con el reglamento de la escuela, el cual 
sostiene que uno de los roles del bibliotecario es entregar acceso a la lectura para la entretención y 
enriquecimiento personal. De esta información se desprende que, un aspecto clave dentro de las 
cualidades de un mediador, es su manejo afectivo y emocional con los estudiantes, por medio de 
estos recursos, se logra conocer los gustos lectores de los niños. 
 
En la formación académica de esta mediadora, se observa que cuenta con un diplomado en LIJ, y se 
especializa en esta área de manera permanente, al menos dos veces al año. El colegio otorga 
facilidades económicas y permisos para asistir a las diversas instancias de aprendizaje, cursos y/o 
seminarios, lo que se encuentra en relación con el PEI del colegio dentro de la gestión curricular, el 
cual plantea la mejora continua del plan de lectura transversal. En definitiva, se aprecia un mediador 
especialista y que constantemente se está capacitando en pro de su labor, lo que permite una mayor 
autonomía y tomar las decisiones más apropiadas para su biblioteca. Así mismo, los directivos de la 
escuela están conscientes de las responsabilidades de un mediador lector y consideran esencial la 
especialización de este, ya que su fortaleza en la mediación lectora influye directamente en el 
trabajo con los estudiantes. 
 
Respecto a la selección de recursos, específicamente los títulos, la bibliotecaria menciona que todos 
los años aumenta la colección, según lo que los estudiantes quieren leer, aunque no cuentan con un 
sistema de consulta oficial. Las fuentes de selección para la bibliotecaria son artículos emitidos por 
entidades dedicadas a la LIJ como los catálogos del Mineduc, Fundación Futuro y Había una vez. 
Adicionalmente, la evaluación anual de la biblioteca propone que la bibliotecaria se mantenga al día 
acerca del conocimiento de las novedades que se vayan publicando sobre libros y otros documentos. 
En concordancia con lo anterior, el criterio para la selección de títulos se relaciona con las 
necesidades que los estudiantes van manifestando de manera esporádica, pero no cuentan con 
instrumentos como encuestas o entrevistas que posibiliten mantener registro de estas elecciones. No 
obstante, existe una preocupación por parte de la mediadora de mantener conocimientos 
actualizados en relación a títulos que se hayan editado últimamente y a la vez mantiene contactos 
con organizaciones especialistas en LIJ. 
 
 17 
Respecto a la evaluación, la biblioteca escolar no dispone de algún instrumento que permita obtener 
los resultados frente a la efectividad de la mediación lectora, es decir, registrar los títulos mediados 
y hacer un seguimiento del movimiento o hacer una nómina de los títulos propuestos para la 
mediación que sirva como insumo en la planificación de actividades. Desde esta perspectiva, la 
biblioteca solamente es supervisada a partir de la gestión administrativa y pedagógica, pero no de 
un especialista en el área de la mediación A pesar de ello, la bibliotecaria menciona que sería 
provechoso contar con la mirada de un experto en mediación para que plantee desafíos y 
oportunidades en este espacio que está destinado al servicio de la comunidad. 
 
5. Discusión 
Para iniciar la discusión, nos referiremos a los resultados obtenidos que se plantean como 
circunstancias favorables en la investigación. Estos muestran que existe una coherencia entre el 
funcionamiento de la biblioteca de un colegio particular pagado y las directrices de los estándares 
CRA, dado que para la bibliotecaria son un referente y una aspiración respecto a la calidad del 
funcionamiento de una biblioteca escolar (Mineduc, 2012). Se puede observar que en el Informe 
anual de evaluación de esta biblioteca, se consideran varios parámetros que comparten con los 
estándares, entre ellos se encuentran la visión y el servicio que presta la biblioteca, puesto que se 
comprobó que esta biblioteca escolar está articulada con los diferentes proyectos de la escuela 
(Redondo, 2002), demostrando que el área de dirección mantiene un contacto accesible y 
permanente con la biblioteca escolar y su bibliotecaria, con el fin de trabajar en conjunto para 
cumplir la propuesta del Proyecto Educativo institucional. Lo anterior confirma que la persona que 
administra este espacio contribuye a lograr la misión y los objetivos de la escuela (IFLA/UNESCO 
2002) gracias también al equipo de trabajo que allí labora, puesto que en la biblioteca colaboran la 
misma cantidad de personas sugeridas por los estándares, incluido un encargado que atiende y 
gestiona los recursos de la biblioteca. 
 
Los resultados permiten afirmar que, efectivamente, la bibliotecaria es una mediadora que cumple 
con la creación de puentes entre la lectura y el posible lector (Petit, 1999). En efecto, la bibliotecaria 
establece una relación directa y cercana con los estudiantes, quienes son el centro de la mediación. 
Además, se observa claridad en la percepción de su rol, al ser la persona que, a través de la 
interacción social (Vigotski 2009), acerca la lectura a los estudiantes. De igual forma, se aprecia que 
en sus estrategias de mediación cumple con el círculo de lectura (Chambers, 2007), pues la 
mediadora considera las particularidades de los estudiantes para seleccionar los recursos adecuados, 
luego desarrolla una interacción con las lecturas y después comparte cometarios de las experiencias 
vividas frente a estas. En consecuencia, la mediadora demuestra estarconvencida de las bondades 
de la lectura y por ello, manifiesta su compromiso con la mediación, conoce a sus estudiantes en 
términos de preferencias lectoras y mantiene una formación literaria actualizada, lo que permite una 
adecuada toma de decisiones (Cerrillo, 2010). 
 
Ahora bien, respecto a su formación como mediadora, comprende estudios en bibliotecología, 
literatura infantil y juvenil y además variados cursos relacionados al fomento lector, aspectos que 
los especialistas en el área consideran indispensables en un mediador. Queda demostrado además 
que los principales usuarios de la biblioteca son los estudiantes, y el servicio que presta este espacio 
se orienta particularmente hacia el fomento lector. Por esta razón, la bibliotecaria demuestra gran 
 18 
interés por instruirse sobre la pluralidad editorial y la diversidad de literatura infantil y juvenil 
(Patte, 2008) que ofrecen instituciones dedicadas a este tema, así como también mantener una 
colección actualizada al alcance de los niños. Del mismo modo, se advierte un cuidadoso trabajo 
para el aumento de los títulos, planteando metas de adquisición cada año. En relación a la gestión 
administrativa, se destaca la evaluación que propone la biblioteca al finalizar cada año, aspecto que 
es de gran relevancia para los estándares, debido a que permite evaluar las prácticas que allí se 
desarrollan. Al igual que la gestión pedagógica, esta biblioteca escolar cumple con los estándares 
CRA, dado que se aprecia una preocupación permanente por fomentar la lectura y a la vez vincular 
los recursos de la biblioteca con los requerimientos de las diversas asignaturas. 
 
Por otra parte, nos referiremos a los aspectos que constituyen desafíos por alcanzar para un óptimo 
funcionamiento de la biblioteca. Entre ellos se encuentra la relación de la biblioteca con los 
profesores, aquí se advierte un trato más cercano con el área de Lenguaje y Comunicación, siendo la 
bibliotecaria partícipe de todas las reuniones y proyectos propuestos. Sin embargo, el vínculo con 
otras áreas de aprendizaje es de manera indirecta, utilizando el correo electrónico como único nexo 
para conocer las necesidades lectoras y curriculares de los docentes. Lo anterior complejiza la 
relación y toma de acuerdos con los profesores, dado que la buena comunicación permite al 
bibliotecario seleccionar los materiales que ampliarán los recursos (Conforti y Pastoriza, 2000). 
Otro desafío por alcanzar se refiere a la relación entre la biblioteca y los apoderados, pues se 
observa que la bibliotecaria dispone sus esfuerzos, principalmente, en la atención del servicio hacia 
los estudiantes, no así en crear proyectos que involucren la participación de los padres. En efecto, 
los apoderados solo cumplen un rol de acompañantes de los alumnos al momento de solicitar 
recursos de la biblioteca, pero no se vinculan mayormente. 
 
En otro ámbito, el espacio es otro aspecto que se advierte como un obstáculo al momento de 
desarrollar actividades, puesto que los metros cuadrados difieren de los sugeridos por los 
estándares, aunque, no se vislumbra como un impedimento, sino como un desafío. Finalmente, el 
área de redes y cooperación constituyen un reto importante, debido a que los estándares proponen 
vincular la biblioteca escolar con otras del entorno, e incluso con bibliotecas públicas, dado que 
comparten usuarios y esta biblioteca escolar no cuenta con vínculos externos. Por lo que sería 
altamente recomendable que se ampliaran las redes con otros establecimientos cercanos o con la 
biblioteca municipal. 
 
Para finalizar, podemos decir que la biblioteca escolar cumple un rol fundamental dentro de 
cualquier centro educativo, especialmente en un colegio particular pagado, el cual establece sus 
propias normas de funcionamiento. Se puede observar que los parámetros propuestos por las ocho 
directrices señaladas en los estándares de las bibliotecas CRA están presentes en gran parte de la 
gestión de esta biblioteca escolar, iniciando con el claro concepto que se tiene de la biblioteca 
escolar, como un lugar que permita gestionar y mediar los recursos para el servicio de la 
comunidad. De igual modo, se aprecia que la bibliotecaria, en su rol de mediadora, articula su labor 
con el Proyecto Educativo Institucional y la mayoría de la comunidad educativa de la escuela, 
puesto que su experiencia y especialización en el área de la mediación son reconocidas y valoradas 
tanto por los estudiantes como los directivos de la escuela. Por otra parte, la investigación expone 
una serie de limitaciones que propicia un análisis para establecer propuestas de mejoras, siendo 
 19 
estas evidenciadas por los estándares como desafíos posibles de superar. 
 
6. Conclusiones 
A partir de los hallazgos encontrados en la investigación, se puede señalar la importancia que los 
colegios particulares pagados dispongan de una biblioteca escolar, y que su funcionamiento esté 
orientado a las directrices propuestas por el Mineduc, debido a que proporciona información 
trascendental sobre contexto escolar del país, así lograr identificar las fortalezas de este espacio y 
los desafíos que se presentan para la consolidación de la biblioteca escolar como un centro de 
recursos. Las principales dificultades encontradas se relacionan, en primer lugar, con la declaración 
de los usuarios, desatendiendo a los exalumnos y familiares de los estudiantes, los cuales podrían 
ser un aporte en futuros proyectos de la biblioteca. Del mismo modo, la biblioteca escolar tiene la 
responsabilidad de crear proyectos que involucren permanentemente a los apoderados, esto les 
facilitaría conocer el funcionamiento del espacio y así incentivar su participación. 
 
En segundo lugar, el limitado espacio de la biblioteca obstaculiza el desarrollo de las actividades, y 
este desafío es muy complejo de superar, ya que los cambios estructurales del edificio no son 
decisiones de los funcionarios de la biblioteca. En tercer lugar, se hace necesario disponer de una 
planificación que propicie optimizar la gestión, incluyendo un apartado que incentive a los 
estudiantes a participar oficialmente en la selección de títulos. En cuarto lugar, el vínculo con otras 
bibliotecas cercanas es inexistente, por lo tanto, las oportunidades de interactuar y conocer 
proyectos externos se ven obstaculizados. Los resultados expuestos también plantean la relevancia 
de mantener una relación directa entre la dirección de la escuela y la biblioteca escolar, lo que 
permite la participación activa de la biblioteca con los proyectos asociados al currículum y a la vez 
promover la autonomía para desarrollar propuestas innovadoras ligados al fomento lector en los 
estudiantes. Además, se exponen las ventajas de contar con el personal idóneo dentro de la 
biblioteca escolar, el cual debe ser un profesional especialista en mediación de lectura y motivado 
por seguir mejorando sus competencias en esta área. 
 
La presente investigación permite acercarnos al mundo de las bibliotecas y bibliotecarios escolares 
de colegios privados, así conocer su funcionamiento y cómo se relacionan con las directrices 
establecidas por el Mineduc para colegios públicos y subvencionados. Si bien la mayoría de los 
profesores de Lenguaje y Comunicación conocen y visitan la biblioteca, este estudio presenta al 
bibliotecario como un funcionario con competencias reales que permiten vincularse con los 
docentes y así crear proyectos en conjunto enmarcados en los recursos que posee este espacio. 
 
Finalmente, se nombrarán algunas limitaciones en esta investigación. Primero, no se aplica la 
rúbrica que se encuentra en el documento de los estándares CRA a la bibliotecaria de esta escuela, 
puesto que las respuestas se ubican en un nivel determinado, sin considerar el contexto en el que se 
sitúan las bibliotecas y la percepción personal de los funcionarios. Posiblemente, en futuras 
investigaciones eso facilitaría la descripción del funcionamiento general de este espacio.Segundo, 
la participación de una bibliotecaria escolar en el estudio no refleja la realidad de todos los colegios 
particulares pagados de la comuna, para esto, se necesitaría una muestra más amplia de personas 
que compartan experiencias de su práctica como bibliotecarios y mediadores lectores. E incluso 
comparar distintos establecimientos privados para analizar si efectivamente los estándares públicos 
 20 
están presentes. Tercero, la aplicación de la entrevista semiestructurada no arroja información sobre 
las prácticas específicas que desarrolla la mediadora lectora en su biblioteca. Por ello, sería 
altamente recomendable que en otras investigaciones de este tipo se observara la práctica de la 
bibliotecaria en el espacio educativo y se registraran sus interacciones como mediadora lectora. 
 
Acercarnos al mundo de las bibliotecas y bibliotecarios escolares de colegios privados, nos permite 
conocer su funcionamiento y valorar a sus funcionarios como agentes facilitadores entre la 
biblioteca y el centro educativo. 
 
 
 21 
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	b) Gestión Formativa
	g) Gestión organizacional
	IV.- Educación en Formación Ciudadana
	EJERCICIO CIUDADANO
	Participación de los docentes:
	Participación de los apoderados:
	Participación de los funcionarios:
	EVALUACIÓN 2019

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