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1 LOGICA APLICADA A LA ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL DE LEVI-STRAUSS I. INTRODUCCIÓN. El problema epistemológico, que se presenta en la relación que el ser humano establece con la realidad, es un hecho de naturaleza material y concreto. Su origen en todas las culturas, cualquiera sea la etapa de su desarrollo, puede explicarse por la exigencia de solventar los imperativos básicos de sobrevivencia, que toda sociedad necesita ineludiblemente resolver y superar. Este enfoque epistemológico, de protoepistemia, ha permanecido prácticamente inalterable desde las primeras agrupaciones humanas, generándose verdaderos paradigmas teóricos que se han transmitido de generación en generación. Desde una postura logocéntrica podríamos decir que, con Platón y Aristóteles, la epistemología queda definida como disciplina, más o menos autónoma, en su doble vertiente, de acuerdo a la cosmovisión imperante de la época, idealista o realista. La construcción de pensamiento desde estos primeros momentos se muestra siempre determinada por principios que responden a imperativos de orden social y político, muchos de los cuales surgen desgraciadamente oponiéndose al originario logoi y a la condición humana, lo que ha provocado infinidad de veces que la conducta personal de los individuos entre en contradicción con sus necesidades más inmediatas casi no satisfechas, sintiéndose ajenos a su entorno, a su realidad y hasta de sí mismos. Produciéndose una separación que paulatinamente se ha hecho más radical, casi fatal para nuestra época, entre actividad social y planificación intelectual por parte de los expertos o sistemas expertos. Los fundamentos teóricos de una época determinada, los intereses creados de la sociedad que los sustenta y los mecanismos institucionales de perpetuación de los mismos, terminan por colocarse inevitablemente muy por encima del hombre limitando su capacidad para satisfacer la necesidad de supervivencia material, no digamos las de carácter espiritual y del sentido íntimo, al tiempo que han favorecido irracionalmente la concentración urbana en donde las actividades de planificación, de servicio institucional y burocráticas son privilegiadas en detrimento, o a expensas, mejor dicho, de las auténticas actividades productivas y creativas. Sin embargo, y a pesar de esta relación, muchas veces negativa, entre sociedad e individuo, las facultades intelectuales y cognoscitivas del hombre aumentan produciéndose un estado precomprensivo permanente, parafraseando a Heidegger, hacia y para el conocer, incrementándose también en complejidad y riqueza. Los estudios teóricos contemporáneos sobre las culturas y “pueblos primitivos” en el ámbito de las ciencias humanas como la 2 Antropología, y acaso también en la Sociología y la Lingüística, han puesto de manifiesto que éstos se reducían, dentro de una epistemología fundamentalista y acrítica, a la aplicación de una técnica formal, en esencia matemática, para la clasificación y el análisis de un determinado comportamiento social como, en este caso específico, es el simbólico y el cultural. El presente trabajo busca establecer, firme y analíticamente, como hipótesis principal de trabajo, que la epistemología estructuralista, que se deriva de los estudios etnológicos del antropólogo francés Levi-Strauss ( nacido en 1908), no escapa y cumple estrictamente con este enfoque teórico. La “Antropología Estructural”, libro publicado inicialmente en 1958, y traducido al español, años más tarde, por Eliseo Verón y revisado técnicamente por Eduardo Luis Menéndez, en la editorial EUDEBA (1), es un modelo de cómo una técnica formal, la lógica matemática (la parte que trata sobre el cálculo de predicados o lógica de primer orden, para ser más precisos, es un sistema formal diseñado para estudiar la inferencia lógica. Los lenguajes de primer orden son, a su vez, lenguajes formales con cuantificadores que alcanzan sólo a variables de individuo, con predicados y funciones cuyos argumentos son sólo constantes o variables de individuo. La lógica de primer orden tiene la fuerza expresiva suficiente para definir a prácticamente todas las matemáticas; aunque, cuando hablemos de complementar el estudio de Strauss, desde el punto de vista de una lógica polivalente, tendremos que tomar como unidad lingüística mínima de la lógica a las proposiciones haciendo por completo abstracción de sus contenidos), puede aplicarse extensa y creativamente para entender y analizar una determinada conducta socio-cultural, la función simbólica propia de los grupos humanos. Más específicamente nuestro estudio versará sobre el capítulo XI, La Estructura de los Mitos, sitio en el cual Strauss formaliza sus resultados: “Sean cuales fueren las precisiones y modificaciones que deban introducirse en la fórmula indicada a continuación, parece posible afirmar desde luego que todo mito ... es reducible a una relación canónica del tipo: “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (b) : F a - 1 (y)” (ibid). Las formas canónicas o normales, en lógica clásica, sirven para dar cuenta y explicitar si un determinado conjunto de proposiciones, entrelazadas por conectores lógicos propios de la misma, pueden ser reducidas según el contenido lógico de estas formas conocidas como canónica disyuntiva y conjuntiva; ideal de muchos lógicos, y de lógicos prácticos como Strauss, de reducir todo a los primeros principios, sería así conseguido por lo menos en parte. No hay que olvidar, sin embargo, que Strauss no deja de estar limitado, en cuanto a su concepción puramente formal del mito, por las leyes de la lógica binaria, como gusta él llamarla (el mito es un sistema de operaciones lógicas que se ejecuta mediante la intervención de varios códigos), recayendo en una especie de inconsecuencia puesto que la esencia del pensamiento mítico, y su unidad estructural mínima , el símbolo, se expresa a través de un tipo de entidad lingüística cuya naturaleza es la ambivalencia, el doble sentido y la contradictorialidad; es decir, puede ser representado, el mito, en lenguaje lógico- matemático, como un cúmulo, ámbito o conjunto difuso que, según Peña, “es uno que 3 abarca a algo en una medida intermedia entre el grado supremo de verdad y el grado supremo de falsedad, tenga o no tenga una transición paulatina hacia su complemento”(2). El mito no sólo se objetiviza por medio del código oral, sino también por otros códigos culturales como el astronómico, zoológico, botánico, psico-orgánico ( que incluye los cinco sentidos), tecnológico, con los cuales el mito puede construir una especie de metacódigo que se prolonga, incontrovertiblemente, en lo multidimensional. Se hace indispensable, entonces, construir una estructura lógica integral que no se agote en lo analítico-formal y avance hacia una dialéctica de las formas simbólicas. Aclaremos, sin embargo, que la lógica clásica, o bivalente, es comprehendida, en esta investigación, como una construcción producto de la elaboración teórica del pensamiento lógico, similar a como la ciencia física diseña sus experimentos; dicho de otro modo, la física, aísla o reconstruye en el laboratorio el fenómeno físico, a ser analizado, sin presencia de las circunstancias perturbadoras de la realidad que hacen que éste no pueda ser debidamente conocido, mediante el esclarecimiento de sus leyes, en su forma pura. Del mismo modo, la lógica clásica esclarece sus leyes y principios aislándose de todo aquello que pueda perturbarle en su pureza, de las ambigüedades y de hasta cierto tipo de contradicciones que se presentan en el lenguaje de la ciencia y, sobre todo, en el lenguaje ordinario. En este sentido, la lógica clásica es una suerte de “lógica ideal”, pura como técnica formal. En contraste con las lógicas polivalentes que vendrían aconfigurar la “lógica concreta” integrando las ambigüedades y contradicciones que podrían presentarse en la ciencia y en el lenguaje, con técnicas rigurosas de análisis igual o superior a las de la lógica clásica. Sin confundir nunca, desde luego, que todas las lógicas, clásicas y no clásicas, son técnicas de análisis que se diferencian, en distinto grado, de la “lógica natural” que es considerada una de las notas características común a toda la especie humana; lógica que, al expresarse en la lengua y en las prácticas cotidianas de las diferentes culturas, es el punto de partida de las investigaciones de Strauss. La epistemología estructural, que se deriva de esta peculiar concepción de la naturaleza humana y de la cultura, considera, a su vez, que la evolución biológica dotó a la especie humana con un cerebro capaz de la función simbólica. Esta función, en todo hombre, se realiza y se cumple en el “inconsciente” como asiento y espacio de representación de estructuras fundamentales del espíritu humano. Como veremos, en su momento, esta base común a toda la especie nos permitirá complementar y dialectizar la fórmula propuesta como lógica explicativa de la función simbólica. II. JUSTIFICACIÓN. La concepción tradicional, en el contexto de los estudios sobre el tema de la lógica y la teoría de la ciencia, parte de considerar a las manifestaciones y hechos culturales, dentro de los cuales incluimos los de naturaleza teórica, únicamente desde los niveles descriptivo (método fenomenológico) y explicativo (lógica formal, en su sentido más clásico), generándose un vacío en cuanto a su entendimiento como una “síntesis comprehensiva”, que conjugue una serie de relaciones complejas, a veces difusas, y no sólo, repitamos, como hechos y acontecimientos de orden teórico. La cultural concebida de modo general, junto con la teoría y las diferentes ramas del saber como partes integrales de la misma, es un 4 término multidimensional en cuanto a su significado, de ahí que, para entender su sentido, hay que abordarla como una “totalidad expresiva”, que de forma constante y continuada siempre se está manifestando en una dinámica que exige, a su vez, la formulación de planteamientos multisémicos, otras lógicas y otras epistemias incluidas, en lo que tiene que ver con su estructura de funcionamiento, para un racional y nada dogmático conocimiento de sus mecanismos más profundos. Nuestro estudio se justifica porque contamos, en el conjunto de las investigaciones lógicas, y desde hace algunas décadas atrás, con el aporte valiosísimo de las lógicas no clásicas o polivalentes que nos posibilitan la construcción de esa pretendida dialéctica de las formas simbólicas. En esta investigación haremos uso de una lógica polivalente inspirada en los estudios de Lorenzo Peña (3), pero interpretada en un estilo y forma muy particular nuestra, la estructura binomial, que no tiene sino ecos muy lejanos con la lógica binaria. Es éste pues un estudio de lógica (de un cierto tipo de lógica polivalente) que tiene como objeto un análisis, a su vez, también lógico (de un cierto tipo de lógica bivalente) emprendido y aplicado por un especialista en estudios de la cultura, como es Levi-Strauss. III. METODOLOGÍA. Apuntemos brevemente algunas consideraciones generales sobre la teoría y la metodología del trabajo teórico que, como un horizonte epistemológico de intelección, guía las tesis propuestas en la presente investigación. En la interrelación, antes descrita, entre sociedad y procesos cognitivos o de ideación básicos, es que encontramos las herramientas teóricas y metodológicas para explicar las formas de acción social e individual para producir cultura y desde luego su teoría. Proceso este último que determina un umbral epistemológico de orden preferentemente antropológico, que no se limita a una mera exposición esquemática de teorías, sino que avanza hacia la construcción de modelos de intervención cognitiva, con la participación de todos los involucrados en esta puesta en escena de los mecanismos y actores que dan cuenta, estructuran y dinamizan esta particular relación productiva entre hombre y mundo. Pues bien, para responder a la pregunta planteada como hipótesis principal del proyecto: “¿es posible determinar una estructura integral del símbolo, que no se agote en el plano analítico-formal clásico, tomando como base los trabajos del antropólogo francés Levi- Srauss?” Conjuntamente con sus hipótesis secundarias, hay que desarrollar antes un concepto provisional de lógica binaria (4), que nos sirva como base y herramienta para entender el sentido profundo de lo que Levi-Strauss nos quiere transmitir a través de su fórmula que, según él, daría cuenta de la “Estructura Universal del Mito”, y de lo que nosotros queremos hacer con la misma como fruto de nuestra investigación. III.a. Lógica Binaria. La lógica binaria es una versión modificada y más simple de la lógica que se empieza a desarrollar históricamente a raíz de la formulación de la “Ley del Binomio” de Newton, que no hay que confundir, de ninguna manera, aunque tenga ciertas afinidades, con la ley de 5 dualidad, bivalencia o, en fin, ley del índice. Luego Leibniz, Lambert y después Boole harán, cada uno a su tiempo, una interpretación y una muy buena síntesis para el esclarecimiento de las leyes lógicas que estarían subyacentes en esta ley. Por tal motivo, haremos una breve exposición de sus ideas más importantes. Cabe aclarar, no obstante, que nosotros no podemos saber, a ciencia cierta, si Leibniz y Boole eran conscientes en cuanto a que la ley de Newton estaba en la base de sus ideas lógicas; en lo que respecta a Lambert, la influencia de la misma no puede ser más evidente. Leibniz entiende la matemática como el estudio de la forma pura, en su sentido más propio y simple, que puede aplicarse para el análisis y el esclarecimiento de las leyes lógicas; idea anticipada, como muchas otras de Leibniz, de lo que después se conocería como estructuras isomórficas (5). Leibniz se propone como meta desarrollar una matemática del pensamiento lógico dividiéndola en tres partes fundamentales: 1.- La característica universal. 2.- El cálculo universal. 3.- La ciencia universal. No vamos a entrar en una exposición detallada de cómo ve Leibniz en los números primos un correlato matemático de los conceptos lógicos primitivos que vendrían a conformar el vocabulario de la característica universal, pues no implica mayor dificultad y puede ser consultada directamente por el lector en sus escritos lógicos (6). Lo que si, en cambio, importa saber es cómo Leibniz interpreta, en términos puramente matemáticos, la estructura del juicio lógico “Todo S - es - P”. El sujeto “S” (término no primitivo representado por un número no primo), debe incluir todo lo del predicado, por consiguiente, “S” debe poder dividirse siempre por “P”, es decir: S/P = n. Donde “n” es un número entero o no primo. En otras palabras, “n”, en última instancia y desde un punto de vista estrictamente lógico, es igual a “S”. Esta última consecuencia es importante porque Leibniz, a su modo, hace una interpretación interesante de la ley del índice (infra), si “S = SP”, es fácil por simple inspección verificar que se trata de dicha ley. La fórmula anterior es una síntesis entre forma matemática y forma lógica. J.H.Lambert (1728-1777) prosigue los intentos de Leibniz de encontrar los elementos matemáticos y algebraicos de la lógica clásica, es decir, su estructura puramente deductiva y formal. En lo que sigue utilizaremos los lineamientos sugeridos por García Baca (7), para el esclarecimiento de cómo la ley del binomio y la ley del índice presiden todos estos desarrollos. Empieza, Lambert, sirviéndose del modo como opera el proceso de definir unanoción, A, que representa, por ejemplo, a “hombre”, en términos de composición esencial, por género próximo y diferencia específica; es decir, Ag ( g es el género próximo de A) y Ad ( d es la diferencia específica de A), compondrían juntos la estructura orgánica de A: 1) A = Ag + Ad, a su vez Ag es también una noción; luego se compondrá igualmente por género y diferencia: 6 Ag = (Ag)g + (Ag)d, multiplicando los subíndices tenemos: Ag = Ag 2 + Agd , fórmula que sustituyendo en 1), dará: 2) A = Ag 2 + Agd + Ad, si volvemos a escribir Ag 2 , tomada como noción, en términos de género y diferencia, tendremos: 3) A = Ag 3 + Ag 2 d + Agd + Ad, y así sucesivamente hasta el género “n”. Por tanto, hemos encontrado, en términos de género máximo (jerarquía de los géneros), la composición orgánica de la noción primitiva A. La fórmula, como término general, será: α. A = Agn + Agn-1d +.........+Ag3d + Ag2d + Agd + Ad. Nótese que en la fórmula general sólo consta una diferencia específica, Ad, aunque haya “n” géneros de diferentes órdenes. Los exponentes no representan multiplicación o potenciación, así g 3 no será ( g x g x g ), sino género de orden tercero, y así regresivamente desde “n”, hasta llegar al género segundo o penúltimo respecto del género próximo a la diferencia. Igualmente podemos definir la composición orgánica de A en función de la diferencia máxima, o última, para lo cual operamos en sentido opuesto al de los géneros. Obtenemos así la fórmula general de las diferencias: β. A = Ag + Adg + Ad2g + Ad3g +..........+ Adn-1g + Adn. Podríamos reunir ambas formas de definir A, en función de su composición orgánica, α + β, es decir, integrando en A formalmente todos los géneros y todas las diferencias, con lo cual obtendríamos: γ. A = Agn + Agn-1d +.........+Ag3d + Ag2d + Agd + Adg + Ad2g + Ad 3 g +..........+ Ad n-1 g + Ad n . (8) Para concluir este apartado, sobre lógica binaria, queremos hacer notar que nuestra intención fundamental del mismo se resume en hacer evidente la identidad estructural, tanto de los procedimientos lógicos de Leibniz como de Lambert, en función de un principio lógico-matemático subyacente, la ley del binomio de Newton. Vale también, como corolario último, indicar que en el Tractatus de Wittgentein (9) hay una suerte de entendimiento binomial de la lógica en las proposiciones 4.27 y 4.42, en las cuales adelanta las dos fórmulas siguientes, que “consignarían la especificación de todas las proposiciones elementales verdaderas que describirían el mundo completamente” (ibid): 7 n 1) Kn = Σ ﴾ n, v ﴿ ( = 2 n ) v = 0 Kn 2) Ln = Σ ﴾ Kn, K ﴿ ( = 2 2n ), el paréntesis anterior encierra el valor siguiente: K = 0 dos a la dos a la n, y no dos a la dos por n. Y cuyos desarrollos algebraicos explicitan los coeficientes numéricos de la ley del binomio (10). Por ejemplo, para el desarrollo de: Kn = (n, o) + (n, 1) + (n, 2) + ... + (n, n-1) + (n, n) (n, 0), (n, 1)…etc., significan n dividido por 0, n dividido por 1 …etc. Suponiendo estas definiciones: (1, 0) = 1; (2, 1) = 2 ÷ 1 = 2; (2, 2) = 2 x 1 ÷ 1 x 2 = 1 para el caso de n = 2, tendríamos K2 = (2, 0) + (2, 1) + (2, 2) = 1 + 2 + 1, valores estos últimos que son los coeficientes numéricos, o binomiales, de: ( x + y ) 2 = 1x 2 + 2xy + 1y 2 . Desde hace algún tiempo atrás, ya habíamos notado la estrecha relación que se da, entre las tablas y el rango de valores del cálculo lógico, con algoritmos matemáticos como el binomio de Newton. Existen distintas formas de representar una función lógica, entre las que podemos destacar las siguientes: Algebraica Por tabla de verdad Numérica, y otras. El uso de una u otra, como lo estamos comprobando, dependerá de las necesidades concretas en cada caso. Lo novedoso, en nuestro trabajo, es haber ubicado una forma matemática específica, la forma general del binomio, que subyace a todo un grupo de propuestas y formulaciones lógicas. Pasamos a dar dos ejemplos simples, desde la lógica bivalente, de esta relación entre las tablas de verdad y su forma algebraica. Una tabla de verdad debe contener todos los valores posibles de una función lógica determinada como las que a continuación anotamos: 1) F = A’BC’ + AB’C’ + AB’C + ABC’ 8 2) F = (A + B + C) (A + B + C’) (A + B’ + C’) (A’ + B’ + C’) Cuyos rangos de valores dependen del número de sus variables. Las formas algebraicas 1) y 2) son expresiones canónicas: de suma de productos, la 1), y de producto de sumas, la 2); su característica principal es la aparición de cada una de las variables (A, B y C) en cada uno de los sumandos o productos. El número de combinaciones posibles para una función de n variables vendrá dado por 2 n , para la bivalente; o 3 n (11), para el caso de una lógica trivalente. La siguiente tabla corresponde a las dos funciones lógicas anotadas: “2 3 = 8” ( ver artículo “Analogía Estructural y Espacios Aléticos en Lógica Bivalente y Trivalente, de Fernando Ochoa, Inédito, 2005). A 1 1 1 1 0 0 0 0 B 1 1 0 0 1 1 0 0 C 1 0 1 0 1 0 1 0 F 0 1 1 1 0 1 0 0 S 4 S 3 S 2 S 1 La manera más cómoda de ver la equivalencia entre una tabla de verdad y una expresión algebraica es cuando esta última se da en su forma canónica. Así, la función canónica de suma de productos 1) F = A’BC’ + AB’C’ + AB’C + ABC’, nos indica que será “1” cuando lo sea uno de sus sumandos, lo que significa que tendrá por lo tanto cuatro combinaciones (010 para A’BC’ o S 1 ; 100 para AB’C’ o S 2 ; 101 para AB’C o S 3 ; y 110 para ABC’ o S 4 ) siendo el resto de combinaciones 0. Con la función canónica de producto de sumas, la 2) F = (A + B + C) (A + B + C’) (A + B’ + C’) ( A’ + B’ + C’), se puede razonar de forma análoga, pero en este caso observando que la función será “0” cuando lo sea uno de sus productos. El binomio de Newton, tal como ha sido expuesto en este trabajo, no hace sino relacionar, en una forma algebraica general, sumas y productos. Nunca debería uno rendirse a seguir profundizando, incluso si se ha entendido bien su parte mecánica, en los contenidos de un grupo de fórmulas. Aunque parezca increíble, en dos leyes matemáticas, fáciles de entender, el teorema de Pitágoras y la ley del binomio de Newton, se sintetizan unos, por lo bajo, 2300 años de creación en torno al pensamiento matemático. Esto es tan así que estoy por pensar que estas dos leyes no sólo expresan unas simples relaciones matemáticas, sino estructuras fundamentales del pensamiento humano. Estudios recientes, en Matemática Andina, así lo demuestran por lo menos en cuanto a la utilización práctica, que es lo importante, del teorema de Pitágoras (12). III.b. La Ley del Índice. Todo el desarrollo de la lógica formal, posterior a Leibniz y Lambert, se refunde teóricamente con el redescubrimiento de la “ley del índice”(13) que, según Boole, vendría a ser una ley básica del pensamiento. Dicha ley, cuya forma matemática es X 2 = X, ofreció el método, como polo o punto límite estructurante, para la formulación del álgebra booleana o bivalente, basadaen el sistema binario de numeración. 9 A mediados del siglo XIX, Boole en su obra “Investigación Sobre las Leyes del Pensamiento”, traduce a un lenguaje algebraico, por medio de la ley del índice, la estructura del juicio lógico analizado por Aristóteles en el “Órganon” (384-322 a. C.). Todo juicio, para la tradición lógica de occidente, al menos hasta la época en que Kant redacta “La Crítica de la Razón Pura”, es una expresión ordenada o analizada según el esquema categorial del sujeto (expreso, S), cópula(c) y predicado(expreso, P) para que tenga sentido, es decir, para que pueda ser verdadero o falso lo afirmado por dicho juicio. Ejemplo de juicio lógico: “Todo Hombre (S) es(c) Mortal (P)” En este juicio la palabra “hombre” es el sujeto, que tiene su correlato, en el ámbito de las ideas, en el concepto, éste a su vez es siempre universal y comprende lo permanente y necesario de los seres; “es mortal”, representa el predicado; “Todo”, es un cuantificador universal, o modificador directo para los neogramáticos de la actualidad, que asegura que todos los hombres, no sólo unos cuantos o peor aún uno solo, son mortales. Boole sustituye las palabras que estructuran el juicio anterior por variables y así obtiene: 1. “Todo X(s) es(c) Y(p)”. Primer esquema de fórmula al cual si aplicamos el principio de identidad que dice “todas las cosas son iguales a sí mismas (a = a)”, tenemos: “Todo X es Y = Todo X es Y”, simplificando el cuantificador y la cópula obtenemos: 2. XY = XY. Segundo esquema de fórmula ley del índice no desarrollado. Leibniz, como dijimos más arriba, y también Espinoza, en su “Ética Demostrada según el Orden Geométrico”, afirman que todos los predicados que cualifican una sustancia o sujeto forman parte y están contenidos ya de antemano en el mismo sujeto. Idea que no es del todo nueva, pues Aristóteles cuando afirma que el concepto entraña lo universal y permanente, es decir, lo esencial, atribuye ya al concepto, al menos en forma tácita, la función predicativa. Así en nuestro segundo esquema de fórmula, la Y es el predicado de X, por tanto Y está contenida ya de antemano en X; luego: 3. XY = X. Tercer esquema de fórmula. Mencionemos aquí, brevemente, el importante trabajo de Joja Bucarest, sobre el doble valor del principio de identidad que tomado de modo simple (a=a) conduce a la pura tautología, por eso se hace necesario subsumir, en palabras de Joja, el principio de identidad abstracta en la identidad concreta ( a = aw ), que en sentido propio es la dialéctica viva de la identidad y su contrario. Si, a = aw, - que no es sino otra forma de representar la ley del índice - , incluye su contrario, entonces este principio de la identidad concreta necesita de un tercer valor subyacente, presente desde siempre, en todo 10 pensamiento matemático. Ahora bien, si es verdad que XY = X, es porque también de alguna manera no muy clara matemáticamente pero sí desde un punto de vista puramente lógico (ley de idempotencia) la Y misma, siendo predicado de X, es también igual a X, luego: 4. XX = X, que nos da multiplicando: X2 = X . Fórmula esta última que, poco más o menos, quedaría explicada y funciona sólo para dos valores de verdad: el 0 = lo totalmente Falso; el 1 = lo totalmente verdadero, con otros valores numéricos se vuelve falsa. Desde luego que existen métodos mucho más rigurosos y complejos de demostrar que X2 = X, pero ese no es el objetivo de nuestro estudio. En un sentido muy general, puede decirse, que la ley del índice impide que dos fórmulas mutuamente contradictorias funcionen a un mismo tiempo; dicho de otro modo, dicha ley reproduciría, en el ámbito matemático, el principio del “tercero excluso”, que más o menos dice: “ninguna cosa puede ser y no ser al mismo tiempo”, porque excluye por principio un tercer valor. La ley del binomio y la ley del índice son pues nuestras herramientas teóricas que nos servirán para el desarrollo de nuestra investigación. Queremos, de todas formas, señalar, y tal como está planteado el trabajo teórico que hemos emprendido, que la ley del binomio es un principio lógico-matemático mucho más amplio y rico en cuanto a lo que tiene ver propiamente con el desarrollo y las consecuencias lógicas más inmediatas, que nos permitirán conseguir los objetivos propuestos. III. c. Ley del Binomio. Exponemos en este apartado la ley del binomio, que se deduce fácilmente a partir de los resultados anteriores. Notemos antes, en la ley misma de bivalencia, que funciona en un sentido fuerte en la lógica clásica, se hace evidente que está, formal y convencionalmente, excluido el proceso que objetiviza el incremento/decremento (integral/diferencial), tanto en la franja de valores intermedios entre Ag n y Ad n de la formula γ de III.a., como en los desarrollos en “n” de los coeficientes binomiales, encontrados también en el Tractatus. Esto significa, que está excluido formalmente de dicha ley del índice no sólo el tercero, sino el cuarto, el quinto y así sucesivamente hasta “n”; pero asimismo nosotros podemos afirmar, según lo demuestra la fórmula más simple del binomio, (a + b) 2 = a 2 + 2ab + b 2 , que también se encuentran incluidos todos estos valores intermedios por lo menos en forma tácita, el 2ab incluiría un valor intermedio entre a y b. Consecuentemente en la misma lógica bivalente se encuentra excluido/incluido un tercer valor, en la lógica trivalente se encuentra excluido/incluido un cuarto valor y así de manera sucesiva hasta arribar a un lógica (n-1)valente en la cual se encuentra excluido/incluido u “n” valor. Hay, entonces, una especie de dialéctica diferida (14) en la lógica clásica, como el mismo Aristóteles ya lo presintió. En Principia Mathematica Isaac Newton desarrolló la fórmula de las potencias, (x+y) 2 , (x+y) 3 ,…(x+y) n , que le sirvió a su vez para desarrollar el cálculo integral y diferencial. Su 11 exposición completa puede ser consultada en cualquier texto de matemáticas de segunda enseñanza. Nosotros nos limitaremos a transcribir su forma general que es conocida como teorema del binomio: ( x + y ) n = x n + nx n-1 y + { n(n-1), 2! }x n-2 y 2 +{ n(n-1)(n-2), 3! ) }x n-3 y 3 + { n(n-1)(n-2), (n-3), 4! ) } x n-4 y 4 + … + nxy n-1 + y n . Forma Alterna de la Ley del Binomio: ( x + y ) n = C( n, 0 )x n + C( n, 1)x n-1 y + C( n, 2)x n-2 y 2 + ….. + C(n, r)n n-r y r + … + C(n, n-1)xy n-1 + C(n, n) y n En notación adoptada en el Tractatus: n Kn = Σ C﴾ n, r ﴿x n-r y r v = r Esta última forma de la ley del binomio reproduce la estructura lógica subyacente que Lambert propone para el análisis del juicio lógico. La formalización del lenguaje natural que se inicia con la construcción de la lógica clásica, se generaliza de un modo mucho más exacto con el esclarecimiento algebraico (lógico) de dicha ley. La importancia de la misma es universalmente reconocida, pues “el medio siglo comprendido entre 1637 y 1687 es la fuente de las matemáticas modernas. La primera fecha señala la publicación de la Geométrie de Descartes, y la segunda la de la publicación de los Principia de Newton (15). Nos resta sólo por exponer la interpretación formal que hacemos, mediante la ley del binomio, de la lógica polivalente que hemos escogido como la herramienta metodológica más adecuada en nuestra investigación, y ésta consiste únicamente en una traducción o cambio de lenguaje de la forma algebraica a la forma lógica: Reemplazamos las variables algebraicas [x, y], por los valores de verdad [ V, F ], y el resultado que se genera, mediante su tratamientobinomial, lo interpretamos, o no es otra cosa sino un rango de valores intermedios entre la verdad y falsedad absolutas: ( V + F ) n = V n + nV n-1 F + { n(n-1), 2! }V n-2 F 2 +{ n(n-1)(n-2), 3! ) }V n-3 F 3 + { n(n-1)(n-2), (n-3), 4! ) } V n-4 F 4 + … + nVF n-1 + F n . 12 Ejemplifiquemos con una lógica pentavalente a5, la ofrecida en los trabajos de Lorenzo Peña; hacemos abstracción, por el momento, de los coeficientes binomiales: Dominio de valores lógicos de a5 en Peña Nuestra traducción 4 V4 3 V3F 2 V2F2 1 VF3 0 F4 En esta lógica cabe destacar como valores destacados, designados o afirmados: V4, V3F, V2F2, VF3; valores antidesignados o negados: V3F, V2F2, VF3, F4. Las ventajas de nuestra traducción son múltiples, vamos a citar unas pocas: 1) Se produce una mayor generalización o abstracción al pasar de la forma aritmética a la forma algebraica. 2) En Peña sólo aparecen los matices o grados de la verdad, pero no de la falsedad; el cero es el único representante de la falsedad. 3) El cero en Peña aparece como lo totalmente falso, lo cual es por lo menos dudoso, en nuestra traducción al cero lo interpretamos como un valor neutro. Así se lo entiende al interior de las coordenadas cartesianas y de ciertas fórmulas algebraicas que aparecen con integrales cuyos límites van de menos infinito a más infinito, como es el caso de los polinomios de Hermite. 4) Para el estudio y entendimiento de los diferentes functores de negación y de afirmación, nuestra traducción es mucho más rica y amplia, sobre todo para comprender ciertos matices de verdad y de falsedad para los cuales se requiere amplios niveles de abstracción, imaginación y experiencia en lógica no clásica. 5) Tomando en cuenta el punto anterior, nuestra traducción pone esta poderosísima arma de investigación lógica al alcance de comprensión de un estudiante de tercer año de colegio. Es fácilmente entendible que, cuando se aplica a alguna situación el valor lógico de V 3 F, por ejemplo, dicha situación tiene un grado tres veces mayor de verdad que el de falsedad. 6) Igualmente para entender ciertos capítulos del algebra abstracta, nuestra interpretación hace mucho más entendible, por ejemplo, las series de Taylor, las relaciones que contienen números de Bernoulli y de Euler, las funciones de Bessel, las funciones de Legendre de orden n, la ecuación diferencial de Hermite, etc. Esperamos en algún momento emprender una investigación, en términos de nuestra traducción lógica, de algunos de estos problemas. Entrar en una discusión histórica de cómo se han ido estructurando las lógicas polivalentes no es tema que debamos desarrollar aquí, únicamente trataremos de algunas de sus propiedades básicas que las distinguen de la lógica clásica (LC). Si afirmamos, para los fines de nuestra investigación, que la esencia del símbolo es contradictorial, su lógica tiene que ser contradictorial, es decir, opera mediante la negación fundamental de algunos de los principios de la LC. Uno de los principios fundamentales que niega(N), en su versión débil y no como super-negación (F), es el principio de no-contradicción. En otras palabras, el 13 mito y su expresión mínima, el símbolo, no funciona mediante el principio que afirma: “ningún ente puede ser al mismo tiempo P y no P”. De tal manera que la negación débil o simple del principio de no-contradicción significa que existe una verdad lógica que establece, para el símbolo, que algo puede ser P y no P a la vez. Afirma, pues, o asevera que hay contradicciones verdaderas o verdades que son contradicciones que, al asumir valores intermedios entre lo absolutamente verdadero y lo absolutamente falso, nos conducen directamente a las lógicas polivalentes como las más adecuadas para representar al símbolo. La LC que se define como superconsistente ( niega absolutamente, con el functor monádico de la supernegación, “F”, axiomas, teoremas y conclusiones contradictorias ), no es la más idónea, por tanto, para la sistematización de una dialéctica de las formas simbólicas. Las lógicas paraconsistentes, como las formalizadas por Lorenzo Peña, son teorías axiomatizadas que admiten como verdad formal la presencia de contradicciones, en base a suponer cuatro aspectos básicos: 1. La Inconsistencia formal o paraconsistencia (la LC es como dijimos superconsistente no admite ningún teorema cuya negación sea también un teorema). 2. El gradualismo veritativo, conlleva la polivalencia (la verdad tiene grados), un grado menos de verdad implica el surgimiento simultáneo de un grado de falsedad y viceversa. 3. El abandono no del principio de no-contradicción, sino del principio de Escoto (o de Juan de Cornubia, según Peña), a saber: de un par de premisas, que se contradigan entre sí, se puede inferir cualquier conclusión [(Si, (p . no-p), entonces q], por más absurda que sea, y como es absurdo cuanto conlleva consecuencias absurdas, toda teoría que contenga contradicciones debe ser rechazada. 4. Las diversas formas de la negación y de la afirmación. 5. Las modalidades debilitadas del principio de no-contradicción y del tercero excluso. En base a los puntos citados, una teoría lógica es contradictorial si, y sólo si, es inconsistente o, dicho de otra forma, si contiene por lo menos un par de teoremas tal que uno es la negación del otro, sin que se vuelva trivial el sistema. Una lógica contradictorial, entonces, contiene algún teorema de la forma [ p y no p ], donde la conjunción (“y”) es la conjunción natural y la negación ( el “no”) es la negación débil o también natural ( ver L. Peña, “Introducción a las lógicas no clásicas”, UNAM, México, 1993, cap. IV y ss.). IV. DESARROLLLO DE LA PRUEBA. Afirmamos que sí es posible determinar una estructura dialéctica o integral del símbolo para lo cual dividiremos el desarrollo de la prueba en tres partes. Pero antes tengamos siempre en mente lo dicho más arriba y ampliemos el hecho de que la realidad del símbolo, al ser contradictorial, entraña que éste tenga una propiedad, o pertenezca a un tipo de conjunto o cúmulo, en esencia, de carácter difuso cuyos límites fronterizos de difusidad (se difunde la propiedad, al pasar por grados o transiciones paulatinas e insensibles a su opuesta), no son líneas tajantes de separación, sino bordes gruesos, tupidos o densos en cuyos márgenes se sitúa por lo menos un ente, un número o el Símbolo (mínimo/máximo), 14 en nuestro caso; “sin embargo hasta los cúmulos tupidos --y por supuesto, los demás-- son tales que hay un corte brusco y tajante entre lo que no viene abarcado en absoluto por el cúmulo y lo que sí es abarcado por él en alguna medida y también un corte tajante entre lo que sea abarcado plenamente --si es que lo hay-- y lo que, al menos hasta cierto punto, no venga abarcado”.( ver Peña y Vásconez, artículo citado, las conclusiones) . Insistamos, aunque un cada vez menor número de lógicos concibe a la contradicción de una sola forma, en que hay que distinguir entre la supercontradicción y la contradicción en modo débil. Ambas son diferentes en su interpretación y en su manera de ser formalizadas. La supercontradicciónse expresa con la fórmula: “p y no es en absoluto cierto que p” y se escribe: [ p y Fp ]. Tal fórmula es desde todo punto de vista absurda y entraña la trivialidad o endeblez del sistema que la introduzca. En cambio una negación débil, [ p y Np ], que no sea supercontradicción, puede introducirse dentro de un sistema sin perder coherencia. La contradicción aparece como resultado de las gradualidades, donde hay grados de verdad habrá contradicciones y, donde hay grados de algo, hay grados de verdad. Para la LC hablar de “grados de verdad” es inaceptable, por ser bivalente (toda proposición es verdadera o falsa, sin matices de difusidad o de grados ) se ve obligada a rechazar cualquier sugerencia a la existencia de puntos o valores intermedios. Strauss, al afirmar la contradictorialidad del símbolo, sitúa la verdad del mismo inequívocamente dentro de la gradualidad. El gradualismo supone que los hechos no se dan de manera antitética; rechaza la disyunción del todo o nada, rechaza que las cosas sean absolutamente blancas o absolutamente negras. Es decir, rechaza el principio del tercio excluso [ o P o no P ], en su versión fuerte, admite el tercero incluido o , lo que es lo mismo, opera con el principio del tercero incluido. A reserva de explicarme más detalladamente, en una segunda parte de esta investigación, a desarrollarse en una próxima etapa, propongo la siguiente estructura lógica binomial para definir la contradictorialidad del símbolo: [Borde con grosor Superior ={ V n , ( V n-1 F.........VF n-1 ), F n }= Borde con grosor Inferior] Franja de Difusidad o de valores intermedios Recordemos que hay una franja gruesa, V n-1 F.........VF n-1 , entre lo que es totalmente verdadero ( V n ) y lo que es totalmente falso ( F n ) y , por tanto, aquellas entidades que en ella están son y no son al mismo tiempo. El exponente, a la “n” de “V” y “F”, no significa necesariamente multiplicación o potenciación, sino que, más bien, expresa el grado máximo de verdad o de falsedad (16). Podemos derivar una metodología regional para el tratamiento integral del símbolo a partir de su estructura binomial: iv.a. En una lógica trivalente, por ejemplo, con n igual a 2, cuyos valores de verdad sean V 2 -VF-F 2 , podríamos elegir como término de partida a “F ” e interpretarlo como lo totalmente falso, representará la pura negatividad o la nulidad; el término de llegada será, entonces, “V ” , interpretado como la totalidad, la pura positividad. iv.b. Sobre el trayecto, en la franja de difusidad [VF], es decir en el curso de realización de los contenidos del símbolo, los polos opuestos se hipostasian difuminándose. 15 iv.c. Estos contenidos son siempre diferentes, diversos, especificados, específicos lo que nos autoriza postular la dialéctica (lógica) de las formas simbólicas. iv.d. Cada contenido a su vez tomado como forma exige un tratamiento polivalente (infinito). iv.e. Esto implica que el símbolo, tomado como objeto, nunca es perfectamente delimitado, definitivamente cortado o aislado. iv.f. Todo recorrido al ir de F n a V n , posee una doble determinación: finita y/o infinita, pudiendo buscarse el camino más corto (línea recta) o bifurcarse en un laberinto (espiral). IV.a. Explicitación de la Estructura Superficial de La Fórmula de Levi-Strauss. Dijimos que la fórmula de Strauss se estructura tomando como punto de partida la lógica y el cálculo de predicados. Un predicado es una expresión lingüística que puede conectarse con una o varias otras expresiones para formar una oración. Por ejemplo, en la oración «Marte es un planeta», la expresión «es un planeta» es un predicado que se conecta con la expresión «Marte» para formar una oración. Y en la oración «Júpiter es más grande que Marte», la expresión «es más grande que» es un predicado que se conecta con dos expresiones, «Júpiter» y «Marte», para formar una oración. Cuando un predicado se conecta con una expresión, se dice que expresa una propiedad (como la propiedad de ser un planeta), y cuando se conecta con dos o más expresiones, se dice que expresa una relación (como la relación de ser más grande que). La lógica de primer orden no hace ningún supuesto, sin embargo, sobre si existen o no las propiedades o las relaciones. Sólo se ocupa de estudiar el modo en que hablamos y razonamos con expresiones lingüísticas. En la lógica de primer orden, los predicados son tratados como funciones. Una función es un recurso o aparato de naturaleza conceptual que recibe un conjunto de cosas, las procesa, y devuelve como resultado una única cosa. A las cosas que entran a las funciones se las llama argumentos, y a las cosas que salen, valores o imágenes. Tomemos por ejemplo la siguiente función matemática: f (x) = 2x Esta función toma números como argumentos y devuelve más números como valores. Por ejemplo, si toma el número 1, devuelve el número 2, y si toma el 5, devuelve el 10. En la lógica de primer orden, se propone tratar a los predicados como funciones que no sólo toman números como argumentos, sino expresiones como «Venus», «Tierra» y otras que se verán más adelante. De este modo, la oración «Venus es un planeta» puede transcribirse, siguiendo la notación propia de las funciones, de la siguiente manera: Planeta(Venus) O, más abreviadamente: P(v) En la matemática existen además funciones que toman varios argumentos. Por ejemplo: 16 f (x, y) = x . y Esta función, si toma los números 1 y 2, devuelve el número 2, y si toma el -5 y el -3, devuelve el 15. Siguiendo esta idea, la lógica de primer orden trata a los predicados que expresan relaciones, como funciones que toman dos o más argumentos. Por ejemplo, la oración «Bruto mató a César» puede formalizarse así: Mató(Bruto, César) O abreviando: M(b, c) Este procedimiento puede extenderse para tratar con predicados que expresan relaciones entre muchas entidades. Por ejemplo, la oración «Ana está sentada entre Bruno y Carlos» puede formalizarse: S(a,b,c) Según todas estas consideraciones y junto con la lógica binaria propuesta, la fórmula completa de Strauss pone en relación un cierto número de funciones y argumentos a partir de los cuales podemos extraer la ley del grupo, concepto algebraico importante, este último, que da cuenta del conjunto de transformaciones y permutaciones al que se somete la configuración final del mito; ley que, en esencia, tiene la forma de un silogismo que encadena o identifica [ : ] dos argumentos [ a, b ] y dos funciones [ x, y ] de estos argumentos; se postula a partir de aquí, entonces, que existe una relación aproximadamente equivalente [≈], mediante una inversión de los argumentos y de las funciones, entre dos situaciones definidas, respectivamente, la una en el lado izquierdo de la fórmula y la otra en su lado derecho. Siempre y cuando se tomen en cuenta dos condiciones: 1) intercambio de argumentos [ a ] por otro [ b ] y, al mismo tiempo, el argumento [ a ] sea reemplazado por su contrario [ a-1 ]; 2) transformando la función “y” [ Fy ] en argumento [ y ] y el argumento [ a ] en función, pero en estado complementario [ Fa-1 ]. O, dicho más brevemente, que se produzca una inversión correlativa entre el valor de función y el valor de argumento de los elementos [ y, a].Y tal que la estructura de superficie cae dentro de “V n ”, ámbito de la pura positividad, la parte izquierda de la fórmula, “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (b) : F a - 1 (y)”, antes del signo de aproximadamente igual (≈), en donde la lógica binaria opera con toda su eficacia y validez. Es el ámbito en el cual el contenido consciente del mito se encuentra perfectamente reglamentado y en orden. Es decir, desde elpunto de vista del discurso, la lógica narrativa del mito se articula como su argumento cumpliendo todas las reglas lógico-gramaticales. 17 IV.b. Explicitación de la Estructura Subyacente de La Fórmula de Levi-Strauss. La estructura subyacente se determina igualmente dentro de la lógica binaria, pero incluida en el ámbito de la pura negatividad “F n ”, contenido simbólico latente del mito, parte derecha de la fórmula, después del signo de aproximadamente igual (≈), y no implica necesariamente que, con esta operación, Strauss ofrezca una versión dialectizada del mito sino que, al contrario, lo único que ofrece es una simple correlación entre dos polos opuestos, sin la presencia de ninguna franja de difusidad: V n : el contenido simbólico consciente con el (≈) contenido simbólico latente del mito: F n . “Debe haber, y hay una correspondencia entre el significado inconsciente de un mito - el problema que trata de resolver - y el contenido consciente que utiliza para llegar a tal fin, es decir, el argumento. Sin embargo, esta correlación no ha de concebirse siempre como una especie de imagen reflejada; puede aparecer también como una transformación. Si el problema es presentado en forma “directa”, o sea, según el modo en que la vida social del grupo lo expresa y trata de resolverlo, el contenido evidente (consciente) del mito, su trama, puede tomar los elementos que lo integran de la propia vida social. Pero si se formula el problema y se buscara su solución, “al revés”, es decir ab absurdo, entonces el contenido manifiesto se modificaría para formar la imagen invertida (inconsciente colectivo ? ) de la organización social, tal como ésta está presente en la conciencia de los nativos” (17). IV.c. Síntesis de la Estructura Integral de la Fórmula. Procedemos a explicitar aquí la imagen invertida de la fórmula, o, para hablar en términos conjuntistas, el complemento de la misma. Para mayor facilidad en vez de “a-1”, vamos a trabajar con “1-a”; por tanto, haremos rotar el lado derecho de la fórmula original, “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (b) : F a - 1 (y)”, un total de 180 0 ; el lado izquierdo, en cambio, permanece intacto : [ V 3 ] “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (b) : F1 - a (y)” 1800 [ V2F ] “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (y) : F1-b (1-a)” 1350 [ VF 2 ] “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (1-a) : F1-y (1-b)” 900 “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (1-b) : F1-y (1-y)” 1- ( 1- a ) = a [ F 3 ] “Fx (a) : Fy (b) ≈ Fx (1-b) : Fa (1-y)” 450 18 Ahora para encontrar nuevamente el lado izquierdo de la fórmula original, para completar los 360 0 , operamos en sentido inverso partiendo del lado derecho de la cuarta transformación (45 0 ), pero intercambiando de posición los términos con sus funciones, nuevamente el lado izquierdo permanece intacto, es decir: [ F 3 ] “Fa (1-y) : Fx (1-b) ≈ Fa ( 1-b ) : Fy ( x )” 450 [ F 2 V ] “Fa (1-y) : Fx (1-b) ≈ Fa ( x ) : Fb ( y )” 900 [ FV2 ] “Fa (1-y) : Fx (1-b) ≈ Fx ( a ) : Fb ( y )” 1350 [ V 3 ] “Fa (1-y) : Fx (1-b) ≈ Fx ( a ) : Fy ( b )” 1800 En los dos últimos pasos, 135 0 -180 0 , intercambiamos los términos con la funciones, para lograr “(re)invertir la imagen invertida”, con lo cual restableceríamos la estructural original de la fórmula y además probaríamos que nuestro procedimiento, de construir la estructura integral o completa, es el correcto. Sumando las dos matrices de verdad o de 180 0 , tenemos que la forma integral del mito requiere de una lógica de nueve valores. Dominio de valores de Origen Plano de configuración de la Pura Positividad 1800 V8 1350 V7F 900 V6F2 450 V5F3 0 0 V 4 F 4 45 0 F 5 V 3 90 0 F 6 V 2 135 0 F 7 V 180 0 F 8 Dominio de valores complementarios en negrita Plano de configuración de la Pura Negatividad En este dominio integral de valores de la fórmula del mito, se observa con facilidad que el cero representa el valor neutro, de equidistancia o de equilibrio( V 4 F 4 ), y no de falsedad absoluta. Para ser mucho más exactos, la forma integral del mito requiere de una lógica polivalente de grado n = 360. El sistema de coordenadas cartesianas nos grafica de un modo objetivo la lógica de la función, f(x) = y, como el cruce de dos ejes, perpendiculares entre sí, cuyo punto de origen, el cero, determina y engendra cuatro cuadrantes de noventa grados cada uno. El símbolo como entidad lingüística multidimensional, a través de su fórmula, complementada y especificada en este trabajo, supera en mucho a las tres dimensiones (lógica trivalente), cuantificadas en el plano cartesiano. Habría que esperar las 19 formulaciones de “otras geometrías analíticas”, que se complementen, como en el caso de la fórmula de Strauss, integrando en sí mismas lo multidimensional. V. CONCLUSIONES. 1. El esclarecimiento de la estructura integral de la génesis del mito, parte de considerar a éste como constituido por oraciones completas que vehiculan información de naturaleza estructural ( lógica- matemática ), y, por añadidura, o precisamente por eso también caracterizan el comportamiento de un determinado personaje ( Edipo, por ejemplo) y la función que desempeña dentro del relato de la acción dramática. Creemos haber explicado, al menos en parte, que la fórmula de Strauss simplifica todo el proceso de permutaciones que se operan en el mito sirviéndose de términos puramente lógicos. Así en nuestra interpretación polivalente, “V n ” afirma totalmente la ambigüedad propia del mito ( Edipo mata a su padre y se casa con su madre: infravaloración/sobrevaloración de las relaciones familiares); “F n ” vendría a ser la negación total de la ambigüedad del mito, es decir, racionaliza el mito para que surja el Anti-Edipo, como antihéroe, que no se agota en lo mitológico y trasciende a lo social y político en actitud siempre contestaria. La amplia franja de difusidad, Vn-1F.........VFn-1 , implica que paulatinamente la estructura de la relación familiar infra y sobrevalorada se transmuta en estructura de poder. El contra-poder y las contra-culturas que se empiezan a perfilar desde los años sesenta del siglo pasado, son otras tantas formas de trascender el mito completándolo dentro de una estructura lógica polivalente. 2. La dialéctica de las formas simbólicas reconoce, pues, eintegra el dominio de lo político como fundamental para su constitución, superando la visión freudiana que domina en la concepción de Strauss. 3. Si bien es verdad que los estudios teóricos contemporáneos sobre las culturas y “pueblos primitivos” se reducían, dentro de una epistemología fundamentalista y acrítica, a la aplicación de una técnica formal, en esencia matemática, para la clasificación y el análisis de un determinado comportamiento social como, en este caso específico, es el simbólico y el cultural, también es verdad que su conocimiento integral, dialectizando el mito, trasciende lo puramente formal, al menos en el sentido clásico del término. 4. Las lógicas paraconsistentes nos ofrecen sistemas lógicos apropiados para la construcción y explicación de teorías formales inconsistentes, la antropología estructural, en este caso, pero sin trivializar el sistema. 5. No creemos haber agotado, sin embargo, todas las implicaciones que acarrean la utilización de nuestro método lógico en la comprensión final de la concepción estructural del mito. 6. Como conclusión final se sugiere convocar a un grupo interdisciplinar de investigación que instrumentalice los resultados más importantes aquí desarrollados para la comprensión y análisis de sectores más amplios de las Ciencias Humanas. 20 Notas: 1. Anotemos desde ya, aun cuando sea sino como curiosidad, que cuando emprendimos la tarea de descifrar la fórmula que Levi-Strauss adelanta, en dicho capítulo, Pág. 208, de la quinta edición en español del libro que se publicó en Agosto de 1973, como la máxima expresión lógico-matemática de sus investigaciones alrededor del mito, tropezamos con algunas dificultades, una de las cuales escapaba, sin nosotros ser conscientes de la misma, a nuestra capacidad de comprensión de la misma. Efectivamente, en uno de los subíndices del operador cuarto, empezando desde la izquierda, aparece la expresión a-l , cuyo símbolo de la derecha después del menos, al estar en cursiva, aparece, a todas luces, como una “ele” lo que hacía equívoco y casi totalmente incomprensible el sentido general de la misma. Nuestra frustración se hacía más desesperante porque, pese a estar seguros de seguir los pasos correctos, al arribar a ese punto de la fórmula todo parecía carecer, de repente, de sentido lógico alguno y no permitía llegar a una clara comprensión total de la misma. Hasta que se nos ocurrió pensar que podía haber un error tipográfico en el libro y ese signo en cursiva que parecía ele, en buena lógica, no era una ele sino un uno, entonces toda la fórmula se volvió clara y sencilla de entender. Para comprobar, si el equívoco tenía su razón de ser, acudimos a la versión inglesa, la versión francesa se nos ha hecho difícil revisarla, y como era de esperar aparece ahí claramente el uno y no dicho signo en cursiva. No obstante, nosotros podemos asegurar que el aparente error persistía hasta la edición de 1978. A partir de la edición de 1987, en la editorial Paidós, con traducción del mismo Eliseo Verón y revisión técnica de Gonzalo Sanz, el error ya no aparece. 2. “Grados, Franjas, y Líneas de Demarcación”, Lorenzo Peña. Revista de Filosofía (Madrid), 9/16 (1996), pp. 121-149. 3. Ver Lógica Matemática Elemental, de Lorenzo Peña, Ed. PUCE, 1982. Hay una edición más reciente publicada en Madrid, en el año de 1991. 4. Por lógica binaria entendemos a la lógica bivalente y verifuncional, que acepta sólo dos valores de verdad: lo absolutamente verdadero y lo absolutamente falso, sin aceptar en forma absoluta ningún valor intermedio entre ambos. Decimos provisionalmente “lógica binaria” por un intento de rescatar el lenguaje que utiliza Levi-Strauss en su epistemología estructuralista, que se sustenta en una concepción peculiar de la naturaleza humana y del origen de la cultura. La evolución dotó a nuestra especie de la función simbólica, o la capacidad de crear signos y símbolos. Función que se asienta, según Strauss, en unas estructuras fundamentales del espíritu humano y cuyos elementos con los cuales se las construye responden a leyes que obedecen a una lógica binaria. 5. Lo “Isomórfico” hace referencia a lo que Levi-Strauss le gustaba decir y repetir que de dos cosas en apariencia distintas serían en el fondo iguales porque responden a una misma estructura, es decir, serían isomórficas y por tanto pueden ser comparadas y diferenciadas. 6. “Nuevos Ensayos Sobre el Entendimiento Humano”, libro iv, cap. 21, §4. “El Arte Combinatorio”(1666), en esta obra están contenidas las ideas básicas y los principios de la lógica formal a la que Leibniz llamó “el arte del cálculo”. 7. “Introducción a la Lógica Moderna”, Colección Labor, No. 383, 1936, Barcelona, Págs. 27 y SS. 8. Hemos encontrado también un error en la fórmula final, que reúne al género máximo y la diferencia última, en el libro citado de García Baca, el término penúltimo ( Adn-1g ) no aparece, o está omitido, ver op. Cit. Pag. 29. 9. Tractatus Logico-Philosophicus, Ed Alianza Universidad, Trad. Xavier Muñoz e Isidoro Reguera, 1986. 10. Ver nota 28 del libro “La Miseria de la Razón”, de Isidoro Reguera, Ed. Taurus, Pag. 62. 11. Las tablas de verdad, en lógica clásica y no-clásica, pueden ser entendidas como espacios de representación aléticos al interior de los cuales se sitúan las leyes lógicas fundamentales. Para la bivalente habrá un máximo de dos a la dos a la dos, es decir 16 leyes; para la trivalente, habrá un máximo de tres a la tres a la tres, es decir 19.683. Obviamente, la riqueza de un pensamiento lógico radica en disminuir, lo más que se puede, el número de leyes para cada lógica de que se trate. 12. Esta fue una de las principales conclusiones a las que arribó un grupo de estudio, liderado por Fabián Mejía e integrado principalmente por estudiantes de C.H., de la PUCE, en el 2005. El conocimiento práctico, que hacían del teorema de Pitágoras, resulta fácilmente deducible de sus principales 21 manifestaciones culturales (Arquitectura, Astronomía, Arte, etc.), en la mayoría de las culturas Indoamericanas. 13. Ocasionalmente Boole también le da a esta ley el nombre de “ley de dualidad”. Aquel axioma de los lógicos que se denomina principio de contradicción y que afirma que es imposible para cualquier ente poseer una cualidad y al mismo tiempo no poseerla es consecuencia de la ley x 2 = x. Escribamos esta ecuación en la forma: x - x2 = 0, de donde se obtiene extrayendo el factor común: x (1 - x) = 0. Demos, a fin de conseguir mayor simplicidad de concepción, al símbolo “X”, la interpretación particular de “Hombre”; en cambio, 1- X representará su complemento, es decir, todo lo que no es hombre. 14. Este nombre me fue sugerido por un físico teórico amigo mío, Daniel Kraglievic, cuyas investigaciones, sobre el Cosmos, permanecen inéditas, danikrag@correo1.com. 15. “Historia de las Matemáticas”, de E. T. Bell, Ed. F.C.E., 1949. Págs. 141 y SS. 16. ¿Qué es una Ontología Gradual?, Marcelo Vásconez y Lorenzo Peña, Agora Nº 15/2, Universidad de Santiago de Compostela, 1996, Págs. 2 y SS. 17. Ver “El Proceso Ideológico”, de Strauss et al, Pags. 88-89, los términos entre paréntesis son nuestros. mailto:danikrag@correo1.com 22 VI. BIBLIOGRAFÍA. 1. Bell, E.T., Historia de las Matemáticas, Ed. F.C.E., México, 1949. 2. Bourbaki, Nicolás, Elementos de Historia de las Matemáticas, Ed. Alianza Universidad, 1976. 3. Bronshtein I., y K. Semendiaeb, Manual de Matemáticas, Ed. MIR, Moscú, 1976. 4. Bueno, Eramis, Lógica Polivalente, Editorial Espaxs, Barcelona, 1976. 5. Chacón Toral, Octavio, Introducción a la Lógica, Ed. Universitaria de Cuenca,1991. 6. Ezcurdia, A. de, Lecciones de Teoría de la Lógica, M. Quesada Brandi Editor, S.A. México,1970. 7. Friedrichs, K.O., De Pitágoras a Einstein, Ed. Norma, 1967. 8. García Baca, David, Introducción a la Lógica Moderna, Ed. Labor, 1936. 9. Green, André, y Otros, Objeto, castración y fantasía en el psicoanálisis, Siglo Veintiuno Editores, Argentina, 1972. 10. Leclaire, Serge, El Objeto del Psicoanálisis, Siglo Veintiuno Editores, Argentina, 1972. 11. Leibniz, G.W. Monadalogía, Discurso de Metafísica, Profesión de Fe del Filósofo, Ediciones Orbis, S.A., 1983. 12. Leibniz, G.W. e Isaac Newton, El Cálculo Infinitesimal, Ed. EUDEBA, 1977. 13. Levi-Strauss, Claude, Antropología Estructural, Ediciones Paidós, S.A., Barcelona, 1995. 14. Lukasiewicz, Jan, Estudios de Lógica y Filosofía, Biblioteca de la Revista de Occidente, Madrid, 1975. 15. Ordinola, Vivas, Tratado General de Lógica, Ed. Chirre, S.F. 16. Peña, Lorenzo, Apuntes Introductorios a la Lógica Matemática Elemental, EDUC, Quito, 1980. 17. Peña, Lorenzo, Introducción a las Lógicas no Clásicas, UNAM, México, 1993. 18. Peña, Lorenzo, Fundamentos de Ontología Dialéctica, EDUC, Quito, 1981. 19. Reguera, Isidoro, La Miseria de la Razón, Ed Taurus, 1980. 20. Wittgenstein, Ludwig, Tractatus Logico-Philosophicus, Ed. Alianza Universidad, 1991. Autor: Fernando Ochoa. cubildiotima@gmail.com mailto:cubildiotima@gmail.com
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